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Integrantes:
Claudia Auxiliadora Méndez Torres………………… 2007-21558
Eduardo Javier Flores……………………………………...2007-21440
Grupo: 4T1-EO
Durante los años ’70 se produce el fenómeno conocido como la Crisis del
Software, los costos del software subían considerablemente, frente a costos
de hardware que se hacían cada vez más accesibles1. Frente a esta
problemática, la respuesta de la comunidad podría plantearse de la siguiente
forma: Si una función es de uso recurrente, ¿por qué no implementarla en
Hardware?
Una propuesta para nada irracional, considerando que el hardware era un
recurso cada vez más barato frente al costo de la hora programador.
Instrucciones Complejas
Direccionamiento de Datos
CISC resultó una arquitectura que se caracterizaba por una gran variedad de
formas de direccionamiento y una gran cantidad de instrucciones2. Estos
hechos hicieron innecesaria la existencia de un gran número de registros en
el procesador, y los pocos que existían eran utilizados por las instrucciones
CISC para llevar a cabo su operatoria.
Así, la apuesta de CISC de mover la complejidad del software hacia el
Hardware se refleja en programas con un menor número de instrucciones. El
gran número de instrucciones no era un principio en la arquitectura CISC,
sino que era una situación derivada de la combinación de las diferentes
instrucciones necesarias en el sistema con las diferentes formas de
direccionamiento requeridas.
Capaces de ejecutar tareas muy complejas lo que puesto en la ecuación 1,
debería disminuir el tiempo de ejecución de un programa.