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Intersecciones en Antropología,
ISSN (Versión impresa): 1666-2105
intersec@soc.unicen.edu.ar
Universidad Nacional del Centro de la Provincia
de Buenos Aires
Argentina
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RESUMEN
En este artículo se discute sobre la relación entre familias y escuelas, a partir del análisis conjunto de docu-
mentación y de lo relevado etnográ camente. El objetivo es problematizar supuestos que prescriben y normalizan
determinadas formas de organización familiar, y cierta forma de vinculación entre familias y escuelas, como
condiciones necesarias para la escolarización infantil. Especí camente, se analiza un documento de UNICEF,
que es parte de un Programa dirigido a “las escuelas y las familias”. Se toman como dimensiones de análisis
el lugar que se otorga a las familias y su vinculación con lo escolar, los modos en que se propone concretarlo,
las apelaciones a las guras parentales, y los sentidos que se construyen sobre la educación y la escolarización.
Asimismo, el análisis de lo registrado por medio de entrevistas y observación participante permite evidenciar
una diversidad de prácticas y sentidos construidos por los sujetos en su accionar cotidiano. El registro de esta
diversidad, en articulación con una revisión sobre la categoría “familia”, permite profundizar la discusión con
el documento analizado. El propósito es mostrar las complejidades de las relaciones entre familias y escuelas,
y la multiplicidad de articulaciones entre organización doméstica y escolarización, dando cuenta de la impo-
sibilidad de construir determinismos.
Palabras clave: “Familias”; Escolarización; Organización doméstica.
ABSTRACT
Laura B. Cerletti. Programa de Antropología y Educación, Sección Antropología Social, Instituto de Ciencias Antropoló-
gicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Alvarez Jonte 5416, 1º “4”, (1407) Ciudad Autónoma
de Buenos Aires. E-mail: laurabcerletti@yahoo.com.ar
En los próximos apartados se abordarán las di cul- Similarmente, el reconocimiento de la gran diver-
tades conceptuales en relación a la categoría “familia”, sidad de “familias” existente en distintas sociedades
y las características con que aparece en los discursos también llevó a algunos autores a desarrollar críticas
mencionados. Por ello, a continuación presento algu- a las visiones universalistas de “la familia”. Así, frente
nas cuestiones conceptuales que considero de suma a las di cultades que producía el anclaje en lo bio-
relevancia para analizar el tema “familias”, partiendo lógico de estas construcciones y su universalización
de la base de lecturas y discusiones teóricas, así como (arraigada en supuestos sobre una base natural de la
del propio trabajo de campo. Esta conceptualización procreación), y ante la diversidad de situaciones de
constituye la base a partir de la cual es posible realizar las que no se podía dar cuenta a partir de la categoría
análisis críticos de los discursos mencionados. Desa- “familia”, se produjeron desarrollos en torno al con-
rrollaré luego el análisis del documento, centrando la cepto de “grupo doméstico” o “unidad doméstica” (del
atención sobre los supuestos subyacentes en torno a inglés, household). El grupo doméstico se puede de nir
cómo aparece la categoría “familia” y sus relaciones como “un sistema de relaciones sociales que, basado
con la escolarización. Finalmente, a partir de la di- en el principio de residencia común, regula y garantiza
versidad de situaciones relevadas en el propio trabajo el proceso productivo” (Archetti y Stolen 1975, en
de campo, retomaré la discusión con dichos discursos Balazote y Radovich 1992: 30-31). A diferencia de
sobre las relaciones que establecen entre las caracte- “familia”, “la unidad doméstica tiene en cambio como
rísticas de “las familias” de los niños y sus resultados eje la realización de procesos de producción, distri-
escolares, y los modos en que postulan que deben bución y consumo necesarios para el mantenimien-
vincularse “las familias” y “las escuelas”. to y reproducción de sus integrantes co-residentes”
(Cragnolino 1997: 148). Como parte de los procesos
que tienen lugar dentro del grupo doméstico, se es-
LAS COMPLEJIDADES DE LA CATEGORÍA tudiaron los modos de regular y desarrollar el trabajo
“FAMILIA” productivo y reproductivo, atravesados por diversas
contradicciones internas (tales como las desigualdades
Abordar el tema “familia” es complejo por múlti- construidas en torno a la edad y al género) (Balazote y
ples motivos. Ha sido un “objeto” clásico en el campo Radovich 1992). Pero según indican diversos autores,
de la Antropología, y en tanto tal visto a través de la el concepto de grupo doméstico corre el mismo riesgo
lente de las propias categorías nativas de Occidente, de aparecer como una categoría universal y ahistórica.
