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La loba ahí vivió Nemecia,

CATALINA PASTRANA
su casita de palma tenía como chinámil

Está cincelada en mi conciencia, un cerco de acahual.

una efigie de barro humedecido,


Fue ahí donde sus cantos arrullaron al hijo,
y no en la sola conciencia de mi cuerpo
lo vio crecer sumiso y madurar violento,
por la inútil protesta enmohecido,
siempre con la mirada perdida bajo el sol.
sino en la recia conciencia de la idea,

en la fuerza de la razón, Crisanto era rebelde,

y en la tibia dignidad que nos rodea. creía que era indigna la vida de su pueblo,

que era vano el esfuerzo y que era inútil su queja,


En la efigie de una mujer,
porque en la resolana siempre se confundía
de barro dije,
su pena con la tierra y su cuerpo con las bestias.
porque es la tierra la que nutre sus pesares;

es la tierra donde finca sus altares, y era peor que la bestia, más que todas las bestias,

donde crece el débil y el más fuerte, porque dentro de su alma sangraba la protesta.

donde siembran la vida y cosechan la muerte.


Nemecia era tan mansa como una corderita,

Mientras canta el cenzontle era enjuta y pequeña, olía siempre a campo

se trabaja la tierra; y a la fragancia tenue de las flores marchitas.

mientras toda la flora se cubre de rocío,


Era como una espiga entre flores de cactus,
la tierra se trabaja.
y prodigaba su aroma en el sonido de su voz,

La yunta corta el surco cual filo de navaja cual canto de la paloma.

con la ilusión más santa,


Anudaba a sus trenzas la cinta de colotes
que el jornal se termina,
cobijando sus sueños bajo del toronjil,
cuando el sol ya declina
cuando escuchó muy cerca el angustioso grito,
y el cenzontle no canta.
un niño la llamaba corriendo entre el calmil.

Ahí entre la huizachera y entre los matorrales,


-¡Nemecia! -le decía-
muy cerca del encino donde la fronda oculta
Se llevan a Crisanto porque robó una vaca,
la historia del nagual,
que's que’l es abigeo y te lo van a colgar.

1
Y cortó esos caminos por los desfiladeros

Lo llevaron pal'cerro, -el niño repetía-, como bestia acosada, la loba azuzada,

se fueron por la joya y en el amate prieto la garra afilada de una pantera.

te lo van a colgar.
Rastreando aquel monte no pensaba en nada,

Mientras lloraba el niño. Nemecia se encrespaba olfateaba al hijo.

como animal salvaje a punto de atacar. No pensaba en Dios que a las ciervas mansas

surgiendo el cambio brusco, siempre las bendijo.

el cardo por el nardo. pantera por cordera.


Maldijo las piedras que estorbaban sus pasos,
de la ovejita mansa a la loba matrera.
el charco lodoso que torció su camino;

Con la fuerza salvaje y transformada en fiera. maldijo a la mujer que parió la maldad en los
hombres,
se levantó la madre,
y que amamantó la mente que engendró la codicia.
ya no miró aquel niño

que triste suplicaba: ¡Reza Nemecia, reza! Maldijo mil veces, todas las injusticias.

¡Reza pa'que la Virgen te oiga, la Virgen es muy


buena Olfateando cual perro de caza

y a ti te quiere mucho, porque le llevas flores no sintió fatiga ni sintió cansancio,

pa'que adorne su altar! olvidó su sed y olvidó su hambre,

escalando el monte y pensando en su hijo.

-¡No Chamol, ya no hay tiempo pal'rezo!


Caminaba y dejaban sus pasos una sombra triste,
Nemecia ya no pensó en la Virgen, no suplicó a los
santos huella de martirio, huella de dolor.

ni dobló las rodillas. Buscó entre los troncones huella de calvario.

el machete de cinta y bien puesta la razón, .


Caminaba a grandes zancadas
y bien medida la calma, se fajó el corazón
con todo el impulso de su amor materno.
y se fajó bien el alma.
La guiaba su instinto, su rabia, su fuerza,

Ni marañas ni piedras detuvieron sus pasos, y el poder que lleva la madre en el alma,

conocía bien las brechas porque sus pies enjutos como escapulario, clavado en el pecho.

hicieron los caminos.


Trasudando llegó hasta la loma .

2
frente a aquella turba que arrastraba a su hijo.
y la justicia no está en las tinajas,
Levantó el machete y les gritó con rabia:
y no es nada que puedan guardar en sus arcas.
-¡Suéltenlo!-Y retumbó su voz entre las montañas-
Mijo no robó la vaca, le sangró las patas,
¡Suéltenlo! ¡Suéltenlo! –Y golpeó en el instinto de las
alimañas. y fue por venganza.

Y fue ese grito un impulso, un rugido


Ustedes humillan y estafan al peón
que fue rebotando por todas las rocas,
que trabaja por unas migajas.
por todas las piedras del monte;
Ustedes han robado muchísimo más que una vaca,
y se hicieron mil voces,
y nadie se atreve a colgados,
mil voces rugiendo.
y nadie les sangra las patas.

-¡Suelten a mi hijo, perros del infierno!


Ustedes han matado toda la esperanza...
¡La voz retumbaba por toda la punta del cerro,
Sólo han dejado el hambre en la casa,
Por todas las grietas, por todas las cuevas!
esa hambre que enferma y que cansa.

-¡Suelten a mi hijo, perros del infiemol t b ba Por toda


la punta del cerro.· La voz re um a , por todas las ¡Yo soy el pueblo Elías, soy pueblo...
grietas, por todas las cuevas.
no me busques pleito,

¡Por esos parajes guaridas de zorras, no me des motivo pa'que arda la mecha

y por las guaridas que reptan las víboras! que ya está queriendo!

¡Suéltenlo perros del demonio! Guarda bien tu casa... Guarda bien tus vacas...

Con saltos violentos llegó a donde estaba la reata Y guárdate las ganas de matar a mi'jo.
colgada,
porque muy adentro me punza el coraje,
y con el machete la partió en pedazos.
y puede que me anime a encender la mecha.

¡Malditos, mil veces malditos!


¡Algo había en Nemecia...!
¡Malditos de cielo, de tierra y de infierno.
¡Ese amor de madre que es amor y fuerza!

Poco vale pa'ustedes un hombre,


Toda aquella turba se quedó muy tensa,
vale menos aun que los perros,
se quedó en silencio, sintiendo vergiienza,
vale menos aun que las vacas.
frente a la mujer que estrujó sus torcidas conciencias.

y lo iban a'horcar por justicia,

3
Fue así que aquellos maleantes soltaron su presa

y se dispersaron...

Sólo se quedaron Crisanto y Nemecia,

la madre y el hijo.

¡Y es que Dios bendijo a las siervas mansas,

y a las lobas que llevan la garra en el alma,

también las bendijo!

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