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ISSN: 1678-1007
revtes@fiocruz.br
Escola Politécnica de Saúde Joaquim
Venâncio
Brasil
Eduardo Luis Menéndez Spina es argentino y, Eduardo Luis Menéndez Spina is originally
desde 1977, es profesor-investigador del Centro from Argentina and since 1977 he has been re-
de Investigaciones y Estudios Superiores en An- search-professor at the Center for Investigations
tropología Social (CIESAS-DF/México). Estudió and Further Studies in Social Anthropology
bachillerato en antropología en la Universidad (CIESAS-DF/Mexico). He obtained a Teaching
Nacional de Buenos Aires (UNBA), tiene máster en Degree in anthropology from the National Uni-
Salud Pública (Escuela de Salu Pública/México) versity of Buenos Aires (UNBA), a Master's De-
y doctorado en antropología social (UNBA). En gree in Public Health from the Public Health
2009, la Universidad Rovira i Virgili (España) le School/Mexico, and a Doctorate Degree in Social
otorgó a Menéndez el título de Doctor Honoris Anthropology from UNBA. In 2009, at the Rovira
Causa. i Virgili University (Spain) he received the title
Sus investigaciones analizan el proceso salud- Doutor Honoris Causa.
enfermedad-atención sobre la base de la dia- His research delves into the health-illness-care
léctica sujeto-estructura y en las relaciones de process, based on the subject-structure dialec-
hegemonía/subalternidad entre los modelos tic and on hegemonic/subaltern relationships
de atención, en los que se ha concentrado su within health care models, on which he has fo-
producción teórica, desarrollando principal- cused his theoretical research, especially develo-
mente los conceptos de Modelo Médico Hege- ping concepts of Hegemonic Medical Model and
mónico y Modelo Autoatención, que se abordan Auto-Care Model, covered in this interview.*
en esta entrevista.* The author of a number of articles published in
Asimismo, Eduardo Menéndez es autor de va- Brazil, Eduardo Menéndez has written several
rios artículos publicados en Brasil y ha escrito books providing the basis for his methodologi-
diversos libros que fundamentan su propuesta cal approach. In 2009, he published the book
metodológica. En el año 2009 publicó, a través Subjects, knowledge and structures: an intro-
de la editorial brasileña Hucitec, el libro Sujetos, duction to the relationship focus in the study of
saberes y estructuras: una introducción al enfoque collective health, through Brazilian publisher
relacional en el estudio de la salud colectiva. Hucitec.
de s/e/a, de allí que cuando teníamos que ejem- Durkheim realiza la hazaña metodológica –
plificar recurríamos monótonamente a la situa- para el período en que escribe – de plantear y
ción de la clase obrera en Inglaterra de Engels y ‘demostrar’ que el suicidio – para Durkheim to-
a algunos capítulos del primer libro del Capital do suicidio – no puede entenderse si remitimos
de Marx. El marxismo, incluido por supuesto el hecho exclusivamente al sujeto, sino que
el marxismo académico, manejaba las relaciones debemos incluir al sujeto dentro de la trama
clases sociales/procesos de s/e/a en términos económica, social y cultural dentro de la cual
básicamente ideológicos. Fueron los estudios ocurrió el suicidio. Más aún, al preguntarse so-
sociológicos norteamericanos los que eviden- bre el sentido del acto suicida propone que
ciaron esta relación, especialmente en el campo en determinados tipos de suicidio el sentido del
de la salud mental. acto está en el individuo, pero en otros está bá-
Pero junto con estos materiales, accedí a la sicamente en el grupo al que pertenece dicho
obra de un antropólogo italiano que utilizaba un sujeto. Lo lamentable es que a uno de los pre-
marco teórico gramsciano, y que aplicaba en sus cursores de una epidemiología no sólo sociocul-
estudios sobre procesos simbólicos, incluídos tural sino interpretativa, es considerado por los
centralmente los procesos de s/e/a, en el sur de ‘expertos’ como un sociólogo ‘positivista’. Palabra,
Italia, a los cuales describía e interpretaba en que como sabemos, es usada en forma estigma-
términos de relaciones de hegemonía/subalter- tizante por muchos pensadores de izquierda.
