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Lucas 5:17-24
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para
perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete
a tu casa.
II Corintios 4:18
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas
que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
No miramos las cosas que se ven, sino las que no se ven. Pues las cosas que se ven
son temporales, pero las que no, son eternas.
Podemos hablar de las terrenales y eternas. Pero déjeme hablar acerca de ver las
cosas que no se ven, no las que se ven. Como podemos caminar bajo el poder de
Dios si las cosas que vemos nos afectan en nuestra manera de hablar, de sentir, de
creer, más que las cosas que no vemos. Por ejemplo, quieres ser sano de la
enfermedad y todo tu énfasis está en ella. Lo que dicen los médicos, los pacientes;
pasas media hora hablando de eso, sin un sólo versículo bíblico. Te están
afectando más las cosas que se ven que las que no se ven. O tienes un pleito con
una persona, y ves el problema y no los demonios que no ves que están
provocando lo que ves. ¿Cómo puedes ser espiritual si el mundo nos condiciona la
conducta a nosotros?
II Corintios 5:7
Para caminar en el poder de Dios, caminas por lo que ves o no ves. ¿O será que lo
que tenemos que aprender es a ver? Tenemos que aprender a ver. Vamos a ver lo
que la vista tiene que ver con el poder de Dios. Cuando vemos algo,
inmediatamente, recibimos una influencia para actuar. Por ejemplo, si eres una
persona llena de prejuicios por lo que ves, no vas a poder caminar en el poder de
Dios. Vamos a Juan 4:35 y vamos a ver algunas cosas que pasan o pueden pasar
cosas en nuestra vida de acuerdo a lo que vemos.
No decis vosotros aun faltan cuatro meses para que llegue la ciega, he aquí os digo
Alzad vuestros ojos y mirad los campos porque ya están blancos para la cosecha.
Ustedes dicen que faltan cuatro meses, yo les digo alcen sus ojos porque ya está
lista la cosecha. La diferencia en lo que decimos está en lo que vemos; ellos decían
una cosa, por lo que ellos veían; Jesús decía otra por lo que él veía. Nos está
diciendo que él quiso enseñar a sus discípulos a ver lo que él mira, para que
podamos decir lo que Él dice. Jesús decía: “Yo veo a mi Padre hacer las cosas y
hago lo que veo a mi Padre hacer. Si no aprendo a ver como Él hace, tampoco voy
a hacer”.
Voy aprender a ver como Él ve para poder decir lo que Él dice. ¿Cuántos
aceptamos que hemos hablado en lo que vemos, no en lo que Jesús dice? Cuando
voy a México, les digo: “Ya dejen de decir que este país es duro; ese país tiene los
cielos abiertos”. Siempre que voy a ministrar noches de gloria, estoy solo. Mi
esposa puede estar en el mismo dormitorio, pero se va a otra área para dejarme a
mí adorar a Dios para poder ver lo que Él ve, para poder hacer lo que Él hace. Y
estoy en pañales, pero voy en el proceso, por eso se puede decir: “Hay alguien
vestido de tal color sanando”. Llegó una niña cuyo pulmón había sido perforado.
Estaba en el hospital, cuando dije la descripción de ella y que Dios la estaba
sanando, y quedó sana. Eso vi, eso hablé, y eso pasó. Llegó la niña en la cruzada a
testificar. Por eso dice la Palabra que los que son guiados por el Espíritu Santo
piensan en las cosas del Espíritu Santo, y se ocupan. Hay que ocuparse en las
cosas del Espíritu Santo. A veces estoy leyendo la Palabra en una cafetería,
recibiendo del Señor, y se acerca alguien y me dice: “Ahora que lo veo
desocupado…”, quien le dijo que estoy desocupado, es ahora que estoy ocupado.
Cuando el Señor vio que aquellos no veían, les enseñó que el problema que tenían
era que no estaban viendo como El deseaba que vieran. Vamos a empezar a ver
diferentes cosas y de acuerdo a lo que veamos, es lo que tenemos que hacer.
