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Ajedrez Lógico, Jugada a Jugada



IRVING CHERNEV

>

. .YUGADA
A
.YUGADA '

EDITORIAL DIANA
MEXICO
Título original en inglés:
LOGICAL CHESS MOVE BY MOVE

Traducción:
MANUEL ARCE

la. Edición, marzo de 1959 •

lOa. Impresión. enero de 1971

DERECHOS RESERVADOS

©

Con autorización de
Simon 1fnd SchusteT, [nc.
630 Fifth Avenue, New York 20, N. Y.

EDITORIAL DIANA, S. A.
Calles de TlacoquemécatI y RQberto Gayol, México 12, D. F.
Impreso en México Printed in Mexico
A M I E S PO S A



Introducción

¿Ha visto el lector alguna vez mos las ideas, los los
a un que juega veinte pensamientos mismos de un maes­
partidas simultáneas? ¿Se ha ma­ tro cuando los revela en sus de­
ravillado (y quizá sentido envi­ talles más simples. Descubrimos
dia) de su confianza y facilidad sus modos de pensar más íntimos
con que se detiene por unos se­ y adquirimos así el conocimiento"
gundos ante cada tablero, consi­ -sí, el instinto--, necesario para . .
dera por un momento la posición reconocer las buenas jugadas y
y luego hace una jugada sin es­ rechazar las inferiores.
fuerzo? A fin de adquirir ese instinto,
�uega rápidamente porque ca­
• • •

. no es necesano memonzar mcon-


n9(:e de memoria decenas de aper- . tables variaciones de las apertu­
turas con centenares de variacio­ ras, ni sobrecargar la mente con
"
nes? DifíciJmente, pues la mayor listas de fÓlmulas y principios.
parte de las partidas toman en Es cierto que hay que
dichas exhibiciones un rumbo que detellninan los ca-
no se encuentra en los libros.

nectos, y su tiene gran


¿Analiza todas las combinacio­ valor para obtener posiciones fuer­
nes concebibles con" la velocidad tes, sólidas y victoriosas. Pero el
del relámpago? ¿O se atiene a lector se familiarizará con ellos
algún instinto infalible que lo sin grao esfuerzo; no de memo­
guía en las posiciones más extra· ria, sino observando sus efectos
ñas? Si así fuera, tendría que en el curso de una partida.
analizar con mayor rapidez que Aunada al placer de compren­
una calculadora electrónica o der cada fase de un juego con­
confiar en que le vendría la ins­ fOlme se (y el ajedrez
piración mil veces en una sesión

es el juego más emoci onante del


de ajedrez.
mundo), está la fascinación de ob­
¿Cómo lo hace? Si pudi�ramos servar los mentales de un
seguir sus procesos mentales, si maestro cuando nos la ri­
pudiéramos penuadirlo de que queza de ideas que se le· ocurren
nos revelara el significado de ca­ en cada nueva situación.· De él
da jugada al hacerla, podríamos aprenderemos las grandes ventajas
conocer la respuesta. que pueden derivarse de conocer
En este libro lo hemos penua­ el juego de. posiciones. El conoci­
dido. El maestro nos revela el miento del juego de pOsiciones
propósito que penigue con cada impide que el maestro haga juga­
una de las jugadas que hace en " das violentas, o se embarque. en
el curso de una partida. Segui- ataques e insensatos;

1 •

"

"
2 I R V I N G C H E R N EV

refrena el impulso de buscar com­ controlar la� columnas abiertas,


binaciones en cada ocasión que sabrá el lector que esa estrate.
se presenta; le aconseja colocar gia, ese desarrollo de dichas pie­
sus piezas donde tienen las ma­ zas, es, generalmente, bueno. Sao
yores probabilidades de atacar, le brá también, como lo sabe cual­
dice cómo apoderarse de las vi­ quier maestro, qué jugadas debe
tales casillas del centro, cómo ocu­ Duscar .primero cuando seleccio­
par - el mayor territorio posible, na un buen lugar para un caballo
cómo debilitar y entorpecer al o una tone.
enemigo. Y es el juego de posi­ Esto no quiere decir que el lec­
ciones el que le da la seguridad tor se acostumbrará a jugar super·
de que se presentarán por sí miS' ficialmente y sin pensar. Apren­
mas las posibilidades definidas derá cuándo y cómo aplicar prin­
de ganar, y de <J. ue aparecerán cipios valiosos, y cuándo y cómo
combinaciones dectsivas en el ta­ desafiar las convenciones. Adqui­
b lero . El maestro no busca esas rirá el hábito de hacer buenas
combinaciones. Crea las condicio­ jugadas con la facilidad con que
nes . que hacen posible su apari­ un niño absorbe el lenguaje:
ción. oyéndolo y hablándolo, y no es­
Comentaremos cada una de las tudiando las reglas de la Gramá­
. jugadas de cada partida en len­ tica.
guaje sencillo y cotidiano, y el Cada partida que reproduzca el
análisis que se necesite para de­ lector será una aventura emocio­
tallar los efectos de una jugada nante en el ajedrez, en que la
o para aclarar un motivo será audacia, la agudeza, la imagina­
claro y preciso. I.as frecuentes re­ ción y el ingenio reciben �u justa
peticiones del propósito de cada recompensa. Apreciando y absor­
Jugada convencerán al lector de biendo lo que nos enseñan tan
la importancia que tienen cier­ placenteramente, podremos apren­
tos conceptos fundamentales. DeS' der a jugar ajedrez lógico, jugada
pués de que se le haya dicho una a jugada.
y otra vez que los caballos deS'
empeñan mejor su misión en la IRVING CHERNEV.
casilla SA, y que las tones deben

La Anotación

Las jugadas de las siguientes La captura al paso se anota así:


partidas aparecen registradas en 8. PXP a.p.
la anotación descriptiva. En ella, Una jugada o captura con ja­
el rey se abrevia con la letra R, que tiene una t en seguida de la
la dama con D, la torre con T, jugada; por ejemplo: J P6C t. .
e! caballo con C, el alfil con A El mate se indica con ff.
y el peón con P. Las casillas re­ El enroque en el lado del rey
ciben el nombre de las piezas que se indica con O-O; en el lado de
las ocupan al iniciarse la parti­ la dama, con 0-0-0.
da. El rey ocupa la casilla uno Dejar una pieza amenazada,
rey (IR), Y el peón que se en­ significa exponerla a ser captura­
cuentra frente a él, dos rey (2R). da sin que se pueda capturar a
Un adelanto de este peón dos ca-. su vez.
sillas en la ¡ rimera jugada se Una prueba sencilla de si el
así: . P4R. 'Es redun­ lector ha comprendido la anota­
dante decir: 1. PR4R, pues sólo ción consiste en �er las piezas
lID peón puede ocupar esa casma y hacer las tres Jugadas siguien­
en esta jugada. Un adelanto se­ tes:
mejante .del peón de rey de las
Deglas se escribe así: 1. '
" P4R, 1. P4R P4R
J los tres puntos adicionales quie­ 2. C3AR C3AD
m:a decir que la jugada fue he· J. A5C P�TD
cha por las negras.
Una jugada se describe indi, He aquí la posición:
cando lo que hace una pieza o
un peón: la casilla a que va o la
captura que hace. Así, 2. C�AR
significa que las blancas, en su
tegunda jugada, movieron un ca­
ballo a la tercera casilla de la
columna del alfil de rey. No es
necesario mencionar cuál caballo,
pues sólo el caballo de rey podría
moverse a dicha casilla.
Las capturas se indican con
una x, de manera que " . AxC
significa que el alfil toma al ca· Si la posición del tablero es
bailo en la cuarta jugada de las igual a la del diagrama, el lector
blancas. sabe ya leer la anotación.


Al Ataque del Flanco del Rey
-

Este libro no persigue aturdir 3AR Y los tres peones que se en­
al lector con efectos mágicos, si­ cuentran frente a él. Mientras
no mostrarle cómo se producen.

esas piezaS protectoras permanez-


Tomemos el popular ataque can en su lugar, el rey estará casi
del flanco d el rey: es muy po­ a salvo de cualquier ataque. En
pular porque en él hay combina­ el momento en que cambie la for­
ciones, sacrificios brillantes y ju­ mación, la estructura se debilita.
gadas de sorpresa. Seduce a los . Entonces es vulnerable al ataque.
jugadores porque persigue el ma­ La posición puede cambiar
te rápido y penmte hacer juga­ cuando un jugador juega P3T
das sorprendentes. voluntariamente para evitar una
Pero, ¿cuándo y cómo inicia el clavada, o ruando juega P3C pa­
lector un ataque en el flanco del ra ahuyentar una pieza enemiga.
rey? ¿Debe esperar a que llegue Pero cuando esto no sucede, el
la inspiración? maestro (y aquí está el secreto)
La respuesta es sencilla y quizá
induce o hace que el contrario,
resulta sorprendente, así que
por medio de varias amenazas,
echemos una ojeada tras las bam-
adelante · el peón de torre o el
balinas: •
peón de caballo. Una vez que
cualquiera de estos peones se ha
movido, crea una debilidad ·en la
estructura defensiva, que puede
ser aprovechada. . Es en tonces
cuando el maestro inicia el ata­
que en el flanco del rey y alcan­
za sus efectos brillantes, si, casi
mágicos.
La partida Scheve-Teichmann
(Núm. 1)
muestra lo que sucede
cuando las blancas juegan P3TR
instintivamente para evitar la
clavada. Teichmann se concentra
en el peón que se salió de la lí­
En el diagrama se ilustra una nea y lo convierte en el objetivo
posición enrocada. El rey está de su ataque. Más tarde sacrifica
.protegido por un caballo en un alfil a cambio del peón de

5
ti I R V I N G C H E R N E V

torre a fin de romper la posición



que un caballo se acerque mu­
lon sus otras piezas. cho a su rey. Esta jugad;;. priva
En la partida Liubarski-Soul­ a su propio caballo de rey del
tanbeieH (Núm. 2), también las apoyo del peón y crea debilida­
blancas juegan P3TR por temor des en las casillas que no están
a la clavada, y las negras lo casti­ ya bajo la vigilancia de los peo­
gan con un ataque de peones que nes. Las piezas de Spielmann in­
se inicia ... P1STR! (En la par­ vaden las casillas débiles y dan
tida se explica por qué es buena . mate.
esta jugada del peón d� torre, y , La partida Przepiorka-Prokes
mala la de las blancas). (Núm. 8) es una ilustración de
En la partida Colle-Delvaux ... P3CR obligada, con el con­
(Núm. 3), Colle obliga a jugar secuente debilitamiento de las
. .. P3TR Y luego, astutamente, casillas negras. Przepiorka toma
induce ... P3CR. Después de la precaución de destruir al alfil
esto, el sacrificio del caballo ha­ que corre por las casillas negras
ce que se derrumbe la posición (para acentuar la debilidad) an­
debilitada. , tes de desencadenar el ataque de-

Las negras j(Íegan '" P3TR


ClSIVO.
por su voluntad para prevenir un La partida t!ntre Znosko-Bo­
ataque poco probable en la par­ rovsky y Mackenzie (Núm. 9) nos
tida Blakburne-Blanchard (Núm. muestra a las negras esforzándo­
4). Blackburne sacrifica un alfil se por mantener al caballo ene­
para elimi p ar al indiscreto peón migo lejos de su territorio jugan­
de torre t poder entrar en el do '" P3CR. Lo logra, pero a

campo enemigo. costa de debilitar las casillas ne­


La partida Ruger-Gebhar d gras próximas a su rey. Las blan­
(Núm. 5), ilustra el peligro que cas las encuentran convenientes

para sus piezas, que se turnan


entraña el enroque prematuro,


unido al descuido del centro. para ocupar las casillas críticas.
Cuando las negras agregan a sus La partida Tarrasch-Eckar t
otros pecados, un ataque sobre (Núm. 10) es un ejemplo intere­
una pieza con '" P3TR, tiene sante del peligro en que se incu­
como castigo un sacrificio que rre al jugar mecánicamente. Las
abre una columna contra su rey. negras se ven obligadas a jugar
La partida Zeissl-Walthoffen. ... P4AR Y luego ... P3CR, des­
(Núm. 6) es otro ejemplo de en­ pués de lo cual sucumben al sa­
roque inoportuno unido al des­ crificio del alfil, el cual elimina
cuido del centro. Las blancas se todos los peones que protegen al
ven obligadas a jugar P3CR, de­ rey.
bilitando las casillas blancas que Las dos partidas siguientes son
ya no están protegidas por el miniaturas deliciosas con mucha
peón. Las piezas de Walthoffen sustancia. La de Flohr-Pitschak
usan estas casillas para abrirse (Núm. 11) es una ilustración fas­
paso en la posición y llegar al cinadora del proceso de minar a
rey. los guardianes del rey para obli-
En la partida Spielmann-Wahle , garlos a que se muevan. Pitschak
(Núm. 7), las negras adelantan hace que el peón de caballo se
su peón de caballo para impedir adelante, luego el peón de torre,
AJEDREZ Ló GIC O 7

y después derrumba l<.ts barreras cial. Tarrasch casti� las infrac­


con un sacrificio de dama. ciones de principio de su oponen­
En la partida Pitschak-Flohr te haciendo retroceder sus piezas,
(Núm. 12), en que Flohr logra donde se estorban unas a las
vengarse, las blancas juegan P3TR otras, evitando que el rey enro­
para alejar a un alfil de sus cer­ que y asaltándolo con todas las
canías. Esto conduce a la pérdida piezas disponibles.
del peón y a la entrada de la
dama de Flohr hasta situarse in­
cómodamente cerca del rey. La Partida Núm. 1
concentración de ataques que si­
gue, lo deja con un peón solita­ GIUOCO PIANO
rio para defender a su rey.
En la partida Dobias-Podgorny BLANCAS NEGRAS
(Núm. 13), Dobias obliga a que
se mueva el peón de caballo y Scheve Teichmann
luego el peón de torre. Entonces,
sutilmente, mina la posición de­ Berlín, 1907
bilitada y hace que se derrumbe. El principal objeto de la estra­
La partida Tarrasch-Mi eses tegia en la apertura es el de sacar
(Núm_ 14) nos muestra a Ta­ rápidamente las piezas para que
rrasch destruyendo al caballo de tomen parte activa en el juego.
rey, el mejor defensor de una No se puede atacar (mucho
posición enrocada, y arrancando menos dar mate) con una o dos
de raíz al peón de caballo. La •

piezas.
desorganización de la fOllnación Hay que desarrollarlas todas,
de peones facilita las cosas para pues cada una tiene una misión
Tarrasch, quien obtiene la
.
,
-
victo-
. . que cumplir.
na con un pequeno mOVImIento ,

Una buena manera de comen-


de peón. zar consiste en lib�ar dos piezas
Las dos partidas siguientes no de un golpe, y esto puede hacerse
pertenecen, hablando en rigor, a adelantando uno de los peones
la categoría de los ataques en el centrales.
flanco del rey. Las incluyo para
demostrar las �onsecuencias de l. P4R
no procurar la seguridad del rey.
La partida Alekhine-Poindle Es ésta una excelente jugada
(Núm. 15) tiene algunas delicio­ de la apertura. Las blancas plan­
sas jugadas poco convencionales tan un peón en el centro del ta­
de Alekhine para castigar al ad­ blero y abren líneas para su da­
versario, que ha perdido tiempo. ma y su alfil. Su siguiente juga­
Las negras no pueden enrocar, y

da, si nadie lo impide, será 2.
su rey tIene que mantenerse en P4D. Los dos peones co - ntrolarán
el centro, donde está expuesto a entonces cuatro casillas de la
un ataque fatal. .
quinta fila, 5AD, 5D, 5R V 5AR,
, La partida Tarrasch-Kurschner Y evitarán que las negras colo­
(Núm. ]6) es una breve historia quen cualquiera de sus piezas en
que describe los procedimientos esas importantes casillas.
del ajedrez plausible y superfi- ¿Cómo deberán contestar las
8 I R V I NG e H E R N E V

negras a la primera jugada de 2. C3AR!


las blancas? No deberán perder
el tiempo considerando jugadas ¡Indudablemente, la mejor ju­
sin significación, como l. ..
.
gada en el tablerol
P3TR o l. . . POS·ID. Éstas y
.
El caballo se desarrolla con una
otras jugadas sin objeto no sir­ amenaza: el ataque a un peón.
ven para desarrollar las piezas ni De esta manera gana tiempo,
se oponen a la amenaza, de las pues las negras no se pueden de­
blancas para monopolizar el cen­ sarrollar a su antojo. Deben SIll­
tro. var al peón antes de hacer otra
Las negras deben luchar pOf' cosa, y esto reduce las posibilida­
conseguir una parte igual de las des de sus respuestas.
casillas valiosas. Las negras deben El caballo se desarrolla hacia
disputar la posesión del centro. el centro, lo que aumenta su al-
¿Por qué toda esta insistencia canee agreSIVO.

sobre el centro? ¿Por qué es tan El caballo ejerce presión sobre


importante? dos de las casillas estratégicas del
Las piezas colocadas en el cen­ centro, 5R y 4D.
tro gozan de la mayor libertad El caballo s:omienza a tomar
de acción y tienen el mayor al­ parte al principio del juego, cum­
cance para su fuerza de ataque. pliendo el precepto: Hay que de­
Un caballo, por ejemplo, coloca­ SIlTTollar los caballos antes que
do en el centro, domina en ocho los alfiles.
direcciones y ataca ocho casillas. Una de las razones en que se
Si se encuentra en un lado del basa este principio es que el ca­
tablero, el alcance de su ataque ballo da pasos más conos que el
se limita a cuatro casillas. ¡Se alfil. Necesita más tiempo para
reduce a sólo la mitad de un ca­ llegar a la zona donde se lucha.
ballol El alfil puede recoller todo el
La ocupación del centro signi­ tablero en una sola jugada (ad­
fica el control del tenitorio más viértase que el alfil de rey puede
valioso. Deja menos espacio para llegar hasta 6TD). Mientras el
las piezas del enemigo y le hace caballo necesita salto tras salto
difícil la defensa, pues sus piezas para llegar a 5CD, el alfil sólo
tienden a estorbarse entre sí. requiere un paso.

La ocupación del centro, o su


Otro fin que se desa-
control a distancia, levanta una
rrollando los es
barrera que divide las fuerzas del
que tenemos la de que
adversario y les impide cooperar
deben participar en la apenura.
de manera armoniosa. La resis­
Sabemos que' son más eficaces en
tencia de un ejército desunido así cienas casillas. Pero, en cambio,
no suele ser muy eficaz. .
no siempre estamos seguros de
1 . ... P4R cuál sea el lugar apropiado de un
alfil. Tal vez queramos que el al­
¡Muy bienl Las negras insisten fil domine una diagonal, o po-
en tener una participación equi­ demos que clave una pie-

tativa del centro. Plantan filme­ za enemiga. Por ello: Hay que
mente un peón alH y liberan dos sacar los caballos antes de desa­
de sus piezas. rrQllar los alfiles.
A J E D R E Z L Ó G I CO 9

En este punto, el lector adver­ de mi pieza más poderosa para _

tirá que las negras deben def�n­ defender un peón". _

der su peón de rey ar;'tes de JU­ 2. ... D2R: "Esta jugada en­
gar libremente. Hay diversos mo­ della a mi alfil de rey, míentras
dos de proteger al peón. Deben que mi dama está desempeñando
deteullinar "el valot de cada una el papel que podría ejecutar una
.
de las siguientes posibilidades, y pieza menor .
"

escoger entre ellas: 2. ... ASD: "He desarrollado


una pieza, pero el peón de dama
2. • • • PSAR queda obstruido y mi alfil de
2. • • • DSA dama puede quedar enterrado en
2. • • • D2R vida".
2. ASD
2. . , PSD: "No es mala, pues
• • •

2. • • • PSD da salida al alfil de dama. Pe-


2. • • • CSAD ro. " ¡un momento I Limita el
alcance del alfil de rey y, ade­
¿Cómo deciden las negras cuál más, he movido un peón cuan o �
es la jugada conecta? ¿ e n �� debería poner en juego las ple-
analizar incontables combmaclo­
zas .
"

nes y tratar de imaginar toda


2. . CSAD: "¡Eurekal Esta
suerte de ataques y defensas pa­
. .

es la mejor, pues he desarrollado


ra las diez o quince jugadas si­
una pieza a su casilla más apro­
guientes?
piada y he protegido al peón de
Pelmítaseme apresurarme a ase­
rey al mismo tiempo".
gurar al lector que un maestro
no pierde el tiempo valioso en
2. . . . • C3AD!
especulaciones inútiles. En lugar
de ello, recurre a una poderosa
Sin entrar en tediosos análisis,
arma seCleta: juzgar la posición.
las negras escogen la mejor juga­
Aplicándola, puede eliminar las
da posible. Siguen el consejo d.el
jugadas inferiores: a las que el
francés que dijo: "Sortez les ple­
jugador de tipo medio dedica
ces!" (Sacad las piezas). Sacan
gran reflexión. Apenas mira de
una pieza y. salvan . al peón de
j
pasada las ugadas que son vi�
. rey sm pérdIda de tIempo.
ladones eVidentes de los prmcI­
Debo advertir al lector que no
pios del ajedrez.
hay que seguir ciegamente ésta y
He aquí lo que podría pasarle
otras máximas. En el ajedrez, co-
por la mente al escoger la juga­ - .
mo en la vida, suele ser necesarIo
da conect4l:
olvidarse de las reglas. Pero, en
2. .. P3AR: "¡Teuiblel Mi
.

general, los principios que �bier­


peón de alfil ocupa una casilla nan al juego sólido constItuyen
que de�ía para el excelentes guías, especialmente en
caballo, y estorba el camino de la apertura, el-- juego medio y el
la dama por la diagonal. Y, ade­ final.
más. habré movido un peón cuan­
do debo desanollar las piezas: 1. A4A
2. ". D3A: "Mala", pues mi
cabano debe estar en SA, no la "La mejor pieza rara atacar es
dama. Además, pierdo la fuerza el alfil de rey", dice Tallasch.
10 I R V I NG C H E R N E V

Por ello, las blancas ponen en Hay que mover cada pie%ll so­
juego esta pieza y preparan el

lamente un� vez en la aptrrtura.
cammo para enrocarse pronto.
El alfil se apodera de una va­ 4: PSA
lio$a diagonal en el centro y ata­
ca al peón de alfil de rey de las El principal objeto de las blan­
negras. Este peón es particular­ cas es el de establecer dos peones
mente vulnerable, porque está de­ en el centro. Intentan apoyar un
fendido solamente por una pieza: avance del peón de dama. Des­
el rey. No es raro, aun al princi­ pués de 5. P 4D, atacando al al­
pio del juego, sacrificar una pieza fil y al peón, las neglas deben
por este peón, de manera que responder 5 . ... PXP. La recu­
el rey, al capturarla, sale a lo peración mediante 6. PxP deja
descubierto y queda expuesto a a las blancas con dos peones en
un ataque violento. control del centro.
Su objetivo secundario es el de
J. ' " A4 A llevar la dama a se, intensifican­
do la presión sobre el peón de
¿Es ésta la casilla más adecua­ alfil del rey.
da parael alfil? Veamos las alter­ istas son sus virtudes, pero 4.
nativas: PSA tiene también desventajas:
J. . . A5C: Inferior, pues el
. En la apertura, hay que mo­
alfil no toma parte en la lucha ver las piezas, no los peones.
por el control del centro y tiene Al adelantar a SA, el peón ocu­
poco alcance allí. pa una casilla que debería estar
J. . . ASD: Pobre, pues el
.
reservada para el caballo de da­
peón de dama queda bloqueado, ma.
y el otro alfil puede tener difi­
cultad para salir.
4. . . . D2R

J • A2R: No es muy mala,


. . .
¡Muy bien I Las negras desarro­
ya que el alfil mira hacia lados llan una pieza al mismo tiempo
diagonales y está bien colocado que contestan a la amenaza. Si las
para la defensa. En 2R, el alfil blancas persisten en jugar 5. P4D,
sólo ha dado un paso adelante, la continuación 5. .. PXP; 6.
,

pero se ha desarrollado una vez PXP, DxP t gana un peón. La


9ue deja la primera fila. Lo im­ captura con jaque no da tiempo
portante es recordar que hay que a las blancas para recuperar el
mover todas las pieza$. peón, y el peón ele ventaja, si
La jugada más fuerte de de$a­ todo lo demás es igual, resulta su­
rrollo es J. . . A4A. En e$ta ex­
.
ficiente para ganar la partida.
celente casilla, el alfil domina
una importante diagonal, ejerce 5.0-0
pre$ión $Obre el centro y ataca
a un peón débil. Este desarrollo Las blancas posponen el avan­
está de acuerdo con dos reglas ce del peón de dama y mueven
de oro para la apertura. su rey a un lugar seguro.
Hay que colocar cada pie%ll, tan Hay que enrocarse lo más pron­
rápidamente como sea posible, en to posible, preferiblemente en el.
la casilla en que sea más eficaz. lado del rey.
A J E D R. E Z L óG 1 e o 11
5 . .. . PSD

Apoya al peón de rey y al alfil


y fortalece el centro. Ahora el
alfil de dama puede entrar en el
JUego.

6. P4D

Con la espe ranza de que las


negras cambIen peones. Esto �e­
jaría a las blancas con una Im­
presionante alineación de peones Jugada marrullera, pero ilógi­
en el centro, y la casilla !JAD po­ �a. Las blancas amenazan con un
dría ser ocupada por su caballo. ataque sobre el alfil mediante 8.
Si después de 6. . . . PxP; 7. PxP, P5T. Si entonces 8. . . . AxPT;
DxP, las blancas castigan la to­ 9. P5D ataca al caballo que pro­
ma del peón mediante 8. TIR, tege al alfil. Después de la res­
clavando a la dama. puesta 9. ... CID, las blancas
capturan con 10. TxA, ganando
6. ... ASC una pieza. Si después de 8. P5T
las negras jugaran 8. . . . CxPT,
I Pero las negras no necesitan la continuación 9. TxC, AxT;
capturarl Ahora que su· peón de 10. D4T t da a las blancas dos
rey está seguro, el alfil, sencilla­ piezas por una torre.
mente, se retira, presionando to­ Pero, ¿qué derecho tienen las
davía el centro desde su nueva Qlancas de hacer combinaciones
posición. cuando su desarrollo está tan re­
A pesar de su formidable as­ trasado? Un ataque como el que
pecto, el centro de peones de las se inicia aquí es prematuro y no
blancas es deleznable. El peón de puede tener éxito.
dama está atacado tres veces, y Hay que desarrollar todas las
las blancas deben mantener una piezas antes de iniciar cualquier
triple defensa sobre él mientras combinación.
intentan completar su desarrollo.
Con 7. DSC, que proyectaban an­ 7. . .. P8TD
tes, se elimina la defensa de la Prepara una retirada para el
dama, mientras que con 7. CD2D alfil. Esto no viola el principio
queda separado. Mientras tanto, de que no hay que hacer movi­
tienen que hacer frente a la ame­ mientos iÍmecesarios de los peo­
naza de 7. ... A5C clavando y, nes en la apertura. El desanollo
por lo tanto, inutilizando a uno no debe ser rutinario o automá­
de los defensores del peón. tico. Primero hay que hacene car­
Antes de comprometerse en un go de las amenazas. Si se necesita
curso definido de acción, las blan­ más justificación, considérese que
cas tienden una pequeña tram­ la pérdida de tiempo de las ne­
pa: gras está compensada con la in­
fructuosa jugada 7. P4TD de las
7. P4TD blancas.
12 1 R. V I N G e H E R. N E V

8. P5T peones que se encuentran frente


al rey enrocado, salvo por nece­
Hay una remota posibilidad sidad o para ganar una ventaja",
de que las negras cedan a la ten­ dice Tanasch, "pues cada juga­
tación de tomar el peón. da de los peones debilita la posi­
8. . . . A2T ción".
Alekhine dice con mayor
¡Pero las negras no muerden energía aún: "Hay que esforzarse
el anzuelol siempre por conservar los ucs
peones frente al rey enrocado en
9. PSTR
sus casillas originales durante el
mayor tiempo que sea posible".
Las negras pueden ahora es­
pecular en destrozar el flanco del
rey blanco eliminando su peón
de torre, aunque sea a costa de
una pieza. La recaptura abre la
columna del caballo y expone al
rey blanco al ataque. Natural­
mente, este plan no se lleva a ca­
bo hasta que han entrado más

piezas en el juego.

9. . . . CSA
¡Jugada de café I Los jugadores
débiles hacen instintivamente es­ El caballo interviene en la re­
ta jugada (cediendo a los bajos friega con un ataque sobre el
instintos) por el temor de que peón de rey.
una de sus piezas quede clavada. La jugada es excelente y está
Es mejor someterse· a la clava­ de acuerdo con un recurso tácti­
da (molestia provisional) que co muy útil:
evitarla con una jugada 'fue de­ Hay que desarrollarse con una
bilita la posición de los peones amenaza siempre que sea posible.
que defienden al rey y, además, Recuérdese que, para hacer
debilita la estructura de manera frente a la amenaza, el adversa­
permanente. Moviendo P3TR o rio deberá abandonar lo que es­
P3CR después de enrocar, se crea té haciendo.
una debilidad orgánica que no 10. PxP
podrá remediarse, pues un peón
adelantado no pnede retroceder, Las blancas cambian y abren
y la posición, una vez alterada, columnas para sus piezas. Desgra­
no puede restaurarse. El peón ciadamente, esto redunda en fa­
que se ha movido hacia adelan­ vor de las negras, de acuerdo con
te se convierte en blanco para el la regla aplicable en estos casos:
ataqu.e directo, mientras que la Las columnas abiertas se tradu.­
casilla que defendía antes (en cen en ventaja del jugador cuyo
este caso, SCR) se convierte en desarrollo sea superior.
campo de aterrizaje para las tro- 10. . ..
• CDxP
pas enem1gas.
"Nunca hay que mover los Mucho más fuerte que tomar
AJE D R E Z L óG I C O

con el peón. El caballo de dama, pero el caballo de las negras ha


helmosamente centralizado, irra­ sido sustituido por otra pieza.
dia energía en todas las direc­ Esta nueva pieza, la dama, es­
ciones (cosa que no puede hacer tá magnifica�nte colocada en
un peón). 4R. Domina el centro, amenaza
La desaparición del peón blan­ al indefenso peón de rey y se.
co de dama ha beneficiado al encuentra pronta a entrar en ac­
'
alfil de las negras, oculto en 2T. ción en cualquier parte del ta­
Su alcance se ha extendido, de blero.
manera que ahora controla toda ¿Cómo resuelven las blancas el
la diagonal gue lleva al peón problema que plantea la posi­
blanco del alftl IY al rey que es­ ción de la dama amenazadora y
tá detrás del peón 1 los ataques al peón de rey? Le
¿Qué harán ahora las blancas? gustaría desalojar a la dama con
No han hecho nada para sacar 1 Z. P4A, pero, desgraciadamente,
al peón de rey del aprieto en que esa jugada no es legitima. ¿Pue­
se encuentra. Todavía se halla den salvar al peón?
atacado por uno de Jos caballos
lZ. C2D
de las negras, mienuas que su
alfil está amenazado por el otro. Con la desesperada esperanza
de que las negras tomen el peón,
11. CxC a lo que seguiría 1 Z. . CxP;
. .

13. CxC, DxC; 14. TIR, Y la


Parece plausible, pues las blan­
clavada gana la dama.
ca
_ s
Pero a las negras no les inte­
cada en situación poderosa. Pe­
resa tomar peones. Su superiori­
ro al hacer este cambio, el ca­
dad posicional es suficiente para
ballo blanco del rey, el mejor
justificar que busquen una com­
defensor de la posición enrocada,
binación que lleve a una victoria
desaparece también del tablero.
decisiva. Sus alfiles ejercen terri­
La importancia 9ue tiene conser­
ble presión en las diagonales (la
var el caballo del rey en situa­
pesar de que un alfil no se ha
ciones semejantes fue hecha no­
desarrollado todavía 1). Cada uno
tar por Steinitz hace más de se­
,

de ellos ataca a uno de los peones


tenta años, cuando dijo: "Tres
que protegen al rey. La dama
peones que no se hayan movido
negla se encuentra pronta a pe­
en el flanco de rey, en unión de
netrar en el flanco del rey, y el
una pieza menor, fonnan un po­
caballo puede acudir en auxilio
deroso baluarte contra un ataque
si fuera necesario. Las negras
en flanco". Tarrasch confir­
controlan el centro, condición
ma el valor del caballo de rey
que, como dice Capablanca, es
con una afirmación enfática: "Un ,

esencial para llevar a cabo un


caballo en 3AR es la mejor de­
ataque contra el rey. En resu­
fensa de una posición enrocada
men, las negras merecen encon­
en el flanco del rey'.
trar una combinación triunfado-

11 . . . ' DxC ra como recompensa por su Jue·


go metódico de posiciones.
Obsérvese que el caballo de las La cuestión está en saber si
blancas desapareció del tablero, hay una meta que valga la pena
14 I R V I N G C H E R N E V

para la explosión de esta poten­ las negras tienen dos peones ...
cia acumulada. y el ataque.
15. _" C5C
Alnenazan mate. Las blancas
deben evitar la amenaza en su
2TR o dar a su rey una casilla
para escapar. Si intentan dar li­
bertad de movimiento al rey me­
diante 16. TIR, caen en 16 . . . .

AxP tt. Por ello juegan:


16. CSA
Para cuidar 2TR y evi�ar· el
mate con la dama.
¿Cómo teu!linan las negras el
12. ' " AxPT! ataque? Razonan de l� .siguiente
¡Sí, naturalmente! El peón de manera: Hemos capturado dos de
torre, que se movió inocentemen- . los peones próximos al rey. Si
te a 3T para\ evitar una clavada. podemos eliminar al tercero, el
Las negras' eliminan al peón rey quedará sin el último indi­
incauto, castigo merecido por el cio de protección, y estará inde­
delito de debilitar la posición y fenso. Este último defensor, el

traICIonar a su rey.

PAR, está atacado por nuestro
caballo y nuestro alfil, y prote­
13. PxA
gido por su, torre y su rey. Por
Las blancas deben capturar al ello debemós ahuyentar a uno
alfil o perder un peón sin nin­ de los defensores o atacar al peón
guna retribución. por tercera vez. ¡ Quizá podamos
13. '" D6C t! hacer las dos cosas simultánea­
¡ Entrada aplastante! Adviérta­ mente!
se la forma en que las negras ex­ 16. . . . D6C t
plotaron las dos consecuencias Explotando una vez más la cir­
principales de la jugada 9. P3TR. cunstancia de que e l peón de al­
Capturaron al peón de torre y fil está clavado, las negras lo ata­
utilizaron como punto de inva­ can con una tercera pieza: la da­
sión la casilla 6C, debilitada por ma.
haber avanzado dicho peón.
17. RIT
14. R I T
El rey debe moverse al rincón
Las blancas no pueden tocar a y abandonar al peón. Sólo lo de­
la dama, pues su peón de. alfil es­ fiende la torre ahora, contra un
tá clavado_ ataque de la dama, el caballo y
14. _ . . DxPTt el alfil. El peón debe sucumbir,
Las negras destruyen otro peón y con él se perderá la partida.
defensor, exponiendo aún más al 1 7. . . . AxP
rey- Cubre la casilla de refugio del
15. RIC rey, IC, y le impide volver a ella
La única jugada de las blancas. en respuesta a un jaque.
A cambio de su alfil sacrificado, . 18. A bandonan.
A J E D R E Z L ó G I C O 15

La amenaza de las negras era Deben hace1' algo para responder


18. . . . D6T t; 19. C2T, DxC tt· a la amenaza de las blancas.
Como 18. TxA se traduce en 2. . . . C3AD
18 . . . CxT tt, no había escapa-
• Indudablemente, la jugada ló­
tona. gica. El' peón queda protegido sin
pérdida de tiempo, y el caballo
Partida Núm. 2 de dama se desarrolla a la casilla
más ventajosa de la apertura en
GIUOCO PIANO

una sola jugada.


BLANCAS NEGRAS 3_ A4A
Excelente, pues el alfil se apo·
Liuban¡ki Soultanbeieff
dera de una importante diago­
Lieja, 1928 nal. El alfil ataca la casilla 7 AR,
que es el punto más débil de las
1 . P4R negras.
El alfil se usa con mayor pro·
¡La mejor jugada del tablero! vecho para controlar una diago
Un peón ocupa el centro, y dos nal o para clavar (e inutilizar)
piezas quedan libres para entrar
• •

una pieza enemIga.


en acción. 3. .. . A4A
Hace ciento cincuenta años, el ·
Una buena alternativa es 3.
gran Philidor dijo: "La partida
.. C3A. Cualquiera de las dos
no puede abrirse mejor que ade­
.

jugadas está de acuerdo con las


lantando dos casillas el peón de
máximas de los maestros, que
rey". Este consejo es válido to­
aconsejan y ponen en prdctica:
davía.
¡ Hay que sacar las piezas rápi­
Sólo hay otra primera jugada,
damentel
1 . P4D, que libra dos piezas al
• • Hay que mover cada pieza so­
mismo tiempo.
lamente una vez en la apertura.
1. . . . .
P4R Hay que desarrollarse con la
"Probablemente. la mejor res­ mira de controlar el centro.
puesta", dice Capablanca. Hay que mover sólo aquellos
Las negras igu�lan la presión peones que faciliten el desarro­
en el centro y liberan a su dama llo de las piezas.
y su alfil.

¡ Hay que mover piezas, no


2. C3AR peonesl
Es superior a otras jugadas de 4. P3A
desarrollo tales como 2. C3AD o Las intenciones de las blancas
2. A4A, que son menos enérgicas. sofí muy claras: desean apoyar el
El caballo de rey entra en juego avance de los peones en el cen­
con un ataque, lo que reduce el tro. Su siguiente jugada, 5. P4D,
número de posibles respuestas. atacará al peón y al alfil. Para
Las negras deben defender su salvar a su peón de rey, las ne­
peón con 2. '" C3AD o 2 . . . . gras tendrán que jugar 5. .. .

P3D. O pueden decidirse a con­ PxP. La recaptura mediante 6.


traatacar mediante 2 . . . . C3AR. PxP dará a las blancas una po­
Cualquiera que sea su respues­ derosa fOlmación de peones en el
ta, no pueden perder el tiempo. centro.
16 IRV I N G C H ER N E V

La idea de las blancas tiene 7. PxP, DxP, entonces 8. TIR


cierto valor si puede llevarse a clava y gana a la dama.
cabo. Si el plan falla, su peón en 6. '" C3A!
la casilla 3AD quita al caballo
El caballo se desarrolla con
de dama su casilla más útil.
,
una amenaza de ataque sobre el
4. ' " ASC ! peón de rey.
El ajedrez no es un juego que 7. PSD
pueda jugarse mecánicamente.
Tentadora, pues ahuyentará al
Por lo general, el mover dos ve­
caballo de dama de s;¡ fuerte po­
ces una pieza en la apertura es
sición.
una pérdIda de tiempo, pero hay
La jugada es natural, pero me­
que eliminar las amenazas antes rece censura por diversos moti­
de continuar el desarrollo. vos:
El alfil se retira a fin de rehuir
a) El peón de dama bloquea el
los efectos de la esperada jugada
camino del alfil blanco, limitan­
de las blancas 5. P4D, que ataca
do considerablemente su acción.
al peón y al alfil.
b) Ha aumentado el alcance
5. P4D del alfil de las negras. Ahora su
Con la esperanza de inducir a ataque va .directamente al rey
las negras a cambiar peones. Ad­ blanco.
viértase que el peón negro del c) Las blancas han movido un
rey está atacado, pero no sucede peón, mientras sus piezas del
lo mismo con su alfil. flanco de dama piden a gritos
5. . . D2R
.
ser liberadas.
En lugar de cambiar peones En la apertura hay que mover
(como se habrían visto obligadas sólo aquellos peones que ayuden
a hacerlo si el alfil hubiera esta­ a desarrollar [as piezas.
do también atacado), las neglas 7. ' " CICD
defienden su peón de rey al mis­ La retirada es más segura que
mo tiempo que sacan otra pieza. mover e l caballo al lado del ta­
Su dama ha adelantado sólo una blero. Después de 7 . . . C4TD,
.

casilla, pero la jugada es loable: la respuesta de las blancas es 8.


El hecho de abandonar la úl­ A3D, tras lo cual' amenazan con
tima fila constituye una jugada ganar al caballo mediante 9.
de desaTTollo. P4CD.
A más de desarrollar una pieza 8. A3D
y defender un peón, la última Defiende al peón de rey. Más
jugada de las negras amenaza con compatible con la estrategia de
6. '" PxP; 7. PxP, DxP ga­ t, la apertura es el desarrollo de
nando un peón. otra pieza. Cualquiera de las dos
6. O-O jugadas, 8. CD2D u 8. D2R, pro­
Además de los acostumbrados tege al peón al mismo tiempo
beneficios que se derivan del en­ que desarrolla otra pieza.
roque (salvaguardar al rey y po­ No hay que mover dos veces
ner en movimiento la torre), la la misma pieza en la apertura.
jugada de las blancas protege in­ Es interesante observar cómo
directamente a su peón de rey. Si castigan las negras estas infrac­
las negras intentan 6. PxP;
, . . ciones de principio. En el table-
A JE D RE Z L ó G I C O 17

rOrcomo en nmguna otra parte, Se encuentra más seguro cuando


la justicia acaba por triunfar. los tres peones se hallan en sus
8. ... PSD casillas originales".
¿Cómo aprovechan las negras
No puede hacerse excepción
la última jugada de las blancas?
en esta jugada del peón: forta­
¿Cuál es la mejor manera de po­
lece el centro, abre un camino
ner de manifiesto sus imperfec­
para el alfil de dama y quita a
ciones?
la dama la carga de proteger al
peón de rey. 9. . . . PSTR!
9. ·rR.
PS ....
.... ¡Haciendo una jugada seme­
Para evitar que las negras cla­ jante a la que he censurado an­
ven a su caballo mediante 9. . . ..
terionnentel
A5C, pero, como hizo notar Pu­ ¿Cuál es la justificación para
blio Siro hace algún tiempo, que las negras adelanten el peón
"Hay remedios peores que la en­ de torre?
fermedad". Las negras no han debilitado
Al perturbar la posición de los su posición defensiva, pues su
peones que escudan al rey, las rey no se enrocó en el flanco del
blancas debilitan orgánicamente rey. Su avance del peón de torre
la estructura de la posición enro­ es un gesto de ataque, no un tí­
cada en el flanco de rey, y hacen mido intento para cuidarse de
del desventurado peón de torre una clavada. El peón de torre
un blanco cómodo para el ataque constituirá una base para el peón
directo. de caballo, que marchará hasta
Todos los teóricos del ajedrez 4C y luego a 5C. A partir de allí
afiIman la validez de este con­ atacará en dos direcciones, al ca­
cepto de dejar sin mover los peo­ ballo de las blancas y a su peón
nes del flanco de rey, desde de torre. Las blancas se verán
Staunton, quien dijo hace más obligadas a capturar este peón o
de un siglo: "No suele ser pru­ a pennitirle que capture su peón
dente en un jugador inexperto de torre. Cualesquiera sean los
adelantar los peolles del flanco· cambios que ocunan, la conse­
en que se ha enrocado su rey", cuencia será que quedará abier­
hasta Reuben Fine, quien dice ta la columna del caballo, por la
en la actualidad: "La considera­ cual pueden las negras alinear
ción más esencial es que el rey

sus piezas para atacar al rey.


no debe estar expuesto al ataque. 10. D2R
Jugada de desarrollo; pero pue­
de ser demasiado tarde.
10. .. . P4C !
¡Un ataque a la bayoneta I El
siguiente paso es 5C, con lo que
el peón romperá la posición de
las blancas.
11. C2T
A fin de evitar el esperado
avance. Si. el peón se mueve, es-

/
18 I R V I N G C H E R N E V

tará atacado tres veces y defen· como 13. A3R, que no sólo pone

dido sólo dos.


• •

en Juego otra pIeza, SillO que, al


¿Ha abortado el plan de las oponer a una fuerza otra de
negras? igual potencia, neutraliza la pre­
11. . . . P5C ! sión del alfil negro.
¡De ninguna manera I Si es ne­ La jugada del texto hace caso
cesario, las negras sacrificarán un omiso de la advertencia:
peón a cambio de derrumbar la No hay que capturar peones a
muralla defensiva que rodea al expensas del desarrollo o de la
rey. posición.
12. PxP 13. . . . CxPC .

Prácticamente obligada, pues Ganando tiempo mediante la


las negras amenazan con 12. . . .
amenaza al alfil . . . entre otras
PXP, así como con 12. . . P6C.
.
cosas.
Las blancas han conseguido
cerrar la columna, cuando me­
nos provisionalmente.

¿Pueden las blancas salvar la


partida?
Si intentan 14. CxC, las negras
obtienen la victoria con 14. . . .
12. . . . TIC AxC (atacando a la dama); 15.
¡Ahora son las negras las que D2A, A6A (amenazando 16 . . . .

atacan al peón de caballo tres ve­ TxP t; 17. R I T, D5T tt); 16.
ces, mientras que sólo dos piezas P3CR, D5T !, Y el mate viene
10 defienden I en 8T.
Evidentemente, las blancas no Siguiendo esta línea de juego,
pueden dar más apoyo a su peón las negras explotan hábilmente
con 13. P3A, porque es una ju­ la impotencia de los peones cla­
gada ilegal, ya que expone a su vados de las blancas.
rey al jaque. 14. ASR
13. AxP El alfil se retira e intenta re·
Capturando desesperadamente peler a uno de los asaltantes.
un peón aislado. En vista del re· 14. . . . CxC
tardo en su desarrollo y del aprie­ Esta captura limita considera­
to en que se encuentra su rey, blemente las posibilidades de res·
esta cap tura es un comportamien­ puesta de las blancas. El caballo
to aUlesgado. Si queda alguna ha tomado una pieza y ahora
esperanza, está en una j ugada tal amenaza a la torre.
A J E D RE Z L Ó G I C O 19

15. RxC �
Los jugador s modernos consi­
En la alternativa 15. AxA, las deran que ésta es la jugada más
negras ganan mediante 15. . . . fuerte de la apertura. Es tan va­
PTxA; 16. Rxe, D5T t; 17. RIC, liosa como 1 . P4R porque son
TxP t! (el más rápido); 18. RxT, dos las piezas que quedan libres
A6T t!, y las blancas irán al ma­ para entrar en acción y. al mismo
te co n 19. RIC. D4C t; 20. R2T, tiempo, un peón se apodera de
D7C ff, o a un jaque a la des­ una casilla central. Pero, por otra
cubierta con 19. R2T, AxT t parte, el peón de dama queda
desc.; 20. RIC, AxD, y la pér­ protegido en el centro, mientras
dida de material es ruinosa. que el peón de rey es vulnerable
' a un ataque inmediato.
15. . . . D5T t
1. . . . ND
Las negras tienen dos piezas
principales operando con toda su Esta jugada, o 1. . . C3AR, .

potencia en las dos columnas es prácticamente obligada. No de­


abiertas cerca del rey. El ataque be permitirse que las JIancas jue·
se desarrolla por si solo. guen 2. P4R Y dominen las vi­
tales casillas de cen tro con sus
16. RIC
peones.
La única jugada de las blan-
2 C3AR
caso
. .

Una autoridad tan eminente


16. . . . D6T
como Lasker. campeón mundial
Amenazan mate.
durante veintisiete años, dice de
17. A bandonan. esta jugada: "En la práctica he
No hay defensa que posponga solido encontrar que lo más enér­
el mate por mucho tiempo: gico es colocar los caballos en 3A,
Si 17. P3CR, TIT; 18. P3A, donde tienen magníficas perspec­
AxA t; 19. DxA (ó 19. T2A, D8T tivas".
tt), DxP tt. O si 18. P3A (defen­ 2. ' " C3AR
diendo al peón de caballo con la
Las negras, ni tardas ni pere­
dama), AxA t; 19. T2A, DxPC,
zosas, desarrollan su caballo de
que es mate.
rey colocándolo en la casilla más

¡ Resulta extraño que las blan­


útil.
cas, que tanto temían la clavada,
hayan perecido por una clavada I
3. P3R
Por lo general, se considera
Partida Núm. 3 que es dudosa la estrategia de li·
berar un alfil al mismo tiempo
PARTIDA DE PEON que se encierra al otro. En esta
partida, las blancas adoptan un
DE DAMA
sistema que requiere la acumula­
(Sistema de Calle) ción de energía dinámica detrás
de las líneas, la cual se desenca­
BLANCAS NEGRAS dena en el momento oportuno
Colle Delvaux mediante una explosión en la ca­
silla clave 4R.
Gand-Terneuzen, 1929 Con este objeto, las blancas ' se
desarrollan de tal manera que
1. P4D sus piezas ejerzan la presión má-
20 I Il V I N G C H E Il N E V

xima en 4R. Por lo tanto, su al­ Esta jugada libera�ora del al­
fil ocupará �D y su dama ocu­ fil es de la mayor impcwtancia en
pará 2D. Si se requiere mayor las aperturas del peón de dama_
concentración de fuenas, su da­ 5. P3A
ma se desarrollará a 2R, o su to­
",Sólo deben moverse uno o
rre de rey se moverá a 1 R_ En­
dos peones en l a apertural", di­
tonces, con toda esta energía po­
cen los jugadores autorizados, pe­
tencial pronta a desatarse, · el
ro no debe seguirse inflexible-
peón de rey avanza a 4R para . . .
mente nmgun prmClplO.
, .

desbaratar la posición y abrir el


En el caso de que haya un cam­
fuego en el flanco de rey.
bio de peones, las blancas pue­
En el sistema de Colle, el de­
den recapturar con el peón de
sarrollo es de posición, ,pero el
alfil y mantener un peón en 4D.
objetivo es un ataque en el flan­
¿Por qué no con el peón de rey?
co del reyl
El futuro del peón de rey ha que­
3_ : . . P3R dado detelminado previamente_
Esta j ugada merece nuestra Deberá permanecer en 3R y es­
censura porque es una jugada ru­ tar pronto a itttroducirse en 4R
tinaria de desarrollo que parece cuando llegue el momento opor­
no preocuparse por interferir en tuno, para servir de punta de
los planes de las blancas. Eviden­ lanza en un ataque sobre el flan­
temente, hubiera sido mejor ata­ co de rey.
car el centro de peones blancos 5. . . . C3A
con 3. . . P4A o contraatacar
.

Otra buena jugada. El caballo


con 3. ' A4A. Esta última no
"

entra en el juego hacia el centro,


es sólo una jugada sencilla y só­ aumentando la ptesión sobre · el
lida de desarrollo, sino que es peón de dama.
una preparación para oponerse
6. CD2D
al alfil de las blancas, el cual
se dirige a 3D, con una fuerza Una salida que parece excén­
igual. El cambio de alfiles, que trica. Este caballo no sólo blo-
ocurre tarde o temprano, priva­ uea el camino de la dama y el
rá a las blancas de un alma va­
liosísima en los ataques del flan­ ma no parece acer gran cosa.
co de rey. A pesar de ello, un experto no
titubearía un momento para ha­
4. A3D
cer esta jugada. Por una parte,
¡ Adviértase la diferencial El el caballo aglega su peso a la
alfil de las blancas domina una presión sobre la estratégica casi­
hermosa (e indisputada) diago­ lla 4R, que es el trampolfn para
nal, mientras que el alfiÍ de las el inminente ataque. Por otra
negras, que cubre casillas del mis­ parte, estd movilízado una vez
mo color, está obstaculizado por que abandona la primera fila.
el peón de rey. Finalmente, puede salirse del ca­
4. o • • P4A ! mino de la dama y del alfil cuan­
do sea conveniente hacerlo.
¡ Muy bienl Las negras atacan
la formación de peones en el cen­ 6_ . .. A2R
tro y dan a su dama acceso al Las negras ponen en Juego otra

flanco de dama. pieza (recuérdese que el alfil cum-


A J E D R E Z L ó G I C O 21

pIe una misión una vez que aban­ Ante todo, para, hacer lugar (:n
dona la primera fila) y se pre­ 2C a su alfil de dama, pero tam­
paran para poner a salvo a su rey bién con . el propósito de causar
enrocando. dificultades mediante un avance
de sus peones del flanco de da­
7. O-O ma.
El rey se refugia en un sector 9. P4R !
menos expuesto, mientras que la
¡ La jugada clave de esta aper­
torre sale de su escondite.
tura! Abrirá líneas para un ata­
7. ' "
P5A que de las piezas blancas.

tsta es la jugada que hace ins­ 9. . . . PxP


tintivamente un principiante. Su No es una disyuntiva muy
propósito es el de ahuyentar �
agradable para las negras, pero
una pieza incómod � de su PoS! ­
no pueden pennitir que la ame­
ción favorable. La Jugada es de­
naza de 10. P5R (que desaloja al
bil porque afloja la presión so­
caballo y estorba sus movimien­
bre el centro de las blancas. Es
tos) se cierna perpetuamente so­
necesario mantener la tensión si
bre su cabeza.
las negras desean tener algo que
decir sobre lo que sucede en es­ 10. CxPR
ta área vital.
Con esta recaptura, las piezas
El contrafuego en el centro es
de las blancas, que estaban ence­
el mejor medio de oponerse a un
rradas en el fondo de la escena,
ataque en el flanco de rey. Y pa­
saltan al campo de bata�la:
ra conseguirlo, la posición de los . .
Las blancas tienen la 1Il1Clatl­
peones deberá conJe'IVarse fluida.
va y una posición dominadora
desde la cual pueden ejercerla.
8. A2A
Si no se presentan inmediatas
posibilidades de ataque, pueden
Naturalmente, el alfil se reti­
aumentar tranquilamente la pre­
ra, pero no abandQna la diagonal
sión con D2R, TR 1R, A4A (o
que lleva a la casilla 4R, donde
5C) Y TD I D, Y esperar a que se
vendrá la irrupción.
derrumbe el juego' de las negras.
8. o • • P4CD 10. . . . O-O

Quizá hubiera sido más pru­


dente posponer el enroque (que
ordinariamente es muy recomen­
dable), pues las blancas están
prontas a atacar en esa dirección.
Es este otro caso en que el valor
de un precepto está condiciona-

do por las cIrcUnstanCla�.


Las negras harían mejor en es­


forzarse por contrajugar median­
te 10 . . D2A, seguida por 1 1 .
. .

. . . A2C y 1 2 . TID.. . .
22 I R V I N G C H E R N E V

blancas con su brillante jttgada


de caballo es obligar a uno de
los peones que defienden al rey
a dar un paso hacia adelante.
El secreto de llevar a cabo vic­
toriosamente un ataque en el
flanco del rey consiste en crear
una brecha en el cordón de peo­
nes que rodean al rey; en indu­
cir u obligar a moverse a uno de
los peones. El cambio en su ali­
neamiento da a la defensa una
11. D2R ,
debilidad permanente.
Jugada de desarrollo que con­ 12. ' P3TR
"

tiene una amenaza de ganar una "Hay que tocar a los peones
pieza. La idea es 12. CxC t, AxC;
que se encuentran delante del
13. D4R, Y la amenaza de mate rey con infinita delicadeza", di­
en el flanco de rey gana al ca­ ce Santasiere� ¡ Pero, ay, es dema­
ballo expuesto en el flanco de siado tarde/ Las negras tienen
dama. que alterar la posición de los
11. . . . A2C peones.
Las negras defienden a su ca­ .' Si hubieran intentado 12. . . .

ballo desarrollando otr'! pieza. CxC, la recaptura con 13. DxC


12. C (3A)5C ! amenaza mate y obliga a 13 . . . .

P3C, ¡y los peones quedan dis­


Amenaza 13. CxC t, AxC; 14.
locados/
CxPT, y las blancas han ganado
un peón. 13. Cxc t
¿Por qué poner un signo de Destruye al caballo de rey, que
admiración en una amenaza de es el mejor defensor de la posi­
una sola jugada para ganar un ción enrocada.
miserable peón? ¿Por qué glorifi­
car esta jugada cuando las ne­
13. ' " AxC
gras no sólo pueden salvar el La alternativa 13. " hC
.

peón, sino también hacer que las pierde rápidamente. Las blancas
blancas pierdan tiempo? Las ne­ podrían ganar tomando peones
gras, sencillamente, mueven al con 14. CxPR. PxC; 15. D4C t,
peón una casilla, lo rescatan, y R I T (15. ' R2A; 16. D6C tt);
"

obligan al caballo blanco a que 1 6 D6C, P4A; 17. DX'PT t, R IC;


.

18. DxP t, y el peón del alfil cae


se retIre.
La respuesta a la primera pre­ a continuación, o con 14. C3T
gunta es que la ventaja de un (amenazando 15. AxP) , R2C; 15.
peón es suficiente para ganar si D4C t, R I T ; 16. AxP, T I CR ;
todas las demás condiciones son . 17. D5T, Y el jaque a l a descu­
iguales. Ganar un peón a costa bierta será fatal.
de arruinar la propia posición es, 14. D4R
naturalmente, insensato.
La respuesta a la segunda pre­ Amenazan mate instantáneo.
gunta es que el propósito de las U. . . . P3C
A J E D R E Z L ó G I C O 2S

No parece muy seductor hacer defiende al rey de la invasión. Si


espacio para la huida del rey con algo le sucede a este peón -si es
14. . .T I R, porque después de
. capturado-, la defensa se desmo­
15. D7T t, RIA; 16. C4R, el ata­ rona, y puedo irrumpir en la foro
que de las blancas parece peli­ taleza. ¿Cómo puedo hacer para
.
groso. Sin embargo, es preferible eliminarlo del tablero?
a la jugada de las negras, que El peón del caballo está prote­
impide acercarse a la dama, pe­ gido por el peón del alfil. Supon­
ro altera la configuración de los gamos que destruyo su apoyo sa­
peones. Este cambio en la distri­ crificando mi caballo a cambio
bución de las piezas da a las ne­ del peón del alfil. Despué s de
gras una debilidad orgánica que 15. CxPA, Rxe (o 15 . . . TxC);
.

puede resultar fatal. 16. DxPC t, y tengo dos peones


Todo esto es alentador para a cambio de mi caballo, con un
las blancas, pero, ¿cómo debel'án tercero en perspectiva, pues el
proced�r? ¿Cómo explotan las peón de torre deberá caer. El
debilidades de la posición de las material es entonces aproximada­
negras? Y, sobre todo, ¿qué ha­ mente igual, pero su posición
cen con su caballo, que todavía queda completamente deshecha,
está siendo atacado? ¿Lo retira­ y en la lucha cuerpo a cuerpo la
rán vergonzosamente? victoria deberá ser fácil.
Antes de devolver el caballo a �
toste podría ser el plan genera ,
• •

SA de manera mecamca y S10 re-


pero, antes de ponerlo en mOV1-


flexión, las blancas examinan cui­ miento, las blancas analizan la
dadosamente la situación. La po­ combinación buscando posibles
si bi lidad de descargar un golpe fallas, y encuentran lo siguiente:
decisivo puede estar allí" en ese Si 15. CxPA, TxC (traye n do

mlSmo momento, �ro una pre- otra pieza para la defensa); 16.
surosa "jugada eV1dente" puede DxPC t, T2C; 17. DxP, CxP !, Y
dar a su adversario suficiente res­ súbitamente las negras son las
piro para reorganizar sus defen­ agresoras. Amenazan mate en dos
sas.
jugadas con 18. . . . C7R t; 19.
tsta es la posición, y he aquí R I T, AxP tt, así como la ruina
cómo razonan 13.t' blancas su ata­
definitiva con 18. . . . TxP t, se­
que: guida por un mortal jaque a la
descubierta.
Claramente, esta línea de jue­
go es demasiado peligrosa. ¿Hay
alguna otra fonna de inum pi r
en el campo enemigo sin dejar
que la tone negta entre en el
juego? ¿Puedo eliminar al peón
del alfil sin tocar la tOlte? Es
muy importante que yo elimine
a este peón, pues apoya al peón
del caballo y al peóp del rey.
¡ Un JIlomentol Hay un indic,o
El punto clave debe ser el peón en Id última frase. 'El peón del
negto del caballo del rey, el cual alfil, que defiende a dos peones,
24 IR V I N G C H ER N E V

sirve a dos amos. ¡Evidentemen­ R2R, en que 19. DxA t permite


te, su tarea es abrumadoral De­ que las blancas capturen dos al­
bo aumentar su carga distrayén­ files.
dolo de su imponante puesto.
Por lo tanto: 19. A5T

15. CxPR ! Las blancas buscan todavía 20.


D6C t, R2R; 21 . DxA t, y am­
El caballo captura un peón y
bos alfiles desaparecen del ta­
ataca a la dama y la tí'ue.
blero.
15. ... hC
1 9. .. C2R
Las negras deberán aceptar el
.

sacrificio o perder torre y peón La única manera de evitar el


a cambio del caballo. jaque de la dama.
16. DxPC t
.Es más fuerte que tomar el
peón del rey, después de lo cual
las negras tienen cuatro maneras
de librarse del jaque. Cada una
de esas respuestas puede llevar
a la derrota, pero es más prácti­
co atacar al enemigo a golpes
que dejarle pocas opciones para
responder.
16. ' " A2C
La única jugada, pues 16. . . .
R I T lleva derechamente al ma­ 20. AxP
te.
Las blancas no se proponen
17. D7T t
capturar peones aislados, pero
. Las blancas tienen otras agra­ con la captura ponen en' juego
dables con t i nuacio n e s en 17. otra pieza. El peón que se añade
AxP o 17. DxPR t, pero esto a la colección es incidental al
las obliga a sacar al rey a lo plan general del juego.
descubierto, donde las otras pie­
zas blancas pueden alcanzarlo. 20. . . . TICR

17. . . . R2A Para prevenir la amenaza de


21. DxA ti R4A; 22. DSR ff.
La única jugada.
Si 20. . . . AxA, las blancas pre­
18. A6C t tendían 21. DxA t, R4A; 22.
Más fuerte.. que 18. AxP, a la TD 1 R, Y la amenaza de mate con
cual las negras responden con 18. la torre o el peón del caballo es
." D!JA, seguida por 19. . "
decisiva .
T I T. La jugada del texto les
21. P4TR
ayuda a seguir adelante.
18. ... R!JA Nueva amenaza: 22. ASe ff.

De ninguna manera 18. .


. . 21. . . . AxA
A J E D RE Z L ó G I C O 25

Pierden con ello, pero no ha­ dirigir su ataque al punto vulne­


bia defensa: si 21. . . . P4R; 22. rable 7AR. Éste es un puino de­
AxA t, TxA; 2J. PxP t, y el rey licado, se enroque o no el rey
debe abandonar a la tone. negro.

22. D7A ff 2. . . . A4A


Probablemente la mejor mane­
ra de rehusar el gambito:
Partida Núm. 4 a) El alfil actúa sobre el cen­
GAMBITO REHUSADO tro y controla una excelente dia­
DEL REY gonal.
b) El alfil complementa el ata­
BLANCAS NEGRAS que del peón sobre 5D e impide
que las blancas muevan su peón
Blackbume Blanchard a 4D.
e) La presencia del alfil en 4A,
Londres, 1891 desde donde domina la casilla
SCR, impide que las blancas se
l. P4R enroquen rápidamente.
En la época en que se jugó es­ J. CSAD
ta partida, los valores eran cons·
tantes en muchos dominios del Las blancas rehuyen J. PxP,
esfuerzo humano: pues la respuesta (que proba­
Las historias se iniciaban di­ blemente vendrá como un relam­
ciendo: "Había una vez .. . . . pago) D5T t; 4. PSC (es peor to­
Los maestros del juego de da­ davía 4. R2R, DxPR ff), DxPR
mas comenzaban con l l - 1 5. t gana una torre para las ne­
Los maestros de ajedrez abrían
gras.
la partidá con l . P4R. La jugada de las blancas no es
tan enérgica como J. CSAR. pero
A pésar de las investigaciones
Blackbume quería tentar a su
de los hombres de ciencia, conti­
adversario para que jugara J . .
núan siendo buenas maneras de
.

AxC; 4. TxA, D5T t; 5. PSC,


empezar las cosas.
• DxPT, en que 6. T2C, seguido
l. . . . P4R por 7. PxP da a las blancas un
juego magnífico.
Las negras abren columnas pa­
ra dos de sus piezas y establecen J. . . . CSAD
el equilibrio en el centro.

Sencilla réplica a la dudosa in­
2. P4AR vitación.
Las negras continúan reunien­
La oferta de un peón para in­ do sus fuerzas en el campo de
ducir a las negras a renunciar al batalla. En la lucha por contro­
centro. lar el centro, el caballo desem­
Si aceptan la dádiva, las blan­ peña su papel ejerciendo presi,)n
cas pueden continuar con J. P4D sobre las casillas 4R y 5D.
Y dominar el centro con sus peo­
nes. Además, al abrirse la colum­ 4. CSA
na del alfil, las blancas podrán ¿Perdieron las blancas la posi-


26 IRV I N G C H ER N E V

bilidad de obtener alguna ven­ En lugar de esto, las negras po­


taja de espacio con 4. PxP, CxP; dían haber jugado 4. . . . P3D,
5 . P4D? No, porque a 4. PXP si que es sólida y peImite que el
gue 4. . . . P3D, ofreciendo las alfil de dama vea la luz del día.
negras un peón a cambio de un 5. P4D !
desarrollo libre y fácil. ¡ Naturalmente! ¡ Ningún juga­
La j ugada del texto pone fin dor necesitaría más de medio se·
a la posibilidad de que la dama gundo para descubrir el empuje
dé jaque, y revive la amenaza de de esta jugada del peóp ' El peón
ganar el peón del rey. controla una buena porción del
4. . . . PXP centro (ocupando 4U y atacan­
Es una j ugada censurable, cuan­ do otras dos casillas importan­
do menos por cuatro razones: tes), desaloja al alfil de su fuer­
a) Al mover un peón en lugar te posición y descubre un ataque
de una pieza, las negras pierden con el propio alfil.
de vista el principal objetivo de 5. . .
. A5C
toda la estrategia de la apertu­ La retirada a 2R en lugar de
ra: ¡ Mover las piezas! ¡Sacarlas esta j ugada, donde el alfil es muy
de la primera fila para ponerlas valioso para la defensa, hubiera
en juego! sido una estrategia más sensata.
b) Renuncian a su dominio del 6. AxP
centro y a los privilegios que de
Las blancas ganan un tiempo
él se derivan.
con esta captura, pues recuperan
e) Pierden el tiempo capturan­
el peón que perdieron y desarro­
do un peón que no pueden re- llan una pieza al mismo tiempo.
tener. .
6. . P4D
d) Permiten que las blancas se
. .

apoderen del centro en la siguien­ Un ataque sobre el peón bla:l­


te jugada, lo que obliga al alfil co del rey para disputar la pose­
a retirarse con la consecuente pér­ sión del centro. Al mismo tiem­
po, las negt:as dan mayor espacio
dida de tiempo.
a sus piezas del flanco de dam {.
Tarrasch consideraba que una
jugada semejante a la de las m.- 7. P5R
Todos los movimientos de los

gras era un cnmen peor que


cualquier ellor craso, como, por peones tienen valores positivos y
ejemplo, dejar a una pieza que negativos. (Tanasch solía decir:
esté amenazada. "Todo movimiento de los peones
debilita la posición").
Un incon ve n i e n t e para las
blancas en el avance de su peón
del rey es que la ocupación de
5R por un peón priva a sus pie­
zas de una casilla útil. Espes:ial­
mente el caballo opera con gran
ventaja cuando está colocado en
SR.
En compensación, el peón ejer­
ce un efecto paralizador general
sobre toda la posición de las ne-
A J E D R E Z L ó G I C O 27

gras e impone particular restric­ ra colaborar en cualquier lado


ción sobre el caballo de rey, que del tablero.
no puede desarrollarse natural­
mente a SAR.
9. . . . PSTR
Aparentemente, para prevenir
7. . . . AxC f 1 0. C5C o 10. A5CR.
Lás blancas, que sólo están in­
l.as negras están intrigadas an­ teresadas en completar su desa­
te la perspectiva de imponer a rrollo, no tienen la menor inten­
Blackbume un peón doblado. ción de hacer ninguna de esas
Pero, ¿por qué capturar una pie· jugadas.
za que está clavada y no puede La jugada PSTR sólo debería
hacer daño? ¿Por qué aflojar la hacerse si el peón de la torre ha
presión? de ser la base pata un ataque de
Un procedimiento más reco­ peones y si apoya un avance del
mendable sería el de traer reser­ peón del caballo. Defensivamen·
vas, c o m e n za ndo con 7. . . . te, la jugada hace más daño que
A4AR. provecho, pues debilita la estruc·
tura de peones y disminuye su
8. PxA resistencia al ataque. Es especial­
mente peligrosa si el rey se ha
A cambio del inconveniente de enrocado en ese lado del tablero,
los peones doblados (que es po­ pues el peón, al salirse de las fi·
co, pues un avance de P4A obli­ las, constituye un cómodo blan­
ga al cambio y desdobla los peo­ co. Además (por si lo anterior
nes), las blancas tienen la ven­ no fuera suficiente), no contribu­
taja de sus dos alfiles y de la ye al desarrollo. Pierde un tiem·
columna abierta del caballo, que po que debería dedicarse a la
aprovecharán con la torre. liberación de piezas que todavía
están encerradas.
a. . . . ASR
10. 0·0
Jugada superficial. El alfil po­
Con un golpe, las blancas po­
dría desauoIlane CÓn mayor efec­
nen su rey a salvo y llevan su
to en 4A. AlU estorbaría a las
torre a una columna abierta. Es
blancas evitando que colocaran li­
cierto que la columna está obs·
bremente su alfil en SD, a no ser taculizada por un caballo y un
a costa de pelmitir el cambio de
alfil, los cuales estorban ]a in·
alfiles.
fluencia de la torre, pero son pie·
El desanollo de las piezas a
zas, no peones: las piezas pueden
asillas donde sean más eficaces
retirarse rápidamente.
proporciona una gran ventaja; el
evitar que el adversario haga lo 10. . . . CR2R
mismo, la aumenta. No es el punto más feliz para
Es muy imporiante luchar por el caballo, pero, ¿de qué otra ma·
el control de las casillas vitales. nera puede entrar en el juego?
9. ASD Por pobre que sea este desarro­
llo, es preferible a de.lar que el
Excelente despliegue: el alfil caballo penll anezca ocioso en su
ataca en dos direcciones, listo pa- casilJa original.
28 I R V I N G C H E R N E V

La combinación decisiva surgirá


como por encanto".
11. ' " P3CD
¡También ésta es una jugada
que distingue al maestro del afi­
cionado!
¡ Qué fácil es adelantar el peón,
�alvaguardarlo del ataque y de­
Jar a la torre ladrando a la lu­
na! Por evidente que sea esta de­
fensa, ningún jugador de prime­
ra categoría se daría prisa a ju­
1 1 . TI C ! garla . . Procuraría evitar la alte­
El maestro hace esta jugada en ración de la formación de peo­
un abrir y cerrar de ojos. El ju­ nes, y en lugar de ello conside­
gador rutinario ni siquiera la ve. raría alternativas tales como 11.

¿Cuál es el futuro de la torre . . . TICD u 11 . . . . D IA.


en esta columna? Ataca a nn Después de la jugada del tex­
peón, pero e l peón queda prote­ to, las casillas del flanco de da­
gido fácilmente. ¿Por qué no in­ ma quedan debilitadas. Y, cosa
tentar un ataque en el flanco del aún más :mportante, el avance
rey en lugar de esta demostra­ del peón priva al caballo de da­
ción inútil? ma de un apoyo sólido, circuns­
La respuesta es la siguiente: el tancia interesante que las blan­
instinto del maestro (o, quizá, su cas explotarán en su futuro ata­
que sobre el rey, el cual se desa­
conocimiento o su experiencia) le
dice que debe apoderarse de cua­
tard al otro lado del tablero
lesquiera columnas abiertas, que 12. D2D
debe controlarlas al momento La dama abandona la primera
con sus tones o su dama. "Haz fila para que las torres puedan
las jugadas", dice el instinto, entrar en contacto. Pueden así
"que se conformen a los requisi­ aumentar la presión sobre una
tos de la posición, y serás adecua­ columna abierta doblándose en
damente recompensado. ¡ Haz las ella o, de otra manera, trabajar

jugadas necesarias para estable­ en conjunto.


cer una posición superior! Desa­ Un adversario que sólo hiciera
rrolla tus piezas de manera que jugadas superficiales y plausibles
tengan la máxima movilidad y podría pasar por alto el significa­
controlen la mayor parte posible do de la jugada de la dama blan­
del territorio. Dirige tus esfuer­ ca.
zos a debilitar la posición del El ajedrez no debe jugarse me­
enemigo, paralizandD los movi­ cdnicamente, ni siquiera en las
mientos de sus piezas y reducien­
posiciones mds sencillas )' pldei­
das.
do su capacidad de resistencia
�ntes de que hagas la primera 12. . . . 0-0
J u g a d a de una combmación. !Asi se meten en la boca del
Cuando llegue la hora, el ata­ lobo!
que parecerá j ugarse por si solo. Antes de hacer una jugada que
A JE D R. E Z L ÓG I C O 29

se ofrece tan fácilmente, las ne­ I.aS negras deben capturar el


gras debieron haberse pregunta­ alfil, o �uedarán con un peón de
do: "¿Cómo puedo explotar la desventaja sin ninguna compen­
única debilidad de las blancas, sación en la posición.
·
los peones doblados en la colum­ 14. DxP
na del alfil de dama?".
Veamos lo que han obtenido
Entonces quizá hubieran acer­
las blancas a cambio de la pieza
tado con 12. . . . C4T, a fin de
que sacrificaron:
llevar el caballo a SA, donde
a) Tienen dos peones de 'P-
bloquea al �n doblado, e�tor­ •

nanca.
ba los movimIentos de las piezas
b) Su dama se encuentra pod�.
blancas y, en general, causa tan­
rosamente colocada en terntono
tas molestias como un hueso ato­
enemigo, ¡amenazando matel
rado en la garganta. Las blancas
podrían capturar al caballo, pero
e) Han destruido la defensa de
peones que protegía al rey ne­
tendrían que desprenderse de
gro.
uno de sus valiosos alfiles, y la
d) Tienen en perspectiva un
posición de sus peones (como re­
enérgico ata<J.ue con 15. esC.
sultado del cambio) seria inferior e) Si reqUIeren mayor ayuda,
a la de las negras. Finalmente, pueden recurrir a las reservas
las negtas podrían entonces plan­
(después de 15. CSC) mediante
tar una de sus piezas en 4D,' ca­
16. T3A, seguida por 17. T3CR.
lilla de la que nunca sería desa­
lojada por los peones. U. . . . ClJe
¿Había otra defensa?

Si 14. . . . C4A (para estorbar


la acción del alfil), entonces 15.
AxC, AxA ; 16. DxC toma el ca­
ballo indefenso del lado de la
dama, consecuencia del instinti­
vo adelanto del peón negro del
caballo de dama en su undécima
jugada.
Si H. ' A4A; 15. AxA, CxA;
"

16. DxC y nuevamente la dama


toma al infortunado caballo.
Si 14. . . P4A; el alfil negro
.

13. AxP
queda amenazado. 1 as blancas
Bladburne debe haber tomado' la capturarían siguiendo el con­
este peón con la velocidad de la sejo de TartUover: " ¡ Hay que
luz (300,000 kilómeuos por se­ tomar primero y filosofar des­
gundo). puésl".
A costa de un alfil, toma dos 15. esC
pones inmediata�ente como com­ Amenazando otra vez mate en
pensación matenal, destruye la 7T. Esto es más rápido que la
baldcada de peones próximos al brutal alternativa 15. AxC, PxA ;
rey. . . y hace algo más, como ve­ 16. DxP t. por 17. DxA,
remos. que gana material y, con el tiem�
13. . . . PxA po. la partida.
I R V I N G C H .E R N E V

Blackburne obedece la máxi­ Partida N úm. 5


ma del barón von Heydebrand
undder Lasa, quien dijo hace un GIUOCO PIANO
siglo: "La mejor forma de ganar
es la más rápida y más sencilla"_ BLANCAS NEGRAS

15 _ . . . TIR Ruger Gebhard

Ofrece al rey una casilla para Dresde, 1915


huir.
1 P4R
16. TxPA •

En la apertura, lo más impor­


Otra vez se presentan vanos tante es desarrollar las piezas

métodos de ganar: cuanto antes a fin de ocupar y


controlar el centro.
16. AxC, Y si 16 . . . PxA; 17. . La primera jugada de las blar:­
D7T tt. cas fija un peón en el centro, y,
16 . . C7T, seguido por 17. cQmo pnmer paso para sacar a

. .

C6A t y mate rápido. sus piezas de la primera fila, abre


La jugada del texto inmoviliza avenidas para su dama y su alfil.
al rey y renueva la amenaza de
mate. 1. " . P4R
Las negras igualan la presión
16. AxT
en el centro y liberan dos pie­
• • •

Obligada, si las negras qUieren



zas para que entren en aCCIón .
seguir jugando. Deben contentarse con ello, pue�
en esta primera etapa de la paf­
17. D7T t tida no pueden aspirar a apo­
derarse de la iniciativa por la
Pone al rey en una situación fuerza.
fatal. 2. C3AR
17. . . . R1A Es buena estrategia hacer juga­
das de desarrollo que entrañen
La única jugada. amenazas, pues reducen las posi­
bilidades de respuesta. Contra la
18. DxA tt pasiva 2. C3AD, que desarrolla
una pieza pero no ataca, las ne­
En esta partida queda ilmtra­ gras pueden escoger entre res­
do el riesgo de jugar el ajedrez puestas tan buenas como 2. . "
de manera plausible, pero super­ C3AR, 2. , ' , C3AD o 2, . . .
ficial. Blackbume, que jugó és­ A4A. De la misma manera, si la
ta y otras siete partidas simultá- segunda jugada de las blancas es
neas a CIegas en esa ocaSlOn, re· la apacible 2. ' A4A, las negras
. . ,

currió al orden y el método para tienen tres buenas opciones en 2,


obtener la victoria, lo que reml­ , " C3AR, 2. , . , A4A Y 2. . , .

tó muy superior al juego a tiep­ P3AD (con el propósito de jugar


tas de su adversario. pronto ' " P4D),
AJ E D R E Z L ó G I C O 31

2. . . . C3AD z� : las negras desarrollan una


pieza que ataca a un peón.
Las negras salvan a su peón de
rey y desarrollan una pieza. El 5. P4D
caballo entra en juego eficazmen­
te: su acción pretende influir 'en Las blancas contestan
el centro. Defiende la casilla 4R do a una pieza.
y ataca a la casilla 5D. 5. ... PxP
J . A4A Prácticamente obligada, pues
5. A3D para defender al
� l alfil sale, to�ando una po·
' "

saaón donde domma la diagonal peón de rey es poco adecuada,


que conduce al rey negro. Ataca ya. que bloquea al peón de dama,
un peón que es peculiarmente
mientras que 5. ' A3C pellni­
"

vulnerable porque sólo está de­ te 6. Px'P, CRxP; 7. AxP t, RxA;


8. D5D t� y las blancas recupe­
fmdido por el rey.
Esto no significa que las blan­ ran su pIeza, -!uedando con un
cas capturarán al peón en las si­
peón de ventaja. Las blancas po­
guientes jugadas, pero al[{ queda drían jugar también 7. D5D, ata­
la amenaza. En muchos casos la cando al caballo y amenazando
mate, en lugar de 7. AxP t.
'

brill�ntez depende de capturas


-

semejantes en que se sacrifica el 6. PxP


alfil para que el rey salga a don­
La disposición de los peones
de las otras piezas de las blanca�
puedan atacarlo. blancos parece impresionante, pe­
ro ¿puede mantenerse el centro?
_

J. . . . A4A
6. o • •
A.5c t
Las negras siguen el ejemplo,
sacando su alfil a la casilla más Muy superior a la tímida ju­

convemente. gada 6. ' " A3C, después de la


En la apertura, el alfil se en­ cual las negras quedan aplasta­
Olentra en su mejor posición pa­ das con algo semejante a esto:
n atacar cuando controla una
7. P5D, C ICD; 8. P5R, C IC
diagonal en el centro o cuando (ambos caballos regresan a su
clava a un caballo hostil y lo eli­ lugar sin pena ni gloria); 9. O-O,
mina del juego. Defensivamente, C2R; 10. P6D, C3C; 11. C5C,
el alfil cumple su misión en 2R,
_
O-O (el rey negro está protegido
donde Irradia su poder en varias por tres peones y el caballo; en
direcciones, haciendo difícil la cuatro jugadas desaparece el ca­
intrusión de una pieza enemiga. ballo y un peón, y los dos peo­
nes restantes están clavados e in­ •

4. P3A defensos); 12. D5T (amenaza 13 .


Apoya el avance del peón de DxP ff), P3TR; 13. DxC (ame­
dama con el propósito de contro­ nazando otra vez mate: la dama,
lar el centro. Las blancas pospo­ naturalmente, es tabú), PxC; 14.
nen el enroque en virtud de que AxPC, D I R; 15. A6A, Y lliS blan­
su rey no está en peligro.
cas, explotando una doble clava­
da, forzan el mate en la siguiente
4. ' "C3A jugada.
Enérgica respuesta a la amena- tsta es la situación final:
52 I R V I N G C H E R N E V

Después de la jugada del tex­ Ordinariamente, estas jugadas


to, las blancas deberán librar a son sospechosas, pues 5D debería
su -rey del jaque y, si es posible, estar ocupada por una pieza. Pe­
deberán salvar a su peón amena­ ro aquí el peón sirve para desa­
zado. lojar al caballo y evitar para
7. C3A siempre que las negras liberen su
juego mediante . . . P4D.
Las blancas prefieren esta j u­
8. .. C2R
gada, que ofrece un peón, a 7.
.

