estructuras de gobernabilidad en la era de la globalización STEFANO ZAMAGNI
1. Introducción y Motivación mico –con su doble función de representa-
ción de la realidad, y oferta de modelos de “¿Es posible que la ética filosófica todavía intervención para cambiar dicha realidad- pueda ofrecer una salida a la crisis ecológi- el que ha dirigido las elecciones de los di- ca?” – se preguntaba el filósofo alemán P. versos actores económicos, y el que ha guia- Kampits allá por 1978. Hasta ahora, la ética do la toma de decisiones en la política. ambiental, en sus diversas formas (ecológi- Debe reconocerse que el problema de la ca, utilitaria, Rawlsiana, la ética de los dere- ecología es, ante todo, un problema que chos), ha podido demostrar con resultados atañe al ethospúblico, difícil de resolver sin mezclados cómo y por qué la relación de la discutir ciertas formas de organizar la socie- humanidad con el medio ambiente puede dad, sin cuestionarnos las formas de convi- también razonablemente considerarse un vir que tenemos y los valores que atesora la problema moral, un problema que entraña sociedad civil. Exactamente en este sentido, una redefinición o ampliación de los con- nos daríamos cuenta inmediatamente de ceptos de obligación y responsabilidad, y que la teoría económica exhibe limitacio- una transformación de la imagen que la hu- nes para abordar cuestiones como el medio manidad guarda de sí misma en relación ambiente de manera integral. En el seno de con la naturaleza. La ética ambiental, una dicha inadecuación yace la concepción for- efectiva herramienta para desmantelar la malista, que todavía prevalece en el discur- barrera de la indiferencia que hasta ahora so económico, con su reclamo de poder so- la humanidad había colocado entre sí y la lucionar todo conflicto y controversia sepa- naturaleza, y para superar las limitaciones rando forma y contenido y procurando bus- de una antropocentricidad claustrofóbica car leyes e instituciones que sean “neutra- que desoía los problemas de la integridad les”, es decir, que no presupongan ninguna ambiental, sigue siendo impotente en lo adhesión a valores o supuestos culturales y que respecta al establecimiento de criterios que, por lo tanto, sean aceptables a todos apropiados que permitan seleccionar un or- los actores independientemente del contex- den de prioridades para cuestiones específi- to histórico en el cual operen. cas.1 De hecho, si la perspectiva ética no lo- Pero el formalismo no es solamente eso. gra mover los cimientos del pensamiento Es también la idea de que una sociedad científico económico, no se puede esperar puede encontrar su cohesión e identidad mucho de ella. Y no es difícil ver por qué. en eficientes “reglas del juego”, en lo que Para bien o para mal, durante al menos un respecta a las esferas tanto de distribución par de siglos ha sido el pensamiento econó- de ingresos como de generación de alterna-
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tivas colectivas. Una de las falsas necesida- lucha contra la pobreza y a favor del desa- des a las que nos ha acostumbrado una cier- rrollo sostenible son dos caras de la misma ta tradición de pensamiento es a buscar los moneda. Lo que implica que los proyectos y términos que describen la independencia y las estrategias de intervención basados en la pertenencia, la eficiencia y la justicia, el in- separación de las cuestiones relativas a la terés propio y la solidaridad, como alterna- pobreza y a la calidad ambiental están desti- tivas: un fortalecimiento del sentido de per- nados a fracasar. El presente ensayo conclu- tenencia se considera una reducción de la ye con una propuesta para establecer una independencia del sujeto; el progreso en la Organización Mundial del Medio Ambien- eficiencia es visto como una amenaza a la te, un organismo necesario para superar los justicia; la valoración del interés individual límites de las medidas unilaterales así como como un menoscabo de la solidaridad. Se también las dificultades objetivas que sur- deben eliminar estas antinomias, por ser fal- gen al intentar ejecutar las disposiciones sas. Es sorprendente, pero nada que nos ha- contenidas en los tratados internacionales. ga perder el sueño, que sea precisamente el tema del desarrollo sostenible el que está obligando hoy al economista a redescubrir 2. La Economía “descubre” la cuestión la centralidad de los valores en su quehacer ambiental científico. Lo cual, debemos notar cuidado- samente, nunca es meramente un instru- Desde sus comienzos como disciplina mento para ayudarnos a conocer la reali- científica independiente, la economía se ha dad, dado que si fuera verdad, como creo concentrado en dos cuestiones centrales: que es, que nuestras creencias en lo que res- cómo se forma el producto social, y cómo pecta a la naturaleza humana contribuyen a se distribuye. Los problemas más importan- la formación de la naturaleza humana mis- tes que discute la economía como ciencia ma y si fuera igualmente cierto que lo que en los dos últimos siglos nos devuelven, di- pensamos de nosotros mismos y nuestras recta o indirectamente, a estos dos temas posibilidades contribuyen a determinar lo centrales. La nueva fase de desarrollo eco- que aspiramos en convertirnos, ergo, nues- nómico, en lo que respecta a la transición tras teorías económicas sobre el comporta- de una sociedad industrial a una posindus- miento humano conducen a cambios en trial, ha conducido al surgimiento gradual nuestro comportamiento y, por ende, con- de nuevos, más urgentes y decisivos proble- tribuyen en mayor o menor grado a modifi- mas. Entre éstos, el más conspicuo hoy día car la realidad misma. involucra las limitaciones ecológicas que in- Pasaré a describir de aquí en más prime- fluyen en el proceso de producción, que ro la forma en la cual la economía “descu- pudo avanzar hasta hace algunas décadas bre” la cuestión ambiental. Luego, a modo prácticamente sin limitaciones. La Naturale- de resumen, analizaré la historia reciente za nunca fue presentada como una limita- de la ecología como tema problemático, co- ción absoluta: la escasez de recursos fue, menzando por la Conferencia de la Nacio- por supuesto, un factor que ha condiciona- nes Unidas en Estocolmo de 1972, hasta la do las formas y ritmos de desar rollo, pero el Conferencia de La Haya de noviembre de sistema económico, haciendo uso de sus 2000. El objetivo de esta rápida reconstruc- propios mecanismos, logró superar la esca- ción histórica es demostrar cómo la falta de sez (de tierras fértiles, de ciertos minerales, un enfoque holístico de las cuestiones am- etc.), gracias a un intenso flujo de innova- bientales explica la alternación sistemática ciones tecnológicas que compensó la esca- de las posiciones oficiales adoptadas hasta sez con aumentos en la productividad. ahora, lo cual, por cierto, no ha contribui- Por esta razón, al considerar en retros- do a la formación, en las últimas tres déca- pectiva el proceso de industrialización, uno das, de suficiente conciencia crítica. Final- tiene casi la impresión de un crecimiento mente, trataré de defender la tesis de que la vertiginoso hacia la abundancia ilimitada,
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como si la naturaleza no fuera hostil ni ava- la corteza terrestre en gas venteado) crea ra, como pensaban los antiguos. una situación en la cual la velocidad de es- El panorama contemporáneo está total- tos cambios es superior a la velocidad de su mente alterado. El crecimiento industrial propia adaptación a ellos. acarrea efectos “externos” para el medio Deberíamos preguntarnos si el desafío ambiente que, si bien podrían considerarse de la ecología no sólo nos está conduciendo insignificantes al comienzo del proceso (y hoy en día hacia una política de reestructu- casi todos los economistas así lo hicieron), ración de los métodos actuales de produc- los acontecimientos posteriores demostra- ción, sino sobre todo hacia el descubrimien- ron que eran devastadores: algunos recur- to de nuevas categorías de pensamiento pa- sos naturales indispensables como el aire y ra una disciplina –la economía- que durante el agua se han degradado hasta el punto de demasiado tiempo permaneció extraña a es- que ahora se teme que el equilibrio de la te campo problemático. De hecho, cuando biosfera misma pueda haberse alterado irre- la opinión pública comenzó a percatarse de mediablemente por procesos irreversibles. la cuestión ambiental al comienzo de la dé- Sólo debemos pensar en el efecto inverna- cada de 1960 – se recordará la influencia dero, los agujeros de ozono, los efectos so- del libro Silent Springde Rachel Carson, pu- bre el clima de la desaparición de los bos- blicado en 1963– los economistas pensaron ques tropicales, la regulación de la composi- que podían enfrentar el problema utilizan- ción química de la atmósfera, la fijación de do sus propias formas específicas de pensa- la energía solar y la conversión de las mate- miento. Sin embargo, los sujetos que más rias primas; en suma, los grandes servicios influenciaban la formación de la opinión que proveen los ecosistemas, continuamen- pública no estaban tan dispuestos a prestar te, para el funcionamiento normal de los la debida atención al asunto, y trasuntaron sistemas naturales, se encuentran hoy día la idea de que la economía era sinónimo de en riesgo. contaminación y destrucción de la naturale- No se trata de retornos en baja, como in- za. La economía y la ecología eran conside- sisten en pensar algunos. Sin un contro l radas alternativas, polos opuestos, a pesar más riguroso de los efectos de la contamina- de que la raíz común de las dos palabras ción causada por el sistema económico en vincula respectivamente al gobierno (la eco- general, la raza humana estará en peligro nomía) y al conocimiento (ecología) de lo de extinción. A partir de la segunda mitad que sucede en un oikos, es decir en una “ca- del siglo veinte, la capacidad de destrucción sa”, en un terrritorio. de la humanidad se ha convertido en un fe- Sin embargo, dado que toda buena ad- nómeno “biocida” (Vigna, 2001) en el senti- ministración de la casa debe basarse en el do de que por primera vez la humanidad se conocimiento, el conflicto entre las dos dis- considera habilitada para torcer la naturale- ciplinas no debería ser conceptualmente za a fin de servir sus fines, habilitada no só- posible. ¿Cuáles son los motivos de semejan- lo para controlarla sino también para mani- tes malentendidos? En mi opinión, el más pulearla. Ha llegado el momento de reco- significativo es que cuando los economistas nocer que la producción en constante au- comenzaron a pensar (a partir de fines de mento de bienes y servicios es incompatible la década de 1960) que debían involucrarse (d a d a s las conocidas técnicas de pro d u c- con los problemas ecológicos, estimaro n ción, la organización presente de la econo- que podían hacer uso de los instrumentos mía y el índice de crecimiento de la pobla- de análisis específicamente diseñados para ción) con la intención de salvaguardar el la rama de la economía conocida como eco- entorno natural y urbano. Sobre todo, ha nomía pública que, a su vez, nació de la fu- llegado el momento de reconocer que sión de la economía de bienestar más anti- cuando la humanidad modifica el medio gua y la teoría más joven de elección social. ambiente con demasiada rapidez (por ejem- Entonces, los economistas se pregunta- plo, al transformar los mares de petróleo de ron: ¿qué es lo que encierra en el fondo la