pegadas a la construcción de una dicotomía entre na- En este sentido, se ha señalado también la importancia
turaleza y cultura, y concebida como intrínsecamente de desnaturalizar el concepto de “unidad doméstica
unida a la biología y a la reproducción -en relación como unidad natural”, poniendo en primer plano los
a ello, la concepción de la biología como universal- supuestos subyacentes en torno a la división sexual del
mente fundante de “la familia” y creadora de fuertes trabajo y una visión tautológica respecto al mismo: lo
vínculos afectivos (Durham 1998; Fonseca 1998, 2007; doméstico como el trabajo realizado por las mujeres, y
Strathern 1992; entre otros). De este modo, se pensó a el trabajo que hacen las mujeres visto como la esfera
“La familia” como una institución universal que, con de lo doméstico (Harris 1986). De tal modo se ltran
particularidades locales, satisfacía necesidades básicas nuevamente supuestos construidos sobre la dicotomía
de la reproducción humana (Zonabend 1988). naturaleza - cultura, según los cuales las diferencias
entre hombres y mujeres, y la reproducción vista como
Asimismo, se la suele asociar con la existencia de
basada en una característica “biológica” de las segun-
un espacio reducido y delimitado, donde primarían
das (y circunscripta a lo que se produce dentro de
valores contrapuestos a los del mercado capitalista
los márgenes de determinados grupos), condiciona la
(tales como la suspensión del interés individual, el
comprensión sobre los procesos sociohistóricos que
predominio del afecto y el cuidado mutuo), fundado
sostienen estas construcciones, profundamente ancla-
en relaciones de parentesco. Esta visión se construyó
dos en las categorías nativas de los investigadores de
sobre una oposición entre “mundo público” y “vida
origen occidental.
privada” propia del desarrollo contemporáneo de oc-
cidente (Bourdieu 1993). Especialmente de la mano de De tal modo, las complejidades para abordar la
los estudios de género, la comprobación de la existen- categoría “familia” en nuestro contexto social tienen
cia de profundas desigualdades y de con ictos en el motivos profundos que se retroalimentan con los desa-
seno de “la familia”, junto con la evidencia empírica rrollos conceptuales señalados, ya que se vincula con
de diversas sociedades en las que no se produce la experiencias de suma relevancia para muchas personas
división que occidente planteó entre lo público y lo (incluidos académicos e investigadores). Justamente, en
privado, lo doméstico y lo político (y sus correlacio- las sociedades occidentales “la familia” se ha construi-
nes con las relaciones de parentesco), dieron lugar do como el ámbito de la intimidad de los sujetos, de
a re exiones críticas respecto al uso analítico de la lo que tenemos más cerca –con las complejidades que
categoría “familia”. implica esta construcción (Bourdieu 1993). Y como
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todas las cuestiones tan cercanas a las propias expe- uno de los miembros de la unidad instituida, sentimien-
riencias, se hace difícil poder producir el distancia- tos adecuados para asegurar la integración” (Bourdieu
miento necesario para hacer el doble movimiento de 1993: 34). En nuestra sociedad, para dar cuenta de
dar cuenta de lo más obvio, lo no visto por tan visto, y este trabajo de institución es necesario mencionar la
de trascenderlo en ese mismo proceso. Paralelamente, importancia de las construcciones jurídicas que obje-
la polisemia misma del término (Zonabend 1988), es tivan también la existencia de “la familia” (de modos
decir, los múltiples sentidos que puede implicar la que han sido a su vez cambiantes históricamente), y en
palabra “familia”, y las heterogeneidades que oculta constante retroalimentación con diversos procesos so-
el singular, agregan otro plano de di cultades teóricas ciales, políticos y económicos. Si bien la comparación
y metodológicas, inescindibles -en la práctica de la y el estudio de sociedades distantes (en el tiempo y/o
investigación- de los otros tipos de di cultades. en el espacio) fue una de las principales herramientas
utilizadas para desnaturalizar a “la familia”, contemplar
En este sentido, considero importante resaltar que la historia local también permite observar que “familia”
dada la importancia que tiene “la familia” en tanto no siempre re rió a lo mismo, tanto considerando el
categoría social, actualmente existe un consenso sobre nivel de la legislación como de las prácticas cotidianas
las di cultades que acarrea su uso analítico (Fonseca (Grassi 1998).
2007). Es decir, “arriesga crear una confusión que co-
loque a la ciencia al servicio de las verdades conser- Así, junto con los desarrollos en torno al concepto
vadoras del sentido común. Así, en vez de ser conce- de grupo doméstico (y los resguardos pertinentes para
bida como unidad natural, ‘célula básica’ de cualquier evitar esencializarlo, o producir un simple reemplazo
sociedad, e institución clave para la salud mental de de categorías), resulta relevante tomar el concepto de
todo individuo, ‘la familia’ pasa a ser analizada como “trabajo reproductivo”, entendido como el “trabajo
una noción política e históricamente situada” (Fonseca físico, mental y emocional necesario para la genera-
2007: 16). Asimismo, interesa señalar que “siempre ción [bearing], crianza y socialización de los niños,
así como la manutención de las casas (hogares) y las
que se utilizan conceptos clasi catorios como el de
personas (desde la infancia hasta la vejez)” (Colen
familia, estos comprenden a la vez una descripción y
1995: 78). Según lo que registré a través del trabajo
una prescripción, que no aparece como tal porque se la
de campo, la escolarización de los niños implica cuo-
acepta (casi) universalmente, y admitida como normal”
tas importantes de trabajo cotidiano (físico, mental y
(Bourdieu 1993: 33).
