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ENSAYO DE LA PAZ

“La paz siempre está en proceso y no tiene un fin último”. Erika Tatiana Jimenez Acero

Cuando hablamos de paz, solemos darle un significado formal, es decir, que diga lo
que la humanidad desea escuchar. ¿Pero, acaso se la práctica? ¿Se vela por ella?,
estos son cuestionamientos que hoy en día son válidos hacerse; porque la paz no es
un proceso de un día, sino una construcción diaria, desde cualquier lugar y en
cualquier momento. La paz debe ser considerada como un derecho, como una
responsabilidad de todos.
Para encontrar la paz, es necesario educarse en ella, la paz es una actitud vital, es a
través de ella que, mediante el diálogo, el debate razonado de ideas y los correctos
actos de justicia, se puede conseguir erradicar la violencia no solo en nuestras vidas,
sino también en el país, ciudad, pueblo en el que vivimos.
Es necesario mencionar que no es fácil educar a una gran nación en aras de
encontrar la paz para la solución de conflictos. Porque hoy en día nadie considera
que la paz es un derecho, sino más bien un estado del ser humano, que le permite
ser libre. Es inevitable ver, como cada día se quebranta el verdadero significado de
la paz, solo por las acciones del ser humano, que, con el paso del tiempo, se han
segado, por la sed de poder y por la sed de la falsa justicia.
La búsqueda de la paz es algo que todos los seres humanos tenemos en común,
puesto que todos la buscamos, todos queremos alcanzarla. Se trata de algo que todos
anhelamos sentir, pero que en un mundo tan acelerado como en el que vivimos, su
búsqueda resulta bastante difícil.
Nosotros como personas guayaquileñas, educadas en paz, amor, comprensión y
bondad, debemos hacer notar que la voz del pueblo existe; que ningún conflicto o
desacuerdo se logra mejorar si se usa la violencia para darlos por terminado. Los
casos que hoy en día se ven por los medios de comunicación son alarmantes, ya no
hay seguridad, ya no hay confianza por parte del pueblo en los poderes mayores
dentro del estado, todo esto porque hemos vivido oprimidos, oprimiendo nuestros
pensamientos, nuestros derechos, nuestros anhelos por recuperar una patria que
hoy en día es fácil decir que está pérdida e irreconocible.
¿Qué más se puede hacer? No callar, si queremos paz, debemos actuar para tenerla,
no dejar en impunidad todos los casos que queremos que se resuelvan. El individuo
del hoy y del mañana, debe actuar con obediencia y con dependencia, para llegar a
obtener un resultado; primar siempre la reflexión de las acciones de los individuos,
desarrollando el pensamiento crítico y la cooperación que nos guíe hacia una forma
de vivir en libertad.
Hay que tener en cuenta que no debemos actuar como los creadores y opresores del
pueblo. Es la violencia de los débiles y maltratados que siempre trae más violencia,
la de los gobiernos y los ejércitos que reprimen con dureza cualquier acto violento
con más violencia, por lo que actuar de la misma forma, no es una opción.
Todos merecemos ser escuchados, todos merecemos vivir en un mundo, donde salir
a las calles, no sea un peligro. La paz empieza por reconocer que no siempre tenemos
la razón, que los demás también tienen sus razones. La paz es indispensable para el
desarrollo humano, pero para nunca dejarla y construirla de la mejor manera
posible, hay que construir una humanidad, con una educación transformadora,
porque la educación es el pilar de la inclusión y la oportunidad de poder salir
adelante.

María Elena Moreno Q.

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