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oral social vamaritana | Disco: Pablo Nae Eso St © 2004 Jot gna Cll Sens de Navarete © 2004 he, Eto! y ierbldors SA Imprsores 15 Urbantzactn Prado de spina 28660 Bowel Mose Mati) Pace dio com {500 94-260.16040 Dept egal Me25970-2008 Petiprson MT Colo Deo Eenoaperresmeres| ‘tint A Laura y Alvaro, ‘ya no ta nia. A Tranizu ¢ learo, ‘@ Marina y Mikel, 4 Oier y Crue, Yan todavia nits. ‘A Marciano Vidal, por lo que este ‘escrito le debe INTRODUCCION Hace unos aio, demasiados al observar el paso del tiempo, comencé 1 escribir sobre las cuestiones que aparecen en este libro. La verdad fs que me habia interesado por todas ellas desde los aftos setenta, «cuando conoc! la filosofla soctal del profesor Gregorio Rodriguez de YYurte y cercana ya la efervescencia politica de la transicidn demo- critica espafola, Algunos cursos con el profesor Carlos Abaitua, mas la lectura de los mejores escritos de los profesores Ricardo Alberdi y Rafael Belda, me convencieron de que la moral social cristiana era un mundo apasionante, Lo cierto es que pasaron los afos y yo seguia leyendo y leyendo sobre la materia, mientras eerefa como cura rural en un sti, enton- ‘es, con tiempo para todo, Kampezo. Pero tampoco este era mi ul- timo destino, En Madrid, durante cuatro afos, coincidi con una gente extraordinaria y entre todos ellos, debido a mis inquletudes, el profesor Jullo Lois y los profesores de moral Miguel Rubio y, sobre todo, Marciano Vida, me terminaron de convencer de que mi mundo intelectual se movia entre las teologias poitcas y Ia ética social Este apunte autobiogréfico tiene su importancia porque me per- mite reconocer una deuda con los citados, y con otros que no nom- bro, pero que admiro igualmente, sobre los contenios de este libro. (Quiero decir que estas piginas han ido naciendo en muchas épocas ¥ su paternidad, siempre mia es menos mia cuanto mas antiguo sea 1 pasaje. Al principio, durante aftos, me honraba subirme a la es: palda de un gigante para mirar y ver algo en la distancia. Para mi, ‘ese gigante era y es Marciano Vidal, asi que no vay a ocultar cudnt depende mi trabajo de su admirable Moral de acitudes. Quiero aho- rrarle al lector, de este modo, cualquier equivoco que le pueda hacer pensar: “Esto me suena y no sé de qué” Ya se Io digo yo en las no- 1s y, ahora, en Ia introduecién, También he tenido muy en cuenta & Luis Gonzilez-Carvajal y a mi colega Javier Querejazu ‘A medida que el tiempo ha ido pasando, he trabajado més per- sonalmente los temas, hasta darles a muchos un matiz peculiar y ‘mas auténomo. Me gustaria que el lector pudiese reconocer ese se- Io propio por su cuenta Eltexto que sigue no cs un manual de moral social cristlana, A lo sumo, de la parte de la moral social crstiana que llamamos moral econémica, Esta es la razén de que en la portada aparezca el indica- tivo de volumen I. Desvela mi deseo de que haya un segundo volu- ‘men de mora social cristiana como moral politica. Por tanto, la pre- tensién del libro es mas modesta que la de un manual y, para mi, menos opresiva: recoge los ingredientes que a un hombre o mujer de bien, cristiano por mas sefias, pero no solo, podria permitele en- tender mejor su mundo y responsabilzarse de él. 0, de otro modo, encarar la vida con la dignidad propia de su condicién, la de per- sona en comunidad de vida con todos los cercanos, y con todos los pueblos, y con toda la creacién. Esta asuncién de la realidad como ‘comunidad de vida que nos implica a todos yo Ta entiendo bajo el principio de proporcién en las responsablidades segtin las posibil- dades. En el lenguaje de la teologa cristiana, con una decidida asuncin de la *causa” de los pobres y las vietimas como primacia, inequivoca del evangelio de esi, de su persona y de su vida, “‘por- {que Dios es asi, y porque no podria ser de