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HERMENÉUTICAS, VOLUMEN 1
Imagen de la portada:
Paisaje interior de Enrique Guzmán, 1975, Óleo sobre tela, 51 x 60 cm,
Colección del Museo de Arte Carrillo Gil, ilustración tomada de “Universidad
de las Artes, Imágenes del Arte Mexicano”, recuperada de:
http://www.aguascalientes.gob.mx/temas/cultura/webua/catalogo/
EnriqueGuzman.htmlINBA/MACG
ISBN 978-607-28-0664-1
ISBN de la colección Aportes de Investigación 978-607-477-223-4
Humberto Guerra
(COORDINADOR)
Consejo Editorial
Aleida Azamar Alonso / Gabriela Dutrénit Bielous
Diego Lizarazo Arias / Graciela Y. Pérez-Gavilán Rojas
José Alberto Sánchez Martínez
INTRODUCCIÓN 9
La hermenéutica para nuestros días
Humberto Guerra
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN:
UNA CONSIDERACIÓN HERMENÉUTICA 203
Juan Jesús Arias García
INTRODUCCIÓN
LA HERMENÉUTICA PARA NUESTROS DÍAS
Humberto Guerra*
*
Profesor-investigador y jefe del área de Investigación en Polemología y
Hermenéutica, Departamento de Política y Cultura, Universidad Autónoma
Metropolitana, Unidad Xochimilco. <<ehguerra@correo.xoc.uam.mx>> y
<<orfeo67@hotmail.com>>
[9]
10 HUMBERTO GUERRA
*
Profesor-investigador del área de Investigación en Polemología y Herme-
néutica, Departamento de Política y Cultura, Universidad Autónoma Metropo-
litana, Unidad Xochimilco. <<molinamarcoa@yahoo.com>>
1
Chaïm Perelman y Lucie Olbrechts-Tyteca, Tratado de la argumentación.
La nueva retórica, trad. española de Julia Sevilla Muñoz, Gredos, (III, Manuales,
69), Madrid, 1989. En este artículo remitiré a dicha edición, por lo que sólo
anotaré las páginas, entre paréntesis, dentro del texto.
[21]
22 MARCO ANTONIO MOLINA
2
Se le llama retórica psicagógica, busca conmover, una reacción emotiva
más que una adhesión racional. V. María del Carmen Ruiz de la Cierva,
“Los géneros retóricos desde sus orígenes hasta la actualidad”, Rhêtorikê: revista
digital de retórica, núm. 0, 2008, p. 2, nota 2.
3
Germán Vargas Guillén, “De la lógica a la retórica. La argumentación
como estructura epistemológica de las ciencias sociales”, Folios: revista de la
Facultad de Humanidades, núm. 16, 2002, p. 2.
LA NUEVA RETÓRICA DE PERELMAN 25
Creemos que desde este punto de vista sería útil agruparlos en dos
categorías: una relativa a lo real, que comprendería los hechos, las
verdades y las presunciones; otra relativa a lo preferible, que en-
globaría los valores, las jerarquías y los lugares de lo preferible.
(p. 120)
4
Vargas Guillén, op. cit., p. 2.
5
Pablo González Casanova, “Paradigmas y ciencias sociales: una aproxi-
mación”, Estudios políticos, núm. 10, 1992, pp. 167-177; disponible también en:
http://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php?id=385&
28 MARCO ANTONIO MOLINA
6
Vargas Guillén, op. cit., p. 4.
LA NUEVA RETÓRICA DE PERELMAN 29
7
Pedro Felipe Díaz Arenas y Jorge Gregorio Posada Ramírez, “Argu-
mentación o retórica, una de las piezas claves para la construcción de la reali-
dad social”, Anagramas, volumen 10, núm. 21, julio-diciembre de 2012, p. 86.
8
Vargas Guillén, op. cit., p. 8.
LA NUEVA RETÓRICA DE PERELMAN 31
9
Vargas Guillén, op. cit., pp. 8-9.
32 MARCO ANTONIO MOLINA
Humberto Guerra*
INTRODUCCIÓN
*
Profesor-investigador y jefe del área de Investigación en Polemología y
Hermenéutica, Departamento de Política y Cultura, Universidad Autónoma
Metropolitana, Unidad Xochimilco. <<ehguerra@correo.xoc.uam.mx>> y
<<orfeo67@hotmail.com>>
1
Cfr. José María Pozuelo Yvancos quien indica: “En realidad la autobio-
grafía, toda autobiografía, tiene este carácter bifronte: por una parte es un
acto de conciencia que ‘inventa’ y ‘construye’ una identidad, un ‘yo’. Pero
por otra parte es un acto de comunicación, de justificación del ‘yo’ frente a
los otros (los lectores, el público). Considero que es imposible entender por
separado ambos cronotopos, se realizan juntos. Es en la convergencia de
ambos donde nace el género autobiográfico. Porque ese ‘yo’ autobiográfico
solamente existe en la nueva ágora, la nueva forma de publicidad que es el
libro publicado, la escritura que se hace pública y que inventa un ‘yo’, pero
lo presenta como verdadero a los otros, propone a sus receptores un pacto de
autenticidad.”, en De la autobiografía. Teoría y estilos, Crítica, Barcelona, 2006,
p. 211.
[35]
36 HUMBERTO GUERRA
2
Texto bajo pedido como presentación a la edición de The Philosophy of
Paul Ricoeur para la serie de The Library of Living Philosophers, publicado origi-
nalmente en inglés en 1995 por Open Court y publicado por primera vez en
francés en el mismo año. La edición en español es del 2007 y fue traducida
por Patricia Wilson de ésta última lengua. Se trabajó la primera reimpresión
de la primera edición en español, Paul Ricoeur, Autobiografía intelectual, Nueva
Visión, Buenos Aires, 1997, pp. 9-10. En adelante, todas las citas del texto
analizado se señalarán únicamente con el apellido del autor y la página refe-
rida, todo entre paréntesis, con el fin de agilizar la lectura y distinguir texto
analizado de otras fuentes textuales del propio hermeneuta o de sus analistas.
3
Loc. cit.
4
A diferencia de lo que fundamenta George May en cuanto que la au-
tobiografía es un texto tardío y de carácter volitivo. Cfr. George May, La
autobiografía, FCE, México, 1982. Igualmente, en los estudios literarios sobre
referencialidad es materia de debate, por un lado, esta cualidad de ausencia
de intenciones personales ulteriores más allá que la de verse en un espejo
textual. Mientras que, por otro lado, hay teóricos que afirman que cualquier
puesta en texto está pensada para un lector futuro, incluso se plantea esta
intención en el caso de los diarios ya sean de autores reconocidos o de “ciu-
dadanos de a pie”.
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 37
5
En la nota editorial del número monográfico de Anthropos dedicado a
este autor, los editores resumen así, desde su punto de vista, lo que les parece
los aportes principales de este pensador: “[…] pensamiento hermenéutico, el
cogito herido y la ontología problemática tal como actualmente lo está plan-
teando P. Ricoeur, y el paso de la filosofía a una teoría de la literatura.” VV.
AA. “Editorial”, Anthropos, noviembre-diciembre de 1998, p. 7.
6
En este caso, el autor procede de la misma forma en que señala cómo
decodificar el discurso, es decir, distanciarse del texto poniendo la referen-
cialidad textual histórica enfrentada a la referencialidad histórica del lector,
aquí el fenómeno se presenta de forma doble: Ricoeur es lector de sí mismo,
se distancia de sus postulados para examinarlos más críticamente y a su vez
el lector hace lo mismo con los comentarios y puntualizaciones del autor-
narrador-héroe. El intérprete como intérprete de sí mismo: “Sólo unos años
más tarde llegué a comprender que este carácter transhistórico, común a la
reflexión y a la simbolización, era tributario de un trabajo, renovado sin ce-
sar, de contextualización y de descontextualización, trabajo que es el mismo
de la interpretación.” Paul Ricoeur, “Autocomprensión e historia”, Anthropos,
181, noviembre-diciembre de 1998, p. 25.
38 HUMBERTO GUERRA
7
Utilizando la nomeclatura propuesta por William L. Howarth, “Some
Principles of Autobiography”, en James Olney (ed.), Autobiography: Essays The-
oretical and Critical, Princeton University Press, Princeton, 1980, pp. 84-114.
8
V. Paul Ricoeur, Teoría de la interpretación. Discurso y excedente de sentido,
Siglo XXI-Universidad Iberoamericana, México, 2011.
9
Cfr. Philippe Lejeune, Le pacte autobiographique, Éditions du Seuil, París,
1975, pp-23-24.
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 39
EL RICOEUR PERSONAL
10
Paul Ricoeur, “Autocomprensión e historia”, Anthropos, op. cit., p. 29.
Cursivas en el original.
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 41
11
Cuando el futuro autor tenía la edad de dos años muere su madre,
mientras que a los pocos meses su padre perecerá en batalla durante la
Primera Guerra Mundial, ambos acontecimientos sucedieron en 1915. V.
Marcelino Agís Villaverde, “Cronología de Paul Ricouer”, Anthropos, 181,
noviembre-diciembre de 1998, p. 38 y Paul Ricoeur, Autobiografía intelectual,
op. cit., p. 15.
42 HUMBERTO GUERRA
12
Ricoeur es movilizado como soldado en el año de 1939. Cae preso del
ejército alemán en 1940 y queda recluido en un campo de concentración
hasta 1945. V. Agis Villaverde, Loc. cit. Como procedimiento de contraste
puede leerse la Trilogía de Auschwitz de Primo Levi. Claro el autor italiano fue
sometido por su condición judía y salvó literalmente la vida para dejar testi-
monio de ello, no así Ricoeur. El silencio en este caso nos parece elocuente.
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 43
13
Entendemos el término confesión como lo plantea María Zambrano en
La confesión. Género literario, Mondadori (Bolsillo, 23), Madrid, 1988.
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 45
14
Por ello, el tema de la eutanasia se puede dar más en contextos con
una cultura protestante que dentro de comunidades regidas implícitamente
por una moral católica. En el primer caso se debate desde el dominio del
derecho individual, mientras que en el segundo se ve como una infracción al
orden natural divino.
15
En palabras del propio hermeneuta: “Las observaciones sobre el com-
promiso del hablante desembocan naturalmente, en el aspecto intersubjetivo
del discurso. Como hemos dicho, consiste en decir algo sobre algo a alguien.
