Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
afrodescendientes en Brasil:
un análisis de la iconografía nacional, desde la pintura colonial hasta el cine
contemporáneo 1
Jonas do Nascimento2
Cuando hablamos de estudios sociológicos, sin duda Pierre Bourdieu puede ser
considerado uno de los intelectuales más importantes en este campo científico, ya que
fue responsable no solo de una profunda renovación en las ciencias sociales, sino
también de la defensa de una sociología comprometida con la esfera pública y
académica. Este brío insumiso quedó registrado en un documental dirigido por Pierre
Carles, titulado "La Sociologie est un sport de combat" ("La sociología es un deporte de
combate"), de 2001, exactamente un año antes de su muerte. En esta película, Bourdieu
propuso que la sociología debía servir a un propósito fundamental: la transformación
social. Es decir, a través de la comprensión resultante de nuestras investigaciones, los
sociólogos, y los científicos sociales en general, debemos contribuir a la construcción de
una sociedad más justa e igualitaria.
Una vez mencionado este hecho, comienzo la introducción de este texto básico para el
minicurso en cuestión afirmando que la investigación que vengo desarrollando en los
últimos años tiene que ver con esta búsqueda de la transformación social a través del
desplazamiento perceptivo del mundo. Recuerdo que cuando vi por primera vez mi
ciudad natal, Recife, en la pantalla grande, fue un acontecimiento realmente intrigante
para mí. Hasta entonces, mis referencias imaginarias procedían de un lugar que no era
necesariamente "mi lugar", aunque, con el tiempo, llegué a creerlo y vivirlo como si
1
Texto básico para el curso corto realizado en septiembre de 2021 en el Centro de Estudios Avanzados de
la Universidad de Playa Ancha, Chile, por invitación de la profesora Daiana Nascimento dos Santos,
vinculada al Programa de Doctorado en Literatura Hispanoamericana Contemporánea.
2
Doctor en Sociología por la Universidad Federal de Pernambuco, Brasil. Actualmente becario
postdoctoral en el Centro de Estudios Africanos Avanzados de la Universidad de Bayreuth, Alemania.
1
fuera así. Mis personajes favoritos, por tanto, eran todos "importados". Los paisajes, las
casas, los edificios, la gente, las costumbres, constituían un mundo lejano, aunque ya
bastante familiar. De hecho, ver Recife, la ciudad donde crecí, en una sala de cine, me
provocaría una mezcla de sensaciones contradictorias. Porque, por primera vez, tuve la
impresión de estar confrontado conmigo mismo, con mi vida cotidiana y con mis
"enemigos íntimos". Al mismo tiempo, el placer visual de "notarme en la pantalla" fue
un proceso revelador: mi propia visibilidad, hasta ese momento, parecía algo
permanentemente prohibido, o incluso silenciado.
2
el aspecto más importante aquí es que no se limitan a ser "contadas" y reproducidos
entre nosotros. Las narrativas son, de hecho, prácticas sociales que "revisten" nuestro
“sentido del ser”. En otras palabras, las historias que narramos sobre nosotros mismos
y nuestras vidas constituyen e interpretan el mundo en el que vivimos.
En el caso del cine o de la pintura, por ejemplo, por muy poco pretenciosas que parezcan
sus imágenes, llevan implícitas en sus historias, en sus formas, en su contenido, en sus
personajes, las huellas de una época, de un momento político, de un comportamiento
social y, sobre todo, las pautas de valor de su contexto histórico. Como un habitus
mediatizado - si podemos decirlo así -, una película o un cuadro pueden considerarse
una "potencia generadora de acciones". Por lo tanto, aunque se trate de las narraciones
"más personales", éstas invocan "narraciones colectivas" - símbolos, formulaciones,
estructuras y vocabularios - sin las cuales lo "personal" seguiría siendo ininteligible. Así,
las películas, los cuadros, las fotografías, las novelas, las canciones, etc., integran un
"depósito de ideas" que utilizamos para interpretar el mundo. Además, dado que esas
narrativas no tienen existencia fuera o antes de cualquier contexto normativo, pueden
entonces contribuir a corroborar los hábitos, a influir en nuestros valores, a guiar
nuestras percepciones y nuestras acciones, a imponer modelos y pautas a un amplio
público, pretextos y ocasiones específicas en las que los comportamientos son
negativizados o exaltados, naturalizados o impugnados.