otro modo sin dejar de ser Dios. Como repetiré muchas veces, una moral samaritana, ete ‘namente crstiana por humana, Soy muy respetuoso, creo y lo deseo, con otras formas de hacer y de vivir la teologia, porque el Espiritu sopla donde y como quiere, y la vida no deja de ser un caleidoscopio de sensibilidades, matices ¥ posibilidades inéditas. Y soy especialmente cuidadoso con Ta di- versidad de funciones y carismas que se desarrollan en la comuni dad cristiana, amén de las sensibilidades particulares de cada pe sona y su peculiar psicologia. Pero la primacta de los pobres y las pobrezas como crterio interpretative de la fe en todas sus funcio- nes, en Ia Iglesia 0 fuera de ella, me parece tan irrenunciable como el aire que respiramos. ¥ en sus significados morale, la compania de la ética como pregunta por la suerte de todos, a partir de la dig- a nidad més vapuleada, me parece una conviccién irrenunciables y comviccién, no solo ni primero, erstiana, por mor de Jsis y su modo de ser Mesias, sino por causa de una realidad con sentido para todos (0,31 admite excepciones y slencios, para nadie Con la mayor sencille posible, toda esta reflexién moral quiere ‘obedecer a la Togca biblica de "qué es de tu hermano?” y “zquién std necesitado de mi y, por tanto, es mi préjimo?” Intenta perseguir festa intulcién hasta el punto de que solo en ella reconoce las posi- bilidades de una vida moral digna de las personas y de sus comuni- dades,y, para los creyentes, solo en ella reconoce la posibilidad de ‘evita Ia ideologia teoldgiea y de vivir con Espiritu. O, de otro modo, ‘que la teologia pensada y vivida,y a pastoral en todas sus acciones, ¥ la espiritualidad misma, se juegan sus posibilidades erstianas en ia experiencia del Dios de Jess como paternidad compasiva y com- prometida con sus hijos e hijas mis débiles y olvidados de nuestra tierra, Su suerte y su desgracia son las nuestrasy las de nuestra vida ‘comunitaria, nuestra caridad, nuestra liturgia y nuestra palabra. Por lo dems, el texto que sigue se acoge al esquema de wna pri- mera parte dedicada al pasado de la moral socal cristiana como se- quimiento de Jesueristo. El pasado como lugar de memoria y apren- flizaje. Solo es la seleccién del hito cristiano por excelencia, JJesuersto, Ahorraré al lector un recorrido por la moral social cris tiana en la historia, La segunda parte se ocupa de probar que 1a moral social cris- tiana tiene una légica muy razonable, No le dedico mucho espacio, para no frustrar los objtivos del libro, pero considero muy impor- {ante hacerse con los argumentos de un razonamiento moral signi- ficativo en teologiay fuera de ella, entre los cristianos y para todos Jos hombres y mujeres de buena voluntad. No ocultaré que hago ‘moral social erstiana con la conviceién de que fe y razén, cuando obedecen a su naturaleza peculiar, siguen un proceso convergente y coherente, sin confusién, pero con mezcla y sin posible separacisn. Con este propésito, nos detendremos primero en Io que titulo "Ele- ‘mentos para componer un modelo citico de moral socal cristiana” ¥, después, “Los conceptos o cateyorias fundamentals de este pen- 9 samiento teol6qico™ Si el lector encuentra rida esta parte, puede dejarla, pero le animo a buscar su presentacién en algtin otro libro, porque el asunto lo merece, Esta en juego nuestra mayoria de edad teologica, ética y civica. Se trata de saber no solo qué, sino emo ppensamos teoldgica y éticamente, La tercera parte recorre la senda de certos procesos econémicos. Se trata de entrever qué cuestiones y que posibles repuestas cabe dara lo que esta en juego cuando decimos que algo es socialmente ‘bueno o malo, o mejor 0 peor que lo otro. Mi experiencia es que la ‘gente desea sentrse mis y mejor acompafada en el dislogo social de la plaza democritia, Pata logralo, atenderemos, de momento, a luna serie de