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cuestión ambiental? Ocurre que, más allá dad de significados e intenciones que esta- de la gran variedad de casos individuales, ba desarrollando el emergente movimiento hay recursos involucrados (tierra, aire , ambientalista. Sobre todo, conceptualizar el agua, especies de animales, bosques) que problema ambiental como un problema de tienen características básicas en común, sin externalidades escondía una grave carencia importar la unidad de medición que se apli- teórica, que puede resumirse brevemente que. Para ser exacto, hay recursos que: 1) de la siguiente manera: la idea de externali- se pueden generar naturalmente; 2) son, a dad, como efecto de la acción de un agente menudo, de propiedad común; 3) su so- económico sobre el bienestar de otros indi- breexplotación puede conducir a un daño viduos que no es capturado por el sistema irreparable, en el sentido de que pueden de precios, no es una noción primitiva. De ser agotados completamente; 4) los inventa- hecho, depende de la definición de actor rios existentes de estos recursos, y no sólo económico y de la existencia de mercados. los flujos de los mismos, influyen directa- Por ejemplo, si dos empresas operan de tal mente en el bienestar de la población; 5) el manera que una causa daños a la otra -la impacto de las actividades económicas so- fundición que con sus emisiones de humo bre estos recursos es, a menudo, acumulati- daña a la empresa vecina-, una eventual vo y se torna evidente sólo después de un fusión de ambas entrañaría que aquello que cierto tiempo; 6) las consecuencias ambien- antes constituía efectos externos ahora se tales de las actividades económicas son bási- c o n v i e rta en una cuestión que se suscita camente inciertas (incertidumbre “dura” en dentro de la misma unidad de toma de de- el sentido de que, como muestra Vercelli en cisiones: la externalidad se internaliza. 1994, la incertidumbre ambiental no puede Lo que se quiere decir es que podemos abordarse utilizando las herramientas de la hablar de externalidad sólo después de ha- familiar teoría de la probabilidad). ber ofrecido algún tipo de explicación para Ahora bien, el tratamiento a nivel analíti- los actores económicos y mercados en exis- co de los problemas en los cuales los recur- tencia. Y ya que el número de empresas y sos de esta índole aparecen, podría realizar- mercados depende de factores económicos se –pensaron los economistas- comenzando muy precisos (no-convexidad de conjuntos por las dos nociones centrales de la econo- de producción; costos de transacción; acce- mía pública: la externalidad y el bien públi- so a la información, etc.), resulta que sólo co. El economista podría, entonces, llegar a el análisis del equilibrio general que, co- la conclusión de que los daños causados al menzando por los fundamentos económi- medio ambiente por las actividades econó- cos del mercado, determinó endógenamen- micas habrían de adjudicarse en última ins- te el número de empresas y mercados, po- tancia a una típica “falla de mercado”, es dría considerarse una forma conceptual- decir, al hecho de que en presencia de re- mente satisfactoria de abordar la cuestión cursos ambientales el mecanismo de merca- de las externalidades. Lo cual no es cierto do ya no garantiza, por sí mismo, el logro porque las dos condiciones que nos permi- de ese resultado de eficiencia asignativa ten identificar la existencia de la externali- que, desde Adam Smith en adelante, había dad se expresan axiomáticamente. Para dar sido considerado su principal virtud. Por un ejemplo extremo, si sólo una empresa ende, la recomendación de intervenir para existiera en la economía, no habría externa- remediar la necesidad, por medio de un sis- lidad. Y, sin embargo, si esta empresa conta- tema adecuado de impuestos y subsidios, minara y destruyera los recursos no renova- como C. Pigou (uno de los padres intelec- bles, igualmente se dañaría la integridad tuales de la economía de bienestar) ya ha- del medio ambiente. Entre otras cosas, esta bía sugerido. simple consideración nos permite entender Por supuesto, esta traducción del proble- por qué en los países del ex bloque soviéti- ma ambiental a términos económicos, de co, donde por cierto no había economía de ninguna manera hizo justicia a tal compleji- mercado, la destrucción del medio ambien-
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te no fue inferior en absoluto a la registrada donde esta noción se formuló oficialmente: en los países occidentales. “El desarrollo sustentable es el desarrollo La conclusión debe ser que la ciencia que satisface las necesidades del presente económica debe, al nivel de sus cimientos sin comprometer la capacidad de las futuras mismos, reformular la relación entre huma- generaciones de satisfacer las suyas ”. nidad y naturaleza y superar la idea de una Pero ya unos pocos años después, Robert “humanidad sin limitaciones” que nos con- Solow, Premio Nobel de Economía, publicó duce a creer que cualquier tipo de devasta- un ensayo (1993) en el cual argumentó que ción es legítima, en homenaje a ciertos mi- la sustentabilidad es una obligación moral tos antro p o m ó rficos de omnipotencia. 2 genérica de la generación presente hacia Más bien, lo que se necesita es la recupera- las futuras. Escribe: “En tanto que es una ción del reconocimiento básico de que la obligación moral, la sustentabilidad es una humanidad es parte de la naturaleza, se de- obligación genérica, no una específica. No sarrolla en su seno y tiene un intercambio constituye una obligación de preservar esto cognitivo con la misma, lo que constituye su o lo otro. Es más bien la obligación de pre- t é rmino necesario. La relación es la que servar la capacidad de bienestar de aquellos surge de haber nacido en ella y también la que nos seguirán” (pág. 187). Se puede in- relativa a un cambio ordenado, porque la ferir de lo anterior que la destrucción de humanidad, como parte de la naturaleza, la los recursos naturales es aceptable en tanto transforma: algo inevitable y también útil. y en cuanto sea compensada por inversio- Pero esto no puede significar destrucción. nes capaces de generar otros bienes y servi- La ideología del hombre como depredador, cios que permitan aumentar el bienestar. según la cual el conocimiento se utiliza sólo De hecho, esta posición de Solow se remon- para producir más y con mayor rapidez, de- ta a 1974, año en el cual el economista nor- be eliminarse del horizonte cultural del teamericano, insertando un recurso no re- economista.3 novable en un modelo estándar de creci- miento intertemporal, fijó un resultado que luego se convertiría en un punto de refe- 3. Equidad y desarrollo sustentable rencia básico para toda la literatura sobre desarrollo sustentable: en principio, se pue- Comencé con la idea para ahora ya fami- de garantizar un nivel de consumo sosteni- liar del desarrollo sustentable– una idea, sin ble toda vez que resulte tecnológicamente embargo, que no carece de ambigüedades posible asegurar un grado suficiente de sus- conceptuales. Mientras que la sustentabili- tentabilidad entre un recurso natural y el dad es un término que nos remite a la idea capital físico. Para otros autores, por otro de conservación de un estado en particular lado, la sustentabilidad tiene que ver con de la naturaleza, el desarrollo es un térmi- los derechos de propiedad de las generacio- no que implica una transformación en una nes futuras, una idea que se desprende de forma u otra de ese estado. Resulta intere- la frase: “No hemos heredado la tierra de sante recordar que la expresión “desarrollo nuestros padres; sino que la hemos tomado sustentable” fue elegida originalmente por prestada de nuestros hijos”. Esta frase tan razones de retórica política. emotiva se atribuye a Ralph Woldo Emer- Hoy en día, sería mejor hablar de solida- son, a pesar de que su origen no es claro en ridad intergeneracional. Si dejamos de lado absoluto (cf. Keyes, 1992). De cualquier ma- cuestiones semánticas, lo que quiero traer a nera, este punto de vista es compartido fir- colación aquí es que la pluralidad de signifi- memente por Howarth (1992) y Norgaard cados atribuidos a la noción de desarrollo (1992) quienes, a pesar de aceptar la idea sostenible es en sí misma un síntoma de un de sustentabilidad de Solow como cuestión profundo sentido de desasosiego en el ám- de equidad entre generaciones, no aceptan bito conceptual. Como es bien sabido, en el reducirla al problema de sustentabilidad famoso Informe Brundtland de 1987 fue entre recursos naturales y bienes produci-