A2D, AxA t; 8. COxA, Y el peón Tan buena como la mejor. La


del rey queda protegido. j ugada a 4TO tiene como res­
puesta 9. ASD, y el caballo que­
7 ' " O-O
da inmovilizado en el lado del
"El ajedrez no es para las al­ tablero.
mas tímidas", escribía Steinitz a 9. P5R.
Bachmann en una carta. El pron­
Ahora, ¡ un ataque al otro ca­
to enroque en la partida es, . ge­
ballol
neralmente, buena estrategia. En
este caso, es poco apropiado, 9. . .. C5R
pues el centro de las blancas re­ La retirada a 1 R no parece
sulta formidable y hay que des­ muy atractiva, por lo que las
truirlo. Las negras deben jugar negras buscan cambiar los caba­
7. . . . CxPR, aceptando la ofer­ llos.
ta de un peón, y correr este ries­ JO. D2A
go con la esperanza de sobrevivir
Protegen a su caballo, que está
a cualquier ataque que se pre­
atacado dos veces, y amenaza al
pare. No puede ser peor que ese
del enemigo.
pasivo enroque, el cual se tra­
10. . . . CxC
duce en que ambos caballos sean
desalojados de sus magníficos Prácticamente obligada, pues si
puestos. Fillsbury lo considera­ defienden al caballo con 10 . . .
.

ba como una regla qve, .según P4AR, permiten 1 1 . P6D t a la


decía, era "absoluta y vital: hay descubierta, y el otro caballo su­
que enrocar porque uno quiere cumbe.

o porque es necesano; pero no 1 1 . PxC


tan sólo porque uno pueda ha- La recaptura sirve para ganar
cerlo", . un tiempo: el alfil de las negras
8. P5D debe perder una jugada al le-
A J E D R E Z L ó G I C O

tirarse, mientras que aumentan pieza, o si 12. . , . P3C; 13. CAR


las ventaja, de las blancas. Aho­ obliga a jugar 13. A3C, y 14.
' "

ra aprovechan la ventaja de una A6T ahuyenta a la torre a 1 R,


columna abierta de caballo para Y 15. C6A t gana el cambio.
su torre de dama y una diagonal
extra para su alfil de dama. 12. . . . C3C

11. . . . A4A ¡La única defensa! Los peones


del flanco del rey están intactos,
Naturalmente, esta jugada orre· pero las negras se han visto obli­
c:e una mejor probabilidad que gadas a colocar sus piezas donde
mover a 4T, única casilla que querían las blancas. En estas cir­
queda para escapar. cunstancias, las posibilidades de
Una comparación de las dos dar una buena pelea no son muy
posiciones demuestra que la de brillantes.
las blancas es resueltamente su­ I.as blancas deben evitar el
perior. Tienen más piezas en el error de las negras de enro( ar
ampo y mucha mayor movili­ como desarrollo rudnario. Un
dad que las negras. Tienen me­ comportamiento semejante da a
jores perspectivas también de las negras tiempo para jugar 13.
baer más piezas a la batalla. . . . P3D o 13. . P3TR, obli­
. .

En este caso, la receta recomen­ gando al caballo a que se retire.


dada es mantener ocupadas a las Las blancas no deben dar a su ad­
con amenazas: no darles versario un momento de respiro.
Deben atacar, ¡atacar, atacar!

para presentar una reSIS-


Irllcia eficaz. 13. P4TR
Amenazando jugar a 5T, too
mar el caballo y dar mate con la
dama.
13. . .
. P3TR
¿Qué otra cosa queda? Las ne­
gras intentan ahuyentar al caba­
llo amenazador. No pueden ha­
cerlo con 13. . . P3AR, pues U.
.

P6D t a la descubierta, RIT; 15.


C7A t gana el cambio.

12. C5C !
Ostensiblemente para atemori·
zar a las negras con la amenaza
de mate; en realidad, el propó·
sito es el de inducir un adelanto,
que produce debilidad, de uno
d e los peones del cortejo del rey.
Si se mueve uno de esos peo·
nes, ¡ las están perdidas!
Por ej emplo: si 12. . . P4A; 13.
.

P6D t a la descubierta gana una


-'H I R V I N G C H E R N E V

. 1 4 . P6D ! -
cidentalmente, amenazando ellas
t:lIll bién ma te), pero no sería más
¡ Golpe de gran - potencia! E l que para caer en 1 8. D7T f, RIA;
alfil negro queda aislado de l a 19. D8T tt.
defensa y se abre una l ínea p.1I a •

el alfil blanco. Las blancas a l l l l"­


Partida Núm. Jj
nalan ahora 1 5 . DxC, pues ei
peón clavado no puede tocar a la RUY LOPEZ
da ma.
BLANCAS NEGRAS
H. . . . PxC
Zei ssl Walthoffen
Las negras pueden tomar to­
do el material que les sea posi­ Viena, 1899 . . .
ble.
l . P4R
1 5 . PxP !
"Hay que desplegarse siem­
ca ba llo no puede huir (el
El pre", dice Franklin K. Young,
castigo de ello sería 1 6 . D 7T tt)· "de manera que se pueda esta­
Al mismo tiempo, la torre tiene blecer fácilmente la oblicua de­
una hellIlosa columna abierta, y recha en c'}so de que el plano ob­
la dama amenaza todavía con la jetivo quede abierto o se locali­
captura del caballo. ce permanentemente en el cen­
tro o en el flanco del rey, o que
1 5. ' " TIR pueda establecerse fácilmente el
¡ E l rey necesita mayor espacio! gancho alineado si el plano o bj e­
tivo se localiza en una ubicación
1 6. DxC que no sea el frente estratégico".
Recupera la pieza sin aflojar Si esto resulta un tanto oscuro
la presión. Las blancas amenazan (y no veo razón para creer lo
mate en una j u gada y dos ma tes contrario), la conclusión a que
en dos. llega ha sido expresado en prosa
l ímpida por el mismo autor:
16. . . . TxP f
"La mejor jugada inicial para
Las negras se consuelan igua­ las blancas es 1 . P4R".
l ando el inventario de bi enes tan­ 1. . . NR
gi bles y dan un j aq u e de sesper a­
.

do antes de rendirse. La mejor probabilidad para


las negras de igualar la situación
17. RIA
está en obtener una participa­
La más sencilla, pues todavía ción equi tativa de las casillas
no desaparece la amenaza de ma­ más importantes: las del centro.
te. Había poca probabilidad de Con 1. . . P4R hacen valer
.

que las blancas incurrieran en el su derecho y, al mismo tiempo.


error de 17. R2D, DxP f; 18. liberan dos piezas.
DxD, TxD, en que todos sus tra­
2. C3AR
hajos habrían sido perdidos.
17. . . A bandonon
El lector puede hacer esta .ju­
gada confiadamente, seguro de
.

Las negras pueden evitar el que ningún maestro puede ha­


mate mediante 1 7 . . . . D I R (in- cerla mejor.
A J E D R E Z L ó G I C O 35

El caballo se desarrolla en una cas sobre el peón del rey. Un ju.


sola j ugada a su casi l la más ade· gador sólido de posiciones defen­
cuada en la apertura. dería sencillamente su peón de
Ejerce presión sobre dos de las rey con 4. C3A, desarrollando
cuatro casil las de la vital área tranquilamente una p i e z a , en
central. tanto que otro jugador de áni·
Se acerca al centro, de manera mo conservador podría conten­
_

que disfruta de la máxima movi· tarse con 4. P3D para apoyar al


I idad. peón del rey, de manera que, en
Ayuda a despejar el flanco del caso de cambio, retendría un
rey, permitiendo el pronto en­ peón e n el centro.
roq ue en ese lado. 4. . . . PAxP
Está colocado idealmente para
La captura de las negras tiene
la defensa del rey después de que
por principal objeto sacar al ca·
se enroque.
baIlo de su fuerte posición.
Entra en el j uego ganando
tiempo: ¡ataca a un peon! 5. CxP
• •

En resu men, ¡ es una buena ju­ Aparentemente, una j ug a d a


gada! enérgica. Las blancas recuperan
2. . . . C3AD su peón y evitan 5 . . . . P3D ó 5 .
. . . P4D. Después de cualquiera
Respuesta recomendable: las ne­
de estas dos jugadas, la continua·
gras desarrollan una pieza, pro­
ción 6. CxC, PxC; 7. AxP t gana
tegiendo a su peón al mismo
el cambio.
tIempo.

Las blancas tienen también


3. A5C una poderosa amenaza con 8.
Probablemente la jugada más AxC, PDxA; 9. D5T t, R2R;
fuerte en el tablero. E l alfil deja 10. D7A t, R3D; J I . C4A tt·
sentir su mano sobre el defensor Todo esto es muy tentador, de
del peón. No hay. amenaza inme­ la misma manera que la posibi­
diata de ganar al peón, porque lidad de dar pronto el mate es
después de 4. AxC, PDxA ; 5. atractiva para el j ugador joven,
CxP, la respuesta 5. ' " D5D pero hay que suprimir esa am­
recupera el peón. Pero hay pre­ bición. Los ataques prematuros
sión sobre el caballo, y esta con amenaza de mate suelen ser
presión se intensifica cuando las repelidos con pérdida de tiempo
negras, tarde o temprano, ade­ o material para el agresor.
lanten su peón de dama, y el Una continuación más segura
caballo queda entonces clavado. es 5. AxC, PDxA; 6. CxP.

3. . .. P4A 5. . . . CxC

Atrevido intento de tomar la Elimina al mejor defensor de


iniciativa. La idea es hacer que las blancas en el flanco del rey
las blancas renuncien al centro y pone fin a cualquier noción
tomando el peón del alfil. combativa que pudieran haber
abrigado las blancas.
4. P4D 6. PxC
A un jugador agresivo le gusta­ Las blancas no tienen nada que
ría el contraataque de las blan- hacer con el enérgico 4. P4D.
S6 I R V I N G C H E R N E V

Era preferible el desarrollo del peón, que es un buen principio


caballo de dama. para ganar la panida. Ahora se
6. . .. PSA ! proponen desatar un ataql1e en
la dirección del lado desnudo del
¿Una jugada de peón cuando rey blanco.
hay que poner en juego las pie­
zas? Sí, la jugada está justificada
9. O-O
por la posición particular. Las ne­ Plausible . . . ¡y mala I Era más
gras tienen cuatro buenos argu' discreto ocultar sus intenciones.
mentos para este adelanto del desarrollar las piezas del flanco
peón: . de dama y enrocarse más tarde.
a) Deben ahuyentar al alfil an­ quizá en este último flanco.
tes de que puedan adelantar su 9. . . . P4D !
peón de dama (de lo contrario,
el rey queda en jaque). ¡ Naturalmente! Las negras se
b) El tiempo perdido al mo­ apoderan del centro, ahuyentan
al alfil enemigo y ocn ello pero
ver un peón queda compensado
�iten que aparezca su propio al­
por el hecho de que el alfil de­
fll. ¡Todo ello en una sola ju·
be perder también un tiempo al
gadal
retIrarse.

e) Abre una magnífica diago­ J O. . . , ASe


nal para la dama. También aquí es preferible la
d) El ataque sobre el alfil se maniobra 10. A2R, en que el al­
traducirá en la ganancia de un fil domina dos diagonales.
peón, y "un peón vale la pena
JO. ASe
de darse alguna molestia",
Steinitz. Organizando un ataque en el
flanco de rey mediante el sim­
7. A4AD
ple procedimiento de desarrollar
Ordinariamente, éste es un ex­ sus plezas.

celente lugar para el alfil, pero


11. ASR
2R es más compatible con . los
requerimientos de la posición. En parte para evitar que las
Las blancas han perdido los ser­ negras jueguen 11. ' A4AD. "

vicios del caballo de rey, y el Y en parte para desalojar a la


. alfil podría contribuir a la de­ dama centralizada mediante 12.
fensa del flanco del rey. A4D o 12. D4D.
7. ' " D4T t
Ataque doble sobre el rey y el
peón.
8. eSA
La mejor forma de librarse del
jaq ue. 1as blancas colocan el ca­
ballo de dama donde le corres­
ponde en la apertura .
. 8. · . . . DxPR
1as . negras han ganado un
A J E D R E Z L Ó G I C O

11. . . . ASD ! a' 14. TIR, con lo que 14. ' "
D6T planta una pieza en un agu­
Magnífica jugada que tiene jero. La siguiente jugada de las
más significacioo que el mero negras es 15. . . , A6A, ocupan­
desarrollo de una pieza combi­ do el otro agujero, y la escena
nado con una amenaza de mate. queda lista para el mate en 7C.
El objetivo ulterior es crear una
debilidad permanente e irreme­ 13. . . . A6A
diable en el flanco de rey de las El segundo paso en el proceso
blancas obligando a moverse a de la penetración.
uno de los peones defensores.
14. A4AR
12. PSC Con la esperanza de que haya
La única defensa posible. Si en algo semejante a 14. . . . D2R;
lugar de ello 12. P4A, PxP a.p.; 15. AxA, DxA; 16. D4A, en que
13. DxPA, DxP f; 14. R2A, uno o dos cambios podrían ali­
A5CR, y las negras ganan. viar las dificultades.
Después de la jugada del tex­ Después de la decimacuarta ju­
to, las negras desatan un ataque. gada de las blancas, las negras
No sacrifican una pieza inútil­ tienen un mate obligado en cinco
mente por el peón del caballo, jugadas, que pueden anunciar
ni intentan inumpir en la posi­ con tono rimbombante:
ción con el asalto de peones 13 .

. . . P4TR, T5 Y T6
12. . . . A5CR !
Basan su ataque en el tema
de la penetración. Las casillas
SAR y 3TR de las blancas han
quedado debilitadas con la ju­
gada 12. PSC, pues ya no están
protegidas por el peón. Estas ca­
sillas se han convertido en "agu­
jeros", como las . llamó Steinitz
por primera vez. Las piezas ene­ 14. . . . D4A !
migas que se establecen en estas
casillas lo hacen con firmeza, Abandonan al alfil, pero a las
pues no hay peones que puedan negras sólo les interesa llevar la
ahuyentarlas. dama a 6T, con un dominio mor·
El alfil ataca a la dama con el tal sobre las casillas blancas.
objeto de insinuarse en 6A sin 15. CID !
pérdida de tiempo.
La única probabilidad. El ca­
13. D2D ballo va a 3R para defender la
Tan buena come. la mejor. Si casilla 2CR, donde es inminen­
en lugar de esto las blancas in­ te el mate.
terponen el caballo en 2R, en­ 15. . . . D6T
tOl}Ces 13. . . . D4T, atacando
una vez más al caballo, obliga Amenazando mate instantáneo. '
38 I R V I N G C H E R N E V

16. C3R Otro de ellos es que la posición


Defiende la casilla crítica. paralizada de las negras suele in­
ducir un ataque prematuro, que
16. . . . C5C puede ser desastroso para las blan­
Nueva amenaza: mate en 7T. cas.
Adviértase el inteligente uso de las Un tercer objetivo es que el
casillas blancas debilitadas al in· peón en 3R apoye un avance me­
filtrarse las piezas negras en la diante 2 . . . . P4D, ataque sobre
posición enemiga. el peón de rey que puede hacer
que la iniciaúva cambie de ma­
17. TRIA
nos.
¡ Espacio para el rey! La Defensa Francesa no debe
17. . . . DxPT t ser subestimada, pues oculta con­
siderable energía tras una modes­
y el mate viene en la siguiente
ta fachada.
jugada.
2. P4D

Partida Núm. 7 Si vale la pena establecer un


DEFENSA FRANCESA peón en el centro, tener dos allí
duplicará los beneficios.
BLANCAS NEGRAS •

2. . . . P4D
Spielmann Wahle
Viena, 1926 Las negras dan más movimien­
to a su dama y disputan el domi­
l. P4R nio del centro.

Con esta jugada se obtiene mu­ 3. C3AD


cho:
Se fija Un peón en el centro del Claramente, una excelente res­
tablero. puesta, pues el caballo se desarro­
El peón domina 5D y 5AR, Y lla a su casilla apropiada, protege
evita que las piezas negras se ubi­ al peón del rey y ataca la casilla
quen en esas casillas. 5D.
La dama y el alfil de las blan­ J. . . , C3AR
cas tienen inmediatamente ,espacio
Las negras, a su vez, llevan a su

para respIrar.
caballo del rey a la posición más
1. . . . P3R fuerte con una ganancia de tiem­
po: nuevo ataque sobre el peón.
.

Con vilrios objetivos en perspec-


uva: 4. PXP
Uno de ellos es el de evitar que
las blancas dicten la apertura. Muchos jugadores prefieren
Después de la respuesta conven­ aumentar la presión con 4. A5CR
cional 1 . , , . P4R, las blancas pue­ (que desarrolla una pieza y deja
den jugar la poderosa línea Ruy impotente a otra del enemigo) en
López, . el Giuoco Piano, la Parti­ lugar de esta jugada, con lo que
da Vienesa, el ataque de Max se afloja la tensión .

Lange, o inclusive algunos de los Spielmann, que gusta de las


peligrosos gambitos. posiciones abiertas, elimina un
A J E D R E Z L Ó G I C O

par de peones a fin de dar a sus jugada. pero cumple la primera


pIezas mayor espaCIO para sus ac-
• •

ley del desarrollo rápido.


tividades. ¡Hay que sacar las piezas de la
¿Cuál jugada es mejor? ¿Cuál primera fila!
debería jugar el lector? La res­ 6. A3D
puesta es la siguiente: hay que La actitud de este alfil es agre­
hacer la jugada que se prefiera, la siva, especialmente contra el en­
que mejor se acomode al propio roque en el lado del rey.
estilo y temperamento. Si el lec­ .6 . ., C3A
tor es un jugador cuidadoso y pre­ El debut de este caballo es
cavido que conoce el valor de un aún más amenazador, pues amaga
peón -que sabe que cada uno de con tomar el peón de dama.
ellos es una dama en potencia y 7. CR2R !
que la pérdida de un peón puede Después del acostumbrado des­
significar la pérdida de la parti­ arrollo 7. C3A, las negras clavan
da-, deberá atenerse a 4. A5CR y al caballo con 7 . . . . A5CR y nue­
a las aperturas del ajedrez de po­ vamente amenazan al peón de
siciones, el Ruy López, las aper­ dama. Las blancas podrían salvar
turas del peón de dama, la de Réti al peón, digamos con 8. A2R,
y la Inglesa. En cambio, si el lec­ pero perderían la iniciativa.
tor prefiere el ajedrez atrevido y Después de la jugada del texto,
aventurero, y un peón es tan sólo si las negras clavan al caballo, 8.
una barrera para que se desborde P3A repele al alfil y lo hace per­
el ataque de sus piezas, deberá ju­ der tiempo al retirarse.
gar las aperturas en que pueda 7. . , . C5CD
desatarse su imaginación, la Evans, Con la intención de eliminar
la Danesa, el gambito del rey y una pieza peligrosa y también de
otros gambitos. obtener alguna ventaja al conser­
Las mejores aperturas son aque­ var sus dos alfiles.
llas en que el lector se encuentre 8. C3C
más a sus anchas. Ahora vemos otra razón para
4. . '
. PxP desarrollar el caballo a 2R. Las
Mejor que tomar con el caba­ blancas quieren anclar una pieza
llo. Las negras conservan un peón en 5AR, posición dominante para
en el centro y liberan a su alfil un caballo o un alfil. Una pieza
de dama.

no necesita hacer más que pelma­
5. A5CR necer allí y tomar un aspecto
Clava al caballo y amenaza con amenazador para desconcertar al

abrir la partida mediante 6. AxC, enemIgo.


PxA (6. . . . DxA hace que se pier­ 8. . , . CxA t
da el peón de dama), y las negras Misión cumplida. Las negras
quedan con un peón doblado dé­ tienen una ligera superioridad
bil. técnica por retener dos alfiles de
5. . . , A2R largo alcance contra el caballo y
La manera más sencilla de eli­ el alfil de las blancas, pero . . .
minar la clavada del caballo. El 9. DxC
movimiento del alfil por sólo una . . . con una pérdida de tiem­
casilla no podrá parecer una gran po. Las negras han hecho tres ju-
40 I R V I NG C H E R N E V

gadas con el caballo para cam­ tos, pues no hay jugada débil a
biarlo por un alfil que sólo se ha no ser que se aproveche de ma­
movido una vez. Además de eso, nera adecuada.
su caballo desapareció completa­ Ésta es la posición en que jue­
mente del tablero, mientras que gan las blancas:
el alfil dejó una pieza en su lu­ 10. O-O
gar. El resultado es que las b!an­ Ninguna violencia, por favor,
cas tienen cuatro piezas activas hasta que se hayan traído las �­
en el campo contra dos de las ne­ servas. Blackbume solía decir:
gras. Las blancas están también "Nunca hay que iniciar un ata­
preparadas para enrocar en cu.a!­ que hasta que se haya desarrolla­
quiera de los dos lados y movih: do la torre de dama".
zar rápidamente ambas torres. Si Las blancas obtienen la seguri­
hay alguna ventaja, es de las blan- dad de su rey y sacan una torre
caso de su escondrijo.
9. . .
. P3CR JO.. ..
P3A
La jugada del peón impide que Fortalece el centro de peones
las blancas coloquen su caballo y abre otra awenida para su dama.
en 5AR, pero crea una debilidad 11. TDI R
orgáruca en la posición �e las ne­
gras, debilidad irremedIable. Las Las blancas se apoderan de la
casillas 3AR y 3TR, que ya no única columna abierta (pues las
están protegidas por el peón, son torres deben estar en columnas
débiles y lo serán de manera per­ abiertas o en columnas que pue­
manente. dan abrirse) y clavan al alfil.
Adviértase que el peón fue in­ Vale la pena hacer notar que
ducido, pero no obligado a mover­ una pieza clavada no sólo no pue­
se hacia adelante. La sola amena­ de moverse, sino que tampoco
za del caballo fue suficiente para puede capturar. No protege �
.

ninguna otra pIeza, pues esta


inducir a las negras a hacer una
completamente paralizada. De ello
jugada preventiva natural. Es la
clase de jugada que nueve de c�da se deduce que no sólo �l alfil está
diez jugadores hacen automática­ inmovilizado y en pehgro (pues
mente en situaciones semejantes, puede ser atacado una y otra vez),
por lo que resulta muy Importan-

sino que el caballo que depende
te saber cómo explotar sus defec- de él para su protección no se en­
cuentra ya a salvo. En pocas pa­
labras' las negras se encuentran
ahora amenazadas con la pérdida
de una pieza mediante 12. AxC.
11. . . . O-O
El rey pone pies en polvorosa,
eliminando de paso la clavada del
alfil y conservando su caballo.
La estrategia de Spielm�nn
hasta este punto y la com�ma­
ción decisiva que sigue �ubie�n
complacido a Lasker, qUien diJO
A J E D R E Z L ó G I C O 41

en cierta ocasión: "En el princi­ vado y sujeto a un ataque dura­


pio de la partida no hay que bus­ dero. El alfil aparece en ambas
car combinaciones y es necesario ecuaciones. Evidentemente, el al­
abstenerse de jugadas violentas. fil es el criminal, ¡ y hay que des­
Hay que buscar pequeñas venta­ truirlo! ¡Y hay que destruirlo in­
jas, acumularlas, Y sólo después mediatamente, antes de que las
de haber alcanzado estos fines se negras tengan tiempo de jugar
buscan combinaciones con todo 12 . . . A3R!
.

el poder de la voluntad y el. inte­ 12. TxA !!


lecto, porque entonces debe exis­ "Cuando conocemos las ideas
tir alguna combinación, por ocul· que los inspiran, ¡qué sencillos
ta que esté". nos parecen los sacrificiosl", dice
Znosko-Borovsky.
12 . . ,
. DxT
Las negras tienen que recupe­
rar la pieza, dejando al caballo
clavado y blanco de un futuro
ataque.
13. D3A
Ejerciendo presión sobre la cla­
vada y amenazando con tomar el /
caballo.
13. . . , R2C
Una ojeada basta para advertir El rey sale al rescate. Contra la
defensa alternativa 13. . , A4A,
que las blancas han alcanzado la
.

Spielmann ,tiene esta bonita con­


necesaria superioridad de posi­
tinuación: 14. CxA, PxC; 15. D3C
ción. Si hay una combinación de
(amenazando mate con 16. AxC),
la que pueda echarse mano, debe­
R2C (ó 15. . , RIT; 16. D4T,
rá hacerse ahora, antes de que
.

R2C; 17. D6T t, RIC; 18. AxC,


las negras tengan tiempo de reor­
ganizar sus piezas para la defensa. y las blancas ganan); 16 AxC t
doble, RxA; 17. D4T t, R3R; 18.
Ahora, cuando tienen cinco pie­
T I R t, R2D; 19. DxD t, y todas
zas en juego activo contra las dos
las piezas de las negras han salido.
de las negras. Ahora, cuando tie­
nen una columna abierta. ¡ Es su­
ficiente! ¡Allí debe estar la com­
binación!
He aquí el razonamiento de las
blancas:
El adelanto del peón de caba­
llo de las negras ha privado al
caballo de un apoyo estable. Está
r
todavía defendido por dos iezas,
pero si no estuviera allí e alfil,
quedaría defendido sólo una vez.
Efectivamente, si el alfil no estu­
viera allí, el caballo estaría cla-
42 I R V I N G C H E R N E V

Las blancas deberán continuar Si 16. . . . R3T; 1 7. D4A t, y


martillando al caballo clavado, mate en la siguiente jugada.
¡ por muchas j ugadas brillantes 17. D4A
que tengan que buscar!
Otra vez, la amenaza inmedia­ Amenazando con la invasión
ta de las blancas es sencilla: 15. final en 6T seguida por un mate
AxC t, g a n a n d o instantánea­ en 7C: triunfo en las casillas ne­
mente. gras.
Las negras, impotentes para evi­
14. . . . PXC tar el mate, abandonaron el juego.
Las negras deben tomar este
caballo o perder el suyo. Partida Núm. 8
15. CxP PARTIDA DE PEóN DE
DAMA
Son tres las piezas que atacan
ahora al indefenso caballo. " El (Sistema de Colle)
.

ajedrez no es para los blandos de BLANCAS NEGRAS

corazón", dice el proverbio fran- Przepiorka Prokes


ces.

Budapest, 1929
Las blancas amenazan ahora 16.
AxC t seguido por 17. AxD. 1 . P4D
15 . . '
. D3R Una de las razones que expli­
can la popularidad de las aper­

Si 15. ' " DxC, las blancas tie­ turas de peón de dama es que
nen la agradable disyuntiva de desde la primera jugada presen­
ganar la dama con 16. AxC t (eli­ tan problemas al defensor. No
minando al protector de la dama), hay método alguno por el que las
seguido por 17. DxD, o de forzar negras -puedan apoderarse de la
el mate mediante 1 6. DxCt, RIC; iniciativa o siquiera igualar rápi­
l i . A6T, seguido por 18. D7C tt. damente.
En esta última línea de juego, A pesar de su naturaleza inhe­
adviértase que las blancas plan­ rentemente posicional, las aper­
tan firmemente sus piezas en los turas de peón de dama seducen a
dos agujeros de la posición de las los jugadores agresivos y han sido
negras, 3AR y 3TR, casillas que siempre un arma favorita de espí­
ya no están protegidas por el peón ritus tales como Alekhine, Keres,
del caballo después de su avance. Pillsbury, Bogolyubov, Spielmann
Con su última jugada, las ne­ y Calle.
gras salvan a la dama . Todavía l. . " C3AR
.
tienen ventaja de materIal, pero
' Pone en juego una pieza donde
han perdido la partida, � ue.s las
piezas de las blancas se InSInua­ influye sobre el centro. La juga­
rán por las casillas negras para da del caballo evita que las blan­
l legar al rey. cas continúen con 2. P4R.
o
Un maestro del ajedrez mueve
16. AxC t su caballo a 3AR tan InstIntlva-
• • •

• •

Recuperan una pieza y limitan mente como SI respIrara.


las negras a dos jugadas. 2. C3AR
1 6. . . ' RIC El caballo se desarrolla hacia el
AJ E D R E Z L Ó G I C O

centro, donde tiene l a mayor li­ posible el pronto enroque en ese


bertad de acción con el mayor lado.
alcance para sus actividades.
4. . . . P4A
El caballo tiene la peculiar pro­
piedad de poder atacar a cual- Esta jugada es casi indispensa­
qUIera otra pIeza (excepto a otro
• •
ble en las aperturas de pe6n de
caballo) sin estar, a su vez, some­ dama. Es muy importante no ju­
tido a ataque. Este atributo lo gar primero C3AD, pues no
. o .

convIerte en una pIeza estupen-


• •
hay que obstruir al peón del alfil.
da para maniobrar con ella en el La jugada de las negras ataca
tablero. Las combinaciones que al centro y establece un estado
requieren el uso de los caballos de tensión en esa zona.
suelen tener el aspecto saltarín y 5. P3A
ágil de un ballet.
Fortalece al peón de dama. En '
2. . . ' P3R el caso de 5 . . PxP, las blancas
o o

Las negras pueden evitar ' el pueden recapturar con el peón


ataque general del sistema . de del a lfil y mantener un peón en
Colle jugando 2. . . P4D, listas .
el centro. Es necesario no tocar
para responder a 3. P3R con 3. a l peón del rey, que debe perma­
o o A4A. Entonces, si 4. A3D,
o
necer en 3R esperando nuevas
mstrucClOnes.
o •

AxA cambia los alfiles y las ne­ •

gra� se libran de la pieza más pe­ Podría parecer que la última


ligrosa de las blancas (en esta for­ jugada de las b lancas priva al
ma de la apertura). caballo de dama de su mejor ca­
Con la jugada del texto, las silla, pero en esta fOlma de ata­
negras dan libertad a su alfil del que el caballo debe estar en 2D.
rey y no se comprometen con nin­ 5. . . . CD2D
guna línea específica de defensa.
• Probablemente es superior a
3. P3R colocar el caballo en 3A. En 2D,
Indicando su . designio: eviden­ los caballos están en contacto en­
temente, las blancas preparan Ja tre sí, de manera que si hay cam­
típica formación de . Colle con el bio del caballo del rey, el otro
alfil en 3D y el caballo de dama puede llegar a 3AR, casilla ideal
en 2D para controlar la casilla para el ataque o la defensa. En
clave 4R, que sirve de trampo­ 2D, el caballo se mantiene aleja­
lín a las piezas en este ataque. do de la columna del alfil. Cuanto
. . ' P4D más abierta esté dicha columna,
3.
más útil será para la dama o la
Las negras plantan firmemente torre que la ocupen. Por último,
un peón en el centro. si las blancas juegan 6. PxP, e l
4 . A3D caballo recaptura y entra enérgi­
camente en el juego.
Las blancas comienzan a con­
centrar la presión en 4R, esencial En las pattidas de peón de da­
en el sistema de Calle. Hablando ma, el caballo negro de dama sue­
le desempeñar un mejor papel en
en télminos generales, es un buen
plan movilizar las piezas primero 2D que en 3AD.
en el flanco d�l rey, lo que hace 6. CD2D
44 I R V I N G C H E R N E V

. Intensificando la presión sobre columna del rey, la cual está ce­


4R. Para el profano, el desarrollo rrada, pero se abrirá después de
de las blancas parece deficiente. que las blancas jueguen P4R y se
Las piezas parecen estorbarse mu- cambien los peones.
tuamente, pero, como se vera,
,

pueden entrar en acción sin tro­ 8. . . . D2A


piezo y fácilmente.
Ubicación ideal para la dama.
6. . . , A!JD Desde 2A, hace presión sobre el
centro, especialmente sobre 4R,
Esta jugada es más enérgica que y ejerce gran presión sobre la co­
6. . . A2R, en que el alfil se li­
. lumna del alfil de dama.
mita a una misión defensiva.

7. O-O

Las blancas buscan la seguridad


de su rey antes de iniciar cual·
quier accióri decisiva. Es peligroso
abrir la posición y dejar al rey
en el centro, expuesto a un posi-
ble contraataque. •

El enroque de las blancas es


agresivo, pues l a torre del rey de­
sempeña un papel muy importan­
te en el ataque que se prepara. 9. P4R !

7. . . . o-o ¡ La jugada clave del sistema de


Colle! Con ella, las blancas pre­
El enroque de las negras es una tenden abrir l a posición y des­
medida defensiva. Pero, ¿�r qué atar la energía concentrada de sus
dar a conocer el domicilio del piezas en un ataque avasallador.
rey cuando las negras han revela­ La amenaza inmediata es JO.
do que preparan un asalto en el P5R, que representa un ataque
flanco del rey? Sería mejor estra­ sencillo y brutal sobre dos piezas.
tegia mantener al adversario en
la oscuridad, posponer el enroque 9. . . . PAxP
por un tiempo y continuar des­
arrollando las piezas (lo que no Como compensación por estar
puede causar daño). Las negras a la defensiva, las negras controlan
podrían llevar su dama a 2A con la columna abierta del alfil . . .
el propósito de j ugar pronto . . . temporalmente.
P4R y luego flanquear su �lfil de
dama ( . . . P!JGD, seguido por . . .
10. PAxP
A2C).

8. TIR Mejor que tomar con el caballo,


que peullite a las negras colocar
¡ Todavía mayor presión sobre piezas en sus casillas 4 R y 4AD.
4R! La torre se apodera de la Mientras tanto, las blancas re-
A J E D R E Z L ÓG I C O 45

nuevan la amenaza de ganar \lna su posición de peones en el flan­


pieza mediante 11. P5R. co del rey.
10. . . . PxP H. TxC I
Superior a la jugada natural
Elimina la amenaza y deja a las H. AxC, en que las negus po­
blancas con un peón aislado de drían responder H. . . . A2C, obli­
dama. Dicho peón es especialmen­ gando a 14. A3D (para evitar el
te vulnerable al ataque, pues no cambio de alfiles). Entonces po­
puede ser protegido por otro drían jugar 14 . . . . AxC; 15. DxA,
peón, de los cuales el más próximo AxP t, confOlmándose con ganar
se encuentra a dos columnas de
un peón a cambio de sus penas.
distancia.
H. . . ' A2C
11. CxP Casi no hay nada mejor que
De ninguna manera 11. AxP, esto, que ofrece al alfil una gran
pues 11. . . . CxA sería la res­ diagonal. Si, por ejemplo, H. . . .
puesta, y las blancas pierden los C3A; 14. T4T resulta de dificil
servicios de su valioso alfil del contestación. La amenaza de ga­
rey. "De la misma manera que nar un peón mediante 15. AxC,
Rousseau no podía pasársela sin PxA; 1 6. AxP t no podría evi­
su gato, tampoco puedo yo jugar tarse con 14 . . . , P3TR, porque
ajedrez sin mi alfil del rey", dice 15. AxC, PxA; 16. TxP gana de
Tarrasch. "Cuando falta, la par· todas maneras el peón.
tida es inanimada y fría. Falta el
factor vitalizador, y no puedo
idear ningún plan de ataque".
11. • • • P3CD
Con la intención de movilizar
su alfil de dama. Un poco más
oportuna hubiera sido la jugada
11. . A5A para restringir a uno
. .

de los amenazadores alfiles de las


blancas. •

12. A5CR 14. TIA !


El alfil ataca y abandona la ca­ ¡ Una magnífica jugada I La to­
silla lAD. La torre de dama la rre se desarrolla eficazmente en
ocupará, ahuyentará a la dama la columna abierta, mientras la da­
y asumirá el control de la bella ma tiene que recluirse en la pri­
' mera fila. Allí estorba a la torre
columna abierta.
de dama, impidiendo su desarro­
12 . . . , CxC llo por largo tiempo . . . ¡para
siempre, según veremosl
Aparentemente, las negras te­
mieron continuar 12. . . . A2C, 14. . . , DIC
pues la continuación H. CxC t No hay otra cosa: la continua­
CxC; 14. AxC. PxA desorganiza ción 14. ' "AxT; 15. TxD, AxC;
41i I R V I N G C H E R N E V

/6. DxA, AxT; 1 7. D6AD gana mas 'que esto cierto, y


en ello
es
una pieza para las blancas . . debe. estar la . clave de la combi-
.

1WClOn VictorIOsa.
,

15. T4T ! El adelanto del peón debilitó


las casillas 3TR y 3AR, que ya no
¡ Lo que se perseguía! La ame­ están defendidas por un peón.
naza de las blancas 16. AxP t hace Esto significa que las blancas de­
que uno de los peones que se en­ berán procurar apoderarse del
cuentran frente al rey se mueva control de estas casillas, ya sea
hacia adelante. Las blancas tienen ocupándolas con sus piezas o usán­
una ventaja, cualquiera que sea dolas como medio para penetrar
el peón que avance, y es: en el campo enemigo.
Toda Jugada de los peones de­ Pero, ¡ un momento! ¿No de­
bilita la e'structura defensiva. fiende todavía el caballo negro su
Toda casilla que no esté defen· casilla 3AR? Así es, y el saberlo
dida (como consecuencia de dicho nos da la infolIllación que nece­
avance) crea una debi [idad en la sitábamos. El caballo es el guaro
. .
dián de las casillas negras, IY hay
, ,

poslczon.
que destruir el caballo!
15. • • • P3C

Si las negras intentan defender


el peón de torre con 15 . . :. C3A;
16. AxC, PxA; 1 7 . AxP t gana al
peón de todas maneras. O si las
negras adelantan el peón de torre,
entonces 1 6. AxP, PxA; 17. TxP
es una combinación evidente de
sacrificio que deshace el cordón
de peones y expone al rey a un
ataque mortal.
Las blancas han conseguido lo
que se proponían. Han hecho que 16. A5C !
avance el peón del caballo de rey. . Ataca al caballo que, por extra­
Pero, ¿cómo explotan_ la debili·
dad resultante? ¿ Hay algún ata­
q
ño ue parezca, ¡ no tiene a dónde
escapar!
que contra el peón? Aparentemen­
te no lo hay, pues para atacarlo 16. • • • DIR
con el peón de torre deben mover
la torre y. luego jugar P4TR y ¿Qué otra manera hay de prote ­

P5T, proceso que requiere tiempo ger al caballo?


y obtiene poco. Si 16 . . A l A; 1 7. A6AD gana
.

¿Qué otra línea queda? ¿Sacri­ el cambio.


ficar una pieza por el peón de ca­ Si 16 . . . . AxC; 17. DxA, D I R;
ballo? Evidentemente es inútil, 18. D6AD gana una pieza.
pues las blancas no podrían rom­ Después de la jugada del texto.
per así la posición. el caballo queda clavado y se con­
Pero el peón avanzó y hay una vierte en un magnífico blanco
debilidad en alguna parte. Sabe- para nuevos ataques.
A J E D R E Z L ó G I C O 47

1 7 . C5R El rey necesita mucho espaCio.


El intento liberador con 20. . . .
En el ajedrez, es lícito pegar a P4A fracasa porque 21. AxP t
un hombre cuando está caído. R 1 T (21 . ' " R2C; 22. A6T t ga­
. .
na el cambio) ; 22. C6A, y la re­
1 7. . . . AlA sistencia es inútil.

21. C6A t
No es mejor 17. ' " AxC; 18.
PxA (descubriendo el ataque de El caballo sale a una de las crí­
la dama sobre el caballo), A l A (o ticas casillas negtas para dar el
. . . A4D); 1 9. T7A Y la miserable primer golpe.
cnatura llene que perecer.
• •

. 21 . . . . R2C
1 8. . TxA t
Si 21 . . . . R I T; 22. TxP t lleva
¡ Quitando todo apoyo al caba­ a l mate.
llo! La técnica es sencilla: si no
es posible agravar la presión so· 22 CxP t
bre una pieza, véase si se puede
eliminar a uno de sus defensores. Sacrificando el caballo para

1 8. . . , DxT

De ninguna manera 1 8. ' "


TxT, en que 1 9. AxT gana dos
piezas por una torre y luego arrin­
cona a la dama.

19. AxC

Las blancas tienen dos piezas


por la torre, ¡ y el ataque ! ·

1 9. . . ' D2A
acabar con los peones que pro­
No, 19. ' " D2C ó 1 9 . . . . D I C, tegen a l rey.
pues 20. A6A gana el cambio. La
alternativa era 1 9 . . . . D3T, pero 22. . . . PXC
las negras esperan tener algún
contrajuego en la columna del Las negras deben tomar al ca­
alfil. ballo, porque después de 22. . . .
R I C (ó 2T); 23. C6A t, R2C; 24.
20. C4C ! T7T es mate.
El primer paso para explotar
23. DxP
las casillas negus débiles trae con­
sigo una amenaza de mate con ¡ La primera jugada de la dama!
21 . C6A t, R I T (6 21 . . . . R2C); Con ella, las blancas amenazan
22. TxP tt. dos mates en la columna de torre.

20. . . ' P4TR 23. . , . TIT


48 I R V I N G C H E R N E V

La única j ugada para evitar el sisten y juegan 2. P4D? La res­


mate . . . temporalmente. puesta 2. . PxP lleva a 3. DxP;
. .

24. A6T t C3AD; 4 . D3R, C3A, y las negras


tienen dos piezas en j uego contra
Resulta apropiado que las blan­ una de las blancas. Esto equivale a
cas den el golpe de gracia en la arrebatar la iniciativa de las blan­
segunda casilla negra crítica. cas desde el principio del j�o.
24. . . . A bandonan La j ugada del texto es mucho
más eficaz que el desarrollo al
Sigue el mate en dos j ugadas.
azar del caballo, digamos a 3TR,
donde se encuentra alejado de lo
Partida Núm. 9
que suceda en el centro, o en 2R,
RUY LÓPEZ donde estorba el tráfico.
BLANCAS NEGRAS 2. . . . C3AD
Znosko-Borovsky Mackenzie Es la forma lógica de responder
Weston-Super-Mare, 1924 al ataque sobre el peón; se des­
arrolla una pieza menor hacia el
1 . P4R centro y defiende al peón.
El plan general de movilización
La primera j ugada ocupa el
consiste en establecer un peón en
centro con un peón y libera cua­
el centro, desarrollar las piezas
tro casillas para la dama y cinco
menores (los caballos antes que
para el alfil del rey. Una de las
los alfiles, siempre que sea posi­
razones de que muchos j ugadores
ble), enrocar entonces para sacar
prefieran 1 . P4R a cualquiera
a las torres a las columnas centra­
otra jugada inicial es que con ella
les y, finalmente, sacar la dama,
se ponen en movimiento rápida­
pero no muy lejos. El desarrollo
mente las piezas del flanco del
prematuro de la dama es peligro­
rey, permitiendo enrocar pronto
so, ya que está sujeta a ataq�es
en ese lado.
molestos con los peones y las pIe­
1. . . , P4R zas menores.

En los viejos tiempos esta j uga­ 3. A5C


da era casi obligatoria. Indicaba La jugada más natural en el
que uno deseaba estar en iguales tablero: las blancas amenazan al
circunstancias y pelear como los defensor del peón que atacan. Es
buenos. Sólo u n cobarde rehuiría cierto que no pueden ganar al
l. . P4R Y un posible gambito
. .
peón inmediatamente, porque des­
de las blancas. pués de 4. AxC, PDxA; 5. CxP,
Considerada objetivamente, la D5D recupera al peón. Pero la
respuesta que dan las negras en presión sobre las negras es cons­
el texto es la más fuerte. Disputa tante, y la amenaza se encuentra
la posesión del centro e impide siempre en el aire.
que las blancas lo monopolicen El Ruy López es, probablemen­
continuando con 2. P4D. te, la más fuerte de todas las aper­
turas del flanco del rey. Las blan­
2. C3AR
cas tienen más que decir en el
¿Qué sucede si las blancas per- centro, pues podrán jugar P4D sin
A J E D R E Z L ó G I C O 49

mucha dificultad, mientras que a pues las blancas lo recuperan fá­


las negras les será difícil h<\cer lo cilmente, sino a fin de obtener
mismo. Las piezas · de las blancas un juego libre y abierto. El peli­
tienen más espacio para moverse, gro en este caso es que deja un
mientras que el juego de las ne­ tanto insegura la posición de las
gras está considerablemente cons­ negras en el centro.
treñido en muchas variaciones del La jugada del texto lleva a una

Juego. posición cerrada, difícil de abrir,


• • •

pero reqUIere paaencIa por parte


3. . . . PSTD de las negras. El desarrollo del
Esto se parece al cuento de nun­ alfil a 2R es satisfactorio aun
ca acabar: el peón ataca al alfil cuando sólo se ha alejado una ca­
que ataca al caballo que defiende silla de su lugar de origen. Lo im­
al peón que ataca al caballo. portante es que ha abandonado
El propósito de la jugada de las la última fila y ha facilitado el
negras es alejar al alfil de su po­ enroque.
sición favorable. La pérdida de 6. T I R
tiempo, que . entraña mover al
peón, queda compensada por el Lleva la torre hacia el centro.
hecho de que el alfil amenazado En lugar de una columna abierta,
debe perder también una jugada la torre se prepara a apoderarse
al retirarse. de una columna que ofrece pers­
pectivas de abrirse. Al defender a
4. A4T su peón de rey, las blancas renue­
Este movimiento está de acuer­ van la amenaza de 7. AxC, PDxA;
do · con el espíritu de la apertura, 8. CxP, ganando un peón.
pues mantiene la presión sobre La jugada de la torre es prefe-
el caballo. La retirada alternati­ . rible a desarrollar el caballo de
va a 4A es inferior, pues las blan­ dama a 3A. . Las blancas quieren
cas podrían llegar a esa posición dar una retirada a su . alfil con
en tres jugadas en lugar de cuatro. P3A, cuidándolo · del cambio.

4 ... C3A 6. o • • P4CD

Desarrolla una pieza, ataca a Responde a la amenaza obli­


un peón y prepara el enroque en gando al alfil a retirarse.
el lado del rey. Sería difícil espe­ 7. ASC
rar más de una sola jugada.
Evidentemente, la única JU -

5. O-O gada.
Las blancas ponen a salvo su 7. . . . . P3D
rey y llevan la torre hacia las co­
lumnas centrales. Protege al peón del rey, libera
al alfil de dama y prepara 8. . . .

5. . . . A2R C4TD para eliminar a� molesto


alfil enemigo.
Una continuación favorita de A primera vista · parece ilógico
muchos jugadores es 5 . . . . CxP. · dar libertad a un alfil al mismo
No con la idea de ganar un peón, tiempo que se constriñe al otro,
50 I R V I N G C H E R N E V

pero como el alfil del rey cum­ Uno de los principales objeti­
ple su misión en 2R, corresponde vos en las aperturas del peón
al alfil de dama salir al mundo. de rey es adelantar el peón de
dama al centro tan pronto como
8. P3A lo permitan las circunstancias, de
Con dos objetivos: la misma manera que en las aper­
Brindar refugio al alfil contra turas del peón de dama es conve­
un intento de eliminarlo con 8. niente \levar el peón de rey a 4R
. . . C4TD. cuando se presenta la oportuni­
Apoyar un avance del peón de dad de hacerlo.
dama, estableciendo un fuerte Las blancas amenazan otra vez
centro de peones. con ganar el peón de rey con el
doble ataque sobre él.
8. . . , C4TD
10. . . . D2A
No tanto para atacar al alfil
cuanto para hacer posible 9. . . . Las negras dan mayor apoyo a
P4 A a fin de disputar el control su peón y desarrollan su dama al
de las casillas centrales. En esta mismo tiempo. No conviene el
línea del López, las mejores pro­ cambio con 10. . . PRxP; 1 1 .
.

babilidades de las negras consis­ PxP, PxP; 12. CxP, pues entrega
ten en la acción en el flanco de el centro y deja a las negras con
la dama. •
un peón aislado en el centro, y
"un peón aislado", dice Tarta­
9. A2A kover, "arroja una sombra funes­
N aturalmente, las blancas de­ ta sobre todo el tablero". Las blan­
sean conservar los dos alfiles. Pier­ cas se beneficiarían también, pues
su caballo, que se encuentra colo­
den un tiempo, pero esto queda
cado firmemente en el centro del
compensado porque las negras co­
tablero, no podría ser desalojado
locan un caballo en el lado del
tablero. por los peones enemigos.

9. . . . P4A 1 1 . P3TR

Intensifica la presión sobre 5D Para evitar una clavada que po.


y da salida · a ]a dama. dría embarazar al caballo y a la
pieza que protege, la dama. Se
necesitan ambas piezas para pro­
teger al peón de dama y mantener
la formación de peones en el cen­
tro. El cambio del caballo (des­
pués de la clavada) y la recaptura
por la dama elimina de un golpe
dos apoyos del peón de dama.
¿Están las blancas violando una
regla de principio al mover uno
de los peones que se encuentran
cerca de su rey? Tal vez, pero hay
que saber cuándo se deben des­
JO. P4D preciar las convenciones y cuán-
A J E D R E Z L ó G I C O 51

do hay que observarlas. En esta Lleva · al rey a un lugar más


situa�ión particular es importan­ seguro y pone a la torre en servi-

te eVl tar un ataque sobre el ca­ ClO acUvo.


ballo, así como su cambio y la
desorganización de los peones
blancos en el centro. La jugada
del peón de torre produce debi­
lidad, pero es un mal menor que
el que resultaría de la clavada.
Pero, ¡ un momentol ¿Es una ju­
gada que causa debilidad si las
negras no pueden aprovechar? ¿Es
para detrimento de la posición si
las negras no pueden explotarla
con un ataque en el flanco del
rey? .
13. CD2D
La respuesta es: ¡nol Una ju­
gada es débil únicamente si el ad­ Este caballo se ha desanollado
'iersario puede aprovechar sus im­ a donde tiene poca movilidad y
perfecciones. Toda la posición es no parece tener un futuro del que
fuerte o débil únicamente en re­ va�ga la pena hablar, pero es el
lación con la posición del adver­ primer paso el que cuenta. Por
sario En este caso, la jugada del
.
pequeño que sea, debemos insistir

peón de torre es conveniente por­ en sus consecuencIas:


q�e se conforma a los requeri­ La jugada del caballo lo saca
de la primera fila y petmite que
mlentos de la posición particular.
las piezas principales (la dama y
11. . ClJA
.

las torres) entren en contacto en­


,

El caballo regresa y aumenta la tre sí.


presión sobre el peón de dama. •

¡Hay que sacar las piezas de la


Las negras amenazan con una primera fila 'Y hacer que tomen
serie de cambios mediante 12 . , . .
parte activa en el juego!
PRxP; 13. PXP, PXP; 14. CxP, lJ . ' . A2D
.

CxC; 15. DxC, DxA, que se tra· Las ne�s hacen algo semejan­
duce en la ganancia de un peón.
t�: su alfll desocupa la primera
Esperan inducir a las blancas a fila para petmitir que las torres
jugar 12. P5D para hacer frente
vayan a las columnas centrales.
a esta amenaza. Parece bien, pues Las torres son piezas muy pode­
con ello se sacaría al caballo de rosas y no deben estar encelladas.
una buena posición, pero tiene la
14. TIAD
desventaja (para las blancas) de
En las primeras fases de la par­
aflojar la tensión en el centro, así
tida, las torres no pueden hacer
co�o de hacer inaprovechable la
mucho; pero deben estar prontas
casilla 5D para el uso de sus piezas.
para entrar en acción cuando lle­
12. A3R gue el momento oportuno. Esto
Las blancas no tienen prisa • •

se consIgue mejor colocándolas a


:
Auxilian a su peón de dama des la cabeza de las columnas abier­
arrollando otra pieza. t�s. Si no hay ninguna, deberán
12 . . . , O-O sltuarse en columnas parcialmen-
52 I .R V I N G C H E R N E V

te abiertas. Si tampoco las hay, La única j ugada para evitar la


las torres deberán ir, a pesar de pérdida del cambio con 17. AxT.
todo, hacia el centro, pues estas
columnas son las más fáciles de 17. C3R
abrirse. Pero, en cualquier caso, E l caballo vuelve al juego por
¡hay que sacar a las torres de sus una ruta ligeramente distinta que
rincones! la proyectada antes. No sólo au­
menta la presión sobre 5A, sino
14. . . . CIR
que también amenaza con esta­
Con el proyecto de adelantar el blecerse poderosamente en 5D.
peón del alfil. Este peón disputa­
17. . . ' TD I R
rá el centro al peón del rey blan­
co, al mismo tiempo que abre la Las negras no podían evitar que
columna del alfil para la torre. el caballo se acercara con 1 7 . . ,
.

A3R, pues 18. P5D en respuesta


15. CIA I gana una pIeza.

Abandonan su proyecto de 17.


El caballo se retira para tomar
. . . P4A porque abre l a posición,
bríos y saltar a 3C y luego a 5AR,
y las columnas abiertas favorecen
que es un hermoso puesto.
al jugador cuyo desarrollo sea su­
15. . . . P3C perior y que esté mejor equipado
para usar las columnas en un ata­
No sólo para mantener alejado que.
al caballo, sino también para apo­ Con la jugada del texto, las ne­
yar 16 . . . P4A, que es un em­
.

gras se proponen mantener una


puje hacia el centro. posición cerradamente defensiva
El adelanto del peón del caba­ que sea difícil de romper.
llo debilita las casillas 3AR y
3TR, pues ya no están defendi­
das por el peón. Quizá esto pa­
rezca al jugador de tipo medio
un punto mteresante, pero poco

significativo. Pero lo que distin­


gue al maestro de ajedrez es que
. sabe reconocer una debilidad y
cómo aprovecharla. Los buenos
jugadores no ganan las partidas
esperando a que el adversario in­
curra en errores monumentales.
No esperan que el enemigo se
olvide de que una de sus piezas 18. C5D !
está siendo atacada. Magnífica jugada cuyo objeto
es más profundo que el patente
16. A6T
de fijar una pieza en una fuerte
Las blancas ponen inmediata­ casilla central.
mente una pieza en una de las 18. . . . D2C
casillas vulnerables.
La dama debe huir ante el ata­
16. . . . C2C que del caballo.
A J E D R E Z L ó G I C O 53

19. CxA t! pieza en los agujeros de la posi­


ción de las negras creados por el
¡ Esto es lo que se proponíanl avance del peón del caballo de
El caballo abandona su estupen­ rey.
da posición por una causa que
vale la pena. Es muy importante,
a fin de explotar la debilidad de
la casilla negra 3AR, eliminar al
defensor de dicha casilla, el alfil
que reconoce las casillas negras.
Eliminado este alfil, la debilidad
se acentúa y las blancas pueden
considerar algún medio de invadir
y luego fijar una pieza en la ca­
silla cri tica.

19. . . . TxC
22. . . ' C4TR
Es obligada, pues 19. . ' . CxC;
20. PxPR, PxP; 21 . CxP cuesta Detiene el mate e intenta alejar
un peón. a la dama. .

20. PxPA 23. D4T

El propósito de este cambio es Sería un enor j ugar 23. D5C,


el de abrir una columna para la pues las negras, en lugar de mover
dama. su torre de rey amenazada, res­
ponderían primero 23. P3A,
. , .

20. . . . PxP haciendo que la dama se aleje


completam�te de las cercanías.
Las negras tienen que recaptu­
rar o pierden un peón. 23 . . . ' C2C
21. D6D
El caballo bloquea el ataque
¡Explotación hábil de la colum­ del alfil sobre la torre y está pre­
na abierta de dama! El ataque so­ parado para refutar 24. D6A con
bre el peón del alfil gana un 24. . ' C4TR, repitiendo el re­
'

tiempo para la entrada de la dama curso de amenazar a la dama.


a 6AR. ¿Cómo continúan las blancas
para forzar la victoria?
21. . . . P5A
24. A3R !
Las negras deben perder una
jugada para salvar este peón. ¡ Reorganizando sus piezas y tra­
22. D6A ! yendo reservasI
La primera jugada en la nue­
Con esta jugada, que, inciden­ va fOllllación gana tiempo con la
talmente, amenaza con mate ins­ amenaza de 25. A5A, que gana el
tantáneo, las blancas fijan otra cambio.
54 I R V I N G C H E R N E V

El siguiente paso (puesto q ?e las


negras tienen que esperar Slll ha­
cer nada) es 28. T5D, atacando al
peón del rey por tercera vez y
amenazando con doblar las to­
rres en la columna. Esto deberá
ser suficiente para acabar con la
resistencia si no se le ocurren a
las blancas otros medios más rá­
pidamente decisivos.
Adviértase que las blancas no
han iniciado combinaciones du­
dosas de largo alcance. Su pl�n,
2-1 . .. C3R que casi siempre h� persegUId?
,

La única manera de impedir aumentar su supenondad POSI­


25. A5A, después de lo cual las
cional, comprende sólo unas cuan­
blancas dominarían completamen­ tas jugadas. El lector �o d�be dar
te las casillas negras. crédito a todas estas hlstonas que
25 . D6A
le cuentan sobre maestros de aje­
¡ Una vez más en la brecha! Las drez que analizan combinaciones
negras no pueden salvar la parti­ intrincadas con decenas de va­
.
da repitiendo jugadas: SI 25. ' "

riaciones y con treinta jugadas de


C2C; 26. A5A, T3R (26. . . . anticipación_ ¡No lo hacen, por­
C4TR; 27. D4T, Y las blancas ga­ que no es necesario que lo hagan!
nan el cambio); 27. D4T, TRI R; Es mucho más fácil y oportuno
28. C5C, y la amenaza de mate
prever unas cuantas jugadas y es­
acorralará a la torre en 3R. forzarse por conservar un Juego _
25 . . . , D2A que sea, por lo menos, igual en
Las negras deben cuidar al vul­ cada fase_ Esre más acorde con
nerable peón de rey. el sentido común la victoria me­
26. A6T
diante la acumulación de peque­
U na vez más las blancas tienen ñas ventajas -fortalecer la posi­
su posición ideal, con las piezas
ción propia gradualmente, minan­
firmemente plantadas en los
do al mismo tiempo la del adver­
agujeros cercanos al rey. A las
sario- que buscar la manera de
n�gras les sería difícil ahuyentar­
aplastarlo con combinaciones
las, pues ya no tienen el anterior
asombrosas y ataques aventurados
recurso de . . . C4TR.
que requieran un sacrificio_ Es
26. . . . TIA más pertinente aplicar el orden y
La torre debe huir ante el ata­
el método a nuestra manera de
que del alfil. Si en lugar de ello
se interpone el caballo, es un pensar que entregarse a infruc­
error al que sigue el mate ins­ tuosas fantasías especulativas_
tantáneamente. 27 . . . , T(2R) I R
27. TD I D La idea de las negras es la de
Antes de iniciar el ataque fi­ reducir la presión ofreciendo el
nal, las blancas afirman su domi­ cambio de damas. Las blancas
nio de la posición apoderándose tendrán que aceptar o retirar su

.
de la columna abierta de dama. dama.
A J E D R E Z L ó G I C O 55

28. C2T ! 1. P4R


j Magnífica jugada! El caballo, Esta j ugada inicial da salida a
que parecía tan bien colocado en dos piezas, la dama y el alfil del
3AR. vuelve para aumentar la pre­ rey. y hace algo más que eso: deja
sión sobre las casillas negras. libre .una casilla para el rey y da
28. ... DID otra al caballo del rey. Es cierto
que el caballo se desarrolla mejor
Continuando la acción - de en 3AR, pero hay veces en que re­
alejar a la dama blanca de su sulta conveniente llevarlo a 2R,
campo. ..
quizá para ir a 5AR pasando por
3C. Es prudente aumentar la li­
29. C4C !
bertad de movimiento del caba­
Apoya a la dama y está listo, en llo si con ello no se pierde tiem­
caso de que se cambien las damas, po. En cuanto al rey, no se pier­
a mantener el dominio sobre las de nada con darle también más
casillas negras. Si las negras jue­ espacio. l\Hs de un rey se ha as­
gan 29. . . . DxD; JO. CxD t, fixiado por irreflexión o por des­
R I T; J 1 . TxA gana u na pieza cuido.
para las blancas. Consideremos este caso histó­
rico, tomado de un torneo de se­
29. ... D2R gunda categoría celebrado en
Es inútil, pero no hay manera Dundee en 1 893:
de salvar la partida: si 29. . . .
T2R; JO. A3R (amenaza con J 1 . BLANCAS NEGRAS

C6T t, RIA; 32. D8T ff), T I R; McGrouther McCann


J I . C6T t R I A ; J2. DxPA ff.
1. P4R P4AD
JO. DxD •
2. C3AR C3AD
La jugada más sencilla. Si nc J. P4D PXP
hay mate en perspectiva. el maes­ 4. CxP P4R
tro moderno se abstiene de hacer 5. C5A CR2R
cabriolas. Sólo los aficionados 6. C6D ff
pierden el tiempo, y por ello sim­
plifica el juego y acaba con las y si este ejemplo parece exage­
posibilidades de resistir. Después rado, veamos otro que se verificó
de J O . TxD; 3 1 . C6A t, R l T;
. . .
en Munich, también en un tor­
J2. TxA ganando una pieza, las neo menor:
negras no tienen probabilidad de
complicar el final. BLANCAS NEGRAS
Arnold Boehm
30. . . . A bandonan
1. P4R P3AD
Partida Nú-m . 1 0 2. P4D P4D
DEFENSA FRANCESA 3. C3AD PxP
BLANCAS NEGRAS 4. CxP C2D
Tarrasch Eckart 5. D2R CR3A
Nurem berg, 1 889 6. C6D tt
56 I R V I N G C H E R N E V

J. . . . P3R Quieren evitar que el caballo


quede clavado, como podría ocu­
Aunque no es tan agresiva como rrir después de J. C3AD.
l . . . . P4R, esta jugada libera a Están preparadas, en caso de
dos piezas y tiene la ventaja de un ataque sobre su peón de dama
restringir las posibilidades de ata­ con 3 . . . . P4AD, a responder 4.
que de las blancas. tstas no pue­ P3AD, apoyando el centro. Si se
den jugar alguna apertura fa­ cambiaran los peones, recapturan
vorita a la que hayan dedicado con el peón del alfil y conservan
tiempo y estudio, ni tampoco pue­ un peón en el centro.
den ofrecer su peón de alfil para Es �ierto que su alfil de dama
envolver a las negras en un pe­ está bloqueado, pero esta condi­
ligroso gambito del rey. ción es sólo temporal. Las piez.a.s
La Defensa Francesa encierra pueden dejar de estorbarse.
gran energía potencial y es una
magnífica alma contra un juga­ J. . . ' CSAR
dor agresivo que se deje llevar por
el entusiasmo. No es fácil asaltar Es éste uno -de los raros casos
la posición de las negras, a pesar en que esta jugada natural está
de que parezca poco sólida. fuera de lugar. Se nos ha dicho
que los caballos de rey deben en­
2. P4D contrar�e en 3A, y así es, pero
sólo si pueden permanecer allí. De
Enérgica y natural. De esta for­ nada sirve desarrollar una pieza
mación de peones, Staunton dijo a una buena casilla si puede ser
hace más de cien años: "Suele ser desalojada inmediatamente de
ventajoso que los peones ocupen ella.
la parte media del tablero, porque La jugada del caballo negro es
allí retardan considerablemente rutinaria, automática, mecánica
los movimientos de las fuerzas y, por lo mismo, imprudente.
enemigas. El peón de rey y el Para que sea buena, una jugada
peón de dama están bien coloca­ debe confOllDarse a los requeri­
dos en las cuartas casillas, pero mientos de la posición. El ajedrez
no es fácil conservarlos en esa no es cosa de memorizar un or­
posición, y si se ve uno obligado a den fijo de mover las piezas.
adelantar uno de ellos, su poder El comportamiento apropiado
disminuye mucho". de las negras debió haber sido lu­
char por el control del centro me­
2. ... P4D diante J .. . P4AD, pellnitiendo
.

LaS negras atacan al peón de de paso que su dama use otra dia­
rey dando mayor movilidad a su gonal y tenga acceso al flanco de
dama. dama.
Es muy importante disputar el
4. P5R
control del centro.
J. C2D ¿Por qué las blancas hacen caso
omiso del consejo de Staunton de
Las blancas tienen dos razones conservar dos peones en la cuarta
para desarrollar el caballo a 2D. fila? Saben que el peón puede ser
A J E D R E Z L ó G I C O 57

más débil en 5R, pero sopesan po, pues el peón de dama se en­
las fuerzas y las debilidades. En cuentra atacado dos veces.
5R, el peón aleja al caballo de su,
posición más útil y lo envía a otra
casilla en que estorba los movi­
mientos de otras piezas.
Claramente, el valor de ésta o
de cualquiera otra jugada se de­
termina estimando los, beneficios
que rinde contra las desventajas
que pueda traer.
4. . , . CR2D
Es casi la única jugada que que­
da. Si 4 . . . . C5R; 5. A3D como 7. CR2R !
respuesta amenaza con capturar,
y gana un peón. A las negras les Una de las raras ocasiones en
quedaría la triste disyuntiva de que el caballo debe estar aquí
5 . ' " CxC; 6 AxC, dejando dos en lugar de pasar a 3AR. Es cier­
piezas en juego para las blancas to que 3AR debería ser ocupada
y ninguna para las negras, o 5. por un caballo, pero las blancas
. . . P4AR; 6. D5T t, P3C, y las se darán maña para tener uno
negras, con tantos peones fijos en allí. Su plan consiste en llevar su
casillas blancas, quedan debilita­ caballo de dama a 3AR, liberan­
das orgánica y permanentemente do al mismo tiernpo a su alfil de
en las casillas negras. dama.
5. A3D 7. . . . D3C
Las blancas mueven sus piezas Las negras aumentan la pre­
del flanco del rey para facilitar el sión sobre el peón de dama, ame­
enroque en ese lado. nazando con ganarlo mediante 8.
. . . PxP; 9. PXP, CxPD; 1 0. CxC,
5. . . . P4AD DxC.
Muy bien, pues" las negras no 8. C3A !
deben posponer el intento de li­
brar su posición constreñida. La El prudente desplazamiento del
jugada del peón ataca al centro caballo protege al peón y prepa·
y abre otro camino para la dama ra la escena para la aparición del
negra. alfil de dama.
Seguramente algún astuto lec­
6. P3AD tor descubrirá que el juego de las
Prontas para responder a 6 . . , .
negras hasta este punto, incluyen­
PxP con 7. PxP Y mantener la do J. . . . C3AR, que he censu­
cadena de peones que tanto en­ rado, fue adoptado nada menos
torpece al enemigo. que por Capablanca en su par­
tida con Alekhine en Avro en
6. . . . C3AD 1938. Aparte la circunstancia de
El caballo se desarrolla a tiem- que Capablanca, como consecuen-


58 I R V I N G C H E R N E V

da de su juego inferior en la AxP t descubriendo un ataque


apertura, quedó tan ceñido que sobre la dama, es inconcebible.
tuvo que rendirse teniendo casi
todas sus piezas en el tablero, no
es prudente que el jugador de
tipo medio experimente con ju.
gadas cuyos efectos nocivos rara
vez son supeIados por los grandes
maestros.

8. . . . A2R

Otra j ugada plausible, pero de·


masiado pasiva. Para bien o para
mal, las negras deberían esforzar­
se por destruir la cadena de pea- 10. . CID
.
nes que constnne a sus plezas, me·
. ,
-
.

diante 8. . . . PSA o con 8. . . . Las negras reconocen por fin


PXP; 9. PxP, A5C t. que sus piezas serán impotentes
Este último procedimiento ha· hasta que eliminen del tablero al
bría tenido la sanción de N im· molesto peón blanco del rey. Por
lo tanto, protegen a su peón de
zovich, quien dice: "Nunca es de·
masiado pronto para iniciar las rey de manera que puedan jugar
operaciones de liberación en la 11. . . . P3A Y romper la forma­
región de una cadena de peones", ción de peones.
y recomienda un ataque sobre la 11. D2A
base de la cadena como necesidad
Amenaza evidente sobre el peón
estratégica. de torre del rey. El propósito pro­
9. O-O fundo de esta jugada es el de obli­
Es necesario llevar al rey a un gar a los peones que se encuen­
lugar más seguro antes de em· tran cerca del rey a moverse ha­
prender cualquier acción violenta. cia adelante.
El adelanto de cualquier peón
9. . . . 0-0 que rodea al rey debilita la estruc­
tura defensiva y se traduce en de­
Las negras continúan jugando
bilitamiento permanente que pue­
un ajedrez mecánico, inconscien·
de ser explotado, mientras que el
tes del posible peligro. Con esta
peón que avanzó suele convertir­
jugada pierden la última oportu·
se en fácil blanco de un ataque
nidad de atacar la cadena de peo·
directo.
nes con 9. . . . P3A.
11. . . . P4A
10. C4A ! -
¿Qué otra cosa les queda? Si las
Poniendo fin a cualquier posi­ negras juegan 11. . . PSTR o
.

bilidad de alterar el alineamien­ 11. . . . PSC, nunca podrán jugar


to de los peones, pues 10. . . . desp'ués . . . PSA sin hacer que la
PSA es refutada con 11. CxPR, casllla SCR sea vulnerable a la
mientras que 10. . . . PXP; 11. invasión de las piezas blancas o se
PXP, CxPD; 12. CxC, DxC; H. convierta en el punto focal de un
A J E D R. E Z L óG I C O 59

ataque con sacrificio que demole­ 14. AxP I


ría su flanco del rey.
Sacrificio que debe ser acepta­
12. PXP a. p. do, pues de otra manera las ne­
gras qued�n con un peón de d�s­
Afloja la presión sobre las neo ventaja, S10 obtener en cambIó
gras, pero abre líneas para el otra cosa qúe la desorganización
ataque. Las líneas abiertas favo­ de su posición. Si intentan 14. . . .
recen al jugador cuyo desarrollo P�T, entonces 15. A7T t, R2C (ó
sea supenor y cuyas pIezas ten· 15. . . R2A; 1 6. D6C tt); 16
• •

gan mayor movilidad. D6C t, RIT; 1 7. DxP, y resulta


irresistible la amenaza de mate
12. . . , CxP con el caballo, así como la de ja­
que a la descubierta.
No solamente para que el ca­
ballo vuelva al juego, sino tam­ 14. . . . PxA
bién para defender al peón de
torre, que otra vez está amena· Sólo queda un peón solitario
zado. de los tres que rodeaban al rey, y
el que queda no durará mucho
13. C5C tiempo en este mundo.

Amagando nuevamente al peón, 15. DxP t


esta vez con una amenaza de 14.
AxP t, RIT (ó 14. CxA ; 15.
Con esta dramática entrada en
' "

»XC tt); 15. C6C tt.


la escena, la dama, ayudada por
13 . . . , P�C los dos caballos, obtendrá pronto
la sumisión.
Obligada, . pues 13. . . . P�TR
salva al peón, ,pero lleva al mate. 15. ' " RIT
Con el adelanto del peón de
caballo se pone a la vista un blan­ La única jugada.
ro sobre el cual las blancas diri­
gen un ataque. Pueden idear un 16. D6T t
golpe decisivo que arruinará la
estructura defensiva de las negras. Desocupando la casilla 6C para
el caballo.

16. ... RIC

Interponiendo el caballo para


evitar el mate.

1 7. C6C

y no �ede ev,itar la amenaza


de mate"'con 18. DST ó 18. CxA.
60 I R V I N G C H E R N E V

Partida Núm. 11 Mover solamente uno o dos


peones en las primeras f�ses de la
PARTIDA DE PEóN DE
partida. Jugar con las pu:zas.
DAMA
Desarrollar las piezas con el
(Sistema de Colle) propósito de controlar el centro,
BLANCAS NEGllAS ya sea ocupándolo o dominán­
Flohr Pitschak dolo a distancia.
Bilin, 1930 Desarrollar la dama, pero cerca
del propio campo para evitar q�e
1 . P4D
la hostiguen los peones o las pIe­
En ajedrez no se puede ganar
zas menores.
sacando un as. No hay jugada en
N o perseguir a los peones a
la apertura que S?rprenda a un
costa del desarrollo.
jugador, por medIOcre que éste
Obtener la seguridad del rey
sea.
mediante el pronto enroque, pre­
Lo que se puede hacer es impo­
feriblemente en el flanco del rey.
ner. el orden y el método en el
Capablanca lo resumió todo
comportamiento de esta fase, de
cuando di;o: "Lo principal es des­
manera de obtener una posición
arrollar las piezas rápidamente:
favorable, si no superior. Todo lo ponerlas en juego tan pronto co­
que se requiere es seguir algunas
mo sea posible".
sencillas reglas para obtener un
Ahora volvamos a Flohr y Pit­
desarrollo sólido: schak:
Comenzar con 1 . P4R ó 1. P4D,
La primera jugada de las bla�­
pues cualquiera de estas dos ju­ cas fija un peón en el centro y lI­
gadas libera dos piezas. bera dos piezas.
Plantar cuando menos un peón
en el centro y apoyarlo sólidan:' en­ 1. . . . C3AR
te. Los peones del centro eVItan
que las piezas enemigas ocupen
Las negras sacan su caballo la �
las mejores casillas.
posición más favorabl� r
eVItan
. que las blancas contmuen con
Siempre que sea poSIble, sacar
. los caballos antes que los alfiles.
2. P4R.
Hablando en télminos generales, 2. C3AR
los caballos cumplen mejor su mi­ Napier recuerda que en la pri­
sión en 3AR y 3AD, donde su mera de varias lecciones que tomó
poder adquiere proporciones tre­
con Steinitz, el campeón del mun­
mendas para la defensa, así como do le dijo: "Seguramente usted
para la ofensiva.
saca su caballo a cada lado antes
De dos jugadas de desarrollo, del alfil. ¿Y sabe usted por qué?".
seleccionar la más aglesiva. Des­ Napier dice que no pudo dar una
arrollar con una amenaza, de ser respuesta inteligente. Steinitz con­
posible. tinuó explicando: "Una razón es
Mover cada pieza una sola vez que se sabe dónde debe estar el
en la apertura. Colocarla inme­ caballo antes de saber lo mismo
diatamente en la casilla donde del alfil; la certeza es un amIgo

domine el centro y donde tenga más conveniente que la duda".


las mayores probabilidades de
atacar. 2. ' "
P3R
A J E D ll E Z L ó G I C O 61

Las neglas posponen la franca blanco después d e que el rey se


respuesta 2. . . P4D. que las lle·
. enroque en ese lado.
va a las lineas regulares del gam­
bito de dama. En cambio. abren
5. . .. A2C
una linea para el alfil de rey. Esta jugada resuelve uno de los
principales problemas de las ne­
J. CD2D
gtas en las aperturas de peó
n de
Maniobra típica del caballo en dama: la disposición efIcaz del
el ataque de Colle: el caballo alfil de dama. Por medio de esta
ejerce presión sobre la casilla crí­ disposición de flanqueo. el alfil
tica 4R sin bloquear la columna domina la diagonal mayor del
del alfil. tablero y participa en la lucha por
el dominio de la casilla 4R de las
J. . . . P4A blancas, casina estratégica en el
sistema Colle de ataque.
Las negras descargan un golpe
sobre el peón de dama con el 6. 0-0
propósito de obtener el control Como parte del proceso de de!
del centro. Este empuje es casi arrollo, las blancas a SL
obligatorio en las aperturas de rey del peligro y acercan su tOIle
peón de dama, pues las negras de­ a las columnas centrales.
ben esforzarse por perturbar la
6. . A2R
fonnación central de las blancas.
. .

La amenaza inmediata es 4. A pesar de su modesta aparien­


. . . PXP, de manera que la recap­ cia, hay gran energía latente en la
tura con 5. CxP deja a las blan­ colocación de este alfil en 2R. ·
cas sin peón en el centro. Está lo bastante cerca de su pro­
pio campo para defender al rey
4. PSR y, a pesar de ello, puede mani­
obrar fácilmente para colocarse
Apuntala al peón de dama y en una posición más agresiva si
da salida al alfil de l rey. la ocasión lo requiere.
4. . . . PSCD 7. P4A
La tranquila jugada 7. PSA está
También las negras apoyan a
más acorde con el espíritu de la
su peón adelantado y se preparan
fOlmación de Colle, a fin de brin­
para flanquear el alfil de dama.
dar apoyo al peón de dama. El
5. ASD peón de rey queda entonces libre
para avanzar, y si las neglas jue­
Práctica habitual en este sistema gan en cualquier tiempo . . . PXP,
de ataque: el alfil une su fuerza las blancas recapturan con el peón
a la presión ejercida sobre 4R en de alfil y mantienen un fuerte
preparación para un avance del peón en el centro.
peón de rey, que abrirá líneas La idea de la jugada del texto,
de ataque para las piezas q ue se aparentemente. es la de evitar CJue
encuentran en el fondo. El alfil las usen su caSIlla
apunta también al peón de tone 4D como pivote para sus movi­
de rey de las negras, magnífico mientos en el tablero.
62 I R V I N G C H E R N E V

7. . . , o-o
. .
Las negras contmuan tranqUI-
,

lamente su tarea de convocar a to­


das sus tropas. De un solo golpe
aparece su torre en l a escena al
mismo tiempo que el rey se re­
tira a lugar seguro.
8. P3CD
Claramente con el fin de .des­
arrollar el alfil en 2C. Este flan­
queo del alfil no es procedimien­
to convencional en el sistema de Enérgica j ugada que combina
Colle, pero Flohr tuvo quizá el desarrollo, intenciones agresivas y
deseo de poner a prueba algunas profilaxis.
ideas propias. Desarrollo, pues el caballo se
8. . . . P4D coloca inmediatamente en la ca­
silla más adecuada.
Las negras aprovechan la opor· Agresividad, pues el caballo
tunidad de disputar la posesión amenaza con saltar a 5C, atacar
del centro. Ponen también fin al a la dama y al alfil y obligar a l
proyectado avance del peón blan­ cambio que elimina del tablero al
co del rey, pues dominan la casi­
peligroso alfil del rey.
lla crítica (4R de las blancas) con Profilaxis, pues evita 10. P4R,
caballo, peón y alfil, mientras que cUya continuación sería 10. . , .

las blancas sólo tienen dos piezas C5CD; 1 1 . D3A, CxA; 12. DxC,
que la amenacen. PxPR, y las negras ganan una
Es cierto que . la diagorial del pieza.
-

alfil de dama está bloqueada,


pero esta condición sólo es tem­ J O. P3TD
poral.
Las blancas deben conservar su
9. D2A valioso alfil de rey.
Desgraciadamente, el tiempo
Considerablemente mejor hu­
perdido al verse obligadas a ha­
biera sido el sencillo desarrollo
cer una jugada del peón es cos­
del alfil de dama a 2C, para el
toso, como veremos. '
que se prepararon con la jugada
antenor. 10. . PxPD

. .