hechos que constituyen la llamada moral econémica, Es una materia que he estudiado desde hace afos y en la que consi- ‘dero que logro unos resultados mas personales, Conocer nuestra, realidad econémica, 1a actual, ¢ introducir cual es la tradicién de ‘riterios cristianos ante Ia economia, y si todavia podemos valorarla, para cambiarla humanamente esto es lo que el lector pod recono- ‘er alli, Deo para mis adelante ~iojalé prontol- Ia redaccién de una ‘moral politica cristiana en la misma clave samaritana. Pensada dese el crstianismo, la veo como mediacién evangelizadora de pri- mera magnitu. ‘Aqui queda esta introduccién y el lector con el libro. Solo se trata de algunas nociones de moral social concreta pensadas con vvocacién samaritana. Me preocupa, a la postre, cémo engarzar, hasta fundis, el samaritanismo cristiano y Ia justicia histérica, Jost Toxacto Cae Shr DE NavaRnErE Vitoria-Gasteiz, abril de 2004 PRIMERA PARTE LA MORAL SOCIAL CRISTIANA TIENE UNA HISTORIA QUE RECORDAR, APRENDER Y CORREGIR LA SAGRADA ESCRITURA, ‘ALMA DE LA TEOLOGIA MORAL SOCIAL [No vamos a descubrir ahora que la Sagrada Eseritura es el alma de toda la reflexin teoldgica. La Constitucién conciliar Dei Verbum enseha que ela teologia se apoya, como su cimiento perdurable, en fa Sagrada Escritura unida a la Tradicin... por eso la Escritura debe serel alma de la teologiae(n. 24) Yen cuanto ala teologia moral, 1 Coneilio expresa su intencién en el conocido voto del Decreto conciliar sobre la Formacisn sacerdotal (Optatam totius, 16), que re- clama lo siguiente: ‘Téngese especial cudado en perfeccionar a teologia moral, cya cexposicin clentfica,nutrida con mayor intensidad dela doc trina de la Sagrada Esritura deberd mostrar las exclencias de Ja vocaciin de los files en Cristo y su obligacién de producir frutos de caridad para la vida del mundo. Atendiendo @ este voto, se nos impone desarrollar el potencial rnormativo que descubrimos en las actirudes privilegiadas por la Sa~ igrada Escritura, tanto en el Antiguo Testamento (Justicia con el hombre como justicia ante Dios y para con Dios, los profetas y los derechos de los pobres, la misericordia y el culto, la idolaria.)' ‘como en el Nuevo Testamento (especialmente las actitudes bisicas de Jesis, el Cristo de Dios). Vamos a fijarnos en esta perspectiva. 1 Ghd: L Sim Profit y isa, nM, Vin 6), Concepts omental eesti Wad Towa, 1992p. 5368 "SEL Re Ann, Rete bea dei fe rte. Madd, PPG, 1097: WA Me, Los rgent dea mond estan. Los es primera ile. Barcelona, Ate 199 Ait Sot Teton de Nev Testament Il Moral. Barcelona, Hers 1975 1 Sciex, Et mena moa de Maeve Testament. Barcona: Heer, 1988; 1. Smo, Ete dl Nuevo Testament. Slimane, Sguee 1987 3 1. Especial atencidn a la eristologia ¥y su significado “moral” y "piblico” La pregunta que intentamos responder es la sigulente: gse puede de- cir que la Escrtura es un tratado de moral? Desde luego, es claro ‘que la Sagrada Escritura -Jesucristo~ no es un tratado sistemstico ni de moral, ni de politica. Sin embargo, la Eseritura ~Jesucrsto- ros ofrece una vision religiosa de Ia existeneia, con indudable pro- _yeccidn ética sobre las personas, la historia y la sociedad, i evita- ‘mos cl uso fundamentalist y selectivo de la Escrtura, esta se nos ddesvelaré como un manantial inagotable de cultura moral (socal. Ahora bien, antes de decir en qué contenidos cristoldgicos es ind evidente este potencial de significados morales en lo social, de- beriamos referienos al porqué. La antropologia y la soteriologia han de ser reflexiones imprescindibles. Por la primera sabemos de la condicién del ser humano como ser histrico y social, como *cons- ciencia encarnada", sin dualismos de ningun genero. Si el Hijo de Dios se ha encamado, si Jess es el Cristo de Dios, su asuncién de ‘nuestra. humanidad ha de ser integra, y su significacion redentora hha de