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Seminario doctoral

Pedagogos, pedagogías e instituciones pedagógicas


La obra de Rousseau

Profesor Humberto Quiceno Castrillón


Agosto 21-24

Presentación del seminario

Este seminario se dedicará al análisis del Emilio, obra que escribe Rousseau entre
1759 y 1762, escritura que se hace paralela al Contrato social. El libro es muy
probablemente el primer tratado de pedagogía, después de los tratados morales de
la antigüedad y después del libro El pedagogo de Clemente de Alejandría, escrito
en el siglo II d.c. Su antecedente más próximo es el libro de Locke Pensamientos
sobe la educación escrito en 1695. El libro de Kant Pedagogía, que en realidad son
lecciones del filósofo en su universidad, son muy importantes para aclarar muchos
temas del Emilio. El Emilio es tratado de pedagogía por dos razones: una, es una
obra sistemática, explicativa y analítica y otra, es una obra cuyo objeto es la
formación. Este concepto lo retoma Rousseau de los antiguos moralistas, sobre
todo de Esparta y de Atenas. En la antigüedad, la formación tiene como marco de
pensamiento la paideia y se refiere a la formación del joven. Formación es inquietar
al joven griego por hacer que se cuide de sí, que se preocupe por él mismo. Esta
inquietud proviene de los filósofos y los moralistas, que de esta forma se pensaban
como pedagogos de los jóvenes.

Rousseau no quiere inquietar a los jóvenes para que lleven a cabo su formación, lo
que él persigue, en el Emilio, es estudiar el cuidado de sí, en los niños y el marco
para hacerlo es la infancia, que Rousseau entiende como un estado natural, es
decir, un estado en donde todavía no existe la presencia de la sociedad y la moral.
Formación en Rousseau se opone a cuidados, a instrucción escolar y a educación.
Esta distinción conceptual es lo que explica Rousseau en el tratado teórico o
pedagogía. El tratado moral a pesar que mantiene el tono explicativo, es más bien
una guía de formación, en esta guía Rousseau asume el lugar del preceptor, se pone
a educar a Emilio para dar cuenta de cómo es su entrada en la vida social y en la
moral.

El Emilio tiene una parte especial, que es el texto titulado Profesión de fe del
Vicario Saboyano, texto insertado al final del capítulo IV, que es donde Rousseau
describe el estado de la adolescencia. Este Vicario es un verdadero filósofo que le
explica al joven Emilio, qué significa pensar. El discurso es un tratado de filosofía
natural en donde se discute la filosofía de Descartes, de Spinoza, Newton, de los
sensualistas, como Condillac. Empieza el discurso por la pregunta cartesiana
¿quién soy yo?. Introduce el tema de los sentidos, de la percepción, de la realidad,
el tema del ser activo o pasivo, el movimiento, la libertad, la relación alma y cuerpo,

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el cuidado de sí mismo, la conciencia y el texto termina con una discusión teológica
sobre Dios, su existencia y las pruebas de la existencia de Dios.

El Tratado y la formación

Juan Jacobo Rousseau nace en 1724 y muere en 1778, su obra la escribe en francés,
una lengua que no era la lengua clásica en educación, pues desde los primeros años
del cristianismo se escribía en latín, la lengua de la Monarquía y de la Iglesia
católica. En este rasgo de la escritura vemos un primer síntoma de la manera como
Rousseau pensó la educación, en abierta oposición con la Monarquía y su discurso.
Su libro Emilio publicado en 1762, es el segundo síntoma de este debate, el libro le
da nombre a hombre común, a un hombre único, individual y singular, Emilio, es
cualquier hombre, en abierta lucha contra el hombre de la Monarquía, que es el
Rey. El tercer síntoma es oponerse a la institución escolar, que en la época, era la
manera como se pensaba la educación. Rousseau rechaza que la escuela sea el lugar
para educar el hombre, y también rechaza que sea por medio del maestro. En el
pensamiento educativo de Rousseau no hay escuela y no hay maestro, lo que él
piensa como conceptos educativos son la formación y el preceptor o ayo.

