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Escravos No Arquipelago Da Madeira. Secu
Escravos No Arquipelago Da Madeira. Secu
DA MADEIRA
Séculos XV a XVII
·Alberto Vieira ·
. AUTÓNOMA DA MADEIRA
TiTULO
Os Escravos no Arquipélago da Madeira - Séculos XV a XVII
I. • edição: Setembro de 1991
Colecção Memórias- 5
AUTOR
Alberto Vieira
EDIÇÃO
TIRAGEM
2 000 exemplares
CAPA
Escravos negros Locando tambor . Pormenor de um braço do
cadeiral da Sé do Funchal (anterior a 1508)
COMPOSIÇÃO E I MPRESSÃO
Imprensa de Coimbra, L. d•
Largo de S. Salvador, 1-3- 3000 Coimbra
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de los misnws, puesto que si algo se consigna fielmente en los registros es e/ nombre completo
dei proprietario, sus títulos, as( conw su condición socio-profesional, su naturaleza y vecindad.
Con ello el autor ha sido capaz de elaborar una relación entre proprietarios y posesión de
cautivos, distinguiendo a unos de otros enfunción de su escala social. E/ análisis de los misnws
de ha pennitido comprobar que e/ comportmniento de los eclesiásticos· en cuanto a posesión de
esc/avos es e/ misnw en Madeira que en otros lugares de la Península y de Canarias.
Los libros de matrinwnios igualmente han sido útiles para conocer que proporción de esc/a-
vos accedían la matrinwnio, puesto que este tanto por leyes civi/es conw canónicas había sido
defendido en favor de los esc/avos. De/ mismo modo e/ autor ha realizado un análisis de las
relaciones entre los esc/avos y los homhres libres, para conocer en que proporción se rea/izaban
estas uniones.
Con estas fuentes A. Vieira ha sabido hacer un planteamiento interesante sobre la escla-
vitud, suponiendo un puesta a punto, con una uti/ización importante dei caudal de infonnación
que /e ha aportado la exhaustiva bibliografia utilizada.
Con ambas herramientas, fuentes y bibliografia, nos ofrece un panorama amplio de la
institución en Madeira, con aportaciones novedosas, pues no só/o se ha limitado a exponernos
e/ desarrollo de la esc/avitud, sino que ha ahondado en cuestiones controvertidas y a veces dis-
cutibles, conw matizar las repetidas referencias que insisten en só/o asociar e/ esc/avo a la plan-
tación y producción azucarera; aunque esto es cierto, sin embargo, el esc/avo juega un papel
de nos menos relevancia en otros sectores, donde desarrollada otro tipo de labores, que iban
desde su aportación en la constmcci6n de las fortificaciones hasta e/ amplio campo socio-económico
impuesto en Madeira durante los siglos XVI y XVIJ. Para poner esto en relación con la escla-
vitud hace 1m esfuerzo por sintetizar e/ desarrollo histórico de Madeira en aquellas centurias.
A su vez y a través de los esc/avos, y de los tipos e:tistentes, ahonda en las relaciones
mantenidas entre Madeira, las p/azas africanas y Canarias, donde e/ esc/avo era un bien
intercamhiable por productos necesarios para e/ bastecimiento de la Is/a.
Pero 1w só/o se ha lunitado a analizar estos aspectos, interesantes por si 1nisnws, sino que na
ahondado en otros, no lllenos importantes, que nos acercan a/mundo lllental y antropológico de
la época, cuando estudia la vida cotidiana de los cautivos, sus relaciones con/a iglesia, sus nom-
bres, su integración en cofradías y su participación enfiestas religiosas. Pero no contento con
esto culmina e/ trabajo intentando aproximarse y abriendo vías hacia la reminiscencias étnicas y
hacia la presencia de topónurws que tienen sus raíces en/a población esc/ava que vivió en Madeira.
Dei mis1no modo no conc/uye el estudio con la libertad de los esc/avos, que es nonna/-
mente donde se cierra el ciclo de la esclavitud, sino que se interesa por conocer cua/ es la vida
material y social de aquel/os homhres y mujeres que accedieron a la libertad. Para e/lo intenta
aproxinarse a/número, tanto por ciento, de los esc/avos que irmmpieron en elnuevo estado,
contratando una vez más que fueron las mujeres y los niifos los más agraciados, bien por haberse
criado en casas desusamos conw por ser posiblemente hijos suyos. Las actividades realizadas
por los lnisnws y su inserción en la lnisma sociedad que los esc/avizó, queda patente también
en e/ trabajo, donde se de1mtestra que mantienen una relación con sus antiguas actividades y
con sus seíiores. Así ejercfan labores en e/1mmdo rural y en las ciudades, trabajando tanto en
los ingenios, ahora conw personallibre y asalariado, y enlas casas de sus anws. Conw grupo
nwrginal, que siguen siendo, pues e/ color y la ilegitbnidad son signos de su antigua condición,
mantienenlazosfuertes de solidaridad, ayudando con su esfuerzo a que otros se ahorren, acogién-
dolos en sus casas y prestándoles ayuda. Su vida social y material culmina este apartado en
donde se compruebba que muchos cambiam de residencia para olvidar su antigua condición.
Todo este panorama es recogido por el autor en un trabajo serio y sugerente, que /lena
una de las lagunas de la Historia de/ Atlántico y por supuesto de Madeira, que describe de un
nwdo sencillo pero a la vez riguroso y docll11lentado, tal conw queda denwstrado por los más
de I40 cuadros que acompaíian ai texto, lo lnismo que los mapas.
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El presente libra constituye el núcleo de la tesis doctoral de A. Vieira; una tesis que nos
cupo la suerte de co-dirigir en compaíiia de/ prestigioso investigador portugués el profesor Luis
de Albuquerque, y que fue defendida en la Universidad de Azares en 21 de Enero de 1991, en
donde el autor fue profesor asistente entre los cursos 1982-83 hasta 1985-86, en que se integró
en el equipo encargado de instalar el Centro de Historia de/ Atlântico con sede en Funchal, bajo
los auspicias dei Gobiemo Regional. La labor de docente la compaginó A. Vieira conla de inves-
tigador, pues es bien conocido por sus trabajos referentes a/ mundo atlántico y a su relación
con los espacios insulares, preocupación que ha 1nantenido durante los últilnos aíios, con par-
ticipación en coloquios y congresos intemacionales y nacionales, donde ha demostrado su buen
hacer colnD investigador.
Su fonnación en las Universidades de Lisboa y Açores y sus condiciones cotno docente,
impartiendo las disciplinas de Historia económica y Social, Historia de Portugal e Historia de
los descubrimientos e Expansão Portuguesa, le 1/evaron bien pronto a/ campo de la investigación
de la mano de los profesores Artur Teodoro do Matos y Luis de Albuquerque, con los cuales
ha trabajado y colaborado. E/lo he ha pennitido enfrentarse a las fuentes de los archipiélagos
de Açores, Madeira y Canarias, para illtroducirse en e/ conocimiento de/ posado insular.
En la última década nos ha ido ofreciendo sus investigaciones. Comenzó estudiando e/ comercio
de cereales, tanto de Azares cmno de Canarias para Madeira; en los distintos trabajos sobre
este tema analiza como e/ archipiélago madeirense, convertido primero em granero dei reino,
cedi! paso a/ cultivo de azúcar, dependiendo para e/ abastecüm"ento de/ trigo de los otros
archipélagos; trigo que paga con productos de la tierra, entre e/los azúcar, vino, zwnaque y
esc/avos negros.
La dedicación a este tnna /e llevó a profimdizar sobre la cueitión cerealística en Açores.
A través de estas estudios comensó a plantearse y a abrir de nuevo el camino iniciado a fines
dei siglo XVI, por un autor azoreano: Gaspar Frutuoso. Éste en su obra «Saudades da Terra>>
intenta hacer una especie de historia comparada, contrastando los aspectos de los diferelltes archi-
piélagos. Pues bien esta antorcha dei análisis comparado, que no contó con adeptos en el deve-
nir histórico, fue recogida por A. Vieira ai estudiar. las relaciones comerciales entre los
tres archipiélagos, donde evidencia una similitud en el proceso de desarrollo económico,
diferenciada, tal vez, por sus particularidades naturales. En «O comercio interinsular nos
séculos XV e XVI. Madeira, Açores e Canarias», el autor hace un exhaustivo análisis no só/o
dei comercio sino de los elementos que lo generan y de los homhres que lo hacen posib/e, con
sus circuitos y sus redes mercantiles.
Dentro también dei campo económico se ha interesado por el papel e importancia dei
azúcar y dei vino, ra~no's claves en el desarrollo de Madeira.
El seflorío y la administración municipal, con sus implicaciones políticas, sociales y econó-
micas tamhién ha sido ~notivo de investigación para el autor, lo nús1no que e/ descubrimiento
y poblamiento de Madeira, con nuevas aportaciones y puesta ai dia de la bibliografia.
Este cmwci1lúento sobre el posado insular file la base para poder emprender con rigor y
seriedad e/ estudio de la esclavitud, con un tratamiento eficaz y con el manejo de metódos
cuantitativos y cualitativos, a pesar de la dispersión de las fitentes, que A. Vieira h a sido capaz
de superar con e/ cruzamiento de las mismas, y con los análisis comparativos, además de con
el apoyo de una abundante bibliografia.
Por todo e/lo creenws que he~nos de congratulamos y felicitar ai autor, quién con su esfilerzo
nos presenta en esta obra en toda su riqueza e/ comportamiento y la actividad de un grupo social
doblemente margilwdo, por la sociedad en la que vició y por las fuentes que callan su voz y só/o
nos ofrece la de aquel/os que los esclavizaron.
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INTRODUÇÃO
(1) Os seus trabalhos sobre a escravatura inciaram-se com tese de doutoramento- La eslcal'l·tud en las
Canarias Orientales en e[ siglo XVI (negros, moros y mariscos), Las Palmas, 1982.
(2) O Comércio Inter-Insular 110s séculos XV e XVI (Madeira, Açores e Canárias), Funchal, 1987.
(3) Tenha-se em consideração os estudos de Manuel Lobo Cabrcra, V. Cortés Alonso, E. Vila Vilar e
A. Franco Silva, citados na bibliografia; veja-se ainda N. CABRILLA:--IA, «La esclavitud en Almería según los pro-
tocolos notariales (1519-1576). Tipologia documental», in Actas de Metodologia Aplicada de las Ciências His-
toricas, V, Santiago de Compostela, 1973, 305-~17.
(4) M. LoBO CABRERA, ibidem. Veja,se ainda: A. EIRAS ROEL, «Tipologia Documental de los Protocolos
gallegos•, in Historia Social de Galicia en tres Fuentes de Protocolos, Santiago de Compostela, 1981, 21-115;
V. CORTÉ.~ ALONSO, "Algunas ideas sobre la esclavimd y su investigación•, in Bulletin de I 'Institui IJelge de Rome,
Miscelanea Charles Verlinden, XLIV (1974), 127-144.
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Canárias no século dezasseis, a disponibilidade dos registos notariais possibilitou uma análise
alargada da componente mercantil do fenómeno. Mas na Madeira a ausência da mesma
documentação e dos registos de entrada e saída da alfândega do Funchal inviabilizaram este tipo
de tratamento do problema. Mesmo assim procurámos reunir o máximo de informação possível
na tentativa de estabelecer as principais directrizes desta realidade.
As lacunas dos núcleos documentais madeirenses, pensávamos nós, podiam ser parcial-
mente supridas com a disponibilidade dos registos paroquiais, considerada a mais valiosa colecção
do Arquivo Regional da Madeira, mas a consulta e análise de crítica interna e externa vieram
a comprovar, em certa medida, o contrário. As inúmeras faltas, a deficiente e desordenada
encadernação feita já no nosso século, tomam este núcleo documental de difícil uso pelo inves-
tigador. Mesmo assim não prescindimos da sua recolha, análise e uso.
(5) Dos numerosos estudos referenciamos os seguintes: Les Origines de la Civilization Atlantique,
Nêuchatel, 1966; •Précédents et paralellcs europeéns de l'esclavage colonial», in O Instituto, vol. 113,
Coimbra, 1949.
(6) •Madeira and the beginings of New World sugar cane cultivation and plantation slavery: a study in
constitution building», in Vera RUBIN e Arthur TUNDEN (eds.), Comparative Perspectives on Slavery in New World
Plantation Societies, New York, 1977.
(7) Evidente como a publicação do trabalho de Philip D. CURTIN, The Atlantic Slave Trade. A Census,
Londres, 1969.
(8) Refira-se, a título de exemplo, os estudos de Gilberto Freire, nomeadamente o mais
publicitado - Casa Grande e Senzala, que se enquadra no panorama da produção literária americana, de que
podemos referenciar Stanley M. Elkins (1959), F. Taunembaum (1947), David Brion Davies (1966).
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Perante isto as questões demográficas, sociais, económicas e culturais foram sacrificadas,
o mesmo sucedendo, em termos cronológicos, com as épocas iniciais da escravatura em relação
à centúria oitocentista. Neste último século é evidente a relação entre o estudo do assunto e a
dominância da teoria abolicionista.
A par disso as disponibilidades da documentação madeirense não são de moldes a facili-
tarem esta análise, pois para o período dos séculos XV e XVI, em que a economia açucareira
se afirmou, faltam-nos as referências sobre os escravos. Nomeadamente no caso da ligação do
fenómeno da escravatura à economia açucareira, os deficientes acervos documentais não per-
mitiram uma análise tão profunda como seria desejável. Daí resultou que o tema continuará ainda
em aberto. Pensámos até que será sempre um problema sem resposta definitiva e adequada.
(9) Tenha-se em atenção, neste caso, o importante estudo de Richard D. DUNN, Sugar and Slaves. The
Rise ofthe plalller class in the English West lndies. 162-1-1713, N. York I Londres, 1973; L. PAYTRAND, L 'Esclavage
aza Antilles Françaises avant 1789, Paris, 1897.
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Não é fácil reconstituir, deste modo, o quotidiano do escravo madeirense. Ele andava sem-
pre associado ao do seu proprietário. Até mesmo em momentos em que o escravo é protagonista
de algum acontecimento, normalmente de carácter violento, o dono aí está presente, uma vez
que sobre ele recaem todas as correspondentes responsabilidades civis. Esta excessiva vin-
culação do escravo ao dono é um dos aspectos marcantes da expressão da escravatura no arqui-
pélago, sendo também testemunho de uma vivência comum e não scgregativa. Deste modo as
suas particularidades tomam-se dificilmente expressivas. O recurso a testemunhos de estranhos,
legados pela literatura de viagens (lO), poderá ser uma valiosa fonte de informaçôcs a tal res-
peito. A par disso o rastreio da mundividência dos libertos poderá ser um indício da anterior
situação. Daí a importância que atribuímos a este gmpo.
Depois de rastreada a situação procurámos analisar as implicações do fenómeno nos vários
domínios da sociedade madeirense, dando particular relevo aos aspectos legislativos e religiosos.
Em ambos os casos preocupamo-nos em discernir, por um lado, os indícios da vivência dos escra-
vos através das limitações impostas ou das insistentes normativas do comportamento religioso
e social c, por outro, a posição que a sociedade lhes atribuía. Num e noutro caso são poucas
ou nenhumas as ligações ou semelhanças com o que se passa do outro lado do Atlântico. Aqui,
ao contrário do que sucedeu no continente e ilhas americanas, a pequenês do espaço ocupado
fez com que o mundo do escravo e do proprietário se interpenetrem numa sociabilidade
particular.
4. Para a realização deste projecto contámos com o apoio de algumas pessoas e instituiçôcs
que, pela importância que assumiram, não podemos de modo algum ignorar. Em primeiro lugar
os nossos agradecimentos aos Profs. Drs. Luís de Albuquerque e Manoel Lobo Cabrera pelo
apoio incondicional que nos deram, aceitando a orientação do trabalho. Os seus inúmeros
reparos despertaram a nossa atenção para aspectos, por vezes, ignorados e contribuiram para a
presente forma dada ao resultado final.
Também não devemos esquecer o apoio e carinho com que alguns dos funcionários das
bibliotecas e arquivos, onde realizámos a nossa pesquisa, nos propiciaram: em especial aos
funcionários do Arquivo Regional da Madeira que, suplantando os inúmeros entraves impostos,
nos facilitaram o acesso a todos.os núcleos documentais disponíveis.
(lO) Para a Madeira temos o testemunho de Giulio Landi, •Descrição da ilha da Madeira», in A Madeira
Vista por Estrangeiros, Funchf,;, 1981, 85, 92-93 e 98.
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ABREVIATURAS E SIGLAS
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O ARQUIPÉLAGO E O ESCRAVO
O POVOAMENTO
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algarvia('). Mas isso carece de provas e as mais recentes investigações têm revelado uma
proveniência diversa para estes povoadores (2). A quantificação possível a partir de uma lista-
gem (3) e dos registos paroquiais (4 ) atesta que eles foram maioritariamente do norte de Portugal.
A evolução da estmtura religiosa, fiscal e administrativa surge, em simultâneo, como resul-
tado e testemunho da dispersão geográfica dos núcleos de povoamento. Assim às primeiras cape-
las para o serviço religioso, no Funchal e Machico, vieram juntar-se outras, ainda no século XV,
em Santo António, Câmara de Lobos, Ribeira Brava, Ponta do Sol, Calheta e Santa Cruz.
A estmtura municipal acompanhou também o progresso, pois aos iniciais municípios nas sedes
das capitanias e aos alcaides e juízes pedâneos dos lugares de Câmara de Lobos, Ribeira Brava,
Ponta do Sol, Calheta e Machico, sucederam-se os municípios da Ponta do Sol (1501),
Calheta (1502) e Santa Cruz (1515).
Os primeiros cento e cinquenta colonos, companheiros de João Gonçalves Zarco e Tristão
Vaz Teixeira, multiplicaram-se de forma espectacular. Assim, passados vinte anos eram já
oitocentos os vizinhos, e para 1514 a tradição historiográfica refere, sem apresentar as fontes,
que a ilha tinha mais de 5.000 habitantes. Foi este franco progresso e a afirmação hegemónica
do lugar do Funchal que levou a coroa a atribuir-lhe a categoria de cidade em 21 de Agosto
de 1508 (5).
Um dos índices mais elucidativos sobre a evolução do movimento demográfico da ilha
é-nos dado pela estmtura religiosa do arquipélago. A criação de capelanias e freguesias e o aumento
do valor das côngmas são os principais elementos denunciadores disso.
As primeiras paróquias surgem no século XV a partir dos principais núcleos de
fixação- Câmara de Lobos, Calheta, Funchal, Machico, Ponta do Sol e Ribeira Brava. Destas
freguesias do litoral se retiraram outras (mapa n. 0 1) na primeira metade da centúria seguinte:
Campanário, Estreito Câmara de Lobos, Faial, Gaula, Ponta do Pargo, Santana e Santo António.
Por aqui fica demonstrado que, à primeira fixação litoral sucedeu outra no interior. A norte,
onde existiu, desde meados do século XV uma capelania em S. Vicente, a partilha das primeiras
paróquias data da primeira metade do século XVI: S. Jorge (1517), Ponta Delgada (1520) c Porto
Moniz (1540).
O confronto desta realidade com o valor das côngmas, estabelecidas de acordo com o mímero
de vizinhos de cada paróquia, permite-nos conhecer, com alguma segurança, a evolução da man-
cha humana em toda a ilha. Comparada esta com os dados apresentados por Gaspar Frutuoso e
os declarados no recenseamento de 1598 verifica-se uma tendência concentracionista no litoral
sul, com especial incidência na Calheta, Câmara de Lobos, Caniço, Estreito da Calheta, Machico,
Ponta do Sol, Ribeira Brava, Santa Cruz e Funchal. No recenseamento de 1598 (6) é patente
a macrocefalia da cidade do Funchal, que reune nas oito freguesias em torno do espaço urbano
44% dos fogos e 50% das almas. Entretanto a capitania do Funchal totalizava 79% dos fogos
e 82% das almas. É de salientar que a vertente norte, de difícil acesso, pouco cativou as atenções
dos madeirenses, uma vez que nesta data os moradores das freguesias representavam ape-
(1) Com base nos textos de Jerónimo Dias LEITE (Descobrimento da Ilha da Madeira ( ... ), Coim-
bra, 1947, 16) e de Gaspar FRUTUOSO (Livro primeiro das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1966, 218-218);
sendo o seu principal arauto Alberto IRIA, O Algarve e a Madeira no século XV, Lisboa, 1974 (Sep. de
Ultramar). Confronte-se a crítica de Fernando Jasmins PEREIRA, O Algarve e a Madeira, Braga, 1975.
(2) O primeiro a chamar a atenção para esta errada conclusão foi Ernesto GoNÇALVES (•No Minho ao
Sol de Verão•, inD.A.H.M., IV, n. 0 21, 1955; idem, ·Anotações•, inFernando de Menezes VAZ, Famílias da
Madeira e Porto Santo, vol. I, Funchal, S.D., pp. 224, nota 1, 248 nota 1).
(3) Luís de ALBUQUERQUE e Alberto VIEIRA, A Ilha da Madeira no século XV, Funchal, 1987, 56.
(4) Luís Francisco de Sousa e MELO, •A imigração da Madeira•, in História e Sociedade, n. 0 6,
1979, 39-57.
(5) A.R.M., C.M.F., registo Geral, t. 1, fl. 278 vo.-279.
(6) Arquivo Histórico da Madeira, ll, Funchal, 1932, 28-35.
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MAPA NQ 1 - , ,
CRIAÇAO DAS PAROQUIAS NA MADEIRA SEC. XV -XVI
FAIAL
SERRA DE AGUA
~
X
MONTE CAIIN:HA
CAMPANÁRIO A
ESTRfiTD X
RIBEIRA BRAVA
A
.....
LEGENDAS
• SEC. XY
...._ SÉC. XVI I r MITA!I I
t:. SÉC. XVI 12 MITAOEi
I Z 3 4 5 10
X SÉC. XVII
nas 9% dos fogos e 8% das almas. O século XVII mantém este incremento populacional.
Em 1614 o número de fogos aumentou para 5.986 e o de habitantes para 23.345 (7 ). Passados
vinte c três anos fala-se na presença de 23.200 almas de confissão para 6.900 fogos (8). E, final-
mente, em 1676 a Madeira apresentava 8.469 fogos c 34.622 almas de comunhão (9).
Na ilha do Porto Santo, castigada pelo clima e assaltos de piratas c corsários, a população
terá atingido as 1.680 almas c os 420 fogos em 1590. Mas o assalto dos corsários argelinos
cm 1616 reduzia-se para apenas 25 almas, ficando de pé 106 fogos (10).
A par disso é de salientar, noutros domínios, profundas mutações resultantes da necessi-
dade de adaptação da estrutura institucional aos novos condicionalismos do processo sócio-
-económico. Neste caso foram importantes as iniciativas do senhorio a partir da década de 60.
Enquanto cm 1477 (11) D. Beatriz teve plena consciência das dimensões assumidas pelas trocas
com o mercado externo, criando duas alfândegas, no Funchal e em Machico. D. Manuel,
desde 1486 (12), deu o impulso decisivo para a materialização da estrutura administrativa ade-
quada às novas exigências do final de século. Assim foi ele que promoveu a construção de uma
igreja, casa para a câmara, paço para os tahcliães e alfândega, cedendo para o efeito os terrenos
que lhe pertenciam, conhecidos como o Campo do Duque. Desta forma o burgo funchalense
amplia-se e a área urbana ganha uma nova estrutura, que perdurará até à actualidade.
A novidade associada ao elevados proventos arrecadados no início do processo de
ocupação do solo madeirense atrairam à ilha inúmeros reinóis. Os filhos-segundos, os trabalha-
dores c a pequena burguesia apostaram na nova realidade, que lhes grangeou uma posição de
evidência na nova sociedade atlântica. Inicialmente o medo de enfrentar a novidade afectou tam-
bém os estratos sociais baixos, pelo que surgiram cm seu lugar os degradados e escravos. Mas,
o imediato progresso económico da ilha conduziu a uma mudança radical, surgindo inúmeros
jornaleiros, aventureiros e estrangeiros.
A testemunhar a baixa condição social da maioria dos primeiros colonos que povoaram
a ilha temos, por uma lado, a reclamação de João Gonçalves Zarco junto do monarca para que
lhe enviasse varões de qualidade para desposarem as suas quatro filhas (13). Todavia a aristo-
cracia madeirense safu deste grupo sendo a sua afirmação a partir das riquezas acumuladas com
a exploração da terra e o exercício de funções administrativas.
Ao primeiro impacto peninsular que deu corpo aos colonos que abriram as primeiras arro-
teias, seguiram-se depois os demais europeus que contribuiram para espalhar os produtos madei-
renses pelos portos europeus. É de considerar ainda a presença forçada de uma população das
Canárias e costa africana (mouros e negros). Foram estes últimos que deram o necessário arran-
que das arroteias para a afirmação das culturas cerealífera e açucareira.
A documentação refere-nos, como teremos oportunidade de ver, que este grupo social foi
extremamente segregado e alvo de extremadas cautelas por parte dos livres. A servidão forçada
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gerava, por vezes, reações intempestivas, o que obrigava a definição de medidas de controlo social,
explícitas nas diversas posturas. Também o convívio com o «povo meúdo», nomeadamente os
trabalhadores de soldada oriundos do reino, e libertos provocava, por vezes, uma certa insta-
bilidade social (14).
Ao lado desta multidão de jornaleiros, rendeiros e foreiros ou criados, definida como «povo
meúdo», estavam os mestcrcs, que em conjunto com eslcs estavam num escalão inferior aos prin-
cipais. A importância dos oficiais mecânicos na ilha ficou definida, a partir de 1484, com a expres-
são da sua voz em vereação por meio da Casa dos Vinte e Quatro. A partir daí eles passaram
a ter um lugar de relevo na sociedade: participavam, na vereação e tinham um lugar relevante
nos principais actos públicos como a procissão do Corpo de Deus. Também a cidade lhes reser-
vara um espaço, surgindo as ruas com o nome dos ofícios mais importantes, a atestar a sua
importância.
O progresso sócio-económico da ilha gerou novas necessidades e adequou os diversos ofí-
cios às exigências do quotidiano. Enquanto na cidade c vilas estes se reuniam em arruamentos
os diversos oficiais mecânicos, no campo os canaviais ou o engenho cativavam a atenção dos
trabalhadores braçais, especializados ou não. Aí temos mestres de açúcar, purgadores, caldei-
rciros, tacheiros, escumeiros, etc., que dão vida à safra do engenho. O recrutamento era feito
entre escravos ou homens livres. A par deles podemos ainda contar com um numeroso grupo
de escravos c moços da lavoura e soldada que asseguravam as diversas tarefas agrícolas nos
canaviais, vinhedos c searas.
A presença do escravo na lavoura madeirense foi alvo de variadas mutações, de acordo
com a evolução da estrutura fundiária. Inúmeros trabalhadores tornaram-se rendeiros ou fÓrei-
ros, possibilitando-se assim a valorização económica do grupo e um maior aproveitamento do
solo ( 15 ). Também alguns dos escravos que assumiram, depois, a condição de livres vieram
engrossar este grupo, mantendo a vinculação económica aos antigos senhores. Muitos deles
entregaram-se à lavoura dos canaviais e safra do engenho ou então foram assalariados ao serviço
de outrem.
O REGIME DE PROPRIEDADE
(14) A.R.M., C.M.F., n. 0 1307, fl. 58-59vo., postura aprovada de 17 de Maio de 1546; ibidem,
fl. 67vo.-68, postura de 16 de Junho de 1546.
(15) João José Abreu de SOUSA, •As Propriedades de Zarco no Funchal•, in Islenha, n. 0 3, 1988, 39-42.
(16) Fernando Augusto da SILVA, •Contrato de Colonia», in Elucidário Madeirense, II, Funchal,
1984, 290-291; Eduardo C. N. PEREIRA, Ilhas de Zarco, vol. I, Funchal, 1965, pp. 409 a 434. Quanto à evo-
lução da estrutura fundiária na ilha são escassos os estudos. E mesmo os poucos existentes apenas abordam,
de modo lacónico, a concessão de terras ou em exclusivo sobre o contrato de colonia. Veja-se quanto ao pri-
meiro: Fernando Jasmins PEREIRA, Elementos para a História Económica da Madeira, pp> 23-35 e 88-95; idem,
•A Ilha da Madeira no Período Henriquino (1433-1460)•, in Ultramar, n. 0 3, 1961, pp. 27-47; Maria de Lurdes
Freitas FERRAZ, •Povoamento e Economia da Ilha da Madeira no Século XV•, in Arquivo do Centro Cultural
de Paris, III, Paris, 1971, pp. 13 a 53; Pe. Manuel Juvenal Pita FERREIRA, O Arquipélago da Madeira Terra
do Senhor Infante, Funchal, 1959; Joel SERRÃO, •Na Alvorada do Mundo Atlântico, in D.A.H.M., n. 0 31
(vol. VI, n. 0 4), 1961, pp. 1-9; Miguel RODRIGUES, •A Ilha da Madeira no Século XV•, in História, n. 0 18,
1980, pp. 2-13.
Quant9 à questão da colonia são múltiplos e variados os estudos: Pe. Fernando Augusto da SILVA, •Colonia,
contrato de», in Elucidário Madeirense, I, Funchal, 1960, pp. 290-291; Jorge de Freitas Branco, Camponeses
da Madeira, Lisboa, 1987, 153-187. .
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definido a partir das iniciais condições jurídicas que regularam o processo de distribuição das
terras- as scsmarias (1 7) - c da posterior desvalorização com o abandono das parcelas arro-
teadas pelos usufrutuários. Pouca ou nenhuma atenção foi dada ao sistema de foros c arren-
damento das terras (18).
O regime de propriedade surge como corolário das condições jurídicas que presidiram à
distribuição das terras e à posterior sucessão, das condições mesológicas do solo arável c dos
produtos definidores da agricultura. Deste modo, ao pretendermos estudar as formas de posse
e transmissão da terra no arquipélago teremos que ter em conta todos estes aspectos.
Foi neste sentido que Virgínia Rau e Jorge Macedo abordaram o estimo do açúcar
para 1494 (19), estabelecendo a partir daí a forma de articulação do regime fundiário madeirense
em torno da cultura da cana sacarina. Também nós nos preocupamos com tal temática, tendo-lhe
dedicado um estudo complementar, a partir dos livros do quarto c quinto do açúcar para os anos
de 1500 a 1537 (20).
O povoamento e valorização económica da Madeira, nos primórdios da expansão atlântica,
foi ao encontro das solicitações da conjuntura interna do reino c do espaço oriental Atlântico.
De acordo com Gomes Eanes de Zurara e dos demais cronistas, no começo do Verão de 1420,
o infante ordenou o envio de uma expedição comandada por João Gonçalves Zarco para ocupar
a ilha. Acompanharam-no Tristão Vaz Teixeira, Bartolomeu Pcrestrelo, alguns homizíados c
os que <<auerião buscar a vida e ventura, forão muitos, os mais dcllcs do Algarve>> (2 1).
O capítulo de uma carta de D. João I, dá conta que ele atribuíra a João Gonçalves Zarco
o poder de distribuir as terras, conforme o regulamento que lhe fora entregue (22 ). No regi-
mento joanino determinava-o uma demarcação social dos agraciados com terras de scsmaria. Assim
os de mais elevada condição social e possuidores de proventos, recebem-nas sem qualquer encargo,
enquanto os pobres e humildes que viviam do seu trabalho só a ela tinham direito mediante con-
dições especiais. Neste caso só recebiam as terras que pudessem arrotear e tornar aráveis num
prazo de dez anos. Com estas cláusulas restritivas favorecia-se a concentração da propriedade
num reduzido número de povoadores.
A partir de 1433, com a entrega do senhorio das ilhas ao infante D. Henrique, o poder
de distribuir terras é-lhe atribuído, mas «Sem prcjuyzo de forma de foro per nos dado aas ditas
ylhas em parte nem em todo nem em alheamento do dito foro» (23). Isto atesta que o primeiro
regulamento de distribuição de terras coube ao monarca. O infante, fazendo uso destas prer-
rogativas, delegou a sua acção nos capitães (24). As terras eram distribuídas aos colonos por um
prazo de cinco anos, findo o qual, se as mesmas não estivessem aproveitadas, caducava o direito
de posse e a possibilidade de nova concessão.
Confrontadas estas medidas com as do monarca, acima referidas, notam-se alterações sig-
nificativas no regime de concessão de terras. A pressão do movimento demográfico aliada à falta
de terras para distribuir condicionaram as mudanças. Todavia, nas décadas seguintes a entrega
de terras e a legitimação da posse geraram conflitos que implicaram a intervenção legislativa
do senhorio ou o arbítrio do ouvidor. Em 1461 os madeirenses reclamavam contra a redução
do prazo para aproveitamento das terras de scsmaria, dizendo que eram «bravas c fragosas c de
muytos arvoredos». Mas o infante D. Fernando não abdicava do foral henriquino e apenas
(17) Virgínia RAU e Jorge de MACEDO, O Açúcar na Madeira no Século XV(. . .), Funchal, 1962, 9-10.
(18) João José Abreu de SOUSA, «Ü Convento de Santa Clara do Funchal. Contratos Agrícolas
(Século XV a XIX)», in Atlântico, n. 0 16, 1988, 295-303.
(19) Virgínia RAU, ob. cit ..
(20) Alberto VIEIRA, «O Regime de propriedade na Madeira(. .. )», in I C.I.H.M., 1986.
(21) Jerónimo Dias LEITE, ob. cit., 15-16; Gaspar FRuruoso, ob. cit., 53.
(22) Jerónimo Dias LEITE, ob. cit., 25-26.
(23) A.R.M., C.M.F., Registo Geral, t. 1, fl. 282.
(24) A.N.T.T., Livro das Ilhas, fl. 550vo ..
18
concedeu a possibilidade de alargamento do prazo mediante análise circunstanciada de cada caso
pelo almoxarife (25).
Passados cinco anos os mesmos moradores do Funchal vêm reclamar contra o regime de
sesmarias para os arvoredos e do modo de os «esmontar», mercê dos efeitos nefastos para a cul-
tura açucareira (26). Perante tal o senhorio ordenou aos capitães e almoxarifes que se cumpris-
sem os prazos estabelecidos e que fosse interdito o uso de fogo. Todavia em 1483 o capitão
de Machico continuava a distribuir de scsmarias os montes próximos do Funchal, com excessivo
prejuízo para os lavradores do açúcar (27). D. Manuel repreende-o e solicita que as concessões,
a serem concretizadas, tenham lugar na presença do provedor. E, finalmente, em 1485 (28 ) o
duque proibiu qualquer distribuição de terras de sesmaria nos montes e arvoredos do norte da
ilha, para em princípio do século XV (1501 e 1508) alargá-la a qualquer concessão de terras em
regime de sesmaria (29). Aqui, não obstante, ressalvavam-se as terras que pudessem ser apro-
veitadas em canaviais c vinhedos.
A partir desta data toda a aquisição de terras só poderia ser feita mediante a compra, afo-
ramento, arrendamento, herança ou dote. Enquanto a polftica de compra e venda surge como
um mecanismo de concentração da propriedade nas mãos da aristocracia e burguesia madeirenses
ou dos estrangeiros recém-chegados, a herança e dote actuam no sentido inverso, conduzindo
à desintegração da grande propriedade gerada nos alvores do povoamento da ilha. A par disso
o aforamento e arrendamento permitem aos deserdados de terra o usufruto de pequenas parcelas,
que serão alvo de uma exploração intensiva.
A presença de estrangeiros na Madeira como importantes proprietários começa a ser notada
a partir de finais do século XV. O estimo do açúcar para 1494 refere 15 deles com 17% da colheita
geral, enquanto nas três primeiras décadas do século XVI estes surgem com 20% da produção
açucareira da ilha (30). Esta posição de importante na estrutura fundiária resultou do
relacionamento com a aristocracia madeirense por meio de laços de parentesco (31).
A primeira transacção fundiária conhecida data de 1454 e resulta da venda feita por Diogo
de Teivc a Pedro Gonçalves Barbinhas de umas terras no Funchal por dois mil reais brancos (32).
Em 1498 Rui Gonçalves da Câmara vende a sesmaria da Lombada na Ponta do Sol a João
Esmeralda (33).
Quanto ao regime de aforamento, que se generalizou nas últimas décadas do século XV,
a primeira carta surge em 1484 quando Constança Rodrigues entrega uma terra em Santa Cata-
rina a João da Cunha por 5.000 reis de foro (34). Em 1494 o regime atingiu particular signi-
ficado na cultura dos canaviais da capitania do Funchal, com especial incidência nas partes do
Fundo (11 %) e Câmara de Lobos (31 %). A Misericórdia da Calheira, no período de 1582 a
1584 recebia rendas de cinquenta e dois foreiros, que lhe rendiam anualmente 51.980 réis (35).
A par disso Bartolomeu Machado surge, em 1593, como um dos principais usufrutuários do sis-
tema de foros, tendo contratos com cinquenta e três foreiros, que lhe rendiam 46.096 réis (36).
19
E, finalmente, o Convento de Santa Clara, em 1664 (3 7), surge com 269 foreiros em toda a ilha
de que arrecadava 1.072.595 réis, enquanto o da Encarnação tinha, em 1665, vinte e seis forei-
ros, possuidores de 84 foros nas capitanias do Funchal, Machico c Porto Santo (39).
O regime fundiário madeirense ganhou, assim, nova forma, a partir de meados do
século XVI, com a generalização do sistema de contrato de arrendamento, aforamento
ou parceria. O processo de paulatino afastamento do proprietário da terra propiciou o
emparcelamento da propriedade, por morte, com a herança, ou através do estabelecimento
de parcelas foreiras ou reguladas pelo contrato de colonia. Neste caso a prática de legados
à igreja e instituições religiosas, como forma de expiação dos pecados, é um dado mais na
tendência.
A conjuntura agrícola dos séculos XV e XVI, a afirmação da religiosidade popular através
dos encargos testamentários e a orografia da ilha condicionaram o excessivo parcelamento do
espaço arroteável. Aí afirma-se o pequeno proprietário, subjugado a diversas formas de domí-
nio, em que adquire uma dimensão particular, a partir da segunda metade do século XVII, o con-
trato de colonia. Isto conduziu a uma nova dinâmica na estrutura fundiária c na forma de uso
da força de trabalho, tomando, em certa medida, desnecessário o uso da mão-de-obra escrava.
Tais condicionantes propiciaram o processo de alforria dos escravos, que, de um modo geral,
passaram à condição de colonos do antigo senhor (39).
Nos núcleos documentais referentes às Misericórdias do Funchal e Calheta surgem inú-
meros encargos de toda a ilha. A maioria dos casos é de aforamento (87%). Confrontados os
contratos agrícolas do Convento de Santa Clara nos séculos XV a XIX (40), é evidente para o
século XVII a generalização do contrato de meias, a prazo ou perpétuo, como prelúdio do
contrato de colonia, que terá a plena expressão no seguinte.
Durante o período em análise três produtos definiram a safra agrícola: o trigo, o açúcar
e o vinho. Cada um por si definiu uma diversa forma de aproveitamento do solo e de
investimentos.
Os canaviais requerem áreas especiais abastecidas de água e a principal bemfcitoria se resume
praticamente ao engenho, que não é apanágio de todos os lavradores de canaviais. Os vinhedos
exigem especiais cuidados, ainda que menos onerosos, com levantamento de latadas c a
construção do lagar.
O engenho de António Teixeira, no Porto da Cruz, foi avaliado, em 1535, em
200.000 rs. (41), enquanto o de João de Omelas e Vasconcelos no Caniço orçava 192.000 rs,
representando 24% do valor total dos bens e bcmfeitorias lavrados no inventário (42). Mais tarde,
em 1645, foi vendido um engenho por 422.000 rs, o valor mais elevado que encontramos atri-
buído a um engenho na documentação (43).
Quanto à safra viti-vinícola os investimentos foram de menor valor. Um lagar de cocho
ou de pedra poderia atingir os 80.000 rs (44), mas havia deles avaliados em oitocentos réis (45).
Aqui o investimento mais caro era a construção das latadas e a retenção das terras por meio de
20
paredes de pedra. No inventário dos bens do inglês Robert Vilovit, em 1689 (46) as vinhas foram
avaliadas em 10.900 rs, as paredes em 19.060 rs e a casa em 7.800 rs. Noutro inventário
de 1732 (47 ) pode-se ter uma ideia do valor do capital investido na viticultura. Numa área
cultivada com 6.650 parreiras, avaliadas em 25.315 rs, foram necessários 2. 710 rs para paredes,
1840 rs para latadas e 1.500 rs para o lagar de pedra e palheiro.
Deste modo o elevado investimento que era um engenho, conduziu a que fossem poucos
os proprietários de canaviais que o possuíam. No estimo de 1494 para 221 proprietários com
uma produção possível de 80.451 arrobas temos apenas 14 engenhos (48), o que dará uma média
de 5.746 arrobas por safra, em cada um dos engenhos. Todavia em 1493 (49) refere-se a exis-
tência de 80 mestres de açúcar para uma produção de cerca de 80.000 arrobas o que poderá indi-
car maior número destas infraestruturas na ilha.
Por aqui se conclui que a estrutura fundiária madeirense que corporizou a elaboração do
açúcar estava muito aquém da congénere brasileira ou são tomense. A ilha de S. Tomé, cuja
superfície pouco suplantava a Madeira, produzia mais do dobro do açúcar que os canaviais
madeirenses. Por outro lado aqui é evidente a afirmação da grande propriedade, sendo exemplo
disso as terras de Álvaro Caminha.
Os canaviais madeirenses nunca atingiram idêntica dimensão, sendo evidente na ilha uma
tendência para o parcelamento por meio do recurso ao sistema de arrendamento (SO). Se com-
pararmos os dados que testemunham a superfície dos canaviais, a partir dos estimos de 1494 e
a arrecadação dos quartos e quintos entre 1500 e 1537, concluiu-se que a cultura se processou
na ilha em regime de pequena e média propriedade. A grande propriedade, logicamente em relação
à dimensão madeirense, surge com maior evidência nas comarcas da Ribeira Brava e Calheta.
Aí, no século XVI, apenas vinte e dois proprietários, que produziam mais de 2.000 arrobas,
somando 37% do total da ilha. Este valor é duas vezes superior ao dos congéneres de 1494.
Perante este evidência parece-nos ponto assente que a primeira metade do século XVI foi
pautada pela afirmação da grande propriedade, a qual se consolida em pleno nas comarcas das
Partes do Fundo. Na comarca do Funchal e na capitania de Machico afirma-se respectivamente,
a média e pequena propriedade. O número de proprietários com menos de 100 arrobas é redu-
zidfssimo na capitania do Funchal (5%) e, nomeadamente, nas comarcas das Partes do Fundo
(com valores entre os 1% e 5%), enquanto na capitania de Machico atinge mais de metade, 53%.
Podemos também concluir que, desde finais do séxulo XV, é dominante a tendência concentra-
cionista dos canaviais. Isto resultou da evolução do sistema de propriedade, desde então, com
o aparecimento de Vfncu/os e Capelas.
A crise de produção açucareira, a partir da década de trinta, contribuiu também para a con-
centração, expressando-se na redução do número de canaviais e consequente valor das colheitas,
que afectou apenas o pequeno proprietário. O endividamento e a consequente penhora condu-
ziram à transferência para as mãos do grande proprietário: aristocrata, funcionário ou mercador.
Esta conjuntura conduziu, nas comarcas da Ribeira Brava e Calheta, ao reforço da grande
propriedade, enquanto no Funchal e Ponta do Sol teve um efeito contrário.
21
A MADEIRA E A EXPANSÃO
(51) José PEREZ VIDAL, «Aportación portuguesa a la población de Canarias. Datos», in Anuario de
Estudios Atlânticos, n. 0 14, 1968; A. A. SARMENTO, «Madeira & Canárias», in Fasquias e Ripas da Madeira,
Funchal, 1931, 13-14.
(52) Monumenta Henricina, vol. XI, 172-179.
(53) Caps. LXVIII, LXX, LXXV, LXXXVII.
(54) Gaspar FRUTUOSO, livro Segundo das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1968; A. A. SARMENTO,
A Madeira e as Praças de África, Funchal, 1932; João José Abreu de SOUSA, •Emigração Madeirense nos
séculos XV a XVII», in Atlântico, n. 0 1, Funchal, 1985, 46-52.
(55) Cap. LXX.
22
Os filhos dos primeiros povoadores madeirenses evidenciaram-se, também, nas
diversas façanhas bélicas nas praças marroquinas e no Oriente, guiados pelo ideal cavalei-
resco e interesses económicos. Nas praças marroquinas intervieram várias casas madei-
renses, com especial relevo, para os Câmaras, Abreus, Correias, Bettencourts, Dórias,
Freitas, Lomelinos, Vasconcelos, Ornelas, Catanhos, Monizes, etc .. Os Câmaras, nomeada-
mente João Gonçalves, segundo capitão do Funchal, e Simão Gonçalves, terceiro da capitania,
marcaram bem a sua presença nestas praças, empenhando nelas os seus haveres c capacidades
físicas (56).
A bravura e o espírito bélico dos madeirenses estendeu-se às terras orientais onde se evi-
denciaram João Rodrigues de Noronha, Jordão de Freitas e António Abreu (57 ). Todavia esta
presença é diferente da acima citada pois rege-se pelas mesmas razões que levaram os filhos-
-segundos do reino a demandar estas paragens.
A participação madeirense nas praças portuguesas do norte de África não se resumiu ape-
nas ao apoio humano efectivo nas diversas campanhas de defesa das respectivas praças, mas tam-
bém no provimento de cereais e materiais de construção para as diversas fortificações aí implantadas.
Todas as despesas inerentes ao socorro das praças foram custeadas com as receitas dos direitos
do açúcar. Só em 1508 com o envio de uma armada de socorro a Safim despenderam-se as
receitas da venda de 963 arrobas de açúcar dos direitos reais enquanto em 1514 se gasta-
ram 83$815 reais (58).
O pleno comprometimento do madeirense com a intervenção lusiada nas Canárias, costa
marroquina e litoral africano, surge, não só como resultado da anterioridade do seu processo de
ocupação, mas também por a ilha ter sido, no século XV, um importante porto de apoio c escala
às navegações portuguesas no Atlântico. A proximidade do reino, associada às condições
dos ventos e correntes marítimas manifestaram-se como os principais entraves à valorização
da ilha.
As Canárias, porque melhor posicionadas e distribuidas por sete ilhas cm longitudes dife-
rentes, estavam em melhores condições para a prestação do serviço de apoio. Todavia a sin1ação
conrurbada deste arquipélago, mercê ãa disputa pela sua posse pelas coroas peninsulares e a demo-
rada campanha de pacificação guanche, fizeram com que a Madeira surgisse, no século XV, como
um dos principais pólos do domínio porruguês no Atlântico (59).
O maior conhecimento dos mares, os avaQços tecnológicos e da ciência náutica retiraram
à Madeira a posição charneira nas navegações atlânticas, sendo substiruída por Cabo Verde ou
Canárias. Assim, a partir de meados do século XVI, a Madeira surgirá apenas como um ponto
de referência para a navegação atlântica, uma escala ocasional para aprovisionamento de vinho
e alimentos frescos. Só o surto económico conseguiu atrair as atenções dos mercadores, das
armadas, navegantes e aventureiros (60).
No século XV, segundo informação de Zurara (61), a Madeira afirmou-se, a partir de 1445,
como um importante porto de escala das navegações ao longo da costa ocidental africana.
O rápido surto económico da ilha, associado às já referidas dificuldades encontradas nas
Canárias, assim o determinaram. No princípio os excedentes agrícolas da Madeira permitiram
ao Funchal substiruir os portos do reino no avitualhamento das caravelas henriquinas. Deste modo
23
a Madeira passou a figurar como uma importante escala de navegações no Atlântico (62), con-
firmado por Cadamosto (63).
Algumas das caravelas e naus portuguesas das rotas da'Mina, Brasil e India, escalavam
a Madeira com assiduidade, aí se abasteciam de vinho e lenha. Por vezes, também as embar-
cações espanholas aportavam à ilha antes do habitual refresco das Canárias. Assim sucedeu
em 1498 com a expedição de Colombo (64).
O serviço de apoio às embarcações portuguesas era assegurado e pago pelo Provedor da
Fazenda (65 ). Dele apenas se referencia, em 1517, a entrega de oitenta arrobas de lenha a uma
nau que se dirigia à India e do envio ao reino, em 1531, de duzentas pipas de vinho para a frota
da India (66). Por vezes os navios escalavam a ilha para tomar o vinho necessário para a
viagem. Aliás não foram só os portugueses que utilizavam o vinho madeirense na ementa das
naus que sulcavam o Atlântico, pois também os ingleses o fizeram por diversas vezes. É o caso,
em 1533, da escala de Richard Eraen na viagem à Guiné, que tomou algumas pipas de vinho
do Funchal (67).
A Madeira, ainda que com pouca frequência, também abastecia os barcos na viagem
de retorno, que por aí passavam. Assim sucedeu em 1528 com uma nau régia capitaneada
por André Soares, procedente de Mina, que recebeu do provedor da fazenda, biscoito, pes-
cado, azeite e vinho para sustento dos dezoito tripulantes, no período de vinte dias de viagem
até Lisboa (68).
De acordo com o regimento de 1520 o almoxarifado do Funchal deveria assegurar a repa-
ração e o abastecimento dos navios. O aprovisionamento de víveres era feito de acordo com
o destino do navio: os que se dirigiam ao reino recebiam mantimentos para vinte dias, enquanto
os que se dirigiam para o Poente e Levante recebiam provisão para quarenta e sessenta dias, res-
pectivamente (69). Este fornecimento consistia em carne, peixe, biscoito e vinho e era distri-
buído em rações individuais à tripulação (70).
A partir do século XVI o arquipélago aparece nos diários de bordo e roteiros apenas como
ponto de referência para rectificação da rota ou poiso ocasional de fuga às tempestades, repa-
ração ou aprovisionamento de vinho (71 ). Os ventos que sopram na área dificultam a escala
madeirense, obrigando os navegadores a socorrerem-se da escala das Canárias ou a aguardar
a passagem por Cabo Verde. A rota a partir de Lisboa passaria entre a Madeira e Porto
Santo (72). Daí derivou a recusa do Almirante Gago Coutinho em aceitar a afirmação
(62) Alberto IRIA, O Algarve e a Madeira no Século XV, Lisboa, 1974, 49; Dias DINlS, Monumenta
Henricina, Vol. VIII, Coimbra, 1967, 297-98.
(63) Viagens de Luís Cadamosto e Pedro de Sintra, Lisboa, 1948, 490.
(64) Bartolomeu de LAS CASAS, Historia de las Indias, vol. I, México, 1981, 496-497.
(65) A.N.T.T., C.C., 11-87-162, 20 de Fevereiro de 1520, treslado do regimento do almoxarife e
oficiais dos contos.
(66) Jbidem, II, 69-71, 25-IV,l517; ibidem, 11-166-13, 9-XII-1530.
(67) J. W. BLAKE, Europeans in West Africa. 1450-1560, vol. II, Londres, 1942, 314.
(68) A.N.T.T., C.C., 11-153-26, 17-XII-1528.
(69) Jbidem, 11-87-162, 20-11-1520.
(70) Em 1508 (Jbidem, 11-15-52, 30-VIII-1508) há informação da ração completa da nau «S. Martinho•
com quarenta e cinco tripulantes que se dirigia para o Levante; cada tripulante recebeu duas pescadas e meia
e uma arroba de carne.
(71) Joaquim Rebelo Vaz MONTEIRO, Uma Viagem redonda da Carreira da India (1597-1598), Coim-
bra, 1985, 59-60.
(72) Almirante Gago COUTINHO, A Náutica dos Descobrimentos, vol. I, Lisboa, 1951, 220, 336; idem,
O Roteiro da Viagem de Vasco da Gama e a sua verstio nos Lusfadas, Lisboa, 1930, 6-13, (Sep. dos Anais do
Clube Militar Naval).
24
camoneana da passagem pela Madeira da Armada de Vasco da Gama (73); a opinião do
erudito Almirante está corroborada, aliás, pelo roteiro da referida viagem (74).
Se à ida a Madeira se encontrava muito a ocidente da rota ideal, no regresso ficava tam-
bém muito aquém do traçado da volta que se fazia pelo largo. A sua posição não permitia o
uso como do porto de escala à ida e retorno, perdendo-o em favor das Canárias, Cabo Verde
c Açores (75). Todavia estão testemunhadas algumas escalas ocasionais motivadas pelas intem-
péries ou, segundo a coroa pelo contrabando. Fernão Lopes de Castanheda refere que o gover-
nador Diogo Lopes Sequeira, no regresso da India, foi conduzido pelo mau tempo à vista da
Madeira (76). Além disso está documentada a escala, em 1520, da nau de D. Diogo de Lima,
oriunda da India (77) e em 1528 da nau de André Soares, capitão da Mina (78 ). O mesmo sucede
em 1586 com Diogo Rodrigues Cardoso que, no regresso de Angola, naufragou na Madeira (79 ).
Se o aparecimento das naus portuguesas da Mina e India no porto do Funchal é ocasional,
o mesmo não poderá ser dito com as naus das Indias Espanholas. Elas surgem com assiduidade
no porto do Funchal, no último quartel do século XVI, a contrabandear ouro e prata junto dos
mercadores ingleses e flamengos. Tal situação obrigou a coroa a tomar medidas severas de punição
contra os transgressores e a exigir grande vigilância das autoridades madeirenses (80). Por vezes
as condições meteorológicas conduziam a uma alteração no traçado da rota fazendo com que os
navios se aproximassem da Madeira. Tal sucedeu em 1542 com duas naus vindas de S. Domin-
gos, que tiveram que aguardar a passagem da armada de protecção, que viria de Sevilha (81), e
cm 1581 com outras naus que tomaram igual rumo, tornando-se necessário medidas de
vigilância (82).
O parcial alheamento da Madeira das grandes rotas oceânicas dos impérios peninsulares
favoreceu a sua posição nas relações inter-insulares. Deste modo o Funchal ao longo dos
séculos XVI e XVII afirmou-se como o principal ancoradouro de conexão das rotas comerciais
que ligavam as ilhas do Mediterrâneo Atlântico (83). O Funchal também exerceu uma importante
função de escala nas rotas de ligação das Canárias à Península (84) e dos Açores às praças por-
tuguesas da costa africana a ponto de Frédéric Mauro (85) o considerar como um dos principais
portos de conexão com as praças africanas, distribuidor do necessário provimento do cereal
açoriano.
25
A par deste protagonismo no processo de expansão no Atlântico, a ilha também se evi-
denciou pelo pioneirismo da experiência de povoamento e valorização económica, que a projec-
taram como modelo para a definição da sociedade, economia e instituições portuguesas no vasto
espaço oceânico. Assim sucedeu com a expansão da cultura da cana sacarina aos Açores, Caná-
rias, Cabo Verde, S. Tomé e Brasil (86) e, com a estrutura institucional porn1guesa nos Açores,
Cabo Verde, S. Tomé e Brasil (87).
(86) Virginia RAU e Jorge MACEDO, O Açúcar da Madeira nos finais do século XV (... ), Funchal,
1962, 9-10; O. RIBEIRO, Aspectos e Problemas da Expansão Portuguesa, Lisboa, 1962, 134-136; J. VIEIRA Y
CLAvuo, Not{cias de la Historia de las Jslas Canarias, Santa Cruz de Tenerife, I, 1967, 550; Gaspar FRUTUOSO,
Livro Segundo das Saudades da Terra, vol. II, 59, 209, 212; Francisco Carreiro da COSTA, «A Cultura da
cana-de-açúcar nos Açores. Algumas Notas para a sua História», in Boletim da Comisslío Reguladora do
Comércio de Cereais dos.Açores, n. 0 10, 1949, 15-31; Denunciações e Confissões de Pernambuco. 1593-1595,
Recife, 1984, 210; A. A. SARMENTO, O Primeiro Açúcar na Madeira, Funchal, 1949, 59, 66-71.
(87) Alberto VIEIRA, «A Madeira na rota dos descobrimentos e expansão atlântica,., in Revista da Uni-
versidade de Cqimbra, vol. XXIV, 1988, 578-80.
(88) Gaspar FRUTUOSO, Livro Segundo das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1979, caps. XV-XVIII.
26
e do reino a definirem uma estratégia para o abastecimento, criando a rota obrigatória de
fornecimento do cereal açoriano à Madeira (89).
Tudo isto contribuiu para a rápida afirmação da cultura da cana-de-açtícar, em especial na
vertente meridional, a que oferecia as condições mesológicas mais adequadas ao seu cultivo.
O período de meados do século XV a princípios do seguinte foi pautado por um elevado cres-
cimento, sendo os primeiros anos da centtíria quinhentista definidos por um movimento altista.
Todavia, na década de trinta do século XVI a cultura deixou de ter, para o ilhéu, o seu alto valor
comercial, a principal activadora das trocas com o exterior.
A concorrência do açtícar das Canárias, de S. Tomé e depois a oferta vantajosa do bra-
sileiro, retiraram à Madeira a posição preferencial como mercado de açtícar do atlântico (90).
Nas décadas de cinquenta e sessenta a coroa viu-se forçada a conceder algumas rega-
lias aos lavradores de açtícar para atalhar a crise (91) Mas o açtícar madeirense estava
irremediavelmente perdido na concorrência com o brasileiro, e só qualquer alteração no
mercado poderia modificar a situação. Para isso terá contribuído não só a elevada produ-
tividade das novas áreas, mas também os reduzidos custos de produção. Assim terá sucedido
em 1621 com a ocupaç~o holandesa do nordeste brasileiro, que fez renascer na ilha as esperanças
na cultura (92).
A partir de então o vinho assumiu uma posição favorável nas trocas com o exterior, mercê
da fama, que levou a uma insistente procura por marinheiros e colonizadores do continente é
referenciado como o principal produto que alimentava as trocas com o exterior (9 3).
A cultura da vinha, como a dos canaviais, ocupava as principais terras do espaço agrícola
da vertente meridional da ilha, situando-se as áreas de cultivo quase que ao mesmo nível dos
canaviais. Ela requeria maior atenção na escolha do solo e das castas, pois a qualidade do vinho
produzido resultava da conjugação destes factores. Os melhores vinhos eram colhidos na ver-
tente sul, nas meias terras abaixo. Ele era o delicioso produto que corria mundo sob a forma
de vidonho ou malvasia. A elevada graduação alcoólica conduziu a que fosse dos poucos resis-
tentes às constantes mudanças de temperatura, que no dizer dos homens da época lhes atribuía
propriedades de um vinho envelhecido.
Ao contrário do que sucedia com o açtícar o processo de fabrico do vinho não requeria
excessivos cuidados e demasiada intervenção de força de trabalho. A vinificação é um processo
simples e apenas impunha maiores cuidados na fase final da clarificação e «adubagem» dos vinhos.
Quanto ao açúcar, a morosidade do fabrico e a especialização das diversas tarefas implicava um
número elevado de trabalhadores ou de escravos. Se na actividade viti-vinícola a tendência era
para a auto-suficiência do agricultor em termos de tarefas, na safra açucareira havia necessidade
de recurso aos meios e forças de produção estranhas. Daí terá resultado a extrema necessidade
da mão-de-obra braçal, escrava ou não, para a safra do engenho (94). Enquanto a vinificação se
poderia executar apenas por um dois homens, a laboração do açtícar só se tornava possível
(89) Sobre isto vejam-se os estudos: •O Comércio de Cereais dos Açores para a Madeira no século XVII»,
in Os Açores e o Atlântico (Séculos XIV-XVI), Angra do Heroismo, 1984; •O Comércio de cereais das Canárias
para a Madeira nos séculos XVI e XVII», in II Colóquio de Historia Canario Americana (1984), Las
Palmas, 1988; •A Questão Cerealífera nos Açores nos séculos XV-XVII», in Arquipélago, Série História e
Filosofia, VII, n. 0 1, 1985.
(90) A.R.M., C.M.F., n. 0 1305, fl. 40, 31 Março 1526, Reclamação dos vizinhos do Funchal sobre os
açúcares e meles de S. Tomé.
(91) A.R.M., D.A., ex. 2, n. 0 181-182, 185-186, 191, 202, Cartas Régias de 12 de Setembro e 12 de
Outubro de 1559; 27 de Janeiro de 1561, 22 de Setembro de 1562 e 15 de Julho de 1566.
(92) T. B. OUNCAN, Atlantic /slands, Chicago, 1972, 34-36; F. MAURO, ob. cit., 108-109.
(93) T. B. DUNCAN, Chicago, 1972, 37-49; •The Bolton letters ( ... )», in A Madeira vista por estran-
geiros, Funchal, 1981, 227-393.
(94) Giulio Landi, •Descrição da ilha de Madeira ... », in A Madeira Vista por Estrangeiros,
Funcha1, 1981, 84-86.
27
mediante a presença de numerosa mão-de-obra especializada: esbrugadores, canavieiros, almo-
creves, prenseiros, moedores, mestres de açúcar, caldeireiros, escumeiros, purgadores,
tacheiros, refinadores, cozedores de meles, caixeiros, etc ..
O COMÉRCIO MADEIRENSE
A pico/a lixbona, no dizer de Torriani (96), mercê da forte actividade comercial, inse-
ria-se de modo evidente na economia europeia e atlântica comparticipante do trato com o Velho
e o Novo Mundo, servindo de entreposto de comércio para as riquezas, das áreas vizinhas ou
em passagem para e dos mercados longínquos.
A Madeira emerge, nos primórdios da ocupação, como o principal celeiro do Atlântico,
situação que perdeu, a partir da década de setenta do século XV, em favor dos Açores. Durante
cerca de cinquenta anos a Madeira firmou-se como principal fornecedor das praças africanas e
do Reino. Todavia, para que assim sucedesse a coroa traçou uma política cerealífera, definida
por duas rotas de escoamento: uma primeira orientada no sentido dos portos do reino (Lisboa,
28
Porto, Lagos e Setúbal), delineada a partir de 1439 (97), com a política de isenções fiscais,
enquanto a segunda foi imposta por D. Afonso V, tendo como finalidade suprir as praças
portuguesas da costa ocidental africana.
O celeiro açoriano dos séculos XV e XVII veio substituir a Madeira nesta missão de
mercado cerealífero (98). Mas ao porto do Funchal deve-se associar a função redistribuidora do
cereal para as praças africanas.
A Madeira surge, assim, desde meados do século XV, com um trato assfduo com o reino
activado de infcio com as madeiras, urzela, trigo, e depois, com o açúcar e vinho. O movimento
estendeu-se depois às cidades mediterrânicas e nórdicas mercê da forte penetração da burguesia
comercial estrangeira, atrafda pelo comércio do açúcar. A evolução do sistema de trocas é tão
rápido e lucrativo que em 1493 (99) a Fazenda Real lançou dois impostos sobre o movimento do
porto do Funchal para custear as despesas de construção da cerca e muros da vila do Funchal.
A imposição foi avaliada em 100.000 reais, no caso do vintém lançado sobre a tonelagem dos
navios e de 250.000 para os direitos de 1% sobre as mercadorias transacionadas.
O comércio do açúcar foi, sem dúvida, o principal activador das trocas com o mercado
europeu, assumindo uma posição dominante no período de 1450 a 1550. Todavia a extrema
dependência do produto em relação ao mercado e agentes europeus definirá a fragilidade do sis-
tema de trocas, implicando uma permanente intervenção da coroa, senhorio e município. Assim,
desde 1469 (100) é constante a sua intervenção no sentido de travar a baixa do preço da arroba
do açúcar. Primeiro, até 1495 (101) a coroa manteve a ideia de que o sistema de monopólio para
o comércio do produto era a forma mais indicada para a solução do problema, merecendo total
oposição dos madeirenses. E, finalmente, em 1498 (102), é tentada uma nova solução, com o
estabelecimento de um contingente de 120.000 arrobas de exportação definidas para as diversas
escápulas europeias. Mas a ineficácia de tais medidas levou à sua revogação em 1499 (103),
mantendo-se, todavia, até 1508 (104) o regime de contrato para a venda do açúcar a exportar.
Deste modo o foral do Funchal de 1515 (105) estabelecia a liberdade total de exportação do
açúcar da ilha.
Os contingentes estabelecidos em 1498 para as escápulas deveriam, certamente, reflectir
a situação e as potencialidades do mercado consumidor do açúcar madeirense. Af são definidas
três importantes áreas de destino; o reino, a Europa do Norte e o Mediterrâneo. As praças nór-
dicas (Flandres, Inglaterra, Ruão, Rochela, Bretanha) dominavam esse comércio recebendo mais
de metade das referidas escápulas, destacando-se af o mercado da Flandres (34%).
(97) Carta Régia de 1 de Junho de 1439, A.N.T.T., ChanceÚlriaD. Afonso V, L. 0 19, fi. 77vo., publ.
J. M. Silva MARQUES, Os Descobrimentos Portugueses, I, n. 0 314, 400; J. Dias LEITE, Descobrimento da Ilha
da Madeira (... ), Coimbra, 1947, 30.
(98) Veja-se a nota 85.
(99) «Carta do Duque em que manda que se faça çerca e muros nesta villa do Funchal•, datada
de 21 de Junho, A.R.M., C.M.F., n. 0 169, 284-288.
(100) Ernesto GoNÇALVES, «João Afonso do Estreito•, in D.A.H.M., n. 0 17, 1954, 4-8; Fer-
nando Jasmins PEREIRA, Alguns Elementos para o Estudo da História Económica da Madeira, 144-162;
V. M. GODINHO, Os Descobrimentos Portugueses e a Economia Mundial, IV, 87.
(101) «Carta do Duque em que falia sobre ho trauto do açuquer desta ylha•, de 3 de Setembro, A.R.M.,
C.M.F., t. I, 55 vo., publ. in A.H.M., vol. XVI, (1973), n. 0 191, 313.
(102) «Apontamentos que E! Rey Noso Seniior mandou que se cumprisse açerca do açuquer», de 21 de
Agosto, A.R.M., C.M.F., t. I, fi. 69vo-75vo.; publ. inA.H.M., vol. XVII (1973), n. 0 221,372,380.
(103) «Carta Régia de 18 de Janeiro, A.R.M., C.M.F., t. I, fi. 243 vo.-244; publ. in A.H.M.,
vol. XVII (1973), n. 0 224, 282-283.
(104) «Carta dei Rey Noso Seniior sobre has escapollas•, de 17 de Agosto, A.R.M., C.M.F., t. I,
306-306 vo.; publ. in A.H.M., vol. XVIII (1974), n. 0 316-505. .
(105) A.N.T.T., livro das Rhas, fl. 146 vo. e segs.; publ. por Alvaro Rodrigues de AZEVEDO,
«Anotações•, in Saudades da Terra, Funchal, 1873, 494-504; confronte-se Urbano de Mendonça DIAS, A Vida
de Nossos Avós, II, Vila Franca do Campo, 1944, 10-83.
29
Se compararmos as escápulas com o total de açúcar consignado aos diversos mercados euro-
peus, no período de 1490 a 1550, verifica-se uma aproximação dos valores cm causa. Apenas
o valor consignado ao mercado italiano, definido pelas praças de Génova, Roma, Veneza e Livorno,
se nota uma maior valorização do produto, em correlação com a quebra do mercado francês e
turco. A par disso os referidos dados dão conta da perenidade do mercado flamengo e italiano.
Em ambos os casos o período de 1501 a 1510 surge com maior volume de açúcar para enviado
para ambos os destinos atrás citados.
No conjunto das exportações de açúcar conhecidas para o mercado português, definido pelos
portos de Lisboa, Viana, Vila do Conde e Porto, situava-se em segundo lugar. Todavia o açúcar
era, de um modo geral, canalizado para o mercado nórdico, exercendo estes portos uma impor-
tante função redistribuidora. No período de 1535 a 1550, das embarcações entradas no porto
de Antuérpia com açúcar, dezasseis são do norte e apenas uma é de Lisboa, afirmando-se, no
primeiro caso, Vila do Conde c Porto. Idêntica é também a situação dos portos de Cádiz e
Barcelona, de 1493 a 1537, em relação ao comércio com o Mediterrâneo.
As operações comerciais em torno do açúcar estavam centralizadas em mercadores ou socie-
dades comerciais que, a partir de Lisboa, controlavam o comércio por meio de uma complicada
rede de feitores ou procuradores. A comunidade italiana detinha a quase totalidade das operações
com 78%, pertencendo o restante aos portugueses, castelhanos e nórdicos. Estes últimos, não
obstante a posição importante como mercado consumidor do açúcar da ilha, não apresentavam
uma intervenção semelhante, tal facto deverá resultar da posição hegemónica dos portugueses
na rota, por meio dos mercadores nortenhos e da feitoria portuguesa de Flandres.
No século XVII a plena afirmação da comunidade britânica na ilha e a conjuntura favorável
do comércio no mercado colonial inglês, definida em 1663 por Carlos II, lançaram o vinho madei-
rense como um produto importante do comércio atlântico (106). Em finais do século o vinho
madeirense havia conquistado o mercado americano, sendo enviado para aí a quase totalidade
das exportações. Para o período de 1695 a 1714 dispomos de abundante infonnação nas cartas
de W. Bolton (107) sobre o comércio de vinho da Madeira com as Antilhas Inglesas. Nelas se
dá conta do envio para Barbados, Jamaica, Nervis, Antigua e Boston a troco de farinhas
americanas ou artefactos britânicos.
Em síntese o comércio madeirense dos séculos XV a XVII definia-se por uma multipli-
cidade de produtos, agentes, rotas e mercados. A península, mercê da activa intervenção das
gentes daf oriundas no processo de povoamento e valorização económica, apresentar-se-á como
o principal e inevitável mercado nas iniciais décadas. A partir daí estabeleceram-se as principais
rotas de contacto com o mundo nórdico e mediterrânico e de aproximação com a burguesia comer-
cial e marítima europeia empenhada no comércio dos produtos da ilha. Daí resultou a importância
assumida pela rota de comércio com a Europa no contexto global das operações comerciais da ilha.
A vinculação do mercado madeirense aos interesses comerciais do reino, e no sentido mais
lato, europeu, derivou da anterioridade no processo de ocupação atlântica ter condicionado a extrema
dependência ao mercado europeu; primeiro foram os cereais, a madeira, a urzela, o sangue de
drago, depois o açúcar e o vinho. Em troca do valioso lote de produções a ilha recebia os pro-
dutos necessários ao uso e consumo quotidianos, como ferramentas, panos, tecidos, telha, louça,
barro, carne, peixe, sal, azeite.
Os contactos com o Reino faziam-se de preferência com os portos de Lisboa, Viana e
Caminha. Daf resultou a forte presença de marinheiros e mercadores dos portos do norte que
actuam com os principais agentes destas trocas, enquanto nas transacções com o mercado medi-
terrânico dominavam os italianos.
30
A Madeira, mercê da posição privilegiada entre os arquipélagos dos Açores e das Caná-
rias, e do parcial alheamento das rotas índicas e americanas, apresentava condições favoráveis
para o estabelecimento de assíduos contactos com as ilhas vizinhas. Os contactos com os Açores
emergem como resultado da intervenção madeirense na ocupação e valorização do solo açoriano
e da necessidade do recurso ao celeiro das ilhas para satisfazer as necessidades frumentárias. Com
as Canárias eles foram mais assíduos e importantes, sendo resultado da proximidade dos dois
arquipélagos, da atracção exercida pela terra canária aos madeirenses e, ainda, da hostilização
das autoridades e proprietários açorianos à manutenção da rota de abastçcimento de cereais (108).
Neste âmbito o cereal foi o principal móbil dos contactos inter-insulares. Assim daquele
entrado na ilha, no século XVI, 49% é oriundo das ilhas, o que corrobora a afirmação de Giulio
Landi (1530) e Pompeo Arditi (1567), que fazem depender o abastecimento da Madeira do pro-
vimento das ilhas vizinhas. No caso dos Açores, evidenciam-se as ilhas do Faial, Santa Maria
e S. Miguel, enquanto nas Canárias temos as ilhas de Lanzarote e Tenerife (109).
A permanência desta via de abastecimento de cereais implicou um incentivo e alargamento
das rotas comerciais entre os três arquipélagos. Assim, ao cereal vieram juntar-se outros pro-
dutos que actuaram como contrapartida favorável a estas trocas. Aos Açores o madeirense
tinha para lhes oferecer o vinho, açúcar, conservas, peles e chacina, enquanto às Canárias enviava
o vinho, canas, fruta verde, liaças de vime, pano (de estopa, burel e liteiro) e sumagre.
Em síntese as Canárias ofereciam à Madeira alguns dos produtos alimentares que ela care-
cia e em troca recebiam, além do vinho e sumagre, uma série de artefactos de produção local
ou de importação. A Madeira tinha neste arquipélago vizinho não só um celeiro complementar
do açoriano, mas também o açougue, fornecedor de gado e seus derivados, como a carne, sebo
e queijo.
As mutações da economia da ilha são-nos testemunhadas por diversos estrangeiros e nacio-
nais que nos visitaram. Em meados do século XV Cadamosto ficara estupefacto com as riquezas
da agricultura da ilha, celebrando a qualidade do vinho madeirense (110). Quase um século
depois, em 1530, Giulio Landi (111) compara o vinho madeirense ao mediterrânico, considerando
o malvasia melhor que o de Candia. Já em finais do século XVII Hans Sloane (11 4) referia que
o madeirense se dedicava em exclusivo à cultura da vinha, encontrando-se «a maior parte da ilha
( ... ) coberta de vinhedos», o seu vinho «é exportado em grandes quantidades para as plantações
das Indias Ocidentais e ultimamente, para o Ocidente, pois não há nenhuma espécie de vinho
que se mantenha tão bem em climas quentes».
Num relatório de instrução e informação para o governador D. António José de Melo
de 1698 (113) refere-se que «O negócio da terra hé vinho e casquinha de sabida; de entrada, mui-
tas roupas, bacalhau, trigo, que não tem o que baste, alguas carnes de que tambem há falta(. .. )».
E finalmente em 1727 António Cordeiro dá conta da afirmação hegemónica do comércio do vinho,
«a abundância de frutos já não he tanta, como nem he tanto assucar, ( ... )mas a principal de todas
he a dos muytos, e excelentes vinhos, que para as nações estrangeiras e Brasil, e Angola está
indo continuamente, e (... ) muyta toda a ilha» (114). Desta forma a vinha e o vinho ficarão como
as marcas definidoras do progresso sócio-económico do arquipélago no século XVII.
31
O COMÉRCIO DE ESCRAVOS
1. QUESTÕES E LACUNAS
33
3
A publicação do trabalho de M. Curtin (9) em 1969, trouxe-nos, meritoriamente, a pri-
meira análise sistemática do comércio de escravos. Entretanto em 1934 Charles Mac Innes (10)
havia defmido a estrutura do comércio a partir de três eixos fundamentais- os portos europeus,
africanos e americanos-, atribuindo a esta dinâmica comercial a designação de comércio triangular.
De acordo com os números fornecidos nos diversos estudos refere-se que o volume total
das estimativas do comércio de escravos no AtlâritiCo, para o período de 1451 a 1650, foi 797800
escravos, sendo destes 25000 (3%) para as ilhas Atlântica (incluídas a Madeira, Açores e Canárias).
A Madeira, porque próxima do continente africano e envolvida no seu processo de
reconhecimento, ocupação e defesa do controlo lusíada, tinha as portas abertas a este vantajoso
comércio. Deste modo a ilha e os madeirenses demarcaram-se nas iniciais centúrias pelo
empenho na aquisição e comércio desta pujante e promissora mercadoria do espaço atlântico.
À ilha chegaram os primeiros escravos guanches, marroquinos e africanos, que contribuiram para
o arranque económico do arquipélago.
Este comércio entre a ilha e os principais mercados fornecedores existiu e foi em alguns
momentos fulgurante. Todavia ignoramos o número de escravos, de diversas origens étnicas,
que entraram na ilha. A deficiente disponibilidade documental, para os séculos XV a XVII (11 ),
não permite a sua avaliação. Carecemos dos registos de entrada da alfândega do Funchal (12)
e das actas notariais. Note-se que no vizinho arquipélago das Canárias a existência dos proto-
colos notariais tem permitido algumas análises esclarecedoras neste domínio, conforme se poderá
verificar pelos estudos de M. Marrero Rodriguez (13) e Manuel Lobo Cabrera (1 4).
A única possibilidade de avaliar a dimensão assumida pelo tráfico de escravos estava na
reunião da diversa e avulsa informação disponível nos documentos. E foi isso que fizemos. Aqui
apresentamos os resultados sem qualquer preocupação de os quantificar e de lhes atribuir a
qualidade de testemunhos fiéis dessa realidade que nos escapa. Mesmo assim eles podem ser
encarados como a dimensão quantitativa do comércio de escravos para Madeira e das oscilações
do mercado interno.
(9) The Atlantic Slave Trade. A Census, London, 1969; e a crítica de D. R. MURRA Y, «Statistics of the
s1ave trade to Cuba. 1790-1867•, in Journal oflatin americans studies; III, n. 0 2, 1971, 131-149; Maria Luísa
ESTEVES, Gonçalo de Gamboa de Hiala, Capitão-mar de Cacheu e o Comércio Negreiro espanhol (1640-1650),
Lisboa, 1988; Miguel ACOSTA SAIGNES, Lei de los esc/avos negros en Venezuela, La Habana, 1978; Henry KAMEN,
•El negro en Hispanoamerica (1500-1700)•, in A.E.A., 28, 1971, 125.
(10) England and Slavery, Bristol, 1939; confronte-se A. D. WISMES, Nantes et !e temps des negrieres,
Paris, 1983. Esta visão ganhou um lugar de relevo na abordagem do tráfico negreiro americano, tendo sido recen-
temente contestada por W. MINCfllNTON (•The Triangular trade revisited•, in The Uncommon Market, New York,
1979, 331-352).
(II) Vejam-se as fontes documentais.
(12) Da alfândega do Funchal existem apenas registos de entrada de navios a partir de 1675
(ANTT, P.J.R.F.F., n. 0 954) e dos registos de entrada desde 1650 (Jbidem, n. 146). Todavia aqui a informação
sobre os escravos é nula; apenas no século XVIII se regista um livro para lançamento dos direitos pagos pelos
escravos vindos do Brasil, entre 1718 e 1721 (Jbidem, n. 0 271 e os diversos livros de entradas a partir de 1759
(A.N.T.T., A.F., n. 05 39-236).
(13) LA Esclavitud en Tenerife a Raiz de la Conquista, La Laguna, 1966.
(14) LA Esclavitud en las Canarias Orientales en el siglo XVI, Las Palmas, 1982; idem, •Relaciones entre
Gran Canaria, Africa y América a través de Ia trata•, in /I Coloquio de Historia Canario-americana (1977), Las
Palmas, 1979, 75-98; idem, •Los mercaderes y la trata de esclavos. Gran Canaria, siglo XVI•, in Homenaje
a Alfonso Trujillo, 11, Santa Cruz de Tenerife, 1982, 47-87.
34
2. OS MERCADOS E AS ROTAS
CANÁRIAS
A primeira pedra do edifício peninsular no Atlântico, que definiu o inicial mercado for-
necedor de escravos, foi, sem dúvida, as Canárias. Desde o século XIV, era manifesto o inte-
resse peninsular pelo arquipélago. A urzela, os escravos, contribuíram para a afirmação do novo
espaço e o acicatar das rivalidades luso-castelhanas, que ganharam plena expressão com as ini-
ciativas henriquinas, no período de 1424 a 1448 (16). Durante este lapso de tempo sucede-
35
ram-se inúmeras expedições portuguesas às Canárias sob a égide do mesmo infante, que recebera
de D. Duarte o senhorio das ilhas (17).
A proximidade da Madeira a este arquipélago em conjugação com o franco surto do
povoamento e valorização sócio-económica do solo madeirense, catapultaram o empenho dos
madeirenses para mais esta iniciativa henriquina. Decorridos, apenas 26 anos sob o início do
povoamento da Madeira, os madeirenses embrenharam-se na complexa disputa pela posse das
Canárias ao serviço do senhor, o infante D. Henrique.
Em 1446 João Gonçalves, sobrinho de Zargo, foi enviado a Lanzarote, como plenipoten-
ciário do infante, para firmar o contrato de compra da ilha a Maciot de Bettencourt. Na expe-
dição participaram caravelas de Tristão Vaz, capitão do donatário em Machico e de Garcia Homem
de Sousa, genro de João Gonçalves Zarco (18). Cinco anos após o infante organiza nova armada,
em que participaram vizinhos de Lisboa, Lagos e da Madeira; sendo de distinguir, de entre os
moradores da ilha, a presença de Rui Gonçalves, filho do capitão do donatário do Funchal (19).
A participação madeirense, para além do necessário serviço ao infante, orientava-se por
objectivos económicos, uma vez que o arquipélago era então a principal área de aprovisiona-
mento de escravos. Note-se que os mercadores da praça de Sevilha surgiam aí como os
principais activadores do trato, o que os motivou a comprometerem-se com a conquista levada
a cabo por Jean de Bettencourt (20). Durante o longo período de pacificação do arquipélago
(1402 a 1495) os aborígenes canários estiveram a saque dos peninsulares, resultando isso da neces-
sidade de uma presa (21) capaz de custear as expedições de conquista e ocupação.
As sete ilhas do arquipélago foram palco de sucessivos assaltos e, depois, de campanhas
militares de conquista, que conduziram muitos aborígenes canários à condição de escravos. Nas
ilhas de Tenerife, La Palma, La Gomera e Gran Canária a resistência à ocupação castelhana con-
tribuiu para a maciça escravização dos seus habitantes.
Até à década de noventa, não obstante as medidas limitativas da coroa e do papado, a glierra
foi o principal meio de recrutamento de escravos (22). Portugueses e castelhanos fizeram aí
várias razias, alheando-se das determinações papais em favor da liberdade dos convertidos ao
cristianismo. Em 1434 (23) o Papa Eugénio IV assim o determinará, e em 1490 em carta régia
proibia-se a venda de cativos (24) de La Gomera, livres desde Outubro de 1490, por serem
cristãos. Não obstante estas proibições, em 1525 ainda se vendiam escravos guanches em
Tenerife (25).
As condições supracitadas definiram a presença lusíada neste mercado de escravos, sur-
gindo na primeira metade do século XV algumas incursões de que resultou o aprisionamento
(17) Carta datada de 3 de Fevereiro de 1446, Vide Silva MARQUES, Descobrimentos Portugueses, I, Lis-
boa, 1944, 445.
(18) A. A. SARMENTO, «Madeira & Canárias•, in Fasquias e Ripas da Madeira, Funchal, 1931, 13-14.
(19) Monumenta Henricina, XI, 172-179.
(20) A. RUMEU DE ARMAS, La conquista de Tenerife, 1494-1496, Santa Cruz de Tenerife, 1975, 107-
-114; M. A. LADERO QUESADA, •Los Seiíores de Canarias en Sevilla•, in A..E.A.., n. 0 23, 126; Elias SERRA
RAFOLS, A.lonso Fernandez de Lugo. Primer Colonizador espaffol, Santa Cruz de Tenerife, 1972, 5-20; Manuel
MARRERO RODRIGUEZ, La Esclavitud en Tenerife (... ), La Laguna, 1966, 26-54.
(21) Manuela MARRERO RODRIGUEZ, ob. cit., 26-33.
(22) Charles VERLINDEN, Précédents et Paralléles de L 'Erclavage Colonial, Coimbra, 1949 (Sep. O Ins-
tituto, Vol. 3), 27; A. RUMEU DE ARMAS, La Política Indigenista de Isabel La Catolica, Valladolid, 1969.
(23) M. A. LADERO QUESADA, art. cit., p. 128.
(24) E. AZNAR VAILEJO, Documentos Canarios nel registo del sello, La Laguna, 1981, n. 0 262, p. 55.
(25) A. CIORANESCU, Historia de Santa Cruz de Tenerife, I, Santa Cruz de Tenerife, 1977, I 09. -Sobre
as medidas contra a escravatura dos aborígenes de Canárias veja-se ainda D. WCLFEL, «La Curia Romana y la
Corona de Espaiía en la defensa de los aborigenes canarios-, in A.nthropos, XXV, 1930, 1011-1083;
M. MARRERO RODRIGUEZ, «Los procuradores de los naturales c·anarios-, in Homenaje a Elias Serra Rafols, I,
La Laguna, 1970. 351-367; A. RUMEU DE ARMAS, La Polftica Indigenista de Isabel II la catolica,
Valladolid, 1969.
36
de escravos. Destas referem-se três (1425, 1427, 1434) que partiram da Madeira (26). Mais
tarde, com a expedição à costa africana de 1445 o madeirense Álvaro de Omelas fez um desvio
a La Palma onde tomou alguns indígenas que conduziu à Madeira (2 7). Aliás nas inúmeras via-
gens organizadas por portugueses entre 1424 e 1446, surgem escravos, que depois são vendidos
na Madeira ou em Lagos (28). .
A pa~r de meados do século XV, são assíduas as referências à presença de escravos caná-
rios na ilha da Madeira, os quais actuam como pastores e mestres de engenho (29). A sua pre-
sença na ilha deveria ser importante nas últimas décadas do século XV pois temos alguns documentos
clamando por medidas para atacar a sua rebeldia. Muitos deles, fiéis à tradição de pastoreio,
dedicaram-se também aqui a este ofício.
Tal como sucedeu nas vizinhas ilhas das Canárias, nomeadamente em Tenerife, entre eles
encontravam-se alguns fugitivos que causavam elevados danos ao gado o que levou, na Madeira,
o duque a ordenar em 1483 (30) uma devassa. Dela resultou em 1490 (31) a proibição da sua
presença na Madeira e Porto Santo.
No documento determinava-se que os escravos canários de Tenerife, La Palma, Gomera
e Gran Canaria, deveriam sair até Outubro, exceptuando-se, todavia, aqueles que eram mestres
de açúcar, as mulheres e as crianças. Mas, em face da reclamação dos vizinhos, o mesmo foi
forçado a retroceder, valendo a determinação apenas para os forros (32). Esta ordem nunca se
executou na sua plenitude, conforme se pode ver da nova ordem régia de 1503, em que se
estabelecia a sua expulsão, !lo período de dois meses, sob pena de reverterem, na condição de
escravos, para a coroa que depois os conduziria a Lisboa (33). Mas novas reclamações dos
madeirenses levaram o rei a retroceder, ressalvando os canários forros ou cativos, que eram mes-
tres de açúcar examinados pela Câmara (34). Também a instâncias do capitão do Funchal, Simão
Gonçalves da Câmara, foi permitida a permanência dos seus escravos, Bastiam Rodrigues e
Catarina, por nunca terem sido pastores.
Estranhamente, nos testamentos do século XV não encontramos indicação de qualquer escravo
desta proveniência. Para além dos dois escravos que possuía o capitão Simão Gonçalves da Câmara,
sabe-se que João Esmeralda, na Lombada da Ponta do Sol, era também detentor de escravos desta
origem, sem ser referido o número (35). A par disso em 1455 Cadamosto, na primeira
passagem pelo Funchal, refere ter visto um canário cristão que se dedicava a fazer apostas sobre
o arremesso de pedras (36).
(26) José Ramos TINHORÃO, Os Negros em Portugal. Uma presença silenciosa, Lisboa, 1988.
(27) V. M. GODINHO, Documentos sobre a E:cpansllo Portuguesa, III, Lisboa, 1956, 67-71.
(28) José Maria HERNANDEZ-RUBIO CISNEROS, Fuerteventura en la naturalezay la Historia de Canarias,
I, Fuerteventura, 1983, 950-953.
(29) Lothar SIEMENS y Liliana BARRETO, •Los esclavos aborígenes canarios en la isla de la Madera
(1455-1505)>•, in A.E.A., n. 0 20, 1974, 111-143. Aqui utilizamos o termo canário para designar os escravos
oriundos do arquipélago das Canárias, não obstante esse termo querer significar os habitantes de Gran Canária.
Mas segundo Gaspar FRUTUOSO (Ob. cit., livro primeiro, p. 73) «desta (Gran Canaria) tomaram o nome geral
de canários os habitadores das outras, ainda que também seus particulares nomeS».
(30) A.R.M., C.M.F., t. I, fl. 238vo-249, publ. in A.H.M., vol. XV, 122-134, em anexo
documental, n. 0 19.
(31) lbidem, t. I, fls. 34 vo-36 vo, in lbidem, vol. XVI, doe. 445, pp. 240-244, em anexo
documental, n. 0 20.
(32) lbidem, t. 1, fls. 257 vo-262 v o, publ. in ibidem, vol. XVI, 1973, doe. 159, pp. 260-265, em
anexo documental, n. 0 21.
(33) Jbidem, t. 1, fls. 299 vo-300 vo, publ. in ibidem, vol. XVII, 1973, n. 0 270, pp. 440-41, em anexo
documental, n. 0 24.
(34) lbidem, t. 1, fl. 107-107vo, publ. in ibidem, vol. XVII, 1973, n. 0 283, pp. 450-451, em anexo
documental, n. 0 25.
(35) Gaspar FRUTUOSO, livro primeiro das Saudades da Terra, P. Delgada, 1979, 124.
(36) José Manuel GARCIA, Viagens dos descobn"mentos, Lisboa, 1983, p. 86.
37
Nos anos de 1445 e 1446 estão documentadas diversas expedições às Canárias, que con-
tribuíram para o aumento das presas de escravos do arquipélago na Madeira. Em 1445 ambos
os capitães da ilha- Tristão Vaz e João Gonçalves Zarco- enviaram caravelas de reconheci-
mento à costa africana, mas a desilusão da viagem levou-os a garantirem o custo com uma presa
em La Gomera. Entre 1445 e 1446 Alvaro Fernandes fez dois assaltos em La Gomera e em 1446
foi enviado por João Gonçalves Zarco, referindo Zurara a intenção de realizar alguma presa (37).
A última bem como as acima citadas revelam que os escravos canários adquiriram uma dimensão
importante na sociedade madeirense pela sua intervenção na pastorícia e actividade dos
engenhos. Aqui a exemplo das Canárias eles, nomeadamente os fugitivos, foram um quebra-
-cabeças para as autoridades. Deste modo as Canárias afirmaram-se no século XV como o
principal fornecedor de escravos, complementado com as presas dos assaltos à costa marroquina
e viagens para sul.
MARROCOS
Até à definição da rota atlântica para o comércio de escravos negros, a principal fonte de
abastecimento deles resumia-se a diversas iniciativas de corso no estreito de Gibraltar, às inces-
santes incursões nas Canárias e às presas da guerra de cruzada contra os muçulmanos, na penín-
sula ou em Marrocos. A guerra de corso foi uma prática comum nas primeiras décadas do
século XV, intervindo nela homens como João Gonçalves Zarco. A tradição diz-nos que teria
sido numa destas acções que ele conheceu pela primeira vez o arquipélago da Madeira. Aliás
desde 1433 os infantes D. Pedro e D. Henrique usufruíram da isenção do quinto do valor das
presas realizadas devido à coroa (38). Com a tomada de Ceuta em 1415 abriu-se a possibilidade
de novas fontes de abastecimento de escravos.
Os cronistas do século XV e XVI relevam o activo protagonismo dos madeirenses na
manutenção e defesa das praças em Marrocos. A principal aristocracia da ilha fez delas o
meio para o reforço das tradições da cavalaria medieval, uma forma de serviço ao senhor
e fonte grangeadora de útulos e honras (39). Esta acção torna-se evidente c imprescindível à
sua presença na primeira metade do século XVI, destacando-se diversas armadas de socorro
a Arzila, Azamor, Mazagão, Santa Cruz de Cabo Gué, Safim. Af assumiram especial
função os capitães do Funchal e Machico, bem como a aristocracia da Ribeira Brava e
Funchal.
Foi também a Madeira quem abasteceu, por algum tempo, estas praças do cereal neces-
sário à manutenção das gentes. O mesmo sucedeu com o tabuado e cal para a construção ou
reparo de fortalezas (40). Na década de setenta do século XV, momento cm que a Madeira se
debatia com a quebra da produção cerealífera, este provimento às praças marroquinas e feitorias
38
da costa da Guiné passou a ser assegurado pelos Açores, mantendo-se, no entanto, a Madeira
como centro redistribuidor (41).
A dupla intervenção da ilha no provir das praças marroquinas e portos da costa além do
Bojador terá contribuido para a abertura das rotas de comércio de escravos, daf oriundos.
No caso das praças de Marrocos a assídua presença dos madeirenses na defesa trouxe-lhes algu-
mas contrapartidas favoráveis em termos das presas de guerra. Daf terão resultado os escravos
mouriscas encontrados na ilha.
Gaspar Frutuoso refere, quanto à ilha de S. Miguel (Açores), que em 1522, quando do
sismo e derrocada de terras que soterravam Vila Franca do Campo, era numeroso o grupo de
escravos mouros que o capitão Rui Gonçalves da Câmara e acompanhantes detinham, quando
anos antes haviam ido a socorrer Tanger e Arzila (42). Idêntico foi o comportamento dos madei-
renses que participaram com assiduidade nestas campanhas. Note-se que os mouriscos surgem
com maior incidência no Funchal e Ribeira Brava (43), áreas em que os principais vizinhos mais
se distinguiram nas guerras marroquinas(«). Eles situam-se quase que exclusivamente no
século XVI, se exceptuarmos um caso isolado do Funchal na década de 1631 a 1640. Isto resul-
tou das medidas restritivas à posse de escravos desta origem, estabelecidas pela coroa a
partir 1597 (45).
Perante o tribunal da Inquisição mourisco era, muitas vezes, sinónimo de professo do Islão
e não de escravo. Tudo isto porque era numeroso o grupo de mouriscas alforriados ou livres.
Assim sucede em 1618 (46) em que na lista dos denunciados, surgem duas mulheres assim rotu-
ladas, enquanto em 1689 e 1694 nos recusados em habilitações para o Santo Ofício contam-se
dois com fama de mouriscas (47).
A intervenção madeirense nas praças marroquinas aproximou os corsários argelinos da costa
do arquipélago, podendo esta ser entendida como uma acção de represália. Eles surgem com
assiduidade a partir de 1566, sendo de referenciar em 1617 assalto às ilhas de Porto Santo e Santa
Maria. Da primeira ilha levaram como cativos 900 vizinhos, escapando apenas dezoito homens
e sete mulheres (48).
O tratamento dado a estas presas era quase idêntico ao dos escravos da civilização oci-
dental. O que os diferenciava era a possibilidade que lhes era dada pelos marroquinos, de alcan-
çarem a liberdade antes de entrarem no mercado de escravos, caso fosse possível o pagamento
do resgate (49).
A gravidade do assalto de 1617, mercê da avultada presa motivou uma activa intervenção
(41) lbidem, F. MAURO, •De Madere a Mazagan: une Mediterranée Atlantique», in Hespéris, Paris, 1953;
Vitorino Magalhães GoDINHO, •Economia de subsistência e mão-de-obra», in Os Descobrimentos e a Economia
Mundial, III, 2. • edição, Lisboa, 1982, 217-286.
(42) Francisco de Athayde M. de Faria e MAIA, Capitiles dos Donatários (1439-1766), Lisboa, 1972, 60.
(43) Vejam-se os quadros n. 0 117 a 122 em anexo.
(44) Confronte-se Jerónimo Dias LEITE, ob. cit., passim e Gaspar Frutuoso, Livro primeiro das Sauda-
des da Terra, Ponta Delgada, 1979, cap. III, XXII, XXIII-XXXIV. A situação na ilha de São Miguel é similar,
conforme se poderá constatar do texto de Gaspar Frutuoso (livro quarto das Saudades da terra, II, Ponta
Delgada, 1981, 337): «Havia nesta terra muitos mouros que trouxe o capitão Rui Gonçalves da Câmara quando
veio de África ( ... )». O mesmo refere ainda em 1522 uma revolta de escravos mouriscos em Vila franca do
Campo (ibidem, 228, 293-309).
(45) V. M. GODINHO, ob. cit., IV, 191; Fortunato de ALMEIDA, ob. cit., vol. XI, 110.
(46) A.N.T.T., Inquisiçilo de Lisboa, n. 0 792, fl. 41-47, 80; ibidem, n. 0 791, fl. 44-49.
(47) A.N.T.T., lnquisiçilo de Lisboa, Conselho Geral, L. 0 36.
(48) Anais do Munidpio do Porto Santo, Porto Santo, 1989, 14; A. A. SARMENTO, A Madeira e as pra-
ças de Africa, Funchal, 1932, 35; Eduardo PEREIRA, Ilhas de Zargo, I, Funchal, 1967, 102; idem, Piratas e
corsários nas ilhas adjacentes, 4.• ed., Funchal, 1975.
(49) E. G. FREEDMAN, Spanish captives in North Africa in the early modern age, Londres, 1983;
Murray GORDON, L'Esclavage dans le monde arabe. V/Je-XXe siecle, Paris, 1987.
39
da Mesa de Consciência e Ordens (50). A celeridade na resolução do resgate resultava da pre-
sença de inúmeras crianças, temendo-se a sua conversão ao islamismo.
O resgaste de cativos era feito pelos alfaqueques (51), no caso do assalto de 1617 eram
frades - Frei Paulino da Apresentação e Frei André de Albuquerque. Os contactos entre as par-
tes interessadas faziam-se em Ceuta, Argel e Valença, em que se estabeleciam as formas de
resgate. Ele poderia consistir numa troca mútua de -cativos ou no pagamento de uma certa
quantia em dinheiro. O dinheiro para esta rendição era resultado das esmolas, legados, rendas
e multas, e era reunido, pelo mamposteiro-mor dos cativos, no «Cofre dos cativos». Todavia
dos cativos de 1617 do Porto Santo, duzentos atingiram a liberdade por sorte, pois o navio que
os conduziu à costa da Berberia naufragou, sendo recolhidos por embarcações portuguesas (52).
Mas nem todos tiveram igual sorte e em 1656 ainda se providenciava a libertação de alguns
destes cativos do Porto Santo. Alguns portossantenses entregaram ao governador da ilha o dinheiro
necessário para que em Lisboa providenciasse o resgaste do resgaste, coisa que ele não
cumpriu (53).
Também as vizinhas ilhas de Lánzarote e Fuerteventura foram alvo de incessantes assaltos
mouriscas, que causaram inúmeros problemas às populações de ambas as ilhas. Gaspar
Frutuoso (54) descreve um assalto em 1586 a Lanzarote, mas outros tiveram lugar na centúria
imediata (55). O mesmo autor refere que os lanzarotenhos «são leais a portugueses e a cas-
telhanos, e inimigos de mouros da Berberia, aonde vão fazer muitos saltos e trazem muita
presa deles, que vendem para a ilha da Madeira (... )»(56). Note-se que o senhorio destas
ilhas usufruía do quinto das presas feitas na Berberia. A partir de 1566 estabeleceram-se
entraves a estas entradas e em 1572 ficou exarada a total proibição, como forma de evitar as
represálias que tinham tido local nesta segunda metade da centúria. A par da organização de
armadas castelhanas para saque na área da Berberia surgiram outras para resgate dos cativos (57).
(50) Entre 12 de Outubro de 1617 e 27 de Julho do imo seguinte sucedem-se várias consultas da referida
repartição em que se procura solucionar o resgate dos cativos (A.N.T.T., Consultas da Mesa de Consciência
e Ordens, L. 0 54 e 65, does. publicados no Arquivo dos Açores, vol.· VII, Ponta Delgada, 1982, 331-337.
(Sl) De acordo com o c6digo das Siete Partidas (tit. XXX, lei. I, p. 553) a1faqueques eram •ornes de
buena verdad que son puestos para sacar los captivos», Nas Ordenações Afonsinas (livro quinto, tit. XXXXVIII,
Lisboa, 1984, 177-178) é referido que nas Cortes de Lisboa, realizadas no tempo de D. Afonso IV, se estabeleceu
a forma da sua intervenção, sendo eles nomeados pelo corregedor do Algarve. Em 1442 é referenciado Martim
Fernandes, alfaqueque do infante D. Henrique, vide Monumenta Henricina, VIII, n. 0 43, 74; confronte-se
V. M. GoDINHO, ob. cit., vol. IV, 190.
(52) A.N.T.T., Consultas da Mesa da Consciência e Ordens, L. 0 65, fl. 256, consulta de 11 de Janeiro
de 1618, publ. in Arquivo dos Açores VII, P. Delgada, 1982, 334-335.
