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Alianza Universidad.

Textos
Carl Schmitt

T eoría de la Constituci6n

Presentación de Francisco Ayala

EpUogo de Manuel Garcia-Pelayo

Versi6n espanol. de Francisco Ayala

Alianza Editorial
Título original: INDICE GENERAL
Veifassungslebre

Primera edición en «Alianza Universidad Textos»: 1982


Quinta reimpresión en «Alianza Universidad Textos»: 2006

PRESENTACIÓN DE FRANCISCO AYALA 13

PRÓLOGO ..... , ........... , ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 21

Reservados todos los derechos. EI conlenido de esta obra está protegido por la Ley, que estabIece SECCIÓN PRIMERA
penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daiios y perjuicios,
para quienes reprodujeren. plagiaren. distribuyeren o comunicaren públicamente, eo todo o eo parte, CONCEPTO DE CONSTITUCION
una obra !iteraria. artística o científica. o su transfonnación. interpretación o ejecución artística
fijada eo cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier media, sio la preceptiva § 1. CONCEPTO ABSOLUTO DE CONSTITUCIÓN. (La Constituci6n
autorización. como un todo unitario.) ....... '" ... ....... ... ... ... ... 29
I. Constituci6n como situaci6n total de la unidad y ordenaci6n
concreta o como forma de gobietno (<<forma de Jas formas») o
como'principio de la formaci6n de Ia unidad polftica.-II. Cons-
tirucl6n en sentido normativo (<<norma de las normas»).

§ 2. CONCEPTO RELATIVO DE CONSTITUCIÓN. (La Constituci6n


Como una pluralidad de leyes particulares.) .............. . 37
© Carl Schmmiu I. Disoluci6n de la Constituci6n en leyes constitucionales.-
© Alianza Editorial. S. A .. Madrid. 1982. 1992. 1996.2001.2003.2006 11. La Constituci6n escrita.-III. Reforma dificultada como ca-
racterística formal 4e la ley constitucional.
Calle luan Ignacio Luca de Tena. 15; 28027 Madrid; telér.: 91 3938888
www.alianzaeditorial.es § 3. EL CONCEPTO POSITIVO DE CONSTITUCIÓN. (La Constituci6n
ISBN: 84·206·8057·5 como decisi6n de conjunto sobre modo y forma de la unidad
Depósito Legal: S. 391·2006 política.) ... ... ... ... .., .. , ... ... ." ... ... ... ... ... ... 45
Compuesto eo Fernández Ciudad, S. L.
I. La Constiruci6n como aete deI Poder Constituyente.-II. La
Imprime: Gráficas VARONA. S. A. Constiruci6n como decisi6n política. Decisienes de la Constituci6n
Polígono «EI Montalvo». parcela 49.
37008 Salamanca 7
Printed in Spain
9
8 Indice Indice

de WeÍInar. Significaci6n práctica de la distindón entre ConstÍtu- § 10. CONSECUENCIAS DE LA DOCTRINA DEL PODER CONSTITUYEN-
ción y ley constitucional (reforma constitucional, intangibilidad de TE Y EN PARTICULAR, DEL PODER CONSTITUYENTE DEL
la Constituci6n, derechos fundamentales conflictos constituciona- 108
PUEBLO '" ............................................ .
les, juramento de la Constitución, alta ttaici6n).-III. EI carácter
de ~ompromiso de la Constitud6n de Weimar; compromiso au- I. Permanencia dei Poder Constituyente.-Il. Continuidad dei
ténttco y seuclocompromiso (compromisos de la escuela y de las Estado en caso de supresión y quebrantamiento de la ~nstitu­
Iglesias). ción, siempre que subsista siquiera ~ mismo Poder Consu~yen­
te.-III. El problema de la continu1dad, caso de que cambIe d
§ 4. CONCEPTO IDEAL DE CONSTITUCIÓN. (<<Constituci6n», lIa- sujeto deI Poder Constituyente (destrucci6n de la Constitudó~)
mada así en un sentido distintivo y a causa de un cierto con- y, sobre todo, continuidad dei Reich alemán, 1918/19.-IV. D,,·
tinción entre d Poder Constituyente y toda facultad y competen-
tenido.) '" ... ... ... ... ... '" .... ,. ; ........... '" ..... . 58 da constituída.
L Pluralid~ de 195 conceptos ideales, sobre todo, Libertad.-
lI. EI concepto ideal de la Constituci6n dei Estado burgués de § 11. CONCEPTOS DERIVADOS DEL DE CONSTITUCIÓN. (Reforma
Derecho.-IlI. Los dos elementos de la Constituci6n moderna. constitucional, quebrantamiento de la Constitución, suspen-
si6n de la misma, conflicto constitucional, alta traici6n.) ... 115
§ 5. LA SIGNIFICACIÓN DE LA PALABRA «LEY FUNDAMENTAL», NOR-
M,A :'UNDAMENTAL O «LEX FUNDAMENTALIS». (Oieada pano- I. Ojeada.-I1. Reformas de leyes constitucionales practicadas
con arreglo a las leyes constitucionales (revisión de la Cons~tu­
ramlca.) ..................... '" ., ............ , ........ . 63 d6n, enmienda); limites de la facultad de reformar la ~nst1tu­
1. Nueve significaciones de la palabra ley fundamental.-Il. ciónj quebrantamiento de la Constituci6n y actOS apócrifos de
Uni6n de las diversas significaciones.-III. Constitución significa soberania; suspensi6n de la Constituci6n.-~II. Conflictos cons-
!=ll d presente libro «Constitución en sentido positivo». titucionales.-IV. La Constitución como objeto de ataque y de
protecci6n en d caso de la alta traici6n.
§ 6. NACIMIENTO DE LA CONSTITUCIÓN ., ...••.•..... , •.. 66
I. Una Constitución surge por decisión unilateral o convenio
plu,ilateral. 11. Ojeada histórica (1. Estado feudal y estamental de
la Edad Media, sobre todo, la Magna Carta; 2. EI Imperio hasta SECCIÓN II
1806; J. El Estado dei Prlncipe absoluto; 4. La Revolución de
1789; " La Restauración monárquica, 1815-1830; 6, La Revolu- EL ELEMENTO CARACTERISTICO DEL ESTADO
ción de julio de 1830: 7, La Monarquia constitucional en Alema- DE DERECHO EN LA CONSTITUCION MODERNA
nia; 8, Confederación de la Alemania dd Norte, 1867, e Impedo
alemán, 1871; 9. La Constitución de Weimar, 1919). 137
§ 12. Los PRINCIPIOS DEL ESTADO BURGUÉS DE DERECHO ••.
§ 7. LA CONSTITUCIÓN COMO PACTO. (EI auténtico pacto consti- I. Distinción dd demento de Estado de Derecho resp~t~ ?el
tucional.) ........... , ......................... , ......... . 80 elemento poUtico de la Constitución modernaj los dos pnnC1plOS
dei Estado burgués d! Dereeho: derechos fund~entales (prin-
I. Oistinción del pacto de Estado o social respecto del pacto cipio de distribuci6n) y distinci6n de poderes (prmclplo orgám-
constitucional.-II, EI pacto constitucional auténtico, como pacto co).-lI. El concepto de Estado de Derecho y caract~~isticas par-
federal, Pactos constitucionales no auténticos, dentro de una uni- ticulares (legalidad, justicia administrativa, mens:urabilidad d~ t~
dad pol!tica,-III. El pacto constitucional auténtico como pacto das las facultades estatales, independenda dd JUez, forma Judi-
de status (crítica deI postulado pacta sunt servanda).-IV. Cons- cial, problema de la justicia poUtica).
titución'y Tratados ínternacionales.
§ 13. EL CONCEPTO DE LEY PROPIO DEL ESTADO DE DERECHO .•• 149
§ 8. EL PODER CONSTITUYENTE .••••.. ,. 93
I. Derecho y ley en el Estado burgués de Derecho.-I1. El
I. EI Poder Constituyente como voluntad pol!tica.-II. Sujeto
dei Poder Constituyente (Dios, Pueblo o Nación. Rey, un grupo Uamado concepto formal de ley.-Ill. El concepto po~uco. de
organizado).-III. Actuación del Poder Constituyente, y en par- ley .-IV. Significación deI carácter general de la norma ,urfdica.
ticular la práctica democrática (Asamblea nacional, Convención, 164
plebiscito) . § 14. Los DERECHOS FUNDAMENTALES ...•.....•••.....•.••.••
1. Ojeada hist6rica.-II. Significaci6n histórica y jurídica. ~e. la
§ 9. LEGITIMIDAD DE UNA CONSTITUCIÓN .•.. ... ... .., ... •.• . .. 104 solemne Declaración de Derechos fundamentales.-IIl. D1vlSl6n
L Especies de legitimidad.-II. l.egitimidad de una Constitu- objetiva de los derechos fundamentales.-IV. Hay que distinguir
ció~ no significa que la Constitución haya surgido con arreglo a las garantias ínstitucionales de los derechos fundamentales.-
prescripciones de leyes constitucionales, antes en vigor.-III. J..e.. V. Deberes fundamentales s610 pueden ser, en el Estado burgués
gitimidad dinástica y democrática. de Derecho, deberes normados en ley constitucional.-VI. Divi-
lndice 11
lO lndice
actual democracia.-IV. Critica deI postulado «la mayoría de-
si6n de los derechos fundamentales cn atenci6n a la defensa
contra delimitaciones o injerencias. cide».

§ 15. LA DISTINCIÓN (LLAMADA DIVISIÓN) DE PODERES .....••.• 186 § 22. 2. LA DOCTRINA DE LA MONARQUÍA 274
I. Aparici6n histórica de la doctrÍDa.-II. Separaci6n y equilí. 1. Fundamentaciones de la Monarquia (teocrática, patriarcal, pa-
brio de poderes; esquema de su separaci6n rigurosa; esquema de trimonial, de funcionarias y cesarista).-II. Significaci6n de las
algunos contrapesos. I. diversas justificaciones de la Monarquia para la Teoria de la
Constituci6n.-I11. La posici6n deI Monarca en la Constituci6n
S 16. EsTADO BURGUÉS DE DERECHO Y FORMA POLíTICA ........ . 201 moderna.-IV. El Presidente en una Constituci6n republicana.
I. La Constituci6n deI Estado burgués de Derecho es siempre
una Constitución mixta; las formas políticas se convierten en § 23. 3. ELEMENTOS ARISTOCRÁTICOS EN LAS CONSTITUCIONES
formas de los poderes diferenciados y divididos (Legislativo, MODERNAS DEL ESTADO BURGUÉS DE DERECHO •........... 284
Ejecutivo).-II. Los dos principios polItico-formales (identidad
y representación).-IlI. Concepto de represemaci6n.-IV. La L El principio aristocrático como media de la distinci6n de po-
Constiruci6n moderna como uni6n y mezcla de principios dd deres.-ll. Idea y justificaci6n deI sistema bicameraL-I11. Los
Estado burgués de Derecho COD principios político-formales. tipos hist6ricos dei sistema bicameral (Cámara Alta, Cámara de
Sefiores, Senado, Cámara de Estados).-IV. Competencia y facul-
tades de la Cámara Alta,
SECCIÓN III § 24. 4. EL SISTEMA PARLAMENTARIO ..............•......... 294
EL ELEMENTO POLITICO DE LA CONSTITUCION I. Pluralidad de sentidos de la palabra «parlamentarismo»,
MODERNA
sobre todo, las cuatro subespedes (sistema presidencial, de Parla-
mento, de Premier y de Gabinete).-Il. Los fundamentos idea-
les dd sistema parlamenrario (situación histórica de la burguesia,
S 17. LA DOCTRINA DE LA DEMOCRACIA. CONCEPTOS FUNDAMEN- ilustración y propiedad, discusi6n pública).-H1. Consecuencias
TALES 0.0 ... 0'0 0'0 o-o ... 0'0 0'0 ... 0.0 0'0 ...... 0.0 ...... 221 de los pensamientos fundamentales dei sistema parlamentario
1. Djeada sobre algunas determinaciones conceptuales.-II. EI (representación, publicidad, discusi6n),
concepto de igualdad (igualdad general entre los hombres, igual-
dad sustancial). Definici6n de la democracia. § 25. OJEADA HISTÓRICA SOBRE EL DESARROLLO DEL SISTEMA
PARLAMENTARIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " .. . 308
S 18. EL PUEBLO Y LA CONSTITUCIÓN DEMOCRÁTICA 234
L El pueblo, antes 'Y por encima de la Constituci6n.-I1. El I. Datos más importantes deI proceso hist6rico en Inglaterra.-
pueblo, dentro de la Constituci6n (c:lecciones y votaciones).- 11. El proceso en Francia y Bélgica.-IlI, EI proceso en Ale-
111. EI pueblo, junto a la regulaci6n de la ley constitucional mania. •
(opini6n pública).-IV, Ojeada sobre la significaci6n de la pala-
bra «pueblo» para una moderna Teoda de la Constituci6n, S 26. OJEADA SOBRE LAS POSIBILIDADES FORMALES DEL SISTEMA
PARLAMENTARIO ....•...•••....•....................... 323
§ 19. CONSECUENCIAS DEL PRINCIPIO POLíTICO DE LA DEMpCRA-
I. Puntos de vista decisivos: coincidencia de Parlamento y Go-
CIA ...•.......•...•••.•.•.••......••....••••••...•..... 246 bierno.--...:H. Medios para lograr la coincidencia.-Il1. ..Casos» de
I. Tendencias generales,-l1. El ciudadano en la democracia,- responsabilidad parlamentaria (<<casos de Gabinete»),
IH, Las autoridades (métodos democráticos de la determinaci6n
de autoridades y funcionarios). § 27. EL SISTEMA PARLAMENTARIO DE LA CONSTlTUCIÓN DE
S 20. APLlCACIONES DEL PRINCIPIO POLÍTICO DE LA DEMOCRACIA WEIMAR .••...•...•.•..•....•...........•............ 326
A LOS DISTINTOS TERRENOS DE LA VIDA DEL ESTADO ... . .. 252 I. La uni6n de las cuatro subespecies,-Il. Ojeada.-Ill. La
L Democracia y legislaci6n (sobre todo, referéndum e iniciativa proctica dei sistema parIamentario de la Constituci6n de Weimar:
popular).-IL Democracia y Gobierno (sobre todo, establecimien- 1. La confianza dei Reichstag (artículo 54, C. a., 1 y 2); 2. «EI
to de relaciones directas entre Gobiemo y pueblo).-Il1. Demo- canciller fija las directrices de la poHtica», art. 56.
cracia y relaci6n intemacional.--...:IV, Democracia y Administra-
ci6n.-V, Democracia y Justicia. § 28. LA DlSOLUCIÓN DEL PARLAMENTO ..•..•••..........•.. 336
§ 21. LIMITES DE LA DEMOCRACIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268 1. Clases de disoluci6n (monárquica, presidencial, ministerial,
autodisoluci6n, disoluci6n por iniciativa popular). El derecho de
I. Umites deI principio de' identidad.-I1. Limites resultantes disolución dei Presidente de! Reich.
de la natural... dei pu.blo.-III. Limites en la práctic. d. 1.
12 lndite PRESENTACION
SEccrÓN IV Francisco Ayala
TEORIA J:ONSTlTUCIONAL DE LA FEDERACION

§ 29. CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE UNA TEORÍA CONSTITUCIO-


NAL DE LA FEDERAcrÓN ..••..•.•••••••..••.•..•...• ,. •.. 345
L Ojeada sobre las clases de relaciones y uniones interestatales
(~munidad internaci0D;aI, relaciones particulares, alianza, federa-
C16n).-Il. Consecuenclas de la determinación conceptual de la
Federación (pacificación, garantia, intervención ejecución).-
UI. La~ antinomias jurí~cas y políticas de la Fed~raci6n. y c6mo
se supnmen por d reqwslto de homogeneidad.

§ 30. CONSECUENCIAS DE LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE LA


TEORÍA CONSTITUCIONAL DE LA FEDERACrÓN ... ... .,. . .. 360
I. :roda F~d.eración t~ene. como tal, una ex.istencia política con
uIl; JUs bel" mdependJente.-II. Toda Federación es, como tal,
sUJeto, tanto de Derecho internacional, como de Derecho polid-
00.-111 .. Toda Federaci6n tiene un territorio federal.-IV. Re-
presen~a(,16n federal, insti[Uciones y autoridades íederales com-
p.etenCla federal.-V. Empresas de alta traici6n contra la Federa-
C16n.-VI. Democracia' y federalismo (en particular, articulo
18 .. C. a.).
Carlos Schmitt, cuya alta personalidad en la Ciencia jurídico-política
EpÍLOGO, POR MANtrnL GARcfA-I'ELAYO .•• 373 no es por completo desconocida para eI lector de lengua espafiola, se pro-
pane en este libra desarrollar una Teoría de la Constitución. Con arreglo
a este propósito, recoge y organiza toda la materia dei Derecho político,
tanto fundamentos ideales como instituciones y problemas, encerrándola
en un sistema. A partir de una discusión dei concepto que la palabra «Cons-
titución» envuelve, ninguna de las grandes formas políticas deja de ser
examinada, en enjuto esquema cuando no en amplia exposición, y por cie~­
to con desusada sagacidad. Pera eI objeto de estudio, propiamente dicho,
de la obra es e! Estado constitucional en e! sentido estricto: e! Estado
liberal-burgués, el Estado de DeredlO. Alrededor de él, en función suya,
son considerados aqui pensamientos políticos, formas e instituciones; y e!
resultado puede calificarse, sin vacilar, de espléndido. Schmirr verifica un
análisis de Estado constitucional que impresiona por la exactitud de sus
conclusiones, siemp're evidentes en si mismas, no enlazadas a interpretado-
nes más o menos remotas, pero que, al mostrar crudamente los mecanismos
internos, deja en e! lector la desazón que es fruto moral de las obras disol-
ventes. EI Estado constitucional recibe por parte dei autor un trato de mero
producto histórico; significación histórica -no virtualidad presente-- tie-
nen para él sus ralces ideales, los fundamentos espirituales en que se apoya.
Se trata, en efecto, de una forma polltica que, en la hora presente, declina
en modo manifiesto; cuyo torso cae ya en e! dominio de! pasado. Por otra
parte, e! punto de vista donde él se sitúa para interpretarIa es e! más indi-
cado y propicio ai acierto: Ie permite examinar desde dentro todo el meca-
nismo dei Estado constitucional; y ésta es una ventaja que debe a la espe-
cial posici6n en que se encuentra emplazado eI sistema de sus convicciones
13
14 francisco Ayala
PresentaciÓD
ideológicas respecto de esa forma política que lIamamos Estado constiru-
cional. Porque en eI fondo último de toda construcción teórica, por obje- Cierto que eI pensamiento dei Es~ado con~titucional se dirige ~ crear
tiva que aparezca, puede encontrarse siempre, latente, una actitud política sóIo una Democracia burguesa, y rehuye de. diversas mane:as. las ulumas
correspondiente al repertorio de las actitudes primarias frente al Universo consecuencias de su principio político escneIaI, frena?o. y. lImItado por .la
dei hombre individual que la sustenta. No me propongo estudiar aqui mezcla de elementos correspondientes a los otros prmClplOS, que Schmltt
aI detalle la dogmática política en que descansa el pensamiento teorético describe con acierto, y, sobre todo, por la afirmación de las liber;ades
de C. Schmitt .. Me limito a sefialar su presencia y alguno de sus rasgos. individuales. Pero prescindiendo de su carácter fundamental y dei aluslmo
Pues no todo es crítico en su obra: basta parar la atenci6n en eI sentido postulado de cult~ra en que se apoyan -Ia radical dignidad de la persona
peculiar --cabría deeir místico-- que pane en expresiones y conceptos humana-, también estas libertades individuales pueden ser ~ons,deradas
como los de «existencia», «unidad», «totalidad», «clecisi6n», «homogenei- en el aspecto de instrumento político creado para facllItar la mtr?~UCCIlJll
dad», etc., y en la intención- de frases como la de «Soberano es quieo de- de la Democracia frente a la Monarquía en eI momento de apancl6n dei
cide sobre eI Estado de excepci6n», con que da comienzo la Politische Estado constitucional. Y eI Estado constitucional puede aparecer, a su vez
Theologie, 2.' ed., Munich y Leipzig, 1934, y esta otra: (,La distinci6n y en último caso, como Democracia frente a Monarq~ía.
política propiamente dicha es la distinci6n entre amigo y enemigo» , que Esta contraposición, sin embargo, no debe enganar respecto a su al-
inicia y resume a la vez el texto dei Begrijj des Politischen, Hamburgo, cance; no es absoluta; se limita -sin que ello sea cosa baladí- a I?s
1933, para intuir los perfiles de! complejo dogmático-político, base de todo principios e instituciones políticas, pero no afecta. para nada aI E.stado mls-
eI enjuiciamiento, toda la interpretación y toda la construcción. Pues bien: mo en cuanto producto de la realidad social; .de).a subslsur eI t~po de Es-
tado nacional y lo acepta como base de su ed!ficlO .. La nueva formula po-
ese complejo, de convicciones políticas coincide en una derta dimensión,
lítica, eI Estado constitucional, pugna por abmse paso y establecerse de~­
y en la manera especial que después quedará indicada, con las líneas funda- tro dei marco formado por la Monarquía, sobre eI solar qu.e éste le habla
mentales deI soporte real sobre eI que se organiza eI Estado constitucional, preparado, es decir, a base de la Naci6n. De aquí que nec~S1.tase .recoger, y
a saber: con el tipo nacional de Estado, con eI Estado nacional, con la Na- adaptar a sus exigencias peculiares, detern;inad~s caractenstlcas !nher~n.tes
ción -producto político-social que es substrato inequívoco dei Estado a la Naci6n características que este comple)o socIal, a su vez, habla reclbldo
liberal-burgués-. EI Estado liberal-burgués aparece en la Historia asumien- de la Mon~rquía al ser troquelado por ella .. A.sí. se explica que el Estado
do eI doble papel de heredero y de adversario de la Monarquía absoluta. constirucional no se hiciera cuesti6n dei prmclplo de urndad, m dei co~­
Es adversario, por cuanto que comporta, frente a ella, e! principio político cepto de soberania, que tantas dificultades ha cr~ad? después .a la teona
opuesto: .la Democracia (siquiera sea -admitiendo eventualmente la tesís deI. Estado; así se explica, incluso, que en un prmcl~lo se ~trlbuyeran :li
de Schmitt- en combinación con los otros principios político-formales); 6rgano capital de la Democracia -a la RepresentaclOn. naclOnal, umtana
pero es, aI mismo tiempo, heredero, porque se propone establecer la De- y soberana- los atributos externos y eI título de la Ma)~stad.
mocracia dentro dei ámbito dei Estado nacional, que la Monarquía absoluta Pero eI Estado constitucional n" es un momento estáUco. Se encuentra
había formado, y aI que había dotado de características intrínsecas, esen- inserto en un proceso de evoluci6n social e institucional, y dentro de este
ciales, marcadas a perpetuidad con eI sello de la forma política generatriz. proceso realiza una etapa de especial transitoriedad -<:omo, por lo .demás,
Es decir, que afirma y establece polémicamente un nuevo principio político; corresponde a la naturaleza de la elase so~ial (~edia) en que se sosu~ne-.
pero ratifica, continúa, y en gran parte conduce hacia sus consecuencias L1eva dentro los gérmenes de su propla d,solucI6.n y, lo .que es más Impor-
últimas, eI tipo de Estado existente. En este sentido ha podido afirmarse tante, los gérmenes de disoluci6n dei Estado naclOnal mlsmo en su calIda?
con plena razón que eI Estado constitucional desarrolIa las direcciones mar- de producto político-social y de solución concreta aI problema de la convl-
cadas en el período absolutista. La obra de la Monarquía había consistido vencia humana. EI Estado constitucional necesita contar eon lo~ supuestos
en concretar el pueblo a su alrededor, en dotarle de homogeneidad, cua- creados por la Monarquía para la Naci6n; p,:ro, a ~onsecuenc~a deI con-
jando un complejo social nuevo: la Naci6n, y creando un nuevo tipo de junto de derechos y libertades en que eI reglmen lIberaI consIste, ha de
Estado: el Estado nacional. Pero tan pronto como eI pueblo --es decir, renunciar a toda clase de medias coactivos para mantener y restaurar aq~e-
entonces la burguesía, el sector de la poblaci6n que se había constituido 1I0s supuestos; ha de consentir q~e crezca? y prosperen todas las tenden~,as
en clase social nueva, que se sentía «pueblo»- adquiere sustantividad y dirigidas a quebrar la homogeneldad nacIOnal, obra de la Cor?n~ o,:,mpo-
conciencia de sÍ mísmo, la Nadón, lograda, trató de posesionarse de sus tente, que abatiera los poderes feudales red~c!endo eI ,comple)o intrincado
propios destinos y asumir eI poder acumulado por la Corona en siglos de de las relaciones medievales a la relaCl6n umca de subdlto a so?er~no y
lucha contra los estamentos medievales. Para ello propugna un Estado de- soberano a súbdito. EI Estado constitucional, nacido de la conclencla de
mocrático. esa homogeneidad -sustantividad- nacional, cuenta con ella como. hecho,
y sobre la piedra angular de ese hecho condicionante edifica el complIcado y
16 Francisco Ayala Pr~sentaci6n 17

difícil juego de sus instituciones. Sin efectiva homogeneidad nacional no tado constitucional: desmonta pieza por pieza su construcción delicada, y
puede haber Estado de Derecho; la fórmula liberal.burguesa cae por su nos rnuestra 5US resortes íntimos. La coincidencia de su convicción políúca
base. Pera ,es que tampoco puede haber en tal caso Democracia? Tam- con los supuestos reales en que se apoya histórica y sociológicamente la
poco puede haber Democracia ... nacional, 'es decir, dentro dei Estado uni- forma política sobre que proyecta su atenci6n estudiosa, aclara sin más
tario y soberano. En efecto: si ha de existir un solo centro de poder, y éste el radical acierto de su interpretación. Pero no es suficiente, en cambio,
debe organizarse sobre eI principio democrático, es inexcusable que las mi- para justificar en un terreno objetivo las consecuencias a que trata de indu·
norias lo sean accidentalmente y tengan la perspectiva de convertirse en ciro Los. elementos que juegan en Ia construcción schmittiana -«decisión»,
mayorías para un momento posterior. AI tratarse de minorIas sólidas, irre- «soberano», «dlctador», «Poder constituyente», etc.- vienen a coincidir
ductibles, sustanciales, desaparece para ellas la condición de la Democra- en el vértice de un concepto (místico, en definitiva) de Pueblo, Volk, idén-
cia; pierden toda opción ai poder y pasan a constituirse en grupo dominado tico a Nación -totalidad homogénea-. La Verfassungslehre, que estudia
por una voluntad política ajena. Los procesos de asimilaci6n o de segre- sobre todo eI Estado constitucional, está orientada en eI sentido de demos·
gación conducen 'por caminos opuestos a lograr la homogeneidad. En cam- trar por el análisis cómo bajo el complicado artificio deI Estado liberal bur-
bio, la solución que hoy suele intentarse aI conflicto que en un Estado gués, dei Estado de Derecho --donde la Historia plasmó un afán supera·
nacional implica siempre la presencia de una minoria irreductible --étnica, dor, marca elevada en el camino humano hacia lo ideal-normativo-, se
religiosa, lingüística, etc.-, aI dade una situación estatutaria, contradice esconde siempre el hecho de la decisi6n política soberana, última ratio seca
los supuestos dei propio Estado nacional. S610 eI pruriro político de afu· e insatisfactoria, que alude aI pensamiento de la MonarquIa nacional, pera
marias a ultranza explica que eI profesor Schmirt interprete los derechos que carece de las jugosas ralces espirituales de la Monarquia y renuncia eon
reconocidos e 'internacionalmente garantizados a minarías sustantivas, como desenfado a todo cri teria de justificación ideal. Apela tan sólo, en cuanto
derechos individuales de los miem bras de esas minorias. Y es que Schmitt hecho, a la existencia política dei Pueblo, totalidad homogénea que, de
dogmatiza los postulados dei Estado nacional -tipo hist6ricamente dado-- hecho, en la realidad político.social de hoy, quiebra por todas partes y se
y los eleva, de convicci6n política personal, aI plano de lo teorético·absoluto. hace ilusoria ... Queda hecha referencia incidental aI caso de las minorias
Necesita, por eso, encontrarIos siempre confirmados en la base de todos internacionalmente protegidas. Minorías sustanciales ha habido siempre: su
los fenómenos políticos reales. En parte, es lo que ha hecho la moderna presencia no determina por sÍ sola una crisis de la idea nacional -pues
Teoría dei Estado, cuyos esfuerzos de abstracción y generalización no la incluso puede servirle de estímulo--. Pero el dato de que eI Estado no trate
han librado de acunar sus conceptos sobre un tipo concreto de Estado. de asimilarlas aI resto de la población, o de aniquilarIas, o simplemente
Y asi, gran parte de su trabajo ha tenido que consistir en hacer compatibles las ignore; ai contrario, les reconozca un estatuto, significa, sin duda, que
con eI modelo tácito hechos y tendencias nuevas, en definitiva contradic- eI tipo de Estado nacional ha perdido virtualidad. Por lo demás, son mu·
ción con él. Pera aqui no se trata sólo --creo advertir- de hacer compa- chos los caminos de la desintegración nacional y múltiples sus causas. Basta
tibles, sino también de reducir esos nuevos hechos y tendencias, encauzán- aludir, como más decisivas, a las que se basan en la actual expansi6n de
dolos hacia la solución doctrinal y práctica prevista -o, mejor, querida- la vida económica, con todas sus derivaciones de orden social.
por una ideologIa. Reconocíamos antes que, sin homogeneidad, no puede haber tampoco
Habiamos comprobado que la ruptura de la homogeneidad hace impo- Democracia nacional. En realidad, lo que no hay es Nación, y toda la argu-
sible eI liberalismo burgués. Schmitt se dedica a espiar los momentos crI· mentación de Schmitt en este asunto parte de su prurito de elevar a dog-
ticos, los momentos de quiebra de la construcción dei Estado de Derecho, ma el tipo nacional, excluyendo cualquier posibilidad que escape a su ám-
y los denuncia para evidenciar que entances, en el instante decisivo, el biro. Y asi, no sólo se abstiene de considerar solución ninguna de carácter
Estado constitucional traiciona 5US propios principios y recae en soluciones pluralista ai problema deI poder político, sino que cuando estudia la Fe-
que vienen determinadas por aquellas caracterlsticas inherentes y esenciales deración -fenómeno de la realidad-, se ingenia de manera a conseguir
aI tipo nacional de Estado que deeiamos grabadas en él por eI principio que, tanto eI Estado federal como los Estados·miembros, aparezcan aI mis-
de poder político generador suyo: por la Monarqula. Oebajo dei Estado mo tiempo como unirarios y soberanos. Se advierte en seguida eI designio
de Oerecho duerme, en efecto, la Monarquia. En la hora de la crisis, eI político, servido por la elaboración teorética, que no deja lugar a la aspi-
Estado nacional devuelve por naturaleza la solución política a que él mismo radón doctrinal y práctica de obtener un tipo de organización de la convi-
se debe. Pera este resultado lógico de un proceso político no autoriza por vencia política distinto dei Estado nacional, más flexible y complejo que
si solo a considerar justificada la vieja fórmula, ni a presentarla como éste, más rico y vario, adecuado a una nueva concepción de la vida y de
camino único. por más Que la inercÍa la aconseje. Schmitt eleva a princi~ la posición dei hombre en eI Universo ... Y, porque precisamente eI orde-
pios universales los postulados propios deI Estado nacional, y desde ahl namiento político bajo eI que hoy vive Espana -Ia Constitución de la Re-
obtiene una interpretación ajustada de las instituciones y problemas dei Es· pública- responde a una concepción pluralista, a un pensamiento orgánico
18 Francisco Ayala

dei Estado, creo obligado hacer rderencia aquí, en eI pórtico de este libra,
aI amplio y vario sector de Ia doctrina política actual que, abandonando
de una vez los postulados nacionales en cuanto cri teria dogmático -lo que
no implica desconocer la realidad dei hecho nacional en la medida de su
exigencia-, ofrece diferentes senderos hacia nuevos tipos de organízación
de la convi vencia política, hacia nuevos tipos de Estado, en lugar de refu-
giarse con desesperación en fórmulas y soluciones de signo reactivo. Sin
ex tender esta rderencia más aliá de Ia alusión a Ias direcciones universa-
listas eo toclos- 5US grados y manifestaciones, de una parte, y de atra a los
resultados doctrinales que eI empirismo angIosajón deduce al interpretar Ia
naturaleza dei Imperio británico y dei Estado ingIés mismo, quiera afirmar,
por lo que afecta aI problema de Espafia, que la actual convivencia y coor-
dinación de cuerpos autónomos y centros de poder político dentro de un
compIejo orgánico -Estado integral dice Ia Constitución-, carece de sen-
tido desde Ia ideoIogía que C. Schmitt coloca enla base de su doctrina.
Esta doctrina. puede servir a todo nacionalismo, tanto aI que pretenda una A la memoria de mi amigo el
reintegración- como aI que persiga una desintegración. Pera es incapaz de Dr. FRITZ EISLER,
remontarse' eo uo intento superador. Y eso, porque carece de cimentaci6n de Hamburgo,
en valores esenciales humanos, y se atiene a Ia mística de un puebIo o Na- muerto en 27 de septiembre de 1914
ción que es, eo definitiva, como complejo social, un produeto histórico ...
La obra de Schm!tt se nos muestra, eo suma, como produeto carac-
terístico de crisis tan turbadora como Ia que atraviesa nuestro mundo. En
lo político es evidente que eI Estado constitucional, la fórmula liberal-
burguesa, ha Ilenado su papel en Ia Historia y se ha hecho inservibIe: eI
desenvolvimiento de 5US posibilidades internas a impulso de nuevos proce-
sos sociológicos Ia ha reducido aI absurdo, poniéndola en contradicción con-
sigo misma. De aquí que Ia labor crítica contenid. en este lib,o sea por
completo certera, atinada, y no 5610 eo cuanto se aplica a instituciones,
sino también cuando interpreta posiciones cloctrinales como, por ejemplo,
eI vado formalismo de Kelsen -siendo de advertir, por lo demás, que
Ia crítica schmittiana dei Estado burgués de Derecho, afiIada y sutilizada
hasta lo maravilloso, debe, sin duda, iniciación y posición fundamental al
pensamiento marxista. En cuanto aI fondo ideológico subyacente, pertene-
ce, como queda dicho, a Ia esfera de Ia convicción política, .anterior a toda
oper.ción mental y, por lo tanto, a toda articuIación científica; habría que
discutirlo eo atro terreno. A mi entender --o, si se prefiere, en mi sen-
tir-, induce hacia una vÍa muerta.

Francisco AYALA
Madrid, abril 1934.
PROLOGO

El presente trabajo no es ni un comentario, ni una serie de disertaao-


nes monográficas, sino el intento de un sistema. En AJemania tiene hoy
la Constituci6n de Weimar destacados comentarios y monografías, cuyo
alto valor en la teoría y la práctica es reconocido, y no necesitan más elo-
gio. Es necesario, empero, afanarse además por erigir también una Teoria
de la Constituci6n y considerar el terreno de la Teor!a de la Constituci6n
como rama especial de la Teoria dei Derecho público.
Este importante y autónomo sector de la Literatura no ha experimen-
tado cultivo alguno en la generación última. Sus cuestiones y materias fu","
ron discutidas, más o menos esporádica e incidentalmente, bien en el De-
recho político, con muy diversos temas dei Derecho público, o bien en la
Teoría general dei Estado. Esto se explica históricamente por la situación
dei Derecho político en la Monarquia constitucional, quizás también por la
p.eculiaridad de la Constitución de Bismarck, cuya genial concepción reunía
sencillez elemental y complicada torpeza,. pero, sobre todo, por el senti-
miento de seguridad política y social de la Preguerra. Una cierta concepción
dei .Positivismo» sirvió para desplazar cuestiones fundamentales de la Teo-
ria constitucional desde el Derecho político hacia la Teoría general dei Es-
tado,donde encontraban una situación poco clara entre teorias pollticas en
general y temas filosóficos, históricos y sociológicos. Sobre esto debe recor-
darse aqui que también en Francia se ha desa"ollado tarde la Teoría de
la Constitución. En el ano 1835 se creó (para Rossi) una Cátedra de De-
recho constitucional en París, que, sin embargo, fue suprimida en 1851
(después dei golpe de Estado de Napoleón IlI). La República cre6 una
nueva Cátedra en 1879,. pero todavía en 1885 se queiaba Boutmy (en sus
Etudes de Droit constitutionnel) de que la rama más importante dei Dere-
21
Teoria de la Constitución Pr6logo 23
22

cho público estuviese abandonada en Francia y no la ensenase ningún autor sicos de las Constituciones francesas. Claro que aquel tipo no puede, en
reconocido. Hoy encuentra su expresión la singularidad de esta parte dei manera alguna, elevarse a dogma, ni ser ignorados su condicionamiento his-
Derecho público en nombres famosos, como Esmein, Duguit, Hauriou ... tórico y su relatividad política. Corresponde, por el contrario, a los temas
Es de esperar que la consideración científica de la Constitución de Weimar de una Teoría de la Constitución el demostrar que muy diversas fórmulas
/leve tombién en Alemania a la formaci6n de una Teoría constitucional, si y conceptos tradicionales dependen por entera de situaciones anteriores, y
no impiden tras/ornos políticos interiores y exteriores el tranquilo y coor- no son ya viejos odres para el vino nuevo, sino sóla etiquetas anticuadas
dinado trabaio. Los escritos de Derecho público de los últimos anos, y so- y falsas. Numerosas ideas dogmatizadas dei actual Derecho público radican
bre todo las publicaciones de la Unión Alemana de Profesores de Derecho por completo en la mitad dei sigla XIX y tienen el sentido (hace tiempo
político, deian reconocer ya esta tendencia. Si la práctica de una comproba- disipado) de servir a una integración. Quiero valorar aquí este concepto fe-
ción iudicial de la constitucionalidad de las leyes sigue desarrollándose cundamente elaborado para el Derecho político por Rodolfo Smend, con
-como es de esperar, dada la actual posición dei Tribunal dei Reich-, esta el fin de indicar sencillamente las circunstancias de un suceso: entonces,
conduciría también a ocuparse dei aspecto teorético-constitucional de to- en el sigla XIX, cuando surgieron las definiciones' todavía hoy apartadas
das las cuestiones iurídicas. Por último, séame dado aducir que también las de ley y otros importantes conceptos, se trataba de la integración de una
experiencias que he podido hacer. desde 1919 en clases, prácticas y exáme- CÍerta clase social] la burguesia instruido y rica, en un cierto Estado que
nes confirman esta visi6n de la Teoría constitucional como un terrí/ario entonces existia, la Monarquia más o menos absoluta. Hoy, con una situa-
independiente dei Derecho público, que requiere ser tratado por sí mismo. ción de hecho completamente diferente, aquellas fórmulas pierden su con-
Ya mismo podría ser, en verdad, Teoría de la Constitución una parte de tenido. Se me responderá que también los conceptos y distinciones de mi
las lecciones universitarias sobre Teoría general dei Estado (Política). trabaio dependen de la situación de la época. Pera ya sería una gran ven-
Como aquí sóio ha de proyectarse un sencillo compendio, no cs dei caso tojo que, ai menos, se afirmaran en el presente y no supusieran una situa-
ago/ar monográficamente las distintas cuestiones dei Derecho político y enu- ción hace tiempo desaparecida.
merar bibliográficamente la literatura. Tanto en los Comentarias a la Cons-
titución de Weimar de Anschütz y de Ciesse, como en el compendio de I Una singular dificultad de la Teoría constitucional dei Estado burgués
de Derecho consistiria en que el elemento de la Constitución pro pio de este
tipo de Estado se encuentra hoy todavía confundido con la Constitución
Derecho político dei Reich y de los Países, de Stier-Somlo, se encuentran,
por lo dem~s, huenos cuadros de conjunto; de aqui que no sea necesario
repetir una enumeración de títulos de libras. En una exposición científica
son indispensables~ es cierto, citas y compulsaciones. Sin embargo, aqui se
I toda, si bien no puede bastarse a si mismo, en realidadJ sino que concurre
con. el elemento político. EI equiparar -en pura ficción- los principias
dei Estado burgués de Derecho con la Constitución ha lIevado a deiar des-
atendidos, o desconocer, fenómenos esenciales de la vida constitucional. La
han concebido, ante todo, como eiemplos, y deben aclarar la posición de
dertas cuestiones particulares en el sistema de la Teoria constitucional. Se
procura siempre, más que nada, una línea clara y comprensible, sistemática.
! manipulación dei concepto de soberanía baia estas métodos de ficciones y
desconocimientos es lo que más ha s"frido. En la práctica se desarrolla el
Hay que acentuar que actualmente en Alemania parece faltar la conciencia empleo de actos apócrifos de soberanía, para los que es característico que
sistemática, y ya hasta en las colecciones científico-populares (cuya ;ustifi- 1 autoridades o cargos deI Estado, sin ser soberanos, realicen actos de sobe-
cación sólo puede consistir en la sistemática más estricta) la Constitución
es tratada «en forma de comentaria libre», es decir~ de noias a los distintos I
!
rania ocasionalmente y bojo tolerancia tácita. Los casos más importantes
se citan en su sitio (págs. 123, 175, 181), a lo largo de la siguiente exposi-
ción. Una discusión detallada de este tema correspondería a la Teoría de la
artículos. Frente a los métodos de comentaria y glosa, pera también frente
a la dispersión en investigaciones monográficas, quiero dar aqui un marco
sistemático. Con eUo no se contestan todas las cuesiones dei Derecho polí-
I soberanía y, por tanto, a la T eoría general deI Estado. T ambién las consi-
deraciones acerca de la T eoría de la soberanía de H. H eller (Die Souve-
tico,. ni todas las cuestiones de la T eoría general dei Estado. Pera podría ranitat, Berlín, 1927) afectaría a temas de la Teoría dei Estado y deben por
slgmflcar un esclarecimiento desde ambos lados, en los principias generales eso intentarse en otro orden de estudioso Aquí sólo había que tratar de lo
pertinente a la Teoría de la Constitución en sentido propio. La Teoría de
como en algunas cuestiones particulares, para desarrollar, en caso de ver-
d~dero logro, una Teoría de la Constitución en
ttende.
eI sentido que aquí se en- I las formas de Cobiemo en general, así como la Teoría de la Democracia,
Monarquía y Aristocracia en particular, debe limitarse, por la misma razón,
Como cosa principal se presenta la Teoría de la Constitución dei Esta-
do burgués de Derecho. En eso no se puede hallar ningún reparo contra el
lIbra, pues esta especie de Estado es todavía hoy el dominante en gene-
I en el campo de lo aieno a una Teoria de Constitución (a diferencia de una
Teoría dei Estado). Por lo demás, ya en esta delimitación se sobrepasa el
volumen dei libra que la Editorial haMa previsto.
ral, .y la Constitución de Weimar corresponde a su tipo. Por eso parece
tamb,én adecuado remitirse en los eiemplos, ante todo, a los moldes clá- • • •
'1
24 Teorla de la Constitución ABREVIATURAS
Durante la impresi6n aparecieron una serie de escritos y artículos de
singular interés para el tema de una Teoría de la Constitución) y cuyo gran
número demuestra que cada vez destaca más la Teoria de la Constituci6n
como aspecto específico dei Derecho político. Las disertaciones de la Dieta
de 1927 de los profesores alemanes de Derecho político son citadas según
el informe de A. Hensel en el Archiv des offentlichen Rechts, t. XIII,
nueva serie, págs. 97 y sigs., porque la publicaci6n completa (cuaderno 4
de las publicaciones de la Uni6n alemana de Profesores de Derecho políti-
co, en W. de Gruyter) s610 aparece en diciembre de 1927. Durante la
impresión han lIegado a mi conocimiento los siguientes trabajos que, ai me-
nos, quiero citar aqui: Adolfo Merkl: Allgemeines Werwaltungsrecht
(en ]. Springer); Walter Jellinek: Verwaltungsrecht (en ]. Springer);
O. Koellreutter, articulo "Staat», en el Handworterbuch der Rechtswis-
senschaft, editado por Stier-Somlo y A. Elster; los articulas de G. feze:
.Uentrée au' service public» (Revue du Droit Public, XLIV); Ca"é de
Malberg: La Constitutionnalité des Iois et Ia Constitution de 1875; Ber-
thélemy: «Les lois constitutionnelles devant les juges» (Revue Politique
et Parlamemaire, CXXX, II/III, y W. Scheuner: .Ober die verschiede-
nen Gestaltungen des parlamentarischen Regierungssystems (Archiv des
offentlichen Rechts, XIII). Para enero de 1928 se anuncia una nueva edi-
ci6n dei Kommentar zur Reichsverfassung, de Poetzsch-Helfter (en O. Lieb- C. a, = Constitución alemana de 11 de agosto de 1919 (Constituci6n de Weimar).
mann),' por desgracia, no era posible aportar aún la nueva obra de este a. C. a. = Antígua Constítución a1emana dei Imperio, de 16 de abril de 1871 (Consti-
destacado jurista. Además, está anunciado un libra de Rodollo Smend tucl6n de Bismarck).
sobre cuestiones de Teoria constitucional. Yo be intentado en mi actual tra-
Prot. = Informe y protocolos de la Comisi6n octava de la Asamblea Nacional Cans-
bojo enfrentarme con sus anteriores publicaciones, y en la confrontaci6n tituyente alemana (Informes, número 21) sobre el proyecto de una Coos-
he experimentado la riqueza y banda fecundidad de sus pensamientos. Por titución dei Reich alemán (Carl Heymanns: Ver/alo Berlín, 1920l,
eso, lamento ,de manera singular no conocer y poder valorar la esperada
exposición de Teoria constitucional. AoR = Arehi. der oflentliehen Reehtr.
loR = lahrbueh der oflent/iehen Reehtr.

