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Un estudio de viabilidad de proyectos les permite a las organizaciones determinar si una acción
tiene sentido desde el punto de vista financiero y operativo.
El éxito de las empresas, en un mercado cada vez más competitivo, se fundamenta en los objetivos
que desean alcanzar. Ya sea el lanzamiento de un nuevo producto o el ingreso a un nuevo
mercado, las organizaciones deben estar dispuestas a asumir -necesariamente- un cierto grado de
riesgo en cada uno de sus proyectos.
Para minimizar el peligro y asegurar el triunfo de esa idea o iniciativa, los líderes empresariales
deben realizar un estudio de viabilidad de proyectos. Se llama así a la evaluación que realizan las
organizaciones para determinar si una acción tiene sentido desde el punto de vista económico y
operativo.
Viabilidad comercial: Determina la aceptación del producto y/o servicio que brindará el negocio
por parte del mercado.
Viabilidad técnica: Pretende corroborar que se cuenta con los medios técnicos para poder
competir en el mercado de manera eficiente.
Viabilidad legal y ambiental: Pretende asegurar que el proyecto respeta la normativa legal vigente
y al medio ambiente contribuyendo a su conservación.
Para poder llevar a cabo de manera correcta un estudio de viabilidad de proyectos, las empresas
deben seguir los siguientes pasos:
Analizar el problema
Primero, las empresas deben realizar un análisis de los requisitos del proyecto para evaluar su
viabilidad. ¿La organización cuenta con tecnología y recursos para poner en marcha el proyecto?
¿Cómo se va a medir el ROI del proyecto? Son algunas preguntas básicas que se deben responder
en este punto. Comprender las metas y objetivos de la empresa antes de comenzar un proyecto
ayudará a mantener a todos los equipos alineados.
Evaluar el presupuesto
La forma más rápida de descarrilar un proyecto o iniciativa es haciendo un mal uso del
presupuesto. Cuando estos son limitados, las partes inmersas en el proyecto quieren saber si el
dinero que se gastará hará una diferencia en el resultado final. Por ello, es necesario determinar
cuánto presupuesto se tiene disponible para el proyecto y realizar una proyección de los ingresos.
Investigar
Realizar un plan
Realizada la investigación, se procede a crear un plan de acción para dar vida al proyecto. Aquí se
deben considerar los recursos que se necesitan (personas, procesos y tecnología) y la estructura
de trabajo. Lo ideal es trabajar con un Diagrama de Desglose de Trabajo (WBS), el cual le permitirá
al líder de proyecto descomponer en diferentes secciones el proyecto, haciéndolo más manejable
para su evaluación. Sin embargo, existen otros métodos para gestionar de manera correcta un
proyecto, como la Evaluación de Programas de Revisión Técnica (PERT) y el diagrama de Gantt.
Realizar un balance
Una vez determinado el plan, se debe reevaluar las finanzas del proyecto. Para hacer esto, el líder
del proyecto debe tener datos financieros actualizados para preparar un balance inicial del
proyecto. ¿Sigues proyectando los mismos ingresos? Es la pregunta que se debe responder el
encargado de la iniciativa.
Antes de decidir si tiene sentido seguir adelante con el proyecto, el encargado del mismo debe
revisar todos los datos que obtuvo en los anteriores pasos. Si no es así, se puede implementar un
plan estratégico más reflexivo para ejecutar un estudio de factibilidad. Si los nuevos resultados
apuntan un "sí", es momento de iniciar el proyecto.
Un estudio de viabilidad de proyectos es la herramienta perfecta para que las empresas conozcan
cuán grande será el impacto, en términos de importancia operativa y económica, de una iniciativa.
En un mercado internacional cada vez más cambiante, lanzar productos innovadores está
haciendo la diferencia entre los consumidores.
Bibliografia
Lucidchart: Make It So: How to Conduct a Feasibility Study for Better Project Planning