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Arte en la Edad Media

Después de la caída del imperio Romano (476 d.C.), comienza a gestarse la edad media.
Una
edad oscura donde el conocimiento queda guardado, solapado, dentro de los monasterios.
Pero a
partir del imperio romano empieza a generarse en Occidente una religión que presenta al
hombre
sumido en lo divino, y que tiene como objetivo alabar a Dios y nada más. La Iglesia
institucional no se
desmoronó cuando el Imperio Romano Occidental cayó. De hecho, la caída de Roma sólo
aumentó el
poder de la Iglesia. Después de la caída del Imperio Romano Occidental, la Iglesia se
convirtió en la
institución principal de la civilización en la Europa occidental. En el campo de la estética, la
Edad Media
conservo lo conceptos más importantes de la Antigüedad clásica y los reelaboro en torno
del
sentimiento de profunda religiosidad que la caracteriza, llegando primero las posturas
filosóficas del
neoplatonismo y posteriormente las aristotélicas.
Esta época estaba caracterizada por su escasa conciencia de lo artístico y el arte. A pesar
de
eso, se tomó el concepto de la Antigüedad, en el cual el arte debía cumplir una función
pedagógica,
la cual estaba ligada a la religión. El arte era, entonces, una forma de hacer llegar al pueblo
el dogma
cristiano. Un rasgo característico de la sensibilidad medieval fue la visión
simbólico-alegórica del
universo. El hombre medieval vivía en un mundo pleno de significados, de remisiones y de
manifestación de Dios. El problema de esta época, estaba en que la verdad divina
difícilmente
encontraba la expresión en este mundo; los medios que la favorecían eran la alegoría y el
símbolo.
Al fijarse en el arte objetivos simbólicos y alegóricos, se habló cada vez menos de imitatio,
pero no
se llegó a hablar de la creatio. Los medievales mantuvieron la creación de la nada y por la
omnipotencia divina, siendo Dios el único que merecía el apelativo de creador, siendo
cualquier otra
cosa una mera interpretación en vez de creación.

Historia de la estética

Tatarkiewicz

II. LA ESTETICA MEDIEVAL

1. LA ESTETICA DE SAN AGUSTIN


La doctrina de San Agustín se compone de diversas corrientes. Por un lado, es una estética
religiosa,
trascendente, teocéntrica y supra terrenal, y por otro, una teoría que ve con claridad y
perspicacia
las cosas naturales, la complejidad del arte, la inseguridad de la postura estética del
hombre, y lo
entrelazadas que están en el mundo la belleza y la fealdad. Es san Agustín quien toma la
concepción
de Platón y afirma que verdad, bien y belleza; es dios. Empieza a plantear que hay algo en
el orden
de lo divino, y algo en el orden de lo humano (que es lo degradado). Es dios quien puede
crear
belleza y nadie más; pero el hombre materializa la belleza solo como alabanza a dios.
1. Los escritos estéticos de San Agustín (354-430). El mismo se consideraba romano al
mismo
tiempo que cristiano. Aún pertenecía a la cultura antigua y fue representante de la cristiana,
creando
una nueva cultura, la cual había adoptado gran parte del legado de la antigua. Asumió los
principios
estéticos antiguos y los trasmitió en la Edad Media. En su obra Confesionesse encuentran
las ideas
que tenía con respecto al arte y lo bello.
2. San Agustín y la Antigüedad. En su primera obra se visualiza el primer contacto que tuvo
con la estética antigua, la misma era de rasgos ciceronianos en la cual predominaban los
elementos
estoicos. Hacia el 385 d.C. llego a sus manos los tratados de Plotino que apuntaban hacia
lo
trascendente y religioso, igual que la doctrina cristiana. Agustín se convirtió en un filósofo
cristiano

de tradición platónica. De Platón conservo sus primeras concepciones de lo bello, pero


