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Giovanni T.

Rivoira

ARQUITECTURA DE LA «ESCUELA DE RAVENA»: S. VÍTALE


Está muy arraigada la opinión de que la construcción de San Vítale surgió enteramente, o
casi, por obra de artesanos bizantinos. La forma, completamente nueva en Italia, del
propio edificio apoyaría tal creencia, ya que un estilo nuevo de arquitectura no se puede
obtener a partir de unos poderes mágicos; y por otra parte es bien sabido que la basílica
central abovedada se constituyó en el imperio griego y formó el tipo de las iglesias
orientales, como la más adecuada al carácter de aquellos pueblos. Sin embargo, yo soy
de la opinión de que las cosas fueron por otros derroteros. La basílica bizantina
abovedada que apareció en los tiempos de Justiniano I (527-565) fue el fruto de una
evolución gradual, pero bastante rápida.
Choisy sitúa la cuna de la propia basílica en la región occidental de Asia Menor, en Jonia.
Por el contrario, a mi parecer, tuvo su origen en Macedonia —con la ayuda de Rávena—
y más concretamente en Salónica, que incluso después de la fundación de
Constantinopla (328) continuó siendo en realidad la capital de Grecia, de Macedonia y de
Iliria.
De la cadena que une el sistema basilical romano con el bizantino, el primer eslabón lo
encontramos en la basílica de Eski-Djuma en Salónica (siglo v) donde se emplean
capiteles jónicos con «pulvino»*, o almohadón, de Rávena sostenido en los ángulos por
volutas destinadas a suavizar el paso brusco del propio «pulvino» desde una forma
cuadrada a otra circular. (...) El segundo eslabón nos lo ofrece, en cambio, la basílica de
San Demetrio en Salónica (siglo v) donde, en las galerías superpuestas, las columnas se
alternan con pilastras cuadradas. Y donde se ha hecho uso, por vez primera, de tres
nuevas clases de capitel: el capitel cúbico bizantino en forma de melón; el capitel corintio
bizantino con las hojas orientadas por el viento en direcciones opuestas; y por último el
capitel bizantino con cestos y aves, derivado del compuesto bizantino con aves en lugar
de volutas, el cual, a su vez, tuvo su origen en el compuesto romano con aves y animales
que surgían del abaco.
El tercer eslabón, finalmente, nos lo proporciona la basílica de Santa Sofía, también en
Salónica (495)...
Todo el edificio —si se exceptúa la galería superior que está cubierta por un
artesonado— se cubre con bóvedas de cañón, váidas, de casquete esférico y también de
arista con arcos rebajados. El cuadrado central termina en una cúpula hemisférica inscrita
dentro de él, provista en su base de una galería de servicio y sostenida por pechinas
esféricas. (...) Como se deduce de lo ya expuesto, con Santa Sofía de Salónica se
completa la arquitectura bizantina. Para llegar nada menos que a Santa Sofía de
Constantinopla nos queda aún añadir otro eslabón a la cadena mencionada, y este
eslabón hay que buscarlo en una basílica abovedada, con doble galería, que ofrezca la
particularidad de tener exedras con columnas en el espacio bajo la cúpula central.
Este eslabón nos lo suministra San Vítale de Rávena cuya fundación precedió —como
vemos— en un año al menos a la de los Santos Sergio y Baco. San Vítale tiene varias
cosas en común con Santa Sofía de Salónica: la galería para las mujeres (matroneo),
originalmente con soportes de madera; la tribuna semihexagonal exterior, flanqueada por
dos sacristías absida-les que sobresalen del muro perimetral; las galerías interiores que
se acusan al exterior con

* Pieza en forma de pirámide truncada que se interpone entre el capitel y el arco. (N. del T.)
una cornisa de clientes de sierra; y por último la galería inferior arqueada. (...) ... fue el
producto de inspiraciones originadas en los monumentos paganos de Roma y Rávena,
así como del Oriente; y muestra características que le confieren el derecho de establecer
un nuevo estilo —estilo que yo llamo «bizantino-ravenés»— y que demuestran que no
solamente sus creadores, sino también los constructores fueron italianos educados en la
mencionada escuela. De hecho, se trata ante todo de un ejemplo rarísimo de iglesia
perfectamente octogonal... La cúpula de San Vítale no se apoya en triángulos esféricos al
modo de la de Santa Sofía de Constantinopla y de la de Santa Sofía de Salónica, donde
los contrafuertes exteriores se añadieron después. Está sostenida, en cambio, por un
tambor que forma un perfecto enlace angular con las líneas rectas del polígono.
Un enlace semejante podía realizarse sin la ayuda de las pechinas, mediante la creación
de una exedra o nicho amplio que vacía el ángulo justo en el punto en el que el tambor
circular no tendría punto de apoyo. El propio enlace, además de ser un concepto
completamente nuevo que no se ha encontrado en ningún otro monumento de fecha
anterior al nuestro, ofrece la posibilidad de poder introducir una parte de tambor que,
aunque circular, mantenga la misma anchura del polígono antes de formar la cúpula. (...)
Además de esto, en San Vítale los salientes graduales en forma de ménsula que están en
el tímpano del frente posterior son un motivo decorativo de la escuela de Rávena del siglo
V, no habiéndose encontrado en ningún otro edificio más antiguo que el nuestro, ni dentro
ni fuera de Italia.
Por último, sus muros revelan las tradiciones locales, con la calidad y la disposición de los
ladrillos; así como por el empleo de argamasa compuesta de cal, arena, tierra vocánica o
gra-villa y ladrillo machacado. Este último material se usó con abundancia en los muros
verticales, y escasamente en las bóvedas, donde a veces falta. Estas tradiciones también
se revelan en la construcción de la bóveda que se conserva en una de las torrecillas del
pronaos, inspirada, como puede verse, en la de la cúpula del cercano mausoleo de Gala
Placidia (ca. 440).
Y para concluir, nuestra basílica —modelo finamente elaborado de estilo arquitectónico
central, pero que a causa de su forma concéntrica que no encajaba bien con el carácter
de los occidentales ni con las necesidades del culto en el occidente romano, pasó, junto
con su hermano carnal, San Lorenzo de Milán, como una simple estrella fugaz en el
campo de la arquitectura italiana— debe considerarse como un edificio proyectado y
construido por artesanos de la escuela de Rávena y decorado por artistas griegos.

(De Le origini dell'Architettura Lombarda (e delle due principali derivazioni neipaesi d'Oltralpe), Milán, 1908,
Cap. I, págs. 69-72, 74, 78-82.)

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