Está en la página 1de 2

Cuando hablamos de ABP o PBL podemos estar hablando de Aprendizaje Basado en Proyectos o en

Problemas (o en Resolución de Problemas), en inglés Problem/Project Based Learning. Ya el simple


hecho de que las siglas coincidan parece confuso, pero aún lo es más si intentamos distinguir los dos
planteamientos.

Tienen más puntos en común que diferencias, algunos autores incluso consideran que el Aprendizaje
Basado en la Resolución de Problemas es un subtipo dentro de Aprendizaje Basado en Proyectos,
indicando que “son las dos caras de la misma moneda”.

En ambos casos los alumnos se sitúan en el centro de la acción educativa, teniendo que resolver
situaciones a través de su conocimiento, recursos, investigación y reflexión. El trabajo cooperativo es
imprescindible, potenciando habilidades y destrezas claves para la vida adulta, así como competencias
sociales, lingüísticas y comunicativas.

Mecanismo con pantallas para ilustrar ABPPara que estos tipos de aprendizaje tengan éxito, tanto el
modo de plantear el tema como su elección es muy importante, debiendo de ser de interés para los
alumnos, ya que dedicarán un tiempo, más o menos largo, a su elaboración. La motivación es
fundamental.

Del mismo modo, los ABP no tienen una única solución, la respuesta es abierta, al igual que los caminos
seguidos para alcanzar los objetivos finales. La búsqueda activa de información, así como su
comprensión crítica, resultan fundamentales, en un proceso continuo de reflexión y evaluación.

La competencia digital suele estar presente en ambos ABPs, además de suponer una temporalización
más amplia que la tradicional división en unidades didácticas. Las dos metodologías suponen
interdisciplinaridad y transversalidad. En los actualmente denominados como Makerspaces también se
dan la mano, combinando la tecnología, con la resolución de problemas y la consecuente construcción
de un artefacto.

En relación a las diferencias, en el Aprendizaje Basado en Problemas, se comienza por la presentación de


un problema, que puede tener la forma de un caso. Se utiliza el modelo de preguntas y el resultado no
implica la necesaria presentación de un producto, sino solucionar la cuestión planteada. Por su parte, el
Aprendizaje por Proyectos sí que supone la creación de un producto final tangible, que siempre suele
estar vinculado al mundo real, mientras que el primero puede implicar una situación ficticia o una
simulación.
Añadido a lo anterior, en el Aprendizaje por Proyectos puede haber varios focos, y en ocasiones su
extensión en el tiempo es mayor que la del Aprendizaje por Problemas, que suele incluir un único
problema con los pasos muy marcados, mientras que en el primero las indicaciones pueden ser más
generales, dejando un margen más amplio para la creatividad y la flexibilidad.

Imagen de niña con diferentes globos para ilustrar ABPDe manera general, el Aprendizaje Basado en
Problemas incluye grupos de trabajo más grandes, que se ven reducidos al menos a la mitad en el
Aprendizaje Basado en Proyectos. Además, en el primero, el contraste de opiniones juega un papel
fundamental, para resolver el problema planteado, mientras que en el segundo tipo la organización del
grupo, la planificación y el productor son aspectos centrales.

Tomando el Aprendizaje Basado en Proyectos como una aproximación más amplia, si nos decidimos por
esta aproximación, se recomienda empezar por pequeñas ideas para la asignatura, incluso en forma de
Aprendizaje Basado en Problemas, para luego poder involucrar a más profesores o que, finalmente, todo
el centro pueda hacer una transición hacia el ABP.

Resultará muy interesante tener un repositorio de Proyectos y formar al profesorado en esta


metodología. Se debe contar con los recursos adecuados, tanto para su implementación como para su
evaluación. Poder conocer otras experiencias servirá para obtener ideas y gestionar nuestras propias
iniciativas.

Sin duda alguna, un ABP implementado junto a técnicas como el aprendizaje cooperativo, uso de nuevas
tecnologías o el aprendizaje personalizado, es parte de la educación que está por venir, el desarrollo de
competencias cognitivas y no cognitivas de los alumnos supone un paso necesario hacia su autonomía y
futuro laboral

También podría gustarte