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Archangel´s Light

LA LUZ DEL ARCANGEL

Cazadores del Gremio 14

Nalini Singh

Bookeater
Archangel´s Light

Bookeater
Archangel´s Light

Esta es una traducción sin ánimo de lucro, hecha


únicamente con el objetivo de poder tener en nuestro
idioma las historias que amamos….

Si tienes la oportunidad de adquirir uno de los libros


de esta autora te animamos a hacerlo...

Bookeater
Archangel´s Light

Gracias a:

Nuestras seguidoras por su cariño y su fidelidad al


seguirnos, respondiendo con entusiasmo a cada trabajo
que realizamos.

Gracias por cada comentario, cada mensaje, cada like,


estos nos anima a continuar a pesar del esfuerzo y el
arduo trabajo.

Mil gracias a Kate y Zaira por disponer su tiempo para


ayudarnos en la traducción.

A los blogs amigos que generosamente comparten


estas historias para que otros lectores puedan
conocerlas.

xoxoxox

Bookeater

Bookeater
Archangel´s Light
SIPNOSIS

Illium y Aodhan. Aodhan e Illium. Durante siglos han


sido inseparables: los mejores amigos, más cercanos
que hermanos, compañeros de corazón. Pero eso era
antes... antes de que la oscuridad cayera sobre Aodhan
y lo destrozará en cuerpo, mente y alma. Ahora, por
fin, Aodhan se está curando, pero su nueva fuerza e
independencia pueden tener un coste devastador; su
relación con Illium.

Mientras sirven codo con codo en China, un territorio


aún marcado por la maldad de su antiguo arcángel, el
secreto que guarda una pesadilla inimaginable, las
cosas llegan a un punto de decisión explosivo. Illium y
Aodhan deben alejarse de la relación que los ha
definido, o dar un paso adelante hacia el futuro que
promete un vínculo infinitamente valioso en la vida de
un inmortal... pero que exige una vulnerabilidad
aterradora de dos corazones malheridos.

Bookeater
Archangel´s Light
1
Pasado

―Mira, Illium. ―Sharine, el colibrí, apretó la mano de


su hijo pequeño.

Era tan pequeño, sus alas no eran más que indicios de


lo que algún día serían, pero él insistía en
caminar. Aegaeon estaba orgulloso de él por su
obstinada determinación, se jactaba de que Illium
había heredado su voluntad.

Lo que Sharine sabía era que su hijo tenía más fuerza


en su pequeño cuerpo de lo que ella podría haber
imaginado cuando acunaba su forma infantil. Había
sido un bebé tan frágil y diminuto que la curandera se
había preocupado y Aegaeon había fruncido el ceño.

― ¿Cómo pude haber engendrado un enano así?


―había dicho, ofensa en cada línea de su cuerpo
grande y musculoso―. ¡Soy un arcángel!

Aegaeon había olvidado hace mucho tiempo su


reacción inicial, el recuerdo anulado por el impulso

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implacable de este pequeño niño que era el centro del
mundo de Sharine.

―Mira allí. ―Señaló al niño de tamaño similar que


jugaba en un parche de flores silvestres en la fría
meseta de la montaña por la que caminaban.

Los padres de Sharine no le habían permitido a


menudo un juego tan desestructurado, pues querían
que estuviera controlada y disciplinada... y callada,
siempre callada, pero ella le permitía a su hijo todo el
juego que quisiera, sin importarle cuán sucio fuera o lo
descontrolado que se volviera. Ayer, lo descubrió
trepando por la despensa de la cocina para alcanzar los
dulces que ella había escondido en la parte superior.
Estaba desnudo, una criatura salvaje en su propia piel.

Y que malicia había en sus ojos cuando ella lo


sorprendió con una mano regordeta agarrando un
caramelo demasiado grande para su pequeño cuerpo.
Se rió cuando ella lo sujetó con una severa advertencia
sobre las reglas. Oh, pero entonces ella también se
había reído, porque su risa era algo contagioso.

Sharine sabía que esa era una mala manera de enseñar


a un niño a no ser travieso. Aegaeon, por su parte, no

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estaba complacido por su gentileza con su
hijo. Sharine, sin embargo, no temía en quién se
convertiría Illium algún día. Su hijo tenía buen
corazón. Nunca sería cruel. Si terminaba siendo un
poco malcriado, bueno, eso no era algo malo,
¿verdad? No si estaba templado por un corazón
amable y un espíritu generoso.

Ahora, él balbuceó hacia ella, el oro oscuro de sus ojos


brillando.

Tenía ojos viejos, su bebé. Quizás porque ella era un


ángel tan viejo. A veces se preocupaba por eso, por ser
el tipo de madre equivocada para un niño brillante y
vivaz, demasiado mayor, magullada y un poco
rota. Pero él se reía a menudo, su Illium, así que algo
debía estar haciendo bien.

― ¿Vamos a saludar? ―No reconoció al ángel


extremadamente rubio con alas de color dorado pálido
que cuidaba al otro niño; podría ser alguien que
trabajaba a menudo fuera del Refugio. O podría ser
que ella y el niño vivieran al otro lado del Refugio y el
camino de Sharine nunca se hubiera cruzado con el
suyo. Sharine sabía que podía ser insular, contentarse
con un pequeño círculo de sus seres queridos.

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Illium tiró de su mano, tratando de correr con sus
pequeñas piernas temblorosas.

Riendo, aceleró, y pronto, las flores silvestres


rozaron sus piernas. Sharine inhaló bruscamente al ver
por primera vez al niño desconocido. Parecía un poco
más joven que Illium, y era una criatura
deslumbrantemente brillante, como si cada parte de él
hubiera sido diseñada para capturar y luego fracturar
la luz. Su cabello eran delicados mechones de
diamantes, cada filamento de sus plumas nacientes era
como un cristal que se había formado en algo suave y
acogedor que atraía la luz.

Y su mirada, cuando alzaba la vista desde su posición


sentada entre el tumulto de flores índigo y rosas,
amarillas y blancas, era una fractura de azul y verde
que brotaban de unos iris negros como el azabache.
Pero no estaba mirando a Sharine. Miraba a Illium, con
una pequeña flor en una suave mano de bebé.

Un momento después, sonrió, este hijo de la luz, y le


tendió la flor a Illium.

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El hijo de Sharine le devolvió la sonrisa, balbuceó
alegremente y tomó la flor antes de sentarse frente al
otro niño. Sharine miró del niño de la luz a la mujer de
ojos verdes que estaba detrás de él y dijo:

―Creo que nuestros hijos serán amigos.

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2
Un mes antes de hoy

Elena deslizó su cuchillo para lanzar en la funda del


antebrazo mientras caminaba hacia el techo de la Torre
en busca de su arcángel. Y allí estaba él, siluetado
contra el exuberante resplandor rojo―anaranjado de la
luz del sol del atardecer, con los filamentos dorados en
el blanco de sus plumas en llamas.

Se volvió hacia ella en el instante en que ella salió a la


azotea, y aunque habían sido amantes a través de una
Cascada de cambio, sus vidas entrelazadas desde que
se conocieron, el azul incandescente de sus ojos le robó
el aliento.

Peligroso y hermoso, el Arcángel de Nueva York se


adueñó de su corazón.

Por un instante, pensó que la marca de la Legión en su


sien brillaba, pero luego desapareció, nada más que
una ilusión causada por el sol poniente. Le dolía el
pecho. No podía dejar de buscar esa chispa de vida, no
podía dejar de esperar que los extraños y antiguos

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guerreros que habían sacrificado sus vidas para
proteger al mundo de un reino de muerte regresaran
algún día.

Tomando la mano que Rafael le tendía, se unió a él en


el borde de la azotea más alta de Manhattan,
ambos contemplando su ciudad. Casi un año después
de la guerra, la ciudad seguía siendo reconstruida, los
equipos de construcción eran una vista familiar y las
grúas se multiplicaban como pájaros demasiado
fértiles, mientras que cuatro cuadras cerca del East
River seguían siendo negras y estériles a pesar de sus
mejores esfuerzos, pero el corazón de Nueva York
había resurgido. intacto. Latía con la tenaz voluntad de
sus gentes, mortales e inmortales, humanos, vampiros
y ángeles.

Frente a ellos prosperaba el verde del edificio de la


Legión.

―Cumplí mi promesa ―dijo ella, con un nudo en la


garganta.

―Lo hiciste, hbeebti. ―Un beso presionó la parte


superior de su cabeza―. Has mantenido vivo su hogar.

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Ninguno de los dos dijo en voz alta el temor que
perseguía a Elena: que el hogar verde de la Legión
quedara vacío para siempre, una caverna con eco
desprovista de la hermosa e inquietante presencial de
los setecientos setenta y siete seres que lo habían
llamado hogar.

Sin embargo, La Legión, no eran los únicos a los que


Elena extrañaba con feroz desesperación.

―Dime que Aodhan volverá a casa pronto. ―Había


estado al lado de Suyin como su segundo desde su
repentina ascensión a arcángel en el extremo más
alejado de la guerra.

A Elena le gustaba Suyin y no le envidiaba el trabajo


que había asumido como Arcángel de China, pero
quería que Aodhan estuviera en casa, rodeado de
aquellos que lo querían. Aodhan confiaba en muy
pocas personas, se apoyaba en un número aún menor,
y esa confianza había tardado años en construirse.

Odiaba la idea de que estuviera tan lejos de todo ese


pequeño grupo.

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―Todavía no ―dijo Rafael, extendiendo su ala en una
caricia detrás de ella mientras los abrasadores rayos del
sol prendían fuego a los mechones de medianoche de
su cabello―. Por eso estoy aquí. Acabo de tener una
reunión con Jason.

Elena no se había dado cuenta de que el jefe de espías


había regresado de su último viaje. Apenas una
sorpresa. El ángel de las alas negras se enorgullecía de
deslizarse dentro y fuera de cualquier lugar.

― ¿Estaba en China?

―Se pasó por ahí. ―Una leve sonrisa en el tono de


Rafael―. Como suele hacer Jason ahora que uno de los
nuestros lo llama hogar.

―¿Habló con Aodhan? ―Cambiando de lugar para


poder ver el rostro de Rafael, su belleza masculina
seguía siendo un puñetazo en las tripas cada vez que lo
veía, Elena reacomodó sus propias alas inquietas.

―Sí. Él es fuerte, Aodhan, más fuerte de lo que


cualquiera de nosotros creía. Cumple con su deber.

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―Eso no me dice exactamente nada ―murmuró Elena
con el ceño fruncido―. ¿Él está bien? ¿Echa de menos
su hogar?

―A Jason le resultaba difícil juzgarlo; los dos son leales


a la sangre del otro, pero no tienen el tipo de relación
en la que se discuten esas intimidades.

Colocando ambas manos en las caderas, sobre el cuero


flexible y bien ajustado de sus pantalones de caza,
Elena resopló.

― ¿Quieres decir que ambos prefieren cortarse el


cuello antes de reconocer que tienen los temidos
sentimientos? ―Jason era el más tranquilo y reservado
de los Siete, Aodhan no era mucho mejor.

Rafael se rió, el sonido fue un choque de alegría en sus


venas.

―Mahiya no estaría de acuerdo con esa opinión.

―Todos sabemos que ella es la única excepción a la


regla cuando se trata de Jason. ―Elena se alegró por el
jefe de espías de que hubiera encontrado una amante
en la que confiaba con todo su ser. Aodhan, sin

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embargo...―. Chispita está lejos de casa, sin nadie
de su gente a su alrededor.

―Sí, eso también me preocupa. ―Rafael hizo una


pausa antes de añadir―: Creo que le ha venido bien
independizarse de todos nosotros este último
año. También creo que es el momento de recordarle su
hogar; no quiero que tome la decisión de alejarse de
todos.

Elena no insistió en por qué detrás de la primera parte


de la declaración de Rafael; sabía que el pasado de
Aodhan encerraba una terrible oscuridad. Lo suficiente
como para que se retirara del mundo durante un largo
y doloroso tiempo.

Estaba tan herido, Ellie... la parte que hace que Aodhan sea
quien es, estaba tan dañada que pensé que había perdido a mi
amigo para siempre.

Las palabras que Illium le había dicho una vez, una


agonía desgarradora para él.

El recuerdo la había ayudado a comprender por qué


Rafael lo había permitido cuando Aodhan se ofreció
como voluntario para ser el segundo de Suyin, para

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que Aodhan, con todo su poder ahora, ya no herido ni
recluido, tuviera opciones y no permaneciera leal a
Rafael solo porque eso era lo único que había conocido.

Su arcángel amaba a Aodhan lo suficiente como para


liberarlo.

― ¿Una elección? ―dijo Elena, con el estómago hecho


un nudo―. ¿Así que Suyin lo ha hecho? ¿Le pidió que
se quedara permanentemente como su segundo?
―Todos se lo esperaban, ya que Aodhan era
demasiado fuerte, demasiado inteligente y demasiado
bueno en las tareas que se le exigían a un miembro de
alto rango de la corte de un arcángel como para que no
fuera así.

Para su sorpresa, Rafael negó con la cabeza.

―Me habló de su deseo de hacerlo momentos antes de


la llegada de Jason. No quiso hacer una oferta formal a
Aodhan a mis espaldas.

―Sí, ella no es taimada. ―Era parte de la razón por la


que a Elena le gustaba, y por la que a Aodhan
también. Se lo había dicho a Elena cuando habían
hablado antes de su traslado a China.

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―Ella tiene honor, Ellie, un pozo profundo de él. No
hay máscaras con Suyin, no hay mentiras. En todo
caso, está demasiado atada a comportarse con
integridad en todas las cosas. Puedo trabajar con un
arcángel así.

Elena no tuvo necesidad de preguntarle a Rafael qué


respuesta le había dado a Suyin; nunca impediría que
Aodhan ocupara el prestigioso puesto, aunque le
rompiera el corazón a su arcángel.

―Este es su momento ―estuvo de acuerdo ella, con


voz ronca―. Y ser el segundo, con corte nueva o sin
ella... hasta yo sé que es algo importante.

―Exactamente.

―Pero vamos a luchar por él, ¿verdad? ―dijo Elena,


mientras los últimos rayos del sol jugaban en el
costado de su rostro, un toque de calidez en este día
frío mientras el mundo se deslizaba del otoño al
invierno.

―Eso sería una acción posesiva, y nunca se me ha


conocido como tal.

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Ella sonrió.

―Por supuesto que no. ―Saltando a sus brazos,


presionó sus labios contra los de suyos mientras él la
envolvía en sus alas. La pasión entre ellos era una cosa
de fuego salvaje que hacía brillar el mundo, un
espejismo de desértico de necesidad y amor y
devoción.

― ¿Cuándo vamos a traerlo a casa? ―preguntó ella―.


Nueva York no es lo mismo sin él.

Rafael negó con la cabeza, ya no tenía humor, su rostro


era una creación sobrenatural de líneas rígidas y frío
poder.

―No creo que sea el momento adecuado para que dé


un paso tan trascendental, ni que Suyin sea el arcángel
adecuado para él, pero debe tomar la decisión, Elena
mía. La libertad es lo única cosa que nunca le quitaré a
Aodhan.

Al ver los ecos de la vieja rabia en sus ojos, al oírla en


su tono de voz tan fría, la rabia una vieja, vieja, Elena le

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acarició la nuca, el cabello de seda negra y pesada
contra las yemas de sus dedos.

―Una parte de mí quiere decirle que acepte el ascenso


y no mire atrás. ―Era magnífico, su Aodhan, más que
digno del puesto que le habían ofrecido. Un beso
presionó los labios de Rafael―. Sin embargo, me
controlaré. No seré más que un apoyo.

―Como lo seré yo ―dijo Rafael―. Pero también


planeo pelear sucio. ―Una chispa peligrosa en el
azul―. Le he dicho a Suyin que le enviaré más
ayuda. Soy un arcángel amable.

Elena gritó, con una enorme sonrisa.

―Vas a enviar a Illium.

―Por supuesto que voy a enviar a Illium, hbeebti.


Ahora observamos y esperamos.

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La vida nos cambia. Desear lo contrario no


tiene sentido.
―Nimra, Ángel De Nuevo Orleans.

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3
Presente

Aodhan estaba cansado.

No con cansancio del cuerpo. Era un ángel poderoso, y


esta noche, volaba de patrulla sobre la fortaleza
provisional de Suyin sin que se agotaran sus
recursos. Joven en el gran esquema de las cosas, con
poco más de cinco siglos de edad, pero con las venas
rebosantes de una energía que lo hacía apto para ser el
segundo de un arcángel.

Por eso Rafael había aceptado su oferta de ayudar a


Suyin como su segundo temporal.

Por eso, tres semanas antes, Suyin le había hecho una


oferta formal para que el puesto fuera permanente.

La primera llamada de Aodhan había sido a Rafael. Su


Sire le había dicho a Aodhan que no se interpondría en
su camino si Aodhan deseaba ocupar el puesto.

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―Eres el único que puede tomar esa decisión ―había
dicho Rafael―. Decidas lo que decidas, debes saber
que siempre serás parte de mis Siete.

El instinto inmediato de Aodhan había sido rechazar el


puesto.

―Es a Rafael a quien llamo Sire, y lo hago por mi


propia libertad ―le había dicho a Suyin en ese
momento―. Es un vínculo que no romperé.

―Nunca serás el segundo de Rafael ―había dicho


Suyin a su manera, con sus ojos oscuros como la noche
contra el blanco de su piel y cabello―. Dmitri ha
estado demasiado tiempo en ese puesto y es
demasiado bueno en lo que hace.

―No aspiro a ser su segundo. ―Aodhan ya tenía otra


posición igualmente crítica: ser uno de los Siete de
Rafael era formar parte de un grupo diferente a todos
los de la humanidad angelical.

Suyin había sonreído, y la tristeza que siempre le


acompañaba se había disipado durante una fracción de
segundo.

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―Me has honrado con tu fidelidad y tu valor, me has
dado un consejo sabio y paciente, por eso te pido que
te tomes más tiempo, que consideres mi oferta en algo
más que el momento.

Y como Suyin era un arcángel al que respetaba,


le estaba dando a su oferta el pensamiento solemne que
merecía. ¿Ser el segundo de un arcángel con poco más
de medio milenio de edad? Era algo inaudito; Aodhan
sería el segundo más joven de la Cátedra, con
diferencia.

Pero, a pesar de la promesa de Rafael, nunca más sería


uno de los Siete. Se convertiría en los Seis hasta que
aceptaran a otro en sus filas. Porque por muy amistosa
que fuera la relación entre dos arcángeles, existía una
distancia que nada podía salvar. Una cosa de poder y
de edad, pues dos depredadores alfa nunca podrían
ocupar con éxito el mismo espacio.

Ni siquiera Caliane y Nadiel, que se querían, habían


podido estar siempre en el mismo espacio físico.
Aodhan no había nacido cuando estaban juntos, pero
su trágica historia de amor era una leyenda. Sin
embargo, antes de la locura de Nadiel y su posterior
ejecución a manos de Caliane, habían sido

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simplemente dos arcángeles enamorados. Pero nunca
habían podido pasar todo el tiempo juntos.

El poder era un don que exigía sacrificio.

Si Aodhan aceptaba la oferta de Suyin, Dmitri, Venom,


Galen, Jason, Naasir... e Illium se perderían para él de
una forma que le clavaría una hoja de estilete
directamente en el corazón, el frío acero cortando su
vínculo invisible incluso mientras le hacía sangrar.
¿Pero su vehemente reacción negativa no era una mala
señal? ¿Podría decir que estaba creciendo como
hombre, como ángel, si se aferraba a ellos con tanta
fiereza? ¿O simplemente estaba jugando a la libertad
mientras se mantenía dentro de la jaula que había
alterado el curso de su vida?

Luego estaba su cansancio. Era del corazón. Extrañaba


Nueva York. Echaba de menos trabajar al lado de su
Sire y los otros de los Siete. Echaba de menos ver
películas de terror con Elena, ambos con los pies
descalzos sobre una otomana y un tazón de palomitas
de maíz en el medio.

Extrañaba a los nuevos amigos que había comenzado a


hacer en la Torre y en el Gremio de Cazadores, esos

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lazos eran una de las pocas cosas buenas que habían
surgidos de la obsesión de Lijuan con Nueva
York. Incluso echaba de menos el ruidoso caos de las
calles de la ciudad, cuyos conductores a menudo se
gritaban unos a otros como si fuera un deporte.

El azul salvaje brilló en el interior de sus ojos.

Aodhan apretó la mandíbula y se zambulló a hacer un


amplio barrido. No pensaba en la persona que más
echaba de menos, porque esa persona parecía haberlo
olvidado. Illium le había enviado regularmente
paquetes de artículos desde Nueva York junto con
suministros de arte, pero hace tres meses se había
interrumpido repentinamente.

El cambio había sido como una bofetada en la cara.

Aodhan había llamado a Elena para comprobar que


Illium estaba bien, que su silencio no tenía nada que
ver con el repentino despertar de su imbécil padre. Se
había enterado de que su amigo estaba sano y salvo y
que simplemente lo ignoraba. Así que Aodhan también
lo había ignorado.

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Era el mayor tiempo que no se hablaban en su
memoria.

Incluso durante sus años perdidos, cuando se había


vuelto silencioso y se había retirado casi por completo
del mundo, Illium había estado allí, una chispa de luz
en la envolvente negrura de la existencia de Aodhan.

Estás siendo infantil, dijo una voz en su cabeza que


sonaba como su mentora, Lady Sharine. La mujer a la
que Aodhan llamaba cariñosamente Eh―ma, un
término de respeto y amor que se utilizaba para la
madre de un amigo que se había convertido en un ser
querido. Lady Sharine era gentil y amable y,
últimamente, con un nuevo acero en ella. No es que
Aodhan le hubiera hablado de esto a Eh―ma.

Nunca la pondría en medio de esta pelea.

―Si quiero ser infantil ―le dijo a la noche cargada de


nubes―, seré infantil. ―Las noches sin luna como esta
eran su momento favorito para volar, porque podía ser
una sombra como no podía serlo al sol. Su cuerpo
refractaba demasiada luz.

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Sin embargo, echaba de menos Manhattan con sus
torres de acero y luz. Era tan extraño, que después de
toda una vida de soledad y distancia, encontrara tanta
alegría en una ciudad que nunca dormía. También
China había sido así en algunos lugares. Shanghai
había sido una joya facetada de maravillas
tecnológicas, a pesar de la preferencia de Lijuan por el
pasado, Shenzhen una meca resplandeciente a la que
acudían mortales e inmortales para adquirir objetos,
ropa y curiosidades que no se encontraban en ningún
otro lugar del mundo. Sólo dos de las que alguna vez
fueron grandes ciudades de China.

Alguien en la corte de Lijuan obviamente había tenido


cierta influencia sobre ella. Lo suficiente como para que
permitiera estos desarrollos de alta tecnología, aunque
nunca en Beijing, que había sido el corazón de su
imperio hasta la pérdida de la Ciudad Prohibida. En
Shanghai, su pueblo había llegado a erigir una
estructura hipermoderna de cristal y acero destinada a
funcionar como su ciudadela.

Aodhan la había visto. Era sorprendente, con cristal


que brillaba en un azul plateado, sus líneas eran
limpias y precisas y desembocaban en una pirámide
alargada. Suyin, una arquitecta nacida en una época

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muy diferente, había pasado su descanso en la ciudad
mirándola.

―Puedo construir algo parecido a esto ―había


murmurado por fin. ―Lo entiendo, veo la belleza en su
claridad sin adornos.

Su sonrisa, de felicidad encantada, no se parecía a


ninguna otra que él hubiera visto en su rostro hasta ese
momento.

―Tenía miedo, ya ves, ―le había admitido―. De que


había estado demasiado tiempo alejada del mundo,
que mi arte se había trasladado a lugares que no podía
seguir. Hoy sé que es diferente. Quizás fusione lo
antiguo y lo nuevo cuando construya mi propia
ciudadela en un futuro en el que sea posible.

Ese mismo día había comenzado el boceto de su futura


ciudadela. En cuanto a la residencia de Lijuan en
Shanghai, Jason le había dicho a Aodhan que el
Arcángel de China nunca se había quedado allí. Su
despido había dejado que Shanghai languideciera
como una ciudad de tercera categoría poblada en gran
medida por mortales y vampiros. Pero aquella
Shanghai se había perdido, sus colores se habían

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borrado y su tecnología se había detenido de forma
tartamuda mientras sus amplias calles y altos bloques
de apartamentos permanecían inquietantemente
vacíos.

Tantos muertos para alimentar los sueños de poder de


un arcángel megalómano, tantas vidas y futuros
destruidos. Todo para nada. Lijuan había muerto y
también la gran mayoría de su pueblo. Los que
quedaban eran fantasmas vivientes con corazones rotos
y ojos angustiados. Casi todos habían emigrado al
lugar que Suyin había elegido como su base
provisional: una pequeña fortaleza escondida entre los
verdes bosques y los extraños pilares de piedra de
Zhangjiajie.

―Construiría de nuevo ―había dicho en ese


momento―, un lugar sin ninguna de las oscuras
manchas de mi tía, pero eso sería una tonta pérdida de
energía y poder cuando tenemos tan poco. ―Había
mirado el pulcro edificio de piedra rodeado de una
exuberante selva verde, el aire húmedo y mojado
entonces―. Esto servirá. Todo indica que pasó poco
tiempo aquí; no habría sido lo suficientemente grande
para ella.

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Había tomado la decisión antes de que descubrieran el
secreto bajo la fortaleza, y había decidido mantenerla
después. Porque para entonces, la gente de Suyin ya
había comenzado a agruparse a su alrededor, y ella les
dio la bienvenida.

―No volveré a desarraigarlos, ―había dicho, con


mechones de su cabello volando sobre su rostro
mientras estaban en lo alto de uno de los pilares
tallados por el tiempo y la naturaleza, tan alto que
parecía que podían como tocar las nubes. ―No hasta
que llegue el momento de trasladarme a mi ciudadela
permanente.

Era un buen arcángel, mejoraría con el tiempo. Y


Aodhan podría estar a su lado mientras ella crecía en
su poder. Él podría ser para ella lo que Dmitri era para
Rafael. Dmitri también había crecido con Rafael, en
lugar de llegar al puesto cuando este ya era un
arcángel establecido. Eso construyó un vínculo
diferente, y más profundo, entre el arcángel y el
segundo.

Más que eso, Suyin lo necesitaba como Rafael y los


Siete no lo necesitaban.

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Había mucho que Suyin desconocía sobre las
costumbres de la Cátedra. Aodhan no dijo eso como un
juicio arrogante, sino que era un simple hecho, el
resultado inevitable de su cautiverio de siglos y su
abrupto ascenso al poder. Por muy joven que fuera,
había estado al lado de Rafael durante siglos, podía
ayudarla mientras ella se anclaba en su nuevo...

Su nuca se estremeció.

Deteniéndose en el aire, con las alas equilibrio en un


vuelo silencioso, miró a su alrededor. Sus ojos hacía
tiempo que se habían aclimatado a la oscuridad, pero
está noche el mundo era una negrura pétrea, las luces
de la fortaleza escasas para marcar la diferencia en el
cielo. El peso sofocante de la noche le hizo recordar la
niebla de la muerte de Lijuan, una cosa de maldad
susurrante que había asesinado con su mera presencia.

Su recuerdo perseguiría a todos los que la hubieron


presenciado.

A pesar de su incapacidad para ver al intruso, sabía


que alguien se dirigía hacia él. Dado que los centinelas
apostados más lejos no le habían avisado, o bien se
trataba de un enemigo astuto, o de un experto en sigilo

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como Jason. Aodhan respetaba al maestro de espías y
al compañero de los Siete, pero resultaba que los
segundos de los arcángeles no apreciaban las
habilidades de sigilo en los maestros de espías
de otros arcángeles.

―Oh, me encanta Jason y lo que puede hacer ―había


dicho Dmitri con una sonrisa lenta cuando Aodhan
mencionó el tema durante una llamada―. Pero me
vuelve loco saber que otros maestros espías entran y
salen de nuestro territorio como fantasmas.

Al menos Jason no era una amenaza para Suyin. No se


podía decir lo mismo de todos los jefes de espionaje: un
año después de la guerra, algunos otros miembros de
la Cátedra habían rehabilitado sus territorios hasta el
punto de tener tiempo para mirar con ojos críticos al
nuevo arcángel de China.

Aodhan estaba preocupado por un asalto marcial;


nadie quería a China, no cuando la malévola sombra
de Lijuan aún se cernía sobre ella. El consenso general
era que el territorio no sería totalmente "seguro" hasta
al menos un milenio, tal vez más. Sin embargo, el resto
de la Cátedra podría ponerle las cosas difíciles a Suyin
si la juzgaban indigna de su ascenso.

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Tampoco eran solo los arcángeles.

Jason había transmitido la noticia de que algunos de


los ángeles más antiguos habían comenzado a
murmurar que su ascensión había sido cosa de guerra,
una medida de emergencia que nunca habría entrado
en vigor si fuera un momento normal.

Que no era un momento normal incluso parecía


escapárseles.

El mundo seguía teniendo un arcángel, menos, y


aunque Elijah se había curado lo suficiente como para
aparecer en la última reunión de los Cuadros, Aodhan,
que asistía sin ser visto por invitación de Suyin, había
visto que estaba lejos de ser el mismo de siempre. No
era de extrañar que hubiera rechazado una reunión
física en favor de una celebrada a través de la
tecnología.

Elijah no era el único marcado por las cicatrices de


batalla. Neha se había vuelto solitaria y, según Jason,
su tribunal superior había comenzado a susurrar que
ansiaba el sueño; no era un futuro que ni su gente ni
Aodhan contemplaran con placer. Cualesquiera que

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fueran sus defectos, Neha siempre había sido una de
las más estables de la Cátedra.

Sumado a eso, Michaela no había regresado y tampoco


Favashi o Astaad ni ninguno de los otros que habían
caído. En cuanto a Qin, tenía medio pie en el sueño,
medio en el mundo de la vigilia.

¿Dónde estaba el intruso?

El poder envolvía su mano mientras consideraba si


debía iluminar el cielo, pero eso sería un desperdicio
de energía y asustaría a una población ya asustada. La
gente de esta tierra tardaría mucho en dormir
tranquilamente. Probablemente la mayoría seguían
despiertos a estas horas atormentados por pesadillas
de pena y dolor.

Entonces lo vio.

Un resplandor.

Como el que emiten las alas de los arcángeles que se


preparan para atacar.

Bookeater
Archangel´s Light
Debería haber alertado a Suyin de inmediato, pero algo
lo hizo dudar, fruncir el ceño. Conocía esas alas. La
forma de las mismas, cómo las sostenía su portador en
vuelo, todo le era familiar en lo más profundo.

Pero no era Rafael, no era el padre de Aodhan.

Respiró hondo.

Porque conocía a otra persona cuyas alas brillaban a


veces. Un ángel que, según se susurraba, algún día
ascendería.

Con un gran dolor en el corazón, alteró la velocidad


para volar fuerte y rápido hacia ese tenue resplandor.
Con cada latido, se hacía más brillante... antes de
apagarse como una vela que se hubiera apagado entre
dedos indiferente. Pero Aodhan estaba lo suficiente
cerca como para verlo.

Se detuvo frente al ángel al que la noche le había


robado todo el color de sus alas Azules, volviéndolas
de color obsidiana.

―Illium. ―La única palabra salió áspera,


arenosa―. ¿Qué haces aquí?

Bookeater
Archangel´s Light
4

―Yo también me alegro de verte ―dijo Illium con una


sonrisa que era falsa, que no llegaba a sus ojos. Luego
se hizo una extravagante reverencia aérea―. A tu
servicio, segundo del Arcángel Suyin.

Aodhan apenas escuchó las palabras formadas para


soñar juguetonas, pero que no contenían nada de
verdadera emoción. Estaba luchando con cada músculo
de su cuerpo para abalanzarse sobre Illium y
envolverlo en sus brazos y en sus alas.

Hacían tanto tiempo que no tenía contacto tan íntimo


con otro ser sensible.

Hacía tanto tiempo que no tocaba a Illium.

Su corazón se tensó, amenazando con estallar.

―Illium. ―Salió más duro de lo que pretendía.

La sonrisa de Illium no se desvaneció, seguía siendo


esa cosa poco exigente y juguetona que sacaba para los

Bookeater
Archangel´s Light
extraños y conocidos. Si no lo conocieras, creerías que
era real, lo pensarías divertido y presente.

Para Aodhan, era un insulto.

― ¿Vas a tenerme aquí toda la noche? ―Con ojos


ilegibles en la oscuridad, Illium extendió la mano para
masajear un hombro―. Ha sido un largo vuelo y me
vendría bien aterrizar.

Aodhan entrecerró los ojos; no estaba seguro de lo que


le pasaba a su amigo, pero llegaría al fondo del
asunto. De los dos, todo el mundo decía que Illium era
el más terco, no, no todo el mundo. Eh-ma había
señalado más de una vez que Aodhan podía
defenderse en ese campo de batalla.

―Sígueme. ―Le causó dolor físico apartarse de Illium


y guiarlo hacia la esquina más alejada de la izquierda
de la fortaleza.

Utilizó su habilidad de habla mental para advertir a los


centinelas cercanos de su aproximación. Siempre había
sido bueno en el habla mental, pero se había
fortalecido en el último año, después de utilizarla tanto
con personas de mucho menos poder. En Nueva York,

Bookeater
Archangel´s Light
la mayoría de las veces hablaba de esta manera con
Rafael y otros de los Siete. Como estaban unidos por la
sangre, no se había estirado.

Ahora, le contó a Suyin la llegada de Illium.

Oh, Aodhan, te envío mis disculpas. Rafael me dijo que


planeaba enviar a otro de sus Siete a China para apoyarte en
tus innumerables tareas. Se me olvidó.

No importa, dijo Aodhan, muy consciente de lo mucho


que estaba manejando, y aunque la repentina aparición
de Illium había desviado su mundo de su eje. De todas
las personas que Rafael podría a haber enviado...

Inhaló y exhaló.

Aterrizaron casi al mismo tiempo, en un gran balcón


plano fuera del ala de la fortaleza que albergaba la
pequeña suite de Aodhan. Lo había elegido porque era
privado y le ofrecía acceso al cielo en cualquier
momento.

Un crujido detrás de él cuando Illium se plegó con el


distintivo Azul plateado de sus alas.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan se volvió, preparado para el impacto del
amigo que formaba parte de su ser y que, sin embargo,
se había convertido en un extraño para él en los
últimos tiempos. Sus ojos se dirigieron primero a esas
mismas alas. Elena había tenido que amputarlas
durante la batalla, para salvar la vida de Illium, y
aunque todos sabían que volverían a crecer, había
dolido ver a Illium desprovisto de las deslumbrantes
plumas que lo caracterizaban.

― ¿Tus alas? ―preguntó, aunque era una pregunta


tonta; Illium había volado hasta China con esas alas.

―Sin problemas, ―confirmó el otro hombre―.


Aunque probablemente debería haber parado más de
lo que lo hice, por eso estoy tan rígido y cansado.
―Después de desplegar sus alas en un amplio tramo,
las cerró con el lento control de un guerrero
perfeccionado.

El viento de la noche agitó en ese momento el cabello


negro con puntas Azules, los mechones se alargaron
demasiado y le cayeron sobre los ojos. Esos ojos eran
de oro envejecido, sus pestañas del mismo azul con
puntas negras. Nada de eso era artificio. Illium había

Bookeater
Archangel´s Light
nacido con esos ojos, esas pestañas, ese cabello, su piel
con un tono dorado bañado por el sol desde la infancia.
Sus alas, sin embargo, habían sido una vez de color
azul puro.

Un severo castigo en su juventud las había alterado. A


veces sucedía así. En una ocasión, Aodhan había tenido
una modelo artística con plumas de un blanco
inmaculado que había sufrido una caída catastrófica
que le había arrancado gran parte de las alas. El daño
había sido tan grave que los curanderos decidieron que
sería mejor que volviera a crecer toda la estructura de
sus alas.

Sus alas volvieron a ser de un color lavanda pálido.

Y nada de eso tenía que ver con Illium. Aodhan estaba


evitando enfrentar esto de frente, y nunca había
evitado nada con Illium.

Niño, sé honesto. Fuiste tú el que voló tan lejos.

De nuevo, la voz de Lady Sharine lo atormentó. Ella lo


conocía demasiado bien, lo hacía Eh―ma.

Bookeater
Archangel´s Light
―Ven ―dijo. ―Te mostraré tus aposentos. ―Había
una suite vacía justo enfrente de la suya. Gracias a los
esfuerzos de Aodhan y al interés propio de ángeles y
vampiros fuertes que querían asumir el desafío de una
nueva corte, Suyin contaba ahora con un equipo
permanente más fuerte. Sin embargo, seguía siendo lo
suficientemente pequeño como para que la fortaleza no
se acercara a su capacidad.

Illium, ese ángel que siempre estaba hablando, no dijo


nada, cayendo silenciosamente a su lado. También
tuvo cuidado de mantener el espacio para que sus alas
no se rozaran.

La mano de Aodhan se cerró en un puño a su lado.

El tacto le había servido para torturarse una


vez. Ahora, lo ansiaba... pero sólo de unos
pocos. Illium era el primero de la lista.

Pero ese no era un tema que pudiera tocar, no con este


Illium.

― ¿Dónde están tus cosas? ―El otro ángel sólo llevaba


una pequeña mochila diseñada para encajar en su
columna vertebral, entre sus alas.

Bookeater
Archangel´s Light
―Deberían llegar en avión en los próximos dos días.
Tengo lo suficiente conmigo para arreglármelas hasta
entonces. Solo enséñame la ropa y dame un cepillo
para fregar. ―El divertido comentario era puro Illium,
y sin embargo no lo era. Ese velo de distancia,
perduraba.

Adentrándose en la fría piedra de la fortaleza, Aodhan


se dirigió a la puerta más cercana a la izquierda y la
abrió de un empujón.

―Esto es tuyo. Yo estoy allí. ―Señaló el amplio pasillo,


lo suficientemente grande como para que tres ángeles
se pusieran de pie uno al lado del otro sin entrar en
contacto.

La cantidad de espacio y luz dentro de la fortaleza era


una de las razones no declaradas por las que Suyin la
había elegido para su base provisional.

Porque ella también había sido una vez prisionera.

Nunca se habían hablado de sus confinamientos, y él


no estaba seguro de que ella supiera nada de lo que le
había sucedido a él, pero tenían la tranquila

Bookeater
Archangel´s Light
comprensión de las personas que habían sobrevivido a
un dolor similar.

La ironía de que esta ciudadela llena de luz hubiera


resultado ser un lugar del peor de los males no era
nada inesperado en una tierra estampada por la marca
de Lijuan, pero había hecho que Suyin acelerara sus
planes para el futuro.

―Porque en este nexo de oscuridad, Aodhan ―había


dicho―, no puedo quedarme y mi gente no puede
sanar.

Otra voz se fundió con el recuerdo de la suya.

―Te veo decorado con mi color favorito. ―Los labios


de Illium se crisparon.

La habitación era rosa y blanca.

Aodhan se encogió de hombros. ―La mía es amarilla y


blanca. Creemos que esta ala estaba reservada para
ciertos cortesanos de alto rango. ―Lijuan había tenido
un gran número de soldados en su corte, pero al igual
que muchos ángeles, también había tenido una
camarilla de lo que Illium llamaba "las bonitas":

Bookeater
Archangel´s Light
ángeles y vampiros cuya única tarea era ser
decorativos.

Todos ellos estaban muertos.

Lijuan no había perdonado a nadie en su búsqueda de


poder. Solo quedaban sus coloridas y delicadas
habitaciones. Flores rotas, sin vida para ellos.

―Se supone que el rosa es relajante ―dijo Illium, y


entró. ―Necesito limpiarme.

Luego cerró la puerta en la cara de Aodhan.

***

llium se desplomó con la espalda apoyada en la puerta


cerrada, con el corazón latiendo como un metrónomo a
toda velocidad y el sudor brotando a lo largo de su
columna vertebral. Se sentía como si su piel estuviera a
punto de estallar, sus músculos tan tensos que iban a
reventar.

¿Ver a Aodhan después de tanto tiempo y no tocarlo?


Era una agonía.

Bookeater
Archangel´s Light
Pero algo en Illium se había roto en los últimos
meses. Había hecho caso a los consejos de su madre y
apoyado a Aodhan mientras su amigo estaba en ese
lugar lejos de casa. Demonios, no cuidar de Aodhan era
más difícil para él que de otra manera. Había estado
velando de él durante siglos.

Pero tenía que haber una participación activa para que


la amistad continuara.

Y aunque Aodhan siempre respondía con


agradecimiento a los paquetes de ayuda que Illium
enviaba, y respondía a sus mensajes, sus
conversaciones habían sido rebuscadas, forzadas.
Aodhan solo había contactado una vez con Illium por
su cuenta. Fue cuando la madre de Illium se unió con
Titus.

Aodhan había querido comprobar cómo le iba la


noticia.

¿Todo un año, y había valido la pena el esfuerzo de


acercarse a él una sola y miserable vez? Suficiente.
Illium había terminado con esto. Conocía a Aodhan
como nadie más. Su amigo era un guerrero que se
mantendría firme contra cualquier enemigo, pero

Bookeater
Archangel´s Light
nunca había sido una persona conflictiva en lo que
respecta de su vida personal.

La respuesta de Aodhan al dolor emocional era


retirarse.

Illium lo había visto hacer eso hace doscientos años,


con el espíritu de Aodhan más destrozado que su
cuerpo brutalizado, e Illium nunca se había
rendido. Sabía que Aodhan lo necesitaba para
perseverar, que necesitaba su ayuda para salir de su
infierno personal.

¿Pero ahora? ¿Cuando supo que Aodhan llamaba a


Ellie para hablar, que se mantenía en contacto regular
con la madre de Illium, y con otros miembros de la
Torre?

Illium había recibido el mensaje.

Normalmente, no era de los que suponen nada. La


forma de Illium era hacer la pregunta a la cara de la
gente. Él y Aodhan, nunca habían dejado de hablar de
las cosas... excepto del terrible que había marcado para
siempre a Aodhan. Sobre eso, no habló con nadie. Ni
siquiera con Illium.

Bookeater
Archangel´s Light
Quizás esa había sido la primera señal que Illium no
debió ignorar.

Pero incluso un hombre que siempre hacía preguntas,


que siempre se enfrentaba a la vida de frente, no podía
esperarse que se expusiera sin ningún tipo de escudo
cuando había sido rechazado tan silencioso y
profundamente.

No había necesidad de preguntas ni de conversaciones.


El mejor curso de acción era la distancia colegial. Lo
último que quería hacer era hacer que Aodhan se
sintiera obligado a seguir siendo su amigo, o peor aún,
que se sentierq coaccionado, enjaulado. Pensar en ello
un golpe físico que le hacía querer acurrucarse sobre su
estómago.

Obligándose a alejarse de la puerta, se quitó la mochila


y la arrojó sobre una silla blanca de aspecto endeble
con patas curvas y un cojín de terciopelo en el asiento,
luego se dirigió directamente a una puerta que supuso
que conducía a la cámara de baño.

Estaba en lo cierto.

Bookeater
Archangel´s Light
Ignorando la bañera vacía y fría, se desnudó y entró en
la ducha barroca con sus ornamentadas duchas de oro.
Los azulejos eran de mármol rosa, y la abandonada
escobilla de la ducha era blanca y esponjosa con un
mango rosa. Se le escapó una carcajada sin humor.

Al menos la zona de la ducha era abierta, claramente


diseñada para que pudieran utilizarla tanto ángeles
como vampiros y mortales. O tal vez estaba había sido
pensada para las orgías. Había múltiples duchas en
todas las direcciones. Las encendió todas, y luego se
quedó de pie bajo el potente chorro.

Tenía que controlar sus respuestas.

La amistad entre él y Aodhan podía estar muerta y


enterrada, pero Aodhan seguía siendo uno de los Siete,
y Rafael había enviado a Illium para que lo apoyara,
incluso en su decisión de convertirse en el segundo de
Suyin, sin importar que esa decisión lo llevara a
abandonar la Torre.

Illium no decaería en esa tarea, apoyaría a Aodhan en


cada paso del camino. En cuanto a su amistad
perdida... el tiempo arreglaría la herida sangrante de su
interior. Podría llevar un eón, pero lo haría.

Bookeater
Archangel´s Light
Sus hombros se anudaron, su mandíbula se apretó lo
suficientemente fuerte como para doler mientras el
agua golpeaba su piel desnuda. Él. Estaba. Listo.

Bookeater
Archangel´s Light
5
Pasado

El corazón de Sharine se encogió al ver que Aegaeon se


agachaba para agarrar a su hijo, que caminaba hacia él
tan rápido como sus pequeñas piernas podían
soportar. Era un hombre grande, Aegaeon, de hombros
anchos y brazos musculosos, su cabello de un vivo
color azul verdoso y los ojos del mismo tono vibrante.

Sus alas eran de un verde más oscuro interrumpido


por vetas de azul salvaje.

Era de su padre de quien Illium había heredado el azul


que le daba a su cabello. El mismo azul había
comenzado a colorear el esponjoso blanco amarillento
de sus plumas de bebé.

Ahora, Illium reía con alegría cuando su padre lo


levantaba y lo hacía girar. Aegaeon también reía,
abierto en su orgullo por su hijo y en su felicidad por
estar con él.

Bookeater
Archangel´s Light
Sharine sabía que Aegaeon no la amaba, no de la
manera en que Raan la había amado. Aegaeon
mantenía un harén en su corte. Tenía amantes en
abundancia. Pero Sharine estaba contenta. Porque él le
había dado a Illium, la mayor alegría de su vida. Y él
amaba a Illium. Eso era lo que importaba.

Ya habían hablado de cuando Illium creciera y pudiera


ser llevado a la corte de Aegaeon para visitarlo.
Sharine iría con él, por supuesto. Eso nunca se había
puesto en duda. Aegaeon era un buen padre, pero no
sabía cómo cuidar a un niño revoltoso, él mismo lo
había admitido.

Odiaba la corte, pero Aegaeon le había prometido que


ella e Illium tendrían un ala entera lejos de la venenosa
colección de su harén. ―Incluso si sus caminos se
cruzan, no se atreverán a tocarlos, ya sea por voz o por
acto ―había prometido Aegaeon. ―Eres la madre de
mi hijo.

Independientemente, Sharine no esperaba esa parte de


las cosas, pero se alegraba por Illium. Ahora mismo, a
su corta edad, era feliz viviendo con ella y viendo a su
padre sólo cuando Aegaeon venía a visitar el Refugio,

Bookeater
Archangel´s Light
pero llegaría un momento en que su hijo necesitaría la
guía de su padre.

Lo había visto con el hijo de Nadiel y Caliane.

Le dolía el corazón al pensar en el nuevo arcángel que


una vez había sido un joven devastado por la ejecución
de su padre. Pero Rafael nunca había culpado a su
madre por sus acciones, lo suficientemente mayor para
entender que su padre ya no era lo que había sido
antes, y necesitaba ser detenido.

Aun así, sabía que extrañaba a Nadiel.

Los niños y sus padres, tenían un vínculo diferente al


que tenían con sus madres.

Hoy, su hijo se sentaba orgulloso en los brazos de su


padre mientras Aegaeon recorría el resto de la
distancia hasta la cabaña de Sharine. Aegaeon estaba
sin camisa, como era su predilección, y el remolino de
su pecho brillaba de color plateado a la luz del sol. Era
un hombre apuesto, y una vez, la había dejado sin
aliento.

Bookeater
Archangel´s Light
Aquel primer arrebato de amor había pasado, pero ella
seguía volviendo la cara hacia la palma de la mano de
él cuando éste tomaba su mejilla, y su corazón
suspiraba ante su regreso. ―Bienvenido a casa.

―Me alegro de estar aquí ―dijo Aegaeon, con su voz


como un pulso profundo que ella sintió en sus huesos,
y su sonrisa cegadora. ―Qué regalo eres para mis ojos,
Sharine. ―Un estruendo bajo. ―Mi corte es un lugar
de constante batalla, pero aquí hay paz. Viviría
siempre en el Refugio si pudiera.

Suaves, dulces palabras que cayeron como lluvia


nutritiva en un corazón que nunca había pensado en
enamorarse. ―Te hemos echado de menos. ―Antes de
él, ella creía estar contenta en su soledad, en su
pequeño círculo de amistad y arte.

Entonces él había entrado en su vida, se había abierto


paso a paso en su corazón, la había despertado de
nuevo. ―Yo también desearía que estuvieras aquí
siempre aquí, ―dijo ella, dejando de lado el
conocimiento de su harén y de su vida en una tierra
lejana besada por otro océano.

Nada de eso importaba mientras él amara a su hijo.

Bookeater
Archangel´s Light

La libertad y el amor están entrelazados.


―Lady Sharine

Bookeater
Archangel´s Light
6
Presente

Aodhan no había dormido. Era lo suficientemente


mayor como para no necesitar dormir como un mortal,
pero aún así solía dormir unas cuantas horas por
noche. Eso había sido imposible anoche, con Illium
detrás de una puerta cerrada frente a él.

En cualquier otro momento de su historia, no habría


pensado en abrir la puerta y entrar, sentarse en una
silla y hablar con el otro hombre mientras Illium se
recuperaba del estrés del largo vuelo.

Incluso durante los años inmediatamente posteriores a


su rescate, cuando se había perdido en una pesadilla
tan profunda que había estado casi muerto, Illium
había sido una presencia familiar y bienvenida en su
vida. Aodhan había dejado de hablar durante mucho
tiempo, pero siempre se quedaba en la habitación
cuando Illium le hablaba; Illium le contaba a Aodhan
su último trabajo para Rafael, le hablaba de su más
reciente y fugaz romance, o de cosas divertidas e
interesantes que él pensaba que Aodhan disfrutaría.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium ardía con tanta energía y vida que era imposible
no sentirse atraído por él... abrumado por el.

Ahora, Aodhan miraba la única pluma azul que había


pintado en las horas transcurridas desde que terminó
su turno. Su preferencia era la luz natural, pero había
aprendido a trabajar con luz artificial. Solo había
apagado las luces media hora después, cuando la luz
del sol de la mañana empezó a asomarse al balcón.

La luz del amanecer reflejaba el brillo de la plata que


había añadido a los filamentos y los innumerables
tonos de azul. La mayoría de la gente pensaba que las
plumas de Illium eran de un solo tono de azul, pero no
lo eran. El tono que la gente veía estaba compuesto por
capas de otros.

Aodhan conocía cada uno de ellos.

Dejó caer su pincel sobre la pequeña mesa que tenía


aquí, y se quedó mirando el azul que manchaba sus
dedos. ¿Qué demonios estaba haciendo? Con la
espalda rígida, se dirigió a la cámara de baño de la
suite para lavarse el color traicionero. Nada manchó el

Bookeater
Archangel´s Light
marrón oscuro de sus pantalones, ni el blanco sencillo
de su túnica de manga larga.

Nunca llevaba ropa sin mangas en la corte de


Suyin. Esta gente no lo conocía como los de la Torre; se
producía algún que otro roce accidental. Nada
evidente y nadie se había opuesto a su petición de que
mantuvieran la distancias, pero lo habían olvidado. En
casa nadie lo hacía.

Y en casa, tenía gente cuyo contacto agradecía.

Aodhan. La voz mental de Suyin era tan elegante y


suave como su presencia física; no tenía el poder
violento de la de Rafael. Sin embargo, era
incuestionable que ambos eran arcángeles. Aodhan
nunca había experimentado una indicación más clara
de los diferentes tipos de poder.

Suyin. En un acto de respeto por su posición, y aunque


la suya estaba destinada a ser una alianza temporal, al
principio le había llamado padre sire.

Fue Suyin quien le pidió que dejara de lado la


distancia. ―Eres la única persona en mi corte en la que
puedo confiar sin preocuparme en este momento ―le

Bookeater
Archangel´s Light
había dicho―. Sé mi amigo, Aodhan. Sabes mucho más
que yo sobre cómo debe funcionar un vínculo
arcángel―segundo. Lo has visto de primera mano en
la larga relación de Rafael y Dmitri. Enséñame cómo
sucede.

―No puedo enseñarte eso, ―había dicho Aodhan,


porque no le mentiría. ―El sire y Dmitri eran amigos
mucho antes de ser arcángel y segundo. ―Ninguno de
los dos hablaba a menudo de su amistad inicial, y
Aodhan había captado lo suficiente a lo largo de los
años para comprender que era porque en ese profundo
pasado yacía una pérdida inquietante.

Dmitri había tenido una esposa a la que había


amado. Niños.

Sin embargo, de vez en cuando se colaba un trozo de


su historia. Una vez, Dmitri había bromeado sobre el
fracaso total de Rafael al arar un campo.

―Quería ayudar, así que lo dejé, pero terminé


riéndome tanto que ni siquiera pude supervisar. No
has vivido hasta que has visto a un ángel cubierto de
barro tratando de dominar a un par de bueyes
obstinados.

Bookeater
Archangel´s Light
Así que cuando Aodhan hizo su comentario a Suyin,
había sido algo honesto.

Ella había aceptado sus palabras con gracia.

―No tendré esa oportunidad. Debo elegir a un


segundo que ya esté en su poder. ―Ojos de obsidiana
impenetrable encontrándose con los suyos. ―Pero en
este momento, necesito un amigo incluso más un
segundo. ¿Lo serás tú?

Aodhan no era un hombre que hiciera amistades


rápidamente, tenía un número reducido para un
inmortal de sus años. Pero vio en Suyin un eco de sí
mismo. Ella también había sido cautiva de un cruel
carcelero. Ella también había sido arrojada a un mundo
para el que no estaba preparada. Pero donde él había
estado rodeado por un muro de apoyo, Suyin solo
tenía un número limitado de personas en las que podía
apoyarse.

Sí, Rafael estaba disponible para ella en cualquier


momento y nunca la llevaría por mal camino, pero
también era miembro de la Cátedra. Lo mismo con
Lady Caliane. Eso hacía que sus interacciones fueran

Bookeater
Archangel´s Light
complicadas a un nivel que nadie que no hubiera
estado rodeado de arcángeles podría llegar entender.

Así que dijo: ―Sí, Suyin. Seré tu amigo.

Hoy, su voz contenía una tensión que encendía sus


instintos. hablaría contigo ¿Te unirás a mí en el jardín
salvaje?

Iré ahora.

Trae a Illium si está descansado.

Aodhan se tensó, pero se obligó a salir y llamar


suavemente a la puerta de Illium. La puerta se abrió
momentos después, con un Illium de ojos brillantes
mirándolo. Se había quitado su atuendo de viaje y se
había puesto unas viejas pieles descoloridas de color
negro con detalles Azules que dejaban al descubierto
sus musculosos brazos. Suave por el uso y amoldado a
su cuerpo, el traje era realmente antiguo y uno de los
favoritos de Illium.

―Me muero de hambre. ―Una sonrisa abierta y


amplia, y no jodidamente real. ―Por favor, dime que

Bookeater
Archangel´s Light
estás a punto de llevarme a grandes cantidades de
comida.

―Al arcángel Suyin le gustaría hablar con nosotros,


―dijo Aodhan, su voz sonaba rígida y
formal. ―Podemos comer después.

― ¿Saldremos por el balcón?

―No, es más rápido atravesar la fortaleza.

―Adelante.

Caminaron en silencio. Debería haber sido cómodo,


solo dos guerreros que se dirigían a hablar con su
arcángel, pero era como si se produjeran pinchazos en
su piel. Illium nunca fue así con él. Tan encantador y
despreocupado sin revelar la más mínima parte de sí
mismo.

Bonito y amable y tan falso que Aodhan quería gritarle,


tenerlo en una pelea a muerte para acabar con todas las
peleas. Y Aodhan no gritaba ni buscaba peleas.
Excepto, al parecer con el favorito de todos
Campanilla.

Bookeater
Archangel´s Light
―Bonita decoración. ―Illium señaló una pintura de un
baile de máscaras maníaco en su uso del color, las
pinceladas iban en innumerables direcciones
dentadas. ―Menos mal que no vi eso antes de entrar.
Imagina mis sueños.

―No hemos tenido tiempo de preocuparnos por la


estética ―murmuró Aodhan, sonando como uno de los
viejos ángeles rígidos incluso para sí mismo.

Illium no puso los ojos en blanco ni se burló de su


abrupto descenso a la vejez malhumorada. Ni siquiera
frunció el ceño ni puso cara de fastidio. Simplemente
siguió adelante.

Como si nada de lo que Aodhan hiciera o dijera tuviera


importancia.

Aodhan se llevó la mano al costado y separó los labios,


antes de cerrarlos con fuerza. No era el momento de
confrontar a Illium por su comportamiento.

Tras llegar al borde del entrepiso sin barandillas, bajó


al piso inferior de la fortaleza. Como en la mayoría de
las residencias angelicales, el núcleo central del lugar

Bookeater
Archangel´s Light
estaba abierto, lo que le daba mucho espacio para
extender sus alas y frenar su descenso.

Vio a Illium bajando a su lado, lo suficientemente lejos


como para que sus alas ni siquiera se rozaran en las
puntas. Cortés, tan malditamente cortés cuando Illium
nunca era cortés con Aodhan. Era cariñoso, irritante a
veces, perverso siempre. La cortesía entre ellos era una
grosería calculada.

Con los dientes apretados, condujo a Illium a través de


una puerta lateral y al jardín salvaje que florecía a
pesar del frío penetrante que presagiaba nevadas
amargas. Según los eruditos de Suyin, esta región no
era de inviernos severos, pero nadie sabía lo que la
niebla de la muerte de Lijuan han hecho a la tierra. No
lo sabrían del todo durante años, incluso décadas.

Aodhan había aconsejado a Suyin que preparara a su


pueblo para un duro invierno cuando eligió la fortaleza
como su base provisional, y ella había puesto en acción
un plan de supervivencia. Nadie se congelaría ni
moriría de hambre, aunque todo el paisaje se
convirtiera en un mar de blanco infinito.

Illium silbó, con un sonido bajo y musical.

Bookeater
Archangel´s Light
―Esto sí que es mejor.

Después de haberlo mirado en la fracción de segundo


antes de que exhalara esa afirmación, Aodhan vio su
primera visión real de su amigo. Los ojos de Illium
brillaban con un asombro inconfundible mientras
extendía la mano hacia una exuberante flor blanca tan
grande y pesada que se caía por su propio peso.

Aodhan extendió instintivamente el brazo, impidiendo


que Illium había contacto con la flor, sin llegar a tocar
al otro hombre. Illium había dejado claro que ese
contacto no era deseado.

―Tiene un líquido parecido a un narcótico en sus


pétalos ―explicó. ―Realmente afecta a los ángeles si
olvidamos que la hemos tocado y luego nos frotamos
los ojos o nos la llevamos a la boca. Visiones,
distorsiones de la realidad durante una hora más o
menos.

Illium suspiró, con una expresión taciturna.

― ¿Por qué pensé que Su Maldad tendría un jardín


normal?

Bookeater
Archangel´s Light
Los labios de Aodhan querían retorcerse, las palabras
eran tan Illium, aunque el apodo había venido de
Elena.

―Todas las plantas de este jardín son tan hermosas


como peculiares.

Cuando Illium no dijo nada más, Aodhan lo llevó por


un camino bordeado por árboles que habían sido
inundados por enredaderas dulcemente fragantes con
hojas brillantes de color verde oscuro y diminutas
flores blancas. A los pies de los árboles crecían hongos
de una variedad de colores antinaturales y llamativos.

―No conocemos los efectos de todas las plantas, solo


de aquellas en las que un desafortunado miembro de la
corte se ha convertido sin querer en un conejillo de
indias. ―El tema no tenía ningún peso emocional para
Aodhan, era uno fácil de usar para llenar el doloroso
silencio entre ellos. ―Hay un estanque más profundo
en el interior, el agua es de un verde claro y fresco que
ahora está filmado por el hielo en las mañanas.

― ¿Está infestado de peces carnívoros? ―dijo Illium


con amargura.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan se rió entonces; estalló de él sin previo
aviso. No se había reído desde que llegó a esta tierra, la
tristeza que le producía abrumadora. Pero Illium...
Illium siempre había sabido cómo hacerlo reír, hacerle
recordar lo que era ser feliz.

***

llium luchó por no mirar fijamente a Aodhan. Era


hermoso cuando reía, y era una visión que había
faltado demasiado tiempo en la vida de Illium como
para darlo por sentado. Si Aodhan era un trozo de luz
capturado en circunstancias normales, una estrella
deslumbrante caída a la tierra, era más que
impresionante cuando reía o sonreía, la luz de él un
brillo en sus iris.

Apartando la cabeza cuando sus ojos amenazaban con


encontrarse, Illium contempló una enorme rosa que
florecía en invierno en un tono púrpura azulado que
ardería contra el blanco de la nieve que se avecinaba. A
lo largo de su tallo, desfilaban espinas de varios
centímetros, listas para desgarrar la carne del
incauto. Él respetaba esa planta. Al menos se declaraba

Bookeater
Archangel´s Light
exactamente lo que era: hermosa y mortal. Nada de
juegos de adivinanzas.

―No del todo ―dijo Aodhan, con la risa aún en su


voz.

Habiendo casi olvidado su pregunta sarcástica, Illium


se obligó a encontrar ese hilo en su cerebro, y de
alguna manera logró su respuesta ligera.

― ¿Insectos que te picarán hasta la muerte?

―El agua es clara y no está infestada, pero hay un


efecto de succión debido a la mecánica natural del
estanque. Un ángel que se zambulló terminó atascado
en el fondo durante seis minutos antes de que
descubriéramos qué pasaba y lo sacáramos.

―Menos mal que nuestra especie no siempre necesita


respirar. ―Era doloroso asfixiarse, pero ningún ángel
adulto moriría por falta de aire. Por supuesto, cuanto
más joven es el ángel, mayor es la probabilidad de
muerte real, ya que la falta de oxígeno mata al cerebro.

Bookeater
Archangel´s Light
Dicho de otra manera, la asfixia para los niños
inmortales era similar a una decapitación lenta e
indescriptible.

―Confía en que Lijuan tiene una piscina que puede


mantenerte prisionero.

―Varios intrépidos eruditos se han unido a la corte de


Suyin, ―compartió Aodhan, y en ese momento, fue el
Aodhan de Illium: curioso sobre el mundo y dando su
conocimiento, su presencia cálida y estable.

Un roble duradero para el viento cambiante de Illium.


―Una erudita en particular se ha propuesto a indagar
en los archivos de la biblioteca de la fortaleza, y cree
que el estanque se utilizaba para torturar a los
inmortales, que este jardín creó originalmente como un
laberinto, posiblemente diseñado para enloquecer a los
que encontraban en él como resultado de los productos
botánicos tóxicos.

― ¿El complejo subterráneo? ¿Alguna otra noticia al


respecto? Illium había oído que Suyin lo llamaba el
nexo de la oscuridad.

Aodhan negó con la cabeza.

Bookeater
Archangel´s Light
―Después de que nuestro escuadrón líder de
vampiros hiciera un barrido completo y sólo
encontrara restos esqueléticos en algunas de las celdas,
Suyin tomó la decisión de sellarlo nuevamente. ―Se
frotó la cara. ―Es algo maligno de encontrar, y algún
día debe ser explorado más a fondo, pero ahora
mismo, Suyin tiene que enfocarse en los vivos, no en
los muertos.

Illium no estaba en desacuerdo. La antigua prisión


subterránea se mantendría. La gente de Suyin no lo
haría.

― ¿No tenías que ir bajo tierra? ―Las palabras salieron


sin su voluntad consciente.

La mandíbula de Aodhan era una piedra viciosa entre


una respiración y la siguiente.

―No. ―Una sola palabra cortada.

Consciente de que había tocado un nervio sin querer, y


furioso consigo mismo por ello, Illium fue a
disculparse, pero entonces Aodhan volvió a hablar.

Bookeater
Archangel´s Light
―Suyin decidió que sería más eficiente enviar al
equipo de Xan. Él y los demás están altamente
capacitados, incluso en maniobras nocturnas, y
efectivamente es de noche en el complejo. No han
descubierto fuente de luz que funcione.

Como Aodhan parecía haber dejado pasar su error,


Illium no volvió a sacar el tema. Nunca desenterraría a
sabiendas el pasado que Aodhan quería muerto y
enterrado.

―He recogido fragmentos de quienes se han unido a la


corte de Suyin. ¿Está construyendo un buen equipo en
general? ―Jason había hecho su trabajo, así que Illium
sabía que la corte de Suyin estaba creciendo, pero no
era lo mismo que estar sobre el terreno.

― ¿Te acuerdas de Xan?

Los labios de Illium se levantaron.

―Nadie olvida nunca a Xan. ―El vampiro de dos mil


años era una máquina de combate letal capaz de
embaucar incluso a Titus bajo la mesa, y que lideraba
un equipo de los mejores mercenarios del

Bookeater
Archangel´s Light
mundo. ―Ha pasado mucho tiempo desde que ató su
bandera a la de un arcángel.

―Él personifica a un grupo de los que se sienten


atraídos por Suyin y por la tarea de reconstruir China
―dijo Aodhan con tono pensativo. ―Los aventureros
y exploradores, se podría decir. Otros son viejos
inmortales hambrientos de desafíos. Arzaleya, por
ejemplo, pidió permiso a Lady Caliane para cambiar de
corte.

―Probablemente Amanat sea demasiado estable para


ella. ―El general Arzaleya se había permanecido
despierto mientras Caliane dormía, un leal soldado que
había velado por los intereses de su señora. ―Eso es
un golpe para Suyin. Creo recordar haber oído que
Uram la cortejó una vez que fuera su segunda.

―Sí, el general es el tercero de Suyin. Ella es


deslumbrantemente inteligente y lo suficiente mayor
como para ser una presencia estable. En cuanto al resto
de la corte principal, estoy noventa y nueve por ciento
seguro de que he conseguido desenterrar a cualquier
simpatizante de Lijuan, y ninguno del resto de la
Cátedra parece haber intentado introducir espías en la
corte.

Bookeater
Archangel´s Light
―No vale la pena ―dijo Illium encogiéndose de
hombros. ―Saben que Suyin es el menos posicionado
de todos ellos para ser una amenaza. ―Los arcángeles
podían ser brutales en su sentido práctico.

―Sí, pero esperaba que intentaran de insertar a la


gente sólo para saber lo que estaba sucediendo aquí.

―No lo suficiente como para arriesgarse a un motín.


―Cuando Aodhan le lanzó una mirada interrogativa,
Illium le informó. ―Parece que muchos de los ángeles
más antiguos todavía no estaban seguros de que China
sea segura, no después de la niebla de la muerte de
Lijuan. ―Un velo negro que se había tragado una vida
tras otra, sus gritos encerrados en su poder. ―Se
rebelarían si les pidiera que venir aquí.

Una inclinación de la cabeza de Aodhan, cuyo cabello


brillaba a pesar de las pálidas nubes grises que se
habían movido en los últimos minutos. A Illium le
dolía la mano por la fuerza que tenía que gastar para
no alargar la mano, apartando un mechón de ese
cabello tan raro y precioso que los niños del Refugio
buscaban mechones caídos cada vez que Aodhan los
visitaba.

Bookeater
Archangel´s Light
Entonces la mirada de Aodhan se desvió hacia
adelante. ―El arcángel.

Bookeater
Archangel´s Light
7

Suyin se encontraba al final del camino, bajo un árbol


que florecía de un color escarlata intenso que coloreaba
el agua, por lo demás clara, del arroyo.
Afortunadamente, no se parecía en nada a la época en
que el Hudson se había teñido de rojo sangre, y las
flores caídas no parecían más que una guirnalda
natural sobre el agua.

Suyin era una mujer alta y esbelta, vestida con pieles


de color marrón oscuro sorprendentemente
desgastadas para una mujer con fama de arquitecta, y
representada en pinturas antiguas sólo con vestidos
vaporosos y delicados. La seda blanca sin atar de su
cabello llegaba hasta el centro de su espalda, un espejo
brillante.

Sus alas también eran blancas como la nieve excepto


por el bronce iridiscente de sus plumas primarias y,
cuando se volvió para mirarlas, sus ojos brillaron de un
rico marrón que era casi ónix. Esos ojos se inclinaban
hacia arriba en las esquinas, y las líneas de cristal de
sus pómulos destacaban su belleza casi dolorosa.

Bookeater
Archangel´s Light
Ningún defecto marcaba el frío hielo de su piel, salvo
la marca de belleza en el borde del ojo izquierdo. Y eso
no era un defecto en absoluto. Era una mujer
impresionante por donde se le mire, pero todo lo que
Illium veía cuando la miraba era a Lijuan.

Era una reacción injusta y visceral, alimentada por los


celos que sentía por lo unida que se estaba a Aodhan
mientras el otro hombre mantenía a Illium a raya. Pero
ese era su problema, no el de ella. Ella no podía evitar
su parecido familiar con su tía, como Illium no podía
evitar tener un imbécil como padre.

En cuanto al resto... No, no es su culpa.

Aodhan fue quien eligió abandonar Illium en el


pasado.

Suyin sonrió, suavemente y con demasiado peso en sus


ojos. ―Ah, Illium. Ha pasado demasiado tiempo.

―Arcángel Suyin ―dijo, haciendo una reverencia


completa sobre una rodilla, sus alas se ensancharon y
se mantuvieron exactamente en la posición correcta

Bookeater
Archangel´s Light
para la alta etiqueta angelical. Ella se merecía su
respeto y él no lo escatimaría.

Presumido.

Sus músculos se estremecieron ante aquel sonido


cristalino en su cabeza. La voz mental de Aodhan era
similar a las refracciones de luz que era su forma
física. Illium no había escuchado esa voz en su cabeza
desde la guerra... y no había estado preparado para ver
cómo rompería los muros que había intentado
levantar.

Sólo porque fallaste en el entrenamiento del arco, no me


culpes a mí. Fue instintivo responder con el viejo insulto
que nunca había sido un insulto; ambos sabían que
Aodhan tenía una gracia inigualable y que su falta de
habilidad picona el arco no tenía nada que ver con su
capacidad.

No fallé, era la respuesta tan familiar como el aire de los


pulmones de Illium. Nunca intenté pasar.

Dolorido en el pecho, Illium no quería detener este


intercambio. Era tan fácil con Aodhan, tan natural, algo
que habían estado haciendo desde que ambos

Bookeater
Archangel´s Light
desarrollaron la habilidad uno tras otro. Aodhan era
técnicamente más joven que él, pero los pocos años que
los separaban no significaban nada en el contexto de
una vida inmortal. Se habían desarrollado de forma
casi idéntica en fuerza y poder.

―A veces ―había reflexionado una vez el sanador


Keir, ―pienso si son tan parecidos en poder porque han
sido amigos desde la infancia y han influido de alguna
manera en el desarrollo del otro. ¿O es al revés?

Una sonrisa en ese rostro joven―viejo de piel morena


y bonitos rasgos.

―Que se sintieron atraídos el uno por el otro cuando


eran niños debido a su núcleo innato de poder. Que los
llamaban de igual a igual.

Illium no lo sabía y no le importaba. El poder no tenía


nada que ver con su amistad. Se había forjado a través
de cien mil pequeños actos de lealtad, de bondad, de
aventura, e incluso de castigo tomado por los crímenes
del otro.

Nadie, ni siquiera la madre de Illium, había creído que


a Aodhan se le ocurrieran sus travesuras. Para ser

Bookeater
Archangel´s Light
justos con la madre de Illium, a Aodhan no se le
había ocurrido el noventa por ciento de ellas. Pero el
diez por ciento restante incluía varios de sus actos más
gloriosos, en los que Illium había sido calificado como
el cabecilla, a pesar de que Aodhan protestaba que era
él responsable.

Sin duda porque Aodhan siempre había estado al lado


de Illium, confesando todas las cosas que no había
planeado. Y viceversa. Nunca se habían permitido caer
solos el uno al otro. Y pase lo que pase, Illium tampoco
lo haría ahora.

Aunque le doliera tener la voz de Aodhan en su


cabeza, la presencia de Aodhan a su lado cuando sabía
que Aodhan estaba en pleno proceso de alejarse de
todo lo que había entre ellos, le daría a Aodhan lo que
necesitaba.

Eso era lo que significaba ser un amigo.

Illium haría esta última cosa por su amigo antes de que


ya no tuviera derecho a usar esa palabra para describir
su relación.

Bookeater
Archangel´s Light
―Me alegro de tenerte aquí, Illium, ―dijo la Arcángel
Suyin mientras se ponía de pie y plegaba sus
alas. ―He reunido una pequeña corte, pero dada la
escasez de ángeles fuertes en el mundo, después de la
guerra... bueno, mi territorio no es la primera opción
para muchos.

―Te estás ganando una reputación de arcángel fuerte


y justa. ―Illium se atrevió con el comentario personal
solo porque Suyin era una guerrera junto a la que
había luchado en la batalla. Y aunque había ascendido,
aún no tenía a su alrededor el frío ardor del poder
mantendido tanto tiempo que se llevaba en la
sangre. ―Tu corte crecerá.

―Y, supongo ―respondió Suyin, ―no necesito una


corte enorme cuando mi territorio es tan pequeño.

Sabía exactamente a qué se refería: aunque China era


un territorio extenso si se medía por la masa terrestre,
su población había sido diezmada por las decisiones de
su antiguo arcángel. A Suyin tardaría siglos y siglos en
volver a convertirla en algo parecido a la potencia que
había sido.

Bookeater
Archangel´s Light
En algún momento del futuro lejano, los otros
arcángeles superarían su nerviosismo inducido por
Lijuan y comenzarían a mirar esta tierra con ojos
codiciosos. Tanto si Suyin decidía luchar por
mantenerlo, como si accedía a sus demandas en favor
de gobernar un territorio más compacto, sería una
elección hecha sobre una base sólida.

―Camina conmigo ―dijo el arcángel, y él y Aodhan


dieron el paso a ambos lados de ella, manteniendo una
distancia educada para que sus alas no se rozaran.

Illium se sorprendió por la deferencia formal de


Aodhan. Después de tanto tiempo trabajando al lado
de Suyin, esperaba una intimidad más informal entre
los dos. Pero eso, por supuesto, no era asunto suyo.

Con la mandíbula apretada, miró fijamente aquel


extraño jardín que florecía en pleno invierno. Le hizo
recordar lo que Ellie le había dicho sobre las rosas rojas
que habían florecido en la nieve en el jardín de
Imani. Esas flores habían augurado una época de
muerte, sangre y guerra. Esperaba que este jardín no
fuera más que una pequeña extrañeza.

Bookeater
Archangel´s Light
Fue después de que pasaran por un árbol con flores
amarillas en forma de trompeta que habían
espolvoreado el camino con polen soleado cuando
Suyin volvió a hablar. ―He decidido comenzar la
reconstrucción, físicamente hablando.

Una mirada a Aodhan. ―Sé que hemos hablado de


prioridades muchas veces, pero ahora veo que no
puedo avanzar si siempre estoy a la sombra de
Lijuan. Debo hacer de China la tierra de Suyin y no la
suya. Y para ello, primero necesito una ciudadela de mi
propia elección, sin nada de ella en ella.

Aodhan inclinó la cabeza de esa manera que tenía de


hacer, su rostro tranquilo y su expresión difícil de
leer. ―Lo Entiendo. Illium y yo estamos a su servicio.
Illium tampoco tenía nada que objetar a la decisión de
Suyin. Incluso dejando de lado su locura del pasado
reciente, Lijuan había gobernado esta tierra durante
milenios, estampando cada parte de ella con su
marca. ― ¿Dónde piensas construir tu ciudadela?

―Ah, ya tomé esa decisión hace algún tiempo. ―El


rostro de Suyin se suavizó. ―Construiré en la costa,
lejos de los lugares preferidos por mi tía. Un nuevo
comienzo para un nuevo reinado. También un lugar

Bookeater
Archangel´s Light
que pueda sostener en la batalla cuando ésta llegue en
el futuro, porque así será. Ningún miembro de la
Cátedra puede mirar esta tierra vacía y no codiciarla.

Illium no estaba tan seguro de eso; Rafael nunca había


estado ávido de tierras. Era parte de la razón por la que
Elijah y él se llevaban tan bien, su frontera se había
mantenido desde la ascensión de Rafael. No mucha
gente recordaba que Elijah había gobernado el
territorio de Rafael, mientras a la Cátedra le faltaba un
arcángel.

Cuando Rafael ascendió, Elijah había renunciado a esa


tierra sin luchar, porque prefería gobernar bien en una
esfera más pequeña que extenderse. Rafael pensaba de
la misma manera.

Suyin se detuvo bajo un árbol cuyas hojas eran de un


rubí profundo con finas vetas de color rosa, el contraste
perfecto para su coloración. Deberías pintarla de esta
manera, se encontró diciéndole a Aodhan.

Ya estoy dando las pinceladas mentales.

―Reuniré a mi gente y me dirigiré a la costa mañana.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium contuvo el aliento ante el pronunciamiento de
Suyin. ― ¿Tan pronto?

―Ah, Campanilla. ―Una suave sonrisa al utilizar el


apodo por el que sus amigos lo llamaban tan a
menudo―, ninguno de nosotros se ha establecido
aquí. Hoy, mientras caminaba entre mi gente, vi que la
mayoría ni siquiera había desempacado sus escasas
pertenencias.

El viento le echó el pelo hacia atrás, revelando aún más


las impecables líneas de su rostro.

―Tan pronto como desenterramos el nexo, supe que


me había equivocado al creer que este lugar había
escapado a la sombra malévola de mi tía, pero, aunque
ocultamos el conocimiento del nexo a los mortales,
ellos sienten el persistente susurro de su maldad.

Una nube silenciosa pena sobre sus huesos.

―Morirán aquí ―murmuró. ―Si los hago pasar el


invierno en este lugar, me despertaré en primavera con
un cementerio de almas perdidas.

Bookeater
Archangel´s Light
Sacudió la cabeza, con el acero cortando la pena
cuando habló de nuevo.

―Me niego a permitir que Lijuan llegue desde el más


allá de la muerte para arrebatar la victoria. Puede que
no sea el mejor momento para moverse, pero lo
haremos.

―Abandonaremos este lugar al amanecer, aunque


tengamos que dejar atrás algunos objetos y
posesiones. ¿Quién los robará? Los guardaremos en la
fortaleza, la encerraremos contra cualquier animal
curioso y enviaré un equipo de regreso en la primavera
para hacer una recuperación.

―Debería ir sin problemas ―dijo Aodhan en el


silencio que siguió a sus palabras. ―No son solo los
mortales los que han desempacado realmente. Todos
sabíamos que esto era solo una estancia temporal.
Nadie ha echado raíces sólidas.

―Bien. ―Suyin se detuvo, se movió para quedar frente


a los dos, con un rostro suave y tan difícil de leer como
el de Aodhan. Tal vez fuera un mecanismo de
resistencia, de protección; después de todo, había
sobrevivido a un eón en cautiverio.

Bookeater
Archangel´s Light
Como había sobrevivido Aodhan.

El estómago de Illium se tensó, su rabia era hoy tan


hirviente y ácida hoy como en aquel terrible día en que
se enteró de lo que le había sucedido a Aodhan, lo que
le habían hecho a él.

―Comenzaremos el viaje a la costa sin ninguno de


ustedes. ―Las palabras de Suyin exigían toda su
atención. ―Tengo otra tarea para ti. ―Con las manos
en las caderas y la mirada atenta, era la personificación
de una guerrera en ese instante. ―Vetra se ha
encontrado con algo extraño en su más reciente
reconocimiento del territorio.

Illium sabía que Vetra era la jefa de espías de


Suyin. Había sido subalterna del jefe de espionaje de
Titus y había pasado a la corte con la bendición de su
arcángel. Ella nunca habría progresado más con Titus,
ya que su maestro de espías era brillante y estaba
establecido desde hace mucho tiempo en su posición.

― ¿Otra sorpresa? ―La voz de Aodhan contenía un


hilo de la intimidad que Illium había esperado, del tipo

Bookeater
Archangel´s Light
que se forma entre personas que han estado luchando
lado a lado durante un período prolongado.

Un calor desagradable le retorció las entrañas.

Lo reprimió. Con fuerza.

Su madre le había dado buenos consejos más de una


vez en su vida. Pero el que se aplicaba en este caso era
que no debía tener celos del crecimiento de Aodhan,
incluso si ese crecimiento lo alejaba de Illium.

― ¿Y si decide que el hombre en el que se está


convirtiendo no quiere saber nada de mí? ―había
preguntado, con el corazón en carne viva por el dolor
que le producía.

―Entonces lo dejarás ir. ―Amor en cada palabra, su


puño apretado contra su corazón. ―La libertad y el
amor están entrelazados. Y tú, mi chico de alas Azules,
amas más profundamente que nadie que haya
conocido.

La voz de Suyin rompió el eco del recuerdo.

Bookeater
Archangel´s Light
―Puede que no sea nada, ―dijo en respuesta a
Aodhan, sus ojos sosteniendo los de él en esa
intimidad segura y no forzada que hacía que a Illium
se le revolviera el estómago. ―Pero teniendo en cuenta
cuantos secretos guardaba mi tía, no puedo hacer otra
cosa que examinar todo con ojo crítico.

Illium tuvo que admitir que él habría hecho


exactamente lo mismo en su puesto.

―De camino a casa, Vetra se detuvo en la aldea más


allá de la fortaleza.

Aodhan miró a Illium.

―Un pequeño grupo de ciudadanos, unos cincuenta,


que sobrevivieron a la niebla. Se encuentran a diez
minutos de vuelo aquí.

Illium había oído hablar de estos focos de vida,


aleatorios y dispersos por toda China. Nunca más de
media milla de ancho, la mayoría mucho más pequeño
que eso. La teoría de trabajo era que la niebla mortal de
Lijuan había sido escasa en algunos lugares o se había
visto afectada por formaciones geográficas locales.
Nadie lo sabía con certeza.

Bookeater
Archangel´s Light
―El problema es que Vetra no encontró señales de
vida ―dijo Suyin. ―Pero tampoco encontró cuerpos ni
otros signos de muerte. Sin embargo, tuvo poco tiempo
para investigar antes de tener que dar la vuelta;
recibimos noticias de un grupo que se dirigía hacia
aquí y ella ha ido a guiarlos de forma segura hasta la
fortaleza.

Suyin se echó el pelo hacia atrás.

―Dada su lentitud, no llegará hasta altas horas de la


noche; se ha ofrecido a volver a la aldea, pero quiero
que esté con nosotros cuando salgamos de este lugar.

―Ha estado lejos de casa durante muchas semanas


―dijo Aodhan en voz baja. ―Ni siquiera los maestros
de espías pueden volar siempre solos.

―Exactamente, mi segundo. ―Frunciendo los labios,


Suyin dejó escapar un suspiro. ―La propia Vetra dijo
que es muy posible que se haya perdido cosas en el
asentamiento. Está segura de que todas sus
pertenencias permanecen en las casas―botas, ropa,
alimentos, herramientas lo que va en contra de la teoría

Bookeater
Archangel´s Light
de que se escabulleron hacia los bosques y se alejaron
de mí por un sentimiento de lealtad hacia mi tía.

Illium pensó en los eventos que habían tenido lugar en


las tierras de Titus. Su instinto le llevó a buscar a
Aodhan. ¿Podría ser otro ángel infectado? Los ángeles no
estaban destinados a enfermar, pero la cascada había
traído consigo el don de la enfermedad. El primer caso
conocido fue violento.

Preocupación en la mirada que Aodhan le dirigió. No


hemos encontrado señales de nada parecido, pero es un
territorio extenso.

Que un arcángel tan antiguo y formidable como Lijuan


hubiera dejado atrás una plétora de secretos mortales
no era ninguna sorpresa. Elena se lo había comentado
cuando se despidió de él con un abrazo antes de su
vuelo aquí. ―Vigila tu espalda, Campanilla, y
recuérdale a Aodhan que vigile la suya. No confío en
que nuestro arcángel psicótico del vecindario no haya
dejado una o tres sorpresas maliciosas.

―Vetra ―añadió Suyin, ―habia creído que las casas


vacías eran el resultado de asaltantes humanos que
habían escapado de nuestra red, o de esos pocos

Bookeater
Archangel´s Light
vampiros nacidos de la sangre que que permanecen en
la naturaleza, pero no vio signos evidentes de violencia
o una salida precipitada.

―Los eruditos que llevan un registro de la población


también han verificado tres veces con los mortales y
vampiros asentados en los alrededores de la
fortaleza. Los ciudadanos de la aldea no están entre
ellos.

Una inquietante quietud en el aire hizo que la piel de


Illium se volviera de hielo cuando Suyin dijo:
―Cincuenta personas, hombres, mujeres, niños,
mortales y vampiros, parecen haberse desvanecido en
el aire.

Bookeater
Archangel´s Light
8

Suyin se llevó las manos a la espalda tras aquella


escalofriante declaración, el zumbido de su poder era
tan sutil que era casi resultaba insignificante. Tenía que
estarlo controlándolo, el poder arcangélico nunca era
tan silencioso.

Sacudiendo el escalofrío que quería subir por su


columna vertebral, Illium se preguntó si ella era
consciente de los problemas que su preferencia por
tales sutilezas podría causarle cuando la
Cátedracomenzara a reunirse en persona una vez más.

Una repentina mirada penetrante de Suyin.

― ¿En qué estás pensando, Illium? Casi puedo sentir


tu concentración.

Cogido por sorpresa, no obstante, se mantuvo


firme. ―Estás acostumbrada a mantener tu poder
contenido. ―Tenía que ser un remanente de su
cautiverio, un mecanismo de supervivencia
subconsciente para evitar que Lijuan la considerara

Bookeater
Archangel´s Light
una amenaza. ―Eso no te hará ningún favor con la
Cátedra.

Un largo momento de contacto visual sin parpadear y,


por primera vez, lo sintió. El poder gélidamente
práctico de un arcángel. Se le erizaron los pelos de la
nuca, pero no se inmutó. Había sido engendrado por
un arcángel, había crecido bajo el ala de otro, había
servido a Rafael durante siglos. Comprendía que,
independientemente de su piel exterior, eran
depredadores de primer orden que no confiaban ni
valoraban la debilidad.

Entonces le dedicó una pequeña sonrisa y la amenaza


pasó como una tormenta de verano. ―Parece que los
dos están de acuerdo. ―Una inclinación de cabeza
hacia Aodhan. ―Pero te diré esto: miles de años no
pueden simplemente ser borrados u olvidarse. Sin
embargo, nunca me han llamado menos que
inteligente. Seguiré tu consejo e intentaré parecer más
aterradora.

Illium parpadeó. ― ¿Has estado hablando con Elena?


―Porque eso definitivamente no había sido el tipo de
cosas que Suyin dijera.

Bookeater
Archangel´s Light
La risa ahora, delicada y encantadora. Podía ver por
qué a Aodhan le gustaba estar cerca de ella. Ella era
como él. Gentil, artística, amable.

―No ―dijo Suyin al fin. ―Naasir.

Fue entonces cuando Illium recordó que habían sido


Naasir y Andrómeda quienes habían rescatado a Suyin
de Lijuan. ― ¿Te dijo que dieras más miedo?

Suyin fingió formar garras.

―Enseña las garras, muestra los dientes ―dijo en una


aproximación al tono contundente de Naasir con la
gente que conocía y le gustaba. ―O los depredadores
más grandes te comerán y escupirán tus huesos.

Agachando la cabeza Aodhan tosió en su mano.

―Buen consejo.

―Sí, Sí. ―Suyin se cruzó de brazos. ―Todos han


dejado su punto de vista. ―Pero luego sonrió. ―
¿Crees que tengo alguna posibilidad de robar a Naasir
y Andrómeda para mi corte?

Bookeater
Archangel´s Light
―No ―respondieron a la vez Illium y Aodhan.

Lo que no añadieron fue que mientras Dmitri fuera el


segundo de Rafael, Naasir nunca llegaría lejos. Estaba
fuertemente unido a Dmitri, y ahora, a la esposa de
Dmitri, Honor.

―Eso es lo que pensaba. Pero tener dos personas de


tanta confianza... ―Suyin exhaló. ―Espero que Rafael
comprenda la suerte que tiene.

Andrómeda técnicamente no pertenecía a la corte de


Rafael, pero eso no importaba aquí.

―Le tomó cientos de años reunir a sus Siete ―señaló


Aodhan, con cuidado de hacerlo de una manera que no
se tratara de juzgar sino de ofrecer claridad a su
arcángel. ―Nosotros no fuimos Siete hasta hace poco
más de dos siglos, cuando Venom se unió a nuestras
filas. Al comienzo de su reinado, el sire solo tenía a
Dmitri a su lado.

―Eres sabio una vez más, mi segundo ―murmuró


Suyin. ―Pensaré en esto y practicaré la paciencia.
―Con las alas sujetas con control guerrero que había

Bookeater
Archangel´s Light
perfeccionado desde que se curó de sus heridas, dijo:
—Quiero que Illium y tú examinen la aldea.

―Pero primero, esperaremos el regreso de Vetra para


que pueda informarnos más detalladamente; antes de
abandonar la zona, hizo un barrido cuidadoso por los
bosques para asegurarse de que la gente de la aldea no
estaba herida o perdida allí. Los árboles permanecieron
en silencio, sin voces que rompieran su quietud.

