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Sor,npeP Llcreu
El populismocomo
espejode la democracia
e introducciónde
Compilación
FnaNcrscoPeNrzze
BenjamínArditi - SebastiánBarros
Glenn Bowman - David Howarth
ErnestoLaclau - David LaYcock
joseph Lowndes - Chantal Mouffe
Oscar Reyes- Yannis Stavrakakis
ErnestoLaclau
entre el
dad; y Marx reafirmó la utopía de una coincidencia exacta adopta el significado más activo de exigir algo a otra Persona -un
de una
comunitario y la voluntad colectiva mediante el rol reclamo- (como en el caso de "demandar una explicación"). En
"rpu.io de partida
clase universal en una sociedad reconciliada. El punto otras lenguas, como el español, existen palabras diferentes para los
de salvar el abismo en- dos significados: la palabra correspondiente a nuestro segundo sig-
de nuestra discusión es que ningún intento
finalmente
tre la voluntad política y el espacio comunitario puede nificado seúareiaindicación.Aunque cuando en nuestro análisis uti-
define la
tener éxito, Pero que el intento por construir ese puente lizamos el término "demanda" ponemos el acento claramente en el
de las identidades sociales' segundo sentido, la propia ambigüedad entre ambos no deja de te-
articulación específicamentepolítica
esta no
Debemos agregar, para evitar malentendidos' que rrer ventajas,ya que la noción teórica de demanda que vamos a em-
y las volunta-
coincidencia entre la comunidad como totalidad plear implica una cierta indecidibilidad entre ambos sentidos -de
sociales no nos lleva a adop- hecho, como veremos, corresponden a dos formas diferentes de ar-
des parciales y reales de los actores
en relación ticulación política-. Vamos a agregarque existe un supuesto oculto
tar ü pe.sp"ctlva del individualismo metodológico
lu.,r"rtión del agente.Esta última supone que los individuos común subyacente en ambos sentidos: a saber, que la demanda no
"or, a un paso de
son totalidades significativas, autodefinidas; está se autosatisface,sino que debe ser dirigida a una instancia diferente
debería ser concebida en térmi- cleaquella dentro de la cual fue formulada originariamente.
concluir que la interacción social
identidades se constru- Vamos a dar el ejemplo de una demanda sencilla: un grupo de
nos de negociacionesentre agentescuyas
yen en torno a interesesclaros' personas viviendo en un determinado barrio quiere que se intro-
holís-
Nuestra perspectiva es/ Por el contrario' enteramente cluzcaun recorrido de ómnibus que los transporte de sus lugares
que la promesa de plenitud conte- de residencia hacia el área en la cual trabaja la mayoría de ellos. Su-
tica, con la única salvedad de
autodetermi-
nida en la noción de un todo social completamente J)ongamosque se aproximan al municipio con ese pedido y que se
espacios
nado es inalcanzable. Por lo tanto, el intento de construir satisfacedicho pedido. Tenemos aquí el siguiente conjunto de ras-
colecti-
de comunicación a partir de una pluralidad de voluntades ¡¡osestructurales: 1) una necesidad social adopta la forma de peti-
vas nunca puede adoptar la forma de un contrato -que PresuPon- titin -es decir, no es satisfecha mediante la autogestión sino me-
que
dría las rro.ior,", de intereses y voluntades autodeterminadas tliante la apelación a otra instancia que tiene el poder de decisión-;
que la totalidad 2) el hecho mismo de que una petición tenga lugar muestra que el
estamos cuestionando. La plenitud comunitaria
transferida a los indi-
social no puede brindar tampoco puede ser ¡roder de decisión de la instancia superior no es de ninguna ma-
coherentes sino mera- rrcra cuestionado -por Io que estamos plenamente dentro de nues-
viduos. Los individuos no son totalidades
divididos en una tro primer sentido del término demanda-;3) la demanda es una
mente identidades referencialesque deben ser
seriedeposicionessubjetivaslocalizadas.Ylaarticulaciórrentre tlcmanda puntual, cerrada en sí misma -no es la punta de un ice-
(la propia lrcrg o el símbolo de una gran variedad de demandas socialesno
estas posiciones es una cuestión social y no individual
en nuestro enfoque)' Iormuladas-. Si unimos estos tres rasgos podemos formular esta
noción de "individuo" no tiene sentido
a partir de irnportante conclusión: las peticiones de este üpo, en las cuales las
Por tanto, ¿qué son estas unidades más pequeñas
lascualesdebemoscomenzarnuestroanálisis?Nuestrohilocon- tlcmandas se satisfacen puntual o individualmente, no construyen