(53) António Nunes Barreto, do Porto Santo, declara no seu testamento feito em 9 de Maio de 1656
(A.R.M., J.R. C,, Cx. 162, n. 0 39) que o seu sogro empenhara a fazenda em 250.000 rs para resgatar familiares
cativos.
(54) Livro primeiro das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1986, 86.
(SS) R. RlcARD, •Recherches sur les relations des iles canaries et de la Berberie au XVI siecle», in
Hesperis, XX, Paris, 1935, 70-130; J. VIEIRA Y CLAVDO, Noticias de la historia general de las is/as Canarias,
Santa Cruz de Tenerife, 1967-71, 729-730, 817; S. SENA Y FERNANDEZ DE MORATIN Conquista y aventuras de
canarios en Berberia, Santa Cruz de Tenerife, S.D., 14; A. RUMEU DE ARMAS, Piraterias y Ataques contra las
is/as Canarias, II, Madrid, 1947, 639; Manuel LOBOCABRERA, La Esclavitud en las Canarias Orientales en el
siglo XVI, Las Palmas, 1982, 90-98, 151; Idem, Grupos Humanos en la Sociedad Canaria dei siglo XVI, Las
Palmas, 1979, 31-35; Idem, •Canarias y Berberia. Relaciones comerciales en los comienzos dei siglo XVI»,
in Actas dei primer Congresso Hispano-Africano de las Cu/Juras Mediterrâneas, Granada, 1984, 317-323;
idem, •Rescates canarios en la costa de Berberia», in Relaciones de la Península Jberica con el Magreb
(Siglos Xlll-XV/), Madrid, 1988, 591-620. ·
(56) Jbidem, 82.
(S1) R. RICARD, •Canarios cativos en Africa», in Revista de História, 69, La Laguna, 1945, 79-81; Luís
Alberto ANAYA HERNANDEZ, •Repercusiones dei corso Berberisco enCanarias durante el siglo XVII. Cautivos
y renegados canarias», in V C.H.C.A. (1982), t. II, Las Palmas, 1984, 125-177.
40
Situação semelhante teve lugar em Portugal, em 1461 com a proibição da posse de escravos
mouriscas (58).
A proximidade das ilhas à costa africana e as incursões à Berheria a cativar escravos
conduziram à valorização deste grupo étnico nas Canárias, havendo em Lanzarote e Fuerteven-
tura mais de 1500 escravos daí oriundos (59). Também em Gran Canaria e Tenerife eles foram
numerosos, sendo a sua presença resultado dos vários assaltos feitos pelos vizinhos destas ilhas
à Berberia. Em ambas as ilhas o número deveria ser elevado a atestar pelas incessantes inter-
venções do cabildo contra a sua presença: primeiro em Tenerife, no ano de 1530 e depois em
Gran Canaria, em 1541 (60). Diferente foi a situação da Madeira, onde eles não ganharam
expressão significativa.
Este mútuo temor de represália dos berberiscos, condicionou o comércio e a presença de
escravos mouriscas na Madeira e Canárias. No caso madeirense o abandono de algumas praças
no período de 1541-1550 (Alcácer Ceguer, Arzila, Azamor, Safim e Santa Cruz) poderá ser apon-
tado como um dos factores que contribuíram para o paulatino decréscimo do número de mou-
riscas, que, num e noutro caso, forão substituídos, em condições mais favoráveis, pelos da costa
da Guiné.
Facto curioso é que o desinteresse canário-madeirense pela rota marroquina de escravos
coincide, precisamente, com o avolumar das investidas de represália às ilhas de I.anzarote,
Fuerteventura, Porto Santo e Santa Maria. A partir desta data inverte-se a situação surgindo os
ilhéus, como vimos, na condição de cativos ou escravos dos mouriscas.
(58) Fortunato de ALMEIDA, História de Portugal, XI, Lisboa, S.D., 110; F. MAURO, ob. dt., 6.
(59) Robert RICARD, •Notas sobre los moriscos de Canarias en el siglo XVI•, El Museo Canario, II,
n. 0 4 (1934), 1-10.
(60) José PERAZA DE A YAL\, •Los moriscos de Tenerife y acuerdos sobre su expulsión•, in Homenaje
a Eüas Serra Rafols, III, La Laguna, 109-128.
(61) Gomes Eanes de ZURARA, Crónica da Guiné, Cap. LXXXVII, 384; O Manuscrito de Valentim
Fernandes, Lisboa, 179-180.
(62) Confronte-se o capítulo A Madeira nos séculos XV e XVII.
41
partilhou em lagos com o Infante D. Henrique (63). A partir de então estava aberta a porta para
o trato de escravos negros, que firmou uma posição de relevo nas relações com a península e
ilhas e, mais tarde, nos séculos XVI e XVII, com as Indias Ocidentais.
Zurara (64), Cadamosto (65), Diogo Gomes (66) e Duarte Pacheco Pereira (6 7) descrevem de
modo sucinto o trato comercial nas décadas de quarenta e cinquenta, dando sobre isso os mais
importantes testemunhos. Segundo o primeiro no período de 1441 a 1448 foram conduzidos ao
reino, a partir da Costa do Saara, 927 cativos, enquanto Cadamosto informa em 1456 que
Portugal recebia de Arguim, anualmente, de 700 a 800 escravos. Os dois últimos corroboram
a manutenção deste tráfico até princípios do século XVI (68).
Com a morte do infante D. Henrique, em 1460, havia-se atingido uma das principais zonas
do comércio de escravos no litoral africano, enquanto que no período do contrato com Fernão
Gomes se revelou o Golfo da Guiné e, finalmente, em 1485, Diogo Cão descobria a restante
costa que corporizou um novo mercado- Angola. Nas três áreas os madeirenses mantiveram
um activo trato. Todavia a primeira assume uma dimensão particular como mercado fornecedor
de escravos para a ilha. A área ficou conhecida por Rios de Guiné, tendo como principais entre-
postos a feitoria de Arguim e as ilhas de Cabo Verde (69). Francisco de Andrade definia-a
em 1521 como «Portos e Rios de tratos e resgates», sendo os seus principais entrepostos
Bezeguiche, Porto d'Ale e Joala, os Rios Berbecin, Gâmbia, S. Domingos, Casamansa e Grande,
ilhas Bijagós, Rio Nuno e Serra Leoa (70).
A situação da Madeira e dos madeirenses nas navegações supracitadas, a par da extrema
carência de mão-de-obra para o arroteamento das diversas clareiras abertas na ilha pelos pri-
meiros povoadores, geraram, inevitavelmente, o desvio da rota do comércio de escravos, sur-
gindo o Funchal, em meados do século XV, como um dos principais mercados receptores (7').
Em 1492 (72) a coroa isentava os madeirenses do pagamento da dízima dos escravos que
trouxessem a Lisboa. Esta situação, resultante da petição de Fernando Pó, revela que na ilha
havia já um grupo numeroso de escravos e que muitos deles eram daí levados para o reino.
Refira-se, ainda, que o Funchal se mantinha desde 1470 (73) como um importante entre-
posto do comércio africano. Nesta data o rei autorizou a permanência na ilha a Fernão Nunes
(63) Gomes Eanes de ZURARA, ob. cit., caps. XXIV, XXV, 122-127; O Manuscrito de Valentim
Fernandes, 148-149.
(64) Ob. cit.
(65) «Navegaçt'Jes», Íll Viagens dos Descobrimentos, Introdução e Notas de José Manuel GARCIA,
Lisboa, 1983, 75-138.
(66) M. BEHAIM, «Primeiro descobrimento da Guiné», in ibidem, 27-54.
(67) Esmera/do de Situ Orbis, 3. 8 ed. por Damião PERES, Lisboa, 1954.
(68) Fortunato de ALMEIDA, História de Portugal, VI, Lisboa, S. D., 25-31; V. M. GODINHO,
«Ü Mercado da mão-de-obra e dos escravos», in Os Descobn"melltos e a Economia Mundial, IV, Lisboa,
1983, 154-167.
(69) António CARREIRA, Os Portugueses nos Rios da Guiné (15()()..1900), Lisboa, 1984, 9-10, 21-25;
idem, «Tratos e Resgates dos portugueses nos Rios da Guiné e ilhas de Cabo Verde», in Revista de História
Económica e Social, n. 0 2, Lisboa, 1978, 95; A. T. MOTA, «As rotas marítimas portuguesas no Atlântico de
meados do século XV ao penúltimo quartel do século XVI», inDo Tempo e da História, III, 1980, 20.
(70) A. BRASIO, Monumenta Missiollária Africana, III, Lisboa, 1964, pp. 91-107, referenciado por
A. T. MOTA, ibidem, 20.
(71) Pedro d' AZEVEOO, «ÜS Escravos», in Archivo Histórico Português, l, n. 0 9, 1903, 297;
B. W. DIFFIEeG. D. WINIUS,AjundaçãodolmpérioPortuguês, 1415-1580, I, Lisboa, S. D., 101-103; veja-se
anexo documental n. 0 22; A. R. M., Documelltos Avulsos, ex. 4, n. 0 485, Vereação de 26 de Abril de i497.
(72) A.R.M., C.M.F., tomo I, fls. 223 vo-225, sentença régia, isentando os moradores da Madeira do
pagamento de dízima nos escravos que levarem para Lisboa, para seu serviço, publ. inA.H.M., vol. XVI, 1973,
n. 0 161, pp. 269-271.
(73) A.R.M., C.M.F., t. I, fl. 146-vo., Carta régia de 25 de Junho de 1470, publ. inA.H.M., XV,
1972, 51-52 ..
42
Boa Viagem, como feitor do seu irmão, Martim Anes Boa Viagem, para os dentes de elefante.
Aliás, já em 1466 (74) é referida a penetração nas partes da Guiné, arrendadas a Pedro Gomes,
duma caravela armada na Madeira, que actuou a partir da ilha de Santiago. A par disso
em 1483 (75 ) D. Manuel, ainda duque e senhor da Madeira, aconselhava as maiores facilidades
para as embarcações que dos Açores e Cabo Verde demandavam o porto do Funchal, como forma
de incentivar o comércio com estas ilhas.
É pouca a informação disponível mas o suficiente para revelar a importância que assumiu
na Madeira o comércio com o litoral africano (mapa n. 0 2), onde os escravos deveriam preencher
uma posição relevante. Todavia ela impede-nos de avaliar com segurança este comércio e a
importância que os mesmos escravos assumiram, no século XV, na sociedade madeirense.
A insistente referência, na documentação da época, aos negros, obviamente desta área afri-
cana, poderá ser o testemunho da importância que os mesmos assumiram na ilha. Em 1466 (7 6)
os moradores representavam ao infante contra a redízima lançada sobre os moços de soldada que
condicionava a presença em favor dos negros escravos, situação em que temiam «vir algum perigo».
Passados vinte e três anos o capitão do Funchal representara ao duque o perigo cm que estava
a ilha, por os vizinhos saírem para Lisboa ou para o litoral africano, «por bem dos muytos negros
que hai ha» (77). A par disso, já em 1474 (78), a infanta D. Beatriz, em carta aos capitães do
Funchal e Machico, estabelecera medidas limitativas da intervenção dos escravos e forros quanto
à posse de casa, para impedir vários roubos.
Partindo do rastreio da situação na década de sessenta e ligando-a às demais alusões supra-
citadas, constata-se que a escravatura negra assumiu particular significado na Madeira no último
quartel do século XV.
O movimento foi, paulatinamente, desviado no século XVI para o novo continente reve-
lado por Colombo e Pedro Álvares Cabral. Aí as medidas limitativas da escravatura dos povos
indígenas, e o franco progresso da economia açucareira definiram o novo rumo, que se afirma,
a partir da segunda metade do século XVI (79), primeiro em 1510 (80) com os asientos para La
Espai'i.ola, e depois para o Brasil, em 1532 (81). E assim se organizou o tráfico negreiro para
o novo espaço, intervindo portugueses, castelhanos e depois ingleses, holandeses e franceses.
O comércio, quer nas áreas abastecedoras controladas pelos portugueses, quer nos portos
castelhanos de destino estava submetido ao controlo das coroas peninsulares. Enquanto a por-
tuguesa definia o sistema de contratos para as diversas áreas da costa africana, Castela estabelece
primeiro o regime de licenças, substituído em 1595 pelo regime de contratos- os asientos (82).
(74) A.N.T.T., Lo. das Ilhas, fl. 2 vo.-4, 8 de Fevereiro de 1472, publ. in História Geral de Cabo Verde.
Corpo Documental, I, Lisboa, 1988, n. 0 6, 25-28.
(75) A.R.M., C.M.F., t. 1, fi. 38 vo.-349, 12 de Novembro de 1483, «Resposta do duque a alguns apom-
tamentos sobre hos dereytos•, inA.H.M., XV, 1972, 126.
(76) A.~.M., C.M.F., t. I, fls. 226-229vo., 7 de Novembro de 1466, «Apontamentos do infante
D. Fernando, em resposta de outros•, in A.H.M., XV, 1972, doe. 13, 38.
(77) A.R.M., C.M.F., t. 1, fl. 169, in A.H.M., vol. XV, 1973, doe. n. 0 131, p. 226, em anexo
documental n. 0 23.
(78) Jbidem, tomo velho, fl. 11, em anexo documental n. 0 18.
(79) São inúmeros os estudos sobre o tráfico negreiro para o continente americano pelo que remetemos
o leitor para o sumário supra na Bibliografia.
(~) Elena F. S. de STUDER, La trata de negros en e! Rio de la Plata durante el siglo XVIII, Buenos
Aires, 1958.
(81) Luís VIANA (fllho), «O trabalho do engenho e a reacção do índio- estabelecimento da escravatura
africana», in Congresso do Mundo Português, X, t. II, Lisboa, 1940, 13.
(82) George SCEILE, La Traite Negriere aus Indes de Castille, 2 vols., Paris, 1906; Rozendo Sampaio
GARCIA, Aprovisionamento de escravos negros na América, S. Paulo, 1962, 6-10, 24-25, 33-185; Emrique OTTE
e Conchita RUIZ BERRUECO, «Los portugueses en la trata de esclavos negros en las postrimerias del siglo XVI•,
in Moneda e Crédito, n. 0 85, 1958; Vicenta CORTÉS, «La trata de esclavos durante los primeros descubri-
43
Mapa nQ 2
LEGENDA
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Riheira C:r:tnde (S;mti;tgo)
44
Nos séculos XV e XVI o relacionamento comercial da Madeira com a costa africana,
nomeadamente Cabo Verde, era activo. Aliás em 1507 (83) o rei ao conceder a Afonso Lopes
o arrendamento dos couros das ilhas de Cabo Verde, declarava que este comércio e o dos escra-
vos, feito por naturais, com o reino e a ilha da Madeira, estavam isentos de direitos. E sabemos
por petição dos moradores de Santiago que a oferta comercial de Lisboa, Madeira, Açores e
Canárias se baseava no fornecimento de cereal, vinho, azeite, ferramentas e panos (84).
A falta de documentação alfandegária e a precaridade das informações lavradas em outras
fontes, impedem-nos de contabilizar este movimento e a evolução ao longo da centúria.
A primeira referência ao envio de um escravo de Cabo Verde para a Madeira surge
tombada em 1557 (85) no testamento de Isabel de Sousa, onde diz ter entregue dez cruzados e
sete ou oito bocetas de marmelada a Diogo Rodrigues para lhe trazer um escravo de Cabo Verde.
Em 1587 um Lorenzo Pita de Gran Canaria surge em Cabo Verde a compra a troco de vinho:
Manuel Lobo Cabrera aponta, a este propósito, que os portugueses tinham uma participação activa
no trá to das Canárias com a Guiné (86).
Certamente que o documento mais importante sobre a intervenção dos madeirenses nestas
paragens, é o testamento do madeirense Francisco Dias, feito em 22 de Outubro de 1599 (87) na
Ribeira Grande (ilha de Santiago- Cabo Verde) em que ele se apresenta como um destacado
interlocutor do tráfico negreiro na ilha. Ele mostra-se bem relacionado com o comércio de escra-
vos no interior dos Rios da Guiné, com mercadores de Sevilha e com o mercado negreiro das
ilhas de S. Domingos e Honduras. A sua morte deixou uma importante fortuna que distribuiu
por encargos pios, aos sobrinhos e cunhados, aos três escravos (88).
Francisco Dias com morada fixa na Ribeira Grande, intervinha no trato de escravos nos
Rios da Guiné por meio do escravo António; aí no Rio Grande mantinha contactos com Diogo
Fernandez. As referências a dívidas de alguns madeirenses poderá ser o indicativo do envio de
peças de escravos para a Madeira. No testamento anotam-se dívidas a João Gonçalves, Jerónimo
Mendes, Francisco Afonso, António Gonçalves e Francisco Fernandes, todos da Madeira.
A prova da existência deste activo comércio de escravos entre a Madeira e Cabo Verde
temo-Ia em 1562 (89) e 1567 (ro). Nesta década as dificuldades sentidas na cultura do açúcar leva-
ram os lavradores a solicitarem junto da coroa, facilidades para o provimento de escravos na
Guiné, com o envio de uma embarcação para tal efeito. O rei acedeu a esta legítima aspiração
dos lavradores madeirenses e ordenou que, após o terminus do contrato de arrendamento com
António Gonçalves e Duarte Leão-, isto é, em 1562- aqueles pudessem enviar anualmente
uma embarcação a buscar escravos. Em 1567 foi necessário regulamentar novamente o privi-
légio atribuído aos madeirenses, sendo-lhes concedido o direito de importar anualmente, por um
período de cinco anos, de Cabo Verde e dos Rios, centro e cinquenta peças de escravos, dos
quais cem ficariam no Funchal e cinquenta na Calheta.
mientos 1489-1516», in A.E..A.., IX (1963, 23-49); Enriqueta VILA VILAR, Hispano-america y el comercio de
esc/avos. Los asientos portugueses, Sevilla, 1977; V. M. GODINHO, Os Descobrimentos e a Economia
Mundial, Vol. IV, 176-181.
(83) A.N.T.T., C. C., II, 29-19, alvará régio de 6 de Fevereiro de 1507, publ. in História Geral de Cabo
Verde. Corpo Documental, Lisboa, 1988, does. n. 0 64, p. 170.
(84) A.N.T.T., Leis, 2, 27, petição de 24 de Outubro de 1512, publ. in ibidem, n. 76, 209-210.
(85) A.R.M., Misericórdia do Funchal, n. 0 710, fls. 308-309, testamento de 3 de Fevereiro de 1557.
(86) A.H.P.L.P., Lorenzo de Palenzuela, n. 0 844, fl. 109; Manuel LoBO CABRERA, •Los mercaderes
y la trata de esclavos en Gran Canaria», inHomenage a Alfonso Trujillo, II, Santa Cruz de Tenerife, 1982, 59 e 71.
(87) A.R.M., Misericórdia do Funchal, 684, fl. 785-90vo., em anexo documental n. 0 4.
(88) Os seus bens móveis foram avaliados em 1.231.000 rs a que se deverá somar as dívidas no valor
de 30.600 rs; desse elevado pecúlio entregou 74.000 rs para encargos pios e 209.000 rs pelos familiares, ~ravos
e testamenteiro.
(89) A.R.M., Documentos Avulsos, ex. 2, n. 0 194, em anexo documental, n. 0 29.
(90) Idem, C.M.F., t. 3, fl. 137 vo-138, em anexo documental, n. 0 30.
45
Caso o estipulado na provisão régia se tenha cumprido, teriam entrado no período de 1567
a 1572 quinhentos escravos para o Funchal e duzentos c cinquenta para a Calheta. Isto deveria
ter contribuído para o aumento da presença dos negros nestas localidades. Todavia a conjuntura
favorável ao aumento dos escravos nas comarcas do Funchal e Calheta não está explicitada nos
dados coligidos na documentação. Note-se, por exemplo, que no período de 1551 a 1590 não
se apresenta qualquer registo de baptismo de adultos na freguesia da Sé, o que certamente só
se entenderá como prova de que eles vinham já baptizados (91).
As facilidades temporárias, concedidas aos madeirenses no comércio de escravos nos Rios
da Guiné, terão contribuído para o reforço do relacionamento comercial da Madeira com esta
área, nomeadamente com Cabo Verde. O testemunho disso é apresentado em 1598 (92) notes-
tamento de António Pires, que refere ter entregue ao filho doze pipas de vinho para Cabo Verde.
Além disso as vereações do Funchal desde 1551 (93) atestam a importação de milho, cuscus,
chacinas e sal das ilhas.
O comércio com Cabo Verde perdurou na centúria seguinte, mantendo-se alheio às alte-
rações da conjuntura política europeia. A união ibérica c as consequentes rivalidades da~coroas
europeias, transplantadas para o litoral atlântico condicionaram o tráfico negreiro. A oclipação
holandesa de Pernambuco, em 1630, tornou inevitável o assalto aos mercados da Guiné, for-
necedores de escravos, de modo que foi possível reactivar a safra açucareira (94). O controlo
holandês do principal mercado e feitorias de escravos- S. Jorge da Mina (1622, 1637),
Praia- Cabo Verde (1598, 1624-1625 e 1628), S. Tomé e Príncipe (1595-1596, 1599, 1641-
-1648), Angola (1641-1648)- propiciou o necessário provimento de escravos às plantações per-
nambucanas. Todavia a restauração da monarquia lusíada em 1640 veio contribuir para uma nova
'yiragem na situação. As feitorias africanas (95) foram reconquistadas e os holandeses saem
derrotados no Brasil em 1649 na célebre batalha de Guararapes (96).
Tais condicionantes influenciaram a presença madeirense na costa africana. Nas primeiras
décadas da centúria ela era evidente, sendo destacados negociantes de escravos: E. Vila Vilar (97)
apresenta-nos nos anos de 1618 a 1619, quatro embarcações com 535 escravos de Angola com
destino à Madeira, mas que foram intencionalmente desviadas para Cartagena. Por outro lado
(91) Todavia o número geral de negros encontrados na documentação para este período denota apenas
um ligeiro decréscimo. Veja-se quaflros n. 05 153 e 154.
(92) A.R.M., J.R.C., Tombo fl. 381 vo., testamento de 3 de Abril de 1589.
(93) Alberto VIFlRA e Outros, «Ü Município do Funchal (1550-1650)», in C.I.H.M., Funchal, 1989. Os
registos de entrada da Alfândega do Funchal em 1620 atestam activo movimento com estas ilhas, tendo pago,
as embarcações com esse destino, 2 300 rs, veja-se F. MAURO, 1496.
(94) «Relação da conquista de Angola e S. Tomé pelas forças holandesas», in Monumenta Missionária
Africana, IX, Lisboa, 1960, n. 0 154, pp. 518-527; Edgar PRESTAGE, As relações diplomáticas de Portugal com
a França, Inglaterra e Irlanda, de I640 a I668, Coimbra, 1928; Charles A. BOXER, Os Holandeses no Brasil.
1624-1625, S. Paulo, 1961; Evaldo Cabral de MELO, Olinda Reconquistada. 1630-1654, S. Paulo, 1975.
(95) Edgar PRESTAGE, «As lutas luso-holandesas em Angola de 1641 a 1648 contadas por Luís Feliz Cruz,
«Testemunha ocular», in Boletim da Academia de Ciências de Lisboa- Classe de Letras, XIII, Coimbra, 1921,
41-76; Gastão de Sousa DIAS, «Restauração das Possessões Africanas», in A Restauração e o Império Colonial
Português, Lisboa, 1940; Manoel MURIAS, «A Aclamação de D. João IV na Guiné», in Anais da Academia
Portuguesa da História, 1.• Série, VI, Lisboa, 1962, 449-473.
(96) A revolta contra os holandeses foi liderada pelo madeirense João Fernandes Vieira, que era mulato.
Sobre este feito e a sua acção veja-se: Frei Manuel CALADO, O Valeroso Lucideno e o Triunfo da Liberdade,
4. a edição, Recife, 1985 (1. a ed. em 1648); Diogo Lopes de SANTIAGO, História de Pernambuco e feitos memo-
ráveis do mestre de campo lodo Fernandes Vieira, Recife, 1984 (escrito em 1660); António Machado de FARIA,
O Mestre de campo lodo Fernandes Vieira, herói da Restauração de Pernambuco, Lisboa, 1955; José António
Gonçalves de MEILO, João Fernandes Vieira. Mestre-de-Campo do terço da infantaria de Pernambuco, 2 vols.,
Recife, 1956.
(97) Hispano-America y Comercio de Esclavos, Sevilha, 1977, 174.
46
em 1620 (98) um Diogo Pereira, natural da Madeira, encontrava-se como vizinho de Cacheu, cer-
tamente empenhado no comércio de escravos. Surgem também alguns madeirenses compro-
metidos com o tráfico negreiro para o Brasil. É o caso de Manuel Fernandes Ferreira que
em 1638 (99) contratou com Pero Roiz de Abreu o envio de 30 peças de escravos de Angola.
Com o advento da Restauração os madeirenses voltaram de novo a intervir neste tráfico
com o Brasil, destacando-se Francisco Fernandes Ferreira (HXl) que enriquecera no Brasil com
o comércio de escravos e açúcar, empenhando-se a partir de 1642 (101) no trato oriental. A par
dele temos, ainda, Miguel Rodrigues Betencor (102), que foi capitão em Cacheu e que tratava com
os escravos a partir de Santiago (Cabo Verde) e Pedro Rodrigues, que faleceu em Cabo Verde
em 1685 (103). Pelo inventário dos bens do último sabe-se, que tinha ido af comerciar azeite a
troco de escravos e fora acometido de morte súbita.
ÍNDIAS OCIDENTAIS
A Madeira não se resumiu apenas a acolher os escravos africanos, pois na ilha também
surgiram escravos de outras áreas, onde os madeirenses tiveram uma activa intervenção, como
o Brasil e Antilhas (1~). A par disso existia um intenso comércio entre estes dois destinos e a
Madeira mercê da constante solicitação do vinho (105), que af se trocava por açúcar, aguardente
e farinha. ·
Acresce ainda no caso do Brasil que a Madeira foi, durante a segunda metade do
século XVI, um importante entreposto para o contrabando de açúcar brasileiro (106). Esta foi
uma das formas usadas pelos mercadores, que se haviam empenhado no comércio do açúcar madei-
rense, para minorarem os prejuízos da quebra de produção, motivada pela concorrência do
brasileiro (107). Foi também na mesma época que começou a florescer o comércio do vinho com
as Antilhas (108). Num e noutro caso está testemunhado o comércio de escravos, sendo de real-
çar para o século XVII o caso de Barbados e no imediato o Brasil. Mas estes tanto poderiam
ser indígenas ou africanos (109).
(98) António CARREIRA, Os portugueses nos Rios da Guiné (1500-1900), Lisboa, 1984, 42.
(99) A.H. U., Angola II, 19 de Maio de 1638, citado por F. MAURO, L 'A.tlantique Portugais et les esc/a-
ves (1570-1670), Lisboa, 1956, 26 (Sep. da Revista da Faculdade de Letras de Lisboa, t. XXII, 2.• Série,
n. 0 1, 1916).
(100) As afinidades dos dois últimos nomes deste contratador fazem-nos pensar que era familiar de Manuel
Fernandes Ferreira, acima citado.
(101) A. A. SARMENTO, Documentos e Notas sobre a época de D. João IV na Madeira 1640-1650,
Funchal, 1940, XXXII.
(102) A.R.M. R. C. tombo fl. 315 vo-329 vo., testamento de 2 de Setembro de 1662.
(103) A.R.M., Capelas-Inventários, 20-499, 1685-?? -??, inventário dos bens de Pero Rodrigues. Os
seus bens foram avaliados em 394.560 rs.
(104) Gilberto FREIRE, Aventura e Rotina, 2.• ed., Lisboa, S.D., 440-449; Alberto Artur SARMENTO,
O Primeiro Açúcar na Madeira, Funchal, 1945, 66-71; David F. GoUVEIA, •A manufactura açucareira madei-
rense (1420-1550)•, in Atlântico, 1. 0 , 1987, 123-127.
(105) J. G. SALVADOR, Cristãos novos e o comércio no Atlântico Meridional, Lisboa, 1978, 253-257,
263-266.
(106) Jbidem, 254-255; F. MAURO, Le Portugal et l'A.tlantique au XV/e siecle, Paris, 1960, 228-229;
T. B. DUNCAN, A.tlantic Jslandis . .. , Chicago, 1978, 31-37.
(107) A. SILBERT, •Un carrefour de l'Atlantique-Madere (1640-1820)., in Economia e Finanças, t. II,
vol. XXII, Lisboa, 1954, 397, 406; F. MAURO, ob. cit., 493-496.
(108) William BOLTON, •As Cartas de Bolton ... •, in A. Madeira vista por estrangeiros, Funchal, 1981,
307-386, (cartas de 6 de Setembro de 1695 a 7 de Dezembro de 1700- refere o comércio do vinho com o Brasil,
Antilhas, Barbadas, Jamaica e América do Norte); T. D. DUNCAN, ob. cit., 42-53.
(109) Em 1650 os direitos de entrada pagos pelas embarcações provenientes deste destino representa-
vam 5 % do total.
47
ÍNDIAS ORIENTAIS
Do total de escravos madeirenses nos séculos XV a XVII (114) apenas conseguimos quan-
tificar 134 (0,2 %) com a indicação do local de origem (quadro n. 0 1, gráfico n. 0 2). Em pri-
meiro lugar situa-se, como seria de esperar, o continente africano, com 86% deles, seguindo-se
depois as Indias Ocidentais, com particular saliência para as ilhas Barbados. Os últimos surgem
apenas nas três últimas décadas do século XVII, como resultado da promoção do intercâmbio
comercial baseado no vinho.
Quanto ao continente africano constatam-se dois momentos, denunciadores, também, da
dominância de duas áreas. Até meados do século XVII dominou o mercado da costa da Guiné,
com particular incidência para o entreposto das ilhas de Cabo Verde. Na última década desta
centúria afirma-se um novo mercado a sul, definido pelos entrepostos da Mina e de Angola. Esta
mudança enquadra-se na evolução geral dos mercados do tráfico negreiro na costa ocidental do
continente africano.
(110) Gaspar FRUTUOSO, Livro primeiro das Saudades da Terra, P. Delgada, 1979, caps. XXI-XXVI,
157-198.
(111) Jbidem, p. 168. Por diversas vezes Tristão da Veiga se serviu dos escravos nas suas campanhas
bélicas no Indico (lbidem, 170-176). Tal serviço dos escravos, usual nestas paragens, no mundo muçulmano
e na Rússia não tinha lugar no Atlântico sob o domínio da Europa Ocidental. Confronte-se: G. IRWIN, Africans
Abroad, New York, 1977, 138-139; R. A. AUSTENS, •The Trans-Saharan Slave Trade: a Tentative Census•, in
The Uncommon Market, New York, 1979, 51-57; D. AYALON, The mameluk military society, Londres, 1979;
P. CRONE, Slaves on Horses: The evolution of the islamic polity, Cambridge, 1980; D. PIPES, Slaves Soldiers
and islam: the genesis ofa military system, N. Haven, 1981; I. B. KAKE, ·O Tráfico Negreiro ... •, in O Tráfico
de escravos negros nos séculos XV-XIX, Lisboa, 1981, 220-221; Basil DAVIDSON, Os africanos. Uma intro-
duçdo à sua História Cultural, Lisboa, 1981, 231-232; R. HELLIE, Slavery in Russia. 1450-1725, Londres, 1982,
460-502; W. D. PmLIPPSJR, Slavery from Roman times to the early transatlantic frade, Manchester, 1985;
M. GORDON, L'Esclavage dans le monde arabe V/le-XXe siecle, Paris, 1987, 71.
(tl2) Gaspar Frutuoso, Livro das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1979, 208. Também na ilha de
São Miguel os escravos desta etnia faziam parte do séquito do capitão, pois de acordo com informação de Gaspar
Frutuoso (Livro quarto das Saudades da Terra, t. III, Ponta Delgada, 1987, 117) Rui Gonçalves da Câmara trou-
xera em 1562 da India cinco escravos •que tangiam taramelas e violas de arco, que era uma realeza haver isto
nesta terra».
(113) Fortunato de AlMEIDA, História de Portugal, XI, S.D., Lisboa, 109-110.
(114) Veja-se anexo quadro n.os 90 a 100.
48
Neste reduzido grupo sobressaem, como é natural, os escravos do sexo masculino. Mas
na Costa da Guiné e Angola o sexo oposto surge em número significativo (115).
SEXO TOTAL
ORIGEM
MASCULINO FEMININO N.o %
COSTA DA GUINÉ 34 32 66 49
.( CABO VERDE 10 4 14 11
-
u
~
u..
·<
ANGOLA
MINA
15
3
15
2
30
5
22
4
BERBERIA 1 1 1
BARBADOS 7 4 11 8
AÇORES 1 1 1
ÍNDIA 1 1 1
EUROPA 2 2 1
BRASIL 2 1 3 2
TOTAL 75 59 134 100
3. O MERCADO INTERINO
(llS) Charles R. BoXER, Reklções Raciais 1W Império Colonial Português, 1415-1825, Porto, 1977, 26.
49
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CABO VERDE
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BRASIL •
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......
aos locais de destino (116). Por vezes indica-se a proveniência, como sucedeu em 1580 com
Amaro, António Francisco, pretos da Guiné, baptizados a 21 de Julho por vontade do seu pro-
prietário, Francisco do Canto Cardoso (117). Mas estes nem sempre eram adultos, como se pode
verificar com Maria, de 6 a 7 anos, apresentada como sendo da Guiné pelo proprietário Mendo
Afonso (118).
A freguesia da Sé, que dominava o recinto circunvizinho ao Porto do Funchal, tendo o
principal templo anexo à alfândega, era naturalmente o local privilegiado de acolhimento e bap-
tismo dos escravos recém-chegados (119). Nesta igreja, para o período de 1538 a 1700,
baptizaram-se 46% dos escravos adultos de toda a ilha e se a esta juntarmos as demais freguesias
do Funchal (S. António, S. Martinho, S. Pedro) temos 68% de adultos baptizados no Funchal
(V. quadro n. 0 2 e gráfico n. 0 3). É de salientar, que em termos da expressão geográfica, eles
incidem preferencialmente nas freguesias da vertente sul, pois a norte surgem apenas dois, sendo
um em S. Vicente e outro no Porto da Cruz.
A evolução do número de baptismo de escravos adultos no período de 1538 a 1700
(gráfico n. 0 2) não é uniforme, definindo-se por períodos que importa aqui explicitar.
O século XVI, nomeadamente o período de 1541-1590, é expresso por uma tendência acentuada
de quebra, que atinge na década de sessenta o valor mais baixo com apenas um baptismo.
A fase altista domina a última década do século XVI e as três primeiras do seguinte, todavia o
valor mais elevado surgirá mais tarde, na década de setenta, entremeado de dois momentos
de quebra.
A situação particular da década de sessenta deverá resultar do incremento do comércio com
as Antilhas inglesas e da total estabilização do mercado negreiro africano com o assumir da sobe-
rania portuguesa no mercado angolano. Tenha-se em conta que a maior incidência de escravos
deste mercado sucede na segunda metade do século XVI.
Se considerarmos que os escravos negros também são resultado da importação, teremos
mais uma prova da forte incidência do comércio neste período, pois eles surgem aí, com maior
destaque, relevando-se a década de 1611 a 1620 (120). Também aqui a maior incidência se situa
na freguesia da Sé com (68%), sendo em todas as freguesias que compõem a área do
Funchal (121 ) de 82%. Se considerarmos a situação como um indício do movimento de escra-
vos no porto do Funchal, teremos de concluir por uma maior incidência do tráfico no período
de 1591 a 1640 e de 1670 a 1679. O primeiro momento coincide com a reafirmação da cultura
da cana-de-açúcar na ilha, mercê da invasão holandesa do nordeste brasileiro. A quebra da década
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1541-1550 9 9
1551-1560 8 2 lO
1561-1570 1 I
1571-1580 1 3 3 1 8
1581-1590 1 1 1 1 3 5 12
1591-1600 4 1 1 10 9 25
1601-1610 4 2 1 I I 1 I 5 7 2 25
16I1-1620 1 3 I 2 1 4 12 1 25
1621-1630 1 2 1 1 3 2 10
1631-1640 1 1 1 2 1 1 1 22 30
1641-I650 I 1 4 2 7 IS
165I-1660 I 1 1 7 1 11
1661-1670 1 2 1 3 4 2 13
1671-1680 I 2 3 1 I 2 I 3 1 11 27 I 3'•
I68I-I690 I I II 3 16
I69I-I700 2 1 3 1 3 8 IR
TOTAL 2 I5 2 17 1 6 4 4 3 5 2 4 9 1 3 12 7 2 2 57 1 126 9
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Quadro N2.2- BAPTISMO DE ESCRAVOS ADULTOS. 1538-1700
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A. CALHETA
54
de vinte poderá ser entendida como resultado do assalto e pressão holandesa sobre o mercado
de escravos africanos, com a tomada de S. Jorge de Mina em 1622.
O Funchal era assim o principal porto de acolhimento dos escravos e a partir daqui se fazia
a redistribuição pelas localidades limítrofes (122). Na cidade deveria existir, próximo do recinto
da· alfândega um mercado de escravos, pois Giulio Landi, que visitou o Funchal cerca de 1530,
na descrição que faz do comércio indicia isso:
- «Na compra e na venda dos escravos empregam muito cuidado, porque não basta
para os compradores fazer prova da sua destreza e galhardia como passear e correr,
querem também ver minuciosamente, se têm qualquer defeito em seus corpos e se lhes
faltam dentes, por julgarem que aqueles a quem faltam dentes são ainda mais fracos para
o trabalho, por lhes faltar os instrumentos do comer, de onde vêm as forças. Como sabem,
ao exporem os escravos para vendê-los, costumam untá-los, todos os dias, com óleos, para
que os seus corpos pareçam mais lustrosos e belos» (123).
A principal fonte de recepção de escravos para venda na ilha era, sem dúvida, a impor-
tação, pois alguns proprietários levantavam inúmeras dificuldades à venda dos seus escravos: por
um lado a necessidade deles e por outro o afeiçoamento familiar tornavam impossível a expres-
são plena de um permanente mercado de venda de escravos.
O primeiro testemunho disso surge em 1536 (124) no testamento de João Esmeralda, o
Velho. Aí o testador ordenava que os escravos •que nascerão em minha casa que não posão ser
vendidos nem dados por cativos somente servirão minha molher e filhos e os tratarão bem como
cada hum meu ser». O mesmo se poderá dizer de Ana César, da Ponta do Sol, que ao doar
em 1696 (125) a escrava Quitéria a Isabel, sua sobrinha, recomendava que não fosse vendida. Ao
invés em 1598 (126), Isabel Gonçalves de Agrela aprovava a venda do escravo, que concedia a
sua sobrinha, apenas se o fizesse para fora da ilha. Mas nem todos pensavam da mesma maneira
e por isso temos algumas referências à compra e venda de escravos. Assim, em 1591 (127)
Beatriz Álvares doou a Vicente Fernandes uma escrava, que comprou por 26.000, autorizando-o
a vender a quem lhe der mais, pois como afirma «agora vale muito mais». Por vezes os escravos
eram utilizados como moeda de troca na compra de alimentos ou terras. Ambas as situações
estão documentadas em 1607. No primeiro caso foi a necessidade da venda de um escravo para
assegurar o sustento da casa (128) e no segundo a troca por terras foreiras do Convento de Santa
Clara (129).
(122) Não obstante a existência de uma alFandega em Santa Cruz e no Porto Santo, o porto do Funchal
monopolizava quase todo o movimento de e com o exterior.
(123) •Descrição da ilha da Madeira», in A Madeira vista por Estrangeiros, Funchal, 1981, 93. Esta
situação descrita por Giulio Landi coincide com muitas outras, descritas por inúmeros viajantes ocidentais nas
indias, de que salientamos a memória viajantes ocidentais nas Indias, de que salientamos a memória de Henty
Koster sobre a sua viagem a Pernambuco nos anos de 1809 a 1815, publicado em 1816 com o título Traveis in
Brazil. Em Recife, onde esteve em 1809, viu funcionar esse mercado de escravos na Rua dos Mercadores,
veja-se H. KOSTER, Viagens ao Nordeste do Brasil, Recife, 1978, 395-397.
(124) A.R.M., J.R.C., tombo, fl. 310vo., testamento de 27 de Maio de 1536.
(125) A.R.M., Capelas-Inventário, ex. 119, n. 0 14, testamento de 13 de Maio de 1696.
(126) A.R.M. J.R. C., tombo, fl. 452-454, testamento de 30 de Outubro de 1598.
(127) Jbídem, fl. 235, testamento de 29 de Abril de 1591.
(128) lbídem, fls. 276-284, Funchal, 1 de Janeiro de 1607, acção judicial de Pedro Catanho contra
Francisco Martins Canha.
(129) Jbídem.
55
O PREÇO DOS ESCRAVOS
Um dos aspectos de particular interesse no mercado de escravos era a forma como se defi-
nia o preço de cada um. O preço de venda na ilha, tal como sucedia em qualquer mercado do
Atlântico, dependia de um conjunto variado de factores. Ele era estabelecido em conjugação
com a origem étnica, idade, sexo e condições físicas do escravo (130). Nesta avaliação tinha-se
também em conta a habilidade do escravo, a possibilidade de fuga ou rebeldia e a capacidade
de resistência física (131). Deste modo um bom escravo deveria preencher os seguintes reque-
sitos: negro, do sexo masculino, sem qualquer enfermidade e de idade de 18 a 25 anos. Este
era o padrão defmidor do preço máximo de venda, que diminuía quando a peça dele se afastava.
Nos inventários de bens a referência a estes dados era indispensável. Todavia, tendo em
conta que estavamos perante uma avaliação para inventário, é natural que os critérios fossem
distintos e não tão rigorosos como os definidos pela lei da oferta e da procura.
Em 1516 no inventário de bens de João Lourenço os 15 escravos da sua fazenda na Ribeira
da Janela são avaliados entre 1.000 e 20.000 rs (132). O valor mais elevado foi atribuído a
Estevão, um mouro de quarenta anos, logo seguido de Maria, mulata de vinte anos. Nos demais
a avaliação é desconexa. De facto os mesmos dez mil reais são consignados a um Fernando,
negro, porqueiro da Guiné, com cinquenta anos, a um António, de vinte anos e a duas negras,
Ambrósia de trinta anos e manca, Inês, preta com quarenta anos e doente. Por outro lado, para
os doentes segue-se um critério pouco uniforme. Assim, enquanto Filipa, negra velha é avaliada
em mil reais, Heitor também negro de 30 anos não se deu qualquer valor.
A par das condições físicas do escravo a idade era outro factor importante na definição:
em 1686 (133) no inventário dos bens de Pelónia de Valdavesso, mulher de António Andrade; já
defunto, deparamo-nos com uma mãe escrava e três filhos. A mãe, de trinta anos de idade, foi
avaliada em cinquenta mil reis, e os filhos mulatos, o mais novo do peito, Valério, em
dez mil reais, os outros, ambos do sexo feminino, Antónia e Vitória, com três e dezasseis anos,
foram avaliados em quarenta e cinco mil e sessenta mil reis, respectivamente. Noutro inventário
de 1664 (134) vê-se que os escravos com idade entre 15 e 30 anos mantêm um valor estável, pois
os mesmos trinta mil reis servem para duas escravas angolanas de 15 e 30 anos.
O preço do escravo não resultou apenas das suas condições físicas e a idade, pois nele
também intervinham as suas qualidades e formação. Em 1646 (135) um escravo Jacinto, da
Guiné, é avaliado em 60.000 reis «por saber ler e escrever e ladino fiel,., enquanto os seus
conterrâneos, Manuel, João e Ventura se ficavam por quarenta mil.
Em África, na zona de estepe e savana, os escravos eram trocados por cavalos, mercê da
falta que deles af havia e da estima em que eram tidos. Aqui os preços variavam de acordo com
a zona de comércio e a época em que são referenciados. Em meados do século XV, de acordo
com a informação de Cadamosto com apenas um cavalo podia-se adquirir entre 10 a
15 escravos (136). Passados dez anos, Diogo Anes refere serem necessários 46 negros para
(130) Confronte-seM. L()BQ CABRERA, La Esclavitud en las Canarias Orielltales, 172-180, E. TORRES
SANTANA e Manuel LoBO CABRERA, La Esclavitud en Gran Canaria ... , 27-33; Vicenta CORTÉS, La Esclavitud
en Valencia ... , Valência, 1964, 103; Domenico GIOFFRÉ, n mercato degli schiavi a Genava nel secolo XV,
Génova, 1971, 125; A. FRANCO SILVA, La Esclavitud en Sevilla ... , Sevilha, 1979, 105-120.
(131) No caso dos cativos se acrescentava a possibilidade de resgate e a condição social, como factores
de peso na sua avaliação; confronte-se E. G. FRIEDMAN, Spanish Captives in north Africa... , Londres, 1983, 57.
(132) J. F. MACHADO, •Um inventário de 1516•, in A.H.M., Funchal, 1951, 225-237.
(133) Capelas e Inventários, ex. 20, n. 0 494, inventário de 18 de Maio de 1686.
(134) Jbidem, ex. 5, n. 0 84.
(135) lbidem, ex. 7, n. 0 153, 27 de Abril de 1646.
(136) •Navegações», in Viagens dos Descobrimentos, Lisboa, 1983, 189, 112. É de salientar que esta
troca de escravos por cavalos era usual, sendo anterior ao estabelecimento das rotas marítimas:.Robin LAW,
56
trocar por um cavalo (137). Já em finais do século Jerónimo Münzer (138) diz que os escravos são
vendidos entre os africanos por uma «bagatela».
Noutras áreas também se trocavam escravos por cavalos e aqui trazemos a informação ape-
nas como referência e não como meio de comparação: no século dezasseis o número de escravos
necessário para trocar por um cavalo era no Sudão de doze e em Goa de 20 (139), e em •Nueva
Espafia,., no ano de 1525 (140), um cavalo poderia equivaler a quatro índios e dois negros,
enquanto na Madeira em 1516 (141) correspondia a cerca de cinco éguas.
Se estabelecermos uma relação entre o preço atribuído aos escravos e os de venda dos pro-
dutos ou pagamento dos diversos serviços ficaremos com uma ideia do valor real a eles atribuído
pela sociedade madeirense.
A partir do inventário dos bens e João Lourenço de 1516 (1 42), em que o valor do escravo
normal oscilava entre os dez e os vinte mil reais, poderemos dar conta da sua valoração.
Caso semelhante de avaliação só conhecemos para a Russia no século XVI. Não obstante
estarmos perante uma estrutura social e económica completamente diferente aqui registamos os
valores como mera referência. Talvez, por isso mesmo, a relação era mais reduzida, não ultra-
passando 1,8 com os animais domésticos e os 3,5 com os cereais (143).
A par disso há necessidade de acompanhar a evolução do preço do escravo com as espe-
cificidades do mercado madeirense. Se tivermos em conta a conjuntura global dos preÇos na
ilha concluiremos que a diferença é maior pelo que estaremos perante a progressão nas
duas centúrias. Por outro lado se dermos atenção ao preço dos cereais, elemento base da ali-
mentação das populações insulares neste período, veremos que a relação se expande na centúria
setecentista. Isto é, o preço dos produtos desce ou mantém-se estacionário enquanto o dos
escravos sobe.
O confronto deste valor atribuído ao escravo com o soldo recebido pelos diversos oficiais
mecânicos ou trabalhadores de soldada é outro indicativo da situação e da possibilidade de acesso
The horse in West Africa history. The role of the horse in the societies of the colonial West Africa, Oxford, 1980;
W. D. PHlLL.IPS JR., La esclavitud desde la época romana hasta los infcios dei comercio transatlântico,
Madrid, 1989, 180-181.
(137) •O primeiro descobrimento da Guiné», in Ibidem, 47.
(138) •Do descobrimento de Africa marítima e ocidental ..... , in Ibidem, 67 ..
(139) R. HELLIE, Slavery in Russia. 1450-1725, Londres, 1982, 338.
(140) Silvio ZAVALA, Los Esc/avos Indios en Nueva Espaffa, Mexico, 1967, 66 ..
(141) João Franco MACHADO, •Um inventário de 1516», inA.H.M., IX, 1951, 225-237.
(142) J. F. MACHADO, ibidem.
(143) R. MHEILIE, Slavery in Russia. 1450-1725, Londres, 1982, 326-329.
57
à mão-de-obra. Como se pode verificar do quadro junto, no século XVI, os trabalhadores, os
almocreves e os boieiros tinham poucas possibilidades de auferir os meios necessários para
possuir um escravo:
Deste modo o almocreve e o trabalhador não estavam em condições, caso fosse necessário,
de usufruir de mão-de-obra escrava própria. Ambos deveriam trabalhar respectivamente, três
a seis anos para conseguirem o necessário dinheiro para investir na compra de um escravo.
Em Génova um marinheiro tinha de andar no mar três anos para usufruir da mesma situação (1 44).
A avaliação mais correcta deverá incidir sobre os produtos, que como os escravos estão
sujeitos às leis de oferta e de procura, sendo de salientar o trigo, o açúcar e o vinho. No caso
do açúcar sabe-se que na década de oitenta do século dezasseis eram necessários 12,2 arrobas
de açúcar branco para adquirir um escravo, enquanto no Brasil havia necessidade de mais do
dobro, isto é, 27,5 arrobas. Se tivermos em conta os níveis de produção referenciados para o
período de 1494 a 1536 seremos forçados a concluir que todos os proprietários de canaviais arr~
cadavam o açúcar suficiente para possuírem pelo menos um escravo. A equivalência dos níveis
de produção em escravos dá conta da seguinte proporção:
Para o vinho, outra importante produção da ilha que se afirma na centúria seiscentista, a
relação é a seguinte:
(1) Preço médio por década. (2) Mosto, sendo o outro vinho fermentado.
(144) Domenico GIOFFRE, 11 Mercato degli Schiavi a Genova nel seco/o XV, Genova, 1979, 143.
58
Sendo os cereais um dos produtos que define com maior propriedade a lei da oferta e da
procura no mercado madeirense e também da entrada, a sua relação com o preço dos escravos
poderá esclarecer a forma de articulação do mercado. Assim, para o período de 1581 a 1650,
conseguimos reunir os dados a seguir apresentada:
(145) De acordo com avaliações feitas, no percurso com o espaço americano, em cada um dos escravos
que chegava vivo, morriam cinco; vide Armando de CASTRO, História Económica de Portugal, III, Lisboa, 1985,
p. 251, nota 50.
(146) F. MAURO, L'Atlantique Portugais et les esclaves, 40.
(147) M. CRATON, Sinews of empire (... ), Londres, 1974, 113.
(148) Artigo citado na nota 146.
(149) Fortunato de ALMEIDA, História de Portugal, vol. I, 31-35; vol. XI, 125-126.
(150) V. Mendonça DIAS, A vida de nossos av6s, II, Vila Franca do Campo, 1944, 175-176.
(151) M. O. Rocha GIL, O arquipélago dos Açores no século XVII, Castelo Branco,l979, 196.
(152) M. MARRERO, La esclavitud en Tenerife a raiz de la conquista, La Laguna, 1966, 60-71;
A. CIORANESCU, Historia de Santa Cruz de Tenerife, I, Santa Cruz de Tenerife, 1977, 108 e 383-386;
Pedro MARTINEZ GAUNDO, Protocolos de Rodrigo Fernández (1520-1 526), primeira parte, La Laguna, 1988, 102.
59
Em Gran Canaria, a partir da investigação de Manuel Lobo Cabrera (153), pode-se acom-
panhar a curva de preços por todo o século XVI. O autor citado dá conta de uma tendência"altista,
quebrada entre 1519 a 1525 e 1550 a 1560, mantendo-se depois a tendência a partir de 1565,
em que o preço sobe de 36 mil para 55 mil maravedis. Esta tendência não é evidente na década
de noventa.
No caso da Madeira apenas dispomos do valor do preço dos escravos a partir de 1561
(quadro n. 0 3 e gráfico n. 0 3), desconhecendo-se qual o movimento até esta data (154). Desta
informação disponível até ao ano de 1700 dá-se conta de uma tendência altista nos período
de 1591 a 1610, de 1641 a 1650 e 1691 a 1700. Certamente que as duas situações iniciais se
prendem com a conjuntura subsequente à perda de soberania portuguesa a favor de Castela, pois
ela condicionou de forma evidente o mercado de escravos que ficou a saque dos ingleses,
franceses e holandeses.
Note-se ainda que o segundo momento é pautado na ilha por um ressurgimento da cultura
da cana sacarina o que deverá ter influenciado decisivamente a elevada valorização da
mão-de-obra escrava. Por outro lado, o período posterior à Restauração da soberania portuguesa
foi marcado por guerras em três áreas (Portugal, Brasil e Angola) que implicaram a saída de
inúmeras forças braçais da ilha para combater nas frentes de luta.
Esta sangria humana deveria ter sido elevada, pois só em 1658 no terço enviado ao reino
sob o comando do mestre de Campo D. Jorge Henriques saíram seiscentos homens (155). Se a
juntarmos outros levantamentos para o reino em 1650, e para o Brasil em 1646, 1649 e Angola,
entre 1676 e 1697, concluiremos que a ilha, nas décadas de cinquenta e sessenta se encontrava
carente de força de trabalho livre e que o escravo era a única solução possível (156).
(153) Manuel LOBO CABRERA, La esclavitud en las Canarias orientales en el siglo XVI(... ), 169-172.
(154) Veja-se quadro n./ 0 109, em anexo.
(155) E .. GONÇALVES, •Os Madeirenses e a Restauração de Portugal, in D ..A..H.M., VI, 35, 1965, 9.
(156) A. A. SARMENTO, Ensaios Históricos da Minha Terra, II, Funchal, 1947, 1211124; •O Alevanta-
mento de D. João IV na Madeira», in Congresso do Mundo Português, T. II, VIII, Lisboa, 1940, 189-198; idem,
60
1691-1700
1681-1690
1671-1680
o
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1661-1670
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1561-1570
61
O recrutamento de soldados para Angola manteve-se entre 1676 e 1697 (157), situação que
se deverá ter reflectido no aumento do preço dos escravos do sexo masculino neste lapso de tempo.
A última situação, circunscrita à década de noventa, enquadra-se num momento de grandes difi-
culdades económicas na ilha e a experiência para a subida do preço médio dos escravos de ambos
os sexos só é possível se a considerarmos como consequência da conjuntura altista que domina
~
1-20 11-20 21-30 31-40 41-50 +50
o M F M F M F M F M F M F
1591 20
1613 23,5
1615 8
1639 15 30 30
1642 55
1647 10
1650 100 80
1657 8
1658 20
1664 40 28 27 50
1672 30
1685 60
1686 45 40 60 56,6 30
1690 20 40 40 10
1695 30 40
1696 75
o mercado escravista, com expressão evidente nas Canárias e na América (1 58). Assim, o
preço mais elevado surge na década de quarenta, no momento de crise do mercado fornecedor,
os escravos nascidos na ilha são extremamente valorizados. Na década imediata, com a rea-
bertura do mercado angolano ao tráfico negreiro, os preços dos escravos descem espectacular-
mente para menos de 116 do valor da década anterior. Para as décadas seguintes o preço tende
a aumentar mercê da maior procura do mercado americano e menor oferta do mercado madei-
rense. É de salientar que a disparidade nos preços entre o sexo masculino e feminino se torna
evidente nas décadas de 1611-20 e 1645-50, momentos cm que o valor atribuído ao do sexo
masculino atingia mais do dobro do feminino.
A idade foi um dos mais importantes condicionantes do preço dos escravos pois daí se
inferia a capacidade para enfrentar as tarefas quotidianas que lhe são cometidas e de amortização
do custo, de acordo com a esperança média de vida. Por outro lado a análise das especificidades
. Documentos & Notas sobre a Época de D. João IV na Madeira, I640-I656, Funchal, 1940; J. Cabral do NAS-
CIMENTO, Gellte das Ilhas nas Guerras da Restauração, Lisboa, 1942 (Sep. de Anais da Academia da
História, vol. VII); Eugénio Andrêa da CUNHA e FREITAS, •Restauração na Ilha da Madeira e Documentos
Inéditos», in Anais da Acadenúa Portuguesa da História, II. • Série, vol. XII, Lisboa, 1973.
(157) A.H. U., Madeira e Porto Sallto., Cxa. I, n. 0 29, Carta de 6 de Maio de 1676; A. A. SARMENTO,
Ensaios Históricos, II, 1211124.
(158) D. P. MANNIX eM. COWLEY, Historia de Úl trata de Negros, Madrid, 1970, 40; Manuel LoBO
CABRERA, •La población esclava de las Palmas durante el siglo XVII•, in A.E.A., n. 0 50, 1934, 214-222.
62
que definem o preço, como o sexo, a idade e a origem étnica, não é de fácil ponderação mercê
do carácter avulso da informação recolhida e lavrada nos quadros (159). Mesmo assim algo
transparece dos dados que merece a nossa atenção (quadro n. 0 4).
Quanto ao sexo é evidente a maior valorização do masculino, pois os escravos do sexo femi-
nino surgem apenas nas décadas de trinta, cinquenta e sessenta com valor superior. Para as res-
tantes décadas é expressiva a maior valoração do sexo masculino, variando a diferença entre mil
e quinze mil reais. Esta distância acentua-se nas décadas de setenta e noventa.
A origem étnica contribuía também para a definição do valor do escravo. Ela é sem
dúvida a marca que define a origem geográfica, o perfil psico-social e, por vezes, as capa-
cidades produtivas. O sexo condicionou também aqui diversa valoração: aos escravos negros,
que nos parecem ser de proveniência exterior, constata-se uma tendência altista, para ambos os
sexos, na segunda metade da centúria setecentista, coincidente com as conjunturas atrás
enunciadas.
Aos mulatos, certamente nascidos na ilha, o movimento dos preços assume uma proporção
diversa em relação ao sexo e aos anos. Todavia o sexo feminino era muito mais valorizado que
o masculino nos vinte primeiros anos de vida. Aliás é na idade dos 11 a 20 anos que ambos
os sexos atingem preço mais elevado, evidenciando-se o feminino. De acordo com estes valores
o sexo feminino na idade dos 11 aos 20 anos e dos 31 aos 40, era muito mais cotado, perdendo-se
a partir dos cinquenta anos de idade. Esta situação derivava da dupla importância que assumiam
para a sociedade as escravas, como mão-de-obra e reprodutoras. Para o sexo oposto a maior
valorização está entre os 11 e 30 anos de idade, decaindo a partir da última, mas não de forma
tão evidente como sucede com os do sexo feminino.
5. REEXPORTAÇÃO
A Madeira pela situação privilegiada no traçado das rotas de ligação à costa ocidental afri-
cana usufruiu de uma posição relevante no comércio de escravos ao longo dos séculos XV a XVII.
Desde o século XV que se refere a reexportação de escravos para o reino e à função da Madeira
como placa giratória do comércio africano (160). Tal como referimos atrás em 1482 a coroa pro-
piciara esta função ao permitir a isenção da dfzima dos escravos que se traziam da ilha para o
reino (161). O mesmo não sucedia com os escravos que dela safram com outro destino, conforme
se pode verificar pelo registo de safda de 19 de Setembro de 1524 da alfândega de Santa Cruz,
em que se refere o pagamento da dízima de uma escrava que Diogo Lopes enviou para
Flandres (162).
A falta de registos de saída da alfândega impossibilita-nos a avaliação deste comércio ao
longo dos séculos XVI e XVII (163). Os livros disponíveis são avulsos e pouco elucidam sobre
o comércio de reexportação de escravos. Apenas no ano de 1620 está documentado o envio de
um escravo para Lanzarote (164).
Esta e outra informação consignada nos estudos de Manuel Lobo Cabrera (165) e Elisa
(159) Quadro n. 0 109, em anexo. Este valor foi estabelecido a partir da avaliação feita nos inventários
post-mortem, não correspondendo portanto à dinâmica do mercado.
(160) Alberto VIEIRA, O Comércio lnter-lnsular nos Séculos XV e XVI, Funchal, 1987, 153-155.
(161) Veja-se nota 72.
(162) A.N.T.T., Núcleo Amigo, n. 0 724, Livro da Atrandega de Santa Cruz, publ. in Livros de Contas
da ilha da Madeira 1504-1530, I, Coimbra, 1985, 142.
(163) Confronte-se o sumário das fontes.
(164) A.N.T.T., P.J.R.F.F., n. 0 364, fl. 17.
(165) La Esclavitud en las Canarias Orientales en el siglo XVI, Las Palmas, 1982, n. 0 98, p. 385.
63
Torres Santana (166), levaram-nos a proceder a uma investigação sumária no núcleo de protoco-
los de Lanzarote, existente no Archivo Historico e Provincial de Las Palmas (167). Note-se que
a situação deveria ser prática comum já no século XVI, mas a deficiente prova documental impede-
-nos de o confirmar. Apenas se sabe que os franceses, que assaltaram a cidade do Funchal
em 1566, foram vender alguns dos trezentos escravos da presa em Lanzarote e La Gomera (168).
Tal atitude é justificada por Gaspar Frutuoso pelo facto de eles serem desnecessários aos
franceses, «pois lá em França há muita gente da terra que serve por pouco preço, pelo que há
infinitos serventes, sem terem necessidade do serviço dos negros, que como se diz, são lá todos
forros» (169). Note-se que a França neste momento era o país mais povoado da Europa.
Fora disto a única referência sobre o comércio aparece em 1599 (170) com o envio de uma
escrava para Fuerteventura e da presença, em Las Palmas, no período de 1526 a 1527, de três
madeirenses a vender escravos (171). Também na ilha de Tenerife aparecem portugueses a ven-
der escravos, sendo de salientar na década de vinte o caso de um escravo de Caho Verde aí ven-
dido por um representante de Lucano Espíndola, genovês vizinho da Madeira (172). Para o
século XVIT as referências a este comércio a partir da Madeira são mais assíduas, no período
de 1619 a 1643 (173). Este foi um momento de activo comércio entre a Madeira e Lanzarote,
que trilhou os caminhos já traçados em meados do século XV, reforçado no período da união
ibérica.
· Os escravos foram mais um produto no sistema de trocas entre a Madeira e o vizinho arqui-
pélago das Canárias, com especial relevo para a ilha de Lanzarote. No período de 1619 a 1643
os documentos testemunham a troca de escravos por cereal. É uma situação deveras peculiar,
pois o homem é usado como moeda de troca para alimentar outro homem. Tal recurso à mer-
cadoria humana nas transacções com Lanzarote resulta, não só da disponibilidade no mercado
madeirense, da falta na sociedade lanzarotenha, mas, e acima de tudo, da necessidade de asse-
gurar uma contrapartidà vantajosa à rota do comércio de cereal com a ilha da Madeira.
A facilidade de acesso dos madeirenses à principal área fornecedora dos escravos negros,
a situação de quebra da produção açucareira na ilha, favoreceram a disponibilidade da
mão-de-obra excedentária, surgindo o comércio nas Canárias como uma forte possibilidade. Nas
Canárias, por vezes, era grande a solicitação de mão de obra escrava e poucas as fontes abas-
tecedoras, mercê das medidas limitativas das entradas na Berberia, impostas por Filipe II,
em 1572 (174), e do monopólio português definido pelos tratados de Alcáçovas (1480) e Torde-
silhas (1494) (1 75). É de acordo com esta situação que a oferta madeirense de escravos negros
se apresentava como a contrapartida favorável e aliciante para ambas as partes.
A Madeira, desde o século XV, desfrutou de uma posição preferencial no comércio de escra-
vos africanos. O empenhamento das suas gentes no processo de reconhecimento do litoral afri-
cano e na defesa das praças marroquinas favoreceram esta posição, que perdurou nas centúrias
(166) •Las relaciones comerciales entre Madeira y las Canarias Orientales en el primer quarto dei
siglo XVII», in I Colóquio Internacional de História da Madeira (1986), Fhnchal, 1989.
(167) Veja-se a resenha das fontes consultadas. Conforme se poderá verificar a ilha de Lanzarote dispõe
de livros de protocolos, apenas a partir de 1619.
(168) livro segundo das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1978, 333.
(169) lbidem, 369.
(170) M. LoBO CABRERA, ibidem, n. 0 98, p. 385, Obrigação de 6 de Agosto de 1599 entre Gonzalo Baéz
e Bartolomé Pérez León de Fuerteventura.
(171) lbidem, quadro I, Vendas de Negros, n. 0 65, 278-281.
(172) Pedro MARTINEZ GAUNDO, ob. cit., 94 e 103.
(173) Veja-se o nosso estudo •Madeira e Lanzarote. O comércio de escravos e cereais no século xvn .. ,
in IV Jornadas de Historia de Lanzarote e Fuerteventura (1989), o prelo; em anexo quadro n. 0 54.
(174) José PERAZA DE AYALA, •Los Moriscos de Tenerife y acuerdos sobre su expulsion», in Homenaje
a Elias Serra Rafols, III, 1970, 111-112; Manuel LOBOCABRERA, lbidem, 1982, 61 e segs.
(175) Manuel LoBO CABRERA, ibidem, 101-107, 121-124.
64
seguintes, surgindo inúmeros madeirenses comprometidos com o tráfico negreiro das costas da
Guiné para as Antilhas e Brasil (176). Entre eles contam-se Manuel Fernandes Ferreira e Fran-
cisco Dias. Estes pela sua contínua vinculação à ilha ambos deveriam também, exercer af as
suas actividades, pois os portos estavam franqueados à entrada de escravos, mediante a anuência
da coroa à pretensão dos lavradores de açúcar a af se abastecerem de escravos ( 177 ). A situação
não foi tão favorável ao mercado madeirense no século dezassete, contribuindo para isso duas
situações: por um lado a ocupação holandesa do Brasil (1624-1654) trouxe de novo o açúcar de
volta à ilha e a consequente valorização da mão-de-obra escrava, por outro lado a conjuntura
não se apresentava favorável à obtenção de escravos por motivo da ocupação holandesa da Mina
e Angola.
Esta conjuntura terá condicionado a disponibilidade de escravos no mercado madeirense,
facilitando a troca com as vizinhas ilhas Canárias. A informação documental aponta este trato
apenas ·num período limitado do século dezassete, mas parece-nos que este deverá ser anterior,
perdurando como um dos meios activadores das trocas entre as ilhas.
No período de 1619 a 1643 foram remetidos quarenta e quatro escravos do Funchal para
as Canárias, sendo a quase totalidade destinados a Lanzarote, pois apenas um foi vendido a um
vizinho de Gran Canária (1 78). Eles eram também maioritariamente de origem negra (73%).
Os vendedores foram quase todos madeirenses, apenas quatro o não são: sendo um con-
tinental (Diogo Fernandes- 1622), um vizinho de Lanzarote (Cristoval de La Laguna-1643)
e outros ingleses (Samuel Capela e outro de que desconhecemos o nome). No grupo dos madei-
renses surgem vinte e três com o estatuto de estantes e oito como vizinhos de Lanzarote, o que
atesta que eles se deslocavam, propositadamente, a Lanzarote para comerciar o produto. No con-
junto apenas 27% são mercadores, salientando-se António Gonçalves, António Vaz Nogueira e
Diogo de Figueiredo.
Nem sempre o vendedor era o seu dono, pois nas quarenta e quatro operações de venda
registadas nos protocolos de Lanzarote surgem dezasseis (33%) com a indicação de proprietário
diverso, o que atesta que eles entregavam os escravos aos mercadores empenhados neste comér-
cio para os venderem em Lanzarote. Em 1632 (179) Amador Coelho, residente em Lanzarote,
vendeu um escravo de Ana Dias. O mesmo sucedeu com António Gonçalves a um escravo negro
que lhe remeteu da Madeira o sargento-mor Manuel da Corte.
Dos escravos conduzidos a Lançarote 15% foram trocados por cereal e os restantes ven-
didos em dinheiro: nos primeiros evidencia-se o contrato de venda estabelecido em 1630 entre
Diogo Neto, mareante, vizinho da Madeira, e Manuel Dias Tavira, em que o comprador se com-
prometia a entregar ao primeiro, pelo seu preço, doze fanegas de trigo no porto de Arrecife (1tll).
Noutro contrato entre António Gonçalves e Sebastião Rodrigues, o compromisso é localizado
em Los Rodeos (181).
Um dos factores a destacar, quanto aos escravos vendidos em Lanzarote, é a sua idade.
De um modo geral apresentam-se com idade superior a vinte anos (46%), mas maioritariamente
abaixo dos trinta, pois apenas dois escravos negros surgem com idade de trinta e seis anos (182).
65
5
A idade média (24 anos) e a sua cor levam-nos a supor que eles são estranhos à própria ilha da
Madeira, que funciona como entreposto. Por outro lado a indicação do legítimo e primeiro pro-
prietário na Madeira, poderá significar que eram naturais da ilha e que os proprietários preten-
diam desfazer-se deles, porque desnecessários.
As lacunas documentais impedem-nos de avançar mais quanto à sua origem. Também a
informação que reunimos denuncia o interesse dos lanzarotenhos pelos escravos do sexo mas-
culino, imprescindíveis para a faina agrícola e artesanal. Eles representam 73% do total dos que
af foram vendidos.
O preço por que os escravos eram vendidos nas Canárias expressa a facilidade de acesso
aos mercados fornecedores da costa da Guiné ou, a lenta desvalorização dos mesmos para a eco-
nomia e sociedade madeirenses, pois o seu valor médio- para o sexo feminino, era de 950 reais
e masculino de 1.000 reais- estava muito aquém dos praticados no mercado canário (183 ).
A pouca enumeração apresentada não nos permite uma correcta curva de preços para estas
décadas. Todavia, permite-nos afirmar que é evidente uma quebra nos primeiros anos da década
de trinta.
Aqui ficou demonstrada a importância que assumiu o comércio de escravos nas conexões
canário-madeirenses no século XVII, altura em que os mesmos se evidenciaram como uma van-
tajosa moeda de troca na compra dos cereais das ilhas. A Madeira, que nos primórdios da sua
ocupação se socorrera de mão-de-obra escrava das Canárias é agora fornecedora da mesma a
estas ilhas, mercê da posição privilegiada no trato da Costa da Guiné. Os escravos surgem para
os madeirenses como um meio activador da sua solicitação por este mercado, que conseguirão
assegurar o fornecimento de cereais.
(183) Manuel LoBO CABRERA, ob. cit., 166-168; Elisa TORRES SANTANA, •La Esclavitud en Gran Cana-
ria en e] primer quartel dei siglo XVIII•, in C.H.C.A.. (1980), t. II, 26-36.
66
A ESCRAVATURA NO ARQUIPÉLAGO
Para trás deixamos cxaradas as condições particulares deste movimento migratório que
corporizou a escravatura no arquipélago, pelo que agora vamos ao seu encontro através das
cambiantes particulares definidoras da condição do escravo e da estrutura social que o acolheu.
Aqui, mais do que a preocupação dos números interessa-n'os sobremaneira as particularidades
atinentes ao fenómeno nos múltiplos aspectos. Assim procuraremos definir o mercado do escravo
madeirense a partir do posicionamento em relação ao ritmo de tempo urbano e rural, e das
actividades económicas da economia do arquipélago.
Quanto ao mundo do escravo serão valorizados os aspectos do relacionamento com os livres,
as particularidades da vivência social e o enquadramento na estrutura social. Por fim dedica-
remos particular atenção aos possuidores e o modo de relacionamento entre ambos.
~pós isso concluir-se-á com a abordagem dos mecanismos sócio-institucionais pro-
piciadores da alforria dos escravos, isto é, da plena inserção dos libertos na sociedade como cidadãos
de plenos direitos.
A POPULAÇÃO ESCRAVA
1. DEMOGRAFIA
(1) Tenha-se em consideração o que já enunciamos, a este propósito, no capítulo sobre a Bibliografia
e as respectivas notas 50 a 57.
(2) Incluem-se aqui os escravos adultos baptizados e aqueles que surgem com a referência do local
de origem.
(3) Retiraram-se os 274 escravos adultos.
(4) Os registos iniciam-se em 1538, sendo os mais antigos e completos, pertencentes à freguesia da Sé
no Funchal. Veja-se a resenha das fontes e a informação que aí exaramos a este propósito. Em recente estudo
69
populacionais, são os principais entraves à prossecução da análise. Mais: importa dizer que os
registos paroquiais disponíveis enfermam de várias lacunas, o que dificulta o estabelecimento
de seriações completas. Por outro lado o pouco cuidado posto na encadernação de alguns livros
levou a que muitos se dispersassem e perdessem, tornando-se quase impossível o total
aproveitamento.
A necessidade prática de lavrar em acto escrito alguns dos momentos mais importantes da
vivência cristã- baptismo, crisma, casamento e óbito- surgiu apenas em 1538 como resultado
da iniciativa do bispo D. Martinho de Portugal. As instruções para isso foram apresentadas na
visita pastoral, feita por D. Ambrósio Brandão, na companhia dos licenciados Álvaro Dias e Jordão
Jorge (5).
A adesão dos escravos ao ritual cristão, assente nos fundamentais sacramentos, não foi pací-
fica e esteve sujeita a inúmeras dificuldades. Das dificuldades formais de ensino da doutrina,
devido às barreiras linguísticas, vieram juntar-se a forte tradição muçulmana ou animista nos locais
de origem. Depois foi o temor generalizado por parte dos proprietários por este acolhimento
dado pela igreja que poderia fazer perigar o estatuto do subjugados e levá-los a reivindicar a con-
dição de livres. Da península, passando pela Madeira e Canárias, às Antilhas, as reticências figu-
ram com relativa assiduidade, sendo o principal travão à presença dos escravos nos actos em
causa (6). Apenas as assíduas recomendações e insistência da igreja, por intermédio das cons-
tituições sinodais, e a iniciativa particular dos padres conseguiram convencer os proprietários
a trazer os escravos à doutrina e à prática dos sacramentos (7).
O baptismo e o casamento dominaram as atenções da igreja quanto aos escravos, sendo
insistentes as ordens para o seu cumprimento. Com o primeiro se pretendia trazer à prática do
cristianismo estes idólatras ou muçulmanos e no segundo a principal intenção era moralizar e
controlar a prática sexual.
O sacramento do baptismo é o momento mais importante da conversão, pois abre a todo
o neófito as portas do cristianismo. Era aqui que estava o grande medo dos proprietários, pois
pensava-se que sendo cristão tinha o direito a ser livre (B), o que na verdade nunca sucedeu.
70
O casamento, para além de privar o senhor do «instrumento de prazer» (no caso das escra-
vas) no entender de B. Benassar (9), coartava-lhe o poder de intervenção sobre o escravo.
Ao mesmo tempo ele colidia com a visão poligâmica da sexualidade a que o escravo estava habi-
tuado na terra de origem (10). Perante estas inúmeras dificuldades é natural que os proprietá-
rios procurassem todos os meios para subtrair-los à Igreja. E assim o conseguiram, pelo menos
no casamento, como se poderá verificar pelo elevado número de crianças ilegítimas, fruto do
reduzido número de enlaces matrimoniais.
Mesmo assim, com todos estes entrav~s. os paroquiais são o único recurso possível e
seguro, capaz de conduzir à reconstituição da população escrava, uma vez que se perderam
outras, melhores e mais adequadas fontes, como os róis de confessados e os recenseamentos
populacionais (11).
Os paroquiais são a base para o estudo e conhecimento do movimento demográfico, mas
o seu manuseio terá que ser feito com extremo cuidado: primeiro deverá ter-se em conta a pre-
caridade desta fonte manifesta nas lacunas existentes nos registos, resultantes das perdas ou do
pouco cuidado posto pelos párocos na elaboração. Tais condicionantes fizeram com que o valioso
acervo de registos madeirenses seja encarado com múltiplas cautelas.
O maior factor de erro da documentação é resultante das inúmeras lacunas nos livros de
registo, derivadas da incúria de alguns e dos efeitos nefastos da humidade e intempéries. A situação
é por demais evidente nas freguesias de Nossa Senhora do Calhau, Ponta do Pargo, Machico,
Porto Moniz, Seixal, Estreito de Câmara de Lobos, Caniçal, Faial, Campanário, Água de Pena,
São Jorge. Apenas na freguesia da Sé, criada em 1508, onde faltam oito anos de registos de
baptismo e uma centena de casamentos, se consegue reunir o núcleo mais importante destas
fontes. É de salientar que o número de registos disponíveis em todas as freguesias da ilha, nos
baptismos e casamentos, pouco ultrapassam a metade dos anos em que deveria haver registos,
com 56% e que no caso dos óbitos fica aquém deste valor, cifrando-se em apenas 48%
(quadro n. 0 5 e gráfico n. 0 4). Deste modo deverá ter-se sempre em conta que os dados tra-
balhados estão muito aquém da realidade e que apenas podem ser considerados como a única
amostragem possível.
São vários os métodos utilizados para aferir a falibilidade dos dados disponíveis. Todos
Os Magnatas de tráfico negreiro, S. Paulo, 1981, 13; C. R. BoXER, A Igreja e a ExpanslJo Ibérica (1440-1770),
Lisboa, 1981, 45-53; Domingos Maurício, «A Universidade de Évora e a escravaturll», in Didaskalia, VII, 1977,
153-200).
(9) Valladolid en el siglo de oro. Una ciudad de Castilla y su entorno agrario en el siglo XVI,
Valladolid, 1983, 432.
(10) Sobre o uso das escravas como concubinas veja-se: Giulio LANDI •Discrição da ilha da Madeir~~»
inA Madeira Vista por Estrangeiros, Funchal, 1981, 92; M. LOBO CABRERA, La esclavitud en las Canarias Orien-
tales (... ),Las Palmas, 1982, 245; idem, •La población esclava de Las Palmas durante el siglo XVII• inA.E.A.,
n. 0 30, 1984,73-76, 231; S.·B. SCHWARTZ, ob. cit., 384-385; Maria Beatriz Nizza da SILVA, ibidem, 233-234.
De acordo com M. FINLEY (•The Valor of Slavery ... • in Slavering in the New World, New York, 1969, 260)
o direito do senhor de livre acesso à sexualidade é fundamental na condição do escravo, o que não sucede todavia
na Rússia onde existem sansões (R. HELUE, Slavery in Russia 1450-1725, Londres, 1982, 116). A par disso
é necessário ter em consideração que o negro tinha uma concepção diferente da sexualidade e da famflia, que
colidia necessariamente com a visão cristã. Daí a intervenção catequizadora da igreja, que assume às vezes for-
mas repressivas por meio da Inquisição. Veja-se L. PEYTRAUD, L 'Esclavage aux Antilles Françaises avant 1789,
Paris, 1897, 212; R. BASTIDE, Les Ameriques Noires, Paris, 1967, 38-49; J. THORNTON, «Sexual Demo-
graphy ( ... )» in Women and Slavery inAfrica, Londres, 1976, 59; C. MEILLASSOUX, «Female Slavety• in Woman
and Slavery in Africa, Londres, 1983, 49-56, 64.
(11) Conforme já o enunciamos perderam-se todos os livros de rois de confessados até ao século XVII,
existindo no Arquivo do Paço Episcopal apenas alguns livros da centú'ria seguinte. Quanto aos outros livros só
se conhece o recenseamento dos vizinhos e fogos datado de 1598; José Luís de Brito GOMES «Recenseamento
dos foguos e almas das freguesias e mais igreja8 que tem a ilha da Madeira tirado pellos rois das confissões assim
em geral como em particular» in A.H.M., II, Funchal, 1932, 28-35.
71
partem de uma média pré-estabelecida sendo os desvios a prova da precaridade da infor-
mação usada (12). Um destes indicativos é-nos dado pelo sexo ratio da população escrava
(quadro n. 0 6). Aqui os números reunidos dão conta de que as lacunas não desiquilibram a infor-
mação obtida, pois as variações além da média são reduzidas e apenas ganham alguma expressão
1538-1540 53 84 52 83 53 84 63 100
1541-1550 183 80 158 65 175 76 230 100
1551-1560 197 73 204 76 207 77 270 100
1561-1570 227 73 232 75 245 79 310 100
1571-1580 212 61 222 63 282 78 350 100
1581-1590 205 57 231 64 297 83 360 100
1591-1600 139 39 216 60 179 78 360 100
nas décadas de 1538-40, 1591-1600, 1611-1620 e 1641-1650. Apenas nos registos paroquiais
da Sé para os anos de 1549, 1631, 1658-59 e 1661, por os dados apresentados serem tão redu-
zidos e aquém da média somos levados a desconfiar disso, o que poderá resultar da ausência de
registos para estes anos. Estas lacunas tornam-se por demais evidentes quando pomos em con-
fronto os dados disponíveis para os quatro actos (baptismo, crisma, casamento e óbito) onde a
evolução é anacrónica.
(12) Esta tem sido uma preocupação da Demografia nos últimos anos, que não se tem poupado a esfor-
ços para testar a fiabilidade dos dados que trabalha. A este propósito recomendamos a leitura do importante tra-
balho de Antonio M. Macías Hernandez, •Fuentes y principales problemas metodológicos de la Demografia Historica
en CanarillS», in .A.E..A., n. 0 34 (1988), pp. 51-158.
72
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Gráfico n2. 4: NÚMERO DE ANOS EM FALTA NOS REGISTOS PAROQUIAIS
DÉCADAS SEX RATIO
1538-1540 109
1541-1550 104
1551-1560 100
1561-1570 100
1571-1580 100
1581-1590 104
1591-1600 114
1601-1610 100
1611-1620 95
1621-1630 100
1631-1640 100
1641-1650 93
1651-1660 99
1661-1670 100
1671-1680 100
1681-1690 99
1691-1700 98
O BAPTISMO
A Igreja insistia junto dos proprietários de escravos sobre a necessidade de baptizar os recém-
-nascidos ou recém-chegados à ilha. Quanto a esta última situação, não obstante saber-se da exis-
tência de determinações no sentido de os escravos serem baptizados à safda dos portos
africanos (13), surgem tombados nos registos de baptismo das diversas freguesias do arquipélago
alguns escravos adultos, com ou sem a referência à origem. Note-se que em 1592 (1 4) o bispo,
D. Lufs de Figueiredo de Lemos na visita à Fajã da Ovelha insistia na necessidade dos escravos
aprenderem a doutrina a serem baptizados, pois vinham à ilha muitos escravos da Guiné, adultos,
que se mostravam interessados em professar a religião cristã.
É de salientar que as ordenações do reino, a partir de D. Manuel, estipulavam também
a obrigatoriedade do baptismo dos escravos nascidos na terra ou importados da Guiné, num prazo
de seis meses, sob pena de os proprietários perderem o direito de posse (15). Daf terá resultado
(13) Alonso de SANDOVALno século XVII em Un Tratado sobre la Esclavitud, Madrid, 1987, 375-466,
ao dissertar sobre o baptismo dos escravos refere que aqueles que se dirigem à América a partir de Luanda e
S. Tomé são em geral baptizados; confronte-se F. MAURO, L 'Atlantique Portugais et les Esc/aves (1570-1670),
Lisboa, 1956, 35-36; D. P. MANNIX eM. COWLEY, ob. cit., 7, 12, 21.
(14) Arquivo Paroquial da Igreja da Fajã da Ovelha, Livro de Visitações. 1587-1730, fls. 14-15, anexo
documental n. 0 16. Estas recomendações deram corpo à constituição primeira das Constituições Extravagantes
publicadas em 1601, em anexo documental n. 0 16A.
(15) Ordenações Manuelinas, Livro quinto, tit. XCIX, Lisboa, 1984, pp. 300/301; veja-se o capitulo
•A religião e o escravo».
74
a assiduidade deles a este acto, comprovada pelos registos mas contrastante com a rara
frequência nos casamento e óbitos.
Com os registos de baptismo, disponíveis a partir de 1538, é possível estabelecer-se a curva
evolutiva da natalidade dos escravos na Madeira. A partir dos dados reunidos para estes anos
e expressa nos quadros (1 6), é possível traçar a curva evolutiva do baptismo dos escravos
madeirenses.
Um breve relance sobre o movimento total evidencia uma tendência generalizada para o
aumento. Mas ela não expressa a curva do movimento de escravos, pois a evolução está longe
AUMENTO NÚMERO
DÉCADAS ESCRAVOS/ETNIAS
ESCRAVOS/ TOTAL
TOTAL. UVRES
ETNIAS REGISTOS N.o % (1)
1. O período que decorre de 1551 a 1590, definido por uma baixa acentuada, contrastante
com o momento altista que se segue nas décadas seguintes.
2. Um período de alta, entre 1591 e 1680 em que sobressaem dois momentos de inversão,
em 1621-1630, 1641-1650. Foi durante esta fase que se atingiu, na década de setenta, o máximo
de registos de escravos. Esta conjuntura é idêntica à que sucede com os livres.
3. E, fmalmente, a partir da década de oitenta, a descida vertiginosa da presença de escra-
vos nos registos de baptismo.
75
1691-1700
1681-1690
1671-1680
1661-1670
ri 1651-1660
I
11
1641-1650
I [] 1631-1640
1621-1630
I
I 1611-1620
1601-1610
1591-1600
1581-1590
1571-1580
1561-1570
1551-1560
1541-1550
1538-1540
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77
A curva evolutiva toma-se mais evidente se acompanharmos o quadro do movimento dece-
nal, no global dos registos e dos escravos, libertos e etnias (entenda-se livres de cor) em relação
aos livres. Em termos gerais a evolução dos baptismos, é pautada pelos livres, evidenciando-se
inúmeras assimetrias com a dos escravos e etnias, nomeadamente nas décadas de 1541 a 1600,
1581-90, 1621-30, 1641-70 e 1681-1700. Apenas na década de oitenta o movimento decrescente
do número de baptismos de escravos coincide com este quadro, o que poderá indiciar uma con-
juntura de instabilidade, pouco favorável à natalidade.
Na verdade os momentos finais do século XVI foram definidos por extremas dificul-
dades na sociedade madeirense. A fome e a peste (1581) caracterizaram a conjuntura de
fim do século. A evolução percentual do número de escravos baptizados em relação aos livres
aproxima-se desta realidade. Só no período de 1538 a 1540 ela ultrapassa 10%, man-
tendo-se num valor baixo. Apenas a primeira metade do século XVII evidencia uma posi-
ção de certo modo constante, que não terá correspondência nas duas décadas finais da
centúria.
A par disso é de referenciar que no século XVI e primeira década do seguinte há uma forte
incidência dos escravos adultos nos registos de baptismo, contrastante com a situação dos momen-
tos posteriores. Se os considerarmos como recém-chegados dispomos de novos dados que reve-
lam a curva da natalidade. Primeiro reafirma-se a crise de natalidade no período de 1541 a 1560,
contrastante com evolução das duas décadas seguintes, depois confirmam-se as dificuldades da
segunda metade do século XVII, uma vez que o aumento do número de adultos é contrário à
evolução geral dos recém-nascidos.
Tendo em consideração que este singular quadro evolutivo afecta apenas os registos de escra-
vos, é de admitir que as condicionantes conjunturais, que pautaram o movimento, são específicas
do grupo e resultaram da situação da escravatura na ilha e demais espaço atlântico. Uma crise
resultante da fome ou da guerra afectaria a população em geral, pelo que se deverá buscar em
outras origens o irregular movimento da natalidade dos escravos. Deste modo a quebra da
economia açucareira, a partir da década de trinta do século XVI, pelas implicações com a escra-
va,ura, terá maiores repercussões juntos destes do que nos demais. A par disso o célebre assalto
dos corsários franceses ao Funchal em 1566, que surge como um acontecimento que atinge toda
a sociedade, fustiga de modo particular os escravos pelo facto de os franceses terem levado como
presa algumas centenas deles. Certamente que a acentuada quebra do número de baptismos na
década de sessenta encontra aí explicação.
Não nos devemos esquecer que a natalidade dos escravos depende de uma multiplicidade
de factores, propiciadores ou não das relações sexuais, onde a necessária estabilidade dos pares
assume um lugar de destaque. A tendência marcante para a mancebia, provocando a irregular
prática sexual e, acima de tudo, a maior ou menor disponibilidade de escravos do sexo feminino,
condicionaram de forma evidente os índices de natalidade.
Para além destas condicionantes endógenas ao próprio mecanismo reprodutor dos escravos
é necessário ponderar outros factores alheios, mas que actuam af de forma evidente. Tendo em
conta que a principal fonte geradora de escravos é o comércio e que a natalidade está em relação
directa com o número de escravos que o mesmo propicia é necessário equacionar ambas as situações.
O fomento da última forma de aquisição de escravos é, em simultâneo, um travão e impulso
à natalidade: travão, porque a disponibilidade deles aptos para o trabalho não favorece a função
reprodutora, e impulso, porque o maior número de escravos, nomeadamente do sexo feminino,
estimula a formação de pares e faz aumentar a natalidade. Ao invés as dificuldades no abas-
tecimento de escravos nos mercados geradores canaliza as atenções dos senhores para a nata-
lidade das escravas, como forma de reproduzir ou manter o sistema. Certamente que as dificuldades
de comércio, sentidas no período da união peninsular (1580-1640), pesaram no incremento da
natalidade das escravas no período de 1611 a 1640. Foi precisamente neste lapso de tempo que
a percentagem de escravos em relação ao valor global de baptismos atingiu valores mais ele-
78
vados (0,4 a 0,5%). Foi também neste momento que ressurgiu a cana-de-açúcar, provocando
uma maior solicitação de mão-de-obra escrava.
As dificuldades económicas sentidas na ilha, ao longo dos séculos XVI e XVII, que con-
dicionaram várias crises de fome (17) não nos parece que tenham influenciado decisivamente a
curva de nascimentos de escravos, pois a fazerem sentir os efeitos não se ficariam apenas pelos
escravos, não obstante ser ele o grupo mais vulnerável. Apenas as duas últimas crises, definidas
pelas décadas de oitenta e noventa poderão ter favorecido, no global, a tendência. É evidente
a quebra do número de baptismos de escravos e livres, e o aumento espectacular do número de
óbitos de ambos os grupos.
A curva de nascimentos define-se por dois rumos distintos: primeiro uma tendência para
a subida vertiginosa até à década de trinta do século XVI, quebrada por momentos de descida
entre 1551-70, 1581-90, 1601-10, 1621-30, a que se segue um crescimento, contrariado apenas
na década de setenta do século XVII. Esta fase de afirmação da natalidade dos escravos coincide
com o período de retomo da cana-de-açúcar na ilha, enquanto o segundo momento está rela-
cionado com a crise da segunda metade da centúria setecentista, marcada pela concorrência do
açúcar brasileiro e dificuldades no mercado interno.
Esta conjuntura é abonada pelos escravos adultos baptizados, dado denunciador dos movi-
mentos de entrada de escravos. Aliás se confrontarmos ambos os valores concluir-se-á por uma
relação directa, de que resulta uma influência decisiva das importações na natalidade dos escravos.
A expressão geográfica da natalidade dos escravos é dominada por uma área litoral da ver-
tente sul definida pelas freguesias da Sé, São Pedro, Câmara de Lobos, pois na vertente norte
a representatividade é reduzida. A par disso, se tivermos em conta as freguesias urbanas e subur-
banas do Funchal, concluiremos que elas surgem com a quase totalidade dos escravos baptizados
na Madeira, nas centúrias em análise.
Comparada esta situação das freguesias da Madeira com as de Las Palmas (18) no
século XVII, constantam-se inúmeras semelhanças na curva evolutiva ascendente e descendente,
o que poderá ser demonstrativo de que as mesmas condicionantes de ordem externa tiveram impli-
cações em ambas as áreas (gráfico n. 0 7).
A análise do período intergenésico, isto é o período que medeia entre o nascimento dos
filhos, é também um indício do tipo de relacionamento existente entre os dois sexos e do nível
atingido pela função reprodutora. O carácter esporádico das relações, resultado do concubinato
ou de outras motivações, faz com que ele se alongasse (quadro n. 0 8). Deste modo, no caso
da natalidade dos escravos, a situação deverá ser evidente, uma vez que é corrente a prática das
relações esporádicas. Assim o número de nascidos num intervalo até 24 meses é reduzido (16%)
sendo elevado a partir de então. Isto é mais evidente no intervalo que separa o primeiro e o
segundo filho (14%) e o terceiro (21 %). Por outro lado o espaço de tempo alarga-se entre o
terceiro e o quarto e este e o quinto.
De um modo geral o intervalo intergenésico situa-se entre os vinte e os quarenta meses,
sendo a média de 18,6. O mesmo adquire expressão diferente de acordo com o número de filhos,
assim teremQs 22,2, 25,6 e 12,5 meses, médios, de diferença entre o nascimento do primeiro
e do segundo filho, o segundo do terceiro e deste dos demais (19).
(17) Destacando-se os anos de 1546, 1587, 1597, 1607, 1617, 1637, 1678, 1685, 1689, 1694; con-
fronte-se A Madeira Vista por Estrangeiros, ed. António ARAGÃO, Funchal, 1981, p. 216, nota 9.
(18) Manuel LoBO CABRERA «La Población Esclava de Las Palmas durante e! siglo XVII• in A.E.A.,
n. 0 30, 1984, 180-223.
(19) É de salientar que estes valores se enquadram adentro do padrão definido por E. A. WRIGLEY (Societé
et Population, Paris, 1969) que situa o intervalo intergenésico médio entre 16,5 e 32,5 meses. Confronte-se Pierre
CHAUNU, A História como Ciência Social, Rio de Janeiro, 1976, 445-448.
79
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Gratico n2. 7: BAPTISHOS DE ESCRAVOS NAS CIDADES DE LAS PAU!AS E FUNCHAL. 1601-1700
Outro factor a ponderar é a fecundidade das escravas, no sentido de constatar se no
quadro da procriação estava assegurada a renovação dos escravos. De acordo com as
informações condensadas no quadro junto (n. 0 9), constata-se que a fertilidade era baixa, uma
vez que 76% das escravas surgem apenas com um filho, representando 55% dos escravos
nascidos. Note-se, ainda, que as escravas com mais de dois filhos representam apenas 3%,
constituindo II% do total.
A relação ganha outra forma quando a encaramos a partir da situação matrimonial da mãe.
Assim na união das escravas com os escravos a tendência é para o aumento da fertilidade. Aqui
surgem 66% das escravas com apenas um filho, sendo de 84%, quando elas se encontravam
MESES TOTAL
1a2 2a3 3a4 4a5 5a6 6a7 7a8
N.o %
6- 12 5 2 - - - - 1 8 1,2
13- 24 61 26 7 4 2 1 - 101 16,1
25- 37 125 48 20 3 2 1 - 199 31,7
38- 50 99 23 12 2 2 1 - 173 27,5
51- 63 53 15 4 3 - - - 150 23,9
64- 76 33 7 2 1 - - - 43 6,8
77c 89 20 4 3 - - - - 27 4,3
90-102 13 3 1 - - - 17 2,7
l03-ll5 8 2 1 2 - - - 12 1,9
ll6-128 7 - - - - - - 7 1,1
129-285 26 4 1 - - - - 31 5,1
TOTAL 418 134 51 16 6 3 1 627 100
ligadas a um homem livre. A par disso, em ambas as situações, o número de filhos não
ultrapassa os quatro.
Esta dominância das escravas com um filho, confrontada com a dos livres é, mais uma
vez, demonstrativa da instabilidade dos pares e a prova evidente da prática generalizada do
concubinato. O mesmo se poderá dizer, quando se invertem as posições entre os casais
(quadro n. 0 10). Assim sucede no caso do pai escravo unido a mulher livre, em que o número
de filhos é por nornia um ou dois.
A média de filhos por escrava é de 1,37, o que permite assegurar a renovação da
população escrava apenas com os nascidos na ilha. Todavia importa estabelecer nova correlação
entre a natalidade dos escravos e o espaço geográfico da ilha, donde se estabelecem áreas
com especificidades próprias (quadro n. 0 9). Assim. ;t · feçundidade delas é menor nas fre-
guesias dos Canhas, Monte, Santo António, São. Roque;. sendo elevada na Ribeira Brava,
Machico, Ponta Delgada e Ponta do Pargo. Quanto .~o. número de filhos por escrava cons-
tata-se que apenas as freguesias do Caniço, Estreito da Calheta, Estreito de Câmara de Lobos,
Porto da Cruz, Porto Santo, Santa Cruz, São Pedro e Sé, se apresentam com mais de
quatro escravos.
Outro aspecto a considerar é a relação étnica entre a escrava e os filhos, que poderá
ser denunciadora da forma do seu relacionamento para o coito (quadro n. 0 11). Note-se
81
6
NATALIDADE
LOCALIDADE st;cuLO XVI st;cuLO XVII
1 2 3 4 5 +5 1 2 3 4 5 +5
A. DE PENA 4
A. DA CALHETA 14 1 3
CALHETA
C. DE LOBOS 4 37 8 4 4
CAMPANÁRIO 2
CANHAS 4 4
CANIÇAL 1
CANIÇO 22 5 3 15 7 3 1
E. DA CALHETA 24 4 3 1 1
E. C. LOBOS 2 12 5 1 1
FAIAL 2
F. OVELHA 3 1 18 4 1
GAULA 1 3 1 1
MACHICO 15 1
MADALENA 2 5 1
MONTE 1 1
P. DELGADA 3 6 1
P. DO PARGO 5 1
P. DA CRUZ 2 8 1 1 1
P. DO SOL
P. SANTO 23 6 5 1 1
R. DA JANELA
R. BRAVA 30 2 1 10
STi! CRUZ 5 52 15 12 3 2
STi! LUZIA 3
SANTANA 2
ST'2 ANTONIO 11 3 4 1
S. GONÇALO 11 3
S. JORGE 8 1 1 1
s. MARTINHO 18 5 3 2
S. PEDRO 30 3 1 190 45 20 8 3 2
S. ROQUE 4 2 1
S. VICENTE 18 3 1 1
st; (FUNCHAL) 121 11 3 1 1 617 147 50 15 5 5
82
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SÉCULO XVI SÉCULO XVII TOTAL I
I
PRETO MULATO OUTROS PRETO MULATO OUTROS PRETO MULATO OUTROS I
E M F M F M F M F M F M F M F M F M F
.
PRETA 3 2 52 52 49 34 3 2 101 86
MULATA 3 1 13 15 1 32 44 4 1 45 59
MOURISCA 6 3 3 3 9 6
A CONFIRMAÇÃO
(20) ConstituiçtJes Synodaes do Bispado do Funchal feytas e ordenadas por Dom Jeronymo Ba"eto,
Lisboa, 1585, tit. III, constituição 1 a 3, pp. 9-11.
(21) A.N.T.T., Cabido e Sé do Funchal, n. 0 36.
(22) Manuel LoBO CABRERA, «La población esclava de Las Palmas ... •, art. dt., 113.
85
00
0'1
5 9 0,5 45 2 2 1 10 4 9 0,4 45 2
+5 13 0,5 79 3 13 0,6 79 3
TOTAL 2080 100 2852 100 64 100 96 100 50 100 69 100 191 100 287 100 39 100 52 100 2323 100 2852 100
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CRISMADOS
ANO FREGUESIAS ESCRAVOS
ETNIAS CRIADOS TOTAL
M F
tituições recomendavam para cada padrinho o máximo de dois crismandos em cada acto,
enquanto o clero poderia acumular mais por cada cerimónia. Em 1685, o padre António Homem
do Estreito de Câmara de Lobos apadrinhou quatro escravos. Outro facto em evidência é que
neste período não encontramos ninguém do sexo feminino a assumir a custódia dos escravos
confirmados.
87
A escolha do padrinho parece-nos não obedecer a qualquer critério, pois por norma indi-
víduos que não aparentavam qualquer ligação com os confirmados e proprietários. Apenas as
afmidades das actividades sócio-profissionais poderão indiciar esta intenção. Na Sé temos,
em 1602 e 1629, o recurso, por parte do clero, a padrinhos em iguais circunstâncias, enquanto
em 1636 Domingos Leitão, sapateiro, delegou em Bento Rodrigues, também sapateiro, a
custódia do crisma ao escravo António.
O CASAMENTO
88
Por vezes a própria igreja ignorava isto ao admitir no baptismo as crianças ilegítimas, exa-
rando o verdadeiro nome do pai. Assim sucedeu em 1541 (29) com Maria, filha de Isabel, mou-
risca, escrava de Pedro Anes, almocreve, em que o último é referenciado como pai da criança.