El propósito de 9. D2A es el
Las negras cambian con el fin
de obtener el control de 4R y
de despejar la posición en el cen­
evitar que las blancas establezcan
tro y abrir la columna del alfil
una avanzada en esa casilla con
para comodidad de la torre de
9. . . C5R. La desventaja de
.

dama.
esta jugada es que permite que
las negras tomen l a iniciativa y, 1 1 . PAxP
a partir de entonces, dirijan el
La captura alternativa con 1 1 .
curso de los acontecimientos.
PRxP no era agradable, pues la
9. . . ' C3A ! respuesta 1 1 . . . PxP obliga a
,
A J E D R E Z L Ó G I C O 65

12. DxP (de otra manera, el peón 13. CxC, pues la dama negra in­
de dama de las blancas está per­ terviene con mate instantáneo,
dido), en que 12. TIAD ejer­
' " mientras que 13. D2C, CxC t; u.
ce incómoda presión sobre el cen­ CxC, DxA cuesta una pieza. Si
tro de las blancas. Otra posibili­ 13. D3A, las negras juegan 13 . . . .

dad en lugar de la Jugada del TRI D seguido por 14 . . . ' TDIA,


texto es 11. CxP, CxC; 12. PxC, Y nuevamente la dama tiene que
PxP; 13. DxP (para salvar al peón huir.
de dama), TIA; 14. D4T, A3A; Probablemente la jugada del
15. DxP (ó 15. D4A, AxPC y las texto de las blancas es el mal
negras ganan fácilmente), TIT, y menor.
las negras ganan la dama. •

13. . . , TRID
11 . . . , DxP
Intensificando la presión sobre
Las negras capturan un peón la columna de dama, particular­
con esto y (por si no fuera sufi­ mente sobre el alfil, cuya vida,.
ciente) se apoderan del ataque. está amenazada por 14 . . . . CxC -JI'
La dama no está en peligro, 15. CxC, DxA; 16. DxD, TxD.
-

pues las piezas blancas no se en­


cuentran suficientemente desarro­ 14. C I R
lladas para causarle ninguna in­ Las blancas protegen a su al­
comodidad. fil, así como al vulnerable peón
12. PxP de caballo del rey.
Contra 14. A2A, las negras pue­
Las blancas abren la posición den escoger entre estos temas:
para tener algún contrajuego. Simplificación (teniendo un
Tienen la esperanza de utilizar peón de ventaja), mediante 14 . . . .
la columna del rey para su torre CxA.
y la casilla 4R como pivote para Aumento de la presión con 14.

sus piezas. . . . TDIA, haciendo que el alfil


La atractiva j �ada 12. P4R, se retire a la primera fila.

en lugar de ésta, no gana mucho, Combinación, mediante 14 . . ' .

porque después de 12 . . . D4TR,


. C7R t; 15. RIT, A3T (amenazan­
la vital casilla 4R es ocupada por do con ganar el cambio mediante
un peón, haciéndola inalcanzable 1 6. . . C6A); 16. T I R, C5C; 17.
.

para las piezas, en tanto que las C4R, DxC !; 18. AxD, CxPA ff.
negras se benefician por tener un
peón pasado en la columna de
dama.
12. . . . CxP
Un ataque sobre la dama que
gana tiempo, pues las blancas de­
ben perder una jugada con su
dama.
13. DIC
Evidentemente, no

conviene
64 I R. V I N G C H E R. N E V

14. . . , D4TR I juego de las blancas se hace añi­


cos.
No hay amenaza· visible en esta 16. P3C
jugada de la dama. ¡Las negras
amenazan con amenazarI Inten­ Por un proceso de eliminación,
tan asaltar la fortaleza blanca de
,
la única defensa, si existe alguna
peones con su dama apoyada por •
todavía.

una pieza menor, como, por eJem- 16. . . . C5C


plo, mediante 15 . A3D ó 15. . . .

. 'C5C. Esto obligaría a uno de


. .
El peón de caballo de las blan­
los peones a abandonar su base cas ha tenido que dar un paso
y crear debilidades que las negras adelante. Ahora, la amenaza de
podrían explotar. El mismo peón 17. . . DxP tt obliga a avanzar
'

amenazado sería susceptible al el peón de torre.


ataque, o podrían abrirse caminos 17. P4TR


que condujeran al rey. Las blancas no tienen otra ju­
Esta destrucción de los cimien- gada sino ésta, que mantiene ale­
tos es un Interesante proceso para

jada a la dama.
convertir una posición aparente­
mente fortificada en otra vulne­
rable al asalto.

15. A2C

Las blancas no tienen defensa


adecuada (especialmente contra
amenazas nebulosas), por lo · que
continúan desarrollando sus pie­
zas. Cuantas más tenga en juego,
mejores probabilidades tendrá de
sobrevivir a la inminente tor­
menta. 17. . ..
DxP !
15. • • • A3D ¡Jugada brillante I No por el
hecho de que se ofrezca la dama,
Con una sencilla, pero incon­ sino porque representa una cul­
fundible amenaza: ¡matel minación apropiada a la explota­
¿Cómo se defienden las blancas? ción sistemática de las debilida­
Si 1 6. C(I R) 3A, CxC t; 17. des de peones creadas tan perspi­
CxC, AxC; 18. PxA, DxPT tt. cazmente.
Si 16. P4A, A4A (amenazando Las negras agregan la amenaza
1 7 . . . . C7Rt doble; 18. RIT, de mate en 8T a la que ya tenían
C6C tt); 17. RIT, C5C; 18. de dar mate en 7T.
P3TR, DxP t, y mate en la si­ 18. A bandonan
guiente jugada.
Si 16. P3T, D4R (buscando otra A las blancas no les interesa
vez el mate en 7T); 1 7 . P3C, tomar la dama, pues la respuesta
D4D (intentando ahora 18. . . , 18. . . A7T tt caería como un
.

D8T tt); 18. P3A, D4CR, Y el rayo.


A J E D R E Z L ó G I C O 65

Partida Núm. 12 retirarse y perder una jugada. O


si 2. P4R, quedan con un peón
APERTURA INGLESA de dama retrasado, en tanto que
BLANCAS NEGRAS el alfil del rey no puede llegar a
Pitschak Flohr 4AD.
Liebwerda, 1934 2. . . . C!JAR
1 . P4AD Las negras cuidan el orden de
sus jugadas. La del caballo no es
A pesar de que sólo se libera sólo el desarrollo rutinario de una
una pieza con esta jugada, contra pieza: su propósito es el de con­
dos que quedan libres mediante trarrestar la presión del caballo
l. P4R ó 1 . P4D, la apertura in­ blanco y del peón sobre la casilla
glesa es una de las armas más for­ 5D de las blancas.
midables en el arsenal de las blan­
cas. Seduce a quienes gustan de J. P!JCR
la originalidad desde el principio Con la clara intención de hacer
mismo, ya que pelmite maniobrar espacio para el alfil en 2C, don­
las piezas sin venir a las manos de actuarán en una diagonal y
demasiado pronto con el enemigo. contribuirá también a aumentar
En muchas fOlmas de esta inicia­ la presión sobre 5D.
ción de la partida, las blancas no J. . . . P4D !
intentan siquiera ocupar el cen­
tro. Dejan · que las negras acumu­ Las negras liberan su juego
len piezas y peones allí, y luego abriendo nuevos caminos para las .
las atacan desde los lados. Pueden piezas del flanco de dama. Simul�
flanquear sus alfiles, por ejemplo, táneamente con ello, dan el quién
.
vive al peón blanco del alfil.
.

y atacar el centro desde lejos a


fin de minarlo. 4. PXP
Si las blancas quisieran mori­
gerar su originalidad con la pre­ Las blancas se complacen en
caución, pueden transponer la cambiar un peón del flanco por
apertura inglesa a alguna fOlma un peón central. Al mismo tiem­
de apertura de peón de dama y, a po, Su columna del alfil de dama,
pesar de ello, conservarían un libre ahora de peones, ofrece bue­
magnífico juego. nas perspectivas para su torre de
dama cuando llegue a IAD.
1. .
' . P4:R
4. . . .
CxP
Las negras se desarrollan en
la fOlma tradicional y prudente: Esta clase de capturas es prác­
plantan un peón en el centro y ticamente obligatoria. Posponerla
liberan dos piezas para que en­ podría dar tiempo a las blancas
tren en acción. para proteger y asegurar la ga­
nancia de un peón.
2. C!JAD
5. A2C
Las blancas sacan una pieza en
lugar de adelantar un peón cen­ Desanollan una pieza con . ga­
tral. Efectivamente, si · 2. P4D, nancia de un tiempo: ataque so­
PXP; 3. DxP, CSAD, la dama debe bre el caballo.
66 I R V I N G C H E R N E V

En los viejos tiempos, quizá las 6. . .. C�A


blancas habrían contestado con 5.
. . . A�R, protegiendo al caballo Las negras se defienden en la
y desarrollando simultáneamente fOlma más natural y sencilla, colo­
otra pieza. En la actualidad, los cando el caballo de dama en su
jugadores consideran sospechosas puesto más eficaz.
incluso las jugadas más riaturales A pesar de que las negras tie­
en su búsqueda por la verdad (y nen menos piezas en juego que
nuevas fOlmas de ganar). las blancas, su juego no es infe­
rior. Tienen un peón en el centro,
y sus alfiles, que no se han des­
arrollado todavía, poseen grandes
potencialidades, pues su alcance
es mayor que el de las blancas.
7. o-o

Las blancas no se comprometen,


sino que ponen a buen recaudo
a su rey y movilizan una de sus
torres.
7. ' "
A2R
; C�C !
Como en la partida anterior,
• o . '

¡ El alfil puede esperar! Quizá la modesta posición del alfil en


sea necesario para algo más que 2R es engañosa: está preparado
un papel de simple apoyo. para tener a raya a los invasores
Además, desde este punto ven­ y también para iniciar el ataque.
tajoso, el caballo ejerce gran in­
fluencia en la casilla central 4D. 8. P�D
y hay otro factor sutil en la ju­
Hace espacio para que el alfil
gada del caballo, un factor que
de dama tome parte en el juego.
utiliza con frecuencia el maes­
tro moderno. El caballo se apro­ 8. . . . o-o
vecha del desarrollo flanqueado
del alfil y deja sentir su peso so­ Aleja al rey de la, zona peligro­
bre la casilla 5AD, debilitada por sa y pone en acción a una de las
la ausencia del alfil. torres.
No nos adelantaremos a los 9. A�R
acontecimientos si revelamos al
lector que el caballo, como se verá Con el alfil en esta casilla, las
después, está hennosamente colo­ blancas pueden jugar 10. P4D Y
cado para descargar un golpe de­ eliminar al estorboso peón cen­
finitivo. tral de las negras.
6. C�A
9. . . . A5CR !
N uevamente una de las piezas
blancas se desarrolla con una Excelente despliegue, pues el
amenaza: esta vez contra el peón alfil tiene un gran poder de res­
del rey. tricción sobre el flanco del rey
A J E D R E Z L ó G I C O 67 •

blanco, así como sobre el pro­ sición enrocada, pues la estructu­


yectado avance del peón de dama. ra se debilita. Una vez que se
mueven los peones cercanos al
rey, quedan susceptibles al ata­
que, a pesar del grupo de piezas
dispuestas en su torno para pro-
.
tecClOn.
,

10. . . , A4T
El alfil se retira una casilla,
pero mantiene la presión. A pe­
sar de la restringida movilidad
del alfil, su continuo ataque es
más molesto para la posición de
las blancas (y para la condición
Si las blancas intentan 10. P4D, de su ánimo) que lo seria si vol­
es difícil refutar la respuesta 10. viera a 3R, donde goza de mayor
. . . C5A. Si las blancas responden libertad, . pero no perturba al ad-

con 11. CxP, entonces, después de versano.


11. " . C(3A)xC; 12. PxC, CxA; 11. TIA
13. PxC, quedan con una destar­ Evidentemente, a fin de con­
talada columna de peones en la trolar la columna del alfil y, qui­
columna del rey. O si las blancas zá, para preparar un ataque so­
juegan 11. D l A (para salvar al bre el flanco de dama.
peón del rey y recapturar en 3R Una buena alternativa sería 11.
con la dama), entonces 11 . , . .

D3C, seguida, cuando sea posible,


CxA; 12. DxC, PxP; 13. D4R, por TD I D y P4D con el fin de
AxC, seguido por 14. ' " PxC abrir la columna de dama para
gana una pieza para las neglas. las torres y tener algún contrajue­
La mejor línea para las blan­ go en el centro. La acción en el
cas es, probablemente, 10. C4TD centro es el mejor específico con­
a fin de llevar el caballo a 5AD, tra un ataque en el flanco del
casilla que las �lancas deben es­ rey.
forzarse por controlar en las aper­ 11 . . '
.
D2D
turas del peón de dama y otras
afines. O pueden continuar des­ ¡Todas las piezas deben poner
arrollándose con 10. TIA Y enton­ su grano de arenal La dama se
ces considerar la maniobra del mueve sólo un paso hacia ade­
caballo. lante y domina una gran dia­
gonal.
ZO. P3TR El desarrollo de la dama sirve
Jugada inducida por el deseo para otro fin, pues la primera
de hacer que el molesto alfil de­ fila queda libre para las torres.
clare sus intenciones: ya sea to­ Pueden hora desplazarse al cen­
mar el caballo o alejarse de las tro y controlar las columnas más

cercanías. Desgraciadamente, ju­ Importantes.


gadas como ésta, dictadas más por 12. C4TD •

el instinto que por la razón, tie­ La idea de las blancas es crear


nen un efecto nocivo sobre la po- una distracción apoderándose de
68 I RV I N G C H E R N E V

5AD con su caballo y mantenien­ Obligada, pero no es una obli­


do a las negIas ocupadas con las gación agradable. I.as negras se
amenazas en el flanco de dama. complacen al ver el fin de este
Despreciando las jugadas de­ alfil.
fensivas rutinarias, como, por
ejemplo, 12. R2T, las des­ 15. TxP
atan un ataque con 12. . . P4A .

Y H. . . ' P5A, Y el peón demo­ Hay ahora igualdad de mate­


lerá la fOImación de peones del rial, pero el rey blanco está en
flanco de rey de las blancas. peligro, pues la dama le pisa los
talones.
12. . . . AxC.

Poniendo a las blancas en una


desgraciada altemativa para re­
capturar: si toman con el peón,
su peón de dama queda aislado
y débil; si toman con el alfil,
pierden un peón inmediatamente.
H. AxA
Las blancas entregan el peón
de torre esperando ganar un peón
rápidamente en el siguiente cam­
15. . . C4D I
bio de piezas. .

H. . . . DxPT ¡Jugada tremendal Una amena­


fa de este caballo bellamente cen­
Después de esta captura, las tralizado es 16 .CxA; 17. PxC,
. . .

perspectivas de ataque de las ne­ DxP t; 18. RIT, D6T t; 19. RIC,
gras son muy brillantes. Sin mo­ A4C. y el juego de las blancas
lestarse en analizar los pequeños queda en ruinas; otra amenaza es
detalles, pueden imaginar lineas 16. . . . CllA, seguido por 17 . . . .

victoriosas de juego que se ini­ C5G Y 18. . . D7T tt·


.

cian con 14. . P4A seguida por


. .
16. D I R
15. . . . PSA, para destruir el peón
de caballo de las blancas (que es Jugada incómoda que es abso­
la . clave de la estructura defen­ lutamente necesaria para salvar
siva), o por 15. . . . TllA, para el peón del caballo de 16. . . ,
luego llevar la torre a llCR o a CxA; 17. PxC, DxP t. Si cayera
llTR. este peón, su rey no podría so­
portar el ataque.
14. A (llA)xC Las blancas pueden haber pre­
Mejor que esta jugada. que re­ tendido jugar 16. A5A, con lo
cupera al peón, es 14. A2C. para que. después de 16. . , . CllA, po­
alejar a la dama de las cercanias drían haber ofrecido resistencia
de su rey. con 17. TxC, AxT; 18. AxT. pero
en el último momento vieron esta
14 . . ,. PxA refutación: 16. ASA, AxA; 17.
A J E D R E Z L ó G I C O 69

CxA, C3A, y a fin de impedir 18. 18. AxA


· . . C5C y 19. . . . D7T tt, ten­
drían que haber entregado la to­ Las blancas cambian para redu­
rre por el caballo, lo que hubiera cir el número de piezas que aco­
significado la · derrota. san al rey. Confían en la sencilla
recaptura con 18. . . CxA, y el
.

16. • • • P4A ! caballo, que ya · no está centrali­


zado, es menos amenazador.
No inmediatamente 16. . . . Si en lugar de ello juegan 1 8.
C3A, pues 17. P3A mantiene ale­ P4CR para mantener alejada a la
jado al caballo (adviértase cuán torre, las negras tienen tres fáci­
esencial es tener protegido al les victorias a la mano:
peón del caballo). a) 1 8. . . . P6A; 19. PXP, C5A,
Con esta última jugada, las ne­ seguido por mate en 7C.
gras se preparan para jugar 17. b) 1 8. . . DxP f; 19. R2T,
.

· . . P5A. Si entonces 18. PxP, T4A, Y mate con la torre.


TxP; 19. AxT, CxA, y las negras e) 18. . . . DxP f; 19. R2T, P6A;
dan mate en 7C. Si las blancas 20. TIC, D5T tt.
no toman el peón, sino juegan
18. A5A, las negras ganan con 18. 18. . . . PxP
· . P6A (amenazando 19. . . .
.

D7C tt); 19. PXP, C5A (buscando Con la sencilla y brutal amena­
otra vez el mate); 20. PXC, T4A, za de 19. . . . D7T tt.
y las blancas no pueden impedir •

21 . . . . T4T, seguida por mate. 19. PxP

17. A5A La, única respuesta

Con la remota probabilidad de


resistir después de 1 7. . . . AxA;
18. CxA, C3A; 19. P3A, o si 17.
· .C3A, con 1 8. TxC.
.

Si las blancas intentan librarse


del molesto caballo negro median­
te 17. C3A, las negras prosiguen
el ataque con 1 7. . . . C3A; 18.
P3A, C4T (concentrándose sobre
el vital peón dd caballo); 19.
A2A, A5T (acumulando nuevos
golpes sobre el peón); 20. PxA ,
C5A, y obtienen el mate en 7C. 19. . . . C6R !

17. , . . P5A ! Amenaza 20. . . . D7C tt.

No sólo para atacar al peón del 20. A bandonan · •

caballo, sino para pennitir que la •

torre pase a 4A y 4T a fin de No hay defensa: si 20. T2A,


apoyar a la dama en la operación DxP f; 21. RIT, TxT gana fácil­
del mate. mente, o si 20. TxT t, TxT; 21.
70 I R V I N G C H E R N E V

D2A, TxD; 22. RxT, D7C t; 23. jugadas por dos razones muy im­
RxC, DxT, y el resto es elemental. portantes: la primera es la ue evi­
Flohr se venga de haber perdi­ tar que el alfil del rey adversario
do la partida anterior con Pit­ juegue contra el peón del alfil
schak adoptando la técnica con del rey; y la segunda, fortalecer a
que fue derrotado. Debilita los los peones en la mitad del table­
peones que rodean al rey enroca­ ro, lo -cual es de gran importancia
do y luego destrozan las defensas coronar".
con un ataque devastador. En la actualidad podemos se­
guir todavía el consejo.
Partida Núm. 1 3
DEFENSA FRANCESA 2. . . . P4D
BLANCAS NEGRAS
Dobias Podgorny Ataque sobre el peón del rey
que inmediatamente disputa el
Praga, 1952 centro.
1 . P4R 3. C3AD
Es ésta una de las mejores for­
mas de iniciar lo que ha de ser De los diversos cursos abiertos
una carrera y una lucha: una ca­ para las blancas (adelantar el
rrera para sacar rápidamente las peón del rey, cambiar peones, sa­
piezas llevándolas a casillas donde crificar el peón central o prote­
pueden actuar más eficazmente; gerlo), adoptan el que las capa­
una lucha para ganar el control cita para desarrollar una pieza y
del centro. conservar la presión.
De un solo golpe el peón del
rey se apodera de una importan­ 3. . . . PxP
te casilla del centro y ataca otras Dando temporalmente a las
dos, al mismo tiempo que la dama blancas mayor libertad de acción,
y el alfil controlan otras nueve pero las negras esperan poder ju­
casillas. gar más tarde . . . P4AD para
1. . .. P3R destruir al molesto peón de dama.

Jugada tranquilamente agresiva 4. CxP


que se prepara para disputar el
centro a las blancas con 2. . . . La recaptura deja a las blancas
P4D. con un ligero filo en su cabello
Esta defensa tiene el mérito de centralizado y la posición de los
rehuir las numerosas y fuertes peones.
aperturas que las blancas pueden 4. . . . CD2D
jugar después de la acostumbrada
resp:uesta 1. P4R.
. . .
Preparando un apoyo para el
2. P4D desarrollo del caballo del rey a
3AR. Si las blancas cambian en­
De una jugada semejante, phi­ tonces caballos, pueden las ne­
lidor, en su Ajedrez Analizado gras recapturar con el caballo de
(1791), dice: "Este peón hace dos dama.

A J E D R E Z L Ó G I C O 71
,

Si en lugar de ello hubieran buena posición y despeja la pri­


jugado 4. . . C3AR, viene en­
. mera fila para enrocar en el flan­
tonces 5. CxC t, y las negras tie­ co del rey.
nen que desorganizar sus peones
6. . CR3A
del flanco del rey con 5. . . . PxC
. .

o capturar con la dama y arries­ También las negras se prepa-


garse a ser hostigadas por las pie­

ran para poner a su rey en segun-


zas menores. U na muestra de lo


.
dad desarrollando (por fin) su
que podría suceder (después de · ca baIlo de rey.
4. . . . C3AR; 5. CxC t, DxC) es
esta pequeña trampa : 6. C3A, 7. D2R
A2D (para apoderarse de la dia­ Las blancas desarrollan una pie­
gonal central); 7. A3D, A3A; 8. za y apoyan a su caballo central
A5CR, AxC; 9. D2D !, DxP; 10. con dama y alfil.
A5C t, y las blancas ganan la Esta jugada restringe más la po­
dama. sición de las negras que 7. CxC t,
5. C3AR AxC, en que las negras pueden
iniciar un ataque sobre el centro
La mejor forma posible de po.
de las blancas con . . . P4A.
ner al caballo de rey a trabajar:
desarrollándolo a 3AR, donde 7. . . , o-o
tiene enoune influencia sobre el
centro y donde resulta incompa­ El rey busca la seguridad en el
rable para defender al rey enro­ rincón. No era fácil la maniobra
cado. 7. . . . CxC; 8. AxC, C3A, pues
9. AxPC, AxA; 10. D5C t, seguida
5. . . . A2R
por 1 1 . DxA gana un peón para
Jugada reservada de desarrollo las blancas.
(saca una pieza de la primera fila 8. O-O
y ayuda rápidamente al rey para
que se enroque). pero no tan E l enroque no persigue tanto
buena como la convencional 5. escapar del peligro cuanto pelmi­
. . . CR3A. tir que la torre del rey tome par­
Si las negras .intent�n mejor el te activa en el juego.
flanqueo para su alfIl de dama La posición de las blancas es
(tentador. en virtud de que el tan prometedora que les ofrece
caballo blanco está expuesto), hay una buena línea de ataque en 8.
una bonita trampa en que pue­ A5CR, CxC; 9. DxC. P3CR (de
den caer: 5 . . . P3CD; 6. A5CD,
.
ninguna manera 9. . . . C3A para
A2C; 7. C5R ! AxC (ó 7 . . . A lA; .
prevenir el mate, pues 10. AxC
8. A5C, CR3A; 9. C6A, ganando gana de inmediato); 10. P4TR, Y
la dama); 8. AxC t, R2R; 9. las blancas pueden enrocar en el
A6A !, Y las negras tienen que flanco de dama y asaltar los bas­
perder algún material. tiones enemigos con sus peones del
flanco de rey.
6. A3D
8. . , CxC
Quizá es más penetrante que 6.
.

A4AD, pero cualquiera de las dos Las neglas cambian para tener
j ugadas coloca al alfil en una espacio donde moverse.
72 I R. V I N G C H E R. N E V

debe quedarse en esa casilla para


evitar el mate.
10. . ,
. P�CD
El alfil de dama, impedido des­
de la ptimera jugada de las negras
de salir del flanco de rey, busca
otro medio de tomar parte en la
batalla. El desarrollo a la casilla
2CD parece atractivo, pues desde
aIli domina la gran diagonal cen­
tral.

9. DxC I
. ,¡Se apodera del tablelO con
amen�a de matel A primera vista ·
parece ai'l::i.esgado hacer esta cap­
'
tura y dejar a la dama expuesta a
que la hostiguen las piezas meno­
res, pero las negras no se encuen­
tran en posición (en cualquiera
de los dos sentidos de la palabra)
de hostigar a nadie. ¡Se confor­
man con seguir vivas I
11. A5CR !
9. . .. C�A
¡Excelente estrategia I Las blan­
Naturalmente, las negxas no de­ cas atacan a la más importante
sean adelantar uno de los peones pieza defensiva, el caballo que
del flanco de rey, como, por ejem­ evita el mate. La amenaza especi­
plo, 9. ' "P�CR, a no ser que se fica ea 12. AxC, AxA ; lJ. DxP tt.
vean obligadas a ello. Pero, ¿qué Es una amenaza sencilla fácil
hay de inconveniente en la ju­ de refutar. Todo lo que tienen
gada que hacen, 9 . . . C�A? ¿No
. que hacer las negras es jugar 1 1 .
lleva al caballo a su mejor casilla, . . . P3CR ó 11. . P3TR. ¿Qué
, .

evita el mate, aleja a la dama y es, entonces, lo que se proponen


libera al flanco de dama? las blancas?
Ciertamente, así es, y, en las El fin oculto es el de obligar a
circunstancias actuales, resulta las negras a mOOf!<T uno de los peo­
ser, quizá, la mejor jugada de las nes del flanco del rey para evitar
negras. A pesar de ello, es extraño el mate. Una jugada de cualquie­
llue una jugada hecha por nece­ ra de estos peones crea una debi­
SIdad no tenga el efecto tónico en lidad en la estructura defensiva
la partida que tiene una jugada que no podrá repararse jamás. De­
hecha por la propia voluntad. bilita orgánicamente la posición,
L O. D4T
pues abre una brecha que nunca
podrá cerrarse. El peón que avan­
Después de esto, el caballo ne­ za nunca podrá volver a su anti­
gro, que indudablemente se en-, gua posición en la linea de peo­
cuentra en una buena casilla, nes defensivos.
.A J E D R E Z L O G I e o

11 . . ,
. PSC Esta jugada parece ganar un
peón, pues si las blancas recaptu­
En la alternativa 11. . . . PSTR, raran con 14. PxP, la respuesta 14 .
las blancas pueden escoger entre . " CxP no · sólo sirve para con­
las dos siguientes continuaciones: servar el peón, sino que obliga al
12. AxC, AxA; IS. D4R, y la cambio de alfiles que quita el filo
amenaza de mate gana a la torre al ataque de las blancas.
de dama, que era un espectador
inofensivo.
12. AxP, PxA; 13. DxP, A2C;
14. TDI R (amenazando 15. T5R
Y 16. T5C ff), ASD; 15. T5R !,
AxT; 1 6. PxA Y ganan: el caballo•

no se atreve a moverse y, SI se
queda donde está, viene 1 7. PXC,
seguido por jaque mate.

12. P4A

I Magnifica jugadal Para co­ 14_ TRIR !


menzar, impide que las neglas
jueguen 12. " . C4D con el pro­ Inesperada Zwischenzug (jugada
pósito de eliminar por cambio las intermedia) que amenaza con la
piezas blancas que atacan. Ofen­ victoria inmediata jugando 15.
sivamente, prepara un avance del TxA, DxT; 1 6. AxC, DSD; 17.
peón de dama, que romperá la es­ C5C, P4TR; 18. DxP !, PxD; 19.
tructura de peones en SR de las A7T ff·
negras. Una vez hecho esto, la
torre blanca tendrá un punto de 14. . . , PSTR
entrada en la columna del rey. Las negras ofrecen un peÓn para
12. . . .

A2C desviar algunas de las piezas que


atacan tan pesadamente al caba­
Las negras no tienen contraata­ llo del rey y al alfil.
que eficaz. Lo mejor que pueden No había alivio en 14 . . R2C,
. .

hacer es continuar desarrollando aparte de defender al caballo,


sus piezas a las casillas más favo­ pues las blancas responden con
rables para luchar denodada­ la brutal 15. A6T t, ganando el
mente. cambio.
13. P5D 15. DxP
Amenazando, después de la ju­ Pero no 15. AxPT, que pelmi­
gada preparatoria 14. TDID, con te 15 . . C5R, ahuyentando a la
. .

tomar el peón del rey, de manera dama blanca.


que la recaptura con 1 5. . . . PXP Las blancas proyectan ahora 16_
suprime uno de los apoyos del AxP, PxA ; 17 DxP t, RIT; 18_
peón del caballo de rey negro. C4D (amenazando con ganar me·
diante 19. C6R ó 19. C5A ó 19.
13. . . . PxP TSR, seguida por 20. TST tf),
74

I R V I N G C H E R N E V

D I R; 19. D6T t RIC; 20. CSA, gras más que si se llevara la torre
TIA; 21. AxC, ganando con faci· a 1JTR pasando por 1JR. Por ejem­
lidad. plo: si 18. TlIR. T l R; 19 T1JT,
RlA. Y el rey escapa al desastre
15. . .. CSC inmediato.
Las blancas tienen una victoria Después de la jugada de las
limpia contra la defensa median· blancas en el texto. si las negras
te 15 . . . CSR. Juegan 16. AxA.
.
intentan 18. . . . T l R, caen en 19.
DxA; 17. PxP (amenazando con AxP, TxT t; 20. TxT. PxA; 21.
capturar a continuación el caba. DxP t, R1 T; 22. C7A ff.
llo clavado). AxP; 18. AxC. AxA; 18. ' . . PSD
19. TxA ! ; DxT; 20. esC. y las
negras tienen que perder la dama Para evitar 19. T1JR Y para
o sufrir el mate. dar mayor juego al alfil en la dia·
La jugada del texto es. natural· gonal.
mente. un intento para alejar a ¿Cómo continúan las blancas el
la dama. ataque? ¿Pueden traer sus reser­
vas sin perder demasiado tiempo?
16. D4T ¿O pueden debilitar la formación
Apoya al alfil. ataca al caballo defensiva y hacerla vulnerable al
y amenaza con ganar mediante asalto inmediato?
17. AxA. ¿Qué más puede hacer ¿Hay algún indicio en la últi-
ma pregunta? ¡Si. claro que sil

una jugada?
La principal defensa de las ne­
16. . . .
AxA gras está en su caballo, que im­
pide el mate en 7T, y en el peón
Si vuelven el caballo a 1JA. vie­ del alfil de rey que apoya al im­
ne la catástrofe. como: 16. . . . portantísimo caballo. Si las blan­
C1JA; 17. TxA. DxT; 18. AxC. y cas pudieran atacar a estos dos de­
las blancas atacan a la dama ame­ fensores. amenazarlos, eliminar­
nazando al mismo tiempo 19. los . . .
D8T ff· ¡ Hay una jugada. una de esas

17. CxA jugadas que parecen absurdas a


primera vistal
Una vez más la canción que sir­ Un maestro examina todas las
ve de lema: mate en 7T. jugadas que le gustaría hacer. es­
pecialmente las que parecen im. .
17. . . C1JA
posibles.
,

ylas negras tienen que bailar


al compás de la canción. volvien­ 19. T6R !!
do el caballo a 1JA.
También aquí colocan las ne­ Amenazan con capturar el ca­
gras al caballo en una buena ca· ballo y luego dar mate con 'la
silla. pero no por su libre vo­ dama.
luntad.
19. . .. TI R
18. D6T
Si las negras hubieran jugado
Esta jugada restringe a las ne- 19. . . . PxT. habría Seguido: 20.
A J E D R .E Z L ó G I e o 75

DxP t, RIT; 21 . D6T t, R I C ; 22. Partida Núm. 14


A7T t, R I T; 23. ASA t a la
descubierta, RIC; 24. AxP t, DEFENSA FRANCESA
T2A; 25. AxT tt. BLANCAS NEGRAS
Tarrasch Mieses
Berlín, 1916

1. P4R

Es una excelente manera de ini·


ciar el desarrollo de las piezas,
pues inmediatamente se abren lío
neas para la dama y el alfil. El
peón mismo del rey contribuye en
la batalla por el centro ocupando
una casilla clave y atacando otras
dos: 5D y 5AR.

Es interesante advertir que la 1. . . . P3R


sorprendente jugada 19. T6R no A pesar de su modesta aparien­
sólo amenaza con tomar el caba­ cia, esta j ugada es más agresiva
llo, sino que también explota el que 1 . . . . P4R. La idea de las
hecho de que el peón del alfil no negras es continuar con 2. . . .
se atreve a capturar la torre y P4D, atacando el centro de las
abandonar la defensa del peón blancas. Quedan, entonces; pre·
del caballo. paradas para responder a J. PxP
recapturando con el peón del rey
La última jugada de las negras
y manteniendo así un peón en
tiene el propósito de despejar la
el centro.
casilla lAR para el rey previendo
que las blancas tomen al caballo 2. P4D
y luego den jaque en 7T con la
¡ Naturalmentel Las blancas
dama. •
plantan otro peón en el centro,
convirtiendo así las casillas 5R
20. AxP
y 5AD en territorio prohibido pa·
ra las piezas negras. Al mismo
j Destruye la barrera de peones! tiempo, su dama y su alfil de da·
La amenaza de las blancas es rouy ma tienen mayor libertad de roo·
sencilla: 21. AxP tt. virolento.
• •

20. . . , Abandonan 2. . . . P4D

¡Da el quién vive al peón del


Si 20 . . . . PxT; 21 . A7A tt.
reyl
Si 20 . . . PxA; 21. DxP t, R I T;
.

Las blancas pueden escoger en-


22. C7A tt. •

tre vanas respuestas:


Si ' D2D; 21. A7T t, CxA
20 . . .
a) J. PxP a fin de simplificar.
(ó R l T; 22. DxC tt); 22.
21. ' " b) J. P5R para restringir a las
DxC t, RIA; 23. D8T tt. negras con la cadena de peones.
76 I R V I N G C H E R N E V

c) J . CSAD (ó J. C2D ó J . ASD) con las negras, con la consecuen­


para proteger al peón y desarro­ cia de que dos partidas quedaron
llar una pieza al mismo tiempo. empatadas y cinco fueron gana­
El primer método fue favorito das por Tarrasch.
de Morphy, a quien gustaban las 4. CxP
posiciones abiertas que daban a
Ahora, las blancas tienen un
sus piezas grandes posibilidades
caballo centralizado, ejercen pre­
de ataque. En la actualidad, rara
sión sobre 5 R y 5AD, Y su posi­
vez se adopta, porque después del
ción de peones es superior (un
cambio de peones, las posiciones
peón en 4D contra uno en 3R), lo
son iguales y simétricas y es difí­
que les da mayor libertad de ac­
cil desatar un ataque, a menos
ción.
que quien juega sea Morphy.
La jugada de restricción J . P5R 4. .' . C2D
tiene muchos abogados, pero se Con la intención de apoyar al
argumenta contra este sIstema caballo del rey cuando llegue a

que la cadena de peones blancos 3AR. Si las negras juegan inme­


es rígida y susceptible de ser mi­ diatamente 4 . C3AR, las blan­
. . .

nada. Las negras inician un fuer­ cas pueden inflingirles una mo­
te contraataque sobre la base de lesta clavada mé\iiante 5. A5CR,
la cadena de peones mediante J. o cambiar caballos de inmediato.
. . . P4AD, seguido por . . . CSAD La recaptura de las negras lleva
y . . . D3C, y las blancas se en­ a su dama demasiado pronto al
cuentran defendiendo un centro juego, o, si 5. . . PXC, penn ite
.

que ya no es flexible. la desorganización de su flanco


Queda un tercer camino, sen­ del rey.
cillo y compatible con el buen 5. C3AR
sentido en el ajedrez: apoyar al
Aquí es donde el caballo del
peón del rey y llevar una pieza a
rey resulta más útil, así que, ¿F.r
la escena.
qué no colocarlo en esa posiaón
J. C3AD cuanto antes?
Típicamente Tarrasch: selec­ Incluso los grandes maestros no
ciona el método <J.ue aumenta su hacen jugadas sorprendentes, ex­
desarrollo y mantIene la tensión travagantes o "brillantes" en la
en el centro. En consecuencia, saca apertura con el propósito de ser
un caballo, protege al peón del diferentes o de impresionar a
rey y aumenta la presión so­ otros con su habilidad para en­
bre 5D. contrar j ugadas extraordinarias
en posiciones descoloridas. Se con­
J. . .. PxP tentan con desarrollar las piezas
Tarrasch desaprueba · el cam­ rápidamente, colocándolas en ca­
bio de peones, pues las negras en­ sillas donde rindan los mejores re­
tregan el centro sin ninguna com­ sultados, y luego esperan a que
pensación. Si los resultados han la Naturaleza siga su curso. Cuan­
de ser el criterio para juzgar el do sea oportuno jugar una combi­
mérito de una opinión, la suya nación, las probabilidades se vol­
fué sostenida por este torneo. Mie­ verán en favor del jugador cuyo
ses jugó J. . . PXP sieie veces
, desarrollo sea superior.
A J E D R. E Z L ó G I C O 77

, . . . . CR5A sente caso el caballo obtiene allí


una ganancia de tiempo con su
Jugada sólida de desarrollo. No
sól? está el caballo del rey en la ataque sobre el alfil, que no tiene
protección.
casilla más adecuada para sus fa­
cultades, sino que disputa la so­ 9. ASD
beranía del caballo blanco y su El móvil a:lfil es demasiado va­
control sobre el centro. lioso para que las blancas permi­
6. A5D . t�n su c�bio. Cual�uier transac­
ción semejante beneÍlcia a las ne­
En lugar de retirarse, las blan­
gIas, pues la reducción en el nú­
cas apoyan al caballo desarrollan­
mero de piezas que se encuentran
do otra pieza. Si hay cambio, las
sobre el tablero alivia la presión
blancas continúan teniendo una
que sufren.
pieza en el centro.
9. . P5CD
6. . . A2R
. .

De manera inteligente, las ne­


El alfil se encuentra bien co­
gras desean que su alfil de dama
locado en 2R, y el tablero queda
participe en el juego e intentan
despejado para el enroque en el
desarrollarlo a 2C. Pero hay ries­
lado del rey.
go en esta jugada si se intenta
Una interesante alternativa es
antes de que el rey se haya enro­
6. . CxC; 7. AxC, C5A; 8. A5D,
cado. No sólo hay peligro de UD
. .

y el tiempo perdido por la reti­


jaq�e en la diagonal, que podría
rada del alfil compensa a las ne­
oblIgar al rey a moverse y perder
f as por el tiempo perdido cuan-
. el derecho a enrocarse, sino que
o Jugaron J . . PxP.
existe también la posibilidad de
. .

7. o-o que las blancas planten un . ca­


El rey se oculta tras una barri­ ballo en 6AD, casilla debilitada
cada de peones y la torre se mue­ por el avance del peón del rey
ve hacia la columna semiabierta negro.
del rey. ,

7. . . . . CxC
Las negras cambian para aliviar
su posición aglomerada y dar res­
piro a las piezas del flanco de
dama.
8. AxC

La recaptura da a las blancas el


monopolio sobre las casillas im­
portantes, y pone a las negras ante
el problema de buscar la igual­
10. C5R !
dad. .. .

8. . . . C5A Maravillosa posición de avan­


zada para el caballo, que
tsta es siempre una buena casi­ girá la ambición de las negus
lla para el caballo, y en el pre- para extenderse por el tablero.
78 I R V I N G C H E R N E V

10. . . . o-o de sus filmes apoyos: el alfil. La


sustitución de la dama negra por
Las negras advierten que 10. el alfil dará gran potencia a una
. . . A2C es refutada por ,1 1 . A5C f. clavada sobre el caballo, de la
a la cual tendrán que responder que no será fácil librarse.
con 11 . . . . RIA Y perder el de­
recho de enroque, u 11. . PSA, . , 11. ' . . D3D
entregando un peón.
N aturalmente, . sena lOsensato
.

Tan buena como la mejor ju­


,

tomar un peón mediante 10. . . . gada que pueda hacer la dama.


DxP y caer en 11. A5C t. perdien­
do la dama por un ataque descu­ 12. D3A !
bierto.
Importante Zwischenzug (juga­
11. C6A da intelluedia). Es más fuerte que
la inmediata 12. CxA t y hace
Atacando inmediatamente la ca­ que las negras modifiquen sus pla­
silla debilitada. con el propósito nes. Analicemos ambas jugadas:
de eliminar al alfil del rey negro. Si las blancas juegan 12. CxA t,
Pero. ¿por qué entregar el caba­ entonces, después de 1 2. DxC; . . .

llo, que. como dije antes, ocupaba 13. D3A ataca a la torre. tsta
una maravillosa posición de avan­ evade a la dama escapando a I C,
zada. por un alfil que parece tener y la siguiente jugada de las negras,
poco potencial? 14. . ., A2C desaloja a la dama
Hay, cuando menos, tres buenas de la gran diagonal, dejando al
razones para ello: alfil negro controlándola.
Después de la jugada del texto,
El cambio priva a . las negras de
12. D3A, las negras están amena­
uno de sus alfiles, y la sola pose­
zadas por 1 3 . CxA t, DxC; 14.
sión de ambos alfiles es una foro
DxT, con la pérdida de una to­
midable amIa agresiva, por plá­
rre. Esta vez la torre no puede
cida que sea la posición.
escapar de la dama, pues la hui­
La reducción de fuerzas aumen­ da a la casilla I C está cubierta
ta el poder dinámico del par de por el caballo blanco, y I� res­
alfiles blancos, que tienen más es· puesta 12. . A2C (para lOter­
. .

pacio para actuar. Cua� to más poner el alfil, desarroIlándo�o al


vacío esté el tablero, mejor pue· mismo tiempo en la gran dIago­
den recorrer el área, penetrando nal) fracasa después de 13. CxA t.
uno en las diagonales blancas y DxC; 14. DxA, Y las blancas ga-
el otro en las negras. nan una pIeza.

La tercera razón es un tanto su­


til : la posición negra del flanco 12. . . . A2D
del rey está robustamente defen­ El resultado de todo esto es
dida por el caballo, y éste, a su que, a fin de salvar la vida de la
vez, por el alfil y la dama. A fin torre, el alfil debe contentarse
de llegar al caballo, que tendrá con jugar a 2D, donde tiene poco
que ser destruido para iniciar un alcance.
ataque sobre el flanco del rey, las
blancas eliminan primero a uno 13. CxA t
A J E D R E Z L ó G I C O 79

E9tratégicamente, esta jugada tiene poca movilidad, aislado co­


representa un triunfo para las mo está del flanco del rey por el
blancas. No sólo conserva la ven· propio peón de rey. La posición
taja de 'tener dos alfiles contra el de los peones en el centro favo­
caballo '1 el alfil de las negras, rece también a las blancas, pues
sino que ha obligado al alfil ne­ su peón de dama en la cuarta ca­
gro de dama a tomar una posición silla tiene más intervención en el
desfavorable, reteniendo al mis­ juego que el peón enemigo en 3R.
mo tiempo el control de la diago­ Las blancas proyectan ahora
nal central. crear una brecha en el alineamien­
to de peones que protegen al rey
]J. " , DxC negro, jugando a continuación la
sorprendente, pero lógica juga­
Las negras completan el cambio da 15. D4 R. Las negras no po­
con la impresión de que su posi­ drían responder 15 .CxD, por­
. . .

ción es bastante sólida, aunque que después de 16. AxD (atacando


defensiva. dos piezas), TR 1 R; 17. AxC no
les da tiempo de tomar el alfil, 'la
que su torre de dama está siendo
atacada. La idea que se oculta
tras 15. D4R no es la de inducir
a las negras a tomar la dama, sino,
mediante la amenaza de 16. AxC,
DxA; 1 7. DxP tt, obligarlas a
avanzar 15. ' " P3C. El efecto de
esta jugada del peón sería de de­
bilitar la estructura defensiva que
protege al rey, quitar un opoyo
al caballo clavado '1 ofrecer a la
14. A5CR ! dama puntos de entrada en las
debilitadas casillas negras 3TR '1
Poderosa clavada que ejerce 3AR, que 'la no están custodiadas
presión paralizadora sobre el ca­ por el peón del caballo. Una posi­
ballo. Antes de seguir adelante, re­ bilidad, por ejemplo, es la si­
sumamos: guiente: 15. D4R, P3C; 16. D4T
Sin hacer más que sencillas ju­ (atacando al caballo), R2C; 17.
gadas de desarrollo, las blancas A6T t, '1 las blancas ganan el
. . cambio_
tienen una ventaJa tactlca en su
, .

par de alfiles, una mejor posición


general, más piezas en juego '1 una 14. • • • TD I A
iniciativa duradera.
¿Más piezas en j uego? Sí, su Las negras sacan de la línea de
dama '1 ambos alfiles están colo­ fuego a la torre, de manera que
cados activamente, mientras que si 15. D4R, CxD; 16. AxD, TRl R
el caballo negro es incapaz de mo­ mantiene la igualdad en material.
verse, su dama debe mantenerse Constructivamente, las negras
cerca del caballo (o perder un intentan seguir con 1 5 . P4A, . . .

peón después de AxC) '1 su alfil entablando la lucha con el peón


80 I R V I N G C H E R N E V

blanco central y abriendo la co­


lumna del alfil para la torre.

15. TRIR

Jugada útil de desallollo, de


restricción y de preparación:
Lleva la torre a una columna
semiabierta.
Previene cualquier intento de
las negras de librarse abriendo la
columna del rey.
Prepara el teJíeno para usar la ra sobre el peón de la torre, al
torre en un ataque en el flanco cual amenazan ganar las blancas
del rey, algo semejante a: 16. D!JT mediante 1 7. AxC seguido por 18.
(amenazando otra vez con ganar DxPT t, o sencillamente tomán­
mediante 17. AxC), P!JTR; 17. dolo de inmediato con el alfil, ya
AxP, PxA; 18. DxPT, y la tone que el caballo tlavado de las ne­
entra decisivamente por 5R y 5CR gras no se atreve a recapturar, y
para dar mate. su rey no puede tocar al alfil.
¿Cómo se defienden las negras
15. . .
. TRI R · contra las amenazas de las blan­
cas?
Desalojando una casilla para Si 16. . . . P!JTR; 17. AxP, PxA;
el rey. Las abandonan la 18. DxPT, D IA (de otra manera,
proyectada 15. . . P4A. Contra
. 19. T5R llevará al mate); 19. DxC,
esto, Tarrasch pretendía (según y las blancas, con dos peones de
sus propios comentarios) 16. D!JT ventaja, ganan fácilmente.
(amenazando 17. AxC), P3TR; Si 16. . . . P!JC (salvando al
17. AxP, P5A; 18. AxPC, RxA; 19. peón de la torre, pero privando
D!JC t. Rl T; 20. D4T t, R2C; al caballo de un excelente apoyo),
21. D5C t, RIT; 22. D6T t (¡bo­ las blancas ganan con 17. D4T,
nito zigzag de la damal), RIC; R2C; 18. T4R !, seguido por 19.
23. T5R. Y sigue el mate. O si T4A, Y también la torre ataca al
después de 17. AxP, PxA; 18. indefenso caballo.
DxPT, PxP (para refutar 19. T5R Si 16. . . . P4R (descubriendo
con 19. . . T4A); 19. P4CD !
. un ataque sobre la dama); 17.
(para mantener alejada a la torre AxC, AxD (ó 17 . . . . DxA; 18.
negra) y luego 20. T5R, con una DxA, Y las blancas ganan una pie­
victoria fácil. za); 18. AxD y las blancas tienen
una pieza de ventaja. .
16. D!JT ! Finalmente, si 16. . . , P4A; 17.
AxP t, RIA; 18. A4R (amenazan­
La jugada victoriosa, ¡aunque do el devastador jaque en 8T),
parece que las blancas han estado R 1 C. y las negras, con un peón
haciendo una larga serie de ju­ de desventaja, continúan a la de­
gadas victoriosasl fensiva.
La presión se ha redoblado aho- Todas �tas variaciones son
AJ E D R E Z L ó G I C O 81

agradables, ¡especialmente si uno 19. T�R


está en el bando triunfador!
Evi d e n t e m e n t e, amenazando
16. . . , D�D dar jaque en �C, seguido por ma­
te, para evitar lo cual las . negras
Con la esperanza de que 17. tendrían que entregar la dama.
AxC, PxA ; 18. DxPT t. ganando
Adviértase que la ocupación
un peón. apacigüe a las blancas. por la torre de la columna par­
17. AxC cialmente abierta del rey está jus­
tificada por el uso conveniente
Elimina al único defensor en de �R como punto de transferen­
la proldmidad del rey negro. y . . . cia, capacitando a la torre para
acudir a las columnas abiertas en
17. ' " PxA
el flanco del rey .
. . . desanaiga al peón del caba­
19. . . , DxPD
llo exponiendo al rey.
18. D6T ! Defendiendo la casilla 2C, de
manera que después d� 20. ��C t,
¡Inmoviliza al rey! La idea es R 1 T, las blancas no tienen · Jaque
la de evitar que escape por lAR que dar con la dama.
mientras se le pone frente a ame­ Si, en lugar de la jugada del
nazas mortales. Él modus operan­
texto, 19. . . . P3AR (para inten·
di después de la jugada del texto tar escapar con el rey), 20. T�C t,
es 19. AxP ti, R IT; 20. A6C t a
R2A; 21. D7C es mate. O si 19.
la descubierta. RIC; 21. D7T t.
. . . RIT; 20. T�T obliga a 20.
RIA; 22. DxP ff.
. . R tC, en que 21. T�C es fatal.
Si el lector puede hacer esta
.

clase de jugada (18. D6T). como


hicieron las blancas, entonces está
por encima de los jugadores de
tipo medio. Casi todos los juga­
dores jóvenes (en el sentido del
ajedrez) tienen la tendencia a dar
jaque al rey hasta darle mate. tan
sólo para encontrar que después
de algo semejante a 18. DxPT t,
RIA; 19. D8T t, R2R, el rey ha
escapado y los ataques se han ago­
tado. Y , lo que es peor aún, la
dama y el peón d e dama de las
20. P�AD !
blancas están amenazados; si se
salva a los dos con 20. D4T, las ¡ Bonito coup de repos!
negras pueden responder 20. . . . Las negras son impotentes: su
TITR, ¡y de pronto las blancas se dama no se atreve a abandonar
ven a la defensiva! la diagonal que lleva a su casi·
lla 2CR, y si 20. . . , D2C; 21.
18. . P4AR T�C clava a la dama, mientras
. .

Intercepta la línea de ataque que 20. . . . D I T sucumbe a 21.


del alfil. T�C t, y la única casilla de huida
82 I R V I N G C H E R N E V

para el rey está ocupada por su caballo se desarrolla con una ame­
dama. naza, cosa que limita las posibili­
dades de respuesta del adversario,
20. . . . A bandonan
ya que debe hacer algo para hacer
A esta partida se le concedió frente a la amenaza antes de con-
tmuar su J uego.
• •

un premio de brillantez.
2. . . . C!JAD

Partida Núm. 1 5 La mejor manera de proteger al


peón. El desarrollo del caballo
RUY LóPEZ es natural y no se pierde tiempo
para hacer frente a la amenaza.
BLANCAS NEGRAS
Alekhine Poindle 3. A5C
(simultdnea) .

La jugada más fuerte del table­


Viena, 1936 ro, característica del Ruy López,
que es la más poderosa de las
1. P4R aperturas del flanco del rey. Como
dice Reuben Fine: "Una de las
Con esta primera jugada, las razones por las cuales el Ruy
blancas se instalan en el centro e López es tan fuerte consiste , en
inician el desarrollo de sus pie­ que la secuencia más natural de
zas del flanco del rey. las j ugadas se traduce en una po­
sición ideal para las blancas".
1. . . . P4R
3. . . , C!JA
Las negras deben establecer
Las negras sacan su caballo ha·
también un peón en el centro, im·
cia el centro con un ataque sobre
pidiendo al mismo tiempo que el
el peón de rey.
enemigo j uegue 2. P4D.
Lasker era partidario del des·
¿Qué sucedería si las blancas
arrollo del caballo en este punto,
jugaran 2. P4D? Después de 2 . . .
pero l a teoría moderna se incli­
.

PxP; 3. DxP, C!JAD; 4. D!JR,


na a interpolar 3. P!JTD pri.
C3A; 5. C3AD, A5C, las negras
' "

• •
mero para hacer que el alfil reve·
tIenen tres pIezas en Juego con

le sus intenciones y, en cualquier


fácil desarrollo. Es cierto que las
caso, para desalojarlo de su mag­
blancas poseen un peón en el
. nífica posición.
centro, pero neceSItara constante
,

cuidado, y su dama habrá perdi­ 4. O-O


do un tiempo muy valioso. En re­
sumen, después de 1 . . . P4 R las , Muy atinada: el rey se pone a
blancas pueden responder 2. P4D, buen recaudo al mismo tiempo
pero sin obtener ventaja. que la torre del rey entra en ac­
ción.
2. C3AR
4. . . , CxP
Colocan sin tardanza al caballo
en su casilla más eficaz de la aper­ ¿Deberían las negras capturar
tura. La jugada es ideal, pues el este peón? El punto de vista de
A J E D R E Z L ó G I C O 8�

Lasker era el siguiente: "Cuando ¡ La quinta jugada del mismo


se tiene la certeza de no haber vio­ caballo! Las blancas tendrán se­
lado ninguno de los principios guramente un fuerte ataque como
establecidos, hay que aceptar el compensación por el peón que
sacrificio de un peón importante, piensan sacrificar.
como el peón del rey, el peón de Las negras debieron haber ju­
la dama o uno de los peones de gado 7. . . . P�D, que lleva casi
alfil. Si no se hace así, por regla a la igualdad.
general el peón rehusado llegará 8. PxC
a ser muy incómodo". Los primeros dividendos de las
5. P4D blancas llegan en la fonna de una
Es más fuerte que 5. T I R. El columna central abierta que con­
peón del rey negro está atacado duce directamente al rey del ad-
versano.

dos veces, y se abren líneas para


la dama y el alfil de dama de las 8. . . , AxP
blancas.
No es una manera feliz de re­
5. ' " C�D capturar, pues el peón de dama
Da el quién vive al alfil que, queda bloqueado, pero, cierta-
.
aparentemente, tIene que captu- mente, es mejor que tomar co �
• .

rar al caballo o retirarse. el peón, con lo que la posición de


U n procedimiento más sencillo las negras sería aún más incó­
hubiera sido 5 . . . A2R, desarro­
. moda.
llando otra pieza en lugar de
mover la misma dos veces. Las
negras no deben perder tiempo
en aferrarse al peón adicional,
sino continuar trayendo piezas al
campo.
6. PxP !
Iniciando un ataque difícil de
refutar. Esta jugada es superior
a 6. A4T, que da a las negras
tiempo para responder 6. . . ,
P5R con buen corttrajuego.
6. . . . CxA 9. C5C !

La excursión del caballo ha cos­ Esta jugada es superior a la


tado a las negras un tiempo muy natural 9. T I R t. Como veremos,
valioso, pues el caballo ha hecho es enérgica y sutil a la vez.
cuatro jugadas para capturar un U na parte de esa sutileza está
alfil que sólo se ha movido una dirigida contra el enroque negro.
vez. Las blancas jugarían entonces 10.
7. P4TD D3D, amenazando 11. DxP tt.
Las negras se verían obligadas a
Las blancas atacan al caballo responder 10. . . . P3CR (no 10.
inmediatamente para recuperar . , P4A; 11. D5D t, R I T ; 12.
.

la pieza perdida. C7A t, ganando el cambio) y


7 . . . , C3D debilitarían la formación defensi·
84 I .ll V 1 N G e H E II N E V

va de los peones. Una vez que se según un criterio único: su efec­


desorganice la linea de peones, el to sobre la posición particular.
rey es vulnerable al ataque di­
recto. 10. ' " PSCR
9 ..,
. A2R ¿Qué otra cosa podía hacerse?
Si las negras se enrocan para
Jugada interesante. En su re­ evitar 11. DxPA tt. caen en 1 1 .
tirada, el alfil no sólo ataca al ca­ DxPT tt·
ballo, sino que consigue desemba­ O si cambian con 10. . . , AxC,
razar al peón de dama. entonces 1 1 . AxC obliga a 11.
Las negras tienen la esperanza ." C2R en que la clavada 12.
de hacer que el caballo se retire o TIR gana una pieza . . . ¡para
de provocar un cambio de piezas, principiarl
liberándose del caballo agresivo.
11. D6T !
JO. D5T !
Las blancas plantan su dama
En avantE La amenaza de mate inmediatamente en esta casilla,
oculta el verdadero propósito de que ya no está protegida por el
esta jugada. peón negro del caballo, como pri­
Las dos últimas jugadas de las mer paso para controlar las casi·
blancas son las de un principiante llas negras.
o, quizá, de un gran maestro. El Las blancas amenazan ahora
caballo se ha movido dos veces con penetrar aún más en el cora·
para auxiliar a la dama en un zón de la posición mediante 12.
ataque que, según los libros, es D7C, atacando a la torre. Esta
prematuro, ya que el desarrollo de jugada obligada a 12. . . . ' TIA
las blancas no se ha completado. como respuesta, en que 13. CxPT
¿Por qué viola Alek-hine los prin. gana el cambio: una torre por un
cipios elementales de la apertura? caballo.
La razón de que lo haga así
11. . AlA
se encuentra en que el desarrollo
. .

rutinario ("Saca tus piezas tran­ No sólo es necesario impedix


quilamente y yo haré lo mismo que progrese la invasión, sino
con la mías") daría tiempo a las que es neces3rio hacer retroceder
negras para reorgamzar su POSi-
• •

a la dama.
ción. Las negras han inculJido en Las negras tienen poco donde
algunas indiscreciones (como la escoger, pues el enroque es ile·
de mover el caballo de rey cinco gal, mientras que 11. ' " AxC
veces en la apertura), y la fOlma pierde con 12. AxA, P3A; 1 3.
de castigar estos errores es man­ D7C, TIA; . 14. T I R t, C2R;
tenerlas ocupadas, enfrentándolas 15. A6T, T2A; 16. D8C t, TIA;
a problemas en cada punto y no 1 7. DxT tt.
dándoles tiempo para recuperar·
se. Si se requieren jugadas poco 12. TIR t
convencionales para debilitar su Obligando a las negras a enre·
posición, entonces hay que ha· darse en sí mismas.
cer esas jugadas poco ortodoxas.
Las jugadas son buenas o malas 12. . . , C2R
A J E D R E Z L Ó G I C O 85

De ninguna manera 12. . . . graciadamente, es la única jugada


A2R, en que lJ. D7C, T IA, 14. de las negras.
CxPT (amenazando 15. DxT tt),
15. D4T
P4D; 15. C6A es mate.
En este punto, a pesar del des­ La dama y el caballo de las
dén de las blancas por los méto­ blancas estaban atacados, por lo
dos convencionales de desarrollo, que la dama se mueve a donde
. pueda proteger al caballo.
tIenen tres piezas activas en Jue-
.. .. ..

go, ¡ y las negras no tienen ningu­ 15. . . . A2C


na! Las negras tienen una pieza
Amenazando ahora 16. . ..
que ha salido de la primera fila,
AxC. El ataque alternativo 15.
pero está inmovilizada por una
. . . C I C, que clava al caballo y lo
clavada.
ataca con dos piezás, es refutado
con 16. D4A t, RxC (ó 16. . . .
R2C; 17. C8R t y las negras tie­
nen q ue entregar la dama); 1 7.
D4T t, y las blancas ganan la
dama.
16. A5C
Protege al caballo, que no te­
nía casilla a donde huir.
16. ' . ' PSTR

Amenaza otra vez al caballo ata­


lJ. C4R ! cando a uno de sus defensores.
Si 16. ' . ' C I C en lugar de la
¡Amenazando mate! jugada del texto, las blancas tie­
nen una bonita combinación con
lJ. ' " P4AR
17. CxC, DxC; 1 8 T7R t, R I A;
¡La única jugada posible! Si 19. A6T, seguido por 20. D6A t.,
las negras juegan lJ . . . AxD, las
.
forzando el mate. O puede prefe­
blancas ganan con 14. C6A t, rir la victoria con 17. D4AD t,
RIA; 15 . . AxA tt, o si lJ . . " P4D; 18. CxPD, DxA; 19. CxP t
C4A con un ataque doble sobre a la descubierta, RSA; 20. C8R tt.
la dama, las blancas contestan
17. D4A t!
con un ataque doble sobre el rey
mediante 14. C6A jaque doble Una bonita manera de distraer
y mate. al enemigo, pues el grito de " ¡ja­
que ! " obliga al adversario a aban­
14. C6A t
donarlo todo para salvar a su
Una manera de llegar al rey es rey.
obligarlo a que salga a campo 1 7. . . , RIA
abierto.
Prácticamente obligada, pues
14. • • • R2A
17 . . ' . P4D; 18. CxP, DxC; 19.
El movimiento del rey lo priva TxC t cuesta la dama a las ne­
del derecho de enrocar, pero, des- gras.
86 I R V I N G C H E R N E V

22. DxT, R2A, que, según dice


Alekhine, "pone a dOlmir a la
dama". Naturalmente, las blancas
pueden ganar después de eso con
23. C3A, P3D; 24. T I R, seguido
por 25 . T7R t, pero la jugada
del texto está más de acuerdo con
el espíritu del ataque. La dama
permanece en actividad, mientras
que el flanco de dama de las ne­
gras queda inmovilizado.
21. . . AxP
'

18. TxC ! Las negras quieren importunar.


¡ La rúbrica de una combina­ Toman un peón y atacan a la
ción de Alekhinel Es el aguijón torre.
al final de una serie de jugadas 22. T2T
aparentemente inofensivas. •

La amenaza de las blancas es La torre se hace a un lado ágil-


patente: mate. mente y se vuelve sobre su ata­
cante.
1 8. . , .DxT
22. . . A3A
,

Si 1 8. . . RxT, que es la úni­


,

ca otra manera de impedir el El alfil se retira y busca un re­


mate en 7A, las blancas respon­ fugio (muy relativo).
den 19. C5D t doble, y ganan la 23. P4AD !
dama en la siguiente jugada. Despeja el camino para la to­
19. C7T t rre, que ahora puede tomar la
columna abierta del rey . . . ¡ y al
Ataque directo sobre el rey y rey mismo!
ataque descubierto sobre la dama.
23. .., R2A
1 9. . , .TxC
Las negras toman todo el ma· El rey huye de la línea de fue­
terial que pueden a cambio de su go. Las negras esperan librarse
dama. mediante 24 . . . T I T Y 25
. . , . .

A I D, ahuyentando a la dama y
20. AxD t avanzando luego su peón de dama
El objetivo de la combinación: para dar espacio a las piezas de
a cambio de su torre y su alfil, su flanco de dama.
las blancas ganan la dama y una
24. T2R
iniciativa duradera.
20. '" RxA Las blancas se apoderan de la
columna abierta. Controlándola,
Las negras tienen que tomar el abren el camino para la torre y le
alfil. dan acceso al campo enemigo.
21. DxP 24. . .. TIT
Más sencillo que 21 . D8C, R3A; Las neglas se proponen desalo -
A J E D R E Z L ó G I C O 87

jar a la dama con 25. AID o' " jugada) ; 28. TxPD t a la descu­
disputar el dominio de la colum­ bierta, RIC; 29. D5D t, RIA; 30.
na del rey mediante 25 . . . , T I R. D7A ff.

27. D5D t

La dama tiene que retirarse,


pero gana tiempo dando jaque.

27. ... R2C


Ó 27 . . . R I A ; 28. D5A t, R2C;
.

29. C5D (amenazando 30. CxA,


RxC; 31. D7R ff), T3R; 30.
TxT, PxT; 31 . D7A t, y después
de que se mueve el rey negro, ¡ las
blancas pueden escoger el alfil!
25. D6D !
28. C5C
Reafirman la posición del peón
de dama y paralizan las fuerzas Prontas para pasar a 6D a fin
en ese flanco. de apoyar a la dama en la amena­
za de mate en 7AR.
25 . . . . P4TD
28. .. . T3R
¿Qué otra cosa les queda? Si 25.
. .T l R ; 26. TxT, RxT; 27.
. De otra manera, el caballo va
DxA gana una pieza, o si 25 . . . , a 6D y aísla a la torre, impidién­
P3C; 26. D5D t captura a la torre dole participar en la defensa.
de dama.
La idea de las negras es conti­
nuar con 26. . . . T3T, desalo­
jando a la dama , poniendo en
juego las piezas del flanco de
dama.
26. C3A !
¡ Excelente! Las blancas traen
otra pieza para unirse al ataque.
Adviértase cómo s e l e c c i o n a e l
maestro la jugada que quiere ha­
cer, ve que no es posible hacerla 29. C6D !
(aquí el caballo queda amena­
zado) ¡ y la hace! ¡El caballo pasa allí, a pesar de
26 . .., T3T todo! Se establece en esta magní­
fica avanzada, donde puede parti­
Las negras no toman el caballo, cipar en una combinación que
porque después de 26. AxC; " . decida las cosas o, sencillamente,
27. T7R t, R I A (ó 27. ' " R I C; puede quedarse allí para asfixiar
28. D5D t y mate en la siguiente a las negras.
88 I R V I N G C H E R N E V

29. . , . TID su posición, con poco peligro de


Naturalmente, 29 . . . TxT es
. que las incomode un contraata­
inconcebible, pues vendría como que, mientras que las neglas lu­
un rayo JO. D7A ff. chan por alcanzar la igualdad. Si
JO. R IA. las negras juegan tímidamente (si
Protege a la torre y declara sus no pueden disputar el centro con
intenciones de ganar con JI. CxA, . . . P4AD en alguna fase del jue­
TxC; J2. DxPD t, seguido por la go), sus piezas del flanco de dama,
toma de una o dos torres. especialmente el alfil, quedarán
JO. ' " A bandonan paralizadas y serán incapaces de
No podía continuar la lucha. ofrecer una resistencia decente. Si
se desarrollan descuidadamente
Partida N(lm. 16 -moviendo la misma pieza varias
GAMBITO ACEPTADO DE veces en la apertura o sacando sus
LA DAMA alfiles antes que los caballo5-, el
BLANCAS NEGRAS castigo no tardará en hacerse
Tarrasch Kurschner

sentIr.
Nuremberg, 1889 Como el propósito del ajedrez
1 . P4D es ganar, y no entretener a la ga­
lería con bonitas figuras en el
Uno de los méritos de iniciar
tablero, no es de extrañar que la
una partida con 1 . P4D es que el
mayor parte de los jugadores pre­
peón que se encuentra en el cen­
fieran el "desabrido y seguro
tro está protegido. Está a salvo
gambito de la dama" a las aven­
del ataque, en tanto que en las
turas románticas, pero arriesgadas
aperturas que se . 1DlClan con 1 .
• • •

de los gambitos del rey.


P4R, e. peón del rey puede ser
Me atrevo a decir (y esta opi­
amenazado inmediatamente con
nión está apoyada por cuarenta
1 . . . . C3AR. Es cierto que las
años de estudio) que las apertu­
blancas pueden proteger entonces
ras de peón de dama han sido
a su peón o adelantarlo una casi­
origen de tantas partidas genui­
lla, saliendo del peligro, pero en·
namente brillantes como cual­
tonces ya no hacen lo que se pro­
quiera de las del lado del rey.
ponían. Ya no juegan la apertu­
La moraleja de todo esto es la
ra que habían escogido. El hecho
siguiente: Hay que jugar las aper­
de que tengan que hacer frente a
turas del peón de dama si se
la amenaza de las negras antes
quiere ganar; si lo que se busca
de hacer otra cosa, disloca su es­
en el ajedrez es divertirse, hay
tilo.
que jugar las aperturas del peón
En las aperturas de peón de
de rey . . . 10 las aperturas del
dama, en que la dama apoya fir­
peón de damal
memente al peón central, las blan­
cas dictan el ritmo. Tienen la ini­ 1. . . . P4D
ciativa y la conservan por mucho Es la mejor fauna que tienen
tiempo contra cualquier defensa las negras de estabilizar la presión
cualquier línea de juego que pue­ en el centro.
dan seleccionar las negras. Desde Cada bando tiene ahora un
el principio mismo, las blancas tie­ peón estacionado fiunemente en
nen la oportunidad de organizar el centro del tablero, ocupando
A J E D R E Z L Ó G I C O 89

una casilla y atacando otras dos; dama debilita esa sección del ta­
cada bando ha liberado dos pie­ blero y pone en peligro al peón
zas· para que entren en acción. del caballo de dama. Otro incon­
veniente de la jugada de las ne­
2. P4AD gras es que viola uno de los pre­
El objetivo de esta jugada es ceptos del desarrollo sólido:
destruir al peón central de las ¡ Hay que sacar los caballos an­
negras. En primer lugar, las blan­ tes que los alfilesl
cas ofrecen un peón para inducir En lugar de la j ugada del texto,
a las negras a entregar el centro. lo mejor que pueden hacer las ne­
Si esto no tiene éxito, las blancas gras es contraatacar, como, por
amenazan con disolverlo mediante ejemplo: J . . . , P4R; 4. AxP (ó
J. PxP, DxP; 4. C3AD, D4TD; 5. 4. PxP, DxD t; 5. RxD, A�R),
P4R, Y las blancas controlan la PxP; 5. PxP, A5C t.
mayor parte del centro. El esfuerzo por aferrarse al
peón adicional podría conducir
2. . . . PxP a las negras a una de las trampas
preparadas para la ambiciosa ju­
La idea de las negras con esta
gada J. . . P4CD; 4. P4TD,
captura es la de evitar posiciones
.

P�AD; 5. PxP, PxP; 6. D�A, Y las


constreñidas que suelen ser su
blancas ganan una pieza.
suerte en la apertura del gambito
rehusado de la dama, pero al ha­ 4. AxP
cerlo han renunciado al peón cen­
tralizado a cambio de uno del La recuperación del peón igua­
flanco. la la fuerza material, pero la po­
La aceptación del gambito es sición de las blancas es ligera-
mente superIor.

perfectamente razonable, pero el


juego resultante requiere gran
4. . . P�R
cuidado de parte de las negras.
.

Ante todo, no deben aferrarse de­ La j ugada de un peón que con­


masiado tiempo al peón edicional. tribuye al desarrollo de una pie­
za, en este caso el alfil del rey, es
J. P3R slempre oportuna.

El desarrollo de uno de los ca­


Una buena j ugada, pero más
ballos antes de eSto es un tanto
consistente es J. C3AR para im­ arriesgado. Por ejemplo: si 4 . . . ,
pedir el empuje de J . . . P4R.
C3AR; 5. D3C amenaza con ganar
.

Las blancas juegan para libe­


un peón mediante 6. DxP ó 6.
rar a su alfil del rey y recuperar
AxP t. O si 4 . . . C3AD; 5. D3C,
el peón de inmediato.
.

C4T; 6. AxP t, R2D; 7. D5D t,


R IA; 8. DxA t, RIC; 9. DxC, y
J. . , A4A
las blancas han ganado dos piezas.
.

Con esto, las negras esperan re­ Aun en esta primera fase, las
solver el problema del alfil ence­ blancas dirigen los acontecimien­
nado, uno de los males inheren­ tos.
tes a esta defensa. ¡ Pero la solu­
5. D3C
ción no es tan sencillal La au­
sencia del alfil en el flanco de ¿Por qué mueven la dama las
90 I R V I N G C H E R N E V

blancas en lugar de sacar sus ca­ natural de desarrollo en la aper­


ballos? tura. Y , lo que es peor aún, obs­
Su propósito es el de castigar a truye al peón del alfil. Si este peón
las negras por su desarrollo defec­ no puede llegar a 4A para dispu­
tuoso. El j uego de las negras no tar el control del centro y abrir
ha seguido el procedimiento nor­ la columna del alfil para las pie­
mal, y la forma de aprovecharse zas negras, hay el riesgo de que
de sus pecados no es la de los mo- las negras queden asfixiadas.
• •

Vlmlentos rutmanos.
• •

La jugada de las blancas, el


desarrollo de una pieza con una
amenaza (6. DxP) tiene en ascuas
a las negras. No les da tiempo de
consolidar su posición con los ha­
bituales métodos aprobados.

5. . . . A5R

Parece atractiva, pues las negras


protegen su peón de caballo de
la dama y al mismo tiempo ame­
nazan con jugar 6. . . . AxP, ga.
nando una torre. 7. C2R
Pero la jugada de las negras es
anormal y una seria infracción al " ¡ Pero los caballos deben estar
principio de la apertura que dice: en 3A !", protestará seguramente
Hay que mover cada pieza sólo el lector. Así es, mas si no pueden
una vez en la apertura; hay que desarrollarse a 3A, hay que sacar­
colocarla inmediatamente en la los como sea. ¡ Hay que moverlos,
• casilla donde puede ejercer ma­ aunque no sea más que para sa­
yor poder y donde tiene la mayor carlos de la primera fila!
libertad de movimiento . Las blancas están prontas a en­
rocarse y poner en juego la torre

6. P�A del rey.


Esta jugada está justificada por 7. . .
.
C�A
más de una razón. No 3ólo refuta
una amenaza de manera económi­ ¡ Por fin, una jugada normal de
ca, sino que obliga a las negras a desarrollo a la que no puede ha­
perder una jugada en la retirada cerse excepción! En casi todas las
de su alfil. Incidentalmente, el variaciones de todas las aperturas,
peón que se encuentra en �A apo­ el caballo del rey cumple su mi­
yará firmemente un avance pos­ sión má� eficazmente en 3AR.
terior del peón del rey.
8. P4R
6. . . . A�A
Con un triple propósito:
Ahora vemos los resultados de Controlar el centro ocupándolo
la inoportuna expedición del alfil. con sus peones.
Se encuentra en 3AD, privando Despejar el camino para como­
al caba!lo de dama de su casilla didad de su alfil de dama.
A J E D R E Z L Ó G I C O 91

Limitar las futuras actividades . Antes de hacer su siguiente


del alfil de dama de las negras. Jugada, las blancas deben deci­
dir si continúan trayendo piezas
8. . . .
A2R al campo de batalla o si intentan
La única casilla abierta para el explotar su actual ventaja de des­
alfil. Si 8. . . . A3D en lugar de arrollo. Por eso se detiene a re­
esta jugada, la respuesta 9. P5R flexionar antes de comprometerse
gana una pieza para las blancas. en un curso definido de acción.
La última fila está despejada y Tienen un peón estacionado en
las negras se encuentran listas para 5D, el cual, a primera vista, cum­
enrocarse . . . , ¡si las blancas las ple una misión excelente. Impide
dejan! que el caballo negro de dama se
desarrolle a 3A, evita que el alfil
9. CD3A pase a 3R y restringe al caballo
Ponen en juego otra pieza ga­ del rey. El peón lo hace sin ayu­
nando un tiempo. La amenaza es da, ¡pero a qué precio I Al estar
10. P5D, PxP; 1 1 . PxP, A2D, 12.
en 5D, ocupa una casilla que de­
DxP, y las blancas ganan una bería estar reservada para sus ·
piezas. Éstas tienen más movili­
pIeza.

dad que los peones y pueden ata­


9. . .. D IA car con más facilidad. Las piezas
pueden usar 5D como trampolín,
Las negras tienen que defender como punto de partida para diri­
al peón del caballo y posponer girse a cualquier parte del tablero.
por algún tiempo su propósito En realidad, el miserable peón
de enrocarse. hace un flaco servicio al obstruir
LO. P5D la diagonal del alfil y la dama
que sirve de apoyo, y quita espa­
A fin de hacer retroceder el al­ cio de una columna que debería
fil a la segunda fila. estar abierta. ¡ Mejor seria que la
casilla 5D estuviera vacante y no
1 0. ... PxP que un peón bloquee en ella el
Este cambio de peones es infe­ tráficol (Y en esta última frase,
rior a la sencilla retirada del al­ como veremos, se encuentra la
fil. La apertura de líneas favorece clave del problema de las blan­
al bando que está mejor desarro­ cas).
llado, y en este caso las blancas
salen beneficiadas.
11. PxP
La recaptura abre la columna
de� r.ey para uso de las piezas
prinCipales de las blancas y obli­
ga al alfil negro a retirarse.
11. . . . A2D
Cualquiera otra cosa sólo sirve
para perder ma terial.
92 I R V I N G C H E R N E V

¿Y qué podemos . decir de las su partida, la majestuosa dama


perspectivas de las negras? está ahogada por las propias pie­
Con la excepción del caballo zas negras.
del rey, sus piezas se hallan con­
finadas a las dos primeras filas. 14. . . . C�A
Su posición es un tanto aglomera­ La idea de las negras es desa­
da, pero, si se le presenta la opor· rrollar una pieza y dar a la dama
tunidad de enrocar y reorganizar y a la torre de dama libertad de
sus fuerzas, será difícil someterlas. movimiento, ¡aunque no sea más
Las blancas no deben darles que a la siguiente casilla! Es difi­
tiempo para que lo hagan. ¡No cil aconsejar una mejor jugada,
deben perder el tiempo ociosa­ pues todas son poco adecuadas en
mente! una posición derrotada. Las ne­
12. P6D ! gras podían haberse aventurado
en una defensa más activa, tal
Este enérgico empuje abre la como 14. A l R, seguido por
. . .

diagonal que lleva al punto dolo­ 15. . . TIA ó 15. " D2D Ó 15.
. '

roso de las negras (el peón del . . . D4A. Deben esforzarse por ha­
alfil de rey), despeja la columna cer retroceder a las piezas agresi­
de la dama para que la explote vas de las blancas o eliminarlas
más tarde una torre y desaloja la por medio de cambios.
estratégica casilla 5D para que la En tales casos, la fórmula es la
SIgUIente:
• •

use una pieza. Al mismo tiempo,


¡el ataque sobre el alfil negro no En una posición aglomerada
le da tiempo de respirar! hay que aliviar la presión obli­
gando a cambiar piezas.
12 . . . , AxP
15. C4R
Mejor que 12. ' " PxP, que en­
cierra al alfil. Las blancas ejercen mayor pre­
sión sobre el caballo clavado. La
lJ. AxP t amenaza (y siempre hay una ame­
naza cuando una pieza clavada su­
¡Esto har.á que el rey salga de fre el ataque más de una vez) es
su escondite! Una vez que el rey 16. CxC, PxC; 17. AxP t, y las
se mueva y pierda el derecho de
.

blancas ganan una torre.


enrocar, estará en terreno inse­
guro hasta el fin de sus días. 15. . . . A2R
13. . . . RID Protegiendo una vez más al ca­
ballo y, al mismo tiempo; librán­
Las negras prefieren esta juga­ dolo de la clavada. Es una defen­
da a 13 . . . ' RIA, que aprisiona sa mejor que 15 . . . A4R, que .

a la torre del rey. contribuye a defender al caballo,


14. A5C pero no elimina la clavada. En
tales situaciones, el defensor adi­
Una clavada que paraliza a la cional mismo puede encontrarse
pieza más .útil de las Al en terreno inseguro. Por ejemplo:
mismo uempo, y esto sirve para si 15. . . A4R; 16. P4A, A5D; 17.
• • •

resumir la condición miserable de CxA (eliminando a uno de los


A] E D R E Z Ló G I e o 9S

protectores del caballo), CDxC; las cuales aumenta la presión so-


18. DSAD, y las negus se encuen- bre la clavada. '
tran en un apneto para una contI-
• •

1 7. . . , C4R
nuación plausible.