Carl SCHMITT
Bonn, diciembre, 1927. ]W. = Juristische Wochenschrilt.

Las referencias a obras conocidas (como. Anschü~. Kommentar,- Poetzsch, K~.m­


mentarj Giese, Kommentarj Wittmayer, W~lmarer Relchsverlas,sung; Meyer~Anschut:r.,
etcétera), as! como las demás citas, no reqUleren mayor asIaraclón.,~, Du8'!'lt, Manuel
de Droit constitutionnel, se cita ocasionalmente, no segun .I~ edlcló~ m,as mode~a
(1923), sino según la primem (1907), 11 causa de las expoSlC100es históncas explica-
tivas.
Sección primera
CONCEPTO DE CONSTITUCION


§ 1
CONCEPTO ABSOLUTO DE CONSTITUCION
(La Constitución como un todo unitario)

La palabra «constitueióm> reconoce una diversidad de sentidos. En una


acepeión general de la palabra, todo, cualquier hombre y cualquier objeto,
cualquier establecimiento y cualquier Asociación, se encuentra de alguna
manera en una «constitución», y todo lo imaginahle puede tener una «cons-
titueión». De aqui no cabe obtener ningún sentido especifico. Si se quiere
]Jegar a una inteligeneia hay que limitar la palabra «constitueión» a Cans-
titueión dei Estado, es deeir, de Ia unidad politica de un puebIo. En esta
delimitaeión puede designarse ai Estado lnismo, ai Estado particular y
concreto como unidad politica, o bien, considerado como una forma especial
y concreta de la existeneia estatal; en\onces significa Ia situaci6n total.de
Ia unidad y ordenaci6n políticas. Pera «Constitueión» puede significar tam-
bién un sistema cerrado de normas, y entonces designa una unidad, si, pera
no una unidad existiendo en concreto, sino pensada, ideal. En ambos casos
eI concepto de Constitueión es absoluto, porque ofrece un todo (verdadero
o pensado). Junto a esta, domina hoy una fórmula según la cual se entiende
por Constitueión una serie de leyes de eierto tipo. Constituci6n y ley cons-
titucional recibirán, según esta, e1 mismo trato. As!, cada ley constitucional
puede aparecer como Constitueión. A consecueneia de ello, el concepto se
hace relativo; ya no afecta a un todo, a una ordenación y a una unidad, sino
a algunas, varias o muchas prescripciones legales de derto tipo.

La definíción usual de los tratados es: Constituci6n = norma fundamental o ley


fundamentai. Lo que se entiende aqui por «fundamental» suele quedar poco claro;
a veces se aplica sólo en uo sentido tópico a una cosa poHticamente muy importante
o inviolable; ãsf, cuando se habla, también con imprecisión, de derechos «fundamen-
tales».

29
f
30 G:mcepto de Consticuci6n t Concepto absoluto d. Constituci6n 31
~
ta significación teorético-constitucional de tales acepciones se desprende de la inves- especial dei dominio que afecta a cada Estado y que no puede separarse de
tigación conceptual que sigue; campo la ojeada sobre las distintas significaciones de {ex !
l él; por ejemplo: Monarquía, Aristocracia o Democracia, o como se quieran
/undamentalis, «norma fundamental» o «ley fundamental», más adelante, § 5, pág. 63. l dividir las formas de gobierno. Constitución es aquí = forma de gobierno.

I. Constituci6n en sentido absoluto puede significar, por lo pronto, I En tal caso, la palabra «forma» designa igualmente algo existente, un Sta-
tus, y no algo acomodado a preceptos jurídicos O a lo normativamente de-
la concreta, maner~ d~ ser resultante de cualquier unidad política existente.

II
bido. También en este sentido de la palabra tiene todo Estado, claro está,
1. Prlmera slgmficación: Constitución = Ia concreta situación de con- una Constirución, pues le corresponde siempre alguna de las formas en
junto de la unidad política y ordenación social de un cierto Estado. A todo que los Estados existen. También en este punto sería lo más exacto decir
Estado corresp?nde: unidad polftica y ordenación social; unos ciertos prin- que eI Estado er una Constítución; er una Monarquía, Aristocracia, Demo·
CJplOS de ~a. unldad y o~denación~ alguna instancia decisoria competente eo cracia, República de Consejos, y no sólo tiene una Constitución monárqui-
eI ~aso cnuCQ de, coofhetas de mtereses o de poderes. Esta situación de ca, etc. La ConstÍtución es aqui la dorma de las formas», forma formarum.
c?nju?to de la umdad política y la ordenación social se puede lIamar Cons- t
tJtU~IO~. Entonces la palabra no designa un sistema o una serie de precep- En este sentido se emple6 la paIabra status (junto a otras significaciones de pala-
tos jUndlCOs y normas con arreglo a los cuales se rija la formación de la bra tan rica en posibilidades expresivas; p. ej., situación en general, estamento, etc.),
sobre todo en la Edad Media y en el sigla XVII. Santo Tomás de Aquino distingue en
voluntad estatal y e! ejercicio de la actividad de! Estado, y a consecuencia
de los cuales se establezca la 0.rdenación, sino más bien e! Estado particular t su Summa Theologica (I, 11, 19, 10, c) como formas de gobierno (status), en congruen-

~
eia con Aristóteles, I, el Estado aristocrático (status optimatum), en eI que rige una
y.. ~oncreto -Aleman~a, Franela, Inglaterra- en su concreta existencia po- . de algún modo selecta y escogida minada (in quo panci virtuasi principantur); 2, la
huca. EI Estado no tzene una Constitución «según la que» se forma y fun- Oligarquía (status pancarum), es decir, el dominio de una minoria sm atender a una
ClOna la voluntad estatal, smo que e! Estado es Constitución es decir una
situa~ión pre~e~te .deI ser, un status de unidad y ordenaci6n. El E~tado t especial cualidad de selección; 3, la Democracia (el status popularis), en que domina
la multitud de los campesinos, artesanos y trabajadores: Bodinus (Les six livres de la
ces~~Ia de eXIstir .51 c~~sara esta Constítuci6n, es decir, esta unidad y arde- République, La ed., 1577, especialmente en el libro VI) distingue entre estas formas
?ac~o? Su ConStltuclon es su «alma», su vida concreta y su existencia de gobierno el Estado popular (état populaire), Estado monárquico (état royal) y Es-
mdlvldual. tado aristocrático. En Grodus (De ;ure betlí ac pacis, 1625), status es, en culinto int~
resa aqui la expresi6n, la «forma civitatis» y, por tanto, también Constituci6n. En
análogo sentido habla Hobbes (p. ej., De cive, 1642, capo 10) de status monarchicus,
~ste s~ntido tiene con frecuencia la palabra «constitución» en los filósofos griegos.
status democraticus, status mixtus, etc.
5egun ArIStóteles, eI Estado (TtOÀ.'....t'ECa.) es una ordenación ('t'á:;U;) de la vida común
nat?~almente' dada d~ !os hombres de una eiudad (1tóÀ.t.C;) o de un territorio. La orde-
nacl~n afecta ~ domlfllo en ~l Estado y a su articulación; por su virtud, hay en él un Con una Revolución lograda se da sin más un nuevo Status y eo ipso
do,?mador (x~pt.o~), pera a aquélla le compete la finalidad ('t'ÉÀ.o~) viva de esta orde- una nueva ConstÍtución_ As!, en Alemania, tras la Revolución de noviembre
~aclón, contemda en I~ particularidad real de la concreta formación política (Política, de 1918, pudo el Consejo de Cdlnisarios de! Pueblo hablar, en una pro-
lIbro .IV,. ;ap. I, 5). SI se suprime esta Constitución, cesa el Estado; si se funda una clama de 9 de diciembre de 1918, de la «Constirución dada por la Revolu-
~ns.t1tuCJon nueva, su:ge U? nuevo Estado. Is6crates (Are6pago, 14) Uama a la Cons- cióm> (W. Jellinek, Revolution und Reicbsverfassung, Jahrb. des oeffentl.
tltUC1ón ~lma. de la ~olIs (#XTl 1t6M:W<;. i) 1toÀ.VtE'a). Mejor se aclarará quizá esta idea Rechts IX, 1920, pág. 22).
~e Constttuc16n m~diante un sími1: la canción o pieza musical de un coro permanece
Igual cuando camblan los hombres que la cantan o ejecutan, o cuando cambia el lugar
J_ Tercera significación: Constitución = el principio dei devenir di-
en que cant.an o tocan. La. unidad y ordenación reside en la canción y en la partitura, námico de la unidad política, de! fenómeno de la continuamente renovada
como la umdad y ordenaclón del Estado reside en su Constitución. formaci6n y erección de esta unidad desde una fuerza y energía subyacente
Cuando Jorge Jellinek (AJlgemeine Staatslehre, pág. 491) presenta la Constituci6n U operante en la base. Aquí se entiende el Estado, no como algo existente,
como «~na ordenaci6n, según la cuaI se forma la voluntad dei Estado», confunde una en reposo estático, sino como algo en devenir, surgiendo siempre de nuevo.
ord~naclón real presente eOn una norma con arregto a la cuaI funcione algo, legal y ,. De los distintos intereses contrapuestos, opiniones y tendencias, debe for-
debl?amente. ,Todas las ideas que aquf vienen a cuento, tales como unidad, ordenaci6n, marse diariamente la unidad política -«integrarse», según la expresión de
fin~hda~ ('t'O.o~), vida, alma, deben denunciar algo dei ser, no algo s610 normativo, o Rodolfo Smend.
meJor dlCho de lo que debe ser.
Este concepto de constituci6n se contrapone a los anteriores conceptos, que ha·
2.. Segu?da signifi~ación: Constirución = una manera especial de or- blan de un status (con d sentido de una unidad estática). Aunque en la idea de Aris-
renaclón polmca y. socl~l. Constitución significa aqui el modo concreto de tóteles se da también d elemento dinámico, la rigurosa separación de lo estático y
a supra- y subordlllaClOn, puesto que en la realidad social no se da nin- 10 dínámico tiene algo de artificiosa y violenta. En todo caso, este concepto «dinámi-
guna ordenación sin supra- y subordinación. Aqui, Constitución es la forma co»> de Constituci6n queda en la esfera dd ser (evolutivo) y del existir; la Constituci6n
Concepto de Constitución Concepto absoluto de Constitución ;;

no se convierte todavIa (como mediante e1 concepto de Constitución que después se II. Constitueión en sentido absoluto puede significar una regulación
tratará en lI) en una simple regia o norma, bajo Ia cual subsumir. La Constitución legal fundamental, es decir, un sistema de normas supremas y últimas
es el principio activo de un proceso dinámico de energIas eficaces, un elemento dd (Constitueión = norma de normas).
devenir, pero no, ciertamente, un procedimiento regulado de prescripciones e impu- 1. Aqui, constitueión no es una actuaeión dei ser, ni tampoco un de·
taciones «normativas».
Larenzo von Stein presentó en una gran construcción sistemática este concepto de
Constitución. Es cierto que habla sólo de las Constituciones francesas desde 1789, pero
I venir dinámico, sino algo normativo, un 'simple «deber-ser». Pero con esto
no se trata de leyes o normas particulares, si bien quizá muy importantes
y producidas con determinadas características externas, sino de una norma~
ai mismo tiempo alude aI principio general dualístico de Ia teoda constitucional, que eión total de la vida dei Estado, de la ley fundamental en eI sentido de
está reconocido con especial nitidez en Santo Tomás de Aquino (Summa Theologica, r, una unidad cerrada, de la «Iey de las leyes». Todas las otras leyes y nor·
lI, 105, art. 1) al subrayar dos cosas (duo sunt attendenda): una, la participación de mas tienen que poder ser referidas a esa uno norma. Bajo tal significaeión
todos los ciudadanos en Ia formación de la voluntad dd Estado (ut omnes aliquam par- de la palabra, eI Estado se convierte en una ordenación juridica que descansa
tem habeant in principatu), y dos, la especie de gobierno y dominación (species regimi-
en la Constituei6n como norma fundamental; es deeir, en una unidad de
nis vel ordenationis principl1/uum). En e! viejo contraste de libertad y orden, que está
emparentado con el contraste de los principias politico-formales (identidad y represen-
tI normas jurídicas. Aquí, la palabra «Constitución» designa una unidad y
t~ción),. cuyo. desarrollo vendrá después (§ 16, II). Para Stein, las primeras Constitu- totalidad. También es, por eso, factible identificar Estado y Constitueión;
ClOnes de la Revolución de 1789 (Constituciones de 1791, 179.3, 1795) son Constitu- pero no, como en la anterior significaci6n de la palabra, en eI modo Esta-
cion~s dd Estado en sentido preciso, p~r contraste con las Ordenaciones deI Estado, que do = Constitueión, sino ai contrario: la Constitueión es eI Estado, porque
comlenzan con Napoleón (1799). La diferencia estriba en 10 siguiente: la Constitución eI Estado es tratado como un Deber-ser normativo, y se ve en él sólo un
deI Estado es ,aquella ordenaci6n que comporta la ooincidencia de la voluntad indivi- sistema de normas, una ordenación «jurídica», que no tiene una existencia
dual con la voluntad total de! Estado y abarca a los individuos como miembros vivos dei Ser, sino que vale como deber, pero que no obstante -puesto que aqui
dd organismo estatal. Todas las instituciones y fenómenos constitucionales tienen el
se coloca una unidad cerrada, sistemática, de normas y se equipara con el
sentido de que el Estado «se reconoce como la unidad personal de la voluntad de
todas las personalidades libres determinadas a la autodominación». La ordenaci6n dd
Estado-- sirve para fundar un concepto absoluto de Constitución. Por eso
Estado, por e! contrario, considera ya a los individuas y a las autoridades como miem- es también posible designar en este sentido a la Constitueión como «sobe-
bros deI Estado y exige de ellos obediencia. En la Constirución de! Estado sube la rana», si bien ésta es una forma poco clara de expresarse. Pues, en puridad,
vida estatal de abajo arriba; en la ordenaci6n deI Estado actúa de arriba hacia abajo. sólo una cosa con exÍstencia concreta, y no una simple norma válida, puede
La Censtitución dei Estado es libre formaci6n de la voluntad de! Estado; la ordenación ser soberana.
deI Estado es e;ecución orgánica de Ia voluntad asi formada (Geschich/e der so:âalen
Bewegung in Frankreich, t. r, Der Begrilf der GeseUschaft, ed. de G. SaIomón, Mu- La forma de expresi6n según la cual no dominan los hombres, sino normas y le-
nich, 1921, t. r, págs. 408-9; además, Verwaltungslehre, r, pág. 25). El pensamiento yes, que en este sentido deben ser «soberanas», es muy vicja. Para la moderna teoria
de que la Constitución sea e! principio fundamental operante de la unidad política de la Constitución, viene' aI caso el siguiellte proceso histórico: En la época de la
ha encontrado una vigorosa expresión en el célebre discurso de F. Lassalle, Ueber Restauración monárquica en Francia, y bajo la Monarquia de Julio (así, pues, de 1815
Verfassungswesen, 1862: «Si la Constitución, pues, forma la ley fundamental de un a 1848), han calificado especialmente los representantes deI liberalismo burgués, los
país, resultará ser ... una luerza ac/iva.» Esta fuerza activa, y la eseneia de la Constitu- llamados «doctrinarios», a la Constitudón (la Charte) de «soberana». Esta notable
cióo, las encuentra Lassalle en las relaciones objetivas de poder. personificación de una ley escrita tenfa ef sentido de elevar la ley con sus garantias
Lorenzo von Stein ha sido el fundamento dei pensamiento teorético-constitucional de la libertad burguesa y de la propiedad privada por encima de cualquier poder poli.
deI siglo XIX alemán (y al mÍsmo tiempo, el vehIculo en eI que pudo permanecer viva tico. De este modo, se soslayaba la cuestión poHtica de si era soberano e1 Príncipe o
la Filosofía deI Estado de Hege!). En Roberto Mohl, en Ia Teoria dei Estado de De- e! Pueblo; la respuesta era senci11amente: no el Príncipe oi el Pueblo, sino Ia «Cens-
recho de Rodolfo Gneist, en Alberto HaeneI, en todas partes, se reconocen las ideas titución» es' soberana (comp. más adelante, § 6, II, 7, pág. 73). Es la respuesta típica
de Stein. Esta cesa, tan pronto como cesa el pensamiento teorético-constitucional, esto de los liberales de! Estado burgués de Derecho, para los cuales tanto la MonarquIa
es, con el dominio de los métodos de Laband, que se limitan a practicar en el texto como la Democracia deben limitarse en interés de la libertad burguesa y de la propie-
de Ias prescripciones constitucionales el arte de la interpretación literal' a eso se 11a- dad privada (sobre 'esto, más adelante, § 16, pág. 215). Asf, babla un «doctrinariQ»
maba «Positivismo». ' típico de la época de la Restauraci6n y Luis Felipe, Royer-Collard, de la soberania
Abora, Rodolfo Smend, en 'su artículo «EI poder político en el Estado constitucio- de la Constituci6n (comprobación en ]. Barthélemy, Introduc/ion du régime parlemen-
nal y el problema de Ia forma de Gobierno» (Homenaje a W. Kahl, Tubinga, 1923) /aire en France, 1904, págs. 20 y sigs.); Guizot, un representante clásico deI Estado
ha vuelto a situar e1 problema teorético-constitucional en todo su contorno. A las ideas liberal de Derecho, habla de la «soberanfa de la Razón», de la ]usticia y de otras
de este artículo habremos de remitirnos todavia con frecuencia en lo sucesivo. Asi, abstracciones, reconociendo acertadamente que 0010 puede llamarse «soberana» una
tal como. hasta abora se encuentra -sólo en esquema, por desgracia- la teoría de la norma coando no es voluntad y mandato positivos, sino Verdad, Raz6n y ]usticia
«Integraclón» de Ia unidad estatal, me parece envuelve una inmediata derivaci6n de racional, y, por tanto, tiene determinadas cualidades; pues de otro modo, es soberano
las teodas de Lorenzo von Stein. precisamente aqud que quiere y manda. Tocqueville represent6 y acentuó de modo
34 Concepto de Constituci6n Conccpto absoluto de Constitución 35
consecuente para la Constitudón francesa de 1830 Ia irunutabilidad de la Constituci6n, tástico de hablar), sino que se reconoce como justa porque es derivable
derivando de dIa todas las atribuc10nes dd pueblo, dd Rey y dd Parlamento; luera de preceptos cuya esencia es también justicia y no sólo positividad, es de·
de la Constitución, todas estas magnitudes políticas no son nada (<<hors de la Consli-
tu/ion i/s ne 50n rient», nota 12 ai t. l, capo 6 de la Démocratie en Amerique).
cir, verdadera realidad ordenadora. Quien dice que la Constitución vale
La teada dei Estado de H. Kelsen eo tantos libras repetida (Haupt-probleme der como norma fundamental (no como voluntad positiva), afirma con elio que
Staatsrechtslehre, desarrollo de la Lehre vom Rechtssatz, 2: ed., 1923; Das Problem es capaz de portar, en virtud de ciertas cualidades de contenido, lógicas,
des Souveranitãt und die Theorie der Voelkerrechts, 1920; Der soziologische und der morales u otras, un sistema cerrado de preceptos justos. Decir que una
juristische Staatsbegrill, 1922; AJlgemeine Staatslehre, 1925), presenta también ef Es- Constitucíón no vale a causa de su justicia normativa, sino sólo de su posi-
~ado como un sistema y una unidad de normas jurídicas, naturalmente sin e1 menor tividacl, y que sin embargo, funda como pura norma un sistema o una
mtento de esc1ar~cer el principio objetivo y lógico de esta «unidad» y este «sistema» ordenación de puras normas, es una confusión llena de contradicciones.
y sin explicar cómo ocurre y por qué necesidad sucede que las muchas prescripciones No hay ningún sistema constitucional cerrado de naturaleza puramente
legales positivas de un Estado y las distintas normas legal-c:onstitucionales formen un
tal «sistema» o una «unidad». El ser o devenir político de la unidad y ordenación
normativa, y es arbitrario conferir trato de unidad y ordenación sistemá-
estatal se cambia en juncionamiento, el contraste de ser y deber ser se confunde cons- t: ticas a una serie de prescripcíones particulares, entendidas como leyes cons-
titucionales, si la unidad no surge de una supuesta voluntad unitaria. Igual.
tantemente con el contraste dei ser sustancial y el juncionamiento legal. Pero la teo-
da se hace inteligible si se la contempla como última derivaci6n de la antes citada
I mente es arbitrario hablar de buenas a primeras de una ordenación jurí-
i
auténdca tcada dei Estado burgués de Derecho, que trata de hacer deI Estado una ! dica. EI concepto de ordenaci6n jurídica contiene dos elementos completa·
ordenación jurídica, viendo en esto la eseneia deI Estado de Derecho. En su gran
época, en los siglos XVII y XVIII, la burguesia encontró la fuerza en un verdadero
!
I
mente distintos: el elementos normativo del Derecho y el elemento real
de la ordenación COncreta. La unidad y ordenación reside en la exístencia
sistema: el Derec:ho racional y natural, y constituyó normas válidas en si mismas de i política del Estado, y no en leyes, regias ni ninguna elase de normativida-
conceptos como propiedad privada y libertad personal, que valen antes qué y sobre i des. Las ideas y palabras que hablan de Constitución como una «Iey fun-
cualquier ser político, porque son justas y razonables y por eso envuelven un Deber-ser
auténtico, indep<,;ndiente de la realidad deI Ser, es dedr, de la realidad jurídico-positiva. ! damenta!», o una «norma fundamental», son casi siempre oscuras e impre-
cisas. Subsumen en una serie de normaciones de las más variadas elases,
De aquí se deducía una normatividad; aquí se podía hablar de sistema, orden y unidad.
En Kelsen, por el contrario, 5610 valen las normas positivas, e5 decir, aquelIas que real- por ejemplo, los 181 artículos de la Constituci6n de Weimar, una (<unidad»
mente valen; no valen porque en jU5ticia deban valer, sino 5ólo porque son positivas, sistemática, normativa y lógica. Habida cuenta de la diversidad de pensa-
sin consideración a cualidades como razonabilidad, justicia, etc. Aqui cesa de repente mientos y contenidos de las preseripciones particulares insertas en la mayor
e! deber ser y desaparece la normatividad; en su lugar aparece la tautología de unos parte de las leyes constitucionales. eso no es otra cosa que una burda
sJmpJes hechqs: una cosa vale, cuando vale y porque vale. Esta es «posidvisma». ficcíón. La unidad dei Reich alemán no descansa en aquellos 181 artículos
A quien sostenga en seria que «la» Constitución debe valer como «norma fundamen- y en su vigencia, sino en la existeneia política del pueblo alemán. La vo-
tal», y toda otra validez derivar de ella, no le es lícito el tomar como fundamento iI luntad del pueblo alemán -por tanto, una cosa existencial- funda la
de un puro sistema de puras normas prescripdones concretas cualesquiera, porque
hayan sido establecidas por un determinado órgano (Stelle), sean reconocidas y por
eIlo designadas como «positivas». y -asf, sólo. resuIten eficaces de hecho. 5ólo de pre- I unidad política y jurídica, más allá d., las contradicciones sistemáticas, in-
congruencias y oscuridades de las leyes constitucionales concretas. La Cons-
ceptos sistemáticos justos en si mismos por virtud de su razonabilidad o justicia, sin
consideraci6n a la validez «positiva» de consecuencias normativas, se puede derivar I titución de Weimar vale porque .1 Pueblo alemán «se la ha dado».
3. Las representaciones de la Constitución como una unidad norma·
una unidad u ordenación normativa. i tiva y cosa absoluta, se aelaran bist6ricamente por una época en que la Cons·
titución era entendida como codificación cerrada. En Francia domin6 en 1789
2. En realidad, una Constitución es válida cuando emana de un poder esta fe racionalista en la sabiduría de un legislador y se confiaba en formu-
(es decir, fuerza o autoridad) I constituyente y se establece por su voluntad. lar un plan consciente y completo de la vida política y social toda; bien
La p~labra «voluntad» significa, en contraste eon simples normas, una
magmtud del Ser como origen de un Deber·ser. La voluntad se da de un
modo existencial: su fuerza o autoridad reside en su ser. Una norma puede
I[ que algunos consideraban asimismo la posibilidad de tomar en cuenta un
cambio y revisi6n. Pero ya hoy no existe la fe en la posibilidad de un
sistema de prescripciones normativas definitivamente justo, abarcando ai
valer cuando es ;usta; entonees la concatenación sistemática conduce aI De. Estado en su totalidad. Hoy se encuentra extendida la condeneia opuesta;
recho natural y no a la Constitución positiva; o bien una norma vale por- que el texto de toda Constituci6n es independiente de la situación polftica
qu.e está positivamente ordenada, es decir 1 por virtud de una voluntad
eXIstente. Una norma nunca se establece por sí misffia (éste es un modo fan- I y social deI momento de su elaboración. Las razones por las cuales dertas
determinaciones legales son inscritas precisamente en una «Constitución»
y no en una simple ley, dependen de consideraciones y contingencias polí.
I Sobre el Contraste de fuerza (potestas) y auetoritas, comp. Ia observaci6n aI ticas de las coalieiones de partidos. Con la fe en Codificación y unidad
§ 8, pág. 93. sistemática desaparece también el puro concepto normativo de Constitucíón
!':; ,

I '1
I
36 Concepto de Constituci6n t·
§ 2
tal como lo supone la idea liberal de un absoluto Estado de Derecho. Era
posible, s610 en tanto hallasen fe los supuestos metafísicos del Derecho
natural burgués. La Constitución se transforma ahara eo una serie de dis-
I CONCEPTO RELATIVO DE CONSTITUCION
(La Constitución como una pluralidad de leyes particulares)

II
tintas leyes constitucionales positivas. Si, a pesar de eso, todavia se sigue
hablando de norma fundamental, ley fundamental, etc. -no hay por qué
citar aquí ejemplos y demostraciones-, es por efecto de la inercia de
fórmulas tradicionales que hace tiempo están vacías. Igualmente impreciso
y perturbador es seguir hablando de «Ia» Constituci6n. En realidad, se hace
refer~nci~ a una. rnayoría o 'pluralidad asistemática de prescripciones legal-
constltuclOnales.,·EI concepto de Constitución se ha relativizado hasta eoo-
~
vertirse en concepto de ley constitucional en concreto.

i
I,
i
!
I
!
La relativizaci6n dei concepto de Constituci6n consiste en que en lugar
de fijarse el concepto unitario de Constituci6n como un todo, se fija s610
el de ley constitucional concreta, pera el concepto de ley constitucional se
fija según caracteristicas externas y accesorias, lIamadas formales.

L Constituci6n, en sentido relativo, significa, pues, la ley constitucio-


nal en particular. Toda distinci6n objetiva y de contenido se pierde a con-
secueneia de la disoluei6n de la Constitución única en una pluralidad de
leyes constitucionales disiintas, formaJmente iguales. Para este concepto
«formal» es indiferente que la ley constitucional regule la organizaci6n de
la voluntad estatal o tenga cualquier otro contenido. Ya no se preguntará
per qué una prescripci6n legal-constitucional necesita ser «fundamental»
(grundlegend). Este modo de consideraci6n relativizadora, lIamada formal,
hace indistinto todo lo que está en una «Constituci6n»; igual, es decir,
igualmente relativo.
En la Constitucl6n de Weimar se encuentran en gran número tales prescripciones
legal-constitucionales, de las que en seguida puede advertirse no son fundamentadoras
(grundlegend) en el sentido de una «Iey de leyes»; p. ej., art. 123, 2: «Las reuniones
ai aire libre pueden ser sometidas ai deber de previo aviso por una ley de! Reich,
y prohibidas en casO de inrnediato peligro para la seguridad pública.» Art. 129, 3:
«Se garantizará ai funcionario e! deremo a examinar su -expediente personal .• Art. 143:
«Los docentes de las escuelas públicas tienen los derechos y deberes de funciona rios
públicos.» Art. 144, 2: «La inspecci6n escolar será ejercida por funcionarios técnicos
superiores especializados.» Art. 149, 3: «Se mantendrán las Facultades de Teología
en las Universidades.» Todas son regulaciones legales que se han convertido en leyes
constitucionales mediante su recepci6n en «la Constituci6n». La recepci6n en la Cons-
37
I
38 Concepto de Constituci6n

titución se explica por la situación histórica y política deI afio 1919: Los partidos eo
I Concepto relativo de Constituci6n 39
bieran sido satisfechas emitiendo el rey una ordenaci6n cualquiera con un contenido
cuya cooperación descansaba la mayoría de la Asamblea nacional de Weimar quisieron cualquiera, y- despachando así un documento. Como Constitución escrita, en el sentido

I
eon ahínco dar a esta~ ~rescripcio~e~ e1 ~arácter de normas constitucionales. No puede de esta ex.igencia política, valia tan só10 la que correspondiera al contenido de estas
h,allarse un~ raz6n objetiva para distlnguu eon forzosidad lógico-jurídica estas prescrip-
exigencias; campo sobre esto, después, § 4, pág. 61.
~lones particulares de otcas también muy importantes. Se hubiera podido inscribir de
Igual ma~era ,en la Const~tuci6n que se garantizan el matrimonio civil y la disolución
Las razones que han lIevado a designar como Constitución en sentido
dei matnmomo, que subsIste la libertad de testar, que e1 autorizado para cazar ha de
reparar los daiios en toda su magnitud, o que no pueden ser subidos los alquileres en
r formal precisamente a la Constitución escrita son también muy distintas
los diez afios ir:unediatos. y proceden de puntos de vista contrapuestos, que es preciso distinguir aquI.
1 Por lo pronto, la idea general de que una Cosa fijada por escrito puede ser
Tales detalles de la ley constitucional son todos igualmente «funda- I demostrada mejor, que su contenido es estable y protegido contra modifica-
ciones. Ambos puntos de vista, demostrabilidad y mayor estabilidad, no
mentales» para una consideración formalista y relativista sin distinciones.
La frase deI art. 1, apartado 1 de la C. a.: «EI Reich es una República»,
y la frase de! art. 129, «se garantizará aI funcionario eI derecho a examinar
II bastan, sin embargo, para. hablar en un sentido riguroso de formalismo.
Antes bien, lo escrito necesÍla proceder de un órgano (Stelle) competente;
su expediente personal», se Haman ambas «normas fundamentales», «ley i se dará por supuesto un procedimiento reconocido como e! adecuado, antes
de leyes», etc. Pero claro está que con tal formalización no reciben carácter de que lo escrito pase por auténticamente escrito. Contenido y documento,
t pues, concurren tan s610 en un cierto procedimiento, y no son lo decisivo.
fundamental en ningún modo aqueUas prescripciones particulares sino al
contrario, las auténticas prescripciones fundamentales son rebajad~s al gra-
t La Constitución escrita necesita aparecer dentro de un cierto procedimien-
do de detalles de la ley constitucional. ,! to, por ejemplo, ser convenida, según las exigencias de la burguesía alemana
. Las notas «formales» de! concepto de Constitución son discutibles. Pre- de! sigla XIX (comp. después, § 6, pág. 73). «Si propongo a un jurista esta
CISO es recordar sobre ello que la confusión de terminología y de formación cuestión (Ia esencia de la Constitución), me contestará algo como esta:
concep~ual usuales ho~, es muy grande. Por lo pronto, se equiparan y true- Una Constitución es una pacto jurado entre rey y pueblo, que fija los prin-
c~n ta:ltamente Constltuclón (como unidad) y ley constitucional (como par- cipias fundamentales de legislación y gobierno en un país» (Lassalle, 1862).
I1culandad); en segundo lugar, no se distinguen «Constitución en sentido La Constituci6n seda, pues, un pacto escrito. Pera una vez que ha aparecido
formah> y «ley constitucional en sentido formal»; y, por último, se ofrecen asl, podrá ser cambiada en vIa legislativa, y aparece como ley escrita. En
dos notas para la determinación de! carácter «formal» obtenidas de dos ambos casos se trata, naturalmente, tan sólo de que la Representación po-
t:unt?~s de vista por completo dispares: unas veces se d~sígna como «Cans- pular (e! Parlamento) coopere; los conceptos «pacto» y «Iey» tienen sólo
UtuC.lO~ en senudo formal» sólo una Constitución escrita} y otras debe e! sentido político de asegurar la cooperación de la representación popular.
conSIStir lo. formal de la ley constitucional, y de la así tácitamente equipa- La instrumentación (Beurkundung) viene a afiadirse a eso, como otras for-
rada ConSl1tuclón, en que su reforma está ligada a supuestos y procedi- malidades, por ejemplo, la jura solepme. Tales características formales no
mzentos de mayor dificultado pueden bastar nunca por sI mismas,
La exigencia de una «Constitución escrita» IIeva como último resultado
II. La Constituci6n escrita. Lo «formal» de la Constitución escrita a considerar la Constitución como una ley. Aun cuando se haya erigido
no puede con.sistir natur~lmente en que alguien haya lIevado al pape! algu- como convenio entre Príncipe y Representación popular, sólo debe poder
nas presCrlpCl?neS o estlpulaclOnes, las haya instrumentado o hecho ins- ser cambiada en via legislativa. Constitución se convierte, pues, en = ley,
tr~mentar, Y, por eso nos encontremos en presencia de un documento es- si bien, es cierto, ley de una clase especial, y se coloca como lex scripta,
CrIto. EI caracter de formal sólo puede ser adquirido cuando ciertas propie- en contraposición a Derecho consuetudinario. Esta fórmula: Constitu-
dades, sea de la persona u órgano que emite e! documento sea de! conte- ción = lex scripta, no necesita significar todavIa la disolución de la Cons-
nido instrumentado, justifican e! hablar de una Constitución' en sentido for- titución única en una serie de distintas leyes constitucionales. Histórica-
n:al. His.tóricamente considerados, contenido y significado de la Constitu- mente, la práctica de las modernas Constituciones escritas comienza con un
c16n escrita pueden ser muy diversos y varias. contraste respecto a la práctica constitucional inglesa, que fundamentalmente
reposa en la costumbre y usos: las Colonias inglesas en Norteamérica, que
E~ e1 siglo XIX, por e;emplo, hasta el afio 1848, la burguesia, en 1ucha con la Mo- se declararon Estados independientes en 4 de junio de 1796, se dieron
~arq~la absoluta, venía exigiendo una Constitución escrita. AquI el concepto de Cons-
tltUCIÓ;t e~c~ita se convierte en un concepto ideal, en e1 que se encuentran ínsitas
Constituciones escritas que fueron proyectadas y promulgadas como leyes
las mas distintas exigencias deI Estado burgués de Derecho. Bien se comprende que por Asambleas «constituyentes» (más adelante, § 4, lI, 3, pág. 61). Pera
estas demandas de una Constitución escrita formuladas por la burguesía liberal no hu- estas Constituyentes no fueron pensadas como leyes constitucionales aisla-
. das, sino como codificaciones. Si e! concepto de Constitución escrita lIeva a
40 Concepto de Constitución Concepto relativo de Constituci6n 41

considerar la Constitución como Iey, es, por lo pronto, só!o en el sentido envuelve una serie de leyes particulares y pnnClpl0S heterogéneos, asf que tampoco
de un concepto ab~ol~t? ~e Constitución, es deeir, como unidad y como cabe hablar aqui de una codificación en' sentido material. También aqui se disuelve
un todo. La ConStltuclOfl mglesa, que descansa eo actos de distinta natu- la unidad cerrada de una codificaci6n constitucional en una suma de numerosas pres-
raleza, eo conven~ion.e~s, pactos, l,eyes aisladas, costumbres y precedentes, no cripciones particulares de índole legal-constirucional.
v,ale com~ ConStItuclOfl eo sentIdo formal, porque no ha "aparecido oi ha
sldo escrIta completamente, es deeir, como una codi6.cación cerrada, en La pretendida determinación formal del concepto: Constituci6n en sen-
forma de una ley. Hat;t aparecido numerosas leyes constitucionales inglesas tido formal = Constituci6n escrita, no enuncia hoy otra cosa que: Consti-
en forma de leyes escritas; asl, para tomar sólo un ejemplo, la famosa Acta ruci6n = una serie de leyes constitucionales escritas. Más aliá dei concepto
de ley constirucional, se pierde eI concepto de Constitución. Con ello, nada

II
de Parlamento de 1911, mediante la cual se limita la colaboración de la
Alta .Cámara en la elaboració~ de leyes (más adelante, pág. 286). Inglate- de específico se gana para la determinación dei concepto de Constirución.
rra ~lene, pues, leyes constltucLOnales en el sentido de leyes constitucionales Aquel pretendido coricepto formal ha lIevado tan sólo a relativizar el con-
escrItas. Cu~~~o, a pesar de eUa, se dice que no tiene una Constitución cepto de ConslÍrución, es decir, a hacer de la Constirución, entendida como
en sentido fór~al, se entiende por Constituci6n una codificación cerrada que I unidad· cerrada, una multitud de prescripciones legales externamente carac-
regula exhaustlvamente eI procedimiento de formación de la voluntad esta- terizadas, que se designan como <<leyes constitucionales». Con esto, surge
tal. La idea d~ una Constirución escrita debla permanecer, por consiguiente, eI problema, más amplio, de la otra caracterlstica formal de la ley cons-
en la ldea mas amplla de una codificación constitucional cerrada y un con- tirucional: el problema de la mayor dificultad en la reforma.
cepto absoluto de Constitución.
Pero ya se ha dicho que hoy falta fe en tales codificaciones. Las Cons- lI!. Reforma dificultada, como caracteristica formal de la ley cons-
tituciones de los distintos Estados aparecen como una serie de diversas titucional. La nota formal de la Constirución o (indistintamente) de la ley
normaciones legales de conjunto: prescripciones orgánicas sobre las autori- ,; constitucional, se hallará en que los cambias constitucionales están some-
I
dades más ir;'portan~es del Estado, programas y directrices de carácter ge- i tidos a un procedimiento especial con condiciones más diflciles. Mediante
I las condiciones de reforma dificultadas se protege la duración y estabilidad
neral, garantias de clertos derechos y numerosas prescripciones particulares
que s610 han sido inscritas en la Constituci6n porque se quiere sustraerlas ! de las leyes constitucionales y <<se aumenta la fuerza legal».
a .Ias cambiantes mayorías parlamentarias y porque los partidos que deter- I Según Haenel (Staatsrecht, I, p:íg. 125, quien, por lo demás, sucumbe también aqui
mman el conteOldo de la «(Constitución» aprovechan la ocasión para pres-
tar eI carácter de leyes constirucionales a sus postulados de partido. Por lo
demás, si una tal serie de leyes constitucionales es acordada por una Asam-
I a la típica confusi6n de Constirud6n y ley constirucional), leyes constitucionales son
«leyes externamente destacadas. a las que se atribuye una significación preeminente
bajo circunstancias histórico-polftica dadas, y que reciben singulares garantias de dura-
bl~a .constituyente conv~cada de intento a este fin, la unidad de las pres- ci6n e inviolabilidad por cuanto sus reformas están ligadas a formas de mayor dificultad
cnpclOnes en ella contemdas no reside en su conjunto material, sistemático y su permanencia asegurada por singulaf&s condiciones de responsabilidad». Esta de-
y normativo, sino en una voluntad política que, fuera de estas normas las terminaci6n conceptual de Haenel es todavfa muy sustancial. G. Jellinek define sim-
hace, leyes ~onstitucionales y que/como fundamento unitario suyo, e~ana
de SI la unldad de aquéllas. En todos los palses con Constituciones escritas
se tiene hoy, en realidad, sólo una pluralidad de leyes constitucionales es-
I plemente: «La nota jurídica esencial de las leyes constitucionales estriba exclusivamente
en su fuerza legal aumentada ... , por eso son muy consecuentes aquellos Estados que
no conocen diferenciaci6n formal entre sus leyes al rechazar la. recopilaci6n de una
critas. t serie de prescripciones legales bajo eI nombre de un documento constitucional» (AlIg.
Staa/slehre, pág. 520; Gese/z und Verordnung, pág. 262);' además, Laband: S/aatsrech/,

Asf, se aceptará en general que Francia tiene una Constitución escrita una Cons-
titución en sentido formal, y Se habla de «la» Constitución deI afio 1875' porque en
éste y e~ los ~.igujentes afias fueron promulgadas varias de las más importantes leyes
constltuclonales:'~Pero en las leyes constitucionales deI ano 1875 falta, como Barthé-
! lI, págs. 38 y sigs.; Egon Zweig: Die Lebre vom Pouvoir constituam, 1909, págs. 5-6;
W. Hildesheimer: Ober die Revision mode,ner Slaalsverfassungen (Abbandlungen aus
dem S/aa/s-, Verwaltungs- und Volkerrecb/, XV, 1, Tubinga, 1918), págs. 5 y sigs.