emocional), que pone en tensión múltiples aspectos
De ahí la relevancia de analizarla como categoría organizativos y prácticos, conectando a diversas per-
social (o nativa), buscando otros conceptos, procesos, sonas (relacionadas de distintas formas a los niños y
categorías, tendientes a explicar aquello que se cons- entre sí). Simultáneamente, se puede pensar que re-
truye como “la familia”. Al decir de Elsie Rockwell, suelve también cuestiones de ese mismo trabajo: los
“algunas [categorías sociales] pueden ser utilizadas niños desayunan y almuerzan en la escuela, muchos
como categorías analíticas en la medida que expliquen adultos que los tienen a su cargo trabajan durante la
mejor la dinámica observada” (Rockwell 1987: 24), en jornada escolar infantil - por mencionar algunos de los
el caso que señalen diferencias indistinguibles desde la modos posibles en que se articula la escolarización
teoría; es decir, que permitan dar cuenta de mayores con el trabajo reproductivo en el contexto estudiado.
niveles de diferenciación. Con la categoría “familia”, Pensar a la escolarización como parte del trabajo re-
considero que sucede lo contrario: dada la polisemia productivo ha permitido relevar las prácticas cotidianas
del término y los fuertes supuestos modelizantes en llevadas a cabo por los sujetos y las relaciones en las
torno a la misma, su uso generaliza y uni ca senti- que se van entramando, sin prescribir a priori cuáles
dos donde puede haber una variedad de dimensiones son las correctas, las más sanas o las más apropiadas
analizables y distinguibles entre sí. para los niños. Simultáneamente, sienta las bases para
introducir la dimensión de las condiciones de produc-
Vale aclarar que esto no signi ca restarle importan- ción de ese trabajo, en un contexto marcado por una
cia a “la familia”, muy por el contrario: “si es cierto profunda desigualdad social y el acceso diferencial a
que la familia no es más que un término, también es los recursos materiales.
verdad que se trata de un mot d’ordre o mejor, una
categoría, principio colectivo de construcción de la Asimismo, interesa señalar que la discusión sobre
realidad colectiva” (Bourdieu 1993: 33), y en tanto tal esta categoría es especialmente pertinente en el campo
central para analizar los procesos sociales de construc- de lo educativo, en el cual el tema de “las familias”
ción de prácticas, de representaciones y de sentidos en es tomado con particular relevancia dada la centra-
torno a la misma (y que articulan con diversos aspectos lidad que han tenido, junto con las escuelas, como
de la vida social). Asimismo, siguiendo al mismo autor, las principales encargadas de la educación infantil en
importa señalar que “la familia es el producto de un distintos contextos (Grif th y Smith 2005; Lahire 1995;
Neufeld 2000). Pero el lugar que se les ha otorgado al
verdadero trabajo de institución, a la vez ritual y téc-
respecto en nuestra historia local no ha sido siempre
nico, con vistas a instituir en forma duradera, en cada
Familias y escuelas: aportes de una investigación etnográ ca a la problematización 189
de supuestos en torno a las condiciones de escolarización infantil y la categoría “familia”
el mismo (Santillán 2008). Así, una mirada atenta a la Retomando lo que se dijo en la introducción,
educación infantil y la producción social de responsa- existen diversas producciones que se centran en la
bilidades al respecto –que implica de diversas maneras relación entre las familias y las escuelas, con una pre-
a “las familias” y “las escuelas”-, nos lleva a poner ocupación central por indicar modos de organización
en foco también la consideración del lugar del Esta- y de acción a las familias para mejorar la escolariza-
do. Es importante mencionar que en la Argentina, la ción de los niños, y de reforzar determinadas formas
educación –a través de la instauración de un “sistema de vinculación entre las familias y las escuelas. Así,
de instrucción pública centralizado estatal” (Puiggrós para avanzar puntualmente en esta discusión, en el
2006 [1990])- ha sido un tema de Estado, establecida próximo apartado me centraré especí camente en la
como obligatoria, y con un alcance masivo desde ini- publicación realizada por UNICEF.
