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036004

Fronteras, violencia, justicia:


nuevos discursos

Marisa Belausteguigoitia y Lucia Melgar


(coordinadoras)

.,\

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTóNOMA DE MÉXICO


PROGRAMA UNIVERSITARIO DE ESTUDIOS DE GÉNERO
FONDO DE DESARROLLO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA MUJER, UNIFEM
:, ...
it' MÉXICO, 2008

~
'~
La presente edición fue cofinanciada por UNIFEM, Oficina Regional para México,
Centroamérica, Cuba y República Dominicana.

índice

7
Introducción
Lucia Melgar y Marisa Belausteguigoitia
35 D
¿Qué es un feminicidio?
Rita Laura Segato "

r/ Ciudadjuárez y la cultura del sacrificio 490?.


nnTR~ID.W ~:,]/NA SIMÓN ,--,
BOLiv.~R Diana Washington Valdez
SEDE ECUADOR .\$ La construcción literaria del basurero en el norte de México
67 ;))

Cathy Fourez "

Diseño de portada: Carlos del Castillo Negrete 93 D •,;'


Pequeña semblanza del Doctor Simulacro
Imágenes de portada: ©Tabea Huth Andrés Acosta

Cruzando el desierto
105 o;;,:
Primera edición: 2007 KarinL Badt
Segunda edición: 2008
El muro
109 e e
Carlos Castresana
D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México
Programa Universitario de Estudios de Género Composición de lugar 127 o '.i-
Torre ll de Humanidades, 7° piso, Circuito Interior Isabel Vericat •
Ciudad Universitaria, 04510, México, D.F.
www.pueg.unam.mx ' Mujeres migrantes en la frontera sur. Víctimas y transgresoras,
entre la autonomía y la trata-tráfico 151 ó <l .,
Mara Girardi
ISBN 978-970-32-4734-9

Rebeliones en la frontera sur: las mujeres y la construcción


D.R. Derechos reservados conforme a la ley
de la ciudadanía en los límites de la nación
177 o Ó'¡'
Queda prohibida la reproducción parcial -0 total, directa o indirecta Marisa Belausteguigoitia
del contenido de la presente obra sin contar previamente
con la autorización expresa y por escrito de la institución editora, Colaboradores 209
en términos de lo así previsto por la Ley Federal del Derecho de Autor.

Impreso y hecho en México


¡\

¿Qué es un feminicidio?
Notas para un debate emergente*
Rita Laura Segato

Feminicidio y patriarcado

Una de las polémicas emergentes en el feminismo de nuestros días se ·con-


centra en tomo de la definición de los asesinatos de mujeres. Se trata de una
discusión reciente, sin inscripción en la bibliografía, que se ha dado, sobre
todo, en algunos foros mexicanos, por ejemplo, en el Seminario Frontera,
violencia y justicia: nuevos discursos, que se reunió durante todo 2005 y
2006, y del que se deriva el libro del que este artículo forma parte. Aquí
intento examinar brevemente las posiciones al respecto y exponer la mía.
Mi propósito es, sobre todo, iniciar el registro del dilema que esta discu-
sión instaura y poner a disposición de lectoras y lectores, de forma suscinta,
elementos que instiguen y permitan una reflexión sobre éste. Como se verá,
ésta no es nada más ni nada menos que una reflexión sobre el tema de
género en toda su amplitud y consecuencias, ya que, desde mi perspectiva,
tal como lo expresé en mi libro Las estructuras elementales de la violencia
(2003), género= patriarcado simbólico= violencia fundante.
Lo que se discute es, para decirlo de manera introductoria, si la palabra
feminicidio debe englobar todo y cualquier asesinato de mujeres, o reser-
varse para una categoría más restringida.
· Este tema surgió a raíz de los misteriosos asesinatos de mujeres que
suceden, desde hace casi catorce años, en Ciudadjuárez, en la frontera norte
de México, al otro lado de la ciudad texana de El Paso, y que ya se han

' Una versión anterior se publicó en Revista Mora (Instituto Interdisciplinario de Estudios
de Género, Universidad de Buenos Aires), núm. 12 (2006).
RnA L\uRA SEGATO
QUÉ ES UN FEM!N!ClD!O

