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DENOMINACIONES

DE ORIGEN Y MARCAS NO TRADICIONALES


DOCUMENTO TÉCNICO
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Denominaciones
de origen y marcas no tradicionales
Documento técnico Superintendencia
de Industria y Comercio
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

PABLO FELIPE ROBLEDO DEL CASTILLO


Superintendente de Industria y Comercio

JUAN DAVID DUQUE BOTERO


Secretario General

JOSE LUIS LONDOÑO FERNÁNDEZ


Superintendente Delegado para
la Propiedad Industrial

ANA MARÍA URIBE NAVARRO


Jefe Oficina de Servicios al Consumidor
y de Apoyo Empresarial
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Contenido
Pág.

Primera Parte

Antecedentes y justificación del documento

Aspectos generales de las indicaciones geográficas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

1. El sistema de protección de las indicaciones geográficas. . . . . . . . . . . . .11


Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Pág.

1.1 Razones de protección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12

1.1.1 Vínculo entre el producto de origen y la propiedad intelectual . . . . . . . . . . . . .17

1.2 La conceptualización y sistemas de protección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19

1.2.1 Conceptualización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19

1.2.2 Sistemas de protección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .23

1.2.2.1 Sistemas de protección contra la competencia desleal y el engaño . . . . . . . .23

1.3 Denominaciones de origen protegidas e indicaciones


geográficas registradas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26

1.4 Marcas colectivas y de certificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28

1.5 Regímenes administrativos de autorización


de comercialización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31

2. El sistema colombiano de protección de las indicaciones geográficas 33

2.1 Definición de denominación de origen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .34

2.2 Requisitos sustantivos para declarar la protección


de la denominación de origen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35

2.3 Trámite de la solicitud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .36

2.3.1 Titularidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .37

2.3.2 Alcance de la protección. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38

2.4 Denominaciones de origen extranjeras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .40

2.4.1 Administración de la denominación de origen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .42

2.4.1.1 Legitimados para solicitar delegación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .43

2.4.1.2 Concepto de beneficiarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .43

2.4.1.3 Trámite de la solicitud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .44

2.4.1.4 Autorización de uso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .46

2.4.2 Solicitudes de protección de denominaciones


de origen y su estado en Colombia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .47

2.5 Indicaciones de procedencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .52

2.6 Marcas colectivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .53

2.7 Marcas de certificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .57

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Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Pág.

3. Falencias y debilidades del sistema de indicaciones geográficas


en Colombia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

3.1 Desconocimiento de la institución


de las indicaciones geográficas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61

3.2 Ausencia de asociatividad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63

3.3 Ausencia de investigación y desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

3.4 Vacíos legislativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .66

3.4.1 Respecto del trámite de la solicitud de obtención


de la Declaración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

3.4.2 Falta de claridad en la legitimación, en la definición de los beneficiarios,


sus derechos y las posibles diferencias con los usuarios. . . . . . . . . . . . . . . . .69

3.4.3 Falta de claridad respecto de los derechos


de terceros y ausencia normativa regulatoria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70

3.4.4 Ausencia de normativa o regulación del uso de la expresión


DENOMINACIÓN DE ORIGEN o ausencia de sello nacional de
denominación de origen protegida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

4. Recomendaciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

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Denominaciones
de origen y marcas no tradicionales
Documento técnico Superintendencia
de Industria y Comercio
Primera Parte

Antecedentes y justificación del documento


Aspectos generales de las indicaciones geográficas

Este documento ha sido elaborado por la Superintendencia de Industria


y Comercio en respuesta a varias circunstancias que han tenido lugar en
los últimos años en torno a las indicaciones geográficas colombianas que
han sido objeto de referencia en diferentes escenarios.

Así, la declaración de protección de algunas de las indicaciones geográ-


ficas colombianas más reputadas a nivel nacional e internacional hace ya
varios años, las negociaciones internacionales relacionadas con tratados
multilaterales y bilaterales y las políticas públicas relacionadas con la in-
serción de la propiedad intelectual en la competitividad han puesto las
indicaciones geográficas (IG) en el mapa político y económico y han sido
también objeto de estudios a fin de involucrarlas en el desarrollo y crea-
ción de competitividad de diferentes colectividades colombianas.

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Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

En efecto, el documento Conpes 3533 de 2008, “Bases de un Plan de


Acción para la Adecuación del Sistema de Propiedad Intelectual y a la
Competitividad y Productividad Nacional, reveló que “son muy pocos los
signos distintivos de empresas colombianas que han logrado posicionarse
en el mercado externo y que el país se enfrenta al reto de hacer que los
signos sean realmente posicionados en el mercado interno y externo”.

Considera entonces que “la utilización de formas de protección como las


marcas colectivas, de certificación y las denominaciones de origen podrá
permitir a asociaciones y agremiaciones agrupar sus productos y servicios
bajo un solo signo, de manera que sus miembros los utilicen para identifi-
carse con un nivel de calidad y/o requisitos establecidos”.

Así mismo, expresa que “el potencial de la protección por marcas colecti-
vas se observa en los productos artesanales, puesto que muchos de ellos
tienen un carácter emblemático. (…) Éstos y otros productos artesanales
y agroindustriales hacen parte de la identidad más profunda y apreciada
de comunidades y regiones colombianas y a través de ellos comunican
tradiciones y valores de gran significación”.

En cuanto a las marcas de certificación, el Conpes expresa que “también


se hace evidente en la estandarización de ciertos procedimientos como
los casos del sello de calidad de la leche y de la carne, el sello de sanidad
ICA, el sello de calidad hecho a mano para artesanías, la producción sos-
tenible ecológicamente y el turismo, entre otros”.

Finalmente, manifiesta que “las denominaciones de origen tienen impacto


o incidencia de tipo económico (instrumento de negociación que influye
en el precio de producto y el reconocimiento a nivel internacional), social
(asociatividad y beneficios para los productores, sobre todo si se trata de
zonas geográficas poco favorecidas, generación de empleo, entre otros) y
medioambiental (conservación de las áreas geográficas, preservación de
técnicas tradicionales).

Igualmente, las denominaciones de origen pueden incidir en el desarrollo


del turismo, las exportaciones y la competitividad (porque la identidad que
le imprime al producto representa para éste un alto valor agregado en
términos de calidad, cualidades especiales relacionadas con la región y
reconocimiento)”.

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Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Identificadas estas potencialidades, el Conpes expresa que el escaso uso


de las denominaciones de origen colombianas protegidas no solo en el
territorio nacional, sino en el exterior puede obedecer, entre otras, a las
siguientes razones:

• Ausencia de conocimiento de la naturaleza, características y ventajas


de esta categoría de signos distintivos.

• Concepción limitada del alcance de identificar un producto con una


denominación de origen, motivo por el cual se han desaprovechado
oportunidades frente a productos de alcance regional y subregional,
lo que agrega mucho más valor, justamente por su especificidad y
exclusividad.

• La materia no se conceptualiza en el régimen colombiano desde la


óptica de las políticas agropecuarias y de desarrollo rural, y desde las
políticas de promoción turística, comercial y de competitividad con
objetivos definidos dentro de las mismas 40.

• Desconocimiento o falta de elementos técnicos y tecnológicos (ej:


materiales de referencia o laboratorios de ensayo) para la caracteriza-
ción técnica de los productos o para su normalización técnica.

• Falta de recursos para llevar a cabo los procesos técnicos de de-


terminación inicial o posterior de las características técnicas de los
productos o para lograr la participación de los pequeños productores.

Con base en lo anterior, el Conpes recomendó “al Ministerio de Comercio,


Industria y Turismo, al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, a Arte-
sanías de Colombia, Proexport y a la SIC, con el apoyo del MAVDT y del
Ministerio del Interior y de Justicia, diseñar y elaborar un programa para
promoción de la protección de marcas colectivas, marcas de certificación
y denominaciones de origen, mediante una estrategia de divulgación diri-
gida a gremios específicos y al público en general. Para ello, se requerirá
una debida implantación de la política Lineamientos para una Política de
la Calidad, Conpes 3446”.

En la sesión extraordinaria de la Comisión Intersectorial de Propiedad In-


telectual celebrada el 27 de octubre de 2010, los miembros buscaron

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generar lineamientos de trabajo que permitieran trazar una política de Es-


tado en materia de propiedad intelectual y un seguimiento de la misma y
se promoviera un mayor aprovechamiento de las herramientas del sistema
de propiedad intelectual. En dicha sesión se señaló que el primer logro en
esta vía es el reconocimiento económico y estratégico de la propiedad
intelectual en el Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014.

Asimismo, en la sesión se reconoce que persiste el bajo uso del sistema


de propiedad industrial. No obstante, se acentúa en el hecho de que la
propiedad intelectual es sin dudas el apoyo transversal que requiere la
locomotora de “Sectores Basados en Innovación”.

En consecuencia, y en relación con las indicaciones geográficas, el Mi-


nisterio de Comercio, Industria y Turismo propuso a la Subcomisión de
Propiedad Industrial la elaboración de un documento de política para el
desarrollo de las indicaciones geográficas.

De conformidad con lo anterior y teniendo en cuenta sus funciones, la


Superintendencia ha elaborado el presente documento y lo ha puesto a
consideración de la Subcomisión de Propiedad Industrial para que sea
presentado a la Comisión en su sesión ordinaria.

El documento recoge los aspectos técnicos y jurídicos y en alguna medida


económicos de las indicaciones geográficas en el entorno internacional y
hace un diagnóstico de la situación jurídica de las indicaciones geográfi-
cas en el entorno nacional, para presentar una serie de recomendaciones,
deseando que las mismas puedan ser útiles para el desarrollo de las polí-
ticas públicas en la materia.

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1. El sistema de protección
de las indicaciones geográficas

El sistema de protección de las denominaciones de origen se estable-


ció debido a la necesidad de proporcionar un recurso contra las prác-
ticas comerciales fraudulentas que guardaban relación con el origen de
los productos agrícolas y, en particular, los productos de la vid. Aunque
es probable que dichas prácticas sean tan antiguas como el comercio
mismo, solían ocurrir con mayor frecuencia durante los períodos en los
que escaseaba la oferta de determinados productos, como era el caso de
determinadas vides durante la crisis de la filoxera que tuvo lugar en varias
partes de los viñedos europeos en el siglo XIX.

Aunque su conceptualización se vincula de manera directa al siglo XX,


sus raíces y principales consecuencias datan de tiempos anteriores. En
efecto, en Europa, las leyes concernientes a las indicaciones geográficas
han existido por cientos de años. Así, en Yugoeslavia el Chapter of Steven
reguló la venta de vino en 1222. En la edad media aparecieron las lla-
madas marcas de asociaciones o “guildmarks”, las cuales fueron medios
comúnmente usados para indicar el origen geográfico de los productos,
algunos de ellos aún conocidos, como el vidrio murano de la isla de Mu-
rano en Venecia, Italia.

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Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Pero no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XIX el empleo de las
indicaciones geográficas como medios de individualización y de promo-
ción de productos agrícolas y artesanales empieza a ser cada vez mayor
y relevante en el tráfico mercantil. Así, y en especial en aquellos casos en
los que los productos ostentaban características específicas debidas al
lugar de producción, extracción o cultivo, se emplearon las indicaciones
geográficas como signos identificadores de productos. En ocasiones eran
la única forma de designarlos y, en otras, se utilizaban al lado de otro iden-
tificador como la marca.

Ahora bien, “por efecto de la expansión de las actividades comerciales a


mercados transnacionales se contribuyó a crear y consolidar la vincula-
ción de algunos productos con sus zonas geográficas de producción. Así,
la vinculación que se fomentaba se erigía a su vez como el factor atrayente
para los clientes, como consecuencia de las asociaciones que éstos ha-
cían entre las características del producto y su origen geográfico, decan-
tando así las preferencias de los consumidores en aquellos productos que
ostentaban una calidad debida a su procedencia.

“Sin embargo, los innegables alicientes que encerraba dicha práctica co-
mercial se vieron empañados por la ausencia de un adecuado y eficiente
sistema de protección frente a la utilización de indicaciones falsas. (…) Al
no disponer de medios civilizados de represión de las conductas desa-
prensivas, consistentes fundamentalmente en presentar en el mercado
productos como procedentes de un determinado lugar geográfico siéndo-
lo en realidad de otro, se generaban indudables perjuicios tanto para los
comerciantes que ofertaban los productos de los verdaderos lugares de
origen como para los compradores de los productos que creyendo que
éstos procedían del lugar por ellos querido, su procedencia geográfica real
era otra”1.

1.1 Razones de protección

En atención a los antecedentes, es decir, con las prácticas desleales co-


mentadas y acrecentadas durante la época de la crisis de las filoxeras, se

1
Manuel José Botana Agra. Las denominaciones de origen. Volumen 2. Marcial Pons, 2001, Ma-
drid, Barcelona. Pág. 46.

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Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

creó un marco jurídico de protección (establecido en el Convenio de París


de 1883). Así, los principales supuestos que sirven de base a la protección
de estos signos son:

• La leal indicación del origen del producto como mecanismo de atrac-


ción y protección del consumidor;

• La preservación de una determinada calidad que redunda en la pre-


ferencia del consumidor y, en consecuencia, en un valor agregado; y

• La protección de la reputación del origen creada por la autogestión


de los productores para generar un producto distinto y reconocido.

La indicación geográfica, además de cumplir con su función identificadora


de un origen, cumple la función de información al consumidor sobre unas
cualidades específicas y, en consecuencia, de atraer hacia este sus prefe-
rencias por virtud misma de esas calidades.

Entre más conocida es una indicación geográfica, su valor aumenta, como


ocurre con los demás signos distintivos. Para la persona o personas que
elaboran, transforman o producen el bien identificado por la IG, esta se
convierte en la herramienta de comunicación de un producto único o di-
ferenciado, de suerte que la designación del origen ha pasado de ser un
descriptor a ser un verdadero signo distintivo.

En consecuencia, la imitación de una IG, al igual que la de cualquier otro


signo distintivo, resulta peligrosa para su reputación y, por ende, para sus
ingresos. Pero la protección de la reputación tiene un interés incluso ul-
terior; la protección de dicha reputación es en esencia también una pro-
tección o prevención del engaño en el que puede incurrir el consumidor.

Construir reputación es un proceso largo y costoso, así como lo es mante-


nerla, en especial en relación con las indicaciones geográficas. Para cons-
truir reputación se requiere la existencia previa de una voluntad colectiva
que se autorregule y comprometa a generar y mantener las calidades es-
pecíficas en un producto. Se requiere de la creación de planes y estrate-
gias de comunicación, pues el producto no define por sí solo la idea de
calidad en los consumidores, es decir, se necesita que estos hayan sido

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objeto de un proceso educativo, el cual solo se logra mediante ingentes


inversiones publicitarias o estrategias de comunicación.

Adicionalmente, en el caso de las indicaciones geográficas, su diferen-


ciación no está únicamente basada en una relación de preferencia en ca-
lidades: buenas, malas o regulares, sino en generar preferencias por las
características particulares de un producto, con independencia de su su-
perioridad frente a congéneres.

En este orden de ideas, el consumidor que ha sido educado o a quien


ha llegado de manera efectiva la información relacionada con el producto
objeto de protección por IG lo adquiere y prefiere porque él reporta de
manera consistente una calidad específica, de manera que al adquirir un
producto que falsamente indica el mismo origen lo asalta en su derecho a
escoger libre y de forma transparente los productos.