nidad. Me refiero a Ernesto de Martino, cuya Ahora bien, éstas y otras propuestas son
obra me impactó notablemente; más aún yo apropiadas por mí, articulándolas como pude
conocí realmente a Gramsci a través de la obra con las corrientes centrales de estudios antropo-
de De Martino; mejor dicho, aprendí de él a lógicos que iban a generar en los 60’ esa nueva
aplicar los criterios gramscianos a los procesos disciplina llamada Antropología Médica. Y me
de s/e/a. refiero a las corrientes culturalistas, funciona-
listas, e interaccionistas simbólicas desarrolladas
Revista entres las décadas de 1920’ y 1960’ en los EEUU,
¿Y qué otros autores y propuestas influyeron en y que a través – por ejemplo – de la escuela de
su trayectoria para entender el proceso s/e/a? cultura y personalidad, de los estudios sobre
anomia y desviación social, de los trabajos so-
Eduardo L. Menéndez bre enfermedades mentales y psicosomáticas,
Simultáneamente, recibí el impacto del notable de las investigaciones sobre instituciones hospi-
trabajo de E. Durkheim sobre el suicidio, al que talarias analizadas en términos funcionalistas o
considero uno de los más importantes textos en términos de institución total, irán generando
epidemiológicos que se han producido, y que una masa crítica de estudios empíricos sobre
constituye uno de los núcleos iniciales de mi muy diversos procesos de s/e/a que en su mayo-
propuesta de desarrollo de una epidemiología ría expresan la importancia de las dimensiones
sociocultural. sociales, simbólica y colectiva de la enfermedad
Más allá de las necesarias críticas respecto y de la atención a la misma. Más aún, que de-
de ciertos aspectos empíricos e interpretativos muestran como determinados ‘padecimientos’
que podemos formular al texto de Durkhiem, expresan las particularidades sociales de ciertos
considero que este texto se adelanta notable- grupos, así como el uso ‘funcional’ que hacen del
mente al conjunto de la producción epidemio- consumo de sustancias consideradas adictivas,
lógica al incluir no sólo ‘variables’ biológicas, como – por ejemplo – lo evidenció H. Becker en
demográficas y sociales, sino al incluir ‘varia- su estudio sobre la ‘carrera del mariguano’.
bles’ culturales e ideológicas. Más aún, es un Además, desde la década de 1950 se desar-
texto que tempranamente articula técnicas y rollan toda una serie de estudios que darán lu-
datos de tipo estadístico y de tipo cualitativo, gar al desarrollo de las teorías críticas de la
así como establece propuestas sobre las relacio- desviación y a las propuestas de que son las ins-
nes entre lo cultural y lo biológico, y entre lo tituciones – sobre todo las ‘totales’ – las que
normal y lo patológico, pero no referidos a as- construyen a los sujetos ‘desviados’ y a los ‘pa-
pectos generales e inespecíficos sino anclados en cientes’. Una parte de estos estudios propon-
los datos empíricos sobre el suicidio. drán tempranamente muchas de las ideas que
más adelante pondrá de moda Foucault. Siempre parte de los problemas de salud que tienen los
he sostenido que el notable éxito de Foucault en pueblos colonizados a sus propias condiciones
los EEUU tiene que ver – por lo menos en parte sociales y culturales de vida, y por lo tanto pro-
– con que muchas de sus propuestas sintoniza- poniendo modificar esos sistemas de vida para
ban armoniosamente con los que los estadouni- reducir, por ejemplo, la mortalidad por parto o
denses venían produciendo desde hacía años. por enfermedades infectocontagiosas. Esta antro-
Podría seguir enumerando tendencias y pología propondrá en la década de 1930’ ‘acul-
temáticas, pero creo que con lo señalado basta turar’ – concepto acuñado en esos años – para
para asumir – por lo menos a través de mi ge- mejorar el estado de salud, idea que con otros
nealogía – que la Antropología Médica tiene nombres sigue dominando una parte del pen-
una trayectoria y una producción que sería de samiento salubrista y también antropológico.