Aodhan entendió lo que quería decir: fuera lo que


fuera lo que había sucedido, era demasiado tarde para
salvar a los residentes. Esperar a Vetra no los pondría
en peligro y, por duro que fuera, ahora mismo sabían
que la gente del asentamiento de la fortaleza estaba
viva. Y esas personas necesitaban su ayuda para
prepararse para el viaje que se avecinaba.

Suyin abrió sus alas con un movimiento inquieto, y las


volvió a cerrar.

—No preveo una respuesta fácil, por eso me gustaría


que ambos se quedaran con el equipo doméstico a
cargo de cerrar la fortaleza.

Levantó una mano cuando Aodhan hubiera hablado.

Bookeater
Archangel´s Light
―Sabes que tenemos los números para hacerlo con
seguridad, y el escuadrón de élite de Caliane incluso
ahora vigila el lugar donde pretendo instalarme. ―Una
luz en sus ojos. ―Creo que me gustaría mi ciudadela
junto al mar, frente a un amigo.

Líneas de expresión entre sus cejas mientras miraba en


dirección a la piedra oscura de la fortaleza. ―Este no es
un buen lugar.

―Investigar la aldea mientras se vigila al equipo de


cierre de la fortaleza parece una tarea pequeña. Illium
y yo te seríamos más útiles en el camino.

Con el ceño fruncido Suyin dijo:

—Sobrevolé la aldea antes de nuestro encuentro para


ver si podía detectar lo que Vetra podía haber pasado
por alto. Tuve poco tiempo, pero sentí la conciencia de
un mal frío. Como si el silencio de la aldea hiciera
audibles sus susurros.

Aodhan enarcó una ceja.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Ahora eres Cassandra, Suyin? Haciendo profecías y
hablando con acertijos.

Una risa repentina que iluminó los ojos de Suyin.

―Verdaderamente, así he soñado, ¿no es así? ―Ella


negó con la cabeza. ―No, es solo una picazón debajo
de mi piel. Sigues diciéndome que escuche mis
instintos y así lo haré. Quédate hasta que el equipo de
cierre esté listo para salir, a ver si puedes descubrir qué
es lo que me perturba tanto.

― ¿Y si no encontramos nada?

―Entonces únete a mí junto al mar. ―Ahora no hay


risas, sólo una pesadez de emoción. ―Puede ser que lo
que tomé por el beso del mal sea una cosa de horror
más silencioso.

Sin comprender, Illium miró a Aodhan.

Muchos sobrevivientes no pueden afrontar el dolor y la


culpa, le dijo Aodhan. Eligen la muerte, para ellos y para
sus hijos. Unos ojos de fragmentos Azules y verdes
translúcidos sostuvieron los de Illium. Como elegí una
muerte en vida por una eternidad.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium se estremeció. Aodhan nunca hablaba de
aquellos años. Alguna que otra alusión, sí, pero nunca
nada tan frontal. Mientras estaba allí, sacudido por el
inesperado golpe, se dio cuenta de algo: no conozco a
este Aodhan en absoluto.

Bookeater
Archangel´s Light
9

Pasado

Illium señaló.

― ¡Mamá, mira! ¡Chispitas!

Su madre miró desde donde estaba hablando con la


Maestra. Illium era demasiado joven para ir a la
escuela, pero le agradaba la profesora. Era amable y
tenía ojos tiernos, y cuando sonreía, él siempre quería
devolverle la sonrisa.

―Oh ―dijo su madre, su rostro se iluminó de una


manera que le hizo rebotar. ―Es el pequeño que
conociste una vez, cuando ambos eran bebés. Sus
padres se lo llevaron con ellos a un destino remoto
poco después.

―Pero los bebés se quedan ―argumentó Illium. ―Tú


lo dijiste. ―Eso es lo que le había dicho ella cuando le
había pedido volar más allá de los límites del Refugio.

Bookeater
Archangel´s Light
―Sí, la mayoría de los bebés se quedan aquí. ―Ella le
pasó la mano por el cabello y él vio que tenía un
mechón de pintura verde en su propio cabello. ―A
menos que sus padres necesiten viajar y el lugar al que
viajan sea seguro para un niño.

El papá de Illium no vivía en el Refugio. Se preguntaba


si podría ir con su papá. Sólo que nunca lo haría.
Amaba a su papá, pero si se iba, su mamá quedaría
sola. Y Illium ya sabía que cuando su papá estaba en su
corte, debía estar muy ocupado. Estaba ocupado
incluso cuando venía a visitar a Illium y a su mamá.

Al ver que el chico brillante estaba solo mientras la


mujer que probablemente era su madre hablaba con
otro adulto, Illium dijo: ― ¿Voy a jugar?

―Vuelve a casa antes de que anochezca.

Cuando Illium comenzó a caminar hacia el niño,


arrastrando las alas, escuchó a la Maestra decir: ―¿No
te preocupa que ande solo por el Refugio? Es tan
pequeño.

Bookeater
Archangel´s Light
―Oh, todos vigilamos a los angelitos, Jessamy, sabes
que tú también lo haces. Y yo conozco mis tendencias.
―La voz de su madre cambió. ―Lo mantendría atado
a las cuerdas de mi delantal, lo protegería de todo daño
y, al hacerlo, lo dañaría sin remedio. ―Respiró
profundamente. ―Así que he aprendido a dejarlo ir, a
permitirle ampliar sus horizontes.

Sin prestar realmente atención a la conversación de los


adultos, Illium trató de levantar las alas mientras
caminaba hacia el otro chico, pero fue difícil. Sus alas
eran más grandes que su cuerpo y seguían rozando el
suelo.

Quería volar, pero solo podía dar dos o tres golpes de


ala antes de cansarse demasiado y tener que
aterrizar. Su papá le había dicho que pronto podría
volar más y más lejos, ¡pero era muy, muy, muy, difícil
esperar!

―Hola ―le dijo al niño ángel, que era la persona más


brillante que Illium había visto en su vida. Incluso su
cabello brillaba. ― ¡Soy Illium! ―Él Sabía que el chico
lo entendería: a todos se les enseñaba este idioma,
aunque que si hablaran muchos otros.

Bookeater
Archangel´s Light
El chico brillante no sonrió, solo lo miró con ojos
destrozados pero bonitos. ―Soy Aodhan.

― ¿Quieres jugar?

El niño miró a la mujer con una larga caída de cabello


tan pálida como la luz del sol del amanecer que a la
mamá de Illium le gustaba pintar, mientras Illium se
acurrucaba en una manta grande y peluda a su lado,
pero ella seguía hablando con ese otro adulto. ―Tengo
que esperar.

Illium intentó ser pa―pa―pa―ciente. Lo hizo de


verdad. Pero los adultos hablaban mucho. Decidiendo
que tal vez la madre de Aodhan simplemente no había
visto a Illium, tiró de la parte inferior de su vestido.
Cuando ella miró hacia abajo con una pequeña
sacudida que le recorrió el cuerpo, ver, que no había
visto a Illium dijo: ― ¿Ah van a ir a jugar?

Ojos verdes brillantes como los de Aodhan. ―Sí.


―Una sonrisa tranquila, pero no mezquina. ―Le
vendrá bien hacer pequeños amigos ángeles después
de su tiempo de ausencia.

Bookeater
Archangel´s Light
Sin esperar más, Illium le tendió la mano a su nuevo
amigo. ― ¡Vamos a jugar!

El otro niño le tomó la mano y salieron corriendo,


arrastrando las alas por la hierba. Solo se detuvieron
cuando estuvieron fuera de la vista de los adultos, con
el pecho hinchado. Luego miraron piedras interesantes,
y Aodhan encontró un insecto amarillo manchado que
observaron por un tiempo antes de decidirse a ir a otro
lugar.

―Ah-dan ―dijo Illium, probando el nombre que le


hacía torcer la lengua.

―Ee-lee-um. ―Aodhan puso cara de pensar y luego


señaló las alas de Illium. ― ¿Azul?

Riendo, Illium asintió, se lo pensó y luego dijo: ―


¿Adi?

Aodhan sonrió.

En algún momento, se encontraron cerca del


desfiladero, una enorme hendidura en la piedra del
Refugio. Se acercaron al borde sobre sus vientres, y
miraron hacia abajo. Las antenas angélicas salpicaban

Bookeater
Archangel´s Light
el interior en la parte superior, pero no había nada más
abajo. Solo una oscuridad que hacía que las cosas
fueran secretas.

―Papá dice que el río estaba allí. ―Illium señaló.

Aodhan entrecerró los ojos. ―No puedo ver.

―Esta demasiado lejos. ―Copiando la expresión de su


amigo, Illium miró también hacia abajo... y se dio
cuenta de que no había ningún adulto en los
alrededores. ― ¿Quieres volar hasta allí? ―él susurró.

Aodhan lo miró con esos ojos que no eran como los de


los demás. ―No está permitido. ―Palabras
solemnes. ―Mamá dijo.

Illium volvió a bajar la mirada, con el corazón latiendo


demasiado rápido. ―Sí. ―Pero sus alas se agitaron.

―Está bien ―dijo Aodhan de repente.

Sonriendo, Illium se levantó y se alejó un poco de su


nuevo amigo. De lo contrario, sus alas podrían
enredarse. ― ¿Listo?

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan asintió, luego los dos salieron del borde juntos
antes de desplegar sus alas. Illium quiso gritar de
emoción, pero trató de permanecer callado para que los
adultos de las aeronaves no los arrestaran.

Cuando miró a Aodhan, vio que su nuevo amigo


estaba sonriendo por primera vez, y su rostro brillaba
no solo porque era brillante. Era brillante desde el
interior. Illium le devolvió la sonrisa y ambos bajaron
en círculos... y bajaron... y bajaron.

Sus alas comenzaban a volverse pesadas, y creyó


empezar a oír la primera señal de un río corriendo
cuando una mano grande lo agarró por la parte trasera
de los pantalones y lo levantó.

― ¡Oye! ―Comenzó a retorcerse... y vislumbró unas


alas blancas y doradas.

Caca.

Rafael agarró a Aodhan al segundo siguiente, antes de


salir volando del desfiladero con sus poderosas alas,
llevándolos a los dos a la luz del sol una vez
más. Illium miró a Aodhan y se encogió de hombros.
Su amigo le devolvió la sonrisa y se encogió de

Bookeater
Archangel´s Light
hombros, e Illium tuvo que reprimir una risita.
Estarían realmente en problemas si no se toman esto en
serio.

Tenía que admitir que era agradable subir. Sus alas se


habían cansado mucho. El desfiladero era grande,
mucho más grande de lo que podría haber imaginado
en toda su vida. Así que sonrió cuando Rafael los
depositó en la parte superior.

Rafael no le devolvió la sonrisa. Cruzó los brazos


desnudos sobre su antigua coraza de cuero favorita con
ceja alzada. ―Explícate.

―Fui yo ―admitió Illium. ―Hice que Adi se fuera.

―No. ―Aodhan frunció el ceño. ―Yo fui.

―Pero he dicho ―insistió Illium, no queriendo que su


nuevo amigo se metiera en problemas.

―No. ―Aodhan se quedó a su lado, sin moverse, sin


intentar huir.

―Ya veo ―murmuró Rafael. ―Así que ambos son


culpables. Entonces ambos serán castigados.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium gimió. ―Rafa, no lo volvemos a hacer.

― ¿Crees que nací ayer? ―Los labios de Rafael se


curvaron. ―Giren. Marchen.

Suspirando, Illium tomó la mano de Aodhan mientras


comenzaban a dirigirse hacia la fortaleza de Rafael.

― ¿Cuál es el castigo? ―Aodhan susurró.

―Escuela. Escribir cartas. Permanecer en el interior.


―Illium había intentado una vez señalar que era
demasiado joven para la escuela, y Rafael había
señalado que Illium era demasiado joven para intentar
disparar una ballesta, y ―sin embargo, ¿no te acabo de
encontrar arrastrando una ballesta por el suelo con
intención delictiva?

Illium no sabía qué significaba eso, pero había


entendido el tono. Así que siguió practicando sus
cartas.

Aodhan no parecía preocupado. ―Me gusta el interior.


―Su voz era tranquila. ―La gente señala y mira hacia
afuera. ―Puso cara de estar mirando.

Bookeater
Archangel´s Light
―Porque eres muy brillante. ―Illium también se había
quedando mirando al principio, pero ahora Aodhan
era su amigo. Decidió contarle algo muy
importante. ―Mi papá es un arcángel. ―Eso hizo que
Illium se sintiera muy orgulloso.

Aodhan se volvió hacia él con los ojos muy


abiertos. Luego volvió a mirar a Rafael. ― ¿Papá?

―No, amigo Rafa. ―También se sintió orgulloso de


decir eso; no muchos ángeles bebés eran amigos de un
arcángel. ―Mi papá Aegaeon. ―Le llevó tiempo
pronunciar el nombre de su papá, pero lo hizo bien.

―Adentro. ―Rafael los condujo a la fría piedra de su


fortaleza, justo cuando Dmitri salía.

Illium solía pensar que el vampiro, al que su papá


llamaba "la mano derecha mortal de Rafael" ―no le
gustaban los ángeles pequeños, pero un día, se había
caído y se había lastimado mucho las rodillas, y Dmitri
le había quitado de encima, y luego lo había llevado en
brazos hasta su casa. Había acariciado el cabello de
Illium y le había dicho que era valiente, e Illium se
había sentido bien a pesar de que le dolían las rodillas.

Bookeater
Archangel´s Light
Hoy, Dmitri enarcó una ceja tan oscura como su
cabello. ― ¿Otra vez en problemas, Illium?

―Sí.

La sonrisa de Dmitri apenas existía, pero Illium pudo


notar que era real, no como las sonrisas falsas que
algunos adultos usaban con los niños. ―Y ahora con
un socio en el crimen.

Illium le sonrió a Aodhan. ―Adi. Mi amigo.

Aodhan le devolvió la sonrisa.

Illium y Aodhan, ahora es casi imposible ver a uno sin


el otro. Me encuentro a la vez deseando y temiendo
que llegue el día en que los dos entren en mi salón de
clases. Será un caos, esto lo predigo con toda certeza.

Aodhan es unos años más joven, pero creo que debo


permitirle asistir cuando Illium lo haga, de lo contrario
Illium no se concentrará por querer estar jugando con
su amigo, y Aodhan ya es un pequeño tan tranquilo
que no quiero separarlo de su mejora aliado. Entonces,
juntos entrarán en su etapa escolar.

Bookeater
Archangel´s Light
Ya puedo sentir que las canas empiezan a echar raíces.

—Jessamy, maestra e Historiadora.

Bookeater
Archangel´s Light
10

Presente

El equipaje de Illium llegó a la fortaleza justo antes del


atardecer.

Había estado en el aire en ese momento, había visto


llegar el vehículo de transporte desde el aeropuerto
local, por lo demás desierto, flanqueado por guardias
angelicales. Porque no se podía confiar en nada en la
tierra de Lijuan. Todavía no. No antes de que Suyin
hubiera excavado y eliminado cada pieza de oscuridad.
Los suministros para la gente de Suyin llenaban el gran
vehículo de transporte hasta el borde. El equipaje de
Illium había viajado en el asiento del copiloto; no era
mucho, solo una bolsa de ropa de repuesto, algunas
armas adicionales y un montón de películas de terror
que debía pasarle a Aodhan.

―Puede descargarlas ―le había murmurado Illium a


Elena cuando ella puso el paquete en su bolso. ―Sabe
cómo hacerlo. ―A diferencia de muchos otros
inmortales, Illium no había tenido que insistir en el

Bookeater
Archangel´s Light
conocimiento de Aodhan; él había aprendido como
Illium, ambos de acuerdo en que ser ignorante era
quedarse atrás.

―Sí ―había estado de acuerdo Elena, ―pero tengo


copias de los casos originales. ¿Ves? ―Levantó un
estuche con una apariencia chillona de una mujer en
falso terror, con los pechos apunto de salirse de su
camisón ajustado.

― ¿Cómo se supone que eso sea cómodo para dormir?

Elena, que en ese momento había estado vestida con el


equipo de caza en completo, cada parte de su cuerpo
erizada de cuchillos, había dejado caer el objeto de
nuevo en la bolsa. ―No es para dormir. Es para huir
de un maníaco que con un hacha. Sígueme el rollo.

Colocando la pila de películas en la mesita de noche


después de que Suyin les diera a todos, una hora libre
para descansar y recargar energías, Illium frunció el
ceño. Un segundo después, se dijo a sí mismo que
dejara de ser un idiota y, agarrándolo todo, se dirigió al
otro lado del pasillo. La puerta de Aodhan estaba
abierta. ― ¿Aodhan?

Bookeater
Archangel´s Light
―En el balcón.

―Elena te envió algunas películas de terror. Las dejaré


en esta mesa junto a la puerta.

―Oh, enséñame. Tengo las manos manchadas de


pintura.

Por supuesto, la idea de Aodhan de tomarse un


descanso era coger un pincel. Los labios de Illium se
levantaron por un latido, pero la oleada de afecto no
fue rival para su incomodidad y dolor. Él no quería
estar en el espacio personal de Aodhan.

Pero como sabía que Elena le preguntaría qué había


pensado Aodhan de los casos originales, atravesó la
habitación de un amarillo soleado decorada con
cuadros de girasoles y gatitos con sombreros
elegantes. Incluso había una estatua de mármol de lo
que parecía ser el preciado carlino de alguien. No
podía imaginarse una habitación menos Aodhan, salvo
por una cosa: el amplio balcón que derramaba luz en el
espacio.

Luz y más de una salida, ésas eran las dos cosas


innegociables para Aodhan. Prefería dormir bajo las

Bookeater
Archangel´s Light
estrellas que estar atrapado en una habitación a
oscuras. ¿Y cualquier habitación o apartamento con
puntos de salida difíciles? Aodhan ni siquiera pondría
un pie dentro.

A Illium le dolía el pecho al saber por qué.

También sabía por qué Aodhan había ido directamente


al balcón después de que Suyin ordenara un
descanso. La luz a esta hora del día era codiciada por
los artistas de todo el mundo. De niño, Illium había
aprendido a divertirse durante esos momentos; su
madre habría acudido a él de inmediato si le hubiera
llamado, pero había visto tanta alegría en su rostro
cuando pintaba a la luz del atardecer que había
intentado no meterse en problemas entonces.

Más tarde, había visto a Aodhan caer bajo el mismo


hechizo de luz.

El brillo de las alas del otro hombre lanzaba colores


contra las paredes, haciendo que a Illium se le apretara
el estómago. Brillo. Un nombre nacido en la amistad de
la infancia, pero que Illium no había utilizado durante
mucho tiempo después de que Aodhan resultara
herido. El sonido de ese nombre le había hecho sentir

Bookeater
Archangel´s Light
culpa, porque le recordaba todo lo que Aodhan podría
haber sido si Illium hubiera sido un mejor amigo, si lo
hubiera encontrado antes, si no hubiera peleado con él en
primer lugar.

Aodhan habría estado con él aquel día si los dos no se


hubieran por el enamoramiento de Aodhan con un
instructor de vuelo que Illium no soportaba. El ángel
imbécil había estado colgando a Aodhan de un hilo
mientras jugaba al mismo juego con una vampiresa
y un hombre mortal.

Illium, furioso por su amigo, había murmurado que el


ángel en cuestión "se follaría a una cabra si pudiera
salirse con la suya".

Aodhan había tomado eso como un comentario sobre


su propia inteligencia y deseabilidad, cuando Illium
había querido decir lo contrario: que Aodhan era
demasiado bueno para los gustos del instructor.

Qué jodidamente estúpido.

Debería haber cerrado la boca, dejar que el


enamoramiento siguiera su curso.

Bookeater
Archangel´s Light
Pero no lo había hecho. Y su brillo había acabado en
una pesadilla que le había robado la luz.

― ¿Qué películas me envió Ellie? ―Preguntó Aodhan


en el instante en que Illium apareció en la puerta del
balcón. ―Ella prometió espantar a mis plumas.

A Illium se le cortó la respiración, porque este hombre


que ardía en la cálida luz del final del día estaba
lleno de luz, de vida. Brillaba en sus ojos, chispeaba en
su cabello, jugaba sobre su piel. Volvía a brillar y era
glorioso.

―Aquí. ―Illium sacó la pila de cajas, con la voz ronca.


Su madre se avergonzaría de él, pero odiaba que
Aodhan hubiera tenido que venir a China, a Suyin,
para encontrar su luz. Sus largos años de amistad con
Illium, incluso las relaciones que había entablado
después de llegar a la Torre, nada de eso le había
llevado a este nivel de felicidad.

Fue el hecho de caminar al lado de Suyin lo que le


había llevado a este resultado, y joder, ese
conocimiento le dolía.

Bookeater
Archangel´s Light
Inclinando su cuerpo para mirar el caso en la parte
superior, Aodhan llevó sus manos a ambos
lados. Moteadas con salpicaduras de pintura azul,
verde y blanca, coincidían con la escena que tomaba
forma en el lienzo a su derecha. Siempre había sido un
pintor desordenado, y nunca había necesitado tener el
tema frente a él para pintarlo, o para pintarlos.

El ojo artístico de Aodhan captaba momentos, los


retenía.

Hoy había elegido trabajar en una escena del Refugio


que hacía fruncir el ceño a Illium. Sin darse cuenta de
que lo estaba haciendo, se inclinó hacia el lienzo
mientras Aodhan se inclinaba para ver con más
claridad la imagen del estuche... y el borde del ala de
Aodhan rozó su pecho.

Se echó hacia atrás. ―Lo siento.

Aodhan frunció el ceño.

― ¿Por qué?

Illium no tenía nada que decir a eso, porque una cosa


que nada ni nadie le robaría: aunque la madre de

Bookeater
Archangel´s Light
Illium había abrazado a Aodhan a menudo durante su
recuperación, Illium era la primera persona cuyo toque
Aodhan había buscado activamente cuando emergió
de su largo sueño.

Sus dedos se estremecieron al recordar la sensación de


la piel de Aodhan contra la suya después de tanto
tiempo, su pecho se comprimió. Incapaz de soportar el
diluvio de recuerdos, de emociones, se quedó mirando
la escena a medio terminar en el lienzo en lugar de
responder.

Podría haber sido muchas partes del Refugio, pero no


lo era.

Aquella pequeña casa de piedra respaldada por


montañas irregulares, las flores que florecían fuera, el
camino que se adentraba en el Refugio.

―Esa es nuestra casa. ―El lugar donde Illium había


crecido bajo la mirada amorosa de su madre, y donde
Aodhan había pasado tanto o más tiempo que en su
verdadero hogar.

Al menos hasta que ambos se hicieron mayores.


Entonces, se les asignó su propia pequeña antena en el

Bookeater
Archangel´s Light
desfiladero, junto con a otras personas de su edad,
aunque ambos visitaban a la madre de Illium todos los
días que estaban en el Refugio, e incluso se quedaban
con ella durante los peores momentos, cuando se
olvidaba de que ya no eran angelitos.

Una vez que se convirtieron en miembros permanentes


del equipo de Rafael, les ofrecieron habitaciones dentro
de su fortaleza del Refugio, pero las rechazaron.
Durante cien años más, se habían quedado con las
antenas y se habían deleitado con las carreras y los en
el desfiladero.

―Almohadillas de soltero ―había dicho Elena con una


carcajada la última vez que había estado en el
Refugio. ―Definitivamente puedo ver el atractivo.

No es el término correcto, ya que los aereas no se


limitaban a un género específico, pero es correcto en el
tono, ya que ninguna familia los llamaba hogar. En su
mayor parte, los ángeles solitarios prefieren las aereas,
con un rango de edad más joven, aunque también hay
ángeles mayores que prefieren su propia compañía.

Bookeater
Archangel´s Light
―Deberías pintar los aereas ―dijo sin pensarlo. ―De
noche, cuando las luces brillan en el interior y los
ángeles entran y salen.

Vio algo más en el cuadro antes de que Aodhan


pudiera responder.

― ¿Qué es esa mancha azul? ―Se interrumpió, y miró


a su amigo. ― ¿Se supone que soy yo?

La sonrisa de Aodhan era algo familiar que aparecía


muy pocas veces.

―Solo el comienzo de ti. Estoy intentando capturar ese


momento en el que te subiste al techo para intentar
salir volando, conmigo como el titular designado de la
escalera.

El recuerdo floreció. De lo difícil que había sido subirse


a la cima con las pesada alas a la espalda, delo mucho
que habían tardado en mover la gran escalera de
madera, todavía no estaba seguro de cómo lo habían
logrado y de lo enojada que se había puesto su madre
cuando los atrapó antes de que él llegara a la cima.

Bookeater
Archangel´s Light
―Lo tenía planeado ―dijo. ―Iba a aterrizar en los
suaves arbustos de jazmín de abajo si no conseguía
alzar el vuelo en la corta distancia.

Aodhan se echó a reír, el sonido se extendió sobre


Illium como una canción inaudita durante demasiado
tiempo. ―No recuerdo que hayas sacado a relucir esa
genialidad mientras Eh-ma nos reprendía a los dos.

Illium resopló. ―Sabía que me metería en problemas


aún peores por la posible destrucción accidental de sus
plantas. ―Otra ráfaga de recuerdos. ―No te creyó
cuando le confesaste que habías ideado el plan.

―Eso es porque sabía que nunca se me ocurriría nada


que te pusiera en peligro.

Sus ojos se encontraron, la conexión era tan profunda,


tan llena de recuerdos compartidos que le robó el
aliento a Illium... y entonces las palabras de Aodhan
penetraron heridas punzantes en su corazón. Sabía que
su amigo no lo había dicho en ese sentido, pero
mientras Aodhan había pasado su infancia y juventud
tratando de mantener a Illium a salvo, Illium no había
podido hacer lo mismo la única vez que importaba.

Bookeater
Archangel´s Light
No había estado al lado de su amigo.

Y habían perdido a Aodhan, primero a manos de un


monstruo y su monstruosa amante, luego por sus
pesadillas.

La sonrisa de Aodhan se desvaneció, sus ojos


escanearon el rostro de Illium.

― ¿Qué ocurre?

Sacudiendo la cabeza, Illium dio un paso


atrás. ―Deberías usar la luz antes de que se
desvanezca. ―dijo con voz ronca. ―Tendremos que
bajar a cenar pronto. ―Suyin había pedido a todos sus
superiores que se reunieran tras el descanso para una
breve reunión durante una cena rápida.

―Vetra debería llegar hacia el final, para poder


informarles sobre la aldea ―había dicho el arcángel.
―Antes de eso, necesitamos repasar por última vez
todo el plan de traslado, asegurarnos de que no hay
agujeros en nuestra estrategia.

Illium ya se había enterado de que el plan de viaje se


había elaborado con bastante antelación a la decisión

Bookeater
Archangel´s Light
de Suyin de trasladarse. Había sido Xan quien le había
puesto al corriente, mientras los dos amarraban un
jergón lleno de tiendas de campaña.

―Siempre supimos que esta no era nuestra última


parada ―había dicho el vampiro, con la musculosa
parte superior del cuerpo desnudo y varios mechones
de cabello negro pegados a sus mejillas tras haber
escapado de la corbata que había usado para
recogerlo. ―Incluso antes de encontrar ese infierno
subterráneo, sabíamos que era sólo un lugar para
recuperar el aliento.

― ¿El complejo subterráneo? ¿Qué tan malo era?

Con una mirada de piedra en el rico color marrón de


sus ojos, Xan había dicho: ―Encontré colmillos en al
menos un par de huesos. Encerrado dentro de una
celda.

Los vampiros podían morir de hambre, pero tardaban


mucho, mucho tiempo, la mayor parte del cual lo
pasaban en agonía mientras su cuerpo se momificaba a
su alrededor. Tal hambruna podía utilizarse, y se había
usado como castigo por los crímenes más atroces, ya
que muchos inmortales creían que la muerte era una

Bookeater
Archangel´s Light
ruta demasiado fácil. Illium estaba de acuerdo con
ellos.

¿Sin embargo, haber sido abandonado para morir de


hambre hasta el punto de la morir?

O el crimen había sido del peor grado... o, dado que el


complejo estaba bajo una de las fortalezas de Lijuan,
había sido un acto de crueldad. Estaba claro que Xan
creía que era lo segundo, que las personas que habían
muerto dentro no eran culpables de ningún crimen.

La imagen de los huesos esparcidos en la oscuridad


estaba en su mente mientras se alejaba del balcón
donde estaba Aodhan. El otro hombre parecía querer
discutir, pero Illium no le dio la oportunidad, se dio la
vuelta y salió rápidamente.

Sabía que estaba evitando lo inevitable, sabía que


tenían que hablar, sacar todo a la luz. Pero no estaba
listo, porque esa discusión sólo podía terminar de una
manera: con una ruptura definitiva.

La lenta erosión de su amistad había terminado.

Ahora era frágil. Lista para romperse.

Bookeater
Archangel´s Light
***

Aodhan sintió la reverberación de la puerta que Illium


cerró detrás de si, aunque Illium no la había
golpeado. Era como si la vibración se hubiera metido
directamente en su cuerpo, fragmentando sus
pensamientos y nublando su visión. Ni siquiera podía
recordar el nombre de la película que encabezaba la
pila que Illium le había entregado, pila que había
depositado en una mesa decorativa al salir.

A pesar de su estado, tomó su pincel. El arte era la


forma en que siempre había dado sentido al mundo. Su
mano se movió casi automáticamente, trabajando
según el plano en su mente.

Como era su tendencia, dejó la descripción de sí mismo


para el final. Como nunca se había visto a sí mismo en
esas escenas de la vida real, era la persona más difícil
de pintar. La mayoría de las veces, su solución era
preguntar a otra persona si tenía un recuerdo de ese
momento y si podía describirlo, su expresión facial, su
energía.

Bookeater
Archangel´s Light
Debería haber preguntado a Illium. Durante unos
instantes, después de que Illium frunciera el ceño ante
la representación de sí mismo, todo volvió a ser como
antes, con los dos tan cómodos el uno con el otro que
nunca tuvieron que pedir permiso verbalmente para
nada. No por falta de respeto, sino porque podían
leerse con una mirada, dar y pedir con una sonrisa o
un toque.

Las cosas habían cambiado.

Aodhan aceptó que había comenzado el cambio y, a


pesar del dolor que le causaba, lo volvería a
hacer; tenía buenas razones para sus acciones. Sin
embargo, esta amistad fracturada, éste distanciamiento
con Illium, nunca había sido el resultado deseado. ―Sé
honesto, Aodhan ―murmuró para sí mismo mientras
delineaba unas alas a medio formar de un azul
salvaje. ―Nunca pensaste en ir tan lejos. Estabas
demasiado enojado.

Ya no soy una muñeca rota que necesita ser protegida de


aquellos que podrían jugar bruscamente conmigo.

Parece que fue hace tanto tiempo, aquella pelea dentro


de la casa de Elena y Rafael, ahora destruida, en el

Bookeater
Archangel´s Light
Enclave, pero ese había sido el comienzo de todo. Toda
la ira, toda la frustración, se había ido acumulando y
acumulando dentro de Aodhan durante años... sólo
para explotar hacia afuera en una furia despiadada.

Por supuesto, había aterrizado en Illium. Porque Illium


siempre había estado ahí, la base más fuerte de la vida
de Aodhan.

Ese era el problema.

Aodhan se había acostumbrado tanto apoyarse sobre


esa base que se había olvidado de reconstruir y
fortalecer los suyos, y había culpado a Illium por
ello. Necesitaba disculparse por esa parte. La culpa era
igualmente suya. Había permitido que Illium tomara
las riendas, que allanara el camino, que fuera el escudo
de Aodhan contra el mundo. Eso era culpa suya.

Pero Illium había cometido sus propios errores. No


había escuchado cuando Aodhan trató de hablar, no
había aceptado que su curación había terminado, que
ya no necesitaba un guardián. La mandíbula de
Aodhan se tensó incluso cuando tomó su mejor pincel
para agregar los detalles de la forma agachada de
Illium.

Bookeater
Archangel´s Light
En esta imagen, todo era como debía ser, su amistad no
había sido rota por el tiempo, la atrocida o el
dolor. Pero la vida seguí adelante. Estancarse era
morir.

Aodhan lo sabía mejor que nadie.

Bookeater
Archangel´s Light
11

Pasado

Sharine sostenía una pequeña mano en cada una de las


suyas. Estaba sujetando demasiado fuerte, pero era
necesario para los dos monos traviesos que tenía en sus
manos. Honestamente, estaba pensando seriamente en
ponerles una correa a cada uno; si Illium era travieso
por su sí solo, ¡añádele su pequeño y tranquilo
cómplice y los queridos Ancestros Durmientes!

―Nunca ha hecho travesuras ―había murmurado la


madre de Aodhan la última vez, después de que
Sharine tuviera que llevar a Aodhan a casa con
mechones de alquitrán en su hermoso cabello. Había
querido cortarlo, pero no se había sentido autorizada.

A decir verdad, Sharine no se habría sorprendido si


Menerva hubiera decidido no permitir que Aodhan
jugara con Illium, aunque Sharine habría defendido el
caso de los chicos. Sí, se hacían en travesuras, pero
nunca era nada malo o más de lo que se podía esperar
de dos angelitos inteligentes.

Bookeater
Archangel´s Light
Pero Menerva le había dado una pequeña y temblorosa
sonrisa. ―A Rukiel y a mí nos preocupaba de
hubiéramos retrasado el desarrollo de nuestro hijo al
llevarlo tan lejos de todos los demás ángeles de su
edad. Es un hombrecito tan serio.

Había afecto en su mirada mientras veía a Aodhan


sentado con el rostro triste en un banco del jardín a
poca distancia de ellos, pero mezclado con el afecto
había una sensación de desconcierto. ―Nunca esperé
concebir un hijo tantos cientos de años después del
primero. Me había adaptado a la siguiente edad de mi
vida.

―No puedo sino imaginar tu asombro. ―Lo extraño


era que Sharine era mucho, mucho mayor que
cualquiera de los padres de Aodhan, pero había
revivido con el nacimiento de Illium. Menerva y
Rukiel, por el contrario, parecían perpetuamente
perplejos por tener un angelito en su vecindad; como
Menerva había dicho, se habían establecido en una era
de contemplación y erudición, y durante tanto tiempo
que no pudieron alterar el rumbo tras el nacimiento de
Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
Ese día, Menerva se había dirigido a Sharine, con un
toque de desesperación en su tono. ―Pero lo
amamos. Nunca lo dudes.

—No, Menerva. Por supuesto que no. ―Sharine había


tomado la mano de la otra mujer, la sostuvo entre las
suyas. ―Y no tienes que preocuparte por su
desarrollo. Actúa exactamente como un niño de su
edad.

Una mirada de gratitud por parte del ángel rubio. ¿Te


importa que siga siendo amigo de tu hijo? Sé que son
traviesos juntos, pero Aodhan hace tan pocas
amistades que yo no me interpondría.

―Ellos son traviesos, ―Sharine había asentido ―pero


también son muy buenos el uno para el otro. La forma
en que se animan mutuamente, es una alegría de ver.
―Apretó la mano de Menerva. ―Creo que nuestros
muchachos estarán bien si los ponemos en el camino
correcto.

Por eso Sharine llevaba a los dos traviesos a la escuela,


para asegurarse de que comenzaran en ese
camino. ―Aodhan, técnicamente eres demasiado
joven, pero Jessamy está feliz de que te unas. La

Bookeater
Archangel´s Light
escuela tiene una sesión matutina una vez a la semana
para los más pequeños en la que el maestro cuenta
historias y luego los estudiantes juegan.

―Jugamos, ―dijo Illium, con una mirada belicosa en


su rostro.

Aodhan asintió con firmeza.

―Estos juegos implican algo más que dos


jugadores. Se trata de hacer más amigos y divertirse
juntos. ―No se preocupó por Illium: su hijo podía
hablar con cualquiera. Ya conocía y jugaba con la
mayoría de los niños del Refugio. Cuando Illium se
convirtiera en un hombre, sin duda tendría amigos de
un extremo al otro del mundo.

Eso lo había heredado de Aegaeon, pensó, una especie


de carisma salvaje que arrastraba a todos a su paso. El
encanto de Illium, sin embargo, era mucho más amable
y sin arrogancia. Pero claro, él era solo un bebé.

Aodhan, sin embargo, era como Sharine. Retraído con


los extraños, reticente con la gente nueva. No es que
fuera tímido. Conocía su mente, podía expresarlo.

Bookeater
Archangel´s Light
Puede que Illium diera el primer paso en su amistad,
pero Aodhan había decidido aceptar la propuesta.

Ella les había escuchado discutir sobre qué jugar, qué


camino tomar, y Aodhan nunca se limitaba a ceder.
Ganó su parte justa de batallas. Lo suyo, le había
complacido ver, no era un equilibrio desigual, sino una
verdadera amistad entre iguales.

Ahora Aodhan la miraba con ojos grandes.

―Mi amigo, Azul.

―Sí. Siempre serás amigo de Illium. Pero eso no


significa que no puedas tener otros amigos.

―Adi, mi amigo ―dijo Illium con su tono de voz más


obstinado, con su pequeña frente arrugada de forma
oscura.

Oh vaya. Parecía que su hijo también había heredado


un carácter posesivo. De quién, no estaba muy
segura. Ninguno de sus padres se aferraba al otro.
Quizás podría encontrar un abuelo a quien culpar. Sea
como fuere, tendría que vigilarlo para asegurarse de

Bookeater
Archangel´s Light
que no ahogara accidentalmente los intentos de
Aodhan de hacer otros amigos.

Sí, Aodhan podía mantenerse firme, pero ella no estaba


segura de que lo hiciera cuando se tratara de hacer más
amigos. Tenía un verdadero amigo y eso era suficiente
para él. Sharine lo entendía. Ella también tenía una
verdadera amiga, y el hecho que Caliane durmiera en
ese momento y en ese lugar no cambiaba su
vínculo. Pero ella era un adulto, y tenía otros amigos
que no eran tan cercanos a ella como Caliane.

No, ella se encargaría de decirle a Jessamy que pusiera


a los niños en diferentes grupos para los juegos. De lo
contrario, se emparejarían, arrasarían con todos los
demás y no ampliarían su círculo.

Bookeater
Archangel´s Light
12

Presente

Sin contar la Torre, Illium había asistido a comidas en


la corte de más de un arcángel. La más reciente había
sido en casa de Titus. Su "padrastro" ―le había
amenazado con azotar si Illium le llamaba así una vez
más, mientras su madre sonreía de una manera
deslumbrante y llena de humor.

Solo por eso, Illium habría amado a Titus. Pero el


arcángel tenía muchas cosas para elogiarlo, la principal
era cómo trataba a sus guerreros. Nunca fueron
prescindibles para Titus. El Arcángel de África
valoraba a todos y cada uno de los miembros de sus
fuerzas y era conocido por tomarse el tiempo de
entrenar incluso con sus escuadrones más jóvenes.

Por supuesto, creía que Illium era demasiado joven


para tener tanto poder.

― ¡Necesitas un poco de experiencia, chico! ―le dijo,


dándole una palmada a Illium en la espalda. ―Hay

Bookeater
Archangel´s Light
una razón para que la ascensión se produzca a cierta
edad.

La palabra "ascensión" ―hacía que el terror subiera por


la columna vertebral de Illium cada vez que alguien la
pronunciaba en relación con él. No tenía ningún
deseo, ninguno, de convertirse en arcángel. Tal vez eso
cambiara en el futuro, y tal vez no, pero una cosa era
cierta: era demasiado joven para que eso fuera siquiera
una idea susurrada. El poder lo destrozaría. Incluso si
de alguna manera sobreviviera, una posibilidad tan
remota que sería insignificante, sería devorado vivo
por aquellos miembros de la Cátedra que no tenían
ninguna razón para preocuparse por él o llamarlo
amigo.

Pero la peor víctima de todas sería tener que


abandonar la Torre, los Siete.

No, Illium no estaba de acuerdo con ninguna


conversación sobre la ascensión. Por ello, se había
alegrado de ver a Suyin ascender en el otro extremo de
la guerra. Puede que no haya sido sido probada, pero
era miles de años mayor que él, tenía una gracia y una
madurez que él todavía estaba desarrollando.

Bookeater
Archangel´s Light
Podría sentir envidia de su relación con Aodhan y, sin
embargo, aceptar sus cualidades como miembro de la
Cátedra y, más específicamente, como arcángel de este
territorio devastado. Esta tierra necesitaba un
arquitecto, un constructor, mucho más que un arcángel
de sangre guerrera.

En cuanto a Titus, a pesar de sus dudas sobre la


velocidad acelerada de la curva de poder de Illium, el
arcángel lo había tratado con el respeto debido a un
guerrero de su habilidad y experiencia. Tampoco había
habido formalidades en su mesa, los tres comían en
familia.

Incluso antes del enredo de la madre de Illium con


Titus, la mesa del otro arcángel había sido fácil. Nada
podía ser como cuando Rafael se reunía con sus Siete,
pero había estado cerca.

La mesa de Neha, por el contrario, era una cuestión de


modales formales, cada plato una obra de arte. La mesa
de Elijah se encontraba en algún punto intermedio: la
familiaridad de un guerrero a gusto en su hogar, pero
con un toque de elegancia en la presentación. Era de
esperar, ya que su consorte era una artista.

Bookeater
Archangel´s Light
La mesa de Suyin le recordó las historias de Dmitri
sobre cómo habían sido las cosas cuando Rafael se
convirtió por primera vez en arcángel. Joven e
inexperto y con una intensidad furiosa hacia él,
mientras aprendía a gobernar la tierra que era su
territorio.

La mesa en la que iban a sentar hoy era una enorme


losa de madera sobre patas robustas. La habían lijado
para quitarle la aspereza, pero hasta ahí llegaba el
pulido. Illium no necesitó preguntar por qué Suyin no
utilizaba la mesa formal que seguramente existía en
esta fortaleza.

Todo el pulido y brillo habrían llevado a Lijuan a la


habitación con ellos.

Esta mesa representaba solo a Suyin.

Dos largos asientos corrían a ambos lados, mientras


que en la cabecera de la mesa había una única silla
construida para un ángel. Cuatro guerreros ya estaban
en la mesa cuando él entró y le hicieron señas para que
se acercara.

Bookeater
Archangel´s Light
Conocía a Xan, por supuesto, pero aún no había
logrado ponerse al día con la otra cara conocida. La
suya se convirtió tió en una enorme sonrisa. ―Escuché
que te has unido a la corte de Suyin ―dijo después de
intercambiar el abrazo de los guerreros con una
pequeña mujer de piel bronceada con alas de un azul
tan oscuro que eran casi negras.

Yindi tendría las alas perfectas para espiar si no tuviera


grandes salpicaduras de blanco en las primarias.
También si no fuera tan ruidosa y exuberante. Siempre
se la pasaba bien con ella cuando se encontraban; la
vez anterior, habían volado sobre el hielo bajo un
enorme glaciar, casi se habían congelado, y luego
habían bebido grandes cantidades del potente licor de
Illium.

―Nunca he tomado una mejor decisión, ―dijo ellas,


antes de presentarle al vampiro y al ángel que no
conocía.

Jae era una vampira, tranquila, pero con un brillo en


sus ojos, Maximus el ángel. Y un ángel más grande que
Illium nunca había conocido. El otro hombre era más
musculoso que Titus o Aegaeon, su cuerpo era un
mármol blanco esculpido para definir todas las líneas

Bookeater
Archangel´s Light
posibles. Era un milagro que sus alas pudieran
levantarlo.

A su lado, Jae larga y delgada, con una piel de un


marrón intenso, parecía tan insustancial como el aire,
hasta que te fijabas los afilados cuchillos arrojadizos
que llevaba en las vainas de los brazos. Se había
trenzado su cabello rizado en dos trenzas laterales que
comenzaban cerca del cráneo y llegaban hasta la mitad
de su espalda.

No se parecía en nada a Ellie, y sin embargo a Illium le


recordaba a ella. Cuando dijo: ― ¿Esos garrotes están
entretejidos e tus trenzas? ella sonrió y Maximus se
acercó para examinar las herramientas letales que, una
vez más, hicieron que Illium recordara a Ellie.

―Olvídate de la obsesión de Jae por esconder armas


―dijo Yindi con la rudeza de una larga
amistad. ―Noticias, chismes, historias de última hora,
lo queremos todo.

―Estamos aislados aquí. ―Un Xan recién duchado,


con la camisa puesta por una vez, devolvió cualquier
brebaje mortal que hubiera en su vaso antes de
continuar. ―No tanto tecnológicamente, los enlaces se

Bookeater
Archangel´s Light
han restablecido, al menos en un grado básico, sino en
términos de distancia.

―La cantidad de trabajo no ayuda, ―dijo Maximus


con una voz profunda y retumbante, pero no era una
queja. ―Tenemos poco tiempo para mirar el exterior
cuando hay tanto que hacer para reconstruir China,
construir nuestra tierra de arcángeles.

―Y pronto vamos a construir de verdad, ―dijo Xan, el


rostro del guerrero tenía la refinada belleza de un
vampiro viejo: el oro oliváceo de su piel tan impecable
que parecía irreal, sus pómulos eran hojas de cuchillo y
sus labios estaban delineados como por un maestro
artesano.

Sus ojos, delgados, ligeramente entrecerrados, le daban


un aire enigmático, la totalidad de Xan se unía para
formar un rostro tan convincente que Xan sólo dormía
solo cuando lo deseaba.

― ¿Para contar a mis descendientes que ayudé a


construir la corte de un arcángel? ―Xan se pasó una
mano por los húmedos mechones de su cabello y
esbozó aquella ella sonrisa berserker. ―Seré aún más
leyenda de lo que soy ahora.

Bookeater
Archangel´s Light
Todos se rieron y Jae le lanzó un panecillo, que arrancó
del aire y comenzó a comer. Sintiéndose como en casa
entre el grupo de amigos, Illium les puso al día sobre
cómo les estaba yendo a los otros territorios, qué se
había reconstruido y qué no. Otros miembros
veteranos de la corte de Suyin se unieron a ellos en los
minutos que pasaron, la conversación fluyó con
facilidad.

Sin embargo, y aunque estaba de espaldas a la puerta,


lo sintió cuando Aodhan entró en la sala. Los demás
habían dejado un espacio a la derecha de Suyin, y ese
fue el lugar en el que Aodhan se deslizó.

Porque era el segundo de Suyin.

Illium se obligó a mantener las alas inmóviles, no


apretó los dedos sobre los cubiertos que tenía a mano,
ni siquiera apartó la mirada de su conversación con
Yindi para encontrarse con la mirada de Aodhan. El
esfuerzo le costó, sus músculos abdominales rígidos y
los tendones de su nuca agarrotados.

― ¿Hidromiel? ―Fue un murmullo suave y femenino


junto a su hombro.

Bookeater
Archangel´s Light
Se volvió para sonreír a la mujer mortal que había
aparecido a su lado, con una jarra en la mano... y su
corazón, se detuvo.

Kaia.

Fue un rugido en su cabeza, un trueno en su sangre,


aunque sabía que Kaia estaba muerta y enterrada
desde hacía tiempo. Pero esta mujer, tenía el rostro de
Kaia, tenía sus pómulos altos y planos, sus labios
suaves, sus ojos abiertos y levantados, la larga seda
negra de su cabello. Sólo su tono de piel era diferente.
Kaia había nacido en la montaña, su piel era
morena. La piel de esta mujer era blanca con un tinte
rosado.

― ¿Ángel? ―La voz de la mujer tenía un tono


interrogativo y hablaba en un dialecto que era uno de
los tres que él había escuchado aquí.

―Mi nombre es Illium. ―Su voz salió áspera, su


respiración se atascó en sus pulmones. ―Sí, gracias.

La observó mientras servía la bebida a la antigua en su


vaso y trató de no mirarla fijamente. No lo consiguió.

Bookeater
Archangel´s Light
Tenía que ser una de las descendientes de Kaia. El
parecido era demasiado sorprendente. Pero no podía
preguntarle. Ella no lo sabría. Los seres humanos rara
vez tenían una memoria tan larga, o guardaban tales
registros.

Sonriéndole tímidamente, se alejó, para dirigirse a


Aodhan.

Cuyos ojos estaban fijos en Illium.

¿Lo ves? Preguntó Illium a su amigo, desesperado por


saber si se estaba volviendo loco.

Aodhan asintió. Debe de haber llegado con el nuevo grupo


de supervivientes. No la he visto antes. Entonces levantó la
vista y le habló a la mujer.

Su respuesta fue demasiado suave para llegar a Illium,


pero hizo que el rostro de Aodhan se volviera
inquietantemente silencioso. Después de que ella se
marchara a rellenar su jarra, el azul verdoso
destrozado de la mirada de Aodhan se encontró con la
de Illium. Su nombre es Kai. Un nombre de familia, me dijo.
Kaia. Kai.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium tragó con fuerza, luego tomó su vaso de
hidromiel lo bebió hasta la última gota. Era consciente
de la conversación que se desarrollaba a su alrededor,
pero para él todo era solo un zumbido. Le costó todo lo
que tenía para no levantarse e ir tras ella. Solo
quería... ¿Qué? ¿Quería qué?

Esa mujer mortal no era Kaia, no era su amante muerta


hace tiempo.

Y aún así sus ojos la buscaban, con la piel tensa por la


anticipación.

***

A pesar de la reputación de Illium de ser abierto y


amigable, Aodhan sabía que era experto en ocultar sus
pensamientos cuando le daba la gana. Había
aprendido a hacerlo para proteger a Lady Sharine en
sus años fracturados. En aquel entonces, no importaba
lo malo que hubiera sido su día, Illium podía poner un
perfecto facsímil de alegría para proteger el corazón de
su madre.

Bookeater
Archangel´s Light
Pero Aodhan había sido su amigo durante demasiado
tiempo como para no ver a través de cualquier escudo
que pudiera intentar. Ahora mismo, toda la atención de
su amigo estaba en la hermosa mujer mortal que había
desaparecido en el área de la cocina.

Aodhan había sido testigo de la conmoción de Illium,


la suya igual de fuerte.

Nunca le había gustado Kaia. Había tratado a Illium


como un trofeo, su amante angelical para presumir. La
había visto joven, tonta y frívola, una mujer que nunca
maduraría realmente. No había tenido nada que ver
con su mortalidad: había ángeles de tres mil que tenían
tanto aire en la cabeza. Era una cuestión de
personalidad.

Sin embargo, deseó con todo su ser que no se le


hubiera dado la razón.

Aodhan habría preferido apretar los dientes durante


toda la vida mortal de Kaia si eso hubiera significado el
fin del dolor de Illium. Lo que hizo que su siguiente
decisión fuera sencilla. Illium.

Bookeater
Archangel´s Light
Cuando la cabeza de su amigo se movió hacia él,
dijo, Suyin se ha retrasado quince minutos.

Levantándose de inmediato, Illium se apartó del banco


y se dirigió a las puertas que conducían a las
cocinas. Aodhan lo observó irse, inseguro de sus
emociones. Illium siempre se había sentido fascinado
por los mortales, impulsado por ellos. Fue mirando a
través de los ojos de Illium como Aodhan había
aprendido a valorar los corazones mortales y los
sueños de los mortales.

Pero Kaia...

Ella había sido el primer amor de Illium. Illium se


había entregado por completo a ella de esa forma
generosa y desinhibida que había tenido de joven. La
misma generosidad existía en él hasta el día de hoy,
pero la había dirigido hacia sus amigos, sin volver a
amar como había amado a Kaia.

La mirada de Aodhan se dirigió a las puertas por las


que había desaparecido el ángel de alas Azules.
Conquista a tus fantasmas, Campanilla, pensó. Conquista el
fantasma que te persigue. Incluso mientras pensaba eso,

Bookeater
Archangel´s Light
sabía que había una gran posibilidad de que Illium
eligiera el camino opuesto.

¿Y si lo hace?

Aodhan tragó saliva ante la pregunta que hizo florecer


un ácido amargo en su sangre. Kai no era Kaia. Quizás
ella sería el bálsamo curativo que Illium necesitaba,
una amante mortal para vencer a la que le había
causado la herida abierta en su psique. Quizás Kai
finalmente lograría lo que Aodhan nunca había podido
conseguir.

Su mano sufrió un espasmo para cerrar su vaso.

Bookeater
Archangel´s Light

El defecto de Illium provocó la caída de


Illium.
―Aforismo Angélico

Bookeater
Archangel´s Light
13

La cocina parecia vacía y, por un segundo, cortado en


dos por una sensación de dolorosa pérdida, Illium
pensó que la había imaginado. Pero no, allí estaba ella
en un rincón, acabando de rellenar su jarra.

―Oh. ―Se llevó una mano al corazón, con dedos


largos y finos.

―Lo siento, no quería asustarte. ―Se sintió


desesperado, casi salvaje, pero se obligó a mantener la
distancia, a mantener una sonrisa en su rostro. ―Ya he
terminado mi hidromiel. ―Le tendió el vaso que de
alguna manera había tenido la presencia de ánimo de
recoger. ― ¿Supongo que no me darás más?

Sus mejillas se sonrojaron. ―Por supuesto, Ángel.

―Illium ―corrigió de nuevo, manteniendo su voz


suave.

Un ala del cabello se deslizó por la suavidad de su


mejilla mientras le servía la bebida, y ella susurró:

Bookeater
Archangel´s Light
―"Illium" ―y él retrocedió en el tiempo, a una época
de risas de la vida en la que su corazón había estado
libre y abierto de par en par y la sonrisa perversa de
Kaia le había poseído.

La sonrisa de su descendiente era más suave y parecía


más tímida a primera vista, pero la sutil sensualidad
que desprendía le hizo sus recordar. "Gracias" ―dijo
después de que su vaso estuviera lleno, pero no se
fue. ― ¿Has viajado mucho para venir aquí?

Ella asintió. ―Escuchamos que el arcángel se había


establecido aquí, y por eso vinimos. ―Silenciosa,
musical, su voz era agradable al oído.

Kaia había cantado como un pájaro, su voz era un claro


canto de montaña.

No es ella, se recordó, pero no pudo evitar preguntar: ―


¿Te vas con el Arcángel Suyin mañana? ―Si lo fuera,
soñaría con ella hasta que la volviera a ver.

―No. Me quedo para ayudar a cerrar la fortaleza,


hacer la limpieza final.

Bookeater
Archangel´s Light
Todo su ser exhaló. ―Entonces te veré de nuevo
pronto ―murmuró, obligándose a dar un paso atrás.

Ella tomó aliento, pero sus labios se curvaron. Y ahí


estaba, ese indicio de confianza apasionada, el espíritu
salvaje que tanto le había atraído de Kaia.

Llevó consiguió la sonrisa de Kai cuando volvió a la


mesa de reuniones. Incluso mientras respondía a un
comentario de Yindi, frotó un delgado disco de metal
entre el pulgar y el índice, ya que había sacado el
recuerdo de su bolsillo al volver a sentarse. Viejo y
suave, ya no era un recuerdo de todo lo que había
perdido, sino un talismán para el futuro.

Podría concentrarse ahora que sabía que Kai no


desaparecería si se daba la vuelta. Cuando Aodhan lo
miró, Illium se encontró sonriendo, en caridad con el
mundo. Quizás su período de servicio aquí no sería tan
malo después de todo.

Un susurro de poder cuando Suyin entró en la


habitación. No debería haber sido un susurro, debería
haber sido una pared. Pero Illium había dicho lo suyo:
había un punto más allá del cual no se podía empujar a
ningún arcángel.

Bookeater
Archangel´s Light
Solo los consortes y los segundos tenían ese derecho.

Cuando volvió su atención hacia Aodhan, fue para


verle mirando a Suyin sin ninguna emoción fuerte en
su rostro, pero Illium sabía que estaba hablando con su
arcángel de mente a mente. Poniendo su cuello en la
línea porque era el trabajo de un segundo para
comprobar a su arcángel si era necesario.

Suyin inclinó levemente la cabeza antes de tomar


asiento.

Se hizo el silencio.

―Sabes que mañana ―comenzó con su forma


tranquila y serena, ―saldremos de esta fortaleza y nos
dirigiremos hacia la costa. ―Bebió un sorbo del vino
que le había servido Aodhan. ―Durante el receso, tuve
la oportunidad de evaluar nuestra preparación y me
complace decir que la gran mayoría del trabajo ya se ha
realizado.

― ¿Los mortales? ―Preguntó Jae, y al inclinarse hacia


adelante, Illium vio el contorno de un arma bajo su
hombro. ―Han anidado en lo más profundo.

Bookeater
Archangel´s Light
―Yo también lo pensé ―dijo Suyin, ―pero cuando
hablé con Rii ...

El que los mortales han elegido para representarlos, la voz


de Aodhan reemplazó a Illium incluso mientras Suyin
continuaba hablando.

―Me dijo que la mayoría de ellos nunca deshizo el


equipaje. Todos estaban seguros de que no me
conformaría con un hogar prestado por Lijuan. ―Una
leve e irónica sonrisa. ―Hace cosas terribles al ego
arcangélico cuando los mortales ven con más claridad.

Nada de risas, porque a pesar de sus ligeras palabras,


la tristeza empapaba su tono. ―Los mortales
percibieron lo que todos sabemos ahora: que Lijuan
manchó este lugar con su maldad. ―Suspirando, se
recostó en su silla, una diseñada para las alas, con una
columna central y sin lados. ―Estoy segura de que
algunos de los mortales continúan adorándola como a
una diosa, pero el resto la ve como el monstruo en que
se convirtió.

Bookeater
Archangel´s Light
―Son tontos ―espetó Maximus, con su mano llena de
puños como un mazo sobre la mesa. ―Mentes
pequeñas, sin sentido de comprensión.

Illium se erizó. Siempre había estado mucho más


conectado con los mortales que la mayoría de los
inmortales. No solo por Kaia; había tenido amigos
mortales a lo largo de su vida, y recordaba el nombre
de todos y cada uno.

Incluso cuando iba a abrir la boca, Aodhan dijo:

―Paz, Maximus. También puedes decir lo mismo de


los ángeles que siguen siendo leales a ella. Sabes que
existen, muchos de los sobrevivientes de la guerra sólo
están en China y forman parte de las fuerzas de la
Arcángel Suyin porque nadie más los quiere.

La reprimenda fue pronunciada en voz baja, con un


impacto inconfundible.

Maximus se desplomó, y luego levantó esas grandes


manos de dedos cuadrados para frotarse la cara.

―Tienes razón ―dijo después. ―Al menos los


mortales tienen la excusa de una vida corta; para

Bookeater
Archangel´s Light
cualquiera que no haya nacido fuera del territorio, toda
ella habrá transcurrido bajo el reinado de Lijuan. Los
nuestros no tienen esa excusa. Saben todo lo que hizo,
estuvieron en medio de su locura y maldad.

Dio una palmada en la mesa con la palma hacia abajo.

― ¿Por qué continúan venerándola? ―Su voz contenía


confusión, sus ojos extrañamente perdidos para un
hombre tan sólido y seguro de sí mismo.

Suyin negó con la cabeza.

―Los mortales tienen una teoría ―dijo Illium, y de


repente, fue el centro de atención.

― ¿Qué pueden saber los mortales sobre Lijuan?


―Maximus preguntó, con las cejas bajas sobre unos
ojos de un azul desvaído.

Illium no se acobardó en lo más mínimo; había tratado


con guerreros rudos y alborotadores mucho más
beligerantes que Maximus.

Bookeater
Archangel´s Light
―No se trata de Lijuan. Se trata de por qué la gente
permanece en malas situaciones. La teoría se basa en la
falacia del tiempo perdido y los recursos invertidos.

―En cierto punto, dicen los curanderos mortales de la


mente, alejarse ya no parece una opción, incluso
cuando una persona sabe que es la única opción
correcta. No es lógico, sino más bien una reacción
emocional. Es la razón por la que el ganado permanece
con los vampiros que los desangran, y los vampiros
sirven a amos crueles incluso después de que su
Contrato llegue a su fin.

Una pausa alrededor de la mesa, mientras los demás


masticaban sus palabras.

―Creo que los mortales tienen razón ―murmuró


Suyin. ―Todos estos guerreros tomaron una decisión,
y saben que la decisión manchará su honor durante un
eón. Entonces se aferran a las falsedades que ella
pregonó para justificar su elección y seguir creyéndose
justos.

Un repentino movimiento de su cabeza.

Bookeater
Archangel´s Light
―Ya basta. No hablemos más de mi tía. Su tiempo ha
terminado. Limpiemos nuestro paladar hablando de
mi nueva ciudadela. ―Se volvió hacia Aodhan. ―He
pedido a mi segundo su opinión sobre el diseño.

El orgullo recorrió las venas de Illium. Suyin era una


arquitecta de gran renombre, había diseñado edificios
que eran venerados hasta el día de hoy, pero respetaba
a Aodhan lo suficiente como para pedirle su opinión.
Lo valoraba. Realmente lo valoraba. Tanto como Rafael
lo valoraba a él. Aodhan no perdería nada quedándose
con ella, mientras ganaba un prestigio increíble.

La comprensión fue una piedra en las entrañar de


Illium.

―Lo que propones es encantador, elegante y fiel a ti


―dijo Aodhan, la luz jugando sobre la impecable línea
de su perfil y destacando el brillo en su cabello, de su
piel, de las plumas visibles donde sus alas se
arqueaban por encima de los hombros.

Suyin arqueó una ceja.

― ¿Pero?

Bookeater
Archangel´s Light
―Deberías recordar el consejo de Naasir.

Un murmullo de conversación alrededor de la sala,


mientras todos se preguntaban qué habría dicho
Naasir. El compañero de Illium en los Siete era muy
conocido entre los ángeles, aunque no muchos lo
conocían realmente. Los extraños y los conocidos
podrían ser excusados por creerlo contenido y
hermético, un depredador mortal que podría ser un
asesino o un cortesano.

Sus amigos conocían a un Naasir muy diferente: un


hombre de corazón salvaje, capaz de un afecto infinito
y de regalos que solo tenían sentido para él. Las
mujeres se lanzaban de cabeza a amarlo, pero él sólo
amaba a una sola mujer. Su preciada Andrómeda. Su
Andi.

Suyin soltó una suave carcajada mientras levantaba su


copa hacia Aodhan.

―Entiendo tu punto de vista. ―Luego se dirigió a la


mesa para sacarlos de su miseria. ―Naasir me ha
aconsejado que dé más miedo.

Bookeater
Archangel´s Light
Una pausa antes de que todos los comensales
asintieran con firmeza.

Incluso mientras Suyin gemía, Yindi estaba diciendo:


―Te amamos, señora, y creemos que eres la más
grande de los arcángeles con tu compasión y tu coraje,
pero ese no es el combustible con el que funciona la
Cátedra.

―Yindi, está, por desgracia, en lo cierto, ―entonó


Maximus con inesperada tristeza.

―Suficiente, suficiente. ―Suyin rió, y en ese momento,


Illium vio al arcángel que estaba bajo el peso de la pena
y el dolor del pasado. Una mujer de gran poder y gran
belleza y un corazón aún mayor. ―Me aseguraré de
agregar varias torretas puntiagudas y tal vez un muro
de armas o tres. Seguro que Aodhan puede fabricar
cráneos un material que parezca hueso para que los
monte en las paredes.

Unas estruendosas carcajadas vibraron por la sala ante


la idea de que Suyin ensuciara su elegante diseño con
tales abominaciones. Xan resopló, se está riendo con
tanta fuerza, lo que hizo que Yindi se rociara hidromiel
por la nariz y que Maximus soltara una carcajada.

Bookeater
Archangel´s Light
Incluso los labios de Aodhan coquetearon con una
sonrisa, la luz de su diversión llegó a sus ojos.

Illium se echó hacia con la respiración perdida por el


golpe involuntario del cuerpo.

Se había convencido a sí mismo de que Aodhan no era


feliz aquí en China, que no podía ser feliz en ningún
otro lugar fuera de los Siete, y de Rafael y Elena. Pero
Aodhan era feliz. Había encontrado un lugar para sí
mismo en esta corte, y al lado de este arcángel.

Ella lo tenía en alta estima, y los demás en la corte,


desde el salvaje Xan hasta la tranquila Jae, lo miraban
con respeto. Aodhan se había convertido en un
verdadero segundo para Suyin.

Quizás, se obligó a admitir Illium, era allí donde estaba


destinado a estar.

Bookeater
Archangel´s Light
14

Pasado

Aodhan se sentó junto a Illium en el techo de su casa


de Aodhan. Estaba más cerca del del Refugio por el
que vendría el padre de Illium, así que habían decidido
que sería un buen vigía. ― ¿Cómo sabes que viene?

―Me lo ha dicho la amiga de mi padre; Meri, dijo


―respondió Illium con una sonrisa emocionada. ―Vio
a papá en la corte de Neha, donde tenía una
reunión. Papá le dijo que me dijera que iba a venir por
aquí hoy o tal vez mañana.

Respiró hondo y terminó. ―Meri dijo fechas, pero yo


no puedo decir fechas, pero mamá me dijo que no me
preocupara, que me lo diría el día en que llegara, ¡y me
lo ha dicho hoy!

― ¿Nos quedaremos aquí toda la noche? ―Lo haría si


Illium quisiera; sabía que su amigo extrañaba a su
padre.

Bookeater
Archangel´s Light
El padre de Aodhan vivía en el Refugio, por lo que
siempre estaba cerca, excepto las veces que tenía que ir
a ser erudito en una corte. Él y Aodhan no hacían
muchas cosas juntos, no como hacía Illium con su
padre cuando llegaba Aegaeon, pero Aodhan sabía que
su padre estaba allí si lo necesitaba para algo
importante. La mayoría de las veces, no lo hacía. La
mayoría de las veces, trataba de encontrar la respuesta
por sí mismo o, con la ayuda de Illium.

―No. ―El labio inferior de Illium sobresalió. ―Mamá


dijo que tengo que venir antes de que oscurezca. Papá
vendrá a verme si llega tarde.

―Deberías escuchar a Eh―ma. ―Ella era la adulta


favorita de Aodhan, incluso más favorita que su propia
madre. Sin embargo, nunca dijo eso en ningún sitio,
excepto dentro de su cabeza. Sabía que heriría los
sentimientos de su madre. No sabía cómo lo sabía,
pero lo sabía.

Illium dio una patada en los pies, pero no lo suficiente


como para desequilibrarse de su posición. ―Lo haré.
―Pero todavía se veía malhumorado. ―Le dije que ya
soy grande y me dijo que soy su niño. Uf.

Bookeater
Archangel´s Light
―Pero somos bebés ―señaló Aodhan. ― ¡Ni siquiera
vamos a una escuela adecuada todavía! ―Solo a la
especial para angelitos.

Illium frunció el ceño. ―Papá dice que soy un


hombrecito. Dice que estaré en su ejército cuando sea
más grande.

Aodhan deseó que Aegaeon no viniera, aunque sabía


que era un deseo mezquino. Aegaeon jugaba mucho
con Illium, e incluso a veces invitaba a Aodhan, pero a
éste no le gustaba cómo era Eh-ma cuando Aegaeon
estaba en el Refugio. Le anudaba por dentro.

Era como si ella...se desvaneciera.

Se apretó las manos, frustrado porque no tenía


palabras para explicar, ni siquiera a sí mismo lo que
quería decir. Todo lo que sabía era que Eh-ma era
diferente cuando Aegaeon estaba aquí. Como si fuera
un gran insecto que absorbía toda su luminosidad, eso
era todo.

Bookeater
Archangel´s Light
Pero, aunque Aodhan compartía todo con Illium, no
compartió esto. Illium se enojaría si Aodhan dijera eso
sobre su papá.

Illium amaba a Aegaeon.

Así que cuando Aodhan vio un destello de color en el


horizonte mientras Illium buscaba en otra parte del
cielo, dijo: ―Mira. Creo que es tu papá.

El rostro de Illium se iluminó por completo. Saltando


sobre sus pies, comenzó a desplegar sus alas. Pero
Aodhan tiró de un ala. ―No puedes volar tan lejos. Te
caerás.

Illium tiró de su ala. ―Puedo volar hasta allí. ―Su


frente se arrugó.

A Aodhan tampoco le gustaba cómo era Illium cuando


Aegaeon estaba en el Refugio. Su amigo seguía siendo
su amigo, pero también tenía... hambre de estar con su
padre. Aodhan no se preocupaba por eso. Seguía
viendo a Illium todo el tiempo. Estaba loco por Illium,
porque su padre le hacía tener tanto miedo de perder
tiempo con él que Illium se ponía todo tenso por

Bookeater
Archangel´s Light
dentro, como si fuera a estallara si no se aferraba a cada
minuto.

―Si te caes y te rompes el ala ―dijo, repitiendo algo


que Eh-ma les había dicho a ambos más de una vez,
―no podrás hacer nada con él.

El ceño de Illium se oscureció, pero no salió volando.


Y, después de un rato, su ceño se desvaneció en una
sonrisa. Se rió y rebotó sobre sus pies. ― ¡Aodhan, mi
papá viene a casa!

Aodhan sonrió porque su amigo estaba feliz, pero no


salió volando con Illium cuando Aegaeon se acercó lo
suficiente como para que fuera seguro. Momentos
después, alguien se encaramó hasta agacharse en el
techo junto a él.

Los ojos plateados de Naasir estaban fijos en el lugar


donde Illium voló hacia su padre. La trayectoria de
vuelo de Illium era inestable, pero iba más rápido de lo
que Aodhan podía volar, más rápido incluso que
algunos de los jóvenes ángeles mayores. ―Es el papá
de Illium ―dijo, aunque Naasir probablemente lo
sabía.

Bookeater
Archangel´s Light
Naasir no era como los demás adultos del Refugio. No
era un ángel y no era un vampiro. Sólo era
Naasir. Sabía cosas de adultos, y Aodhan lo había visto
tener una cara seria muy seria "normal" con algunas
personas, pero era él mismo con Aodhan e Illium.

Una vez, Eh-ma había dicho que Naasir apenas


superaba los cien años. Aodhan se había sorprendido
mucho porque Naasir no actuaba como los ángeles
jóvenes. Pero tampoco actuaba como un ángel
viejo. Cuando le había preguntado a Naasir, éste le
había dicho que era porque era un "ser único". ―No
hay nadie como yo en todo el mundo.

Tenía razón.

La última vez que había estado en el Refugio, había


jugado al escondite con ellos y no se había limitado a
fingir como hacían los demás adultos. Había jugado de
verdad, y había sido el mejor juego porque Naasir era
un buen escondedor, y era realmente difícil esconderse
de él.

Naasir decía que podía olfatearlos, así que Aodhan


había sido astuto y se había mojado en agua antes de
esconderse, y Naasir había tardado mucho en

Bookeater
Archangel´s Light
encontrarlo. Sus ojos plateados habían brillado cuando
lo logró, su sonrisa era salvaje. "Buen juego", había
dicho después, y luego se había marchado para tomar
un entrenamiento para un grupo de medianos.

Naasir era rápido y un buen luchador.

Hoy dijo: ―No me gusta Aegaeon.

Los ojos de Aodhan se agrandaron. Se volvió para


mirar a Naasir, pudiendo ver su perfil porque Naasir
se había recogido el desgreñado cabello plateado en
una corta cola, excepto unos pocos mechones que
descansaban sobre el marrón oscuro de su piel. La piel
de Naasir parecía cálida, como si tuviera sol, y la gente
quería tocarlo a veces, como hacían con Aodhan, salvo
que le tenían demasiado miedo a Naasir como para
intentarlo.

Aodhan quería dar miedo como él. Pero hoy sólo


pensaba en lo que había dicho Naasir. ―Eso no es...

―Cortés, ―completó Naasir, luego se encogió de


hombros. ―Lo cortés es para fingir. A ti tampoco te
gusta.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan se mordió el labio inferior, preocupado de que
Illium también viera su secreto.

Era como si Naasir pudiera leer su mente. ―No te


preocupes, chispitas. ―Le dio una palma dita en el
hombro a Aodhan. ―Pequeñas alas Azules sólo ve a su
padre.

Exhalando, Aodhan miró hacia donde Aegaeon estaba


ahora abrazando a Illium, estrechándolo. ―Hace que
Illium tenga demasiada hambre. ―Sabía que las
palabras no eran las adecuadas para lo que quería
decir, pero Naasir asintió.

―Sí, crea una desesperación en el niño. ―En ese


momento, Naasir sonaba como un adulto. ―Quise
morderlo cuando vino a visitar a Rafael, pero éste dijo
que eso podría causar un incidente político.

Aodhan solo entendió una parte de eso, y le hizo


sonreír. ―Lo mordería si tuviera dientes afilados.

Los colores ondearon sobre la piel de Naasir por un


momento, como el pelaje de un tigre. Sus dientes
brillaban, y sus ojos le recordaron a Aodhan a los de un

Bookeater
Archangel´s Light
gato de las nieves. ―Lástima que tengamos que ser
educados.

―Que pena ―repitió Aodhan.

Se sentaron allí, mirando el reencuentro en el cielo


hasta que Aegaeon salió volando con Illium, hacia la
casa de Eh―ma.

Aodhan se quedó donde estaba, no quería ir allí


mientras Aegaeon estuviera cerca. Preferiría quedarse
con Naasir. ― ¿Eres un adulto apropiado en la corte de
Rafael?

―A veces. ―Naasir bostezó. ―Es molesto, pero sólo lo


hago cuando quiero. Dmitri me dijo que fuera yo
mismo, pero sé que Rafael es un nuevo arcángel. Sé
que otros lo observan.

Aodhan no entendía mucho de eso. ― ¿Estás aquí para


hacer un trabajo para Rafael?

Naasir asintió. ―Pero tengo tiempo para ver pequeños


destellos y pequeñas alas Azules. ―Una sonrisa
salvaje. ―Ven. Te he traído regalos. Uno de mi parte y
otro de Rafael.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Y Illium?

―Le daremos sus regalos más tarde. ―Naasir bajó del


techo con una gracia que Aodhan no había visto en
nadie más.

Con el estómago todavía hecho un nudo, pero


sabiendo que Illium era feliz por ahora, bajó volando
para reunirse con Naasir. Todavía se tambaleaba al
volar, así que a menudo era mucho más fácil
caminar. Y le gustaba caminar con Naasir. Siempre
veía cosas interesantes y las señalaba para que Aodhan
también pudiera verlas.

Una vez había sido una araña gigante tan blanca como
la nieve.

Levantando su mano, la deslizó hacia la cálida de


Naasir. ―Su papá no es malo ―dijo, sintiéndose un
poco mal por no querer a Aegaeon.

Naasir no dijo nada durante mucho tiempo.

― ¿Nasi?

Bookeater
Archangel´s Light
Los ojos plateados se fijaron en los de Aodhan cuando
Naasir se agachó frente a él. ―A veces, pequeños
destellos, la maldad se esconde en el interior. ―Dio
unos golpecitos en el lugar del corazón de
Aodhan. ―Lo ves con tu corazón. Escucha. Recuerda.

Se levantó y apretó la mano de Aodhan. ―Pero ahora


mismo, eres un cachorro. Los cachorros no tienen que
preocuparse por cosas. Solo tienes que ser amigo de
Illium.

―Siempre seré su amigo. ―Levantó la vista. Y el tuyo


también.

La sonrisa de Naasir era de un blanco


deslumbrante. ―Un día, pequeños destellos, seremos
aliados en la batalla, y morderemos a todos nuestros
enemigos.

Riendo juntos, caminaron por el Refugio de la mano,


mientras en una cabaña no muy lejana a ellos, un niño
pequeño sonreía en los brazos de su padre.

Bookeater
Archangel´s Light
15

Presente

Aodhan no había podido hablar con Illium durante la


cena, estaban sentados demasiado lejos. Podría haber
iniciado el contacto mental, pero no era una
conversación que quisiera tener rodeado de otros,
especialmente cuando los ojos de Illium no dejaban de
mirar hacia las puertas que daban a la cocina.

Sus músculos amenazaban con anudarse una vez más,


pero si algo sabía, era que Illium podía ser brutalmente
terco. No tenía sentido intentar alejarlo de Kai, incluso
cuando Aodhan sabía que allí no podía haber nada
saludable para su amigo. Kaia estaba muerta y se había
ido. Pasara lo que pasara, Illium no podría recrear el
pasado. Aodhan esperaba que no lo hiciera; esperaba
que no se convenciera de otra obsesión.

Por el momento, colaboró con las últimas necesidades


de la mudanza. Vetra se había retrasado debido a las
lesiones sufridas por la gente a la que escoltaba, aún
tardarían horas. También ella, pensó Aodhan,

Bookeater
Archangel´s Light
agradecería el traslado a la costa, pues le encantaba
surfear las olas. Pero nadie lo deseaba más que Suyin.

―Tengo hambre de la libertad del horizonte infinito,


Aodhan, ―le había dicho el arcángel una hora antes,
mientras las estrellas brillaban en lo alto. ―Zhangjiajie
me ha hecho ver que ya no soy una hija de las
montañas como antes. Ahora se ciernen sobre mí,
arrojando sombras de las que no puedo escapar. El mar
y su vasta apertura es lo que necesito para este eón de
existencia.

Aodhan conocía bien su significado. Parte de la razón


por la que se había mudado a Nueva York era su
proximidad al océano. Pero, a diferencia de Suyin, él
también amaba las montañas, razón por la que se había
permanecido tanto tiempo en el Refugio. La luz del sol
allí era brillante, deslumbrante, incluso dolorosa a
veces. Y la luz de cualquier tipo era libertad para
él. Había estado atrapado en la oscuridad, la luz era el
sabor de la esperanza.

―Aodhan, ¿podrías llevar a cabo esto? ―La petición


de Jae le hizo mirar hacia atrás para ver que ella
indicaba una caja que él sabía que contenía armas
pesadas.

Bookeater
Archangel´s Light
Nadie esperaba una guerra, no ahora, pero sería una
tontería salir sin estar preparado cuando tantos
simpatizantes de Lijuan seguían llamando a China su
hogar.

―Por supuesto, ―dijo, y recogió la caja.

La propia Jae iba cargada con dos bolsas, una en cada


hombro.

―Comida, ―le dijo. ―Provisiones de emergencia por


si falla la caza o damos con una de las zonas tóxicas.

Esas zonas eran parches muertos en el paisaje, donde


era como si la niebla de la muerte de Lijuan se hubiera
asentado permanentemente, volviendo el suelo negro y
el dona sombría incluso en el día más brillante del
verano. Suyin había prohibido que los ángeles aterrizar
en esas zonas, mientras que los mortales y los
vampiros no habían necesitado su orden, se negaban a
acercarse a las secciones contaminadas.

Rii, el hombre cuarentón que hablaba en nombre de los


mortales, se había estremecido cuando le habló a
Aodhan sobre de una esas zonas que había pasado en

Bookeater
Archangel´s Light
su viaje a Suyin. ―Huele a muerto. ―Luego había
murmurado oraciones a un dios más antiguo que
Lijuan.

A pesar de la orden de Suyin que prohibía a los ángeles


estar en contacto con la superficie ennegrecida y
muerta, Suyin había planeado aterrizar ella misma,
para traer muestras para los científicos.

Fue Rafael quien la convenció de no hacerlo.


―Sabemos que soy inmune al veneno de Lijuan,
―había señalado en ese momento. ― ¿Por qué
deberías correr el riesgo cuando yo puedo hacer la
misma tarea sin riesgo? Recuerda, Suyin, que en la
Cátedra ya hay varios miembros menos, y más de uno
no está a pleno rendimiento o no tiene voluntad ni
ganas de estar en el mundo.

Aodhan había podido comprobar que, arcángel recién


nacido o no, iba en contra de los instintos territoriales
de Suyin aceptar la sugerencia de Rafael, pero
finalmente había accedido. Sin embargo, acompañó a
Rafael al lugar elegido, al igual que Aodhan, y ambos
permanecieron en el aire mientras Rafael aterrizaba.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan había odiado ver a su sire desaparecer en
aquel turbio lugar carente de luz, no había podido
evitar decir: ―Ten cuidado, sire. ― ¿Cómo voy a
enfrentarme a Ellie si te pasa algo en mi guardia?

No te preocupes, Aodhan. Elena ya ha amenazado con


matarme si me atrevo a salir herido. Tendré todo el cuidado.

Rafael había confirmado que la bolsa tóxica no


contenía nada de vida. Ni animales, ni insectos, ni
plantas, ni siquiera musgo. Todo estaba marchito y
muerto. Las pruebas del suelo no habían resultado
concluyentes, pero el consenso general era tratarlo
como venenoso. Y aunque los animales parecían evitar
las zonas, Suyin había declarado que no se podía cazar
en un radio de una milla de cada lugar.

Nadie se atrevía a desafiarla por la sencilla razón de


que no querían ser envenenados por la oscuridad. Ni
siquiera los más fervientes partidarios de Lijuan.

― ¿Será suficiente? ―Aodhan echó un vistazo crítico a


la cantidad de alimentos en el camión de suministros al
que Jae le había dirigido.

Bookeater
Archangel´s Light
Cada camión de suministros contenía una porción de
todo (comida, armas, otras necesidades) de modo que
la pérdida de un vehículo no amenazara con acabar
con una parte entera de un determinado artículo.
Aodhan no había estado a cargo de ese aspecto de las
cosas, y ahora se preguntaba si alguien había cometido
un error: los almacenes de alimentos eran más bajos de
lo que él habría considerado prudente. ― ¿A que
velocidad planea viajar Suyin? ―Se puso a buscar la
caja de armas de forma segura entre otras dos cajas.

Jae dejó caer sus bolsas al suelo y luego subió de un


salto al camión. Mientras Aodhan le pasaba las bolsas
para que las apilara en su sitio, dijo:

―Ya está todo ordenado. Vetra hizo un sobrevuelo


durante esta última carrera suya para confirmar
cualquier punto tóxico en nuestras zonas de viaje, así
que incluso con cualquier nueva erupción de niebla
deberíamos estar bien para cazar para reforzar
nuestros suministros. No hay escasez de caza y
tenemos el equipo para la caza de invierno.

Es cierto. La naturaleza había respondido a la


desaparición masiva de tantos mortales e inmortales
llenando el vacío con vida. Conejos, ciervos y aves

Bookeater
Archangel´s Light
acuáticas eran solo algunas de las especies que
pululaban por el paisaje. La población de conejos, en
particular, había explotado con fuerza.

Como si le hubiera leído la mente, Jae dijo: —Esa


estudiosa de la ecología, ―Mila―, dice que tenemos
que controlar los conejos de todos modos, antes de que
expulsen a otras especies. Puede que nos cansemos de
comer conejo, pero nos mantendrá vivos.

Satisfecho, Aodhan ayudó al vampiro a terminar de


cargar el camión, y luego los dos se dedicaron a apilar
las provisiones en un transportador diseñado para que
seis ángeles, tres a cada lado, pudieran llevarlo con
facilidad. No había razón para que los ángeles no
ayudaran a transportar las mercancías, especialmente
porque eso significaba que algunos de sus suministros
estarían a salvo en el aire y no estarían sujetos a
ninguna erupción repentina de la niebla negra.

Esas erupciones no eran exactamente raras, razón por


la cual Aodhan, Arzaleya, Xan y Vetra habían
planeado múltiples rutas de viaje para cuando Suyin
decidiera trasladar a su pueblo al mar. Las erupciones
no cubrían un área tan grande como las manchas
tóxicas, y era posible predecirlas a mediante equipos

Bookeater
Archangel´s Light
de detección en tierra, pero los eruditos que manejaban
los sensores tenían que estar a pocos metros de la
erupción que se aproximaba.

El respeto de Aodhan por ellos era enorme.

Algunas de las erupciones se convirtieron en manchas


tóxicas "estables", mientras que otras se desvanecieron
al cabo de unos días. Pero independientemente de ello,
los viajeros tendrían que encontrar una ruta alternativa
para evitarlas.

En términos de seguridad general, los ángeles irían en


primer lugar, con los mortales por debajo de la
segunda mitad de la cohorte alada. Los vampiros irían
en la retaguardia, con un escuadrón de élite por encima
de ellos. Los fuertes protegiendo a los débiles.

Aodhan se había acostumbrado a ver a los Cazadores


del Gremio de Nueva York como parte de los fuertes,
altamente entrenados y letales, habían luchado con las
tropas de la Torre durante la guerra. Fue durante la
guerra cuando Aodhan llegó a conocer y llamar amigos
a varios de ellos. El alegre e ingenioso Demarco, por
ejemplo, era uno de sus cazadores favoritos. Elena
había sonreído cuando los había encontrado hablando,

Bookeater
Archangel´s Light
pero nunca le dijo a Aodhan por qué encontraba su
amistad tan interesante.

Sin embargo, Lijuan había diezmado el Gremio de


China.

Muchos se habían marchado antes de la aniquilación


final, retirados por el liderazgo mundial de su
organización cuando quedó claro que Lijuan ya no
estaba prestaba atención a los riesgos que corrían los
cazadores en las tareas que se les encomendaban.
Muchos, sin embargo, se habían quedado.

―Irse habría sido abandonar a toda la población a los


vampiros nacidos de la sangre ―había dicho Elena
cuando habian hablado del tema. ―Los cazadores
pueden ser mercenarios, no cabe duda, pero la mayoría
de nosotros nos sentimos impulsados a hacer lo que
hacemos, especialmente los nacidos de cazadores.
Queremos proteger a los mortales y a los vampiros
más débiles. Queremos mantener la línea.

El resultado final de todo esto fue que no había


cazadores vivos del Gremio actualmente en China.
Aunque el Gremio había revisado su postura contra
China después de la muerte de Lijuan, no había habido

Bookeater
Archangel´s Light
necesidad de cazadores inmediatamente después de la
guerra; China no había tenido ningún problema un
verdadero problema de vampiros, mientras que otros
territorios habían sido invadidos por los nacidos de la
sangre. Como si con el fin de la guerra hubiera llegado
una locura de sangre.

Si añadimos el hecho de que Lijuan había desviado a


todos los demás humanos entrenados hacia su ejército,
la gran mayoría de los mortales supervivientes de
China se consideraban vulnerables. Presa de las
manchas tóxicas del paisaje, así como de los animales
envalentonados por la escasez de una civilización en
expansión. Los tigres merodeaban las ciudades
abandonadas y los lobos aullaban en la noche.

― ¡Illium! ¡Por aquí!

Levantó la vista para ver alas de un azul salvaje contra


el cielo nocturno, Illium lanzándose para ayudar a un
escuadrón mientras terminaban de equilibrar otra
honda, que en ese momento se balanceaba
salvajemente. Moviéndose más rápido que cualquier
otro ángel que Aodhan hubiera conocido, Illium
cambió de lado, subió en espiral y arregló la correa que
estaba causando el problema.

Bookeater
Archangel´s Light
El mejor amigo de Aodhan siempre había sido así:
rápido, deslumbrante, abrumador en su impulso y
objetivos.

Aodhan no se había preocupado por eso durante


mucho tiempo, contentándose con estar a su
sombra. Pero las cosas habían cambiado.

Bookeater
Archangel´s Light
16

Pasado

Sharine estaba pintando una escena de la pradera


mientras los dos niños jugaban entre las flores, con sus
risas haciéndole compañía, cuando se dio cuenta de un
silencio repentino. Con sus instintos de madre en
alerta, miró alrededor de su lienzo.

Illium estaba sentado entre las campanillas, sus alas


eran una alfombra de un azul aún más vibrante. Estaba
observando lo que probablemente era un insecto.
Estaba en edad de sentirse fascinado por ellos, pero
nunca les hizo daño, nunca.

Sin embargo, Aodhan... estaba a su lado.

Con la mano pegada al corazón, miró al niño que en


poco tiempo se había vuelto tan querido como su
propio hijo. ― ¿Qué pasa, pequeño?

Aodhan señaló con un suave dedo de niño su lienzo.

Bookeater
Archangel´s Light
Sharine sonrió. ―Sí, estoy pintando. ―Entonces, como
había visto su interés otras veces, cogió una de las
hojas de papel rugoso hecho a mano que había traído
con ella por esa misma razón y la sujetó a una fina
tabla de madera usando el dispositivo que Naasir
había hecho para ella. Una especie de clip que
funcionaba con un cordel.

A su Illium le sorprendería saber que Naasir había


subido a su techo mucho antes de que Illium lo
intentara. Era tan ágil cuando era un bebé que ella
sabía que nunca lo atraparía, así que lo convenció con
su golosina favorita: tiras de carne seca.

Todavía venía a visitarla de vez en cuando. Y le traía


regalos como este clip. Naasir tenía una mente muy
inteligente.

―Siéntate aquí, ―le dijo a Aodhan, y el chico de


carácter amable se sentó en las flores junto a
ella. ―Este es tu lienzo. ―Puso el "caballete" plano
frente a él. ―Y este es tu pincel.

El pincel más pequeño que había traído resultó ser


demasiado grande para su pequeña mano, pero eso no
importaría. Illium se cansó del "juego de la pintura" al

Bookeater
Archangel´s Light
cabo de unos minutos y salió corriendo a hacer cosas
de niño salvaje. Sin duda, Aodhan también lo haría
una vez que hubiera satisfecho su curiosidad por esta
nueva cosa.

A continuación, puso una pequeña porción de


diferentes pinturas en una vieja paleta de repuesto.

―Tuya, ―dijo, poniendo la paleta en el suelo junto a


Aodhan, ya que éste aún no tenía la destreza manual
para sostenerla en una mano y el pincel en la otra.