añadió a ellas
nuevas concepciones basadas en las Sagradas Escrituras y en Plotino, creando de este
modo una
estética de doble nivel: el antiguo fundamento temporal y la nueva superestructura religiosa.
3. La objetividad de la belleza. De la estética antigua tomo la noción que definía lo bello no
solo como una actitud del hombre hacia las cosas, sino también como una cualidad objetiva
de las
cosas. Se interesó por el placer que el hombre encontraba en la hermosura, por lo que
defendió la
teoría de que el gusto por la belleza presupone la existencia de lo bello como algo externo
al
hombre, siendo el hombre solo su espectador y no su creador. Considero que algo nos
gusta porque
es hermoso, descartando la posibilidad de que es hermoso porque nos gusta.
4. La belleza de la medida y el número. Según el filósofo las cosas son bellas cuando “sus
partes se parecen unas a otras y gracias a su conveniencia crean la armonía”,
determinando que la
belleza consiste en la armonía y la armonía, en la adecuada proporción de la relación sus
partes,
líneas o sonidos. Y son, precisamente, la conveniencia, el orden y la unidad los que deciden
en la
última instancia sobre la belleza.
La relación adecuada estábasada con respecto a la medida, sobre la cual decide el número.
La medida y el número garantizan orden y unidad de las cosas, y a través de ella la belleza.
Esta idea fue expresada de otro modo también, combinando tres conceptos: moderación,
forma y orden, expresando que todas las cosas son buenas si contienen moderación, forma
y orden,
y cuanto más poseen, mejores son, y donde estos atributos no existen no existe el bien. AL
hablar de
bien también hacía referencia al mismo tiempo de lo bello. Con el término species
denominaba
tanto la belleza como la forma, y el trinomio modus, species et ordo entro de lleno en la
terminología
de la estética medieval. Expreso que Dios hizo al mundo conforme a la medida, número y
peso.
La idea de la belleza a través del número y la medida la vio en la música, con la cual
entendió
la belleza matemática. El concepto fundamental de su sistema era la igualdad de
dimensiones, la
equidistancia, la igualdad numérica, concibiendo lo bello como relación cualitativa de las
partes.
5. La belleza del ritmo. Hizo del ritmo el concepto fundamental de toda su estética y veía en
el la fuente de toda la belleza. Hizo que el concepto abarcara no solo lo perceptible por los
oídos,
sino que también aquello que es perceptible por los ojos, no solo el ritmo del cuerpo sino
también el
del alma. Amplio tanto el concepto que dejaron de ser indispensables los factores
cuantitativos y
matemáticos para definir al ritmo.
6. La belleza de igualdad y del contraste. Relaciono la belleza con la igualdad numérica,
pero
advirtió que la misma se encuentra vinculada con la desigualdad, la disparidad y el
contraste,
considerando que ellos también deciden sobre la belleza, especialmente la belleza humana
y la
belleza de la historia. La hermosura del mundo nace de los opuestos y el orden de los siglos
es el
más bello de los poemas construidos a partir de la antítesis. La belleza quedaba derivada a
la
relación de las partes y no del número en cuanto tal, además depende tanto de la
proporción
adecuada de las partes como de agradable color, explicando que lo bello reside en la luz.
La belleza es una relación, es la armonía de las partes.
7. Pulchrum y Aptum, Pulchrum y Suave. Su concepción amplia sobre la belleza se debía a
que en esta también debía entrar la belleza espiritual, por lo que haciauna distinción entre
las cosas
bellas, las convenientes y las agradables. Con respeto a la conveniencia, estableció que
siempre hay
un elemento de utilidad y finalidad, que no se hallan en la belleza verdadera. La
conveniencia tiene
analogías con la belleza, pero difiere de ella en cuanto la primera es relativa, ya que una
misma cosa
puede ser adecuada para un fin e inadecuada para otro, mientras que en el orden, la unidad
y el
ritma siempre son bellos.
Trazo una línea de demarcación entre lo bello y lo agradable, llamando bello a las formas y
los colores y dejando a los sonidos de lado.
8. La experiencia estética. Se ocupó de la influencia ejercida por la belleza sobre el hombre,
lo que hoy se conoce con el nombre de experiencia estética. Para realizar su análisis
distinguió dos
elementos que aparecen en toda experiencia estética; uno es que es directo o sensible
–procede de
los sentidos, de las impresiones y percepciones, de los colores y los sonidos- y otro que es
indirecto e