Así, al igual que el resto de signos distintivos, la Propiedad Industrial pro-


tege las indicaciones geográficas no por su novedad o arbitrariedad, o
porque ellos comporten un esfuerzo innovador o creativo, como ocurre
con los derechos de autor o las patentes de invención. La razón de la pro-
tección de las indicaciones geográficas bajo esta institución es en parte
igual a la de protección de los demás signos distintivos, esto es, el reco-
nocimiento de un esfuerzo industrial para que un producto refleje unos
valores, calidades o cualquier otra información, que en el caso de las mar-
cas estará referida a un empresario o empresa individual, en tanto que en
las indicaciones geográficas estará referida a una colectividad. En uno u
otro caso, se habla de diferenciación o distintividad. En consecuencia, el
ordenamiento jurídico protege la distintividad del indicador; si se trata de
una marca, la distintividad de este identificador de un origen empresarial;
si se trata de una indicación geográfica, la distintividad del indicador de un
origen geográfico.

Lo anterior lleva a reiterar la necesidad de un sistema de protección sólido.


Así como la no protección de la distintividad de las marcas puede acarrear
la desaparición de la competencia y, en consecuencia, de la empresa, la
no protección efectiva de la distintividad adquirida por una indicación geo-
gráfica tanto a nivel internacional como nacional e inclusive regional puede
llevar a la desaparición del vínculo entre aquella y la zona geográfica y, por

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Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

consiguiente, la desaparición de la actividad económica a la que se refiere


el respectivo bien.

La utilización indiscriminada del origen para referirse al producto como


una especie hace que la indicación geográfica caiga en la categoría de
genérico con las subsecuentes pérdidas de ingreso para sus productores,
al dejar de percibir primas basadas en la diferenciación. De esta manera,
la patología de las indicaciones geográficas es la genericidad, pues una
vez ha adquirido dicha categoría es bastante difícil salirse de ella, y lograr-
lo requeriría inclusive de mayores esfuerzos que el inicialmente invertido
para alcanzar la distintividad.

De otra parte, existen otras razones para la protección de las indicaciones


geográficas, que están más asociadas a otras circunstancias o a las ra-
zones económicas y sociales que circundan las indicaciones geográficas.

En este sentido, el empleo local proporcionado por las pequeñas empre-


sas que se dedican a bienes agroalimentarios contribuye a mantener ac-
tividades económicas y poblaciones en las zonas rurales, especialmente
las áreas alejadas y menos favorecidas.

Las cualidades específicas de los productos tradicionales se asocian ge-


neralmente con un sistema extensivo de producción y elaboración artesa-
nal. Ello implica un mayor índice de empleo que en los sistemas intensivos
e industrializados para productos básicos o innovadores. Esta situación
guarda relación no solo con el número de empleos vinculados a los pro-
ductos tradicionales, sino también con el tipo de trabajo, según las cuali-
ficaciones, la variedad, el reconocimiento social, etc.

En las áreas en las que la mecanización es difícil o costosa, los métodos


de producción tradicionales son la única manera de mantener actividades
y un cierto nivel de empleo, pero principalmente de generar valor agrega-
do derivado de mayor intervención humana que mecánica, lo cual debe
ser informado al consumidor para que este reconozca esa inversión y por
su demanda genere dicho valor.

Aparte de las actividades asociadas directamente con las cadenas de


suministro de productos tradicionales (comercio, conservación, envase,
controles), los productos identificados bajo indicaciones geográficas pue-

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Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

den consolidar otras actividades, especialmente en los sectores del turis-


mo y de la gastronomía.

Generalmente, las actividades turísticas son un incentivo poderoso para


el desarrollo de los productos tradicionales, y estos productos también
son un elemento importante para el desarrollo del turismo. Esta tendencia
se refleja en el número de museos, proyectos de desarrollo turístico, así
como actividades propuestas a los turistas centradas en productos loca-
les nacionales o internacionalmente conocidos.

Los derechos colectivos sobre el saber hacer, los recursos y la designa-


ción asociada con un producto tradicional justifican la gestión colectiva del
sistema. Ello puede brindar una base efectiva para la regulación territorial
y permitir a los poderes públicos delegar algunas tareas de gestión (con-
troles, cantidades, uso sostenible de recursos, etc.). A cambio, la gestión
colectiva es un factor clave para el éxito de la promoción, ya que asegura
una mejor comercialización, procedimientos y un reconocimiento unifor-
mes, así como un proceso eficaz de autocontrol/certificación.

Los productos y sistemas alimentarios y agrícolas tradicionales también


están vinculados a cuestiones de sexos. Su producción implica un trabajo
realizado por mujeres, a menudo en la fase de elaboración o en el punto
de la venta (en especial, la venta directa a los consumidores finales). Por
consiguiente, la promoción, la producción y el comercio de estos produc-
tos son maneras de dar un reconocimiento social y económico positivo al
trabajo de mujeres, brindándoles una oportunidad para que contribuyan
a generar valor añadido en la explotación agrícola o la pequeña fábrica.

La adición de valor a los productos identificados con indicaciones geo-


gráficas aumenta la autoestima de los actores locales cuando toman
conciencia del valor de sus productos y tradiciones o del modo de vida
asociado a los mismos, especialmente en las áreas menos favorecidas y
alejadas, reduciendo así su sensación de exclusión.

Finalmente, los productos objeto de protección por los sistemas de indi-


caciones geográficas se basan en recursos y materias primas locales, por
lo que son sostenibles, pues estas prácticas aseguran la continuidad del
vínculo mediante la gestión colectiva de los recursos, el uso de recursos
biológicos específicos a nivel local, la diversidad de la producción, etc.

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Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

La conservación y el uso sostenible de especies o variedades y razas tra-


dicionales que constituyen recursos genéticos representan una cuestión
importante. En el contexto de los cambios actuales, esto es particular-
mente relevante en relación con el cambio climático.

El reconocimiento y la protección de las IG pueden contribuir a la pre-


servación tanto de la biodiversidad de razas y variedades como de sus
combinaciones variadas en un área geográfica. En efecto, la variedad o
la raza local específica corresponden a menudo a la materia prima de los
productos identificados por las IG, mientras que las prácticas tradicionales
reflejan el equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza, que lleva a la
conservación de ecosistemas sumamente diversos.

1.1.1 Vínculo entre el producto de origen y la propiedad


intelectual

Los productos que compiten en el mercado necesitan diferenciarse y por


ello también los productos cuya calidad está vinculada al origen encuen-
tran ventajas para su protección en la propiedad intelectual, aunque sus
implicaciones vayan mucho más allá de lo jurídico o administrativo.

Estas ventajas explican el desarrollo de las indicaciones geográficas tanto


en productos genéricos de exportación, como el café y el té, en los que
se observa una tendencia a la diferenciación por el origen, como en pro-
ductos dirigidos a mercados locales o nacionales.

Las investigaciones sobre los productos de calidad vinculada al origen


han sido importantes en algunos países de Europa, donde este enfoque
es antiguo y ahora adquiere relevancia en otros países, en particular aque-
llos en vía de desarrollo. El interés alrededor de esta temática puede radi-
car tanto en el aspecto económico (valor agregado, acceso a mercados
nichos) como en el medioambiental (contribución a la conservación de
recursos físicos, biodiversidad) o en el social (conservación y valorización
de la cultura local, acción colectiva).

Los países de América Latina poseen numerosos productos tradicionales


con fuerte identidad territorial. Algunos tienen una reputación internacio-

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Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

nal y ya se benefician de un sello de calidad en relación con su origen, en


particular los vinos y licores (pisco, tequila…), otros cuentan con cierta
reputación y con una demanda creciente por parte de los consumidores,
ya que tienen características únicas relacionadas con el territorio donde
se producen.

Por otra parte, la diferenciación de la calidad de los productos agrícolas


y alimentarios es una oportunidad para los productores de agregar valor
y encontrar nuevos nichos de mercado para responder a demandas de
consumidores que valorizan esos atributos de los productos. Esos proce-
sos, vistos como estrategias de inserción a los mercados y de creación de
empleos en el sector rural en agricultura, pueden contribuir a alcanzar los
Objetivos del Milenio, principalmente el primero de ellos referido a la lucha
contra la pobreza y la erradicación del hambre en el mundo.

A nivel internacional, la indicación geográfica (IG) hace referencia a la


dimensión geográfica de un producto tradicional y permite reconocer y
proteger la reputación del producto como una categoría de derechos de
propiedad intelectual. También se considera que el derecho de propiedad
intelectual es un marco jurídico pertinente para proteger los conocimien-
tos tradicionales en el marco del Comité Intergubernamental sobre Propie-
dad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Fol-
clore de la Organización Internacional de la Propiedad Intelectual (OMPI).
Las disposiciones incluyen, como objetivos de las políticas, la prevención
del uso por partes no autorizadas, la conservación de los conocimientos
tradicionales con la promoción del desarrollo comunitario relacionado y la
legitimidad del comercio.

Hay otra herramienta de interés en el ámbito del derecho de propie-


dad intelectual: específicamente en la región europea, existe un regis-
tro austríaco de productos tradicionales, es un instrumento que tiene
como objetivo la inscripción de los alimentos tradicionales austríacos en
un registro oficial administrado por el Ministerio Federal de Agricultura,
Silvicultura, Medio Ambiente y Gestión del Agua. Goza de reconocimiento
por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en ma-
teria de protección de los conocimientos tradicionales. Con ello se lo-
gra la protección que otorga una publicidad oficial y uniforme. La base
de datos bávara de productos y recetas tradicionales sigue el mismo
principio.

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Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Finalmente, el derecho de propiedad intelectual puede utilizarse para pro-


teger las marcas registradas colectivas y de certificación/garantía que es-
tán específicamente dedicadas a los productos tradicionales, en el marco
de iniciativas tanto públicas como privadas, en especial para cubrir todos
los productos tradicionales de una región determinada.

1.2 La conceptualización y sistemas de protección

1.2.1 Conceptualización

El Comité Permanente sobre el Derecho de Marcas, Dibujos y Modelos


Industriales e Indicaciones Geográficas, en su sexta sesión, celebrada en
2001, estableció los conceptos y diferencias existentes entre las figuras
de las indicaciones geográficas, las denominaciones de origen y las in-
dicaciones de procedencia y elaboró una descripción de los diferentes
sistemas o regímenes de protección conocidos y aplicados en diferentes
jurisdicciones. En tal sentido, nos hemos permitido reproducir estas acla-
raciones, dada la naturaleza técnica, experta e internacionalmente impar-
cial de la OMPI.

Así, la terminología que se aplica tradicionalmente en los tratados admi-


nistrados por la OMPI pertenecientes al ámbito de las indicaciones geo-
gráficas distingue entre “indicaciones de procedencia” y “denominaciones
de origen”.

El término “indicaciones de procedencia” figura en los artículos 1.2 y 10


del Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial de
1883 (“Convenio de París”). Se utiliza asimismo en el Arreglo de Madrid
relativo a la represión de las indicaciones de procedencia falsas o engaño-
sas en los productos, de 1891 (“Arreglo de Madrid sobre las indicaciones
de procedencia”). En ninguno de los dos tratados figura una definición de
“indicación de procedencia”, pero el artículo 1.1 del Arreglo de Madrid
sobre las indicaciones de procedencia contribuye a aclarar el significado
del término. El artículo 1.1 reza lo siguiente:

19
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

“Todos los productos que lleven una indicación falsa o engañosa


en virtud de la cual resulten directa o indirectamente, como país o
como lugar de origen alguno de los países a los cuales se aplica el
presente Arreglo, o un lugar situado en alguno de ellos, serán em-
bargados al ser importados en cada uno de los dichos países”.

Por consiguiente, una indicación de procedencia puede definirse como


una indicación referida a un país o a un lugar situado dentro del país en
tanto país o lugar de origen de un producto. Es importante que la indica-
ción de procedencia se refiera al origen geográfico de un producto y no
a otro tipo de origen, por ejemplo, la empresa que fabrica el producto.
Esta definición no implica ninguna calidad o características especiales del
producto en el que se utiliza la indicación de procedencia. Ejemplos de
indicaciones de procedencia son la mención del nombre de un país en un
producto, o indicaciones como “fabricado en…”.

El término “denominación de origen” se define en el Arreglo de Lisboa


relativo a la Protección de las Denominaciones de Origen y su Registro In-
ternacional, de 1958 (“Arreglo de Lisboa”). El Arreglo de Lisboa establece
un sistema internacional de protección para las denominaciones de origen
ya protegidas en virtud de la legislación nacional de uno de los Estados
parte en dicho arreglo. La protección está sujeta al registro internacional
de dichas denominaciones. En el artículo 2; del Arreglo de Lisboa se defi-
ne el término “denominación de origen” de la manera siguiente:

“Se entiende por ‘denominación de origen’, en el sentido del pre-


sente Arreglo, la denominación geográfica de un país, de una región
o de una localidad que sirva para designar un producto originario del
mismo y cuya calidad o características se deben exclusiva o esen-
cialmente al medio geográfico, comprendidos los factores naturales
y los factores humanos”.

Con arreglo a esta definición, una denominación de origen puede consi-


derarse como un tipo especial de indicación de procedencia, puesto que
el producto para el que se utiliza la denominación de origen debe poseer
una calidad y unas características imputables exclusiva o esencialmente a
su origen. Algunos ejemplos de denominaciones de origen protegidas son

20
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Bordeaux en el caso del vino, Noix de Grenoble en el caso de las nueces,


Tequila en el caso de los licores, o Jaffa en el caso de las naranjas2 .

El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual


relacionados con el Comercio (“Acuerdo sobre ADPIC”) de 1994 contiene
una sección que trata de la protección de las indicaciones geográficas
(parte II, sección 3). El artículo 22.1 del Acuerdo sobre los ADPIC estable-
ce la siguiente definición:

“A los efectos de lo dispuesto en el presente Acuerdo, indicaciones


geográficas son las que identifiquen un producto como originario del
territorio de un Miembro [de la Organización Mundial del Comercio]
o de una región o localidad de ese territorio, cuando determinada
calidad, reputación u otra característica del producto sea imputable
fundamentalmente a su origen geográfico”.

Esta definición se basa aparentemente en la definición de denominación de


origen que figura en el artículo 2° del Arreglo de Lisboa. No obstante, difiere
de la definición del artículo 2° del Arreglo de Lisboa en algunos aspectos.

• En el artículo 21.1 del Acuerdo sobre los ADPIC se definen las indica-
ciones geográficas como “indicaciones que identifiquen un producto
[…]”, mientras que en el artículo 2° del Arreglo de Lisboa se define
la denominación de origen como “la denominación geográfica de un
país, de una región o de una localidad que sirva para designar un
producto […]”.

• El artículo 2° del Arreglo de Lisboa no incluye los signos distintos de


nombres geográficos, por ejemplo, un nombre no geográfico o un
emblema. No obstante, dichos signos entrarían dentro de la catego-
ría de signos que constituyen una indicación geográfica en virtud del
Acuerdo sobre los ADPIC.

• Además, el Arreglo de Lisboa requiere que la calidad y las carac-


terísticas del producto en cuestión sean imputables exclusiva
o esencialmente al medio geográfico, comprendidos los facto-
res naturales y los factores humanos. El Acuerdo sobre los ADPIC
abarca productos que posean una calidad, reputación u otra ca-


2
Todos estos ejemplos son denominaciones de origen registradas en virtud del Arreglo de Lisboa.

21
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

racterística que sea imputable fundamentalmente a su origen


geográfico.