El hecho de dirigir el discurso a otro forma parte de la ‘fuerza ilocucionaria’
del acto discursivo. Al comprometerme con lo que digo, lo hago con otro, me
hago responsable ante él de mi propia palabra. La alocución mediante la que
el discurso se dirige a algo o a alguien es coetánea de la ilocución, que consis-
te en lo que hago al decirlo. Tomar la palabra conlleva, por tanto, un vínculo
moral. Al hablar, me comprometo a dar significado a lo que digo según las
reglas de mi comunidad lingüística. Al tomar la palabra, renuevo el pacto
implícito en el que se funda dicha comunidad.” Paul Ricouer, “Lenguaje y
filosofía”, en Historia y narratividad, intrd. Ángel Gabilondo y Gabriel Aranzue-
que, Paidós, Barcelona, 1999, p. 51, (cursivas en el original). La teorización
arroja una peculiar luz a la confesión dolorosa del autor, la comparte para
aminorar el dolor y como muestra de compromiso personal de honestidad.
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 47
16
Marcelino Agís Villaverde, “El pensamiento hermenéutico de Paul
Ricoeur”, Anthropos, 181, p. 53.
48 HUMBERTO GUERRA
17
Así lo señala Philippe Lejeune y el ya citado Pozuelo Yvancos, ambos
coinciden en el valor de veracidad en detrimento del valor de autenticidad.
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 49
18
Igualmente, hemos recurrido a lo propuesto por Elizabeth Bruss cuan-
do afirma: “An autobiographer may inhabit an apparently private world, but
it is a world to which, in writing, he cannot help but give us a key.” Eliz-
abeth W. Bruss, Autobiographical Acts. The Changing Situation of a Literary Genre,
The John Hopkins University Press, Baltimore y Londres, 1975, p. 35. Justo
posteriormente el autor habla del fallecimiento de su colega y amigo Mircea
Eliade y esto da el espacio para hacer una postulación de la trascendencia
de cualquier vida humana. En el caso del mitólogo su creación lo colocaría
en un lugar trascendente y, por lo tanto, superior al fallecimiento de su hijo;
indicando que es una diferencia aparente, artificial. Como en la danza me-
dieval de la muerte, ésta iguala a todos los seres humanos y parece ser que es
ésta a la conclusión que llega.
50 HUMBERTO GUERRA
19
El autor indica que todos los estructuralismos: “tenían en común el he-
cho de ajustarse únicamente a las estructuras de los textos, con exclusión de
la intención supuesta del autor.” Ricoeur, Autobiografía, op. cit., p. 40.
20
A propósito de su crítica al trabajo de Levi-Strauss, Ricoeur indica:
“Estas obras daban crédito a la idea de una organización sistemática de los
conjuntos míticos, y más generalmente de las estructuras lingüísticas y socia-
les, que sería indiferente a la búsqueda de sentido de un sujeto de angustia;
en una polémica cordial llegué a designar este pensamiento como trascenden-
cia sin sujeto.” (Ricoeur, 34)
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 51
21
Domenico Jorvelino, “El cogito herido y la ontología problemática del
último Ricoeur”, Anthropos, 181, noviembre-diciembre de 1998, p. 59 (cursi-
vas en el original).
22
Ibíd., p. 62.
52 HUMBERTO GUERRA
EL SUSTENTO LINGÜÍSTICO DE LA
PROPUESTA DE RICOEUR
23
La tentación de brindar ejemplos concretos es muy grande, pero dos
cuestiones nos frenan. Por un lado, el extendido conocimiento de ellos y por
otro, el hecho de que los mismos se pueden generalizar, en su faceta más
frívola en el gasto y ostentación exagerada de objetos y viajes innecesarios y
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 57
25
“Indignación en México: Un candidato conservador dice que ‘las mu-
jeres son de sus maridos’”, RT sepa más, 22 mayo de 2015. (Recuperado el
2 de junio de 2015 de: http://actualidad.rt.com/sociedad/175437-politico-
mexicano-declaracion-machista)
26
Edmundo Salgado, “Extitular de Profepa acusado de misógino es can-
didato del PRI en Morelos”, El Financiero, 2 de agosto de 2015. (Recuperado
el 2 de agosto de 2015 de: http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/exti-
tular-de-profepa-acusado-de-misogino-es-candidato-del-pri-en-morelos.html)
62 HUMBERTO GUERRA
27
Tal es el caso tristemente célebre del director general del INE, Loren-
zo Córdova, quien después de una plática de trabajo con grupos indígenas
para pactar un acuerdo de no discriminación a estas poblaciones, incurre en
la burla abierta a su “habla”. Todavía peor, al tratar de disculparse mediá-
ticamente, sólo logró hundirse más: “fue un chiste, una gracejada” dijo el
funcionario. ¿Y si él hubiera sido el objeto de los chistes?, ¿acaso también
sería excusable?, ¿su alta formación académica lo exonera de un racismo
muy acendrado? Este tipo de cuestiones se pueden dirimir muy fructífera-
mente con la ayuda de los conceptos arraigados al lenguaje y contenidos en
el discurso. Cfr. CNN En español, “Presidente del INE en México se burla de
dirigente indígena”, (recuperado de: https://youtu.be/GpNWlRSqtVk, el 4
julio de 2015) y “Presidente del INE se burla de los indígenas”, El Financiero,
mayo 19 de 2015. (Recuperado el 4 de julio de 2015 en: http://eleconomis-
ta.com.mx/sociedad/2015/05/19/revelan-audio-donde-presidente-ine-se-
burla-indigenas). Además, el funcionario apeló a la ilegalidad de la grabación
y su carácter íntimo, en el cual, cualquiera puede expresarse como quiera.
Es decir, es válido ser racista en lo privado, mientras no lo sea en lo público,
verdaderamente no encontramos la diferencia.
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 63
28
A lo cual habría que agregar la nueva modalidad de juicios orales en
el sistema de justicia del país que si bien tiene la finalidad de agilizar al pro-
pio sistema, finca su efectividad en la interlocución de las partes de manera
frontal e instantánea.
66 HUMBERTO GUERRA
Por cierto, hace falta aún un sujeto hablante que recoja la cosa del
texto, la haga suya, se la apropie, y compense el momento de dis-
tanciación correlativo de la textualización de la experiencia. Que
la apropiación no implica el retorno subrepticio de la subjetividad
soberana, queda verificado por la necesidad de desapropiarse de sí
mismo, necesidad impuesta por la comprensión de sí ante el texto.
Entonces, como afirmé en el texto de 1975, “intercambio el yo,
amo de sí mismo, contra el sí, discípulo del texto”. Anticipaba así
la oposición entre el sí y el yo, que sería la base de mis análisis en
Sí mismo como otro. (Ricoeur, 59)
29
V. Paul Ricoeur, Sí mismo como otro, Siglo XXI Editores, México, 2011.
RECONSIDERACIÓN ANALÉPTICA DE POSTULACIONES TEÓRICAS 69
*
Maestro en filosofía, adscrito a la Escuela Superior de Comercio y Admi-
nistración, Unidad Santo Tomás, Instituto Politécnico Nacional, Ciudad de
México. <<robcanin_9@yahoo.com.mx>>
1
Gianni Vattimo, Creer que se cree; Paidós, Madrid, 1996, p. 10. Este subtí-
tulo es retomado del autor quien lo coloca entrecomillado; se ha cambiado a
interrogación por considerarlo más pertinente para un análisis hermenéutico
e invitar a la lectura del presente trabajo.
[73]
74 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
2
Luis Villoro, Saber, pensar, creer, Siglo XXI Editores, México, 2000. Aun-
que este autor sigue la línea metafísica de conocimiento es importante men-
cionar las coincidencias y diferencias con nuestro autor; pues si bien Vattimo
no menciona, en ningún momento, que creer es un método de conocimiento,
sí es posible inferirlo, puesto que presenta la forma en que comprende y ha
conocido o entendido el cristianismo hasta este momento de su vida.
¿VOLVER A CREER? 75
3
Gianni Vattimo, Después de la cristiandad; Paidós, Madrid, 2003, p. 9.
4
Con este análisis se puede entrever uno de los puntos por los cuales
Vattimo ha sido criticado, esto es el valerse de algunos conceptos metafísicos
para dar razones de su pensamiento posmoderno; mismo punto que el autor
asume y nos indica que no es posible negar la metafísica, sino construir un
pensamiento diferente a partir de la interpretación de dichas posturas ya que
son parte de la historia del ser humano.
76 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
5
Después de…, op. cit., p. 14.
6
Ibíd., p. 13.
7
Creer que …, op. cit., p. 9. Es importante no confundir la frase de Vattimo
con el título de la novela de Marcel Proust.
¿VOLVER A CREER? 77
8
En la sociedad transparente comenta que el significado de lo posmo-
derno debe estar “ligado al hecho de que la sociedad en que vivimos es una sociedad de
comunicación generalizada. Es la sociedad de los medios de comunicación de masas” Las
cursivas son nuestras. Gianni Vattimo, La sociedad transparente, Paidós, Barce-
lona, 1990, p. 81.
9
Aclara el autor que la expresión mencionada la comenzó a utilizar a
finales de la década de 1980 en un ensayo. Inspirándose en un texto de Carlo
Augusto Viano “La regione, l’abbondanza e la credenza” de 1983. El con-
cepto “el pensamiento débil” se ha instaurado como una etiqueta de confines
inciertos y sin unión a un núcleo de tesis características. Afirma que se debe
pensar al ser como no identificado, en ningún sentido, con la presencia ca-
racterística del objeto; lo que implica que no se puede considerar la historia
del nihilismo sólo como historia de un error del pensamiento. Posteriormen-
te, agrega que si se quiere pensar el ser en términos no metafísicos, hay que
pensar la historia de la metafísica como la historia del ser y no sólo la historia
de los errores humanos.
78 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
10
Cfr. Heidegger en Identidad y Diferencia, originalmente publicado en
1957, pero traducido al castellano en 1988. Es recomendable recurrir al libro
de Vattimo El fin de la modernidad para una mayor claridad acerca de las ideas
vertidas sobre la salida de la metafísica, especialmente la sección primera,
apartado II, donde el autor realiza un análisis sobre la crisis del humanismo
partiendo del escrito Über den Humanismus de Heidegger (1946). Igualmen-
te, encontramos otra relación con el turinés en La pregunta por la técnica, don-
de Heidegger apunta a analizar la técnica como una Techné de manera que
puede llevar a una Póiesis, afirmando que con “tanta técnica, aun no experi-
mentamos lo esenciante de la técnica… con tanta estética, ya no conservamos
lo esenciante del arte”; con ello nos deja claro la crisis del humanismo y de
la necesidad de valorar desde puntos de vista diferentes, para construir otras
formas de mirar el mundo y la realidad que nos rodea.
11
Creer que…, Op. cit., p. 58.
12
Loc. cit.
13
María Zambrano. Filosofía y Poesía, fce, México, 1996, p. 87.
¿VOLVER A CREER? 79
14
Después de la cristiandad, op, cit., p. 44.
80 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
15
Creer que…, op. cit., p. 49.
