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PROEMIO
Conviene a la majestad imperial no sólo estar apoyada en las armas, sino también
armada con las leyes, a fin de que, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra,
pueda gobernar rectamente, y el príncipe Romano salga vencedor, así en las guerras
contra los enemigos, como al rechazar por los trámites legales las iniquidades de los
hombres injustos, y resulte tan religioso observante del derecho, como grande en los
triunfos conseguidos sobre sus enemigos.
1. Hemos conseguido, con la ayuda de Dios, uno y otro objeto, y todos los pueblos se
rigen por las leyes que hemos promulgado y recopilado.
2. Después de haber puesto en completa consonancia las constituciones imperiales,
antes confundidas, hemos dirigido nuestra atención a los inmensos volúmenes de la
jurisprudencia antigua, y caminando como por un abismo, hemos concluido, con el
auxilio divino, una obra de cuya conclusión se había desesperado.
3. Concluído este trabajo, hemos convocado a Triboniano, Teófilo y Doroteo, y les
hemos encargado la composición de las Institutas bajo el poder de nuestra autoridad.
4. Les hemos ordenado dividirlas en cuatro libros, que serán, los primeros elementos
de toda la ciencia de las leyes.
5. En ellas se ha expuesto brevemente lo que estaba vigente antes y lo que,
obscurecido por el desuso, ha sido restablecido por medio de nuestra autoridad
imperial.
6. Después de haberlas leído y verificado, les damos plena fe y valor.
7. Recibid con sumo anhelo y vehemente deseo estas nuestras leyes para que,
instruidos en ellas, podáis gobernar nuestro Imperio en la parte que se os confiere.
LIBRO PRIMERO
TITULO PRIMERO
De la Justicia y del Derecho
Justicia es la firme y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que le pertenece.
TITULO II
Del Derecho Natural de Gentes y Civil.
Derecho natural es el que la naturaleza enseñó a todos los animales. De este derecho
deriva, por ejemplo, la unión del marido y la mujer para la propagación de la especie.
TITULO III
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TITULO IV
De los Ingenuos
Ingenuo es aquél que es libre desde que nació, ya sea hijo de dos ingenuos, o de dos
libertinos o de un libertino y un ingenuo. Será ingenuo el que nazca de madre libre y
de padre esclavo o incierto aun cuando la madre fuere esclava al tiempo de la
concepción. Será también ingenuo el que naciere de madre esclava si ésta fuere libre
al tiempo de la concepción. También, se ha decidido que sea ingenuo el hijo de madre
esclava que fuere manumitida y después, antes del alumbramiento, hubiera sido
reducida nuevamente a la esclavitud.
TITULO V
De los Libertinos
Libertinos son los que han sido manumitidos de justa esclavitud. Se considera la
manumisión corno una institución de derecho de gentes y no de derecho natural,
porque por derecho natural, todos nacen libres.
1. Se manumite de varios modos: en las santas iglesias, por vindicta, entre amigos,
por cartas misivas, por acto de última voluntad.
2. Los esclavos pueden ser manumitidos de paso, cuando el Pretor, el Procónsul o el
Presidente vayan al baño o al teatro.
3. Primitivamente todos los libertinos tenían la misma condición. Después, unos tenían
la libertad plena y fueron considerados como ciudadanos romanos; otros, por la ley
Junia Narbona, fueron latinos; y por último, por ley Elia Sencia, se crearon los
libertinos dedicticios. Justiniano, por consejo de Triboniano, suprimió los dedicticios y
después todos fueron ciudadanos romanos.
TITULO VI
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TITULO VII
De la derogación de la Ley Fusia Caninia
La Ley Fusia Caninia había establecido ciertos límites a la manumisión de los esclavos
por testamento, cuya ley, opuesta a la libertad y hasta cierto punto odiosa, se
consideró conveniente derogarla, pues era bastante inhumano autorizar a los vivos
para dar libertad a sus esclavos sino se lo impedía alguna otra causa, y quitar esa
facultad a los que morían.
TITULO VIII
De los que son sui iuris o alieni iuris
Las personas se dividen también en sui iuris y en alieni iuris. Las primeras son las que
no están sujetas a voluntad ajena; las segundas las que lo están.
