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Noticias Uruguayas 14 de Mayo 2011
Noticias Uruguayas 14 de Mayo 2011
29 octubre 2010
Rechazamos las declaraciones de Fernández Huidobro
El citado legislador dijo que el reclamo de familiares por sus desaparecidos "se
está transformando en un negocio", agregando que "hay mucho dinero en
juego".
Respaldo
El Plenario se apresta a votar una declaración de respaldo a Mujica y a avalar su decisión de
dar trámite a los recursos promovidos para el desarchivo de las denuncias de delitos de
violación a los derechos humanos, dictados por los gobiernos blancos y colorados. La intención
es que por la resolución del Plenario, no se interprete que el mandatario fue desautorizado.
Thursday 12 may 2011
Ley de caducidad
Frente a la manifiesta y pública intención de anular la Ley de Caducidad difundida por varias
fuerzas que integran el Frente Amplio y ante opiniones contradictorias de notorios juristas,
como la del doctor José Korseniak, el Presidente de la República, resolvió y comunicó
oportunamente al compañero Presidente del Frente Amplio Ing. Jorge Brovetto:
1 - Obedecer y acompañar las decisiones que la fuerza política adoptara por sus mayorías.
3 - La razón básica era y es preservar la unidad y el apoyo al Gobierno, ante un tema conflictivo
de clara responsabilidad parlamentaria.
- Que otras manifestaciones públicas sobre este asunto, son interpretaciones válidas o no, pero
que no incluyen al Presidente, quien expresamente resolvió acompañar sin inmiscuirse.
- Que lamenta que la discusión sobre tan delicado asunto, con argumentos y posicionamientos
surgidos posteriormente en el Senado, no se diera en el Frente Amplio, ni en el debate previo
en la Cámara de Representantes.
Fuente: Presidencia
"Aquí vivió Ricardo Zabalza Waksman (1948 -1969), formó parte del grupo de
jóvenes idealistas y soñadores que querían una patria mejor, como lo soñó
Artigas. Integró el MLN-Tupamaros, participó en la llamada Toma de Pando y
fue herido en el paraje Capra. Cayó al suelo sangrando con varias heridas,
fue ejecutado con un tiro en la nuca por un soldado que recibió la orden de
un coronel. De ambos se sabe el nombre. Minas, abril 2009. Comisión por la
Verdad".
Son varios los aspectos polémicos de este homenaje. En primer lugar, la interrogante de si
el solo hecho de haber asistido a ese liceo amerita una placa. Y otra es si las actividades
que realizó Zabalza son dignas de ser puestas como ejemplo para los estudiantes.
Sobre la vida de Ricardo Zabalza la placa resalta el hecho de que participó de “la toma de
Pando”, como se denomina al copamiento que los Tupamaros hicieron de la ciudad de
Pando durante media hora. Fue la mayor demostración de fuerza de los entonces
guerrilleros, que tomaron por asalto la comisaría, el cuartel de bomberos, la central
telefónica y varios bancos de la ciudad. Fue el 8 de octubre de 1969, día del primer
aniversario de la muerte de Ernesto Che Guevara.
La táctica utilizada para no despertar sospechas entre las autoridades locales fue a través
de la simulación de un cortejo fúnebre con ataúd que llegó a Pando sobre las 13.00 horas.
Sobre la forma en que murió Zabalza los testimonios coinciden en que fue
ejecutado cuando estaba caído.
En tiendas coloradas también hay malestar con esta iniciativa. El senador de Vamos
Uruguay, Ope Pasquet, calificó este homenaje como “un profundo error. Esa placa
recordatoria retrata a Zabalza como a un joven idealista y soñador, que luchó por una
patria mejor siguiendo los dictados de Artigas, esos son más o menos los términos de la
palca. Se la coloca en un liceo en la cual se señala la figura de Zabalza como ejemplar,
como una conducta a seguir por los jóvenes liceales. Y no podemos olvidar, como dice la
propia placa, que Zabalza murió en la toma de Pando, que fue un episodio delictivo y
sangriento ocurrido en 1969”.
“La forma en que perdió su vida no se conduce con lo que debe ser un
sistema democrático. Pero al mismo tiempo no debe entenderse que la
colocación de una placa puede estar convalidando una accionar determinado
de una organización política. Por eso es que este tema hay que analizarlo en
todas sus aristas, en todas sus facetas”, dijo Arregui a El Espectador.
