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IMPACTO DE LAS ONDAS TROPICALES EN LOS BOSQUES DEL CONTINENTE

AMERICANO

ENSAYO HIDROLOGÍA

Jessica Lorena Quintana1, Andrés Felipe Gallego2, María Fernanda Castellanos3

INTRODUCCIÓN

Desde la década de los años 1930 se sabe que hay perturbaciones en el flujo de la
tropósfera inferior, que se extienden desde el océano hasta unos 3-5 km de altitud y a
menudo actúan como fuentes de ciclogénesis para una parte de los ciclones tropicales
que se producen todos los años en el Océano Atlántico norte. En 1945 se estableció que
esas perturbaciones denominadas hoy en día como “Ondas del este” u “Ondas tropicales”
se originan en el norte de África (Anduckia, 2005). Se han realizado numerosos estudios
sobre Ondas Tropicales del Este desde la década de los años 40, donde uno de los
primeros avances en la estructura de una onda fue la creación del modelo conceptual de
estas (Riehl, 1945).

Posteriormente, con la llegada de las imágenes de satélite, estos sistemas fueron


reconocidos por el patrón de forma de “V invertida” en su nubosidad asociada cuando
estas se desplazan sobre el océano. Fue a finales de los años 70, cuando comenzó a
estudiarse la meteorología del Atlántico Tropical a partir de observaciones, también, se
realizó el primer corte vertical de temperatura a lo largo de la longitud de onda, lo que
permitió obtener más detalles de las características térmicas de una Onda Tropical
(Salinas, 2006).

Las ondas tropicales son de gran importancia para el desarrollo ciclónico en la cuenca
del Atlántico tropical y para la modulación de la precipitación estacional. Según
información del Centro Nacional para la Prevención de desastres (CENAPRED), en
México se registran en promedio 32 ondas por año (Landero, 2020).

Se establece que el calentamiento global de los últimos 50 años muy probablemente ha


sido mayor que el de cualquier otro periodo durante por lo menos los últimos 1.300 años
y que las variaciones observadas en el clima incluyen cambios importantes en las
temperaturas y hielo del Ártico, cambios generalizados en las cantidades de precipitación,
salinidad de los océanos, patrones de viento, además, cambios en los eventos extremos
como sequías, lluvias torrenciales, ondas de calor e intensidad de los ciclones tropicales
(Álvarez & Zorrilla, 2007).

Un primer estudio de las ondas tropicales fue realizado por Riehl & Malkus (1958), quien
dice que las ondas del este parecen estar estrechamente relacionadas con la presencia
de ciclones tropicales, determinando que durante el fenómeno de El Niño las tormentas
tropicales disminuyen al igual que los huracanes en el Océano Atlántico y en el Mar
Caribe, lo que indica una reducción en la actividad de las ondas del este (Poveda, y otros,
2012). En su recorrido hacia el Pacífico, las ondas tropicales del este pasan sobre
Colombia, incidiendo en su hidroclimatología, especialmente en la costa del Caribe, el
valle del río Magdalena y la región Oriental (Martinez, 1993).

Con base en lo mencionado anteriormente, el objetivo de este trabajo es analizar el


comportamiento de las ondas tropicales desde su origen hasta su llegada al continente
americano, y como estas desencadenan fuertes fenómenos meteorológicos que a su vez
están siendo mitigados por los bosques de las regiones impactadas.

COMPONENTE TEÓRICO

Ondas Tropicales

Las ondas tropicales son un fenómeno meteorológico generado por perturbaciones o


sistemas lluviosos que nacen en África y se mueven de Este a Oeste, generalmente
orientadas de sur a norte. En la parte delantera de la onda el aire desciende provocando
aire más seco y con ello cielos despejados, en tanto que en su parte trasera el aire
asciende favoreciendo nubes de gran desarrollo vertical o de gran espesor. La velocidad
promedio con la que se mueven oscila entre los 20 a 30 Km/h, teniendo un período entre
cada onda de 3 a 5 días.