cios del siglo XX (llegando en el transcurso del mismo
a casi la totalidad de la población). Vale aclarar que
esto no signi ca plantear que ha sido exclusivamente SOBRE “LAS ESCUELAS Y LAS FAMILIAS
un tema de Estado. Hay diversos trabajos de corte POR LA EDUCACIÓN”
histórico-etnográ co que muestran las formas en que
grupos de padres de niños crearon y mantuvieron es- “Las escuelas y las familias por la educación” (Fon-
cuelas en distintos contextos, y que posteriormente do de las Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF]
pasaban a la égida del estado (Carli 1990; Cragno- 2002) se trata de un documento particularmente suges-
lino 2000; Neufeld 2000), así como investigaciones tivo para el análisis porque constituye una producción
que también identi can las demandas (y acciones) por tendiente a generar cursos de acción (talleres) para
parte de las familias en relación a la construcción de estimular determinadas prácticas por parte de las fa-
escuelas (Santillán 2005). Además, no es posible cir- milias y de las escuelas (incluidas las formas de inte-
cunscribir la educación a la escolarización (Levinson racción entre ellas), y porque es una producción local
et al. 1996), con lo cual las prácticas asociadas a la (en términos de la sede del programa, de la autora y
primera van mucho más allá de las políticas estatales de los destinatarios del mismo), que como parte de un
y se relacionan complejamente con las mismas. Así, organismo internacional, muestra articulaciones posi-
entendiéndola desde tales articulaciones, se puede de- bles entre diversos niveles contextuales. Asimismo, es
cir que la escolarización ha sido fuertemente regulada signi cativo por los supuestos que pueden identi carse
(y reglamentada) desde el Estado -lo cual ha tenido en él acerca del uso de la categoría “familia” y de
profundas implicancias en las modos de organización los planteos sobre lo que deberían hacer en pos de la
del trabajo reproductivo. escolarización de los niños, con la particularidad de
promover acciones concretas.
En áreas urbanas (donde se desarrolla mi trabajo)
A continuación, en función de los objetivos de
prácticamente toda la población de entre 6 y 12 años
este artículo, centraré el análisis de este documento
asiste a la escuela primaria, y asimismo los adultos:
en torno a cuatro dimensiones articuladas entre sí: a)
un amplio porcentaje de la población asistió (haya
las formas en que se construye el lugar de las familias,
completado o no sus estudios) a la escuela primaria.
y su vinculación con la escuela, como indispensable
En mi trabajo de campo todas las personas que cono-
para el desarrollo de la escolarización de los niños;
cí habían transitado (por lo menos algunos años) por
b) los modos en que se postula la concreción de lo
la escuela primaria.4 Según se avanzará en el tercer
anterior, principalmente en torno a determinada for-
apartado, esto tiene claras incidencias en la vida do-
ma de “participación”; c) la exaltación de las guras
méstica, y la escolarización de los niños se encuentra
parentales y la familia nuclear; d) la equivalencia que
fuertemente naturalizada como fase ineludible de la
se construye entre educación y escolarización.
vida. Ello no va en desmedro de que la escolarización
sea activamente construida y llevada a cabo por las Comenzando por el primero, en el documento se
personas con las que trabajé: según se desarrollará plantea una necesidad de determinada forma de vincu-
más adelante, se evalúan las escuelas, se evitan algu- lación entre “las escuelas” y “las familias”: “La o cina
nas y se seleccionan otras, se producen innumerables de UNICEF en Argentina presenta a través de esta guía
prácticas cotidianas asociadas al desarrollo de la es- el programa ‘Las escuelas y las familias por la educa-
colarización de los niños. Sin embargo, esas prácticas ción’ para sumarse al trabajo que realizan las escuelas
frecuentemente no son visibilizadas desde las escue- con las familias, en el entendido de que es ésta una
las, y menos aún desde los enfoques que prescriben base indispensable para mejorar la calidad educativa
determinados modos de organización familiar como para todos” (UNICEF 2002: 7). Agrega también que
necesarios para la escolarización infantil. Y por su- “este vínculo [con las familias] es prerrequisito del
puesto, esas prácticas se llevan a cabo en contextos sentido de corresponsabilidad de escuelas y familias
reales muy diversos, lo cual signi ca que se acciona para lograr una mejor calidad de vida y por ende, la
dentro de determinadas limitaciones, posibilidades y plena escolaridad de la infancia y de la adolescencia”
preferencias. (UNICEF 2002: 7).