Rousseau no piensa la educación desde la cultura Monárquica, el lugar para pensar


la educación es desde Grecia, Atenas y Esparta, esta educación la conoce por haber
leído a Platón, Plutarco y Licurgo a quienes recuerda y cita, cuando escribió el
Emilio. Esta cultura es la que le da la experiencia intelectual para pensar la
educación y lo hace desde la cultura de la paideia y sobre todo desde la cultura de la
formación griega, que era la del cuidado de sí (cura sui). Rousseau siempre va a
pensar la educación como formación y no como instrucción o como educación
escolar. Rousseau piensa, a su vez, la formación como si fuera un griego, y lo hace
desde la importancia que fue para el griego, la ciudad, la ética, la moral y el
cuidado médico. Los griegos pensaron de este modo la formación, desde la
medicina y desde la filosofía y la política. Rousseau aprendió este sentido de
formación que le sirvió para pensar su época y la sociedad donde vivió. El Emilio es
un tratado de salud y filosófico, un tratado sobre la moral y sobre la manera de
educar el hombre político. Por eso en el libro no hay instrucción, materias, método,
lecciones, y disciplina escolar, en el libro hay una filosofía sobre la salud del cuerpo
y del alma y sobre cómo formar en el hombre una buena salud, para que sobre ella,
se pueda formar una buena y bella forma intelectual, que le de a Emilio una sana
figura humana y un bello ser.

En la escuela y por medio del maestro estas prácticas no se pueden realizar, hay
que hacerlo fuera de la escuela, en la casa, en el campo, en las ciudades y en
experiencias diarias, que incluyen viajes y aventuras y lo debe hacer el preceptor,
que es para Emilio un pedagogo y no un maestro. Pedagogo, en Rousseau, es un
guía de la vida, es un conductor de experiencias, es un conversador, un ser que
enseña a Emilio a reflexionar sobre su ser, los seres y sobre el ser mayor, que es la
naturaleza, que no es el campo, la naturaleza es la experiencia sensible, que no es
posible conocer por medio de los conocimientos del intelecto, sino por medio de
los conocimientos de los sentidos, del cuerpo y de la sensibilidad. Pedagogía es

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para Rousseau el pensamiento de la formación del hombre, es además un tratado
escrito, y es también una acción, un ejercicio, una prueba real, es decir, una
práctica. La pedagogía se escribe en francés o en cualquier lengua popular, pero no
en latín y debe ser escrita por un escritor o un filósofo y no por un cura, sacerdote o
pastor. La pedagogía, desde Rousseau es laica, estatal, y nace como una experiencia
sensible, una moral del cuidado de sí, es una escritura de la experiencia de saber
educar un hombre y de saber hacerlo. De ahí se entiende porqué el libro, Emilio,
tiene dos sentidos, es escrito para pensar la educación y es escrito para que
cualquiera que lo lea, pueda ser pedagogo, o sea, preceptor. Pedagogo es el que
hace como si hubiera escrito el libro, el tratado escrito, y preceptor es que lee y
práctica el tratado. La pedagogía no es un escrito para representar la educación en
un lugar, en una acción o en hechos, es escrita para representar el pensamiento de
educar, que es la misma idea que tenía Locke cuando le dio el nombre a su libro de
educación, de Pensamientos sobre la educación, libro escrito unos años antes del
Emilio y que Rousseau conoció. Pedagogo es el que piensa la educación en un
tratado y pedagogía es el ejercicio de la formación, su puesta en acto, en lo real.
Preceptor es el que lee el tratado, para poder guiar el niño, en el camino de ser un
hombre. Rousseau, con esta forma de pensar la educación, se adelanta a lo que
diría Kant, unos años más tarde en sus Lecciones de pedagogía (1804), que la
educación es conducir el instinto a su forma racional, dicho de otra forma, es llevar
al niño a ser hombre.