Las ondas tropicales son “Ondas largas” conectivamente activas que se propagan por lo
general en los niveles de 850 y 700 Mb hacia el oeste junto con la circulación general,
atravesando el océano Atlántico. Hacen su aparición inicial en los meses de abril y mayo
y se extienden hasta octubre y noviembre, llegando en algunos casos a manifestarse
también en diciembre (Anduckia, 2005). A medida que estos sistemas se desplazan se
intensifican y con determinadas condiciones, generan ciclones tropicales como
depresiones y tormentas tropicales. Según el Organismo de Cuenca Golfo del centro de
la Comisión Nacional del Agua, las ondas tropicales a su paso producen lluvias que
recargan acuíferos, incrementa el escurrimiento de ríos y arroyos, abastece lagunas y
presas cuyas aguas son utilizadas para el consumo humano y variedad de actividades
como la agricultura, la ganadería, la parte recreativa y la zona industrial. Además,
ocasionan precipitaciones intensas y esto genera desbordamientos que traen consigo
problemas a la población.

Se reporta que las ondas tropicales pueden ser causante del 62% de depresiones
tropicales ocurridas en el Atlántico, por esto es bueno resaltar que no solo es importante
el papel de las ondas en la zona africana, también juegan un papel importante en el
entendimiento de la variabilidad de la convección húmeda que sucede en el Océano
Atlántico tropical y de la actividad de huracanes en esta zona (Fink et al., 2004).

La importancia de estas ondas radica no solo en ser una fuente principal del origen de
los Ciclones Tropicales, sino también de ser un modo de variabilidad inter diaria de las
precipitaciones y al modular hacia el norte la Zona de Convergencia Intertropical
(Vásquez, 2017), sumado a esto, las ondas tropicales son el sistema de mayor
importancia en las épocas de verano donde se presentan, ya que su paso por esta zona,
trae consigo un aumento de la nubosidad y la precipitación (Rodríguez et al., 1993).
Normalmente las ondas tropicales están precedidas por la disminución de valores de
presión atmosférica con pocas nubes, sin lluvias, ni nieblas; cuando el eje de la onda se
aproxima, aumenta la nubosidad, el viento cambia su dirección, del noreste al este y por
último se dice que la temperatura no sufre grandes cambios; cuando se presentan
tormentas antes del paso del eje de la onda, indica una desestabilización en la misma,
cuando esa aumenta se pueden formar huracanes (León et al., 2001)

ANÁLISIS CRÍTICO

Impacto de las Ondas Tropicales en los bosques del continente americano

Latinoamérica es una de las tres regiones del mundo donde más avanza la deforestación.
En esta región, los bosques ocupan un 46,4% de la superficie. Es decir, allí hay 935,5
millones de hectáreas de bosques y selvas; una pequeña parte de estas son las
encargadas de desempeñar una gran labor mitigando el impacto que generan los
huracanes, tifones y ciclones generados por las ondas tropicales mediante distintos
métodos como la absorción del agua precipitada durante las tormentas y regulación del
pH acido que estas contienen, también actúan como una barrera contra las fuertes
corrientes de viento, disminuyéndoles gran parte de su velocidad, para lograr así, que el
impacto al resto del territorio afectado sea menor.

Impacto de las Ondas Tropicales en Colombia

El territorio colombiano al ser parte del sur del continente americano, también se ve
afectado por las ondas tropicales provenientes. Este, claro ejemplo se evidencio el
pasado 21 de agosto de 2017 cuando una onda tropical remante del huracán Harvey
atemorizo a la población del archipiélago de San Andrés, al generar un fuerte oleaje a
causa de tormentas de fuertes vientos que son características propias de este fenómeno.
CONCLUSIÓN

Las cifras anuales de deforestación son alarmantes para los estados que son
directamente afectados por las Ondas Tropicales quienes cada vez se presentan con
mayor frecuencia y generan un mayor impacto al cambiar las condiciones climatológicas
y meteorológicas de las grandes zonas de descarga, ya que los bosques de las áreas
donde directamente actúan las OT representan un control o disminución de la actividad
destructiva que promete realizar estas perturbaciones atmosféricas, demostrando según
estudios como el de la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia Y la
Tecnología (DiCYT) que el ecosistema forestal tiene la capacidad de absorber, almacenar
y liberar de forma controlada durante la sequía más del 80% de la totalidad del agua
precipitada durante una tormenta generada por una onda tropical, y que a su vez el dosel
y estructura vertical del parche forestal, puede disminuir hasta tres (3) veces la velocidad
del viento filtrando así también gran parte del material particulado que traen estos.

Bibliografía

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