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dos, como serían los bienes de capital. Co- mercado causadas por la presencia de bie- mienzan por una consideración que es fácil nes medioambientales debe su raison d’étre de compartir: el hecho de que los dos bie- precisamente a eso. nes sean sustitutos perfectos para la presen- Se puede observar un cambio radical de te generación no implica que lo sean tam- perspectiva a partir de fines de la década de bién para las generaciones futuras. 1980, cuando comenzó a difundirse la con- Una vez más para otros expertos, la sus- cientización de que los problemas me- tentabilidad no involucraría consideracio- dioambientales son globales en escala, con nes en materia de distribución entre gene- efectos penetrantes y, sobre todo, generado- raciones, sino cuestiones relativas a la efi- res de importantes consecuencias para las ciencia económica, pero de manera mucho futuras generaciones. Los cambios climáti- más tradicional. Comenzando por la premi- cos globales, la reducción del ozono en la sa de que la mayoría de los bienes ambien- atmósfera y los daños irreversibles a la bio- tales admiten dos usos alternativos –uno diversidad, presentan características que ha- destructivo, de acuerdo con el cual el me- cen que los enfoques bastante elaborados a dio ambiente se convierte en un bien priva- la sostenibilidad imperantes hasta ese mo- do del que disfruta la generación presente; mento se tornen inútiles. Esto se debió a la y uno público también a ser utilizado por sencilla razón de que las acciones de hoy generaciones futuras - Silvestre (1994) desa- determinan los costos potenciales de las ge- rrolla un modelo en el cual la sustentabili- neraciones futuras que son inherentemente dad puede definirse sólo en términos de imprevisibles, dada la dinámica y compleji- asignación de recursos entre generaciones. dad de los sistemas ecológicos. Por ejemplo, La conclusión interesante de este modelo el cambio climático puede poner en peligro es que, si las generaciones futuras se consi- la agricultura de supervivencia en muchas deran parte integrante de la sociedad de áreas del mundo, de la misma manera que hoy día, la eficiencia asignativa exige que puede aumentar la frecuencia y los peligros los recursos medioambientales se manten- de las tormentas tropicales. Una vez más, gan en su estado natural durante varias dé- los agujeros en la capa de ozono podrían cadas. Y todo esto, si ignoramos el principio aumentar considerablemente el riesgo de de que los vivos deberían heredar la Tierra contraer cáncer de piel después de la expo- de sus padres, o que la toman prestado de sición a rayos ultravioletas, etc. Ante seme- sus hijos. Bueno, cualquiera sea el enfoque jantes perspectivas, no tiene sentido hablar que uno crea que debería adoptarse, la rele- de sustentabilidad de desarrollo en térmi- vancia de la sustentabilidad para la cuestión nos de garantías genéricas que se pueden más amplia del conflicto entre generacio- ofrecer a generaciones futuras, en el senti- nes debido al cambio medioambiental glo- do de que sus necesidades serán satisfechas. bal sería obvia para cualquiera (cf. Tiezzi, Tuvimos éxito en los últimos años en ex- 1993). De hecho, si la escasez de los recur- plicar por qué, en los años recientes, se tor- sos naturales y la degradación medioam- nó obvio que el aparato teórico que la eco- biental no constituyeran, por una razón y nomía ambiental había delineado era tan otra, una grave amenaza al bienestar de las insuficiente para abordar las “nuevas” cues- futuras generaciones –como lo postulara la tiones. No sólo se basa en el modelo de So- noción de la sustentabilidad- los economis- low y, antes que ese, en el famoso modelo tas podrían ignorar felizmente las cuestio- de Hotelling de 1931 (de acuerdo con el nes relativas a la equidad entre generacio- cual los mercados competitivos podrían in- nes y concentrar su atención sólo en los ducir a las empresas a administrar los inven- problemas inherentes a la eficiencia de asig- tarios de recursos no renovables de tal ma- naciones intertemporales. El gran floreci- nera de poder maximizar el valor presente miento de publicaciones científicas en las de la renta), suponiendo que la predicción décadas de 1970 y 1980 sobre externalida- fuera perfecta, lo cual es negativo. Sino des y, más en general, sobre las fallas de también, lo que es peor es que estos mode-
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los, así como también la literatura sobre el mejoras en la eficiencia en el sentido pare- así llamado “crecimiento óptimo”, no abor- tiano. Requiere llevar a cabo políticas que dan la cuestión de los mecanismos institu- permitan la realización de la transferencia cionales necesarios para lograr un futuro de bienes y recursos de una generación a sostenible. ¿Qué instituciones podrían ha- otra. cer que se correspondan las tasas de des- Hay dos consecuencias importantes que cuento social con las privadas a fin de llegar se derivan de lo anterior. En primer lugar, a la equivalencia de Hotelling? Más en ge- lo que dificulta el objetivo de sustentabili- neral, ¿qué políticas serían necesarias para dad no son sólo las famosas fallas de merca- garantizar que se pudiera implementar un do, sino también y por sobre todo las varia- camino de desarrollo sostenible? Además, das formas de desigualdad distributiva. En es obvio ya que los problemas sociales y me- segundo lugar, la salida no puede ser el re- dioambientales están estrechamente vincu- sultado de un análisis costo-beneficio, preci- lados. Para ser solucionados de manera sa- samente porque posee las herramientas pa- tisfactoria deben abordarse en forma con- ra solucionar los problemas de eficiencia junta; entonces el supuesto de ceteris paribus pero no de igualdad. Entonces, la persecu- que caracteriza todo el análisis del equili- ción de un objetivo como el desarrollo sos- brio parcial resulta ser de muy dudosa utili- tenible también significa tomar en cuenta dad (Norgaard, 1993). aspectos políticos y éticos. Para decirlo de Éste es el contexto del actual debate so- otra manera, el horizonte de la eficiencia bre desarrollo sostenible, a partir de una no es lo suficientemente amplio para conte- perspectiva diferente de la que existió en el ner los problemas que suscita la sostenibili- pasado reciente. Algunos economistas con- dad, que es en primer lugar un problema tinúan creyendo que la sostenibilidad pue- de la definición de los derechos de diferen- de discutirse adecuadamente dentro del en- tes generaciones. Una propuesta de esta ín- t o rno del análisis costo-beneficio. Para dole encierra un problema de bastante pe- ellos, las instituciones necesarias para ga- so al que todavía no se le ha dispensado la rantizar la internacionalización de las exter- atención que merece. nalidades medioambientales, la gestión efi- Permítanme aclarar esto. ciente de los recursos en propiedad común La vasta literatura existente sobre el tema y la asignación eficiente intertemporal de que nos atañe, aparte de las diferencias en- los recursos también son suficientes para tre los escritores individuales, se basa en un garantizar los derechos de futuras genera- esquema teórico compartido que se puede ciones. Pero basta reflexionar un momento describir de la siguiente manera: por un la- para convencernos de que ésta no es la for- do, se supone que todos los individuos son ma correcta de considerar estas cuestiones. egoístas, con intereses particulares que in- El análisis costo-beneficio es muy útil cuan- tentarán satisfacer; por otro lado, las cues- do necesitamos identificar potenciales me- tiones relativas a la equidad entre genera- joras paretianas –oportunidades para mejo- ciones preocupan a las instituciones o agen- rar el bienestar de todos sin empeorar el tes colectivos cuya tarea es, fundamental- bienestar de nadie-. Pero, como bien sabe- mente, administrar las transferencias de re- mos, los precios y precios sombra sobre los cursos desde generaciones presentes a futu- cuales se basa el análisis en cuestión depen- ras. Sin embargo, un marco de este tipo in- den del conjunto de posesiones o propieda- cluye una paradoja: dado que la función de des iniciales con que cuenta una persona la alternativa social donde se toman las de- (endowments). Si éstos se asignan de mane- cisiones básicas a nivel colectivo está arrai- ra ostensiblemente distorsionada, la eficien- gada en preferencias individuales, ¿por qué cia no garantizará en absoluto la sostenibili- el tomador de decisiones públicas, digamos dad del desarrollo –podría incluso empeo- un gobierno, habría de asumir la responsa- rarla-. El objetivo de la sustentabilidad, en bilidad del bienestar de las futuras genera- otras palabras, requiere mucho más que las ciones si a los individuos (de los cuales ese