16. AxC No sólo para auxiliar al alfil,


sino para jugar J 8. . CxA, eli­ . .

Las blancas hacen bien en eli­ minando a uno de sus atolmen­


minar esta roca de la defensa. tadores.

16. . . , PxA 18. C4A

Las negus toman con el peón, Amenaza la muerte repentina


pues desean conservar sus dos al­ con 19. C6R ff.
files.
18. . . , DIe
Con el rey tan bien protegido
por sus piezas, parece dificil pe­ Situación desgraciada para l�
netrar en la defensa erizada de las dama, pero el rey necesita una ca­
negras. silla donde huir.
¿Qué otra cosa puede hacerse?
Si 18. . . , A l A con el fin de
dejar libre la casilla 2R para el
rey, entonces 19. D6R (amenazan­
do 20. D8R ff)" A2R; 20. DxC !,
PxD Y 21 C6R, y el mate es ine­
.

vitable.
19. D6R
Con la entrada de la dama en
el campo enemigo, el ataque au­
menta de intensidad. Las blancas
proyectan la victoria mediante
17. 0-0-0 ! 20. CxPA (atacando una vez más
al infeliz alfil y amenazando con
M ucho más enérgico que enro­ 21 . TxA t y mate), AxC; 21. DxA
car en el otro lado. El rey blan­ (6A) t, R IA; 22. DxT t y mate
co está un tanto expuesto, pero, en la siguiente jugada.
en compensación, su torre de
19. TIA
dama domina la cotumna abierta
. . ,

de la dama, ejerciendo particular


presión sobre el desdichado alfil,
que ahora se encuentra clavado.
La maniobra de enrocar en el
flanco de la dama gana un tiem­
po para el ataque y el rey blanco
corre poco peligro, pues el des­
arrollo de las negras se ha re­
trasado.

Las blancas amenazan con 1 8.


A6R ó 18. D6R, cualquiera de
94 I R V I N G C H E R N E V

Con la esperanza de ahuyentar defienden . al caballo, atacan a la


al alfil, y el peón del alfil queda­ dama y amagan al alfil.
ría protegido por la torre. La al­
ternativa 19. . . , D IA conduce a
21. CxA
20. DxC y la victoria previa. tsta duele un poco. El caballo
captura una pieza y ataca a otras
20. CxP
tres.
¿No es notable que las amena­
21 . . , CxC
zas se presenten como por arte de
.

. .
magIa contra una pIeza que esta
,

Las negras recapturan y aca-


clavada? ban con una pieza molesta.

20. . . , A3D 22. TRI• R

Estorbando la acción de la to­ La duplicación de piezas pesa­


rre en la columna abierta y ame­ das en la columna abierta del rey,
nazando con ello tomar la dama. con la consecuente amenaza de
Otras defensas no prometen re­ 23. D8R t TxD ; 24. TxT tt, es
sultados favorables: es suficiente para quebrantar el
20 . . .
TxA; 21. TxA t, y mate
.
espíritu de cualquiera.
en dos jugadas.
22. " . A bandonan
20. . . , AxC; 21. DxA(6A) t
R IA; 22. DxC, TxA; 23. D8T t. El peón del alfil no puede mo­
20. . . D IA; 21 .
. DxC, TxA; verse para dar espacio al rey a
22. C6R tt. causa de la respuesta 23. TxA, Y
Con la jugada del texto, las ne­ si 22 . . . . C4A; 23 D7R t, RIA; 24.
gras eliminan la clavada del alfil, DxT t, AxD; 25. T8R tt·
La Apertura del Peón de Dama

En alguna época de su vida, verse, y luego procede a atacarlo


todo jugador de ajedrez hace un con más piezas de las que las ne­
feliz descubrimiento: la apertura gras pueden traer para su defen­
del peón de dama. sa. El peón cae, naturalmente, y
Si no es el arma que lo hace a el continuado control de las blan­
uno invencible, es algo muy pare­ cas de la vital columna del alfil
cido. El peón de dama ofrece a de dama, extendiéndose hasta el
las blancas muchas ventajas, y to­ final, hace que el proceso de la
das ellas pueden resumirse en una victoria parezca fácil.
sola palabra: I presión I En la partida Noteboom-Does­
Las blancas tienen grandes burgh (Núm. 18), el descuido de
oportunidades de controlar y ejer­ la maniobra liberadora . . . P4AD
cer presión sobre la columna del petmite a las blancas restringir e
alfil de dama y, en particular, so­ impedir para siempre el avance
bre la casilla 5AD. Tan poderosa del peón del alfil. Más tarde, el
puede ser que, por sí sola, provo­ peón queda inmovilizado, de ma­
que el colapso del juego de las nera que el flanco de dama de las
negras. negras se halla sujeto en un puño
Contra sus horrendos efectos de hierro. La debilidad del flan­
sólo hay un antídoto: el avance co de dama lleva al colapso del
de . . . P4AD, que las negzas deben flanco del rey.
hacer tarde o temprano. Sin él, Dificultades semejantes aque­
pueden quedar asfixiadas hasta jan a las . negras en la partida
morir; con él, alivian su posición Grunfeld-Schenkein (Núm, 19),
en el flanco de la dama, estable­ en que el retardo en disputar el
cen un estado de tensión en el centro conduce a que el peón ne­
centro y pueden luchar por la po­ gro del alfil de dama quede en­
sesión de la columna del alfil de cenado, y con él su flanco de
dama. dama, por un peón que no está
La partida Pillsbury-Mason protegido. El súbito cambio del
(N úm. 17) es un ejemplo clásico ataque blanco al flanco del rey
del control de las blancas sobre la hace que las negras no puedan
columna del alfil de dama, en tan­ reslstlr.
- .

to que las negras no pueden li­ El juego de posición en gran es­


brarse mediante . . . P4AD. Pills­ cala aparece ilustrado en la par- ·
bury fija el peón del alfil de tal tida Rubinstein-Salwe (Núm. 20).
manera que no se atreve a mo- También en ella se ven las conse�
96 I Il V I N G C H E Il N E V

cuencias de la omisión de las ne­ séptima fila y el establecimiento


gras para hacer la jugada clave en de un caballo avanzado en 5R.
la defensa de esta apertura . . . Por fin, las negras doblan sus to­
P4AD. El control blanco de la co­ rres en la columna y maniobra
lumna del alfil y de la casilla 5AD con su rey entre los peones ene­
les petmite presentar una notable migos. Esto lleva a que ganen un
maniobra estratégica. Bloquean peón, y el resto es una deliciosa
5AD con un alfil (deteniendo en lección sobre el arte de simplificar.
seco al peón negro del alfil de
dama) y luego desplazan los blo­
queos, de manera que esta casilla Partida N"lm. 17
se encuentra ocupada sucesiva­
.. mente por un alfil, un caballo, GAMBITO REHUSADO DE
una torre y la dama. Rubinstein LA DAMA
captura por fin al peón del alfil
que estaba destinado a la perdi­ BLANCAS NEGllAS
ción e inicia su último movi­ Pillsbury Mason
miento, que es una marcha triun­
fal de su peón pasado. Hastings, 1895
En la partida Chernev-Hahl­
bohm (Núm. 21), las negras con­ 1 . P4D
siguen hacer la importante juga­

Las blancas comienzan con


da de empuje . . . P4AD, pero su una de las primeras j ugadas más
centro, con un caballo sin protec­ fuertes que se conocen:
ción en 4D, carece de solidez. El peón de dama ocupa una ca­
Chernev gana tiempo para su ata­
silla importante en el centro y
que con amenazas sobre las piezas
ataca dos puntos valiosos: 5R y
expuestas de las negras, y esta
5AD. El control de estas casillas
ganancia de tiempo es 10 que da
impide que el . adversario las use
interés a la partida.
para sus pIezas.

La p a r t i d a Pillsbury-Marco La dama y el alfil de dama pue­


(Núm. 22) es el ideal del gambito den abandonar la última fila.
de dama. En ella vemos la demos­ El rey se encuentra a salvo de
tración clásica de 10 que llegó a los ataques por sorpresa que sue­
ser conocido como ataque de Pills­ len ocurrir en las aperturas del
bury. Es un hetmoso ejemplo del peón de rey. tstos se presentan
'poder de un caballo colocado en cuando las negras desarrollan su
5R y del ímpetu que da un ataque alfil de rey en 4AD y lo sacrifican
arrollador en el flanco del rey. a cambio del peón blanco del al­
En la partida entre Vliet y fil de rey para obligar al rey a
Znosko-Borovsky (Núm. 2!J) son salir a campo abierto y someterlo
las negras las que se apoderan del al asalto de otras piezas.
control de la columna del alfil
de dama mediante un contraata­ 1. . . . P4D
que en la segunda jugada con 2.
. . . P4AD. Con ello se obtienen Las negras igualan la pres�ón
más ventajas, culminando en la en el centro, evitan que las bl�n­
invasión de la tone de dama en la cas continúen con 2. P4R Y 'tam-
A J E D R E Z L Ó G I e o 97

bién liberan a dos de sus piezas central apoyándolo con otro peón.
para que entren en acción. No les preocupa la captura con
2. . . . PxP, pues eso SIgnifica la
2. P4AD entrega del centro para ganar un
¡Es ésta una amenaza y una peón que no pueden conservar.
oferta I La amenaza, de naturaleza Las blancas, en respuesta a esto,
posicional, es J. PxP, en que des­ jugarían J. C3AR (para evitar J.
pués de la recaptura con J . . . . . P4R), seguido por 4. P3R, Y
.

DxP; 4. C3AD ahuyenta a la dama luego recuperarían el peón me·


y deja a las blancas dominando el diante 5. AxP con una posición
lmpreslonante.
• •

centro.
La oferta de un peón tiene el La defensa del peón de dama
propósito de eliminar el peón ne­ con 2 . . . C3AR es débil. 1.as blan­
.

gro de dama de su magnifica posi­ cas podrían jugar como respuesta


ción en el centro. Esta oferta, a di­ J. PxP, y lIl.s negras tendrían que
ferencia de la del gambito del rey, recapturar con una pie%4. Si J .. . .

no entraña ningún riesgo. Las DxP; 4. C3AD aleja a la dama del


blancas recuperan fácilmente el centro y cuesta tiempo a las ne­
peón y conservan la posición su­ gras, mientras que J . . CxP per­
. .

perior. Es, en efecto, el cambio mite a las negras apoderarse del


de un peón del flanco por un centro con 4. P4R Y desalojar
peón central de las negras. El ob­ al caballo.
jeto de jugar 2. P4AD tan pron- Después de la jugada del texto,
. to es el de disputar el centro de las negras se proponen refutar J .
inmediato, sin poner en peligro la PxP con J . . . . PxP, conservando
seguridad del rey. el control del centro por el peón
Hay también otro propósito, y que mantienen alli.
éste es de tipo estratégico. Tarde J. C3AD
o temprano sobrevendrá un cam­
bio de peones que se traducirá en Jugada recomendable de de�
la apertura de la columna del arrollo, pues coloca una pieza me­
alfil de dama. El dominio en esta nor en su casilla más adecuada sin
columna es de importancia pri­ pérdida de tiempo. El caballo ata­
mordial en e-l gambito de la dama. ca la casilla 4R Y agrega su pre­
Generalmente, las blancas inten­ sión a la del peón de alfil en el
tan apoderarse de ella colocando ataque sobre 5D.
su dama en 2AD y su tone de
J. . . ' C3AR
dama en IAD.
El control de esta columna y de Este caballo cumple su misión
la casilla 5A de la misma equiva­

en la primera fase del juego con


le al control del juego. La casilla tan sólo salir de la primera fila.
SAD es de tan peculiar significa­ Naturalmente, se desarrolla hacia
ción, que casi basta
.
colocar fir-
'
el centro, donde contrarresta la
memente una pIeza en ella para influencia del caballo blanco so­
paralizar el juego de las negras. .bre las dos importantes casillas.
2. . . . P3R 4. A5C
Las negras defienden el peón Jugada muy eficaz, pues com-
98 I R V I N G C H E R N E V

bina el rápido desarrollo de una dama. la misión del caballo del


pieza con una amenaza. Esta úl­ rey consiste en controlar y algu�
tima consiste en 5. PxP. PxP; 6. nas veces ocupar el puesto de
AxC. PxA (ó 6. . . . DxA; 7. CxP. avanzada 5R. Efectivamente. el
y las blancas ganan un peón) y la atrincheramiento del caballo en
posición de peones negros en el esta casilla y el apoyo sólido del
flanco del rey queda desorgani­ mismo con el peón de dama y el
zada. peón de alfil del rey es el motivo
Antes de que se jugara esta par­ de lo que más tarde se llegó a co­
tida. varios jugadores la habían nocer como ataque de Pillsbury.
probado esporádicamente. pero asalto tremendamente eficaz so­
Pillsbury fue el primero en apre­ bre el flanco del rey.
ciar sus enormes posibilidades pa­ 5. . . . P3CD
ra la victoria. Imaginó la jugada
A primera vista parece ser una
del alfil (casi todos los maestros
forma sencilla y natural de des­
ponían en juego el alfil en 4A)
arrollar el alfil de dama. pues se
como una especie de Ruy López
encuentra encerrado en el otro
en el otro lado del tablero. Con
lado por el peón del rey. Se nece­
esta secuencia particular de juga­
sitaron muchos años y muchas de­
das. que perfeccionó ypopulari­
. rrotas de las piezas negras para
zó. alcanzó algunas VIctonas no­
descubrir que el flanqueo del al­
tables. especialmente en su pre­
fil no era una solución fácil al
sentación en el torneo de Hast­
problema del desarrollo del alfil.
ings. en 1895.
Después de numerosas pruebas
En esta partida lo vemos apli­
prácticas. se encontró un método
cando la gran potencia del gam­
que consistía en jugar . , . PDxP
bito de dama para aplastar a un
en una fase temprana. seguido por
adversario que no está familiari­
un ataque sobre el peón blanco
zado con los detalles finos y que
de la dama con ' " P4AD o . . .
presenta una defensa poco eficaz.
P4R. La primera de estas jugadas
Derrota a Mason "como a un
( . . . P4AD) tiene la intención de
niño". según solía decir Marshall.
disputar el control del centro.
4. .. . A2R abrir la columna del afil de dama
Si no se obtuviera otra cosa. el para que la usen l�s pieza� neIVas
.
desarrollo del alfil a cualquier y. en general. ahvIar su situaCión
punto contribuye al progreso de constreñida. El ataque con . . .
las negras. pues la primera fila P4R tiene el objetivo de arrebatar
queda despejada para el enroque el control de 4R al peón blanco
en el lado del rey. En 2R. el alfil de dama y abrir también una dia­
se encuentra felizmente colocado gonal para el alfil negro de dama.
para la defensa. y. si es necesario. En resumen. las negras lucha� por
puede ser transferido rápidamente el centro antes de que pienscffi en
a una posición más agresiva. Inci­ desarrollar el afi!. ."�

dentalmente. se elimina la clava­ Es casi de vital importancia que


da del caballo y la amenaza de las las negras jueguen . . . P4AD tarde '
blancas se nulifica. o temprano. Esta jugada ataca al
5. C3A peón blanco de dama. establece
En las aperturas del peón de tensión en el centro, abre la co-
A J E D R E Z L ó G I C O 99
lumna del afil de dama para su
dama .y su torre de dama y alivia
la posición aglomerada en el flan­
co de dama. Si no se hace esta
jugada, las blancas pueden apode­
rarse del control de la columna
del afil de dama y de la casilla
5AD (contando desde su lado del
tablero). Si las blancas pudieran
colocar una pieza en esa casilla,
ejercería una terrible presión so­
bre toda la posición de las negras,
reduciendo la resistencia tan efi­
CD2D !
cazmente que la tarea de ganar
se vuelve ridículamente fácil. Esta disposición del caballo es
características de las aperturas del
6. P1lR
peón de dama. El caballo no debe
Las blancas fortalecen el cen­ ir a 1lAD, bloqueando al peón del
tro y abren un camino para su alfil. El peón debe tener libertad
alfil del rey. de adelantar y disputar el centro.
6. . �. A2C En 2D, el caballo se encuentra
Las negras completan el flan­ colocado en posición ideal: apo­
queo de su alfil de dama. ya un avance con . . , P4A o . . .

P4R atacando el centro, participa


7. T IA en la lucha por la posesión de
La torre se apresura hacia la estas casillas y coopera con el ca­
importante columna del alfil de ballo del rey.
dama, que ahora está sólo parcial­
9. O-O
mente abierta, pero un cambio de
peones despejará la columna y au­ El rey desaparece de la escena
mentará el poder de la torre en al mismo tiempo que la torre
toda la longitud de dicha co­ puede salir a cumplir su deber.
lumna.
9. . . . o-o
7. . . .
PxP
La ventaja de enrocar consiste
Generalmente las negras espe­
en que el tey se encuentra más
ran que las blancas muevan su
seguro en el rincón, protegido por
alfil del rey antes de hacer esta
los tres peones que se hallan fren­
captura, pues entonces el alfil
te a él y por el valeroso caballo;
pierde una jugada para recaptu­
más seguro, decimos, que en el
raro Aparentemente, las negras
centro del tablero, y la torre, por
tienen prisa en dar ·mayor alcance
otra parte, es llevada hacia las
a su alfil de dama en la gran dia­
columnas centrales de la manera
gonal central.
más cómoda posible.
8. AxP
10. D2R
Las blancas recuperan el peón
y ponen otra pieza en el campo Las dos casillas más eficaces que
de batalla. la dama blanca puede ocupar en
, ,

100 I R V I N G C H E R N E V

esta apertura son 2R y 2AD. En atacar el centro inmediatamente


2AD, la dama complementa la con 11. . . . P4AD. Por último, po­
acción de la tone explotando la drían llevar el caballo de dama a
columna del alfil de dama, mien­ SAR con un juego respetable.
tras que en otra dirección protege La jugada del texto tiene el mé­
la casilla estratégica 4R impidien­ rito de restringir el mímero de po­
do la invasión del caballo negro sibilidades de respuesta de las ne­
del rey. En 2R, la dama impide gras.
que las negras desorganicen la po­ 11 . . , . DxA
sición de peones en el flanco del
Es preferible a capturar con 11.
rey mediante 10. . . . AxC, apoya
, . , CxA, pues las negras ponen
el avance del peón del rey que
en juego su dama y unen sus to-
monopolizaría el centro y abre rres.
el camino para que la torre del •

Naturalmente, no pueden jugar


rey alcance la casilla ID.
11 . . , CxC; 12. AxD, CxD t; 13.
El desarrollo de la dama a 2R
.

AxC, TRxA; 14. TxP (triunfo de


ofrece otra ventaja: ataca el flanco
la torre en la columna abierta),
' de la dama. Jugando 1 1 . A6TD,
pues pierden un peón y la par­
las blancas pueden forzar el cam­
tida.
bio de alfiles y ejercer entonces
presión sobre las casillas blancas 12. CXC
de las negras, debilitadas por la Esta vez el cambio conviene a
desaparición del alfil que controla las blancas, que ahora pueden
dichas casillas. dictar el curso de los aconteci-

mIentas.
10. . . . C4D
12. . . PxC '
El propósito de las negras en
,

esta jugada es aliviar su posición Las negras tienen que recupe­


constreñida provocando uno o rar de esta manera, pues 12 . , . .

dos cambios. AxC; 13. AxA PxA ; 14. TxP,

cuesta un peón.
11. AxA Al obligar a las negras a tomar
Las blancas aceptan simplificar con el peón, las blancas han in­
deshaciéndose de algunas piezas, ducido el cierre de la gran diago­
pues de esa manera pueden vol­ nal, de manera que el alfil negro
ver a su tema de ejercer dolorosa se encuentra ahora teniblemente
presión sobre la columna del alfil limitado en su alcance.
de dama.
La alternativa, retirada me­
diante 1 1 . A4A, ofrece a las ne­
gras muy buenas continuaciones:
Pueden jugar 11. . . . CxA (que-
'. dándose por su parte con dos al­
files), y después de 12. PXC, jugar
12. ' " CSA, seguido por 13 . . ..

C4D, manteniendo pelmanente­


mente una pieza en una casilla en
que ningún peón enemigo puede
desalojarla. O las negras podrían
A J E D R E Z LÓGICO 101
H. A5C ! el caballo al ataque y quizá ocu­
¡ Súbitol La columna queda re­ par 5R. Ordinariamente, es éste
pentinamente despejada, y la ac­ un procedimiento recomendable,
ción se inicia allí con el ataque pero toda estrategia debe estar
de la torre sobre el peón del al­ condicionada por las circunstan­
fil. cias, por la posición que se tiene
H. . . . DSD en el tablero. Todas las jugadas
deben hacerse tomando en consi­
Protege al peón y prepara 14.
deración las amenazas del adver­
. . . PSAD para desalojar al alfil
sario, y no ciertos juicios arbitra­
blanco.
rios que declaran que algunas ju­
Ya es demasiado tarde para ade­
gadas son "buenas" y otras "ma­
lantar el peón a 4A, porque des­
las". Todas las jugadas deberán
pués de 13 . . . . P4AD (aparente­
medirse por su valor en la posi­
mente una j ugada sin peligro, ya
ción particular que se esté ju­
que el peón está defendido tres
gando.
veces y sólo lo atacan dos); 14.
Las blancas han revelado sus
AxC, DxA (adviértase que las
intenciones de acumular cuanta
blancas eliminan a dos de los de­
presión sea posible sobre la co­
fensores con un solo golpe); 15.
lumna del alfil de dama y sobre
PxP, PxP; 1 6. TxP, y las blancas
el peón del alfil de dama. Las ne­
ganan un peón.
gras deben hacer frente a esa ame­
14. T2A naza llevando todos sus recursos
Las blancas hacen espacio para a la defensa de la columna. o ins­
la torre del rey en I AD a fin de tituir un ataque lo bastante vigo- .
aumentar la presión. roso para distraer las fuerzas blan­
El recurso de doblar las torr� cas del asalto que preparan.
en una columna abierta aummta Las negras tienen que hacer al­
su fuerza más de dos veces en esa go para resolver sus dificultades
columna. inmediatas, y deben hacerlo rápi­
14. . . . PSAD damente antes de que el adver­
sario se apodere con fuerza mor­
Las negras intentan desalojar
tal de la columna abierta.
al molesto alfil.
Con su última jugada, las ne­
15. ASD gras pierden una oportunidad de
Es mucho más fuerte que 15. oro: su última oportunidad de
A4T, en que las negras se enfren­ jugar 15. . . P4AD, establecer el
,

tan a un contrajuego incómodo estado de tensión en el centro y


con 15 . . . . P4CD; 1 6. ASe, P4TD dar a sus piezas más espacio para
(amenazando con ganar el alfil moverse.

con 17 . . . P5T); 1 7. PSTD, ese,


.
1 6. TRIAD
y el caballo se establece filme­ Esta jugada fija al peón negro
mente en 5AD. del alfil impidiéndole que se mue­
1 5. . . , eSA va. Si 16
. . P4A; 17. PxP, PxP;
. .

Ignorando como un bendito el 18. TxP, y las blancas ganan un


inminente peligro, las negras con­ peón.
tinúan adelante con su empeño, 1 6. . . TDIAD.

que en este caso consiste en llevar Apresurándose a acudir en de-

,
102 I R. V I N G C H E R. N E V
.
"

fensa del peón y renovando ahora salvan al peón de la torre, evitan


que las negras comprenden su pe­ que la dama llegue a 7C y se pre·
ligro) la posibilidad de empujar
. paran para doblar las torres y
el peón_ brindar otro defensor al desdi­
17_ A6T ! chado pq).n.
¡ Estupenda estrategial Las blan­ 19. C5R
cas desean eliminar al alfil negro, La estrategia de las blancas es
pues las piezas menores son exce­ muy sencilla: acumulan más pre­
lentes defensoras de los peones sión sobre el peón del alfil. Ahora
atacados por las piezas pesadas. está atacado por tres piezas y de­
Las torres blancas no podrían fendido por dos.
amenazar seriamente al peón del 19. . . , P4A
alfil mientras el alfil lo proteja.
17. . . , AxA
La proyectada 19. . TRIAD
. .

permite que las blancas ganen


¿Hay alguna otra cosa que pu­ limpiamente con 20. CxPAD,
dieran haber hecho las negras? Si TxC; 21 . DxT tI, TxD; 22.
17. . . T2A, las blancas ganan
. TxT t, DIA; 23. TxD t, RxT;
con 18. AxA, TxA; 19. TxP, o si 24. T7A, P4TD; 25. T7C, y el res­
17. . . D2A; 18. P4CD restringe
. to es juego de niños.
aún más al peón, después de lo 20. TxP
cual las blancas intensifican la
.. presión mediante 19. C5R, sim­ A partir de ahora, las blancas,
plifican cambiando alfiles y lue­ sencillamente, eliminan todo lo
go toman el peón. que no esté firmemente clavado
18. DxA en su puesto.
20 . . ,
.
TxT
A las negras no les entusiasma
el cambio de piezas por tener un
peón de desventaja, pero, ¿qué
pueden hacer? Si disputan la co­
lumna del alfil con 20. . , TRIA,
.

entonces 21. DxT t gana, como


en la nota anterior, mientras que
si 20. , . . T2R (la única casilla
de huida para la torre); 21. T6A,
D ID (ó 21 . " .D5C, 22. C�D,
D7D; 23. T(6A)2A, D4T; 24.
La dama se acerca más, ama­ DxD, PxD, y el cambio obligado
gando no sólo al peón de la to­ de damas deja en ruinas la posi­
rre, sino también al peón del al­ ción de las negras); 22. P�TD, Y
fil mediante la amenaza 19. D7C, la amenaza de las blancas de ga­
T2A; 20. TxP, TxD; 21 . TxD, y nar la dama con 23. T8A, D�D;
las blancas ganan. 24. T(IA)6A es difícil de refutar,
18. . . .
. T2A . 21 . TxT
Parece buena, pues las negras La torre recaptura, desdeñando

A J E D R E Z L Ó G I C O 103
a] peón clavado que no puede. eli­
minarla, y conserva el control de
la valiosa columna abierta.
21 . . . . C2D

Parece atractiva, pues el caba­


llo ataca dos piezas. Si las blancas
replican 22. CxC, entonces 22 . . . .

DxC conduce a un fina] de dama


y torre que no es fácil de ganar.

Las blancas tendrían que avanzar


finalmente su mayoría de peones
en el flanco del rey y exponer su
24. C6A !
rey a un posible jaque perpetuo
y a un empate. ¡Jugada de maestrol El lector o
Si ]a to�re se retira, las negras yo tomaríamos el peón de dama
continúan 22. CxC; 23. PxC,
' "
para tener dos peones de ventaja.
DxPR, otra vez con posibilidades Esto podría dar la victoria, pero,
de empate. ¿para qué complicar las cosair
22. T6A ¿Para qué dejar que las negras se
apoderen de ]a columna del alfil
Rehusando l i m p i a m e n te las con 24 . . . T ] A Y comiencen un
.

ofertas de cambio de caballos, la contraa taque?


torre gana tiempo atacando a la Adviértase que Pillsbury con­
dama. serva su ataque sobre el peón de
dama según ]a jugada del texto,
22 . . , DIC
le agrega una amenaza contra el
.

Las negras se ven obligadas a peón de la torre e impide que las


hacer esta "combinación", pues la negras jueguen 24. . . . T IA, en
retirada con 22 , D2R es de­ . . . que el jaque del caballo en 7R lo
sastrosa después de 23. T7A (cla­ aniquilaría.
vando al caballo), T l D ; 24. D5C No son los sacrificios de la da­
(¡ ataque triplel), y las blancas ga- ma, sino jugadas semejantes a
nan una pIeza. ésta, en el curso de una posición

aparentemente sencilla, lo que


23. TxD
distingue al maestro.
¡ Simplificarl He aquí la pala­ P3C
24. . .
bra mágica que debe recordarse
.

en los finales donde uno de los Tarde o temprano el rey ne­


bandos tiene ventaja de material. cesitará aire para respirar. El rey
Con un peón de ventaja, hay ansía también ayudar en el final
que reducir el material lY ;'las po- . moviéndose hacia el centro por
sibilidades del adversario) canJ- '" conducto de 2C.
biando pieUlS, si esto no debilita
la propia posición. -, 25. CxP

23 . . , Cae otro peón, al mismo tiem­


.
CxD
po que otros dos quedan amena­
Obligada, naturalmente. zados por la tone.
104 I R V I N G C H E R N E V

25. . . . TIT 28. . . , C2A


Incapaz de llegar a IAD. la to­ Protege a su peón de dama. pero
ne hace esfuerzos frenéticos por a costa de bloquear a la tone. Ha­
entrar a la lucha. bía poco donde escoger, pues las
26. C6A blancas amenazaban 29. C7R (ata­
El caballo se retira. en posición cando a la torre y a un par de
�odavía para castigar la jugada 26. peones). T8A t; JO. R2C. T8CD;
. . TIAD con 27. C7R t, ganan·
. JI . TlC'PC, Y los dos peones pasa­
do la tone. dos y conectados entre sí aseguran
26. . . ' R2C la fácil victoria de las blancas.
Las negras mueven al rey para 29. C7R
ponerlo fuera del alcance del ja­ Ahuyentando una vez más a la
que del caballo y para acercarlo torre de la columna. A la amena­
al centro. za sobre la tone. las blancas agre­
27. P3TD gan un ataque sobre el peón del
No hay prisa en tomar el peón caballo de dama y un ataque do­
de dama. Las blancas protegen a ble sobre el peón de dama.
su peón de tone contra cualquier 29. . ., TICD
ataque descubierto de la torre que Las negras deben aferrarse a su
se oculta en l T, y también impi­ peón de caballo todo el tiempo
den que el caballo neglo surja que sea posible. pues con su pér­
más tarde en se. dida los peones blancos en el
Las blancas rehuyen esta posi­ flanco de dama quedan en liber­
bilidad: 27. TxPD. TIAD; 28. tad para coronar.
T6D (el caballo no puede moverse
a causa de la amenaza de mate).
C5C. y las negras ganan el inde­
fenso caballo.
27. . ,
. T IAD
Poniendo por fin la tone en la
ambicionada columna. Pero. ¿pue­
den usarla las negras?
28. P4CR
También el rey blanco necesita
una casilla para escapar. I.as ne­
gras amenazaban con ganar una JO. T7D !
pieza mediante 28. ' "CIC. ata­
cando dos veces al caballo que no ¡No hay que aflojar la presión!
podía huir. Pillsbury prefiere esto en lugar
La desorganización de la posi­ del final de torre que resulta de
ción de peones en torno al rey en­ JO. CxPD, CXC; JI TxC. aunque
rocado no tiene importancia en también así ganaría.
el final. Es en la apertura y el JO. ' " C3R
medio del juego que estas juga­ El caballo debe moverse. pues
das ponen en peligro al rey, pues el esfuerzo para protegerlo con
entonces puede ser asaltado por JO. . . T2C fracasa después de
,

todas las piezas del tablero. 31. CxPD. ganando una pieza.
A J E D R E Z LóGICO 105
31. CxPD 34. P4TD !
El peón cae por fin, dandp a
las blancas un peón pasado en la Las blancas continúan apacible­
columna de la dama y una tone mente su empeño adelantando el
en la séptima fila (a más de los peón pasado y obteniendo una
peones capturados). dama.
Era tentador ahuyentar al caba­
31 .., TIAD
llo con 34. P4A, pero esta jugada,
.

Para no ser aplastadas gradual­ aunque usted no lo crea, permite


mente hasta morir, las negras en­ que las negras empaten la partida.
tregan otro peón a fin de tener Después de 34. P4A, C6A t; 35.
algún contrajuego en la columna R I A (de ninguna manera 35.
abierta. Si su torre puede colo­ RI T, TxP ff), T7D ! ; 36. C4A,
carse tras los peones blancos, qui­ CxP t; 37. RIC, C6A t; 38. RIA,
zá capture algunos de ellos. C7T t; 39. R I R, C6A t, y las ne­
gras empatan por jaque perpetuo.
32. CxP
34 . . . , C5 R
Las blancas pueden jugar so­
bre seguro y conservar la torre en Las negras intentan otro medio
el campo jugando 32. C3A, pero de entrada.
la captura del peón del caballo
las deja con tres peones pasados: 35. P5T
¡oferta difícil de resistir I
Nuevamente Pillsbury resiste el
32. . ,. T7A impulso de atacar al caballo. Si
35. P3A, C4C renueva la amenaza
La ocupación de la séptima fi­ de 36. . . . CxP t y empate por
la es la consecuencia lógica de jaque perpetuo.
que la torre juegue en una co­
lumna abierta. Esto podría signi­ 35 . . . , CxP
ficar algunas dificultades para las
blancas, si no fuera porque tienen ¿Pueden las negras conjurar un
poderosos antídotos en todos los ataque que amenace mate?
peones que se encuentran prontos 36. P6T
a recorrer el tablero y convertirse
en damas. Las blancas no prestan aten­
ción a los gestos del adversario, y
33. P4C es ésta la mejor manera de demos­
trar su inutilidad.
El peón evade ágilmente el ata­ El peón pasado tiene que cu­
que de la tone. brir solamente dos casillas más y
no puede ser detenido en su mar­
33 . , C4C
cha.
. .

Los peones blancos no tienen


36. . . ' A bandonan
gran impedimento para avanzar,
pero quizá el abandonado caballo Las negras se convencen de que
de las blancas pueda resentir al­ sería demasiado esperar que lle­
gún ataque del caballo y la torre. gara este golpe de buena suerte:
1 06 I R V I N G C H E R N E V

J6. C6T t; J7. R IT, C4C; JB.


' " rar el peón sin
. grandes dificulta-
P7T, C6A; J9. P8T(D), TxP ja­ des.
que mate. Oculta en la proposició1'\ de las
blancas se encuentra la amenaza
de destruir el centro de peones
Partida Núm. 1 8
negros mediante 3. PxP, DxP; 4.
C3AD (ganando un tiempo, ya
GAMBITO REHUSADO D E
que las blancas desarrollan una
LA DAMA
pieza mientras las negras deben
BLANCAS NEGRAS
mover otra vez la misma), D4TD;
Noteboom Doesburgh
5. P4R, Y la centralización de las
Holland, 1931 blancas es imponente.

l. P4D 2. P3R

.. .o •

En la apertura es ventajoso ocu­ Las negras defienden el centro


par el centro con un peón y des­ apoyando al peón de dama con
arrollar las pIezas con el propó­ otro peón. Si las blancas juegan
sito de controlar el centro. J. PXP, pueden recapturar con
Las blancas comIenzan por co­ un peón y mantener un peón en
locar un peón donde toma com­ el centro.
pleta posesión de una Importante Las negras no capturan el peón
casilla y ataca otras dos. El con­ del alfil, pues ello significa entre­
trol de estas dos casillas, 5R y gar al centro y su dominio sobre
5AD, hace imposible que las ne­ 5R.
gras coloquen piezas en ellas. Las El hecho de que el alfil de dama
blancas pueden esperar usar SR quede encerrado (después de 2.
Y 5AD como avanzadas para sus . : . P3R) Y la consecuente dificul­
piezas, que tendrán el apoyo del tad para desarrollar eficazmente
peón de dama. esa pieza, es una de las razones
El avance del peón de dama sir­ que explican la popularidad del
ve para un propósito adicional gambito de dama . . . para las
abriendo líneas para la dama y el blancas.
alfil de dama de las blancas.
3. C3AD
l. . .' P4D
Una buena jugada, pues el ca­
Es ésta la forma más sencilla ballo ataca dos casillas centrales,
para que las neglas obtengan un 4R y 5D, agregando su influencia
dominio igual del centro y para a la presión del peón sobre esta
impedir que las blancas adquie­ última.
ran más territorio con 2. P4R.
J. . .. C3AR
2. P4AD
El caballo de las negras se des­
Las blancas ofrecen un peón
arrolla hacia el centro, donde es
para alejar del centro al peón
mayor su movilidad y donde pue­
negro de dama. Efectivamente, es
de igualar la presión ejercida por
una oferta para cambiar un peón
el caballo blanco.
del flanco por un peón central,
pues las blancas pueden recupe- 4. A5C
A J E D R E Z L ó G I C O 107

Una clavada que amenaza con Las blancas no podrían caer en


ganar un peón o desorganizar la esta trampa si siguieran el princi­
posición de los peones en el flan­ pio que cubre estos casos:
co de rey de las negras: 5. PXP, No hay que perseguir a los
PxP; 6 AxC, y las negras tendrán peones a costa del proPio des­
que someterse a quedar con un arrollo.
peón doblado mediante 6. . . .
La última jugada de las blancas
PxA o a perder un peón después apoya al peón central y crea una
de 6 .. .DxA; 7. CxP.
.
salida para el alfil del rey.
La amenaza es, en realidad, de 5. . . . P3A
poca importancia. Las blancas no
Las negras fortalecen la base de
clavan el caballo para crear una
su peón de dama y abren una dia­
amenaza que pueda ser refutada
gonal para uso de su dama. Pro·
tan fácilmente. Lo que les inte­
yectan contraatacar comenzando
resa es la colocación más eficaz de
con 6 . . . D4T Y 7 . . . A5C.
sus piezas, y el desarrollo del alfil
. .

en 5C es muy fuerte. No será fá­ 6. P3TD


cil sacudirse la restricción que Esto pone fin a cualquier ma­
imponen sobre el caballo negro niobra semejante, pues el alfil de
y el efecto paralizador que hacen las negras nunca podrá llegar a
sentir en todo el j uego de las neo 5C para clavar al caballo.
graso
6. ... A2R
4. ' CD2D
Las negras desarrollan una pie­
. .

En las aperturas del peón de za, eliminan la clavada del caba­


dama, el caballo negro de la dama llo y despejan la primera fila pa­
cumple mejor su misión en 20, ra el enroque.
no en 3AO. En 20 apoya al caba·
7. D2A
110 del rey y ayuda a preparar el
adelanto del peón del alfil de Desarrollo ideal para la dama
dama a 4A. El caballo de dama no en esta apertura. En 2A, la dama
debe moverse a 3A, donde obs· ejerce presión sobre la columna
truye al peón del alfil. El peón del alfil (lo que se hará patente
del alfil de dama debe estar libre después de cambiar los peones
para avanzar 'Y atacar el centro de centrales) y controla la casilla 4R.
las blancas. Esta última circunstancia es la ra­
Incidentalmente, las negras tien­ zón de que la dama entre en jue­
den una trampa con la j ugada del go en este punto, en lugar de la
texto, cuyo designio es el de hacer esperada movilización de las pie­
caer en ella al j ugador ambicioso. zas del flanco del rey. Es vital prO"
teger la casilla 4R, de manera que
5. P3R
las negras no puedan librarse fá­
¿Por qué no ganar un peón? Es­ cilmente jugando 7. . . . C5R y
to es lo que sucedería: 5. PxP, cambiando algunas piezas.
PxP; 6. CxP, CxC ! (el caballo
7. O-O
rompe la clavada por la fuerza '
. . .

bruta) ; 7. AxD, A5C f; 8. 02D, Las negras llevan su rey a un


AxDf; 9. RxA, RxA, y las ne­ refugio más seguro.
gras han ganado una pieza. No pueden aliviar su posición
108 I R V I N G C H E R N E V

aglomerada con la maniobra de Si las negras quieren atacar en


Lasker 7 . . . . C5R, pues las blan­ el ala, las blancas están prepara­
cas responden con 8. AxA, DxA; gas para hacerles frente con el es­
9. CxC, PxC; 10. DxP y ganan pecífico recomendado: ¡jugar en
un peón. Adviértase que el peón el centrol
blanco en 3TD impide que las La posición de la torre en I D
negras recuperen el peón median­ disuade a las negras de cambiar
te 10. . . . D5C t, de manera que peones centrales, pues al despejar·
la sexta jugada de las blancas no se la columna aumenta la presión
fue una pérdida de tiempo. de la torre.
En lugar del pasivo enroque en 9. ... TIR
el flanco del rey, las negras debie­
Las negras llevan su torre a la
ron haber buscado el contrajuego
columna del rey, pues el centro
con 7. . . . PxP; 8. AxP, P4R !,
suele ser el teatro de la acción.
que disputa el control del centro
y ayuda a despejar la diagonal JO. A3D
para su alfil de dama. Con la entrada de este alfil, el
8. G3A desarrollo de las blancas está casi
completo. Adviértase que no ha­
Lleva el caballo del rey a su me­
cen combinación de naturaleza al­
jor posición y ataca otra vez la ca­
guna, ya para ganar material o
silla 5R, poniendo fin a cualquie­
para iniciar un ataque sobre el
ra irrupción proyectada con . . .
rey hasta que la mayor parte de
P4R.
sus piezas han salido de la pri­
8. ... P3TD mera fila y se encuentran en el
Jugada preparatoria de la ma­ campo de batalla. Sólo después
niobra 9. . . . PXP; 1 0. AxP, de que estas piezas han sido colo­
P4CD; 1 1 . A3D, A2C, seguida por cadas donde resultan más eficaces
la jugada eventual 12 . . P4AD.
. .
-donde controlan el centro, gozan
Esto serviría para desarrollar el de la mayor movilidad y se apo­
alfil de dama, liberar el flanco de deran de una buena parte del te­
la dama e iniciar la acción conUa rritorio importante- buscan las
el centro de peones blancos. blancas una combinación, un gol­
pe que decida la partida rápida­
mente.
10. . .. PxP
Las negras han pospuesto la to­
ma de este peón hasta que el al­
fil blanco del rey hiciera una ju­
gada, de manera que el alfil per­
derá ahora un movimiento al re­
cuperar.
1 1 . AxPA
La recaptura es obligada.
11. . . . P4C
9. TID ! Las negras hacen que el alfil
A J E D R E Z L ó G I C O 109

pierda tiempo al retirarse y des­ cas no pierden tiempo en afenar­


alojan la casilla 2CD para e! des­ se a los dos alfiles, sino <fue jue­
arrollo de su alfil de dama. gan para impedir cualquier con­
trajuego con . . . P4A. Si logran
12. ASD ! impedir que avance el peón del
alfil, el juego de las negras que­
Desde esta casilla, el alfil resul­
dará terriblemente paralizado y
ta estupendamente útil:
quizá nunca resuelvan el proble­
Se extiende en dos direcciones
ma de establecer su alfil de dama
para atacar, ayuda a proteger 4R
en una casilla decente.
contra la invasión, amenaza la po­
El objetivo inmediato de ]J.
sición del flanco de rey de las
AxC es distraer a una de las piezas
neglas e impide que éstas se libe­
negras con las que podría recap­
ren mediante 12 . . . . P4A.
turar, el caballo o el alfil, de su
12. ... PST vigilancia sobre la casilla 4AD de
las negras y del apoyo de un peón
Si 12. . . . P4A; ]J. PXP, AxP que se moviera a esa casilla.
(de ninguda manera ]J . . . . CxP;
u. AxP t y las blancas ganan la ]J. . . . CxA
dama con un ataque descubierto); Es, probablemente, mejor que
u. AxP t y las blancas ganan un tomar con el alfil, pues la dama y
peón, pues el caballo clavado no el alfil de dama de las negras tie­
puede tocar al alfil. nen ahora mayor libertad.
Con la jugada del texto, las ne- •

81as sacan de la línea de fuego al 14. 0-0


peón de la tone (véase la nota
El rey (que debe estar a salvo
anterior). Ahora esperan poder
del peligro a cualquier costa) se
liberar su flanco de dama y esta­
refugia, mientras la torre (que de­
blecer un estado de tensión en el
be participar en la lucha) se acer­
centro mediante ]J . . . . P4A. In­
ca a la escena de la acción.
cidentalmente, les gustaría que el
alfil blanco de · dama revelara sus u. . . .
• • A2C
mtenoones.
Con torre y dama en la misma
columna, sería insensato aventu­
rarse con u. . . . P4A. Las blan­
cas, sencillamente, tomarían el
peón y ca�tigarían la recap tura
15. . . . AxP con 16. A7T t, ga­
nando la dama.
La idea de las negras, además
de desarrollar el alfil de dama, es
la de llevar su torre a lAD y lue­
go empujar hacia adelante al peón
del alfil.

]J. AxC ! 15. C4R !

I Magnifico concepto I Las blan- Las blancas despejan la colum-


1 10 I R V I N G C H E R N E V

na del alfil, de manera que ahora Preparándose una vez más pa­
tienen tres piezas (dama, caballo ra el empuje liberador del peón.
y peón de dama) concentradas
sobre 5AD, con el propósito de
hacer imposible el adelanto del
peón negro del alfil a esa casilla.
Adviértase también que las
blancas han resistido a la tenta­
ción de jugar P4R para llenar el
centro con peones. En lugar de
ello, mantienen libre la casilla 4R
y la usan como trampolín para sus
piezas.

15. . . . CxC
18. TIA !
De otra manera, las blancas po­
La posición demanda que las
drían llevar el caballo a 5AD y
blancas dediquen todos sus es­
ahogar completamente el flanco
fuerzos a sostener el bloqueo del
negro de la dama.
peón negro del elfil de dama. Las
16. AxC blancas deben adquirir el control
indisputado de la casilla 5AD, de
Restringiendo aún a las negras: manera que no pueda avanzar el
no pueden jugar 16. . . . P4AD, peón. No deben descansar ni por
pues desaparecería su alfil de Un momento, pues el dominio de
dama. la casilla clave 5AD les da una
16. . . . P4AR victoria de posición.
18. . . TD I A
Las negras tienen que ahuyen­
.

tar inmediatamente al alfil, aun Las negras persisten en su plan


a costa de debilitar la posición de de adelantar el peón. Si no consi­
peones en su flanco del rey. El re­ guen hacer esta jugada, el alfil
tardo para hacerlo daría tiempo de dama nunca tendrá aire sufi-
Clente para respirar.
• •

a las blancas para j ugar 1 7. C5R


(intensificando la presión sobre 19. P4CD !
el peón del alfil de dama y des­
pejando de paso la casilla 3AR ¡Inmoviliza al peón I Las blan­
para la retirada del alfil), seguida cas han ganado la partida, estra­
por 18. T I A si se hace necesario. tégicamente. Lo que resta es apli­
car los apropiados toques tácti­
17. A!JD cos para obligar al adversario a
que se rinda. I Ha llegado la hora
Tercera visita del alfil . a esta
de que aparezcan las combinacio­
casilla.
nesl
Las blancas no deben apresu­
rarse y jugar 17. AxPAD, pues la 19 . . ' . DID
respuesta 1 7. . . . T IAD clava al
Listas para refutar 20. D3C
alfil.
(amenazando 21. DxP t ó 21.
17. . . . D!JC AxPA) con 20. . . D4D . .

.'-
A J E D R E Z LóGICO III

20. C5R D4D; 22. DxD, PRxD; 23. AxPA,


y las blancas ganan un peón. O si
¡ Golpe contundente! Las blan­
las negras recapturan la dama con
cas atacan al desdichado peón el peón del alfil, entonces 23.
del alfil de dama (que debe pero
AxPC gana para las blancas.
manecer donde se encuentra) por
tercera vez. Contra la resistencia 22. AxPA
pasiva, las blancas proyectan 21 .
La primera muestra de verda·
P4A (para dar apoyo adicional a
dera violencia cuesta un peón.
su caballo y estabilizar el centro),
seguido por 22. A2R Y 23. A3A, 22. . . . D3A
después de lo cual el peón del
alfil debe perecer. Con un ataque sobre el alfil y
un ataque doble sobre el caballo,
20. . . . P4TD las negras esperan recuperar su
Las negras atacan a uno de los peón.
peones que encierran su flanco de
23. A I C
dama.
Contra 20. . . . A3A, las blancas La idea de esta retirada a la
siguen las reglas con 21. P4A, lue­ primera fila es la de apoyar a la
go 22. A2R Y 23. A3A. dama en el ataque por la diago­
nal, ya sea moviendo la dama l
2A o llevando el alfil a 2T, d -
'
trás de la dama.

23. . . , AxC

Las negras . no quisieran pres­


cindir de los servicios de una pie­
za activa, pero tienen que hacerlo
a fin de recuperar el peón per­
dido.
24. PxA
21. D3C ! Obligada.
24. . . DxPR
Renueva la amenaza de 22.
.

DxP t ó 22. AxPA. El material es igual y las ne­


Probablemente las blancas sólo gras parecen haber sobrevivido
echaron un vistazo a 21. PXP, al lo peor.
que las negras pueden responder Es cierto que las blancas pue­
21 . . . , DxPT ó 21 . . AxP ó
. . den ganar un peón con 25. PXP,
21 . . . . P4A, cualquiera de las pero quedarían con peones dobla­
cuales les da demasiada libertad dos, aislados en la columna de to­
. . . ¡desde el punto de vista de rre, y es dudoso que obtuvieran
las blancas! alguna ventaja del peón adicio­
21 . . . , A3D nal. ¡Seguramente sacarán más
provecho por un buen juego de
La defensa en que confiaban las posición que con esta dudosa ge­
negras está descartada: si 21. . . . nerosidad!
1 12 I R V I N G C H E R N E V

25. T5A ! 26. . ., DSD


-

Las blancas desprecian al peón La defensa con 26. . . . DSA su­


prefiriendo ejercer más presión. cumbe a 27. P4R ! (ahora vemos
La torre tiene ahora paralizado al el objeto de 26. D2T: clavar al
flanco negro de la dama. La fuer­ peón negro del caballo e impedir
za de la jugada de las blancas se 27 . . . P4R en este punto), TD ID;
.

manifiesta en el hecho de que no 28. P5R, D5A; 29. D2A (amena­


será posible desalojar nunca a la zando 30. D7T t, RIA; 31. A6C,
torre. T2R; 32. D8T ff), D4C; 30. P4A,
D5C; 31. T3AD, Y la entrada de
25. . . , P5T la talle en 3CR, seguida por 33.
D7T t es concluyente.
Jugada intermedia, cuyo propó­ Adviértase que la jugada 31.
sito es no solamente el de salvar TSAD, aliviando la presión sobre
. al peón, sino también sondear los el flanco de dama, no es una in­
planes de las blancas por la si­ fracción de principio. Un ataque
guiente jugada de su dama. que lleva al mate o a la rendiclón
tiene precedencia sobre las consi­
deraciones de la posición.

27. D2A

¡Ahora, este agrupamiento tie­


ne mayor efectol Las blancas ame­
nazan con 28. D7T t, RIA¡ 29.
A6C, TRID; 30. D8T t, R2R;
:JJ . DxPC ff.

27. . . . T(IA) l D

26. D2T !
Si 27. ' P4R (para defender
"

su casilla SCR con la dama), 28.


¡ Retirada notablel Cualquiera
D7T t, R2A (si 28. . . . R IA; 29.
hubiera esperado 26. D2A, de ma­
¡\6C gana con facilidad); 29. P4A
nera que la dama, apoyada por
(amenaza 30. PxP t a la descu­
el alfil, pudiera penetrar en la
bierta), P5R; 30. A2T t, RSA;
posición del flanco negro del rey.
!JI. D5A t, R2R; 32. D7A t, y las
Pero las negras refutan esta ju­
blancas toman al alfil, para co­
gada con 26. . . . DSA, en que el
menzar.
jaque en 7T es contestado con 27.
. . . R2A, Y las blancas no tienen 28. D7T t
medios de continuar el ataque. O,
si después de 26. D2A, D3A; 27. El control de las casillas blan­
P4R (con la intención de ahuyen­ cas que llevan al rey negro hace
tar a la dama mediante 28. P5R de ésta una invasión decisiva; la
Y luego penetrar en la posición), paralización del flanco negro de
P4R de las negras repele la inva­ la dama y la asfixia de su alfil di­
sión. ficulta la resistencia de las negras.

A J E D R E Z L ó G I C O l IS

28. . . . RIA minio del centro y el control de


Si R2A, las blancas pue-
28. . . . las casillas clave.
den ganar el cambio con un ja­ 1. . . . P4D
que con el alfil o continuar el ata­ Probablemente la mejor res­
que mediante 29. P4A, en que la puesta de las negras. Con ella con­
continuación podría ser 29. . . . trarrestan la presión de las blan­
TITR; JO. D6C t, RIA; JI. P5A, cas sobre el centro.
P4R (ó JI . . . . D2R); J2. P6A, Y
2. P4AD
las blancas ganan.
A6C Esta jugada es un ataque y, al
29.
mismo tiempo, la oferta de . un
Confina aún más al rey, al mis­
peón. Es un ataque porque las
mo tiempo que ataca a la torre.
blancas amenazan con J. PxP,
La amenaza es JO. D8T t, R2R;
DxP; 4. CSAD. D4TD¡ 5. P4R
JI . DxPC tt.
para establecer dos peones unidos
29. . . . A bandonan en el centro. Es una oferta, pqr­
Las neglas no pueden hacer que las negras pueden ganar un
otra cosa que retardar su muerte peón (temporalmente, es cierto)
a costa de perder gran matelial. mediante 2 . . . . PxP.
El juego de las blancas es un Como quiera que se le mire, el
magnífico ejemplo de la estrate­ propósito de las blancas es des­
gia preventiva. Al paralizar el truir el centro de peones negros,
flanco negro de la dama, demues­ bien eliminando de 4D al peón
tran el hecho extraordinario de negro de la dama, bien alejándolo
que la debilidad en una ala puede de allí.
conducir al denumbe total de la 2. .. . PSAD
otra. Una vez que las negras que­
Las negras están ahora listas
dan constreñidas, sus esfuerzos
• • para refutar J. PXP con J. . . .
para presentar reslStenoa parecen
PxP, recapturando con un peón
vanos.
a fin de conservar un peón en el
centro.
Partida Núm. 19
La segunda jugada de las ne­
GAMBITO R�HUSADO DE gras tiene el mérito de que no en­
LA DAMA ciena al alfil de la dama, como
BLANCAS NEGRAS en la alternativa 2. . . PSR. Pero
.

Grunfeld Shenkein en el lado deudor debemos ha­


Viena, 1915 cer notar que si las negras des­
arrollan libremente su alfil, debe­
1. P4D

rán estar preparadas para refutar
Iniciando el juego con esta ju­ incómodos ataques sobre su peón
gada del peón se liberan dos pie­ de dama y su peón de caballo de
zas de un golpe. tsta es la mayor dama, ocasionados por la ausen­
ventaja que pueden obtener las cia del alfil. Otra consideración
blancas en una sola jugada al sa­ más importante aún es que aun­
car sus piezas de la última fila y que el peón del alfil que se en­
llevarlas al campo de batalla. El cuentra en SA sirve de magnifico
peón mismo desempeña un papel apoyo para el peón de dama, no
importante en la lucha por el do- cumple su prindpal misión, que


1 14 I R V I N G C H E R N E V

es la de disputar el control blanco jugada de anterioridad! Ahorra


del centro. Este peón debe estar tiempo descartando cualquier ju­
disponible para avanzar a 4A a gada que su instinto (o, más exac­
fin de atacar al peón blanco de la tamente, su experiencia y su jui­
dama y abrir al mismo tiempo la cio) le advierta que es contraria
columna del alfil con el objeto de a los principios y no puede en
que la usen las piezas pesadas de manera alguna llevar a resultados
las negras. favorables. Al descartar j ugadas
que le parecen impropias, al des­
J. C3AR echar recursos artificiales que no

¿Por qué no juegan las blancas se avienen a su juicio de la situa­


J. P5A Y ahogan completamente ción, juega un ajedrez más enér­
a su adversario en el flanco de la gico y sólido en diez segundos que
dama? He aquí algunas de las el aficionado de tipo medio en las
razones por las que no lo hacen : partidas serias de torneo.
a) Es buena estrategia conser­ J. . . . P3R
var la tensión en el centro: man­
tener fluida la . posición de los Jugada apacible, pero no de es­
peones, no estatlca.
,
pera. Fortalece el centro y libera
b) Al avanzar a 5A, las blancas al alfil del rey.
renuncian a su ataque sobre el Las intenciones de las negras
centro de las negras y a la opción son todavía indefinadas. Podrían
de cambiar peones cuando valga capturar al peón en la siguiente
la pena hacerlo. Dicho cambio po. jugada e intentar retenerlo me­
dría ser el medio para demoler diante . . , P4CD. O podrían bus­
todo el centro de las negras. car la formación de Stonewall ju­
e) La casilla SAD deberá ser gando 4 . . P4AR seguido por 5.
. .

una avanzada para una pieza, no . . . C3AR Y 6. . . CSR..

para un peón. Una pieza colocada 4. P3R


allí tiene un tremendo efecto so­
bre todo el flanco de dama de las Por ello, las blancas juegan so­
negras. bre seguro protegiendo al peón
del alfil. Liberan a un alfil a cos­
d) La colocación de un peón
ta del otro, pero no pueden ha­
en SAD cierra la columna del al­
cerlo todo.
fil y hace imposible su uso para
las operaciones de la dama o de 4 . , . C3A
.

las torres. El caballo toma una buena po­


e) En la apertura deben mover­ sición, extendiendo su poderosa
se las piezas, no los peones. influencia a 4D y SR, dos de las
Todo lo anterior explica por cuatro casillas estratégicas del cen­
qué un maestro del ajedrez en­ tro.
cuentra "instintivamente" las ju­
gadas correctas. No es que pueda 5. A3D
analizar con veinte jugadas de an­ El alfil ocupa una diagonal
ticipación o que se tome la mo­ donde puede actuar con gran efec­
lestia de examinar los efectos de to, mientras que el flanco del rey
todas las jugadas posibles. ¡Algu- queda despejado para el enroque
nas veces Ol siquIera ve con una rápido.
. - .


A J E D R E Z L ó G I C O 1 15

Hablando en términos genera­ segura del tablero, mientras que


les, es conveniente desarrollar pri­ la torre del rey toma una posi-

mero las piezas del flanco del rey, Clon mas activa.
o I ,

de manera que el rey pueda en­ 7. . . . D2A


contrar un refugio cómodo. Casi
todos los jugadores están lo bas­ Otra apacible jugada de des­
tante familiarizados con este pro­ arrollo, que hubiera sido mejor
cedimiento y sus beneficios para sustituir por la agresiva 7. . . .
seguirlo fielmente, al grado de ol­ P4A. Las negras no pueden con­
vidarse de liberar sus piezas del temporizar; deben luchar por ob­
flanco de dama. tener la igualdad de derechos. ¡ El
ajedrez no es juego para cobardes!
5. . . . CD2D
Excelente, ya que el caballo
apoya un posible empuje en el
centro de las blancas con . . . P4A
o . . . P4R. También es útil es­
tar en contacto con el otro caba­
llo, pues puede sustituir al caba­
llo del rey en 3A si se hace nece-
sano.

6. CD2D
El principal objetivo de esta
jugada es apoyar un avance del
peón del rey como en el sistema 8. P4R !
de Colle. Un segundo propósito Esto se parece al recurso de
del desarrollo del caballo en 2D Colle para romper la posición en
en lugar de 3A es el de recaptu­ el centro y abrir líneas de ataque
rar con el caballo si las negras para sus piezas agazapadas en el
juegan 6. . . . PxP, y luego plan­ fondo.
tar uno de sus caballos en 5R,
apoyado enérgicamente por el 8. � . . PxPR
otro. Las negras no pueden pelmitir
6. . . . A2R que el peón vaya a 5R. Allí des­
alojaría al caballo del rey y lo
Buena jugada defensiva, ¡qui­ eliminaría de la acción.
zá demasiado! El alfil está bien
colocado en 2R, y se progresa ha­ 9. CxP
cia el enroque, pero no se hace in­ Más enérgica que recapturar
tento alguno para impedir que con el alfil. El caballo abandona
las blancas se extiendan y adquie­ el camino del alfil de dama y da
ran mayor territorio. Las negras el quién vive al caballo enemigo.
deben buscar . . . P4A o tendrán
que retroceder lentamente y que­ 9. . . . CxC
dar confinadas a una pequeña Las negras tienen que cambiar
área aglomerada. para aliviar su posición constre:­
7. o-o ñida.
El rey escapa a una parte más JO. AxC
1 16 I R V I N G C H E R N E V

El cambio de piezas conviene trando la solución de sus proble­


también a las blancas. Cuando mas. Se hallan ahora dispuestas a
más material desaparezca del ta­ jugar 13 . . . . P4A en la siguien­
blero, mayor espacio habrá para te jugada, a actuar en la gran
la actividad de sus piezas, especial­ diagonal con su alfil de la dama
mente los alfiles de largo alcance. y establecer un estado adecuado
10. . . . CSA de tensión en el centro. ¿Tendrán
tiempo para ello, o han perdido
El ataque sobre el alfil gana un el momento oportuno de jugar
tiempo para las negras y, por otra . . . P4A?
parte, da un poco más de espacio
a sus piezas del flanco de dama. 13. C5R !
11. A2A ¡ Magnífica avanzada para el ca­
ballol Desde este puesto central,
El alfil se retira, pero a un el caballo irradia su poder en
magnífico punto ventajoso. Está ocho direcciones, acentuando la
preparado para un ataque en el dificultad que tienen las negras
flanco del rey, pero puede pasar para dar libertad a sus piezas.
con rapidez al flanco de la dama 13. . . . TID
SI es necesano.
• •

La posición de las blancas es Parece plausible, pues las ne­


claramente superior. Tiene las si- gras movilizan la torre con una
gulentes ventajas:
• •
amenaza sobre un peón.
Sus alfiles tienen un gran alcan­ Es demasiado tarde, hay, para
ce de ataque. jugar la liberadora 13 . . P4A.
. .

Dominan el centro con sus peo­ La respuesta de las blancas, 14.


nes. A4T t, obligaría al rey a moverse
Controlan la estratégica casma (si en lugar de ello se interpone el
5R. caballo o el alfil, el costo es una
Sus piezas principales pueden pieza) y perder el derecho a en­
actuar con gran efecto en las co­ rocarse.
lumnas centrales. 14. TID
11. . . . PSCD Las blancas se defienden sin
Para desarrollar el alfil a 2C, pérdida de tiempo. La torre del
pues está encerrado por el peón rey defiende al peón y se desarro­
del rey en el otro lado. lla simultáneamente, pasando a la
columna que, de todos modos, ha­
12. D2R bría seleccionado.
Las blancas desarrollan otra Las torres deben estar en co­
pieza e intensifican su presión so­ lumnas abiertas o en columnas
bre 5R. El control de esta casilla que ofrezcan perspectivas de
hará difícil, si no imposible, que abrirse.
las negras liberen su posición ade­ 14. . .
. o-o
lantando el peón del rey. El avance 14 . . . . P4A es toda­
12. . . . A2C vía prematuro, pues sería contes­
tado con 15. A4T t, y las negras
Con el desarrollo de este alfil, deben mover entonces el rey y
las negras parecen estar encon- perder el privilegio de enrocar, o
A J E D R E Z L Ó G I C O 1 17

jugar 15 . . . C2D, perdiendo el


. amenaza contra la dama. Las blan­
cambio después de 16. AxC t, cas pretenden jugar 16. C6e en
TxA; 1 7. CxT .
>
la siguiente jugada, descubriendo
Antes de que las hagan un ataque sobre la dama con el
su siguiente jugada, resumamos alfil. Después de que la dama se

sus ventajas: mueva, las blancas capturarán a


. Su posición de peones en el la torre, ganando el cambio.
centro, que restringe los movi·
15. . . . ASD
mientos de las piezas enemigas, es
.

claramente superior a la de las La alternativa 15 . . . . DIA, que


negras. pone a la dama fuera del alcance
Su dama ataca nueve casillas, del alfil, no parece muy apetitosa.
en tanto que la de las negras está Con la jugada del texto, las ne­
limitada a cinco. gras impiden que el caballo se
Sus alfiles controlan trece casi· mueva y descubra un ataque.
llas, mientras que los de las ne­
gras dominan siete. 16. P5A !
Su caballo tiene maravillosa Así se inicia una serie de vigo­
movilidad; en cambio, el caballo
rosos golpes que no cesan hasta
de las negras sólo puede retirarse. que las negras se rinden. La idea
Claramente, las blancas han es·
de las blancas es doble: desalo­
tablecido una superioridad defi· jarán al afil y cerrarán pumanen­
nida de posición. Sus piezas tienen
temente la posición negra del flan­
mayor movilidad, como lo de­
co de dama.
muestra la simple aritmética, y
su · poder de ataque es, en defini· 16. . . . PXP
tiva, superior al de las negras. Las
Es obligada, pues si 16. . . .
blancas han ganado el derecho de
AxC, las blancas pueden ganar
buscar una combinación decisiva
mediante 17. AxA, DIA; 18. AxC,
que explote al máximo sus venta­
PxA; 19. D4C t, RIT; 20. AxP,
jas de posición.
RxA; 21 . TSD seguido por 22.
Es interesante ver qué fOlma de
ataque logrará romper la atrin­
T3T tt·
cherada posición de las negras. 1 7. PxP

Aparece otro peón para atacar


al alfil.
17. . . . AxC

O 17 . . . . AxP; 18. C6C, y las


blancas ganan el cambio.
18. AxA

De nuevo la recaptura amena­


za a la dama y no da reposo a las
negras.
18. .. D4T
15. A4A !
.

El alfil se desarrolla con una Si 18 . . . , D IA, las blancas ga-


llS 1 R V 1 N G e H E R N. E V

nan mediante 19. AxC, PxA; 20.


D4C t, RIT; 21 . D4TR (amena­
zando mate), P4A; 22. D6A t,
RIC; 23. P4TR (con la intención
de avanzar el peón a 6T y luego
dar mate en 7C), T2D (para se­
guir con 24. . . . D I D ahuyen­
tando a la dama blanca); 24. TxT,
DxT; 25. T I D, D2A; 26. P5T, Y
la amenaza de ganar con 27. P6T
o con 27. T3D seguida por 28.
T3C t es decisiva.

22. D7R !
19. AxC !
Penetrando en el corazón de la
Las blancas acaban con el ca­ posición enemiga. El ataque so­
ballo, el mejor defensor de una bre el alfil negro es un recurso
posición enrocada, como preludio cuyo propósito consiste en ocupar
para irrumpir en la fortaleza del al adversario, aunque sólo sea por
rey. un momento, con el problema de
salvar al alfil. Esto dad a las
19 . .
. , PxA blancas el tiempo que necesitan
para llevar a cabo su amenaza
Después de esto, la posición de verdadera: un ataque sobre am­
las negras en el flanco del rey se bas tones.
desploma, cuando debería ser una
barricada. En el flanco de la da­ 22. . . , AlA
ma, donde sus piezas necesitan Si las negras juegan 22. . . .
espacio para moverse, su posición T I CD para proteger al alfil, las
está inmovilizada por un peón blancas ganan de la siguiente ma­
no protegido. nera: 23. D6A t, R I C ; 24. T3D,
P5A; 25. T3TR (amenazando 26.
20. D4C t AxP tt), TRID; 26. TxP, y mate
en la siguiente jugada.
Es más exacta que 20. D4R.
Sólo deja una respeusta a las ne­ 23. P4CD !
gras.
¡ Un golpe abrumador I La da­
20. . ' RIT ma tiene que abandonar la dia­
gonal que lleva a la torre en ID,
.

El rey debe irse al rincón. ¡ la cual necesita protección I


¿Qué pueden hacer las negras?
21. D4TR Si 23 . . DxPC; 24. TxT, TxT;
. .

25. DxT t gana. O si 23. . , .

Amenazando ahora con mate. TRI R, la respuesta es 24. D6A t,


seguido por 25. PxD. Finalmente,
21. . . . P4A si 23 . . ' TxT t; 24. TxT deja
.

a la mano dos fOImidables ame·


La única defensa de las negras. nazas: 25. DxT tt Y 25. PxD, Y
A J E D R E Z L ó G I C O 1 19

no es posible refmar ambas al Instituir un ataque sobre el


peón negro de la dama y sobre ' la

mIsmo tiempo.

casilla 5D.
23. . . . Abandonan
2. . , . P3R

Partida Núm 20 Las negras apoyan al peón de


dama con otro peón. Están pre­
GAM BITO REHUSADO DE
paradas, si las blancas juegan 3.
LA DAMA
PxP, a recapturar con un peón y
BLANCAS NEGRAS mantener un peón en el centro.
Rubinstein SaLwe
Lodz, 1908 3. C3AD

Buen desarrollo para el caballo,


l . P4D ahora que no bloquea al peón del
Hace cien años los j ugadores alfil y la apertura de esa ' colum­
iniciaban sus juegos casi automá­ na. Es un poco más aguda que 3 .
ticamente con l . P4R. Y si po­ C3AR, pues aumenta la presión
dían ofrecer un gambito, así lo sobre 50, importante casilla en
hacían. esta apertura.
En la actualidad, cuando todos
J. . . . NAO
desean ganar con el menor riesgo
posible, la primera jugada es casi Esta j ugada tiene la aprobación
siempre l . P4D. Las aperturas del incondicional de Tarrasch, .quien
peón de dama llevan a posiciones sostenía que las negras no tienen
seguras y sólidas. Ofrecen seguri­ mejor medio para desarrollar sus
dad y, como aliciente adicional, piezas libre y fácilmente, aun
dan a las blancas una ligera ven­ cuando los cambios de peones en
taja desde el principio. el centro les dejen un peón ais­
Con su primera jugada, las lado.
blancas ocupan y ejercen presión Una ventaja de J . . , . P4AO es
sobre el centro con un peón pro­ que disputa inmediatamente la
tegido y, al mismo tiempo, libe­ posesión del centro por el ataque
ran su dama y su alfil de dama. sobre el peón de dama. Otra es
que capacita a las negras para co­
l. . . , P40
locar su caballo de dama en 3AO
La respuesta clásica, que igua­ en lugar de 20, donde estorba
la la presión en el centro. Tam­ por mucho tiempo la carrera del
bién impide que las blancas jue­ alfil de dama.
guen 2. P4R Y monopilicen casi
4. PAxP !
todas las mejores casillas.
¡La mejor manera de conservar
2. P4AO
la inicia tiva I El propósito de este
Con diversos objetivos: cambio es dejar a las negras un
Inducir a las negras a entregar peón aislado de dama.
el centro, ofreciéndoles un peón.
4. . . , PRxP
Cambiar peones (si las neglas
no lo hacen) y abrir la columna La recaptura más segura. Las
del alfil para sus tones. negras pueden ofrecer u n peón


120 I Il V I N G C H E Il N E V

mediante 4. . . . PAxP; 5. DxP, 6. . . . CSA


CSAD; 6. D ID, PXP; 7. DxP, ASR. •

pero el gambito es dudoso. Las neglas alcanzan uno de los


objetivos que les llevaron a selec­
5. CSA cionar la Defensa de Tarrasch. Su
caballo de dama tiene cierta in­
Los caballos de las blancas tie­ fluencia en el centro, mientras
nen ahora las cuatro casillas estra­ que el alfil de dama (generalmen­
tégicas del centro (4R, SR, 4D Y te restringido por un caballo en
SD) bajo su vigilancia. 2D) está libre y no tiene tropiezo.

,. . .. CSAR 7. A2C

Más oportuna hubiera sido pri· El alfil domina la gran diagonal


mero, 5 . . CSAD, intensifican­
. . y dedicará especial atención al
do la presión de las negras sobre peón negro de dama. Por el mo­
SD. Entonces hubieran podido mento, el caballo obstruye su ca­
contestar a 6. PxP con 6. . . PSD,
. .
. mino, pero un caballo puede sal­
obteniendo una cuña en el centro. tar fácilmente para hacerse a un
lado.

7. . . . PxP

Las negras cambian para dar


a sus piezas mayor alcance (ad­
viértase la aumentada movilidad
de su alfil de rey), pero esto no
deja de ' tener sus peligros. Las lí­
neas abiertas favorecen al juga­
dor cuyo desarrollo sea superior,
y en este caso son las blancas.
Un poco mejor es la apacible
6. PSCR ! 7. . . ' A2R, desarrollando una
pieza. O, si las negras se sienten
Probablemente la mejor de las belicosas, la aguda 7. . . . ASC,
muchas buenas jugadas que las que aumenta la presión sobre el
blancas tienen a su disposición. peón de dama al atacar a uno de
Pueden jugar la plácida 6. PSR Ó sus defensores.
6. A4A, cualquiera de las cuales
les dan una posición segura y sus­ 8. CRxP
tancial. O pueden atacar al mo­
mento con la agresiva 6. ASC, con La recaptura deja a las negras
la que Alekhine derrotó brillante­ con un peón aislado en el .centro
mente a Kussman en 1 924. del tablero. Dicho peón deberá
Con la apacible jugada del tex­ atenerse a las piezas para defen­
to, Rubinstein se propone flan­ derse del ataque, pues no hay
quear su alfil del rey y aumentar peón en ninguno de los lados que
la presión sobre 5D. pueda acudir en su apoyo. Otra

A J E D R E Z L ó G I C O 121

consideración es que puede colo­ dama. No porque el peón pueda


carse filmemente una pieza ene­ ser capturado fácilmente, pues el
miga en la casilla que se encuen­ número de piezas que lo ataquen
tra directamente frente al peón puede ser siempre igualado por el
aislado en este caso 40 de las número de piezas que lo defien·
blancas, sin ningún temor de ser dan, sino por el hecho de que el
desalojada por un peón. peón necesita constante cuidado,
Todo esto es muy desalentador, las blancas pueden cambiar el
pero, a cambio de estos inconve­ ataque a otra sección del tablero.
nientes, el poseedor del peón ais­ Las negras no sólo deberán estar
lado tiene la recompensa de po­ preparadas para contestar a la lu­
seer columnas y diagonales abier­ cha, sino también para mantener­
tas: espacio para las actividades se en estrecho contacto con el
de sus piezas. El peón mismo, a peón.
pesar de parecer d esamparado, 8. . . . O!JC
suele convertirse en la punta de
Induciendo a su adversario a
lanza que rompe una posición foro
cambiar caballos o defender con
tificada.
9. P!JR bloqueando el camino de
Los teóricos mismos no están su alfil de dama.
en completo acuerdo sobre los mé·
ritos o desmerecimientos de un
peón aislado. Hace muchos años,
Philidor deáa en su Ajedrez Ana­
lizado: o Instruccione.s por laJ
Cuales puede Adquirirse un Co­
nocimiento Perfecto de este No­
ble Juego: "Un peón, cuando se
separa de sus compañeros, rara
vez o nunca hará fortuna". En la
d e f e nsa t e n e m o s a Tarrasch,
quien dijo: "El que teme tener
un peón aislado de 'dama debería
renunciar al ajedrez". 9. CxC !
.
,

Hay argumentos para ambas ¡Sugestión que encanta a las


• •

opml0nes: blancasl Libra a las negras de su


Las negras tienen en su favor: peón aislado, pero, a cambio de
mayor movilidad para sus piezas, ello, le provocan otras debilida­
posibles avanzadas para sus piezas des. A partir de ahora, las blan­
en 5R y 5AO (apoyadas por el cas se olvidarán de la casilla 50
peón de dama) y columnas abier­ y volverán su atención al dominio
tas para sus piezas principales (las completo de 40 y 5AO. Plantan­
columnas del rey y del alfil de do piezas en esas casillas, pueden
dama). impedir qu� las negras avancen
Las blancas adquieren la ven­ su peón de dama o su peón de
taja de que pueden colocar per­ alfil de dama. El bloqueo de es­
manentemente una pieza en 40 y tos peones encerrará a todas las
mantener ocupado al alfil evitan­ piezas negras que se hallan tras
do las amenazas sobre el peón de los peones.

122 I R V I N G C H E R N E V

9 .,
. .Pxe canías para ayudar a ahuyentar a
La captura alternativa con 9. los invasores.
. . . DxC pierde al peón de dama. 12. A3R !
inmediatamente. Cualquiera h u b i e r a esperado
10. 0-0 que el alfil fuera a 4A, donde tie­
Antes de continuar el ataque, ne gran alcance y no obstruye los
las blancas llevan a su rey a un movimientos del peón del rey; o
lugar más seguro. Al mismo tiem­ tal vez hubiera considerado 5C,
po, puede echarse mano de la donde constriñe a las negras des­
torre para que . entre en acción de un punto eficaz para el des­
en las columnas centrales. arrollo del alfil. Son jugadas bue­
10 . ,. .
A2R nas y naturales, pero no se acomo­
Por desgracia, las negras no dan a la concepción estratégica
pueden avanzar ninguno de los que gobierna la posición. En
peones señalados por la fatalidad : cuanto hay un plan lógico y de­
si 10. . . P4A; 11. CxP gana un
.
finido a seguir, debemos hacer
peón, o si 10. . . . P5D ; 1 1 . C4T jugadas que se conformen a ese
obliga a la dama a abandonar uno plan, de manera que la mejoría
de los peones amenazados. de nuestra posición o el deterioro
Había mejores posibilidades de de la del adversario sean sistemá­
resistir con 10. . . A3R, prote­
.
ticos y no el resultado de un des­
giendo al peón de dama una vez arrollo inconexo. En este punto,
más para j ugar después la libera­ no hay que llevar a cabo el des­
dora . . . P4A tan rápidamente co­ arrollo por el desarrollo mismo.
mo fuera posible. Las negras no Parecerá extraño que el con­
pueden atenerse a medidas pasi­ trol de una casilla pueda causar el
vas o serán aplastadas hasta morir. colapso de una posición, pero así
11. C4T ! es. Uno de los puntos sutiles del
A las blancas no les interesa gambito de dama está en que di­
ahuyentar a la dama. El caballo cho dominio (que resulta del des­
no se mueve para atacar, SIDO pa-

cuido de las negras para disputar


ra dominar la casilla SAD, de ma­ el centro y para liberar su flanco
nera que sea posible colocar allí de dama mediante . . . P4AD) ca­
una pieza blanca. . pacita a las blancas para confinar
11. . . .D4C las piezas del adversario en un
La dama permanece en las cer- área pequeña y las haga retroce­
der paso a paso, mientras que las
blancas comienzan a escoltar un
peón hacia la casilla donde coro­
ne o se vuelven al otro lado del
tahlero y asaltan al rey.
12 . . ,
. O-O
Como no han leído la nota an­
terior las negras se contentan con
hacer "buenas" jugadas de des­
arrollo.
Las negras deberían concentrar
sus energías en adelantar. una ca-
A J E D R E Z L ó G I C O 12S

silla el peón del alfil antes de que ne importancia si las negras no


quede fijo de manera pelmanente pueden explotarla.
en SAo Adelantar al peón de in­ 14. . . . ASR
mediato es prematuro, porque
El alfil encuentra la casilla co­
después de 12 . . . P4A; H. AxPD,
pero es tarde . . . , ¡demasia­
.

