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CURSO DE FORMACIÓN PARA ASESORES Y COORDINADORES

DE PASTORAL JUVENIL VOCACIONAL BOLIVIA

Ficha 1. Cristo Vive.


¿Qué dice la Palabra de Dios de los Jóvenes?
Crecemos a imagen de Jesucristo siempre joven.
(Capítulos Primero y Segundo, Numerales 1-63)

“Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo.” Cristo Vive (CV) 1

Teniendo en cuenta las complejas realidades a las que se enfrenta la juventud del mundo, esta exhortación del
Papa Francisco “recuerda algunas convicciones de nuestra fe y al mismo tiempo alienta en la santidad y en el
compromiso con la propia vocación.” (CV 3) Está dirigida tanto a los jóvenes dentro de la Iglesia como aquellos
fuera, y a quienes, ya habiendo pasado por esa etapa de la vida, hoy les toca a acompañar a las nuevas
generaciones. Por lo tanto, sin importar tu edad, serás bienvenido y bendecido a lo largo de este estudio que
hoy comenzamos.

“Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo (…) ¡Él vive y te quiere vivo!”
(CV 1) Esta es la introducción de esta hermosa exhortación del Santo Padre, no sólo anuncia que Cristo Vive,
sino que te invita a tomar esa Vida de Cristo, a hacer propia esa Vida.

El capítulo 1 se titula con la pregunta que inicia este estudio: ¿Qué dice la Palabra de Dios de los Jóvenes? La
exhortación nos introduce en la palabra de Dios, describiéndonos algunas características de jóvenes a través
de la historia de la Iglesia.

ALGUNOS MODELOS DE JUVENTUD Te invito a que pienses y escribas una lista de algunas características propias de
los jóvenes, veremos si están reflejadas en los jóvenes que cita la exhortación.

GEDEON: (Leer Jueces 6, 11-24) Sorprende la respuesta de Gedeón al Ángel, hasta podemos decir que lo
increpa diciéndole “pero si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos sucede todo esto?” (Jueces 6, 13). Y no
conteniéndose, luego le pide, casi a modo de exigencia una señal. En Gedeón podemos ver esa sinceridad, esa
franqueza y frescura de la juventud, tal como lo dice Francisco “los jóvenes acostumbran a no `edulcorar´ la
realidad” (CV7), Gedeón dijo lo que pensaba porque lo sentía. Y así son los jóvenes, con esa frescura, con esas
inquietudes, ese no conformismo en el cual a veces caen los adultos. Hasta podemos tildarlo de rebelde, pero
rebelde con causa, y su causa era Dios. A pesar de sus cuestionamientos, Gedeón sigue trabajando por la causa
del Señor…

SAMUEL: Joven inseguro, pero a quien Dios le hablaba (CV8). Fue necesario que Samuel venza sus miedos y
se anime a decir al Señor “Habla, porque tu siervo escucha” (1º Samuel 3, 10).

DAVID: Fue elegido rey siendo un joven, en comparación con el resto de los candidatos se veía desfavorecido,
pues era el más pequeño de sus hermanos y se dedicaba a las tareas pastoriles. Pero como le dice el Señor a
Samuel en la elección “Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve
el corazón” (1º Samuel 16,7). Recordar y hacer vida esta Palabra en el mundo de hoy, tan llevado por las
apariencias es un bálsamo para el alma. Cuántos jóvenes sufren por aparentar, buscando “encajar”,
dejándose llevar por las modas pasajeras, que importante es que hoy como joven recuerdes que Dios no mira
nada de eso, sino mira tu corazón. S.S. Francisco lo expone claramente “La gloria de la juventud está en el
corazón más que en la fuerza física o en la impresión que uno provoca en los demás.” (CV9).
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Alguna vez te preguntaste ¿qué es la verdadera juventud? Francisco nos da una definición iluminada por los
numerosos pasajes bíblicos donde Jesús nos pide revestirnos del hombre joven despojándonos del hombre
viejo. Y esa juventud tiene que ver con tener “entrañas de misericordia, de bondad…” (Colosenses 3, 9-10). Por
lo cual, “la VERDADERA JUVENTUD es tener un corazón capaz de amar.” (CV 13). Todo lo contrario avejenta
el alma.

