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Gustavo Andres Lujan Cortes

tavo-lujan@hotmail.com

TEATRO EN EL BARRIO, UNA EXPERIENCIA COMUNITARIA.

El siguiente proyecto de aula busca indagar las relaciones que se logran tejer
en un asunto tan importante como lo es la escuela; esta vista desde sus
complejidades y desde su papel transformador de la sociedad y de las
relaciones de poder que en ella se dan, nuestro texto se basa en los diferentes
postulados pedagógicos, antropológicos y sociales del autor Paulo Freire, ya
que este maestro desde su pedagogía critica latinoamericana nos da la
posibilidad de sentar nuevamente la palabra quitada, sumisa, acallada para
hablar de la escuela como aquel lugar de las múltiples resistencias.

“El Proceso de enseñanza-aprendizaje liberadora, se hace visible educar a las


personas oprimidas, de educar para el cambio social. Educar para la liberación
desde el dialogo. (Freire, 2012. P.13) educar desde la acción liberadora implica
todo un compromiso por parte de las y los educadores populares ya que estos
se revisten de rebeldes sociales para construir procesos de enseñanza-
aprendizaje desde la cotidianidad de las comunidades que buscan en las
experiencias educativas, ya sean lugares como la escuela, la calle, los
procesos sociales o las diferentes colectividades no institucionalizadas.

Se hace entonces necesario e importante hablar de la Casa Cultural Botones,


como un lugar no institucionalizado, en el que se desarrolla una experiencia en
comunidad donde se integran las diferentes expresiones artísticas como
percusión folclórica, teatro, dibujo, títeres, canto, cineclub y grupo de debates
que acerca para si la reflexión “La convicción de que la superación de las
injusticias que exige la transformación de las estructuras inicuas de la sociedad
supone el ejercicio articulado de la imaginación de un mundo menos
desagradable, menos cruel. La imaginación de un mundo con el que soñamos,
de un mundo que aún no existe, de un mundo diferente del que está ahí y al
que tenemos que darle forma” (Freire, 2012, p.49).

Hablar de la utopía de un mundo distinto recuerda uno de los tantos cuentos de


Eduardo Galeano, tal vez el más apropiado en este momento sería el titulado
derecho al delirio, en la que el escritor mágico nos presenta el lugar para delirar
con un mundo que se nos ha arrebatado del pensamiento, del sentir y del tocar;
tal vez la parte que más ilustre ese desear de nuevo adueñarnos de una
trasformación del mundo sea “¿Qué tal si deliramos por un ratito? ¿Qué tal si
clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?”
(Galeano, 1998). Está pregunta nos pone de frente con el papel del educador
que realmente se comprometa con su momento histórico pues “El objetivo de la
educación es que tiene que crear condiciones para que las personas puedan
decir y decidir por medio de la palabra” (Freire, 2012, p.50).

Decir la palabra, nombrarla, reconstruirla y tejerla eran los motivos desde


donde las pedagogías latinoamericanas fueron tomando parte de los nuevos
aires de emancipación de américa, pues desde sus planteamientos como una
manera de construir desde la creatividad y la libertad se planteó la pregunta por
la dependencia de corrientes extranjeras que en nada solucionaban las
problemáticas de base en las que estaban y están sumergidas las áreas de las
humanidades y las ciencias o liberación; que podía ser el pilar para mediar y
darle soluciones a las crisis de años de la educación; no podemos dejar de lado
los planteamientos propuestos desde los filósofos latinoamericanos como José
Martí, que abogaba por una construcción seria y libre de nuestra américa,
donde la dependencia se va resistiendo con la adopción de un modelo propio.

Pues este ejercicio de construir desde la palabra propia, donde sean las
experiencias las que hablen permiten “Construir hábitos analíticos del
pensamiento, de leer, hablar o debatir que nos lleven más allá de las
impresiones superficiales, de los mitos tradicionales, de las meras opiniones y
de los clichés rutinarios” (Freire, 2012, p.7)

Casa Cultural Botones

Para definir que hace que un espacio se transforme en un lugar donde habita lo
cultural y en el que surjan o se potencialicen otras formad de interactuar y
dialogar con los demás indagaremos el significado que elabora Carlos Alberto
Sánchez quintero, actual director de la Casa de la Cultura de Usaquèn, donde
plantea que son espacios que

“se encuentran enmarcados dentro de una concepción de desarrollo como


proceso creativo, cuya finalidad última sea lograr que cada individuo y cada
grupo humano pueda expresar plenamente su creatividad y aportar, desde ella,
a la construcción de un mundo más próspero.