CxA; 14. DxC, DxC; 15. DxT, las


do tardel
blancas ganan el cambio, pero
15. A5A !
las negras podrían luchar mejor
con 12 . . . . ASR (protegiendo al Ahora que las estratégicas ca­
peón de dama y preparándose pa­ sillas 4D y 5AD están bajo su con­
ra mover el peón del alfil) seguida trol, las blancas colocan una pie­
por H. ' " C2D y 14 . . . T IAD, .
za donde inmovilice a los peones
todas las cuales tienen por desig- negros y restrinja los movimientos
. nio ayudar al peón a adelantar de las piezas negras.
una casilla. 15. ... TRIR
H. TIAD Las negras tienen que proteger
a su alfil o someterse a un cam­
Las blancas se apoderan de la
bio de piezas. Esta última opción
columna abierta, ejercen mayor
no las seduce, porque después de
presión sobre 5AD y se preparan
para colocar allí una pieza.
15. . . AxA ; 16. TxA sustituye
,

a un bloqueador por otro, ganan­


H. . . . A5CR do tiempo mediante el ataque so­
Ataque doble sobre el peón del bre la dama.
rey, el cual puede ser difícil de
refutar. ¿Cómo contestan las blan­
cas?
Si 14. TI R, el desarrollo de la
torre es deficiente.
Si 14. CSA, DxPC cuesta un
peón.
Si 14. T2A, las negras toman al
caballo. •

Si 14. PSA, las blancas debili­


tan la posición de peones en tor­
no al rey y encierran a su propio
alfil. 16. T2AR !
A pesar de todos estos argumen­ ¡ Magnífica jugadal La tone se
tos en favor de la jugada de las prepara para pasar a 2AD a fin
negras, Tarrasch solía desechar ta­ de contribuir a explotar la ca­
les especulaciones con: lumna del alfil de dama. Ta�­
"El principio de un ataque . . . bién desocupa la casilla l AR, de
14. PSA manera que el alfil pueda llegar
a una diagonal más útil.
." y el fin del ataque".
El hecho de que el alfil del rey 16. ... C2D
quede encerrado es sólo temporal, Las negras atacan al alfil una
y en cuanto a la debilidad de los tercera vez, con la esperanza de
peones del flanco del rey, no tie- obligarlo a retirarse.
1 24 I R V I N G C H E R N E V

17. AxA cuentra ahora bajo el cuidado de


El alfil no se retira, pues per­ la torre.
mitiría a las negras jugar 17. ' " 18. . . . TR I R
P4AD, desorganizando la posi­ Esta torre se retira para ayudar
ción. Tampoco apoyan las blan­ en la defensa de la columna del
cas al alfil mediante 17. P4CD, alfil de dama contra el ataque de
jugada que harian instantánea­ las blancas, puesto que una ju­
mente muchos jugadores. La con­ gada de la torre de dama cuesta
secuencia sería 17 . . . AxA, obli­
. un peón.
gando a la recaptura con el peón, 19. A l A
puesto que 18. TxA les cuesta el Medio sutil de activar al alfil.
cambio, y 18. CxA pellnite 18. La alternativa 19. P4A no es tan
. . . DxPC. Pero después de 1 8. buena, pues da a las piezas negras
PxA, el peón estacionado en 5A mucho más espacio en el cual ma­
no sólo queda inmóvil e inútil, niobrar, y su alfil y caballo ten­
sino que cierra la <;olumna que va drían entonces acceso a la casilla
a las piezas blancas. Esto negaría 4 R de las blancas.
toda la estrategia de la posición, 19. . . . TR I AD
que es la de ocupar las casillas dé­ Reviviendo la posibilidad de
biles en la posición del adversa­ jugar 20. . . P4AD. Las negras
.

rio con piezas, no con peones. Las deben haberse dado cuenta para
piezas pueden moverse libremen­ este momento de que si no consi­
te, de manera que se mantienen guen hacer esta jugada, muy bien
líneas abiertas para el ataque; pueden cruzarse de brazos y espe·
pueden ir de un lugar a otro, per­ rar a que caiga el hacha.
initiendo a un bloqueador dejar 20. P3R !
el puesto a otro diferente si la ¡Jugada al parecer insignifican­
ocasión lo requiere. te, pero con ella se consigue mu­
17 . . . , TxA,
cho! Gana uno o dos tiempos,
Las negras tienen que recupe- pues descubre un ataque sobre la
raro dama (obligando a las negras a
18. D4D ! perder una jugada en su retira­
¡ Excelente! La centralización da), abre una diagonal para el al­
de la dama es tremendamente efi­ fil del rey y despeja un camino en
caz. No sólo ejerce su influencia la segunda fila, de manera que la
en todas las partes del tablero, torre del rey puede pasar a 2AD
sino que impide que las negras y aumentar la presión sobre la co­
lumna del alfil.
hagan la jugada libertadora 18.
20. . . . D2C
. . . P4AD Y se preparan también
La discreción es la mejor parte
para colocar el caballo en 5AD.
del valor, como dijeron Beau­
Adviértase que, desde su n ueva mont y Fletcher, anticipándose a
posición, la dama continúa defen­ Shakespeare.
diendo al caballo y no pierde de El desesperado empuje 20. . . .
vista al peón del caballo. El ca­ P4AD sería refutado con 21. TxP,
ballo tiene libertad para moverse, y las negras no se atreverían a
en tanto que el peón del rey, tocar a la torre, quedando su
abandonado por la dama, se en- dama todavía bajo el ataque.
A J E D R E Z L ó G I C O 1 25

Por el momento, las torres pare­


cen ladrar a la luna, pero ya se
presentará la oportunidad que
necesitan. ¡ Hay que tener fel
23 . . . ' D8C
Las negras ' siguen haciendo ju­
gadas poco comprometedoras, has­
ta que su adversario revele sus
• •

lOtenclOnes con un gesto amena-


zador.

21. C5A !
¡Bloqueol El caballo se estable­
ce en 5AD y tiende una barrica­
da en tomo a la posición de las
negras.
21 . . . , CxC
Las negras eliminan al caballo,
no sólo para librarse de un blo­
queador activo, sino con la teo­
ría de que los cambios alivian las
posiciones restringidas. 24. P4CD !
22. TxC ¡ He aquí lo que se proponían!
No es tan ágil como el anterior, Mientras las torres dominan al
pero el nuevo bloqueador goza enemigo, el peón servirá como
del privilegio de la inmunidad punta de lanza en un ataque so­
contra los peones y las amenazas bre la posición.
del alfil, que se encuentra confi· La amenaza inmediata de las
nado en las casillas del color blancas es 25. P5C, atacando por
opuesto al de la casilla que ocu­ tercera vez al inmovilizado peón
pa la torre. del alfil.
22 . '
. . T2A 24 • ., .P8TD
Las negras no pueden contra­ Las negras . no deben peI1"11'"1'1nitir
atacar. Todo lo que pueden ha­ que el peón avance.
cer es tener paciencia y esperar el 25. T5T !
curso de los acontecimientos. Cambiando el a t a q u e para
Pero, ¿cómo aprovechan las mantener ocupadas a las negras
blancas la falta de movilidad de en la defensa de los puntos débi­
su enemigo? ¿Cómo triunfan so­ les. El movimiento de la torre no
bre la resistencia pasiva? afloja la presión sobre el peón del
23. TR2A alfil, que permanece donde se en­
Primero, doblando las torres en cuentra.
la columna abierta, lo cual au­ 25. . , . TD IC
menta más de dos veces la fuerza Protege a la dama, que estaba
de las torres. amagada por la captura. Otros
1 26 I R V I N G C H E R N E V

cursos ofrecían tristes perspecti­ den tomar entonces el peón de "la


vas: torre, que está atacado tres veces.
Si 25. ' DxD; 26. PxD, A l A
"

28. DxT
(para salvar al peón de la torre);
27. TxPD gana un peón para las La recaptura deja a las negras
blancas. ante un "quién vive". Su torre
Si 25. ' " D2C; 26. D5A segui­ está atacada, al igual que su peón
do por 27. P4TD Y 28. P5C pro­ de torre.
mueve una irrupción definitiva 28. ... TIT
en el campo enemigo.
Rescatan al peón, pues 29.
26. P3TD TxPT, TxD; 30. TxD, TxP da a
Protege al valioso peón del ca­ las negras un peón.
ballo (que está destinado a poner 29. D5A
de rodillas al enemigo) antes de
proceder con el ataque. Tomando . posesión otra vez de
la columna del alfil y de la casilla
26. . . ' T2T clave, esta vez con la dama.
Salva al peón de la torre, que 29. . . . D2C
se encontraba bajo un ataque do­
Las negras rehuyen el cambio
ble, pero pierde un peón diferen­
de damas, porque llevaría a: 29.
te. Sin embargo, no había manera
. . . DxD; 30. TxD, RIA; 31.
de que las negras guardaran to­
T5T, Y las negras no pueden sal­
dos los puntos vulnerables. Si hu­
var al peón de la torre si no es
bieran intentado 26. . . . A lA, las
abandonando al peón de la dama.
blancas habrían ganado un peón
con 27. DxD, TxD; 28. TxPD, 30. R2A
aprovechando que el peón del al­
No sólo para fortificar el flan­
fil está clavado.
co del rey, sino para llevar a éste
27. TxPA ! más cerca del centro para el final,
en caso de que se cambien las da­
Este pequeño botín es la pri­ mas.
mera evidencia tangible del mé­
rito de la estrategia posicional de
30. . .. P4T
las blancas. Resulta justo 9.ue el Demostración que no intimida
peón del alfil, causa de las dlficul­ a las blancas ni las distrae de su
tades de las negras, sea el prime­ propósito de buscar una decisión
ro en sucumbir. en el flanco de la dama.
27. . . , DxT(3A) 31. A2R

Mejor que retirarse a 2C o cam­ Las blancas llevan a su rey le­


biar damas: si 27. . . . D2C; 28. jos de los jaques que podrían su­
T(5T)xPT gana otro peón y deja cederse una vez que se abra la po'
a las blancas con dos peones pa­ sición.
sados y conectados entre sí, listos
31. . . . P3C
para correr hacia una casilla don­
de puedan coronar. O si 27. ' " Las piezas negras están sujetas
DxD; 28. PxD, las blancas pue- a la defensa de los dos peones ais-
AJ E D R E Z L ó CO 1 e o 1 27

lados, por lo que hacen una juga­ gros del flanco del rey y también
da de espera con un peón. ¡ll eviene cualquier ataque por sor·
presa en esa ala.
32. D6D
34. . . . P4T
Las blancas responden vigoro.
samente atacando al peón de la Las negras intentan abrir por la
tone con una tercera pieza. La in· fuerza una columna para su
filtración de la dama en el teni· dama.
torio de las negras despeja tamo ¿Qué otra cosa queda? Si 34.
bién la casilla 5AD, de manera .. R2C; 35. T7A, D I e; 36. AxP,
.

que la torre puede usarla como RIC (ó 36. . TxA; 37. TxP t,
"

trampolín para llegar a la sép· ganando la dama); 37. A7C !,


tima fila. T2T; 38. T8A t, AxT; 39. DxD, o

y las blancas ganan fácilmente.


32. . . . D IA
35. T7A
Las negras no pueden proteger
a todos sus peones (si 32 . . AlA;
. . Esto reduce al mínimo el nú'
n. DxPD), por lo que abando­ mero de casillas a donde puede es·
nan al peón de la torre para es· capar la dama: I una casilla!
forzarse por llegar al rey blanco Las blancas tienen ahora el
por la columna abierta del alfil. completo dominio de todas las
áreas estratégicas: la columna del
alfil de dama, la importantísima
casilla 5AD, la columna de la da·
ma, la sexta fila y la séptima fila.

35. . . . DIC

¡El único lugar donde ocultar·


ge! La dama es obligada a retroce·
der más y más.

36. P5C

¡ Una nueva fuente de preocu·


33. T5A ! paciones! Las blancas tienen un
peón pasado que sube por el ta­
Es más importante conservar el blero.
control de la columna ' del alfil
y mantener alejadas a las piezas 36. . . , P5T
negIas que tomar un peón ais·
Las negras tienen que dar más
lado.
espacIo a su torre.
• o

33. . . D2C
P6C
.

37.
La dama no tiene casillas se­
ductoras a donde huir del ataque Amenazando continuar 38.
P7C; T2T; 39. T8A t, AxP; 40.
de la tone.
DxD, ganando todo lo que hay
34. P4TR a la vista.

Esto inmoviliza a los peones neo 37 . . . . T4T


1 28 I R V I N G C H E R N E V

La torre no gana nada allí, pe­ al mismo tiempo pelmite que en­
ro no hay defensa plausible. tren en juego dos piezas. _

¿Cuál jugada debe adoptar el


38. P7C ! lector? La selección es cuestión
Renovando la amenaza de ga­ de gustos. Hablando en términos
nar la dama con 39. T8A t. generales, P4R suele llevar a un
ju�go más abierto y agresivo,
38. . ., A bandonan mientras que P4D tiende a esta­
No hay resistencia posible. blecer la lucha por la ventaja en
Si 38 . . . R2C, TxP t gana la
.
la posición. Blackburne dice: "El
dama inmediatamente por ata­ primer consejo que yo ofrecería
que descubierto. al joven estudiante de ajedrez que
Si 38. . . D I R; 39. D6C gana
.
desea mejorar su juego es que en
la torre. la formación de su estilo debe es­
Si 38. . . . D2T; 39. D8D t, forzarse por seguir su aptitud y su
R2C; 40. P8C(D) pone a las neo temperamento propios. Un juga­
gras frente al mate, para evitar dor obtiene placer elaborando la
el cual tendrían que entregar la partida con exactitud, · como si
dama. fuera una suma matemática, y a
otro sólo le importa la combina­
Esta partida es un notable
ejemplo de la explotación siste· ción ingeniosa y el ataque brillan­
mática de una ventaja de la posi. te. Es preferible que cada uno de
ció? La manera . en que se usa la ellos desarrolle sus propias cua­
casIlla 5AD como trampolín para lidades".
las piezas blancas -el alfil, el ca· 1. . . . P4D
bailo, la torre y luego la dama la
ocupan por turno- contribuye a Excelente respuesta, pues impi.
dar un toque artístico de la me­ de que las blancas continúen con
jor calidad. 2 . . P4R, en que los dos peones do­
mman el centro. También las ne­
gras liberan a su dama y un alfil.
Partida Núm. 2 1
2. C3AR
PARTIDA D E PEóN DE En lugar de esta jugada, las
DAMA blancas suelen jugar; 2. P4AD en
este punto, ofreciendo un peón.
(Sistema de Colle) Es éste un gambito sólo por defi­
nición, ya que las blancas recupe­
BLANCAS NEGRAS
ran fácilmente el peón mante­
Chernev Halbohm niendo una posición muy fuerte.
La jugada del caballo tiene la

Nueva York, 1942 virtud de desarrollar una pieza


a su puesto más útil, reteniendo
1 . P4D al mismo tiempo la opción de
Es la mejor jugada en el tableo trasponer al gambito de dama.
ro, lo mismo que 1. P4R. 2. . . . P3R
Cualquiera de estas dos jugadas
establece un peón en el centro y, Perfectamente segura, pero un
A J E D R E Z L ó G I C O 129

tanto modesta. Yo preferiría Z. es prácticamente obligatorio para



. . . CSAR, que no compromete a las negras en las aperturas de
las negras al juego defensivo y no peón de dama.
interfiere con el desarrollo del al· Las negras tienen qu.e lu.char
. fil de dama. por una participación igual del
La jugada de texto es la mejor centro.
manera de apoyar al peón de la Las negras deben disputar la
dama después de que las blan­ posesión de las casillas impor·
cas lo han atacado con P4AD, pe­ tantes.
ro las blancas no han hecho toda· 4. PSA
vía ese gesto de amenaza. Listas para recapturar con el
J. PSR ! peón del alfil si las negras se de­
Esta tranquila jugada es el pre· ciden a cambiar peones. El peón
ludio al ataque de Colle, terrible blanco del rey no deberá alejar­
asalto al flanco del rey. se de SR, pues su futuro está se­
El plan general de sistema de ñalado en la casilla 4R.
Calle consiste en adelantar el 4. . . . CSAR
peón del rey a 4R después de la N atural y fuerte. Es la mejor
preparación adecuada, la cual es­ disposición del caballo del rey.
tá fOlmada por las siguientes ma­ Se desarrolla hacia el centro, de
niobras: manera que toma parte en los
a) Desarrollo del alfil del rey a acontecimientos que se sucederán
SD para aumentar la presión so· allí. Es en el centro donde se des­
bre la vital casilla 4R y atacar al arrolla la mayor parte de la pelea,
peón negro de la torre del rey, y lo que suceda allí afecta al res­
punto doloroso después del en· to del tablero. La superioridad
roque. en el centro es esencial para la
ó)
Colocación del caballo de ventaja de posición, y el control
dama en 2D (no en SA, pues la del centro es indispensable para
columna del alfil no debe quedar emprender un ataque sobre el
obstruida) a fin de amagar a la
flanco del rey.
casilla 4R y apoyar al peón del En consecuencia, todo el des­
rey cuando llegue a esa casilla. arrollo deberd emprenderse con­
c) Enroque en el lado del rey siderando su efecto sobre el cen­
para movilizar la torre del rey. tro.
d) Desarrollo de la dama a 2R Una jugada plausible, en lugar
o de la torre a I R, o ambas juga. de la del texto, es avanzar 4 . . . ,
das, para poner más peso en el P5A para impedir que las blan­
proyectado empuje del peón. cas coloquen su alfil en SD. Es la
e) Avance del peón a 4R. El clase de jugada que muchos juga­
peón se mueve sólo una casilla, dores encuentran irresistible, pero
pero pone en movimiento toda la es necesario evitarla. Es un error
maquinaria: la posición del cen­ de estrategia, pues afloja la pre­
tro quedará rota y se abrirán lf· sión sobre el peón blanco de la
neas para las fuerzas atacantes de dama y sobre el centro.
las blancas. Es muy importante mantener
J. . P4AD
. _.
fluida la posición de los peones
Este ataque al peón del centro del centro.
1 30 l. R V I N G e H E R N E V

Es muy importante mantener por arte de magia, es, quizá, --la


la presión sobre el peón blanco de contribución más significativa a
dama en el centro. la civilización desde el descubri­
Es muy importante conservar miento de la rueda.
la opción de cambiar peones en
7. . . . o-o
el centro.
5. A3D Las negras se apresuran tam­
bién a salvaguardar a su rey y po­
Desarrollo ideal para el alfil: nen en juego la torre.
controla la diagonal que conduce
al rey negro (después de que se 8. D2R
enroque) y ataca a la casilla clave
Un punto perfecto para la da­
4R, donde vendrá la ruptura de
ma en casi todas las fOlmas de la
la posición.
apertura del peón de dama. La
5. .. .
C3A dama apoya el proyectado avan­
ce del peón tlel rey y contribuirá
El caballo entra en juego hacia a hacer más pesado el consecuente
el centro, como está prescrito. Las ataque.
negras se proponen liberar su jue­
go mediante . . . P4R. 8. . . . TIR
Una buena alternativa es 5 . . . .
¡Las torres deben apoderarse de
CD2D a fin de recapturar con el
las columnas abiertas! ¿Y si no
caballo en lugar de hacerlo con
hay ninguna? Entonces, ¡hay que
el alfil si las blancas jugaran 6.
llevar las torres al centro! Se en­
PxP.
contrarán así a la cabeza de co­
6. CD2D lumnas que probablemente se
abrirán. Por esta razón la torre
A primera vista parece poco del rey suele desarrollarse a 1 R
natural, pues el caballo parece es­ ó ID, mientras que la torre de
tar colocado torpemente y blo­
dama va a I D ó IAD.
quea el camino del alfil de dama.
En realidad, el caballo cumple sus 9. PxP !
dos misiones: particiPa en el jue­
El empuje con 9. P4R sería
go, aunque sólo esté en la mo­
prematuro: después de 9. . . .
desta casilla 2D, y también apoya
PDxP; 10. CxP, PxP, las blancas
la inminente acción en el pun­
perderían un peón o quedarían
to crítico 4R. El alfil de dama
con un peón aislado de dama. La
no está en situación incómoda,
jugada del texto fue hecha te­
pero sólo temporalmente.
niendo presentes también estas
6. .., A2R otras consideraciones:
Es preferible al desarrollo agre­ a) El alfil negro, que se ha mo­
sivo en 3D. El alfil debe estar más vido una vez, tendrá que perder
cerca para defender al rey. una jugada para recapturar el
peón. .
7. o-o b) Este alfil, necesario para la
Este notable golpe, por medio defensa en el flanco del rey, se en­
del cual el rey encuentra refugio contrará en el otro lado del ta­
y la torre aparece en escena como blero.
A J E D R E Z L ó G I C O un

e) En 4AD, el alfil quedará sin Si rehúyen el cambio y juegan


protección · y estará sujeto a un 10. . . . P5D, entonces viene 1 1 .
ataque por sorpresa. C3C, A3C (el alfil debe mante­
d) El caballo blanco en 2D ga­ nerse en contacto con el peón de
nará un tiempo más tarde mo­ dama); 12. P5R, C4D, y las blan­
viéndose a 3C, donde amenaza al cas tienen la agradable disyunti­
alfil expuesto y, simultáneamen­ va de ganar "exactamente, como
te despeja el camino para su pro­ si fuera una suma matemática",
pio alfil de dama. según dice Blackburne, mediante
e) En el final, si llega a eso la 13. PXP, o gracias a una "combi­
partida, las blancas tendrán la fa­ nación ingeniosa y un ataque bri­
vorable disposición de tres peo­ llante" con 13. AxP t, RxA; 14.
nes contra dos en el flanco de la C5C t, R3C; 15. D4R t, P4A; 16.
dama. PxP a. p. t, RxP; 1 7. D3A t, R2R
(si 17 . . R4R; 18. C7A tt); 1 8.
9. . . . AxP
. .

D7A t, R3D; 19. DxPC, y las


Las negras tienen que recaptu­ amenazas de ganar la dama con
rar o quedarán con un peón de 20. C7A t o el rey mediante 20.
desventaja. C4R tt son decisivas.

JO. . . . P4R

Las negras evitan ambas catás­


trofes y juegan para prevenir 1 1 .
P5R, desalojando al caballo. Al
mismo tiempo, la torre tiene más
espacio donde moverse y el alfil
de dama puede tomar parte en la
acción.

11. PXP
¡Las cosas progresan ! Las blan­
cas continúan el proceso de abrir
10. P4R !
líneas para el ataque. La casilla
¡ La jugada clave en el ataque 4R puede usarse ahora como
de Calle! Esta ruptura desata la trampolín para sus piezas.
furia acumulada de las piezas.
11 ' CxP
¿Cómo deberán responder las
. . .

negras? Si cambian con 10. ..


.
A las negras no les interesó cap­
PxP, entonces, después de 1 1 . turar con la dama, pues estos ata­
CxP, CxC; 12. DxC, están amena­ ques podrían traducirse en:
zadas con la derrota que se ini· 11 . . . ' DxP; 12. A4A, D3D; 13.
cia mediante 13. DxP t. Ya no C5C (amenazando 14. AxP t, y
tienen un caballo en 3AR (el me­ ganan el cambio), T2R, 14. C
jor defensor de una posición enro­ (2D)4R, CxC; 15. CxC, y las blan­
cada), por lo que tendrían que de­ cas ganan el alfil.
bilitarse moviendo uno de los pea­
nes que se encuentran frente al 1 1 . . . DxP; 12. A4A, D2D, lJ.
.

rey. C5C, T2R; 14. C(2D)4R, CxC;


U2 I R V I N G C H E R N E V

15. DxC (amenazando al peón de 13. AxP t!


la torre), PSCR; 16. D4T, P4TR;
17. C4R, y las negras deben en· Hay que aprovechar inmediata·
tregar su alfil para evitar la pér­ mente semejantes oportumdades,

dida de la dama mediante un do­ antes de que el adversario tenga


.
blete del caballo. uempo de recobrar el aliento.
lI . . . . DxP; 12. A4A, D ID ;
13. CSC, ASC, y las blancas se 13. . . . RxA
solazarán pesando los efectos de .

diversos ataques, comenzando con Rehusarse a capturar es peor


14. A5CR Ó 14. T I D ó 14. C5C. aún: el alfil puede huir con su
botín o pelmanecer en su sitio
12. CSC mientras continúan el ataque con
14. D4A Y la dama desata su fu­
Ganando un tiempo para el ria sobre las piezas del centro.
ataque sobre el alfil. Adviértase
también que el alfil blanco de 14. D4R t
dama tiene mucho espacio donde
moverse. ¡Lo qu� se proponían I Por me­
dio de un ataque doble, las blan-
DSC cas recuperan su pieza con un

12. • • •

peón como dividendos sobre su


Jugada de aspectos engañosos. inversión.
Es cierto que la dama ha hecho
14. . . RIC
una jugada de desarrollo y que .

el alfil se encuentra protegido


ahora, pero aparecen otros facto­ N ada se gana con interponer
res en el cálculo. El flanco negro un peón mediante 14. . P4A ó "

del rey carece de piezas para la 14. . . . PSC, ya que cualquiera


defensa y el caballo en 4D no está de esas jugadas desorganizaría
. protegido por otra pieza o por un aún más la posición de peones en
peón. el flanco del rey.
¿ Hay alguna combinación? ¿Hay 15. DxC
algún jaque o captura, una ju­
gada aplastante? ¡ Sí, claro que la Recupera la pieza y gana otro
hayl tiempo por el ataque doble sobre
el alfil. Las negras están ocupa­
das defendiéndose y no tienen
tiempo de consolidar su posición.
Sin haber hecho jugadas eviden
temente malas, Hahlbohm tiene
un juego teóricamente perdido.

15. . . . AlA

Retirada vergonzosa pero la


alternativa 15. . . . A2R pelmite
que las blancas tomen el peón del
rey.
A J E D R E Z L ó G I C O

18. . . . A2C
No es posible evitar que las
blancas den j aque en 7T, pero
esto impide que la dama penetre
a 8T. Si no se impide que entre
la dama y en lugar de la jugada
del texto viene 18. . . . A3D, so­
brevendría la derrota con 19.

D7T t, RIA; 20. CxA, TxC (si


20. . . PxC; 21. A6T tt); 21.
.

D8T t, y las b lancas ganan una


torre.
16. C5C Con la jugada del texto, las
negras parecen haber construido
Amenazando 17. DxP t, y mate
un refugio a prueba de bombas
en dos jugadas más. ¡No hay que
para su rey.
dar respiro a las negras!
16 . . . ' A3R 19. A3R

Por fin entra el alfil de dama iY las blancas recurren a sus re­
en el juego. La jugada de las ne­ servas! El alfil de dama entra en
gras parece eficaz, pues evita el juego activo ganando tiempo. El
mate, hace retroceder a la dama, ataque sobre la dama es secunda­
desarrolla una pieza y libera a rio con respecto al verdadero pro­
otra (la torre de dama). pósito del alfil, que es el de ob­
tener el control de 5AD para sí y
17. D4R para el caballo. Un caballo plan­
La dama se retira, pero no se tado allí dominaría el centro y el
pierde tiempo, pues amenaza ma­ flanco de la dama; un alfil sería
te en 7T. muy útil para evitar que el rey
negro escape por lAR.
17. . . ' P3C
19. . ,
. D3T
Las negras tienen poco donde
escoger, y ésta es una defensa me­ Las negras no juegan 19. . . ,

jor que 1 7. ' " P4A, después de D2A, pues comprenden cuáles se­
la cual el juego sería 18. D4TR, rían las consecuencias: 20. D7T t,
A3D (ó 18. ' A4A; 19. RCxA,
"
R I A; 21. A5A t, C2R; 22. DxP !,
TxC; 20. D4AD, ganando una PxD (ó 22. . . DxA; 23. CxA t,
.

pieza) ; 19. D 7 T t, R 1 A; 20. PxC; 24. DxT t, RxD ; 25. CxD,


CxA t, TxC; 21. D8T t, y cae la ganando fácilmente); 23. CxA t,
torre negra de la dama. R I C; 24. CxD, y las torres negras
quedan empaladas en el doblete
18. D4TR del caballo.
Amenazando otra vez mate. Las 20. C5A !
negras no tienen descanso y deben
colocar sus piezas donde las obli­ Una vez más, una de las pie­
guen a hacerlo las amenazas de zas blancas invade la mitad ene­
mate de las blancas. miga del tablero mediante el re-
1 34 I R V I N G C H E R N E V

curso de atacar a la dama, con lo Por mi parte, esperaba 23 .


que gana ueP1mrnpo. T2R, en que podía haber .:>bteni­

do la victoria con la idea brillan­


20. . . ' D5A
te: la marcha de un peón subien­
Con la esperanza de obtener al­ do por el tablero como sigue: 24.
guna paz cambiando damas. P4A (amenazando 25. PxP t a la
descubierta, RIC; 26. D7T tt),
21 . D7T t P5R; 25. P5A (amenazando otra
Con el propósito de sacar al vez con el jaque a la descubierta),
rey de su escondite y destrozar P4R; 26. P6A, Y las blancas ga­
nan.
su protección de peones.
o

21 . . . , RIA 24. C7T t


Aquí me asaltó la tentación de
La única jugada que quedaba.
buscar la victoria espectacular con
24. P4A, P5R; 25. P5A, P4R; 26.
P6A, AIT; 27. C7T tt, pero pre­
valeció el sentido común. Hay que
ganar de la manera más rápida
posible. Hay que hacer la jugada
sencilla y brutal si ésta acorta la
lucha.

24. . . . A bandonan
Si 24 . . . . RIC; 25. C6A t, R I T
(ó 25 . . RIA; 26. DxT tt); 26.
. . .

D7T tt. O si 24. . . . R2R; 25.


22. C(5A)xA t TD ID, Y sigue el mate rápida­
Suele haber más de un camino mente después de 26. A5C t ó 26.
para ganar una vez que se ha es­ DxA t·
tablecido la superioridad de la
posición. Un bonito final sería Partida Núm. 22
22. C(5C)xA t, PXC; 23. A6T,
T2R (si 23 . . . . AxA; 24. C7D tt); GAMBITO REHUSADO DE
24. D8T t (aunque sólo sea para LA DAMA
demostrar que la dama puede en-
o trar a 8T), R2A; 25. DxA t, R I R; BLANCAS NEGRAS
26. D8C tt. Pillsbury Marco
22. . . , PxC París, 1900

. El sacrificio del cambio me­ l . P4D


diante 22. . . TxC prolonga el
Ya sea para obtener diversión,
.

sufrimiento, pero no lo mitiga.


honores o la sangre del adversa­
23. DxP rio, es ésta la mejor manera de
iniciar la lucha. Se crean salidas
Amenazando 24. D7A tt.
para la dama y un alfil, al mismo
23 . . . , CID tiempo que el peón de dama par-
A J E D R E Z L ó G I C O l S5
,

ticipa activamente en la lucha por cer presión desde la primera ju­


el control del centro. Ocupa 4D y gada.
defiende 5R y 5AD, haciendo que
J. CSAD
dichas casillas no puedan ser usa­
das por las piezas del adversario. El caballo se desanolla agresi­
1. . .. P4D vamente, moviéndose hacia el cen­
tro e intensificando el ataque so­
La forma más sencilla de evi­ bre el peón negro de la dama.
tar que las blancas ganen más te­
J. . . . CSAR
rreno en el centro. Si se pennite
que las blancas jueguen libre­ Excelente jugada: lleva al ca­
mente 2. P4R, los dos peones del ballo a su casilla más adecuada en
centro les darán el equilibrio del la apertura, ejerce presión sobre
poder en esa importante área. 4D y 5 R (para neutralizar la in­
fluencia del caballo blanco sobre
2. P4AD
esas casillas), ayuda a defender al
Las blancas ofrecen un peón a peón central y facilita el pronto
fin de eliminar el fuerte punto de enroque en el flanco del rey.
las negras en el centro. Es necesa­
rio hacer esta jugada antes de des­ 4. A5C !
arrollar el caballo de dama a �A, Esta poderosa jugada desarro­
pues no hay que obstruir la co­ lla una pieza, clava a una de las
lumna del alfil. negras y amenaza con 5. AxC,
PxA (si 5 . . . DxA; 6. PXP, PxP;
2. . . . P�R
.

7. CxP, Y las blancas ganan un


Las negras están prontas para peón) dislocando la posición de
responder a 3. PxP con 3. . . . peones del flanco del rey.
PXP, manteniendo un peón en Por extraño que parezca, aun­
4D. Si recapturaran con una pie­ que Pillsbury usó esta jugada con
za, las blancas podrían atacarla, gran éxito en una magnifica vic­
ahuyentarla y tener la ventaja de toria sobre Tallasch en Hastings
un fuerte centro de peones. en 1895, el comentario que sobre
No es recomendable aceptar la ella hizo Gunsberg, quien anotó
oferta blanca con 2. . . PXP. Las
. la partida para el libro del tor­
negras no podrían retener el peón neo, fue el siguiente: "Nada bue­
adicional, de manera que, al fi­ no puede resultar de esta prema­
nal, equivaldría a cambiar un tura salida del alfil. El ataque, o,
peón central por un peón lateral. j
quizá, para decirlo me or, el seu­
Es cierto que la jugada del texto do-ataque, difiere del Juego simi­
limita el alcance del alfil de da­ lar en la Defensa Francesa, pues
ma, pero es un mal necesario en las ' blancas no pueden recurrir a
lo que quizá sea la defensa más P5R. Hablando en ténninos gene­
sólida de las negras. En esto radi­ rales, en esta apertura los dos ju­
ca la fuerza del gambito de la gadores requieren su alfil de dama
dama (para las blancas) y su po­ en el flanco de dama".
pularidad entre la mayor parte Esta opinión, según se vio des­
de los jugadores que gustan de las pués, correspondía a la de una
aperturas que les peJmiten ejer- cartomanciana. Pillsbury utilizó
1 36 I R V I N G C H E R N E V

el ataque que se origina en 4. 6. CSA •

A5C para algunos de sus triun­ Con el desarrollo de esta pie­


fos más maravillosos, derrotando za, los caballos blancos ejercen
a maestros tales como Steinitz, ahora presión sobre las cuatro ca­
Maroczy, ]anowsl-y, Burn, Marco sillas del centro. El caballo del rey
y Tarrasch. Otros que rehuyeron se propone usar la casilla 5 R co­
esta linea, Lasker, Marshall, Tchi­ mo avanzada. Una vez que se es­
gorin (para nombrar sólo a unos tacione firmemente allí, su efecto
cuantos), cayeron víctimas de otras será nefasto sobre la posición de
formas del gam b i t o de dama, las negras.
Gunsberg, que criticó tan acre­
6. . . P3CD
mente esta forma de ataque, esco­ .

gió lo que Lasker llamaba "una En la época en que se jugó esta


manera peculiar de desarrollo, partida parecía natural desarro·
pero no del todo sólida", con el llar el alfil a 2C, especialmente
resultado de que Pillsbury lo de­ cuando se encontraba encerrado
rrotó en un final que es uno de en el otro lado. Pero el compro­
los más bellos en la historia del miso en que se encuentra el alfil
ajedrez_ En resumen, fue el gran se halla relacionado con ot<ros pro­
éxito de Pillsbury con el gambito blemas, y éstos deben ser resueltos
pnmero.

de la dama lo que reveló su terri­


ble fuerza a otros jugadores y le Una continuación mejor hubie­
dio una popularidad que ha con­ ra sido 6 . . . CD2D para apoyar
.

tinuado hasta el día presente. el empuje de las blancas en el


centro mediante . . . P4A o . . .
4. . . . A2R P4R. La jugada del caballo repri­
La más sencilla: las negras des· miría también la ambición de las
arrollan el alfil a donde se en­ blancas de poner su caballo del
cuentra mejor colocado para la rey en 5R.
defensa, cerca de las propias pie. 7. A3D
zas. Incidentalmente, neutraliza la Lugar ideal para el alfil: domi­
clavada del caballo. na una diagonal y apunta hacia
5. PSR el peón negro de la torre del rey.
Este peón no se encuentra en pe­
Es necesario mover parcamente ligro inmediato, pero se halla en
los peones en la apertura, pero la línea de fuego.
las jugadas que ayudan a las pie­ 7. . '
. A2C
zas a entrar en juego son jugadas
de desarrollo. Al jugar 5. PSR, las El flanqueo por medio del cual
blancas se d e s a r r o l l a n porque las negras esperan controlar la
crean una salida por su alfil del diagonal con su alfil. Pero Pills­
,

!rey. bury pone de manifiesto la de bi­


lidad de la fonuación (en esta
5. . .. .o o-o fase de la partida) jugando:
El rey busca un refugio más se­ 8. PXP !
guro al mismo tiempo que la Las blancas eliminan un peón
torre se prepara ' para demostrar y dejan que las negras recapturen
su utilidad. en una de cua'ro maneras posi-

A J E D R E Z L ó G I C O 1 37

bIes, ¡ pero ningupa de ellas es Este peón no sólo fortalece la


sa tisfactoria r . • posición del caballo dándole una
base firme, sino que desanima a
las negras a cambiar piezas. Si 1 0.
. . . CxC, la recaptura con 1 1 .
PAxC abre la columna del alfil
de rey para un ataque con las pie­
zas pesadas. El peón que hiciera
la captura daría entonces una es­
tocada al caballo negro del rey y
lo alejaría de su fuerte posición
defensiva.
10. • • • P4A

8. . . . PxP Esta demostración en el flanco


de dama es demasiado prematura
Las negras desean mantener un o demasiado tardía. Las negras
peón en el centro. Pero este peón desean atacar en el flanco de da­
bloquea el camino de su alfil de ma donde, después de jugar 1 1 .
dama e impide que haga algo . " P5A, tendrán una mayoría de
útil en la diagonal. tres peones contra dos. Pero no
Las negras podían haber recu­ dan todo su valor a la rapidez y
perado con una pieza, pero eso el vigor con que las blancas pue­
habría equivalido a entregar el den desatar un ataque en el flan­
centro. Las blancas podían des­ co del rey. Se desbordaría con ma­
alojar la pieza con P4R y conser­ yor velocidad y más fuerza que
var el control de las cuatro casi­ cualquier acción de las negras en
llas estratégicas. el flanco de la dama. Deben, por
lo tanto, quitarle parte de su
9. C5R ! fuerza haciendo algunos cambios
y contraatacando luego en el cen­
La jugada clave del famoso "ata­
tro. Una posibilidad sería 10.
que de Pillsbury". El caballo se
' "

C I R; 1 1 . AxA, DxA; 12. O-O,


planta en una casilla desde la que
CxC; 13. PAxC, P3AR, cosa que
su poder de ataque es terrible. Su
estaría de acuerdo con dos impor­
ataque se extiende en todas direc­
tantes principios de la defensa:
ciones afectando al flanco de da­
El cambio alivia una posición
ma y, asimismo, al flanco del rey. '
aglomerada.
9. . . ' CD2D El ataque en un ala se rechaza
mejor mediante el juego en el
El caballo hace lo que puede: centro.
hace una jugada de desarrollo,
amenaza dar batalla al caballo 1 1 . O-O
blanco y está pronto a apoyar un
rompimiento de la posición con Medida defensiva (el rey nece­
10. . . . P4A, disputando el con­
sita un refugio), pero, ante tOdo,
trol del centro. sirve para poner inmediatamente
en juego la torre en la columna
10. P4A del alfil, parcialmente abierta.
1 58 I R V I N G C H E R N E V

P5A
1 1. . . , glas se verán obligadas a mover
Con la idea de obtener la ma­ algún peón próximo al rey. Este
yoría de peones en el flanco de cambio en la fOlmación de pea­
la dama. Ea una estrategia nes debilitará la estructura de ma­
mendable para el final, peTo las nera irreparable en las defensas
negras no han sobrevivido toda­ del rey.
vía al juego medio. 13 . . . , P4C
La jugada 1 1 . . . . P5A es un
error estratégico. Elimina la pre­ Marco protege al peón del al­
sión sobre el peón blanco de la fil, que Pillsbury no tenía la in­
dama y alivia la tensión. Mien­ tención de tomar, y prosigue su
tras las negras tengan la opción contraataque sobre el flanco de
de capturar al peón de dama y la dama. Adviértase que las tres
perturbar el centro de las blan­ últimas jugadas de las negras,
cas, será difícil que las blancas que llenan con peones las casillas
estabilicen el centro. Y hasta que blancas, reducen aún más la pe­
el centro esté estabilizado, el éxi­ �ueña movilidad que tiene su al­
to de un ataque de las blancas en fil de dama.
el flanco del rey es dudoso.
La moraleja es evidente: Hay
que mantener fluida la posición
de los peones en el centro y rt>­
se,varse la opción de capturar al
peón central.
12. A2A
El alfil se retira, pero no afloja
su presión sobre la diagonal que
lleva al flanco negro del rey.
12. . , . PlJTD
Preparando el arrollador avan­ 14. DlJT !
ce de los peones del flanco de da­ Amenazando 15. CxC, DxC (de
ma, que se inicia con 13. . P4C
. ,

ninguna manera 15 . . . CxC; 1 6.


y 14 . P5C.
.

. . .

DxP tt), después de lo cual pue­


13. DlJA den optar entre tres continuado-
Recurren a la artillería pesada. nes victOrIosas:
• •

A las blancas no les interesa la in­ a) 16. DxD, CxD; 17. AxA, Y
significante amenaza de ganar un las blancas ganan una pieza.
peón mediante 14. CxPAD, PxC; b) 16. AxP t, RIT (si 1 6. . ,
.

15. DxA, pues apenas vale la pe­ CxA; 17. DxD gana); 1 7. A5A t
na, para su propósito, renunciar d la descubierta, y las blancas ga­
a su caballo centralizado a cam­ nan la dama.
bio de un alfil colocado misera­ e) 16. A5A, DID; 1 7. AxC,
blemente. El objetivo de las blan­ AxA; 18. DxP tt.
cas con la jugada de la dama es "Todo esto es muy interesan­
iniciar un ataque directo sobre el te", dirá quizá el lector, "pero,
rey_ Para defenderse contra las ¿cómo hacen las blancas para pro­
amenazas de las blancas, las ne- yectar esta serie de jugadas? ¿Qué
A J E D R E Z L ó G I C O U9

es lo · que hace que vean siquiera del apoyo del peón, se convierte en
la primera j ugada de la combi­ un objetivo vulnerable de ata­
nación?". que, a pesar de que esté protegido
Pues bien, procuraremos seguir por tres piezas.
su línea de razonamiento: ¿Qué otra defensa tenían las
Las blancas atacan el punto crí­ negras? Si 14 . . . . PSTR; 15. AxP,
tico, el peón negro de la torre del PxA; 16. DxP, C5R; 17. T3A
rey con la dama y el alfil. (amenazando 18. TSC t, CxT;
Si este peón estuviera protegi­ 19. D7T ff), CDSA; 1 8. TST, y
do solamente por el rey, las blan­ las blancas ganan. O si 14. . . .
cas podrían capturarlo y anunciar CxC (para no mover los peones
el mate. del flanco del rey); 15. AxC (ame­
Pero el peón tiene otro protec­ nazando 16. DxP ff), CSC; 16.
tor: un caballo. AxA, DxA; 17. P5A, C I T (ó 17.
¿ C o n v e n d r í a eliminar al ca­ . . . C5T; 18. P6A, PxP; 19. DxC);
ballo? 18. P6A, Y las negras deben re­
Sería inútil, pues sería sustitui­ nunciar a su dama para impedir
do por otro caballo. el mate.
¿Y si se eliminara el otro caba­ 15. P5A !
llo? Una vez que desapareciera,
¡ Un peón es un anna maravi­
¿no se vendría abajo toda la es­
llosa de ataque I tste amenaza con
tructura?
romper el cordón de peones ne­
En cuanto las blancas piensan
gros mediante 16. PxP. La captu­
en este sentido y ven la primera
ra descubñrá también un ataque
jugada de la combinación, el res­ sobre el caballo negro con la to­
to se juega por sí solo. Efectiva­
rre, ataque que puede aumentar­
mente, una vez que encuentran la
se doblando las torres.
clave -eliminar al caballo que
protege al caballo que impide el 15. . . . P5C
mate-, pueden ganar en la for­ Claramente, no hay que pen­
ma que les plazca. sar en 15. . . PxP. Las blancas
.

14. . .. PSC podrían recapturar con la dama


o la torre, y en cualquiera de los
Las negras evitan el mate ha­
dos casos tendrían un juego tre­
ciendo una sencilla jugada con el
mendo.
peón. ¿Qué han logrado entonces
Las negras esperan, con esta
las blancas si es posible frustrar
tan fácilmente una combinación amenaza sobre el caballo de la
que lleva al mate? dama, distraer la atención de las
Es cierto que las blancas no blancas del curso de los aconteci­
han dado mate, pero la amenaza mientos en el flanco del rey. Si
de hacerlo les ha permitido alcan· pueden persuadir a las blancas de
zar su verdadero objetivo: pertur­ que retarden el ataque aunque
bar el alineamiento de los peones sea por un momento, podrán pre­
próximos al rey. Este cambio en sentar resistencia. Si, por ejemplo,
la configuración de peones debi­ las blancas retiran ptudentemen­
lita toda la estructura defensiva. te el caballo a 2R, entonces 1 6.
Después de la jugada de las ne­ . . C5R complica la tarea de las
.

gras, su caballo del rey, privado blancas.


140 I R V I N G C H E R N E V

jetivo de su ataque: el caballo


que se encuentra en la casilla
3AR de las negras. Aunque ha
perdido la protección del peón,
que tuvo que moverse a 3C, es
todavía inmune a la captura, pues
tiene un defensor por cada pieza
que lo ataca. Efectivamente, si las
blancas intentan algo semejante a
18. AxC, AxA; 19. TxA' DxT;
20. DxD, CxD, quedan con una
torre de desventaja. ¡ Por ello, es
inútil el asalto directol La solu­
16. PxP !
ción debe encontrarse entonces
¡Se introduce en la posición de en los medios indirectos. Hemos
las negras I Aumenta el alcance alejado a uno de los defensores
agresivo de la torre -ahora tiene del caballo, el peón. ¿Podríamos
toda la columna del alfil- y, al eliminar a los otros protectores?
mismo tiempo, el ataque del alfil ¡ Claro que sí podemosl
lleva directamente al rey.
15. CxC !
16. • • • . PTxP
Con esto se elimina uno de ·los
Veamos las alternativas: apoyos del caballo.
. Si 16. . . . PxC; 17. AxC, CxA;
18. TxC, PAxP (ó 18 . . . AxT; 18. . . , DxC
19. DxP ff); 19. AxP, PxA; 20.

I Y esta recaptura aleja a otrol


TxP ff·
Adviértase la técnica de poner si­
Si 16. . PAxP; 17. D6R t,
tio a un objetivo fuertemente cus­
. ,

RIT; 18. CxC, CxC (ó 18 . . . ,


todiado acabando con las piezas
DxC; 19. AxC t seguido por 20.
que lo protegen. En este caso, dos
DxD); 19. TxT t, CxT; 20. de los defensores del caballo han
D5R t, R I C ; 21 . AxA, y las blan­
desaparecido: uno, eliminado del
cas ganan.
tablero, y el otro alejado por la
17. D4T ! necesidad de recapturar.
Las negras no tienen mejor de­
Concentrando el fuego sobre el
fensa que 18. . . . CxC, porque
caballo del rey, cuya posición se
después de 19. AxA, D4T; 20.
ha debilitado por la pérdida del
P4CD (más rápido que 20. AxT),
apoyo del peón.
PxP a.p.); 21. PxP, D3C; 22. T3A,
17. . . , PxC seguido por 23. T3TR, que lleva
rápidamente al mate.
Las negras pueden tomar el ca­
ballo. Contra la alternativa 17 . 19. TxC !
. . . CxC, la combinación 18. PXC,
Más fuerte que 19. AxC, pues
PxC; 19. PxC, A3D; 20. D6T es

las negras no se atreven a atacar


decisiva.
a la torre.
Antes de que las blancas hagan
su siguiente Jugada, veamos el ob- 19. . . , P4T
A J E D R E Z L ó G I C O 141

Si 19. . . . AxT; 20. AxA, ame· caballo que se salió de la línea y


nazando 21. D8T tt. debilitó la formación defensiva.
La jugada del texto de las ne­
gras sirve de preparación para 20. 21 . AxP !
". . T3T, a fin de contribuir a la ¡ La justicia inmanente determi­
defensa del peón del caballo y na que este peón sea destruido!
quizá para hacer retroceder a la
dama blanca. 21 . . . , PxA
20. TD IAR Las blancas amenazaban mate.
Pillsbury dio entonces mate en
Doblando las torres se crean dos
seis jugadas, como sigue:
nuevas amenazas.
21. AxP, PxA; 22. TxP tt. 22. TxT t, AxT; 23. TxA t,
21. T(I A)3A, seguido por 22. RxT; 24. D8T t, R2A; 25. D7T t,
T3T Y 23. D8T tt· RIA (si 25. ' " R I R; 26. D8C tt
o si 25. . . . R3R; 26. DxP tt); .

20. . . . T3T 26. DxD, cualquiera jugada; 27.


A6T t, R I C; 28. D7C tt.
Con la esperanza de inducir el
cambio de torres, que distraería Más que ninguna otra partida,
una de las piezas blancas del ata­ ésta hizo que el mundo del aje­
que. Las blancas podrían ganar drez se diera cuenta del terrible
a pesar de ello, pero el juego re­ potencial del gambito de la da�
queriría gran cuidado. Podrían ma, que es una apertura posicio­
continuar con algo semejante a

nal, como instrumento de ataque.


21 . TxT, AxA; 22. DxA, AxT; El �salto sobre el flanco de rey es
, .
23. T6A (AxP inmediatamente rapIdo y enérgIco, y, a diferencia
es arriesgado y podría terminar de los ataques que tienen su ori­
inclusive en la derrota), PxP; 24. gen en los gambitos especulativos
AxP, PxA; 25. TxP t, R2A; 26. del peón del rey, se funda en una
T7C t, R I R; 27. D5R t, R I D; posición de gran solidez.
28. D8C t, A lA; 29. TxD t, RxT;
30. DxP, etc. Partida Núm. 23
¡ Pero Pillsbury no se deja ame­
drentar! Lleva a cabo el motivo PARTIDA DEL PEóN DE
del ataque con admirable consis­ DAMA
tencia, aniquilando al peón del (Ataque de Stonewall)
BLANCAS NEGRAS
Vliet Znosko-Borovsky
Ostende, 1907

l. P4D
La apertura del peón de dama,
parafraseando a George Bemard
Shaw, "ofrece el máximo de segu­
ridad con el máximo de oportu­
nidad".
Con la primera j ugada, las
1 42 I R V I N G C H E R N E V

. blancas ocupan el centro con un blancas en el centro y establece


peón y liberan dos piezas del flan­ un estado de equilibrio en esas
co de la dama. casillas.
Su plan general de desarrollo es 2. P3R
algo así como lo que sigue: Jugada extrañamente pasiva
Establecerá n y m a n te n d r á n
en una apertura donde cuenta ca­
cuando menos un peón en e l ceno
da momento. Por lo general. las
tro.
blancas atacan al peón negro de
Este peón actuará como apoyo dama mediante 2. P4AD para de­
a la avanzada del caballo en 5R
bilitar su dominio del centro. O
Ó 5AD.
si las blancas no desean revelar
Los alfiles se harán cargo de tan pronto sus intenciones. des­
las diagonales o clavarán a las arrollan sencillamente una pie­
pIezas enemigas.
• •

za con 2. C3AR.
Las torres controlarán las co­
2. . . . P4AD
lumnas abiertas o parcialmente
abiertas. ¡Las negras toman así la inicia­
La dama deberá estar en 2AD tiva! Hacen esta importantísima
Ó 2R. cerca de sus propias piezas. jugada que abre la columna del
pero lejos de la última fila. alfil para que la usen las torres y
El rey se refugiará en el enro­ da más libertad al caballo de la
que. preferiblemente en el flan­ dama pellDitiéndole salir a 3A. El
co del rey. peón mismo del alfil participa en
Fundamentalmente. el objetivo la lucha por la posesión del cen­
de las blancas es el de adquirir tro mediante su ataque sobre el
posesión de territorio y aHinco­ peón blanco de la dama.
nar a las negras contra la pared. 3. P3AD
Con menos espacio para moverse. Indicando que intentan repli­
y con la consecuente dificultad car a 3. . . PxP con 4. PAxP.
.

para maniobrar eficazmente sus cosa que mantendría intacta su


piezall, el enemigo se verá obliga­ posición de peones en el centro
do a debilitar su posición. Ten­ y abriría la columna del alfil para
drá que hacer algunas jugadas de­ sus piezas principales.
ficientes. pues no se dispone de 3. . . . P3R
buenas jugadas en una posición
Las negras tienen que proteger
constreñida. Las debilidades sal­
al peón del alfil. De otra mane­
drán a la luz y la oportunidad de
ra. las blancas podrían j ugar 4.
explotarlas se presentará en for­
PxP. Y luego aferrarse al peón
ma de una combinación. resol­
adicional con 5. P4CD.
viendo la situación de un solo
golpe. 4. A3D
l. . . . P4D El alfil se desarrolla en una dia­
gonal útil. donde ejerce presión
Es más franca que l. . . .
sobre el centro y está pronto a
C3AR. Cualquiera de las dos ju­
participar en un ataque sobre el
gadas impide que las blancas jue­
flanco del rey.
guen 2. P4R Y establezcan dos
peones en el centro. La del texto 4. . . . C3AD
contrarresta la presión de las Rara oportunidad para este ca-
A J E D R E Z L ó G I C O 143

baIlo, que pocas vec!s tiene posi­ otro mantiene en observación las
bilidades de demostrar su fuerza dos casillas restantes del centro.
en las aperturas del peón de da­ 6. C20
ma. Oesde su puesto en 3AO, el
Este caballo tiene la desdichada
caballo influye considerablemen­
disyuntiva de hacer su entrada en
te sobre '4R y 50, y, como se verá
esta casilla o en 3T. En 20 blo­
después sobre otro sector impor­
quea al alfil y no tiene brillantes
tante
perspectivas. En 3T sólo es medio
5. P4AR caballo, pues alcanza cuando más
De cinco jugadas, las blancas en cuatro direcciones en lugar
han hecho cuatro con peones a de ocho.
fin de obtener una disposición
6. . . 02A
particular que se conoce con el
.

nombre de ataque de Stonewall.


M uy buena, ya que las piezas
pesadas (la dama y las torres) lle­
Aparte el hecho de que hacer
nan mejor sus funciones cuando
tantas j ugadas de peones en la
están colocadas en columnas
apertura es una flagrante viola­
abiertas o en columnas que se
ción de principio, la adopción de
abrirán pronto.
un sIstema que reqUiere arrojar
• • •

La dama se desarrolla ganan�


un ataque con una formación pre­
do un tiempo, ya que lo hace con
concebida de piezas, sin conside­
una amenaza posicional, cosa que
ración a la conveniencia del ata­
las blancas pasan por alto.
que, sin hacer referencia a los re­
querimientos de la posición parti­ 7. CR3A
culaT, es contraria al concepto de En este caso, rutina y desarro­
la estrategia apropiada y al espí­ llo irreflexivo. Las blancas están
ritu mismo del ajedrez. tan absortas en el tema funda­
Una expedición semejante equi­ mental del ataque de Stonewall
vale al riesgo de tomar la ofensiva (colocación de un caballo en SR,
contra un enemigo cuya fuerza robustamente apoyado por peo­
es igual, cuyo alineamiento de nes), que no se detienen en cada
fuerzas resulta desconocido y que jugada para preguntarse: ¿Qué es
no ha revelado puntos vulnera­ lo que amenaza mi adversario con
bles. En estas condiliones, el ata­ su última jugada? ¿Tiene jaques
que es prematuro y seguramente o capturas que reduzcan mis posi­
será rechazado para convertirse bilidades de responder?".
en una retirada desordenada. Si
tal sistema tuviera éxito, sería la
s.ran cosa para las blancas, que
SIempre ganarían; pero, entonces,
¿quién querría jugar con las pie­
zas negras?
5. . . . C3A
¡Excelente desarrollo mientras
se esperan los acontecimientos!
Los caballos negros están helmo­
samente colocados: uno de ellos
vigila las casillas 4R y 50, y el
144 I R V I N G C H E R N E V

;i7 •PxP !
• • •
preparadas para llevar una torre
¡ Las negras abren la columna a l A a fin de fortalecer su domi­
del alfil con un solo golpe! nio sobre esa columna.
8. PAxP 1 0 . P3TD

El objetivo de la jugada de las Antes de coqtinuar con lo que


negras se revela en esta captura se proponen, las blancas tienen
obligada. Las blancas no podrían que desalojar al molesto caballo
tomar con 8. PRxP (con la espe­ que desconcierta todo su flanco
ranza de conservar un fuerte apo­ de dama.
yo de peones para la proyectada 10. . . ' TIA !
colocación de un caballo en 5R), Contraataque que debe haber
pues ello permitiría la brutal res­ venido como una sorpresa para
puesta 8. . . . DxP, ganando un las blancas.
peón para las negras. La alterna­ ¿Qué harán contra la amenaza
tiva, captura con 8. CxP, pugna de 1 1 . . DxA? Si toman el ca­
. .

con el sistema que las blancas se ballo, viene 1 1 . DxA; 12. TxP
' "

han resuelto a seguir antes de que (de ninguna manera 1 2 . DxD,


se hubieran trazado las l íneas de TxD t, y las negras ganan una
batalla. En ese plan, el caballo torre), DxP (amenazando 1 3 . . . '
debe encontrarse en 5R, no en T8A, con lo que clavan la dama);
4D, y la casilla 4D debe estar ocu­ 1 3 . O-O, DxPC, y las negras tie­
pada por un peón. nen un peón de ventaja, que es
8. . . , C5CD ! un peón pasado.
¡Ataque perturbador sobre el 11. O-O
alfil! Sin los servicios de esta pie­ Ahora el alfil está defendido
za, las blancas no pueden abri­ por dama y torre, y a salvo de la
gar la esperanza de desatar un captura. Al mismo tiempo, el rey
ataque eficaz sobre el flanco del busca refugio.
rey.
11. . . , A4C !
9. A I C
El alfil se apodera de una mag­
Casilla desacostumbrada para nífica diagonal ganando tiempo,
retirarse, pero es la única dispo­ ya que las blancas tienen que ale-
nible si el alfil desea continuar en Jar su torre.

la diagonal que conduce al flanco


12. T I R
negro del rey.
A las blancas no les preocupa Evidentemente obligada, ya que
mucho este tropiezo. Esperan ahu­ 12. T2A pierde de i nmediato con
yentar al caballo enemigo con 10. 1 2.. . . DxA, mientras que 12.
P3TD Y luego reorganizar sus tro­ PxC, AxT (amenazando conti­
pas. nuar con 13 . . . . DxA) cuesta el
9. . . A2 D .
cambio.
12. . . . C7A !
Jugada tranquila, pero sutil.
El alfil hará sentir su presencia, Ataque sobre ambas torres que
inclusive a partir de este modesto deja a las blancas sin posibilida­
pnnclplO. des de contestar. Tienen que su­
• • •

Las negras se encuentran ahora primir al terrible caballo.



A J E D R E Z L Ó .G I C O 145

sobre el juego de las blancas. Es


especialmente molesto allí, pues
no se puede ahuyentar fácilmen­
te a la torre, y las piezas blancas
se estorban todavía entre sí. .
15. PSTR
Para evitar 15. . . . C5C, que
es una invasión con otra pieza.

15 . . ., ASD

El alfil se desarrolla en una


13. AxC diagonal útil.

La captura alternativa 13. DxC 16. C l C


lleva a 13. . . . DxD; 14. AxD,
TxA, y las negras quedan con La idea de las blancas es la de
una torre en la séptima fila, como reorganizar sus fuerzas a fin de
ocurre en la partida. tener alguna libertad de movi­
miento. Proyectan la continuación
13. . . . DxA 17. C3A, AST; 18. T I D , seguida
por 19. T2D para librarse de la
y las negras penetran en las
molesta torre negra. Por este me­
entrañas de la posición enemiga:
dio, el alfil puede tener algún día
la séptima fila.
la oportunidad de entrar en ac­
Las fuerzas de las blancas se
ción.
encuentran casi paralizadas:
Su torre del rey y su dama no 16. . . ' C5R !
pueden moverse debido al alfil i El caballo ocupa esta excelen­
negro. te avanzada I No sólo ahoga cual­
Su alfil no puede moverse. quier jugada liberadora del peón
El caballo de la dama deberá del rey, sino que barre el plan de
'
permanecer en 2D para impedir reorganización de las blancas. Si
14 . . . C5R.
.
éstas intentan 17. CSA, CxC; 18.
La torre de dama puede mover­ PXC, TxPA gana un peón para
se, pero sin provecho. las neglas.
14. DxD
17. C(SA)2D
De manera que cambian su im­
En consecuencia, las blancas in­
potente dama por la negra, que

tentan el cambio o la elimina­
es una pIeza actIva.

ción del caballo negro, poderosa­


14. ' " TxD mente situado. Después de eso,
El resultado de la combinación podrán llegar a un desarrollo ra­
posicional de las negras es que les zonable.
ha dado completo control de la
17. . . , A6D
columna abierta y el dominio de
la séptima fila con su torre. La Las negras aceptan la oferta,
colocación de la torre en 7A tiene con la estipulación de que si sus
un efecto terrible de constricción caballos han de ser cambiados,
1 46 I R. V I N G C H E R. N E V

desea que otra pieza ocupe la 19. . . , R2D


avanzada 5R. Mucho más enérgica que enro­
18. CxC carse. N o son probables las ame­
A las blancas no les queda otro nazas de mate con tan pocas pie­
camino que despejar el tablero zas en el tablero, por lo que el
de cuantas piezas puedan. De otra rey sale a campo abierto. El po­
manera, nunca podrán sacar a sus der del rey aumenta con la reduc­
piezas de su posición complicada. ción de las fuerzas, y, como co­
La jugada 18. C�AD, que antes rresponde a una pieza <l.ue parti­
hubiera servido para perder un cipa en la lucha, se dinge hacia
peón, es peor ahora, después de el centro para ayudar al ataque.
18 . . CxC(7D); 19. AxC, TxA,
. . Al mismo tiempo se ha abierto
en que las negras ganan una toda una avenida para la torre
del rey .

pieza.
18. . . . AxC 20. CxA
Las negras recapturan con la La única esperanza de las blan­
amenaza de 19. . TxP t, que
"
cas es seguir despejando el ta­
no les da tiempo a las blancas pa­ blero.
ra jugar 19. C�A. 20. . . , PxC
19. C2D
Después de la recaptura, el exa­
Salvan al peón del caballo del men muestra la inferioridad de la
rey bloqueando a la torre, pero posición de las blancas:
también dejan aislado a su propio El alfil no está desarrollado,
alfil, y vuelve otra vez a su con­ impidiendo la comunicación en­
fusión anterior. tre las torres.
Desgraciadamente, no hay otra El grupo de peones del centro
cosa que prometa mucho. Si 19. está completamente inmovilizado.
A2D, TxP; 20. T I A (abriendo
Todas las pieUJs se encuentran
una columna para el peón y ame­
todavía en la primera fila.
nazando 21. T8A t), R2D, Y las
Aparte las características de es­
blancas tendrán que alejarse de
ta posición particulat, es muy im­
la columna por el amago de 21 .
portante apreciar la fuerza pecu­
. . . AxC que gana más material,
liar que toma la torre cuando do­
ó 21 . . . , TIAD que opone a las
mina (como lo hacen las negras)
torres en la columna.
la séptima fila:
Por una parte, ataca a los peo­
nes que se encuentran todavía en
la fila, alcanzando a todo lo largo
de ella, de manera que es dificil
defenderlos.
Por la otra, la torre puede po­
nerse detrás de los peones que se
hayan movido de la fila y mante­
ner una presión constante, ya que
se encuentran siempre bajo el ata­
que de la torre por mucho que se
alejen de la fila. .
A J E D R. E Z L ó G I C O 147

Por último, la tORe impide que ¡ Pone fin al proyecto! Contra


el rey enemigo participe en el fi­ 23. A2C, las negras juegan 23. . .
.

nal, pues vigila la línea de salida. T6C, con un ataque doble sobre
He aquí la moraleja: el alfil. Esto obliga a jugar 24.
En la apertura hay que llevar AIT, en que 24. ' " TxPT gana
las torres hacia el centro, en co­ un peón para las negras, que do­
lumnas que ofrezcan perspectivas blan entonces sus torres en la sép­
de abrirse. tima fila para obtener una fácil
En el medio del juego, hay que victOrIa.
• •

apoderarse de las columnas y do­ 23. R I A


minarlas con las torres.
El rey se acerca para apoyar a
En el final, hay que colocar las la torre que protegerá al alfil
torres en la séptima fila. Las to­ cuando salga de la fila. Dicho en
rres dobladas en la séptima fila el lenguaje del ajedrez : las blan­
son casi irresistibles en los ata­ cas intentan 24. A2C, T6C; 25.
ques para dar el mate_ Si queda T2R (jugada anterioIlllente im­
poco material en el tablero, la posible) cuando todos los puntos
séptima fila es un medio conve­ sean seguros.
niente para maniobrar las torres
de manera que queden detrás de
los peones enemigos.
21 . T I C
Preparándose para jugar 22.
P4CD seguido por 23. A2C, con
el objeto de peIlnitir que el alfil
vea por fin la luz del día.
Es inútil esforzarse por desalo­
jar a la torre negra. Si, por ejem­
plo, 21. RIA, TRIAD; 22. T2R,
TxA t, y las blancas ganan una

pieza.
23 . . . , RlSA
21. . . , TRIAD
El rey participa en el final
Cuando se doblan las torres en abriéndose paso por las debilita­
una columna abierta, su poder en das casillas blancas.
esa columna aumenta más de dos La receta de Tarrasch en casos
veces. semejantes es que "hay que mover
Aquí se manifiesta claramente al rey (en el final) tan lejos como
su poder, ya que reducen la resis­ sea compatible con su seguridad,
tencia de las blancas a la débil es­ en el corazón mismo del campo
peranza de desarrollar 'su alfil. enemigo, donde puede capturar
Las torres blancas no pueden peones, detener a los peones hos­
abandonar la última fila hasta tiles y llevar a sus propios pea­
que no lo haga el alfil. nes a coronar".
22. P4CD Reuben Fine dice clara y sen·
Para que el alfil pueda usar la cillamente: "El rey es una pieza
casilla 2C. poderosa: I hay que usarla'''.
22. ' .. TR6A 24. A2C
1 48 I R V I N G C H E R N E V

Por fin logra salir el alfil, pero, que las del rey. Y no muchas,
¿es demasiado tarde? pues el peón del rey necesita pro·
tección.
24 . . . , T6C
27. . . . R5T
Clavando inmediatamente al
alfil y forzando la siguiente juga­ Antes de iniciar la combinación
da de las blancas. decisiva, las negras reducen a los
peones también a la impotencia.
25. T2R
28. R2R
Evidentemente, la única fOlma
de salvar al alfil sin perder el Todo lo que les queda a las
peón de la torre. Si, en lugar de blancas, aparte de las jugadas
ello, 25. TRIA, T(6C)xA gana ociosas de los peones del flanco
una pieza para las negras. del rey.

25. . . . TxT

Las negras se sienten felices de


cambiar torres y simplificar el fi·
nal. Conservan una ventaja de
posición por la movilidad supe­
rior de sus piezas, incluyendo a su

rey, que proyecta mternarse en-


tre los peones enemigos y hacer
estragos entre ellos.

26 RxT
Las blancas recapturan y ame­ 28. . . , P4TD !
nazan con salir . de sus aprietos
mediante 27. T I A t, R4C; 28. Los peones, como veremos, no
T2A, Y el alfil queda libre de la tienen par como puntas de lanza
clavada al mismo tiempo que la en un ataque. Pueden romper
torre (después de 29. A l A) podría casi cualquier barrera_
inclusi v e u ti l i z a r la columna La amenaza de las negras con­
abierta. siste en 29. . . . PxP; 30. PxP,
RxP, ganando un peón.
26. • • • R4C
29. R2A
Haciéndose a un lado ágilmen·
te, el rey evade el jaque. Se dirige Si 29. PxP, AxPT recupera al
hacia 5T para dominar el flanco peón y luego gana al alfil. O si
de dama de las blancas antes de 29. R2D, PxP; 30. PxP, AxP t;
comenzar a minar a los peones de 31 . R2A, A6T, Y las negras cam·
esa ala. . bian todas las piezas para que­
darse con un peón de ventaja y
27. R2D una victoria elemental.
La torre y el alfil de las blancas 29. . . ,
PxP
están inmovilizados, por lo que
no les quedan más jugadas La primera pieza del botín.
A J E D R E Z L ó G I C O 149

30. PxP 33 . . . . TxA t!


De no ser así, el peón negro Despejando de piezas el tablero
ataca a derecha e izquierda, pri­ y reduciendo a un final de peo.
mero a otro peón y luego al alfil. nes. Es la fOlma más sencilla de
30. . . . RxP ganar u n final con un peón de
ventaja.

Las negras no toman con la to­


rre o el alfil. Cualquiera de esas 34. TxT t
dos jugadas daría tiempo a las
blancas para 31 . T I T t, y con Las blancas tienen que recap­
ello obtendrían la libertad de su turar.
alfil. 34. • • • AxT
31. R2R
Continuando la simplificación.
Las blancas están restringidas
a las jugadas de espera. 35. RxA
31. . . . R4C ! La única jugada.
En este caso, también, mover 35. R5A
el rey a la columna de la torre
_ . .

o a la del alfil pel1nite que la to­ Amenazando con llegar a los


rre dé jaque. peones del flanco del rey por me­
Las negras amenazan ahora con dio de la casilla 6D.
doblar la presión sobre el alfil
clavado mediante 32 . . . . A6T Y 36. R2A

ganan una pIeza. Impide la proyectada invasión.


32. R2D 36. ' "
P4CD
El rey se acerca para salvar al
alfil. ¡ Hay que empujar a los peones
pasados! Esto remacha la victoria,
32. . . ' A6T pues las blancas no pueden dete­
Forzando la decisión por medio ner al peón sin permitir que el
del nuevo ataque al alfil. rey negro se introduzca entre lo�
33. R2A peones abandonados. La conti­
nuación podría ser 37. P4C, P5C;
La única jugada. 38. P4T, P6C t; 39. R2D, P7C;
40. R2A, PBC(D) t; 41. RxD,
R6D; 42. R IA, RxPR; 43. R I D,
R7A, Y el nuevo peón pasado
sube por el tablero y se transfor­
ma en una dama.
37. A bandonan.

El Maestro de Ajedrez Explica


sus Ideas

I m ag i n e m o s que tomamos 2. En el medio del juego, coor­


asiento junto a un maestro del dinación de las piezas.
ajedrez que nos revela sus pensa­ 3 . En el final, juego exacto que
mientos en el curso de una parti­ gane tIempo.

da. Podemos entonces solazarnos Estas partidas son maravillosas


con la emoción del juego de com­ ilustraciones de la eficacia de los
binaciones y disfrutar del placer principios de Capablanca en el
de ver cómo sus ideas nacen a la juego práctico. En mi libro, par­
vida. Podemos ver cómo se prepa­ tidas semejantes a éstas son eJem­
ran los temas tácticos, la clavada, plos de brillantez.
el doblete del caballo, el ataque En la partida Capablanca-Mat­
doble y la combinación que con­ tison (Núm. 24), las blancas no
duce al mate (las cosas que siem­ hacen otra cosa que desarrollar
pre encontraríamos si tan sólo se sus piezas, pero eso es bastante
nos presentaran oportunidades se­ para que surjan pequeñas y agu­
mejantes) por medio de la estra­ das combinaciones. Lo que hace
tegia de preparar el escenario pa- impresionante esta hazaña es que

ra su apanclOn. todas las combinaciones favorecen


• •

Las partidas que ofrecemos a a las blancas, inclusive el amago


continuación no son principal­ de una de ellas (un mate aborta­
mente exhibiciones de fuegos ar­ do), que es suficiente para per­
tificiales, y tampoco hay en ellos suadir a las negras de que deben
ataques explosivos (y algunas ve­ rendirse. ¡Es una joya de Capa­
ces inesperados). Tal vez no co­ blanca!
rrespondan al concepto popular La partida ]anowsky-Alapin
de la brillantez, pero nos mues­ (Núm. 25) es, indudablemente, la
tran cómo puede darse fOlma a partida más helmosa que jugara
las circunstancias por medio del nunca ]anowsky. Sus maniobras
rígido control de las fuerzas. Y en la columna abierta de la dama
muestran también lo que puede conducen a la cr,eación de un
lograrse aplicando los tres gran­ peón pasado. Es necesario blo­
des principios por los que aboga­ quear al peón, y las negras de­
ba Capablanca y que utilizó con muestran su ingenio cambiando
tanto éxito: de bloqueador, de manera que
l . En la apertura, desarrollo una pieza débil sustituye a otra
rápido y eficaz. más fuerte. Entonces viene una
1 52 I R V I N G C H E R N E V

interesante fase en que los peo­ cia de la dama . . . ¡en el flanco


nes de Janowsky alcanzan las ca­ de la dama! .

sillas negras de la séptima fila, La partida T a r r a s c h - Mieses


apoderándose de ella como una (Núm. 28) es notable por la hábil
mano que se apodera de la gar­ refutación de Tarrasch a un ata-
ganta del enemigo_ Y en el final

que prematuro. Sus ganancias de


figura un divertido cambio de tiempo en la apertura continúan
ataque a varias columnas; que las hasta el final, de manera que lo
negras deben esforzarse por imi­ que resta es una clara demostra­
tar en su defensa_ ción en la técnica de convertir
"Estudio sobre las Teclas Ne­ una mayoría de peones en el flan­
gras" . . . Así podría llamarse la co de la dama en un peón pasado.
partida Bernstein-Mieses (Núm. La partida Marshall-Tarrasch
26). Bernstein se aferra a la debi­ (Núm. 29) es .una obra maestra
lidad de las casillas negras del poco conocida que presenta un
adversario y planta piezas en es­ duelo entre u n genio del ataque
tos agujeros de la posición. Des­ y un virtu�.so de la defensa. Los
pués de una notable excursión del métodos del jugador de posición
rey, los peones comienzan a caer resultan superiores, pues su con­
y se despeja un camino para el tinuada adquisición de territorio
peón pasado de Bernstein. arrinconan a las blancas contra la
Una obra maestra ignorada es pared. Contra la lenta acumula­
la partida Chekhover-Rudakows­ ción de ventajas posicionales de
ky (Núm. 27) en que se mezclan Tarrasch, cualquier ataque de su
hermosamente los temas que he­ adversario parece fútil.
mos examinado en el ataque del Siguen tres partidas en que el
flanco del rey y en la apertura motivo es: obtener u n peón pa­
del peón de dama. Las negras sado, subirlo por el tablero IY
omiten la liberadora jugada . . . ganar! En la primera, Capablan­
P4AD, circunstancia que aprove­ ca-Villegas (Núm. 30), ofrece sa­
cha prontamente su adversario. crificar su dama. Pero si en la
Chekhover, que controla la co­ mayor parte de los juegos una
lumna del alfil de dama, restringe oferta semejante es el punto cul­
y luego bloquea la columna del min'ante de una combinación,
alfil de dama. Con las negras pa­ aquí está subordinada a la gran
ralizadas en el flanco de dama, estrategia de obtener una ventaja
vuelve el ataque súbitamente al posicional. Lleva al control de la
flanco del rey, dando a su adver­ columna de .la dama, y esto, a su
vez, se convIerte en una mayona
,

sario el dolor de cabeza de defen­


der ambas alas, para no hablar de tres peones a dos en el flanco
del centro. Las negras se ven obli­ de la dama. El hábil juego resuel­
gadas a jugar . . . P3CR y a debi­ ve esta situación en un solitario
litar sus casillas negras 3AR y peón pasado, fiImemente blo­
3TR. La dama blanca domina queado, hasta que otro sacrificio
una de esas casillas débiles y co­ de la dama abre las puertas.
mienza entonces una serie de ame­ La partida Havasi-Capablanca
nazas de mate en el flanco del (Núm. 3 1 ) es un ejemplo magní­
rey, la cual culmina en la ganan- fico del juego de posiciones en
A J E D R E Z L ó G I C O l 5�

que se presenta el arte de conse­ Partida Núm. 24


guir lo más posible de una ven­ PARTIDA DEL PEÓN DE
taja insignificante_ Capablanca lo­ DAMA
gra una mayoría de peones en el (Defensa Nimzo-India)
flanco de dama y se dedica a con­
BLANCAS NEGRAS
vertirla en un peón pasado_ Lo
Capablanca Mattison
hace obteniendo el control de la
columna abierta del alfil de dama Carlsbad, 1929
y explotando luego las debilida­ 1 . P4D
des de las casillas blancas de su
El concepto popular sobre las
adversario. El resto consiste en
aperturas del peón del rey es que
escoltar al peón pasado hasta la
ofrecen toda clase de oportunida­
casilla en que corona.
des para desatar un rápido ata­
La partida Canal-Capablanca que. Puede jugarse una variedad
(Núm. �2) es para el conocedor. de gambitos, pueden sacrificarse
Canal sorprende a Capa blanca piezas para abrir columnas, arries­
con una combinación que gana garse combinaciones y entregarse
dos piezas por una torre. Pero, a la especulación: cualquier cosa
¿fue una sorpresa? Aparentemen­ por obtener el mate. Afgunas ve­
te, Capablanca previó la combina­ ces esta táctica tiene éxito, pero
ción y, examinando la posición con mucha frecuencia el j ugador
más cuidadosamente que Canal. del gambito encuentra que está
vio recursos que no se le revela­ en el lado que sufre el ataque_
ron a su adversario. El final que Las posiciones abiertas son peli­
sigue es un estudio fascinador e grosas tanto para un bando como
ilustra un tema de "dominación" para el otro.
que rara vez se encuentra en la En las aperturas del peón de
realidad. Hay un peón por coro­ dama, el ideal que se persigue es
nar, pero se necesitaría la mira­ el desarrollo por el desarrollo mis­
da de un águila para encontrar al mo. El ataque no es "lo primero
peón particular que coronará. y más importante". No se juega
La partida Rubinstein-Maroczy deliberadamente para desatarlo,
(Núm. �3) es una maravilla desde sino, aunque parezca extraño, el
todos los puntos de vista. El des­ hecho mismo de que todas las pie­
arrollo económico de Rubinstein zas se desarrollen económicamen­
en la apertura se traduce en una te, de que participen en el juego
magnífica centralización en el me­ tan pronto como sea posible en las
dio del juego y esto, a su vez, es casillas donde funcionan mejor,
un preludio al ataque en el flan­ parece imbuirles poderes mágicos
co del rey en el final. Entre los de ataque. ¡ Las combinaciones
atractivos de esta partida, nadie surgen como llovidas del cielol
podría decir que el menor es el ¿Será, acaso, que la simple colo­
notable uso de 5D como pivote cación de las piezas donde tie­
para las maniobras del caballo, nen la mayor libertad de movi·
alfil, torre y dama de Rubinstein, miento y el mayor dominio del
que utilizan por tumo esta casilla tablero genera en ellas tanta
como campo de aterrizaje. energía que tiene que desatarse
de alguna manera? ¿Y será, quí-
1 54 I R V I N G C H E R N E V

zá, que el conocimiento de este dente: desarrollar primero el ca­


hecho es lo que hace que los vir­ ballo de dama para apoyar el
tuosos del juego posicional repri­ avance del peón del rey.
man su instinto de atacar hasta
3. ., A5C
que llega la hora de desatar el
.

ataque?
A esto, las negras contestan cla­
La j ugada del peón blanco de
vando al caballo. Si las blancas
dama inicia el proceso de poner
jugaran 4. P4R, la réplica 4 . .
en juego todas las piezas tan rá­
. .