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Es importante decir que esta idea de indispensabili- culación se articula con otro supuesto que propone,
dad es una construcción relativamente contemporánea, como se verá a continuación, a la “participación”
y asumirla como natural implica negar o invisibilizar como positiva en sí misma. Se plantea por ejemplo
múltiples (y complejos) procesos tales como las profun- que “el fortalecimiento de la familia, de la escuela y
das transformaciones sociales de las últimas décadas, de la comunidad será entonces la consecuencia de una
la construcción de sentidos diversos y heterogéneos en participación sistemática construida en el seno de la
relación a la educación y a la escolarización, los cam- comunidad” (UNICEF 2002: 9). La “participación” trae-
bios en el mismo sistema educativo, sólo por mencio- ría aparejado un “fortalecimiento”, lo cual conllevaría
nar algunos. Históricamente, la “base indispensable” una “educación de calidad para todos”. La “partici-
construida como necesaria para el cumplimiento de pación” así aparece como una receta universalmente
la escolarización era la asistencia de los niños a las aplicable que solucionaría automáticamente diversos
escuelas, es decir, de “las familias” se esperaba que males. Se observa de esta manera que la “participación
cumplieran con la “obligación” de la escolaridad (esta- de las familias” aparece en un sentido de nido a priori,
blecida como tal a partir de la Ley 1.420 de 1884). La que tiene que ver fundamentalmente con la presencia
antropóloga Laura Santillán analizó ejemplares de “La física en la escuela y con el “acompañamiento” en las
Obra” y “El Monitor de la Educación Común” (revistas tareas escolares de los niños. Sin embargo, se trata de
dedicadas a temas escolares y educativos) tomando algo mucho más complejo. Según he registrado en
números de nes del siglo XIX e inicios del siglo XX, el trabajo de campo, la “participación” puede tener
y durante varias décadas del mismo, registrando que signi cados diversos –e incluso paradójicos- para los
no aparece tematizada la relación con las familias con mismos sujetos, y articula con prácticas heterogéneas,
la recurrencia (ni en los términos) que tiene en las que frecuentemente conllevan situaciones problemá-
publicaciones contemporáneas (Santillán 2008). ticas y con ictivas, lejanas a los resultados esperados
por estos discursos.
Más especí camente, con respecto a los supuestos
en torno al lugar de “las familias” y su vinculación con En consonancia con lo desarrollado hasta acá sobre
la escuela para el desarrollo de la escolarización de el lugar de “la familia” y su relación con la escolariza-
los niños, se basan en que: ción de los niños, cobra relevancia la tercer dimensión
de análisis señalada, referida a la exaltación de las
“existen antecedentes de que los programas dirigidos
guras parentales y la familia nuclear. De esta manera,
a las familias repercuten positivamente en distintas di-
junto con la importancia dada a las formas de vincula-
mensiones de las actuaciones escolares de los alumnos.
ción entre “familias y escuelas” y a la “participación”
Entre los condicionantes de resultados de calidad deri-
de las primeras, se plantea que “la composición del
vados del contexto –factores extraescolares- están, según
grupo familiar” está “entre los condicionantes de resul-
diversos estudios, el nivel educativo de los padres, el
tados de calidad” (según se citó más arriba), sin espe-
nivel de ingreso, las características de la vivienda y la
ci car a qué se alude con la “composición del grupo
composición del grupo familiar. Existen, además, factores
familiar”. En relación a esto me interesa puntualizar al-
escolares asociados…” (UNICEF 2002: 8).
gunos supuestos que subyacen en el documento sobre
la categoría “familia”. Estas cuestiones son posibles de
En el documento no se cita cuáles son esos estu-
ver en un cuadro sinóptico presentado como “Miremos
dios (pero parece afín la idea de “educabilidad”). Sin
el complejo proceso educativo” (UNICEF 2002: 10-11),
embargo, diversas investigaciones abordadas etnográ-
encabezado por la frase “políticas públicas”, luego
camente (Neufeld 2000; Neufeld y Thisted 2004; No-
de lo cual hay varias entradas (“política educativa”,
varo 2005; Rockwell 1987; Santillán 2007; entre otros)
“ambientes”, “familias”, “alumnos” y “maestros”), para
muestran que no hay una relación de determinación
cada una de las cuales se especi can varios ítems. En
entre esos “factores” y los resultados de escolarización
la entrada “familias” dice:
de los niños, y que los “factores escolares asociados”
son antes que eso complejos procesos cotidianos en “Disposición para coparticipar en la escuela y la co-
los que entran en juego múltiples dimensiones. Ade- munidad en la escolarización de los hijos, expresada
más, aparecen como “factores” autónomos (la idea a través de:
misma de “factores” supone un nivel de externalidad), • Compromiso de las guras parentales
que dependen de una suerte de buena voluntad de
las familias, cuando varias de esas cuestiones (clara- • Nivel educativo de los padres
mente el “nivel de ingreso” y “las características de la • Protección del niño, niña y adolescente
vivienda”) tienen que ver con la profunda desigualdad
social en que vivimos. • Experiencias positivas en la primera infancia
Otro aspecto que surge del análisis del documen- • Ambiente de apoyo, estímulo y validación del apren-
to re ere a la segunda dimensión señalada. Así, este dizaje en todos sus miembros, especialmente hacia las
supuesto de necesidad de determinada forma de vin- niñas, niños y adolescentes
Familias y escuelas: aportes de una investigación etnográ ca a la problematización 191
de supuestos en torno a las condiciones de escolarización infantil y la categoría “familia”
• Participación y cooperación en la tarea institu- más complejamente (Cerletti 2009; Santillán 2007).
