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XXV CONGRESO LATINOAMERICANO DE PSICOANÁLISIS", PSICOANÁLISIS EN


AMÉRICA LATINA HOY. TEORÍA Y PRÁCTICA EN TIEMPOS DE CRISIS".
GUADALAJARA, JAL. MÉXICO.

EJE I

LA TRANSFERENCIA.
Por Fidias Cesio

La base de este trabajo está en la comprensión de la transferencia-

contratransferencia tomando en consideración la definición que nos da

Freud en la interpretación de los sueños -la transferencia que tiene lugar

desde la idea inconsciente sobre la representación consciente-

preconsciente- y la definición que formula en el epílogo del caso Dora -la

que tiene lugar en la persona del analista-. Mientras la primera trata de

una expresión psíquica, la transferencia desde una idea inconsciente

reprimida en una representación conciente-preconciente, la segunda

comprende también la ‘actual’.

TRANSFERENCIA EN LA PERSONA DEL ANALISTA.

Nos extenderemos acerca de esta última, sobre todo en su

componente actual [8] [11] [17] pues, mientras la intrapsíquica es bien

conocida, la actual lo es mucho menos y es la más significativa. Se

fundamenta en lo que conocemos como ‘actual’ a partir de las

consideraciones que hace Freud cuando discrimina las neurosis actuales

-neurastenia, angustia, hipocondría, letargo y demás expresiones

somáticas- de las psiconeurosis. Sobre neurosis actual trató tácitamente a

lo largo de su obra. Una observación que hace repetidamente es la de

que en la base de cualquier manifestación psiconeurótica, hay una actual.


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Otros temas fundamental para avanzar en el análisis de la

transferencia actual son el del ‘encuadre’, [9] [10] sobre todo la regla de la

abstinencia, así como sus conceptos de necesidad y satisfacción, deseo y

cumplimiento.

NECESIDAD Y SATISFACCIÓN, DESEO Y CUMPLIMIENTO.

Los fundamentos de la transferencia y su naturaleza los

encontramos en el desarrollo de estos conceptos. Nos dice que la

frustración de la necesidad por el objeto que una vez la satisfizo provoca

que las catexis frustradas constituyan el deseo, el que va a cargar a la

imagen del objeto frustrador, dando lugar al deseo y su cumplimiento. La

imagen así cargada alcanza la conciencia. Cuando la carga de la imagen

es plena adquiere cualidad alucinatoria, tal como encontramos en

sueños y delirios alucinatorios. 1 [15]

LA REGLA DE ABSTINENCIA

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Freud, cuando habla del cumplimiento de deseos dice: “El niño hambriento
llorará o pataleará inerme.......sólo puede sobrevenir un cambio cuando tenga lugar una
vivencia de satisfacción. Esta vivencia va acompañada de una percepción cuya imagen
mnémica queda , de ahí en adelante, asociada a la huella que dejó en la memoria la
excitación producida por la necesidad. La próxima vez que esta última sobrevenga,
merced al enlace así establecido se suscitará una moción psíquica que querrá investir de
nuevo la imagen mnémica de aquella percepción y producir otra vez la percepción
misma........una moción de esa índole es lo que llamamos deseo; la reaparición de la
percepción es el cumplimiento de deseo, y el camino más corto para este es el que lleva
desde la excitación producida por la necesidad hasta la investidura plena de la percepción.
Nada nos impide suponer un estado primitivo del aparato psíquico en que ese camino se
transitaba realmente de esa manera y por lo tanto el desear terminaba en un alucinar. ...o
sea, a repetir aquella percepción que está enlazada con la satisfacción de la necesidad.”
3

El encuadre psicoanalítico tiene como una de las reglas

fundamentales la de la abstinencia, que comprende a paciente y analista.

La misma significa la frustración de las necesidades de paciente y

analista, que tienen como paradigma las sexuales, abstinencia que

renueva en la sesión, en la transferencia, la frustración original, la

castración, y la consiguiente creación de deseo y su cumplimiento,

ocupando el analista el lugar de la imagen que cumple con esos

deseos y el de la tragedia subyacente a la que dio lugar la

frustración.

La imagen transferida en el analista se confunde así con la del

objeto primario de la frustración. Mientras por un lado el analista cumple

con los deseos dando al paciente una ‘satisfacción’ imaginaria de la

necesidad, por el otro, latente, transcurre la transferencia actual, la de la

escena trágica, una estructura que comprende al ‘muerto’ –la muerte de la

pulsión por la frustración- y el rencor al otro componente de la escena, el

objeto que frustró, ahora al analista en su abstinencia.