CxP no les petmitiría recapturar.


pidamente como sea posible. Dos
de ellas tienen libertad ahora pa­ 4. D2A
ra hacer su début, mientras que
el peón que las liberó ocupa el Con doble propósito: refutar 4.
centro del escenario. ." AxC t con 5. DxA, conser­
vando intacta las posiciones de
1. . . . C3AR peones, y amenazar otra vez el
avance 5. P4R.
Jugada de desarrollo cuyo ob­
Prevalece el concepto de que
jetivo (a más del recomendable de
sacar una pieza a su casilla más en la apertura hay una "jugada
mejor" en cada punto. Se cree
adecuada) es el de evitar que las
que el maestro de ajedrez memo­
blancas ganen demasiado terreno
riza cada una de esas mejores ju­
con 2. P4R.
gadas y su respuesta adecuada. Es
2. P4AD evidente que tal razonamiento re­
sulta especioso: el hecho mismo
Esta jugada hace varias cosas: de que se hayan jugado millones
a) Inicia un ataque sobre la ca­ de partidas sin duplicación de ju­
silla 5D gadas es prueba suficiente de ello.
b) Mantiene abierta la colum­ Consideremos la posición del
na del alfil para que la usen las tablero. A más de la jugada del
piezas pesadas. texto (4. D2A) hay, cuando me­
e) Ofrece a la dama una dia­ nos, siete alternativas excelentes,
gonal. cada una de las cuales tiene abo­
d) Impide que las negras esta­ gados entusiastas. Son :
blezcan un peón en el centro me­
diante 2. . . . P4D. La respuesta 4. D3C
de las blancas, 3. PxP, obligando 4. A2D
a recapturar con una pieza, deja­ 4. P3TD
ría a las negras sin peón en el 4. A5C
centro. 4. P3R
4. P3CR
2. . P3R
4. C3A
. .

Despeja el camino para el alfil


¿Cuál de ellas es la mejor? Na­
del rey e indica que las negras
die puede decirlo con seguridad,
continuarán en defensa activa.
pero la que lleva a posiciones ade­
cuadas al temperamento del que
J. C!JAD
la hace es la mejor j ugada, y -la
El motivo de las blancas es evi- que deberá jugarse.
A J E D R. E Z L ó G I C O 155

4. . . . P4A Las negras desanollan otra pie­


za antes de recuperar el peón.
Las negras pueden también lle·
var a cabo la defensa (o el contra­ 6. C3A
ataque) de la manera que mejor En esta fase, el aficionado qui­
convenga a su estilo y tempera­ siera que sucediera algo. Comien­
mento. La jugada que hacen za a buscar jugadas de sorpresa.
disputa inmediatamente el con­ ¡Seguramente hay alguna brillan­
trol blanco del centro. Y también tez en la posición! El gran maes­
hace otras cosas: da más alcance tro, en la misma situación se con­
a la dama, abre la columna del tenta con hacer jugadas sencillas.
alfil, protege al alfil, etc. Sabe que si continúa sacando pie­
Pero hay otras jugadas, igual­ zas al campo, no habrá necesidad
mente eficaces, a la disposición de buscar combinaciones. Se pre­
de las negras. Pueden seleccionar sentarán naturalmente, surgiendo
entre estas respuestas, cada una de la posición.
de las cuales tiene algo recomen­
6. . . , AxP
dable:
Un nuevo retardo en la recupe­
4. C3A
ración del peón podría ser peli­
• • •

4. AxC f
groso.
• • •

4. • • • P3D
4. • • • P4D
4. • • • O-O
4. • • • P3CD

Siempre hay algo para cada


gusto.

5. PxP
La más fuerte por varias razo­
nes: las blancas no pierden tiem­
po tomando al peón, pues la re­
captura de las negras hará que se
recupere ese tiempo. La columna 7. A4A
abierta de la dama CJue resulta de
. .

Más acostumbrada es la agresi­


5. PXP beneficiará a las blancas,
va 7. ASC para clavar al caballo
quienes ocuparán ID con una to­
y mantener a las negras bajo pre­
rre y ejercerán presión por toda
sión, pero no puede encontrarse
ella, poniendo en peligro espe­
falta en este método de desarrollo.
cialmente al peón de dama retra­
Parece apacible, mas el alfil do­
sado. mina una importante diagonal
Otras continuaciones son me­
central y ataca la casilla 6D, pun­
nos enérgicas. Por ejemplo: des­
to doloroso en la posición de las
pués de 5 . P3R, las negras se li­
negras.
beran con 5 . . . P4D, o si 5. C3A,
.

PXP; 6. CxP, C3A, y las blancas 7. . . , P4D


tienen que defender la iniciativa.
Disputando vigorosamente la
5. . . . CSA posesión del �ntro.
156 I R V I N G � H E R N E V

8. P3R fil. Las blancas perderían los ser­


vicios de una pieza de gran valor
Otra jugada apacible que libe­
por su influencia potencial en el
ra un alfil y fortalece la posición
centro. ¿Por qué no, entonces, pre­
del otro.
parar el desarrollo del alfil a 3D
8. . . . D4T jugando primero 9. P3TD? La
respuesta está en que el tiempo es
Las negras acechan una oportu­ demasiado valioso en la apertura
nidad para iniciar un ataque que para perderlo en movimientos in­
deja a las blancas con un peón necesarios de los peones. Sólo de­
aislado de alfil: ligera debilidad ben hacerse las jugadas de peones
posicional. Por ello inician una que sean esenciales al desarrollo
acción contra el caballo, pero "ta­ de las piezas. La circunstancia
les maniobras artificiales", dice adicional de que 9. P3TD debilite
Tartakover, "difícilmente pueden las casillas blancas en el flanco de
tener éxito contra un Capa­ la dama es nueva prueba de que
blanca". dicha estrategia resulta artificial
En lugar de ello, las negras de­ y es causa de que se pierda tiempo.
berían hacer algo para poner en
juego su alfil de dama, posible­ 9. . . . A5C
mente como lo que sigue: 8. . .
En contraste con el método de
.

P3TD; 9. A2R, PxP; 10. AxP,


desarrollo de las blancas, clásica­
P4CD; 1 1 . A2R, D3C (no inme­
mente sencillo, las negras mueven
diatamente 1 1 . . . . A2C a causa
al alfil una tercera vez en la aper­
de 12. CxP); 12. O-O, A2C.
tura a fin de dejar a su adversario
con un peón aislado. Intento se­
9. A2R
mejante es prematuro en vista del
U na más de estas jugadas mo­ desarrollo incompleto de las ne­
destas, que tienen más energía de gras.
la que pudiera sospecharse. Lo­ En lugar de ello, una continua­
gra los siguientes objetivos: ción plausible era 9. . . . O-O;
a) Pone en actividad una pieza, 10. O-O, PxP; 1 1 . AxP, A2D, y
sacándola de la primera fila. las negras tienen un juego acep­
b) Desarrolla el alfil a 2R, de table.
manera que puede pasar a 3AR y 10. O-O
atacar el centro.
c) Despeja el flanco del rey, El rey obtiene un refugio segu­
_haciendo posible el pronto en­ ro al mismo tiempo que la torre
roque. del rey se acerca al centro, que es
d) Prepara la cooperación de el teatro de la acción. La torre,
las torres en la primera fila, des­ naturalmente, se esforzará por
pués del enroque. apoderarse de una columna abier­
¿Cuál hubiera sido el inconve­ ta, o, si no la hay, de una que
niente de hacer la jugada de as­ ofrezca perspectivas de abrirse.
pecto más agresivo 9. A3D? Por 10. . . . AxC
una parte, la respuesta 9. . . .
C5CD pennite a las negras obli­ El alfil se ha movido cuatro ve­
gar a cambiar el caballo por el al- ces para hacer este cambio por un
A J E D R E Z L ó G I C O 157

caballo que sólo se ha movido el enroque en el flanco del rey


una vez. Tanto movimiento de y amenaza con 14. T5C, D3T,' 15.
una pieza indica que algo anda PxP, PxP; 16. TxPD, y el ataque
mal en la estrategia que lo ori- descubierto sobre la dama gana
un peón para las blancas) .

gma.

1 1 . PxA
A pesar del peón doblado del
alfil, las blancas tien�n las si­
guientes ventajas:
a) Tienen dos alfiles activos
contra el caballo y el alfil de las
negras.
b) Todas sus piezas menores es­
tán en juego, mientras que las
negras tienen todavía un alfil en

la primera fila.
e)
Sus torres se hallan en con­
tacto y prontas para apoderarse
12. TD I C !
de la columna abierta del rey y de Otra de esas jugadas sutiles,
la columna semiabierta de la cuyo propósito suele pasar inad­
dama. vertido al jugador de tipo medio.
d) Su rey se encuentra a salvo "¿De qué sirve", se pregunta éste,
en un rincón, mientras que el de "perder una jugada de la torre en
las negras está en campo abierto. atacar un peón que está protegi­
e) Su dama se halla colocada do adecuadamente?".
idealmente y tiene más influencia Es cierto que el peón está de­
sobre el centro que la negra, la fendido, pero por un alfil que no
cual se encuentra en el lado del puede desarrollarse sin abando­
tablero. nar al peón. Tarde o temprano
f) El cambio de peones en el las negras se verán obligadas a ju­
centro (que parece inevitable) gar . . . P3CD, o tendrán tres pie­
abrirá líneas de ataque, circuns­ zas en la primera fila, que se es­
tancia que favorece al jugador torbarán entre si. Pero o .P3CD
.

cuyo desarrollo sea superior: en tiene sus inconvenientes. La dama


este caso, las blancas. negra quedará aislada y no podrá
g) Conservan la iniciativa. volver al flanco del rey y a la de­
1 1. . . . fensa del rey. A más de esto, la
o-o
posición del caballo de dama será
U no de los problemas de las insegura ' una vez que se le quite
negras queda resuelto con la esca­ el apoyo (el peón del caballo).
patoria del rey a un lugar más se­ La jugada de las blancas es sen­
guro. cilla y apacible, pero logra ejer­
El desarrollo del alfil hubiera cer una presión incómoda sobre
sido un tanto arriesgado, ya que el flanco de dama de las negras,
después de 1 1 . . A2D; 12.
. . hace difícil el desarrollo normal
TD I C (atacando al peón del ca­ y crea debilidades permanentes
ballo), P3CD; 13. A6D (impide que se prestan a ser explotadas.
158 I R V I N G C H K R N EV
,

12. . . , D6T golpe destruye el centro de pe<>­


nes negros.
Las negras quieren desarrollar
su alfil, y para ese fin deben jugar 14. . . . CxP
. " PSCD. Pero hacerlo de inme­
diato podría poner en peligro a La recaptura con el peón sería
la dama cortando su línea de re­ fatal: si 14 . . . . PxP; 15. P4A ! es
tirada. Por ejemplo: si 12. . el movimiento clave para ganar.
Las negras no podrían evitar en.
, .

PSCD; 13 . A6D, TID; 14. T5C,


DST; 15. PxP gana cuando me­ tonces la pérdida mediante 1 5 .
nos un peón, pues 15 . . . . PxP . . . PxP, ya que 16. A6D ataca
pelmite 1 6. TxPD, descubriendo a la dama y la torre, mientras que
un ataque sobre la dama, mien· protegiendo al peón con 15. . . .
tras que 15. . . , TxA; 16. PXC, ASR lleva a 16. PxP, AxP; 17.
TxP; 17. T5D, atacando a la da­ TxA, CxT; 18. DxC, y las blancas
ma y amenazando mate es aún han ganado c;los piezas por una
peor. torre.

13. TRID !
Con la colocación de esta torre
en la columna parcialmente abier­
ta de la dama, se ha completado
el desarrollo en una fOIlOa espe­
cial, pues cada pieza toma su me­
jor posición en no más de una
jugada. Las ' blancas no han insi­
nuado siquiera una combinación
agresiva hasta que cada pieza ha­
ya entrado en juego.
15. C5C !
13 . . . . PSCD
¡Golpe maestrol La brutal ame­
Para pel1nitir que el alfil salga, naza de 1 6. DxP tt disfraza el ver·
pero el avance del peón quita el dadero propósito de la jugada: el
apoyo del caballo y debilita su concepto estratégico de obligar a
posición. las negras a mover uno de sus
La defensa del peón del caballo peones del flanco del rey, debili·
con 13. ' D2R no sirve de mu­
" tando con ello la estructura de­
cho, ya que el alfil no puede des­ fensiva, y la desocupación de la
arrollarse a 2D en la siguiente ju­ casilla lJAR para provecho del al­
gada sin cortar la protección de fil del rey, que ejercerá su in·
la dama al peón. Tampoco pue­ fluencia sobre la diagonal.
den las nE:glas intentar la simpli­
ficación con 13. ' PxP, pues la
"
15. . . , P4AR
respuesta U . A6D gana el cam. Las negras tenían dos alterna-
bio. •

Uvas:
U. PXP .
Si 15. . , . CSA, para no mover
uno de los peones, 16. A6D gana
IComienza el ataquel El primer el cambio.
A J E D RE Z L ó G I C O 159

Si 15. . . . PSC, la posición de vado y no puede capturar. Pero el


las negras queda debilitada en las objetivo de 17. P4A consiste en
casillas negras. que el peón apoye un ataque con
Por ello, las negras mueven el 18. T5C. Esto ahuyentará a la
peón del alfil de rey, evitando el dama y hará posible la captura
mate. Pero esto debilita su peón 19. PXC.
del rey e inmoviliza al alfil para Ahora aparecen las combinacio­
su defensa. nes en rápida sucesión.
16. ASA ! 17. . . . C(4D)5C
Esta disposición de alfiles da Contraataque sobre la dama.
un tremendo poder a lo largo de Todos los otros intentos de defen­
las dos diagonales paralelas. sa fracasan, como, por ejemplo:
La principal amenaza de las a). 17. . . . CSA; 18. A6D, D4T;
blancas es 17. TxC, PxT; 18. 19. AxC, y las dos torres negtas
AxP t, R IT; 19. AxC seguido por están atacadas.
20. AxT, que balle con gtan par­ b) 1 7. . CxA ; 18. T5C ! (ha­
. .

te del ejército de las negras. nita jugada intetmedia), D2R (ó


16. . . . D4A
18. .. .C5C; 19. D2D, DxPA; 20.
TxC y las blancas ganan); 19.
La dama se apresura a apoyar AxC, DxC; 20. PXC, y el ataque
a los vulnerables caballos. He sobre la dama no deja tiempo a
aquí lo que sucede con otras de­ las negras para salvar su torre.
fensas: e) 17. . . . C(4D)2R; 18. A6D,
a) . 16 . . C(4D)2R; 17. A6D,
. . D4T, Y las blancas pueden tomar
D4T; 18. AxC(7R), CxA ; 19. a cualquiera de los dos caballos y
AxT, Y las blancas ganan una ganan el cambio después de que
torre. •
las negras r.ecapturen.
b) 16. . . . C(SA)2R; 17. P4A,
C5C; 18. TxC, DxT; 19. AxT, Y
18. DSC
las blancas ganan una pieza. La dama blanca debe alej�,
e) 16. . . CxA; 17. AxC, TIC;
.
pero la amenaza de 19. A6D pen­
18. PXC, Y las blancas han ganado

de todavía sobre las negtas como
una pIeza. la espada de Damocles.
d) 16. DxPA; 17. DxD,
' "

CxD ; 18. A,xC, CxT(8D); 19. 18. ... P4R


TxC, AST; 20. AxT, TxA, Y las No sólo porque no hay otra ju­
blancas tienen una pieza de ven­ gada específica contra 19. A6D,
taja. sino con la . esperanza de evitar
Después de la jugada del texto que los tenibles alfiles pongan
de las negras, parecen haber esca­ obstáculos en sus caminos.
pado a lo peor, pero las blancas
tienen una fOlma ingeniosa de
19. PSTD !
llegar a los caballos: Esta jugada inicia una bella
17. P4A ! combinación en un extremo del
.
tablero, que culmina en un sacri­
Esta estocada al caballo parece ficio de dama por un
inofensiva, pues el peón. está cIa- mate ahogado en otro extremo.
160 I R V I N G C H E R N E V

19. . . . C3T Partida Núm. 25


La otra única posibilidad, 19.
. . . PxA, peunite que las blan­ GAMBITO REHUSADO DE
cas forcen la partida con 20. PxC, LA DAMA
D2R; 21 . AxC, T I C ; 22. PxP, y
la pieza a d i ci o n a l gana fácil­ BLANCAS NEGRAS
mente. Janowsky Alapin
Barmen, 1905

1 . P4D

Las blancas comienzan colocan­


do un peón en el centro. Este
peón rinde varios servicios:
Libera dos piezas.
Ocupa una casilla importante.
Controla 5R y 5AD, impidien-
do que el adversario coloque pie­
zas en esas casillas.
Está pronto para dar fitme
20. AxC •

apoyo a una pieza amiga que use


5R Ó 5AD como avanzada.


Después de la recaptura 20. . . .
DxA, viene 21. P5A t a la descu­ 1. . . , P4D
bierta, RIT; 22. C7A t R I C (si
Las negras siguen el ejemplo,
22. . . TxC; 23. T8D t, y las
,

establecen un peón en el centro e


blancas forzan el mate); 23. C6T t
impiden que las blancas conti­
doble, RIT; 24. D8C t!, TxD; 25.
núen con 2. P4R.
C7A tt.
2. P4AD
20. . . , A bandonan
Las blancas ofrecen un peón a
Las negras no esperaron a con­ fin de inducir a las negras a que
vencerse por la demostración en entreguen el centro.
el tablero, sino que entregaron al La jugada de las blancas es
rey rindiéndose. también un ataque sobre el peón
Partida exquisita, jugada con de dama, por medio del cual es­
elegancia y precisión. El comenta­ peran eliminarlo y eliminar sU:
rio del propio Capablanca fue el dominio del centro.
siguiente: "Hice algunas combi­ 2. . ., P3R
nacioncitas en esta partida".
El acostumbrado recurso para
mantener un peón en el centro.
En el caso de que las blancas jue­
guen 3. PxP, las negras deben es­
tar preparadas para sustituir al
peón de dama con otro peón. No
serviría de mucho recapturar con
una pieza, pues ésta podría ser
A J E D R E Z
.'
L ó G I C O 161

ahuyentada por el peón blanco arrollar el flanco del rey y prepa­


del rey, dejando a las blancas en rar el enroque?
posesión de las casillas centrales.
Por ejemplo: si 2. . . C!lAR; ,
5. A5C
J. PxP, CxP; 4. P4R, C!lAR; 5. No es realmente una clavada,
C3AD, y las blancas tienen todos pero su efecto resulta bastante si­
los triunfos. milar. Se ejerce presión sobre el
J. C3AD caballo, el alfil que se encuentra
tras él y hasta sobre la dama, que
Es más emprendedor que la pa­ se halla en la última linea.
siva J. C!lAR. Se aumenta la pre­
sión del ataque sobre 5D, y el ca­ 5. .. . P!lTR
ballo también participa en la lu·
Alapin no puede tolerar clava­
cha por el control de 4R.
das o seudo clavadas. Ataca inme­
U no de los objetivos en las aper­
diatamente al alfil para forzar la
turas del peón de dama es efec­
decisión.
tuar un avance subsecuente del
peón del rey, de la misma mane­ 6. A4T
ra que en las aperturas del peón
No viene al caso considerar si
del rey se hace el esfuerzo por ga­
objetivamente esta jugada es la
nar ' más terreno con una subse­
más fuerte. El hecho de que la
cuente P4D.
presión del alfil incomode a las
J. . . . A2R negras es razón más que suficien­
te para que Janowsky mantenga
La acostumbrada jugada en es­
la clavada.
te punto es J . . , C!lAR, pero las
.

negras trasponen jugadas para 6 ..,


. PxP
evitar que su caballo quede cla­
vado. ( l A estos extremos lleva el Las negras abren la posición
miedo a un jugadorl). para dar más espacio a sus piezas.
pero con esta captura renuncIan

4. C3A al control del centro.

Las blancas se confOlman con 7. P!lR


el desarrollo sencillo y colocan al
caballo del rey en su posición más La manera más sencilla de re­
adecuada. cuperar el peón. El alfil del rey
Un Alekhine habría castigado lo recapturará y hará su j ugada
este cambio en el orden de las ju­ de desarrollo al mismo tiempo.
gadas y habría dejado a las negras 7. . . . P3TD
sin recursos jugando 4. P4R in·
mediatamente. jugada que evita A fin de contestar a 8. AxP con
J. ' C!lAR.
" 8. . . , P4CD, atacando al alfil
blanco y ganando un tiempo para
4. . . . C3AR el desarrollo de su alfil.
Las negras pospusieron esta ju· 8. AxP
gada, por excelente que sea y aho·
ra la hacen de mala gana. Pero, El material es ahora igual. pero
¿de qué otra manera podrían des- las perspectivas de las blancas son
1 62 I R V I N G cr H E R N E V

mejores: tienen dos piezas más 10. D2R


que las negras en juego activo y
Adviénase que un jugador ex­
su posición de peones en el cen-
• perto pone en juego todas sus pie·
tro es superior.
zas antes de iniciar cualquier ac­
8. . . , P4CD •

ción decisiva. Esta jugada no pa­


rece de gran importancia para
El principal propósito de las
una pieza tan poderosa como la
negras en este ataque es el de
dama, pero el simple acto de sa­
desalojar la casilla 2CD para su
�ar una pieza de la última fila
alfil de dama. .
promueve el desarrollo y consti­
9. ASC tuye un progreso.
N adie ha resuelto hasta ahora Dos observaciones más: en las
si ésta Ó SD es la mejor retirada primeras fases de la partida la
para el alfil. En SC, el alfil ataca dama se encuentra mejor coloca­
al centro de las negtas, pero quie­ da cerca de sus propias piezas,
nes abogan por SD argumentan como en 2AD ó 2R. El desarrollo
que desde allí el alfil contribuye más agresivo (generalmente con
a dominar la vital casilla 4R y se
el fin de tomar un peón aislado)
enfila hacia el lugar donde se en­ suele ser peligroso; al salir de la
última fila, la dama pelmite que
contrará el rey cuando se enroque.
.las torres (después de que se en­
9. . . , CD2D roque el rey) entren en contacto.

Naturalmente, el caballo no va J O. . . , PSA


a SA, donde obstruye al peón del Es difícil" decir exactamente lo
alfil. El peón no debe ser impe­ que se proponen las negras con
dido de llevar a cabo su misión esta jugada . . Tal vez temían el
en la vida, que consiste en atacar avance 11. P5D de las blancas,
el centro de las blancas y abrir o quizá deseaban crear una salida
una columna para las torres ne­ para la dama en el flanco de
gras. dama. En cualquier caso, la juga­
El desarrollo del caballo parece da es claramente inferior a 10.
un poco torpe, pero apoya al ca­ . . . P4A, que disputa el centro
baIlo del rey y está pronto a co­ sin mayor tardanza . .
laborar en un empuje hacia el
11. O-O
centro con . . . P4A o . . . P4R.
El enroque de las blancas es
una medida agresiva para poner
la torre al juego activo.
1 1. . . . O-O
El enroque de las negras es de
naturaleza defensiva, para sacar al
rey de donde puede sufrir dafio.
12. TD IA
La torre se coloca en la ca­
beza de la colámna del alfil de
dama. El control de esta columna
A J E D R. E Z L ó G I C O

16S

es uno de los principales objeti­ el contrario, están restringidas por


vos de las blancas en esta aper­ la limitada movilidad de sus pie­
tura. zas.
12. . . ' A2C La j ugada del caballo blanco '
impide que se intente la libera­
Con el desarrollo del alfil de ción mediante U. . . . P4A, en
dama, las negras parecen haber que la continuación 15. PXP. TxP
resuelto uno de los problemas que (si 15 . . . . AxPA; 16. CxC impide
aquejan al defensor en las aper­ que las negras recapturen); 16.
turas del peón de dama. ¡ Pero to­ AxC, AxA; 17. CxC gana un ca­
davía no pueden cantar victoria! ballo y amenaza a las dos torres.
13. TRID 14 . . . . CxC
¡ Excelente! Las torres se en­ Las negras intentan aliviar la
('uentran ahora bellamente colo­ presión cambiando todas las pie­
cadas. La presión sobre la colum­ zas que puedan.
na de dama hace arriesgado que
las negras intenten liberarse con J5. PxC
H. . . . P4A, pues la respuesta 14. El cambio conviene a las blan­
PxP abre una columna para la cas, pues tienen la oportunidad
torre del rey. de atacar por la columna de dama
H. . . , TIA que se ha abierto. Otro efecto que
tiene su origen en la recaptura del
Las negras dan más apoyo al peón es la creación de un punto
peón del alfil con el objeto de ju­ fuerte en 6D. circunstancia que
gar U. . . , P4A y obtener el con­ las blancas esperan aprovechar
secuente cambio de peones. Esto plantando una pieza en esa ca­
liberada su posición y les pelmi­ silla.
tiría luchar por la columna del
alfil. 15. . ., C4D
El caballo debe bloquear el ata­
que de la tone sobre la dama. Si
en lugar de ello 15 . . . C2D; 16.
.

AxA (para eliminar al guardián


de la casilla !JD de las neglas),
DxA; 17. P4A, y las blancas po­
drán atrincherar a su toue en 6D
o doblar las tones en la colum­
na o llevar alU su caballo por
medio de 4R.
16. AxA
U. C5R ! A fin de aprovechar la debili­
dad de !JD de las negfas. es ne<:e­
Las blancas se encuentran aho­ sario eliminar al alfil que defien­
ra desanolladas idealmente, pues de las casillas negla&.
todas sus piezas toman parte ac­
tiva en el juego. 1 as por 16. . . , CxC


164 I R V I N G C H E R N E V

l.as negus destruyen al caballo de peón 19. P5A, Y las negras


. . .

antes de que les haga cualquier ganan una pIeza.


daño. La alternatIva 16. . . DxA


, La jugada del texto de lal! blan­
permite que las blancas lleven su cas dobla las torres sin pérdida de
caballo a 4R y luego lo planten tiempo e incluye la amenaza de
en 6D ó 5AD. ganar una pieza con 19. T7D.
17. TxC 18. . . . TRID

De ninguna manera 17. TxD El dilema a que se enfrenta


(ó 17. AxD). CxD t; 18. RIA, siempre el lado más débil en esta
CxT, Y las negras ganan. La ju­ clase de situaciones es el siguien­
gada del texto gana un tiempo te: si no disputa al enemigo en
para las blancas en su plan de do­ todos los puntos y lucha por el
blar las tones en la columna de control de todas las columnas, dia­
dama. gonales o casillas importantes, gra­
dualmente se verá aplastado con­
17. • • • DxA tra la pared; si se opone al ene­
migo en cada ocasión, los cambios
El material es igual después de resultantes simplificarán la posi­
esta recaptura, pero las blancas ción sin mejorar sus perspectivas.
tienen una posición ligeramente En esta posición particular, las
superior. Mas, ¿cuánta ventaja ne­ negras difícilmente podrían retar­
cesita un maestro para obtener la dar la oposición de torres, pues
victoria?

estaban amenazadas con la inva­
La 'ventaja especifica de las sión en la séptima fila mediante
blancas consiste en su posesión de 19. T7D, así como 19. D2D, tripli­
la única columna completamente cando las piezas pesadas en la co­
abierta, y la presión que ejerce so­ lumna. ¡Acumulación semejante
bre la importante casilla 6D. de poder en la columna abierta
sería, claro está, aplastantel
19. T6D !
Las blancas hacen valer su dere­
cho sobre la casilla 6D colocando
allí una pieza.
19. . . , TxT
De otra manera, las blancas jue­
gan 20. D2D a continuación, con
presión intolerable sobre la posi­
ción de las neglas.
18. T(SA)SD !
20. PxT
Mucho más fuerte que la plau­
sible 18. T6D_ La respuesta a ello Esto da a las blancas un
sería 18 . . , P4AD, con lo que se
. pasado que ejerce tenible infl
doblarían las tones mediante 19. cia sobre la vida del adversario.
T(5A) SD, pemlitiendo el doblete Nimzovich llama particular aten-


A J E D R E Z LóGICO 165

ción sobre el "ansia de extenderse Las negras abren una diagonal ,


que domina a un peón pasado" y para su alfil y dan más espacio a
dice que debe ser considerado co­ SIJ torre.
mo "un criminal al que hay que El esfuerzo para impedir 22.
mantener bajo llave". , P5R podría llevar a una de estas
Para evitar el nuevo avance del continuaciones: 21. . . P�A; 22. .

peón pasado, las negras tienen D4C, R2A; 23. P5R, PxP; 24.
que bloquearlo colocando una D5A t, R I R; 25. AxP, D I D ;
pieza en su camino. Efectivamen­ 26. D7A tt, ó 21 . PlJA; 22.
. . .

te, para mantener al peón bajo vi­ D4C, T I R; 23. AxP t, TxA; 24.
gilancia, deben perder los servi­ DxT t!, DxD; 25. P7D, y las blan­
cios de una de las cuatro restantes cas ganan.
piezas. Si se requiere la constante 22. P5R
vigilancia para mantener inmó­
Apoyando al peón de dama en
vil al peón, es evidente que las
la siguiente fase de su carrera:
Ilegras estarán demasiado ocupa­
Primero, un peón que no se dis­
das en la defensa para pensar en
tingue de sus compañeros, luego
contraatacar. Pero las blancas tie­
un peón pasado, ahora un peón
nen libertad para cambiar el ata­
pasado protegido, y finalmente
que de un punto a otro.
(si cumple su brillante promesa)
20 .
. . , D2D una dama.
Es prácticamente obligada, pues 22. . . , P5A
hay que bloquear inmediatamen­ ¡Despertando a la dura reali­
te al peón. Otro paso del peón dadl Las negras luchan por cada
podría ser fatal. He aquí un ejem­ paso para crear contramedidas
plo de esta posibilidad: si 20. . ,.
que mantengan ocupado al adver­
D ID; 21. P7D, T2A; 22. D2D sario en el flanco de la dama.
(amenazando ganar con 23. D6D
23. A2A
seguido por 24. DxT y la corona­
ción del peón), P4AD; 23. D5T, El alfil, aunque rechazado, mi­
TxP; 24. DxD t, y las blancas ga­ ra ahora a una diagonal con inte­
nan. resantes perspectivas.
Después de la jugada del texto 23 . . . , D!JA
de las negras, el peón queda dete­
A las negras no les complace te­
nido. Pero, al bloquearlo, las ne­
ner inmovilizada su pieza más
gras inmovilizan a la dama, que
fuerte en la misión de cuidar a
es su pieza más fuerte.
un peón pasado, por lo que dis­
21. P4R traen la atención de las blancas
Indicando que intentan jugar amenazando mate. Mientras las
22. P5R para apoyar al peón de blancas se ocupan de evitar el
dama y constreñir aún más el jue­ mate, las negras tendrán tiempo
go de las negras. Las piezas blan­ de cambiar al bloqueador.
cas, que ya no tienen necesidad 24. P�A
de cuidar al peón de dama, pue­ Esta jugada pone fin a los ata­
den ahora moverse libremente
ques en la diagonal, pues deja a
por el tablero. la dama y al alfil de las negras
21. . . . P4AD ladrando a la luna.
1 66 I ll V I N G C H E R N E V

24 . . . , D4A t

El principal propósito del ja­


que es impedir que las blancas
jueguen 25. D3R, apoderándose
del control de las diagonales de
casillas neglas.

25. RIT

Las blancas conservan las damas


en el tablero. Aparentemente, de­
sean ganar la partida por el ata­
26. DIR !
que directo, prefiriendo este sis­
tema a ofrecer el cambio de damas I Magnifica jugadal La dama
mediante 25. D2A. amenaza con invadir el flanco de
Decisiones como ésta son cues­ rey de las negras mediante 27.
tión de estilo más que de otra D4T o su flanco de dama con 27.
cosa. Un jugador que puede esco­ D5T.
ger entre más de un modo de ga­
26. . T2D
nar, debe seleccionar el método
. .

. que se acomode a su tempera­ Inmovilizando por el momento


mento y aptitudes. En la posición al peón pasado.
actual, imagino que un Rubins­
tejn o un Capablanca habrían 27. P3TR
ofrecido sin titubear el cambio Una salida para el rey en caso
de damas para simplificar, con­ de necesidad. Si la dama y la to­
fiados en su habilidad para con­ rre de las blancas salen para el
vertir una ligera ventaja en una ataque, su rey no debe ser tomado
victoria, y dejando a otros maes­ por sorpresa para darle mate en
tros los triunfos mediante ataques la última fila.
brillantes. Debemos agradecer a
estas diversas técnicas la creación 27. . . ' A3A
de una riqueza de obras maestras
Nuevo reagrupamiento, de ma­
de diversos coloridos.
nera que la torre pueda abando­
Después de 25. D2A, si las ne­
nar su puesto y el alfil (pieza me­
gras rehuyen el cambio de damas
nor) montará la guardia.
y juegan 25. . . , DxPR, las blan-
. cas ganan elegantemente
. con 26. 28. P4A
P7D, TID; 27. D6C (atacando a
la torre y el alfil), TxP (si 27. . . . Preparándose para irrumpir
D I C ; 28. A4R gana una pieza); mediante 29. P5A. Los peoóes
28. D8D t!, TxD; 29. TxT tt. constituyen excelentes instrumen­
tos de ataque. Pueden irrumpir
en casi cualquier fortaleza y abrir
25. ... TID
brechas 10 bastante anchas para
la invasión de las piezas.
La tcme asume la misión de
cubrir al peón. 28. . ., T2T
A J ED R EZ L ó G I C O 167

La torre desocupa 2D para que robustamente apoya a los dos pea·


la ocupe el alfil. nes avanzados. Adviértase que la
posición de estos peones les da
29. P5A ! un poderoso dominio sobre las
casil las negras 7AD, 7R Y 7CR.
A este vigoroso empuje, las ne­
Estas casillas están en el campo
gras no pueden responder 29. ' "
enemigo y próximas a su rey, pero
PxP, pues 30. P6R, PXP (de otra
las negras no pueden colocar pie­
manera dejan a las blancas con
zas en ellas. Con menos medios a
dos peones pasados y unidos en
su disposición, les será difícil a
la sexta fila); 31. DxP t, RIT (si
las negras rechazar a los invasores.
31. ' " T2A; 32. P7D gana); 32.
A partir de este momento, la
P7D gana para las blancas.
lucha por la victoria se conver·
tirá en un entretenimiento.
29. . ., A2D

31. DSC
Las negras completan el cam­
bio de guardián. Puesto que una
Amenazando con ganar de in­
de sus piezas debe actuar como
mediato mediante 32. AxP, PxA;
bloqueador, asignan esta tarea a
n. DxP t, seguido por el mate
la menos importante: el alfil.
en pocas jugadas.
30. P6A
31 . . . o
R2T
Este ariete del peón abrirá una
La única manera de proteger
brecha en la estructura defensiva.
al peón. Si en lugar de ello se
La afoenaza de las blancas es 31.
avanza con 31. . . P4C, se per­
DSC (intentando 32. DxP tt), .
.

mIte la respuesta victoriosa de las


P3C; 32. AxP, PxA; 33. DxP t, y
blancas 32. P4TR.
mate en dos jugadas.

32. P4TR
30. . . , PSC

Ahora que el peón negro del


Si 30. . PxP, las blancas ga­
caballo está clavado, las blancas
. .

nan con 31. D3C t, R IA; 32. D4A,


se preparan para atacarlo otra vez
P4A (ó 32. . . DxPR; 33. Dx
con 33. P5T.
.

PT t, R I C ; 34. D7T t, R IA; 35.


D8T tt); 33. DxPT t, R I C ; 34.
32. . . o DIA
D5C t, RIA; 35 . D6A, R I C; 36.
.

P4TR, DIA; 37. P5T, D IAR; 38.


Apresurándose a llevar la dama
P6T, R2T; 39. T4D (amenazando
� la zona de peligro. Si las negras
40. T4C y 41. T7C t), DxP t; 40. mtentan detener el avance del
T4T, Y la dama queda clavada.
peón con 32 . . P4TR, entonces
. .

Después de la jugada del tex­


la dama se abre camino mediante
to, el cambio en la configuración
n. D5C (amenazando J4. Dx
de peones da objetivos de ataque
PT t), R I C ; 34. D6T,. Y 35.
a las blan� s. Pero una cosa que
D7C tt·
hay que CUIdar es la conservación
de su valioso peón de rey que tan 33. P5T

168 I R V I N G C H E R N E V

Concentrando el fuego sobre


un punto vulnerable.

.33 . . . . D ICR

Pero no 33 . . , . A I R, que pro­


tege al peón pero se interpone en
el camino de la dama. Ésta es la
única pieza con la suficiente agi­
lidad para defenderse contra el
ataque de las blancas cuando se
desplace de un punto a otro.

34. T4D 37. D3R !


La amenaza sobre la torre gana
Las blancas echan mano de to­
tiempo para el verdadero propó­
dos sus recursos. La torre partici­
sito de las blancas, que es un ata­
pará yendo a la columna de la to­
que sobre el peón de la torre del
rre o a la del caballo.
rey en el otro extremo del tablero.
34. . . . AIR 37. ' . ' T2D
El alfil ayuda a defender al La torre huye, pero no puede
peón de caballo, de manera que ayudar a la defensa del rey .

la dama queda libre para prote­


38. T4T
ger al peón de la torre, que es el
s i g u i e n t e objetivo d e l ataque Renueva (y acorta) la . amenaza
blanco. anterior: 39. PxP t, PxP; 40.
35. T4T DxP ff·

Revelando su plan: mate en 38. • • •


DIA
tres jugadas con 36. PxP t, PxP; U na vez más la dama se des­
37. TxP t, RxT; 38. D4T ff. plaza para proteger al peón de la
35. . . . D IA torre.

La única defensa posible. 39. P4CR !

36. T4C ¡ Recurriendo a la infantería!


Las blancas lo arrojan t<Xto al ata­
¡ Bonita maniobra I La última que, amenazando ahora 40. P5C
jugada de las blancas alejó a la seguido por 41. PTxP t, PxP; 42.
dama del peón de caballo. Ahora TxP t, R I C ; 43. D3TR, con una
que este peón tiene una pieza me­ victoria muy fácil. Si después de
nos para defenderlo, las blancas 40. P5C, las negras intentan 40.
lo atacan con una cuarta pieza: . . . PTxP, entonces 41. PxP t do­
la tone. ble, R I C; 42. T8T t, RxT; 43.
D3T t forza el mate.
36. • • • D IC
39. ' . ' RIT
La dama se apresura a volver
a la defensa. Elimina la clavada sobre el
A J E D R E Z L ó G I C O . 169

peón del caballo y prepara la ju­ Ahora las blancas proyectan pe­
gada 40. . . P4C; 41. D4R, D IC,
. netrar mediante 44. D5T t (ex­
y a las blancas les será difícil la plotando el aprieto en que se en·
irrupción. cuentra el peón clavado), RIC;
45. AxP. y queda destruida la úl·
40. PxP tima barrera.
Destrozando el cordón de peo­ 43. . . . D2A
nes que defienden al rey.
Las negr�s rehuyen el cambio
40 . . ,. PxP de damas, ya que después de 43 •

El mal menor, pues, de otra .. . D3T t; 44. DxD t, RxD; 45.


manera, la siguiente jugada de P7A, AxP; 46. P7D se traduce en
las blancas, 41. P7C t, es fatal. que las blancas obtengan una
nueva dama.
41 . TxP t
44. D5T t
Matando a otro guardaespaldas.
¡ El principio del movimiento
41 . . . , T2T final!
Si 41 .. . RIC; 42. D3TR, do-
. 44. . . . RIC
blando piezas en la columna
abierta, es decisiva. El rey es rechazado y el peón
del caballo pierde un protector.
42. TxT t
45. AxP
De ninguna manera 42. P5C,
TxT t; 43. PxT, Y la columna de Las blancas sacrifican una pie­
la torre queda cerrada y no podrá za para crear una posición en
ser usada por las blancas. que los peones pasados resuelvan
la disputa.
42. . . . RxT
45. . . . DxA
Las blancas sólo tienen un
peón de ventaja. pero su ataque El intento para contraatacar
no ha perdido virulencia. con 45. . . . D2C t es futil. Las
blancas responden sencillamente
46. R2T, Y el rey, aparentemente
expuesto, no se encuentra en el
menor peligro.
46. DxD t
y las blancas ganan, pues 46 .

. . . AxD da lugar a 47. P7D.


Toda la partida es una maravi­
llosa combinación de juego clara­
mente posicional e ingenio en el
ataque. La apertura es sólida y
sencilla, el medio del juego es una
lección en la técnica del ataque,
43. D5C y el final es artístico.
1 70 I R V I N G C H E R N E V

Partida Núm. 26 Las negras buscan el contra­


ataque en el flanco de la dama y,
DEFENSA SICILIANA
para ello, es esencial el control
BLANCAS NEGRAS de la columna del alfil de dama.
Bernstein Mieses Tienen que esforzarse por contra­
Coburgo, 1904 rrestar la superioridad de las
blancas en el centro y en el flan­
l . P4R
co del rey.
En la actualidad se requiere au­ 2. CSAD
dacia para aventurarse con esta
jugada. Rara vez se contesta con Jugada normal de desarrollo.
la clásica l . ' P4R. Lo que se
"
Entra en juego una pieza que
obtiene es la Defensa Francesa, la ejerce influencia en el centro, ¡ pe­
Siciliana, la Caro-Kann, la Alek­ ro es una jugada muy apacible!
hine u otra sobre la cual el que Más oportuna es la enérgica 2.
j uega las negras ha escrito un CSAR, que desarrolla una pieza
tratado. en el flanco del rey (facilitando
A pesar de ello, considerada ob­ el enroque) y prepara J. P4D: ac­
jetivamente, l . P4R es una de las ción en el centro y liberación de
jugadas más fuertes de la aper­ las piezas del flanco de dama.
tura. Establece un peón en el 2 . . ., PSR
centro y per"rTlnite que entren en
juego dos piezas. Difícilmente po­ ¡La j ugada de las negras es apa­
dría pedirse más de una sola ju­ cible, pero eficaz! Abre diagona­
gada. les para el alfil del rey y la dama,
y prepara para ocupar el centro
1. . .
. P4AD con J . . P4D.
. .

Las negras no saldrán a pelear 3. CSAR


como los hombres, cual lo hadan
en los viejos tiempos. En lugar de Jugada excelente que coloca el
dejar que su adversario juegue caballo inmediatamente en su ca­
su gambito o su ataque fav�ritos, silla más adecuada, aumenta la
las negras insisten en seleccionar presión sobre el centro y hace fac­
las almas. tible el enroque en el flanco del
Teóricamente, la respuesta de rey.
las negras es inferior a l .. P4R
. . La jugada J. P4D lleva a J . . . .
porque sólo queda libre una pie­ PXP; 4. DxP, CSAD, y las negras
za, y el peón mismo del alfil tie­ ganan un tiempo atacando a la
ne menos influencia en el centro dama.
que el peón blanco del rey. Pero, .J. . . .

en la práctica, la Defensa Siciliana


es perfectamente sólida. Lleva a ¡Las negras pierden su oportu­
un j uego belicoso en que las ne­ nidad! Ahora era tiempo para J.
gras tienen numerosas posibilida­ • oP4D, que da un j uego mag­
.

des de triunfar, especialmente nífico y libre. En casi todas las


contra un adversario ambicioso aperturas del lado del rey, las ne­
que se abisme en un ataque en el gras igualan si pueden hacer esta
flanco del rey. jugada . . . P4D.
A J E D R. E Z L O G I C O 171

4. P4D ! tos de un individuo de la miSIna


La característica inupción en manera que se revelan en la for­
la Siciliana, por medio de la cual ma en que dirige las actividades
aumenta la movilidad de las pie­ de un pequeño ejército.
zas blancas. Abre una diagonal 6. CxC
para el alfil de dama, y la dama Las blancas se contentan con la
tielle más espacio. ligera ventaja en posición que re­
4. . . . PXP sulta del cambio de caballos.
Las negIas cambian para eHmi­ Echemos una ojeada rápida a al­
nar a uno de los dos peones cen­ gunas de las alternativas:
trales a cambio de su peón late­ a) Si 6. A3R, A5C (clavando
ral. Al mismo tiempo abren la al caballo y amenazando 7. . ..
importantísima columna del alfil CxP); 7. A3D, P4D 1, Y las negras
de dama para que la usen su han superado la mayor parte de
dama y su tone de dama. sus dificultades.
5. CxP
b) La apacible 6. A2R (de nin­
guna manera 6. A3D, que deja al
La recaptura centraliza al caba­ caballo en riesgo de ser tomado)
llo y aumenta el alcance agresivo
es refutada también con 6. . . .
de las piezas blancas.
A5C, que da un buen contrajuego.
5. .. . C3A e) La prevención de la clavada
Por un camino tortuoso, los ju­ con 6. P3TD no es atractiva. Tie­
gadores han llegado a la "partida ne la respuesta 6. " P4D, Y las
.

siciliana de los cuatro caballos", blancas deben luchar por retener


posición llena de peligros a pesar la iniciativa. El tiempo es dema­
de su aspecto tranquilo. siado valioso en la apertura para
lQué jugarán ahora las blancas? perderlo con jugadas de los peo­
La selección que hagan es cues­ nes.
tión de estilo y temperamento d) La jugada de doble filo 6.
más que de otra cosa, y esto es lo C(4D)5C no es del gusto de todos,
'lue hace del ajedrez un juego fas­ llevando como lleva a terribles
clOador. complicaciones después de 6. . . .
Las blancas pueden resolverse A5C; 7. A4AR, CxP; 8. C7A t,
por ser metódicas y apegarse al R IA; 9. D3A, P4D; 10. 0-0-0,
desarrollo franco mediante 6. AxC; 11. PxA, TICD.
A3R ó 6. A2R. Pueden ser auda­ Uno de los méritos de la jugada
ces y buscar combinaciones con 6. del texto es que las negras, al re­
C(4D)5C, · o cautelosas con 6. capturar con un peón, cienan la
P3TD, evitando una poderosa columna del alfil, que es la prin­
clavada. Pueden ser pacientes y cipal avenida de ataque en la Si­
dedicar sus esfuerzos a asegurar ciliana.
su ventaja posicional con 6. P3CR 6. . . . PCxC
ó 6. CxC. Probablemente es superior a 6.
Sea la que fuere su elección, el . . . PDxC. Por una parte, suele
juego reflejará su propia persona­ ser mejor estrategia capturar ha­
lidad. El curso que den a los cia el centro. En este caso, man­
acon tecimientos reflejará las tiene un grupo de peones en el
ideas, estados de ánimo e instin- centro y abre la columna del ca-
1 72 I R V I N G C H E R N E V

bailo para provecho de la torre AxC; JO. PxA, DxP; 11. P4AD,
de dama. D4R t, y salen de la clavada.
La continuación después de 6.
9. PxP a.p.
.. . PDxC podría ser 7. DxD t
R x D; 8. A 5 C R, A 2 R; 9. El caballo debe quedarse don­
0-0-0 t, y las negras no ten· de se encuentra para que las blan­
drán paz. cas lleven a cabo su propósito,
7. P5R que es el de tomar posesión de la
casilla crítica 6D.
No sólo desaloja al caballo del 9. . . . CxP
rey de su magnífico puesto, sino
que fortalece el dominio blanco Las negras no toman con el
sobre la casilla 6D. peón, porque la respuesta sería
10. D5T t, lo que obligaría al rey
7. . . . C4D a moverse, perdiendo así el dere­
No se requería pensarlo mucho cho de enrocarse.
para hacer este movimiento de 10. C6D t
centralización. Aparte de éste, el
único punto de que disponía el Obligando a un cambio de pie­
caballo era ICR, su punto de ori­ zas que deja a las negras con un
gen. alfil "malo", ineficaz, debido a
los peones que se encuentran en
casillas del mismo color que el
alfil. Poco es lo que puede hacer
un alfil si su camino está obs­
truido por peones.

10. . . . AxC

La única otra jugada, 10. • • •

R2R, no es muy tentadora.

11. DxA
La recaptura da a las blancas
8. C4R el dominio sobre la posición del
El cambio de caballos equival­ adversario. No sólo está bloquea­
dría a renunciar a la ventaja que do el peón de dama, impidiendo
tengan las blancas. La jugada del la maniobra liberadora . . . P4D,
texto intensifica la presión sobre sino que el rey no puede refugiar­
6D. se en el enroque. Además, las
blancas ejercen gran presión so­
8. . . . P4AR bre las casillas negras, presión
que se acentúa por el hecho de
¡ Nada de holgazanear en las que el alfil negro del rey, que
cercanías! ¡El caballo tiene que opera en estas casillas, se encuen­
retirarse o revelar sus intenciones! tra ausente del tablero.
Las negras tenían otra defensa
con 8. . . . D2A, Y si 9. C6D t, 11. . . . C5R
A J E D R E Z L ó G I C O 173

Es necesario ahuyentar a la da­ mejor después de aquélla. En


ma, o las negras morirán asfixia­ 4CD (por extraña que sea esta
das por falta de espacio. casilla) la dama ataca al caballo,
No hay alivio en 11 . . . D2R; . controla una diagonal que hace
12. A4AR, DxD; 13. AxD, C5R; imposible el enroque para las ne­
14. A3T !, Y las blancas ejercen gras y, en una tercera dirección,
todavía gran presión. impide que la torre negra de la
dama se apodere de la columna
12. D4D abierta.

Al retirarse, la dama se las arre­ 14. • • • P4D


gla para atacar en dos direccio­
nes, amenazando al caballo y al Protege al caballo y se prepara
peón del caballo. parLl desafiar a la dama blanca
LOn 15. . . . D3D. El centro de
12. . . . C3A pf'ones negros es una compensa­
ción por sus dificultades.
La única jugada que refuta am­
bas amenazas. 15. A3D

13. D6D Jugada ideal, pues se desarrolla


una pieza con una amenaza: 16.
Las blancas persisten, ya que AxC, PxA; 1 7. DxP, ganando un
no desean abandonar esta posi­ peón.
ción dominadora. Al mismo tiem­
po, dan a entender que pueden 15 . . . , D3D
empatar si lo desean por una re­
petición de jugadas. Oferta de cambiar, que elimi­
nará del tablero a la agresiva da­
13 . . , . ma blanca o la inducirá a retirar­
C5R
se de su posición de dominio.
Las negras no pueden permitir
16. DxD
que la dama continúe en 6D, y el
retardo en desalojarla podría re·
Las blancas aceptan simplificar,
sultar fa tal.

Que las dificultades de las ne­ pues conservarán la ventaja de


sus dos poderosos alfiles y de te­
gras no son insuperables quedó
ner un dominio duradero sobre
demostrado por Alekhine, quien
sugirió esta continuación: 13 . . . , las casillas negras.
D3C (amenazando 14 . . . DxP t;
16. ... CxD
.

15. RxD, C5R t); 14. A3D, P4AD;


15. A4AR, A2C; 16. O-O, TD IA. Las negras se conforman con lo
que han conseguido: sus dos to­
14. D4C ! rres tienen columnas abiertas en
que operar, y poseen un grupo de
¡ Muy fuerte I Si la dama no peones en el centro, con los cua­
puede establecer su residencia per­ les esperan limitar la acción de
manente en 6D, esta casilla es la los alfiles.
174 I R V I N G C H E R N E V

te en el final. Al reducirse el nú·


mero de piezas en el tablero, dis­
minuye el peligro de que el rey
quede expuesto a un ataque, y
aumenta su poder como pieza de
lucha. En el final, el rey no tiene
rival como medio para causar da­
ño metiéndose entre los peones
enemIgos.

:tsa es la causa de que en la


presente posición el rey se acero
que al centro, donde es más útil,
en lugar de enrocarse y luego
17. P4AR ! abrirse paso hasta allá.
"El maestro debe tener mirada 19. . . . C5A t
capaz de descubrir lo microscó'
pico", dice el gran Marco. El plan de las negras se ha he­
La casilla 5R se encuentra con· cho evidente: desean forzar el
trolada ahora por las blancas, al cambio del caballo por el alfil.
mismo tiempo que el peón negro Con esto quedadan alfiles domi­
del rey no puede avanzar. Uno nando casillas de colores diferen­
de los efectos de esta incapacidad tes, c i r c u n s t a n cia que general­
del peón para moverse es que cir­ mente conduce al empate.
cunscribe considerablemente la Otra alternativa digna de to­
movilidad del alfil negro. marse en consideración era 19.
. . C2C, a fin de jugar 20. . . .
17. . . . P4TD
.

P4A Y poner en marcha la falan­


Las negras deben hacer algo ge de peones del centro.
para poner en juego el alfil. Con 20. AxC
esta jugada proyectan desarrollar­
lo a 3TD y cambiarlo por el de Prácticamente obligada, pues
las blancas, que es más poderoso. las negras amenazaban con 21 . . . .
CxA así como con 21. . . . CxP t.
18. A3R !
20. . . . AxA
¡ Excelentel Esto inmoviliza al
peór. negro del alfil, y quedan Resumamos la situación:
bajo el dominio de las blancas El alfil blanco tiene más liber­
otras dos casillas: 4D y 5AD. tad que el negro. Este último se
encuentra limitado en sus movi­
18. . . . A3T mientos por los numerosos peo­
nes que ocupan casillas blancas,
Las negras tienen la esperanza que es el color de las casillas en
de eliminar del tablero a uno de que opera el alfil.
los amenazadores alfiles . blancos. El rey blanco, por encontrarse
· 19. R2D ! más cerca del centro y de las ca­
sillas criticas 4D y 5R, está mu­
El rey es una pieza de gran cho mejor situado para el final
fuerza y debe usarse agresivamen- que el de las negras.
A J E D R. E Z L ó G I C O 175

El centro de las negras, corazón ¡ Que sólo puede ser refutado


de la partida, está dominado. Los con una nueva retirada I
tres peones de esa zona se encuen·
24. R3R
tran inmovilizados.
Continuando la jomada a 4D,
21. P4TD !
5R y, como veremos, a casillas
¡Bloqueol El peón de la tone que se encuentren más arriba del
queda detenido. Es ahora un tablero.
blanco fijo, siempre en peligro de Un poco más cruel hubiera sido
ser atacado con A6C. A fin de 24. A5A para evitar cualquier
asegurar que no lo capturen (pues demostración con 24. . . TIA. .

su eliminación da a las blancas un


24. . T3T
peón pasado de la torre), las ne­ . .

gras deben cuidarlos constante­ No era mejor 24 . . R3D para


. .

mente con la torre de dama. De­ apoyar un empuje de peones,


bido a la necesidad de cuidar a pues la respuesta 25. R4D siega
un peón, las negras se ven priva­ en flor esa idea.
das de los servicios de su torre de La mejor posibilidad de las ne­
dama. gras era 24 . . , TIA para tener
.

21 . . ,
.
R2D algún contrajuego poniendo en
juego su torre del rey por la co­
Las negras llevan su rey al cen­ lumna abierta. La jugada que ha­
tro para el final. cen es un ataque sobre el alfil,
Las torres se encuentran uni­ que consigue su objetivo de des­
das ahora, mientras que el rey se alojarlo de una buena casilla,
dirige a 3D, donde espera apoyar ¡pero tan sólo para que vaya a
un avance del peón del rey o del otra mejor!
peón del alfil.

22. P3CD

Un ataque sobre el alfil para


obligarlo a irse al lado del ta­
blero. Advertirá el lector que el
alcance del alfil se reduce al colo­
car los peones de cualquier ban­
do en las casillas blancas, que es
«,1 color de la diagonal que tiene
que recorrer el alfil.

22. .., A3T


25. A5A !
¡La única casilla de huida
abierta al desdichado alfil! ¡Domina todas las casillas im­
portantes del tablero! El alfil
23. A6C ! impide que la torre del rey lle­
gue a lAR, que la torre de dama
. ¡ y ahora, un ataque sobre el
se muew a SCD, el rey a 3D, que
peón I
el peón de dama avance y que se
23 . .. , AlA mueva el peón del alfil. Compá-
176 I R V I N G C H E R N E V

rese su control - de ocho casillas en 5R Y aumentarán su dominio


con el del alfil negro, cuya in­ sobre las casillas negras.
fluencia se limita a una casilla.
Esta diferencia en su potencial ex­ 27. . . . P4T
plica en gran medida el número Las negras preparan una barri­
de posibilidades que se ofrecen a cada de peones contra el proyec­
las blancas para atacar y la con­ tado ataque de la torre.
secuente dificultad que tendrán
las negras para defenderse. Toda 28. T5R
ganancia o control de territorio Segunda escala en su viaje a
por parte de las blancas se tradu­ 5e.
cirá en una posición cada vez más
constreñida para las negras. 28. . , . P3C
25. . . . R2A Cerrando bien todas las com­
puertas. Las negras se preparan
Haciéndose a un lado, el rey para pasar un crudo invierno.
hace accesible la casilla 2D para
el alfil. 29. T5C
26. R4D ! Ataca al peón del caballo y,
simultáneamente, deja espacio pa­
¡Apretando el nudo! También ra el rey.
este rey abre el paso para el pro­
vecho de la torre del rey, que ha­ 29. . . , TICR
rá buen uso de la columna del
rey. Es necesario proteger al peón,
y este procedimiento es más elás­
26 . . . , A2D tico que 29 . . . T3T, Y la torre
.

no tiene movilidad que valga la


Las negras se esforzarán por •

pena mencIOnar.
llevar el alfil al flanco del rey,
como, por ejemplo, a 3CR. 30. R5R
Su torre del rey parece tener Nueva penetración por las ca­
gran alcance, pero, ¿de qué les sillas negras convenientes. La
sirve? Si la mueven a I CD (co­ amenaza es 31. R6A, A I R; 32.
lumna tan buena como la mejor), T I R (aún más fuerte que 32.
¿en qué punto puede penetrar? RxPR), seguida por 33. TxPR.
No puede llegar a ninguna casi­
lla útil en esa columna. 30. . . . AIR
27. TRIR Abandonan al peón del rey,
pues no pueden tener la esperan­
Mucho más fuerte que la ocu­ za de salvar a todos sus peones.
pación inmediata de 5R por el Hay una pequeña posibilidad, si
rey. Las blancas se proponen usar las blancas toman el peón inme­
esta casilla clave como punto de diatamente, de presentar cierta re­
transferencia para su torre en su sistencia mediante 31 . . , .A2Dt;
.

camino hacia la columna ...del ca­ 32. R6A, A4A.


ballo del rey. Una vez que llegue El pobre alfil negro está ence­
allí, las blancas colocarán su rey rrado por los cinco peones colo-
A J E D R E Z L ó G I C O 177

cados firmemente en casillas del fianza en el poder dinámico in­


mismo color. herente a una aplastante superio­
31. T I R ridad posicionaL
Antes de comprometerse en �2 . . , . A2D
una acción decisiva, las blancas Las negras revelan otra razón
aplican más presión. Adviértase para su jugada anterior. En la
cómo el maestro pone en juego continuación 33. TxPC, TxT t;
todas sus piezas antes de descar­ 34. RxT, T I C, t; 35. RxP, TxP,
gar un golpe. las negras se vuelven súbitamente
31. .. . TITD sobre su enemigo.
Para volver al juego, esta torre 33. P3C
tiene que volver a su lugar de Para cuidarse de esta posibili­
ongen.

dad y disminuir cualquier riesgo


No había defensa satisfactoria de irrupción por una de las to­
en 31 . . . R2D, pues la respuesta
.
rres negras, las blancas crean una
32. R6A descubre el ataque de la cadena de peones en el flanco del
torre sobre el peón del rey. rey.
33 . . , . T(IT) I R
Las negras no pueden hacer
nada para fortalecer su posición,
por lo que ésta no es más que
una jugada de espera.
34. T(IR)5R
Las blancas podían haber juga­
do 34. TxPC y les hubiera costado
poco trabajo ganar, pero quieren
asegurarse doblemente. Bloquean
primero al peón del rey para aho­
gar hasta la última sombra de re-
32. R6A ! • •

slstenCla.
Completa el cerco. ¡\dviértanse 34. . . . TITR
los efectos de la disposición de los "Mientras hay vida . . "
.

peones negros en 3R, 4D Y 3AD. 35. TxPC


Las piezas negras están restringi­ La primera ganancia tangible.
das, mientras que las de las blan­ El resto no hace más que ilustrar
cas pueden usar las debilitadas ca· de manera interesante el arte de
sillas negras 5AD, 4D, 5R Y 6AR ganar una partida ganada.
para entrar en las entrañas de la
posición enemiga. Adviértase tam­ 35 . '
. . T2T
bién que estas casillas negras son Temiendo las amenazas contra
"agujeros", casillas de las que no su peón aislado de torre, las ne­
pueden ser desalojadas las piezas gras se preparan para doblar las
por los peones del enemigo. torres e intentar salvarlo.
Las blancas no recurren al ata­ 36. T7C
que brutal o a una combinación Las blancas continúan ganando
complicada para conseguir su pro­ terreno. Ahora invaden la séptima
pósito, sino que ponen su con- fila.
1 78 I R V I N G C H E R N E V

36. . . . T(IR)ITR

Las negras resisten con finneza.

37. TxT

El modo más sencillo y, por el


mismo, el científico, de ganar. En
los finales donde un bando tiene
la ventaja material, la estrategia
prescrita consiste en cambiar pie.
zas, no peones, y reducir a una
posición de peones. Los finales
en que sólo hay peones en el ta­
39. R7C !
blero son los más fáciles de ganar. ¡ No, no y mil veces no! Si 39.
TxPT, AIR t, y las negras ganan
37. . .. TxT una torre y la partida. ¡Qué fácil
es extraviarse en un final sencillo!
La recaptura deja a las negras La jugada del texto de las blan­
con sólo un peón de desventaja. . . cas ahuyenta primero a la torre
¡por el momento! de las cercanías.
39. . . . TID
La torre tiene que salir de la
columna, abandonando al peón.
40. TxPT
Ahora no hay riesgo en la cap­
tura.
40 . . ,
. AIR
Con la esperanza de llevar el
alfil al flanco del rey y detrás de
38. R6C I lo� peones blancos del flanco de
Con cada eliminación de pie­ dama.
zas del . tablero, el poder del rey 41 . T7T

aumenta. Ahora amenaza el rey


a la ton:e y contribuye a atacar La torre se apresura a acudir a
al peón de la torre. la séptima fila, que es el puesto
apropiado de una torre en el fi­
38. . . . TIT nal.
Por extraño que parezca, la to­ 41. . . . T2D t
rre sólo tiene una jugada en el
tablero. De otra manera, el procedi­
¿Buscan la decisión las blancas miento de las blancas es 42. R6A t
eliminando ahora al peón de la a la descubierta, A2D; 43. P4CR,
torre? Y no es posible detener al peón.
A J E D R E Z L Ó G I C O 179

42. R6T 46. P4C


• El rey tiene que pennanecer Prontas a refutar 46. . . . AxP
cerca de su torre. con 47. P5A, R2D (si 47. . . .
A7A; 48. R6C, y el peón de la
42. . . ' TxT f torre sigue su camino, o si 47 .

No es posible evitar el cambio . . . P4R; 48. P6A, R2D; 49. P7A,


de torres, por 10 que las negras Y las blancas ganan); 48. P6A,
capturan primero para alejar al RIR, Y 49. R7C escolta al peón

rey blanco de 4T. SI el alfil puede en su cammo.


llegar allí, posiblemente causará 46. . . . R2D
algunos dolores de cabeza.
El rey se apresura
. a detener a
43. RxT los peones.
Esta jugada merece la aproba­ 47. P5C
ción de las blancas. Sus peones
del flanco del rey son móviles, "El ansia de extenderse del
mientras que los peones negros peón pasado", como dice Nim­
no pueden o no se atreven a ha- zovich.

cer un mOVimiento.

47 . . . , P4R
43. . . ' A4T Desesperada, pero no hay de­
¡Ahora, a ponerse detrás de los fensa prometedora. Si 47. . . .
peones del flanco de damal R I R; 48. P6C, A7A; 49. P5T,
A4A; 50. R7C gana para las blan­
44. P4T cas.
No es posible rescatar a los peo­ 48. P5A
nes del flanco de la dama, por lo
que las blancas ponen en mar­ La más sencilla. Los tres p�o­
cha sus peones del flanco del rey. nes pasados de las blancas debe­
rían ser 10 bastante convincentes.
44. . . AiD
.

Después de tanta inactividad, 48. . .. AxP


este alfil no sólo amenaza las vi­ Si 48. . . . A7A; 49. R6C. pro-
das de todos los peones que están tegiendo al peón del alfil y
en casillas blancas, sino que res­ abriendo el camino para el peón
tringe (por el momento) a todos de la torre.
los peones que se hallan en el ala
del rey. 49. P6A
45. P3A ! Indicando que es tiempo ron­
ceder. El peón no puede ser dete­
Para salvarse. este peón huye a
nido con 49. . RIR, porque
una casilla negra. . ,

50. R7C hace pasar al peón.


45 . . , . AxP
49. . . . Abandonan
Las neglas toman un peón, más
para distraer a las blancas que Helmosa ilustración de la téc­
para otra cosa, pues no tienen a nica de explotar las debilidades
la mano amenazas vetdaderas. en las casillas negras.
180 I R V I N G C H E R N E V

Partida Núm. 27 el peón de dama, de manera que


GAMBITO REHUSADO DE las negras tienen que dedicarse a
LA DAMA protegerlo.
NEGRAS
Además de todo esto, la jugada
BLANCAS
Chekhover del peón del alfil asegura que la
Rudakowsky columna del alfil quede libre y
Moscú, 1945 despejada para la comodidad de
1. P4D las piezas principales de las blan­
cas, al mismo tiempo que se abre
Esta jugada, más que ninguna un camino para la dama, que
otra, da ventaja en la apertura. lleva al flanco de dama.
Quedan liberadas dos piezas de
2. . . P3R
inmediato, y un peón ocupa una
.

casilla central, como con l . P4R, Las negras fortalecen la posi­


pero con 1 . P4D hay otras ven­ ción de su peón central. En el
tajas: caso de que las blancas jueguen
. El peón de dama está protegido 3. PxP, están prontas a recaptu-
y a salvo de ataque inmediato. rar con un peon y mantener aSl
, ,

Las blancas no están expuestas un peón en el centro del tablero.


a las amenazas sobre el peón de Ésta es la defensa más sólida de
su alfil del rey que suelen pre­ las negras, aUll cuando limita el
sentarse en las aperturas del peón alcance de su alfil de dama.
de rey. Su control de 5AD hace 3. C3AR
imposible que las negras desarro­ Es una excelente jugada, si bien
llen su alfil del rey a 4AD para no tan aguda como 3. C3AD, que
atacar al vulnerable peón del al­ aumenta la presión del ataque so­
fil. bre el peón negro de la da­
1. . . , P4D ma. Cualquiera de las dos jugadas
La manera más sencilla de evi­ satisface un mandamiento parti­
tar que las blancas dominen el culaImente aplicable a las aper­
centro con 2. P4R en la siguien­ turas del peón de dama:
te jugada. ¡ Hay que desarrollar todas las
piezas tan rápidamente como sea
2. P4AD
posiblel
¡La jugada clave en el gambito "El principio más importante
de la damal El versátil peón del de las aperturas", dice Capablan­
alfil hace muchas cosas. Tres de ca, "es el desarrollo rdPido y efi­
ellas tienen por objeto acabar con caz". (El subrayado es de Capa­
el centro de las negras: blanca).
Se ofrece el cambio, de manera
que las negras pueden sucumbir 3. . . , C3AR
a la tentación de aceptar un peón El caballo de las negras se mue­
lateral a cambio de su peón del ve hacia el centro, ataca la casilla
centro. 5R y aumenta la protección de
Amenaza, cuando llegue el mo­ iD.
mento apropiado, con destruir el Es conveniente movilizar pri­
centro de las negras por la cap­ mero las piezas del flanco del rey,
tura del peón de dama. ya que sólo se requiere desarrollar
Ejerce constante presión sobre dos de ellas para poder enrocar.
A J E D R E Z
,
Ló G I C O 181

4. A5C ner derechos iguales en el centro


o para moverse una casilla a SA,
IJugada poderosa I El . alfil se donde refuerza el centro de las
desarrolla y hace sentir su mano negras. Pero no debe obstruirse al
sobre el caballo enemigo. N o hay peón con ' " C3A.
amenaza inmediata en la jugada. El desarrollo con 6. CD2D es
Las blancas no hacen más que más fuerte de lo que parece a pri­
"amenazar con amenazar". mera vista. La posición queda pa­
4. . . , A2R ralizada por el momento, pero el
caballo está pronto a apoyar un
La manera adecuada de elimi­ movimiento liberador y un ata­
nar la clavada de un caballo. El que sobre el centro de las blan­
jugador inexperto suele impacien­ cas mediante . " P4A o . . . P4R.
tarse y aleja al alfil con 4. ' "

P3TR; 5. A4T, P4CR; 6. A3C,


para descubrir después que ha
arruinado su posición de peones
en el flanco del rey como resul­
tado de su acción violenta.
5. P3R
Las blancas fortalecen su ceno
tro de peones y liberan al alfil del
rey.
5. . . ' o-o
Las negras ponen a su rey a
salvo antes de revelar sus planes 7. D2A
para el desarrollo de sus piezas Casilla magnífica para la dama.
del flanco de la dama. Su caba­ Desde 2A, la dama ejerce su po­
llo de dama puede ir a 2D o, derosa influencia en varias direc·
después de un ataque sobre el ciones: sobre la parci a l m e n te
centro de las blancas, quizá a 3A. abierta columna del alfil y sobre
6. C3A el centro, impidiendo que las ne­
Las blancas no tienen proble­ gras se liberen con 7. ' " C5R.
mas semejantes. Su caballo de Este intento de forzar algunos
dama puede moverse a 3A, ya cambios y sacudirse de la presión
que no obstruye al peón del al­ es refutado con (después de 7 . .
. .

fil ni estorba la apertura de la C5R) 8. AxA, DxA; 9. PxP, CxC


columna. En 3A, el caballo toma (si 9 . . . . PXP; 10. CxP gana de
parte activa en la lucha por el inmediato); 10. DxC, PxP; 11.
control del centro. DxP, D5C t; 12. D3A, Y las blan­
cas han ganado un peón.
6. . .. CD2D Otra característica de la jugada
Nunca debe desarrollarse este 7. D2A es que desocupa I D para
caballo a 3A antes de que se la torre, cuya presencia en la mis­
mueva el peón del alfil de dama. ma columna que la dama negra
El peón debe tener libertad para disuadirá al adversario de hacer
avanzar a 4A y luchar por obte- una irrupción en el centro; Los
1 82 I R. V I N G C H E R. N E V

cambios de peones en el centro 9. . ., C4D


despejarían algunas de las obs­
trucciones e intensificarían la pre­ Evidentemente, para ob�igar a
sión de la torre sobre la columna: las blancas a cambiar alfiles.
presión que se extiende por toda 10. AxA
la columna hasta la dama.
Es más segura que 10. A4A,
7. . . , P3A CxA; 1 1 . PxC, y las blancas que­
dan con un peón aislado de da­
Esta jugada da sólido apoyo al
peón del centro y proporciona ma. El peón mismo no está en
gran peligro, pero la casilla 5D
acceso a la dama al flanco de da­
que se encuentra directameI!te
ma. Parece bastante substancial,
frente a él sí lo está. Corre el ries­
pero la más agresiva 7. . . P4A,
.

go de ser ocupada indefinidamen­


que disputa el control del centro
te por una de las piezas negras.
estableciendo un estado de ten­
Una pieza estacionada en una ca­
sión en él, podría haber sido más
silla que se encuentre frente a un
conveniente. El peligro de retar­
peón aislado nunca podrd ser des­
dar . .. P4AD está en que quizá
alojada pcrr peones enemigos.
las negras nunca vuelvan a tener
una oportunidad favorable para JO. . ,. AxD
jugarla.
La recaptDra adecuada para
8. A3D
pelmitir que la dama entre en
Las blancas desarrollan una juego; la captura con el caballo
quinta pieza que apunta al flanco hubiera sido un desarrollo al re­
negro del rey, y están listas para vés.
enrocar en cualquiera de las dos
1 1 . O-O
alas.
El rey encuentra un refugio
8. .. . PXP
más seguro al mismo tiempo que
Las negras esperaron que las las torres están en posibilidad de
blancas movieran su alfil del rey ponerse en contacto.
antes de hacer esta captura. De La posición de las blancas es
otra manera, el alfil recaptura y excelente, es el resultado del des­
se desarrolla al mismo tiempo. La arrollo simple y franco.
intención de las negras al despejar 11. .
. . P4CD
4D es la de llevar su caballo a esa
casilla, forzar algunos cambios y Una estocada al alfil para obli­
liberar su posición. garlo a retirarse. Además, las ne­
Sin embargo, las negras han en­ gras ganan tiempo para el desarro-
tregado el centro de peones que 110 de su propio alfil.
habían fOlmado tan cuidadosa­ 12. A2R
mente.
El alfil se retira, pero no a 3D,
9. AxPA donde un ataque mediante 12.
Las blancas se contentan con el . .. C5C pelmite a las neglas
resultado del cambio de peones. cambiar caballo por alfil. Las
Se abren líneas que aumentan la blancas desean conservar al alfil,
movilidad de sus piezas. que tiene excelentes perspectivas
A J E D R E Z L Ó G I C O 1 88

para el ataque cuando surja más mediatamente, entonces 14. .. .

tarde en 8D ó 8AR. CxC; 15. DxC, DxD; 16. PxD las


deja con un peón ocupando SAD,
12. . , . P8TD
lo que no habría tenido el efecto
La maniobra acostumbrada de de una pieza que se encontrara
proteger al peón del caballo, de en esa casilla. Un peón es inmóvil
manera que el peón del alfil que­ y no hace mucho para restringir
de en libertad para atacar el cen­ al adversario. Pero una pieza irra·
tro de las blancas. Si las negras dia poder en todas direcciones y
pueden jugar 13 . . P4AD, ten­
. .
tiene un efecto terrible de restric­
drán un juego respetable. ción sobre los movimientos del
enemigo en toda el área que la
rodea.
14. . .
. TD I A
Desarrolla otra pieza y defien­
de al peón que estaba atacado por
dos piezas.
A las negras no les interesó el
cambio 14 . . , CxC; 15. PxC. Las
.

blancas habrían podido entonces


llevar su caballo restante a 6D,
siguiendo con la colocación de su
dama en SAD para luego asfixiar
13. C4R ! a las negras.
¡Descubriendo un ataque I La 15. CxC
dama amenaza al peón del alfil,
al mismo tiempo que el caballo Elimina a una de las piezas que
le impide avanzar a 4A. La idea cuidan la vital casilla SAD. . . .

de las blancas es la de impedir


que el peón ocupe 4A (la indis­
15 . . ,
. DxC
pensable jugada liberadora en las • • • y aleja a otra.
aperturas del peón de dama) y
luego encerrar completamente a
las negras plantando una pieza en
SAD.
13. . . . A2C
Las negras protegen al peón
desarrollando otra pieza.
14. CSR !
¡ Estupenda estrategial Antes de
poner una pieza en SAD, las blan­
cas juegan para liberarse de uno
16. CSA !
de los guardianes de esa casilla,
el caballo negro en 2D. Con el dominio de esta casilla,
Si hubieran jugado 14. CSA in. la ventaja de las blancas es deci-
184 I R V I N G C H E R N E V

- - siva en el sentido estratégico. Sólo blancas de ganar un peón me­


queda por explotar la posición diante 19. CxA, DxC; 20. DxPA
superior, traducirla en victoria, y está subordinada al concepto es­
este proceso de consumar el triun­ tratégico de intensificar la presión
fo es uno de los rasgos más fasci­ sobre la columna del alfil.
nadores del ajedrez.

18. . . , AlA
16. . . - D2A
Las negras refutan la amenaza
Tanto la dama como el alfil de 19. CxA y liberan a su dama
están atacados, de manera que la de la misión de vigilar al alfil.
dilmu pellnanece cerca del alfil. Ahora pueden especular para ob­
tener algún contrajuego median­
17. TRID te la irrupción 19. . . . P4R.
La práctica de los maestros ha
demostrado que las torres son
más eficaces cuando controlan co­
lumnas abiertas.
¿Y si no hay columnas abiertas?
Entonces las torres deberán ser
colocadas en columnas parcial­
mente abiertas o en columnas que
ofrezcan perspectivas de abrirse.
¿Y si no parece existir ninguna?
Entonces las torres deberán ser
llevadas al centro para ejercer pre­
sión sobre las columnas centrales. 19. D4R !
¡Pero hay que desarrollar las
torres! Magnífica centralización de la
dama, que impide 19. . . . P4R
17. ' " T(lAD)l D (pues el peón es tomado) y se pre­
para para desplazarse al flanco
Existen varias razones para esta del rey a fin de atacar en esa ala.
jugada:
La torre no tiene futuro en la 19. . .. C3A
columna del alfil mientras el peón El caballo, que es el mejor de­
que se encuentra en 3A impida fensor de la posición enrocada,
sus movimientos (y hay pocas vuelve a 3A, atacando incidental­
perspectivas de que el peón vuel­ mente a la dama.
va a la vida). Contra otras jugadas, las blan­
La torre desaloja IAD para el cas podrían jugar 20. A3D, ame­
alfil. Éste no puede permanecer nazando 21. DxPT tt. Esto haría
indefinidamente en 2C, donde que se retirara el caballo o que se
está obstruido por el peón del debilitara uno de los peones del
alfil y donde la dama se encuen­ flanco negro del rey al avanzar.
tra inmovilizada para su defensa.
20. D4T
18. T(IT)lA
La dama evade la amenaza del
La amenaza incidental de las caballo y pasa al flanco del rey
A J E J? R E Z L ó G I C O 1 85

para iniciar un ataque contra el el cambio de peones que abre la


rey columna del caballo. Las blancas
pueden entonces llevar su caballo
20. . . ' D4T a 1 T Y desplazar una torre para

Las negras mtentan este con- atacar sobre la columna abierta.


traataque sobre el flanco de la Contra esto, las negras no podrían
dama, principalmente para dis­ resistir mucho tiempo.
traer la atención del adversario. 23. PSCD
Poco pueden hacer para fortale­
cer la defensa de su flanco del Defiende al peón de la torre,
rey. Cualquier juga�a. de un peó? relevando al caballo de esa tarea. •

sólo sirve para debIlitar la POSl­


ción y reducir sus posibilidades 23. . . . CxC
de ofrecer resistencia. La irrup­ Casi no hay nada mejor. La
ción en el centro con 20. . . . P4R, tentadora 23. . . . P4R sucumbe
que proyectaban hacer, es arries­ ante 24. CxC, AxC; 25. T5A,
gada, por no decir más, ya que D2A; 26. TxPR, y las blancas han
21 . D3C, que clava al caballo, es ganado un peón.
muy incómoda.
24. TxC
21. P3TD
El cambio de caballos da por
La manera más sencilla de sal­ resultado que las blancas sustitu­
var al peón de la torre y evitar yan una pieza por otra en 5AD,
verse obligadas a mover la dama y ésta mantiene el dominio sobre
a 5C. la posición.
21. . . , P5C
24. . . . DSC
Esperando continuar con 22.
. . PxP, que desorganiza el flan­
.
Es preferible a 24 . . . . D2A, en
co blanco de la dama. que el ataque podría proseguir
así: 25. T(I D)IA, A2C (para pro­
22. P4T teger tanto al peón del alfil como
al peón de la torre); 26. P5T (pa­
Las blancas rehuyen cualquier
ra aislar al peón del caballo im­
cambio que pellnita a la dama
pidiendo 26. . . . P4TD), Y las
poner la planta en su territorio.
blancas siguen con 27. T(IA) 4A
22. . . . C2D Y 28. TxPC, o con 27. ASA Y 28.
P5D.
Esforzándose por sacudirse el
dominio del caballo, que está es­ 25. T(I D)IAD
trangulando a su flanco de dama. Cuando se doblan las torres en
Si esperan demasiado tiempo, las una columna abierta, aumenta
negras continúan el ataque con más de dos veces la presión sobre
23. A3D, seguido por 24. P4C la columna (y sobre el adversa­
(para desalojar al caballo que im­ rio). La amenaza inmediata de
pide el mate). Después de la res­ las blancas es 26. TxP.
puesta obligada 24. . . . PST, las
blancas juegan 25. P5C, forzando 25. . ., A2C

,
,

;
1 86 I R V I N G C H E R N E V

El alfil defiende a los dos peo­ para hacer que la dama vuelva a
nes que están en casillas blancas, la segunda fila.
pero su movilidad es casi nu la. 26. . . . D2T
El tema de la inmovilidad es
interesante. Aunque no siempre Si la alternativa 26. . D2A,
. .

es cierto que el jugador cuyas pie­ las blancas pueden reanudar las
zas tengan más espacio en que operaciones en el flanco del rey o
maniobrar disfruta de una ven­ buscar un peón en el flanco de la
taja, en la práctica da suficientes dama con 27. A3A, T3D; 28.
buenos resultados para que nos T(IA)4A, seguido por 29. TxPC.
olvidemos de los casos excepcio­ La ganancia del peón no dismi­
nales. Es razonable afilluar que nuirá la fuerza del ataque de las
las piezas libres y sin obstáculos blancas ni reducirá su dominio
no sólo tienen mayor poder agre­ sobre la posición.
sivo en la porción del tablero
que ocupan, sino que también
controlan y limitan las activida­
des del enemigo. Agréguese a es­
to la facilidad con que pueden
llegar a otras partes del tablero,
y se podrán ver cuáles son las
ventajas que se derivan de la pro­
piedad de moverse libremente.
Comparemos todas las jugadas
que pueden hacer las piezas de
cada bando. N o examinaremos su
valor, que puede ser bueno, malo 27. A3D !
o indiferente. Lo que deseamos
ver es el alcance de su acción. Ahdra que ha quedado fijo el
flanco de la dama, las blancas
BLANCAS NEGRAS vuelven su atención al flanco del
Rey 2 Rey I rey. Amenazan mate. Las negras
Dama 12 Dama 5 pueden acabar fácilmente con la
Torre (IAD) 8 Torre (lAR) I amenaza, pero sólo moviendo uno
Torre (5AD) Il Tone (ID) 8 de los peones próximos al rey y,
Alfil 9 Alfil 2 por lo tanto, ¡creando una debi­
-- --

lidad que será orgánica, perma­


Total 42 Total 17 nente e irremediable!
I Las piezas blancas son 250% 27. . . . P3C
más eficaces que las negras! Con
tan grande disparidad en la mo­ Si 27 . . . P3T; 28. D4R obliga
vilidad (y, consecuentemente, en a 28. . . . P3C, Y los dos peones
la fuerza de ataque), ¿cuánto tiem­ han sido arrancados de raíz. Las
po pueden continuar la . lucha las blancas podrían continuar enton­
negras? ces con 29. T5T, R2C (si 29. . . .
PxT; JO. D7T tt, o si 29. . . .
26. P5T R2T; JO. D4A Y ganan); JO.
A fin de aislar al peón negro D5R t, P3A (ó JO. . .R2T, en
.

del caballo, e incidentalmente que la limpia clavada doble JI.