“Que nadie menosprecie tu juventud” (1º Carta a Timoteo 4, 12) Francisco lo deja en claro, y es preciso que
tanto jóvenes como adultos lo comprendan, “Un joven no puede estar desanimado, lo suyo es soñar cosas
grandes, buscar horizontes amplios, atreverse a más, querer comerse el mundo, ser capaz de aceptar
propuestas desafiantes y desear aportar lo mejor de sí para construir algo mejor.” (CV15). NO permitas que
nadie te arrebate tus sueños. No vivas adormecido, Jesús quiere jóvenes soñadores, valientes. La etapa de la
juventud, literalmente hablando de la misma como un periodo marcado de la vida, es la ideal para empezar a
soñar y atrevernos a cosas grandes, para descubrir a qué estamos llamados. Como Samuel, estemos atentos
al llamado de Dios, pues la palabra lo dice “Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis
caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes.” (Isaías 55, 9). Lo que pensaste y
soñaste para tu vida en Dios puede potenciarse y ser aún más grande y perfecto.
Tal vez es preciso preguntarse, ¿en qué estas gastando tu juventud? No dudes en hacerlo soñando y
apostando a esa juventud verdadera capaz de amar sobre todo. “No hay que arrepentirse de gastar la juventud
siendo buenos, abriendo el corazón al Señor, viviendo de otra manera.” (CV 17)

JESUCRISTO SIEMPRE JOVEN

Jesús vivió la etapa de la juventud santificándola. Dio su vida a la edad de un adulto joven. Los jóvenes tienen
un modelo en él, ya que Jesús en prácticamente toda su vida fue joven. Los evangelios no hablan mucho de su
juventud, pero dicen que “Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los
hombres.” (Lucas 2, 52). Por lo que podemos decir que esta etapa “Jesús se fue «formando», se fue
preparando para cumplir el proyecto que el Padre tenía. Su adolescencia y su juventud lo orientaron a esa
misión suprema.” (CV 27). La etapa de la juventud es la ideal para encontrar el propósito de tu vida, más allá
de la formación vocacional, educativa, que es de suma importancia. Es bueno que te cuestiones acerca de cuál
es tu misión, tu propósito, ¿a qué te sentís llamado? Así a ejemplo de Jesús, invertir tu juventud para ese
objetivo.

Al inicio de su misión, Jesús fue consagrado por medio del bautismo que recibió de parte de Juan, y en ese
momento se oyó la voz de Dios. También tú puedes sentir ese reconocimiento, a ti también Dios te da una
misión, un envío y te dice “Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección.” (Lucas
3,22).

Tal vez sientas que la persona de Jesús queda muy lejana como para compararte, pero en la exhortación
Francisco señala a un Jesús viviendo una vida común, dice que su pueblo no lo miraba como un “bicho raro”,
era un joven completamente normal. Por eso el asombro de muchos al escucharlo al inicio de su predicación,
admirados por su sabiduría decían “¿No es este el hijo de José?” (Lucas 4, 22).

Tu juventud hoy es iluminada desde la propia vivencia de Jesús joven. “Él fue verdaderamente uno de ustedes,
y en Él se pueden reconocer muchas notas de los corazones jóvenes. Lo vemos, por ejemplo, en las siguientes
características: «Jesús tenía una confianza incondicional en el Padre, cuidó la amistad con sus discípulos, e
incluso en los momentos críticos permaneció fiel a ellos. Manifestó una profunda compasión por los más
débiles, especialmente los pobres, los enfermos, los pecadores y los excluidos. Tuvo la valentía de
enfrentarse a las autoridades religiosas y políticas de su tiempo; vivió la experiencia de sentirse
incomprendido y descartado; sintió miedo del sufrimiento y conoció la fragilidad de la pasión; dirigió su
mirada al futuro abandonándose en las manos seguras del Padre y a la fuerza del Espíritu. En Jesús todos los
jóvenes pueden reconocerse” (CV 31).
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Cuántas de estas características puedes sentir cercanas, ¿verdad? ¿Cuántas veces te sentiste incomprendido,
descartado, frágil? Lo importante en este dejarnos iluminar por la juventud de Jesús es imitarlo en su
incondicional confianza en el Padre que nos ama eternamente, y siempre tener la mirada dirigida al futuro,
puesta en el propósito, en la misión que el Padre nos tiene encomendada.

Para finalizar, Francisco recalca el Sí de María. También joven, también digna de imitar. María no se quedó
pensando en lo difícil que sería su misión, en todas las dificultades que se le presentarían, no dejo que esas
razones la lleven a decir que no, sin vueltas dijo sí. “Fue el “sí” de quien quiere comprometerse y el que quiere
arriesgar, de quien quiere apostarlo todo, sin más seguridad que la certeza de saber que era portadora de
una promesa. Y yo pregunto a cada uno de ustedes. ¿Se sienten portadores de una promesa? ¿Qué promesa
tengo en el corazón para llevar adelante?” (CV 44).

AQUÍ ALGUNAS PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR EN LA SEMANA Y COMPARTIR EN EL PRÓXIMO


ENCUENTRO:

• ¿Te sientes llamado a un propósito? ¿Cuál es tu sueño?


• ¿Qué cosas avejentan tu corazón?
• De la lista de características de los jóvenes que realizaste, ¿en cuáles te ves reflejado? ¿Y en cuáles
de las que presentan los ejemplos bíblicos?
• ¿En qué estas gastando tu juventud?

Te invito a que escuches en oración esta canción: Tarde te amé. Pablo Martínez. (CV 17)
https://youtu.be/x8L37WZ6fd0

“Ser joven, más que una edad es un estado del corazón.” (CV 34)

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