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Sobre el Rock

Los investigadores compararon los efectos de Mozart, Pearl Jam, y Enya en sujetos normales y
saludables. Después de escuchar a Mozart durante 15 minutos, declararon sentir una reducción
significativa en la tensión. Con la música new age también sintieron una reducción en la tensión,
así como mayor relajación y menos hostilidad, pero también encontraron una reducción
significativa en claridad mental y en vigor. Después de escuchar rock grunge, se sintieron más
hostiles, cansados, tristes y tensos, con una disminución en interés, relajación, claridad y vigor.
Después de 30 minutos de música clásica, la hormona del estrés cortisol se redujo
significativamente en los sujetos de la investigación. Pero si en lugar de escuchar la Sexta Sinfonía
de Beethoven, Opera 68, escuchaban techno (Cyber Trip, Techno Shock, o Techno Magnetiko) sus
niveles de hormonas del estrés incrementaban.

Desarrollo histórico del rock

Règimbal distingue cuatro fases históricas en el rock’n’roll. La primera, es su nacimiento (en torno
a 1951-1952); Alan Freed inventa el nombre ‘rock’n’roll’, expresión que ‘describe los movimientos
del cuerpo humano durante los jugueteos sexuales. Está tomado del argot popular de los ghetos
americanos’. La segunda etapa es la evolución hacia el hard y el acid rock, con la integración del
rock en el mundo de las drogas; tuvieron mucho que ver en esto los Beatles, los Rollings Stones y
el grupo The Who. La tercera etapa es el rock satánico; esta fase es inaugurada por los Beatles en
1968 con la aparición del ‘Devil’s White Album’ conteniendo las dos piezas siguientes: Revolution
Number One y Revolution Number Nine. Por primera vez en la industria del disco, se introducirán
mensajes subliminales para transmitir ‘el evangelio de Satanás’. La fórmula tiene éxito y de allí en
adelante la música rock tomará el vasto camino de la perversión diabólica; hay que mencionar en
este campo a los Rolling Stones, The Who, Black Sabbath, Led Zeppelin y Styx. La cuarta fase, en
los años 80, es el punk rock, cuyo fin y filosofía son llevar a los oyentes directamente al suicidio, a
la violencia colectiva y a los crímenes sistemáticos. Entre los grupos más notorios, mencionamos a
Kiss, Ted Nugent y los mutantes, Aphrodíte’s Child (album 666), Rob Zombie, cuyo Maestro fue
Alice Cooper, y sobre todo Marylin Manson.

II. Aspectos subversivos del rock’n’roll

En estas diversas manifestaciones pseudo musicales pueden señalarse los siguientes aspectos
pervertidos:

1. Los mensajes subliminares

Se trata de la transmisión de un mensaje destinado a alcanzar al oyente ‘justo por debajo del
umbral de su conciencia’; semejante mensaje escapa al oído, a los ojos, a los sentidos externos y
penetra en el subconsciente profundo del oyente, el cual está completamente sin defensa contra
esta forma de agresión. El autor del mensaje subliminal es perfectamente consciente del objetivo
que quiere alcanzar: una revolución en profundidad capaz de todas las subversiones. Por otra
parte el oyente ignora por completo que sufre esta invasión de su conciencia y de su
subconsciente profundo. Como su inteligencia consciente y su voluntad no están en estado de
alerta ni en condiciones de ejercer discernimiento alguno, es el subconsciente el que capta el
mensaje, lo decodifica, y lo reconstruye. El rock’n roll los mensajes transmitidos de una manera
subliminal tienen un contenido muy variado:

a) la perversión sexual en todas sus formas;

b) el impulso a la rebelión contra el orden establecido;

c) la iniciación al suicidio;

d) la iniciación en la violencia y el homicidio;

e) la consagración a Satanás.

