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Las instituciones y los sujetos pierden de vista si se evalúa para comprobar lo enseñado, o se enseña
porque deberá evaluarse.
Para los alumnos, la situación es evidente: tienen claro que la evaluación no es un diagnóstico de lo
aprendido, sino una razón para estudiar.
El problema no es evaluar, sino atribuirle un valor fundamental y único a la evaluación como fuente de
descripción de una institución, situación o sujeto. En la evaluación adquieren importancia los juicios
formulados desde (lo que es), frente a (lo que debe ser); ello se establece a partir de modelos, supuestos,
posiciones, marcos de referencia o parámetros que, a su vez, pueden ser objeto de análisis, valoración y
cambio.
Al instaurar la evaluación como base de las relaciones entre universidades y Estado, aquélla se convierte
en instrumento básico de la política educativa; así, la evaluación es defendida como una manera de
garantizar la competitividad y la competencia entre los centros de educación superior, lo cual promueve
la competencia inter-institucional, intra-institucional Y entre sujetos.
Por su parte, el sentido de la evaluación y la valoración de los logros poseen un carácter social en las
distintas instituciones de educación superior. Los criterios para juzgar sus alcances dependen de las
discusiones desarrolladas en torno a la educación, la evaluación, al campo que se evalúa, la función
atribuida a la Universidad, tipo de estudiante y perfil de los pretendidos egresados.
En torno a la evaluación tal y como se ha desarrollado hasta este momento en México- es necesario
revisar las siguientes propuestas (Glazman, R., 1991: 293):
Las instituciones de educación superior que logran una participación más amplia de sus propios actores en los
procesos educativos, que se hacen cargo de sus propias evaluaciones y establecen planes de acción para su
mejoramiento están en condiciones de alcanzar mayor capacidad de auto-conocimiento, así como la
profundidad de un auto-análisis, mediante la investigación de sus condiciones (Porter, 1996).
En la evaluación adquieren importancia los juicios formulados desde lo que es, frente a lo que debe ser, lo
cual se establece a partir de modelos, supuestos, posiciones, marcos de referencia o parámetros que, a su vez,
pueden ser objeto de análisis, valoración y cambio.