Dado el terreno pulsional en el que se desarrolla esta transferencia

–desde el complejo creado por la frustración la imagen llega directamente

a la conciencia- la misma tiene una cualidad corporal, ‘real’2 -destacamos

2
denominamos real a la participación afectiva, vivencial, que, como los sueños,
tiene inhibida la motricidad voluntaria, mientras que por otro lado tiene lugar una intensa
actividad del sistema celulohumoral-neurovegetativo que comprende el muscular
involuntario.
4
que denominamos ‘real’ a la realidad que transcurre entre paciente y

analista dentro del encuadre de la sesión, caracterizada por su

manifestación celulohumoral-neurovegetativa, es decir, actual-; se

manifiesta en el analista en términos de realidad como malestar, letargo y

alteración somática. En el síndrome letárgico tal como se presenta en la

transferencia, tenemos un ejemplo, en su transferencia narcisista se hace

evidente la tragedia que transcurre en lo ‘real’, la alteración del medio

interno, que finalmente se manifiesta en la ‘realidad’ del cuerpo y sus

funciones hasta el letargo, una especie de suicidio.

LA CONTRATRANSFERENCIA

El analista, ocupado por las transferencias imaginarias del

paciente, cumplimiento de deseos, aparece engañosamente satisfecho

con la ilusión de que él es el objeto de la realidad externa del paciente

capaz de satisfacer la necesidad. Sucede que, cuando la frustración es

masiva, mientras concientemente el analista está en este engaño, latente

está su identificación con ‘el muerto’ constituido por la pulsión frustrada y

el objeto frustrador. Su presentación paradigmática en la transferencia la

encontramos en el letargo –muerte aparente- [2] [4] [7] cuando el

analista, ocupado por el muerto, es víctima de un sopor profundo. Se trata

de la manifestación directa de la tragedia inconsciente y nos revela el

carácter de ‘real’ de esta transferencia, un real que en sus

manifestaciones extremas es realidad objetiva.


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En una síntesis de una viñeta que aparece en un trabajo previo [1]

ejemplificaremos estas ideas:

Se trata de una sesión en la que encontramos un ejemplo

paradigmático de letargo en la contratransferencia y de su contenido

trágico.

La sesión transcurría en un monótono hablar de la paciente,

mientras tanto el analista sufría un letargo creciente. Incapaz de

interpretar las asociaciones del paciente, buscando alguna manera de

salir del drama letárgico en el que estaba, el analista esbozó una

descripción de la situación que estaban viviendo. Para su sorpresa la

paciente, aterrorizada, saltó del diván y se acurrucó en la silla más lejana.

Después de un rato, el analista, alarmado, le preguntó qué le estaba

pasando, ella, después de un silencio, con dificultad, le dijo que cuando el

analista le hablo del letargo vio una llamarada que salía de un cuadro con

una reproducción de un retrato de Freud que estaba encima del diván y

entró en pánico. El letargo había quedado sustituido por excitación y

aparecieron entonces asociaciones que lo explicaron y revelaron su

contenido psicológico y vivencial.

En su pubertad vivía en el gueto de un pueblo de Rusia. En un

pogromo (pogrom) fue asolado e incendiado, desde el escondite donde se

encontraba vio como asesinaban al padre. Era invierno y la casa estaba


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cubierta de nieve, el calor la derritió y apagó el fuego. El retrato de Freud

y el analista representaban al padre en las llamas, un ‘recuerdo’

alucinatorio de su tragedia edípica a la que la paciente había quedado

fijada por el resto de su vida.

El contenido del letargo que padecía el analista consistía en la

transferencia en el mismo del padre muerto. Era una transferencia actual,

sin palabras. En el análisis de este episodio se le pusieron palabras que lo

‘descongelaron’ e introdujeron en una dimensión yoica haciendo así

posible poner en movimiento el análisis.

Otras manifestaciones de enfermedad que padece el analista

consecuencia de las transferencias actuales, son angustia, hipocondría,

actuaciones y enfermedades con cualidad somática, en otra palabras,

neurosis actuales. En un trabajo acerca del psicoanálisis del lupus

eritematoso sistémico encontramos que el analista del paciente que lo

padecía experimentaba alteraciones correspondientes a las del paciente,

transferencias actuales, que, por su carácter dinámico denominamos

‘Microenfermedad elaborativa’. [5]

Tal como señala Freud toda manifestación psíquica, imaginaria,

tiene un fundamento actual. La ilusión del analista en su confusión con la

imagen del cumplimiento de deseo de satisfacer la necesidad del

paciente, puede llevarlo a la actuación, mas, la identificación latente con

el objeto frustrante hace imposible este propósito conciente en la realidad


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objetiva, ya que, bajo su ilusión de que puede satisfacer la necesidad del

paciente, transcurre latente su transferencia ‘actual’, negativa, trágica. que

subrepticiamente se abre camino en la realidad objetiva y el analista

termina ocupando el lugar del objeto de la frustración original, el de la

tragedia edípica, repitiendo con el paciente la escena traumática que

originalmente motivó el deseo y su cumplimiento en la imagen con su

componente actual ahora en la transferencia.

