Está en la página 1de 2

La estrella que vi caer

Era una noche calmada. No había gente ya en la calle y me dio por salir a tomar el fresco, era temporada de calor y aún
con el ventilador se sentía el ambiente demasiado caliente.

Vi la noche cubierta de estrellas en ese cielo negro y limpio. Ya para meterme de nuevo, pude ver como una “Estrella”
crecía. Me llamo la atención que cambiara de tamaño, por lo que me quede observándole. Al momento vi que esa
“Estrella” no crecía, ¡Venía hacía mí!

No pude decir nada, me quede sin habla viendo como lo que pensaba era una “Estrella” venía cayendo en medio de un
fuego blanco deslumbrante, pronto pasó por encima de mi cabeza y vi que cayó hacía las huertas de limón que están en
la orilla de mi colonia. Hasta ese momento reparé en que nadie estaba en la calle, que yo era el único que estaba ante
ese hecho. Me dio un escalofrío de emoción y curiosidad cuando vi el destello de lo que pareció ser el “Aterrizaje” de ese
objeto, supuse que no era grande a juzgar por el muy poco ruido que hizo al tocar el suelo terregoso y lodoso de la
huerta.

No lo pensé, saqué mi bicicleta y fui a descubrir que cosa era eso. Tenía claro que no era una “Estrella” pues por lo poco
que sabía de ellas eran muy grandes. Llegué a la huerta, pude ver varios árboles chamuscados por el fuego de esa cosa.
La emoción de ver aquello era más fuerte que mi sentido común. Un olor penetrante estaba en el lugar, el ambiente era
muy caliente, sentí como empecé a sudar a chorros al estar a unos pasos de esa “Estrella”. Entre el suelo lodoso de la
huerta me asomé; ahí pude ver algo como una piedra grande de río estaba en un pozo hecho por la caída. Un humo
denso salía de esa cosa por lo que me resistí a tocarla. Busqué un palo o algo con que tocarla; encontré una vena de
palma y al acercarme a eso oí como un crujido. Me espanté y no pude sino quedarme a ver qué pasaba. Vi un líquido
espeso que salía de esa “Piedra” por la grieta que se había hecho, tomé la vena de palma y cuando me disponía a tocar
aquel viscoso líquido algo salió de la “Estrella”. Una especie de gusano, de color muy brillante subió por la vena. Me
quede congelado. Por lógica nunca había visto algo así; era muy hermoso, tenía unas grandes y largas antenas, muchas
patas que le daban un aspecto como de ciempiés, no le noté ojos, de hecho el color de su cuerpo era una mezcla entre
cristal y metal. Daba una especie como de gruñidos muy quedos. El momento contemplándolo se me hizo eterno.

De pronto ¡Me saltó encima! Sentí como me quemaba el contacto con él. Cada paso que daba en mi cuerpo era como el
toque de una brasa. En vano traté de quitarlo, llegó hasta mi boca y de un tirón se metió en ella. Quemó mis labios y mi
garganta. Sentí un dolor como de un hierro caliente dentro de mi cuerpo por donde iba pasando, Caí presa del dolor y fue
entonces cuando pude ver como muchos de esos de esos gusanos de un color mezcla de cristal y metal avanzaban
hacia mí. Sentí como todas esos cientos de cuerpos ardientes entraban por mi boca, mi dolor era insoportable.

No supe cuando me desmayé. En la mañana, unos cortadores de limón entre risas y burlas me despertaron “Estuvo
buena la fiesta, ¿Verdad?” Me decían. Vi a mi alrededor y ahí estaba la “Estrella” parecía solo una piedra más entre el
suelo terregoso. Me levanté y caminé hasta mi casa. Llegué y me metí al baño, no sentía hambre o sed. ¿Qué pasó esa
noche? ¿Qué pasó cuando me acerqué a esa estrella? No supe que pensar. Me desvestí y entré al baño.
Vi mi cara en el espejo, todo parecía normal. Solo unas grandes ojeras como si me hubiera pasado toda la noche en
vela. Empecé a bañarme y el contacto con el agua fría me despertó. Salí del baño y fui a sentarme a mi catre. Sentía una
gran ansiedad, como que el cuerpo me estaba “Apretando” como si tuviera un traje muy apretado. Me levanté y empecé
a rascarme presa de una enorme comezón. Esta empezó a ser más fuerte, me quemaba quería arrancarme la piel caí de
rodillas y pude ver como por mis uñas, por mi boca. Por mis oídos y ojos empezaron a salir una especie de larvas, de
color entre cristal y metálico. No podía moverme, solo ver borrosamente esos cientos de seres que se arrastraban fuera
de mí, preparándose para este su nuevo hogar. Ahora sé que voy a morir y que esa estrella que cayó no era otra cosa
sino el inicio de una nueva raza que empezó conmigo y acabará con toda la humanidad

E. Frank

También podría gustarte