Luego, con esos extraordinarios ojos concentrados en


ella, le enseñó cómo mojar el pincel en la pintura, cómo
poner esa pintura en un lienzo o, en su caso, en el
papel. Él observaba con atención y luego la imitaba con
mismo cuidado.

Era mucho más suave con el pincel y las pinturas que


Illium. Mientras ella observaba, él puso una pizca de
azul en su papel, luego miró a Illium y frunció el ceño
antes de hablar. ―No es azul.

―Sí, es azul. ―Sharine frunció el ceño para sus


adentros, sorprendida de que no estuviera seguro de
sus colores a esta edad. ―Además es rojo y ...

Bookeater
Archangel´s Light
―No es Azul, ―insistió Aodhan, y cuando ella lo miró
confundida, apuntó con su pincel.

Justo a Illium.

Oh.

―Ya veo ―murmuró ella en voz baja. ― ¿Quieres


hacer el azul de las alas de Illium?

Ante el fuerte asentimiento de Aodhan, Sharine le


mostró cómo mezclar los colores para obtener
diferentes tonos y matices. Una vez que terminó, aplicó
un nuevo azul en el papel. ― ¿Qué tal este? ―Era el
tono exacto que utilizó cuando pintó el color base de
las alas de su hijo; Aodhan era demasiado joven aún
para aprender sobre las capas.

Una enorme sonrisa. ―azul, ―dijo alegremente, y


comenzó a pintar.

Su creación terminó siendo un gran desastre de


manchas, pero ella pudo ver lo que había intentado
hacer. Había conseguido que las proporciones del
cuerpo de Illium fueran las correctas en comparación
con sus alas, e incluso había conseguido hacer un

Bookeater
Archangel´s Light
facsímil de flores. No sólo eso, había creado un color
diferente por sí mismo, fusionando el azul y el amarillo
para crear el verde.

No se lo había enseñado... pero había mezclado un


tono de verde mientras él se sentaba a su lado. —
Bueno ahora, —murmuró Sharine después de que
Aodhan finalmente se levantara, dejara el pincel y
corriera a reunirse con Illium, que se había quedado
dormido entre las campanillas. ―Creo que tú, pequeño
Aodhan, tienes un don.

Dejando su primer cuadro con un asentimiento


pensativo, se volvió para añadirlo a su propio
cuadro. Había pintado a Illium dormido entre las
flores, y ahora había añadido un niño de ojos brillantes
sentado a su lado, dándole golpecitos en la mejilla con
una campanilla.

Dos niñitos salvajes tan brillantes como las estrellas.

Bookeater
Archangel´s Light
17

Presente

Illium estaba a punto de aterrizar cuando una luz


parpadeante en el extremo izquierdo de la fortaleza
llamó su atención. Como el equipaje ya estaba hecho,
excepto por las últimas cosas que se pondrían justo
antes de comenzar el viaje, decidió investigar la luz por
si alguno de los mortales había sido sorprendido y se
dirigiera a casa en la oscuridad.

Maximus le había dicho que no habían visto señales de


supervivientes renacidos, pero nadie respiraba
tranquilo, no después del descubrimiento de Neha de
nidos ocultos a lo largo de su frontera con China. Las
criaturas eran inteligentes hasta cierto punto, y el
consenso general era que Lijuan debía haber dejado
nidos en reserva, para actuar como su grupo de
semillas en caso de perder a todos sus renacidos en la
guerra.

El hecho de que nadie hubiera encontrado ningún


grupo de semillas de este tipo en China no significaba

Bookeater
Archangel´s Light
que la teoría fuera inútil. Sobre todo, después del
descubrimiento del nexo.

― ¿Quién sabe cuántas guaridas subterráneas habrá


construido esa monstruosa? ―había gruñido Maximus
mientras arrojaba grandes muebles en la parte trasera
del camión. ― ¡Y qué interés tiene cualquier arcángel
en su sano juicio en una guarida subterránea, dímelo
tú, Campanilla!

El gran ángel había captado el apodo de Illium por


parte de Yindi, y le pareció gracioso hacer ese ridículo
juego. Cuando Illium contraatacó amenazando con
llamarle Cabezón, se había reído aún más fuerte antes
de golpear sus enormes puños en el pecho y decir, ―
¡Yo gigante! ¡Yo aplastarte!

Así que, por supuesto, ahora a Illium le gustaba el gran


idiota.

Pero aparte de las bromas, la declaración de Maximus


había sido acertada. Illium podía soportar estar bajo
tierra, pero no le gustaba. Y eso fue antes de llegar a lo
que le habían hecho a Aodhan, cómo lo habían
enjaulado lejos del sol.

Bookeater
Archangel´s Light
La luz se apagó justo antes de llegar a ella. Preocupado,
lanzó un poco de su poder al aire. No era algo que
hiciera a menudo, algo llamativo, que no servía para
nada más que para gastar energía en una breve ráfaga
de luz. Pero esta vez valió la pena, porque iluminó el
cuerpo acurrucado de una joven agachada contra un
árbol, con la linterna oscura a sus pies y el rostro
retorcido en un rictus de terror.

La luz de Illium se desvaneció incluso al aterrizar, pero


pudo comprobar que la chica no se había movido. El
mundo estaba demasiado quieto. Y cuando sus ojos se
aclimataron de nuevo a la noche, distinguió fácilmente
su forma asustada. La chica había agachado la cabeza
sobre sus brazos, y su cabello lacio formaba una cortina
alrededor de un cuerpo que temblaba.

Acercándose, se agachó, con las alas extendidas detrás


de él. ―Hola, ―dijo suavemente en la lengua
dominante de esta región. Los inmortales suelen
conocer muchos idiomas, pero cuando Illium era más
joven se había propuesto aprender al menos un idioma
de cada uno de los territorios de la Cátedra; lo
consideraba un elemento más para ser un guerrero de
éxito.

Bookeater
Archangel´s Light
Con el tiempo, su conocimiento había aumentado, y
cada nuevo idioma o dialecto le resultaba más fácil,
como si su mente hubiera construido caminos por los
que las nuevas palabras pudieran viajar. No era ni de
lejos tan bueno como Dmitri ni se acercaba a la fluidez
de Jason en demasiados idiomas para contarlos, pero
era lo suficientemente bueno para esto.

―Mi nombre es Illium. Soy de la Torre de Nueva York,


enviado aquí para ayudar al nuevo arcángel. ―Fue
algo deliberado para asegúrese de que ella supiera que
él no era de esta tierra, y que no había participado en lo
que Lijuan había hecho.

Su temblor pareció detenerse, una criatura cautelosa


que escuchaba.

Animado, dijo: ― ¿Te has separado de tu familia?


Puedo acompañarte de regreso al asentamiento.

Levantó la cabeza, sus ojos de tinta nadando en un


pálido y ovalado rostro de asombrosa belleza. Cuando
habló, lo hizo en un susurro tan bajo que él tuvo que
pedirle que lo repitiera.

Bookeater
Archangel´s Light
―Muerta, ―dijo con dificultad. ―Toda mi familia está
muerta.

Por más sombrío que fuera, a estas alturas de la


historia, eso no era algo inusual en este territorio. ―Lo
siento. ―Que la terrible pérdida de vidas fuera una
tragedia nacional no lo hacía menos doloroso. ―Pero
no creo que quieran que estés aquí sola. Caminemos
hasta la fortaleza.

Un movimiento brusco de la cabeza, su cuerpo


encorvado sobre sí mismo. ―El arcángel está allí.

―La Arcángel Suyin no quiere hacer daño a su gente.

―No, ella. ―La voz de la chica era un susurro urgente.


―Ella está aquí. Ella camina en la muerte.

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de


Illium. Luchando por superarlo, hizo que su tono fuera
contundente. ―Vi morir a Lijuan. La vi desaparecer de
la existencia por el poder combinado de muchos
arcángeles. No va a regresar de eso.

Bookeater
Archangel´s Light
―Diosa ―susurró la chica. ―La diosa no puede morir.
Quería volver a casa. Pero la diosa no puede morir.
Ella no puede morir.

Poniéndose en pie, Illium decidió que era el momento


de la dura realidad. ―Ella no está aquí, y el
asentamiento se mueve mañana. Si no te unes a ellos
ahora, te quedará atrás.

Un momento de silencio inmóvil antes de que sus


palabras parecieran penetrar. Desprendiéndose de su
apretado rizo con movimientos bruscos, se puso de pie
y él se dio cuenta de que no era una niña después de
todo, sino una mujer joven. Diecinueve o veinte años
mortales quizás. Su cabello le llegaba hasta la cintura y
estaba enmarañado con hojas y otros escombros, y lo
que pudo ver de su ropa estaba rota y sucia.

El olor que desprendía era de sudor viejo y suciedad.


Nada desagradable. Ningún indicio de sangre
supurante o heridas putrefactas. Simplemente como si
no se hubiera bañado en unos días.

― ¿Fuiste a buscar verduras y te perdiste? ―Se había


dado cuenta de que un gran número de mortales
hurgaban en el bosque en busca de verduras y setas

Bookeater
Archangel´s Light
para complementar su dieta de carne cazada. Yindi le
había dicho que los mortales también habían
comenzado a conservar verduras y frutas desde el
principio.

―Con las granjas en barbecho hasta que nos


establezcamos, ―había dicho, ―es una necesidad. Y
los mortales quieren contribuir, saben que no pueden
luchar contra ningún depredador, ni evitar el peligro, y
la mayoría nunca ha cazado, así que esto, y las
donaciones de sangre, son sus contribuciones a
nuestros suministros de alimentos.

Pero la joven que estaba junto a Illium parecía no haber


oído su comentario sobre la recolección de verduras.
Agachando la cabeza mientras caminaba a su lado,
dijo: ―Corre. Corre. Corre. Ella camina.

Su voz era un tono monótono inquietante que le erizó


los pelos de la nuca. Por eso no veía películas de terror
con Aodhan y Ellie. Ya había suficientes cosas
aterradoras en la vida real. Especialmente cuando se
trataba del arcángel megalómano que había hecho
caminar a los muertos.

Bookeater
Archangel´s Light
Decidiendo dejar en paz a la traumatizada mujer por el
momento, la condujo a la fortaleza y luego la rodeó
hasta el gran campamento humano. Se extendía a cierta
distancia, la zona era un bullicio de actividad en las
horas del día, pero ahora estaba tranquila, ya que la
mayoría de la gente intentaba dormir unas horas antes
de comenzar la larga migración a casa.

La mayoría de los fogones ya se habían apagado, y sólo


quedaban unos pocos encendidos para proporcionar
bebidas calientes por la mañana. Esos últimos hogares
se apagarían con seguridad después del desayuno, y
los pocos edificios permanentes se bloquearían contra
los carroñeros. Estas últimas estructuras se habían
construido para alojar a los más jóvenes y a los más
viejos. El resto eran viviendas temporales que podían
desmontarse en una hora, listas para ser transportadas.

La joven miró a su alrededor, con los ojos muy


abiertos, aturdida.

Al vislumbrar al mortal llamado Rii, Illium llamó su


atención. ―La encontré saliendo del bosque. Parece
desorientada. ¿Puedes encontrar a su gente? Yindi le
había dicho que los mortales eran muy unidos y que

Bookeater
Archangel´s Light
creaban nuevas familias a partir de los trozos heridos
de los que quedaban.

El hombre tenía los ojos cerrado con gruesas pestañas,


y el cabello salado y moreno, cortado cerca del cráneo.

―No la reconozco ―dijo, su fuerte acento le decía a


Illium que este dialecto no era el suyo. ―Pero no
temas, mi mujer la conocerá. Mi Lili conoce a todo el
mundo. ―Una pizca de risa en su tono. ―Me
encargaré de ello, Ángel. ―Hizo una reverencia.

Illium encontró incómoda la deferencia. En Nueva


York, aterrizaba en una calle de la ciudad y la gente
sonreía y saludaba, y los más descarados le pedían que
posara para una fotografía con ellos. Venom opinaba
que Illium estaba en las cuentas de las redes sociales de
más gente que el resto de ellos.

―Eso es porque me gusta la gente, ―había dicho


Illium con una sonrisa. ―No soy un tipo alto, moreno
y melancólico como tú. Sabes que tienes un hashtag.

Con los ojos verde víbora brillando, Venom se había


puesto las gafas de sol. ―No voy a preguntar.

Bookeater
Archangel´s Light
―SuitPornV ―había dicho Illium, manteniéndose
fuera del alcance vicioso de Venom. ―Lleno de fotos
tuyas tomadas a escondidas.

Venom había puesto una cara de horror tan grande que


Illium se había echado a reír. Mientras tanto, el amor
de Venom, Holly, ya había estado en su teléfono
desplazándose por el hashtag. ―Tus acosadores tienen
buen gusto ―había dicho, y luego tiró de un Venom
con el ceño fruncido para darle un beso. ―No te
preocupes, cariño, le cortaré las manos a cualquiera
que se atreva a tocarte.

Illium no había señalado que la pequeña y feroz Holly


tenía sus propios seguidores. Pero esa era la cuestión:
en Nueva York, los inmortales formaban parte del
ritmo de vida. No igual que los mortales, pero aún así
entretejidos en la ciudad. Sabía que los niveles actuales
de interacción tenían mucho que ver con Ellie, pero los
inmortales de Nueva York nunca habían estado
tan alejados del resto de su gente.

Aquí, una película de miedo coloreaba cada contacto


entre mortales e inmortales. Incluso Rii, que parecía
cómodo con los ángeles y los vampiros, había dado el

Bookeater
Archangel´s Light
más mínimo estremecimiento cuando Illium reajustó
sus alas.

Como si se preparara para un golpe.

Illium no sabía cómo Aodhan había vivido con ello


durante tanto tiempo; la personalidad de su amigo era
tal que tendía a mantener las distancias con la mayoría
de los extraños, mortales o inmortales, pero ninguno
de los dos se sentía cómodo con la servilidad. Así no se
construía un pueblo fuerte, una ciudad fuerte.

Sin embargo, nada de esto era culpa de Suyin. Ella no


podía simplemente borrar el recuerdo del gobierno de
mano dura de su tía. Se necesitaría tiempo para que la
nueva cultura se formara y luego impregnara en la
población.

Dejando a la joven en las seguras manos de Rii, Illium


se elevó hacia el cielo. Cuando un destello de color le
llamó la atención, miró hacia abajo para ver a Kai
llevando una bandeja de comida a un equipo de
seguridad angelical en el descanso. Lo que le llamó la
atención fue el pañuelo amarillo con el que se había
atado el cabello.

Bookeater
Archangel´s Light
Cuando ella levantó la vista, él bajó las alas.

Su sonrisa tenía esta vez un descaro juguetón, y le llegó


al corazón, haciéndole recordar otra mujer, otra
sonrisa. Kaia le había sonreído con atrevida coquetería
desde el primer momento. Él se había sonrojado por el
placer de hacerlo.

― ¿Quiere acompañarme? ―se había armado de valor


para preguntar.

Con la canasta de flores a su lado, ella le lanzó una


mirada descarada. ―Si tengo tiempo. ―Luego soltó
una risita y se marchó, una joven encantadora, sin
miedo e intrépida.

Si él hubiera sido Cassandra, capaz de ver el futuro, si


hubiera sabido la desgarradora pérdida que se
avecinaba, ¿la habría perseguido como lo hizo aquel
día? Había volado sobre ella, haciendo trucos aéreos
hasta que ella dejó caer su canasta de flores y aplaudió,
y él supo que la había ganado.

Luego la había perdido. De la manera más absoluta


posible.

Bookeater
Archangel´s Light
Como ahora estaba a punto de perder a
Aodhan. ―Pero no puedo obligarlo a ser mi amigo
―le dijo al cielo nocturno. ―No puedo retenerlo si
quiere irse.

Bookeater
Archangel´s Light

Todos estamos un poco rotos. Nadie va por la


vida con el corazón entero.
—Keir, Curador

Bookeater
Archangel´s Light
18

Pasado

Aodhan voló hacia la casa de Eh―ma. Illium se había


quedado con él en su casa la noche anterior, y la madre
de Aodhan les había horneado pasteles dulces y su
padre les había llevado a dar un paseo por la cima del
desfiladero.

Aodhan se había sentido muy feliz. Y también


Illium. ¡Especialmente cuando la madre de Aodhan les
dejó comer tres pasteles cada uno! Parecía que les
gustaba estar con ellos, y su padre no se había
distraído con sus libros. Esos eran los momentos
favoritos de Aodhan y se había sentido orgulloso de
que Illium viera cómo podían ser sus padres a veces.

―Tu mamá es agradable, ―había susurrado Illium


antes de que se fueran a dormir. Y tu papá
también. Tiene muchos libros.

―Sí. Como Eh-ma tiene pinturas y pinceles por todas


partes, ¡incluso en su cabello!

Bookeater
Archangel´s Light
Se rieron de eso y se durmieron.

Aodhan pensó que Illium se quedaría por la mañana,


el papá de Aodhan había prometido preparar avena
con miel para el desayuno y a Illium le encantaban,
pero entonces nces Rafael vino y se lo llevó y Aodhan
supo en su corazón que algo estaba muy, muy
mal. Pero cuando había preguntado a sus padres, ellos
se habían limitado a decir: ―Oh, Aodhan. Esto es algo
de adultos.

Eso estaba mal. No era cosa de adultos si le habían


quitado a Illium. El mejor amigo de Aodhan no era un
adulto.

Así que esperó y esperó y esperó hasta que sus padres


estuvieran ocupados con sus libros, y ahora voló hacia
la casa de Eh-ma a la luz del atardecer. Ayer, en su
paseo, había encontrado una bonita piedra que pensó
que le gustaría. Se la daría y le preguntaría qué
pasaba. Eh-ma se lo explicaría. Ella siempre explicaba
las cosas.

Pero no fue Eh-ma la que contestó a la puerta. Era un


ángel mucho más alta y delgada, con su cabello del

Bookeater
Archangel´s Light
color de las castañas después de que su padre las asara,
y los ojos suaves. Aodhan había sabido que era amable
la primera vez que la vio, incluso antes de que dijera
una palabra.

―Aodhan. ―Con una sonrisa tan suave como las


plumas de un color como el rosa, pero más profundo,
que él podía ver por encima de su hombro, la maestra
Jessamy se arrodilló frente a él. ―Me temo que hoy no
puedes visitar a Lady Sharine.

El corazón de Aodhan latía demasiado rápido. ― ¿Eh-


ma está bien?

Una tristeza en la sonrisa de Jessamy. ―Ha tenido un


gran impacto y necesita tiempo para descansar.
―Inclinándose, besó a Aodhan en la frente. ―Le diré
que has venido, lo prometo.

La maestra Jessamy nunca les mentía, así que Aodhan


sabía que mantendría su promesa. Buscando en su
bolsillo, sacó la piedra. ―Esto es para ella.

La luz llenó el cálido color marrón de los ojos de su


maestra. ―Oh, qué lindo. Estoy segura de que esto le
alegrará el día.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Puedo ver a Illium?

―Oh, por supuesto, creo que eso sería muy bueno para
él. ―Jessamy le tocó la mejilla. Ella le había
preguntado el primer día de clases si le molestaba que
lo abrazara o lo tocara de esa manera tan pequeña, y él
le había dicho que no. Le gustaba. Era cálida por
dentro como Eh―ma. ―Está con Rafael. ¿Sabes dónde
está la fortaleza del Refugio de Rafael?

Cuando Aodhan asintió con fuerza, Jessamy dijo:


―Estoy segura de que se alegrará mucho de verte.
Pero Aodhan, si está enojado contigo, o no actúa como
él mismo, por favor, ten en cuenta que no tiene nada
que ver contigo. Él también ha tenido una fuerte
conmoción.

El mejor amigo de Aodhan nunca fue malo con él, pero


asintió de nuevo. ― ¿Está herido por dentro? ―Era
algo que Eh-ma le había enseñado, que a veces, las
heridas no eran las que uno podía ver.

Jessamy le dirigió una mirada solemne. ―Sí, dulce


muchacho. Está herido por dentro.

Bookeater
Archangel´s Light
―Iré a verlo ahora. ―No podía dejar a su amigo solo
cuando estaba herido.

Jessamy se puso de pie y lo observó mientras caminaba


hasta el borde del descenso junto a la casa de Eh―ma,
y voló desde allí. Todavía no podía hacer despegues
verticales como los grandes, pero podía volar lo
suficientemente bien como para llegar a la fortaleza de
Rafael.

Aún así, estaba hinchado cuando llegó, sus alas se


cayeron al aterrizar en el gran balcón plano que Rafael
había dicho que él e Illium podían usar.

Rafael ya estaba en ese balcón. ―Ahí estás, Aodhan


―murmuró.

― ¿Me ha visto Jason? ―Aodhan resopló, tragando el


aire frío.

―No, Jason está en mi territorio. Otro centinela te ha


visto. Rafael le tendió un pequeño vaso de agua.
―Bebe esto primero, luego hablaremos.

Sediento después de su largo vuelo y con ganas de ver


a Illium, Aodhan bebió de un trago la bebida, le dio a

Bookeater
Archangel´s Light
Rafael el vaso y luego tomó la mano que éste le
tendía. Entraron juntos en una gran sala con muchos
asientos. Dejando el vaso en una mesa cercana, Rafael
levantó a Aodhan en un banco junto a una ventana.

El arcángel se sentó a su lado, sus enormes alas


ocupando todo el espacio detrás de Aodhan. Su rostro
estaba más serio de lo que Aodhan había visto nunca.

Asustado, dijo: ―Es algo realmente malo, ¿verdad,


Rafa?

―Sí, Aodhan, lo es. ―Rafael lo miró a los ojos. ―He


hablado con tus padres y están de acuerdo conmigo en
qué hay que decírtelo. Eres demasiado importante para
Illium como para que sea de otra manera.

Aodhan se mordió el labio inferior. ― ¿Has obligado a


mis padres? ―Porque le habían estado dando
palmaditas en la cabeza y diciéndole que no necesitaba
saberlo.

―Quizás apliqué un poco de presión. ―El tono de


Rafael era... diferente. Duro. ―Pero hay ocasiones para
proteger a un niño, y hay ocasiones para confiar en el

Bookeater
Archangel´s Light
corazón y la fuerza de un niño. Creo que tienes mucho
de ambos.

Aodhan tragó saliva, apretando los bordes del banco


en el que estaban sentados. ― ¿Qué ha pasado?
¿Aegaeon hizo algo malo?

Quedándose tan quieto como uno de los leopardos de


las nieves que Naasir le había mostrado a Aodhan,
Rafael murmuró: ―Ahora, ¿por qué dices eso?

Aodhan se encogió de hombros. ―No me agrada.


―Levantó los ojos para ver si estaba en problemas por
decir eso.

―A mí tampoco. ―La voz de Rafael era aún más


dura. ―Y la respuesta es sí, lo hizo. ―Girando para
estar a horcajadas en el banco, Rafael ayudó a Aodhan
a ponerse en la misma posición, para que estuvieran
cara a cara. ―Aegaeon entró en el sueño. No advirtió a
Lady Sharine ni a Illium. Simplemente entró en el
sueño sin previo aviso.

Aodhan conocía sobre el sueño. Su abuela, que era la


madre de su padre, había entrado en el sueño antes de
que él naciera. Significaba que estaba descansando

Bookeater
Archangel´s Light
porque no quería seguír viviendo en el mundo. Un día,
ella se despertaría, pero podría ser dentro de mucho
tiempo. Quizás incluso después de que Aodhan fuera
un adulto.

―Pero Aegaeon es un papá. ―Arrugó la cara. ―Las


mamás y los papás no van a dormir. ―No hasta que
sus hijos ya no son angelitos.

―Incluso un niño pequeño conoce nuestras leyes no


escritas ―dijo Rafael, con los ojos como las piedras
Azules del brazalete favorito de la mamá de Aodhan,
―y sin embargo ese asno se cree que está por encima
de todas ellas.

"Asno" era una mala palabra cuando se usaba de esa


manera. Aodhan lo sabía, pero no dijo nada. Rafael era
un arcángel. Y sonaba como si estuviera usando la
mala palabra sobre Aegaeon. Si Aegaeon había hecho
algo tan horrible, entonces tenía que ser llamado con
malas palabras.

― ¿Va a despertar pronto Aegaeon? ―preguntó


esperanzado, porque, aunque no le gustaba Aegaeon,
sabía que Illium amaba a su papá.

Bookeater
Archangel´s Light
Un movimiento de cabeza de Rafael. ―Todo indica
que tiene la intención de que esto sea un largo sueño.
Ha creado un equipo de transición en su corte.

Cuando Aodhan se limitó a mirarle, Rafael negó con la


cabeza. ―Por supuesto que no lo entiendes. Nada de
eso importa, Aodhan. Lo que importa es que Illium
está...

―… Herido por dentro, ―interrumpió Aodhan. ―Lo


sé. ¿Puedo ir a verlo?

Una leve curva en los labios de Rafael. ―Naasir dice


que tienes un corazón de tigre, feroz en tu amor.

Ansioso por ver a Illium, Aodhan dijo: ― ¿Illium lloró?

Cuando Rafael asintió, Aodhan golpeó con los puños el


cojín azul oscuro del banco. ― ¡Illium nunca llora! ¡Es
feliz todo el tiempo! ―Ahora Aegaeon le había hecho
llorar. ― ¡Odio a Aegaeon!

Rafael no le dijo que no dijera esas cosas. Simplemente


dijo: ―Puedes estar enojado, Aodhan. Pero hoy,
necesitas escuchar a Illium. Su corazón está roto. Está

Bookeater
Archangel´s Light
muy triste. Podemos odiar a Aegaeon, pero es el padre
de Illium.

Los ojos de Aodhan estaban calientes, pero asintió.


Rafael le estaba hablando como un adulto, le hablaba
como si Aodhan pudiera entenderlo. Así que lo haría.
No hablaría de lo horrible que era Aegaeon; dejaría que
Illium dijera lo que quisiera. ―Lo prometo, ―dijo, su
la voz temblorosa.

―Aodhan. ―Fue un murmullo cuando Rafael lo tomó


en sus brazos y lo estrechó contra su pecho, la enorme
amplitud de sus alas envolviendo a Aodhan en una ola
de calor y protección que hizo que Aodhan pudiera
llorar.

Cuando terminó, se limpió los ojos y se incorporó.


―Ahora puedo ver Illium. No diré cosas malas sobre
su papá.

Acariciando mechones de cabello de la cara de


Aodhan, Rafael se encontró con sus ojos. ―Tienes un
corazón de un tigre, en verdad, pequeños destellos.
―Una suave sonrisa mientras usaba el nombre de
Naasir para él. ―Creo que Illium estará muy bien
contigo a su lado.

Bookeater
Archangel´s Light
Después levantarse, Rafael usó un paño húmedo para
limpiar la cara de Aodhan para que no pareciera que
había estado llorando, y luego caminaron por el pasillo
de la fortaleza, hasta llegar a una habitación que era
grande y estaba llena de luz. En el centro había una
cama, en la que yacía un niño de alas Azules
acurrucado en un pequeño ovillo, con el cuerpo se
sacudiéndose mientras dormía.

El ángel que había estado sentado junto a la cama se


levantó. ―Sire. No se ha despertado desde que lo
dejaste.

―Gracias, Adaeze. Ahora puedes volver a tus deberes.

Inclinó la cabeza antes de salir por la puerta, con las


alas bien sujetas a la espalda. Aodhan no vio de qué
color eran; ya estaba subiendo a la cama para acariciar
el hombro de Illium para que su amigo durmiera sin
pesadillas. Le tomó algunas palmaditas, pero Illium
dejó de sacudirse y pronto, su rostro ya no estaba
arrugado.

Bookeater
Archangel´s Light
Rafael, que se había sentado al otro lado de la cama,
extendió la mano para apartar el cabello de Illium de
su frente.

―Te dejaré en paz ―dijo. Illium y yo hemos hablado, y


él sabe que estoy a una sola llamada de distancia.
Ahora, creo que necesita a su amigo más cercano.

Aodhan asintió. ―Puedo ir a buscarte si él quiere.


―Sabía que todo lo que tenía que hacer era entrar al
pasillo y detener al primer adulto que viera; ellos
encontrarían a Rafael por él.

La sonrisa de Rafael era de un tipo que hacía que


Aodhan se sintiera bien por dentro. Era como le miraba
Eh-ma cuando terminaba una obra de arte. ―Haré que
Adaeze traiga una bandeja de comida para ustedes
dos. Ella tiene una pequeña y me dice que todo es
mejor con pequeños dulces y golosinas.

Aodhan no estaba muy seguro de eso, pero cuando el


ángel de cabello negro rizado y piel casi tan morena
como la de Naasir entró con una bandeja de cosas que
olían bien, su estómago rugió.

Bookeater
Archangel´s Light
Adaeze sonrió. ―Aquí tienes, dulce niño. ―Colocó la
bandeja en una mesa junto al lado de la cama, para que
Aodhan pudiera alcanzarla desde donde estaba
sentado. ―Normalmente los angelitos a mi cargo no
comen en la cama, ―murmuró, con un ritmo de voz
que parecía música, ―pero hoy es un caso especial. No
te preocupes por las migajas ahora, y si derramas algo,
sólo tienes que avisar a Adaeze.

Aodhan asintió. ―Gracias.

―De nada. ―Ojos suaves en Illium. ―Pobre bebé.


Pero es amado, muy amado. Yo lo veo, de verdad.

Dejó la puerta entreabierta cuando salió, pero Aodhan


se levantó después de la cama y la cerró por completo
en silencio. Illium no querría que nadie le viera llorar si
quería seguir llorando. Rafael era diferente. Rafael era
parte de su familia. Luego, con sus alas cansadas
arrastrando por el suelo, caminó por la alfombra y se
subió de nuevo a la cama.

Illium se agitó.

Sentado a su lado, Aodhan le dio unas palmaditas en el


hombro para que supiera que no estaba solo.

Bookeater
Archangel´s Light
Frotándose los ojos, Illium se sentó. Tenía marcas en un
lado de la cara, el cabello revuelto y los ojos grandes.

― ¿Quieres un bocadillo? ―Aodhan eligió una


pequeña cosa de pastel que pensó que le gustaría a su
amigo.

Asintiendo, Illium lo tomó, y se sentaron uno al lado


del otro, comiendo bocadillos de la bandeja hasta que
Illium habló. ―Mi papá se fue a dormir.

―Estás triste.

Illium asintió. ― ¿Cómo es que se fue a dormir? Los


papás no van al sueño.

Aodhan recordó lo que Rafael había dicho y no dijo


nada sobre que Aegaeon era un mal padre.
Simplemente dijo: ―Lo siento. Pero Eh-ma está aquí y
Rafael está aquí. Y yo estoy aquí.

Illium apoyó su cabeza en el hombro de Aodhan. ―


¿Crees que no le agrado? ¿Fui malo?

―No, ―dijo Aodhan de inmediato. ―Incluso Brutus


dijo que estaría orgulloso de tenerte como su hijo, y a él

Bookeater
Archangel´s Light
no le gustan los niños. ―Aodhan tuvo cuidado de dar
forma a las palabras tal y como las había dicho el viejo
guerrero, con una especie de media sonrisa en su
voz. ―Le grita a cualquier otro angelito que aterrice en
su jardín, pero a ti no te grita.

―Mi papá no se quedó. No me quería.

Aodhan no podía soportar ese tono en la voz de su


amigo. Illium siempre se reía, siempre hacía bromas,
nunca desagradables, solo divertidas. No estaba triste
así. ―Tu papá es viejo ―dijo. ―Tal vez estaba tan
cansado que ya no podía permanecer despierto.

Illium masticó un trozo de fruta seca. ― ¿De verdad lo


crees?

―Sí, ―dijo Aodhan, y era una mentira que no le


importaba decir, no cuando hacía que parte de la
tristeza se desvaneciera de Illium. ―Jugaba contigo
todo el tiempo cuando venía al Refugio. Mi mamá dice
que, a veces, los ángeles simplemente envejecen y se
cansan. Eso es lo que le pasó a mi abuela. ¿Te
acuerdas? Te dije.

Bookeater
Archangel´s Light
―Mi papá es viejo, ―murmuró Illium, pero estaba
frunciendo el ceño. ―Mamá también es mayor y no
está durmiendo.

Aodhan se encogió de hombros. ―Eh-ma es diferente.


Especial.

No hubo dudas por parte de Illium. ―Sí, ella es


especial. ―suspiró. ― ¿Crees que mi papá se
despertará pronto y dejará de estar cansado?

―No lo sé, ―respondió Aodhan. ―Pero sé que vendrá


a verte cuando se despierte.

En el rostro de Illium se dibujó una sonrisa. ―Lo hará,


¿verdad? Porque soy su hijo.

Bookeater
Archangel´s Light
19

Presente

Illium. Una voz de arcángel en su cabeza. Vetra está


aquí. Ella se reunirá contigo y con Aodhan en la fortaleza.

Sí, Arcángel Suyin.

Cambiando de dirección, aterrizó en los adoquines del


patio principal, y luego se dirigió al interior de la gran
sala de reuniones con enormes ventanas donde habían
cenado. Aodhan ya estaba allí, sirviendo a Vetra un
trago mientras comía.

Era tal y como la recordaba de la corte de Titus: una


mujer alta, de piernas largas, con una gorra de cabello
oscuro caoba salpicado de bronce, una piel blanca que
se bronceaba hasta convertirse en oro pálido, y unas
alas de un marrón tan intenso como sus ojos. Tenía el
tipo de rostro móvil que parecía caracterizar a los
maestros de espías: distintivo y vívido cuando estaba
con amigos, podía volverse insípido y olvidable
mientras trabajaba.

Bookeater
Archangel´s Light
Era un truco que había visto hacer a Jason con gran
efecto, y no tenía idea de cómo lo hacia ningunao de
los dos. Jason tenía un tatuaje que le cubría la mitad de
su rostro y la gente seguía sin verlo ni recordarlo
cuando no quería que lo vieran ni lo recordaran.

Cuando Vetra levantó una mano en señal de disculpa


silenciosa dirigida a Illium, dijo: ―Come. Debes estar
exhausto. ―Agarró un asiento al otro lado y tomó el
vaso de hidromiel que le pasó Aodhan.

Sus dedos se rozaron durante un segundo.

Se echó hacia atrás sin querer, el hidromiel se derramó


y Aodhan se quedó inmóvil. Mierda. Era que no lo
había esperado... y que Aodhan significaba demasiado
para él.

Vetra habló antes de que él pudiera intentar decir


algo. El qué, no lo sabía.

―No encontré mucho más en mi segundo vistazo,


―dijo. ―Sólo la aldea abandonada, todo ordenado, sin
comida podrida en los refrigeradores, sin señales de

Bookeater
Archangel´s Light
que la gente haya empacado y se haya ido, sin sangre,
sin cuerpos.

Era una imagen inquietante que ella había colocado en


sus mentes, de un lugar que sólo esperaba que su gente
volviera a casa. ―Cincuenta residentes, ¿verdad? ―él
dijo.

Fue Aodhan quien respondió. ―Lo he comprobado


con el académico que hizo el recuento para nuestros
registros: coloca el número exacto en cincuenta y
uno. ¿La mujer que encontraste? Le dijo a Rii que su
nombre es Fei. Si es de la aldea, eso significa que nos
faltan cincuenta. Treinta y nueve mortales, once
vampiros.

―Alto porcentaje de vampiros. A menos que


recibieran sangre antes de que todo se fuera al infierno,
cada uno de los mortales adultos tendría que ser un
donante regular.

―Sí. ―Vetra tomó otro bocado, y lo tragó después de


un rápido masticado. ―Planeaba investigar eso a mi
regreso, pero...

Bookeater
Archangel´s Light
Dejó el sándwich, con profundos surcos en la frente y
arrugas en los ojos. ―Busqué huellas, lugares de
enterramiento, no encontré ninguno. Pero hay mucho
bosque y no pude hacer una búsqueda a fondo. Si han
sido arrojados al fondo de un barranco, aunque sea
poco profundo, y cubiertos por el follaje, serían
invisibles desde el aire.

Miró la pared curva de ventanas en la parte delantera


del generoso espacio en el que estaban sentados, más
allá del cual se estaba el patio principal. ―Pronto,
llegará la nieve.

Enterrar a los muertos en su tumba olvidada.

Una imagen sombría y triste que perseguiría a Illium


hasta que encontrara a esa gente perdida. Pero, aunque
él y Aodhan hablaron con Vetra durante otro cuarto de
hora, ella tenía muy poco que añadir a lo que ya les
había dicho.

―Me enfurece estar tan a oscuras. ―Su mano se tensó


sobre el vaso. ―Dejé la tarea inconclusa, los secretos
escondidos. Más que eso, no asigné a nadie para que
vigilara el lugar desde el principio, verifique para que
comprobara regularmente a los residentes.

Bookeater
Archangel´s Light
―No tienes más que un pequeño equipo, Vetra
―murmuró Aodhan, con su profunda voz
tranquilizadora. ―Y la aldea parecía estar bien
establecida, sus residentes estaban felices de
permanecer fuera de las fronteras de la fortaleza; no
tenías razón para esperar una desaparición masiva.

―Debería haberlo hecho ―murmuró Vetra, con los


ojos como el pedernal. ―Esta sigue siendo tierra de
Lijuan.

―No. ―El tono de Aodhan era inflexible. ―Puede que


ella haya dejado algunos ecos, pero ahora es la tierra de
Suyin.

Con un rubor rosado bajo el dorado bronceado de su


piel, Vetra bajó la cabeza. ―Tienes razón. Sólo estoy
frustrada. ¿Cómo pueden desaparecer cincuenta
personas sin dejar rastro? Incluso cuando la niebla
negra brota de la tierra como el pus expulsado de una
herida grave, deja atrás cuerpos marchitos, huesos.

Ese era otro de los horrores de los que Illium se había


dado cuenta: de vez en cuando, los restos de la niebla

Bookeater
Archangel´s Light
negra se filtraban de la tierra. Como si hubiera
quedado atrapada en alguna bolsa.

―Nada de esto tiene sentido. ―Vetra se pasó las


manos por el pelo y miró de Aodhan a Illium y
viceversa. ―Necesito que ustedes dos resolvan esto.
Debo ir con mi arcángel, pero no dormiré tranquila
hasta saber qué ha podido pasar para borrar
totalmente a cincuenta personas que viven y respiran.

***

La gran mayoría de los inmortales y los mortales


dormían profundamente, y el embelaje estaba
completo, salvo por algunas cosas. Era uno de estos
últimos el que en ese momento le interesaba a Aodhan:
estaba ayudando a un residente humano a atar sus
pertenencias al techo de su vehículo. El hombre ya lo
había hecho, luego se despertó sin poder dormir,
decidió que estaba mal arreglado y volvió a empezar.

Aodhan entendió que necesitaba hacer algo, cualquier


cosa para mantener a raya las pesadillas, así que no
dijo nada sobre el trabajo innecesario, sólo intervino
para ayudar. No necesitaba dormir esta noche y, con
Illium, formaba parte de la tripulación en la guardia

Bookeater
Archangel´s Light
nocturna. Él y el joven mortal casi habían terminado
cuando la voz de Suyin entró en su mente.

Aodhan, por favor busca a Illium, y reúnete conmigo en el


borde del asentamiento, cerca del avellano dormido.

Acabo de verlo. Llegaremos pronto.

Con las pertenencias del mortal aseguradas, se elevó


hacia el cielo en la dirección en la que había visto a
Illium.

Illium se volvió casi en el mismo instante, como si


hubiera percibido a Aodhan.

El hecho de que se conocieran mutuamente era parte


de lo que los convertía en grandes compañeros de
batalla. No era nada místico, sino el resultado de siglos
de amistad y conocimiento mutuo.

No místico sino... especial.

Haciendo un gesto para que el otro hombre esperara,


se dirigió a Illium y le comunicó la petición de Suyin.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium frunció el ceño mientras volaban hacia el árbol
desprovisto de flores y hojas, una visión sombría que
se habría mezclado con el cielo nocturno si no fuera
por la "farola" portátil que se encontraba cerca de
él. Por lo general, esas luces solían estar muy
repartidas por todo el asentamiento, ya que,
Zhangjiajie era, por lo demás, una fría oscuridad al
anochecer.

La mayoría, sin embargo, ya habían sido


empaquetadas para ser transportadas, y solo quedaban
unas pocas para actuar como faros para cualquiera que
se despertara antes del amanecer. En una tierra
conocida por una niebla mortal que devoraba en un
silencio escalofriante, nadie encontraba consuelo en la
oscuridad total de una noche sin luna.

―Me pregunto si se trata de Fei, ―dijo Illium, las


palabras viajaron fácilmente hasta Aodhan en el aire
inmóvil.

Aodhan no tuvo la oportunidad de responder. Habían


llegado al lugar de la reunión. Rii, que había estado
hablando con Suyin antes de que llegaran, se escabulló
incluso cuando Aodhan e Illium plegaron sus alas. El
jefe mortal pasó por debajo de la luz de la calle durante

Bookeater
Archangel´s Light
te un segundo, y Aodhan vio que sus rasgos estaban
contraídos, sus labios pálidos.

Suyin permitió que Rii se saliera del alcance de su oído


antes de decir: ―Tenemos un problema.

Ningún guerrero que trabajara al lado de su arcángel


quería escuchar una declaración así. Eso se multiplicó
por dos, ―y por tres―, en lo que antes había sido la
tierra de Lijuan.

Illium gimió y se pasó una mano por la cara. ―Ve a


China, dijeron. Será pan comido, dijeron. No hay
mucho que hacer, dijeron.

Suyin miró fijamente a Illium, mientras Aodhan se


movía una fracción de minuto hacia su amigo,
luchando contra el impulso de envolver a Illium
protectoramente en sus alas. Suyin no conocía el
humor de Illium, no entendía cómo lo usaba para tratar
de aligerar la oscuridad y, a pesar de su falta de
"miedo" ella era un arcángel, un arcángel muy
estresado... pero entonces estalló en una risa como
Aodhan nunca antes había escuchado de ella.

Bookeater
Archangel´s Light
Llenó sus ojos, rompió la tensión que bloqueaba sus
hombros, iluminó su piel desde adentro. En ese
instante, ella era gloriosa, y él sabía que la pintaría
exactamente así, con su cuerpo vestido con cueros de
guerrero, sus alas sostenidas con estricto control, sus
manos en las caderas y el deleite en su rostro.

― ¿No sería espléndido si fuera así? ―le dijo a Illium,


con los labios curvados y los ojos bailando. ―Sueño
con gobernar una tierra aburrida en una época
aburrida en la que el acontecimiento más emocionante
sea la fuga del toro premiado de alguien, o tal vez un
impactante paso en falso de la moda en el que dos
ángeles se presenten a una cena de la corte vestidos
con la misma ropa. ¿No sería una vida maravillosa?

La sonrisa de Illium era tan real que le robó el aliento a


Aodhan. ―Al menos durante uno o dos siglos.

―Sí, pero parece que no vamos a tener ni siquiera unos


días de paz. ―La sonrisa se desvaneció y se pasó la
mano por el pelo. El cabello ondulaba entre sus dedos
como agua sedosa. ―La mujer que has encontrado, Fei,
nadie en todo el asentamiento la conoce ni sabe nada
de ella.

Bookeater
Archangel´s Light
―El general Arzaleya, quien está en estrecho contacto
con los académicos encargados de llevar el control de
nuestra población, confirmó lo mismo justo antes de su
llegada. Fei no existía antes de esta noche.

―'Ella está aquí. Ella camina en la muerte '. Illium se


movió para mirar por encima de su hombro en esa
espeluznante recitación, en la dirección de la que había
venido la extraña. ―Supongo que ahora no hay
duda. Ella debe haber venido de la inquietante aldea
de Vetra.

―Así es, ―dijo Suyin. ―Te diría que hablaras con ella,
pero nuestra sanadora principal, Fana, la visitó este
mismo día después de que Rii se preocupara por su
creciente falta de respuesta. Fana no pudo comunicarse
con ella. Se ha quedado muda, pero no de forma
obstinada, sino como un ser con la mente herida.
―Compasión en el tono de Suyin. ―Te avisaré si ella
sale de esto una vez que estemos lejos de aquí.

Como arcángel, Suyin podría haber irrumpido


literalmente en la mente de la mujer, pero teniendo en
cuenta el pasado de Suyin, no era capaz de hacer algo
así. La dañaría tanto como a la mortal.

Bookeater
Archangel´s Light
Así que Aodhan no se esforzó en recordarle su
habilidad. ―No puede ser el renacido. ―Su
inteligencia no llegaba al nivel de poder cubrir sus
huellas. ― ¿Un ángel infectado como se descubrió en
África? ―Sólo los inmortales más veteranos conocían
de esa abominación.

―Esperemos que no. ―Suyin se frotó los ojos un


momento antes de soltar la mano. ―La única gracia es
que después de mañana, no habrá aquí ninguna presa
de la que pueda alimentarse esta amenaza, sea cual sea
la forma que adopte ahora.

―Arzaleya ha informado al personal que debe


quedarse atrás de que permanezca adentro a menos
que tú o Illium estén cerca; la gran mayoría de sus
tareas se encuentran dentro de la fortaleza, así que mi
orden no les obstaculizará. ―Un débil resplandor
contra la oscuridad del tronco del árbol, las alas de
Suyin ardiendo en una silenciosa indicación de su rabia
por por todo lo que había hecho su tía.

El hecho de que estuviera ferozmente contenida con


maldad no la hacía menos mortal. En realidad, Aodhan
se preocupaba por cómo Suyin reprimía su ira. Sabía
que era hipócrita por su parte cuando se había aislado

Bookeater
Archangel´s Light
del mundo durante tanto tiempo. Pero, por la misma
razón, comprendía el daño que podía causar una
elección así.

― ¿Crees que necesitas más respaldo? ―le preguntó a


Aodhan, si que nada de esa fría rabia fuera evidente en
su tono. ―Tal vez pueda evitarte ...

Aodhan ya estaba negando con la cabeza. ―No, Suyin,


no puedes. ―Estaban trabajabando con márgenes muy
estrechos. Illium y yo podemos cuidar de nosotros
mismos. Necesitas a todos los guerreros que tienes
para asegurarte de que todos los supervivientes
lleguen a su nuevo hogar.

Illium asintió en silencio.

Sin discutir, Suyin desplegó sus alas. Pero antes de


despegar, su voz se plateó en la mente de Aodhan. ¿Un
ángel que puede traer la risa a los tiempos más oscuros? Un
ser así es un regalo, Aodhan. Cada vez veo más por qué lo
has llamado amigo durante tantos siglos.

Bookeater
Archangel´s Light
20

Pasado

Sharine sabía que algo andaba mal con ella. Su mente


no había vuelto a ser la misma desde... desde... Dejó
que el recuerd flotara concentrándose en tratar de
pegar los fragmentos rotos de sus pensamientos.

―Ya no pregunta tanto ―dijo, con los ojos puestos en


el pequeño niño de alas Azules que hacía ejercicios en
el aire con sus compañeros de jóvenes ángeles.
Aprendiendo a usar sus alas con más precisión,
aprendiendo a aterrizar con más control.

―Su juventud es una misericordia, ―dijo el arcángel


que estaba a su lado, con el cabello de un tono familiar
de medianoche y los ojos tan Azules como el corazón
de un zafiro que había visto una vez. Hijo de su amiga
más cercano en todo este mundo.

Su amiga que se había vuelto bastante, bastante loca.

Bookeater
Archangel´s Light
Un momento de claridad que susurró su propia locura,
y luego desapareció, deslizándose como una brizna de
niebla de su alcance. ―Aprende cosas nuevas, hace
nuevas amistades, ya no se queda al borde del Refugio
esperando...

―Eso es bueno. ―El hijo de Caliane asintió a los


niños. ―Veo a Aodhan a su lado.

―Siempre. ―Ella sonrió. ―Son tan diferentes, pero


son los mejores amigos. ―Su sonrisa se desvaneció al
experimentar otro momento de claridad. ―Mi hijo
siempre ha querido ser un guerrero. Pero no sé nada de
esto. ¿Quién le dará su primera espada? ¿Quién le
enseñará esas cosas que ...?

Una gran mano se cerró sobre la suya, el toque suave a


pesar del poder que le consumía. —No tienes por qué
preocuparte por eso, lady Sharine. Me aseguraré de
que Illium tenga todo lo que necesita.

Un movimiento en la parte de atrás de su cabeza, un


eco de un tiempo que ahora no podía ver. ― ¿Te
abracé una vez? ―preguntó, mirando sus manos
unidas. ― ¿Acaricié tus alas rotas y te dije que todo

Bookeater
Archangel´s Light
estaría bien? ―Parecía imposible que lo hubiera hecho
por este arcángel tan fuerte y mucho más alto que ella.

La voz de Rafael era solemne. ―Sí. Más que eso, me


amaste en un momento en el que yo era una bestia con
la espina dorsal afilada, reacio a permitir que nadie se
acercara. Siempre tendrás mi lealtad.

Ella levantó la vista hacia él, sonrió. ―Rafael. Mi hijo


mayor. ―Levantando la mano, esperó a que él bajara la
cabeza y luego le acarició la mejilla. ―Caliane estará
muy orgullosa de ver en quién te has convertido.
Como Aegaeon lo estará de su hijo.

Una alteración en la expresión de Rafael que ella no


pudo leer, pero todo lo que dijo fue: ―Tu orgullo es lo
más importante para él. Te mira incluso ahora para ver
si fuiste testigo de su último logro.

Sharine se rió y saludó a su hijo.

La sonrisa de Illium en respuesta iluminó su mundo,


hasta que los bordes fragmentados de su mente casi se
unieron, casi se convirtieron en lo que habían sido una
vez, casi... ―Mi orgullo por Illium nunca será
cuestionado. Mi hijo es una luz en este mundo.

Bookeater
Archangel´s Light
21

Presente

Illium aterrizó alrededor de las cinco de la mañana,


después de asegurarse de que los otros centinelas de la
guardia nocturna estaban felices de que se tomara un
descanso. Necesitaba comer; su cuerpo necesitaba
combustible extra como resultado de su largo vuelo a
China. No le haría daño no comer, pero le haría ir un
poco más lento y quería estar a toda velocidad en esta
tierra.

Cuando vio que Kai era uno de los dos miembros del
personal a cargo de la estación de comida nocturna
para aquellos que aún estaban despiertos y / o
trabajando, le sonrió. La persona que la acompañaba,
un vampiro de cierta edad, resopló. ―No confíes en
esta linda, Kai. Dicen que rompen corazones en todo el
mundo.

Los ojos de Kai se agrandaron al hablar tan claro, pero


Illium sonrió. ―Qué mentiras dices sobre mí, Li Wei.

Bookeater
Archangel´s Light
La pequeña y bonita mujer que aparentaba unos
veintisiete años, pero que en realidad tenía novecientos
con tendencias de una matrona de escuela estricta,
resopló. Pero él captó la sonrisa en sus ojos oscuros. Él
y Li Wei se habían conocido por primera vez hacía
unos trescientos cincuenta años, cuando ella ocupaba
un puesto en la cocina de la corte de Neha.

En un recado para Rafael, había aterrizado a altas


horas de la noche y se había colado en la cocina cerrada
desesperado por un bocadillo. Dos minutos después de
entrar, Li Wei lo había sorprendido hurgando en sus
armarios, le había dado una fuerte reprimenda y le han
preparado el mejor sándwich de su vida, con una
guarnición de una sopa fría de patatas y especias de la
que se había negado a compartir la receta por mucho
que le suplicara.

La mujer era tan buena cocinera que podía elegir su


empleo.

Le sorprendió que hubiera elegido venir a este lugar


tan inestable cuando él siempre la había visto como
eficiente y afectuosa, pero también aburrida en
términos de sus preferencias.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Hambriento? ―dijo ahora, y le pasó un panecillo
que había rellenado con capas de carne de sabor
delicado, cebollas caramelizadas y más delicias.
―Come, chico flaco.

A Illium le gustaba mucho. Había vivido lo suficiente


como para no tener tiempo para las tonterías de
nadie. A su lado, Kai, a pesar de su confianza innata,
era una frágil flor apenas brotada, que había que tratar
con cuidado. Le habló mientras comía, se enteró de que
toda su familia había sobrevivido a la niebla.

―Nuestro pueblo estaba en un valle al que la niebla no


parecía llegar, ―dijo. ―Se cernía sobre nosotros como
una nube horrible, pero nunca bajaba.

―Demonios, eso debió ser aterrador. ―Illium no podía


imaginar el tipo de miedo que su familia y los demás
que estaban con ellos debieron experimentar.

Pero Kai negó con la cabeza. ―No lo sabíamos, ya


ves. Lo que hacía la niebla. Creíamos que era una
tormenta fuerte, tan fuerte que había cortado toda
comunicación con el mundo exterior. Sólo después de
eso...

Bookeater
Archangel´s Light
Tomó un respiro estremecedor. ―Más tarde, cuando el
arcángel voló con su ejército, no nos llamó. Pensamos
que tal vez no nos conoció porque la niebla no nos
tocó.

Era una teoría excelente, la niebla una extensión del


poder de Lijuan.

― ¿Más? ―Li Wei preguntó después de terminar, y de


haber bajado todo con un vaso alto de agua.

―No. ―Sonrió y se inclinó sobre su mano. ―Te


agradezco el sustento, mi hermosa, Li Wei.

― ¡Ja! ¡Vete, bribón!

Se fue con un ligero saludo para ella, y una suave


sonrisa dirigida a Kai. Mientras ayudaba a los
centinelas para que pudieran tomar más descansos, no
tenía una zona asignada oficialmente. Decidió
aprovechar esa libertad para ver cómo estaba Aodhan,
ya que no había visto a su amigo durante la última
hora.

Este lugar...

Bookeater
Archangel´s Light
Se estremeció, no le gustaba la sensación.
Especialmente ahora que tenían un sobreviviente que
había salido de la nada y que hablaba de Lijuan
caminando por la tierra.

***

Aodhan se encontraba bajo un cielo manchado de un


gris carbón que indicaba que la noche aún no se había
desprendido del mundo. Habiendo volado hasta el
punto más alto de la zona, la punta boscosa de uno de
los pilares sobrenaturales de Zhangjiajie, Aodhan
esperaba la luz, con la intención de buscar cualquier
signo de movimiento o actividad inusual.

Las monstruosas criaturas de Lijuan no eran las más


inteligentes cuando tenían hambre o estaban heridas.

― ¿Por qué estás acechando en la oscuridad como un


vampiro sanguinario salido de una de tus películas de
terror?

Aodhan no se sobresaltó; había escuchado el chasquido


de las alas de Illium al aterrizar detrás de él, sintió el
viento que generaba. ― ¿Desde cuándo sabes algo
sobre películas de terror? ―dijo, con la luz estallando

Bookeater
Archangel´s Light
en su interior en pequeñas burbujas ante el hecho de
que Illium lo hubiera perseguido.

―Sé muchas cosas, joven saltamontes. ―El otro


hombre se puso a su lado. ―Oh ya veo. Este es el
mejor mirador de la zona. ¿Estás esperando el
amanecer?

Aodhan asintió, su garganta seca sin previo aviso y su


rostro caliente. A veces le ocurría esto, un repentino
recuerdo de la interminable oscuridad que había sido
su mundo en otro tiempo.

Había aprendido a vivir de nuevo en la noche, había


aprendido a aceptar que el sol y la luna no podían ser
siempre sus compañeros, pero justo en ese momento,
comprendió que parte de la razón por la que amaba
tanto Nueva York era que la ciudad de Rafael nunca
está realmente oscura.

Un roce de un ala sobre la suya.

Su corazón se retorció, se apretó, se aferró. No dijo


nada. No era necesario decir nada. Illium conocía sus
pesadillas, lo había visto en su momento más roto,
cuando sus alas no eran más que tendones unidos por

Bookeater
Archangel´s Light
telarañas podridas, y su espíritu una cosa
astillada. Illium comprendía los horrores que la
oscuridad guardaba para Aodhan, comprendía que
mientras la noche existiera, Aodhan nunca podría
olvidar realmente.

No supo cuánto tiempo estuvieron allí en un silencio


que no era cómodo ni incómodo. Era... No tenía
palabras. Sin descripción. Era algo formado por el
tiempo, la amistad y la lealtad.

Sólo cuando un rayo de luz iluminó el horizonte,


Aodhan tomó su primer aliento real en lo que
parecieron horas. El aire entró en sus pulmones, llenó
sus fosas nasales, hizo que su piel se encendiera de
vida.

Cuando sintió que Illium comenzaba a deslizar su ala,


extendió la mano y agarró la muñeca del otro hombre.
Hueso sólido y calidez, el contacto hizo que su mundo
cambiara de sentido por primera vez en más de un
año.

Entonces los músculos de Illium se pusieron rígidos


bajo su toque, su brazo no se movió.

Bookeater
Archangel´s Light
―Suéltame. ―La voz de Illium era una cosa áspera y
llena de piedras molidas cuando dio una orden que
nunca antes había usado con Aodhan. No para esto.

Aodhan nunca hacía caso omiso de tales solicitudes.


Nunca. Pero tuvo que obligarse a levantar los dedos de
la muñeca de Illium uno a uno. Y las palabras que
debían venir, se atascaron en su pecho, el silencio entre
ellos una mina de púas que apuñalaba y cortaba.

La imagen fue suficiente para romper un yunque en su


pecho, liberar sus palabras. ― ¿Qué hay de malo entre
nosotros? ―Salió casi con rabia.

Los ojos de Illium brillaban cuando miraba a Aodhan,


una señal del violento poder que lo ensombrecía, y que
perseguía a todos los que lo amaban. Era demasiado
joven para ello, necesitaba tiempo aún para formar
parte de los siete de Rafael, para ser un comandante de
escuadrón de alto nivel, para ser el juguetón
Campanilla de todos.

―No hay nada de malo ―dijo Illium, con los hombros


tan duros como su mandíbula y su voz era la del
comandante de escuadrón superior. Maduro. Remoto.

Bookeater
Archangel´s Light
Profesional. Era un rostro que nunca antes había
dirigido a Aodhan.

―Azul. ―El antiguo apodo le fue arrancado.

Illium no se movió. ―Ahora somos personas


diferentes, ―dijo.

Era una verdad, pero sólo una verdad. Habían crecido


como personas a lo largo de sus vidas, pero siempre
seguían unidos por la sangre, su amistad era tan
profunda que nada ni nadie podía deshacerla. ―Estás
evitando la pregunta.

―Me dijiste que necesitabas libertad. ―Las palabras


de Illium fueron fragmentos ásperos que se clavaron en
ambos, la distancia explotó en un millón de pedazos
mortales. ―Aquella noche, durante y después de la
cena en la casa de Enclave de Elena y Rafael, me dijiste
que querías libertad. Como si yo fuera una jaula.
―Golpeó una mano con el puño contra su pecho.
―Así que vete, sé libre, Aodhan. Esta jaula nunca más
te retendrá.

Desplegando unas alas de azul salvaje y plata en un


violento chasquido, se elevó en el aire antes de que

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan pudiera responder. Podría haber volado tras
él, pero nadie podía atrapar a Illium cuando no quería
ser atrapado. Aodhan esperaría, sería paciente. Pronto
estarían solos, y entonces lo solucionarían.

Porque él nunca había insinuado que Illium fuera una


jaula, y mucho menos había utilizado las palabras que
Illium estaba intentaba poner en su boca.

Recordó, exactamente lo que había dicho: Ya no soy una


muñeca rota que necesita ser protegido de los que podrían
jugar bruscamente conmigo.

Luego, más tarde, cuando había localizado a Illium


mientras estaba sentado solo en una de las poderosas
columnas que se arqueaban sobre el puente de
Brooklyn: Ya no necesito estar atado a las cuerdas de tu
delantal. No necesito que me cuiden y me mantengan a salvo
de mí mismo.

Se había sentido frustrado, pero ya no furioso como en


la cena. Había necesitado que su mejor amigo
entendiera lo que intentaba decirle, que viera a Aodhan
como era entonces y no como había sido antes.

Bookeater
Archangel´s Light
Pero Illium, herido por sus palabras anteriores, no
estaba de humor para escuchar.

Si pudiera retroceder en el tiempo hasta aquella noche,


¿diría lo mismo? No. El comentario de las cuerdas del
delantal había estado fuera de lugar y Aodhan lo
reconocía. En cuanto al resto... No usaría el término
"muñeca rota" porque eso le traía un recuerdo tan feo
que debería olvidarse para siempre. ¿Pero el resto? ¿El
significado que hay detrás? Sí, volvería a hablar de
ello. Era necesario decirlo.

Bookeater
Archangel´s Light
22

Pasado

Illium acababa de terminar su entrenamiento de


espada con Rafael; el arcángel le hizo usar una espada
de madera rechoncha a pesar de que Illium le
había dicho que no lo apuñalaría accidentalmente a él o
a sí mismo, pero aún así era lo más divertido. Casi
nunca pudo entrenar con Rafael; era un arcángel, tenía
muchos asuntos importantes y a menudo estaba en su
territorio muy, muy lejos.

La mayoría de las veces, Illium entrenaba con personas


que Rafael había elegido para la tarea.

Pero Rafael fue quien le enseñó sus primeras


habilidades; había pasado un mes entero con Illium
para ello, incluso le había pedido permiso a la maestra
Jessamy para sacarlo de la escuela.

Había sido asombroso.

Bookeater
Archangel´s Light
Y aunque no podía pasar tantos días con Illium a
menudo, siempre sacaba tiempo para una sesión o, a
veces, incluso dos cuando estaba en el Refugio. Hoy,
había estado esperando en la casa cuando Illium volvió
de la escuela; se había sentado a la mesa de la madre
de Illium mientras ella lo dibujaba. Frente a él había un
plato de galletas y un vaso de leche.

Los ojos de Illium se habían vuelto redondos. Sabía que


aquello era comida de ángeles pequeños. Todavía le
gustaba, pero Rafael era un arcángel. Pero el Sire nunca
fue malo con la madre de Illium. Nunca. Ni siquiera
cuando hacía cosas que no estaban bien. Hoy, se había
bebido la leche y se había comido las galletas antes de
llevar a Illium a la sesión de entrenamiento.

Una vez, cuando Illium había dado las gracias a Rafael


por ser tan amable con la madre de Illium, Rafael había
dejado de caminar y se había agachado para que
estuvieran cara a cara. A Illium se le cortó la
respiración al estar tan cerca de Rafael; sus ojos eran
como fuego azul y Illium podía sentir una presión
contra su piel, como la que se siente en el aire justo
antes de una tormenta.

Bookeater
Archangel´s Light
Aquel día, Rafael había dicho: ―No hace falta que me
digas eso, Illium. ―Había cogido un lado de la cabeza
de Illium, sus dedos rozando el cabello de
Illium. ―Lady Sharine tiene todo el derecho a mi
lealtad, amor y cuidado. Fue una madre para mí
cuando más la necesitaba. Siempre que ella llame me,
vendré.

Illium no había entendido toda la emoción en la voz o


el rostro de Rafael, pero había entendido que su madre
tenía una historia con el arcángel. Quizás algún día
tendría la edad suficiente para que se lo contaran. Era
molesto ser un angelito, pero al menos ya no se lo
consideraban un bebé.

―Uf, ―dijo mientras subía con dificultad la empinada


cuesta. Podría haber volado a casa, pero Rafael siempre
decía que no sólo podía ser fuerte en el aire; para ser
un guerrero realmente completo, tenía que serlo
también en tierra. Porque, de lo contrario, ¿qué haría si
sus alas se hirieran en la batalla y cayera a la tierra?

Illium no pensaba ser inútil si acababa en tierra. Así


que se propuso caminar tanto como volar. A veces,
cuando el suelo no era tan desigual, con bordes
escarpados y rocas afiladas, incluso corría. Pero hoy,

Bookeater
Archangel´s Light
Rafael le había hecho hacer un duro entretenimiento, y
el suelo estaba destrozado, así que estaba resoplado
cuando llegó a la cima de la pendiente.

Cuando una ráfaga de luz se posó a su lado, se agachó


con las manos en las rodillas, con la espada bien sujeta
a la espalda y jadeó. ―Perdón. Entrenamiento.

Aodhan no dijo nada, permaneciendo en silencio junto


a Illium hasta que éste pudo respirar correctamente de
nuevo. Podía ver la mitad de las piernas y parte de las
alas de Aodhan desde su posición inclinada. Su amigo
llevaba unas sandalias marrones y sus viejos
pantalones favoritos, que habían comenzado siendo
blancos, pero ahora eran de un marrón claro apagado,
con pequeños desgarros. Sus alas brillaban como las
piedras del collar de Lady Ariha.

La luz se desprendió de Aodhan, fue atraída hacia él.

Aunque Illium estaba acostumbrado, a ello, todavía era


un poco difícil mirarlo bajo la brillante luz del
sol. Empujando juguetonamente a su amigo a la
sombra de un árbol cercano cuando pudo volver a
mantenerse erguido, dijo: ―Creo que veo estrellas.

Bookeater
Archangel´s Light
Era una vieja broma entre ellos, de una época en la que
Illium se había caído y se había golpeado la cabeza y
creía estar viendo estrellas cuando en realidad, era sólo
Aodhan inclinado sobre él con el sol brillando en su
cabello.

A los dos les resultaba gracioso.

Pero hoy, Aodhan no se reía. Su rostro estaba quieto y


tenso. Illium dejó de bromear. ― ¿Qué ha pasado?

Aodhan dio una patada a un trozo de roca. ―


¿Podemos ir volando?

Illium había tenido la intención de caminar hasta su


casa, pero dijo: ― ¿A dónde quieres ir?

Cuando Aodhan se encogió de hombros, Illium dijo:


―Sé dónde podemos volar. ―Había un lugar que su
madre le había mostrado: un campo de montaña con
muchas flores y mariposas. Aodhan le adoraba las
mariposas, aunque le gustaba fingir que no lo
hacía. Illium no se burlaba de él; las burlas eran para
cosa sin importancia. Las mariposas eran importantes
para Aodhan de alguna manera.

Bookeater
Archangel´s Light
Se fueron poco después. Illium aún no podía realizar
despegues verticales, pero estaban en un punto alto
cerca del desfiladero. Así que caminó hasta el borde de
la enorme división en la tierra y despegó desde allí,
barriendo hacia abajo en las corrientes de aire y luego
elevándose hacia el claro azul del cielo. Los dos
seguían sin tener permiso para bucear en el
desfiladero, pero esto, utilzar la elevación creada por el
aire acunado en el desfiladero, estaba permitido.

Illium no se quejaba cuando Aodhan volaba más


alto. A Aodhan le gustaba hacerlo porque llamaba
demasiado la atención cuando volaba más cerca del
suelo. A los pequeños de su edad no se les solía
permitir volar a tanta altura, pero Aodhan le habían
dado un permiso especial después de que la madre de
Illium fuera a hablar con los demás adultos.

Ahora, Aodhan era una chispa en el cielo.

―Es un pequeño sol ―había dicho un día mamá, con


voz soñadora mientras miraba el cielo por donde
volaba Aodhan. ―Tan brillante, y abierto y lleno de
una luz interior que me preocupa que el mundo lo
lastime.

Bookeater
Archangel´s Light
Sus dedos en el cabello de Illium. ―Me preocupo por
ustedes dos, mis dos chispitas brillantes.

Hoy, Aodhan siguió a Illium hasta que llegaron al


campo de flores y mariposas. Luego bajó directamente
para aterrizar sobre sus pies. No era ni de lejos tan
rápido como Illium, pero sí mucho más rápido que
otros niños de su edad.

Una enorme mariposa de color verde joya se posó


inmediatamente en su hombro. Revoloteó cuando
Aodhan se dejó caer en una posición sentada en el
campo, y luego volvió a posarse. Otras mariposas más
pequeñas se posaron en las alas, el pelo e incluso las
piernas de Aodhan. Cada vez que que se movía, el aire
brillaba con colores.

La madre de Illium había pintado a Aodhan cubierto


de mariposas y, aunque Aodhan se había puesto de un
color extraño al verlo, guardaba la pintura en su
dormitorio. Ni siquiera se lo quiso dar a su propia
madre, a pesar de que ella se había llevado ambas
manos a las mejillas y se lo había pedido con los ojos
brillantes.

Bookeater
Archangel´s Light
Sentado junto a su mejor amigo, Illium sacó su espada
de práctica. Podía ser rechoncha y de madera, pero le
encantaba porque Rafael se la había regalado una vez
que decidió que Illium era lo suficientemente mayor
para entrenar con la espada. Cuando se rompiera
porque todas las espadas de práctica se rompen al cabo
de un tiempo, Illium iba a guardar un trozo y ver si el
amigo de su madre que tallaba cosas podía tallar una
pequeña espada, para que Illium la pusiera en su caja
de cosas para guardar.

Dejó la espada con cuidado, y luego se echó hacia atrás


en la hierba para mirar al cielo, con las flores ondeando
a su lado, y la brillante presencia de Aodhan a la
izquierda. Luego esperó. Tratar de hacer hablar a
Aodhan cuando no quería hablar era estúpido. Lo
único que consiguió era una voz cansada.

La mamá y el papá de Aodhan no parecían entenderlo.


Eran amables, pero pensaban que Aodhan era como su
hermana Imalia, que ya era adulta. Si hubieran sido sus
padres, Illium se habría enojado con ellos por no
conocerlo, pero Aodhan nunca se enojó. Simplemente
dijo: ―Eh-ma me conoce. Tú me conoces. La maestra
me conoce. No necesito que mucha gente me conozca.

Bookeater
Archangel´s Light
Así que como Illium le conocía, cerró los ojos contra la
luz del sol y comenzó a hablar de su entrenamiento,
incluyendo los nuevos movimientos que Rafael le
había enseñado. ―Te enseñaré, ―le prometió a su
amigo. Aodhan era bueno en las cosas físicas, pero sólo
las hacía porque Illium lo hacía, para que pudieran
jugar juntos a las batallas.

Sobre todo, le gustaba hacer arte.

―Gracias, ―dijo Aodhan, hablando por fin. ―Estabas


cansado.

―Rafael es un maestro duro. ―A Illium le encantaba


que el arcángel no lo mimara; no era tonto, sabía que
Rafael no lo trataba como a un guerrero. Porque él
no era un guerrero. No decidiste serlo así como
así. Tenías que convertirte en uno. Otros guerreros
tenían que evaluar tus habilidades y decidir que valías
el título. ―Un día, voy a estar en su escuadrón de
mayor rango.

―Eso no es una palabra, ―dijo Aodhan, pero Illium


pudo notar que estaba sonriendo. ―Seniorest.

― ¿Quién lo dice?

Bookeater
Archangel´s Light
Cuando Aodhan se rió, Illium abrió los ojos para ver
cómo las mariposas volaban en pequeñas explosiones.
Volviendo a caer en las flores y las hierbas con Illium,
sus dedos apenas tocándose, Aodhan suspiró.
―Intentaba mostrar mi arte a este artista que Eh-ma
dijo que me gustaría hablar con él; incluso me dio una
carta de presentación.

― ¿Le pareció horrible tu arte? ―No creía que su


madre hubiera sugerido a una persona así, pero sus
amigos del arte podían ser extraños. En sus propios
mundos, pero no como su madre. Diferentes. Y
algunos de ellos eran simplemente extraños o
groseros. Decían cosas que no eran educadas y
pensaban que estaba bien porque eran grandes artistas.

Illium expresó su último pensamiento en voz alta a


Aodhan. ―Sabes que eso no está bien, ―añadió. ―Mi
madre es la mejor artista de todas y es amable. ―Esa
no era sólo la opinión de Illium, tampoco: la gente de
todo el Refugio, incluso los arcángeles como Uram y
Lijuan, llamaban a su arte un "regalo para la
humanidad angelical". ―No hagas caso a los que se
creen tan importantes que pueden ser malos.

Bookeater
Archangel´s Light
―No es eso, ―respondió Aodhan. ―No me importa
que me digan que no soy tan bueno o que podría
mejorar; quiero aprender, quiero mejorar.

Illium rompió un tallo de hierba y lo masticó. ―Sí, así


es como me siento cuando me equivoco en el
entrenamiento y me enseñan lo que he hecho mal.

Aodhan se revolvió hasta quedar sentado, llevándose


las rodillas al pecho. Su piel brillaba bajo el sol. No con
el sudor. Con el brillo que estaba enterrado en su
piel. Por eso Illium, inspirado por Naasir, había
comenzado a llamarle Chispita hacía mucho
tiempo. Solo lo hacía por diversión, y sabía cuándo
Aodhan se reiría y cuándo no estaría bien
usarlo. Como hoy.

― ¿Adi? ―dijo, usando el antiguo nombre de bebé que


había usado cuando ni siquiera iban a la escuela.

Aodhan se movió de nuevo, dejándose caer sobre su


estómago esta vez. Esto volvió a molestar a las
mariposas. La gran mariposa verde revoloteó sobre él,
irritada, antes de posarse en su cabello. ―Apenas
prestó atención a mi arte ―dijo Aodhan, con voz
ronca. ―No dejaba de mirarme.

Bookeater
Archangel´s Light
―Mucha gente te mira fijamente. ―Era un hecho de la
vida.

―No de esta manera. No dejaba de decir que había


oído que era hermoso, pero que era 'simplemente
asombroso' en carne y hueso, y que no podía esperar
para capturar 'mi esencia' en el lienzo. Una y otra vez.
―Aodhan estaba arrancando trozos de hierba mientras
hablaba. ―Era como si ni siquiera me viera como
persona. ¡Sólo el exterior! ¡Sólo el brillo! Ignoró mi arte,
Azul. Lo ignoró como si no fuera nada.

Illium frunció el ceño. ―No sé cómo alguien puede


ignorar tu arte.

El trabajo de Aodhan era realmente buenote, aunque


Illium fuera un ángel joven, el arte era un tema que
conocía mejor que muchos adultos. Crecer con su
madre no permitía otra cosa. Su casa estaba llena de
arte, los artistas iban y venían casi a diario, y su madre
hablaba de arte como los guerreros hablaban de
tácticas de batalla.

Como si fuera su aire.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium no le interesaba mucho el arte, pero le encantaba
lo feliz que lo hacía, así que escuchaba. Y ahora,
escuchaba porque también hacía feliz a Aodhan. Al
igual que le escuchaba hablar de espadas y de combate
cuerpo a cuerpo, y de tácticas de guerra de
escuadrones de vuelo.

Escuchabas a la gente que querías. Así era.

―Bueno, lo hizo, ―murmuró Aodhan, separando las


hebras de hierba. ―No vio nada más que el brillo y el
resplandor. ―Levanto la mano y se tiró del
cabello. ―A veces, desearía poder arrancarme el pelo,
pelarme la piel, arrancarme las plumas y ser un ángel
normal.

― ¡No digas esas cosas! Tú eres tú. Me gustas.

― ¡Quiero ser normal! ―Los dedos de Aodhan


trabajaron en las hebras de hierba. ―Para que la gente
no se distraiga conmigo. ¡Para que la gente vea el arte
que creo, las cosas que hago!

―Lo harán, ―dijo Illium, luego usó su arma más


poderosa. ―Mamá te ve y es la mejor artista de todas.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan se quedó callado durante un rato. ―Ella es
diferente. Ella mejor que todos los demás.

―Lo sé. Pero Rafael también te ve, y no porque seas


bonito.

Aodhan lo fulminó con la mirada por usar esa palabra.

Illium sonrió. ―Soy más bonito.

Un pequeño movimiento de los labios de su amigo.


―Ja ja. ―Pero ahora no fruncía tanto el ceño. ―Rafael
dijo que tengo buena gracia en el aire.

―Sí, y el entrenador dijo que siempre podríamos teñir


tus alas y tu cabello de otro color para que no
sobresalgas en la batalla. ―Había sido durante una
discusión de estrategia después de su sesión de tácticas
de vuelo; sólo eran lecciones cortas, ya que eran tan
jóvenes, pero Illium se lo tomó en serio y el entrenador
le recompensaba enseñándole cosas adicionales.

Sabía que Aodhan solo se había unido a la clase para


hacerle compañía, pero a su amigo no se le daban mal
habilidades guerreras. Illium solo estaba por delante de
él porque le dedicaba mucho más tiempo.

Bookeater
Archangel´s Light
―Lo mismo dijo de tus alas ―murmuró Aodhan.

―Ajá, e incluso sobre Rufi. ―Su compañera de


entrenamiento tenía alas de un color amarillo
anaranjado que la hacían parecer un pájaro tropical,
como el que Illium había visto en un dibujo de un libro
en la Biblioteca.

Aodhan asintió de nuevo. ―Me tratan con normalidad.


―Su voz ya no estaba tan enojada. ―No como si fuera
una cosa que quieren poner en una estantería o hacer
arte sobre ella.

Illium odiaba que alguien hubiera hecho sentir asía su


amigo, pero también sabía que Aodhan tendría que
lidiar con esto por el resto de su vida. No debía estar
escuchando, pero había escuchado a su maestra hablar
con su madre sobre Aodhan, con su amable voz llena
de preocupación.

―Si fuera otro tipo de niño, ―había dicho Jessamy,


―me preocuparía que se malcriara. Pero Aodhan es
tan reservado que cada vez me preocupa más que la
atención le lleve a encerrarse más y más.

Bookeater
Archangel´s Light
La madre de Illium había estado como antes ese día,
con los ojos claros y la mente en el aquí. ―Aodhan no
necesita muchas anclas para estabilizarse en la vida,
―había dicho. ―Mientras tenga dos o tres líneas
fuertes, estará contento.

―Es bueno oírlo, lady Sharine. Probablemente lo


conozcas mejor, incluso más que sus padres.

―El problema, ―había añadido la madre de Illium,


―vendrá con aquellos que no pueden ver debajo de la
belleza única de su piel exterior. Le harán daño, y por
eso debemos concentrarnos en enseñarle que su
ceguera no le quita nada a su luz ni a sus dones.

Illium había pensado mucho en eso. A menudo, tenía


demasiados pensamientos en su cabeza y no podía
quedarse quieto, pero ese día, se había ido a un lugar
favorito y había pensado realmente en una sola cosa, y
había llegado a una conclusión.

Hoy, pronunció esa conclusión en voz alta: ―Hay


gente estúpida en el mundo, pero el hecho de que sean
tontos no cambia el hecho de que seas mi amigo, o que
seas un artista o cualquier otra cosa sobre ti. ―Estaba
bastante seguro de que eso era lo que su madre había

Bookeater
Archangel´s Light
querido decir. ―Tienes que aprender a ignorar a los
estúpidos.

Luego añadió una cosa que se le había ocurrido por su


cuenta. ―Esa gente seguirá siendo estúpida mañana,
pero tú irás mejorando en tu arte y en tu entrenamiento
de guerrero, hasta que un día, estarás en la corte de un
arcángel ―con Illium, porque los dos siempre iban a
ser amigos, ―y ellos seguirían aquí, siendo estúpidos
en un mundo estúpido.

Aodhan soltó una pequeña risa... que creció y creció y


creció. Illium sonrió. Nadie más podía hacer reír a
Aodhan de esa manera, y era una de sus cosas
favoritas en todo el mundo cuando ocurría.

Cuando dejó de reír, Aodhan le tendió las hebras de


hierba con las que había estado jugueteando. Había
tejido las hebras formando una estrella perfecta. Illium
la miró fijamente, girándola de un lado a otro,
fascinado por el intrincado trabajo. ― ¿Puedes hacer
otras formas?

― ¿Qué quieres? ―Aodhan arrancó más


hierba. ―Estúpidos en un mundo estúpido. ―Volvió a
reírse. ―Sí lo son. No son mi gente. No me importan.

Bookeater
Archangel´s Light
―Entones comenzó a tejer de nuevo sin esperar a que
Illium eligiera una forma.

A Illium no le importó. Sólo se alegró de que Aodhan


volviera a sonreír, de que sus hombros ya no le pesaran
y de que sus alas ya no fueran flácidas. Se arqueaban
contra el cielo mientras estaba acostado sobre su
estómago, y los fragmentos de luz que caían de ellas
golpeaban la cara de Illium en una lluvia de estrellas.

Bookeater
Archangel´s Light
23

Presente

Illium se frotó la muñeca, pero no pudo borrar la


sensación de la mano de Aodhan. El recuerdo del
contacto ardía, como el hielo contra el fuego de su
piel. Sabía que su respuesta había sido sin gracia;
simplemente no había estado listo y la ira que había
estado hirviendo en su interior desde esa noche en el
Enclave, la noche en que todo comenzó a salir mal,
había estallado.

Así vete, sé libre, Aodhan.

¡Mierda, mierda, mierda! ¿Por qué había dicho eso? No


lo había dicho en serio. No de la forma en que lo había
hecho sonar. No quería cortar los lazos con su mejor
amigo, nunca había querido eso. Y no era por eso que
Rafael lo había enviado aquí. Había sido enviado para
apoyar a Aodhan, no para hacerle la vida difícil.

Alcanzando el cielo, se permitió un grito, y luego


volvió a descender hacia Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
Su amigo frunció el ceño cuando aterrizó a gran
velocidad. ― ¿Estás tratando de convertirte en pasta?

―Si lo hiciera, sería pasta ―dijo Illium con ligereza,


mientras su corazón latía con fuerza. ―No soy una
tortuga. ¿Quieres que muestre mis giros de precisión?

Volviendo a su estudio de la zona, Aodhan no dijo


nada.

―Perdón por lo de antes ―dijo Illium, porque nunca


había tenido problema en disculparse cuando se había
equivocado. ―Me has asustado. ―Eso fue lo más lejos
que pudo llegar.

Aodhan le lanzó una mirada ilegible antes de volver a


su tarea.

Antes, cuando discutían y Aodhan se ponía así, Illium


sabía que debía dejarlo solo durante unas
horas. Aodhan no estaba hecho para cambios rápidos
de humor como Illium; necesitaba ese momento de
tranquilidad para resolver las cosas en su propia
cabeza. Luego, aceptaría las disculpas de Illium, si es

Bookeater
Archangel´s Light
que éste había metido la pata, o se disculparía a sí
mismo. Y ya lo habrían superado.

Nunca había tardado más de medio día como máximo.

Pero las cosas no eran como siempre. Su relación se


había alterado, no, Aodhan se había alterado, hasta el
punto de que Illium no podía predecir su reacción ante
cualquier situación. Y ahora mismo, no se trataba sólo
de su relación. ― ¿Que estás buscando?

―Cualquier cosa, ―dijo Aodhan. ―Si dejamos de lado


el nexo ...

― ¿Por su antigüedad?

―Exactamente. No se construyó durante la época de


locura de Lijuan, y el equipo de Xan no encontró
ninguna evidencia de que se hubiera utilizado
recientemente.

Illium asintió con la cabeza mientras el viento fresco


matutino rozaba sus cuerpos como una mascota
cariñosa, el mundo frente a ellos sombreado en ese
color frío entre gris y amarillo que solo existe en los
momentos en que el sol recién comienza a emerger.

Bookeater
Archangel´s Light
―Una vez que sacamos el nexo de la ecuación, ―dijo
Aodhan, ―hasta ahora, todo lo que hemos encontrado
son algunos renacidos hambrientos, las ráfagas de
niebla atrapada y parches tóxicos, pero sabemos que
Lijuan debe haber dejado más. Era arrogante, pero
también inteligente. No se aferró a su territorio durante
milenios por pura suerte.

Cruzando los brazos, la pálida luz del sol del amanecer


era bienvenida en su piel desnuda, Illium frunció el
ceño. ―No lo sé. Al final era una lunática, aunque
engañara a la mayoría de la gente para que creyera lo
contrario. Estaba ávida de poder y segura de poder
mantenerlo. ¿Mi opinión? Su maldad no tenía un plan
de respaldo.

Lijuan había sido una vez un arcángel respetado,


Illium podía aceptarlo. La había visto de lejos más de
una vez cuando era joven, fue testigo de cómo Rafael,
Elijah incluso Michaela interactuaban con ella. Como lo
harían con una persona mayor cuya vida y experiencia
valoraban. Pero esa Lijuan había comenzado a
desaparecer mucho antes de su descenso público hacia
el hambre de poder y la locura.

Bookeater
Archangel´s Light
Fue Jason quien le dijo esto último a Illium, después de
que el jefe de espías regresara a casa tras de una
inspección de posguerra en China. Illium había
terminado junto a Jason mientras Dmitri, Venom y
Rafael miraban un mapa en el que Jason había
marcado puntos de interés en el antiguo territorio de
Lijuan.

Los edificios dañados de Nueva York se extendían bajo


ellos en una alfombra de luz rota, Illium había dicho:

― ¿Cuánto tiempo crees que estuvo en esta pista? Me


refiero a Lijuan. Su locura. Su fiebre por el poder.

―Siglos. ―No hubo vacilación en la respuesta de


Jason, el negro puro de sus alas inmóviles y las curvas
de su tatuaje facial destacando sobre una piel que había
perdido parte de sus cálidos tonos marrones durante
los meses más fríos.

―Puede que la Cascada haya acelerado su descenso,


―había explicado Jason, ―pero cuanto más miro, más
descubro su creencia en sí misma como una
diosa. Antes de que Caliane se despertara, ya había
comenzado a creerse no sólo el miembro más antiguo

Bookeater
Archangel´s Light
de la Cátedra, sino el arcángel más poderoso de todos
los tiempos.

Jason había hecho una pausa, tomándose el tiempo


necesario para ordenar sus pensamientos. El jefe de
espías no malgastaba las palabras, pero eso no quería
decir que no tuviera cosas importantes que decir. Todo
lo contrario. Cuando Jason hablaba, Illium escuchaba.

―Si se observaba el patrón de sus reclutas principales


durante el último medio milenio, ―le había dicho
Jason, ―todos estaban... dañados de forma que eran
fáciles de manipular. Querían un camino, un ser en el
que creer, y ella utilizaba esa necesidad para alimentar
su ego y convertirlos en acólitos celosos que ya no eran
capaces de pensar de forma independiente.

―Los templos construidos para ella, no surgieron en el


siglo pasado, ni siquiera en el último medio milenio.
Lijuan permitió que su pueblo la adorara mucho antes
de eso; ese deseo se da a menudo en los mortales, pero
la mayoría de los arcángeles no lo alimentan. Incluso
Michaela rechazó los planes de los mortales de
construir un templo para ella, no uno para su belleza
como el que existe ahora, sino para ella como diosa.

Bookeater
Archangel´s Light
―Me has sorprendido con eso, Jason. ―La vanidad de
Michaela era una leyenda. ―Pero entonces, ella resultó
una sorpresa en todo momento, ¿no? ―La antigua
reina de Constantinopla había luchado con valor
desinteresado en la guerra, aunque de que había dado
a luz recientemente, podría haber sido excusada por
pasar a un segundo plano.

―Los arcángeles, ―había murmurado Jason aquella


noche, ―tienen tantas facetas como una piedra
preciosa tallada por un maestro artesano.

―Una de las de Lijuan era su comodidad al ser


adorada.

―Más que comodidad, Illium. Quería que su pueblo la


viera como una fuerza omnipotente. Podrías calificarlo
de mera arrogancia, pero ya entonces había signos de
una mente perturbada, como el hecho de que
coleccionaba pares de alas angelicales únicas.

―Sí, Ellie me lo contó. ―A Illium se le heló la piel al


recordarlo. ―Ella colgaba ángeles muertos como si
fueran mariposas. ―Elena le había advertido que
nunca se pusiera en una posición vulnerable con

Bookeater
Archangel´s Light
Lijuan. Ella te llevará, Campanilla, te clavará en su tablero
espeluznante.

Esta noche, Illium le recordó a Aodhan eso y sus otras


locuras.

―Ella creía que los renacidos eran la vida.

Aodhan permaneció inmóvil, pero el viento no pudo


evitar agitar su cabello, los elementos en trance de su
belleza. Una sola mariposa tan pálida como la nieve
aterrizó suavemente sobre su hombro. ―Que estuviera
loca no significa que no fuera también astuta e
inteligente. Puede que esté muerta, pero hay un
cosquilleo en el aire, una energía siniestra que me
susurra en la nuca.

Illium quiso burlarse, pero el hecho era que Aodhan


siempre había tenido un instinto inquietante sobre esas
cosas. Como si estuviera en sintonía con los hilos del
tiempo y la vida a los que el resto no podía acceder.

No, eso no era correcto. Aodhan siempre había tenido


afinidad con los elementos naturales de la vida, pero
sólo después de su cautiverio se había sensibilizado a
con los ríos más oscuros de la existencia. Antes de eso,

Bookeater
Archangel´s Light
había atraído a las mariposas hasta convertirse en arte
viviente, se había reído de los diminutos pájaros que se
posaban en sus hombros y se había avergonzado de lo
mucho que quería a sus pequeños familiares.

Aunque las mariposas y los pájaros nunca le habían


abandonado, él si lo había hecho durante mucho
tiempo.

Al pensar en esos años de silencio, Illium se volvió


para mirar en la otra dirección. ―Yo vigilaré por aquí
para que puedas concentrarte en ese lado.

―Puedo hacerlo solo. ―Fue un comentario tan afilado


como el filo de la espada de Illium.

―Lo sé, pero estoy aquí para ser tu respaldo.


―Palabras que nunca había tenido que decir en voz
alta; Siempre se habían entendido entre ellos que uno
cuidaría la espalda del otro, que se levantarían
mutuamente si caían, que se mantendrían como un
muro unido contra todas las amenazas.