”Por la defensa de la tierra y de los recursos naturales”, fue la consigna que unió a las
manifestaciones, a lo que se sumaron varias frases de Artigas, destacándose la frase “no
venderé el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad”.
Uno de los principales oradores de la actividad fue el ex futbolista de nacional, Diego
Jaume, el cual leyó la proclama y conversó con El Espectador.
En medio de la actividad, el propio Jaume tomó el micrófono y arengó a los allí presentes:
“hagamos sentir que estamos presentes para que nos escuchen los vecinos”.
La Federación Uruguaya de Cooperativas por Ayuda Mutua (Fucvam) ocupará hoy tierras
en los departamentos de San José y Paysandú. En San José, el intendente José Luis
Falero, y los dirigentes de Fucvam, se acusan mutuamente de efectuar un manejo político
con respecto al reclamo y a la administración de tierras. Los cooperativistas denunciaron
que la Intendencia maragata viene incumpliendo con la firma de un acuerdo de hace 10
años que se concretara en la administración del ex jefe comunal Juan Chiruchi y que se
mantiene con el actual intendente José Luis Falero. En tanto, el propio responsable de la
comuna de San José, replicó que detrás del anuncio de ocupación de tierras hay una
intencionalidad política. "Días pasados, hicimos una adjudicación de terreno para una
cooperativa de vivienda, cumpliendo con lo comprometido con Fucvam, con el sistema
cooperativo y el sistema político", dijo el intendente al diario Primera Hora. Explicó que la
Intendencia pagó U$S 115 mil por predio con destino a cooperativas de vivienda. Además,
señaló que en los próximos días se estarán difundiendo los pliegos de condiciones para
adquirir tres terrenos más.
El secretario general de Fucvam, Fernando Zerboni informó que hace 10 años que se firmó
con Chiruchi un acuerdo para conformar una cartera de tierras pero "allí se hace un
manejo político de las tierras y fue desactivada la entrega". Agregó que, en Paysandú
también se está esperando contar con una cartera de tierras.
Como se sabe, siglos más tarde, el llamado humanismo consistirá sobre todo en la promoción,
a través de las palabras, del “Hombre” y de sus lenguas, del “Hombre” y de sus obras de
lenguaje. Nótese que hay movimientos que atraviesan diversas artes (el romanticismo se
encuentra en la literatura, pintura, escultura, música; el barroco en la literatura, arquitectura,
pintura, música, etcétera), pero el humanismo se centra en la consideración de la palabra. Sus
obras son obras de lenguaje, renovándose de este modo la indisoluble alianza de hombre y
lenguaje.
Sin embargo, la distinción aristotélica (entre el animal provisto de grito expresivo de placer o de
dolor y el animal humano provisto de las palabras, eminentemente políticas, con que distingue
lo justo de lo injusto) está lejos de zanjar el problema. Como ha observado Jacques Rancière,1
una vez caracterizado el animal por el grito y el animal humano por la palabra articulada,
¿quién dictamina qué es mero grito y qué es palabra articulada?
Sobran ejemplos de este litigio constitutivo de la política, que procura expulsar al otro de lo
humano y lo animaliza al oír su palabra como simple ruidaje o como “emoción” fuera del logos,
fuera de la razón: pura “irracionalidad”. Dice Martín Fierro: “El campo es del inorante/ el pueblo
del hombre estruido;/ yo que en el campo he nacido/ digo que mis cantos son/ para los unos…
sonidos/ y para otros intención”.2
Atravesada por ese desacuerdo inherente a su condición política (para algunos ruido animal,
para otros logos humano), la palabra es la oportunidad que tienen los que no cuentan de
desviarse de un destino puramente “natural”, y de empezar a contar: empezar a estar entre los
que cuentan en la sociedad.
Desde sus inicios, el mln Tupamaros mantuvo con las palabras una relación vergonzante. En la
confluencia de variadas vertientes (positivista, “marxista”, mística, mágica) se forjó la máxima
“los hechos nos unen, las palabras nos separan”, de seducción arrolladora.
(Esa consigna era obviamente entendida por sus seguidores como la marca diferenciadora del
mln dentro de la izquierda, como la marca que declaraba la diferencia con quienes se la
pasaban hablando y peleándose sin hacer nada. Su seducción arrolladora exigía admitir una
cadena de presupuestos y de reducciones: discutir es no hacer nada, manifestar es no hacer
nada, presentarse en las elecciones es no hacer nada, los hechos de los otros no son hechos
sino palabras, los únicos hechos que son hechos son nuestros hechos, nuestros hechos son
hechos incluso cuando son palabras, etcétera.)
