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Traducción de

Sor,npeP Llcreu
El populismocomo
espejode la democracia
e introducciónde
Compilación
FnaNcrscoPeNrzze

BenjamínArditi - SebastiánBarros
Glenn Bowman - David Howarth
ErnestoLaclau - David LaYcock
joseph Lowndes - Chantal Mouffe
Oscar Reyes- Yannis Stavrakakis

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉxrco- Ancnxrrxe - Bn¡,srr-- Corovr¡re - Cnrrr - EspeÑ¿'
EsreposUNrposnn AuÉnrc¡, - Guernvr¡,re- PtnÚ - VnNnzun¡
Primera edición en inglés,2005
Primera edición en esPañol,2009

EI populismo como espeio de la democracia / compilación a


;r'-;'dJ;;;.lt.o riÉrLu - l,a ed. - Buenos Aires: Fondo de
Cuñura Económica,2009.
ÍNucs
432p.;21x 14cm.- (Sociología)

Traducido por: SoledadLaclau


rsBN 978-950-557-79&9 Introducción.El populismocomoespejode la democracia
Francisco Panizza
1. Ciencias Políticas. I. Panizza, Francisco, comp' II' Soledad
Laclau, trad.
l. Populismo: ¿quénosdiceel nombre?
cDD 320 EmestoLaclau 51
III. EI "Jíndela política"y el desafíodelpopulismo
dederecha
ChantalMouffe. 71,
ilI. El populismo comoperiferininternadela política
demouática
BenjamínArditi. . . 97
Armado de taPa:fuan Balaguer
IV. Conseruadurisno skinhead:un proyecto
Título original: Populísmanil theMirror of Demotacy populista fallido
ISBN de ñ edición original: 1-85984489-8
@2005,Verso
OscarReyes 133
V. Violencia constitutioae imaginarionacionalista:
D.R, @ 2009,FoNpo pr Currun¡ EcoNórr'ncaor AncrrrrNl' S'A' la construcción del "pueblo"enPalestina
El Salvador5665;141'4BuenosAires, Argentina
fondo@fce.com'ar/ www'fce'com'ar y Ia "ex Yugoslaaia"
Carr. PicachoAjusco 227;14738México D'F' GlennBowman. 1,61
ISBN: 97&950-557-798-9 \/I. De Ia aiolencin fundacionala la hegemonía política:
el populismoconsmtadordeGeorgeWallace
ComentariosY sugerencias:
editorial@fce.com.ar JosephLowndes 201
YlI. Populismoy nueaaderecha enel Canadáinglés
Fotocopiar libros está penado por la ley'
David Laycock 241
Prohibida su reproduccióntotal o parcial por cualquier YIil. ¿Populismo o democracinpopular?El Frente
*"¿ióá" i*ptésión o digital, en fórma idéntica, extractada Democrático Unido,eI operaísmo y Ia lucha
o modificada', en españofo en cualquier otro idioma,
sin autorización expresa de la editorial' por la dnnocracinradicalenSudófrica
DavidHowarth. ......r". 283
Iupnrso rr.l Anesr¡rrNl - Pnl¡vr¿pl¡vAncr¡vn¡v¡
Hecho el depósito que previene la ley LL'723 IX. Religiónypopulismoenla Greciacontnnporónea
YannisStavrakakis 313
I. POPULISMO:¿QUENOSDICE EL NOMBRE?