extendido hoy a otras localidades del estado de Chihuahua y también, acelera-

l
La intención de estas autoras, así como de todos los linajes del feminismo
damente, a la frontera sur con Guatemala (véanse, entre otros, González R., que incorporaron dicha categoría era encomiable: desenmascarar el patriar-
2002; Vericat, 2004; Washington, 2005). Esos crímenes son llamados por cado como una institución que se sustenta en el control del cuerpo y 3í
autoras y público "femicidios", traducción literal del inglés femicide, aunque la capacidad punitiva sobre las mujeres, y mostrar la dimensión política de
más recientemente pasó a dominar el vocablo más castizo de "feminicidio". todos los asesinatos de mujeres que resultan de ese control y capacidad puni-
Las siguientes preguntas representan adecuadamente las posiciones tiva, sin excepción. La relevancia estratégica de la politización de todos los
enfrentadas: ¿es interesante aplicar la categoría feminicidio a todos los críme- homicidios de mujeres en este sentido es indudable, pues enfatiza que
nes perpetrados contra las mujeres, es decir, todos los estupros seguidos resultan de un sistema en el cual poder y masculinidad son sinónimos, e
de muerte, todos los asesinatos de esposas y novias, todas las muertes vio- impregnan el ambiente social de misoginia: odio y desp~ecio por el cuerpo
lentas de mujeres en manos de hombres, o vale la pena calificar? ¿Cuál femenino y por los atributos asociados a la femineidad. p:n un medio domi-
sería la utilidad de calificar y separar los asesinatos de género? ¿Cuáles son nado por la institución patriarcal, se atribuye menos valor a la vida de las
los pros y contras de calificar? La polémica es particularmente importante mujeres y hay una propensión mayor a justificar los crímenes que padecen.
cuando vemos en algunas ciudades del continente que las cruentas muer- Las autoras llegan a _hablar de "terrorismo sexual" para indicar las forma~
tes de mujeres se multiplican más allá de lo previsible y, tanto los números de coacción que inhiben la libertad femenina y presionan a las mujeres
como las caracteristicas de algunos de esos asesinatos, hacen sospechar para permanecer en el lugar asignado a su género en un orden patriarcal.
que una variedad de crímenes de género se esconden detrás de las cifras Si, por un lado, esta categorta se propuso poner al descubierto el fras-
homogéneas. fondo que confiere unidad de sentido a los asesinatos de mujeres y, de
El caso de Ciudadjuárez es más antiguo y, por lo tanto, más conocido. esta forma, mostrarlos vinculados al revelar los varios procedimientos utili-
Nos sirve, entonces, para iluminar los otros bolsones del continente donde zados por el poder del cual todos emanan; por el otro, trazaba un límite
han ocurrido.asesinatos de mujeres con un patrón nuevo, como en Cipo- entre. la violencia de género, la violencia misógina y otras formas de crimi-
letti, en la Patagonia, Argentina, o que presentan una incidencia demasiado , nalidad que (al menos en apariencia) no ocurren directamente dentro del
alta de feminicidios, excediendo el patrón habitual, como en Recife, Brasil, círculo regido por la economía simbólica patriarcal. Parecía también estra-
pudiendo esconder en estas cifras no específicas algunos asesinatos espe- tégico mostrar la especificidad de los asesinatos de mujeres, retirándolos de
ciales, diferentes, con características particulares. la clasificación general de "homicidios". Era necesario delimitar, frente a
Las referencias pa~a la formulación de la categorta feminicidio son jane los medios de comunicación, el universo de los crímenes del patriarcado
Caputi y Diana Russell, con su clásico texto Femicide, publicado en 1990, e introducir en el sentido común la idea de que hay crímenes cuyo sen-
reeditado y ampliado en 1992, actualmente accesible en la Internet: tido pleno sólo se vislumbra cuando se piensa en el contexto del poder
patriarcal.
El feminicidio (femicide) representa el extremo de un continuum de5error La otra dimensión fuerte que se defendía con esta noción de feminicidio
antifemenino e incluye una amplia variedad de abusos verbales y fisicgs_;:iaks
era la caracterización de estos crímenes como crímenes de odio, como los
como violación, tortura, esclavitud sexual (particularmente por prostr~}lción),.
abuso sexual infantil incestuoso o extrafamiliar, golpizas físicas y emocionales, racistas y homofóbicos. Dentro de la teoría del femiriicidio, el impulso de
acoso sexual (por teléfono, en las calles, en la oficina yen el aula), mutilación odio en relación con la mujer se explica como consecuencia de la infrac-
genital (clitoridectomías, escisión, infibulaciones), operaciones ginecológicas ción femenina a las dos leyes del patriarcado: la norma del control o posesión
innecesarias (histerectomías no justificadas), heterosexualidad forzada, este-
rilización forzada, maternidad forzada (por la criminahzación de la ,g:intra- sobre el cuerpo Jemenino y la norma de la superioridad masculina. Según estos
cepción y del aborto), psicocirugía, negación de comida para mujeres en dos principios, inspiradores de una variedad de análisis de corte feminista
36
algunas culturas, cirugía plástica y otras mutilaciones en nombre del embe- de los crímenes contra las mujeres, la reacción de odio se desata cuando

J llecimiento. Siempre que estas formas de terrorismo resultan en muerte, se


transforman en feminicidios (Caputi y Russell, 1992: 15).
la mujer ejerce autonomía en el uso de su cuerpo, desacatando reglas de
QUÉ ES UN FEMINICIDIO