Mas a Igreja nunca viu com bons olhos esta realidade e, a partir do Bispo D. Jerónimo Barreto,
o arauto das reformas tridentivas na ilha, insistiu-se na necessidade do casamento dos escravos.
Assim nas Constituições Sinodais, publicadas em 1585, é referida a tradição da mancebia entre
os escravos e o impedimento posto pelos senhores ao casamento. Por isso o Bispo ordenou
«que conforme a direito divino & humano os ditos escravos & escravas podem casar como
as outras pessoas livres, & que seus senhores lhes não devem, nem podem impedir seu
casamento ( ... )» (30).
A intervenção do bispo D. Jerónimo Barreto (1574-1585) nas recomendações, aprovadas
no Sínodo realizado no Funchal a 18 de Outubro de 1578, contribuíram para moralizar as relações
sexuais dos escravos e reforçar a posição da família, e, certamente, condicionaram a presença
dos nubentes escravos na igreja. Aliás foi nesta década e seguinte que encontrámos o número
mais elevado de casamentos de escravos (31), sendo também o momento em que eles atingiram
maior percentagem (9, 1 %) no total dos registos.
As ordenações do reino estebeleciam entraves ao relacionamento sexual, sendo excepção
os casos em que estavam envolvidas escravas. A mancebia entre livres era condenada com a
pena de morte. Todavia nos casos em que a mulher era escrava não havia lugar a qualquer
pena (32). Até mesmo os clérigos que se sujeitavam a pesadas penas estavam neste caso isen-
tos (33). As punições abrangiam só os casos das escravas que dormissem com os proprietários.
Neste caso a pena a aplicar ao escravo poderia ser o degredo perpétuo para S. Tomé (34).
As posturas municipais, estabelecidas com base nos princípios gerais das leis do reino, dedi-
cam também particular atenção a este aspecto. A sua preocupação não incide apenas sobre a
moralidade do acto, mas sim nas consequências que ctaf advinham para a estabilidade social pois,
como se refere no preceituado, tal medida surge para •se evitar o pecado e azo dos escravos rou-
barem seus senhores com tais barriguices» (35). É de salientar que a postura não condena ape-
nas o relacionamento entre uma escrava e um livre, pois também é abrangida a mancebia de escravos
com mulheres livres. Numa postura aprovada em 17 de Maio de 1546 (36) pela vereação
funchalense, refere-se que esta apreensão resultava, fundamentalmente, da instabilidade causada
pela mancebia de escravas com homens livres, recém-chegados do reino e que viviam de soldada
ou do arrendamento de terras.
Um rápido relance pelo movimento de núpcias na Madeira destaca a tendência generalizada
para a sua subida, a partir da década de oitenta do século XVI, enquanto no caso particular dos
escravos a situação, assume proporções diversas. Assim na curva evolutiva das núpcias de escra-
vos podemos distinguir três momentos distintos (quadro n. 0 13-15 e gráficos n.os 10 e 13):
1. Entre 1538 e 1580, definido por uma tendência ascendente, que atinge o máximo na
década de setenta. O último foi contrariado nas décadas de cinquenta e sessenta.
89
2. Fase descendente a partir da década de oitenta que culminará em 1631/50 com os valores
mais baixos então registados. Nas duas décadas a percentagem de casamentos de escravos, sobre o
total de casamentos, não tem praticamente significado, pois ronda os 0,05% e 0,06%.
3. Período de 1651 a 1700 definido por uma ligeira recuperação, mas sem atingir situações
anteriores, pois a percentagem nunca ultrapassou 1,1%.
É flagrante a assimetria entre a curva evolutiva dos baptismos e casamentos dos escravos, reve-
ladora da dimensão assumida pelo concubinato e mancebia, projectando elevados índices de ilegiti-
midade. Também deverá ter-se em conta que a sex ratio da população escrava na Madeira é muito
baixo, pois no período de 1538 a 1700 oscilava entre os 93 e os 114, o que conduzia a uma extrema
AUMENTO NÚMERO
Quadro N. 0 13- NÚMERO E AUMENTO POR DECÉNIOS DOS CASAMENTOS DE ESCRAVOS. 1538/1700
dificuldade na constituição das pares e reprodução do sistema (37). Convém referir, ainda,
que o período a partir de 1601 é definido por uma quebra na sex ratio, que se reflecte de
modo evidente no número de enlaces o que fez disparar a ilegitimidade dos escravos
nascidos.
Um facto evidente na expressão geográfica do casamento dos escravos é a escassa repre-
sentatividade nas paróquias madeirenses, pois apenas em doze delas se encontram registos deste
tipo. Aí, se retirarmos o caso das freguesias do Funchal, São Pedro, Caniço e Estreito da Calheta,
ela é quase nula (gráficos n. 0 10).
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Gráfico nQ. 10: NÚMERO DE CASAMENTOS, POR FREGUESIAS, DE ESCRAVOS E LIBERTOS 1530-1700
De acordo com a origem étnica dos nubentes poder-se-á concluir pela afirmação dos negros,
em detrimento dos mulatos e mouriscos. Como teremos oportunidade de referenciar a relação
é preferencialmente mista.
A FAMÍLIA
A estratégia do casamento dos escravos encontrava-se, como vimos, nas mãos do proprie-
tário, o mesmo sucedendo com a sexualidade das escravas: era ele o factor determinante a este
respeito.
O casamento, pelas limitações que impõe à plena intervenção do senhor, dificilmente ganhava
a adesão dos escravos. Deste modo o número de casamentos em que ambos os cônjuges são
de origem escrava é portanto pouco significativo isto é, não ultrapassa 1% do total de actos rea-
lizados e surge com maior relevância para o século XVII. Mas o mesmo já não se poderá dizer
das referidos enlaces mistos, pois que a tendência era para a aproximação entre antigos escravos,
já forros, com os que ainda assumem esta condição. Esta situação surge com maior frequência
no século XVII. Será ela uma estratégia concertada dos escravos para alcançar a liberdade? Não
nos devemos esquecer que este(a) escravo(a) usufruía de uma situação especial, pouco favorável
ao total domínio do proprietário.
Se encaramos a evolução decenal estaremos perante uma forma diferente na constituição
dos casais (quadros n. 0 15, gráficos n.os 12-13). Assim os enlaces entre escravos atingem a
maior percentagem entre 1541 e 1550 e, depois, no período de 1571-1620, entrando, a partir
daí, numa irregular curva descendente. A presença de uma relação mista é mais expressiva no
período que decorre de 1571 a 1620. Todavia há a considerar que a presença de livres com a
referência da sua origem étnica decresce a partir da década de quarenta do século XVI.
Enquanto estes sem qualquer dado de origem surgem de forma diversa, definindo três fases
evolutivas, de acordo com a expressão do gráfico, mas a maior percentagem circunscreve-se ao
momento de 1571 a 1610.
O interesse dos libertos por uma relação matrimonial com os escravos está perfeitamente
definido ao período de 1571 a 1620. O incremento das relações mistas deverá resultar não só
das assimetrias evolutivas de sexo entre os escravos, mas também da conjuntura sócio-económica,
definida pela desvalorização da mão-de-obra escrava, mercê da crise açucareira. A expressão
nas diversas freguesias da ilha adapta-se ao nível geral de idêntica distribuição dos escravos.
A vertente sul domina, assumindo aí posição ímpar, a principal freguesia do Funchal, a Sé, com
a quase totalidade dos registos nos séculos XVI e XVII. A esta se poderá juntar, na primeira
centúria, o Caniço e, na segunda, o Estreito da Calheta.
A par da caracterização dos nubentes de acordo com a condição social é necessário ter
também em conta as estratégias definidas a partir da origem étnica, que poderão denunciar uma
tendência para o casamento endogâmico. O quadro junto dá conta disso, distinguindo-se os regis-
tos de casamento de outros dados que indiciam uma união. Aqui é evidente, quer ao nível do
casamento, quer ao nível da união, conhecida a tendência endogâmica, exceptuando-se apenas
os mulatos que se prendem, preferencialmente, aos de outra condição étnica. O mesmo se poderá
dizer quando encaramos a sua condição social: o escravo, liberto ou homem de cor livre, escolhe
para parceiro um indivíduo do mesmo estatuto social, em alternativa, o escravo opta por uma
mulher livre, enquanto o liberto e o livre optam por uma escrava.
Ao estabelecer-se uma relação entre a condição social e étnica concluiu-se pela tendência
do preto ou do mulato para se unirem primeiro à mulher livre e, depois, à liberta. Note-se que
a referida estratégia de união ou casamento de uma escrava com um homem livre ou liberto era
bem vista pelo proprietário, pois as crianças nascidas deste enlace continuavam aser propriedade
sua. Todavia isto, em termos da sociabilidade, gerava inúmeros conflitos, e a consequente
93
10
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SÉCULO XVI SECULO XVII
R PRET MUL MOU OUT ESC LIB LIV PRET MUL MOU OUT ESC LIB LIV PRET MUL MOU OUT ESC LIB LIV PRET MUL MOU OUT ESC LIB LIV
PRETA 40 9 1 24 18 22 32 3 1 5 1 7 26 2 12 13 12 14 10 g • 4 1 15
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MULATA 7 4 4
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OUTRAS 16 28 5 56 41 20 45 5 4 1 16 9 3 18 16 9 79 54 12 38 30 13 75 52 8 64
ESCRAVA 13 13 47 35 14 23 1 2 1 14 5 1 13 '16 4 39 30 11 22 10 1 47 25 4 30
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oposição da sociedade e normas de conduta local, pelo que resultou a preferencial escolha do
parceiro dentro do mesmo estatuto social.
Em termos de grupos étnicos, os mouriscas são os que apresentam uma tendência mais
endogâmica, pois 63% dos pares são constituídos no seu seio, enquanto nos negros a percen-
tagem fica por 53% e nos mulatos não ultrapassa os 28%. Aliás os últimos preferem escolher
o parceiro entre a categoria designada de outros, usualmente europeus, que serviam como tra-
balhadores. As mulheres mourisca e mulata saiem, no entanto, do seu circulo étnico e inte-
gram-se no grupo europeu, enquanto a negra não se afastava da sua etnia. É evidente ainda uma
tendência generalizada da opção pelo parceiro de um grupo étnico que não seja sinónimo da con-
dição de escravo, contrariado apenas pelos negros. A par disso existe no negro uma certa aversão
ao enlace com o mulato: das 249 casais contabilizados neste grupo étnico, apenas 14 (6%) se
realizaram com estes.
Não obstante as recomendações da igreja para o casamento dos escravos, a informação
disponível sobre a filiação dos que foram baptizados demonstra o pouco empenho posto nisto
e a atitude desfavorável dos proprietários. No total de baptismos realizados entre 1538 c 1700
nas diversas freguesias da Madeira e Porto Santo, apenas em 175 (5%) dos registos aparece refe-
renciado o nome do pai (quadro n. 0 16).
Esta referência não é necessariamente sinónimo de uma união matrimonial entre os pais
declarados nos registos. Sucede inúmeras vezes que os mesmos não são casados mas a Igreja
reconhece a paternidade. Assim António de Mesa, preto e forro, é apresentado na Sé do
Funchal, em 1622, conjuntamente com Antónia de Mesa, como pais de Domingos. Mais tarde,
em 1624, o mesmo surge em idêntica situação com outra escrava Francisca de Mesa no baptismo
de Lusia (3 8). Igual fenómeno sucede com Cristóvão, escravo do cónego João de Saldanha, que
é referenciado em 1670 como pai de Maria, filha de Maria, escrava de Maria de Sousa, e
em 1672 de Manuel, filho de Joana, escrava de Manuel Lopes Ferreira (39).
Por vezes o pároco não hesita em enunciar a ilegitimidade do baptizado, tal como sucedeu
em 1666 no Estreito de Câmara de Lobos, onde Isabel nasceu como resultado da relação carnal
de Manuel de Ornelas com Lusia, escrava de António Faria, sem que tenha existido qualquer
compromisso matrimonial. No registo ficou lavrada a sua verdadeira situação de solteiros (40).
Diferente foi a atitude assumida por Miguel Gomes, cavaleiro, viúvo, ao solicitar junto de
D. João III a legitimação para uma menina que havia nascido, fruto do seu relacionamento sexual
com Joana, sua escrava (4').
Parece-nos importante acompanhar a evolução da ilegitimidade dos escravos, em termos
espácio-temporais, para nos apercebermos das cambiantes e das implicações que a conjuntura
sócio-económica poderá ter definido. O período de 1541 a 1600 é caracterizado por uma maior
tendência para a legitimação dos casais e dos filhos daí resultantes, ao invés, a centúria seguinte
é dominada por uma afirmação da ilegitimidade. Na primeira metade da centúria ela assume
- uma proporção extrema onde surgem, por vezes, momentos em que o valor atinge 93% dos casos
sem referência do pai, e outros em que a sua especificação surge apenas em 2% dos registos.
A ilegitimidade da primeira fase da centúria seiscentista é contrabalançada por um decréscimo na
99
segunda metade, mas pela comparação de ambos os valores deverá resultar, de modo especial,
da presença de escravos de fora.
Seria legítimo, e assim sucede, que a situação tivesse maior expressividade nas freguesias
urbanas do que nas rurais. Na Sé, a maior e mais importante freguesia urbana, o pai é refe-
A. Pena 6 6
A. Calheta 38 93 2 5 41
C. Lobos 142 70 3 2 204
Campanário 5 42 12
Canhas 17 85 20
Caniçal 6 86 7
Caniço 97 73 13 10 133
E. Calheta 65 83 8 10 78
E. C. Lobos 51 88 1 1 58
Faial 5 5
F. Ovelha 37 73 1 2 51
Gaula 21 21
Madalena 13 68 4 21 19
Machico 35 78 5 11 45
Monte 5 5
P. Delgada 87 70 3 30 10
P. Cruz 9 47 1 5 29
P. Santo 67 86 2 3 78
R.• Brava 69 66 17 18 95
St. a Cruz 209 95 4 2 220
Santana 3 3
st.• Luzia 8 89 1 11 9
St. 0 António 34 77 44
S. Gonçalo 17 77 4 18 22
S. Jorge 18 18
S. Martinho 74 86 1 1 86
S. Pedro 441 82 34 6 541
S. Roque 22 22
S. Vicente 25 78 5 16 32
Sé 1344 89 66 4 1566
Tábua 20 29
TOTAL 2904 94 175 176 3079
rendado em apenas 4% dos registos, enquanto em algumas freguesias rurais ultrapassa os 20%,
como sucede em Ponta Delgada (30%) e na Madalena (21 %). As paróquias urbanas do Funchal
(Sé, São Pedro, Santa Luzia) apresentam apenas 4,7% dos registos com a indicação do pai e,
se juntarmos as suburbanas (Santo António, São Roque, São Martinho, São Gonçalo), desce
para 4,5%. Ao contrário, o espaço rural surge com valores globais mais elevados, sendo de 8%.
Todavia isto é mais evidente nas freguesias da vertente sul (I O%) do que nas da costa norte (3%).
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Se tivermos agora em conta a frequência de ilegítimos constatamos uma maior incidência
na primeira metade do século dezassete (quadro n. 0 17 e gráficos n. 0 15). Note-se que foi pre-
cisamente neste período que a taxa de fecundidade legítima se apresentou mais elevada, sendo
de salientar as décadas de trinta e quarenta. Quanto à expressão geográfica, ela é evidente nas
freguesias como Sé, São Pedro, São Martinho, São Roque, Monte, a que se podem associar algu-
mas paróquias rurais, como São Jorge, Santana, Gaula, Faial, Água de Pena, Santa Cruz, Arco
da Calheta, Porto Santo, Estreito de Câmara de Lobos.
MÃE P/M
DÉCADAS TOTAL
N.o %(I) N.o %(I)
1538-40 50 72 7 1 69
1541-50 54 86 5 8 63
1551-60 17 59 3 10 29
1561-70 33 85 2 5 39
1571-80 76 81 7 7 94
1581-90 48 72 5 7 67
1591-1600 177 80 10 5 221
1601-10 292 91 32 10 320
1611-20 293 86 18 5 340
1621-30 262 90 9 3 292
1631-40 322 89 13 14 363
1641-50 240 93 4 2 259
1651-60 225 77 12 5 292
1661-70 140 58 10 4 242
1671-80 340 70 16 3 486
1681-90 209 87 10 4 240
1691-1700 142 76 20 11 186
Outro aspecto de particular interesse e que reforça a ilegitimidade dos escravos é a exis-
tência de um reduzido número de pares entre os escravos do mesmo proprietário. Aqui apenas
detectamos 6 (3% ), sendo a maioria constituída por escravos de diversos donos ou entre escravos
e livres ou libertos. Por vezes sucedem situações que contrariam a norma. Por exemplo, Gaspar
Correia, mourisco que em 1561 havia casado com Catarina Correia, mourisca, surge em 1564,
já viúvo, a casar com Joana Fernandes, preta forra. O mesmo acontecerá em época anterior com
Pero Afonso, mourisco, escravo de Francisco Acioli, que casou em 1546 com Isabel Machado
e passados quatro anos aparece em novo casamento, desta feita com Catarina Mendes,
mourisca (42). Às vezes surgem-nos viúvas(os), sendo os casos mais significativos os de
Bastiana Câmara, mulata, escrava da capitoa do Porto Santo, que casou em 1613 com Manuel
Sardinha, escravo de João Sardinha e em 1619 com João Martins, homem livre. Mas também
encontramos o inverso, como se poderá comprovar com Gonçalo Dias, preto, escravo do cónego
Jerónimo Dias, que casou em 1599, na Sé do Funchal, com Guimar Gonçalves, preta, escrava
de Miguel Carvalho. Seis anos mais tarde voltou à mesma igreja para se consorciar com
Francisca Pestana, preta e forra.
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RELAÇÃO DOS CONJUGES
I SITUAÇÃO DOS CONJUGES
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LIVRES ESCRAVOS
SÉCULO TOTAL ESC/ETN ~IBERTOS
GERAL ETNIAS I CÔNJUGE M/F I CÔNJUGE
negros e mulatos, .livres ou não, em roubos e mortes. A título de exemplo referencia-se a morte
de Manuel Fernandes, mercador, e de João de Peres, lavrador (43). Não obstante este temor,_
bastante evidente nas posturas (44), onde se lavrava a proibição de amancebamento de escravos
com livres, constata-se que, na realidade, tal relacionamento era frequente: em 611 situações de
casamento ou relação sexual entre os escravos e livres, detectados nos registos paroquiais, sur-
gem 228 (37%) envolvendo os dois grupos, sendo de realçar que 145 casos (24%) resultam de
casamento. No último caso temos 169 uniões entre escravos e livres entre eles e libertos.
Situa-se entre 1751 e 1620 o período de maior afirmação deste tipo de relacionamento, mas é
entre 1651 e 1660 que se atinge o maior valor. As posturas a que fizemos referência foram
reunidas e publicadas em 1572 e 1587, o que demonstra a importância da situação na vida social
madeirense, de então.
Embora as posturas falem de um relacionamento frequente em ambos os casos a tendência
é para a sua concretização, com maior assiduidade, entre o homem livre, solteiro ou casado, com
escrava. No período em causa as situações deste tipo rastreadas nos paroquiais representam 14%,
enquanto no inverso não ultrapassam os 12%.
OS ÓBITOS
O registo de óbito, tal como já o enunciamos não era uma obrigação, e é muito natural
que se excluísse, da sua referência aqueles que não apresentavam qualquer interesse ou que não
envolvessem a possibilidade de habilitação sucessória. As Constituições Sinodais de D. Jerónimo
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Gráfico n2. 16:ESCRAVOS NO BAPTISMO: FREQUÊNCIA DE ILEGfTIMOS
Barreto (45) dão apenas destaque aos aspectos relacionados com as exéquias, enterramentos e exe-
cução dos legados e missas estabelecidas no testamento. Aqui tal registo surgia como uma forma
de controlo, por parte da igreja, dos encargos.
Nas recomendações apresentadas em 1538 (46) pelo bispo D. Martinho de Portugal,
mandava-se registar em livro os «defuntos que nas freguesias das ditas igrejas falecerá», de acordo
com os seguintes items; a data, a qualidade da pessoa, jazigo, a indicação se morreu com tes-
tamento ou abintestado e, neste último caso, deveria explicar-se a causa da morte. A rematá-las
dizia-se: «tudo isto muito claro pera que em todo ho tempo se sayba a verdade do sobredito».
Mas as notas lavradas à margem elucidam-nos que à sua elaboração presidia uma necessidade
administrativa, pois era por eles que os vigários e curas controlavam o cumprimento, por parte
dos executores, das disposições testamentárias, dos legados e encargos pios que lhes eram favo-
ráveis (47). Note-se que em 1636, numa visitação à freguesia de Ponta Delgada, o visitador
recomendava ao pároco que lançasse nos referidos livros todos aqueles que não fizessem testa-
mento, não obstante serem menores ou escravos (48).
A atenção atribuída pela igreja à morte de um freguês variava de acordo com a condição
sócio-económica, expressando os registos de óbito esta preocupação. A breve referência aos
abintestados, quando a merecem, contrasta com a extensa enunciação, nos testamentos, das con-
dições que antecederam a morte, das disposições testamentárias que prolongam a sua memória
no seio da paróquia. Certamente que o número reduzido de escravos testemunhados no último
acto mundano- a morte- deverá resultar desta intencional ausência. De um total de 3.576
(excluídos os que se encontram referidos nos três actos e apenas baptismo, confirmação e casa-
mento) escravos referenciados nos registos paroquiais no período em causa, apenas se sabe que
morreram trezentos e sessenta e nove, isto é 10%. Se considerarmos o total dos escravos reve-
lados pela documentação esta percentagem desce para 6%. Tal disparidade de dados não é resul-
tado apenas das lacunas dos referidos livros, mas também deverá ter origem nesta intencional
omissão feita pelos párocos.
Na documentação que compulsámos apresentam-se-nos várias formas de encarar a morte,
que têm expressão nos actos que a antecedem. Todavia não foi possível rastrear a situação dos
escravos, pelos simples facto de que não encontrámos qualquer testamento. Apenas consegui-
mos reunir alguns de libertos, cujo testemunho não se afasta dos demais. No caso dos escravos
os únicos encargos de missa que encontrámos foram estabelecidos pelos seus donos, por norma
do sexo feminino (49). Quantos aos libertos é evidente a assimilação da visão cristã da morte,
pelo menos no século XVI. Tenha-se em linha de conta que o negro tinha uma visão comple-
tamente distinta da morte, o que poderá ter contribuído para o seu alheamento do ritual cristão.
A morte é inesperada, mas no caso dos escravos evidencia-se uma situação particular que
merece referência. A maior mortalidade dos escravos é na idade adulta, sendo na sua maioria
107
já idosos, pois dos 369 óbitos apuradós apenas se referenciam quatro (1 %) de menores. É de
salientar, ainda, que destes apenas se registaram 6 (2%) por acidente. Por outro lado é evidente
a manutenção da condição servil até à morte, pois só 52 (14%) se encontravam já forros quando
a morte lhes bateu à porta, sendo eles, maioritariamente, do sexo feminino.
A morte é uma situação, normalmente, inesperada, que poderá ser resultado de factores
biológicos, ou de situações limites do quotidiano. A orografia da ilha (50), as condições de sub-
sistência (51) que a mesma propiciava às suas gentes e as eventuais epidemias (52), fizeram com
que a morte fosse uma constante no dia à dia dos madeirenses. Deste modo a análise da curva
evolutiva da mortalidade geral e, em particular, dos escravos, não deverá alhear-se disso. Mas,
se tivermos em conta que a sua incidência geográfica é, por vezes, limitada ao recinto urbano,
há necessidade de ponderar a evolução nas diversas paróquias, rurais e urbanas.
Como se confirmará, através do dados numéricos e gráficos disponíveis, a evolução da
mortalidade dos escravos não se alheou da tendência geral manifestada pelo movimento de bap-
tismos e casamentos. Apenas há a destacar, para a última década do século XVII, a subida ver-
tiginosa do valor (quadro n. 0 20 e gráficos n."" 17 e 18). Esta é uma situação anormal que surge
como reflexo da difícil conjuntura de abastecimento cerealífero da ilha, que deverá ter gerado
crises de fome, com reflexos evidentes na mortalidade. Durante este período, as secas prolon-
gadas que conduziram à quebra da produção, as dificuldades na manutenção da rota de abaste-
cimento de cereais, a partir dos Açores e Canárias (53), terão contribuído para um aumento
exagerado da mortalidade.
O quadro dos doentes entrados no hospital da Misericórdia do Funchal denuncia também
a maior incidência na década em causa, pois nestes dez anos foram atendidos 6.990, represen-
tando 27% dos que procuraram cura no hospital no período de 1571 a 1700. É de salientar que
dos entrados na década de noventa apenas 384 (54%) apresentavam doenças incuráveis (54).
Compulsados os acórdãos lavrados em vereação pelos municípios do Funchal, Machico e
Ponta do Sol (55), constata-se que a situação se apresentou muito mais difícil no município cita-
dino que nos rurais. Aí os vereadores intervêm com assiduidade, para assegurar o abastecimento
de ~reais, definindo a obrigatoriedade dos mercadores assegurarem o transporte e venda do trigo
r
a~, _.no (56). No geral a década de noventa da centúria seiscentista foi marcada por uma cons-
tante falta de cereais, agravada nos primeiros meses do ano, que medeiam entre as sementeiras
e as primeiras colheitas (57). Esta extrema dificuldade no abastecimento de cereal, principal pro-
(SO) Conhecem-se inúmeros casos por morte nos diversos precipícios, sobranceiros aos caminhos que
circundavam a ilha ou nas serras.
(51) Durante os séculos XVI e XVII a falta de pão e a consequente fome, dominaram por muitas vezes
o quotidiano na ilha; confronte-se A. VIEIRA, O Comércio Inter-Jnsular nos séculos XV e XVI, Funchal, 1987;
idem, •O comércio de cereais dos Açores para a madeira no século XVII•, in Os Açores e o Atlântico
(Séculos XIV-XVII), Angra do Heroismo, 1984; António ARAGÃO, A Madeira Vista por Estrangeiros, Funchal,
1981, pp. 215-216 (nota 9).
(52) Das epidemias que assolaram a ilha temos referência à peste, em 1488-89, 1492, 1496, 1508, 1521,
1538, 1681, 1686.
(53) Alberto VIEIRA, «Ü comércio de cereais dos Açores para a Madeira no século XVII•, in Os Açores
e o Atlântico (Séculos XIV-CVII), A. do Heroísmo, 1984; idem, •O comércio de cereais das Canárias para a Madeira
nos séculos XVI e XVII•, in VI Colóquio de História Canario-Americana, Las Palmas, 1984.
(54) José Pereira da COSTA, •Notas sobre o Hospital e a Misericórdia do Funchal•, in A. H.M.,
XIV (1964-66), 225-226.
(55) A.R.M., C.M.F., n. 0 1338-1341; idem, C. M. Machico, n. 0 108-109; idem, C. M. Ponta do Sol,
n. 0 497. estes são os únicos livros disponíveis para esta data, faltando os de Santa Cruz, Calheta e Porto Santo.
(56) Confronte-se artigos citados nota 53.
(57) A. A. SARMENTO, (E11saios Históricos da Mi11ha Terra, II, Funchal, 1947, 133) refere que este
período •foi apertado de fome, pelas secas e falta de novidades nas sementeiras•. A situação de fome levou os
funchalenses em 29 de Maio de 1695 a fazer preces a Nossa Senhora do Monte, C. M. Ferreira Pro, O Monte.
Sa11tuário Votivo da Madeira, 1978, 29-30.
108
duto da alimentação de subsistência, ter-se-á repercutido, de modo evidente, na elevada morta-
lidade da década final do século.
O Funchal, meio urbano por excelência, dominado pelas freguesias da Sé e S. Pedro, foi
a área mais atingida, pois há referência a 975 mortos (21 %), em que se incluem 90 escravos
(gráficos n. 0 18). Se considerarmos todas as freguesias urbanas e suburbanas teremos 1.350 mor-
tos (29%), com 95 escravos incluídos.
Das freguesias rurais, apenas na vertente norte, em São Vicente, com 477 mortos (10%)
e Ponta Delgada, com 315 mortos, é mais manifesta a mortalidade nesta centúria. Nas paróquias
AUMENTO NÚMERO
DÉCADAS ESCRAVOS/ETNIAS
ESCRAVOS/ TOTAL
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111
Importa agora acompanhar os diferentes enunciados da referida curva e em ambas as capi-
tanias e em algumas freguesias, no particular. A capitania do Funchal (58), que reune maior
número de escravos, na análise global de escravos e etnias, evidenciam-se quatro momentos ascen-
dentes, de 1541/1560, 1621/1630, 1671/1680 e 1691/1700. Se considerarmos apenas os escra-
vos a curva altera-se pois só é notado um movimento ascendente no século XVII, expresso a partir
da década de 1619-20, contrariado nas décadas de trinta, sessenta c oitenta. Para a capitania de
Machico, onde a informação é escassa, evidenciando-se as décadas finais do século XVII (59).
Nas freguesias da capitania do Funchal diferenciámos o núcleo próximo da cidade do
Funchal (60) e o da restante área, conhecida no século XVI como «partes do fundo» (61).
Enquanto as da cidade mantêm uma evolução semelhante ao global da capitania, nas partes do
fundo a tendência é diferente, pois o maior número de óbitos se situa nas décadas de vinte c ses-
senta do século XVII, sendo o último momento precedido de uma acentuada quebra, contrariando
a tendência geral da mortalidade.
A situação torna-se mais evidente quando analisamos uma freguesia, em particular, como
a do Estreito da Calheta (62). Af as décadas de 1621 a 1640 e a de 1661 a 1670 definem os
momentos de maior número, sendo os decénios finais da centúria, marcados por uma quebra
acentuada. Deste modo poder-se-á concluir que a fome, da última década do século XVII, foi
na capitania do Funchal um fenómeno urbano, que apenas se repercutiu nas freguesias rurais da
capitania de Machico.
112
CONCLUSÃO
Em face dos registos paroquiais a presença dos escravos expressa-se de forma diferente
dos livres, o que poderá ser o indício de um rumo diverso de vida cristã: baptismo, confirmação,
casamento e óbito. A igreja na missão universalizante procurou acolhê-los no seu seio, doutri-
nando-os e administrando-lhes os sacramentos, mas teve que contar com inúmeros impedimentos.
A igualdade de acesso de escravos e livres aos actos do ritual cristão fez com que a pre-
sença dos primeiros nas cerimónias espelhe a sua posição real na sociedade madeirense. Mas
a dimensão assumida por esta presença contraria certas visões sobre a escravatura na sociedade
madeirense. Nela os escravos nunca ultrapassam os 3,3% dos registos, como se poderá ler do
quadro junto (quadro n. 0 21 e 25). Tal percentagem, que poderá ser encarada como um reflexo
da dimensão assumida pela componente escrava da população madeirense, está muito longe da
realidade veiculada por Gaspar Frutuoso (63). Para ele os escravos representariam 15% da
população da ilha em meados do século XVI.
A análise do quadro (n. 0 22) que condensa a informação global obtida dos registos paro-
quiais revela-nos que os registos de escravos representam apenas 2,5% do total. As inúmeras
lacunas de que os registos enfermam levam-nos a concluir que o valor não oferece garantias.
Mas aqui o registamos como mera referência, uma vez que carecemos de outro tipo de infor-
mação complementar (censos, róis de confessados e registos notariais) que complete a lacuna
e que nos permita avançar mais na avaliação quantitativa deste grupo social.
É interessante notar, que a evolução particular de cada grupo é diferente. Assim enquanto
no século dezasseis se atinge a maior percentagem- 3% -e número de escravos que casaram,
ao invés o maior número de nascimentos sucede na centúria seguinte. Esta situação corrobora
mais uma vez a ideia, que vimos afirmando, da dominância da mancebia na vida sexual das escra-
vas e do elevado índice de ilegitimidade.
Outra assimetria bastante evidente é suscitada pela volumosa diferença entre o número de
baptizados e óbitos, reveladora de que algo se passava neste caso, que poderia conduzir a que
ao escravo fosse negado o direito do registo de óbito. Pois na época os referidos livros eram,
fundamentalmente, um repositório dos falecidos com disposições testamentárias, legados e encar-
gos pios, do que um enunciado geral de todos os falecidos na freguesia (64).
Ora tendo em consideração que o escravo, usualmente, não dispunha de bens para doar
ou criar encargos, era natural o esquecimento dos registos em causa, que assumiam aqui uma
função reguladora da contabilidade dos encargos (65). Não obstante é evidente uma notória assi-
metria entre os dados disponíveis para ambas as centúrias, pois no século dezassete é mais evi-
dente o registo de óbitos de escravos e libertos, o que poderá resultar de um maior cuidado dos
párocos nos referidos registos.
(63) Gaspar FRUTUOSO (livro primeiro das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1979, 333), refere •No
rol de confissões, no ano de 1552, se acharam na cidade do Funchal, antre negros e negras e mulatos cativos,
dois mil e setecentos, e, depois, no mesmo ano foram ter a ela quatro navios com trezentos escravos, que fizeram
por todos três mil•.
(64) Veja-se nota 47.
(65) Retomaremos a questão no cap. 2.3.2.- •O Escravo e o Tempo•.
113
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2. ESCRAVOS E LIVRES
Não é fácil reconstituir a população escrava da Madeira e a partir daí estabelecer um con-
fronto com os livres. A falta de dados demográficos e a precaridade da maioria dos paroquiais
impedem-nos de levar a cabo este objectico, com a precisão desejada. Por outro lado a inexis-
tência de censos populacionais e a perda dos livros de desobriga inviabilizam a necessária com-
paração de ambos os grupos. Mesmo assim, daremos conta de algumas indicações a este propósito,
a partir da informação disponível e já aqui tratada noutros domínios. Para o século XV a
dedução toma-se impossível, mercê da falta de documentação capaz de os contabilizar, mas o
número deveria ser importante, a darmos crédito ao interesse a eles atribuído pelas auto-
ridades locais e régias. Assim em 1489 (66) dava-se conta «dos muytos negros que hi ha»
e do perigo que eram para a segurança da terra. Mais tarde, cerca de 1530, Giulio Landi (67)
fala com certo espanto do elevado número de escravos que circulavam na cidade. Em finais
do século Gaspar Frutuoso (68) refere que, de acordo com o rol de confessados de 1552, «Se
acharam na cidade do Funchal, entre negros e mulatos cativos, dois mil e setecentos e, depois,
no mesmo ano, foram ter a ele quatro navios com trezentos escravos, que fizeram por todos
três mil».
Se dermos crédito a esta informação lavrada por Gaspar Frutuoso, o que já referimos não
ser possível comprovar documentalmente, seremos levados a concluir que a população escrava
rondaria os quatro mil, uma vez que a do Funchal representava 6/7 do valor global do arqui-
pélago. E certamente a percentagem deduzida a partir dos dados da população em 1567 levar-
-nos-ia a afirmar que os escravos representariam 29% da população da ilha (69). Todavia até
encontrarmos outros dados que os fundamentem eles deverão ser encarados como mera
referência. Note-se que no quadro da população escrava do arquipélago, reunida na diversa
documentação do século XVI surgem apenas 1.168 escravos, isto é, menos de metade da infor-
mação consignada por Gaspar Frutuoso. Ela representa, em relação ao recenseamento
de 1598 (10) apenas 6% da população total da ilha.
De acordo com a informação que dispomos (quadros n.os 24-25 e gráficos n.os 22 e 23)
constata-se que a população escrava da ilha teve plena afirmação na vertente sul, naquela que
foi a área açucareira. Daí a particular importância que assumem na Ribeira Brava (17%),
Caniço (15%) e Câmara de Lobos (13%). Na vertente norte apenas se refere a freguesia de Ponta
Delgada, com o valor mais elevado de toda a capitania de Machico.
Noutra informação lavrada em 1582 (71) sobre a segurança da ilha, refere-se a disponibi-
lidade de 4.000 vizinhos aptos para o exercício das armas a que se deveriam somar 1. 700 negros.
Os últimos corresponderiam, assim, a 43% do número de homens adultos. Além disso se tiver-
mos em conta a proporção de escravos de ambos os sexos e das crianças, seríamos levados a
afirmar a existência de um número de escravos que não se afastaria dos dados referidos atrás
por Gaspar Frutuoso (72).
(~) A.R.M., C.M.F., T. 1, fl. 169, 10 de Agosto de 1489, carta do duque sobre a segurança da terra,
in A..H.M., XVI (1973), 226, n. 0 135.
(67) «Descrição da ilha da Madeira•, in A Madeira vist(l por estrangeiros, Funchal, 1981, 92.
(68) livro Primeiro das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1979, 333.
(69) Para esta data a tradição anota 14.000 ha na ilha o que deve ser incorrecto, pois em 1500 eram
de 16.000, e em 1572 são referidos 20.000 ha o que daria apenas 20%.
(70) Publicado in A.H.M., II (1932), 28-35.
(71) Arquivo Geral de Simancas, Guerra Amigua, I..eg. 421-313, Carta de Francisco de Alava y Bea-
monte ao rei de Castela, de 29 de Outubro de 1582, publ. por Rui CARITA, O Regimento da Fortificação de
D. Sebastião (... ), Funchal, 1984, 90.
(72) Se considerarmos o quadro número 146, em anexo, teremos que a relação entre ambos os sexos é
de cerca de 2 para 1 pelo que teríamos aqui um valor superior aos três milhares.
116
BAPTISMOS CASAMENTOS ÓBITOS TOTAL GERAL
DÉCADAS
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Quadro NQ ,21: MOVIMENTO DECENAL DE LIVRES, ESCRAVOS E GRUPOS ÉTNICOS NOS RE~ISTOS PAROQUIAIS
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Certamente que ambos os valores percentuais oferecem maior fidelidade em face da situação
lacunar dos registos paroquiais disponíveis. Todavia isso não inviabiliza a comparação, aqui e
agora, uma vez que esta última nos permitirá apontar outras cambiantes da expressão geográfica
e cronológica.
Na globalidade os escravos tombados nos registos paroquiais representam cerca de 1% do
total dos registos, que poderá subir a 2,9% se juntarmos os libertos e os identificados pela origem
étnica (quadro n. 0 22). A expressão diferencia-se cm cada tipo de registo. Assim no baptismo
~
SÉCULO XVI SÉCULO XVIII TOTAL
s n. o % n.o % n. o %
Fonte: Quadros n. os 7 a 57
temos a percentagem mais elevada, sendo 2,3% no século XVI e 3,3% na centúria seguinte. Para
os casamentos tal valor é de 3% na primeira e de apenas 0,6% na segunda, enquanto nos óbitos
se inverte a posição, sendo de 0,2% no século XVI c cerca de 1% no seguinte.
A evolução deccnal de tal percentagem tem em quase todos os registos uma maior evi-
dência na primeira metade do século XVI, apenas nos óbitos a mais elevada surge na década final
do século XVII, mas nas décadas de trinta a sessenta nota-se uma elevada tendência ascendente.
Os baptismos que aparecem com grande evidência na década de trinta, surgirão depois com um
movimento ascendente, para em seguida se evidenciar, no período que vai de 1611 a 1680, por
uma situação de estabilidade. Entretanto nos casamentos a segunda metade do século XVI é o
momento de afirmação dos escravos, atingindo na década de setenta a maior percentagem a que
se seguirá uma quebra vertiginosa, que a partir da década de trinta deixa de ter significado. Para
os óbitos o movimento define-se por três momentos ascendentes- 1536-1570, 1591 a 1700-,
e por uma curva descendente nas décadas de setenta a oitenta do século XVI. É de salientar,
ainda, que neste valor percentual por anos, o máximo atingido pelo número de escravos foi
de 9,8% (em 1590) para os baptismos, 11,9% (cm 1590) para os casamentos c 12,5% (em 1569)
para os óbitos.
Confrontada a situação da Madeira com outras áreas é flagrante a reduzida dimensão assu-
mida na ilha pelos escravos nos registos paroquiais (quadro n. 0 26).
No vizinho arquipélago das Canárias a percentagem é claramente mais elevada. Aí em
Gran Canaria os escravos representam 9% dos baptismos c 7% dos casamentos. Quanto aos
119
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casamentos, registam-se 10% em Las Palmas e 14% em Telde (13). No caso particular da
última cidade os registos paroquiais para o período de 1563 a 1600 informam-nos que os
escravos baptizados foram de 6% e os casados de 10% (74). Para o século XVII conhecem-se
as percentagens das freguesias de Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife e Tacoronte (15).
Aqui também o valor percentual é elevado, atingindo por vezes a percentagem de 43% como
sucede em 1686 em Santa Cruz de Tenerife. Para Las Palmas os baptismos de escravos, neste
período, representam 9%, os casamentos 10% e as confirmações 7% (76). Tais valores
aproximam-se dos da paróquia de Santo Ildefonso em Sevilha onde entre 1491e 1500 esta ascende
a 10% (77). Em Valência (78) entre 1568 e 1686 o número de escravos baptizados representa
47%, enquanto em Paios de Frontera(19) entre 1568 e 1579 era de 20%.
(73) Manuel LOBO CABRERA, La esclavitud en Las Canarias Orientales . en el siglo XVI, Gran
Canaria, 1982, 207-220.
(74) Idem, «La Población Esclava de Telde en el siglo XVJ,. in Hispania, 1982, 57-73.
(75) Manuel LOBO CABRERA, «La Población Esclava de Las Palmas durante el siglo XVII», A.E.A.,
n. 0 30 (1984), 206.
(76) /bidem, 187, 270-275.
(77) Vide Antonio OLI..ANTES DE TERAN SANCHEZ, «Contribución ai estudio de los esclavos en la Sevilla
Medieval» in Homenaje al Professor Carriazo, II, Sevilha, 1972, 109-21; W. D. Pmu..n>s, Slavery (. .. ), Man-
chester, 1985, 160.
(78) V. CORTES ALoNSO,l..a Esclavitud en Valencia durante el reinado de los Reys Catolicos (1479-1515),
Valencia, 1964; V. GRAULLERA SANZ, La Esclavitud en Valencia ... , Valencia, 1978, 126.
(79) Idem, «La población negra de Paios de la Frontera (1568-1579)» in Actas y Memorias del XXXVI
Congresso Internacional de Americanistas, III, Sevilha, 1964, 609-618.
121
Para Portugal conhecem-se alguns dados demográficos que dão conta de uma sintação diversa,
que vai progredindo conforme se avança para sul. No Porto (80), entre 1540 e 1568, os escra-
POPULAÇÃO ESCRAVOS
FREGUESIAS
RECENSEAMENTO N.o %
1598
c
A
p
I SÃO JORGE 8
T ÁGUA DE PENA 138
A CANIÇAL 26
N FAIAL 188
I GAULA 241 2 I
A MACHICO 792
P. DELGADA 110 8 7
M PORTO DA CRUZ 14
A SANTA CRUZ 998 6 1
c SANTANA 184
H SÃO VICENTE 397
I TOTAL 3074 38 1
c
o
CAPITANIA DO PORTO SANTO - 11
(80) António CRUZ, Algumas observações sobre a vida económica e social da cidade do Porto nas
vésperas de Alcácer Quibir, Porto, 1967, 29.
122
Stl.CULO XV Stl.CULO XVI Stl.CULO XVII TOTAL
FREGUESIAS 7.
N2 7. N2 7. N2 7. N2
123
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BERIIUDA 13,8 29.5
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Quadro nQ 26: PERCENTAGEM DE ESCRAVOS EH RELAÇÃO AOS DADOS DA POPULAÇÃO E REGISTOS PAROQUIAIS
125
vos baptizados representam 6%. Mas em Coimbra (81), no período de 1537 e 1640, os baptis-
mos não ultrapassam os 0,5%. Nas freguesias de Lisboa (82) e áreas limítrofes a situação dos
escravos é diferente. Assim em Santa Cruz do Castelo (1556) e Santa Justa (1594) surgem os
valores mais elevados de baptizados, respectivamente 24% e 25%, depois temos 5% em S. Vicente
de Fora (1550), 6% na Conceição Nova (1569-74), apresentando as freguesias limítrofes de Aldeia
da Galega (1570) e Ameixoeira (1585-89) respectivamente 6% e 8% (83). A sul do Tejo
deparamo-nos com novos dados que oscilam entre os 2 e os 10%, sendo de destacar as freguesias
de Santa Maria da Graça em Setúbal com 9% dos baptizados em 1570, Santa Maria do Castelo
de Alcácer do Sal (1564-94) com 5% e Maracapacho (1543-48) com 10% (84). As freguesias
de Borba, Estremoz, Arraiolos e Olivença apresentam, na segunda metade do século XVI, per-
centagens semelhantes às que encontramos para a Madeira (85).
De acordo com o atrás referido a expressão da população escrava nos registos paroquiais
madeirenses não ultrapassa os 3%, o que colide com os valores deduzidos a partir do número
apresentado em 1567 (15%) por Gaspar Frutuoso e em 1582 (6,8%) por Francisco Álvares.
À falta de mais elucidativa informação fiquemo-nos por estes dados e vejamos qual a expressão
no quadro europeu e atlântico. Em Portugal a referida população atinge 13,7% na Estremadura
e 10,5% no Alentejo, sendo na cidade de Lisboa, Évora e Algarve, de 10% (86). A última tam-
bém se repete em Sevilha enquanto em Paios de la Frontera seria de 12% (87). Será, todavia,
na Rússia, embora a escravatura assuma aqui uma dimensão diferente, mais propriamente, na
Crimeia, que encontramos o valor mais elevado, isto é 68,1% em 1667 (88). Nas Canárias,
Manoel Lobo Cabrera (89) refere-nos que a população escrava, no grupo oriental, oscilaria entre
os 5 e os 12%. Deste modo os valores capazes de suplantar a Crimeia surgem apenas no Novo
Mundo, em S. Tomé, Brasil e Antilhas.
3. O ESCRAVO
O NOME
O escravo, a exemplo do que sucedia com os homens livres, era identificado por um nome
oficial, que à criança, nascida na ilha, era atribuído no momento do baptismo. Os restantes que
surgem por via da importação, recebem-no também no baptismo ou quando chega à casa do novo
(81) António de OUVEIRA, A Vida Económica e Social de Coimbra de 1537 a 1640, I, Coimbra,
1972, 223.
(82) A. C. de C. M. SAUNDRES, A Social History of Bú:zck Sú:zves and freedmen in Portugal. 1441-
-1555, Cambridge, 1982, 53-61.
(83) Sendo de 3,8% entre 1540 e 1560.
(84) lbidem, 57-61.
(85) lbidem, 57.
(86) Jbidem, 60.
(87) V. M. GODINHO, Os Descobrimentos e a Economia Mundial, IV, Lisboa, 1983, 171-172.
(88) R. HElllE, Sú:zvery in Russia. 1450-1725, Londres, 1982, 680.
(89) La Esclavitud en Las Canárias Orientales (... ), Gran Canaria, 1982, 219-221.
126
proprietário. Gabriel Debien (90) refere, a esse propósito, que os escravos tinham três nomes:
o de origem, ligado aos deuses adorados em África, o de origem, atribuído pelos negreiros, de
acordo com a onomástica militar e o nome de «plantação» dado pelo destinatário final. Esta tri-
pla atribuição do nome ao escravo levou Peter Hogg (91) a referir as consequências negativas na
afirmação da identidade, que se apresentava favorável à mais fácil dominação. Na Madeira não
encontramos qualquer testemunho que prove esta realidade.
O estudo da antroponímia tem motivado a atenção de múltiplos investigadores, que a ela
se dedicam, quando dispõem de listagens exaustivas. Em Portugal são múltiplos os estudos rea-
lizados neste domínio, que nos proporcionam um conhecimento, ainda que limitado, da estra-
tégia de identificação (92). Quanto aos escravos não se conhecem estudos especializados sobre
a antroponímia, não obstante esta ser uma área que tem preocupado os investigadores dedicados
ao estudo da escravatura (93).
A forma de identificação de um indivíduo evolui com o tempo e de lugar para lugar.
A sua estrutura assenta no nome, propriamente dito, no patronímico e apelido ou alcunha (94).
Todavia no século dezasseis os patronímicos desaparecem. Mas nem sempre esta estrutura se
manteve na identificação dos indivíduos; os registos paroquiais são exemplificativos da anarquia
reinante na antroponímia dos séculos XV e XVII. São inúmeras as dificuldades de identificação
dos indivíduos que nos surgem nos registos paroquiais, pois o recurso a um nome simples gerava,
por vezes, inúmeras confusões (95).
Nos registos de baptismos as crianças são identificadas apenas com o nome logo seguido
da indicação dos pais. No caso dos escravos adicionava-se também o nome do proprietário.
O apelido surge num momento posterior e só tem expressão escrita nos registos de casamento
e de óbito.
A estrutura que materializava a identificação do escravo é simples, resumindo-se na maior
parte das vezes ao nome, à situação étnica e à identificação do proprietário. Raros são os casos
em que a ele se associa o apelido, que poderá ter origem no do proprietário ou progenitores.
Por vezes ele é revelador da sua condição social, étnica e profissional (96). Mas também sur-
gem alguns livres que utilizam apelidos, que à primeira vista poderão apontar uma origem étnica •
africana, mas nada têm a ver com isso.
A partir das listagens fornecidas pela documentação consultada reunimos 7.627 nomes de
(90) Les esc/aves aux Antilles Francaises XVIeme-XVI/Ieme, Basse-Terre, 1974, 71-73.
(91) Slavery (... ), Londres, 1979, 33-34.
(92) O mais antigo e importante estudo é de J. Leite de VASCONCELOS (Antroponímia Portuguesa, Lis-
boa, 1928), no seu rastro seguiram: Iria GoNÇALVES, com alguns estudos especializados nesta matéria (•Amostra
de Antroponímia alentejana do século XV» e •Antroponímia das terras alcobacenses nos ims da Idade Média»,
in Imagens do Mundo Medieval, Lisboa, 1988; •Onomástico pessoal de Lisboa de quinhentoS», in Boletim
Cultural da Junta DiStrital de Lisboa, II série, LXXXIX-LXXX, Lisboa, 1173-74), Ana Maria ALVES
(•Onomástica de Lisboa quinhentista. Subsídio para um estudo de mentalidades na segunda metade do
século XVI», in Estudos de História de Portugal, vol. II, Lisboa, 1983, 119-144) e Norberta Betencourt
AMORIM (•Sociedade de Poiares através dos seus registos paroquiaiS», in Brigantino, II, n. 0 1-3, 1983).
(93) Destes estudos referem-se aqui: Olivier MASON, eLes noms des esclaves dans la Grece Antique»,
in Actes du colloque I97I. Sur L'Esclavage, Besançon, 1972, 9-23; D. GIOFFRÉ, II mercato degli schiavi a
Genova nel seco/o XV, Génova, 1971 (referenciado por Jacques HEERS, Escravos e servidão doméstica na idade
Média, Lisboa, 1983, 84-85); Colim PALMER, Slaves ofthe White God, Londres, 1976, 39; V. GRAUILERASANZ,
La esclavitud en Valencia(... ), Valência, 1978, 124: A. FRANCO SILVA, La esclavitud en Sevilla (... ),Sevilha,
1979, 185-186; R. HELLIE, Slavery in Russia 1450-1725, Londres, 1982, 298, 397.
(94) J. Leite de VASCONCELOS, ob. cit. 71; Iria GoNÇALVES, Imagens do mundo medieval, Lis-
boa, 1988, 71.
(95) M. Norberto AMORIM (Guimarlles 1580-1819. Estudo demográfico, Lisboa, 1987, 13-14) chamou
a atenção para algumas ciladas que esta situação pode gerar.
(96) Manuel LOBO CABRERA, eLa Población Esclava de Las Palmas ( ... )», 165-166.
127
escravos, libertos e etnias, de ambos os sexos (97), onde apenas 42% surgem com patronímico.
Esta ausência torna-se mais notória nas crianças (98%) do que nos adultos (32%), mas era col-
matada com a indicação da mãe, por vezes também do pai e do proprietário (quadros n.os 27-28).
Facto significado é o de quatro escravas, que surgem a baptizar os filhos, em que apenas
NOME APEUDO
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128
se dá conta do nome seguido da filiação para uma mais rápida identificação. Eles deveriam ser
muito jovens uma vez que o atributo de posse pelo proprietário era definido pela mãe (98).
(1) a diferença da soma das três partes resulta do facto de este total apenas considerar os escravos e não
a sua identificação.
Por outro lado nestes registos de baptismo deparamo-nos com um número significativo de
mães sem qualquer identificação. No caso das crianças em identificação temos 698 (18%) do
sexo feminino e 42 (4%) do masculino (99). O mesmo não sucedeu cornos filhos do sexo
masculino, onde aparecem apenas 14 não identificados (100).
Nos adultos do sexo masculino é evidente a presença de unidades patronímicas. Isto deverá
resultar do maior número de livres neste gmpo, pois aqui reunimos todos aqueles que, directa
ou indirectamente, atestam a filiação escrava.
Confrontadas as diversas unidades onomatológicas conclui-se por uma maior riqueza no
sexo feminino, quer ao nível do nome, quer do sobrenome. O último sob a forma de patronímico
ou apelido. Todavia o confronto da listagem de antropónimos revela uma extrema pobreza de
nomes, mercê da tendência para o uso de um reduzido número. Apenas oito antropónimos iden-
tificam 60% do total da população em causa (101). Para o sexo feminino o nome mais usual é
Maria com 42%, logo seguido de Isabel (14%) e Catarina (12%), enquanto no sexo oposto o
mais vulgar é Manuel com 30%, seguindo-se António (25%), Francisco (16%) e João (14%).
Aqui merece referência aos nomes ligados com a tradição cristã- Manuel e Maria-, que no
(98) São elas: Andresa filha de Maria e João Vaz, Catarina filha de Jacome, Guimar filha de Ana, Maria
filha de Filipa e Maria filha de Isabel.
(99) Aí apenas se refere o seguinte: escravo (a) de (... ).
(100) O escrivão dá apenas o indicativo do sexo da criança: filha (o) de ( ... ).
(101) Noutras áreas esta tendência é muito mais marcante. Assim em S. Pedro de Poiares, no século XVI,
apenas cinco nomes representavam 79% dos do sexo masculino e 905 do feminino (Norberta AMORIM, art. cit.,
393-410), enquanto em Génova seis nomes surgem com 80% dos do sexo feminino (Jacques HEERS, ob. cit., 84).
129
9
caso do sexo feminino poderá ser um indício forte da importância que adquiriu na ilha o culto
mariano (102). A situação toma-se mais evidente se a confrontarmos com o nome dos pais ou
proprietários. No caso das crianças do sexo feminino apenas 3% têm origem no proprietário
e 14% na mãe, enquanto no masculino surgem 8% com o proprietário (quadro n. o 29).
ANTONIO 60 14 52 10 102 11
DOMINGOS 17 4 23 4 40 4
FRANCISCO 37 9 42 8 79 8
..... JOANE 10 2 11 2 21 2
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~lo 10
JOÃO 36 9 53 10 89
MANUEL 31 7 71 13 102 11
o
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...I
::Ji
U1
~I ANTONIO 39 13 242 16 28t 16
~·
FRANCISCO 49 16 114 8 163 9
JOÃO 9 3 120 8 129 9
o MANUEL 39 13 313 21 352 20
:I:
PEDRO 19 6 57 4 - -
=
1-1.
INÁCIO - 81 5 81 4
JOANE 13 4 53 3 66 4
OUTROS 136 45 524 35 660 38
130
A par da filiação dos nomes aos aspectos do culto religioso, a que podemos juntar também
o dia do santo em que nasceram, importa referir outras influências de índole profana, como sejam,
o apelo aos nomes dos monarcas, rainhas ou príncipes, com uma acção demarcada na época.
Certamente que a maior assiduidade do nome João, nos escravos do século XVII, deverá resultar
do facto de o primeiro rei após a Restauração se ter chamado D. João IV. Aqui 77% dos escra-
vos com tal nome situam-se nesta centúria. Quanto ao antropónimo António, que surge de forma
esmagadora ao lado de Manuel, não encontramos uma explicação plausível para esta deferência
omomástica, podendo apontar-se, no entanto, a veneração a Santo António de Lisboa, instituída
em 1496 por D. Manuel, como a remota origem. Quanto ao antropónimo Francisco esta acei-
tação não deverá ser alheia à dimensão assumida no arquipélago pela ordem seráfica: deparamo-
-nos nos registos de óbitos e disposições testamentárias de libertos e escravos uma forte vinculação.
Para o sexo feminino a invocação das figuras bíblicas é dominante, mas não se deverá esque-
cer alguns aspectos típicos da prática cultural portuguesa, que influenciaram de forma decisiva
alguns nomes de escravos. Assim sucede com o culto à Rainha Santa Isabel. Esta afirmação
na centúria seiscentista tem a ver, necessariamente, com o facto de a coroa a considerar,
entre 1625 c 1626, como a padroeira de Portugal. O recurso ao nome Catarina deverá ser resul-
tado, por um lado, da veneração estabelecida pela mulher do primeiro capitão do donatário do
Funchal à santa do mesmo nome e, por outro, da importância que assumiram nos anais da His-
tória as duas princesas. A primeira foi regente do reino na menor idade de El-Rei D. Sebas-
tião (1560-1568), enquanto a segunda casou em 1662 com Carlos II, rei de Inglaterra, estando
ligada ao governo do arquipélago.
Nestas condições importa saber qual a motivação geradora da atribuição do nome à criança
que se baptiza. Na verdade as razões, porque são múltiplas, apenas nos iremos preocupar com
as que derivam das influências directos dos pais e proprietários. Num total de 3.413 antropó-
nimos atribuídos a crianças recém-nascidas, apenas cento e seis (3%) derivam dos pais, sendo
noventa e três da mãe e treze do pai, e setenta do proprietário. Os restantes adquirem a origem
em diferentes situações, de acordo com a devoção aos santos e a tradição.
Quanto ao sobrenome, que surge de modo geral sob a forma de apelido (103), poder-se-á
também estabelecer uma relação a este nível. Aqui a maioria, como é óbvio, é do gmpo dos
adultos. Ao contrário do que é considerado habitual na estmtura da unidade onomatológica do
grupo ( 104), é reduzido o número dos que filiam a sua origem no proprietário. Apenas 11% foi
buscar o sobrenome ao proprietário, filian?o-se cm origem diversa os demais. Por outro lado
é de considerar que, entre os que se encontram nesta situação, temos 22% em que o sobrenome
surge sob a forma de patronímico, sendo de referir o sexo feminino com mais do dobro nestas
circunstâncias. Quanto aos apelidos mais usuais evidenciam-se no sexo feminino- Fernandes,
Gonçalves, Gomes, Rodrigues, Dias, Lopes e Nunes- e no masculino- Gonçalves, Fernan-
des, Rodrigues, Dias e Mendes (105).
2. GRUPOS ÉTNICOS
A caracterização étnica dos escravos madeirenses no século XVI é-nos dada em 1530 por
Giulio Landi. Diz ele: «estes tomam o nome por uma destas três causas: ou pela religião, como
são os que por eles se chamam mornos pois observavam a religião de Maomé, ou pela cor, como
(103) De entre as demais unidade deve-se registar os apelativos de ordem geográfica: Maria do Faial,
Joana de Braga, Antonio de Braga, Vitória de Évora, Joana das Ilhas, Joane Tavira, Domingas Salamanca, Estevão
de França, Manuel Coimbra e Sebastião Elvas. Mas apenas dois deles são denunciadores da origem- Maria
do Faial e Joana das Ilhas (Açores)- pois os demais filiam-se em apelativos em uso na Madeira.
(104) Manuel LoBO CABRERA, •La población esclava de Las Palmas ( ... ), 165-166.
(105) Esta seriação foi feita por ordem decrescente.
131
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os etíopes, por eles chamados negros; ou, ainda, pela procriação como os que nascem de um
negro e de uma branca, ambos escravos, ou então de uma negra e um homem livre, ou vice-
-versa, e estes são chamados mulatos como geradores de um sémen de espécie diferente, que
nem são brancos nem negros, mas têm uma cor olivácea» (106).
A partir da observação de Giulio Landi ficaram expressas as três matizes étnicas que defi-
nem os escravos madeirenses. Aqui nota-se a ausência dos escravos guanches, índios e indianos.
Tal ausência pode ser justificada, quanto aos primeiros, por deixarem de ter expressão a partir
de princípios do século XVI e os dois últimos por só surgirem com maior evidência, ainda que
numa dimensão reduzida, a partir de finais da centúria. Convém, todavia, referir que eles nunca
tiveram expressão nos registos documentais. Deste modo os três gmpos étnicos referenciados
por Giulio Landi são os que aparecem com maior peso nos documentos consultados. Aqui, mercê
das lacunas de documentação (107), estão identificados apenas 18%, o que representa um valor
muito reduzido. Destes 1% são mouriscos, 6% mulatos e 10% pretos.
A evolução ao longo das três centúrias em análise mostra algumas cambiantes de cada gmpo,
que importa aqui evidenciar.
Os mouriscos circunscrevem-se apenas a um momento definido do século XVI (1516-1582),
assumindo excepção o baptismo de um em 1639. Neste lapso de tempo destacam-se os anos 1539
a 1561 (gráfico n. 0 24). A limitação desde esta data prende-se, como vimos, com o paulatino
abandono das praças marroquinas.
A partir daí a composição étnica dos escravos resumir-se-á aos negros c mulatos, que sur-
gem com grande destaque nos actos sacramentais (baptismo, crisma, casamento e óbito).
Enquanto ao nível dos negros não é possível estabelecer uma curva regular da evolução, para
os mulatos são bastante evidentes três tendências altistas e dois momentos ascendentes, definidos
entre 1529 e 1620 (gráfico n. 0 25 e 26). É de realçar que este movimento contrasta com a evo-
lução anual do número de pretos e também do baptismo, onde vai buscar a origem. Assim,
de um modo geral, os mouriscos (84%) e mulatos (56%) surgem com maior evidência no
século XVI, enquanto os pretos (59%) dominam na centúria seguinte.
Que factores terão condicionado esta diversa evolução? A diminuição do número de mula-
tos no século XVII deverá ser resultado, por um lado da tendência endogâmica dos negros e,
por outro, do aumento da importação de escravos, manifesta no elevado número de adultos bap-
tizados e na queda da natalidade das escravas.
A expressão geográfica dos grupos étnicos também merece aqui referência (gráfico n. 0 28
e mapa n. 0 4). Em todas as situações a capitania do Funchal, dominando a principal área agrí-
cola e populacional, detém a supremacia, chegando mesmo a atingir, no caso dos mouriscos,
cerca de 99%. Destes apenas se encontra um na Ribeira da Janela, em 1515 (108), sendo os res-
tantes na maioria da freguesia da Sé no Funchal. A par disso na vastíssima área que compreende
a capitania do Funchal, é também mercante a tendência concentracionista no Funchal e arredo-
res, ficando as Partes do Fundo (espaço entre a Ribeira Brava e Calheta) com valores não supe-
riores a 11 %. De um modo geral a freguesia da Sé domina nos três gmpos étnicos com mais
de 70% dos negros e mulatos e 68% de mouriscos. A par disso esta freguesia com as demais
da cidade e arredores surgem com 68% dos mouriscos, 71% dos mulatos e 83% dos pretos.
No quadro da evolução anual mantém-se a tendência acima referida.
(106) «Descrição da ilha da Madeira• in A Madeira Vista por Estrangeiros, Funchal, 1981, 92.
(107) Chama-se a atenção para o elevado número de escravos, que surge sob a designação de Outros,
o que dá conta das omissões nestes documentos da sua origem étnica. Veja-se quadros n. 05 117-125.
(108) Veja-se quadro n. 0 124.
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(109) A esse respeito refere Jacques HEERS (Escravos e Servidtlo Doméstica na idade Média,
Lisboa, 1983, 81) que •nas gentes da igreja não manifestavam nenhuma repugnância em adquirir escravos. Esta
atitude testemunha uma perfeita conformidade social e responde a necessidades económicas e ímanceira.s»;
em 1525 o arcebispo de Sevilha era detentor de 100 escravos (José Luís CORTES LOPES, Los Origines de Úl escla-
vitud negra en Espafia, Madrid, 1988, 114).
(110) Manuel LOBO CABRERA, ibidem, 237-239, 308-309.
(111) A. FRANCO SILVA, La esckivitud en Sevilla ... , Sevilha, 1979, 277 e segs.
(112) V. M. GoDINHO, Os descobrimentos e a Economia Mwulial, IV, Lisboa, 1983, 198.
(113) R. HELLIE, Skivery in Russia. 1400-1702, Londres, 1982, 595.
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Quadro nQ. 34: RELAÇÃO ENTRE OS ESCRAVOS E O PATRIMÓNIO DO PROPRIETÁRIO
Quadro nQ, 35 ! NÜMERO DE ESCRAVOS POR PROPRIETÁRIO - secULOS
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XVI 132 82,5 20 12,5 !52 95 6 3. 7 I, J !60 100
XVII 194 17,8 47 28 241 19,2 24 14 ,I 20 272 100
TOTAL 329 75,6 67 1~4 396 91 30 6, 9 2 ,I .. 435
XV I I 2 22.2 2 100
XVI 135 83, j 22 1),6 157 96.9 3 I, 9 2 1.2 162 100
XVII 395 36,3 61 36,3 456 36 ,) 71 41,7 15 43 542 100
TOTAL 531 75,2 84 11,9 615 10,5 74 2,4 17 706
XV 2 2 22,2 2 100
XVI )9 78 ,I 10 2 49 98 I 2 50 100
XVII 171 15.7 28 16,6 199 15,8 28 16,5 8,6 230 100
TOTAL 212 75,2 38 13,5 250 88,7 29 10,5 I 282
XV I I 11,1 I 100
XVI 37 86 2 4, 7 39 90,7 2 4,7 4. 7 4) 100
XVII 118 10,8 17 10,1 135 10,7 18 10,6 8,6 !56 100
TOTAL 156 78 19 9,5 175 87,5 20 lO 2,5 200
XV
XVI 26 12,8 7,2 28 28 100
XVII 90 8,3 4. 2 97 7. 7 5 ,) 5. 7 108 100
TOTAL 116 85 ,) 6,6 125 9. 9 6,6 1,5 1)6
XV
XVI 19 10,5 I 4, 7 20 95,2 4,8 21 100
XVII 29 2. 7 3 1,8 32 2,5 4 ,I 5. 7 41 100
TOTAL 48 77,4 4 6,5 52 83,9 12.9 ) ,2 62
XV I I 11,1 I 100
XVI 8 80 20 10 10 100
XVII 28 2,6 1,8 JI 2. 5 4. 7 5. 7 41 100
TOTAL 37 71.2 9,6 42 80,8 15,4 3,8 52
XV
XVI 12 92,) 13 7,7 13 100
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TOTAL 29 87.9 )0 90,9 6 ,I 3 33
XV
XVI 8 8 8 100
XVII 21 I, 9 0,6 22 1.8 22 100
TOTAL 29 )0 )0
XV
XVI 3 3 3 100
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Grarico nQ. 32: NúMERO DE ESCRAVOS POR PROPRIETÁRIO
Um dos aspectos defmidores da escravatura é o número de escravos por proprietário (quadros
n.os 35-36). Também aqui a Madeira afasta-se do Novo Mundo, em que apenas um proprietá-
rio pode ser detentor de mais de duzentos escravos (114). Não obstante Gaspar Frutuoso (115) refe-
renciar que João Esmeralda era possuidor de setenta escravos, o máximo que conseguimos reunir
foi de vinte escravos de Ayres de Omelas e Vasconcelos (1556-1587), pai e filho (116). Aliás
DONO ESCRAVO
N. 0 ESCRAVOS
N.o % N.o %
+10 38 2 515 9
10 11 0,5 110 2
9 30 1,5 270 5
8 33 1,5 264 4
7 52 2,5 364 6
6 62 3 372 6
5 136 7 680 11
4 200 10 800 13
3 282 14 846 14
2 706 36 1412 23
1 435 22 435 7
TOTAL 1985 100 6068 100
Fonte: Quadros n. 05 144-148
a tendência é para um reduzido número de escravos por proprietário. Com um ou dois escravos
surgem 58% dos proprietários e com mais de cinco a percentagem não ultrapassa os 11%.
Todavia é de realçar a existência de um grupo importante com mais de dez escravos (2%).
Ele encontra-se, preferencia1mente, sediado no Funchal -no conjunto das duas freguesias
e comarca. A tendência é para a existência de cerca de 1 a 5 escravos por casal, caso que repre-
senta 89% do total.
Se compararmos estes valores com os disponíveis para Telde (117) no século XVI cons-
tata-se uma evolução semelhante, o mesmo já não sucede com a Rússia (11S) onde esta situação
assume proporção diversa. Assim, os proprietários com um escravo somam 33%, enquanto os
que têm mais de dez atingem os 10%.
1 a 2 1141-57 64-55
3 a 5 618-31 42-36
6 a 10 188-10 8 7
+10 38- 2 3- 3
(014) G. CARDOSO) Negro Slavery... , Washington, 1983, 26; C. A. PAlMER, Slaves ofthe White God,
Londres, 1976, 44; R. DUNN, Sugar and Slaves, New York, 1973, 69; V. M. GODINHO, ibidem, 202.
(015) Ob. cit., 124. Na documentação reunida em anexo (quadro n. 0 63) este proprietário surge repre-
sentado apenas com 14 escravos.
(016) Veja-se quadro n. 0 9.
(017) Manuel LoBO CABRERA, Ob. cit., 72.
(018) R. HEUlE, Ob. cit., 596.
150
NOME OBS. DATA MORADA ESC.
151
Outro aspecto a salientar neste contexto é a relação entre o escravo e o património do pro-
prietário (quadro n. 0 34). De acordo com a nossa investigação apenas foi possível estabelecê-la
para dez proprietários. Eles situam-se, maioritariamente, no século XVII pelo que as fazendas
são dominadas pelas vinhas. Apenas com João Rodrigues Mondragão se expressa a trilogia rural
madeirense- searas, vinhas e canaviais.
Um dos factos evidentes é a reduzida expressão do investimento em mão-de-obra escrava,
pois que este valor nunca ultrapassa os 5% do total do capital. Mais uma vez contrasta com o
sucedido no outro lado do Atlântico, onde ele sobe até os i8%, mas encontra similar valoração
nos Açores (119).
(119) Maria Olímpia da Rocha GIL, O arquipélago dos Açores no século XVII, Castelo Branco, 1979,
75, 168-170 e 196; idem, «Negócios de Bartolomeu Dias Couceiro na ilha Graciosa (2.a metade do século XVI)»,
in B.J.H.l.T. vol. XLV, t. II, 1987, 745-838.
152
O ESCRAVO E O TE~
1. O TEMPO
A medida do tempo para o escravo é estabelecida pelo senhor e a igreja: o primeiro surge
como resultado das exigências agrícolas, oficioais e caseiras, enquanto 'a segunda tem origem
no calendário litúrgico e resulta da sua actuação, de forma evidente, sobre o quotidiano definindo
os momentos de lazer e devoção. Deste modo o tempo do escravo é consequência da simbiose
entre o calendário religioso e o agrícola. Foi a partir daí que se determinou o momento para
amar, nascer, trabalhar e, até mesmo, para morrer.
O dia do escravo era de sol a sol, isto é, das matinas até às Avé-Marias. Fora deste período
ele não estava autorizado a circular na cidade ou meio rural. Tal como o estabelecido nas pos-
turas aquele que fosse encontrado a fazê-lo sujeitava-se à pena de açoites e o senhor ao paga-
mento de uma elevada coima (1). A postura surgiu na década de setenta do século XV com o
fim de estabelecer um travão à criminalidade e perdurou pelas centúrias seguintes (2).
Este não era o único condicionamento que merecia o dia à dia do escravo. A sua expressão
ao longo do ano de acordo com o calendário religioso baseava-se na necessidade de cumprir o
preceito de guardar os domingos e dias santos. Isto era obrigatório para todos os cristãos, escra-
vos ou livres. Os bispos insistiam, nas visitações ou sínodos, na obrigação de o escravo, como
cristão que era, estar presente aos actos litúrgicos do domingo e demais dias festivos (3). Desta
forma a monotonia do ritmo diário de trabalho era quebrada pelos domingos e festas religiosas
que se distribuíam ao longo do ano. Ao tempo de árdua labuta no campo, na oficina ou em casa,
associava-se a necessidade, primeiro do preceito religioso e, depois, do lazer.
A esta calendarização da vida religiosa juntava-se a da faina agrícola, delimitada por épo-
cas distintas: as sementeiras do início do ano, a que se sucediam as colheitas entre Março e Setem-
bro. Aqui é necessário ter em consideração que a faina agrícola, devido à orografia da ilha, à
forma da sua apresentação e produtos em uso, era árdua e ocupava quase todo o tempo ao
trabalhador e escravo (4).
153
......
UI
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[ - Baptismos 0 Casamentos O Obitos I
%
14
12
10
8
6
4
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JAN FEV MAR ABR MAl JUN JUL SET DEZ
SÉCULOS
N' % N' % N' % N' % N' % N' % N' % N' % N' % N' % N' % ' N' % N' %
B 231 9 240 10 287 11 264 11 289 11 154 6 133 5 185 7 207 8 195 8 166 7 164 7 2215 100
XVII c 12 13 16 17 3 3 9 10 8 8,: 14 15 5 5 6 6 7 7 4 4 9 9,5 2 2 95 100
o 19 8 14 6 24 10 18 7,5 26 11 22 9 27 11 13 5 11 4,: 23 lO 17 7 26 11 240 100
B 272 9 286 9 326 10 325 10 350 11 263 tl 243 8 218 7 246 8 235 7 207 7 205 6 3176 100
TOTAL c 18 9 36 17 11 5 23 11 21 10 24 11 13 6 15 7 9 4 11 5 23 11 tl 4 212 100'
o 22 9 16 7 25 10 18 7 27 11 22 9 27 11 13 5 11 4 23 9 17 7 27 11 248 100 I
~---
- -- - ~-
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- - -
-- - --
Fonte: Quadro nQ 69
......
~
Das referências a livres e a escravos poucos testemunhos restaram que definam claramente
como era o seu quotidiano. Daí resulta a necessidade de recurso a fontes indirectas, capazes
de nos prestarem tais informações. A presença dos escravos na igreja, testemunhada pelos regis-
tos paroquiais, a cumprir os preceitos sacramentais poderá ser um elemento denunciador desta
vivência quotidiana: a maior ou menor assiduidade, a materializar os enlaces matrimoniais, a
baptizar os recém-nascidos ou a enterrar e chorar os mortos, são os principais testemunhos que
restam deste ritmo de vida.
Foi com tal intenção que reunimos a presença dos escravos na igreja a cumprir os preceitos
sacramentais de acordo com o mês de concretização para podermos constatar as ligações pos-
síveis com as estações do ano e a faina agrícola.
A periodicidade de presença dos escravos aos actos de casar e amar (5) é resultado, por
um lado, das normas estatuídas pelos usos e costumes da sociedade e, por outro, da maior ou
menor disponibilidade de tempo na faina agrícola ou oficinal diárias. Daqui poderá resultar uma
relação directa entre os índices dos actos e o ritmo de trabalho. Caso isso não suceda, então
estaremos perante uma situação em que o escravo se encontra à margem do processo produtivo
ou em que actuem factores que nos são estranhos.
A morte, quando não assume a dimensão violenta ou se afirma como o resultado de uma
epidemia, poderá ser considerada também um elemento denunciador do intenso ritmo de traba-
lho, ou então das dificuldades no assegurar da subsistência.
Perante esta possibilidade, reveladora do quotidiano e ritmo atribuído ao tempo do escravo,
propusemo-nos abordar a questão, de acordo com a situação global da ilha, as particularidades
de ambas as capitanias e de algumas freguesias, em razão da ruralidade ou do número signifi-
cativo de dados disponíveis. No caso da capitania do Funchal, tendo em conta a existência de
um espaço urbano, perfeitamente delimitado, e de uma periferia agrícola, procurámos encarar
as diferenças entre ela e as restantes áreas.
A análise em separado da situação nas freguesias de ambas as capitanias da ilha e de algu-
mas das paróquias com dados mais significativos, oferecem-nos alguns traços particulares da evo-
lução. Tais especificidades resultam, necessariamente das condições sócio-económicas de cada
localidade, que estabelecem um ritmo de tempo diverso. No meio urbano, dominado pelo
Funchal, o dia à dia pulsa de modo diferente que no rural. Entretanto na capitania do Funchal,
que englobava no seu perímetro a melhor área agrícola da Madeira, a situação é obrigatoriamente
diferente da de Machico. Esta última é definida por uma extremada ruralidade e isolamento das
freguesias em relação à vila de que serve de sede. Certamente que as condições do meio con-
dicionaram um ritmo de vida diferente em ambas as capitanias, que merece aqui ser referenciado.
Na capitania do Funchal os baptismos surgem com maior assiduidade nos primeiros cinco
meses do ano, com particular evidência para a Primavera, No entanto a situação não é comum
às duas centúrias, pois enquanto na seiscentista se mantém uma perfeita identidade com a evo-
lução geral, para a quinhentista a curva evolutiva é diferente, sendo a alta atingida pelos meses
de Abril a Julho, com especial incidência nos dois finais, onde se chega a 17%. Se tivermos
em conta o mês de concepção, isto quererá dizer que os meses de Setembro e Outubro, no
século XVI e de Julho e Agosto, no XVII, foram os de maior actividade sexual das escravas.
Se estabelecermos outra comparação entre as duas capitanias constataremos o seguinte: no
Funchal a maior incidência dos baptismos e, consequentemente, dos nascimentos dos escravos
é nos meses de Fevereiro e Maio; em Machico têm lugar em dois momentos: Março a Maio e
Dezembro. Na primeira área, onde se torna fácil estabelecer uma diferenciação entre as fre-
guesias rurais e urbanas temos, em ambas as situações, um lugar relevante para os meses de Março
a Maio, variando todavia a ordem: nas rurais domina o mês de Maio, nas urbanas Abril.
(5) Aqui entendido com a relação sexual, daí que os meses assinalados no caso do baptismo são os da
concepção e não os do registo.
156
!STAÇ0ES DO ANO ANO AGRfCOLA
COLHEITAS TOTAL
StCULOS INVERNO PRIMAVERA VER XO OUTONO SEJC!NTURAS
AÇÚCAR CEREAIS VINHO
Ht Nt Ht Ht Nt Nt Nt
Nt
" H•
" " " " " " " "
8 2011 315 112 20 llfl 20 139 24 216 38 222 39 81 14 41 7 572 100
XVI
c 30 27 18 16 27 24 36 33 25 23 22 20 21 19 111 100
B ]30 27 590 22 557 21 290 30 730 27 803 30 361 14 231 9 2667 100
XVII
c 27 28 17 17 22 22 32 33 27 28 23 23 13 13 10 10 98 100
B 8315 29 702 22 1572 21 829 28 8415 29 1025 32 442 14 272 8 3239
TOTAL I
I
c 57 27 35 17 49 23 68 33 52 25 45 22 34 16 10 5 209
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158
Dentro do espaço rural escolhemos as freguesias do Estreito da Calheta e Ribeira Brava, pelo
número significativo de registos. Aqui é dominante a incidência no mês de Maio, sendo de refe-
renciar ainda o de Dezembro, em que se atinge nível semelhante ao da capitania de Machico.
A situação assumida pelo mês de Dezembro, que corresponde a uma concepção no período
pascal para a Ribeira Brava e freguesias da área de Machico, dá conta de que à Igreja faltavam
os meios necessários para estabelecer e manter com rigor a abstinência sexual. Apenas as fre-
guesias da área do Funchal, com especial relevo para as da Sé e São Pedro, os nubentes levaram
à risca o referido impedimento. Aqui é evidente um acentuado decréscimo em relação ao mês
de Novembro, enquanto nas outras a situação é inversa. A extremada ruralidade destas fregue-
sias a par do absentismo dos padres deverão ter propiciado a situação.
A partir das variações mensais dos valores disponíveis nos doze meses do ano constata-se
uma maior subjugação do escravo das freguesias rurais ao ritmo da Natureza. Na evolução dos
baptismos na capitania do Funchal, compreendendo as Partes do Fundo, apresenta uma maior
variação. Neste caso a influência negativa é atribuída pela faina agrícola dos meses de Fevereiro
e Novembro.
Em síntese poder-se-á afirmar, a partir da tendência expressa nos registos de baptismos,
que os meses de Abril a Agosto eram, por excelência, os do amor entre os escravos e das aven-
turas amorosas das escravas com os senhores ou estranhos. Esta euforia amorosa primaveril e
estival quebrava-se com a chegada do Outono e, deste modo, entre Setembro e Março consu-
mava-se uma parcial abstinência, que se acentuava nos meses de Fevereiro e Março em face das
cerimónias pascais. Em Machico esta abstinência era contrariada em Janeiro e Março, enquanto
na cidade do Funchal é no mês de Dezembro que isso acontece.
Segundo a igreja o coito só se tornava legítimo após o casamento, pois era este acto reli-
gioso que legalizava a relação. Tais ordens não contaram com a anuência dos senhores de escra-
vos, sendo, por isso, inúmeras as mães solteiras que aparecem a baptizar os filhos e poucos os
casamentos que envolvem escravos.
Os poucos casamentos de ou com escravos ocorrem com maior frequência nos meses de
Fevereiro e de Abril a Junho, sendo reduzidos nos meses de Julho a Outubro, Dezembro e Março.
Não obstante a igreja considerar «que em nenhum tempo he defeso casarem se as pessoas
por palavras de presente em face da igreja» (6) existiam recomendações no sentido da proibição
no período pascal. Deste modo a sua celebração deveria ocorrer «da primeira dominga do Advento
até à primeira dominga depois da Pascoa (... )» (1).
Estas últimas limitações impostas pela igreja eram cumpridas à risca. O mesmo não se
poderá dizer daquelas recomendações que poderiam esbarrar com o interesse do indivíduo e da
sociedade. Mesmo assim deparamo-nos com uma certa subjugação a estas normas estatuídas pela
estrutura religiosa, uma vez que o mês de Fevereiro é considerado o de mais casamentos, em
contraste com o mês seguinte. Apenas em Dezembro e Janeiro não se cumpre o preceituado.
Na capitania do Funchal, que englobava a quase totalidade dos registos, o movimento é
definido por uma curva ascendente nos primeiros seis meses do ano, tendência quebrada apenas
em Março, a que se segue um movimento inverso até ao fim do ano. Mas nas partes do Fundo
os meses de maior frequência são Agosto, Outubro e Novembro. Aí, na freguesia do Estreito
da Calheta apenas Outubro e Novembro atingem algum significado, sendo nulos em Junho.
A situação contrasta com a das freguesias urbanas do Funchal onde eles se concretizam com maior
assiduidade em Fevereiro e de Abril a Junho.
(6) Constituições Synodaes do Bispado do Funchal, Lisboa, 1585, tit. 10, constituição 4, p. 56.
(7) Jbidem. Idêntica recomendação ocorre nas constituições sinodais do Bispado de Angra (Edição de
Lisboa, 1560), veja-seM. Tavares, «Os Casamentos na Ribeira Grande durante o século XVI (1542-1600)» in
O Açores e o Atlântico. Séculos XIV-XVII, Angra do Heroísmo, 1984, 488-489.
159
-
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~~~~Machico 0 Funchal l
fa Registos
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12.1
10.1
8.1
6.1
JAN FEV MAR ABR MAl JUN JUL AGO SET OUT NOV DEZ
O recurso aos dois sacramentos supracitados era resultado de uma opção dos intervenien-
tes, enquanto a morte (com as consequentes cerimónias fúnebres) não dependia da vontade de
ninguém. Mas ontem, como hoje, podemos definir uma certa sazonalidade na afirmação mensal
da morte, que poderá resultar do ritmo de trabalho, da faina agrícola e condições meteorológicas.
A morte batia à porta do escravo com certa assiduidade nos meses de Dezembro a Julho
e quase os ignorava entre Agosto e Novembro, com a excepção do mês de Outubro: isto é, apa-
nhava os escravos desprevenidos no fim da Primavera (28%) e no início do Inverno (26%).
Esta tendência geral na ilha que tem plena expressão na capitania do Funchal. Em Machico
adquire outra forma, pois a morte do escravo ocorria mais nos meses de Maio e Julho e depois
em Dezembro. No Funchal, a morte chegava mais cedo à cidade que às Partes do Fundo: na
primeira morria-se em Janeiro, entre Março e Julho, Dezembro, enquanto na segunda tal acon-
tecia com maior frequência, por Novembro e Dezembro. Esta situação deverá ser encarada com
cautela uma vez que poderá resultar das inúmeras lacunas dos registos em causa.
O escravo morre e é atirado à cova precisamente no momento das sementeiras ou em que
faziam as primeiras colheitas, de cana-de-açúcar e cereal. Em Maio, Julho e Dezembro os sinos
do campanário da igreja dobravam a finados. A Primavera, que simbolizava o renascer da natu-
reza, é para o escravo o momento fúnebre e de despedida do convívio dos vivos (8).
Após a análise da evolução mensal da presença dos escravos nos registos paroquiais, importa
equacioná-Ia de acordo com as estações do ano e calendário agrícola. Aqui constata-se a pre-
ferência dos escravos para o casamento no Outono (33%) e Inverno (27%) pelo que daí terá resul-
tado uma maior actividade sexual nelas, que se repercutirá na natalidade do ano seguinte. Aqui
também, e de acordo com o período de gestação, a maior incidência é para as duas últimas estações
do ano. Terminadas as colheitas o escravo parece dispor de tempo disponível para casar e amar.
Depois disto importa saber qual a implicação que isso poderá assumir o calendário agrícola
no evoluir dos dois actos. Caso eles estejam comprometidos com a faina agrícola seria natural
que os casamentos tivessem lugar num momento de acalmia e não de intensa actividade. Os nuben-
tes preferem os meses aquém das sementeiras (Janeiro/Março) e das colheitas da cana-de-açúcar
(Maio/Junho), cereais (Julho/Agosto) e vinho (Setembro) para concretizar os casamentos.
Apenas se verifica uma coincidência com a safra do açúcar, devido a esta englobar um mês casa-
menteiro (Junho) ou, então, a situação poderá significar a pouca importância que a cultura assu-
mia na ilha no período de 1538 a 1700.
O açúcar entrou em crise na primeira metade do século XVI, em data anterior ao início
dos registos paroquiais. Talvez isso explique a razão de no século XVI o número de casamentos
ser menor que na centúria seguinte. Ela expressa-se de modo inverso em relação ao coito, que
dá lugar à procriação, que se afirma com maior clareza no século XVI. Todavia deverá ter-se
em conta que a maior actividade dos escravos em face da safra açucareira poderá ter um efeito
contrário, no sentido de que possibilitava um maior convívio social capaz de propiciar o rela-
cionamento sexual, legitimado pelo casamento.
É necessário não esquecer que a primeira metade do século XVII foi pautada pela reafir-
mação da cultura da cana-de-açúcar mas que isso não alterou em nada a conjuntura dos
(8) Situação idêntica sucede na Ribeira Grande em S. Miguel no global dos moradores; ver
M. A. TAVARES, «Os ribeiragrandenses e a morte durante a segunda metade do século XVI (1556-1600)» in.A.rqui-
pélago, Série História e Filosofia, vol. VII, n. 0 1, Ponta Delgada, 1985, 105-Hl6.
.161
11
?i
COLHEITAS
INVERNO PRIMAVERA VERÃO OUTONO SEMENTEIRAS TOTAL
StCULOS LOCALIDADE AÇÚCAR CEREAIS VINHO
B c B c B c B c B c B c B c B c B c
Funchal 99 60 84 71 76 38 16 57 94 66 102 58 63 30 15 12 274 166
XVI
Partes do Fundo 25 2 28 1 20 - 20 7 20 1 28 - 13 - 11 - 85 6
Funchal 510 49 587 36
XVII
495 20 363 23 581 40 603 29 282 13
.
101 6 1034 130
Partes do Fundo 67 2 71 4 46 8 48 11 71 3 59 10 38 8 18 - 207 22
Funchal 609 107 671 107 439 58 379 80 675 106 705 87 345 43 116 18 2156 296
TOTAL
Partes do Fundo 112 4 99 5 66 20 64 18 91 4 87 10 51 8 29 - 392 28
I
2. AS ACTIVIDADES
Era comum associar-se à escravatura dois tipos de actividade, de acordo com a afirmação
no meio rural ou urbano. Assim, no primeiro caso, estaríamos perante uma escravatura agrí-
cola, enquanto no segundo seria doméstica. Esta visão reducionista não colhe hoje adeptos, pois
as investigações realizadas, nas mais diversas localidades onde ela se implantou, revelam que
a intervenção económica do escravo era muito mais complexa. Todos dão conta da mobilidade
do escravo nas diversas actividades (11).
É evidente a presença do escravo quer nas actividades produtivas, quer nos serviços. Neste
último caso salienta-se em algumas áreas a presença nos serviços militar e público. Enquanto
a primeira se encontra documentada no mundo árabe, África Negra e Rússia, a segunda apenas
tem lugar nos países árabes, Rússia e Portugal (12). Todavia no último país existiam limitações
legais à sua presença na administração, mecanismo que nunca foi tido em conta (13).
A par disso o estudo da realidade sócio-profissional dos escravos no continente americano
(9) Englobando as paróquias do Arco da Calheta, Calheta, Campanário, Estreito da Calheta, Fajã da
Ovelha, Madalena do Mar, Paúl do Mar, Ponta do Pargo, Prazeres, Ribeira Brava, Serra de Água e Tabua.
(10) Manuel LoBO CABRERA, •La Población esclava de Las Palmas ... » inA.E.A., n. 0 30, 1984, 303-306.
(11) W. D. PHILLIPS JR, LA Esclavitud (... ), Madrid, 1989, 10-12, 108, 147, 186/188; G. IRWIN, Afri-
cans abroad, N. York, 1977, 73, 139. Em Portugal também sucede o mesmo como se poderá verificar pelos
seguintes estudos: Vitorino Magalhães GoDINHO, Os Descobrimentos e a Economia Mundial, IV, Lisboa, 1989,
198-201; 1. Romero de MAGAUIÃES, Para o Estudo do Algarve Económico durante o século XVI, Lisboa, 1970,
230; C. A. HAUSON, Economia e Sociedade no Portugal Barroco, Lisboa, 1986, 79.
(12) G. I. lRWIN, ibidem, 139; R. A. AUSTENS, The Tran-Saharan Slave trade (... ), New York, 1979,
51-57; I. B. KAKE, «O tráfico negreiro (... )», in O Tráfico de Escravos Negros nos Séculos XV-XIX, Lisboa,
1981, 220-221; Basil Davidson, Os Africanos, Lisboa, 1981, 231-235; Richard HElllE, Slavery i11 Russia.
1450-1725, Londres; 1982, 460-502; V. M. GoDINHO, ibidem, 200; W. D. Phillips Jr., ibidem, 185;
M. GoRDON, L'Esclavage da/IS lemo/Ide arabe Vllé-XXéme siecle, Paris, 1987, 20 e 71; José Luís CORTÊS LOPEZ,
Los orige/IS de la esclavitud Negra en Espal!a, Madrid, 1988, 113.
(13) V. M. GODINHO, ibidem, 200. Nos Açores, por exemplo, o juiz de fora de Ponta Delgada é auto-
rizado, em 1566, pela coroa a ter ao serviço um escravo com soldo (Arquivo dos Açores, vol. VII, p. 145).
163
revelou a sua vinculação a múltiplas actividades fora do âmbito agrícola, pois aí também
~ncontramos escravos como artesãos e domésticos (14). Mas o motivo desta condição social
prende-se mais com a safra do açúcar e mineração do que com os serviços ou actividades
artesanais. Os últimos sectores surgem com maior evidência no continente europeu, com espe-
cial destaque para a bacia mediterrânica.
É opinião corrente que a simbiose perfeita entre a escravatura e a agricultura, com especial
relevo para o cultivo da cana-de-açúcar, só se começou a esboçar no século XV com a expe-
riência madeirense, pois até então a utilização do escravo nestas tarefas, que surge já na Mesoptâmia
Zanzibar, Sudão e Sicília, não era plena e capaz de justificar o sistema (1 5). Aliás, no entender
de W. D. Philips Jr. (16), a ligação escravo/açúcar só tem lugar no Atlântico com o caso madei-
rense, sendo as situações do mundo cristão e islâmico esporádicas.
Aqui é necessário referenciar que a situação particular da Madeira merece alguns reparos,
pois a presença do escravo na safra açucareira não é tão dominante como à primeira vista possa
parecer. É certo que o escravo foi importante para o processo, mas também não se deverá esque-
cer a intervenção dos livres, assalariados ou arrendatários. As condições definidas pela oro-
grafia da ilha e o sistema de propriedade sobre ela implantado conduziram a esta peculiar
realidade (17).
O escravo em muitas sociedades, para além da função económica, também se afirmou pelo
·valor sumptuário, sendo em várias delas uma forma de distinção social (18). Na Madeira, a
exemplo das diversas áreas europeias, isto está testemunhado, como se poderá verificar na obra
de Gaspar Frutuoso. Diz ele a respeito de Machico: «havia muitas mulatas e muito bem tratadas
e de ricas vozes, que é sinal de antiga nobreza de seus moradores, porque em todas as casas gran-
des e ricas há esta multiplicação dos que as servem» (19). Entretanto na Lombada do Arco da
Calheta vivia Dona Isabel de Abreu, viúva de João Rodrigues de Noronha, filho do capitão do
Funchal, com duas fazendas «muito grossas», tendo ao serviço uma moura, como «privada
sua» (20).
A partir da crise da cultura da cana-de-açúcar o excesso de mão-de-obra escrava disponível
terá provocado uma mudança de sector de actividade e um aumento das alforrias. O escravo
transfere-se do campo para a cidade vindo alimentar o numeroso grupo de serviçais das casas
senhoriais e as oficinas. Mas é necessário ter em consideração que ao lado dos escravos para
o serviço da casa havia os livres, referenciados como criados (21)._ Deles, na condição de escra-
vos, apenas demos conta, para além dos acima citados, de um Miguel, negro, criado de
Maria Travassos (22) e de Bernardo, mulato, cozinheiro da sogra de Agostinho de Ornelas e
Vasconcelos (23).
Tal como o expressa Hans Sloane (24), em 1687 era hábito os madeirenses recorrerem
(14) James LocKHART, Spanish Peru. 1532-1560, Wisconsin, 1968, 182; R. MEUAFÉ, lntrodución de
la Esclavitud Negra in Chile, S. Chile, 1959, 148-156; M. ACOSTA SAIGNES, Vida de los Esc/avos negros en
Venezuela, La Alabana, 1978, 117 e 134; Jacob GORENDER, O Escravis17W Colonial, S. Paulo, 1980, 454-455.
(15) V. M. GODINHO, ob. cit., IV, 201; W. D. PlnLLIPS JR., ob. cit., 146, 186.
(16) Jbidem, 118, 146, 222-228.
(17) Jbidem, 225,226. Esta questão será abordada em capítulo separado.
(18) Esta opinião é corroborada por B. BENASSAR (Valladolid au siikle d'or (... ), Paris, 1987) e Vito-
rino Magalhães GoDINHO (ibidem, 198-201), sendo o primeiro criticado por Luís FERNANDEZ MARTIN
(Comediantes, esc/avos y 17Wuriscos en Valladolid. Siglos XVI y XVII, Valladolid, 1988, 129.
(19) livro primeiro das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1979, 103.
(20) Jbidem, 260.
(21) Eles surgem com assídua frequência nos registos de crismas da freguesia da Sé, A.N.T.T., CabitúJ
e Sé do Funchal, n. 0 36.
(22) A.R.M., J.R.C., tombo, fls. 123-126vo., testamento de 16 de Maio de 1597.
(23) A.R.M., Capelas-Inventários, ex. n. 0 40, n. 0 1095, inventário de 7 de Maio de 1739.
(24) cVoyage to the islands ( ... )•. in A Madeira Vista por Estrangeiros, Funchal, 1981, 60.
164
aos negros como criados. O usufruto que faziam dos seus serviços as principais famílas, foi geral
nesta centúria. Em 1698 nas recomendações dadas ao capitão e Governador Geral da ilha,
D. António Jorge de Mello, quando veio tomar conta do cargo, estabelecia-se a existência, de
entre os criados, de «hum negro que leve a alcatifa e a cadeira» (25).
O serviço doméstico era por norma uma atribuição dos escravos do sexo feminino, pois
os do masculino ocupavam-se nas tarefas agrícolas, artesanais ou, então, serviam como homens
de soldada ao serviço de outrem. A par disso à mulher estavam ainda reservadas outras tarefas,
surgindo vendedeiras de fruta e lavadeiras. Note-se que nos países árabes os escravos eram uti-
lizados nesta situação, sendo comum o seu uso como vendedores de bebidas alcoólicas, ofício
que o Islão lhes vedava (26).
O exercício da actividade de venda de produtos agrícolas no mercado local pelos escravos
estava sujeito a inúmeras regulamentações, limitativas do exercício doloso. Eles só poderiam
vender os produtos do senhor mediante ordem expressa do mesmo (21). Entretanto em 1664 (28)
a Câmara do Funchal fez erguer no terreiro de S. Sebastião umas cabanas para as pretas ven-
derem os produtos dos senhores, mas em 1683 (29) a mesma vereação ordenava que as referidas
pretas e mulatas não podiam ser vendedeiras, por causa dos muitos roubos que isso gerava,
dizia-se que algumas delas roubavam aos seus proprietários os produtos para depois com esse
dinheiro comprarem a liberdade.
Os escravos do sexo masculino exerciam diversas tarefas nos mais variados sectores de
actividade. Eles tanto poderiam ser artesãos como agricultores, almocreves e homens de
soldada. A última situação é descrita na Madeira por Giulio Landi, em 1536: «( ... ) a plebe da
Madeira é um pouco mais livre que a de Portugal, pois não se dedicam tanto a ofícios mecânicos
e a trabalhos vis, pois os escravos, na maior parte, pedem para fazer estes trabalhos e tudo o que
ganham é a benefício do patrão,. (30). Ao contrário do que sucedia em Sevilha (31), onde os escra-
vos de soldada viviam em casa à parte, no Funchal era obrigatório, desde 1481, que os mesmos
se recolhessem todos os dias nas casas dos senhores, não podendo, por isso, ter casa própria (32).
O livro de despesa da construção da alfândega do Funchal, em 1515 (33) dá-nos conta da
presença de alguns escravos nas obras, como carregadores ou na execução de outras tarefas.
Aí surgem dez escravos no carreto do tabuado do calhau e outro que ajudou a meter e armar
a telha. Recebiam diariamente o salário de 45 reais, o mesmo que era atribuído aos demais
servidores livres, não especializados.
Noutro lado deparam-nos com um contencioso entre Francisco Ferraz e Francisco Moreira,
por uma dívida ao primeiro, de soldada de escravos e de aluguer de umas casas, que o devedor
pagou com três escravos, que haviam já conseguido a sua alforria (34). É de salientar que a prá-
tica de aluguer da mão-de-obra escrava não era inédita pois tinha já lugar no continente europeu,
passando depois às ilhas Canárias e ao mundo americano (35).
(25) Documentos para a História das Capitanias da Madeira, Lisboa, 1930, 24.
(26) S. Cusson, The Barbary Slaves, Londres, 1977; E. G. FRIEDMAN, Spanish Captives in North
Africa... , Londres, 1983, 60.
(27) Em anexo, posturas do Funchal.
(28) A.R.M., C.M.F., n. 0 1334, fls. ?vo.-8, 26 de Janeiro.
(29) Ibidem, n. 0 1337, fl. 7vo., 17 de Fevereiro.
(30) «Descrição da ilha da Madeira•, in A Madeira Vista Por Estrangeiros, Funchal, 1981, 97.
(31) R. PIKE, •Sevillian society in the sixteenth century. Slaves and freedman•, in Hispanic American
Historical Review, 41 (1967), 344-359.
(32) A.R.M., C.M.F., n. 0 1297, vereação de 27 de Outubro.
(33) José Pereira da COSTA, A Construçilo da Alfândega Nova do Funchal, Lisboa, 1978, sep. da Junta
de Investigação Científica do Ultramar-CXII, 15-20.
(34) A.R.M., Misericórdia do Funchal, n. 0 40, fls. 65-83, 23 de Julho de 1604.
