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Puente de Piedra de San Juan del Río (Puente de la Historia)

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Puente de piedra de San Juan del Río
Monumento histórico
Puente de Piedra de San Juan del Río.jpg
Localización
País Flag of Mexico.svg México
División Coat of arms of Queretaro.svg Estado de Querétaro
Subdivisión Escudo de san juan.jpg San Juan del Río
Municipio Escudo de san juan.jpg Municipio de San Juan del Río
Ubicación Benito Juárez Poniente s/n (76800)
Historia
Fundador Virrey Francisco Fernández de la Cueva
Construcción 1710-1711
Arquitecto Pedro de Arrieta
Características
Tipo Puente
Protección
Declaración Monumento histórico INAH México
ID I-0012203715
[editar datos en Wikidata]
El Puente de Piedra de San Juan del Río, mejor conocido como Puente de la Historia
es el monumento histórico más emblemático de esta ciudad queretana. Fue construido
en la primera década del siglo XVIII para dar continuidad al tránsito en el Camino
Real de Tierra Adentro, itinerario cultural del que San Juan del Río forma parte.

Índice
1 Historia
2 Toponimia del puente
3 Referencias
4 Enlaces externos
Historia
La construcción de este puente inició el 9 de febrero de 1710 y terminó el 23 de
enero de 1711. Poco más de 11 meses duró su edificación, la cual se hizo
exactamente en el Camino Real de Tierra Adentro, la actual Avenida Juárez al
poniente.

Fue Francisco Fernández de la Cueva, duque de Albuquerque, entonces virrey de Nueva


España, quien ordenó al arquitecto Pedro de Arrieta la construcción de un puente
para San Juan del Río en 1710. Al año siguiente, el nuevo virrey Fernando de
Alencastre Noroña y Silva, duque de Linares, continuó con la encomienda.

El que conocemos hoy como Puente de la Historia, es de construcción sólida y


arquitectónicamente es muy vistoso y mejor ornamentado. Es de cinco arcos y ostenta
varias inscripciones en cantera.

San Juan del Río, por su situación geográfica, era paso obligado para la arriería y
carreros que iban al Norte y Poniente de la Nueva España. Desde mediados del siglo
XVII se le llamó "Garganta de toda Tierra Adentro". Fue parada forzosa por ser
aduana donde se cobraban las alcabalas de toda clase de mercancías.

Toponimia del puente


Oficialmente, no tiene nombre asignado, pero se le conoció desde antaño simplemente
como “Puente de Piedra”. Un tiempo se le mencionó como “Puente Nacional” (porque la
antigua Calle Real, posterior a la restauración de la República en 1867, fue
llamada Calle Nacional). También se le mencionó como “Puente de La Venta” (por el
mesón de La Venta, que se localiza en el margen poniente del río).
Actualmente, es conocido como Puente de la Historia, nombre que surge por
iniciativa del licenciado Felipe Muñoz, en ocasión de la conmemoración del 450
aniversario de la fundación de San Juan del Río en el año 1985. En ese año, la
imagen del puente sirvió como distintivo para dichos festejos, utilizándose además
el lema "San Juan del Río, Puente de la Historia".

A más de 300 años de su construcción, este monumento sigue brindando servicio. Ha


resistido todo: fuertes corrientes, pesadas cargas, vandalismo, etcétera, pero
sigue en pie y sin duda es una joya queretana.
La persecución a los bahá'ís sucede en varios países, especialmente en Irán,1donde
se originó la Fe Bahá'í y la ubicación de una de las poblaciones bahá'is más
grandes del mundo. Los orígenes de la persecución provienen de una variedad de
enseñanzas bahá'is incompatibles con la creencia islámica tradicional, incluyendo
el fin del profeta Mahoma y la colocación de los bahá'is fuera de la fe islámica.23
Así, los bahá'is son vistos como apóstatas del Islam y, según algunos islamistas,
tienen que escoger entre el arrepentimiento y la muerte.3

Tanto los bahá'ís como las Naciones Unidas, Amnistía Internacional, la Unión
Europea, los Estados Unidos y la literatura académica revisada por pares han
declarado que los miembros de la comunidad bahá'í Irán han sido sometidos a
detenciones injustificadas, tortura, ejecuciones injustificadas, incautación y
destrucción de los bienes de propiedad de individuos y de la comunidad bahá'í,
denegación de trabajo, negación de los beneficios del gobierno, negación de los
derechos y libertades civiles, y la negación del acceso a la educación superior.3

Índice
1 Contexto histórico
2 Irán
2.1 Marco jurídico
2.2 Principio del siglo XX y la dinastía Pahlavi
2.2.1 Contexto político
2.2.2 Historia
2.3 Revolución islámica y república
2.3.1 Memorando secreto
2.4 Situación siglo XXI
2.4.1 Monitorización de actividades
2.4.2 Otros eventos
2.5 Declaraciones
3 Egipto
3.1 Controversia de la tarjeta de identificación
4 Otros países
4.1 Afganistán
4.2 Azerbaiyán
4.3 Indonesia
4.4 Marruecos
4.5 Rumanía
5 Referencias
6 Enlaces externos
Contexto histórico
La Fe Bahá'í fue establecida en 1863 por Bahá'u'lláh en Irán.4 El ochenta y nueve
por ciento de los iraníes se unieron a la rama imamíes del Islam chía, que sostiene
como una doctrina central el advenimiento esperado de una figura mesiánica conocida
como Qaim o como el imam Mahdi.5 El Báb afirmó que era el Imam Mahdi y por lo tanto
tenía el mismo estatus que Mahoma con el poder, que ejercía, para derogar las
disposiciones finales de la ley islámica.6

Bahá'u'lláh, un babí que afirmaba ser el predicho por el Báb Siyyid ‘Alí-Muhammad,
reclamó un estatus similar para sí mismo en 1863 como «Manifestación de Dios» y
como la figura promesa en las sagradas escrituras de las principales tradiciones
religiosas del pasado y fundó lo que más tarde se conoció como la Fe Bahá'í.7

Sobre el contexto histórico de las persecuciones, Friedrich W. Affolter en War


Crimes, Genocide, & Crimes against Humanity escribe:

Los escritos de Baha'ullah ocupan de una variedad de temas que desafían las
doctrinas de la Shi'ar-Islam durante mucho tiempo. Además de hacer el 'hereje'[sic]
con la pretensión de ser una «Manifestación de Dios», sugirió que los planes de
estudio deben incluir «Ciencias Occidentales», que los estados-nación (musulmanes y
no musulmanes) han de establecer un gobierno federal mundial, y qué hombres y
mujeres son iguales. Baha'ullah también escribió que en esta época y edad, los
sacerdotes ya no eran necesarios para la orientación religiosa. La humanidad,
argumentó, había alcanzado una edad de madurez donde todo individuo debía buscar a
Dios y la verdad independientemente. Estos principios no únicamente cuestionaban la
necesidad de un sacerdocio, sino también toda la estructura eclesiástica chií y el
vasto sistema de dotaciones, beneficios y honorarios que la sostenían. No es de
extrañar entonces que en las siguientes décadas hasta el derribo de la dinastía
Kayar en 1925, fueron los mulás quienes instigaron ataques contra los bahá'ís en
ciudades o aldeas donde el establecimiento clerical fue particularmente
influyente.2

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