mucha utilidad para los que trabajan en salud Subrayo que la masa de producción de la
colectiva. Antropología Aplicada fue – y sigue siendo –
enorme y se expresó inicialmente sobre todo
Revista a través de la revista Human Organization,
¿Y cómo ocurrió el acercamiento de la antro- señalando que una parte importante de su pro-
pología médica, y de usted, de la medicina so- ducción tenía que ver con América Latina. Aho-
cial y de la salud colectiva? ra bien, la importancia de la producción antro-
pológica entre 1920 y 1960 radica no sólo en la
Eduardo L. Menéndez gran masa de estudios empíricos producidos so-
Ahora bien, la trayectoria propuesta hasta ahora bre una gran diversidad temática, sino también
focalizó exclusivamente la producción por decir en la formulación de propuestas interpretativas
así ‘teórica’, pero la Antropología Médica – y no sobre aspectos que siendo centrales a la biome-
sólo en los EEUU – se organiza también con los dicina eran escasamente problematizados por
materiales producidos por la denominada Antro- ésta, así como por el desarrollo de concepciones
pología Aplicada, que fue desarrollada por todas que difieren de las biomédicas. Y me refiero
las potencias coloniales respecto de tres rubros por ejemplo a la masa de investigación y de
básicos: desarrollo económico, educación y so- reflexión antropológica realizada respecto de la
bre todo salud. Desde principios del siglo XX los relación entre lo cultural y lo biológico o entre
antropólogos holandeses, ingleses, franceses, bel- lo normal y lo patológico, subrayando que parte
gas, norteamericanos desarrollarán investigacio- de estas reflexiones en las décadas de los 30’ y
nes con el objetivo final de modificar ciertas 40’ no eran meramente académicas, dado que
situaciones consideradas negativas para la vida polemizaban en forma directa o indirecta con las
de los nativos. Y así realizarán estudios sobre propuestas bioracistas utilizadas no sólo por los
embarazo y parto, sobre enfermedades infecto- proyectos políticos fascistas, sino también por
contagiosas o sobre formas de atención de las una parte de la biomedicina – y por supuesto de
enfermedades con el objetivo de incidir en los la Antropología – de varios países europeos y no
comportamientos nativos. Por supuesto que sólo de Alemania nacionalsocialista. Más aún,
muchas de estas investigaciones se correlacio- polemizaba con una biomedicina que daba por
naban con los proyectos económicos coloniales, hecho la prioridad de lo biológico y la secun-
y así en particular fueron estudiados los pro- dariedad o inclusive la carencia de importancia
blemas de salud que afectaban ciertas áreas de los procesos socioculturales.
de explotación petrolera o forestal y cuya pro- Pero además, esta producción antropológica
ducción estaba amenazada constantemente por se desarrollaba a través de conceptos y metodo-
la existencia de enfermedades infectoconta- logías que diferían fuertemente de las dominan-
giosas como paludismo, fiebre amarilla o cólera. tes en biomedicina, ya que prácticamente la to-
Esta antropología es en cierta medida una es- talidad de sus estudios eran de tipo cualitativo,
pecie de primo hermana de los institutos de sostenían propuestas de relativismo cultural no
medicina tropical desarrollados sobre todo por sólo respecto de enfermedades mentales sino
ciertos países europeos. también de enfermedades físicas, y ponderaban
La antropología aplicada parte de una visión la eficacia simbólica de prácticas curativas tradi-
llamémosle ocidentalizante, atribuyendo gran cionales. Pero además afirmaban la dimensión
colectiva de los padecimientos tanto en términos Pero ese ‘encuentro’ fue para mí sumamente
de causalidad como de atención a los mismos. importante, no sólo por la calidad de los mate-
Por supuesto que podemos generar muchas y riales generados por esta corriente, sino también
correctas críticas a gran parte de esa producción, por el proyecto ‘político’ que implicaban las pro-
pero ahora me interesa sobre todo recuperar al- puestas de la salud colectiva con el cual coin-
gunos de los problemas y de los enfoques que cidimos, y porque me obligó a reflexionar sobre
estas corrientes plantearon, y que inclusive inves- aspectos que para mí hasta entonces no eran
tigaron temas que muchos consideran recientes. prioritarios.