1. Hay Estados en que todas las prescripciones legales, sin considera-


~emy-Duez, págs. 39 y sigs., dice con razó.n, todo método, toda perfeccíón dogmática,
Incluso la voluntad de ser completas y exhaustivas. «I! n'y a pas de consti/u/ion' il
ci6n a su contenido, pueden ser reformadas por el procedimiento de una
y a des. lois ~onstítutionnelles.» El resto, descansa todo él en costumbre y tradici6n, simple ley. Falta, pues, aqui, toda protección especial contra las reformas
y. seda lmposlble conocer, con los textos de estas leyes constirucionales en la mano la y no se da en este aspecto diferencia ninguna entre leyes constitucionales
~Ida po!ftica de ~a República francesa y ver en ellos, ni aun siquiera en un sentido y leyes ordinarias, asl que no puede hablarse de leyes constirucionales en
sistemático apro~lmado, la normaci6n exhaustiva deI Derecho poHtico francés. sentido formal. Se habla aqui de Constituciones flexibles, expresión que
~n com?araCl6n con esas leyes consitucionales francesas, la Cons/í/uci6n de W rimar deja abierto el tema de qué ha de entenderse por «Constirución» y por
es sIstemáttca y completa en lo que afecta a su parte orgánica. Pero, en todo caso, «Iey constirucional».
42
Concepto de Constitución
Concepto relativo de Constituci6n 43
EI ejemplo capital de un país sm «Constitución eo sentido formal» es Inglaterra,
porque ahf no se hace distinci6n entre prescripciones orgánicas -acerca de las rela- constitucional: Desacertado, Hildesheime!, oh. cit., p~. 8! ~cuya explicació.n ~ hace, por
ciones de Cámara ~ta y Câmara baja, por caso- y cualesquiera otras leyes, insignifi. desgrada, oscura, a causa de la eonfuslón de ConsUtuelOn y ley consUtuClonaI.
cantes eo comparaclón -acaso una ler sobre el ejercicio de la profesi6n de dentista_o
Todas las leyes se establecen mediante aprobaci6n del Parlamento, y a51, no cabe dis- 2. En el requisito de reforma dificultada hay una cierta garantia de
tinguir la Constüución, desde uo punta de vista formal: de una tal ordenación de duraeión y estabilidad. Claro es que garantía y estabilidad desaparecen
dentistas. La insu.6.ciencia de semejante «formalismo» se ve ya eo la absurdidez de
este ejemplo. I cuando un partido o coalici6n de partidos decide y está en situación de pro-
veer a los ,supuestos de mayo.r dificultado En Alemania, a pesar de_ la gran
I· atomización de los partidos, ha habido numerosas leyes desde ~I ano 1919
A diferencia de estas «Constituciones Bexibles», otras Constituciones !
ajustadas a las exigencias ~el "!'!. 76 C. a ... ~,.por ello! caracterIZadas ~omo
s~ llaman rígidas. Una Constitución absolutamente rígida necesitaría prohi-
blr todo cambiO de cualquiera de sus prescripciones. En este sentido abso-
I «modificativas de la Constltuclon». EI prUnltlvo senlIdo de la garantia de
una Constitución se pierde cuando la Constitu~ión. como un todo ~e r71a-
luto n? . habría ya ninguna Constitución rígida. Pero sí ocurre que haya tjviza en una pluralidad de distintas leyes constltuclOnales. La Constltucl6n

I
prohlblclón constltuczonal de reforma para algunas prescripciones constitu- es, por su contenido y alcance, siempre más elevada y abarca más que cu.al-
cionales ~isladas. Así, una ley francesa de 14 de agosto de 1884, prohíbe quier ley particular. EI contenido de la Constitución no era una cosa sm-
h?cer objeto de una propuesta de reforma constitucional la forma de go- guIar y destacada a causa de su más difícil ref?r~a, sino aI contrario: debía
blerno republIcana. Es un caso singular, cuya significación precisa habrá de recibir la garantía de duración a causa de su slgmficaclón fund~mental. E.sta
ser tratada más adelante. Para la consideración formal que aquí se discute,
no hace de 'I~Constitución francesa una Constitución absolutamente rígida
! consideración perdió peso cuando se trató, no ya de «Ia ConStltuclón», smo
por lo que aI 'resto se refiere.
Se califican, sin embargo, de Constituciones rígidas aquellas en que ! de una o de varias de las numerosas leyes constitucionales en particular.
Entonces surgió un punto de vista muy sencilIo, de t~ctica part!dis!a: la
reforma dificultada no era ya la consecuencia de la cualidad constltuclOnal,
está prevista constitucionalmente la posibilidad de reformas o revisiones
sino al contrario: se convertía en constitucional una prescripeión para pro-
constitucionales; pero esta reforma o revisión se encuentra ligada a supues- tegerIa por cualesquiera razones prácticas (ajenas a cuanto tenga que ver
tos o procedimientos especiales de mayor dificultado
con norma fundamental, etc.) frente al legislador, es decir, frente a las
cambiantes mayorías parlamentarias. Cuando en agosto de 1926' se c.reó
Ejemplos: art. 76, C. a.: «La Constitución puede cambiarse por vIa legislativa. Sin
embargo, para que prosperen los acuerdos deI Reichstag modificativos de la Constitu. en Francia, por acuerdo de una Asamblea nacional, una liamada «Calsse
ción se necesita Ia presenda de los dos tereios deI número legal de sus miembros autonome» para asegurar en ley constitucional dertos ingresos a la a~ortl­
y la conformidad de los dos terdos, aI menos, de los presentes. También los acuerclos zación de la deuda pública y sustraerlos a los acuerd?s presupuestar.lOs de
deI Reichsrat sobre reformas de la Constituci6n necesitan una mayoría de dos tereios las mayorías parlamentarias, se trataba de algo efectlvamente muy Iffil:'0.r-
de los votos emitidos.» Art. 78, a. C. a.: «Las reformas de la Constitudón se siguen tante desde el punto de vista prácttco, pero no «fundamental» en el vle}o
en via legislativa. Se entienden clesechadas si encuentran 14 votos en contra en el sentido. Si la formación de los maestros nacionales ha de regularse se?Un
0
Bundesrat.» EI art. 8. de la ley constitucional francesa de 25 de febrero de 1875 las bases fundamentales de la «ensefianza superior» (art. 143, 2), la ms-
determina que las reformas de la Constitución se hacen ~r acuerdo de una «Asamble~
truceión religiosa es disciplina ordinaria en las escuelas (.art. 149, 1), y ha
nacional», es decir, de una Asamblea comJ)uesta de la reunión de ambas Câmaras -Cá-
mara de Diputados y Senado-. Además, art. 118 y sigs. de la Constitución federal
de garantizarse a los funcionarios el examen de su expediente personal (ar-
suiza de 29 de mayo de 1874 (con distinción entre revisión total y parcial); art. V de ticulo 129), éstas son ciertamente prescripeiones muy importantes, pero
la Constitución federal americana de 1787, etc. Comp. después, § 11, pág. 122. tienen el carácter de «Ieyes constitucionales» sólo en tanto en cuanto están
protegidas frente a· acuerdos de reforma de las cambiantes mayorías par-
Si no existen ningunas prescripciones constitucionales sobre reformas lamen tarias.
de la Constitución (por ejemplo, en las Constituciones francesas [cartas] AI relativizar la Cotlstitución en ley constitucional y hacer formal la
de 1814 y 1830), puede ser, sin duda, o que se acepte una Constitueión ley constitucional, se renuncia por completo a la signifi~aei~n objetiva .de
flexlble o. ,una absolutamente rígida, es decir, o que las reformas de la Constitución. «La nota jurídica eseneial de las leyes constltuclOnales esmba
ConstltuclOn pueden tener lugar en vía legislativa ordinaria; o que el silen- exclusivamente en su luerza legal aumentada» (G. Jellinek, Allgememe
CIO de la Constitución signifique que están prohibidas las reformas. Staatslehre, pág. 520). Duración y estabilidad de la Constitución se redu-
, ,'.' cen a que las formalidades de un artí,:"lo. constituci?nal sobre reforma de
. La respuesta' !~~rtada
es: la Constitución s610 puede ser abolida como totalidad me- la Constituci6n -el art. 76 en la Constltucl6n de Welmar- han de resultar
dIante un acto de Poder constituyente, estando prohibidas las moclificaciones de la ley obstaculizadoras. Si realmente consistiera en esto eI definitivo concepto de
Constitución, la prescripción sobre reforma constitucional -el art. 76, para
44 Concepto de Constituci6n § 3
la Constitudón de Weimar- sería la médula esendal y eI único contenido EL CONCEPTO POSITIVO DE CONSTITUCION
de Ia Constitución. Toda la Constitución sería tan só!o un dispositivo) y, en
realidad, sólo Una ley en blanco que en cada caso puede llenarse según (La Constitución como decisión de conjunto
las prescripdones sobre reforma constitucional. A todo precepto constitu- sobre modo y forma de la unidad política)
cional alemán tendría que afiadirse eI complemento: a reserva de un cam-
bio en vía dei art. 76 C. a. «EI Reich alemán es una República» (art. 1)
-a reserva dei art. 76 C. a.-; «EI matrimonio es eI fundamento de la
familia» (art. 119) -a menos que se determine otra cosa en vías dei ar-
tículo 76 C. a.-; «Todos los habitantes dei Reich gozan de plena Iibertad
de creencias y condeneia» (art. 135) - 3 menos que no se les quite en
vías dei art. 76-, etc. Esta sería la consecuencia deI concepto «formal»
de Constitudón, según lo presenta hoy con la mayor naturalidad la actual
doctrina alemana deI Derecho político.
Pero ni lógica ni jurídicamente es posible un tal concepto de Constitu-
dón. No se puede orientar la determinación de! concepto de Constituci6n
eon arreglo aI cri teria de cómo puede reformarse: una ley constitucional
concreta. Tampoco es lícito definir la ley constitucional como una ley sus-
ceptible de ser reformada con un cierto procedimiento, porque las condi-
ciones dificultadas para la reforma descansan ellas mismas en una pres-
cripción constitucional y presuponen su concepto. Serfa manifiestamente
inexacto decir: el art. 76 C. a. es una ley constitucional, porque puede ser Sólo es posible un ,:"ncei'to de Cons~itución.cuando s~ distingue.r ~ns::
cambiado e incluso suprimido en vías de! art. 76. En primer lugar, es titucióny ley constituclOnal:'No es admlslble dlsolver prImero la ConsUtu
inexacto aceptar que puede ser tocada cualquier regulación legalMconstitu- ción 'en unà pluralidaé:! de leyes constitucionales concretas y después deter-
cional en vias de! art. 76 (comp. después, § 11), Y en segundo lugar, la minar la ley constitucional por algunas características externas o acaso por
esenda de una ley constitucional no puede ser reconocida porque sea 5US- e! procedimiento de su reforma. De este modo se pierden un concepto esen-
ceptible de reforma en un cierto procedimiento. Por e! procedimiento de cial de la Teoría de! Estado y eI concepto central de la Teoría de la Co?S-
reforma no puede definirse la esencia dei objeto reformado. Una reforma titución. Fue un error característico Ia afirm!lción de un famo~o ~e,6flco
constitucional hecha constitucionalmente, depende, desde los puntos de vis- de! Derecho político, .según e! cualla ~.a~sformación de la Con~UtuclOn e~
ta lógico y cronológico, de la Constitución. Las prescripciones de la Cons- una «especie de laley» es ,una «adgU1s:clón de. la. ~turap~lí~lca. delpre
titución de Weimar son, aun sin atender aI art. 76, leyes constitucionales sente». Antes ai contrario, para'la TeOrIa consutuclOnalla. dist~nclón e~tre
en sentido formal; no reciben su fuerza de su eventual reformabilidad, sino ConstÍlución y ley constitucional es e! comienzo de toda d,scus,ón uIterlOr.
que las prescripciones sobre la reforma, COmo las otras prescripciones legal-
constitucionales, deben su fuerza a la Constitución. Si se quiere obtener EI juicio citado de que la Constíttici6n es una «especie de
la ler» procede de
e! concepto formal de Constitución de los requisitos para la reforma de una Bematzik (Grünbuts Zeitschr. für das Priva:- ,und olfentliche Rec,ht 'ler Gegenwar~
26 1899 pág. 3lO). Se dirige contra la oplru6n de que la Const1tuc16~ es. un pact
prescripción legal.constitucional, se confunde el poder constituyente de!
Pueblo alemán cou las facultades que e! Reichstag, eI Reichsrat o e! cuerpo ~~tr; Príncipe y Parlamento), queriendo distinguir con cIari~ad la Co~~tltuc16n, como
"algo permanente e irrevocable deI pacto que «erea una relac16n de uuhdad redproct'>
electoral han recibido en e! art. 76. La competencia para reformar las leyes (selbstnütziges) y que «bajo dertas circunstancias es impu~a~le, nulo, revocable, so u·
constitucionales es una competencia incluída en el marco de Ia Constitución, ,·ble». Se explica la confusi6n de Constituci6n y ley consutuclonal, por cuanto ~ue se
fundada en la misma, y no sobrepasándola, No envue!ve la facultad de dar . acentuaba 5610 polémicamente el concepto de ley en contraste coo un p~cto. mtentras
una nueva Constitución, y mediante una referencia a esta facultad no puede ; que hoy e1 contraste coo la ley (en el sentido de resolucióo parlamentarta) de~~ ace~.
alcanzarse ningún concepto utilizable de Constituci6n, sea «formaI» u atro. tuarse, no contraponiéodolo a la construcción de pacto, s.ino ai con~epto poSlUVO e
Se necesita, pues,"otra definición de Constitución, distinta de ésta, «formal». . Constituci6n, para protegerle de una disolución y corrupctón formalista.

1. La Constitución en sentid? positivo surg~ mediante un acto d~:


poder constituyente;;:El acto conslItuyente no conuen; como tal unas no.
maciones cualesquiera, sino, y precisamente por un úniCO momento de deCl·
4'
/.

46 Concepto de Constitución El concepto positivo de Constituci6n 47


slOn, Ia totalidad de Ia unidad política considerada en su particular forma La conjunción de «existencia, integridad, seguridad y Constitución» es singular-
de existenda. Este aeto conslituye Ia forma y modo de Ia unidad política, mente expresiva y certera. Se encuentra en el art. 74, a. C. a., que la adopt6 del acuerdo
cuya exÍstencia es anterior. No es, pues, que la unidad política surja porque de la Federación .alemana de 18 de agosto de 18.36. Esta resoIución federal decidi6
se haya «dado una ConstitucÍón», La ConstitucÍón en sentido positivo eoo- que toda empresa dirigida contra la existencia, la integridad, la seguridad o la Cons-
tiene sólo Ia determinación consciente de la concreta forma de conjunto titución de la Federación alemana en los distintos Estados de la Federación, seda
juzgada y castigada como alta traici6n o traici6n aI país (Landesverrat). La Constitución
por la eual se pronuncia o decide Ia unidad política. Esta forma se puede federal suiza de 29 de mayo de 1874 declara en su preámbulo como propósito de la
cambiar, Se pueden introducir fundamentalmente nuevas formas sin que el Comunidad suiza, afirmar e1 vínculo de los c:onfederados, SOstener y propulsar la uni-
Estado, es decir, Ia unidad política dei puebIo, cese. 'Pero siempre hay en dad, fuerza y honor de la Nación suiza; en su art. 2.0 declara como fin de la Federa-
el acto constituyente uo sujeto capaz de obrar, que lo realiza eoo la vo- dón: «Afirmación de la independencia de la Patria contra eI extranjero, mantenimiento
luntad de dar una Constitución. Tal Constitución es una decisión consciente de la tranquilidad y orden en e1 interior», etc. No hay ninguna Constitución sin tales
que I~ unidad política, ~ través dei titular dei poder constituyente, adapta conceptos existenciales.
por SI mlsm,tf y se da a St misma.
Como quiera que todo ser es concreto y se encuentta dispuesto de cier-
En Ia fundaci6n de nuevos Estados (como cn el ano 1775 cn los Estados Unidos ta manera, a toda existencia política concreta Ie corresponde a1guna Cons·
de América, o en el afio 1919 con la fundaci6n de Checoslovaquia) o cn revoluciones titución. Pera no toda entidad con existencia política decide en un acto
sociales fundamenrales (Francia, 1789; Rusia, 1918), se presenta co~ la mayor claridad consciente acerca de Ia forma de esta existencia política, ni adapta mediante
este. carácter de la Constitución como una decisión consciente que fija la existencia
determinación propia consciente la decisión sobre su modo concreto de ser,
pol!t.lCa en ,~u concreta forma del ser. Con esto puede surgir también con la mayor
facllidad la Idea de que una ConstÍtución ha de fundar siempre un nuevo Estado errar como los Estados americanos en su Declaración de Independenda y Ia Na-
qu~ se expl~ca, de otra parte, por la confusión de la Consütución con un ~pacto ción francesa en eI ano 1789. Frente a esta decisión existencial, todas
socIal» (med.lante el cual se funda la unidad política); comp. más adelante, § 7, pág. 80. Ias reguIadones normativas son secundarias. Tampoco los conceptos, apli·
Otro error lIgado con esto consiste en considerar la ConstÍtución como una coclificación cados en normas jurídicas, que presuponen la existencia politica, conceptos
exhaustiva. La unidad de la Constitución, sin embargo, no reside en ella misma; sino como alta traición, traición ai País, etc., reciben su contenido y su sentido
en la. unidad política, cuya particular forma de existencia se fija mediante el acto de una norma, sino de Ia realidad concreta de una existencia política inde-
consutuyente.
pendiente.
II. La Constituci6n como decisi6n. Es necesario habIar de Ia Cens-
~a ~onstitución no es, pues, cosa absoluta, por cuanto que no surge titución como de una unidad, y conservar entre tanto un sentido absoluto
de 51 mIsma. Tampoco vale por virtud de su justicia normativa o por virtud de Constirución. AI mismo tiempo, es preciso no desconocer la relatividad
de. su cerr~d.a sistemática. No se da a si misma, sino 'que es dada por una de Ias distintas Zeyes constitucionales. La distinción entre Constirución y
u.md~d polltlca concreta. Al hablar, es tal vez posible decir que una Cons- ley constirucional es sólo posible, liin embargo, porque la esencia de Ia'
tltuClón se ~stablece por sí misma sin que Ia rareza de esta expresión cho- Constirución ·no está contenida en una Iey oen una"norma. En eI fondo
que en seguIda. Pero que una Constitución se dé a sí misma es un absurdo de toda normación. reside una decisi6npolítica deZ titular deZ poder cons- .
maniliesto. La Constitud6n vale por virtud de Ia voIuntad política existen, tituyente, es deci!, dei Pueblo en Ia Democracia y dei Monarca en Ia Mo-
claI de aqueI que Ia da.~·Toda especie de normadón jurídica, y también Ia narquía auténticaX
normación constitucional, presupone una taJ voJuntad corno existente.
Las leyes constitucionales valen, por el contrario, a base de Ia ConstÍ: As!, la Constitudón francesa de 1791 errvuelve la decisi6n politica dei tlUeblo fran-
t~ción y presuponen una Constitución. Toda Iey, como regulación norrria~ cés a favor de la Monarquia constitucional eon dos «representantes de la Nación», el
uva, y también la ley constitucional, necesita para su validez en
último tér~ Rey y el Cuerpo legislativo. La Constitución belga de 1831 condene la decisi6n deI
mino una decisi6n política previa, adaptada por un poder o autoridad pueblo belga a favor de un Gobierno monárquico (parlamentario) de base democrá-
políticamente.existente.·,Todâ unidad política existente tiene su valor y suo tica (Poder constituyente dei pueblo), aI modo deI Estado hurgués de Derecho. La
«razón de existencia», no en la justicia o conveniencia de normas, sino' Constirud6n prusjana de 1850 condene una decisión dei Rey (como sujeto dei Poder
constituyente) a favor de una Monarqufa constitucional al modo deI Estado burgués
en su existencia misma. Lo que existe como magnitud política, es; jurídi-:
de Derecho, c~n lo que queda conservada la Monarquia como forma deI Estado (y no
cameryte considerado, digno de existir. Por eso su «dereého a s'ósteÍlerse' sólo como forma deI Ejecutivo). La Constitución francesa de 1852 contiene la decisión
y subsistir» es eI supuesto de toda discusión ulterior' busca ante todo sub.. dei pueblo francés a favor del Imperio hereditario de Napoleón IH, etc.
sistir en su existencia, in suo ese perseverare (Spino~a)' denende «su ·exis~
tenda, su integridad, SU' seguridad y su Constituci6n'»' -...:.todo valor- eieis- Estas decisiones pollticas fundamentales son, por lo que aiecta a Ia
tenciaI. ;.
Constirución de Weimar: Ia decisión a favor de la Democracia, adaptada
48 Concepto de Constitución E1 concepto positivo de Constituci6n 49

por e! pueblo alemán en virtud de su existeneia política como Pueblo; ridad externa se caracteriza en e! hecho de que sólo pueden ser reformadas
encuentra su expresión en e! preámbulo ("e! Pueblo alemán se ha dado o suprimidas mecliante e! proceclimiento dificultado de reforma deI art. 76.
esta Constitución>,) y en el art. 1,2: «El poder de! Estado emana deI Pue-
blo»; además, la decisión a favor de la República y contra la Monarquía Las Constituciones dei Reich de 1871 y 1919 contienen preámbulos en que la de·
en e! art. 1, 1: «El Reich alemán es una República»; la decisión a favor cisi6n política se encuentra formulada de manera singularmente clara y penetrante. La
teorfa dd Derecho político alemán los ha tratado casi siempre como «simples decla-
de! mantenimiento de los Países, es decir, de una estructura de forma fe- raciones», como «noticias históricas», como. «hechas de modo s610 enunciativo, no
deral (si bien no propiamente federal) dei Reich (art_ 2); la decisión a dispositivo» (as!, Anschütz: Kommentar, pág . .32; Meyer-Anschütz, pág. 646, nota).
favor de una forma fundamentalmente parlamentario-repreientativa de la También aquellos escritores que muestran mayor comprensi6n para el significado jurí-
legislación y el Gobierno; por último, la decisión a favor de! Estado burgués dico de clichos preâmbulos y que no pasan de largo con tales simples distinciones, ha-
de Derecho con sus principios: derechos fundamentales y clivisión de pode- blan 5610 de que el preámbulo debe indicar «el espíritu de la obra constitucional»,
res (después, § 12, pág_ 138). Con esto se caracteriza el Reich alemán de que se trata de «imponderables», etc. (Wittmayer, pág. 40). El que más lejas ha llegado
la Constitución de Weimar como una Democracia constitucional, es decir, es E. Hubrich: Das democratische Verfassungsrecht des Deutschen Reiches, Greifswald,
como un Estado burgués de Derecho en la forma política de una República 1921, pág. 13: el preâmbulo de la Constitución de Weimar no tien~ un simple carácter
enunciativo, sino, «en realidad, carácter dispositivo-juddico». ,Por qué? jPorque está
democrática con estructura federal. La determinación de! art. 17 C. a., que
promulgado con arreglo al § 6 de la ley de 10 de febrero de 1919! Pera, además de
prescribe una Democracia parlamentaria para todas las Constituciones de esta, porque contiene, si bien tan s610 «en muy generales trazos», regIas obligatorias
los Países, contiene la corroboración de aquella decisión fundamental de -una unión interesante de formalismo desesperado con alguna percepci6n de la sig-
conjunto a favor de la Democracia parlamentaria. nificaci6n objetiva dei preâmbulo.
l. Lás determinaciones de la Constitución de Weimar aquí eitadas no En las deliberaciones de la Asamblea Nacional de Weimar dominaron las expre-
son Ieyes constirucionales. Frases como: «eI pueblo alemán se ha dado esta siones de la preguerra (Kahl: Prot., pág. 490). Se habl6 de «simple declaraci6n», in-
Constitueión>,; «e! poder deI Estado emana deI pueblo»; o: «el Reich ale- cluso de efectos de agitaci6n y otras cosas interesantes desde el punto de vista psico-
mán es una República», no 50n leyes y, por lo tanto, tampaco leyes cons- lógico. Pera lo único decisivo es: el preámbulo de la Constituci6n de Weimar contiene
titucionales. Ni aun siquiera son Ieyes de bases o Ieyes fundamentales. Pero la dec1araci6n auténtica dei pueblo alemán, que quiere decidir con plena conciencia
política como sujeto dei poder soberano. Lo espedficamente democrático de la Cons-
no por eso son algo mínimo o indigno de consideraeión. Son más que leyes
tituci6n consiste en que no es el Rey, sino d pueblo, quien ejercita el Poder 'cons-
y normaciones; 50n las decisiones políticas concretas que denuncian la for- tituyente. De este decisivo contraste deI Poder constituyente frente a todos los otros
ma política de ser de! pueblo alemán y forman e! supuesto básico para todas poderes y facultades derivados no c9.bfa hablar en la Jurisprudencia de la preguerra
las ulteriores normaciones, incluso para Ias leyes constitucionales. Todo -y casi todos los juristas de la Asamblea Nacional de Weimar empleaban 5610 el voca·
lo que dentro del Reich alemán hay de Iegalidad y normatividad, vale sola- bulario deI Derecho político monárquico.
mente sobre la base, y soIamente en e! marco, de estas deeisiones. Ellas
extinguen Ia: sustaneia de la Constitueión. EI hecho de que la Constitueión 2.EI significado práctico de la~iferenciaeión entre Constitueión y}ey .
de Weimar' :sea una Constitución y no una suma inconexa de prescripcione~ constirueionaI se'rriuestrij"éíi-'los"sig'uieÍltes ejeinplos de su aplicación: ..
particulares reformables según el art. 76' C. a., colocadas en el texto por 'a)"';Eri' vlasdel·art. 76-C. a.pueden reformar,,; las leyes constirucio-:
los partidos deI Gobierno de coalición de Weimar a favor de cualesquiera nales; pero no la; Constirueión' como totalid"d. ~·EI art. 76 dice que «Ia
«compromisos», consiste sólo en esta deeisión existeneial'iotalitaria de! pue- Constitueión» puede reformarse en la vía legislativa. En realidad, y por e!
blo a1emán.
modo poco claro de expresi6n corriente hasta ahora, no distingue e! texto
Es un error típico de la teoria del Estado de la Preguerra desconocer de este art/culo entre Constirueión y ley constirucional. Sin embargo, eI
la eseneia de tales deeisiones y hablar, sintiendo que había aIú algo clistinto
de una normación legal, de «simples proclamaciones», «simples declarado-
sentido es claro y se expondrá con mayor claridad aún, después, en las
nes» y hasta «lugares comunes». La Constitud6n misma se disuelve asi
. explicaeiones que han de venir (acerca de los límites de la competencia para
~. , la reforma de la Constitueión, § 11, pág. 118). Que «Ia Constitución» pue-
en la nada entre ambos elementos: algunas expresiones de mejor o peor ~: .
gusto, por un lado; una multitud de leyes inconexas, externamente carac- !~ da ser reformada, no quiere deeir que las decisiones políticas fundamentales
terizables, por el otro. Consideradas de manera razonable, aquellas deei- que integran la sustaneia de la Constitución puedan ser suprim!das y su:-
siones políticas fundamentales son, incluso para una jurisprudencia positiva, tituidas por otras cualesquiera mediante el Parlamento. EI ReJch a1eman
e1 primer impulso y lo propiamente positivo. Las ulteriores normaciones, no puede ser transformado en una Monarquía absoluta o en una República
las enumeraciones y delimitaciones de competencias en detaIle, las leyes soviética por mayoda de dos tereios de! Reichstag. EI «legislador que re-
para las que se ha elegido por cualquier causa la forma de la Iey constiru- forma la Constitueión», previsto en eI art. 76, no es en manera alguna
cionaI, son relativas y secundarias frente a aquellas decisiones; su singula- omnipotente. La terminologIa que habla de! «omnipotente» Parlamento
r
50 Concepto de Consútución
El concepto positivo de Constitución
inglés, irreflexivamente repetida desde De 10lme y Blackstone, y trasladada
a todos los otros Parlamentos posibles, ha introducido aquí una gran con- lln. 1922: además, Verhandlungen des 33 Deutschen ]uristentags, 1925, págs. 81 y sig.;

I
Gedachtnisschrift /ür Emil Seckel, 1927, págs. 430 y sígs.). Esta teoria es sólo posible
fusión. Pero una resolución mayoritaria dei Parlamento inglés no bastaría en tanto que se confunda la ConstitucÍón con cada una de las leyes canstitucianales y
para hacer de Inglaterra un Estado soviético. Sostener lo contrario seda, no no se distinga entre una frase como «El Reich alemán es una República» (art. 1.0)
ya una «consideración de tipo formalista», sino igualmente falso desde los y determinaciones particulares como «Se garantizará a los funcionarias el conocimiento
puntos de vista político y jurídico. Semejantes reformas fundamentales no de su expediente personal» (art. 129). Con esta, hay· que desconocer por completo la
podría establecerlas una mayoría parlamentaria, sino sólo la voluntad di- esencia de una Dictadura de camisaria.
recta y consciente de todo e! pueblo inglés.
c) La Constitución garantiza una serie de lIamados derechos funda-
El acto de dar la Constitución es cualiJativamente distinto deI de refonnarla (es mentaies. Es preciso distinguir la regulación concreta en una ley constitu-
decir, revisar las leyes constirucionales contenidas en el texto), Porque eo un caso cional de tales garantías fundamentales, y la garantía misma. Mediante
se entiende por Constituci6n la decisión de totalidad, y co otro, la ley constitucional. normaciones constitucionales y legales pueden admitirse amplias interven-
Por eso, una Asamblea «constituyente» es cualitativamente distinta de un Parlamento,
de un Cuerpo legislativo normal, o sea, constitucionalmente previsto. El texto de la
ciones en e! campo de' los derechos fundamentales garantizados. Pera tan
Constirución de Weimar fue puesto eo vigor por simple mayoría de una Asamblea pronto como el derecho fundamental es negado, la Constituci6n misma que-
«constituyente» que, naturalmente, podIa establecer las prescripciones constitucionales, da vuloerada. Una negaci6n semejante no puede tener lugar en un Estado
no en virtud de su propio derecho, sino sólo en virtud de un encargo especial inme- burgués de Derecho por media de una ley de reforma de la Constituci6n;
dia to. Si una taJ Asamblea constituyente no fuera cualitativamente distinta de un Par- comp. después, § 14, pág. 181.
lamento ordinado, se iría ai resultado absurdo y torcido de que un Parlamento, me- d) Un conflicto constitucional propiamente dicho no afecta a cada una
diante acuerdos' adaptados por simple mayoria, pudiera vincular a todos los siguientes de las muchas particularidades de la ley constitucional, sino 5610 a la Cons-
Parlamentos (elegidos por e! mismo pueblo y a través de los mismos métodos demo- titución como decisión política fundamental; comp. después, § 11, IH, pá-
cráticos), haciendo exigible una mayoria establecida para la supresión de ciertas leyes gina 126.
(no distintas cualitativamente) que fueron puestas en vigor por una sim pIe mayoría.
Sobre la distinci6n entre e! acto de dar la Constituci6n y e! de reformaria, después,
e) EI iuramento de la Constituci6n (art. 76, C. a.) no significa un
§ lO, I, pág. 108, y § li, lI, pág. 117. juramento de cada una de las distintas normas de la ley constitucioDRI;
mucho menos significa un (inmoral) juramento en blanco que habr!a que
b) La Constituci6n es intangible, mientras que las leyes constituciona- relacionar con e! procedimiento de reforma y envolver conformidad y su-
les pueden ser suspendidas durante el estado de excepción, y violadas por misi6n a todo lo que se establezca en vías de! art. 76. No puede jurarse un
las medidas de! estado de excepción. Según e! art. 48, 2, C. a., está facul- procedimiento de reforma. 10 singular y específico de! juramento consiste
tado e! Presidente deI Reich para adaptar tales medidas; los derechos fun- en que, el que jura, se vincula existencialmente con su persona; el jura-
damentales establecidos en los arts. 114, 115, 117, 118, 123, 124 y mento de la Constitución es una tal oVinculaci6n respecto de la forma de
153 C. a. pueden ser puestos temporalmente fuera de vigor. Todo esta no existencia política. Este juramento significa, pues, un juramento de la Cons-
atenta a la decisi6n política fundamental ni a la sustancia de la Constitu- tituci6n entendida en sentido propio y positivo, es decir, un reconocimiento,
ci6n sino que precisamente se da en servido dei mantenimiento y subsis-
J confirmado por e! juramento, de las decisiones políticas fundamentales que
tencia de la misma. Por eso sería absurdo hacer de la intangibilidad de la se hallan contenidas en la Constituci6n de Weimar y que hacen de ella
Constitución una intangibilidad de cada una de las leyes constitucionales una Constituci6n en sentido sustancial. (Sobre esta, la disertaci6n sostenida
y ver en cada una de las prescripciones legal-constitucionales un obstáculo en Bonn por E. Friesenhahn, Der politische Eid, Bonner Abhandlungen,
insuperable para la defensa de la Constitución en su conjunto. Esta, en la cuaderno 1, 1928.)
práctica, no seria má, que colocar la ley particular por encima del conjunto f) La alta traici6n es un ataque a la Constituci6n, no a la ley consti-
de la forma de existencia política, cambiando en su contrario el sentido tucional; sobre esta, después, § 11, IV, pág. 132.
y finalidad deI estado de excepci6n. g) Algunas prescripciones legai-constitucionales pueden seguir valien-
do como prescripciones legales, aun sin especial reconocimiento legal, des-
Para la interpretaci6n de! art. 48, 2, C. a. (dictadura deI Presidente), se ha puesto pués de abolida la Constituci6n (comp. los ejemplos, después, § 10, H,
en pie la teoria de que las medidas deI Presidente deI Reich no pueden «tocar. a nin-
2, pág. 110); la Constituci6n derogada, como es natural, no cuenta ya.
guna determinacÍón consútucional (fuera de los siete derechos fundamentales suspendi-
bles), porque:/«la ConstüucÍón es intangible»; asf, la doctrina de la «intangibilidad» h) Según e! art. 148, 3, 2, C. a., cada escolar recibe a la terminación
expuesta por: Richard Grau y tan citada por él (Die Diktaturgewalt des Reichsprasiden- de sus deberes escolares un ejemplar «de la Constituci6n». Naturalmente,
ten und der Londesregierungen auf Grund des Artileels 48 der Reichsverfassung. Ber- no recibe la voluminosa y pesada colecci6n de todas las leyes constitucio-
nales en sentido formal surgidas desde 1919 con arreglo al procedimiento
52 Concepto de Constituci6n El concepto positivo de Constitución 53