(35) V. M. GODINHO, ob. cit., IV, 201; L. M. DIAZ SOLER, História de la Esc/avitud en Puerto Rico,
Puerto Rico, 1974, 158; A. J. R. RUSSELL-WOOD, The Black Man in Slavery and Freedom in Colonial Bra:âl,
165
Os senhores usavam também os escravos para os substituírem no serviço de constru-
ção das fortificações, a que todo o cidadão deveria participar com um dia de trabalho. Numa
carta do Duque, de 1493 (36), sobre a construção da cerca e muro do Funchal, recomen-
dava-se que todos os vizinhos da vila, incluindo homens de soldada e escravos, deveriam
colaborar nela e que os fidalgos, cavaleiros eram dela escusas, tendo no entanto que dar
«toda sua gente e escravos pera servirem na·dita obra». Todavia em 1567 (3 7) o rei ordenava
a Mateus Fernandes, fortificador e mestre de obras enviado à Madeira, que só aceitasse nas
obras os escravos que fossem oficiais de pedreiro ou carpinteiro. Mais tarde, em 1644 (38),
o monarca estabelecia que nenhum escravo fosse admitido nas obras de fortificação. Isto
contrasta com o que se passava na ilha de S. Jorge onde os escravos surgem, entre 1620 e 1675,
neste serviço (39).
A proibição do serviço de mão-de-obra escrava nas obras de fortificação da Madeira poderá
ser entendida como uma medida restritiva, resultante do perigo que os mesmos ofereciam, ou
então, de combate ao absentismo dos proprietários. Não obstante em muitos locais os escravos
terem sido o suporte da defesa, aqui parece-nos, pelo temor espelhado nas posturas e por estas
leis, que a sociedade procurava afastá-los deste serviço. Apenas uma vez é referenciado por Pedro
Florença (40), do Arco da Calheta, o uso de escravos na defesa da costa contra os corsários.-Fora
disso, Gaspar Frutuoso (41) dá conta que Tristão Vaz da Veiga, nas actividades bélicas na India,
utilizou escravos, mas nunca o terá feito na ilha.
Estas actividades pouco pesaram na necessidade inicial da mão-de-obra escrava, uma vez
que o seu aparecimento na ilha se liga de modo directo com a pastorícia (42) e agricultura.
A safra açucareira, por um lado, a vivência pastoril dos canários (43), por outro, fizeram com
que eles, os primeiros escravos na ilha, se evidenciassem como pastores, agricultores, técnicos
e nos serviços de engenho. A documentação, como vimos, é prenhe em referências a esta múl-
tipla intervenção dos escravos na economia madeirense. Dos demais, para além daqueles que
referenciamos em separado, na safra do açúcar, apenas identificamos cinco com ofício, sendo
dois almocreves, um alfaiate, um surrador e uma vendedeira (4 4).
A par disso a actividade declarada para os libertos (45) poderá elucidar-nos sobre a que
exerciam quando escravos, caso a alteração de estatuto social não conduzisse a qualquer mudança.
Oxford, 1982, 34-35; W. L. SHERMAN, Forced Native Labor in Sixteenth Century Central America, Londres,
1979, 208-212; V. GRAUILERA SANZ, La Esclavitud en Valladolid (... ),Valência, 1978, 171-173; José Luís COR-
TÉS LoPEZ, ob. cit., 130-132; Pedro MARTINEZ GAUNOO, Protocolos de Rodrigo Fernandez (1520-1526), pri-
meira parte, La Laguna, 1988, 106-107.
(36) A.R.M., C.M.F., t. 1, fls. 186-189, in A.H.M., XVI (1973), n. 0 169, pp. 284-288.
(37) Ibidem, t. III, fls. 142vo., regimento de 14 de Março de 1567.
(38) A. A. SARMENTO, Documentos & Notas sobre a 'Epoca de D. João IV, Lisboa, S. D. (1940),
P. XXXVIII; alvará de 20 de Agosto referenciado pelo autor.
(39) António dos Santos PEREIRA, A Ilha de S. Jorge (Séculos XV-XVII), Ponta Delgada, 1987, 65. Na
Mina o rei havia recomendado em 1548 (Monumenta Missionária Africana, II, Lisboa, 1953, n. 0 72,
pp. 191-193) ao capitão da feitoria que substituísse os trabalhadores negros por escravos.
(40) A.R.M., Capelas-Inventários, ex. 2, n. 0 27, 20 de Julho de 1630.
(41) Ob. cit., 168-170, 176.
(42) Na ilha do Pico (Açores) os escravos não podiam ser pastores, Arquivo dos Açores, XII, 404-445,
alvará de 3 de Junho de 1511.
(43) Sobre as actividades pastoris dos escravos é extensa a bibliografia em Canárias: Manuel LoBO
CABRERA, La Esclavitud en Las Canarias Orientales (... ), 239; idem, •Los galegos enCanarias( ... )», 217; idem,
•Los Indígenas trás de la conquista ( ... )», 241-243; Eduardo AZNAR VAll.EJO, La Integración de las is las Cana-_
rias en/a Corona de Castilla, La Laguna, 1983, 200-204; Manuela MARRERO, La Esclavitud en Tenerife (... ),
Santa Cruz de Tenerife, 1968, 93-109.
(44) A.R.M., Câmara Mw1icipal de Machico, n. 0 109, 86 vo., 9 de Maio de 1696, João de Castro, almo-
creve do capitão Manuel Barbosa; quadro n. 0 141, em anexo.
(45) Questão tratada no capítulo ·O Caminho para a Liberdade».
166
Aqui, para além do grupo comprometido com a safra do açúcar, surge uma multidão sem acti-
vidade determinada, vivendo na maioria na condição de domésticos, assumindo especial
importância, no último domínio, os do sexo feminino. Os libertos com um ofício surgem com
maior frequência no Funchal, sendo quase nulos nas freguesias rurais.
No caso dos escravos do sexo masculino, o relacionamento através do casamento com os
diversos homens habilitados com um ofício, poderá ser um indício caracterizador da situação
sócio-profissional (46). Neste caso o relacionamento preferencial é com os trabalhadores, aliás
já testemunhado pelas posturas: do total de setenta e sete enlaces matrimoniais, trinta e dois foram
com trabalhadores, nove com homens do mar, sete com almocreves, quatro com tanoeiros e sapa-
teiros e três com lavradores.
Outro dado que poderá, ainda, apontar-se no sentido de uma possível identificação sócio-
-profissional do escravo é o ofício do proprietário, pois segundo A. Franco Silva (47), por dele
se conhece o do escravo. Mais uma vez se evidencia o carácter sumptuário do escravo, pois
os donos situam-se maioritariamente no sector de serviços (82% ), pelo que o escravo estaria ligado
aos serviços não produtivos da casa dos membros do clero (24%), dos oficiais das companhias
de ordenanças (19%) e dos funcionários das instituições régias e locais (16%). Também aqui
caso o grupo de agricultores (3%) é reduzido. Mas não se deverá esquecer que a informação
trabalhada surge preferencialmente a partir de meados do século XVI, momento em que o açúcar
deixa de ter importância na agricultura e comércio madeirenses.
O escravo, perante esta conjuntura de transformação do sistema de propriedade e culturas
dominantes, alheia-se do sector produtivo, passando a reforçar o grupo de serviçais das prin-
cipais famílias, tal como o testemunham alguns estrangeiros que nos visi~aram (48).
167
O ESCRAVO E O AÇÚCAR
(1) Cultura e opulência do Brasil por suas drogas e minas (... ), Lisboa, 1711, cap. IX, p. 22.
(2) The History of Sugar, vol. II, Londres, 1950, 259-289. ·
(3) «De la Civilization Médievale italienne du Levant à l"Expansion ibérique continentale et insulaire.
Analyse d'un transfert economique, technologique et culturel>•, in Studia, n. 0 46, Lisboa, 1987, 193-222; Del
Mediterraneo al Atlântico, Contributi di Storia Ec0110mica, Prato, 1973, 25-51. Aqui apenas são citados ostra-
balhos mais recentes. Para mais informações consulte-se na bibliografia as obras deste autor.
(4) Escravos e Servidão doméstica, Lisboa, 1983, 111-113.
(5) O Mediterrâneo e o Mundo Mediterrânico (... ), vol. I, Lisboa, 1983, 178.
(6) El Moderno Sistema Mundial (... ), vol. I, Madrid, 1979, 60-61, 122-125.
(7) Sweetness and Power (... ), New York, 1986, 32.
(8) Slavery (... ), Manchester, 1985, 67, 76-80, 93.
(9) «Plantations, sugar cane and slavery• in Roots and Branches: Current Directions üz Slave Studies,
Historical Reflections, T. VI, n. 0 1, 1979, 85-119.
(10) Ob. cit., p. 122.
(11) W. D. Phillips, /bidem, 76-80. Todavia Yoro Fali (•Escravatura, Servidão e reconquista•, in
Portugal no Mundo, I, Lisboa, 1989, 303-4) é de opinião diferente.
(12) Conforme o defme R. SCHERIDAN «The Plantation was an absolutley un precedented social, eco-
nomic and politicai institution in the organization of agriculture•, citado por S. MINTZ, Sugar and Society in the
Caribbean, New Haven, 1970, XIV. Confronte-se Max WEBER, História Económica e Social, México, 1974.
(13) S. W. MlNTZ, Sweetness and Power, New York 1986, 50-51; S. M. GREENFIELD «Madeira and the
beginings of sugar cultivation and plantalion slavers• in Comparative perspectives on New World Plwztation Socie-
ties, New York, 1979, 236-252; idem •As ilhas da Madeira e de Cabo Verde: rumo a uma sociologia comparativa
de diferenciação colonial•, in // Colóquio Internacional de História da Madeira, Funchal, 1989.
169
De acordo com este enquadramento geral estabelecido pela historiografia europeia e ame-
ricana ficou defmido que a estrutura fundiária madeirense, nos séculos XV e XVI, era resultado
disso. Aqui, ao pretender afirmar-se que a cultura açucareira não admitia no seu seio mais que
mão-de-obra escrava e que todo o processo assentava na força dos escravos, estava a dar-se uma
perspectiva reducionista da força de trabalho na ilha. A opinião conquistou inclusive alguns adep-
tos na historiografia madeirense, de modo que se fazia coincidir a mancha da escravatura com
a das áreas de maior colheita de açúcar (14).
É de salientar que todos aqueles que defendem a ideia, para o caso da Madeira, partiram
desta suposição, considerada como irrefutável certeza, e ninguém ousou analisar de forma pre-
cisa a estrutura fundiária madeirense, procurando o fundamento disso na documentação.
Para que se atribua à caracterização sócio-económica da Madeira no século XV o binómio
escravo/açúcar, é necessário ter em conta a importância assumida pela escravatura, por um lado,
e a cultura da cana-de-açúcar com a correspondente estrutura fundiária que lhe serviu de suporte,
por outro. Foi isso que ninguém ousou fazer até ao momento e que nós procuraremos apre-
sentar aqui.
A Madeira mercê da configuração geográfica foi definida por uma paisagem agrária espe-
cífica, assente.em múltiplas peculiaridades. O excessivo parcelamento das áreas agrícolas (poios),
única forma. de aproveitamento do solo arável disponível, e a sua ampla disseminação na vertente
sul e norte, condicionaram o sistema de arroteamento e de posse das terras. As grandes e iniciais
concessões de terreno foram-se dividindo de acordo com o progresso da população e as expe-
riências agrícolas. A primeira exploração extensiva deu lugar ao aproveitamento intensivo do
solo, baseada nos inúmeros pois construídos pelos proprietários, arrendatários ou meeiros. Deste
modo é difícil, senão impossível, falarmos da grande propriedade de canaviais, se nos situamos
ao mesmo nível do mundo americano. Por outro lado no caso americano uma plantação de cana-
viais encontra-se quase que indissociavelmente ligada a um complexo industrial - o engenho- para
a sua transformação, o que não sucede na Madeira. Deste modo, também, a escravatura deverá
ter assumido uma dimensão diferente ... ·
A pouca documentação disponível impede-nos de avaliar a verdadeira dimensão da escra-
vawra nesta cultura. Note-se que no século XV a referência aos escravos é escassa. Eles só
ganharam expressão documental nas centúrias seguintes. Por outro lado, a agricultura madei-
rense é alvo de inúmeras transformações que afectaram a afirmação dos produtos, a estrutura
fundiária e, também, a intervenção da força de trabalho. Esta realidade deveria merecer um estudo
mais demorado antes de nos determos em considerados apriorísticos. E, finalmente, é de salien-
tar que a faina agrícola ganha forma diversa de acordo com os prodtúos e espaços que a domi-
nam. Assim a cultura dos canaviais ou da vinha tinham implicações sociais diversas.
No caso da exploração agrícola madeirense torna-se necessário distinguir dois grupos de
proprietários: aqueles que haviam entregue as terras a foreiros ou arrendatários e dos proprie-
tários plenos. Esta forma de dupla posse da terra marcou de modo evidente a actividade agrícola
e favoreceu o aparecimento e afirmação do contrato de colonia (15), a partir de finais do
século XVI. Por outro lado a extensão reduzida dos canaviais não obrigava à existência de um
engenho para a transformação da cana. No início os engenhos de moer cana foram um dos pri-
(14) Eduardo PEREIRA, Ilhas de Zargo, II, Funchal, 1968, 180; V. M. GoDINHO, Os descob~imentos tUJ
Economia MUIIdial, IV, Lisboa, 1983, 181-201.
(15) É múltipla a produção historiográfica madeirense sobre o contrato de colonia, todavia o tema ainda
carece de um estudo histórico aprofundado, pois a maioria das publicações disponíveis enquadram-se num pro-
cesso de confronto político; veja-se Fernando Augusto da SILVA, «Colonia, Contrato de» in Elucidário
Madeirense, I, Funchal, 1978, 278-279. A mais recente abordagem, que tem o mérito de se fundamentar na
pesquisa documental, é de João José Abreu de SOUSA, «Notas de História da Madeira. A Colonia» in Diário
de Not{cias, 1 de Julho (p. 6) e 6Julho (p. 16) de 1980; idem, «O Convento de Santa Clara do Funchal. Contratos
agrícolas século XV a XIX» in.At/ântico, n. 0 16, Funchal, 1988, 294-303.
170
vilégios dos capitães do donatário e só a muito mais tarde começaram a surgir engenhos de par-
ticulares. Deste modo a posição dos escravos na estrutura agrária madeirense deverá ser
equacionada de acordo com esta estrutura e processo evolutivo do sistema de propriedade na ilha.
Se é certo que na exploração directa ou no arrendamento se estabelece uma posição clara para
o escravo, o mesmo não se poderá dizer com o contrato de colonia.
A par disso as condições orográficas da ilha condicionaram uma diversa afirmação do
sistema de propriedade na cultura açucareira. Diferenciavam-se os canaviais do número de pro-
prietários e dos engenhos. A posse dele só tem lugar com os mais importantes proprietários da
ilha, na maioria vivendo de foros e arrendamentos (16). Note-se ainda, quanto ao sistema de pro-
priedade, que em 1494 já se tinha generalizado o sistema de arrendamentos, pois no estimo da
produção da capitania do Funchal, para este ano, 21% dos canaviais estavam em poder de arren-
datários, sendo 31% em Câmara de Lobos (11). Eles tinham um papel importante na cultura pois
representavam 17% do total do açúcar. '
A generalização do aforamento de terras terá ocorrido nas últimas décadas no século XV.
O primeiro documento de aforamento conhecido data de 1484, quando Constança Rodrigues afo- -
rou a João da Cunha uma terra em Santa Catarina por 5.000 rs de foro anual (18). A documen-
tação das Misericórdias da Calheta e do Funchal, para o peóodo de 1493-1617, dá-nos conta
de inúmeros contratos deste tipo (19). Sendo assim na análise da escravatura e do seu papel na
agricultura madeirense deverá ter-se em conta as mutações evidentes na estrutura fundiária.
Perante isto ocorre perguntar qual a posição assumida pelo escravo na estrutura agrícola
madeirense. A resposta cabal à pergunta só seria possível se as fontes documentais apresentas-
sem dados mais elucidativos e coincidentes em termos cronológicos. Lamentavelmente as refe-
rências mais completas sobre os escravos surgem a partir de meados do século XVI,
precisamente na época de crise da cultura açucareira.
Confrontados os dados da produção e proprietários de canaviais, no peóodo de 1509 a 153 7,
com os dos escravos nesta centúria constata-se uma assimetria entre as principais áreas produ-
toras de açúcar (Partes do Fundo) e o número de escravos. O Funchal, que se apresentava com
apenas 32% dos proprietários de canaviais e 26% da produção de açúcar, evidencia-se como a
área de maior expressão de escravos e do número de proprietários. Numa análise das diversas
comarcas da capitania do Funchal (Funchal, Ribeira Brava, Ponta do Sol e Calheta) e da de Machico,
esta assimetria torna-se mais evidente. Aqui a única concordância possível é na comparação entre
ambas as capitanias: no Funchal, principal área produtora de açúcar, com mais de 2/3 dele tem
também o maior número de escravos e de famílias que usufruíram do seu trabalho.
Para o século XV as referências aos escravos são apenas no Funchal e Ponta do Sol, quando
a maior prcdução de açúcar, de acordo com o estimo de 1494, se situava na área definida pelas
«Partes do Fundo», em que se enquadrava a última localidade. Ainda nesta centúria é possível
estabelecer um paralelo entre as quatro comarcas do Funchal. A área da cidade e arredores con-
tinua a afirmar-se como a principal detentora de escravos (81 %). Era aqui que se encontrava
o maior número de engenhos, que laboravam 26% do açúcar produzido na ilha, o que
poderá ser indício de uma forte vinculação ao escravo. A comarca da Calheta era a principal
(16) Para o período de 1474 a 1537 contabilizamos 729 proprietários de canaviais, enquanto o número
de engenhos conhecidos é de apenas 53, datados entre 1452 e 1645 (quadro n. 0 185). Em 1494, no estimo da
produção dos 233 proprietários, apresentam-se 80.451 arrobas de açúcar para apenas quatro engenhos. Con-
fronte-se nosso estudo sobre •O Regime de propriedade na Madeira. O caso do açúcar (1500-1537• in .Actas
do I Colóquio Internacional de História da Madeira, Funchal, 1989.
(17) Alberto VIEIRA, ibidem; Virgínia RAu e Jorge de MACEOO, O açúcar da Madeira fiOS fins do
século XV. Problemas da produçilo e comércio, Funchal, 1962. Aqui destaca-se Rui Gonçalves da Câmara,
com canaviais no Funchal e Ponta do Sol entregues a 3 arrendatários e que produziram 2.950 arrobas.
(18) Descobrimentos Portugueses , Lisboa, vol. III, n. 0 384.
(19) Veja-se o quadro n. 0 136.
171
CAPITANIA DO FUNCHAL CAPITANIA
TOTAL
FUNCHAL P. FUNDO TOTAL MACHICO
~
H NQ 126 214 340 55 395
~
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NQ 17863 40739,5 58602,5 9409,5 68012
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NQ 4784 622 5406 677 6083 (3)
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~
,§ % 78,7 10,2 88,9 11' 1 100
z
172
área produtora (28%) de açúcar, apresentando no seu peómetro um número razoável de
engenhos (22%). Ao invés, era reduzido o número de proprietários de canaviais (10%) e de
escravos (7%).
Quando estabelecemos uma comparação entre o número de proprietários de escravos e o
de canaviais verificamos que em todas as áreas o primeiro grupo é superior ao segundo. Este
facto poderá ser considerado um indicativo seguro de que nem todos os proprietários de escravos
se dedicavam à safra açucareira. A diferença entre os dois grupos é mais acentuada no Funchal,
onde o número de proprietários de escravos é três vezes superior ao de canaviais. Nas «Partes
do Fundo» ela não ultrapassava o dobro, no século XVI, e nas comarcas da Calheta, Ponta do
Sol e capitania de Machico apresentava valor inferior.
Se compararmos o número de escravos com o dos proprietár~os de canaviais e engenhos
de açúcar, deparamo-nos com a mesma situação. Enquanto no século XV esta proporção é dimi-
nuta, na centúria seguinte, excepto em Ponta do Sol e Machico, atinge valores elavados, sendo
a média no Funchal de dez escravos por proprietário, quatro na Ribeira Brava e três na Calheta.
De acordo com o açúcar arrecadado, no século XVI, caberia a cada escravo o seguinte número
de arrobas:
Funchal ................................................. .. 13,5
Ribeira Brava .......................................... . 92
Ponta do Sol ............................................ . 400,5
Calheta ................................................. .. 223,5
Machico ................................................ .. 159,4
Estes valores estão muito aquém da média estabelecida para as Antilhas e Brasil (20). Será
isto demonstrativo de que não é tão evidente na Madeira a relação entre o escravo e o açúcar?
Pode-se chegar à mesma conclusão quando comparamos os escravos com o número de enge-
llhos na ilha. Enquanto nas Antilhas e América do Sul o valor por engenho oscila entre os 800
e 100 (21), aqui, no global, não ultrapassaria os 30, sendo a média mais elevada no Funchal (com
77 escravos) e Ribeira Brava (com 24 escravos). É de salientar, ainda, que, no total dos 46 pro-
prietários de engenhos, apenas 16 são detentores de escravos (22). Aqui o número mais elevado
de escravos não ultrapassava os 14 apresentados por João Esmeraldo na fazenda da Lombada
da Ponta do Sol. Na maioria (63%) os valores ficam-se por 5 escravos. Tendo em-ronta o número
mínimo de mão-de-obra imprescindível para a laboração de um engenho, seremos forçados a afir-
mar que a grande força de trabalho que animava os engenhos não era escrava, mas sim livre.
É necessário ter em conta que este número de escravos aqui referenciado para João Esme-
raldo tem como base as disposições testamentárias de 1522 (23). Esta informação não combina
com outra fornecida por Gaspar Frutuoso (24), que fala da posse de oitenta escravos para uma
fazenda que produzia vinte mil arrobas de açúcar, o que daria uma média por escravo de
250 arrobas. Serão eles o testemunho da época aurea da sua safra, em princípios da centúria
(20) No Brasil a média de produção de açúcar por escravo era de 50 a 60 arrobas, enquanto nas Anti-
lhas, em geral, era de 64 (H. G. Amorim PARREIRA, «História do Açúcar em Portugal» in Anais, III, T. I, Lis-
boa, 1952, 152), sendo nas francesas de 750 arrobas (G. MATIN, Histoire de l'Esclavage, Paris, 1948, 122) e
na Jamaica, no século XVIII era de 250 arrobas (M. CRATON, Sinews of Empire (... ), Londres, 1974).
(21) De acordo com Luís M. DlAZ SOLER (História de la esclavitud negra em Puerto Rico, Rio Pedras,
1965, 155) um engenho de água para laborar necessitava de 37 escravos, entretanto Cirio F. CAROOSO (Negro
Slavery (... ),Washington, 1983) refere que um engenho idêntico em Vera Cruz necessitava de 80 a 100 escravos,
e para o Brasil Eduardo Correia LoPES (.A. escravatura (. .. ),Lisboa, 1944, 112) apresenta o número de 100 escra-
vos para a laboração de cada engenho.
(22) Veja-se quadro n. 0 134.
(23) A.R.M., J.R.C., fls. 321 vo-321, 22 de Junho, contrato de partilhas.
(24) Oh. cit., 124. .
173
-
~
COMARCAS
SÉCULO XV
ETN TOTAL
SÉCULO XVI
ETN TOTAL
SECULO XVII
ETN TOTAL
PROPRIETARIOS ESCRAVOS
SÉCULO XVI
ESC ESC ESC
E E E
FOR
N• %
FOR
N• %
FOR N• % N• % N• % N• % N• % N• % N• % N• %
FUNCHAL 11 2 13 943 375 1318 80,9 3841 280 4121 75,4 431 86,6 866 69,7 132 57 126 47 17 37 16545 20 17863 26
TOTAL 12 2 14 1235 395 1630 100 P30, .337 5467 100. 498 100 1243 100 233 100 269 100 46 100 8345 100 6801 100
Fonte: Quadros n2 7 a 61; Alberto Vieira, "O Regime de Propriedade na Madeira 1509-1537", in Actas do I Colóquio Internacional de
História da Madeira (Funchal, 1986)
1) em arr.obas de açucar
Quadro nQ. 42: RELAÇÃO ENTRE OS ESCRAVOS E A PRODUÇÃO DE AÇÚCAR
quinhentista? ,Na verdade eles são já consentâneos com a média de escravos necessária à acti-
vidade dos engenhos.
É necessário lembrar, ainda, que as condições de afirmação da escravatura e açúcar nas
ilhas do Mediterrâneo Atlântico, as Antilhas e Brasil foram diferentes pelo que à comparação
se deve atribuir apenas um marco referencial.
Por fim refira-se que na Madeira é evidente uma forte incidência da escravatura no meio
urbano, relacionada cornos serviços e ofícios, o que condiciona o baixo nível de arrobas de
açúcar por escravo. Por tudo isto não será despropósito afirmar que a situação evidenciada pela
escravatura madeirense, neste momento, não resultou apenas como da cultura da cana de açúcar,
que influenciou a estrutura económica da ilha nos séculos XV e XVI.
Os dados disponibilizados pela investigação levam-nos a concluir o seguinte: num total 502
produtores de açúcar apenas 78 (15,5%) são possuidores de escravos (25). A comparação do
número de escravos, que estes possuem, com o número de arrobas de açúcar dos canaviais apre-
senta, igualmente, valores dispares, pelo que estaremos perante uma prova evidente da inter-
venção do trabalho livre: a média oscila entre 10 e 1329,5 arrobas por escravo (26). Por outro
lado os proprietários com maior qúmero de escravos, como Francisco Betencor, Pedro
Gonçalves e António Correia, não são, de modo algum, os maiores produtores de· açúcar.
Apenas João Esmeraldo, Simão Acioli e João Rodrigues Castelhano se apresentam como excepção.
Note-se, ainda, que Pedro Gonçalves, do Funchal, com 17 escravos, o maior número destes por
proprietário, declarou em 1509 a produção de apenas 140 arrobas. Pelo contrário Gonçalo Fer-
nandes da Calheta, que em 1494 produzia 1611 arrobas e em 1534 surge com 3707 arrobas, é
referido apenas com dois escravos. O mesmo se poderá dizer de Guiomar Ferreira e Joane
Mendes de Brito (27).
A par disso, se enquadrarmos os escravos na fundiária dos proprietários, concluiremos pela
fraca vinculação à cultura do açúcar: em 104 detentores em simultâneo de escravos e bens
fundiários (28), apenas 9 (9%) são possuidores de canaviais. Os restantes, na sua maioria, pos-
suem searas e vinhedos (29). Depois nos signatários de canaviais merece apenas referência
Bartolomeu Machado, no Funchal, com 10 escravos.
Ao nível do valor do capital investido pelos proprietários madeirenses na mão-de-obra escrava
também se verifica uma disparidade em relação a idêntica ao continente americano. Na Madeira
o valor oscilava entre os 2 e os 5%, enquanto, do outro lado do Atlântico a percentagem poderia
atingir os 28% (30).
Mais uma vez importa evidenciar que com estes dados não é fácil estabelecer a tão ambi-
cionada aproximação da escravatura e o açúcar na Madeira. Será esta realidade resultado apenas
da disparidade cronológica entre a incidência dos dados sobre a escravatura e a diacronia da pro-
dução açucareira na ilha? Para que se encontre uma resposta plausível é necessário um estudo
mais aprofundado da estrutura fundiária e a maior disponibilidade de documentação sobre o
assunto.
Por fim convém esclarecer que não se pretende afirmar que não existe ao nível da Madeira
qualquer relação entre o escravo e o açúcar, mas e apenas enunciar que ela não atingiu o mesmo
nível de S. Tomé ou das áreas açucareiras do outro lado do Atlântico. Na Madeira o escravo
está indissociavelmente ligado à cultura mas nunca com a dimensão que se tem pretendido dar.
175
....
-....)
0'1 ESCRAVOS-MÉDIA CULTURA AÇÚCAR
ILHA SÉC. XVII SÉC. XVIII SÉC. XIX SUP. PRODUÇÃO/TONELADAS TONELADAS P/ ESCRAVO
ILHA
NQ (1)% NQ (1)% NQ _e_u_% m2 XVII XVIII XX XVII XVIII XIX
ANTIGUA
BARBADOS
570
12734
35
45
26340
50659
93
77
26816
68003
83
82
108
106
3100
9500
5800
7000
9600
29500
5,40
0,75
.
0,22
0,14
0,36
0,43
CUBA soo 33 65136 29 322935 43 41634 17120 382000 0,26 1,18
DOMINICA 12164 87 16872 93 291 1100 2000 0,09 0,12
GRANADA 16375 68 14459 69 133 6900 5400 0,42 0,37
GUADALUPE 5226 60 53623 83 92037 71 619 2100 7600 31900 0,40 0,14 0,25
JAMAICA 16968 72 31548 81 261847 4296 6300 24200 42800 0,37 0,18 0,16
MARTINICA 7647 69 54056 83 86499 79 '380 11100 35000 0,21 0,40
MAUR!CIAS 24748 88 66619 84 73000 1,10
MONT SERRAT 523 31 6783 82 7413 94 32 1000 1400 900 1,91 0,21 0,12
NEVIS 1789 56 6817 83 7612 88 50 3100 1700 1700 1,73 0,25 0,22
PORTO RICO 6487 9 26420 10 3435 1200 60000 0,18 2,27
ST. DOMINGOS 2000 t244116 88 17500 20700
ST. KITTS 352 15424 86 20833 91 65 6300 8400 0,41 0,40 '
I
ST. LUCIA 10752 82 10238 92 233 700 3500 0,07 0,34
ST. VICENTS 7565 84 17307 92 147 1400 7800 0,19 0,45
TO BAGO 10645 85 11980 95 117 2600 3700 0,24 0,31
TRINIDAD 10009 82 18550 87 1754 2700 29000 0,27 1,56
----
FONTE: N. Derr, History of sugar, II, Londres, 1949-50
1)- % em relação ao total da população
(31) A.R.M. C.M.F., t. 1, fls. 262 v 0 -269 v 0 , regimento régio de 12 de Outubro, in A..H.M.,
XVII (1973), doe. n. 0 203, p. 356.
(32) Jbidem, t. I, fls. 98-98 v 0 , carta régia de 25 de Fevereiro, in lbidem, n. 0 258, 429-431.
(33) Jbidem, t. 1, fls. 83 V0 -94, regimento de 27 de Março, in ibidem, n. 0 246, 412-413.
(34) A.R.M., C.M.F., n. 0 1297, fl. 45, vereação de 20 de Abril de 1482.
(35) A.R.M., C.M.F., t. I, fls. 34 vo, 36 vo, carta de 9 de Março, in A..H.M., XVI (1973),
doe. n. 0 145, pp. 241-242.
(36) Jbidem, t. 1, fls. 107-107 vo, carta régia de 22 de Janeiro, in ibidem, n. 0 284, pp. 451-452.
(37) Ao contrário do que refere Manuela MARRERO («De la esclavitud en Tenerife-, in Revista de
História, n. 0 100, 1952, 434) os escravos também estiveram ligados à safra do açúcar, referenciando-se pelo
menos um mestre de açúcar em Telde (M. LOBO CABRERA, EscÚlvos indios en Cana rias, Madrid, 1983 em sepa-
rata, p. 528, nota 55).
(38) A..H.M., III, 1933, 154-159.
(39) A.R.M., CapeÚls, cxa. 118, n. 0 4, testamento de 9 de Janeiro.
(40) A.R.M., Misericórdia do Funchal, n. 0 684, fl. 539 v 0 , testamento de 23 de Julho.
177
12
tarde, em 1605 (41) é Jorge Rodrigues, h<;>mem baço, forro, quem reclama de Pedro Agrela de
Omelas três mil réis de serviço que fizera no seu engenho cm 1604. Em 1601 Jean Moquct (42)
dá conta de que os escravos tinham uma activa intervenção na faina dos engenhos, uma vez que
o mesmo terá visto um «grand nombre d'esclaves noirs qui travaillent aux sucres dehors la ville».
A conclusão possível é que na Madeira, a exemplo do que sucedeu nas Canárias (43), a
mão-de-obra utilizada nos engenhos era mista, sendo composta por escravos, libertos e livres,
os quais executavam tarefas diferenciadas, sendo os serviços pagos cm dinheiro ou açúcar (44).
Neste grupo de escravos incluíam-se os que pertenciam ao proprietário do engenho mas também
outros que af serviam como gente de soldada. Também no Brasil estávamos perante uma mão-
-de-obra mista, mas acontece que os escravos dominavam estes serviços. Eles tanto podiam ser
pertença do proprietário do engenho e canaviais, ou de outrém, que os alugava.
178
O CAMINHO PARA A LIBERDADE
Para muitos escravos a porta da liberdade mantinha-se fechada até à morte, mas outros houve
que tiveram a felicidade de alcançá-la antes disso, com o recurso às formas de alforria. A morte
do proprietário podia ser uma possibilidade para alcançá-la. E foi precisamente a partir de algu-
mas disposições testamentárias que surgiu a maioria dos libertos.
A liberdade também podia ser alcançada por desejo expresso do escravo ou seus familiares,
por meio do pagamento do seu valor ao proprietário. Os parentes do escravo, nomeadamente
os pais livres, poderiam pagar o «justo valor» para a libertação dos seus filhos, quando isso não
sucedia ficavam à mercê do senhor dependendo a decisão dos bons serviços a ele realizados.
Em 1613 (1), Isabel Coelha deu carta de alforria a Maria Delgada e seu filho Afonso.
Quanto à mãe é justificada pelo facto de ter criado os netos e ser muito obediente e por «a limpar
e ter muita vigilla nella e de noute e de dia e por outros muitos he vistos respeitos que a isso
a movem e por lhe pagar o bom servisso que lhe tem feito (... )». Para o filho a justificação é
simples: por «lhe nascer em suas mãos he ella o criar como filho ( ... )». Esta foi uma situação
excepcional, pois a maioria dos casos de alforria na Madeira, sucedem-se nas disposições tes-
tamentárias, como teremos oportunidade de ver.
O caminho para a liberdade do escravo, já referido nas Partidas de Afonso X (2), não se
resumia apenas a esta via, pois eram variadas as formas de a conseguír. Assim, alguns actos
religiosos em que envolviam escravos, como o baptismo e o casamento, poderiam facilitar a situação,
pois que eles passariam a pertencer à comunidade cristã, mas este meio nunca mereceu a plena
aprovação dos esclavagistas (3). Depois restava ao escravo a intervenção da coroa, como
(I) A.N.T.T., Convento de Santa Clara, maço 3, n. 0 13, 24 de Dezembro de 1613; em anexo
documental n. 0 15.
(2) Los codigos Espafloles, codigo de las Siete Partidas, T. III, Madrid, 1848, tit. XXII, lei I a XI,
pp. 521-526; na terceira partida (tit. VIII, lei XV, pp. 238-239) ficou estabel~ida o modo como se deveria pro-
ceder a essa e a fórmula da carta de alforria. Para o estudo das formas de libertação veja-se Manuel LoBO
CABRERA, La Esclavitud en las Canarias Orientales (... ), Las Palmas, 1982, 257 e segs.; idem, Los Libertos
en la Sociedad Canaria dei siglo XVI, Tenerife, 1983, 25; Vicenta CORTÉS ALONSO, «La liberación dei esclavo»,
inA.E.A., XXII, 1965,533, 568; S. B. SCHWARTZ, •The manurnission ofslaves in Colonial Brasil, Bahia 1684-
-1745», in Hispanic American Historical Review, 54, n. 0 4 (1974), 603-635; F. P. BOWSER •The free person
of color in México city and Lima: manurnission and opportunity 1580-1650., in Race and Slavery (... ), Stanford,
1975, 331-368; J. P. TARDIEU, •L'Afranchissement des esclaves aux Amériques Espagnoles, XVIe-XVIIIe siecle»,
in Revue Historique, n. 0 544, 1982, 341-364.
As leis das Sete Partidas foram traduzidas para português no século XIII, sendo em 1341 parcialmente
trasladadas nas Ordenações Afonsinas. Da sua tradução portuguesa apenas se conhece a segunda e terceira, publi-
cadas, respectivamente por Pedro de Azevedo (Revista Lusitana, T. XVI, 109-111) e Avelino de Jesus da Costa
(Fragmentos Preciosos de códices Medievais, Braga, 1949); confronte-se Marcelo Caetano, Lições de História
do Direito Português, Coimbra, 1962, pp. 180-184; Nuno J. Espinosa Gomes da Silva, Historia do Direito
Português I fomes de direito, Lisboa, 1985, 160-162.
(3) A situação terá gerado algumas dúvidas, pelo que a Casa da Suplicação de Lisboa, informou que em
momento algum o casamento de escravo com livre lhe abria o acesso à liberdade (Auxiliar Juridico. Apendice
179
sucedeu nas Canárias com os guanches e no Brasil com os índios, ou de parentes e amigos, que
conseguiam o dinheiro necessário ao resgate (4).
Por fim a fuga era a forma mais violenta, embora não a mais eficaz, de o conseguir. Mas
ela nunca foi a mais cobiçada e só surgiu em casos limite e quando as condições do meio o pro-
piciavam. Na Madeira, a exemplo do que sucedeu nas Canárias, fala-se nos séculos XV e XVI
dos escravos guanches fugitivos, considerados uma permanente perigo para as pessoas e haveres.
No caso da algorria por iniciativa do proprietário é importante saber~se quais as motivações
para semelhante atitude. É habitual ouvir-se falar desta como um acto de generosidade do pro-
prietário, contudo a realidade parece ser completamente diferente, quando encaramos a situação
em que a liberdade é concedida. Condições específicas côndicionaram sempre a alforria, e tam-
bém poderemos afirmar que esta nunca era concedida sem qualquer contrapartida (5).
A ALFORRIA
Para o arquipélago da Madeira a maioria dos escravos libertos resultam de disposições tes-
tamentárias. Dos 642 que conseguimos reunir para os três séculos, apenas treze assumiram a
condição por meio de alforria em vida do dono (6) e 183 (29%) por testamento, ignorando-se
a forma como se procedeu em relação aos restantes.
Das cartas de alforria apenas se conhece duas, de 1591 e 1613 (1), a que se deverá juntar
uma extensa demanda judicial (8) entre Francisco Ferraz e Francisco Moreira, acerca da ai for-
ria de uns escravos que haviam pertencido a Maria de Ponte, sogrado primeiro e mulher do
segundo. A morte deste procedeu-se às partilhas dos bens, reivindicando Francisco Ferraz
os 2/3 do valor de 252$000 réis, o primeiro saldou-os com os três escravos. Eles reclamaram
junto do poder judicial e apresentaram a carta de alforria passada em 22 de Maio de 1599, pelo
legítimo proprietário, que Baltasar Roiz, desembargador do Paço, presente na ilha, deferiu favo-
ravelmente, reconhecendo o valor legal das referidas cartas.
às ordenanções filipinas, vol. I, Lisboa, 1985, LXV, p. 348), entretanto em 1557 (Monumenta Missionária Afri-
cana, II, Lisboa, 1953, n. 0 137, p. 404) o monarca mandava executar em S. Tomé uma provisão em que esta-
belecia que escravos dos mouros ou gentios por serem baptizados não eram forros; V. M. GoDINHO, Os
Descobrimentos e a Economia Mundial, IV, Lisboa, 1983; Vicente CORTES AWNSO, La Esclavitud en
Valencia (... ), Valência, 1964, 136.
(4) Também em S. Tomé o monarca concedeu em 1515 (Monumenta Missionária Africana, I, Lis-
boa, 1953, n. 0 87, pp. 331-332 e n. 0 107, p. 376) carta de alforria a todos os escravos e escravas concedidos
aos primeiros povoadores, forma utilizada pela coroa para promover a inicial fixação de colonos; Carlos
RESTUPOCANAL, Leyes de manumission Bogotá, 1935, 104, 139; Frank TAUNENBAUM, Slave and Citizen, New
York, 1947, 50-91..
(S) F. P. BOWSER, art. cit., 341-344.
(6) Receberam carta de alforria Brígida, escrava de Gonçalo Pires, sapateiro (A.R.M., Misericórdia do
Funchal, n. 0 684, 335-341, 25 de Março de 1507), Francisca, escrava de Leanor Espíndola (ibidem, fls. 90-97,
30 de Janeiro 1533), Manuel, escravo de Francisco Narde (A.N.T.T., Cabido e Sé do Funchal, n. 0 29, 11. 76 vo.,
ano 1538), Helena e maria, escravas de Simão Acioli (A.R.M., Juizo dos Resíduos e Capelas, fls. 373 vo.-378,
11 de Março de 1538), Máximo, Ursula e Julião, escravos de Manuel de Lemos (ibidem, fls. 628-630 vo., 27
de Agosto de 1601), Ambrósio, escravo de Mor Lourenço (A.R.M., Misericórdia do Funchal, n. 0 684,
fls. 192-199, 18 de Junho de 1603), Guiomar, catarina e Francisco, escravos de maria da Ponte (ibidem, n. 0 40,
fls. 65-83, 1604), Damião, escravo de Dona Brana (João José Abreu de SOUSA, «Dona Branca. Dois casamen-
tos um testamento•, in Atlântico, n. 0 8, 1986, 274-279), Marta e filhos (Inácio, Bastião, Miguel, Isabel), escra-
vos de Francisco Betencor Correia (A.R.M., Juízo dos Resíduos e Capelas, fls. 241-246, 12 de Maio de 1654)
e Filipe, escravo de D. Francisco Soares de Cisneiros (vol. I, 931, 29-33, testamento de 1 de Junho de 1699).
(7) Em anexo documental, n. 0 15; A.R.M. Fragmento dum livro de notas do tabelião João de
Tavira, 27 de Outubro de 1591.
(8) Em anexo documental, n. 0 14.
180
Esta tenta ti va de não reconhecimento da liberdade dos escravos não deverá ter sido única
nos anais madeirenses. Note-se que isso não ganhou grande apoio dos livres, detentores de escra-
vos, que continuava a ver neles uma forma de rentabilização das suas actividades (9).
Para a Madeira e Porto Santo conhecem-se 183 casos de alforria de escravos por meio de
disposições testamentárias, lavradas nos 262 testamentos, que reunimos entre 1473 a 1700. Da
documentação extraímos, ainda, a referência a 642 escravos, tendo apenas 183 deles (29%) alcan-
çado a alforria por esta forma. Note-se a afirmação maioritária no Funchal (72%), donde são
provenientes, também a maioria dos testamentos (79%).
É a partir deste universo que procuraremos analisar as razões q~e conduziram à alforria
e à forma como ela foi concedida.
A alforria por cláusula testamentária esbarrava com diversos entraves. O escravo era pro-
priedade plena da família e cada um só poderia dispôr, caso houvesse filhos, de um terço. Deste
modo a alforria só se tornava possível quando a outra parte manifestava igual desejo: em 1473 (10)
Clara Esteves recomendava que dois escravos nascidos em seu poder ficassem livres na sua metade,
enquanto os filhos de outra sua escrava, Catarina, seriam forros. Entretanto em 1524 (") Joam
Mendes de Brito deixava o escravo, Fernando Chamorro, livre, na sua terça. Todavia esta situação,
muitas vezes, só se tornava possível após a morte de cônjuge sobrevivo. Em 1528 (12), João
Lopes recomendava que os escravos Maria, António e Francisco, seriam forros da sua parte por
morte da esposa.
Quando havia filhos era necessário salvaguardar a terça parte que·lhes competia dos bens
e por isso surgem disposições relegando para eles a liberdade total do escravo. Assim sucede
em 1553 (13) com Diogo, mulato, escravo de Sebastião Martins, de Câmara de Lobos, que só
após a morte do filho deste, João Martins, alcançará a liberdade. Nem sempre os legítimos
herdeiros tinham direito aos escravos, pois em 1572 (14) Lopo Rodrigues estabelece a liberdade
para os escravos após uns anos de serviço: Maria ficaria forra ao fim de quatro anos, enquanto
o filho, Domingos, deveria servir até aos 25 anos de idade.
Os familiares e vizinhos mais chegados poderiam usufruir dos escravos por algum tempo.
O período de serviço oscilava entre os dois e os sete anos. Assim sucede com Jorge e Joana
escravos de João Afonso, escudeiro, de Santa Cruz, que só adquiriram a condição de livres após
dois anos de serviço a João Lopes (15). Pior foi o sucedido com Gaspar, escravo de Leanor
Pereira que teve de permanecer sete anos ao serviço do testamenteiro para alcançar a ambicio-
nada alforria (16). Diferente é, no entanto, a condição de Maria, escrava de Isabel Homem de
Câmara, que só seria livre depois de ter criado até aos sete anos de idade Isabel, filha de Diogo
de França (17).
A concessão da liberdade dependia também do comportamento do escravo. Ela só seria
concedida se os escravos pautassem o seu quotidiano por um comportamento regular, pois caso
contrário poderiam perder esta esperança. Em 1547 (18) o mercador Cristóvão Dias ordena que
os escravos João e Antonio sirvam a esposa por um determinado período, «COm condição que
(9) Conforme nos refere A. J. R. RUSSELL-WOOD (•Colonial Brazil», in Neither Slave twor free (... ),
Londres, 1972, 94-95), a carta de alforria gerava conflitos em termos económicos e políticos, que faziam perigar
o sistema.
(10) A.R.M., Capelas, maço 15, n. 0 5, testamento de 1 de Janeiro de 1473.
(11) A.R.M., Juízo dos Resíduos e Capelas,fls. 392-396, testamento de 25 de Fevereiro de 1524.
(12) A.R.M., Capelas, maço 54, n. 0 10, 6 de Junho de 1528.
(13) A.R.M., Juízo dos Resíduos e Capelas, fls. 134 vo.-196 vo., 27 de Junho de 1553.
(14) A.R.M., Capelas, maço 60, n. 0 4, 18 de Abril de 1572.
(15) Jbidem, maço 34, n. 0 9, 21 de Junho de 1512.
(16) A.R.M., Juízo dos Resíduos e Capelas, fls. 715-719, Porto Santo, 27 de Agosto de 1533.
(17) A.R.M., Capelas, maço 26, n. 0 5, Estreito da Calheta, 5 de Agosto de 1540.
(18) A.R.M., Misericórdia do FWJchal, n. 0 684, fls. 557-560 vo., testamento de 11 de Fevereiro de 1547.
181
helles a syrvão c sejam sempre hobedientes corteses bem ensynados pera ella hemquanto a ser-
vyrem que lhe não fujam, não cumprindo eles esta condição, continuavão seus cativos e toma-os
em terça». Entretanto, em 1569 (19), Domingos de Braga, casado com Beatriz Nunes, recomen-
dava que os seus sete escravos deveriam servir o derradeiro do casal a morrer com muita obe-
diência e lealdade, pois caso contrário ao que os possuísse assistia o pleno direito de os castigar
e vender.
Mesmo assim nem todos os proprietários encaravam com bons olhos essa alforria dos escra-
vos, considerando-a um factor de instabilidade social. Note-se que em 1585 (20) João Damil no
seu testamento justificava a não atribuição de alforria aos escravos, que não nomeia, pelo
seguinte modo:
- «tudo esto faso por emtender que ha alforria nestes he perdisão porque como não tem
amparo de senhor vem-se a perder como exemplo todellas a alforrias que nesta tera se
fezerão porque ou da taverna ou da cadeia não escapão».
Na verdade a alforria sem qualquer amparo levava a esta situação. O escravo, sem meios
de subsistência e abrigo, vinha alimentar o número de vagabundos ou criminosos que pululavam
pela cidade e lugares da ilha. Deste modo ela não deveria ser concedida sem antes se possibilitar
ao escravo uma forma de organizar a vida e garantir a subsistência. E assim o entenderam alguns
proprietários que lhes concederam dinheiro, roupas, terras, casas e demais meios com este objec-
tivo. No total de 183 escravos que recebem a alforria apenas trinta e oito (21 %) foram contem-
plados com esta situação. Os proprietários do sexo feminino compreendiam melhor a situação
dos seus escravos, nomeadamente os do mesmo sexo e, por isso, lhes atribuíam parte da
herança (21). Motivação diferente terá tido Gonçalo Enes, ao conceder em 1597 (22) à sua escrava
Madalena, uma casa, como recompensa dos muitos anos que o serviu «de dia e de noite de fonte
e ribeira».
Esta via de libertação atingia de modo especial aos escravos menores e os adultos do sexo
feminino. Neste grupo tivemos cinquenta menores (27%) e cento e nove escravos (60%) do sexo
feminino que conseguiram a alforria por disposição testamentária.
As preocupações dos senhores, para com os escravos que libertavam, alargavam-se para
além deste momento. Assim quanto aos escravos do sexo feminino recomendava-se o casa-
mento (23), sendo maiores e no caso de serem menores (24) só deveriam alcançar esta situação
com a maioridade, variando entre os 16 e os 25 anos. Mas nem sempre as escravas encontravam
idêntico rumo através do casamento, pois muitas houve que tiveram que se submeter a um
recolhimento, imposto pelos proprietários, num convento. A Antónia, escrava do capitão
182
Domingos de Figueiredo Calheiros (25) foi dada a possibilidade de escolha entre o casamento e
a ida para um convento e o mesmo sucedia com Teresa, escrava do Pe. Manuel Dias
Pinheiro (26), que poderia fruir dote anual caso ingressasse num convento. Paulina, escrava de
Apelonia Távora (27) e Isabel, escrava de Maria da Câmara (28), deveriam recolher-se, obriga-
toriamente, num convento, indo a última a acompanhar Antónia, neta da proprietária, «para a
servir e lavar». Assim não o entendeu o cónego Henrique Calaça (29), fundador do convento da
Encarnação do Funchal, ao contrariar o desejo de sua irmã quanto a uma escrava que lhe deixara,
pois conforme o refere: «me parece que ella ma(i)s queria ficasse forra, e assim o digo que fique
forra e como tem sua filha no mosteiro não deixará de continuar lá que não será de perda».
Quanto aos menores a atenção era redobrada, surgindo inúmeras recomendações no sen-
tido de se assegurar uma vida normal. Em 1596 (30) João Mendes de Miranda ordenava a sua
mulher que tomasse em considerção os escravos António e Bartolomeu, Filhos de Beatriz, ensi-
nando-os e só, quando fossem grandes, lhes desse quinze mil réis, a cada um, para irem «buscar
sua vida». Para Dona Guiomar do Couto (31), o escravo Agostinho deveria aprender a ler e escre-
ver, de modo a ser clérigo, caso contrário dar-lhe-iam quatro pipas de vinho «e sua matilotage
e o embarcarão para onde quizer ir».
Um pormenor bastante explícito nas inúmeras disposições testamentárias, revelador da gene-
rosidade dos proprietários de escravos, é-nos apresentando pelo Pe. João Teixeira Dória, vigário
do Caniço. No testamento de 1685 (32) ele recomendava que o escravo Henrique seja forro e
lhe dêm vestido e «matalotagem» para que regresse ao Brasil ao convívio do seu pai.
A alforria do escravo não determinava necessariamente o fim da ligação ao proprietário,
pois das inúmeras condições estabelecidas este permanecia ainda amarrado à velha condição: pri-
meiro eram os encargos a cumprir, depois a necessidade de protecção para assegurar trabalho
e subsistência. Por muito tempo ele será visto como um alforriado, por vezes sinónimo de perigo,
o aue o colocava numa situação difícil na sociedade que se recusava a atribuir-lhes o verdadeiro
estatuto social (33).
Para o escravo a disposição testamentária era a esperança da liberdade que só atingia con-
cretização plena com o seu cumprimento. Todavia do grupo de libertos por testamento a maioria
surge sem qualquer encargo. Note-se que 103 (56%) dos escravos alcançaram a liberdade após
a morte do senhor e apenas 80 deverfão cumprir determinados encargos de missas e ofícios cari-
tativos e de ·serviços aos familiares do proprietário (quadro o. 0 44).
Os encargos de missa, poderiam ir de apenas só uma missa rezada com ou sem cantochão
a uma todos os anos. Nesta situação deparamo-nos com 20 escravos. Também aqui, a exemplo
das demais situações, não se vislumbra qualquer critério nos encargos: em 1561 (34) Pero Figueira
concedia alforria aos escravos da seguinte forma: Paios, que estava empenhado em 20.000 reais
deveria pagar esta quantia e sujeitar-se ao pagamento de uma missa anual, Catarina só teria que
(25) A.R.M., Juízo dos Resíduos e CapeÚls, 386-388 vo., Funchal, 21 de Junho de 1688.
(26) A.R.M., CapeÚls, maço 137, n. 0 10, Fajã da Ovelha, 11 de Setembro de 1696.
(27) Ibidem, maço 17, n. 0 10, Ribeira Brava, 15 de Janeiro de 1683.
(28) A.R.M., Juízo dos Resíduos e CapeÚls, tombo, fls. 350 vo-353, Câmara de Lobos, 2 de Outubro
de 1676.
(29) A RestauraçlJo de Portugal e o Convento da Encarnaçilo, 1940, 39; desejo expresso em testamento
de 11 de Maio de 1662.
(30) A.R.M., Misericórdia do Funchal, 711, fls. 187-189, 23 de Janeiro de 1596.
(31) A.R.M., CapeÚls, maço 7, n. 0 4, 18 de Setembro de 1604.
(32) A.R.M., Juízo dos Resíduos e Capelas, fls. 396-400, 19 de Fevereiro de 1685.
(33) Maria Beatriz Nizza da SILVA (•Escravidão e Casamento no Brasil Colonial•, in Estudos de
História de Portugal, vol. II, Lisboa, 1983, 227) comenta, a propósito, o seguinte: «O escravo que se libertava
da escravidão, que obtinha a sua alforria, nunca se libertava do estigma do cativeiro: ele não ficava livre, mas
sim forro•.
(34) A.R.M., Misericórdia do Funchal, n. 0 684, 752-753 vo., 9 de Junho de 1561.
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8 4 114 62 61 34 183 100 M r M F /COND. SERVIÇ OUTROS MULAT. PRETO MOUR. OUTROS FUNCHAl OUTRASI
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. 61 59 35 34
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I !601-1650 7 15 8 8 38 16 17 5 6 3 29 23 10
MULATO 22 9 31 100 4 1 3 2 18 9 6
!651-1700 7 12 23 19 5
PRETO 13 72 5 18 18 100 ~· 12 61 35 22 6 9 5 47 32 16
TOTAL 14 27 8
< MOURISCO 4 100 4 '
100
...z OL'TROS B 6 73 57 47' 37 128 1100
TOTAL G!':RAL 53 79 22 28 182 103 63 17 31 18 4 128 92 35
"'
TOTAL 8 5 90 60 52 35 !50 100
FUNCHAL 4 4 56 61 32 35 92 100
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51 16 46 35 100
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TOTAL 5 4 74 58 48 38 127 1100
(2)
1) Duas crianças ignora-se o sexo.
2) Retirou-se os não identificados.
185
de acordo com o fervor religioso do proprietário, que com isso ambicionava benesses para a sua
alma (41). Em· 1486 (42), Luzia e os seus filhos, alcançavam de Rodrigo Anes, da Ponta do Sol,
a alforria «por em ello fazer serviço a Deus», enquanto em 1547 (43) a libertação dos escravos
de Cristóvão Dias dava-se «por descargo de sua conciência e por muito bom serviso que a elle
tinham feito». Por vezes são motivações mundanas, definidas por laços carnais, que justificam
a atitude, tal como se pode verificar com Leão Pereira ao determinar, em 1533 (44), a libertação
de Bárbara e os seus filhos António e Isabel, «por ela ser sua neta e eles seus bisnetOS» (45).
Noutros casos ligavam aos proprietários do sexo feminino laços maternais para com as crian-
ças de mães escravas nascidas em sua casa. Assim o sucede com Isabel de Abreu, do Arco da
Calheta, que, ao considerar em 1545 (46) a alforria a Brito, seu escravo, a justifica por o ter
criado.
Esta atitude benévola de alguns senhores contrastava com outras violentas ou de represália
para a atitude de rebeldia: Maria Ornelas condena à escravidão perpétua uma sua escrava «per
não querer viver com desmando» (47) e Francisco Lima, que havia ponderado a alforria da escrava
maria, retrocede e deixa-a cativa «por ela ser desobediente e mal ensinada» (4&).
Confrontada a situação das alforrias no arquipélago madeirense com as Canárias (49), Lima
e México (50), constatam-se inúmeras semelhanças na atitude dos senhores em relação aos
escravos.
M 72 40 231 41 95 32 40 38
SEXO
F 109 60 332 59 199 68 65 62
SERVIÇOS 63 35 110 20 50 17 22 21
OUTROS 17 9 18 3 5 2 4 4
(41) Note-se que também no islanúsmo a libertação de um escravo era considerada uma forma de espiação
dos pecados ou de reparar qualquer infracção pública; vide M. GORDON, L'Esclavage dans le Monde .A.rabe
Vllé-XXé siecle, Paris, 1987, 45-46.
(42) «Testamento de Rodrigo Anes, o coxo, da Ponta do Sol•, in .A..H.M., III (1933), 154-159.
(43) A.N.T.T., Cabido da Sé do Funchal, maço 19, n. 0 19, fls. 6vo., 11 de Fevereiro de 1547.
(44) A.R.M., Juizo dos Resfduos e Capelas, fls. 715-719, Porto Santo, 27 de Agosto de 1533.
(4S) Bárbara era fllha de Vicente Nunes, fllho deste Liam Pereira.
(46) A.R.M., Capelas, maço 20, n. 0 3, 9 de Dezembro de 1545.
(47) A.R.M., Ju(zo dos Resfduos e Capelas, tombo, fls. 185-186vo., Funchal, 15 de Maio de 1621.
(48) Jbidem, fls. 23-24 vo., Funchal, 27 de Setembro de 1629.
(49) Manuel LOBO CABRERA, Los Libertos en la Sociedad Canaria dei siglo XVI, Tenerife, 1983.
(SO) F. P. BOWSER, «The free person of color in Mexico city and Lima: manumission and opportunity.
1580-1650.., in Race and Slavery (... ), Stanford, 1975, 331-368.
186
México ela se faz matontariamente sem qualquer condição ou encargo, nas Canárias, não
obstante o manutenção da primeira variável, as alforrias serão resultado, na sua maioria, de
pagamentos. O mesmo sucedia em Lima (Pení).
(51) A.R.M., Juízo dos Resíduos e Capelas, fls. 489~95vo., 25 de Julho de 1585.
(52) A.R.M., C.M.F., n. 0 1307, fls. 58-59, Vereação de 17 de Maio de 1546.
(53) A.R.M., C.M.F., t. 1, fls. 9vo., 1473 ( ... ), inA.H.M., XV (1972), doe. 42, p. 72.
(54) A.R.M., C.M.F., tomo velho, fls. 11, 20 de Maio de 1474, em anexo documental n. 0 18.
(55) A.R.M., C.M.F., t. 1, fls. 239 vo.-249, publ. in A.H.M., XV (1972), 122-124, n. 0 19 em anexo
documental.
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mação dos moradores do Funchal, o duque ordenava que só tivessem casa alugada os libertos
«que bem e honestamente vivem», ficando a cargo do município em 1491 (56) era ainda mais
exigente, pois pretendia a sua expulsão. Também nas posturas do século XVI (57) encontramos
idênticas medidas limitativas do quotidiano dos libertos e das relações frequentes com os escravos.
De acordo com isto poder-se-à concluir que a vida para o liberto era difícil e que a socie-
dade e as leis o votavam, a par da débil situação económica, contribuíram para a atribulada vivên-
. cia quotidiana. Deste modo a posição do libérto não era menos difícil que a do escravo. O escravo
tinha de trabalhar e estar sujeito ao dono, mas em contrapartida ele concedia-lhe agasalho, ali-
mento e protecção; depois de liberto tudo dependia de si mesmo e da capacidade de intervenção
na sociedade. Ele deveria contar ainda com a segregação imposta pela sociedade e com o
cumprimento de alguns encargos estabelecidos pelo ex-senhor.
189
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CAMPANÁRIO 9
CANHAS 1 3 4 39 10
CANIÇAL 3
CANIÇO 1 1 12 20 32 150 21
E. DA CALHETA 5 5 155 3
E. c. LOBOS 1 3 4 60 7
FAIAL 1 1 11 9
F. DA OVELHA 3 4 7 59 12
FUNCHAL 12 17 29 51 271 422 3885 11
GAULA 25
MACHICO 1 1 1 2 3 69 4
MADALENA 1 1 20 5
MONTE 9
P. DELGADA 1 1 18 6
P. DO PARGO 11
P. DA CRUZ 21
P. DO SOL 2 2 4 17 24
P. SANTO 2 2 8 5 13 121 11
R. DA JANELA 15
R. BRAVA 1 1 2 3 5 172 3
SANTA CRUZ 12 1 13 285 5
SANTA LUZIA 4
SANTANA 9
SANTO ANTONIO 1 1 98 1
SÃO GONÇALO 1 1 28 4
SÃO JORGE 24
SÃO MARTINHO 1 1 112 O,E
SÃO ROQUE 1 1 29 3
SÃO VICENTE 1 1 57 2
TABU A 1 1 2 55 4
SERRA DE ÁGUA 1 1 5 20
1) Inclui Sé e S. Pedro
Quadro nQ. 45
SITUAÇÃO DOS ESCRAVOS LIBERTOS
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192
ACTIVIDADES E OFÍCIOS
As actividades àu ofícios desenvolvidos pelos libertos não estavam longe daquelas que exe-
cutavam ou exerciam quando eram escravos: no meio rural a eterna ligação à terra e, na cidade,
a vinculação aos trabalhos oficinais ou as serviços domésticos, continuaram a marcar o seu
quotidiano.
Tal como o referimos a ligação do movimento de alforria à conjuntura açucareira é um
indício de que muitas delas tiveram lugar no seio dos escravos ocupados na safra do açúcar. Por
isso não é de admirar a presença de alguns libertos com ofícios ligados a esta actividade (58).
Sete deles são referenciados com ofício relacionado com o açúcar- escumeiro, caixeiro, pren-
seiro, mestre de açúcar, purgado r, caldeireiro - 1 enquanto outros três surgem com serviços pres-
tados aos engenhos de Rui Mendes de Vasconcelos (59), Pedro Agrela de Ornellas (60) e Francisco
Lopes (6 1). Ainda com actividade, que se poderá considerar relacionada com o açúcar, temos
dois almocreves, sendo um do Funchal e o outro do Arco da Calheta (62).
A maioria dos libertos vivia do seu trabalho diário ao serviço de outrém. Esta situação
favoreceu a existência de fortes laços de solidariedade entre eles e os outros trabalhadores livres,
o que nunca agradou às autoridades municipais (63). A par disso inúmeros encargos de alforria
expressam a obrigatoriedade de a soldada arrecadada pelos respectivos forros ser utilizada para
colmatar as obrigações com aquele acto. De entre os inúmeros casos referenciados merece a
nossa atenção o de Pedro, que fora escravo de Isabel Dinis, vendedeira, que ficará cinco anos
de soldada «a quem por ele mais der», sendo o dinheiro arrecadado para o resgate de um cativo
dos mouros (64).
. Outro aspecto particular da vida dos libertos era o empenho dos senhores em assegurar-
-lhes os necessários meios de sobrevivência através da aprendizagem de um ofício. Francisco
Velosa, ao estabelecer em 1598 (65) a alforria aos escravos, Bento e Gonçalo, recomendava que
o testamenteiro os pusesse a aprender algum ofício e só depois de serem oficiais, deveriam ser
forros, com quatro mil reais para comer e armar a sua tenda. O mesmo se poderá dizer de Antó-
nio Giba, mulato de Leonardo de Ornelas Travassos, que só ficou forro quando atingiu a cate-
goria de oficial do ofício de alfaiate (66). Para além destes encontramos outros libertos com um
ofício determinado ligado à transformação ou aos serviços, sendo de referir que tais forros são
maioritariamente do Funchal; encontram-se aí três alfaites e três sapateiros.
De entre os ofícios definidos para os libertos aparecem dois com uma actividade pouco
comum a este estatuto social: clérigo de missa. O primeiro sa~mo-lo a partir da ordenação
em 1538, referindo-se no livro de matrícula (67) que Manuel filho de pai incerto e de Mícia,
escrava de Francisco Narde havia recebido carta de alforria, que apresentou no acto. O outro
é referenciado em 1563 quando da sua morte, sendo Alvaro Gomes, homem mulato (68).
(58) João Pires, mulato, escumeiro de João de Omelas (A.R.M., Misericórdia do Fu11chal, Funchal,
n. 0 710, fls. 72-74, 2 de Agosto de 1537), Alvaro mulato, prenseiro de Rui Mendes de Vasconcelos (ibidem,
n. 0 984, fls. 52-62 vo., 16 de Abril de 1569), Diogo Dias, mulato, purgador (A.R.M., J.R. C., tombo fls. 31-34 vo.,
30 de Novembro de 1629), e António, preto, caixeiro (A.R.M., Misericó'rdia do Fu11chal, n. 0 711, fls. 145-147);
Fernando, mestre de açúcar (A.H.M., III, 1933, 154-159); A.R.'M.~,Capelas, ex. 118, n. 0 4, 9 de Janeiro de 1500.
(59) Jbidem, n. 0 684, fls. 51-62 vo., 16 de Abril de 1569.
(60) lbidem, n. 0 684, fls. 370, 26 de Agosto dç 1605.
(61) Jbidem, n. 0 684, fls. 581 vo., 2 de Maio de 1620.
(62) Em anexo documental n. 0 3; A.R.M., J.R. C., ex. 5, n. 0 559, 11 de Abril de 1565.
(63) Tenha-se em consideração as posturas de 1546, veja-se em anexo documental.
(64) A.R.M., Misericórdia do Fu11chal, n. 0 710, fls. 50vo.-54, 19 de Agosto de 1511.
(65) A.R.M., Capelas, ex. 2, n. 0 10, Funchal, 28 de Abril de 1598.
(66) Jbidem, ex. 14, n. 0 8, 18 de Agosto de 1624.
(67) A.N.T.T., Cabido e Sé do Fu11chal, Lo. de matrículas de ordenados em ordens menores, n. 0 29,
fls. 76 vo.
(68) A.R.M., Paróquiais-Sé, n. 0 68, fls. 36 vo., 18 de Maio de 1563.
193
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194
Merecem ainda referência três alfaiates e três sapateiros, um pedreiro, um pintor, um sur-
rador e um tanoeiro, todos moradores no Funchal. A par disso temos ainda três com actividades
relacionada com omar-barqueiro, marinheiro e homem do cabrestante -,sendo um na Ribeira
Brava e os restantes do Funchal (69).
Outra forma de sabermos as ocupações em que se integravam os escravos e depois os liber-
tos é rastrear a actividade dos proprietários. É de salientar que eles se situam maioritariamente
no sector de serviços (82%), pelo que deveriam ser apenas serviçais dos membros do clero (24%),
das ordenanças militares (19%) e dos funcionários (16%) das diversas instituições locais e
régios (10). ·Na reaLidade a maioria dos escravos encontrava-se ligada mais à casa que ao campo,
pois alimentavam um numerosa pleiade de domésticos, nomeadamente no meio urbano.
Cerca de 1530 Giulio Landi (11), à sua passagem pelo Funchal, anota o hábito das famí-
lias madeirenses de se rodearem de um numeroso séquito de criados e escravos para o serviço
da casa. Também refere que havia prederência pelos mulatos para prestar tais serviços «porque
servem dedicadamente» (12). Mais tarde, em 1687 Hans Sloane (13), que também aportou ao
Funchal, dizia que os madeirenses tinham preferência nos negros para o serviço de casa.
Muitos deles que após a morte dos senhores foram libertados, terão mantido a ocupação
doméstica. Em 1603 Antónia de Freitas, mulata, declara no testamento que servira o cónego
António Marinho 11 anos e o físico Miguel Fernão 4 anos (14).
Através dos legados estabelecidos por disposição testamentária e dos testamentos feitos por
alguns libertos poder-se-á reconstituir alguns aspectos da vida material e social dos libertos. Tal
como já aqui referimos alguns proprietários ao determinarem a alforria dos escravos providen-
ciavam meios considerados indispensáveis à sobrevivência, que iam de certas quantias em dinheiro,
a casas ou lojas para habitação, roupas e utensílios domésticos. Também havia a preocupação,
por parte de alguns senhores, em não desamparar os escravos deixando-os sem meio de vida,
como poderia suceder com as crianças, e os doentes, pelo que procuravam dar-lhes esta pos-
sibilidade com alguns legados em dinheiro, a necessária aprendizagem de um ofício ou a sua guarda
ao testamentário ou familiares.
É de salientar, ainda, que este grupo de libertos, apoiados num início de vida pelos
ex-proprietários, é reduzido. A maioria concede a liberdade sem qualquer meio de sobrevivên-
cia, o que causou a adesão ao grupo de marginais e delinquentes da sociedade madeirense
de então.
De acordo com os legados poder-se-à concluir que eram três os bens essenciais e mais valo-
rizados, para um início de vida: a casa, as alfaias para a mesma e a roupa de cama ou de vestir.
As condições de sobrevivência estabelecidas para eles variavam conforme a disponibilidade e bon-
dade do senhor e o bom serviço prestado. Em casos extremos poderia acontecer que tivessem
assegurados todos os meios para fazer uma vida nova, isto é, casa, roupa, cama, alfaias e pro-
dutos agrícolas, como o cereal e o vinho. Mas em momento algum o proprietário lhes dispensou
a mais ínfima parcela de terreno onde pudessem cultivar, levando-os à inevitável condição de
trabalhadores ou arrendatários. Esta situação foi apenas contrariada por duas vezes, quando os
proprietários não se apresentavam legítimo sucessor.
195
É de salientar que nos trinta e cinco contemplados, vinte e um receberam roupa e cama,
treze casa, nove alfaias e três produtos agrícolas. Quanto às alfaias é necessário referir que foram
concedidas aos escravos do sexo feminino, sendo adequadas à sua faina caseira, fazendo parte
do enxoval, no caso das solteiras. Assim, em 1576, Helena Vaz Sacota estabelece a seguinte
distribuição dos haveres domésticos: Torfbio recebia roupa de cama (colchão com travesseiro,
dois lençois e um cobertor), uma mesa, uma caixa, um candeeiro e uma copeira, enquanto Maria
era prendada apenas com peneiras, joeiras, alguidar, «pretenses» de amassar e uma caixa (75).
Quando era feita por duas escravas, o proprietário estabelecia outra forma de a concretizar, que
poderia ser a sucedida em 1587 com Cristóvão Gonçalves, sapateiro (76). Ele entregou a Ana
vinte reis para casar e dois mil para cama e roupa, enquanto Bárbara recebeu todos os apetrechos
da casa: três tachas de cobre «e tudo o que houver de barro e alguidares», cama e agasalho.
Quanto à habitação não pensemos que os senhores reservavam para os escravos os melho-
res aposentos, pois, por norma os legados incidiam em lojas (77), granéis (78), cozinhas (79) e
muito raramente em casas sobradadas (80). A referida doação foi vitalícia, caducando o direito
de posse com a morte do seu ocupante (81).
Outro aspecto a considerar nesta resenha dos legados atribuídos pelo senhor aos escravos
e que definiam a fase inicial da vida de livres, é que tudo podia servir para compensar os serviços
prestados pelos libertados. A par das recompensas em dinheiro, roupas, alfaias domésticas e
a possibilidade de possuir um albergue para habitar, também se poderão juntar produtos da terra:
em 1521 (82) João Luís, escravo de Sangramor Luís é declarado forro, recebendo como recom-
pensa dez pipas de vinho, d~ Pico do Funcho, à bica do lagar, enquanto em 1696 (83) Teresa,
escrava do Padre Manuel Dias Pinheiro, da Fajã da Ovelha, recebe para sustento, enquanto for·
viva, dois sacos de trigo.
Facto insólito sucedeu com Maria Rodrigues, escrava de Pedro de Lima, que por ser menor,
à morte do seu senhor ficava à guarda de Maria Leme até à idade de vinte anos, altura em que
se deveria casar. A boda estava já programada, pelo senhor que consignava uma ração de vinho
e cereal para o acto (84).
Com ou sem os legados do proprietário, os escravos, uma vez libertos, deveriam organizar
a vida: primeiro o agasalho (roupae cama), depois o trabalho. As escassas possibilidades de
singrarem numa sociedade como a madeirense, profundamente hierarquizada, fizeram deles
um grupo social de fracos recursos, conforme se poderá verificar, quer nos testamentos lavra-
dos no hospital que os acolhia na doença (85), quer nas disposições lavradas no registo de
(75) A.R.M., Misericórdia do Funchal, n. 0 684, fls. 514-518 vo., 16 de Dezembro de 1576.
(76) Jbidem, n. 0 74, fls. 143 vo.-145, 7 de Abril de 1587.
(77) André Moniz Barreto do Caniço deixou em 1618 (A.R.M., Capelas-Processos, ex. 66, n. 0 9, 29
de Maio) a Leanor e fllhos a loja grande da primeira casa, enquanto Pedro recebe por morte de Domingos Fer-
nandes, mercador, uma loja abaixo da Sé (A.R.M., J.R. C., tombo fls. 258 vo.-259 vo., 17 de Dezembro de 1647).
(78) Isabel, escrava de Gonçalo Pires, lavrador, e de sua mulher Cecília Pires (A.R.M., Misericórdia
do Funchal, n. 0 684, fls. 244-249, de 28 de Outubro de 1564), à morte dos proprietários poderá recolher-se
no granel •emquanto quiser», com todos os apetrechos da casa.
(79) António Roiz Neto no seu testamento de 1595 (A.R.M., Misericórdia do Funchal, n. 0 684, fls. 428-
-431, 18 de Março) recomendava que f"tzessem uma casa sobradada para Domingas, preta, sua escrava.
(80) Ana Henriques Otorga, em 1590 (A.R.M., J.R. C., tombo, fls. 344-348, 1 de Setembro), a Joana
sua escrava uma •cuzinha pequena destas casas em que vive».
(81) Em 1515 (ibidem, n. 0 710, fls. 41, 23 de Setembro) a Beatriz, sua escrava, a possibilidade de •em
sua vida nas ditas casas». Entretanto em 1648 (A.R.M., Capelas-Processos, n. 0 69, 16 de Dezembro) Maria
Fernandes da Serra de Agua, atribui a Miguel, seu escravo, a posse das suas casas, enquanto for vivo, pois por
morte reverteriam ao capitão.
(82) A.R.M., Misericórdia do Funchal, n. 0 684, fls. 553-556vo., 25 de Maio.
(83) A.R.M., Capelas, ex. 137, n. 0 10, 11 de Setembro.
(84) A.R.M., J.R.C., tombo, fls. 593-598, 12 de Outubro de 1554.
(85) Vide testamentos em anexo documental.
196
óbito (86). No último caso temos treze declarados como pobres e que por isso mesmo foram
enterrados na cova da fábrica (87). Note-se ainda que apenas sessenta e nove tiveram o direito
a missas ou ofícios ofertados, o que define as fracas possibilidades financeiras.
Não obstante os legados de casas feitos pelos senhores aos escravos, que libertavam, serem
geralmente vitalícios, o certo é que encontramos alguns deles como proprietários plenos de bens
imobiliários. A documentação dá-nos conta de oito libertos nesta situação, sendo cinco no Fun-
chal e três na Calheta. Mas de um modo geral são casas térreas. Apenas um entre eles é refe-
renciado com casa sobradada (88). Aqui merecem a nossa atenção Gonçalo Anes (89), mulato,
almocreve e Isabel Fernandes (90), preta, por se apresentarem como proprietários de duas casas:
o primeiro tinha uma casa foreira por 2.000 reais, em S. Bartolomeu, e outra em que vivia, a
segunda era possuidora de duas casas na Rua do Castanheiro, com seus quintais. Na ausência
desta possibilidade restava-lhes o aluguer de uma casa, como sucedeu com Maria Machada (9 1).
Quanto a posse de terras apenas encontramos doze libertos. Entre eles apenas dois alcan-
çaram os bens imobiliários por meio de legado do seu senhor: António Gonçalves, escravo liberto
do vigário do Faial, recebera de seu amo um pedaço de terra e duas colmeias que aí estavam (92),
enquanto Francisca, mulata, e Joana, ambas «moças» de Bárbara Zoria, receberam a posse da
sua fazenda do Salão em Câmara de Lobos, sendo metade para casa (93).
Outra possibilidade de acesso à terra era o aforamento. A primeira iniciativa conhecida
deste tipo, devemo-la a João Gonçalves da Câmara, que em 1499 (94) aforou uma propriedade
nos Arrifes (Funchal) a João Gonçalves, homem preto. Mais tarde, em 1507 (95), João Adão
declara ter aforados dois chãos por 130 e 150 reais, respectivamente a Catarina e Branca Fer-
reira, ambas mouriscas. E, finalmente em 1561 (96), Manuel Carrilho, mulato, é referido com
um dos dezasseis foreiros das terras de vinha na Ribeira Seca (Funchal), propriedade de Diogo
Amorim, mercador.
Por vezes os libertos tentavam novo rumo de vida noutras paragens, procurando, talvez,
fazer ignorar à sociedade a anterior condição. O Funchal acolheu alguns destes libertos oriundos
da ilha de S. Miguel. Primeiro tivemos Pero Fernandes (97), mulato natural de Ponta Delgada
(S. Miguel), depois, Pero da Costa de Vila Franca do Campo (98) e Pedro Gonçalves (99) da vila
da Ribeira Grande. O último havia emigrado para as Canárias, mas por se encontrar enfermo,
em 1613, veio para o Funchal com a intenção de no Hospital da cidade encontrar cura para a
doença.
Por <tudo isto se confirma que a condição do liberto na sociedade madeirense não era fácil
e que eles vieram engrossar a multidão de trabalhadores braçais e o temível grupo de marginais.
197
As miseráveis condições agravaram-se com a liberdade, pois com isso perderam a necessária pro-
tecção do senhor, faltando-lhe os meios para uma vida em segurança. Deste modo às portas da
morte, assolados pela doença, recolhem-se ao hospital da Misericórdia, declarando a miséria,
muitas vezes, sem qualquer bem capaz de suportar as despesas com o funeral. Alguns testa-
mentos reunidos em anexo (100) atestam bem a situação.
São poucos os libertos que foram proprietários de bens móveis e imóveis. Quando isso
acontece a origem é quase sempre as doações dos antigos proprietários. O inventário breve dos
bens, os reduzidos ou nulos legados de missa ou obrigações para o enterro, revelam também a
condição de pobreza. Mas eles acolhidos pelo hospital da Misericórdia não se esquecem de o
retribuir, entregando-lhe os poucos haveres que dispõem.
(100) Documentos n. 0 3 (Gonçalo Anes, mulato forro), 4 (Lea.nor Lopes, preta.), 6 (Pero Fernandes,
mulato), 7 (Gonça.!o Anes, mulato), 8 (Manuel Gomes, mulato), 9 (Isabel Fernandes, preta.), 10 (Leonor, preta.,
forra.), 11 (António de Freitas, mulata., 12 (Jorge Rodrigues, mulato forro, 13 (António Gonçalves, preto, forro).
198
A ESCRAVATURA MADEIRENSE: SUAS IMPLICAÇÕES
O confronto das ordenações do reino (1), ao nível geral, e das posturas (2), no particular,
revela-nos a grande diferença existente entre a situação jurídica do homem livre e do escravo.
Num e noutro caso, como seria de esperar, ele tem um tratamento bastante diferenciado da popu-
lação, em geral. Esta diferenciação social não se fazia apenas pela condição, mas também pelo
uso de um sinal de pano amarelo (3).
A amplitude do espaço de convívio social do escravo era muito reduzida e estava sujeita
a inúme:J;as limitações. Todas estas medidas, como teremos oportunidade de ver, resultavam do
temor que os homens livres tinham a qualquer atitude de revolta dos escravos.
Para além da delimitação do espaço de convivência social é de referir a posição que a socie-
dade atribui ao escravo perante a lei. Ela era muito limitativa, dando a entender que a sua per-
sonalidade jurídica não merecia referências positivas nas ordenações,do reino, pelo contrário
retiravam-lhe uma série de prerrogativas que eram apanágio do cidadão comum. Assim, por exem-
plo, o escravo não gozava da imunidade eclesiástica (4), não podia fazer testamento (5), servir
de testemunha na feitura de qualquer acto escrito ou de tutor (6). Apenas podia ser testemunhas
nos sacramentos do baptismo e casamento, tal como o testemunhamos. A par disso restringia-se
a presença dele a actividades conexas como o exercício da justiça, impedindo-os de serem aju-
dantes dos homens que a ela estavam ligados (7).
A outro nível na aplicação da justiça estava estabelecida uma atitude diferente para o escravo
e livre: as penas aplicadas variavam de acordo com o estatuto social; por exemplo, no caso do
homem que dormisse com manceba, o castigo só tinha lugar quando tal acontecesse com mulher
livre ou branca escrava (8). No primeiro caso diferenciava-se a pena de acordo com a condição
201
social do interveniente: aquele que dormisse com mulher livre era condenado à morte e se fosse
com escrava branca sujeitava-se ao degredo para as galés. No caso de fogo posto, o escravo
estava apenas sujeito a açoites no pelourinho, ficando a cargo do senhor o pagamento dos danos,
enquanto sobre os outros grupos sociais recaiam penas variadas e severas, também de acordo
com a condição social (9).
Ao escravo era atribuído o estatuto de objecto. Por exemplo nas Ordenações Manuelinas
o título XLI é sumariado da séguinte forma: «Da pena que averam os que acham aves, e escravos,
ou quaesquer outras cousas (... )»(lO). Por vezes eram colocados ao lado das bestas (11).
Foi a partir destas situações, expressas nas normas jurídicas e de conduta social, que nos
apercebemos da posição e personalidade jurídica do escravo. Importa esclarecer, no entanto que
ela não é específica de Portugal, pois também tem lugar noutros reinos. Além disso a legislação
portuguesa sobre os escravos tem como fundamento as Siete Partidas, de Afonso X, que por sua
vez se baseiam no Código de Justiniano (12). Para a América surgiu em finais do século dezas-
sete um código de leis consignado aos escravos, que depois ficou como modelo de todas as inter-
venções legislativas posteriores neste continente: ficou conhecido como o Código Negro e foi
adaptado em 1685 por Colbert para as Antilhas francesas (13).
É de salientar que os títulos das Siete Partidas referentes aos «Servos» incidiam preferen-
cialmente na defmição da condição jurídica do escravo, na sua situação perante a lei e das formas
para aceder à liberdade (14). As Ordenações Afonsinas, elaboradas em 1446, transcrevem alguns
destes capítulos referentes aos escravos. Todavia nas primeiras ordenações portuguesas a maior
preocupação do legislador está nos mouros e judeus, considerados como os grupos étnicos de
alto risco social (IS), mas sem qualquer ligação com a escravatura. Em inúmeros casos o mouro
é sinónimo de servo e viceversa. Apenas com a compilação das ordenações manuelinas e pos-
teriores o escravo assume um tratamento mais desenvolvido.
Os aspectos específicos regulamentadores da convivência social do grupo derivam deste
postulado geral e são estabelecidas pela legislação específica sob a forma de leis e posturas. Neste
caso as ordenações, como repositório de leis e disposições gerais do reino, são a matriz do seu
enunciado. Quanto à Madeira a vinculação ao modelo municipal de Lisboa deverá ter permitido
o acesso às posturas para af estabelecidas no século XV (16). Mas as especificidades do espaço
(9) Ordenações e Leis do reino de Portugal (... ) D. Filippe, livro quinto, Coimbra, 1851, tit. LXXVI,
pp. 359-360.
(lO) Ob. cit., livro quinto, p. 118-120. Note-se que esta situação não era específica das leis portugue-
sas; W. D. PHILuPs JR, ob. cit., 40, aliás a remota origem encontra-se lavrada no Código de las Siete Partidas,
por três vezes; veja-se terceira partida, tit. XXIX, lei V (p. 356), quarta partida, tit. XV, lei IX e X (pp. 389-392).
(tt) Ordenações Manuelinas, livro quarto, Lisboa, 1984, tit. XVI, pp. 48-49: •Como se pode enjeitar
os escravos e as bestas ( ... )•.
(12) Fortunato de Al..MEIDA, História de Portugal, vo!. V, 39-40. Nas anotações lavradas no •Repertório
das Ordenações e Leis do Reino de Portugal• (ob. cit., 4 vols.) apercebemo-nos desta situação. Sobre a importância
do código legislativo veja-se J. A. DoERING, •La situaci6n de los esclavos a partir de las Siete Partidas•, in Folia
Humanlstica, 4 (1966), 337-361; E. N. VANKLEFFENS, Hispanic lawunti/ the end ofthe Midle Age, Edimburgh,
1968; C. A. PALMER, Slaves ofthe White God, Londres, 1976, 86; W. D. PHilllPS JR, oh. dt., 41, 58, 69,
106 e 167.
(13) L. PEYTRAUD, L'Erclavage aux Antilles Françaises avant 1789, Paris, 1897, 143-166; Antoine
GISLER L'Esclavage aux Antilles Françaises (XVIIé-XIXé), Fribourg, 1965, 20-26; H. S. KLEIN, Slavery in the
Americas, Londres, 1967, 39-57.
(14) Vejam-se: terceira partida, tit. VIII, XVI, XVIII, XXIX, quarta partida, tit. V, sexta partida,
tit. I, IV, sétima partida, tit. I, XIII, XIV, XV, XXX, XXXIV.
(IS) Ordenações Afonsinas, Lo. II, tits. LXVI-CXXI e Lo. V, Tits. XXV-XXVI.
(16) Livro de Posturas Antigas de Lisboa, Lisboa, 1974; Alberto VIEIRA e Vítor RODRIGUES,
•Administração do Município do Funchal. 1470-1489•, in 11 Colóquio Internacional de História da Madeira,
Funchal (1989), Funchal, 1990, pp. 23-42.
202
madeirense deverão ter motivado diferentes problemas que implicariam soluções diversas, defi-
nidoras de um conjunto específico de posturas.
Também nas Canárias, a exemplo da Madeira, evidencia-se a influência da legislação penin-
sular no articulado das posturas locais. E no caso da questão dos escravos a origem deverá ser
também peninsular (17). Todavia a existência de domínios específicos, similares aos existentes
para a Madeira, poderão indiciar uma influência ou partilha de soluções pelos dois arquipélagos,
cuja articulação, de momento nos escapa.
Em toda a legislação referente aos escravos, para além da marcante diferenciação
social, está latente o medo dos livres em face da possível atitude de revolta dos escravos.
Deste modo a intenção do legislador era estabelecer medidas protectoras capazes de frenar
tal possibilidade: primeiro restringindo a mobilidade social do escravo, depois uma jus-
tiça draconiana sobre os prevaricadores. Todavia, o maior perigo não estava no escravo pro-
priamente dito, mas sim nos fugitivos. Eles constituíam um grupo de alto risco, provo-
cador de profunda instabilidade social, que merecia a quase total atenção das leis. Por
isso a sociedade procurava estabelecer um travão à violência dos escravos, proibindo-os
do uso de armas, limitando o tempo e o espaço de convívio e intervenção social. Por
outro lado eram-lhe aplicadas penas muito mais severas do que as que incidiam sobre o cidadão
comum.
No entender do madeirense João Fernandes Vieira, também ele com ascendência escrava,
uma vez que era mulato, libertador de Pernambuco (1645-54) e Governador de Angola (1658-61)
era <<velho e aprovado costume» nunca permitir que o negro levantasse a mão contra um branco,
pois «a preservação do reino depende desta obediência e medo» (18). Foi de acordo com esta ideia
que se estabeleceram nas ordenações do reino e posturas municipais as normas de conduta social
para os escravos.
Um dos aspectos que se encontrava associado à condição de escravo era a propenção para
o roubo, na casa e propriedade do senhor ou de outrem. Esta pratica deveria ser de tal forma
generalizada no século XVI, que o Conde de Unhares não hesitava em afirmar, que nunca havia
de castigar um escravo por furto, pois conforme refere «enquanto ele fora cativo, nunca outra
coisa desejava senão furtar» (19).
Na verdade, quer as ordenações quer as posturas, insistem nesta acção dos escra-
vos, reclamando medidas fiscalizadoras e punitivas. Uma primeira saiu das cortes de
Almeirim (1524) em que se interditava os escravos do direito de viver sós, em casa sua
ou de aluguer, e aos forros de os recolher (20). Na Madeira já em 1473 (21) ficou estabe-
lecida esta proibição. A par disso também se proibiu a mancebia do escravo com livre,
pois considerava-se que a situação favorecia o roubo por parte dos escravos. Em Postura
aprovada em 1546 (22) na vereação funchalense é referido que os homens trabalhadores,
vindos do reino, «são amancebados com escravas as quais roubam seus senhores pellos man-
terem afim delles as forarem e daqui vem que esta ilha há muitas espravas e espravos e que
se forram com ho que roubaram a seus senhores. E não abastam o que asy roubaram
em semdo cativos mas depois de forros suas casas são covis de ladrões». Medidas idên-
(17) Alberto VIEIRA, •Introdução ao estudo do direito local insular. As posturas da Madeira,
Açores e Canárias nos séculos XV a XVII», in VII C. H. C.A. (1986), já citado.
(18) C. R. BOXER, Relações Raciais no Império Colonial Português. 1415-IB25, Porto, 1977, 32.
(19) Ditos Portugueses Dignos de Memória, Lisboa, s/d, n. 0 1459, p. 486.
(20) Leis Estravagantes (... ),Lisboa, 1987, quarta parte, n. 0 9, p. 122.
(21) Eduardo PERElRA, Ilhas de 'hlrgo, II, Lisboa, 1968, 192.
(22) A.R.M., C.M.F., n. 0 1307, fl. 50-59, Vereação de 17 de Maio, em anexo documental sobre
posturas n. 0 3.
203
ticas surgem nas ilhas de Gran Canaria e Tenerife (23), e também na América, em Cuba (24) e
no Chile (25).
Os furtos realizados pelos escravos incidiam, preferencialmente, sobre objectos de pouco
valor, como roupas, aves, gado e produtos da terra (vinho e frutas). A mais antiga referência
ao furto de gado é de 1481 e diz-nos que um escravo de Diogo Afonso havia roubado uma
ovelha. Por isso o dono foi encoimado pelo capitão do Funchal em trezentos reais (26). No
mesmo ano outro escravo roubava uma coberta a João Vaz e vendi-a a um almocreve sendo o
dono penalizado em igual coima (27). Em 1546, por postura proibitava do relacionamento das
escravas com trabalhadores solteiros e arrendatários, se dá conta que elas subtraiam aos seus senho-
res canas, vimes, madeiras e águas (28). São de salientar ainda as cartas de perdão concedidas
por D. João III, que abrangem três escravos que haviam sido condenados pelo furto de vinho
e galinhas (29).
O maior perigo dos escravos para a sociedade estava na criminalidade, mais acentuada entre
os fugitivos. Neste caso assumem particular significado os mouriscos. De acordo com Hans
Sloane, que em 1687 (30) passou pelo Funchal, o negro tinha uma apetência especial para o crime,
pois apenas uma «moeda de oiro» nas suas mãos era o «suficiente para comprar a vida de qualquer
pessoa». Os mouriscos também pertenciam ao grupo, sendo de um modo geral propensos à fuga.
Giulio Landi (31), que esteve na Madeira na primeira metade do século dezasseis, estabe-
lece uma diferenciação entre os escravos mouriscos e negros, enquanto os primeiros são refe-
renciados como criminosos e dados a fugir, os segundos são «bons e fiéis». Quanto às características
definidoras do primeiro grupo refere: «E não é de admirar que dificilmente suportem a escra-
vidão, pois primeiramente foram livres, mas quando são feitos prisioneiros de guerra, logo são
r~uzidos à escravidão e mantêm-se agrilhoados».
As ordenações e posturas, pelas medidas restritivas que estabeleciam à convivência social
dos escravos, dão a entender isso: as limitações de uso e porte de qualquer tipo de arma, o
recolher obrigatório após o toque de rebate e a proibição de circularem isolados sem qualquer
ordem do dono, dão conta deste temor (32).
É de salientar que nas posturas do município do Funchal e dos cabildos das ilhas de Tene-
rife e Gran Canaria se estabelece uma distinção entre os mouriscos e os outros escravos, habi-
tualmente negros. Enquanto os primeiros eram conhecidos pela violência, aos segundos
associavam-se os furtos (33). Aqui, tal como Manuel Lobo Cabrera (34) já o havia referenciado,
(23) Manuel LoBO CABRERA, ibidem. O mesmo sucede em Castela conforme o esclarece José Luís
CORTES LOPEZ, Ob. cit., 147-149.
(24) José António SACO, História de la Esclavitud de la raza africana en e! mundo y en especial en los
paises americohispanos, t. I, Barcelona, 1874, 201.
(25) R. MELLAFE, La Introducción de la Esclavitud en Chile. Trafico y Rutas, Santiago do Chile,
1959, 77-78: Aí em 1546 se proibia o negros de fazer comércio.
(26) A.R.M., C.M.F., n. 0 1297, fl. 53 vo., Vereação de 23 de Outubro.
(27) Ibidem, n. 0 1297, fl. 47vo., Vereação de 18 de Maio de 1482.
(28) Em anexo documental de Posturas n. 0 3 e 4.
(29) Afonso Anes, escravo de Maria Anes, do Funchal, havia furtado vinho o objectos de pouco valor
(A.N.T.T., Livros de PerdtJes e LegitimaçtJes de D. Joiio III, Lo. 11, fl. 148), Bárbara, preta, escrava de João
Levadas de Funchal foi encontrado com galinhas (ibidem, Lo. 24, fl. 267 vo.) e um escravo do doutor Pero Nunes
foi surpreendido de noite a furtar vinho na adega de Pero Dias Gouveia (ibidem, Lo. 10, fl. 174). Veja-se sobre
esta questão João dos Santos Ramalho COSME e Maria de Deus Beites MANSO, «Cartas de Perdão e Legitimação
concedidas aos moradores do arquipélago da Madeira•, in II Colóquio Internacional de História da Madeira (I 989).
(30) «Uma viagem às ilhas da Madeira ( ... )•, in.A Madeira Vista por Estrangeiros, Funchal, 1981, 161.
(31) «Descrição da llha da Madeira., in ibidem, 92.
(32) Leis Extravagantes(... ), Lisboa, 1987, quarta parte, tit. V. n. 0 1-4, 7; veja-se ainda posturas em
anexo documental. -
(33) Vejam-se as posturas seleccionadas em anexo documental.
(34) Art. cit..
204
verifica-se uma similar preocupação das autoridades dos dois arquipélagos, de que resultaram
idênticas formas de os solucionar. Parece-nos que tal identidade legislativa deverá ser apontada
como resultado da premência da situação em ambas as sociedades, a que não deverá ser alheio
o tronco legislativo comum, isto é as Siete Partidas de Afonso X. A par disso, nos dois arqui-
pélagos a composição étnica dos escravos é semelhante: deparamo-nos primeiro com os guan-
ches, depois os mouriscas e negros.
O primeiro grupo assumiu uma posição particular em ambos os arquipélagos, pelo que as
medidas reguladoras do seu comportamento têm origem na intervenção dos municípios locais.
Pelo contrário, a legislação referente aos dois últimos grupos fundamenta-se nas ordenações e
leis das coroas peninsulares. Num e .noutro caso o comportamento insubmisso conduziu a uma
apertada vigilância e ao estabelecimento de normas regularizadoras e repressivas da sua conduta.
Em Tenerife as actas do cabildo, a partir de 1497 (35) e no Funchal, as reclamações dos muní-
cipes ao senhorio desde 1483 (36), atestam o nível de conflituosidade social gerado por eles, nos
finais do século XV, princípios do seguinte.
Em ambos os arquipélagos foram os pastores que se evidenciaram pelos roubos. Para o
combater a única saída possível, nos dois arquipélagos, foi a expulsão. Na Madeira tal medida
foi tomada em 1498 (37), mas em 1505 (38) em face de reclamações dos moradores do Funchal
e do capitão ela sofreu algumas mudanças, não sendo incluídos os que eram mestres de açúcar.
Idêntica solução havia sido adoptada nas ilhas de La Gomera e Gran Canada. O Cabildo de Tene-
rife ordenara o mesmo em 1493 (39).
A partir de princípios do século XVI outros escravos vieram assumir a posição dos guan-
ches como grupo de alto risco: são os mouriscas feitos cativos, no caso das Canárias, nos diver-
sos assaltos que faziam à costa da Berberia e, para a Madeira, como resultado das lutas travadas
pela posse das praças marroquinas.
Num e noutro arquipélago não conhecemos qualquer revolta de escravos a exemplo do que
sucedeu em Vila Franca do Campo (40) em S. Miguel (Açores). Apenas se referem, no caso da
Madeira, motins isolados. Primeiro tivemos os escravos canários, que segundo reclamações dos
madeirenses em 1483 (41), se amotinavam e destruiam os gados aos donos. Depois Gaspar
Frutuoso (42) refere outra acção esporádica de cinco escravos de João Rodrigues Castelhano
da Calheta, que lhe mataram um feitor. Mais tarde, em 1665 (43), fala-se da presença de
escravos numa revolta popular para destituir o capitão-general da ilha, D. Francisco de
Mascarenhas.
Os inúmeros escravos figitivos que se encontravam nas serras da Madeira tomavam peri-
gosas as comunicações terrestres, pois assaltavam, com frequência, os viandantes para lhes rou-
bar haveres ou matar. Gaspar Frutuoso (44) fala-nos de um mulato, que andava fugido nas
serranias vizinhas do Funchal e foi aprisionado por Marcos de Braga. Mas alguns dos foragidos
conseguiam melhor sorte saindo da ilha a salto para o arquipélago vizinho das Canárias. Assim
205
sucedeu em 1.525 com Francisco, preto de Manuel Fernandes da Ponta do Sol, que se refugiou
com outros em Tenerife (45).
Desde a Antiguidade (46) que os escravos fugitivos foram uma quebra-cabeças para as auto-
ridades e um factor de forte instabilidade social. No Velho (47) como no Novo Mundo (48)
repetem-se as medidas punitivas contra os foragidos ou revoltosos e quem lhes dava acolhimento.
Para coibir tal prática a coroa havia estabelecido normas severas de punição e elevada recom-
pensa a quem os entregasse às autoridades (achádego). De acordo com as ordenações, o achador
receberia trezentos reais, se fosse um escravo negro, e mil reais, para um branco ou índio (49).
Por outro, lado se o não entregasse e tentasse por qualquer meio o encobrir incorria em pena
de degredo para o Brasil (50).
Era prática corrente de os libertos, por um lado, e os pastores, por outro, dissimularem
a presença de fugitivos assegurando-lhes, mesmo, guarida. Para o combater as posturas fun-
chalenses aplicavam elevadas penas, sendo de quinhentos reis, no primeiro grupo, e de mil reis
para os demais (51). Em 1483 (52) em face dos perigos que provocavam os escravos foragidos
canários, o duque ordenava aos madeirenses que os juízes ordinários fizessem anualmente uma
inquirição dos escravos pastores. Os culpados seriam entregues por seus donos, num prazo de
quatro meses, à justiça, caso o não fizessem perdiam o direito de posse, ficando para quem o
apanhasse. Mais se recomendava que depois fossem vendidos para fora da ilha.
As penas aplicadas aos escravos pelas infracções às regras legais sobre o convívio social
eram, em geral, punidas com açoutes, degredo, talhamento de membro ou de orelha e morte.
A aplicação da justiça estava a cargo dos oficiais régios, de acordo com as alçadas para eles deter-
minadas. No caso do Funchal o capitão donatário recebeu em 1505 (53) o poder de sentenciar
o corte de orelha a escravo branco ou negro, pena que até então só podia ser atribuída pela coroa.
Apenas em S. Tomé o rei havia concedido ao capitão o poder de setenciar os escravos em pena
de morte ou talhamento de membro (54).