Las casas de la cultura se constituyen en instituciones estratégicas y


determinantes para que esa acción estatal, esa participación comunitaria y el
acceso de la comunidad a los bienes y servicios culturales se hagan realidad”
(Sánchez, 2011, P.19)

Casa Botones, como estrategia de participación comunitaria nos parece


fundamental y es por esta razón que se conecta con la razón de ser de un
espacio cultural, “La educación tiene sentido porque el mundo no pueden tener
proyectos para el mundo. Necesariamente esto o aquello, porque los seres
humanos son proyectos y, a la vez, pueden tener proyectos para el mundo”
(Freire, 2012, p.50).

Este espacio construido por jóvenes, niños y niñas de la comunidad Niquia-


Camacol del municipio de Bello, es un proyecto de Barrio que quiere posibilitar
otras formas de asumir la vida, de hacer “conciencia del mundo, que hace
posible la conciencia de mí, imposibilitando la inmutabilidad del mundo. La
conciencia del mundo y la conciencia de mí no me hacen un ser en el mundo,
sino con el mundo y con los otros; en ser capaz de intervenir en el mundo y no
solo de adaptarse a él” (Freire, 2012, p.50).

Desdibujando la Frontera, Casa Botones.

Bello, ciudad de artistas, ha sido el slogan que ha servido a las diferentes


administraciones del municipio para mejorar la imagen que se ha hecho en el
área metropolitana, debido al auge de los distintos grupos armados que se
originaron en la época de los carteles del narcotráfico en Medellín. Muchos
jóvenes bellanitas fueron integrando los grupos armados y a raíz de ello, las
hoy en día bandas se han repartido el territorios buscando lucro a través de
acciones como el cobro de extorsiones a negocios, personas, vendedores,
ambulantes e inclusive recicladores. Esta repartición del territorio por grupos
armados ha generado miedo en la comunidad, principales afectados,
acostumbrados a vivir con estos temores en la cotidianidad.
Según nos cuenta uno de los integrantes de la Casa Cultural Botones, el sector
conocido como la Frontera ha representado un enigma para ellos, ya que no
han podido identificar qué es aquello que divide o cuál fue la motivación de las
personas al llamarlo así. Aunque el sector se conozca como La Frontera, esta
se ve difusa al ver sus problemáticas, ya que como la mayoría de los barrios
del Valle de Aburra, sus dinámicas sociales han sido configurado por la
violencia, que años atrás fue más manifiesta, dado que las personas se
percataban o la identificaban con las balas de quienes buscaban el control,
obtenido este, ya no se escuchan los estruendos de los tiros y ese silencio se
ha asociado con la paz, pero el grueso de la población no se percata de ese
ruido que genera la coerción de actores armados que coaptan la voz de las
comunidades y el ejercicio organizativo de las mismas.

Desdibujar la Frontera para estos educadores populares en formación que


participan de esta experiencia comunitaria, es posibilitar un proceso de
deconstrucción de esas realidades ha sido una tarea que ha generado retos en
el que se han dado solución a múltiples dificultades, ante las resistencia que se
presentan, debido a que es una posición que ya ha generado un estado de
comodidad que no se quiere dejar de lado, pero desde esa apuesta artística y
académica se han logrado generar unos interrogantes.

“El educador progresista no solo tiene que enseñar muy bien su disciplina, sino
desafiar al educando a pensar críticamente en la realidad social, política e
histórica en la que está presente” (Freire, 2012, p.54).

Esta lectura del mundo posibilita entonces que las acciones que se adelantan
con la comunidad por parte de la Casa Botones, facilita el encuentro que logra
que entre los niños, niñas y jóvenes emerjan un montón de posibilidades sobre
esas maneras de ver su realidad, “la desproblematizaciòn del futuro, lleva
necesariamente a la muerte o a la negación autoritaria del sueño, de la utopía,
de la esperanza. El futuro no nos hace. Somos nosotros quienes nos
rehacemos en la lucha para hacerlo” (Freire, 2012, p.67).

Tejer la utopía desde el teatro, la música, el cine-club, los títeres, el trabajo de


semillero infantil como un espacio para ser consciente de que otras realidades
en un lugar del mundo donde ser joven es complicado, las bandas criminales,
las drogas y la falta de posibilidades crean todo un cultivo de sin futuro que se
refleja en los barrios periféricos de las grandes urbes, es hermoso ver a estos
jóvenes enfrentarse a su realidad y creer aun en la esperanza y en el diálogo
como una posibilidad de cambio, una posibilidad de lucha.