más difícil del art. 76 C. a. No se Ie entrega un ejempIar de Ia Iey de reforma 2. La Constitución de Weimar es una Constitución, no sólo una serie
de Ia Constitución de 30 de agosto de 1924 (Gaceta Legislativa dei Reich, de Ieyes constitucionales. Envuelve Ias decisiones políticas fundamentales
lI, págs. 235-357), emitida sobre Ia base del protocolo de Londres de a favor de una Democracia constitucional. Pero, por lo demás, se encuentra
16 de agosto de 1924; tampoco, a pesar deI art. 178, 2, 2, un ejempIar en los desarrolIos legal-constitucionales como en disposiciones diversas -so-
dei Tratado suscrito en VersalIes en 28 de junio de 1919. bre todo en la segunda parte, bajo eI eplgrafe «Derechos y deberes funda-
mentaIes de los alemanes»- una reunión de programas y prescripcion,es
llI. EI carácter de compromiso de la Constituci6n de Weimar. positivos basados en los más distintos contenidos y convicciones poüticos,
1. La Constitución de Weimar es una Constitución porque contiene sociales y religiosos. Garantias individualistas burguesas de Iibertad perso-
Ias decisiones políticas fundamentales sobre Ia forma de existencia política nal y propiedad privada, puntos de programa socialista y Derecho natural
c~mcre~a deI puebIo aIemán, antes enumeradas (v. lI, 1). Pero en Ias par- católico han sido mezclados en una síntesis con frecuencia confusa. Res-
tlcuIandades de Ia reguIación legal-constitucional asl como en ciertas de- pecto a e!lo hay que observar que entre Ias últimas contraposiciones de
elaraciones y programas que fueron aceptados ed el texto de Ia Constitu- convicciones religiosas auténticas, así como entre auténticas contraposicio-
ció~'. ~e encuentran algunos compromisos y.oscuridades que no contienen nes de clases, es, en general, apenas posible un compromiso, y en todo caso
declSlon aIguna y en los que, por el contrano, los partidos de Ia coalición muy difícil. Tratándose de una Constitución, sólo es posible cuando la
buscaron sosIayar úna decisión. Las decisiones pIanteadas de modo inme- voIuntad de unidad política y Ia conciencia estatal pesa más que todas las
diato con Ia situación política no pueden, naturalmente, ser sosIayadas en contraposiciones religiosas y de elase, con lo que se relativizan aque!las di-
la Constitu.ción, pues, si no, ésta no existiría. Si una Asamblea «constitu- versidades eclesiásticas y sociales. Las cuestiones políticas fundamentaIes
yente. intentara eludir Ia decisión, Ia decisión recaerla entonces fuera de que han de ser inmediatamente decididas con Ia situación política -asl,
Ia AsambIea, por vias violentas o pacificas; en el último caso poe!ría ocurrir en 1919, la cuestión: (Monarquía o Repúblíca? (Democracia constitucio-
que una simpIe Iey aportara Ia decisión, o acaso un sencilIo precedente cuya nal o Dictadura de Consejos?- no podlan ser ni fueron eludidas. AquI
hubiera resultado imposible un compromiso, y, de haber tenido Iugar,hu-
eficacia misma sóIo es explicabIe si se quiere reconocer en éI Ia voIuntad f· biera sido sólo con la antes citada consecuencia de una decisión apócrifa.
uel pueblo como sujeto dei poder constituyente.
Hubiérase perdido el carácter de Constituci6n escrita; la decisión habla te--
La Asamblea nacional francesa intentá, ai formular Ias leyes constitucionales de 1875. nido lugar en Ia via del Derecho consuetudinario, de Ia práctica, particu-
dejar abierta la posibilidad de uo restablecimiento de la Monarquía. Estas leyes cons- larmente por medio de precedentes del estilo de los acontecimientos
tirucionales no envolvían, pues, una decisión clara para la. cuestión a decidir: cMo- ocurridos en Francia después de 1875.
narquía o República?; las leyes constitudonales eran una «Constitución de expectativa Pero la Constitución de Weimar no contiene todas las decisiones polí-
monárquica» (J. Barthélemy), La dedsión recayá 'después: en parte, en la ley de ticas fundamentales ineludibles en el afio 1919. La gran alternativa: orde-
14 de agosto de 1884 (para completar el § J, art. VIII, de la ley constitucional nación burguesa o socialista de Ia sociedad, ha sido despachada evidente-
de 25 de febrero de 1875), que determina que la forma republicana de gobierno no mente 5610 mediante un compromiso. La segunda parte de la Constitución
puede ser objeto de una propuesta de reforma; en parte, la decisi6n había recaído
de .Weimar muestraen las determinaciones sobre los derechos y deberes
ya de ,antemano con la actitud deI pueblo francés: en 1875 fue elegida una mayoría
republicana para la Cámara; en 1877, e1 intento de Mac Mahon de disolver la' Cá~ fundamentales de los alemanes uo «carácter mixto», «en derta medida, un
mara dio por resultado la e1ección de una nueva mayorfa republicana. El desvío dei grado intermedio entre concepciones burguesas y socialistas» (asl, el dipu-
pueblo hacia los métodos de la attente monarchique fue tan fuerte y tan claro que tado socialista Katzenstein, Prot., pág. 186). En realidad, sin embargo,
esta malograda' disolución se convirtió en un precedente de trascendencia inaudita: se introdujeron en parte, y en parte se proelamaron como programa, sólo
desde entonces ha desaparecido en la práctica eI derecho de disolución dd Presidente una serie de reformas sodales, mientras que no se extrajeron consecuencias
francés, así como su derecho de veto; a pesar dei texto expreso de la ley, ya no pue-- pof{ticas específicas de los principios dei socialismo. La decisión fundamen-
den ser empleados, Todos los dictámenes de los juristas que se escudan en ese texto tal recayó por completo a favor dei Estado burgués de Derecho y de la
y dan a entender que formalmente vale todavfa y no ha sido derogado por ninguna Democracia constitucional. Se quería no discutir «sobre principios, sobre
ley (comp" po~. __ ejempl0. Ia interesante encuesta en la Revue des Vivants, septiem~
concepciones totales», y «ponerse de acuerdo en Ia reguIación de relaciones
bre 1927, págs'~::259 y sigs.), no han podido cambiar nada en la eficacia de ese prece~
de~te de 1877; -La notable fuerza de un tal caso consiste en que, con aquella recu~
concretas» (Düringer, Prot., pág. 186). Pero el dilema de principio no
sacIán deI «golpe de Estado» de Mac Mahon, recayó la decisión política deI pueblo podia soslayarse en Ia situación dada. La decisión tenla que recaer a favor
francés, por la República y contra la Monarquía, decisión que la Asamblea nacional ,dei status quo social, es decir, a favor dei mantenimiento del ordenamiento
había ln~entado soslayar en las leyes constitucionales de 1875. Pero, tan pronto como burgués de la sociedad, en cuanto que Ia otra decisión, revolución socia-
es. conocldo r reconocido eon claridad _este sentido deI precedente, puede recibir el lista, consecueiltemente practicada a manera de Constitudón soviética, ha-
dereeho de disolución su significación propia y normal, y ponerse otra vez en prácties. bla sido recbazada expresamente, ineluso por los socialdemócratas. (<<Las
Concepto de Constituci6n El concepto positivo de Constituci6n

enormes agudezas y decisoriedad de la Constirución soviética, las rechaza- se adoptaran las decisiones políticas esenciales, ninguna raz6n hab!a en con-
mos nosatras, los socialdemócratas», Katzenstein, Prot.} pág. 186). Lo tra para aplazar la decisi6n de otras cuestiones, dejando intactos, por lo
que hab!a de desprenderse de tal conducta lo expres6 el diputado Martin pronto, los contrastes religiosos y sociales. Hubiera sido insensato y mues-
Spahn: «.1':1' fijar la relaci6n deI Estado con los movimientos sociales se tra de deficiente discernimiento jurídico confundir y tomar por auténtico
encuentra más aliá dei terreno en que descansan las viejas Constituciones. compromiso objetivo el compromiso de f6rmula dilatoria, tratando persis-
Sby de opinión de permanecer en eI antiguo punto neutro, no colocándo- tentemente contrastes objetivos de principio con los métodos de tales com-
nos ahora ya en el terreno de los movimientos sociales surgidos por la re- promisos de f6rmula.
volución, pues no se ha concluído aún el proceso, y no podemos prescin-
dir hoy de la direcci6n que todavia puede tomar» (PrOl., págs. 155-6). Los ejemplos típicos de compromisos de fórmula dilatoria se encuentran cn la
parte segunda de la Consútución de Weimar. sobre todo co las secciones tercera y cuar-
Las «viejas Constituciones» no eran en modo alguno Constituciones que ta, que regulan las relaciones de Estado e Iglesia, y Estado y Escuela. Estado e Iglesia
desconocieran «la relación deI Estado eon los movimientos sociales»; eran no se separan cn la Constituci6n de Weimar, es decir. la Iglesia no es considerada
Constituciones deI Estado burgués de Derecho, y conten!an por eso la de- como sociedad privada, ni la religión como ~asunto privado»; el Estado no se hace
cisión a favor de principios de la libertad burguesa que más adelante (§ 12) laico. Las exigencias del liberalismo radical burgués y eI programa de la socialdemo-
habremos de discutir: derechos fundamentales y distinci6n de poderes. La cracia, que es liberal en estas cuestiones de la Uamada política cultural, no se reali-
manifestaci6n dei diputado Martin Spahn no significa otra cosa sino que zaron. La religión no puede ser asunto privado seglÍn Ia Constitución de Weimar,
la cuesti6n: Estado burgués de Derecho o Estado proletario de elases, se porque las sociedades religiosas siguen siendo corporaciones de Derecho público, como
decidió en el sentido dei Estado burgués de Derecho. Aqu!, la decisi6n habIan sido hasta entonces (art. 137, C. a.) y no se comprende qué cosa hubiera sido eo
era insorteable e ineludible. ellas ~públic3», si la religi6n era algo puramente privado. E1 Estado no puede sepa-
rarse radicalmente de un asunto de la vida pública, recooocido·como público. También
3. Las determinaciones de la Constiruci6n de Weimar contienen ade- la enseiianza religiosa está reconocida por la ley constitucional como asignatura ordi-
más una serie de compromisos no auténticos, de otra naturaleza, a dis- naria en las escue1as (art. 149, 1), y e! reconocimiento deI domingo y dIas festivos (ar-
tinguir de aquellas decisiones auténticas de las cuestiones de principio, a tículo 139) hace imposible una separaci6n radical de Estado e Iglesia. De otra parte,
distinguir también de los compromisos auténticos en particularidades no no puede haber, sin embargo, una «Iglesia deI Estado»- (art. 137, 1), ni siquiera en
de principio, en que encuentran 5U regulación y ordenación objetiva, me- la medida en que hasta entonces e! Estado prusiano ruzo de la religi6n cristiana el
diante transacciones, detalles de organizaci6n y de contenido. Se les podr!a fundamento de la vida pública (art. 14 de la Constitución prusiana de 1850 -sobre
lIam ar compromisos apócrifos, porque no afectan a decisiones objetivas esta, Anschütz: Die Verfassungsurkunde lür der preussischen S/aot, 1912, págs. 260
logradas mediante transacciones, sino que precisamente consiste su esen- y sigs.). La cuestión de si 10 público de la vida en Alemania debe conservar como hasta
entooces un carácter especIficamente cristiano, no está denegada con daridad. Para la
cia en alejar y aplazar la decisi6n. EI compromiso estriba, pues, en encon- práctica diaria de la Administraci6n estatal y municipal, para eI manejo de los con-
trar una f6rmula que satisfaga todas las exigencias contradictorias y deje ceptos policiales como «orden público», es J!SO de la mayor significación inrnediata;
indecisa en.una expresi6n anfibiol6gica la cuesti6n litigiosa misma. Sólo compárese Ia decisión deI Tribun'aI· administrativo de Prusia, t. 43, pág. 300: «La reli-
contiene a~(una aproximación externa, verbal, de contenidos objetivamente gión cristiana es eo e1 Estado prusiano, por su formación histórica y constitucional,
inconciliablés. Tales compromisos ap6crifos son verdaderos compromisos en una parte deI orden público, estando por eso sometida a la protección policial.» En
derto sentido, pues no resultarían posibles si no hubiera. inteligencia entre otras partes se encuentran postulados de una verdadera separación de Estado e Iglesia.
los partidos. Pero la inteligencia no afecta al fondo; se está conforme sólo EI art. 138, C. a., por ejemplo, prevé un rescate de las prestaciones estatales a las
en aplazar la decisi6n y dejar abiertas las más distintas posibilidades y sig- sociedades religiosas mediante la legislación deI País. «Las prestaciones estatales a Ias
nificados. EI compromiso no afecta a la solución objetiva de una cuestión sociedades religiosas basadas en ley, contrato o título jurídico especial, serán redimidas
por la legislación de! paIs. Las bases para eUo las fija e1 Reich.» Así se correspondi6
por media de transacciones objetivas, sino que el acuerclo tiencle a con- a una exigencia de plena separaci6n financiera sostenida por dem6cratas y socialistas
tentarse con una f6rmula dilatoria que tenga en cuenta todas las preten- independientes. Pero la cuesti6n es si esta disposición deI artículo 138 significa, al mis-
siones. También se encuentran en la Constituci6n de Weimar ejemplos de mo tiempo que disposición de un rescate, prohibici6n de ulteriores prestaciones deI
estos compromisos de f6rmula dilatoria. Esto se entiende con s610 consi- Estado a la Iglesia. Se ha sostenido, por una parte (Israel: Reich, S/aa/, Kirche, 1926,
derar las deliberaciones de la Asamblea nacional de Weimar. E. VERMEIL i. página 19), interpretando la ra/io deI art. 138, que es ley constitucional deI Reich la
ha descrito en su obra sobre la Constituci6n de Weimar (Estrasburgo, 1923, prohibición de todo futuro gasto de recursos deI Estado para Ia Iglesia. Por otro lado,
sobre todo, pág. 223) las contradicciones y la falta de una «homogénea y se hace valer que los partidos de derecha y e1 Centro católico sortearon ~de manera
coherente doctrina» en el seno de la Asamblea nacional. En los fuertes tácti~amente hábil» la discusión sobre este punto, habiendo impedido asI la entrada
contrastes eclesiásticos y sociales existentes en Alemania, y en una situa- de una prohibición en eJ. texto constitucional (E. R. Huber: Die Garantie der Kirli-
ción tan crítica como eI verano de 1919, no podían tratarse compromisos chen Vermõgensrech/e in der Weimarer Verlassung, 1927, págs. 5..6). Lo que significa:
la cuestión de la separación financiera no fue decidida, y no debió ser decidida. El
dilatorios, si hab!a de lIegarse a una resoluci6n. Dado el supuesto de que
I.

56 Concepto de Constitución El concepto positivo de Constituci6n 57

resultado es, como cas! Slempre que se suspenden las decisiones. mantenimiento deI recae, como decisión política, mediante la propia ley de escuelas, esto es,
status quo. En general, puede decirse que la Constituci6n de Weimar ha separado cuando se trata de ejecutar el campromiso de fórmula, y no mediante inter~
y alejado el Estado de la Iglesia, quitándole así su influencia, pero no ha separado, por pretaciones y apreciaciones jurídicas. Porque no cabe interpretar una volun-
el contrario, la Iglesia deI Estado.
tad inexistente. Donde no hay voluntad, nada tiene que hacer la más aguda
El segundo ejemplo de uo compromiso de fórmula dilataria está implícito eo el
penetraci6n jurídica. Toda consideración <mormativa» acaba aquí en una
llamado compromiso de la escuela, deI art. 146, C. a. En e1 párrafo primero se coloca
el precepto fundamental de la escuc:la simultânea; eo el segundo se coloca como prin- preocupada pedantería.
cipio independiente, «eo 10 posible», la «voluntad de padres o tutores», es. decic, Si la Constitución de Weimar no contuviera más que tales compromisos
prácricamente, hoy, Ia escue1a coofesianal. En el art. 144 se reconoce e1 precepto fun- dilatorios, sería ilusorio 5U valor y habría que convenir en que las decisio-
damental de la escue1a deI Estado y se dice que en la inspección escolar deI Estado nes políticas fundamentales recayeran luera de los procedimientos y méto-
pueden participar los Municipios, mientras que para nada se nombran aquí las sacie. dos constitucionalmente previstos. Pera Ia sustancia de Ia Constitución de
dades religiosas; pera según el art. 149, 1, la enseiíanza reIigiosa es asignatura ordi. . Weimar estriba -política como jurídicamente- en que adopta de clara e
naria en las escueIas y «ha de exponerse de acuerdo con las normas básicas "de las indistinta manera las decisiones políticas fundamentales sobre la forma po-
correspondientes sociedades religiosas». Así se han implantado, unos junto a otros, los lítica y los principios dei Estado burgués de Derecho. Sin esta decisión
puntos de vista de una escuela dei Estado rigurosamente establecida, una fijada por
política, sus determinaciones orgánicas serlan s610 las normas de un fun-
la voluntad de los padres o tutores, una escuela confesional y una escueIa libre. La
colisión de estas principios es inevitable cuando se quiere poner en marcha una ley
escolar a base deI art. 146. La colisión puede resolverse por simple «sf» o «no», o por
!I cionar sin sustancia y las prescripciones de sus distintas leyes tendrían s610
eI significado de un éxito táctico logrado por una coalici6n de partidos en
un momento favorable para proteger los intereses particulares de los parti-
compr~misos objetivos y concesiones recíprocas. Pero allí donde se reconocen principias,
unos Junto a otros en plano de igualdad, no se contiene decisión objetiva alguna, oi
, dos contra las cambiantes mayorías parlamentarias.
tampoco auténtica decisión de compromiso, sino envio a un compromiso ulterior, es
decir, aplazamiento provisional de la decisión. Desde una posici6n socialista radical podría sostenerse que es inesencial Ia deci-
si6n dei pueblo alemán contenida en la Constituci6n de Weimar, y decir que el tema
Estos dos ejemplos de compromiso de f6rmula dilatoria son de la mayor propio de la situaci6n deI afio 1919 afectaba a la contraposici6n de c1ases de ,~a b.ur-
significación jurídica, porque muestran c6mo alguna determinaci6n legal- gues{a capitalista y el proletariado socialista, y que, en esta cuesti6n, la ConstItUCl6n
de Weimar contenfa, en todo caso, tan s610 un oscuro compromiso de f6rmula .dilatoria.
constitucion.al no contiene decisión, ni tampoco decisión de compromiso. Esto -es inexacto. La Constitución de Weimar adopta aqui una decisión: el Reich
Puede ser/como se ha dicho, políticamente discreto y razonable aplazar alemán es una democracia constitucional. Lo que en aquella opini6n socialista se de-
de esa manera la decisión_ Pero hay que tener noci6n de la particularidad signaba como compromiso, lo es de hecho en medida no muy elevada, com~ l~ son la
deI compromiso de fórmula dilatoria, porque, si no, la interpretación jurí- socialdemocracia y la Segunda Internacional mismas: un compromiso de ideas liberales,
dica de tales determinaciones constitucionales incurre en una irremediable democráticas y socialistas. La alternativa política: República de Consejos eon Dictadura
confusión. Si ha de fijarse la «voluntad de la leY" y no existe en realidad deI Proletariado O Estado liberal de Derecho. con forma de gobierno democrática, se
otra voluntad que la de no tener provisionalmente voluntad ninguna en este encuentra, en todo caso. decidida con c1aridad.
asunto, sino aplazarla, todas las habilidades literales, todas las investiga-
ciones dei momento hist6rico, incluso todas las declaraciones privadas de
los diputados participantes, sólo conducirán aI resultado de que se acen-
túan y ponen en juego una palabra dei texto legal contra la otra, una frase
contra la otra, sin que, en tanto se actúe can honradez intelectual, sea po-
sible una demostración convincente. Cuando' ellegislador utiliza tales f6rmu-
las, e!lo tiene justamente el sentido de que los distintos partidos y prin-
cipios pueden invocar eI texto constitucional. AsI se explica que en la
actualidad (olOno 1927) la ejecuci6n por Ley de Escuelas dei !lamado com-
promiso de la escuela (art. 146, C. a.) presente el cuadro de una eterna
discusión sin esperanza, en que ambas partes apelan, convencidas, aI texto
de la ley constitucional y que, tanto juristas destacados como R. Thoma
y K. Rothenbücher, como también eI Gobierno prusiano, eleven contra
eI proyecto dei Gobierno dei Reich eI recurso de violación de la Constitu-'
ción o de inconstitucionalidad (comp. W. Landé, Aktenstücke zum Reich-
svolksschulgesetz, Leipzig, 1927, págs. 112, 113, 125). La decisi6n objetiva
§ 4 Concepto ideal de Constituci6n

CONCEPTO IDEAL DE CONSTITUCION los ideales de libenad liberal-burguesa con la autooeterminaci6n democrática deI pue-
blo; comp. la ddinici6n de Constüución en Lorenzo von Stein, antes, § 1, pág. 32.
(<<Constirueióo», llamada así en un sentido distintivo
y a causa de un cierto contenidol Con la aglomeración de un concepto ideal de Constitución y atros con-
ceptos de Constitución, o con la unión de distintos ideales de Constitución,
surge fácilmente la confusión y oscuridad. Cuando adquieren influjo polí-
tico partidos con opiniones y convicciones contradictorias, se mani6.esta su
fuerza política en que prestan a los conceptos -imprecisos por necesidad-
de la vida de! Estado, tales como Libertad, Derecho, Orden público y se-
guridad, su contenido concreto. Es explicable que «libertad», en e! sentido
de una ordenación social burguesa apoyada en la prapiedad privada, signi-
fique cosa distinta que en e! sentido de un Estado regido por un proletariado
socialista; que el mismo hecho calificado en una Monarquía como «aten-
tado a la tranquilidad, seguridad y orden públicos» sea juzgado de otro
modo en una República democrática, etc. Para e! lenguaje dei liberalismo
burgués, sólo hay una Constitución euando están garantizadas propiedad
privada y libertad personal; eualquier otra cosa no es «Constitución», sino
despotismo, dictadura, tiranía, esclavitud o como se quiera llamar ..Por, el
contrario, para una consideración marxista consecuente, una Constltuc16n
que reconozca los principias de! Estado burgués de Derecho, sobre todo
I. Con freeuencia se designa como «~erdadera» o «auténtica» Cons- la propiedad privada, es, o bien la Constitución de un Estado técnica y
titución, por razones políticas, la que responde a un cierto ideal de Cons- económicamente retrasado, o, si no, una pscudo-Constituci6n reaccionaria,
tituci6n. una fachada jurídica, desprovista de sentido, de la dictadura de los capita-
La terminologia de la lucha política comporta e! que cada partido en listas. Otro ejemplo: para la concepción de un Estado laico, esta es, rigu-
lucha reconozca como verdadera Constitución sólo aquella que se corres- rasamente separado de la Iglesia, un Estado que no practique ~sa separa-
panda con sus postulados políticos. Cuando los contrastes de principias p0- ción no es un Estado libre' al contrario, para una cierta especle de con-
líticos y ·.~ciales son muy fuertes, puede llegarse con facilidad a que un vicción confesional y religio~a, un Estado sólo tiene verdadera Constituci?n
partido niegue el nambre de Constitución a toda Constitución que no satis- cuando considera la situación de hecho, social y económica, de la Iglesla,
faga sus aspiraciones. En particular, la burguesia liberal, en su lucha contra le garantiza una libre actividad pública y autodeterminación, protege sus
la Monarquia absoluta, puso en pie un cierto concepto ideal de Constitu- instituciones como parte de! arden público, etc.; sólo entonces se concederá
ción, y lo llegó a identificar con e! concepto de Constitución. Se hablaba, por parte de la Iglesia que pueda hablarse de "libertad». Por eso son posi-
pues, de «Constitución» sólo euando se cumplían las exigencias de libertad bles tantos conceptos de Libertad y Constitución como principias y con-
burguesa y estaba asegurado un adeeuado influjo político a la burguesia. De vicciones políticos.
esta forma surge un concepto singular, distintivo, de Constitución. Asi, cada
Estado no tiene ya por si mismo una Constitución, sino que hay Estados II. El concepto ideal de Constituci6n dei Estado de Derecho.-En e!
eon y sin Constitución, Estados «constitucionales» y Estados «no consti- proceso histórico de la Constitución mod~rna ha prosperado tanto ~n de-
tucionales». Se habla de una Constitución constitucional de! Estado, lo que terminado concepto ideal, que, desde e! sIgla XVIII, sólo se han deSIgnado
sería absurdo en si mismo, si no hubiera un cierto programa político en e! como Constituciones aquellas que correspondian a las demandas de libertad
fondo de! concepto de Constitución.
burguesa y contenian ciertas garantias de dicha libertado
También Ia llamada Teorfa positivista deI Estado ha identificado aqui «Constitu- 1. Constituci6n = un sistema de garantias de la libertad burguesa.
ci6n» y «Constituci6n constitucional dei Estado» (G. Jellinek: Staatslebre, pág. 499). Este concepto de Constitución descansa en la división entre Constituciones
Se refleja aqui eo la Teoria del- Estado y de Ia Constitución e1 éxito polftico de un liberales y no-liberales, división de infinitos significados en 51 misma, p.ero
movimiento. Los maestros de Derecho poIftico deI sigla XIX tienen. en general y tam- que recibe su significación concreta de unas palabras de Montesqu~eu.
bién eo Alemania, un cierto ideal de Constitución, el liberal-burgués. que, tácitamente, Se trata de la frase de! Esprit des lois, lib. XI, caps. 5 y 7: «Unas ConstItu-
coloca0 eo Ia base de sus deducciones jurídicas, incluso cuando obtienen algunas dis· ciones tienen como objeto y /in inmediatos la gloria de! Estado (la gloire
tinciones teóric'as. Por 10 clemás, en el concepto de Constituci6n deI sigla XIX se unen de l'état),- Olras, la libertad política de los ciudadanos.» Con esta se esta-
f

60 Concepto de Constituci6n Concepto ideal de Constituci6n 61

blece la distinci6n fundamental entre Libertad y Poder, liberté y gloire. Asf, dice el tan citado art, 16 de la Declaraci6n francesa de Derechos deI Hom-
EI mism~. :Montesquieu las trata todavía como dos criterias igualmente bre, de 1789 (según el modelo de Constituciones norteamericanas, por ejempIo, Massa-
chusetts Y' Newhampshire): «Toda sociedad donde no está asegurada la garantia de los
I~gítimos y valiosos de la vida dei Estado. Con los avances de la burguesía derechos, ni determinada la separaci6n de los poderes, no tiene Constituci6n,~ (Toute
liberal, la :lbertad burguesa se convirti6 en eI criterio adecuado, no para société dans laque1le la garantie des droits n'est pas assurée, ni la séparation des
I~ vlda poliuca dei Estado en general, y sobre todo no para su política exte- pouvoirs déterminée, n/a pai de Constitution.) Igual es la concepción de la Filosoffa
flor, es clerto, pero si en eI terreno de la legislación constitucional. EI deI Estado dei idealismo alemán, sobre todo de Kant y Hegel (comp, después, § 12, pá-
e)emplo de los Estados Unidos de América y de la Constituci6n de la Re- gina 138), Para la Constitucí6n de Weimar es importante el que también Hugo Preuss
volución francesa dio su impronta a este tipo y fijó eI esquema de esta \- participa de esta concepci6n y habiendo adoptado para sus primeros proyectos deI texto
especie de Constituciones: só!o se considerarían Constituciones liberales la posición, que también sostuvo en principio en Ias' amplias deliberaciones, de que Ia
dignas dei nambre de «Constitución», aquellas que contuvieran alguna's ga~ organización del Poder dei Estado era más importante para la garantía de la libertad
rantías -ya a discutir- de la Iibertad burguesa. burguesa -eI criterio decisivo también para él- que la proclamación de derechos
fundamentales y de libertado
En .el ?ercch~ constitucional comparativo de Esmein, por ejemplo, se tratan 5610
«Con~tuucl0nes hberales». Estas son para él de Inglaterra, de Estados Unidos de 3. Constitución = Constitución escrita (documento constitucional).-.
América Y, de, Francia, asf como las influídas por ellas y correspondientes a su tipo. La exigencia política de una Constitución escrita IIevaba a una equipara-
Las ConstltUCIones de, la Monarquía constitucional alemana y Ia deI Imperio alemán ci6n: Constituci6n = .Constituci6n escrita, que, como antes (§ 2, pág .. 38),
de ~871 no SO~ es~~dladas, P?r no ser Conscituciones liberales de ese tipo. Por el con- se expuso, es, primero, un pacto instrumentado (entre Príncipe y Estamen-
trarIO, la ConstltUClon de Welmar de 1919 es tenida en cuenta en las nuevas ediciones tos o Representaci6n popular); después, una ley constitucional escrita. Tam-
(desde 1921).
bién estas expresiones se explican por la situación poHtica. En la Edad
Media se fijaron por escrito convenios entre eI Prlncipe y sus vasallos o
Son garantias constitucionales de la Iibertad burguesa: reconocimiento Estamentos, que se denominaban «cartas», y de los que constituye el ejem-
d,e lo.s, derechos fundamentales, divisi6n de poderes y, aI menos, una parti- pIo más famoso la «Magna Charta» de 1215. Pero estas cartas eran de
ClpaClOn deI pueblo en el poder legislativo mediante una Representaci6n hecho convenciones bilaterales, IIamadas Stabilimenta, entre ambas partes,
popular. Después vienen otras exigencias, según la situaci6n política; por afianzamiento de privilegios a los vasalIos o estamentos, y por cierto me-
e)emplo, en eI siglo XIX, la exigencia de un Gobierno parlamentario carac- diante contraprestaciones de su parte -por tanto, como dice atinadamente
terizado como Gobierno libre, free government a causa de la cua} f~e con- Bernatzik, una relaci6n de utilidad recíproca- ein «selbstnütziges Ver-
siderada como Gobierno liberal la Monarquia 'constitucional en Alemaiüa, baltnês». Por consecuencia, ahí se da algo distinto en esencia a una Cons-
que careqa, de Gobierno parlamentario -mientras que el Gobierno no- titución moderna en eI sentido de una decisi6n poHtica total. EI primer
parlamentario de los Estados Unidos de América pasaba, a pesar de ello, ejemplo de una moderna Constitución escrita es eI «Instrument of Go-
por Gobierno liberal. vernment» de CromweIl, dei afio 165'3. EI mismo CromweIl se manifestó
2. Constitución = a la IIamada división (mejor dicho, distinción) de· acerca de la finalidad de este instrumento: habla de dar una regIa perma-
poderes. La lIamada divisi6n de poderes, que después (§ 15, pág. 186) nente, inviolable frente a las cambiantes resoluciones mayoritarias dei Par-
discutiremos, con su distinción entre Legislación, Administración y Justi- lamento; en todo Gobierno necesitaba haber algo de fundamental, algo
cia, es considerada desde el sigla XVIII, en un sentido especial, como con- como una gran Carta que fuera permanente e invariable. La equivoca pala-
tenido necesario de una Constitución liberal y auténtica. Contiene la garantia . bra «fundamental» recibe aqui eI sentido de: absolutamente invulnerable.
orgánica contra el abuso deI poder dei Estado. La proclamación de los EI que un Parlamento, por ejemplo, nunca pueda declararse corporaci6n
derechos fundamentales significa s610 eI establecimiento de un principio ge- permanente es para él uno de tales principios fundamentales. Si el Legis-
neral de la Iibertad individual, pero no todavia la introducción orgánica lador, esto es, el Parlamento, pudiera cambiarlo, ya no habrla seguridad, etc.
mediante una estructura dei Estado determinada por la meta de la Iibertad ,. Los afanes de CromweIl quedaron malogrados. La práctica moderna. de las
burguesa. Asi se explica que la «divisi6n de poderes» lIegara a ser una Constituciones escritas comienza, pues, cuando, al separarse de Inglaterra
característica de la Constituci6n. AIII donde no se ha introducido o donde sus colonias de Norteamérica, declarándose Estados independientes, formu-
se ha suprimido, domina eo ipso, según esta concepción, el.despotismo, laron por escrito sus Constituciones, Un «Congreso» invitó a todos los Es-
el absolutismo, Ia dictadura --denominaciones que no son simples frases tados, en 1776, a hacerIo asL Desde la Revoluci6n francesa de 1789 y la
p,olíticas, sino que han recibido su sentido político por un contraste: de- primera moderna Constitución escrita deI continente europeo, Ia Constitu-
slgnan la negación dei principio orgánico de la distinción entre Legislativo ci6n francesa de 1791, vienen, por regIa general, en la fundaci6n de Esta-
Ejecutivo y Justicia. ' dos y después de revoluciones, Constituciones con un contenido típico,
62 Concepto de: Constituci6n
§ 5
cuyo esquema se ha correspondido hasta .ahara casi siempre ean el esquema LA SIGNIFICACION DE LA PALABRA
fundamental dei Estado burgués de Derecho con derechos fundamentales
y división de poderes, que más adelante .(§ 12, pág. 138) habremos de dis- «LEY FUNDAMENTAL», NORMA FUNDAMENTAL
cutir. También lo sigue aún Ia Constitución de Weimar. La Constituci6n O «LEX FUNDAMENTALIS»
de Ia República de los Soviets de 11 de julio de 1918 ha renunciado a este
esquema deI Estado burgués de Derecho y estabIecido un nuevo tipo de (Ojeada panorámical
Constituciones, Ia Constituci6n socialista soviética.