intelectual. Explicando que la belleza percibida se hace a razón del intelecto y no de los
ojos. Otra de
sus tesis con respecto a la experiencia estética afirma que el hecho de que una cosa
provoque sobre
nosotros experiencias estéticas o no, depende tanto de la cosa como de nosotros mismos
como
espectadores. Presentado de este modo una compatibilidad entre las cosas bellas y el
alma, ya que
de no haberlo el alma no reaccionaria ante la belleza. Y además de que las cosas sean
bellas, es
preciso que gustemos de la belleza.
La experiencia de lo bello posee la misma cualidad fundamental de la belleza, es decir el
ritmo. Diferenció cinco: 1) aquel existente en los sonidos, 2) el existente en las
percepciones, 3) el
existente en la memoria, 4) el existente en las actividades del hombre y, 5) el existente en el
intelecto, siendo este el ritmo innato en el hombre.
9. La belleza del mundo. Lo bello era una realidad y no un ideal. En la hermosura reinan la
medida, la proporción y el ritmo. El mundo es creación de Dios y por lo tanto es bello. El
mundo real
es lo más hermoso, lo cual el hombre no puede visualizar, ya que solo ve fragmentos de las
cosas
bellas que componen el mundo real creado por Dios.
10. La fealdad. Las cuestiones estéticas estaban a los problemas de la teodicea y, por lo
tanto, la cuestión de la fealdad adquirió importancia. Se planteó el hecho de cómo puede
haber
fealdad en un mundo creado por Dios. Explico la fealdad de acuerdo a la ausencia, la
fealdad
interpretada como la falta de orden y unidad de forma y armonía. La fealdad es parcial.
11. La belleza de Dios y la belleza del mundo. A la belleza del mundo contribuyen tanto la
belleza de los cuerpos como las de las almas, tanto lo sensible como lo inteligible. Por
encima de la
belleza corporal estará siempre la espiritual, que al igual que la corporal consiste en ritmo,
medida y
armonía. Es una belleza superior en cuanto su armonía es de mayor perfección. Por encima
de la
belleza del mundo, está la belleza suprema de Dios que es la belleza misma. Es una belleza
incapaz
de ser representada, motivo por el cual San Agustín no era partidario de las imágenes
religiosas. La
belleza divina es aquella que no se percibe con los sentidos, sino que es solo alcanzable a
travé s del
alma y solo la podemos ver a través de ella con dos medios: la verdad y la virtud. Mientras
que la
belleza corpórea es pasajera y relativa, la divina es eterna y absoluta.
La belleza sensible, la única que conocemos, es el punto de partida hacia la reflexión sobre
lo
bello. El valor de la belleza sensible consiste en el que esta es manifestación de la
suprasensible.
12. La relación entre el arte y lo bello. Sostenía, al igual que los antiguos, que el arte se
basa
en el conocimiento. El arte era toda actividad hábil o industriosa incluyendo la artesanía.
Para el, la
meta de toda actividad, incluida la el arte, era el mismo dios, por lo tanto la imitación y la
ilusión no
podían constituir dicho objetivo. No rompió del todo con la concepción mimética de las artes,
afirmando que estas imitan la naturaleza; y tampoco negó la tesis de que las artes fueran
ilusorias;
sosteniendo que el arte causa ilusión cuando imita solamente el aspecto exterior de las
cosas. Su
postura era idealista, consideraba que cada cosa contiene belleza, que en cada cosa se
hallan
vestigios de lo bello y que si el arte imita las cosas no lo hace plenamente sino
descubriendo e
intensificando dichos vestigios.
13. El arte y la inevitable falsedad. El problema de la falsedad reside en que las obras de
arte
son, en parte, falsas; pero esta falsedad de las artes es indispensable ya que sin ella no
serían
auténticas obras de arte. El no admitir la falsedad contenida en ellas significaría no admitir
la
existencia del arte en cuanto a tal.
14. La relación entre la poesía y las artes plásticas. Una cosa es la pintura y otra es la obra
literaria, la primera puede ser juzgada por aquel que la haya visto y contemplado mientras
que la
segunda no puede ser juzgada de acuerdo a lo que se haya observado de ella, ya que la
importancia
de la literatura reside en el contenido, mientras que en la pintura lo es la forma.
15. Evaluación de las artes. Planteo dos evaluaciones, la primera basada en el kanón
antiguo
y la segunda en posiciones teológicas.
I. Evaluación de las artes de acuerdo a una estructura jerárquica, la cual está encabezada
por
la música y la arquitectura por sus características de proporción, número y matemática. La
pintura y

la escultura eran inferiores, ya que consideraba que estas se ocupan de la perfecta


imitación de la
realidad sensible.
II. desde el punto de vista religioso tacho a la poesía de falsa, innecesaria y amoral, también
lo hizo con la literatura y el teatro por ser causante de emociones falsas. De este modo
quedo su
punto de vista sobre el arte desplazado por lo ético, pedagógico y religioso.

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