En este orden de ideas hay que decir, que uno de los grandes aportes de Rousseau,
es haber pasado la pedagogía, de ser una enseñanza oral, a ser un pensamiento
escrito. El libro de Comenio, la Didáctica magna (1640), es un escrito que repite la
palabra oral, la escritura del libro no se separa de lo que debe hacer el maestro o la
enseñanza. El sujeto que escribe el libro, Comenio, es el mismo maestro que enseña
y la enseñanza repite los pasos del libro, como si los tres niveles fueran uno mismo.
La escritura tiene un solo plano, que es la elaboración de un conocimiento, que es a
la vez un ver y un hacer, que lleva a cabo el sujeto que escribe. Comenio no escribe
un tratado, sino un libro para enseñar. Escribir un tratado, que no sea para
enseñar, sino para educar y no educar en una escuela, sino educar un hombre y
considerar que éste hombre tiene una parte de sí que no entra en el tratado, esa
parte es la experiencia del hombre en sí mismo. La cuestión es cómo hacer entrar
en el tratado esa experiencia. Esa experiencia no puede entrar en el tratado porque
el tratado se ubica en la razón intelectual y la experiencia es otra razón, es la razón
moral, como lo dice Kant en su tratado Critica de la razón pràctica (1788), que la
práctica es lo que tiene que ver con la moral y con la libertad y éstas con la
voluntad.

Este problema es resuelto por Rousseau y por Kant. Rousseau piensa el libro
Emilio, desde dos planos: el conocer la educación, como un objeto que se ubica en
una totalidad compleja, este conocer es el objeto del tratado y como objeto tiene
varios planos, un conocer que es el de los hombres, otro que es el de las cosas y otro
más, que es la experiencia sensible o de la naturaleza. El otro conocer es la práctica
de educar, que si bien se desprende del tratado, no es encerrada por el tratado, esa
práctica es para que se resuelva entre preceptor y niño. Kant en sus Lecciones de

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pedagogía (1804) retoma, a su modo, esto de escribir un tratado de pedagogía, de
escribir un libro que no sea para enseñar o educar. En su filosofía, la teoría es
distinta a la práctica. El tratado en Kant, tiene esas dos partes, es un tratado teórico
y un tratado práctico. El teórico está hecho de conceptos, de categorías, de
reflexiones y conceptualizaciones. El tratado práctico, ve otra realidad, que no es
la del escritor, es la que enfrenta el hombre que se está educando y la relación
consigo mismo, con su mundo doméstico, su razón y la cultura donde vive y su ser
propio y en relación con las costumbres. Es en ésta parte, donde Kant sitúa la
moral. Esto quiere decir, que el problema moral se plantea en el tratado, de un
modo distinto a como se hace en el tratado teórico. El tema de la moral es la
libertad y el tema teórico es el de los conceptos.

El Emilio es un tratado de educación teórico y un tratado moral. El tratado teórico


es una larga reflexión sobre el hombre, el hombre natural y el hombre social, sobre
el individuo y el ciudadano, sobre cómo pensar estas dos parejas de conceptos en
relación a la educación y la pedagogía. El tratado moral es una larga conversación
entre Emilio y su preceptor, una conversación entre los dos, desde que Emilio
nace, desde su primera infancia, desde que usa su razón, hasta que llega a ser un
hombre. En el tratado teórico Rousseau conceptualiza, explica, dice qué es
educar, diferencia entre educación e instrucción, entre el instructor, el formador y
el preceptor. Nos dice cómo hay que educar el cuerpo, el espíritu, el intelecto, cómo
Emilio aprende a leer, a escribir y a en general a saber estar en el mundo de la
sociedad y de la cultura política. En el tratado moral, la pedagogía es la educación
moral del hombre. Esta pedagogía debe ser pensada de un modo filosófico, de esa
educación moral hay que hacer una teoría, una ciencia. Rousseau no llega hasta
pensarla como ciencia, para Kant, sí. Para Rousseau la moral es un tratado práctico
sobre la experiencia sensible, esto es, sobre la relación del hombre y las cosas, las
cosas y el mundo interior, el mundo interior y el amor de sí, el amor de sí y el
cuerpo, el cuerpo y las fuerzas del cuerpo o la naturaleza o el desarrollo de los
órganos y de las sensaciones corporales.