alcanzar, ala vez, a la totalidad del ser humano: espiritual y corporal, individual y socal, personal y estructural, perenne e histé- rico. Y en cuanto a la segunda, la historia de a salvacién, cabe de- cir lo mismo. Dios en Cristo asume la historia entera, desde Ia crea- clén hasta la consumacién, como historia universal de salvacion, “ya si” realmente, aunque “todavia no” en plenitud. La asuncién de Ja historia del mundo en su integridad hace que la salvacién sea ne- » fata tec detcadsima acolo no debe hacer var as pos utd de cos records dea tsa ys nigel de fa andar Intrnscayconsttutva dimension strc de In savanna 3, or tanto Telogla mira soll. AS podramas dso To ignfieados devas de Se tos tagcat por Joma ects oun comprenstn dea vain de Dio 8 “escrito o sot a histra hums fens y costa por Dis = ‘isto come in misma uns stra universal esalvacin; 2) a ces a le ‘Sa como stcramento de vacon ene mundo es empo, anol eo Tegal el home ose pemonal-coaitavament ocak Cm, Les fone “ cesariamente historia, y social y politia, como corresponde a la naturaleza de aquella [Luego el meollo dela argumentacion teoldgica discurr, lo recor~ éaremos por activa y por pasiva, por el reconocimiento de Jesueristo ‘como Seftor de la historia y Cristo de Dios, segin las condiciones ‘de la encarmacién. Cada vez que desarrollemos el itineraro erstold- ico sobre la entraa o intrinseca dimension social de la fe y de la {cologia (moral), recalaremos en la centralidad de este misterio o ley ide la encamacién en la persona de Jesis y en Ia historia entera de Ja salvacidn, En esa légica decimos que la condicién de Jesis como Cristo de Dios hace normativa su persona, su obra y su palabra para Ia erstficacin del cristiano en su entera humanidad, y atadimos aque la historia es salvada en todas las dimensiones 0 planos, sin cexcepeidn Entonces nos preguntamos: 1) Qué impacto concrete provoca la ley de Ia encarnacién cuando reflexionamos en clave de moral social erstiana? Las con tlusiones compartidas en la reflexién cristoldgica al respecto son: 4) Jesis no tiene nl es portador de un mensaje estrictamente po- litico (no es un jurista, ni un ideSlogo social, ni un politico). 'b) Su mensaje religioso, su actividad y’su persona tienen una Incidencia inevitable en "Io social” y, por tanto, significacién poli- tica. La tuvo y ino pudo ser de otro modo! 2) akin qué claves cristoldgicas se muestra ms claramente este significado social? a) La centralidad absoluta det reinado de Dios’, presente ya en. su persona, en su predicacion y en sus obras, y concebido como jus- ticia de Dios o Buena Noticia para los pobres, aquellos para los que Dios nunca habia sido Buena Noticia. EM, Ramo, Lt ert” de a tin ctian. fess de Nazar pant de ‘een de vale: Sal Tee 81998, pp. 49550 Como biliogafia bss sabre el tend eno de Dio y su rela con la ‘moa fas ores de Scnaskenug Sebagey Seeley cadens ata 15 ) La inequivoca preferencia de Jesis por los pobres, pero no porque sean mejores o buenos, sino porque Dios es ast® } Desde la muerte de Jests, comprendida como consecuenca necesaria de su vida. Muere asi porque vive asi, porque su vivir, en ‘un contexto humano de inusticia, es merecedor de muerte, Todo su ‘ministerio pablico esté abocado a una significacién politica clara’. ) Desde e1 misterio pascual de su muerte y resurreccién, La ‘nueva vida es el reconocimiento divino para toda su vida o la pro- testa divina contra sus verdugos: «Dios ha constituide a Jestis como Seftor y Cristo (Heh 2,36). 