Por lo general, se entiende que productos que gocen “simplemente” de


cierta reputación, pero no de una calidad específica imputable a su lugar
de origen, no tienen cabida en la definición de denominación de origen
prevista en el Arreglo de Lisboa.

Si se comparan entre sí las definiciones de indicación de procedencia, deno-


minación de origen e indicación geográfica, puede observarse lo siguiente:

• La indicación de procedencia es el término más general, pues com-


prende la indicación geográfica y la denominación de origen.

Las indicaciones de procedencia requieren únicamente que el producto


para el que se utiliza la indicación de procedencia provenga de una zona
geográfica determinada. Así pues, existen indicaciones de procedencia
que no parecen tener cabida en la definición de indicación geográfica tal
como figura en el Acuerdo sobre los ADPIC, a saber: indicaciones de
procedencia cuya utilización aplicada a productos no implica una calidad,
reputación o característica especial de dichos productos.

• La definición de indicaciones geográficas es más amplia que la de


denominaciones de origen. Dicho de otro modo, todas las deno-
minaciones de origen son indicaciones geográficas, pero algunas
indicaciones geográficas no son denominaciones de origen.

La cuestión de las definiciones y la terminología aplicable también se plan-


teó durante la séptima sesión del SCT, el comité permanente correspon-
diente que sesiona en la OMPI. Se señaló que, en el contexto de la labor
del SCT, la expresión “indicaciones geográficas” debía utilizarse con el
significado jurídico preciso que se desprendía del artículo 22.1 del Acuer-
do sobre los ADPIC.

También se señaló que no parecía prudente crear nuevas definiciones en


esa esfera. Además, se dijo que, con independencia de la definición uti-
lizada, era importante que se cumpliera con los elementos de fondo del
concepto de indicaciones geográficas protegidas, es decir, que la indica-
ción se utilizaba para demostrar un vínculo entre el origen del producto
al que se aplicaba y determinadas características que el producto tiene

22
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

por su origen (Comité Permanente OMPI SCT, octava sesión. Documento


SCT/8/5 de 2002).

1.2.2 Sistemas de protección

No todos los países cuentan con los mismos conceptos y, por ende, sis-
temas de protección de las indicaciones geográficas. Algunos países de
concepción privatista consideran que deben ser protegidas mediante el
sistema de marcas; otros, de concepción publicista, ven las indicaciones
geográficas como bienes públicos y consideran que deben tener un régi-
men especial.

Asimismo, algunos países disponen de sistemas administrativos o judi-


ciales que ofrecen también protección a las indicaciones geográficas. Fi-
nalmente, estos mecanismos no son necesariamente excluyentes y, en
esa medida, es posible encontrar varios o todos estos conviviendo en el
ordenamiento jurídico de un país.

A continuación se esbozan los sistemas o regímenes conocidos o usa-


dos para proteger las indicaciones geográficas, los cuales han sido
también extraídos del documento OMPI SCT/6/3 del 25 de enero
de 2001.

1.2.2.1 Sistemas de protección contra la competencia


desleal y el engaño

Competencia desleal

La mayoría de países han establecido algún tipo de salvaguardia contra


las prácticas comerciales desleales. Esto queda reflejado a nivel interna-
cional en la inclusión del artículo 10 bis en el Convenio de París durante la
Conferencia de Revisión de Bruselas, de 1900, por la que se establece la
norma básica internacional en lo relativo a la protección contra la compe-
tencia desleal. En él se exige a todos los Estados parte en el Convenio de
París que aseguren una protección eficaz contra la competencia desleal,

23
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

que se define como “todo acto de competencia contrario a los usos ho-
nestos en materia industrial o comercial”.

En el ámbito nacional, la protección contra la competencia desleal se ha


desarrollado de manera distinta en distintos países. No obstante, existe
al menos un objetivo común a los distintos planteamientos, es decir, el de
proporcionar a quienes desarrollan actividades comerciales un recurso efi-
caz contra las prácticas comerciales ilícitas y fraudulentas de sus compe-
tidores. En algunos países, las normas específicas que prevén la represión
de la competencia desleal cumplen igualmente la función destinada a la
protección de los consumidores.

De acuerdo con lo anterior, se determinará si un acto comercial dado es


contrario a las prácticas honestas en materia industrial o comercial me-
diante la aplicación de las legislaciones nacionales que prevén la protec-
ción contra la competencia desleal. No obstante, se conviene en que las
prácticas comerciales que inducen a error o sean susceptibles de inducir a
error al público respecto de una empresa o sus actividades, en particular,
en relación con el origen geográfico de los productos ofrecidos por dicha
empresa, constituyen un acto de competencia desleal.

Para impedir el uso no autorizado de una indicación geográfica sobre la


base de una demanda contra un acto de competencia desleal, normal-
mente el demandante debe demostrar que el uso que una parte no autori-
zada hace de la indicación geográfica en cuestión induce a error y, de ser
el caso, que ese uso causa daños y perjuicios o puede causarlos. Podrá
lograrse la efectiva protección si la indicación geográfica en cuestión ha
adquirido un carácter distintivo o, dicho de otro modo, si el público in-
teresado establece una conexión entre los productos vendidos con una
indicación geográfica y un origen geográfico bien definido y determinadas
cualidades o reputación.

Además, la protección de las indicaciones geográficas por medio de la


legislación en materia de competencia desleal puede complementarse
mediante determinadas disposiciones estatutarias que tengan por objeto
la protección de indicaciones geográficas no registradas, por ejemplo, los
artículos 126 a 129 de la Ley Alemana de Marcas de 1994.

24
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

En virtud de estas disposiciones, las personas físicas y jurídicas que estén


facultadas para utilizar una indicación geográfica determinada que no esté
registrada están facultadas para solicitar a los tribunales que impidan el
uso de dicha indicación geográfica por partes no autorizadas y, según sea
el caso, que se les otorguen compensaciones por los daños y perjuicios
ocasionados por dicho uso. Los artículos 126 a 129 de la Ley Alemana
de Marcas de 1994 se basan en principios establecidos por los tribunales
al aplicar el derecho contra la competencia desleal con el fin de impedir
el uso no autorizado de las indicaciones geográficas en el caso de que
dicho uso indujera a error o aprovechara indebidamente la reputación de
la indicación geográfica.

Atribución engañosa

Los países que cuentan con una tradición de derecho civil que prevé cierta
clase de protección para las empresas contra los actos comerciales ilícitos
de competidores normalmente basan dicha protección en la legislación
general sobre el acto ilícito. En los países que se basan en la tradición del
derecho consuetudinario, la demanda por atribución engañosa se consi-
dera a menudo como la base de la protección contra los competidores
comerciales que llevan a cabo prácticas deshonestas.

La demanda por atribución engañosa puede describirse como un recurso


jurídico para los casos en que los productos o servicios ofertados por una
persona se representan como si fueran los de alguien distinto. Es común
en estos casos el hecho de que el demandante pierda clientes debido a
que el demandado los induce a creer que compraban los productos del
demandante, cuando en realidad adquirían los productos del demandado.

En términos generales, para impedir el uso no autorizado de una indicación


geográfica mediante una demanda de atribución engañosa, el demandan-
te debe demostrar que los productos con los que se utiliza habitualmente
la indicación geográfica han adquirido un buen nombre o reputación y son
suministrados por él, que el demandado induce a creer erróneamente al
público que los productos ofrecidos por él proceden del demandante y
que es probable que este último sufra daños y perjuicios a consecuencia
de esa representación engañosa.

25
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

En conclusión, las legislaciones nacionales en materia de protección


contra la competencia desleal, la atribución engañosa y las indicaciones
geográficas no registradas permiten a quienes llevan a cabo actividades
comerciales tomar medidas contra los competidores que realizan actos
comerciales que se consideran contrarios a las prácticas comerciales ho-
nestas.

En cuanto a las indicaciones geográficas, puede afirmarse que la protec-


ción contra la competencia desleal sirve para proteger a los productores
y a quienes llevan a cabo actividades comerciales del uso no autorizado
de indicaciones geográficas por terceros, en lugar de crear derechos de
propiedad individuales sobre ellas.

Otra característica importante de la protección de las indicaciones geo-


gráficas mediante la legislación contra la competencia desleal consiste en
que durante los procedimientos jurídicos los tribunales efectúan impor-
tantes determinaciones, como establecer el ámbito de la producción, las
normas de producción y el círculo de productores facultados para usar
una indicación geográfica determinada. La protección otorgada a las indi-
caciones geográficas a consecuencia de una demanda basada en un acto
de atribución engañosa o competencia desleal tiene efecto únicamente
entre las partes en el procedimiento.

No obstante, cada vez que una parte solicite la aplicación de la protección


de una indicación geográfica dada, deberá demostrar que está facultada
para gozar de dicha protección.

1.3 Denominaciones de origen protegidas e indicaciones


geográficas registradas

En el artículo 1.2 del Convenio de París se hace referencia explícita a las


denominaciones de origen como objetos de protección de la propiedad
industrial. Las denominaciones de origen son títulos de protección de in-
dicaciones geográficas utilizadas para productos de una calidad o carac-
terísticas especiales que se deben exclusiva o esencialmente a su origen
geográfico.

26
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

El reconocimiento de una denominación protegida se suele basar en una


promulgación o en un acto administrativo, como una ley o un decreto.
Este acto señala el fin de un procedimiento administrativo en el que toman
parte representantes de los productores interesados y la Administración.
Como consecuencia del procedimiento, se reconoce la denominación
protegida y se define el producto o productos para los que se usa dicha
denominación, así como el área geográfica de producción y las condicio-
nes de uso.

El uso no autorizado de una denominación de origen protegida es un


delito y compromete la responsabilidad penal y civil de la persona que
haya efectuado dicho uso. Los organismos de derecho público, como
los encargados del mercado basado en la libre y leal competencia, las
autoridades encargadas de la administración de las denominaciones de
origen o los organismos de protección del consumidor suelen iniciar estos
procedimientos. A menudo, las autoridades competentes encargadas de
la observancia de la legislación en materia fiscal desempeñan una función
importante a la hora de entablar acciones judiciales por el uso fraudulento
de denominaciones de origen protegidas.

Indicaciones geográficas registradas

Las indicaciones geográficas registradas son títulos de protección muy si-


milares a las denominaciones de origen protegidas, aunque pueden darse
diferencias con respecto al alcance de la protección y al procedimiento
aplicable en función de las leyes nacionales de los países que aplican ese
tipo de protección. Así pues, la protección de una indicación geográfica
registrada depende del registro de dicha indicación, mientras que la pro-
tección de una denominación de origen suele estar sujeta a la adopción
de un determinado decreto o ley.

La decisión de registrar una indicación geográfica puede ser administrati-


va, por ejemplo, la decisión de un Comité, en lugar de una decisión ejecu-
tiva del interventor general o del director ejecutivo del organismo encarga-
do del registro de indicaciones geográficas.

27
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

En conclusión, la característica específica más importante que resulta


común a las denominaciones de origen protegidas y a las indicaciones
geográficas registradas es al parecer la de que su protección jurídica se
basa en un acto de derecho público que se produce al concluir un pro-
cedimiento administrativo. Mediante dicho procedimiento administrativo,
se establecen factores importantes como la delimitación del ámbito de
producción y las normas de producción.

Al determinar si una denominación de origen protegida o una indicación


geográfica registrada dada se utiliza sin autorización o de manera opuesta
a la prescrita, los organismos públicos encargados de velar por el cumpli-
miento de las leyes aplican los factores establecidos en virtud del derecho
civil o penal.

1.4 Marcas colectivas y de certificación

El principio general según el cual las marcas individuales no deben des-


cribir ni inducir a error es la causa de que los términos geográficos no
puedan ser utilizados como marcas individuales, a menos que hayan ad-
quirido un carácter distintivo mediante el uso o su uso sea imaginativo y,
en tal caso, no induzca a error en cuanto al origen de los productos para
los que se usa la marca. No obstante, esta regla no se aplica a las marcas
de certificación ni a las marcas colectivas.

Marcas de certificación

Las marcas de certificación son marcas que indican que los productos o
servicios para los que se usan poseen cualidades específicas, entre las
que también se puede incluir el origen geográfico. El titular de la marca de
certificación se compromete a certificar que los productos o servicios para
los que se usa la marca poseen dichas cualidades. Como norma básica, el
titular de la marca de certificación no tiene derecho a usar la marca. Este
principio también se denomina “norma de la no utilización por parte del
titular”.

28
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Todo productor que cumpla con las normas de producción definidas por
el titular de la marca de certificación tiene derecho a usar la marca. El
titular de la marca de certificación, que puede ser una entidad pública o
privada, debe garantizar que los productos o servicios para los que se
utiliza la marca poseen la calidad certificada.

Con el fin de que esta certificación se lleve a cabo de manera neutral e im-
parcial, el titular de la marca de certificación tiene que presentar, junto con
la solicitud de registro de la marca, una serie de elementos prescritos en
las disposiciones, como son, entre otros, las características certificadas
por la marca, los usuarios autorizados e informaciones específicas rela-
tivas a la certificación y al control. Como ya se ha señalado, con el fin de
salvaguardar la objetividad del titular de la marca de certificación, este no
está facultado para poder usar la marca. El incumplimiento de esta norma
da lugar a la invalidez de la marca de certificación.

La protección de las indicaciones geográficas en forma de marca de cer-


tificación se lleva a cabo con arreglo al derecho general de marcas. En
principio, el titular de la marca de certificación inicia una demanda por
infracción de una marca. Por ejemplo, es posible que se dé este caso
cuando el demandado utiliza una marca de certificación en la que se certi-
fica la existencia de un origen geográfico determinado en el caso de unos
productos que carecen de dicho origen.

Marcas colectivas

Se ha señalado que resulta difícil distinguir las marcas colectivas de las


marcas de certificación y que sus diferencias son más bien de forma que
de contenido. Las marcas colectivas pertenecen a un organismo colecti-
vo, como por ejemplo una asociación comercial o de productores o fabri-
cantes, y sirven para indicar que la persona que utiliza la marca colectiva
es miembro de dicho organismo.

La participación en la asociación que figura como titular de la marca co-


lectiva está sujeta, en general, al cumplimiento de determinadas normas,
como la del área geográfica de producción de los productos para los que
se utiliza la marca o las normas de producción de dichos productos.

29
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Otra diferencia existente entre las dos categorías de marcas consiste en


que los titulares de las marcas colectivas están facultados para utilizar la
marca ellos mismos.

Al igual que en el caso de las marcas de certificación, la protección de las


marcas colectivas se lleva a cabo con arreglo al derecho general de mar-
cas. El titular de la marca colectiva podrá iniciar una demanda por infrac-
ción, por ejemplo, en el caso en que una asociación de productores que
estén facultados para utilizar la marca colectiva sea la titular de la marca
y esta última sea utilizada por una persona que no sea miembro de dicha
asociación.

En conclusión, las marcas colectivas y de certificación se utilizan con el fin


de indicar unas cualidades específicas que poseen los productos, como
su origen geográfico.

Es importante resaltar que esto solo es posible, en principio, en este tipo


de marcas, es decir, mientras que las marcas de productos o servicios
consistentes en términos geográficos descriptivos suelen excluirse del re-
gistro, por su descriptividad o riesgo de engaño, los términos geográficos
se admiten normalmente en el registro de marcas colectivas o de certifi-
cación.