I
RITA LIURA 5EGATO

fidelidad o de celibato -la célebre categolia de "climenes contra la honra" las posiciones asimétricas entre poder y sujeción, o sea, del perpetrador con
masculina_;_, o cuando la mujer accede a posiciones de autoridad o poder su víctima; y un eje que llamé horizontal, en que se vincula al perpetrador
económico o político tradicionalmente ocupadas por hombres, desafiando con sus pares, en una relación que intenta ser simétrica. Me parecía, como 39
el delicado equilibrio asimétrico. En estos casos, los análisis indican que la aún lo creo hoy, que este último eje está o ausente o muy poco elaborado
respuesta puede-ser la agresión y su resultado la muerte. La intencionalidad en análisis anteriores de la violación.
La conservación del eje horizontal, de la relación simétrica entre los
de matar o simplemente herir o hacer sufrir no define diferencias: en esta
perspectiva, a veces el feminicidio es un resultado que el agresor no buscaba pares, que también llamé cófrades o hermandad masculina, depende, en
deliberadamente. este modelo, para preservarse con simetría, de la relaci6n vertical con la
En este sentido, los crímenes del patriarcado o feminicidios son, cla- posición subordinada -es decir, que en este eje se mantenga la asimetría
ramente, crimenes de poder, es decir, asesinatos cuya doble función es, en es un prerrequisito para que la simetría se mantenga en el otro. Afirmé
este modelo, simultáneamente, la retención o conservación del poder y su que esa dependencia de un eje con otro da origen a una relación de exacción
reproducción. de tributo a lo largo del eje vertical para la alimentación de la estabilidad del
eje horizontal. Esa extracción de tributo resulta en un flujo afectivo, sexual
y de otros tipos de obediencia intelectual, productiva y reproductiva (siendo
Expresividad, interlocución y territorialidad en los crímenes todos estos equivalentes simbólicos) que expresa la situación de rendición
del patriarcado permanente de la posición que llamamos "mujer", o "femenina", a los riüem-
bros instalados en el eje horizontal. Ese tributo es, en general, voluntario
Sin apartarme completamente de este examen fundamental, en mi libro en condiciones que pueden ser llamadas de "normalidad", pero en algunas
publicado en 2003 propuse un complemento de éste, a partir de una escu- situaciones especiales de guerra o de crisis de permanencia de alguno de
cha demorada de condenados por violación en la cárcel de Brasilia y de una sus miembros en la cofradía puede ser un tributo forzado. Este esquema así
lectura de buena parte de la literatura etnográfica y teórica existente sobre trazado y aqúí descrito sintéticamente sirve para sacar a luz el diseño del
,el tema. Se trataba de una segunda vía interpretativa que, sin negar a) los patriarcado y de las relaciones de género en general. Más aún, me parece
principios de control y competencia sobre (y con) la víctima y b) la acción ser la propia arquitectura de las relaciones de género.
dirigida a la conservación y reproducción del poder-patriarcal, enfatizaba Otro elemento que distinguí en mi análisis, y que se volvió crucial
otros niveles de interacción que estarían presentes en la \riolenci~ contra al aplicar el modelo al caso de Ciudadjuárez, en mi ensayo de 2004, son
la mujer. En ese caso, mi objeto de análisis era la violación seguida o no las afinidades entre cuerpo femenino y territorio. Éstas quedan claras en la
de muerte, pero como una forma de reducción del cuerpo y supresión de asociación permanente entre conquista territorial y violación, tanto en las
la voluntad femenina equivalente, en términos de economía simbólica, al guerras premodernas, como en las modernas, en todas las civilizaciones.
asesinato. En artículos más recientes sobre el tema de la territorialidad (Segato,
A la luz de los resultados de esa investigación, en mi análisis enfaticé 2005), afirmo que, cuando no nos quedan otros, nos reducimos y remi-
dos nuevos elementos que,, a mi parecer, tienen un papel fundamental en timos al territorio de nuestro cuerpo como primer y último bastión de la
estos crímenes de reduccióh del otro femenino. Estos elementos, interde- identidad, por ello la violación de los cuerpos y la conquista territorial
'
pendientes, ¡¡_puntan a la dimensión expresiva y no sólo instrumental de los han ido y van siempre de la mano, a lo largo de las épocas más variadas,
crímenes y a la presencia d~ interlocutores tanto o más importantes queJa_ de las sociedades tribales a las más modernizadas. La feminización de los
víctima (para quien cometelos crímenes). cuerpos de los vencidos mediante su sexualización, como en la prisión de
Propuse, entonces, que 'nuestra lectura debía orientarse en función de Abu-Graib, y la posesión forzada de los cuerpos de las mujeres y niñas con

r dos ejes de relación e interlocución: un eje que llamé vertical, por vincular su consecuente inseminación, como en las guerras occidentales y contem-
RITA LAURA SEGATO QUÉ ES UN FEM!N!CIDIO