El trabajo desarrollado por la Casa Botones articula las artes con el ejercicio
educativo teniendo muy presente que “en rigor, la importancia de nuestras
tareas tiene que ver con la seriedad con la que las llevemos a cabo, con el
respeto que tengamos al ejecutarlas, con el respeto a los otros en beneficio de
quienes las realicemos, con la lealtad al sueño que plasman en la realidad”
(Freire, 2012, p.62)

Esto enmarca el proceso en el que hacer de la educación popular en contextos


donde la educación tiene la importancia de brindarnos los caminos hacia la
resistencia y la posibilidad de pensarnos y construir unas sociedades distintas,
es como si ella fuera la barricada contra tantas opresiones, pues en los
contextos donde mayor es la represión nacen las formas de resistencia más
hermosas y comunitarias; remarcando lo común como una esperanza que nos
nace de los gestos de lo cotidiano. Pues éstas aun con su simplicidad son las
que nos ayudan a pensar y a generar una nueva narrativa de la historia, utilizó
las palabras de Sábato “ese renacer posibilita o abre un nuevo curso al torrente
de la vida” (Sábato, 2009, p.9).

¿Qué se busca por medio de la educación popular y las experiencias


comunitarias enmarcadas en el hacer de la Casa Cultural Botones?

Creo que los planteamientos teóricos y de praxis educativa-comunitaria se


enmarcan en “Escoger y decidir; de la educación que, sin que nunca pueda ser
neutra, puede estar tanto al servicio de la decisión, de la transformación del
mundo, de la inserción critica en él, como al servicio de la inmovilización, de la
permanencia posible de las estructuras injustas, de la acomodación de los
seres humanos a la realidad, considerándola intocable” (Freire, 2012, p.69).

Escoger y decidir desde la imaginación, los ejercicios de educación popular


desde “La importancia de la imaginación es enorme en la infancia para
mantener la capacidad creadora activa. Entonces, para mí es crucial el arte
para ese desarrollo” (Ana María Barbosa, 2012)
.Para muchas colectividades el arte establece un encuentro comunitario
creador, la experiencia artística permeada por una experiencia en comunidad,
donde niños, niñas, jóvenes y adultos comienzan a experimentar y ser
partícipes de un acto que potencializa el trabajo en equipo y posibilita la
creatividad, la imaginación. El arte como la posibilidad del encuentro, la
posibilidad del amor en donde se enmarcan los gestos supremos de la vida;
“únicamente los valores del espíritu nos pueden salvar de este terremoto que
amenaza la condición humana” (Sábato, 2009, p.2).

El arte se enmarca como una ciencia del espíritu cultivable que adelanta un
proceso de resistencia en cada barrio, en cada Fabela y barriada marginal,
abogamos entonces como educadores populares en formación en una
pedagogía para la liberación, una educación que nos ayude a pensar y no
coarte nuestro espíritu creador, “los niños necesitan creer en el ejercicio de
esta capacidad de pensar, de preguntarse y de preguntar, de dudar, de
experimentar hipótesis de acción, de programar y de casi no seguir programas;
ellos deben tener asegurado el derecho de aprender a decidir” (Freire, 2012,
p.70).

Decidir, pensar y transformar va en contra vía a las imposiciones del sistema


hegemónico y es por esta razón que se debe apostar por hacer visibles tanto
desde el ejercicio teórica y el ejercicio práctico, ya que siempre el poder,
representado en el opresor siempre hegemónico atenten burlonamente a que
los procesos de organización y resistencia por parte de las poblaciones de
campesinos, negros e indígenas como meros esfuerzos quijotescos que se
salen de los beneficios que sus políticas públicas establecen, les hacen pasar
por actos desmesurados que no valen la pena ser tenidos en cuenta por venir
las críticas de las poblaciones más marginales, esto ha llevado años de atraso
pues siempre esa búsqueda de deslegitimar y acallar estas voces hacen que
los ecos resuenan con ira y dolor.