Siempre y cuando se utilicen las marcas colectivas y de certificación res-


petando las normas generales que rigen ese uso, no hay peligro de inducir
a error en cuanto al origen real de esos productos. Una vez que se proteja
una indicación geográfica en calidad de marca colectiva o de certificación,
podrá garantizarse la protección de dicha indicación de conformidad con
las normas vigentes del derecho de marcas.

Al parecer, corresponde al solicitante del registro de una marca colectiva o


de certificación definir, en las normas que rigen el uso de dichas marcas, la
delimitación del área de producción de los productos para los que se usan
dichas marcas, así como las normas de producción aplicables. Esta defi-
nición forma parte de las indicaciones que han de presentarse junto con
la solicitud. Una vez que ha sido aceptada la solicitud, estas indicaciones
pasan a formar parte del registro.

30
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

1.5 Regímenes administrativos de autorización


de comercialización

Cuando se usan indicaciones geográficas para productos cuya comer-


cialización está sujeta a un procedimiento administrativo de aprobación,
también se podrá recurrir a dicho procedimiento para controlar el uso de
las indicaciones geográficas aplicadas a esos productos. El ejemplo más
claro es el de los vinos y bebidas espirituosas, cuya venta está regulada
en muchos países.

En virtud del régimen administrativo de protección, el organismo público


encargado de administrar dicho régimen controla si el producto para el
que se solicita una autorización de comercialización cumple los requisitos
legales pertinentes, como el uso permitido de la indicación geográfica en
la etiqueta del producto. Si no se cumplen los requisitos para la autori-
zación, por ejemplo, porque no está permitido el uso de una indicación
geográfica determinada en un producto específico, no se concederá la
autorización de comercialización y, en consecuencia, no se podrá utilizar
la indicación geográfica.

Los regímenes administrativos de control del etiquetado sirven para


garantizar el comercio leal y la protección del consumidor. En función
del sistema nacional que se halle en vigor en un país determinado, se
pueden utilizar distintos instrumentos jurídicos, como las acciones re-
lacionadas con los actos de competencia desleal, los actos de comer-
cio leal o los actos de comercialización de determinados productos por
los que se establecen normas de comercialización y presentación de
productos, con miras a fomentar el comercio leal y la protección del
consumidor.

Los dos últimos ejemplos tienen en común el hecho de que, en lo que


se refiere a las indicaciones geográficas, no permiten a los titulares de la
reputación colectiva que va unida a la indicación geográfica iniciar ninguna
acción individual con el fin de proteger dicha reputación. En lugar de ello,
prevén un procedimiento administrativo destinado a evitar el uso enga-
ñoso de indicaciones geográficas en los productos. Cuando a pesar del
procedimiento administrativo que ha de llevarse a cabo se produce el uso
engañoso, normalmente se aplicarán sanciones penales.

31
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

El examen de los distintos medios existentes para la protección de las in-


dicaciones geográficas demuestra que el objeto de la protección está de-
terminado por dos consideraciones de política básicas: una de ellas es la
protección de los consumidores contra el uso engañoso de indicaciones
geográficas, mientras que la otra consiste en la protección de los titula-
res de la reputación colectiva que va unida a las indicaciones geográficas
contra las representaciones falsas que dan lugar a la apropiación indebida
de dicha reputación.

No obstante, resulta evidente que no existe necesariamente una distinción


clara de las categorías jurídicas de la protección en función de los objeti-
vos de política que ha de obtenerse. Además, es posible hallar al mismo
tiempo varios tipos de protección de las indicaciones geográficas dentro
del mismo país, que a menudo resultan distintos en relación con distintas
categorías de productos.

Cabe observar igualmente esta variedad de conceptos a la hora de de-


limitar el área geográfica de la elaboración de los productos para los
que pueden usarse legítimamente las indicaciones geográficas. Así, es
posible que competa a una amplia gama de órganos, públicos, semi-
públicos o privados, o a los tribunales, el tener que efectuar dicha deli-
mitación.

32
2. El sistema colombiano de
protección de las indicaciones
geográficas

Colombia es uno de los países que ha adoptado el sistema sui generis de


protección de indicaciones geográficas, es decir, cuenta con un conjun-
to de normas y disposiciones especiales para la declaración o reconoci-
miento de protección de denominaciones de origen. No obstante, dicho
conjunto de normas se encuentra incluido en el Régimen Común de la
Propiedad Industrial contenido en la Decisión 486 de la Comisión de la
Comunidad Andina.

Es pertinente aclarar que, por virtud de lo anterior, la Decisión 486 con-


templa también la protección de las marcas colectivas y las marcas de
certificación. Adicionalmente, y en concordancia con lo expresado en la
primera parte de este documento, cuenta con normas represivas de la
competencia desleal - Ley 256 de 1996 -, normas protectoras del consu-
midor, tanto desde el punto de vista de su derecho a ser verazmente in-
formado, como de regulación de la información contenida en las etiquetas
de productos alimenticios.

Ahora bien, la Decisión 486 es aplicable actualmente a Colombia, Perú,


Ecuador y Bolivia, países miembros de la Comunidad Andina. Si bien con-
tiene un título especial sobre indicaciones geográficas (título XII), no define

33
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

la figura; sin embargo, dentro de este título incluye un capítulo relativo a


las denominaciones de origen y otro a las indicaciones de procedencia,
por lo que esta Entidad ha entendido que la norma andina concibe las
indicaciones geográficas como un género que comprende como especie
las denominaciones de origen y las indicaciones de procedencia.

2.1 Definición de denominación de origen

Bajo la Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina, la denomi-


nación de origen es “una indicación geográfica constituida por la denomi-
nación de un país, de una región o de un lugar determinado, o constituida
por una denominación que sin ser la de un país, una región o un lugar
determinado se refiere a una zona geográfica determinada, utilizada para
designar un producto originario de ellos y cuya calidad, reputación u otras
características se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico en
el cual se produce, incluidos los factores naturales y humanos”.

Esta definición es bastante similar a la de denominación de origen con-


templada en el Arreglo de Lisboa y también es consecuente con la defini-
ción de indicación geográfica que estipula el ADPIC.

Siguiendo la anterior definición legal la Superintendencia de Industria y


Comercio ha entendido que deben concurrir tres elementos esenciales
para que sea reconocida una denominación de origen.

El primero, que consista en la denominación de una zona geográfica polí-


ticamente reconocida, como el nombre de un país, de un departamento o
de un municipio, aunque de la misma forma se admite el nombre de una
zona que no esté políticamente reconocida o delimitada mediante fronte-
ras, pero que sea reconocido por la generalidad del público, como es el
caso, entre otros, de ciertos valles o llanuras, que son conocidos por un
nombre específico sin que coincida con la denominación política de los
municipios o departamentos que comprende, pues en ocasiones estas
zonas alcanzan más de uno. De conformidad con lo anterior, el nombre
de la denominación debe obedecer o corresponder con el que ha sido
posicionado para designar el producto.

34
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

El segundo elemento consiste en la relación existente entre la de-


nominación y la procedencia del producto, esto es, que la denomi-
nación se utilice para designar un producto originario de la zona geo-
gráfica que aquella designa, y no de otra zona, con independencia de
que el mismo tipo de producto también pueda ser elaborado en otras
regiones.

Por último, debe existir un vínculo entre el producto y la zona geográfi-


ca. Esto significa que el producto debe tener una calidad, característica
o reputación que se deba exclusiva o esencialmente a la zona en la cual
se origina, incluidos sus factores naturales y humanos. En otras palabras,
para que exista denominación de origen, debe estar probado cómo estos
factores inciden en las calidades que hacen que el producto sea único o
diferente.

2.2 Requisitos sustantivos para declarar la protección


de la denominación de origen

A este respecto, la norma indica de manera taxativa los casos en los que
se debe denegar la protección, que esta Entidad ha denominado requi-
sitos negativos, de suerte que no podrán ser protegidas las solicitudes
cuando

• No se ajusten a la definición legal de denominación de origen.

• Constituyan indicaciones comunes o genéricas para distinguir el pro-


ducto de que se trate, entendiéndose por ello las así consideradas
tanto por los conocedores de la materia como por el público en ge-
neral.

• Sean contrarias a las buenas costumbres o al orden público.

• Puedan inducir a error al público sobre la procedencia geográfica, la


naturaleza, el modo de fabricación, o la calidad, reputación u otras
características de los respectivos productos.

35
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

De otra parte, la decisión andina dispone los requisitos cuyo cumplimiento


debe sustentar el solicitante, los cuales han sido denominados requisitos
positivos, de suerte que la solicitud debe contener:

• La identificación detallada del solicitante y la demostración de su le-


gítimo interés según la definición de legítimo interesado antes men-
cionada.

• La indicación de la denominación de origen que se solicita prote-


ger, que de acuerdo con la definición legal debe estar constituida
por la denominación de un país, de una región o de un lugar de-
terminado, o por una que sin ser la de un país, región, o lugar de-
terminado, se refiera a una zona geográfica determinada, según lo
ya explicado.

• La indicación detallada de la zona geográfica delimitada que com-


prende la denominación.

• Los productos que designa y una reseña de las calidades, reputa-


ción u otras características esenciales de dichos productos. Esto,
aunado a la definición legal, implica que el producto deba tener tal
calidad, reputación u otras características que se deban exclusiva o
esencialmente al medio geográfico en el que se produce, incluidos los
factores naturales y humanos.

2.3 Trámite de la solicitud

En relación con el trámite que se da a la solicitud para determinar si se


otorga o no la protección, el procedimiento es muy similar al establecido
para las marcas, diferenciando el tiempo que debe tomarse para el primer
estudio de la solicitud, pues en lugar de ser de 15 días es de 30. Lo ante-
rior, en virtud de que debe revisar que se cumplan los requisitos positivos
y negativos antes mencionados. En lo demás seguirá el mismo trámite
establecido para las marcas.

36
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Así, si se encuentra que la solicitud está completa, se debe proceder a


publicar en la Gaceta de la Propiedad Industrial para que interesados in-
terpongan oposiciones y el solicitante las conteste.

Con posterioridad a dicho periodo, la oficina nacional decidirá si declara


la protección. En Colombia, dicha declaración es proferida por el Super-
intendente Delegado para la Propiedad Industrial y la misma puede ser
objeto de recurso de reposición ante dicho funcionario y en subsidio de
apelación ante el Superintendente de Industria y Comercio.

2.3.1 Titularidad

La norma andina indica que la declaración de protección de una deno-


minación de origen puede efectuarse de oficio por la oficina nacional o a
petición de parte, y regula aspectos previos a la declaración de protección
de las denominaciones de origen, como los requisitos exigidos para tales
efectos, las personas que pueden efectuar la solicitud y el trámite que se
le debe dar.

De conformidad con lo anterior, cuando la declaración se pretenda por


una parte, esta debe ser un legítimo interesado, definiéndolo como aquella
persona natural o jurídica que se dedique directamente a la extracción,
producción o elaboración del producto, así como las asociaciones de los
anteriores productores, extractores o elaboradores y, finalmente, incluye
dentro de los legítimos interesados a las autoridades estatales, departa-
mentales, provinciales o municipales, siempre que se trate de denomina-
ciones de sus respectivas circunscripciones.

Sin perjuicio de lo anterior, de acuerdo con la Decisión 486, el uso de las


denominaciones de origen está reservado exclusivamente a los producto-
res, fabricantes y artesanos que tengan sus establecimientos de produc-
ción o fabricación en la zona designada por la denominación.

En consecuencia, solamente los productores, fabricantes o artesanos au-


torizados para usar una denominación de origen registrada podrán em-
plear junto con ella la expresión “DENOMINACIÓN DE ORIGEN”.

37
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

No obstante, y como se observa, para hacer uso de una denominación


de origen, se requiere obtener una autorización otorgada por la oficina
nacional competente o la entidad que esta haya delegado para tal fin,
pudiendo ser solicitada solamente por las personas que directamente
se dediquen a la extracción, producción o elaboración de los produc-
tos distinguidos por la denominación de origen; que realicen dicha ac-
tividad dentro de la zona geográfica delimitada; y cumplan con otros
requisitos establecidos por las oficinas nacionales competentes, de ser
el caso.

En este orden de ideas, se ha manifestado que ante la posibilidad de


la declaratoria de oficio y dado el hecho de que la autorización de uso
es otorgada por la oficina nacional competente, debe entenderse que el
titular de la denominación de origen es el Estado en cabeza de la Super-
intendencia de Industria y Comercio y que este puede delegar la facultad
de autorizar el uso de la denominación de origen protegida (administra-
ción) a una entidad pública o privada, cuyas condiciones se verán más
adelante.

2.3.2 Alcance de la protección

En primer término, es necesario mencionar que en el sistema andino la


protección de las denominaciones de origen se inicia con la declaración
efectuada por la oficina nacional, y la vigencia de dicha declaración está
vinculada a la subsistencia de las condiciones que la motivaron; de cam-
biar alguna de dichas condiciones, la declaración de protección puede ser
modificada. No obstante, ante la imposibilidad de modificación, se perde-
rá la denominación de origen.

En Colombia, y aunque es un tema ampliamente discutido en el entorno


internacional, la legislación prevé un sistema de protección bastante fuer-
te a las denominaciones de origen de productos agrícolas, alimenticios
y artesanales. En efecto, no solo contempla la protección adicional a las
denominaciones de origen que identifican vinos y bebidas espirituosas en
cumplimiento del mandato ADPIC, sino que establece para las llamadas
agroalimentarias y artesanales la prohibición de su uso por personas no
autorizadas cuando cree confusión en el consumidor, considerando que

38
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

dicho uso es una infracción al derecho de propiedad industrial, incluyendo


los casos en que vengan acompañadas de indicaciones tales como géne-
ro, tipo, imitación y otras similares.

Así, se diferencia su protección con respecto a las que identifican vinos y


bebidas espirituosas que están también protegidas contra su utilización
para productos de ese género que no sean originarios del lugar designado
por la denominación de origen en cuestión, incluso cuando se indique el
verdadero origen del producto o se utilice la indicación geográfica tradu-
cida o acompañada de expresiones tales como “clase”, “tipo”, “estilo”,
“imitación” u otras análogas. Es decir, no se requiere que se genere confu-
sión, sino que es considerada infracción el uso per se de la denominación
de origen.

No obstante, los países miembros de la CAN no podrán impedir el uso


continuado y similar de una denominación de origen de otro país que
identifique vinos o bebidas espirituosas con relación a productos o servi-
cios por alguno de sus nacionales que haya utilizado esa denominación
de origen de manera continua para esos mismos productos o servicios, u
otros afines, en el territorio del respectivo país miembro durante 10 años
como mínimo antes del 15 de abril de 1994, o de buena fe, antes de esa
fecha.

Entonces ¿quiénes sí pueden usar las denominaciones de origen? Como


se mencionó con anterioridad, la Decisión establece que el uso de las de-
nominaciones de origen queda reservado a los productores, fabricantes
y artesanos que tengan sus establecimientos de producción o fabricación
en la zona designada por la denominación, y solo ellos podrán emplear-
la junto con la expresión “DENOMINACIÓN DE ORIGEN”.

En el mismo sentido, y ante la situación de titularidad de la denominación


de origen, la autorización de uso debe ser otorgada por la SIC o por quien
esta haya designado o delegado para tal fin.

A dicho propósito, podrán obtener la delegación (figura creada en la re-


gulación nacional) las entidades públicas o privadas que representen a
los beneficiarios de las denominaciones de origen, y deben disponer de
mecanismos efectivos de control del uso de las mismas.