poráneas de la ex Yugoslavia, confirman la equivalencia permanente entre cuerpo femenino, por su contigüidad con la noción de territorio en la larga
cuerpo y territorio. Sometimiento, sexualización, feminización y conquista . historia del género, que se confunde con la propia historia de la especie,
funcionan como equivalentes simbólicos en el orden bélico patriarcal. tiene la función de soporte para la inscripción de la red en su movimiento 41
Por otro lado, el cuerpo de la mujer es un lugar privilegiado (Segato, expansivo sobre los recursos y en sus fronteras interfaccionales.
1
2006) para significar el dominio y la potencia cohesiva de una colecti- Si bien este esquema ilumina en general todos los tipos de feminicidio,
vidad, y prácticas de larguísima duración hiStórica confirman esta función al aplicarlo para organizar los datos con que contamos sobre los femini-
de la capacidad normativa (y hasta depredadora) sobre el cuerpo femenino cidios idiosincráticos de Ciudad Juárez, es decir, para iluminar el conjunto
como índice de la unión y fuerza de una sociedad. La significación territo- específico de asesinatos que no representan todas ni la mayoría de las
rial de la corporalidad femenina -:equivalencia y continuidad semántica cruentas muertes de mujeres en esa localidad, lo que emerge es la superpo-
entre cuerpo de mujer y territorio- son el fundamento de una cantidad sición precisa entre la hermandad masculina y la hermandad mafiosa. Lo
de normas que se presentan como pertenecientes al orden moral. Por ejem- que denomino aquí "hermandad mafiosa", como argumenté en mi ensayo
plo, la creciente preocupación obsesiva por el control de la capacidad de ya citado sobre Ciudad juárez, no incluye únicamente a los así llamados
gestación del cuerpo de las mujeres y la vigilancia activa contra el aborto "narcos", es decir, a skarios o jóvenes marginales violentos de extracción
por parte de quienes nada tienen que ver con la vida privada o la adhesión pobre, sino a todo el-grupo de cofrades, muchos de ellos de las clases
religiosa de quien quiere interrumpir su embarazo, son parte del fenómeno privilegiadas, que de alguna forma participan en las ganancias y ventajas
de la publicitación en el cuerpo de la mujer de la extensión, el poder y la de la variedad de crímenes de tráfico de influencias que se cometen en esa
cohesión de comunidades de fe religiosa. La contracepción, las relaciones frontera. Aquí no puedo reproducir in extenso el argumento, pero baste
sexuales preconyugales, el uso de preservativos para prevenir el sida y nume- decir que se trata de una red que articula a miembros de la élite econó-
rosas prácticas, se sacan del fuero íntimo y del ámbito privado para ser mica, de la administración pública y de la justicia local, estatal y federal
ostensivamente proscritas por razones que se ocultan tras enunciados y que, como prueban los ya catorce años de impunidad, se ha mostrado
pseudodoctrinarios: para que una colectividad presente al mundo su ima- capaz de neutr~lizar a las fuerzas de la ley que se resisten a formar parte de
gen y su poder, a través de su capacidad de control de un territorio -:el una articulación protética con los poderes locales. 2
cuerpo de las mujeres. En este sentido, estos crímenes del patriarcado se adaptan perfectamente
En un mundo faccionalizado y caracterizado por la declinación y el a un contexto faccional, en el que el eje horizontal de pares en la má'Sculi-
deterioro de los Estados nacionales, como el actual, mafias urbanas, com- nidad representa también el eje de la hermandad corporativa involucrada
pañías inmobiliarias, facciones partidarias, facciones corporativas, fusiones en los negocios ilícitos de la región. Aquí la mujer no es el interlocutor
comerciales, iglesias y una variedad de entidades, controlan y administran, principal, sino una presa devorada por el eje horizontal de cofrades en los
directa o indirectamente, cotos territoriales. Desde una perspectiva local, negocios y en el estatus masculino. En ese sentido, no es a la víctima a
este proceso se presenta y al parecer resulta de recortes progresivos perpe- quien dirigen su discurso los perpetradores, sino a sus pares, en una demos-
trados sobre un espacio antes defendido por el Estado como políticamente tración de capacidad de muerte y de crueldad probada en la víctima, que
continuo. En este nuevo medio, las redes en competencia presionan para los habilita a participar de la hermandad mafiosa, en la cual se da un pacto
marcar sus dominios territoriales de la forma más inequívoca posible, y el de semen, un pacto de sangre en la sangre de la víctima, que sella la leal-
tad de grupo y, con esto, produce y reproduce impunidad.
1 Cuando se iluminan con el enfoque analítico hasta aquí expuesto, los
Esto es verdad en un tiempo histórico de larguísima duración. Véanse, por ejemplo, los
40 magníficos trabajos de protesta de Brackette Williams y Paulette Pierce respecto de lá
feminicidios característicos de la localidad de Ciudad juárez se revelan