Mateo 9:36
Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y
dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros
pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
Cuando el vio la multitud dispersa, no dijo “tráiganlos los voy a sanar”. Los envió
a hacerlo y les dio una orden, rueguen. Cuando Jesús vio eso, ¿hizo algún
milagro? No. ¿O rogó para que existieran obreros? Mucha gente cuando mira la
multitud lo menos que hace es eso. Quiere decir que no miran como Jesús mira, ni
siguen la instrucción que Jesús dio. Pues se ponen a rogar por la multitud, cuando
Jesús rogó por obreros. Cuantos hemos orado por la mies, para que un día se
conviertan y Jesús los toque. Todo el mundo ora por los perdidos, pero El nunca
dijo eso. El dijo que oraran por los obreros. Ver como Jesús ve, puede cambiar mi
visión. No es mi visión, sino la de El. Dijo: “Necesito gente”. Cuando vio la mies,
corrigió la manera de ver, porque sino la mies se pierde.
Lucas 21:1
Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las
ofrendas.
Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las
ofrendas.
Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas. Y dijo: En
verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquéllos
echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza
echó todo el sustento que tenía.
Tienes que aprender a ver como El ve. Jesús ve las ofrendas. Cuando Jesús ve,
Jesús habla. En la primera vio que la mies estaba lista, y vio que los discípulos no
le atinaban. “No, les dijo,” ya está listo. Cuando vio la segunda, las multitudes,
rogó. Y en esta tercera, enseño. Tú tienes que saber que hacer de acuerdo a lo que
veas. Hay lugares en los que llegó y todo el mundo está esperando que ministre la
unción, y no la ministro, porque no veo fe, veo ignorancia al respecto. Cuando voy
a un seminario, voy a renovar la mente de las personas. Porque he visto cantidad
de enfermos sanar, que siguen fracasados porque su cuerpo sanó, pero su mente
sigue atrasada en las escrituras y no se trasforman en su entendimiento.
¿Qué ves, qué te enseñaron a ver y qué tienes que aprender a ver? Estaba
ministrando en Noches de Gloria y vi una joven que estaba encorvada. Yo dije:
“Señor, sana a esa encorvada.” El Señor me dijo: “la encorvada no es ella, sino el
demonio”. Cuando lo liberé, se pudo ver como se enderezaba ella.
Marcos 5:21-23
Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una
gran multitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la
sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba
mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para
que sea salva, y vivirá.
Tenemos que orar por una sola cosa, hasta que veamos el poder de Dios. Si se lo
lleva, es porque El es soberano y ahí no le toca meterse a usted. ¡Qué casualidad
que todos los que buscan en el discernimiento si es el tiempo o no, concuerdan que
sí lo es!
¿Qué vio Jesús? ¿Vio la muerte? ¿O una siesta? Se llevó sólo a tres, ni siquiera a
los doce. Y que nadie los siguiera, Jesús protegía su fe. La fe se cuida más
preciosa que el oro. Si eres un hombre que camina por fe, cuídala, es tu mayor
capital. Se burlaban, mas Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó
al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la
niña.
Lucas 5:17
Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y
doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de
Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.
Dio una palabra de fe. Verso 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene
potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo:
Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
El vio la fe de ellos después de hacer todo lo que hicieron, tuvieron fe para llegar,
para subir al enfermo, para dejarlo. Si al llegar, se regresan, se pierden el milagro.
Cuando hayas aprendido a ver la fe que la gente tiene, te toca soltar una palabra de
fe, sino vas a disparar palabras por todas partes y no va a pasar nada. La clave de
lo que dices esta en lo que oyes y miras, poniendo nuestra mirada en las cosas de
arriba. Si no empiezas a buscar la fe en la gente, veras solo el entusiasmo. El
Espíritu Santo me dice cuando veo a la gente si estoy viendo entusiasmo.