16
Aunque el autor reconoce que siente afinidad con Derrida y Rorty,
aclara que sí comparten la necesidad de superar la metafísica, mas no com-
parte la misma idea de hermenéutica. Véase, Vattimo y Caputo, Después de la
muerte de Dios, Buenos Aires, Paidós, 2010, p. 155. Cabe mencionar que este
título está dedicado a Derrida.
17
Ibíd., p. 49.
18
Es posible relacionarlo con el texto de Foucault Las palabras y las cosas,
especialmente en el último capítulo donde se nos presenta que la persona
¿VOLVER A CREER? 81
22
Dicha afirmación implica otras preguntas necesitadas de aclaración,
por ejemplo, la interpretación del nihilismo que señala Nietzsche, mismo que
rebasa los límites del presente trabajo. De igual forma, queda pendiente es-
tudiar detenidamente tanto el concepto de “la nada” (que se encuentra más
trabajado por Heidegger en Ser y tiempo), así como los conceptos de historici-
dad e historia.
23
Creer que…, op. cit., p. 77
24
Incluida en el libro de Vattimo Después de la muerte…, op. cit., pp. 137-168.
25
Ibíd., p. 163.
26
“Una oración por el silencio”, en ibíd., p. 143.
¿VOLVER A CREER? 83
27
Nos permitimos hacer alusión al parágrafo “Del camino del creador”
en Así habló Zaratustra de Nietzsche, ser la rueda que gira y se mueve por sí
misma; no obstante hay que reconocer que también en, Ecce Homo y la Ge-
nealogía de la moral, este autor critica al judeo-cristianismo absolutista como la
moral de los débiles, lo cual puede ser contradictorio con la postura de cari-
dad de Vattimo. Además, Nietzsche representa a la rueda como la persona
que se mueve y gira sobre sus propios valores, mismos que ha construido por
una autoreflexión acudiendo al fondo de sus entrañas.
28
Creer que…, op. cit., p. 102.
29
Ibíd., p. 60 (las cursivas son nuestras).
84 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
30
En este sentido coincide con Lévinas y Derrida respecto a que todo
momento de la historia está en relación inmediata con la eternidad, la histori-
cidad de la existencia se reduce totalmente a su finitud. V. Creer que…, p. 106.
31
Después de la muerte…, op. cit., p. 42.
¿VOLVER A CREER? 85
32
V. Después de…, op. cit., p. 11.
33
La cita textual dice: “Si ahora digo que, al pensar la historia del ser en
cuanto guiada por el hilo conductor de la reducción de las estructuras fuer-
tes, estoy orientado a una ética de la no-violencia”, Creer que…, op. cit., p. 46.
34
En los argumentos del italiano se aprecia una lucha o justificación entre
la utopías políticas y sociales que postula, por un lado, Hobbes en el Leviattan
donde se asume que es necesario un poder absoluto controlador del hombre,
pues éste es por naturaleza malvado; por otro lado también podría pensarse
en relación con El Príncipe de Maquiavelo en cuanto a sus contenidos sobre
la metafísica y la modernidad. Ahora bien, de igual forma Rousseau en El
Emilio asume que el individuo es naturalmente “bueno”. Sin embargo, en-
contramos rasgos propios de Utopía de Tomás Moro, por su apuesta a una
ética de la no violencia.
86 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
35
Creer que…, op. cit., p. 112.
36
Ello se puede apreciar en su autobiografía a cuatro manos; No ser Dios.
37
Es pertinente aclarar que esta propuesta no se dirige a sustentar una ex-
periencia mística o vinculada en sentido estricto con la “relación con lo sagra-
do”, como lo aborda Rudolf Otto, Martín Velasco o bien Georges Bataille.
¿VOLVER A CREER? 87
38
Después de la cristiandad, op. cit., p. 42.
39
Creer que…, op. cit., p. 85.
¿VOLVER A CREER? 89
40
Ibíd., p. 30.
41
Cabe mencionar que el tema de la “Voluntad de poder” ha sido objeto
de diversos análisis y, por lo mismo, demandaría un trabajo específico para
un análisis profundo, aquí nos quedamos sólo con este breve comentario. De
la misma manera, ocurre con la tesis respecto a que la historia no es lineal,
sino es sólo momentos que han sido unidos para atender los intereses de una
sociedad “demasiado humana”.
42
Estos aspectos también han sido punto de reflexión para diversos filó-
sofos y estudiosos del tema, por lo que sólo los enunciamos.
90 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
43
Después de la cristiandad, p. 16. El entrecomillado sencillo es nuestro.
¿VOLVER A CREER? 91
44
Creer que…, op. cit., p. 22.
45
Ibíd., p. 145.
46
Ibíd. p. 147.
92 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
47
Ibíd., p. 35.
48
Ibíd., p. 37. El entrecomillado sencillo viene en el original.
¿VOLVER A CREER? 93
49
Cfr. Ibíd., p. 54.
50
Después de la muerte de Dios, pp. 58-63.
94 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
51
Ibíd., p. 150.
52
Después de la cristiandad, op. cit., p. 60.
53
Por dicha superstición metafísica se entiende una negación divina res-
pecto a las minorías por preferencia sexual, generándose así prácticas de ex-
clusión de acuerdo con los cánones de un absolutismo católico.
¿VOLVER A CREER? 95
LA “CARIDAD” DE VATTIMO
54
Aclara que la caridad no se puede ejercitar en abstracto. V. Creer que
se cree, p. 99, pues debe aplicarse a situaciones concretas dentro del contexto
histórico en el que vive cada persona.
55
Coincide con Lévinas y Derrida respecto a que todo momento de la
historia está en relación inmediata con la eternidad, la historicidad de la exis-
tencia se reduce totalmente a su finitud (Vattimo, p. 106). Marcando que hay
una crisis de la noción de historia unidireccional y unificadora a la que le
sigue la crisis de la noción de progreso, Cfr. Vattimo y Caputo, p. 43, intro-
ducción de Jeffrey W. Robbins.
56
Vattimo, Creer que se cree, p. 70.
57
Ante la pregunta de sus coincidencias o encuentros en puntos de vista
respecto al uso de la hermenéutica, responde que la forma en que los usa está
lejos de Derrida, aunque sí es afín con Rorty y Derrida en que comparten la
necesidad de superar la metafísica. También reconoce el acercamiento, pero
de igual forma establece sus límites y diferencias con dichos filósofos. Cfr.
Vattimo y Caputo, Después de…, op. cit., p. 155.
96 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
58
En su texto Hacia un cristianismo no-religioso aclara que la guía para la
desacralización, misma que es límite de la secularización con las Escrituras,
es la caridad. Utiliza la palabra caritas haciendo referencia a la gracia y al
amor, a la generosidad de espíritu y al acto de entregarse.
59
Creer que…, op. cit., p. 70.
60
Las cursivas son nuestras.
61
María Zambrano, Claros del bosque, Cátedra, Madrid, 2011, p. 61.
62
Filosofía y poesía, op. cit., pp. 62-63.
¿VOLVER A CREER? 97
63
Creer que…, op. cit., p. 109.
64
V. Ibíd., p. 111.
65
El problema que se plantea ahora es el de aceptar un principio gene-
ral, lo cual se podría considerar como un principio o causa última como lo
98 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
nadie debería decir que Dios no existe, puesto que “ni, que su exis-
tencia y su naturaleza están racionalmente establecidas de for
ma definitiva”,66 aunque nos aclara que, en su caso, el uso de la
figura del medio creyente y de lo que ha estado presentando no
es más que su apología. Observamos nuevamente cómo se hace
patente el hablar en primera persona del singular, en este caso tal
vez ya no como una forma de madurez, sino más bien aceptan-
do que se trata de su experiencia de vida cristiana;67 aunque
también para muchos será síntoma de su distanciamiento del
rigor metafísico.
Por otro lado, el amor caritas es aterrizado en lo que él
denomina los valores cristianos tales como: la fraternidad, la
caridad y el rechazo a la violencia que tienen su centro en el
Antiguo testamento. Se aprecia una aparente contradicción, pues
el filósofo italiano ha argumentado a favor del Nuevo testamento,
es decir, a favor de las enseñanzas de Cristo y sus seguidores.
No obstante, se debe indicar que dichos valores son reconocidos
como un grupo de valores que se sitúan en contra de los enar-
bolados por sus principales guías de pensamiento (Nietzsche y
Heidegger), para el autor este proceder indica el debilitamiento
y la demanda de una crítica filosófica.
Del mismo modo, mantiene la convicción de que los dos
rostros de Dios (el castigador y el amoroso/misericordioso), “es
68
Creer que…, op. cit., p. 114.
69
Gabriel Vahanian en Gianni Vattimo, Después de la muerte..., op. cit.,
p. 239.
100 ROBERTO MENDOZA BENÍTEZ
*
Profesor-investigador del área de Investigación en Polemología y Herme-
néutica, Departamento de Política y Cultura, Universidad Autónoma Metropo-
litana, Unidad Xochimilco. <<cavelaz@correo.xoc.uam.mx>>.
1
M. Foucault. El yo minimalista y otras conversaciones, La Marca Editora,
Buenos Aires, 2009, p. 134.
2
P. Bourdieu. La ontología política de Martin Heidegger, Paidós, Barcelona,
1991, 3, p. 66.
[103]
104 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
3
Véase F. Ewald. “La philosophie comme acte”, p. 31; M. Senellart, “La
question du libéralisme”, p. 57 y M. Foucault. “Vivre avec la philosophie”,
pp. 60-61, “Dossière: Michel Foucault”, en Le magazine littéraire, n. 435, París,
octubre 2004, pp. 30-67.
4
Como señala en una de sus principales obras: “Pero ¿qué es la filosofía
hoy –quiero decir la actividad filosófica– si no el trabajo crítico del pensa-
miento sobre sí mismo? ¿Y si no consiste, en vez de legitimar lo que ya se
sabe, en emprender el saber cómo y hasta dónde sería posible pensar distin-
to? (Cfr. M. Foucault. Historia de la sexualidad 2. El uso de los placeres, Siglo XXI
Editores, México, 1986, p. 12).
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 105
5
Él hace referencia a M. Foucault como “un hombre en marcha” (M.
Blanchot. Foucault tel que je l’imagine, Fata Morgana, Montpellier, 1986, p. 17).
6
Si bien la rebelión estudiantil de 1968 se toma como el punto de incidencia
que señala el cuestionamiento de las bendiciones de la modernidad, activan-
do procesos de revisión crítica como el postmodernismo y el posestructuralis-
mo. Dentro de esta última corriente, que se opone a toda radicalización de
las teorías, incluido el marxismo; pese a este alejamiento crítico del marxismo
endurecido, Foucault se suscribía abiertamente a formas de acción radical de
casos concretos como la liberación de Croissant, la cuestión del aborto, la
resistencia a favor de los inmigrantes… (Véase K. von Beyme. Teoría política
del siglo XX: de la modernidad a la posmodernidad, Alianza Editorial, Madrid, 1994,
pp. 149 y ss.).