De hecho, la "batalla de las imágenes", como diría Ngũgĩ wa Thiong'o (2007), es tan feroz
e implacable como las otras batallas: la política y la económica. Las imágenes "revelan"
el mundo, evidentemente no "tal como es", sino cómo lo percibimos, cómo lo vivimos,
cómo lo entendemos en un momento determinado. Nuestra "mirada" busca lo que
siempre parece importante y descuida lo que se considera secundario. Construye
ángulos, encuadres, puntos de vista, profundidad, construye, deconstruye y reconstruye
jerarquías. En efecto, mediante las imágenes se difunden (o se impugnan) los
estereotipos visuales propios de una formación social. Desde este punto de vista, sus
narraciones proporcionan una lente a través de la cual podemos acceder a una
configuración social específica, y pueden ampliar nuestras perspectivas sobre lo que una
sociedad determinada confiesa y lo que niega sobre sí misma. A partir de este supuesto
teórico y metodológico, veremos a continuación cómo esta dinámica ha reflejado las
3
contradicciones de la formación cultural brasileña, a partir del análisis de su constitución
iconográfica.
5
Hasta la década de 1870, es decir, 18 años antes de la abolición de la esclavitud, hubo
un silencio casi absoluto sobre la presencia de negros en Brasil, por parte de la academia
imperial de bellas artes, y por tanto, de la iconografía nacional. Las primeras pinturas
realizadas por artistas brasileños que incluyeron a la población negra fueron: “A Batalha
do Hawaii” de Pedro Americo y “A Batalha de Guararapes” de Victor Meireilles. Antes
de eso, lo que tenemos son imágenes realizadas por artistas itinerantes, como el francés
Jean-Baptiste Debret y el propio Thomas Ender, que pintaban negros desde lo exótico,
desde el alejamiento que generaban en estos pintores europeos. Así, los esclavizados
toman dos formas específicas en la pintura de estos artistas: (a) o son representados
como seres exóticos y extraños (como en las pinturas de Debret), (b) o como seres
diminutos que se confunden con la naturaleza misma (como en las pinturas de Taunay
y Ender). En estos casos, la población negra y la esclavitud ya no son silenciadas, sino
disminuidas, disfrazadas y diluidas en el paisaje brasileño.
6
Família Aristocrática do Rio de Janeiro “Morro de Santo Antonio” (1811), de
(1839), de Jean-Baptiste Debret Nicolas-Antoine Taunay
Entonces, por primera vez, tendremos la presencia de negros en la pintura brasileña solo
después del cuadro “A Batalha dos Guararapes” (1879) de Victor Meirelles. Esta pintura
fue encargada en 1872 (justo después de la victoria en la Guerra de Paraguay) para
celebrar la conquista portuguesa contra los holandeses en el nordeste de Brasil, en lo
que se conoció 200 años antes como el acto fundacional de Brasil. En este momento
histórico, portugueses, indígenas y negros se unirían para luchar contra los
colonizadores holandeses, momento que se materializó en el imaginario social de la
nación a partir de esta pintura clásica.
7
Si vivimos en un mundo que está constituido fundamentalmente por imágenes de
acción, hay aquellas que se fabrican para nosotros, pero también aquellas que
fabricamos perceptualmente. Si bien las imágenes nos introducen en una idea, o en un
concepto, representar con imágenes significa sobre todo “simbolizar”, y la simbolización
es, en este sentido, un retrato de sistemas relacionales. En la medida en que la vida
social brasileña se fundamenta en una profunda desigualdad social, la simbolización de
una ideología dominante funciona como una serie de “filtros” a través de los cuales se
justifica esta desigualdad, sin que ésta sea desconocida. Como nos muestra el cuadro de
Meirelles, en los planos más destacados y centralizados se encuentran los héroes
blancos, según su jerarquía social y según su importancia histórica. Los negros, a su vez,
permanecen en un lugar secundario y lateral dentro del marco. Como puede verse, en
su composición formal se mantienen las jerarquías sociales. Negros e indígenas, aunque
presentes, ocupan un espacio secundario en la representación de las tres razas que
fundaron Brasil.