ErnestoLaclau

'l'ooe onrrurcróN presupone una perspectiva teórica que otorga


scntido a lo que define. Este sentido {omo afirma la propia no-
ción de definición- sólo puede establecersesobre la base de la di-
lcrenciación del término definido respecto de alguna otra cosa
t¡ue la definición excluye. Esto, a sv vez, presupone wn terreno
tlentro del cual esasdiferencias como tales son pensables.Es este
torreno el que no es inmediatamente obvio cuando denominamos
populista a un movimiento (?), a una ideología (?), a una práctica
política (?). En los dos primeros casos -movimientos e ideolo-
gías-, denominarlos populistas implicaría diferenciar ese atributo
rle otras caracterizacionesen el mismo nivel de definición, como
"f ascista", "l7beral", "comunista", etc. Esto nos embarca inmedia-
t,lmente en una tarea complicada y a la larga contraproducente:
Ir¿rllarese último reducto donde encontraríamos un populismo
"puro", irreductible a aquellas otras caracterizacionesalternati-
v¡s. Si intentamos hacer esto, entramos en un juego en el cual
cualquier atribución al populismo de un contenido social o ideo-
kigico se enfrenta inmediatamente con una avalancha de excep-
t iones. Por lo tanto, nos vemos forzados a concluir que cuando
r¡tilizamos el término, nuestras prácticas lingüísticas presuponen
crr alguna medida su sentido, pero que este último no puede/ sin
r.rnbargo,traducirse de un modo definible. Por lo demás, aún me-
rrospodemos, a través de ese sentido, apuntar a un referente iden-
tificable (que lo cubriría plenamente).
¿Qué ocurre si pasamos de los movimientos o las.ideologías
como unidades de análisis, a las prácticas políticas? Todo de-
l,r'nde de cómo concibamos este pasaje.Si está gobernado por la
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DE LADEMOCRACIA
COMOESPEJO
ELPOPULISMO POPULISMO:
¿QUÉNOSDICEEL NOMBRE? 53
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rk:sde el comienzo. Dadas estas limitaciones, la lógica política del
unidad de un sujeto constituido a nivel de la ideología o del mo-
vimiento político, obviamente no habremos avanzado un solo I ropulismo era impensable.
paso en la determinación de lo que es específicamente populista' En las páginas siguientes, voy a plantear tres proposiciones
Las dificultades para determinar el carácter político de los suietos Ie(rricas:1) que el pensar la especificidad del populismo requiere
r'omenzar el análisis a partir de unidades más pequeñas que el
de ciertas prácticas no pueden sino reproducirse en el análisis de
las prácticas como tales, en la medida en que estas últimas sim- ¡qrupo (ya sea en el nivel político o en el ideológico); 2) que el po-
plemente expresanla naturaleza interna de esos sujetos. Sin em- ¡rtrlismo es una categoría ontológica y no óntica -es decir, su signi-
licado no debe hallarse en ningún contenido político o ideológico
bargo, existe una segunda posibilidad -a saber, que las prácticas
r¡tteentraría en la descripción de las prácticas de cualquier grupo
políticas no expresen la naturaleza de los agentes sociales sino
erpecífico, sino en un determinado modo de articulación de esos
que, en cambio, los constituyan-'En ese caso, la práctica política
contenidos sociales, políticos o ideológicos, cualesquiera ellos
tendría cierto tipo de prioridad ontológica sobre el agente -este
F(,¿rn-; 3) que la forma de articulación, aparte de sus contenidos,
último sería meramente un precipitado histórico de la primera-'
En términos ligeramente diferentes: las prácticas serían unidades ¡rr'oduceefectos estructurantes que se manifiestan principalmente
ett el nivel de los modos de representación.
de análisis más importantes que el grupo -es decir, el grupo sólo
sería el resultado de una articulación de prácticas sociales-. Si
este enfoque es correcto, podríamos decir que un movimiento no
DsrvreNpessocrAlEs y ToTALIDADsocIAL
es populista porque en su política o ideología Presenta contenidos
reales identificables como populistas, sino Porque muestra una
( irmo hemos afirmado, nuestro punto de partida debería ser el ais-
determinad a lógica de articulación de esos contenidos -cuales-
In¡niento de unidades más pequeñas que el grupo y el análisis de la
quiera sean estos últimos-.
Antes de introducirnos en la sustancia de nuestro argumento lógica social de su articulación. El populismo constituye una de
erns lógicas. Afirmaremos, para comenzat que nuestro análisis
es necesario hacer una última observación. La categoría de "arti-
culación" ha tenido cierta difusión en el lenguaje teórico durante ¡rostulauna asimetría entre la comunidad como un todo ("socie-
los últimos treinta o cuarenta años -especialmente dentro de la rlitcl") y todo actor social que opera dentro de ella. Es decir, no
e¡iste un actor social cuya voluntad coincida con el propio funcio-
escuela althusseriana y su área de influencia-' Deberíamos decir,
r,trrliento de la sociedad concebida como tótalidad. Rousseauera
sin embargo, que la noción de articulación que desarrolló el
lotrrlmenteconscientede que la constitución de una voluntad ge-
althusserianismo se limitó principalmente a los contenidos ónticos
¡rernl-a la que considerabacomo la condición de la democracia-
que participan en el proceso de articulación (lo económico, lo polí-
ei'r¡cada vezmás difícil bajo las condiciones de las sociedadesmo-
tico, lo ideológico). Existía cierta teorizaciónontológica en lo que se
rlr.nras,donde sus propias dimensiones y heterogeneidad vuelven
refiere a la articulación (las nociones de "determinación en última
irrr¡rcrativoel recurrir a mecanismos de representación;Hegel in-
instancia" y de "autonomía relativa"), pero como esta lógica for-
lerrtírplantear la cuestión mediante el postulado de una división
mal aparecía como necesariamente derivada del contenido óntico
errtrc sociedad civil y sociedad política, donde la prir¡¡era repre-
de algunas categorías (por ejemplo, la determinación en última
:ienl¡ba el particularismo y la heterogeneidad (el "sistema de nece-
instancia podía corresponder sóIo alaeconomía), la posibilidad de
cirlades") y la segunda el momento de totalización y universali-
plantear una ontología de lo social estaba estrictamente limitada
54 DELADEMOCRACIA
COMOESPEJO
ELPOPULISMO ¿QUENOSDICEEL NOMBRE?
POPULISMO: 55