106 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
7
M. Foucault. Historia de la sexualidad 1. La voluntad de saber, Siglo XXI Edi-
tores, México, 1983, p. 113.
8
El discurso filosófico de la modernidad, Taurus, Buenos Aires, 1989, pp. 319
y ss.
9
“Todo esto nos lleva a terminar con una exhortación a la duda sobre la
posibilidad de recibir realmente una obra, dado que es la condición de una re-
cepción no demasiado mala, activa, práctica, no fetichista, destinada no a una
suerte de encantamiento cultural en torno al autor sino a un uso del autor,
en una práctica que puede ser científica, o quizá también jurídica.” P. Bour-
dieu. “¿Qué es hacer hablar a un autor? A propósito de Michel Foucault”, en
Capital cultural, escuela y espacio social, Siglo XXI Editores, México, 2000, p. 20.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 107
10
Se trata de la lección inaugural que Foucault dictó el 2 de diciembre
de 1970, con motivo de la obtención como titular de su cátedra –titulada
“Historia de los sistemas de pensamiento”– en el Collège de France.
11
Escrito presentado en el VII Coloquio Filosófico Internacional de Ra-
yaumont sobre Nietzsche, que tuvo lugar del 4 al 8 de julio de 1954.
108 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
12
Véase, por ejemplo, G. Deleuze. Foucault, Paidós, Barcelona, 1987 (En
donde cada periodo corresponde respectivamente a las preguntas: ¿Qué sé?,
¿Qué puedo? y ¿Quién soy?); M. Morey. “Introducción: la cuestión del método”,
en M. Foucault, Tecnologías del yo y otros textos afines, Paidós, Barcelona, 1991,
pp. 9-44. También véase D. Macey. Las vidas de Michel Foucault, Cátedra, Ma-
drid, 1995 y Le Magazine Littéraire, 2004, pp. 66-67.
13
Resultan significativas estas rupturas iniciales ya que nos permiten per-
cibir algunos de los fundamentos que definirán sus posteriores posturas éticas
y ontológicas: 1) rompe con la visión teleológica, evolutiva y pletórica de
sentido de la Historia, ya que se trata de una visión teológico-antropológica
de la historia completamente centrada en el hombre; se refiere a un relato
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 109
14
La concepción heterodoxa que del poder tiene M. Foucault puede
sintetizarse en los siguientes puntos: 1) el poder pierde su carácter de cen-
tralidad en el sistema político, emergen una serie de micro-poderes por todo
el cuerpo de lo social y sin privilegiar sitio alguno para su manifestación; 2)
ya no basta con señalar quién detenta el poder en un momento dado, hay
que indagar también cómo se ejecuta el poder, los mecanismos y los princi-
pios que utiliza, las diversas técnicas y las vías diferenciadas que utiliza; 3) el
poder no se posee, lo fundamental es que el poder se ejerce y se realiza en
las interacciones que llevan a cabo las diversas relaciones de fuerza (el poder
como un “fluido” que constantemente “circula, funciona en cadena, reticular
y transversalmente”; 4) se trata de un poder-red que rompe con el enfoque
piramidal-jerárquico, para proponer el análisis del gran entramado de la
base hacia arriba donde se encuentran los aparatos “globales de dominio”
(por tanto, el “poder global” está constituido por los efectos concatenados
de los “micro-poderes” y sus “micro-enfrentamientos” interminables); 5) el
poder no es una instancia netamente negativa sino principalmente positiva,
generadora de saberes y subjetividades determinadas; 6) el poder no es algo
exterior al sistema sino algo fundamentalmente inmanente a la totalidad del
cuerpo social (las relaciones de fuerza se despliegan formando redes y dispo-
sitivos de poder en todas las instituciones sociales modernas); 7) existe un tipo
de interacción creativa y complementaria entre sujeto y estructura, donde
en momentos se enfatizan algunos aspectos, ora la excesiva muestra de las
relaciones individuales, ora el despliegue de la superación de los agentes por
parte de las estructuras determinantes (las relaciones de poder son a la vez
intencionales (fenomenológicas) y no subjetivas (estructurales); 8) propone
poner mayor énfasis en los agentes u operadores de materiales de la domina-
ción y formas locales de sometimiento, que en las grandes estructuras como
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 111
18
Véase M. Foucault. Las palabras y las cosas, Siglo XXI Editores, México,
1991, p. 375.
19
Véase K. von Beyme. Teoría política…, op. cit., pp. 184-185 y J-M.
Auzias. Michel Foucault, La Manufacture, Lyon, 1986, pp. 213-243.
20
Como señala con enfoque crítico: “El ‘ensayo’ –que se debe entender
como prueba modificadora de sí mismo en el juego de la verdad y no como
apropiación simplificadora del otro con fines de comunicación– es el cuerpo
vivo de la filosofía, si por lo menos ésta es todavía hoy lo que fue, es decir una
‘ascesis’, un ejercicio de sí, en el pensamiento […] Se trata de un ejercicio
filosófico: en él se ventila saber en qué medida el trabajo de pensar su propia
historia puede liberar al pensamiento de lo que piensa en silencio y permitirle
pensar de otro modo.” Historia de la sexualidad 2…, op. cit., p. 12.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 113
21
Sobre la relevancia de estos cursos, por ejemplo, véase F. Gros: “Para
sorpresa general, los cursos desarrollados en el Collège de France superan en
mucho los libros publicados [L’usage des plaisirs y Le souci de soi]: su perspectiva
es más amplia, su audacia especulativa tiene fundamentos más sólidos y el
marco teórico es más ambicioso.” Cfr. F. Gros y C. Lévy. Foucault y la filosofía
antigua, Nueva Visión, Buenos Aires, 2004, p. 5.
22
Loc. cit.
114 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
23
Ibíd., pp. 13-14.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 115
24
La ilustre frase “conócete a ti mismo” (γνῶθι σεαυτόν, o gnóthi seautón),
según fue inscrito en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos. Pero lue-
go también ha sido atribuido a Herodoto, Píndaro, Heráclito, Quilón de Es-
parta. “‘Conócete a ti mismo’, dice Quilón, nacido en Esparta”, en Higinio,
Fábulas mitológicas, Alianza Editorial, Madrid, 2009, 221, p. 234. Igualmente
se le adjudica la sentencia a Tales de Mileto, Sócrates, Pitágoras, Solón de
Atenas, Femonoe… No hay que perder de vista lo que señala J-P. Vernant:
“Para el oráculo de Delfos, ‘Conócete a ti mismo’ significó: Sabe que tú no
eres un dios y no cometas la falta de pretender serlo. Para el Sócrates de
Platón, que hace suya la fórmula, ésta quiere decir: Conoce al dios que, en
ti, es tú mismo. Esfuérzate en asemejarte en lo posible al dios.” Mito y religión
en la Grecia antigua, Ariel, Barcelona, 1991, p. 79. También, véase Tecnologías
del yo…, op. cit., pp. 50-51.
25
La noción de gubernamentalidad resulta fundamental para poder com-
prender las principales intenciones del último periodo del pensamiento fou-
caultiano, en tanto que implica la relación de uno consigo mismo ya que
apunta al “conjunto de prácticas mediante las cuales se pueden constituir,
definir, organizar e instrumentalizar las estrategias que los individuos, en su
libertad, pueden tener los unos respecto a los otros… permite, eso creo, hacer
valer la libertad del sujeto y la relación con los otros, es decir, lo que consti-
tuye la materia misma de la ética.” Cfr. M. Foucault. “La ética del cuidado
de sí como práctica de la libertad”, en Estética, ética y hermenéutica, Paidós,
Barcelona, p. 414.
116 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
26
M. Foucault. El coraje de la verdad. El gobierno de sí y de los otros II, FCE,
Buenos Aires, 2010, p. 27. Cuestión que ya había planteado: “Por tanto:
análisis de las formas de veridicción, análisis de los procedimientos de guber-
namentalidad, y análisis de la pragmática del sujeto y de las técnicas del yo.
Ésos son entonces los tres desplazamientos que esbocé.” Cfr. El gobierno de sí
y de los otros, FCE, Buenos Aires, 2009, p. 58.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 117
27
“Por tanto, con el tema de la inquietud de sí tenemos, si lo prefieren,
una formulación filosófica precoz que aparece claramente desde el siglo V
a.C., una noción que atravesó, hasta los siglos IV y V d.C., toda la filosofía
griega, helenística y romana, así como la espiritualidad cristiana.” Cfr. La
hermenéutica del sujeto…, op. cit., p. 29.
28
“La noción de aphrodisia, a través de la cual podemos captar lo que,
en el comportamiento sexual, era reconocido como ‘sustancia ética’ […] Las
aphrodisia son actos, gestos, contactos, que buscan cierta forma de placer […]
La ontología a la que se refiere esta ética del comportamiento sexual, por lo
menos en su forma general, no es una ontología de la carencia y del deseo;
no es la de una naturaleza que fija la norma de los actos, es la de una fuerza
que asocia entre sí actos, placeres y deseos. Esta relación dinámica es la que
constituye lo que podemos llamar el grano de la experiencia ética de las aphro-
disia.” Cfr. Historia de la sexualidad 2…, op. cit., II, 1, pp. 36-42 y Hermenéutica
del sujeto…, op. cit., p. 16.
118 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
29
M. Foucault. “Subjetividad y verdad”, en Estética, ética…, op. cit., p. 257.
30
Aunque se transforma con el tiempo, no obstante se pueden destacar
los siguientes componentes: 1) en tanto que el ocuparse de sí mismo no se
refiere a una etapa particular, en tanto que es una forma de vida ocupa vida
la existencia; 2) por lo mismo, la función pedagógica pasa a un segundo pla-
no y se hace el énfasis en su carácter de lucha, pues se trata de un combate
permanente en la que hay que adquirir el coraje y las armas para el combate
incesante (aquí se usan la metáfora del “certamen atlético” y de la “guerra”);
3) pero esta idea se complementa con la “función curativa y terapéutica”
en tanto modelo médico; 4) el requerimiento para desarrollar esta técnica
de ocuparse de sí mismo de un conductor, “maestro” o guía, o de “otro”,
situación que lleva a una separación continua de la “relación amorosa”. Lo
fundamental es la “multiplicidad de relaciones sociales que pueden servir de
sostén.” Cfr. Hermenéutica del sujeto…, op. cit., pp. 470-471.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 119
31
No hay que perder de vista que el punto de partida del análisis de
Foucault sobre la “inquietud de sí” es la Apología de Sócrates y el Alcibíades de
Platón, en donde señala que tenemos que reconocer a Sócrates como el
“maestro del cuidado de sí”; por lo tanto, el conocido imperativo sobre el co-
nocerse a sí mismo (gnôthi seautón) no debía hacernos olvidar su complemento
indispensable, la invitación al cuidado de sí (epiméleia heautoû). El propósito de
este cuidado de sí, Sócrates lo justifica: 1) se trata de una misión que ha sido
confiada por los dioses; 2) es una tarea libre de todo interés; y 3) se refiere a
una función útil para la ciudad. Cfr. ibíd., p. 467.