Claro que, sin ninguna duda, las palabras separan, lo dice más arriba Martín Fierro. También
alteran, convierten en otro: el “yo” llama “tú” a otro “yo” para quien es “tú”. Si por esta alteración
inherente al hablar uno ni siquiera logra coincidir plenamente con uno, ¿cómo coincidir con
otro? Si las palabras lo único que traen son más palabras que traen más palabras, ¿cómo
romper el cerco de la palabresca inacción? La consigna del mln Tupamaros proponía una
salida: los hechos.
De este modo, se desconocía que las palabras pueden ser una forma de acción y que los
hechos son aprehensibles, es decir inteligibles, gracias a las palabras. “Los hechos son
porfiados pero no dicen nada”: con esa boutade, el lingüista Paul Henry solía burlarse de los
adoradores de los hechos, de los creyentes en su elocuencia soberana.
Por supuesto que aquella máxima que proponía trascender la palabra separadora y
aposentarse en el hecho aglutinador era impracticable: no había (no hay) modo de
experimentarla, fuera de los ritos religiosos o de los éxtasis místicos. Sin embargo, esa
máxima, como conjunto de palabras que era, constituyó un hecho político mayor, aglutinador
de numerosos militantes que con inmejorable candor condenaban a las palabras recurriendo a
palabras primorosamente dispuestas en paralelo y en doble antítesis (“las palabras nos
separan // los hechos nos unen”). Dicho de otro modo, desde el inicio, el mln Tupamaros ocupó
y laburó el lugar común que opone “palabras” y “hechos”, y devalúa el primer término en
beneficio del segundo. Así, las palabras fueron repudiadas en nombre de la acción, repudio que
sólo pudo acaecer hecho palabra.
En efecto, tan fuerte como el repudio fue su ejercicio entusiasta, que se manifestaba no sólo en
la profusión de documentos de discusión, sino sobre todo en el despliegue de una lengua
poética, anunciada ya desde el nombre propio –Tupamaros– cuya sonoridad claramente se
destacaba de los más sosos y descoloridos Partido blanco, Partido Colorado y, luego, Frente
Amplio. Esa atención a las palabras también estuvo presente en consignas (“No quedará piedra
sobre piedra…”), en los nombres que recibían las operaciones (el Abuso, Paloma, Estrella,
incomparables con el comparable “operativo de saturación policial”), o en la selección de
seudónimos destinados a la publicidad (entrevista a Urbano).
Como herencia notoria de ese estado de cosas, hoy está Fernández Huidobro quien, sin
separarse del título de escritor con que gusta presentarse en la prensa, se complace en el
juego literario, en sus fórmulas extremadas, en sus metáforas, en sus giros percutantes,
mientras cada tanto lanza una diatriba contra las letras y los letrados, evidentes encarnaciones
de lo inútil y/o pernicioso para la patria productiva.3 Otro heredero notorio del arte de denigrar y
de practicar en simultáneo es José Mujica, quien llegado a la Presidencia por el camino de los
dichos pintorescos, no logra parar de decir que hay que parar de decir.
Días atrás, Eduardo Bonomi volvió a incurrir en el viejo vicio de denigrar y de practicar.
Refiriéndose a “la seguridad”, fustigó “dos visiones equivocadas”: la de quienes convierten el
asunto en tema electoralista y están juntando firmas y la de quienes están “por arriba de la
realidad” y andan “en un mar de letras” y no se dan “un baño de realidad”, de “esta realidad
(que) rompe los ojos”, “esta realidad (que) te pasa por arriba”.4 (Hay que suponer que entre los
atropellados por “la realidad” se encuentran quienes no consideran que razias y mano dura
deban ser ejes del tratamiento del tema.)
Nuevamente, un viejo tupa recurre al viejo lugar común, a la vieja superstición sobre una
realidad que alcanza con detenerse a mirar para quedar irradiado por su verdad, como un sol
maligno que hablara por sí mismo, nombrando y explicando el sentido de su malignidad. Sin
embargo, salvo en los universos literarios o mágicos, “la realidad” nunca habla por sí misma:
sólo en las fábulas hablan los no humanos, los objetos, los animales, los lugares; sólo en el
pensamiento mágico un objeto puede tomar la palabra y hablar para explicarse.