Una parte sustantiva de los trabajos de esta antro- Ahora bien, durante la entrevista he señalado
pología tuvieron que ver con ‘el cuerpo’ sobre algunos puntos diferenciales entre los enfoques
el cual trabajaron etnográfica y reflexivamente de la Antropología Médica, de la Biomedicina
por lo menos desde los 20’. Y no me refiero sólo y también de la Salud Colectiva, pero me inte-
al texto teórico de M. Mauss, sino a toda una resa subrayar un aspecto que las tres tienen en
serie de trabajos etnográficos entre los que des- común, y es que por más que todas hablan de
taca el notable estudio de M. Mead sobre la fa- salud y enfermedad, realmente sólo estudian,
tiga en Bali. Considero que esta investigación piensan y actúan en términos de enfermedad. Es
enseñaría a muchos de los que se dedican a los en gran medida por eso que yo sigo hablando de
estudios del ‘cuerpo’, a tomar en cuenta aspec- Antropologia Médica y no de Antropología de la
tos que ni siquiera imaginan. Salud como algunos la denominan actualmente.
Es durante este lapso que – junto por supuesto Lo cual no implica que dejemos de pensar en la
con estudios sociológicos y antipsiquiátricos – salud, lo cual suelo hacer pero a partir de con-
esta antropología considera a la enfermedad men- siderar a la salud como un concepto básicamente
tal como respuesta a las condiciones sociales en ideológico o si se prefiere imaginario.
las que viven los sujetos, y más aún considera
las psicosis – no sólo como consecuencias – sino Revista
como metáforas de las sociedades en las que Eduardo, ahora quisiéramos hablar más concre-
opera, como propuso J. Henry en su notable tamente sobre sus aportaciones para el campo de
estudio sobre “La cultura contra el hombre”. la antropología médica. Usted propone un abor-
Más aún, toda una serie de investigaciones so- daje antropológico sobre los modelos de aten-
bre el homosexualismo – entre los que destaca ción, ¿podría hablarnos sobre las diferencias y
el notable estudio de Devereux sobre el homo- contribuciones de la perspectiva antropológica
sexualismo entre los Mohave – propondrá ya en para la reflexión sobre los modelos de atención?
los 30’ y los 40’ al homosexualismo como un
comportamiento ‘normal’. Eduardo L. Menéndez
Por supuesto que a partir de los 60’ y sobre Mi concepto de modelo viene de dos fuentes
todo de los 70’ esta producción se diversifica principales, por una parte del estructuralismo –
enormemente, y no hay espacio suficiente ni si- incluido el estructuralismo durkheimiano – y
quiera para sintetizarla esquemáticamente. Pero por otra del historicismo, y sobre todo del his-
lo que me interesa señalar es que a partir de es- toricismo de Max Weber. La noción de modelo
tas y otras corrientes y problemas voy a ‘encon- parte del supuesto de que toda realidad social es
trarme’ con la medicina social a mediados de la compleja, y en cierta medida inabarcable, y que por
década de los 70’, con la cual asumo problemas lo tanto necesitamos generar modelos que orga-
comunes como el de los determinantes sociales, nicen provisoriamente esa realidad, para luego
pero discrepo por la ausencia de los procesos estudiarla empíricamente. La noción de modelo
simbólicos en la casi totalidad de sus estudios. que manejo supone una constante relación entre
Más aún, el marxismo dominante en la medici- la realidad construida como modelo y la histori-
na social latinoamericana en aquellos momentos cidad de esa realidad, que es lo que he tratado
era fuertemente economicista y estructuralista, de hacer en mis estudios sobre lo que denomino
y yo no sólo pensaba en términos gramscianos, Modelo Médico Hegemónico.
sino que venía de un ejercicio crítico realizado Yo fui tomando noción de ciertas caracterís-
durante los 60’ respecto del estructuralismo de ticas básicas de la biomedicina a través de mate-
Levi Strauss, pero también de Althusser. riales bibliográficos, y de mis propios estudios
cas, ya que reconoce que la prevención es gene- tratada por médicos o por otros curadores – pero
rada y usada por toda sociedad, mientras que la tiende a ignorarla como forma de atención, a la
biomedicina parte del supuesto de que gran que como sabemos sólo piensa en términos de
parte de los sujetos rechazan la prevención, con- institución biomédica, y reduciéndola a ‘auto-
fundiendo rechazo, resignificación y/o descono- cuidado’. Y nosotros hemos cuestionado este
cimiento a la prevención biomédica con inexis- concepto por reducir la autoación a compor-
tencia de prevención. tamiento exclusivamente individual, lo cual
Además considero que la mayoría de la po- sintoniza muy bien con las propuestas econó-
blación va incluyendo cada vez más aspectos mico/sociales neoliberales – que es cuando co-
preventivos biomédicos, como ocurre en el caso bró auge este concepto – pero no con los plan-
de la vacunación obligatoria. Mientras el pre- teamientos de la salud colectiva que manejo
ventivismo se queja de que la población no se y que considera que la unidad básica de la au-
previene para evitar ciertas consecuencias – lo toatención es algún tipo de grupo social, y no
cual es cierto – sin embargo, no recupera la el individuo.
