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Agenda de género
Según el análisis de Casas, el hecho de que estemos ad portas de ser el primer país del mundo en
desarrollar una Constitución paritaria es revolucionario, pero, para llegar a ese paso político, en
los últimos 20 años se tuvieron que dar muchos hitos. Uno de esos momentos fue cuando
Michelle Bachelet llegó a ser ministra de Defensa y, más tarde, la primera mujer en ser
Presidenta de Chile.
“La imagen de Bachelet es controvertida, porque rompe todos los estereotipos. Una de las
instituciones más machistas recibía órdenes de una mujer socialista, separada, alegre, con hijos
de distinto padre, y que, si ella quería cantar o bailar donde sea, lo hacía. Además, es una mujer
con una complexión normal, como cualquier chilena, eso le demostró más adelante a las mujeres
que todas podíamos llevar una banda presidencial”, explica Casas.
Para esta experta, Bachelet tuvo éxito en una serie de medidas realizadas en sus gobiernos,
gracias a que tuvo el apoyo de las mujeres, quienes comenzaron a unirse y exigir una agenda de
género, que comprendiera las problemáticas por las que atraviesan respecto de los roles
atribuidos históricamente.
Una de las reformas más importantes fue la mirada sobre el impacto negativo que tienen los
trabajos no remunerados, como el cuidado de hijas e hijos y personas mayores, en sus pensiones
al momento de jubilar.
Otro hito importante fue la extensión horaria de jardines infantiles. “Un jardín que cierra a las
15:00 horas y que no funciona durante enero no le sirve a ninguna mujer trabajadora, también
pensando en que los hombres tienen que participar en la crianza. Esa medida tuvo muchísima
resistencia por parte de grupos conservadores, como cuando Ximena Ossandón dijo que las
mujeres usarían ese tiempo para ir de happy hour”.
El divorcio, sin entrar en mayor detalle, también fue un punto revolucionario respecto de
entender un poco más la importancia de los trabajos de cuidado no remunerados de las mujeres.
El hecho de que con su modificación se pudiera exigir una compensación económica para el
cónyuge que se dedicó al cuidado de los hijos y/o a las labores del hogar y no pudo realizar una
actividad remunerada o lo hizo solo parcialmente mientras duró el matrimonio, fue un precedente
a la hora de debatir sobre la violencia económica.
Trayectoria histórica
Según el análisis de Follegati, el movimiento feminista posee una importante trayectoria
histórica, al menos de un siglo. En este sentido, la reflexión y el activismo han estado de forma
intermitente, con períodos de clara activación y masividad, otros de mayor visibilidad, “pero en
general ha sido un actor persistente en la historia de nuestro país, solo que no ha sido
suficientemente relevado por las investigaciones y relatos históricos”, explica.
Desde esa óptica, hoy nos encontramos frente a la oportunidad de, no solo reconocer hitos
feministas en la historia reciente, en el siglo XXI, sino también de comprender e investigar
nuestro pasado, buscando aquellas voces “presentes e insistentes”, que muchas veces han sido
omitidas.
“Esa, me parece, es una particularidad de los momentos de activación del feminismo: cuando
está en un momento de algidez, se tiende a fortalecer la investigación y búsqueda histórica de
nuestras antepasadas, ayudando así a reconstruir una historia feminista, siempre inacabada y en
construcción”, reflexiona.
Pildorazo
Uno de los momentos más significativos del movimiento, por su relevancia política como agente
de cambio social en nuestro país, fue –sin lugar a dudas– el pildorazo, uno de los primeros
grandes movimientos de mujeres exigiendo que se respete el derecho de decisión sobre su propio
cuerpo.
El pildorazo ocurrió el 22 de abril de 2008, cuando más de 35 mil personas articuladas por el
Movimiento de Defensa de la Anticoncepción marcharon en repudio al fallo del Tribunal
Constitucional (TC), que prohibía la entrega gratuita de la Píldora del Día Después en
consultorios dependientes del Minsal.
“Usted no va a criar ni alimentar a los niños no deseados que van a nacer por su culpa y su
acción irresponsable y fundamentalista. Su acción vulnera nuestros derechos, nos expone y nos
daña. Va a provocar un colapso del sistema de salud pública, y a usted le vamos a pasar la cuenta
en las elecciones. Usted podrá ser un fundamentalista católico, pero este es un Estado Laico y es
un valor ciudadano respaldarlo”, dijeron en su momento parte de las declaraciones del
Movimiento por la Defensa de la Anticoncepción.
Paralelamente, Follegati rescata la campaña “El machismo mata” de Red Chilena contra la
Violencia hacia las Mujeres, del año 2009. Esta campaña logró un nivel importante de
visibilización respecto del tema de femicidios y de la violencia en general.
Otro punto que destaca de ese periodo, vino unos años después: la Revolución Pingüina. “La
llegada de nuevas generaciones al campo universitario, también trae consigo comprensiones
diversas sobre las identidades, los derechos, y una importante crítica a las formas tradicionales de
la política. El ámbito educativo se transforma en un nudo feminista importante para el
movimiento actual, y me parece que la creación de las vocalías o secretarías de género y
diversidad en las universidades –la mayoría autoconvocadas por estudiantes, mujeres y
disidencias (por el año 2010 en Santiago al menos)–, constituye un momento relevante para la
siguiente década”, explica.