El viejo lugar común del letrado animalizado (ratón de biblioteca) adopta ahora una forma casi
ictícola, especie de ser marino que “anda en un mar de letras”, en lugar de darse, como
corresponde al ser humano, “un baño de realidad”.
Sin duda estas declaraciones –estas palabras– podrían ser tomadas como ocurrencias del viejo
lugar común denigratorio de la palabra y adorador de “la realidad”, lugar común en este caso
bastante mejorado por la linda metáfora del “andar en un mar de letras”.
El caso no es novedoso, sino típico de gobiernos cuyo “proyecto educativo nacional” consiste
en regalar computadoras y cuyo logro educativo invocable es haberlas regalado. Abusando de
algunos términos, se hizo como si se creyera que la “alfabetización digital” era la manera
contemporánea de la alfabetización a secas (la que permite leer y escribir); como si los
sentidos de las cosas y de los hechos por los que circulamos al leer y al escribir quedaran
mágicamente transitables al prender una computadora propia; como si se creyera que el niño
rico y el niño pobre se diferencian en la posesión de un artefacto electrónico.
Y al fin de cuentas, ¿por dónde pasa la diferencia entre quienes aspiran al contacto directo con
“la realidad”, contacto no mediado por las palabras que inevitablemente separan, y quienes
aspiran al contacto directo con “la realidad” a través del consumo directo de sus objetos más
cercanos, a través de la incorporación de sus objetos más “reales”? Championes, mp4,
celulares, computadoras: dechados de realidad al estado puro, sin palabras que separen,
dechados de mortífera pureza, de la que desertifica y hace desertar de los lugares de la
palabra.
1. Por ejemplo, en los dos capítulos iniciales de El desacuerdo. Política y filosofía, Buenos
Aires, Nueva Visión, 1996.
2. La vuelta de Martín Fierro, capítulo I.
3. Para botón, alcanza una muestra: “Por eso es patético que la juventud uruguaya elija
seguir estudiando contaduría, derecho, politología (¿) etcétera. A esta altura debemos
sospechar vehementemente que los que saben matemáticas lo ocultan y tratan de que nadie
‘agarre’ para ese lado… Una especie de subrepticia reserva de un colosal mercado. Incluso
deben auspiciarnos en secreto para que nos dediquemos al derecho, la literatura, la politología
y demás tipos de disciplinas alérgicas a la ciencia dura y, por supuesto, a las matemáticas no
digamos superiores porque ello sería imposible en Uruguay, sino simplemente medianas (…).”
E Fernández Huidobro, La República, 31-XII-09.
4. Tomado de la página electrónica de El Espectador, documento sonoro del 6 de mayo de
2011.
No roban para comer, roban para comprarse championes. Más o menos así fue la frase del
ministro del Interior, refiriéndose a esa peste juvenil que tiene en vilo a los medios de
comunicación y, por inferencia lógica, a todos los espectadores y/o escuchas, que
generalmente pagan por sus championes.
La frase exculpa sin decirlo expresamente a los chorros por necesidades básicas, los
descendientes de aquel Jean Valjean que por robar un pan propició una serie de desventuras,
aventuras y ternuras tan grande como para que Victor Hugo escribiera Los miserables (uno de
esos libros gordos y maravillosos que hoy ya casi nadie lee). Hoy un alma exquisita como la de
Victor Hugo se quedaría sin inspiración directa de la realidad, porque los que roban allá en
Francia también lo hacen por championes o cadenas o i pod, o droga, o vaya a saberse qué
otro objeto suntuario de consumo. Sacar de cualquiera de esos voleurs el altruismo, la
generosidad y el coraje de Jean Valjean va a estar más que difícil.
Lo raro no es la frase del ministro, lo raro es que se tome como una revelación, o como un dato
importante, o como algo que levanta una frontera entre un supuesto “chorro moral” –el Jean
Valjean nativo, si lo hubiera, a quien cabe disculpar su quebrantamiento de la ley en función de
lo imperioso de su necesidad básica– y ese otro chorro consumista, coqueto, que roba para
tener unos championes. En tiempos de Jean Valjean no sólo las hambrunas eran temibles –
alguna que otra revolucioncita causaron, ¿no?– sino que difícilmente a un pobre se le ocurriera
que podía llegar a usar los zapatos que usaban los nobles o los burgueses ricos. No sólo eran
o parecían ser –al tenor de lo que se exhibe en las películas de época o catálogos de museos–
totalmente incómodos para el trabajo físico, el largo caminar y hasta el huir (deportes muy
arraigados entre los pobres) sino que todo lo atinente a la vestimenta y la apariencia de los
ricos era, simplemente, algo de otro mundo. Otro mundo al que los pobres raramente asistían,
cuya representación física era imponente, lejana, inaccesible.