elemental de rrirrguna brecha o frontera dentro de lo social. Por el Eontrario, los
ductor será Ia categoría de "demanda" como forma
es ambigua ¡r('toressociales están aceptando, como un supuesto no verbali-
construcción del vínculo social' La palabra "demanda"
petición' y Por otro z¡do del proceso total, la legitimidad de cada una de sus instan-
en inglés: tiene, por un lado, el significado de
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COMOESPEIO
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cias: nadie cuestiona ni el derecho de presentar la petición ni el aqüí ante una situación inversa, que puede describirse como una
derecho de la instancia decisoria de tomar la decisión. Cada ins- Iógicade la equiaalencia-es decir, una lógica en la cual todas las de-
tancia constituye una parte (o un punto diferencial) de una inma- mandas, a pesar de su carácter diferente, tienden a reagruparse, y
nencia social altamente institucionalizada. A las Iógicas sociales forman lo que denominaremos una cadenaequiaalencinl-.Esto sig-
que operan de acuerdo a este modelo diferencial e institucionali- nifica que cada demanda individual está dividida constitutiva-
zado las denominaremos lógicasde la diferencia.Ellas presuponen rnente: por un lado, es ella misma en su propia particularidad; por
que no hay división social y que toda demanda legítima puede otro lado, apunta, a través de los vínculos equivalenciales, al con-
satisfacersede un modo administrativo, no antagónico. Resulta fá- iunto de las otras demandas. Volviendo a nuestra imagen: cada
cil dar ejemplos de utopías sociales defendiendo la operación uni- demanda es, en efecto, la punta de un iceberg, porque aunque sólo
versal de lógicas diferenciales:la noción disraeliana de "una na- se muestra ella misma en su propia particularidad, presenta su
ción", el Estado de bienestar,o la consigna de Saint-Simon: "Del ¡:ropia reivindicación manifiesta como siendo tan sólo una en un
gobierno de los hombres a la administración de las cosas". conjunto más amplio de reivindicaciones sociales.2) El sujeto de la
Volvamos ahora a nuestro ejemplo. Supongamos que el pe- demanda es diferente en nuestros dos casos.En el primero, el su-
dido es rechazado. Sin duda, una situación de frustración social se ieto de la demanda era tan puntual como la propia demanda. Al
derivará de esta decisión. Pero si hay sólo una demanda no satis- sujeto de una demanda concebido como particularidad diferencial
fecha, esto no va a alterar sustancialmente la situación. Sin em- fo denominaremos sujeto democrático.En el segundo, el sujeto va a
bargo, si por alguna razínla variedad de demandas no satisfechas ser más amplio, ya que su subjetividad será el resultado del agru-
es muy grande, esa frustración múltiple va a desencadenar lógicas ¡ramiento equivalencial de una pluralidad de demandas democrá-
sociales de un tipo muy diferente. Por ejemplo, si el grupo de per- ticas.Al sujeto constituido sobre la base de esta lógica lo denomi-
sonas en esa área que ha visto frustrado su pedido por mejores naremos sujetopopular. Esto muestra claramente las condiciones
medios de transporte halla que sus vecinos están igualmente insa- tanto de surgimiento como de desaparición de una subjetividad
tisfechos en sus reclamos en los niveles de la seguridad, del sumi- ¡ropular: cuanto más tienden a ser absorbidas diferencialmente las
nistro de agua, de la vivienda, de la educación, etc., va a surgir al- demandas sociales dentro de un sistema institucional exitoso, más
gún tipo de solidaridad entre ellos: todos van a compartir el hecho débiles serán los vínculos equivalenciales y menos probable la
de que sus demandas permanecen insatisfechas. Es decit las de- crlnstitución de una subjetividad popular; por el contrario, una si-
mandas comparten una dimensión negativa más allá de su natu- tuación en la cual coexisten una pluralidad de demandas insatis-
raleza diferencial positiva. tl'chas y una creciente incapacidad del sistema institucional para
Una situación social en la cual las demandas tienden a reagru- ¡tbsorberlasdiferencialmente crea las condiciones que conducen a
parse sobre la base negativa de que todas permanecen insatisfe- una ruptura populista. 3) El corolario del análisis previo es que el
chas es la primera precondición -pero de ninguna manera la surgimiento de una subjetividad popular no se produce sin la