Giulio Landi refere que os mouriscas, devido ao espírito rebelde andavam sempre agri-
lhoados, enquanto os negros só o eram por crime (55). Todavia era apenas uma a situação em
206
que o escravo o deveria ser: o relapso que fosse encontrado pela terceira vez na rua após o tanger
do sino era punido desta forma. Para além dos cem açoutes no pelourinho, este era agrilhoado
por um ano, pelo seu senhor, com «um braga de ferro que pese mea arroba» (56). Mas esta ati-
tude punitiva não era estática, pois em 1486 (57), um negro da mulher de João Louvado, que
havia sido encontrado de noite, em lugar dos cinquenta açoites no pelourinho e do uso dos gri-
lhões, foi o dono encoimado em 25 reais. Não obstante um alvará régio de 15 de Junho
de 1551 (58) ter estabelecido que a pena de cadeia aplicada aos escravos deveria ser sustitufda
por açoites, certamente pelas dificuldades na alimentação e pelo empenho dos proprietários (59)
em evitar tal situação que lhes era desvantajosa, deparamo-nos na Madeira, em data posterior,
com três escravos presos na cadeia: dois são do Funchal e um terceiro da Calheta (60).
O único caso de maior severidade da justiça aplicada aos escravos surge no setenciamento
de rebeldia. Assim os cinco escravos de João Rodrigues Castelhano em que lhe mataram o fei-
tor, foram enforcados na vila da Calheta (61), enquanto aqueles que em 1665 participaram numa
sedição contra o governador e capitão general da ilha, D. Francisco de Mascarenhas, foram açoi-
tados e condenados às galés por toda a vida (62). Em 1501 Diogo, negro, escravo de Diogo
Leitão, cavaleiro e tesoureiro do Infante, foi preso no Funchal por ferir outro homem: a pena
aplicada foi severa, pois para além dos açoites junto ao pelourinho, foi degredado para Cabo Verde.
Mas a pedido do proprietário o fei concedeu-lhe o perdão a troco de cinco mil reais (63).
Por vezes a justiça era feita pelos próprios proprietários ou quem os apanhasse em fla-
grante delito. Assim sucedeu, no último caso, com um escravo que andava fugido e que Marcos
de Braga conseguiu apanhar: como castigo «O meteu a lavrar com um boi em uma canga e arado>>
e «depois de o ter bem castigado, tomar o mulato salvage a seu senhor» (64).
Uma das formas de justiça exercida pelos proprietários era a negação da possibilidade de
alforria ou a venda para fora da ilha. O bom comportamento era sinónimo, muitas vezes, de
uma posterior alforria por morte do proprietário, mas o mau equivalia a um futuro pouco agra-
dável para o escravo (65). Assim Francisco de Lima,. mercador, e a sua mulher Agueda Simões,
estabeleceram em 1629 (66) que a escrava Maria por ser «desobediente e mal ensinada», fique
cativa, em poder do compadre Gaspar Fernandes Gondim. Destino diferente tiveram um mulato,
de Manuel Gomes Garcia (67) e um preto, do cónego Francisco Dinis de Gouveia (68), que por
serem maus e desobedientes foram vendidos, sendo o primeiro para Castela.
Na aplicação das penas, às infracções cometidas pelos escravos, é necessário ter em conta
a posição assumida pelos proprietários, uma vez que algumas delas poderiam ser-lhes ruinosas.
Era sobre o proprietário que recaíam todas as responsabilidades dos danos causados e era ele
207
quem deveria pagar as penas pecuniárias. Por outro lado a aplicação das penas de degredo ou
de morte tornavam-se igualmente prejudiciais para o mesmo, pois implicavam uma dupla perda.
O senhor ficava sem o valor atribuído na compra e privado dos seus serviços.
É insistente a reclamação contra tais medidas estremadas e à ordinária substituição pela
pena de açoites no pelourinho. Em face disto parece-nos estranha a atitude assumida no século
dezasseis por João Rodrigues Castelhano, ao permitir que fosse aplicada a pena de enforcamento
a cinco dos escravos que lhe haviam morto um feitor. Não há referência a qualquer atitude do
mesmo perante a coroa implorando a comutação da pena que lhe deveria ser amplamente des-
vantajosa: eram cinco escravos perdidos, que embora pudessem ser dispensados pelo proprie-
tário equivaliam a mais de cem mil reais perdidos (69).
Comportamento diferente teve Diogo Leitão (70) para com o escravo que em 1501 fora
setenciado, como vimos, em pena de degredo para Cabo Verde. A insistência junto do rei pela
comutação da pena em valor pecuniário demonstra a importância que era atribuído ao mesmo
e o dano que a sua falta fazia. As razões apresentadas para o pedido de comutação da pena
fundamentavam-se no facto de que o seu dono «nada dele servido tinha porquanto o criara de
pequeno e tinha gastado muita de sua fazenda (... )». O rei compreende as razões do suplicante
e ordena que o mesmo pague por isso quinhentos reais e aos oficiais da justiça que «daqui em
diante o nom prendais nem mandes prender».
(69) Sendo o valor médio dos escravos do sexo feminino, nessa época, superior a 20.000 reais.
(70) Veja-se nota 65.
208
O ESCRAVO, A IGREJA E A RELIGIÃO
Um dos domínios que mais tem preocupado os estudiosos dos aspectos ideológicos da, escra-
vatura é a posição adoptada pela Igreja('): questiona-se o seu procedimento perante a existência
da escravatura e alude-se à dupla posição assumida quanto ao fenómeno no continente ameri-
cano. Aí a atitude da Igreja é pautada pela defesa da condição de escravo ao negro como forma
de luta contra a escravização do índio. Neste domínio evidenciaram-se Frei Bartolomé de Las
Casas e o Pe. António Vieira (2).
As posições manifestadas pela igreja católica nas colónias portuguesas e castelhanas da Amé-
rica do Sul testemunham essa diversidade de opções, nomeadamente no seio da Companhia de
Jesus: contestava-se e proibia-se a escravização dos índios, mas em contrapartida favorecia-se
a submissão dos negros africanos, não obstante os últimos serem, no entender de Pierre Cubert (3)
mais aptos a abraçar o cristianismo. Todavia no seio da Companhia de Jesus no Brasil surgiram
vozes, como as de Miguel Garcia e Gonçalo Leite, contrárias à escravatura dos negros.
A par disso a documentação pontifícia dá-nos conta de idêntica atitude assumida pelo
papado em face da escravatura. O procedimento condenatório dos papas Pio II, Paulo III e
Urbano VIII (4), contrasta com as atitudes de Niculau V, Calisto III, Sixto IV, Leão X e Ale-
xandre VI (5), expressa em bulas defensoras da legitimidade da escravatura. Neste último caso
merecem referência as bulas «Dum Diversas» e «Divino Amoré Comoniti» que asseguravam aos
portugueses o direito de conquista e escravização dos sarracenos (6).
(1) Tenham-se em consideração as opiniões de Michel DUCHET (•As Reacções perante o problema do
tráfico negreiro: análise histórica e ideológica•) e L. CONTI (•A igreja Católica e o tráfico negreiro•) in O Trá-
fico de Escravos Negros. Séculos XV-XIX, Lisboa, 1961, 42-47 e 335-339. Para o conhecimento mais funda-
mentado sobre essa dualidade na posição da igreja em face da escravatura merecem referência os seguintes
estudos: David Brion DAVIES, The problem of Slavery in Western Cu/Jure, 1966; Winthrop D. JoRDAN, White
Over Black American Attitudes toward the negro 1550-1812, North Carolina, 1968; Piero A. MILANI, La Schia-
vitú nel pensiero politico. Dai Greci ai basso medievo, Milano, 1972; John Francis MAXWElL, Slavery and the cato-
lic teaching concerning the moral legitimacy of the institutions of slavery, Londres, 1975; Lester B. ScHERER,
Slavery and the Churches in Early America. 1619-1819, Washington, 1975; Albert J. RABOTEAU, Slave reli-
gion. The «invisible» lnstitution in the Antebellum South, Oxford, N. York, 1978; C. R. BOXER, A igreja e a
F.Tpansão Ibérica (1440-1770), Lisboa, 1981; V. M. GoDINHO, ob. cit., vol. IV, Lisboa, 1983, 182-185; Domin-
gos Maurício, «A Universidade de Évora e a escravatura•, in Didaskália, VII, 1977, pp. 153-200.
(2) Serafim LEITE, História da Companhia de Jesus no Brasil, vol. VI, Rio de Janeiro, 1945; idem,
•Prefácio• in Jorge BENCI, Economia Crista dos senhores no governo de escravos, Porto, 1945, 1-16; E. VILA
VILAR, «<ntroduccion•, in Alonso de SANDOVAL, Un tratado sobre la esclavitud; Madrid, 1987, 22-25. Silvio
ZAVAI.A, Los esclavos índios en Nueva Espaffa, México, 1967, 107-160.
(3) Nouveau Voyage aux Jsles Atlantiques, 1931, 2, 406, cit. por G. Midlo HALL. Social Control it1
Slave (... ), Londres, 1971, 40.
(4) LoNTI, «A Igreja e o Tráfico negreiro•, in O Tráfico dos Escravos Negros séc. XV-XiX, Lisboa, 1981,
335-339; John Francis MAXWELL, Slavery and the Catholic Teaching (... ), Londres, 1975, 52-59.
(S) John Francis MAXWELL, ibidem, 52-54; J. R. TINHORÃO, Os Negros em Portugal, Lisboa, 1988, 56.
(6) Charles Martial de WHITTE, «Les Bulles Pontificales et l'Espansion Portugaise au XVéme si~le»,
in Revue d'Histoire Eclesiástique, t. 51-53, Roma, 1956-58; John Francis MAXWELL, ibidem, 52-54;
J. R. TINHORÃO, ibidem, 56.
209
14
Esta atitude permissiva, no dizer de Charles R. Boxer (1), ou de transformação progres-
siva da escravatura, segundo Charles Verlinden (8), marcou a posição da Igreja no período em
causa. Para outros, como José António Salvador (9), «a igreja fez-lhe vistas largas» e o clero
foi um defensor e fruidor do sistema.
De acordo com informação de Zurara (10), dos primeiros escravos negros chegados ao reino
em 1444 e 1445, quatro foram entregues a mosteiros e igrejas, enquanto que em 1446 o próprio
bispo do Algarve armou uma embarcação para apresar escravos na costa africana. Estudos recen-
tes têm provado que o clero era detentor de um grupo numeroso de escravos. Na Europa (11),
como nas ilhas atlânticas, Madeira, Açores (12), Canárias (13) c S. Tomé (14), a exemplo das Índias
de Portugal e Castela (15) os clérigos surgem como o principal grupo de proprietários de escra-
vos. Também no caso da Madeira ele assumiu uma posição relevante (25%).
Perante semelhante posicionamento da maioria dos representantes da igreja parece-nos com-
preensível a atitude dualista defendida pelos teólogos ( 16) É de salientar que a crítica dos teó-
logos, quando existente, visava apenas o tráfico e quase nunca a escravatura, sendo exemplo disso
a posição de Tomás Mercado (17), Bartolomé de Albornoz (18), Tomás Sanchez (19) e Alonso de
Sandoval (20). A estes deverá associar-se o contributo da escola teológica da Universidade de
Évora, onde se destacaram Luis de Molina, Fernão Rebelo, Estevão Fagundes, João Baptista
Fragoso e Fernão Pérez (21).
Na América Central e do Norte, os protestantes, a exemplo dos católicos do Sul, manifesta-
ram-se a favor desta condição social, pois para além de 'considerarem a escravatura como um
meio de evangelização, atribuíam-lhe uma função de remissão para os que a ela estavam sub-
metidos. Desta modo o tráfico não era condenado, sendo uma via do processo de redenção (22).
Num e noutro caso a Igreja assumiu uma atitude de controlo social e de apazigua-
mento dos possíveis conflitos, ao proclamar, através dos seus arautos, as virtudes de obe-
diência. Os sermões do Pe. António Vieira (23) assumem aqui particular importância, sendo
210
de referenciar o décimo quarto, proferido na Baía em 1663 à Irmandade de pretos de um
engenho (24 ).
A igreja, de um modo geral, não combatia a escravatura mas a sua atitude perante o escravo
não era passiva, pois que procurava por todos os meios trazê-lo ao seu seio por meio do ensino
da doutrina e prática dos preceitos católicos. Não obstante estar proibido por bula papal a escra-
vização dos cristãos sucede que esta medida só abrangia aqueles que já o eram e não os que depois
assumiam esta condição. O escravo baptizado, casado era, necessariamente, um cristão, mas
continuava como escravo. Apenas na India foi decretada liberdade dos convertidos.
Opinião contrária tinham os proprietários que viam nisso uma quebra do pleno domínio
sobre o escravo, e por isso mesmo colocavam vários entraves à sua doutrinação e prática cultual.
Daí resultou a reprovação dos ingleses, proprietários de escravos, ao baptismo, pois conside-
ravam que tal acto punha em causa a escravatura (25).
As constituições sinodais dos bispados do mundo atlântico expressam a preocupação dos
pastores da igreja em que os escravos fossem doutrinados e praticassem sacramentos, com espe-
cial relevo para o baptismo e casamento. No Funchal, em Las Palmas ou na Bafa, o cuidado
era o mesmo, não obstante a diferente dimensão assumida pela escravatura. Na Madeira, a pri-
meira recomendação neste sentido foi expressa em 1592 pelo bispo D. Luís de Figueiredo de
Lemos, quando da visita à paróquia da Fajã da Ovelha (26).
O bispo refere a presença no bispado de inúmeros escravos gentios que, no seu entender,
deveriam merecer a atenção dos vigários. O facto de, segundo o mesmo, alguns deles terem
manifestado o desejo de professar a Religião Cristã era o indicativo seguro dos cuidados a ter com
a sua doutrinação. Deste modo o bispo recomendava aos curas e párocos o cuidado a ter neste
domínio, fazendo com que os escravos saibam «a doutrina christam e> ao menos a oração Pater
Noster e Ave Maria, os artigos de fé e os mandamentos da Lei de deus (... )». Aos fregueses
eram também atribuídas responsabilidades neste âmbito, ordenando-se que aos escravos de mais
de sete anos «lhes fação com muita diligencia ensinar a doutrina». Por outro lado advertia-se
os párocos para que se informassem sobre os escravos da freguesia «e achando que não sabem o
Pater Noster e Avé Maria, os artigos de fé e mandamentos da lei de deus proceda(m) contra seus
senhores pera que os ensinem ou fação ensinar a dita doutrina, e os mandem a igreja aprendella
ao tempo que a ensinarem (... )». Idêntica preocupação encontramos lavrada nas Constituições
Sinodais de 1629 e 1737 do bispado de Las Palmas (27) e de 1707 do arcebispado da Baía (28).
Esta insistência da Igreja na doutrinação e prática religiosa dos escravos esbarrava com
inúmeras resistências. Elas tanto poderiam partir dos proprietários como dos próprios escravos,
que se mantinham arreigados aos rituais religiosos africanos, ou islamizados. A prova da
primeira situação é-nos dada no documento do bispo madeirense supracitado e no texto de
A. J. Antonil (29), para o Brasil.
(24) Obras escolhidas, vol. XI, Lisboa, 1954, 1-54. Aí o mesmo comparava a situação dos escravos
à de Jesus Cristo crucificado.
(25) De acordo com recomendação régia de 1557 a Francisco Barreto (Monumenta MissiÓnária Africana,
II, Lisboa, 1953, n. 0 137, p. 404) os escravos dos mouros ou gentios que fossem baptizados não seriam forros;
Albert J. RABOTEAU, Slave Religion (.. .), Oxford, 1978, 198.
(26) Arquivo Paroquial da Fajã da Ovelha, Livro de Visitações 1587-1730, fls. 14-15, em anexo documen-
tal n. 0 16. A mesma preocupação havia já sido manifestada em 1575 no Sínodo do Arcebispado de Lisboa;
veja-se Fortunato de ALMEIDA, História de Portugal, vol. XI, 127-128.
(27) Elisa TORRES SANTANA e Manuel LOBO CABRERA, «La Esclavitud en Gran Canaria ( ... )•, in IV
C. H. C.A., vol. II, 1982, 37-38.
(28) António Gomes dos SANTOS, «O Escravo negro na antiga legislação eclesiástica brasileira•, in Hori-
zonte, Revista Trimestral da Universidade Federal, João Pessoa, n. 0 4, 1977, 147-150.
(29) Cu/Jura e Opulência do Brasil, Lisboa, 1711, 25. É de salientar que apenas os escravos canários
atingiam a liberdade com o baptismo (José Luis CoRTES LoPEZ, Los origenes de la esclavitud negra en Espaffa,
Madrid, 1988, 139).
211
Em Portugal os monarcas preocuparam-se também com isso, tendo D. Manuel (30) orde-
nado a obrigatoriedade do baptismo a todo os escravos e estabelecido sanções para os que o não
cumprissem. São inúmeras as recomendações da coroa no sentido da cristianizar as gentes afri-
canas, escrava ou não, sendo disso exemplo a criação em 1532 dos bispados de Cabo Verde e
S. Tomé (31). Também nas Indias de Castelo o monarca Carlos V havia ordenado em 1537 a
obrigatoriedade do ensino da religião aos escravos, procurando assim sanar as resistências dos
proprietários (32).
Quanto à persistência de rituais e práticas religiosas de origem africana apenas está tes-
temunhada a sua existência no Brasil e Antilhas (33). Na Madeira e mesmo nas Canárias não se
reconhece tal situação. É de assinalar apenas a prática da feitiçaria (34) e a forte implantação da
religião muçulmana (35), nos escravos conhecidos como mouriscos. Para a Madeira nas visi-
tações da Inquisição de 1591 (36) e 1618 (37) foram denunciadas apenas duas mulheres, na con-
dição de forras, por prática de feitiçaria, sendo uma negra e a outra mourisca (38). Todavia,
em 1591 de entre os denunciados surgem três mulatos e dois mouriscos, sendo no primeiro caso
dois escravos (39).
Na América do Sul, não obstante a insistente acção dos jesuítas e dominicanos para a cris-
tianização dos escravos negros ou índios, subsistem indícios de manifestações religiosas pagãs,
surgindo nos tribunais inquisitoriais inúmeros casos de blasfémias e feitiçaria (40). Na Madeira
foi reduzido o número destes refractários ao catolicismo, tal como nos testemunham as poucas
denunciações feitas, quando das visitas do Santo Ofício à Madeira, em 1591 e 1618. O único
indicador disso poderá ser revelado pelo elevado número de ligações ilegítimas. Mas aqui a prin-
cipal causa deverá ser o facto dos senhores insistirem em manter as escravas livres do casamento,
pois delas se serviam muitas vezes como concubinas. Em Las Palmas elas são, por vezes, pros-
(30) Ordenaçt'Jes Manuelinas, Livro Quinto, Lisboa, 1984, tit. CXIX, pp. 300-301; esta recomendação
havia sido estabelecida pelos alvarás régios de 24 de Março de 1514 (Monumellta Missionária .Africana, II,
n. 0 25, p. 69) e de 26 de Junho de 1516 (lbidem, II, n. 0 37, p. 122).
(31) Para a doutrinação dos gentios, em muito contribuiu a criação das dioceses de Cabo Verde e
S. Tomé, sendo inúmeras as recomendações da coroa nesse sentido, conforme se poderá verificar pela
documentação publicada na Monumenta Missionária Africana, vols. I-IX, Lisboa, 1953-1960: confronte-se ainda
o que diz Antonio CARREIRA, Cabo Verde. Formação e extinção de uma sociedade escravocrata (1460-1878),
Lisboa, 1983, 271-294.
(32) L. M. DlAS SOLER, História de la Esclavituá en Puerto Rico, Puerto Rico, 1974, 168; Colim
A. PALMER, •Religion and Magic in Mexican Slave Society. 1570-1650•, in Race and Slavery (... ),
Stanford, 313; H. S. KLEIN, Slavery in the Americas (... ),Londres, 1967, 94. É de salientar que as referidas
normativas surgem nas colónias francesas, através do célebre codigo negro de 1685, sobre isto veja-se G. MIDLO
HALL, Social Control in slave, Londres, 1975; Antoine GISLER, L'Esclavage aux Amilles Françaises (... ), Fri-
bourg, 1965, 20-26. Também em Portugal o monarca se interessou pela doutrinação dos escravos, estabelecendo
as Ordenações Manuelinas (tit. CXIX) a obrigatoriedade do seu Baptismo.
(33) Albert J. RABOTEAU (Slave Religion (... ), N. York, 1978, 16) refere a existência de deuses do exí-
lio: Candomblé (Brasil), Santeria (Cuba), Shango (Trinidad) e Vandon (Haiti). Veja-se ainda: Roger BASTIDE,
Las Americas Negras, Madrid, 1969; idem, Les religions Africaines du Brésil, Paris, 1960; F. ORTIZ, La Rampa
Afro-Cubana. Los Negros Esc/avos, La Habana, 1916; Pierre VERGER, Lendas Africanas dos Oritas, Baía, 1985.
(34) F. FAJARDO SPlNOLA, •Las Palmas en 1524: hechiceria y sexualidad•, in A.E.A., Madrid-Las
Palmas, 1985, n. 0 31, 177-275.
(35) Luis Alberto ANAYA HERNANDEZ, «Repercusiones dei corso berberisco enCanarias durante e!
siglo XVII. Cautivos y renegados canarios•, in V C. H. C.A. (1982), t. II; R. RICARD, •Notas sobre los mou-
riscas de Canarias en el siglo XVI•, El Museo Canario, 1934, 1-10; J. PEREZ DE AYALA, •Los mouriscas en
Tenerife y acuerdos sobre su expulsion•, in Homenage a Elias Serra Rafols, t. III, La Laguna, 1973, 107-128.
(36) A.N.T.T., Inquisição de Lisboa, n. 0 789-790.
(37) lbidem, n. 0 791-792.
(38) De acordo com os livros de visitações de 1618 Maria Dias, preta e Lusia Dinis, mourisca, foram
acusadas da prática de feitiçaria; veja-se em anexo quadro n. 0 1<>4.
(39) Em anexo quadro n. 0 103.
(40) Colim A. PALMER, art. cit., 317; idem, Slaves of the White God, Londres, 1976, 145 e segs.
212
titutas (41). Deste modo as recomendações acerca da necessária legitimação dos pares por meio
do casamento católico esbarravam com a resistência dos senhores e escravos (42).
A própria Igreja não se preocupou em levar à risca o preceituado nas constituições sino-
dais, administrando de igual forma o baptismo aos escravos nascidos na ilha por relação
ilegítima. A única excepção conhecida deu-se em 1541 (43) na freguesia de Santa Cruz, onde
o pároco se recusou baptizar uma criança «por que hera filha de huã escrava negra cativa de
Antonio Correia».
Esta é uma situação pontual elucidativa de uma atitude segregativa por parte do clero, pois
na restante documentação não mais encontramos qualquer referência semelhante. Ao invés
nota-se o interesse por parte da igreja em protegê-los.
Ao contrário do que sucedeu no continente americano aqui na Madeira não se estabeleceu
nos registos paroquiais qualquer separação entre escravos e livres (44). O escravo surge em qual-
quer deles ao lado do cidadão livre. Até mesmo o tribunal do Santo Ofício atribuía tratamento
idêntico, em termos processuais aos escravos e livres, na qualidade de réus ou de denunciantes.
Esta valorização jurídica do testemunho ou denúncia feita pelo escravo, que por vezes atinge o
próprio proprietário (45), é reveladora da consideração que o tribunal atribuía ao escravo.
Na Madeira, para a visita de 1618 (46), foram referenciadas cinco mulheres e um homem como
denunciantes, todos livres, mas cuja origem étnica é indicativo da anterior condição de escravo.
Outro facto comprovativo da plena integração religiosa dos escravos na comunidade é-nos
apresentado pelo ingresso em conventos ou de colação de ordens menores. Aqui, a exemplo do
reino (47), temos escravos e libertos nesta situação: em 1538 (48) Manuel, liberto de Francisco
Narde, recebeu a primeira tonsura, enquanto em 1563 (49) Alvaro Gonçalves, mulato, é referido
no registo de óbito como clérigo de missa. Por vezes ela resultava do desejo manifesto do pro-
prietário, como sucedeu como Agostinho, escravo de Dona Guiomar de Couto (50) e Maria dos
Reis, escrava de D. Luís de Figueiredo Lemos, bispo do Funchal (51).
Também se poderão enunciar alguns casos de entrada em conventos, nomeadamente dos
do sexo feminino, como o referimos na explicitação das obrigações referentes a alforria dos escra-
vos. Assim aconteceu com Antónia, escrava do capitão Domingos de Figueiredo Calheiros (52),
Teresa do Pe. Manuel Dias Pinheiro (53), Paulina de Apelonia Távora (54) e Isabel de Maria de
Câmara (55). Estranhamento o cónego Henrique Calaça, fundador do Convento da Encarnação
do Funchal, contrariou o desejo de uma sua irmã quanto ao ingresso no convento da escrava que
lhe havia legado. Esta atitude é justificada no testamento da seguinte forma: «me parece que
(41) Manuel LoBO CABRERA e Ramón DIAZ HERNANDEZ, «La Poblaci6n Esclava de Las Palmas ( ... )•,
in A.E.A., n. 0 30, 1984, 174-177, 271-274.
(42) Documento n. 0 17 em anexo documental.
(43) A.R.M., Paróquias, M-833, fl. 217, 5 de Fevereiro de 1541.
(44) L. M. DIAZ SOLER, ob. cit., 170.
(45) A. C. SAUNDERS, A Social History of Black Slaves and Freedman in Portugal. 1441-1555., Cam-
bridge, 1982, 159.
(46) Em anexo, quadro n. 0 61, sobre o mesmo tenha-se em consideração o que refere A. C. SAUNDERS,
ibidem, 159.
(47) Ibidem, 156-158.
(48) A.N.T.T., Cabido da Sé do Funchal. livro de Matrículas de Orde=dos em ordens me1wres,
n. 0 29, fls. 70 vo.
(49) A.R.M., Paroquiais-Sé, n. 0 68, fls. 36vo., 16 de Maio de 1563.
(50) A.R.M., Capelas, maço 7, n. 0 4, 18 de Setembro de 1604.
(51) Francisco Afonso Chaves e MELLO, •A Margarita Animada•, in Arquivo dos Açores, vol. I, p. 293.
(52) A.R.M., Jufzo dos Resfduos e Capelas, tombo fls. 386-388 vo., Funchal, 21 de Junho de 1658.
(53) A.R.M., Capelas, maço 137, n. 0 10, Fajã da Ovelha, 11 de Setembro de 1696.
(54) Ibidem, maço 17, n. 0 10, Ribeira Brava, 15 de Janeiro de 1683.
(55) A.R.M., Jufzo dos ResúJuos e Capelas, tombo fls. 350vo.-353, Câmara de Lobos, 2 de Outubro
de 1676.
213-
ella nam queria ficasse forra, e assim o digo que fique forra e como tem sua filha no mosteiro
não deixará de continuar lá que não será de perda» (56).
Por outro lado importa saber qual a importância assumida pelos aspectos cultuais na vida
do escravo e liberto. Já aqui demos conta das dificuldades com que a Igreja se deparava no ensino
da doutrina cristã, resultantes não só das barreiras linguísticas (57), mas também da presença dos
rituais de origem e da atitude contrária dos proprietários. Daqui resultou a tolerância da Igreja
perante os escravos.
A administração de qualquer sacramento implicava um conhecimento mínimo da doutrina,
mas no caso dos escravos esta recomendação era quase sempre esquecida. Nas Constituições
Sinodais de 1597 o bispo D. Luís de Figueiredo de Lemos refere o escravo como pessoa igno-
rante no conhecimento da religião e a necessidade de se providenciar o ensino da doutrina antes
de ser baptizado. Para os restantes sacramentos (crisma, casamento e extrema-unção), não obs-
tante a obrigatoriedade de conhecimento da doutrina as normas não foram tão rigorosas como
se poderá avaliar pelas mesmas constituições.
Um dos melhores aferidores da religiosidade dos escravos e libertos poderá ser a presença
ou não no baptismo, crisma, casamento e óbito. Enquanto os três primeiros actos são puramente
litúrgicos, o último evidencia uma intenção diversa, uma vez que era por af que a Igreja con-
trolava a execução dos encargos testamentários. O escravo e o liberto não tinham lugar de relevo
no último caso, pois as suas precárias condições económicas, como vimos, não lhes permitia mui-
tos encargos ou legados. Daí, talvez, o facto da pouca assiduidade nestes registos, contrastante
com a dos de baptismo.
Por outro lado, e também já aqui o dissemos, a presença dos escravos no casamento é redu-
zida ou quase nula, quando comparada com o número de baptismos. Aliás, de acordo com um
quadro de assiduidade do grupo nos registos em causa, surgem-nos alguns casos em que o casa-
mento é posterior ao baptismo da criança. Assim sucedeu com Margarida do Caniço, Catarina
da Madalena, Isabel e Grácia, ambas do Funchal. Noutros casos como o de Ana de Braga da
freguesia da Sé (1596), Catarina de S. Pedro (1513), o intervalo entre o casamento e o baptismo
da criança é muito reduzido o que atesta a experiência de relações sexuais antes da união ser
sancionada pela Igreja.
A este nível a Igreja deparava-se com um dilema: doutrinariamente reclamava a luta contra
a mancebia de escravos e livres, mas na prática, confrontada com a presença de uma criança
para baptizar, ignorava-o, ficando sem exercer qualquer represália sobre os pais, como precei-
tuavam as Constituições Sinodais: as constituições de 1585 estabeleciam que a cópula antes e
sem casamento era condenada com a pena de excomunhão (58).
A par desta situação denunciadora da religiosidade dos escravos e libertos é de referir, ainda,
outros indicadores abonatórios disso: os encargos religiosos estabelecidos, por testamento ou
mera cédula.
A posição .assumida pelos escravos e libertos em face da morte é, sem dúvida, outro indício
da religiosidade do grupo. A assimilação ou não da visão que a Igreja, então divulgava da morte
fica patente através das células ou testamento (59). O recurso a estes documentos, transcritos no
registo de óbito ou tombados em alguma instituição que hajam recebido legados (60), permite tal
214
conclusão. Todavia no caso dos escravos, sem meios necessários para assegurar a intercessão
celestial por intermédio dos encargos de missas, a sua presença é quase nula. Apenas nos regis-
tos de óbito encontramos oito deles que estebeleceram tais encargos, sendo seis do sexo feminino
e dois do masculino. Em qualquer dos casos não foi feito testamento, sendo o último desejo
expresso, de viva voz, ao padre, quando administrava a extrema-unção.
M F M F M F
SITUAÇÃO LffiERTOS 8 7 28 34 36 41
LIVRES 10 27 18 13 28 40
TESTAMENTOS II 32 6 11 17 43
A reduzida presença dos escravos a solicitar a intercessão divina por meio de encargos de
missas não pode de modo algum ser o indicativo da fraca adesão ao ritual religioso da morte,
mas sim o resultado dos parcos recursos económicos (61). Os testamentos ou cédulas, tombados
nas Misericórdias, no Julgado de Resíduos e Capelas e, raramente, nos registos de óbito, só tem
lugar quando o morto estabelecia doações ou encargos que interessavam a estas instituições. Por
fim deve acrescentar-se que a atitude dos escravos negros perante a morte deveria estar pautada
pela tradição no local de origem, que não coincide de modo algum com a do cristianismo (62).
Aqui surgem apenas libertos e as últimas declarações são feitas em forma de cédula ao padre
da Misericórdia do Funchal, quando da administração dos sacramentos (63). neste domínio reu-
nimos apenas nove casos, sendo quatro do sexo feminino e cinco do masculino. Com os dos
registos paroquiais o número aumenta para sessenta, sendo maioritariamente do sexo feminino
(72% ). A sua expressão é mais evidente no século dezasseis (64%) que no seguinte, o que poderá
ser indicativo de um maior empobrecimento do grupo na centúria seiscentista.
É de salientar também que neste período os encargos são menores, pois apenas 24% dos
escravos em causa estabeleceram encargos de missa e 34% de ofícios. Em ambos os casos o
christianization en Provence au XVlll siecle, Paris, 1978; Philippe ARlES, Jbidem (ed. em francês em 1977); Pierre
CHAUNU, La Mort à Paris 15é, 16é, 17é siecles, Paris, 1978.
(61) No caso das Misericórdias, de que sabemos terem existido as do Funchal, Machico, Santa Cruz,
Calheta e Porto Santo. Todavia só dispomos da documentação para o Funchal, Calheta e Porto Santo.
(62) Em muitas das situações rematava-se o registo de óbito com a simples indicação: pobre. Veja-se
quadro n. 0 111, em anexo.
(63) Basil DAVIDSON, Os Africanos, Lisboa, 1981, pp. 142-143, 341.
215
número de escravos com missas ou ofícios atinge os 45%, sendo referir, no caso das missas,
que apenas três escravos atingem mais de 85% delas (64). Por outro lado é evidente a predo-
minância do sexo feminino em qualquer das situações, sendo de referir os casos de Maria das
Neves, do Funchal, mulata, livre, com trinta missas rezadas e Maria, preta, livre, do Estreito
da Calheta, com vinte e oito missas também rezadas (65).
Outro facto a ter em conta é que estas recomendaç~s abrangem todos os aspectos da prá-
tica cultural, que marcavam a devoção em face da morte. Assim no período de 1544 a 1700,
dos desejos expressos por escravos e etnias para o decurso das cerimónias fúnebres recolhe-
ram-se os seguintes tipos de missas e ofícios:
NÚMERO NÚMERO DE
ESCRAVOS I ETNIAS - ENCARGOS
M
Simples 12 27
s Cantadas 14 18
s Rezadas 22 122
A
s
TOTAL 49 167
o Simples 11 19
F
Ofertados 7 8
f
C /Laudes 1 2
c C /3 lições 8 8
I
C 19 lições 2 5
o
TOTAL 29 42
Por este quadro verifica-se que eles, para além de disporem de meios financeiros para celebrar
tais actos, estavam sensibilizados para a sua importância na prática religiosa, não descurando
a sua dimensão social. No último domínio é evidente a situação económica, pois eles recorrem
maioritariamente às cerimónias que implicam menos despesa, como por exemplo as missas reza-
das e os ofícios simples.
Em algumas ocasiões os encargos espelhavam a estima e consideração do senhor pelo escravo
ou vice-versa. Assim se deverá entender, quanto ao primeiro caso, o sucedido com Maria Bap-
tista (66), que morreu abintestada, mas teve dois ofícios, encomendados pelo seu dono. Para o
segundo deparamo-nos com dois: Sidonia Dias (67) em 1559 e Maria (68) em 1630. Em ambos
os casos o proprietário era do sexo feminino.
~ste tipo de testamento, por não ter sido lavrado perante um notário, expressa de foram
exacta a vivência e dimensão da religiosidade do declarante (69). Daí o interesse que ele assume.
Aqui seis dos intervenientes encontravam-se doentes de cama no hospital da Misericórdia e decla-
ravam a «Sua última e derradeira vontade» ao capelão ou escrivão da casa.
216
Em todos eles é patente o recurso à protecção do hospital da Misericórdia e o reconhe-
cimento da obra caritativa do mesmo. Os encargos e legados são estabelecidos, maioritaria-
mente, para a instituição. Além disso é de referenciar o facto de muitos deles reclamarem pelos
préstimos religiosos da instituição ao pretenderem enterrar-se na capela e lhe concederem tam-
bém os encargos de missa (10).
Um dos aspectos de particular significado na cerimónia funebre dos escravos e liber-
tos, é o locill de enterramento. É evidente a preferência por determinados templos e neles
de certas capelas. No Funchal, a par da capela da Misericórdia, temos as igrejas da
Sé (71) e Nossa Senhora do Calhau (12). Neste último templo havia uma confraria de Nossa
Senhora do Rosário dos Pretos, que deveria estar na origem insistente preferência por
este templo.
A par do ritual de enterramento, havia a escolha do espaço onde «repousava,. o morto. De
acordo com as informações colhidas nos registos de óbito só os libertos podiam ser sepultados
dentro da igreja (13). Os escravos eram, de um modo geral, enterrados na cova pertencente à
fabrica da igreja, local para onde iam todos aqueles que não tinham meios para pagar a sepultura.
Mas para alguns, a quem o senhor reconhece os seus préstimos, há lugar na cova do mesmo (74).
Assim sucedeu com Leanor, preta, forra de Gaspar Nunes (15), com Lourenço e Marta ambos
da Tabua (16).
Em 1580 (77) o Cabido da Sé do Funchal manifestou-se contra os frades do convento de
S. Francisco porque eles consentiam maior número de enterramentos na capela, angariando os
consequentes legados. A conclusão do litígio só teve lugar em 1615 (78) com as Constituições
Sinodais de D. Frei Lourenço de Távora: nelas se ordenava aos curas e vigários que não con-
sentissem enterrar «menores e escravos fora de suas igrejas e cemitérios ou hermidas anexas,
em especial no convento de S. Francisco e mais igrejas de religiosos e religiosas». Esta deter-
minação testemunham que muitos dos escravos preferiam as sepulturas das capelas dos conven-
tos e que af eram enterrados fora delas.
Outro aspecto de particular interesse na devoção dos escravos foi o aparecimento das suas
confrarias. Trata-se de instituições de assistência na vida e na morte, cujo início e afirmação
foi resultado da influência dos franciscanos e dominicanos (79). O culto a Nossa Senhora do
Rosário encontra-se ligado à tradição dominicana, tendo surgido em Portugal na segunda metade
do século XV (80), a partir da igreja de S. Domingos em Lisboa. Todavia, a assimilação deste
culto pelos negros da capital, através da confraria de Nossa Senhora do Rosário, ter-se-ia ini-
ciado em data incerta (81).
O culto a Nossa Senhora do Rosário expandiu-se a todo o espaço atlântico, tendo expressão
(70) Pierre CHAUNU, La Mort à Paris, XVé, XVI/é et XVII/é siecles, Paris, 1978, 233.
(71) Assim sucedeu com Gonçalo Anes, mulato (doe. n. 0 3) e Leanor Lopes, preta (doe. n. 0 5).
(72) Manuel Gomes, mulato (doe. n. 0 8) e Leanor, preta, forra (doe. n. 0 10).
(73) Jorge Rodrigues, mulato, forro (doe. n. 0 12) e António Gonçalves, preto, forro (doe. n. 0 13).
(74) Nos registos ao referir-se o local de enterramento diz-se o seguinte •na cova da fábrica por forro»;
veja-se quadro n. 0 111.
(75) Esta prática é universal como se poderá verificar com o estudo de Philippe ARffis, ob. cit., 97.
(76) Em anexo, doe. n. 0 10.
(n) Em anexo, quadro n. 0 111.
(78) A.N .T.T., Cabido da Sé do Funchal, Maço 11, n. 0 3.
(79) lbidem, maço I, n. 0 3, Constituições de 15 de Junho de 1615.
(!K>) Fernando da Silva CORRFJA, Estudos sobre a História da Assistência. On"gens e formação das Mise-
ricórdias Portuguesas, Lisboa, 1944, 286; M. A. BEIRANTE, «Para a História da morte em Portugal
(sécs. XII-XIV)», inEstudos de História de Portugal, II, Lisboa, 1982, 376; Isaías da Rosa PEREIRA, «Dois com-
promissos de irmandades de homens pretoS», in Arqueologia e História, vol. IV, 1972, 14; •Irmandade Seis-
centista dos pretos de Portimão», in História e Sociedade, n. 0 1, Lisboa, 1978, p. 29.
(81) José Ramos nNHoRÃo, Ob. cit., 1988, 122-134.
217
nas ilhas (82) e Américas (83). Na Madeira, não obstante a ausência dos dominicanos, o culto do
Rosário teve forte implantação, existindo a confraria respectiva nas freguesias da Sé, Nossa Senhora
do Calhau, Canhas, E. da Calheta, Ribeira Brava, Santo António, São Martinho, Tabua, Porto
Santo, Machico e São Vicente (84). Além disso deparamo-nos, a partir do século dezassete, com
algumas capelas particulares em que o orago é Nossa Senhora do Rosário. Elas existiram em
S. Vicente, Machico, S. Roque, Santa Cruz, São Jorge e Campanário (85).
Deste culto apenas se sabe da existência, através da documentação, de uma confraria de
Nossa Senhora do Rosário dos Pretos na freguesia de Nossa Senhora do Calhau (86) e na Sé (87).
Das demais somente se poderá apontar, nas existentes na Ribeira Brava (88) e E. da Calheta (89),
ligações com a prática cultural dos escravos e libertos.
Por outro lado é de salientar que a devoção de escravos e libertos não se resumia apenas
à confraria de Nossa Senhora do Rosário. A prova disso encontrámo-la na freguesia da Sé com
Maria Afonso, preta, e Isabel Dias, mulata, que estabeleceram encargos nesta e noutras, como
a de Santiago Maior, Reis Magos, das Chagas, Nossa Senhora do Populo, Candelaria, São Bar-
tolomeu, São José e São Diogo (90). Mas é evidente a acentuada preferência por Nossa Senhora
do Rosário. A primeira ao estabelecer o valor de legados às confrarias privilegia a do Rosário,
a quem concede 300 réis e um sobrado, enquanto a segunda doou uma loja e fez um encargo
de duas missas no altar da Sé com a mesma invocação.
O altar de Nossa Senhora do Rosário da Sé do Funchal era alvo de uma devoção especial
pelos libertos e escravos. Em 1608 (91) Maria das Neves, mulata forra, foi sepultada, a seu
(82) Isaías da Rosa PEREIRA (art. cit., 14) refere ter-se iniciado em 1460, enquanto José Ramos T!NHORÃO
(lbidem, 132) anota o ano de 1520 como mais provável de sua criação. É de salientar as razões justificativas
dadas por José Ramos T!NHORÃO (ibidem, 125-129) e Julieta SCARANO (Devoção e Escravidão, S. Paulo, 1976)
sobre as motivações que terão levado os negros a valorizar este culto.
(83) Manuel LoBO CABRERA, •La población esclava de Telde en el siglo XVI•, in Hacienda, n. 0 150,
1982, 81; idem, Los libertos en la Sociedad Canaria de! siglo XVI, Santa Cruz de Tenerife, 1983. Apenas nos
Açores é referenciado o culto a Nossa Senhora da Natividade, conforme nos esclarecem Urbano de Mendonça
DIAS (A Vida de Nossos Avós, vol. II, Vila Franca do Campo, 1944, 181-183) e Luis da Silva Ribeiro («Reforma
das posturas do concelho de Angra em 1655•, in Obras. II. História, Angra do Heroismo, 1983, 361-411),
enquanto no Faial era o culto a Nossa Senhora das Dores referenciado em 1824 por Ernesto Rebello (•Notas
açorianas•, in Arquivo dos Açores, VIII, 1886, 284-86).
(84) F. P. BüWSER, El Esclavo Africano en el Perú Colonial, México, 1977; Julieta SCARANO, ob. cit.;
A. J. R. RUSSELL-WOOD, Fidalgos and Philanthropists (... ), Los Angeles, 1968, 1-23.
(85) Estas são as que nos surgem referenciadas nos diversos núcleos documentais. Sobre isto veja-se a
documentação do Cabido da Sé do Funchal à guarda do A.N.T.T. e o núcleo de Confrarias do A.R.M.
(86) A de S. Vicente já existia em 1602 e foi fundada pelo Padre José Caldeira, a de Machico é de 1660
e pertencia a Matias de Mendonça e Vasconcelos (A. A. SARMENTO, «O Vínculo do Rosário•, in D.A.H.M.,
I, n. 0 31, 1950, 8), a de S. Roque é de 1668 e foi criada por José de Paz da Castro, a de Campanário é de 1748
e pertencia ao Morgado António Leandro da Câmara Leme e as de Santa Cruz e S. Jorge não se sabe a data
da sua fundação, sendo a última do Pe. Matias Jorge Jardim, Veja-se sobre esta questão F. A. da SILVA, Elu-
cidário Madeirense, III, Funchal, 1984, 466.
(87) Apenas em certos documentos dos J.R. C. (tombo 255 vo.-163 vo., 280 vo.-282 e 752-754) e num
da Misericórdia do Funchal (n. 0 684, fls. 640-642) encontramos a indicação expressa dessa devoção dos negros
a Nossa Senhora do Rosário.
(88) Em 1613 e 1615 dois libertos (António Luís Pinho e Maria Afonso) fazem doação de bens à con-
fraria de Nossa Senhora do Rosário, que pensamos ser a da Sé, onde se enterraram (A.R.M., Obitos, n. 0 72,
fls. 159-172).
(89) O único testemunho disso resulta da referência a legados pos-mortem de duas mulatas libertas, -de
cor- Maria Afonso e Isabel Dias. Veja-se quadro n. 0 100, em anexo.
(90) A prova disso poderá ser o legado estabelecido por Clara, preta, livre, à dita confraria (A.R.M.,
Obitos- E. da Calheta, n. 0 1068, fls. 125, 9 de Setembro de 1693).
(91) A.R.M., Paroquiais- Obitos-Sé, n. 0 73, fls. 40 vo. (Maria Afonso- 10 de Dezembro de 1615)
e 172 (Isabel Dias- 2 de Novembro de 1626).
218
pedido, defronte do referido altar. Por outro lado é de referir que nas três situações em que apa-
recem legados para a confraria de Nossa Senhora do Rosário dos Pretos, da freguesia de Nossa
Senhora do Calhau, os intervenientes não declaram qualquer situação étnica o que poderá ser
um indício de que nas citadas confrarias havia lugar para livres, libertos e escravos (92).
Estranhamente, na consulta que fizemos a documentação disponível para a Confraria de
Nossa Senhora do Rosário da Sé, criada em 1583, não encontramos qualquer indício da parti-
cipação de negros, escravos ou livres de cor. A única referência que poderá ser considerada
esclarecedora da situação está lavrada no rol dos bens da confraria, onde se refere a existência
em casa de Maria Gonçalves, preta, de uma toalha de altar, pertença da confraria (93).
A confraria não se .resumia apenas à função religiosa, pois a ela também estavam asso-
ciados outros interesses de ordem social. No caso dos negros a de Nossa Senhora do Rosário
ainda providenciava o necessário apoio social aos irmãos e os meios exigidos pela alforria (94).
Na Madeira não conhecemos nenhum caso de libertação por esta via, mas sabemos que
em 1622 (95) Catarina Gonçalves entregou à mesma quinze mil réis com tal objectivo.
O culto de Nossa Senhora das Neves, comum nos escravos, não desfrutou de grande acei-
tação na Madeira, uma vez que apenas está documentada a existência de uma capela em S. Gon-
çalo, dedicada a este orago, mandada construir no século XVI por João Afonso Mealheiro e a
sua mulher Catarina de Sá: nenhum dos dois é referenciado como possuidor de escravos, nem
encontrámos qualquer alusão por parte dos escravos a este culto.
219
REMINESCÊNCIAS ÉTNICAS
(1) Carlos M. SANTOS, Tocares e Cantares da Ilha. Estudo do Folclore da Madeira, 1937, 51; idem,
•Trovas e Bailadas da Ilha», in Estudo do Folclore Musical da Madeira, Funchal, 1942, 4-11, 36-38, 220;
A. A. SARMENTO, Fasquias e Ripas da Madeira, Funchal, 1951, 19; Eduardo C. N. PEREIRA, nhas de Zargo,
II, Funchal, 1968, pp. 593, 595, 629.
(2) Rebelo BoNITO, «As mouriscas e o influxo árabe na coreografia popular», in D.A.H.M., vol. I,
n. 0 28 (1958), 39; T. BRAGA, O Povo Português nos seus Costumes, Crenças e Tradições, vol. I, Lisboa, 1985,
291-293; aqui é de salientar a opinião do Pe. Eduardo C. N. PEREIRA (ibidem, 593) que, não obstante reconhe-
cera existência no reino, teima em considerá-la como resultado do impacto dos escravos mouriscos na ilha, no
período de 1461 a 1501.
(3) Livro Primeiro das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1568, 103.
221
guitarras, flautas, rapis e gaitas de fole», não denuncia a apresença de qualquer escravo
na folia (4).
A maior parte dos autores que defendem a ideia das influências dos diversos grupos
étnicos, que compunham os escravos, no folclore madeirense, tem como mira de referência
o caso da escravatura do Brasil. Todavia a situação do fenómeno neste espaço assumiu
proporções muito diferentes 'daquelas que adquiriu no arquipélago madeirense: ai a forma
de dominação e sociabilidade decorrentes favoreciam a manutenção nas senzalas dos usos
e costumes das terras de origem. Para a Madeira a situação da escravatura é diferente,
pois a dispersão geográfica das áreas arroteadas, o reduzido número de escravos por
proprietário e as limitações ao espaço de convívio social, não favoreceram este tipo de
convivência.
Ainda na Madeira, tendo em conta as limitações impostas pelas posturas à circulação
dos escravos após o sino de correr, parece-nos dificil encontrar um momento para eles se
divertirem cm conjunto, fazendo uso das danças e cantares (5). Desta forma apenas lhes resta-
vam os momentos de folia estabelecidos para o proprietário, a que certamente não deveriam estar
alheios: com os jogos de canas, as touradas e lutas. Nomeadamente no tempo do capitão
Simão Gonçalves da Câmara (1450-1530), «Se ajustavam no terreiro, defronte de suas casas
muita gente de toda a ilha» (6). A par disso havia as festas ocasionais por motivo do regresso
do capitão do Funchal a ilha ou do nascimento de algum príncipe real, sendo muito celebradas
as de 1542 e 1558 (7).
Este capitão do Funchal, segundo afirma Gaspar Frutuoso (8), era «muito afeiçoado à luta»
e, por isso, a promovia nas festas que realizava, dando aos vencedores «ricos prémios». As lutas
tinham lugar nos dias de São Sebastião e São Brás. Gaspar Frutuoso apresenta alguns porme-
nores desta forma de luta: «( ... ) vinha algum grande lutador e havia outro que lhe dava
duas quedas, ( ... )», (9).
Já na década de trinta da centúria, o viajante italiano Giulio Landi havia-se referido a tal
forma de entretenimento, do seguinte modo:
- «( ... )não há todavia para a plebe nenhum jogo mais célebre que a luta na qual os homens
põem todo o seu empenho sobretudo os camponeses,( ... ). Então os lutadores inteiramente
nús, com excepção das partes pudibundas, se preparam para a luta. Em campo, não entram
mais do que dois de cada vez. O que sai vencedor pode, se quiser, entrar uma ou duas
vezes no campo para lutar com outros (... ). Duas coisas entre outras cumprem os luta-
dores: uma o poderem lançar comodamente as mãos ao adversário, a outra agarrá-la com
os pés. Nisto consiste a arte da luta. Acontece pois que, com tais habilidades o adversário
vem a cair ou de cara em terra, ou de barriga para o ar, ou então de lado. E como são
varias os modos de enganar o adversaria com os pés, e com a prisão do corpo, assim são
várias as maneiras de cair por terra. Assim toda a arte da luta consiste, parte em fazer
uma boa posição, parte em enganar o adversário com os pés e empregar mais a habilidade
do que a força dos barcos» (ID).
222
Na interpretação de António Aragão (11) esta forma de lÚta apresenta afinidades com a
capoeira do Brasil, que é apontada como de origem africana, pelo que aqui na Madeira também
teria a mesma remota proveniência.
Na descrição de Giulio Landi, é citado um episódio de luta entre Marcos de Braga (12) e
um escravo, por nome Colácio, o que é também um indicativo de que. a este tipo de diversão
se associavam os escravos. Tal como é referido, o dito escravo era «mais prático na arte de lutar
e mais habilidoso em enganar o adversário». A destreza de mãos e pés surge com frequência
associada aos escravos aborígenes das ilhas Canárias, onde também existiu uma forma de luta
descrita por alguns dos cronistas do arquipélago (13). Haverá alguma relação entre este tipo de
luta e a célebre lucha canaria com origem remota nos aborígenes do arquipélago, que também
foram os primeiros escravos que vieram para a Madeira? Esta é uma questão que fica em aberto,
a aguardar uma pesquisa mais demorada.
Caso se confirme esta hipótese não estámos perante um único indício possível da presença
dos escravos canários no arquipélago, pois a outro nível surgem dados abonatórios da sua exis-
tência e influência no quotidiano madeirense. Mais espectacular deverá ser a capela de Nossa
Senhora da Penha de França (Faial), instituída em 1680 por António Teixeira Dória no local onde,
segundo a tradição, teria funcionado uma mesquita clandestina dos escravos mouros (13). Toda-
via a análise comparativa leva-nos a associar a construção em pedra aos escravos canários e não
aos mouriscas. A corroborar a nossa ideia está a presença próxima do local de um pico com
a designação de canário. Mas também aqui a referência dever ser cautelosa até que seja encon-
trados dados mais seguros que possibilitem uma maior e melhor fundamentação da ideia.
Na Ribeira Brava e Tábua encontram-se outras construções deste tipo que a tradição identifica,
mais uma vez, como habitação mourisca.
Maior segurança nos oferecem outras reminescências guanches ao nível da culinária e do
vocabulário: no primeiro caso temos a registar o gofio, que surge no Porto Santo sob a corruptela
de gofe e que foi um componente importante da alimentação dos moradores da llha (15). Para
o segundo subsistem alguns vocábulos que se apontam origem guanche: Garachico, tabaiba,
barbusano e vinhático (16).
Na ilha do Porto Santo, onde se preservou até ao século XVIIT o gófio, surgem-nos outros
indícios materiais de uma possível influência canária no arquipélago, ou então directamente atra-
vés dos próprios mouros do Norte de África: a cobertura dos tectos das casas com saião, ou palha.
Esta situação, muito comum às ilhas de ambos os arquipélagos, poderá indiciar igual
proveniência (17).
De origem tipicamente mourisca são, no vestuário, o capuz e, na alimentação, o cuscus
(12) Gaspar FRUTUOSO (ob. cit., cap. XIX) refere também os dotes físicos de Marcos de Braga, aludindo
a uma luta que trayou com um escravo foragido.
(13) Frei J. de ABREU Y GAUNDO, História de la Conquista de las siete islas de Canárias, Santa Çruz
de Tenerife, 1977, 55-74, 149 e 151; Gaspar FRUTUOSO, Livro primeiro das Saudades da terra, Ponta Delgada,
1966, 80 e 102; L. TORRIANI, Descripción de las Islas Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1978, 74 e 110-111;
Sabindo BERTHELOT e P. Barker WEBB, Etnografia y anales de la conquista de las Is las Canarias, vol. II, Las
Palmas. 1978, 186; Joseph VIERA Y CLAVUO, Notícias de la História General de las Islas Canarias,
A. A. SARMENTO, .As freguesias da Madeira, Funchal, 1983, 74; Manuel Ferreira Pro, O concelho de Santana.
Esboço Histórico, Funchal, 1974, 118 e 123.
(15) Eduardo C. N. PEREIRA, Ilhas de Zargo, II, Funchal, 1968, 579-80.
(16) Dominik Joseph WOLFELMonumenta Linguae Canariae, Austria, 1965, 148, 155 e 569, 332 e 570,
301 e 568, 567, 563; Juan ALAVAREZ DELGADO, Miscelanea Guanche. I. Benahoane. Ensayos de Linguística
Canaria, La Laguna, 1942, 86, 135-136; Francisco NAVARRO ARTICLES, Teberite. Dicionario de la lengua .Abo-
rigen Canaria, Las Palmas, 1981, 51, 59, 78, 253, 100, 228-29, 266, 143.
(17) Eduardo C. N. PEREIRA, Ob. cit., vol. I, pp. 639-641, vol. II, p. 413. Sobre a habitação dos abo-
rígenes canarios veja-se: J. VIERA Y CLAVUO, Ob. cit., vol. I, 149; L. TORRIANI, Descripcion de las islas Cana-
rias, S. C. Tenerife, 1978, 99-101.
223
e o bolo do caco (18). Note-se que o célebre barrete de vilão era muito comum entre os Jalofos,
tal como nos refere Valentim Fernandes (19). Todavia ainda está por saber se esta aportação deri-
vou da presença dos escravos mouriscos no arquipélago ou das assíduas deslocações dos madei-
renses a África em defesa das fortalezas portuguesas aí existentes.
É no Porto Santo, a exemplo do que sucede nos Açores na ilha de Santa Maria, onde se
notam maiores influências deste tipo, havendo razões de sobra para que isso aconteça. Aqui mere-
cem especial referência os incessantes assaltos corsários argelinos, que por diversas vezes leva-
ram como reféns os habitantes da ilha, como sucedeu em 1616. Este cativeiro poderá ter sido
o meio mais eficaz para _a assimilação da tradição africana. Por outro lado estes elementos etno-
gráficos de afinidade mourisca poderão ter vindo com os primeiros colonos algarvios, também
permeáveis a tais influências.
Na Costa e Rios da Guiné surgem idênticos costumes, nomeadamente ao nível alimentar,
mas faltam-nos dados sobre o quotidiano dos escravos desta origem na Madeira que atestem a
sua natural manutenção.
Ao nível iconográfico as alusões aos escravos, guanches, negros ou mouriscos, é quase
nula, pois apenas em alguns elementos decorativos do cadeirado da Sé do Funchal surgem repre-
sentações alusivas aos escravos. Aí é testemunhada a presença de um negro tocando tambor e
de um cativo mouro ou guanche como fabricante de odres (20). Além disso as inúmeras repre-
sentações humanizadas que ornamentam o baldaquino do cadeirado poderão testemunhar a pre-
sença de escravos negros na sociedade madeirense da primeira metade do século XVI.
Faltam-nos dados sobre o fabrico desta talha e tão pouco sabemos se nela participaram alguns
escravos negros, a exemplo do que sucedeu com a Alfandega do Funchal, da mesma época.
É de salientar que esta obra-prima da talha madeirense deverá ter sido realizada entre 1493-1508,
período de construção do edifício que o alberga.
Na pintura este elemento iconográfico ficou esquecido e apenas merece tratamento no tra-
dicional painel da adoração dos reis Magos, de que se preserva um exemplar no Museu de Arte
Sacra, proveniente da capela do Santíssimo Sacramento da Matriz de Machico (21).
Na toponímia madeirense a presença dos escravos poderá ser testemunhada através da atri-
buição de nomes a alguns acidentes geográficos, de acordo com os grupos étnicos (22). Assim,
aludindo à presença do negro africano, temos a Cova do Negro (Ponta do Pargo), Covas do Negro
(Serra d'Agua), Cova da Negra (Porto Moniz), Fonte do Poço do Negro (Porto Moniz), Que-
bradas do Negro (Achadas da Cruz), Ilhéu do Negro (Boaventura e Porto Moniz), Furna do Negro
(Penha de Aguia e Santa Cruz) e Serras do Negro (Serra de Agua). Para o mourisco temos o
Lombo do Mouro (Paúl da Serra), a Cova do Mouro (porto Moniz) e a Cova do Moirão (Arco
da Calheta e Serra de Agua). Aos mestiços referem-se apenas a Ribeira da Mulata (Campanário).
E aos escravos do vizinho arquipélago das Canárias o Pico do Canário (Santana). O mesmo não
se poderá dizer com o Caminho dos Pretos, nos arredores do Funchal, cuja origem é muito mais
recente.
Facto saliente é que todos os locais se encontram no interior da ilha, principal esconderijo
dos escravos fugitivos e, além disso a todos eles está ligada uma lenda que lhe deu origem (23).
224
~
(11
• Cova da Negra
do Negro • Cova da Xoura
Furna
• Cova do ~eiZrO Pico Canaria
• Cova do M0irão
• Eira da Xoura
N
N
Ul Mapa n2. 7: OS ESCRAVOS E LIBERTOS ~A TOPO:\!XIA XADElRE~SE
Associado ainda a esta situação está a localidade de Curral das Freiras, considerado pela tradição
histórica como um dos principais refúgios dos escravos no século XV (24). Todavia a
documentação apenas relaciona o curral, onde pascia o gado, às freiras do convento de Santa
Clara, mercê do dote feito pelo capitão do Funchal às filhas D. Elvira e Joana, quando entraram
para o convento.
Estes testemunhos toponímicos poderão ser considerados como a expressão máxima do grito
de liberdade dos escravos. A proliferação de nomes associados à etnia mourisca evidencia, mais
uma vez, o seu espírito inconformista e rebelde.
Diferente é, contudo, a origem atribuída ao nome de duas ruas da cidade do Funchal: Rua
da Mouraria e das Pretas. A investigação levada a cabo por Ernesto Gonçalves (25) revelou uma
origem diferente: o seu nome filia-se no apelido de pessoas que aí viveram e não na possível
presença de um bairro de mouros e pretos, coisa que nunca sucedeu na Madeira.
As informações disponíveis sobre o espaço de convívio social de ambos os grupos étnicos,
estabelecido pelas posturas, renega à partida, esta possibilidade. Na Madeira, ao contrário do
que sucede no espaço americano, o escravo estava adstrito à habitação do senhor, havendo pos-
turas limitativas da vivência apartada.
Ao nível genético, mercê certamente do generalizado relacionamento sexual dos escravos
negros e mouriscos com os brancos livres, as apartações são quase nulas. Aqui os poucos traços
resultantes desta situação surgem apenas na vertente sul e no Porto Santo. Mas no último caso
a fisionomia de cariz berbere deverá resultar mais dos assaltos de corsários argelinos do que da
presença das gentes como escravos. É de salientar que um dos grandes objectivos das raízes
dos argelinos era a captura de mulheres para a sua satisfação sexual (26), Mas tamhém aqui fal-
tam estudos de Antropometria, capazes de testemunhar esta hipótese.
Numa análise aos grupos sanguíneos feita em 1951 por Celestino da Costa (2 7), ficou pro-
vada apenas a presença significativa de elementos berberes. Por outro lado os vestígios das apar-
tações genéticas estranhas ao continente português surgem em maior evidência na vertente sul,
área também de afirmação da escravatura na ilha, como tivemos oportunidade de o referir.
Tudo isto evidencia mais uma vez o relativo impacto da escravatura na Madeira. A par
disso torna-se necessário ter em consideração que es elementos denunciadores do mosaico étnico
e cultural têm várias formas de transposição para novas áreas. Assim, os portadores das tra-
dições, poderão ser os madeirenses ou os escravos. Note-se que o ilhéu manteve uma ligação
frequente com as Canárias, Norte de África e Costa da Guiné e que destes contactos deverá ter
resultado parte significativa da assimilação das técnicas, usos e costumes dos povos africanos.
A falta de dados mais concludentes sobre esta pertinente questão impede-nos assim de corroborar
as ideias, comumente aceites, da premente função do escravo, também, como elemento difusor
de cultura.
(24) Fernando Augusto da Silva, «Curral das Freiras•, in Elucidário Madeirense, vol. I, Funchal, 1978,
pp. 325-327; Alberto Artur Sarmento, Freguesias da Madeira, Funchal, 1953, pp. 61-63.
(25) «A rua da Mouraria ou a aventura duma palavra•, in A.H.M., vol. X (1958), 196-246.
(26) Eduardo C. N. PEREIRA, lbidem, vol. I, 198 e 202, Vol. II, 191. Confronte-se ainda o estudo de
Celestino da Costa MAIA, Os grupos sangulneos dos madeirenses (... ), Funchal, 1951, 12.
(27) Celestino da Costa Maia, lbidem, 20 e 29. Confronte-se com o estudo para as Canárias feito por
llse Schwidetzky, «Groupes sanguins et histoire des populations aux iles Canaries» in Homenaje a Elias
Rafols, III, 333-338.
226
CONCLUSÃO
1. Concluída esta digressão pelo universo da escravatura madeirense podemos afirmar com
segurança, não obstante as inúmeras dificuldades resultantes da pouca unidade do espólio documen-
tal disponível, que os escravos tiveram uma função evidente no processo sócio-económico da
Madeira dos séculos XV a XVIII. Para isso contribuíram, por um lado, as facilidades no acesso
ao mercado de mão-de-obra e, por outro, a incessante procura desta força braçal.
A última situação derivou das dificuldades de recrutamento no reino dos necessários colo-
nos para tornar arroteável as áreas ocupadas. Na Madeira o processo de preparação dos terrenos
para a agricultura foi mais difícil que em qualquer ilha do Atlântico, pois a orografia do terreno
só possibilitou em muitos sítios o lançamento de culturas, mediante a retenção das terras por meio
de poios. Ora isso foi demorado e só se tornou possível com o contributo da mão-de-obra escrava.
A tudo isto acresce o facto de uma das principais culturas lançada nas novas arroteias, a cana-
-de-açúcar, necessitar de uma numerosa força braçal.
A Madeira, principal aposta do povoamento e valorização económica do arquipélago, uma
vez que o Porto Santo não desfrutava de idênticas condições, a orografia não facilitou a tarefa
aos primeiros cabouqueiros. A anteceder o lançamento das primeiras sementes sucedeu um longo
e demorado processo de preparação do solo com as queimadas, retenção das terras por meio de
paredes e canalização das águas para a sua utilização como força motriz e nas culturas de rega-
dio. Daf resultaram as incessantes reclamações dos primeiros colonos, que receberam dadas de
terra, para que fosse prorrogado o prazo para as tornar rendíveis, estabelecido como condição
para a posse e usufruto.
Depois vieram as culturas- os cereais, a vinha e a cana sacarina- e as necessidades em
mão-de-obra foram cada vez maiores, pois as exigências delas não se compadeciam com o ritmo
de trabalho dos poucos colonos que se fixaram na ilha. Por outro lado muitos dos primeiros
povoadores não estariam disponíveis para estas tarefas, empenhados que estavam nas campanhas
marroquinas, de conquista das Canárias e de reconhecimento da costa africana. Todavia a última
conjuntura propiciou uma resposta para a falta de mão-de-obra na ilha: os madeirenses impos-
sibilitados de recrutar mais trabalhadores no reino, porque não os havia em abundância, socor-
rem-se da escravização das populações, com quem se batem em África ou nas Canárias, para
resolver o problema.
Os prisioneiros de guerra ou das múltiplas razias, eis a fonte principal desta mão-de-obra.
Deste modo estava aberta a via para a afirmação da escravatura no solo madeirense, sendo múl-
tiplas as frentes de recrutamento de acordo com a conjuntura colonial: primeiro as Canárias, depois
a costa ocidental africana, desde Marrocos até Angola. É de salientar também a esporádica apa-
rição de escravos das Indias Orientais, fruto do assíduo relacionamento do arquipélago com estas
paragens e da presença af dos madeirenses.
O principal mercado de escravos foi a zona da Costa e Rios da Guiné. Aí chegaram os
madeirenses e estabeleceram, primeiro, em Santiago e, depois, em S. Tomé, um importante entre-
posto para esse comércio com destino à Madeira. A partir daf alargaram os seus interesses,
empenhando-se no tráfico transatlântico. Esta posição assumida pelos madeirenses no tráfico
227
negreiro associada à evolução da conjuntura interna do arquipélago levaram a que a ilha se afir-
masse, a partir de finais do século XVI, como um importante entreposto de comércio de escravos
para Lanzarote e Fuerteventura. Os escravos da Guiné foram, por algum tempo, a moeda de
troca para a compra do cereal, que tanta falta fazia à dieta diária do madeirense.
A expressão numérica desta realidade não encontra eco nos núcleos documentais existentes
e por nós consultados. Apenas 408 (= 7%), do total de escravos que encontrámos, surge a mate-
. rializar este movimento: número muito aquém da verdadeira dimensão que ele assumiu. O prin-
cipal responsável disso é a falta de registos de entrada na alfândega do Funchal para o período
em análise.
A partir desta conjuntura tomou forma a componente escrava da população madeirense, que
mercê do acolhimento concedido. pela igreja, empenhada que estava na conversão destes infiéis,
se poderá seguir o rastro da sua permanecia através dos documentos disponíveis a partir de 1538.
O cumprimento dos preceitos culturais em que o escravo ou o livre estavam ao mesmo nível,
possibilitou-nos o acompanhamento do escravo no enfrentar das dificuldades do quotidiano. Por
outro lado os dados demográficos exauridos dos registos paroquiais permitem a reconstituição
do grupo de escravos e do seú relacionamento com os livres.
Daqui resultou a identificação de 4890 escravos, que aderiram às recomendações da igreja
para o cumprimento dos preceitos sacramentais. Este grupo aumenta para 5125 se incluirmos
os demais que presenciaram os actos na qualidade de pais ou testemunhas.
É necessário dizê-lo, as lacunas documentais não conduzem a que se possa assegurar a ver-
dadeira dimensão assumida pelo fenómeno, e, lamentavelmente, a ausência de outro tipo de fon-
tes, como os róis de confessados, não permite avançar muito em termos mais claros quanto a
demografia da escravatura no arquipélago. A isto se deve associar alguns impedimentos, que
coíbem a presença dos escravos nos registos, nomeadamente nos de casamento e de óbito. Daí
resultou a desproporção entre o número de escravos disponíveis nos registos de baptismo e os
que surgem nos de confirmação, casamento e óbito. Pos aqui se poderá concluir que a principal
preocupação da igreja em face dos escravos incidia, preferencialmente, na sua cristianização, defi-
nida pelos acto solene do baptismo.
A percentagem do grupo nos registos paroquiais e reduzida, não ultrapassando na totali-
dade os 3%. Os valores mais elevados surgem isoladamente nos baptismos (9 ,8%) e casa-
mentos (11,9%) em 1590 e nos óbitos (18,5%) em 1569. Isto não condiz com os dados for-
necidos por Gaspar Frutuoso, que têm merecido a assídua referência dos estudiosos. De acordo
com este autor em 1552 a percentagem de escravos no Funchal rondaria os 15%, pelo que se
pode deduzir que em toda a ilha, mercê da proporção assumida pelos habitantes da cidade, eles
representariam 29% do total do arquipélago.
Um dos aspectos mais salientes da análise demográfica dos escravos foi revelado pelos regis-
tos de casamento, onde a baixa frequência de nubentes escravos corrobora a tendência, também
na Madeira, para a mancebia das escravas, não obstante as recomendações em contrário da igreja
e do município. A par disso nos poucos casais, que se constituíram perante a Igreja, é evidente,
por um lado, uma tendência endogâmica entre os grupos étnicos. Esta última situação apresenta
algumas variáveis. Quanto aos escravos o comportamento diverge de acordo com o sexo: a mulher
tem preferência pelos libertos, enquanto o homem procura sempre o convívio da
mulher livre.
No rateio global, excluídas as inúmeras repetições, era de 6156 o número de escravos iden-
tificados na documentação disponível para o período de 1486 a 1700. Tal valor poderia subir
até 6784 se considerassemos tembám os libertos e livres de cor, que também haviam passàdo
por tal condição.
228
sociedade madeirense, não existindo qualquer separação a este nível. O mundo do escravo
entrecruzava-se com o do livre. A dimensão reduzida do arquipélago, associada à forma de estru-
turação da sociedade e economia fizeram com que esta simbiose se concretizasse em pleno.
A única excepção é-nos dada pelos fugitivos que, a exemplo do que sucedeu em Tenerife e
S. Tomé, faziam do interior montanhoso da ilha o seu mundo: a toponimia atesta ainda hoje esta
presença efémera.
A este mundo de fugitivos se juntavam, por vezes, os pastores, escravos ou não, e ostra-
balhadores livres. Para o combater as autoridades madeirenses viram-se forçadas a tomar medi-
das drásticas: primeiro com a expulsão dos pastores canários no século XV. depois com uma
justiça implacável contra os prevaricadores. A própria sociedade não se alheou da realidade,
sendo exemplo disso o episódio de Marcos de Braga com um escravo fugitivo, relatado por
Gaspar Frutuoso.
Os regimentos régios, as posturas municipais, insistiam na necessidade de controlo no aca-
nhado espaço de convívio do escravo; no sentido de evitar qualquer situação propiciadora da revolta.
Perante isto o escravo estava amarrado ao quotidiano do senhor e só se poderia desprender dele
em condições especiais e mediante o seu consentimento. Além disso nesta sociedade o escravo
só existe em relação ao proprietário, pois era ele que lhe atribuía a verdadeira situação na estru-
tura social. Desde o nome, que o identifica, à profissão, que ocupa no dia à dia, e ao cum-
primento dos preceitos religiosos, a figura do proprietário mantém-se omnipresente. No caso
das escravas a ligação é mais estreita, servindo elas muitas vezes de concubinas.
3. A mulher escrava mantinha uma estreita ligação com o proprietário, fosse ele do sexo
feminino ou masculino, servindo-o em tudo o que era necessário. As disposições testamentárias
favorecem-nas precisamente por isso. Por outro lado o universo de actividades do escravo madei-
rense, seja ele do sexo feminino ou masculino, não era restrito como à primeira vista possa pare-
cer, pois ele surge inegavelmente ligado a todos os sectores de actividade. Será errado definir
para a Madeira a situação sócio-profissional do escravo apenas pelo binómino escravo/açúcar.
Na verdade esta cultura foi a mola propulsora da afirmação deste grupo na Madeira. nas
primeiras décadas da ocupação, mas as condições específicas do sistema de propriedade na ilha
não permitiram a expressão plena desta vinculação do escravo ao açúcar. como sucedeu em
S. Tomé, no Brasil e nas Antilhas.
Na Madeira, ao contrário do que sucedeu nas áreas supracitadas, a cultura dos canaviais ·
teve uma estrutura fundiária diversa que se repercutiu na dinâmica social. Neste caso a inicial
e extensa propriedade, logicamente adequada à dimensão da ilha, por exigências orográficas e
sucessóricas, entre outras, foi-se dispersando, dando lugar a um excessivo parcelamento.
De acordo com o estimo de 1494 é dominante a afirmação da pequena propriedade e começa
a ganhar expressão uma nova forma de posse e usufruto da terra, com o recurso ao sistema de
arrendamento, que colocava em segundo plano a função do escravo no processo produtivo.
A par disso a crise da cultura açúcareira e a consequente afirmação da cultura da vinha con-
dicionaram uma nova realidade social que atirava os escravos para uma situação alheia ao sector
primário. É no domínio dos serviços que a maioria deles passou a protagonizar a sua função
no quadro da economia madeirense. Por outro lado é necessário ter em consideração que entre
os escravos havia um grupo numeroso utilizado pelos senhores como trabalhadores de
soldada.
Na Madeira o cultivo dos canaviais e o fabrico do açúcar madeirenses foram um processo
especializado carecido do contributo de uma mão-se-obra apropriada que muitas vezes não se
compadecia com a condição social do escravo. Daí resultou que os escravos aparecem, de um
modo geral, como ajudantes, e, raras vezes, como trabalhadores especializados. Por outro lado
o binómino engenho/canaviais era pouco frequente, sendo usual o recurso pela maioria dos pro-
prietários de canaviais ao engenho de outrém, que tinha meios para suportar tal investimento.
229
Esta divisão social das tarefas não facilitava a permanência de uma mão-de-obra fixa, antes
possibilitando uma afirmação da força de trabalho eventual. Os diversos pagamentos feitos em
açúcar aos oficiais do engenho são a expressão disso.
Perante esta evidência a única conclusão plausível é a de que no caso da safra do açúcar
estávamos perante uma mão-de-obra mista.
5. Esta inegável presença dos escravos na sociedade madeirense, como vimos, propiciou
inúmeras apartações às tradições e costumes madeirenses. Desde a culinária ao vestuário, pas-
sando pelas danças e cantares, é comum estabelecer-se uma ligação à presença do escravo na
sociedade madeirense. Mas, porque estas conclusões se resumem a meras observações empí-
ricas sem qualquer suporte de análise científica, resta saber qual a verdadeira dimensão assumida
por esta componente.
Aqui estamos perante um campo ainda em aberto a aguardar um tratamento cuidado pelos
investigadores. Também o alargamento da investigação aó período final da permanência deste
fenómeno na ilha poderá propiciar-nos novos daqos capazes de justificarem o desenvolvimento
dos rastos que poderão testemunhar, ainda hoje, a sua presença na sociedade madeirense.
230
ANEXO
:Quadro n2. 47
DATA DE CRIAÇÃO
FREGUESII< ORAGO CONGRUA
CAPELANIA PARÓQUIA CURATO COLEGIADA
233
DATA DE CRIAÇÃO
FREGUESIA ORAGO CONGRUA
CAPELANIA PAROQUIA CURATO COLEGIADA
1) Primeiro curato foi extinto em 1577. 2) Criado novo curato em 1676. 3) Pároco só iniciou em 1680. 4) De acordo com inFJ•··
mação do corpo cronológico. 5) SÕ instalada em 1684. 6) Mais antiga freguesia criada na ilha com o nome de N! Sr! do Calhau
que em 1508 passou para a da Sé e em 1557 foi restaurada como paróquia independente. 7) Criada em 1566, manteve-se até 1579,
ano em que foi extinta pata ser reestabelecida em 1587. 8) SÓ comecou a funcionar em 1678.
Fonte: Álvaro Rodrigues de Azevedo, "Nota XIX", in Saudades da Terra, Funchal, 1873; Fernando Augusto da Silva, Subsídios
para a HistÓria da Diocese do Funchal, funchal, 1946; Manuel Juvenal Pita Ferreira, A Sé do Funchal, Funchal, 1963;
A.N.T.T., Corpo cronologico, II Parte passim (Does. vários sobre a Madeira inseridos neste nucleo)
234
PARÓQUIAS
1529 1552-1558 1560-1568 1571-1578 1580-1589 1590-1598 1624 1678
I 1680 1687
VALOR FOGOS VALOR FOGOS VALOR FOGOS VALOR I FOGOS VALOR FOGOS
I VALOR FOGOS VALOR VALOR VALOR VALOR
I
Achadas da Cruz I
Agua de Pena I 9.300 20.000 (. 100 31.750
Arco da Calheta 25.000 113 34.750 160
Arco de S. Jorge 35.500
Calneta 34.000 200
Câmara de Lobos 43.000 ,> 200
Camacha
Campanário
Cannas
20.000 <:: 100 31.000
24.000
> 100
/.. 100
Caniçal 14.000 20.000 L. 100 29.500 33.500
Caniço
Estreito da Calheta 17.300
27.000
25.000
> .100
105 3;;.soo 1;;0 34.500
estreito C. Lobos
Faial 25.000 119 31.875 150
.t•ajã da Ovelha 17.300 < 100 20.000 <..100 25.000 ) 100 38.000
Gaula
Machico
12.;;00
19.100
20.000
34.000
<. 100 25.000 )>100 31.750 > 200
>.200 41.700
Madalena 20.000 <: 100 26.600 )> 100
Monte
Paúl do Mar
20.500 58 36.000 > 200
Ponta Delgada 8.000 25.000 43 33.500 > 100- ? 130
Ponta tio Pargo 11.300 19.300 20.000 46 28.000 )> .100
Ponta do Sol 42.500 200 45.500
Porto da Cruz 20.000 100 27.500 '! 100 32.500
Porto Moniz 20.000 37 .soo 43.000 / 200
Porto Santo 37.000 200
Prazeres
Quinta Grande
Ribeira Brava 37.200 >200 ? 300
Santa Cruz 24.000 45.000
Santa Luzia
Santa Maria Maior
Santana
Santo Antonio
18.000 20.000
25.000
< 100
120
25.000
32.000 148
31.750
tiâo Gonçalo
São Jorge
20.500 < 100 26.000 >roo
25.000 106 31.875
São Martinho 34.500 100
São Pedro 35.000 281:1 42.500 400(?
São Roque
São Vicente
?
25.000
> 100
40.000
30.750 /100
Se (Funchal)
Seixal 10.900 20.900 20.000 <. 100 23.000 31.750 I' 100 32.500
Serra de Agua
Tabu a 11.300 30 20.000 <.. 100 26.000 <. 100
---
N
Vl FONTE: .P".lvaro Rodrigues de Azevedo, "Anotações" in Saudades da Terra, !'uncha1, 1873, pp. 536-566
VI
19. Ponta do Sol 1572 > 200 500+ 193 781 600
DATA
BAPTIZADO FILIAÇÃO .. PROPRIETÁRIO
.
·•
'
ÁGUA DE PENA
237
Quadro nQ 51
ARCO DA CALHETA
238
Quadro n2 52
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
CÃMARA DE LOBOS
239
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
CÃMARA DE LOBOS
240
Quadro n2 53
CAMPANÁRIO
241
16
Quadro nQ 54
CANHAS
242
Quadro nQ 55
CANIÇAL
243
Quadro nQ 56
CANIÇO
244
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
CANIÇO
245
Quadro nQ 57
ESTREITO DA CALHETA
246
Quadro nQ 58
247
Quadro nQ 59
FAIAL
248
Quadro nQ 60
F AJ Ã DA OVELHA
249
Quadro nQ 61
GAULA
250
Quadro nQ 62
MADALENA
251
Quadro nQ 63
'
MACHICO
252
Quadro nQ 64
"
MONTE
253
Quadro nQ 65
PONTA DELGADA
254
Quadro nQ 6b
PONTA DO PARCO
255
Quadro n2 67
PORTO DA CRUZ
256
Quadro n9 68 ·
PORTO SANTO
257
17
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRlETÂRlO
DATA
NOME OBS, PAIS OBS. NOME OBS.
..
PORTO SANTO
258
Quadro n2 69
RIBEIRA BRAVA
259
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
RIBEIRA BRAVA
260
Quadro nQ 70
SANTA CRUZ
261
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
SANTA CRUZ
262
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
SANTA CRUZ
263
Quadro nQ "71
SANTANA
264
Quadro nQ 72
SANTA LUZIA
265
Quadro n2 73
SANTO ANTONIO
266
Quadro n2 74
·-
SÃO GONÇALO
267
Quadro nQ 75
SÃO JORGE
268
Quadro n2 76
SÃO MARTINHO
269
Quadro nQ 77
SÃO PEDRO
270
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
SÃO PEDRO
271
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
SÃO PEDRO
272
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÃRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
SÃO PEDRO
273
18
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPR!ETÂR!O
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
SÃO PEDRO
274
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÃRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
SÃO PEDRO
275
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS,
SÃO PEDRO
276
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
SÃO PEDRO
277
Quadro nQ 78
SÃO ROQUE
278
Quadro n!:? 79
SÃO VICENTE
279
Quadro nQ 80
St (FUNCHAL)
280
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÃRIO
DATA
NOME OBS. PAIS 085. NOME OBS.
5~ (FUNCHAL)
281
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME 085. PAIS 085. NOME OBS.
St (FUNCHAL)
282
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÂRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
st (FUNCHAL)
283
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÃRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME oes.
st (FUNCHAL)
284
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
se (FUNCHAL)
285
FILIAÇÃO PROPRIETÃRIO
BAPTIZADO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME oas.
St (FUNCHAL)
286
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
se (FUNCHAL)
287
FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
BAPTIZADO
DATA
PAIS OBS. NOME OBS.
NOME OBS,
se (FUNCHAL)
288
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
St (FDNCHAL)
289
19
FILIAÇÃO PROPRIETÃRIO
BAPTIZADO
DATA
PAIS OBS. NOME OBS.
NOME OBS.
St (FUNCHAL)
290
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÂRIO
DATA
NOHE OBS. PAIS OBS. NOHE OBS.
St (FUNCHAL)
291
FILIAÇÃO PROPRIET.I.RIO
BAPTIZADO
DATA
PAIS OBS. NOME OBS.
NOME OBS.
S€ (FUNCliAL)
292
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS, PAIS OBS. NOME OBS.
St (FUNCHAL)
293
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÃRIO
DATA
OBS. NOME OBS.
NOME OBS. PAIS
S~ (FDNCHAL)
294
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
St (FUNCHAL)
295
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETARIO
DATA
PAIS OBS. NOME OBS.
NOME OBS.
Se (FUNCHAL)
296
BAPTIZADO FILIAÇÃO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS 08S. NOME 08S.
S€ (FUNCHAL)
297
FILIAÇÃO PROPRIETARIO
BAPTIZADO
DATA
PAIS OBS. NOME OBS.
NOME OBS.
St (FUNCHAL)
298
BAPTIZADO FILIAÇAO PROPRIETÁRIO
DATA
NOME OBS. PAIS OBS. NOME OBS.
st (FUNCHAL)
299
FILIAÇÃO PROPRIETÃRIO
BAPTIZADO
DATA
PAIS OBS. NOME OBS.
NOME OBS.
St (FUNCHAL)
300
Quadro nQ 81
TABUA
301
ESCRAVOS E LIBERTOS NOS REGISTOS DE CRISMAS
Quadro nQ 82 ESCRAVOS E LIBERTOS NOS REGISTOS DE CRISMAS
CRISMADO DONO PADRINHO
ANO FREGUESIA
NOME OBS. NOME OBS. NOME OBS.
1575 St2 Antonio Beatriz Afonso Anes Ribeiro Pedro Vaz Sapateiro
1578 St2 Antonio Bastião Gaspar Pinto Amador Pacheco
1602 sé Isabel Antonio Lima Ferre iro Francisco Fernandes Mercador
Helena ":João Fernandes Gondim Brás Fernandes Alfaiate
Isabel Si.rnào Chioli Fero Luís
Joana João Luís Mercador Bento Doucin
Gaspar Martim Gonçalves Mercador
João Martim Gonçalves Mercador António Lopes de Fonseca
Fabiào Pedro Gonçalves Henriques António Furtado
Francisca Pedro Gontalves Henriques Franciseo Diu Ourives
Catarina Gaspar de Franc;:a Pero Vieira de Viveiros
Francisco Diogo Nunes Belmonte Lourenço de Matos
Lucas Pedro Ferreira Cónego Pero da Silva Clérigo
Maria Guimar Estácia Francisco de Sousa Clérigo
Domingas Pedro Dias Belchior Dias
Leanor Afonso SimÕes Pero de Silva Clérigo
João Bento Doucin António Furtado Clêr:l go
1621 Francisco Maria Pinta Teotónio Almeida Padre
Santa Cruz Miguel Carvalho Simão Moreira
Francisco João Betencor de Freitas Pedro Jorge Ornelas
Catarina Jerónimo Rodrigues Domingos Gonçalves
1622 sé Bartolomeu Dona Filipa Silva JerÓnimo de Silva Padre
Matias Breitis Pereira António Gonçalves Barbe iro
Manuel António Alvares António Dias
AntÓnio Francisco de Lima Domingos Brás Padre
Domingos Pedro Ferreira Delgado Luis Esp{ndola Doutor
Graça Matias SimÕes António Jorge
Domingos Manue 1 de Fonseca Gonçalo Dinis
Roque 1 Tomé Gonc;:alves
1625 S. Gonçalo Maria Preta António Lourenço ?
1626 sé Miguel Miguel Fernandes Luis Gonçalves Padr~
1629 Machico Faustino Matias ••• Manuel Carvalho
Sé Graviel Matias SimÕes António Jorge
Francisco ••• (Flamenga) Guilherme Reis
Matias Manuel da Costa Padre AntÓnio Soares Padn
Isabel Luísa Esp{ndola Tesoureiro-
-,.,r Manuel Fernandes Cónego
Juliana Duarte Briche Gontalo Coelho
Susana Damião Francisco Damião Francisco
Sebastião António Pires Manuel de Silva
Lucrécia Salvador Pacheco Afonso Lopes
Bastiana Jerónimo Fernandes João Ferreira
AntÓnio Jerónimo Fernandes João Ferreira
Graça Inês Moniz António Vasconcelos Padre
Lourenço Lopo Dias João Guterres Soldado
Inác:ia Manuel Martins Fadre
Jwliana Manuel Martins Padre
Simão Contador Sebastião Dias
Bárbara Francisco Fernandes Hanue 1 Fernandes CÓnego
Matias Preto António Soares Padre
Francisco Sebastião Gon.;alves
1632 Domingos Pedro Moreira Padre Luis Esp{ndoh Doutor
Manuel José Fernandes Manuel Fernandes Galeto Padre
Domingos Pedro Gonçalves Lu{s Esp{ndola Doutor
Francisco Manuel Francisco António Al•eida Caceide
1 . António Gonçalves Sarade Clérigo
Catarina
Ana 1 Pedro Ferreira
Maria Domingos da Costa
Angela Pedro Ferreira
Gaspar António da Silva Mercador
Catarina 1 António Gonc;:alves
AntÓnio Tomé Gonçalves AntÓnio Pereira Padre
Ana Tdnlé Gonçalves António Pereira Padre
Maria Bento Pita Francisco de Noronha
Joane Maria Gonçalves Baltasar Da11as
Bento Dom António Paulo Lima
Susana Maria Freire Francisco Gonçalves
Domingos Preto Manuel Coelho Cristóvão Álvares Serrão
Luzia Domingos Ferreira Bento Pita
16)) Machico Manuel António Mendes Amador Si.Ões
Santa Cruz Maria Dona Maria Simão de Freitas
16)6 sé Manuel Margarida Gontalves Francisco Roia Neto
Inácio Francisco Rodrigues Doucin Domingos Fernandes Mercador
Inácio Maria Arrais Francisco Roiz Neto
Francisca Cristóvão de Ordonhes Do•ingos Rodrigues
Manuel Maria Costa Inácio RodrigUes
Pedro Domingos Figueiredo Estevão Nunes Padre
Margarida Manuel Rodrigues Pedra Cristóvão Brâs
Inácio Fernando Bento Matos Jacinto de Carvalho Vigário
Alexandre Manuel Ferreira Pontes E!ltevão Nunes Padre
Bastião Cristóvão Ordonhes Francisco Costa
José Gaspar Cunha Cónego Pedro Florenta CÓnego
AntÓnia Margarida Vieira Inácio Pi•enta
Matias Inocência Fontes Manuel Pereira Capelão
AntÓnio Domingos Leitão Sapateiro Bento Rodrigues Sapateiro
16)7 Caniço Ana António Barradas Padre
305
20
CRISMADO DONO PADRINHO
ANO FRF:GUESIA
NOHE OBS. NOHE OBS. NOHE OR::;.
306
CRISMADO DONO PA.DRINIIO
ANO fRECUES IA
NOHE OBS. NOHE oas. NOHE I OBS.
-
1685 E. c. Lobo a Chra A. . ro Nunea António Ho•e• Padre
Cuioaar Sebaattã.o Concalvaa Antônio Ho••• Padre
Maria habel Barros AntÓnio Ho••• Padre
Ana habel Fernandes AntÓnio Ho•e• Padre
1688 sé Sebastião Mulato Do•ingoa Ferreira da Agreh Coaea Braaio
João Preto Jorge Htalhetro Jorge Htalhatro
Alexandra Preto António Correia Henriques Nuno da ,\l•e ida Padre
E. c. Lobo a
,..
Gonçalo Ferreira
Frederico da Frei
Breitia da Silva
Manuel
Jorge Martins
307
Quadro nQ 83
CASAMENTO PROPRIETARIO
DATA OBS. OBS.
NUBENTES OBS. NOME
CANIÇO
308
Quadro nQ · 84
CASAMENTO PROPRIETÃRIO
DATA NOME OBS. OBS,
NUBENTES OBS.
ESTREITO DA CALHETA
309
Quadro nQ 85
CASAMENTO PROPRIETÃRIO
DATA OBS. OBS.
NUBENTES OBS. NOME
S. PEDRO
310
Quadro nQ 86
CASAMENTO fROPRIETÃRIO
DATA OBS. OBS.
NUBENTES OBS. NOME
S~ (FUNCHAL)
311
CASAMENTO PROPRIETÃRIO
DATA OBS. OBS.
NUBENTES OBS. NOME
St (FUNCHAL)
312
CASAMENTO PROPRIETÁRIO
DATA OBS, OBS.
NUBENTES OBS. NOME
S~ (FUNCHAL)
313
CASAMENTO PROPRlETÃRIO
DATA 08S.
NU8ENTES 08S. NOME 08S.
S€ (FUNCHAL)
314
CASAMENTO PROPRIETÁRIO
DATA OBS.
NUBENTES OBS. NOME OBS.
Se (FUNCHAL)
315
CASAMENTO PROPRIETÃRIO
DATA OBS. OBS.
NUBENTES OBS. NOME
St (FUNCHAL)
316
CASAMENTO PROPRIETÁRIO
DATA OBS. OBS.
NUBENTES OBS. NOME
St (FUNCHAL)
317
CASAMENTO PROPRIETÃRIO
DATA OBS. OBS.
NUBENTES OBS. NOHE
se (FUNCHAL)
318
CASAMENTO PROPRIETÁRIO
DATA OBS.
NUBENTES OBS. NOME OBS.
Forro, testemunha
1609-Fev-08 Manuel Rodrigues Mulato, f. de
Gonçalo Roiz e
Eugénia Roiz
Maria Rodrigues Preta Breitis Álvares
Jun-28 Miguel Rodrigues Mulato, f. de
Pedro Gonçalves
e Antonia Raiz
Nov-24 Francisco Gonçalves
Maria Afonso Mulata, f. de
Esplandião
Gonçalves e
Ines Raiz
1610-Nov-18 André Sousa Mulata, Sacavém
Maria Gomes Mulata
Nov-19 Salvador Afonso
Maria Martins Jorge Pedro Chaves,
testemunha
l6ll-Fev-08 Marcos Garcia S. Miguel
Maria Marchena Preta, forra
Mar-18 Bartolomeu Serrão Mulato, f. de
Francisco Gon-
çalves e Isabel
Gomes
Antonia Almeida Viúva
Abr-Il Bernardo Preto, forro Gonçalo Gomes Doutor, deão da
sé
Isabel Gonçalves Preta, forra Antonio Vaz Mercador
João Fogaça Preto, forro
Catarina Mota Jordão da Mota
1612-Jan-30 Domingos Gonçalves
Bárbara Mendes Mulata, forra
Mar-04 Duarte Gonçalves Faial, Açores
Ana Gomes Mulata
Mai-O! Francisco Couto Preto, forro
Catarina Rodrigues Preta, forra
flai-13 Domingos Rodrigues Preto Fernão Raiz Pinto Mercador
Margarida Prezeira Forra, viúva
Jun-25 Brás Pedro Lopes Libralião
Beatriz Lopes Preto, forro
Jul-22 Antonio Barros Pedro Gonçalves Barros
Torlbia Ferreira Forra
Set-02 João Fernandes Preto, forro
Joana Melim Francisco Melim
1614-Jan-04 Afonso Piris Barqueiro
Maria Fernandes Mulata Maria Rodrigues Viúva de João
Raiz
Fev-19 João Leme Preto, forro
Maria Ferreira Preta, forra
Abr-26 Estácio Preto
Domingas Antonio Heredia Capitão
Mai-26 Gaspar de Andrade Jorge Andrade Correia
Maria Gonçalves
Jul-13 Cristóvão Dias Preto Gaspar Leite Licenciado
Águeda Nunes
Set-18 Francisco Borges Preto
Maria Fernandes Preta
1616-Fev-07 João Borges Preto
Maria Gomes Preta, viúva
Fev-16 Rafael Pestana Catarina Salvada
Maria Rodrigues
1617-Abr-09 Bartolomeu Serrão Isabel Serrão
Maria Rodrigues
Abr-18 Antonio Gonçalves Preto Pedro Gonçalves Barros
Isabel Jorge Preta Gabriel Sousa
1619-Fev-10 Diogo Fernandes Preto, forro Antonio Fernandes Bicudo
Ana Afonso Preta, forra Pedro Afonso Tanoeiro
1620-Jan-26 Lourenço das Neves F. de Siman,
ingles e Espe-
rança Antunes,
escrava, foi de
Joane Almeida
Pereira
Maria Ferreira
Fev-27 Antonio de Mesa Antonio de Mesa Capitão
Francisca de Mesa Antonio de Mesa Capitão
1621-0ut-08 Bernabel Gomes Preto
Luzia Fernandes Preta, forra Bastiam Fernandes
1622-Fev-06 Bartolomeu Dias Francisco Dias Barqueiro
Maria Gomes Preta, forra
Out-03 Gonçalo de Andrade
Maria Jorge Mulata, f. de
Isabel Jorge,
Calheta
S~ (FUNCHAL)
319
CASAMENTO PROPRIETARIO
DATA OBS. OBS.
NUBENTES OBS. NOHE
S€ !FUNCHAL)
320
CASAMENTO PROPRIETARIO
DATA OBS. OBS.
NUBENTES OBS. NOME
S ~ (FUNCHAL)
321 .
21
Quadro nQ 87 OUTRAS FREGUESIAS
CASAMENTO PROPRIETARIO
DATA FREGUESIA OBS.
NUBENTES OBS. NOME
322
ESCRAVOS E LIBERTOS NOS REGISTOS DE ÓBITOS
Quadro nQ 88
6BITO PROPRIET.(RIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME OBS.
CÃMARA DE LOBOS
325
Quadro nQ 89
0BITO PROPRIETÁRIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME OBS.
CANHAS
326
Quadro nQ 90
OBITO PROPRIETÂRIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME OBS.
CANIÇO
327
Quadro nQ 91
ÓBITO PROPRIETARIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME oss.
ESTREITO DA CALHETA
328
Quadro nQ 92
08ITO PROPRIET.\RIO
DATA
DEFUNTO 085. NOME 085.
SANTA CRUZ
329
Quadro n2 93
l'lBITO PROPRIETÁRIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME OBS.
SANTANA
330
Quadro nQ 94
6BITO PROPRIETÁRIO
DATA
DEFUNTO oas. NOME OBS.
SÃO MARTINHO
331
Quadro nQ 95
0BITO PROPRIETÁRIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME OBS.
SÃO PEDRO
332
Quadro nQ 96
0BITO PROPRlETÃRlO
DATA
DEFUNTO OBS. NOHE OBS.
..
SÃO ROQUE
333
Quadro nQ 97
6BITO PROPRIETÃRIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME oss.
..
SÃO VICENTE
334
Quadro nQ 98
<lBlTO PROPRIETÁRIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME OBS.
se (FUNCHAL)
335
ÕBITO PROPRIETÃRIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOHE OBS.
S~ (FUNCHAL)
336
<lBITO PROPRIETÁRIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME OBS.
se (FUNCHAL)
337
22
0BITO PROPRIETÃRIO
DATA
DEFUNTO OBS. NOME OBS.
St (FUNCHAL)
338
Quadro nQ 99
ÓBITO PROPRIET.I.RIO
DATA
DEFUNTO oBS. NOHE OBS.
..
TABU A
339
Quadro nQ 100 OUTRAS FREGUESIAS
6BITO PROPRIETÃRIO
DATA FREGUESIA
DEFUNTO OBS. NOME OBS.
340
Quadro nQ 101 ESCRAVOS E ETNIAS COMO TESTEMUNHAS
TESTEMU!.11A PROPRIETÁRIO
DATA LOCALIDADE OBS,
NOME OBS, NOME
(~~~~)
16ó1-:u.-16 E\:nchel f.:'ebe.stião
Mar-19 F'mC'h<tl .e .n.ntonio !-~oniz mulato
Jun-17 } u::ch.::~ l sé Pedr::> Pires preto
?\;nch;-:;1 (Sé Be~triz Di::.e Manuel Afonso Arrais licenciado
l'<l2-Kar-'26
1603/7,.-Ma i-6/13
Dez-?2
1-unr:bal
?unch-31
gj •. oque FP.rn;:r..des
J ot.o Fernandes
preto
preto
~~il
1'05-Atr-22 Funchal Yanuel Pereira preto
~ t:.nchal Francisco Ventura Baltasar Rodrigues detembarearto
JU:1-9
1608-"ev-17 Funchal (sé FrMcis.co r'l"'rnendes preto
1609-J ar.-12 Funeral (sé Gonçalo JJias preto, forro
; lebos .,etencor Índio
.Ago-2 Cadço :--·aria Teives
Out-25 F·onchal (sé) Frél.f:cisco !·!aria Vaz
1610-Jan-12 ::. Calheta Inês preta Ana Gomes
f.go-29 Funchal (sé) r.ntonio Agrela preta
1616-Mai-8 1-'u:-!chal {Sé) .Antonio Antonio de Meza capitão
1618-l.Jez-20 .... Calheta Gonçalo Ferna.'1des Bartolomeu de França
r.~ria Eanuel Jorge o velho
1619-n~r-lO !\metal ( s~) G::1.spar Francisco Rodric;ues Favila
1620-l ar.-26 'Funchal (Se) Bsper.:T.ça .h.ntur.es forra
1621-l'lai-4 E, ~alheta ApelÓr.ia Earto:J,omeu de França
1623-l'lai- 30 Caniço Lna Agrela F'ranciseo Álvaro Agre la
1631.-Jul-23 S. Vicer.te Esperar.ça Antonio :!e üouveia
Antonio de Gouveia
~:m~~~~n~t~él
1636-Ago- 30 Esperança
1649-:.'. v-20 ~:ariaSoares Antonio Soares cónego
1650-!·:ai-7 r--u..,chal sé João Tomás fanue 1 Tomás
0\,;t-27 F\..:nch~.l Sé G2spar Francisco Fernandes. sapateiro
165?-Jan-8 c. C'le Lobos ..... omingos Vonçelvee f2 õe Dornincos
lo'ernanaes, preto
!;ov-26 F'uccr.al (sé) AI!'hrÓsio Teixeira D,. Gaspar
1 '~5-Nov-27 E. Cal h e ta Pedro Inácio Lopes cura
1657-Jan-l r'unchal (sé) PrRs Afon..C~o Diogo Gonçalves AraÚjo
1661-J ,,:.-18 C. (1"!) Lobos Pernarda Francisco Crnela.s
1672-Ago-18 s. Vicente 1-:aria Paris Pedro do Couto padre
Set-20
1679-!.go-27
F1.;nchal (
Funchal (sé
sél Agoctin.l-Jo de Frei tas
~.atias
r.ntonio Ferreira Souto
Diogo de !o'rwça Ornelaa
1681-Jun-8 r\.:.nchal (sé Inácio de Brito mulato
1690-Abr-16 s. Jorge Joane ?r~;ncisco da Costa Fereira padre
1695-Jun-4 E. da Calheta t·:éllluel André de F~ança Andr&da padre
1697-Hr-13 FW'.chal (sé) José ~enrique Francisco Henriques
Ago-21 Z3perança Inácio da Camara
?
