Te hubieras ido
antes de lastimar a
nuestros hijos
Se supone que uno se queda para cuidarlos, no para
ignorarlos o culparlos de los problemas que no pudo
resolver, ¿dónde quedó el amor por ellos?
Han pasado un par de semanas desde que te fuiste de casa, no me había dado
cuenta hasta que saqué unos zapatos tuyos debajo de la cama, los olvidaste y ya
estaban cubiertos de polvo. Creo que te hubieras ido antes de lastimar a
nuestros hijos, lo de menos era yo.
Siempre te dijeron que la familia era primero, que había que dar todo por
los hijos y que tu trabajo era proveer para que no faltara nada bajo tu techo, lo
que se te olvidó es que de las apariencias no nace el amor y que los niños
aunque sean pequeños son brillantes, se dan cuenta de todo y es imposible
ocultarles cuando no estamos bien.
Habías sido un excelente papá, aún recuerdo cuando te sentabas con ellos en la
mesa a hacer barcos de papel tratando de que hicieran la tarea con gusto, o
cuando te los llevaste a la media noche a ver el estreno de esa película de
superhéroes que tanto los hizo soñar.
En una pareja donde no hay amor, pero hay hijos no hay lugar para el
egoísmo. Tu lugar vacío en la mesa lo hemos ocupado con más pláticas, con más
risas, y no es que espere que no regreses, sino que cuando vuelvas a verlos
seas el buen papá que conocieron, el hombre que podía enseñarles a
conquistar el mundo, a creer que todo era posible.