AJED R E Z L ó G I C O 187

D5CR gana); JI. DSC, P4C (si pués de que el peón llega a 5T es
JI. . . P4AR; J2. D5R t. R2T;
. capturado, entonces el mate con
33. D7A t RIC; J4. TxPT gana); la torre es la respuesta instantá-
J2. TxPT !. RxT; JJ. DST tJ nea.
R2C; J4. D7T ff. 28. . . , TSD
Una manera más sencilla, si las
blancas no desean molestarse ana­ Las negras desalojan ID, de
lizando combinaciones, sería man­ manera que su dama puede volver
tener la presión y luego aumentar­ a esa casIlla y desafiar a la de las
la. Por ejemplo: después de 27. blancas. En el lenguaje del aje­
. . . PST; 28. D4R, PSC, en lugar drez: si 29. P4T, DIT; JO. P5T,
de jugar 29. T5T, las blancas po­ D I D, Y la dama blanca deberá
drían jugar 29. P4T, amenazando abandonar 6D y refutar la ame­
con desorganizar los peones me­ naza de mate.
diante JO. P5T. Si las negras con­ 29. D7R
testan 29. .P4T para detener
. .
Un ataque sobre la torre ex­
el avance, las blancas pueden to­ puesta, de manera que las negras
mar el peón de la torre con su tendrán ocupadas las manos de­
torre o seguir golpeando con JO. fendiéndose de las amenazas acu­
P4C, PXP; JI. P5T. muladas. Las negras tienen tres
Después de la jugada del texto, problemas, cada uno de ellos en
las negras tienen debilidades en
parte diferente del tablero:
las cas}llas negras, y agujeros en
a) En el flanco del rey
su posición. cuidarse del mate.
28. D6A !
b) En el flanco de la dama de­
ben librarse del dominio de las
La dama se planta sin peligro blancas.
en uno de los agujeros creados e) En la mitad del tablero tie-
• •

por la jugada 27 . . . PSC de las


.
nen que rescatar vanas pIezas.
negras. Un agujero es una casilla 29. . . . T(IA)ID
como 6AR ó 6TR, fOlmado por
Si, en lugar de ello, 29. .,
el avance de un peón cercano. Es
.

D IC; JO. A4R, T IA; JI. P4T,


una casilla débil porque ya no
D2A; J2. D6A; DID; JJ. DxD,
se encuentra bajo la vigilancia
T(cualquiera de las dos)xD; J4.
de un peón y queda vulnerable a
AxPA ó J4. T(IA)4A, con una
la invasión de una pieza enemiga.
victoria fácil y rutinaria.
Dicha pieza puede establecerse có­
modamente en uno de esos agu­ JO. P4T
jeros, con la certeza de que nin­ Revive la amenaza de mate lle­
gún peón enemigo podrá inco­ vando el peón a 6T y la dama
modarla. a 6A.
El plan de las blancas, ahora
JO. . , T(ID)2D
que la dama se ha abierto paso
.

hasta una posición dominante en Hay que desalojar a la dama de


el flanco del rey, es clásico en su las cercanías. Las neglas no jue­
simplicidad: avanzarán el peón gan JO . . T(SD)2D, pues desean
. .

de la torre del rey a 4T, 5T Y 6T, que la primeta fila y la ID


Y luego jugarán D7C ff. Si des- puedan ser usadas por su dama.
1 88 I R V I N G C H E R N E V

31. D6A tablero es la clave de la siguiente


¡La amenaza de mate se agu­ jugada, que pone a las negras ano
diza! te un problema insoluble (uno
de los más difíciles que puedan
31. . . . DIT presentarse).
¡Sólo mediante una retirada
puede la dama negra acudir al
rescate!

Si las negras intentan JI. . . .

T4D, para impedir 32. P5T, las


o

blancas hacen el avance desalo­


jando primero a la torre con 32.
A4R.
32. A4R !
No inmediatamente 32. P5T, a
causa de 32. . . . D ID, que sería
la respuesta. Después de la juga­
da del texto (que, incidentalmen· 34 AxPA !
. •

te, previene 32. . . . T4D). si las


negras j uegan 32. . . D ID, las Eliminando un peón que, al
parecer, está adecuadamente pro­
.

blancas cambian damas, capturan


el peón del alfil y ganan fácil, tegido_ Pero, como se verá, uno de
aunque prosaicamente.
• sus defensores está agobiado: la
dama no sólo debe defender este
32 . . . , DIR punto (3AD) y la torre que se en­
cuentra en I D, sino que tienen
Con la esperanza de inducir a que cuidar las amenazas de mate
las ,blancas a la prematura 33. al rey.
AxPA. en que 33. AxA; 34.
' "

TxA, TxT; 35. TxT, TxP recu­ 34 . • • •


AxA
pera el peón y les da la oportu­
nidad de luchar. Las negras deben tomar el al­
fil o perder algún material, pues
33. P5T ! �on dos las piezas atacadas.
Cada paso que da el peón au­ 35. P6T !
menta el peligro para el rey ne-
o gro. El peón se dirige a 6T, donde Un Zuwischenzug. jugada inter­
se establecerá firmemente en el media que amenaza mate instan-
otro agujero de la posición ne­ taneo.
,

gra. 35. • • • RIA


33. . . .
TlD
En caso de la defensa alternati­
o

La torre se retira a fin de que va 35. . . . D I A, la victoria es


el peón del alfil pueda tener tam­ obligada con 36. TxA (amena­
bién la protección de la dama. zando 37. TxT, TxT; 38. T8A,
El hecho de que las negras se DxT; 39. D7C tt). DxP; 37. TxT,
dediquen a defenderse contra las TxT; 38. T8A t, y las negras de-
amenazas en ambos flancos del ben renunciar a su dama. .
A J ED R E Z L ó G I C O 189

36. TxA mentar que las blancas se perdie­


ron de la brillante combinación
I.as blancas han recuperado su 38. D7C t, R2R; 39. TxPR t!,
pieza y ahora amenazan con 37.
RxT; 40. D5R tt. Más de un ju­
TxT, TxT; 38. T8A, DxT; 39.
gador ha tenido que sufrir que
D8T t, ganando la dama.
algún astro menor le señale vic­
36. . . . TxT tórias más artísticas que las que
obtuvieron realmente, pues no
No hay mucho dónde escoger: falta quien se complazca en encon­
si las negras juegan 36. . . . D2D trar algo que el maestro pasó por
(para responder a 37. TxT con alto. La razón de que el maestro
37. . . . DxT), entonces 37. T7A, no hubiera visto el procedimiento
D I R; 38. D7C es mate. más breve consiste, en primer lu­
37. TxT . gar, en que no lo buscaba. La ju­
gada con que gana es aquella cu­
Las blancas recuperan su tone yos efectos previó desde antes y
y se preparan para apoderarse de
que analizó concienzudamente
la séptima fila con 38. T7A, lo antes de iniciar su combinación
que evita que escape el rey y lo final. Una vez que se inicia la se­
amenaza otra vez con mate con rie de j ugadas obligadas, no hay
la dama. razón para que pierda tiempo bus­
37. ... T2D cando otras jugadas que puedan
conqucir a la victoria. Se necesita
No hay alivio en 37 . . . . DxT,
tiempo para analizar combinacio­
pues lás blancas obtienen un final
nes, y el camino más corto, to­
victorioso mediante 38. DxT t,
D I R; 39. D6D t, R I C ; 40. DxPT, mado apresuradamente, puede te­
ner alguna sorpresa desagradable.
D2R (de otra mánera, 41. D7C
La moraleja es la siguiente: Hay
gana inmediatamente); 41. D6C,
y no es posible det�ner al peón
que hacer la jugada que lleve al
pasado.
triunfo de la manera mds senci­
lla, y dejar la brillantez para
A lekhine y Keres.
Naturalmente, 38. . . . TID;

39. TxT no ayuda en mucho.

39. D8T t

Las blancas ganan la dama y la


partida.
Magnífico juego de las blan­
cas, que no aflojaron su control
de hierro. Rasgo caracteristico es
38. T8A ! la circunstancia de que ninguna
de las piezas o peones de las ne­
Atacando a la dama con su to­ gras, con la excepción del valien­
rre no protegida. Bonita conclu­ te peón en 5C, cruzaron por una
sión, pero los amantes de la pre­ sola vez la cuarta fila: ¡el lado
cisión y los pedantes pueden argu- negro del tablerol
1 90 I R. V I N G C H E .R N E V

Partida Núm. 28 ligro de que les quede una POSI-


ción inferior de peones.


CONTRA GAMBITO DEL
2. PxP
CENTRO
NEGRAS
La más sencilla, y pone en as­
BLANCAS
Mieses cuas a las negras. Las alternativas
Tarrasch 2. P5R Y 2. C3AD son demasiado
Gothenberg} 1920
apacibles y no incomodan a las
negras.
1. P4R
2. .DxP. .

En su delicioso libro Ajedrez


para las Noches de Invierno} es­ Las negras pueden jugar 2. ' "
crito hace más de cien años, H. C3AR para no tomar con la dama,
R. Agnel proponía un interesan­ pero la continuación J. P4D,
te argumento en pro de la supe­ CxP; 4. P4AD, C3AR; 5. C3AR,
rioridad de 1 . P4R en compara­ A5CR; 6. A2R deja a las blancas
ción con 1 . P4D: "Al mover el con un magnífico centro y mucho
• •

peón de dama dos casillas", de­ mejores perspectIvas.


cía, "se da a la dama un alcance
J. C3AD
de dos casillas y al alfil de la da­
ma un alcance de cinco casillas. El caballo se desarrolla y gana
Pero al jugar 1 . P4R se da un al-

un tiempo atacando a la dama.

cance de cuatro caslllas a la dama



Uno de los inconvenientes del
y de cinco casillas al alfil del rey. sistema defensivo de las negras es­
Vemos, por lo tanto, que esta úl­ tá en que somete a su dama al
tima jugada es la más convenien­ acoso de las piezas menores sin
te para abrir el juego. Hay tam­ que pueda, a su vez, hostigarlas.
bién otra razón de que esta ju­ La dama, por ejemplo, no puede
gada sea · conveniente: el peón amagar con la captura de un ca­
ocupa una porción del centro del ballo que está protegido, pues esto
tablero. Dos peones juntos en 4R equivale a dar la dama por un
y 4D, apoyados por peones o pie­ caballo. toste, en cambio, puede
zas, deben ser considerados como atacar y amenazar con la captura
la mejor posición militar, y hay de la dama, protegida o no.
que mantenerla con toda la ha­
bilidad y poder de que sea uno J. .., D4TD
capaz". Esta jugada, que ejerce presión
1. . . , P4D sobre la diagonal que lleva al rey
blanco, es preferible a la vergon­
Con su primera jugada, las ne­ zosa retirada J . . D ID. En am­
. .

gras intentan eliminar la partici­ bos casos, las negras han tenido
pación de las blancas en el domi­ que hacer dos movimientos con
nio del centro. Las neglas están su dama en lugar de desarrollar

dispuestas a correr ciertos ries­ otra pleza.


gos a cambio de tener la iniciati­ Al principiante le gusta dar ja­
va. Pero hay el peligro de que la que cada vez que puede, cosa que
dama, al recapturar, entre en jue­ aquí podría conducir a algo seme­
go demasiado pronto, y hay el pe- jante a esto:. J . . . D4R t} 4. .
A J E D ll E Z L ó G 1 e o 191
..

A2R. A5C; 5. P4D. DSR; 6. ASR, les interesa la defensa rutinaria


AxA; 7. CRxA, y las blancas tie- ni el desarrollo nOlma!. Desean
• •

nen tres piezas en JUego contra que sus piezas salgan de sus rin­
una de las negras. y ésta es una cones para pelear. Si esta estrate­
dama mal colocada. gia es sólida. ¿qué sucederá con
todos los principios del
4. P4D los preceptos que en manos del
Apoderándose una vez más del maestro son sus mejores armas?
centro. El peón ocupa 4D, ataca Hasta ahora las han vio-
las casillas 5R y 5AD. Y sirve. ade­ lado las convenciones que gobier­
más. para liberar al alfil de dama. nan el desarrollo apropiado por
• •

sus SIguientes actos:


4. ., P4R
.

a) Han puesto en juego a la


¡ y una vez más las negras ata­ dama demasiado pronto.
can al centro de las blancas! b) Han movido dos la mis-
ma pieza en la apertura.
5. CSA ! e) Han desarrollado los alfiles
antes que los caballos.
Mucho mejor que 5. PxP. a lo
d) Han iniciado un ataque an­
que las negras responderían 5.
tes de completar su desarrollo.
A5CD.
La cuestión está en saber si se
o o o

Las blancas combinan una ame­


podrían salir con la suya.
naza (6. CxP) con el desarrollo de

una pieza. 7. A2R


5. . . . A5CD
Las blancas continúan desarro­
Las negras no defienden a su llándose. Sacan otra pieza y eli­
peón. sino que intensifican el ata­ minan la clavada de su caballo
que sobre el caballo clavado.. No del rey. La amenaza de 8. CXP se
les atrae 5 . . . PXP; 6. DxP. que
.
agudiza.
no hace más que acelerar el des­
arrollo de las blancas. 7. . . . PxP
6. A2D l.as neglas se ven
¡ El ajedrez puede ser tan sen­ te obligadas a hacer esta captura
cillo! Las blancas ponen en juego . que lleva a una posición favora­
una tercera pieza . y. al mismo ble a las blancas. Pero. ¿qué otra
tiempo. alivian la presión sobre cosa pueden hacer? Si protegen al
el caballo. peón del rey con 7 . .. C3AD.
.

Además. amenazan 7. CxP. y entonces 8. P3TD puede resultar


contra esto las negras no tienen embarazosa. Por ejemplo: si 8 . . .
.

defensa en 6. . . . CSAD. pues 7. ASD; 9. P4C. DSC: 10. C4TD. su


P5D; C5D; 8. CXP gana al peón. dama está perdida; o si 8. ' "

¿Cómo responden las negras a la ARxC; 9. AxA; D4D; 10. PxP.


amenaza? Y las blancas han ganado un peón.
6. . . . A5C 8. CxP

Respuesta: ¡con otra davada! La recaptura descubre un ata­


Aparentemente. a las negras no que sobre el alfil negro de dama.
1 92 I R V I N G C H E R N E V

8. . . , D4R alfil); 12. CxA t, PxC; ]J. C5A,


La respuesta de las negras clava las blancas ganah un peón.
al alfil y ataca al caballo, que no 11. RxA
está protegido. Las negras desde­ La recaptura beneficia a las
ñan 8. . . AxA t, en que la re­
.

blancas, pues lleva su rey hacia


captura con 9. DxA t gana otro el centro para el final y despeja
tiempo para las blancas. los últimos obstáculos para el des­
arrollo de las torres. Ahora pue­
den pasar a las importantes co­
lumnas abiertas en el centro. En
cuanto al rey, no estará en peli­
gro una vez que las damas des­
aparezcan del tablero. Y no hay
manera de que las negras impi­
dan su desaparición.
11. .
. DxD t
.

Retardar el cambio es peligro­


so: las blancas amenazan con ga­
9. C(3A)5C ! nar una torre mediante 12. CxPt.
¡De pronto, las blancas se vuel­ 12. RxD
ven agresivas! Protegen al caballo Las blancas toman con el rey,
expuesto, atacan al alfil negro del naturalmente, pues no desean
rey y amenazan con ganar un desplazar al caballo centralizado.
peón mediante 1 0. CxP t, DxC; Tarrasch mismo consideró que
11. A(2R)xA. Todo ello tiene la partida estaba ganada en este
por objeto buscar nuevos cambios punto: tiene cinco tiempos de
que aceleren su desarrollo y ga­ ventaja, una jugada del rey y dos
nen más y más tiempos en su de cada caballo.
favor. 12. . . C3TD
,

9. . . A(5CR)xA
.

Jugada desmañada, pero de­


Las negras se ven forzadas a fiende al peón del alfil y facilita
una serie de cambios que elimi­ el enroque en el flanco de la
nan del tablero a todas las piezas dama. Si 12. . RID, la torre
"

que han desarrollado. negra de dama habría tenido difi­


J O. DxA cultad para salir.

La recaptura clava a la dama 13. TRIR !


negra y la incapacita para evitar Muy eficaz porque impide que
el cambio de damas. las negras desarrollen su flanco
J O. . . . AxA t del rey. Si intentan 13 . . . C2R, .

entonces 14. R3A descubre una


También los alfiles tienen que clavada sobre el caballo e inmovi·
desaparecer. De otra manera, des­ liza al rey para protegerlo, mien­
pués de JO. . . . DxD t; 11. RxD, tras que 13. C3A se refuta
' "

A3D (para proteger al peón del con 14. R3A t a la descubierta,


A J E D R E Z L Ó G I C O 1 93

RIA, Y la torre negra del rey que­ 15. C(7T)6A t!


da encerrada indefinidamente.
¡ El objetivol Las blancas obten­
13. • • • 0-0-0 drán una torre y dos peones por
sus caballos. No es un cambio pa­
El rey huye (movilizando al rejo, pero, como veremos, hay
mismo tiempo a la torre) en lu­ otras consideraciones aparte del
gar de pelmanecer en el centro material.
para ser. hostigado por las torres
blancas. 1 5. . , . PxC

Las negras no tIenen otra cosa,


pues 15. . RIA pierde torre y
. .

peón por el caballo.


16. CxP t
Continuando con la combina­
ción.
16. . . . RIA
Necesaria, a fin de capturar al
caballo.
17. CxT
14. CxPT t!
Eliminando la pieza más po­
Combinación sorprendente, pe­ derosa de las negras. Después de
ro siempre aparecen combinacio­ que su caballo sea tomado, las
nes para el jugador que ha esta­ blancas quedarán con dos piezas
blecido una posición superior. No contra tres, pero éstas son dos
surgen por casualidad, sino que torres dinámicas con todo el ta­
son la consecuencia lógica del jue­ blero para moverse, mientras que
go ordenado y metódico. de las piezas negras, dos están in­
A primera vista, la captura de movilizadas en un rincón y otra
las blancas parece poco sólida, se encuentra mal colocada en un
pues sus dos caballos quedarán lado.
pronto amenazados, y uno de
ellos, aparentemente, condenado 17. . . . RxC
a muerte.
Las negras tienen todavía que
14. . . . RIC movilizar las piezas de su flanco
del rey y, al mismo tiempo, recha­
El rey ataca a un caballo, la zar las amenazas en el flanco de la
torre al otro. ¿Cómo escapan los dama. En esa ala, las blancas tie­
caballos? Si 15. C(7T)5C, PSAD
• •
nen tres peones contra uno, y
gana una pIeza, mIentras que SI

esto, después del . cambio de peo­


15. C(4D)5C, PSAD tiene el mis­ nes, puede convertirse en dos
mo resultado. Dos caballos que peones, contra cero.
dependen entre sí para su protec-
• •
Quizá las negras tengan que ha­

Clon son Impotentes ante un ata- cer frente al avance de dos peo­
que de peones contra cualquiera nes pasados y unidos entre si en
de ellos. el flanco de la dama..
194 I R V I N G C H E R N E V

20. R4A
El rey se sale de la trayectoria
de la torre y se prepara para ayu­
dar a los peones del flanco de la
dama.
20. . .. P4T
Es una manera peculiar de des­
arrollar la torre, pero, ¿de qué
otra manera puede salir del rin­
cón?
Las negras están preparadas
18. TD I C t para repeler la invasión 21. R5C
I Más ganancia de tiempo! La con 21 . . . . T3T, seguida por 22.
torre se apodera de la columna . . T3CD t.
.

abierta con jaque, y las negras


tienen que perder tiempo al sacar 21. T3D
a su rey de la línea de fuego. Por ello las blancas abandonan
18. . . , RIR esa intención e indican que pre­
Si 1 8. . . . RIA; 19. R3A (ame- tenden doblar las torres en la co­
nazando 20. T8R t, R2C; 21 . lumna del rey y ganar el caballo
TD8D ganando una pieza), C3A; clavado.
20. T7R, T IA, Y las blancas pue­ 21. . . . CICD
den atacar en el flanco del rey
con 21. P4CR o iniciar el desbor­ El caballo se retira para llegar
damiento de su falange de peo­ a 3A y ayudar a su compañero.
nes en el flanco de dama median­
22. T(3D)3R
te 21. P3TD seguido por 22.
P4CD. Duplica la presión y amenaza
19. R3D t . desc. con capturar el caballo.
El rey se mueve hacia el des­ 22. . . . C(1C)3A
organizado flanco negro de la da­ La única manera posible de sal­
ma, donde la defensa será dificil. var al caballo clavado.
19. . . , C2R 23. P4CD
De mala gana, según parece. las Preparándose para dar una es­
negras desarrollan por fin su ca­ tocada al caballo defensor. ahu­
ballo del rey, pero, por otra par­ yentarlo y ganar al otro.
te, pierden con cualquiera otra
jugada. Si 19. . . . RIA¡ 20. R4A 23 . . . , P3A
(amenazando mate instantáneo). Proporciona una nueva posi­
P3C; 21. T8D t, R2C; 22. R5C. ción para el caballo de la dama.
y las blancas ganan el caballo de . En respuesta a 24. P5C, ahora
dama, o si 19. . . . RID; 20. pueden jugar 24. . . C4R t, in­
.

R4A t a la descubierta. R IA; 21. terceptando el ataque de las to­


T8R t, R2C; 22. 'I'D8D. Y cae el rres. Si más tarde el caballo es
caballo del rey. desalojado de 4R, puede retirarse
,

A J E D R E Z L ó G I C O 1 95

a 3CR, donde protege al caballo el otro caballo, cosa que cuesta


del rey. el cambio), C4T t, y el rey no
24. P4A ! progresa. Tiene que retirarse o
Esto evita que el caballo pase someterse al jaque perpetuo.
a 4R y renueva la amenaza de 26. P3A
25. P5C. ¡ Sencilla y fuerte I Las blancas
La posición parece perdida
defienden al peón del caballo y
para las negras, pero Mieses no
se preparan para avanzar el peón
sólo se escurre ingeniosamente
de la torre.
para salir de la clavada y de sus
terrores, S100 que conSIgue ten-
• •
26. . . . TID
der una trampa sutil en que cual­ No hay manera de impedir 27.
quiera podría caer. P5T, por lo que las negras inten­
tan el contrajuego en la colum­
24. . .. R2A !
na abierta.
Si las blancas intentan ahora 27. T3D !
ganar una pieza, podrían caer en
lo siguiente: 25. P5C, C4T t; 26. Brutal, pero necesaria.
Las
R4C, C4D t 27. RxC, T1 T tt. blancas tienen que oponer torres
en la columna. Las negras ten­
drán que cambiar torres o alejar
su torre, dejando a las blancas en
completa posesión de la columna.
Uno de los puntos que el prin­
cipiante aprende dolorosamente
es que debe luchar por el con­
trol de cada centímetro de terri­
torio, ya sea una columna, una
diagonal o una casilla. Suele ser
necesario ofrecer un cambio de
piezas para obtener la posesión de
un punto o área importantes. Di­
25 P4TD chas ofertas no deben ser rehui­
das por el temor de que conduz­
;

Las blancas evitan la trampa y


can a una panida descolorida, o
prosiguen con la sencilla estrate­
de que semejante estrategia sea
gia que gobierna todos los finales:
poco deporúva. El jugador que
¡ Empujar al peón pasado I
tiene ventaja material y contem-
25. . . . TICD ponza porque qUIere ganar con
• •

Deteniendo temporalmente la brillantez, y evita los cambios por


marcha de los dos peones. Las considerarlos descoloridos y poco
blancas no pueden jugar 26. P5T, deportivos, no hace otra cosa que
pues 26. . . . TxP t gana dos peo­ torturar a su adversario. La victo­
nes, y si 26. P5C, C4T t; 27. R5A ria debe conseguirse de la mane­
(no 27. R4C, C4D t, y han caído ra más ráPida 'Y eficaz posible.
en una trampa en que les darán 27. . . .
TxT
mate), C2C t 28. R4A (si juegan
a 4C ó 4D penniten el jaque con La entrega de la columna no
1 96 I R V I N G C H E R N E V

ofrece ningún futuro a la torre


en cualquiera otra columna, por
lo que prefieren cambiar.
28. RxT
Las blancas quedan con una
pieza contra dos. Pero su torre
solitaria, con su enOIme movili­
dad, es más que suficiente para
los dos caballos negros, que deben
mantenerse en contacto constan­
te para obtener su mutua segu­
ridad. 31. TITD !
28. . . , RIR Una manera de refutar una
amenaza consiste en hacer caso
El rey se apresura al flanco de omiso de ella y responder con
la dama para abrir paso al peón otra más urgente. La amenaza de
pasado. las blancas es 32. P7T, que obli­
29. P5T garía a las negras a sacrificar su
caballo por el peón.
Cada jugada de este peón au­
menta el peligro de las negras. 31 . . ,. C2T
Para vigilarlo deberán compro­ ¡ Hay que bloquear al peón 1 Si
meter sus piezas, por lo que no 31. ' "CxPAR t, 32. R4R,
tendrán tiempo para pensar en CxPCR; 33. P7T, CxPT; 34.
un contraataque. TxC, y la victoria es elemental.
29. . . . R2D 32. PSC
Las negras se acercan al peón Estabiliza la posición de peones
de la tone, al mismo tiempo que en el flanco del rey antes de pro­
liberan al caballo de la clavada. seguir el juego en el flanco de
30. P6T dama.

Pone fin a la pequeña excur­ 32. . . , P3A


sión del rey, pues 30. . " RIA es Con el doble objetivo de difi­
refutada con 31. P5C, y las negras cultar aún más el avance del
. tienen que entregar uno de sus · peón blanco del caballo y de des­
caballos. Adviértase, también, que alojar 2A para su rey.
el tener dos caballos que depen­
den uno del otro para su defensa 33. T4T !
no es una disposición ideal.
" ¡Cada una de las jugadas de
30. ' " C4D las blancas en el final merece un
signo de admiraciónl ", exclama
El caballo va en camino al con entusiasmo Mieses, que fue
flanco de la dama. Al mismo tiem­ quien jugó con las piezas negras
po, ataca al peón del alfil de rey. en esta partida.
A J E D R E Z L Ó G I C O 1 97

La idea de las blancas es pro­ luego a 5A, y la torre a la colum­


teger al peón del caballo, de ma­ na abierta del rey para penetrar
nera que pueda desalojar al ca­ por fin a la sexta o séptima fila.
ballo negro de su fuerte posición Las negras tendrán entonces que
en el centro mediante 34. P4A. rechazar las amenazas de la torre
sobre los peones del flanco del
33. ' " C�C rey, y detener a los peligrosos
El caballo no espera, sino que peones que avanzan en el flanco
se vuelve sobre la torre. de dama.

34. T5T 36. • • • C3D

La torre se aleja, pero no pier­ Las negras no pueden hacer


de tiempo, pues amenaza al peón otra cosa que defenderse paciente­
negro de la torre. mente.

34. . . . P�C 37. R4D

La única manera de salvar al Mientras tanto, las blancas pro­


peón. Las negras pueden interpo­ ceden a llevar su caballo a 5 A.
ner el caballo en 4D en lugar de 37. . . , C(�D) IA
ello, pero después de 35. R4A Y
36. R3C (para proteger al peón Si las negras juegan 37. . . ,

del caballo), las blancas desalojan R2A, prontas a responder a 38.


al caballo mediante 37. P4A Y ga­ R5A con 38. ' " C5R t, las blan­
nan al peón de torre, que no está cas se abren paso con 38. T I R
defendido. (amenazando un mortal jaque en
7R), R2D; 39. R5A, C(�) IA; 40.
35. P4A P5C.
¡ Mantiene al caballo lejos de 38. R5A
4D para siempre 1
El rey se encuentra ahora colo­
35. . . . C(3C) IA cado idealmente, y las blancas
A las negras se lts están acaban­ buscan un final rápido cOn 39.
do las buenas jugadas: no pueden P5C y 40. P6C.
jugar 35 . . . . R�D a causa de 36. 38. .
. .
R2A
P5A t, ni pueden apretar la posi­
ción del flanco de rey con 35 . . . . De ninguna manera 38. . . .
P4AR sin dejar que las blancas C3D, en que 39. T I D clava el
irrumpan más tarde por conducto caballo. Una bonita continua­
de 5R. ción podría ser entonces 39. . . . . .
C(2T) lA; 40. TxC t!, CxT; 41.
36. T I T P7T, Y no es posible detener al
¡Un poco sorprendentel Las peón.
blancas posponen sus nuevas ma­

39. T I R
niobras con los peones del flanco
de dama y se proponen llevar su Listas para la invasión en 6R u
torre y su rey a posiciones más SR y una incursión sobre los peo­
agresivas. El rey se moverá a 4D y nes del flanco del rey. .
198 I R V I N G C H E R N E V

39. . . . cse Partida Núm. 29

Si 39. . .R2D (para impedir


.
GAMBITO REHUSADO DE
LA DAMA
que la toue pase a 6R u 8R);
40. P5C, PXP; 41. PXP, R2A; 42. BLANCAS NEGRAS
T6R, Y las blancas ganan según Marshall Tanasch
les plazca. NUTembeTg, 1905
40. T7R t . 1. P4D

, Por fin, la torre illumpe en el Si bien las aperturas del peón


campo enemigol de dama se juegan con la idea de
obtener cuanto antes una ventaja
40. . , . C2D t en la posición, Marshall conside­
raba que la mejor manera de ini-
De ninguna manera 40. . . . •

CIar un ataque era comenzar la


RIC; 41. T7C t, y las blancas ga­
partida con l . P4D. Quizá una
nan uno o dos caballos. Pero esta
de las razones para su punto de
interposición con jaque parece
vista haya sido que no era ya po­
que pudiera dar todavía algunos
sible confiar en que las aperturas
'dolores de cabeza a las blancas.
del peón del rey conducirían a
Por ejemplo: si 41. R4D, P4A t;
juegos abiertos con grandes posi­
42. PXP, ClJA t, y las negras ga­
bilidades para las combinaciones.
nan una torre.
En los viejos tiempos, cuando las
blancas comenzaban con 1 . P4R,
la respuesta casi automática era 1 .
. . . P4R. Las blancas podían en­
tonces ofrecer un peón mediante
2. P4AR, confiar en que sería acep­
tado y gozosamente a
las delicias de un gambito del rey.
Al tomar el peón y afenarse tenaz­
mente a él, las negras ganaban
material, pero la pérdida de tiem­
po que esto entrañaba las dejaba
a la defensiva. Gradualmente, des­
41. TxC t! •
pués de sufrir muchas derrotas,
.
los jugadores de las negras se can­
¡Brillante final! Después de 41. saron de ser víctimas de la bri­
. " RxT; 42. P5C, PXP; 43. PXP, llantez. Adoptaron una actitud
CIA (ó 43 . . . . R2A; 44. P6C t); más racional y se hicieron cautos.
44. P6C por 45. P7T re- Recuuieron a 1 . ' " P3R, ó 1 .
suelve dudas que . . . P4AD, ó l . . . . P3AD, evi
pudieran tando en todos los casos el contac­
41. • • • A bandonan to directo durante las primeras
fases del juego. Esto tenía por re­
Impresionante muestra del arte sultado que un jugador agresivo
de usar las ventajas C}ue tienen su que iniciara la partida con 1.
origen en las ganancIas de tiempo P4R se encon trara frente a defen­
durante la apertura. sas que daban al
A J E D R E Z L ó G I C O 1 99

juego un rumbo poco familiar. negras, su peón de dama se en­


Tropezaba con posiciones cena­ cuentra fitmemente apoyado. En
das que requerían planes sistemá­ el caso de J. PXP, las negras re­
ticos en el momento en que se capturan con un peón, conser­
desvivía por desatar el ataque. Se vando un peón en el centro.
le consideraba dueño de la inicia­ Es cierto que el alfil negro de
tiva. ¡pero he aquí que se la ane­ la dama queda encerrado por el
bataban de las manos! ¿Cómo po­ peón del rey, cosa que hace difí­
día jugar un gambito (que, en el cil su desarrollo, y que éste es un
mejor de los casos, es una aven­ inconveniente para la defensa.
tura arriesgada) si su contrincante Pero si las dos primeras jugadas
no lo complacía con la franca l . de las negras son buenas, y proba­
. . . P4R en respuesta a su em­ blemente son las mejores respues­
prendedora jugada l . P4R? tas al gambito de la dama, enton­
Al iniciar la partida con l . ces es posible apreciar la tenible
P4D, las blancas obtienen cierta fuerza de esta apertura y por qué
ventaja, por pequeña que sea, tantos jugadores juegan l . P4D
contra cualquier sistema de defen­ sin titubear cuando tienen las pie­
sa, y con ella conservan excelen­ zas blancas.
tes posibilidades de atacar.
J. C3AD
l. . . . P4D
Esta jugada es un poco más
Sin duda. una de las respuestas aguda que desarrollar primero el
más enérgicas. Las negras estabi­ caballo del rey, pues inmediata­
lizan la presión en el centro, impi­ mente se ejerce mayor presión
den que las blancas fortalezcan su sobre el punto central 5D.
dominio allí con 2. P4R Y abren
líneas para que dos de sus piezas • J. . . , C3AR
entren en el juego. Tarrasch desaprobaba esta juga­
2. P4AD da del caballo, que casi todos
nosotros haríamos instintivamen­
La oferta de un peón para in­ te. Es cierto que 3AR es la casilla
ducir a las negras a entregar el más útil para el caballo del rey
centro. en 99 y 44 / 100 de las ocasiones,
P3R ya que desde alH influye podero­
2. . . ,
samente en lo que sucede en el
La toma del peón es perfecta­ centro, goza de gran libertad de
mente sólida; cuando menos, no movimiento y se encuentra mag­
ha demostrado ser una pérdida. níficamente colocado para el ata­
Pero, ¿por qué renunciar a un que y la defensa. Pero Tarrasch
peón central para ganar un peón temía la fuerza de la clavada que
que, según resulta más tarde, es podían llevar a cabo las blancas
imposible conservar? Efectivamen­ sobre el caballo en la siguiente
te, jugar 2. . . PxP equivale a
. jugada. Por consiguiente, en lu­
cambiar un peón central por un gar de J. . C3AR recomendaba
. ,

peón lateral, transacción que no que las negras disputaran el cen­


parece provechosa. tro a las blancas inmediatamente
Después de la jugada de las con 3 . . . P4AD (que es casi
.
200 . I R V I N G C H E R N E V

cial en cierta fase de las partidas la impotencia en que se encuen­


. del peón de dama), abriendo al tra el caballo negro clavado, in­
mismo tiempo la columna del al­ ten tan ganar un peón con 5. PxP,
fil para que la usen sus propias PxP; 6. CXP, las negras sacrifican
piezas pesadas. su dama mediante 6. . . . CxC
¿Por qué, entonces, se pregun­ (rompiendo por la fuerza la cla­
tará el lector, hizo Tarrasch una vada); 7. AxD, tan sólo para recu­
jugada que él mismo menospre­ perarla con otra pieza mediante
ciaba? Su explicación es que ésta 7. . . . A5C t; 8. D2D, AxD t;
fue la primera partida de un tor­ 9. RxA, RxA.
neo contra uno de los más nota­ La moraleja es la siguiente: ¡ no
bles maestros del mundo (Mars­ hay que dedicarse a la cacería de
hall acababa de ganar el torneo peones en la apertura!
de Cambridge Springs sin perder 5. P3R
una partida, triunfando sobre Esta clase de jugada del peón
Lasker, Schlenchter, Pillsbury y no es una pérdida de tiempo. Sin
]anowsky) y no quería alejarse una jugada liberadora del peón,
tan pronto de los caminos reco­ los alfiles nunca podrán salir al
mendados por la ortodoxia. campo de batalla, por lo que éste
4. A5C ! es parte del proceso de desarrollar
¡ Naturalmente! No sólo porgue las piezas.
el alfil ejerce incómoda preslón Con la jugada del texto, las
sobre el caballo, sino porque es blancas abren dos diagonales in­
conveniente . hacer jugadas que mediatamente, una para su alfil
perturben al adversario. Si Ta­ del rey y la otra para la dama. El
rrasch cree que la clavada del ca­ peón del rey rinde un servicio adi­
ballo es incómoda . . . ¡hay que cional reforzando al peón del
clavar al caballo y hacerlo que se centro.
sienta inquieto! 5. . . . P�A
4. . . .
CD2D También las negras refuerzan a
Parece torpe, pues el . caballo su peón central y dan a su dama
bloquea las pocas perspectivas de una salida en el flanco de dama.
que gozaba el alfil, pero las pie­ 6. D2A
zas pueden salirse fácilmente del Es costumbre desarrollar pri­
camino de otras piezas. El caba­ mero las piezas menores, aproxi­
llo debe estar en esta casilla y no madamente en el siguiente orden:
en �A, donde obstruye al peón Primero los caballos, general­
del alfil. A este peón no debe po­ mente a 3A, pero, en cualquier
nérsele ningún obstáculo para caso, hacia el centro.
que tarde o temprano avance a Luego los alfiles (después de las
4AD. Por poco valor que tenga necesarias jugadas de los peones),
este peón, es una fuerza conside­ ya para controlar las diagonales
rable para disputar la posesión vitales, ya para clavar a los caba­
del centro. llos enemigos.
Con 4. . . CD2D las negras
' A continuación, es hora de que
tienden una pequeña trampa pa­ la dama haga su aparición. Si en­
ra los incautos, inventada por Ta­ tra en el juego demasiado pronto,
nasch. Si las blancas, atenidas a incurre en · el peligro de que la
A J E D R E Z L ó G I C O 201

hostiguen -y quizá de que la cer­ clavando al caballo de la dama y


quen y la capturen'- las piezas aumentando luego la presión que
. menores del enemigo. se ejerce sobre él. Quizá hubiera
Por último vienen las torres, sido más oportuno que las blancas
que después del enroque son lle­ movilizaran otra pieza menor me­
vadas a IR, I D ó IAD para tomar diante 6. C3A (que es como poner
las columnas centrales que estén dinero en el banco), con la mira
parcialmente abiertas. Estas co­ de acelerar el enroque o quizá de
luninas propenden a abrirse com­ neutralizar la presión sobre el ca­
pletamente después de los cam­ ballo de la dama llevando el caba­
bios de peones en el centro. llo del rey a 2D.
Este método de desarrollo no 6. . .
. D4T
debe considerarse en manera algu­ Jugada multifacética: la dama
na como un curso fijo. En el aje­ no sólo elimina la clavada del ca­
drez, nada -ninguna convención, ballo del rey, sino que inicia la
principio o procedimiento reco­ acción opuesta clavando al caba­
mendados- han de llevarse a la llo blanco y amenaza con intensi­
práctica de manera rígida. El va­ ficar la presión llevando el alfil
lor de toda jugada individual o . a 5C. Como atracción adicional.
combinación de jugadas sólo pue­ las negras tienden una pequeña
de ser considerado con respecto a celada en que caen los descuida­
su relación con la posición par­ dos, y entre ellos podrían incluir­
ticular en que se presenten. De­ se incluso muchos jugadores ex­
ben corresponder al plan general pertos que a veces juegan la aper­
de la partida que se juegue, modi­ tura de una manera superficial.
ficándolas de acuerdo con el tem­ La celada podría atrapar a un ju­
peramento del adversario. Es mu­ gador que desarrollara inocente­
cho 10 que depende de lo que éste mente su alfil a 3D para encon­
haga o permita hacer a su ene­ trar que la respuesta 7. . . . PxP
migo. Por eso puede ser conve­ amenaza a ambos alfiles de un
niente desarrollar la dama en la golpe y que después de que jue­
sexta jugada o eprocar en la de­ gue 8. AxC, PxA atacando a su
cimasexta. dama, perderá el alfil.
Conviene decir en este punto
que Tarrasch no espera que Mar­
shall caiga en una trampa tan ele­
mental. Los maestros no las tien­
den si ello entraña pequdicar su
propia posición. U na cosa es una
trampa que surge en el curso na­
tural del desarrollo, pero es im­
perdonable jugar buscándola deli­
beradamente a riesgo de perder
tiempo valioso.
7. PxP
En esta posición, las negras han Las blancas neutralizan el ata­
indicado que podrían contraata­ que indirecto de la dama sobre su
car con 6. . . . D4T Y 7 . . . . A5C, alfil y despejan la columna del al-
202 I ll V I N G C H E ll N E V

fil de dama para uso de sus piezas arrollo tenga fuerza intrínseca de­
mayores. pende de que sea útil en la posi­
7. . .
.
CxP ción que se tiene en el tablero y
• • • •

Tarrasch había proyectado re­ no en poSICIones vagamente SImI-


capturar con 7. . . . PRxP a fin lares.
de conservar un peón en el cen­ A pesar de que el caballo ocupa
tro. Ahora se da cuenta de que un puesto muy útil en 3AR y de
puede haber peligro en retardar que al mismo tiempo protege al
el desarrollo de las piezas: del flan­ alfil, su desarrollo es demasiado
co de dama. Su alfil de dama está prematuro o demasiado tardío.
encerrado en un lado por el ca­ Las blancas no hacen nada para
ballo de dama, y su caballo, a su resolver el problema de su caballo
vez, debe pelmanecer donde se clavado. Allí es donde se ejerce
encuentra, ya que apoya al caba­ presión, allí es donde amenaza el
llo del rey. Si intenta desarrollar peligro.
el alfil en el flanco de la dama, Más conveniente es 8. P4R en
entonces, después de . . . P3CD, su lugar. desalojando al caballo
corta la retirada de la dama. negro y obligándolo a que revele
Pero la estrategia de un maes­ sus intenciones. Si entonces 8. ' "

tro debe ser flexible: debe ser CxC; 9. A2D, D5T; 10. DxA re­
consecuente con los requerimien­ suelve una situafión incómoda.
tos de la posición particular. A 8. . , . A5C
Tarrasch le gustaría mucho tener Triplicando el ataque sobre el
un fuerte centl"O de peones, pero caballo. Las negras amenazan con
no se atreve a descuidar las exi­ ganar de inmediato mediante 9.
gencias del desarrollo. Por eso . . CxC; 10. PXC, AxP t, seguido
.

acata a Nimzovich, quien dijo en · por 1 1_ . . AxT.


.

cierta ocasión: "La renuncia al ¿Cómo harán frente las blancas


centro no debe considerarse iló­ a esta amenaza? Si hacen la juga­
gica; ¿acaso la felicidad no fue da natural 9. TIA, el caballo que­
tal tan sólo porque duró poco da protegido de manera adecua­
tiempo? No se puede ser siempre da: está atacado tres veces y de­
feliz". , fendido otras tres. Pero entonces
Mientras tanto, el caballo au­ las negras aprovechan un hecho
menta la presión sobre el caballo curioso relacionado con el poder
clavado de las blancas y renueva de una pieza clavada: rio sólo es
la amenaza de ganar al alfil ex­ incapaz de moverse, sino que tam­
puesto mediante 8. ' " CxC; 9. bién ha perdido su capacidad de
PxC, DxA. defender a otra pieza. Traducido
8. CSA . lo anterior al lenguaje del aje­
"En su ansiedad", dice Tarrasch, drez en esta posición, significa
"por defender al alfil amenazado, que si 9. TIA, DxP !, captura sor­
las blancas incurren en un error prendente a primera vista, pero
decisivo". evidente si uno advierte que el
Es éste un ejemplo interesante poder defensivo del caballo es ilu­
del valor que tiene la oportuni­ sorio, ¡que no existel Hago hin­
dad en el ajedrez. El hecho de capié en esta circunstancia por­
que una jugada nOlmal de des- que es muy importante. Su cono-
A J E D R E Z L ó G I C O 20S
.

cimiento y su aplicación han he­


cho que muchos reinados (del
ajedrez) se desmoronen.
Tantas consideraciones por la
toma .de un miserable peón de
torre? Veamos lo que podría suce­
der a partir de aquí:
Después de 9. T IA, DxP, el
método de las negras es clásico en
su simplicidad. Continúan . con
. . . AxC t y, después de la recap­
tura con el peón, cambian damas.
.
Tienen un peón de ventaja, pero tora, pues el rey pierde el derecho
no es suficiente para dar mate. de enrocarse, pero es la única ma­
Necesitan aumentar su supenon-
• •

nera de prevenir la pérdida de


dad material lo bastante para jus­ material.
tificar su ataque al rey, cosa que 9. . . . P4AD !
sólo podrían conseguir transfor­ "Da en el clavo", dice Ta­
mando en dama uno de sus peo­ rrasch. Con el subsecuente cam­
nes. Por ello seleccionan al candi­ bio de peones se abrirá la colu�­
dato más probable, en este caso el na del alfil, aumentando el pelI­
peón pasado de torre, y lo hacen gro del desdichado rey.
subir por el tablero en cada opor­ 10. P3TD
tunidad que se les presenta. El Las blancas desean llegar a una
avance del peón pone al adver­ decisión. La alternativa J O. P4R
sario ante un problema que se se viene abajo con 10. . . PxP;
,

agudiza con cada paso que da. 11. PXC (u 11. CxP, CxC; 12.
Tendrá que tomarlo o bloquearlo PxC, DxA t, y las negras ganan
completamente y en cualquiera una pieza: el alfil expuesto q�e
de los dos casos distraerá una o parecía condenado desde el prm­
varias piezas para hacerlo. La de­ cipio), PXC t; 12. PXP, DxPD t,
fensa tendrá también la carga de y las negras tienen un peón de
vigilar constantemente al peón, y ventaja y una posición victoriosa.
al mismo tiempo tendrá que pre­ AxC t
10. . ,
venirse contra un cambio súbito
.

Tarrasch simplifica y previene


del ataque sobre el rey. Lo que las dificultades que acompañan a
suele suceder es que habrá de re­ los cambios, como 10. . . . PxP;
nunciar a una pieza a cambio del 11. PxA, PxC t; 12. DxP, DxT;
peón o aceptar nuevos cambios J3.DxP, T IA; 14. P4R, CxP; 15.
de piezas, procedimiento que lleva A5C, DxT; 16. D6A Y las blan­
a la pérdida inevitable. cas forzan el mate. Es cierto que
Los planes de largo alcance co­ las negras podrían salvar la par­
mo éste no se basan en cálculos tida en su jugada decimaquinta
exactos; representan una idea ge­ con 15 . . . D4T, pero, ¿por qué
.

neral del método para ganar en arriesgar todas estas complicacio­


posiciones de esta naturaleza. nes si es posible mantener la ven­
9. R2D taja con medios menos aventura­
No es una jugada muy seduc- dos?
204 I R V I N G C H .E R 1Io .E V

11. PxA buye a aumentar la presión sobre


La única manera en que pue­ el inmovilizado peón del alfil.
den recapturar las blancas. 15. D3C
11 . . . , PxP Con la intención de inducir a
Continuando la encomiable ta­ las negras a jugar 15 . . . . C5T;
rea de abrir la columna del alfil 16. DxP, TxP; 17. TxT, DxT t;
de dama. 18. R2R, en que tienen algún
con traJ uego.

12. PRxP
15. . . . . O-O
Una vez más las blancas no tie­
nen otra fOlma de capturar: el "Alejemos primero al rey del
peón del alfil está clavado, y 12. campo de batalla", piensa Ta·
CxP se refuta con 12 . . . CxPA;
.
rrasch, "y acerquemos la otra
13. DxC, DxA, y las negras han torre".
ganado un peón. 16. R2R
12. . . . C(2D)3C Es evidente que el peón del al·
Desaparece el caballo clavado fil está perdido, pues las negras
de las blancas, pero lo sustituye pueden atacarlo con más piezas
un peón, y éste está clavado! Es un de las que pueden traer las blan·
buen blanco, por lo que laS ne­ cas para su defensa, por lo que és­
gras dirigen su fuero contra él. tas ahorran tiempo abandonando
al peón y huyendo con su rey.
Amenazan con atacarlo de nuevo
mediante 13 . . . , C5T o con 13.
. . . A2D seguido por 14 . . . ,
T lAD.
13. A3D
i Por fin, otra pieza del flanco
del rey ve la luz!
13. . . . A2D
Las negras pueden atacar al
peón con 13 . . . , C5T, pero pre­
fieren completar primero su des­
arrollo. "Además", dicen parafra­
seando a Nimzovich, "el peón no
puede escapar". 16. . . . TxP
La primera ganancia de mate·
14. TRIAD
rial,. y. con ella. la irrupción en la
Las blancas tienen que defen­ poslclOn enemiga.
,

derse y desarrollarse al mismo


tiempo. Si tienen un momento de 17. TxT
respiro, librarán a su peón clava­ La negativa a cambiar torres
do con 15. R2R, 16. A2D· Y 17. con 17. D2C permite que las ne­
P4A. gras retengan el dominio de la
14. . . , T IAD columna abierta.
¡ Pero las negras no cejan si· 17. . . , DxT
quiera un momento! La torre se M ucho mejor que tomar con el
apodera de la hermosa columna caballo. La idea de las negras es
abierta e inmediatamente contri· la de ocupar una avanzada estIa·
A J E D R E Z L ó G I C O 205

tégicamente fuerte en la columna


abierta o provocar el cambio de
damas. La eliminación de ambas
damas simplificaría las cosas para
su ventaja, pues tienen un peón
de ganancia.

18. D I C

Obligadas a retirarse, las blan-


• •

cas conslguen mcorporar una


amenaza a la jugada de la dama
de 19. AxP t, recuperando su 20. . . . C5AD
peón.
Se inicia una nueva fase. Las
18. . . . P�TR negras llevan sus piezas al terri­
torio enemigo, donde controlarán
las casillas clave y restringirán los
La manera más sencilla de sal­ movimientos de las blancas limi­
var al peón, que da al rey una tando la movilidad de sus piezas.
casilla a donde pueda huir de un
ataque por sorpresa en la última 21 . A l A
fila. Casi el único lugar que quéda
si las blancas desean conservar sus
19. A2D dos alfiles.

Rechazada, también esta pieza 21 . . . . A5T


se retIra con una amenaza. y esta jugada reduce las activi­


dades de la dama blanca.
19. . . . D2A
22. D2T
La dama abandona de mala ¡Ataque doble sobre el caballo!
gana la bella avanzada en 6A, No es tanto una amenaza cuanto
pero continúa en la importantí­ un recurso cómodo para llevar la
sima columna del alfil. Adviér­ dama al flanco del rey. Natural­
tase la razón de que la dama es­ mente, la única oportunidad que
coja la casilla 2A: en �A estorba les queda a las blancas es la de
la acción del alfil; en lA sucede idear alguna especie de contra­
lo mismo con la torre. ataque. El juego pasivo no h3J"á
Las negras amenazan 20. . . . otra cosa que llevarlas gradual­
C5A t, obligando a cambiar el ca­ mente al aplastamiento.
ballo por uno de los alfiles blan­
22. . . . TIA
cos.
Protege al caballo y, simultá­
20. RIA neamente, toma posesión indispu­
tada de la columna del alfil.
¿Se retiran todas las piezas? 23. D2R
206 I R VI N G C H E R N E V

Las . blancas se proponen crear 25. ... C6C


dificultades jugando 24. D4R
(que amenaza 25. D7T t, R IA; La toma del alfil podría lle­
26. D8T t, R2R; 27. DxPC). Lue­ var a la victoria, pero, ¿por qué
go, si 24 . . . . C3A; 25. D4T, ame­ exponer inútilmente al rey? La
nazando 26. AxP, podría dar la jugada del texto de las negras
oportunidad de atacar en el flan­ es más sencilla y está más acorde
con sus maniobras en el flanco
co del rey.
de la dama.
23. '" C6A !
26. A2D
Esta j ugada no sólo pone fin a
cualquiera esperanza que pudie­ Las blancas no podían rescatar
ran abrigar las blancas de iniciar a la impotente tone, por lo que
.
una contraofensiva, sino que res­ tIenen que contentarse con ha­
tringe a su dama, que está ataca­ ber recuperado el peón perdido.
da, ¡ a una sola jugada posible!
26. . , CxT
¡Tal es el grado de la dominación
.

de las negras en el tablero! La ganancia del cambio es la


24. DIR culminación de las hábiles Juga-


das de los caballos.
¡ El único refugio que queda
contra los tenibles caballos que 27. DxC
cubren siete de las casillas de hui­ Las blancas tienen qu� captu­
da de la dama! rar de esta manera y no con 27.
AxC, que pierde una torre des-
24. . ., C4T '
pués de 27. ' " DxA.
Con la evidente intención de 27. . . . A4C !
penetrar aún más profundamen­
¡ El bello arte de la simplifica­
te en la posición de las blancas
ción! Las negras cambian piezas
mediante 25. ' " C6C. Por prin­
para reducir la resistencia. Con
cipio de cuentas, esto se traduci·
menos piezas en el tablero, las
ría en la ganancia del cambio.
blancas pueden introducir menos
25. AxP complicaciones, al mismo tiempo
que la ventaja material de las ne­
¡ Enseñando los dientes con la gras se hace proporcionalmente
ferocidad que nace de la desespe­ mayor. Obsérvese la manera en
raciónl que las negras provocan estos
La partida no se hubiera salva­ cambios sin debilitar su dominio
do con 25. A2D, porque después
,

de la posición.
de 25. . . . C6C (los caballos cir­
28. AxA
cunscriben ahora las actividades
de la torre, como hicieron con la Tan buena como la mejor: si
dama); 26. AxC, DxA; 27. T I D (ó 28. AxC, AxA t seguido por 29.
27. DxD, TxD; 28. TID, C8A, y . . . DxA, con lo que ganan una
las negras ganan el cambio o uria pieza, o si 28. DxC, DxD; 29.
pieza), C8A, y el ataque sobre la AxD, AxA t, seguido por JO. . . '

torre y el alfil de las blancas ga­ TxA, Y las consecuencias son las
nará algún matelial. mISmas.

A J E D R E Z L Ó G I C O

28. . .. CxA JO. . . . TID


Después de la recaptura, las ne­ Ahora a esta columna, donde el
gras amenazan 29. . . . D5A t, �O. peón aislado constituye un mag­
RIR, C6A, y la amenaza de mate nífico blanco.
en 7R obliga a jugar JI. AxC, en JI. A3R
que JI . . . . DxA t; J2. DxD, TxD Defendiendo al peón de la da­
deja una posición en que la vic­ ma, pues el caballo clavado no
toria resulta elemental. constituye ninguna protección.
29. P3C JI. . . . D5R
Las blancas esperan encontrar La dama se abre paso más pro­
abrigo para su rey en 2C, donde fundamente al corazón de la posi­
se halla menos expuesto, y crear ción.
un apoyo de peones para el alfil,
que podría comenzar otra vez su J2. D2C
vida en 4A. Las blancas se esfuerzan por
dar a su dama algún juego, mIen­
tras las otras piezas se agrupan
para protegerse mutuamente.
La dama no se apresura a apo­
derarse de la columna abierta, ya
que después de J2. D IAD, CxPD;
3J. AxC, TxA, la amenaza de 34 .
. , . T6D es más de lo que pueden
soportar las blancas.
J2. . . . T4D !
¡Jugada diabólical No sólo pro­
tegen las negras a su caballo, sino
29. . . . D3A ! que amenazan con ganar el de las
La dama deja sentir su peso en blancas mediante JJ . . . . T4AR;
las casillas blancas que se han de­ 34. D2R, CxPD !, que es un ata­
bilitado con la última jugada de que sobre la dama y un triple ata-;
las blancas. El ataque sobre el que sobre el caballo. ¡ No hay res­
caballo gana un tiempo para la puesta posible, pues las blancas
nueva penetración de la dama en están clavadas por todas partesl
el territorio de las blancas. 33. P4TD
JO. R2C Ahuyentando al caballo para
que ya no amenace al peón de la
El avance del caballo, como,
dama.
por ejemplo, a 5R, pierde la dama
después de JO. . . D8T t, mien­
.
JJ. . . . C3D
tras que la protección del caballo El caballo se aleja, cuidando de
con JO. R2R desemboca en JO. proteger al peón del caballo de
' " D5R t, JI. A3R, T7A t; J2. dama.
C2D (ó J2. RID, C6A t, ganan­
do), C6A t; JJ. R I R, D8T t, y J4. A4A
mate en la siguiente jugada. De no ser asf, las negras juegan

,
208 1 R V 1 N G e H.E R N E V
.

34 . . . , P4CR, amenazando 35. Si 38. P3T, PxP; 39. PxP, D5A;


• •P5C ó 35 . . . T4AR, ¡O am­
• . 40. P5C, D5C t; 41 . R2A, T4AR,
bas jugadas! Y las amenazas de 42 . . . DxC t .

34 . . . , C4A y 42. . . . DxPC no podrán ser re­


futadas.
Atacando una vez más al peón
de la dama. 38. . . D5R
.

35. A3R ¡Clavando una vez más al ca­


Las blancas no pueden jugar ballo!
35. DxP, CxPD, y su dama no 39. D3A
puede volver atrás para salvar al
caballo. Evitando cuidadosamente 39.
DxP, en que 39 . . P5A las pone
. .

35. . . CxA t .
ante la pérdida del caballo me­
Más sencilla que la combina­ diante 40. ' D7C t, o del peón
"

ción que se inicia con 35. . . . del rey con 40. . . . TxP t.
P4R. Después de la jugada del 39. . . . P5A
texto desaparecen otras dos pie­
zas del tablero y caerá otro peón. No juegan inmediatamente 39.
. . . P4R, porque 40. P6C permite
36. PxC que . las blancas amenacen mate
repentmo.

Las blancas tienen que recu­


perar. 40. D8A t
36. • • • DxPR Si las blancas hubieran intenta­
Esto elimina la clavada del ca­ do 40. P6C, entonces 40. . . .
ballo, pero éste tendrá que per­ T4C t pone fin a la carrera del
manecer donde se encuentra pro­ peón del caballo.
tegido por el peón de la dama. 40. . . , R2T
37. P4C Para escapar a los nuevos ja­
Las blancas no deben jugar 37. ques de la dama.
DxP, porque la respuesta 37 . , . . 41. D3A
D7R t obliga al rey a alejarse del De vuelta a la defensa del ca­
caballo y les cuesta una pieza. La ballo y del peón de la dama.
jugada del texto impide que las
negras aumenten su presión me­
diante 37 . . . . T4AR.

37 . . . , P4A
Las negras pueden darse el lu­
jo de abrir la posición. Su rey, al
quedar expuesto, sufre menos que
el rey blanco. Naturalmente, la
amenaza es 38 . . . . PxP, ganando
de inmediato.
38. · P5C
A J E D R E Z L ó G I C O 209

41. . ' . P4R ! Las negras escapan de ésta.


El principio de la última fase: 44. R2T
la destrucción del centro de las
blancas. Por lo que las blancas tienden
Esta jugada es más fuerte que otra: si 44. . . . T6D; 45. DxP,
41. . . . TxP ti 42. R2A, T4TR; DxC; 46. D5C ff.
43. P4TR, Y las blancas amena­ 44. . . . D7R t
zan con 44. C5C t.
La idea de la jugada del texto tsta no tiene respuesta: si 45.
es continuar con 42. . . TxP, ,
R I C, T8D ti 46. C I R, TxC t
mediante la cual las negras con­ gana, o si 45. R3T, T6D, clavan­
siguen lo siguiente: do al pobre caballo por última
La demolición del centro de las vez, y desaparecen los últimos in-
blancas. . dicios de resistencia.
La amenaza de victoria inme­
diata con 43 . . . T6D.
.
Partida Núm. 30
La seguridad (si lo anterior no
es bastante convincente) de que GAMBITO REHUSADO DE
quedarán dos peones pasados en LA DAMA
el centro.
BLANCAS NEGRAS
42. P4TR. Capablanca Villegas
Marshall ve que 42. PxP pierde
una pieza después de 42. . . . T6D, Buenos A ires, 1914
pero todavía tiene algunas sor­
presas preparadas. 1. P4D

42 . . ., TxP En esta partida, el arte del aje­


drez se reduce a una sencilla fór­
Con la intención de atacar a la mula:
dama y el cabano mediante 43. Obtener un peón pasado, hacer­
. " T6D, aislando incidentalmen­ lo subir por el tablero y ¡ganar!
te a la dama de la defensa del Las blancas comienzan ponien­
caballo. do la planta en el centro al mis­
43. P6C t mo tiempo que liberan dos de
sus pIezas. ,

tsta es una de las celadas: si


las negras juegan 43 . . RxP, . .
1. . .. P4D
las blancas responden 44. D3C (al Quizá sea la respuesta más fuer- .
parecer, con la intención de obte­ te de las negras. Iguala la presión
ner el jaque perpetuo), T6D, y e impide que las blancas mono­
ahora, en lugar de 45. D6R t las policen el centro con 2. P4R.
blancas juegan 45. DxT, de ma­
nera que después de 45. . DxD; . . 2. C3AR
46. CxP t seguido por 47. CxD
recupera la dama y gana una El caballo salta hacia el centro,
torre. intensificando la presión del peón
sobre 5R. El caballo cumple me­
43 . . . , R3T jor su misión en SA, donde cubre
210 I R V I N G C H E R N E V

ocho casillas en el circulo de su berar su alfil, �r qué no jugarlo


ataque. inmediatamente a 4A? AIH esta­
2. . . . C3AR ría pronto a oponerse al alfil
Las negras aplican la misma blanco cuando llegue a 3D. El
fÓlmula, desarrollando el caballo cambio casi inevitable que siguie­
del rey a su posición más eficaz. ra elimina al agresivo alfil blan­
Aparte de su admirable potencial co del tablero y quita filo al sis­
para el ataque, el caballo es tamo tema de Calle.
Otra posibilidad era la de llevar
bién de gran utilidad mientras se
su peón inmediatamente a 4A,
mantiene a la espera. En el servi­
cio del rey, especialmente después atacando el centro de las blancas
y abriendo la columna del alfil
del enroque, el caballo defiende
como no puede hacerlo ninguna para que la usen sus piezas pesa­

das. Pero, ¿por qué jugar 3 . . . .
otra pieza.
P3A, moviendo innecesariamente
3. P3R un peón en la apertura? ¿Por qué
No es el procedimiento más perder el tiempo defendiendo
enérgico, pero las blancas no ne­ cuando no hay nada que esté ame­
cesitan ser agresivas desde el prin­ nazado?
cipio. La apertura misma es tan 4. A3D
fuerte que las blancas pueden (ar­ Desarrollo apacible y lleno de
mar una posición terrible con tan fuerza: el alfil explora dos mag­
sólo desarrollar sus piezas de ma­ níficas diagonales y se encuentra
nera que ocupen las casillas más listo para entrar en acción en
adecuadas sin pérdida de tiempo. cualquier dirección. Al mismo
El método es la simplicidad tiempo, el flanco del rey queda

mISma: despejado para el enroque.


Poner cada pieza a trabajar y
no mover ninguna hasta que el 4. . . . A5C
desarrollo se haya completado. Tan buena como la mejor para
El hecho de que 3 . P3R libere este alfil. La mejor casilla que
un alfil, pero encierre a otro no podría ocupar el alfil es 4A, pero
es de gran importancia, pues el la última jugada de las blancas
alfil de dama puede entrar en el ha hecho que dicha casilla sea
. juego mediante D2C. Las blancas inaprovechable.
no revelan sus intenciones especí­ 5. P4A !
ficas: pueden jugar el ataque de ¡Juego perspicaz I Las blancas
Colle o, tal vez, desarrollar sen­ atacan el centro de las negras y
cillamente el alfil a 3D con la abren la columna del alfil para
intención de enrocar pronto en el comodidad de sus piezas mayores.
flanco del rey. La diagonal creada para su dama
P3A . ofrece también perspectivas para
Las negras apoyan a su peón de una incursión mediante 6. D3C en
dama, previendo un ataque sobre el flanco de la dama negra, debi­
él con 4. P4A. Prefieren esto al litado por la ausencia del alfil.
apoyo alternativo con 3 . . . P3R,
.
5. . ,
. P3R
que confina a su alfil de dama. El alfil negro del rey tiene así
Pero si las negras quieren li- una salida, al mismo tiempo que
A J E D R E Z L Ó G I C O 211

el peón del centro recibe nuevo


apoyo.

6. CD2D

Las blancas defienden al caba- •

Ho del rey con una pieza menor,


quitando esa carga de los hom­
bros de la dama. Este método de
desarrollar el caballo es preferible
a colocarlo en SAD, donde podría
estorbar las futuras operaciones
de la dama o de la torre en la
columna del alfil. 8. D2A !
La incursión 6. DSC no da in­ I En consecuencia. las blancas
mediata ventaja, pues la respuesta ponen fin a semejantes ideas! Un
6. . . DSC de las negras lleva al
.
avance con 8 . P4R cuesta aho­
. . .

cambio de damas o a la retirada ra un peón. pues el caballo blanco


de la dama blanca. que ya no está clavado. puede to­
mar el peón.
6. . . . CD2D El desarrollo de la dama a 2A
es modesto. pero en las primeras
También para el caballo negro fases de la partida la dama rara­
es éste un modelo de d�lIollo. mente debe aventurarse más allá
En 2D coopera con el caballo del de la tercera o cuarta fila. Pero lo
rey y apoya un ataque sobre el que sí es importante, es sacar a
centro de las con . . . P4A la dama de la última fila para
o . . . P4R. Cualquiera de estas •

que entre en Juego activo.


dos jugadas liberadoras es un ob­


8. . . ' . A4T
jetivo que las neglas deben esfor­
zarse por alcanzar en esta aper- Las negras se preparan para
tura. •
llevar el alfil a SC a fin de cam­
biarlo por el agresivo alfil de rey
7. o-o de las blancas. Si hubieran enro­
cado en lugar de hacer esta ju­
gada. la continuación 9. C5R.
El rey busca un mejor refugio
A4T (si 9. . . . CxC; 10. PxC.
mientras la torre sale de su escon­
C2D; 11 . AxP t gana un peón
dite.
para las blancas); 10. P4A da a
7 .., las blancas un caballo poderosa­
. A2R
mente centralizado y excelentes
perspectivas de ataque.
Esta jugada desanoUa una pie­
za y peullite que las neglas enro­
9. PSCD
quen, pero le falta cierto espiritu Siempre está justificada la ju­
de empresa. Un procedimiento gada de un peón que da salida a
más movido era 7 . . P4R, in­
. .
una pieza, tsta hace espacio para
tentando tener algo que decir so­ el desarrollo del alfil de dama.
bre lo que sucede en el centro. 9. . . . ASC .

212 1 R V 1 N G e H E -R N E V

Las negras continúan con su Las negras movilizan otra pie­


empeño de cambiar alfiles. za, con la esperanza de tener al­
10. A2C gún contrajuego mediante 13 . . . .
.

P4A. El desarrollo de la dama


Desde lejos, el alfil de la dama permite también que las torres es­
intensifica la presión de las blan­ tablezcan comunicación entre sí.
cas sobre la importante casilla
central 5R. Con el dominio de
, esta casilla será difícil que las ne­
gras hagan la jugada liberadora
_ _ P4R. .

10. . . , AxA
No había prisa en hacer este
. cambio. ¿Por qué no continuar
tranquilamente con la tarea de
desarrollar las piezas, como hacen
las blancas?
11. DxA
Después de esta recaptura, las
blancas tienen todo el juego. Pue­
den escoger entre varios procedi-
mlentos:

13. P4R !
a) Una irrupción con P4R con Abriendo líneas de ataque que,
el fin de abrir líneas de ataque como dice la teoría, favorecerán
al jugador cuyo desarrollo sea su-

para sus piezas.


b) El establecimiento de una penor.

avanzada en 5R con el caballo. Las blancas desechan 13. P5A,


c) Un proceso de encerrar al cuya respuesta es 13 . . . P4R; 14.
.

enemigo, comenzando con P5A. PxP, CxPA. La línea 13. C5R no


es más prometedora, pues 13. . . .
11 . , O-O
CxC; 14. PxC, C2D; 15. P4A, P3A
. .

No hay forma de que las ne­ deja a las negras con un juego
gras hagan frente a todas estas muy fácil.
continuaciones, por lo que llevan
su rey a un refugio más seguro. 13. . . . PxPR
12. TD I R De otra manera, las negras ten­
drán que vivir con el constante
Antes de comprometerse, las
temor de P5R o PRxP, jugadas
blancas ponen en juego otra pie­
que harán las blancas en el mo­
.za. La presencia de la torre en
mento en que lo consideren opor­
la columna del rey aumentará la
tuno.
energía del avance del peón de
rey. 14. CxP
Las blancas no inician la ac­
ción hasta que su desarrollo está La recaptura deja a las blancas
'completo. con un fOlmidable centro.
12. . . . D2A 14 . . . , CxC
A J E D R E Z L ó G I C O 2 1 !J

Las negras cambian piezas para El caballo establece una avan­


liberar su posición aglomerada. zada. Parece bastante inofensiva:
no amenaza a nadie y no estorba
15. TxC ! los proyectos que puedan abrigar
Previendo la natural maniobra las negras.
defensiva de 15 . . . . C3A, a la que 17. . . . PxP
las blancas responderían con 16.
T4T. El plan, entonces, consiste Contando con la continuación
en desalojar al caballo negro que 18. AxP, AxC; 19. AxA, CxA; 20.
impide el mate. Esto podría lograr­ TxC, TRID, Y su control de la
se con 17. P5D seguido por 18. columna abierta de la dama au­
AxC o por 1 7. C5R seguido por menta considerablement.e las pro­
18. C4C. A fin de impedir que babilidades de las negras.
su caballo sea capturado o des·
alojado, así como la consecuente
jugada DxP tt, las negras se ve­
rían obligadas a jugar . . . P3CR
o . . . P3TR, debilitando en cual­
quiera de los dos casos la estruc­
tura de peones y las defensas del
rey.
15. . ,.
A3A
Esta jugada previene 16. T4T,
da mayor alcance al alfil y ejerce
presión sobre el centro de las 18. CxC !
blancas. También lleva en sí una
bonita amenaza con 16 . . . C4A;
.
¡ Notable concepto! No en el
17. PxC, AxA, simplificando para hecho de que las blancas jueguen
ventaja de las negras. una combinación que entraña el
sacrificio de la dama, sino en la
16. D!JR circunstancia de que la oferta de
I Pone fin a ese pequeño plan! la dama es tan sólo un detalle.
Está subordinada a la estrategia
16. . . , P4A general de la partida, que ha sido
llevada con el método posicional,
¡Ciertamente, parece atractiva! y así es como será ganada. Cual­
Las negras proyectan 1 7 . . . PxP,
.

quier combinación que surja será


captura que las blancas no pue­ secundaria al plan general, que
den evitar, pues su peón de dama consiste en crear un peón pasado,
está clavado. Con la desaparición subirlo por el tablero en cada
del incómodo peón central de las oportunidad que se pre�nte y
blancas, las casillas 4R y 4AD po­ convertirlo en una dama.
drán ser utilizadas por el caballo
negro, y se abre la columna del 18. . . . DxC
alfil de dama para su dama y su
torre. Si aceptan la oferta y juegan
18. . . , PxD, las blancas revelan
1 7. C5R su combinación: 19. CxA t, RIT
214 I ll V I N G C H E ll N E V

(ó 19 • PxC; 20. T4C t, RIT;


. . . ce la ·posibilidad de crear un r.eón
21. A'XP ff); 20. T4T( amena­ pasado en la columna del alfIl.
zando 21. TxP tt), P3TR; 21.
TxP t!, PxT; 22. C5D t a la des­ 21. . . . TRID
cubierta, RIC; 2J. CxD, Y las Deben oponer las tones antes
blancas, con dos piezas por una de que las blancas establezcan
torre, ganan fácilmente. una en la séptima fila o tripli­
quen piezas en la columna.
19. AxP

Las blancas recuperan el peón


y su alfil ataca ahora en dos di­
recciones. Por una parte, amena­
za tomar el peón de torre de la
dama; por la otra, busca el mate
con 20. AxA, PxA; 21 . T4C t,
RIT; 22. D6T, TICR; 2J.
DxPA t y mate en la siguiente
jugada.
19. . . , AxA
22. P4CD !
¡Es necesario acabar con el alfil!
¡Así se inicia la avanzada de
20. TxA peones en el flanco de dama! Ca­
pablanca ni siquiera arroja una
Las blancas recapturan y ga­
miraoa a una trampa tan mani­
nan un tiempo por atacar a la fiesta como 22. TxT t TxT; 2J.
dama. TxT t, DxT; 24. DxPT, D8D tt.
20 . . . , D2A 22 . . ,. TxT

La mejor casilla de retirada. El cambio es prácticamente


Desde aquí, la movilidad de la obligado. De otra manera, la ne­
dama alcanza su máximo. cesidad de proteger a la torre in­
moviliza a la dama y a la otra
21. TRID torre de las negras.
2J. DxT
Ahora podemos apreciar la sig­
nificación de la oferta de la dama Naturalmente, las blancas to­
blanca. No era un intento para man con la dama a fin de conser­
ganar la partida por táctica de var dos piezas principales en la
sorpresa. Era el empleo de una columna abierta.
combinación como recurso para 2J. . . . P3CD
ganar terreno en la posición.
La duplicación de las torres Las negras tienen que respon­
blancas en la columna de dama der con esta jugada o con 2J. . . .

les da el control de esa columna, P3TD a fin de usar su torre. Ad­


y su mayoría de tres contra dos viértase que no pueden disputar
peones en el flanco de dama ofre- la columna abierta mediante 2J.
A J ED R E Z L Ó G I C O 215

. . . T I D, pues las blancas toma­ 27. P5A ·


rían la torre y darían mate en la
siguiente jugada. El peón avanza en toda oponu­
nidad que se presenta.
24. P�C
27. . . . PxP
Medida de precaución que da
Esperando que las blancas re­
al rey una casilla para huir de
capturen con 28. PxP, ya que en­
los jaques por sorpresa en la pri­
tonces bloquearían eficazmente al
mera fila. Con frecuencia suelen
peón con 28. . . D�A_
resultar fatales.
.

24. . . . T IAD

Duplicando el ataque sobre el


peón del alfil.

25. T IAD

A fin de salvar el peón, las


blancas tienen que sacar su torre
de la columna de dama. Pero aho­
ra la torre se encuentra detrás del
peón del alfil (el candidato para
coronar) y se halla en posición 28. D4R !
para mantenerlo bajo su protec­ ¡ Muy perspicaz! Las blancas no
ción, por lejos que se mueva el necesitan recapturar inmediata­
peón en la columna. mente, pues el peón negro está
25. . . . TID clavado y no puede escapar a la
captura. Al mismo tiempo, la ju­
El objetivo de las negras es el gada de la dama impide el pro­
de ahuyentar a la dama y domi­ yectado bloqueo mediante 28. . . ­

nar la columna de dama con su D�A Y prepara para 29. PXP se­
torre. guido por 30. P6A.

26. D�R 28. . . . T4D


Jugada astuta: la dama se man­ La torre se apresura a auxiliar
tiene en contacto con la tone, al peón del alfil.
impide que la torre negra llegue Las blancas podrían sucumbir
a 2D y no aparta la mirada de la a la tentación de dedicarse a ca­
casilla estratégica 5AD, que es la zar peones con 29. DxPT seguido
siguiente escala del peón del alfil. por 30. D8T t Y 31. DxP, toman­
26. . do un par de peones y creando
. . RIA
un peón pasado de la torre. Pero
El rey se aproxima al campo de esta clase de j uego al azar no se­
batalla_ En caso de que haya un ría consecuente con el modo or­
cambio general de piezas, está denado y económico con que han
preparado para ayudar al avance llevado la partida, I Y tampoco
del peón del alfil. sería propio de Capablanca I
216 I R V I N G C H E R N E V

29. PxP con 33 . . . . T4CD, poniéndose de­


trás de él. Pero con el peón blan­
j Por fin, un peón pasado! co de torre de dama en 4T, las
negras no podrían llevar su torre
29. . . , P3C a 4CD.

Sería inútil recapturar con 29. 31. . . .


T3D
. " TxP, pues las blancas castiga­
rían a la torre insolente con 30. Pone al peón bajo piedra y
D4CD, clavándola y ganándola lodo. No puede avanzar, y la pro­
después. yectada estratagema de las blan­
cas de maniobrar su dama a 7CD
30. P6A no es factible, pues la respuesta
de las negras a 32. D4CD sería,
¡ Hay que avanzar los peones sencillamente, 32. . . . TxP. Pero
pasados! Con cada paso adelante el hecho mismo de que un peón
que dé el peón, aumenta el cam- pueda mantener ocupadas a la
. po de acción de la torre blanca, torre y la dama de las negras es
al mismo tiempo que se limita un tributo al poder de un peón
más la libertad de las piezas ne­ pasado.
gras.
32. D5R t!
30. . . . R2C
A pesar de la pesada defensa
Las negras comprenden que lle­
que rodea al peón, las blancas le­
var al rey al centro podría ser sui­
cida; por ejemplo: 30. . . . R2R; vantan el bloqueo de un solo
31. D4T t, R3D; 32. D4C t R4R; golpe.
33. D4AR ff.
32. • • • P3A

De cualquiera manera que se


libren las negras del jaque, no
podrán impedir la inminente
combinación.