39
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Debe mencionarse que la norma no contiene una definición de beneficia-


rios, por lo que se aprecia un vacío normativo. En efecto, en la práctica
pueden existir diversos agentes que intervienen en el proceso de elabora-
ción de un producto que se identifique con una denominación de origen,
tal es el caso de productos cuyas materias primas son producidas por
unas personas, pero transformadas en el producto final por otras, quienes
le aplican la denominación de origen; caso en el cual los intervinientes
son imprescindibles para obtener el producto con las características que
dieron lugar al reconocimiento.

Por otra parte, la Decisión establece que cuando la autorización de uso


sea competencia de la oficina nacional competente, debe ser otorgada o
negada en un lapso de 15 días contados a partir de la fecha de la solicitud
y tendrá una duración de 10 años, renovables por periodos iguales.

La autorización de uso podrá ser objeto de nulidad y de cancelación bajo


los procedimientos y normas establecidos para dichos fines en las normas
sobre marcas.

No obstante, nada dice sobre los tiempos que puede o debe tomar la en-
tidad designada o delegada para otorgar las autorizaciones. Pero sí es de
anotar que la norma permite que la competencia para estos fines radique
en una entidad diferente de la oficina nacional competente, sin que esta
mantenga la competencia, o que la misma sea conjunta.

2.4 Denominaciones de origen extranjeras

La Decisión Andina prevé la posibilidad de reconocer protección a dos


clases de denominaciones de origen extranjeras:

• Las declaradas como tal en un país miembro de la Comunidad An-


dina, y

• Las declaradas como tal o las indicaciones geográficas protegidas en


terceros países.

40
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Las anteriores situaciones han llevado a la SIC a determinar cuál debe ser
la diferencia entre la declaración de la protección y el reconocimiento de
la protección.

En principio, por declaración debería entenderse aquel proceso mediante


el cual se presenta a consideración de la oficina nacional competente una
solicitud para que esta, previa revisión de todos los requisitos sustantivos,
positivos y negativos, declare que una indicación geográfica cumple con
los requisitos para ser protegida como denominación de origen.

Por su parte, el reconocimiento es aquella facultad con que cuenta el Es-


tado para tomar como vinculante la declaración ya efectuada por otro Es-
tado en relación con la protección de una denominación de origen, la cual
se ve expresada en los tratados internacionales, de suerte que una vez
declarada en su país de origen, los legítimos interesados podrán pedirle
al tercer país o al país parte del mismo acuerdo que en lugar de adelantar
todo el proceso para la declaración reconozca que dicha denominación
está protegida y debe ser también protegida.

En este orden de ideas, la Decisión Andina establece que la oficina nacio-


nal competente, en este caso la SIC, reconocerá las denominaciones de
origen protegidas en los demás países miembros, siempre que hayan sido
declaradas como tales en su país de origen.

En relación con las denominaciones de origen de terceros países, la ofi-


cina nacional competente podrá reconocer su protección siempre que
ello esté previsto en algún convenio del cual el país miembro sea parte. Al
igual que con las denominaciones de países miembros, se requiere que la
denominación haya sido declarada como tal en su país de origen.

Ahora bien, teniendo en cuenta que la Decisión en su artículo 2° establece


el principio de la nación más favorecida, se plantea la inquietud acerca de
si la Superintendencia debe exigir la existencia de un tratado entre un país
no miembro y Colombia para reconocer una denominación de origen ya
declarada.

En igual sentido se plantea la inquietud en torno a qué ocurre si en lugar


de que una denominación de origen de un tercer país sea presentada en
Colombia para reconocimiento, su titular solicite la declaración de pro-

41
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

tección de la misma bajo el mismo procedimiento establecido para las


declaraciones.

Al igual que para el caso del reconocimiento, la Decisión 486 consagra el


principio del Trato Nacional, según el cual cada país miembro concederá
a los nacionales de los demás países miembros de la Comunidad Andina,
de la Organización Mundial del Comercio y del Convenio de París un trato
no menos favorable que el que otorgue a sus propios nacionales, a reser-
va de lo previsto en los artículos 3° y 5° del ADPIC y en el artículo 2° del
Convenio de París.

2.4.1 Administración de la denominación de origen

En virtud de lo anterior y, específicamente, basado en el artículo 208 de la


Decisión 486, Colombia ha implementado normas que permiten delegar
la facultad de autorizar el uso, en otras palabras, la administración de la
denominación de origen.

Así, el Decreto 3081 de 2005 dispone que “La facultad de autorizar el uso
de las denominaciones de origen a que hace referencia el artículo 208
de la Decisión 486 de la Comunidad Andina, podrá ser delegada en las
entidades públicas o privadas que representen a los beneficiarios de las
denominaciones de origen. Para el efecto, las entidades públicas y priva-
das interesadas en otorgar las autorizaciones de uso, deberán presentar
ante la Superintendencia de Industria y Comercio, solicitud en tal sentido,
de conformidad con los requisitos y condiciones establecidos por esta
última”.

El Decreto en mención fue desarrollado por la Superintendencia de In-


dustria y Comercio, que mediante Resolución 33190 de 10 de octubre de
2007 estableció los requisitos y condiciones que deben reunir los solici-
tantes y la solicitud para delegar la facultad de autorizar el uso, dentro de
los que se encuentran la descripción del interés legítimo, de la capacidad
financiera y administrativa, de las garantías ofrecidas para asegurar la im-
parcialidad en el otorgamiento de las autorizaciones de uso, de las reglas
de uso de la denominación y de los mecanismos de control encargados

42
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

de garantizar la calidad, idoneidad y el cumplimiento de las características


específicas que deben reunir los productos.

En este orden de ideas, los principales aspectos desarrollados y regula-


dos por la mencionada Resolución 33190 son:

2.4.1.1 Legitimados para solicitar delegación

Si bien la Decisión 486 establece quién puede ser el legitimado para soli-
citar la declaración de protección de una denominación de origen, no ne-
cesariamente es el mismo legitimado para solicitar y obtener la delegación
de la facultad de autorizar el uso de la denominación protegida.

En efecto, el artículo primero de la resolución en estudio expresa que


podrán solicitar dicha delegación las entidades públicas o privadas que
representen los intereses de los beneficiarios de una denominación de
origen protegida, en tanto que para solicitar la protección solo basta con
ser un productor, extractor o elaborador del producto.

En segundo lugar, condiciona la legitimidad a la representatividad de los


beneficiarios, y para los propósitos de los artículos 208 a 213, no entrando
a regular o aclarar la legitimación para proteger y defender la denomina-
ción de origen, según ocurran situaciones de infracción como las consa-
gradas en los artículos 214 y 215 de la Decisión 486.

2.4.1.2 Concepto de beneficiarios

En desarrollo de la Decisión 486, la Resolución define a los beneficiarios


como las personas naturales o jurídicas que directamente se dediquen
a la extracción, producción o elaboración del producto o los productos
amparados en la zona geográfica designada o indicada por dicha deno-
minación, así como también las asociaciones de los mismos, cualquiera
que sea la forma jurídica o asociativa que se adopte, siempre que sea
legalmente reconocida.

43
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Esta conceptualización crea la misma obligación de autorización de uso


para todo aquel que quiera utilizar la denominación de origen para darle
valor agregado a su producto, sin tener en cuenta la realidad de las cade-
nas productivas y que la puesta en el comercio del producto identificado
por la denominación de origen demanda una figura diferente para unos y
otros que participan en dicha cadena.

Así, se espera que el beneficiario tenga una autorización de uso de facto


o por el hecho de pertenecer al colectivo que ha posicionado el producto,
preferiblemente representada por una persona jurídica. En cambio, se es-
pera que exista un usuario, siendo este aquel que pone el producto ante
el consumidor final, que demanda el sello garantista del origen y que debe
ser también controlado por el titular o administrador de la denominación
de origen, pero además por el consumidor, mediante la consulta de un
registro público que da fe de la existencia de la autorización para usar el
signo.

En consecuencia, en tanto que frente a los beneficiarios debe exis-


tir un sistema o mecanismo de control de trazabilidad como garan-
tía de calidad para los usuarios, frente a los usuarios debe existir un
mecanismo de control del uso como garantía de calidad frente a los
consumidores.

Adicional a lo anterior, la norma interna que permite la delegación mencio-


na simplemente a las entidades públicas o privadas que representen a los
beneficiarios de las denominaciones de origen, sin que se establezca el
tipo de organización privada del que deba tratarse, o la representatividad
que deban tener, si se trata de todos los beneficiarios o de un porcentaje.

2.4.1.3 Trámite de la solicitud

Quien se encuentre legitimado para solicitar la delegación, debe además


acreditar:

• Capacidad financiera y administrativa para administrar el sistema de


autorizaciones de uso.

44
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

• Descripción de las garantías que ofrecen para asegurar la objetividad


e imparcialidad en el otorgamiento de la autorización de uso respecto
de todos los beneficiarios de la denominación de origen.

• Descripción de las reglas de uso de la denominación de origen desde


el método de obtención, fabricación o extracción hasta el envasado,
embalaje o etiquetado que permitan salvaguardar la calidad y garan-
tizar el origen de los productos. Estas reglas deberán comprender
al menos la descripción de las características, especificaciones, de-
rechos y obligaciones a los que se sujetan los usuarios autorizados
para extraer, producir, envasar, transformar o comercializar el produc-
to protegido bajo la denominación de origen, y

• Descripción de los mecanismos o entidades de control encargados


de garantizar la calidad e idoneidad, así como el cumplimiento de las
características específicas que deben reunir los productos por iden-
tificar con la denominación de origen protegida, conforme al acto de
declaración de protección de la misma y su reglamento de uso.

Estos mecanismos o entidades de control deberán ofrecer garantías


suficientes de imparcialidad y objetividad respecto de todos los usua-
rios de la denominación de origen y contar de manera permanente
con el personal cualificado y los recursos necesarios para llevar a cabo
el control.

Como se observa, en este aparte la Resolución incluye a los usuarios de


las denominaciones de origen, no siendo claro si estos son los mismos
beneficiarios o si se trata de una tercera figura y cuál es su papel o condi-
ción dentro de la cadena productiva, de suerte que puedan ser identifica-
dos, a fin de determinar cuál debe ser además su forma de acceder al uso
de la denominación de origen.

Asimismo, se observa que la Resolución solo exige una descripción de


las reglas de uso, sin exigir el reglamento de uso en su integridad, siendo
esto el ideal.

Finalmente, el trámite contempla la posibilidad de que la SIC adelante


visitas de inspección o solicite informes y conceptos técnicos así como
la presentación de pruebas. Es de anotar que esta actuación también

45
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

es asumida cuando se reciben solicitudes de declaración de protección.


Especialmente, se solicitan informes técnicos a entidades públicas que
tienen la capacidad técnica para verificar las características o condiciones
de los productos para identificar por la denominación de origen.

2.4.1.4 Autorización de uso

No obstante lo anterior, la autorización de uso podrá seguir siendo solici-


tada ante la Superintendencia de Industria y Comercio. En este orden de
ideas, aun cuando se haya delegado la facultad en un tercero, los bene-
ficiarios podrán optar por pedir la autorización ante la Superintendencia
o ante la entidad delegada, siguiendo el procedimiento establecido para
uno u otro y en todo caso presentando al menos la siguiente información:

• Declaración del interés de usar la denominación de origen protegida y


el conocimiento de las reglas y obligaciones que su uso implica.

• Los poderes que resulten necesarios, si se actúa por intermedio de


apoderado.

• Los documentos que acrediten la existencia y representación legal, si


es del caso.

• El certificado de conformidad de las calidades y características del


producto, especificadas en el acto de declaración de la protección
y su reglamento de uso, expedido por cualquiera de los organismos
que aplican sistemas de certificación de producto acreditados ante la
Superintendencia de Industria y Comercio, o ante un organismo de
acreditación miembro del Foro Internacional de Acreditación (Inter-
national Accreditation Forum, IAF), o por las entidades que la Super-
intendencia designe teniendo en cuenta requisitos de imparcialidad,
objetividad y capacidad técnica.

Así, cuando la solicitud se presente ante la SIC, deberá pagar una tasa ofi-
cial, que no necesariamente es cobrada por la entidad delegada, y el for-
mulario será el mismo establecido para la solicitud de registro de marca,

46
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

aunque en realidad se trata de una inscripción asociada a la denominación


de origen respectiva.

Por su parte, cuando la solicitud de autorización sea presentada ante la


entidad delegada, deberá cumplir con los requisitos antes estableci-
dos y reportará a la SIC mensualmente un listado de los autorizados,
de suerte que esta lo inscribirá en el registro de la Propiedad Indus-
trial, siguiendo el mismo trámite y formulario establecido para licencias
de uso.

2.4.2 Solicitudes de protección de denominaciones


de origen y su estado en Colombia

Como atrás se mencionó, en Colombia la declaración de protección de


una denominación de origen puede hacerse de oficio por parte de la ofi-
cina nacional, mecanismo que aún no ha sido utilizado por la Superinten-
dencia de Industria y Comercio. Sin embargo, ante la oficina se han pre-
sentado diversas solicitudes de protección de denominaciones de origen
por parte de personas interesadas3 .

En efecto, a la fecha se han presentado veintinueve solicitudes de protec-


ción de denominaciones de origen, de las cuales veintiuna son nacionales,
tres de países miembros de la Comunidad Andina y cinco de terceros
países, así:

Denominaciones de origen nacionales:


3
La Superintendencia se abstiene de calificarlas como legitimadas, pues existen solicitudes sin decisión.

47
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Denominación Fecha
Producto Zona Solicitante
de origen solicitud

Localizada entre Latitud


CAFÉ DE Norte 1° a 11°15’; Longitud Federación Nacional de
Café 16/12/2004
COLOMBIA Oeste de 72° a 78° y altitud Cafeteros
de 400 a 2.500 m. s. n. m.

Zona que comprende los


CHOLUPA municipios de Rivera, Pa-
Fruta Departamento del Huila 10/07/2006
DEL HUILA lermo, Baraya, Colombia,
Gigante y Neiva.

Alcaldía del Municipio de


Guacamayas (Boyacá);
Departamento de Boyacá Creatividad Artística Coo-
CESTERÍA
sobre la cordillera Oriental en perativa de Guacamayas
EN ROLLO Artesa-
la micro cuenca del río Ne- CREARCOOP Ltda; Aso- 29/08/2006
DE GUACA- nías
vado y parte de la provincia ciación de Artesanos del
MAYAS
de Gutiérrez. Municipio de Guacamayas
(Boyacá); Asociación Grupo
Artesanal de Guacamayas
Asociación de Artesanos
CERÁMICA Muiscas de Ráquira (ASO-
ARTESA- Artesa- Municipio de Ráquira, depar- MUISCAS); Así es Ráquira;
02/04/2008
NAL DE nías tamento de Boyacá. ASOGUABENA; Coopera-
RÁQUIRA tiva Artesanos de Ráquira
(COARTERÁQUIRA)
Zona comprendida entre los
1.300 y 2.300 m. s. n. m.
Federación Nacional de Ca-
CAFÉ DE del departamento de Nariño
Café feteros – Fondo Nacional del 03/04/2009
NARIÑO y los municipios de Merca-
Café
deres, Bolívar y Florencia del
departamento del Cauca.
Municipios de Albania, San
José del Fragua, Belén de
los Andaquíes, Curillo, Solita,
QUESO Valparaíso, Morelia, Flo-
Comité Departamental de
DEL CA- Queso rencia, Montañita, El Paujil, 22/03/2007
Ganaderos del Caquetá
QUETÁ Doncello, Puerto Rico, San
Vicente del Caguán, Mi-
lán, Cartagena del Chairá,
Solano.

