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Hegel
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Hegel, DF, p. 22 (GW 4, p. 16).
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Platón, Fedón, 71e.
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Hegel, DF, p. 25 (GW 4, p. 14).
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El pensamiento de las contraposiciones es el del entendimiento, que, más propiamente,
se denomina «racicionio». Esta manera inadecuada de pensar se expresa también en un
lenguaje inadecuado: lenguaje parcelador. El lenguaje adecuado es mediante la proposi-
ción especulativa. p. 62, prólogo 2ª ed.: «El importante resultado negativo en el que
se encuentra el entendimiento propio de la cultura científica universal, a saber, que so-
bre el camino finito [o representación] no es posible ninguna mediación con la verdad.
[…] En vez de alejar el conocimiento de relaciones finitas, el uso de éstas a la desespe-
rada se ha hecho mucho más despreocupado, inconsciente y acrítico. […] La consecuen-
cia de que las categorías finitas no son suficientes para aprehender la verdad o el todo es
que se concluye la justificación del hablar y condenar desde el sentimiento y desde la
opinión subjetiva; en el lugar que debería ocupar la demostración».
p. 71: «mal entendimiento separador». El entendimiento «es esencialmente con-
ciencia y por ende conciencia del contenido objetivado» (p. 71).
Filosofía y religión.
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venir para dar cuenta de él, entonces: «en igual medida, se hace obligatorio admitir que
la razón es devenir» (p. 22).
«Lo viviente tiene vedada la opción de conservarse igual a sí mismo; su caracte-
rística esencial es la inquietud, en su propio ser está inserta la necesidad de negar su
condición y devenir otra cosa. Pensar la vida es la inquietud y el constante transformar-
se de lo viviente» (p. 23).
«Por lo tanto, es en el interior de la cosa misma donde es preciso buscar la causa
de su desarrollo. La naturaleza o el interior de la cosa es la contradicción» (p. 24).
«Nada hay en el cielo y en la tierra que no contenga al mismo tiempo la inmediación y
la mediación» (LÓG, buscar cita).
«Así como el desarrollo es la verdad de lo real, la contradicción es la causa mo-
triz del desarrollo y, en consecuencia, el alma de lo real» (p. 24).
«La contradicción no es una categoría del pensamiento reflexivo sino algo que
manifiesta lo existente; es la ley que rige lo mismo a la naturaleza que al espíritu» (pp.
24-25).
«La cosa experimenta en sí misma la insuficiencia o la limitación que afecta a su
ser ahí actual, surge en ella la necesidad de dar cumplimiento pleno a las apetencias de
su contenido y niega su configuración en pro de una más completa y acorde a su natura-
leza» (p. 25). de suyo, pues, la cosa es trascendencia.
«Además, su directriz consiste en el enriquecimiento o el incremento cualitativo
del contenido, y en ello se cifra particularmente el carácter dialéctico del desarrollo» (p.
25).
Los elementos consustanciales de la contradicción son: la superación y la con-
servación.
«Pero en este mismo acto de trascenderse se mantiene; esto es, la negatividad
que afecta a su esencia (su esencia es la negatividad) no conduce a su aniquilación abso-
luta, sino que sólo da lugar justamente al despliegue de su contenido. Dicho despliegue
es un poner en el plano de la existencia las determinaciones que en principio se en-
contraban en ella de manera germinal, pero cuya explicitación era exigida por la necesi-
dad de la cosa misma» (pp. 25-26).
«En un doble momento mediante el cual, de manera progresiva, se alcanza en
una mayor concreción, lo mismo en el plano del conocer que en el de lo real. El primero
representa la manifestación de la diversidad interna o de las diferencias que encierra en
sí el contenido, la oposición y la negatividad, que entra en el terreno de la existencia. El
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segundo es la superación de dicha diversidad, la eliminación de las diferencias y el arri-
bo a una unidad que solo relativamente puede equipararse con el punto de partida inme-
diato, ya que esta unidad conquistada es fruto de la mediación sufrida por el contenido;
es, pues, una unidad más desarrollada y plena» (p. 26).
«La contradicción tendría que ser considerada como lo más profundo y lo más
esencial» (cita no encontrada de la LÓG).
Enciclopedia
ENC, § 1: «Pero también es cierto por de pronto que sus objetos los tiene en común con
la religión. Ambas tienen la verdad por objeto y precisamente en el sentido más elevado
[de esta palabra], a saber, en el sentido de que Dios es la verdad y él solo lo es». La
diferencia entre filosofía y religión estriba en que a la filosofía «se le hace manifiesto
que ella comporta la exigencia de mostrar la necesidad de mostrar su contenido y tam-
bién de demostrar tanto el ser como las determinaciones de sus objetos». Filosofía y re-
ligión: familiaridad y comienzo: «Se presenta así, a la vez, la dificultad en establecer un
comienzo, ya que un comienzo en cuanto inmediato hace una suposición o, más bien, es
él mismo un supuesto» (p. 100).