“Somos sujetos históricos que luchan por otra voluntad diferente: la de cambiar
al mundo, sin que ella importe que esta lucha dure un tiempo tan prolongado
que, a veces, sucumban en ella generaciones enteras”. (Freire 2012, p.71).
Para asumirse realmente como sujetos históricos es fundamental tener claro
que “los sueños son proyectos por los que se lucha” (Freire, 2012, p.64) y por
esta razón es importante el permitirnos delirar un ratico, soñar con la utopía e ir
caminando en su búsqueda, puede que en algunos momentos debamos dar
vueltas en círculos, otras tengamos que retroceder e incluso en algunos
momentos tengamos que parar para preguntar y preguntarnos, porque nuestra
intención no es andar sin transformarnos con los otros y eso es algo que va
ligado a aquello que aspiramos llegar y ser.

La Casa Botones al igual que los postulados de la educación popular se piensa


como los procesos Zapatistas en Centro América, que sueñan en construir un
mundo donde quepan todos los mundos, donde ningún color e idea sea más
importante, donde las personas puedan elegir aquello que quieren ser y donde
el único impedimento sea la naturaleza y el respeto por la otra, donde la
libertad no sea un feudo el cual su tamaño esté supeditado de los bienes
materiales que tengas o un acto que no acarree ninguna responsabilidad, sino
que sea una posibilidad de expandir mi vida y mis experiencias con el otro.

Un mundo, donde primen los afectos y la palabra, como medio por excelencia
para resolver los conflictos porque no negamos que estos dejaran de existir,
hacen parte de nuestra naturaleza y razón de ser humanos, sino que la
violencia no será el mecanismo por excelencia para dirimirlos e imponernos
sobre los otros. Un mundo, donde las familias sin importar la composición que
estas tengan, no tendrán que dejar a los niños y las niñas a su suerte la crianza
porque ya no vivirán para trabajar, sino que podrán trabajar para vivir.

Un mundo, donde las artes no sean un lujo de una pequeña parte la población
o una mercancía para el consumo, sino que serán la posibilidad para explorar
las diversas formas de ser y manifestarlo, ya que las calles serán las tablas
donde presentaremos nuestras obras y las paredes los lienzos por excelencia.

Conclusiones

• La Casa Cultural Botones le apuesta a la formación de subjetividades y de


identidad a partir de la educación popular, en la que se evidencia una apuesta
por el territorio, por la recuperación e intervención de espacios, por el trabajo
comunitario, se busca otro tipo de verdad, una verdad contagiada de
sensibilidad, de creatividad, de trabajo en equipo en donde se rompan las
barreras, empezando por las de pensamiento, por las que no permiten ver la
diferencia, ver las capacidades del otro, de respetar sus opiniones y aprender
de ellas, en ese diálogo informal y popular.

• La institucionalidad que puede ofrecer lo gubernamental, se encierra en


ciertos grupos y en ciertas esferas en aras de apoyar. La educación popular,
prefiere la independencia y la auto sostenibilidad, en pro de formar personas
críticas e independientes, siendo multiplicadores de sus aprendizajes, ellos
autogestionan sus recursos y se validan de ellos para establecer un poder
propio, en donde cada integrante se forma como sujeto en pro de una libertad.

• El arte es el canal que vincula a la comunidad con el territorio

• La apuesta por la educación popular puede mezclarse y tener buenos


resultados mediante un proceso de creación artístico, la praxis y la teoría se
unen para consolidar procesos sólidos que hacen transformaciones reales en la
comunidad. Las artes como una forma de trabajar y construir con las
comunidades.

• El arte, más que un saber hacer, se puede utilizar como excusa para
transformar visiones de vida y espacios, a través de este se dan herramientas
suficientes para la construcción de discursos políticos y sociales.

• Los espacios culturales como lo es la Casa Botones, son centros


dinamizadores de la vida cultural y social de las comunidades, que involucran a
toda la población. Son espacios de participación ciudadana para la protección
de las expresiones culturales heredadas y heredables, la creación y producción
de nuevas expresiones, el dialogo de las diferencias y diversidades.

Bibliografía.
Paulo Freire, (2012), PEDAGOGIA DE LA INDIGNACIÒN, Buenos Aires, Siglo
XXI editores.

Carlos Alberto Sánchez quintero, (2010), Casa de la cultura Usaquén diez años
revelando la realidad del arte y la cultura en la localidad, Bogotá, Corporación
casa de la cultura Usaquén.

Ana maria de Barbosa, (2012), la imagen en la enseñanza del arte.

Eduardo Galeano, (1998), “Patas para arriba. La escuela del mundo al revés”,
Madrid, Siglo XXI editores.

Ernesto Sábato, (2000), La resistencia, Buenos Aires, Grupo planeta.

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