¿Hay que decir que eso no sucede más? ¿Que la representación del mundo, su imagen, sus
posibilidades, sus promesas, sus invitaciones, vía los medios de comunicación sobre todo, pero
no solamente, es la misma para todos? Seguro a mi tatarabuelo no se le movía un pelo porque
los abrigos de piel del zar de todas las Rusias eran infinitamente más abrigados y suaves que
el poncho que él usaba en sus cabalgatas invernales. Es más, seguramente mi tatarabuelo no
vio del zar, y eso si es que vio, algo más que su imagen desteñida en un periódico. Hoy todo el
mundo ve todo lo de todo el mundo, y lo que ve, porque es lo que se muestra más, es el
esplendor de un consumo voraz que no sólo crece y crece, sino que además convence de que
es lo mismo, o casi, tener que ser. Si tienes, eres. Si no tienes, no eres, es decir, no existes.
Los jóvenes que delinquen, esa excrecencia connatural al mundo capitalista enancado en el
consumo desaforado, aceptan como todos los demás las reglas del universo de la oferta, del
“ser es tener”. No se rebelan contra ellas, sólo las acatan a su manera; si no puedo pagarlo me
apropio de eso o del dinero necesario para pagarlo, pero lo peor es no tenerlo, porque
entonces no soy. Y construyen además sus signos identitarios, que decidirán si hay que usar
tal o cual marca de championes, esas camperas y no otras, al igual que escuchar tal música o
matarse y matar por tal cuadro. Claro que algunos de ellos accederán a las camperas y los
championes distrayendo de sus magros salarios –porque trabajan– una buena parte que
precisarían para fines más encomiables. Otros encontrarán que ese camino es muy largo y no
vale la pena, cuando robar es más rápido.
¿Qué canasta básica, qué capacitación para el trabajo puede solucionar ese asunto? ¿Se
puede construir un universo de valores que eleve la austeridad por sobre el derroche, la
solidaridad por sobre el quiero ya y lo tomo ya, la valoración de la convivencia por sobre la
breve borrachera épica de la delincuencia precoz? Difícil para Sagitario, para la Banda Oriental
y para el universo todo que sólo repite –amplificado o achicado, depende del contexto–, lo que
viene afligiendo a nuestras autoridades, nuestros medios de comunicación y nuestra
sensibilizada opinión pública. Porque lo que está claro es que la búsqueda de ese “universo de
valores” no impedirá que sigamos bailando la ronda interminable del consumo –y menos ahora
que viene el Día de la Madre–. En todo caso, prediquémoslo para “ellos”. Hay que
convencerlos de que la austeridad y la pobreza siempre se vieron bien juntas.
OPERATIVOS
En la última escena de las clásicas películas de terror, que tanto gustan a los adolescentes, el
muchacho y la muchacha buenos creen haber matado al malo (Jason, Michael Myers, Freddy
Krueger, Depredador, Alien, o el que sea) y cuando se abrazan para celebrarlo, el monstruo se
vuelve a parar a sus espaldas, para desesperación del espectador que, saturado de adrenalina,
quiere alertar a los protagonistas del peligro y, a la vez, reprocharles que no hayan rematado a
la bestia cuando tuvieron la oportunidad.
La ley de caducidad parece uno de esos casos cinematográficos que una y otra vez reaparecen
para asustar a la gente; y, para peor, en su película agrega otro ingrediente de los filmes de
horror: el “contagio”. Con su “virus” (igual que en libretos sobre los muertos vivos, zombis o
destinas versiones de posesiones demoníacas) el monstruo de la impunidad llega a afectar a
alguno de los buenos (generalmente actores secundarios) quienes, cuando el espectador
menos lo espera, se transforman y pone en riesgo a los protagonistas.