notable expansión del esquema de vacunación Mientras que al médico, al curador tradi-
básica, en un país como México donde la cober- cional o al sanador new age vamos de tanto
tura está en alrededor del 97%, así como tam- en tanto, los procesos de autoatención son co-
poco reconoce el notable éxito de la planifica- tidianos, se ejercen todos los días. No podemos
ción familiar que se desarrolló entre mediados vivir sin autoatendernos de alguna manera, más
de los 70’ y la actualidad. Una parte sustantiva allá de que nos autoatendamos mal. De hecho
de las acciones preventivas que realiza la po- la mayoría de los grupos primarios designan
blación actualmente devienen del saber médico, dentro del grupo a un curador al cual consultan,
pero incluídas – por lo menos en parte – dentro y ésto opera a través de un grupo familiar o de
de las representaciones y prácticas sociales un grupo de trabajo fabril. La autoatención se
‘propias’ de la población. expresa a través de toda una variedad de activi-
dades, entre ellas la de automedicación con tisa-
Revista nas, con masajes, con palabras o con antibióticos.
Uno de los ejes principales de sus discusiones Al respecto he sostenido reiteradamente que
sobre modelos de atención es la autoatención, la automedicación constituye una pauta normal
¿por qué? del comportamiento individual y grupal, y en
lugar de tratar de erradicarla, necesitamos por
Eduardo L. Menéndez el contario trabajar para mejorarla. Por lo cual
La autoatención es parte estructural del fun- considero que gran parte del trabajo en educa-
cionamiento de todo sujeto y de todo grupo, lo ción, promoción y prevención para la salud de-
cual no significa ignorar y menos excluir las bería aplicarse a mejorar la automedicación, a que
actividades desarrolladas por los profesionales el sujeto sepa automedicarse lo mejor posible. Es
de la atención sean biomédicos, curadores tradi- decir aplicar una política de reducción de daños
cionales o sanadores new age. Lo que he pro- y de reducción de riesgos, dirigidas a la auto-
puesto reiteradamente es que la autoatención medicación.
de los padecimientos no sólo constituye el real Esto ha sido considerado como una suerte de
primer nivel de atención sino que es el eje arti- provocación, cuando lo que propongo es tratar
culador de las diferentes formas de atención que de actuar eficazmente sobre comportamientos
utilizan los sujetos y grupos sociales. que casi inevitablemente se desarrollarán como
Lo notable nuevamente, es que un hecho de son los de autoatención, incluída la automedi-
sentido común haya sido no sólo ignorado sino cación. Más aún, he señalado que el Sector Salud
sobre todo no utilizado o reconocido intencio- constantemente está impulsando la autoaten-
nalmente por el Sector Salud, como una de sus ción y también la automedicación, pero simultá-
principales estrategias de acción. Y cuando digo neamente se la pasa criticándolas. A veces pien-
intencionalmente, es porque asumo que la bio- so que el Sector Salud considera que la mayoría
medicina sabe de la importancia de la autoaten- de la población es más o menos esquizoide, ya
ción – la cual por ejemplo es decisiva durante el que por una parte – por ejemplo – promueve que
periodo de convalescencia de una enfermedad las mujeres usen píldoras anticonceptivas por su
cuenta – es decir se automediquen –, pero si esas Esto puede observarse tal vez con mayor
mismas mujeres usan antibióticos por su cuenta, transparencia en el desarrollo del uso de las sus-
su comportamiento pasa a ser cuestionado. tancias consideradas adictivas, ya que son crite-
Para gran parte de las enfermedades cró- rios médicos de adicción y de dependencia los
nicas el Sector Salud impulsa la autoatención, que fundamentan la ilegalidad del uso de estas
y en ciertos casos la automedicación, pero simul- sustancias por los sujetos que las usan por su
táneamente las critica. Es decir opera más o cuenta (‘automedicación’ con mariguana o co-
menos en términos de lo que G. Bateson llama caína), pero si la droga adictiva es recetada por
‘doble mensaje’ o ‘mensaje contradictorio’, y un médico, pasa a ser legalizada. El problema
que según este antropólogo constituye una actualmente, es que en un país como los EEUU
de las principales causales de ciertos tipos de el consumo de drogas consideradas adictivas
esquizofrenia. recetadas por médicos ha pasado a superar el
Considero que el Sector Salud, y por su- consumo de drogas ilegalizadas, y lo que es más
puesto los académicos, deberían desarrollar in- interesante es que han pasado a tener más con-
vestigaciones para no sólo saber porque la gente secuencias en la mortalidad por consumo de
se autoatiende y se automedica, pero sin cues- drogas que en el caso de las drogas prohibidas.