32
Si bien esta técnica de examen de sí ocupa en la antigüedad una posición
marginal, siempre ambigua, es criticada por grupos de pensadores como los
estoicos, pues se trata de un fenómeno general y popular. Los expertos en la
interpretación de los sueños (pitagóricos, ciertos estoicos…) y los especialistas
que enseñan a la gente la manera de interpretar sus propios sueños (pues los
sueños revelan aspectos del futuro). La mayoría de los tratados se han perdido,
sólo se conservan los esenciales: El libro de la interpretación de los sueños de Arte-
midoro de Daldis (s. II d.n.e.); Discursos sagrados de Elio Arístides (s. II d.n.e.)
y “Sobre los sueños”, en Himnos. Tratados de Sinesio de Cirene (s. IV d.n.e.). Cfr.
M. Foucault, “Las técnicas de sí”, en Estética, ética…, op. cit., pp. 463-464.
120 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
33
Véase Historia de la sexualidad 2…, op. cit., cap. III, pp. 132-171.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 121
34
Véase Historia de la sexualidad 3…, op. cit., caps. V y VI, pp. 137 y ss.
35
La referencia completa dice así: “Ni por ser joven demore uno intere-
sarse por la verdad ni por empezar. Pues no hay nadie que no haya alcanza-
do ni a quien se le haya pasado el momento para la salud del alma. Y quien
asegura o que todavía no le ha llegado o que ya se le ha pasado el momento
de interesarse por la verdad es igual que quien asegura o que todavía no le
ha llegado o que ya se le ha pasado el momento de la felicidad. De modo
que debe interesarse por la verdad tanto el joven como el viejo, aquél para
al mismo tiempo que se hace viejo rejuvenecerse en dicha por la satisfacción
de su comportamiento pasado, y éste para al mismo tiempo que es viejo ser
joven para la impavidez ante el futuro. Así, pues, es necesario practicar la
ciencia que trae la felicidad si es que, presente ésta, tenemos todo, mientras,
si está ausente, hacemos todo por tenerla.” Epicuro. “Epístola a Meneceo”,
en Obras completas, Cátedra, Madrid, 2009, 122, p. 87.
36
Hermenéutica del sujeto…, op. cit., p. 117.
122 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
37
La referencia completa dice así: “No hay que aparentar que buscamos
la verdad sino buscarla realmente, pues no necesitamos ya parecer que te-
nemos buena salud sino tenerla realmente [kat’ aletheian hygiainein].” Epicuro.
“Fragmentos. Sentencias Vaticanas”, en Obras…, op. cit., 54, p. 103.
38
Hermenéutica del sujeto…, op. cit., pp. 108-109. También véase Historia de la
sexualidad II…, op. cit., cap. IV, pp. 94-136 y W. Jaeger. “La medicina griega
considerada como paideia”, en Paideia. Los ideales de la cultura griega, FCE, Méxi-
co, 2012, Lib. IV, pp. 783-829.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 123
39
Epicuro. “Fragmentos D”, en Obras…, op. cit., 54, p. 117.
40
Cicerón. Tusculanas, Alianza Editorial, Madrid, 2010, Lib. III, 6, p. 198.
124 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
41
Sexto Empírico. Hipotiposis pirrónicas, Akal, Madrid, 1996, Lib. III, p.
327.
42
La hermenéutica del sujeto…, op. cit., p. 469.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 125
Ahora bien, esta práctica del “cuidado de sí” que lleva toda
la vida y amerita una atención constante para no caer en las
trampas de la confusión y el engaño, se traduce en un auténtico
estilo de vida, en una especie de estética de la propia existencia
o arte de vivir (téchnê bíou).43 Pero este proyecto de realización
de sí mismo, de permanecer en uno mismo para trabaja en su
superación y realización –que no por ello pierde las referencias
necesarias de las instancias divinas, el mundo y los otros– se
puede basar tanto en el “modelo jurídico-político” (ser soberano
de sí mismo); como en el “modelo del goce posesivo” (ser consciente
de su propio placer) y el “modelo pedagógico” (aprendizaje con los
otros).44 De aquí también la claridad que tenían la mayoría de
los pensadores de la época de la necesidad de contar con un
maestro, mentor, guía rectora o soporte de algún otro tipo para
sortear algunos de los peligros latentes del ensimismamiento ge-
nerando diversas formas de socialización fundamentales para la
época: organizaciones escolares, consejeros privados, relaciones
familiares, sociedades de protección, vínculos de amistad, rela-
ciones con un personaje de rango elevado, lazos de afectividad.
Estas múltiples formas de relación social que se efectúan para
el cultivo de sí estaban acompañadas por una serie de prácti-
43
“El precepto de ‘ocuparse de uno mismo’ era, para los griegos, uno de
los principales principios de las ciudades, una de las reglas más importantes
para la conducta social y personal y para el arte de la vida, A nosotros, esta
noción se nos ha vuelto ahora más bien oscura y desdibujada, cuando se
pregunta cuál es el principio moral más importante de la filosofía antigua,
la respuesta inmediata no es ‘Cuidarse de sí mismo’, sino el principio délfico
gnothi sauton (‘Conócete a ti mismo’)”. Tecnologías del yo…, op. cit., p. 50.
44
Si bien esta función pedagógica se debe entender en el más amplio
sentido de la palabra, resulta evidente que se reduce a la etapa formativa
de la juventud del ser humano, pero una vez cumplida se sustituía por otras
prácticas complementarias: a) la función crítica, deshacerse de las malas cos-
tumbres y las falsas opiniones; b) función de lucha, ya que se trata de un
combate permanente; c) función curativa y terapéutica, el fin de la filosofía es
curar las enfermedades del alma… Cfr. Ibíd., pp. 469-472.
126 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
45
Debemos señalar que la preocupación de todas estas corrientes de
pensamiento filosófico no es la elaboración de un sistema de pensamiento
cerrado y autosuficiente, sino la de un cuerpo reflexivo que por medio de
su escritura pretenden generar una disposición en sus lectores (o escuchas),
una implicación que los sacuda para lograr efectos de formación o transfor-
mación. Bajo su aparente contradicción, desorden e incoherencia hay una
intensión pedagógica que pretenden afectar las almas para generar estados
de ánimo determinados. Al respecto, véase el excelente trabajo de P. Hadot.
Ejercicios espirituales y filosofía antigua, Siruela, Madrid, 2006.
46
Esto era un ocio activo: estudiar, leer, prepararse para los reveses de
la fortuna o para la muerte. Era una meditación y una preparación […]
Escribir también era importante en la cultura del cuidado de sí. Una de las
características más importantes de este cuidado implicaba tomar notas sobre
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 127
sí mismo que debían ser releídas, escribir tratados o cartas a los amigos para
ayudarles, y llevar cuadernos con el fin de reactivar para sí mismo las verda-
des que uno necesitaba. Las cartas de Séneca son un ejemplo de este ejercicio
de sí. Tecnologías del yo…, op. cit., pp. 61-62.
47
El yo minimalista…, op. cit., p. 53.
128 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
48
En esta última etapa de la reflexión del filósofo francés pueden des-
tacarse, a parte de los cursos en el Collège de France (1982-1984) y los dos
últimos tomos de su Historia de la sexualidad, sobre todo: “Acerca del comienzo
de la hermenéutica del yo” (“About the Beginning of the Hermeneutics of
the self”, 1980), conferencia pronunciada en la Universidad de Berkeley; Las
técnicas del yo (“Technologies of the Self / Les techniques de soi”, 1982), con-
ferencias en la Universidad de Vermont; Discurso y verdad en la antigua Grecia
(Discourse and Truth: the Problematization of Parrhesia), conferencias pronunciadas
en la Universidad de California, en Berkeley en otoño de 1983 y “El combate
de la castidad” (“Le combat de la chasteté”, 1982), texto aparecido más tarde
en el tercer tomo de su Historia de la sexualidad 3. La inquietud de sí.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 129
49
M. Foucault. Historia de la sexualidad 2…, op. cit., cap. I, p. 61.
50
M. Foucault. “Las técnicas de sí”, en Estética, ética…, op. cit., p. 447.
51
Ibíd., p. 471.
130 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
52
Este enfoque repercute directamente con el análisis y la forma como se
venía abordando la problemática: 1) fijarse más en las prácticas que en la his-
toria de las creencias cristianas; 2) observar que esta hermenéutica no ha de
organizarse sólo en las doctrinas; 3) percibir la confusión entre hermenéutica
de sí y las teologías del alma (concupiscencia, pecado, pérdida de la gracia);
y 4) aunque en toda la cultura occidental se ha difundido de forma diversa y
en ámbitos diferentes una hermenéutica de sí, luego resulta difícil de diferen-
ciarla de otras prácticas cotidianas. Véase Ibíd., pp. 444 y ss.
53
Véase M. Foucault. “La lucha por la castidad”, en Ph. Ariès, A. Béjin,
M. Foucault et. alter, Sexualidades occidentales, Paidós, Barcelona, 1987, p. 47.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 131
54
“Las técnicas de sí”…, op. cit., p. 460. Como señala en otro lado con
toda claridad: “Primero, en esa ascesis filosófica, esa ascesis de la práctica de
sí, el objetivo final, el objetivo último no es evidentemente la renuncia a sí.
Al contrario, el objetivo es postularse a sí mismo, y de la manera más explí-
cita, más fuerte, más continua, más obstinada posible, como fin de su propia
existencia. Segundo, en esta ascesis filosófica no se trata de regular el orden
de los sacrificios, los renunciamientos que deben hacerse con respecto a tal
o cual parte, tal o cual aspecto de nuestro ser. Se trata, al contrario, de pro-
veernos de algo que no tenemos, algo que no poseemos por naturaleza. Se
trata de constituir para sí mismo un equipamiento, equipamiento de defensa
para los acontecimientos posibles de la vida. Y esto es lo que los griegos lla-
maban paraskeue. La función de la ascesis es constituir una paraskeue [a fin de
que] el sujeto se constituya a sí mismo. Tercero, me parece que esta ascesis
filosófica, esta ascesis de la práctica de sí, no tiene por principio el someti-
miento del individuo a la ley. Su principio es ligar al individuo a la verdad.
Lazo con la verdad y no sometimiento a la ley: me parece que éste es uno de
los aspectos fundamentales de la ascesis filosófica.” La Hermenéutica del sujeto…,
op. cit., pp. 315-316.
132 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
55
“La lucha por la castidad”…, op. cit., p. 33, n. 1.