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gobierno es la expresión, y ante quienes res- be a la sencilla razón de que las transferen- ponde electoralmente) no les preocupa na- cias más importantes entre generaciones da al respecto? Por otro lado, si los actores deben realizarse antes de que los hijos de económicos tuvieran preferencias solidarias aquella generación que realiza la transfe- hacia las generaciones futuras, ¿qué necesi- rencia hayan alcanzado el estadio de inde- dad habría de que el gobierno interviniese pendencia personal. Es claro, entonces, que para llevar a cabo transferencias de recursos la carga de asegurar a futuras generaciones para futuras generaciones? Como es bien lo que es necesario para satisfacer sus nece- sabido, en la economía la forma tradicional sidades recae sobre la sociedad en su con- de disolver paradojas de esta índole es supo- junto. Y éste es también el caso donde los ner que los miembros de generaciones pre- individuos vivos demuestran tener preferen- sentes y futuras están unidos entre sí por cias altruistas hacia sus descendientes dis- vínculos del tipo familiar que garantizan la tantes. De hecho, en circunstancias de esta v e rdadera transferencia de bienes de los naturaleza, el bienestar de futuras genera- “padres” a sus descendientes inmediatos, es ciones asumirá las características de un bien decir, a sus “hijos” (Barro, 1974). Esto se da- público y las transferencias individuales, a rá siempre que el bienestar de los hijos in- falta de algún tipo de mecanismo de natura- grese positivamente a la función de utilidad leza colectiva, podría generar resultados su- de los padres. Una solución de esta natura- bóptimos para futuras generaciones, o hasta leza, no importa cuán ingeniosa sea, no es injustos, como ha demostrado persuasiva- de gran ayuda cuando se trata del problema mente Sen (1982). del desarrollo sostenible, por una obvia ra- Si generalizamos por un momento, el ar- zón. A largo plazo, ésta es la perspectiva gumento descripto en el presente exhibe temporal que se necesita para abordar el te- una aporía muy grave en la teoría económi- ma en cuestión; pero no es muy útil restrin- ca, mientras que se ocupa ad abundantiam girnos a considerar sólo dos generaciones de la conducta individual y sus consecuen- consecutivas. Como escribieran Daly y Cobb cias, no demuestra interés alguno en las (1989): “Las familias perduran en el tiempo creencias y motivaciones que yacen detrás sólo fusionando y mezclando sus identida- del accionar humano. Esta brecha a veces des por medio de la reproducción sexual. está oculta tras la consideración de que, da- Por ende, no son independientes ni están do que en una economía de mercado el claramente definidas a lo largo del período consumidor es rey y, por ende, puede libre- de tiempo que abarque más de dos genera- mente expresar cualquier tipo de apeten- ciones. Sus tataranietos también serán los cia, inclusive las altruistas, no habría razón tataranietos de otras quince personas que para preocuparse por las motivaciones que pertenecen a la generación presente, cuya subyacen sus elecciones. (Debería notarse identidad es desconocida. al pasar que ésta no es la justificación más Supuestamente, el bienestar de sus tata- común en la economía de conceptualismo ranietos dependerá del legado de cada uno como doctrina étnica). Que las cosas no son de esos otros quince individuos tanto como así es demostrado por la compresión de que del de Ud. Es por eso que no tiene mucho preocuparse por las necesidades de los de- sentido preocuparse mucho por nuestros más (solidaridad en el sentido de Adam descendientes”. (p. 39). Smith, el espíritu de solidaridad) no es una Es fácil comprender que la paradoja que virtud innata al ser humano. Es más bien el se discute aquí no podrá resolverse de la resultado de un proceso lento y sistemático forma que sugiere Barro, porque es incon- de educación. Es por eso que para lograr cebible que las familias de la generación ac- un desarrollo sostenible es tan importante tual no puedan organizar entre sí una sufi- el argumento que sostiene que los estilos de ciente transferencia de recursos para garan- vida deben respetar la creación, en otras pa- tizar el bienestar de sus hijos, que habrán labras, que los individuos deben adoptar es- de formar familias a su tiempo. Y esto se de- tilos de vida que respeten el medio ambien-
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te.4 En tanto y en cuanto prevalezca la cultu- las actividades económicas del hombre. Por ra de la sociedad de consumo, especialmen- el contrario, constituyen un stock finito, te entre los jóvenes, es obvio que la política por lo cual la tesis del crecimiento ilimitado no podrá hacer otra cosa que responder a pierde todo asidero científico. Y así surge el este tipo de señales y traducirlas en alterna- consejo de política económica: necesitamos tivas que sean consecuencia lógica de las añadir mayor rigidez al cálculo económico mismas: aumentar los niveles de productivi- para mantener en mente el agotamiento de dad para disminuir los precios de los bienes los recursos naturales. y ser vicios de modo de incrementar aún Sólo transcurrieron otros cinco años an- más la producción y consumo de los mis- tes de que surgiera el Informe Leontief en mos, etc. 1977, encargado por las Naciones Unidas, Los comentarios que Weizsacher pronun- denominado así en homenaje al Pre m i o ciara ante la asamblea ecuménica de Seúl Nobel de Economía que coordinara y lide- en 1990 son muy pertinentes aquí: “Conoz- rara toda la investigación. En la sección del co a algunos políticos que quieren hacer las I n f o rme dedicada específicamente a la cosas realmente necesarias, pero que saben cuestión del medio ambiente, la expresión que tan pronto como hagan algo razonable “límites al crecimiento” desaparece. Más perderán las próximas elecciones. Es por es- bien se expresa la convicción de que con las to que estoy contra la idea de que los políti- medidas económicas apropiadas y mecanis- cos son los principales responsables, los más mos de incentivos bien diseñados, sería po- culpables de todos. No, somos nosotros [los sible solucionar el problema ambiental sin ciudadanos] los verdaderos culpables”. 5 imponer límites fútiles a la posibilidad de crecimiento del sistema económico. Entonces, llegamos a 1987, el año del ya 4. La historia de las declaraciones oficiales mencionado Informe Brundtland, denomi- en materia de medio ambiente nado también “Nuestro Futuro Común”. Surgen dos características sorprendentes. Es bastante reciente el fenómeno de la Por primera vez, se introdujo la idea de de- toma de conciencia de las cuestiones me- sarrollo sostenible, si bien ésta había sido dioambientales, a nivel de las políticas insti- sugerida (infructuosamente) en 1980 en la tucionales y organizaciones internacionales. declaración de la Estrategia Mundial de Si excluimos la carta apostólica Octogesima Conservación de la Unión Internacional pa- Adveniensde Pablo VI (1971), donde encon- ra la Conservación de la Naturaleza y los tramos la primera alusión explícita a la rela- Recursos Naturales. El Informe Brundtland ción entre humanidad y medio ambiente también en forma explícita se abre a la di- en un documento oficial, la historia co- mensión ética en su tratamiento de la cues- mienza en 1972 en Estocolmo, donde se ce- tión del medio ambiente, a partir, precisa- lebró la Conferencia de las Naciones Uni- mente de los conceptos de equidad (tanto das sobre el Medio Ambiente Humano. intergeneracional como intrageneracional) 1972 también es el año de la publicación y de los derechos de las futuras generacio- del famoso Informe del Club de Roma, re- nes. Advierto al pasar que este último prin- dactado para éste último por el System Dy- cipio provocaría un acalorado debate en los namics Group del MIT (EEUU). La teoría años siguientes en el campo de la filosofía de los límites físicos al crecimiento econó- de los derechos: ¿cómo es posible que se mico encuentra su primera formulación ri- pueda justificar desde una perspectiva ética gurosa en este Informe: los recursos natura- la atribución de derechos a personas que les no están dotados –como tantos econo- todavía no existen (aquellas que existirán mistas habían pensado desde fines del siglo en futuras generaciones)? dieciocho en adelante– de tan “originales e Para complicar aún más el panorama, indestructibles cualidades” que los vuelvan haré referencia (en 1991) a la “Declaración inalterables, ni siquiera a largo plazo, ante de Peking/Beijing”, firmada por los repre-
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sentantes de los países del G77 (a los 77 paí- jor garantía para asegurar el desarrollo sos- ses en desarrollo originales se sumarían tenible fracasó totalmente. Fueron los gru- otros treinta). En esta declaración no sólo pos ambientalistas del Norte los que, antes se ignoró la dimensión ética de las cuestio- que todos los demás, mostraron aprensión nes ambientales –en particular, no se hizo ante los denominados “paraísos de contami- referencia a los derechos de las futuras ge- nación”, es decir, temor a que la aplicación neraciones- sino que se lo hizo haciendo de las normas sancionadas (para regular el hincapié en“los derechos de los países en libre comercio por los organismos interna- desarrollo al crecimiento”. Estos se esgri- cionales correspondientes) pudieran dar mieron como prioridad, como un objetivo por tierra con las medidas para la protec- que debería tomar precedencia por sobre la ción del medio ambiente.6 protección del medio ambiente. En gene- Y así llegamos a la Cumbre de Kyoto de ral, los más de cien países que firmaron la 1997, donde, de manera bastante inespera- declaración consideraron que la lucha en da, la lógica de la separación de las cuestio- defensa del medio ambiente era un lujo pa- nes ecológicas y económicas, que había sido ra los países ricos y una herramienta de abandonada por la Conferencia de Río, se opresión económica. vio reafirmada. A decir verdad, los delega- Al año siguiente se celebró la famosa dos ante la “Convención Marco de las Na- Conferencia de Río de Janeiro, organizada ciones Unidas sobre Cambio Climático” fir- por CNUMAD (Conferencia de las Nacio- maron un protocolo que comprometía a los nes Unidas sobre el Medio Ambiente y el países industrializados de la OCDE (treinta Desarrollo), que concluyó con la igualmen- y ocho países en total) a reducir las emisio- te conocida “Agenda 21” –el primer docu- nes de gas de efecto invern a d e ro en un mento importante que describe un progra- 5,2%, en promedio, en comparación con ma de políticas de protección del medio los niveles registrados en 1990, a lo largo ambiente-. Hubo tres puntos que es útil re- del periodo 2008- 2012. (El compro m i s o calcar para el propósito que nos atañe: Pri- asumido por la Unión Europea, EEUU y Ja- mero, se reafirmó la posición política y filo- pón es de 8%, 7% y 6%, respectivamente). sófica del Informe Brundtland, pero con un La novedad del Protocolo de Kyoto fue que, sesgo particular: la defensa de los requeri- mientras que no se comprometió a los paí- mientos de soberanía nacional, también en ses en desarrollo a reducir sus emisiones, las cuestiones ambientales. Los países en los países avanzados, a fin de mitigar los desarrollo especialmente reclamaron el re- costos derivados de la implementación del conocimiento del derecho a utilizar sus re- acuerdo, podían utilizar un cierto número cursos naturales a fin de acelerar el creci- de mecanismos flexibles (de mercado), de- miento, sin interferencia externa. En se- nominados “permisos de emisión”: el país gundo lugar, en el documento final de la que superara los niveles de emisión que se Conferencia de Río se criticó expresamente había comprometido no exceder podía el riesgo de separar las cuestiones me- comprar “permisos de emisión” de aquellos dioambientales de las económicas. Éste fue países que permanecieran por debajo de los el llamado riesgo del “eco-imperialismo”: niveles convenidos.7 La Conferencia de la los movimientos medioambientalistas y los Haya de noviembre de 2000, convocada a defensores de las políticas proteccionistas fin de que el Protocolo de Kyoto pudiera de los países de la OCDE se confabulan pa- comenzar a aplicarse ya en 2002, fue un fra- ra limitar el acceso a los mercados de pro- caso fenomenal: la UE insistió en la ratifica- ductos occidentales provenientes de los paí- ción pero el denominado “grupo paraguas” ses en desarrollo. Tercero, el proyecto de (EEUU, Canadá, Japón y Australia) rechazó las grandes empresas transnacionales para la ratificación invocando sólo razones de lograr la aceptación del principio que esta- naturaleza aparentemente técnica.8 blece que los instrumentos de mercado y el Se podrá percibir rápidamente en esta crecimiento económico constituyen la me- revisión que la corta pero turbulenta histo-