3) ZQué traduccion moral y social tendri la narracion de la pro- puesta vital de Jesucristo si no es un jurista, sino un profeta, ni proclama una ley, sino la Buena Nueva -evangelio~ de que Dios es misericordia y Padre? La propia de unas actitudes fundamentales en Ta vida del ser humano, Las claves cristoldgicas asi reconocidas ad- 4uleren un tenor mas concreto en las atirudes preferentes de Jest, Jas cuales configurarin el seguimiento moral-social de los cristianos de ayer y de siempre, Por eso me he atrevido a escribir ue en teo- logia moral, atendiendo a la ley dela encarnacién det plan salvifico de Dios en Jesucrist, toda la moral cristiana, pensada y vivida, puede definirse como seguimiento de Jesueristo, en el sentido de tuna llamada a nuestra crstficacidn en sus actitudes mas funda- ‘mentales*. En otras palabras, cabe decir que Jesucrsto es nuestro primer imperativo moral Una hermenéutica eclesal del texto evan- silico, en su origen y en su significado actual, nos proporcionari la pauta que recree la respuesta tradicional en las nuevas condiciones: de la historia, CEL Gozsu-Carv La couse des pobre, cause dea iglesia Santande, Sa eae 1902). Po | Cs Open por lor pobre Madi, EPs 1906 {enue bc, elo y pastoral vane sobre odo asp 267-27 "Ch, Sm Jeu Hbradr Lecture Riots desis, Madr ‘rota, 1931; La een Jeter. Ensayo desde as vtimas. Mad, Hosta 1998 "ct en ee mismo aaj, el gpl rier, moral ria om Seg siento de escrito, Tambien T Mist, Hace an moral ieradora, Mra ene. ‘mental Sontingn de Chile Ed. Pinas - CIDE, "1988, 9p. 130-155 6 Sin duda, los evangelios no se agotan en los trazos mis destac dos por cada cristologia, pero de ellos es posible colegir esas actiu~ des ~disposicion psieoldgica adquirida~ 0 virtudes ~disposicion constante del alma, cardcter, modo de ser, habito del corazén-, cuyo significado es tan decisivo para la moral (social) cristiana narrada en la vida y obra del Sefor. Su objetivo social no seri otro que la construccin de un proyecto que busca ser la expresin de: = um sujeto moral o responsable, el ser humano; = abjerto los dems, a los iguales y diferentes, en fraternidad Iimplicativa 0 solidaria; ~ para construr juntos un mundo de hermanos; = digno de nuesiro Padre comin, 2. La moral social cristiana como seguimiento de Jesucristo Quiero comenzar esta aproximacién a la moral social cristiana con tuna referencia inequivoca a su uiceo mis original: Jess de Nazaret, 1 Cristo de Dios. En correspondencia ala cenralidad de su persona, el Aidlogo moral tiene su mas lograda realizacién en una respuesta tam- bign personal e intransfeible que denominamos seguimiento, Este es ol sentido original de la presente introduccin. 4) Qué es 1a moral cristiana, en su consideracion general? (Cuando nos preguntamos qué es la ética crstiana®, inmediatamente todos recurrimos alos evangelios,narracion de a vida y obra de Je- sucristo, queriendo hallar los rasgos indelebles de esa moral eris- tiana. A su luz, la reflexién de los crstianos comparte de manera ‘muy destacada estas perspectivas: CEM, Vib, moa cristina cm amin de a ie critons. sua Vero Divina 1985, pp. 4-65. Tambien las p 9-29 de Par conoe a eee none. Esta, Vebo Din, 190 ” 1) Es una moral religiosa, entendida como primera mediacién de la fe, La razén es sencilla: KH, Sct, Toop del Nuevo Testaments, I, Mora Burson, Herder, 1975; 9p. 3-5 abaya y panes sti). us Jess de Nore 0: pp. 1565, L formalin que reibeen Jess tauamada “re de of" es de sige posto Todo To quer ques haga sham bres aed vestrx loser to signin ae yo feta; Mt 7.12 Cath En ov dices rigs dela humana rp de res ha four late es sgentstrminos ‘BudmoNo bea dems con lo qu ces qu ure rin (nara. 518 Confconsme: Exit na mais gue debe eit a iy ee 6 to prema No haga los ema Toque no quieres ue fe haan i (Analete1523) "iadusmo: snes nel deer Nong oto lo te ser setehace a Mahdherata 51217) Tote! Resets as pertenencts de a veo como sfaeran as ayes, Ls p= as de ts vcinos como fu ropls pda (ai Shong Kan Ying Pen. Sudtoma Un qu seal prs Io haga a a semen Tam, ato Shaiter ah, slams: ese para os dems lo miso gue dees pare i (Unma 2% ‘moral cristina tiene en Ia caridad su veta mas caracterstca y fun- ‘damental, R. Schnackenburg lo expresa