cional de la escuela” (UNICEF 2002: 11). Entre las personas con las que trabajé el sentido de
la educación es discutido. Para muchos va fuerte-
Una de las cuestiones que interesa señalar es que mente asociado a la escolarización, pero en tanto tal
esta exaltación de “las guras parentales” de los niños vinculada a posibilidades laborales concretas –antes
tiende a reforzar el modelo de familia nuclear, lo cual que a un discurso humanista, redentor, relativo a la
recorta a priori y deja afuera a sujetos que pueden ser con guración del orden social. Pero también registré
sumamente signi cativos para los niños (haya o no en el campo que para algunas personas la escolariza-
convivencia, estén o no emparentados), y no sola o ción tiene que ver con la “instrucción”, y no con la
exclusivamente “los padres”.5 “educación”, por decirlo brevemente –lo cual muestra
Asimismo, esta exaltación de las “ guras parenta- planos de complejidad mucho mayores (Cerletti 2009;
les” -vinculada a un modelo de familia nuclear-, se Santillán 2007).
articula con la propuesta de que esas guras realicen Asimismo, desde mi punto de vista, el documento
diversas acciones que remiten a modos particulares abona elementos que contribuyen a reforzar un posi-
de organización familiar, lo cual constituye una forma cionamiento político (no enunciado como tal) de que
de regular el trabajo reproductivo asociado a la esco- la educación (ahí entendida como escolarización) re-
larización. Así, entre otras cuestiones, se plantea que vertirá las injusticias sociales -producto de un sistema
“en la medida de lo posible, es necesario estimular a capitalista que no se menciona en ningún momento.
las familias para que provean un ‘espacio material’ en Así se invierte el antagonismo de clases (Neufeld y
el que los niños y niñas puedan concentrarse para la Thisted 2004), cargando a la “educación” con algo que
realización de sus tareas, un espacio diferenciado de es imposible que haga (salvo que se produzcan antes
otras actividades familiares, tranquilo, silencioso y bien otras profundas transformaciones sociales).
iluminado” (UNICEF 2002: 13). Como se dijo anterior-
mente, muchas veces no están dadas las condiciones Esto me parece sumamente relevante ya que junto
para que se lleve a cabo de tal manera. De hecho, con los supuestos sobre “la familia” (y lo que debe
según se verá en el próximo apartado, esto es impo- hacer) se dirime lo que entiendo tiene que ver con
sible en el contexto donde realizo trabajo de campo procesos de recon guración de responsabilidades en
(por las dimensiones de las viviendas y la cantidad de torno a la escolarización infantil. Así, se plantea que:
personas que las habitan), lo cual no quita que mu- “La educación constituye una obligación indelegable
chos niños transiten su escolaridad “exitosamente” (el del Estado, que debe garantizarla a toda la población,
documento apela a la elusiva categoría “de calidad”). pero además es responsabilidad de todos. Los niños
Y más importante aún, más allá de las condiciones necesitan que la escuela y sus familias se asocien para
para que esto suceda, no existen evidencias empíricas trabajar cooperativamente y corresponsablemente”
de que las características del “modelo familiar” en sí (UNICEF 2002: 7). Así se refuerza la idea de necesidad
sean determinantes de los procesos de escolarización del vínculo y de que la “educación” es incuestiona-
infantil. blemente buena, incluyendo fuertes supuestos sobre
lo que “los niños necesitan”. Y más aún, a partir de
Respecto a la cuarta dimensión de análisis que dichos supuestos se construye como una “responsa-
tomamos, también interrelacionada con las anteriores, bilidad de todos” aquello que por lo menos podría
se observa en el documento una equivalencia entre ponerse entre signos de interrogación. En el mismo
educación y escolarización, y esta última asumida sentido, el “fortalecimiento de las familias y las escue-
como universalmente buena, especialmente para “las las” que el programa propone para “mejorar los logros
familias”: del aprendizaje”, se espera que contribuya “a que los
“El programa (…) constituye sólo un punto de partida docentes se sientan acompañados en su enorme res-
para seguir cooperando con todas aquellas escuelas, ponsabilidad” (UNICEF 2002: 8). Esa “responsabilidad”
equipos directivos, docentes, autoridades y funcionarios es “enorme” -y debería ser entonces compartida por
que gestionan políticas públicas destinadas a la infancia “las familias”- en tanto y en cuanto se parta de la base
y a la adolescencia, y con las familias que perciben a del posicionamiento político mencionado, que atribuye
la educación como el agente transformador prioritario a la escolarización de los niños funciones redentoras
para promover la integración e inclusión social, el for- en términos tanto sociales como individuales.