UI. EI concepto ideal todavia hoy dominante de Constituci6n es eI


ideal de Constitución de! Estado burgués de Derecho. Si se prescinde de
Ia Rusia bolchevista y de Ia ltalia fascista, puede decirse que ese concepto
ideal está todavía en vigor en Ia mayor parte de los Estados dei mundo.
La particuIaridad de su ideal de Constitución consiste en que con éI se adop-
ta una organización dei Estado desde un punto de vista crítico y negativo
frente aI poder deI Estado -protección dei ciudadano contra e! abuso dei
poder der Estado--. Los medios y métodos dei controI sobre eI Estado se
organizan más que eI propio Estado; se crean seguridades contra ataques
estatales, y se trata de introducir frenos en e! ejercicio dei poder público.
Una Constitución que no contuviera otra cosa que esas seguridades propias
dei Estado burgués de Derecho no podría concebirse, pues e! Estado mis-
mo, Ia unidad política, lo que ha de ser controlado, necesita existir de I. Oieada.
antemano o ser organizado aI mismo tiempo. La tendencia de! Estado bur-
gués de Derecho va en e! sentido de despIazar lo político, limitar en una 1. En un sentido general, no preciso, ·se I1aman .«Ieyes ~ndament~­
serie de normaciones todas las manifestaciones de Ia vida dei Estado y les» todas las leyes o disposiciones que parecen de smgular Importancla
transformar toda Ia actividad dei Estado en competencias, limitadas en prin- política a las personas o grupos políticamente inJIuyentes en un momen-
cipio, rigurosamente circunscritas. De aquí resulta ya que lo característico to dado.
deI Estado burgués de Derecho sóIo puede integrar una parte de Ia total
Constitución dei Estado, mientras que Ia otra parte contiene Ia decisión . AS{, se llamaron leyes fundamentales (leges fundamentales) las numerosas dis~
positiva acerca de Ia forma de Ia existencia política. Las Constituciones de sidones, capituladones y privilegios de los Estamentos alem,anes fren,te aI ~mpera­
los actuaIes Estados burgueses están, pues, compuestas de dos elementos: dor -<omp., más adc1ante, pág. 69-. EI pertsamiento de la umdad política se disudve
de un lado, los principios de! Estado de Derecho para Ia protección de Ia y el concepto de ley fundamental se hace de este ~odo pluralista y relativo.
Iibertad burguesa frente aI Estado; de otro, eI elemento político dei que ha
de ·deducirse Ia forma de gobierno (Monarquía, Aristocracia o Democracia, 2. Ley fundamental = una ~orma absolutamente inviolable, que no
o un status mixtus) propiamente dicha. En Ia reunión de estos dos elemen- puede ser, ni reformada, ni quebrantada.
tos reside Ia particuIaridad de Ias actuales Constituciones dei Estado bur-
gués de Derecho. Esta duplicidad fija su esttuctura total y I1eva a una Comp. la manifestacióo de Cromwell, antes, pág. 61.
duplicación correspondiente de conceptos centrales, como eI concepto de
ley. La exposición que seguirá dei esquema fundamental de Ia Constituci6n 3. Ley fundamental = toda norma relativamente invulnerable, que
moderna (§ 12, pág. 138) y de Ia reIación de la forma de gobierno con la s610 puede ser reformada o quebrantada bajo supuestos dificultados (an-
condici6n de Estado de Derecho (§ 16, pág. 201) contiene sus líneas bási- tes, pág. 43). .
cas y su c;ó·~strucci6n. 4. Ley fundamental = el último principio unitmo de la unidad pC)-
IItica y de la ordenaci6n de conjunto. AquI se expresa eI concepto absoluto
de Constitución (antes, pág. 30).
5. Ley fundamental = cualquier principio particular de la organiza-
ci6n estatal (derechos fundamentales, divisi6n de poderes; principio mo-
nárquico, eI I1amado principio representativo, etc.).
63
'1
64 Concepto de Consti tuci6n La significad6n de la palabra «ley fundamental» 65
6. Ley fundamental = la norma última para un sistema de imputacio- pues, las leyes fundamentales -ipluraH- de la Constitución). 2. Las prescnpclones
nes normativas. Aquí se destaca e! carácter normativo, y en ley fundamental sobre instÍtudones orgánicas, «orgánicas», porque mediante ellas recihe eI cuerpo' fe-
se acentúa ante todo e! elemento <<ley» (antes, pág. 33). deral. por decirIo asr, los instrumentosj «los acuerdos que para ese fin adapta la Fede-
ración como normas generalei permanentes, pueden ser incluídos con raz6n entre las
7. Ley fundamental = toda regulación orgánica de competencia y leyes fundamentales» . .3. Las restantes leyes federales se fijan sóIo por modo negativo:
procedimiento para las actividades estatales políticamente más importantes; no son leyes fundamentales (Klüber: Oeflentliches Recht des Teutschen Bundes, 3.- edi-
y también, en una Federación, la delimitación de los derechos de és ta res- ci6n, 1831, pág. 60). Esta determinaci6n conceptual condene, en todo casa, algunos
pecto de los de los Estados miembros. de los distintos puntos de vista a distinguir para un esclarecimiento de los conceptos
8. Ley fundamental = toda limitación normada de las facultades o ley fundamental y Constitud6n. Por 10 demás, contribuye de seguro la condidón equí-
actividades estatales. voca de la paIabra «fundamental» en combinaciones como <<Dorma fundamental», etc.,
al gusto por tales expresiones; algo análogo se repite en derechos «fundamentales»
9. Ley fundamental = Constitución en sentido positivo, de donde la -después, § 14, pág. 164.
Uamada ley fOlidamental no tiene por contenido esencial una normación En las luchas constitucionales deI siglo XIX cambia el concepto de Constitución con
legal, sino la decisión política (antes, pág. 45). la situaci6n política y de intereses de los partídos beligerantes. En general, se introduce
aquI la equiparación de Constitudón y limitación dei Estado mediante los principios
11. Estas distintas signilicacione's se enlazan casi siempre en modos di- del Estado burgués de Derecho, según se ha compulsado antes en eI § 4, y todavfa
versos, según se acentúe uno u otro aspecto -inviolabilidad, unidad, arde- habremos de ver eo el curso ulterior de esta investigaci6n, sobre todo en la parte se-
nación de carácter principal, fundón limitadora, etc.-, y se le coloque gunda (págs. 201 y sigs.). A esto sigue Ia disolución y re1ativización de la Constituci6n
en ley constitucional, que todavia parece dominar hoy en Alemania.
en el primer plano. En general, puede decirse que el concepto se relativiza
y pluraliza tán pronto como se disuelve la condeneia de la existencia polí.
tica, mientras que se hace presente e! pensamiento de la Unidad cuando UI. En las exposiciones que siguen, la palabra Constitución se em-
esta condenei a vuelve a avivarse. Por lo demás, las distintas signincaciones plea en el sentido de! concepto positivo de Constitución antes desarrollado.
se suelen emplear unas junto a otras eoo superficialiclad confusionaria. Sobre todo, se distingue siempre con rigor entre ConstituCÍón y Ley cons-
ti tucional.
Asf. un conocidísimo Tratado dei sigla XVIII -Vatte!: Droit de! gem, capo lIr,
§ 27- contesta aI tema (qué es una Constituci6n? con las siguielltes frases: Consti-
tuci6n es «la ordenación fundamental que determina e1 modo y manera eo que debe
ser ejercida Ia autoridad pública» (lo que, en parte, seria fundón ordenadora, y en
parte, limitadora). «En ella se hace visible la forma bajo la cuaI actúa la Nadón
como cuerpo político» (aquí eI pensamiento de la unidad política representada); «cómo
y por quién debe ser regido un pueblo, cuáles son los derechos y deberes de los go-
bernantes» (aquí otra vez la signi6cadón, en parte, orgánica,' en parte, limitadora, de
la Constitudón). «En eI fondo, la Constitución no es otra cosa que la determinación
de la ordenaci6n en que una Nadón se propone alcanzar en comunidad los 6nes y
ventajas de la sodedad polftica (société politique)>>, etc. En el sigla XIX la determina-
dón conceptual de Constitudón se dificulta aún más por haberse complicado en e1
concepto de Constitución e1 concepto idear deI Estado burgués de Derecho (antes,
§ 4, pág. 59). Pera, aun con independencia de esta compilación, son extraordinaria-
mente grandes las dificultades que una clara distinción encuentra eo eI camino. Citemos
como ejemplo la ..~definición de Ias leyes fundamentales de la Federación» que, como
apéndice, se propuso en la Federación alemana con respecto al art. 13 deI Acta fede-
ral: La Comisión redactora hizo notar en su disertación (protocolo de la sesi6n 22,
de 16 de abril de 1820) que el concepto de una ley fundamental es «uno de esos
conceptos sencillos que antes se oscurecen que aclaran y fijan con las de6nidones».
Pero en 1819 habfa propuesto una Comisión de la Federación, creada para la fijación
técnica de este concepto: 1. Leyes fundamentales de la Confederación germánica son
aquellas prescripciones convencionales que afecten a la fundación de la Federación,
a la unión de sus miembros, a la fijación de su finalidad, asi como la de la totalidad, a
la participación de 105 distintos miembros de Ia Federación en su ejercicio ... Con estas
prescripciones convencionales se . formará la Constituci6n federal» (hay que distinguir,
Nacimiento de la Constituci6n 67
§ 6
NACIMIENTO DE LA CONSTlTUCION príncipe deI país afectaban a la garantia de privilegios, Iimitaciones del
poder deI príncipe, e incluso con frecuencia, aI derecho de resistencia at-
mada. No pueden designarse como Constituciones de un Estado estas innu·
merables estipulaciones, de Ia misma manera que seria erróneo trasladar
los conceptos del moderno Derecho político a tales relaciones medievales.
EI objeto propio de las Constituciones modernas, modo y forma de exis·
tencia de la unidad .política, no ·era el objeto de esas estipulaciones. Con
referencia ai «Estado» de estamentos, no poelría hablarse, ni de un Estado
monista, ni de uno dualista o pluralista; a lo sumo, de un conglomerado
de derechos bien adquiridos y privilegios. En numerosas cartas, capitulacio.
nes, etc., se «afianzaban» numerosos intereses particulares. La totalidad
aparece como el proceso de disolución de una unidad politica antes exis·
tente. La unidad política está supuesta aún, sólo en tanto en cuanto que es
ella lo que se disuelve, y a cuya costa participan en el botín grupos y orga·
nizaciones estamentales. Las estipulaciones no fundan, pues, ninguna unidad
politica ni contienen tampoco la decisión total sobre el modo y forma de
la unidad politica. Pero los esfuerzos constitucionales del siglo XIX podían
anudarse con ellos, porque limitaban y controlaban el ejercicio dei poder
del príncipe, siendo así posible que en las luchas constitucionales dei si·
glo XIX no sólo hablaran de «Constituciones estamentales» los Gobiernos
I. Una Constituci6n nace, o mediante decisi6n politica unilateral dei monárquicos, sino que también la burguesía -sobre todo, en los pequenos
suieto dei Poder constituyente, o mediante convenci6n plurilateral de va· Estados alemanes- tomara como punto de referencia frecuentemente tales
rios de tales suietos. estipulaciones estamentales y viera en ellos el modelo de una Constitución.
Una Constitución, en d sentido de uo Status idéntico a la situación total deI Es- En especial, la Magna Carta inglesa de 15 de julio de 1215 sude designarse como
tado, oace naturalmente con el Estado nllsmo. Ni es emitida ni convenida, sino que modelo y origen de las modernas Canstituciones liberales. El desarrollo del Derecho
es igual al Estado concreto eo su unidad política y ordenación social. Constitución en politico de Inglaterra tomó un curso peculiar, porque los sefiores feudales y esta-
sentido posüivo signjfjca un aeto consciente de configuración de esta unidad poliúca, mentos de la Edad Media (alta nobleza, caballeros y burguesia inglesa) y su represen-
mediante el rua! Ia unidad recibe su forma especial de existencia. Si varias unidades taci6n (Ia Câmara de los Lores y la Cámara de ·los Camunes) pasaron en un proceso
políticas y sujetos independientes deI Poder constituyente adoptan eo común, por s1 lento e insensible a las condiciones propias deI Estado moderno. E1 Parlamento ínglés
mismos, una tal dedsi6n, que fija uo Status político Y. por derta, eo concurrencia, apareci6 en la lucha contra el Rey como el sujeto de la unidad nacional, es decir,
entonces hay una Constituci6n pactada o una Constitución convenida. (Ambas pala- política, mientras que en otros países europeos era el Príncipe absoluto quien realizaba
bras, pacto y convención (Vereinbarung), queda0 aqui sin diferenciar,si bien no cabe la unidad (>Olítica en lucha contra los estamentos medievales. En Inglaterra podfan
desconocer la singularidad que Binding y TriepeI han dado deI concepto de convención transferirse, no mediando una aguda distinción, ideas e ínstituciones medievales a las
[convendón como fusi6n de distintas voluntades de comenido igual].) modernas ínstituciones dei Estado. Pero, aparte esto, Ia Magna Carta de 1215 es, en
su consideración histórica, no más que uno de los muchos ejemplos de estipulaeiones
I!. Ojeada histórica sobre el nacimiento de las modernas Constituo medievales entre Príncipe y sefiores feudales. Es un stabilimentum entre el Rey Juan
danes europeas. . y sus Barones, fijado en un documento probatorio (Carta). Su naturaleza jurídica ha
!. La situaeión política de la última parte de la Edad Media (del sido entendida de muy distintas maneras. Se la ha designado como una ley, porque
sigla XIII ai XVI) es designada con frecueneia como «Estado de estamen· fue dada por e! Rey, y tenra la forma de una concesión real; o como contrato de
tos». La unidad política como tal, se hab!a hecho problemática en la rea· Derecho público, en la forma de concesión real (Stubbs: Consto Hist., I, pá~. 569), o
también como contrato de Derecho privado (Boutmy: Etudes, pág. 40); segun Anson,
lidad y en la conciencia. La vieja constitución feudal militar se había di· es jtanto una Ley constitucional como una Declaraci6n de Derechos, como un pacto
suei to, haciéndose independientes en gran medida los vasallos. Ali! donde entre Príncipe y pueblo! Pero como ha mostrado William Sharp McKechnic (Magna
se formaban concentraciones estamentales (alta nobleza, baja nobleza, clero, , .... Carta, 2.& ed., Glasgow, 1914, págs. 104 y sigs), es inexacto aplicar a relaciones mecHe-
burguesía de las ciudades), se basaban en pactos jurados de los miembros. vales cualquiera de estas distinciones de! moderno Derecho político. La Magna Carta
Estas estamentos concluían pactos de múltiples clases, entre sí, y eon el se- es para McKechnic un Stahilimentum, es deeir, un acuerdo o estipulación sin ningún
nor del país, 'pera también con príncipes extranjeros. Sus pactos con el preciso sentido de Derecho político. El que se encuentre escrita no demuestra nada
66
68
Concepto de Constitución Nacimiento de la Constituci6n 69
dEI
en, fa.vo~ una Constitud6n, as{ como tampaca aIgunos giros de aparente generalidad
que no quede ningún poder al Estado» (Hegels Schriften zur Politik, ed. de
pnnclpa . nambre «Magna ,Carta» no Se explica hist6ricamente porque conten a
una ley fundamental en e1 sentIdo de las Constituciones modernas o d 1 od g Lasson, págs. 13-14). Desde el siglo XVII se discuti6 la cuesti6n de si este
derechos fundam t I ' e os m ernas notable conglomerado era una mezcla de formas de gobierno (Monarquía
d 12 el.· en a es, SinO por contraste con una «Parva Carta» o «Carta {aresta»
e 17 r aUva a derechos de caza; el nambre originario es «Carta liberta/um» o limitada y Aristocracia), un status mixtus o un sistema de Estados, es decir,
~(Carta Baronum». SóI~ siglas más tarde, desde e1 XVII, por la lucha deI Parlamento una formación federalista. La única respuesta posible, intelectualmente ho-
ln~és contra e1 absolutlsmo de los Estuardos, se Ie dia el sentido modern h 'é d I nesta, la dia Pufendorf (en el célebre escrito De Statu,Imperii Germanici,
crlgen de una Constitudón liberal. Pero seda un error histórico ver en o'U ael n o a publicado bajo el nombre de Severinus de Monzambano, 1667, capo VI,
5610 fuera po . '6 1 e a. aunque
á. S· r aproX!maCl n, a go análogo a una Constituci6n moderna liberal o demo- § 9, ed. de Fritz Salomon, 1910, pág. 126), que esta formaci6n es una
~r tlC~. 1 se g~rantlza en esa Magna Carta a todo «hombre libre» (freeman) ciertos
erec os prote~~dos contra el abuso deI poder real, eso es muy otra cosa ue una m0-
anormalidad y semejante a un monstruo. Para una consíderaci6n normativa,
derna Declaraclon de derechos deI Hombre y deI Ciudadano «Hombr 1qb era un caso ideal de Estado de Derecbo sobre eI fundamento dei precepto
tonces 61 1 B " . e I re» era en- paeta sunt servanda. La Constitución consistía en numerosas estipulaciones,
(M K ~ ? e á aron; 5610 el pasaba por homo libeT o, incluso, s610 como homo
c e~ me, p g. 1!5). A~I, pues, la Magna Carta hist6ricamente no es más que un pactos de privilegios, capituIaciones, etc., protegidos en forma jurisdiccional
co?vemo de una af1stoc:~cla feudal con un senor territorial, aI que renueva su home- mediante imperceptibles posibilidades procesales. EI más distinguido y po-
~a~e ~mo con~aprestaclon por los derechos garantizados. La eficacia política deI mo- líticamente poderoso estamento deI Imperio, los Príncipes electores, reno-
e o e esta agna Carta d~scansa en una idea legendaria que ciertos partidos se vaban y aumentaban estas derechos en cada nueva elecci6n dei Emperador
formaron de eUa. La Carta tlene como contenido eo 63 capítulos limitaciooes de la mediante nuevas capitulaciones electorales. Desde eI siglo XVII se designa-
sup~emacfa feudal dei Rey, lim.itacio?es de su supremacía judicial (dingún hombre libre ron estos pactos electorales y condiciones electorales 6jadas por escrito como
~eue, e s~r~echo preso o detemd?, smo por un Tribunal legal de personas de su cIase o leyes fundamentales I. Incluso eI ejercicio de las altas atribuciones políticas,
n
. rnF e erecho ~el paIs), .lfm1t~s deI derecho de impuesto, y, sobre todo, estableci-
ma~~:o .de un ComIté ~e reslste?Cla para el caso de que estas prescripciones no fueran como la declaración de exclusi6n de la comunidad de un Príncipe o cual-
All m~as (comp. Gnelst: Engltsche Verfassungsgeschichte, pág. 240· Richard Schmidt. quiera otro de los estamentos como condición previa para una ejecución,
gememe Sta~tslehre, II, 1903, págs. 490 y sigs.). ' . terminó por ser enlazado a un procedimiento procesal y a la anuencia de
La Declaraclón de derechos de 1688 (Bill 01 Rights) es por la forma una fijaci6n los demás estamentos. Ni siquiera en caso notorio de ruptura de la paz inte-
contractual entre el Príncipe de Orange llamado al trono' por e1 Parla~ento inglés rior y resistencia abierta, podía eI Emperador sin «consentimiento» de los
y es~e Parlamento. Pera el Parlamento aparece aquI como representante de Ia unidad Príncipes electores declarar fuera de la comunidad a un estamento dei Im-
poIftlca de Inglater:a. La Declaración condene 13 preceptos contra el abuso deI poder peria. 10 monstruoso de esta situación consiste, como declara cori razón
real (1a no .suspensló~ de I.e~es por e1 Rey, e1 no empleo de Ia prerrogativa real para
eI Ievantar~l1~nto de IrnpoSlClOnes financieras, derecho de petición de Ias súbdítos I
Pufendorf, en que el Emperador no puede imponer nada a los estamentos
no mantemmlento de ejército ~in asentimiento deI Parlamento, derecho de los súbdit~s contra su voluntad, pera, en cambio, estos estamentos pueden obtener y
prot~stan~:s a I~evar armas, hbre elección de los miem bras deI Parlamento, libertad afianzar en «Ieyes fundamentales» cualquier ventaja para si propios contra
de dlscuslOn y discurso en eI .Par!ament~; comp. Gneist, ob. cit., págs. 614 y sigs.). AquI la voluntad deI Emperador y a costa dei Imperio.
puede hablarse ya de. determmaclones legaI-constitucionales en sentido moderno porqu
aqui está. cIara ya la,ldea de la unidad política y Ia estipulación entre Parlamen;o y Re; La última posibilidad de crear con el Imperio alemán una unidad política existen-
no constltuye Ia umdad, sino que la supone en cuanto que eI Parlamento actúa como cial de base nacional fue anulada coo el fin de Wallenstein (1634). Wallenstein hab(a
representante de la unidad. reunido ya en 16.30 la enemistad de los Príncipes dectores y estamentos. EI mismo
Emperador estaba por motivos confesionales y legitimistas· deI lado de los estamen-
tos, y no podía comprender por eso una concesión de la tolerancia religiosa, que hu-
2. En la mayor parte ~e los Estados de Europa, la unidad política fue biera sido condici6n previa de la unión estatal de Alemania, según la pensara Wallen-
obra deI Absolutlsmo monarquico. En el Imperio, sin embargo, siguieron stein. En las capitulaciones electorales de Fernando III, de 24 de diciembre de 1636,
. ~rrastrando hasta el final de este Imperio, 1806, situaciones medievales' se documenta le definitiva victoria de los intereses particulares de los estamentos s0-
l~?to a ellas se formaban en el te:ritorio del Imperio nuevas unidades po: bre el Emperador: oi aun en el caso de Ia «oecesídad más extrema» estaba autorizado
~tlcas, Estados. como PrUSla, BaVIera, Württemberg, Sajonia. Como tota- el Emperaclor a levantar impuestos sin al menos consultar antes a los Príncipes e1ec-
IIdad, el I.mperIo e~~ todavia en el siglo XVIII un compuesto heterogéneo
de fo:mac~ones polItlcas en desarrollo y jirones políticos. Hegel formul6 I Según G. Jellinek: AIlgem. Slaalslehre, pág. 495, d Derecho polftico dd Imperio
~ta sltuacl6n de manera perfecta en su escrito de juventud Die Verlassung alemán conoce e1 concepto de ley fundamental (/ex lundamentalis) desde la paz de
Westfalia. Sin embargo, la palabra aparece más temprano en la literatura jurfdico-
eutschlfnds (1802): «EI edi6cio. estatal alemán no es otra casa que la poHtica y designa la Bula de Oro de 1356, las Capitulaciones e1ectorales de los Prín-
suma del?s derechos que las distmtas partes han desprendido del todo»' cipes electores coo el Emperador y las recesas (interregnos) deI Reichstag, por ejemplo,
su «ConStltuclón» y «Justicia» consiste en que se «cuida atentamente d~ Arrumaeus: DiscUTSUS academici de iure publico, Jeoa, 1616, pág. 6', 1.007, discur-
so XXXIII.
70
Concepto de Constituci6n Nacimiento de la Constiruci6n 71
tores; aun en el caso de notaria ruptura de la paz era exigible un p d cl
f d 1 "d d raceso para e arar página V), sino también para la construceión jurídica de carácter positivo
~era ~ a comum a y . ha~er posible la ejecuci6n; aun eo e1 Caso de extrema nece-
Sldad (m extremo, necesSlta/IS casu) riene que oir e1 Emperador 1 P" J.e de la moderna Teoria de la Constitución. El poder constituyente presupone
tores (romp. Carl Schmiu: Die Diktatur, págs. 95.6). a os rmClpes e c- el Pueblo como una entidad política existencial; la palabra «Nación» de-
signa en sentido expresivo un Pueblo capaz de actuar, despierto a la con-
. 3.. En e! continente europeo, en Espana, Franeia y en los Estados te- ciencia política. Históricamente, puede deeirse que esta idea de la unidad
rntor;al~s alemanes.' se de~arrolla eI Estado moderno aI hacerse «absoluto» política y de la nacionalidad surgió en el continente europeo como conse-
fI pnnClpe, es declr, mediante la supresión de los bien ganados derechos cuencia de la sistematización política de la Monarquia absoluta, mientras
r1al~s y. es~rr:rdtales y eI quebrantamiento y aniquilación deI principio que en Inglaterra era facilitado el continuo proceso desde una estructura
medievaI hasta la unidad nacional por e! hecho de que «la condici6n insu-
e a egztzmz a e! .status lUO en que descansa aquella situación feudal.
f rj3ClOneS pohucas ~Sl .surgidas ~ran Monarquías absolutas. Consiste
J::< b lar suplía a una Constitucióm>. En Francia, por e! contrario, mode!o clá-
sico deI moderno Estado europeo, se entendió primero teoréticamente el
rizado 50 uto» en .q~e el prlnClpe es legzbus salutus, es decir, que está auto-
concepto de Nación en su significación de Derecho político. Sin embargo,
sólo éI ~ e~d C0í'dlcl0nes ~e despre~iar, por razones políticas, sobre las que
.,~p e,. as pretenslOnes legitImas de los estamentos y los privilegios hay qui: separar en la Revolución francesa de 1789 dos fenómenos y siste-
mas de ideas, distintos desde e! punto de vista de la Teoría de la Consti-
~a~~i~~l;::d~dxdtentes. LadPalabrfa «Est.ado» des.igna con singular acierto la tución. Por lo pronto, e! pueblo francés se constituye como suje to de!
., e esta mo erna ormac16n política, porque ofrece la cone
d~dn verbal y le~t~1 con la palabra status. Pues el status amplio de la uni: Poder constituyente; se hace consciente de su capacidad política de actuar,
y se da a si mismo una Constitución bajo eI supuesto, expresamente afir-
partiru~;::c:~::r:~~~~: : I;T:~:beEfo~:~al~~ ~,:r~~ ~~a~o~;;t::ta~~~~~~ : mado asi, de su unidad política y capacidad de obrar. EI acontecimiento
conVle~te aSl en eI .St~t~s. en sentido absoluto. Este Estado mod~rno es' so~ fue tan eficaz y activo porque ahí la deeisión política fundamental consisti6
berab~:d sd po~erd' mdlV1Slble. Cualidades como la de su clausura e imper- en hacerse consciente de su condición de sujeto capaz de actuar, y en fijar
con autonomía su destino político. EI pueblo francés se constituye a si
mea 11, a se e ucen de la eseneia de su unidad política EI conce to de
d~b:~~~~~r i~bíe .~?d?d ~~al una gran función en la Hist;ria univer;al: la rnismo en cierto sentido. AI darse una Constitución realiza eI acto más am-
plio de la decisión acerca de un modo y forma particular de existencia. EI
egl lml a e status quo (feudal y estamental) de entonces.
pueblo se convierte en Naci6n, o, 10 que es igual, se hace consciente de su
blic;a !ri~~~n~:~:~c;~) del moderno Der~cho
político, los Seis libras de la Repú~ existencia política. Pero esto no significa que antes no existiera, ni que
funde tampoco su Estado mediante la conseiente intuición de su Poder
pode' be ,muestra con cIarldad este punto decisivo. Quien tiene el
: supremo es ~o rano,. no corno funcionario o comisario, sino permanentemente constituyente. EI Ser político precede aI momento constituyente. Lo que
y po de~echo proplO: por VIrtud de su propia exístencia; está ligado aI Derecho divino no existe políticamente, tampoco puede decidir de modo consciente. Con
i· natura, pero no se trata de esto con la cuesti6n de la soberanía sino de si el I f este acontecimiento fundamentaI en que un Pueblo obraba con conseieneia
1l~0 status quo ~ebe ser un obstáculo insuperable para sus decisi~nes políticas si e~ ~ política, se daba ya por supuesta la existeneia política, y hay que distinguir
gUlen puede pedlrle cuentas y quién decide en caso de conflicto EI b 'd -
cuando 10 exijan tiempo 1 . I'd d . so erano pue e, eI acto por eI que e! pueblo se da a si mismo una Constitueión, de la fun-
Aí I' ' ugar y SIngu art a es concretas, cambiar y quebrantar leyes dación deI Estado mismo.
S r.~ve a .Justamente su soberanfa. Siempre son ideas como' anuJad6n casaci6n vuJ'
La segunda significación de la Revolución francesa consiste en que con-
~~r~~l C~~~~l~e~~~r:ul~r::~~ra~~a ley(es y de:echos existent~s, ias
de que 'habla. Bo~linu~ dujo a una Constitución de! Estado burgués de Derecho, esta es, limitadora
d . . . capo 8, !ib. I). En el este esencIaI punto
SlglO XVII
s; ~~sta es ~evado. a cl~rt~ad. slst~rnática con Hobbes y Pufendorf: la cuesti6n a ue y controladora de! ejercicio de! poder deI Estado, dando asi aI Estado
.utilid:; :ms~em~re:d QUt{ tu~tcablt: acerca de lo que exige el bienestar público yq la francés un nuevo modo de ser políticamente. Cuando la Nación como sujeto
de! Poder constituyente se enfrenta con eI Monarca absoluto y suprime
exigibl e una u~ eCI ~ó e so er~n?; en qué consiste el interés del Estado, cuándo es
no u d ";:rac1 n o a~llclón del Derecho existente, son cuestiones todas ue su absolutismo, se coloca en su puesto di: la misma absoluta manera. Lo
una ~e:i~~b·.~.~~n::~asd nOlr~atlva~ente;b reciben su contenido concreto 5610 medi~te absoluto queda subsistiendo con invariable, incluso con incrementado vigor,
:'_.. a e a Instanc12 50 erana.
porque ahora eI pueblo se identifica políticamente consigo mismo en su Es-
tado. El vigor politico de este aconteeimiento condujo a un aumento dei
. 4. d En la Revoluà6n francesa de 1789 surge la Constitución moderna poder deI Estado, a la más intensa unidad e indivisibilidad, unité e indivi-
n;lxta e elemento~ llberales y democráticos. Su supuesto mental es la t~ sibilité. Si, por contra, debe regularse, dividirse y Iimitarse el ejercieio dei
na dei Poder constltuyente. La Teoría deI Estado de la Re I ., f poder dei Estado, esta «división de poderes» significa una supresi6n y aba-
pasa a í f' vo UClOn rancesa
e! ti ser a~ ~na uente capual, no sólo para la dogmática política de todo Iición de todo absolutismo político, sea ejercido por un Monarca absoluto,
empo SlgUlente (v. Egon Zweig, Die Lehre vom pouvoir constituant, o por la Naeión absoluta, despierta a la conseieneia política. La ma~nitud
73
72 Concepto de Constituci6n Nadmiento de la Constitución