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ria de las posiciones oficiales sobre las cues- pobreza absoluta en los últimos 25 años: ha- tiones medioambientales está caracterizada bía alrededor de dos mil millones de perso- por esta casi sistemática alternancia de pun- nas que vivían en la pobreza absoluta, mien- tos de vista y líneas de acción marcadamen- tras que actualmente hay mil doscientos mi- te diferentes. Es una historia de avances y llones. Sin duda, ésta es una cifra trágica, retrocesos, de oscilaciones a menudo apa- aunque menor que la que existiría de no rentemente inmotivadas de la innovación haberse iniciado el proceso de globaliza- radical a la retirada conservadora, como si ción. Muchos observadores que no hacen los términos de lo que estaba en juego no ninguna diferencia entre aquellas personas fueran claros para nadie. El hecho es que que viven en la pobreza absoluta y aquellos sin una visión holística de la cuestión me- que viven en un ámbito de pobreza relativa, dioambiental, capaz de convencernos de sostienen que la globalización es culpable que el medio ambiente no es simplemente de que mil doscientos millones de personas un problema de degradación o agotamien- vivan en la pobreza absoluta. Esto no es ver- to de recursos, y sin superar las limitaciones dad. Sin embargo, sí es verdad que la globa- de una investigación científica que está de- lización ensancha las brechas que ya exis- masiado orientada al sector y es demasiado ten, lo que constituye un grave problema. poco transdisciplinaria, la “nueva alianza” De acuerdo con un estudio reciente del entre humanidad y naturaleza –para utilizar Banco Mundial, el coeficiente de Gini mun- la expresión icásica de I. Prigogine- nunca dial –que es el indicador estadístico más podrá materializarse. ampliamente utilizado para medir la desi- gualdad- ascendía a 62,5 en 1988. En 1993, subió a 65,9 y en 1999, a 69. Es un fenóme- 5. La lucha contra la pobreza y el desarrollo no realmente extraordinario que el coefi- sostenible ciente de Gini aumente 0,7 puntos por año. (Ver Milanovic, 2000, para más detalles y, en ¿Por dónde deberíamos comenzar si de- p a rt i c u l a r, para la importante distinción seáramos ir más allá de la forma más co- que formula entre la distribución del ingre- mún, es decir, más dicótoma de enfrentar el so mundialy la distribución del ingreso inter- crucial problema central del desarrollo sos- nacional:ésta última está basada en las dife- tenible? No dudaría en apuntar a la reduc- rencias del ingreso promedio –ponderado ción de la brecha de bienestar entre el Nor- por cantidad de habitantes- entre países; la te y el Sur como el primum movens de una es- primera considera también la desigualdad trategia de esta naturaleza. La globalización dentro de los países). es un juego de suma positivo, un juego que Se ha demostrado que cuando las desi- aumenta la riqueza y los ingresos generales, gualdades –la pobreza relativa- exceden un pero que al mismo tiempo tiende a aumen- cierto umbral crítico en un país o región tar las distancias sociales entre los países y dada, entonces se implantan las condicio- dentro de cada país, las distancias entre un nes para el estallido de una verdadera gue- grupo social y otro. En otras palabras, la rra civil a escala total. Ha habido 49 guerras globalización reduce la pobreza absoluta civiles en el mundo en los últimos 40 años, mientras que aumenta la pobreza relativa. la vasta mayoría de las cuales fue desatada Ésta es la paradoja, algo que, de acuerdo por una desigualdad en constante aumento. con la etimología griega de la palabra, ma- Por lo tanto, nadie que valore la paz puede ravilla, sorprende. Mientras que la riqueza permanecer inmutable ante el aumento de general aumenta y la pobreza absoluta (la la pobreza relativa. Además, cuando la po- incapacidad de una persona o grupo de breza relativa aumenta marcadamente, la personas de lograr las condiciones mínimas democracia misma sufre. Esta relación cau- de subsistencia) se reduce, la pobreza relati- sa/efecto ha sido demostrada: cuando la va aumenta. De acuerdo con estudios oficia- desigualdad en un país excede un cierto ni- les recientes, la globalización ha reducido la vel, aquellos que se encuentran en una posi-
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ción de desventaja relativa dejan de partici- todos los participantes disfruten de las con- par en la vida comunitaria democrática, lo diciones que realmente ofrece la libertad que allana el camino hacia diversas formas no es suficiente garantizar igualdad de de totalitarismo, siendo su forma más co- oportunidades al comienzo de la fase eco- mún el totalitarismo tecnócrata, no el mili- nómicamente activa de una persona. La tar (Ver Uslaner, 2001, para detalles sobre competencia de mercado es, de hecho, bas- las cifras, en particular sobre la relación en- tante diferente a la competencia deportiva. tre desigualdad y democracia). No es ver- En esta última, el mejor dotado o entrena- dad que extender al máximo el área de do es quien ganará la competencia pero es- mercado mejore el bienestar de todos. No to, de ninguna manera, le da posibilidad, ni es convincente el aforismo que reza: “la ma- el derecho de comenzar la próxima compe- rea alta levanta todas las embarcaciones”. tencia con ventaja: todos, sin excepciones, Como bien sabemos, ésta es la metáfora compiten en las mismas condiciones, en preferida de la formulación reciente liberal- cualquier estadio o nivel de la competencia. individualista en virtud de la cual, y siendo Lo cual no ocurre en las competencias de el bienestar de la gente una función de la mercado, donde el ganador de la primera prosperidad económica ligada a la propaga- etapa puede, a menudo, torcer las reglas ción de las relaciones de mercado, la priori- del juego de manera endógena, para que dad real de la acción política debería ser la éstas lo beneficien. (La historia económica realización de los esfuerzos necesarios para está plagada de ejemplos de esta naturaleza. garantizar todas aquellas condiciones (fisca- Sólo necesitamos recordar cómo los mono- les, de administración pública, asignación polios y oligopolios se desarrollaron con el óptima de los derechos de propiedad y de- transcurso del tiempo). Además, las noticias más) que impulsen un florecimiento del realmente alarmantes acerca de la era de la mercado. Según esa visión, el estado de bie- nueva economía –la economía del conoci- nestar que redistribuye, por medio de la tri- miento y la información– es el surgimiento butación, la riqueza mientras se mantiene de una nueva forma de competencia, la po- fuera del mecanismo de producción de ri- sicional, como fuera denominada por el ya quezas, menoscaba el crecimiento económi- fallecido Fred Hirsch. Se trata de un tipo de co, tanto más cuando es codicioso (lo que competencia cuya característica central es causa efectos distorsivos de relevancia en el que “quien gana toma todo, quien pierde, mercado) y cuando sus instrumentos se so- pierde todo”, el conocido “efecto supers- meten a usos políticos, con lo que se pone tar”, nombre dado por el economista nor- en peligro la dialéctica democrática nor- teamericano Shermin Rose. No se necesita mal. De allí la recomendación de que el sis- mucho para comprender que no sirve casi tema de bienestar debería ocuparse sola- nada la igualdad instantánea o puntual de mente de aquellos que la puja por el merca- las oportunidades cuando uno se encuentra do deja en los márgenes de la sociedad. con fenómenos de competencia posicional. Los otros, aquellos que logran permanecer Finalmente, en un documento reciente, dentro del círculo virtuoso del crecimiento Glaeser et Al. (2002) propusieron un nuevo económico, se ocuparán de su propia pro- mecanismo por medio del cual las distribu- tección haciéndose de las múltiples solucio- ciones injustas de la riqueza modelan los re- nes que les ofrecen los esquemas de seguros sultados económicos y sociales: la subver- privados. ¿Dónde radica la debilidad de tal sión de la instituciones bajo la forma de co- argumento? Se ha de encontrar en la senci- rrupción, intimidación y otras formas de in- lla razón de que el prerrequisito de igual- fluencia. El hecho es que en países donde dad de oportunidades para todos se debe la riqueza se distribuye de manera no equi- aplicar a lo largo del ciclo de vida de los ciu- tativa, los grupos políticamente poderosos y dadanos y no sólo una tantum, al momento opulentos de la sociedad tienden a subver- de ingresar en la fase de actividad económi- tir el accionar de las instituciones jurídicas y ca. Para decirlo de otra manera, para que reguladoras para beneficio propio. Los re-