Solo una vez había fallado Illium... pero había sido un


fracaso espectacular que lo llevó a la devastación de
Aodhan. El estómago de Illium todavía se revolvía

Bookeater
Archangel´s Light
cuando pensaba en aquel día, en su estúpida pelea, en
lo que había sucedido después. Y en el silencio que
había seguido. El silencio de Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
24

Pasado

Aodhan estaba muy orgulloso de Illium. Su mejor


amigo acababa de recibir el mayor honor disponible
para los aprendices de su edad: lo que lo colocaba en la
cima de su clase. Si hubiera sido un adulto, habría
tenido el rango de líder de escuadrón. Así pues, ahora
era el Primer Ala de su escuadrón de entrenamiento.

Era algo importante, y los entrenadores habían


celebrado una pequeña ceremonia para ello. Su
maestra, Jessamy, había acudido, al igual que los
padres de Aodhan, e incluso el Arcángel Rafael. Pero
faltaba la persona más más importante en la vida de
Illium; Aodhan había esperado ver tristeza en Illium
por eso, pero en cambio, cuando por fin se quedó a
solas con su amigo, el rostro de Illium sólo mostraba
preocupación.

―Mi madre no tiene un buen día, ―dijo, girando la


cabeza en dirección a su casa. ―Hoy está en otro

Bookeater
Archangel´s Light
lugar. El sanador Keir está con ella. No la quería que
estuviera sola.

―Lo siento, Azul. Sé que la querías aquí.

―Estaba tan emocionada de que yo me convirtiera en


el Primera Ala. ―La mano de Illium se apretó
alrededor del pequeño alfiler que le habían dado como
parte del honor. ―Cuando se dé cuenta de que se lo ha
perdido, se pondrá muy triste, Adi. ―Sus ojos
brillantes y húmedos, tragó con fuerza. ―No sé cómo
arreglar eso.

El pecho de Aodhan se tensó. No soportaba que Illium


estuviera triste. ―Tengo una idea, ―dijo. ―Espera
aquí. ―Dejó a su amigo en compañía de otros dos
aprendices que habían corrido felicitarlo; nadie estaba
celoso de que Illium obtuviera ese honor. Nadie se
enojaba nunca con Illium. Era amigo de todos, a
menudo ayudaba a otros a mejorar sus habilidades, y
todos sabían lo duro que trabajaba.

El amigo de Aodhan trabajaba el doble de horas que la


mayoría de los aprendices.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan tardó un poco de tiempo en girar, y agacharse
para acercarse a Rafael, y luego tuvo que quedarse a un
lado hasta que el arcángel se fijó en él. Los jóvenes no
se acercaban a interrumpir a los arcángeles mientras
estaban conversando. Pero Rafael se volvió hacia él
mucho más rápido de lo que había previsto.

―Aodhan, ―murmuró, después de excusarse de su


discusión con un entrenador mayor. ― ¿Dónde está
Lady Sharine?

Rafael era una de las pocas personas que utilizaba el


nombre de Eh―ma. La mayoría de la gente la llamaba
Colibrí. ―Está lejos, ―dijo Aodhan, sabiendo que
Rafael lo entendería. ―Illium está triste porque se le
romperá el corazón cuando se dé cuenta de que se ha
perdido esto.

Los ojos de Rafael se oscurecieron y rozó con sus dedos


el cabello de Aodhan. ―Es demasiado joven para tener
esas preocupaciones sobre sus hombros.

―Estaba pensando, ―soltó Aodhan porque pudo ver


que alguien más se dirigía hacia allí, sin duda
queriendo la atención de Rafael, ―que cuando ella esté

Bookeater
Archangel´s Light
mejor, podrías venir a entregarle su broche de nuevo, y
podríamos fingir que era la ceremonia...

El azul intenso y peligroso de los ojos de Rafael


atravesó a Aodhan, el poder que desprendía era un
calor incandescente. —No creo en las mentiras,
Aodhan, —dijo finalmente Rafael, pero hay algunas
mentiras que se dicen para salvar un corazón. Así que
haremos esto para que el corazón de Lady Sharine no
se rompa.

Un toque firme y tranquilizador en el hombro de


Aodhan. ―Dile a Illium que no se preocupe y que
disfrute de su día. Se lo ha ganado. Hablaré con el
entrenador jefe y me aseguraré de que también esté
presente en nuestra ceremonia privada; es un buen
hombre y quiere a Lady Sharine tanto como tú o yo.

Con los ojos calientes, Aodhan quiso rodear a Rafael


con los brazos, pero ahora era casi un mediano, y tales
imposiciones en el espacio personal de un arcángel no
se perdonarían como lo harían en un niño. Pero
entonces Rafael lo encerró en sus brazos y en sus alas,
y murmuró: ―Eres un buen amigo, Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
El poder no lo es todo: los lazos que nos unen, forjados
por la emoción, la batalla y la amistad, eso es lo que
nos hace fuertes.

―Illium

Bookeater
Archangel´s Light
25

Presente

Había amanecido.

La gente de Suyin se había despertado y había


compartido el pan.

Era casi la hora de que Aodhan se despidiera de su


arcángel mientras guiaba a los supervivientes hacia el
trozo de costa abierto y azotado por el viento en el que
construía su nueva fortaleza, un lugar de gracia y
belleza que fuera fiel a ella. Las defensas serían
externas, el hogar interior seria un bálsamo para su
alma herida.

Incluso ahora, le irritaba la necesidad de lo que ella


denominaba una "despliegue defensivao" ―No se
adapta a lo que soy, Aodhan.

A punto de recordarle que la necesidad debía superar


su dedicación a la forma arquitectónica, se detuvo y lo
pensó. ―La Torre de Rafael está en el centro de una

Bookeater
Archangel´s Light
ciudad próspera y no tiene almenas, ―dijo. ―Pero
todo el mundo sabe que los centinelas vigilan todos los
accesos a ella. Tampoco es un secreto que la parte
superior de la Torre se puede convertirse en un puesto
de mando de batalla.

Aodhan nunca había pensado en las sutilezas de


la demostración de poder de Rafael hasta ese
momento. ―La exhibición no tiene que ser manifiesta,
―verbalizó a Suyin. ―Solo tiene que ser conocida.

Suyin le dirigió una larga mirada. ―Me has enseñado


mucho, Aodhan. ―Un toque fugaz de su mano, una
suave expresión de ella. ―Ojalá pudiéramos ser más
como lo desean tantos, pero somos demasiado afines,
tú y yo.

Era la primera vez que hacía referencia a lo que otros


miembros de la humanidad angelical habían susurrado
durante el año. Aodhan conocía esos susurros porque
su hermana se los había transmitido: se habían
acercado más después del nacimiento de su sobrino, ya
que Imalia lo había declarado el mejor de los tíos, y
ahora ella le hablaba y le escribía con regularidad.
También le encantaba chismorrear.

Bookeater
Archangel´s Light
―La mayoría del Refugio está convencida de que
serias la pareja perfecta, ―había dicho al principio de
su estancia en China. ―Los dos son hermosos,
artísticos y tranquilos. Dicen que su hogar sería un
lugar de perfecta gracia y armonía.

Aodhan no conocía tan bien a su hermana, no cuando


se habían reconectado tan recientemente, pero la
conocía lo suficiente como para captar un tono
particular en su voz. ―No estás de acuerdo.

―No me corresponde.

―Imalia.

Un largo y dramático suspiro, con los ojos de un verde


claro que se desplaza hacia arriba en una cara de
elfo. ―No, no estoy de acuerdo. Tu hogar con Suyin
sería silencioso y pacífico y te aburriría hasta el
cansancio.

Una inclinación de cabeza mientras apretaba los labios


y le lanzaba lo que él había decidido que era una
mirada de hermana mayor patentada. ―Hay una
razón por la que han sido mejores amigos durante

Bookeater
Archangel´s Light
cientos de años de un ángel hecho de azogue y picardía
e ingenio.

Tan inesperado que vio con claramente, su hermana,


que había sido casi una extraña para él durante tantos
años.

―Sí, ―le dijo a Suyin bajo El oro pálido del cielo de la


mañana. ―Amplificaríamos las tristezas del otro.
―Como era la primera vez que hablaba de los
rumores, era la primera vez que él sacaba a la luz sus
cicatrices del pasado. ―Lo siento cada vez que estamos
juntos.

Suyin inclinó la cabeza, la seda de su cabello se


resbalando contra su piel. —Dices una verdad
dolorosa, Aodhan. Pero seremos amigos, ¿sí?

―Sí. ―Realmente le gustaba Suyin, y cuando estaban


juntos, los dos podían hablar eternamente sobre arte y
arquitectura. Pero también había lugares a los que
nunca podría ir con ella. ―Debemos hablar sobre tu
segundo.

Bookeater
Archangel´s Light
Ojos oscuros buscando en los suyos. ―Ah, veo la
respuesta antes de que la pronuncies. ¿No lo
reconsiderarás?

―Este no es el momento ni el lugar adecuado para que


yo sea el segundo. ―Lo sabía en sus entrañas, trató de
no mirar demasiado profundo, de ver la imagen del
arcángel al que esperaba.

El suspiro de Suyin fue sincero.

―Te extrañaré a mi lado, pero una gran parte de mí


esperaba tu respuesta final. Aprovecharé el viaje a
nuestro nuevo hogar para considerar mis opciones.

Aodhan sabía exactamente a quién colocaría en la


posición de su segundo, pero no podía influir en Suyin,
no en esto. Ser el segundo no sólo tenía que ver con el
poder y habilidad, sino con la capacidad de vincularse
a su arcángel. ―Me quedaré todo el tiempo que
necesites.

―Lo sé. ―Una sonrisa que hablaba de su fe en su


honor, este extraordinario nuevo arcángel que le había
ayudado a encontrar sus alas al aceptarlo a su
lado. ―Ten cuidado mientras investigas las rarezas de

Bookeater
Archangel´s Light
aquí. No me gustaría que te hicieran daño a ti ni a
Illium.

―Te mantendré informado. ―Él había intentado


enseñarle a usar un teléfono y, a favor, aunque ella no
había logrado retener los conocimientos, había hecho lo
posible a pesar de su edad y su distancia del mundo
actual. Ésa era la diferencia entre ella y un imbécil
pomposo como Aegaeon, que se negaba a "rebajarse" a
la tecnología moderna.

Cómo Illium pudo haber salir de ser "mancha apestosa


de excremento de burro", ―Aodhan nunca lo sabría.
También le estaría eternamente agradecido a Titus por
esa descripción de Aegaeon, que Aodhan no había
querido escuchar, pero lo hizo, y le dio un gran placer
utilizarlo, aunque sólo fuera dentro de su mente.

***

Una hora después de su encuentro con Suyin, Aodhan


estaba a Illium en el mismo pilar de piedra desde el
que habían visto cómo el amanecer acariciaba el
paisaje, un amante que se había ido hace demasiado
tiempo.

Bookeater
Archangel´s Light
Ahora, observaban cómo Suyin guiaba a su gente a
casa. Ella volaba al frente, alerta ante cualquier peligro,
con un escuadrón de combate detrás de ella.

Muy por debajo del mar de alas se movía una línea de


vehículos. Mortales en el centro, rodeados de vampiros
civiles, con guerreros vampiros entrenados en el
exterior. Porque incluso un vampiro no entrenado en
combate podría sobrevivir mucho más que un mortal,
hasta ser destripado.

―Todavía no puedo creer que no haya con capacidad


de combate, ―dijo Illium mientras saludaba a un niño
mortal que se había asomado a una ventana para mirar
hacia atrás y hacia ellos dos. Con el cielo de un azul
cromo sin nubes, Aodhan brillaba con luz; no había
forma de que incluso los que estaban más abajo no los
vieran.

El nuevo amigo de Illium les devolvió el saludo con


entusiasmo.

― ¿Crees que la cooperación entre mortales e


inmortales en Nueva York fue un artefacto de guerra?
―Preguntó Aodhan. ― ¿Se mantendrá el vínculo de la

Bookeater
Archangel´s Light
Torre con los cazadores y otros mortales en las
secuelas?

―Sí. ―No hubo dudas en la respuesta de Illium. ―Es


Ellie. Nunca perderá su humanidad, te lo garantizo. Y
es esa humanidad la que hace que los mortales confíen
en ella. Sin ella, seguirían ayudándonos, pero no sería
como ahora.

Aodhan creyó la apreciación de su amigo. De todos los


Siete, incluso de los vampiros que alguna vez habían
sido mortales ellos mismos, era Illium quien mejor
hablaba el idioma de esa raza de luciérnagas cuyas
vidas parpadeaban entre un latido y el siguiente.

― ¿Recuerdas cómo se convertía Rafael ante ella?


―añadió Illium mientras un ala tras otra pasaba por
encima―. ¿Recuerdas cómo era Dmitri? Tú estuviste
en el Refugio durante ese período, sólo los viste una
que otra vez, pero créeme, Aodhan. Fui testigo del
cambio día a día, vi que se volvían más duros y
crueles. Incluso su amistad cambió.

No era la primera vez que Aodhan se daba cuenta de


que se había perdido mucho más de lo que sabía
cuando se había aislado. Aparte del período inmediato

Bookeater
Archangel´s Light
a su curación, había cumplido con su deber, había
mantenido sus votos a su arcángel. Pero todo había
sido a distancia, física y emocional.

―Han sido amigos durante un milenio, ―dijo,


luchando por comprender. ― ¿Qué podría haber
sucedido para alterar eso?

―La inmortalidad. ―Una respuesta corta pero


completa.

Aodhan había visto el efecto de una vida interminable


en muchos de su especie. Algunos crecían sin dejar de
ser fieles a sí mismos en el fondo. Otros se alteraron sin
remedio. Los más poderosos parecían ser los más
vulnerables a la lenta corrosión de sus corazones.
Como los arcángeles... y aquellos lo suficientemente
poderosos como para ser sus segundos.

―El vampiro de Times Square, ―murmuró. ―Aquel


cuyos huesos Rafael aplastó hasta convertirlos en
guijarros. ―Aodhan no había estado en la ciudad
entonces, pero todo el mundo había oído hablar de ese
castigo tan público contra un ser que había pensado en
traicionar a su arcángel. ―No me imagino a un Rafael
más joven repartiendo un castigo tan severo.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium se encogió de hombros, ondeando bajo el
desteñido negro de su camiseta. ―Quizás. Tal vez
no. Recuerda que le decimos a Suyin que dé miedo por
una razón. Muchos de los de nuestros están cansados
que sólo el castigo más extremo deja huella. ―Se pasó
una mano por el pelo, los mechones negros con puntas
Azules eran tan largos que llegaban a los ojos.

―Lo que cambió no fue su capacidad de hacer lo


necesario, sino su empatía, ―dijo Illium. ―Rafael
podría haber extinguido mil vidas mortales sin
pensarlo, cómo pueden hacer la mayoría de los
arcángeles. Ahora... ahora Rafael ama a Ellie, y ha
recordado lo que casi había olvidado: que, aunque las
vidas mortales son cortas, no son menos valiosas que
las nuestras.

A punto de responder, la mirada de Aodhan se fijó en


el perfil de una mujer que estaba sentada en la parte
trasera de un camión que en ese momento tenía las
cubiertas enrolladas. Como la mayoría de los ángeles,
su visión era aguda, así que no le costó distinguir sus
rasgos. ―Ahí está Fei. ¿Sabes si ha dicho algo más
desde nuestra última actualización de Rii? ―Aodhan
había tenido la intención de hacer un seguimiento de

Bookeater
Archangel´s Light
aquello, pero había olvidado con las prisas por
asegurar una salida sin problemas.

Illium negó con la cabeza, con la piel tensa sobre la


línea de la mandíbula. ―Cogí a Rii justo antes de que
se subiera a su camión. Dice que, si la presionas, sólo
repite 'Diosa Lijuan'; aparte de eso, se ha vuelto muda.
―Tendrás que acostumbrarte a la sombra de Lijuan.
―Aodhan había tenido que hacer lo mismo después de
trasladarse por primera vez a China. ―No hay forma
de evitarlo aquí.

Illium no dijo nada y observaron la partida en


silencio. Incluso con el limitado número de
supervivientes, el último del convoy tardó mucho en
pasar por debajo y luego por encima.

La general Arzaleya y su escuadrón bajaron sus alas en


una despedida coordinada, mientras los vampiros que
conducían por debajo hacían parpadear sus luces. Sin
tocar el claxon. Nada de hacer ruidos extraños que
pudieran atraer los peligros ocultos en la belleza de
China.

Luego siguieron adelante, desapareciendo lentamente


en la distancia.

Bookeater
Archangel´s Light
Dentro de la mente de Aodhan llegó una voz familiar,
elegante y femenina: Cuídate, Aodhan. Nunca olvides que
mi tía gobernó esta tierra durante un eón. Su marca perdura.

No lo olvidaré, prometió Aodhan. Te pido que hagas lo


mismo. Simplemente porque estés lejos de sus fortalezas en
un momento dado no significa que sea seguro bajar la
guardia.

Risas suaves. Oh, Aodhan. ¿Crees que alguno de nosotros


será capaz de volver confiar de verdad alguna vez?

Aodhan miró al ángel de alas Azules que estaba a su


lado, con la espalda recta y alerta y, a pesar de sus
disculpas por cómo había explotado contra Aodhan,
todavía estaba tan enojado bajo la piel. Y que, sin
embargo, se pondría sin dudarlo en la trayectoria de
un golpe mortal dirigido a Aodhan. Si. Soy capaz de
tener una gran confianza, al igual que tú. Confías en mí.

Así es, amigo mío. Te veré pronto.

Su presencia se desvaneció de su mente.

Bookeater
Archangel´s Light
Y aunque el convoy tardaría en desaparecer por
completo en la distancia, ahora estaban lo
suficientemente lejos como para que fuera difícil
distinguir a los individuos. Aodhan agitó las alas. ―
¿Comemos y luego hacemos un reconocimiento de la
aldea? ―Ninguno de los dos había comido esta
mañana, aunque quemaban mucha energía.

Illium incluso más que Aodhan, porque Arzaleya le


había obligado a hacer un rápido recorrido de
exploración a una distancia significativa de la ruta
propuesta para hoy. Aodhan había visto a Illium
despegar, un rayo azul contra la fría luz del amanecer,
y se le había revuelto el estómago al verlo solo en el
cielo de esta peligrosa tierra.

Ahora, su amigo asintió brevemente antes de despegar.

Con los ojos entrecerrados, Aodhan extendió sus


propias alas antes de elevarse más lentamente en el
aire. No más, pensó. No más cosas no dichas, no más
distancia, no más ira a fuego lento. Ahora que estaban solos,
era hora de que los dos lo resolvieran.

Solo que... no estaban solos, ¿verdad?

Bookeater
Archangel´s Light
Kai, adorable y sensual y un espejo de la obsesión
juvenil de Illium, todavía estaba aquí.

Bookeater
Archangel´s Light
26

Pasado

Illium aterrizó frente al pequeño estudio que Aodhan


había reclamado como suyo en las afueras del
Refugio. Nadie lo había utilizado, y nadie parecía saber
a quién había pertenecido, así que Aodhan había
pedido permiso al segundo de los arcángeles a cargo
de esa parte del Refugio, Uram, y se lo habían
concedido.

Él e Illium habían reconstruido básicamente la


estructura en ruinas, hasta que ahora era un lugar lleno
de luz donde Aodhan podía pintar. Illium no solía
interrumpir a su amigo mientras creaba; sabía el tipo
de concentración que Aodhan exigía de sí mismo. Pero
hoy estaba demasiado emocionado para detenerse.

― ¡Adi!

Aodhan levantó la vista del enorme lienzo que había


dejado en el suelo, su rostro salpicado de trozos de
pintura y las manos como un espejismo de color. Sus

Bookeater
Archangel´s Light
ojos estaban desenfocados y, por un momento, Illium
sintió un extraño pánico. Pero Aodhan no se había ido
como la madre de Illium; salió de su arte y volvió al
presente en cuestión de latidos. ― ¿Has pasado las
pruebas de acceso al escuadrón? ―Una pregunta
rápida y ansiosa.

Cuando Illium gritó un sí, Aodhan dejó su y se levantó


en un destello de luz para agarrar a Illium en un
abrazo de oso. A pesar de ser más joven, había crecido
hasta ser un poco más alto, un poco más ancho de
hombros, y ser abrazado por él se sentía como ser
encerrado por la luz, poderoso y amoroso.

Se rieron cuando se separaron, Aodhan le dio una


palmada en el hombro. Y aunque no era un ángel al
que le gustaran las grandes fiestas, dijo: ― ¡Te voy a
hacer una celebración! ¿Lo sabe Eh―ma?

― ¡No! ¡Lo siguiente que voy a hacer es volar hasta


ella! Estoy tan orgulloso, Adi. ―Había querido estar en
las fuerzas de Rafael desde que tenía memoria, pero
sabía que tendría que ganárselo.

Había querido ganárselo.

Bookeater
Archangel´s Light
El hecho de que acabara de hacerlo a la edad más
temprana posible en la que podía presentarse a la
prueba un centenar era una cosa de alegría
incandescente. Su día de nacimiento sería también para
siempre la fecha en que se convirtió en el miembro más
joven del escuadrón más joven de Rafael.

―Ella estará muy feliz. ―Aodhan sonreía tanto como


Illium. ―Vamos.

Mientras salía del estudio, con sus alas aplastadas una


contra la otra, Illium dijo: ―¿Vas a hacer la prueba
cuando seas elegible?

Aodhan era poderoso y había entrenado junto a Illium


después de que los arcángeles dejaran en claro que
Aodhan necesitaba ese entrenamiento para poder
manejar mejor su creciente fuerza. Illium no había
sabido hasta entonces que la Cátedratenía un equipo
que vigilaba a los angelitos en el Refugio, para
asegurarse de que ningún poder rebelde saliera al
mundo.

―No estaba en mis planes, ―dijo Aodhan con una


sonrisa rara y hermosa. ―Quiero ser un artista, no un
guerrero.

Bookeater
Archangel´s Light
―Lástima que seas tan poderoso. ―A Aodhan le había
quedado claro que era demasiado fuerte a una edad
demasiado temprana como para dejarlo solo. O se
alineaba con la corte de un arcángel en partícular
después de su mayoría de edad, o corría el riesgo de
ser considerado una amenaza por todos.

―Hablé con Rafael. ―Aodhan alborotó el cabello de


Illium, su felicidad por Illium un brillo
deslumbrante. ―Me ha dicho que puedo trabajar como
mensajero para su corte cuando sea mayor de edad; me
así tendré más tiempo para decidirme y puedo seguir
con mi entrenamiento contigo.

La alegría estalló en el interior de Illium. Aunque su


sueño era formar parte de las fuerzas de Rafael, odiaba
la idea de estar separado de Aodhan durante mucho
tiempo. ―Buen plan. Sé que quieres centrarte en el
arte, pero sabes que te frustras sin una salida física.

Aodhan no era como la madre de Illium, que se


conformaba con semanas, incluso meses, de soledad; él
e Illium nunca se habrían hecho amigos si él no hubiera
tenido también un carácter salvaje en su interior. Sólo
tres días antes, había sido Aodhan quien había

Bookeater
Archangel´s Light
convencido a Illium de una sesión nocturna de buceo
en desfiladero.

―Me gustaría estar en un escuadrón contigo,


―admitió, sabiendo que era una necesidad egoísta,
pero no era una contra la que pudiera luchar, no
cuando Aodhan era uno de los sólidos cimientos de su
vida. Pero si no quieres, no pasa nada. Solo tienes que
estar alineado con una corte, no tienes que formar
parte de un escuadrón.

―No, eso no sirve. ―Aodhan le pasó un brazo por los


hombros. ―Tengo que pasar la maldita prueba ahora,
sólo para mantenerte alejado de los problemas.

― ¡Ja! ―Illium le dio un codazo a su mejor


amigo. ―Ya quisieras. Voy a ser el que vaya al rescate,
Sr. Tortuga.

―Ya veremos. ―Otra sonrisa. ―Entonces, ¿qué es lo


primero que vas a hacer ahora que eres un adulto
oficial?

Las mejillas de Illium se encendieron. ― ¿La chica que


vi en el prado cuando hicimos ese vuelo nocturno? He
averiguado su nombre. Kaia. ―Como ángel menor de

Bookeater
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edad, aunque sólo fuera por unos meses, a Illium no se
le había permitido aterrizar o hablar con ella. A los
ángeles sólo se les permitía interactuar con los mortales
después de alcanzar la mayoría de edad.

― ¿Sí? ―Los ojos de Aodhan brillaron. ― ¿Piensas en


cortejarla?

―Voy a intentarlo. La miro y no puedo respirar, Adi.


―Se frotó un puño sobre su corazón, masajeando el
dolor.

―Solo agita tus bonitas pestañas hacia ella, y caerá.


―Después de agacharse para evitar el puñetazo
simulado de Illium, salió sonriendo. —En serio,
felicitaciones, Azul. Un día de esto, vas a acabar siendo
el segundo de un arcángel.

―No. Ese es el lugar de Dmitri, y no voy a dejar a


Rafael por ningún otro arcángel. ―La lealtad de Illium
era cosa de sangre y piedra. Una vez dada, se haría
falta un terremoto de proporciones monumentales para
que cambiara de lealtad.

Con los ojos aún brillantes, Aodhan asintió


lentamente.

Bookeater
Archangel´s Light
―No, tienes razón. No veo que ninguno de los dos sea
feliz en otra corte. ¿Es arrogante decir que Rafael,
Dmitri, Naasir y Jason son como una familia ahora?

―No cuando es la verdad. ―Fue Rafael quien enseñó a


Illium a levantar una espada, Dmitri quien lo instruyó
en estrategia, Naasir quien le mostró los lugares
salvajes del Refugio y le enseñó el valor del sigilo.

Jason era diferente; más tranquilo, más distante, pero


también era el que le había aconsejado sobre los
motivos de ciertas personas en el Refugio. También se
había asegurado de que Illium supiera que debía
proteger a su madre de las atenciones de aquellos que
se aprovecharían de su alma generosa y su mente
fragmentada.

Los cuatro habían asesorado a Aodhan casi en la


misma medida. Y no sólo porque él e Illium estuvieran
siempre juntos. No, era porque Aodhan tenía a los
eruditos por padres. Menerva y Rukiel no tenían idea
de qué hacer con un hijo tan poderoso.

Bookeater
Archangel´s Light
―La familia no es solo sangre, ―añadió
Illium. ―Dmitri y Rafael también son la familia del
otro.

Aodhan le dirigió una mirada pensativa.

― ¿Somos familia?

La respuesta debería haber sido fácil, pero Illium


dudó.

―No, ―dijo al fin. ―Estamos más allá de eso.

Aodhan asintió, su expresión repentinamente


solemne.

―Sí.

Bookeater
Archangel´s Light
27

Presente

Illium ya estaba preparando un sándwich en la cocina


de la fortaleza para cuando Aodhan llegó allí. No había
señales de Kai. Cuando Aodhan tocó con su mente la
de Li Wei, ella le dijo que el personal estaba en otra ala,
cerrando habitación por habitación. Pero estarían en la
cocina entre cinco a diez minutos, para su almuerzo.

Maldita sea.

Dejando de lado su discusión con Illium por ahora,


Aodhan hizo su propio sándwich, luego los dos
comieron de pie. A ninguno de los dos se les tuvo que
recordar el uso de alimentos con alta energía, pero
Aodhan ignoró los dáctiles Medjool que Illium comía,
en su lugar, eligió un puñado de frutas secas.

― ¿Todavía odias los dáctiles? ―preguntó Illium, sin


enojo en él en ese instante.

Bookeater
Archangel´s Light
―Odio es una palabra fuerte. Un desprecio
insoportable sería mejor.

Su sonrisa golpeó a Aodhan en el estómago, ya que era


tan familiar.

―Hay chocolate en mi mochila. Puedo conseguirte


algunos.

Aodhan sonrió y fue a responder... y lo golpeó


entonces. Su voluntad de volver a caer de nuevo en la
relación desigual que había sido tan fácil, y una
cobardía. No tuvo nada que ver con la oferta de
chocolate y todo que ver con la rapidez con que estaba
dispuesto a apartar la cara de todo lo que quería
cambiar entre ellos, lo dispuesto que estaba de olvidar
las difíciles conversaciones que necesitaban tener, solo
para mantener esa sonrisa en el rostro de Illium.

Dando un paso atrás sin pensarlo, dijo:

―No, la fruta está bien.

Con la sonrisa borrada, Illium se terminó un vaso de


agua y dijo:

Bookeater
Archangel´s Light
―Si estás listo.

Aodhan quería patearse a sí mismo por su reacción de


pánico, porque había sido pánico. El año pasado, se
había convencido a sí mismo de que estaba creciendo,
volviéndose más fuerte, más de lo que hubiera sido si
un acto de maldad no hubiera descarrilado su
vida. Pero eso fue antes de que su mayor tentación
aterrizara en el territorio.

Illium, tan brillante, carismático y generoso.

Illium, tan seguro de lo que quería en la vida.

Illium, tan fácil de seguir.

Y lo siguió Aodhan. Casi toda su vida.

―Illium. ―Levantó una mano y la dejó caer cuando


Illium se quedó inmóvil.

―Eso no fue...

―No se necesitan explicaciones. ―Una pequeña


sonrisa sin sentido―. Mi culpa. Nosotros acordamos

Bookeater
Archangel´s Light
tratarnos como compañeros de escuadrón en una
tarea. Yo soy el que se sigue sobrepasando.

No, quiso gritar Aodhan, ¡no estuve de acuerdo con tal


cosa! Nunca hemos sido algo tan mundano, siempre hemos
sido más. Sin embargo, ¿cómo podría decir eso, ¿cómo
podría exigir más que este tenso silencio entre ellos sin
caer en la fuerza gravitacional que era Illium?

Si se caía, quedaría atrapado en ámbar. Ese era su


mayor temor: que su dependencia de Illium lo dejara
congelado en el tiempo, mientras que su extraordinario
amigo crecía y cambiaba hasta que se convirtiera en
una estrella que Aodhan no pudiera tocar.

No dijo nada de eso. No era mercurio como su mejor


amigo. Él necesitaba tiempo para pensar, para ordenar
sus pensamientos. Y pudo escuchar el débil murmullo
de voces en la distancia mientras Li Wei y su equipo se
dirigían a la cocina.

La idea de encontrarse cara a cara con Kai cuando se


sentía en carne viva hizo que su tono se volviera plano
y brusco cuando dijo:

―Vamos.

Bookeater
Archangel´s Light
***

Illium estaba contento de su breve tiempo en el aire


después de ese feo momento en la cocina cuando
Aodhan había dado un paso físico hacia atrás. Illium
había visto a Suyin tocar a Aodhan esta mañana, así
que no era como si el trauma de Aodhan hubiera
alzado su horrible cabeza, su amigo luchando contra la
oscuridad.

No, era Illium específicamente a quien Aodhan no


quería acercarse.

El aliento de Illium salió irregular, su pecho


aplastándose sobre sí mismo. El vuelo rápido fue lo
suficientemente largo para que él levantara un escudo
que había estado vacilando, y volvió a colocarlo en su
lugar. Podría estar parcheado y reparado, pero la
maldita cosa aguantaría. Todo lo que necesitaba hacer
cada vez que se debilitara era recordar ese instante en
la cocina.

Cuando Aodhan le había roto el puto corazón.

Bookeater
Archangel´s Light
Mantente unido, se ordenó a sí mismo cuando llegaron a
la aldea.

―Parece normal a primera vista.

Flotando sobre sus cabezas, vieron el pequeño grupo


de casas. Cada una tenía su propio huerto y espacio
suficiente para un animal doméstico o dos, pero no era
un gran asentamiento de ninguna manera.

Los bosques y pilares de Zhangjiajie lo rodeaban por


todos lados. Incluso el camino de grava que conducía
finalmente a la carretera principal, por la que hoy
viajaba la gente de Suyin, estaba muy ensombrecido, la
vegetación lo invadía desde arriba y por ambos lados.

―Podría ser una pintura de un pueblo boscoso


dormido. ―La voz de Aodhan fue un poco
áspera―. Como de un libro para niños.

―Como si no estuviera abandonado, sino cerrado por


una larga ausencia. ―Por lo que podía ver, las puertas
estaban cerradas, las ventanas con pestillo. No había
automóviles en la única calle principal que atravesaba
el pequeño asentamiento, y no había artículos
abandonados o piezas de ropa perdidas en la calle o en

Bookeater
Archangel´s Light
otro lugar, como podría suceder si la gente se fuera con
prisa.

Los vehículos que podía ver estaban estacionados en lo


que parecía ser sus lugares habituales al lado de las
casas, o al costado de la carretera. Vio algunos garajes,
supuso que había otros autos dentro.

―Es como dijo Vetra, parece un asentamiento


promedio en medio de la nada.

Existían asentamientos similares en el territorio de


Rafael, generalmente formados por personas que eran
autosuficientes y preferían vivir fuera de la red.

―Le creí cuando lo dijo, pero tengo que admitir que


todavía no esperaba una cosa así de normal. ―Podía
ver por qué ella había estado tan desconcertada.

―Yo también pensé que ella debió de haber pasado


por alto alguna pequeña señal de problema, ya que
estaba cansada y volvía a casa después de una larga
misión de reconocimiento, ―admitió Aodhan.

―Supongo que ambos necesitamos disculparnos


mentalmente por nuestras dudas. Voy a aterrizar.

Bookeater
Archangel´s Light
―Yo vigilaré, veré si su presencia despierta algo.

Con eso, Illium se lanzó a sí mismo para caer en el


centro de la calle. El susurro de sus alas dobladas hacia
atrás fue el sonido más fuerte en la zona. Incluso los
árboles habían dejado de crujir. Es espeluznante, pensó
Aodhan. Como si el mundo se hubiera detenido aquí.

Veo movimiento a tu izquierda, cerca de la casa amarilla.

Illium desvió su atención, no vio lo que había llamado


la atención de Aodhan. Caminando más cerca mientras
Aodhan lo seguía desde arriba, fue a deslizar su
espada, cuando escuchó un pequeño sonido.

Se detuvo.

Vino de nuevo.

Una sonrisa se curvó sobre sus labios, se agachó y miró


debajo del porche elevado para encontrarse con los
ojos asustados de una gatita tan pequeña que cabía en
la palma de su mano.

Bookeater
Archangel´s Light
―Hola, ―murmuró, y le tendió la mano para que lo
oliera.

En su lugar, se apresuró a retroceder.

―No te culpo, ―murmuró, ―Es espeluznante


aquí. ―Aodhan, es seguro. Nuestro intruso mide tal vez
veinte centímetros de largo y probablemente pese tanto como
una bocanada de aire.

Aodhan se unió a él momentos después.

―Aquí, ―dijo, después de indagar en un amplio


bolsillo lateral de sus ásperos pantalones de lona―.
Cogí un par de paquetes de cecina cuando salía de la
cocina, en caso de que te dé hambre más tarde.

Cuando Illium lo miró con el ceño fruncido, Aodhan


era una silueta brillante contra el cielo, su rostro
ensombrecido, Aodhan dijo:

―No comiste lo suficiente como para recargar tus


reservas de energía.

Todavía molesto, Illium agarró el paquete y lo abrió


para sacar un trozo de carne seca. Lo puso donde la

Bookeater
Archangel´s Light
gatita pudiera alcanzarlo. Luego se levantó, mientras
comía otra rebanada. Deslizó el extra en un bolsillo. Él
no iba a cortarse la nariz para fastidiarle la cara, incluso
si realmente le apetecía.

―Dejemos que decida si confía en nosotros o no.


Siempre podemos traer algo de comida aquí por si se
pone nervioso. ―Era obvio por su cuerpo delgado que
no había sido capaz de alimentarse lo suficiente para
prosperar. Probablemente porque era demasiado joven
para tener esas habilidades y había sido la mascota de
alguien.

Lo que le hizo fruncir el ceño.

― ¿Dónde están las gallinas, los perros, las cabras?


―El silencio era absoluto y no había visto otros signos
de vida desde arriba―. ¿Se llevaron a sus animales con
ellos, pero la gatita se escapó o se asustó y echo a correr
y, por lo tanto, se quedó atrás?

―Nada de eso tiene sentido. ―Aodhan sacó una de


sus espadas gemelas. ―Vamos a revisar las casas.

Miraron a través de ocho diferentes juntos, encontraron


ropa todavía colgada en los armarios, zapatos junto a

Bookeater
Archangel´s Light
la puerta principal, muebles en pie sin ser molestados,
cortinas cuidadosamente cerradas o atadas. Aparte de
las bolsas grandes de arroz y harina, no había comida,
excepto alguna lata olvidada en el fondo de un
armario, pero eso podría explicarse por el hecho de que
los residentes se llevaron todos los artículos fácilmente
transportables con ellos.

¿Pero adonde?

Sin ropa, ni zapatos, ni maletas.

De pie en el centro de la calle de nuevo, rodeado por


un vacío inexplicable y resonante, cuando las nubes
comenzaron a oscurecer la luz del sol, dijo:

― ¿Qué posibilidades hay de que Vetra haya mirado


las mismas casas que nosotros?

Aodhan echó un vistazo a las casas en las que habían


entrado.

―Alto, ―dijo después de un tiempo. ―Este es el lugar


lógico para aterrizar si quieres evaluar la situación. Ella
tampoco tenía refuerzos, por lo que no se habría

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arriesgado a entrar en las casas que dificultaran una
salida rápida.

Tocó el bolsillo de su camisa color crema con el cuello


levantado y mangas largas.

―Puedo llamarla.

―El lugar no es tan grande. Podríamos echar un buen


vistazo al interior de todas las casas en una hora si nos
separamos, tomemos la mitad cada uno.

―No nos separaremos ―dijo Aodhan de


inmediato―. Aquí no, Illium. China es... Hay
demasiados ecos.

Illium había abierto los labios para argumentar que era


completamente capaz de manejar cualquier
renacimiento aleatorio que apareciera, pero cerró la
boca en la segunda parte de la declaración de
Aodhan. Su amigo tenía mucha más experiencia en
este territorio y aquí era realmente espeluznante.

Rafael no estaría impresionado si Illium resultara


herido porque él se había enojado debido a lo que
estaba sucediendo con Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
En cambio, asintió con la cabeza y los dos empezaron a
recorrer metódicamente a través de las casas. En algún
momento, escuchó un pequeño maullido y miró hacia
atrás para encontrar a la pequeña gatita de pelaje gris
siguiéndolos, a una distancia segura. Illium decidió
dejar que la criatura asustada tomara una decisión
sobre ellos sin presionarla, Illium vigilaba mientras
Aodhan buscaba, luego intercambiaron.

No era algo que los dos tuvieran que discutir. Después


de tantos siglos trabajando codo con codo, tenían un
ritmo familiar y eficaz. Entonces toda esta operación
fue sin esfuerzo... excepto por la tensión que tarareaba
debajo de la superficie. Cuando sus alas se rozaron al
pasar por un pasillo, Illium contuvo su tirón y
continuó, sin mirar a Aodhan para ver cómo había
reaccionado.

No podía soportar verlo alejarse de nuevo.

Su mente fue a ese mismo día, al momento en que


había presenciado a Suyin hacer contacto con la piel de
Aodhan. No había querido verlo, no había estado
espiando; iba de camino a hablar con el general

Bookeater
Archangel´s Light
Arzaleya cuando sobrevoló el lugar donde Suyin y
Aodhan estaban hablando.

El toque no había sido mucho. Un simple roce de sus


dedos sobre su antebrazo, pero Illium conocía a
Aodhan. Podía leer su comodidad física. Aodhan había
estado bien con ese toque. No había sido indeseado.

Illium se alegraba de que su amigo estuviera


aumentando el círculo de personas con las que se
sentía cómodo cuando se trataba de tocar, pero
también estaba celoso. De hecho, sus mejillas se
encendieron incluso de pensar en eso.

¿Qué clase de amigo era él para estar resentido con la


curación de Aodhan?

Sacudió la cabeza en furiosa negación. No, no era


eso. Le encantaba que Aodhan se estuviera
curando. No le importaría si Aodhan tocaba a Jae o
Xan o al General Arzaleya o literalmente a cualquier
otra persona en todo este territorio.

Era Suyin.

Bookeater
Archangel´s Light
La amable, artística y poderosa Suyin que era la pareja
perfecta para el alma de artista fuerte y amable de
Aodhan. La última vez que Illium había hablado con
su madre, ella le había dicho que Aodhan y Suyin
dibujaban juntos a veces.

―Creo que se siente culpable por tomarse siquiera una


hora para ella, ―su madre le había dicho. ―Pero le he
dicho a Aodhan que debe asegurarse de que ella la
tome. Es fundamental: ha tenido poco tiempo para
adaptarse a sus nuevas circunstancias, necesita
estabilizarse y nutrirse de la manera que más
signifique para ella: a través de la creación.

Illium entendía todo eso, pero la idea de que Aodhan y


Suyin se sentaran juntos y amigablemente mientras
creaban, le hizo apretar los dientes. Aodhan odiaba a la
gente en su espacio cuando trabajaba. Por lo general,
solo permitía que Illium o la madre de Illium entraran
en su estudio. Illium había pasado muchas horas
limpiando silenciosamente sus armas mientras Aodhan
pintaba.

Era lo suyo.

Bookeater
Archangel´s Light
―Ahora sueno como un maldito celoso incluso para
mí, ―murmuró en voz baja.

Y fue entonces cuando lo vio. ―Aodhan.

Un susurro de alas, y luego Aodhan se unió a él en la


cocina de la pequeña casa. Era imposible que sus alas
no se tocaran en el área compacta, e Illium soportó el
contacto con un abdomen apretado y tendones tensos.

―Mira. ―Señaló el pequeño charco de color marrón


óxido debajo de una de las tres sillas que sostenían la
mesa redonda. ― ¿Eso te parece sangre?

Aodhan se agachó, sus alas plegadas y confinadas en la


pared a su espalda.

―Sí. Pero es demasiada vieja para obtener cualquier


tipo de olor. Necesitaríamos conseguir un
análisis científico.

―Si, lo sé. También podría ser salsa de espagueti.


―Empujó una mano a través de su cabello. ―Estoy
nervioso. Perdón.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan se levantó, su ala rozó el brazo y el pecho de
Illium. Incapaz de soportarlo, sus ojos ardieron de una
manera que lo hizo sentir estúpido, Illium salió de la
habitación y continuó explorando la casa. Limpio,
habitado, normal. Sin signos de lucha o violencia.

Fue a la casa del lado y era su turno de vigilar. Lo hizo


en silencio.

La gatita estaba a un metro de distancia, mirándolo con


sus brillantes ojos Azules. Levantó las cejas.

― ¿Maúllas?

El gato retrocedió.

Genial, ahora incluso pequeñas criaturas indefensas se


alejaban de él. Frunciendo el ceño y sintiendo lástima
de sí mismo, se cruzó de brazos y se volvió hacia la
derecha. La ropa colgaba lacia y marrón en la línea de
la casa de al lado. Él frunció el ceño, dio un paso hacia
allí. Había algo...

―Aodhan, me estoy alejando unos metros para mirar


la puerta de al lado.

Bookeater
Archangel´s Light
―Ya terminé aquí de todos modos, ―dijo Aodhan,
saliendo de la casa. ― ¿Qué viste?

―No estoy seguro... ―Caminando, con Aodhan a su


lado, y la gatita caminando un poco más atrás, vio que
la pieza de ropa estaba rígida y marcada por
excrementos de pájaros. ―Oh, es de cuero,
―dijo. ―Eso lo explica:

¡Joder!

Bookeater
Archangel´s Light

28

Illium retiró la mano antes de que sus dedos pudieran


rozar la piel.

Porque eso es lo que era. Y no una piel de animal.

Tampoco un ángel, porque no había marcas ni agujeros


donde las alas salieran de la espalda de un
ángel. Mortal o vampiro, entonces. Una mosca zumbó
para posarse sobre la piel. El hecho de que no hubiera
otros insectos sobre o alrededor le dijo que la piel había
estado colgando allí el tiempo suficiente para secarse y
perder su olor. ¿Sucedería eso de forma natural? ¿O
alguien lo había preparado?

Tragó saliva repetidamente.

―Ahora sabemos. ―La voz de Aodhan, su tono


uniforme pero su rostro inexpresivo. ―Algo malo le
sucedió a este asentamiento, y a su gente.

Bookeater
Archangel´s Light
Habiendo logrado controlar sus náuseas, Illium se
movió alrededor de la línea para mirarla desde el otro
lado. No fue menos horrible desde ese lado.

―Puedo ver por qué Vetra no se dio cuenta. ―Desde


arriba, ella habría visto lo que originalmente sería una
vieja camisa marrón en la línea.

Aodhan, que se había acercado a la casa, dijo:

―Aquí hay más. ―Él negó con la cabeza cuando


Illium fue a reunirse con él. ―No, Azul, no quieres ver
esto.

Azul.

Un apodo tan antiguo que solo Aodhan lo usaba, y eso


rara vez. Casi todos los demás usaban campanilla, un
apodo que había adquirido más tarde en la vida.

Illium se quedó paralizado, atrapado por la


solemnidad de la voz de su amigo.

―¿Qué es?

Bookeater
Archangel´s Light
―Montones de pieles, ―le dijo Aodhan. ―Curadas y
cuidadosamente dobladas en montones.

Illium había visto el horror, lo había sobrevivido. Pero


hoy, su garganta se elevó por segunda vez. Girando
lejos de la puerta, respiró profundamente para tratar
de contenerlo. Cuando Aodhan se acercó para poner su
mano sobre el hombro de Illium, no se encogió de
hombros.

― ¿Cómo? ―dijo al fin―. ¿Cómo puede alguien ser


capaz de eso, estar tan tranquilo y controlado sin dejar
atrás el caos?

Para él no tenía sentido.

― ¿Cómo se las arregló el asesino para hacerle esto a


tanta gente sin que huyeran? ―dijo Aodhan―. ¿Por
qué Fei es la única sobreviviente? ―Aodhan pasó la
mano por la columna de Illium, sus dedos rozaron la
curva interior de sus alas.

Fue un toque íntimo, pero de nuevo, Illium no se


encogió de hombros. Él necesitaba a su amigo en este
momento, necesitaba la conexión.

Bookeater
Archangel´s Light
―Tenemos que decírselo a Suyin. ―Illium podría estar
celoso de Suyin, pero ella era el arcángel de este
territorio, necesitaba conocer sus horrores y peligros.
―Ella tiene que saberlo para que mantenga un ojo en
Fei, creo que la chica está muda por el terror, pero no
podemos descartar la posibilidad de que ella pudiera
haber estado involucrada.

Aodhan sacó un teléfono.

―Llamaré a la general, se mantuvo al día con la


tecnología mientras Caliane dormía, ya que veía como
parte de su deber estar preparada para el día en que su
arcángel regresara al mundo.

―¿Qué hay de Suyin?

―Está trabajando en ello, pero la tecnología actual le


resulta difícil.

―Deberías presionarla, ―murmuró Illium. ―Si Titus


puede aprender, ella también.

―Ella es mucho mayor que Titus, Illium.

Bookeater
Archangel´s Light
―Ella no es mayor que mi madre. ―Illium sabía que
estaba siendo obstinado, pero también sabía que tenía
razón. ―Quedarse atrapada en el pasado no la
ayudará exactamente.

Aodhan se quedó quieto. Sí, Illium podría ser militante


sobre la tecnología, pero las palabras particulares que
acababa de decir tenían mucho más significado de lo
que aparentaba en la superficie. Porque Illium era el
hijo del Colibrí, cuya mente había estado atrapada en
un torbellino del pasado durante la mayor parte de la
vida de Illium. Él nunca había culpado a su madre por
su mente fracturada y probablemente ni siquiera era
consciente de por qué, aparte de su obsesión con Kaia,
se negaba a aferrarse al pasado, pero Aodhan siempre
lo había visto, lo sabía.

Extendiendo la mano, pasó el dorso de los dedos por la


mejilla de Illium. Él no se lo tomó a mal cuando Illium
se estremeció. Había cicatrices en ambos que dolían, y
esta era una de las de Illium. Por eso tampoco lo
expreso en palabras. Illium no necesitaba que la
conexión se hiciera evidente, no necesitaba el tormento
de la historia para colorear su presente.

Bookeater
Archangel´s Light
Mientras realizaba la llamada, Illium se alejó para
examinar el borde más cercano del bosque, sus alas se
extendieron como para impedir que Aodhan lo
siguiera. Illium fue el primero que le enseñó a usar este
dispositivo y los que le precedieron. Independiente del
origen de su fascinación, Illium siempre había estado
mucho más en sintonía con la tecnología de cualquier
época que Aodhan, ya fuera una máquina de teletipo,
máquinas de vapor o computadoras.

Una vez, durante los años oscuros de Aodhan, Illium le


había traído un aparato mecánico para mezclar
pintura. No había sido tan tecnológicamente avanzado
como lo que existía en el tiempo actual, pero había sido
algo extraño y fascinante, y había llevado a Aodhan un
poco más hacia la luz.

― ¿Aodhan? ―La voz de Arzaleya tenía un eco que


decía que estaba en el aire.

―Hola, Arza, ―dijo, porque, aunque la general podría


ser formal con los jóvenes, ella no era rigurosa cuando
se trataba de interacciones con el personal superior;
ella también tenía un sentido del humor seco que le
divertía, y que él pensaba que sería el contraste

Bookeater
Archangel´s Light
perfecto para el silencioso dolor de Suyin. ―Necesito
hablar con Suyin.

―Ella ha volado para hablar con los mortales y


vampiros. ¿Es urgente?

―No, puede esperar unos minutos. Pero llámame en


cuanto esté libre.

―No, espera, ella está volando hacia aquí


ahora. ―Una breve pausa.

―Aodhan, has encontrado algo. ―La voz de Suyin


estaba alerta, lista para otra pesadilla.

Aodhan le contó lo que habían descubierto.

―Ahora mismo, no tenemos respuesta para nada de


eso.

―Creo que todos sabíamos que se avecinaba


algo. ―No había nada de derrota en su tono. Solo
contenía el mordisco de una ira hirviendo.

Esa ira había sido parte de Suyin desde antes de su


ascensión. Según Naasir y Andrómeda, quienes se

Bookeater
Archangel´s Light
habían mantenido en contacto con Suyin desde el día
en que la ayudaron a escapar de Lijuan, su ira había
despertado mientras su cuerpo se recomponía.

―Al principio, era un pájaro herido, ―había dicho


Naasir. ―Atascada en la tierra, incapaz de volar. ―Sus
ojos plateados habían brillado. ―Pero fuerte, no
dispuesta a inclinarse ante el dolor. ―Una mirada al
ángel que amaba con todo su corazón salvaje. ― ¿No
era así, Andi?

Andrómeda había asentido, su espeso cabello era un


hermoso caos dorado de rizos castaños,
resplandecientes a la luz del sol del atardecer.

―Siempre hubo coraje para ella. Solo le tomó un


tiempo encontrar el camino de regreso a sí misma.

―Pero no creo que ella regresara igual que la misma


Suyin que Lijuan puso en cautiverio. ―Palabras
reflexivas de la mujer que era la mano derecha de
Jessamy. ―Antes de eso, todos los registros hablan de
ella como una gran arquitecta, mujer de gracia y
arte. Sin mencionar la rabia que vive en ella hoy en día.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan no había necesitado a Andrómeda para
deletrear esto último; él sabía mejor que la mayoría que
algunos momentos te alteraban para siempre. La ira de
Suyin era ahora una parte indeleble de ella, como sus
sombras eran parte de Aodhan. Ella le había
preguntado a él una vez, si pensaba que su rabia la
debilitaba.

―Siempre y cuando no dejes que te controle, ―le


había respondido Aodhan. ―Permití que el mal me
robara una parte de mi vida que nunca recuperaré, y lo
lamento.

Suyin había devuelto la honestidad sin adornos en sus


palabras con su propia y cruda verdad. ―No permitiré
que mi tía sea un fantasma maligno montando mi
hombro, te lo prometo, Aodhan. Mi ira... me alimenta.

― Entonces úsala.

Hoy, ella dijo:

― ¿Necesitas más gente? Puedo…

Bookeater
Archangel´s Light
―No. Podemos manejar la situación. ―El círculo de
confianza de Suyin era increíblemente estrecho.
Aodhan no lo agotaría sin una necesidad desesperada.

Su siguiente pregunta no tuvo nada que ver con su


horrible hallazgo. Parecía, de hecho, surgir de la nada.

― ¿Cómo está Illium? ¿Sus niveles de poder han


dejado de fluctuar tan peligrosamente?

Aodhan se quedó inmóvil.

Interpretando correctamente su silencio, Suyin dijo:


―Vetra es una buena jefa de espías.

Apretó el teléfono con la mano al darse cuenta de que


Suyin estaba espiando a Rafael, a pesar de que sabía
que su respuesta era irracional. Rafael también estaba
espiando a Suyin. Era un juego con la Cátedra, aunque
ahora mismo, también se trataba de descubrir
cualquier amenaza que pudiera surgir en el período de
la posguerra.

Iba a preguntar qué tenía que ver todo eso con Illium,
porque él nunca traicionaría a su amigo más cercano,

Bookeater
Archangel´s Light
ni siquiera por su arcángel, cuando captó el sentido de
la pregunta.

―Si estás preocupada de que no me pueda respaldar,


no lo hagas. Para salvar mi vida, Illium se interpondría
en el camino del ataque de un arcángel.

La respuesta de Suyin tuvo un tono que no pudo


identificar.

―Solo pregunto cómo amiga. También me salvó la


vida en la batalla, aunque probablemente no lo
recuerde, estábamos en un combate muy feroz en ese
momento. Él bloqueó un golpe de una estrella de la
mañana apuntando a mi cara; las púas seguramente
habrían destrozado mi cráneo en cien pedazos.

―Es lo que es, ―dijo Aodhan, su mirada se dirigió a


las alas de un azul desafiante en el borde del
bosque. ―Te haré saber en el instante en que tengamos
cualquier tipo de respuesta.

―Mantente a salvo, Aodhan.

―Y tú, Suyin.

Bookeater
Archangel´s Light
Colgaron ese sentimiento, Aodhan feliz de haberlo
superado sin tener que perseguir a Illium. Su mejor
amigo podría ser impulsivo cuando estaba enojado o
emocional. Aodhan había estado medio preparado
para que él avanzara hacia los árboles.

Mientras Aodhan deslizaba su teléfono, Illium se


agachó y se quedó así durante varios
segundos. Cuando se levantó de nuevo, y se giró, un
rostro diminuto y peludo miró Aodhan desde el
musculoso abrazo de Illium.

Por supuesto que había encantado al cauteloso gatito.

Aodhan no pudo evitar que sus labios se curvaran.

―Otra conquista.

Rascando la parte superior de la cabeza del gatito,


Illium miró a su alrededor.

―Aparte de alguna que otra mosca y un par de


pájaros, es la única señal de vida en este lugar. ―Ya no
había ira en su cuerpo ni en su voz, su atención en la
inquietante tranquilidad de sus alrededores.

Bookeater
Archangel´s Light
Eso era lo que pasaba con Illium: era raro que se
enojara y perdonaba fácilmente. Era mucho más
probable que Aodhan guardara rencor.

―Terminemos la búsqueda. Una vez que sepamos


todo lo que hay que saber, podemos hacer un plan para
nuestro próximo paso. ―Señaló con la cabeza al
gatito. ―Lo llevaremos de regreso a la fortaleza con
nosotros.

―Sí. ―Illium volvió a rascar a la gatita, esta vez debajo


de la barbilla.

Ella ronroneó, cerrando los ojos.

―Esa es mi chica, ―dijo Illium, su tono cálido, con


afecto. ―Creo que te llamaré Smoke, por este bonito
pelaje.

Con una sonrisa cada vez más profunda, Aodhan se


volvió a mirar hacia la casa. Y ya no quería sonreír. Su
piel se enfrió.

―Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
―Tenemos que mirar adentro, encontrar el alcance
de... sea lo que sea esto.

―Toma, sostén a Smoke y yo...

Aodhan se volvió hacia su amigo.

―Basta. ―Salió mucho más duro de lo que pretendía, y


lo lamentó de inmediato cuando la hermosa cara de
Illium se quedó en blanco. ―Mierda. ―No era de los
que usaban blasfemias, pero era la única palabra que
parecía apropiada.

Pasando una mano por su cabello, dijo:

―No soy incapaz. He sobrevivido en este territorio


durante un año. No es necesario que me cuides.

Los ojos de Illium brillaron dorados.

― ¿Por qué estás tan jodidamente atascado en


eso? ―Salió duro como una piedra. ―Siempre nos
hemos apoyado mutuamente.

―No, Illium. Has estado cuidando mi espalda durante


más de doscientos años y lo superé. ―La piel de

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan ahora ardía, sus músculos se tensaron como
cables. ―No soy un niño, y yo no...

―No lo digas, ―espetó Illium―. No lo digas, joder.

Con la mano en el costado, Aodhan dijo:

―Voy a revisar la casa. Vigila afuera.

Illium se acercó en lugar de retroceder, el calor de su


cuerpo golpeando a Aodhan y su poder una tormenta
en el aire.

―No. ―Una inflexible respuesta. ―Esa casa va a oler


como un maldito ataúd y tú no necesitas eso.

El estómago de Aodhan se retorció sobre sí mismo, su


garganta amenazó con ahogarse.

―Es el momento, ―dijo con voz ronca. ―Decidí no


esconderme más cuando llegué por primera vez a
Nueva York. No me retractaré de mi promesa. No lo
haré Azul.

La mirada de Illium se volvió severa, toda la ira se


desvaneció.

Bookeater
Archangel´s Light
―Aodhan. ―Era una petición.

―No. Quédate aquí.

La mandíbula de Illium se apretó.

―Debería dejarte inconsciente, idiota testarudo.

―Inténtalo y verás quién sale ganando. ―Illium


podría estar mejor entrenado, pero Aodhan era una
fracción más alto y tenía un poco más de peso en él.
Suficiente para equilibrarlos en una situación de
combate cuerpo a cuerpo. Porque los dos nunca iban a
pelear con poderes angelicales, siempre seria duro y
sucio, una cosa de músculos, piel y huesos.

―No lo hagas, ―dijo Illium, la única palabra, una


solicitud que se basó en los cimientos establecidos hace
siglos. ―No te hagas esto a ti mismo. O a mí.

Aodhan agarró el costado del cuello de Illium,


presionó su frente contra la de Illium por un solo
segundo potente.

Bookeater
Archangel´s Light
―Si sigo escondiéndome, ―susurró con una ronca
aspereza, ―Bien podría seguir todavía en esa caja,
Azul.

Las alas de Illium brillaron, rayas rojas en sus pómulos,


pero esta vez no intentó interponerse en el camino de
Aodhan.

Sosteniendo el calor de la piel de Illium en los dedos


que había acurrucado en su palma, Aodhan entró en el
centro del horror.

Bookeater
Archangel´s Light

Soy una diosa. Me levantaré y me levantaré y


me levantaré en mi reino de muerte.
― Arcángel Lijuan

Bookeater
Archangel´s Light
29

La muerte tenía un olor acre, viejo y pútrido.

Es posible que las pieles se hayan curado lo suficiente


como para no pudrirse, pero no lo suficiente como para
erradicar el olor asociado con las cosas muertas. O
cosas vivas que se habían podrido parcialmente.

El estómago de Aodhan quería expulsar toda la comida


que había comido ese día, salirse ya mismo, pero
contuvo la respiración y se obligó a continuar. Un
ángel de su edad podía sobrevivir mucho tiempo sin
respirar, aunque era incómodo. Mucho mejor eso, sin
embargo, que tener el olor fétido en sus fosas nasales.

Los recuerdos amenazaban con surgir, amenazaban


con secuestrar sus pensamientos.

Voy a decirle a mamá que hiciste esto.

Él se aferró a la voz de Illium, ese hilo de salvaje


normalidad azul.

Bookeater
Archangel´s Light
Le diré a Eh-ma que me has estado gritando desde que
llegaste a China.

Yo no lo he hecho.

Era una conversación tonta y juvenil, y era


exactamente lo que Aodhan necesitaba para encontrar
sus pies. Lo que Illium sabría muy bien.

A veces, últimamente, Aodhan quería estrangular a su


mejor amigo, pero luego Illium hacía algo como esto, y
todo lo que Aodhan quería era abrazarlo y arreglar lo
que se había roto entre ellos.

Incluso mientras continuaban su ridículo ir y venir que


no solucionaba nada, y, sin embargo, reforzaba la
capacidad de Aodhan para hacer esto, Aodhan se
obligó a contar las pieles. Sólo diez.

A pesar de que no había especificado a qué se refería el


número, Illium dijo, añade la que está en la línea y aún no
es suficiente para la gente que vivía en este pueblo.

No, estuvo de acuerdo Aodhan. Seguiré buscando. Sus


dedos se sintieron sucios por haber tenido que tocar las
pieles para contarlas, Aodhan las mantuvo a sus lados,

Bookeater
Archangel´s Light
no queriendo que entrasen en contacto con ninguna
otra parte de su cuerpo.

La habitación más allá de la entrada trasera era una


cocina que parecía haber estado en uso en un pasado
reciente. Una cebolla estaba mal cortada en una tabla
de madera, junto a ella se encontraban tomates que
parecían recolectados del jardín exterior, y había una
olla grande en la estufa apagada. El moho verde cubría
las verduras.

Aodhan no quería mirar en la olla, pero sabía que tenía


que hacer eso, para terminarlo.

¿Azul? Háblame de algo, de cualquier cosa.

Demarco y su novia celebraron una fiesta en su nuevo lugar


y yo fui. Los cazadores del gremio borrachos no tienen nada
que ver con los tatuadores borrachos. Casi termino con un
tatuaje de rosa en mi trasero.

Aodhan se aferró al ritmo constante de la voz de su


amigo mientras se obligaba él mismo a acercarse a la
olla grande. Hay una olla, le dijo a Illium cuando la
alcanzó. El estado de las cebollas y los tomates en la pizarra
dice que alguien estuvo aquí hace varios días. Podría ser

Bookeater
Archangel´s Light
nada, solo una comida abandonada. Excepto que era la
primera escena de este tipo que descubrían. El resto del
pueblo estaba casi patológicamente limpio y ordenado.

Illium dijo, Venom cambió el Ferrari de Dmitri por un viejo


Mini a modo de broma.

La mano de Aodhan tembló cuando levantó la tapa de


la olla. Dmitri me llamó después. Estaba enojado.

Pero también riendo, ¿verdad?

Si. Tenía planes para el Bugatti de Venom. La palabra rosa


surgió mucho.

La risa de Illium en su mente, la tensión en ella visible,


pero era lo suficiente para mantener firme a Aodhan
mientras miraba en la olla.

Cerrando la tapa de golpe, se alejó de la estufa a


trompicones.

― ¡Aodhan!

― ¡Quédate fuera! ―gritó Aodhan― ¡Estoy bien! ―Me


sorprendió, agregó, porque conocía a Illium, entendía

Bookeater
Archangel´s Light
que, si él lo dejaba afuera, lo empujaría al borde de la
resistencia.

― ¡Odio esto! ―La voz de Illium estaba tensa―. ¡Date


prisa y sal de ahí!

Su actitud protectora levantó los pelos de punta de


Aodhan, lo hizo querer responder y la oleada de
frustración era exactamente lo que necesitaba para
lidiar con la fealdad de lo que había encontrado. Había
restos humanos podridos en la olla. Él no enumeró lo que
había visto: la mano flotando en una sopa aguada, los
trozos de carne que probablemente procedían de una
parte más carnosa del cuerpo.

Todo se pudrió a un verde nocivo y a un negro


reptante.

Quienquiera que fuera no sabía cocinar. Parece que


simplemente pusieron los restos en el agua. Aunque su
garganta se agitó, se obligó a terminar el reporte. No
había señales de ningún tipo de condimento, ni hierbas. Si no
fuera por la cebolla y los tomates, habría dicho que solo
estaban hirviendo la carne de los huesos.

Una pausa, luego Illium dijo: Estás bien.

Bookeater
Archangel´s Light
Su alivio una lija sobre los sentidos de Aodhan. No me
voy a retirar de regreso a mi guarida en el Refugio, se
mordió, aunque sabía, sabía que estaba siendo
irracional. Illium tenía todas las razones para dudar de
la estabilidad de Aodhan.

Bien. Deja de discutir conmigo y sal de ahí.

Necesito revisar el resto de la casa. Ahora que había visto


lo que pensaba sería lo peor, respiró hondo y sólo
entonces se dio cuenta de que empezó a respirar de
nuevo en algún momento. Reflejo autonómico. Difícil
de resistir incluso para un ángel.

El olor a podredumbre cubría ahora sus fosas nasales,


familiar y feo.

Al menos podía lavarse las manos. Había jabón junto al


fregadero y el agua seguía corriendo. No era como si
tuviera que preservar la escena para un equipo
forense. Él e Illium estaban en lo que sería cualquier
tipo de investigación. Pero revisó el fregadero y el
armario de debajo en busca de pistas antes de abrir el
grifo de agua.

Bookeater
Archangel´s Light
Con su mano recién limpia apretó el puño con tanta
fuerza que le dolían los tendones y tenía el cuello
rígido por la tensión en su columna, luego se obligó a
mirar en la vieja nevera en la esquina. La carne estaba
apilada en ordenadas pilas en la sección del
refrigerador, cortadas y puestas en recipientes de
plástico o envuelta en papel.

El compartimento del congelador también estaba lleno


hasta los topes, al igual que el abollado arcón
congelador que se encontraba al lado del refrigerador,
y algunas de las piezas en este último no se habían
cortado en trozos. Reconoció un muslo humano, un
brazo, y pensó que podría haber una cabeza en la parte
inferior.

El sudor estalló por todo su cuerpo, el pulso en la boca.


Tenemos que comprobar los refrigeradores de todas las
propiedades cercanas, veré si hay congeladores de arcón en
los garajes. No recordaba si lo habían hecho, estando
más interesados en los signos externos de violencia y
muerte. Creo que sé que les sucedió al menos a algunos de
los cuerpos. La existencia del arcón congelador dentro
de la casa era probablemente la razón por la que el
asesino había elegido esta casa ordinaria como su base
de operaciones. El resto tendría que estar enterrado en el

Bookeater
Archangel´s Light
bosque. Donde hubiera sido imposible para Vetra
divisar las tumbas desde el aire.

¿Te imaginas lo que diría Ellie ahora?

La distracción funcionó. Aodhan se apartó del horror


en la esquina de la cocina. Por supuesto que hay partes del
cuerpo en el congelador. Por supuesto. ¿Por qué la tierra de
Su Maldad debería volver a la normalidad ahora que la
malvada bruja estaba muerta? Porque eso sería demasiado
fácil.

Risa sobresaltada de Illium que Aodhan escuchó tanto


en su mente como en el mundo real. Eso es bueno. Me
haces extrañarla aún más.

Aodhan casi sonrió, y eso, nunca podría haberlo


predicho ni un solo minuto antes. Fortalecido por la
interacción, continuó por el pequeño pasillo lleno de lo
que parecían ser fotografías familiares. Una mujer
vieja, quizás la abuela, con una pareja más joven. Sin
hijos.

―Gracias, ―susurró Aodhan, aunque no sabía a quién


estaba hablando. Quizás a los Ancestros. Estaba
contento de no haber tenido que enfrentarse a los

Bookeater
Archangel´s Light
restos de un inocente, aunque sabía que algunos
debían haber perdido la vida durante esta ordenada y
limpia masacre.

Luego lo vio: imagen tras imagen de un niño desde el


nacimiento hasta los diez años de edad, esa última con
un pie en una pelota de fútbol, el niño vestido con un
uniforme deportivo azul.

Mierda.

Tragándose su rabia, continuó.

Otro marco contenía una foto en blanco y negro de un


hombre de mediana edad. Probablemente el abuelo,
fallecido antes de llegar a la vejez. Él había sido
afortunado.

Algunas otras fotografías, luego una acuarela de


aficionado que había sido colocada con amor dentro de
un marco dorado. Junto a ella, un punto de cruz
igualmente bonito y enmarcado de un conejo en un
campo.

La vida de la gente. Sueños de la gente.

Bookeater
Archangel´s Light
Le dolía saber que algo monstruoso había acabado con
esos sueños. Otro ángel podría no haber reaccionado
de esa manera ante la muerte de los mortales,
especialmente por mortales que no conocía, pero otro
ángel no había crecido con Illium como mejor amigo.

Illium y su asombro por los mortales, su respeto por


sus cortas y brillante vidas.

No estaba vínculado a Kaia, sino al revés. Illium había


estado fascinado por los mortales desde que él y
Aodhan eran jóvenes.

―Tantas cosas que han inventado, Chispitas, ―había


dicho más de una vez durante su amistad. ―Los de
nuestra clase se vuelven perezosos. Vivimos vidas tan
largas que creemos que tenemos una eternidad para
resolver problemas y hacer descubrimientos, por lo
que rara vez hacen algo. Pero los mortales, sus vidas
corren tan rápido que siempre están corriendo para
resolver el próximo misterio, desenterrar el próximo
secreto.

La maravilla de Illium ante el impulso mortal de crecer


y cambiar el mundo había abierto los ojos de Aodhan a
lo mismo. Junto con eso había llegado una

Bookeater
Archangel´s Light
comprensión mucho más profunda de lo que
significaba tener un amigo humano. Fue por eso, por lo
que, durante mucho tiempo, se había mantenido a
distancia de esas brillantes vidas de luciérnagas.
Porque sabía que un día todas esas personas se irían,
nada más que recuerdos que hacían que le doliera el
corazón. Entonces había venido a New York y se había
vuelto imposible ignorar cuánto le gustaban ciertos
mortales. Así que ahora tenía amigos que algún día le
romperían el corazón al morir.

―Quizás es una especie de locura, ―había dicho


Illium hace un par de años después de regresar del
funeral de otro amigo mortal. ―Seguir intentándolo,
aunque cada pérdida me deje otra cicatriz en el alma.

La mente de Aodhan se enganchó en algo importante


en ese recuerdo, pero en ese momento, su atención se
centró en un lugar vacío en la pared. Contenía el eco
fantasmal que se forma cuando una imagen ha estado
colgada en el mismo lugar durante mucho tiempo, un
rectángulo perfecto de brillo discordante.

Miró de nuevo al pasillo. Todas esas fotografías, solo


esta faltaba. Podría ser una coincidencia, la imagen se

Bookeater
Archangel´s Light
eliminó por alguna razón antes de que los habitantes
fueran masacrados.

Los instintos de Aodhan decían lo contrario.

Por eso no se sorprendió en lo más mínimo cuando


llegó a la puerta de la izquierda, y miro dentro para
encontrar un espacio de vida pequeño pero ordenado.
En el centro había una pequeña mesa de madera
tallada. En la parte superior de esa mesa había una
imagen enmarcada del tamaño adecuado para caber en
ese espacio que faltaba en la pared.

Alrededor de la imagen había velas dispuestas, flores


frescas que se habían marchitado y vuelto negras, y lo
que parecían ser recuerdos de la familia: Una polvera
de maquillaje compacto, un diario o un cuaderno, una
pulsera de delicadas flores de metal de un tamaño
poco probable que se ajustaba a la muñeca de un
hombre, una parte superior liviana de citrino pálido
que había sido cuidadosamente doblada, y una botella
de esmalte de uñas a medio terminar de un tono que
podría usar la mujer de la fotografía.

No, no artículos que hubieran pertenecido a la familia.


Elementos que habían pertenecido a ella.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan la reconoció como la misma mujer que había
estado en la fotografía familiar, pero ella era un poco
mayor aquí. Y en sus brazos, ella sostenía un bebé, con
la cara radiante mientras miraba la arrugada carita.

El niño llevaba un brazalete de hospital en su tobillo


pequeño, el de la madre alrededor de su muñeca. Su
bata de hospital era azul pálido, el bebé envuelto en lo
que parecía ser una manta tejida a mano o tejida de lo
que podría haber sido amarillo, aunque el color de la
fotografía se había desvanecido con los años, por lo
que ahora se veía crema.

Aodhan, ¿qué está pasando ahí?

No sé. Describió lo que estaba viendo. Es casi como un


santuario. Parece que las velas se encendieron en algún
momento. Gotas de cera agrupadas contra la madera del
tablero de la mesa.

Si, dijo Illium, el resto de la aldea no estuviera vacía


también, diría que alguien se obsesionó con la madre del niño
y decidió que, si él no podía tenerla, nadie podía.

Bookeater
Archangel´s Light
Sí. Aodhan miró alrededor de la habitación. Pero
esto... es diferente. Hay ausencia del tipo de perversidad
sexual que acompaña a tal obsesión. Un top bonito elegido en
lugar de prendas íntimas, una falta total de violencia. La
forma en que se ha limpiado el polvo de la fotografía, el
arreglo de las velas y las flores, casi parece amor.

¿Tiene el niño una edad en la que podría haberle hecho esto a


su familia? Illium pidió.

La última foto que vi de él era de un niño, de nueve o diez


años, y esa foto era brillante, no desvanecida por los
años. Eso deja al marido... pero nada de eso explica el silencio
del pueblo.

¿Vas a salir pronto?

Los músculos del cuello de Aodhan se tensaron. No.


Hay más habitaciones para comprobar. Él trató de
mantener su voz tranquila. No servía de nada criticar a
Illium, no serviría de nada provocar una pelea que
habían estado teniendo durante más de un año. No
ahora.

Porque tarde o temprano, tenían que terminar esa


pelea.

Bookeater
Archangel´s Light
Sólo sé cuidadoso.

Aodhan reprimió las palabras que querían escapar.


Fracasó. Estaba planeando tomar todos los riesgos peligrosos
posibles, pero me has hecho pensarlo mejor. Quería patear
una pared en el instante en que salieron las
palabras. ¿Por qué acababa de decir eso? No era así con
nadie más.

Una pausa antes de que Illium dijera: ¿Sabes qué? ¿Por


qué no vienes a pararte aquí, mientras entro a la casa con
LAS CINTAS DE PIEL DE MORTALES y luego hablamos
de por qué me estás gritando por comportarme con
normalidad?

Aodhan cerró los ojos, se tomó un segundo y los volvió


a abrir. Tienes razón. Ten cuidado también. Creo que esta
casa está vacía, lo que significa que el peligro está afuera. Y
ahora que lo había puesto en palabras, su piel se erizó
con la necesidad de salir, y proteger a Illium de
cualquier daño.

Tengo una feroz gatita protectora, fue aparentemente la


respuesta despreocupada. Ella me mantendrá a salvo con
el poder de su feroz maullido.

Bookeater
Archangel´s Light
Azul.

Saqué mi espada. ¿Feliz ahora?

Si.

Exacto. No seas sarcástico conmigo por preocuparme por ti.

Habiendo llegado a la siguiente habitación al final del


pasillo, en el lado opuesto y apenas alejado de la sala
de estar, Aodhan no respondió a favor de mantener
toda su atención en lo que estaba viendo.

No fue mucho. La habitación tenía una cama


individual, el colchón cubierto por un edredón hecho a
mano, suave por el tiempo. Los aromas de talco y un
tenue perfume dulce impregnaban el espacio. Su mente
parpadeó con el recuerdo de la Abuela de Demarco. La
esbelta mujer mayor había caído en el cuartel general
del gremio mientras Aodhan estaba allí un día,
después de haberle traído a su nieto un "regalo de
cumpleaños."

Demarco sonrió, la levantó y la hizo girar.

Bookeater
Archangel´s Light
―Gracias, abuela, ―le dijo después de que ella le dio
una palmada en el hombro y le dijo que la
bajara. Luego ella sonrió y besó sus mejillas.

Una mirada al cepillo que había sobre la mesita


colocada frente a un espejo viejo confirmó su
suposición de que este era el dormitorio de la abuela,
entre las cerdas había varias canas. La fotografía en
blanco y negro del hombre que había asumido que era
su difunto esposo lo confirmó; estaba en la mesita de
noche, donde lo habría visto todas las noches cuando
iba a dormir.

Junto a ella había una taza de arcilla ladeada como la


podría hacer un niño. Un regalo de nieto a abuela. Uno
apreciado, porque en esa taza había flores de tela
hechas a mano con tallos de alambre verde.

―Lo siento, ―se encontró murmurando, aunque


ninguna de estas personas jamás volvería a oírle.

Esta familia estaba rota para siempre.

Bookeater
Archangel´s Light
30

Pasado

― ¿Madre?

―Oh, mi bebé, sé educado. ―El rostro de la madre de


Illium estaba sereno, sus ojos un tenían un brillo
alegre―. ¿No ves que tenemos un invitado?

Illium miró el sillón vacío de terciopelo color champán


que enfrentaba el asiento de su madre. Le dolía el
corazón. ―Oh lo siento.

―No importa. ―Ella extendió una mano, y cuando él


colocó la suya en ella, ella tiró de él para que se pusiera
de pie junto a ella―. ¿Ves lo fuerte y alto que se ha
vuelto? ―ella dijo a su invitado invisible. ―Aegaeon
estará muy orgulloso cuando se despierte y vea al
hombre en que se ha convertido su hijo.

Bookeater
Archangel´s Light
La rabia amenazaba con quemar los iris de Illium, pero
mantuvo la expresión tranquila. No era culpa de su
madre. Todo lo que ella había hecho era amarlo.
Incluso ahora, cuando su mente era un cristal roto que
reflejaba todo y nada, cuando se olvidaba de sí misma
la mayor parte del tiempo, no se olvidaba de él ni de
cuánto lo amaba.

Siempre que él llegaba a casa, ella decía: "Mi hijo" o


"Bebé" y lo abrazaba.

No, esto no era culpa de ella. Era Aegaeon quien había


roto a su familia.

―Illium, ―dijo ahora su madre, ― ¿conoces a Raan?

― ¿No es ese…? ―Se detuvo justo a tiempo. Raan era


el hombre que su madre había amado hace mucho,
mucho, mucho tiempo.

Raan también estaba muerto.

Solo sabía esto último porque su madre había estado


hablando consigo misma un día, y él reunió lo que ella
había dicho con su visita a un monumento olvidado
por la mayoría de los ángeles.

Bookeater
Archangel´s Light
Se recuperó rápidamente y se inclinó. ― Es un honor
para mí conocer a un artista tan grandioso.

Sharine le dio unas palmaditas en la mano cuando se


levantó de nuevo, sus ojos brillaban con
orgullo. ―Raan me enseñó a pintar, me enseñó a
volar. ―Ladeó la cabeza escuchando. ―Oh, sí, muchas
cosas han cambiado.

Una dulzura en ella cuando volvió la cara hacia el


sillón vacío. ―Fuimos hermosos una vez, mi
Raan. Pero nuestro tiempo ha pasado. Ahora es el
momento de mi hijo. ―Ella sonrió a Illium. ―Se ha
enamorado, ¿sabes? ―Travesura en sus ojos. ―Él cree
que su madre no lo sabe.

Illium sintió que se le ruborizaban las mejillas.


No había pensado que ella supiera sobre su corazón
agitado, su devoción desesperada.

―Madre, me estás avergonzando.

Riendo, se levantó de su asiento, pasó su brazo por el


de él y dijo:

Bookeater
Archangel´s Light
―Ven, te he hecho un pastel. ¿Dónde está Aodhan?
También lo hice para él. ―La forma en que ni siquiera
miró a la silla le dijo que se había olvidado de su
visitante fantasmal.

―Está en la biblioteca, mirando copias de los primeros


trabajos de Gadriel. ―Los originales se llevaron a
Lumia, lugar al que Aodhan esperaba obtener
eventualmente permiso para visitar.

―Oh, sí, le dije que estudiara a los maestros


angelicales. El aprenderá mucho al no olvidar el
pasado. Todo artista piensa que inventa esta o aquella
pincelada, pero los buenos saben que construimos
sobre los golpes de todos aquellos que vinieron antes
que nosotros.

En momentos como este, cuando sonaba tan


pragmática y como ella misma, Illium se permitía creer
que ella nunca se había fracturado, que todavía seguía
siendo la madre a la que podía acudir con cualquier
problema y saber que se arreglaría. En esos momentos,
podría ser su hijo, despreocupado y dependiente.

Bookeater
Archangel´s Light
Hoy, sonrió y se sentó a la mesa de la cocina mientras
ella cortaba el pastel y le preparaba algo de beber. Se
sentaron, hablaron y él le confesó sobre Kaia.

―Sé que todos piensan que soy demasiado joven para


entender el amor, pero están equivocados. La amo
hasta que es difícil respirar sin ella.

―Yo también era joven, cuando mi primer amor,


―dijo con una tierna sonrisa. ―Mi Raan. Era un
hombre tan amable, Illium. Ojalá hubieras podido
conocerlo.

Estaba claro que Raan estaba en su mente hoy, y estaba


agradecido por ello. Era obvio que los recuerdos le
traían alegría.

― ¿Me hablarás de él?

―Otro día. ―Se inclinó hacia adelante, con las manos


alrededor de su taza de té. ―Hoy, cuéntame sobre tu
linda Kaia.

Así lo hizo, derramando su corazón. A diferencia de


muchos otros, ella no lo trataba con condescendencia o
descartaba su amor como un enamoramiento

Bookeater
Archangel´s Light
fugaz. Ella escuchó y aceptó que él conocía su propio
corazón.

Otro tipo de desesperación se ahogaba en su garganta:


la necesidad de tener esta mujer como su madre
siempre, en lugar de su contraparte fracturada. Él la
amaba de cualquier forma, pero ver quién podía ser...

Su odio por su padre ardía aún más.

Después de que terminó su pastel y habló sobre Kaia,


le dijo sobre sus continuos estudios. ―Sigo pensando
que he terminado, pero luego me dan más. Hoy,
Dmitri me dijo que siguiera a uno de sus asistentes más
jovenes. Al principio, pensé que sería aburrido: Mirza
no es una guerrera, sino una escriba.

La vergüenza calentó sus mejillas. ―Pero, mamá,


deberías ver todas las cosas que ella maneja. Ninguno
de los guerreros tendría siquiera sus armas si Mirza no
hiciera los pedidos de varios materiales. Creo que eso
es lo que Dmitri quería que aprendiera, que hay mucho
más en ser parte de la corte de un arcángel que solo
poder comandar un escuadrón o elaborar estrategias
en la batalla.

Bookeater
Archangel´s Light
Los ojos de su madre, de un color tan claro y brillante,
estaban más borrosos que cuando habían comenzado,
pero ella todavía estaba presente. ―Ha comenzado a
enseñarte cómo ser un miembro invaluable de la corte
superior, en lugar de simplemente un espadachín. Hay
muchos de estos últimos, solo unos pocos de los
primeros.

Illium no lo había pensado de esa manera,


rápidamente comprendió lo que quería decir.

―Cuando sea mayor y tenga más antigüedad, tendré


que ser capaz de ocupar cualquier puesto, ¿no es
así? Quiero decir, aunque Dmitri es el segundo de
Rafael y yo no quiero ser el segundo, tengo que ser
capaz si es necesario.

―Supongo que Dmitri a veces debe querer ir a hacer


otras cosas, ―dijo dudoso, incapaz de imaginarse al
vampiro de mirada dura lejos de su posición al lado de
Rafael.

―Sí, eres inteligente, ―dijo su madre, y pudo verla


luchando para sacar las palabras más allá del velo
cayendo a través de su mente. ―Ellos saben que eres
inteligente. Así que intentan mostrarte que la vida es

Bookeater
Archangel´s Light
mucho más grande y compleja de lo que entiendes en
este momento, y que, para estar al lado de Rafael,
debes ser un hombre de muchas habilidades.

Illium tomó la mano de su madre, de huesos delicados


entre las suyas.

―Todo está bien, Mamá —susurró suavemente.


―Puedes soltarte. No pasa nada.

Las lágrimas brillaron en sus ojos, el color una


efervescencia del oro más pálido.

―Mi pequeño niño. No, esto no está bien. ―Pero se


estaba desvaneciendo incluso cuando salía la última
palabra de sus labios, desapareciendo en el
caleidoscopio.

Sin embargo, su mano, permaneció apretada sobre la


de él, y el amor que ardía en su mirada vaga, no era
vago en absoluto. Era para él. Su hijo. Su bebé.

Bookeater
Archangel´s Light
31

Presente

Aodhan termino de revisar la habitación de la abuela.


No había mucho más allí. Una pequeña planta en
maceta que se había marchitado y quemado por falta
de agua, una chaqueta de punto en la cama y un
montón de cuadrados de ropa en una canasta junto a la
ventana. La abuela era la creadora de colchas,
probablemente la persona que cosía en cruz.

¿Quién había sido el acuarelista?

Se cuidó al abrir el pequeño armario, pero no tenía


horrores, solo la ropa de la mujer mayor y algunos
artículos personales.

Dejando la habitación con una sensación de melancolía


pesada en su sangre, Aodhan fue a la puerta de al lado.

Bookeater
Archangel´s Light
Alguna vez había sido parte de una habitación más
grande, pero alguien había puesto una división de
madera en algún momento.

La primera habitación era de la pareja, la del lado la del


niño.

No hubo sorpresas en ninguna de los dos, pero


Aodhan sintió un gran peso le oprimía el pecho
mientras estaba de pie en la puerta de este último, y
vio la pequeña mesa al lado de la ventana. Sobre él
había tres juguetes, dos piedras de bonitos colores y un
dispositivo de mano que reconoció como un
reproductor de juegos barato una vez anunciado en
enormes vallas publicitarias en Times Square.

Barato, pero caro cuando se trataba de una familia que


vivía como la de esta casa. Todo limpio y ordenado,
pero nada nuevo, nada extravagante. Toda la ropa
gastada y reparada, muchos platos rotos. Ese juego
habría sido equivalente a semanas o meses de ahorro, y
fue obvio que el niño lo había tratado con cuidado. Fue
colocado con cuidado en su caja abierta, como si el
niño lo volviera a poner allí después de cada uso.

Aodhan se frotó el pecho y empezó a salir.

Bookeater
Archangel´s Light
La luz cambió afuera, tal vez una nube moviéndose, y
el cambio le llamó la atención, lo llevó al piso de
madera.

Había algo que no estaba del todo bien en ello.

Caminando, dio la vuelta a la cama para que se


apoyara contra la pared improvisada que le había dado
al chico su propio espacio privado. Había sido amado,
este niño. Y debajo de su cama había una mancha de
sangre tan grande que ningún niño podría haber
sobrevivido.

Obligándose a seguir adelante, Aodhan miró los


listones de la cama. La base del colchón era claramente
visible... y estaba empapado en óxido rojo. Bajó la cama
y apartó la colcha cosida a mano.

La cama del niño está empapada en sangre, le dijo a Illium,


con la garganta dolorida por todo lo que no dijo.
Suficiente para que el olor no se haya disipado por completo.
Él había captado el leve olor a hierro frío en el mismo
instante en que volteó el edredón.

Bookeater
Archangel´s Light
¿Rabia contra el niño? ¿O estaba la madre allí, tratando de
proteger al chico?

No hay forma de saberlo. Aodhan salió de la habitación y


comprobó las únicas otras puertas. Una conducía a un
inodoro pequeño, pero impecablemente limpio, el otro
a una ducha que le hizo contener el aliento. Alguien se
duchó aquí y no limpió.

La sangre seca salpicaba el plástico de las paredes de la


ducha, mientras que vetas de marrón aguado se
pegaba al brillo desvaído de los grifos del fregadero.
Una huella de mano completa marcó la pared al lado
del fregadero. El tamaño decía que una mujer o un
hombre pequeño. Quizás incluso un adolescente.
Definitivamente no un niño tan joven como el de la
foto.

Dirigió su atención a los caracteres escritos con sangre


en el espejo. Su habilidad en el idioma local era buena
en lo que respectaba al habla, pero no confiaba
respecto a sus habilidades de escritura. Tomando una
imagen usando su teléfono, la envió a Illium. ¿Puedes
leer lo que te acabo de enviar?

Bookeater
Archangel´s Light
No. Creo que es una versión anterior al idioma que se usa
con más frecuencia en esta región: ves lo complicado que es,
¿cuántas líneas? No creo que la mayoría de la gente en estos
días lo use.

Aodhan asintió, aunque Illium no pudo verlo. Ahora


era obvio que su amigo lo había señalado. Suyin
probablemente lo reconocerá. Lo enviaré a la general para que
se lo muestre.

Una respuesta sonó en su teléfono justo cuando salía


de la casa.

Primero, tomó grandes bocanadas de aire limpio,


mientras Illium permanecía alerta, la gatita sentada a
sus pies con las orejas erguidas y las garras
desenvainadas. ―Se siente como si el olor de la muerte
estuviera en mi boca, cubriendo mi lengua.

―Aquí, ―dijo Illium. ―Lo tenía en mi bolsillo.

Era un pequeño trozo de caramelo duro, uno de los


pequeños vicios de Illium. Aodhan prefería el
chocolate, pero tomó el caramelo con una mano
agradecida y, despegando el envoltorio, se lo metió en

Bookeater
Archangel´s Light
la boca. El sabor, una menta fresca, fue un regalo que le
aclaró las fosas nasales y abrumó sus sentidos.

Empujando el papel arrugado del envoltorio en su


bolsillo, se dio a sí mismo otro momento, luego miró el
mensaje de Arzaleya. Incapaz de que tuviera sentido
en su mente, simplemente le tendió su teléfono a
Illium.