entre el
dad; y Marx reafirmó la utopía de una coincidencia exacta adopta el significado más activo de exigir algo a otra Persona -un
de una
comunitario y la voluntad colectiva mediante el rol reclamo- (como en el caso de "demandar una explicación"). En
"rpu.io de partida
clase universal en una sociedad reconciliada. El punto otras lenguas, como el español, existen palabras diferentes para los
de salvar el abismo en- dos significados: la palabra correspondiente a nuestro segundo sig-
de nuestra discusión es que ningún intento
finalmente
tre la voluntad política y el espacio comunitario puede nificado seúareiaindicación.Aunque cuando en nuestro análisis uti-
define la
tener éxito, Pero que el intento por construir ese puente lizamos el término "demanda" ponemos el acento claramente en el
de las identidades sociales' segundo sentido, la propia ambigüedad entre ambos no deja de te-
articulación específicamentepolítica
esta no
Debemos agregar, para evitar malentendidos' que rrer ventajas,ya que la noción teórica de demanda que vamos a em-
y las volunta-
coincidencia entre la comunidad como totalidad plear implica una cierta indecidibilidad entre ambos sentidos -de
sociales no nos lleva a adop- hecho, como veremos, corresponden a dos formas diferentes de ar-
des parciales y reales de los actores
en relación ticulación política-. Vamos a agregarque existe un supuesto oculto
tar ü pe.sp"ctlva del individualismo metodológico
lu.,r"rtión del agente.Esta última supone que los individuos común subyacente en ambos sentidos: a saber, que la demanda no
"or, a un paso de
son totalidades significativas, autodefinidas; está se autosatisface,sino que debe ser dirigida a una instancia diferente
debería ser concebida en térmi- cleaquella dentro de la cual fue formulada originariamente.
concluir que la interacción social
identidades se constru- Vamos a dar el ejemplo de una demanda sencilla: un grupo de
nos de negociacionesentre agentescuyas
yen en torno a interesesclaros' personas viviendo en un determinado barrio quiere que se intro-
holís-
Nuestra perspectiva es/ Por el contrario' enteramente cluzcaun recorrido de ómnibus que los transporte de sus lugares
que la promesa de plenitud conte- de residencia hacia el área en la cual trabaja la mayoría de ellos. Su-
tica, con la única salvedad de
autodetermi-
nida en la noción de un todo social completamente J)ongamosque se aproximan al municipio con ese pedido y que se
espacios
nado es inalcanzable. Por lo tanto, el intento de construir satisfacedicho pedido. Tenemos aquí el siguiente conjunto de ras-
colecti-
de comunicación a partir de una pluralidad de voluntades ¡¡osestructurales: 1) una necesidad social adopta la forma de peti-
vas nunca puede adoptar la forma de un contrato -que PresuPon- titin -es decir, no es satisfecha mediante la autogestión sino me-
que
dría las rro.ior,", de intereses y voluntades autodeterminadas tliante la apelación a otra instancia que tiene el poder de decisión-;
que la totalidad 2) el hecho mismo de que una petición tenga lugar muestra que el
estamos cuestionando. La plenitud comunitaria
transferida a los indi-
social no puede brindar tampoco puede ser ¡roder de decisión de la instancia superior no es de ninguna ma-
coherentes sino mera- rrcra cuestionado -por Io que estamos plenamente dentro de nues-
viduos. Los individuos no son totalidades
divididos en una tro primer sentido del término demanda-;3) la demanda es una
mente identidades referencialesque deben ser
seriedeposicionessubjetivaslocalizadas.Ylaarticulaciórrentre tlcmanda puntual, cerrada en sí misma -no es la punta de un ice-
(la propia lrcrg o el símbolo de una gran variedad de demandas socialesno
estas posiciones es una cuestión social y no individual
en nuestro enfoque)' Iormuladas-. Si unimos estos tres rasgos podemos formular esta
noción de "individuo" no tiene sentido
a partir de irnportante conclusión: las peticiones de este üpo, en las cuales las
Por tanto, ¿qué son estas unidades más pequeñas
lascualesdebemoscomenzarnuestroanálisis?Nuestrohilocon- tlcmandas se satisfacen puntual o individualmente, no construyen
elemental de rrirrguna brecha o frontera dentro de lo social. Por el Eontrario, los
ductor será Ia categoría de "demanda" como forma
es ambigua ¡r('toressociales están aceptando, como un supuesto no verbali-
construcción del vínculo social' La palabra "demanda"
petición' y Por otro z¡do del proceso total, la legitimidad de cada una de sus instan-
en inglés: tiene, por un lado, el significado de
56 ELPOPULTSMO
COMOESPEIO
DELADEMOCRACTA POPUUSMO:¿QUÉNOSDICEEL NOMBRE? 57