Desde que fue estrenada, con dirección de Julio María Sanguinetti, aquella oscura noche del
22 de diciembre de 1986, la película sobre la Ley 15.848 mantiene una secuencia de episodios
que, como en las sagas de cine comercial (Rocky, Rambo, Terminator, etc.), ya no sorprenden
por su argumento y sólo se sostienen con sofisticados “efectos especiales” que ensordecen al
público con el “sensurround”, lo encandilan con imágenes en “3 D”, o lo asustan con escenas
de sobresalto, salpicadas con sangre.
A los “científicos locos”, que en el laboratorio del Poder Legislativo crearon entonces al
monstruo con el supuesto argumento de controlar otros peligros, no les importó violar la
constitución de la República al someter al Poder Judicial a los caprichos del Poder Ejecutivo, ni
les preocupó la opinión del soberano pueblo que ya en 1980 había votado volver a la
democracia sin tutelajes, y mucho menos les interesó respetar los acuerdos entre partidos
políticos y sectores sociales (Conapro) donde se definía un proyecto de país en común.
Las secuelas
Con el nuevo milenio, la película tuvo una tercera parte (“Caducidad III: la hora de la verdad”,
dirigida por Jorge Batlle), donde la ubicación de Macarena Gelman y Simón Riquelo demostró
la existencia de niños desaparecidos y se creó la Comisión para la Paz, la confirmación del
“segundo vuelo” y los terceros traslados evidenció la “repatriación” de los desaparecidos en el
exterior, luego, el hallazgo de los cuerpos de Ubagesner Chaves Sosa y Fernando Miranda
comprobaría la existencia de cementerios clandestinos.
El rol protagónico del Poder Judicial (“Caducidad IV: será justicia”, titularían) marcó la cuarta
parte de la historia, donde dos dictadores y un grupo de militares son encarcelados por sus
violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, un pacto de silencio impide encontrar los
restos, los jueces se niegan a tipificar los delitos como crímenes de lesa humanidad, y los
casos de desaparecidos en Uruguay se mantienen impunes. El parlamento, donde se intenta
anular la ley de caducidad, termina dando una contramarcha.
El fracaso de aquella ley interpretativa para eliminar la caducidad, bajo la dirección de Tabaré
Vázquez, es lo que lleva al quinto capítulo de la saga (“Caducidad V: el voto rosado”, sería)
donde las organizaciones sociales impulsan un nuevo referéndum y logran alcanzar las firmas,
pero en el momento de la votación, el 25 de octubre de 2009, la impunidad comienza a afectar
a la sociedad con el síndrome de la desinformación y con el temor de quienes desde la política
no dieron todo su esfuerzo por el voto rosado.
¿El epílogo?
En los días que corren se está desarrollando, quizás, la última parte de está ya interminable
serie sobre la transición entre la dictadura y la democracia. En “Caducidad VI: la decisión final”,
bajo dirección de José Mujica, el tema vuelve a retomar el escenario parlamentario luego que la
Corte Interamericana de Derechos Humanos exigiera la eliminación de la ley y cuando la
Suprema Corte de Justicia, el Poder Ejecutivo y ambas cámaras legislativas han declarado que
la norma es inconstitucional y debe ser eliminada del orden jurídico uruguayo.
Los productores y libretistas de éste nuevo episodio parecen haber incluido todos los
ingredientes clásicos de los filmes de terror: el comisario campechano que no cree en la
existencia del virus y desarma a quienes iban a matar al monstruo, las adolescentes que se
encaprichan y terminan ayudando al ente, los ambiciosos que aprovechan la confusión para
beneficio propio, los buenos que son infectados por la caducidad y permiten que la impunidad
sobreviva, los fanáticos que anuncian el apocalipsis si su monstruo muere, etc.
Al cierre de esta edición, el Plenario del Frente Amplio decidía si el monstruo terminaba siendo
ejecutado en la cámara de diputados o se volvía a generar una alternativa (otra ley, otro
plebiscito, u otra excusa…) para que la caducidad siga viva, cuando un par de legisladores ya
se habrían infectado con el virus y dos escenas claves serán filmadas: el 18 de mayo, cuando
Familiares de Desaparecidos participen en el acto del bicentenario del Ejército, y dos días
después, cuando se realice la 16º Marcha del Silencio por 18 de julio.