única- de ese modo de articulación política que denominamos po- creación de una frontera interna. Las equivalencias son sólo tales
pulismo. Vamos a enumerar ahora de entre sus rasgos estructura- r,rt relación con una falta que las domina a todas, y esto requiere la
les, aquellos que podemos detectar en esta etapa de nuestro argu- iclentificaciónde la fuente de la negatividad social. D,..e esta ma-
mento: 1) mientras que la organización institucional previamente rrcra, los discursos populares equivalenciales dividen lo social en
discutida se basaba en la lógica de la diferencia, nos encontramos tf os campos: el poder y "los de abajo". Esto transforma la natura-
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COMOESPEJO
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leza de las demandas: dejan de ser simples peticiones y se trans- (rnédiante la significación) del poder que se oPone al conjunto de
forman en reitsindicaciones;en otras palabras, nos trasladamos al rrquellas demandas que constituyen la voluntad popular. Esto de-
segundo sentido del término "demanda"' bería ser claro: para que la cadena equivalencial cree una frontera
Equivalencias, subjetividad popular, construcción dicotómica clentro de lo social es necesario, de alguna manera, representar el
de lo social en torno a una frontera interna, Aparentemente, tene- otro lado de la frontera. No hay populismo sin una construcción
mos todos los rasgos estructurales que definen al populismo' Sin discursiva del enemigo el ancienrégime,la oligarquía, el establish'
embargo, no hemos terminado. Aún está faltando una dimensión nrcnt, etc. Vamos a retomar este aspecto más adelante. Ahora nos
crucial, que vamos a considerar a continuación' concentraremos en la transición de las posiciones de sujeto demo-
crático a las de sujeto popular sobre la base de los efectos de fron-
tcra que derivan de las equivalencias.
SrcxrrrcaNrEs vAcÍos Y FLoTANTES ¿Cómo se muestraa sí misma la equivalencia? Como ya he-
rrrosafirmado, el momento equivalencial no pugde hallarse en
Nuestra discusión nos ha conducido hasta ahora a reconocer dos rrirrgún rasgo positivo subyacente a todas las demandas/ ya que
condiciones -que se requieren mutuamente- para el surgimiento -r{esdeel punto de vista de esos rasgos- son completamente dife-
de una ruptura populista: la dicotomización del espacio social rc¡rtes entre sí. La equivalencia procede enteramente de la oposi-
mediante la creación de una frontera interna y la construcción de citln al poder que está más allá de la frontera, que no satisfacenin-
una cadena de equivalencias entre las demandas insatisfechas. Es- guna de las demandas equivalenciales.En ese caso, sin embargo
tas, estrictamente hablando, no constituyen dos condiciones, sino ¿trómopuede ser representada la cadena como tal? Como he sos-
dos aspectos de la misma condición, ya que la frontera interna tcnido en otro artículo,l la representación sólo es posible si una
sólo puede ser resultado del funcionamiento de la cadena equiva- dcmanda particular, sin abandonar completamente su propia par-
lencial. Lo que resulta importante, en cualquier caso/ es comPren- ticularidad, comienza a funcionar además como un significante
(lue representa la cadena como totalidad (de la misma manera que
der que la cadena equivalencial tiene un carácter anti institucional:
subvierte el carácter diferencial, particular de las demandas' Hay' el oro, sin dejar de ser una mercancía particular, transforma su
¡rropiamaterialidad en la representaciónuniversal del valor). Este
l)r()ceso,mediante el cual una demanda particular comienza a re-
¡rrcsentar una cadena equivalencial inconmensurable con sí
nrisrna,es por supuesto lo que hemos denominado hegemonía'Las
concebido como totalidad. rlcrnandas de Solidaridad, por ejemplo, comenzaron siendo las de-
Las demandas equivalenciales nos enfrentan inmediatamente rrr¿rndasde un grupo particular de trabajadores en Gdansk, pero
al problema de la representación del momento específicamente r onro fueron formuladas en una sociedad oprimida, donde muchas
rk,mandas sociales permanecían insatisfechas, se convirtieron en
diferencial comienza a prevalecer nuevamente y la idenüdad po- del espacio comunitario, una elección en la encrucijada de la cual
pular equivalencial se convierte en una langue debois inoperante depende el futuro de una determinada sociedad, ¿no se convierte