48
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Denominación Fecha
Producto Zona Solicitante
de origen solicitud

Región noroccidental del


departamento de Boyacá y
en la parte centro oriental
QUESO
Queso de Colombia, a unos 2.525 Alcaldía municipio de Paipa 30/12/2009
PAIPA
m. s. n. m. en promedio,
comprende las poblaciones
de Paipa y Sotaquirá.
Comprende 32 municipios de Asociación Colombiana
CLAVEL DE
Flores Cundinamarca, en altitudes de Exportadores de Flores 10/05/2010
COLOMBIA
de 2.500 a 2.700 m. s. n. m. (ASOCOLFLORES)
Territorios que comprende Alcaldía Municipal de San
TEJEDURÍA los municipios de San Juan Jacinto, con el apoyo de las
Artesa-
SAN JACIN- Nepomuceno, Zambrano, El asociaciones de artesanos 26/02/2010
nías
TO Carmen, San Jacinto y María dedicadas a la elaboración
La Baja. de la “Tejeduría San Jacinto”
SOMBRE- Alcaldía Municipal de Agua-
Artesa-
RO AGUA- Aguadas (Caldas) das, con el apoyo de la Coo- 26/02/2010
nías
DEÑO perativa Artesanal Ltda.
Alcaldía Municipal de Pasto,
MOPAMO-
Artesa- con el apoyo de los artesa-
PA BARNIZ San Juan de Pasto. 18/03/2010
nías nos del “MopaMopa Barniz
DE PASTO
de Pasto”
Península de La Guajira so-
bre el mar Caribe, en un área
Gobernación de La Guajira,
de 1.080.336 hectáreas lo-
con el apoyo de artesanos
TEJEDURÍA Artesa- calizadas en el resguardo de
dedicados a la elaboración 23/03/2010
WAYUU nías la alta y media Guajira y ocho
de productos de “Tejeduría
resguardos más ubicados en
Wayuu”
el sur del departamento y la
reserva de Carraipía.
Ocupa una extensa zona
territorial enmarcada entre
TEJEDURÍA Artesa- Resguardo indígena Zenú de
la margen izquierda del río 23/03/2010
ZENÚ nías San Andrés de Sotavento
Magdalena y la costa del mar
Caribe.
Comprende 32 municipios Asociación Colombiana
ROSA DE
Flores de Cundinamarca y 7 munici- de Exportadores de Flores 21/04/2010
COLOMBIA
pios de Antioquia. (ASOCOLFLORES)

49
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Denominación Fecha
Producto Zona Solicitante
de origen solicitud

CRISAN- Comprende 32 municipios Asociación Colombiana


TEMO DE Flores de Cundinamarca y 7 munici- de Exportadores de Flores 18/06/2010
COLOMBIA pios de Antioquia. (ASOCOLFLORES)
Comprende el departamento
del Huila, especialmente los
municipios y centros pobla-
BIZCOCHO dos aledaños a los corredo-
Bizco-
DE ACHIRA res viales de la troncal sur, Gobernación del Huila 10/12/2010
chos
DEL HUILA la vía que del Huila conduce
al occidente colombiano y
la nueva vía al Llano por la
Uribe.
Es la comprendida por las
SOMBRE-
Artesa- subregiones norte y centro
ROS DE Gobernación de Nariño 10/12/2010
nías occidente del departamento
SANDONÁ
de Nariño.
CERÁMICA
Es la comprendida por la
DE CAR- Artesa- Alcaldía del Municipio El Car-
subregión oriente del depar- 21/02/2011
MEN DE nías men de Viboral
tamento de Antioquia.
VIBORAL

Como se puede observar, y aunque reconociendo demoras en las de-


cisiones de varias de las denominaciones de origen solicitadas, debido
principalmente a la falta de recurso humano para impulsar estos trámites,
la Superintendencia de Industria y Comercio ha declarado la protección de
diecinueve (19) denominaciones de origen nacionales que corresponden
a CAFÉ DE COLOMBIA, CHOLUPA DEL HUILA, CESTERÍA EN ROLLO DE GUA-
CAMAYAS, CERÁMICA ARTESANAL DE RÁQUIRA, CAFÉ DE NARIÑO, CAFÉ
CAUCA, QUESO DEL CAQUETÁ, QUESO PAIPA, CLAVEL DE COLOMBIA, ROSA
DE COLOMBIA, CRISANTEMO DE COLOMBIA, TEJEDURÍA SAN JACINTO, TE-
JEDURÍA WAYUU, TEJEDURÍA ZENÚ, SOMBRERO AGUADEÑO, SOMBRERO
DE SANDONÁ, MOPAMOPA BARNIZ DE PASTO, BIZCOCHO DE ACHIRA DEL
HUILA Y CERÁMICA EL CARMEN DE VIBORAL.

Igualmente, ha reconocido la protección de tres denominaciones de ori-


gen de países andinos, PISCO y CHULUCANAS, MAÍZ GIGANTE BLANCO

50
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

CUSCO, del Perú; y dos de un tercer país, TEQUILA, de México, HABANOS


(Cuba) (esta se declaró con fundamento en el trato nacional).

En relación con la situación fáctica de las denominaciones de origen na-


cionales, protegidas en Colombia, se encuentra que las 19 antes enun-
ciadas han superado la primera etapa que prevé la normativa, esto es, la
declaración de protección por parte de la oficina nacional. Sin embargo,
solo en el caso de CAFÉ DE COLOMBIA se ha solicitado la delegación de la
facultad para autorizar el uso de la denominación, lográndose en cabeza
de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia como Administrado-
ra del Fondo Nacional del Café, ente gremial que agrupa un importante
porcentaje de los productores en el país y que como administradora del
mencionado fondo representaría a los restantes productores.

Así, este segundo estadio, consistente en la delegación que hace la ofici-


na nacional de la facultad de autorizar el uso, en otras palabras, la admi-
nistración de la denominación de origen en un ente que represente a los
beneficiarios, ha sido exitosamente alcanzado por la denominación de ori-
gen CAFÉ DE COLOMBIA en agosto de 2010, cuando la Superintendencia
de Industria y Comercio delegó la mencionada facultad en la Federación
Cafetera. Pese a lo anterior, a la fecha solo se han recibido en el registro
de la propiedad industrial once (11) solicitudes de inscripción de autoriza-
ciones de uso de CAFÉ DE COLOMBIA -solicitudes más de inscripción de
autorizaciones de uso- y dos (2) solicitudes de delegación de la facultad
de autorización de uso de las denominaciones de origen CAFÉ DE NARIÑO
y CAFÉ DE CAUCA.

Diferente resulta la situación en las demás denominaciones protegidas, en


las que a la fecha no se ha llegado a esa segunda etapa, y aún menos a
la final, que es el objetivo buscado con la declaración de protección, esto
es, la presencia en el mercado de las denominaciones de origen aplicadas
a los productos de los beneficiarios.

En consecuencia, a la fecha un conjunto de denominaciones de origen


protegidas en Colombia no se encuentran administradas por una persona
que agrupe a los beneficiarios de la misma o estos no tienen conciencia
de su presencia real en el mercado, de suerte que no están otorgando
ningún beneficio para los productores o los consumidores.

51
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

2.5 Indicaciones de procedencia

Las indicaciones de procedencia son definidas en la norma andina como


“un nombre, expresión, imagen o signo que designe o evoque un país,
región, localidad o lugar determinado”.

La protección de las indicaciones de procedencia se circunscribe a la


prohibición de uso en el comercio “en relación con un producto o un ser-
vicio, cuando fuese falsa o engañosa con respecto a su origen o cuando
su uso pudiera inducir al público a confusión con respecto al origen, pro-
cedencia, calidad o cualquier otra característica del producto o servicio”,
incluyendo para estos efectos el uso que se efectúe en la publicidad y en
cualquier documentación comercial relativa a la venta, exposición u oferta
de productos o servicios.

Lo anterior, con la salvedad relativa a que “Toda persona podrá indicar su


nombre o su domicilio sobre los productos que comercialice, aún cuando
estos provinieran de un país diferente, siempre que se presente acompa-
ñado de la indicación precisa, en caracteres suficientemente destacados,
del país o lugar de fabricación o de producción de los productos o de otra
indicación suficiente para evitar cualquier error sobre el verdadero origen
de los mismos”.

En este orden de ideas, no existe, según la legislación, un momento ni


actuación que defina el nacimiento de un derecho de propiedad indus-
trial sobre las indicaciones de procedencia. Se trata de un derecho de
cualquier persona o empresa a indicar la procedencia de sus productos o
servicios, bajo la restricción de que sean ciertos o verdaderos.

No obstante, dicho derecho empieza también a encontrar sus restriccio-


nes, cuando la mencionada indicación de procedencia comienza a ad-
quirir una reputación que se debe a las características o cualidades del
producto, las cuales a su vez se deben al factor geográfico o climático, es
decir, cuando se ha convertido en una denominación de origen. Así, y si
resulta ser declarada o reconocida como tal, el derecho al uso solo podrá
ejercerse bajo las condiciones establecidas en la resolución que declare o
reconozca la protección y en el respectivo reglamento de uso.

52
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

2.6 Marcas colectivas

Las marcas no tradicionales, por medio de las cuales podrían ser pro-
tegidas las indicaciones geográficas, están contempladas también en la
normativa de la Comunidad Andina, pues la Decisión 486 dispone títulos
separados para las marcas colectivas, para las marcas de certificación,
así como para las denominaciones de origen.

Las primeras son definidas de la siguiente manera, “Se entenderá por


marca colectiva todo signo que sirva para distinguir el origen o cualquier
otra característica común de productos o servicios pertenecientes a em-
presas diferentes y que lo utilicen bajo el control de un titular”.

Es requisito que quien pretende el registro de una marca colectiva aporte


con su solicitud copia de los estatutos de la asociación, organización o
grupo de personas que solicite el registro de la marca colectiva; la lista de
integrantes; y la indicación de las condiciones y la forma como la marca
colectiva debe utilizarse en los productos o servicios.

En consecuencia, esta clase de marcas son normalmente solicitadas por


las asociaciones de productores, fabricantes, prestadores de servicios,
organizaciones o grupos de personas, legalmente establecidos, con la
finalidad de identificar una o unas cualidades comunes a sus integrantes
o a sus productos o servicios.

Es importante resaltar que a diferencia de las denominaciones de origen,


las marcas colectivas pueden ser transferidas.

Igualmente, es preciso tener en cuenta que cuando la calidad sobre la


que se pretende identificar el signo es el origen, el solicitante no necesita
probar, como ocurre con las denominaciones de origen, que dicho ori-
gen genera una calidad particular en el producto, es decir, no requiere de
vínculo. Por ende, y en términos de signos distintivos, la protección de
una marca colectiva sería más débil que la de una denominación de ori-
gen, pues como se ha explicado, indicar la procedencia del producto es
un derecho de todos. No obstante, cuando dicha procedencia ha adquiri-
do distintividad, dicho derecho queda limitado o restringido al cumplimien-
to de unos requisitos.

53
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Lo anterior está fundamentado también en el hecho de que para obtener


el registro de la marca colectiva, solo es necesario aportar el documento
en el que consten las condiciones de uso del signo, mas no que el mismo
haya adquirido un reconocimiento especial en el sentido de que dicho
origen ya no es la forma de llamar al producto, sino que se asocia a un
identificador de cualidades específicas derivadas, la oferta ambiental de la
zona referida, requisito indispensable para declarar la protección de una
denominación de origen.

En este orden de ideas, la marca colectiva puede ser una herramienta útil
para empezar a posicionar un producto derivado de una zona geográfica
específica; y en caso de hallarle un vínculo con dicha zona y después de
haberlo posicionado, sería factible su reconocimiento como denominación
de origen.

En Colombia se ha solicitado un número que apenas llega a las cuarenta


y dos marcas colectivas, dentro de las cuales se encuentran siete, que
pueden servir para designar una zona geográfica, así:

54
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Marca Clase Solicitante Fecha solicitud Estado

Mejeriforenninge-
29 02/04/2002 Concedida
DanishDairyBoard

Asociación de Cultivadores de
5 Caña de Azúcar de Colombia 13/01/2006 Concedida
(ASOCAÑA)

Asociación de Cultivadores de
29 Caña de Azúcar de Colombia 13/01/2006 Concedida
(ASOCAÑA)

Asociación de Cultivadores de
30 Caña de Azúcar de Colombia 13/01/2006 Concedida
(ASOCAÑA)

Asociación de Cultivadores de
31 Caña de Azúcar de Colombia 13/01/2006 Concedida
(ASOCAÑA)

Asociación de Cultivadores de
32 Caña de Azúcar de Colombia 13/01/2006 Concedida
(ASOCAÑA)

Asociación de Cultivadores de
33 Caña de Azúcar de Colombia. 13/01/2006 Concedida
(ASOCAÑA)

Asociación Nacional de Fabri-


RONES DE
33 cantes de Alcoholes y Licores 14/09/2006 Concedida
GUATEMALA
(ANFAL)

55
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Marca Clase Solicitante Fecha solicitud Estado

Empresa Cooperativa Comer-


cializadora de Frutas del Depto.
31 09/10/2006 Concedida
del Huila Frutas del
Huila

Asociación Colombiana de
COLOMBIA TIERRA
31 Exportadores de Flores 16/02/2007 Concedida
DE FLORES
(ASOCOLFLORES)
Asociación Colombiana de
COLOMBIA LAND OF
31 Exportadores de Flores 19/02/2007 Concedida
FLOWERS
(ASOCOLFLORES)
Consorzio del
PARMA 29 Prosciutto 2/08/2007 Concedida
Di Parma

Asociación de Productores de
ACHIDOLORES 30 Bizcocho de Achira de Dolores 18/12/2007 Concedida
Tolima (ACHIDOLORES)

Asociación de Productores de
Achira de la Vereda Mesas del
ASPROACHIRAS 30 21/12/2007 Concedida
San Juan (Coyaima) (ASPROA-
CHIRAS)

ORTEACHIRAS 30 Orteachiras 11/02/2008 Concedida


Asociación de Artesanos Indíge-
KANKUI 18 29/08/2008 Concedida
nas KANKUAMAS – ASOARKA

Corporación Integradora de los


Artesanos de la Cerámica Roja
LA CHAMBA 21 31/12/2008 Concedida
y Negra de la Vereda
LA CHAMBA

DECAMERÓN Hoteles Decamerón Colombia,


41 21/04/2009 Concedida
ES COOL S. A. (HODECOL)

MORADILLO 29 Lácteos Campo Real SAS 6/11/2009 Concedida


Centro Regional de Producti-
TOLIPEZ 29 vidad y Desarrollo Tecnológico 21/01/2010 Concedida
del Tolima
K-MPESINA DE Aspropanela
30 11/06/2010 Concedida
CALDONO Caldono

56
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Marca Clase Solicitante Fecha solicitud Estado


DAR (DISTRITO AGRA- Corporación de Estudios, Edu-
RIO REGIONAL ORIEN- 29 cación e Investigación Ambien- 30/06/2010 Concedida
TE ANTIOQUEÑO) tal (CEAM)
DAR (DISTRITO AGRA- Corporación de Estudios, Edu-
RIO REGIONAL ORIEN- 30 cación e Investigación Ambien- 30/06/2010 Concedida
TE ANTIOQUEÑO) tal (CEAM)
DAR (DISTRITO AGRA- Corporación de
RIO REGIONAL ORIEN- 31 Estudios, Educación e Investi- 30/06/2010 Concedida
TE ANTIOQUEÑO) gación Ambiental (CEAM)
FEMERLEV 5 FamyCare Ltd. 30/06/2010 Concedida
LA AREPERÍA 32 Almaíz, S. A. 2/09/2010 Concedida

Asociación de Productores de
ASPROACHIRAS LA
30 Bizcocho de Achira de la Vereda 18/12/2007 Negada
PALMITA
la Palmita (ASOPROACHIRA)

Eee BOX 9 AsustekComputer Inc. 17/03/2008 Negada

2.7 Marcas de certificación

Según la legislación, “Se entenderá por marca de certificación un signo


destinado a ser aplicado a productos o servicios cuya calidad u otras
características han sido certificadas por el titular de la marca”, y sus titula-
res pueden ser empresas o instituciones de derecho privado o público, u
organismos estatales, regionales o internacionales.