Lo que podría ser el epílogo de esta serie sobre la caducidad ya no parece asustar a nadie y se
ha transformado en una mala película de terror. Ni los gruñidos en videos o detrás de los muros
de los cuarteles, ni la búsqueda de la bala de plata, la estaca de madera o los rayos de luz
solar, parecen ya atemorizar al público que mira hasta con desilusión un escenario político
donde se puede llegar a revivir el cuento más corto del mundo, escrito por el hondureño
Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el monstruo seguía allí”.
Roger Rodríguez
rogerrodriguez@adinet.com.uy
Nueva consulta
Por su parte, la Vertiente oficializó su propuesta de realizar una nueva consulta popular. A
través de una ley que debería reformar artículos de la Constitución, se promovería que, por
mayoría legislativa, es decir 16 senadores y 50 diputados, la Corte Electoral habilitaría una
consulta a ciudadanía. Con el 25% del padrón electoral que votara a favor, el organismo de
contralor convocaría a un "referéndum ratificatorios". En ese segunda instancia, la población
debería optar entre una papeleta por el SI al mantenimiento de la ley, o en su defecto por el
NO. Si bien la comisión deberá evaluar la propuesta, parte de los sectores mayoritarios
consideran que la consulta implicaría que el tema de Caducidad estuviera varios meses en la
agenda política. En otro orden, en el Plenario se manejaba ayer que si el diputado del Espacio
609, Víctor Semproni mantiene su negativa a votar el proyecto y dar el voto número 50
requerido, varios diputados blancos habrían anunciado a dirigentes del FA, que se retirarán de
sala el 19, para que el oficialismo logre sancionar la ley, y se abra un nuevo escenario político.
Proceso
Votación. Sin fracturas logró dirimir la izquierda la crisis planteada.
Opiniones
Aníbal Pereyra
Diputado del MPP
"El MPP tomó una decisión y vamos a cumplir con lo resuelto por el Plenario de votar el
proyecto interpretativo. Obviamente que hay legisladores que no pertenecen al MPP, sino al
Espacio 609, que han dicho que tienen una posición contraria a la del Plenario y nosotros en
estos días vamos a hacer lo posible y lo imposible para que acaten la decisión de la fuerza
política. Si no acatan, es una decisión de los compañeros, pero vamos a trabajar para que la
herramienta política no se lesione".
Jorge Brovetto
presidente del frente amplio
"Este Plenario Nacional fue parte de lo que es ya costumbre en la historia del Frente Amplio,
debates y discusiones acaloradas, pero había una facilidad para lograr el acuerdo que es que
todos estamos de acuerdo en la necesidad de quitar del sistema jurídico uruguayo la ley de
Caducidad. Se pudo llegar a un acuerdo y si no hay un ningún cambio externo a nosotros el 19
de este mes se estará votando en la Cámara de Diputados la anulación de la ley de
Caducidad".
El País Digital
La posición del presidente José Mujica y del vicepresidente Danilo Astori representada por sus
grupos políticos este sábado en el Plenario del Frente Amplio fue derrotada. A pesar de las
insistentes advertencias lanzadas por los dos máximos jerarcas del gobierno, el proyecto
interpretativo de la ley de Caducidad será considerado el jueves que viene en la Cámara de
Diputados.
Mujica decidió en los últimos días jugar todas sus fichas en busca de frenar la aprobación de la
iniciativa. Primero en forma privada, se reunió con toda la bancada de diputados para fijar su
posición y luego reafirmó esos conceptos públicamente en varias oportunidades.
Esta postura del presidente fue llevada este sábado al Plenario Nacional por el Movimiento de
Participación Popular (MPP) y otras agrupaciones que responden al liderazgo de Astori pero
fracasaron.
Con la firma del MPP, Asamblea Uruguay, Alianza Progresistas y las bases de Colonia, hubo
una moción presentada que proponía derogar la ley de Caducidad y revocar por actos
administrativos las resoluciones de gobiernos anteriores que incluyeron casos en la norma e
impidieron de esa manera que se investigara.
Sin embargo, esa propuesta solo tuvo 51 votos y fracasó debido a que requería mayorías
especiales. Aún con el impulso de los dos sectores mayoritarios de la coalición de izquierda, los
grupos de menor caudal electoral y las bases le dieron la espalda a esa iniciativa y
representaron, por lo tanto, un revés para las intenciones manifiestas del presidente Mujica y
Astori.
El Plenario Nacional convocado por el MPP para revertir la situación y evitar lo que consideran
un error político no logró su cometido y la izquierda seguirá adelante con los planes que tenía
desde marzo.