33. DxT !

¡ Destruye a uno de los guardia­


nes!
33 . .., DxD
31 . P4TD ! ¡Y la recaptura aleja al otro!
¡ Hermosa jugada preparatoria! 34. P7A !
Si las blancas jugaran 31. D4CD
seguido inmediatamente por 32. Y las blancas ganan. El peón co­
D7C (para acabar con el bloquea­ rona en la siguiente jugada, de­
dor, las negras podrían cambiar . jando a las blancas con una torre
damas y luego detener al peón de ventaja.
A J E D R E Z L ó G I C O 2 17

Partida Núm. 1H Con 2 . . . . P3R, las negras pre­


paran un apoyo de peones para
PARTIDA DEL PEóN DE ocupar más tarde el centro me­
DAMA diante . . . P4D. · Al mismo tiem­
(Defensa Nimzo-India) po, liberan su alfil del rey.

BLANCAS NEGRAS 3. C3AD


Havasi Capablanca
Es más aguda que desarrollar
Budapest, 1929
el caballo del rey. Apoya la ame­
naza de 4 . P4R, presentando una
l. P4D
.

formidable formación de peones


¡ Una de las maneras de obte­ en el centro.
ner una buena porción del cen­
3. . . . A5C
tro consiste en tomarla!
Así lo hacen las blancas plan­ E l alfil clava al caballo y con
tando un peón en la mitad del ta­ ello lo priva de la capacidad de
blero. Ocupa una casilla, 4D, y atacar o de defender. Así, si las
domina otras dos, 5R y 5AD. blancas hubieran j ugado descui­
1. . . . C3AR dadamente 4. P4R, las negras ha­
brían tomado el peón inmedia­
Es más elástica que l. ". P4D. tamente.
Las negras desarrollan una pieza
y dejan sentir su influencia en el 4. D2A
centro en lugar de ocuparlo con Con diversos propósitos:
un peón. Su caballo ataca las ca­ a) La casilla 2A es, general­
sillas 4D y 5R Y evita que las blan­ mente, la posición más útil de la
cas ganen más terreno con 2. P4R.

dama en esta apertura .
2. P4AD b) La dama defiende al caba­
llo: en el caso de que las negras
Valiosa jugada de liberación en jueguen 4. . . . AxC t, la dama
las aperturas del peón de dama. puede recapturar dejando intacta
Ataca la casilla central 5D, hace la posición de peones.
aprovechable la columna del alfil e) La dama ejerce presión so­
para la torre (debido a la proba­ bre la columna del alfil, ventaja
bilidad de que se abra más tarde) que se hace más manifiesta con la
y ofrece a la dama acceso al flan­ apertura de la columna.
co de dama. d) El dominio de la dama so­
2. . . . P3R bre 4R renueva la amenaza de las
blancas de avanzar dos casillas el
No inmediatamente 2. . . . peón del rey.
P4D, porque 3. PxP, DxP (ó 3.
. . . CxP; 4. P4R, C3AR; 5. 4. .., P4D
C3AD, y las blancas tienen mayor
porción del centro de la que les Disputa a las blancas el control
corresponde); 4. C3AD gana de 5R y evita que el ambicioso
tiempo para las blancas por el peón del rey dé un primer paso
ataque sobre la dama. q ue sea muy largo.
-

218 I R V I N G C H E R N E V

5. C3A tra fuertemente centralizada en


4D, y no corre peligro de que la
Apacible, quizá demasiado apa­ hostiguen las piezas menores de
cible. Saca al caballo al campo, las blancas.
pero la pausa da a las negras la
oportunidad de apoderarse de la 7. P3TD
lDlClaUva.
• • • •

¡Va ha sido suficiente de este in­


cómodo alfil!
7. . . . AxC f
Las negras tienen que cambiar.
Si en lugar de ello 7. ' " A4T;
8. P4CD (amenazando 9. CxD),
PxPC; 9. CxD, P6C f desc.; 10.
A2D, PxD; 11. CxC f, PXC; 12.
AxA, Y las blancas han ganado
una pIeza.

8. PxA

5. . . . P4A ! La captura con la dama en lu­


gar del peón pennite que las ne­
"Las negras igualan en cual­ gras ganen un tiempo mediante
quier apertura del peón de la 8. . . . C5R que ataca a la dama,
dama", dice Reuben Fine, "en con lo que las perspectivas de las
que puedan jugar tanto . . . P4D blancas de jugar P4R parecen
como ' " P4AD impunemente". más lejos que nunca.
Con 5 . . P4A, las blancas per­
. En compensación de la ventaja
siguen destruir el centro de peo­ teórica de las blancas de los dos
nes blancos o, cuando menos, con­ alfiles contra caballo y alfil, la
servar un estado de tensión en esa posición de los peones negros en
importante área. Como beneficio el flanco de dama es claramente
adicional, sus piezas del flanco de supenor.

dama tienen un poco de más es- 8. . . . C3A


paclo.

El caballo se desarrolla con una


6. PAxP amenaza. Hay ahora un triple ata­
que sobre el peón blanco de la
La idea de las blancas es la de dama, cosa que limita sus proba­
despejar la posición en el centro. bilidades de contestar.
La desaparición de su peón del
alfil contribuye también a au­ 9. P3R
mentar la presión de la dama en El menor de los males, aunque
la columna. encierra el alfil de dama.
6. . . . DxP Si en lugar de ello 9. PxP,
DxPA deja a las blancas con dos
Preferible a 6. . . . PRxP, que peones débiles y aislados, mien­
pelmite jugar 7. A5C, lo que re­ tras que si las blancas intentan 9.
presenta una incómoda clavada P4A, CxP; 10. D4T f (ó 10. PxD,
del caballo. La dama se encuen- CxD f, y las negras ganan una
A J E D R E Z L ó G I C O 219

torre), D2D da a las negras un 11 . . . . PSCD


peón de ventaja.
Pleparándose para
9. . , . 0-0 el alfil a 2C, donde dominará la
El rey encuentra un refugio diagonal mayor del tablero.
más seguro, al mismo tiempo que La ventaja de las negl3S cona..
la torre del rey hace su apariCIón te principalmente en sus dos peo­
en la escena. nes contra uno en el flanco de la
dama, y esto, después de un aun­
10. A2R bio de peones, se convierte en un
El alfil se desallolla cautelosa­ peón contra cero. En cuanto a la
mente. Un procedimiento mis columna del alfil, puede ser 10-
enérgico hubiera sido 1 0. P4A, mada por la tone de dama, La 10-
para desalojar a la dama del ceno rre ahuyentan a la dama blanca
tro, seguido por 11. A2C, con y conservad el control de la m­
buenas probabilidades. ll'mna.

10. . . , PxP 12. C2D

Astuto cambio de peones que Las blancas desean apoderaJW'


. de la diagonal mayor, por lo que
mantiene fluida la posición y da
a las �egras una ligera ventaja, de�upan SA para el alfil No
cualquiera que sea la fOlma en pueden abrigar la espelanza de
que recapturen las blancas. hacer caer a Capablanca en uDa
trampa ingenua con 12 . . , Dx .

11. PAxP Pe, en que lJ. ASA gana


pieza. Estas cosas no suceden en
Explicablemente, las blancas
· la vida real.
desechan 1 1 . CxP, pues 11. .. .

DxPC; 12. ASA, CxC es una res­ 12. . . . A2C


puesta ruinosa. Con la jugada del
texto, se adhieren al principio de El alfil se encuentla hetmOla­
capturar hacia el ,entro y aumen· mente colocado aquí, a de
tan la esfera de acción de la dama que haya dos piezas <J.ue obstru­
despejando la columna del alfil. yen su camino. Al mlslIlO
� pesar de ello, quizi hubiera po, la casilla lAD esti lista
Sido mis conveniente jugar 11 ser ocupada por otro la •

PRxP, activando su alfil de dama. torre de dama .

lJ. ASA

El alfil se encuentra bien roJo..


c�do aquí, ¡pero a qué costa en
tie�pol El caballo ha tenido que
retirarse, y se ha deacWdado el
desarrollo de las piezas del flanco
de dama.

H . . ., Dro

La dama se mantiene en
tacto con el caballo, qur le
220 I R V I N G C H E R N E V

cuentra bajo el ataque de dos do), debería ser suficiente para


prever su vlctona.

piezas.

A partir de este punto, veremos


14. O-O una demostración de la técnica de
Es prematuro pretender avan­ ganar una partida ganada.
zar el peón del rey, pues 14. P4R, 17. A2C
CxPD cuesta un peón, mientras
que 14. AxC, AxA; 15. P4R, DxP; Por último, las blancas ponen
16. DxA, DxT pierde el cambio. en movimiento su flanco de da­
ma. Por laudable que sea su ob­
14. . . . TDIA jetivo, era esencial prever la si­
guiente jugada de las negras y
Amenazando 15 . . . . CxPD, y
jugar 17. D3D, que hubiera for­
sugiriendo con ello que la dama
talecido las casillas débiles de las
blanca deje la columna.
blancas y rechazado por algún
15. D I C tic:¡npo la amenazada invasión.
La agresiva 15. D4T es peligro- -
sa, ya que 15 . . . C4R; 1 6. DxD.

(si 16. DxP, CxA t; 17. CxC, D3A,


seguido por 18 . T I T gana la
. . .

dama), CxA t; 17. CxC, CxD es


muy fuerte para las negras.
15. . . . C4TD !
Ofreciendo el cambio de alfiles.
Si se rehusa, las negras toman
posesión de la diagonal.
16. AxA
Quizá hubiera sido más seguro 17. • • • D3T !
ceder la columna con 1 6. A2R y I Magnífica maniobral La dama
conservar más piezas en el tablero. abandona la diagonal central para
El cambio simplifica la posición ejercer presión sobre otra más im­
y acentúa la superioridad de las portante.
negras. La dama amenaza con pasar
16. . .. DxA poderosamente a 7R y hacer difí­
cil la coordinación de las piezas
Las negras están ahora listas blancas.
para explotar la circunstancia de
que las casillas blancas de su ad­ 18. T I R
versario son vulnerables a la in­ Refuta la amenaza. Si 18. T IA
vasión. Estas casillas han quedado en lugar de esta jugada (para lu­
debilitadas por la desaparición char por la columna del alfil de
del alfil que actuaba en las casi­ dama), D7R; 19. C3A (ó 19. T2T,
llas blancas. Esta ventaja, unida C5C; 20. TxT, DxPA t y las ne­
a la de la mayoría de peones en gras ganan), C6C; 20. TxT, TxT;
el flanco de la dama (circunstan­ 21. T2T, T8A t, y las blancas
cia que generalmente se traduce tienen que renunciar a su dama
en la creación de un peón pasa- o sufrir el mate.
A J E D R E Z L ó G I C O 221

18. . . ' C4D ren en territorio enemigo. Con


menos material en el tablero, las
Admirable centralización, pero
torres se encontrarán menos ex­
sólo es temporal. El caballo se en­
puestas a la acción de las piezas
cuentra en camino hacia el flanco
menores.
de dama, que es el teatro de la
aCClon.
• •
21. AxC

19. T2T Era necesario eliminar al caba­


llo, pues atacaba a la dama y la
Con la intención de oponer to­ torre.
rres mediante 20. AIT seguida
por 21. T2A o de continuar con 21. ... TxA
20. D I T previniendo 20. . . . La recaptura petmite que la
C6A.
torre penetre más profundamente
19. • • • TSA en la posición de las blancas.
22. CSA
Con el evidente propósito de
doblar torres en la columna del Las blancas hacen un eSfuerzo
alfil. Las negras no tienen prisa por reagrupar sus piezas. Si inten­
de llevar su caballo a 6A. Primero tan disputar la columna del alfil
desean inducir a las blancas a des­ con 22. TIA, entonces 22. . . '
alojar el caballo del centro. TxT t, 23. DxT, D6D; 24. D2C,
T I D gana un peón central.
20. P4R
22. ... TRIA
Jugada engañosa. Parece fuer­
Las tOlles dobladas dominan
te, pero los peones del centro se
ahora la columna abierta.
encuentran expuestos y pueden
Teóricamente, las negras han
convertirse fácilmente en blancos
ganado la partida. Su superiori­
de un ataque.
dad posicional es innegable, y la
victoria, para usar una frase favo­
rita de los maestros, "es, sencilla­
mente, cuestión de técnica". Es
un agradable estado de cosas,
pero entraña un peligro sicológi­
co. Hay la tendencia a aflojar la
presión y el ataque. Es fácil de­
jane dominar por un falso sen­
tido de seguridad, circunstancia
que originó la observación de
Marshall: "Lo más difícil es ga­
nar una partida ganada".
20. .. . C6A ! 23. PST
Quizá parezca extraño que las Da al rey una casilla de huida
neglas renuncien a su caballo sa­ a falta de otra cosa mejor.
ludable por un enfetmizo alfil, Las tones neglas no pueden ser
pero esta precaución es necesaria ahuyentadas (si 23. T�R, T8A t
antes de que las torres se aventu- gana la dama), por lo que las
222 I R V I N G C H E R N E V

blancas contemporizan y esperan echan 26. D2R, pues la respuesta


el curso de los acontecimientos. 26 .. . T7A lleva a nuevos cam­
.

23 . . . , C5A bios. El ataque sobre el caballo


clavado con 26. TR l T es hábil­
La primera de una serie de ju­ mente refutado con 26. D4C, " .

gadas hábilmente ligadas que ace­ sacando ágilmente del peligro al


leran el ritmo. Para comenzar, caballo.
hay un triple ataque sobre el
peón de la torre de dama. 26 . ,
. P4CD
.

24. P4TD ¡Es necesario avanzar los peo­


nes pasados! Todo lo demás
Ninguna otra jugada salva al -combinaciones para ganar pie­
peón. zas, captura de peones aislados,
24. . . .
C6T inclusive los ataques sobre el rey­
debe relegarse a segundo término
¡ Muy limpia! El caballo ataca
como cosa secundaria al tema
a la' dama y simultáneamente cor­ principal de coronar un peón
ta la defensa del peón de torre avanzado.
por la torre.
27 . P5D .

25. D2C
Las blancas abren líneas para
Renunciando voluntariamente intentar algún contraataque con
a un peón que no pueden conser­ el propósito de crear una distrac­
var. Si intentan retenerlo con 25 ción.
D I D, entonces 25. D5A; 26.
27. .
' "

T2C (la torre estaba atacada), PxP . ,

C7A (ahora la otra está amena­ Esta recaptura, que es la res­


zada); 27. T2R, DxPT; 28. C I R puesta más sencilla, dará a las
(atacando al caballo clavado), blancas un peón aislado en la
DxPD ! gana para las negras. mitad del tablero.
25.
. .
. DxP 28. PxP

La primera ganancia tangible. A cambio de esto, la torre blan­


Observe ahora el lector cómo el ca del rey se asoma a una colum­
mayor genio del ajedrez que haya na completamente abierta. Efec­
nacido nunca demuestra el arte tivamente, las blancas amenazan
de transformar un peón pasado con 29. DxT, TxD; 30. T8R tt·
en una dama. Advierta que cual­
quier combinación, por atractiva
que parezca, que no se relacione
con ese objetivo, es evitada cui­
dadosamente. Tal concentración
de propósito es aterradora (espe­
cialmente para quien tiene que
hacerle frente).
26. T2R
A las blancas se les están aca­
bando las buenas jugadas. Des-
A J E D R E Z L O G I C O 22S

28. . . , P5C ! 31 . . . . TxT(7C)


Jugada obvia, pero, a pesar de de la torre adecuada
t?do, brillante por lo que con­ . .Captura
. '

inIcIándose una serie de bonitas


sIgue: jugadas.
a) N ulifica la amenaza de las
blancas, pues la casilla 1 R está 32. TxT
cubierta ahora por la dama. Las blancas tienen que cap­
b) Amenaza al peón de dama turar.
con 29. . . . D8D t; 30. T I R,
DxP, y las blancas no pueden res­ 32. C5A !
ponder 31. DxT ahora que la to­
• • •

rre tiene la protección del peón.


Ataque sobre la dama y la to­
e) Protege al caballo, librando
rre que amaga con ganar el
a la dama de esa misión.
cambio.
. d) Avanza el peón un paso ha­
Cla su meta, que es la octava ca­ 33. D IA
silla.
29. D2D
Rescata a la torre clavando al
caballo. Sería inútil jugar 33.
No sólo para apoyar a su peón DxPC en lugar de ello, pues las
pasado, sino para poner a la negras, tomarían sencillamente la
dama en juego activo. torre, ya que su caballo protege
ahora a la dama.
29. . . . P6C
Justificando el epigrama del 33. ' " D6T !
Club de Ajedrez de Manhattan:
"Los peones negros pasados ca· A la clavada del caballo contes­
minan más de prisa que los blan­ tan con una clavada de la torre,
cos" . que las negras amenazan ahora
tomar con su dama.
30. T2C
34. T I C
Esta jugada rt:siste más que 30.

T I T, T7A; 31. D�R, P7C, y las Pero la torre se escapa de la


negras ganan. clavada. ¿Han dejado las negras
30. . . , T7A que se les escape la victoria?

El juego de las negras es trans­ 34. . . , DxD t!


parente como el agua: puesto que
hay que adelantar al peón pasa­ ¡De ninguna manera! Esta ju­
do y su camino está bloqueado gada obliga a capitular: después
por una torre, I hay que eliminar de 35. TxD, P7C( el peón tiene
al bloqueador! que moverse); 36. TIC, TIC; 37.
R lA, C6T (ahuyentando al últi­
3 1 . D�R mo bloqueador); 38. T I D, P8C(D),
Y el peón pasado gana la partida
Las blancas esperan complicar para las negras.
las cosas, p �es 31. TxT no parece
muy atractiva. 35. A bandonan


224 I R V I N G C H E R N E V

Partida Núm. 1J2 El alfil negro del rey ha de des­


arrollarse agresivamente, con el
PARTIDA DEL PEÓN DE
propósito de influir en los acon­
DAMA
tecimientos del centro. Si las
(Defensa India de la Dama) blancas replican 3. C3AD, por
BLANCAS NEGRAS ejemplo, a fin de seguir con 4 .
Canal Capablanca P4R, las negras clavan al caballo
Budapest, 1929 y hacen imposible 4. P4R.
,
1 . P4D J. C3AR
Jugada favorita de los jugado­ Las blancas no pueden adelan­
res modernos. Es la mejor forma tar el peón del rey, por lo que ha­
posible de iniciar la lucha por el cen una jugada nOlmal de des­
dominio del centro: ocupándola arrollo y esperan los aconteci-

con un peón y pellwtiendo que mIentos.


. dos piezas entren en juego rápi­ J. . . . P3CD
damente. ¡ Imponiendo mayor restricción
1. . .. C3AR al proyectol Las negras intentan
colocar su alfil en 2C, donde ata­
Si, a diferencia de 1 . . P4D,
. .
ca desde lejos. El alfil sumará su
esta jugada no hace frente al fuerza a la del caballo en el con­
avance del adversario, le impi­ trol de la casilla crítica 5R.
de continuar con 2. P4R pero tie­
4. P3CR
ne el mérito adicional de des­
arrollar una pieza inmediatamen­ El mejor procedimiento de las
te a su casilla más adecuada en la blancas consiste en oponer alfiles
apertura. en la diagonal como se hace con
las torres en una columna abierta.
2. P4AD Al oponer una fuerza igual, quita
Esta jugada tiene varios mé- el filo al ataque del alfil enemigo.
ntos: 4. . , A2C

a) Impide que las negras jue­ ¡ Estricto concepto moderno! En


guen inmediatamente 2. . . . P4D,
los viejos tiempos se llenaba el
ya que la respuesta J. PXP obli­
centro con peones y luego se flan­
gando a recapturar con una pieza queaba el alfil, con' el resultado
destruye este efímero centro de de que el alfil perdía toda su uti­
peones. lidad. En los días actuales el alfil
b) Abre la columna del alfil tiene libertad para atacar a lo
para que la usen las piezas prin­ largo de toda la diagonal, sin el
cipales de las blancas. estorbo de peones fijos que se le­
c) Hace aprovechable una dia­ vanten a su paso.
gonal para la dama.
d) Pelmite que los dos peones 5. A2C
que se encuentran uno al lado
del otro dominen cuatro casillas Telluinado el flanqueo, el flan­
de la quinta fila. co blanco de la dama queda des­
pejado, y todo está listo para el
2. . . , P3R enroque.
A J E D R. E Z L ó G I C O 225

,. .. .. ASC t . . . P4A, desafiando al centro


Antes de esforzarse por minar blanco de peones. A esto las blan­
el centro con . . . P4A, las negras cas no pueden responder 8. P5D,
desarrollan una pieza. La jugada porque pierden un peón.
del alfil no sólo facilita el enro­ 8. O-O
que, sino que provoca un cambio
Las blancas hacen más segura
favorable de alfiles.
la posición de su rey y ponen en
6. A2D servicio su torre de rey.
Es preferible a 6. CD2D, inter­
posición pasiva que da a las ne-

gras tIempo para enrocarse y lue-


go atacar el centro con 7. . . .
P4D.
6. . . . AxA t
Las proceden a hacer el
cambio como el mejor medio de
liberar su posición un tanto cons­
treñida. Si en lugar de esto reti­
ran el alfil a 2R, quedan a la de­
fensiva y peulliten que las blan­
cas conserven la iniciativa. 8. . . . P4A !
7. CDxA Jugada enérgica, cuyo objetivo
es minar el centro blanco.
Los teóricos y los críticos del
ajedrez recomiendan que las blan­ 9. PxP
cas capturen con la dama y no
Las blancas tienen poco donde
con el caballo. A pesar de sus
escoger. Si juegan el peón a 5D,
grandes voces afirmando que el
pierden un peón; si lo apoyan con
caballo debe estar en SA para
co�tribuir en �l ataque sobre la
9. PSR (a fin de recapturar con
un peón y conservar un peón en
casllla 5D, los Jugadores persisten
el centro), el peón del rey queda
en recapturar con el caballo. Ar­
inmovilizado en su misión defen­
guyen que al hacerlo así se des­
si��. En consecuencia, las proba­
arrolla otra pieza menor, pero la
bIlIdades de que el peón del rey
verdadera razón podría ser su
llegue a la casilla 4R son muy du­
obstinación, su rebeldía contra la
dosas.
autoridad. Como quiera que sea,
.
SI es menos eficaz que 7. DxA, no 9. ... PxP
debe ser condenada tan rotunda­
Las negras han ganado tres ven­
mente.
tajas por un sencillo cambio de
7. . . . o-o peones:
Antes de iniciar cualquier ac­ a) Han eliminado un peón cen­
ción decisiva en el centro, las ne­ tral a cambio de un peón lateral.
gras procuran el bienestar de su b) Su peón del alfil controla
rey y lo llevan a una parte más 5D, haciendo imposible <Jue las
segura del tablero. blancas establezcan una pIeza en
Una enérgica alternativa es 7. esa casilla.
226 I R V I N G C H E R N E V

e) Su dama y su torre de dama nes de iniciar un contraataque


podrán actuar en la columna del con 13. P4CD. Ante todo, no de­
caballo de dama, que acaba de sean ser sorprendidas por una ju­
abrirse. gada inesperada . . . C5CD en al­
guna fase posterior.
JO. D2A
En la mayor parte de los casos,
la función de la dama en la aper­

tura no es tanto la de entrar en


acción cuanto la de salir de la
primera fila, de manera que las
torres puedan unirse y colaborar
en el centro.
Con la salida de la dama, la
torre del rey puede ocupar 11;>,
ejercer presión sobre la columna
de dama y hacer incómoda la vida
de las fuerzas negras en esa co­ 12. . .. TD I C !
lumna.
¡Magnífico juego de posición I
10. . . . C�A Fácilmente olvida uno que el pri­
mer deber de una torre para con
El caballo se desarrolla hacia el
su rey consiste en apoderarse de
centro e intensifica el dominio
cualquier columna . abierta, no
del peón sobre 5D.
sólo porque el ataque de la torre
11. TRI D se extiende a todo lo largo de la
col.umna, sino porque tiene un
La atractiva jugada 11. P4R camino cómodo para pasar a otros
tiene su refutación en 11. . . . puntos.
P4R (fortaleciendo la presión so­
bre 5D) seguida por 12. . . D2R .
13. TDI C
Y 13 . . . C5D. Las blancas que­
.

La torre blanca va también a


darían entonces frente a un pro­ le, ¡pero qué abismo separa a las
blema: la presión del caballo. en dos jugadasl La torre blanca no
5D es casi intolerable, pero SI se tiene ninguna columna abierta;
elimina significa que las negras sus perspectivas de aumentar su
pueden recapturar con 14. . . . movilidad son pocas y su función
PAxe, quedando con un peón pa­ es puramente defensiva. Pero al
sado en la columna de la dama. proteger al peón del rey, libra a ]a
dama de esa responsabilidad.
11. . . . D3e !
Ahora son tres las piezas que
13. . . , TRIA
dejan sentir su peso sobre 5D, La torre no hada nada en l AR,
mientras la dama pasa a la colum­ por lo que es transferida a una
na abierta del caballo. columna donde tiene probabilida­
12. P�TD des de ser útil.
No había prisa en jugar 13 . . . .
Las blancas no se hacen ilusio- P4TD, pues las blancas no están
A J E D R E Z L O G I C O 227

en situación de intentar la irrup­ 16. . . . C5D !


ción con 14. P4CD. ¡ Pero las negras llegan allí pri­
14. P4R merol No sólo establecen una
avanzada en 5D, sino que impi­
Superficialmente, la jugada de den que las blancas hagan otro
las blancas parece fuerte. En rea­ tanto. Si las blancas intentan 17.
lidad, el peón ocupa una casilla C�R, la continuación 17. . . .
que debería mantenerse despeja­ AxP; 18. C5D, AxD; 19. CxD,
da. Las piezas blancas pierden CxC t; 20. AxC, TxC; 21. TxA,
gran movilidad por no poder ya P5R gana limpiamente una pieza.
usar 4R como trampoHn para sus 17. CxC
diversos objetivos.
El caballo avanzado las inco­
14 . . . ' P4R moda, por lo que las blancas le
Ahoga la jugada 15. P5R, en dan fin.
que se manifestaría el ansia de ex­ 17 . . . . PRxC
pansión del peón blanco del rey.
Las negras se sienten felices de
Adviértase que las negras han
cambiar: tienen un peón pasado
fortalecido su dominio sobre 5D.
en la columna de dama, que con
Este punto está dominado ahora
el transcurso del tiempo puede
por la dama, un caballo y dos
convertirse en una dama. A más
peones.
de ello, el peón vigila las salidas.
15. D�D Impide que el caballo blanco pase
Las blancas esperan tener algún a �R y pone fin a sus ambiciones
contrajuego en la columna de la de alcanzar 5D.
dama, ya continuando con 16. El peón pasado en 5D es, al pa­
D6D, ya maniobrando su caballo recer, el candidato lógico a con­
por l AR y �R hasta 5D. Mientras vertirse en dama, pero nos espe­
tanto, impiden que las negras jue­ ran ciertas sorpresas . . . ¡muchas
guen 15 . . . C5D, cuya respuesta
.
sorpresasI
es 16. CxP. 18. P4CD
15. . . . P�D ¡De pronto, las blancas se des­
Respuesta ingeniosa, casi desca­ atan! Su principal amenaza es 19.
rada. Las negras defienden al PXP, DxP (las negras tienen que
peón del rey (de manera que pue­ recapturar con la dama, que está
dan jugar 16. . . . C5D) con un atacada dos veces); 20. TxA, TxT;
peón que no está protegido. 21. P5R, Y el ataque descubierto
Las blancas, naturalmente, no dará a las blancas dos piezas por
pueden tocar el peón de la dama, una torre.
pues la pena de 16. DxP sería 16. ¿Cómo contestar las negras a esta
. " T I D, ganando la dama. amenaza? Es evidente que no con
18. ' PxP, porque con 19. TxP
"

16. C I A las blancas salen mejor libradas.


Indicando que desean desple­ O si se retiran a 1 8. . . . D2A, en­
gar el caballo a �R y luego a 5D. tonces, después de 19. PXP, PxP
Excelente estrategia, si las blan­ (para proteger al peón pasado),
cas pueden llevarla a cabo. sigue 20. P4A, amenazando con 21.
228 I R V I N G C H E R N E V

P5R, Y las piezas blancas comien- 20. . . . DxT


• •

zan a VIVIr.
La respuesta de Capablanca en Las negras capturan con la da­
el texto inicia una notable com­ ma para mantener el contrvl de
binación. Deja que las blancas ob­ la valiosa columna abierta.
tengan ventaja en material a cam­ 21. P5R
bio de una posición que parece Ataque descubierto sobre la
poco prometedora . . . , ¡ pero no dama y ataque directo sobre el
para Capablanca! caballo.
21. . . . D6C !
¡ Notable oferta de cambiar da­
mas! Generalmente, el bando que
tiene ventaja de material intenta
despejar el tablero y simplificar
el final.
22. PXC
Las blancas desechan 22. DxD,
porque conduce a 22. . . . TxD;
23. PXC, TxPT, y las negras que­
18. • • • D!JA ! dan con dos peones pasados.
¡Triple ataque sobre el peón 22. . . .
DxD
del rey! Esto obliga a las blancas
a defender mansamente al peón La idea de esta jugada es la de
o a continuar audazmente con la obligar a la · torre blanca a alejar­
combinación que proyectaban. se de la última fila al capturar.
La fila puede ser entonces usada
19. PxP por la torre negra como punto de
¡ Las blancas juegan a ganar! entrada, petmitiéndole ponerse
Toman un peón, abren una co­ detrás de los peones blancos.
lumna para su torre y amenazan 23. TxD
con eliminar al peón pasado de
la dama. Las negras no pueden hacer
19. . . . PxP otra cosa.

Las negras tienen que recaptu­ 23 . . . T8C !.

rar con el peón a fin de conservar El caballo queda clavado por


el precioso peón pasado. principio de cuentas, y las blan­
20. TxA cas se desviven frenéticamente por
eliminar la clavada.
Combinación tentadora que ga­ Contra el juego pasivo, las ne­
na dos piezas por una torre. gras continúan con 24. . TIR. .

¿Se ha dejado sorprender Capa­ seguida por 25 . . . T( IR)SR Y


.

blanca, o ve los recursos que ofre­ 26. . . . T(SR)8A. Con ello se gana
ce la posición con más perspicacia al peón del alfil, pues las blancas
que su adversario? no pueden protegerlo con 27.
,.A J E D R E Z L ó G I C O

A5D sin abandonar al caballo. 25. . . , T(I C)6C !


Después de capturar al peón. las
¡ Concepto audazl 1·as negJa5
negras tendrían dos peligrosos
ofrecen el cambio de tones y de­
peones conectados entre sí y dán­
jar a las blancas con dos piezM a
dose prisa por convertirse en
cambio de la suya.
damas.
24. A5D 26. TxT
El plan de las blancas es evi· ¡A las negras les encanta ac­
dente: protegen al precioso peón cederl
del alfil y desalojan una casilla
26. . .. TxT
para su rey. Después de 25. R2C.
el caballo. que ya no está clavado. Pone en peligro al peón de la
puede entrar en el juego. torre.

24. . . ' T(IA) I C 27. C2D


Las torres dobladas dan a las Las blancas no podían salvar al
negras la posesión indisputada de peón de la torre (si 27. P4TD.
la importantísima columna del T5C; 28. P5T. T5T). por lo que
rey. el caballo contraataca amenazan­
Las blancas se encuentran aho­ do a un peón.
ra ante dos amenazas: 27. . . . TxPT
a) 25. T8A seguida por 26.
Ganando un peón y cleando si­
' "

. . T(IC)8C. El ataque sobre el


multáneamente un peón pasado
.

caballo obligaría al alfil a volver


en la columna de la torre. ¿Será
a 2C, con lo que las negras toman
éste el que se convierta en dama?
el peón del alfil.
b) 25.. . T(I C)6C. obligando
.
28. C4R
al cambio de torres, después de ¡ Pero las piezas blancas entran
lo cual deberá caer uno de los ahora en acción! La amena� es
peones del flanco blanco de la 29. CxP. eliminando el apoyo del
dama. peón de la dama y. como resulta
25. R2C más adelante. obteniendo un
peón pasado del alfil.
Elimina la clavada del caballo.
que ha permanecido como espec­ 28. . . . P4TD !
tador en las últimas diez jugadas. Mucho mejor que 28. . . T4T.
.

que inmoviliza a la torre defen­


diendo a un peón y hace que su
papel en el final sea secundario.
29. CxP
Después de esta captura. el
peón pasado de las blancas co­
mienza a adquirir un aspecto
amenazador.

29. . . . PxP

No tanto para ganar un peón


230 I R V I N G C H E R N E V

cuanto para dar mayor libertad T8R f (para abrir paso al peón
al rey. Si juegan inmediatamente sin pérdida de tiempo) y 36. . . .
29. . . . R I A; 30. C7D f hace que P8T(D).
el rey retroceda a I C, pues 30.
. . . R I R petmite que se juegue 32. C3D
31. PXP, ganando para las blan­ Bloquea al peón de dama y pre­
cas. para el empuje de su propio peón
Si en lugar de ello se avanza 29. pasado.
. . . P5D, permite 30. R3A segui­
do por 31. R3R, Y las blancas ga­ 32. • • • P6T •

nan el peón de la dama. •

En la jugada decimaséptima pa-


30. R I A recía que el peón de dama llega­
ría a la octava fila y se converti­
El rey vuelve para abrir paso ría en dama. El peón de dama
a los peones pasados. está bloqueado, y ahora parece
30. . . . P5T que el peón de torre es el que co-
ronara.
,

Las negras no temen un doble Pero, ¿será el peón de la torre?


ataque sobre este peón mediante
31. A6A. Refutarían esta jugada 33. P5A
con 31. . . . T8T f, seguida por ¡También el peón blanco pue­
32. . .P6T, Y el peón habrá da­ de dar dolores de cabeza!
do un paso más.
33. . . . P7T
31. R2R
Amenazando con ganar me­
El rey se acerca, poniendo fin
diante 34 . . . T8R f; 35. CxT,
definitivamente a cualquier peli­
.

P8T(D).
gro del peón de dama.
¿Cómo proceden las negras? 34. R3A
El rey se hace a un lado para
evadir el jaque.
34. . . . T8D
y esta jugada, que ataca al ca·
baIlo y amenaza con coronar el
peón, aumenta los problemas de
las blancas.
35. AxPT
¡ Las blancas tienen que destruit
31. . . . T8T ! a esta criatura peligrosa a toda
costal
¡Amedrentando a las blancas
35. . . . TxC f
con la amenaza de coronar el
peón de la torrel Las negras inten­ Con esta captura las negras to­
tan 32. . . . P6T a continuación, man una pieza por su peón de
seguida por 33 . . . . P7T, 34. ' " torre.
A J E D R E Z L ó G I C O 231
36. R4R rre a cambio del peón negro de
la dama.
Las blancas no caen en 36. R2R,
perdiendo su peón pasado después 38. . . . TxP
de 36 . . . . T6AD.
Las negras aceptan la sugestión.
)6. . . , T7D En lugar de aferrarse obstinada­
mente al peón pasado, se mues­
Más a t r a c t i v a que 36. . . , tran dispuestas a simplificar, con­
T6AD; 37. RxP, TxP. La jugada fiadas en que su superioridad, por
del texto ataca al alfil y a todos pequeña que sea, es suficiente
los peones del flanco del rey, y re­ para darles la victoria. Esto re­
vive las perspectivas del peón de quiere tener fe en la justicia en
dama. el tablero y confianza en la pro­
¿Será éste el candidato, después pia capacidad para salir airosas.
de todo?
39. RxP
37. A4A !
Con esta captura, las perspec­
Posición admirable para el al­ tivas de las blancas parecen más
fil. Las negras pueden ahora ex­ brillantes. Su rey y su alfil auxi­
traviarse fácilmente con 37. . . . lian estrechamente al peón pa­
TxP; 38. P6A, T7CD (si 38. . . . sado y dedicarán todos sus esfuer­
T7AD; 39. ' R5D gana para las zos a escoltarlo hasta el fin del
blancas); 39. P7A, Y el peón blan­ tablero.
co se abre paso.
39. . ,. R2R
Prontas a bloquear al peón.
40. A3D
Al parecer, con la idea de lle­
var el alfil a 4R. Desde allí pro­
tegen al peón del alfil del rey, im­
piden que avancen los peones do­
blados de las negras y se prepa­
ran para proteger a su peón del
alfil de la dama cuando llegue
a 6A.
37. . . , RIA !
40. . . . P4T
El rey asume la tarea de res­ Amenazando 41. T7CR; 42.
tringir al peligroso peón.
' "

P4C, P5T. y las negras ganan.


38. P3A ¿Será el peón de la torre el
peón pasado que se convierta en
Es inútil avanzar el peón del al­ dama?
fil de dama: 38. P6A, R2R, Y el 41. R3R
peón no puede caminar más.
Con la jugada del texto, las El rey se acerca para rescatar al
blancas ofrecen su peón de la too peón del caballo.
2S2 I R V I N G C H E R N E V

41. . . ' T7CR El peón juega para quedar bajo


la protección del alfil.
Al obligar al rey a defender al
peón del caballo. las negras lo
alejan de su peón pasado.
42. R4A
La única jugada. Contra 42.
P4C. la victoria es fácil: 42. . . .
P5T; 43. AlA. T7AO; 44. R4D.
T7A; 45. AST. TxP; 46. A2C.
T6CR; 47. AlA. P6T. etc.
42 . . ,
. T8C
. ¡Ahora. a ponerse detrás del
44. ' " T6A !
peón pasado! En el final. la torre
cumple mejor su misión detrás de ¡1ugada tremendamente eficaz!
los peones enemigos. Su poder Reduce a las blancas a un estado
de ataque se extiende a todo lo de Zugzwang (obligación de mo­
largo de la columna. de manera ver). Esto significa que las blan­
que por mucho que avance el cas podrían sostener el juego, si
peón en la columna, nunca podrd no fuera porque tienen que hacer
escapar al ataque de la torre. una jugada. ¡Y cualquier jugada
que haga es fatal. porque altera la
4J. A4R posición I
Preparándose para proteger al 45. P7A
peón cuando llegue a 6A. Si jue­
gan de inmediato 43. P6A. T8AO; ¡La entrega voluntaria del peón
44. A4R (pero no 44. A5C, T4A; que no pueden salvarl Las alter-

45. A4T. T5A t, ganando el al­ nativas son muy mteresantes:


fil), y tenemos la posición que se a) Si 45. R5A. T4A t (para ha­


alcanza un poco más tarde en la cer retroceder al rey); 45. R4A,
partida por una transposición de RSR; 47. RSR (una jugada del
jugadas. alfil pierde al peón inmediata­
mente, mientras que 47. P4C per­
43. . . . T8AD mite 47. ' P5T. dando a las
"

negras un peón pasado). P4A; 48.


¡Para el no iniciado, esta ju­
ASO. TxP. y las negras ganan.
gada parece extraña! ¿Por qué
ayudar a que el peón suba por el
b) Si 45. A50. T4A; 46. R4R
(si 46. A4R. RSR hace la parti<;la
tablero?
igual que en la nota anterior).
La idea de las negras es la de
P4A t 47. R40. TxA tI; 48. RxT.'
obligar al peón a moverse a una
P5A !;49. R5A (ó 49. PxP P5T;
casilla blanca, cosa que inmovili­
zará al alfil en su defensa y limi­
50. R5A. RlD, 51. R6C. RIA
gana), PXP; 50. R6C, P7C; 51 .
tará considerablemente la esfera
de actividad del alfil. P7A. P8C(O) t; 52. R7C. 08C t;
53. R8A. OSCO; 54. P4A, 02T;
44. P6A 55. P5A. O I T ff.
A J E D R E Z L ó G I C O

o. . . . TxPAD R!JA; 50. R3R (el alfil no puede


moverse. y 50. P4C pierde con '0.
Elimina un peligro potenóal. . " PTxP; 51. PXP, T5C t; 52.
El final requiere todavía triunfar. R3A. PXP t, T5C; 51. A5D.
y la manera de conseguirlo es un P5A t; 52. PXP, P5T; 5J. R2A.
ejemplo de técnica suave e impe­ T7C t; 54. RIC. R4A; 55. AxP.
cable. La demostraóón es tan lú­ RxP; 56. ASD. R6C; 57. A4R.
cida y exacta como si fuera la T7TD; 58. RIA. P6T Y las negras
solución de un final compuesto ganan.
para estudio.
48. . ., T4T
46. ASD
Dando al alfil una casilla en
Para evitar que las negras mue­ la diagonal.
van su rey a la magnífica casilla
3R. 49. A4A
46. T4A El alfil no podría ir a 3C de­
' "

bido a la clavada consecuente. y


La torre intenta perseguir al
si 49. AIC. R3R; 50. R4A. T5T t;
alfil hasta que abandone la dia­ 51. R3R (si 51. A4R. P4A gana el
gonal que da a la casilla 3R.
alfil). P4A; 52. A2A, P5A t; 5J.
PXP (ó 5J. R2D, PXP). T6T t;
47. A2T
54. R2D. T7T; 55. RIA. TxA t,·
y las negras ganan. }
Explicablemente. el alfil se es­
fuerza por peullanecer en la dia­
49. . . . T4AD
gonal todo el tiempo que sea posi­
ble. Si en lugar de ello hubiera
jugado 47. A3C. T4CD obliga a Desalojando al alfil de la dia­
jugar 48. A2T (si 48. A4A. T5C gonal que lleva a 3R.
clava al alfil. o si 48. A4T.
T5C t gana al alfil). T7C; 49. 50. A6T
A5D. T5C tI; 50. R5A (si 50.
A4R. R3R; 51. R3R. P4A gana. o Si 50. R4D. T4CR gana un
si 50. R!JR. P4A seguido por 51. peón inmediatamente. mientras
que 50. A2T es refutada por 50.
o •R3A gana). T4C; 51. R4R.

P4A t; 52. R4D. TxA tI; 5J. . . . P4A. despejando 3AR para el
RxT. P5A; 54. PXP. P5T. IY no rey negro.
es posible detener al peón I
50. . . . R3R
47. . . . T4CD I
Otro paso más hacia el cenuo
¡Dominio completoI IEl alfil y los peones restantes de las blan­
no tiene jugadasl cas.

48. R3R 51. R4A

Si 48. R4R. P4A t; 49. R4A. I Las blancas luchan


2M I R V I N G C H E R N E V

damentel Están prontas a contes­ 5J. . . , R!JA


tar a 51. P4A con 52. R5C.
' "

Ahogando al rey blanco. Lo


que queda ahora por hacer es
obligarlo a retroceder a la tercera
fila mientras el rey negro se mue­
ve a la cuarta.

54. A7C

Si el alfil peImanece en la dia­


gonal, como, por ejemplo, me­
diante 54. A2R, las jue­
gan 54 . . , . TGc Y luego hacen
re troceder al rey con 55. . . ,

51 . . . . T6A ! T5C t·

Restringiendo otra vez a las 54 . . . . T5A t


blancas a una jugada del alfil. La
jugada 52. R4R sucumbe a 52. Obliga al rey a retirarse.
. . . P4A t; H. R4A, R!JA, etc.
55. R!JR
52. A l A
La única jugada.
Las blancas tienen que vigilar
su casilla 4AD. Si no es así, (si
juegan 52. A7C, por ejemplo), 52.
55. . . . R4C
. . . T5A t obliga a su rey a reti­
rarse, mientras que el de las ne- Con la bonita amenaza 56. . . .
81as puede avanzar. P5A t; 57. R!JD (si 57. PxP t,
TxP a las un peón pa­
52. . ., P4A sado, o si 57. R2A, T7A t; 58.
RIC, PXP les da dos), PXP; 58.
l Por finl Este peón adelanta RxT, R5A !, Y las negIas ganan
una casilla y desaloja SA para el limpiamente.
rey.
56. R2A
H. A6T
Una amenaza de la torre con
,El número de jugadas que les 56. A5D permite este final: 5(j.
quedan a las blancas se va redu­ . . . P5A t; 57. R2R, T7A t; 58.
ciendol Si 53. P4C, PAxP; 54. R!JD, T2A (sencilla, pero brutal),
PXP, P5T; 55. P5C, P6T; 56. R4C, y las neglas ganan.
P7T; 57. A2C, T8A gana para las Con la jugada del texto, las
negus, o si H. R5C, TxP; 5-1. blancas se retiran a fin de abrir
A4A t, R4R; 55. R,4T, P5A, Y las paso al peón pasado en potencia,
neglas ganan fácilmente. ,cualquiera que éste seal
A J E D R. E Z L ó G I C O 255

partidas "brillantes" en que hay


gran movimiento de piezas en des­
enfrenado desplie¡ue.

Partida Núm. "

GAMBITO REHUSADO DE LA
DAMA
BLANCAS NEGIIAS
Jlubinstein Maroay
Gothenberg, 1920

56. . . ' P5A ! 1. P4D

I �ste es el remedio en todos los La jugada inicial, que se apo­


casos I Las negus amenazan con dera del centro con un peón y
ganar inmediatamente jugando abre el camino para que salgan
57. ' " T7A t; 58. R I C, PXP. dos piezas, es muy eficaz. Las blan­
cas pretenden desanollar todas
57. R2C sus piezas cuanto antes, colocán­
Prontas a responder al jaque dolas en una jugada en su
con 58. R!ST, salvando al peón. más adecuada. Harán sólo las ju­
gadas de peones que aceleren IU
57. . . . P4A ! desarrollo (liberando piezas o ata­
cando el centro) o que obstruyan
Es necesario adelantar los pea­
a su adversario.
nes pasados. �ste, que espero pa­
. cientemente en 2A durante 56 1. . .. C!SAR
jugadas, es, aunque usted no lo Desarrollo ejemplar desde 10-
crea, el que estaba destinado a dos los puntos de vista: el cabano
convertirse en el peón pasado que salta hacia el centro, donde
gana la partida. su mayor potencia de ataque,
58. A ban"donan ce inmediatamente presión
la5 importantes casillas 4D SR.
Las blancas no esperan la prue­ Y evita que las blancas
ba: Después de 58. R!ST, PxP; 59. una fuerte fOlmación de �Oole
RxP, P5T t (candidato factible, mediante 2. P4R.
pero no es el escogido); 60. R!ST,
T6A; 61. A5D, R5A; 62. RxP, 2. C!SAR
TxP; 63. AxT, RxA; 64. R!ST, Las blancas desarrollan
P5A; 65. R2T, R7R, Y el peón ro las piezas del flanco rey a
marcha derechamente a coronarse. fin de poderse enrocar pronta­
Toda la partida es muy helmo­ mente en ese lado. En !SA, el ca­
sa, y el final tan fascinador que ballo se encuentra en su
no pude resistir a la tentación de más útil de la apertura. Está her­
hacer un análisis detallado de mosamente colocado para el ata­
muchos puntos sutiles. Su estudio que (adviértase cómo
da más entretenimiento e instruc­ menta el dominio del peón
ción que reproducir multitud de 5R) y es un defensor
256 I R. V I N G C H E R. N E V

del flanco del rey después del en­ 4. A5C


roque. Esta jugada tiene un tenible
2. . ,. P4D efecto sobre el juego de las neglas.
Las negras no pueden apode­ Crea una clavada sobre el caballo,
rarse de la iniciativa por la fuerza que ejerce presión sobre éste y
bruta. Podrán ganarla si las blan­ sobre las piezas que se encuentren
cas juegan descuidadamente (per­ detrás de él. Las negras no pue­
diendo tiempo en la apenura y den moverse libremente, y su
persiguiendo a los peones), pero flanco del rey está dominado por
contra el · desarrollo nOlmal las el alfil.
negras deberán contentarse con Hace años, las blancas habrían
obtener la igualdad. desarrollado automáticamente el
La segunda jugada de las ne­ alfil a 4AR, donde domina una
gras neutraliza la presión de las diagonal útil. En la actualidad
blancas en el centro y abre líneas buscamos jugadas más agudas y
para dos de sus piezas. vigorosas_ Si podemos movilizar
J. P4AD nuestras piezas y al mismo tiem­
U na de las raras ocasiones en po restringir el desarrollo del
que es oportuna la jugada de un enemigo, obtenemos más que con
peón. Éste ataca y amenaza con medidis rutinarias pues, con fre­
eliminar, mediante 4. PxP, el cen­ cuencia, resultan · inocuas. La cla­
tro de las negras. Sirve, además, vada del caballo paraliza a la úni­
para aumentar la movilidad (real ca pieza negra que se ha desarro­
y potencial) de las piezas blancas. llado.
Despeja una diagonal para la da­ 4. .
. . A2R
ma y da la seguridad de que se ¿Por qué tantas consideraciones
abrirá la columna del alfil para si la clavada se elimina tan fácil­
que la use la dama o la torre de mente? Por una parte, al eliminar
dama. la clavada del caballo, el alfil que­
J.. . . P3R da restringido a un papel defensi­
Las negras apoyan al peón de vo, pasivo. Su desarrollo ha sido
dama con otro peón. Si las blan­ detellninado por el hecho de que
cas intentan romper el centro con las blancas ejercen presión sobre
4. PXP, están preparadas para re­ el caballo.
capturar con un peón a fin de Incidentalmente, el juego de las
conservar intacto el centro con­ negras no ha de ser despreciado.
servando un peón en 4D. La jugada del alfil, por modesta
Aunque J . P3R tiene el in­
. . . que sea, es un paso adelante en el
conveniente de que encierra al al­ proceso del desarrollo. El alfil ha
fil de la dama, es la mejor jugada abandonado la última fila, ha to­
de las negras. La dificultad para mado una fuerte posición defen­
desarrollar eficazmente el alfil siva y despejado el flanco del rey,
puede no parecer alalmante, pela permitiendo que se enroquen las
si no se supera equivaldrá a que negras.
las negras jueguen con una pieza 5. P3R
de desventaja. Por el momento, Hay que jugar parcamente los
como compensación parcial, el al­ peones en la apertura. Pero como
fil del rey tiene espacio más que hay que mover algunos para que
suficiente para actuar. entren en juego los alfiles. ésta
A J E D R E Z L ó G I C O 2�7

debe considerarse como jugada de la columna abierta y ejercerá pre­


desarrollo. sión en toda su longitud. La ca­
,. . .
. CD2D Iumna está obstruida ahora por el
caballo y el peón de las blancas,
En las aperturas del peón de pero puede eliminarse el peón
dama, la casilla ideal para el des­ por un cambio, y el caballo puede
arrollo del caballo de dama no salir de la columna. Hablando es­
es �AD, sino 2D. Desde 2D, el ca­ trictamente, la columna sólo está
ballo apoya un posible empuje abierta en parte, pero, abierta o
del peón del rey o del peón del no, la torre pasa a IAD porque:
alfil de dama en el centro de las El control de la columna del
blancas. alfil de dama es absolutamente
El caballo no debe desarrollarse vital en el gambito de la dama.
a �AD, donde bloquea al peón
del alfil. No hay que estorbar el 7. . . . TIR
avance de este peón a 4A, donde La torre negra se mueve a una
puede disputar el control dtJI cen­ columna central, donde puede
tro. desempeñar un papel muy útil en
6. CSA cualquier acción que se desarlOlIe
en el centro. La presencia de la
Este caballo, por el contrario, torre en la columna es de poca
se encuentra excelentemente si­
importancia por ahora, pero con­
tuado en 3AD. No bloquea al forme se despeje la columna su
peón del alfil y ataca a las casillas
influencia será más y más fuerte.
5D y 4R, que son dos de las cua­ El juego de las negras está cons­
tro casillas importantes del cen­ treñido, pero las alternativas para
tro. liberarlo inmediatamente no son
o-o

6. . . ' muy conVlDcentes:


Las negras llevan su rey a un a) Si 7 . . PxP; 8. AxP, Y las
. .

sitio más seguro y acercan su to­ blancas ganan un tiempo para


rre del rey a las columnas cen­ este alfil, que recaptura y se des­
trales. arrolla al mismo tiempo.
b) Si 7. . . . P�TD (a fin de
continuar con 8. . . . PxP; 9. AxP,
P4CD; 10. A�D, A2C); 8. P5A
puede ser una respuesta que las
constriña aún más.
e) Si 7. . P4A; 8. PxPA, CxP;
. .

9. PxP, PXP (6 9. . . . CxP; 10.


CxC, PXC; 11. TxC !, AxA; 12.
TxP, y las blancas ganan el alfil),
y el peón central de las negtas
queda debilitado, mientras que
las blancas tienen la magnífica
casilla 4D como punto central
7. TIA para maniobrar sus piezas a cual­
La torre se desarrolla a donde quier parte del tablero.
tiene las perspectivas más ieducto­ 8. D2A
ras para atacar. En l A controla '. El mejor lugar del tablero para
238 I R V I N G C H E R N E V

la dama. Desde 2A la dama au­ centro. Si las blancas recapturan


menta la presión sobre la colum­ con un peón, quedan con un
na del alfil y se apodera del cen­ peón aislado en la mitad del ta­
tro, haciendo difícil para las ne­ blero; si lo hacen con una pieza,
gras el problema de liberarse. su centro de peones no será mejor
8. . . . PxP que el de las negras.
Las negras se impacientan. Hu­
biera sido mejor posponer esta
captura y esperar a que las blan­
cas movieran su alfil del rey. En­
tonces la recaptura cuesta al alfil
una jugada adicional.
En lugar de ello, las negras po­
dían haber jugado 8. . . .P3A,
fortaleciendo la posición del peón
central y dando a la dama una sa­
lida al flanco de dama.
9. AxP 11. CxP
Evidentemente, una ganancia Rubinstein prefiere esta jugada
de tiempo para las blancas, cuyo en lugar de 11. PxP, que mantie­
alfil del rey recaptura un peón ne en el centro un peón, pero un
y se desarrolla simultáneamente a peón aislado.
una buena casilla. La debilidad de un peón sepa­
9. .. . P4A rado de sus compañeros no reside
Las negras tienen que contra­ tanto en el hecho de que los ata­
atacar para no morir aplastadas. clues sobre el peón aislado sólo
Esto ofrece las probabilidades más pueden ser refutados con piezas,
prácticas, pues establece la tensión no con peones, que acudan en su
en el centro y disputa el control defensa, cuando por la circunstan­
de esa zona. Además, es una pre­ cia peculiar de que las piezas ene­
paración para oponer las torres migas pueden establecerse en las
en la columna del alfil y luchar casillas que se encuentran frente
para obtener iguales derechos en al peón (en este caso, 4D de las
esa columna. negras) y quedarse allí indefinida­
J O. o-o
mente, seguras de que ningún
peón enemigo puede ahuyentar­
La manera más sencilla de con­ las.
servar la presión es continuar el La fuerza de un peón aislado
desarrollo. De un solo golpe lle­ en el centro (digamos, en 4D, si
van las blancas a su rey a una las blancas recapturan con 11.
parte más segura del tablero y PxP) consiste en su control de las
sacan a su torre del rincón para casillas estratégicas SR y 5AD, su
acercarla al centro. capacidad para servir como punta
J O. . . . PxP de lanza en un ataque para rom­
La intención de las negras es la per la posición y su valor como
de obligar a las blancas a llegar a apoyo de una avanzada: en este
una decisión en lo que respecta al caso, un caballo en 5R.
A J E D R. E Z L ó G I C O 239

11. .. . P3TD fuego, ganando un poco de tiem­


po al atacar al alfil.
Principalmente para evitar que
la casilla 4C sea invadida por una 13. A4T
de las piezas menores de las blan·
caso A esta jugada puede presen­ El alfil se retira, pero mantiene '
tarse la objeción de que las juga­ la presión sobre el caballo.
das de los peones que no contri­ 13. .,
. C4R
buyen al desarrollo son pérdida
de tiempo valioso en la apertura. Ahora está amenazado el otro
Más oportuna hubiera sido 11. alfil, al parecer con nueva ganan­
. . . C4R; 12. ASC, A2D; 13. cia de tiempo para las negras.
TRlD, DSC, con el propósito de 14. A2R
obtener alguna acción de sus pie­
zas. Los dos alfiles han tenido q ue
Adviértase que las blancas sólo retroceder, pero, a pesar de e llo,
han hecho aquellas jugadas de su poder latente es enorme. La

peones necesarias para liberar pie, apreciación de la potencialidad


zas, o que aumentaran la movili­ de dos alfiles que actúan en almo­
dad de las piezas ya desarrolladas. nía complementando uno de los
Cada una de las jugadas, de pie­ esfuerzos del otro en las diagona­
za o de peón, contribuyó al des­ les, descarta jugadas tales como 14.
arrollo de la posición de las blan­ A3D, que permite jugar a las ne­
cas y aumentó su energía poten­ gras 14. . . . CxA y cambiar un
cial. caballo de pasos cortos por un al­
fil de gran alcance. En pocas pa­
12. TRID
labras:
Ahora la torre pasa al centro, Es ventajoso conservar los dos
colocándose en la columna que (l/files.
da a la dama. Ésta se sentirá in­
14 . . . , CSC
cómoda, por muchas piezas que
separen a ambas, pues las amena- Pasando al flanco del rey, el

zas se cermran constantemente en


caballo ataca al alfil de las casillas


el aire. Por ejemplo: si las negras negras y lo hace retroceder aún
jugaran la plausible 12. . . CSC, .
más. Al mismo tiempo, se levan­
atacando al alfil, la respuesta 13. tan nuevas barreras en tomo al
CxP gana a la dama por ataque rey negro, que ahora parece estar
descubieno (doble). firmemente atrincherado en un
Yates y Winter comentan con refugio a prueba de bombas.
admiración en este punto: "Es un A pesar del tiempo que las ne­
ejemplo clásico de de�rrollo co­ gras parecen haber ganado en sus
rrecto. Las blancas han llevado ataques sobre los alfiles enemigos,
su dama, torre, alfiles y un ca­ deberían haber hecho algo para
ballo a casillas casi ideales, ha­ sacar sus piezas del flanco de da­
ciendo una j ugada con cada ma, como, por ejemplo, con 14.
pieza". . . , A2D. Entonces la continua­
12 . . . , D4T ción 15. CSC, D2A; 16. D I C, ASA
les ' daría probabilidades razona­
La dama huye de la línea de bles de luchar.
240 I R V I N G C H E R N E V

H. AlSC La dama evade el ataque y las


negras se preparan para reagru­
El alfil debe reu"oceder una ca­ par sus piezas, tal vez con 17. . . .
silla y aflojar su presión sobre el A2D, 18. . . . AlSA Y 19. . . TDID.
caballo, pero ahora domina una
.

magnífica diagonal. .
Las negras no pueden . contI­
nuar persiguiendo a los alfIles en
su esfuerzo por eliminar a uno
de ellos: si 15 . . . . C4T; 16. ClSC,
D4CR (la dama debe proteger al
caballo); 17. C4R, D!JT; 18. A7A,
Y las blancas dominan el tablero.
H . . . , P4R
¡Jugada extremadamente seduc­
toral He aquí todas las cosas que
hace el peón: 17. DIC !
a) Ocupa una casilla en el cen­ Es ésta la qpinta jugada suce­
tro. siva en que se retiran las blancas,
b) Abre un camino para el al­ pero con cada paso atrás mejora
fil de la dama. su posición. Aunque rechazada a
e) Reduce el alcance del alfil las tres primeras filas, sus piezas
blanco de dama. ganan energía dinámica. Gradual­
d) Desalojará al caballo blan­ mente tomarán posiciones más
co de su posición centrll;lizada. fuertes, dominarán el tablero y
A cambio de esto, la Jugada de harán huir al enemigo.
las negras merece una objeción, Las negras no tienen ahor.a
que al parecer es insignificante. tiempo para desarrollar " su alfIl
La casilla 4D, que ya no está de dama, ya que después de 17.
bajo el control del peón, queda . . A2D; 18. C5D, D lD (si 18.
.

debilitada. Ofrece a las blancas . .CxC; 19. TxD, CxT; 20. TxA
.

la perspectiva de usar este punto gana); 19. C7A gana el cambio.


central para la fácil . maniobra de
sus piezas a cualqUIer parte del 17. . . . DIC
tablero.
¿Contrarrestará este inconve­ La dama negra tuvo que reti­
niente todas las ventajas? Este en­ rarse (por la amenaza de un ata­
juiciamiento de factores impon�e­ que descubierto), mientras que la
rabies, cuyo cálculo exacto es Im­ dama blanca se movió a IC volun-
tanamente.

posible, hace del ajedrez un� m�z­


da fascinadora de arte y CienCIa. La diferencia en las posiciones
es patente:
16. ClSC a) La dama blanca no obstruye
El caballo tiene que retirarse, a las torres, que controlan juntas
pero se desquita tirando una es­ las dos columnas abiertas; la da­
tocada a la dama. ma y el alfil de las negras separan
a sus torres, una de las cuales
16. . ., D2A está <;,ompletamente encenada,
A J E D ll E Z L Ó G I C O 241

mientras que la acción de la otra El caballo tiene que retirarse,


se encuentra considerablemente pero, en compensación, tiene la
limitada. ventaja de acercarse más al ceno
b) Las blancas tienen dos al­ tro.
files ágiles y de largo alcance; las
negras tienen uno, y el otro no se 20. . . , A2D
ha desarrollado y se encuentra El alfil se mueve a la única
en su casilla de origen. casilla disponible para su desarro­
e) La dama blanca puede en­ llo. Si las negras, en lugar de ello.
trar rápidamente en la refriega; la intentan 20. . A8R; 21. CxP
"

de las negras deberá escul'Iirse por gana un peón. mientras que si 20.
las orillas del tablero. . . . A5C; 21. AxA, CxA; 22. C5D,
18. ASA Y no es posible refutar las dos
amenazas: 23. CxA (ganando una
El alfil se apodera de la diago­ pieza) y 23. C7A (que gana el
nal e impide que las negras jue­ cambio).
guen 18. . . . P4CD (el castigo se­
ría 19. AxT) y luego flanqueen su
alfil.
18. . . . D2T
La maniobra de las negras es
tortuosa, pero evidentemente de­
sea llevar su torre a l CD, luego
jugar ' " P4CD, y por último.
desarrollar su alfil de dama a
2CD.
19. C5T !
¡ Magnífica jugada preventiva! 21. C5D !
Impide 19. . ' TIC seguida por
.
El caballo salta a 5D y ataca
20. . . P4CD. porque entonces
.
piezas por dondequiera. Amenaza
21 . C6A gana el cambio, mien­ directamente a un alfil (con 22.
tras que la directa 19. . . A2D ó .
CxA) e indirectamente al otro.
19 . ASR cuesta a las negras
. .
con 22. CxC t. PXC; 23. TxA. A
su peón del caballo. más de esto. amenaza 22. C7A. ata­
Adviértase que las blancas no que sobre ambas torres que gana
sólo se preocupan por el desarro­ el cambio.
llo de sus piezas. sino que estor­
ban el de su adversario. 21 . ,
. . CxC
19. . . . A5CD ¡ Naturalmente. hay que elimi­
nar una bestia tan peligrosa I
Las negras intentan ahuyentar
al caballo que impide el libre mo­ 22. AxC
vimiento de sus piezas del flanco
de dama. Las blancas recapturan con la
amenaza de 23. AxP t. RxA; 24.
20. ü1A TxA t. ganando un peón. Las
242 I R V I N G C H E R N E V

blancas ganan un tiempo con ello, e) La dama contribuye al ata­


pues las negras tienen que aban­ que sobre el peón del rey.
donar lo que estén haciendo para: d) La dama amenaza (indirec­
rechazar la amenaza. tamente) al alfil negro del rey.
22. . . . AlJR 23. . . . AxA
Las negras tienen que eliminar Prácticamente obligada en vista
al tenible alfil que ataca su flan­ de las muchas amenazas. El in­
co del rey y restringe su flanco de tento de ahuyentar a la dama
dama. Sería inútil jugar 22 con 23. ' " P4A sería refutado
bruscamente con 24. DxPA. y las
. . .

AlJA, porque 23. AxA. PxA; 24.


D4R gana el peón del alfil o el negras (cuyo alfil está clavado) no
peón del rey. pueden tocar la dama.

23. D4R I
24. TxA
Las negras se libran de una pie­
Jugada maestra desde t�os los za mólesta, ¡tan sólo para que
puntos de vista. ¡y una leCCión en otra tome su 1ugar! Por tercera
el juego de posiciones! Donde casi vez las blancas plantan una pieza
todos nosotros pensaríamos en un en 5D. intensificando cada una
cambio previendo lo que sucede­ de ellas su dominio sobre la posi­
ría después de 23. AxA el gran .
ción. Ahora hay un cuádruple ata­
maestro imagina un cambio como que sobre el peón del rey con to­
la oportunidad para sustituir con rre. caballo, alfil y dama. Mien­
otra pieza a la que debe salir del tras se rescata a este peón, las
tablero. Las blancas están deseo­ blancas ganarán el tiempo nece­
sas de cambiar, pero a condición sario para doblar sus torres en la
de que puedan mantener el con­ columna de dama, lo que les ga­
trol de 5D sustituyendo el alfil rantiza la posesión pelmanente
por otra pIeza.

de esta vía vital. El efecto sobre


Pelmítaseme decirlo de otra las blancas será de cortar las co­
manera a fin de que su significado municaciones entre sus fuerzas,
sea inequívoco: haciendo difícil la resistencia or­
El apoyo a una pieza que está ganizada.
siendo atacada (en este caso, el 24. . . TDI A
alfil en 5D) ejerce mayor presión
.

sobre las negras. y un cambio di­ Protegiendo al peón indirecta­


recto o una retirada podría ali­ mente al clavar a uno de sus ata­
cantes.
viarla. Las blancas no pueden tomar el
Adviértase de paso el efecto de peón con el caballo so pena de
la magnifica centralización de la mate, ni con la torre o la dama,
dama y su irradiación de poder pues ello se traduce en pérdida
en tantas direcciones: de material para las blancas. Sólo
a) La dama apoya al alfil en queda 25. AxP, y las negras están
5D. prontas para contestar 25. . . ,
b) La dama contribuye al ata­ PlJA; 24. A4D, TxD; 25. AxD.
que del alfil sobre el peón del T(5R)xC, y las negras han gana­
caballo de dama. do una pieza.
A J ED R E Z L ó G I C O 245

26. P3C

Libra a la dama de la misión


de defender al caballo e impide
jugadas tales como 26. .. P4A,
.

en que el peón seria tomado.


Contra el juego pasivo, las
blancas continúan con 27. T7D,
invadiendo la séptima fila.

26. . . , P4C

25. T(IA)lD El objeto de esta jugada no es


tanto desalojar al caballo cuanto
Doblando las torres en una co­ abrir una línea para la dama,
lumna abierta, cosa que aumenta peJmitiéndole volver al flanco del
más de dos veces la fuerza de las rey y defender a éste.
torres. El caballo blanco ya no
está clavado y el ataque sobre el 27. C6D !
peón del rey se ha renovado, ame- . Doblete del caballo que obli­
nazando de paso con un ataque gará al cambio: simplificación
descubierto sobre el alfil. que beneficiará a las blancas. ts­
Las blancas han ganado la par­ tas mantendrán la presión inhe­
tida teóricamente, y Rubinstein rente a una posición superior sin
la gana de una manera eficaz y correr el riesgo de verse envuel­
artística a la vez. tas en complicaciones innecesarias.
En efecto, un ataque prematuro
25 . . . ' AlA podría resultar inclusive en la
derrota de las blancas. Considere-
Las negras transfieren el alfil mos esta bonita posibilidad (en
expuesto (amenazado con la cap- lugar de la jugada del texto): 27.
tura mediante 26. CxP seguido CxP, P3A; 28. T7D (apateDte-
por 27. DxA) a la defensa. mente una jugada salvadora, pues
Contra el contraataque inme- las blancas atacan a la dama y
diato mediante 25 . . . , P4A, las amenazan seguir con 29. D5D t,
blancas tienen una línea victoria- eliminando la clavada del ' caha-
sa en 26. DxPA, TxC; 27. T8D !, 110), DxT !, y las neglas gaD�D.
TxT; 28. TxT t, CIA; 29. D6R t, La recaptura con la torre pcmme
RIT; JO. DxT, y han ganado el que las negras den mate, roieabas
cambio. . que 29. CxD, TxD da a las De-
Después de la jugada del texto gras una torre de ventaja.
de las negras, pueden responder a
26. CxP con 26. ' P3A, clavan-
"
' 27. . ., AxC
• •

do a la desdichada pieza. Además, . Las negras no pueden !uN,


proyectan el empuje 26. . P4A,
. ,

otra cosa, pues el caballo


que después de 27. D3D (para pro- a sus dos tones..
teger al caballo), P5A causa algu­
nos dolores de cabeza al alfil. 28. TxA
244 I R VI N G C H E R N E V

La recaptura desaloja la casilla " ¡No debo dejarlo en paz! De­


5D para que la ocupe la dama. Al bo desorganizar la disposición de
triplicar las piezas pesadas en la sus piezas. Tengo que alejarlas
columna de dama, aumentará la de sus posiciones actuales. Efec­
ventaja que ya tienen las blancas. tivamente, ¡podría arruinarle el
Pero hay una amenaza aún más juego ahuyentando siquieu un
poderosa: . la posibilidad de esta­ defensor!
blecer una cabeza de playa en la "Puesto que mis piezas son to­
séptima fila mediante 29. T7D. das útiles donde $C encuentran,
La colocación de una torre en no debo moverlas, sino recurrir a
la séptima fila, ya sea en el medio mis peones para romper la de­
del juego o en el final, es una tre­ fensa. ¿Cuál peón debo mover, y
menda ventaja posicional. a cuál de sus piezas intentaré des­
alojar?
28. . . . T2A "Lo primero que hay que hacer
Las negras hacen lo posible por es buscar una meta. Su dama y
no dejar entrar a la torre y cie­ sus torres se encuentran demasia­
do alejadas y son demasiado ági­
rran todas las entradas.
les para que las hostiguen los
Las blancas tienen la posición
superior, pero, ¿cómo hacen para peones. Cualquiera de ellos pue­
irrumpir en la posición de las ne­ de moverse a una casilla diferente
gras? en una columna o en una fila pa­
Escuchemos lo que Rubinstein ra seguir dominándola. Debo bus­
podría decirse al razonar su com- car una meta fija: alguna pieza .

portamlento: que sea valiosa en el lugar donde


se encuentra y que pierda su va­
"Mis torres están tan bien co­
lor en cuanto se desplace. Vea­
locadas como seria de desear y
mos el caballo: supongamos que
cumplen su misión ' de controlar
juego 29. P4TR Y le doy un sus­
la columna abierta de la dama.
to con 30. P5T. Tendría que
Mi dama se halla fuertemente
abandonar i nm e d i a t am ente su
centralizada y ejerce presión en
magnífica posición defensiva.
todas direcciones. Mi alfil ataca a
¿Adónde podría ir? Si a 2R, blo­
su peón del rey y ha encadenado
quea la acción de la torre del rey,
una torre y un caballo para de­
y si se retira a la última fila, deja
fenderlo. Mis piezas están ocupa­
de participar en el juego por al-
das todas de manera provechosa
y deben pennanecer donde se en­
cuentran.
"¿Y mi adversario? Su defensa
• •

se sostiene apenas, pero sus pIe-


zas deben permanecer donde se
encuentran para defender los
puntos débiles. Si las dejo en paz,
podría consolidar sus fuerzas y
quizá llegara al extremo de atacar.
"Si lo dejo en paz . . .
"Vaya, 4no es ésa la clave de la
posición1
A J ED RE Z L Ó GI C O 245

gún tiempo. Ademá.s, obtendré adecuada, en el orden de su


otro beneficio al mover al peón fuerza!
de la torre: le dará una casilla de
huida a mi rey, para que no 30. . . , RIT
caiga en un mate por sorpresa en
la primera fila". Buscando salvarse en el rin·
cón. Si en lugar de ello 30. . . ,
29. P4TR ! T2A; JI. P5T, C IT; 32. P6T lle­
va a un rompimiento decisivo, o
¡ He aquí la clave del ataque si 30. . . RIA; 31 . P5T, CIT; 32.
.

decisivo! La amenaza patente es T8D, C2A; 33. TxT t, RxT; 31.


30. P5T, que desaloja al caballo D6R t, RIA; 35. P6T, T2R (nin­
y luego captura al peón del rey. guna otra cosa salva a la partida,
El propósito ulterior es el de obli­ pues 35. . . CxP conduce al
.

gar a las negras a proteger al peón mate y 35 . . . . PXP; 36. DxPA


amenazado con 29. . , . SA, debi­ tellnina en la ruina de las negtas);
litando el cordón de peones pró­ 36. D8A t, T IR; 37. PxP t, y las
ximos a su rey. Se inducirán nue­ blancas ganan una tone.
vas debilidades con 30. P5T Y JI.
P6T, que es un ataque sobre el JI. P5T
peón del caballo.
No sólo desaloja al caballo de
29. . . , PSA una fuerte posición defensiva, si­
no que introduce una cuña en la
Claramente, para dar al peón posición de las negras.
del rey el apoyo sólido que sólo
puede dar otro peón. JI. . . , CIA
La alternativa 29. T(2A)2R
" .

sucumbe ante 30. D6A seguida Contra la única otra jugada,


por JI. T80, con una fácil vic­ 31. . . C2R, las blancas ganan
.

toria, mientras que 29. . . P4TR .


fácilmente con 32. D7A, con un
(para prevenir JO. P5T) pelluite millón de amenazas. Examinemos
jugar 30. 05A, ganando el peón algunas de las posibilidades inte­
de la torre. resantes (después de 32. D7A):
Si 32. . . TICR; 33. T8D,
,

30. 050 t T(2A) lA; 34. P6T (amenazando


35. PXP ff), T(IA)xT; 35. TxT
¡Sencilla y poderosa! La dama (renovando la amenaza), PxP; 36_
hace su aparición en 50, apode­ OxPAff·
rándose de una diagonal que lle­ Si 32. ' " TICR; 33. T8n,
va al rey y triplicando al mismo T(2A) lA; 34. OxT t, CxD; Jj_
tiempo las piezas pesadas en la TxT, y las blancas siguen
columna abierta del centro. Ad· 36. T(10)80 y ganan fácilmente
viértase el uso admirable de 5D Si 32. . . D IC; 33. P6T, PsP:
.

como pivote para maniobrar las 34. AxP, PxA ; 35. TxPT,. C5C;
diversas piezas. Ha sido ocupada 36. TxP ff.
sucesivamente por caballo, alfil, Si 32. . T(2A) lA; 33. P6T.
. .

torre y dama: ¡de manera muy PXP; 34. A4T, amenazando n.


�46 I R V I N G C H E R N E V

AxP tt. Las negras no pueden Eluden la bonita derrota 32. . . .


evitar el mate con una jugada del PxP; 33. TxPA. T2D; 34. AxP !.
caballo, pues su dama quedaría TxD (si 34 . . . TxA; 35. TxC t.
.

en peligro de ser tomada. y mate a continuación); 35. TxC


¿Cuántas de estas variaciones jaque doble y mate.
preven las blancas? ¿Y cuántas de
ellas sabían las negras que esta­
ban evitando al mover su caballo
a I A en lugar de hacerlo a 2R?

La respuesta es: ¡probablemen­


te ninguna! Un buen jugador
puede "sentir" el efecto de una
,jugada que es evidentemente de­
cisiva casi a primera vista. Ahorra
tiempo considerable y valioso
cuando no se toma la molestia si­
quiera de analizar recursos tales
de defensa como 31. . . C2R. El
,

hecho de que le permita una apa­ 33. D6R !


rición paralizadora en las entra­
ñas mismas, como 32. D7 A, prác­ ¡J ugada espectacularl Las blan­
ticamente la excluye de toda con­ cas no juegan para las galerías al
sideración, por ligera que sea. ofrecer el sacrificio de su dama.
Lo único que desean es penetrar
32. P6T más profundamente aún en el co­
razón de la posición enemiga, y
Introduce aún más la cuña. El ésta es la forma más sencilla de
objetivo de las blancas es el de hacerlo. Pero la jugada es brillan­
romper la posición de peones en te, a pesar de todo; y cuando se
torno al rey. Si es posible arran­ hace una jugada de esta natura­
car al peón negro del caballo, la leza (aunque sea sin proponérse­
consecuencia será que el peón del lo), se apodera de uno la emoción.
alfil, que es la clave de la parti­ Debo prevenir al lector que
da, quedará vulnerable al ataque. gusta de sorprender al adversario
y si éste cae, toda la posición de con una jugada, que es una pér­
las negras se derrUlpba con él. dida de tiempo buscar jugadas
. '

La amenaza mmediata de las brillantes en el curso de una par­


blancas es 33. PxP t, RxP; 34. tida a no ser que la posición lo
A4T, T2A; 35. D6A, con un ata­ justifique. Ante todo,
. hay que ob-
que sobre la torre y un triple ata­ tener una ventaja, por pequena
-

que sobre el peón del alfil. que sea. Hay que dedicarse a au­
mentar la ventaja hasta que se ha­
32. . , . C3C ya conseguido una posición que
sea definitivamente superior. Una
Las negras llevan de nuevo su vez que se ha ganado el derecho
caballo al juego activo y evitan de buscar combinaciones, las ju­
que las blancas amenacen otra vez gadas brillantes se presentarán
al peón del alfil con n. A4T. por sí solas. .
A J E D R E Z L ó G I C O 247

Las blancas, naturalmente, no 34. . .. PxP


esperan que las negras tomen su
dama y permitan 34. T8D t y No es mejor 34. . . . TxT, en
mate en pocas jugadas. Lo que se que la recaptura 35. TxT amena­
proponen ante todo es obtener za mate en un lado. y la dama en
el control completo de 7D, casilla el otro. O si 34 . . . T I CR; 35.
.

importante para que la exploten PxP t, TxP; 36. T8D t, y las blan­
sus torres. cas forzan el mate.
Una de las cosas que me pare­
cen más interesantes en la posición 35. A4T !
es que las blancas amenazan a su El alfil, que ha permanecido
adversario con el desastre en tres en un lugar durante veinticinco
lilas: jugadas. da el toque final. La
a) En la octava fila con 34. amenaza es 36. AxP t, TxA; 37.
DxT t seguida por el mate. DxT t, R 1 C ; 38. D7C ff.
b) En la séptima fila con 34.
T7D seguida por 35. PxP tt. 35. . . . A bandonan
e) En la sexta fila con 34.
PxP t, RxP; 35. DxPA t, ganan­ Si 35. . . CxA; 36. D7R ame­
.

do con facilidad. naza 37. DxT ff ó 37. D7C ff


<> 37. DxPTff, ¡y nadie puede
33 . . . ' T I AR sobrevivir a estas muestras del
poder femenino!
No hay mucho donde escoger. Es ésta una partida impresio­
en vista de las muchas amenazas. nante y profundamente satisfac­
La jugada de las negras da nue­ toria, una de las mejores de la li­
va protección al peón del alfil. teratura del ajedrez.

34. T7D

Amenaza 35. PxP. y mate. FIN



ESTA EDICION DE 2,000 EJEMPLARES SE TERMINO


DE IMPRIMIR EL 13 DE }o;NERO DE 197I }o;N LOS
TALLERES DE LA E D I T O R I. A L D I A N A , S . A .
TLAOOQUEMtcATL y ROBERTO GAYOL. MÉXICO, D. F .


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