El tratado teórico es un ejercicio del pensamiento que se hace desde la filosofía


moral, la lectura de Montaigne, y los antiguos. Es un debate contra la sociedad de
su tiempo, Monárquica y clerical, dominada por la escolástica y la medicina, por la
moral de la servidumbre y la política del rebaño. Este tratado se construye y así lo
hizo Rousseau, estudiando la cultura antigua, griega y romana, Rousseau también
leyó a Montaigne, Vives, Locke y educadores que escribieron obras de pedagogía.
Para construir el tratado, Rousseau estudió los hombres políticos de la Monarquía,
estudió filósofos, como Voltaire y los Enciclopedistas, sobre todo Diderot. La
filosofía natural es fundamental en Rousseau para construir el tratado, cuestión
que no lo es para Kant, que se apoyó en la lógica, en la física y en la matemática.
Esto derivó en dos libros muy diferentes, el de Rousseau es un tratado teórico-
moral como los tratados antiguos, en éste tratado la formación es un cuidado de sí.
En el de Kant es un tratado teórico-moral basado en una racionalidad filosófica, no
escolástica, en el que su objeto es la formación de la razón. Rousseau no pretende
formar sólo la razón, porque la formación empieza desde que Emilio nace. Este
sentido de formación no lo tiene Kant, tampoco existe en el tratado antiguo, en la

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formación antigua que sólo se preocupó del joven. Rousseau como Locke, empieza
la formación por el niño, el joven y el hombre adulto.

Se puede decir que Rousseau es el primer escritor que plantea y escribe un tratado
sobre la formación del niño, antes de que sea joven. La formación del joven fue el
tema de la paideia antigua, la formación del adulto del cuidado de sí, cristiano. La
educación del niño fue pensado después por Vives, pero hay que anotar que para
Vives el niño era visto en la cultura de la monarquía y se lo representó como la
educación del príncipe. La cultura medioeval cristiana no pensó la formación, sino
la instrucción del niño en la figura del niño Dios, es muy probable que Rousseau
haya sido el primero en pensar el niño como infancia. Tres innovaciones escribió o
produjo Rousseau, la formación niño e infancia, la formación del joven y la moral, y
la formación, del adulto y la política. Veamos las tres. Antes hay que decir que
Rousseau se opone a la Monarquía, discursos e instituciones, ésta problematización
le permitió ponerse en otro lugar que no es el Estado o la Iglesia. El niño no lo
pensó con la imagen cristiana, al joven no lo estudió con la impronta de la
instrucción moral y el adulto con su adecuación a la ley y a los derechos.

1. La formación del niño y el pensamiento de la infancia

El tratado de pedagogía tiene como objeto la infancia, que no se confunde con el


niño. El niño es el niño físico, el niño de cuidados y el niño de formación. El niño
físico es el cuerpo, es el desarrollo de sus facultades, es el cuidado al cuerpo, es el
desarrollo de sus fuerzas naturales, de sus fuerzas instintivas, de sus facultades
humanas. El niño es un cuerpo, la infancia es un estado, el niño es desarrollo
natural, la infancia es contradicción, el niño es el hombre natural, la infancia es la
experiencia sensible, la experiencia que tiene el niño hacia fuera. El niño es el
adentro de sí, es lo propio, es el lugar de cada uno en su infancia. Rousseau
diferenció claramente, el niño, de la infancia y pensó cada uno en su lugar y en su
condición.

La infancia tiene su lugar en el tratado teórico, es la parte sistemática de la


pedagogía. El niño tiene su lugar en las prácticas o cuidados de sí. La formación en
la infancia es distinta a la formación del niño. La infancia es un discurso que tiene
como objeto el estado infantil, el lenguaje, el ser del niño, su lógica, y su existencia.
La pedagogía piensa la infancia, la describe, la analiza, descubre sus secretos, sus
experiencias. La infancia tiene fases, estados, umbrales, niveles, planos. Los
cuidados del niño, por su parte, son cuidados especiales, distintos a los cuidados de
la madre, la casa y la cultura cristiana. En el Emilio, los cuidados del niño tienen
una parte importante que son tomados de los libros de filósofos griegos y latinos.
Para Rousseau cuidar no es someter, imponer un dominio sobre el niño. El cuidado
de los niños no es la infancia, son cuidados médicos, higiénico, es su crianza y los
alimentos, es la crianza y sus cuidados, sus desarrollos. Rousseau piensa los
cuidados de la madre, de la casa, del preceptor. El cuidado de la madre hacia el
niño parte de los cuidados hacia sí misma. La casa tiene sus reglas y sus maneras de
ser.