del siguiente modo: a llesiaprimitiva, y con ella Ia crstiandad de todos los siglo, tiene la conviecin profunda de que la gran aportacion de esis cena esfera morl fue la proclamacién del precepto fundamental el amor a Dios y a primo. El amor de Dios ~el fundamento- y amor al préjimo -la ma festacién— cobran una relacién de igualdad e interdependencia (Rom 13,8-10} Las exigencias eligioso-morales del mensaje de Jsis se unit can en el precepto fundamental del amor a Dio y al projimo, sintesisaceptada por ls primitivas comunidades evstanas y de- satrollada por la reflexién teoldgica posterior. * Todavia podemos concretar un poco més. La aportacién pe- culiar de Jess, en orden a la caridad (Me 12,28-34; Mt 22,34-40; Lc 10,25-28), en ef marco del reino de Dios que se espera y apremi puede resumirse en los siguientes términos?”: °C Bt etinonio mort de Nuwo Testament Barons, Herr 1965, p. 72 % CEM. ib, Par canoe en ston, oy. 9 Tambien. Gout ron, Qi poe ct crsiosmo lcs Madd, 18, p. 1, Cas egue ‘ab degra cada esa ern valerava damental ee cao) lacs ra bse encanto din aura pr exons posta ht sees or tor) x enigenla moa cs 2128-1) y ree 0 ‘ied fdamental, org en lS concent toa a ey 22,39: Rom 13,10) "CEM Vi, Cad, et Dinara de ea eligi Estl, Verb Dina ap. 7 Por au gare ot Gn Crt ama qu In msn complied dle thin del mone yu enantiomer» pentane por le time de ‘dad den dimensiones dt mera de Fa Lo repute ot, esis ss noes ena essa pregunta or pine maint Me 1228-38; 22.34 ‘ole tox) cale que poten laa aad one x Har igen ‘ibe en Jess uta poco fuente oralcn pot ndo logue qr eos {anos mbes hat vss al (0; MU 12 Le 6} En consecvensa b ‘Stan in aporacion rst aes el am? Spr ot a bis pros ‘signa evan, CE Qué gor erate le i, © D3 2 = Unidn interna e indisoluble de los dos preceptos: &l amor a Dios y al préjimo constituyen una misma y Unica exigencia: En a sintesis de ambos mandamientos en el mandamiento prin- cipal, que sobresale por encima de los demés mandamients, se halla To especfico de Jess. La conextén que Jess establece en- tae los dos mandamientos. y que aparece en lugares muy dstin- {os,constituye una especie de interpretacion de la ley: Reduecidn prfectamente consent, de toda la ley a este do- ble precepto fundamental, correspondiendo a lo que Dios es y hace (MC 18,34. = Inerpretacién universalist del amor al péjimo, en sentido de sin limite alguno que lo condcione, salvo su necesidad osuft- mento, aunque sea “enemigo", porque Dios es asi (MU 18,34)”. ~ Interpretacian de ese amor como agape ®, es decir, como be- nevolenca, teu y misericordia,conmocién de las entrahas, aque es lo que siente el padre del hijo prigo al vero volver {Le 15,20) y lo que sient el samaritano cuando se detiene a ayudar al heridodesconocido (Le 10,33): {allamata ala dgape esa mejor sintess que poems encontrar de Ja aponacin del estianismo a a eica- Se ha pasado dela preva Jencia de normas, entenddas como mandamientos heterénomos, 2 Ja prevalenia de un dnico principio, el amor, ala ver autinome y teénomo...Quin djra “Dios” y no amar, fllaria en lo esenil. ‘Bi que no ama no conoce a Dios (1 Jn 48} As como fllaria quien reera amar a Dis sin amar al primo (Jn 4,20). (Por tanto) a aportacion ica dl critanismo convocs aun ecumenism huma- risa que desbordaesperanzadamente la misma fonteracrisiana” > Todo puede sec de rapture as omer las de pureza situa porqe a misereosustue sa putea en la eta oral CLR Aas, Ta men compar, Setar, Sl Tere, 1994 pp. 0 CL Gow Casson, Qt apo leistansme ol tie, 0c. 28-1 Aut, de Nazareth: amar que lee ora, Ne SM 388, Ge ine Caan, rp 29,49 7 2 Esta novedad cristiana, de naturaleza genérica, y el cardcter fragmentario de las enseiianzas coneretas de Jesis han levado a entender a éticacristiana como cédigo moral muy concreto, conce- bido como glosa casuistca del Decdlogo (J. Gémez Caffarena}, de- Jjando en segundo