2. Los mensajes satánicos directos

Después de la primera ola de mensaje subliminales, los autores de rock empezaron a expresar
abiertamente sus inspiraciones satánicas. Por ejemplo, la canción The God of Thunder del grupo
Kiss: ‘Fui educado por un demonio, preparado para reinar como ‘el que es’. Soy el Señor del
desierto. Un hombre de hierro de los tiempos modernos. Llamo a las tinieblas para agradarme y te
ordeno arrodillarte delante del dios del trueno, dios del Rock’n roll’. O esta letra de The Dead
Kennedy’s: ‘Dios me dijo que te despelleje vivo. Yo mato a los niños. Me gusta verlos morir. Mato
a los niños. Hago llorar a sus madres. Los aplasto con mi coche. Quiero oírlos gritar; darles
bombones envenenados y arruinar su halloween’.

3. La consagración a Satanás

Más de diez pruebas establecen claramente que las grandes estrellas del rock’n’roll han
consagrado a Satanás libremente y por propia voluntad. Règimbal menciona tres casos
irrefutables: el de Alice Cooper, cuyo verdadero nombre es Vincent Fournier (su testimonio es más
que elocuente: ‘Hace algunos años fui a una sesión de espiritismo donde Norman Buekley suplicó
que el espíritu se hiciera oír. El espíritu se manifestó por fin y me habló. Me prometió. mí y a mi
grupo de música, la gloria, la dominación del mundo con la música rock y la riqueza en
abundancia. Lo único que me pidió en cambio era entregarle mi cuerpo para que ese espíritu
tomara posesión de mí. A cambio de la posesión de mi cuerpo, me hice célebre a través del mundo
entero. Para hacer esto tomé el nombre con el cual ‘el’ se había identificado en la sesión. Así, pues
soy reconocido mundialmente. Ustedes ya conocen ese nombre Alice Cooper’). El segundo caso es
el de Mick Jagger de los Rollings Stones, quien se consagró a Satanás bajo la influencia de dos
brujas: Marianne Faithfuil y de Anit Pallenberg. El tercer caso es el de Ozzy Cisburne del grupo
Black Sabbath, quien ha confesado que nunca ha compuesto una canción sin estar en estado de
trance.

Teniendo esto en cuenta no es asombroso que se deje sentir una influencia demoniaca entre el
auditorio bajo las formas que siguen:

– La irritabilidad

– El espíritu de rebelión

– Un lenguaje obsceno

– Propuestas blasfemas

– Tendencias suicidas

III. Daños del rock

1. Daños físicos

Numerosos estudios han sido emprendidos para evaluar los diversos efectos de la música rock,
además de graves traumatismos de oídos, vista, columna vertebral, sistema endocrino y sistema
nervioso de los oyentes asiduos a este tipo de música. Bob Larson y un equipo médico de
Cleveland han revelado varios síntomas convincentes en más de 200 pacientes.

Esta música puede tener efectos y consecuencias físicas asombrosas: cambios en el pulso y la
respiración, secreción acrecentada de las glándulas endocrinas, en particular la glándula pituitaria
que regula los procesos vitales en el organismo. Cuando aumenta la música la laringe se contrae,
cuando baja se distiende.

El metabolismo de base y el porcentaje de azúcar en la sangre se modifica a lo largo de la audición.


Se puede entonces pensar en ‘jugar’ con el organismo humano como se toca un instrumento
musical y de hecho ciertos compositores de música se propusieron manipular el cerebro
provocando un corto circuito en las facultades conscientes tal como hace la droga. El rito
predominante del rock y del pop condiciona primero el cuerpo y luego estimula ciertas funciones
hormonales del sistema endocrino.

Estos efectos aumentan con la intensidad de la música. Más allá de 80 decibeles el efecto es
desagradable, a más de 90 se vuelve perjudicial.

Ahora bien, en los conciertos rock se ha medido de 106 a 108 decibeles en el centro de la sala y
120 cerca de la orquesta; los especialistas también descubren en los jóvenes problemas de
audición propios de los adultos de más de 50 años, así como un aumento inquietante de
enfermedades cardio vasculares o problemas de equilibrio.