8
"puntos de vista" que sirven para racionalizar los intereses de algunos grupos. Estas
visiones también se consideran "creencias", pero literalmente pueden ser visiones.
Después de todo, "ver para creer", como solemos decir. La forma en que nos vemos a
nosotros mismos y al mundo que nos rodea es cómo lo creemos y somos, y las imágenes
a menudo presentan estas "visualizaciones". Ya sean las pinturas de Meirelles o Brocos,
ambas nos presentan tipos particulares de visualizaciones, y estas conllevan tres
aspectos fundamentales: 1) cómo nos vemos a nosotros mismos, 2) lo que consideramos
que somos y 3) lo que queremos llegar a ser.
Este breve recorrido iconográfico nos ayudará a comprender cómo los ecos de estas
visualizaciones tuvieron un impacto importante también en el cine brasileño. Porque,
como veremos, hay una “cromática del poder” (Achinte, 2017) que perdura en el
tiempo, transformándose, sofisticando y mejorando un sistema de exclusión
permanente en Brasil.
9
Revista Cinearte (sobre la presencia de brasileños negros en el cine):
Esto reproduce la misma idea, ahora en el cine, de una sociedad que controla lo visible
e impone patrones de visibilidad excluyentes. En el discurso de la revista Cinearte, la
intención de excluir a los negros de la iconografía nacional a toda costa es clara, incluso
después del fin de la esclavitud. Sin embargo, a pesar de las solicitudes de “purificación”
al excluir a los negros de las pantallas de cine, su presencia, aunque silenciada y a
menudo negativa, permanece llena de contradicciones y ambivalencias. Como en la
famosa película "Sinhá Moça" (1953), la primera gran producción cinematográfica que
tuvo como tema central la lucha por la abolición de la esclavitud en Brasil.
10
“Sinhá Moça” (1953), de Tom Payne e Oswaldo Sampaio (Vera Cruz Company)
Sin embargo, siempre son los personajes blancos los que tienen el monopolio del habla.
Los negros casi siempre guardan silencio en la película. Además, hay un fuerte
paternalismo expresado en las primeras imágenes. La metáfora es: el progreso debe
proteger y conducir a la libertad. En otras palabras, la abolición es producto de la
expansión de la racionalidad y la capacidad de planificación blanca, moderna, mecánica,
11
urbana y liberal. Además, los negros aparecen como un símbolo de lo arcaico, deben ser
entrenados y preparados para el trabajo planificado y disciplinado que requeriría la
liberación del capitalismo.
Es interesante notar que muchas de estas películas trabajan con personajes que son
arquetípicos en el sentido junguiano. Es decir, estos personajes suelen expresar
sentimientos de atractivo universal. Como doña Felicidade, generalmente conformista
y contra las revueltas. De manera recurrente, los personajes negros suelen estar
representados y asumir diferentes arquetipos, siendo los más comunes: los viejos
Negros, la Madre Negra, la Mártir, el Negro con Alma Blanca, el Noble Salvaje, el Negro
rebelde, el Tramposo, el Favelado, el Crioulo Doido, la Mulata Buena, la Musa, el Baiano
(RODRIGUES, 2011). Uno de los actores negros más reconocidos que asumió
reiteradamente el papel del negro cómico o pícaro, en un claro ejemplo de visibilidad
negativa o estereotipada, fue Grande Otelo. Especialmente en la compañía Atlântida,
tuvo un gran éxito en decenas de películas de comedia populares, también conocidas
como “chanchadas”. Sus películas eran en general de baja calidad técnica y los guiones
eran relativamente superficiales. Los personajes negros, en cambio, como los
interpretados por Grande Otelo, tendían necesariamente a reforzar los estereotipos
existentes en la sociedad brasileña.