1. Los esclavos son alieni iuris, pues están sujetos a la potestad de sus dueños.
2. Actualmente ninguno de los que viven bajo nuestro imperio podrá tratar con
crueldad a sus esclavos, sin justa causa reconocida por las leyes. La excesiva dureza
de los señores para con sus esclavos fué moderada por una constitución de Antonio
Pío, quien dispuso que el que diera muerte a un esclavo propio tendría el mismo
castigo que el que diera muerte a uno ajeno. Algunos esclavos se refugiaban en los
templos o al pie de las estatuas de los príncipes, y se mandó que los dueños de esos
desgraciados debían venderlos.
TITULO IX
De la patria potestad
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Los hijos que hemos procreado de justas nupcias, están bajo nuestra potestad:
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1. Nupcias o matrimonio es la unión del varón y de la mujer con el propósito de vivir en
comunidad indisoluble.
2. El derecho de potestad que tenemos sobre nuestros hijos es propio de los
ciudadanos romanos, pues ningún otro pueblo hay que la tenga tal como nosotros la
tenemos.
3. Así, aquél que nace de ti y de tu mujer, está bajo tu potestad; del mismo modo el
que nace de tu hijo y de su mujer cómo asimismo los bisnietos... Pero el que nace de
tu hija, no está bajo tu potestad sino en la potestad de su padre.
TITULO X
De las nupcias
Los ciudadanos romanos que se unen según los principios establecidos por las leyes,
contraen nupcias legítimas, siendo el hombre púber y la mujer núbil, siempre que,
siendo hijos de familia, tengan el consentimiento de los ascendientes bajo cuya
potestad se hallaren.
TITULO XI
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De las adopciones
No sólo los hijos naturales, según lo ya dicho, están bajo nuestra potestad, sino
también los que adoptamos.
1. La adopción se hace de dos modos: o por rescripto del príncipe o por autoridad del
magistrado. Por rescripto del Emperador adoptamos a los sui iuris. Esta especie de
adopción se llama arrogación. Por la autoridad del magistrado adoptamos a los alieni
iuri.
2. Cuando un hijo de familia es dado en adopción a un extraño, ni el padre natural
pierde la potestad, ni el adoptante adquiere más derecho que el de sucesión ab
intestato. Si da el hijo en adopción al abuelo materno, o al paterno estando el padre
emancipado, el adoptante adquiere la patria potestad, porque así se reunen en el
adoptante los vínculos naturales a los artificiales de la adopción.
3. La arrogación de un impúber por rescripto del príncipe se hace previa comprobación
de la honestidad del adoptante y de la conveniencia de la adopción para el adoptado,
con expresión de las condiciones de la adopción, a fin de que el arrogador de caución
a un tabulario de que si el pupilo muriere dentro de la pubertad, restituirá los bienes a
aquéllos a quienes les corresponderían. El arrogador no puede emancipar al adoptado
sin conocimiento de causa, en cuyo caso debe devolverle sus bienes. Pero si el padre
lo desheredare, o en vida lo emancipare sin justa causa, debe dejarle la cuarta parte
de sus bienes, fuera de los que transfirió al padre adoptivo y de los que adquirió
después.
4. El que toma un hijo en adopción debe excederle en edad a lo menos en una
pubertad completa, o sea en dieciocho años.
5. Es lícito adoptar a uno por nieto, bisnieto... aun cuando no tenga hijo.
6. No sólo puede cualquiera adoptar como nieto a un hijo ajeno sino también a un
nieto en calidad de hijo.
7. Pero si uno adoptare a otro por nieto como nacido de un hijo adoptivo o natural que
tiene bajo su potestad, es preciso que consienta el hijo para no tener contra su
voluntad un heredero suyo. Mas, si, por el contrario, el abuelo da en adopción a su
nieto, no es necesario el consentimiento del hijo.
8. Si uno adoptare por rescripto del príncipe, o ante el pretor o presidente de la
provincia a uno no extraño, puede darlo en adopción a otro.
9. Los que no pueden engendrar, salvo los castrados, pueden adoptar por ambos
medios de adopción.
10. Las mujeres no pueden adoptar porque no tienen la. patria potestad, salvo por
gracia especial del príncipe, las que hubieren perdido sus hijos, como consuelo.
11. Es propio de la adopción por rescripto del príncipe que si fuere adoptado el que
tiene hijos bajo su potestad, los hijos quedan adoptados en calidad de nietos.
12. Si se adopta a un esclavo, este adquiere la libertad, más no la calidad de hijo. 6
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