En definitiva, la declaración que logró las mayorías este sábado en la reunión fueron una
“reafirmación” del camino por “verdad y justicia” que terminará el jueves 19 con la votación del
proyecto en el Parlamento.
“Convocamos a todo el pueblo uruguayo a concurrir a la Cámara de Diputados a la sesión del
próximo 19 de mayo”, dice la declaración final que fue aprobada por 137 votos a favor, 1 en
contra y 8 abstenciones.
En defensa
Los dirigentes del MPP y Asamblea Uruguay se fueron cabizbajos del Centro de Viajantes,
luego de finalizada la reunión del órgano de decisión de la coalición de izquierda. Pese a haber
intentando defender a sus líderes, salieron derrotados.
El diputado Aníbal Pereyra (MPP) justificó en su discurso que el sector decidió firmar esta otra
alternativa al proyecto que ya tiene media sanción del Senado debido a que consideran sin
vueltas que es “un error”. De todos modos, el hecho de que haya habido una moción alternativa
llamó la atención a otros sectores. Es que el viernes, luego de una reunión de los cabeza de
lista, ya se había acordado votar el 19 y pese a ello las agrupaciones plantearon una alternativa
que ya sabían que no contaría con las adhesiones que se requerían.
“Quisieron marcar la cancha y dejar claro que apoyaban a Mujica y a Astori”, interpretó una
fuente consultada por El Observador.
Pereyra realizó una autocrítica en nombre del MPP ante el resto del Frente Amplio debido a
que aunque siempre tuvieron dudas respecto a este proyecto, no las plantearon con el
suficiente énfasis y anticipación ante el resto de los sectores.
El diputado garantizó que estarán los votos del MPP y anunció que hará gestiones ante otros
legisladores que puedan tener dudas. Es que a pesar del acuerdo logrado en el Plenario, no
hay seguridad de que la ley se apruebe.
El diputado Víctor Semproni (Espacio 609) advirtió que mantendrá su postura de no votar el
proyecto si el mismo se mantiene tal como se aprobó en la Cámara de Senadores.
La senadora Lucía Topolansky se comunicó telefónicamente el viernes con el diputado, pero ni
siquiera así cambió su postura. “Lucía no me pidió que lo votara, simplemente me transmitió la
preocupación del presidente, que dijo que no es necesario que yo me inmole. Lo entiendo
como una actitud positiva y de solidaridad entre compañeros, producto de la sensibilidad del
compañero presidente”, dijo Semproni a El Observador.
Ante ese panorama complicado que pueda traer aparejada una nueva crisis en el Frente
Amplio por no contar con los votos suficientes, Pereyra adelantó que hará gestiones para
convencer a Semproni. “Vamos a hacer lo posible y lo imposible para que se acate la decisión
de la fuerza política y que la herramienta política no se lesione”, dijo. De todas formas, indicó
que “acá nadie obliga a nadie”, por lo que el diputado tendrá libertad para votar en contra.
Tercer referéndum
Además de votar el jueves, el Frente Amplio resolvió crear una comisión que evaluará la
posibilidad de convocar a un referéndum para ratificar el proyecto de ley que intentarán aprobar
en la Cámara Baja.
La propuesta fue lanzada por la Vertiente Artiguista y consiste en flexibilizar el mecanismo para
convocar a la ciudadanía a expedirse sobre la norma.
Varios sectores miran con recelo dar ese paso y aspiran a que el tema termine en el
Parlamento.
La comisión analizará además otras alternativas para salir del tema que puedan aportar los
sectores y tendrá 30 días para expedirse.
Críticas
El presidente Mujica fue objeto de críticas de la orgánica frenteamplista este sábado. Lucas
Pittaluga, representante de las bases y Raúl Campanella, dirigente del Partido Obrero
Revolucionario (POR) realizaron las más duras.
Argumentaron que el primer mandatario generó “confusión” e “inseguridad” con los
procedimientos. El senador comunista Eduardo Lorier, en tanto, dijo que la izquierda tiene “un
compromiso” con este tema.
Rosales, asesor
El general Jorge Rosales, actual jefe del Ejército, pasará a retiro en el mes de octubre cuando
haya llegado a los cinco años como comandante de la fuerza. Fuentes del gobierno dijeron a El
País que se lo piensa nombrar como asesor del Estado Mayor de la Defensa. En el Esmade la
decisión fue bien recibida.
El País Digital