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El lugar que le da a los instintos del niño es central para pensar los cuidados. El
instinto es pensado, antes, en el tratado de la infancia y después puesto a funcionar
como cuidado. El instinto es lo que separa el pensamiento medioeval del
pensamiento liberal de Rousseau, el instinto tendrá un lugar especial en Kant y más
tarde en Nietzsche. Para los griegos la formación tiene mucho que ver con los
instintos, que tendrán una larga historia. Los griegos reconocieron y le dieron
mucha importancia a los instintos que no descubrieron en los niños, sino en los
jóvenes, como se sabe los pedagogo y moralistas griegos no se dedicaron a pensar la
educación y la formación de los niños, esto no quiere decir que la ciudad y las
instituciones no lo hicieran. Este vacío en el discurso sobre los instintos en los
niños, llegó hasta Rousseau y Kant. Instinto en Rousseau no es Eros, no es Pasión,
como lo era para la cultura griega, para Rousseau es una fuerza física, fisiológica y
espiritual. Para Kant es una fuerza natural y cultural, para Nietzsche será Eros y
Pasión, lo mismo para Freud, que es instinto de vida y de muerte (Tánatos).

¿Qué es el instinto en la infancia y en los cuidados? En la infancia es una fuerza


natural y en los cuidados, esta fuerza hay que saber conducirla. Primero
reconocerla y luego dirigirla. El cristianismo no reconoce esta fuerza, hace de
cuenta que no existe. La educación cristiana es puesta en el niño por el hombre y
las instituciones cristianas. La educación laica, como la de Rousseau, no pone nada
en el niño, el cuerpo del niño crea la fuerza.

2. La formación del joven y su educación moral

Rousseau duda para definir la edad donde comienza la educación del joven o del
adolescente. En principio, el capítulo I del Emilio es sobre la primera infancia, el II
capitulo sobre la infancia, el III capítulo sobre la adolescencia, el IV sobre el adulto
o el hombre social. En el estudio de este capítulo Rousseau lo piensa como el paso
de la adolescencia a la vida adulta y lo define como un “estado crítico” y se sabe que
es así porque en esta fase es que la infancia deja de serlo y pasa a la adultez. Sea o
no el paso de la infancia a la adolescencia, a esta edad el joven o la infancia
presenta otras formas que no eran las de la edad infantil. Lo que la define es la
aparición del otro sexo, en la pregunta de cómo nacen los niños. Si es por la
pregunta todavía estamos en la infancia, lo que hay detrás de la pregunta es la
relación con el otro, el otro sexo y el otro como relación más allá de sí mismo.

La infancia es el sí mismo, es el amor por sí, y la adolescencia es el amor propio.


Dejar este sí mismo, dejar ser uno para sí, dejar que llegue el otro, es lo que marca
otra idea del desarrollo del hombre. Rousseau quisiera prolongar este control que
tienen los niños sobre sí mismo, quisiera que llegara lo más lejos posible, pero sabe
que de todos modos, el otro sexo y las otras relaciones tendrán que llegar, “retrasad
todo cuanto se pueda, haced lentos y seguros los progresos, impedid que el
adolescente se vuelva hombre cuando nada le queda por hacer para hacerlo”, dice.
La adolescencia es la relación con el otro de la misma especie, es la relación con el
otro en los afectos, es la relación con el otro en las pasiones. Este el orden moral
para Rousseau y para corroborar que la infancia dura hasta la entrada de este
orden, dice: “Entramos por fin al orden moral: acabamos de dar un segundo paso

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de hombre”. el orden moral es el surgir de las ideas de bien y mal, de la compasión,
de la piedad por el otro, la justicia y la bondad. El amor de sí que es lo que define la
infancia se transforma en amor propio. El amor de sí es la identidad entre la
naturaleza y la vida individual, entre lo que uno es y uno mismo, es lo mismo, el no
salir fuera de uno. El amor propio nace cuando al salir por la necesidad de tener
contacto con el otro, no se olvida el uno mismo.