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sultados son claros para todos: nunca antes pasamos luego a considerar que la mayoría habíamos presenciado semejante estallido de los países en desarrollo están ubicados de desigualdades sociales como en las últi- en la región conocida como “zona vital”, ca- mas dos décadas, tanto horizontales (entre racterizada por equilibrios ecológicos alta- diferentes grupos sociales) como verticales mente inestables y por una pronunciada ca- (entre individuos), al mismo tiempo que ha pacidad de influir en la atmósfera, nos per- aumentado la riqueza mundial a un ritmo catamos de por qué, si continuamos forzan- sin precedente. Ésta es la gran aporía del do a estos países a utilizar su capital natural modelo presente de desar rollo: crecimiento como sustituto de su insuficiente capital físi- económico extraordinario (en el sentido de co y humano, la degradación ambiental ine- aumentos sostenidos de riqueza) y progreso vitablemente sufrirá una rápida aceleración. civil (en el sentido de espacios cada vez más Pero incluso hay aún más material sobre amplios de libertad para las personas) no el tema. En un documento publicado en pueden avanzar al mismo ritmo. Por lo tan- 1992, el Banco Mundial describió en detalle to, es sencillo entender por qué, en dichas la relación existente entre algunos indica- circunstancias, mayor afluencia no va de la dores de calidad ambiental y los niveles de mano de la lucha a favor del desarrollo sus- PBN per cápita. Al principio del desarrollo tentable. se produce un empeoramiento en la distri- Como indica la información disponible, bución de la renta y la degradación ambien- son tres las causas principales de la degrada- tal aumenta, pero a partir de un umbral la ción medioambiental: asignación insuficien- tendencia se invierte, por lo que la curva te de recursos; distribución inicua de los que relaciona la distribución de la renta en mismos; la desproporción entre la pobla- función de la evolución de la misma per cá- ción y la capacidad del medio ambiente de pita tiene la forma de una U invertida. Es sostenerla. Mientras que en los países ricos decir, a partir de un nivel de renta la degra- la primera de estas causas es operativa, los dación ambiental tiende a disminuir natu - países pobres se ven afectados principal- ralmente.Grossman y Krueger (1994), ba- mente por las otras dos causas. Dadas sus sándose en este rico trabajo empírico, des- características estructurales, estos países cubren que el nivel de renta crítico prome- tienden a especializarse en la producción y dio, más allá del cual la curva antes mencio- exportación de bienes con una alta intensi- nada comienza a caer, se ubica en alrede- dad de degradación ambiental. Incluso aho- dor de $ 8.000 per cápita por año (dólares ra, dos tercios de las exportaciones de Amé- de 1985). rica Latina están conformadas por recursos La curva a la que nos referimos es cono- naturales –el porcentaje que corresponde a cida en la literatura económica como “Cur- África es incluso mayor-, recursos que son va Medioambiental de Kuznets” (CMK) que importados y consumidos por los países del recibió este nombre por Simón Kuznets Norte. Estos datos, a pesar de ser crudos, ya quien obtuvo el premio Nobel de economía son suficientes para entender por qué la en 1971 por su trabajo pionero sobre la me- cuestión del desarrollo sustentable no pue- dida y el análisis del crecimiento histórico de separarse de la reforma de las normas de las rentas nacionales. La evidencia empí- que rigen el comercio internacional. Cuan- rica que avala las CMK no es todavía lo sufi- do descubrimos que el Sur exporta bienes cientemente contundente para recomendar con alta intensidad de degradación ambien- su uso para los fines de políticas ambienta- tal, a pesar de que no es verdad que el Sur les. Es, sin embargo, posible extraer las si- se deshaga de mayores cantidades de estos guientes conclusiones de las CMK: algunos bienes que el Norte, podemos entonces dar- indicadores de la degradación ambiental nos cuenta de por qué las políticas comer- (emisiones de CO2; residuos sólidos urba- ciales basadas en el principio ricardiano de nos) aumentan, es decir, empeoran, confor- la ventaja comparativa son consideradas me aumenta el ingreso per cápita; otro s una seria amenaza a la sustentabilidad. Si (falta de agua potable; indicadores de salu-
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bridad) disminuyen, es decir, mejoran, con- bienes de consumo y la remediación de las f o rme aumenta el ingreso per cápita; y consecuencias indeseables que los mismos otros (emisiones de anhídrido sulfúrico y puedan acarrear”. Asumen que los efectos nitratos) primero aumentan y después dis- de las tecnologías medioambientales juegan minuyen con el incremento del ingreso per un papel importantísimo cuando se trata de cápita9. ¿Cuáles son las fuerzas de la rela- explicar las CMK. “A medida que crece la ción en las CMK? Un somero relevamiento economía, también las industrias y fábricas de la literatura reciente ofrece algunas pis- se expanden lo suficiente para hacer que tas útiles. Magnani (2000) discute la in- valga la pena la inversión de capital en tec- fluencia de la desigualdad en los ingresos nologías que reducen la contaminación”. con relación a las razones económicas polí- De Bruyn (1997) lleva a cabo un análisis de ticas para la existencia de la CMK. Sostiene descomposición a fin de descubrir la impor- que la desigualdad de ingresos en un país tancia relativa de los cambios intra-sectoria- determina la posición del votante promedio les con relación a los cambios estructurales que exige que se asigne una partida del pre- entre sucursales. Los cambios intra-sectoria- supuesto para cuestiones medioambienta- les denotan “...la combinación del cambio les. Un alto grado de desigualdad en los in- tecnológico y las variaciones en la mezcla gresos conduce a que el votante promedio de productos dentro de los sectores”. En el no se incline por los partidos ecologistas. caso de dióxido de azufre en Alemania y En consecuencia, el gasto ambiental en el Holanda desde 1980 a 1990 de Bruyn enfa- país en cuestión será bajo. tiza el rol del progreso técnico dentro de El autor establece que “los resultados em- los sectores para la aparición de las CMK píricos apuntan a un efecto positivo en la mientras que el cambio estructural inter- renta y a un impacto negativo basado en la sectorial no fue significativo en su análisis. desigualdad de ingresos en la protección Suri y Chapman miden la influencia del ambiental”. Rothman (1998) favorece el en- cambio estructural (“participación en la fa- foque basado en el consumo respecto de la bricación” variable), el intercambio comer- llamada hipótesis del paraíso de contamina- cial y especialmente el rol de las importacio- ción. Los consumidores en las naciones pu- nes en la pendiente descendente de las dientes tienen más éxito que otros en tomar CMK de 33 países desde 1971 a 1991, com- distancia de los problemas ambientales por binando datos de serie de tiempo y de corte medio del comercio internacional. El autor transversal. En contraposición a los resulta- prefiere indicadores medioambientales más dos de de Bruyn encontraron que los cam- orientados al consumo como las emisiones bios intersectoriales tenían una significativa de CO2 o residuos municipales. Rothman influencia sobre el consumo de energía. En muestra que para estos indicadores las CMK un análisis econométrico, Agras y Chapman no aparecen mientras que los indicadores (1999) muestran la fuerte influencia negati- basados en la producción prueban la exis- va de los precios de la energía en el desa- tencia de las CMK. El análisis de Rothman rrollo de las emisiones de CO2 y el consu- se ve avalado por Gawande, Bohara, Be- mo energético. En un análisis empírico pos- rrens y Wang (2000) quienes prueban que terior para los 23 países Kaufmann, Davids- la migración interna es un factor importan- dottir, Granham y Pauly (1998) descubren te en la aparición de las CMK para sitios de que “...la intensidad espacial de la actividad residuos peligrosos en EE.UU, por el simple económica, más que los ingresos, da el im- hecho de que los ricos son los que tienen pulso necesario para las políticas y tecnolo- mayores posibilidades de migrar. gías que reducen la emisión de SO2”. To- Otra argumentación es la que ofrecen rras y Boyce (1998) analizan la importancia Andreoni y Levinson (2000). Los autores del alfabetismo, los derechos políticos y las sostienen que “se puede derivar la curva garantías constitucionales como factores im- medioambiental de Kuznets de la relación portantes. Debe advertirse que es escasa la existente entre la producción creciente de investigación sobre el rol de la política am-