_J redomesticación y pérdida de autonomía de la mujer negra en el movimiento negro de


Estados Unidos, como estrategia de "restauración moral" de la comunidad afroamencana
(Williams, 1996).
2
El caso de María Soledad Morales, en Catamarca, ejemplifica bien estas características
(véanse Lozano, 2005; Morandini, 1991).
RITA LAURA 5EGATO
QUÉ ES UN FEMIN!CJDIO

como crímenes no instrumentales sino expresivos, en el sentido de que la


fratría inscribe su discurso en el cuerpo secuestrado, marcado por la tor-
tura colectiva, inseminado por la violación en grupo y eliminado al final
Esto permite, también, que los crímenes aludidos se comprendan mejor
por su dimensión expresiva que por una dimensión instrumental, pues el
cuerpo de las mujeres asesinadas es consumido como un tributo que exhibe
[
43
de la terrible ordalía. En estos cuerpos, la corporación mafiosa comunica y
refuerza su pote~cia y cohesión de grupo, la fidelidad de-la red de personas
y alimenta la potencia, cohesión, reproducción e impunidad de las faccio-
que controla, asf como los cuantiosos recursos de que esa red dispone para nes mafiosas. En las marcas inscritas en estos cuerpos, los perpetradores
hacen pública su capacidad de dominio irrestricto y totalitario sobre la
garantizar la discrecionalidad e impunidad absoluta de los participantes. Al
localidad ante sus pares, ante la población local y ante los agentes del Estado,
mismo tiempo, exhibe así su dominio irrestricto y totalitario sobre la loca-
lidad, la región y la nación, pues está visto que ésta no consigue intervenir que son inermes o cómplices.
con eficacia.
Una pregunta que muchas veces surge es ¿por qué en este punto par- Nuevas territorialidades, nuevos feminicidios
ticular de la frontera norte y no en los otros? Entre diversos caminos posi-
bles para responderla, opto ahora por una respuesta que invoca el carácter Si la unificación y demarcación de todas las variedades de muertes cruentas
arbitrario del lenguaje. E;n su dimensión expresiva, los actos violentos se de mujeres, interpretadas a la luz del extenso y omnipresente entramado del
comportan como una lengua capaz de funcionar eficazmente para los que patriarcado fue un avance para la comprensión de la violencia de género
la entienden, aun cuando no participen directamente en la acción enunciativa. y de la naturaleza violenta del ambiente patriarcal, al parecer, estas ventajas
Por ello, cuando se instala un sistema de comunicación con un alfabeto parecen caducar cuando nos aproximamos a localidades como Ciudadjuá-
violento, es muy difícil desinstalarlo, eliminarlo. La violencia constituida rez, donde Harria la atención un tipo particular de crímenes contra mujeres.
y cristalizada en forma de sistema de comunicación se transforma en un
Como he intentado mostrar brevemente, por el tiempo transcurrido
lenguaje estable y pasa a comportarse con el casi-automatismo de cualquier
entre los primeros registros de casos de este tipo de asesinatos, conside-
idioma. Las razones por las cuales hablamos una lengua son históricas y,
rados específicos de Ciudad Juárez, desde 1993 hasta la fecha es posible
en ese sentido, arbitrarias, no explicables en función de una lógica nece-
reconocer en tales crímenes una serie de características recurrentes que,
saria. Son, por lo tanto, también históricos los procesos por los cuales una
sin embargo, no definen el tipo más frecuente o numeroso de homicidios
lengua es abolida, erradicada de un territorio. El problema de la violencia
de mujeres en una frontera violenta, como la del norte de México. Allí se
como lenguaje se agrava aún más si consideramos que existen ciertas lenguas
origina una fuerte disidencia respecto de la forma de usar la categoría de
que, en determinadas condiciones históricas, tienden a convertirse en lingua
feminicidio: si la restringimos a este tipo de muertes, los números dismi-
franca, y a generalizarse más allá de las fronteras étnicas o nacionales que le nuyen drásticamente, aun cuando esta modalidad particular de asesinatos
sirvieron de nicho originario.
siga arrojando cifras considerables.
En suma, el larguísimo periodo de impunidad nos permite deducir que Para un sector importante del feminismo, un mayor volumen cuantita-
los crímenes particulares conocidos como feminicidios, stricto sensu, de
tivo es un dato estratégico que no puede ser sacrificado, ya que sirve para
Ciudad Juárez, tienen como contexto propicio un ambiente habitado por
caracterizar de forma más c.ontundente, como ya dije, el perverso orden
facciones que detentan poder económico y político, así como una influen-
patriarcal. Por otro lado, es difícil aislar la cifra específica correspondiente
cia tentacular con la administración pública y de justicia a escala nacional.
al tipo particular de crimen característico de Ciudadjuárez, pues los núme-
Estas facciones atraviesan los límites entre la legalidad y la ilegalidad; man-
ros relativos a "asesinatos de mujeres" tienden a ser unificados tanto en el
tienen una férrea complicidad interna y externa en los diversos tipos de "
cómputo policial como en su divulgación en los medios de comunicación.
tráfico ilegal en los que participan a través de la frontera norte.
Es evidente, sin embargo, que sólo una caracterización precisa del modus
operandi, presente en cada tipo particular de crimen, y la elaboración de
una tipología (lo más precisa posible) de las diversas modalidades de asesi-
RITA LAURA SEGATO QUÉ ES UN FEMIN!CIDIO