―'¿Por qué no funciona, madre?' ―Leyó Illium. ―La


misma pregunta repetida tres veces.

―Quizás estemos equivocados, ―dijo, ―y fue el


esposo, y esto es todo sobre su madre.

―Los humanos son completamente capaces de


cometer una masacre, ―murmuró Illium. ― ¿Y qué tan
difícil sería eliminar un asentamiento si todos te
conocieran y confiaran en ti?

El otro hombre se frotó la mandíbula. ―Cincuenta o


más personas... no son tantos, Aodhan. Especialmente
dado que algunos eran ancianos y algunos niños. Un
solo hombre podría haberlo hecho. Invitar a un grupo
entero a cenar, envenenarlos o drogarlos y encargarse
de los demás por la noche.

Bookeater
Archangel´s Light
―Habría tenido que decapitar o quitarles el corazón a
los vampiros.

Aodhan lo consideró. ―Se puede hacer. Los vampiros


duermen, especialmente los del tipo menos poderosos,
que habrían hecho su hogar en una pequeña ciudad
como esta.

―Fei debe haber tenido suerte, haber visto algo, y ha


huido. ―La voz de Illium era sombría. ―No es de
extrañar que sea casi muda: imagina ver a tu vecino
desollando a personas que conocías, tal vez amabas.

―Podría ser que ella trató de encontrar ayuda, solo


para darse cuenta de que ella era la única
sobreviviente.

―Tal vez, ―postuló Illium, ―O ella no estaba en la


aldea cuando esto tomó lugar. Habló de querer volver
a casa. ¿Y si ella estaba buscando comida, buscando
setas o en busca de trampas para conejos en el bosque,
y llegó tarde?

―Y todo el mundo estaba muerto para entonces.

Bookeater
Archangel´s Light
Ambos se pusieron de pie, pensaron en eso.

Por horrible que fuera imaginarlo, un solo loco


mortal podría haber hecho esto. También tenía sentido
que, en su casa, hubiera limpiado solo lo suficiente
para que la carnicería no fuera obvia para un visitante.

Tanto mejor para atraer a la gente al interior.

Lo que hizo que Aodhan pensara en otra


posibilidad. ―Podría haber invitado a las personas,
una por una. Si lo hace con suficiente tiempo, los
residentes asumirían que están buscando comida,
trabajando dentro de sus hogares, o durmiendo.

― ¿Te imaginas el terror de los que quedaron al


final? Ellos tendrían que saber que algo andaba mal,
pero no el qué.

―Repasemos los otros lugares de nuevo ahora que


sabemos que se centró en ocultar la evidencia de lo que
estaba haciendo, ―le dijo a Illium. ―Pienso que se
descuidó aquí porque era su casa, un lugar donde tenía
pleno control.

Bookeater
Archangel´s Light
Esta vez, encontraron más evidencia de una matanza
sigilosa. Un cojín colocado sobre una pequeña mancha
en un sofá, una alfombra de cocina tirada con
evidencia de sangre, una puerta empujada hacia la
pared para ocultar el hecho de que la parte posterior
estaba finamente salpicada de sangre. Podrías
descartarlo fácilmente como nada más que suciedad a
primera vista.

Aun así, no era mucho, dada la escala de la matanza.

Los dos terminaron en el centro de la calle después de


completar su segunda inspección.

―Se necesitó tiempo y esfuerzo para limpiar, desollar


y matar a la gente. ― Aodhan no podía creer que
estuviera diciendo esas palabras, pero no podían
esconderse de la fealdad de lo que había sucedido
aquí. ―Mucho trabajo para un solo mortal.

―No sabemos el período de tiempo en el que tuvo


lugar, ―señaló Illium. ―También podría haber
mantenido cautiva a Fei, o ella podría haber estado
vagando perdida y desorientada en el bosque. Estaba
muy delgada.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan volvió a mirar a su alrededor. ― ¿Tu lo crees?

El oro de los ojos de Illium brillaba incluso con la tenue


luz del día, ahora que el sol había sido totalmente
eclipsado por las nubes. ―Ahora todo tiene sentido,
pero hay una picazón en la parte de atrás de mi cuello,
una sensación de que todo es demasiado perfecto.

―Sí. ―Aodhan examinó la línea de árboles más allá de


las casas a su izquierda. ―Quienquiera que haya sido,
tenemos que localizarlo.

Illium se inclinó para recoger a Smoke, la acarició


mientras seguía la mirada de Aodhan. ―Tendrá
ventaja si se esconde en los árboles. Nos vendría bien
un apoyo en tierra, Jae sería perfecta.

Aodhan sabía que Illium tenía razón sobre sus alas


haciendo la búsqueda más difícil, pero...

―Suyin la enviará de regreso si se lo pedimos, ―le dijo


a su amigo. ―Pero tendríamos que salir y escoltarla
aquí. ―Extendió la mano para rascar la parte superior
de la cabeza de Smoke, la gatita lo había seguido antes,
ahora ronroneó. ―No quiero que nadie haga ese viaje
solo, ni siquiera en un vehículo.

Bookeater
Archangel´s Light
La expresión de Illium se volvió súbitamente plana.
―Aodhan, ¿cuáles son las posibilidades de que la
persona o personas detrás de esto estén siguiendo la
caravana de reasentamiento? ¿Y si esa es la razón del
miedo continuo de Fei?

El mundo se quedó en silencio, la mente de Aodhan un


lugar de paz helada. ―No hay forma de que él, o ellos,
puedan pasar por la retaguardia, ―dijo al fin, luego
miró hacia las pieles de nuevo. ―Eso es un
acaparamiento. Nadie que se tomara tantas molestias
simplemente lo abandonaría.

Después de poner a Smoke en el suelo para que


pudiera explorar, Illium miró fijamente en la misma
dirección.

―Sí, tengo que estar de acuerdo contigo en eso.

―Le advertiré a Suyin de todos modos. ―Aodhan


procedió a hacer precisamente eso. Después, se volvió
hacia Illium. ―Para estar absolutamente seguro, uno
de nosotros necesita volar hacia la caravana, ver si
podemos detectar algún signo de persecución,
mientras que el otro se queda de guardia aquí.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium miró hacia el cielo ahora lamido por una
oscuridad más pesada que la de las nubes, se acercaba
la noche.

―No me gusta la idea de separarnos. ¿Y si estamos


totalmente equivocados y este es un ángel? Cualquiera
de nosotros podría ser emboscado.

―No hay plumas, no hay señales de daño causado por


alas angelicales chocando contra cosas, ―dijo Aodhan,
pero no le gustaba la idea de que Illium volara solo,
porque ambos sabían que lo lógico era que fuera el más
ágil y rápido de los voladores.

―Por otro lado, ―dijo, ―Suyin está con la caravana y


podrá asumir cualquier amenaza. ―Ningún ángel,
independiente de su fuerza o edad, podría enfrentarse
al poder de un arcángel. ―Los vulnerables están bien
protegidos en el centro de la caravana, y el hecho de
que este asaltante evitara la fortaleza me dice que no
tiene la confianza suficiente para enfrentarse a
personas más poderosas.

Con las manos en las caderas, Illium miró hacia donde


Smoke se abalanzaba sobre una presa invisible. ―

Bookeater
Archangel´s Light
¿Barrido aéreo? Entonces decidimos nuestro próximo
paso.

Después de que Aodhan asintió con la cabeza, Illium


dijo: ―Iré a la derecha. ―Se acercó a zancadas, levantó
a la gatita y la puso dentro de su camiseta, después de
meter el dobladillo en sus jeans.

―Ella te arañará y sacará sangre.

Illium acarició a la pequeña criatura que había


asomado su cabeza por el escote, un pequeño
crecimiento peludo con bigotes temblorosos. ―Nah. Le
gusto. ―Otra caricia. ―Mantente en contacto.

―No corras riesgos.

Illium hizo un pequeño saludo y despegaron en una


ráfaga de aire, sus alas poderosas en vuelo. Ninguno
de los dos se mezcló con el gris oscuro del cielo, pero
ese era un riesgo que tendrían que tomar. La sección de
Aodhan incluía la fortaleza, y se cuidó de revisar cada
rincón de ella. Si el asesino o asesinos habían estado
observando el desarrollo de los acontecimientos, ahora
podían creer que la fortaleza estaba vacía, para
acampar.

Bookeater
Archangel´s Light
No vio señales de un intento de incursión. Sin
fragmentos de vidrio brillando en la luz moribunda del
día, no había daños en las áreas con persianas. A pesar
de todo, aterrizó y habló con Li Wei.

―Quédate adentro hasta que regresemos, ―le dijo.

―Si un vampiro o mortal llega a la puerta pidiendo


refugio, no los dejes entrar. Tira la comida o la ropa de
cama de un piso más alto si lo consideras seguro. Si no,
o si se trata de un ángel, escóndete en el lugar más
seguro de la fortaleza —bajo tierra. ―Nadie que no
supiera del nexo lo encontraría.

Li Wei asintió, su piel color crema tenía la suave


belleza de un viejo vampiro y sus ojos afilados.

―Nuestro trabajo está adentro independientemente.


Me aseguraré de que mi personal lo entienda.

Aodhan vio a Kai en el fondo cuando se fue, se sintió


irritado por la forma en que ella le sonrió. ¿Qué le
pasaba? Sus problemas y los de Illium no tenían nada
que ver con la mujer mortal que llevaba el rostro de

Bookeater
Archangel´s Light
Kaia.... pero aún deseaba que ella no estuviera aquí, en
este tiempo y lugar.

Su mera existencia amenazaba con descarrilar


cualquier curación que Illium hubiera hecho, con
arrojarlo de vuelta a un momento agonizante que casi
había roto al brillante mejor amigo de alas Azules de
Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light

El amor tiene una forma de aplastar a un


hombre hasta que no queda nada.
― Dmitri, segundo del Arcángel Rafael

Bookeater
Archangel´s Light
32

Pasado

Aodhan fue a buscar a Illium tan pronto como


descubrió lo que había sucedido. A pesar de que
conocía todos los lugares a los que iba su mejor amigo
cuando quería estar solo, todavía le tomó horas
localizarlo.

Evitando todos sus lugares favoritos, Illium había ido a


un afloramiento frío y escarpado en el extremo más
alejado del Refugio, un lugar dominado por lanzas de
hielo sobre una alfombra de rocas destrozadas. Nada
prosperaba aquí, ni siquiera las diminutas suculentas
resistentes a las heladas que crecían en otros lugares
helados. Era a menudo llamado El Frío, porque no
importa la temporada, era un lugar sin calidez, toda
dureza y fragmentos irregulares.

Illium lo odiaba.

Bookeater
Archangel´s Light
Ahora estaba sentado encorvado sobre una de las
rocas, el impresionante azul de sus alas como violentos
destellos de color contra todo ese sombrío gris y
hielo. El vestía sólo sus botas descoloridas y un viejo
par de pantalones que usaba para entrenar, con la parte
superior del cuerpo desnudo.

Aterrizando, Aodhan se sentó junto a él e


inmediatamente envolvió un ala alrededor de su mitad
superior expuesta. Los ángeles no sentían el frío como
los mortales, pero Illium estaba apenas por encima de
su mayoría de edad. Puede que el frío no lo matase,
pero podría causar un daño terrible.

―Tu piel es como el hielo. ―Aodhan curvó su ala con


más fuerza incluso mientras curvaba su otra ala frente
a ellos, para conservar mejor el calor en el espacio
intermedio, donde Illium se sentaba frío y
silencioso. ―Tenemos que sacarte de esta montaña.

Illium no dijo nada y no se movió. Y aunque Aodhan


era fuerte, no era lo suficientemente fuerte para llevar a
un Illium reacio a las zonas más cálidas. En cambio,
trató de usar su poder naciente para calentar a su
amigo. Ese poder era menos que nada en términos

Bookeater
Archangel´s Light
inmortales, pero tan joven como era, Aodhan no se
estaba quejando.

El único ángel similar a su edad que conocía que tenía


incluso un indicio de poder se sentaba mudo a su
lado. Y mera gota o no, fue suficiente para agregar un
susurro de calor en el aire, suficiente para darle un
poco de color a la piel de Illium. Pero aun así no se
movió ni mostró ningún otro signo de vida.

―Sé que estás orgulloso de tu coloración, ―dijo


Aodhan, mientras su corazón se estrujaba, ―pero
intentar volverte azul es ir demasiado lejos.

Illium no reaccionó al intento de Aodhan de aligerar el


momento, de los dos, era Illium quien siempre trataba
de hacer que la gente sonriera. Aodhan no hacía
bromas a excepción de los raros fragmentos de
sarcasmo agravado en voz baja que provocaban la risa
ahogada de Illium.

―Avísame la próxima vez, ¿por qué no lo


haces? ―había dicho la última vez, después de que casi
lo perdió en público.

Bookeater
Archangel´s Light
―Lo siento, ―había murmurado Aodhan. ―No puedo
predecir cuándo alguien será lo suficientemente idiota
como para hacer estallar esa parte de mí. ―Porque
hacía falta mucho.

Illium sonrió y le echó un brazo por los hombros. ―Si


tus legiones de admiradores supieran las cosas que
piensas en esa hermosa y brillante cabeza.

Hoy, no hubo risas, ni suaves bromas, ningún sonido


en absoluto del amigo que por lo general hablaba cien
palabras por cada una de las de Aodhan.

Aodhan nunca había visto Illium tan roto, y eso le


rompía a él. Le dolía el corazón. Haría cualquier cosa
para arreglar esto, hacer sonreír a Illium de nuevo,
pero no podía traer de vuelta el amor de Illium y Kaia.

―Ella está bien, ―dijo, esperando que no fuera lo peor


que podía decir. ―He sobrevolado sobre el pueblo
para ver cómo estaba.

Aodhan la había visto en el acto de llevar la ropa a las


aguas frías y claras de un arroyo cercano, risa en su
cara bonita y vivaz mientras hablaba con otra joven.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium se movió por fin, los ojos oscuros por la angustia
mirando a Aodhan. ― ¿Ella lo está?

Los pulmones de Aodhan se expandieron con una


ráfaga de aire. ―Sabes que ella no siente dolor. ―Ese
fue el aguijón en la cola del castigo de Illium: su
amante no sentiría ningún tormento, no sufriría
ninguna pérdida. Porque de su mente se habían
borrado todos los recuerdos de Illium, al igual que de
las mentes de todos los demás en la aldea.

Para ellos, ni siquiera era un fantasma; simplemente


nunca existió.

La voz de Illium tembló cuando dijo: ―Me


alegro. ―Amor con el corazón roto en sus
palabras. ―Fue mi culpa. Le dije algo que no debería
haberle dicho.

Los secretos de los ángeles no eran para oídos


mortales. Una verdad, una ley, inculcada en ellos desde
la infancia. Contarle a un mortal tales secretos era un
crimen que podría llevar a la ejecución de todos los
involucrados, pero la vida de Kaia nunca habia estado
en peligro. ― ¿Conoces a Rafael?

Bookeater
Archangel´s Light
―Sí. ―Temblando, Illium se inclinó hacia adelante con
los codos en los muslos. ―Él nunca amenazó su
vida. Ni una sola vez. 'Todo lo que tomaré de ella son
sus recuerdos de ti', eso es lo que dijo. ―El cuerpo de
Illium se encorvó sobre sí mismo. ―La expresión de su
rostro, Aodhan. Lo lastimé haciéndolo hacer eso,
haciendo que me castigara.

Aodhan acarició con la mano la espalda y las alas de


Illium. Era una buena señal que su amigo ya estuviera
pensando en la reacción de Rafael a su transgresión en
lugar del hecho de que había perdido a la amante con
la que había estado obsesionado. Illium había cortejado
a Kaia con regalos y actos románticos, corriendo hacia
ella todos los días que podía, soñaba con ella mientras
dormía.

Aodhan nunca había dicho nada en contra de ella, pero


no le había gustado cómo ella hizo que Illium actuara,
como ella lo empujaba y lo empujaba y lo empujaba
por más y más. Nunca se había sentido satisfecha con
el regalo de él. Illium, que era tan querido por tantos,
no había sido lo suficientemente bueno para ella sin
todos los regalos y los gestos románticos, y la devoción
del público.

Bookeater
Archangel´s Light
Había tratado al amigo de Aodhan como un trofeo, el
ángel que era esclavo de ella.

La reticencia de Aodhan había sido por más de una


razón. La primera fue que, aunque había tenido
pequeños romances, él mismo aún no se había
enamorado. Como tal, era consciente de que no tenía
experiencia real para dar sus opiniones. El también
había recibido consejos de una fuente inesperada:
Dmitri.

El segundo de Rafael era mucho mayor que Illium y


que Aodhan, la mayoría de las ocasiones, los trataba
como cachorros torpes y revoltosos. Pero, en esa
ocasion, Dmitri había visto algo en Aodhan y lo llevó a
un lado. ―Él no te escuchara ahora mismo, ―había
murmurado el vampiro.

―Ese primer amor es una pequeña locura. ― Ecos


obsesivos en su voz. ―Para algunos, conduce a un
vínculo indestructible. Para otros, se enciende rápido y
se desvanece con la misma rapidez. Esto muestra todas
las señas de identidad de este último. Deja que él
mismo haga ese descubrimiento en lugar de convertirte
en un enemigo de su amor. Acompáñalo cuando su
corazón se rompa.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan había seguido el consejo de Dmitri, apretando
los dientes y permaneciendo callado cada vez que
Illium miraba o hablaba de Kaia. Lo que nunca había
esperado era que tendría que estar allí para Illium
porque había violado una ley tan fundamental que no
le dio a Rafael más remedio que castigarlo con la
mayor dureza.

― ¿Tú también estás castigado? ―Que no se le


permitiera volar, que se perdiera el entrenamiento de
su escuadrón, golpearía a Illium donde más le dolía.

Un agudo ladrido de risa. ―Me está quitando las


plumas. Es lo que me merezco.

Aodhan tragó saliva. La toma de las plumas de un


ángel por un arcángel estaba solo un paso por debajo
de la extirpación total de las alas sanas. El impacto del
proceso dejaría a Illium con alas translúcidas que, a
diferencia de las de un bebé, podían extenderse y
estirarse, y eso era inquietantemente hermoso cuando
se abrían a la luz, un espejismo brillante de vuelo.

Solo un miembro de la Cátedra era capaz de repartir el


castigo... que, a pesar del impacto visual y las

Bookeater
Archangel´s Light
dolorosas quemaduras superficiales, no causara daños
graves a la estructura del ala subyacente. Así que esa
era otra misericordia que Rafael estaba haciendo con
Illium. Pero un ángel no fue diseñado para volar sin
plumas; perder tus plumas era perder tus alas.

Aodhan no sabía cuánto tardarían las extraordinarias


plumas de Illium en volver, cuánto tiempo su amigo
estaría atado a la tierra. Sin embargo y a pesar de su
pregunta, parte de él sabía que esto iba a suceder; él
solo esperaba clemencia. Pero Rafael ya había
mostrado la mayor indulgencia al permitir que la
amante de Illium viviera.

No muchos miembros de la Cátedra habrían actuado


de esa manera.

Aodhan estaba feliz por esa misericordia por el bien de


Illium, pero estaba preocupado por las repercusiones.
Conocía a Illium. Tan pronto como sanara, sería
incapaz de regresar a la aldea y vigilar a su amante
desde la distancia.

Así era Illium acerca de sus amores: se aferraba a ellos


con dientes y garras. Lo hizo capaz de una

Bookeater
Archangel´s Light
profundidad de lealtad rara y preciosa, pero también lo
dejó expuesto a la devastación.

Hoy, esa devastación fue una lluvia gris que lavó todo
el color del mejor amigo de Aodhan. Con el corazón
adolorido por él, Aodhan se sentó en el frío y lo
sostuvo, dejándolo hablar. Luego voló junto a Illium
mientras regresaba a Rafael por la parte final de su
castigo. Aodhan fue el único testigo, porque Rafael
nunca haría del castigo de Illium un espectáculo
público.

Mientras viviera, Aodhan nunca olvidaría el destello


abrasador del poder arcangélico, la agonía sin voz en el
rostro de Illium, el brillo de las alas de la libélula se
volvió traslúcido antes de que se enrojecieran por la
quemadura...
o la alfombra azul salvaje que quedó como
consecuencia. Tampoco se olvidaría lo fuerte que
Rafael abrazó a Illium una vez que lo hizo, los ojos del
arcángel brillando de rabia y dolor.

Bookeater
Archangel´s Light
33

Presente

Después de dejar a Li Wei y a su equipo a salvo dentro


de la fortaleza, Aodhan voló una cuadrícula sobre el
espeso bosque entre él y la aldea, sus ojos fijos en el
paisaje de abajo, aunque nunca perdió de vista su
entorno aéreo. Lijuan todavía tenía muchos
admiradores angélicos en esta tierra.

El viento era fresco sobre sus alas, el cielo se oscurecía


con cada momento que pasaba, pero cuando miró en la
dirección en la que se había ido Illium, todavía era
capaz de señalar el punto azul que trazaba una
cuadrícula en el cielo. Illium era un bailarín en el aire
incluso en una tarea tan repetitiva y rutinaria; era un
placer verlo volar.

Cuando era niño, siempre había intentado enseñarle a


Aodhan los trucos que podía hacer en el aire. Aodhan,
a su vez, había tratado de enseñarle cómo trazar las
líneas y formas que le salían naturalmente a su

Bookeater
Archangel´s Light
mano. Illium había producido manchas de entusiasmo
en el lienzo, y Aodhan había enredado sus alas más de
una vez mientras intentaba fantásticos trucos de vuelo.

Se habían reído histéricamente de los fracasos del otro,


pero había sido una risa sin malicia, el tipo de risa
compartida entre amigos rápidos. Muy pronto, habían
entendido que sus habilidades eran divergentes y que
no se podían compartir, por lo que decidieron apoyar
los esfuerzos de los demás.

Aodhan se había presentado a todos los concursos y


carreras de vuelo de Illium, e Illium había asistido a
todas las exhibiciones del arte de Aodhan, donde una
vez había hablado de un cuadro con tanto entusiasmo
que había acabado comprado por un ángel tan antiguo
que una vez había compartido una botella de vino de
miel con el propio Gadriel.

En la distancia, el punto azul se detuvo, flotó.

¿Que ves? Preguntó Aodhan.

Algo que necesitamos explorar, pero no creo que debamos


hacerlo en la oscuridad.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan frunció el ceño. ¿Las Linternas de los teléfonos?

Realmente estabas prestando atención cuando te di


conferencias telefónicas. Sí, eso debería funcionar por un
tiempo.

Terminaré el barrido de este lado y luego me uniré a ti. No


tenía sentido dejar las cosas a medio hacer cuando eso
podría significar que su ratón huía a través de un
agujero.

Pero no encontró nada, y veinte minutos después,


estaba flotando junto a Illium, la noche en el
horizonte. Había suficiente luz para revelar la cara de
un pilar corto y rechoncho que parecía un poco "fuera
de lugar". Le tomó un minuto averiguar por qué. ―No
hay musgo u otra vegetación que crezca en un patrón
que se parezca al contorno de una puerta.

―Es bueno saber que no estoy viendo cosas,


―murmuró Illium. ―Creo que nuestras esperanzas de
un psicópata humano eran prematuras y están a punto
de ser frustradas. ―Él sacó su espada de la vaina de su
espalda, el sonido se deslizó silenciosamente.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan dejó sus espadas dobles en la espalda, y
aterrizaron juntos en silencio mientras la noche caía en
una cortina completamente negra. Aunque había
mencionado el teléfono, en su lugar, envolvió su mano
en luz. Esa parte de su habilidad siempre había sido
más brillante que la de Illium por una simple razón:
cualquier luz cerca de Aodhan se multiplicaba muchas
veces por su piel, su cabello, incluso sus ojos.

Era por eso que tan a menudo usaba mangas largas


incluso cuando estaba cerca de personas que nunca
cometían el error de olvidar su aversión al tacto. La
cobertura lo hizo un poco menos como un rayo de
fuego blanco en el cielo. Pero hoy, se había subido las
mangas al aterrizar, por lo que la luz rebotó en la piel
de sus brazos para arrojar un brillo a su alrededor.

―Mucho mejor que la linterna de un teléfono. ―Illium


sonrió antes de agacharse; la gatita, que se había
subido a sentarse en su hombro, se quedó callada.
―Signos de movimiento reciente.

La tierra fue levantada, las pequeñas plantas


aplastadas.

Bookeater
Archangel´s Light
―Podría ser un animal, ―agregó Illium mientras se
ponía de pie, ―pero no lo creo, no con la puerta a las
pesadillas allí mismo.

―Siempre me ha gustado cómo piensas en positivo.

Un bufido de risa que en realidad sonaba real, sonaba


como el Illium de Aodhan.

―Chispitas, hay pensamiento positivo y luego está la


manía suicida. Yo tengo la espada, yo voy primero.

Aodhan puso los ojos en blanco.

―Tengo la luz, idiota.

―Lo que es lo suficientemente amplio como para que


pueda estar de pie. Tampoco puedes concentrarte en
eso y aún concentrarte en el ataque o la defensa.

Aodhan se encogió de hombros.

―Puedo ver por encima de tu cabeza de todos


modos. Solo dispararé pernos de poder ante cualquier
cosa que venga.

Bookeater
Archangel´s Light
Casi podía escuchar los ojos entrecerrados de Illium en
su respuesta.

―Eres exactamente una pulgada y media más alta que


yo. No trates de convencer a nadie de lo contrario.

Extrañamente feliz con sus discusiones, normales, tan


jodidamente normales, Aodhan no discutió más
cuando Illium se paró frente a él y comenzaron a
moverse hacia la puerta que no debería existir. Su
corazón estaba tranquilo, su respiración en calma. Se
había movido al modo de combate completo, sin
espacio para emociones extrañas.

No era así como trabajaban todos los soldados, pero


era así como trabajaba Aodhan.

Habiendo alcanzado el patrón extraño en la roca,


Illium tiró, empujó, y no tuvo éxito alguno en abrirlo.

―Bueno, uf, falsa alerta.

Aodhan apagó la luz parpadeando... y ahí estaba, el


resplandor más tenue que emanaba de la roca... en
forma de puerta redondeada.

Bookeater
Archangel´s Light
―Mierda. ―Illium siguió el duro improperio con
palabras mucho más tranquilas y mucho más
potentes. ―Adi, no puedes entrar allí.

Aodhan se enfureció ante lo que parecía una orden.

―Superé mi miedo a espacios confinados hace mucho


tiempo.

Rafael nunca lo había presionado, nunca había hecho


que superar su fobia fuera una condición de su
posición en los Siete. Era Aodhan quien había estado
desesperado por deshacerse de las cadenas dejadas por
sus captores. Había ido a Keir, y el curandero había
trabajado con él durante un período de una década
para reparar esa pieza rota dentro de él.

―No me gruñas, ―murmuró Illium, su rostro invisible


en la oscuridad de la noche. ―Yo sé que puedes
hacerlo. También sé que lo odias más que a nada en el
mundo.

―No, ―dijo Aodhan. ―No lo odio más que a


nada. Tendría que estar bajo el agua para eso.

Bookeater
Archangel´s Light
Las palabras cayeron entre ellos como balas disparadas
a quemarropa.

Un ligero movimiento, como si Illium se hubiera


tambaleado hacia atrás.

― ¿Azul? ―Aodhan fue a extender la mano, pero un


ruido precedente del bosque hizo que ambos quedaron
inmóviles.

Cuando volvió el ruido, Aodhan lo reconoció como el


susurro de un pequeño depredador nocturno. Dos ojos
brillantes cerca del suelo confirmaron su suposición. La
gatita siseó.

―Ahí, ―le dijo a Illium, ―Tu nuevo amor nos


protegerá.

―Lo juro... ―Mordiendo lo que fuera que había estado


a punto de decir, Illium se movió de nuevo, y Aodhan
volvió a traer su luz.

Les tomó más de diez minutos abrir la puerta, ambos


simplemente presionando y empujando en varios
puntos alrededor de la puerta hasta que el mecanismo
finalmente hizo clic. Aodhan medio esperó un gemido

Bookeater
Archangel´s Light
mientras se apartaba de la puerta mientras Illium
montaba guardia, pero se movía suavemente... y atrapó
una pizca de aceite de cocina.

Movió su luz hacia las bisagras para comprobar.


Brillaban; allí también había manchas en el piso que
podrían provenir del aceite. Deslizó un dedo sobre una
bisagra para confirmar. ―Recién engrasado.

―Esas bisagras lo necesitarían, son antiguas.

Aodhan vio que su amigo tenía razón. Las bisagras no


eran simplemente viejas, eran de una época diferente.

― ¿Qué guardaba Lijuan dentro? ―Porque él no tenía


ninguna duda, ninguna, de que esto era obra de la
Diosa de China, el arcángel que se había creído por
encima de la vida, por encima de la muerte.

Illium dio un paso adelante y se detuvo.

―Aodhan, ¿estás seguro?

Aodhan luchó por contener su respuesta agresiva.

Bookeater
Archangel´s Light
―No me romperé, ―dijo, las palabras
rígidas. ―Puedo cuidar tu espalda.

―Eso no es lo que me preocupa y lo sabes. ―Era una


declaración peligrosamente tranquila.

La gatita siseó de nuevo.

―Ella nos va a delatar, ―murmuró Illium, ―pero no


puedo dejarla afuera. ¿Y si lo que sea esa cosa se la
come? Ella se asustará en la oscuridad también.

Ese era Illium, para siempre un coleccionista de los


perdidos y los débiles, para siempre el ángel que
protegía a los que no podían protegerse a sí mismos.
Aodhan fue su proyecto más duradero.

―Puedo ponerla en un sueño, ―dijo más allá del nudo


que puso ese pensamiento final en su pecho.

― ¿Nuevo poder?

―No, solo una extensión de la entrada de


mariposa. ―No solía mencionar su habilidad para
llamar mariposas, ya que no era exactamente el poder
más práctico, pero resultó que tenía profundidades

Bookeater
Archangel´s Light
ocultas. ―Me di cuenta de que las mariposas están un
poco hipnotizadas a mi alrededor, y antes de irme de
Nueva York, accidentalmente llamé a cinco gatitos,
todos se acostaban lánguidamente y me miraban,
entonces...

Illium tomó a Smoke de su hombro y la sostuvo.


Asustada por la situación, le enseñó los dientes a
Aodhan, pero pronto tuvo párpados pesados, su boca
se abrió en un bostezo antes de acurrucarse en la mano
de Illium. Cuando él la colocó de nuevo en su lugar
seguro contra su pecho, Illium dijo: ― ¿Puedes afectar
a animales más grandes?

―No mucho por lo que sé. Solo mariposas, pajaritos,


gatos y… ―suspiró―, murciélagos.

Vio los hombros de Illium temblar, sus ojos brillaron,


pero no se burló de Aodhan sobre su extraña habilidad
secundaria. En cambio, se centró en el pasaje apenas
iluminado que habían expuesto.

― ¿Estás realmente seguro?

―Ve antes de que te fría el pelo por volver a


preguntar.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Cómo le explicarías mi cabeza calva a mi madre?
―Illium murmuró con un gruñido antes de entrar en el
pasillo.

Aodhan no pudo ver ninguna luz, pero el túnel no


estaba oscuro. ¿Bioluminiscencia?

Podría ser. Sobrevivimos a esto, los científicos pueden


realizar pruebas. O ya sabes, Lijuan descubrió cómo bloquear
su energía en cosas externas. Tal vez ella hizo un Uram y
dejó un pedazo de sí misma.

Aodhan ni siquiera iba a considerar esa idea. Toda su


energía persistente murió con ella. La mayor prueba de
ello fue la "muerte" masiva de sus soldados autómatas
de ojos negros. Habían caído del cielo, pudriéndose de
adentro hacia afuera.

Ni siquiera confío en mis propios ojos cuando se trata de


Lijuan, murmuró Illium. Pero sí, probablemente sea
bioluminiscencia. Puedo ver lo que parece musgo en las
paredes, el brillo parece salir de eso.

Una parte de Aodhan estaba fascinada por este ser


vivo que prosperaba sin luz del sol, un acto imposible

Bookeater
Archangel´s Light
para Aodhan, pero el resto de él estaba
hiperconcentrado en vigilar la espalda de Illium. A
pesar de sus burlas anteriores, su diferencia de altura
era mínima y no podía ver por encima de la cabeza de
Illium, por lo que tuvo que mirar y escuchar con toda
su energía sensorial para asegurarse de que no se
perdía una amenaza.

Pero no había nada que perderse, no por mucho


tiempo mientras avanzaban constantemente cuesta
abajo. Tuvo que luchar en cada paso del camino para
no volver atrás y correr gritando en la noche. Eso era lo
que había hecho su trabajo con Keir... le enseñó a sentir
el miedo y seguir adelante de todos modos.

―Tu herida es grande, ―había dicho el sanador, sus


ojos demasiado viejos para su edad, y su rostro una
delicada belleza de huesos finos y labios
suaves. ―Pero nuestras vidas son medidas en
milenios. Este paso es solo el primero en su viaje.

Ese paso fue suficiente por ahora. Le permitió hacer


todas sus tareas como miembro de los Siete, y le había
impedido vacilar en su posición de segundo interino
de Suyin. Sus músculos podrían estar bloqueados por
una tensión dolorosa, su cabeza latiendo por su

Bookeater
Archangel´s Light
conciencia de estar en un lugar que podría convertirse
en una tumba, pero podría funcionar.

¿Aodhan? Una sola palabra que contenía una pregunta


completa, como si Illium pudiera sentir su creciente
pánico interior a pesar de que la respiración de
Aodhan no se había alterado, su paso firme.

Me mantengo, dijo, porque Illium era su socio en este


paseo por lo desconocido, y necesitaba estar al tanto
del estado de Aodhan. Pero luego dijo otras palabras,
aventurándose en un pasado largamente envuelto en
cortinas del que no separaba para cualquiera. Ayuda
que nos estemos moviendo. Entonces no pude moverme.

Entonces.

Una sola palabra para resumir los meses de horror que


lo habían cambiado de una manera que nunca podría
revertirse. El Aodhan que soy hoy, se encontró
diciendo, no es el Aodhan que habría sido sin lo que
sucedió.

Illium inhaló bruscamente. Sigues siendo tú, insistió.


Sigues siendo el Aodhan que hace arte que aturde a la gente
hasta que se calla, sigue siendo el Aodhan que es gentil con

Bookeater
Archangel´s Light
los vulnerables, sigues siendo el Aodhan leal a aquellos a
quienes llamas amigos y familiares.

Aodhan negó con la cabeza bajo el peso de la montaña


que lo presionaba. Solía estar hecho de luz, Azul.
Ahora... ahora hay parches de obsidiana indeleble en el
interior. Tan extraños, que había criticado su ardiente
presencia cuando era joven, una presencia que
significaba que nunca podría caminar en las sombras, y
ahora las sombras vivían y respiraban dentro de él.

Bookeater
Archangel´s Light
34

Illium lucho por evitar detenerse y volverse hacia


Aodhan. Él nunca había presionado a Aodhan para
que hablara de los veintitrés meses en los que lo habían
perdido, o de lo que había seguido después. Si se
hubiera imaginado que Aodhan lo sacaría un día por
su propia voluntad, habría adivinado que sería en la
luz más brillante, en un espacio abierto de par en par.

No en la casi oscuridad de un túnel húmedo y


resonante.

Sin embargo, esta era la ubicación que Aodhan había


elegido, e Illium no estaba dispuesto a empujar contra
la apertura de una puerta que su amigo había cerrado
con cerrojo cientos de años. Aodhan, dijo. Confía en mí
cuando digo que no perdiste nada de ti mismo. Todavía
estás…

No estás escuchando. Palabras duras y airadas. Nunca has


escuchado, nunca has aceptado que no soy quién era antes de
que me secuestraran. No puedo ser tu Aodhan. ¡Ese Aodhan

Bookeater
Archangel´s Light
murió hace más de doscientos años y no puedes fingir que no
lo hizo!

El corazón de Illium se estremeció ante los golpes que


le estaba dando Aodhan, su primer instinto fue
enojarse de que su amigo hablara de sí mismo de esa
manera. Pero luego el recordó lo que su madre le había
dicho una de las veces que había hablado con él sobre
la desintegración de su relación con Aodhan.

―Es como si hubiera levantado una pared que no


puedo cruzar, ―dijo, enojado, confundido y herido.
Muy gravemente herido.

― ¿Lo ha hecho, mi corazón? ―Ojos tiernos. ― ¿O


simplemente estás viendo una parte de él recién
despertada?

En ese momento, emocionado y herido, Illium


realmente no había prestado atención al significado
detrás de sus palabras. Pero ahora, bajo el látigo
silencioso de la ira de Aodhan, se obligó a considerar
todos los aspectos. ¿Era posible que el comportamiento
actual de Aodhan fuera solo una señal de
crecimiento... y que su amigo se había alejado de él?

Bookeater
Archangel´s Light
Todo en él se rebeló contra esa conclusión. Porque,
aunque los dos habían estado peleando durante más de
un año, a pesar de que había creído que Aodhan quería
distanciarse de él, no había sensación de distancia en
ningno de los dos. Emoción desnuda pulsaba contra las
paredes del túnel, furiosa e intensa, sin ni siquiera una
pizca de jodida lejanía.

No me estás escuchando, respondió él. Yo sé que lo que


paso te cambió. ¡Lo sé! Lo había presenciado de primera
mano. Pero esos monstruos no lograron borrarte. No
mataron a Aodhan.

Si lo hubieran hecho, agregó antes de que Aodhan


pudiera interrumpirlo, no serías capaz de hacer arte
caprichoso como esas hadas que todos robaron del árbol en
High Line, y no hubieras jugado béisbol conmigo en el cielo,
¡y no hubieras permitido que mi madre te abrazara cuando
rechazaste a todos los demás! Todo eso significa algo.

Una larga pausa mientras avanzaban penosamente


hacia la oscuridad.

A veces, dijo Aodhan al fin, siento que estoy fingiendo ser


la persona que quieres que sea.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium se estremeció. Odiaba que estuvieran haciendo
esto en la oscuridad, donde él no podía ver el rostro de
Aodhan, donde no podía mirarlo a los ojos. Pero estaba
sucediendo y tenía que lidiar con eso, solo que el
estrecho pasadizo se ensanchó de repente, la luz en las
paredes más brillante. Aodhan.

Yo lo veo. Ahora no había ira ni viejo dolor en su voz,


sólo el agudo estado de alerta de un guerrero.

Illium siguió avanzando, recordando cómo Elena había


descrito encontrar el lugar de cautiverio de sus
abuelos. No se permitió pensar en otro lugar frío y
oscuro que se había convertido en una celda. Ese
recuerdo era demasiado vívido, demasiado doloroso,
algo que lo atormentaba.

Pero, ¿por qué los inmortales hacían esto? ¿Hacer


prisiones escondidas bajo tierra donde hacían cosas
terribles y malvadas? O tal vez la tendencia de pasar a
la clandestinidad no era tan inesperada en una raza
conocida por dormir durante eones en lugares secretos
alrededor del mundo, la atracción hacia la oscuridad
era un impulso primordial.

Bookeater
Archangel´s Light
En algunos, sin embargo, ese impulso se había torcido
gravemente.

Miró de derecha a izquierda mientras salían a una gran


caverna iluminada por la misma bioluminiscencia
verde enfermiza. Su atención estaba en la búsqueda de
amenazas, por lo que no fue hasta después de que
cruzó la caverna para tomar una posición junto al
pasadizo que parecía conducir más adentro que el
horror de lo que estaba viendo realmente se hundió en
él.

Aodhan se había quedado en el extremo opuesto, y


ahora, los dos se miraron el uno al otro sobre los restos
astillados de una mesa y cuatro sillas. Los naipes
yacían esparcidos por el suelo, sus fondos blancos eran
instantáneas de luz en este lugar subterráneo.

A primera vista, eso era todo lo que había que ver: los
restos de una mesa pequeña y cuatro sillas.

Sin cuerpos. Sin sangre. Sin ningún otro signo de


violencia.

Pero, cuando Aodhan se alejó del túnel a través del


cual habían entrado, y comenzó a moverse por la

Bookeater
Archangel´s Light
habitación, vio otras cosas. Un cuenco de acero que
yacía boca abajo en un rincón no lejos de una taza de
metal muy abollada.

Un instante después, su luz se reflejó en otra pieza de


metal: los restos de un plato que había sido torcido y
desgarrado de una esquina a la otra. Se agachó sobre
el, inclinando la mano para que el metal estuviera
bañado en luz.

Este es un material resistente, le dijo a Illium después de


examinarlo. Hubiera tomado mucha fuerza retorcerlo hasta
este estado. Solo un humano raro podría haberlo hecho. Lo
más probable es que requiriera poder vampírico o angelical.

Levantándose, continuó moviéndose por la habitación


y pronto descubrió un panecillo con incrustaciones de
moho verde. Lo tocó. Duro como una piedra.

Al final, encontró suficientes tazas, tazones y platos


para alinearse con las cuatro sillas rotas que yacían de
espaldas en el suelo sucio de la caverna. También entre
sus descubrimientos estaba lo que parecía ser los restos
de más de un juego de palillos de cerámica.

Bookeater
Archangel´s Light
Sin embargo, el elemento más interesante, era una
lámpara que funcionaba a pilas. ¿Deberíamos
usarla? preguntó después de encenderla. Mi luz no toma
mucha energía, pero también podemos conservarla.

¿Se puede atenuar?

Aodhan volvió a poner en funcionamiento el


dispositivo y la luz pasó de dura a suave.

Illium asintió. No es mucho más brillante que usar tu


poder.

Después de hacer otro barrido por la habitación,


Aodhan se unió a Illium. Lijuan mantuvo cautiva a Suyin
durante miles de años, pero lo hizo en una de sus
fortalezas. ¿Por qué mantendría a alguien en un lugar como
este? A no ser que el habitante estuviera destinado a ser
mantenido en las celdas debajo de la fortaleza, pero no
funcionó por alguna razón.

No había duda en la voz de Aodhan de que este era un


lugar de cautiverio, esta caverna exterior una especie
de caseta de vigilancia. Illium no discutió con la
suposición. Había visto lo que Aodhan no había visto,
sabía que el otro hombre tenía razón. Lijuan estaba

Bookeater
Archangel´s Light
bastante enojada en sus últimos años, señaló. ¿Quién sabe
porque hacia cualquier cosa?

Luego se movió para que Aodhan pudiera ver las


cadenas rotas que yacían a sus pies. Cada eslabón de
cada cadena era de un metal tan pesado que el
conjunto habría superado el peso de cualquiera de
ellos.

Una puerta, dijo, señalando los lugares donde las anclas


de las cadenas se habían incrustado en la piedra a
ambos lados de la entrada del pasillo. Tú y yo podríamos
romper eso, pero no hay muchos ángeles tan fuertes como
nosotros, y menos aún vampiros.

No hay sangre, señaló Aodhan. No hay restos óseos ni de


otro tipo.

Illium había estado pensando en eso. ¿Podría ser que los


guardias abandonaron su puesto después de la derrota de
Lijuan? Ya sea por miedo o por interés propio. Nadie los
miraría con amabilidad por participar en el cautiverio de otro
inmortal.

Si otros en la Cátedrahabían sido culpables de


atropellos similares no era el punto: era un hecho

Bookeater
Archangel´s Light
innegable que los inmortales podían ser crueles. Lijuan,
sin embargo, lo había llevado demasiado lejos, y ahora
todo lo que había tocado estaba manchado con el olor
de la muerte y de la locura. Y este último era un miedo
silencioso que acechaba en las mentes de la mayoría de
los inmortales.

Puedo ver eso, murmuró Aodhan. Especialmente si el


cautivo sólo se mantuvo bajo el control de otros más
poderosos, a quienes Lijuan probablemente absorbió en su
ejército. Mala planificación de su parte.

Illium pensó en el muro de volantes que había llegado


a Nueva York. Ella tenía sólo una prioridad en ese
momento. Debió haber pensar que esta barrera aguantaría
hasta su regreso victorioso.

Si pensaba en eso, dijo Aodhan. Creo que para ese entonces


estaba tan obsesionada que no estaba pensando en nada más
allá de su deseo de ser una diosa. Señaló con la cabeza
hacia el pasadizo desconocido.

Illium entró en él sin más preguntas, sin querer alargar


la experiencia. Odiaba que su amigo estuviera siendo
sometido a esto. Al mismo tiempo, estaba furiosamente
orgulloso de la negativa de Aodhan a inclinarse ante el

Bookeater
Archangel´s Light
peso de lo que le habían hecho. Por eso le frustraba
tanto que Aodhan pensara que los eventos del pasado
habían destruido todo lo que él había sido.

¡Nunca has escuchado!

El recuerdo de la respuesta anterior de Aodhan le dolió


tanto que se encontró a él mismo hurgando en la
herida. Si nunca escucho, dijo, es porque tú nunca
hablas. Quería patearse a sí mismo incluso mientras
decía las palabras. Ellos dos habían bailado alrededor
de este tema durante siglos; Illium había mantenido su
silencio porque era el dolor de Aodhan. Aodhan era el
que necesitaba tocar el tema.

Ahora lo había hecho, e Illium le estaba atacando. Lo


siento, dijo inmediatamente después de sus palabras.
Estoy siendo un idiota.

Basta ya. Palabras duras y airadas. No soy un animal


herido y quejumbroso que se asusta cuando le hablan claro.

Illium quiso tirar de su cabello, pero habían llegado a


la celda de la prisión. Una caverna mucho más grande
que la de afuera, estaba configurada como un espacio
habitable completo. Un área con asientos, no sólo

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Archangel´s Light
uno, dos asientos hechos para ángeles, con la columna
vertebral diseñada para que las alas cayeran a ambos
lados de ellas.

Al ver que el espacio no representaba ningún peligro


para Smoke, sacó a la gatita y la puso en la a dormir la
siesta. Esa cama también era lo suficientemente grande
para caber dos ángeles, pero cuando Illium revisó el
armario, encontró ropa de una sola talla, no vestidos,
solo túnicas y pantalones. Basándose en las tallas
medias aproximadas, la ropa podría haber servido para
una mujer adulta, un adolescente o un hombre más
pequeño. Definitivamente una persona más baja y
delgada que Illium.

Miró hacia abajo, frunció el ceño. No hay zapatos.

Más difícil escapar descalzo, dijo Aodhan, con un frío


gélido en su tono.

Incapaz de soportarlo, Illium se movió para rozar su


ala sobre la de su amigo. Alejándolo del hielo del
pasado con el calor de hoy. Aodhan no dijo nada, pero
tampoco puso distancia entre ellos. Más bien, rozó su
propia ala sobre la de Illium antes de que se separaran

Bookeater
Archangel´s Light
para comprobar otras áreas de este departamento
subterráneo.

El alma de Illium estaba hambrienta de más, pero


también sintió una ola de alivio ante esta indicación
silenciosa de que, sin importar qué, Aodhan todavía
confiaba en él. Con eso como base, bien podían
resolver todo lo demás.

Dejando eso a un lado por ahora, se centró en la


situación.

Los ángeles vuelan, jovencitos. Nunca olviden que el peligro


puede acechar arriba.

Palabras pronunciadas por el primer maestro de armas


que había participado en el entrenamiento de Illium.
Naasir, con su hábito de merodear por las vigas, le
había enseñado esa lección hace mucho tiempo, pero
había sido bueno que se la explicaran. Impulsado por
los recuerdos, miró hacia arriba. Pero no había nada ni
nadie allí. Sin embargo...

Enardeciendo sus alas, se levantó y se elevó. Hay


pequeños agujeros en la roca. La luz del sol probablemente
ilumina este espacio durante el día. Presiona un ojo en un

Bookeater
Archangel´s Light
agujero y podrás mirar hacia afuera, pero no había
esperanza de escapar. Los agujeros no estan lo
suficientemente cerca como para debilitar de alguna
manera la fortaleza de piedra.

¿Suficiente para leer? preguntó Aodhan.

Creo que sí. ¿Por qué?

Ven, echa un vistazo.

Illium aterrizó y se acercó a Aodhan. Una vez más, se


paró lo suficiente cerca como para que su ala tocara la
de Aodhan, y una vez más, Aodhan no se alejó. En
cambio, le entregó un mensaje de texto a Illium, luego
levantó la lámpara para que Illium pudiera leerlo.

―Este es un texto didáctico. ―Frunció el ceño. ―Estoy


seguro de que vi algo como esto en el escritorio de
Jessamy la última vez que estuve en el Refugio. ―El
ángel que había enseñado a Illium y Aodhan cuando
eran niños ahora era el amor de otro miembro de los
Siete, pero para ellos, ella siempre sería la maestra que
había sido exasperada por ellos más de una vez, pero
que también les había enseñado con amor y gracia.

Bookeater
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Ambos la adoraban y, cuando ella y Galen se juntaron
por primera vez, le habían dicho a Galen que lo
rechazarían para siempre si la lastimaba. El maestro de
armas había amenazado con golpearlos hasta hacerlos
sangrar por atreverse a pensar que alguna vez
lastimaría a su Jess.

No obstante, los dos lo habían vigilado, porque,


aunque se había convertido en el maestro de armas de
Rafael y habían respetado su posición, y les había
gustado, todavía era un desconocido. Ahora, unos
cuatro siglos más tarde, habían sabido durante mucho
tiempo que su promesa era de verdad, estaban
vinculados a él por la amistad.

―Creo que es para un adolescente o adolescentes


angelicales, ―dijo Aodhan. ―El nivel de los cálculos,
eso es lo que recuerdo haber aprendido alrededor de
los sesenta, o setenta años.

Eso era lo que los mortales y los vampiros a menudo


no se daban cuenta de la humanidad de los
ángeles. Crecían muy lentamente cuando eran niños,
incluso en su desarrollo mental. Incluso a los cien años,
se les consideraba jóvenes inexpertos.

Bookeater
Archangel´s Light
El último mortal al que Illium le había explicado eso,
una panadera llamada Catalina, jadeó y se llevó una
mano al corazón.

―Dios mío, tu pobre mamá. Cuando mi primer hijo


alcanzó los dieciséis años, ya tenía infinitas canas, y
pensar que ella tuvo que mantenerte fuera de
problemas muchas veces durante esos años.

Illium se había reído. Eran amigos, él y Catalina,


aunque él sabía que algún día lo dejaría, como todos
sus amigos mortales lo dejaron. Como el Lorenzo de
Catalina ya los había dejado a ambos.

―No, ―había dicho ese día, ―Mi madre se habría


horrorizado ante la idea de perderme después de tan
solo dieciocho años. El tiempo se mueve de manera
diferente para nosotros.

Era difícil explicar el paso de los años a un mortal


desde la perspectiva de un inmortal. Pero hoy,
mientras miraba los elementos de estudio, se le
revolvió el estómago. ―Si un niño o niños se
mantuvieran en esta oscuridad... ―El tiempo se habría
movido a la velocidad del lodo, un lento arrastre de la

Bookeater
Archangel´s Light
nada, la única vista del mundo exterior era un
pinchazo que miraba hacia la piedra y el musgo verde.

Aodhan no dijo nada, y cuando Illium lo miró, vio que


su amigo se había quedado inmóvil, el tono pálido de
su piel lo hacía parecer una escultura tallada por un
artista que se había enamorado de su tema.

Hermoso pero frío. Distante. Irreal.

Como se había convertido Aodhan después de sanar


de las heridas físicas de su cautiverio. Como si una vez
que ya no estuviera distraído por las heridas en su
cuerpo, necesitara volverse hacia adentro para escapar
de los horrores que lo perseguían.

Horrores demasiado cercanos a lo que había ocurrido


en esta caverna.

Illium ni siquiera pensó en su próxima acción. Deslizó


su mano en la de Aodhan y apretó con fuerza.

―Quienquiera que fuera, se escapó, ―dijo, porque ese


era el factor crítico, el que atravesaría el hielo remoto
de Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
Los dedos de Aodhan tardaron mucho en curvarse
lentamente alrededor de los suyos, su piel helada de lo
lejos que haba ido, y su respiración tan lenta que casi
era imperceptible. ―Si fue un niño, se volverían locos,
eso es seguro. ―Su voz tenía el espeluznante eco de la
distancia.

―Entonces, ¿quién mejor que nosotros para


encontrarlos? ―Illium apretó la mano de su amigo de
nuevo.

Por fin, Aodhan volvió la cabeza para encontrarse con


los ojos de Illium. Los suyos eran espejos helados que
reflejaban el rostro de Illium. ―¿Crees que este niño
enloquecido y maltratado es responsable de lo que
descubrimos en la aldea?

―No lo sé. ―A Illium se le revolvió el estómago ante


la idea. ―De cualquier manera, nosotros tenemos que
encontrarlo. ―Si se hubieran vuelto monstruos
después de haber estado encerrados en la oscuridad la
totalidad de su vida... ese era un problema para
considerar más tarde.

Bookeater
Archangel´s Light
Todo el cuerpo de Aodhan se estremeció mientras
exhalaba, su mano apretando la de Illium antes de
romper el contacto.

―¿Notaste la pulcritud, la limpieza?

Illium no lo había hecho, pero ahora que Aodhan lo


había señalado, no se podía pasar por alto. Sin polvo
en ninguna superficie, lo que debería haber sido
imposible en una caverna, todos los lomos de la
estantería se alineaban en un grado preciso, los textos y
los pergaminos en el escritorio colocados en ángulos
rectos exactos. La cama también había sido hecha de
modo que no tenía arrugas, los lados del mismo largo.

Le envió un escalofrío por la columna, porque la


masacre había sido tan limpia y ordenada.

―Una forma de control.

―Sí, eso creo. ―Aodhan tomó un pergamino.

Dejándolo para que lo examinara a la luz de la


lámpara, Illium volvió a revisar la puerta de un
segundo armario. Resultó que conducía a una gran
área establecida con instalaciones de baño y

Bookeater
Archangel´s Light
sanitarias. Con tuberías modernas. Entonces la
residencia había sido mejorada en algún momento,
mientras continuaba dejando al ocupante sin luz.

Con la boca apretada, salió, luego regresó al armario de


ropa para una segunda mirada, su objetivo de
encontrar algo que le diera a este niño una forma sólida
en su mente.

Al principio, no vio nada. Solo túnicas suaves y


pantalones que no daban ni idea del género o
personalidad, los colores marrón y negro. Estaba a
punto de moverse cuando el haz de la linterna de su
teléfono recogió destellos de color blanco plateado
sobre los hombros de una túnica negra.

Con el corazón latiendo con fuerza, extendió la mano y


recogió los finos y finos hilos. Solo que no eran hilos en
absoluto.

―Mierda. Mierda.

Bookeater
Archangel´s Light
35

Aodhan estuvo al lado de Illium en una fracción de


segundo.

― ¿Qué?

Illium se limitó q levantar los largos cabellos, cuyo


tono blanco gélido era un símbolo para cualquier
persona en el mundo angelical. Porque el cabello
blanco en los inmortales era un marcador
genético. Una cosa de familia, no de la edad.

―Familia de Lijuan. ―Aodhan tomó los cabellos de


Illium. ―Pero Suyin no sabe de ningún otro miembro
de la familia extendida que haya desaparecido o
muerto en misteriosas circunstancias.

― ¿Qué tan segura está ella de eso?

―Mucho. Rastrear a los miembros de su familia fue


una tarea que asumió mientras ella se curó después de
su rescate. Andrómeda usó sus habilidades de
investigación para ayudarla, mientras Lady Caliane la

Bookeater
Archangel´s Light
puso en contacto con eruditos genealógicos de nuestra
especie; el resultado final es que logró rastrear a todos
y cada uno de los individuos.

―Incluso los que se dice que se durmieron lo hicieron


de una manera que hace imposible que Lijuan los
hubiera desaparecido. No es que ella usara tales
subterfugios. Cuando tomó cautiva a Suyin, ésta
simplemente desapareció sin dejar rastro. Y, ―agregó,
―la suya es una línea antigua. No ha habido nuevos
nacimientos durante más de un milenio. No hay nadie
lo suficientemente joven para esos textos.

Era un buen recordatorio. Viviendo como lo hizo


Illium en la Torre de un joven arcángel, y rodeado
como estaba de inmortales relativamente jóvenes, de
vez en cuando olvidaba que la inmortalidad era un hilo
sin fin.

―Entonces tal vez no sea un pariente. ―Sostuvo su


espada lista a su lado incluso cuando pensaba. ―Los
cabellos podrían pertenecer a la propia Lijuan.

―Eso significaría que ella vino aquí. ―Aodhan se


volvió, examinó el espacio semioscuro. ―Si eliminas la
ausencia de luz solar y la falta de libertad, es un lugar

Bookeater
Archangel´s Light
cómodo. ―Su voz era tensa, e Illium sabía que había
tenido que obligarse a sí mismo a decir las palabras.

Porque ninguna prisión es cómoda.

Pero Illium vio su punto.

La cama era grande y lujosa, la manta y el edredón


estaban doblados al final eran de tejidos finos. El resto
de los muebles estaban igualmente bien hechos,
aunque en un estilo antiguo. No había comida, pero
cuando Illium se acercó a examinar la mesa redonda en
una esquina que sostenía una jarra de metal vacía,
encontró un par de latas de té de alta calidad.

―Este té, ―lo sostuvo en alto. ―Lijuan bebe eso.

―¿Cómo lo sabes? ―La frente de Aodhan se arrugó.

―Ella vino a Nueva York una vez, antes de perder la


maldita cabeza. ―Murmuró Illium. ―Era una
invitada, y Rafael me pidió que buscara algunos de
estos. ―Había olvidado esa información aleatoria hasta
que vio la lata.

Bookeater
Archangel´s Light
―Entonces, ―dijo Aodhan―, el niño en este lugar
podría no tener nada que ver con su línea de sangre.

―Tiene sentido si Suyin no está al tanto de alguien que


haya desaparecido. ―Agachándose, Illium abrió un
pequeño armario. ―Vacío. Sin comida. ―Se levantó.
―Lijuan podría haber arreglado el envío de comidas
frescas desde la fortaleza.

―Hay indicios de que lo cerró hace un tiempo. ―La


voz de Aodhan tenía una oscuridad arrastrándose.
―La aldea, Azul. En el medio de la nada. Podría
haberse iniciado específicamente como una cocina para
este niño, y como el hogar de los guardias. También
explicaría la rabia detrás de la masacre. Para el niño,
cada residente de la aldea era su carcelero.

La fealdad de toda una comunidad que conspira para


ocultar este secreto imperdonable... Illium apretó el
estómago y apretó la mano. Enfurecerse no serviría de
nada, no borraría todo lo que se había hecho. ―Si los
guardias abandonaron su puesto después de la muerte
de Lijuan, el niño habría sido dejado para morir de
hambre.

Bookeater
Archangel´s Light
―Ese panecillo, ―murmuró Aodhan, ―es viejo, ¿pero
seguramente se habría desintegrado o estaría en una
condición mucho peor si hubiese estado allí por un
año?

―Si, tienes razón. ―Illium mordió eso. ―Podría haber


sido la llegada de Suyin a la región lo que los
asustó. ―Tomando otro libro, pasó las páginas para
comprobar el idioma. Inglés. Otro resultó estar en
francés. ―Un pequeño angelical podría sobrevivir a
una hambruna tan breve.

―Los guardias que hicieron esto, ―murmuró Aodhan,


―tendrían que haber sido algunas de sus personas más
leales, deben haberla considerado su diosa. Se habrían
aferrado a la esperanza de su regreso mucho después
de que se hubiera perdido cualquier esperanza.

―¿Todavía para ayudar en la tortura de un


niño? ―Dejando el libro, Illium negó con la cabeza,
moviendo la mandíbula. ―Eso no es servir a tu
diosa; se trata de un abrazo del mal.

―Sí. ―Nada podría justificar este lugar, este


acto. ―Que has encontrado? ―le preguntó a Illium,

Bookeater
Archangel´s Light
pudiendo ver el tic en la mandíbula de Illium, la
blancura alrededor de su boca.

Nada avivó esto, sino una rabia profunda como la de


Aodhan.

―El niño tenía un amplio programa de estudios y, por


las notas escritas a mano, es inteligente.

―Así que hay motivos para esperar que no sean


responsables de la matanza.

―Sí. ―A pesar de su respuesta, la mirada de Illium era


sombría. ―No puedo imaginar lo que esta vida le haría
a la psique de un niño. Tenemos que estar preparados
para lo peor.

Ninguno de los dos volvió a hablar hasta que miraron


cada centímetro del espacio, entonces, recuperando a
Smoke, que ahora estaba lo suficientemente despierta
para sostenerse en el hombro de Illium cuando la
colocó allí, luego hicieron su camino hacia el
exterior. Illium estaba en alerta por cualquier signo de
angustia en Aodhan, pero la ira hirviente de su amigo
parecía haber expulsado cualquier otra emoción.

Bookeater
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Illium se alegró por ello. Aodhan era más lento para
enojarse que Illium, pero cuando llegaba a ese punto,
su ira ardía durante mucho más tiempo que la del
propio Illium. La única persona viva contra la que
Illium había guardado rencor durante mucho tiempo
era Aegaeon. Incluso entonces, estaba bastante seguro
de que el rencor de Aodhan hacía él era algo más duro
y oscuro.

Una vez fuera, volaron hacia el cielo para hablar, por si


acaso el niño se escondía cerca, mirándolos. Flotando
frente a Aodhan, la gatita sostenida contra su pecho
con una mano, Illium dijo: ―He estado pensando en la
falta de polvo. El orden es una cosa, pero un lugar
como ese no permanecería libre de polvo sin
mantenimiento. Creo que el chico ha vuelto
regularmente.

―Es el único lugar estable en su universo, ―dijo


Aodhan, su voz ronca. ―El único lugar que conoce con
gran detalle.

Illium se mordió el interior de la mejilla. ―Aodhan,


cualquier niño angelical que creciera allí no podría
volar. ―El vuelo requería fuerza muscular, y esa
fuerza se desarrollaba durante la infancia

Bookeater
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de intentar volar. La luz del sol era también un
requisito por la misma razón que los niños mortales
necesitaban la luz del sol: ayudaba con el crecimiento
de los huesos y la salud de la mente.

Los hombros de Aodhan estaban tensos cuando dijo:


―Es posible que Lijuan permitiera que el niño hiciera
pequeños viajes al aire libre. Si es así, eso lo haría más
propenso a la locura. Porque un niño que creciera allí
no sabría de nada más, pero ¿alguien que sabía que
existía un mundo exterior y lo había visto, para luego
darse cuenta de que estaba atrapado?

Las náuseas amenazaron con estrangular a


Illium. Acarició el cálido y frágil cuerpo de Smoke,
todo pelaje y huesos, en un esfuerzo por consolarla
tanto a ella como a él mismo. ―Tenemos que volver
aquí a la luz del día. ―Con todo lo que había ocurrido,
no estaba lejos ahora. ―Veremos más. Y tenemos que
traer comida.

Aodhan lo miró.

―¿Quieres atraer al niño aquí?

Bookeater
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―Piénsalo: si están acostumbrados a que otros los
alimenten, no les parecerá inusual a ellos. Incluso
puede que se sientan reconfortados por la idea de
recibir comida.

Illium se obligó a dar el siguiente paso.

―Creo que se abrieron camino a través de los


consumibles fáciles que podrían encontrar en la aldea,
pero no tienen la habilidad de cocinar para usar los
alimentos básicos como el arroz. Y si fueran
niños... tiene sentido que no supieran cómo hacer una
sencilla cosa como una sopa.

Aodhan miró en dirección a la aldea.

― ¿Por qué un niño haría tales horrores, Azul? No


puedo creerlo.

No era la primera vez en este día que Aodhan se


deslizaba a usar el apodo de la infancia de Illium y,
para Illium, era una medida de la lucha mental de su
amigo con todo lo que habían visto y experimentado
hoy. Él quería envolver desesperadamente a Aodhan
en sus alas, protegerlo de las pesadillas del pasado,

Bookeater
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pero había recibido el mensaje allí: Aodhan no estaba
de humor para ser protegido.

A Illium le molestaba no poder hacer nada, pero se


mantuvo controlado.

―Sabemos que Lijuan era un monstruo, ―dijo. ―No


tenemos forma de saber lo que le hizo a este niño, para
qué lo crioó.

Ojos de un azul y verde cristalino, destrozados hacia


fuera de una pupila negra, tan familiares como los
suyos, mirando los suyos.

― ¿Crees que crio a propósito un niño capaz de tanta


maldad? ―Sacudió la cabeza tras su pregunta. ― ¿Por
qué te hago preguntas que no puedes responder?

Pasando una mano por la brillante belleza de su


cabello, dijo: ―Ve a buscar la comida, y cuida de
Smoke. Yo vigilaré aquí por si el niño regresa.

Illium vaciló.

―No conocemos el peligro.

Bookeater
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―Vete, antes de que pierda los estribos de nuevo,
―murmuró Aodhan. ― ¿Cómo crees que he
sobrevivido sin ti este último año? Vete.

Illium entrecerró los ojos y decidió no discutir. No


cuando líneas de tensión marcaban el rostro de
Aodhan y su piel era de un tono pálido poco saludable.
Acercó a Smoke para que no la azotara el viento, y
dirigió su cuerpo hacia la fortaleza, pero no pudo
evitar lanzar una última advertencia. No aterrices. Es
más difícil saltar en el aire.

Una palabra más y te arrancaré las plumas una a una.

Incluso cuando Illium frunció el ceño, el alivio sangró


por sus venas. Aodhan estaba sonando cada vez más
como él mismo, aunque estaba más irritable de lo que
Illium lo había visto antes.

―Él es el océano profundo e ilimitado para tu


tempestuosa tormenta, ―le dijo su madre a Illium una
vez, con una amplia sonrisa. ―Él te ancla y tú lo llevas
en volandas.

―Ahora mismo, ―se quejó Illium a una Smoke atenta,


a quien no parecía importarle volar en absoluto, ―es

Bookeater
Archangel´s Light
un gruñón. ―Pero era el gruñón de Illium y esto estaba
lejos de terminar.

***

Solo en el frío estigmatizado de la noche, Aodhan


comenzó a hacer barridos lentos y constantes sobre el
área alrededor de la caverna sin perderla de
vista. Dada la oscuridad, era probable que se perdiera
cualquier signo de movimiento si su presa fuera
sigilosa, pero ninguno de los Siete de Rafael se
rendía. Ellos no eran así, ni solos ni en grupo.

El bosque y los pilares de Zhangjiajie permanecieron


inmóviles. Incluso el viento se había reducido al
silencio.

Luego vino, el primer soplo de aire que no sólo


contenía frío, sino un frío glacial.

Miró al horizonte, pero, por supuesto, no había nada


que ver. Sin embargo, cuando miró hacia arriba, pudo
distinguir una repentina pesadez de nubes en el cielo
nocturno. ¿Nieve? Es posible en este momento y lugar.

Bookeater
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Zhangjiajie solía tener ligeras nevadas en general, pero
los meteorólogos angelicales y mortales habían
advertido de una alta probabilidad de un invierno
desagradable en toda China debido a la forma en que
la niebla de Lijuan había alterado la atmósfera. No un
cambio permanente, se pensaba, más una secuela
persistente que se desvanecería después de una
temporada amarga.

Si tan solo la maldad de Lijuan se desvaneciera tan


rápido.

Inmediatamente después de ese pensamiento vino


otro: ¿un niño que había crecido en esa prisión
húmeda, sabría cómo sobrevivir en la nieve? Incluso
un niño angelical era todavía un niño, sin la capacidad
de recuperación de un ángel adulto. Era parte de la
razón por la que los ángeles eran tan cuidadosos en
mantener a sus hijos fuera de la vista de los ojos de los
mortales hasta que llegaran a una edad en la que las
lesiones no conducirían a la muerte.

Fueron llamados inmortales, pero los ángeles podían


morir. Se necesitha mucho para lograr ese resultado
por lo que el punto era discutible, excepto cuando se
trataba de niños. Los niños podrían morir mucho más

Bookeater
Archangel´s Light
fácilmente que los adultos. Y el crecimiento de este
niño era probable que ya estuviera atrofiado como
resultado de su cautiverio.

Unas finas motas blancas comenzaron a golpear su


rostro, un bonito roció de azúcar si no fuera por lo que
el frío podría significar para los vulnerables. Como un
niño sin armadura.

No, esto no era bueno.

Lo dijo cuándo Illium apareció de la nieve que caía


suavemente, con sus alas cubiertas de blanco en los
momentos previos a cada batido de alas. ―Tenemos
que hacer que el niño se sienta seguro para regresar a
su caverna, ―dijo Aodhan. ―De lo contrario, estará en
la nieve, y no creo que tenga las habilidades para
sobrevivir a eso.

―Hace frío en ese lugar, ―dijo Illium. ―¿Te diste


cuenta? No creo que un niño angelical pudiera haber
sobrevivido allí mientras era un bebé. Supongo que
debe haber algún sistema para proporcionar calor,
podría ser que se rompió después de la caída de
Lijuan.

Bookeater
Archangel´s Light
La piel de Aodhan se erizó bajo un recuerdo que había
hecho todo lo posible por enterrar durante doscientos
años: el del agua fría goteando sobre su rostro,
filtrándose en su piel, subiendo más allá de sus fosas
nasales hasta que se ahogaba y se ahogaba.

Le había llevado hasta la guerra darse cuenta de que


no podía dejar atrás a ese pedazo de su pasado; tenía
que afrontarlo o siempre sería la presa y el recuerdo el
cazador. Había hablado con Keir en privado
inmediatamente después de la derrota de Lijuan, y el
sanador había hecho tiempo para él muchas veces el
año pasado, independiente de todas las demás
demandas de su atención.

―¿Por qué ahora? ―Aodhan había preguntado


mientras Nueva York yacía devastada alrededor de
ellos. ―¿Es por el horror de lo que hizo Lijuan? ¿Ha
despertado mi propio horror?

―No puedo responder a eso, ―había murmurado


Keir, sus alas revueltas de color marrón dorado en
movimiento junto a Aodhan y su poder era algo
silencioso y profundo, ―pero yo creo que me he
ganado el derecho a decir que te conozco, Aodhan. Así

Bookeater
Archangel´s Light
que digo con certeza que la memoria surge ahora
porque ya estás preparado.

Keir tenía razón. Aodhan había estado listo para


enfrentar la pesadilla de frente. Y por eso hoy, aunque
le susurraba, no desviaba sus pensamientos ni lo
absorbía de nuevo en la oscuridad.

― ¿Seguimos atrayendo al niño con comida? ―Él sabía


que no era racional en este tema, pero necesitaba
confiar en la visión más clara de Illium.

―Es nuestra mejor apuesta para atraparlos,


―confirmó Illium. ―Por eso pasé unos minutos
calentando la comida. El olor podría ayudar. Estamos
aquí para ahuyentar a los depredadores que pudieran
sentirse atraídos.

Aodhan se quedó de guardia arriba mientras Illium


aterrizaba.

¿Dónde está tu nueva mascota?

La dejé con Kai, quien sin duda la consentirá.

Bookeater
Archangel´s Light
Ambos se quedaron en silencio cuando Illium entró en
el pasillo para colocar los alimentos. Los dejaré cerca de
la puerta. Más posibilidades de que el olor llegue a ellos, y
menos probabilidades de que nosotros tengamos que
perseguirlos en lo profundo de la caverna. Lo último que
quiero hacer es asustar a un niño.

Un niño fuera de control y asustado no sería rival para


dos ángeles de su fuerza, pero estarían tratando de no
lastimar al niño, mientras que ese niño no tendría tal
escrúpulo.

¿Azul?

Ya terminé, pero estaba pensando que debería ir más adentro,


a esconderme en las sombras. Si el niño entra, puedes
aterrizar detrás de él, mientras yo estaré al
frente. Deberíamos poder hacer una captura rápida.

Los músculos del cuello de Aodhan se tensaron, sus


bíceps rígidos. No es seguro ahí abajo.

Illium no le dio una respuesta inteligente sobre cómo la


montaña no iba a caer sobre él. Dijo: Me mantendré en
contacto todo el tiempo. De hecho, yo quiero contarte cuentos
para dormir mientras te congelas en la nieve.

Bookeater
Archangel´s Light
La nieve estaba aumentando en fuerza, pero Aodhan
había volado durante horas a través de cosas
peores. Espero que la caravana esté fuera del alcance de este
frente nevado.

Incluso si no, dijo Illium, están preparados para refugiarse.


Aun así... No quería sacar el tema con Suyin, pero
¿realmente las cosas estaban tan mal con los sobrevivientes
como para que la mudanza tuviera que ser ahora? Todos
lucían como si me hubieran atacado, pero sé que solo
vislumbré la superficie.

Sí, confirmó Aodhan, recordando al hombre de ojos


hundidos que se había despertado para volver a
empacar sus pertenencias. La gente de China está
destrozada. No solo los mortales. Cualquier vampiro y ángel
sobreviviente también, incluso los que siguieron a Lijuan a la
guerra. Estar cerca de un recordatorio físico de Lijuan, les
está eliminando su capacidad de ser felices en cualquier
sentido real.

Lo vimos, pero pensamos que sobrevivirían el invierno. Yo


mismo, no había entendido la profundidad de su creciente
depresión hasta que Suyin hizo su pronunciamiento y vi que
la esperanza volvía a sus rostros; ella demostró ser un

Bookeater
Archangel´s Light
verdadero arcángel ese día, Illium, al ver lo que incluso
aquellos que viven en el dolor no pudieron.

En la especie de los ángeles, tal depresión se llamaba


simplemente "oscuridad mental". La mente de Aodhan
se había oscurecido durante mucho, mucho tiempo
después de su cautiverio, las sombras tan infinitas que
apenas había podido vislumbrar la luz. Él se habría
castigado a sí mismo por no captar la creciente
desesperación en la población si Suyin hubiera sido la
única que lo advirtiera.

A veces, hacía falta un arcángel. Porque un arcángel no


era formado por sólo poder.

Un ángel me dijo que preferirían caer bajo el peso de la nieve


sobre sus alas, que marchitarse dentro de los muros
manchados de la fortaleza.

La respuesta de Illium fue rápida. Lo entiendo.

Por supuesto que sí. Porque había sido testigo de la


espiral de desesperación de Aodhan de primera
mano. No había sido justo después de su rescate. Había
estado mal herido físicamente entonces, pero él había
estado presente y se centró en su recuperación. La

Bookeater
Archangel´s Light
oscuridad mental había llegado después de que su
cuerpo estuviera completo una vez más, sus alas eran
capaces de volar. Pero no había volado.

Se había caído.

Bookeater
Archangel´s Light
36

Pasado

Fue Nasir quien finalmente encontró a Aodhan.

Veintitrés meses de búsqueda incesante y fue la


habilidad primordial de Naasir para seguir rastros de
olor lo que los llevo a Aodhan. Rafael había tomado la
decisión estratégica de pretender dejar de mirar y
permitir que todos creyeran que se habían rendido con
el joven ángel perdido, pero él había tomado la
decisión siguiendo el consejo de Naasir.

―A veces, los depredadores esconden a sus presas,


―había dicho Naasir, con una mirada nada. ―La
esconden tan bien que nadie más puede
encontrarlos. Ellos solo salen cuando creen que la costa
está despejada; ahí es cuando pueden descuidarse, y
ahí es cuando atacaremos.

Porque todos, todos y cada uno, sabían que esto no


tenía nada que ver con un accidente en una carrera de

Bookeater
Archangel´s Light
mensajería, el cuerpo de Aodhan se perdió en el
océano. Aodhan siempre había sido codiciado, de
manera poco saludable por muchos.

Ahora, uno de esos feos obsesivos se lo había llevado.

Rafael respetó los consejos de Naasir y sus instintos


salvajes, pero no había estado seguro de que la táctica
funcionaría, y había odiado la angustia de los padres
de Aodhan y Lady Sharine. Todos creían que se había
rendido en verdad... porque no podía dejarlos entrar
en el plan; pero todos amaban a Aodhan tan
profundamente como para no revelar el juego.

Illium, por supuesto, tenía que saberlo. El ángel de


trescientos años que había estado en el camino de ser
comandante de un escuadrón de élite antes de la
desaparición de Aodhan, había perdido un peso
considerable, sus mejillas hundidas y los omóplatos
afilados, pero no había perdido nada de su fuerza. Más
bien, había hecho un esfuerzo concertado para forzar la
nutrición en su boca.

―No puedo ayudar a encontrar a Aodhan si estoy en


la enfermería, ―había dicho, su rostro más sombrío de

Bookeater
Archangel´s Light
lo que Rafael lo había visto nunca. ―Lo que sea
necesario, lo haré.

Pero incluso Illium, con su feroz fe en la capacidad de


pensamiento estratégico de Naasir, había dudado
cuando Naasir sugirió por primera vez su idea. Fue
Dimitri quien lo puso todo en perspectiva. ―No
tenemos otra opción, ―dijo. ―Tenemos que probar
esto; si falla, reiniciamos la búsqueda
abiertamente. Nada está perdido al intentar engañar a
nuestra presa.

Lo que no se dijo fue que habían fracasado en su


búsqueda abierta. No sólo Rafael y su gente, sino la
gente de los arcángeles amigos y ángeles
mayores. Incluso Neha, ocupada con problemas en su
propio territorio, había enviado escuadrones asignados
para registrar la India. Uram también lo había hecho, al
igual que Elijah y Titus, y no fueron los únicos.

La cooperación no se debió solo a su amistad o respeto


por Rafael, sino por el regalo de Aodhan. Se había
vuelto claro en el último siglo que Aodhan era el
heredero artístico del Colibrí. Sus estilos y piezas eran
únicas para cada uno, pero la gloria de su trabajo... Un
día, Aodhan sería tan venerado como Lady Sharine,

Bookeater
Archangel´s Light
pero por ahora, era una luz brillante que nadie quería
ver extinguida.

Toda la humanidad sabía que esconder un solo ángel


no era una tarea difícil, especialmente si el escondite se
había preparado de antemano. Lo que Rafael se negó a
creer fue que Aodhan se hubiera ido para
siempre. Había cerrado los oídos a aquellos que
susurraron que el talentoso, leal y silenciosamente
poderoso Aodhan había sido despojado de sus alas por
un ángel que codiciaba su belleza y luego asesinado.

No creería que Aodhan se había para siempre hasta


que viera la evidencia concreta. Dado lo obsesionados
que estaban ciertos ángeles y vampiros con la
apariencia única, el cautiverio también tenía mucho
más sentido. Había muchos inmortales impresionables
y casi inmortales en el mundo, pero no había nadie
como Aodhan.

―No quiero la atención, ―le había dicho a Rafael


cuando era un joven al borde de la madurez, con rubor
en sus pómulos y confusión en sus ojos inusuales.
―¿Por qué siguen insistiendo?

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Es alguna persona en particular? ―Rafael le había
preguntado.

―Unos pocos. ―Aodhan le había dado los nombres, y


esos nombres habían abarcado el espectro de género y
edad, la asombrosa belleza de Aodhan era una droga
para muchos. ―No quiero meterlos en
problemas... pero me ponen incómodo.

―Yo me ocuparé de eso. ―Agarró el hombro de


Aodhan cuando el joven fue a abrir la boca. ―Lo que
están haciendo es inaceptable, Aodhan. Tienes que
dejar en claro que no estás interesado. No tienen
derecho a seguir empujándote. Así que ahora recibirán
una visita personal de tu arcángel.

Rafael habría hecho lo mismo por cualquier joven de


su corte. Él no tenía la intención de mantener un
tribunal como el de Charisemnon, donde la sexualidad
era alentada hasta el punto que envolvía todos los
aspectos de la vida de la corte, y atrapaba a los
demasiados jóvenes.

― ¿Qué pasa con los demás? ―Aodhan había


preguntado, su voz vacilante. ―Los que no empujan
en mi espacio, pero que miran ¿Cómo manejo eso?

Bookeater
Archangel´s Light
Cuando era niño, Illium me dijo que ignorara a los
estúpidos y funcionó... pero ahora... La atención me
hace sentir sucio. ―Había tragado. ―Sé que no me
están tocando, pero se siente así.

Rafael había considerado su respuesta con


cuidado. ―No es obra tuya. Primero que nada, debes
saber esto. Esas son las acciones que otros eligen
tomar. ―El había querido dejar en claro que Aodhan
no tenía la culpa de nada de esto.

―Puedes gritar cuando te sientas incómodo, y algunos


retrocederán. Otros no lo harán y lo justificarán a sí
mismos y ante ti llamándolo admiración. ―Era una
verdad desafortunada, pero tal era el camino de
aquellos que pensaban sólo en sus propias
necesidades, inmortales o mortales.

―Pero, ―continuó, ―hay muchos que se sentirán


avergonzados y horrorizados al darse cuenta de que te
están causando incomodidad. ―A mucha gente le
impresionaba tanto Aodhan que se olvidaban de sí
mismos; esto no excusaba sus acciones, pero al menos
se les podría enseñar a ser mejores. ―Y, Aodhan,
llegará un momento en el que serás tan fuerte que
nadie se atreva a mirarte con tanta codicia.

Bookeater
Archangel´s Light
Una rápida y tímida sonrisa del joven que hacía que
Rafael le alborotara su cabello como solía hacer tan a
menudo con Illium. ―Pase lo que pase, ―añadió,
―siempre recuerda lo que he dicho primero: estas son
las acciones de otros. No te definen de ninguna
manera.

Aodhan respiró hondo y exhaló. ―A veces, me


pregunto cómo sería ser normal.

―Naasir dice que lo normal está sobrevalorado,


―había respondido Rafael. ―Dice que es mucho mejor
ser un ser único y mantener a todo el mundo en vilo.

La sonrisa de Aodhan se había vuelto deslumbrante,


todo su ser estaba encendido. ―Intentaré ser más como
Naasir, sire.

Esa sonrisa de deleite fue lo que ardió en la mente de


Rafael mientras volaba alto, por encima de las nubes,
mientras Naasir corría muy por debajo, un cazador
invisible. Illium volaba ligeramente detrás de Rafael
con Jason, mientras Dimitri sostenía el fuerte para
Rafael y Galen vigilaba la base del Refugio de su
enemigo.

Bookeater
Archangel´s Light
Porque ese ángel ahora era el enemigo de Rafael.
Sachieri se había atrevido a llevarse a Aodhan, se había
atrevido a llevarse a uno de los miembros de Rafael.
Ella pagaría el precio. Actualmente, ella y su amante
igualmente culpable, Bathar, estaban en su casa del
Refugio, pero incluso si hubieran estado en la fortaleza
donde probablemente había estado encarcelado
Aodhan, no habría importado.

Sachieri era una comerciante de antigüedades raras


para inmortales. No una guerrera, sin poder,
ciertamente no era rival para un arcángel. Lo que
importaba era encontrar a Aodhan antes de que
cualquiera de su gente lo alcanzara e intentara usarlo
como un rehén.

Por eso todos los ángeles estaban por encima de la capa


de nubes, mientras que Naasir subía sigilosamente a la
fortaleza. No era del todo humano hoy, no había sido
del todo humano desde que se cruzó con Sachieri en el
Refugio una semana antes y atrapó un indicio del olor
de Aodhan en su ropa.

No un olor viejo y descolorido como Naasir le dijo que


existía en partes del estudio de Aodhan, sino un aroma

Bookeater
Archangel´s Light
fresco y brillante que hablaba de un contacto
reciente. Que Aodhan fuera un ángel que se sentía
incómodo con el tacto a excepción de su familia más
cercana, sus amantes y amigos, hizo que la implicación
del aroma fuera aún más endurecedora.

―Le arrancare la garganta, ―le había dicho Naasir a


Rafael, con sus ojos plateados tan brillantes como el de
un tigre y un gruñido en su garganta. ―Después de que
encontremos a Aodhan.

―Si le queda una garganta después de que termine con


ella. ―La rabia de Rafael era una bestia fría, que
entendía que la venganza podía durar una eternidad.

Naasir había inclinado la cabeza hacia un lado. ―Es


uno de tus cachorros. Puedes ir primero.

A pesar de haber visto crecer a Aodhan, Rafael no


pensaba en él como un niño. Vio en él a un joven
guerrero que cualquier ángel estaría orgulloso de tener
entre su gente. Pero Aodhan era suyo, y nadie podía
herir a la gente de Rafael. Jason, ¿cómo está Illium?

En control, fue la fría respuesta del maestro de espías


que había buscado con una voluntad implacable que lo

Bookeater
Archangel´s Light
había dejado tan delgado como Illium, pero que se
culpaba a si mismo por no haber encontrado a
Aodhan. No actuará precipitadamente y pondrá la
operación en peligro.

¿Y tú, Jason? ¿Puedo confiar en que te mantendrás?

Sí sire.

Su palabra fue suficiente para Rafael. Jason no sería su


maestro de espías si Rafael no tuviera una confianza
implícita en él. Sin embargo, lo que Sachieri había
hecho, había dañado al ángel de alas negras, como los
había dañado a todos... incluida la ya fracturada Lady
Sharine. Al menos su mente rota la protegió un poco; a
veces, se olvidaba de que Aodhan se había ido y
hablaba como si hubieran pintado juntos el día
anterior.

Extrañas misericordias.

Pero cuando esto esté hecho, agregó Jason, tengo la


intención de borrar a Sachieri y a Bathar de la historia
angelical. Planeo robar todos los documentos en los que
cualquiera de sus nombres se mencione, y animar

Bookeater
Archangel´s Light
encarecidamente a cualquiera que haya tenido tratos con
ellos a olvidar que alguna vez existieron.

Jason no era un ángel violento, pero brillaba con un


poder ardiente. Para la mayoría, su aliento sería difícil
de resistir; Rafael se haría cargo de los que quedaran.
Creo, Jason, que tendrás la cooperación de más personas de
las que crees.

La fascinación del mundo angelical por Aodhan podría


usarse para ganarle una justicia de un tipo que sería un
horror para un inmortal: ser tan olvidado que miles de
años de vida no sirvieran para nada. Tampoco tienen
hijos. Sus linajes terminan con ellos.

Porque los captores de Aodhan morirían ambos. Pero


no sería rápido. No para este crimen.

Continuaron volando.

Hasta que, por fin, la mente de Naasir tocó la de


Rafael. Técnicamente, el otro hombre no debería haber
podido hablarle de esta manera, sin saber quién y lo
que era, pero Naasir nunca había sido de los que
seguían las reglas. Sire, estoy entrando.

Bookeater
Archangel´s Light
Pasaremos por encima de la capa de nubes hasta que nos des
el visto bueno. Ten cuidado, Naasir. Eres más inteligente y
más fuerte, pero los cobardes viciosos no deben ser
subestimados.

Seré un cazador sigiloso, prometió Naasir. Nuestra presa


nunca me verá llegar.

Rafael mantuvo un ojo en Illium mientras esperaban,


casi capaz de ver la rabia que hervía en su
sangre. Illium no había reído ni sonreído para nadie
más que Lady Sharine desde el día en que Aodhan no
pudo llegar a un punto de ruta de mensajería; e incluso
con su querida madre, sólo pudo manejar brillantes
falsedades que no la engañaban excepto cuando estaba
muy adentro del caleidoscopio.

El resto del tiempo, estaba furioso.

Rafael nunca podría haber imaginado una encarnación


así de su alegre y juguetón Campanilla.

Tengo el aroma de Aodhan. Agudo. Fuerte. No puede estar


lejos. Feroz júbilo en la voz de Naasir. Los sirvientes son
débiles y perezosos. No hay amenaza. Pero encontraré a
nuestra chispita, y me aseguraré de que esté solo.

Bookeater
Archangel´s Light
La furia de la sangre nubló la mente de Rafael al
siguiente instante, Naasir todavía estaba conectado a él
cuando entró en un repentino frenesí
asesino. ¡Vayan! ordenó a Jason e Illium, incluso
mientras se lanzaba a través de las nubes hacia la
fortaleza situada en medio de lo que serían colinas
verdes en verano.

Este día de invierno, envuelto en nieve y hielo, parecía


un faro de piedra gris reluciente: si miras sólo el
exterior elegante, nunca deducirías la inmundicia y la
malicia que cubría sus paredes.

La falsa sensación de paz se rompió en ese momento,


se transformó en gritos de caos.

Los ángeles volaban desde todos los rincones, sus alas


batiendo en aterrorizada desesperación, mientras que
abajo, los vampiros salieron corriendo hacia la
nieve. Varios tropezaron y cayeron, insectos rastreros
que no merecían piedad.

Rafael los derribó a todos con un único golpe


modulado de poder arcangélico. Lo suficiente para

Bookeater
Archangel´s Light
dejarlos inconscientes y causar algunas alas y huesos
rotos a los ángeles que volaban.

No hay muerte. Todavía no.

Cualquiera que hubiera trabajado en esta fortaleza


podía ser culpable de ser cómplice en la tortura de
Aodhan, pero él se aseguraría de eso. Nadie que
hubiera ayudado a dañar a Aodhan, aunque sólo fuera
por su silencio, volvería a conocer cualquier cosa
menos que el terror.

Jason.

Yo me ocuparé de los rezagados. Sire, Illium no se quedará


conmigo. Él está yendo detrás de ti.

Déjalo venir. Aodhan necesitaría a su mejor amigo.

Rafael aterrizó en un amplio balcón. Consciente de la


racha azul que aterrizaba detrás de él, abrió las puertas
cerradas y entró.

Silencio. No más gritos. No más pánico.

Naasir.