p.olitica. de la Revolución francesa estriba en que, a pesar de todos los prin· tos» y e! principio monárquico, resultaban inconciliables por. completo.
ClplOS Iiberales y dei Estado de Derecho, en ningún momento cesa de ser Consecuencia dei principio monárquico era que eI rey, por vtrtud de I~
punto de partida decisivo eI pensamiento de la unidad. política dei pueblo plenitud de su poder, emitía una Constitución, es dedr, adoptaba la. d~d.
francés. Queda fuera de duda que todas las distinciones, divisiones, frenos sión política fundamental en que la Constitución consistía, por aclO unila-
y controles deI poder dei Estado se mueven siempre dentro dei marco de la teral, como sujeto dei Poder constituyente, pero sin solta~ con ello este P?~er
unidad política. Con esto queda también fuera de duda eI carácter relativo constituyente. La Constitució~ no era, pues, u~ p~cto, SlflO una Ley enutlda
de t~as las leyes constitucionales. La Constituci6n no era uo pacto entre por eI rey. Todas I~s norn;ac.lOnes legal.~on.st~tuclOnales de este t~xto a!ec.
príncIpe y pueblo o entre cualesquiera organizaciones estamentales sino taban sólo a atribudones Izmztadas en prInCIpIO, s?lo ~ compet~?cz.as, mIen·
una decisión política adaptada por Ia Nadón, una e indivisible par~ fijar traS que la «plenitud dei r<:der dei, ~stado», ilI"'-ltada e Ulmltable en
su propio destino. Toda Constitución presupone esta unidad. ' principio, inseparable de la umdad polIuca, per,?anecla, a pesar de la Cons·
5: En la. época de Ia Restauración monárquica (1815·1830) se intentó titución, en manos deI rey, cuando no la renunclaba. a f~vor dei Par~am~nto.
resucltar las Ideas medlevales de un pacto cerrado entre Príncipe y Esta· En las monarquías políticamente fuertes las ConStItucIOnes «constltuClOna-
",-en~os, de ~na <:;harte. En algunas partes de Alemania seguían en vida les» surgieron sobre la base de ese principio monárq~ico. No e:an pactadas
aun _Ideas y slt~ac!one~ medievales. Especialmente en Estados medios y pe· con la Representación popular, sino otorgadas. Pero, mcluso ~I!I. ~onde fu,..
quenos, n~,se dlStmgula entre aquellos fenómenos de estipulaciones feudales ron «pactadas», no había de ceder, en mod? alguno, eI prmclpl.o monar·
y estamentales y un acto dei Poder constituyente. En todo caso, la teoría quico ai menos en Alemania, por la cooperaclón de la representacl6n p0l'u.
y la práctica contrarrevolucionarias intentó servirse de ideas medievales
lar e~ la fijación de! texto de las leyes constitucionales, ~i ser reconocldo
para sustraerse a las consecuencias democráticas de Ia unidad nacional.
en modo alguno e! principio democrático deI Poder constltuyente deI pue·
blo (comp. después, § 7, U, pág. 84).
El aeta federal vienesa de la Confecleraci6n germánica de 1815 determinó en eI ar- La Charte francesa de 4 de junio de 1814 es la muestra de una moderna Cons~tu­
t~culo 13 que en todos los Estados de la Confederaci6n germánica «habría Constitu-
ci6n monárquica emitida, esta es, otargada, ~obre la base del .prin~pio mo.nárqulco,
7 estamentales»" La Constitución estamen/al se contraponía aquI, en sentido
CIOD 5
es decir, deI poder constituyente dei Rey. S~ se .acepta la desl~n~cI6n. medioeval de
medloeval, al pensamlento moderno de la representaci6n de la unidad nacional deI Es- Charte es de manera característica por la sltuac16n de contracllCC16n mterna. de esa
tado, siendo utilizada como concepto opuesto a una representaci6n nacional electiva, Monar~ufa. Los pactos estamentales hubieran sido contrarias a la unidad polít~ca, una
rep~sentante de todo e1 pueblo. Las Constituciones que correspondieron a esa pres-
e indivisible, de Francia. En realidad, la Charte descaosaba en el Poder constItuyente
CrlpCIón deI Acta federal se designan a veces como pactos o convenios. Asf la Cons-
deI Rey, contrapuesto ai Poder constituyente deI pueblo.
tituciór,t de Sajonia-Weimar-Eisenach (Carlos Augusto), de 5 de mayo de' 1816, es
con~eblda como «pacto entre Prfncipes y súbditos»; según el artfculo 123, s610 son
poslbIes Ias reformas por pacto común entre Príncipe y Estamentos, etc. Otros ejem-
6. En la revolución de julio dei afio 1830 se decidi6 en Francia I~
~os (~ürttemberg, 1819; Sajonia, 1831), después, pág. 83, donde se trata de la sig-
cuestión política de si era eI Rey o e! Pueblo eI s,ujeto dei Poder c<>nsu-
ni.6caClón de tales «pactos» para la teorfa de la Constituci6n. tuyente. La doctrina democrática dei Poder constltuyente deI P,ueblo se
había introducido definitivamente. Los representantes deI EstadO lIberaI de
. La contradi~ci~n interna d~ tales intentos de Restauraci6n monárquica Derecho intentaron eIudir la alternativa: o soberanía y Poder constltuyente
consIste e~ lo slgulente: en pr,l1;,er término, los principes no podían pensar deI rey, o soberanía y Poder constituyente de! pueblo, hablando de una
en ~enunclar a la umdad polIuca dei Estado a favor de representaciones «soberanía de la Constitucióm> (comp. antes, § 1, U, pág. 33). Con esto no
de mtereses estamentales. No podían llevar consecuentemente hasta su fin se contestaba a la cuestión; se la sosIayaba y veIaba Iras de la i~ea nfusa :a
un c~nce?to como «Estamentos» y-Ia construcción disolvente de un pacto de un Poder constituyente de la Constitución. Todas las ConstItuclOnes Y
constItuclOnal con esos Estamentos. Las representaciones «estamentales» no Ieyes constitucionales francesas que siguen (1848, 1851, 1875) tienen como
podían tener, pues, nin~un~ facultad de decisi6n. Pero si habían de signi. supuesto eI Poder constituyente deI Pueblo. .
ficar algo para la ConStltuclón, tenían que ser representantes políticos (no 7 En Alemania la revoluci6n del afio 1848 condujo, en general, ha-
repr;sentantes de intereses estamentales). Sin embargo, los princip'es no cia I"ll~mada Monarquía constitucional, estO es, a un «dualismo» (R. Mohl)
po~l~n rec<;?nocer a esos Estamentos como representantes de todo el Pueblo de gobierno monárquico y de Representación popular, en que ambos -;mo-
polItIcamente unificado, porque entonces habrían reconocido aI Pueblo como narca y representación popular- a~tú~n como represen~a?tes de la umdad
unid~d l'0lítica o;n c~pacida~ de obrar, ai mismo tiempo que renunciaban política. Semejante dualismo sólo ~Igmficaba que la declSlón. quedaba rele·
aI prInclp~o monar~Ulco, se~un eI cual, s610 eI príncipe es eI representante gada. Dentro de cada unidad polítIca sólo puede d~rse un s~jeto deI P"4er
de esa umdad política, reumendo en su mano la plenitud de! poder dei Es· constituyente. Por eso, resulta de aquí la a.lte~n~tlva: o bl~n, eI príncIpe
tado. Ambos conceptos: un pacto constitucional cerrado con los «estamen- emite una Constitución sobre la base deI prmclplO monárqUICO con la pIe-
74
Conccpto de Constitución Nacimlento de la Constituci6n
nitud dei poder dei Estado, o bien la Constitución descansa en un acto dei vada de esta especie de liberalismo en la «teoría normativa dei Estado» de
P~der ~onstltuyenfe de! Pueblo, es decir, en e! principio democrático Ambos Kelsen. Ya no era la vieja fe en la «soberanía de la Razón», sino una posi-
~~~CIPlOSJ como .undame~talmente contrapuestos, no pueden ser' mezcla- ción lIena de contradicciones: de una parte, la «Constitución» soberana;
:bPnd compro'!ISO medIante e! cual se aplace y relegue la decisión es de otra parte, su relativización y disolución en distintas normaciones cons-
pOSl ~.. urante a gún tiempo, claro está. Ambas partes Prínci e Re' re titucionales reformables dentro de un cierto procedimiento. La Constitución
pentaclOn popular,,están d~ acuerdo en que la decisión d~be ser ~us~enlda­ de la Monarquía constitucional a1emana contiene, ante todo, una delimita-
~ro un, c~mpr~mlso semeJante no es por eIlo nunca un auténtico com r; ción jurídica dei poder real y presenta eI dualismo, típico de la Monarquía
mlso obJetiVO, sll?o el compromiso de fórmula dilatoria discutido antes á-f constitucional, de los dos representantes (Príncipe y Representación popu-
~~n: 54). En realidad, ~ pese a todos los veIos y elusiones, la Constituci~n lar); pero eI principio monárquico no fue abolido en Alemania. Aquellas
P?ya, o e e! pr~nClplo monárquico, o en el democrático' o en eI Poder
d
~i~~~~tuyente . eI pnnclpe o en el dei pueblo. EI «dualismo»' de estas Cons-
atribuciones en que participa constitucionalmente la Representación popu-
lar son limitadas en principioj la Representación popular recibe ciertas com-
de 101One~ es ~nsoste~ble. Todo auténtico conflicto abre eI sencillo dilema petencias' en eI terreno de la legislación, mientras que, en lo demás, la
S~ pnnclplOS pohuco-formales que redprocamente se excIuyen «presunción» de competencia habla cn favor dei Monarca. La mejor formu-
'd
t I na ConstltUClón es emitida unilateralmente por eI príncipe si es lación de la particularidad de esta Monarquía constitucional de estilo ale-
:~o ~rg~ dS», descansa, sin dU,da, en eI Poder constituyente del príncipe. Si mán se debe a Max von Seydel (O ber konstitutionelle und parlamentarische
Con:h~ ~ por razones, p~lítlcas la forma dei otorgamiento, y se pacta la Regierung, 1887, Disertaciones, pág. 140): «EI Rey parlamentario no pue-
compro~!n &jtre . Prmclpe y Represent~ción popular, entonces hay un de, cuando su Parlamento se niega a funcionar, remitirse a su poder»j por
a P d at~:>r1o en tanto que eI prmclpe no renuncie expresamente
tic~U
de AI
t ped consUtu~ente y reconozca en su lugar eI fundamento democtá-
o er consUthyente. dei Pueblo. Naturalmente, en las Monarquías
e! contrario, el Monarca constitucional en Alemarua «puede remitirse a
su poder», si se presenta un conflicto. serio, es decir, que afecte a la cues-
tión de la soberanía y dei poder constituyente. EI Monarca sigue siendo
d e~~nta, nunca a tentdo lugar un tal reconocimiento de! rinci i eI sujeto de un poder ilimitado en principio, constituyente, y por eso no
'd '
g
rí:m~~raJ;C?' e aquí resultaba una situación dualística intermedia:En t~o~
Slm~? esto, p.or cuanto que había Una correspondencia eon las
susceptible de ser comprendido dentro de un~ ley constitucional. Por cuanto
que la cuestión alternativa de si era eI Prínt:ipe o eI Pueblo quien tenía
n de71cratlcas~ fingle~do una «soberanía de la Constitución» y sosIa-
r:
I e'd
~ a.s a c~estlón. pollt1~a ,e~encial acerca de! Poder constituyente. En
prdct~c?! en la redalidad hlstonca y política, era posible esta situación de
este poder constituyente no se había decidido a favor de! Pueblo, hab!a de
permanecer ya, por eso mismo, en el Príncipe, en tanto que existiera su
fuerza y autoridad política. Como en otros casos de suspensión de la de-
una eClSlOn ap aza a en t t I ' 'ó ' .
seguía sie d 'f an o <;Iue a Sltuacl n pohuca interior y exterior cisión, también aquI permaneció en e! antetior status quo: en eI principio
i n o um orme y tr~nquda. En el momento crítico apareció el con- monárquico. Cuando se acentuaba entonces en la teorfa deI Estado que eI
R cto no resuelto y la necesldad de una decisión. Hubiera sido concebible Príncipe mismo sólo era un «órgano» dei Estado, y que ni él ni eI Pueblo,
que, a lo I~rgo de un proceso lento, un principio desplazara aI otro poco sino el Estado como «organismo», era soberano, esta se correspondía de!
a poco y sln confllct.o declarado, como habla ocurrido en Inglaterra. Pero modo más preciso, pese a la metáfora colectivista, con aquel método liberal
los
.'d Estados deI . I continente
. europeo no se encontraban en Ia d'IChosa Sltua-
. que sortea la cuestión dei sujeto dei poder constituyente y dei represen-
ClO~ e. una 1$ a matacable y enriquecida en medida ina d·t tante de la unidad política capaz de decidir, construyendo así un 'tercero,
terntOtlo colonial. u 1 a por un gran
soberano -sea la «Constituci6n», que se establece a si misma, que por
La Monarquía .consti~cional subsistió en Alemania hasta noviembre sí misffia y en si misma es soberana, como caída deI delo, sea e! «organis-
de 11 18 . ~a sltuaclón pohtlca y económica favorable hadaposible e! po mo» soberano. EI resultado teórico era eI mismo. Pero en la prác/Íca jurí-
n.~r u{;,a e cuenta, como cosa no-interesante, aquella alternativa de deci~ dica y jurídico-política se mostraba sin más, en caso de conRicto, quién era
SI n. que, M se halI~ba en la «Constitución», se dejaba sin res uesta eI sujeto dei poder dei Estado y el representante de la unidad política
I~~~~~~~~r~~,c~~~~lr~~~dol tiempt que se .hac!a formalista y relati~izaba capaz de decidir: eI Rey.
(§' o a en ey constitUCIOnal, de la manera antes
d:~u~ta 2, pág. 37). E.so pasaba por ser «positivismo», si bien, en reali- En el conflicto prusiano entre Rey y Dieta, 1862 a 1866, eI Gobiemo deI Rey
eI e~tad:~ed eIlP~nto dd vEt~ 'li~a Teoría constitucional, elIo no sobrepasa
es desi d e a poc~ e UlS ehpe y sus doctrinarios Iiberales. Esta época
adopt6 eI punto de vista de que, no habiendo previsto Ia Constituci6n eI caso de una
denegaci6n deI presupuesto por la Dieta, era un caso no regulado y por ello podía e1 .
Gobierno obrar con libertad; que la Constituci6n tenfa aqui una «laguna» y el Rey
gna a po~ uno Juez. tan moderado Como Lorenzo von Stein como «la podia reclamar a su favor la presunci6n de competencia no-delimitada. T ales «lagunas»
fPoca deI ::onstrtuclOnaltsmo en su más pura forma». Incluso des ués de son siempre posibles, y es de la esencia de un conflicto constitucional el que pueda
a Revoluclón de 1918 trató de conservarse aún por un período I/cáscara plantearse con éxito la afirmaci6n de «caso no previsto». Aqui se manifiesta con espe-
76
Concepto de Constituci6n Nacimiento de la Constituci6n 77
ciaI claridad el desamparo de toda 1 d
. de la Consutudón» E1 Gob' d ]c aRse e expresiones normativas de la «soberania noviembre de 1918 se había establecido un nuevo Gobierno dei Reich que, sobre el
.
d~ VIsta . lemo e ey estaba e 1 .
p,Olítico, sino también desde d de 1 n O Clerto, no 5610 desde el punto cimiento local de los Cansejos de trabajadores y soldados, tenia su cúspide en el Con-
a sejo de Camisarios deI Pueblo. EI establecimiento se 10gr6 por vias violentas, pero no
Bleto pruslano de 1862 sosten,'a q b Teoria deI Estado, cuando, en e1 COn-
. '6' , ue se trata a de una 1 d] Co . encontr6 resistencia en el, Poder anterior ... As!, pues, el nuevo Gobierno se establec:i6
, . n típIca de los maestros alemanes d e D erech
opml 1"aguna( e a nsutución . La
~aglIla 996) rechazaba la teoria bismarkiana e o po ltlCO cornp. Meyer-Anschütz, sin lucha considerable, y se mantuvo ínatacado en esta situaci6n de poder, hasta que
tl6n no ~era jurídica. «EI Derecho I" ,p rOI llegaba al resultado de que la cues- traspasó voluntariamente sus facuItades en la Asamblea nacional». En la sentencia de
. 'fi '6 po tltco cone uye aq I 'La
slgm eaCI n y valor debía consistir cn la decisión u.» I S n~rmas, pues, cuya 4 de abril de 1922 (Gac. dei Trib. dei Reich, t. 104, pág. 258) con referencia a
obtener respuesta algunal Qued f' de casos de confhcto, no permitIan Trib. dei Reich en materia penal, t. 53, pág. 65; t. 54, págs. 149 y 152, deja indecisa
' . . a
PO]IUca, podia en casos críticos p . '
as en pIe' que eI m
cnarea, representante de Ia unidad la cuestí6n de «si Alemania formaba una República de Consejos en los primeros me-
.. , rtmero, encontrar una la ] Co
segundo, deCldlr sobre c6mo hab! d 11 guna en a nstüución y ses después de la revolución».
'.
po]lUtas con que confundían a ecenarse . lagun a. Las much
i l l .esa '
as sutilezas '
jurídico-
valor teórico y práctico Sin esa sen a sltuaclón de Derecho, han perdido hoy todo
b Este lapso de noviembre 1918 a febrero 1919 no puede ser consi-
duyera el Derecho poH~ico deem atrgo, esanm!u y interesante históricamente el que con-
derado como si hubiera existido una nueva, especial Constitución de! Reich
del Derecho~-~
constitucional.oo~ comenza b
d
t '.
antes y SIgnificativas an]as cuestiones impor-
alemán para tres meses, y eI Reich alemán hubiera tenido, de 9 de noviem-
bre 1918 a 11 de agosto 1919, tres o acaso cuatro Constituciones: la mo-
8, La Constitución de la C f d . nárquica de! primitivo Imperio, hasta 9 noviembre 1919; después, una
26 de julio de 1867 dab on e eraclón de Alem.ni. deI Norte de
Estados federados (!~ peq:~n!?r supuelst~dedstadsituación constitucional e~ los República de Consejos; desDués, la Constitución democrática provisional
no merece atenclón . aqui) c a sInguan b·é a I e las tres ClU
'dades h anseaucas
" de la Asamblea Nacional de Weimar de 11 de agosto 1919, Más bien
16 de abril de 1871 La h' orno ta,m d' n a Constitución dei Imperio de existió en aquellos tres meses, hasta 6 de febrero 1919, un Gobierno pro-
au t"enuca descansaba ,omogenel d
primer 1 a correspondi ente a toda Federación visional en eI sentido dei Derecho constitucional democrático, En toda
mán; después, en I; esencial°' ig'::'aldaadco:unidad nacional dei pueblo ale- revolución tiene que formarse un tal Gobierno hasta que se produzca la
de los Estados-miembros de I F d ., las sltuaclones constitucionales nueva decisión política dei sujeto dei poder constituyente, Sólo de modo
'
Pacto constItucional de las unida de eraclOnI' . . La Constit uClon
. , federa I es un no riguroso puede designarse como nueva Constitución e! lapso interme-
ción. Pera, además de esta es a es t P; ltltas, .que se unen en una Federa- dio, y sólo en tanto que con la revolución triunfante se introduce natural-
popular, el Reichstag surgl'd'a dePacI a '! tamb,én con una Representación mente una nueva situaci6n, un nuevo «Status» (comp. antes, § 1, pág. 31).
" Jurl
Clon , d'Ica, comp, despué
, á . . gen eraIes, So bre su construc-
§ 7 IIe eCClones Los éonsejos de obreros y soldados de aquellos tres meses, sin embargo,
9 Con I R I . s, , ,p g, 82, se consideraron a si mismos sólo como Gobierno provisional, y traspasaron
" a evouclónde1918seintrod á'
rua la doctrina democrática dei d ' uce pr Ctlcamente en Alema- de buen grado todo su poder a la Asamblea Nacional, tan pronto como se
constitucional sin embargo po er c'l,nstItuyente deI. pueblo. La teoría reunió.
dentro dei cí;culo de ide 'leimanece oy todavía (1927) por completo
que había~sido alirmado as e a preguerra, EI constitucionalismo liberal Los Consejos de trabajadores y soldados fueron' reconocidos como «Gobietno».
..
poder con'Siituyente deI Rcomo h un'd método de evasl'6norma f I'lSta frente al' Bajo su inspecci6n continu6 eI aparato administrativo dei Estado, con sus funcionarios,
tumbre, en presencia de I;Yda SI o.proseg~ido! sólo por fuerza de la cos- er despacho de los asuntos. No ocurrí6, como en eJ afio 1793 en Francia, baja los jaco-
a) E eI 1 d emocracla constItucIOnaL binos, o e1 1918 en Rusia, con los bolch~vistas, anular toda la situaci6n administrativa
n apso e 10 de noviembr d 1918 y «destrozar la vieja máquina deI Estado» para edificar una organización nueva por
(reunión de la lIamada Asambl N ,e e a 6 de febrero de 1919
·
blerno ..
provISIOnai un «Co ' dea C aCIona ' ,l Constl'tuyen t) 1
, 'ó ego-
e eJercI
completo. La «máquina» subsisti6 con direcci6n cambiada: esta última fue recogida
por el Consejo de Camisarios deI Pueblo. Un convenio de 23 de noviembre de 1918,
diciembre de 1918 cin nseJo e om~sarlOs dei Pueblo» de seis y desde que tuvo lugar entre el Consejo ejecutivo deI Cansejo de trabajadores y soldados dei
trabajadores y sold;dos c°LoPerCsona~'é bafJo la vigilancia de los Co~seJ' os de Gran-Berlín (representante provisional de los Consejos de trabajadores y soldados de
. . s omIts ormad b' 1 b
seJos de trabajadores y soldad os, aJo e nom re de «Con- Alemania) y el Consejo de Camisarios dei Pueblo, deterrnin6: que el Poder político
poder político y se man tu' os» eran reconocldos como poseedores dei quedaba en manos de los Consejos de trabajadores y soldados de la República Socia-
por todo el p~eblo alemánvleron hasla la reunión de una Asamblea elegida lista Alemana; e! Consejo ejecutivo berlinés debfa ejercítar sus funciones hasta la
dar las leyes constitucional es, con arreg o a preceptos democráticos para acor- reunión de una Asamblea de delegados de los Consejos de Alemania; el Consejo de
Comisarios del Pueblo se hada cargo de! «Ejecutivo». Esto no es una Constitucí6n
.En la sentencia deI Tribunal deI Reich d 8 d . . o documento constitucional, como lo ha llamado W. Jellinek, Jahr. d. iilfent. Rechts,
Rerch, t, 100, pág. 26), se dice: Con arregI e d e Julio de 1920 (Gaceza dei Trib. deI IX, 1920, pág. 21, sino regulaci6n dei Gobierno provisional. Mediante las resoluciones
al
vlembre de 1918 a 6 de febrero de 1919 o ecu~o histÓrICO dei lapso de 7 de no- del Congreso general de trabajadores y soldados de Alemania de 16-18 de diciembre
, «no pu e dc:sconocerse que ya en 10 de de 1918 se puso en claro que estos Consejos de trabajadores y soldados se considera-
79
78 Conceplo de Conatituci6n Nacimiento de la ConstituciÓD
A ha que observar que no sólo podia acordar
ban :5610 como Gobierno provisional en e.l sentido deI Derecho constitucional demo- olras leyes urg~tes»'d esto od Y ias medidas exigibles según ia situación
crático:· leyes urgentes, SIDO a optar t as e con atención
de ias cosas. En la expresión «Ieyes urgentes» se ve ya qu ~ólo como me-
b) La Asl1mblel1 Nacional reunida en 6 de febrero de 1919, en Wei-
mar, y eIegida según postulados democráticos (sufragio universal, igual y ~d~~~:i~~;ein~~d~, í:t&s:;;;~Ó:j~~ítc~;t;~s:~ó~~lii~;"~at~o;i:
directo), ejercitó eI poder constituyente deI pueblo alemán y formuló eI fue en la Revoiución francesa, se con un I y ~~ á 155)
contenido de la decisión política dei pueblo alemán, as! como las normas «concepto formai.de I~y» ~co';$'i!e:;d:\~ 1J~ Iag~s~ogi919 ~ntró en vigor
f~ d~a ~~~u:;:~~~Co~ .eU~ con~I~~ Icli!t~~~~ns~b}:.:.~a~~t~: :h~~
constitucionales necesarias para su ejecuci6n. EUa no era sujeto o titular
deI poder constituyente, sino sólo su comisionado. Hasta la emisión de en
esas leyes constitucionales, no estaba ligada a otros limites jurídicos que nal como Asambiea «constltuyente C··' on competencias
a los que resultaban de la decisión política de conjunto deI Pueblo alemán. 5ólo un Reichstag sobre la base de la nueva. Ol~sutuClOn, c or anismo
Por lo demás, eUa era eI único poder constiruido de su unidad política. En reguladas y circunscritas por Ias l~yes constltuClonales, como un g
tanto que no estuvo conc1uida 5U misi6n, la normacÍón legal-constitucional, constitucional ai igual de otros y Junto a ellos.
no existian para eUa límites legal-constitucionales. La que sueIe Uamarse . 'ch bl l'd en 20 de agoslo de 1919
Constitución provisional deI Reich, emitida por eUa poco después de su La Comisi6n de. investi8~cl6n dd RelI sta~e~~: le:s caausas de ruptura, prolonga-
reunión (ley sobre eI Poder provisional dei Reich, de 10 de febrero 1919), ecn la misi~n de fiJar, SusC1tand?b:c1:esa~eP paz m~ogradas, etc., estaba ya sometida
hubiera podido ser cambiada y vulnerada en todo tiempo, por simple ma- ci6n y pérdlda de la guerra, po" . podl movene en 01 mar<:<> de las
a los límites de las leyes const1tu~~n~es. ~ s6~re est~ Erich Kauffmsnn: Untersu-
yoría de esa Asamblea, como cualquier Reglamento de la Cámara. En la atribuciones marcadas por el art. J • a., so , .
terminología de la Teor!a constitucional dei Estado burgués de Oerecho, chungsausschus und Staatsgerichtshof, Berlín, 1920, págs. 18 Y Slgs.
esta situación de la concentración en un único órgano de todos los poderes
deI Estado se denomina «dictadura». La peculiar situación de una Asamblea La Constitución de Weimar de 11 de agost~ ?~ 19~rrti~: ~~ai:po~
«constituyente» que se reúne Iras la abolición de las anteriores leyes cons- Poder constituyente pueblo alemán. ~~~CC1~~hl/alemán se ha dado
?eI
titucionales, puede designarse con la mayor propiedad «dictadura sobera-
na». Sólo es explicable desde las ideas fundamentales dei Derecho cons-
d
tante se h~lla. contenlda n a~ ~re~':'~~l'poder ~eI Estado emana dei pue-
esta ConStltuC1ón».' y.en . d' .'. líticas concretas el fundamento
titucional democrático. Mientras tanto no haya entrado en vigor la nueva blo.» Estas frases mdl,c co,?o . :Idon~dmar' eI Poder constituyente dei
formulación de leyes constitucionales, la Asamblea obra como única magis-
tratura'.ccmstitucional de la unidad polltica y único representante dei Esta-
C
jurídico-positivo de a ~nóStltucI n ':.rudad co~ capacidad de obrar y cons-
Pueblo alemán como NacI n, esto es,
do. Todo lo que hace es emanación inrnediata de un poder polltico que inrne- ciente de 5U existencia polltica.
diatamente se le ha transmitido, no frenado por ninguna división de pode-
res o control constitucional. Puede adoptar, pues, sin otra limitación que
aqueUa que él mismo se imponga, todas las medidas que le parezcan exi-
gibles según la situación de las cosas, como corresponde ai contenido ca-
racterístico de la dictl1durl1. No tiene una competencil1, estrietamente ha-
blando, es decir, en eI sentido de un clrculo, delimitado y regulado de
antemano, de atribuciones. EI volumen de. Ias facultades de su poder y
de su encargo depende, por entero, de su criterio; también esta vinculación
de facultad y criterio dei facultado es una nota de la dictadurl1. Pero como
falta todo marco de una normación legal-constitucional, esta dictadura no
es comisoria, es decir, limitada por leyes constitucionales ya existentes y
formuladas, sino soberana. Pero, por otra parte, sigue siendo dictadura,
encargo. No es, por tanto, el soberano mismo, sino. que obra siempre en
nombre y por encargo dei Pueblo, que puede en todo momento desauto-
rizar a sus comisionados, por medio de una acción polltica.
En el § 1 de la ley sobre eI poder provisional dei Reich, de !O de fe-
brero de 191 9, la Asamblea nacional alemana ha indicado como su tarea
propia la de «acordar la futura Constitución dei Reich, as! como también
I
§ 7
La Constitución como pacto 81
LA CONSTITUCION COMO PACTO
trina dei Poder constituyente dei pueblo, pues que su construcción se tiene
(EI autêntico pacto constitucional) por necesaria. El contrato social no es idéntico en ningún caso a la Cons~
tituci6n en sentido positivo, es decir, a las decisiones políticas concretas
sobre modo y forma de existencia de la unidad política que adopta eI sujelo
dei Poder constituyente, y mucho menos todavia a las regulaciones legal-
constitucionales emanadas sobre la base y en ejecuci6n de aquellas deci-
~jones.

Ejemplo de una reciente confusí6n: Fleiner. Schtoeizerisches Bundesrtaatsrecht, pá-


gina 392: «La Constituci6n representa la ley fundamental de la vida deI Estado. Es,
eu la Democracia (sic), la norma suprema, el fundamento deI Estado, el control social
eu d sentido de Rousseau .•
1. La Constituci6n dei Estado americano de Massachussetts, que -proyectada por
John Adams- ha llegado a ser típica y modeIo en gran medida (camp. Ch. Borgeaud,
Elablissemenl et Revision des Conslilulions, Pads, 1893, pág. 23) dice en su preámbu-
lo: «Si no se alcanza ya el fin deI Gobierno, el pueblo puede cambiar éste. La unidad pc>-
lttica surge de la uni6n vo1untaria de los individuas; es e1 resultado de un pacto social
mediante el rual la totalidad deI pueblo (!) contrata con cada ciudadano, y cada du-
dadano con la lolalidad de los ciudadanos, para ser regídos según leyes dertas en inte-
l. Distinci6n dei liamado contrat ." res general. Es, pues, deber deI pueblo, al establecer una Constituci6n, prevenir tanto
pacto constitucional. o SOCla, o dei Estado, respecto dei un modo justO de legíslar como una aplicaci6n y ejercido imparcial y auténtico de
las leyes.» La totalidad de los ciudadanos está aqui supuesta como unidad polftica.
Las numerosas construcciones de T i d I
-~ea ficticiamente, sea como hist6ricameor a e Esrado que fundan ésta También en Rousseau se distingue el Contrai Social, que·funda eI Estado de las
Lois poliliques o fondamentales, que regulan el ejerdcio deI poder deI Estado (comp.
e Intentan dar asi una explic '6 . idi~nteddemostrable-- en un paclo Contrat Social, Ub. Il, capo 12). Igualmente en las discusiones de la Asamblea nacional
'd as de los convenio aClnJurcaesun"
difereOCla . acuruento, d bser
e en ' francesa de 1789 la distinci6n es clara aI comienzo, y s610 más tarde penetra la can-
O
una Constiluci6n Ambas cos s h pac.tdos que dan orlgen al nacimiento de fusi6n de Contrai Social y Constituci6n (comp. E. Zweig, ob. cit., pág. 330; Redslob:
t di' . as an SI o confundida f . Staatstheórien, págs. 1.52 y sigs.).
o o. en os Intentos de Teoria de! Es d . s con recuenc.la, sobre
amerIcanas de la liberaci6n I t~ o in.SItOS en las ConstItuciones En Kant, e1 pacto deI <establecimiento de una Constituci6n civil entl'e los ciuda-
r
ticos fran.ceses de la Revoiu~i~~ ;: ~a;:eS~aehone.s de los te?ricos poli-
danos (paclum unionis civilis)>> es una forma peculiar deI paclum sociale general (por
do cual se vinculan en una sociedad una multitud de hombres); la fundaci6n de la
ConstItuel6n eon e! eoncepto ideal d Co'. .a ligado un clerto tIpo de sociedad civil es al mismo tiempo «establecimiento de una Constituci6n civil». La funda-
gina 59); después, se ha identificado eest nCtItuc~6n ,<comp. arriba, § 4, pá- ci6n (constituci6n) es el acto mediante el cual surge ia unia civilis. Se toma aqui. pues,
mo, y de esta manera la pro I '6 a onstltucl6n Con eI Estado mis- Constitud6n en un sentido absoluto, y no en d sentido positivo que estamos emplean-
Poder constituyente ha sido ~Ut gacI n dfu uda .Constituci6n, eI acto dei do (Vom Verbãltnis der Tbeorie zur Praxis im Slaalsrecht, ed. Vorlãnder, pág. 86).
Estado. Cuando un 'pueblo se ~s o como. n aCl6n --<:onstituci6n_ dei Un paclo constitucional o una convenci6n constitucional no funda la unidad polí-
ci6n, de su capacidad de obrar ace b~onSCIente po~ primera vez como Na- tica, sino que la presupone. No es el eCovenant» en que la comunidad descansa, sino
equiparaci6n. $in embargo h ,es ~n comprenslble una tal confusión y Uh epacto de gobiemo» en d sentido más amplio de la palabra. no entendiéndose por
e~ ~n acto dei Poder constitu;{nt~udel
dIstInto de un pacto social
;:::;bí
qu~ una Constituci6n, basada
I o! tIene que ser algo en esencia
4Cgobiemo» 5610 d Ejecutivo, a diferencia de Legislativo y Justicia, sino d total de1
Hacer organizado dd Estado. En la terminologia de la Teoría dd Estado deI Derecho
deI Poder constituyente dei 'Puunblconlro
11 SOCIal EI prin "
I' ClplO democrátlco. Natural, no es el pactum unionis, pera tampoco es un pactum subiectionis, es decir,
hlci6~ surja mediante un acto d:1 ~uebl; a I~ .necesidad de ~ue la Consti- un pacto de sUnUsi6n a un poder político existente, con las condiciones y limites para
o tlene que exiStir y ser supuesto como ~~d~,camen~e capacitado. EI pue- e1 ejerddo deI pOder estatal supuesto como existente.
de un Poder constituyente Po I . d polítIca SI ha de ser sujeto 2. El auténtico paclo constitucional debe distinguirse también deI caso de que
t:ato .social (Sazial) de sO~ied:/(~~~:1arh:/las construcciones de un con- varias Estados concluyan entre sf un pacto mediante eI rual forman un nuevo Estado-
dISCUtIr 'aqui las diferencias d sc a I) o dei Estado (no hay que unidad. de modo que en ese nuevo Estado sucumba su' anterior existencÍa polftica.
unidad politica dei pueblo El e estos «con~ratos»), sirven para fundar la Asimismo, cuando, con ocasi6n de este pacto, se pacta la Constituci6n deI nuevo Estado-
. contrato SOCIal está ya Supuesto en la doc- unidad, esta Constituci6n, en su ulterior validez, descansa, no sobre aque1 acto, sino
sobre la voluntad deI Poder constituyente de! nuevo Estado-unidad.
80
82
Concepto de Constituci6n La Con.tituci6n como pacto 83

. lI. Un auté~1tico pacto constitucional supone, al menos, dos pastes tradicciones manifiestas. La Constirución era un pacto: no era otorgada,
eX1stentes y subsl~tentes, ca?a una de Ias cuales contiene en sí un sujeto sino paccionada entre príncipe y Representación nacional; la Constitución
~e uo Poder CO~stlt~yente, slendo, por tanto, una unidad poütica. Uo autén. era una ley en tanto que se exigia pasa una ley la cooperación y anuencia
tIco pacto constltuaonaI es, normalmente, uo pacto federal. de la Representación populas.
',"-'
Ace~~' deI pacto constitucional no auténtico dentro de una unidad política des- Ejemplos de «oonvenios» constitucionalcs (que no excluyen ordinariamente que
pués eo -2. •
se designe la Constituci6n, a pesar de ello, como «dada por eI Prfncipe»): Constitu-
~I pacto (de subordinación) jurIdico-intemacional, que después se trata en IV 4 ci6n de W ürumberg de 2' de septiembre de 1819: « ... se ha llegado, por fino mediante
(págma 90), puede ser llamado pacto constitucional tan 5610 co tanto que prive a ~a
decisi6n soberana y contradeclaraci6n de todos los súbditos, a una perfecta uni6n bil~
de las partes contrat~ntes: a favor de la otra, deI derecho de libre decisión sobre modo
leral sobre los siguientes puntos: ... »j la Constituci6n de Sajonia de 4 de septiembre
y f~rma d~ ~ propla exI5tencia política, y con ello también de una Co . 'ó
sentido poslUvo. nstltuCl n en de 1831: « ... por la presente se hace saber que Nos ... hemos ordenado, CO" el conse;o
y anuencia de los Estamentos, la Constituci6n de Nuestro País aI siguiente tenor». Con
frecuencia, la Constituci6n es Qrdenada por el Príncipe, pero las reformas y aclaracio-
Con eI pacto federal surge una nueva Constitución. Todos los miem- nes están ligadas aI consentimiento de los «Estamentos» o «Cámaras», p. ej.: Gran
bros de I~ federacló~ reclben un nuevo status político de conjunto, de modo Ducado de Hessen,' Constituci6n de 15 de diciembre de 1820, preámbulo y artIculo 110.
que coe,,,s~en, u~a Ju~t? a otra, la unidad política de la Federación como Ejernplo de una Constituci6n unilateralmente emitida por e1 Prfncipe con la determi-
t~1 y la eXIS~encla polIuca de sus miembros. De las dificultades y singula- naci6n de que la Constituci6n puede «cambinrse en vfa legislativa ordinaria»: Constl-
rIdades propl8s de la Constitución federal se tratará en la última parte de tución (otorgada) prosiana de 31 de enero de 1850, artículo 106.
este libro (en § 29). Aquí sólo hay que aclasas lo siguiente:
3. En la fundación de la Federación norteamericana y en la dei Im-
1. ,EI pacto federal entre varias unidades politicas independientes es perio alemán ruvo lugar un auténtico convenio constitucional, un pacto
un autentzco pocto constitucional.
federal, con uno de los convenios constirucionales no auténticos, de polí-
2. EI ~pacto constitucional» dentro de una unidad política. La idea
tica interior, discutidos en 2. EI publicandum de 26 de julio de 1867,
de un sem.!ant~ «pacto constitucional» se explica sólo por razones históri-
cas y una 51tuaclón .especial: eI «dualismo» de la Monarquia constitucional. relativo a la Constitución de la Federaciói! de la Alemania dei Norte (Ga-
~I problema .del sUJeto dei Poder constituyente dentro de una unidad polí- ceta Federal Legislativa, pág. 1; Triepel: Quellensammlung, 4.' ed., pági-
tIca, se solucIOna desde eI punto de vista de la teoria de la Constitución na 333) dice: «Convenida la Constituci6n de la Federadón de la Alemania
dei Norte por Nos (eI Rey de Prosia), Su Májestad eI Rey de Sajonia, Su
s~gun se 110stró antes (§ 6, pág. 73), con un simple dilema; pueblo o prín-'
clpe; . o e Pueblo como unidad política capaz de obras, en SU identidad
Ii Alteza real eI Gran Duque de Hessen, etc., con eI Reichstag convocado a
c0í"~lente consIgo mismo, o eI Prlncipe como representante de la unidad ese !in», etc. Aqui hay que distinguir eI pacto federal concluido entre los
~o It~ca. En eI marco de una unidad política misma sólo cabe dar una Cons- Estados federados (Prosia, Sajonia, Hessen, etc.) y eI convenio (un pacto
t1tuCl?~J,'.: no pactarla, porque para que haya una auténtica convenci6n constitucional no auténtico) realizado entre la Federación y la Representa-
constlruclOnal han de existir varias unidades políticas. De aquI Se sigue que ción popular. En tanto que existlan dentro de los distintos Estados-miembros
I~s numerosas ~onvenciones constitucionales que tuvieron lugar en Alema-
n.la durante ~I ~Iglo XIX no resolvlan la cuestión dei sujeto dei Poder cons-
tltuy~nte. Slgmficaban un compromiso que dejaba sin decidir eI caso de
c?nflIcto. ,Cuando en una Constitución oto~gada unilateralmente por el prín-
I
I
de la Federación pretendidos pactos o convenios constitucionales, eran tam-
bién pactos constirucionales no auténticos. La terminologia dei afio 1867,
no tenla ya hada tiempo el sentido de anudar con ideas medievales de pac-
tos estamentales, sino sólo la significación política de que la Constirución
cIpe -a51, pues, no pactada-, se deternuna que la Constitución puede ser
reformada «en vl.as de la legislación ordinaria», esto implica también uno
i no habla de ser otorgada; era una concesión a las ideas modernas que tenra
por resultadodicho compromiso no auténtico, pero muy discreto en tiem-
de esos compromlSos. Las «vías de la legislación» quiere decir aquí no otra
co.sa que «cooperación y anuencia de la Representadón popular». De la
nusma manera que la Constitución no es un pacto, tampaco se convÍerte
I pos tranquilos, o acaso felices. En ningún caso podia reconocerse un Poder
constiruyente dei pueblo alemán. Pero el que fuera posible un compromiso
significaba algo como un reconocimiento, aunque peco claro y a medias,
con esto en un~ !ey .. Pero la equivocación estaba cerca de aquella a que dei Poder constituyente dei pueblo, y con él, dei principio democrático. Lo
conduce la reIauvlz.aclón compulsada antes (§ 2, págs. 37 y sigs.) dei con- débil de esta contradictoria falta de claridad se mostró teoréticamente en
S:Pto de ConsUtuC1ón: c;onstitución = ley de reforma de la Constitución. problemas insolubles, como eI de la proporción de elementos federales (es
lempre, a parur. de aqu.I, se llegaba a lo mismo: cooperación moderadora decir, de auténtico pacto) y elementos legal-constirucionales en la Constiru-
de Ia representaclón nSClonaI. Por eso, se aceptaban irrefIexivamente con- ción dei Imperio; en la práctica política se mostró ante situaciones criticas,
I

I
84 Conccpto de Constitución La Constituci6n éomo pacto
como en la guerra mundial desde e! verano de 1917, cuando comenzó eI á· d ocrático Este contraste afecta ai Poder constituyente'do
mon rqU1co y . ~m titicas concretas emanadas acerca de la forma. e
Reichstag a ganar influjo sobre eI Gobierno de! Reich.
4. Para una Constitución federal de base democrática, es decir, con
Poder constituyente dei Pueblo, resulta una dificultad dei hecho de que la
I se~, a I~s ddis::d"Jopolítica en conjunto. Aquí son posibles compromlsos
eXlstencta e a . de 1 decisión pera no un
dilatorios, esto es," aplazamientdos Y susfensl~n:~ un aresultado' arm6nico el
Federación supone una derta paridad, una homogeneidad sustancial en sus
miembros (después, § 30, IIl). Pues la igualdad nacional dei pueblo en
I compromiso objetivo que pue a trans arma
dilema ineludible.
los distintos Estados·miembros de la Federación conduce con facilidad,
cu.ndo eI sentimiento de la unidad nacional es bastante fuerte, a contra· II P
. . al es stem
lU EI auténtico pacto constttuc/On
.
. pre un pacto de «status».
.
mo partes del contrato varias unidades polfucas, que tlenen
.
dicciones con e! pensamiento de la Constitución federal. Pues es consecuen·
cia dei principio democrático e! que eI Poder constituyente dei pueblo, en e~e~~~~~ ~~es un status. Es de su contenido la fundación de un nuevO
e! caso de una unidad política, con igualdad nacional y conciencia nacional status para todos los Estados participantes en el acuerdo. nto descansa en
deI pueblo, rompa los llmites de los distintos Estados dentro de la Federa· Este pacto es un pacto libre, pera s610 en tanto en cua rbre en el
ción y coloque, en lugar dei convenio constitucional federal entre los Es- la voluntad de los sujetos a él concurrentes. No es un pacto I d ió
tados-miembros, un acto dei Poder constituyente de! pueblo sano (des- ntido deI moderno concepto jusprivatista de contrato y d.e una ar enac n
pués, pág. 368). . sec·la! liberal burguesa apoyada en «libertad de contrataclÓn »· .
so - . d t tus se ace necesarla
La Constituci6n dei Reich alemán de 11 de agosto de 1919 descansa 1 La distinción de pacto hbre y pacto e s a d h di '
en un acto tal dei Poder constituyente dei pueblo alemán. No es, pues, un . . h sentidos Cuan o un autor me e-
porque la palabra «pacto» tlene muc os . filó f d 1 iglo XVII
pacto, y, por lo tanto, tampoco una Constitución federal. La Constitución vai funda el Estado o el gobierno en el «pacto»;Uun so ale. SI XX w:
dei Imperio de 16 de abril de 1871, por eI contrario, dejaba abiena la i
como Hobbes, emplea la palabra «pacto», '!' fin mente, E~t:~~ desc~sa
relativista burgués refresca e! viejo pensa~entoI dmeodqeurenoe Estado democrá-
cuestión, según eI compromiso en que estaba apoyada. La inevitable con-
secuencia no ha quedado, claro está, inadvertida. Con singular claridad y fini do como «compromISo» e
paladina.mente --en todo caso, más desde un· punto de vista filos6fico- en un pacto, de. ~n. 1 bra« acto» ideas tan distintas, que
jurídicilique jurídico-político- dice Bierling (Juristische Principienlehre, lI, tico-par1ame~tarto, fu,.ili~:danetn~:cJ~ra sin 6.cer previamente distinciones
Friburgo, 1898, págs. 356 y sigs.) que la fundación de la Federación.de la
Alemania deI Norte y dei Imperio alemán debe ser referida «en su eficacia
o validez jurídica, ai inmediato reconocimiento de toda la poblaci6n de
carece de v ar y
más rigurosas, ó pro~Iamar sitenc~d:
Para un pacto libre en e sen
.
J:
ai ta sunt servanda.
J;.''':,~d~:ci6n social y jurídica
. 1 Las partes deI contrato se en-
la comunidad superior asl constituida». En las elecciones ai Bundestag (Cá- liberal burguesa, concurrfen tres cosas. . los individuos en las relaciones
mara federal) y, respectivamente, ai Reichstag, se encontrarfa contenido de cuentran colocadas unas rente a otras como . .. acto entre
antemano ese reconocimiento. «La normación jurídica misffia se ha realizado de Derecho privado. Un contrato entre ?~::vt~:t~ :e)a igualdad
en formas que aparecen desde una cierta dirección .,-en parte, desde eI dos unidades políticas son algo tan esen~cto» V ertrag puede afectar sólo
PUnto de vista dei Derecho internacional; en parte, desde eI dei Derecho de denominación (en lengua alemana), «p 'h h '2 M diante pacto
polftico interno-- como de negocio iurldico. Pero eI contenido de la nor-
mación jurídica sobrepasa la medida establecida por tales negocias jurídicos
..
a igualdades aprorauvas kli
libre entre indivi. U(~s . se d
externas de ambos ec os. . e
d ól reIaciones especiales de contenido
~n do ~ principio y, por eso, rescindible
de Derecho internacional o Derecho político interno, según su naturaleza». mensurable en prmClplO, . emita b pues a la totalldad de una
Esta significa en realidad: Poder constituyente de! pueblo alemán, y, por p incipio 3 EI pacto libre no a arca nunca" alld d
tanto, Democracia. Pera el elemento de pacto «federal» del Imperio alemán en r Es· ·em.dible y soIuble. eI abarcar a la persona en su tot a
persona. res. ..) .
contiene el contrapeso de esta consecuencia democrática. Hasta e! final de se considera como mmoral y anuJurídico.
esta Constituci6n en noviembre de 1918, surgieron por eso entre e! Reich- . . I sal dei Derccbo civil sobre tal .libertad.,
stag de un lado y de otro eI Bundesrat y e! Gobierno deI Imperio, siempre Esto se manifiesta. en la prescn:6~8 <de la Declaraci6n de derechos dei Hombre
nuevas divergencias de opinión y diferencias. EI Gobierno acentuaba el que ya en la Revoluc6n francesa.~ d I fi lI! 1795) fue proclamada como norma
fundamento federal deI Imperio y presentaba como contra posiciones abso- de 1793 Y art. 15 d§ ~~~ar~~ ~vi~ ~<m';' es reconocido igualmente.<Se prin-
lutas y cosas absolutamente inconciliables, Parlamentarismo (dependencia fundamental. En e1 . d .da o por un tiempo mayor de ClDCO afios
deI Gobierno respecto de la confianza de! Reichstag) y Federalismo. Pera cipio: ~La relaci6n de s~tv1durnbre e ~r v:mco afiOS.lI> Igual pensamiento se hizo ley
es rescindible por el obligado, ~scum b:'~ n detalles se muestra la conexi6n de «li-
lo absoluto de esta contraposici6n reside, no en la diversidad de las formas
en eI ..óculo 1.780 dei Code ct~iliL:f' 'd~tabilidad de la prestaci6n. Comp. E. Ja-
de organización e jnstituciones --que seda siempre relativa, prestándose a bertad. de I. persona y mensuro h Lei Y. . 1927 pág 47 (aumento de la subordi-
numerosas combinaciones prácticas-, sino en el contraste de los principios cobi, G,undleh'nJ deI Arbe"srec tI, pz1g, , .
86
Concepto de Constituci6n
n~:i6n po~ ser Ia prestad6n imprecisa); otro ejemplo de la conexi6n entre mensura-
billdad y liberlad: Die Diktatur, pág. 37, nota.
I
I
I
La Constituci6n como pacto

una situaci6n por completo an6mala. Todas las construcciones jurídicas de


87

I esta sÍtuaci6n son inservibles. Esta era la sÍtuación del Imperio alemán des-
d ~d diferenc~a de ello, e! pacto de status funda una re!ación permanente de e! siglo XVI (arriba, pág. 68). Naturalmente que tal proceso de disolu-
,el VI a qu~ a arca a la persona en su existencia, e introduce una ordena-
clO~ de conjunt? que no consiste en diversas relaciones s610 mensurables ni
pue e ser supnmldo por Iibre rescisi6n o revocaci6n. Ejemplos de t~es
p.a:to~ de status s?n: esponsales y matrimonio; establecimiento de la rela-
I ción puede comenzar en cualquier momento.
3. Si una Constitución se apoya en acuerdo o pacto, es base iuridica
de su validez la voluntad política de los federados y la existencia de la
Federaci6n que descansa en esa voluntad. La Federaci6n es un status total
f~~~al:~ funcl?dnadflo ;. en otras ordenaciones jurídicas: pactos de pleitesla que abarca eI status de cada uno de los Estados-miembros. Más aliá de la
, . ';,., dcomum
J . a es juramentadas
'. etc EI Juramento
J '
. .
es un sIgno caraete- simple obligaci6n contractual, cada Estado-miembro, tomado en su totali-
tlStlCO e Ingresa exlstencl~ de la persona toda. Tiene que desa arecer dad, queda transformado (sobre esto, después, en las explicaciones sobre
por eso de una ordenación social basada en e! Iibre pacto. p e! concepto de Federación, § 29, lI, 3).
La base jurídica de un pacto constitucional no es e! precepto general:
. EI proceso histórico marcha según la célebre fórmula de H Sumn . pacta sunt servanda. Menos aún es este precepto un precepto constitucional
etent.. La~, pág. 170) from Status to Contracl. Es eo 10 esenci~ la mi~~~:e (An- o una ley constitucional. No cabe fundar una Federaci6n o cualquiera co-
~6;o;nlles en su 'dgrand oblrs G~me;nschlllt und Gesellschaft ha mostrado como e:v~l~~ munidad en este precepto co,:"o si fuera su «Constituci6n».
e a comum a a a socledad 5610 rt í
estas afirmaciones históricas y socioi6gicas a~~ arem.~s aqu una dbreve observación a
valor de aquellos resultados ro ue '., servaa n q~e?o ebe rebajar el alto A. Verdross ha intentado fundar la comunidad internacional co d precepto pacto
contraposici6n de status ,pe q ~wza pueda contrlbwr a aclararIo mejor. La sunt servanda (Die Verlassung der Vo/ke"ecbtsgemeinschaft, 1926). En este precepto
~:~~~nsc:~u~~a~ p;;;ffoadi~~~'dP~:~u~~bf:~o~e;~~o~~~r:d~jOy ~: ~%~:;oL;:~: ve él la <<norma fundamental» que debe ser «Constitución» de toda «comunidad... ·
Aparte de que una Constitución no es norma, sino decisi6n política concreta (antes, pá-
f d I e a escansa a en numerosos pactos' dI' gina 47), aparte también de las oscuridades en d concepto de esta «comunidad.,.es
eu a, pactos estamentales, comunidades 'u d A ' 'pa~tos e p eltesfa
status; eI juramento reforzaba tanto I d J ra'óas. d lqul., «pacto» slgmficaba pacto de preciso hacer notar lo siguiente:
teneial de Ia persona. La ne ;ti a uraCl ~ e pacto, como Ia vinculaci6n exis- a) E1 postulado pacta sunt servanda no es una norma. Es, mejof, un postulado

Itbre. Werner Wiuich 10 ha e uesto a 1.


%
s~ctarios significa, por eso, ~I :m~e~;~st~~ J~~en~o por los anabaptistas y otros
a. odema y la época dd pacto
fundamental, pero no una norma en d sentido de precepto jur{dico -comI'. H. Heller:
Die Souveranitiit, 1927, pág. 132, donde se trata en una atinada crítica esta disúnci6n
gracia no publicado aún. xP s en un trabaJo sobre el Anabaptismo,. por des- de norma y postulado fundamental.
Una investigaci6n hist6rica deI d 11 dd b) EI postulado paeta sunt servanda enuncia que es posible obligarse juridicamen-
Se habla de «pacto» sin distingos e~arrol o ~~cepto ~e p~cto, no la hay todavfa. te por medio de pactos. Hoy eso es algo evidente, y no constituye ni una norma, ni el
. ai d d . n as expoSIClones hlst6ncas se ech lín fundamento moral de la validez de normas. Antes bien, o es una completa duplica-
~~era d~:;reneci~~ ~e;'::~o d~!l Pc~~~e e:~a~a1 desde Marsil!o de ~adua hast~ R~u::u, s~ ci6n e hip6stasis tautol6gica, o enuncia que d pacto concreto no vale, sino tan s610
materia, Althusius (3.- ed., 1913) ~dolee p~ctou Tambl1n el libro. d:: Glerke sobre esta la «normal> general de que los pactos valen. Adicionar a cada pacto en vigor la «nor-
vIa medievales deI pacto como' c:. e e o y co oca a un JUrista con ideas toda- ma» de que los pactos en general son válidos, es una vacua 6cción, pues d pacto
cambio fundamental que' se hab~t~s~, J~nto s Hobbes y Rousseau, sin reparar en eJ concreto vale y obliga juridicamente por virtud dd Derecho positivo y no por virtud
e za o entre tanto dentro deI concepto. de la norma pacta sunt servanda. rales adiciones e hip6stasis 6ctícias son posibles
en número ilimitado; toda norma vale, porque vale.la norma general de que hay normas
titu~Ón,'fC;;::ci~~t~n a% seci° de una unidad po~tica existente surge la Cons- que deben valer, etc. Pero, para la fundamentaci6n de una unidad politics de existencia
vinculante frente ai e: o o pacto, un sem.eJante pacto carece de fuerza concreta, carecen por completo de significaci6n.
Un I l'd d s.ujeto de! Poder constltuyente en caso de conJIicto c) Considerado en la Historia deI Derecho, el postulado pacta sunt servanda tuvo
la ~n~:da;"l~tic~e ;IIr~~s leI P.o~e.r Cí'nstituyente anularia y destrozarl~ una signi6cación en tanto que no era cosa dara en si misma eI que cupiera obligarse
mediante pacto. La expresi6n pacta sunt servanda podia referirse en su origen histórico
:~n::ie~ «J':C~~S 'de Estacio>~ d~~~~ld:l Pfu~~d~~ ~7 ~~:I~~!~~;z:~r~~ne~~a~ a la f6rmula dei pretor romano que declaraba, respecto de ciertos pactos, que habria
de considerarlos válidos en el ejercicio de su cargo: Aít Praetor: Pacta conventa quae
pactos intraesta::le~lahea~~?ral dar ':l calrácter de leyes constitucionales a neque dolo ,,!alo, neque adversus leges, plebiscita, unatus consulta, edicta principum, .
Estado .' d
a a canza o e gra o sumo de vinculaci6n de! neque quo fraus cui eorum fiat, facta erunt, «servabo», Dig., 2, 14, 1. 7, § 7, o Dolo
e! «pact~uJe ~sr.d~~le. conseguir sin suprimir la unidad política. Pero si mala ait Praetor pactum se «non servaturum», eod.~ § 9; comp. Lenel: Edictum Per-
dspecial d.e reforma d:lÍ~íe~ ~~~~lt1~c::,"n~a ~::~~f':t:~a~1 ::b~d:~e~to petuum, 3: ed., 1927, pág. 65. En esta formulaci6n, el precepto tiene un contenido
concreto: el pretor sefiala los convenios aios· que, en virtud de su facultad de decidir
er constltuyente, la unidad política se des~roza, y se coloca e! Estado :;; como autoridad, garantaa protecci6n y declara ejecutivos. Por el contrario, e1 postu-
lado general pacla sunt servanda no dice nada acerca de qué pactos son válidos y obli-
88
Concepto de Constituci6n La Constituci6n como pacto 89
gatarias y, por tanto, deben ser observados R" .
válidos tienen que ser observados' es decir' epae sJeáli~dPre lo nusm,o: que los pactos Tampoco los llamados temtorios de mandato, que sen regidos y administrados por
d) N' í • ,que son v os un Estado mandatario, según el articulo 22 deI estatuto de la Sociedad de Naciones, tie-
1 en teor a, ni eo práctic:a tiene el tu! d .
científico-jurídico Que sea preciso ~b pos ~ o pacta sunt servanda un valor Den una Constituci6n en sentido positivo. Son, o bieo colooias (mandatos B y e), o
dos, se comprend~ sin más; pero result:e~a~~actos ajo el Supuesto de qu~ son váli- bien protectorados (los llamados mandatos A) (abajo, 4), coo la singularidad de que
los pactos válidos y que ante ted h gu ente claro que s610 es necesarlo observar tiene lugar un derto cootroI (por abora, todavia problemático) de la «Sociedad de Na-
se reduce siempre' pues '0 bieo a f~ 3? qu~ c~ntar eoo uo pacto válido. La cuestión ciones» (Consejo de la Sociedad de Naciones, Comisi6n de mandatos). Según el ar-
de volufl[ades eo •caso ~oncreto b~Xlstencla e uo pac~o:, de uo verdadero acuerdo tículo 22, los pueblos de estos territorios «no están todavia en condiciones de dirigirse
causas de impugnaci6n, posibilid'adoe ~en a c:a~as. de nul~dad. Causas de invalidación, a si mismos (se diriger euxm~mesj to stand by themselves) bajo las circunstancias, espe-
e
de 5U cumplimiento, circunstancias S im res~l~l n, 11lmorahd~d dei pacto, imposibilidad cialmente difíciles, de! mundo actua!». Tampoco pueden por eso tener una Constituci6n
pactos han de ser observados. I di p:evls1 bles, etc. Nadte puede discutir que los en sentido positivo.
6 af
"6o so bre si in COncreto h
Oplm • aa yo ' ecta tan s610 a d ud as y diferenClas
SCUSt ' de
cuenta causas especiales de invalid un pact~, '6S1 este pacto es válido, si son de tener en 2. Un tratado internacional como tal, no es nunca una Constituci6n
) ez o reSCIst n etc
e En realidad, la cuestión es: quis iud;cabi~? Ou'é de' en sentido positivo, Tampoco puede ser parte de la Constituci6n de un
un pacto válido, si hay causas admisibles d ' C 'ó l n. CIde acerca de si hay Estado indepencUente, EI pacto federal no es (incluso en el caso de la con-
tracto, etc.? Colocando la cuesti6n d e :;opugnaCI n, SI hay un derecho de re- federaci6n) un convenio «puramente internacional»; comp, después, § 30,
pacta sum servanda, ni enuncia una ;ec~:~~nm;e o certe;o, se m~estra que el postulado página 360, Sobre el aseguramiento por ley constitucional de obligaciones
te de valor normativo ni indica 'é d 'd Decontemdo, carecIendo ad de toda Suer- internacionales, después, 5,
" ' qUI n eCI e. ahl no pued b
a Ias UnIcas cuestiones pertinentes. e o tenerse una respuesta
I) EI valor dei postulado se reduce ues I . . . Según e1 artículo 178, 2, C. a., e! Tratado de Versalles «no puede ser afectado en
aforismos que gustaban de o I '. P ,a a. slgnificac16n de uno de aquellos sus determinaciones por la Constitución». Este precepto de la Constituci6n de Weimar
os
o en slis "despachos EI sentlPd ner lí andtIguos notanos en las cubiertas de sus actas no significa renuncia a la existencia política y al derecho de autodeterminaciÓD deI pue-
-- , o po ttco e realza tal tu! d '
embargo,' 5610 en que se introduzc á. r es pos a os puede consistir, sin blo alemán: enuncia tan s610 que eI Reich alemátl no quiere sustraerse a los deberes
ao t CItamente una presunci6n de do I
tos concertados hoy son en todo caso válidos La que to s os pac- internacionales de este Tratado mediante apelaci6n a prescripciones legal-constitucil?
pues, un media más dentro d I ' . «norma» pacta sunt servanda es naIes. La dec1araci6n expresa se explica por la situaci6n política dei afio 1919 (sobre
, e gran SIstema de I 1 .. '6 dei •
y económico existente. Estabiliza ante todo lo a egItl~aCl n. status quo político esta, mur interesante Wittmayer, págs. 20-21). Aparte de esto, y desde el punto de
la consagraci6n de lo legítimo y de la moralida~. deberes trIbutarIos existentes, y les da vista internacional, es un postulado de gcneml reconocimiento el de que un Estado
no puede sustraerse 11 sus deberes internacionales, en tanto subsistan válidamente, ape--
IV, 1. Mediante pacto o con ' d 61 lando a obstáculos o imposibilidades de carácter juridico-poHtico interno, «Si hay un
ción federal, y s610 de aquellos Es~::;tO pue e s o s~rgir Una Constitu- postulado indiscutible dei Derecho internacional, es éste» (Triepel: Volke"echt und
de la Federaci6n La ConsU't '6 d os qEue se convzerten en miembros LAndesrecht, 1899, pág. 313). La declaraci6n dd artículo 178, 2, C. a., no tiene, pues,
, UCI n e un s tado ind cU un contenido independiente constitutivo. Seria inexacto decir que las detenninaciones
descansar en un pacto (tratado) co ti ' al d epen ente no puede deI Tratado de Versalles tienen la precedencia respecto a las de la Constitución de
existencia ~o,lítica corresponde la a~:0:~~~::u"ac~6~~rcr:oc::::~>s; A la Weimar, y especialmente absurdo designar como reforma de la Constiruci6n de Weimar
~en~d~ pOS1l1Vo es una expresi6n de esta posibilidad de d ' Cl6~
e eClsl6n propia d modo y forma de la propia existencia~gU' por vU'tu
d una reforma en d Tratado de Versalles exigiendo, p. ej., una ley de reforma de la
Constituci6n para una restituci6n dei territorio de} Sarre al gobierno y administraciÓD
alemanes antes dei afio 1935. Un deber puramente internacional no pertenece a la
Cuando un tratado (pacto) internacional regula 1 b" , Constituci6n en sentido positivo. Una empresa encaminada a suprimirIo no es tampo-
u,n teTceT país, este país se convierte con el10 en ob ~ go lerno y . administraci6n de co, por 10 tantO, alta traici6n en el sentido de las normas penales; la apelaci6n a un
aJenos. Lo que significa negaci6n de 1 . , 1 ~o de converuos y compromisos deber internacional deI Estado no puede justificar una traici6n al País; un deber inter-
Constituci6n en sentido positivo. a exlstencIa políuca; entonces no es posible una nacional no se jura al jurar los cargos (art. 176), etc.
El territorio deI Sarre no es un E t d El 11 Si e! contenido de! protocolo de Londres de 14 de agosto de 1924 (lIamado Plm
«gobierno» dei territorio deI s a o. .an:
ado estatuto deI Sa"e regula e1 Dawes) se convirtió en parte de la legislaci6n alemana mediante una serie de leyes
de }a «Sociedad de Naciones» ~;%a;;;;= el plebls~to o hasta ,Ia decisión definitiva constitucionales de 30 de agosto de 1924, eso tiene la consecuencia jurídica de que la
Socledad de Naciones?)' «comisi6 d b' de la Socle~d de Naclones o Conse;o de la adaptación interna a una reforma dei pIan necesitarfa verificarse por media de ley
compuesta de cinco pe'rsonas ej~e e:: I~?O» de zruembros de distinta nacionalidad, constitucional (esta es, en eI procedimiento del art. 76, C. a.). Aqui, la «forma» de ley
gO
(disposici6n deI art. 49 dei T;atado de V ~rn~ ;n arreglo alo «estatuto deI Sarre» constitucional es sólo un medio técnico-jurídico. Seda también equivocado en este
dei territorio deI Sarre mucho menos q er~ ~s: 1 s!~ puelde .esttmarse «Constituci6n» caso el decir que el PIa0 Dawes es una parte de la Constituci6n alemana, se te jura
Constituci6n de la col~nia. Constituci6nueena see:s aCI n .cc:: oru~ d~ la Metr6poli como al jurar el cargo (art. 176, C. a.), está protegido por las prescripciones penales contra
termina~i.?~ de la propia forma de exist~cia. do POSItlVO, SIgnifica, en esencia, de- la alta traici6n r que haya de ser entregado a los nifios alemanes, según el ardcu-
lo 148, 3, C, a" ai abandonar la escuela,
90
Concepto de Constitución
La Constitución como pacto 91
J. Si una prescripción legal-constitucional establece que «Ias regias
gener~lmente reconocidas dei Derecho internacional valdrán como elemento d .ó) fi· eI status polltico de totalidad
obligaiórim> dei Derecho estatal (art. 4, C. a.), esto significa que: se ha tivo a la adscripción a la fe eracI n óte Jade tratarse de formas dei some-
de uno de los Estados contratantes, 5 ? pue na supresión dei Po-
practicado para el contenido de ciertas normas internacionales (las regias timiento y dependencia. EI pacto contlene entodces ud .
generalmente reconocidas, así, pues, sobre todo, reconocidas también por der constituyente dei Estado que ha entrado en epen enCla.
el Estado mismo de que se tratej es deeir, normas, y no pactos especíales),
eI acto formal de una trans!ormación en Derecho estatal con carácter gene- Ejemplos de tales Tratado~ lnter~~~~~osesdeS~~te~:enci6n con un derecho a inter-
. . al 1 Tratados de protectorado de
ral. La transformación es, en esto, el fenómeno esencial, porque mediante los siglos XIX y XX. ~ero tamblédn l~s ambian eI st;luS de una unidad poli-
elIa se crea eI fundamento jurídico (auctoritatis interpositio) de la validez . • el ., lO deI Esta o mterventor, c . ,
verur segun :C1 er . "fi d cisión sobre conceptos politicos eXIstenCla-
'd d rden públicos, y se pane
estatal. Con eso, y en tanto se trate de regias de Derecho internacional tica, cuando la mtervencl6n SI80I ca. una e.
generalmente reconocidas, 5610 se ordena la transformación general. Aque- les, como defensa de la ;ndependenc~a exteCl~r, :::~:t~d ~ef derecho de intervención,
lias regias se convierten así en Derecho legal dei Estado; pero no en leyes en manos dei Estado facultado para mterveOl~be p ej los Tratados de los Estados
constitucionales o, acaso, en un elemento de la Constitución. la decisi6n acerc~ de estas conc~pt?s; :7u~: d~s~2 de ~ayo de 1903 (StrupP. Doeu-
Unidos de AmérIca coo la Republica ~ R "bl' d Panamá de 18 de noviembre
ments, lI, págs. 236 y sjg~.), .y ~o~ása la ~~a~f~n j~rídico y ~Htica de Haití, Santo
Hugo Preuss sostuvo (ecn arreglo a una opini6n compartida por A. Verdross, de 1903 (eod., págs. 346 Y Slg.), "I e I' decl ·00 inglesa de 28 de enero de 1922)
Die Einheil des rech/lichen We//bildes, Tubinga, 1923, plÍg. lU) que una prescripci6n Domingo, Nicaragua y (con acreg o a a araCl
como la del artículo 4, C, a., significa la «inserdón deI Reich como Estado democrático
de Derecho cn la comunidad jurfdico-intemadonal». Si el arúculo tuviera en realidad también Egipto. . . utodeterminaci6n respecto de aquellos con-
OtrO ejempIo de supres16n .de la libre a 102 siguientes deI Tratado de Ver-
ceptos existenciales .~tá ~)fi~rud~ en ~ada
tal significación, la Constitución alemana sería la Constitución de un Estado miembro fcul
17u o(constluée) por las grandes potencias
d La ciuda~
de Ia federación «Comunidad jurídico-intemadonal», y eI ordenamiento de esta fede-
salles.
ali li. re e 1 abonzlgd es d • erdo con un Alto Comisario de la Sociedad
ración sería un elemento de la Constituci6n alemana. aaro está que Preuss no quería Co stitucl6n es e a ra a, e aeu di .
a as; su n d I C d d l'bre convocados en forma or narla.,
sostener tan fantástica afirmaci6n, sino s610 acentuar, en términos generales, Ia actitud de Naciones, por «representantes. e a lU ~ • J 'Esa no es una Constituci6n en
quedando garantizada por la. Soclded~d'6de baclon~o y forma de la propia existencia
leal deI Reich alemán frente aI Derecho internacional. La «Comunidad jurfdico-imcr_
nacional» no tiene estructura como para que se «inserte» en ella un Estado, a la manera sentido positivo; no es una libre eclSl n so re m
que puede insertarse un Estado en una auténtica federad6n; no es una organizaci6n
política. . d 1 10 de Londres de 16 de agos-
s6lida; es el reBejo de la coexistencia de unidades políticas independientes (sobre esta,
Ni eI Tratado de Ver~alles, n~ los acuerdos e prot':: siendo tan grandes y pesadas
abajo, en la Teoría de los conceplos fundamentales dei Derecho de la Federaci6n, to de 1924, 50n tratados InternacIonales de esta. cl~~ed A s las posibilidades de influencia
§ 29, I, I). Por consiguiente, la opini6n de Preuss demuestra muy poco, a pesar de las cargas dei Reich alemán, y tan. fuertes ~ amqUlda ora m' vestigaciones) la decisi6n
o ha ~ido abandonada inmediatameote a up.
su sorp\"éildente formulación. Tampoco puede seguirse de ahí que las «reglas gene- . ali d (ocupaCl6n sanciones esarme, ,
de las potenClas a as . .'
sobre aquellos conceptos eXI~tenC1a1es ~ d A t' al Reich alemán se haya hecho
rales deI',Derecho internacional» sean leyes constitudonales, ni que pueda hablarse de
elementos de la Constitución alemana en sentido positivo. Verdross (ob. cit., pág. 116)
habla de un «a6anzamiento dei Derecho internacional general en la Constituci6n» y extran.o. Tampoco ~l ~ue la mcorpor~cl:
depender dei aSentlmlento deI ConseJo e.
I: S::~:d de Naciones (art. 80 dei Tra-
. ifi aci6n el articulo 61 2, C. a., su-
tado de Versalles) deján?ose por I? :~nto~mEsl~r ~so inexacto que el 'Reich alemán
piensa que, como e! articulo 4 (ai igual de! art. 9 de la Constituci6n federal austríaca,
coincidente en 10 esencial) pertencee a la Constitución, sólo puede ser suprimido en prime la existencla poHuca ,deI ReIC em. S aparece sin un concepto claro
vías de reforma constitucional. Esta es cierto én cuanto que una prescripci6n legal-
haya declinado e1 carácter de Estado 5Oberanti. co;ochrãnku;g der deulschen Souve-
nach em lavdis~I'laci6Vn
erraI er erd~aHg~ G(V~r::;rechlSfre;gen, cuaderno 20), Berlin. 1927.
constitucional sólo por ley constitucional puede ser suprimida. Pero no por eIlo se en
convierte en ley constitucional dei Reich alemán «el Derecho internacional general», de soberanía'd
,.iinitiit
o más exacto: la docena de regias de Derceho internacional generalmente reconocidas.
Equivocados también: ]. Schmitt, Zeitschr. /. bati. Verwa/tung und VerwallungsrechlS_
~~ns~:~io~abr d~ c!ert.a::s~~=~~?:~ d:ef~
d irtud de obligación internacional, se acepta en I~s le-
pflege, 1921, pág. 201, y G. A. Walz. Die Abãnderung volke"echtsgemãssen Landes-
rechts (Vo/ke"echtsf,.agen, cuademo 21, 1927, pág. 150), que admiten una vinculación yes d: un paIs el conten!:o
deI legislador alemán respecto de los contenidos transformados, más allá de la e6cacia nacionales esto no requiere una supres! n nt 5!qUle.. . ternado--
transformadora deI artículo 4. Los postulados considerados como «regIas de Derecho
internacional generalmente reconocidas» no pasan ya por «Derecho deI Reich»; SOn
leyes deI Reich como Otras leyes vigentes dei Reich. Acertados Anschütz, Kommen-
la,., págs. 49-50, y Giese, Kommenlar, págs. 57-58.
~a1~;e~~:~ndi~e lj~ll;~cér~~J!u:~l~;~~~!:!~~:d~;eEf~:b~~~~~l~~i:~~~;. ~~:
de tratarse e un m to. .. d . f . d Constltuclón en
ticadas en vIas legislatlv~s o!dmanas. La :it~~i~~:les e se hace aquI sin-
4. Si por medio de un tratado internacional, que no es un pacto fede- sentido positivo y determm~dlOnds legalllO;sestiPulacion~s jurldico-interna-
ral (y, por tanto, no cambia el status de cada parte contratante en lo rela- gularmente clara. EI conteru o e a~ue a r el rocedimiento especial
cionales es protegido en el Derec~o '-;'terno. po ~ finalidad Pero tales
de revisión. La forma de ley conStltuClonal suve a es a .
92
Concepto de Constituci6n § 8
determinaciones no 'on actos dei P d .
primen Ia soberanía de un Estado. o -í'
cOnstltuyente de un puebIo. No su- EL PODER CONSTITIJYENTE
jurídico-internacionaI_ eI concept' sal o .e,:"p~ead --en interés de un deber
media técnico formal para cons~ re: atlvlZa °alide Iey constitucional, como
Estado. gUlr una v ez reforzada dentro dei

Eje~plos: los tratados internacionaJes con"1 'd


y asocladas eoo PaIenia (28 d . . d 1 c UI os por las grandes potendas aliadas
1
de 1919), Reino SerbiQ..Croata-És~~e~~ (l~ 19 ), ~hecoslovaquia (10 de septiembre
de Europa media y oriental, para Ia rot : sept1em~re de 1919), y atros Estados
(en H. Kraus, Das Recht der Minder% " eccl~nlkde mmodas nacionales y religiosas
1927; allf mismo Otros eJ'emplos) E et en, tI es Rechtsbibliothek, t. 57 Berlín

r fas se sueIe encontrar la . . . nestas ll amados T rata d os de protecci6n de " lD1'n
. Slgulente prescrÍnri6 el o-
coslovaqUla, o e1 Reino Serbio-C Esl l"..... n eo artículo 1.0: Polonia (o Che-
cripciori~s protectoras como «1 e:oÊ~~ oveno, etc.) ~e obliga a reconocer las pres-
las ,cuales no puede prevalecerey , dalment~es» (lOIS 'ondamento/es), en contra de
oficIaI; igualmente artículos 65 yru~r2~ ey, ~nguna ordenanza ni ninguna actuación
15 de mayo de 1922, G.~ceto Legis/Oliv: :'r~ ~ germano-polaco sobre Alta Silesia de
«ley fundamental» tiene el sentido rd ,e deezlch, lI, P~s, ,271, 278. Aqui la palabra
atIvo ey COnStltUClonal,

r. Poder constituyente es la voluntad polltica cuya fuerza o autori-


dad I es capaz de tidoptar la concreta dedsión de conjunto sobre modo y
t La distinción entre fuerza y autoridad no 'necesita ser explicada para la ulterior
exposición de esta Teoda constitucional; pera, por su grsn importancia para la Teorfa
general dei Estado, la expondremos brevemente: al Poder (siempre dectivo por nece·
sidad) le corresponden conceptos como soberania y majestad; autoridad, por el con-
trario, significa un prestigio esencialmente basado en el elemento de la eontinuidod
y condene una referencia a la tradición y permanencia, Ambas cosas, fuerza y autori-
dad, son efieaees y vivas, una junto a otra, eo todo Estado. La contraposición clásica
se encuentra también para esta en el Dereeho polftico de Roma: el Senado tenra aue-
taritas; deI Pueblo, por e1 contrario, se desprenden potestas e imperium. Según Mam-
msen, Romisehes Staatsrecht, III, pág, 1.033, auetoritas es una «palabra que se sus--
trae a toda definici6n rigurosa»; según Victor Ehrenberg (Monumentum Antioche-
num, KJio, t. XIX, 1924, págs. 202-3), la palabra designa algo «étiro-social», una «po-
sici6n de rara mezcla entre fuerza polftica y prestigio social», que Se basa «en la vaHa
y efeetividad social»; comp, además, v. Premerstein en la Rev. Hermes, t, 59, 1924, pá-
gina 104; R. Heinze, cod. 60, 1925, pág. 345, y Richard Schmidt, Verfassungsaufbau
und Weltreiehsbildung, Leipzig, 1926, pág. 38, A pesar de su posterior eareneia de
fuerza, e1 Senado conserv6 su autoridad y se convirú6, por último, durante la época
imperial, en la única instaneia que todavia podfa prestar algo a manera de «legitimidad»,
después que e1 ooder dei pueblo romano habfa sucumbido bajo el Imperia. El Papa
romano pretendi6 tener, en un sentido especial, auetoritas (no potestas) frente ai Empe-
radar, mientras que éste tema potestas. Las expresiones de la carta de S. Gelasio I al
Emperador Anastasio, deI afio 494, son muy decisivas y de especial significaci6n como
documento muy citado, que domina la gran polémiea de los siglos x y XI: «Duo sunt
quibus principaliter mundus hic regitur: 'auetoritas sacra pontifieum et rega/is potestas'»
(Mignes, Palr. Lal., 59, pág. 42 A; Carl Mirbt, Quellen zur Geschichte des Papsttums,
3.' ed., pág•. 67, 122 y 123). . .
Quizá es también de interés la distinci6n para el esclarecimiento de cuestiones ac-
tuales. Hasta ahara, la Liga de Naciones no ha podido tener, ni potestas independiente,
ni auetoritas propia. Por el contrario, cabe' decir hoy que el Tribunal permanente de
93
94
Conccpto de Constitución E1 Poder constÍtuyente

I
forma de la prop"< 't ' l' .
unidad política c;~:x;, ~~~~f~:tica"determinando as! la existeneia de Ia si6n política de conjunto, puede ser decidido, tan sólo, mediante la volun-
la validez de toda ulterior r~ U I a~ dfclsiones de e~ta voluntad se deriva tad de! Poder consútuyente mismo. También las lagunas de la Constituei6n
como mías, son cualitativamengt ~Ot~ ega -conStltucIOnal. Las decisiones, -a diferencia de las oscuridades y discrepancias de opinión de las leyes
tucionales establecidas sobre SU base~ lntas de las normaciones legal-consti- constitucionales en particular- pueden llenarse, tan sólo, mediante un acto
1. Una Constitución no se apo a dd Poder constituyente; todo caso imprevisto, cuya decisión afecte a la
damento de su validez' Se y en una ,norma cuya justicia sea fun- decisión política fundamental, es decidido por él.
Ser político, acerca deI: mod~PoY;o:~a u deCls~ón po~tica surgida de un',
tad» denuncia --<n contraste! t d dcl
propl~ Ser. ,La palabra «volun-
4. EI Poder constituyente es unitario e indivisible. No es un poder
más, coordinado con otros distintos «poderes» (Legislativo, Ejecutivo y Ju- I
normativa o absttacta- lo on.,ili; depend~ncla .respecto de una justicia dicial; comp. § 14). Es la base que abarca todos los otros «poderes» y «di-
de validez. esenCI ente eXIstencIal de este fundamento visiones de poderes».

EI poder constituyeme es voluntad Heic' S . Con la confusi6n entre Constitudón y Ley constitucional se ha introducido una
neral filosófico-jurídica de SI' U I PO a. er político concteto.',La cuesti6n ge. confusi6n entre poder constituyente y competencia para juzgar las leyes constituciona~
voIuntad, o es norma' ratio y' '"1
na eyesporsues' d
. enCla man ato, y por consiguiente les, que lleva con frecuencia a colocar esa competencia, como pouvoir constituant. junto
d e Iey en el semido deI. 1ustlC a, tlene una slgnifi '6 d '. a atlas pouvoirs,' (comp. abajo, § 10, IV, pág, 114),
Estado d De h eao n. eClSlva para el concepto
deba ser entendida como un aet e dree i' o' deomp . ab'aja, § 13 . El que la Conslituci6n
d e1 problema general Mucho In o e vo unIa no . 'fie í'
Slgru a por s mIsmo una soluci6n
' , ' e n o s
.
Vlene
I
aqui ai l ' , 11. EI sujeto deI Poder constituyente.
flSlca que en las más distintas form ,caso a vleJa y eterna disputa meta-
. humano: si una cosa es bas'se replte para Ios diversos campos deI pensa~ 1. Según la concepci6n medieval, sólo Dias tiene una potestas cons-
mlento· tituens, en tanto que de esto pueda hablarse. EI postuIado: «Todo poder (o
-' uena Y Justa porqu D' I ' "
porque. es buena y justa (sobre e t aI . e las a qUlere, o SI DlOS la quiere
nora), Con independencía de la ~~~ti6~~~s s~lelm~los en Gierke, Althusius, pág, 14,
autoridad) viene de Dios» (Non est enim potestas nisi a Deo, Rom., 13, 1)
mandato o ratio puede decirse I Co ' . a ey. en general, es por su esenda tiene como significado eI poder constituyente de Dios. También la literatura
' que a nstltuc16n tiene . , política de la Reforma, sobre todo, la teoria de los monarcómacos calvinis-
~c t o, deI poder constituyente, un m d ' que ser una decIsl6n, Y lodo
tmperali/. an ato o, como elice Boutmy (pág, 241), un acte tas, lo sostiene.
Altbusius, Política, capo XVIII, 9.3; XIX, 19 y sigs. EI pueblo tiene y8, cn A1tu~
2. Una ley consútucional es 'd sio, una potestas consti/uta, La secularizaci6n deI concepto de poder constituyente es
a la práctica la voluntad co t't' por su Contem o, la normaci6n que lleva
supuesto y sobre la base denjl :?e.n~~. Se uncuentra por completo bajo d más tardía, En ningún caso se puede compaginar aqui, como
obra ·sobre Altusio, los conceptos de un creyente calvinista
bace Gierke en su célebre
como éste con los de un
esa voluntad. Si se insertan ot~a eCls~on po tica de conjunto contenida en ddsta romántico como Rousseau.

forma por medio deI procedimie t J


d
tiene só10 una signincación técn~c~~~~~:dro~~as n Ia «Constitución», esta
~aI' a e defensa contra una re- 2. Durante la Revoluci6n francesa desenvolvió Sieyes la 'doctrina dei
, n o especla (comp. atrlba §2 ' 41)
3 . ASI' como una dlsposición ar á . , , pago . Pueblo (más exacto: de la Naci6n) como sujeto de! Poder constituyente.
que contiene autoridad y poder d g n~ca ~o agota el poder organizador Todav!a en e! siglo XVIII no hab!a sido designado e! príncipe absoluto como
sión de una Constitución agotar e a°b'gab'zacI n, así ta:opoco puede la emi- sujeto de! Poder constituyente, pero s6lo porque e! pensamiento de una
yente. Una vez ejercitada no o; li sor er Y consumIr eI Poder constitu~ libre deeisión de totalidad, adoptada por hombres, sobre modo y forma de
el Poder constituyente. d!isi6: ~íít~~c~:tí~ :,jabado y desap~rec!do
ia la propia existeneia política, s6Io pudo tomar la forma de un hecho político
no puede reobrar COntra SU sujeto . d . p c a:n la Constltuc16n muy lentamente.''ÍÔs rastros de las ideas teológico-cristianas de! poder'
y por encima de la Constit . ,m. estrUlr su ~xlstencla política. AlIado consútuyente de Dios eran todavia d~masiado fuertes y vivos en el si-
auténtico conflicto consÚtuci~~jn, slg~e subsllstlendo esa voluntad. Todo glo XVIÍI, a pesar de toda la Ilustración':'l.La Declaración americana de Inde-
que alecte a as bases mismas de la deei-
pendencia y la Revolución francesa de 1789 significan el comienzo de una
J!lsticia Internacional de La Haya tiene autoridad . nueva época en este respecto, sin que interese conocer en qué medida era
SIO embargo, la autoridad de un Tribunal de j N~ !Iene, es claro, potestas ninguna.
d.e1 ]uez a1 Derecho vigente- es un caso es '1 ustlcla -:-3 Causa de la vinculación consciente e! autor de estos precedentes, de la trascendeneia de su conducta.
tlca, porque un Tribunal no tiene d b'd pecl~ de autondad y no propíamente poli- En Ia Declaración americana de Independeneia de 1776 no puede recono-
olíti . , e I o a su
P I ca, y su pOUVOlr es -según la expresi6n de M vlnculaci6n ' '.
no:matlva, propla eXlstencia cerse con plena claridad e! principio completamente nuevo, porque aqui
nu» ,(co~B" pág, 185). Hasta qué unto ontesqUleu_ «en quelque laçon
~ut(orl,dad, a los principios poHtico-fo!ales fd~e~:dden ambos ~nceptos, fuerza y surgía una nueva formaeión política, coineidiendo el' acto de dar la Cons-
JO pago 205) se exponen, seda cosa a des ~ I ti Y representac16n, que más aba- titución con e! de la fundación política de una serie de nuevos Estados,
c vo ver en una Teoria general dei Estado, 'Otta cosa ocurre con la Revolución francesa de 1789. Aqul no surgia una
96
Concepto de Constiruci6n El Poder constituyente 97
nueva formaci6n política, un nuevo Estad .
antes, y seguía existiendo Aq , b O. EI Estado francés existía de EI Poder constituyente no está vinculado a formas juridicas y procedimien.;
mis mos fi·Ja b an, por virtud . de una
UI sed trata
.. ~ a tan .561o d e que 1os h ombres tos;ciIandoactúa dentro de esta propiedad ·inalienable, está «siempre en;
su propia existeneia política. Cuand~ClsIon c~n:cle?te, el .modo y forma de estado·de ·natUraleza». ,-
contestada, la cuestión dei Pod se, SUSCito ahí conSClentemente y fu e En e! Poder constituyente descansan todas las facultades y competen-
la furidamental novedad de tal fer 6constltuyente, aparecía mucho má~ clara' cias constituidas y acomodadas a la Constitueión. Pero él mismo no puede
I .. en meno. Dn puebl b
eon pena conClenC19 su propio d t' d o toma a en sus manos . constituirse nunca con arreglo a la Constitución. EI pueblo, la Nación, sigue
el modo y forma de ~u existencia epsollínt~' y a optaba una !ibre deeisi6n sobr~ siendo e! basamento de todo e! acontecer polltico, la fuente de toda la fuer-
Est d Ica. ,. za, que se manifiesta en formas siempre nuevas, que siempre saca de si
o se pu o ver tan pronto como lo E d
por e! rey se constituyeron, en 17 de .uniosd sta os generales convocados nuevas formas y organizaciones, no subordinando nunca, sín embargo, Su
constltuyente AI hacedo . J e 1789, en Asamblea nacional existencia política a una formulación definitiva.
I '. . , se constltuyeron sin d f
egltImase, en diputados dei puebl . ' . . un man ato ormal que los
y derivaron sus facultades de este 0pen ejer~ICI? de su Poder constituyente, En algunas manifestaciones de Sieyes aparece el pouvoir constituant en su rela-~
VOlT constituam de la Naeión EI d o?er; SIeyes ~ormuló la teoría deI pou- ción eon todos los pouvoirs constitués en una analogia metafísica respecto de la natUra < •
Revoluci6n, el que ya Se plan~ear eSlgno, CO~ aClerto, como un aeto de Ia naturans y su relad6n a la natura naturata según la doctrina de Spinoza: una última;.
der cO!,stituyente y constituido ~en sus d'mlenzos la distineión entre Po- base no creada de todas las formas, pero no susceptible ella misma de ser encerrada.'
mo?,:lo"·americano, e! ano 1789 ;i ~esaí e! pan influjo operado por e!
en una forma; produciendo eternamente formas nuevas; formando, aforme, todas las <,
formas (comp. Dz'e Diktatur, pág. 142). Pero har que separar la doctrina positiva,
politlco. g ca e COD11enzo de este nuevo principio
deI Poder coIlstituyente, que corresponde a toda teoria constitucional, de aquella me-. ,
tafísica panteísta; en modo alguno son idénticas. La metafísica de la potes tas consti:
~ las Constituciones americanas del sigla tuens'-, como analogon de la natura naturans, pertenece a la doctrina de la teologfa
propla. La fuente histórica más . XVIIl les falta una Teoria constitucional política .. ,
Constituci6n, el Federalista ofrece ~Pfortante para los fundamentos teóricos de esa
cas d '. • In crmes casi únicam b
e orgamzaclón. El pueblo se da a f .' ente, so re cuestiones práeti-
~I Govenant general Que funda la com~ni~~~mo una. Constituei6n, sin Que se distinga Incluso eI intento de establecer en alguna manera vinculatoria un re-
~~o .def una nuev~ uni~ad polItica, Y deI aetoYd:~Jed~d de to;:I? atro aeta eonstitu_ presentante o intérprete regular de la voluntad popular, contradice a esta
pia arma de exJ.stenCla; campo arriba § 7 I ág. abre deCls16n política sobre la doctrina. La Asamblea nacional francesa de 1789 no era, formalmente Con-
, 'I P .80.
. siderada, una A'amblea constituyente. Habla sido convocada por el rey y
Según esta nueva doctrina la Na·' . surgia de unas elecciones para una Asamblea de tres estamentos, nobleza,
yente. Con frecueneia se consicler es
C/On d ..I sUJeto de! Poder constitu- clero, tercer estado, con instrucciones determinadas de los dectores. Pero
tos de Nación y Pueblo pero la p~n bcomoN e. Igual significación los concep- esta no es ninguna razón contra su derecho democrático a constituirse como
menos a error 'Design~. ai bl a ra« aC16n» es más expresiva e induce Asamblea constituyente. Podía remitirse --contra e! rey- a la voluntad
ob I . pue o COmo unidad ·polí!"
rar y con a concieneia de su si I·d d ICa COn· capacidad de de la Nación francesa.
teneia política, mientras que el p n1:] arI a políti.ca y la voluntad de exis-
asociación de hombres unido ue loque no eXISte como Nación es una q Con la doctrina democrática deI Poder constiruyente dei pueblo (que se dirigIa
cultural, pero no necesariame~t:n p~n~.na ~anera d~ coincidencia étnica o contra la Monarquia absoluta existente), lig6 Sieyes la doctrina antidemocrática de la ,
yente de! pueblo presupone la I ' ;1'" .·La ~octrlOa de! Poder constitu- representaci6n de la voluntad popular mediante la Asamblea nacional constituyente."
y, por lo tanto una Nación Est vil un,ta h consCiente de existencia política La Cons.titud6n era formulada s610 por la Asamblea nadonal (ni por e1 pueblo, ni por
había alcanzad~ a ser mediante°la ~o a ac~rse bPosible por cuanto Franei;
f;
el rey)'\Hubiera sido lo democrátieamente consecuente dejar que el pueblo mismo
cuya existencia se daba siempre co onar~U1a a saiu ta, una unidad estatal decidiera, pues la voluntad constituyente dd pueblo no puede ser representada sin
bios ~ refo:mas de la Constitución.1:'l e~~ ente a p~sar de todos los cam- que la Democracia se transforme en una Aristocracia (comp. abajo, § 16, pág. 215).·;
su eX1Stencla política su forma de Nac~n bt,. ~an~~s había e!,contrado en
Pero en 1789 no se trataba de la Democracia, sino de una Constitución liberal bur--.~
de Un cler,to modo y forma de st . .. dec1S!ón conscIente a favor <. gUe5a dei Estado de Derecho.ILa Constitud6n de 1791 era típica de la Monarquia
constitudona/: la «Nad6n» tenra dos representantes, rey Y cuerpo legislativo (Repre--
pueblo se·.da una Constitución: a ::;~tencla, e! acto a través de! cual «e!
;.
sentaci6n popular). La cuesti6n de quién representa a la Naci6n al emitir la Constitu-
forma Se fija. Pero para el acto mis!o ;one y~ el. ~stado, cuyo modo y d6n -si la Asamblea Nadonal o el rey- era una clara cuestión de fuerza, y mostraba
puede haIlarse prescrito procedi . ,p rIa e! eJerCICIO de esa voluntad no ya la característica situadón intermedia de la burguesIa liberal: frente a1 rey (esto
·d mlento a guno
contem o de la decisión POII'ti·ca B
ch
I' y mu o menos para e!
'
es, la Monarquia), apelaci6n a la. «voluntad de la Nación»; frente al pueblo (esto es,
tul d d s· . « as ta que N·ó .
a o e leyes opunta Con la mayo I ·d d a I aCI n qUlera.» Este pos- la Democracia), apelación a la «representación». Naturalmente, también el rey hubiera
r c arI a a o esenclal de! fen6meno'.. podido ser representante de la Naciónj pero esto se le discuúa ya por 10 que se refiere
98
. :~.;. El Poder constiruyente

I
Concepto de Constitución
al ,e]e,rClClO del Poder constituyente Los im
O mte~pre[e de la voIUntad po ula; e entos de dar a1 rey, como representante espede de formas aristocráticas. Pero la construcci6n teórica y práctica no
formac16n de la Constitución t ;. n la Asamblea Constituyente inBuenci
, e m ograrou (Redslob, pág.' 71). I a en a
j es aún nada clara, y no se renuncia definitivamente a invocar la voluntad
deI pueblo, para cuya verdadera y no falseada expresión hay que crear pri·
3. Durante la Restauración ,. mero los supuestos. Tales regfmenes son, pues, dictadura, también en e1
tiá en sujeto de! Poder constitu en%onarqUlca, 1815.1830, eI rey se convir. sentido de que representan sólo un tránsito, quedando pendíente todavia la
fermanec~ en éI la plenitud dJ pod~;d~t~tuddde!. «principio monárquico» decisión definitiva sobre modo y forma de la existencia política. Aquf lo
a, coo VIstas al ejercicio de ci sta o, Incluso cuando se vincu. único definitivamente decidido es la recusación deI método liberal de decio
cooperación de los estamentos {:tos ~erechos, en volumen limitado a la sión mayoritaria por sufragio universal, igual y directo, de todos los ciuda·
fue sOstenida ocasionalmente' y .teo~. de un poder constituyente d~I rey danos, asf como de los principios de! Estado burgués de Derecho (derechos
de 1789 (Reds/ob, pág. 69). peroSldura Ito 1en, la Asamblea constituyente fundamentales y distinci6n de poderes; comp. § 12, pág. 138). Mientras
teoretlcamente necesaria contra o ote a epoca de la Restauración fue tanto, éste es, en todo caso, un aeto de constitución.
Poder constituyente de! puebI p ner i:nb Po~er constituyente de! rey al
de la Revolución francesa. o --que a la SIdo afirmado como clara tesis In. Actividad dei poder constituyente.
1. No puede darse un procedimiento regulado al cual se encuentre
Comprobaciones: Dik/atur pág 195 vinculada la actividad de! poder constituyente.
mona~chie de fuillel, tesis de' Pari; 190'1 no~a; i3er~: Le pouvoj,. constituam sOUs la 2. La actividad deI poder constituyente de! Monarca se regula a si
para ,3 "supremacía de organizaci6~ deI -r: g. . uando E. Zweig, pág. 3, dice que
misma, sencillamente, por cuanto que la Monarquia absoluta es una ins-
fica rufo1gunn expresi6n técnica de taI esp . on(area no ha transmitido la poHtica cient!_
se equIvoca. eCle» como el Poder constituyente dd pueblo), tituci6n establecida. AquI nos encontramos ya en presencia de una organi·
zación constituída. Esto tiene una ventaja práctica y teórica, consistente
La posición de la Monar I en que hay una entidad firme cuyas manifestaciones de voluntad son claras.
EI transferir la doctrina demo~u,a. er jtonces teoréticamente muy difícil Pero las desventajas prácticas y teóricas son aún mayores. Pues la organi·
d
alterarIa, a la Monarquia y porat~ca e Poder constituyente de! pueblo si~ zación e instituci6n de la MonarquIa descansa en e! principio dinástico, es
e! fondo . 1 ' r Cleno a una Monar ' h d ' deeir, en la sucesión hereditaria dentro de una família, y, por lo tanto, no
1 N . ' una slmp e defensiva y sóI 'bI qUla ere itaria, era en en conceptos especificamente políticos, sino en los de! Derecho de família.
a. aCl~? puede cambiar sus f~rma ° POSl e 7omo antítesis externa. Pues
eXlSte~~I~ política; tiene Ia entera y darse slempre nuevas formas de su
j. EI Rey manifiesta su poder constituyente emitiendo, desde la plenitud
puede ser <<lo que, aforme fo ,'bertad de au todeterminación política . de su poder, una Constituci6n, otorgada por acto unilateral. Puede enten·
trarto, es una institución ÚgaJ~~"··1 Monarqu~a hereditaria, por el con~ derse con representantes de los estamentos o de! pueblo y vincularse a su
tan to, formada ya en si roi or en sucesono de una família cooperación ° anuencia. Esto no requiere renuncia al poder constituyente
e! Pueblo o I~ Nación, ba:~~n~~ad~:d~aI no puede ~~r considerad~,y~or:::~ -según se ha comprobado arriba (§ 6, n, 7, pág. 73}--, ni contiene un
4. Tamblén la organización de u a ~,da polItlca. reconocimiento dei poder constituyente de! pueblo.
~~der CO,nstit~yente. Entonces e! Estad:a ~mmlrlf» puede ser sujeto deI 3. EI pueblo manifiesta su poder constituyente mediante cualquier ex·
presi6n recognoscible de su inmediata voluntad de conjunto dirigida hacia
IgadrqUla. Stn embargo, Ia. expresi6n « tl.ene, a ?rma de Aristocracia u
proce e de Ias concepciones nu é' mmona» mduce a errar por ue una decisi6n sobre modo y forma de anuencia de la unidad política. De la
~es métod,os democráticos, y pre::::~~~s :: est~dlst!cas p~o~ias de I~s ac~a. peculiaridad de! sujeto de este Poder constituyente se deducen cuestiones y
dificultades especiales.
e votaeJOn no puede, naturalmente na, mmor a parudIsta, Una minoria
como tampoco un partido en eI ' ~er SUJeto deI Poder constituyente asl a) EI Pueblo, como titular de! poder constituyente, no es una instan· .
~res basad a en la <<Iibre reduta» ~:,db' actuaI de una asociación de hom. cia firme, organizada. PerderIa su naturaleza de pueblo si se erigiera para·,'
rme adopte como tal, sin invo~ar Iao len puede ser que una organizaci6n un normal y diario funcionamiento y para e! despacho ordinario de asuntos. ;
da~os, las decisiones políticas funda volujtad de la mayorla de los ciuda. Pueblo· no es, por su eseneia, magistratura, ni nunca -tampoeo en una,
eXlStencla. POlítica; es decir, de una menta.es .sobre modo y forma de la Democracia- autoridad permanente. De otra parte, e! pueblo necesita ser,
in las ArIStocracias antiguas o medoleva
las, o bien de un orden, o de otro
CjnsrItudlón. Puede tratarse --<orno
es- e un circulo de cienas lami.
en la Democracia, capaz de decisiones";' actuaciones polítiéas."Incluso cuan-
do s6Io en pocos momentos decisivos tiene y manifiesta una voluntad decio .
fonoce taI~s casos de Poder constit grupo fErmado. en sI. EI siglo XIX no siva, es capaz, sin embargo, de una tal voluntad, y está en condieiones y
os «ConseJos, en Rusia en su vinc::r'!te. n eI SlgIo XX, e! dominio de es' apto para decir sí o no a las cuestiones fundamentales de su exÍstencia
como eI dominio deI «F~scio» en It.fi
c1ón a !a organlZación comunista asl
a, eonUene elementos de una n~eva
política;' La fuerza, asl como también la debílidad de! pueblo, consiste en
que no' es una instancia formada con competencias circunscritas y capaz
101

Concepto de Constituci6n El Poder constituyente . ,


100
. dei blo es inmediat•. Es anterIor Y "
de despachar asuntos dentro de un procedimiento regulado. Tan pronto c) La volunt.d, cor;st~tuyen'd I 'i;~~i6n 'constitUcional. Níngun. ley:
superior a todo" Jlr?~edlmlento e eJ~uci6n' uede senalar un poder .cons-'~
constitucional, ni t.a,;,poco una Cd~st~u acti~i~ad.' La ulterior ejecuclón v
como un pueblo tiene la voluntad de existencia política, es superior a toda
formalidad y normación. Tampoco puede ser disuelto, como que no es una
entidad organizada. En tanto que existe y quiere seguir existiendo, su fuer~ tituyénte Y prescnbtr la for~a. da inmediatamente por el pueblo
formulaci6n de la decisión pohtlca adod~ta. t para el cuaI ha desarro11ado
za vital y energfa es inagotable, y siempre capaz de encontrar nuevas formas . 'ón un proce Imlen o, b d
de existencia política. La debilidad consiste en que e! puebIo ha de decidir requiere alguna orgamzaC1 , . ' tas prácticas y costum res e que
la práctica de la moderna DemocraCIa cler
sobre Ias cuestiones fundamentales de su forma politica y su organizaci6n,
sin estar formado u organizado éI mismo. Por eso pueden desconocerse, ahora trataremos. . d e ha formado la práctica d~ una 11,a-
interpretarse mal o faIsearse con faciIidad sus manifestaciones de voIuntad. 4. En la Dem?"racla mo ..ma s democrática, eS decir, elegIda segu?
Corresponde a Ia inmediatez de esta voIuntad popular e! poder exteriori- mada Asamblea nacIonal constltuyen;e . universal e igual, como procedi-
zarse eoo independencia de todo procedimiento prescrito y todo método los postulados fun~amentales ~~ sur:::~~~ de venir siempre que haya sido
prescrito. Hoy se fija, en Ia práctica política de Ia mayor parte de los pal- miento «democrático» reconOCl o. d otra nueva Sin embargo, la con-
ses, Ia voIuntad de! puebIo mediante un procedimiento de votaci6n secreta abolida una Canstitución haya. qu~ c~nstituyente); no es elo único proce-
o e!ección secreta (comp. abajo, 3). SerIa un error -ypor cierto un error voc.toria de una «.Asa.mbf~. naclon tes bien se h.n introducldo en demo-
dimiento democrático lmagmable. A? .ó 'formulación de la voluntad
antidemocrático-- e! tener por norma absoluta y definitiva de Ia Democra- cracias modernas otras elases de eleCUCl n y
cia estos métodos dei sigIo XIX. La voIuntad de! puebIo de darse una Cans-
titución puede sóIo demostrarse mediante e! hecho, y no mediante Ia obser- constituyente del pueblo. . 'rda y despacha (normaciones le~-
vación de uo procedimiento normativamente regulado. Y daro está que
tamIX>co puede ser enjuicíado a base de leyes constitucionales anteriores
a) La Asamblea nacIOnal qU acde
d 'los postulados democráticos
constitucionales): una Asamblea ~gt ~~~gu:ra la formulaci6n y norma-
fu ndamentales, comisionad. espeClalm. . P ales acuerda eI texto de las
o eo vigor hasta eI momento. . . s legal-conStltuCIO n , . . al !
ción de las determmaclOne .d U rmaci6n Iegal-constltuclOn as
b) La forma natural de Ia manifestación inmediata de voIuntad de
leyes constitucional.es Y las ,expl d~ den:i~~le mayorla, sin que pu~da t~er
un puebIo es Ia voz de asentimiento o repulsa de Ia multitud reunida, Ia surgida, entra en vIgor por afer cto aprobado' por lo tanto, sm co r-
aclamación. En los grandes Estados modernos, Ia aclamaci6n, que es una
manifestación natural y necesaria de vida de todo pueblo, ha cambiado su lugar un referéndudm Isobr~ d.!.~%e con derecho ~ voto.
mación por parte e os CIU
forma. Se maniEiesta como «opini6n pública» (abajo, § 18,3, pág. 240). Pero . • sto de 1919 (art. 181). «El pue-
siempre puede el pueblo deeir sí o no, asentir o rechazar; y su sÍ o no será Ejemplo: La Constituci6n de Welmar de .11 je h:Oacordado y expedido esta Cons·
tanto más sencillo y elementaI cuanto más se trate de una decisi6n funda- blo alemán por medio de su AsambIea nacion . 6n» Aqui habría que observar que la
tituci6n. E~tra en vigor el día dde dSU PlroTo~:~aci6n legal-constitucional, y el puebl
o
mental sobre la propia existencia común. En tiempos de orden y paz, seme- ,
jantes manifestaciones son raras e innecesarias. -EI que no··se "dé a conocer " bl .onal sola ha acor a o a d turalmente proponerse
ninguna manifiesta y especial' voIuntad, significa precisamente aseritimiento ~:~án,eae:;~1 titular deI Pod~~ constituyent;, n~st~u~t~~~a de la Co~stitucí6n. de
para que subsista la Constittici6n presente?En tiempos crlticos, el no que un Bete formal, cual la expedlcl6n de ~~an \:~al<onstitucional debe entrar eo Vlg.or
Weimar enuncia tan 5610 qu~ la. n~rmt A amblea nacional, sin un otrO aete esp~t
se dirige contra una Constitución existente será claro y decisivo s6Io como s
por virtud dd acuerdo mayonta~~ ~ a án' el asentimiento está más bien conteru o
negación, en tanto que la voIuntad positiva no es tan segura. Sin embargo, de formal asentimiento deI pue o .em ,
suele residir en ese no, por sI mismo, la afirmación de una forma de exis- ya en las eleeciones a la Asamblea naClonal. 1 fue puesta en vigor por acuerdo mayo-
tencia que se ofrece como contrapuesta. EI pueblo a1emán negó en noviem- También la Constituci6n francesa d~ 179 . que hubiera tenido lugar un pIe-
lD
bre de 1918 el principio monárquico existente hasta entonces. Esto significa . . d la Asamblea nacional constltuyente, sob '6 d esta primera Constituci6n
ntarIO e . I ' d des de la apr ael n e
por sÍ mismo República. Pero con ello quedaban incontestadas todavIa las biscito. Sobre las otras slDgu arl a
últimas posibilidades de formación de esta República -Democracia (consti- de Europa, campo abajo, en e).
tucional) deI Estado burgués de Derecho, o República socialista de Conse- '. e o ecla (normaciones legal-con~-
jos-. EI no frente a una República burguesa del Estado de Derecho hu- b) La Asamblea (Convenclón) qu pr Y lirmación directa o índi-
. d' t referéndum u otra con ,
biera significado, a su vez, según la situación de las cosas: vuelta a la Monar- titucionales) con mme lalo . d danos con derecho a voto.
quIa, Dictadura, sistema de Consejos o cualquier otra forma política. La' reeta, del proyecto, por os cm a .
voluntad constituyente del Pueblo se manifiesta siempre en su si o no fun- . técnica para una corporaci6n elegida de
damental y adopta asl la decisi6n, política que da contenido a la' Cansti-' La palabra Convenci6n es la ~resI6~ de la normaci6n legal constitucional. La
': intento con el cargo de elaborar proyec o
tuci6n .. ',
102
Concepto de Constituci6n
expresión procede de Ia revolución inglesaj las «Convenciones» de 1660 y 1689 cran El Poder COlllltituyente 103
gobiernos provisionales para crear una situación constitucional (E. Zweig, pág. 49). Con
el I . hereditario en la familia Bonaparte;
palc:6n, Emperador de los fran~s,.y sob~~~cle Additionnel: plebiscito deI 14 de
.
la práctica de los Estados americanos y eI. célebre ejemplo de la Convención nacional
francesa d~_. 1792, la palabra ha recibido la significación de una Asamblea que elar.ora 1815 (durante los Cien dias).. pleblsClt° R ública Luis Napoleón, encargado, .con el
eI proyecta de la normación 'legal-con stitucional. la ep
diciembre de 1851: el PreSidente de d 'Consu'tución. 21-22 de DOV1embre
'
gobierno mediante pIenos poderes'de f ar una , .
La Convención nacional francesa proclamá como postulado fundamental, co eI de-
creto de 21 de septiembre de 1792, que toda' Constitución hab!a de ser expresamente de 1852:'Napoleón lII, ~,?perador de lo; o~%,~e~~~ensas que votaron «s1•. El infiujo
confirmada por eI pucblo (qu',l ne peu/ y avo;, de Constitution que celle fjUi est En todos estos plebiSCitos hubo m Yb f rte y desConsiderado; estrope6 la
lemo na~ole6nico fueh astante
acceptée par le peuple). La Constitución de esta Convenci6n de 24 de junio de 1793 Gob ' ueriencia democrática.
. E n teor 1a, este
dectoral
fin atidad deI 1
fue, pues, somctida al pueblo, cs deeir, a las Asambleas de los primitivos eIectores, deI plebiscito haclendo sospec o~a a e- nsaml'ento dei Poder constituyente
para su aceptación. Fue aceptada casi por unanimidad (Duguit-Monnier, pág. 41). Sin ai . ' . democrático y al pc: rd
método corresponde prlOClplO" os lebiscitos para aquella nueva o e-
embargo, no entró en vigor, porque la Convención nacional suspendió la sÍtuación cons- del pueblo. El que el pueblo dlJera «~l» eo e~ufos electorales, sino también porque
rx: d ue la de paz civil y ordeno ~~ ma-
titucional e introdujo la dictadura de los jacobinos (te gouvernemenl révo/ulionnerire), r
naci6n se explica, de otra parte, no s o
durante la cual se gobernó con medidas, no con aetos formales de legislaci6n, etc. La eI pueblo francés no tenia e~to~ces otra vOe~~ta a ~der a otros la decisi6n pohuc~ y
misma Convenci6n nacional aeord6 más tarde otra Constitución, la deI aiio lU, de Yoda de los ciudadanos se IOchna, en gen 'd r_ que la respuesta contuvtera
I
22 de agosto de 1795 (llamada Constitución direelorial). Fue igualmente sometida al contestar siempre a as cues danes propuestas . emane f Tdad a un hecho consumad o.
d d "6 Por eso se aSJente coo SCI I
asentimiento
nier, pág. 62).de los dectores, e igualmente aceptada por gran mayorfa (Duguit-Mon- un minimum . e. eCISI . 'ficado inseguridad y dd esord en,
n.leónicos eI, «no» hU b'lera sigO!
En estos pleblscltos napo . . ncoroso a un hecho consuma o, conte-
mientras que el «s1» tao SÓdIo. ~s6entlmle?to(c~~p sobre esto abajo, la crítica dei pos-
ni ndo asi el mínimum de eclSl o propla. ,
c) Especialidades en caso de Convención para una Constitución fede- ru';ado .Ia m_yoria decide., § 21, IV, pág, 270),
ral. Aquí, la Constitución puede ser sometida ai asentimiento dei pueblo
de los distintos Estados-miembros,
e) Excepciones y casos especiales en esta práctica democrática,
La Constitución federal de los Estados Unidos de América, de 1787, fue proyectada
La Constituci6n francesa de 1791 fu ~ acordada '
' segúD y_lossepostulados
h_ dicho (pág, 95), ,por
democráticos
por una Convenci6n, sometida después a los Estados, reunidos en Congreso, recomen_
dada por este Congreso su aceptación al pueblo de los distintos Estados y, por último,
l
una Asamblea nacional que no había Sido e e~ o a ~:~rgió cuando, en 17 de junio
t
aceptada en cada uno de los trece Estados por Convenciones especiales de ratificación, fundamentales dei Derecho electoral .g~ner~l, s~ I~s tres Estamentos (nobleza, clero
es dccir, Asambleas elegidas de propósito para este fino Sobre las grandes dificultades de 1789, de los repr~sentantes co~~:~e-~s na~ional constituyente los represent~tes
de este procedimiento y las mayorfas, con frecuencia muy insignificantes y casuales, Y burguesfa), se consmuyeron en . ialmente extraviado, en estas cuestlones
comp. la dcscripci6n de }ames Beck; La C01lSIituci6n de los Estados Unidos (Die Ver- del tercer estado. Seda un formahs~o espec primera Asamblea nacional d ca-
lassung der V(~reiniglen SlatlIen), capo XV, ed. alemana de A. Friedmann, 1926, pági_ de la Teoría constitucional democrátIca! negar adelesa bl Sin duda ninguna, se puso
tlene una ~
nas 207 y s.iguientes. da r el Poder consUtuyente pue O. . ~:.-.:l:éad.6n
rácter, de alú
encarga po d de Ia N aCl'60 frances"a', frente a esto, 'aI
la volunta
La Con'stitución de Weimar no fue especialmente ratificada por los ciudadanos con en vigor . . I ión o votación espeo .
derecho a voto de los ctistintos Países, ni tampoco por sus Asambleas nacionales. En 8ólo relativa el procedmllento de una. e : 29 de febrero de 1920, no fue acordada
las deliberaciones de la Constituci6n de Weimar sostuvieron; sin embargo, Ia necesidad La Cons/ituci6n de Checoslovaquta, lacl fundamentales deI Derecho
po
de ratjficación de la Constitución deI Reich por las Asambleas nacionales de los Es- r una Asamblea nacional elegida según. los POdstu61 0posr delegados de los partidos
tados el Enviado bávaro v. Preger y eJ diputado Beyerle (Prol., págs. 24-26). Por e1
ai' na Asamblea Integra a s O b . e-
e1ectoral gener I s100 por u li d habitantes de ese Estado queda ao SIO repr
contrario, muy decidido, H. Preuss, quien --como Poetzsch, Komm., pág. 11, observa checos y eslovacos. De 13,6 m ones e o eslavas y en particular, la parte alemana
sentar casi cinco millones: todas las ~ane~ó~
30, razón-
§COn tenra de su parte la lógica democrática; comp. arriba, § 7, pág. 84; abajo,
pág, 368,
dd pueblo. No tuvo lugar un~ rau:ca~ k: r plebiscito. (Sobre esta Constitud6n
der tschechoslowakischen Verlassung,
«otorgada», Franz Adler, Die run ~e an d Euro a oriental en Breslau, Seco «Dere-
d) Plebiscito general sobre una propuesta surgida de un modo cual- Quelle. u.d SI,udie., edici6n del<':ns~~t~, ;, We:' lor" XI, 1922, pág, 352,)
cho., nueva sene, t. IH, 1927, P"'6'". ,
quiera, o sobre una nueva ordenación y regulación introducida de un modo
cualquiera,

En cuanto a esto, existió la práctica de los plebiscitos napoleónicos: Constitudón


consular deI ano VIII, 1799 (tres cónsules, entre ellos Napoleón Bonaparte); en dar-
tículo 95 se prevefa' el plebiscito, sin embargo de 10 cuaI Ia Constitución recibió trato
de ley constitucional vigente ya antes de Ia aceptación; Senado-consulto dd ano X,
1802: Napoleón primor roDSu! de por vida; Sen.adO<ODsu!to dei ano XII, 1804: Na-
§ 9
Legiwcldad .de una constituci6n 10'
LEGITIMIDAD DE UNA' CONSTITUCION
terior y se haga dependiente de elia, Alli donde se va hacia una nueva Cons-
titución por abolición de la anterior, no es «legítima» la nueva porque
la vieja haya sido abolida, Entonces, la vieja Consdtución abolida seguiria
en vigor. Asi, pues, nada tiene que ver la cuestión de la coincidencia de la
Consdtución nueva y la vieja, con la cuestión de la legitimidad. La legid-
midad de la Constitudón de Weimar se apoya en el Poder constituyente
deI pueblo alemán, EI hecho de que esta Constitución haya surgido median-
te abolición de la anterior, de 1871, podía lievar, a lo sumo, a considerarIa
ilegítima desde el punto de vista de la legitimidad dinástica, del Poder
constituyente deI monarca, pera nada más. Igualmente, y a Ia inversa, es
ilegítima, desde el punto de vista de la legitimidad democrática, toda Cons-
titudón otorgada, emitida por el Rey sobre la base del principio monárquico.
Pera es enteramente imposibIe aplicar a una nueva Constitución la medida
de si ha sido aprobada bajo el patrón de anteriores regIas y formalidades
Iegal-constitucionales, planteando asl la cuestión de si, por ejemplo, las
determinadones de la Constitución de Weimar han surgido de acuerdo con
los preceptos de procedimiento previstos para reforma constitucional en el
articulo 78 de la vieja Constitución del Reich, Una Constitución nueva no
r. Clases de le ilimídad d puede someterse en tal modo a anteriores normaciones que ya no están en
legítima --esta es , recanoe1 a e una Constituci6n. Una Constitución vigor, y es un juego de conceptos desprovisto de significación y sólo com-
6len como ordenación luridlc~ no 50 o como situación de hecho SIno ta~S prensibIe por una mal entendida, exigeneia de normatividad el pIantear la
~~nstltuyente en ue descansa s~~~~~:o la fuerza y autondad' deI Pode; cuesdón de si se han seguido o no -para una nueva Constitudón, que se
Opta a 50 re e mo o n es recanoeI a. a eCISI n
ericuentra en vigor sin duda- los preceptos adaptados para su propiarevi-
Q:tancia ,~e la COnstitucirn, ~rsm~álid a exIStencla e~tatal, que int~~r:ll: sión por una Constituci6n anterior que ya no rige,
nstltuclOn se trata existe I ,a, porque la urndad política de cu
::ic~od". \t>rma ,de' esa exi:re~ci:~J~~ ~".!c!'.~~e~ confitituyente puede fij~: Certeramente dice W. Burckhardt, Verlassungs- und Gesetzesrecht, Po/itiches Jahr-
s~rÍa ~d!~~d~a~ t~:ea:un:entido en ]a existen~ia1U;~lí~~:~e Ú:a ~~r nor~ buch der Schweizerischen Eidgenossenrchaften, tomo XXVI, 1910, pág. 48: «c:Se pue-
de medir razonablemente la ;uridicidad de una, nueva Constituci6n con los; preceptos
tIca no '. a aqu . especta ma no
' ne~eslta rn puede ser legitimado mo o e a existencia polí- dé 'su' antecesora?,: Esa es la cuesti6n. Si la Cónstituci6n actual hubiera de ser no-
H IstÓrIcamente pueden d" , ' jurídica porque sus autores no se 'han atenido a las prescripciones de la anterior,
nástica y la demo~rática IStmgultse dos elases de legitimidad I di habría que preguntar ante todo si ésta, a su vez, habla sido jurfdica, etc., y cuando
cons!' - , correspondiente I d - a - retrocediendo en e1 tiempo se hubiera tropezado con una Constituci6n no-jurídica,
Do dltuyente que históricamente ha s a ,os os sujetos del Poder
P n e pr~p~:lOdera el punto de vist: Jue consld~rar: prÚlcipe y pueblo, todas las otras serían también no-jurfdicas, porque aquélla no podia dar vida, por
d~~,:r constltuyente deI rey; donde el ~n;~ dUlo~idad, será reconocido eJ aprobaci6n 'deI pasado, a éstas, que derivan deI presen te su derecho a la existencia.
S 'I ma, dIa validez de la Constitución l e vIsta de la maieslas populi
t~ o pue e hablarse de la legitimidad descansará en la voluntad dei pueblo
c:Cuál hubiera sido el sentido y la finalidad de todas estas afirmaciones sobre la juri-
dicidad de ,una Constituci6n? Hubiera significado machacar en hierro frío.» Cuando,
por 10 demás, Burckhardt plantea la cuestión general: «lPuede una Constitución pres-
,ncas, y siempre bajo el punto d ,e una Constitución por razones his' cribir, obligando en Derecho, cómo debe ser cambiada?» (pág. 46) y contesta dene-
dmástic d ' ' e vIsta de la d' t' " -
f da y emocratlca, En realidad 15 mClOn entre legitimidad gando, esta denegaci6n gener~ se basa en la confusión, aludida con diversas ocasiones, de
or~; eLexistencia de una unidad p~l:~c~ata con esta de la cuestión de la Constitución en sentido propio y leyes· constitucionales. Puede prescrihirse mediante
d ' eglllmldad de una Conslilu '6' , ley constitucional cómo deben cambiarse las leyes constitucionales.
!bs~r1gúüleyes con:lilucionales anle/~i;e;;e Sl?t{i~ que haya si~o Irami_ (
11 a. na Constttuclón no se o ,s. a 1 ea seria especIalmente Expresiones como «Iegitimidad» o «ilegitimidad», se usan, a pesar de
~u:~aAjerr.'~s: es i?~oncebible qu/ u~: C::~~,~r ~:gún regIas superiores a eso, con lastimosa frecueneia en el sentido de que 5610 puede designarse
ecJ.SlOn polítIca fundamental se s b &UClon nueva, es decir, una 'como «legítima» una Constitución cuando ha surgido de conformidad con
, u or ne a una Constítuci6n an- un procedimiento de revisi6n constitucional regulado en ley constitucional
104
r anteriormente válida,

','
107·
Cooccpto de Coostituci6o ., .dad de una con>tituci6n
LegiWD1 • eiertos métodos, sea e! de la e!ec-
El Tribunal deI Reich dice eo la conocida sentencia, Asuntos civiles, t. 100, pá· tituciones democráticas ha d~do lugar sea el de una votació'.' 'p°.l~I~~r Cond
c~~~~~c:~eAli::,bl:s~o~:~'t~J~~t~ ~~~~~:~1 ::n~p~~gl~'.iegiun:d.d,
gina 25:. «Ai nuevo poder público (los Consejos de trabajadores y soldados), creado
por Ja'.r'revolución, no puede negársele e1 reconocimiento jurfdico-poUtico. La antijuri-
l' dicidad:';de su establecimiento no se opone a eUo, porque la juridicidad deI estableci-
miento no es una nota esendal deI poder público. El Estado no puede subsistir sino ~rática, insertando un clerto:;~:~::deramente democráticas s610:J~~:­
un poder público. Coo la supresión dei vie;o poder, se pone en su lugar eJ nuevo y car~ctedzando desl:ués e~contrado la aprobaci6?, de. udi'.'a'dmaro~creta. Ya
poder, que 10 sustÍtuye.» Estas postulados muestran sin más la inanidad de la rues· ConsutuclOnes que an d" de votaaon In VI ua .6
dón de si la Constitución de Weimar ha surgido «jurfdicamente», es dedr, mediante dadanos formada en el pr<'íe Imle~:~ ello que estoS métodos de )/d'ta<7 ~
e1 procedimiento de! artículo 78 de la Constituci6n suprimida. Hablan, por lo demás, se ha dicho, y habrá que vo ver .so s reci~amente desde d punt? e viS
5610 dei «poder público», no de Ia «Constitución», pero valen también para Constitu- individual secreta ."on pro~lem~co bln es siempre posi.b~e y. fácil dj re~
dón entendida eo un recto concepto y pueden trasladarse asimismo coo razón a la de una DemocraCia ,a~ténd(t hlo En la sim pIe parucII;'acl6n en a VI n-
Constüución de Weimar, p. ej., en Anschütz, Kommentar. pág. 5. A esto hay que nocer un acuerdo tacltO e ~ue.. uede verse, por ejemplO, u~a co 1
observar: 1. No puede hablarse de legitimidad de un Estado o de un poder público.
Un Estado, la unidad pol1tica de un pueblo, existe, y existe eo la esfera de lo poUtico;
pública fijada por una ~nstitu::J: ~sta a manifestarse con cl~rld~ó~
es tan poco susceptible de justificación. juridicidad, legitimidad, etc., como si en la
esfera dei Derecho privado se quisiera fundamentar normativamente la existencia dd
individuo humano vivo (comp. Der Begrifl des Po/itischen. Archiv jür So:âa/wis-
voluntad constituyente e
en las elecciones que una ae
p:.
ducta concluyente, medidite \1 Esto puede deeirse de la paruclpa
~~aci6n polltica comporta.
oda rma
".sehalte., t. 58, 1927, PÓlIS. 1 y sigs.). 363-4 dite que t «no
Estado y po4er público son la misma cosa. No hay Estado sin poder público, oi ierling ]uristische prinzipienlehre'a!i18dge8z' J·~íd:8'~rdade~a, incluso coal° ~ reco-
,_
B • d alcanzar una v . fdi como cu qUler orw;""
poder publico SlD EStadoj êl cambiO de los hombres que ejercaan el poder publico jurídica otorgada pue; 1 s miembros de la comunidad JUró1 ca reconocimiento gene-
y el cambiO ,de la ordenaclêSn estatal, no suprimen la continuidad de la unidad politica. ocimiento rencoros o e o . od momento, es «s o ei 1
3. La abolición de una Constituci6n y Ia emisión de otra nueva afecta aI problema dd n . nto 'urfdlco revolucionarIa»: en t o la 'uridicidad. Y, pág. 357: «a acep-.
Poder constituyente (romp. sobre esto, abajo, § 10). 4. La legitimidad de una Consti· :rdee la/ normas establecidas. el R~~~;=sti~yente (1867) envolvIa ~o(;; ~~
tución afecta eo todo caso a este problema dd Poder oonstiruyentel'pero no al de la' tación de las elecciones par~ ~ste e . de la Constitución a pactar COo
. f reconocuntento preVIa
coincidencia con las regias de léyes ·Coostitucionales que 'ya no están en Vigor ..: pleno e mequ vOCO
El modo corriente de hablar confunde la constitucionalidad de una Constituci6n con Gobiernos federales).. ,- d
la licitud de una reforma constitucional. Pero Constituci6n constitucional no es, ni un 1
ás distintas Constlmctones
completo absurdo, ni una vacua trivialidad. Cuando la propia Constitudón decide que esta manera puede adjudic~se a as m o se basen en el poder cons-
es constitucional y por ello se la reconoce como tal, no adquiere con esto ninguna cará~~r de la legitimidad democr,atlca, en~d'::so cuando s610 actúa por la
nueva prop':iedad: pues toda Constituci6n vigente es, como puede comprenderse, coos- ueblo presente Slempre,
titucional ..íUna norma o uede le itimarse a si misma: su validez se :pO~t en la vo-
tituyente de! P ' .
luntad existencial ·de Jquien la enute.. ero« stltuci6n constituCIonal» ebê signifi. tácita.
cu tan Sólo: constltuCloiíâi en êi sentido de leyes constitucionalcs que ya no estão en
vigor; asi se aclara sin más la contradicci6n, pues leyes que ya no estlÍn en vigor no '.
pueden prestar ninguna propiedad apreciable de validez y juridicidad.

lU. La legilimidad dinástica se apoya en la autoridad deI monarca.


Como un hombre aislado alcanza raramente desde su ser individual esa
significaci6n política, tampoco puede estar en d prfucipe como individuo
d Poder constituyenteê L1eva hacia la legitimidad dinástica, que se apoya
en la permanente histófica de ·una familia vinculada ai Estado, en la conti- '..
nuidad de la dinasda y de la sucesión heredita'ria.:
La legitimidad democrática se apoya, por d contrario, en d pensamiento
de que e! Estado es la unidad política de un Pueblo. Sujeto de esta defini-
ei6n de! Estado es d Pueblo; Estado es d status político de un Pueblo_
Modo y forma de la existencia estatal, se determinan, según el principio
de la legitimidad democrática, por la libre voluntad de un Pueblo. La vo-
luntad constiruyente de! pueblo no está vinculada a nin' determinado
proce ento.~' a antes se a o que actu s~
§1O
Consecuencias de la doctrina de! Poder constituyente 109
~g~~~=~~ ~E EN
LA DOCTRINA DEL PODER yecto de la Constitución girondina de 1793, art. 93. En esta fonnulaci6n es de singular
interés que no 0010 contiene d derecho a las revisiones constitucionales, sino también
DEL PODER CONSTlTUYEPNATERTICULAR, a las supresiones.
DEL PUEBLO Un modo de pensar extendido deduce de razones de comodidad política y jurídica
que una Constirución puede ser suprimida tan s610 observando eI procedimiento cons-
titucionalmente regulado para la reforma de las leyes constitucionales. El argumento:
«porque no puede ser lo que no debe ser» cooduce aqw a consecuendas manifiesta.
mente absurdas.

Donde subsiste un Poder constituyente hay siempre por eso también


:- .. -
~-.:-
un mínimum de Constitución que no necesita ser afectado por eI quebrao-
tamiento de leyes constitucionales, revolución y golpes de Estado, en tanto
permaoezca al menos eI fundamento de la Constitución, el Poder constitu-
yente, sea del rey, sea dei pueblo. La práctica de los plebiscitos napole6ni-
cos (arriba, § 8, lII, 4 d, pág. 102) descansaba en eI principio democrático
del Poder constituyente del pueblo; las violadones constitudonales podiao
asl ser corregidas fácilmente por el asentimiento del puebIo. En todo caso,
hay que distinguir ya con claridad la supresión o quebrantamiento de las
leyes constitucionales, Ia supresión de la Constituci6n, es decir, de Ias deci-
f' siones politicas fundamentales, y la supresión del Poder constituyente (del
. I; Permanencia dei Poder constitu rey o del pueblo). La supresión revolucionaria de una Constitución puede
eJercaa mediante el acto de la d .. yent,:. EI Poder constituyente se designarse en ciertas dreunstancias con algún deremo como simple reforma
y formuladón de ésta puede aband~~I:n polítIca fundamental. 'La ejecudón ,,
constitucional; pera, claro está, en el supuesto de la permaoencia del sujeto
pIo, a una lIamada Asamblea . Irse a encargados especlales, por eJ·em-
. b naclOna deI Poder constituyente.
tlr, a ase de las normas legal . .constit
al uyente. T am b·lén puede exis-
legal-constitucional para «refor~~~!tltuclon. ~s asl surgidas, un dispositivo Asi, habIa H. Preuss, en las deliberaciones de la Constitución de Weimar, de que
les. Pera el Poder constituyente mis~;<dvbslones •. d~ ley.es constitudona_ ésta -surgida mediante supresi6n" revolucionaria de la antigua Constitución, sin duda
e~ susceptible de Iraspaso, enajenadón
slempre la posibilidad de segui
b:
e ~~r distJnguld~ de éstas. No
. . 'da ora n o consunaón. Le queda.
alguna- signmcaba una «reforma. constitucional» de la última. «Lo que nosotros nos
proponemos es una reforma constitucional motivada por derta circunstancia y mediante
.
Y Pcr encrma d r eXlstlen o y se eneu al· . determinados .acontecimientos» (Prot., pág. 28). Esta dec1aración es chocante en boca
e toda Constituci' d . ' entra mISmo tiempo '
legal-constitucional válida en lon, erldvada de él, y de toda determinadón de un destacado maestro de Derecho polftico y de un singular conocedor dd Derec:ho
, e marco e esta Constituci6n. constitucional democrático. Se explica por la idea, no formulada coo claridad, sio em·
bargo, de que ya el ante:IÍor Impedo alemán descansaba en la voluntad del pueblo ale-
. La inalienabilidad dei pouvoi, conSI;1 .; mán y, por tanto, en 5U Poder constituyente. La nueva Constitución llevarfa addante
Stcyes. Hay qUe observar que cn Sie e U4n/ deI pueblo fue puesta de relieve por
deI ~oder consútuyente deI pueblo Yu; Se trata tan sólo de la 'doctrina democrática
!. ese permanente minimum. Anschütz (Komm., pág. 3) dice: «La revolud6n no ha des-
truido el Retch, sino 0010 reformado su Constitución.» Tampoco esto se explica, si se
const~tuyente de un pueblo no puedeq Se ~~rapone aI absolutismo real. El Poder estima jurfdicamente exacto, más que por la permanencia dd Poder constituyente dd
la eXlstencia.~_ poHúca, entra en escena ~t:Oamq. ad~~ luego, en qu~dando garantizada pueblo alemán. Sin embargo, hubiera sido más exacto hablar de abolici6n que de refor~
monarca CO.plO titular de clicha poder. Pero :rJ~~ P~er consutuyente, p. ej., un ma de la Constituci6n (comp. abajo, § 11, I, pág. 115).
un aeta de su ejercicio. Mucho menos ' er constltuyente no se exti~gue por
eI m?narca renUnCIa voluntarlamentê a' s~ gpoya en ·n~nífun tItulo· Iuridico.\Cuando
constltuyente deI pueblo este l11tim d r constltuyente y reconoce e Poder II .... Continuidad dei Estado en el caso de abolici6n y quebrant~iento
~~i~a renuncia deI rey. 5u razón de ~fi~~cia e:~;;sa ~n.eI título jurídico consistente de la Constituci6n mientras subsista, idéntico, el Poder constituyente.
. ex USIvamente en su existencia pa- 1. Una Constitudón que surgió como acto deI Poderconstituyente
La ConStItuclón
. .
francesa de 24 d . . deriva de este Poder, y por eso no puede portar en si misma la continuidad
deI Poder constituyente del pueblo e e ~um~ clt 1793 formuIó el principio democrático de Ia unidad politica. Aún menos pueden producir tal continuidad norma-
cho. de revisar, de reformar y de c~b' art cu 028:. «U? pueblo tiene siempre el dere- ciones legal-constitucionales que se apoyan en eI basamento de esta Cons-
droll de révoir, de rélormer el de ch(Jngl:~ ;u CCons~tu~6n». tyn peuple (J touiours le
; ...... ~1 e! p~
a onSlllullon).- literalmente "i§I.UU, titudón, y sólo signifiCa0 Ia ejeeución de Ia decisión politica fundamenta-
dora. La unidad política como un todo puede seguir subsistiendo a pesar
108
110

d~las reformas y cambias de Constitu . . Concepto de ConstituciOO


Consecuencias de la doctrin. dei Poder constituyente 111

:da O una I:y constitucional quebrant~~n. SI una .Constitución es supri- Ejemplos: 1789 y 1793 en Franeia (supresi6n de la Monarquia absoluta dd rey);
mis:a ~ntrar~o ,a la ley constitucional p~e~s~ ~s slempre anticonstitucio- 1917·18 en Rusia (supresi6n de la Monarquía zarista).

se suprim:u~~~m~:~~ ~~\:~/:~~~/~e;za. peroser ;~d~ru~~~s~f~~~~e"n~ En tales revoluciones fue impugnada por los nuevos Gobiernos co dos
asl, pues, la nueva Constitución e e nue~o frente a la nueva situación. importantes casos la continuidad de la unidad política, tanto desde e! punto
~~~~e 'i~e la a?terior Constitución :U~~:id~ó~ dei mismo Poder constitu: de vista estatal como desde el internacional.