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biental. ¿Qué lecciones pueden extraerse nacional ya no son adecuadas para el pro- entonces de la literatura relativa a las CMK? pósito para el que fueron creadas. Si nos Dado que los países del Norte están a la de- detenemos a pensar por un momento, en- recha del valor considerado como umbral contraremos que enfrentamos un caso espe- crítico, los países del Sur todavía están muy cífico, aunque no menos extraordinario, en alejados de dicha meta, y debido a que los el cual la defensa de la justicia también sir- problemas ambientales que nos preocupan ve para mejorar la eficiencia (aquí identifi- más hoy día son los globales, es evidente cada con la sostenibilidad del desarrollo) que deberemos intervenir urgentemente en ¡entonces no es siempre verdad que haya la reglas de las actividades económicas in- un trade-off entre eficiencia y justicia! ternacionales. En particular, debemos dar- nos cuenta de que en el contexto de una economía cada vez más globalizada, la regu- 6. Hacia una Organización Mundial del Medio lación ambiental y comercial ha de integrar- Ambiente se y armonizarse, exactamente lo contrario a lo que ha ocur rido hasta ahora en la S. Pastel escribió hace algunos años: “El OMC (cf. Pearson, 2000). sistema económico mundial parece incapaz Es bien sabido que el comercio interna- de hacer frente al problema de la pobreza y cional tiende a separar la producción del la protección del medio ambiente. Intentar consumo. Un aumento de la demanda de curar los males ecológicos de la Tierra sepa- madera tropical en el Norte se traduce en radamente de los problemas vinculados a la una correspondiente reducción de los bos- deuda, desequilibrios comerciales, groseras ques tropicales en el Amazonas. Es un he- desigualdades en los niveles de ingreso y en cho, el comercio internacional arroja un os- los patrones de consumo, equivale a tratar curo manto de sombras sobre el medio am- de curar una enfermedad coronaria sin ata- biente. Sin adecuadas reglas y sin formas de car primero la obesidad del paciente y su estrecha cooperación entre las dependen- dieta rica en colesterol”. (citado en L. cias de gobierno que se ocupan del comer- Brown, 1992). ¿Pero a qué, en última ins- cio y el medio ambiente, el creciente volu- tancia, atribuimos esta evidente incapaci- men de intercambios comerciales (en sí dad? Lo atribuimos al hecho de que la natu- mismo una señal positiva y de esperanza pa- raleza misma de los más importantes bienes ra el futuro) se traducirá en una creciente ambientales coincide con la de los bienes degradación medioambiental. El segundo y públicos globales. Mientras que no existe más importante mensaje es que el proble- aún una única economía global –sin perjui- ma de la sustentabilidad del desarrollo, en cio del gran debate sobre la globalización- las actuales condiciones históricas, está ínti- nos encontramos teniendo que lidiar con mamente ligado al problema de la pobreza, un único sistema climático, con una única tanto absoluta como relativa (cf. Pasca di capa de ozono, etc. Éstos son bienes públi- Magliano, 2000). Sería ingenuo pensar que cos globales: el uso de estos por un país no podemos solucionar el primer problema se- perjudica la cantidad disponible a otros paí- paradamente del segundo, o incluso peor, ses; por otro lado, no se puede excluir a en oposición al mismo. Los esfuerzos para ningún país del uso de los mismos. (Es cla- mejorar o preservar la calidad del medio ro que las emisiones de sustancias contami- ambiente en el Norte serían de muy poca nantes son “males” públicos globales). utilidad a menos que al mismo tiempo se Ahora bien, como ha sabido la teoría inicie un programa amplio e inmediato de económica durante un tiempo, los bienes acción contra la pobreza para permitir a los públicos dan lugar a una consecuencia irri- países del Sur superar el umbral crítico tante, típica de todas las situaciones conoci- identificado por las CMK. Está claro que no das como “el dilema del prisionero”. Y si el habrá programa de redistribución a escala bien público es además global las conse- global, debido a que las políticas a escala cuencias horrendas que puedan acaecer se-
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rán también globales. En 1990, el Panel In- ambiental de hoy día. Es verdad que a nivel tergubernamental sobre Cambio Climático internacional parece haber una tendencia a demostró que las emisiones de gases de aplicar los instrumentos basados en el mer- efecto invern a d e ro desencadenaban au- cado. Por ejemplo, ha habido un creciente mentos en las temperaturas promedio, con número de países en Europa que han recu- las consabidas consecuencias que esto im- rrido a impuestos ambientales, especial- plica. Y, aún así, muy pocos países actuaron mente impuestos a la energía. Una vez más, unilateralmente para reducir las emisiones. en el proceso de Kyoto, la intención era Del mismo modo, la Unión Europea propu- que los permisos de emisiones transables in- so la introducción de un impuesto al carbo- ternacionalmente jugaran un papel impor- no en Europa, pero al ver que su ejemplo tante en la política internacional medioam- no era imitado por otros países (especial- biental, junto con otros (aunque relaciona- mente EE.UU.) cambió sus planes. Son pre- dos) instrumentos basados en el mercado cisamente las dos características del bien como los proyectos de “implementación público descriptas anteriormente, las que conjunta” y de “mecanismo de desarrollo hacen que las políticas unilaterales no sean limpio”. efectivas a modo de estrategia de política Sin embargo, estamos todavía lejos de la ambiental. aceptación general y aplicación generaliza- Incluso si las negociaciones finalmente da de los instrumentos basados en el merca- produjeran algún tipo de acuerdo o trato do. ¿Qué tipo de cambio institucional au- internacional, quedaría todavía pendiente mentaría el uso de los instrumentos am- cómo ejecutarlo. Sólo basta pensar en el bientales orientados a incentivos? Confor- Protocolo de Montreal para la regulación me a los autores citados anteriormente, se del uso de los productos químicos (los pueden esgrimir tres sugerencias. Primero, CFC) que destruyen la capa de ozono, y el la política descentralizada que utiliza el ya mencionado Protocolo de Kyoto sobre el principio de subsidiariedad, de acuerd o cambio climático. ¿Por qué resultó el pri- con el cual, cada tarea ambiental sería reali- m e ro produciendo los efectos deseados, zada por la unidad más pequeña y descen- mientras que el segundo ha fracasado casi tralizada. Segundo, el uso de la votación di- completamente? La respuesta es que el Pro- recta y referéndums. Los votantes pueden tocolo de Montreal contiene un mecanismo ser quienes fijen el temerario y tomen deci- de incentivos que alienta la participación siones sobre el uso de instrumentos ecológi- activa y adhesión de todos los países que lo cos orientados a incentivos que no sean refrendaran, un mecanismo que significa atractivos para los gobiernos, porque los que redundará en el interés de todos los grupos de presión se oponen a este uso. Es- países de acatar las normas convenidas. Los to implica que los instrumentos de mercado redactores del Protocolo de Kyoto no logra- tienen mejores posibilidades de ser imple- ron encontrar el mecanismo correcto para mentados en una democracia directa. Ter- garantizar su auto-ejecución (cf. Barre t t , cero, la compensación por reducciones im- 2001). positivas generales. Los instrumentos de Como demuestran G. Kirchgassner y F. mercado pueden mejorarse compensando Schneider (“Sobre la economía política de la carga adicional de los impuestos ecológi- la política ambiental”, CESifo W.P., 2002), cos y los permisos transables por medio de la aplicación de los instrumentos basados reducciones impositivas generales. Por en- en el mercado ni redunda en interés de los de, no hay un aumento de la dimensión del burócratas públicos ni de las industrias a re- sector público y la resistencia de los votan- gular. Si se utilizara algún instrumento de tes contra las políticas ecológicas podría ate- política ambiental, ambos grupos de actores nuarse. tendrían intereses más fuertes en la aplica- ¿Adónde nos conducen las reflexiones ción de medidas burocráticas tradicionales. anteriores? Sugieren que hay una necesidad Lo que explica la situación de la política u rgente de establecer una Org a n i z a c i ó n
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Mundial del Medio Ambiente (OMMA). Es ción de una agencia ad hoc. Permítanme ex- la ausencia de instituciones (¡no de burocra- plicar este punto en detalle. cias!) a nivel global lo que hace que tantos La clave para entender la globalización, problemas sean difíciles de solucionar en creo yo, es diferenciarla claramente de la nuestra era, especialmente el problema am- internacionalización. La internacionaliza- biental. Mientras que los mercados se globa- ción se refiere a la creciente importancia de lizan, el panorama institucional transnacio- las relaciones entre naciones. Comercio in- nal sigue siendo el del mundo de posguerra. ternacional, tratados internacionales, alian- Pero los negociadores de Bretton Woods de zas, protocolos, etc. La unidad básica de la 1944 ni siquiera podrían haber imaginado comunidad y la política continúa siendo la en qué se hubiera convertido la cuestión nación, incluso cuando las relaciones entre ambiental. Se podría preguntar ¿no hay aca- naciones, y entre individuos provenientes so suficientes tratados internacionales, de la de diferentes naciones, se vuelven cada vez misma manera que hay suficientes contratos más importantes y necesarias. La globaliza- a escala doméstica para regular las relacio- ción, en cambio, se refiere a la integración nes entre individuos? La analogía es peligro- económica global de muchas economías, samente confusa, porque los contratos sus- que fueran otrora nacionales, en una eco- criptos dentro de la jurisdicción de un país nomía global por medio del libre comercio, pueden ser ejecutados por el Estado de di- especialmente por medio del libre movi- cho país. Es por eso que se necesita una miento de capital, y también, un poco más OMMA. En conjunto, es difícil darse cuenta rezagado, pero como tercer factor que co- de cómo puede continuar la situación ac- bra cada vez más importancia, por medio tual, mientras que el mercado, en su gran de la inmigración sin control ni obstáculos. variedad de formas, se ha convertido en glo- La globalización es la eliminación efectiva bal, la configuración de la gobernabilidad de las fronteras nacionales con fines econó- ha seguido siendo básicamente nacional o, micos. Las fronteras nacionales se vuelven como mucho, internacional. totalmente permeables con relación a los Las dos tareas a las que le debe dar prio- bienes y al capital, y cada vez más permea- ridad esta organización son las siguientes. ble al tránsito de personas, tomadas en este P r i m e ro, interactuar con la OMC. Dicha contexto como mano de obra barata, o en agencia debería procurar compatibilizar las algunos casos como capital humano barato. reglas del libre comercio con las estipuladas En suma, la globalización es la integración para la protección del medio ambiente, y económica del mundo. también debería poder garantizar que to- Pero, ¿qué es la integración, exactamente? dos los involucrados las respeten. En segun- La palabra deriva de “intege”, r que significa do lugar, la OMMA debe intervenir, en un uno, completo, o entero. Integración signifi- rol complementario, en todos aquellos ca- ca mucho más que “interdependencia”. Es el sos frecuentes en los cuales las señales de acto de combinar unidades separadas bien precios no puedan anticipar una pérdida que relacionadas en un todo. La interdepen- ambiental irreversible. Como sabemos, ya se dencia es a la integración lo que la amistad es ha probado que los umbrales de degrada- al matrimonio. Dado que sólo puede haber ción ambiental existen, que en cierta medi- un único todo, sólo una unidad con referen- da las actividades económicas no bloquean cia a la cual se integran las partes, se deduce las funciones regenerativas del medio am- que la integración económica global lógica- biente, pero más allá de ese punto los cam- mente conlleva la desintegración económica bios irreversibles pueden darse debido al ni- nacional –las partes son descalzadas de su vel de actividad económica que supere la contexto nacional (desintegradas), para ser capacidad del ecosistema de asimilarla. En re-integradas en un nuevo todo, la economía situaciones de esta naturaleza, los mecanis- globalizada. Todo lo que acabo de decir fue mos de mercado se atascan, de ahí la nece- expresado con admirable claridad, franque- sidad de apoyarlos mediante la interven- za, y concisión por Renato Ruggiero, ex di-