Bookeater
Archangel´s Light
Sire, lo lastimaron. La voz de Naasir temblaba de
rabia. Lo sacaron de la luz y lo enterraron en agua y le
hicieron daño.
―Sótano, ―dijo Rafael a Illium, y ambos salieron del
borde sin barandilla del nivel superior, su destino la
planta baja.

Si bien las pequeñas casas angelicales no tenían


sótanos, a menudo se agregaban en grandes fortalezas
como almacenamiento adicional. Tenía sentido, ya que
tales fortalezas casi siempre tenían personal no
angelical: la gran mayoría de los cuales no sentía
ninguna sensación de encierro al entrar al sótano.

Todo lo contrario de los seres alados.

Los pies de Rafael golpearon el suelo al mismo tiempo


que los de Illium.

― ¡Sire! ―Illium corrió hacia la izquierda, habiendo


visto lo que Rafael acababa de ver, jarrones caídos y
rotos, muebles volcados. Víctimas de la prisa del
personal para escapar del alboroto de Naasir. Rafael
corrió tras el joven ángel, sus botas aplastando las
flores esparcidas por el suelo mientras sus alas sacaban

Bookeater
Archangel´s Light
otros elementos. Una pintura cayó con una astilla de
vidrio. Un espejo siguió justo antes de que una
pequeña estatua de mármol chocara contra el agua
derramada, la porcelana rota y los pétalos magullados
que eran todo lo que quedaba de un arreglo floral.

Frente a él, Illium desapareció por una puerta ancha


que resultó conducir a un conjunto de escaleras que se
adentraban más profundamente en la tierra. Sangre
salpicaba las paredes alrededor de las escaleras, y un
vampiro que había sido destripado por garras tan
letales como navajas yacía gorgoteando sangre en el
suelo, sus manos perdidas en los ondulantes pliegues
de sus intestinos.

¿Qué había visto u olido Naasir en este hombre que lo


había provocado?

Ignorando al vampiro, débil, no uno que repararía


rápidamente la dolorosa herida especialmente sin
sangre para alimentarlo: Rafael siguió a Illium al hueco
de la escalera. Notó una palanca mientras lo hacía,
también notó que tenía huellas de sangre en
ella. Naasir había girado esa palanca.

Agua. Enterrado.

Bookeater
Archangel´s Light
Su estómago se revolvió cuando el olor a humedad,
fresco e inconfundible, golpeó sus fosas nasales. Sin
embargo, la escalera no mostraba señales de
agua. Estaba suavemente iluminada, las paredes
revestidas de arte... El arte de Aodhan.

Un resplandor golpeó el aire.

Sus alas estaban en llamas.

Rafael hizo uso de todas sus fuerzas para evitar que su


rabia lo cegara. Aodhan necesitaba que él fuera su
arcángel en este momento, no el hombre que había
visto como creció, no el que le había enseñado a usar
una ballesta, y tampoco, el nuevo arcángel risueño que
lo había atrapado cuando enredó sus alas como un
bebé y cayó.

― Adi, Adi, estoy aquí.

Casi había esperado un grito de Illium, pero su voz era


tranquila, suave.

Rafael dobló la esquina y vio.

Bookeater
Archangel´s Light
37

Habían extraído pedazos de hierro de una caja larga y


estrecha que descansaba sobre un suelo de piedra aún
lleno de humedad resplandeciente. La caja había sido
esposada con cadenas ahora rotas. Las manos
ensangrentadas de Naasir estaban llenas de fragmentos
mientras se sentaba agachado a un lado de la parte
abierta de la caja, luchando para arrancar más hierro,
mientras Illium se arrodillaba del otro lado, su mano
temblando cuando la metió en el interior y peinó el
cabello de Aodhan hacia atrás.

Sachieri había mantenido a este ángel lleno de luz en una


caja en la oscuridad.

Haciéndose gélido por dentro ya que esa era la única


forma en que podía lidiar con esto, Rafael dijo:
―Naasir, ―y el otro hombre se movió con velocidad
primitiva.

Un solo movimiento de poder arcangélico y la caja de


hierro no era más que polvo. Pero había tenido
cuidado, tanto, que nada de lo que hizo lastimó a

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan. Caminando hacia adelante, vio ojos de azul
translúcido y fragmentos de verde cristalino que se
volvían hacia Illium.

Ninguna otra parte de Aodhan se movió.

No se pudo mover.

Sus alas... sus hermosas alas... maltratadas y dañadas


hasta el punto que no eran más que hilos de tendón
sobre hueso podrido. Su cuerpo estaba demacrado, con
la piel rota, ensangrentada y llena de cicatrices.

Tomó mucho, mucho tiempo hacerle eso a un ángel,


pero Aodhan todavía era joven. Lo suficientemente
joven como para lastimar. Lo suficientemente joven
como para herirlo hasta el punto de que no había sido
capaz de salir de la caja. Sachieri tuvo que haberle
asestado un golpeado casi fatal al principio, luego lo
mantuvo demasiado débil para sanar. De lo contrario,
habría usado su poder para romper la jaula.

Rafael se enteraría. Lo averiguaría todo. Él desnudaría


su mente hasta que no fuera más que un caparazón
lloroso. Pero no hoy. Hoy, llevaría a Aodhan a casa.

Bookeater
Archangel´s Light
***

Rafael contactó a Dmitri y Galen en cuanto estuvieron


lo suficientemente cerca del Refugio para hablar a
través de sus mentes. Captura a Sachieri, Bathar y toda su
familia. Me ocuparé de Elijah. Fue en el territorio del
Refugio del otro arcángel que Sachieri hizo su hogar, y
estaba ligada periféricamente a su corte.

Dmitri fue quien respondió. Como era de


esperar. Galen, de guardia con un escuadrón completo,
habría entrado en acción. El maestro de armas también
era propenso a estar furioso; Rafael no sacaría palabras
de él hasta que su tarea estuviera hecha.

Hablaré con el segundo de Elijah, no se interpondrá en


nuestro camino. ¿Sire, Aodhan?

Está gravemente herido. Avisa a la sala medica que estoy


llevando un caso crítico.

¿Cómo puedo evitar matarlos?

Bookeater
Archangel´s Light
Ninguna muerte rápida para ninguno de los dos,
Dmitri. Sin piedad. Eso va para ti también, Galen.
Mantenlos vivos.

Un gruñido de reconocimiento de Galen.

Nada de Dmitri, pero Rafael no lo necesitaba. Su amigo


más cercano tenía una comprensión demasiado cercana
de la necesidad de venganza y de justicia. No haría
nada para disminuir la dureza del castigo que Rafael
pretendía repartir.

Lo que sí dijo Dmitri fue estoy cerca de la Sala


Medica. Veré a Aodhan primero antes de unirme a
Galen. No me necesita para nada más que lidiar con el
Pueblo de Elijah. Nuestro bárbaro no es el mejor en política.

Rafael no lo negó. Como él, Dmitri había visto crecer a


Aodhan desde que era un bebé. Una vez había
caminado de la mano de Aodhan cuando a éste se le
ocurrió visitar un monumento angelical en el lejano
borde del Refugio. El "pequeño destello" de Naasir era
el favorito de todos.

Rafael miró hacia abajo para asegurarse de que el


colchón de poder que había envuelto alrededor del

Bookeater
Archangel´s Light
cuerpo envuelto en la manta de Aodhan todavía se
sostenía. Él yacía en los brazos de Rafael, inconsciente
y sin ningún peso real para él. Había reaccionado sólo
una vez, cuando intentó hablar con Illium. Entonces
sus ojos se habían cerrado, y se había desplomado en
este estado.

Rafael sabía que probablemente había ido a un lugar


más allá del dolor; él envolvió el cojín de poder a su
alrededor, no obstante. Nunca se arriesgaría a ser la
causa de un mínimo rastro de dolor para este ángel que
era el miembro más amable de su corte, el que salvaba
a los pequeños insectos atrapados en charcos de agua y
se aseguraba de que las aves silvestres fueran
alimentadas.

Illium había intentado acompañar a Rafael, pero


inevitablemente se quedó atrás. Era rápido, pero no
tenía la resistencia para seguirle el paso a Rafael
durante un largo vuelo. ¡Vaya, sire! La voz mental de
Illium había sido feroz. ¡Te seguiré! Lo estaba haciendo
solo, Jason y Naasir se quedaron en la fortaleza de
Sachieri para asegurar a los prisioneros.

Entonces, cuando Rafael aterrizó en la amplia área de


aterrizaje fuera del Ala Medica, estaba solo salvo por el

Bookeater
Archangel´s Light
ángel herido en sus brazos. Keir y otros varios
sanadores que lo estaban esperando, y vio el horror en
todos sus rostros cuando posaron sus ojos en
Aodhan. Pero duró el más mínimo momento antes de
que entraran en acción.

Dmitri se paró en el borde, fuera de su camino, pero lo


suficientemente cerca para ver a Aodhan. Hazles
daño, le dijo a Rafael con una voz fragmentada y
cortante, la piel de su rostro sin sangre, estaba tan
apretada sobre sus huesos. Rómpelos.

Oh, tengo la intención de hacerlo. Entró a grandes


zancadas siguiendo las órdenes de Keir mientras
Dmitri se movía sobre sus talones para unirse a
Galen. Una vez dentro, se obligó a renunciar a Aodhan
acostándolo en una gran cama diseñada para seres
angelicales. Pero Aodhan no tenía alas de las que
hablar, parecía perdido en la blancura del colchón.

Cuando Keir y otro sanador lo sacaron de la manta con


manos cuidadosas, Rafael fue golpeado una vez más
por lo poco que quedaba de Aodhan. ―Debes curarlo,
―le ordenó a Keir, su voz era algo de piedra y arena.

Bookeater
Archangel´s Light
Keir había conocido a Rafael de toda la vida, y tenía
poco miedo a los arcángeles en general. ―Este es
nuestro lugar ahora, Rafael. Vete. Trabajaremos mejor
sin tus alas infundiendo miedo en mi personal.

Solo entonces Rafael se dio cuenta de que sus alas


brillaban.

Con las manos en puños, miró a su alrededor y vio


rostros descoloridos. Podía que Keir no le tuviera
miedo, pero no se podía decir lo mismo de los
demás. Él tenía que irse, pero no dejaría a Aodhan solo
sin uno de los suyos. ―Esperaré afuera de esta
habitación hasta que llegue Illium. Él no debe ser
separado de Aodhan, ¿entendido?

Keir asintió. ―Estaba planeando pedirte que enviaras a


Illium aquí, independientemente. El niño necesitará el
espejo de su corazón para atraerlo hacia
nosotros. ―Pasó sus dedos tiernos sobre la paja rota
del cabello de Aodhan. Todavía brillaba bajo la luz,
pero estaba descolorido, quebradizo.

Retirándose hacia la puerta, Rafael permaneció fuera


de la vista mientras se colocaba él mismo para poder
ver el interior de la habitación. Cuando un sudoroso y

Bookeater
Archangel´s Light
sin aliento Illium se topó con el Ala Medica algún
tiempo después, agarró al joven ángel y lo aplastó
hasta que las alas de Illium dejaron de aletear y su
respiración se equilibró, los latidos de su corazón ya no
eran un tambor contra Rafael.

―Aodhan no necesita tu ira o tu pánico, ―murmuró


en la oreja de Illium. ―Necesita tu amistad. ―Ese
término no era suficiente para describir el vínculo entre
los dos, el uso de Keir del espejo del corazón era
mucho más adecuado. ―Sé cómo siempre has sido con
él. No lo trates como si estuviera roto. Sé su amigo, el
que siempre ha conocido.

Los brazos de Illium se apretaron a su alrededor


mientras asentía con movimientos. ―Entiendo.

Retrocediendo, Rafael se encontró con ojos de oro


envejecido, vio más calma de lo que esperaba. Pero
claro, Illium era el hijo de Lady Sharine. Tenía mucha
más madurez y bondad interior de lo que era evidente
para aquellos que solo veían el destello
superficial. ―Bien. No te metas en el camino de los
curanderos o te sacaré.

Bookeater
Archangel´s Light
―No haré nada para dañar a Aodhan. ―Illium miró
por encima del hombro de Rafael a la habitación donde
Aodhan yacía, luego de vuelta a Rafael. ―Yo quiero
torturarla y matarla.

―No, Illium. ―Rafael agarró el costado del rostro del


joven ángel. ―Tu trabajo está aquí. Es el deber y el
placer de tu arcángel tomar venganza. ―Empujó a
Illium hacia la habitación. ―Ve. Y que sepas esto: ella
sufrirá.

Otro ángel podría haber discutido con Rafael, pero


Illium y Rafael tenían un vínculo diferente al que
Rafael tenía con cualquier otro de su pueblo. Donde
Rafael vio a Aodhan como un guerrero, ante todo, no
era lo mismo con Illium. Para él, Illium sería para
siempre el niño que acunada en sus brazos después de
la cruel partida de Aegaeon, el niño al que había dado
su primera espada, el joven que había corrido hacia él
con una emoción sin aliento después de que ganó un
lugar en un escuadrón juvenil.

Hoy, los ojos de Illium brillaron, pero asintió,


confiando en que Rafael haría lo que hubiera hecho si
hubiera tenido la oportunidad. No tenía por qué

Bookeater
Archangel´s Light
haberse preocupado. La ira de Rafael era la de un
arcángel, nada podía igualarla.

Keir, dijo, tocando la mente del sanador principal.


Interrumpo sólo para decirte que todos los recursos que tengo
están a tu disposición. Si necesitas algo que yo o los míos no
podamos proveerte, dímelo y lo conseguiré.

Lo sé, Rafael. Pero, aunque haremos todo lo que podamos,


esta batalla, al final, debe ser librada por Aodhan. Una
pausa antes de que dijera: Debemos amputar los restos de
sus alas. Se están pudriendo en su espalda y solo lo
lastimarán en este punto. ¿Das tu permiso como su sire?

Rafael no señaló que los padres de Aodhan estaban


vivos y despiertos. Aodhan le había entregado a Rafael
el poder de tomar tales decisiones cuando firmó en su
equipo. Sí, tienes mi consentimiento.

Mejor hacerlo ahora, mientras Aodhan estaba tan débil


que era poco probable que se diera cuenta. Para
cuando se recuperará lo suficiente para hacerlo, sus
alas estarían en el proceso de volver a crecer. ¿Puedes
decirme algo de lo que le hicieron?

Bookeater
Archangel´s Light
Necesito más tiempo para examinarlo, pero puedo decirte que
sus alas fueron cortadas. Una calma helada en la voz
mental de Keir. El daño a la sección que debe sostener sus
plumas primarias no es el resultado de la podredumbre.
Puedo ver las heridas donde se cortaron sus tendones y
huesos, hay cicatrices que dicen que lo hicieron una y otra
vez.

Rafael pudo sentir que el brillo que salía de sus alas


comenzaba a intensificarse, se obligó a controlarlo. En
el instante en que sepas más, dímelo. No me importa si lo
descubres mientras es la hora más oscura de la noche.

Lo haré. Ahora vete, déjame con mi trabajo.

Antes de salir del Ala Medica, Rafael se aseguró de


decirle a Illium lo que estaba a punto de suceder con
las alas brutalizadas de Aodhan. No intentes detener a
los curanderos. Esto es necesario para la curación de
Aodhan, y sabes que Keir no hará a Aodhan ningún daño.

La respuesta del joven ángel fue tranquila. Si se


despierta y entra en pánico, le recordaré que casi perdí las
mías cuando era mucho más joven que él, y mis alas ahora
son tan gloriosas que otros están celosos. Su intento de

Bookeater
Archangel´s Light
humor fue inestable en el mejor de los casos, pero que
lo estuviera intentando era una buena señal.

Illium aguantaría por Aodhan. Mientras Aodhan lo


necesitara, Illium aguantaría.

Rafael no se fue a su fortaleza, sino a la casa del


enemigo. Dmitri lo estaba esperando afuera, en el
ancho camino de piedra que conducía a las puertas
principales. Otros que pertenecían a Rafael
custodiaban las entradas a la propiedad.

―Está hecho. El pueblo de Elijah los ha repudiado a


ambos, ―dijo su segundo. ―Ella, ―Dmitri se volvió y
escupió con fuerza en el camino, ―está en una
habitación de arriba con Galen de guardia. No quería
arriesgarse a que ella tomara el camino de los
cobardes. Tiró ese patético pedazo de mierda de Bathar
con ella.

El suicidio era difícil para los ángeles que no eran


increíblemente jóvenes, pero podría hacerse. ―Bien.
―Puso una mano en el hombro de su mejor amigo, y lo
apretó. ― ¿Tomarás la tarea de informar a los padres
de Aodhan?

Bookeater
Archangel´s Light
Rafael normalmente les rendiría ese respeto, pero
Menerva y Rukiel le tenían miedo. No es tan extraño si
consideras que mucha gente les tiene miedo a los
arcángeles, pero le pareció extraño cuando su hijo
nunca se asustó en su compañía.

―Sí. ―La mano de Dmitri se cerró en puños a su lado,


su mandíbula moviéndose.

―Es fuerte, Dmitri. Regresará y será tan poderoso


como siempre. Recuérdalo.

Ninguno de los dos mencionó al niño que no había


sobrevivido al secuestro y tortura, el niño cuyos
sollozos y llantos por su papá perseguían a Dmitri,
pero el fantasma del pequeño Misha se interponía
entre ellos, mientras vivía en las pesadillas que
perseguían a Dimitri cientos de años después de que
Misha se hubiera convertido en polvo.

Misha. Caterina. Ingrede.

Aodhan no sería otro nombre para agregar a esa


letanía de pérdida y dolor.

Bookeater
Archangel´s Light
La mano de Dmitri se flexionó y luego se volvió hacia
adentro. ― ¿Qué vas a hacer con ella? ―Sus ojos
brillaban con un tinte rojo; era la primera vez en siglos
que Rafael había visto a su amigo y segundo tan cerca
de la sed de sangre. El control de Dimitri sobre sus
impulsos vampíricos era legendario.

―Lo que se merece.

Dmitri no le preguntó más; entendia a Rafael mejor


que cualquier otra persona que caminara sobre esta
tierra, y entonces supo que la venganza que Rafael
tomara sería apropiada para el crimen.

Esperando sólo hasta que su segundo se hubiera ido


para informar a los padres de Aodhan, Rafael
consideró a lady Sharine. Jessamy, dijo, acercándose al
bondadoso ángel al que la madre de Illium tenía
cariño. ¿Has visto a Lady Sharine hoy?

Ahora estoy con ella. Dmitri me dijo que algo estaba


pasando, que yo debía protegerla de cualquier noticia hasta
que llegaras a ella.

Por supuesto que Dmitri había hecho eso; por eso era el
segundo de Rafael. Porque un segundo tenía que

Bookeater
Archangel´s Light
pensar por sí mismo, hacer las cosas sin que le
ordenasen hacerlo. Y porque un segundo tenía que
entender el corazón de su arcángel.

Ella está callada hoy, continuó Jessamy. Está pintando


mientras yo me siento con ella y leo.

Rafael consideró qué acción tomar primero y decidió


vengarse. Sólo una vez que estuviera en juego, estaría
lo suficientemente tranquilo como para hablar con
Lady Sharine. A ella, le daría una cuenta completa, sin
dejar nada sin hacer. ¿Puedes quedarte con ella un rato
más?

Me quedaré todo el tiempo que sea necesario, dijo Jessamy,


su voz mental tan suave como su físico. Rafa, ¿está
Aodhan en casa? Fue una medida de su estado
emocional que ella lo hubiera llamado Rafa. En estos
días, aunque ella era la amada de uno de sus Siete, hizo
todo lo posible por recordar su condición de arcángel y
no la de su antiguo estudiante problemático.

Rafael no sintió ira por la familiaridad; nunca lo haría,


no con Jessamy. Sí, está en casa. Pero está herido. Tendré
que darle la noticia con cuidado.

Bookeater
Archangel´s Light
Seré un muro contra todos los demás, prometió Jessamy.

Dejándole esa confianza, se dirigió hacia la pequeña


fortaleza. Trace, un vampiro conocido por sus maneras
suaves y afables, se apartó de la puerta que había
estado vigilando. No dijo nada mientras abría la
puerta, pero sus ojos tenían el mismo tinte rojo que los
de Dmitri.

Toda la gente de Rafael estaba enojada.

Rafael no tuvo necesidad de pedir indicaciones para


llegar a Sachieri y Bathar. Podía sentir la rabia de Galen
como un latido en sus venas. A su derecha colgaba el
silencio aterrorizado de un grupo de personal. Los
miembros del escuadrón de Galen los miraba con ojos
despiadados. Esos ojos no se apartaron de su presa
incluso cuando Rafael entró en el espacio.

Dejando a los guerreros con su deber, voló hasta el


entrepiso, luego caminó hacia la habitación que
contenía a las dos personas que se habían atrevido a
llevarse a uno de los suyos.

Bookeater
Archangel´s Light
38

Los pálidos ojos verdes de Galen brillaron cuando vio a


Rafael, su ira era tan ardiente como su cabello.

Ve, Galen. Cuida de Lady Sharine con tu Jess. Asegúrate de


que nadie llegue a ella.

Yo lo vería.

No te metas en el camino de Keir, ¿y Galen? Prepárate. Lo


lastimaron.

Un breve asentimiento y Galen se marchó... pero Rafael


vio el brillo de las lágrimas en los ojos del maestro de
armas cuando se fue. Rafael sabía que el enorme
corazón del ángel estaba lleno de rabia, Galen era el
más volátil de los seis hombres en los que más
confiaba. Jessamy lo ayudaría a encontrar la
tranquilidad. Proteger a Lady Sharine promovería aún
más ese objetivo.

Cerró las puertas detrás de Galen, luego se volvió y


miró a Sachieri, la de los rizos dorados y los ojos azul

Bookeater
Archangel´s Light
cielo, estaba sentada en una pesada silla de madera,
con los brazos torcidos a la espalda y atados con
fuerza. Sus piernas estaban atadas a las patas de la
silla, cada tobillo asegurado con una soga. Estaba
vestida con un vestido de un blanco sedoso que fluía
como agua helada, excepto donde había sido atrapada
por los lazos alrededor de sus tobillos. El tono crema
de su piel se abultaba en rojo negruzco alrededor de las
cuerdas.

Sin duda, sus muñecas estaban igualmente


magulladas.

La mordaza alrededor de su boca se hundió en su piel


y sus ojos suplicaron a Rafael que la liberara. Sin
embargo, ella no podía tocar su mente, estaba
demasiado débil. Y aunque no lo hubiera estado, nadie
podría tocar la mente de un arcángel que él no
permitiera.

Ignorándola por el momento, miró al segundo


prisionero.

Bathar había sido atado como un cerdo y dejado en el


suelo, basura angelical tirada. Era un seguidor, siempre
lo había sido. Que Sachieri estaba detrás del

Bookeater
Archangel´s Light
encarcelamiento de Aodhan no estaba en duda, pero
eso no hizo que Bathar fuera menos culpable.

Tirando de otra silla, Rafael se sentó en un lugar desde


donde podía verlos a ambos, y donde ellos podían
verlo a él. ―Tomaste a uno de los míos, ―dijo con la
mayor calma. ―Lo que les haré a su vez hará olvidar
que alguna vez fueron seres sensibles, sus mentes y
cuerpos serán una ruina.

Usó el más mínimo golpe de poder para quemar la


mordaza de la boca de Sachieri.

Comenzó a balbucear de inmediato con esa bonita y


aguda voz que solía usar para parecer pequeña y débil.
De niña. ―¡Lo siento mucho, Arcángel Rafael! Yo no
quería hacerlo, ¡pero él me obligó!

Bathar se resistió en violenta protesta, haciendo


sonidos ahogados detrás de su mordaza.

― ¡No sabía que necesitaba la luz para sobrevivir!


―Sachieri continuó. ―Si lo supiera, ¡Me habría
asegurado de que tuviera más! ¡Traté de ayudarlo!

Bookeater
Archangel´s Light
Rafael sonrió y ambos ángeles se quedaron en silencio,
la sangre drenándose de sus caras. ―No necesitan sus
bocas para que yo sepa lo que ocurrió. Estoy
considerando borrarte la mandíbula inferior para
detener los lloriqueos, la mentira y la mendicidad.

Silencio ahora, ojos enormes.

Entró en sus mentes sin previo aviso. Mentes


pequeñas, débiles y codiciosas. Vio que Aodhan había
sido la obsesión de Sachieri, una obsesión que provocó
unos celos horribles en Bathar. Sachieri había
impulsado el crimen, sí, pero Bathar había participado
al máximo.

También vio cómo los dos ángeles débiles habían


capturado a Aodhan en primer lugar. Valiente de
corazón y tipo de carácter, había ido a ayudarla cuando
Sachieri fingió angustia: un ángel desesperado de alas
rotas varado en un tramo de tierra aislado entre dos
estaciones de transporte de mensajería. Ellos lo
acecharon lo suficiente para conocer su ruta de vuelo
favorita en esta ruta, habían estado dispuestos a
intentarlo una y otra vez hasta que lo hubieran
conseguido.

Bookeater
Archangel´s Light
Bathar, escondido en una piel que hacía imposible
verlo desde el aire, había disparado una saeta de
ballesta de alta resistencia en la garganta de Aodhan en
el instante en que él aterrizo. Mientras tanto, Sachieri
había recuperado la ballesta en la que había estado
acostada, y siguió ese primer golpe devastador con uno
en su corazón, mientras Bathar disparó otros dos
golpes en sus alas.

Las heridas, especialmente la herida del corazón,


habían sido suficientes para debilitarlo para el próximo
asalto: la extracción total de su corazón. Un ángel
podría sobrevivir a eso, especialmente un ángel de la
edad de Aodhan, pero no podía volverle a crecer su
corazón y luchar por su libertad al mismo tiempo.

Fue mientras estaba inconsciente que le cortaron las


alas y lo pusieron en una caja de hierro frío que luego
hicieron que un escuadrón de su personal trajera a su
hogar. Rafael tomó nota de todos y cada uno de esos
rostros, porque ellos, también pagarían. El escuadrón
había aterrizado dos veces durante el viaje, por lo que
Sachieri pudo brutalizar el corazón curándose de
Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
Una vez en la fortaleza, llevaron la caja de hierro al
interior a través de una pared de la que se habían
quitado algunos ladrillos. Luego la volvieron a
construir e inundaron la habitación... y la caja.

Un ángel gravemente herido no podia sanar mientras


su cuerpo luchaba contra el impulso de ahogarse.
Como arcángel, Rafael no sentiría ningún efecto
negativo por estar sumergido en agua, sus células se
habían desarrollado más allá de ese punto. Pero
Aodhan tenía sólo unos pocos siglos. Habría estado
aterrorizado, sus pulmones buscando aire y
encontrando solo agua.

Demasiado viejo para morir y demasiado joven para


sobrevivir sin una agonía implacable.

Los ojos de Rafael fueron al pecho de Sachieri, en el


relicario de forma ovalada de oro amarillo brillante que
se sentaba contra la exuberante crema de su piel.

Levantándose, se lo arrancó de la garganta, dejando


una línea de rojo húmedo.

Cuando abrió el relicario, fue para revelar una sola


pluma diminuta de brillante luz de diamante. La

Bookeater
Archangel´s Light
abofeteó con el dorso de la mano, tan fuerte que la
sangre salió volando de su boca y el hueso se
partió. Luego fue hacia su cómplice y le rompió un ala
en un solo movimiento.

Un grito ahogado y agudo, los ojos de Bathar rodando


hacia atrás en su cabeza.

Volviendo a su asiento, con la pluma de Aodhan


sostenida con cuidado en la mano, Rafael continuó
rastreando sus recuerdos. Keir, dijo cuándo se dio
cuenta del patrón de las lesiones, el corazón de Aodhan se
ha extraído con intervalos regulares. Le permitieron sanar lo
suficiente para que permaneciera consciente, pero nunca lo
suficiente como para volverse lo suficientemente fuerte para
luchar contra ellos.

También lo habría dejado demasiado débil para caer en


el sueño, no es que Aodhan hubiera tomado esa
elección. En su situación, con Sachieri y Bathar
babeando por sus respuestas, habría sido el
equivalente a un suicidio. Y Aodhan nunca les hubiera
dado a sus captores la satisfacción de pensar que lo
habían roto hasta el punto de la rendición fatal.

Bookeater
Archangel´s Light
Eso explica las cicatrices que estoy viendo, respondió Keir,
su voz cortante como la de un hombre que está
ocupado haciendo otra tarea. Los ángeles no dejan
cicatrices de esta manera. Descubre lo que le hicieron a su
piel y alas para que se pudrieran. Inmersión en el líquido por
sí solo, incluso la inmersión a largo plazo, no le hace esto a
nuestro cuerpo.

Recordando el balbuceo de Sachieri al principio, Rafael


hurgó en su mente como prueba. Necesita luz solar,
Keir. La necesita de una manera que el resto de nosotros
no. Luchó contra el impulso de volar al Ala Medica,
acunar a Aodhan en sus brazos y llevarlo a lo alto de la
atmósfera, hasta que ni siquiera una nube se
interpusiera entre él y el sol.

En cuanto a Sachieri y Bathar, habían descubierto la


necesidad de Aodhan mediante un proceso de prueba
y error cuando sus alas comenzaron a
deteriorarse. Entonces, cada seis meses, habían
derribado la pared de ladrillos para sacarlo a la luz del
sol. No lo suficiente para hacerlo fuerte. Apenas lo
suficiente para que no muriera.

Por supuesto que no lo sabríamos, murmuró Keir. ¿Por qué


lo haríamos? Nuestro Chispitas siempre ha tenido el sol en la

Bookeater
Archangel´s Light
piel. Me aseguraré de que su habitación esté llena de Luz
solar directa.

Rafael no transmitió el resto de lo que había aprendido:


que los dos malvados cobardes frente a él habían
usado el estado debilitado de Aodhan para tocarlo en
formas aborrecibles y no deseadas.

Esa curación tendría que venir después de la física. Y


tardaría mucho más. Porque, aunque Aodhan era
cariñoso con los que amaba, era exquisitamente
privado con todos los demás. Se cuidaba incluso con el
más intrascendente de los toques. Quizás porque toda
su vida, la gente había querido tocarlo, habían
intentado tocarlo.

Aodhan valoraba su capacidad para decidir a quién


quería tan cerca.

Sachieri y Bathar le habían robado esa elección, se la


habían robado de una manera que hizo brillar la mano
de Rafael, su necesidad de aniquilarlos casi
agobiante. Casi. ―Oh, no voy a matarte, ―dijo cuándo
un parche mojado se extendio en la parte delantera de
los pantalones de Bathar, y Sachieri comenzó a
lloriquear y suplicar de nuevo.

Bookeater
Archangel´s Light
Sonrió de nuevo. ―Primero, pediré a los maestros
artesanos que construyan una caja de hierro para cada
uno de ustedes, bordeada de púas e infestada de
arañas e insectos que pican, para que nunca puedan
descansar, que siempre los toquen. ―Como no le
habían permitido a Aodhan escapar de su toque. ―Se
meterán en sus bocas, se instalarán en sus orificios,
clavarán sus dientes en sus globos oculares.

Sachieri vomitó.

Ignorando el hedor, Rafael continuó. ―Entonces


enterraré esas cajas tan lejos bajo un peso de tierra y
piedra que sólo un arcángel tendrá el poder de
recuperarlos. Y les recuperaré. No pretendo que caigan
en un estupor y se pierdan la experiencia de ser
enterrado vivo.

― ¡Por favor! ―Sachieri gritó, su belleza se perdió en


una tracería de venas reventadas y cosméticos
manchados. ― ¡Lo lamentamos! ¡Es tan hermoso!
Nosotros sólo…

Rafael movió una mano y su boca inferior y la


mandíbula se rompieron en una salpicadura de sangre,

Bookeater
Archangel´s Light
huesos y carne. Su cabeza cayó. Levantó una ceja en
dirección a Bathar, luego quemó su mordaza con un
uso cuidadosamente modulado de poder
arcangélico... lo suficiente para quemar la primera capa
de su piel.

― ¿Quieres hablar?

Una sacudida convulsiva de su cabeza, sus ojos casi


salieron de su cabeza mientras luchaba por no gritar
ante la agonía alrededor de la carne roja de su boca.

―Una buena elección. Ahora, a despertar a tu


amante. ―Rafael clavó los dedos en su mente, y la
arrancó de la paz de la inconsciencia.

Después de tener toda la atención de sus ojos


inyectados en sangre y llenos de terror, golpeteó con
un dedo el brazo de su silla, la pluma de Aodhan
todavía estaba enrollada a salvo en su otra
mano. ―Nos quitaste a Aodhan por seiscientos
noventa y nueve días.

―Ahora, no soy tan severo como para hacerte cumplir


un año por cada día. ―Una pequeña sonrisa de
aparente aburrimiento. ―Eso sería tedioso después de

Bookeater
Archangel´s Light
un tiempo, ya que estarías tan loco que no entenderías
lo que está pasando.

Extendió sus alas, y las volvió a doblar. ―Y sería


despiadado no ofrecerte ninguna esperanza de
supervivencia. Por eso diré... un año por cada
mes. Veintitrés años no es tan largo en el esquema de
una vida inmortal.

Gratitud en dos pares de ojos llorosos.

Rafael se inclinó hacia adelante. ―Después de esos


años, si aún están cuerdos, ―dijo suavemente, ―Los
pondré a los dos en la misma caja, de madera esta vez,
para que tengan compañía mientras les llevo a una isla
lejos de todo lo demás, y les prendo fuego.

Un ángel tardaba mucho en morir quemado,


especialmente si el fuego estaba destinado a ser un
tormento lento de brasas. ―Solo te quemaré durante la
primera semana, luego les quemaré durante la
segunda, luego les quemaré hasta convertirlos en
cenizas durante los siguientes siete días. Apenas tres
semanas, luego la muerte. ¿No es eso misericordioso?

Bookeater
Archangel´s Light
Bathar gritó, mientras las lágrimas brotaban de los ojos
fijos de Sachieri.

En verdad, Rafael no esperaba que ninguna de sus


mentes sobreviviera ni siquiera el año. Eran gusanos
inútiles, sin valentía en ellos. Pero ellos ahora pasarían
el poco tiempo que tenían pensando en el otro horror
por venir. Y llegaría. Porque Rafael vigilaría sus
mentes y los desenterraría un instante antes de la
locura final.

Cada uno iría a la muerte sabiendo por qué crimen se


quemó.

Bookeater
Archangel´s Light

Debes entender, que para Aodhan, los Siete y


Rafael son familia, los lazos entre ellos van
más allá de la sangre y los huesos. Es algo
elemental.
― Lady Sharine

Bookeater
Archangel´s Light
39

Presente

Sólo diez minutos después de que Illium entrara en el


túnel con la comida, Aodhan vio un movimiento en los
árboles. Movimiento, advirtió.

La nieve había caído constantemente en el ínterin, y


había borrado durante mucho tiempo cualquier
evidencia del paso de Illium. Así que fue sobre un
suelo blanco prístino que el recién llegado dio un paso,
su cabeza girando de un lado a otro sobre un cuerpo
delgado y pequeño mientras corría hacia la caverna.

Su cabello era un río por su espalda que brillaba tan


blanco como la nieve.

Y sus alas... se arrastraban por la tierra fría, débiles y


retorcidas.

Entonces Aodhan vio que el ángel de abajo no tenía


plumas primarias.

Bookeater
Archangel´s Light
Con rabia zumbando en sus células, dijo: Prepárate,
Illium. El comenzó a descender en el mismo instante,
cuidándose de hacerlo en silencio.

El corredor había entrado en el túnel cuando


aterrizó. Un grito sonó incluso cuando sus botas
tocaron la nieve, seguido por el sonido de
movimiento... luego, un cuerpo relativamente ligero se
estrelló contra su pecho.

Aodhan tenía las manos del corredor esposadas a la


espalda antes de que pudiera arañarlo. ―No queremos
hacerte daño, ―dijo en la lengua que Lijuan había
utilizado con más frecuencia. Era un dialecto más
antiguo, pero toda la gente de Rafael lo dominaba con
fluidez, porque conocer a tu enemigo era la mayor
ventaja en la batalla.

La persona en su agarre continuó retorciéndose, los


largos mechones de sus finos cabellos blancos
oscureciendo sus facciones. Fue sólo cuando Illium
emergió y se hizo cargo de contener a su cautivo que
Aodhan pudo ver lo suficiente para…

Respiro hondo.

Bookeater
Archangel´s Light
Esta persona llevaba la cara de Lijuan... en un cuerpo
masculino. Ángulos un poco más duros, pero los
mismos ojos gris perla, la misma piel blanca, la misma
proporción en los rasgos. ― ¿Era el Arcángel Lijuan tu
madre? ― preguntó al niño, porque era un niño.
Joven. Tal vez catorce en años humanos, lo que lo
pondría en unos setenta o más en términos angelicales.

El chico le escupió.

Evitando la saliva con un pequeño movimiento porque


había estado esperando un asalto de algún tipo, el niño
era una criatura atrapada y asustada, Aodhan le habló
a Illium. ―Vamos a llevarlo a la fortaleza, sacarlo del
frío. ―Todo lo demás podía esperar.

Illium negó con la cabeza. ―No podemos volar si no


coopera. Causara un accidente.

Una repentina inmovilidad temblorosa en el chico.


Aodhan se dio cuenta de que Illium había continuado
hablando en la lengua favorita de Lijuan, y el niño
había comprendido. Sus ojos fueron a esas alas
atrofiadas, la rabia dentro de él era una cosa fría y

Bookeater
Archangel´s Light
enrollada nacida de un ataúd de hierro oscuro y
húmedo.

―Te llevaremos al cielo, ―dijo con una voz firme e


inflexible. ―Pero no podemos si sigues luchando.

El niño permaneció inmóvil. Casi como si estuviera


conteniendo la respiración.

Aodhan medio esperaba que Illium cuestionara si


podían confiar en el buen comportamiento abrupto del
niño, pero él dijo: ―Yo lo llevaré. ―Líneas blancas
alrededor de su boca, pero sus manos suavemente en
las muñecas del niño.

Eso era lo que el mundo nunca había entendido:


Aodhan podría ser el artista, pero era Illium, nacido
guerrero, quien tenía el corazón más suave y
vulnerable. Siempre estaba del lado de la víctima.

Está bien, Aodhan murmuró en la mente de su


amigo. Si no puedo soportar el toque de un niño roto y
herido, entonces no debería estar en la posición en la que
estoy.

Bookeater
Archangel´s Light
Las pestañas de Illium se levantaron, su mirada
inquisitiva y protectora, pero luego, dio un paso atrás,
soltando al niño. Volaré debajo de ti en caso de que entre en
pánico por estar en el cielo y tengas que dejarlo caer.

Aodhan no tenía intención de dejar caer a su pasajero,


pero sabía que Illium tenía razón. Si el chico
comenzaba a arañarlo... Aodhan todavía no lo soltaría.
Illium tenía que saber eso. Pero Illium también era un
salvador. No pudo evitarlo, su enorme corazón era su
mayor debilidad y su mayor fortaleza a la vez.
Pero... había retrocedido.

Frunciendo el ceño interiormente, Aodhan volvió su


atención al chico. ―Voy a tomarte en mis brazos para
poder llevarte.

No hubo respuesta, pero, aunque nadie lo sostenía


ahora, el chico no se movió.

―Empiezas a girar mientras estás en el aire,


aterrizamos y caminamos el resto del camino.

Nada, el niño una escultura con cabello a la luz de la


luna. Decidiendo que solo había una forma de
averiguar qué pasaría, Aodhan se inclinó y recogió el

Bookeater
Archangel´s Light
niño en sus brazos, un brazo debajo de sus rodillas, el
otro detrás de su espalda. Él no es tan ligero como
parece. Nada de peso para molestar a Aodhan, pero
valía la pena señalarlo. Ha comido lo suficiente como para
no morir de hambre.

Illium negó firmemente con la cabeza, refutando la


implicación de Aodhan sobre la presencia del niño en
la aldea. Aodhan deseaba poder estar tan seguro. Pero
sabía cómo la locura se deslizaba por tu cerebro en la
fría oscuridad. No estaba seguro de estar tan cuerdo
hoy si hubiera pasado un día más en ese ataúd de
hierro.

Este chico había crecido dentro de un ataúd así, a pesar


de que había sido una habitación.

Abriendo sus alas, Aodhan miró al chico. Aquellos ojos


sorprendentemente familiares se posaron en él antes de
apartarse. Incapaz de sentir nada más que una
simpatía protectora, Aodhan dejó sus preguntas a un
lado y tomó vuelo en la nieve que caía.

El niño se puso rígido en sus brazos.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan se aseguró de que su agarre fuera seguro,
luego voló a un ritmo mucho más lento de lo que era
capaz; si este niño nacido con alas nunca había tocado
el cielo, entonces esto sería una maravilla para él, y
Aodhan no lo interrumpiría.

azul salvaje debajo de él, Illium guardó silencio sobre


su ritmo pausado.

Ese corazón suyo. Rescatar gatitos, entablar amistad


con mortales... proteger a Aodhan.

A veces, Aodhan se preguntaba cómo podría Illium


sobrevivir a la inmortalidad con un corazón tan
vulnerable. Al mismo tiempo, sabía que ese mismo
corazón era la razón por la que Illium siempre sería el
mejor amigo que jamás tendría. A las personas que él
amaba, campanilla les daba todo. Demasiado. Hasta
que no quedaba nada para él mismo. Honestamente, el
hombre necesitaba un guardián, uno dispuesto a poner
a Illium primero.

Un pequeño sonido agudo del chico, pero cuando


Aodhan miró hacia abajo, no vio pánico en su rostro
delgado, sólo una especie de dolor retorcido

Bookeater
Archangel´s Light
entrelazado con asombro. Aodhan lo entendió, habló
para aliviar su agonía.

―Las alas angelicales pueden recuperarse incluso


después de haber sido removidas por completo. ―Por
todas las apariencias externas, el niño no tenía un
problema congénito, como Jessamy. Sus alas estaban
simplemente débiles por la falta de uso y por haber
sido cortadas. Aodhan había visto las cicatrices en las
puntas de las alas que indicaban una amputación, la
eliminación de toda esperanza de fuga.

El chico se encontró con su mirada, ojos gris perla


planos y desconfiados.

―Illium, el ángel de alas azules de abajo, perdió sus


alas en la batalla no mucho tiempo atrás. Tengo
imágenes de él sin alas. ―Aodhan habría odiado esas
imágenes, habría odiado la idea de que su campanilla
estuviera en tierra, si Illium no hubiera estado posando
con una capa extravagante y un sombrero de copa a
juego, un bastón brillante en la mano.

Las fotografías habían hecho sonreír a Aodhan incluso


cuando estaba furioso con Illium. En esas fotos, había
visto más coraje del que la mayoría jamás hubiera

Bookeater
Archangel´s Light
podido comprender. Illium no sólo se había estado
recuperando de graves heridas en ese momento, se
había estado recuperando de la reaparición del imbécil
de su padre. Y, aún así, se había negado a ser nadie
más que Illium.

Salvaje, abierto de corazón y rápido de ingenio.

La nieve cayó sobre el rostro del niño, pero no quitó los


copos, sus ojos fijos en Aodhan. Le recordó a Aodhan
como el joven Sameon, uno de los angelitos en el
Refugio, lo miraba a veces. Con la absorta atención de
un niño al que le cuentan un cuento.

Así que Aodhan siguió hablando.

Eres cientos de años más joven que Illium. Como


resultado, la recuperación llevará más tiempo.

―La falsa esperanza podría ser más dañina que la dura


verdad. ―Al comienzo de su cautiverio, Aodhan se
había aferrado a la esperanza de que podría acumular
fuerzas y escapar. Entonces sus captores lo habían
brutalizado una y otra vez.

Al final habían roto un pedazo de él.

Bookeater
Archangel´s Light
―También tendrás que fortalecer tu fuerza después,
―dijo. ―Incluso Illium tuvo que hacer eso, ―señaló
mientras sobrevolaban la aldea.

La cabeza del chico se giró sin previo aviso, su mirada


se dirigió hacia abajo. Pequeños maullidos surgieron
de su garganta, una mano tratando de llegar hacia
abajo.

Un aliento helado en el cuello de Aodhan. Illium, ¿ves


lo que está haciendo?

El ángel de alas azules miró hacia arriba, una capa de


nieve en su cabello y pestañas. Mierda. Conoce el
asentamiento y quiere lo que hay ahí abajo.

Con el estómago revuelto, Aodhan siguió volando. En


sus brazos, el chico se retorció para mirar de regreso al
asentamiento hasta que la cortina de nieve lo borró de
la vista. Pequeños sonidos desgarradores de pérdida
escaparon de su boca, sonidos que eran espeluznantes
e inquietantes, dado que parecía llorar.

Las luces de la fortaleza se enfocaron justo cuando la


nieve se levantaba en ferocidad; vio movimiento en el

Bookeater
Archangel´s Light
ala este, siluetas eficientes contra las ventanas. Le he
dicho a Li Wei que mantenga a su gente en el ala este y que
se asegure de que la gatita se queda con ellos.

Aterrizó, manteniendo las alas extendidas para


proteger al chico de las fuertes precipitaciones. Li Wei
dice que Kai estaba en la cocina preparando comida para
nosotros. Le he dicho que puede quedarse, pero que no debe
salir de la zona hasta que le damos el visto bueno. No será
difícil mantener al niño alejado de ella.

Había esperado una fuerte reacción de Illium sobre el


tema de la seguridad de Kai, pero, apartándose el pelo
cubierto de nieve de la cara, Illium se limitó a
asentir. Su atención estaba en el niño.

Quien gritó y comenzó a retorcerse y a arañar por


libertad en el instante en que Aodhan entró dentro de
los muros de la fortaleza. Aplastándolo fuerte contra su
propio cuerpo, Aodhan entró rápidamente en la
espaciosa sala de estar de techos altos que Suyin había
utilizado para reunirse con su gente.

Dejó al chico asustado junto a la enorme pared de


ventanas que daban al patio delantero donde habían
aterrizado.

Bookeater
Archangel´s Light
―No estás atrapado bajo tierra. ―Mantuvo las manos
sobre esos hombros huesudos. ―Puedes salir en
cualquier momento. ―Eso no era del todo cierto, no
teniendo en cuenta lo que sospechaban que él había
hecho, pero era bastante cierto que este lugar no era un
ataúd aislado de luz.

Illium ya estaba abriendo una de las ventanas.

El niño lanzó una mirada sospechosa en dirección a


Aodhan antes de lanzarse hacia la ventana y sacar la
mano afuera. La tiró hacia atrás después de unos pocos
segundos, miró la nieve en su palma. Hice lo mismo
tres veces más antes de exhalar.

Con el aliento desapareció el miedo primario en su


expresión.

Y cuando Aodhan le preguntó su nombre, respondió


con una voz dulce y clara.

―Zhou Jinhai.

***

Bookeater
Archangel´s Light
Illium se metió en la cocina mientras Aodhan estaba
junto al niño y hablaba en un tono tranquilo que
pareció casi hipnotizar a Jinhai.

Kai le sonrió desde detrás del gran banco de piedra en


el que estaba armando una bandeja.

―No he tenido la oportunidad de hacer una comida,


―comenzó, pero Illium negó con la cabeza.

―Esto está bien por ahora. ―Su cuello se erizó ante la


idea de dejar a Aodhan ahí afuera a solas con el
chico. Porque, aunque Jinhai podría ser un niño, y
aunque Illium quería encontrarlo inocente, tenía que
aceptar que había una alta probabilidad de que él fuera
una amenaza mortal.

Después de recoger la bandeja, dijo:

―Puedes regresar con el resto de personal. ―Sería más


fácil si él y Aodhan no tuvieran que preocuparse por
ella. ― ¿Smoke?

―La dejé con Li Wei. ―Una sonrisa en sus ojos, Kai


tocó el nudo de su delantal. ―No me importa
quedarme aquí.

Bookeater
Archangel´s Light
―Gracias, pero realmente tenemos que concentrarnos
en la situación. ―Todo su cuerpo se esforzaba por
estar de vuelta al lado de Aodhan. ―Podría ser
peligroso para ti el estar cerca, tendremos que dividir
nuestra atención.

Pareció que le tomó una eternidad quitarse el delantal.

―Quizás después de que estemos en la ciudadela


costera, ―dijo, poniéndolo en el mostrador, ―
¿tendrás tiempo de compartir una taza de hidromiel
conmigo? ―Ahí estaba, esa dulce audacia que le
recordaba mucho a Kaia.

Pero, dónde una invitación de su amante muerta hace


tiempo le habría hecho sonrojarse y asentir, todo lo que
sintió hoy fue una ola de irritación. Le había dado una
visión clara de la situación de seguridad, pero ella
seguía intentando coquetear. Sin embargo, eso no le
permitía ser duro con ella, no cuando ella sólo había
hecho la invitación porque él había coqueteado con ella
primero. No mucho. Pero suficiente.

Lo lamentaba ahora. No había tenido malas


intenciones y no había hecho nada para que se le

Bookeater
Archangel´s Light
acusara de haberla seducido, ya que había coqueteado
mucho más con otras personas sin que los sentimientos
se vieran afectados, pero a Illium no le gustaba
lastimar a las mujeres, ni siquiera un poco. Podría
haber respondido con un comentario juguetón que la
hubiera mantenido feliz hasta que descubriera lo que
sentía por esta mujer que era un eco del pasado... pero
ya lo sabía.

Lo había sabido desde el principio. Lo había sentido


desde el principio: una dulce y aguda nostalgia
entremezclada con afecto. Ningún rugido de
necesidad, de amor desgarrador.

Sólo una cosa vieja y desgastada y de una época


diferente en su vida.

Quitando su sorpresa inicial por su aparición, eso era


todo lo que quedaba.

Frunciendo el ceño interiormente ante el conocimiento


silencioso que se había estado negando a enfrentar, ya
que afrontarlo era alterar su forma, no obstante, se las
arregló para mantener su expresión cálida cuando dijo:

Bookeater
Archangel´s Light
―Creo que todos debemos levantar una copa
juntos. Después de viajar juntos a la costa, seremos
amigos rápidamente.

Una sonrisa se desvaneció, pero al igual que con Kaia,


audaz y decidida, ella no era una mujer para renunciar
a lo que quería.

―Por favor, llámame si necesitas ayuda, Illium, te


responderé de inmediato.

Sólo después de que ella se dirigió a salvo por las


escaleras, se trasladó al salón. No se dio cuenta de que
había estado conteniendo la respiración mentalmente
hasta que vio a Aodhan sano y salvo.

Bookeater
Archangel´s Light
40

Aodhan había terminado de encender el fuego ya


preparado en la chimenea cuando Illium reapareció
con una bandeja llena de comida. Los músculos de su
estómago se aflojaron. Eso no había tomado mucho
tiempo, sin considerar el hecho de que Illium había
estado con Kai.

Pasando por donde estaba Aodhan cerca de la


chimenea, mientras Jinhai estaba presionado contra las
ventanas. Illium mantuvo la voz baja mientras decía:

― ¿Dijo algo más?

Aodhan luchó contra el impulso de pasar su mano


sobre el ala de Illium, la necesidad posesiva hizo que
su cara se ruborizara. Era estúpido estar irritado por
Kai; ella no era Kaia, quien había tratado a Illium con
tanta falta de cuidado. Y no era como si la joven mortal
pudiera quitarle Illium a Aodhan. Los dos habían sido
amigos durante demasiado tiempo, el vínculo entre
ellos era inquebrantable.

Bookeater
Archangel´s Light
―Jinhai, ―le dijo a su amigo, ―era el nombre de su
abuelo, el padre de Lijuan.

Aodhan asintió cuando Illium arqueó una ceja en una


pregunta silenciosa.

―Es verdad. Suyin mencionó el nombre una vez


cuando hablábamos de su familia más amplia. El
mayor de los Jinhai lleva durmiendo un eón.

Asintiendo, Illium fue a poner la bandeja en una mesa


cerca de las ventanas que Aodhan había notado ya
tenía una jarra de agua fresca y tres vasos. Sin duda
obra de Kai. Dado que no tenía idea de que volverían
con Jinhai, debió haber estado esperando una
invitación para unirse a ellos en la comida.

Haciendo caso omiso de una renovada oleada de


irritación, Aodhan se unió a Illium y ambos tomaron
asiento. ―Come, ―le dijo a Jinhai, y tomó una
rebanada de pan, en la que comenzó a apilar queso,
carne en rodajas y más.

Jinhai miró con cautela durante un segundo, luego se


apresuró a unirse a ellos. Sus modales en la mesa eran
impecables. Quizás no sea una sorpresa. Antes de caer

Bookeater
Archangel´s Light
en la obsesión, Lijuan había sido un arcángel de gran
conocimiento y cultura, su crueldad enseñada por la
inteligencia. Había enterrado a su hijo en esa caverna...
pero también le había proporcionado ropa, lecciones,
idioma.

―Come despacio, ―le ordenó Illium cuando el niño


comenzó a meter comida en su boca. ―De lo contrario,
simplemente lo vomitarás todo de nuevo.

Jinhai se había congelado ante las primeras palabras de


Illium, pero cuando eso fue todo lo que dijo, el niño
siguió comiendo, pero a un ritmo más razonable.

Aodhan acercó su mente a la de Illium. Parece


demasiado asustado para haber hecho lo que les hicieron a los
aldeanos. Al menos algunos de ellos hubieran intentado
luchar.

Inclinándose en su silla, Illium se frotó la cara. Chispitas


quiero que sea inocente... pero esa gente vivía en un mundo
donde creían que Lijuan era una diosa. ¿Cómo crees que
habrían reaccionado a un aparente ángel joven asustado y
hambriento con las alas rotas? ¿Especialmente uno que es
tan claramente el hijo de su diosa?

Bookeater
Archangel´s Light
Levantó la mano antes de que Aodhan pudiera
responder. Incluso si el pueblo hubiera sido establecido
como la cocina de Jinhai y el hogar de sus guardias, no creo
que todos los residentes estuvieran al tanto de su
existencia. Yo diría que, a lo sumo, tenían conocimiento de
una prisión cercana donde algunos vecinos iban a trabajar, y
eso era todo, y sabemos que Lijuan inspiró devoción. Los
guardias encargados del conocimiento habrían mantenido la
boca cerrada.

La mano de Aodhan apretó el vaso de agua que


acababa de servir, porque el pensamiento de Illium se
alineaba con el suyo. No había ninguna razón para que
Lijuan confiara este secreto a todo un pueblo; cuanta
más gente supiera, mayor sería la posibilidad de una
fuga accidental.

Los demás habrían considerado su repentina aparición como


una bendición, un signo del regreso triunfal de
Lijuan. Aodhan miró una vez más al chico. ¿Crees que es
capaz de ser tan astuto?

El rostro de Illium se contrajo. No tengo ni puta idea de


qué diablos está pasando. Se levantó, volvió a la cocina,
volvió con una botella de hidromiel y dos vasos nuevos
que llenó, uno para él, otro para Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
―Para ti todavía no, ―le dijo a Jinhai. ―El hidromiel
es un rito de iniciación después de alcanzar la mayoría
de edad.

El chico no dijo nada, más interesado en su comida.

Si bien el vino de miel era un rito de iniciación, no hizo


nada a los sistemas angelicales. El sabor, sin embargo,
era agradable y familiar desde su juventud. Esta oscura
mañana, amenazó con enviar a Aodhan de regreso a
una fiesta hace mucho tiempo, cuando él e Illium
habían sido ángeles jóvenes y larguiruchos que estaban
encontrando sus pies. Fue durante esa fiesta que tuvo
su primera experiencia sensual que había ido más allá
de los besos; había sido una cosa de rubor y deleite y
toques exploratorios de piel sobre piel en el hueco
secreto detrás de una gran roca.

Aodhan había visto recientemente a ese guerrero,


porque ahora era parte de uno de los escuadrones de
Caliane, y ambos habían sonreído ante el recuerdo
juvenil que había envejecido bien. El guerrero estaba
ahora muy enamorado de una de las doncellas
angelicales, y se había sonrojado de felicidad cuando
hablaba de ella.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan había sentido una ola de profunda alegría por
el otro hombre, porque él ayudó a Aodhan en su hora
más oscura sin siquiera saberlo. El recuerdo de su
alegría compartida hace mucho tiempo, y otras afines a
ella, de un toque íntimo que era bienvenido, de abrazos
desenfrenados y abrazos de Illium, cariñosas
palmaditas en la mejilla de Eh―ma, incluso las
distraídas caricias del cabello de sus padres... los había
repetido una y otra vez en su mente durante su
cautiverio como un recordatorio de que no todo
contacto era indeseado. No todo toque hacía que su
piel se erizara. No todo contacto era una violación.

No había funcionado para protegerse de las cicatrices


psíquicas, no durante dos siglos. Pero había tenido los
recuerdos con él en ese momento de dolor y horror, y
los tenía como base sobre la cual pararse cuando por
fin comenzara a sanar.

Jinhai, por otro lado...

No había buenos recuerdos de besos juveniles


ruborizados o exploraciones torpes para él, ningún
recuerdo de alegría en absoluto. Por supuesto, todo era
relativo.

Bookeater
Archangel´s Light
Podría ser que las visitas de Lijuan hubieran sido lo
más alegre en su existencia.

Le odio más cada vez que lo miro.

Los ojos de Illium se encontraron con los


suyos. Sí. Sabía que ella era un monstruo, pero esto...

Jinhai siguió comiendo.

Sin embargo, de vez en cuando miraba por la


ventana. Tres veces se levantó, metió la mano a través
de la ventana que Illium había dejado entreabierta,
luego volvió a la mesa. Para cuando se reclinó en su
silla, se había comido lo que en realidad era una
pequeña cantidad de comida para un ángel de su edad:
el crecimiento inmortal de la infancia requería
combustible, por lo que los ángeles jóvenes tendían a
comer.

Aún así, parecía saciado. Acababa de romper la boca


en un enorme bostezo cuando el reloj en la muñeca de
Illium hizo un ruido que llamó su atención.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium miró hacia abajo, tocó la pantalla con un dedo
varias veces y luego se quitó el dispositivo.

―Aquí. ―Se lo tendió a Jinhai. ― ¿Lo quieres?

El chico vaciló.

Illium sonrió, esa sonrisa traviesa y juguetona que


encantó al mundo e hizo que Aodhan moviera la
cabeza con afecto. ―Déjame mostrarte algo.

Tocó la pantalla una vez para que apareciera una


imagen de bloques. Cuando tocó de nuevo, los bloques
se derrumbaron.

―Usa tus dedos para moverlos y colocarlos en su


lugar.

Por lo que Aodhan e Illium habían descubierto en la


caverna, Jinhai no había sido expuesto a la tecnología
actual, pero aprendió el juego en minutos. Illium
continuó dándole instrucciones con la cálida paciencia
que lo convirtió en el favorito de los niños y las
criaturas pequeñas, hasta que incluso este niño
levantado en la fría oscuridad le ofreció una pequeña
sonrisa.

Bookeater
Archangel´s Light
Otra conquista, pensó Aodhan con una sonrisa interior
mientras se inclinaba hacia atrás y dejaba que su amigo
se hiciera cargo. Su hermana le había preguntado una
vez si alguna vez se ponía celoso de la forma en que
Illium hacía amigos y encantaba a la gente donde
quiera que fuera.

La idea había sido un concepto tan extraño para él que


se había limitado a mirarla. El corazón de Illium, su
alegría desenfrenada por la vida, su alegría, todas las
cosas que lo hacían tan atractivo para los demás, eran
las mismas cosas que habían atraído a Aodhan hacia él.
Todavía podía recordar a Illium acercándose a él,
preguntándole si quería ir a jugar. Aodhan nunca pudo
haber sido tan valiente; él había sido uno de los que se
aparta y miraban el mundo.

No, nunca había envidiado la forma en que Illium


trataba a la gente. Adoraba esa parte de él tanto como
lo hacía con todas las partes que la mayor parte del
mundo nunca vio, incluso cuando el ángel de alas
Azules lo empujó al límite de la resistencia.

Frente a él, Jinhai luchó contra los párpados pesados.

Bookeater
Archangel´s Light
―Puedes jugar después de un descanso, ―murmuró
Aodhan. ―Si quieres, traemos mantas y almohadas
para que puedas dormir junto a las ventanas.

Un asentimiento irregular fue la respuesta.

Dejando a Illium con él, Aodhan fue a buscar la ropa


de cama. Regresó para encontrar a Jinhai escondido en
un gran rincón de la ventana que presumía de un
asiento acolchado. Ésta era una antigua fortaleza: el
frío tenía que atravesar el vidrio, pero el chico se había
vuelto en esa dirección, curvando el cuerpo hacia
adentro. El reloj estaba en su muñeca izquierda, su
mano derecha ahuecada posesivamente sobre él
incluso mientras dormía.

No se movió cuando Aodhan colocó una almohada


debajo de su cabeza y lo cubrió con las
mantas. Después, él e Illium se acercaron al fuego,
desde donde el chico no tenía esperanzas de escuchar
su conversación. ―¿Puede hacer algo peligroso con ese
reloj?

―No, ―dijo Illium. ―Bloqueé todo excepto los juegos


y el GPS rastreador. No tenemos que tenerlo a la vista

Bookeater
Archangel´s Light
mientras tenga eso en su muñeca. Puedo encontrarlo
usando mi teléfono.

Campanilla inteligente.

―No podrá llegar muy lejos con esta nieve, de todos


modos. ―Ahora estaba cayendo en cantidad. ―Para
bien o para mal, estamos atrapados aquí. ―Él e Illium
eran lo suficientemente poderosos como para volar a
través de la nieve, pero no con Jinhai y el personal.

―La gente de Li Wei puede entrar a la cocina si es


necesario, ―Illium comenzó, pero Aodhan negó con la
cabeza.

―Hablé con ella cuando fui a buscar la ropa de cama.


Todos los que necesitara comida, comieron mucho
antes de nuestro regreso, y los vampiros también se
alimentaron. ―Li Wei tenía un horario y su equipo
sabía seguirlo. ―Los que tenían el turno de cambio ya
están todos dormidos, mientras que el resto de ellos
tiene la intención de continuar su trabajo en el ala este;
no necesitarán desayunar durante al menos dos horas
más.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Y tú? ―Illium se pasó una mano por el pelo. ―
¿Listo para una comida adecuada? Esa bandeja no
estaba lo suficiente cerca para mí.

―Sí, y necesitas un corte de pelo. ―Tiró de las hebras


que ya habían caído sobre el ojo de Illium.

Una sonrisa torcida.

―Recuerdas esa vez...

―... cuando éramos pequeños y te corté el


pelo? ―Sacudió su cabeza cuando Illium
sonrió. ―No. Eh-ma no perdonaría semejante masacre
por segunda vez.

Risa malvada en el oro envejecido.

―Vamos, miedoso, vamos a comer. ―Su ala rozó el


pecho de Aodhan mientras pasaba.

Contento... simplemente feliz, Aodhan lo siguió a la


cocina, pero se aseguró de dejar la puerta
entreabierta. No creía que Jinhai estuviera de humor
para intentar escapar, pero podría entrar en pánico al

Bookeater
Archangel´s Light
despertarse solo. Al menos de esa manera oiría los
sonidos de sus voces, sería capaz de encontrarlos.

―Sí, vamos, ―dijo una vez que estuvo en la cocina


propiamente dicha. ―No he comido correctamente
durante unos días.

Para entonces, Illium se había movido lo suficiente


alrededor del mostrador como para que Aodhan
pudiera verlo, por lo que captó la repentina tensión en
su mandíbula.

Entrecerró los ojos.

― ¿Qué?

―Nada.

―Parece que estás a punto de morderte la lengua por


la mitad.

Un encogimiento de hombros, la fluida ondulación de


los músculos.

―Alguien sigue mordiéndome la cabeza por atreverme


a preocuparme, así que relájate. ―Hizo la mímica de

Bookeater
Archangel´s Light
cerrarse la boca, pero esos ojos dorados estaban
hablando mucho.

Provocado, Aodhan murmuró:

―Extrañas a Kai, ¿verdad?

― ¿Qué? ―Illium frunció el ceño. ―Como estaba


despierta cuando llegamos a casa, probablemente está
dormida ahora.

Aodhan esperaba ver anhelo en el rostro de Illium ante


el recordatorio de la mujer mortal. Todo lo que vio fue
irritación. Dirigida directamente a Aodhan.

―No te voy a arrancar la cabeza, ―dijo mientras


reunían suministros para el enorme bocadillo al que
ambos eran aficionados.

Illium tarareó una alegre melodía y lo ignoró.

Illium.

Su amigo abrió un rollo de salami que uno de los


mortales había preparado con carne de caza.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Quieres un pedazo de esto? ―Golpeó el salami
como si le hubiera hecho un insulto personal.

Con el temperamento ema flor de piel, Aodhan apretó


la mano alrededor de la muñeca de Illium. Ésta se
flexiono bajo su toque, fuerte y con los tendones
tensos. Pero Illium no hizo ningún gesto
violento. Simplemente dijo:

―Necesito mi mano para cortar esto.

Era la segunda vez que Illium rechazaba el contacto


con él y lo odiaba tanto como la primera vez. A pesar
de todo, se obligó a abrir los dedos. ― ¿Qué te
pasa? ―espetó mientras partía por la mitad una gran
barra de pan de masa madre. ―Pensé que estábamos...

―Estás demasiado cerca.

Aodhan no era un hombre inclinado al mal


genio. Excepto con Illium. Así que bien, ¿Azul quería
pelear? ¡Lucharían hasta que resolvieran esto!

Bookeater
Archangel´s Light
41

― ¿Sabes qué? ―dijo―. ¡Tienes un maldito palo en el


trasero desde que aterrizaste en China y lo he
superado!

Illium golpeó con la punta del cuchillo el taco de


madera y se volvió hacia Aodhan. ― ¿Tengo un palo en
mi trasero? ―Sus ojos brillaban de una manera que
debería haber sido imposible para cualquiera que no
fuera un arcángel.

Aquello aterrorizó a Aodhan, no por él mismo, sino


por Illium. Era muy joven, demasiado joven. Y estaba
claro como el cristal que no había reclamado los dones
que la Cascada había tratado de imponerle. El poder
permanecía en sus venas; esas venas brillaban
suavemente contra su piel incluso ahora.

Pero Aodhan estaba demasiado enojado para


distraerse con la inquietante y hermosa vista.

―Me has estado gruñendo desde el puto minuto en


que aterrizaste.

Bookeater
Archangel´s Light
―Lo he hecho. No. ―Illium se tocó el pecho con un
dedo señalado. ―He sido extremadamente educado,
grandísimo idiota. ―Luego se volvió hacia la tabla,
sacó el cuchillo y comenzó a cortar el salami con tal
velocidad que Aodhan no se atrevía a interrumpirlo,
para que no se lastimara.

Sin embargo, levantó las manos.

― ¡Esa es tu versión de pelear conmigo y lo sabes!


―señaló. ―La última vez que fuiste educado conmigo
fue cuando estaba con Ylir.

―Eso es porque Ylir era un capullo que te trataba


como a un trofeo brillante. ―La voz de Illium se
entrecortó por un segundo. ―Él es la maldita razón
por la que nos peleamos y te fuiste solo ese día. Estuve
fuera de servicio dura una semana, se suponía que
tenía que ir contigo en ese viaje de mensajería.

Aodhan parpadeó, nunca lo había pensado de esa


manera.

― ¡Habrían esperado hasta la próxima vez que


estuviera solo, idiota! ¡Eran acosadores! ―Sachieri y

Bookeater
Archangel´s Light
Bathar le habían contado todos sus planes, todo lo que
habían hecho para prepararse para atraparlo. ―¡No me
digas que te has sentido culpable por eso o te juro que
te patearé ese trasero azul!

―Mi trasero no es azul. A diferencia del tuyo, tampoco


brilla.

―Oh, muy maduro. Veo cómo estás evitando el


tema. ―Ya se ocuparía de la culpabilidad mal
entendida de Illium antes de que esto terminara,
porque todo era parte de lo mismo.

Habiendo terminado de cortar el salami, Illium ahora


comenzó a cortar la carne indefensa en cuadrados
diminutos y precisos.

―Estabas todo 'Oh, Ylir es tan guapo, Oh, Illium, sólo


me llama guapo porque me quiere. ―Un giro de
ojos. ―¡Eras un puto guerrero de sangre y él te estaba
llamando lindo y te daba palmaditas en la cabeza!

― ¡No me llamó lindo! ―Aodhan argumentó.

―Casi.

Bookeater
Archangel´s Light
Era exasperante, pero Aodhan en realidad no podía
discutirlo. Porque Illium tenía razón. En el idioma que
habían usado en ese momento, había sido una palabra
que sonaba como “lindo”.

―Deja de intentar distraerme. Estamos hablando de ti


no de Ylir.

―Estás hablando de algo. Sólo estoy tratando de hacer


mi maldito emparedado. ―Finalmente dejó de cortar
para mirar hacia abajo a su masa de salami
pulverizado. ―Mierda. ―Cogió un sartén y lo puso en
el fuego. ―Supongo que ahora comeré picadillo.

Luchando contra el impulso de sacudirlo, Aodhan se


acercó a la puerta de la sala de estar y miró hacia
afuera. Jinhai todavía estaba profundamente dormido,
su respiración era tan profunda y uniforme que estaba
claro que no corría peligro de despertar.

Regresó al lado de Illium en el mostrador, recogiendo


una cebolla de una canasta en el camino. Cuando la
arrojo sin previo aviso, Illium disparó una mano y la
cogió, empezó a pelarla con despiadada eficacia. Los
dos sabían cocinar; era parte del entrenamiento para

Bookeater
Archangel´s Light
todos los ángeles jóvenes, independientemente de la
vocación.

―Veo que sigues comiendo cebollas como si se fueran


a extinguir, ―dijo cuándo Illium no hablo.

―Tal vez mi aliento a cebolla te haga mantener la


distancia.

Con ganas de gritar, Aodhan comenzó a preparar su


sándwich. Puso queso, encurtidos, cualquier otra cosa
que tuviera a mano sin pensar realmente en eso.

― ¿De verdad? ―Murmuró Illium. ― ¿Ahora te


gustan las aceitunas negras? ¿Qué? ¿Suyin te enseñó a
apreciarlas?

Aodhan miró hacia abajo, vio que, de hecho, había


agregado las odiadas aceitunas negras a su sándwich.
Una vez, pudo haberse mantenido firme y forzado las
aceitunas sólo para demostrarle a Illium que no lo
sabía todo, pero había superado eso cuando recibió su
primera espada de madera.

Cogió las aceitunas sin semillas y las puso en el plato


de Illium.

Bookeater
Archangel´s Light
Poniendo los ojos en blanco, Illium se comió dos, luego
continuó haciendo su monstruosidad de mezcla de
salami, cebolla y quién sabe qué más, y no hablo.

Aodhan rara vez había visto a su amigo de este tipo de


humor, pero cuando sucedía, tendía a pasar rápido.
Hoy, no mostró signos de desvanecimiento.

Aodhan se dio cuenta demasiado tarde de que esto era


serio.

― ¿Vas a decirme lo que hice?

***

Los hombros de Illium se anudaron ante la pregunta


tranquila. Había estado listo para seguir luchando todo
el tiempo que fuera necesario; era más fácil mantener a
Aodhan a distancia con sarcasmos y mordiscos que
enfrentar lo mucho que el otro ángel lo había
lastimado.

Había pensado que lo había superado, que, dado su


renovado consuelo el uno con el otro: podrían volver a
su relación anterior, pero luego había tenido que

Bookeater
Archangel´s Light
morderse la lengua contra su tendencia natural a
cuidar de las personas que le importaban, como
Aodhan le importaba tan profundamente. Y se había
dado cuenta de que nada era igual. Él y Aodhan, no
podían simplemente ignorar el año pasado y más.

Pero las palabras se le atascaron en la garganta,


demasiado grandes para decirlas.

Se centró en su creación culinaria con una atención que


era casi cegadora. Como la mayoría de los guerreros,
podía comer cualquier cosa. Aodhan comería incluso
aceitunas si necesitaba hacerlo para sobrevivir.
Entonces, en realidad, no estaba pensando en lo que
estaba echando en lo que había decidido llamar un
guiso.

Sonaba mejor que "joder con el salami".

Un eco de la risa de Ellie en su mente, cómo ella habría


sonreído y le habría dicho que debería apegarse a ese
nombre por el desastre de su creación. Pero el
pensamiento fue una distracción fugaz, su piel ardía
por la fuerza de la atención de Aodhan.

―Deja de mirarme.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Ahora ni siquiera puedo mirarte? ―Aodhan era el
que tenía un cuchillo esta vez, y golpeó un trozo
gigante de la masa fermentada que había partido por la
mitad. ― ¿Qué sigue, me vas a desterrar a mi
habitación? No funcionará. Me desterré durante
doscientos años y no voy a volver allí.

La mano de Illium apretó el asa del sartén antes de


girar para sujetar a Aodhan con una mirada incrédula.

― ¿Estás haciendo malas bromas sobre algo de lo que


te negaste a hablar durante malditos siglos? ¿Qué ha
cambiado? Déjame adivinar. Tú y Suyin se abrieron el
uno al otro, tuvieron una larga conversación de
corazón a corazón.

―Si lo hiciéramos, ¿Por qué sería asunto tuyo?

Illium arrojó algo más a su furioso guiso. ¿Chiles


picantes? ¿Canela? ¿Quién diablos lo sabía? ¿A quién
diablos le importaba?

―No lo es ―dijo, incluso mientras su respiración se


aceleraba. ―No es de mi incumbencia en absoluto.
Solo he sido tu amigo durante quinientos putos años.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¡Suficiente! ―Un tono en la voz de Aodhan que
Illium había escuchado muy, muy raras veces durante
sus muchos años de amistad.

Entonces apagó la estufa con mano decisiva y se movió


para que estuvieran cara a cara, dedo a dedo. Con la
ligera ventaja de altura de Aodhan, no estaban
exactamente frente a frente, y el hecho de que tuviera
que inclinar la cabeza hacia atrás una fracción para
encontrar la translucidez azul verdosa de la mirada
enfurecida de Aodhan enfureció aún más a Illium.

― ¿Qué te pasa? ―Aodhan mordió, toda la luz


brillante ardiendo con emoción. ― ¿Por qué estas tan
enojado? Has estado enojado desde el momento en que
aterrizaste, y ambos lo sabemos, así que no intentes
negarlo.

Illium no estaba dispuesto a mendigar atención, a


nadie, y especialmente no de Aodhan, a cuyo lado
había estado en las buenas y en las malas, en el dolor y
la esperanza. Pero tampoco iba a permitir que su
amigo le achacara el actual estado de mierda de su
relación.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿De repente te interesa cómo me va? Es gracioso,
cuando estuviste bien ignorándome durante todo un
año. Supongo que olvidaste cómo escribir cartas o
hacer llamadas telefónicas. ―Se dio una palmada en la
frente. ―Oh, es mi culpa, no lo olvidaste. Simplemente
no estaba en tu lista. ―Entonces, a pesar de sus ganas
de tocar a Aodhan, incluso si era para empujarlo, dio
un paso atrás. ―Te la estoy dando, la distancia que
dejaste claro que querías. Ahora quítate de mi vista
para que pueda terminar de hacer mi comida.

***

Las excusas revolotearon a través de la mente de


Aodhan, algunas de ellas incluso creíbles, pero las
apartó todas, tenía la piel caliente. Él había congelado a
Illium durante los últimos meses. Había sido un acto
de autoprotección impulsado por una furiosa
desesperación, y había sido una cobardía que lo
avergonzaba.

―No me soltabas, Azul, ―se encontró admitiendo, con


angustia en su voz. ―Te aferraste tan fuerte que no
pude respirar.

Bookeater
Archangel´s Light
El rostro de Illium se puso pálido, la chispa se
desvaneció de sus ojos cuando dejó caer el pimiento
rojo que había estado sosteniendo en la tabla de cortar.

―Realmente me ves como una jaula.

Las palabras susurradas golpearon a Aodhan como un


golpe en el plexo solar.

― ¡No! ¡No! ―Fue a agarrar los hombros de Illium,


pero el otro hombre retrocedió a trompicones, su gracia
legendaria no se evidenció en ninguna parte y su mano
se aferró al mostrador a su izquierda para mantener el
equilibrio.

―Mierda. ―Aodhan se giró para golpear con las


manos el mostrador. ―Seguiste cuidando de mí. ―Miró
a Illium para ver incomprensión en su rostro.
―Necesité que me cuidaran durante mucho tiempo, lo
acepto.

Odiaba en lo que se había convertido en esos años


después de su captura, lo odiaba, y finalmente había
asumido la responsabilidad de sus acciones.
Solamente, Azul, se negó a ver eso.

Bookeater
Archangel´s Light
―Pero ya no necesito ese tipo de atención,
―espetó. ―Soy un ángel guerrero en el que confías
para cuidarte las espaldas en cualquier batalla, ¿pero
en cualquier otra cosa? Me cuestionas, tratas de
comprobar mis instintos, intentas envolverme en
algodón.

― ¿Cuidarte es un crimen ahora? ―Illium espetó, su


mano enpuñadas en el mostrador, y sus alas
agrupadas.

A Aodhan le devastó herir a Illium, pero tenían que


abrir este forúnculo para eliminar el veneno de acción
lenta.

―Recuerdas esa pelea que tuvimos, yo tenía


información sobre el Luminata a través de mis
contactos, y caíste sobre mí como una tonelada de
ladrillos.

Aodhan todavía podía recordar la rabia que lo había


escaldado después.

―Como si todavía fuera ese ángel roto en la


enfermería, incapaz de defenderme, mi mente tan
herida que no era más que una presa.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium tragó saliva, tenía la mirada amoratada, pero la
chispa se había vuelto a encender.

― ¿Sabes lo difícil que fue para mí verte luchar para


volver a ser tú mismo? ―Emoción cruda en cada
palabra. ― ¿Ahora estás enojado conmigo por ser
protector?

―Sí. ―Aodhan no iba a retroceder, no en este


punto. ―Si quieres que sigamos siendo amigos, no
puedes hacer la mierda protectora, Azul. No tengo la
capacidad para afrontarlo más. ―Era como si se
hubiera despertado de un largo sueño y cualquier
indicio de ser mimado o protegido lo enfurecía. ―Me
recuerda lo fui durante mucho tiempo, ¡y odio a esa
criatura patética!

Con los ojos encendidos, Illium se acercó.

― ¡No te atrevas a hablar de ti mismo de esa manera!


―Frunció el ceño, ya no estaba distante ahora que
estaba defendiendo a Aodhan. ―Sobreviviste a un mal
que hubiera matado a otros ángeles!

Bookeater
Archangel´s Light
A Aodhan le habían dicho eso una y otra vez, y no
importaba.

―Dejé que esos bastardos me marcaran hasta el punto


de ponerme a mí mismo en una jaula. ―Golpeó un
puño en contra su pecho, su ira era una cosa ardiente y
dura que cortaba. ―Pero por fin me he liberado y no
dejaré que nadie más me vuelva a meter en una caja.
Cualquier maldita caja.

Illium cruzó los brazos y flexionó los bíceps.

―Preocuparme por ti lo suficiente como para cuidarte


no es tratar de controlarte, ―argumentó, con rayas
rojas de color en sus pómulos―. Es lo que la gente
normal hace por sus seres queridos.

― ¿Oh? ―Aodhan se puso de pie y miró a su


amigo. ―Cuando fue la última vez que me permitiste
hacer algo que te protegiera?

―Cuando el imbécil de mi padre decidió reaparecer


como un mal olor, ―Illium replicó―. ¿O fue otro ángel
brillante el que cayó del cielo a la azotea de mi madre?

Bookeater
Archangel´s Light
―Escúchate a ti mismo. Lo tenías en la punta de la
lengua porque es una de las pocas veces en doscientos
años en las que no he estado tomando sino dando.

Las cejas de Illium bajaron. ―No eres un receptor,


Aodhan. Si hay algo que sé, es eso. Regalas tu
arte. Regalas tu tiempo. ¡Te mudaste al caldero de la
muerte porque Suyin necesitaba un segundo!

― ¿Caldero de la muerte?

Un encogimiento de hombros.

―Fue lo único que se me ocurrió. Pero mi punto se


mantiene. No tomas, Aodhan. Das.

―Excepto cuando se trata de ti, ―susurró Aodhan,


repentinamente exhausto. Apoyando ambas manos en
el mostrador, negó con la cabeza. ―Hemos caído en un
patrón en el que me proteges y me escudas del mundo,
Azul, y no lo aceptaré.

Esta vez, cuando levantó la mano y tocó un costado de


la cara de Illium, su amigo no se apartó. ―Nunca
estábamos desequilibrados antes de que me

Bookeater
Archangel´s Light
rompiera. Por eso funcionamos. Cada uno tan fuerte
como el otro.

La garganta de Illium se movió.

―Adi, no puedo evitar cuidar de mi gente. ―Una


súplica frustrada. ―Eso es lo que soy.

― ¿Lo eres? ¿O es alguien en quien has tenido que


convertirte? ―Lady Sharine estaba ahora despierta,
pero había estado dormida durante mucho, mucho
tiempo, Illium era su cuidador tanto como su hijo.
Luego había llegado Aodhan.

Dos de los pilares más importantes de la vida de Illium


se habían hecho añicos, y él usó sus anchos hombros
para sostenerlos.

―Es hora de que yo y Eh-ma nos paremos sobre


nuestros propios pies. ―Agarró a Illium con más
fuerza. ―Es hora de que seamos tu apoyo en lugar de
al revés.

―Nunca me importó, ―dijo Illium, levantando su


mano para agarrar la muñeca de Aodhan con una
mano fuerte callosa por el implacable trabajo de la

Bookeater
Archangel´s Light
espada. ―Ni por un solo instante. No cuando se
trataba de ti, y no cuando se trataba de mamá.

―Lo sé. ―Eso solo empeoró su crimen. Ellos


corrompieron la naturaleza generosa de Illium,
exacerbando su tendencia a dar hasta que nada quedo
para sí mismo.

El hecho de que fuera sin intención no alteraba el daño


causado.

―Lo sé, ―repitió. ―Pero mi necesidad de ese tipo de


protección está en el pasado ahora. ¿El hombre que soy
hoy? Lo que necesito es que me trates como a un igual,
como hiciste antes de Sachieri y Bathar.

Illium contuvo el aliento. ―Realmente estás listo para


hablar de eso. ―Hizo una mueca. ―Supongo que
debería dejar de criticar a Suyin y darle las gracias.

La actitud protectora de Illium hacia su gente siempre


había estado acompañada de una gran dosis de
posesividad. Si tenía un defecto, era ese. Y en el gran
esquema de las cosas, con su corazón generoso para
equilibrarlo, no era nada.

Bookeater
Archangel´s Light
―No le he dicho ni una palabra a Suyin sobre
esto. ―Aodhan apretó el lado de la cara del otro
hombre. ―Si alguna vez iba a hablar con alguien,
siempre ibas a ser tú. Siempre.

Las sencillas y sinceras palabras quedaron entre ellos,


como una ofrenda de paz.

Soltando su muñeca, Illium se volvió hacia su comida


abortada.

― ¿Quieres un tazón de estofado enojado? Podemos


sentarnos junto al fuego, y comer y tú puedes hablar si
quieres.

Aodhan luchó contra su impulso de erizarse, porque


allí estaba Illium, cuidando de él de nuevo... pero
tenían que hablar de esto. Ya era hora.

Bookeater
Archangel´s Light

Nuestros recuerdos nos hacen. Incluso los


más oscuros.
― Arcángel Rafael

Bookeater
Archangel´s Light
42

El fuego todavía estaba encendido, la gran habitación


estaba caliente, pero Aodhan lo avivó aún más después
de mirar a su huésped dormido y prisionero. El chico
estaba acurrucado en sí mismo. Posiblemente debido al
frío, pero más probablemente como resultado de una
vida vivida en la oscuridad.

―Está durmiendo tranquilamente a pesar de esa


posición fetal tan apretada, ―dijo Illium en un tono
tranquilo después de poner su comida en una mesa
baja que Aodhan había llevado para colocar frente a un
gran sofá que daba a la chimenea.

Había sido un asiento popular mientras la gente de


Suyin estaba en residencia, pero sólo entre los mortales
y los vampiros. Los miembros alados del hogar solían
optar por los sillones. Ninguna postura oficial, solo una
cosa de comodidad: era difícil crear sofás con respaldos
y cojines que permitieran la salida de las alas y del
espacio personal.

Bookeater
Archangel´s Light
Compartir un sofá a menudo significaba un inevitable
roce de alas contra el otro.

Ese podría haber sido un punto de dificultad para él e


Illium cuando éste llegó por primera vez, pero ya lo
habían superado... aunque nada volvió a la
normalidad. Una tensión flotaba entre ellos, el
conocimiento de un cambio drástico.

Que así sea.

Había estado atrapado en ámbar demasiado tiempo.


Necesitaba crecer, salir de ese caparazón rígido. Que
dejara atrás restos destrozados era manifiesto, y un
hecho que no había considerado lo suficiente.

Sin embargo, ni una sola vez había pensado en Illium


como una pieza de esos desechos. No importaba lo
enojado que hubiera estado, lo enojado que todavía se
ponía a veces, Illium era tan parte de su vida como el
cielo y el aire. Una necesidad.

No podía imaginar, no quería imaginar una vida sin su


Azul.

Bookeater
Archangel´s Light
―Aquí. ―Illium le puso un cuenco de estofado en la
mano. ―Probé una cucharada. Es extrañamente
delicioso.

Aodhan lo tomó y se sentó. Illium lo siguió, con la


mitad de su ala encima de Aodhan. Con todas las
demás personas en este mundo, Aodhan siempre
estaba consciente de tal contacto. Incluso con aquellos
cuyo toque le agradaba, una pequeña parte de su
cerebro estaba siempre consciente del contacto físico.

La única excepción era Illium.

Cualquier contacto entre ellos se sentía natural, tal


como debería ser. Hoy, sin embargo, se dio cuenta de
la calidez, el peso y fuerza de las alas de Illium. En otra
ocasión, no habría pensado en nada más que extender
la mano y examinar una pluma, comprobando un
tendón. Pero... las cosas habían cambiado.

Aodhan las había cambiado.

Se reclinó y se obligó a comer un bocado del brebaje de


salami.

Bookeater
Archangel´s Light
―Este es el guiso más extraño que he comido, pero
esta bueno.

―Te lo dije. ―Illium apoyó los pies en una otomana


que había arrastrado, luego se inclinó hacia adelante y
agarró un trozo del pan que Aodhan había
cortado. Picado, no rebanado. Las formas extrañas iban
bien con el guiso enojado.

Comieron en silencio durante un rato, hasta que


Aodhan se encontró hablando. Jinhai estaba demasiado
lejos para escucharlos, incluso si hubiera estado
fingiendo dormir. Lo cual no era así. Ese tipo de
respiración casi nula sólo se producía cuando un ángel
estaba en un estado de descanso profundo tan
profundo que estaba cerca del descanso curativo
del anshara.

―Creo, ―dijo, ―que lo que más me marcó fue la


mundanidad de Sachieri y Bathar.

Dejando su cuenco vacío, Illium recogió la mitad del


enorme sándwich sin aceitunas que Aodhan había
preparado. Y escuchó.

Bookeater
Archangel´s Light
―Eran tan ordinarios, ―continuó Aodhan, olvidando
su comida. ―No eran como con Lijuan, y ver su delirio
en plena floración realmente me hizo ver eso. Era una
maldad a gran escala. Un ser de poder y edad que
eligió usar ese poder de una manera terrible, o que se
perdió a sí misma en el transcurso de su larga vida.

Illium resopló.

―Estás siendo demasiado amable. ―Una mirada al


rincón de la ventana. ―Ella era malvada. Eligió el
mal. Una y otra vez, eligió el mal.

Aodhan no pudo hacer nada más que estar de acuerdo.


―También era lo que pensamos que los monstruos
deberían ser: una tormenta de malevolencia. No era un
ángel con el que pasarías sin darte cuenta, excepto
como un transeúnte fugaz. No peligroso. No una
amenaza.

Cuando Illium le dio un codazo a su cuenco para


recordarle que comiera, Aodhan espetó: ― Déjame en
paz. ―Sabía que estaba siendo irracional, pero a estas
alturas, incluso la más mínima insinuación de Illium de
que necesitaba cuidados de cualquier tipo era papel de
lija en su piel.

Bookeater
Archangel´s Light
El pecho de Illium se expandió mientras respiraba
profundamente, pero en lugar de discutir, volvió a
arrasar su mitad del sándwich.

Aodhan dejó su cuenco. Tenía demasiado dentro de él,


necesitaba liberarlo.

―Pero Sachieri y Bathar, nunca me fijé en ellos. Sabía


de ellos de una manera vaga porque eran una parte
limitada de la amplia gama de la corte de Elijah, pero
por lo demás, eran sólo ángeles ordinarios haciendo
sus asuntos. ―Miró a Illium. ― ¿Eso me hace parecer
arrogante?

―No, ―dijo Illium de inmediato, sus ojos mirando a la


distancia. ―En términos simples, no eran parte de tu
vida ni de tus deberes; no tenías motivos para
prestarles ninguna atención especial. Conoces a Priya
Anjalika, ¿verdad? Es tímida y pequeña y se esconde
en su oficina, pero la conoces porque forma parte de tu
mundo.