cias: nadie cuestiona ni el derecho de presentar la petición ni el aqüí ante una situación inversa, que puede describirse como una
derecho de la instancia decisoria de tomar la decisión. Cada ins- Iógicade la equiaalencia-es decir, una lógica en la cual todas las de-
tancia constituye una parte (o un punto diferencial) de una inma- mandas, a pesar de su carácter diferente, tienden a reagruparse, y
nencia social altamente institucionalizada. A las Iógicas sociales forman lo que denominaremos una cadenaequiaalencinl-.Esto sig-
que operan de acuerdo a este modelo diferencial e institucionali- nifica que cada demanda individual está dividida constitutiva-
zado las denominaremos lógicasde la diferencia.Ellas presuponen rnente: por un lado, es ella misma en su propia particularidad; por
que no hay división social y que toda demanda legítima puede otro lado, apunta, a través de los vínculos equivalenciales, al con-
satisfacersede un modo administrativo, no antagónico. Resulta fá- iunto de las otras demandas. Volviendo a nuestra imagen: cada
cil dar ejemplos de utopías sociales defendiendo la operación uni- demanda es, en efecto, la punta de un iceberg, porque aunque sólo
versal de lógicas diferenciales:la noción disraeliana de "una na- se muestra ella misma en su propia particularidad, presenta su
ción", el Estado de bienestar,o la consigna de Saint-Simon: "Del ¡:ropia reivindicación manifiesta como siendo tan sólo una en un
gobierno de los hombres a la administración de las cosas". conjunto más amplio de reivindicaciones sociales.2) El sujeto de la
Volvamos ahora a nuestro ejemplo. Supongamos que el pe- demanda es diferente en nuestros dos casos.En el primero, el su-
dido es rechazado. Sin duda, una situación de frustración social se ieto de la demanda era tan puntual como la propia demanda. Al
derivará de esta decisión. Pero si hay sólo una demanda no satis- sujeto de una demanda concebido como particularidad diferencial
fecha, esto no va a alterar sustancialmente la situación. Sin em- fo denominaremos sujeto democrático.En el segundo, el sujeto va a
bargo, si por alguna razínla variedad de demandas no satisfechas ser más amplio, ya que su subjetividad será el resultado del agru-
es muy grande, esa frustración múltiple va a desencadenar lógicas ¡ramiento equivalencial de una pluralidad de demandas democrá-
sociales de un tipo muy diferente. Por ejemplo, si el grupo de per- ticas.Al sujeto constituido sobre la base de esta lógica lo denomi-
sonas en esa área que ha visto frustrado su pedido por mejores naremos sujetopopular. Esto muestra claramente las condiciones
medios de transporte halla que sus vecinos están igualmente insa- tanto de surgimiento como de desaparición de una subjetividad
tisfechos en sus reclamos en los niveles de la seguridad, del sumi- ¡ropular: cuanto más tienden a ser absorbidas diferencialmente las
nistro de agua, de la vivienda, de la educación, etc., va a surgir al- demandas sociales dentro de un sistema institucional exitoso, más
gún tipo de solidaridad entre ellos: todos van a compartir el hecho débiles serán los vínculos equivalenciales y menos probable la
de que sus demandas permanecen insatisfechas. Es decit las de- crlnstitución de una subjetividad popular; por el contrario, una si-
mandas comparten una dimensión negativa más allá de su natu- tuación en la cual coexisten una pluralidad de demandas insatis-
raleza diferencial positiva. tl'chas y una creciente incapacidad del sistema institucional para
Una situación social en la cual las demandas tienden a reagru- ¡tbsorberlasdiferencialmente crea las condiciones que conducen a
parse sobre la base negativa de que todas permanecen insatisfe- una ruptura populista. 3) El corolario del análisis previo es que el
chas es la primera precondición -pero de ninguna manera la surgimiento de una subjetividad popular no se produce sin la
única- de ese modo de articulación política que denominamos po- creación de una frontera interna. Las equivalencias son sólo tales
pulismo. Vamos a enumerar ahora de entre sus rasgos estructura- r,rt relación con una falta que las domina a todas, y esto requiere la
les, aquellos que podemos detectar en esta etapa de nuestro argu- iclentificaciónde la fuente de la negatividad social. D,..e esta ma-
mento: 1) mientras que la organización institucional previamente rrcra, los discursos populares equivalenciales dividen lo social en
discutida se basaba en la lógica de la diferencia, nos encontramos tf os campos: el poder y "los de abajo". Esto transforma la natura-
DELADEMOCRACIA
COMOESPEJO
ELPOPULISMO POPULISMO:
¿QUÉNOSDICEELNOMBRE? 59
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leza de las demandas: dejan de ser simples peticiones y se trans- (rnédiante la significación) del poder que se oPone al conjunto de
forman en reitsindicaciones;en otras palabras, nos trasladamos al rrquellas demandas que constituyen la voluntad popular. Esto de-
segundo sentido del término "demanda"' bería ser claro: para que la cadena equivalencial cree una frontera
Equivalencias, subjetividad popular, construcción dicotómica clentro de lo social es necesario, de alguna manera, representar el
de lo social en torno a una frontera interna, Aparentemente, tene- otro lado de la frontera. No hay populismo sin una construcción
mos todos los rasgos estructurales que definen al populismo' Sin discursiva del enemigo el ancienrégime,la oligarquía, el establish'
embargo, no hemos terminado. Aún está faltando una dimensión nrcnt, etc. Vamos a retomar este aspecto más adelante. Ahora nos
crucial, que vamos a considerar a continuación' concentraremos en la transición de las posiciones de sujeto demo-
crático a las de sujeto popular sobre la base de los efectos de fron-
tcra que derivan de las equivalencias.
SrcxrrrcaNrEs vAcÍos Y FLoTANTES ¿Cómo se muestraa sí misma la equivalencia? Como ya he-
rrrosafirmado, el momento equivalencial no pugde hallarse en
Nuestra discusión nos ha conducido hasta ahora a reconocer dos rrirrgún rasgo positivo subyacente a todas las demandas/ ya que
condiciones -que se requieren mutuamente- para el surgimiento -r{esdeel punto de vista de esos rasgos- son completamente dife-
de una ruptura populista: la dicotomización del espacio social rc¡rtes entre sí. La equivalencia procede enteramente de la oposi-
mediante la creación de una frontera interna y la construcción de citln al poder que está más allá de la frontera, que no satisfacenin-
una cadena de equivalencias entre las demandas insatisfechas. Es- guna de las demandas equivalenciales.En ese caso, sin embargo
tas, estrictamente hablando, no constituyen dos condiciones, sino ¿trómopuede ser representada la cadena como tal? Como he sos-
dos aspectos de la misma condición, ya que la frontera interna tcnido en otro artículo,l la representación sólo es posible si una
sólo puede ser resultado del funcionamiento de la cadena equiva- dcmanda particular, sin abandonar completamente su propia par-
lencial. Lo que resulta importante, en cualquier caso/ es comPren- ticularidad, comienza a funcionar además como un significante
(lue representa la cadena como totalidad (de la misma manera que
der que la cadena equivalencial tiene un carácter anti institucional:
subvierte el carácter diferencial, particular de las demandas' Hay' el oro, sin dejar de ser una mercancía particular, transforma su
¡rropiamaterialidad en la representaciónuniversal del valor). Este
l)r()ceso,mediante el cual una demanda particular comienza a re-
¡rrcsentar una cadena equivalencial inconmensurable con sí
nrisrna,es por supuesto lo que hemos denominado hegemonía'Las
concebido como totalidad. rlcrnandas de Solidaridad, por ejemplo, comenzaron siendo las de-
Las demandas equivalenciales nos enfrentan inmediatamente rrr¿rndasde un grupo particular de trabajadores en Gdansk, pero
al problema de la representación del momento específicamente r onro fueron formuladas en una sociedad oprimida, donde muchas
rk,mandas sociales permanecían insatisfechas, se convirtieron en