EL CUMPLIMIENTO-REALIZACIÓN DE DESEO.

Llevado por sus ilusiones el analista va un paso más allá del

cumplimiento alucinatorio de deseo, va a la realización del mismo, a una

actuación, la imagen se vuelca en la realidad objetiva conservando sin

embargo su cualidad imaginaria, y, bajo la apariencia de rectificación de

la experiencia de frustración conduce a la ‘repetición’ de la misma.3

Estas consideraciones hacen necesaria una explicación. En el

cumplimiento de deseo la imagen con su componente actual pasa

directamente, sin entrar en lo preconciente, a la conciencia así como lo

hacen los afectos no adquiere cualidades yoicas. En las palabras de

Freud: “La diferencia entre Cc y Precc carece de sentido para las

3
En la ‘realización’ del deseo la imagen del cumplimiento tiene tal desarrollo
que termina realizándose en un objeto del mundo externo. Por ejemplo, cuando la
necesidad de alimentos da lugar a la ingestión por parte del individuo de los necesarios
para su subsistencia, compulsivamente, agrega un plus correspondiente al cumplimiento-
realización de deseo, este plus da lugar a obesidad, una enfermedad. Como vemos en este
ejemplo, lo que como cumplimiento se manifiesta como alucinación con su componente
de real, en cuanto va un paso más allá, lo ‘real’ se expresa en la realidad concreta
realizándose así el deseo.
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sensaciones, [así como para lo actual que se expresa en el cumplimiento

del deseo]; aquí falta lo Prcc, las sensaciones son o bien concientes o

bien inconscientes. Y aun cuando se liguen a representaciones-palabra

no deben a estas su devenir-concientes, sino que devienen tales de

manera directa”[17] La imagen del deseo sigue el camino del afecto, pasa

directamente a la conciencia donde puede ligarse a representaciones

palabra. Como el afecto, la imagen busca la cosa, sin la participación del

yo: “Puede desplegar fuerzas pulsionantes sin que el yo note la

compulsión” [18].

Cuando la carga trágica del la imagen del cumplimiento es

importante no es posible que alcance una integración en el yo y entonces,

el analista, confundido con el objeto de la frustración concita el odio

latente del paciente derivado de la frustración original, una transferencia

negativa que culmina en la Reacción Terapéutica Negativa -RTN-. Se

repite así la experiencia primitiva, la frustración de la necesidad. Tal como

señala Freud se da la paradoja de que una ‘buena’ interpretación, una

que deshace el cumplimiento imaginario de deseo, libera la tragedia

subyacente y desencadena una reacción transferencial negativa -RTN-,

una tragedia que puede destruir el análisis. Estos componentes de la

transferencia-contratransferencia, con su componente de real, nos

presentan la máxima resistencia. Vencerla es nuestra tarea más

importante y difícil.

Acabamos de describir la transferencia negativa, la que precipita el

análisis al fracaso, mas esta vicisitud tiene lugar cuando el analista no


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puede descubrirla en ‘status nascendi’ por debajo de la imaginaria,

aparentemente positiva, en cambio, cuando la descubre y analiza,

integrando en el yo los elementos actuales que participan en la misma y

éste logra domeñarla puede entonces la necesidad ser liberada y

encontrar la satisfacción que le había sido denegada. Como acabamos de

decir con la interpretación el cumplimiento de deseo en parte es

deshecho, alcanzando un status yoico que le lleva a participar en la

actividad imaginaria que le facilita el encuentro del objeto capaz de

satisfacer la necesidad. En las palabras de Freud: “Se hizo necesaria una

segunda actividad que no permitiese que la investidura mnémica

avanzara hasta la percepción y desde allí ligara las fuerzas psíquicas,

sino que condujese a la excitación que partía del estímulo de la necesidad

por un rodeo que finalmente, por vía de la motilidad voluntaria, modificara

el mundo exterior de modo que pudiera sobrevenir la percepción real del

objeto de satisfacción.”[16]

Sin embargo, en líneas generales, en el encuadre de la sesión la

abstinencia del analista no es absoluta ya que, tal como dice Freud,

ningún paciente la podría tolerar. Es así que también en la sesión, así

como cuando tuvo lugar la frustración de la necesidad, hay un quantum

de satisfacción de la misma, indispensable para que el individuo pueda

aceptar el análisis, y que es la base para que con los progresos del

mismo se libere la posibilidad de satisfacción de la necesidad frustrada.