―Pero si le preguntara a un comandante de escuadrón


de alto rango en la corte de Titus acerca de ella, me
miraría sin comprender. Ella puede ser un componente

Bookeater
Archangel´s Light
importante de la maquinaria interna de la torre, pero
no es una amenaza que él tenga que monitorear, y por
lo demás no estaría en la órbita de su atención.

―Lo has dicho muy claramente. ―Atravesando la


niebla. ―Priya Anjalika, sin embargo, es fundamental
para la Torre. ―Especialista en cuentas, podía hacer
sumas en su cabeza más rápido de lo que Aodhan
sabía. ―Sachieri y Bathar sólo estaban vinculados a
Elijah de la manera más nominal, y por lo demás sólo
vivían sus vidas.

Aodhan recordó todo lo que había aprendido de sus


captores después. ―Sachieri tenía tierras que los
mortales y vampiros cultivaban para ella, y Bathar
administraba una pequeña cantidad de propiedades
que había adquirido a lo largo de los años. En
conjunto, sus ingresos les permitían vivir una vida
cómoda y estable.

―Normal, ―murmuró Illium. ―Ángeles ordinarios


viviendo una vida ordinaria. ―No personas que
entraban a la batalla, ni personas que elegían pelear o
comenzar controversias. Podrían haber sido los vecinos
de mis padres o una pareja paseando con la que me
encontré en una galería de arte: inmortales que

Bookeater
Archangel´s Light
encontraron su felicidad en un tranquilo paseo por la
eternidad.

Se dio cuenta de que estaba inclinado hacia adelante,


con las manos en puños sobre los muslos. ―Es por eso
que no sentí ninguna amenaza cuando Sachieri me
hizo señas para que bajara del cielo. Ese día estaba gris,
pero llevaba un vestido de un amarillo vivo...
imposible de perder.

La había visto antes de darse cuenta de que estaba


angustiada, y por un instante, su mente sólo había
notado la belleza de la composición, ese toque de
amarillo brillante contra las rocas escarpadas y el
bosque que perforaba el cielo.

―Por la forma estaba en que estaba desplomada en el


suelo debajo de un árbol enorme con ramas rotas, ―le
dijo a Illium, ―pensé que ella había enredado sus alas
en una rama afilada que no había notado y que se
había caído, necesitaba ayuda...

Levantando la mano, la apretó contra su corazón y se


frotó. ―El perno de la ballesta golpeó mi garganta
antes de saber lo que estaba pasando. Y su cara... Justo
delante de mí mientras me tambaleaba y sangraba, esa

Bookeater
Archangel´s Light
mirada codiciosa y triunfante mientras me clavaba el
perno en el corazón. ―Un recuerdo de conmoción
cegadora, su cerebro luchando por comprender lo que
estaba sucediendo. ―Debería haberme movido,
actuado más rápido, pero...

―Al diablo con eso, Adi. ―Habiendo dejado a un lado


su sándwich, Illium se inclinó hacia adelante en un eco
de la pose de Aodhan, para que pudiera girarse y mirar
a Aodhan. ―Puede que ellos no hayan sido ángeles de
poder, pero Sachieri tenía cuatro mil años más que tú,
Bathar no mucho más joven. »Sólo tenías trescientos,
sin nada de su experiencia de vida... y ninguno en
absoluto con el mal que tiene un rostro amistoso.
Demonios, incluso Rafael bajaría si le sacaras el
corazón. Tal vez sólo por un segundo, pero ese golpe
es un golpe masivo para nuestros sistemas.

Aodhan miró al suelo.

―Sé que tienes razón, pero por mucho tiempo, seguí


corriendo esos momentos en mi cabeza, seguí
diciéndome a mí mismo que había una forma en que
podría haber escapado, aunque sabía muy bien que
estaba cerca de colapsar en el instante en que
destruyeron mi corazón. ―Sachieri había elegido el

Bookeater
Archangel´s Light
perno más pesado posible, lo disparó con una precisión
que había perfeccionado con práctica constante, todo
para ese brutal instante.

―Después de que golpeara mi corazón, ―continuó


porque ahora que había comenzado, le diría todo a
Illium, ―me disparó en cada ala. Luego cortó la mitad
de una. ―Aodhan no podía recordar el dolor de eso, su
mente ya apagándose mientras su joven cuerpo
luchaba por curar el daño catastrófico.

―Malditos. ―Illium siseó la palabra con los ojos


húmedos. ―Malditos. Deseo que nosotros pudiéramos
hacerlos resucitar de entre los muertos para poder
torturarlos una y otra vez de nuevo.

Sacudiendo la cabeza, Aodhan agarró la nuca de Illium


y apretó. ―No. ―Sostuvo El Oro furioso y devastado
de la mirada de su amigo. ―No lo permitiré, Azul. No
permitiré que su maldad se extienda desde más allá de
la muerte para apoderarse de ti. No permitas que lo
hagan.

La mandíbula de Illium se apretó.

―No puedo no odiarlos.

Bookeater
Archangel´s Light
―Bien. Pero no permitas que su veneno se filtre en tu
sangre. ―Apretó la fuerte columna del cuello de Illium
una vez más, la piel de Illium estaba caliente y suave
bajo su toque. ―Fueron castigados. Están muertos y
peor, olvidados por la gran mayoría de los de nuestra
especie. Si les das residencia en tu cabeza, entonces los
mantienes con vida.

Illium miró fijamente el fuego... pero asintió de forma


irregular.

Sin duda, volvería a surgir en el futuro, y si lo hacía,


Aodhan lidiaría con eso. Podría tratar con eso porque
hacía mucho que se había movido más allá del odio,
desterrando a sus captores al olvido que merecían.
Pero sabía que, si sus papeles se hubieran invertido, si
su risueño y juguetón Illium hubiera sido el tomado y
torturado, hubiera odiado, odiado mucho y durante
mucho, mucho tiempo.

―Su misma normalidad, ―dijo, retomando el hilo de


la historia, ―rompió mi confianza en el mundo.

Las alas de Illium comenzaron a brillar, su cuerpo


rígido, pero no interrumpió.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan pasó sus nudillos por la columna de su amigo
a pesar de todo, tirando de él de regreso desde el borde
del abismo sobre el que caminaba. ―No confiaba en
mis instintos después de regresar al Refugio. ¿Cómo
podría? ¿Cuando estas dos personas quiénes parecían
tan normales me habían hecho eso? ¿Cuando la gente
común y corriente que formaba parte de su personal
les habían ayudado? ¿Cómo podría confiar en alguien?

El cuerpo de Illium seguía siendo una cosa de granito,


pero extendió la mano para colocarla sobre la rodilla
de Aodhan. Como si lo anclara al aquí y ahora para
que no cayera en el pasado. O tal vez se anclará a él
mismo de caer en una rabia. Se sentaron de esa
manera, con una mano en la otra, mientras Aodhan
seguía hablando.

―Sabes lo que me hicieron. ―Sachieri y Bathar habían


creado paneles en la caja que podían abrir y levantar a
voluntad, para poder alcanzarlo y tocarlo... poseerlo.
―No pude escapar de ellos, se aseguraron de eso. ―
Aunque eso significara matarlo de hambre o herirlo
una y otra vez. ―Pero lo peor, lo absolutamente peor
de todo era cómo se sentaba Sachieri conmigo y me
decía lo hermoso que era, lo mucho que me amaba y

Bookeater
Archangel´s Light
cómo sabía que yo le devolvería el amor si me daba un
poco más de tiempo.

Sacudió la cabeza.

―Estaba tan cuerda como tú o como yo, sin embargo,


parecía creer cada palabra que decía. Bathar también
estaba cuerdo. Pero disfrutaba ideando nuevas y
crueles formas de hacerme daño. Me hizo preguntarme
si alguna vez podría confiar en las caras que lleva la
gente, si alguna vez podría creer lo que salía de sus
bocas.

Con las alas agitadas, se pasó las manos por el


pelo. ―Entonces lo que sucedió en el Ala medica...

El recuerdo se sentó entre ellos, una malevolencia viva


que respiraba.

El asistente de Keir en el momento del rescate de


Aodhan había sido un ángel llamado Remus. Un
sanador muy estimado y considerado honorable.
Como tal, todos aquellos que habían vigilado el cuerpo
gravemente herido de Aodhan, habían aceptado la
palabra de Remus cuando les dijo que Aodhan se

Bookeater
Archangel´s Light
estaba estresando por tenerlos alrededor todo el
tiempo, que necesitaba espacio a solas para sanar.

Remus había hecho que incluso Illium se fuera. Y luego


le había susurrado al oído que Aodhan era ahora un
"muñeco roto” y que los muñecos rotos necesitaban
maestros. Perdido en sus pesadillas, Aodhan sin
embargo, vio al hombre por el monstruo que era, y lo
había dejado en blanco. Luego Illium había atrapado a
Remus en el acto, el resultado final de eso había sido
una paliza tan brutal que casi había separado la cabeza
de Remus de su columna.

Habría muerto en ese mismo momento si Aodhan no


hubiera logrado llamar a Illium desde el borde. Sin
embargo, con sus huesos astillados y órganos
aplastados, no había sido el final del castigo de
Remus. En el instante en que sanó lo suficiente para
caminar, fue desterrado del Refugio. El ángel era un
paria entre los de su especie, rechazado y solo por toda
la eternidad.

Pero nada de eso borró lo que Remus había hecho, lo


que había sido.

Bookeater
Archangel´s Light
―Remus estaba destinado a ser un sanador. Keir, sabio
y perspicaz, confió en él para cuidarme. ¿Y él hizo eso?
¿Intento romperme? ¿Para convertirme en su
marioneta?

Exhaló con fuerza, se levantó y su ala se deslizó por


debajo de Illium. La ruptura repentina en el contacto,
la pérdida del calor pesado, hizo que su estómago se
apretara, pero no podía quedarse quieto. Cruzando
hacia la repisa de la chimenea, apretó las manos contra
la madera vieja y pulida, contemplando la danza de las
llamas debajo. ―Me fastidió durante mucho tiempo.

― ¿Por eso no querías que te tocara? ―Illium


preguntó, su voz suave. ―Está bien si así fue,
Adi. Nunca estuve enojado contigo sobre eso. Solo
quería que te curaras, de cualquier forma, que hiciera
falta.

Aodhan se giró y vio que la expresión de Illium no


tenía ningún dolor, sólo preocupación... y amor. Un
amor que había estado junto a Aodhan a través del
tiempo, a través del dolor, a través de la ira.

―No, ―dijo con mucha precisión. ―Eres una de las


pocas personas sobre las que nunca he tenido

Bookeater
Archangel´s Light
dudas. ―No importaba qué más se estropeará entre
ellos, esto, Aodhan no lo haría... arruinar la confianza
que los había unido desde la infancia.

Así que dijo la verdad, aunque le raspó la piel, lo dejó


en carne viva y expuesto. ―No quería que me tocaras
porque me sentía sucio, mal y roto.

Illium se agarró el cabello y apretó la mandíbula.

― ¿Cómo pudiste… ―Un silbido de aliento. ―Quiero


sacudirte algunas veces. ―Liberando su cabello
maltratado, respiró hondo dos veces y luego se reclinó
en el sofá. ―Mírame, estoy tranquilo y civilizado,
aunque prefiero lavarte la boca con jabón.

Aodhan sintió que sus labios se contraían. Un


momento de luz tan inesperado en este camino hacia el
mal. Muy Illium.

―Tu control es asombroso, ―dijo, y si Illium quería


sacudirlo, él quería sujetarlo en ese momento.

El ángel de alas Azules lo había hecho mucho mejor,


mucho más fácil.

Bookeater
Archangel´s Light
―Sé que es una estupidez pensarlo, ―murmuró.
―Pero yo no estaba exactamente en un espacio mental
saludable. Hablar con los curanderos ayudó. Y tener a
Eh-mama, lista para abrazarme en cualquier momento,
eso ayudó aún más.

La expresión de Illium se suavizó.

―Permitiste su toque porque sabías que ella no


entendería por qué te alejabas de ella.

―Creo que ambos la subestimamos, Azul. Pero sí, en


ese entonces, por eso la dejé acercarse a pesar de que
sentía que la estaba contaminando. ―Tuvo que luchar
cada segundo para no alejarse. ―Luego, lentamente,
todo fue bien. Era Eh-ma y ella también se fracturó, y
todo estuvo bien.

El calor del fuego brillaba contra sus alas.

―Ella fue la razón por la que empecé a aceptar que,


aunque no era el mismo hombre que era antes de todo
lo sucedido, ser diferente no era tan malo.

―El arte que hice después de poder crear de nuevo,


también era diferente, y Eh-mama me enseñó que no

Bookeater
Archangel´s Light
había nada de malo en eso. 'Crecemos, Aodhan' me
dijo. Nuestras cicatrices cambian nuestras pinceladas.

―Es extraordinaria, ¿no es así? ―La sonrisa de Illium


se torció un poco. ―A veces, pienso que debo ser
parcial, porque soy su hijo, pero luego escucho sobre
otra cosa que ha hecho, y mi orgullo se expande de
nuevo.

―Titus la llama su pequeño pero feroz sol, y ella es así,


¿no crees? ―La luz del fuego recogió los filamentos
plateados de sus plumas, este ángel fuerte y valiente y
una luz tan feroz en este mundo como su
madre. ―Incluso cuando estaba más perdida,
resplandecía de vida y calor.

―Sí. ―Una respuesta simple, porque todo era


cierto. ―Pero Eh-ma no fue la única razón por la que
comencé a volver en mí mismo. ―Dio un paso hacia
Illium. ―El…

Un sonido estridente procedente del rincón de la


ventana.

Bookeater
Archangel´s Light
43

Jinhai se había despertado de golpe y miraba un


mundo gris con la luz del amanecer bajo una lluvia de
nieve, con las manos presionadas contra el cristal.
Comenzaron a moverse hacia él como uno solo, y
estaban a su lado cuando empezó a forcejear con el
pestillo que Aodhan había cerrado para protegerse del
frío.

Aodhan no lo detuvo, sólo dijo: ― ¿Qué pasa?

Su voz hizo que el chico se sobresaltara, sus ojos se


agrandaron mientras miraba a Aodhan. Como si
acabara de darse cuenta de que no estaba solo. Con el
pecho agitado, se volvió, miró a Illium, luego de vuelta
a Aodhan. Luego hizo la cosa más extraña. Extendió
una sola mano temblorosa y tocó el brazo de Aodhan
antes de tirar hacia atrás su mano muy rápido.

―Somos reales, ―dijo Aodhan. ―No nos soñaste.

Jinhai fue como si fuera a hablar, pero luego volvió a


acercar la cara al cristal haciendo pequeños gemidos en

Bookeater
Archangel´s Light
su garganta mientras presionaba sus manos en el
cristal transparente, su cuerpo tenso.

― ¿Qué hay ahí fuera? ―Preguntó Illium. ― ¿Es un


peligro?

Un rápido movimiento de cabeza.

― ¿Quieres estar afuera?

Otro movimiento de cabeza, esos ojos tan parecidos a


los de su madre, pero con una inocencia desgarradora
en ellos, mirando suplicante a Illium.

―Habla con nosotros, ―dijo Illium con la misma


paciente dulzura de antes. ―Te hemos ayudado hasta
ahora. Seguiremos ayudándote.

Ojos vacilantes, respiración entrecortada.

Un sonido de animal atrapado.

Ninguno de los dos empujó, porque eso sólo


engendraría miedo.

Bookeater
Archangel´s Light
Luego, una sola palabra potente con necesidad de
lágrimas:

―Quon.

Un nombre. Una persona.

Aodhan miró hacia la nieve que caía constantemente, y


sólo vio una sábana blanca.

― ¿Está Quon ahí fuera?

Jinhai asintió.

Dos sillas, dijo Illium, sus pómulos se aplastaron contra


su piel. Una cama muy grande.

― ¿Necesita ayuda? ―Aodhan buscó en el paisaje,


pero supo que el chico podría estar escondido detrás
de un árbol, a la sombra de uno de los pilares de
Zhangjiajie. ―Saldré y lo traeré...

Un movimiento repentino y veloz, la mano de Jinhai se


cerró alrededor del antebrazo de Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
―Te hace daño. ―La claridad melódica de su voz se
convirtió de repente un sonido rasposo. ―Lleva tu
piel.

Mierda.

Aodhan hizo eco de la reacción mental de Illium,


aunque se las arregló para evitar que escapara de su
boca.

― ¿Quon le hizo eso a la gente de la aldea? ―Cuando


el niño sólo lo miró, dijo―: ¿Les quitó la piel?

Un asentimiento espasmódico.

―Toma la piel. Usa la piel. Sé la persona. ―Era un


sonido cantarín. Casi como si Jinhai estuviera
repitiendo algo que había escuchado.

― ¿Quién ha dicho eso? ―Aodhan murmuró, mientras


Illium permanecía en el fondo, sus ojos puestos en la
nieve afuera. ― ¿Quon?

―Madre dijo. Lleva muchas pieles. Muchas caras.

El hielo se arrastró por las venas de Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Tu madre? ¿Su madre?

―Nuestra madre.

¿Crees que se dio cuenta de que no entendían que estaba


hablando metafóricamente? Repulsión en la voz de Illium,
dirigida a la Arcángel de la Muerte. ¿Seguramente
incluso Lijuan no convertiría a sus propios hijos en
monstruos?

Azul, los enterró bajo tierra. Siempre iban a ser monstruos.


Aodhan se encontró con los ojos de su amigo por un
momento, deseó poder abrazarlo, protegerlo de su
propio corazón blando.

Incluso cuando el pensamiento pasó por su cabeza,


Illium dijo: ―Quédate con Jinhai. ―Sacudió la cabeza
cuando Aodhan quiso discutir. Está unido a ti, entrará en
pánico si intentas irte.

Aodhan miró la forma en que el niño se aferraba a


él. Illium bien podría no haber estado presente por
toda la atención que Jinhai le dio, aunque él todavía
llevaba el reloj de Illium. Como si se hubiera olvidado

Bookeater
Archangel´s Light
de Illium, ahora que no le era útil. Eso también era
perturbador. Pero un horror a la vez.

―Ten cuidado.

Una mirada habladora del hombre al que Aodhan


había prohibido cuidar de él, pero Illium no señaló la
hipocresía de su declaración. En cambio, un pequeño
destello de sonrisa apareció en sus labios cuando su
voz entró en la cabeza de Aodhan: Si un niño loco puede
derribarme y despellejarme, merece llevar mi estúpida piel
muerta.

Fruncir el ceño ante el otro hombre era una pérdida de


tiempo: Illium ya estaba dirigiéndose a la puerta.
Reapareció fuera de la ventana poco después, un
deslumbrante brillo azul en el blanco.

El corazón de Aodhan se detuvo.

A veces, se olvidaba de la enorme profundidad de la


belleza masculina de Illium, y entonces lo golpeaba con
fuerza sin previo aviso, especialmente cuando la luz
brillaba en los ojos de Illium y una sonrisa juguetona
coqueteaba con sus labios. Pero se desvaneció
demasiado pronto en solemne vigilancia cuando dijo:

Bookeater
Archangel´s Light
Pregúntale a Jinhai cómo sabe que su hermano está aquí
afuera.

Cuando Aodhan lo hizo, Jinhai dijo:

―Lo sé. Lo sabe. Dos pieles. Un hijo.

Después de repetir eso a Illium, Aodhan dijo: No sé lo


que Lijuan pensó que estaba haciendo, pero parece que logró
algún tipo de vínculo entre ellos.

O... Illium frunció el ceño cuando la nieve se posó


sobre su cabello, sus hombros, sus alas: podrían ser
gemelos.

Los gemelos eran raros en la humanidad de los


ángeles, pero cuando sucedían, esos nacimientos
llegaban con una alta probabilidad de algún tipo de
conexión mental. Padres de gemelos angélicos sabían
que debían estar atentos a eso durante la primera
infancia. Sin intervención, los vinculados a menudo
podrían comenzar a actuar como un solo ser, la
personalidad más fuerte abrumando a la más débil.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Siempre ha estado Quon en tu vida? ―Aodhan
preguntó al chico delgado que miraba por la ventana.
― ¿Y tú en la suya?

Jinhai se tocó la cara con las yemas de los dedos. ―Dos


pieles. Una cara. Un hijo.

Gemelos, confirmó a Illium.

― ¿Puedes señalar la localización exacta de tu


hermano?

Jinhai lo hizo sin discutir y Aodhan pasó la dirección a


Illium. Su amigo despegó en una ráfaga de remolinos
de nieve frente a un absorto Jinhai, pronto
desapareciendo en el cielo plomizo. El corazón de
Aodhan tronó, cada parte de él se esforzaba por seguir
a Illium hacia la caída del blanco.

Odiaba que Illium estuviera solo en este lugar frío y


hostil, lleno de peligros ocultos, deseaba poder
proteger a Illium como Illium lo protegió durante
mucho tiempo. ¿Illium permitiría tal protección? No,
fue la reacción instintiva de Aodhan, pero luego hizo
una pausa. ¿Alguien le había preguntado alguna vez a
Illium? Después de todo, El Azul de Aodhan

Bookeater
Archangel´s Light
simplemente había asumido responsabilidad tras
responsabilidad.

La única persona en la que Illium confiaba


abiertamente era Rafael, y esa era una relación que
había nacido durante su infancia. Si bien Elena lo
reconfortaba emocionalmente, no esperaba que lo
protegiera; sino que consideraba que su deber era velar
por ella. Como había cuidado a Eh-ma. Como había
vigilado a Aodhan. Como había velado por Kaia hasta
el día en que fue colocada en su pira funeraria.

***

Ilium parpadeó ante la nieve que caía de sus ojos, y


luego se estremeció ante los fragmentos de hielo que el
cielo decidió arrojar como un confeti mortal. No
causaría en él algún daño, pero carajo hacía frío. Odio el
frío, murmuró a Aodhan, el contacto mental era algo
fácil, el surco se había desgastado durante mucho
tiempo en sus mentes.

No, no lo odias. Sólo odias cuando se trata de trabajo, y no de


juego.

Bookeater
Archangel´s Light
La sonrisa de respuesta de Illium se desvaneció tan
rápido como había llegado. Así que sin esfuerzo
volvieron a sus viejas costumbres, a caminos
transitados durante cientos de años. Pero ese era el
problema, ¿no? Las viejas costumbres. Viejos patrones.
Volando tan bajo como pudo sin arriesgarse a chocar
contra los árboles, escudriñó el suelo sin cesar, pero no
vio señales de vida. La nieve había borrado todas las
huellas, toda evidencia de vida de cualquier tipo. Pero
no se detuvo a mirar. Illium conocía a un par de
gemelos angelicales unidos. Los dos siempre conocían
la ubicación del otro, incluso cuando estaban divididos
por todo un estado. Si Jinhai dijo que su gemelo estaba
aquí, estaba aquí.

Pensando que había visto un destello de movimiento,


aterrizó en un silencio de guerrero, y dejó que la nieve
oscureciera sus alas. Luego escuchó. Sólo para escuchar
el suave y silencioso silencio que sólo la nieve podía
nutrir.

Sacudiéndose el blanco, se elevó una vez más al cielo


para continuar su búsqueda, aunque tenía que hacer
una pausa de vez en cuando para deslizar más nieve
de sus alas. Esas pausas no eran una parte habitual de

Bookeater
Archangel´s Light
su vuelo en la nieve, pero estaba moviéndose a baja
velocidad hoy y la nieve caía como agua.

Aodhan, no veo ninguna señal de un segundo hijo. Se pasó


una mano por los ojos, sintió hielo en las puntas de las
pestañas. Si Quon está aquí, es mejor escondiéndose que
Naasir. Y nadie era mejor escondiéndose que el
compañero de los Siete que una vez había jugado con
su yo de la infancia.

Cachorros, los había llamado. Pero de todos aquellos


que los conocieron de niños, fue Naasir quien se
adaptó más rápidamente a lidiar con ellos como
guerreros adultos.

―Los cachorros crecen, ―había dicho encogiéndose de


hombros cuando Illium le preguntó una vez. ―La vida
se mueve. Sólo los viejos y los estúpidos no se mueven
con ella. Los viejos se han ganado su descanso, y los
estúpidos serán devorados por los depredadores.

A veces, Illium pensaba que Naasir era la persona más


sabia que conocía.

¿Estás seguro? Incredulidad abierta en la voz de


Aodhan. Incluso Lijuan no pudo haber entrenado a su hijo

Bookeater
Archangel´s Light
para que fuera un cazador sigiloso. Su cerebro, por ejemplo,
no completamente desarrollado. Suficientemente cierto. Al
igual que con los adolescentes mortales, los jóvenes
angelicales tenían un camino por recorrer antes de la
madurez física total.

Echaré otro vistazo ahora, que la luz es un poco mejor, dijo


Illium, porque no correría el riesgo de abandonar a un
niño en el frío y la humedad. Y volaré de regreso a
comprobar también cerca de la caverna.

Sin embargo, cuando lo hizo, todo lo que encontró fue


otro montón de nada.

Un pensamiento pinchó el fondo de su mente, un


recuerdo de tristeza y amor formándose a partir del
aire y el hielo.

***

Aterrizando en el patio de la fortaleza con ese recuerdo


inquietante de un fantasma que caminaba a su lado,
Illium tomó nota de detenerse en África en su camino a
casa, cuando sea que fuese. Quería ver a su madre,
quería que ella lo mimara, lo apreciara y lo cuidara.

Bookeater
Archangel´s Light
Sí, había extrañado a la madre que había tenido en la
primera infancia y se sentía bien estar con ella sin
preocuparse por ella, pero, sobre todo, quería hacerlo
por ella. Ahora que se había despertado de su largo
sueño, llevaba en su interior una terrible culpa por la
madre que había sido para él mientras estaba dentro
del caleidoscopio.

Trató de ocultarlo, era lo suficientemente buena en eso


como para que él sólo lo viera cuando creía que él no
estaba mirando. Le rompió el corazón saber que se
culpaba a sí misma por algo que nunca había sido
culpa suya. Ella no pudo haber impedido que su mente
se rompiera más de lo que él pudo detener un temblor
de devastar la tierra. No después de la vida que había
vivido, las grietas en la psique de ella.

Ella le había hablado de todas esas grietas durante su


visita más reciente. ―Por fin, ―había dicho, ―las
grietas se han endurecido, se han convertido en
cicatrices. Y siempre soy consciente de no permitir que
se arraiguen más grietas sin mi conocimiento.

―Algunos dirían que esto es asunto de adultos, no de


niños, ―agregó. ―Pero te has ganado el derecho.

Bookeater
Archangel´s Light
Deberías saber por qué te dejó tu madre durante todos
esos años.

―No me dejaste, ―protestó.

―No me protejas de reconocer mis errores, ―lo


reprendió. Entonces lo besó en la mejilla. ―Déjame
reconocer el daño que causé a mi chico dulce.

Un apretón de su mano para que dejara de hablar.

―Te digo mi pasado no como excusa, pero para que


conozcas el rico tapiz de la historia, y cómo puede
alterar a una persona, y para que puedas estar en
guardia en tu propia vida contra las heridas que
supuran profundamente debajo de la superficie.

―No sabía que tenía tales heridas, ya ves, así que no


estaba preparada para cómo podrían afectarme, cómo
podrían dañarme, otros golpes de naturaleza similar.

―No podrías haber predicho que Aegaeon se


convertiría en un gigante imbécil en llamas, ―había
murmurado.

Bookeater
Archangel´s Light
Ella no le había dicho que no hablara de su padre de
esa manera; ambos sabían que la descripción era sólo la
verdad. Más bien, tomó su mano y dijo: ― ¿Pero no lo
ves, Illium? Debería haber visto las grietas en su
fachada, no debería haberle permitido que me tratara a
mí, y a ti, de la forma en que lo hizo.

―Hasta que se fue, fue un buen padre. ―Una


admisión de mala gana que había hecho sólo para que
no asumiera más culpas innecesarias. ―Estuvo
conmigo tanto como podría estarlo un arcángel. Así
que borra esa idea de tu mente.

Le había dado unos golpecitos suaves, muy, muy


suaves, en la nuca.

―Deja a tu madre hablar.

Él sonrió y la abrazó en su lugar. El champagne de su


risa los había cubierto de reluciente alegría.

―Pícaro. ― Después, ella dijo: ―No discutamos. Te


dejamos fuera de esto. Pero la forma en que Aegaeon
me trató... No te hablaré de mi relación con él. Ningún
niño debería escuchar tales cosas.

Bookeater
Archangel´s Light
―Mamá, sé que tenía un harén...

―Illium.

Se calló. Cuando era niño, sabía que estaba en grandes


y gordos problemas cuando ella sacaba ese tono en
particular. Resultó que funcionaba igual de bien ahora
que era un adulto.

―Perdón.

―Así deberías ser. Deja que tu madre se haga algunas


ilusiones.

―He borrado el recuerdo de mi mente. ―Había hecho


la mímica de lavarse el cerebro.

Su risa renovada le había resultado familiar y, sin


embargo, no. Había pasado tanto tiempo desde que se
había reído tanto y con tan brillante claridad que su
aliento se quedaba sin aliento en cada ocasión.

―Mi fragilidad interior, esas grietas que no podía ver,


―dijo después de las risas, ―me hicieron vulnerable al
tipo de encanto de Aegaeon. Me sentí... importante, me
sentí vista. Yo, Sharine, no la venerada Colibrí. Y como

Bookeater
Archangel´s Light
era un arcángel, no tenía miedo de que mis pérdidas
pasadas se repitieran.

Dedos delgados le acariciaban el cabello con ternura


maternal. ― ¿Lo ves, Illium? Tomé una decisión
debido a un miedo profundamente arraigado que
nunca había enfrentado. Me escondí de mi dolor, así
que me convertí en una mujer dispuesta a aceptar
migajas de la mesa de un arcángel. No hagas lo que
hice yo. No te escondas. No finjas. Enfréntate a lo que
te duele, conoce su aspecto y forma para conquistarlo.

Sus palabras resonaron en su cabeza cuando entró en la


fortaleza. Una vez bajo refugio, se tomó unos segundos
para sacudirse la nieve adherida, luego caminó a
zancadas hacia la calidez de la sala de estar con la
conciencia de una terrible verdad pesada sobre sus
hombros.

Bookeater
Archangel´s Light
44

Jinhai no estaba aferrándose a Aodhan, sus ojos ya no


estaban fijos en el paisaje nevado. Se sentó en el sofá
frente al fuego, concentrado en un juego de cuerdas
que Aodhan debió de haberle enseñado.

Los dos habían jugado el mismo juego de niños,


tejiendo formas en la cuerda con sus movimientos.
Aodhan siempre había creado los patrones creativos,
pero Illium había sido más rápido. Equilibrio, pensó. El
Yin y el yang. Nada de fuerte y débil. Nada de
protector y protegido.

Los ojos de Aodhan se dirigieron directamente a Illium


cuando entró por la puerta.

― ¿Alguna cosa?

Sacudiendo la cabeza, Illium agarró una silla y la llevó


al frente del fuego. Se sentó de cara a Jinhai, pero no
tan cerca como para entrometerse en el espacio del
niño, más como si simplemente se estuviera secando

Bookeater
Archangel´s Light
las alas. Las plumas de los ángeles tenían un aceite
natural que no se podía sentir al tacto, pero que les
ayudaba a repeler el agua. Sin embargo, no era
infalible.

Esa vez que Illium se estrelló contra el Hudson, Rafael


le había dicho que sus alas se habían empapado de
agua. Principalmente debido a las lesiones que habían
interrumpido los ritmos normales de su cuerpo. Hoy,
no se trataba de eso. El calor sólo se sintió bien contra
su cuerpo helado. Su posición también lo hizo menos
amenazante.

―Aquí. ―Aodhan, que había desaparecido en la


cocina, regresó para poner una taza de hidromiel
caliente en sus manos. ―Lo puse en el fuego para que
se calentara después de que te fuiste.

El primer sorbo fue néctar en su sangre. ―Gracias.


―Suspiró. ―Está bueno. ―Después de tomar algunos
sorbos más, se inclinó hacia adelante, la bebida sin
apretar entre sus manos y buscó la mente de Aodhan.

Adi, necesito hacerle a Jinhai algunas preguntas. Tengo una


teoría. Podría estar mal, pero no lo sabré hasta que pregunte.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan se movió para sentarse en el brazo del sofá en
el lado opuesto de Jinhai, en una pose que parecía más
protector que un guardia. ¿Crees que está detrás de la
carnicería en la aldea? Su mandíbula era una línea tensa.

Illium miró a su amigo, se encontró con el claro azul


verdoso tan inquietantemente hermoso. Sí.

Una exhalación silenciosa de Aodhan, sus rasgos


tensos. Pregunta. Si te ignora le daré un codazo.

Pero cuando Illium desvió su atención hacia Jinhai y


dijo: ― ¿Podrías hablarme sobre Quon? ―el chico
sonrió.

―Quon me protege. ―Dejando a un lado la cuerda,


Jinhai abrazó sus piernas contra su pecho con brazos
demasiado delgados para luchar incluso contra un
adulto moderadamente fuerte, mortal o inmortal.
―Quon juega conmigo.

― ¿Te gusta Quon?

Un asentimiento entusiasta.

Bookeater
Archangel´s Light
―Es fuerte. No como yo. Quon puede hablar con
mamá. ―Su rostro decayó. ―Yo sólo me escondo. Me
asusto y me escondo, pero él nunca se asusta.

―Suena como un buen hermano, ―dijo Illium,


mientras Aodhan se sentaba inmóvil.

―Sí. ―Jinhai se balanceó hacia adelante y hacia


atrás. ―Pero Quon hace cosas malas algunas
veces. ―Esto último fue un susurro. ―Quon se enoja y
hace mal, cosas malas.

― ¿Cómo robar las pieles de otras personas? ―Illium


mantuvo su voz uniforme, no acusatoria.

Un asentimiento brusco, los ojos de Jinhai se dirigieron


a las ventanas.

―Quon quería tener una familia. ―Una suave


confesión. ―Así que usó la piel del hijo. Pero la madre
no lo amaba. Ella lloró. Lo hizo enojar.

Queridos antepasados, Illium. Horror en cada sílaba de la


voz mental de Aodhan. Es tan pequeño. ¿Cómo pudo
haber hecho todo eso?

Bookeater
Archangel´s Light
Creo que es mayor de lo que asumimos, y es hijo de una vieja
arcángel. Dado lo mucho que se parecía a Lijuan, es
probable que Jinhai siempre hubiera sido un hombre
delgado, sus huesos delicados, pero su vida había
retrasado aún más su crecimiento. Había una buena
probabilidad de que el daño físico pudiera ser
revertido: el chico tenía células inmortales después de
todo, y las células inmortales podían curar casi
cualquier daño que no fuera congénito. No se podía
decir lo mismo del daño mental que le causaron.

En lugar de preguntar directamente sobre los horrores


que él y Aodhan habían desenterrado, dijo: ― ¿A
Quon no le gustaban los animales?

―Un perro intentó morderlo. Después de eso, no le


gustaron. ―Los ojos de Jinhai se humedecieron. ―Le
dije que a mí todavía me gustaban los perros y los
otros animales, y que quería quedármelos, pero estaba
muy enojado.

Eso explicaba lo que les había sucedido a los animales,


pero no cómo. No cuando se trataba de los animales y
no cuando se trataba de los mortales y vampiros.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Cómo limpió Quon todo el mismo? Debe haberle
tomado mucho trabajo.

Un parpadeo lento de los ojos del chico, seguido de


una sonrisa maliciosa. ―Quon les hizo hacerlo,
―susurró. ―A los que lo llamaron Hijo de la Diosa.
Quon odia el desorden. Les hizo cavar un gran hoyo en
el bosque, luego, les hizo taparlo como estaba, con
hojas, piedras y tierra, para que nadie pudiera verlo.
Quon es inteligente.

A Illium se le erizó la piel.

― ¿Cómo lo conocieron? ¿Por cómo se ve?

Una inclinación de cabeza de Jinhai.

―Siempre lo conocieron, ―dijo. ―En la oscuridad, lo


conocían.

Los guardias, dijo Aodhan en la mente de Illium. Los


manipuló convirtiéndolos en su ejército asesino.

Illium podía ver el dolor de Aodhan en la línea


inquebrantable de su columna, la forma en que su
mirada se detuvo en Jinhai. Otros podrían condenar al

Bookeater
Archangel´s Light
chico, pero Aodhan lo entendía de la misma manera
que otro ser que había estado en el corazón negro del
abismo.

Con su propio pecho apretado, Illium dijo: ―No lo


hizo Quon... ¿los guardias tenían familia en la aldea?
¿No dudaron?

―No. El Hijo de la Diosa les dijo que los demás eran


solo monstruos pretendiendo ser su familia.

Tenía que haber algo más que eso, una manipulación


sutil a largo plazo... y tal vez incluso habilidades
mentales peligrosas desarrolladas a temprana edad por
un niño cuyo crecimiento físico había sido tan
atrofiado. Toda esa energía inmortal se habría
redirigido a la única parte que podría crecer: la mente
de Jinhai.

― ¿Los adoradores liberaron a Quon?

Jinhai miró hacia abajo durante un rato, luego desplegó


las piernas hacia el suelo y se sentó recto. Los ojos que
se encontraron con los de Illium ahora eran más duros,
más crueles, la sonrisa en sus labios una cosa de cortar
el mal. ―Primero tuvo que meterme en sus pieles.

Bookeater
Archangel´s Light
Incluso sonaba diferente, mayor, más sereno.

―Estaban acostumbrados a seguir las órdenes de mi


madre, pero les oí susurrar que ella se había ido, que
no sabían qué hacer. Susurros muy silenciosos, pero
puedo caminar en silencio, y me acerqué a las cadenas
a menudo para escuchar.

Inclinándose hacia adelante en un eco de la posición de


Illium, dijo: ―Así que siguieron haciendo lo que
siempre habían hecho. Traerme comida del pueblo. Por
eso mamá puso ese pueblo allí. Para mí. ―El orgullo
era un resplandor que encendía el gris de sus ojos e
hizo que su piel brillara con un poder sutil que debería
haber sido imposible.

Sí, este niño era muy, muy peligroso.

― ¿Los otros que vivían en el pueblo te conocían?


¿Sabían que eras el hijo de Lijuan? ―Preguntó Illium.

―Por supuesto que no. No eran nada. ―Se despidió de


todas esas vidas de la misma manera descuidada que
otro hombre podría rechazar el exterminio de un nido

Bookeater
Archangel´s Light
de insectos. ―Mis sirvientes sabían que nunca debían
decirlo o su Diosa los haría castigar.

― ¿Eran todos vampiros?

Otra sonrisa astuta.

―Mi sangre, ellos la amaban. Tan deliciosa. Una


adicción.

Las palabras levantaron hasta el último vello del


cuerpo de Illium.

―Los convenciste de que necesitabas ser liberado.

―Les susurré desde las cadenas, dije cosas como solía


decir mi madre. Les puse gusanos en la cabeza hasta
que fueron míos. ―Su cabeza se sacudió hacia
Aodhan, aunque Aodhan no había hecho nada para
atraer su atención. ―El que brilla como el sol,
―susurró. ―Así te llamaba mamá. Ella quería tus
alas. ―Ojos duros y envidiosos taladrando a Illium
ahora. ―Y las tuyas. Bonitas alas.

Mirando de reojo, toqueteó sus propias plumas flácidas


y descoloridas.

Bookeater
Archangel´s Light
―Feas.

Una palabra escupida.

―Se curarán. ―La voz de Aodhan era áspera. ―Eres


un inmortal.

―Soy un dios, ―dijo el niño de la forma en que


alguien dice que su cabello es negro o sus ojos
marrones. Como si, para él, fuera un simple hecho.
―Soy el hijo de mamá.

― ¿Dónde están tus adoradores?

Un encogimiento de hombros.

―Quería ver cómo se sentía al usar sus pieles.

― ¿No pelearon?

El chico frunció el ceño.

―Yo era su dios. Se cortaron la cabeza el uno al otro


por mí. El último se arrodilló para poder decapitarlo.

Bookeater
Archangel´s Light
―Flexionó ambas manos. ―Llevó mucho tiempo. Soy
débil.

Nadie, no importaba cuán leal fuera, se arrodillaría sin


protestar para tal tortura si no estuvieran siendo
controlados de alguna manera.

Gusanos en sus cabezas.

Las facciones del chico se alteraron frente a Illium


incluso cuando la inquietante declaración reverberó en
su mente.

―Quon no debería haber hecho eso, ―Jinhai susurró.


―Estuvimos solos después de eso. ―Se frotó su
vientre. ―Después de un tiempo, no pude encontrar
nada para comer. Volví a mi hoyo, pero tampoco había
comida allí, así que volví a salir.

― ¿Por qué no viniste hacia los otros ángeles en el


área? ―Illium sabía que el niño tenía que haber visto
ángeles volando de un lado a otro desde la fortaleza.

―Madre dijo, ―susurró. ―Madre dijo que no debía


ser visto, que yo era su secreto. Su secreto especial.

Bookeater
Archangel´s Light
―Una sonrisa brillante y horriblemente inocente. ―Yo
iba a ser su nueva piel, su nueva vida.

Estaba loca, muy loca, dijo Aodhan. ¿Por qué no lo vimos


hasta ahora?

Porque también era muy mayor y muy inteligente. Su


locura también había sido el tipo de aflicción que
podría parecer nada más que megalomanía o hambre
de poder. Ambas eran aceptables en el mundo
angelical.

― ¿Qué harás ahora? ―le preguntó al hijo al que ella


había condenado a la misma locura. ― ¿Y qué hará
Quon?

Una mirada perdida.

―Quon dice que será un dios como mamá. Dice que


puedo quedarme con él. Pero que él será el dios.

Illium asintió, como si todo en su conversación fuera


racional.

― ¿Te quedarás aquí con nosotros por el momento?

Bookeater
Archangel´s Light
―Sí. ―La expresión de Jinhai se iluminó. ―Madre dijo
que eras fuerte. El ángel resplandeciente y el ángel de
la campanilla. Ella te tendría en su corte. Quon dice
que puedes servirle ahora. ―Miró la nieve. ―Y está
frío afuera. Hace calor aquí. A Quon también le gusta
estar aquí. Quon dice que podemos quedarnos.

***

―Primero tengo que contárselo a Suyin, ―Aodhan


dijo a Illium cuando los dos se trasladaron al pasillo
para discutir qué hacer a continuación.

Illium frunció el ceño. ―No voy a ocultarle esto a


Rafael.

―No te lo pediría, pero más allá de que sea mi deber


como su segundo, es una cosa de respeto ir a ella
primero. Este es su territorio y, lamentablemente, esta
es su familia.

Illium se cruzó de brazos, pero no tenía buenos


argumentos en contra. No era como si el hijo de Lijuan
representara una amenaza directa para Nueva York.
Sin embargo, era una amenaza muy real para China. ―
¿Tienes recepción?

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan sacó su teléfono y lo miró. ―Sí.

Mientras permanecía en el pasillo para hacer la


llamada, Illium regresó al calor de la habitación que
albergaba a un niño cuya mente se había dividido en
dos. Había oído hablar de este tipo de herida mental,
pero había creído que era una división mucho menos
definida: una confusión de personalidades o un velo
que caía sobre la mente de la persona, como había
sucedido con su madre.

Pero esto no era nada parecido a eso.

A todos los efectos, Jinhai y Quon eran dos personas


diferentes.

Habiendo visto un viejo juego en una estantería de la


habitación, lo agarró y colocó el tablero en la mesa baja
frente al fuego. ― ¿Un juego?

Jinhai aceptó la invitación.

Conocía muy bien el juego. Se le enseñaba a la mayoría


de los niños angelicales, para ayudarlos con su
destreza matemática. A mitad de camino, dijo: ―Yo no

Bookeater
Archangel´s Light
usaré tu piel, ―y su voz había cambiado de nuevo,
como si su mente no se pudiera calmar. ―No quiero
volver a estar solo.

Bookeater
Archangel´s Light

Un niño no debe ser culpado por las acciones


del mal.
― Arcángel Rafael

Bookeater
Archangel´s Light
45

Decir que Rafael no había anticipado la razón detrás de


la llamada de Suyin fue una gran subestimación.

―Quería decirte esto yo misma, Rafael, ―dijo, su voz


tranquila. ―Has sido un buen amigo para mí, y fueron
dos de tus siete quienes desenterraron este último
horror.

Rafael entendió exactamente por qué Illium no había


acudido a él con la información. Esto iba más allá de la
política y entraba en el ámbito complicado y emocional
de la familia. ― ¿No hay duda de que el niño es de
Lijuan? ―No podía pensar en la idea de que Lijuan, un
ser de muerte, podredumbre y maldad, hubiera dado a
luz un hijo.

―Illium y Aodhan han acordado traerme a Jinhai,


están diseñando un portador mientras hablamos, por
lo que me han dicho el niño está de un acuerdo
entusiasta. Así que todavía no lo he visto con mis
propios ojos, pero las imágenes que envió Aodhan...

Bookeater
Archangel´s Light
Un suspiro estremecedor. ―Es de ella. He autorizado a
Aodhan a enviarte las imágenes también, para que lo
veas. Illium me ha informado que hay pruebas
científicas que se pueden hacer para confirmar el linaje
de Jinhai, y las haremos, pero no necesito que lo sepan.

―Hubo períodos en los que Lijuan desapareció de la


vista del público, ―Rafael murmuró―, pero ninguno
de nosotros vio nada inusual en eso. Incluso Michaela
hizo eso varias veces. ―Y la ex Arcángel de Budapest
había amado la atención y adoraba ser la musa de los
artistas, así como la fantasía de millones, mortales e
inmortales.

―La gente de mi tía también le era tan leal que la


ayudaron a esconder muchas cosas.

― ¿Pero esconder a un niño angelical? ¿Permitir que


ese niño creciera solo en la oscuridad? ―Si Lijuan no
estuviera ya muerta, Rafael la habría matado entonces
y allí mismo. ―Eso no es lealtad, Suyin. Es el mismo
tipo de fe ciega que llevó a tanta de su gente a apoyar
su objetivo de envolver al mundo en la muerte.

Bookeater
Archangel´s Light
―No voy a discutir contigo en eso, ―dijo
Suyin. ―Pero te pido consejo sobre si debería
compartir esto con el resto de la Cátedra?

Rafel hizo una pausa, pensó seriamente en la pregunta.


En todos los aspectos, se trataba de un asunto familiar
privado. Y los ojos críticos ya estaban mirando en
dirección de Suyin. Por otro lado, parecía que el chico
podía ser una amenaza traicionera. ― ¿Puedes
controlarlo por tu cuenta?

―Puedo enjaularlo. ―Palabras amargas. ―Pero un


carcelero no es quien quiero ser. Y cuando pienso en lo
que le hicieron... ¿Dónde está la línea moral, Rafael? Lo
quiero al cuidado de los sanadores de la mente, no
encerrado como un animal.

―Estoy de acuerdo contigo. ―A pesar de la terrible


oscuridad de los crímenes del niño, Rafael luchó contra
la idea de simplemente encarcelar o ejecutar un ser a
quien nunca se le había dado la oportunidad de
convertirse en algo mejor.

Jinhai tenía que tener una opción, y una base sobre la


cual hacer esa elección. ―Creo, ―dijo por fin―,

Bookeater
Archangel´s Light
siempre y cuando tomes las medidas para evitar que
dañe a otros, que esto no es asunto de la Cátedra.

La verdad era que algunos en la Cátedra matarían al


chico antes que permitir que un pedazo de Lijuan
existiera. Pero el niño no debía ser juzgado por los
crímenes de su madre.

―Te puedo ayudar. Mi madre también ayudará.


―Rafael conocía a Caliane lo suficientemente bien
como para estar seguro de eso. ―Tres arcángeles
siendo conscientes del problema es suficiente por
ahora.

―Tendrá que estar enjaulado, incluso mientras


buscamos ayudarlo, ―dijo Suyin, amargura en su
tono. ― Lijuan ha ganado allí. Me hizo como ella.

―No, Suyin. No lo enviarás a la fría oscuridad. Lo vas


a contener en la luz. Y una vez que tenga el poder de
volar, te asegurarás de que tenga la oportunidad de
volar.

―Pensé en ponerlo en una vieja fortaleza a medio día


de vuelo directo de mi nueva ciudadela, con un equipo
de seguridad y curación dedicado, ―dijo Suyin. ―Ni

Bookeater
Archangel´s Light
vampiros, ni mortales, solo ángeles lo suficientemente
mayores como para ser inmunes a sus habilidades
extrañas. Puedo volar con él a menudo, hablar con él.

―Keir se encuentra actualmente en mi ciudad, ―le


dijo Rafael. ―Un viaje corto para comprobar algunos
de los heridos de guerra que aún no han recuperado la
salud por completo. ¿Quieres que lo alerte sobre esto y
le pida que haga planes para unirse a ti? ― dijo en un
esfuerzo por quitar un poco de la carga de sus
hombros. ―Sabes que es de confianza. ―El sanador
principal había trabajado con Suyin después de su
escape de Lijuan.

―Sí, confío en Keir. ―Agotamiento en su voz cuando


dijo: ― ¿Crees que hay esperanza? ¿O sólo estoy
retrasando lo inevitable? ¿Terminaré teniendo que
ejecutar a Jinhai cuando se transforme en un adulto
enloquecido con habilidades cada vez más mortales?

Rafael miró las luces de su ciudad, pensó en todo lo


que había aprendido en sus milenios y medio de
vida. ―Hay quienes dicen que un niño dañado,
permanecerá dañado para siempre.

―He oído lo mismo.

Bookeater
Archangel´s Light
―Pero he sido testigo de que al menos un niño superó
las probabilidades y se volvió en mucho más de lo que
se podía esperar de él, sólo conocías las circunstancias
de su primera infancia.

El maestro de espías de Rafael había sobrevivido a una


infancia estropeada por los celos obsesivos de su
padre, unos celos que habían terminado en el viscoso
escarlata de la sangre de su madre y las cenizas del
cuerpo de su padre. El asesinato―suicidio en un atolón
solitario había dejado atrás a un niño asustado y
afligido, el silencio que lo rodeaba era profundo.

Jasón había sido considerado mudo cuando apareció


por primera vez en el Refugio. Pero, aunque el maestro
de espías tenía muchas cicatrices, no era un monstruo y
nunca lo sería. A veces, Rafael pensaba que el secreto
más profundo de Jason era que sentía demasiado, con
demasiada fuerza. Por eso se esforzó por mantener una
cierta distancia entre él y el mundo.

Luego estaba Naasir, inteligente y único y uno de los


favoritos de todos. Él, también, había nacido en un
lugar frío y sin amor, un lugar lleno de los fantasmas
de los inocentes que habían ido antes que él. Sin

Bookeater
Archangel´s Light
embargo, su corazón era una cosa magnífica, tan
salvaje y ferozmente protectora de su pueblo como el
tigre que era su otra mitad.

―Y, ―agregó, ―he visto a un arcángel tan perdido en


la locura que ella convirtió dos ciudades prósperas en
cementerios silenciosos. ―Al eliminar las poblaciones
adultas de esas ciudades, la madre de Rafael también
había creado miles de huérfanos con el corazón roto,
muchos de los cuales se habían acurrucado y habían
muerto de ese desamor.

Rafael había ayudado a cavar sus pequeñas tumbas,


sus lágrimas se alojaban en su garganta y su grito
agudo en su cabeza.

―Ahora llamo amigo a ese mismo arcángel, ―susurró


Suyin, y ella es una de las cabezas más tranquilas de la
Cátedra.

―Exacto. ―Caliane no hizo ningún esfuerzo por


esconder u oscurecer su pasado. Eso era una sombra
silenciosa que llevaba siempre consigo. Todas esas
muertes, todas esas almas, perseguían a su madre, y al
hacerlo, la convertían en un mejor gobernante y un
mejor arcángel, al tiempo que creaba en ella una

Bookeater
Archangel´s Light
debilidad que podría ser explotada por los
inescrupulosos. Mejor eso que la portadora de la
muerte en la que se había convertido.

―No somos mortales, ―le dijo a Suyin. ―Nuestras


vidas son infinitas en comparación con la de ellos,
como resultado, nuestras mentes y corazones tienen un
mayor período durante el cual curar. Creo que, si este
niño ha pasado décadas en la oscuridad, debemos
darles ese mismo tiempo en la luz, para encontrar un
mejor camino.

―Dices lo que está en mi corazón, Rafael. ―La voz


tranquila de Suyin contenía incalculable agonía.
―Esperaré por él, y me aseguraré de que aquellos que
murieron en sus manos tengan un entierro respetuoso
según sus ritos. No ignoraré simplemente sus vidas
como podría haber hecho Lijuan.

Una pausa solemne antes de que ella dijera: ―Jinhai no


comprendió, no comprendió realmente lo qué hizo.
Sabe que la gente está muerta, pero parece no tener
comprensión de que eso es algo malo. ¿Y orquestar
eso mientras aún es un niño? No sólo el asesinato, sino
también el resto.

Bookeater
Archangel´s Light
―Sí. ―Rafael también estaba preocupado por lo que
vivía en el niño. ―No voy a estar de pie en tu camino
si decides que no se le puede permitir vivir, pero,
Suyin, creo que te conozco lo suficientemente bien
como para predecir qué tal decisión te perseguirá.

―No, no dejaré que Lijuan me convierta en cómplice


del asesinato de un niño. ―Esta vez, fue la rabia lo que
vibró a través de la voz de Suyin. ―Jinhai nunca tuvo
una oportunidad, ¿verdad? Es como si hubiera crecido
rodeado de lodo tóxico. Los cánceres eran inevitables.

Después de que Suyin colgó para lidiar con la


situación, se volvió hacia su cazadora, que había
llegado mientras hablaba con el otro arcángel, pero se
había quedado callada. Húmedos mechones de cabello
se rizaban en sus sienes, el blanco casi oscuro de sudor,
y su cuerpo vestido con cueros de caza negros erizados
de armas.

Sus alas eran una magnificencia de medianoche y


amanecer.

Un vampiro había crecido en hambre de sangre un par


de horas hacia el sur, y ella se ofreció como voluntaria
para manejarlo. ―Tengo que mantener mi mano,

Bookeater
Archangel´s Light
―había dicho. ―Ser una cazadora es parte de lo que
soy.

Había captado un ligero pánico en su mirada, ligado a


su conciencia de cómo mucho su vida había cambiado
desde que se enamoraron. En ella vivía con el
conocimiento de que un día en el futuro, tal vez ya no
tuviera el derecho a llamarse a sí misma una
cazadora. Rafael no creía que eso fuera una verdadera
amenaza, ella había nacido cazadora, la caza en su
sangre. Ya no podía dejar de ser cazadora tanto como
él podría dejar de ser un arcángel.

Sin embargo, algún día perdería a los amigos con los


que había crecido su yo cazador. Pero ese día existiría
en un futuro lejano. Sus compatriotas se encontraban
actualmente en el mejor momento de sus vidas. Su
compañero de hoy había sido el irreverente Demarco,
un mortal que le recordaba a Rafael a Illium.

No conocía bien a Demarco, pero lo recordaría mucho


después de que hubiera pasado más allá del velo que
los inmortales rara vez cruzaban.

―Elena, mía. ¿Una buena cacería?

Bookeater
Archangel´s Light
―Sí, tenemos al vampiro. ―Brazos cruzados mientras
se inclinaba contra un lado de la puerta, ella negó con
la cabeza. ―Uno más viejo. Estúpido permitir que su
control se deshilache después de todo este tiempo, ¿y
para qué? Una mala ruptura que lo enfureció hasta el
punto de que se rindió a la sed de sangre.

Desplegando los brazos, se enderezó. ―Sólo iba a


saludar para hacerte saber que estaba en casa, luego
subir a tomar un baño, pero luego escuché que
mencionabas a Su Maldad. ¿Qué ha pasado?

Cuando se lo dijo, porque ella era bienvenida a todo lo


que sabía, su consorte en el sentido más estricto, ella
suspiró. ―Pensé que entendía el mal, pero esto...
―Caminando hacia él, tomó un lado de su cara. ―
¿Estás bien, Arcángel?

A nadie más se le hubiera ocurrido hacer esa


pregunta. Sólo Elena comprendió cómo el espectro de
la locura perseguía a Rafael. Ambos de sus padres se
habían vuelto locos. Uno había muerto. El otro había
sobrevivido. Cada uno había causado una carnicería.

―Sí. ―La envolvió en sus brazos y en sus alas,


necesitándola cerca.

Bookeater
Archangel´s Light
― Rafael, estoy sudada y...

― Hbeebti.

Ella entrelazó sus brazos alrededor de su torso, el ágil


músculo de ella, cálido y posesivo.

―No es que no esté feliz de verte, ―dijo suavemente


contra su cuello, ―pero esa es la empuñadura de un
cuchillo que te está clavando.

Se rió, la sensación inesperada después de la fealdad


de lo que acababa de discutir con Suyin. Entonces,
rodeado por la feroz vida de su Elena, le contó todo el
alcance de lo que Aodhan e Illium habían descubierto.

―Mierda. ―Un movimiento de su cabeza contra él, los


mechones de su cabello se aferraban al blanco de su
camisa. Había crecido desde el tiempo en que se había
despertado, las diminutas plumas en los extremos ya
no estaban, y el largo era suficiente para que ella lo
trenzara fuera del camino como lo había hecho hoy.

De vez en cuando, sin embargo, alcanzaba a


vislumbrar un arco de luz a través de sus alas. Ella le

Bookeater
Archangel´s Light
había dicho que no sentía nada, y por lo que habían
podido determinar, sus niveles de poder seguían
siendo apropiados para su edad como un inmortal,
aunque la cascada le había dejado un regalo persistente:
ella se curaba más rápido ahora, las células
arcangélicas en su cuerpo habiendo acelerado su
inmortalidad.

―Me molesta haber interactuado con Lijuan como un


arcángel mayor durante el tiempo que estuvo
torturando a su hijo, ―admitió. ―Porque eso fue lo
que fue: tortura.

―No obtendrás ningún desacuerdo de mi parte.

―Pero nunca vi ningún signo de tal depravación. Vi


que ella era vieja y sabia y no necesariamente
"agradable", pero muy pocos de los antiguos lo son. Me
hace cuestionar mi capacidad para juzgar a mis
compañeros de la Cátedra.

Elena se empujó hacia atrás para poder mirarlo.

―Nadie lo vio, ―señaló. ―Ni una sola persona fuera


de su círculo íntimo. Yo conozco ángeles lo suficiente
bien como para predecir que casi nadie hubiera

Bookeater
Archangel´s Light
apoyado el maltrato de un niño, especialmente no en
ese entonces, antes de que ella convirtiera a muchos de
su pueblo en seguidores obedientes.

Ella puso una mano sobre su pecho, sobre su


corazón. ―La noticia se habría extendido si Lijuan
hubiera traído a alguien más que a sus más fervientes
acólitos. Confía en mí, Arcángel, ella puso un
cortafuego de devoción incondicional alrededor de esa
información, y todavía estaba lo suficientemente
estable como para parecer normal.

Rafael repasó mentalmente una lista de los cortesanos


y generales de mayor confianza de Lijuan.

―No puedo creer esto del general Xi. La vio cómo su


diosa, pero era un buen hombre en muchos sentidos,
especialmente durante el momento del nacimiento de
Jinhai.

―Los mortales han tolerado una gran cantidad de


crueldad en nombre de la religión, ―señaló Elena. ―Y
Lijuan tuvo a Xi desde que era muy joven. Me gustaría
pensar que él no lo sabía, que ella usó a otros que eran
menos inteligentes, era menos probable que la
cuestionaran, pero a menos que la gente de Suyin

Bookeater
Archangel´s Light
descubra registros que lo dejan claro, nunca lo
sabremos con certeza.

―No. Ciertamente no se puede confiar en las palabras


del chico, no dado el estado de su mente. ―Rafael
presionó sus labios en la parte superior del cabello de
Elena. ―Creo que me uniré a ti en ese baño, Elena mía.
Siento la necesidad de lavarme esta oscuridad.

Ella acarició una mano por su espalda, sus nudillos


rozaron la parte inferior de su ala derecha. ― ¿Aodhan
e Illium?

―No he hablado con ellos, pero sé que Illium estará


bien. Es Aodhan por quien me preocupo. ―Nunca le
había contado a Elena lo que le había pasado al ángel
hecho de luz, y ella nunca lo había pedido, porque eso
era un pedazo de historia privada para que Aodhan la
compartiera.

Pero ella entendió lo suficiente como para envolver sus


brazos alrededor de él de nuevo y decir: ―Illium está
ahí. Sabes que esos dos estarán bien siempre y cuando
estén juntos.

Bookeater
Archangel´s Light
46

Jinhai guardó silencio sobre el vuelo para unirse a


Suyin, aunque era un silencio inundado de asombro.
La nieve había dejado de caer, el paisaje era una
alfombra blanca inmaculada bajo la fresca luz del sol
invernal que convirtió a Aodhan en una estrella en un
lado del cabestrillo que sostenía al niño, mientras que
Illium tomaba el otro.

Jinhai estaba interesado en todo, mirando a su


alrededor con los ojos muy abiertos.

Illium vio en su curiosidad un atisbo de en quién


podría haberse convertido si no hubiera sido moldeado
en un monstruo. Porque Lijuan nunca había sido
menos que inteligente, y la misma inteligencia ardía en
los ojos de su hijo.

Impulsados por la situación, habían acelerado el cierre


de la fortaleza. Ahora, solo un día después de que
encontraran a Jinhai, Li Wei y su equipo viajaban en
tres vehículos todo terreno en el suelo debajo y lo
suficiente lejos detrás de ellos para que Illium y

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan pudieran comprobar si había amenazas en la
carretera.

Un humo quejumbroso viajó con ellos.

Li Wei se había irritado por que la prisa significaba que


las cosas no estaban a la altura de sus estándares, pero
también era un miembro de alto nivel del personal por
una razón. Ella priorizó la lista de tareas, movilizó a su
gente, usó a Illium mientras Aodhan vigilaba a Jinhai y
hacía el trabajo para que pudieran irse esa mañana a
primera luz. Tenía que ser así: Suyin era la única que
podía lidiar con el niño, tanto porque ella era un
arcángel, como porque ella era su familia.

Él y Aodhan aterrizaron a menudo, pero cada vez, lo


hicieron a distancia del equipo de Li Wei, sin dejar de
mantenerlos a la vista. La línea de visión para
asegurarse de que el equipo nunca estuviera fuera del
reloj protector de Illium o Aodhan, la distancia una
precaución en caso de que los poderes mentales de
Jinhai fueran más virulentos de lo que inicialmente
habían juzgado. Había tenido mucho tiempo para
trabajar en sus guardias, así que era probable que
necesitara acceso continuo para manipular, pero no
tenía sentido correr riesgos.

Bookeater
Archangel´s Light
En cuanto a los aterrizajes regulares, era para darle al
chico la oportunidad de estirar sus piernas, ya que
llevarlo en cabestrillo durante un período prolongado
podría resultar difícil para el cuerpo. Jinhai pareció
apreciar los descansos y los usó para explorar lo que
había cerca, pero nunca hizo ningún movimiento para
escapar, demasiado emocionado por seguir volando.

―Sé que orquestó una masacre, ―le dijo Illium a


Aodhan durante una de las paradas, mientras el niño
examinaba una flor congelada en el borde del claro,
―Pero ahora mismo, todo lo que veo es un niño.

Aodhan, sentado a su lado en una gran roca de la que


habían limpiado la nieve, abrió sus alas en un
deslizamiento sobre las de Illium, y las volvió a cerrar.

―Hablame mentalmente, ―dijo, sin apartar la vista de


Jinhai, ―Él es más joven que su edad cronológica.

Illium estuvo de acuerdo.

―Mi instinto dice que tiene alrededor de ochenta, pero


actúa más como un niño de cincuenta. ―En términos

Bookeater
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mortales, sería la diferencia entre diez u once años y de
dieciséis o diecisiete años.

Una brecha enorme en madurez y experiencia.

A Illium se le había ofrecido un nido del desfiladero a


la edad de Jinhai y ya había comenzado a ejecutar
simulacros con lo que finalmente se convirtió en parte
de un escuadrón. No aceptó la oferta, consciente de
que su madre aún no estaba en un punto en el que
pudiera dejarlo ir, pero que la oferta hubiera sido
hecha había sido una fuente de enorme orgullo para él.

― ¿Crees que lo mantuvo inmaduro a propósito? ―le


preguntó a Aodhan. Su amigo siempre había tenido
una mejor idea de por qué la gente hacía las cosas que
hacían. Fue lo que lo convirtió en un artista tan
extraordinario. El veía dentro de las personas, sus
sueños, esperanzas y secretos.

―No tengo suficiente información para decirlo con


certeza. ―Aodhan empujó sus mangas hacia atrás, su
piel caliente contra la de Illium cuando bajó el
brazo―. Pero podría ser sólo una consecuencia de su
vida. Una flor no crecerá si está privada de luz. ¿Cómo

Bookeater
Archangel´s Light
podría crecer? Estaba en un lugar diseñado para
hacerlo pequeño, hacerlo menos.

En la distancia, Jinhai fue a recoger una flor congelada,


vaciló, y la dejó donde estaba. Una vez más, una
sensación de pérdida apuñaló a Illium. El nunca
olvidaría lo que habían descubierto en la aldea,
diablos, las imágenes perseguirían sus pesadillas, pero
se encontró incapaz de simplemente condenar a este
chico. Eso sería como condenar a un perro que había
sido entrenado para morder.

La fuente de información más autorizada de Jinhai


sobre el mundo había sido un arcángel loco y cruel. Los
demás a su alrededor eran sus carceleros. ¿Dónde se
suponía que iba a aprender la empatía cuando Illium
dudaba mucho que alguien alguna vez hubiera sido
amable con él?

―Me pregunto, ―dijo, ― ¿quién habría sido yo si


hubiera sido mi madre la que hubiera entrado en el
sueño y mi padre el que me hubiera criado? ―Mirando
hacia el verde oscuro cubierto de nieve en los árboles,
negó con la cabeza. ―Yo no sería este Illium, eso lo sé.

Bookeater
Archangel´s Light
Aegaeon era descarado y egoísta, un hombre capaz de
una intensa y calculada crueldad, todo lo cual ocultaba
detrás de una máscara de encanto engañoso. La madre
de Illium pudo haber tenido la mente fracturada
durante gran parte de su infancia, pero era
innatamente buena y amable, y, oh, cuánto lo amaba.

Nunca, en toda su vida, Illium había cuestionado el


amor de su madre por él.

La mano de Aodhan se cerró alrededor de su nuca, su


piel un poco áspera al igual que la de Illium. De vez en
cuando, especialmente con lesiones repetitivas como
las pequeñas tensiones causadas por el trabajo regular
con armas, las células inmortales decidían hacer callos
en lugar de curar el daño una y otra vez.

Aodhan pasó la yema del pulgar por el pulso del cuello


de Illium.

―No dejes que ese hijo de puta se meta en tu cabeza,


―ordenó con una voz que vibraba en los huesos de
Illium. ―Sabes que eso lo haría feliz.

Illium frunció el ceño.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Estoy teniendo una crisis de personalidad y tú me
dices que lo deje fuera? Sensible. ―También era
exactamente lo que necesitaba escuchar. Él preferiría
roer su propio pie que hacer cualquier cosa que
pudiera darle a Aegaeon incluso una pequeña pizca de
alegría.

Justo en ese momento, Jinhai regresó a la flor


congelada, la arrancó, y luego la pisoteó.

Continuaron volando.

Independientemente de sus descansos regulares, dado


que viajaban en un grupo pequeño y siguiendo un
rastro ya libre de peligros importantes, hicieron un
tiempo mucho mejor que la caravana inicial y se
encontraron con Suyin en cuestión de veinticuatro
horas.

Ella había volado de regreso hacia ellos, no queriendo


exponer el resto de los sobrevivientes a Jinhai o Jinhai a
ellos. Con ella había venido la general Arzaleya, una
mujer compacta y mortal con alas de un rojo tan oscuro
que tenía matices de negro, cabello del tono del roble
quemado y piel como la de Dmitri, mantenía su luz
color marrón sin importar la estación. También tenía el

Bookeater
Archangel´s Light
aire de competencia de Dmitri, sus ojos
sorprendentemente pálidos, vigilantes.

―Habría pensado que dejaría a la general con la


caravana, ―le había murmurado Illium a Aodhan
cuando vio por primera vez las alas de Arzaleya. ―Es
la tercera en rango, ¿verdad?

Aodhan parecía pensativo.

―Suyin tiene que tomar una decisión y, por mi cálculo,


la caravana está ahora en la parte más segura de su
viaje. Vetra también está ahí. Y uno, o dos, de los tres
nos uniremos a ella pronto, por lo que hay poco riesgo.
Illium no había tenido la oportunidad de profundizar
en eso antes de que el grupo aterrizara. También con
Suyin y Arzaleya había un pequeño escuadrón de altos
ángeles que iban a proteger a Jinhai hasta que Suyin le
asignara un equipo final.

Aodhan ya le había advertido que rotara ese equipo


con múltiples miembros para asegurarse de que Jinhai
no pudiera aplicar sus tácticas de manipulación en
ellos, sus habilidades podrían no ser lo suficientemente
fuertes como para afectar a los ángeles, pero todavía
era un maestro en sutiles estratagemas psicológicas.

Bookeater
Archangel´s Light
Suyin también había traído a la curandera más antigua,
Fana. No era un especialista en dolencias de la mente,
pero de una habilidad y bondad que la convertiría en
una ayuda a Jinhai hasta la llegada de los curanderos
especialistas. Aodhan sabía que el propio Keir estaba
en camino; Jinhai no podía tener mejor ayuda.

El rostro de Jinhai se iluminó con una alegría


penetrante en el instante en que Suyin aterrizó frente a
ellos.

― ¡Mamá! ―gritó. ― ¡Mamá! ―La felicidad, la


esperanza y la inocencia infantil en su voz era
desgarradora. Estaba casi encima de Suyin cuando
disminuyó la velocidad, con un acento interrogativo en
su voz cuando dijo: ― ¿Ma?

―No soy Lijuan, niño, ―murmuró Suyin. ―Pero soy


tu pariente. Soy tu prima y tu arcángel.

Jinhai pareció momentáneamente desconcertado por


eso. Un segundo después, explotó, lanzándose hacia
Suyin con las manos formadas en garras.

― ¡Yo soy su única piel! ¡Soy ella! ¡Soy su piel!

Bookeater
Archangel´s Light
Aunque todos reaccionaron para proteger a Suyin, ella
era un arcángel, no tenía necesidad de su ayuda.
Controló al chico sin hacerle daño, sus brazos se
cerraron alrededor de él mientras los llevaba al suelo
nevado. Cuando él dejó de gritar y luchar por fin, ella
lo abrazó con fuerza mientras él sollozaba por su
madre.

Bookeater
Archangel´s Light

Hacer daño a un niño es un acto de deshonra


que no tiene perdón.
―Ley angelical.

Bookeater
Archangel´s Light
47

Más tarde, después de que Jinhai se agotó y cayó en un


sueño exhausto, Suyin les dijo a Aodhan e Illium que
se unieran a la caravana.

―Iré con Jinhai a su nuevo hogar. Para bien o para


mal, ve lo familiar en mí, y creo que es mejor que
empiece a aprender a mirarme con confianza. Como
tal, necesito que protejan la caravana.

Aodhan luchó contra un desacuerdo inmediato. Sabía


que no podía permitirse apegarse demasiado al
niño; Jinhai podría hablar con la parte de él que sabía
lo que era estar atrapado y torturado, pero el camino
del niño tenía que desviarse del suyo si quería sanar.

Aunque...

―En el futuro, me gustaría verlo en ocasiones si él me


recibe como visitante. ¿Sería eso aceptable para ti?

La sonrisa de Suyin fue suave.

Bookeater
Archangel´s Light
―Siempre serás bienvenido en mi territorio, y Jinhai
no podría hacer nada mejor que tenerte como un
hombre de quien pueda aprender. ―Se volvió hacia
Illium. ―También te agradezco por vigilar a este niño
roto en lugar de ejecutarlo a primera vista.

―No era mi derecho ni mi decisión. ―Illium fluyó en


una elegante reverencia, cayendo sobre una rodilla
mientras ensanchaba sus alas detrás de él. Una
mariposa poderosa y peligrosa en la nieve.

Aodhan lo había visto hacer lo mismo de una manera


burlona, pero hoy era muy serio, una muestra de
respeto por este arcángel que tenía en ella tanta
empatía como poder.

El rostro de Suyin se suavizó aún más. Veo de nuevo por


qué es tan querido para ti, Aodhan.

En voz alta, dijo: ―Eres una luz en este mundo oscuro,


Illium. ―Le tendió su mano, e Illium la tomó mientras
se levantaba. ―Me alegro de conocerte, me alegro de
aprender de ti.

Cuando Illium inclinó la cabeza en una pregunta sin


palabras, ella dijo: ―Eres un poder. Yo lo veo. Todos lo

Bookeater
Archangel´s Light
hacemos. Arza me dice que la Cátedra te ha observado
desde mucho antes de la Cascada, ya que eras un
poder incluso cuando eras niño. Y, sin embargo, te
aferras a tu sentido de ti mismo con una ferocidad que
desafía incluso al Anciano que es tu padre. No te
doblas bajo el peso de la eternidad. ―Ella soltó su
mano, pero sostuvo su mirada. ―Me muestras un
camino diferente, y es un camino que me esforzaré por
seguir.

Un rubor de color en las mejillas de Illium.

―Me honras, Arcángel Suyin.

―Solo Suyin para ti, Campanilla. Me salvaste la vida


en la batalla y es un acto de coraje que nunca
olvidaré. ―Con eso, miró hacia donde Jinhai dormía
en el cabestrillo. ―Me iré ahora, para poder regresar
pronto con mi gente. No será una transición fácil para
el pobre niño, pero nada es fácil en esta tierra en este
momento. Pero tendrá luz, y cuando haya sanado,
tendrá el cielo.

Aodhan miró hacia arriba mientras se elevaba en el


aire, un ángel delgado y encantador con más acero en
ella de lo que el mundo vio. No estaba seguro de que la

Bookeater
Archangel´s Light
propia Suyin lo supiera, no completamente. Ella
también, después de todo, había pasado un tiempo
como prisionera y la había marcado.

―Me gusta. ―Illium parecía reacio. ―No por el


cumplido. ―Se sonrojó de nuevo, pateando la
nieve. ―Siempre me ha gustado, supongo. Pero al
verla aquí, en su piel de arcángel, el peso de todo lo
que pasó sobre sus hombros... Veo por qué la respetas
tanto.

Los labios de Aodhan se curvaron al ver el rostro de su


amigo. Continuaba sosteniendo un toque de sospecha
engendrado por su corazón posesivo, pero
entremezclado con eso estaba la admiración.

―Ahí, Azul, ―murmuró. ―Eso no fue tan difícil,


¿verdad?

Un ceño fruncido fue su única respuesta antes de que


Illium despegara, empolvando a Aodhan de una
tempestad de nieve.

Riendo tan fuerte que hizo que Li Wei lo mirara con


una sonrisa de sorpresa en su rostro, sacudió la cabeza

Bookeater
Archangel´s Light
para desalojar el blanco, abrió sus alas, y despegó hacia
el cielo detrás de su Azul.

Llegaron a la caravana antes del anochecer, su


presencia más que bienvenida.

― ¿Nos detenemos a pasar la noche? ―Preguntó


Vetra, y estaba claro que estaba más que dispuesta a
pasar la responsabilidad de estar a cargo a Aodhan. ―
Tenemos una hora más de luz, pero será un empujón.

―Estoy de acuerdo, ―dijo Aodhan. ―Lento y


constante es el ritmo que queremos mantener.

Todo este grupo tenía que hacer un largo viaje. No por


la distancia que podría ser cubierta por un vehículo en
buen estado dentro de dos días, permitiendo descansos
para el conductor. No, el problema radicaba en los
obstáculos en su camino: los parches muertos, las
erupciones de niebla negra, resbalones inesperados a
través de las carreteras causadas por las fuertes
nevadas.

Amanecía y los vehículos avanzaban lentamente. La


corte alada paseaba por la corte terrestre, en constante
alerta. Illium fue quien vio la niebla en erupción a

Bookeater
Archangel´s Light
cierta distancia más adelante, en el centro muerto de su
trayectoria proyectada.

Aodhan hizo la llamada para detener la caravana


mientras él y el resto del equipo encontraba una
solución: un desvío a lo largo de su ruta alternativa
principal en este punto significaría retroceder varias
horas laboriosas. Illium realizo múltiples vuelos de alta
velocidad para confirmar que su ruta alternativa
menos preferida estaba clara.

―Maldita sea, es rápido. ―Anaya, una comandante


angelical de alto rango, silbó cuando Illium despegó
hacia el cielo azul invernal por segunda
vez. ―También, caliente. ¿Sabes si está soltero?

Aodhan se puso rígido.

―Tendrás que preguntárselo a él. ―Estaba irritado por


la pregunta, aunque no sabía por qué, no era
exactamente una sorpresa. Illium siempre había tenido
muchos admiradores, mortales e inmortales. Kai, por
ejemplo, seguía mirándolo, aunque Illium había estado
demasiado ocupado para corresponderle.

Bookeater
Archangel´s Light
―Quizás lo haga. ―Una sonrisa deslumbrante de la
mujer inteligente y divertida que era el tipo de
Illium. ― ¿Quién sabe? Podría ser que se sienta solo
aquí lejos de su gente.

No está lejos de su gente, pensó Aodhan disgustado


mientras caminaba lejos, estoy aquí. Aunque trato de
quitarse de la cabeza el pequeño juego, seguía
volviendo a roerlo. Quería darse una bofetada a sí
mismo por eso, pero no podía parar y no entendía por
qué.

Ninguna relación romántica, ni siquiera el amor de


Illium por Kaia, había impactado su amistad con
Aodhan, por lo que no era como si Aodhan tuviera
miedo de eso. O tal vez lo hacía. Después de todo,
habían estado en terreno rocoso este año pasado, y en
gran parte era culpa de Aodhan. Lo sabía, lo admitía.

No tenía derecho a estar irritado de ninguna manera


por ningún enredo romántico en el que Illium eligiera
disfrutar.

Ese pensamiento estaba firmemente al frente de su


mente cuando Illium regresó de su última incursión.

Bookeater
Archangel´s Light
―Todo despejado, ―le dijo su amigo, antes de
inclinarse con las manos en los muslos, su pecho
agitado y sudor goteando por sus sienes.

―Volaste a máxima capacidad. ―De lo contrario,


Illium podría dejar a todos en su polvo sin esfuerzo.

―Sí. ―Salió una bocanada de aire. ―Pensé que en


cuanto más rápido tuvieras la información, menos
posibilidades de que se abrieran otros infiernos de
niebla antes de que pasé la caravana. ―Todo eso dicho
en ráfagas cortas, entrecortadas.

Aodhan se encontró tocando la mejilla de Illium con el


dorso de la mano. ―Gracias.

Una rápida sonrisa que derritió la tensión en la


columna de Aodhan. ¿De qué estaba preocupado? ¿Él
y Azul? Peleándose o molestándose el uno al otro o
comiendo estofado enojado juntos, los dos estaban
pegados como pegamento.

Pero había una cosa que tenía que decir, una disculpa
que tenía que hacer.

Bookeater
Archangel´s Light
―Keir me dijo algo cuando comencé a hablar con él
sobre Sachieri y Bathar. ―Ya había mencionado sus
conversaciones con el sanador a Illium.

― ¿Sí? ―La respiración de Illium todavía era inestable,


pero se había enderezado, sus manos se apoyaron en
sus caderas.

―Me advirtió que algún día podría atacar a los que


más amo. ―Sostenía los ojos de oro envejecido que,
para él, significaban hogar, significaban la
seguridad. ―Dijo que sería algo inconsciente, pero que
yo los elegiría como objetivos porque sabía que estaba
a salvo, que no renunciarían a mi incluso cuando era
un imbécil.

―Keir no usa palabras como imbécil, ―dijo Illium,


pero hubo un ligero temblor en su voz que no tenía
nada que ver con su falta de aliento.

Aodhan pasó el dorso de su mano por la mejilla de


Illium una vez más, ignorando el pequeño intento de
frivolidad.

―Olvidé lo que me dijo incluso cuando ataqué a la


persona que significa más para mí que nadie. ―Illium

Bookeater
Archangel´s Light
era el sol en su sistema, la persona sin la cual nada más
funcionaba bien. ―Yo me aproveché de tu lealtad y
generosidad, y lo siento.

―Cállate. ―Illium tragó saliva. ―Me alegra que te


sintieras lo suficientemente seguro con ser
completamente insoportable.

―Todavía lo siento. ―Esperó hasta que Illium se


encontró con su mirada. ―No por lo que quiero o
cómo he cambiado, sino por cómo te he herido con mis
acciones, y por mi silencio. ―No lo había usado como
arma, pero eso no alteró que había sacado
sangre. ―Nunca más volveré a hacer eso. ―Una
promesa que era un voto. ―Yo nunca más te dejaré
fuera.

Parpadeando con fuerza, Illium desvió la mirada.

Aodhan se acercó lo suficiente para tomar la barbilla de


Illium en su mano, tiró suavemente hasta que su mejor
amigo del mundo lo volvió a mirar. El oro brillaba con
un brillo de humedad, la misma emoción se balancea
en la garganta de Aodhan. ―Siempre, Azul, ―dijo, su
voz ronca. ― ¿Tu y yo? Para siempre.

Bookeater
Archangel´s Light
Sus respiraciones se mezclaron, los sonidos del mundo
se desvanecieron, hasta que fue sólo Aodhan e Illium,
Adi y Azul, Chispitas y Campanillas. Entonces Illium
le dio una sonrisa torcida y su mundo entero se
enderezó.

No era necesario decir nada más. Aquí no.

Dejando a Illium para recuperarse, Aodhan le dijo al


resto del equipo que se preparara para cambiar hacia la
ruta alternativa secundaria. Solo les tomó una hora
moverse: rápido si se considera la cantidad de personas
y vehículos involucrados. Aodhan no vio a Illium
después de eso, excepto a la distancia, su amigo
haciendo su trabajo como explorador de avanzada,
elegante y rápido.

En cuanto a Anaya, estaba ocupada con la retaguardia.


Una posición a la que Aodhan la había cambiado antes
de este vuelo. Nada que ver con que Illium estuviera al
frente. Simplemente tenía sentido lógico.

***

Illium no estaba programado para hacer guardia


nocturna cuando hicieron el campamento, ya que

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan lo necesitaba fresco para sus deberes de
exploración en el minuto que rompiera el día. Eso
estaba bien, porque estaba limpio. Las erupciones
impredecibles significaban vuelos constantes de alta
velocidad para encontrar una ruta clara, y luego
preocuparse implacablemente de cómo la gente pasaba
por debajo.

En un movimiento inteligente, Suyin y la general


Arzaleya habían dividido la caravana en múltiples y
pequeñas "vainas", lo suficientemente separadas entre
sí como para que una erupción no eliminara a una gran
parte de la población. Los ralentizó, pero la
compensación valió la pena en términos de seguridad.

En un momento, terminaron con la caravana dividida


en dos cuando una erupción ocurrió en el medio, y
tuvo que idear una ruta para ponerlos de nuevo
juntos. Hasta ahora no habían perdido ni una cápsula,
pero los nervios de todos estaban en un punto
desgastado. No ayudó que, dadas las persistentes
interrupciones, sólo habían llegado a la mitad de su
meta proyectada para hoy.

La única razón por la que podían descansar tranquilos


esta noche era porque Illium había ubicado un parche

Bookeater
Archangel´s Light
de terreno rocoso en el que hacer el campamento. No
era el más cómodo, pero el único tipo de material
aparte de las masas de agua, que a la niebla no parecía
gustarle. Era una lástima que no hubiera suficiente de
esa tierra para llevarlos a salvo hasta la costa.

Con Suyin y la general fuera, Aodhan tenía que estar al


frente y en el centro, y sólo tomaba un breve descanso
en algún momento durante la noche. Era lo
suficientemente fuerte como para manejarlo, pero eso
no detuvo a Illium de preocuparse por él.

No es que dijera eso en voz alta. ¿Todos esos


exploradores corren solos? Le habían dado tiempo para
pensar en todo lo que Aodhan le había dicho,
especialmente cuando se trataba de la primera gran
pelea en la casa de Elena y Rafael, en el Enclave. Por
difícil que fuera para él admitirlo, había saltado por la
garganta de Aodhan esa noche.

Nunca habría reaccionado de la misma manera si


hubiera sido cualquier otro miembro de los siete. El
miedo y la rabia que había sentido cuando se llevaron
a Aodhan, la agonía de las consecuencias, nada de eso
le dio el derecho de tratar a Aodhan como... menos.

Bookeater
Archangel´s Light
Su garganta se agitó.

Nunca, ni una sola vez, pensó en Aodhan de esa


manera, pero nunca lo sabrías por su sobreprotección.
No es de extrañar que su mejor amigo hubiera estado
tan enojado con él. Aodhan se había disculpado por
usar a Illium como objetivo de su ira, pero Illium tenía
que disculparse también, y lo haría tan pronto como
Aodhan tuviera un momento libre.

Para distraerse por el momento, y porque estaba


sudoroso y sucio después del largo día, se abrió
camino a poca distancia del campamento y a un lago
pequeño pero profundo que no se había congelado,
probablemente debido a los respiraderos geotermales
subterráneos. Si bien esos respiraderos habían
mantenido el agua líquida, no lo habían calentado
apreciablemente.

Aun así, había sido despejado como seguro y los


ángeles estaban hechos para el frío. Todos los demás se
las arreglaban con toallitas o calentando suficiente
agua para un masaje en la privacidad de sus refugios
resistentes a la nieve.

Bookeater
Archangel´s Light
Los ángeles que habían decidido aprovechar el lago lo
hicieron plenamente vestidos. Este no era el momento
ni el lugar para que te pillaran con los pantalones
abajo. Illium se quitó las botas y las guardó en un
árbol, pero, si era necesario, podía volar y luchar sin
botines.

Hecho eso, se disparó alto en el cielo antes de dirigirse


hacia el lago. No salpicó al entrar, su cuerpo era una
cuchilla aerodinámica que cortaba profundo, duro en
las profundidades oscuras. El frío helado era
bienvenido, su abrazo silencioso también lo era.

Se sentía tan bien como le permitían sus pensamientos


perturbadores cuando rompió la superficie y alisó su
cabello mojado hacia atrás. Otro ángel nadaba
perezosamente desde una distancia corta. Anaya, ese
era su nombre. Su cabello dorado se había oscurecido
en el agua, su cuerpo curvilíneo escondido debajo, y su
rostro inundado de admiración.

―Buen buceo, ―murmuró, con una mirada en sus ojos


que él también podía leer bien.

Bookeater
Archangel´s Light
―Gracias. ―Tenía la intención de hacer otra
inmersión, tal vez nadar, pero ahora dijo: ―Te veré
mañana. Tengo órdenes estrictas de comer y dormir.

Ningún insulto en su expresión ante el rechazo de su


oferta silenciosa.

―Para ser honesta, debería hacer lo mismo. Pero si


quieres jugar cuando no estemos estresados...

La respuesta habitual de Illium a tales invitaciones era


una sonrisa y un asentimiento. Nunca hacía promesas
que no tenía la intención de cumplir, pero también
odiaba lastimar a otros cuando se habían hecho
vulnerables a él de esa manera.

Hoy, sin embargo, dijo: ―Tan hermosa como eres,


Anaya, me doy cuenta de que ya no estoy en el
mercado de los juegos casuales. ―Una verdad; no se
había visto obligado a compartir sus sábanas con nadie
durante algún tiempo. Es sólo... que no se sentía bien.

Anaya suspiró.

Bookeater
Archangel´s Light
―Bonito y fiel. ―Su sonrisa decía que estaba
perdonado de no aceptar su oferta. ―Espero que tu
amante te aprecie.

Separándose de ella en una ola amistosa sin corregir el


malentendido, nadó hasta la orilla para sacudir sus
alas. Una vez fuera, no se demoró. No quería
demorarse.

Aquí no.

Después de haber recuperado y puesto sus botas, voló


de regreso a través de un cielo despejado, su ropa
mojada como hielo en el frío invernal. Todavía no
lamentaba la caída. La había necesitado. Cambiarse
rápidamente a su conjunto alternativo de ropa y estaría
bien.

Captó las luces del campamento mucho antes de llegar


a el. Más aún, atrapó el brillo de Aodhan. Su mejor
amigo estaba sentado sólo junto a una hoguera, su
asiento lo que parecía ser un tronco caído, y su ceño
fruncido mientras miraba su teléfono. Con los labios
curvados, Illium se alejó de la hoguera para aterrizar
cerca de la tienda que contenía las provisiones de los

Bookeater
Archangel´s Light
ángeles que aún no habían levantado un refugio para
la noche.

Sólo tardó un par de minutos en cambiarse, en jeans y


un suéter de fina lana negra diseñada para caber
alrededor de sus alas, gracias a cuatro elegantes
cremalleras negras. Tenía otro par de cueros, pero qué
diablos, las telas más suaves se sentían bien en su piel
en este momento, y el suéter era uno de sus favoritos.