natos de mujeres permitiría llegar a la resolución de los casos, a la identifi-


cación de los agresores y al tan anhelado fin de la impunidad. Por ello esta
diferenciación de los casos se toma un imperativo.
Me he referido antes a la resistencia a elaborar esa tipología precisa
opinión, fiscales, jueces, autoridades administrativas, activistas y presiden-
tas de ONG e instituciones locales de bienestar social, con apenas unas pocas
excepciones, -por ejemplo, Marisela Ortiz, representante de la ONG "Nues-
tras Hijas de Regreso a Casa", o Isabel Vericat, de Epikeia- escuché siempre
I
45
como una "voluntad de indistinción" (Segato, 2004). En México, autori- el mismo enunciado, que considero aterrorizante y escandaloso: "ha suce-
dades y formadores de opinión, aun cuando dicen hablar en nombre de la dido un crimen sexual más en Ciudadjuárez".
ley y de los derechos, estimulan una percepción.indiscriminada de canti- Estoy convencida de que los feminicidios corporativos de Ciudadjuárez
dad de crímenes misóginos que ocurren en Ciudad Juarez, así como en no pueden considerarse un crimen sexual más. Cuando se dice esto, se da
cualquier otra localidad de México, de Centroamérica y del mundo: críme- pie a que las aut~ridades locales emitan una contraopinión, que de inme-
nes pasionales, violencia doméstica seguida de muerte, abuso sexual y viola- diato se vuelve admisible. Podemos hallarla fácilmente en numerosos artícu-
ciones acampanadas de muerte a manos de agresores seriales; tráfico de los periodísticos, ya sea en análisis editoriales o en boca de autoridades
mujeres, crímenes de pornografía virtual con asesinato, y tráfico de órganos, entrevistadas: Ciudad Juárez tiene índices idénticos, e incluso menores,
aparecen en los medios y reportes de ocurrencias criminales, mezclados y de crímenes contra.las mujeres que muchas otras ciudades mexicanas y de
confundidos en un cortjunto único. América Latina. Esta.frase nulificadora del escándalo juarense sólo es posi-
Entiendo esa voluntad de indistinción como una cortina de humo que ble porque se mezclan todos los tipos de crímenes y no se generan catego-
impide ver con claridad en un conjunto particular de crímenes contra muje- rías específicas, ni jurídicas ni de sentido común, para nombrar el tipo de
res con características semejantes. En el análisis que publiqué sobre los violencia feminicida específica que asuela la localidad.
crímenes de Ciudadjuárez, explico que es como si nos encontrásemos frente Con todo, el problema de la ambigúedad e indiferenciación entre los
a círculos concéntricos formados por una variedad de agresiones al cuerpo diversos tipos que componen la cifra general de los homicidios de mujeres,
femenino, que ocultaran en su interior un tipo de.crimen específico, no nece- 11Q_parece ser un tema prioritario en las agendas feministas actuales. Ésta
saria:rp.ente el más numeroso, pero sí el más enigmático por sus caracterís- ._es, justamente, la cuestión que aquí planteo: la importancia de discrimi-
ticas precisas, casi burocráticas: secuestro de jovencitas, de un tipo definido, narlos, de distinguirlos.
trabajadoras o estudiantes jóvenes, privación de la libertad durante algunos Elaborar una tipología específica permitirá, sin duda, generar datos más
días, torturas, violación "tumultuaria", mutilación, estrangulamiento, muerte precisos y facilitar con esto la identificación y neutralización de los culpa-
segura, mezcla o extravío de pistas y evidencias por parte de las fuerzas de bles. No tenemos datos claros sobre este tipo de crímenes, porque no se
la ley, amenazas y atentados contra abogados y periodistas, presión delibe- cuenta con las categorías jurídicas precisas respectivas; tampoco se cuenta
rada de las autoridades para inculpar a chivos expiatorios claramente ino- con leyes específicas al respecto, porque no se tienen datos claros. Se trata
centes, y la continuidad ininterrumpida de los crímenes desde 1993 hasta de un círculo vicioso que debe interrumpirse. No creo equivocarme cuando
nuestros días. A esta lista se suma el hecho de que nunca ningún acusado sustento que sólo una distinción precisa de estos crímenes atacará el pro-
resultó verosímil para la comunidad y ninguna "línea de investigación" blema de raíz.
arrojó resultados. Se trata de un conjunto de crímenes que se encu.adran en Esos datos también permitirán identificar la acción de poderes parale-
el lenguaje en que acostumbran sellarse los pactos mafiosos y con caracte- los en jurisdicciones de diferentes niveles, que con cert~a afectan también
rísticas fuera del padrón habitual de homicidios dé mujeres. otros ámbitos de la vida ernnómica y política de la nación; permitirán formu-
No tengo palabras para enfatizar el desasosiego que me causó escuchar, lar, de manera más acabada, categorías jurídicas y leyes capaces de encua-
14 o enterarme, del contenido y tono de las noticias divulgadas por la tele- drar con eficacia a todos los implicados en este tipo de casos, y estas leyes,