talecimiento democrático y el crecimiento económico Desde una perspectiva crítica que contempla pro-
en una sociedad más justa y equitativa” (UNICEF 2002: cesos históricos de mayor alcance, interesa señalar
7, resaltado en el original). que este discurso da cuenta de un proceso de recon-
guración de responsabilidades que se ancla en de-
De esta manera, se dota de agencia a “las fami- terminados supuestos sobre la “familia”. Si bien se
lias” (y no a los sujetos) y las hacen decir (“percibir”) plantea al Estado como garante de la educación, apa-
algo que en el trabajo etnográ co se registra mucho recen responsabilizados los sujetos (adultos) directa
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doméstica del trabajo reproductivo, poniendo en evi- marcadas di cultades económicas y una organización
dencia una relación que no es de determinación entre del trabajo reproductivo que no responde a las mira-
los modos de constitución familiar y los resultados en das prescriptivas aludidas, resigni ca en sus propios
la escolarización de los niños. términos y posibilidades la manera de llevar adelante
la escolarización de sus hijos (muy valorada por ella),
Una experiencia interesante para investigar sobre
que -alejada del modelo analizado en el apartado an-
esto fue la realización de observación participante en
terior- se desarrolla “sin problemas”.
“clases de apoyo” que daban compañeros de un equi-
po de investigación Ubacyt del que formo parte8 (sobre En el mismo sentido, conocí más “madres solas”
esta experiencia ver Neufeld y Thisted 2005), ya que (solteras, viudas o separadas) –que en términos del
permitió el conocimiento de distintas personas cuando documento analizado no responderían a una “com-
concurrían a dicho espacio, por diversas preocupacio- posición de la familia” deseada- cuyos hijos/as lleva-
nes referidas a la escolaridad de los niños. Además del ban adelante su escolaridad sin mayores di cultades.
contacto cotidiano cuando se acercaban a consultar También niños/as que vivían con el padre y la madre,
y/o a acompañar a los niños, realicé entrevistas en pero que como mencioné anteriormente, tenían una
profundidad. Junto con otras mujeres, conocí a Nora vinculación relevante con otras personas (abuelas, por
(nombre cticio), una señora que en el 2004 tenía un ejemplo) en relación al desarrollo de la escolariza-
hijo en quinto grado de la escuela del barrio y otro en ción.
preescolar. De un modo que registré frecuentemente
Tal multiplicidad y heterogeneidad de formas de
con diversas personas, en las entrevistas con ella la
organización en relación a la escolarización y de com-
escolarización de sus hijos aparecía con centralidad,
posición de “las familias” muestra la imposibilidad de
le daba importancia y la valoraba. Ella vivía con el
establecer determinismos. Acorde con lo registrado
marido y los dos hijos. Alquilaban una de las plantas
recurrentemente en el trabajo de campo, estos casos
de una casa del barrio. Esa casa pertenecía a un ma-
evidencian que las formas de organización del trabajo
trimonio (del cual conocí a la mujer, Elena -nombre
reproductivo y su relación con la escolarización no
cticio), que vivía con sus hijos en otra de las plantas,
determinan linealmente los resultados y características
y también los mandaban a las mismas clases de apoyo
escolares de los chicos.
(así conocí a ambas mujeres) y a la misma escuela.
Como sucede entre muchos/as vecinos/as en el barrio, Asimismo, “acompañamiento”, “participación”,
ellas se habían hecho amigas, y como Elena y su ma- “compromiso” (entre otros signi cantes), no tienen
rido habían podido comprarse la casa, se mudaron sentidos unívocos. Los discursos como el analizado
juntos (como se dijo, Nora y su marido alquilaban en relación al documento de UNICEF validan deter-
una de las plantas).9 A partir del 2005, que comencé minado tipo de prácticas, pero las personas con niños
a hacer trabajo de campo en esa misma escuela, veía a su cargo de nen y construyen las responsabilidades
a Nora con frecuencia en los actos escolares, en los en torno a la escolarización infantil de maneras di-
momentos de entrada y salida de la escuela, acudiendo versas.
a las reuniones, etc. Además, durante el 2006 trabajé
Es importante volver a remarcar que más allá de
frecuentemente con la maestra de 7º grado, en el cual
quiénes sean las guras que desarrollan prácticas co-
se encontraba entonces el mayor de sus hijos. Esta
tidianas directamente vinculadas a la escolarización
maestra se quejaba en más de una oportunidad del
de los niños, entre las personas con las que trabajé
comportamiento del chico, y de que eso implicaba
encontré mucho consenso en valorar la escuela. Como
un rendimiento escolar pobre, estaba entre un grupo
dije antes, más en relación a las expectativas laborales
de alumnos con los que ella no estaba conforme, e
(de mejoras) que a los valores sociales (en un sentido
indicaba la in uencia de sus pares: “el problema es
redentor, tal como lo presenta el documento). Pero
cuando se juntan…”, ahí empezaba la dispersión y las
esa valoración se conjuga con la posibilidad de seguir
di cultades según relataba la docente. Esto es ilustrati-
estudiando como parte de una relación con alguna/s
vo de la no determinación lineal entre la composición
otra/s persona/s que apoyara/n económicamente -esto
de la “familia” y los resultados escolares. Provenien-
lo relevé frecuentemente entre los adultos en relación
te de una “familia nuclear”, con “ guras parentales”
a sus relatos de cuando eran jóvenes (justamente el
que realizaban el tipo de acciones que prescribe el
otro sujeto al que el documento apela junto con los
documento de UNICEF (entre otros que responden a
niños), y con que no se necesitara su trabajo remune-
los mismos lineamientos), él tenía sin embargo una
rado para aportar al sustento del grupo doméstico.