56
Ibíd., pp. 48-49.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 133
57
Ibíd., p. 49.
58
Véase Las tecnologías del yo…, op. cit., pp. 82-86.
134 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
59
“Las técnicas de sí…”, op. cit., pp. 466-467.
60
Ibíd., p. 468.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 135
61
Ibíd., pp. 472-473.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 137
62
Cfr. Historia de la sexualidad 2…, op. cit., cap. I, p. 66.
63
Véase El yo minimalista…, op. cit., pp. 50-51. Luego, también ha insistido
en la gran relevancia que tienen asuntos como la comida, la dieta o la salud
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 139
65
Al respecto, hay que considerar los planteamientos y puntualizaciones
que realiza J. Butler, a quien seguimos aquí: “Según Foucault, si nuevos
modos de subjetividad pueden ser posibles, ello no se deduce del hecho de
que haya individuos con capacidades especialmente creativas. Tales modos
de subjetividad se generan cuando las condiciones limitantes de que estamos
conformados demuestran ser maleables y reproducibles, y cuando cierto yo
arriesga su inteligibilidad y su reconocibilidad en un envite por excelencia y
explicar las maneras inhumanas en que ‘lo humano’ sigue haciéndose y des-
haciéndose.” Cfr. “Foucault da cuenta crítica de sí mismo”, en Dar cuenta de
sí mismo, Amorrortu, Buenos Aires, 2009, p. 180.
66
M. Foucault. “El retorno de la moral”, en Estética, ética…, op. cit., p.
387.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 141
67
Hermenéutica del sujeto…, op. cit., p. 95.
142 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
68
Como señala de manera clara: “Lo que pretendo mostrar es que el
problema general griego no era la techne del yo, sino la techne de vivir, la te-
chne tou biou, cómo vivir. Es bastante claro, de Sócrates a Séneca o Plinio, por
ejemplo, que ellos no se preocupaban por lo que pasara después de la muerte,
o si Dios existía o no. Éste no era gran problema para ellos. El problema era:
¿cuál es la techne que debo usar para vivir tan bien como debería vivir? Creo
que una de las principales evoluciones de la cultura antigua ha sido que esta
techne tou biou se volvió más y una techne del yo. Un ciudadano griego del siglo
V o IV hubiera sentido que su techne para vivir era cuidar de la ciudad, de
sus compañeros. Pero para Séneca, por ejemplo, el problema es cuidar de sí
mismo.” Cfr. El yo minimalista…, op. cit., pp. 58-59.
69
El tratamiento de la parrehesia lo comienza a trabajar Foucault en la
clase del 10 de marzo de 1982 en los cursos del Collège de France, que for-
man parte de su obra La hermenéutica del sujeto. Aquí sólo tocaremos algunos
aspectos, pues el tema lo desarrollaremos en la segunda parte de este ensayo.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 143
70
Por supuesto, se trata de una concepción práctica de la libertad, en
tanto que estaría implicada por completo en la elección de una “manera de
ser”, “estilo de vida” o “forma de realización vital”. Por tanto, una libertad
en el hacer y el pensar y decir de “singularidades transformables” o “indivi-
dualidades en recomposición”.
71
Estos elementos permiten escapar de las trampas impuestas de la con-
cepción del sujeto como substancia, algo que no figuraba en la ontología an-
tigua, en tanto que se trata de un sí mismo cambiante y en transformación
en el trabajo continuo de los “juegos de verdad” y en los “ejercicios éticos”
como prácticas de libertad.
144 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
72
La hermenéutica del sujeto…, op. cit., p. 354.
73
Historia de la sexualidad 2…, op. cit., cap. I, p. 86.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 145
74
Historia de la sexualidad 3…, op. cit., cap. III, p. 87.
146 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
75
Hay que insistir en que la trabazón de estos elementos no está dada
de antemano o de forma definitiva, puesto que no hablamos de entidades
esenciales o absolutas, sino que se trata de “construcciones históricas” que
se deben saber problematizar de manera diferente para descubrir y poder
transformar.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 147
76
Véase El yo minimalista…, op. cit., p. 60.
77
La filosofía como forma de vida, Alpha Decay, Barcelona, 2009.
78
Vivir hoy con Sócrates, Epicuro, Séneca y todos los demás, Paidós, Madrid,
2012.
148 CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
79
El yo minimalista…, op. cit., p. 62.
80
Para la cuestión de lo impolítico, por ejemplo, véase R. Esposito. Cate-
goría de lo impolítico, Katz, Buenos Aires, 2006.
LA “HERMENÉUTICA POLÍTICA” 149
INTRODUCCIÓN
*
Doctora en Estudios Culturales por Goldsmiths, Universidad de Lon-
dres. Profesora de filosofía en la Universidad del Claustro de Sor Juana,
<<cup01mp@gold.ac.uk>>
1
Ariella Azoulay, The Civil Contract of Photography, (trad. de Rela Mazali y
Ruvik Danieli), MIT Press, Cambridge y Londres, 2008. Todas las citas con-
tenidas en este artículo son traducciones mías del inglés al español.
2
Cfr. Susan Sontag, Regarding the Pain of Others, Penguin, Londres, 2004.
[155]
156 MARÍA JOSÉ PANTOJA PESCHARD
3
Azoulay, The Civil Contract…, Op. cit., p. 128.
¿UNA CIUDADANÍA HOSPITALARIA? 157
4
Cfr. Giorgio Agamben, Homo Sacer. Sovereign Power and Bare Life, (trad. por
Daniel Heller-Roazen), Stanford University Press, Stanford, 1998.
158 MARÍA JOSÉ PANTOJA PESCHARD
5
Azoulay, The Civil Contrac…, op. cit., p. 17.
6
Ibíd., p. 25.
¿UNA CIUDADANÍA HOSPITALARIA? 159
7
Ibíd., pp. 36-37.
8
Ibíd., pp. 28, 65-67.
160 MARÍA JOSÉ PANTOJA PESCHARD
9
Ibíd., p. 131.
162 MARÍA JOSÉ PANTOJA PESCHARD
10
Ibíd., p. 17.
¿UNA CIUDADANÍA HOSPITALARIA? 163
11
Las reflexiones contemporáneas respecto al tema de la hospitalidad
se han centrado, especialmente, en el vínculo con la industria del turismo.
Estas aproximaciones dejan de lado varios aspectos sociales, políticos y
antropológicos que están implicados por el concepto de la hospitalidad.
Como veremos, Derrida discurre sobre la hospitalidad esencialmente en
relación al tema de las grandes migraciones humanas actuales, así como al
tema de la ética, y la relación con el otro, la recepción de aquel que nos es
extraño. En este sentido, Derrida habla de la hospitalidad en el doble sentido
de la hospitalidad y la hostilidad: recibir al otro y ser presa del otro; abrirse
por completo al otro y violentar a o ser violentado por el otro. En este
artículo no me referiré a Michel Foucault, quien también discutió el tema
de la hospitalidad más allá del tema de la actividad turística y la industria
hotelera. Foucault entiende la hospitalidad en relación al principio burgués
164 MARÍA JOSÉ PANTOJA PESCHARD
14
Jacques Derrida, “Perhaps or Maybe”, Conversación con Alexander
Garcia Düttmann, en Dronsfield y Midgley (eds.), Responsibilities of Deconstruc-
tion, PLI, Warwick Journal of Philosophy, vol. 6, verano de 1997, pp. 1-18 (Cfr.
en especial, p. 8).
¿UNA CIUDADANÍA HOSPITALARIA? 167
15
Jacques Derrida, ‘Not Utopia, the Im-possible’, op. cit.
168 MARÍA JOSÉ PANTOJA PESCHARD
16
Ibíd., p. 131.
17
Jacques Rancière, “Who is the Subject of the Rights of Man?”, en The
South Atlantic Quarterly, vol.103, no. 2/3 (primavera/verano, 2004), pp. 297-
310 (Cfr. en especial, p. 302).
¿UNA CIUDADANÍA HOSPITALARIA? 169
18
Jacques Derrida, “Not Utopia, the Im-possible”, op. cit., p. 132.
19
Jacques Derrida, Adieu to Emmanuel Levinas, op. cit., p. 112.
¿UNA CIUDADANÍA HOSPITALARIA? 171
CONCLUSIÓN
Agamben, G. Homo Sacer. Sovereign Power and Bare Life, (trad. por
Daniel Heller-Roazen), Stanford University Press, Stanford,
1998.
Azoulay, A. The Civil Contract of Photography, (trad. por Rela Mazali
y Ruvik Danieli), MIT Press, Cambridge y Londres, 2008.
Derrida, Jacques. Adieu to Emmanuel Levinas, (trad. por Pascale-Anne
Brault y Michael Maas), Stanford University Press, Stanford,
1997.
_______. “Not Utopia, the Im-possible”, en Paper Machine, (trad.
por Rachel Bowlby), Stanford University Press, Stanford,
2005, pp. 121-135.
_______. “Perhaps or Maybe”, Conversación con Alexander
García Düttmann, en Dronsfield y Midgley (eds.), Responsi-
bilities of Deconstruction, PLI, Warwick Journal of Philosophy, vol. 6,
verano de 1997, pp. 1-18.
Foucault, Michel. Defender la sociedad, FCE, Buenos Aires, 2000.
_______. El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica,
Siglo XXI, Madrid, 2007.
Rancière, J. “Who is the Subject of the Rights of Man?”, en The
South Atlantic Quarterly, vol. 103, no. 2/3, primavera/verano,
2004, pp. 297-310.
Sontag, Susan. Regarding the Pain of Others, Penguin, Londres, 2004.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD:
EL USO DE PSICOACTIVOS EN LA JUVENTUD
ACTUAL. UN ACERCAMIENTO DESDE LA
HERMENÉUTICA DEL SENTIDO
Diego Calcáneo*
*
Psicólogo egresado de la UAM-Xochimilco. Colaborador del área
de Investigación en Polemología y Hermenéutica, Departamento de Políti-
ca y Cultura, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
<<dca_calcajo@hotmail.com>>
[173]
174 DIEGO CALCÁNEO
1
Algunas obras centrales en donde el autor demarca su pensamiento son
Amor y sentido: una hermenéutica simbólica, Anthropos, Barcelona, 2003 y Cuestiones
fronterizas: una filosofía simbólica; Anthropos; Barcelona, 1999.
2
La tesina lleva por nombre Consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes de la
Ciudad de México: significaciones imaginarias y su interpretación simbólica. La misma
fue realizada por Daniel Custodio, Enrique Castañeda y Diego Calcáneo,
UAM Xochimilco. Depositada en la Biblioteca Ramón Villarreal Pérez, Co-
lección de tesis y servicios sociales, UAM-X. Sin embargo, el presente artículo
es responsabilidad de quien suscribe.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 175
3
Se recomienda cotejar ambos trabajos para conocer las similitudes y las
diferencias que guardan.
