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LA HONESTIDAD DE MARINA

El examen era muy difícil, Marina lo sabía, pero la noche anterior había sido el
cumpleaños de Carlitos su hermanito y no había podido estudiar lo suficiente porque
estaba muy ocupada haciendo los preparativos para la fiesta de su hermanito ya que
sus padres estaban ocupados en el trabajo.

Se levantó y luego de desayunar partió rumbo al instituto, con una preocupación muy
grande.
Como fue una de las primeras en llegar aprovechó para sentarse al lado de los
maceteros y tratar de estudiar un poco, pero estaba muy cansada y no lo hizo.
Al bajar la vista vio una carpeta azul en el piso, la levantó y al abrirla comprobó con
sorpresa que era la carpeta de la profesora que debía tomarle el examen. Siguió
mirando y allí estaban las respuestas, a su alrededor no vio a nadie, aún seguía sola.
-Adelante- dijo la directora. La puerta se abrió y allí estaba Marina, parada con una
carpeta azul entre las manos. Caminó unos pasos, entregó la carpeta y se retiró.
El día en que entregaban los resultados de los exámenes llamó la atención que la
dirección del colegio citara a los padres de los alumnos y los reuniera a todos en el salón
de usos múltiples.
Marina estaba muy nerviosa y todos lo notaron, pero nadie sabía por qué. Una lágrima
mojó su carita cuando la profesora la miró y simplemente dijo: "Marina, sacaste un
cuatro en estudios sociales".
Entonces, pasando un brazo sobre el hombro de la triste niña relató a la concurrencia
cómo Marina había devuelto la carpeta, sin haber copiado una sola palabra, a lo que
agregó:

"Marina, seguro que en pocos días levantarás esta nota, pero quiero decirles a todos
que el diez que has sacado en honestidad es tuyo para siempre y nos llena de orgullo a
todos"
Fue la primera vez que un fuerte aplauso premió a alguien que había sacado un cuatro
en estudios sociales.

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