I ErnestoLaclau,"Why do EmptySignifiersMatterto Politics?",en Eman-


vacíossonimpor-
1996[trad.esp.:"¿Porquélossignificantes
t tltttlion(s),Londres,
Buenos
diferatcia,
fÁlrl('sparala política?",en Emancipacióny Aires,Ariel,19961'
la representación del momento equivalencial es la totalización
popuLISMo: ¿QUENOSDICEEL NOMBRE? 6I
60 ELPOPULISMO DELADEMOCRACIA
COMOESPE]O
riolidad de su contenido diferencial,ya que esecontenido es elpor-
los significantes del conjunto del campo popular en un nuevo dis-
ltdttr de la negación del polo popular (mediante la frustración de
curso dicotómico.
l¡tsdemandas de este último). Como resultado, hay una inestabili-
Ahora bien, hay una característica de este Proceso de cons-
rl¡rd esencial que impregna los diversos momentos que hemos ais-
trucción de una significación popular universal que reviste parti-
Indo en nuestro análisis. En lo que hace a las demandas parücula-
cular importancia para la comprensión del populismo. Es la si-
rr's,nada anticipa, en sus contenidos aislados, el modo en que se
guiente: cuanto más se extiende la cadena de equivalencias, más
vnn a articular diferencial o equivalencialmente -lo cual depen-
débil será la conexión de las demandas particulares que asumen
rkrrá del contexto- y nada anticipa tampoco (en el caso de las equi-
la función de representación universal con su particularismo ini-
vnlencias) la extensión y la composición de las cadenas en las cua-
cial. Esto nos lleva a una conclusión que es central Para nuestro
les participan. Y como en el caso de los dos polos de la dicotomía
análisis: la construcción de una subjetividad popular es posible
sólo sobre la base de la producción discursiva de significantes ten- Pt¡cblo/poder, sus propias identidad y eskuctura van a estar abier-
fns de la misma manera a la polémica y ala redefinición. Francia
dencialmentevacíos. La denominada "pobreza" de los símbolos
lrnbía experimentado disturbios por los altos precios de los alimen-
populistas es la condición de su eficacia política {omo su función
krs desde la Edad Media, pero esos disturbios, como regla, no
es brindar homogeneidad equivalencial a una realidad altamente
lrlcntificaban a la monarquía como su enemigo. Fueron necesarias
heterogénea,sólo pueden hacerlo sobre la base de reducir al mí-
tr¡d¿rslas complejas transformaciones del siglo xvrn para llegar a
nimo su contenido particular-. En su expresión más extrema, este
trna etapa en la cual las demandas por los alimentos se volvieron
proceso llega a un punto en que la función homogeneizante es lle-
vada a cabo por un nombre propio: el nombre del líder. lrirrte de cadenas equivalenciales revolucionarias que abarcaron la
trrtrrlidaddel sistema político. Y el populismo estadounidensede
Existen otros dos aspectos importantes que, en este punto de
lrrngranjeros, a fin del siglo xrx, fracasó porque el intento de crear
nuesko análisis, debemos tomar en consideración. El primero tiene
¡ Rtlcnasde equivalencia popular que unificaran las demandas de
que ver con el üpo particular de distorsión que introducen las lógi-
krs grupos desposeídoshalló un obstáculo decisivo en un conjunto
cas equivalencialesen la construcción del "pueblo" y el"podet"
tle lÍmites diferencialesestructurales que demostraron ser más fuer-
como polos antagónicos. En el caso del "pueblo", como hemos
les que las inte¡pelaciones populistas: a saber,las dificultades para
visto, la lógica equivalencial se basa en un "vaciamiento" cuyas
rurtira los granjeros negros y blancos, la desconfianza mutua entre
consecuencias son, al mismo tiempo, enriquecedoras y empobre-
gr',rrrjeros y trabajadoresurbanos, la lealtad profundamente afian-
cedoras. Enriquecedoras: los significantes que unifican una cadena
¡nrl¡ de los granjeros del sur hacia el Partido Demócrata, etcétera.
equivalencial, al tener que cubrir todos los eslabones que integran
listo nos lleva a nuestra segunda consideración. A lo largo de
esta última, tienen una referencia más amplia que un contenido
rrur'stroanálisis previo, hemos estado operando bajo el supuesto
puramente diferencial que vincularía un significante a un solo sig-
alrrr¡rlificadorde la existencia de facto de una frontera que separa
nificado. Empobrecedoras: precisamente por esta referencia más
rLrr+g¿1ds¡¿sequivalenciales antagónicas. Este constituye el su-
amplia (potencialmente universal), su conexión con contenidos
particulares tiende a reducirse drásticamente. Utilizando una dis- [r!rr,]¡toque ahora debemos cuestionar.Todo nuestro enfoque nos
lL.v.r,de hecho, a este cuestionamiento, ya que si no existe nin-
tinción lógica, podríamos decir que lo que Sana en extensiónlo
grrrr,rrazón a priori por la que una demanda deba entrar en deter-
pierde enintensión. Y lo mismo ocurre en la construcción del polo
ll rtrr¡rd as cadenasequivalenciales y articulaciones diferenciales y
del poder: ese polo no funciona simplemente a través de la mate-
DELADEMOCRACIA
COMOESPEJO ¿QUÉNOSDICEEL NOMBRE?
POPULISMO: 63
62 ELPOPULISMO
políticas anta- +n cambinrsu signopolítico.Como hemos visto, en la medida en que
no en otras, deberíamos suPoner que las estrategias
gónicassebasanendiferentesformasdecrearfronteraspolíticas' Ios significantes centrales de un discurso político se vuelven par-
y trans- r'ialmente vacíos, debilitan sus vínculos previos con ciertos conte-
y que estas últimas están expuestas a desestabilizaciones
formaciones. nidos particulares -esos contenidos pasan a estar enteramente
medida' ¡rlriertos a una variedadde articulaciones equivalenciales-. Ahora
Si esto es así, nuestros supuestos deben' en alguna
está sometido a la presión lrien, basta con que los significantespopulares vacíos mantengan
modificarse. Cada elemento discursivo
¡¡rrradicalismo --esdecir, su capacidad de dividir a la sociedad en
estructuraldeintentosdearticulacióncontradictorios.Ennuestra
posibilidad tlos campos- pero que, sin embargo, la cadena de equivalencias
teorización del rol de los significantes vacíos' su
r¡rrcellos unifican cambie para que el significado político de toda la
o¡rcración populista adquiera un signo político opuesto. El siglo xx
rrosbrinda innumerables ejemplos de estos cambios. En Estados
I lnidos, los significantesdel radicalismo popula¡, que en tiempos
populismo t lt,l New Deal tenían una connotación principalmente de izquierda,
ponden a esta descripción. La dinámica política del
de esta frontera interna' lrrcron reapropiados más tarde por la derecha radical, desde
i"p"r,de de la reproducción constante
que mien- ( ir,orgeWallace hasta la "mayoría moral". En Francia la radical
Utilizando un símil de la lingüística, podríamos decir
"f t¡rrcióntribunicia" del Partido Comunista ha sido absorbida, en
r it'rta medida, por el Frente Nacional. Y la expansión general del
Inscismo durante el período de entreguerras sería inexplicable sin
Irnt:erreferencia a la rearticulación por parte de la derecha de te-
rrrrrsy demandas pertenecientes a la tradición revolucionaria'
Lo que resulta importante es comprender el patrón de este
caso) agrupados en torno a sólo dos posiciones sintagmáticas'
La frontera interna en la que se funda el discurso populista Irr'(x:eso de rearticulación: depende de que se mantengan parcial-
de dos ma- rr(,nte en funcionamiento los significantes centrales del radica-
puede, sin embargo, ser subvertida' Esto puede ocurrir
nerasdiferentes.UnaesromPerlosvínculosequivalencialesentre liarrropopulat pero que, al mismo tiempo, ellos inscriban en una
r ntlcna de equivalencias diferente muchas de las demandas de-
lasdiversasdemandasparticulares,mediantelasatisfacciónindi-
a la decli nrrx'ráticas.Esta rearticulación hegemónicaes posible porque nin-
vidual de estas últimas' Este es el camino que conduce
p,rrrrndemanda social tiene como su "destino manifiesto" una
for'nraa priori de inscripción -todo depende de una lucha hege-
rrrrinica-.Una vez que una demanda está sometida a los intentos
rr lit'ulatorios de una pluralidad de proyectos antagónicos, ella
contemporá- ttI r¡llcce como viviendo en una tierra de nadie con resPecto a estos
proyecto de "una nación" de Disraeli, o a los intentos
Vía y del "centro radical" de reem- r¡llirnosy adquiere una autonomía parcial y transitoria. Para refe-
,r"o, a" los teóricos de la Tercera
¡ irrros a esta ambigüedad de los significantes populares y de las
plazar a la política por la administración'
es de natu- rlern,rndasque articulan vamos a hablar de signiJicantes
lasegunda manera de subvertir la frontera interna flotantes.
fronteras sino l'l lil'o de relación estructural que los constituye es diferente de
raleza totalmente distinta. No consiste eneliminar las
POPULISMO:¿QUÉ NOS DICE ELNOMBRE? 65
64 EL POPULISMO COMO ESPETODE LA DEMOCRACIA
Estos son todos los rasgos definitorios estructurales que en-
aquella que hemos encontrado operando en los significantes va-
