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Los pecados capitales, las virtudes y medios para

vencerlos
¿Por qué se llaman pecados capitales?
1. Se llaman capitales porque generan otros pecados y otros vicios.
2. El término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da
origen a muchos otros pecados.

* ¿Qué son los pecados capitales?


Los pecados capitales son pecados que provienen de la concupiscencia.

* ¿Qué es la concupiscencia?
1. Es la inclinación de la naturaleza humana hacia el pecado.
2. Es la propensión natural de los seres humanos a obrar el mal.
3. Es la insubordinación de los deseos a la razón: la razón busca a Dios; los
deseos, al insubordinarse, se oponen a la razón que busca a Dios.
4. La concupiscencia nos hace tender a preferir lo placentero y evadir lo más
exigente o doloroso.

* ¿De dónde viene la concupiscencia?


Es una de las consecuencias del pecado original.

* ¿Tiene remedio la concupiscencia?


Por supuesto que sí. Dios nos da todas las gracias –y más de las que necesitamos-
para vencer la tentación, el pecado y lo que la concupiscencia nos presenta como
agradable, bueno y necesario.

Pecados Capitales y Virtudes para vencerlos


1. Soberbia:
Es el deseo de superioridad y de alto honor y gloria
Humildad:
Es reconocer que de nosotros mismos solo tenemos la nada y el pecado.

2. Avaricia:
Es el deseo de acaparar bienes
Generosidad:
Dar con gusto de uno mismo o de lo propio a los que necesiten.

3. Lujuria:
Es el desorden del apetito sexual
Castidad:
Control del apetito sexual.

4. Ira:
Reacción o actitud colérica ante un daño, dificultad o contrariedad.
Paciencia:
Soportar con paz y serenidad las adversidades.
5. Gula:
Deseo y consumo desordenado la comida y bebida.
Templanza:
Moderación en el comer y en el beber

6. Envidia:
Deseo o resentimiento de las cualidades, bienes o logros de otro.
Caridad:
Procurar el bien del prójimo.

7. Pereza:
Desgano en las obligaciones o ante los bienes espirituales.
Diligencia:
Cuidado y responsabilidad en el cumplimiento de las obligaciones.

1. SOBERBIA
Estrictamente hablando la Soberbia es el orgullo que lleva a la persona a
igualarse a Dios o ponerse en antagonismo con Dios.
Pero este pecado capital también se refiere al orgullo que “consiste en una estima
de uno mismo o amor propio indebido, que busca la atención y el honor”
El orgullo tiene muchas formas de presentarse. He aquí algunas:
1. Vanidad: deseo de ser apreciado y quedar bien.
2. Engreimiento: creerse uno muy importante, necesario, creerse una gran
cosa. Y para colmo: no darse cuenta que cualquier cosa buena que
tengamos nos viene de Dios, no de nosotros mismos.
3. Arrogancia: mostrar actitudes de superioridad a los demás.
4. Auto-suficiencia: Creer que no necesito de Dios, que todo lo puedo por mí
mismo, o creer que no necesito tampoco a otras personas.
5. Suceptibilidad: No aceptar crítica o corrección, además de molestarse sin
suficiente razón.

Contra SOBERBIA - HUMILDAD


Humildad viene del latín humilitas, que significa abajarse. Y de humus, que
significa suelo, tierra.
De estos dos vocablos podemos inferir cómo obtener la virtud de la
humildad: abajándonos hasta el suelo. En ese abajarse reconocemos
que nada somos y nada tenemos que no venga de Dios. Lo único que
tenemos de nosotros mismos es el pecado y nuestra nada.
Humildad es decirle a Dios: Tú eres Todo y yo soy nada. Y creérnoslo de
veras.
El humilde no está aspirando la grandeza y la fama que el mundo tanto nos vende
y tanto admira. El humilde lo que quiere es reconocer cada vez más su
dependencia total de Dios. Nada somos ante Dios.
Humildad es andar en verdad. ¿qué es nuestra verdad? Que nada somos ante
Dios.
El que de veras desea crecer en humildad, acepta humillaciones y
acusaciones, aunque sean injustas (siempre que esto no afecte a terceros).
El humilde no busca los primeros puestos, no busca estarse destacando, ni
imponiendo sus criterios.
*Soberbia / Humildad
1. ¿Me doy cuenta y tengo siempre presente que nada soy y nada puedo sin
Dios?
2. ¿Consiento pensamientos de engreimiento, vanidad y autosuficiencia, tales
como: “qué bueno(a) soy”, “qué bien hice esto”, “qué capaz soy”, etc., sin
darme cuenta que todo es obra de Dios en mí?
3. ¿Busco de los demás aprobación y reconocimiento?
4. ¿Me doy yo mismo aprobación y reconocimiento … o cualidades y logros los
refiero siempre a Dios?
5. ¿Verdaderamente atribuyo toda la gloria a Dios?
6. ¿Acepto y reconozco mis faltas cuando soy corregido?
7. ¿Me molesto ante críticas, ataques y humillaciones?
8. ¿Me molesto por el trato o puesto recibido?
9. Cuando sirvo, ¿me proyecto yo mismo o soy portador de Dios?
10. Cuando hablo ¿me dejo inspirar por Dios o es mi propio yo la fuente de
inspiración?
11. ¿Trato de llamar la atención con mi supuesta “sabiduría”, mi físico, etc.?
12. ¿Sé distinguir lo que es mi misión o me entrometo en lo que no me
corresponde?
13. ¿En qué forma mis acciones están mezcladas con orgullo, vanidad, egoísmo,
engreimiento, arrogancia?
14. ¿Reconozco mis errores y pido perdón?
15. ¿Puedo ayudar sin mandar?
16. ¿Busco aprobación, reconocimientos, honores y alabanzas?
17. ¿Hago las cosas por quedar bien?
18. ¿Rechazo las humillaciones o las sé aprovechar como medio para adquirir
humildad?

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