r visión o la prensa local en Ciudad]uárez, reproducidas más tarde en todo


México. De emisores muy variados (periodistas, locutores de programas de
a su vez, facilitarán la elaboración de los requerimientos a las fuerzas poli-
ciales, de los datos necesarios para usar esos instrumentos jurídicos; con
RlTA LAURA 5EGATO
Qut: ES UN FEM!NICIDIO

esto se podrá, también, organizar una mejor colaboración entre países, donde
nando las estructuras administrativas con sede local. He afirmado que los [
ocurren formas semejantes de violencia. Finalmente, como argumento ense-
feminicidios de Ciudad]uárez no son crlmenes comunes de género, sino crlmenes
guida, sólo por este camino será posible trazar paralelos admisibles entre
las categorías de genocidio y feminicidio. corporativos y, más espedficamente, son crlmenes de segundo Estado, de Estado 47
paralelo, entendiendo aquí por "corporación" el grupo o red que administra
Muchas feministas -en especial en México, donde primero surgió el
Íos recursos, derechos y deberes propios de un Estado paralelo, establecido
problema- defienden la unificación de los casos para respaldar una política
firmemente en la región y con tentáculos en las cabeceras del país. Se aseme-
de género contra el feminicidio, entendido como un conjunto de todos los
jan, por lo tanto, en su fenomenología, a los crímenes y desapariciones
tipos de homicidios de mujeres, consecuencia de la opresión general del
perpetrados por regímenes totalitarios. Comparten una característica idio-
patriarcado. En mi caso, afirmo la importancia de una tipificación difer~ncial
sincrática de los abusos dyl poder político: se presentan como crímenes sin
de los distintos crímenes contra las mujeres y estoy convencida de que sólo
sujeto personalizado, realizados sobre una víctima despersonalizada, donde
un fuerte énfasis en su diferenciación interna permitirá crear estrategias
un poder secreto rapta a cierto tipo de mujer, victimizándola, para e:xhibir,
específicas de investigación policial capaces de llevamos hasta los perpe-
reafirmar y revitalizar su capacidad de control. Por lo tanto, son muy cerca-
tradores por caminos más adecuados para cada tipo de caso, y generar un
nos a los crímenes de Estado, los de lesa humanidad, en los que el Estado
cuadro general más definitivo de la realidad de los crímenes de género en
paralelo que los produce no se encuadra porque carecemos de categorías y
cada región. Podremos, por ejemplo, tener mayor claridad al analizar las
procedimientos jurídicos eficientes para enfrentarlo.
localidades que, como en el caso de Recife, Brasil, presentan una escalada
rápida y desproporcionada en las cifras. Por estas razones, estoy convencida de la necesidad de crear una cate-
goría específica capaz de encuadrarlos y tomarlos jurídicamente inteligibles,
En segundo lugar, sólo la tipificación precisa de los crímenes mafiosos
clasificables: no son crímenes comunes, es decir, crímenes que se agreguen
contra la mujer constituirá un argumento convincente para incluir los femi-
a los de género con motivación sexual o por falta de entendimiento en el
nicidios, en sentido estricto_, como crímenes afines al genocidio, en la Corte
. espacio doméstico, como afirman frívolamente agentes de la ley, autoridades
Penal Internacional de La Haya. Esto es así porque este tipo de feminicidio
y activistas. Son crímenes que serían denominados de segundo Estado o
particular de Ciudadjuárez es el asesinato de la mujer genérica, de un tipo
crtmenes de corporación, en los que prevalece la dimensión expresiva y
de mujer sólo por el hecho de serlo y por pertenecer a ese tipo, al igual que
genocida de la violencia.
el genocidio es una agresión genérica y letal a todos los que pertenecen al
mismo grupo étnico, racial, lingüístico, religioso o ideológico.
En ambos casos, los crímenes se dirigen a una categoría, no a un sujeto Bibliografía y referencias
específico. Precisamente, este sujeto se despersonaliza como tal porque
predomina en él la categoría a la que pertenece, por encima de sus señas Caputi~ jane y Diana E. H. Russell. 1992. "Femicide: Speaking the Unspeak-
biográficas y de personalidad. No hay relación personal ni motivación perso- ab!e", enjill Radford y Diana E.H. Russell (eds.), Femicide: The Politics of
nalizada que vincule al perpetrador y a la víctima. El procedimiento es el Woman Kil!ing, Nueva York: Twayne [publicado inicialmente en Ms. Maga-
de eliminación con y por la despersonalización. zine (septiembre-octubre de 1990)]. También disponible en <http://www.
Otro argumento aunado al anterior para trazar equivalencias entre dianarussell.com/femicide.html>.
los crímenes de ~enocidio y de feminicidio, entendido en el sentido aquí González Rodríguez, Sergio. 2002. Huesos en el desierto, Barcelona, Ana-
expuesto, es que éstos, como apunté antes, se entenderían como "crímenes grama.
de segundo Estado", pues como "segundo Estado" percibo la red de poder Lozano, Claudia. 2005. "La vida es un racimo de ilusiones: género, sexuali-
que, sin entrar en contradicción con los diversos gobiernos en turno en el dad y violencia en Catamarca", Revista Mora, núm. 11, diciembre.
control del aparato del Estado local, estatal y nacional, continúan domi- Motandini, Norma. 1991. Catamarca. Cuando el tirano cae su poder termina,
cuando la víctima muere su poder empieza, Buenos Aires, Planeta.
RITA LAURA 5EGATO
1