176 DIEGO CALCÁNEO
4
Luis Garagalza, El sentido de la hermenéutica…, Anthropos, Barcelona,
2014, pp. 89-102.
5
Ernest Cassirer, Filosofía de las formas simbólicas, FCE, 1971, pp. 12-60.
6
Ibíd., p. 129.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 177
7
Freud no da cuenta de que el psicoanálisis es una mitología moderna
(Wittgestein), además de que no reconoce el modo del símbolo, en su sentido
de conjugación consciente-inconsciente y de aquí el sentido anímico resultan-
te. Cfr. Andrés Ortiz Osés, Mitología cultural y memorias antropológicas, Anthro-
pos, Barcelona, 1987, p. 223.
8
C.G. Jung, “Sobre los arquetipos y el inconsciente colectivo” en Círculo
Eranos III: Hombre y sentido, Anthropos, Barcelona, 2004, pp. 9-45.
9
Andrés Ortiz Osés, (ed.), Hermenéutica de Eranos, Anthropos, 2012.
10
Para Jung fue muy importante mantener la verosimilitud científica, se
basó en las categorías kantianas para justificar que lo que él estaba haciendo
era psicología dentro de los límites de la disciplina. Cfr. Ibíd., p. 44.
178 DIEGO CALCÁNEO
para más tarde darle un ángulo culturalista, pero será con Hen-
ry Corbin junto con la psicología arquetipal de James Hillman,
que el inconsciente colectivo junguiano pasa a ser subsumido
por el término “imaginal” y los arquetipos, las imágenes de
sentido.”11
Luis Garagalza va a notar una importante confluencia entre
la hermenéutica de Gadamer con la psicología de Jung.12 Si en
términos hermenéuticos, entre la realidad y el ser humano se
interpone la interpretación, en Jung habría que decir que entre
lo real y el sujeto se encuentra un “tercer mundo”, una comple-
ja red de símbolos que es con lo que entramos en contacto, una
realidad psíquica o anímica que no es objetiva pero tampoco
meramente subjetiva, ocurre una transcripción simbólica, sea
de procesos subjetivos o eventos objetivos, experiencia simbó-
lica “directa” antes de que el raciocinio lo elabore; la realidad
está siempre cargada de significaciones con una particular co-
loración imaginaria: una realidad simbólica13 que habla acerca
de un profundo psiquismo (inconsciente colectivo o imaginario)
que (anclado en un inmanente trascendentalismo kantiano para
Jung) va distorsionando la experiencia, “contaminándola de
humanidad”.14 Y aquí la confluencia hermenéutica-junguiana
cuando este autor llama al proceso de individuación, la búsque-
da del Sentido en el sujeto a través de la interpretación de su
propio simbolismo, como hermeneusis,15 el reencuentro del hom-
bre con la naturaleza, consigo mismo y el mundo. El mismo
sentido que Jung propone como la carga de los arquetipos que
11
Ibíd., pp. 29-34.
12
Ibíd., p. 41.
13
Ibíd., p. 43.
14
Este inconsciente contiene tanto las aspiraciones espirituales más ele-
vadas de la humanidad (transpersonal) como aquellos recovecos de su propia
oscuridad (prepersonal). Ibíd., p. 42.
15
Ibíd., p. 45.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 179
16
De tal manera se hace la diferencia entre las ideas platónicas y los ar-
quetipos junguianos, pero al mismo tiempo se da su confluencia, a diferencia
de las primeras, las imágenes de sentido están inmanentemente en la vivencia
primordial del hombre, cuando las otras son inalcanzables y trascendentes, de
tal forma que estamos frente a un platonismo inmanente. Ibíd., p. 45.
17
“La imagen simbólica del mundo no es meramente subjetiva, ya que
promana de un espejo transubjetivo (inconsciente colectivo o imaginario sim-
bólico), que cristaliza en un arquetipo o imagen fundamental. El simbolismo
reúne consciencia e inconsciente al mismo tiempo que nos saca de nuestra
mismidad en dirección al otro y a lo otro (otredad, otración). En esa dirección
se inscribe el sentido que solo es apalabrable simbólicamente, diafóricamente,
abiertamente”, Ibíd., p. 31.
18
Paul Ricoeur, Teoría de la interpretación. Discurso y excedente de sentido, Siglo
XXI-Universidad Iberoamericana, México, 1999, pp. 76-79.
180 DIEGO CALCÁNEO
LA INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA
19
Gilbert Durand, De la mitocrítica al mitoanálisis, Anthropos, Barcelona,
1993, p. 91.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 181
20
Luis Garagalza, “La gnosis de Eranos” en El retorno de Hermes, Alain
Verjat (ed.), Anthropos, Barcelona, 1989, p. 136.
21
Ibíd., p. 140.
22
Gilbert Durand, “Ciencia del hombre y tradición”, Op. cit., p. 144.
182 DIEGO CALCÁNEO
RELACIONES DE OPOSICIÓN
23
Cfr. Ibíd., p. 104.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 185
[…] amigos cercanos sabes que nos conocemos desde hace rato
inclusive me dicen no me hables de esas cosas, de tus “pedos” de
drogadicción y de esos ámbitos no me hables de eso ¿no?, porque
no les va y tienen opiniones así de, estás perdiendo tu tiempo, la
neta wey te estás desviando de como la ciencia, como de la reali-
dad porque la estás trastocando con otras cosas, eso hasta que te
echan a la policía si te estás drogando no ahí hay como un con-
flicto, pero que es parte del consumir; no uno tiene que aprender
a estar con él y cosas sobre ello.25
24
Cfr., Consumo de sustancias…, op. cit., p. 236.
25
Ibíd., p. 165.
186 DIEGO CALCÁNEO
26
Cfr., Antonio Escohotado, Historia general de las drogas, Espasa-Calpe,
Madrid, 2008 y Calcáneo, Castañeda y Custodio, op. cit., pp. 10-21.
27
Gilbert Durand, Las estructuras antropológicas del imaginario, FCE, México,
2004.
28
Ortiz Osés, Amor y sentido…, op. cit.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 187
29
Cfr., Consumo de sustancias…, Op. cit., p. 181.
30
Cfr., Ibíd., p. 280.
31
Loc. cit.
188 DIEGO CALCÁNEO
32
Loc. cit.
33
Cfr. Las estructuras antropológicas…, op. cit.
34
Cfr., Hermenéutica de Eranos…, op. cit.
35
Cfr., Friedrich Nietzsche, El nacimiento de la tragedia, EDAF, Madrid,
1998.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 189
36
Cfr. Ibíd., pp. 59-110.
37
Las estructuras…, op. cit.
190 DIEGO CALCÁNEO
RELACIONES DE MEDIACIÓN
38
Cfr., Consumo de sustancias…, op. cit., p. 160.
39
Ibíd., pp. 281 y 294.
192 DIEGO CALCÁNEO
40
Cfr., Amor y sentido…, op. cit.
41
Andrés Ortiz-Osés, “Mitología cultural y memorias antropológicas”,
Anthropos, 1987, p. 398.
42
Consumo de sustancias…, op. cit., p. 174.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 193
43
Ibíd., p. 238.
44
Ibíd., p. 213.
194 DIEGO CALCÁNEO
[…] Creo que debe de ser un enfoque sin prejuicios, creo que debe
de ser un enfoque sin juicios de valor, pre o post, sin juicios de
valor, debe ser un fenómeno que debe ser visto como tal, creo que
debe ser discutido a nivel psicológico, pero creo que también debe
ser discutido en gran medida a nivel social, político y económico,
creo que los consumidores en este contexto de México tenemos un
papel importantísimo, ¿por qué? Porque estamos entre la lluvia de
balas ¿no? o sea por un lado tenemos, o sea tenemos a la misma fi-
gura que nos está tirando balas, o sea federal y narcos es una mis-
ma entidad que nos están tirando balazos a la banda, y que han
puesto como pretexto que consumimos drogas ¿no? Entonces, creo
45
V. Las estructuras…, op. cit.
46
V. Amor y sentido…, op. cit.
47
Cornelius Castoriadis, La institución imaginaria de la sociedad, Tusquets,
Buenos Aires, 1975.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 195
que para poder entender como zafarnos de esa lógica y para poder
liberarnos como consumidores, pues creo que la onda es encon-
trarnos a nosotros mismos como grupo, para lograr tener un tipo
de consumo adecuado dentro de nuestro círculo de amistades.48
48
Cfr., Consumo de sustancias…, op. cit., p. 248.
49
Ibíd., p. 226.
196 DIEGO CALCÁNEO
[…] Pues, más bien ya lo hacía por ejemplo yo solo ¿no? Para,
pues precisamente para pensar ¿no? Para meditar, para ver cómo
estaba pasando mi vida desde dentro de mí, porque, o sea, esta
sustancia como la mota, bueno la hierba, yo pienso que es una
droga hacia dentro, los viajes son hacia dentro ¿no? Los viajes no
son para que estés expresando algo hacia fuera, sino es para que
tú te encuentres.50
50
Ibíd., p. 240.
51
Ibíd., p. 276.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 197
[…] Como que te activa algo, algo por dentro, interno, no sé, es
que yo estoy muy arraigado a la creación del ser humano, del uni-
verso y todo eso ¿no?, de la energía, por eso te digo yo así como
un dios, no tengo uno en específico, si creo que hay algo grande
con una capacidad enorme, pero no es el dios que la sociedad y la
religión te tratan de inculcar, o sea yo tengo creencia, tengo fe, no
en algo definido, pero sé que ahí está ¿no?; entonces al momento
de decir yo que es algo espiritual es porque lo sientes ¿no?, sientes
una energía corriendo por tu cuerpo, como una energía cósmica,
todo ese tipo de cosas, a mí es lo que me hace pensar, es como
indescriptible ¿no?52
52
Ibíd., p. 195.
53
Esta cuestión pone el interés en el potencial terapéutico del uso de algu-
nas sustancias (LSD, psilocibina, mescalina) en lo que podríamos denominar,
siguiendo la metodología compartida de G. Durand, la perpetuación de un
equilibrio imaginario a través de ciertas conexiones simbólicas que permite
la experiencia psicodélica.
198 DIEGO CALCÁNEO
LA PARTICIPACIÓN PSICOACTIVA
Los psicoactivos no han sido más que medios para llevar a cabo
la toma de conciencia en la participación y responsabilidad para
con los demás y el mundo, los usuarios hablan de “humaniza-
ción” que a la manera de hermeneusis o la individuación junguia-
na, lleva al sujeto a “encontrase consigo mismo” en una forma
de viaje “hacia dentro” dando a notar la naturaleza del sentido
antropológico como implicación subjetiva-objetiva, a partir del
interior del mismo sujeto, es el reconocimiento de la otredad en sí
mismo, de una forma indirecta, simbólica, que permite ver en
un mismo relato la continuidad entre la tierra y una figura real
materna en configuración arquetípica, simbólica y significativa.