que gobierna cadavezmenos el funcionamiento efectivo de la po- el populismo en sinónimo de política? La respuesta sólo puede ser
lítica. En la Argentina el peronismo intentó pasar de una política afirmativa. Populismo significa cuestionar el orden institucional
inicial de confrontación -cuyo sujeto popular era el "descamisado" rnediante la construcción de un pueblo como agente histórico -es
(el equivalente del sans-culotte)-a un discurso cada vez más insti- deci¡, un agente que es un otro en relación al orden vigente-. pero
tucionalizado basado en lo que se denominó "la comunidad orga- csto es equivalente a lo político. Sólo tenemos política a través del
nizada". Podemos hallar otra variante de esta creciente asimetría gesto que abaróaal estado de cosasexistente como un todo sisté-
entre demandas concretas y un discurso equivalencial en aquellos mico y presenta una alternativa respecto al mismo (o, por el contra-
casosen los que este último se convierte enla languede bois delEs' rio, cuando defendemos al sistema existente frente a otras alternati-
tado. Encontramos en estos casos que la creciente distancia entre vas potenciales).Esta es la razón por la cual el fin del populismo
las demandas sociales concretas y el discurso equivalencial domi- coincide con el fin de la política. Hay fin de la política cuando la
nante conduce con frecuencia a la represión de las primeras y a Ia comunidad concebida como totalidad y la voluntad que expresa
violenta imposición de este último. Muchos regímenes africanos, csa totalidad se vuelven indistinguibles una de otra. En ese caso,
después del proceso de descolonizaci6n, siguieron este modelo' como he sostenido a lo largo de este ensayo, la política es reem-
3) Determinados grupos dominantes intentan recrear cons- plazada por la administracióry y las huellas de la división social
tantemente las fronteras internas mediante un discurso creciente- desaparecen.El Leviatán de Hobbes como voluntad total de un
mente anti institucional. Estos intentos generalmente fracasan' ¡;obernante absoluto, o el sujeto universal de una sociedad sin cla-
Pensemos por ejemplo en el proceso que llevó del facobinismo al sesde Marx, representan caminos paralelos -aunque por supuesto
Directorio en Francia, y, en China, en las diversas etapas del ciclo cle signo opuesto- que conducen al fin de la política. Un Estado
de la "revolución cultural". lotal, incuestionable, y la extinción del Estado son formas de anu-
lar las huellas de la división social. Resulta fácil, en ese sentido,
Un movimiento o una ideología -o, si ponemos ambos bajo su gé- vcr que las condiciones de posibilidad de lo político y las condi-
nero común, un discurso- va a ser más o menos populista depen- t'iones de posibilidad del populismo son las mismas: ambos pre-
diendo del grado en que sus contenidos son articulados por lógicas srrponen la división social; en ambos hallamos un demosambiguo
equivalenciales. Esto significa que ningún movimiento político va a (lue es/por un lado, un sector dentro de la comunidad (los despo-
estar completamente exento de populismo, porque ninguno va a de- scídos), y, por el otro, un actor que se presenta a sí mismo, de
jar de interpelar hasta cierto punto al "pueblo" contra un enemigo, rrrodo antagónico, como la totalidad de la comunidad.
mediante la construcción de una frontera social. Es por esto que sus Esta conclusión nos conduce a nuestra última consideración.
referencias populistas van a mostrarse de una manera particular- lirr la medida en que haya política (y, si nuestro argumento es co-
mente clara en momentos de transición política, cuando el futuro rrccto, su derivado que es el populismo) va a haber división so-
de la comunidad está en juego. El grado de populismo/ en ese sen- lial. Un corolario de esta división es que un sector dentro de la
tido, dependerá de la profundidad del abismo que seParalas alter- t ornunidad va a presentarse a sí mismo como la expreSión y la re-
nativas políticas. Esto, sin embargo, plantea un problema' Si el po- ¡rlcsentaciónde la comunidad como un todo. Este abismo es
pulismo consiste en la postulación de una altemativa radical dentro irrcrradicableen la medida en que tengamos una sociedadpolítica.
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Chantal Mouffe*
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