Segato, Rita Laura. 2003. Las estructuras elementales de la violencia, Buenos


l
Aires, Prometeo-Universidad Nacional de Quilmes.
_ _ . 2004. "Territorio, soberanía y crímenes de segundo Estado: la es-
critura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudadjuárez'', en Isa-
bel Vericat (ed.), Ciudad]uárez: de este lado del puente, México, Epikeia-
Nuestras Hijas de Regreso a Casa-Instituto Nacional de las Mujeres.
_ _ . 2005. "En busca de un léxico para teorizar la experiencia territorial Ciudadjuárez y la cultura del sacrificio
contemporánea", en Diego Herrera y E. Piazzini (eds.), (Des)territoriali-
dades y (no)lugares: procesos de configuración y transformación social del Diana Washington Valdez
espacio, Medellín, INER-Universidad de Antioquia.
_ _ . 2006. "La faccionalización de la República y el paisaje religioso como ~-., :·
índice de una nueva territorialidad", en Aurelio Alonso, La.América Lati- !

na y el Caribe: territorios religiosos y desafíos para el diálogo, Buenos Aires, Sagrario González Flores era una muchacha bonita y sencilla y,_~ sus tiernos
Clacso. 17 años, era una jovert siempre protegida por su familia. Los faíni~ares de
Verjcat, Isabel. 2004. Ciudad]uárez: de este lado del puente, México, Epikeia- Sagrario luchaban para obtener un futuro mejor. Por ese motivo, la faihll,ia se
Nuestras Hijas de Regreso a Casa-Instituto Nacional de la~ Mujeres: trasladó desde El Salto, Durango, a Ciudad]uárez, Chihuahua, en 1995,~sin
Washington, Diana. 2005. Cosecha de mujeres: safari en el desierto mexicano/ saber que era considerada la frontera entre México y Estados Unidos más
Women Harvest: A Mexican Safari, México, Océano. peligrosa para las mujeres. Sólo sabían de esa fama por rumores que llega-
Williarns, Brackette. 1996. Women out of Place. The Gender of Agency and the ron a Durango (Velásquez, 1999: 87-88). Comp mucha gente de pocos
Race of Natir;mality, Nueva York, Routledge. recursos, la familia González Flores fundó'su nu~vo hogar en las afueras
de la ciudad, en una extensión desértica conocida como Lomas de Poleo.
Representaban la situación clásica de los m~~tcanos recién llegados a la
frontera, en busca de una vida más promisoria. Muchos permanecen en esa
i
región porque encuentran trabajo y se adaptan a Ú,.yida fronteriza. Se dice .
que para hacer esta jornada, y sin querer, la vida eri 'lª frontera le cobraría
a la familia el sacrificio de una de sus seis hijas. .. .
El concepto del sacrificio dentro del rubro de los asesinatos de mujeres
se dio a conocer en los medios de Ciudad Juárez y otros interesados en el
tema. En sus encabezados, los periódicos se referían a las muertes como
sacrificios. Publicaban noticias como "otra víctima sacrificada". Por ejemplo,
en 1998, el Diario de Ciudad]uárez publicó así la noticia sobre el asesinato
cometido contra Jessica Martínez Morales, de 13 años: "Encuentran ahora
niña sacrificada". Periodistas en el norte de la frontera. se referían a las
muertes como asesinatos, en inglés murders, una palabra que según el Diccio-
48 nario Merriam-Webster tiene raíces alemanas, como mord, en el inglés anti-

J
guo es morthor, y en anglofrancés es murdre. Se define como un delito que
consiste en matar a alguien de manera ilegal y, por lo regular, con malicia.

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