Imágenes directas de mitos colectivos como Quetzalcóatl o la
presencia de un dios-energía, hablan en específico del potencial
transpersonal de algunos psicoactivos (LSD, psilocibina, peyote)
que permiten contactar directamente lo que los símbolos sólo
54
Consumo de sustancias…, op. cit., p. 209.
VIVENCIAS DE LA AMBIGÜEDAD 199
55
Stanislav Grof, Psicoterapia con LSD; La liebre de Marzo, Barcelona,
2005.
56
Mircea Eliade, Tratado de la historia de las religiones, Cristiandad Ediciones,
Madrid, 2000, p. 385.
200 DIEGO CALCÁNEO
[…] También otro de los alucines que tuve, como que volví a te-
ner contacto con la naturaleza, y volteo a ver el horizonte y veo
al sol, y esta vez al sol lo vi de una manera como que podía ver,
como si el centro se expandiera hacia el exterior, como si fuese
una bomba de energía, podía ver literal, como si fuese lava, lue-
go me podía acercar de repente y cuando me retirara era pus esa
masa de energía que nos tocaba ¿no? Desde donde estaba él hasta
nosotros, nada nos separaba, ahí comprendía que no hay una se-
paración cuando ya llega a nosotros.57
57
Cfr., Consumo de sustancias…, op. cit., p. 268.
BIBLIOGRAFÍA
*
Profesor-investigador del área de Polemología y Hermenéutica, Departa-
mento de Política y Cultura, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad
Xochimilco. << jarias@correo.xoc.uam.mx>>
1
UAM-X, Documento Xochimilco, 1987, UAM-X, México, [original de 1974].
[203]
204 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
2
Véase Hans-Georg Gadamer, Verdad y método, Sígueme, Salamanca,
1977, pp. 217 y 378, respectivamente.
3
Véase Wilhelm Dilthey, Dos escritos sobre hermenéutica, Istmo, Madrid,
2000, p. 31.
4
Véase Maurizio Ferraris, La hermenéutica, Taurus, Madrid, 2000, p. 24.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 205
DOCUMENTOS NORMATIVOS
5
Este planteamiento que reúne en el individuo la ruptura de concepciones
precientíficas y la adquisición de otras que son científicas, parecen vincular dos
ideas de G. Bachelard: la de la ruptura con el conocimiento vulgar (que aparece en
su Epistemología, Anagrama, Barcelona, 1971, p. 16) y la de períodos históricos
precientífico, científico, para arribar al nuevo espíritu científico a partir de 1905, como
puede leerse en La formación del espíritu científico, Siglo XXI Editores, Buenos Ai-
res, 1974, pp. 9-14). Todas estas ideas bachelardianas tienen resonancias de
las ideas de A. Comte (véase su Ensayo de un sistema de filosofía positiva, UNAM,
México, 1979, [1822], pp. 22 y 114-116). Sin embargo, ninguna de estas re-
ferencias se presenta en el Documento.
6
UAM-X, Documento Xochimilco, op, cit., p. 8.
7
Esta idea del conocimiento como producto de la relación entre un obje-
to y una pregunta parece haber sido tomada de G. Bachelard (La formación del
espíritu científico, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1974, p. 16, [1938]), pero
el Documento no presenta ninguna referencia.
8
La referencia precisa al texto respectivo de Piaget no aparece en el Do-
cumento, pero en este escrito se presenta más adelante.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 207
9
UAM-X, Documento Xochimilco, op. cit., p. 17.
10
Schunk define al aprendizaje como “un cambio perdurable en la con-
ducta como resultado de la práctica o de otras formas de la experiencia.” en
Teorías del aprendizaje, Pearson, México, 1997, p. 2.
11
Aquí se usa el término aplicación en los dos sentidos que cubre la inves-
tigación científica: con finalidad puramente cognitiva o con finalidad tecnoló-
gica. Véase M. Bunge, La investigación científica, Barcelona, Ariel, 1973, p. 43.
208 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
12
El término “fenómeno” se usa aquí en su acepción común: “Fenómeno
(Del gr. fainomenon, a través del lat. phaenomenon) m. Toda apariencia o mani-
festación, así del orden material como del espiritual…” Véase RAE, Diccionario
de la Lengua Española, Espasa-Calpe, Madrid, 1992, t. I, s.v. fenómeno.
13
J. Piaget, Psicología y epistemología, Ariel, Barcelona, 1975, pp. 89-90.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 209
14
Sobre el error de considerar a la experiencia como el origen único del
conocimiento en general y no sólo del conocimiento científico, véase J. Hes-
sen, Teoría del conocimiento, Losada, Buenos Aires, 1974, pp. 57-61.
210 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
15
J. Piaget, Psicología…, op. cit., pp. 90-91.
16
Véase Documento Xochimilco, op. cit., p. 26.
17
RAE, Diccionario de la lengua española, Espasa-Calpe, Madrid, 1992, t. II,
s. v. método.
18
M. Bunge, La investigación científica, op. cit., p. 24.
19
Ibíd., R1. Formular el problema con precisión y, al principio, específi-
camente; R2. Proponer conjeturas bien definidas y fundadas de algún modo,
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 211
21
La cita tal como aparece en el Documento (pp. 18-19) carece de una
referencia precisa a la fuente, pero en la edición de que se dispone de La
Investigación científica de Bunge, el párrafo citado no aparece como se presenta
en el Documento. Algo semejante a lo señalado en el Documento aparece en las
páginas 76-77 de la misma obra recién citada, la cual menciona los niveles
lingüístico, conceptual y físico. También, en su capítulo sobre la explicación,
Bunge se refiere a la explicación internivel que “avanza” de la física, a la biología,
a la psicología, a la sociología y, finalmente, a la historia (véase, p. 600), aun-
que Bunge desarrolla este punto como parte de un tema más amplio (véanse,
pp. 576-603) relacionado con la investigación científica en general.
22
Documento Xochimilco, op. cit., 1987, p. 18.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 213
23
UAM-X, Bases conceptuales de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Xochimilco, UAM-X, México, 1991, p. 12.
214 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
24
Ibíd., p. 13. En Bases se carece de referencia al Documento Xochimilco y
tampoco aquí se le da crédito a G. Bachelard (La formación del espíritu científico)
por esta idea.
25
Ibíd., p. 13. En esta cita sí se da la referencia precisa al Documento Xochi-
milco, pero se omite la referencia precisa al texto correspondiente de J. Piaget,
Psicología y Epistemología.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 215
26
UAM-X, Bases conceptuales y sistema modular. Una reflexión colectiva, UAM-X,
México, 2005, p. 30.
27
En general, cuando se habla de epistemología genética dentro del
contexto del Sistema Modular, se hace una referencia implícita al Documento
Xochimilco, que hace derivar el término de objeto de transformación de las ideas
de J. Piaget a quien se menciona sin hacer una cita específica. Como se ha
mencionado antes, J. Piaget habla de la “transformación de los objetos” pero
no de “objetos de transformación”.
216 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
28
J. Piaget, Psicología y epistemología, op. cit., pp. 89-90. Esta cita se incluye
para aclarar el punto anterior y es, supuestamente, la idea completa que de-
bió haber sido consultada por los autores del Documento Xochimilco (p. 8), los
autores de las Bases conceptuales de 1991 (p. 13) y de las Bases conceptuales de
2005 (pp. 30, 36, 48 y 58).
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 217
29
Bases conceptuales y sistema modular, op. cit., p. 36.
30
Ibíd., p. 42.
218 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
31
Ibíd., p. 48.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 219
32
Ibíd., pp. 51-52.
220 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
33
Ibíd., p. 58.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 221
34
Jorge Andrade (coord.), Mariano B. Araluce, Juan Álvarez, Joaquín Ji-
ménez T. y Tania Larrauri, Hipótesis de la carrera de diseño arquitectónico, UAM-X,
original mecanográfico, 1975.
222 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
35
Ibíd., p. 4.
36
Ibíd., p. 5.
37
Loc. cit.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 223
38
Véase, por ejemplo, el texto de Ángel Díaz et. al., Práctica docente y di-
seño curricular. Un estudio exploratorio en la UAM-X, Centro de Estudios sobre la
Universidad-UNAM-UAM-X, México, 1989.
39
Luis Felipe Bojalil, Etelberto Ortiz, Gilberto Guevara, José Baeza, Ro-
lando García, Rafael Jiménez Jasso y César Mureddu T. Bases para la elabora-
ción de una política de investigación científica en la Universidad Autónoma Metropolitana
Xochimilco, Temas Universitarios 1, UAM-X, México. 1980.
40
Ibíd., p. 5.
41
Ibíd., pp. 10-11.
224 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
42
Ibíd., p. 15.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 225
43
Loc. cit.
44
Ibíd., p. 52.
45
Ibíd., p. 38.
226 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
46
Miguel Arenas Vargas, Rafael Serrano Partida y Raúl Velasco Ugalde,
El sistema modular y la enseñanza de la medicina veterinaria y zootecnia, Cuadernos de
Formación de Profesores 3, UAM-X, México, 1981.
47
Ibíd., pp. 4-6.
48
Ibíd., pp. 16-17.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 227
49
Ibíd., p. 17. Cursivas nuestras.
50
Véase Psicología y epistemología, op. cit., pp. 89-90.
51
El sistema modular y la enseñanza de la medicina veterinaria y zootecnia, op. cit.,
pp. 17-18.
228 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
52
Ibíd., pp. 18-19.
53
Ibíd., pp. 20-21.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 229
54
Ibíd., pp. 21-22.
55
Ibíd., pp. 22-25.
56
Ibíd., p. 32.
57
Ibíd., pp. 32-33.
230 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
58
Véase Raúl Velasco, Francisco Guevara y Patricia Rodríguez, Notas
acerca del diseño curricular. La definición de fases y el diseño modular: un ejemplo. UAM-
X, Mimeo, 1978. Citado en El sistema modular y la enseñanza de la medicina vete-
rinaria y zootecnia, op. cit., p. 32.
59
Rafael Serrano, El objeto de transformación y la educación (sus dimensiones
epistemológicas y sociales), UAM-X, México, 1982.
60
Ibíd., p. 7.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 231
61
Ibíd., pp. 8-9.
62
Ibíd., pp. 10-12.
63
Ibíd., p. 12.
232 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA
64
Ibíd., pp. 13-14.
65
UAM-X. Diez años en el tiempo. Reseña histórica de la Unidad Xochimilco, 1974-
1983, UAM-X, México, 1985.
66
Ibíd., p. 17.
EL OBJETO DE TRANSFORMACIÓN 233
67
Ibíd., p. 87.
68
Ibíd., p. 18.
234 JUAN JESÚS ARIAS GARCÍA