1698-:'oi-29
Ago-8
Scmtana
Funcoal (sé) Har ia
Gas~ar Sardfr.ha Biart sap:•teiro,::lulatQ,
forro
1700-Fcv-7 ?unchal 1' ntor..ia Perpétua Bartolorr.eu cb r.atoa mercador
:·:~i-13 Funchal Vicente Gomes preto Jorge He11rique
341
Quadro nQ 102
cs r.scR~.vos smmmo os T~TP·"EN'T'OS
sr~: !A
..;
DATA LOCAL PROPRIETÍIUO ESCRAVO
. i.
o
~
;l
É
~
PliEÇO
<
g
•~ CONDIÇOES
"
A o
342
OS F:SCRAVOS SF"Gl~lDO OS TFSTA"1F.1'TOS
ETNIA ;..LFOiiiil.A.
... . ..e
..;
DATA LOCAL PROPRIETÁRIO ESCRAVO o ~ FHEÇO g
~
p, i o~ : CONDIÇOES
343
OS t::SCRAVOS SFG'·UI:O CS TF.STA' F:IITOS
ETNIA ALFOrti1IA
"'~~---------!
DATA LOCAL PROPRIETÁRIO ESCRAVO PHEÇO
CONDIÇOES
..
filha
1)75-.llov-13 Porto Santo Maria Jorge Antonio ~olda1o 2 anos
p/ !".i!:'989
Roc'!rip,o Calaça Catarina
1576-.fen-? Funt"';hal BaltasAr Nunes Tomas ia )O.OCO
Francis:co 35.000
MAr-lh FunC'hl'll Ant.onto dP NPl~~r, sirhiro B::..~tiiio
Dez-16 Funchal HP.lP.na Vaz Tor!bto
1'1Aria
De•-~9 Funcht~~l Marta ,r;'erreira Manuel
Antonio
1577-Mai-7 c. de Lobos Afonso Anes Peatriz
Fr::oncieco o
Maria 6.000
A~o-22 FunchA.l F~dro Vaz, mulato Filipa
Inês { f' ~ar! a) SerYir t!!ulher
até 25 anos
1579-Jun-26 Funchal Isatel Gonçalves, vilÍva de
Do-ringos Fernandes, mercador ~aria Gonçalves (r• de
Juliana)
Juliana
Isabel ( r• de Juliana)
1580-Set-30 Funchal Pedro de Viana Manuel
1582-0ut-~ Funchal Antonio Rodrigues de Canha, clérito Antonio
1561'-Dez-12 Func~al l"arcos d ~Oliva Antonio {+) 25.000
Joane
15~7-Aor-7 Funchal CristÓvão Gonçalves, sapateiro Ana
Bárbara 18 :mos
Set- )O Funchal D. CecÍlia, viÚva de Pedro Gohçal-
ves da Camara Antonio (1)
Franchco
f-1anut"l
Maria {1)
1588-J.n-31 Funchd MRria EscÓrice D~omond Frene ieca S'~rvir ma.rido
Joane { 1) S'C'!rvir marido
Dorningas e filhar
Brás ia
Nov-25 R' 'PrA. v a Jnena Gom'!s Catarina
1559-Ahr-3 PontA df! Sol Antonio Pires FRancisca e filhos (?)
1590-lgo-22 Funchal Sim~o Rodriguee, cA.lxeiro Eacrava {1) 20.000
SPt-1 Fune'l',al Ana Henriques Antonia
lJoana . !:ervir ir"''ã
1591 Porto Santo Francisco de Castro Antonino Servir ilT.lã e
fO de 10 mieeas
mar-12 Funchal Salvador A:lvares, mercador Maria-
Jorge )0.000 )0.000 rs à
MisericÓrdia
Abr-29 Funchal Eee.triz ilvares Clara 26.000
Antonio
J\ln-8 F'unchal Sebastiia Dfaa VitÓria
344
OS i SCRAVOS fffit1'W OS TCSTPMENTOS
ETNIA AL!o'OrtiiiA
"'c
DATA LOCAL PROPRIETÁRIO ESCRAVO
.i
o~
+'
~
p.
•
E
"o
PREÇO 3
~ CONDIÇOES
345
OS %CRAVOS SffiliiiDO rs TESTWE11TOS
ETNIA ALFORRIA
346
-
OS ESCR\VOS SEGUNDO OS TESTAI<E:NTOS
•'
.
'
ETNIA ALFORaiA
..;
DATA LOCAL PROPRIETWO ESCRAVO
. i. .e
o
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p,
!l
~
o
PREÇO
c
o
u
: CONDIÇOES
347
OS ESCRAVOS SFGU!IDO ffi TESTA,'I:tlTOS
ETNIA i AL!'ORAIA
348
OS ~SCRAVOS SEGUNDO OS TESTA!IENTOS
e
8
"' i o~ : CONDIÇOES
'349
OS ESCRAVOS SEI;UNDO OS TESTAn:'ITOS
"'
:I
• "o ~ CONDIÇOES
1 Crioulo
2 E~tá grávida
3 Vend~u e comprou Gonçalo
4 Enfertn!l
5 r-:orreu
6 Velho
7 Velha
8) de 70 ano•
9) Doente
350
ESCRAVOS E ETNIAS NA INQUISIÇÃO
VISITAÇÃO 1591
Quadro n2 103
351
ESCRAVOS E ETNIAS NA INQUISIÇÃO
VISITAÇÃO 1618
Quadro nQ 104
352
VENDA DE ESCRAVOS DA MADEIRA EM LANZAROTE - 1619-1643
~ Quadro nQ 105
1528-0ut-31 An tania Fernandes Madeira (v!i!) G. Cana:ria (est) Pedro de Aldunza Licen. G. Canaria (v !i!) Gonçalo Negro 30 18.000 rs
1557-Mai-20 Manuel Brás M. navio Madeira ( v!i!) G. Canaria Luís Balboa G. Canaria Hernando Negro 25 42.420 rs
Ago-09 Francisco Medina fJJadeira ( v2) G. Canaria Juan de San Bemto G. Canaria Isabel Negra 30 33.500 rs
1599-Ago-06 Gonzalo Baéz Mercador Madeira (v !ii!) Fuerteven tura Bartolomé Paez de
castelhanos
Ago-23 António Gonçalves Mercador Madeira Lanzarote Diego Gymenes Lanzarote ( v2) Frarc.isco Gc:nç al ves Mercador- Filipe Negro 500 rs
Silvestre
1624-Jul-16 Antonio de Vega Mercador Madeira Lanzarote Diego Cabrera Lete Lanzarote Andresa 19-20 90 fanegas trigc
Dez-21 Francisco Gc:n;alves Mercador Madeira Lanzarote ( v9 ) Juan Velez de Bal-
castelhanos
1626-???-?? Antonio Gonçalves Mercador Madeira Juan Perez de Jerez Lanzarote ( v2) Escravo 25 ?
Abr-26 Manuel Dias Arafia Mercador Madeira ( v2) Manuel Dias de Ta-
vira Mercador Lanzarote (est) Anton Negro 26 600 rs novos
1629-Mai-17 Blas de Frei tas
Core a r-1adeira ( y!l) Lanzarote (est) Pedro Diepa Lanzarote ( v2) Antonio Negro 24 1. 200 rs
J:.ü-14 Juan de Afonseca Madeira ( v2) Lanzarote ( est) J eronimo Perera Lanzarote ( v2) Francisco Negro 18 50 fanegas tri~ o
Set-30 Juan de Afonseca Madeira ( v2) Lanzarote (est) Marcial de Saave-
' ...
VENDEDOR
DATA
I '
COMPRADOR
--sCRAVO
I NOME PROF:SSÃO MORADA
I _?:TUAÇÃO NOME PROF. I MORADA
I NOME DONO
I PROf. I NOME I
E':NIA I
:DADE I PREÇO
1631-???-?? Domingos Gonçal-
ves Nóbrega Madeira ( v!l) Lanzarote ( es t) J:..~an Perera Lanzarote ( v2) Escravo Negro 36 350 rs de pra ta
Mai-26 Manuel Pereira
Jardim Madeira ( v2) Lanzarote (est) Domingos Martin G. Canaria ( v2) Escrava Negra 22 335 rs de prata
1632-Jun-30 Antonio Gonçalves Mercador Madeira (v2) Lanzarote ( v2 ) Mateo Armas Lanzarote Escrava Negro 30 600 rs ·
Set-01 Antonio Gonçalves Mercador Madeira (v2) Lanzarote ( y!l) Sebastian Rodrigues Lanzarote ( y2) Ar1a Dias, mulher
de Francisco Tei-
ves Escravo Negro 18 08 fanegas trig<
Out-20 Antonio Barreto Madeira ( v2) Lanzarote (v !I) R. Gutierres Melia Capitão Lanzarote ( y!l ) Domingos Negro 30 38 fanegas trige
Out-22 Amador Cuello Mercador Madeira Lanzarote (vi) Melchior Raiz
Curbello Lanzarote (vi) Lourenço Dias Ta-
vira Francisca Negra 16 65 fanegas trigc:
1634-Ago-20 Anton Alvares, A~
Fonte: A.H.P.L.P., r'rotocolos de Lanzarote 1619-1650; Manuel Lobo Cabrera, La Esclavitud en Las Canarias Orientales en el siglo XVI, Las Palmas, 19
81
Quadro nQ 106 PROPRIETARIOS DE ESCRAVOS
ESCRAVOS I
o
PROPRIETÁRIO ORS. MORADA DATA MASCULINO fEri! NINO T
A
L
B CR c o I B CR c o I
355
ESCRAVOS T
o
DATA f!ASCULINO FEfllNINO T
PROPRIF.TÁRIO 08S. f!ORAllA
A
8 CR c o T 8 CR c o
~ '·
Ana Castro C. Lobos 1628-1666 2 1 2 5
356
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. HORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
o L
B CR c o T B CR c T
357
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
B CR c o T B CR c o T L
358
ESCRAVOS T
o
rRorR I ET ÃR lO ORS. t10RADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
r-
8 CR c o T 8 CR c o T J.
Antonio Nunes Calaça Caniço 1673 1 I 2
Antonio Nunes Costa Ponta do Pargo 1699 3 3
Antonio Nunes Furtado Funchal 1606-1611 4 4
Antonio Pacheco Tavares Funchal 1633-1649 2 3 5
Antonio Paiva Santa Cruz 1643 2 2
Antonio Palo te Funchal 1680 1 1 2
Antonio Pereira Azevedo Funchal 1672-1678 2 1 1 4
Antonio Pereira Silva Faial 1642 2 1 3
Antonio Pereira Silva Faial 1678 1 1 2
Antonio Pestana s. Vicente 1622 1 I 2
Antonio Pinto A. Calheta 1614 2 2
Antonio Pires Funchal/Caniço 1591-1668 3 1 1 1 6
Antonio Pires Ponta do Sol 1589-1655 1 1
Antonio Rebelo Lima Funchal 1572 I 1
Antonio Rego Caniço 1567-1598 2 1 2 .s
Antonio Rocha Padre Funchal/R. Brava 1634-1655 1 2 3
Antonio Rodrigues Mercador Funchal 1580 2 2
Antonio Rodrigues· Purgador Funchal 1568 1 1
Antonio Rodrigues Tanoeiro Funchal 1636-1699 1 3 1 5
AntOnio Rodrigues Caldeira Funchal 1600 1 I
'
Antonio Rodrigues Cama c h o R. Brava 1576-1698 2 2
Antonio Rodrigues Canha Funchal 1582 1 1
Antonio Rodrigues Dinis S. Vicente 1672-1679 4 4
Antonio Rodrigues Lomelino Porto Santo 1653 1 1 2
Antonio Rodrigues Neto Funchal 1580-1595 1 1 6 8
Antonio Rodrigues Trosilho Mercador Funchal 1609 3 3
Antonio Rodrigues Vitória Funchal 1598 I 1 2
Antonio Rodrigues Qubradas s. Martinho 1680 1 1 2
Antonio Roman Funchal 1641 1 1 2
Antonio Salamanca Funchal 1622-1634 5 5
Antonio Sardinha E. Calheta 1660-1670 I 3 4
Antonio Sevart Francés Funchal 1597 1 1 2
Antonio Silva Funchal 1627 1 I 2
Antonio Silva Tanoeiro c. Lobos/Funcha 1638-1700 3 2 5
Antonio Silva Abreu Funchal 1673 1 1 2
Antonio Silva Barreto Funchal 1600-1610 3 2 5
Antonio Silva Madeira Funchal 1642-1700 2 3 5
Antonio Soares Porteiro Funchal/S. Cruz 1674-1699 1 5 4 10
Antonio Sousa Mercador Funchal 1651-1685 I 1 1 3
Antonio Splange CÓnego Funchal 1679 1 I
Antonio sp!nola Carvalho Santa Cruz 1647-1686 7 2 9
Antonio Tavares Santa Cruz 1610 1 1 2
Antonio Tavares Menezes Santa Cruz 1663-1694 2 3 5
Antonio Tavares Sousa Santa Cruz 1669-1686 2 5 7
Antonio Teixeira Gaula 1613 2 2
Antonio Teixeira Capitão F. Ovelha 1627 1 1 2
Antonio Teixeira DÓria Funchal/R. Brava 1692-1699 2 1 3
Antonio Teixeira Mendonça P. Cruz/Santana 1564-1592 I 2 I 4
Antonio Teixeira Vascoocelos Porto da Cruz 1692-1617 1 5 6
Antonio TeixeiY"a Vasconcelos F. Ovelha/Gaula 1622-1633 1 2 3
Antonio Teix•ira Vasconcelos S. Gonçalo 1668-1670 1 1 1 3
Antonio Teles Menezes Capitão Santa Cruz 1695 1 1
Antonio Vaz Mercador Funchal 1605-1624 3 4 1 1 9
Antonio Vieira Prov. Fazenda Funchal 1674 1 1 2
Antonio Vieira Fonseca Porto Santo 1682 1 1 2
Antonio Vogado c. Lobos 1682-1685 1 2 3
359
ESCRAVOS T
o
DATA MASCULINO FEMININO T
rRorRIF.TÃRIO OBS. MORADA
A
L
B CR c o T B CR c o T
360
ESCRAVOS T
o
rRtWR 1r.r AR 10 OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
-· A
CR c o T L
CR ~ _Q_ T 8
---------·------- I~ -- --
Beatriz ~lvares s. Antonio/Fun 1591-1609 I I I I I 5
Beatriz Andrade c. Lobos 1629-1633 2 I 3
Beatriz Canha Funchal 1594 I I
Beatriz Dias Funchal 1580-1633 I 3 4
Beatriz El-Rei Calheta 1653 I I
Beatriz Escovar P. Santo 1552 I I
Beatriz Fernandes Funchal 1619 I J
Beatriz Ferreira Funchal 1617 I I 2
Beatriz Freitas Santa Cruz 1643-1665 5 2 7
Beatriz Gomes M. de Manuel
Mendes Ribeiro Funchal/C. Lobos 1580-1593 I I I 3
Beatriz Gomes ViÚva de Ante-
nio Carvalho S. Martinho 1670-1673 2 2
Beatriz Gonçalves Apar!cia ViÚva Funchal 1595-1639 2 I I 4
Beatriz Jorge c. Lobos 1595-1633 4 5 9
Beatriz Lopes Funchal 1679-1685 I I 2 4
Beatriz lourenço Porto Santo 1600 3 4 7
Beatriz Luis S. Jorge 1620 I I 2
Beatriz Martins Funchal 1617-1624 2 2 4
Beatriz Mendes Funchal 1633-1635 2 I 3
Beatriz Morena Funchal 1549 I 2 3
Beatriz Nomata Funchal 1625 I I 2
Beatriz Nunes ViÚva de Domin
gos Braga Funchal 1579-1592 2 2
Beatriz Rodrigues M. de Bartolo-
meu Pires, viúva S. Martinho 1677-1684 I 2 3
Beatriz Silva Funchal 1642-1648 2 2 4
Beatriz Tavares E. Calheta 1667 I I
Beatriz Tavares Funchal 1550 I I 2
Beatriz Vasconcelos Funchal 1696 I I 2
Beatriz Vasconcelos Porto Santo I657 I I
Beatriz Viana Caniço 1586 I I
Beatriz Vogada Funchal 1698 I I 2
Belchior Antunes Funchal 1581 I I
Belchior Costa Funchal 1697 2 2
Belchior Couto Cardoso Capitão E. Calheta 1665-1669 3 I 4
Belchior Drumond Padre c. Lobos 15~0 2 2
Belchior Gomes Correia Mareante Funchal 1606-1646 2 2 4
Belchior José Calaça Funchal 1675-1700 I I 2
Belchior Mendonça Vasconcelos Capitão S. Cruz/Machico
/P. Santo 1667-1687 3 6 I lO
Belchior Rodrigues Pereira S. Cruz/Funchal I650-1681 2 4 6
Benjamim Filipes Merc. francês Funchal 1700 I I
Bento Doucin Funchal I602 I I
Bento Ferreira Seguro Tabu a I615-1630 2 2 4
Bento Figueiredo Funchal 1679 2 2
Bento Luzido Funchal I620-1623 I 2 3
Bento Martins Guarda Funchal I600 I I 2
Bento Matos Coutinho Funchal/S. Ant 1625-1651 7 lO 17
Bento Pais Funchal 1568 2 2
Bento Pita Funchal 1632-1639 I I I 3
Bento Silva Funchal 1677-1781 2 2 4
Bernarda Menezes Funchal 1669 I I 2
Bernardina Abadessa Funchal 1617 2 2
Bernardino Fernandes C. Lobos 1631-I689 2 3 5
Bernardo Cristóvão Berengue Padre Funchal/Caniço 1637-1676 I 2 I 4
361
ESCRAVOS T
o
OBS. MORADA DATA ttASCULINO FEMININO T
PROPRIETÃRIO
A
L
B CR c o T B CR c o T
-------
Bernardo Gonçalves Padre R. "Brava 1583-1586 I 2 3
Bernardo Tavares Santa Cruz 1621 2 2
362
--
ESCRAVOS T
o
rROrRIF.TÃRIO ons. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
.- A
L
c o c
~
8 CR T 8 CR T
----------------- l---
Catarina Ribeiro F. Ovelha 1673 I I
Catarina Rodrigues Viúva Funchal 1624-1678 I 5 6
Catarina Sal vago Funchal 1618 I I 2
Catarina Silva Funchal 1634 I I 2
Catarina Vasconcelos Funchal 1651-1685 I 3 4
Cecilia Barros Funchal 1594 I I
363
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
B CR c o T B CR c o T L
-L-
364
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
c o o L
B CR T B CR c T
Domingos Fernandes Casta-
nheiro Funchal 1600 I I 2
365
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO 08S. MORADA DATA MASCULINO FEMININO r
A
L
8 CR c o T 8 CR c o T
366
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO 08S. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
c o L
8 CR c o T 8 CR T
367
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
c o L
B CR c o T B CR T
368
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. HORADA DATA T
HASCULINO FEHININO
A
B CR c o T B CR c o T L
369
24
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO 08S, MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
8 CR c o T 8 CR c o T L
370
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
c o L
B CR c o T B CR T
371
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO 08S. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
c o L
8 CR c o T 8 CR T
372
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
B CR c o T B CR c o T L
373
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
c o L
B CR c o T B CR T
374
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. ~!ORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
c o c o L
B CR T B CR T
Jorge Ferreira Funchal 1541 2 2
Jorge Freire Funchal 1648-1693 5 5 1 11
Jorge Gonçalves R. Brava 1585 2 2
Jorge Gonçalves Funchal 1575 1 1
Jorge Gonçalves Botelho Funchal 1609 2 2
Jorge Henrique Funchal 1653 1 1
Jorge Henrique Filha de ..• ,
freira 2
.
Funchal 1669 1 1
Jorge Martins Funchal 1688 1 1
Jorge Martins Barbeiro Funchal 1699 1 1
Jorge Mialheiro S. Ant/Funchal 1577-1678 1 2 5 4 1 2 15
Jorge Moniz Menezes Santa Cruz 1654 1 1 2
Jorge Palma Mercador inglês Funchal 1641 1 1 2
Jorge Pestana Funchal 1589 1 1 2
Jorge Preto Cao Funchal 1600-1603 2 3 5
Jorge Vasconcelos Capitão P. Delgada 1607-1622 1 3 4
Josefa Ferreira Funchal 1684 2 2
José Andrade Padre S. Vicente/ A.
Calheta 1682-1689 1 3 4
José Barbosa Funchal 1649-1696 3 5 1 9
José Barros Funchal 1683-1690 2 2
José Barros Funchal 1690 1 1
José Betencor Henriques R. Brava 1700 1 1
José Calaça Serpa P. Santo 1662-1665 1 2 3
José Cardoso F. Ovelha 1683 1 1 2
José Carvalhal Funchal 1696 3 2 5
José Cordeiro Padre Ponta do' Pargo 1673 1 1 2
José Fernandes Funchal 1632 1 1
José Ferreira Alferes Tabua/Funchal 1662-1678 3 3
José Freire Funchal 1677 1 1 2
José Lomelino s. Cruz/Funchal 1655-1678 1 2 3
José Machado s. Martinho 1669 2 2
JoSe Ribeiro Silva Estanque iro do
tabaco Funchal 1694 1 1
José Rodrigues Leça Padre F. Ovelha 1686 1 1 2
José Saldanha Padre Funchal 1693 1 1
José Seixas Mercador Funchal 1695-Í 700 3 3
José Vaz Betencor Funchal 1700 1 1
José Vieira Santa Cruz 1695 2 2
João Afonso Funchal 1585-1589 1 1 2
João Afonso Santa Cruz 1592 2 2
João Afonso Correia Funchal 1490 1 1 2
João Aguiar Caniço 1692 1 1
João Ãl vares Fonseca Funchal 1575 1 1
João Aragão Funchal 1540 1 1
João Araújo Carvalho Machico/Funcha
João Arcas Funchal 1599 1 1
João Baião Funchal 1614 1 1 2
João Baptista Esp!ndola Santa Cruz 1662 1 1 2
João Baptista Machado Funchal 1674 1 1
João Barreto Amil Canhas 1676-1698 1 1 3 5
João Bernardo Freitas Santa Cruz 1626 1 2 3
João Betencor Funchal 1601-1657 1 2 3
João Betencor Correia Funchal/C.Lobos 1610-1634 1 6 7
João Betencor Freitas Capitão Funchal/S. Cruz 1596-1699 3 4 1 8
João Betencor Henriques Fun/A. Calheta 1695 1 3 4
375
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
B CR c o T B CR c o T L
376
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
o o L
B CR c T B CR c T
377
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
B CR c o T B CR c o T L
378
ESCRAVOS T
o
PROPRif.TÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
L
B CR c o T B CR c o T
--
Lourenço Betencor Secretário do
Bispo Fucnhal I I
Lourenço Brito Funchal 1616 2 2
Lourenço Caldeira Ribeiro Santana 1677 ' I I
Lourenço GÓis Funchal 1686 2 2
Lourenço Gonçalves S. Martinho 1654 2 2
Lourenço Matos Coutinho Licenciado Funchal 1654-1662 I 2 I .4
Lourenço Pi ris Lavrador Funchal 1592 I I 2
Lourenço Rebelo Caniço 1678-1684 I 3 4
Lucas Freitas Madalena 1594-1614 3 I 6 I 11
Lucas Pinheiro Funchal 1656 I I 2
Lucas sã Funchal 1594-1604 2 3 5
Lucrécia Lopes Viúva Funchal 1546-1615 3 I 4
Ludovico Pillares Funchal 1632-1635 3 3
Lu{s AI vares Riscado Escrivão R. Brava/Fun 1573-1613 3 4 7
Luis Beja O moço Funchal 1544 2 2
Luis Cair e Funchal/R. Brava 1694-1700 I 2 I 4
Luis Correia Sineiro Funchal 1643 I I
Luis Dias Licenciado Funchal/Caniço 1606-1642 2 4 6
Luis Dor ia Mãe de ••• Funchal 1556 I I 2
Luis Esmeralda Atouguia Funchal 1658-1666 2 I 3
Luis Esp{ndola Funchal 1611-1635 2 I 3
Luis Fernandes Mercador R. Brava 1589 I I
Luis Fernandes Barreto Madalena 1594 2 2
Luis Fernandes Oliveira Contador do
presidio Funchal 1634-1645 I 3 4
!.u{s Ferreira Mercador Funchal 1606-1609 I 3 4
Luis Figueiredo Funchal 1600 I I
Luis Franca Cirurgião Funchal 1672 I I I 3
J.u{s Gois Vasconcelos Ju!s ordinário Funchal/S. Cruz 1658-1684 3 5 8
Lu{s Gomes R. Brava 1620 I I 2
Luis Gomes Alvelo Santa Cruz 1633-1636 2 I 3
J.u!s Gonçalves Mercador Funchal 1607-1628 3 3 6
Luis Gonçalves Andrade Funchal 1606-1612 4 3 7
Luis Leão Funchal 1575 I I
Luis Lima Funchal 1585 I I
Lu{s Mendes Vasconcelos Santa Cruz 1608• 2 2
Luis Menezes S. Vicente 1658 2 2
Lu{s Nogueira Brito Licenciado Funchal 1632 I I
Lu{s Orne las Capitão c. Lobos 1689-1693 I 2 2
Luis Pestana Velosa Capitão Santa Cruz 1660 I I 2
Luis Rodrigues Funchal 1636 I I
Luis Rodrigues Preto Padre Santa Cruz 1679 I I
Luis Soares Pais Funchal 1667-1696 2 2 2 4 lO
Luis Spinola Doutor Funchal 1629 I I 2
Luis Tavares Funchal 1672 2 2 2
Luis Teles Menezes Capitão Santa Cruz 1672 2 2 4
Luis Vaz Funchal 1558 I I
Luisa ... Porto da Cruz 1595 I I
Luisa Berenguer Calheta 1629 I 'I
Luisa Berenguer Funchal 1672-1700 4 7 11
Luisa Calaça Funchal 1639 I I 2
Luis a Castro Funchal 1699 I I 2
Luis a Dias Viúva de Agosti
nho Gonçalves Funchal 1642 I I 2
Lulsa Henriques Viúva Funchal 1656 I 3 4
379
ESCRAVOS T
o
MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
PROPRIETÁRIO OBS.
A
L
8 CR c o T 8 CR c o T
380
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. HORA DA DATA MASCULINO FEH1N1NO T
A
c o L
B CR c o T B CR T
381
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
L
B CR c o T B CR c o T
--
Manuel Freitas Dromond Funchal I6I4 2 2
Manuel Freitas Teixeira Padre C. Lobos I681 2 2
Manuel Gavião Funchal 1559 I I
Manuel Gil c. Lobos 1597 2 2
Manuel Gomes c. Lobos I648 I I
382
ESCRAVOS r
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO r
A
CR c o r B CR c o r L
B
Manuel Pereira Carvalho Funchal 1678 2 2
Manuel Pereira Durães Funchal 1683 I I
383
ESCRAVOS T
o
OBS. fiORADA DATA MASCULINO FEMININO T
PROPRIETÁRIO
A
L
B CR c o T B CR c o T
384
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO 08S. MORADA DATA MASCULINO FEH!NINO T
A
c o L
8 CR c o T 8 CR T
.
Lobos 2 4
Maria SimÕes c. Lobos 1612-1621 2 2 4
Maria Soares s. Jorge 1689 I I 2
Maria Sousa Funchal/S.Cruz 1667-1590 2 5 6
Maria Sousa Calheta 1639 I I
385
25
ESCRAVOS T
o
DATA MASCULINO FEMININO T
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA
A
c o L
B CR c o r B CR T
386
ESCRAVOS T
o
FROFR!ETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
o L
B CR c o T B CR c T
387
ESCRAVOS T
o
MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
PROPRIETÃRIO 08S.
A
o L
8 CR c o T 8 CR c T
388
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÃRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
L
B CR c o T B CR c o T
389
ESCRAVOS T
o
MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
PROPRIETÁRIO OBS.
A
L
B CR c o T B CR c o T
390
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO OBS. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
c o L
B CR c o T B CR T
391
ESCRAVOS T
o
PROPRIETÁRIO 08S. MORADA DATA MASCULINO FEMININO T
A
L
8 CR c o T 8 CR c o T
392
PROPRIETÁRIOS DE ESCRAVOS - SITUAÇÃO SÓCIO-PROFISSIONAL
Quadro n2 107
stcuLos DtCADAS
PROFISSÃO TOTAL
XVI XVII -1550 -1600 -1650 -1700
Alcaide I I I
Alfaiate I 3 I 2 I 4
Alferes 9 I 8 9
Almoxarife 2 I I 2
Arcediago I I I I 2
Bacharel 6 I 4 2 I 7
Barbeiro I 6 I 2 4 7
Barqueiro 3 lO 3 9 I 13
Beneficiado I I I
Bispo I 3 2 2 4
Bombardeiro I I I
Boticário I 2 I 2 3
Caixeiro 2 2 2 I I 4
Calafate 2 I I I I 3
Caldeireiro I I I
Capitão I 91 I 19 71 91
Carpinteiro I 3 I I 2 4
Cirurgião 5 4 I 5
Cónego 5 25 I 4 li 14 30
Conserveiro I I I
Contador I I I
Contador do presidio I I I
Coveiro I I I
Cura I I I
Deão 7 I I
Dizimeiro 2 2 2
Doutor I 7 I 3 4 8
Empapelado r I I I
Escrivão 5 5 5 4 I lO
Escrivão da Alfândega I 8 I 2 6 9
Estanqueiro do tabaco I I I
Fanqueira 4 I 3 4
Ferreiro I 2 I I I 3
Freira I 3 I I 2 4
Geral I I I
Governador 2 I I 2
Guarda I I I
Hortelão I I I
Juiz Ordinário 3 3 3
Juiz dos ortãos I I I
Lavrador 7 lO 8 4 6 17
Licenciado 5 16 I 4 li 5 21
Marchante I I I
Mareante 3 lO 3 9 I 13
Meirinho I I I
Mercador 27 54 7 20 40 14 81
Mestre 2 I 2 I 3
Mestre de Cerimónias I I I
Mestre de acúcar I I I
Mestre de engenho I I I
Mestre escola I I I
Moleiro I I I I 2
Oleiro 3 I 2 3
Ourives I 8 I 6 I 8
Ouvidor I I I
Padre lO 87 lO 19 68 97
Picheleiro I I I
393
PROPRIETÁRIOS DE ESCRAVOS - SITUAÇÃO S6CIO-PROFISSIONAL
stcuLos DtCADAS
PROFISSÃO TOTAL
XVI XVII -1550 -1600 -1650 -1700
Pedreiro I I 2 2
Pescador 2 I I I I 3
Pintor 3 I 2 3
Porteiro da Alfândega 2 2 2
Purgador 4 4 4
Provedor da Fazenda 4 I 3 4
Quintador I I I
Saboeiro I I I
Sapateiro 7 9 2 5 7 2 16
Sargento-mor 6 2 4 6
Secretário do Bispo I I I
Serralheiro I 2 I 2 3
Strieiro I I I
Solicitador I I I
Sombreireiro 4 I 3 4
Surrador 2 2 2
Tanoeiro 2 8 2 5 3 lO
Tenente-general 2 2 2
Tende iro I I I
Tesoureiro-mar I I I
Trabalhador I I I
Vende ira I I I
394
Quadro n2 108
ESCRAVOS
LOCALIDADE TOTAL
PROPRIETÁRIO TOTAL MÉDIA
1 2 3 4 5 +5
A. DE PENA 1 3 1 5 17 3,40
A. DA CALHETA 2 14 2 2 20 44 2,20
CALHETA 5 3 1 9 18 2
C. DE LOBOS 12 28 11 13 5 11 80 273 3,41
CAMPANÁRIO 2 2 1 5 9 1,80
CANHAS 7 3 3 3 1 17 39 2,29
CANIÇAL 1 1 2 3 1,5
CANIÇO 13 18 7 8 8 5 59 150 2,54
E. DA CALHETA 12 9 11 6 3 7 48 155 3,23
E. c. LOBOS 2 8 5 1 4 6 26 109 4,19
FAIAL 1 2 2 5 11 2,20
F. OVELHA 4 10 5 4 1 24 60 2,50
GAULA 4 2 1 1 8 25 3,13
MACHICO 4 13 2 3 3 1 16 69 5,31
MADALENA 3 1 1 5 20 4,00
MONTE 3 1 4 9 2,25
P. DELGADA 1 1 2 2 1 5 18 3,60
P. DO PARGO 3 1 4 11 2,75
P. DA CRUZ 3 6 3 2 14 21 1,50
P. DO SOL 5 2 1 1 9 17 1,89
P. SANTO 9 18 5 7 2 6 48 121 2,52
R. DA JANELA 1 1 15 1,5
R. BRAVA 8 27 9 1 2 6 53 170 3,21
STê CRUZ 11 34 12 8 4 16 85 285 3,35
STê LUZIA 2 1 3 4 0,75
SANTANA 3 3 6 9 1,50
STQ ANTONIO 4 6 3 3 4 20 98 4,90
S. GONÇALO 2 4 6 12 28 2,33
S. JORGE 7 2 1 10 24 2,40
S. MARTINHO 2 13 3 5 3 4 30 112 3,73
S. ROQUE 4 2 1 2 2 11 29 7,45
S. VICENTE 4 12 4 3 1 24 57 2,38
FUNCHAL ( S:f:, S. PEDRO) B05 449 167 120 87 144 1272 3885 3,05
TABU A 8 5 4 2 2 1 22 55 2,50
SERRA ÁGUA 1 1 2 5 2,50
TOTAL 432 716 288 200 136 223 1986 6072 3,03
IINTnAnF ---IlliAJ._
Maria 30 ? Guiné ?
396
ESCRAVOS
397
ESCRAVOS
398
ESCRAVOS
Bastião 60.000
Antonio 40.000
Francisco 40.000 .
Lu!s 30.000
Ma ricota Preta,
crioula 70.000
Madalena 30.000
Bernardo 40.000
Josefa 30.000
410.000
399
Quadro nQ 110
AOllLTOS CRIANÇAS ALFORRlA
F.TNIA MORADA OAS.
!lATA lN-
" F M F COND. __s_E_R_V_IÇ~O-S----~-----OU~T_R_o_s____~---------------+---------------+------------------f
1473 2 2 Funchal
l4R3 l 5 anCls testamen-
teiro Funchal
2 Ponta do Sol
1486
Funchal H. almude 4.000 rs
1490 ~
l 100 2 Funchal
1507 l Funchal
l Funchal
152'•
1528 3 Morte mulher Mourisca Funchal
!Sh2 l l Funchal
1550 Funchal
Atê idade 20 ano Funchal
5 missas rezadas Funchal
1556 Machico
Cana rio Santa Cruz
4,000 rs Santa Cruz
4 anos Funchal
400
AJJlii.TflS CRIANÇAS ALFORRIA
F:TNIA t10RADA ORS.
lN
F COND. SERVIÇOS OUTROS
15ó6 lO Funchal
ror venda Mulato Funchal
2 anos C. Lobos
1579 Funchal
C/ 30.000 Funchal
1609 Funchal
401
26
ADULTOS CRIANÇAS ALFORRIA
DATA
f- - --
lN- ETNIA MORADA OBS.
M F M F COND. SERVIÇOS OUTROS
- - - f--
anos Funchal
1610
1612 Até morte marido Mulata Calheta
162) Funchal
lfl21, Funchal
Faial
lfdO
ló)5 Funchal C/ 30.000 rs
e filha Funchal
402
Quadro nQ 111
-- A
T B
SITUAÇÃO ETNIAS
E l ENCARGOS RF.NS
IJATA LOCAL NOME OBS. s N
ESC LlV PRE MUL IIOU OUT T T --
404
-··-- A
·--------
T B
SITUAÇÃO ETNIAS
E 1 ENCARGOS BF.NS
OATA LOCAL NOME OBS. s N
ESC LIV PRE MUL MOU OUT T T --
405
A
T 8
SITUAÇÃO ETNIAS E 1
OBS. s • ENCARGOS BENS
DATA LOCAL NOHE N
ESC LIV PRE HUL HOU ouT T T
406
-~---
A
T B
SITUAÇÃO ETNIAS
c-- E l ENCARGOS BfNS
DATA LOCAL NOME OBS. s N
ESC LlV rRE MUL ~10U _ll!!!_ f - - - - - - - _L _T__ - - - - - --------- -·
407
-- T
A
SITUAÇÃO ETNIAS 8
E I ENCARGOS BENS
DATA LOCAL NOME OBS. s N
ESC LIV PRE MUL MOU OUT T T
Cristóvão I I
1700-Jul-01 Funchal-Sé
Jul-16 Funchal-Sé Damiana Matos I I
Se t-04 s. Roque Antonio de Isabel I Menor I
Set-13 S. Roque Maria I I
Nov-OJ c. Lobos Catarina I I
Nov-19 Funchal-Sé Sebastiana I I
Dez-02 Funchal-Sé Alexandre I I
408
Quadro nQ 112
o c o c o c o c o B c o .:
B c o B c o B c o B c o B c o 9 c o B c B B B B 3
'
1538-1540 8 7 1 3 4 7 5 43 1 2 7 1 4 3 94 2
1541-1550 3 1 7 2 3 4 9 1 3 32 2 4 1 3 7 78 3 2
1551-1560 1 5 4 1 1 1 12 1 4 2 1 1 2 1 5 36 4
1561-1570 5 1 5 3 2 1 3 2 4 2 2 2 1 4 3 2 35 6 1
1571-1580 6 1 1 5 5 11 3 7 7 11 1 6 6 5 3 4 6 9 2 9 2 9 9 2 2 84 ~7 1
1581-1590 5 5 3 2 1 4 5 1 6 4 6 3 4 4 5 4 7 2 4 5 1 7 3 1 1 1 57 84 3
1591-1600 13 1 14 3 25 1 16 3 25 7 1 14 9 13 1 6 15 2 12 1 14 1 186 20 1
1601-1610 22 2 1 29 4 24 1 29 33 2 30 4 o 1 22 1 33 22 1 22 1 1 20 1 316 18 2
1611-1620 18 2 1 30 5 1 32 1 22 4 39 2 29 2 34 2 1 24 1 1 1 2 21 1 24 1 1 20 1 314 21 8
1621-1630 23 2 22 2 30 39 3 1 25 22 4 21 2 1 18 2 15 1 3 14 3 1275 8 10
1631-1640 30 35 2 37 39 28 29 4 1 3 34 1 3 22 1 24 18 1 15 1 ~42 3 7
1641-1650 23 2 26 3 21 16 27 21 6 2 24 o 1 25 3 15 1 16 2 250 14
1651-1660 25 3 1 13 1 2 26 1 29 1 21 1 22 2 15 3 15 18 1 1 18 1 1 16 1 2 16 4 234 8 18
1661-1670 17 13 1 6 3 18 1 23 1 12 1 1 2 1 4 2 1 9 2 9 2 14 2 148 3 16
1671-1680 35 1 2 33 1 44 2 48 1 45 7 30 1 o 2 29 2 lll 1 24 1 5 24 1 31 1 04 3 25
1681-1690 29 2 1 25 1 2 31 2 28 2 2 19 1 1 9 13 2 2 3 1 14 1 3 15 1 1 13 4 234 14 17
+>-
~
ESCRAVOS E LIBERTOS NOS REGISTOS DE PAROQUIAIS
Quadro nQ 113
8"-PTISHOS C,!.SAHENTOS ÓBITOS MPTlSHOS CASAMENTOS ÓBITOS
ANO REG. ESC/ETN REG. ESC/ETN REG. ESC/ETN ANO REG. ESC/ETN REG. ESC/ETN REG. ESC/ETN
NQ NQ NO NQ NQ NQ NQ NQ NQ NQ NQ NQ
TOTAL GERAL
413
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......
~ Quadro nQ 114
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I i I
I
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1541-1550
ESC/ETN
1676 ~I
I
ESC/ETN 22 2l
1551-1560
N'' REG 15: 191 15<' 31. 2031 2610
1561-1570
ESC/ETN
N' REG
ESC/ETN
3)
15
4 12
1:61
81
I 112 I
1
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161
I 111
I
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1
2
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C'SI
1
116451
~
39
2626
~
1571-1580
N' REG 211 243 1251 I 141 I 2 1CXJI 14!l 33 15."Í c{) Z74[ 17941 ,36:·
1~
- I
11 121 2 67
ESC/ETN 4
I
931~ ~
1581-1590 2 171
N' REG 214 1941 I 162 I 71J 1161 162 13 41
;-:J õl 71JZ7
6 I45J5
ESC/ETN 8 141 I 1
I 21 1 11 li 3 57 11~ 2 I 221
~ ~ 1~'8 88 lJ 1j
1591-1600
183 10915517
":1~:~
N' REG I 2171 62 891 138 48 35 2471 J6 J52l JS 171
15:8
ESC/ETN
I
38 101 1 4
1 I J I ~ 5
~ 2
1~ c'SS\ 1J 1281
TOTAL
N' REG I 1831 158 6941 62 7 I 1048 35 5:8 20' 3CEI 5'56 61
~I = 7, ?5 897 94 171 1 1151
1 I I I ! I I
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2017
69
61
-
-8
~74
2078
11~
723
1
28 ·27
- 116
7~1
162
527
3
10 ·7
- 165
537 3267
782 73
99
-
•26
8~5
3355 I
I
1551-1550 2~41 29 -32 2510 513 30 ·2 643 55~ 13 ·3 578 3719 72 -27 3791
1~51-1~70 2708 38 •9 2745 538 34 +4 672 312 9 .... 331 36~8 81 ·9 3739 I
1~71-1~80 3619 94 •55 371~ 850 85 ·52 943 521 6 -3 527 5000 185 •105 5185
1~81-1~90 4579 -56 -28 4545 923 53 -33 975 578 5 -1 583 5080 124 -82 5204
1591-1600 5361 222 +156 5583 952 3~ -18 997 990 2 -3 992 7313 2~9 •135 7~72
1501-1510 5715 34~ ·122 5051 1019 35 ·1 1055 917 .. ·2 n1 7652 385 •lC5 8037
1511-1620 6071 337 -8 6408 1241 36 •25 1277 1241 12 •B :.253 8~53 385 8935
1521-1530 6912 291 +45 7203 1321 11 -8 1332 1254 !6 ... 1270 9487 318 -87 9802 I
1531-1640 6854 352 ·71 7215 1584 3 -2 1587 1810 11 -5 1821 10348 375 ·58 10724
1641-16~0 71~9 250 -102 7419 1592 1 •15 1593 1910 16 ·5 !925 10561 277 -39 10938
16~1-1650 7712 2~~ -5 7967 1863 16 -9 1879 2115 22 .a 2137 11690 293 •16 11983
1651-1570 9193 161 ·94 9354 2095 7 ... 2102 2323 25 .4 2349 13611 194 -99 13805
1571-1580 10574 421 ·250 1109~ ·2349 ll •7 2350 2338 •o •1• 3378 16351 472 •278 16833
1581-1590
1591-1700
10291
10496
243
186
-178
-57
10534
10582
2003
2413
18
25
·' 2021
2438
2991
"398
31
!U
-9
•113
3022
•542
15265
17037
292
355
-240
•ÕJ
15~77
17662
- ----- - --------
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u
E-<
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~
E-< .-1
.-1 ~ .-1
1538 3 3 1620 4 72 76
1539 2 2 49 53 1621 3 I 50 54
1540 4 3 40 47 1622 3 53 56
1541 8 2 41 51 1623 2 43 45
1542 3 6 9 1624 3 57 60
1543 I I 14 16 1625 I 32 33
1544 4 2 20 26 1626 3 58 61
1545 2 2 12 16 1627 40 40
1546 3 4 4 li 1628 2 5 59 66
!54 7 4 4 4 12 1629 I I 58 60
1548 1630 4 30 34
1549 I 3 3 7 1631 19 19
ISSO 4 3 4 II 1632 I 79 80
1551 4 2 6 1633 81 81
1552 2 I 7 10 1634 I 78 79
1553 I 7 8 1635 I 59 60
1554 2 4 4 10 1636 2 55 57
1555 I I 3 5 1637 I 68 69
1556 I 4 5 1638 2 I 68 71
155 7 13 13 1639 2 3 94 99
1558 2 5 13 20 1640 I 49 50
1559 8 14 22 1641 2 62 64
1560 7 7 1642 I 55 56
1561 3 25 28 1643 44 44
1562 2 2 I 5 1644 I 26 27
1563 6 6 12 1645 I 43 44
1564 I 4 7 12 1646 36 36
1565 I 7 8 1647 I 40 41
1566 4 9 13 1448 I 53 54
1567 5 5 1649 I 57 58
1568 6 14 20 1650 I 48 49
1569 li 8 19 1651 67 67
JS 70 4 20 24 1652 2 63 65
1571 I 4 7 12 1653 36 36
1572 I 6 22 29 1654 3 65 68
1573 5 19 24 1655 48 48
1574 I 7 17 25 1656 I 33 34
1575 I 5 13 19 1657 45 45
1576 I 3 14 18 1658 4 31 35
1577 I 7 13 21 1659 I 27 28
1578 I IS 16 1660 2 29 31
1579 2 5 22 29 1661 I 16 17
1580 2 5 83 90 1662 2 I 14 17
1581 4 I 29 34 1663 2 I 27 30
1582 I 2 5 8 1664 35 35
1583 2 7 9 1665 2 26 28
1584 I 3 7 li 1666 5 37 42
1585 I 5 17 23 1667 20 20
1586 I 5 13 19 1668 27 27
1587 5 II 16 1669 I 4 30 35
1588 I 2 13 16 1670 I 48 49
1589 6 10 16 1671 I 48 49
1590 9 26 35 1672 2 121 123
1591 4 5 34 43 1673 4 67 71
1592 6 18 24 1674 I 75 76
1593 I 3 29 33 1675 2 61 63
1594 I 6 26 33 1676 3 83 86
1595 2 25 28 1677 I 89 90
1596 I 7 29 37 1678 I 84 85
1597 5 70 75 1679 I 81 82
1598 I li 53 65 1680 I 3 78 82
1599 2 8 38 48 1681 I 65 66
1600 I 5 67 73 1682 2 61 63
1601 3 13 65 81 1683 4 I 38 43
1602 3 6 66 75 1684 I 43 44
1603 2 4 65 73 1685 2 36 38
1604 I 12 61 74 1686 I 3 45 49
1605 4 2 55 61 1687 39 39
1606 4 I 55 60 1688 I 3 32 36
1607 2 6 59 67 1689 I 34 35
1608 3 2 60 65 1690 I 3 46 50
1609 8 40 48 1691 I 27 29
1610 9 51 60 1692 I 2 35 38
1611 4 65 69 1693 I 4 50 55
1612 I 12 60 74 1694 5 30 35
1613 5 6 67 78 1695 5 44 49
1614 I 3 45 49 1696 2 2 48 52
1615 2 4 75 81 1697 I 3 56 60
1616 I 3 49 53 1698 I 45 46
1617 2 53 55 1699 5 43 48
1618 4 47 SI 1700 2 67 69
1619 2 4 54 60 S. D. 2 2
421
Quadro nQ 119 GRUPOS ÉTNICOS E LIBERTOS - MOVIMENTO DECENAL
CAPITANIA DO FUNCHAL
CAPITANIA DE MACHICO TOTAL CAPITANIA DO PORTO SANTO
'"' '"'
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c u o
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" :>: -' :E
:E -' :>:
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N' N' N' N'' N' N' N' N' N' N' N' N' "
1471-1480 5 4 5 4 5 4
1481-1490 3 1 4 4
1491-1500 1 2 1 2 1 2 2
TOTAL 6 9 1 6 10 1 7 10
1501-1510 3 3 3
1511-1520 1 1 10 1 1 1 2 11 4 1 3 5 3 14
1521-1530 10 1 11 1 11 1
1531-1540 5 13 5 5 3 2 2 5 16 7 7 5 7 I
16 11 4
1541-1550 35 17 24 18 3 1 2 4 38 18 26 22 38 18 26 22
1551-1560 13 27 15 32 3 1 2 3 lé 28 17 35 1 15 30 17 38 2 2
1561-1570 23 41 10 36 6 1 2 23 47 11 38 23 47 11 38
1571-1580 54 54 6 45 4 3 2 58 57 6 47 58 57 6 49 2
1581-1590 22 29 1 34 3 1 25 30 1 34 25 30 1 34
1591-1600 46 26 84 1 1 47 27 84 1 48 34 90 7 6
TOTAL 197 208 61 277 14 16 8 15 211 224 69 292 1 4 1 4 212 238 70 378 lO 14
1601-1610 32 27 56 2 1 1 34 28 57 2 1 1 36 30 58 1
1611-1620 60 14 46 7 3 5 67 17 51 3 3 67 20 54
I
1621-1630 39 14 21 5 1 44 15 21 1 1 2 45 16 23
1631-1640 32 7 1 6 2 3 1 34 90 1 7 2 2 36 12 1 7
1641-1650 20 8 6 1 1 21 8 7 l 2 1 22 11 8 2
1651-1660 19 5 19 13 1 32 5 20 2 34 5 20
I
1661-1670 7 11 4 6 5 7 13 16 11 3 5 2 16 21 13
1671-1680 16 22 13 6 1 4 2Z 23 17 4 22 27 17
1681-1690 39 21 15 6 3 45 24 15 1 4 2 46 28 17
1691-1700 38 37 27 1 2 2 39 39 29 1 3 39 40 33 1
TOTAL 302 166 1 213 49 19 22 351 185 1 235 12 25 14 363 213 1 250 3 1
___j
··------~
Quadro n2 120 GRUPOS tTNICOS: TOTAL POR ANOS
423
GRUPOS ETNICOS: TOTAL POR ANOS
424
GRUPOS rTNICOS: TOTAL POR ANOS
1 1 2 8 2 1 1 12 54 54
1628 3 2 5
1 1 3 2 2 7 56 2 1 59
1629 1 1
1 1 6 1 7 26 2 1 29
1630 2 1 3
1 1 17 1 18
1631
1 1 2 4 58 17 75
1632 1 1
83 1 84
1633
1 1 3 1 4 75 75
1634 1 1
1635 1 1 1 1 2 1 1 52
10
1
.
53
53
1 1 3 3 43
1636
1 2 3 1 1 2 59 3 1 1 64
1637
1 1 4 4 61 1 5 67
1638 1 1
1 1 1 2 3 7 4 11 71 25 1 6 103
1639 2 1 3
1 1 1 1 2 46 46
1640
2 1 3 52 2 1 55
1641 1 1 2
1 1 2 1 4 5 48 1 1 50
1642 1 1
40 3 2 45
1643
27 27
1644 1 1
3 3 2 2 33 1 4 38
1645 1 1 1 3
1 1 1 1 30 2 5 37
1646
1 1 1 1 2 37 1 3 41
1647 1 1 2
1 1 2 49 1 50
1648 1 1 2
1 1 61 1 62
1649 1 1
1 1 2 2 4 38 2 7 47
1650 1 1
1 1 2 3 3 61 2 63
1651 3 3
1 1 2 3 3 56 1 1 58
1652 1 1 2
1 1 33 1 1 35
1653
2 1 3 1 2 1 5 9 51 3 2 2 58
1654 2 6 8
1 1 1 1 45 1 1 47
1655 1 1
1 1 31 1 2 34
1656 1 1
2 2 46 46
1657
1 1 2 1 3 4 8 26 1 27
1658 1 1
21 5 1 27
1659 1 1 2
165- 2 2
4 2 5 7 24 4 1 29
1660 1 3 1 1
14 1 15
1661 1 1
1662 1 1 2 15 15
2 2 1 1
1663 1 2 3 24 1 25
1 1 2 2
1664 2 3 5 4 4 1 4 13
1 2 2 5
1665 2 2 20 1 1 22
2 2 1 1 2
1666 4 2 2 3 37
2 2 2 2
1667 6 1 97
1668 26 3 1 30
1669 4 4 2 2 26 1 2 29
1 2 3
1670 1 1 2 6 2 48
1 1 3 1 4
1671 1 1 2 3 1 44
2 1 2 5
1672 1 1 1 2 1 4
58 62 2 112
1673 1 1 2 4 1 3 4 1 1 2
62 6 3 1 72
1674 1 1 1 2 3 76 2 78
1675 1 1 2 1 1 2 1 1
60 1 61
1676 1 1 1 3 2 1 3 1 1 2
73 2 5 80
1677 1 1 1 1 1 3 1 1
81 1 3 2 87
1678 1 1 2 1 3
75 1 5 81
1679 1 1 2 1 2 3
75 1 2 1 79
1680 1 2 3 1 3 4 1 1 1 3
74 74
1681 1 1 1 1 2 1 4 5
62 62
1682 1 1 2 2 3 1 4
8 1 1 60
1683 1 1 1 2 3 4 3 1 8 1 2 1 1 35
425
GRUPOS eTNICOS: TOTAL POR ANOS
2 6 8 3 2 5 32 28 60
1700 2 2
426
Quadro n2 12!
A. DE PENA
A. CALHETA I I 2 2 I I I I 2
CALHETA I I I 2 4 6 6 2 s
C. LOBOS I I 8 6 14 IS 2 2 6 s 11 13 2 2 2 2 I 14_ 11
CAMPANÁRIO I I I I I I I I
CANIIAS I I 4 4 s I ,4
CANIÇAL
CANIÇO I I I 8 9 lO 6 3 9 13 20 33 42 7 3 14 28
E. DA CALHETA 12 IS 27 27 2 8 lO lO 14 23
E. C. DE LOBOS 7 7 7 7
FAIAL
F. OVELHA 4 4 4 2 4 6 6 4 2 4
GAULA
MACHICO I 2 3 3 2 2 4 4 3 4
MADALENA I I I I 2 3 I I
~IONTE
P. DELGADA
P. DO PARGO I I I I
P. DA CRUZ I I I I
P. DO SOL I I I I I 2 2 3 3
P. SANTO 2 6 8 8 2 6
R. DA JANELA I I I 4 4 4 I I I I 4
R. BRAVA I I I 13 14 IS I I 4 7 11 12 I I 6 6 6 I I s 20
ST~ CRUZ 2 2 I I 3 I lO 11 11 2 2 lO
ST~ LUZIA I I I I
SANTANA I I I I
STQ ANTONIO I I I I I 2 2 I 2
s o GONÇALO I I 3 I 4 s I I I I 3 2
S. JORGE
s o ~IARTINHO 3 2 s s I 3 4 4 4 s
S. PEDRO
S. ROQUE I I I 2 2 2 I 3
s. VICENTE 3 3 6 6 I I I I 2 I I 3 4
S€ (FUNCHAL) 12 s 17 189 2S6 44S 462 6 6 12 IIS 179 294 306 19 41 60 60 18 11 304 43S
2 3 I 4 6 2 3 I
TABDA 2
I I I I I 2
SERRA ÁGUA I
427
Quadro nQ 122
"'c "'u "' "'u "' "' "' "' "'u "'u TOTAL
" "'"'"-
u u :::; u :::;
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H
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ARCO DA CALHETA
"
1 1 1 61 64 1 2 2 62 64
CALHETA 2 4 6 2 1 1 1 1 12 18 1 !) 2 1 4 19 24
C. LOBOS 2 3 4 1 2 64 76 5 4 2 12 92 21!0 2 12 17 2 8 274 291
CA~:PANÁRJO 1 1 11 13 1 1 13 13
CANHAS 1 1 1 30 33 1 1 31 33
CANIÇO 1 4" 14 15 1 8 1 61 105 2 4 2 1 1 2 96 108 41 11 6 23 184 213
':!
""' E. DA CALHETA 1 1 2 5 3 22 2 40 172 9 24 28 6 174
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§i F. OVELHA 1 2 3 3 9 77
u.. 1 1 1 70 73 5 3 2 3 82
MADALENA 1 8 9 1 1 20 23 3 1 30 32
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P. DO SOL
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t: R. BRAVA 3 4 5 1 3 3 1 6 115 141 2 2 1 25 30 7 11 12 11 3 157 171
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ST• LUZIA 1 1 1 20 21 1 1 22 22
u ST2 ANTONIO 10 10 1 1 67 69 1 1 79 79
S. GONÇALO 5 5 1 1 4 34 40 1 5 1 44 45
S. MARTINHO 5 1 3 130 139 5 4 1 138 139
S. PEDRO 1 2 3 1 1 116 124 5 2 5 6 7 41 1 h5 782 13 60 14 14 878 906
S. ROQUE 2 1 42 45 2 1 1 44 45
SE I FUNCHAL) 30 19 10 94 43 30 75 821 )67 I )lO 4871 ) 987 2 54 26 49 45 99 91 15 2217 2598 59 iz96 459 98 294 2612 3204
SERRA DE ÁGUA 1 1 3 5 1 1 5 5
TABUA 3 3 1 5 51 57 6 1 59 60
ÁGUA DE PENA 1 13 14 1 13 14
o CANIÇAL 13 13 13 13
u FAIAL 12 12 12 12
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u 2 2 35 35 37 37
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P. DELGADA 8 8 1 14 15 1 22 23
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R. DA JANELA
1 15 16 1 32 33 2 49 49
< 3 3 5 2 13 3 3 5 13 13
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S. JORGE
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1 ~51-1560 2
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1561-1570 1 3 2
48 51
1571-1580 1 2
19 25
1581-1590 3 1 1 1
2 47 55
1591-1600 1 3 1 1
5 20 :16
1601-1610 1
23 37 61
Hill-1620 1
2 13 1 27 1 52
1621-1630 1 3 1 1 2
6 1 20 32
1631-1640 1 1 2 1
1 17 20
1
1641-1650 ' 1
1 1 1 14 32
1651-1660 1 8 1 5
2 5 16
1661-1670 6 1 2
1 1 9 21
1671-1680 4 1 4 1
1 19 48
1681-1690 5 5 7 1 1 1 3 ~·
I 6 29 39
1691-1700 1 1 1
li 27 3 3 I 5 13 4 2 5 6 64 I 2 393
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CANIÇO
E. DA CALHETA
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ST' LUZIA
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1501-1510
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1
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1531-15AO 1 3
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15A1-1550
19 30
1551-1560 2 6 2 l
l 24 37
1561-1570 9 3
l 50 5R
1571-1580 2 1 2
1 l 19 3(1
1581-1590 9
1 18 3é·
1591-160Cl 8 1 7
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1621-1630 1 1 1
8 12
1631-1640 2 2
6 1 8
16A1-1650 1
1 5 11
1651-1660 1 1 2 1
1661-1670 2 1 I I 8 n
1 1 A 1 1
19 .25
167~-1680 3 I I I
1 4 1 13 ?8
1681-1690 I 2 1 1 I I I I
3 2 1 29 AO
1691-1700 3 1 1
1 2 1 4 16 2 2 304 1
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L-
~
MULATO MOURISCO PRETO
s LIVRE LIBERTC ESC TOTAL LIVRE I BERTO ESC TOTAL LIVRE LIBERTC ESC TOTAL
1511-1520 1 1 4 4
1521-1530 1 1
1531-1540 1 3 4 2 2 6 7 13
---
1541-1550 7 7 2 4 6 30 3 6 39
1551-1560 -3 13 16 5 6 11 7 12 7 26
1561-1570 5 12 17 4 14 9 27
1571-1580 7 12. 19 2 1 3 10 23 22 55
1581-1590 6 3 9 9 14 10 33
1591-1600 7 9 16 11 18 28 57
1601-1610 7 11 18 22 21 28 71
I
1611-1620 10 10 13 27 27 67
1621-1630 4 5 9 7 12 31 50
1631-1640 7 7 1 1 8 3 21 32
1641-1650 7 7 2 7 11 20
1651-1660 1 4 5 12 10 11 33
1661-1670 12 12 6 2 7 15
1671-1680 1 6 7 5 4 13· 22
1681-1690 1 17 18 8 4 33 45
1691-1700 2 15 17 5 14 25 44
432
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Quadro nQ 127
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1538-1540
1 4 47
1541-1550
1551-1560 23 5
1561-1570 4 11 20 1 2
16 B 1 5 1 20 5 3 29
1571-1580
1581-1590 11 9 2 6 2 4 3 14 1 2 18
8 9 2 1 2 1 5 4 4 1 1 2 58 96 2
1591-1600
13 13 1 3 2 1 5 7 1 1 6 4 49 2 189 7
1601-1610 5 11
3 1 7 5 14 3 1 77 170 4
1611-1620 5 10 2 14 16 6
4 24 2 2 1 1 15 4 1 6 2 2 6 12 4- 5 1 45 5 139 8
1621-1630
35 1 1 5 10 1 8 4 3 2 1 12 22 7 1 1 6 46 8 181 3
1631-1640 3
1641-1650 3 19 1 1 9 6 4 4 2 6 1 2 1 29 10 2 6 42 112 3
1651-1660 1 8 16 11 2 7 1 6 1 1 2 12 18 6 1 23 29 6 108 2
1
1661-1670 3 3 7 18 10 3 3 2 16 26 2 3 4 16 25 7 12 10
3
1671-1680 7 8 4 7 1 6 22 14 5 11 6 1 2 1 15 41 2 4 2 26 48 11 2 195 4
1681-1690 13 4 7 6 10 13 1 4 1 3 1 5 12 37 4 3 4 15 51 2 25 5
8 6
1591-1700 3 14 2 7 5 5 1 1 2 1 5 5 5 13 4 18 6 3 1 1 3 47 7 1 54 1
2
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BAPTISMOS DE ESCRAVOS
~
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~..)
Quadro nQ 128
~
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CANIÇO FUNCHAL PONTA DO SOL STê CRUZ S. GONÇALO TOTAL
1575 1 lc 0
1602 13 13
1611 20 20
1618 3 3
1625 1 1
1632 18 18
1636 12 12
1637 1 1
1639 28 28
1643 2 2
1672 55 4 59
1684 4 4
1688 7 7
TOTAL 1 160 6 1 1
CRISMAS DE ESCRAVOS
434
1VWl -
VODY VHH3S
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1561-1570
1571-1580 1
1581-1590 2 I
1591-1600 1
1601-1610 2
1611-1620 2 6 1
5 1 1 5
1621-1630
1631-1640 1 5 1 1 2
1641-1650 2 1 4 1 2 4
2 2 2 1 1 5 4 1
1651-1660
1661-1670 5 2 1 1 1 2 2 1 2
1671-1680 2 5 1 3 1 3 3 1 1 2
1681-1690 1 2 3 2 1 2 2 3 3
1691-1700 5 2 5 2 1 3 8 1 1 1 3 3 1 87 1
1
'
ÓBITOS DE ESCRAVOS
Quadro nQ 131
TOTAL DE ESCRAVOS POR ANO
1473 2 2 1614 41 4 45
1486 I I 1615 62 3 lO 75
1487 I I 1616 48 I 49
1490 I I 1617 46 4 3 53
1491 6 6 1618 39 2 2 4 47
1494 I I 1619 49 I 2 2 54
1506 2 2 1620 65 3 4 72
1512 2 2 1621 47 I 2 50
1516 13 13 1622 52 I 53
1521 2 2 1623 39 2 2 43
1522 I I 1624 47 I 9 57
1524 6 6 1625 31 I 32
1532 3 3 1626 57 I 58
1538 3 3 1627 40 40
1539 48 I 49 1628 58 I 59
1540 40 40 1629 55 2 I 58
1541 34 2 5 41 1630 26 2 2 30
1542 4 I I 6 1631 17 2 19
1543 14 14 1632 61 17 I 79
1544 20 20 1633 80 I 81
1545 11 I 12 1634 77 I 78
1546 3 I 4 1635 57 2 59
154 7 I 3 4 1636 45 lO 55
1548 1637 60 3 2 I 2 68
1549 3 3 1638 62 I 5 68
1550 4 4 1639 60 24 I 9 94
1551 2 2 1640 47 2 49
1552 4 3 7 1641 59 2 I 62
1553 4 I 2 7 1642 48 7 55
1554 4 4 1643 39 3 2 44
1555 2 I 3 1644 26 26
1556 4 4 1645 35 I 7 43
1557 11 2 13 1646 27 3 6 36
1558 9 4 13 1647 35 I 4 40
1559 8 I 5 14 1648 50 I 2 53
1560 1649 56 I 57
1561 9 16 25 1650 36 2 lO 48
1562 I I 1651 63 3 I 67
1563
1564
6
4 I
.2 6
7
1652
1653
60
34
I
I
2
I
63
36
1565 5 2 7 1654 53 4 2 6 65
1566 7 2 9 1655 46 I I 48
1567 4 I 5 1656 31 2 33
1568 7 2 5 14 1657 45 45
1569 5 2 I 8 1658 27 I 3 31
. 1570 17 2 I 20 1659 22 4 I 27
1571 5 I I 7 1660 24 4 I 29
1572 16 5 I 22 1661 14 2 16
1573 IS 4 19 1662 14 14
1574 lO 7 17 1663 26 I 27
1575 I 12 13 1664 17 4 2 12 35
1576 4 7 3 14 1665 21 I 4 26
1577 3 7 I 2 13 1666 30 2 5 37
1578 12 3 15 1667 16 3 I 20
1579 lO li I 22 1668 26 I 27
1580 70 12 I 83 1669 25 I 4 30
1581 12 17 29 1670 45 . 3 48
1582 4 I 5 1671 43 5 48
1583 4 3 7 1672 60 59 2 121
1584 4 2 I 7 1673 58 5 3 I 67
1585 9 6 I I 17 1674 72 2 I 75
1586 8 3 2 13 1675 60 I 61
1587 2 5 4 11 1676 75 2 6 83
1588 9 2 2 13 1677 82 I 3 3 89
1589 18 I I lO 1678 78 I 5 84
1590 ' 24 2 26 1679 74 2 4 I 81
1591 20 3 11 34 1680 77 I 78
1592 13 2 3 18 1681 62 3 65
1593 18 6 5 29 1682 59 I I 61
1594 23 2 I 26 1683 32 2 2 2 38
1595 19 6 25 1684 36 4 2 I 43
1596 26 3 29 1685 29 4 I 2 36
1597 62 3 I 4 70 1686 32 I 3 9 45
1598 49 4 53 1687 36 2 I 39
1599 33 4 I 38 1688 20 7 2 I 2 32
1600 51 5 li 67 1689 26 I 3 4 34
1601 51 lO 4 65 1690 30 2 5 9 46
1602 63 11 2 66 1691 24 I I I 27
1603 59 2 I 3 65 1692 26 7 2 35
1604 53 2 6 61 ·1693 28 5 17 50
1605 52 2 I 55 1694 13 2 13 2 30
1606 54 I 55 1695 22 I 15 6 44
1607 55 2 2 59 1696 31 5 6 6 48
1608 55 I 4 60 1697 39 5 12 56
1609 37 I 2 40 1698 I 3 11 45
1610 49 I I 51 1699 5 8 43
1611 44 20 I 65 1700 4 33 67
1612 50 5 I 4 60 S.D. 2 5 7
1613 62 2 3 67
Quadro n2 132
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1481-1490 2 2
1491-1500 7 7
1501-1510 2 2
1511-1520 1 1
1521-1530 1 1 8 10
1531-1540 12 79 91
1541-1550 2 5 130 37
1551-1560 2 37 10 1 18 68
1561-1570 19 39 2 5 11 76
1571-1580 31 11 4 4 36 1 8 4 59 l58
1581-1590 11 12 3 1 2 8 7 24 1 4 27 46 46
1591-1600 13 11 1 1 3 2 7 7 9 7 2 4 83 105 3 65
1601-1610 17 6 2 4 5 2 2 5 13 2 6 10 7 87 392 5 91 I
8 18
1651-1660 2 4 4 10 22 2 8 1 8 2 2 3 20 3 23 7 3 36 48 3 4 97 1 313
1661-1670 4 4 6 11 14 2 4 3 20 44 3 7 2 23 37 3 6 46 14 253
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1471-1480 1 1
1481-1490 1 3 4
14~1-1500
2 2
1501-1510
1 1
1511-1520 3 3
1521-1530 1 10 11
1531-1540 1 1 4 5 11
1541-1550 2 1 1 22 a;
1551-1560 1 1 2 1 1
35 41
1561-1570 1 1 j 33 38
1571-1580 1 2 2 .l3 48
1581-1590 1 9
25 35
1591-1600 1 6 3 80 101
1601-1610 6 1 4 1 4 46 62
1611-1620 4 3 1 3 4 31 46
16<1-1630 1 1 2 19 23
1631-1640 1 6 7
1641-1650 1 1 5 1 15
1651-1660 1 1 1 2 14 19
1661-1670 3 2 4 1 1 2 1 14
1671-1680 3 2 2 1 9 17
1681-1690 1 2 2 1 2 1 7 17
1
1691-1700 1 2 1 1 1 1 1 25 33
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11
432 1 2 559
Quadro nQ 134
ENGENHO ESCRAVOS
PROPRIETÁRIO LOCAL
DATA DATA NQ
440
Quadro nQ 135
ESCRAVOS AÇÜCAR
PROPRIETÁRiO
MORADA DATA N2 LOCALIDADE DATA ARROBAS H~DIA
Afonso Anes Santo Antonio 1509 5 Santo Antonio 1572 720 144
Antonio Correia Câmara de Lobos 1509 lO Câmara de Lobos 1572 708 70,8
Aparlcio Gonçalves Ribeira Brava 1556-156 3 Ribeira Brava 1558-1568 600 100
Diogo Lopes câmara de Lobos 1580-158 6 câmara de Lobos 1509 225 37,5
Diogo Vaz Ponta do Sol 1532 3 Ponta do Sol 1494 296 98,7
Inácio Gonçalves Ribeira Brava 1558-156 3 Ribeira Brava 1494 300 100
Inês Moniz Funchal 1611 I Funchal 1530 60 60
Isabel Ferreira Funchal ISSO 4 Funchal 1530 125 31,25
Joane Mendes de Brito Funchal 1524 2 Ribeira Brava 1494 1020
1509 1452 968,5
1517 3339
Joane ME"ndes Tacon Funchal 1541 2 Funchal 1494 80 40
João Afonso Funchal 1490 2 Estreito 1494 430 215
João Arcas Funchal 1599 I Funchal 1530 30 30
João BE"tencor Funchal 1596-168 5 Ribeira Brava 1494 650
1509 1612 314,5
1517 2450
João Esmeralda Ponta do Sol 1522-156 14 Ponta do Sol 1494 850
1522-1536 3277 167,8
1537 570
João FrE"itas Água de Pena 1691 I Água de Pena 1530 95 95
João Gonçalves Funchal 1540-154 4 Funchal 1494 120 30
João Gonçalves Caniço 1541 3 Caniço 1530 30 lO
441
ESCRAVOS AÇÜCAR
PROPRIETÁRIO
MORADA DATA N2 LOCALIDADE DATA ARROBAS M~DIA
442
Quadro n2 136
Brás Freitas da Silva (capitão) 10 Honte 1621-1629 N~ Sr~ dos Milagres (1661)
Cristóvão Honi.z de Menezes 2 Machico 1647 S. Cristóvão (1690)
Francisco Vasconcelos Betencor 3 Funchal 1616-1700 Nª Srê das Virtudes (S. Mar-
tinho, 1661)
Gaspar Homem d' El-Rei A. da Calheta 1628 Nª Srª das Mercês (1658)
443
NOME ESC MORADA DATA CAPELA MORGADIO
444
Quadro n!? 137
445
Quad1·o nQ 138
CON.JIJGES CONJUGES
M F M F M F M F M F t! F M F M F M F M F M F M F M F M F M F M F M F M F
1518 1620 2 2 I I I I
15 39 I I I I 1621 2 I I l
IS I~ O 6 2 I 3 1622 I I
I ')/~ l 2 I I 3 3 1623 I I
151~ 2 I 2 I 1624 2 I I I I
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15'•5 4 4 1627 I I
1546 3 3 1628 2 I I 2 2 I I
154 7 3 3 1629 1 1
1548 2 2 1630 1 1 2 2
1549 I l 1 I 1631 1 1 1 I
1550 4 4 I I I 1 1632 1 1 2
1551 I I 1 1 1 1 1633 1 1
1552 3 3 1634 1 I
1553 I 1 1635
1554 1 I 1636 2 2
1555 3 2 I 2 2 1637 1 1 I 1
1556 1 I I I I I 1638 2 2
155 7 1 1 1639 2 2
1558 5 4 1 1 1 1640 I 1
1559 I 1 5 I 3 1 1641 1 1
1560 1 I 6 3 1 4 1642
1561 4 4 1643
1562 4 2 2 I 1 161.4
1563 3 I I 3 1645
1564 I 2 1 1 1 1646 1 I
1565 1 I 1647
1566 1 1 I 1 1648 1 I
1567 3 2 I 1649 1 I
1568 1 I 1 I 1 1 1650 1 1
1569 1 1 2 3 I 2 2 1651 1 1 1 1
1570 1 1 2 2 2 2 1 1 1652 I I 1 1
15 71 I 1 5 4 1 2 2 1653 3 3
1572 1 1 3 1 4 I 1 1654 1 I 2 1 2 1 1 3 1 I
1573 4 3 2 1 1 3 I 1 1655 1 I I I
1574
1575 I
I
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1579 3 1 3 1 3 7 1661 1 1
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1581 7 2 1 1 7 12 1663 1 1
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J 5H3 2 I J 2 J 665
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J 585 2 2 4 1 1 4 J 667
J 5f!6 5 2 1 1 1 4 1668 1 J
J 5H7 5 I 1 3 1669 2 2 1 1
15H8 2 1 1 2 J 670 1 I J 1
15H9 2 2 2 1 1 1671 2 1 1 1 1
1590 1 1 2 I 1 1 1 2 1672 1 1 1 I 1 2 2
J 591 1 3 J 2 1 !673 1 I 1 1
1592 J 1 1 1 J 674
1593
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159/.. J I 2 1 J 1 1 1676 J 1 1 J
J 595 1 1 1677 1 1 1 1 1 1 1
1596 3 I I 1 2 1 1 !678 I I 1 J 1
1597 I 1 2 2 4 1 1 3 1 2 I I J 679 3 1 2 1 1 I 1
J 5'l8 1 J I 1 1680 1 J 2 3 1 1
1599 1 J 2 1 3 4 ) 3 1681 1 1
1600 1 I 1682 1 2 2 1 I 1
J6(Jl
1602
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2
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1 2
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2
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1683
1684
1 J 1 I 1
1 1
1
2
1 liOJ 3 2 1 2 2 2 1685 ' 1 J 2 2
J 61l4 1 1 2 J 686 I 1 J 1
1605 2 1 3 2 4 2 J 687 1 1
J 606 1 3 2 1 1 I 1 1688 1 1
Jli07 2 2 J 1 I 1 1 I 1689 1 I 1 1
J 608 2 3 1 I 1 1690 3 1 1 1 2 2 1 3
J 609 1 1 1 2 1 1 !691 1 1 I I
161 o 1 I 2 2 !692 1 1 1 4 3
1611 I 1 1 1 2 1 3 1693 3 3 J 1 2 1 J 1 1
1612
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1 1
1
1 J 1 1 1
1614 1 1 4 2 1 1 2 4 1696 2 2 2 2 2 1 1 4
!615 2 I I I 1697 I 3 1 1 3 2 I I
1616 I 2 1 2 I I J 698 J I I I
1617 I I 2 I 1 1699 I I I I
1618 I 1 2 1 1 1700 I 1
1619 2 1 1 2 1 1 2
446
Quadro n'2 139
ESC LIB LIV ESC/LI V ESC/LIB LIV/LIB TOTAL
D~CADAS
1551-1560 3 1 16 5 1 4 1 4 3 22 5 6
1561-1570 4 14 4 2 2 5 6 4 18 4 5 6
1571-1580 1 12 4 2 15 4 3 15 14 1 6 22 4 21 18 14 7
1581-1590 11 1 5 12 4 19 5 6 11 6 12 23 5 6
1591-1600 3 4 1 4 3 4 4 8 1 4 1 4 7 6 7 13 4 5
1601-1610 3 14 4 9 6 14 9 3 2 7 17 4 15 23 3 9
1611-1620 2 7 5 6 5 9 12 3 5 1 2 1 9 5 11 21 9 3
1621-1630 1 2 3 2 3 3 1 3 2 1 2 5 6 4 2
1631-1640 2 6 5 2 2 6 7
1641-1650 1 1 1 1 1 1 1 1 2
1651-1660 3 3 1 5 4 3 3 1 2 3 6 1 9 33 3 3
1661-1670 1 2 4 11 5 2 1 3 15 7 1
1671-1680 4 1 1 3 6 1 7 1 1 1 5 1 10 8 2
1681-1690 2 7 1 4 2 3 3 4 1 9 1 6 6 4 1
1691-1700 8 5 1 2 3 2 6 8 1 4 2 1 14 2 5 14 5 3
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1 11
38
1
2H3 5 17 6 9713H8H1 11 3+H 26 4 35 5 5 8H9 11 22 267 12 a3H
1 1 11 1
5
1 1 1 1 11 1 1 4
4
1 1
449
29
SITUAÇÃO SÓCIO-PROFISSIONAL DOS ESCRAVOS, LIVRES E ETNIAS
450
4. OS ESCRAVOS E A DOCUMENTAÇÃO
1. A documentação seleccionada foi organizada em seis áreas distintas; para a primeira
reunimos alguns dos registos paroquiais a exemplificar a forma de apresentação deste tipo de
fontes, nas segunda c terceira compilou-se a documentação específica, com os testamentos de
libertos c os processos de alforria de escravos que conseguimos reunir.
Também nos socorremos de outro tipo de documentação, pela importância que assume para
aclarar a realidade vivência! dos escravos e a dimensão que eles assumem na documentação ofi-
cial, senhorial e régia. Deste modo reunimos a parte das constituições do bispado do Funchal
e recomendações das visitas paroquiais, e as posturas insulares referentes aos escravos.
Da documentação oficial dos séculos XV a XVI reunimos apenas aquela referente aos escravos,
libertos ou grupos étnicos. Mas a que estava já publicada (I) limitamo-nos a transcrever apenas
as partes que têm interesse para esta temática.
Estas indicações são igualmente válidas para os documentos, que aqui transcrevemos mas
que já haviam sido publicados no Arquivo Histórico da Madeira (3).
(I) Parte dessa documentação oficial, de-1425 a 1517, compilada por frei Diogo de Medina no tomo pri-
meiro dos livros de registo geral da Câmara Municipal de Funchal, foi publicada por Francisco de Sousa e MELO
nos volumes XV a XVII (1972-1974) do Arquivo Histórico da Madeira.
(2) Pe. Avelino de Jesus da COSTA, Normas Gerais de Transcrição e Publicação de Documentos e
Textos Medievais e Modemos, Beja, 1977 (Separata das Actas do V Encontro de Bibliotecários, Arquivistas e
Documentalistas Portugueses); Serafim da SILVA, Notas e textos Portugueses e seus problenUJs, Lisboa, 1956.
(3) Confronte-se nota 1 .
453
4.1. REGISTOS PAROQUIAIS (MODELO)
DOCS. N. 0 1
Em XB dyas domes de Setembro do dyto ano (1538) atras foy batutysado por mym abayxo nomeado a Bar-
tolomeu fylho de Antonya escrava de Afonso Anes foram compadres Jeronimo Carvalho he Manoell Gonçal!vez
moradores nesta cidade e comadre Lianor Royz molher vyuva he por ser verdade asynei aqui
Em XXIII de Julho de 1541 recebi eu Johão de Paiva cura a Bastião Piriz que vive com as freyras com
Luzia Fernandez mulata foram primeiro apregoados tres vezes foram presentes Jeronimo Gomez doutor c Fran-
cisco Ferreira esprivão e outros e por verdade asyney. Joham Payva. Francisco Ferreira.
Em os 21 dias domes de Outubro de 1644 falcceo Bertolomeu de França, solteiro filho de Francisca forra
que foi da fazenda de ha espingarda que lhe derão de noute confessouse e receu o sacramento da santa unção
não comungou por estar incapaz não fez testamento sua mai lhe ficarão seus bens fará o que for obrigação esta
enterrado nesta igreja dias mes hera ut supra vigario Ignacio Fernandez da Silva.
455
4.2. TESTAMENTOS
DOCS. N. 0 2
Terllado do testamento de Sagramor Luis Tabeliam que foi nesta cidade, testamenteiro sua molher, cazado
com Izabel Alvarez
Em nome de deus e da Santa Tryndade padre filho esperito Samto tres pessoas e hu só Deos verdadeiro
que eu firmemente tenho certo como ora a Samta Igreja de Roma. A quoantos esta cedulla de testamento virem
e ho consetimento della pertencer digo cn Sagramor Luys morador nesta cydade do Fonchall que temendo ho
dia e ha ora do meu fynamento que no sei quoamdo sera e estamdo saoo com todo meu syso e emtendymcnto
que me Noso Senhor Deos deu c querendo descarregar mynha cõciência e alma ordenei de fazer esta cedulla
de meu testamento por esta gysa e maneira que se segue.
Item digo que se o Senhor Deos for servido de me levar pera sy nesta ilha meu corpo seja enterrado dentro
na igreja e See desta cidade ao Funchall na cova e jazygo de Nuno Alvarez meu cunhado e ao dia do meu cmter-
ramento me digam huma mysa camtada com todo seu oficio de Requya e dem d'oferta dous saquos de trygo e
dous barrys de vynho e duas duzias dallcapetores(?) e com o meu corpo levem aquella coza que servyr que he
e outro tamto mando que se faça ao mes e ao anno em cada dia hum destes oficias me derão cynquo myssas
Rezadas a homrra das cimquo chagas que Noso Senhor por mym recebeo na Samta arvore da Vera Cruz que
elle seja e aja por bem de me perdoar meus pecados e me leve a sua Samta glorya e peso e rogo ha benta Senhora
Vyrgem Maria que por mym seja Rogador ha seu Samto filho que me perdoe meus pecados e me queira levar
ha sua Sancta gloria amem.
Item digo e declaro que eu nã ternho pai nem mai nem dono nem dona que ho meu ajam de erdar e por-
tamto faço mynha verdadeira testamenteira em todos meus bens moveis e de raiz per onde I I quer que achados
forem e me de direito pertencerem a Isabell Alvarez mynha molher que ella os aja e logo e pcsoa com quem
nos ajudou a ganhar e ha sustentar e desendo todos ou testamenteiros maas parentes e parentas que nom ajam
de mynha fazenda cousa alguma e querendo herdar cimquo ( ... ) e mays nam.
Item digo que eu leyxo forros e Joham Carrydo e ha Francysquo meus escravos por muito e bom serviço
que me tem feyto ha dita mynha molher e se vam me paz.
Item outrossy dygo que eu leyxo ha Francisco e Marya Luys meus escravos forros de todo ho catyveyro
e suplicam com tall comdiçam que eles syrvam ha minha molher cimquo anos cada hum e acabados hos ditos
cimquo annos fYquem forros da mynha a metadee se vam em paez aos quoais mando que syrvam ha dita mynha
molher sua senhora e lhe sejam abodyentes como eu espero que facam.
Item digo ql!e eu cryei Justa Luys mynha tylha abatyna(?) por ho amor de Deus Rogo e peço ha mynha
molher que ha case e agasalhe e lhe de casamento o que e lia ver que he bem por descarrego de nosas comciencias
e asy dygo e declaro que eso mesmo ayamos Manuell o quoall sua mai nos deu de idade de nove meses pouquo
mays que em nosa casa emgatynhou e eu ho criei e segundo forma da lei ho avya de cryar sete annos e ele nos
servyr depoys outros sete annos e que mays servyr lhe seja pago por esta maneira scilieet, lhe leyxo que lhe dem
fazenda cynquo myll reis e mays ho meu bedem e mays ha myrnha cymta de prata para elle Manuell.
Item outro sy declaro que Johã Luys noso cunhado eu e minha molher ho temos forro por muito e bom·
serviço que nos feyto e alem delo assy temos forro mamdo que lhe dem para pryncypyo de sua vida dez pypas
de vynho ha byqua do Pyquo do Funcho I I e de seus casquos de pypas que asy ouver pera ho recolher e mais
lhe leyxo pera elle e lhe rogo que me perdoe e roge a Deus pela myha alma e de sua senhora e que sempre ha
syrva no que poder e lhe seja hobedyemte como ha quem ho cryou.
Item digo que ha ha dyta mynha molher he mynha erdeira e testamenteira page ha molher e erdeyros de
Joliam Lourenço de Furtado Anes myll reis por descarrego de nossas comcyencyas como ela sabe e asy ha alma
456
de Joana Gonçalvez defunta lhe mamdcm dizer um trymtayro e mysas cinquo- myll reais tamtos que encham os
dytos cynquo rnill reis por descarrego de nossas concyencyas como ha dyta mynha molher sabe.
Item declaro por descargo de minha concyencia que cu tenho duas filhas bastardas que ouve em Marya
negra de catarina Symoa hua por nome Ana que tenho forra por quatro myll reais e assy outra por nome Catarina
que ela tem sob meu poder ha quoall Catarina mynha filha rogo e peço ha dyta minha molher que a forre e as
crye assy a huma como a outra e porquoamto elas sam adullteras e nam podem estar de direito em meus bens
segundo ha ordenação a eu Senhor de calydade que nam devem erdar porem rogo e peço ha dyta mynha molhcr
que clla has crye e tenha ate serem em idade pera casar e as case e agasalhe com o que ela quyzer porque comfyo
nella que assy o fara por amor de mym e nã olhe ha mynhas fraquezas porque sou homem pecador porque has
dytas mynhas filhas nam podem erdar mynhas fazendas pelas ordenacoens portamto has leyxo ha dyta mynha
molher que semdo elas em idade has casa e has castyge c ensine como dela espero e elas ha syrvam e lhes de
em casamento o que ela puder e quyzer segundo mynha pesoa e fazenda 11 que lhe leyxo.
Item mando por descarrego de mynha comcyencia ha mynha molher e testamenteira que me mande dyzer
dous tryntaryos omde ela quyser ha homrra da morte e payxam de Noso Senhor Jeshu Christo hum ha homrra
de Samto Amador(?) e outro ha homrra da Conceyção de Nosa Senhora Vyrgem Maria que a ela apraza ser por
mym rogadora ao seu bemto filho me perdoe meus pecados.
Item declaro mays que Andresa filha de mynha escrava se Joham Vaaz seu pai ha quyser forrar rogo ha
mynha molher que ha forre por ho que vyr que he bem por ser fYlha da dyta Marya que me fiquou de meu pay
Luis Eanes bacharell que deos aja.
Item declaro que eu nam tenho nynhum dinheiro e hos bens de Rayz sam estes scilicet este assentamento
de casas e canavcays com suas augas da levada de Samta Luzya hua dia e noyte e has cscorralhas destes rybcyros
c asy as casas de mymha morada e mays hua latada jumto de Gyll Camtre e asy hua vynha com seu lagar e
casa de morada no pyquo do funcho foreyra ha capella de Clara Esteves Scilicet em trymta e cynquo alqueires
de trygo em cada hu anno nas eyras e asy huas casas sobradadas na Rua de Samta Maria que partem com casas
de Joham Alvarez Mexyas foreyras em seyscentos reis ha hua filha de pero Gonçallvez Escorcyo
Item digo que eu leyxo toda mynha fazenda de bens moveys e de Rayz ha dita Isabel Alvarez mymha
molher com taU comdyção que ela se nam case nem faça de sy outra cousa por ser molhcr velha e casamdose
mando que os ditos meus bens se partam pelo meo com ela e da mynha a metade mamdo que se casem e cryem
has ditas mynhas filhas e lhe dem o que for bem e ha raiz scilicet avendo e do que se por ela achar mando
que I I me dygam em myssas pela mynha alma e rogo aos irmãaos da mysericordia que 'pelo amor de N oso Senhor
tomem este cuydado e carrego e lhe leyxo desmola dous myll reis por terem cuydado desta mynha fazenda casam-
dose ha dita mynha molher e na se casamdo ela seja mynha erdeyra e testamenteira e faça e cumpra o que aquy
dygo e a ella encomendo que ha dyta mynha parte de bens de Rays que quoando a Deos aprouver ha levar pera
sy ha leyxe ha quem ela vyr que he bem e quyzer com emcarrego de cada hu ano e pera sempre por dia dos
fynados me dyzerem hlía myssa cantada com hum responso sobre mynha cova e hua myssa rezada ha homrra
da Conceição de Nosa Senhora Vyrgem Marya e por aquyey meu testamento por acabado e mando que se cumpra
assy e na maneira em ele conteudo e Revogo todos hos outros testamentos cedullas e comdesylhos epystolas que
antes deste tenha feytos que nam valham nem sejam de nynhu vygor salvo este por que esta he mynha ultyma
e derradeyra vomtade e em testemunho de verdade fYz esta cedulla, por mynha mão a quall mando que se ponha
esta publyqua em mão de hu notaryo e de ho trelado dela ha dyta mynha molher e testamenteira pera ho ter e
por ele compryr estes delegados feyto na cidade do Funchall nas casas e assentamento de mynha morada aos
XXBII dias do mês de Abryll ano de myll e quynentos e vynte hu aiios e aquy asygney do synale de meu nome
que tall he.
Testemunhas a este presentes Beltram Fernandez meu gemro e Johã Luys e Manuell Luys meus cryados
que aquy assygnarã comygo por causa da peste nam aver tabalyans na dyta cydade nem com 11 versarmos uns
com outros e portamto mando que valha e tenha vygor segundo em ela dygo e dygo màys eu Sagramor Luys
por descarrego de mynha comcyencya que casamdose ha dyta mynha molher lhe leyxo e que nam partam com
ela todos seus vestydos e joyas douro que tyver asym cadeas como aneys tecydos porque' de mynhas cousas nam
quero aver nada e lhes leyxo emteramente e esto por alguas despesas que eu fiz judycyalmente e por descarrego
de mynha comcyencya e assy dygo mays e declaro por descarrego de mynha comcyencya que omde leixava todos
meus bens ha dyta minha molher declaro que heu tomo da dyta n1ynha fazenda e a parto della ha mynha vynha
do Piquo do Funcho com sua casa e lagar assy como esta e parte com Bastyam de Morays e Chrystovain Matoso
ha quall vynha e casas mynha molher possuyra e tera e comera a:s novydaoes ate has dytas mynhas fYlhas Ana
e Catarina serem em idade pera casar e tamto que forem em idade minha molher lho de e emtregue pera seus
casamentos e pera quem com elas casar e mays lhes leyxo da minha fazenda doze myll reais has dytas mynhas
fylhas pera cada hua seys myll reais pera cama de roupa pera seus casamentos e semdo causa que Deus nam
mande que ha outra aja amtes de ser casados mando que ha outra aja ho dyto lugar e hos seys myll reais e fale-
cemdo ambas emtam leyxo h o dyto ( ... ) e encomendo que me forre tyre de I I catyveyro ha dyta mynha fYlha
Cataryna ha custa de mynha fazenda como dyto tenho e se caso for que Catarina Symoa ou de que·m quer que
·morra for se quyser forrar rogo ha dyta mynha molher que de meus bens lhe de seys myll reais pera ajuda de
457
sua allfonya por ser may das dytas mynhas fylhas e rogo ha dyta mynha molher e lhe emcomendo que esto faça
e me perdoe pelo amor de Deus e mando que toda ha outra mynha fazenda ela aja e pessua como atraz dyto
tenho com ho dyto emcarrego aquy contendo e pera declaracam de tudo fyz esta adyção e mando que ho nele
se contem e por verdade fyz e assyney aquy do synall de meu nome oje XXIII dias de Mayo do ano de myll
e quynhentos e vynte hum.
Aprovação
Saybam quoantos este estormento daprovação de cedulla de testemanto vyrem que no ano de nacymento
de Noso Senhor Jeshu Christo de myll quynhentos e vynte hu aiíos em XXV dias do mes de Mayo na ilha da
Madeira na cydade do Funchall junto da Comceycam presente mym notairo pubryco e testemunhas ao dyamte
escrytas hy pareceo Sagramor Luys escudeiro deli Rey Noso Senhor morador na dyta cidade saoo e em pce com
todo seu syso he I I emtendymento perfeito que lhe o Senhor Deus deu e dyse que ele fyzera esta cedulla de seu
testamento segundo forma de dereyto aquy demtro escryta ha quoall dysse que ha avya por seu solene testamento
e que se cumpra como em ela he conteudo ha quoall he cerrada com lynha bramqua por tres partes c asscladas
com sete selos de cera vermelha de synete de vyntem e por ela dysse que avya por quebrador e de nynhu vygor
todos outros testamentos cedulas e comdesylhos epystolas que amtes desta tenha fcytas que nam sejam valyosos
nem valhão nem façam fee em juyzo nem fora dele somente este valha pcra sempre com dyto he porquoanto
ha sua ultima vomtade deste dya pera todo sempre e em testemunho de verdade mandou e outorgou assy delo
ser feyto este estormento daprovação nas costas da dyta cedulla.
Testemunhas presentes Marcos Lopez escudeiro seu vizynho e Beltram Luys cryados e eu Pero Barbosa
notario pubryquo em esta cydade e sua jurdição que este estormento escrevy e em ele meu pubrico synall fiz
que taU he.
DOC. N. 0 3
Apresentação de hum testamento do Gonçalo Eannes Armo do nacymento de noso Senhor Jeshus Christo
de mill e cynquoenta e oyto annos ao primeiro dia do mes de Junho do dito anno na ilha da Madeira na cydade
do Funchall nos pusadas do provedor-dos Resydos ho lecenceado Joham Jorge pareceo comyguo Antonio
Allvarez capateiro arrecadador que ora disse ser da Sancta Misericordia e dise a elle provedor que fallecendo
freguez Gonçalo Eannes almocreve, nesta cidade deixara ha dita casa huma casa que estava ha Sam Bento ( ... )
desta cydade com certo (?) 11 encarreguo que lhe pedia e ( .... ) lhe mandase dar pose da dita casa apresentando
lloguo o testamento do dito defunto qual he seguinte
Jeshus 11
Em nome da Santissima Tryndade três pessoas hum so Deus que eu bem e verdadeiramente encomendo
a minha allma dyguo eu Gonçalo Anes que estando eu doente da imfyrmidade que o Senhor Deus me quys dar
em mynha cama em meu syso e intydymento detrimyney de fazer minha sedola de testamento pera descarreguo
de mynha consyencya
Roguo a bem aventurada virgem Maria que queyra rogar ao seu bento filho que se queira lembrar da minha
allma quando deste corpo sayr
Dyguo que levandome o Senhor Deus deste mundo que meu corpo seja enterado na Capella da mysery-
cordya desta cydade e me acompanhar a Misericordia a ao dia do meu enteramento eles me mandaram dyzer
huma misa cantada pella minha allma. E asy dyguo que eu tenho humas casas a sam Bertollomeu foros que sam
mynhas e sam sobordadas que me rendem dous mill reais cada aiío e dyguo que as deyxo a misericordia desta
sydade por este encarego que agora digo que os irmãos da Santa Misericordia me mandaram dyzer cada annos
tres myssas pella mynha alma emquanto o mundo durar e as dytas mysas seram rezadas e as misas serã pella
minha allma do Santo Sacramento donde elles quyserem e a segunda sera pella allma de meu pai e minha mai
e outra pella allma de minha senhora que( ... ) minha li may e asy dyguo que eu não tenho dinheiro( ..... ) a mynha
allma e asy peso aos irmãos desta Santa Mysyricordia que elles queyram lembrarse que me queiram acompanhar
como asyma dygo e por asi digo que tenho outra casa em que eu moro a quall casa deyxo a mynha molher com
todo movei que se achar e que nynguem não tenha de entender a ella e por aquy diguo que se minha sedolla
458
de testamento for acabada e mando que outra nenhua não vallese só esta e renuncio todos os outros testamentos
codesylhos porque esta quero que vallese juro e roguey que por( .... ) capella da Sé desta cydade que esta fyzesse
por( ..... ) asinei do meu synal e eu Pero Moura Gaspar asinei do meu synal oje dous dias domes dabril de mil
e quinhentos e cynquoenta e outo anos
Dese ha pose destas destas (sic) casas aos oficiaes da Santa Misericordia. João Annes
DOC. N. 0 4
1559. Outubro. 23, São Tiago- Testamento de Francisco Dias, natural da Madeira que faleceu
em Cabo Verde.
Dom Sebastião por graça de Deos Rey de Portogal e dos algarves dequem e dallem maar em Africa senhor
de Guine e da comquysta navegação comercio dethiopia Arabia Persia e da India pera todolos regedores e ouvi-
dores provedores de minha fazenda e de fazenda dos defumtos juizes e justiças oficiaes e pessoas de meus Reinos
e seus povos a que esta minha carta testemunhavel com ho trellado de hum testamento for mostrado e outros
com dito pertencer. Saude. Faço saber que a mim enviou dizer por sua petição Johã Feriiadez sobrinho de Fran-
cisco Dias escrivão que foy dos comtos e almoxarifado nesta sydade ja defuto que o dito Francisco Diaz deixara
por seu testamenteiro ha Antonio Gonçalvez morador na ilha da Madeira pera o que lhe era necesario o trellado
do dito testamento do dito Francisco Diaz pedimdome lho mãodase dar nesta carta testemunhavel pera ho mãodar
hao dito Antonio Gonçalvez ha ilha da Madeira no que lhe faria justiça e merce. E vemdo e ao que ele asy pedir
me enviou mãdei que ho testamento das fazendas dos defütos destas ilhas ouvese vista a que lhe fuy dada e semdo
e temdo respondido mãodei que me fose ( ... )e semdo pronunciei por meu desembargo que o testamento se pode-
ria se por llinha e me tomase conta ao que o satysfes asy certo prenunciei de se lhe o trellado que pello que mãodei
se trelladase aquy todo de verbo a verbo cujo trellado he ho seguinte.
Em Nome de Ocos Amem e qoantos esta çedulla de testamento virem que no anno do nacimento de Noso
Senhor Jeshu Christo de mil e benta e nove annos aos vinte he dous dias do mes doutubro do dito anno nesta
ilha de São Tyago na cydade // da Ribeira Grãode nas pousadas de Francisco Dias escrivão dallmoxarifado e
morador da dyta cydade estando hcle doente em cama em todo seu siso e entendimento que noso Senhor lhe deu
mãodou chamar ha mim Duarte Roiz e me dise e rogou que lhe fizese este testamento pera nele declarar sua
derradeira võtade de cousas de sua consiencia o qual testamento he o seguinte.
Dise que se Noso Senhor por servido de o levar desta vyda presemte desta doença de que hora estava
enfermo ele encomendava a sua alma a noso Senhor Deos que a fez deixa huma cousa (?) e a nosa Senhora a
virgem Santa Maria que ha tenha por bem de rogar hao seu bemto pelo Noso Senhor Jeshú Christo que a queria
levar ha sua samta gloria pera honde foi levada amem.
Dise que sendo caso que hele faleça desta enfermidade que era por bem que seu corpo seja sepultado em
Nos a Senhora da Concepção dentro na igreja ha mao direita detras da porta e haa por bem que o dia de seu enter-
ramento se ouver tempo e se não ha houtro dia lhe digão hum oficio de nove llições ofertado com hum saquo
de farinha e hum quarto de vinho e ao dito oficio estarão todos os padres que nesta sydade ouver e os mais que
a ele quyserem estar e serã pagos ha custa de lhe darem esmolas.