I r',r¡r,desde mi punto de vista, en la categoríade populismo. Como
cíos: mientras estos últimos dependen de una frontera interna ple-
Irr,rrrosvisto, el concepto de populismo que estoy proponiendo es
namente consolidada resultante de una cadena equivalencial, los
e¡ilrictamenteformal, ya que todos sus rasgos definitorios están re-
significantes flotantes son la expresión de la ambigüedad inhe-
l¡t'ionados exclusivamente a un modo de articulación específico
rente a todas las fronteras y de Ia imposibilidad de estas últimas
l,r ¡rrevalenciade la lógica equivalencial por sobre la lógica dife-
de adquirir una estabilidad definitiva. La distinción es, sin em-
f r'lrcial- independientemente delos contenidosrealesque se arti-
bargo, sobre todo analítica, ya que en la práctica los significantes
r rrl¡rn.Este es el motivo por el cual, al comienzo de este ensayo,
vacíos y flotantes en gran medida se superponen: no existe nin-
rrlilrné que el "populismo" es una categoría ontológica y no ón-
guna situación histórica en la que la sociedad esté tan consolidada
lir'¡r.La mayoría de los intentos por definir el populismo han pro-
que su frontera interna no se someta a ninguna subversión o des-
r ru'¡do encontrar qué le es específicoen un contenido óntico par-
plazamiento, ni tampoco ninguna crisis orgánica tan profunda
iir'rrlary como resultado, han terminado en un ejercicio inútil
como para que ciertas formas de estabilidad no pongan límites al
r rryosdos predeciblesresultados alternativos han sido o bien ele-
funcionamiento de las tendencias subversivas.
grl rrn contenido empírico que es inmediatamente inundado por
rrrriravalanchade excepciones,o bien apelar a una "intuición" que
rrrrl)uede traducirse en ningún contenido conceptual.
Popurrsvro, rorÍrrce v n¡pn¡ssNreclóN
IJstedesplazamiento de la conceptualización, de los conteni-
rlor¡a la forma, tiene varias ventajas (además aquella obvia de evitar
Vamos a unir ahora los diversos hilos de nuesko argumento a fin
el sociologismoingenuo que reduce la forma política a la unidad
de formular un concepto coherente de populismo. Dicha coheren-
|ir'('onstituida del grupo). En primer lugar, tenemos un modo de
cia sólo puede obtenerse si las diferentes dimensiones que partici-
r orrsiderar el problema recurrente vinculado a la ubicuidad del
pan de la elaboración del concepto no son sólo rasgos diferencia-
¡r r¡rulismo-el hecho de que pueda surgir en diferentes puntos de
dos unidos mediante la simple enumeración, sino parte de un todo
l+rcstructura socioeconómica-.Si sus rasgos definitorios se hallan
teóricamente articulado. Por empezaq,sólo hay populismo si existe
eir la ¡-rrevalencia de la lógica de la equivalencia, la producción de
un conjunto de prácticas político-discursivas que construyen un al¡irrificantesvacíos y la construcción de fronteras políticas me-
sujeto popul ar, y la precondición para el surgímiento de tal sujeto
rfl,rrtc la interpelación a "los de abajo", comprendemos de inme-
es, como hemos visto, la conskucción de una frontera interna que
| | t¡rl( ) cluelos discursosbasadosen esta lógica articulatoria pueden
divide el espacio social en dos campos. Pero la lógica de esa divi-
| | rln(¡nzaren cualquierlugar de la estructura socioinstitucional:or-
sión es establecida, como sabemos/ por la creación de una cadena
H¡rriz.rcionespolíticas clientelistas,partidos políticos establecidos,
equivalencial entre una serie de demandas sociales en las cuales el
¡tlrtlit'¿rtos, el Ejército,movimientos revolucionarios,etc. El "popu-
momento equivalencial prevalece por sobre la naturaleza diferen-
li¡rrro" no define la política concreta de estasorganizaciones,sino
cial de las demandas. Finalmente, la cadena equivalencial no puede
rllir,(,s una forma de articular sus temas -<ualesquieraellos sean-.
ser el resultado de una coincidencia puramente fortuita, sino que
lirr segundo lugar, podemos entender mejor, de esta manera,
debe ser consolidada mediante la emergencia de un elemento que
nl¡io r¡ue es esencial para la comprensión del escenario político
otorga coherencia a la cadena por significarla como totalidad' Este
r lrrlt,rnporáneo: la circulación de los significantes de la protesta
elemento es lo que hemos denominado significanteaací0.
66 EL POPULISMO COMO ESPEJODE LA DEMOCRACIA
POPULTSMO:
¿QUÉNOSDrCEEL NOMBRE? 67
opuesto'
radical entre movimientos de signo político totalmente
un solo liirn y por la individualización de las demandas socialesque nin-
Ya nos hemos referido antes a esta cuestión' Vamos a dar
y el ga- g,rrrrnlucha en torno a las fronteras internas -es decir ninguna poli
ejemplo: la circulación de los significantes del mazzinismo
(1943-1945)' lic¡- sería posible; y la equivalencia pura implicaría tal disolución
.ibuldir*o en Italia durante la guerra de liberación
en Italia rk' los vínculos socialesque la propia noción de "demanda social"
Estos habían sido los significantes de la protesta radical
intenta- ¡rt,rderíatodo sentido -esta es la imagen de la "multitud" en la
desde el Risorgimento. Tanto fascistas como comunistas
se volvieron Iorma en que era representada por los teóricos de la "psicología de
ron articularlos en sus discursos y, como resultado'
l¡rsrnásírs"del siglo xrx (Taine,Le Bon, Sighele, etc.).
parcialmenteautónomosenrelaciónconesasdiferentesformasde
Es importante comprender que la imposibilidad de los dos
articulación política. Retuvieron la dimensión de radicalismo'
Ia iz- extremosde la diferencia pura y de la equivalencia pura no es una
pero el hechá de que ese radicalismo se orientara hacia
decidido desde irnposibilidad empírica, sino lógica. La subversión de la diferen-
quierda o hacia h áerecha era algo que no estaba
que ya he- r'i,rpor una lógica equivalencial no adopta la forma de una elimi-
á principio -eran significantes flotantes, en el sentido
rr¡rcióntotal de la primera por parte de la segunda. Una relación
más discutido-. Obviamente es un eiercicio inútil preguntarnos
rlt, cquivalencia no es una en la cual todas las diferencias se dilu-
qué grupo social se expresa a sí mismo mediante esos símbolos yurl en la identidad, sino una en la cual las diferencias continúan
populistas: las cadenas de equivalencia que formaron atravesaron
articulado rrlrtrrando muy activamente. La equivalencia elimina la separación
iiu"rro, sectoressociales,y su radicalismo podía ser
Esta mi- errtrclas dernandas,pero no las demandas mismas. Si un conjunto
por movimientos de signo político totalmente oPuesto'
el popu- rlr, rlemandas -transporte, vivienda, empleo, etc. para volver a
gración de significantes puede describirse si se concibe
y no si ese princi- nrr()stroejemplo inicial- permanece insatisfecho, la equivalencia
l-ir*o .o*o un principio formal de articulación;
que lo encarnaron existenteentre ellas -y la identidad popular resultante de esa
pio es buscado en los contenidos particulares
er¡rrivalencia-requiere en gran medida la persistenciade esasde-
en diferentes coyunturas políticas'
popu- rrr,rlrdas.Por lo tanto, la equivalencia es, claramente, una forma
Finalmente, una aproximación formal a la cuestión del
que de otro modo sería l'ru'ticularde articular diferencias.Hay, por tanto, entre la equiva-
Iismo nos permite considerar otra cuestión,
populista es' lerrciay la diferencia, una dialéctica connpleja, un comprc¡miso
inextricable. Preguntarnos si un movimiento es o no
lrrt,stable.Existe una variedad de situacioneshistóricas que presu-
en realidad, comenzar con la pregunta errónea' Lo que deberíamos
es po- ¡rrrrrcnfa presencinde ambas,pero al mismo tiempo, sutensión.Ya-
preguntarnos es, en cambio, lo siguiente: ¿hasta qué punto
es idéntica irro:i¡ mencionar algunas de ellas:
prrtittu un movimiento? Como sabemos, esta pregunta
domina | ) Un sistema institucional se vuelve cada vez menos capaz
a esta otra: ¿hastaqué punto la lógica de la equivalencia
como oPe- rle ,rbsorberdiferencialmente las demandas sociales,y esto con-
su discurso? Hemos presentado las prácticas políticas ,lrl,'t'¿runa brecha interna dentro de la sociedady a la construc-
cúyos dos extremos se-
rando en diversos Puntos de un continuum r ifrrrr1edos cadenas de equivalencias antagonistas. Esta es la ex-
domi-
rían, por reducción al absurdo, un discurso institucionalista
populista' ¡relicucia clásica de una ruptura populista o revolucionaria, que
nado por una lógica pura de la diferencia y un discurso
modo irrestricto' gerrr,ralmentees resultado de los tipos de crisis de representación
en el cual la lógica de la equivalencia opera de
pura r¡rrt,( iramsci denominó "crisis orgánicas".
Estos dos extremos son en realidad imposibles: la diferencia
la administra- 2) El régimen resultante de una ruptura populista se vuelve
significaría una sociedad dominada a tal punto por
[irnf',resivamentemás institucionalizado, de manera que la lógica
68 ELPOPULISMO DELADEMOCRACIA
COMOESPEJO POPULISMO:
¿QUENOSDICEEL NOMBRE? 69