tionar a priori dichos comportamientos como se Un hecho que siempre me ha llamado la
observa en muchos protocolos de investigación, atención es que las investigaciones que conozco
sino para buscar la racionalidad subjetiva y gru- sobre automedicación – y subrayo las que co-
pal de dichos comportamientos tanto en térmi- nozco – a priori lo que buscan es demostrar los
nos económicos, sociales como culturales. efectos dañinos de la misma, pero no conozco
estudios que traten de ponderar no sólo los as-
Revista pectos negativos sino también los positivos de
¿Por que usted defiende la automedicación? la automedicación. Por lo cual te propongo rea-
lizar una investigación de este tipo, que consi-
Eduardo L. Menéndez dero prioritario en términos de salud colectiva.
Como ya señalé, parto del supuesto de que la Para concluir con este acápite, quiero su-
automedicación es parte de la autoatención, y brayar una orientación permanente de mi forma
que la autoatención implica toda una variedad de pensar los procesos de s/e/a, y especialmente
de acciones. Implica que los sujetos se autodiag- respecto de la autoatención. Y es que tanto
nostican, que formulan explicaciones causales cuando pienso en términos de modelos, de pro-
sobre sus padecimientos y que desarrollan estra- cesos de s/e/a o de la salud como imaginario so-
tegias de atención y de prevención. Estas activi- cial, lo que más me interesa es la reducción de la
dades son parte estructural de los procesos de enfermedad y de la mortalidad por una parte, y
s/e/a, y más allá de que el autodiagnóstico y las la posibilidad de que los procesos de s/e/a ope-
explicaciones causales sean correctas o no. ren como movilizadores sociales. Y justamente
Ahora bien, la biomedicina ha concentrado veo en los procesos de autoatención no sólo uno
sus críticas en la automedicación, y no tanto en de los medios de mejoramiento de la salud indi-
la autoatención a la que ha impulsado en térmi- vidual y grupal, sino también su potencialidad
nos de ‘atocuidado’, por lo cual necesitamos pre- para que los actores sociales impongan sus
guntarnos porque ocurre esa diferenciación. Y demandas específicas; es decir un mecanismo
considero que la respuesta no es demasiado de empoderamiento, lo cual podemos observar
difícil: la biomedicina cuestiona la automedi- tanto a través de grupos organizados en torno
cación no sólo por razones objetivas – por ejem- al VIH-sida, como a través del incremento del
plo las consecuencias negativas del mal uso de denominado ‘paciente bien informado’.