plano las enseftanzas especifcas de Jess, siem- ‘pre mis y mas exigentes (J. Gnilka). Es cierto que la cuestin de la relacion de Jestis con la Ley Tord es muy compleja y discutida ®, y que merece un estudio parte, Pero no debemos callar que aquella es una cuestién secun- daria, euya respuesta deriva de esta otra clave. Jesis habla y acta 1 partir dela experiencia de Dios como Padre, desde ahora mismo y ‘en esta histori, no a partir de Ia Ley. Esta queda relativizada en el ‘camino del reino de Dios, porque la salvacién consiste en aceptar ‘ese reino en la persona misma de Jess, mediante la fe y el segul- miento de sus exigenctas radicals, y queda interioizada, porque el sia ela Ley y os profetase (Mt 5,17) nada tiene que ver con la just- cia de los escribas y farseos, 10s “Justs", sino con la justcia que procede de la disposicin interior (Mt 5,11; 23,25). No son las accio- nies “justas" las que hacen bueno al hombre, sino la bondad del co- azn humano, la bondad de su ser mis profundo, de su opctn vi- tal y de sus actitudes, la que se expresa, como en su fruto, en acciones bondadosas 0 justas. Las exigenciasradicales del reino de Dios, por ejemplo el sermén de la montafia”,trascienden las discusiones sobre una u otra inter- CER. Aaa, La mc compartida. Estudos del Nace Testament desde ls lence sce Suan Sl Tero, 194.158 "PCE Mt 57 lanes patlls en sa Lucas R. Age eserbe que es min del mone no tuna ley nueva, ino gue so de ber, moos de compor. {uminto edslesprofeticos qu hay ge tomar con oda sevedad como algo ab istoso para todos lon dcipulos de Jess. Pero ston modeon mo abarean toa a ‘is y exige, por ano, descubr su inakion pofund pra aculizaria en un ‘hin defn veres custo dea vida La orl evngeis no eu cigD Simutable y sve taducconesconcrets exiges ana trea cosunus Ge dscera ‘ment a a urd a ravon hte y el Noraonte del ein de Dios. Peto I mo ‘al dela comunidad estana nope ela moral deur gute. Un valor qu a ‘nivealiable noes un auto valor Hamano, Habra que aceitar en logo 26 pretacin dela ley antigua, no para sustiuirla por un “nueva ley” Sino para desbordarla en misercorda y justila porque Dios esas {166} porque slo importa el reno de Dios y su justi (Mt 6.22, porgue Dios es misericordioso (Mt 5,20), porque quien obra la mise- ricorda, posbilitada por la misericondia de Dios, estéreconociendo 5u tena. En suma, el punto de pana de la moral eristana no es Ja peocupacién de justo por aleanzar su perfeccin, sino la urgen- cia de hacer justiia al que sufre. Quien es mi préjimo? El que tuvo tnisercortia (Le 10.37. 2, La moral cristiana como seguimiento “politico” de Jesucristo cn sus actitudes fundamentales ‘Me gustaria insistir en el panorama que se abre ante os cristianos si concebimos la moral (socal) bajo la clave del seguimiento de Jesu- cristo en sus acttudes fundamentales o moral propta de Ios hijos del reno. Esta reflexién cristoldgica nos permit comprender la in- consistencia de todo discurso cristiano, consciente o inconsciente- mente elaborado, que cree saber de Dios sin saber de Cristo y que cree saber de Cristo sin saber de Jestis™: Intrcaltural yrcinal el caricterhumanizantey Iikerdor dels valores 8 que hace ses en ada moment a Seduecin de Dis y desu rina iglesia toe tna comunldnd de contrast fete al mundo, sino una comunidad que dee ac ar hstteamente la Yocain de tad l sociedad [en de Dion comprmino feos en Via ed, Coneparfuedomenttes de i elie 0c p86 17. CE tambien 6 Lat Ips que fsa queria, ita, DDB, 1386,y Bsr min dela montana, zpore qulen?Bareona, Herder, 1989, Sobre @ ena. St Sine, La guera impose. La. eee eratiana entre la “guerra juste” y la no olenste: Bilbo, DDB, 1981, CE tambien Baw GALAN, icventran- Cn dames se corto Tt 198 Da, seaman ee eo nr hii sane Joma, Herder, 1993. mt + SE Stic, Ls hie at de Dl, Sana, Sigtene, 194 ‘steel amin es wn nhac i on pe tombe a 4) #¥ la Palabra se hizo carner (Jn 1,14) En os itimos as eh elactio mucho sobre a especial de Intca rst, sea par sibrayaraen el to de ls motvaio nes -metaétic ea par defenders seance hat el plano de las normaso contenido morales conreos, Pos mis ale este i logo entre concepciones eolgiss en mora un concepo halo sto un acuerdo cas tal. sla concepeion dela vida moral ‘sino como seguimiento de Jesucisoo ersten Al entrar en amoral or este cain, hemos deal on se- ile, peo rotundamente ue no presentaremos 2 ests como un tnero referent 0 mela Ge, sina que nvamos a pens y pe Samos, en una ariulcin tna. As su actuactn es norma sve pero sabiendo qu Jals cs fj del Padre, presente pore Espintu que vies bers nesta lier ant aa Ie Mes tea sctvdad ante tod éxito reano™ En est send, cada ser personal no et lamado a iquatase 2 el Sehr, Hijo del Pade, sno sent, por au spit, Is facia que me hace confaren cata adversidad, que me sstene fn el aeso y me Impuisa al agradecimieta en el exo. As In Buena Nueva del evangtio es buena noticia sore nustas pros pits vidas, la noticia de un Dios que nos ama y se aeuerda de que Solo desde nuestra experiencia personal de seres agraciados y perdonados podemos accede los cantextos de marginacidn, Se trata de estar avisados.. Ls contextos de marginacion nos le van, por tanto, a un quchacertelégico que no se conforma con tuna Tectura ica de la actuacion de Jess. ino a pronunciat, con temor y temblor, una palabra sobre Dios excluido con los ‘xcluidos, humillados y ofendidos ™ nn Mao, Tidy ina Ds. dc sb Dis Slane Steven, itt Ecomine de fone Sloman: Sia 19 pe ea “Tr Con Sales acer Nais pret eo ue ei este Car tad Sander Tee ee 28 Enel plano de las fundamentaciones, la moral erstana tiene su postuladodnicial en esta conviceiin revelada: el hombre ha stdo Preao por Dios a su imagen y semejanza, y esta llamado a partic pat finalmente, de la propia vida divina. Si atendemos a esa expre- Sidn —ra su imagen y semejanza"-, comprenderemos que realizarse roralmente signficara asemejar mis y mis nuestras vidas, con em- peo y creatividad, a la imagen de nuestro Creador. Nuestro obje- tivo moral es renovemos para «ser perfectos como vuestro Padre ce- Testial es perfecto (Mt 5.48; cf EF 5,1). Pero, Zcémo es ese Dios ereador al que aspiramos asemejamnos? Nuestra primera respuesta puede resultar desalentadora: «A Dios na- die le ha visto jamas» (Jn 1,18) Es verdad que contamos con las vias ‘cosmoldgieas y racionales que nos permiten algun atisbo del Crea~ dor en sus huellas, pero nuestro anhelo de Absoluto queda comple- tamente instisfecho. "Ahora bien, st damos un salto que nos introduce ya en la fe, de- Jando de lado cualquier reflexién sobre las posibilidades de la natu- raleza racional del ser humano para acceder al conocimiento de Dios, los cristianos reconocemos una ayuda inestimable en el cono- cimiento de como es Dios: eY la Palabra se hizo earnes Un 1.14). Para nosotros, el hecho de la encarmacién, ese misterio ereido en la fe, se levanta como un monumento definitivo para la espiritualidad de los cristianos y para su vida moral: eMuéstranos al Padre. Tanto tiempo llevo con vosotros, y atin no me conoces, Felipe? Quien me hha visto a mi, ha visto al Padre. {Como dices ti: Muéstranos al Pa dre2s Un 14,9) Sencillamente, la encarnacién ~fomada en serio- hace de Jesu- cristo mismo el primer imperativo moral del cristianismo. Ahora bien, quede claro que esta afirmacién es el objeto de una apuesta, de lun sta fa promesa confusa que la historia pone ante nosotros. Solo GE A Toms Qua, Reaper lt sec Santander, Sal Tea, 19795 ecuprr Is craton. Por ana relptn umaniadora. Satan, Sal Tee. 1997 ‘Vente mba on tau de Ac mast Teli dle pats wang sao ‘eu gia endamentl, Santander, a ee 199, y Renae de Dis mper "syed lpia sola: sate, Sal Tere 2003. 2»

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