ENC, § 2: Filosofía como pensamiento, pero pensamiento concipiente [begrei-
fendes Erkennen]. No es cualquier tipo de pensar. REFLEXIÓN (§ 3 N, § 5) Aunque
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el pensamiento filosófico es = al pensamiento en general. El haber es el mismo. La dis-
tinción radica en la FORMA.
ENC, § 3: «El contenido que llena nuestra conciencia, sea de la clase que sea,
constituye la determinidad (Bestimmheit) de los sentimientos, intuiciones, imágenes,
etc.». El contenido es el objeto de la conciencia.
ENC § 6: «Por otra parte, es igualmente importante que la filosofía se entere de que su
contenido no es otro que aquel haber que [fue] originariamente producido y [continua-
mente] se produce en el campo del espíritu viviente; haber que se ha hecho mundo,
mundo exterior y [mundo] interior de la conciencia; [es importante que la filosofía se
entere de que] su contenido es la realidad efectiva. […] Siendo la filosofía un modo dis-
tinto de los otros modos de hacerse consciente de ese único haber, modo que se distin-
gue solamente según la forma, resulta necesaria su conformidad con la realidad efectiva
y con la experiencia. Es más, esta conformidad puede verse como mínimo como piedra
de toque extrínseca de la verdad de una filosofía, de tal modo que se puede considerar
como la finalidad suprema de la ciencia producir la reconciliación, mediante el conoci-
miento de esa conformidad, de la razón autoconsciente con la razón-que-está-siendo, es
decir, con la realidad efectiva.
En la nota a este § 6: «Pero, por lo que se refiere a [la comprensión de] su sentido filo-
sófico, hay que suponer mucha formación, es decir, es preciso saber no solamente que
Dios es efectivamente real, que él es lo más efectivamente real y que sólo él lo es verda-
deramente, sino que también es necesario saber, desde el punto de vista formal, que la
existencia en general es en parte fenómeno y solamente en parte es realidad efectiva».
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«Pero si uno no quiere engañarse con las palabras» (§ 10 N).
El concepto de espíritu §§ 381-384.
§ 13: «Pero el artífice de este trabajo de milenios es el espíritu viviente único cuya natu-
raleza pensante consiste en llevar a su conciencia lo que él es, y en tanto esto ha deveni-
do así objeto, ha sido ya elevado a la vez por encima de ello [mismo] y ha venido a ser
un peldaño más alto en sí mismo». el conocimiento es modificación ontológica, tras-
cendencia. FUNDAMENTAL!!!!
§ 14: «El pensamiento libre y verdadero es en sí mismo concreto y de este modo es él
idea y, en su total universalidad, la idea o lo absoluto». LÓG vs. historia de la filoso-
fía. «Ahora bien, la idea se hace patente como el pensar simplemente idéntico a sí
mismo y éste se hace patente igualmente como la actividad de ponerse ante sí para ser
para sí, y, en este otro, estar sólo cabe sí». (§ 18, ENC).
§ 15: «Cada parte de la filosofía es un todo filosófico, un círculo que se cierra en sí mis-
mo, pero la idea filosófica se contiene allí [en las partes] bajo una determinidad particu-
lar o elemento». FILOSOFÍA CÍRCULO DE CÍRCULOS. LA FILOSOFÍA ES
UN CÍRCULO QUE REGRESA [Rück A SÍ MISMO: § 17:
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«O lo que es lo mismo, el concepto de la ciencia y, por consiguiente, el primero
de los conceptos (que por ser el primero contiene la partición de que el pensar es objeto
para un sujeto, al mismo tiempo extrínseco, que filosofa) ha de ser buscado por la cien-
cia misma. Éste es precisamente su único fin, su única actividad y meta, alcanzar el con-
cepto de su concepto y lograr así el regreso a sí misma y su satisfacción».
§ 18 N: «En la naturaleza no hay otra cosa a conocer que no sea idea, aunque ésta se en-
cuentre [allí] bajo la forma de la exteriorización; lo mismo ocurre con el espíritu, en el
cual siempre está la idea en cuanto está siendo para sí y deviniendo en y para sí. Una tal
determinación, bajo la cual se presenta la idea, es al mismo tiempo un momento que flu-
ye».