En este caso, a la solicitud de registro de una marca de certificación debe


acompañarse el reglamento de uso de la marca, donde se indiquen los
productos o servicios que podrán ser objeto de certificación por su titular;
se definan las características garantizadas por la presencia de la marca,
también conocidas como estándares; y se describa la manera en que se
ejercerá el control de tales características antes y después de autorizarse
el uso de la marca. Este reglamento se inscribe junto con la marca, y sus
modificaciones deben ser puestas en conocimiento de la oficina nacional
inscribiéndolas en el registro para que surtan efectos frente a terceros.

57
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

El titular de la marca de certificación debe autorizar su uso a cualquier


persona cuyo producto o servicio cumpla las condiciones establecidas en
el reglamento de uso de la marca.

Por último, la norma andina contiene una limitación en la exigencia de im-


parcialidad del titular de la marca de certificación, consiste en que este no
puede usarla para identificar los productos o servicios producidos, presta-
dos o comercializados por el propio titular de la marca.

De lo anterior se desprende que, bajo esta figura es posible definir como


un estándar por certificar el origen del producto, así como unas caracterís-
ticas que pueden o no ser atribuibles a dicho origen, pero que a la postre
son definidas por quien impone las características para certificar y no por
una realidad económica, social y ambiental.

Bajo el esquema de marcas, esta es la figura que más se aproxima a las


denominaciones de origen. No obstante, al igual que en el caso de las
marcas colectivas, su protección no obedece al reconocimiento de un tra-
bajo colectivo para crear calidad y mantenerla en un producto específico.
En la misma línea, la marca de certificación puede ser transferida.

En el país se han efectuado cuarenta y ocho solicitudes de registro


de marcas de certificación, dentro de las cuales se encuentra una que
designa una indicación geográfica por hacer referencia a una zona
geográfica, así:

58
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Fecha
Marca Clase Solicitante Estado
solicitud
JAMAICA BLUE MOUNTAIN
30 Coffee Marks Limited 4/09/2002 Concedida
COFFEE
SGS Societe Generale de Survei-
SGS QUALICERT 42 23/09/2002 Concedida
llance S.A.
SGS Societe Generale de Survei-
SGS 42 23/09/2002 Concedida
llance S.A.
SGS Societe Generale de Survei-
SGS 29 30/12/2002 Concedida
llance S.A.
PETMOUR 5 PETMOUR S.A. 19/12/2003 Concedida
PMP 35 Project Management Institute, Inc. 30/12/2003 Concedida
CAPM 35 Project Management Institute, Inc. 30/12/2003 Concedida
PETMOUR 5 PETMOUR S.A. 30/03/2004 Concedida
Nación-Ministerio de Agricultura y
ALIMENTO ECOLÓGICO 31 7/07/2004 Concedida
Desarrollo Rural
Nación-Ministerio de Agricultura y
ALIMENTO ECOLÓGICO 35 7/07/2004 Concedida
Desarrollo Rural
QMI REGISTERED 42 Canadian Standards Association 30/12/2004 Concedida
SELLO EN RESPONSABILI-
45 Corporación FENALCO Solidario 20/12/2005 Concedida
DAD SOCIAL
CERTIFICADO RESPONSA-
45 Corporación FENALCO Solidario 21/12/2005 Concedida
BILIDAD SOCIAL
ADA ACCEPTED AMERICAN American Dental
5 19/04/2006 Concedida
DENTAL ASSOCIATION Association
Federación Nacional de Cultiva-
FRUTO DE LA PALMA DE
35 dores de Palma de Aceite 12/05/2006 Concedida
ACEITE COLOMBIANA
(FEDEPALMA)
Federación Nacional de Cultiva-
FRUTO DE LA PALMA DE
29 dores de Palma de Aceite 12/05/2006 Concedida
ACEITE COLOMBIANA
(FEDEPALMA)
SELLO AMBIENTAL COLOM-
42 María Ángela Romero 2/06/2006 Concedida
BIANO
SKYPECERTIFIED 42 SkypeLimited 15/06/2006 Concedida
UNDERWRITERS
UL 9 14/09/2006 Concedida
LABORATORIES INC.
UNDERWRITERS
UL 11 14/09/2006 Concedida
LABORATORIES INC.

UNDERWRITERS
9 14/09/2006 Concedida
LABORATORIES INC.

GESTIÓN DE LA CALIDAD
Departamento Administrativo de
NTCGP 1000:2004 SECTOR 42 27/07/2007 Concedida
la Función Pública
PÚBLICO

59
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Fecha
Marca Clase Solicitante Estado
solicitud
FLORVERDE BUENO PARA
Asociación Colombiana de Expor-
EL AMBIENTE PARA LOS
31 tadores de Flores 20/09/2007 Concedida
TRABAJADORES PARA
(ASOCOLFLORES)
USTED
FLORVERDE BUENO PARA
Asociación Colombiana de Expor-
EL AMBIENTE PARA LOS
31 tadores de Flores 20/09/2007 Concedida
TRABAJADORES PARA
(ASOCOLFLORES)
USTED
FLORVERDE GOOD FOR Asociación Colombiana de Expor-
THE EARTH FOR THE 31 tadores de Flores 20/09/2007 Concedida
WORKERS FOR YOU (ASOCOLFLORES)
SINCHI (INSTITUTO AMAZÓ- Instituto Amazónico de Investiga-
NICO DE INVESTIGACIONES 42 ciones Científicas 17/10/2007 Concedida
CIENTÍFICAS) (SINCHI)

Ministerio de Comercio, Industria


CALIDAD TURÍSTICA 42 24/06/2008 Concedida
y Turismo

CERTÉCNICA PRODUCTO
42 Certificaciones Técnicas Ltda. 9/07/2008 Concedida
CERTIFICADO
SM SERVIMETERS 42 Servimeters S.A. 25/11/2008 Concedida
ONAC (ORGANISMO NA-
Organismo Nacional de Acredita-
CIONAL DE ACREDITACIÓN 42 25/06/2009 Concedida
ción de Colombia (ONAC)
DE COLOMBIA)
ONAC (ORGANISMO NA-
Organismo Nacional de Acredita-
CIONAL DE ACREDITACIÓN 41 25/06/2009 Concedida
ción de Colombia (ONAC)
DE COLOMBIA)
E-FI (EXCELENCIA FORMA-
41 Superintendencia de Sociedades 4/02/2010 Concedida
CIÓN EN INSOLVENCIA)
GESTIÓN DE LA CALIDAD
Departamento Administrativo de
NTCGP 1000:2009 SECTOR 42 27/07/2007 Concedida
la Función Pública
PÚBLICO
COMPAÑÍA COLOMBIANA
Compañía Colombiana de Certifi-
DE CERTIFICACIÓN (CERTI- 42 25/08/2010 Concedida
cación S. A.
FICAMOS)
Intertek International
INTERTEK 42 3/06/2005 Negada
Limited

Así, Colombia cuenta con normas concebidas específicamente para la


protección de las diversas modalidades de indicaciones geográficas, fun-
dadas en el sistema registral que rige el sistema andino de propiedad
industrial.

60
3. Falencias y debilidades del sistema
de indicaciones geográficas
en Colombia

3.1 Desconocimiento de la institución


de las indicaciones geográficas

La Superintendencia tuvo acceso al estudio elaborado por el consultor


Santiago Botas, a petición del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo
con la cooperación y asistencia de la Unión Europea, cuyo propósito era
la asistencia técnica a las autoridades locales y nacionales que están tra-
bajando en denominaciones de origen.

El estudio mencionado, que se adjunta a este documento, presenta como


diagnóstico el interrogante consistente en la búsqueda de las causas por
las cuales nadie ha solicitado la autorización de uso de las denominacio-
nes de origen protegidas en Colombia, aparte de Café de Colombia, si
tanto se ha afirmado que las indicaciones geográficas son una herramien-
ta beneficiosa.

“A juicio del consultor, parecería que existe una deficiente comprensión del
instrumento, tanto por parte de las autoridades nacionales, por parte de
las autoridades departamentales (que en la mayor parte de los casos han
realizado las solicitudes), por parte de los productores, la industria alimen-
taria, y de los consumidores, que ignoran las ventajas de este sistema de
protección y garantía de calidad de los productos, especialmente agrarios
y alimentarios.

“Da la impresión de que las DO se entendieran solamente como un premio


u honor, como un reconocimiento abstracto, sin tener en cuenta que son,
además, una marca de certificación pública con unos especiales requisi-
tos, principalmente su vínculo con un entorno geográfico, que determina

61
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

su reputación o cualidades singulares, incluyendo los factores naturales y


humanos”.

Esta Superintendencia comparte el anterior planteamiento, y agrega que


precisamente la falta de conocimiento de la institución desde su naturale-
za, sus razones de protección como bien de propiedad industrial e instru-
mento de protección al consumidor tanto en el sector productivo como en
el mismo Gobierno, no han permitido explotar su potencial ni ofrecer una
correcta protección legal.

En efecto, con independencia del Decreto 3081 y la Resolución 33190


del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y de la Superintendencia
de Industria y Comercio, que regulan aspectos de la Decisión 486 relacio-
nados con el trámite para obtener una delegación para “administrar las
denominaciones de origen”, no existen otros instrumentos que terminen
de robustecer la protección, como son normas relacionadas con la infor-
mación aplicada a productos cuyo origen puede coincidir con el nombre
de una denominación de origen protegida.

Así, en tanto y en cuanto las normas regulatorias, que como se ha visto


son reconocidas por la OMPI como útiles para proteger las denominacio-
nes de origen, no sean concordantes con las disposiciones consagradas
en el sistema SUIS GENERIS, que también tiene Colombia en la Decisión
486, los beneficiarios y usuarios potenciales o reales seguirán usando los
orígenes de manera irrestricta e inconsciente de la existencia de unas
nuevas condiciones de uso de dicho origen.

Igualmente, hace énfasis la entidad en el acertado planteamiento que


hace el consultor al manifestar que la creencia generalizada es la de ob-
tener declaraciones de protección como un honor, sin que dicha declara-
ción sea en realidad un hito que hace parte de una verdadera estrategia
de posicionamiento, diferenciación o simplemente de generación de valor
agregado de los productos de una colectividad particular.

En consecuencia, quienes han solicitado denominaciones de origen y


han obtenido la protección no han solicitado siquiera la delegación para
su administración, comoquiera que no han establecido mecanismos de
control, concertaciones con los beneficiarios en cuanto al uso del signo,
mucho menos aceptación por parte de estos del sometimiento a unas

62
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

condiciones nuevas o a las que ha establecido el Estado para uso de lo


que hasta un momento dado era de libre utilización y, lo que es más grave,
la concientización o asimilación por parte de los propios beneficiarios del
significado de contar con una denominación de origen, de suerte que no
podrán explotarla en sus frutos comerciales o indirectos, como el etique-
tado y el turismo, entre otros.

Lejos se encuentra esta entidad de inmiscuirse en las demás entida-


des del Estado y, por el contrario, reconoce que, por ejemplo, el Minis-
terio de Comercio, Industria y Turismo ha adelantado actividades inte-
resantes relacionadas con capacitación y fomento de las indicaciones
geográficas.

No obstante, estas actividades pueden ser consideradas aisladas, es de-


cir, no parecieran estar enmarcadas dentro de una estrategia de impulsión
de todas las Indicaciones geográficas colombianas que abarque la dispo-
nibilidad de tiempo completo de una unidad, oficina, equipo o institución
para detectar las IG, establecer sus estrategias de posicionamiento que
comprendan el consenso de los productores o beneficiarios en relación
con las calidades, mecanismos de control, creación de una asociación
que los represente, promoción y comercialización del producto y la forma
de protección jurídica del producto a nivel nacional en forma consistente
con las de protección internacional para facilitar su salida y protección en
el contexto internacional.

3.2 Ausencia de asociatividad

En Colombia el derecho de asociación está garantizado y si bien se en-


cuentran diferentes asociaciones de productores, las existentes no ne-
cesariamente han incluido entre sus misiones o estrategias el posicio-
namiento de sus productos mediante estrategias de diferenciación o de
investigación y desarrollo.

No obstante lo anterior, las solicitudes de denominaciones de origen co-


lombianas no han reflejado ser presentadas por las asociaciones de pro-
ductores que previamente hayan acordado los términos, también llamados
pliegos de condiciones, bajo los cuales desean proteger sus productos,
básicamente porque la producción en condiciones semejantes ha sido por

63
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

la transferencia de conocimiento consuetudinario, mas no por el deseo o


manifestación de la voluntad colectiva de transmitirlo para que entre todos
se mantengan las mismas condiciones de calidad de los productos.

La Superintendencia considera que la falta de asociatividad la ha genera-


do, en parte, la cantidad de obstáculos e inconvenientes de implementa-
ción de la denominación de origen una vez su protección ha sido declara-
da, pues aunque las mismas sean el producto de solicitudes presentadas
por los entes gubernamentales o asociaciones o entidades creadas por el
Gobierno, los cuales son en estricto sentido representativos, no necesa-
riamente son vinculantes frente a los beneficiarios (productores agrícolas y
rurales) que de una u otra manera no fueron participantes de la solicitud.

Adicionalmente, el sistema legal no ofrece o impone esas condiciones que


van generando la necesidad de asociación y autorregulación, toda vez que
no exige para la presentación de la solicitud la descripción de los mecanis-
mos de control que hayan adoptado los productores o transformadores
del producto por proteger, sino que lo exige una vez ha sido declarada la
protección y para propósitos de delegar la facultad de autorizar el uso.

Esta situación solo genera dos consecuencias negativas. La primera: im-


provisación en el establecimiento de los mecanismos de control para el
único fin de obtener la delegación; y la segunda, el abandono de la in-
tención de administrar la denominación de origen al encontrarse con la
inexistencia de estos mecanismos o de consenso para establecerlos o de
bases serias (científicas) para determinarlos incluyendo la falta de recursos
para estos fines.

En la misma vía, las asociaciones de productores de bienes susceptibles


de protección por denominaciones de origen, conocidos en otras juris-
dicciones como consejos reguladores, son las instituciones que se han
encargado de lanzar, posicionar y mantener vigentes los productos identi-
ficados con las denominaciones de origen. Claros ejemplos de lo anterior
son el Consejo Regulador del Tequila en México y los consejos regulado-
res de los productos europeos más afamados.