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rector general de la OMC: “Ya no estamos es- quizás resignarnos y dejar que los procesos cribiendo las reglas de interacción entre las que ocurren hoy en día avancen de acuerdo economías nacionales por separado. Estamos con su propia lógica interna? Pensar así se- redactando la constitución de una única eco- ría sumamente irresponsable, porque en nomía global”. Ésta es una clara afirmación realidad no es necesario, como sugieren al- de la globalización y un rechazo de la inter- gunos, detener el proceso de crecimiento o nacionalización como acaba de ser definida. de la globalización. Lo que verdadera y ur- También es una radical subversión de la Car- gentemente se necesita es trabajar para el ta Constitutiva de Bretton Woods. Las Institu- establecimiento de un orden económico y ciones de Bretton Woods fueron justamente social fundado en la pluralidad de los cen- diseñadas para la internacionalización, no tros de poder, es decir, en una poliarquía para la globalización. Después de la finaliza- que, a diferencia del pluralismo, no sea sólo ción del período de sesiones en abril en Was- una cuestión de número sino de diversidad hington D.C., el Banco Mundial auspició una por sobre todo, tanto de las modalidades de discusión por Internet sobre la globalización. producción como de los modelos de consu- La definición que más se acercaba al tema mo. No debe olvidarse que nuestro bienes- que nos compete fue la siguiente: “el sentido tar depende también de las instituciones central de la globalización económica [...] que logramos establecer, y no sólo de nues- por cierto se refiere a que, como se ha obser- tra capacidad de adaptarnos a una configu- vado en los últimos años, se ha registrado un ración institucional que hemos heredado mayor crecimiento de la actividad económica de un pasado remoto o de otro. En este sen- en el mundo entre personas que viven en di- tido, la economía debe asumir la responsa- ferentes países que entre ciudadanos del mis- bilidad por haber propugnado ciertos efec- mo país”. Wolfensohn, presidente del Banco tos perversos del mecanismo de mercado, Mundial, al dirigirse a la Conferencia del As- efectos que terminaron legitimando –inclu- pen Institute, dijo que “la globalización es so en los últimos tiempos- ciertas formas de una metodología práctica para facultar a los neo-colonialismo y ciertas prácticas de ex- pobres a que mejoren sus vidas”. Éste es un plotación. Sin importar cuán paradójico deseo, no una definición, lo cual también de- puede sonar, esto comenzó a ocurrir preci- safía las reales consecuencias de la integra- samente cuando la economía se estaba defi- ción económica global. La definición del niendo como ciencia libre de orientaciones Banco Mundial combina las dos definiciones de valor; como ciencia que, a fin de asumir anteriores de globalización e internacionali- la condición epistemológica de las ciencias zación. En consecuencia, gran parte de la dis- naturales –especialmente la física– había te- cusión por Internet no tenía sentido. Si el nido que declarar al mundo de la vida fuera FMI-BM-OMC ya no atienden los intereses de de sus ámbitos de conocimiento. Aún así, sus naciones miembro de conformidad con necesitamos evitar que se cometa un nuevo su Carta Constitutiva, ¿los intereses de quién error, que la investigación económica termi- están atendiendo? Los intereses de la “econo- ne destruyendo, especialmente entre los jó- mía global” integrada, se nos responde. ¿Pe- venes, toda esperanza de cambio del régi- ro qué realidad concreta yace detrás de esa men intelectual, un cambio que coloca al gran abstracción? En este punto, uno podrá ser humano, a la persona, en el centro de percibir la razón fundamental para la crea- nuestra atención. ción de la OMMA. Las dificultades y riesgos inherentes a lle- var a la práctica una estrategia de esta índo- le son obvios a simple vista. Sería ingenuo 7. A modo de conclusión pensar que la diversidad de intereses involu- crados no entrañan altos niveles de conflic- La siguiente pregunta surge de manera to. Pero la tarea es inevitable si hemos de espontánea: dados los problemas y las difi- superar la aflicción de una retórica en todo cultades para solucionarlos, ¿deberíamos momento (una retórica que a menudo pa-
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rece nihilista), así como también un opti- 1997 a fines de 2001, sólo un poco más de 30 Países mismo claro a los ojos de aquellos que ven habían ratificado el Protocolo, a pesar de que más de 55 son necesarios para poder ejecutarlo. De los en el progreso técnico, científico y econó- países que lo ratificaron, ninguno pertenece al lla- mico un tipo de marcha triunfal de la hu- mado Anexo I (es decir, los 38 países más avanzados, manidad hacia su realización. La persona incluyendo los de Europa Occidental). Ver Victor responsable no puede caer víctima de este (2001) y Carrazo (2001). Recién a fines de 2002, tipo de trampas. Como expresara Dante tras el anuncio de la ratificación por parte de China Alighieri tan bien al final de su octavo canto y Rusia en la Conferencia de Johannesburgo, la im- plementación del Protocolo de Kyoto entró en vigor. del Paraíso: 9 Una útil revisión crítica de la literatura más re- ciente sobre el tema se encuentra en S. Borghesi, “Sempre natura, se fortuna trova / discorde a sè, 1999. come ogni altra semente / fuor di sua region, fa mala prova. / E, se il mondo laggiù ponesse mente / al fondamento che natura BIBLIOGRAFIA pone, / seguendo lui, avria buona la gente” [Siempre la natura, si fortuna halla discordante, Barrett, S., Can the environment survive glo - como toda otra simiente balization?SAISPHERE, 2001. fuera de su patria, da mal resultado. Brown, L., State of the World 1992, Mila- Y si el mundo de allá abajo parase mientes no, Isedi, 1992. al fundamento q ue la natura pone, B o rghesi, S., The environmental Kuznets siguiéndolo, habría buena gente]. (139- curve: a sur vey of the literature , Fondazione 144). Mattei, Milano, noviembre de 1999. Barro, R., “Are Government Bonds Net Wealth?”, J o u rnal of Political Economy , 82, 1974, pp. 1095-1117. 1 Para una disgresión histórica hacia el pensa- Carraro, C., Non solo meno emissioni , Equi- miento ético de cuestiones ambientales, y para una libri, 1, 2001. defensa convincente de la tesis de que el medio am- biente debe incluirse en el ámbito de la ética como Chichilnisky, G., Global Environment and tal y no sólo en calidad de sistema de recursos para N o rth-South T rade, WP, Stanford University, la humanidad, ver C. Vigna (2001). 31, 1991. 2 Ver A. Stres, 2000 para un excelente tratamien- Daly, H.E., and J.B. Cobb, For the Common to de las raíces específicamente culturales de las Good. Redirecting the Economy toward Commu - cuestiones ambientales. 3 Una importante línea de pensamiento filosófico nity, the Environment and a Sustainable Futur e, y teológico sobre los temas discutidos aquí es la que Boston, Beacon Press, 1989. ofrece K. Golser, 2001. Al referirse a San Buenaven- Golser, K., Futuro della nostra terra. Respon - tura, Golser sostiene que las realidades de la crea- sabilità cristiana per il sociale, il lavoro, l’am - ción en primer lugar fueron creadas para gloria de biente , mimeo, Assisi, mayo de 2001. Dios y sólo después para beneficio de la humanidad. Grossman, G.M., and A.B. Krueger, Eco- Por ende, antes de ser útiles, son buenas. 4 Ver texto provocativo de A. Giordano, La spiri- nomic Growth and the Envir o n m e n,t NBER, tualità e gli stili di vita sostenibili”, mayo de 2001. El WP 4634, 1994. tratamiento del tema en Keenan, 2000, es bastante Howarth, R., “Environmental Valuation efectivo. under Sustainable Development”, American 5 Citado en One World (Revista Mensual del Con- Economic Review , 82, 2, 1992, pp. 473-477. sejo Mundial de Iglesias) 155, mayo de 1990, p.16. 6 Para mayores detalles ver A. Vallega, 1994. Kampits, P., Natur als Mitweltin O. Schats 7 Por supuesto hay muchos otros aspectos nuevos (ed.), Was bleibt den Enkein, Graz, 1978. en el Protocolo de Kyoto, y las consecuencias de su Keenan, M., Care for Creation. Human Acti - eventual implementación deben todavía analizarse. vity and the Envir onmen,t Libreria Editrice Para dar sólo un ejemplo, existe el problema de la Vaticana, Ciudad del Vaticano, 2000. compatibilidad de las políticas ambientales y comer- Keyes, R., Nice Guys Finish Seventh: False ciales, y las políticas de inversión internacional. Para un tratamiento útil del tema, ver UNU, 1999 Phrases, Spurious Sayings and Familiar Misquo - 8 Debería recordarse que desde diciembre de tations , New York, Harper Collins, 1992.
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