Dise mais que pedia aos senhores do cabido que todos acompanhassem seo corpo ate ser enterrado e lhes
mande dar esmolla pello dito acompanhamento dez cruzados.
Mãda que por sua alma se digão cem misas rezadas ha omrra das cinquo chagas que Noso Senhor recebeo
na arvore da Vera Cruz pellos pecadores e outras cinquo ha omrra de Nosa Senhora de Comcepção que ella queira
ser sua a avogada diante de seu filho por sua allma.
Mãoda que de sua fazenda ha casa de nosa Senhora de Concepção desta cydade dez cruzados pera ajuda
de sua cera //
Mãoda que de ha confraria do Santíssimo Sacramento outros dez cruzados pera ajuda da cera da dita confraria.
Mãoda que se de ha casa da Santa Misericordia desta sydade trinta mill reis e que sejão pagos logo.
Dise hele testador que hele não he casado nem nunca ho foi e que não tem pai nem mai nem filho nem
filha nem houtro nenhum herdeiro pra sy que sua fezemda aja de herdar e por asy ser hele hordena e despemde
sua fazenda desta maneira seguinte.
459
Dise que helc tem cm poder de Jorge Fernandez Almoxarife de sisa dos pannos dallfandcga da sydade
novecentos mill reais os quoaes ele testados lhe remeteo por hua letra pasada por Duarte Roiz sobre Pero Pardo.
Dise mais que em poder do dito Jorge Fernandez esta mais cinqoenta c hum mill que hcle lhe remeteo
por hua letra pasada por Jacomc Fernandez sobre Jcronimo Cajado.
Dise que Lopo Fernandez irmão do dito Jorge Fernandez lhe deve por hum asinado seu trinta e tantos
mill reais.
Dise que hele tem cm poder do Mariscall Diogo Cavalhcro vizinho de I I sa villa setecentos pezos os quoais
lhe trouxe Rodrigo de Sallinas de Humduras e estes lhe escreveo dito Maryseall que estão na Casa da Contratação.
Dise que em poder do dito Mariscall estão duzentos e vinte e seis mill maravedis que lhe remctco Luis
de Mercado de seis peças que daquy lhe mãodou na não de Gramilho.
Dise que tem mays em poder do Maryscall de resto de huum escravo que lhe levou Diogo Perez pilloto
vinte e tantos mill reais ou ho que sua merçe dcscr porque o mais lhe cõprou e gastou cm voz c licenças.
Dise que ellc tem cm poder do cõtador de Sãto Domingo e de Alvaro Arias e prosedido de quoatro peças
( ... ) por carta que são seiscemtos e oytenta pezos da terra o quoall dinheiro pera der ir ha mão do Maryscall
ou h o teraa em poder I I por ter carta que estava carregado em seu navio de Ba~tião Alvarez morador cm Vylla Nova.
Dise que hele tinha em poder de Antonio Gonçalvcz tr~tador trinta e cinquo mi li reais dos quaes lhe mãodou
Ires callabrestos e certas varas de Bretanha o que hele disse que lhe resta he dever se cobrara de sua mcrce.
Dise que o navio cm que foi Llopo Fernandez' e~ que hclc testador óuvera de ir mãdou certas miudezas
pera se venderem as quoaes avia de cobrar o dinheiro mãodou que ho que quer que montaase cobre.
Dise que em poder de João Gonçalves morador na ilha da Madeira tem cento e tantos mill reais ou aquillo
que por seu llivro se achar e aliem disto tem Ires qyntaes e meio de cera e asi lhe remctco que arrccadase de
Jcronimo Mendez que desta ilha vinte e cinquo mill reais os quoais lhe avia de entregar Francisco Afonso e asy
emprestou hele testador ao dito Francisco Fernandez tres mill reis que avia de dar ao dito Antonio Gonçalvcz
e asy lhe tem o dito Antonio Gonçalvcz huum escravo bixaguo.
Dise que hele tem em Giné o seguinte, no navio de Manoell daragão dous callabretos que o mestre João
Roiz leva a seu cargo, e tem mais oitocemtas e sessenta varas de ( ... )que leva o negro Antonio pcra entregar
ha Diogo Fernandez das quoaes a metade he o retorno de Salvador Alvarcz a helc testador lhe deve a outra ame-
tade e posto que diga que lhe deve ha outra metade diz que as duzetas he trinta lhe emprestou Gravyell Nunes
que mãodase lhe paguem.
Dise que Diogo Fernãodez do Rio Grãode lhe deve dous escravos que o dito Antonio seu escravo ha de
arrecadar.
Dise que Bastião Vicente e Simão Vicente que andão Bastião Mendez lhe deve huum escravo de huma
encomenda que lhe levou a fora outras que tem por seu roll em seu llivro.
Dise elle testador que mãoda he quer e haa I I por bem que se de a duas sobrinhas suas filhas de Beatriz
Allvarez sua irmãa mays velha mill cruzados que sã mãoda quese cobrem dclle.
Dise hele testador que hclc quer e haa por bem que de sua fazenda se tomem corenta mill reais nesta ilha
os quoais serão pera se comprar em huum ornamento pera a see desta sydade ou serão pera ajuda da sec nova
do feytyo della e sera destas duas cousas quoall ho senhor bispo dom Francisco quiser e melhor lhe parecer e
que os ditos cem cruzados se gastem porque ho que hele ordenar destas duas cousas hele testador haasy por bem.
Dise que hum mãocebo por nome Garcia Fernãodcz criado de Diogo de Crasto lhe deve trinta cruzados
que lhe emprestou mãoda que se cobrem dele.
Dise que Pcro Vaz corretor lhe devia trinta e nove mill e cento e cinquo reais como se veraa por seu livro
do dito Pero Vaaz mãoda que se cobrem dele.
Dise que hele não hc llembrado que deva a ncnhua pessoa cousa allguma e porem se allguma pessoa amos-
trar allgum certollygydo per que ele deve allguma cousa mãoda que os pagase.
Dise mais que hele deixa nesta testamento trinta mill reais ha Misericordia desta sydade mãoda que se
sejão cem cruzados que são mais dez mill reais que dãodo vinte mill reais por sy que seja forra e asy ha porbem
de lhe forrar dous pellos que a dita negra tem que em casa lhe nacerão hü macho e outra femea.
Dise que devia a Sallvador Alvarez mais dous mill e quoatrocentos reis mãoda que hos dcm.
Dise que o Juiz dos orfãos lhe deve hü cabre que lhe vendeo por quinze mill reais e aliem disso lhe deve
mays oito mil reais, digo oito mill e qynhentos reais e ele lhe deve ao dito juiz dos orfãos o que parece por hü
mãodado do senhor corretor de frete e quoartos e vinte nas que pegou a Diogo Nunez que terão de seu sobrinho
que deos aja a nesta parte mãoda que se lhe page.
Dise que hele he encargo ao genro dolim Pedro e dous mill he tantos reais e que Diogo Barrosa sabe quem _
he a mãoda que de sua fazenda lhe sejão pagos.
Dise que devia ha capitoa da ilha da Madeira vinte e dous mill e duzetos e cinquoenta reais de resto doque
lhe devia mãoda que lhos paguem I I
Dise que lhe devia Ruy Dias almoxarife dous mill reais Pedro Monteiro da ilha do Fogo.
Dise que lhe devia Gaspar Soares seis mil e tantos reais manda que de ha molher de Simão doliveira catorze
mil! reais silicet seis que lhe arrecadou dez e João Faleyro e oyto que lhe hele daa mais.
460
Mãoda que sua fazenda se partão cem mill reais opor cinqo orfãos pera ajuda de seus casamentos a vinte
mill reais cada hum e serão a contente de sua irmãa Beatriz Alvarez tomão direito e parecendo seos Antonio
Gonçalvez que por servyço de Noso Senhor lhe dara 11 dos orfãos e não naturaes da ilha da Madeira.
Mãoda que se diga hum oficio comprido de nove llições na ilha da Madeira pella alma de seo pai e de
sua mai ofertado com hum quoarto de vinho e hum quarto de trygo.
Dise que hele tem hum resto de hum seu sobrinho Joham Fernandez que he pouca cousa manda que lhe
satisfação vinte mill reais pera ajuda de yr ganhar sua vyda.
Dise que hele tem dous escravos hü por nome Antonio que he em Guine e outro por nome João Salvão
de que em Portugall os quoaes hele os forra e haa por forros deste dia pera todo sempre poquoanto hos criou
e ho tem bem servido.
Dise que hele tem huua escrava sua por nome Florença mãoda quatrocentos mil! reais duzentos cada huua
pera seos casamentos os quoais mãoda que lhe sejão dados por mão de Antonio Gonçalves morador na dita ilh!J.
e que os ditos casamentos sejão alli do contento da dita sua irmãa a contento do dito Antonio Gonçalves que lhe
pede que o faça a si por anos de Noso Senhor e pella confiamça que tem e sua virtude e nobreza.
Dise que hele he encargo ha dita sua irmaa Beatriz Alvares em sesenta mill reais que ja mãodou que lhos
desem e se os não tem Recebidos mãoda que lhe sejão pagos.
Dise que ele deixa ha outra sua irmãa por nome Isabell Alvarez quatrocentos cruzados os quoais serã asy
pera ajuda do casamento de huuma sua fllha como pera a ajuda e Remedio de sua vyda e pobreza.
Dise que hele ha encargos a Allvaro Fernandez seu cunhado oytenta e cinquo mill reais os quoaes cobrou
e ficarão elygydos da fazenda de seu filho e seu sobrinho que em Guine faleceo os quoais oitenta e cinquo mill
reais ele lhos tem mãodado dar mãoda que se lhos não tem dados que lhos de por que lhos deve.
Dise que hele deve a Ana de Frias dez mill reais a qual he moradora na ilha da Madeira mãoda que hos de.
Dise que per este caso que hele mãoda que escrava Florença dee vinte mill reais por sy mãoda que não
de mais que dez mill reais e que asy ho haa por bem.
Dise hele testador que na ilha Terceira na cydade de Angra vive hum homem omrrado por nome Moraes
orne omrrado o quoall seu pai ou seu avoo faleceo nesta no anno de vinte e oito ou vinte e nove e tinha outra
fazenda em // poder de Martim Allbernaz o quoall ja hele testador veio da ilha Terceira para o arrecadar e lhe
parece em sua conciemcia que lhe pode ser em encargo ate dez mill reais mãoda que lhos dem.
Dise hele testador que do remanecente de sua fazenda mãoda que se de has ditas suas duas sobrinhas pera
da dita sua irmãa Beatriz Alvares aliem do que lhe deixa mill cruzados mays qynhetos a cada huua pera seos
casamentos.
Dise que ha outra sua sobrinha filha dali varo Fernãodez mãoda que aliem do que lhe deixa lhe deixe mays
duzentos e mai ou com eles o qyserem partyr.
Dise mays que do dito remanecente da dita sya fazenda pella mesma maneira mãoda que na dita ilha da
Madeira se casa mais dez orfãas omrradas e naturaes da terra que o ajão mister e lhes darão duzentos mill reais,
vinte mill reais ha cada huua e sera cõ a propria declaração que das cinqo orfãs sejão de fazer.
Dise que depois de cõprydos seus llegados nesta ilha mãoda que se fação todo ho remanecente que lhe
ficar perde a seu testamenteiro que abaixo declara que lho faça ir ha ilha da Madeira a mão de Antonio Gonçalves
a quem hele déixa vinte mill reais por seu trabalho.
Dise que hele deixava a huum Andre Ferreira da Madeira doze mill reis pera ajuda de suas necesydades.
Dise que todo ho mays que remanecer de sua fazenda mãoda que depois de tudo cõprido o que asy declara
e mãoda que se faça querer // haa por bem que pouco ou meryto se dee ha Misericordia da ilha da Madeira da
sydade do Funchall.
Dise que toda a fazenda que tem em Portogall como tem declarado neste testamento mãoda que se pase
ha ilha da Madeira ha mão do dito Antonio Gonçalvez pera compryr seu llegados e asy lera cuidado de cobrar
tudo aqyllo que neste testamento decllara que ele deve em Castella pera se comprir seus llegados.
Dise que todo ho movell de seu scilicet, leito e cortinas e cama e roupa de linho e caixas e toda llouça
e mesas he cadeiras que em sua casa ouver que se de a Johana Llopez por serviço que lhe tem feito.
Dise mays que em poder de Manuell Llopes que ora estaa nesta ilha tinha huua encomenda que lhe deo
de oito mill reais mão da que se arrecade a dita encomenda.
Dise que Johã Gallão tem seu escravo que hele deixou forro tem em sua casa hü menino macho seu filho
mãoda que seja forro que asy ho haa por bem.
Dise que Fernaão Gomes criado de Bernalldim Estevez lhe deve dous mill reais que lhe emprestou mãoda
que se cobrem delle.
E feito asy o dito testamento como acima e atraz parece todo respeito por Duarte Roiz em estas cinqo
folhas que são dez laudas como estas ele dito Francisco Diaz testador estando em todo em siso e entendimento
comprydo que a Senhor Deos lhe deu adoentado corpo deytado em hua cama suas pousadas nesta dita cydade
de São Tyago por hele testador foy dito a mim escripvam ao diamte nomeado em presença das testemunhas hão
diãote escritas que hele fazia seu testamenteiro ao dito Duarte Roiz 11 em esta ilha porqoanto hele testador não
tem herdeiro nenhum forçoso que Deos aja de herdar na fazenda e lhe pede he roga ha dele dito Duarte Roiz
461
por amor de Noso Senhor ele qeyra aceptar esta dita testamentaria e lhe cumpra este dito testamento inteiramente
como ele qeria que fizese pella sua quoando Deos for servido o levar e por todo esto asy aver por bem.
Em testemunho da verdade me requereo a mim tabeliam lhe acabase de serrar este testamento e lho aprou-
vase e pede e roga a todallas justiças dellRey Noso Senhor e eclesiasticas lhe cumprão he fação comprir em todo
este dito testamento como se nelle contem porque hele asi ho ha por bem e ho outorgou e aqui asinou e eu escrivão
de meu oficio o ouve cerrado e acabado e solene testamento seu oje vinte he tres dias do mes doutubro de mill
e qynhentos e cinquoenta e nove anos e em fé desto este termo daprovação ecerramento deste testamento escrevi.
Testemunhas que forão presentes Johã Marquez e Diogo Uopez doutor padre e Graviel Nunes e Vicente
Fernãodez e Pero Llopez e Domingos Llopez todos vizinhos e moradores nesta cydade e Gaspar Vaz Barriga
Vaz morador em villa da Praia e eu Gaspar Fernandez ppublico tabelliam das notas e judiciall por ElRey Noso
Senhor nesta cidade de São Tyago do Cabo Verde e seus termos que este estromento daprovação e cerramento
dele escrevi e aqy asinei de meu publico sinal! que tal he Francisco Diaz, Diogo Lopez, Johã Marquez I I Graviel
Nunez Pero Lopez Vicente Fernãodez Gaspar Vaz.
E trelladado asy o dito testamento como dito he por o dito Johão Fernandez me foi pedido lhe mãodase
daar o trellado asy como pedido tinha pello que lho mãodei pasar e mando que lhe seja dado em todo he por
toda inteira fee e credito como se fora o proprio e originall do quall foi treslladado o quoall fica em poder do
escrivão que esta for e se lhe de credito e fee que ao direito se deve dar e vai acresentado como h o proprio cum-
prio asy dada nesta sydade de São Tiago do Cabo verde aos vinte he quatro dias do mes de Fevereiro Ell Rey
Noso Senhor o mãodou pello doutor Luys Martinez evangelho doseu desembarguo que ha estas partes veio a
prover nas cousas da justiça e fazenda corregedor com allçada provedor e contador de sua fazenda e povoador
dos Resydos capellas e espritaes e provedor das fazendas dos defuntos em todas estas ilhas do Cabo Verde a
fez anno do nacimento de Noso Senhor Jeshu Christo de mill e quynhentos e sessenta annos e vai treslladado
em dez folhas com esta pregou deste e dos autos que se fizerão por que dele se pedio quatrocentos reais e de
asinar vinte reais.
Doutor Lluis Martinez evangelho
Açertado comigo tabeliam Pero Roubão. Concertado com ho proprio Amador dallpoym pagou de sello corenta
reais Amador dallpoim Johão Fernãodez 11
Foi Comsertado este trellado com houtro que esta em carta testemunhavel que veyo de Cabo Verde que
ficou em poder de Antonyo Guomsalvez por mim com ho taballyam abaixo asynado não faça duvida no asertado
em antrellynha que diz haos duas porque se fez por verdade oje vinte e trez dias do mes dabrill de mil quynhentos
e sesenta anos Pero Llopez traballyam ho escprevy.
DOC. N. 0 5
Diguo eu Lianor Lopes preta moradora nesta cidade que fui da mai de Antonio Correa que ora estou nesta
casa da santa Misericordia que por eu estar doente com todo meu siso e entendimento determinei de faser meu
testamento da maneira seguinte:
Primeiramente encomendo minha alma ao senhor Deus que a criou e a sua santa madre a Virgem Maria,
e declaro que eu tinha huma filha por nome Guiomar Fernandes molher baça a quall faleceo nesta casa de sua
doença e ella minha filha fez seu testamento no quall deichou sua fasenda a esta santa casa pera os pobres ao
ospitall da cidade do Funchal como se delle pode ver e porque eu na sei bens que della ficaram sou legitima .
herdeira como sua mai declaro que minha deradeira vontade he que seião meus herdeiros os pobres da mesma
casa do ospitall do Funchal asi nos que ficarão de minha fllha como quaisquer outros meus que se acharem em
todo o inventário e mando que meu corpo seja enterrado na capella da mesma casa e que os senhores da tabela(?)
aos quais deicho por meus testamenteiros me mandem dizer des missas rezadas por algum padre que elles virem
ser de boa vida ou pelo vigário de minha freguesia e que estes bens deicho aos ditos pobres porque me curam
e mantem e manteverão minha filha.
462
E asi ei por bem e mando que este meu testamento se cumpra o quall por não saber escrever roguei a
Manoel e Lemos que fizesse por mim e assinasse e rogo a elles senhores irmãos que tudo o que toca acerca das
obrigacoens da alma de minha filha elles e fação cumprir e o que 11 neste mando feito oje nove dias de Novembro
de 1568. Testemunhas que foram presentes Antonio Moniz e Jorge Gonçalves e Domingos Gonçalves naturall
de Canarias e Afonso Martins
Em nome de Deus Amem saibão quantos este estromento de aprovação desta cedolla vyrem que no anno
do nacymento de Noso Senhor Jeshu Christo de myll he quynhentos he sesenta he oyto anos aos nove dias do
mes de Novembro na ylha da Madeira na cidade do Funchal! na henffremaria do esprital desta dita cidade que
he na casa da Santa Misericordia estando ai por doente Lianor Llopez preta segua( ..... ) doente hem huma cama-
da doemça que lhe o Senhor Deus deo hem todo seu perffeito juízo segundo pareser de justiça (?) lloguo por
elle testadora de sua mão a mymha perante as testemunhas abaixo asynadas me ffoi dado esta cedolla porque
ha aprovase e hentam lhe perguntey se hera esta a sua cedolla de seu verdadeiro testamento he por ella foi dito
que esta hera a sua sedolla de seu verdadeiro testamento pello que manda e declara que todo ho nella esprito
he declarado se cumpra em juízo e fora dele por esta ser sua ultima derradeira vomtade he por esta ha por Revo-
gados quoantos testamentos cedollas codicillos antes deste tenho ffeitos este so quero que se cumpra he hem tes-
temunho de verdade a Joham he mandou ser ffeita esta aprovação testemunhas que farão presentes Gonçalo Raiz
mercador he o licenciado Manuell de Lemos e Donúngos Gonçalves e Gaspar Gomes e Jorge Gonçalves he
Gonçalo Arles he Gonçalo Raiz resydentes na dita casa e o dito Manuel de Lemos asinou por ella testadora a
seu rogo, e heu Pera Lopez tabeliam pubrico das notas por E! Rey Noso Senhor nesta dita cidade he temos que
esta aprovação fiz e asinei de meu pubrico synall que tal he he risquei por ella.
Asino pela testadora Manuel de Lemos (sinal), Jorge Gonçalves João Raiz de Canha, Domingos Gon-
çalves, Gonçalo Raiz, Gaspar Gomes
DOC. N. 0 6
1569. Novembro. 12, Funchal. -Testamento de Pera Fernandes, mulato natural de Ponta Delgada
(S. Miguel).
Em nome da Santysima Tryndade padre filho e Esprito Santo tres pessoas hií so Deos ame saybão quantos
esta sedulla de testamento vyrem que no anno do nasymento de Noso Senhor Jeshu Christo de mill ve e sesenta
e nove annos na ylha da Madeyra na cydade do Funchall na casa de santa Misericórdia em seu espritall honde
eu Pera Fernandez home baso naturall da ilha da Sã Mygell ora estou em hum eleyto enfermo de emfermydade
que Noso Senhor houve por seu serviso e por não saber ha dita ora que noso senhor seria servido de me llevar
pera sy quis fazer esta sedulla de testamento pera descanso de mynha comsemcia e aquell digo que encomendo
a mynha allma ao Senhor Deos que ha cryou e remyo e nosa seiíora que com todos hos Santos e Santas sejão
rogedores por mym que me perdoem meus pequados digo que se Noso Senhor for servido de me levar pera sy
meu corpo enterrado honde os provedor e irmãos hordenarem.
Dise que eu tenho na ilha de São Mygell na sydade de Ponta Delgada hua casa terrea e seu quyntall abaixo
de (rasgado seis linhas) // e asy mais arracadará as rendas da dyta casa de dez annos a esta parte contanto ha
que mynha molher em fallecendo a qual! podia render cada hanno tres mill reais digo dous núll e quero ajudase
a rece por hos ditos povos dygo que não devo nada a ninguen nem no devem amym e porquanto não he erdeiro
que aja de erdar meus bens faso o espritall desta cidade do Funchall por meu erdeyro e os provedores e irmãos
o aseytem e deixhe em cada hum arrecadar e fasão deles ho que quyserem pera que se despenda com hos povos
e porque nestes ha minha ultima vontade e dygo que revogo todos os testamentos comdesylhos que atrás desta
tenha feito e este asim quero que valha e tenha vigor todos hos mais não e elle se fara por mynha alma como
eu espero que o fasão os deixo por meus testamenteiros em esta minha sedulla por feyta e acabada e rogey a
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Francisco Ferreira capelão da casa que ha fizesse e asunase por mym eu Francisco Ferreira ha fiz a rogo do
dyto Pero Fernandes e o asyney por elle feyto oje 12 de Novembro de 1569 entrelinhei Funchall
Francisco Ferreira
Jhesus Ferreira
(sete linhas rasgadas) 11 ser da ilha de São Mygell estando aquy deitado em hua cama da doença e enfyrmidade
que lhe Noso Senhor deu com todos seu perfeito segundo parecer de mim escrivam hetestemunhas por renda
mão a minha me foy dado esta cedulla ( ... )prova-se e dizendo que esta hera a sua vontade seu verdadeiro tes-
tamento pelo que mãoda que todo ho nella esprito he de ser lido e comprido em juiz he fora deli e por essa ser
sua ( ... ) e derradeira comtade e por esta ( ... ) de que todos quanto testamentos cedullas codicylhos antes deste
temha ffeitos este quer que se compra como se nelle a contem a quem este esprito em duas llaudas desta folha
de papell e aoprovação do que este esprito por Francisco Ferreira capellão da dita casa e sendo verdade deixo
houtorgo e delle mãodei ser feito esta aprovação na quoall ( ... )rogadas Manuell Jorge mordomo da capela que
hasinou por elle testador de seu roguo o quall ( ... ) he Manuel Roiz e Jorge Gonçalves mercadores e Andre
Gonçalves tanoeyro he Francisco Fernandez alffayate Rodrigo Bayros barqueiro do porto dos Santos nesta cidade
he pero LLopez esprivam publico de notas deli Rey Noso Senhor nesta sydade do Funchal he termos que ha aprovi
he asyney de meu proprio synall que tal! he
Asino a Roguo de Pero Fernandez. Martim Royz. Francisco Fernandez. Andre Gonçalvez
DOC. N. 0 7
Verba do testamento de Gonçalo Anes homem homem baço que deixou a esta casa huas casas sobradadas
que estão a São Bartolomeu das quaes esta casa não possue mais que a metade porque não coube mais a partir
do dito Gonçalo Anes. E outra ametade ouve Joana Fernandez, molher preta sua molher, como constara dos
autos he partilhas que estão em poder de Manuel Carvalho c saivão do referido se for ncccssario.
Asi digo que cu tenho huas casas a São Bartolomeu forras que saro minhas e saro sobradadas que me ren-
dem dous mil reais cada ano E digo que as deixo a Misericordia desta cidade por este encarrego que agora digo
que os irmãos da Santa Misericordia me mandarão dizer cada ano tres missas pia minha alma enquanto o mundo
durar E as ditas missas serão rezadas E a prymcira sera pella minha alma ao Santíssimo Sacramento donde clles
quiserem E a segunda sera pella alma de meu pai E minha mai E a terseira sera pella alma de minha filha que
criou mai E asi digo que cu não tenho herdeiro senão a minha alma E asi peço aos irmãos da Santa Misericordia
que elles se queiram lembrar ella e me queiram acompanhar como asima digo.
Foi tresladada esta verba do testamento do dito Gonçalo Anes que anda nos autos de partilhas que estão
em poder de Manuel Carvalho escrivão dos resíduos ( ... ) elle concertado por mim Antonio Barradas escrivão
o presente ano da casa da ~isericordia e pelo escrivão abaixo asinado no Funchal oje dous de Março
de MDLXXIIII anos.
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DOC. N. 0 8
Em nome de Deus Amem saybão quantos esta cedola de testamento virem como estando eu Manoel
Guomez homem baço muito doente deitado em huma cama e não sabendo e ora da minha morte nem o que o
senhor Deus querera fazer de mim por descarreguo de minha conciencia ordeney de fazer esta cedola de meu
testamento na maneira seguinte
Item prymeiramente encomendo a minha alma ao Senhor que ha fez e cryou a sua ymagem e symelhança
e Remio pelo supliceo do sangue na arvore de Vera Cruz e peço e roguo a bem aventurada sempre virgem Maria
Senhora que ella com todos os santos da gloria do parayso queira ser minha intercessora diante do seu bento
filho jeshu christo pera que quando minha alma sayr deste corpo pecador mereça hir a gloria e bem aventurança
pera que foy criada amem
Quando o Senhor Deus for servido de me levar de vida presente mando que meu corpo seja enterrado
na Sé desta cidade e ho jaziguo que para isso a fabrica da dita Sé me dara que sera o mais cheguado que poder
ser a pia dauguoa benta e nã podendo ser hahy sera onde me poder ser dada pola qual derão a esmola acustumada
que se daa pellas sepulturas pera guastar ho corpo somente. E me acompanhara a santa Misericordia com a ban-
deira da dita confrarya e yrey na tumba da dita confraria e darão desmolla pera os necessitados da casa quatro
myl reis.
Me acompanharão os capellães da Sé que será até dez com os curas e darão de esmola a cada hum trinta reis.
Me acompanharão até ha sepultura cinquo pobres com cada huma sua tocha e darão desmola a cada hum
dez reis.
Ao dia de meu enterramento sendo oras senão ao outro loguo seguinte me diram por minha alma hum
officio de três lições com sua missa camtada e ladaynha e darão doferta huma duzia de peixe sequo meão e quatro
alqueires de triguo e asy me dirão no dito officio digo com o dito officio cinquo missas resadas a honrra das
cinquo chaguas de Nosso Senhor Jeshus Christo.
Deixo a Susana Mendez pello muyto trabalho que tem llevado em mynha doença curando-me e ser-
vindo-me quatro mil reis e lhe peço que me perdoe por não ter com que lhe paguar o mais que lhe devo.
Deixo por meu testamenteiro pera cumprir tudo o que aquy mando fazer Sebastião Guomez alfayate mora-
dor nesta cidade ao qual pelo por amor de Nosso Senhor que queira por mim aceitar e tomar este trabalho e pello
que nisso ade levar-lhe deixo mil reis pera elle e não o querendo elle aceitar em tal! caso peço por amor de Nosso
Senhor aos irmãos da misericórdia que ho queiram aceitar e darão mais pera os pobres os ditos
mil reis que asy deixo do dito Bastião Guomez.
Declaro que eu fuy cativo de Pero da Costa morador em Villa Franca da ilha de São Miguel o qual me
mandou pera esta ilha pera casa de Francisco de Betencor de Sá o qual Francisco de Betencor ao tempo de seu
fallecimento não sabendo que eu hera seu como na verdade ao tal ho hera por huma venda que de mim lhe fez
ho dito Pero da Costa me deixou em seu testamento doze mil reis pera ajuda da minha alforria e que não me
querendo ho dito Pero da Costa fforrar que todavya mas de seu pelo qual diguo que destes doze mil reis que
asy me deixou ho dito Francisco de Betencor se fação todos os lleguados que asy mando fazer e se alguma causa
delles remanecer se guastara em missas pela minha alma e por aquy diguo que ei por acabado este testamento
o qual roguei a Francisco Cardoso tabeliam das notas que por mim f!zese e ho asinase e eu ho dito Francisco
Cardoso o ffiz e asinei por elle a seu roguo no Funchal oje dezoito dias do mes de Outubro de mii1 e quinhentos
e setenta e oyto anos risquey pessoa por verdade asyno a Roguo do testador Manuel Guomez Francisco Cardoso
dalmada.
Em nome de deus amam saibão quantos este estromento daprovação desta cedolla de testamento virem
que no ano do nacimento de Nosso Senhor Jeshus Christo de mil e quinhentos e setenta e oito anos aos dezoito
dias domes doutubro do dito ano na ilha da Madeira na cidade do Funchal no Vallverde em huma casa onde
pousa Bras Piris homem trabalhador estando hahy doente deitado em huma cama de doença natural que o Senhor
Deos lhe deu Manuel Guomez homem baço em todo seu syso e entendimento perfeito segundo a mim tabeliam
e testemunhas parecia lloguo por elle da sua mão a minha foy dado esta cedolla de seu testamento requerendome
que lha aprovasse porquão hera seu solene testamento e nelle se continha sua ultima e derradeira contade a qual
disse que lhe fizera e escrevera eu tabeliam por seu mandado nesta lauda atras e nesta acima donde ao pé por
elle asyney pello qual testamento dise que há por revoguados todos outros testamentos cedolas codesylhos que
antes deste tenha ffeitor só este quer que valha a tenha fforça e vyguor em juizo e ffora delle e pede e rogua
a todas has justiças asy eclesiasticas como secullares que lho fação muy inteiramente cumprir e guardar asi o
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da maneira que se nelle contem e em testemunho de verdade asy ho outorgou e mandou e requereo a mim tabal-
lyão que dello lhe fizesse este estromento daprovação o qual fiz por seu mandado. Testemunhas que a todo pre-
sentes forão rogadas I I e requeridas Guaspar Gonçalvez pedreiro morador nesta cidade que asynou por ho dito
Manuel Guomez a seu roguo por elle não saber escrever e Francisco Piriz e Manuel Roiz todos homens tra-
balhadores e moradores nesta cidade e eu Francisco Cardoso pubrico taballião das notas por El-Rei Nosso Senhor
nesta cidade do Funchal e seus termos que este estromento daprovação fiz e escrevy e asyney de meu pubryco
synall que tall he (sinal) pago deste em caminho XXX reais Asyno a rogo dele Manoel Gomes, Gaspar Gon-
çalvez, + (Gomes Gonçalvez), + (Cazno Piris), + (Francisco Piris), + (Manoel Pyryz), + (Manoel Roiz)
DOC. N. 0 9
Jhesus Maria
Em nome de Deus e da Santíssima Trindade padre filho Espírito Santo tres pessoas hum so Deus poderoso
em quem eu Isabel Fernandes creio bem e verdadeiramente e protesto major e vivo na sua Santa fe catholica
e porque eu não sei o dia e ora em que ele senhor e meu criador era servido chamar-me temendo a estrcyta conta
que devo de dar diante o tribunal divino, estando em meu perfeito juizo determinei fazer esta cedula e derradeira
no todo para nela declarar o que pertence a mynha cõciencia e protesto nada deixar de declarar lembrando-me:
Primeiramente encomendo mynha alma ao meu Senhor Deus que de nada a criou e temo por seu preciozo sangue
que ele seja servido levar-me a sua sancta gloria pia que foi criadas tomando por intercessora a virgem gloriosa
Nossa Senhora que ela queira pedir ao seu bento filho por suas preciozas chaguas me queira perdoar todas mynhas
culpas e assi tomo por intercesores a iso bem aventurado Senhor Sã Miguel e todos os anjos e sanctos da corte
celestial.
Item quero que me enterrem na capela da Sancta Misericordia donde tenho minhas sepulturas e os irmãos
e bandeiras me acompanharão como irmão que he seu a que ja tenho dado minhas esmolas e o dia que me enter-
rarem deixo esmola a dita confraria da Sancta Misericordia das cruzadas e declaro que em cima da mynha sepul-
tura tenho ja feitos meus officios e mando ao Reverendo cabido dez cruzados por acompanharem meu corpo até
sepultura e ao vigário e beneficiados de Nossa Senhora do Calhao mando lhe dem dez cruzados, diguo dous mil
reis pera compensarem meu corpo e aos pobres, scilicet quarenta pobres cada hum seu vintem que me acom-
panharão com cada hum sua tocha e se paguar ao cirieiro o ordinario como levam aos outros.
Declaro que tenho na Rua do Castanheiro defronte dos padres duas meiadas de casas terreas com seus
quintaes os quais deixo por meu falecimento a Anna dalmeyda filha de Antonio de Almeida Alvares que Deus
aja com encarrego de duas missas rezadas huma por dia de Nossa Senhora da Apresentação e outra por dia da
Assunção de Nosso Senhor Jeshus Christo e pela alma de mim e minha erdeira na capella da Misericordia e por
seu falesimento della I I Anna dalmeida quero que fiquem a sua mai Maria Gonsalves em sua vida e casando a
dita sua mai ficara o rendimento delas aos pobres do espital velho com o mesmo encarreguo das ditas duas missas
rezadas enquanto o mundo durar. E tanto que a dita Maria Gonçalves faleser o provedor e irmãos da Myse-
ricordia as tomarão e Repairarão loguo a todas as mulheres mais pobres e mais aleijadas de cama que no dito
ospital se ver. E sendo caso que a dita Anna d'Almeyda viva mais que sua mai Maria Gonsalvez quero e he
minha vontade que as ditas casas erdem os ditos pobres do ospital velho pela maneira asima dita e asi mais deixo
aos ditos pobres do ospital velho a minha cama em que durmo pera cada huma seu colchão e declaro que sendo
caso que Noso Senhor seja servido levar-me pera si servindo eu ainda aos pobres que todo o triguo e farinha
cousas damassar quaisquer he entregem aos ditos padres porque nada de mais que a muitos dias que não uzo
de amassar porque caldeirões, bragueas peneiras joeiras sacos ( .... ) tudo a seu ( ... ) deles tambem quero que se
lhe entrege a assi dous cobertores brancos que servem de cobrir o pão joeirar tãobem são dos padres e se lhe
tomem somente na nynha cama tenho hum cobertor azul deixo a h uma menina que Maria Gonçalves tem em sua
casa por nome Maria.
Item deixo por minha testamenteira a Maria Gonçalves e a sua filha Anna dalmeida pera que elas olhem
por mim e fassão estas cousas assima declaradas assi como me são em amor e obriguação como eu fizera por
elas. E declaro que as ditas casas por morte da dita Anna dalmeyda sendo sua may falecida fiquem ao opprital
velho pela maneira assima. E por aqui ei este testamento por acabado e revoguo todos os que até oje tenho feitos
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e quero e mando que este se guarde inteiramente como nelle se contem o quaÍ roguei a Jorge dandrada Corea
que o fizesse e assinase como testemunha o que fez oje 8 dias de Janeiro de 1594.
Em nome de Deus amem saybão quantos este estromento de aprovação de eedola de testamento virem
que no ano do nacimento de Nosso Senhor Jeshu Cristo de mil e quinhentos e noventa e quatro anos aos vinte
e oyto dias dias do mes de Janeiro do dito ano na ilha da Madeira na cidade do Funchal nas casas de morada
de mim pubrico taballião perante e as testemunhas ao diamte nomiadas pareeeo Isabel Fernandez mulher preta
moradora nesta// cidade e ( .... )e em todo seu juizo e perfeito entendimento segundo a mim taballião e teste-
munhas parecia por ella de sua mão a minha foi dado esta eedolla de seu testamento requerendo que lho aprovasse
porquanto hera seu ( .... ) testamento e nelle se continha sua ultima e derradeira vontade o qual testamento dise
que lhe fizera e escrevera por seu mandado e rogo Jorge dandrada Corea morador nesta cidade e por ella n<r
( ... ) ho assinara e esta o dito testamento todo escrito da letra do dito Jorge dandrada Correa na mea folha de
papel atrás e na lauda atrás e na lauda atrás acabado pello qual testamento dise que ha revogados todos outros
testamentos eedollas codecilhos que antes deste tenha feitos só este quer que valha e tenha força e vigor em juízo
e fora delle e pede e roga a todas as justiças que lho fação inteiramente comprir e guardar asi e de maneira que
se nelle contem.
Testemunhas que presentes farão pera o caso chamadas e rogadas Francisco Jurdão mercador Residente
nesta cidade que asinou pella dita Isabel Fernandez testadora a seu rogo por ella não saber escrever e Manuel
Furtado e Afonso Fernandes e Agustinho Cordeiro alfaiate e Francisco Gonçalves empapellador e João d' Almeida
sangrador todos moradores nesta cidade e eu Francisco Cardoso pubrico taballião das notas pella magestade Reall
del Rey Nosso Senhor nesta cidade do Funchal e seus termos que este estromento de aprovação fiz e escrevi
e asinei de meu pubrico synall que tal he (sinal).
Asino e roguo de Izabel Fernandez por ella não saber esqurever Francisco Jurdão, João de Andrada,
Antonio Gonçalves Cordeiro, Afonso Gonçalves, Manuel Furtado, Francisco Gonçalves.
DOC. N. 0 10
Jhesus Maria
Em 23 de Agosto chegou Lianor molher preta forra enferma de Cama a esta Sancta caza de Misericordia
pera a curarem e foi resebida ao dito dia e confessando a eu Sebastiam Machado capeiam mor da dita caza me
dice que lhe fizesse os seguintes apontamentos pera se lhe comprirem sendo o senhor Deos servido de a levar
da dita inpunidade.
Diee que seu Senhor Gaspar Nunes a forara e lhe deixava vinte mil reis pera se lhe darem em certo tempo
pera ella se remediar e que Maria Nunes e seu sobrinho daria descarga disso e por seu juramento saberia o senhor
provedor que lhe tinha dado e que o resto deixava aos pobres desta caza enfermos por esmola pera que a levaeem
a enterrar a see desta cidade a sepultura de seu Senhor ou Senhora que assi lho tinham pedido cõ elles se enter-
rasse o que lhe mandace o Senhor provedor dizer huma missa por sua alma em a capella da caza ao Bom Jesu
e os mais que elle quizesse rezadas onde lhe parecesse.
Diee que ella tinha hua caixa e hua barinha de cama e hums trapinhos que tambem os deixava pera os
pobres da caza. Eu capellam a seu Rogo fis este apontamento e assinei estando ella em seu juizo prefeito e sendo
esta a sua ultima vontade o que tudo certifico na verdade e assino como capellam desta Sancta Caza. Sebastiam
Machado.
Testemunhas de todo assima dito foram Manoel Barboza e Dioguo Ferreira Dromundo Pedro Afonso amo
da caza Joam de Ribeiro sinaram de seus sinaes e marcos costumados oje 23 de Agosto e feitas todas as
deligencias requezitas.
Manuel Barbosa, João Ribeiro (sinal), Sebastião Machado, Pero Afonso, Nieulau Fernandes (sinal), Diogo
Ferreira Drumond.
467
DOC. N. 0 11
Jeshus Maria
Em nome de Santissima Trindade padre filho spirito sancto três pessoas hum só verdadeiro Deos em que
eu Antonia de Freitas firme e verdadeiramente creo em cujas maos emcomendo a minha alma e porque hora esta
doente em a Sancta Casa de Misericordia de huma emfermidade de que o senhor Deus foi servido e não sei se
sera esta a minha derradeira hora pedi ao padre Sebastiam Machado Capeiam mar da dita caza que elle me qui-
zesse fazer esta cedola de testamento em a qual queria desemcaregar minha consciencia e deixar certas dividas
que me devem de esmola aos pobres da Sancta Casa da Misericordia. E pera isso lhe pedi ao dito capellam que
ele por inteiro escrevesse o que eu dice.
Item diguo que eu Antonia de Freitas molher preta forra servia a Antonio Marinho conego onze annos
em sua caza da misericordia e elle me deve o serviso do dito tempo e só a esta conta me tem dado dous mil
novecentos e sincoenta reis dos quais tem em sua mão hum escrito em que lhos mandei pedir.
Item diguo que Miguel Ferram o fizico a quem eu servi quoatro anos o que elle diser me deixou na mão
do Pedro daquela sete mil reis por hum papel que tem Diogo Pais da Cunha em sua mão.
Item mais me deixou Miguel Ferram na mão da maria Agueda diguo de sua filha Elena mil reis os quaes
ad arrecadar Diguo Paes da Cunha e ha esta conta me tem dado sinquo tostões em dinheiro.
Item tenho hum manto novo e huma saia muito boa e hum lanço! novo de pano de caza e hum emchergam
o que tudo com o mais que asima tenho dito que sam as dividas quero e ei por bem que os irmãos desta Saneia
Caza arecadem pera os pobres dela e esta he a minha ultima vontade contanto que me paguem o seguinte que
sam dividas que devo, scilicet pagaram a Joana Dias que foi ama do daiam dous tostões, a Vizente Afonso o
conego quatorze vinteis, dous vinteis me botaram na caixa dos cativos e tenho duas coleres de prata e dous garfos
que me deixou Miguel Serram pera que se eu tivesse necessidade as empenhare e eu as empenhei ao alferes da
companhia do capitam ( .... )por dous mil reis e levo-as Lucas Fernandez soldado da mesma companhia a empe-
nhar desempenhadas( .... ) pera a mesma caza mandarme am dizer seis misas rezadas ao ynteiro por minha alma
em a capela da mesma caza e daram tres mil reis a virgem do Rozario dos pretos que lhe tenho prometido e
tomarme-am o habito de Sam Francisco ( ... ) levaram a interrar meu corpuo.
E porque eu Antonia de Freitas esta cedola de testamento estamdo em meu perfeito juizo tendo me con-
fessado e comungado peço ao senhor provedor e irmãos me cumpram tudo como mando pelas chagas de Christo.
E pedi ao dito capeiam mor que a fizesse e asinace por mim por eu não saber ler nem escrever e eu Sebastião
Machado capeiam mor da dita casa asinei como testemunha com os mais // testemunhas que prezentes estavam
a saber João Gois de Mendonça morador na vila de Machiquo Francisco Riscado cerieiro Jorge Fernandes sapa-
teiro Rodrigalves servente da mesma casa Domingos Monteiro, sapateiro feito oje 22 de Abril de 1603 anos João
de Gois Mendonça, Sebastião Machado, Francisco Riscado, Jorge Fernandes, Domingos Monteiro, Francisco Alves.
Junto ( ... ) esta caza Barbara Fernandez a molher do purgador que esta no Brazil.
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DOC. N. 0 12
Jeshus Maria
Em os dezasseis dias do mes de Agosto nesta casa da Santa Misericordia estando Jorge Roiz omen baço
foro doente em huma cama de infermidade que noso Senhor foi servido lhe dar quis fazer huns apontamentos
pera descareguo de sua consciensia e pera uso mandou chamar a mim Miguel Ferreira Ribeiro que ora sirvo des-
crivam nesta casa da mão dos que constam e fes os ditos apontamentos pela maneira seguinte.
Primeiramente dise que emcomendava sua alma a Deos e dise que o enterasem em Nosa Sra do Calhao
e per não ter dinheiro forçozo que seus bens deve de erdar ( ... )pobres desta casa seus herdeiros e declarou que
o que se lhe deixava nos ditos pobres.
Primeiramente Pedro de A grela dornelas de Serviço que lhe fez no seu engenho ano pasado lhe devia tres
mil reis e peraqui dise que avia serta esta sedulla de testamento e descareguo de comsiensia que eu Miguel
Ferreira Ribeiro escrivam da casa de Misericordia fis e aprovei conforme e o poder que os escrivães desta casa
tem pera os semelhantes testamentos de pobres que morem nesta· Santa Casa.
E foran testemunhas Antonio Teixeira dorea e Pero Afonso enfermeiro desta casa e Antonio Martins doente
e natural da Ribeira Braba diguo Ponta do Sol e Cristovam Piris de Santa Cruz e Manuel de Crasto dornelas
que asinou como testemunha e pelo dito testador oje a 16 de Agosto de mil seiscentos e sinquo anos.
Asino a Roguo do do testador como testemunha
Pero Gonsalves. Manuel de Crasto. Miguel Ferreira Ribeiro de Antonio Martins (sinal), Cristóvão Piris,
Antonio Teixeira Dorea.
DOC. N. 0 13
Jeshus Maria
Em os vinte oito dias domes de Julho de 621 e estando enfermo Antonio Gonsalvez em a Sancta Caza
da Misericordia da cidade do Funchal e escravo que foi do vigario do Faial Sebastiam Gonçalves, hora forro
por morte do dito confesado e sacramentado e em todos os mais autos de Christam fis eu Sebastiam Machado
capellam mor da dieta caza as diligencias que costumo fazer com os emfermos e emfermas que a ella se vem
vurar e lhe perguntei se tinha alguns bens moves ou de rais, pera deles testar ou fazer apontamentos e me dice
elle tinha hum pedasso de terra que hera seu e lho deixara seu senhor e hus alqueires de triguo e o seu vestido
que trouxera, capa, roupeta, calções, chapeo, gibão e camisa e o mais que se achasse ser seu e que ao vice vigario
Cristóvão Borges deixara encomendado o triguo pera o recolher e dar conta do que na caza se achase ser seu
queria que sendo seus servido de o levar pera si o senhor provedor da Saneia Caza mandasse vender todo o sobre-
dito e fazer em dinheiro e mandasse emterrar seu corpo em a igreja de nossa Senhora do Calhao e o aconpa-
nhasem o padre vigario e os beneficiados e os capellães da caza e desê a quada quall de esmolla meio tostão
e lhe mande dizer por sua alma a virgem do Rozario quinze missas rezadas e os Bom Jesu outras quinze e porque
a sepultura e toda a despeza de seu enterramento deixa todo o remanecente aos pobres do hospital o qual appon-
tamento fiz eu capellam mor da minha letra e sinal e asinei pelo dito emfermo por não saber ler nem escraver
e comiguo assinarão como testemunhas o padre Domingos do V alie Francisco Roiz morgado de suas marcas e
sinaes costumados oje dia 28 do mes I I de Julho da dieta era e dice mais se lhe faria hum officio de três lições.
Domingos do Valle. Sebastiam Machado
Francisco Roiz Morgado.
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4.3. DOCUMENTOS SOBRE A ALFORRIA DOS ESCRAVOS
DOC. N. 0 14
J604.Julho.23, Funchal- Acção Judicial de Francisco Ferras contra Francisco Moreira por auto de
partilhas, dividas e alforria de escravos.
Baltasar Frois desembargador d El Rey nosso Senhor e desembargador a Rellasam da Caza do porto que
hora por seu especeale mandando ando com allçada nestas ilhas da Madeira e na do Porto Santo provendo nas
couzas de justicas em outras de seu serviço e provedor de sua fazenda e dos horfãos Residas e capellas.
A quoantos esta minha carta de sentença for prezentada e o conhecimento della com o dito pertenser faço saber
como perante mim no juizo desta alçada se tratou e fmalmente sentenseou hum feito de cauza civell de embargos
com que vierão Giomar Caterina e Francisco escravos de Maria da Ponte a execussão que contra elles requeria
Francisco Ferraz e Francisco Moreira marido e genro da dita Maria de Ponte e pellos dittos autos ante houtras
cozas nelle cõteudas e declaradas se continha e mostrava 11 ha elles se ajuntou hua minha sentensa que dizia ser
por mim dada e asinada ao primeiro dia do mes de Março de mill e seiscentos e hum annos e sobcripta por Domin-
gos Rodrigues chanseller e escrivão d'alçada que houtro sy esta sobescrevo por ellas e mostrava que perante mim
neste juizo d'allçada se tratarão finalmente sentesearão como aotor de hua parte ho dito Francisco Ferras contra
ho dito Francisco Moreira sobre e por resam de ho autor demandar ao reo quinze mil! reais de allugeres de huas
cazas estantes em hos ditos se processar que vindo ho autor com libelo contra ho Reo elle viera com houtros
embargos e juntamente offercera com elles hua escriptura asinada do sinal! publico de Antonio de Carvalho tabal-
liam // publlico de notas na dita cidade feita aos dezouto dias do mes de Março de mi11 e seiscentos annos e entre-
houtras couzas se mostrava perante ho dito taballião e testemunhas paresser em partes a saber de hua parte ho
dito Francisco Ferras morador no lugar de Camara de Llobos por si e como procurador bastante de Manuel e
Luzia de Crasto e da houtra ho dito Francisco Moreira pintor cazado cõ Maria de Ponte sogra dele Francisco
Ferraz e llogo por eles fora dito que hera verdade que por morte do primeiro marido della Maria de Ponte Fran-
cisco Gonçalvez ficarão bems de que se fizera o inventario e de que fora escrivão Antonio Llopez e sobre has
partilhas dos ditos bens recaeherão duvidas e diferensas e demandas que entre elles houvera de parte ha parte
as quoal he de hora urna e amigavelmente querião cõpoer e acabar e cõcluir // na maneira seginte cõvem ha saber
dcsserão elles partes que hera verdade que pello inventario que se fizera por falecimento do dito Francisco Gõçallvez
coubera ha parte delle Francisco Ferras quatrocentos e nove mill e quinhentos e dezaseis reis nos quoaeselle dito
Francisco Moreira se obrigara a pagar ha elle Francisco Ferraz pella maneira seginte a saber lhe entregarão todos
hos bens de raiz que lhe couberão em sua conta de partilha e cõprimento dos ditos quoatrocentos nove mil qui-
nhentos e dezasseis reis e restalha daria houtro assim nas pessoas de ouro e prata que lhe couberão na dita sua
carta de partilhas ficando lhe devendo allguã couza por cota da dita cõtia e ha pagaria nos uzose ffruitos dos
bens de raiz que por morte do dito Francisco Gonçallves couberão ha ella dita Maria // que lhe coubesse na vallia
delles juntos do monte da maes fazenda e desera maes de Francisco Moreira que bão averia hos uzos e ffruitos
da dita fazenda de raiz lhe não despoem delle dito Francisco Ferraz ser pago inteiramente dos ditos quatrocentos
nove mill quinhentos e dezasseis reis que se mõtavam na carta de partilha e por estarem acordados desta maneira
diserão elles partes que elles dizistião de todas e quoaesquer demandas movidas e por mover sobre ha dita heransa
e fazenda e pella dita maneira se davam por pagos e satisfeitos e davão plenissima e gerall quitassão hum ao
houtro de todo ho cõntheudo no dito estromento da cõposição e transmissam e amigavell cõposição e se apre-
sentara houtorga de Maria de Ponte mulher do dito Francisco Moreira e procurassão bastante da mulher do dito
Francisco Ferraz. 11
E perante mim paresserão hos ditos Francisco Ferraz e Francisco Moreira cõ Roque Dellgado escrivão
nesta cidade e por elles ambos e cada hum por si me ffoi dito que elles neste juizo dallçada trazião demandas
e duvidas sobre has couzas que ho dito Francisco Ferraz dizia que elle Francisco Moreira e sua mulher Maria
de Ponte lhe deviam assim de sua Ilegítima como de solidadas de escravos e allugares de cazas e assim sobre
471
lhe dar fiansa aos dous terços que lhe pertencião por morte da dita Maria de Ponte porque sobre has ditas couzas
tinhão feito hua escriptura de transmissam com a quoalllhe estava embargado ho processo dos autos apenssos
e estavão hos embargos recebidos e a dita escriptura estava em sua farsa e vigor e somente faltava fazer ele Fran-
cisco Moreira pagamento daqui/lHo que na verdade devia ao dito Francisco Ferraz que queriam hora ante mim
concluir todas suas dividas e tinhão antre si jaa feito suas contas e asentado e ordenado pagamento que hera na
maneira seguinte disera elle Francisco Moreira que hera verdade e cõfesava que devia ao dito Francisco Ferraz
assim do resto de suas Ilegítima como do que faltava aos dous terços que pertenciam do dito Francisco Ferraz
depois da morte de sua sogra alem dos bens de Raiz por elle ter tudo consumido e gastado antes que em ella
cazasse achava lhe ficar devendo por tudo dozentos e sinquoenta e dous mill reis hos quoaes lhe pagava na maneira
seginte cõvem a ssaber lhe dava hos tres escravos que a sua molher coubera na sua ametade Giomar preta e
Catarina e Francisco mulatos em preço de noventa mill reis como farão avvaliados no inventário do defunto Fran-
cisco Gonçalvez 11 e lhos dava no estado em que ao prezente estavão sem ser obrigado alhos fazer bons maes
que entregarlhos e assim maes lhe dava em pagamento quarenta e dous mill reis que avera pellos Rendimentos
que jaa estão vencidos em mãos dos allyadores das cazas e foreiros que elle Francisco Ferraz arrecadaria da mão
delles e o que faltasse dos quarenta e dous mil reis lhe pagaria ele Francisco Moreira em dinheiro de contado
e aestes pagamentos montavão cento e trinta e dous mill reis e se restava dever cento e vinte mill reis nos quoaes
cõperava elle dito Francisco Moreira ao dito Francisco Ferraz de resto de toda esta heransa de seu sogro assim
Ilegítimo como aos dous terços sem lhe ficar devendo couza allgua e hera contente que eu por minha sentensa
ho cõdenasse ha ele Francisco Moreira nos ditos cento e vinte mill reis li quoaes logo nomeava todo ho dinheiro
que elle e a dita sua mulher Maria de Ponte tinhaão nas ditas cazas e foros que herão hos uzos e fruitos em vida
della Maria de Ponte sua mulher pera o prezente não ter houtros bens com que ele pudesse pagar e não aver
duvida por sua morte della Maria de Ponte ser esta fazenda delle dito Francisco Ferras pagamentos na forma
atras e assima dito e com elles se houvera por pague e satisfeito de tudo quoanto podia aver e pretender da heramsa
do dito Francisco Gonçallves que ha dita sua sogra Maria de Ponte vivesse muito quer pouquo porquoanto cõ
estes dozentos e sinquoenta e dous mill reis se avia por bem pago e lhe dava plenissima e gerall quitassão e cõ
estas codissões e obrigassões se houverão por consertadas e aubriogoados e me pedirão que de tudo mandasse
I I fazer este auto de efeito e o julgasse por bom e Hrme e vallioso por minha sentensa a qual ellas partes poderiam
tirar do processo comvem a saber elle Francisco Ferraz tiraria ha sua sentensa e faria tomar posse por elle de
seus escravos e allgues de cazas e execussam do que se lhe ficasse devendo ao dito Francisco Morais tiraria sua
sentença de quitassam com declarasão que aquelle que se afastasse ou arrependesse de quoalquer via que fosse
não seria houvido com resão allguma sem primeiro depositar sem cruzados em dinheiros de estado na mão do
houtro que hos recebera sem dar Hansa allgua e de tudo mandei fazer auto que assinei com has ditas presentes
testemunhas.
E sendo me tudo levado concluso por minha sentensa pronunciei julgo e tudo feito por bom firme e val-
lioso e como tall modo 11 se cumpre e goarde como nelle se contem e segundo que tudo esta milhar e maes
cõpridamente he cõteudo e declarado na dita sentensa pello quoal requerendo sua execussão ho autor Francisco
Ferraz assim nos escravos Giomar, Caterina e Francisco como nomes hos ditos escravos e serão con huns embar-
gos por escrito de simullasam e fraude sobre seu estado e lliberdade dizendo nelles que provarião que elles herão
forros avia muito tempo e llivres como servia das cartas de lliberdade e allforria que offerecião e não podião
nem devião ser Reductos a captiveiro e provarião que os embargados simulladamente com dello hordenarão con-
sertos entre si redundantes em seu prejuízo da dita lliberdade sem elles embargantes serem houvidos nem citados
pellos quoaes chamados consertos querião captivar ha elles embargantes o heram li nullos por serem cellebrados
contra·ho estado e lliberdade dos embargantes forros e menores porque ella Catarina e Francisco herão menores
de quinze pera dezoito annos e o Francisco hera menor de sete anos e tinham restituissam contra quoaesquer
processos machinados em fraude de sua lliberdade do que hera publica voz e famas pedindo elles embargantes
com fim e comclusam delles embargos lhe fossem recebidos e que visto a resam dos embargos fossem elles embar-
gantes avidos e jullgados por forros e que taes simullasoes lhe não devião perjudicar e o processado avido por
nullo e contratado pediam Restituíssem coas custas e cõ hos ditos embargos ajuntarão has excripturas de que
nellas fazião mensão e hua dellas dizia e estava sobescripta e asinada do sinall publlico de Antonio li Seixo pub-
blico taballião de notas nesta cidade e feita aos dias do mes de marso de mill e quinhentos e noventa e nove annos
cõ testemunhas nellas nomeadas.
E entre outras couzas nella conteudas e declaradas e tinha e mostrava perante ho dito tabalião testemunhas
paresser Maria de Ponte dona veuva mulher que fora de Francisco Gonçallves jaa defunto e por ella fora dito
que ella tinha e pesuia hua escrava negra de Guine por nome Giomara que por sempre ha servia muito bem e
lhe ser muito obediente e a criar de pequena e lhe ter muito amor e esperar que ajuda ha serviria milhar esses
dias que ella Maria de Ponte vivesse hordenara de lhe dar disso salvação por bem do que dissera ella dita Maria
de Ponte que pello dito publico estromento pello dito respeito e a houtros muitos que aa isso ha movião como
defeito li forrara a llibertara ha dita sua escrava Giomar e a isentava de toda obrigassam de servidão assim como
se ella Giomar nasera forra do ventre de sua mai e isto cõ tall facto e codiçam que ella dita Giomar serviria ha
ella dita Maria de Ponte em sua vida assim e da maneira que ate gora dita Maria de Ponte falecesse da vida
472
prezente llogo dahi em diante ha dita Giomar ficaria llibcrta e forra de toda obrigassem de sexvidão que tinha
antes da feitura deste estromento assim como se ella Giomar nasera forra do ventre da sua mai e isto tambcm
por respeito de ella dita Giomar criara seu peito hum seu neto della dita Maria de Ponte filha de sua filha Llezira
de Crasto mulher de Francisco Ferraz e que e! la dita Giomar pudesse tanto que elle dita sua senhora I I falecesse
fazer de si ho que quizese e por bem tivesse e se pudesse hir pera donde quizesse sem ningem ha embaraçar
nem lhe hir mão por quoanto emtão ha por forra asim e da maneira que dito hera.
E pellos ditos respeitos por bem do que disera ella dita Maria de Ponte que dagora pera emtão e de então
pera afora tirava e dimitia de todos seus herdeiros e doho dito em aussam que na dita Gimar podião ter daver
porquoanto ella dita Maria de ponte tomava ha dita escrava Giomar a conta de sua tersa de seus bens que por
sua morte fossem avidos e achados e prometera se obrigara de nunqua em tempo allgum lhe ir contra ho conteudo
no dito estromento em parte nem em todo por si nem por h outrem em seu nome nem lhe revogar ha dita allforria
por testamento sedulla hou codesilho nem escriptura I I e revogando aa taU revogassão não teria effeito nem vigo.r
antes sempre ho dito estromento valleria em todo e por todo asim e da maneira que se nelle cõtinha e pera todo
assim Cõprir pela maneira que dito hera disserão da dita Maria de Ponte que ella se obrigara e defeito obrigara
todos seos bens moves e de Raiz avidos e por aver e em espesiall dissera que obrigava e epotecava a dita sua
tersa por tall que ha espesiall epotecarião e rogasse a gerall obrigassam de seus bens nem pe11o contrairo e um
testemunho da verdade assim ho outorgara e dello mãdara fazer ho dito estromento de alforria que pedira e asei-
tara e assim se ajuntaram aes houtras escripturas que dizya estar a ser feita e assinada do sinall publlico de
Antonio Seixo tabelião que foi de notas na dita cidade aos vinte e dous dias do mes de Março de mill e quinhentos
e noventa e_ nove annos.
E entre houtras couzas dizia e ho dito taballião e testemunhas paresser havia Maria de Ponte, dona veuva
mulher de Francisco Gonçallves defunto e dizer que ella tinha e pessuia hua escrava basa por nome Caterina
filha de hua sua escrava Giomar e por ha dita Caterina a sexvir sempre muito bem e lhe ser muito obediente
e a criar em casa desde pequena e lhe houtro si muitos respeitos que ha esso ha movião hordenara ella Maria
de Ponte de lhe dar delle ho gallardam por bem do quoall dissera que deo diso publico estromento alforria e liber-
tava e izentava de todo seo captiveiro e setvindo e assim como se ella Caterina vivera forra 11 do ventre de sua
mai e isto com tal condição que ella dita Caterina sexviria ha ella dita Maria de Ponte em sua vida assim e da
maneira que ate agora setvira e tanto que ella Maria de Ponte falecesse da vida prezente llogo dahi em diante
a dita Caterina ficaria por este publlico estromento forra e liberta e forra de toda houtra obrigassam de sexvidão
que tivesse antes da feitura do dito estromento assim como se ella nacera forra do ventre de sua mãe e podesse
llogo tanto que ella dita sua senhora Maria de Ponte falecesse fasia de si ho que quizesse hir pera donde quizesse
sem ninguem a embarassar nem lhe hir a mão porquoanto 11 de então haavia por forra assim e da maneira que
dito hera pellos ditos respeitos por bem do que dissera e! la Maria de ponte que ella dagora pera emtão e de então
pera hagora tirava e dimitia de seus herdeiros todo ho direito e aossam que na dita escrava Caterina podia ter
e aver porquoanto ella Maria de ponte tomava ha dita escrava Caterina a conta de sua tersa e de seus bens que
por sua morte fossem avidos e achados e prometera e se obrigara de nunqua em tempo allgum lhe hir contra
ho coteudo no dito estromento em parte nem em todo por si nem por houtrem em seu nome nem lhe revogar
esta alforria per testamento sedulla nem codesilho nem escriptura e Regovango a tall revogassam não teria effeito
nem vigor I I antes h o dito estromento sempre valleria em todo e por todo assim e de maneira que se belle cotem
e pera todo assim ho coprir disera ella Maria de Ponte que e! la obrigara e deffeito obrigaa todos seus bens moves
e de raiz avidos e por aver e em espesiall disera que obrigava e ipotecava a dita sua tersa por tale que a espesiall
epoteca da dita sua tersa não revogasse a gerall obrigassam de seus bens nem pello contriro e em testemunho
da verdade assim e outro farão e aseitarão.
E assim se ajuntara maes hum escrito da dita Maria de Ponte e entre houtras cousas cofesava que hera
verdade que ella tinha hum seu escravinho mulato por nome Francisco ho quoall ella criara e tendo feito seu
testamento deixa-o a forro e por hora não saber do dito testamento rogara a João 11 Llopes escrivão que ha dita
declarassão fizesse em como de seu proprio moto e boa vontade por amor que tinha ao dito menino e por a crias-
são que nelle fizera ho torrava pera todo sempre pera que nenhuma pessoa ho pudesse sugeitar e por de todo
ser contente rogara ao dito João Lopes que por ella ho fizesse E Rogara a Diogo de Crasto Pacheco que por
ella ho assinasse o qual o fiZera a seu rogo e o assinara a vinte e seis de Outubro de mill e seiscentos annos segu-
ndo que todo esto melhor e maes compridamente hera cõteudo.
E declaro no dito escrito e escripturas e embargos dos ditos Reos embargantes dos quoas mandei dar vista
has partes e sendolhe dada por cada hum deles feita tanto dito requerido e aresoado de seu direito e justiça que
co 11 has ditas rezões mandei que ho dito ffeito me fosse levado e concluso e sendome li evado e visto por mim
e por despacho pronunciei Recebo h os embargos e os embargantes Giomar e Francisco destes autos visto na mate-
ria e contravietn hos embargados Francisco Ferraz e Francisco Moreira a segunda sem embargo dos embargos
com que vem hos ditos embargados as folhas vinte verso destes autos que são recebo por hora por bem do quoall
despacho e em coprimento dos embargados e sendo-lhe dado viera com sua ccntrariedade por e seus dizendo
nella que provarião que caterina e francisco herão oje em dia captivos de Maria de ponte mulher do Reo Francisco
Moreira e oje em dia sexvião 11 ha dita Maria de Ponte todos três como captivos seus que herão e em posse de
473
escravos captivos estavão inda oje em dia e por assim ser provaria que elle reo Francisco Ferraz hera cazada
com Luzia "de Crato filha da dita Maria de Ponte que hera cazada segunda vez cõ ho dito Francisco Moreira devia
ha elle reo da Ilegítima de seu sogro dozentos e sinquoenta mil! reis e por ter de si pera dar e assumido toda
na fazenda e não terço que lhe pagar dera ha dita sua filha hos escravos da contenda em pagamento de sua Ile-
gítima como se via a folhas nove e provaria que has chamadas lliberdades que hos outros embargantes dizião
e lhes forão dadas e erão pera despois da morte da dita Maria de Ponte e forão dadas perdhoes escauzamentos
com ho solemne numero de sinquo testemunhas 11 que ho dito requeria nas ultimas vontades e herão revogaveis
e herão has embargantes captivos oje em dia do que era publica vos e ffama pedindo elles embargados em fim
e conclusam de sua cotrariedade lhe fosse recebida e que has embargantes fossem jullgadas por captivas como
herão e como taes se entregassem he elle em cargado que has doassões cauzam outros dos chamados liberdades
herão revogaveis e se podia revogar e que forão Ilegitimamente revogadas com as custas segundo que todo esto
milhor e maes cõpridamente hera conteudo e declarado na dita contrariedade dos embargados a quoall lhe foi
por mim Recebida tanto quanto como dito hera de Re // ceber-se segundo forma da ordenassão e asinei e as dos
embargantes termo pera que se ellas tivessem Replica que viessem cõ ella dentro do quoall termo com ella vierão
hos embar~antes com sua replica hos quoaes artigos e houtros lhe forão por mim Recebidos tanto quoanto como
dito herão de receber segundo forma da ordenassão e asinei ha elles partes termo e llugar da porta pera dentro
delle ha darem a seus artigos Recebidos ao que elles partes satisfizerão por papeis e sertidões que derão em ajuda
de sua prova e por inquisições de testemunhas que lhe foram perguntadas sinadas comessadas e acabadas e clau-
suladas de maes provas e dos embargos de contradictas abertas e publicadas e as ditas inquirições avidas e por
abertas e publicadas e mandadas ajuntar 11 ao dito feito e dar de tido a vista aos procuradores do esprital.
E sendo lhe dada tanto por cada hum deles portanto dito requerido allegado e aresoado de seu dito e justiça
que cõ has ditas tres Resoes mandei que ho dito ffeito me fosse finalmente llevado concluso e sendome levado
e visto por mim por minha sentensa pronunciei E visto ho ffeito convem a saber sentensa embargada que houve
Francisco Ferraz pella quoall faz execussam embargos com que vierão a ella Giomar Caterina e Francisco con-
trariedade ha elles com que veio o dito Francisco Ferraz maes artigos recebdio certidões escrituras acostadas
prova dada mostrasse Maria de Ponte sogra do embargado a forrar hos embargantes Giomar e Caterina em vinte
e dous de Maio do anno de mill e quinhentos e noventa e nove como se vee 11 das suas escripturas de alforria
as folhas quinze e dezassete com condição que ellas embargantes serviriam ha ella dita Maria de Ponte em sua
vida e assim forrar do embargante Francisco em vinte e seis de Outubro do armo de mill e seiscentos como se
vee de hum escripto as folhas dezanove mostrasse esta veuva despois de ter casado sua filha Luzia de Crato cõ
ho embargado Francisco Ferraz e despois assim ter feito as ditas allforrias casar segunda ves cõ Francisco Moreira
pintor mostrasse que andando em lletigio ho embargado Francisco Ferraz como ho dito Francisco Moreira fizerão
hua escriptura de transaosam e comfeito que foi primeiro em dezouto de Março de mill e seiscentos que esta
encorporado na dita sentensa as folhas sinco na volta no quoall presupoendo que hos embargantes estavão livres
pella dita 11 allforria que lhes avia dado a dita Maria de Ponte disseram que elle embargado Francisco Ferraz
averia havalliar elles embarghantes pella maes fazenda( ... ) ao monte como se vee da dita scntensa as folhas sete
e nesta dita transcrisam ao feito primeiro ho outorgarão as mulheres do dito Francisco Ferraz e Francisco Moreira
mostrasse despos disso movendosse houtra demanda entre ho dito Francisco Moreira e Francisco Ferraz( ...... )
cõfeito em hos vinte e· sete de Fevereiro de seiscentos e hum em ho quoall ho dito Francisco Moreira em paga-
mento da divida ao dito Francisco Ferraz aos embargantes não consentindo no dito cõserto nem dando houtros
pera a dita Maria de Ponte nem sendo houvidor de sua justiça hos embargantes e o quoall segundo conserto ( ... )
incorpoirado na dita segundo sentença as folhas outo o que assim( ... ) jullgo a dita execussam por nella e entrega
que se fazia // dos embargantes ao embargado por virtude da dita sentensa e segundo conserto e julgo hos embar-
gantes por livres e que nelles senão fasa execussão nem se entregem ao embargo Francisco Ferraz e page ho
embargado as custas destes feitos aquoall sentensa foi por mim poblicada nesta cidade do Funchal nas cazas dos
contos della em ha audiencia que eu fazia aos vinte e quatro dias do mês de Outubro de mill e seiscentos e
tres annos.
E lloguo pello lecenceado Gaspar Leite procurador de Francisco Ferraz me ffoi dito que appellava de minha
sentença e eu lhe recebi sua appellassão aos vinte dias do mes de Maio deste dito diguo deste prezente ano de
mil! e seiscentos e qutro nmesta dita cidade do Funchal nas cazas dos autos ella em ha audiencia que eu fazia
pelo licenciado Gaspar Affonso procurador dos reos que a sua petisão dos ditos embargantes hera citado ho //
embargado Francisco Ferraz para dizer se tinha embargos as tirar em sentença do processo e que ho citara pera
ho dito hera Francisco Ribeiro porteiro dallçada que me pedia ho mandasse apregoar e o houvesse por citado
pera ho que ho dito he lhe assinasse termo pera vir hou mandar allegar hos ditos embargos e vistos por mim_
ho requerido tomado informassão do cazo como passava por ha dita parte jaa dar fee que citara ao Reo pera ho
que dito he ho mandei apregoar pello porteiro que ho apregoou e a sua Revelia por não paresser ho houve por
citado pera ho dito he lhe asinei de termo da primeira audiência pera vir com embargos a se aver de tirar esta
sentença do processo o quoall termo sendo passado perante mim em juizo que paresera ho valor das ditas res
embargantes e me disse que ha dita audiencia hera ho termo em que ho embargado Francisco Ferraz // avia de
vir com embargos e não vinha com elles que me pedia ho mandasse apregoar e a sua revellia ho lançasse deles
474
e houvesse appellasão por de serta e não regida e lhes mimdasse dar hua senté'nça e visto por mim ho requerido
tomado informassco e o cazo como passara do escrivão que esta sobescreveo e por me dar fee que ha dita audien-
cia hera ho termo em que ho dito Francisco Ferras avia de vir com embargos ho mandei apregoar e a sua revelia
ho lansey elles e mandei se desse sentença embargado Francisco Moreira ser absente desta ilha a a petissam dos
ditos embargantes mandei fazer ( .... ) de sua absensia e dar pregões na prasa pera ser citado pera vir dizer se
tinha embargos a leas tirarem sua sentensa ao processo e lhes assiney de termo de vinte dias e se passou ho dito
alvara e assim ao termo delle.
E aos vinte e dous dias do mes de Junho deste dito anno perante mim paresera ho procurador das ditas
embargantes e me disse 11 que hera passado ho termo em que ho Reo Francisco Moreira avia de vir dizer se
tinha embargos a leastirar em sua sentensa do processo e fora citado por e ditos que me pedia ho mandasse pre-
goar e o houvesse por citado pera ho que dito he lhe assinasse termo era vir cõ hos ditos embargos e visto por
mim ho requerido tomada informasão do cazo como passava e por me ho dito escrivão dar fee que hera passado
ho termo que fora dado ao Reo pcra diguo dado ao reo ho mandei apregoar por pero Dias porteiro d'allçada
que ha audiencia servia que ho apregoara e a sua revellia ho houve por citado pera o que dito he e elle asinei
de termo da primeira audiensia pera vir com embargos ate primeira audiencia a ellas tirarem sua sentensa ao
processo o qual tomo sendo passado perante mim paressera ho reo das embargantes e me disse que ha dita audien-
cia hera ho 11 termo em que ho dito Francisco Moreira avia de vir cõ embargos e não vinha cõ elles que me
pedia ho mandasse apregoar da sua revellis ho lancasse delles e houvesse appellassão por deserta e não legida
e mandasse dar sentensa has partes embargantes e visto por mim ho referido tomado informasam do cazo como
assim passava do dito escrivão que esta sobescreveo ho mandei apregoar por Pero Dias porteiro dallçada que
ho apregoara e a sua revellia por não paresser nem houtrem por elle ho llansei dos ditos embargos e houve apel-
lasão por de serta e não legida.
E mandei se desse sentensa has ditas embargantes a quoall se cumpra em parte como por mim he acordado
jullgado determinado setenseado visto e mandado e ser esta minha carta de sentensa contem e mando ao escrivão
que esta passou he a quoaelquer outro desta dita cidade I I requeirão aos Reos condenados logo me pagem os
autos e as embargantes que se no cazo fizerão comvem a saber leitura ao escrivão sellario ha seu procurador
conta ao contador feitio desta sentensa asinatura dellas houtras custas e despezas miudas e ao cazo necessarios
que fizerãoque soma de tres mill outocentos e nove reis as quoaes estas forão contadas por Francisco Pacheco
Tavares contador dellas nesta dita cidade e asim lhe pagarão maes de dezaseis das ditas costas chancelaria e sello
dela ho que se achar escritos das costas desta sentensa pello chanseller de cada hu dos autos lansados pellos reos
condenados maes pagarão e sendo por todo requeridos e não dando e pagando logo has ditas costas serão penho-
rado em tanto de seus bens moves ho dito embargado Francisco Ferraz que bem valhão ha dita contia e não hos
avendo li moves ou não bastando nos de raiz que hou sera outros se1ão vendidos e arrematados ante apregoados
aos tempos e termos e llugares da ordenassão pera que dado delles hos ditos outros vensedor a pagar oa autos
feitos das ditas costas.
Dada nesta cidade do Funchall sob meu sinall sello da chansellaria desta allçada que ante mim serve aos
vinte e tres dias do mes de Julho Francisco Martins ha fez por Domingos Roiz chanseller dallçada anno do nas-
cimento de nosso Senhor Jeshu Christo de mill seiscentos e quatro pagou de feitio desta sentença mill sinquoenta
reis e da sinatura della cem reis que Domingos Rois a fez escrever
Baltasar Rois
DOC. N. 0 15
Saibam cuantos este esstromento de carta de allforria he lliberdade deste dia pera todo sempre virem que
no ano do nasimento de nosso siior Ieshus Christo de mill e seissentos e treze anos aos vinte e tres digo aos vinte
e coatro diass do mess de Dezembro do dito ano nesta sidade do Funchal da ilha da Madeira nas cazas de morada
de Izabel dona viuva molher que ficou de Roque Dellgado que deus tem estando ella ai presente llogo por ella
foi dito a mim taballiam perante ass tesstemunhas ao diante nomeadas que era vereadse que ella tinha hua esscrava
de Giné por nome Maria e hu seu filho da dita esscrava e crioullo de caza por nome Afonsso aoss quais tem
muito amor a hua por o dito Afonsso lhe naser em suas mãos he ella o criar como filho hua outra por a dita
475
esscrava Maria lhe criar seus netoss filhos 11 de Antonio Llopess Villareal e de sua molher Maria Dellgada e
por tambem lhe serem muito hobedientes he a dita esscrava Maria a limpar e ter muita vigilla nella a de noute
e de dia e por outros muitos he visstos respeitos que a isso a movem e por lhe pagar o bom servisso que lhe
tem feito he esperem lhe fassam disse ella dita Izabel que ella por esta publlico esstromento de sua propria e
livre vontade e sem comtragimento de pessoa allgua forava e libertava como logo de feito forou e libertou deste
dia todo sempre a dita esscrava Maria he ao seu filho Afonsso he os avia por forros e llibertos como sse forros
nasesem do ventre de sua mai com tal declarassam que a servirão a ella Izabel Coelha emcoamto viver como
ate gora fizerão visto pellos resspeitos atras decllarados a que possam os ditos esscravos Maria e Afonsso he
os que mais naserem dojemdiante erdar e aver coaisquere coussas ou beis que por coallquer via lhe pertemsserem
e pe11as jusstissas dellrei nosso Siíor lhes cumpram e goardem essta allforia como sse nella comtem.
E pormeteu e sse oubrigou a nunca lhe hir nem vir contra o conteudo nesste esstromento em parte nem
em todo per ssi nem outros em sseu nome lho revogar nem contradizer por nenhua via que seia antes em todo
lha comprire goardar como se nella contem e pera isso disse que oubrigava todos seus beins moves e de rais
avidos e por aver e que todo o que ao comtrairo desste esstromento fizera dagora pera em todo o porvedo como
sse nunca fosse feito nem se lebrado oubrigassam dos ditoss seus beins e aasim oubrigadosse portamto em tes-
temunho de verdade assim o outorgou asseitou e della maodou ser feito esste esstromento de carta de allforia
e lliberdade nessta nota e della dar os ter11ados nessessarios que pedia e asseitou he eu taballiam asei to em nome
doss ditos esscravos Maria he Affonso e dos mais pessoas que o f'lZ notificar// como pessoa publica essta ( .... )
asseitou as testemunhas que foram perzentes Sebastião de teves que assinou pella dita Izabell Coelha a seu rogo
por dizer não sabia esscrever e foram mais testemunhas Pero Gomess coretor dos estudantes e Llourensso de
Crassto esstudante moradouress nessta sidade ( .... ) assinaraão he eu taballiam dou fe e a outrogante seraa con-
sertada nesste esstromento Joam de Lluiss Botelho taballiam de notas o esscrevi ficou riscado que diz 11 as fiz
por verdade assyno a Roguo de Izabell Coelha e como testemunha Pedro Gomes José Bastião de Teives.
Lourenço de Crasto.
476
4.4. VISITAÇÕES E CONSTITUÇÕES SINODAIS
DOC. N. 0 16
.Arquivo Paroquial da Igreja da Fajã da Ovelha, Lo. Visitações 1587-1730,fls. 14-15 (microfilme no.A.R.M.,
11. o 145).
( ... )
Considerando nos como de diversas partes e terras da Guine vem a este bispado muitos escravos, e escra-
vos gentios que per ja terem idade, e uzo de resão polia graça divina desejando professor a nossa sancta Religião
Christam de sua vontade pedem o sacramento do Baptismo e que pera dignamente se lhes aver de administratr
devem ser doutrinados misterios de nossa sancta fee, e tera Rependimento dos pecados da vida passada e pro-
posito de viver vida christã pera alcançar a graça que per elle se daa. Mandamos que não seião baptizados senão
depois que sendo bem enstruidos entenderem que pello lavatorio exterior da agoa do Baptismo, se lava, e alimpa
a alma interiormente e que renunciando o erro de sua infedilidade. e maas obras da vida passada porque erão
servos de demonio fi cão novamente feitos filhos de Deus per a o que devem // a primeiro saber a doutrina christam
e ao menos a oração do Pastor Noster e Avé Maria, os artigos da fé e os mandamentos da lei de Deus de modo
que quando se ouverem de baptizar saibão per si responder as perguntas que no Baptismo se fazem.
E que per falta da doutrina christam se não negue ou dilate per muito tempo o sacramento do baptismo
aos que o desejam e querem receber admoestamos a todas as pessoas desta freguesia de qualquer calidade e con-
dição que forem que tendo escravos ou escravas, de sete annos pera sima pera baptizar lhes fação com muita
diligencia ensinar a doutrina e mais cousas asima ditas, e mandamos ao vigário que com grande cuidado se informe
dos escravos, e escravas que em sua freguesia ouver, e achando que não sabemos o Pater Noster e Ave Maria,
os artigos da fé e mandamentos da lei de Deus proceda contra seus snnores pera que os ensinem ou fação ensinar
a diia doutrina, e os mandem a igreja aprendella ao tempo que a ensinarem, e emquanto a não souberem lhes
não ministre o sacramento do Baptismo nem outro algum sendo // já baptizados. Porem acontecendo que antes
de serem doutrinados vinhão a estar em probavel perigo de morte e pella bravidade de tempo não souberem a
doutrina christam e pedirem Baptismo administrarselhes-a ensinando lhes primeiro muito declaradamente
segundo o tempo permitir per si, ou pello interprete, não sabendo a lingoa que se tiverem do serviço do demónio,
e dos erros da sua indifelidade, e creão na sanctíssima Trindade, hum só Deus pai e filho, espírito sancto nome
se ande baptizar, e crendo que o filho de Deus foi feito Homem pera Salvação dos homens, e per elles padeceo
morte e resurgio, E creão e confessem ao menos implicita e geralmente as mais cousas que os christãos corou-
mente crem, e abdominam, e reprovem os peccados da vida passada, e renunciem o demonio, e se entreguem
a Jeshu Christo a cuja lei se querem obrigar, e prometão que o mais cedo que com ajuda de Deus puderem e
pello tempo em diante milhor entenderem trabalharão per aprender mais declaradamente a doutrina da sancta
fé, e que com humildade comprirão as obrigações de nossa santa religião //
(1) Incluem-se aqui estas recomendações sobre o baptismo dos escravos por as considerarmos o prelú-
dio das constituições extravagantes, feitas, pelo mesmo Bispo, em 1597 e publicadas em 1601.
477
DOC. N. 0 16A
A.R.M., Cx. 9, 11. 1072, Constituições extravagantes do Bispado do Funchal, Lisboa, 1601, pp. 3-4.
Como devem ser doctrinados nas cousas de nossa Sancta fee, e preceptos da Jey de Deos os que tendo
uso de razão se quiserem baptizar, e a diligencia que acerca disso devem fazer os que tem escravos pcra baptizar.
Constituiçam Primeira
Considerando nos como de diversas partes, & terras de Guiné, vem a esta cidade, & Bispado, muytos escravos,
& escravas Gentios, que por ja terem idade, & uso de rezão, pella graça divina, desejando, professar a nossa
Saneia Religiam Christãa de sua livre contade. Pede o Sacramento do Baptismo & que pera dignamente se lhe
aver de administrar, devem ser documentados nos misterios da nossa Sancta fee, & ter arrependimentos dos peca-
dos da vida passada, & proposito deviver nova vida Christãa para alcançar a graça que por elle se dá.
Mandamos q não sejam Baptizados senão depois que sendo bem instruidos entenderem que pello Jauatorio exte-
rior da agoa do Baptismo se Java, & alimpa a Alma interiormente, & que renunciando o errar de sua infidelidade
em as obras da vida passada per que eram servos do demonio ficam novamente filhos de Deos per adopção, pera
o que devem primeiro saber a doctrina Christãa: & ao menos a Oraçam do Pater Noster & Ave Maria, os Artigos
da fee, & os mandamentos da Jey de Deos, de modo que quãdo se ouverem de Baptizar saibam per si responder
às perguntas que no Baptismo se fazm.
E pera que por falta da doctrina Christãa senão negue, ou dilate por muito tempo o Sacramento do
Baptismo aos que o desejam, & querem receber admoestamos a todas as pessoas deste Bispado de qualquer cali-
dade, & condiçam que forem, que tendo escravos, ou escravas de sete annos pera cima pera baptizar lhes façam
com muita diligencia insinar a doctrina, & mais cousas acima ditas. E mandamos aos Rectores, Vigairos,
& Curas, das igrejas que com grande cuidado se enformem dos escravos, & escravas que em suas freguesias
ouver, & achando que não sabem o Pater noster, & Ave maria, & os Artigos da fee, & mandamentos da Jey
de Deos, procedam cõ seus Senhores pera que os ensinem, ou façam ensinar a doctrina sobredita, & os mandem
a igreja aprendella ao tempo que a ensinarem, & em quanto a não souberem lhes não administrem o Sacramento
do Baptismo, nem outro algum, sendo já Baptizados. Porem acontecendo q antes de serem doctrinados venham
a estar em provavel perigo de morte, & pella brevidade do tempo não souberem a doctrina Christiãa, & pedirem
Baptismo, administrarselhes, ensinando!hes primeiro muito declaradamente segundo o tempo permitir, (per si
ou per interprete não sabendo a Jengoa) que se tirem do serviço do demonio, & do erro de sua infedilidade, &
cream na Sanctissima Trindade de hum so Deos Padre, & filho, & spiritu Sancto, em cujo nome se ham de bap-
tizar, & cream que o filho de Deos foy feito homem pera salvação dos homens, & por elles padece a morte,
& refugio: & cream, & confessem crer ao menos implicitamente as mais cousas que os Christãos commwnmente
crem: ( ... ) & reprovem os peccados da vida passada; & renunciem ao demonio & se entreguem a Jesu Christo
a cuja ley se querem obrigar, & prometiam que o mais cedo que com ajuda de deos poderem, & pello tempo
em diante melhor entenderem trabalharam por aprenderem mais claramente a doctrina da Sancta fee, & que com
humildade compriram as obrigações da nossa Sancta Religiam.
478
DOC. N. 0 17
A.R.M., Cx. 9, 11. 1072, Constituições extravagantes do Bispado do Funchal, Lisboa, 1601, pp. 60-61.
Como os escravos podem casar e ser recebidos em face de igreja, entendendo o estado do matrimonio,
e sabendo a doutrina Christãa.
CONSTITUIÇAM DECIMA
Pera o Povo. Muitos escravos e escravas deixam cõmurnente estar em continuo peccado de amancebados em
grande offensa de nosso Senhor, & prejuizo, & muitos delles se tyirariam deste peccado sabendo que podem casar,
& não lho impedindo seustentores, como muitas vezes fazem em grande carrego de suas consciencias: querendo
nos a isto prover, declaramos que conforme a direito divino & humano os ditos escravos & escravas podem casar
como as outras pessoas livres, & que seus senhores lhes não devem, nem podem impedir seu casamento, nem
uso delle em tempo & lugar conveniente, nem os podem por isso tratar pior, & fazendo o contrario peccam mor-
talmente, & tomam sobre suas consciencias as culpas que seus escravos por esse respeito cometem, mas não deixão
os ditos escravos casando de ficar cativos como dantes, & obrigados a todo serviço de seus. senhores. Porem
pera que o casamento do matrimonio se não administre senão a pessoas capazes, & que delle saibam usar come
devem: mandamos aos vigairos & curas se informem delles se sabem a doutrina Christãa, ao menos o Pater nos-
ter, Ave Maria, Creo em Deos Padre, & Mandamentos. E se entendem a obrigação do estado do sancto matri-
monio que escolhem, & se he sua tenção permanecer nelle pera serviço de Deos, & salvação de suas almas.
E achãndo que não a sabem, ou não entendem estas cousas os não recebam até as saberem, & sabendoas os
recebam, posto que seus senhores o contradigam, scndolhes primeiro feitos os banhos na forma acustumada, não
avendo impedimento, ou ante de lhes serem feitos per nossa licença, ou de nosso provisor, avendo sospeita que
se lhes impidirá maliciosamente o casamento, sendo primeiro apregoados.
479
4.5. DOCUMENTAÇÃO SENHORIAL E RÉGIA
DOC. N. 0 18
Eu a infante dona Beatriz tutor e curador do Senhor duque meu ftlho etc .. Faço saber a vos João Gon-
çalves da Câmara e a Tristão Teixeira capitães em sua ilha da Madeira e aos juizes em ella e a outros quaesquer
a que este alvara for mostrado que eu são certeficada que em essa ilha ha muitos escravos e escravas forros que
per sy mantem cazas e que nas ditas suas cazas recolhem e agazalhão muitos frutos e outros maleftcios. E porque
eu o não ei por servisso do dito Senhor meu filho em bem da terra mando que deste Natal que vem da prezente
era de setenta e quatro em diante nom consintaes que nenhum escravo nem escrava forra mantenha caza per sy
mas todos vivão por soldadas com quem quiser ou se partão dessa ilha. E os que cazas tiverem vendamnas os
as aluguem a qual cousa mas cada hum em sua jurisdição asim o mandei apregoar e notificar aos ditos escravos
e escravas e di em diante geralmente o faça cumprir e executar como dito he sem outro algum embarguo porque
asim o ei por serviso do Senhor duque meu filho e bem da terra. Feito em Evora XX dias de Maio Luis datou guia
o fez anno de mill iiiiLXXiiii.
DOC. N. 0 19
1483.Novembro.J2. Tomar- Resposta do Duque aos apontamentos enviados pelos procuradores da ilha.
A.R.M., Câmara Municipal do Funchal, t. L jl. 23Bvo-249, publ. Arquivo Histórico da Madeira,
vol. XV, 122-134.
Joham Gomez e Alvaro Mexia procuradores dos fidalgos cavaleyros e povoo da minha ylha da Madeyra. O Duque
e etc. vos faço saber que vi hos capitolos que em nome dos moradores da dyta ylha como seus procuradores
ora destes aos quaes vos respomdo ho abayxo seguimte pera poderdes aelles dar comta do despacho que de mim
ouvestes.
Item quamto aho que dizem que ha hy muytos escravos canareos que seus donos hos metem por pastores
de guaados na serra e elles se amomtam e amdam pella serra e destruem hos gaados alheos pollo quall a criaçam
dos gaados desa ylha se vaay perdemdo e se perdera muyto mais se aos ditos guaados se nam der provissam
e me pedem que lhe dee pera ello algum remedio. Vos lhe dizee que ey 11 por bem que se tenha esta maneyra
que os Juzes ordenayros tirem logo ymquiriçam agora. E asy de qui em diamte em cada hum anno quaes sam
hos canareos que amdam na serra amomtoados e que fazem dano em gaados e que aquelles que acharem que
em elles sam culpados mamdem da minha parte a seos donos que da pubricaçam dello a quatro meses se trabalhem
dos aveer e os emtreguem aa Justiça pera se delles fazer comprimento de dereyto. E nom os emtregamdo que
do dito dia em diamte nam sejam mais avidos por seus e hos posa tomar quall quer pessoa que poder e o dito
canareo seja daquelle que ho tomar quom tamto que aquelle que ho tomar o tire logo desa ylha e o vemda ou
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faça delle o que lhe bem vieer pera fora da dita ylha e em ella ho nam tenha mais. E mamdo ao capitam e Juyzees
da dita ylha que daqui em diamte assy ho cumpram e façam cumprir.
Item quamto aho capitoilo em que dizem que ha hy muytos escravos forros negros e bramcos que vivem
por sy em cassas alugadas e que saro taro abastados e tem tamta largueza que do modo de seu viver o povoo
se agrava presumimdo que em suas cassas se acolhem furtos per outros negros cativos e forros e que me pedem
por merçee que lhe dee algua profissam per que ho dano que hos ditos negros fazem se evitem. Vos lhe dizee
que serem punidos sem se primeyro amoestarem e manifestarem suas culpas nom me pareçee que sera rezam
porque huus podem viver mail e outros bem. Empero que me praz que se tenha açerca deiles esta maneyra que
os Juyzes que hora saro tirem logo inquiriçam deuasa I de como cada hum vive e aquelles que for achado que
mail vivem sejam punidos segumdo for dereyto e justiça e daqui em diamte nam possam teer em essa ylha cassas
alugadas nenhuus negros forros nem cativos sem lhe ser dado carta de liçemcia em cada hum anno por primeyro
dia de Janeyro aquall se lhe dara em esta maneyra peilo comemço de cada hum anno os ditos escravos que cassas
quiserem alugar viiram aa camara e per amte hos vereadores e procurador do comçelho e dous procuradores dÕ
povoo sera vista a devasa que sobrelles for tirada e aquelles que for achado que bem e honesta memte vivem
se lhe dara carta de liçcmça que aluguem cassa per aquelle anno por que em cada hum anno se tirara a dita ymqui-
riçam e sedara a dita licemça a quem for rrezam de aveer. E os que acharem em alguuas culpas nom lhes sera
dado liçemça mays proçeder sea comtra elles como for dereyto e bem de justiça.
DOC. N. 0 20
1490.Março.9. Evora- Carta do duqie sobre varios assentos em que fala da situação dos canarios.
A..R.M., Câmara Municipal do Funchal, t. 1, fi. 34vo-36vo, publ. Arquivo Histórico da Madeira,
vol. XVI, doe. n. 445, pp. 240-244.
Carta do duque açerca dos pesos medidas e comfessos e canareos e fogos etc.
Eu ho duque faço saber a vos capitaães Juyzes ofiçiaaes fidalgos cavalleyros escudeyros omens boõs e
povoo da minha ylha da Madeyra que sintindo asy por bem desa ylha e de vos outros detriminey ora alguuas
cousas na maneyra ao diante decrarado.
Na dyta ylha nom avera canarios da gran canaria nem da ylha da Palma nem de Tanarife nem da Gomeyra
e isto nem forros nem cativos emtendendose nos homens e moços de ydade de dez annos para çima. E as escravas
tellasha quem quisser. E as molheres forras destas mesmas ylha quero que tambem vaam fora. Em estes cana-
reos se nom emtendera quallquer que aho presente for mestre daçuquaar e ysaminado pera ho saber fazer husando
sempre ho dito oficio. E averem de espaço pera se yrem fora da dita ylha atee per todo ho mes doutubro do
dito anno presemte e semdo mays I achados di em diamte averam esta penna scilicet os que foram cativos se
perderam e mays seus donos pagaram seys mill reais o quall escpravo e pnna sera de todo ho terço pera quem
o acusar e os doos terços pera adita ygreja. E hos forros seram pressos e perderam toda a fazemda que lhe for
achada scilicet pera a ygreja dous terços e hum terço pera quem ho acusar peila dita maneyra. E mays cada
hum ajaa cinquoenta açoutes pubricamente e botado fora da ylha e ysto se entymdera a.sy em ella como na ylha
do Porto Sancto.
481
31
DOC. N. 0 21
A.R.M., CâTTUJra Municipal do Funchal, t. 1, fl. 257vo-262vo, publ. Arquivo Historico da Madeira,
vol. XVI, 1973, Doe. 159, pp. 260-265.
Auto da carta do duque noso Sniior sua Sniioria aqui mamdou açerca dos melles.
Ano do naçimento de noso Sniior Jeshu Christo de mill e quatroçemtos LRj annos iiij dias domes de Junho
da dita era na ylha da Madeyra na villa do Fumchall em camara estamdo hy Symmão Gomçalvez de Camara
e Luys Memdez loguotemte da justiça por ho Sniior Joham Gomçalvez de Camara capitam seu tio e Ruy Memdez
de Vasconçellos fidalgo e Mem/ dafonso escudero Juyzes ordenaras em a dita villa e seus termos e Ruy Texeyra
cavalleyro e Luys Alvarez escudeyro vereadores e Pero Pixoto cavalleyro e Joham Gomez escudeiro almotaçees
e Estevam Femamdez escudeyro procurador do comçelho e homens boõs Lopo do Carvallhal e Aluar Estevez
e Joham Jacome e Ruy Femamdez e Guarcia Davilla e Balltassar Gomçalvez e Alvaro Memdez e dos mesteeres
Gill Martinez e Dioguo Femamdez e Gomçallalvarez.
E loguo pello procurador do comçelho foy apresentada hua carta do duque noso Sniior scripta em papell
çarrada e asellada do sinete das armas do dito Sfinor em cera vermelha aquallloguo foy aberta e leuda e provicada
da quall ho theor he este que se segue.
Juizes ofiçiaaes fidalgos cavaleyros escudeyros e pouco da minha ylha da Madeyra na parte do Fumchall
eu ho duque etc. vos emvio muyto saudar por vossa parte me foy requerido etc. a quall carta esta ja escripta
em esta outra folha atras.
A quall asy leuda e provicada os sobre ditos com toda mesura e acatamento obedeçeram a ella e em com-
primento della per os ditos ofiçiaaes foy dado juramento sobre hos samtos avamgelhos a Memdafomso e a Joham
Guomez e a balta/ sar Gomçalvez comtheudos na dita carta que elles tres emlegessem e escolhesem os doze homens
bõs segumdo forma da carta do dito Siínor e tamto que escolheytos fosem que esprivam a parte de Machico o
dia que querem viir ao Caniço e alli serem jumtos pera todos praticarem e fazerem e comprirem accerqua dos
ditos melles e canareos o que for serviço de Deos e do dito Sfinor e bem da terra e comprirem em todo ho
comtheudo na dita carta.
Seguemse has vozes sobre hos canaryos que sam estas que se seguem.
Nom vam
vozes sobre hos canarios se estaram ou yrã fora da ylha.
Ruy Fernandes dise que os cativos estem e hos forros vaam fora.
Joham Jacome dise que estem todos. ·
Estevam Fernandez disse que hos cativos estem hos forros vaam fora.
Ruy Memdez disse que estem os cativos e hos forros se vaam fora.
Rodrigafomso disse qÚe hos cativos estem hos forros vaam fora.
Amdre Afonso dise que hos cativos estem e os forros vaam fora.
Femamdalvarez dise os cativos se vaam soomente e asy hos forros se vaam fora.
Femamdalvarez disse os cativos se vaam soomente e asy hos forros se vaam fora.
Memdafomso dise que todos estem e hos que mall I fezerem que ho emforquem.
Joham de Fretas disse que vam fora porque todos som ladrones.
Martim Lopez dise que todos vaam fora que todos sã ladrones e que asy ho jurara aos avamgelhos.
Afomso de Viana dise que todos fora.
Joham Teyxera dise que todos vaam fora.
Vasco Martinez disse que todos vaam fora.
Nuno Cayado disse que todos vaam fora.
Pero Peixoto que estem hos cativos e os forros vaam fora.
Duarte Pestana dise que estem todos.
Luys Memdez disse que estem todos.
Joham Gomez disse que estem todos.
Alvaro Domellas dyse que estem hos captivos e os forros vaam fora.
Ruy Texeyra dise que hos captivos estem e hos forros vaam fora.
Afomso Gomçalvez dise que hos captivos estem e hos forros vaam fora.
Baltassar Gomçalvez dise que hos cativos estem e hos forros se vaam fora.
Luys Alvarez disse que hos captivos estem e os forros vaam fora.
Joham Memdez dise que hos captivos estem e hos forros vaam fora
Acordaram e determinaram açerca dos canareos pera as mays vozes que hos canareos cap/tivos estem na
terra e hos forros que se vaam fora desta ylha e esto atee todo mes de Março este primeyro que veem sob penna
482
de serem presos e da cadea serem botados fora desta ylha. E por çerteza de 'sua determinaçam todos asy hos
desta parte como hos da parte de Machico asynarom aqui. E eu Afomsianes esprivam que esto esprevi. Luys
Memdez de Vascomçellos. Memdafonso. Duarte Pestana. Joham Memdez de Brito. Joham Gomez. Afomso
de Viana Texera. Nuno Cayado. Luys Alvarez. Ruy Memdez. Vasco Martinez Munis. Joham de Fretas. Amdre
Afomso. Martim Lopez. Joham Teyxera. Baltasar Gomçalvez. Estevam Fernamdez. Pero Peixoto. Rodri-
gafomso Gomçalvez. Alvaro Dornelas. Ruy Fernamdez Homem. Fernamdalvarez.