Son ellos los que financian las campañas publicitarias de los productos,
de las que se benefician sus productores, a partir de las cuales también
pueden lanzar sus propias campañas para competir sanamente con sus

64
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

productos y con sus marcas. Igualmente, los consejos reguladores son


los encargados de establecer los mecanismos de control y verificar que no
se estén produciendo alteraciones en el mercado a partir de la explotación
del origen. Y, finalmente, son estas asociaciones las que pueden liderar
y llevar a buen término las estrategias de protección internacional de sus
denominaciones de origen.

En Colombia, bajo la legislación o sistema vigente resulta más que difícil


que esto ocurra. En efecto, y como se mencionara en la explicación del
sistema adoptado en nuestro país, al ser el titular de la denominación de
origen el Estado, el mantenimiento de las condiciones que dan comienzo
a la protección de la denominación de origen, así como la obligación de
observancia y protección a nivel nacional e internacional, radica en cabeza
de este.

En este orden de ideas, aquella denominación de origen protegida en Co-


lombia que deba ser protegida en jurisdicciones internacionales debería
ser presentada por la propia Superintendencia de Industria y Comercio
(sin que además se haya establecido un conducto regular institucional
para ello, en coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores).

Como segundo paso, en el evento en que la denominación de origen os-


tente una reputación internacional y sea objeto de infracción en Colombia
e inclusive en una jurisdicción diferente a Colombia, debería el Estado
adelantar las acciones legales en defensa de dicha infracción.

Y, finalmente, si los consumidores no mantienen la diferenciación del pro-


ducto respecto de sus congéneres, la denominación cae en el riesgo de
la vulgarización por genericidad. De suerte que se debe mantener una
intensa campaña publicitaria que evite dicha situación.

No obstante, la realidad es que las instituciones estatales no cuentan con


la infraestructura para adelantar estas acciones y, por tanto, si bien la fi-
gura de la delegación es óptima, requiere de mayor empoderamiento a la
asociación que la administre, lo cual se puede empezar a construir a partir
de la creación de figuras jurídicas de asociatividad, como los consejos re-
guladores, que asuman la titularidad y legitimación para el mantenimiento
y defensa de las denominaciones de origen.

65
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

En conclusión, aunque existan diversas formas de asociación, no hay en


nuestra legislación la figura del consejo regulador, determinante para crear
o hacer que un producto alcance el estatus de denominación de origen y
lo conserve.

3.3 Ausencia de investigación y desarrollo

Aunque en principio las denominaciones de origen eran protegidas con


base en calidades reconocidas a voces, los consumidores actuales re-
quieren que dichas calidades sean demostradas o sustentadas en hechos
probados. Las nuevas tecnologías y los esquemas de investigación y de-
sarrollo son ideales para lograr estos objetivos.

En consecuencia, no basta con la argumentación romántica o el discurso


publicitario, sino que se requiere un profundo conocimiento técnico de las
características particulares del producto y de las razones por las cuales
su oferta ambiental influye directamente en las mismas. Esto, no solo para
demostrar con bases sólidas las diferencias del producto con sus congé-
neres, sino para garantizarle al consumidor la calidad y la veracidad de la
información derivada de la denominación de origen.

Para lograr lo anterior, se requiere que la colectividad beneficiaria de la


denominación de origen dedique esfuerzos a la investigación y desarrollo
del producto, lo cual permitirá lograr el fin antes propuesto, como también
poder establecer los mecanismos de control idóneos para el producto
respectivo e inclusive para obtener subproductos de los cuales en ocasio-
nes se derivan mayores beneficios económicos.

3.4 Vacíos legislativos

En este particular, la Superintendencia considera que, sin perjuicio de que


la Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina contiene buenas
bases de protección, esta decisión es susceptible de ser aclarada o de-
sarrollada en virtud del principio del complemento indispensable consa-
grado en el Tratado de Constitución del Acuerdo de Cartagena, de modo

66
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

que permita a los potenciales beneficiarios comprender más fácilmente la


institución y utilizarla tanto para proteger sus denominaciones de origen
a nivel nacional como para que dicha protección pueda ser consistente a
nivel internacional.

En el mismo sentido, la Superintendencia considera que hace falta la ex-


pedición o actualización de otras normas regulatorias circundantes. De
acuerdo con lo anterior, se evidencian las siguientes falencias normativas:

3.4.1 Respecto del trámite de la solicitud de obtención


de la Declaración

Como primera medida, la división de las etapas de declaración de la pro-


tección y de delegación de la facultad de autorizar el uso ha causado
precisamente confusión en torno a la titularidad de la denominación y a las
actuaciones que debe adelantar la asociación o entidad gubernamental
que ha solicitado la protección.

En efecto, existen asociaciones o solicitantes institucionales que podrían


estar considerándose así mismo como titulares de la denominación res-
pectiva por el hecho de haber logrado la declaración de protección y, lo
que es más grave, desconocen que deben adelantar un trámite poste-
rior consistente en la delegación de la facultad de autorizar el uso y que
para dicho fin deben acreditar unos requisitos no simplemente formales.
Consecuentemente, no existen solicitudes de autorizaciones de uso por
parte de los usuarios o beneficiarios de las denominaciones de origen
protegidas.

En segundo lugar, la creencia de que el proceso obedece a un simple trá-


mite de registro conlleva leer de manera superficial los requisitos sustan-
tivos exigidos por la norma, relacionados con la información que se debe
presentar con la solicitud.

En efecto, los solicitantes no comprenden qué tipo de información y cómo


debe ser presentada para satisfacer los siguientes requisitos:

• La denominación de origen objeto de la declaración;

67
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

• La zona geográfica delimitada de producción, extracción o elabora-


ción del producto que se designa con la denominación de origen.

• Los productos designados por la denominación de origen; y

• Una reseña de las calidades, reputación u otras características esen-


ciales de los productos designados por la denominación de origen.

Nótese, como bien lo dice el consultor ya citado, que “la Decisión 486
de la Comunidad Andina, a diferencia de la norma Europea” no exige la
presentación de un verdadero pliego de condiciones que contemple los
siguientes requisitos:

• El nombre del producto y la descripción del mismo, incluidas las ma-


terias primas y las principales características físicas, químicas, micro-
biológicas u organolépticas.

• La delimitación de la zona geográfica.

• Los elementos de prueba de que el producto es originario de la zona


geográfica delimitada.

• La descripción del método de obtención.

• La descripción del vínculo entre las características del producto y la


zona geográfica.

• El nombre y la dirección de las autoridades y organismos encargados


de verificar el cumplimiento de lo indicado en el pliego de condiciones
y sus funciones específicas.

Principalmente, la norma debe ser suficientemente clara en relación con


el tipo de información que espera se debe proporcionar para satisfacer
estos requisitos.

Lo anterior se refleja en solicitudes que cumplen formalmente los requi-


sitos que contempla la norma, pero cuya información resulta insuficiente
para determinar si es factible o no la protección.

68
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

Esto obliga a que la oficina nacional efectúe requerimientos a los intere-


sados, solicitándoles información con la que en muchos casos no cuen-
tan, o incluso acudir a organismos técnicos especializados en asuntos
agrícolas o fitosanitarios, pero no necesariamente en las características
organolépticas de los productos para proteger, lo que además de dilatar
el trámite no soluciona la necesidad de obtener información consistente y
verificable.

3.4.2 Falta de claridad en la legitimación, en la definición


de los beneficiarios, sus derechos y las posibles
diferencias con los usuarios

Como se mencionó con anterioridad, la titularidad en cabeza del Estado


no permite tener certeza a las asociaciones sobre las acciones que pue-
den o no pueden adelantar a nivel nacional o internacional para proteger
la denominación de origen, así como para promocionarla y mantenerla.

Asimismo, la no delimitación o el uso indistinto de las figuras de los bene-


ficiarios y usuarios dificulta identificar si en efecto se trata de las mismas
personas y, en consecuencia, tienen los mismos derechos y obligaciones
o si se trata de personas diferentes que pueden caer en las dos situacio-
nes según la forma o el fin para el que usan o necesitan usar la denomina-
ción de origen. Esto es, si se trata de usarla para demostrarle a un cliente
que su materia prima es la que se requiere para llamar al producto por
su indicación geográfica, o si se trata precisamente de aquel que ya ha
transformado el producto y necesita transmitirle al consumidor final que se
trata del producto protegido.

Esta indefinición también ha llevado a falta de claridad en la figura de la


autorización de uso, pues se ha asimilado a la licencia de uso de las mar-
cas. No obstante, la Decisión expresa que los beneficiarios son quienes
tienen derecho a usar la denominación por ser precisamente los que han
construido la denominación de origen, de suerte que mientras cumplan
las condiciones objetivas deberán acceder al uso de la denominación, sin
que la Administración pueda acudir a requisitos subjetivos para dicho fin.

69
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Por su parte, la licencia de uso es la figura utilizada para que los terceros,
es decir, aquellos que no tienen un título, puedan obtener de un titular de
derechos de propiedad industrial, y solo bajo su libre disposición de vo-
luntad, la autorización para explotar su derecho.

En conclusión, la falta de claridad en la legitimación tiene también como


consecuencia la falta de asimilación de la denominación de origen por
parte de los beneficiarios y, por ende, carencia de compromiso y sentido
de propiedad.

3.4.3 Falta de claridad respecto de los derechos


de terceros y ausencia normativa regulatoria

La Decisión Andina establece que son aplicables a las denominaciones


de origen lo expresado en los artículos 155, 156, 157 y 158, que fijan
el alcance de los derechos de exclusión derivados de la declaración de
protección (o del registro para el caso de marcas), de manera que se
consagra el catálogo de prohibiciones para los terceros que sin consen-
timiento del titular del derecho adelanten conductas relacionadas con la
explotación del mismo.

No obstante, también consagran las excepciones a dicho derecho ex-


clusión, entre ellas la establecida en el artículo 157, que permite a los
terceros utilizar expresiones relativas a la calidad u origen geográfico de
los productos, cuando no se haga a título de marca, de buena fe, se haga
a título de información y no sea capaz de inducir al público a confusión
sobre la procedencia de los productos.

Si bien dicha limitación es perfectamente aplicable al sistema marcario,


que reconoce los derechos de exclusión cuando la marca cumpla los re-
quisitos de distintividad, consistentes precisamente en que la marca no
sea un nombre geográfico esencial al producto o sea un nombre genérico,
entre otros, para el caso de las denominaciones de origen la disposición
tiene matices que deben ser regulados.

En efecto, bajo el entendido de que la denominación de origen es de suyo


la indicación del lugar geográfico de procedencia del producto, todo ter-

70
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

cero podría utilizar dicho origen a título de información sin necesidad de


acudir a la autorización del titular del derecho, lo cual haría absolutamente
inane el haber obtenido la protección, pues precisamente es a partir de
ella que el uso del origen queda limitado a ciertas condiciones.

A pesar de lo anterior, las normas actuales sobre etiquetado de productos


alimenticios o agrícolas no establecen las limitaciones al uso del origen
geográfico del producto cuando este coincida con una denominación de
origen protegida, generando desarticulación entre estas normas y los de-
rechos de propiedad industrial y el riesgo de vulneración de estos.

3.4.4 Ausencia de normativa o regulación del uso de la


expresión DENOMINACIÓN DE ORIGEN o ausencia
de sello nacional de denominación de origen
protegida

La Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina establece que


“solamente los productores, fabricantes o artesanos autorizados a usar
una denominación de origen registrada podrán emplear junto con ella la
expresión ‘DENOMINACIÓN DE ORIGEN´”.

No obstante lo anterior, en Colombia, a diferencia de jurisdicciones como


la europea, no existe una reglamentación para el uso de dicha expresión
y menos en el marco de un sello oficial que refuerce en el consumidor la
garantía de producto protegido. En tal sentido, los hasta ahora solicitantes
de denominaciones de origen han creado logos propios que a más de re-
flejar una denominación de origen, consisten en marcas colectivas.

Es necesario crear el sello oficial colombiano de “DENOMINACIÓN DE


ORIGEN COLOMBIANA PROTEGIDA” que sea aplicable a todos los pro-
ductos que han sido protegidos por denominación de origen en Colombia.

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4. Recomendaciones

Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

De conformidad con lo anterior, la Superintendencia de Industria y Comer-


cio presenta a la Subcomisión de Propiedad Industrial las siguientes reco-
mendaciones de elaboración de política para ser consideradas y adopta-
das por la Comisión.

Se recomienda al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo analizar y


determinar la oportunidad y viabilidad de proponer modificaciones a la
Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina en materia de indi-
caciones geográficas.

En caso de que la anterior recomendación sea inviable, se aconseja que


la Subcomisión de Propiedad Industrial elabore un proyecto normativo
que desarrolle y aclare las cuestiones planteadas en este documento y
que permita a los solicitantes obtener protecciones consistentes con las
tendencias internacionales para facilitar su protección nacional e interna-
cional, en particular, sobre los siguientes aspectos:

73
Industria y Comercio
SUPERINTENDENCIA

• Unificación del trámite de la solicitud de declaración de protección y


delegación de la administración de la denominación de origen.

• Aclaración y desarrollo de la legitimación del delegado o administra-


dor de la denominación de origen protegida para mantenerla y prote-
gerla nacional e internacionalmente.

• Creación y regulación de la figura del consejo regulador sobre la base


de conservación de participación del Estado como garante del interés
general y público.

• Se recomienda al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en es-


pecial, en coordinación con los ministerios del Interior, Agricultura y
Desarrollo Territorial, Proexport y demás entidades que puedan estar
relacionadas con los productos agroalimentarios y artesanales, crear,
modificar o destinar un equipo, oficina o institución dedicada única y
exclusivamente a la impulsión de la protección de las denominaciones
de origen como parte de una estrategia de comercialización y genera-
ción de valor agregado de los productos susceptibles de protección,
tanto a nivel nacional como internacional.

• La Superintendencia podría apoyar dicha gestión desde el ámbito


educativo, pero se sugiere que todo lo que tiene que ver con la crea-
ción de organismos de asociación, establecimientos de mecanismos
de control, políticas de protección y estrategias de posicionamiento
corra a cargo de los mencionados entes, de suerte que sea aún más
clara la diferencia entre la Oficina de Registro y quien solicita la pro-
tección.

• Modificación o aclaración de la figura del beneficiario y del usuario y


sus consecuentes regulaciones en relación con los trámites de autori-
zación de uso y de inscripción en el registro de la propiedad industrial.

• Aclaración y desarrollo de las figuras de reconocimiento de denomi-


naciones de origen extranjeras y de declaración de protección de las
mismas.

74
Denominaciones de origen y marcas no tradicionales

• Creación del sello nacional oficial de “DENOMINACIÓN DE ORIGEN


COLOMBIANA PROTEGIDA”.

• Se recomienda a la Subcomisión de Propiedad Industrial la modifica-


ción y actualización de las normas en materia de etiquetado de pro-
ductos alimenticios y agrícolas, de suerte que sean concordantes con
las normas de protección de las denominaciones de origen.

• Se recomienda la elaboración de un manual de presentación y exa-


men de solicitudes de denominaciones de origen nacionales y ex-
tranjeras, que estaría en cabeza de la Superintendencia de Industria
y Comercio.

• Se recomienda que la Superintendencia de Industria y Comercio ade-


lante actividades de educación y divulgación en materia de indicacio-
nes geográficas, con el apoyo de los ministerios y entidades antes
mencionados, en conjunto con las asociaciones y entidades territoria-
les que han adelantado procesos de protección de denominaciones
de origen o que están adelantando estos trámites, así como con los
potenciales solicitantes.

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