antibióticos – sino por razones profesionales, ya Algunos autores han cuestionado mi énfa-
que el medicamento constituye el principal sím- sis en la autoatención, pues consideran que con
bolo actual de identidad de la biomedicina en ello favorezco la ausencia y la responsabilidad
términos de eficacia comparativa, y ésta necesita del estado respecto de la salud colectiva, cuando
establecer un monopolio – que reiteradamente mi propuesta no sólo sigue subrayando la res-
fracasa por lo menos en América Latina – sobre ponsabilidad del estado, pero ve en el desarrollo
el uso de medicamentos. de la autoatención embriones, posibilidades,
de un actor significativo, y por lo tanto debié- pel central del actor en relación con la determi-
ramos detectarlos y trabajar no sólo con todos nación dominante dada a la estructura social o a
ellos sino sobre todo con las relaciones de dife- la cultura, y sobre esto me interesa subrayar dos
rente tipo (cooperativas, competitivas, simétri- procesos económico/políticos que por razones
cas, asimétricas, de hegemonía/subalternidad, contradictorias impulsaron la recuperación no
etc.) que operan entre dichos actores y fre- sólo del actor sino del individuo y del sujeto. Y
cuentemente en forma simultánea. me refiero por una parte a la crisis y disolución
Ésta es casi una obviedad, pero las obvie- de la casi totalidad de las sociedades conside-
dades operan según los momentos que atraviesa radas como ‘socialistas reales’, así como por otra
una disciplina, por lo menos en el caso de la al desarrollo del neoliberalismo, los cuales nece-
Antropología Social, y para aclarar lo que estoy sitamos incluir en toda su importancia dado que
diciendo voy a trazar una pequeña trayectoria dichos procesos no sólo contextualizan el desar-
de cómo la misma se ha manejado metodológica- rollo de las nuevas propuestas académicas, sino
mente con los actores sociales. que son parte central del cuestionamiento y
Considero que hasta los 60’ la mayoría de las hasta del abandono del papel dominante de las
corrientes antropológicas se caracterizaban por estructuras sociales, y de la recuperación del
estudiar la cultura, la sociedad, la comunidad, actor en términos de ‘emprendedores’ o en tér-
etc., de tal manera que el actor social eran la cul- minos de sujetos.
tura, la sociedad, la comunidad, donde práctica- Correlativamente toda una serie de movi-
mente los sujetos no eran considerados como mientos sociales comenzarán a proponer a sus
tales, sino como entidades que reproducían lo sujetos como actores diferenciales que necesitan
que ‘hacía’ la cultura, la sociedad o la comunidad. intervenir en la realidad para evidenciar su dife-
Ahora bien, la casi totalidad de las corrien- rencia, para establecer sus demandas y para
tes antropológicas incluidas las marxistas pro- ‘empoderarse’, lo cual se expresó a través del
ponían un enfoque relacional referido a las papel diferencial de la mujer, de los homosexua-
‘partes’ que constituían una cultura, una socie- les o de los grupos étnicos. Frente a concepciones
dad o un mito. El estructuralismo llevó a casi donde el actor era la cultura o la sociedad, se
sus últimas consecuencias este enfoque que, proponen actores particulares que desarrollan
entre otras cosas, excluía a los sujetos sociales puntos de vista y de acción diferenciales. Estos
o los incluía en términos de conducta de rol, – y otros procesos – van llevando al surgimiento
de comportamiento de clase o de patrones de de las propuestas del retorno del actor (A.
conducta donde la subjetividad de los actores Touraine), a la producción de las concepciones
estaba ausente. del actor como agente identificada en parte con
la obra de A. Giddens, y más tarde del actor
Revista como sujeto radicalmente individual propuesta
¿Entonces cómo ocurre la recuperación del por autores como U. Beck.
sujeto? Mientras que en sus primeras propuestas,
el actor social llamado mujer u homosexual
Eduardo L. Menéndez reproducía a nivel de un actor lo que antes se
Lo señalado no ignora que ciertas corrientes refería sólo a la cultura o a la sociedad, es decir
antropológicas – y por supuesto ciertos autores que también excluían a los sujetos, por lo cual
– trataron de incluir al sujeto, pero su papel fue seguían promoviendo una visión – por así de-
muy secundario, aunque posibilitó las modifica- cirlo – esencialista de los actores sociales. En un
ciones que comenzaron a observarse desde los segundo momento comenzó a recuperarse a los
60’, y sobre todo durante los 70’. Tampoco sujetos que hay dentro de cada actor llevando
niego que determinadas corrientes filosóficas, esto a una gama de propuestas que iban desde
como el existencialismo sartreano, refiriera los la negación de la sociedad como algo existente,
procesos sociales básicamente a los sujetos, pero estructurado y/o estructurador, hasta las pro-
estas corrientes influyeron muy poco en el de- puestas de tipo relacional como las sostenidas
sarrollo de nuestra disciplina. por mí. La mayoría de estas propuestas condu-
Por muy diversas razones, a partir sobre to- jeron a radicar la realidad en el punto de vista
do de los 70’ se genera una recuperación del pa- de cada actor, y de hecho anular o secundarizar
las relaciones que operan entre los diferentes a narrativas, a las historias que ciertos actores
actores sociales. sociales cuentan, sin incluir las prácticas sociales
Ahora bien, a través de la esquemática de los mismos. Y lo que a mi juicio es tan o aún
trayectoria que presenté, no sólo se cuestiona más preocupante, es que la mayoría de los auto-
la determinación de la estructura social o de la res que trabajan exclusivamente con la palabra
cultura sino que se recupera el papel activo de del actor que estudianno asumen reflexivamente
los actores sociales, lo cual era notoriamente esta situación, o consideran que lo relevante son
necesario, pero desgraciadamente este proceso las representaciones sociales, o piensan que las
condujo al desarrollo de dos orientaciones narrativas e historias que describen equivalen a
metodológicas cuestionables, que si bien pode- las prácticas sociales.