Vestido, depositó su equipo mojado con el equipo de


lavandería; ellos se asegurarían de que se secara
mientras viajaban: los camiones habían sido equipados
con portaequipajes en el techo para solo este propósito.
Luego golpeó la pequeña carpa que contenía el cuarto
con los suministros de alimentos para esta caravana. El
vampiro de turno le entregó dos calientes bollos
rellenos de carne condimentada.

― ¿En serio? ―dijo Illium, con la boca ya hecha agua.


― ¿Estamos cocinando en la carretera?

―No conoces a mi tátara, tátara, tátara, tataranieta,


―murmuró el viejo vampiro gruñón, su bigote tan
grande y esponjoso que era su propio continente.
―Ella no va a tener una cena fría cuando puede

Bookeater
Archangel´s Light
preparar esto. Agradece que guardé algunos para los
recién llegados.

―La besaré la próxima vez que la vea.

―Ella golpeará tu trasero por atreverte.

Riendo, Illium aceptó los bollos, varias barras de


proteína y dos botellas de agua, luego de alguna
manera se las arregló para llevárselo todo a Aodhan.

Quien ahora estaba completamente frunciendo el ceño


a su teléfono.

Bookeater
Archangel´s Light
48

― ¿Qué? ―dijo Illium. ―Un aumento astronómico en


el precio del azul ultramar? ―Sabía muy bien que ese
era uno de los matices que Aodhan y su madre usaban
cuando solían pintar sus alas. Incluso sabía que los dos
todavía, a veces, lo hacían a la antigua, usando
lapislázuli triturado.

―Ja, ja. ―A pesar de su tono taciturno, Aodhan tomó


la comida que le ofreció Illium, colocándola en una caja
volcada frente a él que claramente había sido puesta
allí solo con ese propósito. ―No, es un aviso del
equipo de Lady Caliane enviado a reunirse con
nosotros en la costa; están reuniendo suministros de
construcción para la nueva ciudadela y la ciudad
asociada. Un pequeño enganche.

Deslizando su teléfono mientras Illium también se las


arreglaba para encajar en el tronco, con las alas
superpuestas, negó con la cabeza.

Bookeater
Archangel´s Light
―No quieres saber más, confía en mí. Es de
administración. ―Cogió el bollo, le dio un mordisco y
gruñó de placer.

La sangre de Illium se calentó.

― ¿Crees que Dmitri es administrador? ―Aodhan dijo


después de haber tragado ese primer bocado. ―Nunca
pensé en esa parte de ser un segundo antes de llegar
aquí.

Illium se encogió de hombros.

―Creo que Dmitri tiene un dedo en cada pastel posible


cuando se trata de la Torre, pero ha estado en segundo
lugar durante mucho tiempo. Nuestro Señor Oscuro
tiene secuaces. ―Demolió otro cuarto de su propio
bollo―. ¿Conoces a esa vampira, Greta? Odia a la
gente y la mayoría de las veces no habla a cualquiera,
pero ella es la mano derecha de Dmitri cuando se trata
de cosas administrativas.

― ¿Ella? ―Aodhan lo miró fijamente. ― ¿Estás


seguro? Ella sólo gruñe cuando digo hola.

Bookeater
Archangel´s Light
―La he visto sonreír. Una vez. ―Illium estuvo tan
sorprendido que su boca se abrió de verdad. ―Creo
que es antigua y no se le puede molestar, pero disfruta
el trabajo, así que se queda.

― ¿Cómo sabes de ella? ―Aodhan bebió media botella


de agua.

―Porque hablo con todo el mundo. ―En marcado


contraste con Greta, a Illium le gustaba la gente. ―Una
vez, le traje una botella de esa sangre elegante del
imperio de café de Ellie. ―Siempre encontraría
histérico que Ellie, una de las nacidas como cazadora,
fuera la directora ejecutiva de un próspero negocio de
cafés de sangre. ―Lo miró fijamente como si fuera una
rana muerta, mirándolo por encima de esas medias
gafas que usa.

― ¿Por qué las usa? ―Aodhan murmuró después de


tragar el último mordisco de su bollo. ―El vampirismo
habría solucionado cualquier problema de visión hace
mucho tiempo.

―Porque ella es Greta. ―Illium terminó su bollo, bebió


un poco de agua. ―De todos modos, un par de meses
después de la mirada de rana muerta, el aire

Bookeater
Archangel´s Light
acondicionado de mi apartamento en la Torre se
actualiza. El de nadie más. Sólo el mío. Moraleja de la
historia: sé amable con los administradores.

Aodhan se rió entre dientes, sus hombros rozando los


de Illium mientras se sentaban uno al lado del otro.

―Estás todo mojado. ―Extendiendo la mano, alborotó


el cabello de Illium.

Debería haberse sentido amistoso, bromeando, pero


sus ojos se encontraron, y fue...

Aodhan dejó caer la mano y ambos miraron al fuego,


pero no se separaron. Y cuando Illium tomó una barra
de proteína y se la ofreció a Aodhan, el otro hombre la
tomó, y hablaron de diferentes cosas. Sobre el viaje por
venir, sobre lo que podría estar pasando con Jinhai,
sobre Suyin.

Para ocupar sus manos y calmar las extrañas


sensaciones en su cuerpo, jugó sin pensarlo con el
pequeño disco de metal que llevaba siempre. Cuando
bostezó unos minutos más tarde, sus ojos comenzaron
a cerrarse, Aodhan dijo: ―Duerme, Azul.

Bookeater
Archangel´s Light
Luego se acercó para agarrar un saco de dormir y lo
extendió junto al fuego.

―Debería estar lo suficientemente caliente para ti, no


se prevé nieve para esta noche.

Illium sabía que tenía razón, pero luchó contra la arena


en sus ojos para llegar a sus pies. Metiendo el disco que
una vez había sido un colgante en su bolsillo, dijo: ―
¿Oye, Adi?

Preparado el saco de dormir, Aodhan se levantó con la


manta en los brazos. ―No, no te voy a contar un
cuento antes de dormir.

Illium sonrió, ¿porque este Aodhan? ¿El gracioso con


un ingenio tranquilo? Era un aspecto privado de su
mejor amigo que compartía con unos pocos. Y era una
parte de él que había estado en silencio durante un
largo y doloroso eón.

―Quería decir que lo siento también.

No fue difícil hacer eso, admitir su error, cuando sabía


que sus palabras. Su comprensión, le importarían
mucho a Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
―Reaccioné mal esa noche en el Enclave. ―Pasó sus
dedos sobre el pesado calor del ala del otro
hombre. ―No pude verlo entonces, pero ahora sí, y lo
siento.

Aodhan lo miró durante un largo momento. Luego,


deslizando su mano libre alrededor de la parte
posterior del cuello de Illium, tiró de Illium cerca para
un abrazo que derritió a Illium de la punta a los pies,
sin más escalofríos en él. Deslizó sus brazos alrededor
del musculoso cuerpo de Aodhan y le permitió a
Aodhan envolverlo en sus alas.

Se sintió bien. Todo el camino hasta su núcleo.

―Disculpa aceptada. ―Palabras suaves contra su oído,


un aliento cálido, cuando Aodhan le pasó una mano
por la espalda.

Illium debería haber hecho lo mismo... pero volvió su


rostro hacia el cuello de Aodhan, sus labios a un mero
aliento del polvo de estrellas de la piel de
Aodhan. Aodhan no se inmutó, y el afecto, la calidez,
el amor, se transformó silenciosamente en algo que

Bookeater
Archangel´s Light
agitó mariposas en el abdomen de Illium e hizo que
Aodhan se quedara inmóvil.

Se separaron, su respiración no era del todo pareja.

Aodhan tragó.

―Necesitas dormir. ―Le salió áspero.

―Sí. ―Pero no estaba dispuesto a dejar esto sin


terminar. Si este año pasado le había enseñado algo,
era que tenía que escuchar y tenía que hablar. ―Sh…
―Se aclaró la garganta. ― ¿Debería disculparme de
nuevo? ―Era el que había alterado el tenor de su
abrazo al volver su rostro hacia el cuello de Aodhan de
una manera que no era cosa de mejores amigos.

Un repentino pánico lo hizo frotarse los muslos con las


manos. ―Podemos hacer un trato para olvidarlo. ―No
tenía nada que ver con el hecho de que ambos fueran
hombres... los ángeles no eran como la mayoría de los
mortales. Su especie vivía demasiado tiempo para ver
la sexualidad como una construcción inflexible. Los
ángeles sabían que el crecimiento era infinito.

Bookeater
Archangel´s Light
Puede ser lineal para algunos, dividido en diferentes
dimensiones para otros.

No, su pánico tenía que ver con el hecho de que su


amistad con Aodhan era vital para una eternidad
vivida en alegría.

―Si quieres, puedo blanquear mi cerebro, no hay


problema.

Aodhan era el fuego de las estrellas a la luz de las


llamas, su sonrisa era un amanecer sobresaltado.

―No, ―dijo. ―No te disculpes y no lo olvides.


―Entonces él ahuecó la parte posterior del cuello de
Illium de una manera que era tan familiar y tan
bienvenido, y presionó su mejilla contra la de
Illium... antes de inclinar la cabeza y presionar un beso
en la curva del cuello de Illium.

Un escalofrío sacudió el cuerpo de Illium, sus manos


agarrando las caderas de Aodhan. Todo dentro de él se
sentía acurrucado y apretado, a punto de volar en
pedazos.

Bookeater
Archangel´s Light
Frotando su mejilla contra la de Illium, Aodhan apretó
su nuca.

―Estás muy cansado, Azul. ―Luego dio un paso atrás,


rozando sus nudillos sobre la línea de la mandíbula de
Illium. ―Descansa. Lo resolveremos más tarde.

Y como estaba cansado, y sabía que esos minutos


sentado con él podrían ser el único descanso que
Aodhan tuviera esa noche, Illium se acostó en el saco
de espaldas al fuego y con las alas envueltas a su
alrededor. La manta que Aodhan abrió sobre él fue una
ventaja. Había dormido en lugares mucho peores, así
que no tardó en caer en un sueño profundo, a pesar de
los nervios retorciéndolo.

Destellos de luz revolotearon sobre sus iris, lo


siguieron hacia la oscuridad bienvenida. Estaba en el
precipicio de los sueños cuando creyó escuchar a
Aodhan murmurar: ― ¿Camina en tus sueños,
Azul? ¿Es nuestra tercera fantasma?

Bookeater
Archangel´s Light
49

No hubo mucho tiempo para hablar en los agotadores


días que siguieron, pero Aodhan siempre estaba al
tanto de Illium y se preocupaba constantemente por él.

―No te alejes tanto del alcance, ―espetó un día. ―No


podemos ayudarte si has volado tan lejos que ninguno
de los otros exploradores puede mantenerte en su
visión.

― ¿Qué se te ha subido por el trasero? ―Murmuró


Illium, echándose el pelo hacia atrás.

―Hablo en serio, Illium. ―Quería sacudir al otro


hombre. ―Quédate dentro del rango de los
demás. ―Tan protector como Illium era con los demás,
tenía la tendencia a correr riesgos cuando se trataba de
su propia seguridad.

Un saludo rápido e irritado antes de que Illium


despegara, pero cuando cayó la noche y acamparon,
aterrizó junto a Aodhan. Y cuando Aodhan finalmente
tuvo que dormir, fue Illium quien lo cuidó. Cuando

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan le gritó a Illium por poner comida en su mano,
Illium espetó bruscamente, señalando que Aodhan no
podría hacer su trabajo si se estaba "cayendo de bruces
sobre su rostro."

Cansado y preocupado por las crecientes erupciones de


niebla negra en su camino, junto con varios parches
tóxicos que se habían formado en el corto tiempo desde
que Vetra sobrevoló la ruta, Aodhan murmuró algo
bajo su aliento como "Campanillas con un complejo de
salvador".

Los ojos de Illium se entrecerraron, pero en lugar de


retroceder, dijo: ―Estás exhausto. ―Señaló los sacos
de dormir que ya había extendido bajo las gruesas
ramas de un árbol que había protegido el suelo de una
acumulación de nieve. Que este árbol y sus hermanos
habían echado raíces en el suelo pedregoso que habían
elegido para su campamento era un testimonio del
poder de la naturaleza.

―Duerme, o serás inútil, ―agregó Illium. ―Entonces


tendré que hacerme cargo, y lo siguiente que sabrás es
que todos llevamos capas brillantes y estamos bailando
canciones de Elvis. ―Un suspiro. ―Hombre,

Bookeater
Archangel´s Light
realmente desearía que hubiera sido compatible con el
vampirismo.

Aodhan todavía estaba irritado, pero ahora estaba


irritado por lo bien que Illium estaba manejando sus
locas emociones. ―Deja de manejarme.

Literalmente levantando las manos, Illium dijo:


―Bien. Voy allí. ―Señaló el lado más alejado del
sitio. ―En ninguna parte cerca de la vecindad de
brillantina.

Pero cuando Illium se fue a alejar, Aodhan se encontró


diciendo: ―No te vayas. ―Se desplomó de espaldas al
árbol y cerró los ojos inmediatamente después, para no
tener que encontrar la mirada de Illium, sabía que
estaba comportándose atrozmente.

Un suspiro, luego el susurro de un familiar par de alas


cercanas, el hombro de Illium rozando el suyo mientras
se sentaba en el petate a su lado. Tal vez otros no
podían distinguir los sonidos de las alas, pero Aodhan
había aprendido hacía mucho tiempo a identificar las
de varias de las personas más importantes de su
vida. Illium estaba en la parte superior de la lista.

Bookeater
Archangel´s Light
―Lo estoy haciendo de nuevo, ―dijo Aodhan, enojado
consigo mismo. ―Utilizándote como un objetivo.

―No, no lo haces. Siempre te pones de mal genio


cuando tienes muy poco sueño. Murmuras y pisoteas y
eres un poco adorable, y por extraño que sea, me alegra
ver que esa parte de ti regresa.

Aodhan frunció el ceño sin abrir los ojos, su mente


retrocedió a un pasado donde... sí, Illium tenía
razón. Había sido así antes de la tortura y el
trauma; esto no era el resultado de la maldad de
Sachieri y Bathar. Esto era él y su "único rasgo malo"
según su propia madre.

―Es el chico más dulce, pero necesita dormir, ―la


había escuchado decir a un amigo mientras estaba de
mal humor en la esquina un día. ―Es la única vez que
se porta mal, cuando ha perdido las horas que necesita.

―Duerme, gruñón. ―La voz de Illium no era dura ni


enojada.

Estaba preocupado.

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan podía sentir sus hombros encogiéndose de
nuevo, sus músculos tensos. Sabía que estaba siendo
irrazonable, especialmente desde que había estado
molestando a Illium para que tuviera cuidado. Pero las
cosas dentro de Aodhan que se habían roto hace
mucho tiempo, aunque finalmente habían comenzado
a sanar, las cicatrices eran duras, rígidas y sin
flexibilidad.

―No sé cómo doblegarme con esto, ―dijo, con la voz


borrosa por el sueño. ―No puedo...

―Está bien, Adi. Puedo agacharme hasta que estés


listo.

―Y si... las cicatrices son tan inflexibles.

― ¿Les toma mucho tiempo ablandarse? ―Illium se rió


entre dientes. ―Esperé doscientos años para tu primer
despertar. ¿Qué son otro par de siglos?

Lo último que sintió Aodhan antes de que el sueño lo


absorbiera fueron los dedos de Illium acariciando su
cabello, una tierna caricia que era deseaba, era amado.

***

Bookeater
Archangel´s Light
Suyin regresó cuando estaban aproximadamente a tres
días de viaje por tierra de la ubicación de la nueva
fortaleza. Esa estimación se basó en una serie de
erupciones, el desvío requerido por un nuevo parche
tóxico que Illium había explorado más adelante y la
fuerte acumulación de nieve en la carretera.

Quitando todo eso, podrían haber llegado a la


ciudadela en un día.

―Está tan bien como se puede esperar, ―les dijo


cuando le preguntaron sobre Jinhai. ―En la actualidad,
está disfrutando de estar dentro de una gran fortaleza
donde tiene la libertad de moverse como desee.
También le dije que puede pensar sobre cómo quiere
decorar su habitación y, una vez que estemos
instalados en la nueva ciudadela: le conseguiré las
pinturas, los papeles pintados y las alfombras.

Era el pensamiento de un arquitecto, ese último, y


Aodhan estaba agradecido por ello. Significaría mucho
para el joven tener decisión sobre su entorno, para
realmente poder influir en cómo vivía. Incluso podría
redirigir un poco sus tendencias manipuladoras en una
dirección saludable.

Bookeater
Archangel´s Light
―También está cooperando con los intentos de
consejería de Keir, ―agregó Suyin.

―El sanador llegó rápido.

Suyin asintió ante la interjección de Illium.

―Voló sobre una de las maquinas mortales hasta el


territorio de Caliane, luego tuvo un escuadrón de
combate escoltándolo hasta la fortaleza.

― ¿Keir tiene alguna idea sobre la salud mental futura


de Jinhai? ―Aodhan sabía que el viaje del chico sería
largo, pero aún así esperaba una respuesta que le
ahorraría siglos de angustia mental al hijo de Lijuan.

Pero Suyin negó con la cabeza.

―Todavía no. Dice que debe evaluarlo primero, en


presente, dice que gran parte de la cooperación de
Jinhai es un acto, un plan para mostrarse como cree
que Keir quiere verlo. Keir no se desanima, porque
dice que es el más simple comienzo. ―Ella pronunció
esas palabras como si fueran un talismán.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Sus alas? ―La pregunta vino de Illium.

―Keir y Fana recomendaron una amputación médica,


a la que él acordó. ―Líneas alrededor de la boca de
Suyin. ―Arza lo ayudó a tomar esa decisión
localizando imágenes tuyas después de que perdiste
tus alas, Illium.

Illium asintió, con las manos apoyadas en las caderas y


el cabello húmedo en la cabeza de su carrera de
exploración más reciente.

―Inteligente.

―Jinhai miró las imágenes durante horas. Ha visto tus


alas con sus propios ojos, así que me creyó cuando le
dije que volverían a crecer, y crecería más
fuertes. Y.… eran apéndices inútiles para él. No estaba
apegado emocionalmente y en realidad parecía
emocionado de perderlas.

Un mechón de cabello blanco que se le había escapado


de la trenza bailaba a través de las líneas delgadas y
serias de su rostro.

Bookeater
Archangel´s Light
―Keir y Fana están de acuerdo en que tendremos que
mantener una vigilancia cuidadosa para asegurarnos
de que no intente destruir sus alas cuando empiecen a
crecer. Dada su edad, le llevará un tiempo considerable
lograr un crecimiento completo, luego la fuerza de
vuelo; hasta entonces, volverán a ser un peso muerto
para él.

Aodhan no podía imaginar a ningún ser alado


sintiendo alivio por tal pérdida, pero ningún otro ser
alado había vivido la vida de Jinhai.

―Volveré a verlo con regularidad, ―agregó Suyin,


―pero primero, llevemos a mi gente a casa. ―Los ojos
oscuros se encontraron con los de Aodhan. ―Quiero
hablar a solas contigo, mi segundo.

Illium dio un paso atrás.

―Tomaré a Vetra y a Xan, y pondremos al corriente a


la general sobre nuestra situación actual.

Una vez que estuvieron solos, Suyin le pidió a Aodhan


que caminara con ella por el río, en la orilla rocosa de
la cual la caravana se había detenido para hacer una
pausa.

Bookeater
Archangel´s Light
―Arza ha aceptado mi oferta de estar a mi lado como
mi segunda.

Aodhan esperó que lo apuñalara una sensación de


pérdida, de celos, de pánico por haber tomado la
decisión equivocada, pero dentro de él floreció sólo
una cálida oleada de felicidad. Por ambos. Ella
necesitaba un segundo permanente y él quería ir a
casa. A Nueva York. A la ciudad donde un cierto ángel
de alas Azules podría pasar en cualquier momento.

―Ella es a quien esperaba que eligieras.

―Hiciste bien en ocultar tu parcialidad. ―Una leve


sonrisa. ―Me alegro de haberla llevado conmigo para
asentar a Jinhai. Nos dio tiempo a solas, y vi cómo es
en situaciones difíciles. ―Se detuvo, se volvió hacia él
y le tendió una mano, palma hacia arriba.

Cuando Aodhan la encerró en la suya, ella dijo:

―Eres extraordinario, Aodhan, y nunca te olvidaré y


todo lo que hiciste para ayudarme a tomar estos
primeros pasos en mi reinado. Espero que no seas un
extraño en mis tierras.

Bookeater
Archangel´s Light
―Te prometo que honraré nuestro vínculo en los
próximos eones, señora. ―Con eso, Aodhan se
arrodilló, sus alas se extendieron en un arco de respeto
a su arcángel.

Cuando se levantó, ya no era su segundo, aunque ella


le pidió que mantuviera la apariencia de la misma
hasta que llegaran a la ubicación de la nueva
ciudadela.

―Necesitamos minimizar las interrupciones en esta


última etapa del viaje. Arza está de acuerdo. Mi gente
también te ama.

Aodhan estuvo de acuerdo y se separaron para hacerse


cargo de sus propias tareas.

La primera fue encontrar a Arzaleya. Ella estaba


sentada en una roca limpiando su espada, pero se paró
de inmediato cuando vio a Aodhan.

―Aodhan, ¿espero que esto no afecte nuestra amistad?


―Los ojos pálidos escudriñaron su rostro. ―Suyin fue
inflexible en que no deseabas el puesto.

Bookeater
Archangel´s Light
―No soy el segundo adecuado para ella, Arza,
―confirmó Aodhan. ―Soy uno de los siete de Rafael y
no tengo ningún deseo de cambiar eso.

Su sonrisa mostraba un alivio evidente, su cuerpo se


relajaba de su postura anterior.

―Me pondré en contacto contigo a menudo para


pedirte consejo, ―dijo con una mirada irónica―. Hace
mucho que soy general, pero ser segundo es totalmente
otra cosa.

―Contáctame tan a menudo como necesites, ―dijo


Aodhan. ―Si tengo un consejo, es que debes caminar
hacia el futuro. No luches contra el progreso. Empuja a
Suyin si es necesario, pero si China quiere sanar, no
puede quedarse estancada en el pasado.

La expresión de Arzaleya se volvió solemne.

―Sí, pensamos lo mismo allí. ―Ella extendió su brazo.


Aodhan nunca antes la había tocado, pero hoy, agarró
el antebrazo del otro ángel en el camino de los
guerreros. Fue el comienzo de su adiós a China, pero
aún quedaba mucho por hacer hasta su partida, y se
puso con eso.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Por qué planeas irte justo después de que
lleguemos a la costa? ―Illium preguntó cuándo
compartió sus planes esa noche, mientras estaban en la
privacidad que ofrece la oscuridad y la pared de
árboles detrás de la cual se habían detenido a
hablar. ―Suyin necesitará ayuda con la construcción,
todo lo demás.

―Porque no puedes tener dos segundos. ―Ni Suyin ni


Arzaleya le habían pedido nada, pero eso se debía a
que confiaban en su corazón y en su intelecto. ―En
este momento, soy a quien todos recurren
instintivamente. Sólo una vez que no esté aquí, Arza
tendrá la oportunidad de crecer en su posición.

Illium asintió de mala gana.

―Sí, puedo ver eso. ¿Qué hay de mí? Rafael me envió


para ayudar a Suyin.

Aodhan agarró el arco del ala izquierda de Illium, y


pasó la mano por la curva en un toque de intimidad
asombrosa entre ángeles. Illium se sonrojó, agachó un
poco la cabeza y, cuando miró hacia arriba, sus ojos
eran de un oro salvaje.

Bookeater
Archangel´s Light
―Aodhan.

―No quiero estar separado de ti. ―El viaje de Aodhan


estaba lejos de haber terminado, pero una cosa sabía:
quería hacerlo con Illium a su lado. ―Pero no podemos
ser egoístas. China ha soportado mucho, necesita
ayuda. Creo que Suyin querrá que te quedes atrás, que
ayudes con la construcción.

Con la mandíbula tensa, Illium asintió, sin embargo.


Porque era un guerrero. Porque tenía honor. Porque
era el Azul de Aodhan, el ángel más desinteresado que
Aodhan había conocido alguna vez.

― ¿Qué voy a hacer contigo? ―Aodhan murmuró,


abrumado por su sensibilidad. ―Tú y ese corazón tuyo
realmente necesitan un maldito guardián.

Una sonrisa juguetona que no hizo nada por ocultar la


profundidad de las emociones de Illium.

― ¿Te escucho ofrecerte como voluntario?

Aodhan pensó en el disco de metal en el bolsillo de


Illium, en la forma en que Kai lo miraba, de los siglos

Bookeater
Archangel´s Light
que Illium había llevado esa antorcha en
particular. Luego pensó: A la mierda, Kaia y su maldita
descendiente de ojos saltones pueden joderse de
inmediato. ¿Qué sentía por Illium? Era una cosa de la
eternidad y para siempre, y él no estaba dispuesto a
dar un paso atrás y sacrificarse.

Si Kai lo quería, tendría que luchar contra Aodhan.

Moviendose hasta que sus botas se tocaron y el calor


de su cuerpo calentó el aire invernal, tomó un lado de
la cara de Illium y dijo: ―No, no soy voluntario, ―con
voz áspera de necesidad y dura de confianza,
dijo: ―La posición ya es mía.

Luego besó a Illium.

Lo besó fuerte y profundo, su mano apretada en el


sedoso cabello negro de puntas Azules y sus alas se
envolvieron alrededor de él. Lo beso hasta que Illium
gimió y agarró puñados de la parte de atrás de su
camisa.

Empujando su espalda contra un árbol, Aodhan apoyó


un brazo sobre la cabeza de Illium mientras extendía
sus alas para bloquear la noche, y siguió adelante

Bookeater
Archangel´s Light
besándolo. Debería haber sido incómodo, nuevo, pero
no lo fue. Fue el beso más perfecto en toda su
existencia. Porque era Illium.

Su cuerpo era todo músculo liso y fuerza, sus labios


más suaves de lo que Aodhan podría haber adivinado,
su sabor tan familiar como su risa. Aodhan juró que
pudo saborear la alegría de Illium en su beso y lo llenó
y lo hizo voraz al mismo tiempo. Él devolvió tanto
como tomó, queriendo que Illium recordara esto, los
recordara.

Sin aliento como consecuencia, con el pecho de ambos


agitado, apretó su frente a la de Illium y dijo: ―Nunca
te dejaré ir.

Bookeater
Archangel´s Light

Todos mis amores me dejan en la nieve del


invierno.
― Illium.

Bookeater
Archangel´s Light
50

Cuando, demasiado pronto, llegó el momento de que


Aodhan volara a casa, fue Illium, quien lo acompañó a
la zona de la playa de la que tenía la intención de alzar
vuelo. Fue Illium quien lo abrazó con fuerza y le
susurró: ―Voy a extrañarte, ―en su oído.

Con el rostro presionado a un lado del suyo, Aodhan


envolvió a Illium en sus alas, repentinamente
aterrorizado de dejarlo en esta tierra llena de misterios
mortales. ― ¿Tendrás cuidado? Prométemelo. No
saldrás corriendo a explorar cosas interesantes. ¿Quién
va a estropear a tu gata temperamental si te vas?

El aliento de Illium en la piel de su cuello mientras


resoplaba.

―No soy idiota. ―Eso fue un murmullo, pero siguió


aguantando. ― ¿Puedo pedirte que tengas cuidado en
el viaje a casa? No estoy siendo sobreprotector,
―agregó rápidamente. ―Estás agotado, Adi.
Acabamos de llegar aquí ayer, y realmente no deberías
hacer un vuelo tan largo...

Bookeater
Archangel´s Light
―Me dirijo a Amanat, ―interrumpió Aodhan, con la
intención de compartir eso con Illium antes de
distraerse con su preocupación. ―Suyin habló con
Lady Caliane justo antes, lo arregló. ―Su antigua
arcángel también lo había abrazado, con lágrimas en
sus ojos. ―Me quedaré allí algunos días.

―Oh. Bien. ―Los brazos de Illium se tensaron


dolorosamente antes de apartarse.

Aodhan tuvo que obligarse a sí mismo a soltarse. De


todas las personas en su eternidad, fue Illium cuyo
toque alcanzó los lugares más profundos y oscuros de
su alma, trayendo consigo luz y esperanza y todo el
vivo brillo que lo convertía en el favorito de tantos.

Pero fue Aodhan a quien llamó su mejor amigo.

Y Aodhan, cuyo cabello agarró mientras le daba un


fuerte beso en los labios. Terminó demasiado rápido,
Illium dio un paso atrás con los movimientos
espasmódicos de un hombre que no confiaba en sí
mismo. Apenas habían tocado el borde de este nuevo
horizonte entre ellos, y ya era una cosa de potente
poder.

Bookeater
Archangel´s Light
Con las alas iluminadas a contraluz por el sol naciente,
Illium tragó.

―Te veré en Nueva York.

Con un nudo en la garganta, Aodhan asintió.

―Nueva York. ―Salió como un chirrido, sus


emociones lo ahogaban.

Con esa sonrisa juguetona un poco temblorosa en los


bordes, Illium dijo: ―No te dejes cegar por la emoción
de la gran ciudad y me olvides.

Aodhan no podía hablar, tenía la garganta casi cerrada.

Nunca, se las arregló para decir de mente a


mente. Luego extendió sus alas y tomó vuelo, pero
miró hacia atrás una y otra vez... y el punto azul en la
arena, nunca se movió.

Illium, continúo mirándolo volar.

La imagen lo atormentó durante su estancia en


Amanat. No era que él e Illium nunca se hubieran

Bookeater
Archangel´s Light
separado antes del año pasado. Eran guerreros y
miembros de los Siete. Ambos también habían
trabajado como mensajeros en su juventud. No estaba
en su naturaleza aferrarse el uno al otro.

No, era algo sobre ese adiós en particular lo que le


preocupaba, pero no lo entendió hasta el día en que
Lady Caliane lo encontró caminando en el bosque a las
afueras de Amanat, los monos parlanchines de la tropa
local siguiéndolo a lo largo de los árboles, y los
caballos salvajes, fantasmas sombríos en la niebla.

Como no esperaba al arcángel, Aodhan dijo:

―Lady Caliane. ¿Algo anda mal?

―No, joven Aodhan. ―Ella dobló sus alas, en su


avatar guerrero de hoy: cueros descoloridos de color
azul grisáceo, su cabello trenzado y una espada en su
cadera. ―Estaba volando por el placer de hacerlo, y
vislumbré tu luz. ―El azul abrasador de sus ojos
sostuvo los de él. ― ¿Te importaría la compañía en esta
caminata?

Aodhan era solitario por naturaleza, lo había sido


incluso antes de su secuestro, y él y Lady Caliane no

Bookeater
Archangel´s Light
eran amigos de ninguna manera. Ella era una antigua,
mientras que él era un susurro de medio milenio de
edad. Pero estaba cómodo con ella, porque era a la vez
la madre de su sire y la mejor amiga de Lady Sharine.

―No me importa, ―dijo. ―Pero me temo que puede


que no sea la mejor compañía.

―Las cosas te pesan, ―dijo Caliane mientras


comenzaban a caminar en la fresca tranquilidad del
bosque. ―Te he visto caminar en silencio a menudo, en
Amanat y afuera.

Aodhan fue a darle una respuesta genérica y cortés,


pero el recuerdo de sus pensamientos anteriores le
hicieron detenerse, pensar. Mejor amiga de Lady Sharine.
Dos mujeres muy diferentes, pero tenía que haber un
núcleo de similitud oculto debajo de eso que había
hecho perdurar su amistad.

Después de todo, mira sólo la superficie y Aodhan e


Illium eran polos opuestos. Ningún signo visible del
valor que ambos le daban a cosas como el honor y la
fidelidad. No había indicios del impulso dentro de
cada uno de ellos, sus ambiciones para el futuro
corriendo en vías paralelas. Y ninguna señal del amor

Bookeater
Archangel´s Light
que significaba que uno moriría por el otro sin
dudarlo.

Quizás, con Eh-ma tan lejos de él, podría pedirle a


Lady Caliane guía.

― ¿Puedo preguntarte algo personal?

―Sí, niño. ―Una sonrisa que la convirtió de hermosa a


asombrosamente encantadora. ―Me recuerdas a mi
hijo cuando era joven. Oh, tu coloración es diferente y
también sus personalidades, pero mi Rafael podía ser
tan solemne, como considerado. Dime qué te preocupa.
―Sabes que dejé a Illium en China. La imagen final
que tengo de él, es en la playa mirándome irme; sueño
con ella, pienso en ella día y noche, y no entiendo mi
obsesión. ―Le costaba hablar de cosas tan privadas a
cualquiera, mucho más a un Antigua que era en su
mayor parte una extraña para él, pero se obligó a
seguir adelante. ―Nuestros deberes significan que a
menudo hemos estado separados. Entonces, ¿por qué
esa imagen me persigue? ―No estaba seguro de
haberle dicho tantas palabras a Caliane y estaba medio
convencido de que le diría que no tenía tiempo para
preocupaciones tan tontas de los jóvenes.

Bookeater
Archangel´s Light
―Ah. ―La exhalación de aire de Caliane fue de alguna
manera portentosa. ―El hijo de Sharine es un ser
hermoso, y no digo esto sobre su capa exterior, sino
sobre su corazón. He visto esto, aunque no estaba allí
cuando nació Illium, ni cuando Aegaeon los abandonó
de la forma más cruel posible. ―Su voz era un cuchillo
afilado, ensangrentando Aegaeon. ―Tampoco estuve
allí cuando la mente de Sharine se fracturó, o cuando
Illium se separó de su amor mortal. Y, niño, no estuve
cuando fuiste robado, o cuando te retiraste del mundo.

Aodhan no preguntó cómo Caliane sabía de su


historia. Los arcángeles tenían sus caminos. A él
tampoco le importaba, porque sus palabras lo habían
congelado bajo los árboles cubiertos de nieve, su mente
inundada por las imágenes que ella había puesto juntas
pieza por pieza implacable.

La deserción de Aegaeon.

Kaia olvidándose de su amor.

La mente rota de Lady Sharine.

El largo invierno de la retirada de Aodhan.

Bookeater
Archangel´s Light
Pero excepto por Rafael, todas las personas más
importantes en la vida de Illium lo habían abandonado
de una forma u otra.

Aegaeon por elección. Lady Sharine sin, pero el efecto


había sido el mismo.

Kaia tampoco había tomado una decisión, pero


Aodhan no podía ser misericordioso hacia ella
porque había tomado la decisión de hablar sobre los
secretos que la llevaron a que sus recuerdos fuesen
borrados y la ruptura del corazón de Illium.

Illium seguramente no fue el primer ángel que susurró


secretos angelicales a un amante mortal. El amor hacía
que la gente hiciera muchas cosas transgresoras y no
del todo sensatas. A los ángeles no les importaba si un
mortal conocía sus secretos, siempre y cuando ese
mortal siguiera su propio consejo. Nadie hubiera
sabido que Illium le había dicho algo a Kaia si hubiera
mantenido sus susurros cerca. Pero ella no había
amado a Illium lo suficiente para mantener su silencio.

En cuanto a Aodhan, había sido secuestrado contra su


voluntad, pero la retirada, esa había sido una
elección. No al principio, cuando había estado tan

Bookeater
Archangel´s Light
horriblemente herido emocionalmente, sino más
tarde. Más tarde, había elegido permanecer separado,
mantener a todos a distancia.

Incluso su amado Illium.

Padre. Madre. Amante. Mejor amigo.

Illium se había pasado toda la vida viendo cómo la


gente lo abandonaba.

Entonces Aodhan lo había vuelto a hacer hace un año.


Unirse a la corte de Suyin sólo había sido una escala de
la partida que ya se había estado produciendo,
comenzando esa noche en el Enclave.

Con la respiración entrecortada, se inclinó y puso las


manos en los muslos. ―Yo no… ―No podía hablar, su
pecho estaba comprimido con una fuerza muy cruel. A
menudo pensaba en cómo Illium cuidaba a la gente,
cómo se había visto obligado al papel de un cuidador,
pero nunca había visto la otra cara de la moneda.

Abandono.

Bookeater
Archangel´s Light
No es de extrañar que su Azul se aferrara demasiado a
veces.

No es de extrañar que tuviera dificultades para


soltarse.

Y no es de extrañar que temiera que Aodhan lo


olvidara.

Todos esos mensajes que le había enviado a Aodhan,


todos los paquetes de ayuda, todas las cosas que
Aodhan había visto como sobreprotectoras, habían
sido la manera de Illium recordarle a Aodhan su
existencia. Como si Aodhan alguna vez se olvidara de
él.

Caliane no intentó tocarlo cuando dijo: ―A menudo no


vemos como lastimamos a los que más amamos. Y es
tan brillante, el hijo de Sharine, tan lleno de vida y
risas. Esconde bien sus moretones, creo, tu campanilla,
usando ese yo alegre como un escudo impenetrable.

El calor quemó los ojos de Aodhan, quemó su


garganta.

― ¿Cómo no pude verlo?

Bookeater
Archangel´s Light
―Oh, niño. Eres joven. ―Risa ronca. ―Crees que has
tenido mucho tiempo para curar tus heridas, pero en
términos inmortales, has tenido sólo un latido. Dormí
más de mil años para superar mi locura, y todavía
tengo heridas abiertas y crudas.

―Estoy destinado a ser su mejor amigo y estaba tan


atrapado en mi propia cabeza que no lo vi. ―Aodhan
no se iba a permitir pasar por alto esto. ―Es la persona
más importante de mi universo. ―Una verdad simple
y profunda.

Las alas de Caliane eran de un blanco puro en su visión


periférica mientras se extendían ligeramente, luego tiró
de ellas hacia adentro.

―Ambos tienen que sanar, y para hacerlo, crecer. Pero


tienes una ventaja sobre mí y Sharine.

Aodhan se levantó en toda su estatura, sintiéndose


extrañamente viejo y pesado. Vencido. Con el
conocimiento de todo lo que Illium había soportado y
seguía sonriendo. Había necesitado el abandono más
reciente de Aodhan para que se estremeciera y tratara

Bookeater
Archangel´s Light
de retirarse. E incluso entonces, lo había perdonado
con una gracia salvaje que humilló a Aodhan.

― ¿Ventaja?

Los ojos de Caliane, esos ojos extraordinarios que había


pasado al arcángel que era el sire de Aodhan, estaban
en llamas con luz, feroces con emoción.

―Están en el mismo tiempo y lugar, capaces de


abrazarse el uno al otro, animarse uno al otro. No
desperdicies ese premio, joven Aodhan.

Aodhan sintió un impulso casi incontrolable de


emprender el vuelo y regresar a China. Pero hacer eso
sería ir en contra de los deseos tácitos de un arcángel.

―Necesito regresar, necesito encontrar una


manera. ―Le preguntaría a Suyin; ella no se lo negaría,
incluso si eso fuera un tirón en la suave transición de
sus segundos.

―Oh, jóvenes. Siempre moviéndose antes de pensar.


―Una leve sonrisa cariñosa. ―Esta es una nueva
comprensión para ti, un nuevo conocimiento. Déjalo

Bookeater
Archangel´s Light
reposar. Piensa en lo que significa y pregúntate si
puedes ser el amigo que necesita.

Aodhan se estremeció como si lo hubieran golpeado.

Pero Caliane estaba negando con la cabeza.

―Digo esto no como una acusación, sino como un


consejo. En todas las veces que has venido a Amanat,
incluidas todas las venidas cortas que hiciste para
hacer frente a tareas importantes para Suyin, veo una
creciente fiereza de independencia en ti, ni siquiera te
gusta cuando mis doncellas se atreven a traerte
bandejas de comida.

El calor le quemó las mejillas.

―Lo siento. No quise ser grosero.

―Nunca lo fuiste, ―dijo Caliane. ―Eso no significa


que mis doncellas no sean inteligentes y capaces de
resolver esas cosas por su cuenta. No tenían idea de
qué hacer con un ángel visitante que no quería ayuda
alguna, se acercaron a mí para pedirme un consejo
porque saben que eres querido por mi propio hijo, les
dije que te dejasen ser y que te tratasen como un

Bookeater
Archangel´s Light
residente en lugar de un invitado, que encontrarás tu
propio camino hacia la comida y los suministros.

Aodhan ni siquiera había notado el cambio sutil en


cómo la gente de Amanat lo trató.

―Gracias, Lady Caliane.

―Has estado al lado de mi hijo con fidelidad y


coraje. Eso importa mucho para una madre. ―Ella
comenzó a caminar de nuevo, y como estaba perdido,
él caminó con ella. Un caballo salvaje se materializó
entre la niebla en ese mismo instante, y acarició su
flanco oscuro mientras caminaban.

―Mi amiga Sharine también es generosa de


corazón. ―Una profundidad increíble de calidez en el
tono de Caliane. ―Da sin miedo, sin escrúpulos. Yo
creo que su hijo ha heredado esta tendencia. ¿Puedes
aceptar que te dé a ti? ¿O le romperás el corazón
insistiendo en que no se preocupe por ti de la manera
que es tan suya?

Aodhan pensó en los paquetes de ayuda que lo habían


hecho sentir sofocado y atrapado, de repente quiso

Bookeater
Archangel´s Light
reunirlos todos y cada uno cerca de él, abrazarlos como
un avaro. Pero…

―El cuidado es una cosa, pero él puede ser protector


más allá de la razón, y ya no puedo estar protegido.
―Desgarraría cosas que apenas habían sanado dentro
de él.

― ¿No hay término medio? ―Preguntó Caliane, luego


levantó una mano. ―No me respondas ahora. Esto es
lo que quiero decir cuando digo que deberías volar a
casa y pensar. ―El poder pulsaba ahora, una
inmensidad de edad y fuerza, pero eso no fue lo que lo
mantuvo en su lugar. No, fue la sabiduría en los ojos
que habían visto más ayeres de los que podía imaginar.
―Mira hacia tu futuro, joven Aodhan, y pregúntate si
quieres retenerlo o liberarlo. Porque si es como
Sharine, entonces no te dejará ir incluso si lo lastimas,
no a menos que hagas un acto de crueldad similar a
Aegaeon. El corazón de mi amiga es demasiado
generoso y es un hermoso defecto que le ha otorgado a
su hijo.

― Eh-ma ha cambiado, ―señaló.

Bookeater
Archangel´s Light
―Sí. ―La sonrisa de Caliane era pura alegría. ―Es
gloriosa, ¿no es así? Me da mucho placer verla
confundir a Titus y aún más placer verla florecer cada
vez más brillante. Pero creo que su hijo va por otro
camino.

Su sonrisa se desvaneció y le dio una palmadita de


adiós al caballo, que se alejó tranquilamente para
reunirse con sus hermanos. ―Me entristecería ver
disminuir su alegría, pero a veces, un dolor breve y
agudo es mejor que un sufrimiento prolongado. ―Ella
buscó en el dosel, una mujer asombrosa en su belleza,
sus eones de vida una presión contra su piel, y su
intuición un eco en su cabeza.

Cuando ella extendió sus alas, él no dijo nada, solo la


vio elevarse en el aire... y pensó en Illium, y en la brutal
colisión de sus necesidades en competencia. ¿Podría
Aodhan dejarlo ir? ¿Quería dejarlo ir?

No. Una sola palabra dura. Porque Illium era la persona


más importante en el universo de Aodhan, un hombre
sin el cual el futuro de Aodhan sería un páramo
desolado. Incluso en su momento más enojado y
distante, nunca imaginaba la eternidad sin Illium.

Bookeater
Archangel´s Light
Pero el suyo no era el único corazón en juego. Porque
esa era la otra pregunta que Lady Caliane le había
hecho: ¿Aodhan necesitaba dejar ir a Illium por su
propio bien?

Se estremeció, sus alas cayeron para raspar el suelo del


bosque húmedo, y cubierto de nieve.

¿Quién cuidaría de Illium si Aodhan no estuviera allí?

¿Quién lo sostendría cuando nadie más sabía que


estaba sufriendo? ¿Quién lo apreciaría tanto por sus
dones como por sus defectos?

No, Aodhan tenía que encontrar el camino hacia un


futuro en el que ninguno de ellos terminase fracturado
y perdido

Bookeater
Archangel´s Light

El tiempo pasa como un río inexorable,


trayendo consigo cambios.
― Arcángel Suyin

Bookeater
Archangel´s Light
51

Illium se encontró con Kai en su camino de regreso de


la playa, donde él y Smoke se habían ido a dar un
paseo matutino para despertarse. Atrapados en el
interminable trabajo de construir una nueva ciudadela
y usar el trabajo para dejar de extrañar tanto a Aodhan,
no había tenido la oportunidad de hablar con ella
excepto por el extraño saludo fugaz.

La luz de la mañana era un resplandor detrás de ella, y


tenía un brillo en sus pasos, su sonrisa pura
felicidad. Le dolía el corazón, ella le recordaba mucho a
Kaia, joven e inundada de un vivo deleite en la vida.

―Illium, ―dijo, con una pequeña cesta a su lado. ―


¿Has estado en el agua?

Illium inclinó la cabeza y, mientras lo hacía, captó la


mirada atormentada y embrujada que Kai le disparó a
un joven que descargaba el equipo a la derecha.

― ¿Un admirador? ―preguntó gentilmente.

Bookeater
Archangel´s Light
Sus ojos brillaron.

―Me ha pedido que sea su esposa. Nos hemos


conocido el uno al otro durante muchos años. ―Afecto,
tal vez incluso amor en su tono... y todavía Illium sabía
que podría tenerla si empujaba la más mínima fracción.
No tenía nada que ver con el ego. Era el hecho de que
era un ángel. Allí, eran muy pocas las mujeres mortales
que rechazarían a un ángel. Podría tenerla y tal vez, si
demostraba ser compatible con la toxina que convertía
a los mortales en vampiros, ella podría estar para
siempre a su lado. Si no, aún podría apreciarla durante
todos sus años mortales, sus vidas entrelazadas y
recuerdos de alegría compartida su legado.

Pero cuando Kai sonrió y se alejó para unirse a su


admirador, Illium no la detuvo. El alivio del macho
mortal fue un deslumbrante agradecimiento, su amor
por Kai un resplandor brillante, e Illium podría
haberse dicho a sí mismo que había elegido el camino
noble, pero era mucho más complicado que eso.

Inclinándose, acarició a Smoke, luego los dos se


dirigieron hacia el desayuno.

Bookeater
Archangel´s Light
Todavía estaba masticando su reacción al nuevo amor
de Kai cuando quedó atrapado en el trabajo, mientras
Smoke, sana y elegante, merodeaba para hacer cosas
felinas y secretas. Era una gatita inteligente, no
molestaba en el sitio de construcción. A diferencia de
un par de las otras mascotas, que tenían que ser
acorraladas en una zona segura después de que
siguieron molestando.

Como una de las personas más poderosas de la zona y


que había ayudado a reconstruir la Torre de Rafael,
Illium tenía una demanda constante. No solo para
trabajo físico, sino para consultar sobre cuestiones
estructurales: no era arquitecto ni ingeniero, pero tenía
información sobre nuevos materiales de construcción y
métodos que Suyin apreció mientras reconstruía
lentamente su propio conocimiento.

También era bueno para hablar dulcemente con


proveedores externos por teléfono, y usar sistemas
informáticos recuperados para rastrear elementos
útiles que podrían ser almacenados en bodegas a una
distancia de vuelo factible. La computadora más útil
era una computadora portátil que Aodhan había
recogido de la oficina principal en el bastión central de

Bookeater
Archangel´s Light
Lijuan. Contenía en su interior contraseñas de acceso a
toda la red administrativa de Lijuan.

―Es bueno ver que me escuchó cuando le dije que


recuperara las computadoras de las fortalezas
importantes, ―le había dicho a Yindi cuando
desenterró esa computadora portátil del interior de un
camión que solo contenía artículos de tecnología
recuperados, todos etiquetados con la distintiva
escritura de Aodhan con la fecha de recuperación,
además de la ubicación.

―Insistió, ―había respondido Yindi, sus plumas azul


oscuro casi negras en la luz sombría del día. ―Incluso
cuando me opuse a ello por el peso de los artículos.
―Poniendo los ojos en blanco, dijo: ―Me siento el
mayor idiota ahora.

Illium se había reído del tono modesto de Yindi, pero


por dentro, había sentido un placer silencioso que no
tenía nada que ver con ella. Era bueno saber que
incluso cuando estaba enfurecido con Illium, Aodhan
había tenido en cuenta su consejo... conservó a Illium
en mente.

Bookeater
Archangel´s Light
Como resultado a todas las llamadas a su atención,
terminó demasiado ocupado para preocuparse por los
asuntos pendientes con Kai... pero de noche, cuando
ellos dejaron de trabajar por razones de seguridad, se
sentó junto a un Smoke adormilada acurrucada a su
lado y sacó el pequeño disco que había llevado consigo
por un eón.

Era un colgante que Kaia le había dado, un amuleto


para protegerse, pero ahora había perdido todos los
detalles. Pasaba sus dedos sobre éste demasiadas
veces, lo frotaba demasiado. Brillaba de un marrón
apagado a la luz del fuego mientras lo miraba y esperó
el mordisco del dolor. Todo lo que oyó fue el eco de las
palabras de Kaia, la risa... y le dio ganas de sonreír.

Ella había sido tan hermosa y brillante, su Kaia.


Además, egoísta y desconsiderada. Podía admitirlo
ahora, con la claridad forjada por el tiempo y la
madurez. Podía ver lo joven que había sido. Qué joven
había sido. Podía mirar más allá de las lentes de color
rosa que ambos habían usado.

Le hizo pensar en las palabras que su amiga mortal,


Catalina, le había dicho una vez, mientras le recordaba

Bookeater
Archangel´s Light
su amor por su amado Lorenzo, quien se había ido más
allá del velo.

― ¿Mi nieta, Adriana? ―dijo mientras sacaba una


bandeja de galletas en la pequeña cocina de su pequeña
panadería de Harlem que olían a vainilla, mantequilla
y azúcar derretida. ―La niña suspira por un niño. Él le
trae rosas y le escribe poemas, y todo es perfecto.

Risa, tan cálida y con cuerpo como cuando Illium la


conoció por primera vez a ella y a Lorenzo.

―Tan dulce, ¿sí? Cómo debería ser para los


jóvenes. ―Una ligera bofetada en su mano cuando
trató de robar una galleta. ― ¿Pero sabes lo que es el
amor real, Illium?

Ella había servido cuatro de las galletas, luego deslizó


el platillo hacia él.

―El amor real no es tan brillante y bonito como se


muestra en el cine. Tiene... abolladuras, el amor real.
Vendas aquí y allá, tal vez incluso una o dos grietas
remendadas.

―No me lo vas a vender, Catalina, ―bromeó Illium.

Bookeater
Archangel´s Light
Ella le había agitado un paño de cocina.

―Conocer los malos hábitos de una persona junto con


los buenos. Verlos en su peor y mejor momento.
Luchar y jugar con ellos a través de todas las estaciones
de esta vida. Y todavía despertar cada mañana feliz de
ver su cara. Eso es amor.

El dolor en su rostro entonces, su mirada se dirigió


hacia adentro.

―Oh, cómo Lorenzo me enojaba a veces. Mi cabello,


estaría en llamas por eso. Pero entregaría todos los
años de vida que me quedan si pudiera verlo una vez
más, escuchar su voz decir mi corazón mientras me
abrazaba.

Illium y Kaia, su amor había sido como el de Adriana


con su novio. Dulce y alegre amor de cachorro. Una
cosa de flores y arco iris, sin nubes en el horizonte
hasta el final. Cuando había perdido sus plumas por
ella.

―No se trataba de ser castigado, ―le dijo a una Smoke


adormilada, la admisión un eón después. ―Si hubiera

Bookeater
Archangel´s Light
sido tan estúpido por amor, si hubiera una buena
razón para mi error, entonces casi podría perdonarme
por el dolor que le causé a Rafael por obligarlo a
hacerme eso.

Nunca olvidaría la expresión del rostro de Rafael el día


que tuvo que tomar las plumas de Illium. El arcángel
había sostenido a Illium después, cada músculo de su
cuerpo rígido. Illium había llorado, no por el dolor,
sino por la vergüenza de haber herido tan gravemente
al hombre al que más respetaba en todo el mundo.

Lo siento, Rafa. Una declaración rota, el nombre


olvidado durante mucho tiempo permitió que un niño
saliera a la luz. Lo siento mucho.

Rafael le había dado un beso en la sien y siguió


abrazándolo fuertemente, diciéndole sin palabras que a
pesar de que la había cagado monumentalmente,
Rafael no lo dejaría. ―Estaba tan avergonzado, Smoke.
― Hasta que estuvo en cada respiración.

Cuando Smoke aguzó sus orejas, la rascó entre esas


orejas.

Bookeater
Archangel´s Light
―Pero yo era sólo un niño, ¿no? Demonios, yo era
apenas mayor que Izzy. ―Sus ojos se ensancharon.
Queridos Ancestros, Izzy estaba verde. Si cometía el
mismo error mañana, ¿Illium lo perdonaría?

―En un instante. ―Su garganta se apretó. Porque


nunca se había tratado de Rafael, pues el arcángel
nunca le había acusado del error de Illium. Él también
era abierto en su orgullo por el hombre en el que Illium
se había convertido.

No, el perdón tenía que ser del propio Illium.

Smoke maulló y golpeó su peluda cabeza contra una


mano que se había quedado quieta. Riendo, la rascó un
poco más.

―Sí, creo que el niño enamorado puede dejar ir la


vergüenza. Lo ha compensado con creces en la vida
que ha vivido desde entonces. ―Acarició a Smoke
sobre su espalda y pensó de nuevo en su falta de una
respuesta apasionada a Kai.

Como parte de eso, sondeó el moretón de la pérdida de


Kaia, algo que no había hecho durante algún
tiempo... y descubrió que ya no estaba tierno.

Bookeater
Archangel´s Light
¿Cuándo había sucedido eso?

Mirando fijamente a las llamas, se dio cuenta de que no


podía precisar el instante. Sólo sabía que el colgante se
había vuelto menos sobre Kaia y más sobre un hábito
en algún momento desconocido. En los últimos años,
su enfoque principal había estado en su trabajo como
uno de los Siete... y en ver a Aodhan regresar a él
mismo.

El recuerdo de la sonrisa sorprendida de Aodhan


después de que Illium alteró el tono de su relación,
hizo que su estómago se apretara y su corazón se
oprimiera. Tocó con dedos mentales la imagen de la
sonrisa de su Adi, y pensó en el beso que lo había
derretido hasta los huesos. Parte de él estaba furioso
por no haberlo llevado más lejos, cimentando su nueva
relación.

Pero, por supuesto, no se trataba de lo físico. No entre


ellos. No cuando se trataba del meollo de la cuestión.
Su vínculo era algo íntimo y en capas, el placer de
encontrar en extremidades y alas enredadas sólo un
aspecto del todo. Incluso mientras se sonrojaba ante la
idea de tocar a Aodhan de esa manera, ser tocado por

Bookeater
Archangel´s Light
él, su hambre era un doloroso sufrimiento, trató de no
preocuparse por la distancia entre ellos.

Trató de no escuchar el susurro mordaz en el fondo de


su cerebro que le dijo que ahora que Aodhan estaba
lejos de él, podría mirar atrás y decidir que su
renovada amistad y su incipiente roce con la intimidad
habían sido una cosa de circunstancias, que en realidad
no quería reconciliarse después de todo, mucho menos
ir más lejos.

―Deja de ser una reina del drama, Campanilla. ―Su


murmullo hizo que Smoke se quejara, y la acarició
hasta que se quedó dormida en un esfuerzo por
calmarse, su piel suave bajo su toque, y su cuerpo
delicado a pesar de su buena salud.

No funcionó, un pánico silencioso se arraigó en la parte


posterior de su cerebro.

Tragando saliva, volvió a guardar el colgante de Kaia


en un bolsillo.

***

Bookeater
Archangel´s Light
Era como si Kai estuviera en todas partes por donde
volteaba los días que siguieron, o tal vez era
simplemente su mente concentrándose en ella cuando
llegó a un acuerdo con el cambio cataclismo en su
percepción de sí mismo. Ya no era el amante de luto,
sino más bien un hombre que veía ese primer amor
exactamente como eso: una cosa suave y hermosa para
ser apreciada como un recuerdo de la juventud.

¿El hombre que era hoy? Ese hombre entendió el


comentario de Catalina sobre abolladuras y
magulladuras. Ese hombre estaba marcado por un
amor mucho más profundo, un amor que se había
construido durante siglos de lealtad y amistad, dolor y
risa, ira y devoción, un amor que lo definía, y era una
cosa bastante diferente a Kaia, audaz e impaciente y
deslumbrante para su joven corazón, o su linda y dulce
descendiente.

―Romperás más de un corazón cuando te vayas, ―le


dijo Arzaleya un día, mientras los dos estaban parados
con bebidas en la mano al final de un largo y agotador
día, mientras una inquisitiva Smoke se asomaba cerca.
―Escuché que has rechazado todas las ofertas.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Quién tiene la energía para eso después de los días
que estamos trabajando? ―Illium mantuvo su tono
ligero, sin ánimo de compartir su constante estado de
estrés en lo que respectaba a Aodhan. No importaba
que su mejor amigo se hubiera mantenido en contacto
frecuente, Illium no podía callar esa estúpida voz de
pánico en la parte posterior de su cerebro.

Ni siquiera entendía qué estaba impulsando a ese


idiota.

La risa baja y terrenal de Arzaleya irrumpió sus


pensamientos cíclicos.

― ¿No es esa la verdad? Yo, por mi parte, no tengo


ningún deseo de enredar alas con nadie. ―Frotándose
la nuca, dijo: ―Siempre respeté a Aodhan, pero ahora
estoy asombrada de él.

Ella reajustó sus alas, la puesta de sol que se


desvanecía resaltando los tonos rubí y escarlata que
componían sus plumas.

―Para asumir el papel que desempeñó, en el momento


en que lo hizo, con China en el estado en que se
encontraba... ―Ella exhalo un suspiro. ―No sé cómo lo

Bookeater
Archangel´s Light
hizo. Me acabo de dar cuenta de la tarea que he
asumido, y eso es después de que Aodhan hiciera todo
el trabajo preliminar.

Esta era una conversación para la que Illium tenía


mucho tiempo.

Hablaron de los trabajos en el plato de Arzaleya y del


futuro del territorio, en algún momento se unieron
Yindi, Xan y otros. Illium se quedó por un rato,
disfrutando de la compañía. Pero el cansancio le llegó
por fin.

―Iré a la cama ya. Buenas noches. ―No había


dormido la noche anterior, después de haber tomado
un turno de seguridad.

Los demás les dieron las buenas noches a gritos y se


marchó después de recoger el cuerpo dormido de
Smoke. Cuando escuchó una risita susurrada a mitad
de camino a lo largo de su viaje, miró a la derecha justo
a tiempo para ver a Kai corriendo con su mano en la
del mortal que la amaba.

Una vez más, esperó el golpe de dolor. Una vez más,


no llegó.

Bookeater
Archangel´s Light
Todo lo que sentía era un cálido afecto por la
descendiente de la mujer que había amado de joven
encontrando sus alas. No hubo envidia ni celos en él,
nada más que el dolor del corazón que viene con
recuerdos de tiempos pasados.

Mirando hacia el cielo tachonado de diamantes, respiró


hondo. No más aferrarse al pasado porque estaba
aterrorizado por el futuro. No usar un fantasma
desvanecido como un talismán contra lo desconocido
por venir. Convertir su amor por Kaia en nada más que
un hábito de comodidad, eso los devaluaría a ambos.

Al dirigirse a la carpa que había levantado cuando la


nieve comenzaba a acumularse en el suelo, colocó a
Smoke en su saco de dormir, donde ella se sentiría
reconfortada por su olor. Luego, aunque estaba
exhausto, voló lo suficiente mar adentro para que las
aguas fueran profundas y las olas no arrastraran nada
a la orilla.

El colgante era plano, pequeño y delgado en su palma


cuando lo sacó de su bolsillo. Flotando sobre el océano
tocado por la noche, lo levantó hasta su boca, presionó
un suave beso en él.

Bookeater
Archangel´s Light
―Adiós, Kaia. Fue mi alegría haberte conocido y
amado.

A pesar de todo, nunca se arrepentiría de haberla


amado, porque ella era parte del tapiz de su vida, un
hilo entrelazado con el siguiente. No sería quien era
hoy sin ella, y su memoria se quedaría con él en la
eternidad, una parte preciada de su historia.

Pero su tiempo había pasado hace muchas vidas.

Con el corazón en paz, abrió la mano y dejó que el


amuleto flotara suavemente en los brazos del océano
sin fin.

Bookeater
Archangel´s Light
52

Aunque había llegado a su paz con su recuerdo de


Kaia, Illium se mantuvo nervioso por Aodhan en los
siguientes días. Odiaba que estuvieran tan separados
cuando acababan de encontrar el camino de regreso el
uno al otro. Había tenido una pesadilla la noche
anterior donde Aodhan usaría el tiempo de separación
para convencerse a sí mismo de que tenía que romper
los lazos de su relación para encontrar la libertad.

¿Qué diablos le pasaba?

Agravado por su propio subconsciente portándose


mal, colocó una viga en su lugar y fue a recoger una
más. Suyin le había pedido que rastreara algunos
suministros, pero necesitaba la salida física en este
momento; haría el trabajo en la computadora una vez
que hubiera quemado el tumulto en su cuerpo y mente.
Cuando Arzaleya le hizo señas desde el cielo, pensó en
fingir que no la había visto, pero no era culpa de la
general que se sintiera enojado. Aterrizó.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Sí? ―Empujó hacia atrás los mechones de pelo
mojado por la nieve al mismo tiempo, recordando
cómo Aodhan le había dicho que necesitaba un corte
de pelo.

―Paquete para ti. ―El otro ángel se lo entregó. ―Te vi


venir y sabía que no volverías a tu tienda hasta el
anochecer. Pensé que deseabas verlo antes.
Probablemente deberías tomarte un descanso de todos
modos.

Arzaleya enarcó una ceja.

―Estás agotando al equipo con la rapidez con que te


mueves y la cantidad de material que puedes mover
por tu cuenta. Dales un respiro o estaré lidiando con
una revuelta.

Illium frunció el ceño, pero no discutió. El hecho era


que le gustaba recibir paquetes, y tenía curiosidad por
saber quién había enviado esto y qué había dentro. Si
tuviera que adivinar la identidad del remitente, diría
que Ellie o su madre.

―Podría comer algo.

Bookeater
Archangel´s Light
No fue hasta que devoró un panecillo relleno, bebió
media botella de jugo fresco, y acarició a una Smoke
insistente que se sentó en su piedra favorita sobre la
playa y miró el paquete. Había llegado por mensajero
angelical y estaba sellado con el sello de la Torre... pero
en el campo para la identidad del remitente había un
nombre de lo más inesperado: Aodhan.

Pasó sus dedos sobre los fluidos trazos negros, sus


mejillas repentinamente calientes. Sus dedos se
volvieron torpes mientras trataba de abrir la caja, hasta
que finalmente se obligó a detenerse y respirar
profundamente varias veces. Luego sacó una navaja de
sus pantalones. La hoja afilada como una cuchilla, solo
tomó un golpe para abrir el sello.

Dentro había una pequeña bolsa azul tan familiar para


Illium como su propia espada. De la panadería de
Catalina, resultó contener sus famosos alfajores de alas
de ángel, el relleno entre dulce de leche con infusión de
coco. A ella se le ocurrió la receta inicial del dulce de
leche, mientras que a Lorenzo se le ocurrió la idea de
hacer las galletas en forma de alas de ángel.

Nadie hacía galletas como Catalina. Y por lo general


sólo las hacía en las vacaciones, lo que significaba que

Bookeater
Archangel´s Light
Aodhan debía haber hecho un pedido especial. Con los
dedos de los pies rizados, Illium mordió uno mientras
revisaba los otros elementos.

Un frasco de su mantequilla de maní favorita, una


crema para untar que Aodhan aborrecía, un nuevo
libro de un autor mortal que Illium amaba, una
pequeña bolsa de golosinas gourmet para gato, un
paquete sellado de palomitas de maíz con caramelo y
nueces de la tienda de bocadillos favoritos de Illium... y
una hebilla de cinturón hecha a mano que había sido
pulida a un alto brillo plateado. Era simple, pero por
las plumas grabadas en él y el estilizado yo escondido
entre las plumas.

Dejando a un lado la bolsa de galletas, se quitó el


cinturón.

―No te gustarán esos, ―le advirtió a Smoke cuando


ella fue a meter la nariz en la bolsa. ―Aquí, esto es
para ti. ―Sacó una de las golosinas para gatos que
Aodhan le había enviado, y lo colocó frente a ella.

Abalanzándose sobre él con júbilo, corrió por la arena


para disfrutarlo en algún lugar secreto. No se
preocupó; siempre lo encontraba cuando llegaba el

Bookeater
Archangel´s Light
final del día. Se ocupó de Smoke, se volvió a colocar la
hebilla del cinturón y se lo puso de nuevo. Se sintió
diferente. Más pesado de una manera que no tenía
nada que ver con su peso real.

No, era como si estuviera lleno hasta el borde con todas


las emociones espesas en su sangre.

Tragó, se comió otra galleta y no buscó una carta ni


una nota. A pesar de su hermosa caligrafía, Aodhan no
era muy aficionado a escribir, incluso los mensajes que
enviaba eran breves y concisos. No, el Adi de Illium
habló con su arte, con sus manos, con su talento. Y con
una hebilla de cinturón que él diseño personalmente
para Illium.

Cerró la caja con cuidado y la llevó a la tienda.

Se llevó las galletas cuando regresó al trabajo,


compartiéndolas con el equipo, que estaban felices de
verlo ahora que lo habían alcanzado. No tenía sentido
acaparar los alfajores cuando se volverían rancios
ahora que había roto el sello. Y tenía lo que más
importaba: la confirmación de que Aodhan no lo había
olvidado. Estúpido, cómo lo perseguía el miedo... o tal
vez no lo era.

Bookeater
Archangel´s Light
Su madre lo había olvidado.

Era algo en lo que trataba de no pensar, trataba de no


mirarlo a la cara. Ni siquiera Aodhan lo sabía. No se lo
había dicho. Nunca. Y jamás se lo mencionaría a su
madre. La destruiría. Pero durante sus peores años,
cuando vagó por las profundidades lejanas del
caleidoscopio, hubo tres momentos terribles en los que
se había olvidado de Illium.

Solo tres veces.

Pausas de segundos en las que ella lo había mirado sin


reconocerlo.

Luego, la llave en los hilos desenredados de su


memoria mientras luchaba por recordar.

Un olvido y un recuerdo que había sucedido tan


rápido que podría haberse mentido a sí mismo, se dijo
a sí mismo que lo había imaginado. Excepto que no lo
había hecho. Sabía cómo lo miraba su madre, cómo sus
ojos se calentaban de amor y de alegría sin importar si
ella estaba agravada o molesta por él... pero esas tres

Bookeater
Archangel´s Light
veces, ella lo había mirado con nada más que una
cortés pregunta en su mirada.

Tres puntos de horror en su vida, mientras se


preguntaba si esto era todo, la pérdida final, su madre
ida para siempre.

Pasó la mano por la hebilla del cinturón, un talismán


contra la oscuridad. Y a diferencia del colgante que
había llevado durante tanto tiempo, este no era un
recuerdo de dolor, sino un regalo de esperanza.

Sonriendo, volvió al trabajo.

Gracias por la hebilla del cinturón. Es perfecta. La nueva


ciudadela está subiendo poco a poco y tengo que decir que se
está perfilando para ser el tipo de edificio que dejará
huella. No es la Torre y no es el Amanat de Caliane. Es en
gran medida la ciudadela de Suyin.
Envía más galletas la próxima vez. Fueron un éxito.
Smoke aprueba tu oferta. Puedes regalarle más.
No hay extrañezas adicionales que informar.

Los labios de Aodhan se levantaron cuando terminó de


leer el mensaje en su teléfono. Podría ser nuevo en ser

Bookeater
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el que cuidaba, pero parecía que lo estaba haciendo
bien.

Y como recordaba cómo su silencio había herido a


Illium, hizo un esfuerzo por enviar un mensaje. No era
tan bueno en este tipo de cosas como Illium, pero eso
nunca había importado entre ellos.

Pediré dos docenas de galletas la próxima vez. Y no olvidaré


a Smoke.
Envíame algunas imágenes de la ciudadela en progreso
cuando tengas tiempo; es extraño no ayudar a construirla
después de estar tan involucrado en el proceso de
planificación.
Es bueno estar en casa en Nueva York.

Casi lo termina allí, pero luego se obligó a agregar el


resto. Tanto porque era verdad como porque Illium
merecía saberlo: no es lo mismo sin Ti.

Illium, de corazón abierto y demasiado rápido para


perdonar, respondió: Te extraño también. Incluso podría
ver una película de terror en tu honor. Pero trazo la línea de
sangre y violencia.

Aodhan miró su teléfono.

Bookeater
Archangel´s Light
― ¿Qué voy a hacer contigo, Azul? Tu dejas que las
personas que amas se aprovechen totalmente de ti.
―Sus dedos cerrándose en el teléfono, miró hacia el
horizonte, buscando alas azules que estaban al otro
lado del mundo.

Tú y ese corazón tuyo realmente necesitan un maldito


guardián.

¿Te escucho ser voluntario?

No, no soy voluntario. El puesto ya es mío.

Aodhan tenía la intención de aferrarse a esa posición


con dientes y garras. Nunca había pensado en sí mismo
como un ángel posesivo, pero cuando se trataba de
Illium...

Los ojos se entrecerraron mientras miraba el horizonte


de Nueva York desde la tierra del enclave que una vez
había tenido la casa de Elena y Rafael, miró la hora y
luego llamó a Illium. Contestó después de un par de
timbres.

Bookeater
Archangel´s Light
―Chispitas, ―dijo, los gritos del resto de la música de
fondo del equipo, y sonrisa en su voz. ―No puedo
hablar mucho. El equipo necesita que lleve otra viga.

―Solo necesito que respondas una pregunta.

― ¿Sí?

― ¿Kai todavía está coqueteando contigo? ―Continuó


antes de que Illium pudiera responder. ―Porque si lo
está, voy a volar de regreso allí, incluso si eso causa un
incidente diplomático, y me aseguraré de que entienda
que me perteneces.

Una pausa tensa, la voz de Illium un poco áspera


cuando dijo: ― ¿Lo hago?

―Sí. ―No había juegos ahora, ni había señales


cruzadas o cosas sin decir. ―Y yo te pertenezco.
―Todavía le resultaba difícil decir eso, ceder el control
sobre él mismo a otra persona... pero esta no era sólo
otra persona.

Este era Illium. Su Azul.

Bookeater
Archangel´s Light
―Me despedí de Kaia. ―La voz de Illium era ronca
ahora. ―Sobre el Océano. Su amuleto duerme en lo
profundo ahora.

Aodhan respiró hondo, porque esto nunca lo había


esperado.

― ¿Estás seguro, Illium? ―Puede que no le hubiera


gustado Kaia, pero siempre comprendió que ella era
una de las características definitorias de la juventud de
Illium. Esa era la razón por la que nunca había hecho
ningún comentario sobre el apego de Illium al amuleto,
ni hecho ninguna demanda de que lo abandonara.

―Más allá de cualquier duda. Llego a ser un hábito y


una comodidad más que nada, sólo un ancla física
cuando lo necesitaba. ―La forma en que dijo eso, hizo
que Aodhan se diera cuenta de que realmente había
pensado en su decisión. ―A partir de hoy, cambié esa
ancla por otra, toqué mi nueva y elegante hebilla de
cinturón tantas veces que está toda manchada.
Supongo que será mejor que me abastezca de esmalte.

Los labios de Aodhan se crisparon.

Bookeater
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―Te haré algo más pequeño para jugar. ―El otro ángel
siempre había tenido una forma de jugar con las cosas,
lo que sea que estuviera alrededor, ya sea un cuchillo
arrojadizo, un guijarro, un pincel en el estudio de
Aodhan, cualquier cosa con la que pudiera ocupar sus
manos.

Fue solo después de Kaia que se obsesionó con ese


amuleto.

―Y no, ―dijo Illium, ―Kai está comprometida para


casarse con un mortal que adora el suelo sobre el que
camina. ―Sin angustia en su voz, nada, sólo una
especie de alegría cariñosa.

Aodhan realmente exhaló por primera vez desde su


regreso a Nueva York.

―Te quiero en casa, te buscaré hasta el día en que


aterrices. ―Entonces admitió otra cosa. ―Acabo de
abastecerme de azul ultramar, plateado y muchas otras
pinturas al óleo. Te voy a pintar buceando desde tu
nido en el desfiladero, ese día en la tormenta, cuando
casi te cae un rayo.

Risa encantada en la línea.

Bookeater
Archangel´s Light
―Nunca te había visto tan furioso. Juro que te
dispararon chispitas.

―Probablemente volveré a estar furioso mientras


pinto. No puedo creer que decidieras bailar con un
rayo. ―Aodhan había perdido la mitad de sus años
inmortales ese día, estaba seguro de ello. ―Ven a casa
pronto, o terminaré con tantas pinturas tuyas que lo
llamarán mi era Campanilla.

Más risas que se desvanecieron en algo más suave, más


íntimo. ― ¿Cómo cuánto tiempo crees que durará tu
era Campanilla?

―Todos los eones de nuestra existencia.

Bookeater
Archangel´s Light
Seis meses después

Un rayo agrietó el cielo como lo hizo el día en que


Illium bailó con la muerte, lluvia tronó contra la tierra,
pero Aodhan despegó del techo de la Torre sin
dudarlo. Según todos sus cálculos, y dado el último
registro de Illium: el otro hombre tenía que estar a unas
cuatro horas de la ciudad.

Aodhan no estaba dispuesto a esperar más.

La mimada y adorada Smoke de Illium ya estaba en la


Torre, habiendo vuelto a casa en un avión de carga una
semana antes, al cuidado de los pilotos, ambos que
tenían mascotas propias y se les podía confiar el
precioso cargamento.

Ella había esperado junto a la ventana desde su


llegada, y sabía que ella miraba en busca de Illium.

Como Aodhan.

La lluvia apuñaló sus mejillas, goteó de su cabello, se


deslizó de sus alas en joyas diminutas, pero siguió

Bookeater
Archangel´s Light
volando. El viento no era lo suficientemente fuerte para
ser un verdadero problema, pero el cielo colgaba
pesado sobre su cabeza, y un rayo puso el horizonte en
fuego blanco brillante. El corazón de Aodhan latió con
fuerza; Illium venía de esa dirección.

―Es el ángel más rápido del mundo, ―se recordó a sí


mismo. ―Si puede esquivar rayos a ciento cincuenta,
puede hacerlo diez veces más rápido ahora.

Aodhan siguió volando, sin importarle la lluvia que


saturó su cabello y corrió fuera de sus cueros de
combate sin mangas. Se había vestido de esa manera
para una sesión de combate con Dmitri, no se había
molestado en cambiarse después, toda su atención en
el viaje de Illium a casa.

Entonces ahí estaba él.

La más mínima mancha azul en el horizonte mientras


el cielo se ennegrecía, cubriendo el mundo entero en
sombras.

Aodhan se obligó a ir aún más rápido.

Bookeater
Archangel´s Light
Illium se reía cuando se encontraron en el aire, su
rostro estaba más delgado que cuando Aodhan había
dejado China y sus músculos increíblemente más
definidos. ― ¡Adi! ―Estrelló sus brazos alrededor de
Aodhan cuando Aodhan lo envolvió en sus propios
brazos, sólo sus alas los mantenían en alto.

― ¡Joder, es bueno estar en casa! ―Illium gritó por


encima del sonido de la tormenta. La lluvia goteaba de
sus pestañas ridículamente hermosas, corría en
riachuelos por sus mejillas, reunidas en el pequeño
hueco en la base de su garganta antes de correr como
riachuelos por el resto de su cuerpo.

Aodhan sonrió, cada parte de él más despierta, más


viva, de lo que había estado todo el tiempo que habían
estado separados. ― ¡Estás al menos a dos horas de
Nueva York!

― ¡Pero estás aquí! ―Agarrando el rostro de Aodhan


entre sus manos, apretó sus labios a los de Aodhan.

Sus labios estaban fríos y sabían a lluvia, las manos que


entrelazaban el cabello de Aodhan fuertes y con esa
posesividad que era una parte integral de Illium.
Aodhan cayó. Todo el camino hasta su Azul.

Bookeater
Archangel´s Light
Cuando Aodhan envolvió una mano gentil alrededor
de la garganta de Illium, Illium hizo un sonido
profundo y lo besó con más fuerza. Un rayo golpeó el
agua al lado de ellos, iluminando el cuerpo y las
plumas de Aodhan, y aún así se besaron, dos ángeles
que finalmente habían vuelto a casa después de
demasiado tiempo solos.

―Bueno, ―murmuró Illium contra sus labios cuando


se separaron. ―Eso fue... ―Un toque de color en sus
mejillas. ―No fue extraño. Quiero decir, yo estaba
preocupado que pudiera serlo. Especialmente después
del tiempo transcurrido desde nuestro último beso.
¿Pero no fue así?

Al escuchar la pregunta al final, Aodhan se rió y esta


vez, fue el quien besó a Illium, su agarre más firme y
su boca exigente. Y no era raro.

Porque era Illium.

Siempre había sido Illium.

Los músculos del cuello de Illium se movieron bajo el


toque de Aodhan, sus brazos como bandas de acero

Bookeater
Archangel´s Light
alrededor de Aodhan. El poder en el agarre debería
haber hecho retroceder a Aodhan, darle miedo, pero
éste era el ángel que había sido su amigo, su
compañero, y su escudo por la eternidad. Illium
moriría por él sin pestañear, y conocía cada detalle de
Aodhan, bueno y malo, y aún lo amaba.

Illium, cuyo defecto era que amaba demasiado.

Presionando su frente contra la de Illium cuando


rompieron el beso esta vez, Aodhan le apretó la nuca.

―No es extraño. Somos nosotros. ―Así de sencillo.


Esta era su historia y ellos serían los que la escribirían,
los que decidirían qué turnos tomar.

La sonrisa de Illium era una cosa salvaje que tenía una


suavidad que no mucha gente era lo suficientemente
privilegiados para ver.

― ¿Qué pasa con las otras cosas? ―preguntó, incluso


mientras extendía su mano sobre el corazón de
Aodhan. ―Dijiste que me aferro demasiado a mi gente.
El viento azotaba su pelo mal cortado, el "corte de
pelo" cortesía de uno de los propios cuchillos de caza
de Illium. ―He pensado y pensado en eso estos meses

Bookeater
Archangel´s Light
pasados y, Adi, no creo que pueda detener eso. ―Un
ceño fruncido. ―Si me dices que eso es un factor
decisivo, voy a teñir tus plumas de amarillo pollito
mientras duermes.

Aodhan volvió a apretarle la nuca. ―Nada es un factor


decisivo para ti. ―Lucharía contra el destino mismo
para estar con Illium. ― ¿Crees que he olvidado todas
las cosas que lograste enviarme desde un territorio
devastado a medio mundo de distancia? ―Pinturas,
una pequeña escultura peculiar, una entrega de una
fruta fuera de temporada que Aodhan amaba.

Pequeños gestos. Pequeños recordatorios de la


existencia de Illium. Aodhan había atesorado todos y
cada uno. Ahora lo entendió, el por qué Illium sostenía
con tanta fuerza y así pudo ser paciente. Es más, ya no
se trataba de soportarlo, apreció cada gesto, sostuvo
cada regalo cerca. Había sido una videollamada con
Illium lo que había inclinado su comprensión de los
puntos finales en la dirección correcta.

―Tengo la estatua, ―dijo. ―Es extraña y salvaje y la


tengo en mi estudio en la Torre.

La sonrisa de Illium había sido incandescente.

Bookeater
Archangel´s Light
Y fue en ese momento que Aodhan comprendió. Ahora,
puso esa comprensión en palabras:

―Doscientos años, ―dijo. ―Ese es el tiempo que me


has estado dando. Ahora voy a retribuir…―puso una
mano sobre la boca de Illium cuando fue a
interrumpirlo, ―y si eso significa permitirte cuidar de
mí, que así sea.

Se sintió desequilibrado al hacer eso, pero no se trataba


de él. Había sido sobre él durante demasiados años. Se
trataba de Illium y de lo que necesitaba. Y lo que hacía
feliz a Illium era derramar cariño sobre las personas
que amaba. ―Sé que vas a llevarlo demasiado lejos a
veces, intentaras flotar, pero no estoy fragmentado y
magullado más. Puedo empujarte hacia atrás.

Por fin, su relación volvió a equilibrarse.

Con ojos sospechosos, Illium apartó la mano.

― ¿Y si no funciona? ―el insistió. ― ¿Qué pasa si lo


arruinamos todo tratando de llevar nuestra relación
más allá de la amistad?

Bookeater
Archangel´s Light
Sombras en su rostro que no tenían nada que ver con
las nubes.

―Todavía podemos sufrir lapsos de memoria


convenientes. ―Rozo sus dedos sobre los labios de
Aodhan, el toque una cosa de máxima ternura... pero
sus dedos temblaron, y su corazón, tan vulnerable y
asustado, estaba allí para que Aodhan lo
viera. ―Nadie lo sabría.

―No. ―Aodhan había terminado de esconderse, de


cualquier cosa. ―Esto sucedió. Nos ocuparemos de
eso. ―Le dio otro beso, este más fuerte, más profundo,
su mano agarrando las fuertes líneas de la mandíbula
de Illium y una de las de Illium apretando sus bíceps
desnudos.

Ninguno de los dos atemperó su fuerza. No tenían que


hacerlo, cada uno tan poderoso como el otro. Cuando
los vientos de la tormenta golpearon con fuerza,
Aodhan giró con él, e Illium se hizo eco de ello, su
sincronía una cosa del instinto nacido de una vida de
amistad y lealtad.

Y, aun así, se besaron. Hasta que Aodhan empujó hacia


arriba el algodón empapado de la camiseta negra de

Bookeater
Archangel´s Light
Illium y presionó su mano contra el abdomen estriado
del ángel de alas Azules. Quería piel, quería beber a
Illium, quería marcarlo de manera íntima e irreversible.

Gimiendo, Illium rompió el beso, sólo para darle un


mordisco frustrado a la garganta de Aodhan. No hizo
daño, fue una cosa entre amantes que hizo que Aodhan
se estremeciera. Sin embargo, cuando Illium levantó la
cabeza de la garganta de Aodhan, su expresión
contenía tormento, no placer. ― ¿Pero que
sí? ―preguntó de nuevo.

Un solo movimiento ágil y estaba fuera del agarre de


Aodhan, los dos, uno frente al otro a lo largo de cinco
pies de distancia mientras el océano se elevaba debajo
y las nubes se agitaron arriba. Apartándose el pelo de
la cara, Illium parpadeó el agua de sus ojos. ― ¿Y si
nos rompemos?

Aodhan miró al poderoso y valiente guerrero frente a


él. Un guerrero con un corazón tan grande como la
eternidad. Un guerrero que había perdido a todas las
personas que alguna vez le habían importado. ―Una
cosa te prometo, Azul, siempre estaré allí. ―Las
palabras eran un voto solemne que cayó entre ellos en
un redoble del trueno.

Bookeater
Archangel´s Light
―No importa qué, nunca nos romperemos. Si hay algo
que he aprendido el año pasado, es eso. Podríamos
enojarnos, podríamos pelear, pero cuando llegue el
momento, siempre nos respaldaremos el uno al
otro. ―Ni siquiera había tenido que pensar cuando se
enteró del despertar de Aegaeon; todo lo que quería
hacer era estar al lado de Illium, darle lo que
necesitara.

Aodhan nunca no respondería cuando Illium lo


necesitara.

―Sé que no te gusta hablar de tu creciente poder,


―dijo, incluso cuando el tormento de Illium se
convirtió en un rechazo rotundo, no de Aodhan, de la
idea de la ascensión a una edad tan temprana. ―No
volveré a mencionarlo hasta que estés listo, pero que
sepas: si y cuando ascienda, estaré a tu lado como tu
segundo. Ese puesto nunca ha estado y nunca estará
abierto.

―Suena como si le fueras a quitar la cabeza a


cualquiera que lo intente.

Aodhan enarcó una ceja.

Bookeater
Archangel´s Light
―Azul, los imbéciles estarán muertos antes de
acercarse lo suficiente como para decapitarlos.
Golpearé a cualquiera que lo intente. ―Hablaba muy
enserio. ―Te lo dije, eres mío y yo soy tuyo, y no me
voy a mover a partir de eso. Por siempre.

Illium se pasó el puño por el corazón.

― ¿Y si quiero volver a cómo fueron las cosas?

―Entonces hacemos eso, ―dijo Aodhan de inmediato,


aunque le dolía pensar en dejar ir la dulce y brillante
promesa entre ellos, la promesa de una vida y un amor
más allá de todo lo que podría haber imaginado.

Illium miró a su mejor amigo en todo el universo, sus


alas comenzando a brillar contra la tormenta. Nunca se
había sentido tan bien, tan tranquilo, tan centrado,
como sólo... en casa, como en los brazos de Aodhan.

Se había sentido tan natural, y parte de él había


pensado: Oh, aquí es donde he estado destinado a estar todo
este tiempo.

Bookeater
Archangel´s Light
Pero ahora el miedo a perder a Aodhan amenazaba con
estrangularlo. Era tentador, tan cruelmente tentador,
dar un paso atrás, volver a la amistad y sólo eso... pero,
por supuesto, nunca habían sido solo eso.

Siempre habían sido la estrella del norte del otro.

Adi y Azul.

Chispitas y Campanilla.

Illium y Aodhan.

Arcángel y Segundo.

De repente, su futuro ya no era algo aterrador, algo


que auguraba la pérdida de todo lo que amaba y
apreciaba. Incluso si ascendía, y esperaba que no lo
hiciera, pero si lo hiciera, lo haría con Aodhan a su
lado.

― ¿Luchar o amar o enojar? ―dijo, su voz ronca.


―Nos aferramos.

―Nos aferramos. ―La voz de Aodhan era inflexible.


―Nuestra amistad es el fundamento de todo lo que

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Archangel´s Light
somos, y está escrita en piedra. No puedo imaginar la
eternidad Sin Ti. ¿Tú Puedes?

La respuesta fue simple.

―No.

Luego estuvo en los brazos de Aodhan y sus alas se


enredaron y estaban cayendo en espiral hacia el agua
con sus labios encerrados en un beso que, como su
vínculo, no tuvo fin ni principio. Chocaron contra el
turbulento gris tormenta del mar juntos, fueron juntos
debajo de las olas, subieron juntos.

Riendo en la sal de su beso, Illium dijo:

―Todavía estoy jodidamente petrificado de que


vayamos a estropear esto. Pero prefiero arruinar las
cosas contigo antes que hacerlo bien con cualquier otra
persona.

Aodhan, sus alas brillaban incluso bajo el cielo furioso


y su cabello goteando, su piel conteniendo una luz
interior, sonrió con esa rara y profunda sonrisa que
siempre había hecho feliz a Illium. Hoy, le dio una
patada en el estómago. El terror amenazándolo de

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nuevo. La última vez, había sido amor de cachorros, y
casi se destrozó. En esa época...

No hubo comparación.

―No tengo miedo, ―dijo Aodhan con esa sonrisa que


iba a meter a Illium en muchos problemas en los
próximos años. ―Nunca tengo miedo contigo.

Y su corazón, simplemente se abrió de golpe.

Encerrado con Aodhan, sus brazos y alas envueltos


uno alrededor del otro mientras el océano azotado por
la tormenta rodaba a su alrededor, Illium besó al
brillante, hermoso ángel que conocía de adentro hacia
afuera, y a quién estaba comenzando a conocer de una
manera completamente diferente, mientras Aodhan
extendía sus alas cada vez más.

―Hagamos esto, ―susurró contra las curvas húmedas


de los labios enrojecidos de Aodhan. ― ¿En cuántos
problemas podemos meternos de todos modos?

Aodhan arqueó una ceja, Illium sonrió y luego se


rieron cuando una ola masiva se estrelló sobre ellos,
hundiéndolos. Debajo, el océano estaba en calma, claro.

Bookeater
Archangel´s Light
El resplandor de Illium lo iluminó lo suficiente como
para que viera el cabello de Aodhan flotando en el
agua, sus ojos luminosos con diversión.

Luego, sin tener que discutirlo, ambos salieron del


agua en poderosos despegues verticales. Cuando
Illium sintió la necesidad de dejar atrás a Aodhan,
tomar la iniciativa para poder proteger a su amigo
contra cualquier amenaza, pensó en cómo se había
visto Aodhan cuando le dijo a Illium que no podía
estar protegido.

Y pensó en lo feliz que se veía Aodhan volando libre


bajo la tormenta, el poderoso guerrero que había
emergido de la oscuridad no era el mismo hombre que
entró... pero seguía siendo el Aodhan de Illium en
todos los aspectos que importaban.

Se inclinó para volar junto a Aodhan.

Pequeñas decisiones. Una detrás de la otra. Formando


el tapiz entrelazado de dos vidas que siempre habían
estado destinadas a volar hacia la eternidad una al lado
de la otra.

Bookeater

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