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¿Imagina poder tratar cualquier patología como migrañas, ansiedad,

estreñimiento, problemas de fertilidad, cólicos, mareos o asma a través de un


relajante masaje de pies? Eso es precisamente lo que propone la reflexología
podal. Esta terapia se basa en la creencia de que en las más de 7.000
terminaciones nerviosas de nuestros pies se encuentra reflejado todo el
organismo. La cabeza en el dedo gordo, el intestino alrededor de la mitad de la
planta, los genitales en el talón, los pulmones en la parte superior de la planta...
Manipulando de forma correcta éstos y otros puntos se estimula, mediante el
reflejo, el órgano que le corresponde. De esta forma, los pies se convierten en una
suerte de 'mando a distancia' desde el que poder acceder a cualquier parte del
cuerpo.
"Durante una sesión de reflexología se aplican pequeñas digito-presiones
recorriendo absolutamente toda la planta, el dorso, el borde externo e interno de
ambos pies", explica Isabel Pérez Broncano, directora de Ranvvai, escuela de
reflexologías y centro de terapias naturales (Gaztambide, 21. Madrid). Si
masajeamos ciertas zonas, estaremos equilibrando, estimulando y
tonificando distintos órganos y glándulas del cuerpo, devolviendo así el
estado de salud al organismo.

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