diferencial comienza a prevalecer nuevamente y la idenüdad po- del espacio comunitario, una elección en la encrucijada de la cual
pular equivalencial se convierte en una langue debois inoperante depende el futuro de una determinada sociedad, ¿no se convierte
que gobierna cadavezmenos el funcionamiento efectivo de la po- el populismo en sinónimo de política? La respuesta sólo puede ser
lítica. En la Argentina el peronismo intentó pasar de una política afirmativa. Populismo significa cuestionar el orden institucional
inicial de confrontación -cuyo sujeto popular era el "descamisado" rnediante la construcción de un pueblo como agente histórico -es
(el equivalente del sans-culotte)-a un discurso cada vez más insti- deci¡, un agente que es un otro en relación al orden vigente-. pero
tucionalizado basado en lo que se denominó "la comunidad orga- csto es equivalente a lo político. Sólo tenemos política a través del
nizada". Podemos hallar otra variante de esta creciente asimetría gesto que abaróaal estado de cosasexistente como un todo sisté-
entre demandas concretas y un discurso equivalencial en aquellos mico y presenta una alternativa respecto al mismo (o, por el contra-
casosen los que este último se convierte enla languede bois delEs' rio, cuando defendemos al sistema existente frente a otras alternati-
tado. Encontramos en estos casos que la creciente distancia entre vas potenciales).Esta es la razón por la cual el fin del populismo
las demandas sociales concretas y el discurso equivalencial domi- coincide con el fin de la política. Hay fin de la política cuando la
nante conduce con frecuencia a la represión de las primeras y a Ia comunidad concebida como totalidad y la voluntad que expresa
violenta imposición de este último. Muchos regímenes africanos, csa totalidad se vuelven indistinguibles una de otra. En ese caso,
después del proceso de descolonizaci6n, siguieron este modelo' como he sostenido a lo largo de este ensayo, la política es reem-
3) Determinados grupos dominantes intentan recrear cons- plazada por la administracióry y las huellas de la división social
tantemente las fronteras internas mediante un discurso creciente- desaparecen.El Leviatán de Hobbes como voluntad total de un
mente anti institucional. Estos intentos generalmente fracasan' ¡;obernante absoluto, o el sujeto universal de una sociedad sin cla-
Pensemos por ejemplo en el proceso que llevó del facobinismo al sesde Marx, representan caminos paralelos -aunque por supuesto
Directorio en Francia, y, en China, en las diversas etapas del ciclo cle signo opuesto- que conducen al fin de la política. Un Estado
de la "revolución cultural". lotal, incuestionable, y la extinción del Estado son formas de anu-
lar las huellas de la división social. Resulta fácil, en ese sentido,
Un movimiento o una ideología -o, si ponemos ambos bajo su gé- vcr que las condiciones de posibilidad de lo político y las condi-
nero común, un discurso- va a ser más o menos populista depen- t'iones de posibilidad del populismo son las mismas: ambos pre-
diendo del grado en que sus contenidos son articulados por lógicas srrponen la división social; en ambos hallamos un demosambiguo
equivalenciales. Esto significa que ningún movimiento político va a (lue es/por un lado, un sector dentro de la comunidad (los despo-
estar completamente exento de populismo, porque ninguno va a de- scídos), y, por el otro, un actor que se presenta a sí mismo, de
jar de interpelar hasta cierto punto al "pueblo" contra un enemigo, rrrodo antagónico, como la totalidad de la comunidad.
mediante la construcción de una frontera social. Es por esto que sus Esta conclusión nos conduce a nuestra última consideración.
referencias populistas van a mostrarse de una manera particular- lirr la medida en que haya política (y, si nuestro argumento es co-
mente clara en momentos de transición política, cuando el futuro rrccto, su derivado que es el populismo) va a haber división so-
de la comunidad está en juego. El grado de populismo/ en ese sen- lial. Un corolario de esta división es que un sector dentro de la
tido, dependerá de la profundidad del abismo que seParalas alter- t ornunidad va a presentarse a sí mismo como la expreSión y la re-
nativas políticas. Esto, sin embargo, plantea un problema' Si el po- ¡rlcsentaciónde la comunidad como un todo. Este abismo es
pulismo consiste en la postulación de una altemativa radical dentro irrcrradicableen la medida en que tengamos una sociedadpolítica.
70 ELPOPULISMO COMO ESPEJODE LADEMOCRACIA