10
En esta comunicación solo tratamos de transferencia como una

denominación global en la que discriminamos la transferencia que tiene

lugar desde el paciente en el analista y las vicisitudes de la

contratransferencia en cuanto el analista es ocupado por éstas. Nos

queda por desarrollar el tema de las transferencias que desde el analista

se realizan en el paciente –un tema que en general es poco o nada

tratado- y los efectos de las mismas, es decir, los del cumplimiento de

deseo del analista en el paciente. Tampoco hablamos de las

transferencias recíprocas, el entrelazamiento entre las del paciente y las

del analista4 ni del campo transferencial, donde se confunden las

transferencias de paciente y analista. Son temas de gran interés y que

espero desarrollar en futuras contribuciones.

RESUMEN

Partimos de la definición que da Freud en la interpretación de los

sueños acerca de necesidad y satisfacción, deseo y cumplimiento. La

frustración de la necesidad da lugar al deseo que carga la imagen del

objeto que una vez la satisfizo, que arrastra consigo el sustrato trágico

resultante de la frustración. Cuando esta es masiva se manifiesta como

alucinación. El analista, al sostener la regla de abstinencia renueva en

la transferencia la frustración original y pasa a constituir la imagen, con

su sustrato trágico. El análisis de estas transferencias, así como puede

4
En un trabajo en colaboración [3] abordamos este punto. [Como ejemplo:
cuando en la sesión el paciente transfiere una imago paterna en el analista éste a su vez
transfiere una filial en el paciente.]
11
despertar la tragedia subyacente a la frustración, introduciendo al

paciente en la reacción terapéutica negativa, puede hacer yoico al drama

trágico, recuperando la necesidad en su búsqueda de la satisfacción.

BIBLIOGRAFÍA

[1] Cesio, F.: El lenguaje no verbal. Su interpretación. Revista

de psicoanálisis, 1957, 14

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reacción terapéutica negativa. Revista de Psicoanálisis, 1958,15 y

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[3] Cesio, F.: Aberastury, A., Garma, E., Smolensky, G., Zac, J.:

Transferencia y contratransferencia. Psicoanálisis de las Américas, Ed.

Paidós, Buenos Aires, 1968

[4] Cesio, F.El letargo. una reacción a la pérdida de objeto.

Contribución al estudio de la reacción terapéutica negativa. Rev. de

Psicoanálisis, 1964,21 y en Un estudio del hambre que padece, Cimp-

Kargieman, Buenos Aires, 1970, 53-70.


12
[5] Cesio, F.: En colaboración.: Lupus Eritematoso Sistémico.

Una investigación psicosomática. Un estudio del hombre que padece. Ed.

CIMP-Kargieman, Buenos Aires, 1970, 465-90.

[6] Cesio, F.: Los fundamentos de la contratransferencia. El yo ideal y

las identificaciones directas. Rev. de Psicoanálisis,1973, 30.

[7] Cesio, F.: El letargo. La enfermedad profesional del analista. 1991

XIX Congreso interno y XXIX Simposio de APA

[8] Cesio, F.: Psicoanálisis de la ‘vivencia’ en la sesión. Abstinencia y

neurosis actual. Una introducción al análisis de las manifestaciones

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[9] Cesio, F.: Psicoanálisis hoy: desafíos y perspectivas. Desafíos en

la técnica. Simposio de Buenos Aires. Asociación Psicoanalítica Internacional,

1996

[10] Cesio, F.: Encuadre, campo y fronteras del psicoanálisis actual.

La contratransferencia. La transferencia en la persona del analista. Actas

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[11] Cesio, F.: Las enfermedades actuales, patologías y ‘neurosis’.

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[12] Cesio, F.: Celos. La Peste de Tebas., 11, 1999


13
[13] Cesio, F.: Reflexiones sobre la pornografía y la

transferencia. La Peste de Tebas N° 28, 2003.

[14].: Crueldad. La peste de Tebas, 29, 2004

[15] Freud, S.: El cumplimiento de deseos. 1923, AE, V, 557.

[16] Freud, S.: El cumplimiento de deseos. 1923, AE, V, 588.

[17] Freud, S.: Sobre la justificación de separar de la neurastenia

un determinado síndrome en calidad de ‘neurosis de angustia’ 1895,

AE,

[18] Freud, S.: El yo y el ello. AE, XIX, 24-25

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