De hecho, es después del Cinema Novo cuando los negros son efectivamente objeto de
preocupación en el cine. La presencia de este segmento de población, ya sea en las
chanchadas de Atlântida o en la producción de Vera Cruz, fue inconstante, casi siempre
12
estereotipada o enmarcada por la ideología de la “democracia racial”. Sin embargo, con
el surgimiento del Cinema Novo, hubo un aumento significativo de películas que
reflejaban la realidad de los afrobrasileños. Aunque las películas no tienen a este
segmento de población como eje de sus tramas, terminaron poniéndolo en escena de
alguna manera. Así, Cinema Novo inaugura una forma de abordar a los negros como
tema o sujeto, evitando el exotismo y el atractivo comercial como vimos en la compañía
Atlántida y Vera Cruz. Sin embargo, esto no significa que el aspecto racial ocupó el eje
principal de las narrativas.
En directores notables como Glauber Rocha y Nelson Pereira do Santos, por ejemplo,
casi siempre se asociaba a los negros con los “pobres” o los “oprimidos”, en una fórmula
que reproducía el discurso de la cuestión racial subordinada a la cuestión de clase. Como
el personaje de Firmino, de Barravento (1962), un negro que regresa de la gran ciudad
y deliberadamente pelea con otros negros, pescadores del pueblo. Según Firmino, el
misticismo religioso sería un factor de alienación de esas personas. Al final, sin embargo,
es personalmente derrotado pero políticamente victorioso ya que ayuda a romper
algunas supersticiones locales. En efecto, existía el deseo del movimiento Cinema Novo
de denunciar la explotación de la que son víctimas los negros, pero sin hacer
necesariamente un análisis racial, ya que los negros serían incluidos aquí en la masa
multirracial de pobres y oprimidos.
En la película Ganga Zumba vemos el arquetipo del negro rebelde. La historia comienza
en un ingenio de caña de azúcar, en el noreste de Brasil, en el siglo XVI, cuando los
13
negros huyeron de los señores portugueses y fundaron pueblos, principalmente
Quilombo de Palmares, ubicado en Serra da Barriga. Ganga Zumba, o Gran Senhor, fue
el primer líder del Quilombo dos Palmares, gobernando entre 1670 y 1678. Fue el
predecesor de su sobrino Zumbi. En la película solo vemos la revuelta, pero nunca el
quilombo, la tierra prometida. Es sólo con la película Quilombo que un cineasta se atreve
a describir la vida en uno de esos lugares “inadmisibles” por el poder colonial brasileño.
En un ingenio de Pernambuco, hacia 1650, un grupo de esclavos se rebeló y se dirigió al
Quilombo dos Palmares, donde vive una nación de ex esclavos fugitivos que resisten el
asedio colonial, entre ellos Ganga Zumba, un príncipe africano. Más tarde, su heredero
y ahijado, Zumbi, desafía las ideas conciliadoras de Ganga Zumba y se enfrenta al ejército
más grande jamás visto en la historia colonial brasileña.
Chico Rei (1985) de Walter Lima Jr. Besouro (2009) de João Daniel Tikhomiroff
Los personajes heroicos también aparecen en películas como Chico Rei en la década de
1980 y Besouro más recientemente. La capoeira, una forma de danza y arte marcial,
practicada por muchos esclavos, es valorada y adquiere dimensión mágica y resistencia
14
cultural contra el mundo blanco. Sin embargo, en la mayoría de estas películas,
Quilombo es siempre una utopía política, y los negros rebeldes parecen tener
inevitablemente la muerte como final.
El tema de la desigualdad racial y la exclusión social de los negros a veces también pasa
a primer plano a través de documentales que denuncian los efectos de la esclavitud en
el Brasil contemporáneo, como la película de Sergio Bianchi "Quanto vale ou vale por
Quilo". Una película ácida que delata la ilusión total de lo que llamamos Brasilidade.
15
africanas y la revalorización de África. Además de Bulbul, Adélia Sampaio fue la primera
mujer negra en dirigir una película en Brasil, la primera y única, en 1984, 100 años
después del surgimiento del cine en Brasil.