Item hos quatro dias do mes de Dezembro de iiijc e novemta e hum annos per Gomçallo Afomso porteyro
do comçelho foy apregoado pellas prazas e ruas desta villa esto que se segue.
Ovide mamdado do duque noso Sniior que nenhum estramgeyro nam seja ousado que coza melles soo memte
hos vezinhos e moradores desta ilha sob penna de pagarem apenna comtheuda na postura do comçelho.
Item que todolos canareos forros se vaam fora desta ylha e esto per todo mes de Março este pri-
meyro I que vem sob penna de serem presos e da cadea seram botados fora.
DOC. N. 0 22
A.R.M., Câmara Municipal do Funchal, T. 1, fi. 223vo-225vo. Publ. Arquivo Histórico da Madeira,
vol. XVI, 1973, doe. 161, pp. 269-271.
Scmtemça per omde hos moradores desta ylha nam hamde 11 paguar dizima dos escravos que levarem
pera seu serviço.
Dom Joham per graça de deos rey de Portugall e dos Algarves daquem e dallem mar em Africa e Siinor
de Guinee a vos Fernam d 'Espanha que hora temdes carrego de juyz danosa alfamdega em esta çidade de Lixboa
e a todollos outros juyzes e justiças ofiçiaaes e pesoas de nosos reygnos a que ho conheçimemto desta pertemçer
e esta nosa carta de semtemça for mostrada. Saude. Sabede que peramte nos foy apresemtada hua carta tes-
tirnunhavell que foy tomado damte Pera Botelho em semdo juyz da dita alfamdega por Fernam do Poo morador
na ylha da Madeyra. Em quall amtre as outras cousas se comthinha que per amte ho dito Pera Botelho pareçeera
ho dito Fernam do Poo sopricãte. E lhe fezera hum requerimento per esprito dizemdo que quamdo ell viera da
ylha da Madeyra trouvera hum escpravo seu per nome chamado Bras pera ho aveer de servir lo levara a essa
alfamdega do qua!l escravo o dito Botelho mamdara que pagase dizima. E que elle lhe mostrara hum capitollo
de cortes per que foy detriminado que quamdo algum tiinha escravo de que ja pagara ho dereyto que posto que
ho levase as ylhas ou a outras partes fora dos reygnos e o trouvesse que nam pagase mays dizima. E que sem
emnbargo do dito capito!lo e outras cousas que lhe per elle fora a!legado o dito Pero Botelho lhe nam quysera
conhecçer de ncmhuua. Porem lhe requereo que com ho dito I capitollo e com ho forall (si c) da nosa alfamdega
e com sua resposta lhe desem a dita carta testimunhavell pera lhe nos miundarmos desembargar odito escravo
e ministrar justiça e etc. Segundo em ho dito requerimento do dito Fernam do Poo todo esta fazia memçam com
ho qualllhe elle apresemtou ho capitollo de que em seu requerimento faz memçam ao qua!l ho dito Pera Botelho
deu hua reposta dizendo que ho capitollo que ha çidade tem que per nos deziam que lhe fora outorgado que o
forall dallfamdega he que todo ho que emtrase pera foz do rio desta çidade e viese davamte ella que nos pagasem
dizima e os moradores e vezinhos das ditas ylhas nom pagasem dizima dos escravos que em suas cassas lhe naçiam
e dos outro pagauvam dizima e asy ha pagaram sempre nesa alfamdega e que quanto ao capitollo que a çidade
tem aqui ofcrçido dezia muy bem que nom pagase dizima nenhua pesoa do escravo de que fase hua vez paga
e que ho Fernam do Poo mostrase como ja deste escravo pagara e emtama nam pagaria agora. O que todo esto
em a reposta do dito Pero Botelho era comteudo com aquall o dito Fernam do Poo pidio a dita carta testimunhave!l
e elle lha mandou dar aquall pareçia ser feyta em esta dita çidade a xb dias do mes doytuboro do armo de
quatrocemtos oytenta e oyto per Alvaro Rodriguez esprivam damte ho dito Pera Botelho com aquall ho dito Fer-
nam do Poo nos emvio pidir por merçee que a ello lhe ouvesemos algum remedia com dereyto e nos vemdo seu
dizer e pidir amtees que se ao dito supricamte dese outra provisam. Mamdamos ao dito Pera Botelho que logo
emviasse a esta nosa corte quallquer forall ou determinaçam que hy ouvese per que se ouvese de levar dizima
dos escravos que hos moradores da ylha da Mal deyra em ella compram e hos trazem aestes reygnos per seu
serviço e nam pera vemderem visto como elle em sua resposta dizia que sempre de taes escravos se pagava dizima
soomente eram relevados de pagarem dizima dos que lhe naçem em casa e etc.. Ao quall dito noso mamdado
foy satisfeyto e mamdamos ao procurador de nossos feytos que ouve ha vista destes autos e rezoase por nosa
parte o que per dereyto lhe pareçeseo qualllhe foy dado e foy tamto rezoado per hua e outra parte que foy peramte
483
nos flllllll memte concluso. O quall visto per nos com ha dita carta testimunhavell e cousas em ella contheudas
em relaçam com hos de noso desembargo acordamos que o dito supricamte he agravado per Pero Botelho juyz
que era dalfandega em ho constramgeer que pagase dyzima do escravo que o dito supricamte morador em a dita
ylha da Madeyra a esta çidade trouve pera lho servir visto como se nom allega elle o trazeer pera vemdeer nem
se mostra forall tall nem outro noso regimento pera se delle aveer de pagar dizima porem vos mamdamos que
se algum penhor por esta causa lhe saro tomados ou algum dinheyro lhe levado por a dita dizima do dito escravo
lhe seja logo tornado a que asy comprii como per nos he acordado sentemçado e mamdado e ali nom façaaes.
Dada em a nosa çidade de Lixboa ao derradeyro dia do mes de Fevereyro el rey o mamdou per o doutor Pero
Diniz se deu desembargo e juyz de seus feytos Nuno Femãdez a fez anno do naçimento de noso Sniior Ieshu
Christo de mil1 iiijc LR ij. Pero Diniz.
DOC. N. 0 23
Fidalgos cavalleyros escudeyros e homens boõs eu ho duque vos emvio muyto saudar. Vi a carta que
me ho capitam desaparte do Fumchall spreveo pero vimdo desa ylha gramde soma de gemte ella fiquara em
algum perigo por bem dos muytos negros que hi ha pello quall eu lhe esprevo sobre yso e a vos rogo e
emcomemdo que sobre este casso pratiquees com elle e nisso se tenha aquella temperamça que deve de maneyra
que a terra possa fiquar segura e nesta cousa nom vos apomto mays senam que aquello que a todos bem pareçeer
e acordardes yso se faça como de vos comfio. Scripta em Tavilla a X Dagosto Joham de Fomseca a fez 1489.
E sobre ysto avee comselho com hos de Machiquo aque sobriso tambem esprevo. duque.
DOC. N. 0 24
A..R.M., Câmara Municipal do Funchal, T. 1, jls. 299vo-300vo. Publ. Arquivo Histórico a Madeira,
vol. XVII, 1973, n. 0 270, pp. 440-41.
Carta dei rey Sniior sobre ha madeyra e fazimento de navios e canareos desta ylha.
Nos el rey fazemos sabeer aquamtos este noso alvara virem que a nos aprouve ora outorgamos I a nosa
ylha da Madeyra as cousas abayxo decraradas.
Item dos teemos mamdado per muytas vezes botar fora da dita ylha todollos canareos asy forros como
cativos I por hos gramdes ymcomvenientes que adita ylha somos emformados que delles se segue o que nunca
se eixucutou taro imteyramente como mamdamos porem por este presente mamdamos que do dia da noteficaçam
deste noso mamdado a dous messes primeyros seguemtes sejam fora da dita ylha todos hos canareos que nella
ouver asy foros como cativos sob penna de os que forem foros se perderem pera nos e ficarem pollo mesmo
feyto nosos cativos se passado ho dito tempo na dita ylha mays forem achados. E os que teverem Sniiores se
perderam yso mesmo pera nos. E damos e carreguo da exeicuçam diso a Joham Rodriguez de parada ao quall
por este mamdamos que passado ho tempo dos ditos dous messes tome pera nos por perdidos todos hos que na
dita ylha achar e nollos emviee a esta çidade na primeyra caravella que de lla vier pera delles mãdarmos fazer
o que for nossa merçee. E mamdamos ass justiças da dita ylha que neste casso cumpram e façam o que pollo
dito Joham Rodriguez danosa parte e por nosso serviço lhe for requerido e mamdado.
484
Porem mamdamos de todo pasar este noso ai vara aos juyzes e ofiçiaaes da dita ylha pera ho teerem pera
sua guarda das cousas que asy por elle lhe outorgamos e mamdamos lhe que daqui em diamte cumpram e facam
tudo comprir e gardar como aqui he comtheuro e dem a execuçam as pennas sobre ello postas porque que asy
nos praz feyto em Lixbooa a üijo dias de Mayo Alvaro Fernamdez o fez anno de mill e bciijo. Rey.
DOC. N. 0 25
A.R.M., Câmara Municipal do Funchal, T. 1, fi. 107-107vo. Publ. Arquivo Histórico da Madeira,
vol. XVJl, (1973), n. 0 283, pp. 450-451.
Carta del rey em que mamda que hos canareos que forem mestres daçuquar estem na ylha livre memte.
Nos el rey fazemos saber a vos douctor Alvaro Fernamdez de noso desembargo que hora co(m) nosa alçada
na nosa ylha da Madeyra amdaees e a outras quaees quer nosas justiças ao que ho conheçimemto desto pertemçer
que a nos praz que todos aquelles canareos mestres daçuquar forros ou cativos que na dita ylha ouver que ver-
dadeyramente forem ysaminados pellos mestres daçuquar que a camara tem por ysaminadores e acharem per seu
juramento que/ sam mestres daçuquar e ho devem ser segumdo custume da dyta ylha estem em ella livremente
os que asy por mestres forem julgados sem embargo de nosa defesa em contrafeyta. E asy mesmo avemos por
bem que Bastiam Rodriguez e Caterina canareos de Symãao Gonçalvez de Camara capitam nessa ylha que forom
de seu pay que deos aja ha nunca foram pastores estem em ella sem embargo da dyta defessa. Porem vollo noti-
ficamos asy e mamdamos que aos sobre ditos canareos que os examinadores julgarem por mestres açuquar e estes
Bastiam Rodrigues e Caterina nam constramgaes nem cõsemtaes costramger a se sayrem fora da dyta ylha porque
a nos praz nam sayrem sem embargo da nosa defesa em contrayro como dyto he ho que huuns e outros asy
comprii. Feyto em Lixboa aos xxü dias de Janayro Afonso Mexia o fez anno de mill e quinhemtos e çimco.
E este hyra registado pellos ofiçiaaes da chamçelleria de nosa camara e asy mandamos aho doctor que se emforme
se estes sam pesoas de boom viver e asy hos dos capitam e achamdo que sam taees lhe passem seus alvaraees
pera poderem estar na dita ylha.
DOC. N. 0 26
1505. Outubro. 29. - Almeirim, alvará régio dando poderes ao capitão para sentenciar escravos com o corte
de orelha
A.R.M., Câmara Municipal do Funchal, T. 1, fi. 111. Publ. in Arquivo Histórico da Madeira, vol. XVl/
(1973), n. 0 295, pp. 460-461.
Alvara del rey noso Sniior em que manda e da poder aho capitam que posa mamdar cortar orelhas a os
esprevos que ho mereçerem por justiça.
Nos ell Rey fazemos saber a vos Symam Gomçalvez de Camara do noso comselho e capitam danosa ylha
da Madeyra que nos a vemos por bem que por comfiarmos de vos que ho fares como por bem de justiça e noso
serviço se deve fazer que hos feytos por que alguns espravos asy bramquos como negros forem presos nesa ylha
de que por suas culpas mereçam e sejam comdenados' em cortamento dorelhas se detriminem por vos e vosso
ouvidor fmallmemte sem se nelles apellar pera nos e nosa relaçam como atee hora se fez. E vosas semtemças
se dem neste caso a emxecuçam por que em vos e voso ouvidor avemos por bem que façam final! detriminaçam
e porem vollo notificamos e mamdamos que asy ho façaees. Feyto em Allmirim a xxix doutubro Viçemte Car-
neyro ho fez de mill e quinhemtos e cinquo. E esto emquoqmto nosa merçee for.
485
DOC. N. 0 27
1542.Setembro.4, Lisboa- Carta Régia dando poder ao capitão do Funchal para setenciar a pena de
cortar orelha aos escravos.
DOC. N. 0 28
1562. Outubro.16, Lisboa - Autorização para o resgate de escravos na Guiné e em Cabo Verde, durante
dois anos.
Alvara dei rei D. Sebastião para os lavradores de asucar poderem mandar hum navio aos rios de Guine
e rresgatar cada dois anos.
Eu elRey faço saber aos que este alvara vyrem que avemdo respeyto as grandes despesas que os lavradores
dos açuquares da Ilha da madeyra ffazem em suas fazemdas e emgenhos com os trabalhadores e homens que
trazem de soldada e ha jornaes na negoceação dos ditos açuquares e como alguns dos ditos lavradores por teme-
rem as taes despesas e as nam poderem suprir deixam muitas vezes de lavrar e fazer tamta camtidade de açuquares
como ffariam se tevesem nas ditas fazemdas seus proprios escravos que trabalhasem e amdasem continuadamente .
no meneo e serviço delas como he neçesario pera que as ditas fazemdas posam amdar sempre aproveitadas e
se nam danefiquem nem venham em demynuiçam por ffalta dos ditos trabalhadores no que os lavradores e pesoas
cujas as ditas fazemdas ssam rrecebem muita perda e em meus dereitos ha por esa causa quebra queremdo açerca
diso prover e por fazer merçes aos ditos lavradores dos açuquares por este meu alvara ey por bem e me praz
dar lhes lugar e licemça que posam armar na dita Ilha em cada hum dos dous annos que imda estão por correr
do contrato quer que Amtonio Gomçalvez e Duarte de Liam moradores nesta çidade de Lixa tem per arrem-
486
damento as minhas rremdas e dereitas da Ilha de Cabo Verde hum navio perá se rresgatarem escravos aos rrios
com terem ahas mercadorias com que os ditos contratadores per bem do dito contrato podem rresguatar em Gui-
nee/ I a qual armação dos ditos lavradores trarão aa sua custa asy de navio como de gemte soldo e outras quaes
quer despesas e mercadorias que forem necesarias de que o vedor de minha fazemda na dita ilha ou quem o dito
carguo servir podera apresemtar o capitã e mestre a comtentamento dos ditos lavradores pera nos ditos Trios fazer
a tall armação e rresgate e os ditos contratadores poram soomente o esprivam do dito navio pera escrever em
seu livro o que se fazer e levaraa o rregimemto e taixas per omde se hade trazer e comforme os rregimentos
que se dão na casa da minha aos navios que da dita casa vão despachados quamdo o tato (sic) da dita Ilha de
Cabo Verde corer per comta de minha fazemda e depois da dita armação asy ser feita nos ditos rrios vyram o
dito navio dereytamemte na Ilha de Samtyago e ahy despachado pelo feytor e ofyciaes do dito tato (sic) pera valiação
que se faraa das peças que vyerem na dita armação avaliadas de tres em tres e do que momtar na dita avaliação
pagaram os ditos lavradores dos açuquares o quatro e vyntena a dinheiro asy e da maneira como paguam os mora-
dores da dita ilha de Samtyago per seu previlegio e a dita avaliação lhes seraa feyta em cada huma das ditas via-
gens comforme o ffavor que for usual pela neçesidade que a dita Ilha da Madera a tem dos ditos escravos porque
com has ditas declarações e lemitações daram os ditos contratadores seu comsemtimento aa dita armação e rres-
gate do dito navio por me niso servirem segumdo se viio per hum seu asinado do dito comsemtimento ffeito a
treze dias deste mes doutubro do anno presente de quynhentos sesemta e dous e pera se o dito navio poder armar
pella dita maneira o dito vedor de minha trazenda e provedor della na dita Ilha da Madeira faram avaliação cada
huum dos ditos annos pelos ditos lavradores dos açuquares e ordenaram o que cada hum delles devera pagar pera
as despesas que se ouverem de fazer em ho dito navio soldo e mantimentos delle e outras quaesquer que forem
neçesarias pera poder ir ao dito rresguate e armação/ I comforme aa fazemda emgenho e neçesidade que cada
hum dos ditos lavradores tever de escravos e a rrespeyto do que der pera as ditas despesas lhe seram dadas pelos
ditos vedor da fazemda e provedor della quamdo o dito navio viir dos Trios as peças de escravos que ouver daver
pela sua parte da despesa que niso tever treita e tall maneira que cada hum dos ditos lavradores pague o que
lhe dereitamente couber per as ditas despesas e aja as peças que lhe por rrezam da sua parte das taes despesas
peretemçerem e se traça a dita avaliação e rrepartição com toda boa ordem pera que não aja amtre os ditos lavra-
dores por esa causa duvida nem deferença algguma e o dito capitão e mestre do dito navio serem obrigados tamto
que chegarem aa dita ilha de Cabo Verde o fazerem saber aos offiçiaes do dito trato e feytoria della e rreegys-
tarem na dita feytoria as mercadorias que no dito navio forem pera se ver e saber como nam sam outras nem
mais que as que per este alvara podem levar e comforme a elle. Pelo que mando aos ditos vedor de minha fazemda
ou a quem o dito carguo servir e provedor dela na dita Ilha da Madeira que pela dita maneira façam a tall ava-
liação e rrepartição e quaees quer minhas justiças officiaes outros e pesoas asy da dita Ilha como da Ilha de Cabo
Verde e Guinee a que este alvara ffor mostrado ou o trellado delle em modo que faça ver que deixem aos ditos
lavradores dos açuquares da Ilha da madeira armar o dito navio cada hum dos ditos dons annos soomemte e ir
rresguatar com elle aos ditos rrios no modo atras declarado e cumpram e guardam e façam inteiramente cumprir
e guardar este dito alvara como se nelle comthem o qual ey por bem// que valha e tenha trorça e viguor posto
que o effeyto delle aja de durar mais de hum anno e que não seja pasado pela chamçelaria sem embargo das
ordenações hordenações do segundo livro em comtrairo Dioguo Lopez o fez em Lixboa e xbj dias doutubro de
mil e bc sesemta e dons e eu duarte diaz o flZ escrever.
E a pesoa que for por capitam do dito navio sera obrigado a rregistar na feytoria do Cabo Verde os escra-
vos que trouxerem no dito navio de que os oficiaes da dita feytoria lhe pasarão certidão asinada per todos em
que declara quamtos escravos vem no dito navio e comforme a dita certidão os entregara na dita Ilha da Madeyra
e não podera vender nenhum escravo que vier no dito navyo salvo na dita Ilha onde virão direytamente. A Rainha.
Em baixo: Alvara per que vosa Alteza ha por bem dar licença aos lavradores dos açuquares da Ilha da
Madeira que posam mandar aos rrios de Guinee hum navio a rresguatar cada hum dos dous anos soomente que
imda esta por correr do comtrato de Antonio Gomçallvez e Duarte de Liam na maneira e com as declarações
e lemitações contheudas neste alvara. pera vosa Alteza ver.
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DOC. N. 0 29
J562.0utubro.30- Alvará régio para prorrogação por mais dois anos da autorização do resgate de
escravos na Guiné e Cabo Verde.
Eu ElRey faço saber aos que este alvara virem que avemdo respeitoa expor que os lavradores dos açu-
quares das capitanias da cidade do Funchal e de Machico da ilha da Madeira fazem em suas fazendas d'emgenhos
otros trabalhadores e homens que trazem de soldada emjomaes na negoceçã dos ditos açuquares com elles alguns
dos ditos lavradores por terem taes expesas suas nã podem suprir deixavam muitas vezes e lavrar tanta camtidade
de açuquares como haviã se tivesem seus proprios escravos que lhe trabalhasem se amdase continuadamente no
( .... ) das ditas fazemdas no que eles resebiam muita perda em meus direitos avia por esa causa quebra e menos
rendimento dello porbem por huum meu alvara por lhes niso fazer merce lhes dar lugar e licença que podesem
armar na dita ilha em cada hum dos dous annos que este fora perda contrato porque Amtonio Gonçalvez e Duarte
Uiam moradores nesta cidade de Lixboa tem por bem arrendamento as minhas rendas e direitos da ilha de Cabo
Verde hum navio pera ira reguatar escravos aos rrios com todas as mercadorias com que os ditos comtratadores
pelo dito comtrato podem rresguatar e com as comdições de declarações comtheudas no dito alvara por os ditos
comtratadores serem diso comtemtes como mais cumpridamente se no dito alvara comthem. E hora queremdo
outrossy pelos ditos rrespeytos e por outros justos que me a isso movem fazer merçee aos ditos lavradores e pesoas
quetem as ditas fazemdas e emgenhos daçuquares na dita ilha da Madeira ey por bem e me praz que passados
os ditos dous annos do dito comtrato de Amtonio Gomçalves e Duarte de Liam posão em diamte armar e mamdar
cada anno em quanto o over por bem e não mamdar o comtrairo hum navio a rresguatar aos ditos rrios com
mercadorias e isto na proprya forma modo e maneyra// em que pello dito alvara podem mamdar cada hum dos
ditos dous annos em que imda dura o dito comtrato notefico asy aos veedores de minha fazemda e lhes mando
que tamto que os ditos dous annos forem acabados e teramdose as ditas rremdas e dereitos da Ilha de' Cabo Verde
e Guinee arremdar por novo comtrato façam meter nelle per condição e declarar aas pesoas que lançarem como
os ditos lavradores dos açuquares da Ilha da Madeira com provisam minha pera poderem mamdar cada anno hum
navio ao dito rresguate na maneira queo podem fazer pello dito alvara e com esta comdição e declaração se lhe
arrematem as ditas rremdas e dereitos e traçam fazer asemto no trelado do dito e ditos Amtonio Gomçalves e
Duarte de Liam que estaa no livro dos comtratos que amda na dita fazemda pera fficar per lembramça e se poder
ver ao tempo que os ditos dereitos ouverem de arremdar como se hade fazer o comtrato do tal arremdamento
com a dita comdiçam e declaraçam o qual asemto se faraa expeçificadamente pelo alvara que lhe pasey pera os
ditos dous annos e se rrelataraa nelle o modo em que os ditos lavradores podem mamdar o dito navio e os dereitos
que se ham de pagar das mercadorias que levar e obrigações com queo podem ffazer e asy a maneira que se
ha de ter no pagar das despesas do dito navio e rrepartição dos escravos que trouxer e nam se arremdamdo as
ditas rremdas e dereitos todavia poderam os ditos lavradores mamdar o dito navio cada armo ao dito rresgate
na maneira que se comthem no outro alvara de que usaram emquanto o eu esy ouver por bem e nam mamdar
o comtrario como dito he e asy mamdo ao vedor de minha fazemda da dita Ilha da Madeira ou a quem o dito
carguo servir e ao provedor dela que pasados os ditos dous armos do arremdamemto de Antonio Gomçalves e
Duarte de Liam façam dahy em diamte cada armo// avaliação do que cada hum dos ditos lavradores deve pagar
pera as despesas do dito navio na ordem em que pelo dito alvara o hão de fazer cada huum dos ditos dous armos
e a quaesquer minhas justiças officiaes outros e pesoas asy da dita Ilha da Madeira como da Ilha de Cabo Verde
e Guinee a que este alvara e o outro forem mostrados ou o trelado deles em modo que faça ffee que deixem aos
ditos lavradores dos açuquares da Ilha da Madeira armar o dito navio cada anno e ir rresguatar com elle aos ditos
rrios emquanto o asy ouver por bem e cumpram e guardem e façam inteiramente cumprir e guardar o dito alvara
e este como se nelle conthem e ey por bem que este valha e tenha fforça e viguor como se fose carta feyta
em meu nome per mim asynada e pasada pella chamcelaria sem embargo da ordenação do segumdo livro
titolo vymte que diz que as cousas cujo effeito ouver de durar mais de hum armo pasem por cartas e por
alvaras naão valham e valeraa outrossy sem embargo de não ser pasado pela dita chamcelaria e da ordenação
em comtrairo Dioguo Lopez o fez em Lixa a trimta dias doutubro de mil bc sesemta e dous e eu Duarte Diaz
o fiz escrever e a pesoa que for por capitão do dito navio sera obrigado a rregistar na feytoria de Cabo Verde
os escravos que trouxer no dito navyo de que os oficiaes da dita feytoria lhe pasarão certidão asinada per
todos em que declare quantos escravos vem no dito navyo e comforme a dita certidão os entregara na dita Ilha
da Madeyra e não podera vemder nenhum escravo que vier no dito navio salvo na dita Ilha omde virão direy-
tamente. A Rainha.
Em baixo: alvara per que vosa Alteza ha por bem que acabados os dous annos que imda estão pera correr
do comtrato de Amtonio Gomçalvez e Duarte de Liam os lavradores dos açuquares da llha da Madeira posam
488
mamdar aos rrios de Guinee hum navio cada anno emquanto o Vosa Alteza ouvér por bem e não mamdar o com-
trairo a rresguatar na maneira e com as declarações e lemitações commtheudas em outro alvara que lhe Vosa
Alteza mandou pasar pera poderem mamdar o dito navio pelos ditos dous annos e como neste he declarado e
que terminamdose o comtrato a rremda se meta asy por a dita e este valha como carta e não pase pela chamcelaria.
DOC. N. 0 30
1567.0utubro.05, Lisboa- Licença para o resgate de escravos em Cabo Verde durante cinco anos~
Trellado da provizão de sua Alteza sobre as cemto cinquoenta peças de escpravos per tempo de cimquo annos.
Eu ell rei faço saber aos que este allvara virem que havemdo eu rrespeito a necesydade que hos lavradores
de açuquar da ylha da Madeira tem de pesoas que hajão de trabalhar em suas fazemdas e emgenhos de açuquar
e ao muyto que gastam cada anno com has solidadas que paguam as pesoas que nas ditas fazemdas trabalham
o que causa nom se fazerem tamtos açuquares como se faria se os ditos lavradores tivessem quam trabalhase
em suas fazemdas e lhe escusasse allguma parte do muyto que gastam com has ditas solidadas que paguam e
querendo a( ... ) iso prover pera ho que os ditos lavradores com mais falsilhidade posam prover e beneficiar suas
fazemdas he fazer mais camtidade de açuquar do que emformado que hora fazem pera o qual o irão fazer quamdo
nom gastavam he despemdião tamto com has ditas soldadas e por follgar de lhes fazer merçe ei por bem e me
praz que por tempo de cimquo annos somemte que começaram da feitura deste allvara em diamte elles posam
trazer ou mamdar trazer quoaisquer mercadores ou pesoas outras asy naturais da dita ylha como de fora della
da ylha de Samtiago de Cabo Verde ou dos rrios que pertemçem ao contrato do Cabo Verde e cimquoemta peças
de escravos em cada hum dos ditos cimquo annos sem has pesoas que hos trouxerem serem obrigadas a primeiro
que hos levem ha dita ylha os trazerem aa cidade de Llixboa sem embarguo do rregimemto de minha fazemda
em comtrairo das quoaes cento he cimquoemta peças de escravos se pagarão na dita ylha da Madeira na allfandega
della os direitos por emtrada que se lhes ouverem de paguar nesta cidade de Llixboa se a ella direitamemte vierem
e asy se paguarão mais os dez cruzados pera sayda de todos os escravos que se vemdem na dita ylha pera fora
do rreino ate fim do anno que vem de quynhemtos he sesemta he oito e ate as ditas cemto he cimquoemta peças
os quoais direitos se carreguaram em rreçepta sobre o almoxarife do almoxarifado e allfamdega da dita ylha no
livro de sua rreçepta em titollo com declaraçam das peças que cada pesoa despachar he o que dellas paguou pellos
quoaes direitos que se asy pagarem ate fim do anno que vem de quinhentos e sesemta e oito se pagaram e entre-
garam aos rremdeiros dos escravos desta cidade de Llisxboa os direitos que lhe pertemsem por bem de seu com-
trato e como os ouverão de aver se os ditos escravos se trouxeram e despacharam nesta cidade por quamto elles ·
foram comtemtes das ditas cemto cinquoemta peças de escravos se poderem levar a dita ylha e lla paguarem os
direitos dellas que se lhe ouverão de paguar nesta cidade asy o dereito das entradas com os dez cruzados dos
que se vemderem pera fora do rreyno e acabado o tempo de seu comtrato dahy em diamte pelo dito tempo de
cimquo anos se nom paguarem dos ditos escravos os dereiros dos dez cruzados por sayda posto que se vemdão
pera fora do rreyno e somente se paguara delles os dereitos que se te quy paguaram sem niso haver emnovação
allguma por quamto pelos rrespeitos acima declarados e por outros que me a iso movem ey por bem de fazer
esta merçe aos ditos lavradores de aa e das ditas cemto e cimquoenta peças de escravos seram cemto pera a cidade
do Fumchal e seu termo e cimquoemta pera a villa da Calheta lhe ser he outros se rrepartirão pelos lavradores
de açuquar pera beneficio de suas fazemdas pelo que mamdo ao vedar de minha fazemda na dita ylha e ao pro-
vedor della que tamto que nella forem ditos escravos se façam rrepartir pelas pesoas que delles teverem nece-
sydade pera o meneo he serviço. de suas fazemdas he que has poderem comprar de modo que niso se guarde toda
igualdade// pera o que todos rreceberão com iso o proveito que se pretemde dos ditos escravos se levarem em
cada hum anno ha dita ylha e asy façam por em arrecadação os dereitos que se delles se ouverem de paguar com-
forme este provizão pelo qual notefiquo asy ao provedor de minha fazemda e aos oficiaes della na ylha do cabo
verde e lhes mamdo que deixem em cada hum anno pelo dito tempo de cimquo annos somemte levar pera a ylha
da Madeira as ditas cemto e cimquoemta peças de escravos damdo primeiro as pessoas que hos houverem de
llevar fiamça nastante aos trazerem ha dita ylha e a lhes darem certydão do vedor de minha fazemda em ella
ou do provedor de como trouxeram hos ditos escravos demtro no tempo he pela maneira que ho fazem as pesoas
que trazem escravos a esta cidade de Llixboa e huns he outros cumpram he guardem he façam imteiramente cum-
prir. he guardar este meu ali vara como se nelle comthem e estamdo lhe primeiro por certydão de sertos espravos
de minha fazenda de como fica esta declaração no comtrato que se nella fez rremdas dos escravos desta cidade
489
que no primeyro arremdamemto que se laer declarare aos rremdeiros ho que for harremdado que hos dez cru-
zados por sayda dos escravos que se vemderem pera fora do rreyno como hão de paguar na dita ylha das cemto
e cimquoemta peças de escravos o tempo que estever por correr dos cimquo annos pera que lhe fiz esta merçe
e este allvara se rregistara no livro dos rregistos da casa dos sysos dos escravos pelo escryvam della de que pasara
na certydão e asy no livro dos rregistos das allfamdegas da ylha do Cabo Verde e da cidade do Funchall da ylha
da Madeira pera se saber como asy tenho mamdado e ey por bem que valha tenha força e viguor como se fose
carta feita em meu nome por mym hasinada e passada por minha chancelaria sem embarguo da ordenaçam do
segundo liyro titolo vimte que diz que as cousas cujo hefeito ouver de durar mais de hum anno pasem por cartas
he pasamdo por allvaras nom valham e vallera outrosy sem embarguo de nom ser pasada pela chancelaria he
da ordenação em comtrario Symam Boralho o fez em Llisboa aos quimze do mes de Setembro de ibc lx bii e
eu Duarte Diaz o fiz escrever.
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5. AS POSTURAS INSULARES
5.1. POSTURAS DO FUNCHAL (1572-1587)
Todo o homem trabalhador solteiro que estiver amancebado com escrava pague 1.000 re1s por
cada vez que for achado, sendo a escrava cativa; e o mesmo se entenderá sendo homem casado, ou seja exe-
cutado na pena da ordenação, e esto porque alem de se evitar pedido se atalha aos furtos que estas escra-
vas fazem.
'
E pela dita maneira a mulher branca que se achar estar amancebada com escravo cativo haverá, outrosim,
a dita pena, o qual é por outrossim se evitar o pecado e azo dos escravos roubaram seus senhores com as tais
barriguiçes.
E as mulheres, moços e escravos e qualquer pessoa que (ande à venda) na praça e pela cidade não se sen-
tarão defronte dos Açougues do peixe e da carne, nem às portas de pessoa alguma, contra sua vontade, a vender
«pam, fruita» nem outra cousa, sob pena de 50 réis, e querendo vender estará assentada na praça da Rua Direita
em parte que não pejem a serventia, e na praça da Câmara.
E não darão os vendeiros, taverneiros, taverneiras, de comer nem de beber aos escravos cativos,
em suas casas, sob pena de 200 réis, e não se entenderá nos escravos de ganho em dias de fazer, e quem
der de comer ou de beber a escravo sobre penhor perderá o que lhe der, e seu dono lhe poderá demandar de
furto o tal penhor.
E sob a dita pena nenhuma pessoa, assim mulheres como escravas que lavam nas Ribeiras da cidade e
quaisquer outras que sejam não tirarão caliça nem pedra dos muros ora seja para lavar tabuleiros ou fazer outra
cousa; a qual pena que são de 200 réis lhe será logo executada tomando lhe qualquer penhor que lhe acharem
até se pagar a pena que lhe será julgada, por muito dano que se faz nos muros das ditas Ribeiras, e não dando
penhor pagarão da cadeia o dano e pena.
Nenhum escravo nem escrava cativa tera casa por sy daluguer sob penna de quinhentos reis os quoaes
pagara o que lhe alugar e assy o síior que lho consentir.
Nenhum forro nem pessoa outra recolhera cativo nem fatto seu sob a dita penna de quinhentos reis e esto
nam se entendera nos escravos que vam com recado de seus senhores e os recolhem de seu aprazimento e enten-
derseha nas casas onde se perfume seguirse enconveniente da conversaçam delles como he em tavernas e outras
partes onde recolhem fatto e comê e bebem e que seus senhores não querem.
Nenhum pastor que fora da povoação viver recolha cativo nem cativa sob penna de mil reis e o mesmo
se entendera nos que viverem em lugares e quintas com seus amos e em outros per sy da rendamentos.
Nenhum escravo mourisquo dos lugares de baixo venha a esta cidade sem assinado de seu síinor sob penna
de cem reis para o alcaide ou meirinho e perderão a arma que lhe acharem posto que seu síior lhes dee licença.
Todo o que nam for christão trara sinal no peito ou no ombro de panno vermelho ou amarello de maneira
que se veja sob penna// do contheudo na ordenação.
Nenhum mouro cativo nem forro posto que xpão seja trara arma e se for achado de dia pagara dozentos
reis e de noite quinhentos reis e a arma se perdera e esto nam se entendera nos que a sohem trazer com
eus senhores.
493
Os negros cativos que vem dos lugares do termo a cidade não serão achados com armas nem paos
feitiços.
Nenhum mourisquo posto que christão seja ande de noite em fazenda alhea sob penna de duzentos reis.
Os mouriscas cativos e forros das ave Marias por diante atee as mattinas nam andem pellos caminhos fora
da cidade nem sejão achados fora della sob pcnna de serem presos e perderem as armas e pagarem quinhentos
reis e esto não se entenderaa nos que vierem do trabalho da fazenda de seus senhores amos e com recados seus
que poderam ter lugar atcc ho sino contãto que nam tragão armas porque entam encorrerão na penna e assy pode-
raro hir pcra as fazendas e seram achados no caminho direito da fazenda pera casa.
494
5.2. POSTURAS DO FUNCHAL APROVADAS EM VEREAÇÃO
N. 0 1-1527-Set-12.
E 1oguo que tamto foram jumtos foi dito por Pera Luis, procurador do concelho que suas mercês heram
hoje chamados pera falarem sobre os mouros que vêm ha esta cidade e trazem armas. E logo foram tomadas
as vozes e por mais vozes acordarem e poserem por postura que nenhum mouro dos lugares de baixo nem da
parte de Machiquo nom venham a esta cidade nem os da cidade vaão aos ditos lugares sem espritos de seus
senhores. E posto que os tragam nom formiram na cidade nem fora dela sopena açoutados ho pé do pelourinho,
e che seram dadas cinquenta açoutes.
E asy mesmo que hos ditos mouros nom tragam armas ofensivas nem defensivas asy (sic) quando forem
com seus seiiores como quando andarem sem elles sopena de haverem cinquenta açoutes ao pé do pelourinho
e perderam as armas pera quem hos prender e semdo caso que hos seiiores dos ditos mouros queiram amtes pagar
pena que lhe sejam açoutadas a pagarem quinhentos reais e destes quinhentos reais haverá a metade os cativos
e a outra metade pera o almotacé ou pera quem quer que os prender.
E asy mesmo todo mouro ou moura forra que agasalhar mouro ou moura cativo ou espravos cativos ou
algum fato dos/ I ditos espravos cativos e mouros e mouras cativos pagaram mil reais e mais sejam açoutados
ho pé do pelourinho havendo cinquenta açoutes. E destas penas por a mitade pera os cativos e outra mitade pera
o almotace ou pera e outra qualquer pesoa que os acusar.
Afonso Anes, esprivam ho seprevy
E aos escriptos contra que saão pera negociar e pera virem folgar a sua dita pena.
Ass. Lopo Dias de Sousa, Jorge de Vasconcelos, Luís Lopes, Nuno Corea, Joham Raiz, Pera Alvarez,
Gonçalo Pirez, João d'Almeida, Pera Anes, Gaspar de Palma, Jorge Pinto, Antonio d'Evora, Pera MaUeiro,
Symam daria, Antão Gonçalvez, Gomes Lourenço, Alvaro Dyaz, Lourenço (?) Martim, Joham (?) Tavolla, João
Farinha(?), Gil Canha, João de Magalhães, Pera Lopes d'Abreu, Pera Fernandes.
N. 0 2- 1532-Fev-28.
E logo na dita Vereaçam acordaram e poseram por postura que nenhum moouro cativo nem forro nom
traga nemhua arma, de noyte nem de dia, sopena de que quem qua achado por com arma paga semdo de dia,
dozentos reais e de noyte quinhentos reais e mais perderam as armas. E porem esta se nom emtenderia quamdo
forem com seus senhores. E esta quer sejão cristãos quer não.
Item que nenhum mouro cativo nem forro posto que cristão seja depois que forem tangydas as Avé Marias
nom amdam per a cidade nem caminhos e quallquer que achado por depois das Avé Marias até as matinas pagará
quinhentos reais da cadea.
Item que quallquer mouro cativo ou foro, aimda que cristão seja, que for achado depois das Avé-Marias
até às matinas em quallquer fazenda// algua nom tendo licença de seu senhor aver (?) fazenda sera preso e avera
cinquenta açoutes ao pelourinho e pagará trezentos reais as quais penas todas aos ditos mouros atras contendas
será a metade pera quem os acusar e a metade pera o concelho. Nuno dallmeida o escrepvi.
ass. Francisco Costa, Ayres de V asconcellos, André de Aguiar, Manuel Afonso, Jorge Anes, Pera Aguiar, Alvaro
Anes, ( ... ) Furtado, António Vaz.
495
2. Posturas sobre os Homens trabalhadores solteiros e os escravos
N. 0 3- 1546-Mai-17.
Que homcs solteiros que vem de fora nem casados nom scmdo aqui moradores nem suas mulheres que
nom vivam pera arrendamentos nem partidos somente per soldadas.
Foi praticado acerqua dos homens de soldada que vem a esta ilha a gainhar sua ccida de modo que tem
pera de no foramento da terra, que semdo muitos os quer cada dia vem nom se pode achar hu que queira per
soldada onesta e a causa he que arremdam os lugares de vinhos e outros propriedades e as grangeam adubiam(?)
de maneira que haymda que pagcm muito de remda dellas elles se fazem ricos e os senhores pobres porque no
tempo que lhe deram os arremdamentos ay camisa de( ... ) pela dada ou qualquer terra de bemfeitoria com poucos
anos se aproveitão e quando deitam as dadas aos servos nom vallem que elles têm proveito.
E nom somente este o prejuizo mas todos são amamccbados com espravas as quais roubam seus senhores
pellos manterem afim delles as forarem e daqui vem que nesta ilha há muitas espravas e espravos foros e que
se foram// como ho que roubaram a seus senhores e nom abastam o que asy roubaram em semdo cativos mas
depois de foros suas casas são covis de ladrões.
E asym se segue de estes homes que vem de fora que muitos são casados em Portugal e nom fazem vida
com suas molhcres nem mamtem seus filhos e vivem em pecado mortal c escomungados e com pouco temor de
deus se deixam estar na terra por lo vicio em que folgaão destas de a custa alhea se manterem e emriquecerem
como se vê cada dia que estes he outros que são riqos e os naturaes são pobres.
E asy mais tem maneira estes de se valler dos outros homes de soldadas e dos espousos que são donos
que tem fazemdas que lhe dão suas canas e vimes e madeiras e todo o necesario pera adubarem suas vinhas e
gramgearias por onde lhes custa nada o que fazem e os que ysto furtão a seus amos e senhores e por serem colhei-
tas e agasalhada em casa de seus e nelas se lhes emcobrir seus furtos e bebedores e maos custumes de que usão
eo fazem asy.
E asy mais se segue outro dano que semdo a principal cousa desta ilha as agoas e as madeiras della estes
como não são naturaes nem tenham na terra molher nem fanu1ia (?) fazem cearas em parte omde acolhidos quatro
moias de trigo a leram por ser preço e dependurada numca mais danada e elles esmontam-na ( ... ) as agoas e
perdem suas madeiras e por seu particular preceito vem em muito dano e perjuizo todo a aeram ( ... ) della e assy
se ve que em poucos dias estes se fazem mercadores de trigo nas ylhas e como ele se acham muitos os mais
delles por se aviarem porem taes preços ao trigo que continuamente no lo fazem como caso o que nom se faria
se os mercadores fosem menos e de mor custo e negocio como ha syso a que estes fazem dano per adversidade
o povo lhe vir a pagar sua perda e ellas ajuda que comprem caro nom no/ I estimão porque cá na ilha sempre
achão quem lho tome ao preço que elles querem fiado a pagar no( ... ) em vinho e os vinhos a taes preços que
·os que asy lhe ( ... )oiro e lhe vemdem o vinho se perdem e elles ficam ricos com esta usura e omzena de que
usam em maneira que elles se segue muito prejuizo a terra e seu modo de vida he em muito deserviço delles
pelo que nom se devia a consentir e( ... ) em nisto forarem que avemdo hey que hobrigue a estes homes que asy
vier de fora a trabalhar e que são solteiros que vivam por soldada e nom tenham lugares darrendamento bem
nhua· fazenda grangem per si pera a sua custa dizerem que vivem pois o modo seu he tão prejudicial.
( ... ) se sigirar os que são solteiros quamdo quiserem viver na terra e ter lugares de remda e viver per
sy casarem e mamdaram molheres fora dos homens que nom casam nem tem modo de vida e que semdo casados
se faria muito serviço a Deus domde nem todo bem c os que são casados em outra parte se hy yam pera suas
molheres as Iraram e foram com elas vida. E os homens da terra que tem fazemdas acharam quem as syrva
pelo que onesto e os espravos e espracas não acharam tamtos covis pera seus furtos e roubos que cada dia fazem
e outros homes naturais e casados acharem ho lugar de renda e trabalharam sua vida milhar do que ora com elles
podem fazer. E pera que venha em efeito acordaram que sob pena de dez cruzados pagos de cadea nenhum sol-
teiro quer natural da ilha nom seja posa ter herdado nenhua per nenhu partido nem menos os casados que as suas
molheres nom tiverem nem façam casas pera sy, salve se a terra ou propriedade for sua. E a pena he pera o
concelho e cativos e outra a quem acusar.
496
N. o 4 - 1546.Jun.l6.
Na dita vereação foi praticado acerqua dos homes de soldada e trabalhadores que esta ilha vem de fora, da ouzadia
que tomam depois que conhecem a terra e sabem os pasos da serra e amdam na das espravas negras, mulatas
que ha na ilha que tem todo negocio das dcspemsas dos lavradores cujas são as quais os mamtem e sostentam
de maneira que cada dia se vê que ho homem que vem da Beira tra-los ( ... )vestido em gabão de burel e poucos
dias por la calidade da terra e muita conversaçam que achão doutros paremtes que tem na terra praticas e com
dinheiro que tem ganhado favorecidos se fazem loguo roiães das negras e mulatas sam dcllos tam ( ... ) que nom
querem trabalhar e nam contentes diso se fazem soberbos e de maneira que fazem afrontas aos homes hom-
mrrados e acontece muitas vezes saltarem com pessoas homrradas com que viveram e vivem e lhes fazem afrontas~
nos caminhos do concelho as quais muitas vezes são sofridas porque os homes naturaes e homrrados da terra
e que tem molher ( ... )e nom querem resistir isso per onde lhes fica então mor ousadia pera muitas vezes a come-
terem e daqui vem que na serra amdam sempre omiziados e não são doutra calidade e se ha algum outro omiziado
loguo se fazem em hua quadrilha por lo qual na serra nom ha ( ... ) nem home que a tenha que seja senhor de
sua rez porque estes tais convem e roubam tudo e os seus senhores dos curais nom tem mais que a despesa c
o proveito he delles da pouco tempo que hu home destes deu hua ferida pola cabeça a hu Manuel Fernandes mer-
cador principal e lavrador nesta ilha com o qual viveo e foy taU que della se lhe azou a morte e he morto e
acolheo-se o que o foi a serra. E ora outro homc de soldada// deu outra acutilada polo rosto a João de Pires
cidadão e lavrador e pessoa muito homrrada e abastada e lha deu por respeito de hua sua esprava com que andava
por lhe defender e dizer que lhe nom devasase sua casa de noite e de noite e o ferio em sua casa e loguo se pos
em salvo e cada dia acomtecera isto e podese per em salvo porque são homes nom comsentidos e que tem o seu
direito e que sabem omde se ão de ir acolher na serra donde se embarcam pela outra banda da ilha onde querem
de manera que delles nom se pode fazer justiça polo qual queremdo atalhar a todos em convenientes parecco
que o milhar modo que nisto se pode ser deve ser que nenhu home de soldada e solteiro nom natural da ilha
e que estão asi despostos pera o tal dano nom posa trazer alma algua com que asi posam ofender e do que se
seguia nom aver omiziados na serra nem juntos de gados mansos, devasaram as casas de homens homrrados por
respeito de suas espravas nem afromtaram outro nos caminhos do concelho.
497
32
FONTES E BIBLIOGRAFIA
1. FONTES
A partir da leitura da bibliografia, à frente referenciada, foi possível traçar um plano de pesquisa docum;n-
tal que privilegiasse os núcleos documentais considerados necessários para o conhecimento da problemática da
escravatura madeirense nos séculos XV a XVII. Aqui a investigação foi, obviamente, condicionada às dispo-
nibilidades do acervo documental existente no Arquivo Regional da Madeira e no Arquivo Nacional da Torre
do Tombo (1).
Até ao presente três acervos têm sido o alvo preferencial da maioria dos estudiosos da escravatura - os
registos paroquiais (2), os testamentos (3) e os protocolos notariais (4). Com o apoio em áreas de pesquisa afins,
(1) Não existe para a Madeira um roteiro dos principais núcleos documentais reunidos nos referidos arqui-
vos, e os inventários disponíveis, nomeadamente no Arquivo Regional da Madeira, enfermam de várias lacunas.
Sobre a importância da documentação do A.R.M. veja-se Cabral do NASCIMENTO, A.H.M., vol. 1, 1-3 e 49-50;
Alberto IRIA, •O Algarve e a ilha da Madeira no século XV (Documentos inéditos)•, in Studia, n. 0 38, Lisboa,
1974, 133-152.
(2) Na Madeira a prática dos registos paroquiais é anterior ao Concílio de Trento. Todavia no vizinho
arquipélago das Canárias existem registos de baptismo desde 1499, mercê da iniciativa do Bispo D. Diego de
Muros, no sínodo realizado em 1497; veja-se Manuel LoBO CABRERA e R. DIAZ HERNANDFZ, •La población
esc lava de Las Palmas ... •, inA.E.A., n. 0 30, 1984, 164. Sobre a importância dos registos paroquiais no estudo
demográfico da escravatura e, dos profícuos resultados aí colhidos veja-se: A. Gil VEI.Asco, Los escÚlvos
bautizados en Antequera, Málaga, 1932; V. CORTÉS ALONSO, •La Población negra de Paios de la Frontera
(1568-1579)•, in Actas y Memorias del XXXVI Congresso Internacional de Americanistas, III, Sevilha, 1964,
609-618; A. Franco SILVA, La esclavitud en Sevilla y su tierra a fines de la Edad Media, Sevilha, 1979;
A. MARCOS MARTINS, •La esclavitud en la ciudad de La Laguna durante la segunda mitad dei siglo XVI a traves
de los registos paroquiales•, in lnvestigaciones Historicas, 2, Valladolid, 1980, 5-35; Maria Beatriz Nizza da
SILVA, •O Casamento de escravos na capitania de S. Paulo•, in Ciência e Cultura, 32, n. 0 7 (1980), 816-821;
Manuel LoBO CABRERA, La esclavitud en las Canarias Orientales en el siglo XVI, Las Palmas, 1982; idem, •La
Pob!ación esclava de Telde en cl siglo XVI•, in Hispania, n. 0 50, 1982, 47-89; Richard HELLIE, Slavery in
Russia 1450-1752, Londres, 1982; Maria Beatriz Nizza da SILVA, •Escravidão e casamento no Brasil Colonial•,
in Estudos de História de Portugal, Vol. II, Lisboa, 1983, 229-239; idem, Sistema de Casamento no Brasil
Colonial, S. Paulo, 1984; Manuel LOBO CABRERA e Ramón DIAZ HERNANDEZ, •La Población esclava·en Las
Palmas durante el siglo XVII•, in A.E.A., n. 0 38, 1984, 257-316; Iraci dei Nero da COSTA, •Nota sobre casa-
mentos de escravos em S. Paulo e no Paraná (1830)•, in História: Questões & Debates, 5, n. 0 9, Curitiba, 313-321;
H. S. KLEIN e S. ENGERMAN, •A Demografia dos escravos americanos•, in Maria L. MARCILIO (compil.) Popu-
lações e Sociedades, Petrópolis, 1984.
(3) Sobre a importância dos testamentos e discussão respeitante à sua formulação veja-se M. VOVELLE,
Piété baroque et dé christianisation en Provence au XVIJI siecle, Paris, 1978. Dos estudos com base neste tipo
de fonte sobre os escravos aqui referenciamos os seguintes: A. J. RUSSELL-WOOD, Fidalgos and Philanthropics.
The Sama Casa da Misericórdia of Brasil. 1550-1 755, Londres, 1968; Frederick P. BoWSER, •The free person
color in Mexico city and Lima manumission and opportunity 1580-1650•, in Race and slavery in the westhem
Hemisphere: qualltitative studies, Stanford, 1975, 331-368; Katia M. Queirós MATTOSO, Testamentos de escra-
vos libertos na Bahia no Século XIX: uma fonte para o estudo da mentalidade, Baía, 1979; Manuel LoBO
CABRERA, Los libertos en la Sociedad Canaria del siglo XVI, Las Palmas, 1983; idem, •Los indígenas trás de
la conquista- comportamiento y mentalidade através de los testamentos•, in Instituto de Estudios Canarios.
50 Aniversario (1932-1982), Vol. II, Santa Cruz de Tenerife, 1982, 227-250. As ConstituiçlJes Extravagantes
de D. Luis de Figueiredo de Lemos estabelecem nos títulos XXI e XXII as normas a seguir na elaboração e os
compromissos dos testamenteiros.
(4) Vicenta CORTÉS ALONSO, •Alguns ideas sobre la esclavitud y su investigación•, in Bulletin de l'1nstitut
Belge de Rome, XLIV, 1974, 127-144; N. CABRILI.ANA, •La esclavitud en America según los protocolos nota-
501
eles têm permitido um conhecimento da realidade demográfica, do quotidiano e das vicissitudes do mercado de escra-
vos. A importância, mais que evidente, dos núcleos documentais, comprovada, aliás, pelos estudos daí resultantes
levou-nos igualmente a privilegiá-los na pesquisa arquivística. Todavia, as suas deficiências, nomeadamente dos livros
dos notários madeirenses (5) e dos registos das alfândegas (6), impediram-nos de avançar mais no conhecimento
da última cambiante de real interesse e que tem preocupado, desmesuradamente, os estudiosos da questão - o
mercado e as rotas de conexão (7). A pouca informação reunida a este propósito resultou de dados indirectos
retirados dos demais núcleos arquivísticos.
Tendo em conta as disponibilidades da documentação madeirense (8), decidimo-nos pela valorização dos
registos paroquiais e os testamentos. Quanto aos primeiros, não obstante este ser um dos mais valiosos núcleos
docmnentais do Arquivo Regional da Madeira subsistem várias lacunas no seu acervo que nos impossibilitam de
riales (1519-1575). Tipologia docmnental», in Actas de Metodologia Aplicada de las Ciencias Historicas,
vol. V, Santiago de Compostela, 1973, 205-317; A. EIRAS ROEL, Historia Social de Galicia en sus fuentes de
protocolos, Santiago de Compostela, 1981. Dos estudos mais importantes realizados a partir do aproveitamento
deste tipo de documentos temos: •J. CARRIAZO, •Negros esc la vos y estrangeros en el barrio sevillano de
San Bernardo», in Archivo Hispalense, XX, Sevilha, 1954, 130-132; V. CORTÉS ALONSO, •La conquista de las
islas Canarias a través de la ventas de esclavos en Valencia», in A.E.A., I, 1955, 479-548; idem, •La trata de
esclavos durante los primeros descubrimientos (1489-1516)., in A.E.A., IX, 1963, 23-46; idem, La esclavitud
en Valencia durante el reinado de los reys catolicos (1 479-151 5), Valência, 1964; idem, •La Procedencia de escla-
vos negros en Valencia (1481-1516)», in Revista Espmiola de AmrologiaAmericana, VII, 1972, 123-152; Manuel
MARRERO RODRIGUES, La esclavitud en Tenerife a raiz de la conquista, La Laguna, 1966; V. GRAULLERA SANZ,
La esclavitud en Valencia en los siglos XVI y XVII, Valência, 1978; A. Franco SILVA, Ob. cit.; E. dei PINO,
«La esclavitud en Malaga•, in Revista Jábega, 14, Málaga, 1976; Manuer LoBO CABRERA, La esclavitud en las
Can.arias Orientales (... ), Las Palmas, 1982 (e outros citados na bibliografia).
(5) Existem apenas alguns livros de notas: de João TAVIRA (1590-1597) para o Funchal e de Luís Alva-
res RISCADO (1556-1606) para a Ribeira Brava. A isto se poderão juntar alguns fólios avulsos de Francisco
MARTINS (Calheta-1520), Duarte MARTINS (Santa Cruz-1527), Afonso Anes PRAGUEDO (Funchal-1548), Sebas-
tião ALVARES (Ribeira Brava-1551), Francisco CARDOSO (Funchal-1548). Veja-se Cabral do NASCIMENTO,
•Tabeliães e Notários das Comarcas do Funchal•, in A. H.M., vol. I, pp. 171-176; idem, •Cartórios Notariais•,
in /bidem, vol. V, 1937, p. 76.
(6) Os livros das Alfândegas do Funchal e Santa Cruz para os séculos XVI e XVII perderam-se na quase
totalidade, existindo apenas para o século XVI alguns folios da Alfândega de Santa Cruz publicados por Fernando
Jasmins PEREIRA e José Pereira da COSTA, Livros de Contas da Ilha da Madeira. 1504-1537, 1, Alnioxarifados
e Alfândegas, Coimbra, 1985. Para o século XVII surgem apenas dois livros de direitos de entrada a partir
de 1650 (veja-se A.N.T.T., P.J.R.F.F., n. 0 146-147).
(7) Peter C. HOGG reuniu em The African Slave Trade and its Suppression, (Londres, 1978) 4.675 títu-
los sobre esta problemática. Aqui apenas nos referimos aos textos mais importantes, que como se poderá dedu-
zir, assumem particular destaque para o tráfico afro-americano, aquele que teve maior importância e mais cativou
a atenção dos historiadores: G. SCELLE, La traite negriere au.r: lndes de Castille, 2 tomos, Paris, 1906;
E. DoUNAN., Documellls illustrative of History ofthe slave trade to America, 4 vols., Washington, 1930-1935;
R. MELLAFE, La illlrodución de la esclavitud negra en Chile. Negros e Pretos, Santiago, 1959; Claire
ROBINSON e Martin KLEIN (compil.), The transatlamic slave trade Africa, Edimburgo, 1965; E. A. ALPERS, The
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tos e a Economia Mundial, Vol. IV, Lisboa, 1983, 151-206. Tenha-se ainda em consideração os inúmeros estu-
dos publicados por Charles VERUNDEN (1937-1972), citados na Bibliografia, sobre o referido trato no
Mediterrâneo nos séculos XIII a XV.
(8) Disponível no A.R.M. e no A.N.T.T ..
502
avançar mais no aproveitamento da informação aí aduzida. Os registos paroquiais surgem no arquipélago, a par-
tir de 1538, como resultado da intervenção do bispo D. Martinho de Portugal. Este, por intermédio dos visi-
tadores, Jordão Jorge e Alvaro Dias, que enviou em 1538 à ilha. Em ordens de 19 de Julho (9) e 18 de
Novembro (10) o visitador Jordão Jorge recomendava a todos os párocos da ilha a necessidade de existirem livros
para o registo de baptizados, casamentos e óbitos, «pera que em todo ho tempo se sayba a verdade do
sobredito» (11).
A prática dos registos paroquiais era anterior às orientações tridentinas, somente aplicadas em Portugal
por alvará régio de 12 de Setembro de 1564 (12). Em data anterior encontramos nas dioceses do reino diversas
recomendações sobre a necessidade de elaboração dos referidos registos, sendo de destacar a normativa esta-
belecida em 1352 por D. Afonso IV, que estabelecia a obrigatoriedade dos registos de casamento (13). No caso
da Madeira as recomendações estabelecidas em 1538 pelo bispo para os registos de baptismo e óbitos deveriam
ter como base as normas estabelecidas em 1536 nas constituições sinodais de Lisboa (14). •
O facto de os primeiros bispos não residirem na ilha, ou aí permanecerem pouco tempo, deverá ter
contribuído para uma certa desordem na prática religiosa e obediência às ordens emanadas do bispado (15).
Esta situação só foi alterada a partir de 1574, com da vinda do bispo D. Jerónimo Barreto para o Funchal.
Ele constatando o mau governo e situação do bispado, por falta de constituições sinodais, que, no dizer
de J. Dias Leite são «ho leme desta naao da igreja militante, e governo della» e por isso «ordenou, e fez
com assas estudo, prudencia e moderação, fundadas todas no sacrosancto concilio tridentino, e nos
sagrados canones» (16). As refridas constituições sinodais foram promulgadas em 1578, tendo sido impres-
sas em 1585 e 1601 (17). Elas foram o primeiro corpus regulamentador da acção e prática religiosa na
ilha. Aí releva-se o empenho na definição normativa para os actos escritos- baptismo, casamento,
testamentos.
O mesmo bispo empenhou-se no governo das paróquias, estabelecendo a assiduidade das visitas e a exis-
tência de um livro para lavrar as recomendações apresentadas. Mais ainda, criou um regimento para os visi-
tadores e distribuiu livros de visitas a todos os párocos (18). Eles quando da visita à paróquia, deveriam verificar
503
o cumprimento do estatuído nesta ordem (19). E pelas assíduas recomendações que os mesmos aí lavraram, ao
aporem a chancela aos referidos livros, verifica-se que os mesmos párocos não cumpriam na sua plenitude o esta-
ruído (20). Mesmo assim nos registos disponíveis a que tivemos acesso, referentes ao período de 1538 a 1700,
detectamos muitas lacunas nas partes necessárias à confirmação do acto registado. Assim, por exemplo, nos regis-
tos de baptismo de escravos, são frequentes as omissões do nome do pai, situação que era punida com multa (21).
A par disso a incúria, as intempéries (22) e os assaltos de piratas ou corsários (23) contribuíram de outra
forma para apagar essa memória, fazendo desaparecer inúmeros livros, conforme se poderá verificar pelo quadro
junto. No período de 1538 a 1700 faltam-nos 45% dos anos dos registos de baptismo, 45% de casamentos e
54% de óbitos (24. Deste modo a informação disponível nos duzentos e vinte e dois livros de registos consul-
tados, que à frente se enunciará, não pode ser de modo algum o espelho da realidade, mas apenas o resumo da
situação expressa na documentação disponível. Além disso a falta de listas de vizinhos, censos e róis de con-
fessados (25) impede-nos de colmatar esta lacuna e de ter uma ideia correcta da afirmação e da dimensão demo-
gráfica da população escrava. É de salientar que parte importante destes registos dos séculos XVI e XVII chegaram
até nós apenas pelas cópias feitas pelos párocos nas duas últimas centúrias. Assim sucedeu, por exemplo, com
os de Câmara de Lobos, Caniço, Ribeira Brava, Santana (26). Aliás já em finais do século XVI, passadas ape-
nas algumas décadas de existência da prática, o pároco da Tabua se queixava do mau estado do «livro velho•,
tendo, por isso, feito uma cópia (27).
Se os paroquiais nos permitem, em certa medida, o enquadramento sóci<Klemográfico da população escrava,
os testamentos e inventários post-mortem dão-nos o necessário posicionamento na estrutura económica, a partir
dos proprietários, por um lado, e das disponibilidades residuais lavradas nos seus próprios resgistos de testa-
mentos, por outro. Neste campo a Madeira é igualmente rica em acervos documentais. Deles temos no Arquivo
do Funchal os testamentos dos núcleos das Misericórdias do Funchal e Calheta (28) e o do Juízo de Resíduos e
(19) Isaías da Rosa PEREIRA, «As visitas paroquiais como fonte Histórica «in Revista da Faculdade de
Letras de Lisboa, 3. a série, n. 0 15, Lisboa, 1972, 11-71; As Visitas Pastorais da matriz de São Sebastião da
Ponta Delgada (1614-1739). Introdução e Notas de Maria Fernanda Enes, Ponta Delgada, 1986.
(20) São assíduas as anotações dos visitadores nos livros de registo- A.R.M., Paroquiais, B-553,
fl. 2- e também do bispo nas visitações; veja-se Eugénio dos SANTOS, «A Sociedade madeirense na época
moderna. Alguns indicadores•, in 1 Colóquio Internacional de História da Madeira (1986), Funchal, 1989;
veja-se ainda, Arquivo Paroquial da Fajã da Ovelha, Livro de visitações 1587-1730 (existe um microfilme
no A.R.M.).
(21) Esta situação foi evidenciada quando tratamos da Famnia e os Escravos.
(22) Aqui merece referência especial a aluvião de 1803, que fustigou, de modo especial, o Funchal, Santa
Cruz, Machico e Ribeira Brava (veja-se Fernando Augusto da SILVA, «Aluviões•, in Elucidário Madeirense,
vol. I, Funchal, 1978, 51-55 e A. A. SARMENTO, Ensaios Históricos da Minha Terra, vol. III, Funchal, 1952,
165-170. Parte considerável dos registos paroquiais de algumas freguesias, cujas igrejas se encontram locali-
zadas próximo das ribeiras, foram destruídas por este e demais aluviões que assolaram a ilha. É de destacar
a freguesia de Nossa Senhora do Calhau, reestabelecida em 1557, que perdeu todo o seu espólio paroquial (Marquez
de Jacome CORREIA, A ilha da Madeira, Coimbra, 1927, 39).
(23) Esta condicionante assume particular significado na ilha do Porto Santo, insistentemente assaltada
pelos piratas argelinos; Eduardo PEREIRA, Piratas e corsários nas ilhas adjacentes, Funchal, 1975.
(24) Além disso não existem quaisquer registos para as freguesias da Achadas da Cruz, Paúl do Mar,
Prazeres e Quinta Grande, todas elas criadas em 1676.
(25) As Constituições Sinodais (1585) de D. Jerónimo Barreto referem no título V, sobre a confissão,
que o vigário era obrigado a fazer anualmente um rol de confessados, que depois entregaria ao bispo para se
registar num livro. Todavia não os encontramos em parte alguma, quer nos arquivos oficiais, quer nos arquivos
diocesanos (com consulta feita ao seu sumário de documentos). Em finais do século XVI Gaspar FRUTUOSO,
em Livro segundo das Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1979, p. 333), referia-nos: «no rol de confessados,
no ano de 1552, se acharam na cidade do Funchal, entre negros e negras e mulatos cativos, dois mil e sete-
centos( ... )». Sobre a importância deste tipo de fontes veja-se o estudo de Isaías da Rosa PEREIRA, «Os róis de
confessados como fonte histórica•, in .Anais da .Academia Portuguêsa de História, II série, vol. 31, Lisboa,'
1986, 271-288.
(26) A.R.M., Paroquiais, B-n. 0 290 (cópia aprovada em 1771), B-n. 0 376 (cópia aprovada em 1788),
C-n. 309 (cópia aprovada em 1788), C-n. 0 709 (cópia aprovada em 1788), C-n. 0 839 (cópia aprovada em 1813),
0
504
Capelas, onde encontramos inúmeros testamentos e, especialmente, inventários post-mortem (29). Do Arquivo
da Torre do Tombo salienta-se o núcleo do Convento de Santa Clara (lO), com os documentos referentes aos inú-
meros foros e doações a ele feitas em que se destacam os testamentos.
Foi a partir da informação contida nos documentos, nomeadamente nos testamentos, que nos foi possível
penetrar na realidade social e económica dos escravos, libertos e seus proprietários, permitindo-nos aferir a real
importância no processo histórico madeirense.
A seguir enunciamos os arquivos e os núcleos documentais consultados que se revelaram ricos de infor-
mações para o tratamento do tema.
1. LANZAROTE
2. FUERTEVENTURA
•Arquivo da Misericórdia da Calheta>o, inA.H.M., vol. XIII (1962-1963), 215-271, XIV (1964-1966), 9-84; Eduardo
PEREIRA, «Misericórdia do Porto Santo•, in A.H.M., XIV (1964-1966), 240/256; para a Misericórdia de Santa
Cruz veja-se Pe. Manuel Juvenal Pita FERREIRA, «Notas pam a História da freguesia de Santa Cruz•, inD.A.H.M.,
n. 0 8-29 (1951-1959).
(29) Esta repartição teve juíz na ilha a partir de 1486; veja-se Fernando Augusto da SILVA, «Juíz dos Resí-
duos e Capelas•, in Elucidário Madeirense, III, Funchal, 1979, 185-186. Deste núcleo existiam 12469 documen-
tos em 25 maços, de que muitos se perderam; veja-se Cabral do NASCIMENTO, A.H.M., I, 1931, 51 e 96.
(lO) A documentação disponível, nomeadamente os testamentos e autos, evidencia que o mesmo era deten-
tor de terras foreiras em toda a ilha: veja-se João José Abreu de SousA, «O Povoamento do Porto Moniz
(Séculos XV-XVI», inAtlântico, n. 0 3 (1985), 181-191; idem, «Dona Branca. Dois Casamentos-um Testa-
mento•, in Atlântico, n; 0 8 (1986), 274-279; idem, •As Propriedades de Zarco no Funchal•, in Islenha, n. 0 3
(1988), 35-45; idem, «O Convento de Santa Clara do Funchal. Contratos Agrícolas (Séculos XV a XIX)», in
Atlântico, n. 0 16 (1988), 295-303.
SOS
3. GRAN CANARIA
506
2.3 Corpo cronológico
2.6.1. Alfândega
2.6.2. Navios
-Entrada- 1675-1763, n. 0 954-955.
-Livro de Posturas desta Câmara da cidade do Funchal aprovadas e feitas conforme a ordenaçam dei
Rey Nosso Senhor, 1587.
-Registo Geral, tomos 1 a 7, 1469-1720, n. 0 1395-1218.
-Registo Geral, tombo velho, 1497-1632, n. 0 1212.
-Vereações, 1470 a 1701, n. 0 1296-1341.
- Livro do Tombo.
-Processos de Capelas:
1. Testamentos, 160 maços
2. Inventários, 42 maços (com 1189 does.)
507
3.5. Misericórdia do Funchal
3.4. Paroquiais
508
- Fajã da Ovelha, M 1571-1680, n. 0 1078-1079.
B 1645-1715, n. 0 1080-1081.
C 1681-1728, n. 0 1092.
O 1647-1718, n. 0 1097-1098.
509
2. BIBLIOGRAFiA
1. A pesquisa bibliográfica em Portugal não se apresenta como uma tarefa fácil, pois nas parcas dis-
ponibilidades das bibliotecas oficiais em publicações estrangeiras, entravam a tarefa do investigador. E, no caso
particular do estudo da escravatura, em que o tema mereceu apenas alguns estudos, resultantes fundamentalmente
da necessidade de não manchar o panteão dos descobridores com as primícias da escravatura modema (I), este
apelo às publicações estrangeiras, como referência, é uma ingente necessidade.
Para co.lmatar a lacuna um único recurso se tomava viável: a possibilidade de acesso a algumas impor-
tantes bibliotecas estrangeiras.: Primeiro, na Biblioteca da Casa de Colon (Las Palmas), nas assíduas deslocações
para participar em colóquios aí realizados (Setembro 1986-1989), tomámos contacto com as publicações aí exis-
tentes sobre a temática canária, que se revelaram importantes para a análise, em face das similitudes do processo
histórico com o madeirense. Depois estivemos no Brasil, de Maio a Junho de 1987, onde frequentamos a Biblio-
·teca Nacional nó Rio de Janeiro e a Biblioteca da Fundação Joaquim Nabuco em Recife (Pernambuco). Numa
e noutra a bibliografia consultada permitiu equacionar, de forma evidente, a realidade da escravatura brasileira.
E, finalmente, na British Library em Londres, em Junho de 1988 c Maio de 1989, foi-nos possível penetrar na
volumosa biblioteca de publicações da escravatura propiciada pela produção literária em língua inglesa.
Das leituras realizadas sumariamos os títulos a quem devemos parte da nossa defmição temática e modelo
para a análise do caso particular da Madeira. Nomeadamente a leitura de textos de destacados estudiosos ame-
ricanos como S. Grcenfield (2) e W. D. Philips Jr. (3), cm que se valoriza o caso particular da escravatura
madeirense, deram-nos o alento necessário para nos embrenharmos no estudo desta realidade e tentar equacionar
a sua dimensão no contexto da dinâmica da sociedade atlântica, de que os portugueses foram os principais
obreiros.
De todos os textos que nos socorremos a extensa produção bibliográfica de Manuel Lobo Cabrera (4), foi
511
a que se nos apresentou de maior utilidade pelas afinidades das Canárias com a realidade madeirense. Dos demais
poder-se-á citar a primorosa síntese de W. D. Philips Jr. (5), os clássicos de Charles Verlinden (6) a par dos de
D. Gioffré (7), A. Franco Silva (8), para a situação da área europeia mediterrânica, R. Hellie (9) para a Russia,
S. Schwartz (10) para a Baía (Brasil) e L. Pcytrand (11) para as Antilhas Francesas.
A HISTORIOGRAFIA E O TEMA
2. O interesse pelo estudo da escravatura no Atlântico surgiu no século XVIII, como prelúdio da
afirmação da teoria abolicionista, c desenvolveu-se ao longo do século XIX em pleno mnvimento em favor
da abolição da escravatura que se espalhou a todas as áreas onde esta existia, nomeadamente o continente
americano. Aqui a Inglaterra, que havia perdido em 1776 parte significativa do seu espaço colonial dominado
pela escravatura- os EUA- e numa fase avançada da Revolução Industrial, estará em condições para liderar o
movimento (12).
Como resultado deste debate em favor do abolicionismo surgiram inúmeros estudos c relatórios sobre a
situação dos escravos em Africa c América c o trato, a partir do primeiro continente (13). É precisamente com
a elaboração dos exaustivos relatórios, justificativos do fim da escravatura, que ganha forma a História da temá-
tica. Como ~orolário disso tivemos desde 1870 na universidade de Michingan (14) criação de seminários para
graduados neste domínio, o que viria a contribuir para o aparecimento de uma escola americana do estudo da
escravatura, profundamente marcada pelo ideário abolicionista. Tal facto favoreceu o progresso dos estudos desta
(5) Slavery from Roman Times to the early transatla!llic trade, Manchester, 1985. É a primeira e mais
importante síntese da escravatura no mundo ao longo dos séculos.
(6) Desde a década de trinta que Charles VERLINDEN nos vem apresentando inúmeros estudos sobre a
situação da escravatura na baía mediterrânica. Mas destes destacam-se a obra, L 'Esclavage dans L 'Europe Medie-
val de que se publicaram já dois volumes, sendo o primeiro sobre a Península Ibérica e França, o segundo sobre
a Itália, faltando publicar um terceiro sobre os países germânicos e árticos (confronte-se Introdução do primeiro
volume publicado em Bruges em 1955).
(7) Sob o título II Mercato degli Schiavi a Genova nel seco/o XV (Genova, 1971). O autor aborda a
situação particular desse mercado e da importância da escravatura na estrutura social da cidade.
(8) O seu estudo (La esclavitud en Se vil/a y su tierra a fines de la Edad Media, Sevilha, 1977) conjun-
tamente com os de Vicenta CORTÊS ALONSO (nomeadamente La esclavitud en Valencia durante e[ reinado de los
reys Catolicos (1479-I555), Valladolid, 1964) e Vicente GRAULLERA SANZ (La Esclavitud en Valencia en los
siglas XVI y XVII, Valencia, 1976) defmem de forma modelar a situação da escravatura nas regiões do sul peninsular.
(9) O autor traça, no livro Slavery in Russia I450-I725, Londres, 1982, de forma evidente a situação
da escravatura na Russia, sendo um dos raros e completos estudos.
(10) O livro Sugar Plantations in theformation ofBrazilian Society llahia 1550-I885, Cambridge, 1985.
Este livro é um marco referencial importante para o estudo da dinâmica da sociedade gerada pela cultura do açú-
car no Novo Mundo.
(11) Referenciamos o texto deste autor- L 'Esclavage aux Antilles Francaises avant I 789,
Paris, 1897 -por ter influenciado importantes apartações de Antoine GISLER (L 'Esclavage aux Antilles Fran-
çaises XVJJié-XJXé siecle-Contribution au probleme de l'Esclavage, Friburg, 1%5) c Gabriel DEBIEN (Les Esc/a-
ves au.--c Antilles Francaises (XVJJé-XVIIIé siecles), Basse Terre, 1974).
(12) Michele DUCHET, •As reacções perante o problema do tráfico negreiro: análise histórica e ideoló-
gica», in O Tráfico de escravos negros. Séculos XV-XIX, Lisboa, 1981, 39-67.
(13) Stanley M. ELKINS, Slavery a problem in american institutional mui intelectuallife, Chiacago, 1959,
p. 2-4. Aqui apenas referenciamos alguns trabalhos produzidos pelos portugueses: Bosquejo sobre o Comércio
de escravos e reflexões sobre este trato considerado imoral, poütica e cistamente, Londres, 1821; Sebastião Xavier
BOTEUIO, Escravatura. Benefícios que podem provir às nossas possessões de A/rica da proibição deste tráfico,
Lisboa, 1840; D. José Joaquim da Cunha AZEVEDO, Documentos acerca do tráfico da escravatura extraídos dos
papeis relativos a Portugal apresentados ao Parlame!llo Britânico, Lisboa, 1840; J. J. FREIRE, Projecto para
a abolição da escravatura, Lisboa, 1840; Marques SÁ DA BANDEIRA, O Tráfico da escravatura e o Bill de
Palmerston, Lisboa, 1840; A. L. MENDES, Abolição da Escravatura em Angola e a Organização trabalho, Lis-
boa, 1867; A. de Oliveira PIRES, Apo!llamentos para a História da Aboliçl1o da Escravatura nas colónias por-
tuguesas, Lisboa, 1880; Estabelecime!llo e Resgates dos Portugueses na Costa Ocidental de África, Lisboa, 1881;
J. A. CORTE REAL, Resposta à Sociedade Allli-Esclavagista de Londres, Lisboa, 1884.
(14) Stanley M. ELKINS, Ob. cit., nota 5, p. 6; confronte-se V. H. Hale BELLOT, American History and
american historians, Londres, 1952.
512
temática, primeiro no espaço da América do Norte, depois nas Antilhas e América do Sul e, finalmente, no resto
do Mundo (15).
Na América o tema apaixonou, não só, historiadores, mas também sociológicos e antropológicos. Foi
precisamente a partir da publicação dos estudos, hoje clássicos, de F. Taunenbaum (1947), S. E. Elkins (1959)
e D. B. Davies (1966) que se deu uma total abertura na perspectivação desta realidade às diversas ciências sociais
e humanas (16). Destas autores destaca-se o primeiro por ter sido o pioneiro das análises comparadas da escra-
vatura (17). É de salientar a total abertura da escola americana, em termos de meios e técnicos de abordagem,
evidenciando-se aqui o recurso à Etno-História, que através da Arqueologia tem dado importantes resultados.
Aqui a referência vai para a pesquisa levada a cabo, entre 1971-73 por Jerome S. Handler e Frederik W. Lanje
na Newton Plantation em Barbados (18).
O recurso à Antropologia e o trilhar de perspectivas inovadoras sobre a dimensão espacio-temporal (19)
da escravatura permitiram, no presente, uma total reforma da História. Assim a escravatura deixou de ser um
fenómeno estritamente ocidental, para se firmar como uma realidade da dinâmica social universal, também da
civilização árabe (20), ameríndia (21) e chinesa (22). Neste contexto assume particular interesse a revelação do fenó-
meno no continente africano, a norte em face do impacto árabe e no interior dominado por inúmeras etnias (23).
Esta rotura espistemológica com a tradicional visão da escravatura condicionou de modo evidente o seu
equacionar pelos historiadores, sociólogos e antropólogos. Mas enquanto na Europa (24) este é um tema que tem
513
33
despertado pouco interesse, na América continua a cativar a atenção de inúmeros investigadores. Daqui resulta
a importante produção dos últimos vinte anos (25) expressa em revistas (26), livros, colectâneas (27) e colóquios (28).
Esta realidade não penetrou no meio historiográfico nacional e ainda nos mantemos arreigados à visão
tradicional, expressa nas décadas de trinta e quarenta, de defesa da impunidade lusíada em face da afirmação
PARRAIM e as actas dos colóquios realizados em Besançon (1971 a 1973) publicados em três volumes. Para o
estudo da continuidade da escravatura no ocidente mediterrânico são de primacial importância os estudos de Char-
les VERRUNDEN (1937-1970), Domenico GIOFFRÉ (1971), V. CORTÉS ALONSO (1964-1973), A. Franco SILVA
(1979) e V. GRAULLERA ALONSO (1964-1973), A. Franco SILVA (1979) e V. GRAULLERA SANZ (1978).
(25) Numa listagem feita em Paris em 1790 -liste des ouvrages sur la traites et l'esclavage- se reu-
niram apenas 59 títulos, enquanto em 1978 Peter C. HOOG em The African Slave Trade and its Suppresion, con-
seguiu juntar 4.675 títulos.
(26) As revistas mais importantes em que esta temática tem merecido destaque são: Joumal of Negro His-
tory (desde 1916), Joumal of Family HistOT)', Anuario de Estudios Americanos, Hispanic American Review, Jour-
nal of Comparative Studies, Journal of African History, etc.
(27) J. PARKER (compil.) Merchants and Schollars in the history of exploration and trade, Mineapolis,
1955; Claire ROBERTSON e M. A. KLEEIN (ed.), The transatlantic slave trade from Africa, Edimbourg, 1965;
Laura FONER e E. D. GENOVESE (eds.) Slavery in the New World a reader in comparative History, New York,
1968; Anne J. LANE (ed.) The debate ove r Slavery. Stanley Elkins and his critics, Chicago, 1971 (debate sobre
o polémico estudo de S. E. ELKINS, Slavery (... ),Chicago, 1959) em que se destacam as aportações de E. D.
GENOVESE, 0. B. DAVIES, H. S. KLEIN, 0. PATTERSON e a defesa final do autor nas pp. 325-378); David W.
COHEN e J. P. GREENE (ed.), Neither Slave or free the Freedman of African desant in the slave societies of the
New World, Londres, 1972 (com textos de F. P. BOWSER, A. J. R. RUSSEL-WOOD, C. MIDLO-HALL,
Y. S. HANDLER, A. A. SIO, etc); Robert B. TOPUN (compil.) SlaveT)' and race relations in Latin America, Wast-
port, 1974; Stanley L. ENGERMAN e E. D. GENOVESE (eds.), Race and Slavery in the Westem Hemisphere:
qualltitative studies, Stanford, 1975, (destacam-se os trabalhos de R. AUSTEY, J. COTMAN, E. P. LEVAN,
R. G. DAVIES, P. O. CURTJN, C. A. PALMER, F. P. BOWSER, C. Dale GOLDIN, S. W. MINTZ); Suzanne MILES
e Igor KoPYTOFF (eds.) Slavery in Africa. Historical and Allthopological perspectives, Wisconsin, 1977 (várias
abordagens sobre o ponto de vista antropológico da escravatura em Africa desde o século XIX, com especial
destaque para a introdução dos editores sob o título «African Slavery as an institution of marginality», pp. 3-84);
Vera RUBIN e Artur DUBEN (eds.) Comparative Perspectives 011 Slavery in New World Plalltation Societies, New
York, 1977; Michael CRATON (ed.), «Roots and Branches. Current Directions in Slave Studies», in Historical
Reflections, VI, n. 0 1 (1979); James L. WATSON (ed.) Asian and African systems ofSlavery, Oxford, 1980 (com
estudos de J. GooDY, P. BURNHAM, S. SHEPHERD, 8. BENEDICT, etc.); Ramos MATEI e A. ANDRÉS (compils.)
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de 1971 a 1972 coordenados por C. MEILLASSOUX); Enrique FLORESCANO (coordenador), Hacienda, Latifun-
dios y Plantaciones en America Latina, Mexico, 1975 (XL Congresso Internacional de Americanistas realizado
em 1972 em Lima, tendo como tema de debate o sistema de propriedade em que se destacam os textos de
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(Secção do VIII Congresso Internacional de História realizado em Budapeste em que se destacam os textos de
W. DEAN, Maria Luiza MARCIUO e H. S. KLEIN); Anuarios.de Estudios Americanos, vol. Lili, Sevilha, 1986
(reune actas do Colóquio realizado em Paris, em Novembro de 1986, para comemorar a abolição da escravatura
nas Antilhas).
514
da escravatura modema. Desde o século XIX que os nossos estudos sobre a escravatura se preocuparam em
mostrar a universalidade e anterioridade do fenómeno, como resposta à aímnação francesa de que os portugueses
teriam sido os geradores da escravidão modema. Assim António Pedro Carvalho (29) afirmava em 1877 que •a
escravidão, é universal e nasce com a História da Humanidade», sendo secundado mais tarde por J. Lúcio de
Azevedo (30) e Manuel Heleno (31).
Foi, precisamente, a partir da defesa da inpunidade nacional na afirmação da escravatura modema que
se definiu o interesse pelo assunto, sem que a conjuntura tenha permitido estudos mais arrojados, de acordo com
o rumo que o tema vinha tomando na Europa e América. Neste contexto a obra de António Carreira (32) para
Cabo Verde parece-nos arrojada, o mesmo sucedendo com o interesse atribuído ao tema nos trabalhos de
F. Mauro (33) e Vitorino Magalhães Godinho (34). Apenas no Brasil, onde o assunto adquiriu uma dimensão inol-
vidável na estrutura sócio-económica foi catapultado para o centro das atenções da pesquisa histórica, a partir
do impulso de Gilberto Freire na década de quarenta (35) e de um modo talvez inequívoco, mas sem que tenha
empenhado os irmãos do lado de cá a igual tratamento quanto às possessões africanas (36). É de salientar que
os estudos mais importantes no último domínio são de ingleses ou americanos (37).
Na Madeira o tema também não tem merecido o necessário destaque pela historiografia local, contribuindo
para isso o paulatino esquecimento desta realidade e o relativo impacto das suas influências no quotidiano na pre-
sente centúria. Alvaro Rodrigues de Azevedo, considerado o pai da historiografia madeirense, nas anotações
às Saudades da Terra, edição de 1873, ignorou esta realidade, que surge com certa evidência na obra de Gaspar
Frutuoso.
Não obstante o tema ter já merecido um tratamento sumário em 1921 pelo Pe. Fernando Augusto da
Silva (38), poder-se-á considerar o opúsculo de Alberto Artur Sarmento (39) como a primeira abordagem indi-
vidualizada e alargada. No entender deste último autor a escravatura na Madeira apresenta-se como •um regresso
à História Antiga, ao tempo patriarcal, com o escravo doméstico; à velha Grécia, com o escravo lavrador; ao
Império Romano, com o escravo industrial» (40). Neste breve estudo é referenciada a importância que a escra-
vatura assumiu na Madeira e das influências das diversas etnias que a compunham, no quotidiano da ilha. Após
isso apenas se poderá indicar três breves apontamentos de Horácio de Gouveia (41), Carlos Montenegro Miguel (42)
João José de Sousa (43), que pouco acrescentam aos textos supracitados, Posteriormente a elaboração
deste texto surgiu mais um estudo, que pouco adianta em relação ao conhecido. Certamente o estudo de maior
515
folego sobre o caso, até então publicado, foi o de Lothar Siemens e Liliana Barreto (44), que esclare-
ceram de forma evidente a situação e importância dos escravos aborígenes canários na Madeira, no período
de 1455 a 1505.
Fora do contexto madeirense destacam-se os trabalhos de Charles Verlinden (45) e S. M. Greenfield (46),
que atribuem particular importância ao caso da Madeira para a afirmação da escravatura no espaço
atlântico.
(44) •Los Esclavos oborigenes canarios en la isla de la Madera (1455-1505)», in A.E.A., n. 0 20,
1974, 111-143.
(45) The Begimzings of Modem Civilization, Nova York, 1970; Les ongmes de la Civi/ization
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gines coloniales de la civilization Atlantique: antécédents et tipes de structure», in Joumal of World History,
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(46) «Madeira and the Beginnings of New World Sugar Civilization ans Plantation on Slavery. A study
in instituion Bulding», in Comparative perspectives and Slavery in New World Plalltation Societies, New
York, 1977, 536-552; •Plantations, Sugar cane and slavery», in Roots and Branches. Currellt Directions in Slave
Studies. Historical Rejlectio!IS!Rejlexions Historiques, vol. II, n. 0 1 (1979), 85-119.
(47) Peter HOGG, Oh. cit ..
(48) F. TAUNENBAUN, Slave and citizen, New York, 1947; S. E. ELKINS, Slavery (... ), Chicago, 1959;
Herbert S. KLEIN, Slavery in the Americas, Londres, 1967; idem, •Sociedades esclavagistas en las Americas.
Un estudio comparativo», in Desarrolo econonúco, n. 0 22/23, Buenos Aires, 1966.
(49) Tenha-se em consideração o Livro de P. D. CURTIN (The Atlantic slave frade. A census,
Londres, 1%9) e o debate que ele gerou; veja-se O tráfico de escravos negros. Séculos XV-XIX, Lisboa, 1979;
P. D. CURTIN, «Measuring the Atlantic Slave Trade», in Race and Slavery in the Westem Hemisphere,
Stanford, 1975, 107-130.
(50) Esta problemática tem provocado aceso debate, mas a opinião de M. I. FINLEY (Ancient and Modem
ldeology, Londres, 1980) é a que tem gerado mais consenso.
(51) Charles VERUNDEN, L"esclavage dans L'Europe de la Civilization Atlallfique, Neuchatel, 1966,
74-175; Vicente CORTÊS ALONSO, I.}j esc/avitud en Valencia ... , Valência, 1964; A. GRAULLERA SANZ, La escla-
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(52) Confronte-se a bibliografia e a breve análise de J. GOODY, •Siavery in time and space», in Asian
and African System of Slavery, Oxford, 1960, 16-42.
(53) R. HELUE, Slavery in Russia. 1450-1725, Londres, 1982, 33-71.
(54) Suzanne MIERS e Igor KOPYTOFF (compil.), Slavery in Africa, Wisconsin, 1977 (de modo especial
a introdução sob o título African Slavery as ar1 institution ofmarginality, pp. 3-84); F. COOPER, Plalltation Sla-
very on the east coast ofAfrica, Londres, 1977; P. E. LoVEJOY, Tranformations in Slavery, Londres, 1983, 11-25.
(55) M. GORDON, L'Esclavage dans le monde arabe. Vlle-XXe siecle, Paris, 1987, 20 e 30-34.
Um dos aspectos particulares da escravatura árabe é a função militar dos escravos, veja-se P. PIPES, Slave
Soldiers arzd Jslam, Londres, 1981.
516
enquanto no mundo árabe, o principal surgidouro de escravos, era a tão proclamada guerra santa e a pirataria
no Mediterrâneo e Atlântico. A última foi devidamente esclarecida para a situação dos cativos castelhanos por
Ellen G. Friedman (56) e S. Clissod (57). Note--se que para os arquipélagos atlânticos (Açores, Canárias e Madeira)
assume particular interesse a escravatura por pirataria e corso, uma vez que muitos insulares a ela forma sujeitos,
mercê dos insistentes assaltos de corsários argelinos. A sua acção incidiu preferencialmente nas ilhas menos defen-
sáveis como Lanzarote (58), Porto Santo (59), e Santa Maria (60).
Esta dinâmica definição de escravatura, juntamente com o recurso a múltiplas técnicas para a abordagem,
tem condicionado a actual pesquisa e contribuíram de forma evidente para a sistematização que fizemos da rea-
lidade madeirense.
(56) Ellen G. FRIEDMAN, Spanish Captives in North Africa in the Early Modem Age, Londres, 1983.
(57) S. Cussoo, The Barbary Slaves, Londres, 1977.
(58) A. RUMEU DE ARMAS, Piraterias y ataques navales contra las is las Canarias, 5 vols., Madrid, 1950;
Luis Alberto ANAY A HERNANDEZ, «Repercusiones dei corso herberisco en Canarias durante e! siglo XVII. Cau-
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(59) Eduardo PEREIRA, Piratas e Corsários nas ilhas·adjacentes, Funchal, 1965.
(60) Jacinto MONTEIRO, •Incursões de piratas argelinos em 1616 e 1675», in Ocidente, n. 0 283, vol. LXI,
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532
ÍNDICES
MAPAS
Págs.
Mapa n. 0
1 -Criação das Paróquias na Madeira. Sécs. XV-XVII ............ .... .. .... .................. 15
Mapa n. 0
2 - Rotas e Mercados dos Escravos . .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. . .. 44
Mapa n. 0
3 - Proveniência dos Escravos na Madeira .. .. . .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 51
Mapa n. 0 4- Mouriscas, mulatos e pretos. Séculos XV-XVII .......... .............................. ..... 136
Mapa n. 0 5-Os proprietários e os escravos. Situação por freguesias ... .................... .... .... ..... 140
Mapa n. 0 6- Escravos, livres e libertos. Situação por freguesias .... .. .............................. ..... 188
535
GRÁFICOS
Págs.
Gráfico n. 0 1 - Local de origem dos escravos e libertos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 50
Gráfico n. 0 5- Evolução decenal do número de registos de baptismo de escravos .. ... .. ...... ....... 76
Gráfico 11. 0 7 - Baptismos de escravos nas cidades de Las Palmas e Funchal. 160 l-1700 . . . . . . . . . . . 80
Gráfico 11. 0 9- Evolução decenal do número de casamentos de escravos . .. ........ ..... .. .. ........... 91
Gráfico 11. 0 10- Número de casamentos, por freguesias, de escravos e libertos. 1538-1700 ........ 92
Gráfico 11.
0
13- Evolução decenal do número de núpcias 98
Gráfico 11. 0 14- Escravos baptizados na presença dos pais ................. ... .. .. .. .. .. .. ....... .... ....... 101
Gráfico 11. 0 16- Os escravos no baptismo: frequência de ilegítimos .. .. .. ... .. .. .. .... .. ... .. .. . . .. . . .. . . . 105
Gráfico 11. 0 17- Evolução decenal do número de óbitos de escravos ........................... .. .. .. ... .. 110
Gráfico n. 0 18- Número de óbitos, por freguesias, de escravos e libertos. 1538-1700 .......... ..... lll
Gráfico n. 0 19- Evolução mensal do número de escravos nos registos paroquiais .......... .. .. ....... ll4
Gráfico 11. 0 21- Percentagem de escravos em relação ao total de registos paroquiais . . . .. .. .. . . . . .. . . . 118
Gráfico 11. 0 25- Evolução anual do total de pretos .............................. .......... ..... .. ............. 134
536
Gráfico n. 0 27- Evolução decenal do número de mouriscos, mulatos e prétos 135
Gráfico n. 0 28- Número de mouriscos, mulatos e pretos por freguesias. Séculos XVI a XVII ... .. 137
Gráfico n. 0 33- Percentagem mensal dos registos paroquiais na capitania do Funchal . . . . . . . . . . . . . . . . 154
0
Gráfico n. 34- Movimento sazonal de baptismos e casamentos de escravos ............. .. .. .... .. ... .. 158
Gráfico n. 0 37- Evolução decenal do número de escravos, libertos e livres (mourisco, mulato e preto) 192
0
Gráfico n. 38- Número de escravos e libertos por freguesias. Séculos XVI-XVII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
537
QUADROS
1. TEXTO
Págs.
Quadro n. 0 1 - Local de origem dos escravos e libertos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Quadro n. 0
5 - Número de anos em falta nos registos paroquiais . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 72
Quadro n. 0
10- Mãe e filhos- Situação étnica . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Quadro n. 0 12•- Evolução dos Crismas na Madeira ...................... ................... ..... .. .. .. .. ..... 87
Quadro n. 0 13- Número e aumento por decénios dos casamentos de escravos 1538-1700 . . . . . . . . . . . 90
Quadro n. 0 16- Os escravos e a família ................. .... .......................... .. ................. .. ... .. 100
Quadro n. 0 17- Filiação dos escravos ......................... ......... ............... .... .... ... .......... ... .. 102
Quadro n. 0 19- Movimento global das núpcias- Livres, escravos e libertos . .... .. .. ... ........ .. ... .. 105
Quadro n. 0 20- Número e aumento por decénios dos óbitos de escravos. 1538-1700 ......... .. ... .. 109
Quadro n. 0 21- Movimento decenal de livres, escravos e grupos étnicos nos registos paroquiais .. 117
Quadro n. 0 22- Movimento de escravos, livres e étnias nos registos paroquiais . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
Quadro n. 0 23- Movimento decenal do número de escravos, libertos e livres ............. .... .. ....... 121
538
Págs.
Quadro n. 0 26- Percentagem de escravos em relação aos dados da população e registos paroquiais 125
Quadro n. 0 30- Evolução dos grupos étnicos- Séculos e Capitanias .. .. ... .... .. ...... ... .. . . .. .. .. .. . .. 138
Quadro n. 0 31- Proprietários de escravos ................. ................... ....... ................... ......... 141
Quadro n. 0 33- Proprietários: Relação entre o ofício e o número de escravos ......................... 145
Quadro n. 0 34- Relação entre os escravos e o património do proprietário ......... ............. .. ..... .. 147
Quadro n. 0
37- Proprietários com mais de dez escravos ....................................... ·.... .... ..... 151
Quadro n. 0 41- Relação entre os escravos e o açúcar ............................ .. .. ............... .. ....... 172
Quadro n. 0
42 - Relação entre os escravos e a produção de açúcar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
Quadro n. 0
43- Os escravos e a cultura da cana de açúcar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176
Quadro n. 0 44- Os escravos e as formas de alforria . .. .... .. .. ... .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. . .. 184
Quadro n. 0 45- Situação dos escravos libertos .... ..... .... ................... ......... ............... ......... 190
2. ANEXO
Quadro n. 0 47- Freguesias da Madeira. Séculos XV-XVII ...... .. ........... .......... .. ... .. .. .. .. .. ... .. 234
Quadro n. 0
50- Água de Pena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
Quadro n. 0
51- Arco da Calheta ............... .. ................... ........... ....... .. .. .. ........... .. .. .. ..... 238
Quadro n. 0
55- Caniçal 243
539
Págs.
Quadro n. 0 56- Caniço 245
0
Quadro 11. 57- Estreito da Calheta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246
Quadro 11.
0
59 - Faial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248
Quadro n. 0
63- Machico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252
Quadro n. 0
64- Monte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253
Quadro n. 0
69- Ribeira Brava . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259
Quadro 11. 0 71- Santana ................. ..... ...................................... ..... .... ............. .. .... ..... 264
Quadro n. 0
73- Santo António . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 266
Quadro n. 0
~5 - São Jorge . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268
Quadro li. 0
77- S. Pedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270
Quadro n. 0
79- São Vicente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279
Quadro n. 0
81- Tábua ... ......... .... ............. .. .. ... ...... ............................ .... .................. .. 301
Quadro 11. 0 85- São Pedro ... ................. ...... .. ....... .. .............................. .. .. ... .... ......... .. 310
540
ESCRAVOS E LIBERTOS NOS REGISTOS DE ÓBITOS
Págs.
Quadro n. 0 88- Câmara de Lobos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
Quadro n. 0
96- São Roque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 333
Quadro n. 0
100- Outras freguesias . .. ... .. .. .. . . .. . . ... . . . . . . . . .. .. ... .. .. .. .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .. . . .. . . . . . . . 340
Quadro n. 0 101- Escravos e étnias como testemunhas ............ .......... ... .... .. ......... .. .. .. .. ..... .. 341
Quadro n. 0 104- Escravos e etnias na Inquisição. Visitação <!e 1618 . ............... ....... .. ...... ... .. 352
Quadro n. 0 105- Venda de escravos da Madeira em Lanzarote. 1619-1634 .. ............... .. .. ....... 353
Quadro n. 0
108- Proprietários e o número de escravos. Freguesias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 395
Quadro n. 0
III - Os escravos e etnias perante a morte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403
Quadro n. 0
112- Movimento mensal dos escravos nos registos paroquiais ..... ............... ........... 409
Quadro n. 0 113- Total Geral ...... .. ..... .. .. ........ ..... ............... .. ......... .. .. ...... ..... .. .. .. .. ....... 413
Quadro n. 0 JJ4- Evolução decenal de escravos nos livros de registo paroquiais. Baptismos .. ... .. 414
Quadro 11. 0 JJ5- Evolução decenal de escravos nos livros de registo paroquiais. Casamentos . .. . . 416
Quadro 11. 0 JJ6- Evolução decenal de escravos nos livros de registo paroquiais. Óbitos . .... .. ..... 418
Quadro 11. 0 117- Evolução decenal nos registos paroquiais de livres, libertos e escravos . . . . . . . . . . . . 420
Quadro n. 0 JJ8- Movimento anual de livres, libertos e escravos ............................... .... ....... 421
541
Págs.
Quadro n. 0
119- Grupos étnicos e libertos. Movimento decenal ................................... ....... 422
Quadro n. 0 124- Mouriscos. Freguesias e décadas . . ..... .. .... ..... .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. . . . .. 430
Quadro n. 0 127- Baptismo de escravos . .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. . . . . . . . . ... .. 433
Quadro n. 0
130- Óbitos de escravos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 436
Quadro n. 0
132 - Escravos. Freguesias e décadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 438
Quadro n. 0
135- Proprietários de canaviais e escravos ................. ....... .. .. .. .. .. .. ... .. .... ....... .. 441
Quadro n. 0
137- Proprietários de escravos e a nobilitação . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 445
Quadro n. 0 141- Situação sócio-profissional dos escravos, livres e etnias ....... .. .... ... .. .. .. ......... 449
542
ÍNDICE GERAL
Págs.
1. INTRODUÇÃO 5
2. O ARQUIPÉLAGO E O ESCRAVO . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . .. .. . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
CONCLUSÃO 227
543
Págs.
5. AS POSTURAS INSULARES ................................................................................. 491
1. Fontes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 501
2. Bibliografia 511
ÍNDICES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 533
1. Mapas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 535
2. Gráficos .. .. .. .. .. .. . . . .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. . .. .. .. . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . ... .. 536
3. Quadros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 538
544