mos comprenderlas ideológica y hasta política- Subrayo que reconozco la enorme importancia
mente, sin embargo en la medida que persistie- de obtener representaciones sociales, narrativas
ron como propuesta metodológica tendieron a o historias sobre todo para observar la significa-
generar sesgos y omisiones cada vez más graves. ción que dan los actores sociales a los procesos
Y me refiero a que la mayoría de los trabajos que en que actúan, pero no incluir las prácticas o
focalizan el punto de vista del actor práctica- pensar que las representaciones equivalen a las
mente eliminan las relaciones sociales entre acto- prácticas es producir una etnografía basada en
res dado que se centran en un solo actor, pero lo que los actores dicen que hacen, y no en lo
además – al igual que otras tendencias académicas que dichos actores realmente hacen.
y no académicas – reducen la presencia y acción Bueno y para concluir, estos son algunos de
del actor casi exclusivamente a su palabra. los procesos académicos y no académicos que
dieron lugar a mis propuestas sobre la necesidad
Revista de impulsar un enfoque relacional que articule
¿Puedes aclarar su propuesta relacional sobre estructura/cultura y actor social, que incluya el
los actores sociales? conjunto de actores significativos así como sus
puntos de vista diferenciales o no, pero que no
Eduardo L. Menéndez reduzca la realidad a dichos puntos de vista.
Es decir, la mayoría de los autores que trabajan Que observe los tipos de relaciones y en parti-
con el punto de vista de la mujer, de los homo- cular las de hegemonía/subalternidad que ope-
sexuales o de los grupos étnicos sólo tratan de ran entre los diferentes actores sociales, y que
documentar, de observar la visión de los mis- no reduzca los procesos sociales a las narrativas
mos; de dar testimonios de los dolores, agravios, de los actores sino que trate de observar e in-
exclusiones a que han sido sometidos por diver- cluir sus prácticas sociales.
sos actores dominantes en función de las especi-
ficidades de cada uno de los actores subalternos
señalados. Si bien estos objetivos los considera-
mos necesarios, lo que cuestionamos es que los
actores sociales con los que este actor – mujer
o grupo étnico – entra en relación sólo suelen Nota
ser mencionados o presentados exclusivamente
a través de los relatos de los actores sociales
subalternos. Más aún, las relaciones entre los * Entrevista concedida a Ana Lúcia de Moura Pontes,
diferentes actores sociales sólo son presentadas professora-pesquisadora do Laboratório de Edu-
a través de la visión de uno solo de los actores. cação Profissional em Atenção em Saúde da Escola
Pero además, la casi totalidad de la informa- Politécnica de Saúde Joaquim Venâncio, da Fun-
ción no sólo se obtiene de un solo actor, sino dação Oswaldo Cruz (EPSJV/Fiocruz), e a Renata
que – y esto se observa también en otras aproxi- Gabriela Cortez Gómez, psicóloga, doutoranda em
maciones antropológicas – dicha información se Antropologia Social pelo Centro de Investigacio-
obtiene casi exclusivamente de la palabra de este nes y Estudios Superiores en Antropología Social
actor. De tal manera que la mayoría – y frecuen- (CIESAS/DF-México).
temente la totalidad – del material etnográfico
presentado refiere a representaciones sociales,