pIan t·earse cOlnunuldad está entonces en el b' se apoya en eI mismo prin- El gobierno jacobino de 1793 represent6 el punto de vista de que un pueblo libre
e probl d asamento co '
vista deI Dcrecho i~':'e~na~i~~a~O:~ui~ad dIedlelEstado, ni :k':l~ ~I ;~~e~; no necesita pagar las deudas que un «úempo» (eI anterior gobierno monárquico) ha con·
traído. En mayo de 1922 invoc6 el gobiemo soviético ruso, durante la conferencia
, es e e Derecho estatal de Génova, este precedente para negarse a pagar las deudas de la Rusia zarista. En
En las revoluciones f .
OCUr " rancesas y golpe d E eI gran complejo de esa cuesti6n deI cumplimiento de las obligaciones de los antiguos
rIO un cambio co . . s e stado de 1848 18 gobiemos ruSQs interesa s610 aquel argumento que se apoya en que no debe baber
nes existentes hasta elnstltuclOnal con quebrantam.iento o su .'00 51, 1852 Y 1870,
co . momento peco preSI de las Co . . continuidad ninguna en el caso de cambio dei Poder constituyente. Los dos casos,
nstltuyente dei puebl f • COn mantenimiento y '. nstJtUClO..
de! Estado francés. o rancés. No surgió aqui el proble recodnocUDlen,to de~ Poder 1793 y 1917, fueroo los únicos ejemplos en que se impugn6 la continuidad.
. ~''''''':'' ma e una ctiscontmuidad