16
A principios de la década de 2000, por ejemplo, vimos surgir dos hechos importantes
que ayudarían a reorientar el foco de la lucha racial con respecto a la industria
audiovisual brasileña: el Dogma Feijoada y el Manifiesto de Recife. Una figura central en
este sentido fue Jefferson De y su manifiesto “Dogma Feijoada”. Influido tanto por el
compromiso de Zózimo Bulbul como por el Teatro Experimental del Negro, además de
sus estudios sobre la ausencia negra en el audiovisual, De exigirá una mayor
participación de los negros en la industria cinematográfica, especialmente en lo que
respecta a la creación, dirección y proceso de actuación. El nombre Dogma Feijoada se
inspiró en el homónimo Dogma 95, un movimiento cinematográfico motivado por un
manifiesto publicado en Copenhague, Dinamarca, en 1995. La palabra “feijoada” - un
plato típico de la cocina brasileña que amalgama ingredientes de diferentes tradiciones
culturales -, en El manifiesto nacional, sin embargo, sirvió para darle un tono provocativo
y lúdico al movimiento de los cineastas negros. Según su Dogma, eran necesarios 7
requisitos para producir un cine brasileño negro:
(3) el tema de la película debe estar relacionado con la cultura negra brasileña;
17
la práctica de la discriminación racial. El manifiesto, sin embargo, pedía una alianza entre
todos los productores audiovisuales de todas las etnias, con el fin de crear una “nueva
estética” para Brasil, promoviendo una verdadera “multirracialidad” brasileña.
En los últimos años, especialmente después de los gobiernos del Partido de los
Trabajadores y la implementación de la política de acción afirmativa, ha surgido una
nueva clase media negra que reúne a un número creciente de profesionales con
diplomas de educación superior en Brasil, buscando afirmar los gustos de clase, raza y
del estilo de vida en el universo del consumo, que se ha ampliado y adquirido visibilidad
institucional. En cierta medida, este hecho ha contribuido a la construcción de un
entorno propicio para la diversidad étnico-racial en los medios audiovisuales. Otro factor
importante para el aumento de producciones de cineastas negros independientes y
festivales de cine negro en Brasil es el acceso cada vez más fácil al formato digital, que
permite la producción de cortometrajes de bajo costo.
18
Como Yasmin, se han formado muchos otros colectivos en Brasil durante los últimos 5
años. Cada día tenemos más programas de cine negro con convocatorias de nuevos
cortometrajes de jóvenes cineastas que se encuentran en un fructífero proceso creativo.
Otra cineasta destacada hoy es Glenda Nicacio, cuya película “Café com Canela” recibió
el premio más importante en el Festival de Cine de Brasilia, uno de los más importantes
de Brasil. Con eso, se convirtió en la primera directora negra en recibir tal premio.
Aunque nuevas iniciativas han sido impulsadas por una generación joven y entusiasta, y
hasta hace poco el país ha experimentado una mayor inversión en el sector audiovisual,
con políticas públicas como "Brasil de todas las pantallas", que apuntaba a una nueva
etapa de crecimiento del cine brasileño, persiste la desigualdad en la producción
audiovisual en Brasil. Con el triunfo de la extrema derecha en 2018, el gobierno del
presidente Jair Bolsonaro ha puesto en riesgo la actividad cultural, ya sea recortando
fondos para programas como el mencionado, bien por acoso. Además, se abolió la
Comisión de Género, Raza y Diversidad, lo que hace aún más incierta y vulnerable la
situación de estos jóvenes productores culturales.
19
Sociales (IESP) de la UERJ, revela el predominio de los hombres blancos de clase media
en funciones de dirección, guión y actuación. Como podemos ver en el cuadro arriba, la
gran mayoría de las películas brasileñas (de grande éxito en ventas) producidas en los
últimos 20 años son producidas o guionadas por hombres blancos. Solo el 2% de los
directores son negros y el 3% son guionistas. Ninguna mujer es negra.
20