En cuanto a la vista la necesidad de iluminación especial y la utilización de rayos láser han


producido daños irreversibles en los ojos de algunos participantes. El profesor Paul Zenier, de la
universidad de Purdue, explica: ‘ciertas discotecas están equipadas con efectos láser. Si el rayo
penetra en el ojo puede producir una quemadura en la retina con formación de una mancha ciega
y permanente. Además los rayos de luz animada que aparecen al ritmo de la música, producen
vértigo, náuseas y fenómenos alucinantes’.

En el plano sexual, el equipo médico de Bob Larson afirma categóricamente: ‘Las vibraciones de
baja frecuencia, debidas a la amplificación de la guitarra baja, a las cuales se les agrega en el
efecto repetitivo del beat, producen un efecto considerable sobre el líquido cerebro espinal. A su
vez, este líquido afecta directamente la glándula pituitaria que regula la secreción de hormonas. El
resultado global es un desequilibrio de las hormonas sexuales y suprarrenales, así como de un
cambio radical de la tasa de insulina en la sangre, de manera que las diversas funciones de control
de las inhibiciones morales caen por debajo de lo tolerante o están por debajo de lo tolerante o
están completamente neutralizados’.

2. Daños psicológicos

Si tan graves son los efectos fisiológicos, más aún los efectos psicológicos. No hay quien se someta
impunemente durante un tiempo prolongado a la influencia despersonalizadora del rock que no
sufra traumatismos psicológicos afectivos profundos. Nos basta con enumerar diez que se repiten
casi siempre en los análisis médicos y psiquiatricos de los doctores Mc Raferty, Gramby Bline,
Barnard Saibel, Walter Woight, así como Frank Garlock, Tom Allen y otros diversos trabajos:

1º Modificación de las reacciones emotivas que van de la frustración a la violencia incontrolable.


2º Pérdida del control, tanto consciente como reflejo, de las capacidades de concentración.

3º Disminución considerable del control de la voluntad sobre los impulsos subconscientes.

4º Sobreexcitación neuro-sensorial que produce euforia, sugestividad, histeria e incluso


alucinación.

5º Trastornos serios de la memoria, de las funciones cerebrales y de la coordinación neuro-


muscular.

6º Estado hipnótico o cataléptico que convierte a la persona en una especie de zombi o de robot.

7º Estado depresivo que va desde la neurosis hasta la psicosis, sobre todo cuando se combinan
música y droga.

8º Tendencias suicidas en homicidas acrecentadas con la audición cotidiana y prolongada de la


música rock.

9º Automutilación, autoinmolación y autocastigo, sobre todo en las grandes concentraciones.

10º Impulsos irresistibles de destrucción, de vandalismo y de levantamiento de descontentos,


después de conciertos y de festivales de rock.

3. Daños morales del rock

La consecuencias de la audición de la música Rock se centra en cinco temas capitales: el sexo, la


droga, la rebelión, la falsa religión y la influencia diabólica. La inteligencia, la voluntad, y la
conciencia moral sufren tal ataque por todos los sentidos que sus capacidades de discernimiento y
de resistencia disminuyen en gran medida, incluso a veces se neutralizan. En este estado de
confusión moral y mental la vía queda completamente abierta a la liberación más violenta de los
impulsos contenidos, tales como el odio, la ira, la envidia, la venganza y la sexualidad.

Además, las vedettes rock se convierten, no sólo en modelos a imitar, sino también en ídolos a
adorar. Este hechizo de carácter idólatra tuvo consecuencias macabras, tales como el fenómeno
de las groupies (las jóvenes que entregan totalmente a sus ídolos para satisfacer todos sus
caprichos sexuales). Hubo suicidios provocados por la muerte de una vedette preferida y algunos
asesinatos de los cuales es el más famoso el de John Lennon por su admirador Mark David
Chapman.

A esto habría que añadir los daños sociales y otros que el rock produce. Todos pueden verse
largamente expuestos en la obra de Règimbal.

Autor: P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.

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