escolarización con ciertas di cultades para la maestra,
y en vinculación a ello atribuía mucha importancia a Las expectativas e importancia dada a la escolariza-
la relación entre pares, entre los chicos mismos. ción de los niños se identi can en diversas cuestiones
relevadas a través de la investigación, entre ellas:
También el caso mencionado anteriormente, Blan- a- El esfuerzo que signi ca que los chicos no estén en el
ca y sus hijos, muestra cómo una “madre sola”, con circuito productivo (aportando económicamente o con
Familias y escuelas: aportes de una investigación etnográ ca a la problematización 195
de supuestos en torno a las condiciones de escolarización infantil y la categoría “familia”
Fonseca, C.
Agradecimientos
1998 Caminos de adopción. Eudeba, Buenos Aires.
Quiero reconocer especialmente la lectura y co- 2007 Apresentação. De família, reprodução e
mentarios de la Dra. Claudia Fonseca (sobre un primer parentesco: algumas considerações. Cadernos Pagu 29:
manuscrito parcial), y las observaciones y aportes de 9-35.
la Dra. Laura Santillán. A ellas mi sincero agradeci- Grassi, E.
miento. 1998 La familia: un objeto polémico. Cambios en la
dinámica de la vida familiar y cambios en el orden
social. En Antropología social y política. Hegemonía
REFERENCIAS CITADAS y poder; el mundo en movimiento, editado por M. R.
Neufeld, M. Grimberg, S. Tiscornia y S. Wallace, pp.
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social para la educación. Notas para una discusión.
Revista de Pedagogía Crítica Paulo Freire 2: 97-110.
Neufeld, M. R. NOTAS
2000 Familias y escuelas: la perspectiva de la 1.- Una versión anterior de este trabajo fue presentada en las
antropología social. Revista Ensayos y Experiencias 36: V Jornadas de Investigación en Antropología Social, Facultad
3-13. de Filosofía y Letras, UBA, 2008.
2.- La autora y coordinadora general del Programa es Elena
Neufeld, M. R. y J. A. Thisted
Duro.
2004 ‘Vino viejo en odres nuevos’: acerca de
3.- Se trata de la zona que registra mayores niveles de Ne-
educabilidad y resiliencia. Cuadernos de Antropología
cesidades Básicas Insatisfechas de la Ciudad, entre otros in-
Social 19: 83-100. dicadores de pobreza.
2005 Investigadores implicados: la investigación
4.- Varias de las personas con las que trabajé habían comple-
educativa en espacios barriales de la Ciudad de
tado su escolaridad primaria en Bolivia (y en algunos casos
Buenos Aires. Trabajo presentado en la VI Reunión de también parte de -o toda- la secundaria).
Antropología del MERCOSUR, Montevideo. MS.
5.- Según el Diccionario de la Real Academia Española, “pa-
Novaro, G. rental” se de ne como: “1. Perteneciente o relativo a los
2005 Representaciones docentes sobre las “formas de padres o a los parientes// 2. Biol. Que se re ere a uno o a
ambos progenitores”. Es decir, si bien puede indicar a los
socialización” y las posibilidades de aprendizaje de los
parientes (no sólo a los padres), el uso corriente en nuestra
alumnos indígenas. Campos - Revista de Antropología región alude comúnmente a “padre y madre” (la segunda
Social 1-2 (6): 79-95. acepción).
dirigido por la Lic. María Rosa Neufeld, y codirigido por la tos proyectos es el Programa de Antropología y Educación,
Lic. Liliana Sinisi y el Lic. Jens Ariel Thisted. Actualmente Sección de Antropología Social, Instituto de Ciencias An-
el equipo desarrolla el proyecto programación 2008-2010 tropológicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de
“Sujetos, instituciones y políticas, dentro y fuera de la es- Buenos Aires.
cuela: un estudio histórico-etnográ co en torno a educación
9.- Esta amistad era relevante también en relación a la esco-
y vida cotidiana en contextos de desigualdad social” (misma
larización de los niños.
directora y codirectores). La pertenencia institucional de es-