II. EL "FIN DE LA POLÍTICA"Y ELDESAFÍO


DEL POPULISMODE DERECHA

Chantal Mouffe*

lil rrvre DELpopur-rsuo se situó recientementeen el centro de la


ntención en Europa. El inesperado accesode ]ean-Marie Le Pen a
la segunda ronda de las eleccionespresidenciales en Francia en
rnayo de 2003, y los excelentes resultados de la Lista Pim Fortuyn,
que salió segunda en las eleccioneslegislativas holandesas el 15
tlc mayo -después del asesinatode su líder-, han provocado un
slrock que ha obligado a las democraciasoccidentalesa tomar fi-
n¿tlmenteen serio el crecimiento del populismo de derecha. Por
t'icrto, tales partidos existen hace tiempo, pero eran considerados
rtrarginales,y su fuerte presenciaen paísescomo Austria se expli-
t'nbapor idiosincrasiasnacionalesespecificas,por lo que era posi-
lrkr desestimarloscomo fantasmas del pasado, que pronto serían
rfcjados de lado por los avancesdel proceso de "modernizaciín".
Sin embargo, los crecientes triunfos de los partidos populistas
rL'tlerechaen la mayoría de los paíseseuropeosy su crecienteape-
l,rtión popular hacen que resulte muy difícil seguir sosteniendo
tlit'ha tesis. Así, en lugar de ser percibidos como una excepción,
rlrlrrellospartidos son presentados ahora como la principal ame-
rr,rzaa nuestrasinstituciones democráticas.Pero el hecho de que se
Ir,ryanconvertido en un tema central de discusión no significa que
:it. lraya logrado algún progreso en la aceptación de su naturaleza.
otras, el surgimiento del "Pueblo"-'
lil nlotivo es que el marco teórico que inspira gran parte del pensa-

. Quieroagradecer a Ma¡cusKleirymi asistente


de investigación
durante
\'filrosaños,por su invaluableayudapararecolectarla vastadocumentación
q rlr¡1'
1'lsurgimientodel populismode derechaenEuropa.

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