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UN LIDERAZGO EN EL ANUNCIO
El liderazgo en nuestras Comunidades para anunciar la Buena Noticia.
Basado en el Documento “Evangelii Gaudium” -La Alegría del Evangelio-
FICHA 7
259 Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que se abren sin temor a la acción del
Espíritu Santo. (Hechos 2, 14-41)
261 Se dice que algo tiene espíritu cuando impulsan, motivan, alientan y dan sentido a la acción pastoral
y comunitaria. Tenemos la necesidad de vivir una etapa evangelizadora fervorosa, generosa, audaz y
llena de amor, pero ninguna motivación será suficiente si no arde en los corazones el fuego del Espíritu.
263 Recordemos los primeros cristianos cargados de alegría, llenos coraje, incansables en el anuncio y
capaces de una gran resistencia activa.
273 Yo soy una misión en esta tierra, y para ello estoy en este mundo. Hay que reconocerse a asimismo
como marcado a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar.
280 Para mantener vivo el fervor misionero hace falta una decidida confianza en el Espíritu Santo, porque
Él viene en ayuda de nuestra debilidad (Rm 8, 26)
283 Los grandes hombres y mujeres de Dios fueron grandes intercesores. La intercesión es como la
levadura en el seno de la Trinidad. Es un adentrarnos en el Padre y descubrir dimensiones que iluminan
las situaciones concretas y las cambian.
284-288 En medio del pueblo siempre está María. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella
no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización. Jesús nos dejaba a su Madre como
Madre nuestra. Después de esto Jesús pudo sentir que todo estaba cumplido. (Jn 19, 28) Ella es a mujer
de fe, que vive y camina en la fe, y su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de
referencia constante para la Iglesia. Con María avanzamos confiados hacia la promesa de Jesús… “Yo
hago nuevas todas las cosas” (Ap 21, 5)
Finalizamos este estudio tan importante para quienes seguimos al Señor en estos tiempos. Con
profunda certeza hemos crecido en nuestro llamado misionero en compartir, a tiempo y a destiempo,
la invalorable riqueza de conocer, creer y recibir LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO. Pedimos a nuestro Dios
Bondadoso que nos regale su Espíritu Santo para poder llevar adelante esta tarea tan importante para
tantos que no conocen al Señor.