El orden moral es la emergencia en la educación del niño de la desigualdad natural


y la desigualdad civil. Para educar al Emilio hay que “estudiar, dice Rousseau, la
sociedad por los hombre y los hombres por la sociedad: quienes quieran tratar la
política y la moral por separado nunca entenderán nada de ninguna de las dos”.
Esto significa tomar un camino distinto a la educación de la infancia que era el
camino de educar por la experiencia de si mismo, este orden moral demanda
educar a Emilio por la experiencia del otro. Es desde la educación que ha tenido
Emilio cómo Rousseau quisiera explicar el lugar del otro en Emilio. Un lugar que
surge de la antinomia de oponer el hombre bueno al hombre malo, Emilio como
hombre que no sabe lo que es malo, solo sabe de hacer el bien, de hacer las cosas
desde el corazón y los sentimientos. Este orden no obedece a etas reglas, sino a las
reglas del poder y de lo útil.

Rousseau a veces asume el lugar del lector y otras veces el de preceptor. Para hacer
pasar a Emilio al orden moral, es donde más se piensa como el que guía a Emilio, el
que lo educa. Su actitud es cómo hacer para estudiar este orden moral y que este
estudio sea el que corresponde la comprensión de Emilio. Recurre a la historia
porque es la mejor manera de estudiar el lugar del hombre en la vida social, en la
moral y la lucha de pasiones. Tucídides el historiador ideal para que Emilio conozca
la sociedad. Además de Tucídides, Montaigne, por la importancia que le da a la
vida particular y entre los antiguos a Plutarco. Dejar de ser individuo y pensar en
otras relaciones que no sean consigo, es lo que define el estado moral. Que primero
se representa en la amistad porque es más cercana a la infancia y después en el
amor y con el amor vienen dice Rousseau los sufrimientos, las deficiencias y las
debilidades.

El último libro del Emilio se refiere a Sophía, la educación de la futura mujer de


Emilio. En un capítulo hecho de varias maneras: es un tratado de la educación de
la mujer, es una tratado de su moral, es un alegato contra la educación de la mujer
de su época y es una novela de amor, que es muy similar a su gran novela de amor
La nueva Eloísa. Este capítulo cierra el ciclo universal y particular de la educación
de Emilio que comienza desde el nacer hasta la edad adulta, que Rousseau mide
por la elección de una mujer y la decisión de tener un hijo. Durante veinte años, el
preceptor (Rousseau) dialoga con su alumno. Lo lleva desde que es un animalito
hasta que se convierte en un hombre y esta conversión se evidencia porque Emilio
sabe que es un hombre, él solo lo sabe, sabe que llegó a ser hombre.

Humberto Quiceno Castrillón


Agosto 10 de 2018

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Bibliografía sobre Rousseau

Derathé R. (1974) Jean Rousseau y la science politique de son temps. Puf, Paris.
Derrida, J. (1998) De la gramatología. Siglo XXI, México.
Guenhenno, (1990) J. Jacques Rousseau. Debates, Valencia.
Grimsley, R. (1977) La filosofía de Rousseau. Alianza Editorial, Madrid.
Starobinski, J. (1974) La transparencia y el obstáculo. Taurus, Madrid.
Todorov, Z. (1987) La frágil felicidad. Gedisa, Barcelona.

Lecturas obligatorias (para el seminario)

J. J. Rousseau. (1990) Emilio o de la educación. Alianza Editorial, Madrid.


J. J. Rousseau (2017) Profesión de fe del Vicario Saboyano y otros escritos. Trotta,
Madrid.
I. Kant. (1990) Pedagogía. Akal, Madrid.
Humberto Quiceno (2005) “Rousseau y el concepto de formación” En: Revista
Educación y pedagogía 14-15. Medellín U. de A.

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