t::
2EI que en este caso no Pera oorresponde precisamente a la lógica de una Constitución demo-
di·" d .. crática eI aceptartambién en tales casos uni continuidad."Pues la doctrina
t~ui~:;t:'o I~n~:id:~o;~iítk:~ h
:d.~~~d~~:~~~se~f~':f:',~: ~~~~ democrática no conoce conseeuentemente otra Constitución legitima que la
que se apoye en e! Poder constituyente dei pueblo. Por eso, es posible
d d Desdí el PUnlo de visla dei Dere h echo generalmente reconocido referir a la voluntad expresa o tácita de! pueblo toda Constitución que
si~ que as ~nteriores leyes y ordena:;'o eSfalal se deduce de esta continui_ haya regido, eualquiera que sea la elase de gobicrno, es decir, la forma dei
un especIal acto d . as SlguCO en VIgor sin' d
à~~Ó~~g~7~luso ~eterm~n~~~:~ó:;;n~~n:d~~oe~O~ont~adi~an I:~~e~: r:~~:
a
ejercicio de esta voluntad. En otro caso, según esta doctrina, no hay Estado
ni unidad política, sino un absurdo aparato de Poder, un sistema de des-
en VIgor, SI blen como simple I nStltUClones anteriores pue
5 eyes. - potismo y tirania.
As!, continúa eo vigor la d '.
cesa dd afio VIII (179 etermmaa6n deI artículo 75 de '. Esta es la teoda dei Contrat socittl de Rousseau. En realidad, no habla expresamente
de funcionarios de 1 9) s?~re la anuencia deI Gobierno la ConsUtucI6n fran_ de un poder dei Pueblo, especial y esped6camente constituyente, pera st de lois poli.
miemos constitucion~e~dm~fllstra~i6n. a pesar de todas la~a:~ Ia ~ersecuci6n judicial tiques o lois fondamentales, que regulan laS relaciones del soberano (pueblo) con el
nas 580-81. En las Co ~o :evemdos entre tanto; sobre e p~slOn.es y quebranta.
".,
~" gobiemo (lib. lI, capo 12). Estas leyes son leyes constitucionales, y como tales, rela·
consecuencia de la rev~ttlr.u6clodnes alemanas de la Monarqufastcoo, ~mel.n·Nézard, pági- tivas, esto es, derivadas y limitadas en principio; se apoyan en la voluntad soberana
cip'la monárquico. TambiéUCI n (e '1848 ,se.da una continuidad nstltuclonaI
b I
na ·d
,CI as a deI pueblo; mediante elJas puede fundarse una forma de gobiemo monárquica, aristo-
de gabinete . n aqu slguen valiendo
S b I' etc., ~1O .recepci6n especial.
50 re a base de1 prin-
' por eso, las anteriores leres 6rd
.. crática, o democrática, pera el pueblo sigue siendo siempre soberano. Induso la Mo-
o ce a conunUldad de1 R . h • eoes narqwa más absoluta seda, 5610, forma de gobierno, depencliente de la voluntad s0-
después de la Constituci6n d eWlc. alemán cn la revoluci6n de berana dei pueblo.
e elmar, comp. abajo, IH, 2. noviembre de 1918 y

o r
P dUI. EI problema de la conlinu·d d
.
coEnsli'.uyenle (destrucci6n de í."c:;n ,:aso. fe cambio del su;elO dei
n VIas revolu ' .
constitucional I C clO.narlas puede ser suprimida
nstltuclon).
ól I
f,
2. Continuidad dei Reich alemán 1918/19. Cuando un Estado des-
cansa sobre una base nacional y eI pueblo tiene una voluntad consciente
de existencia política a base de esa unidad nacional, es siempre posible
tuyente ~ a OnstItUción, sino tambié I ' n~ s o a legislación considerar esa voluntad como la base adeeuada de loda Constitución dei
ti . que eXIstia hasta entonces n a especle de Poder consti Estado. Aqui puede encontrarse con facilidad una correspondiente cons-
.tuclón hasta entonces existente M'Yd' por tanto, eI fundamento de la Co - trucción dei Poder constituyente dei pueblo. EI Imperio alemão de la
ejemplo p'.. d . e lante una r I ·ó ns-
d· ". ,ue e ser suprimido e! P d . evo UCI n democrática po Constitución de 1871 puede ser considerado como un Estado que se apa-
n:;~~~euder~~~b1e Estado o una r~v~íu~i~~st~~~ent~.del monarca, y' me~ yaba en la voluntad nacional dei pueblo. No era sólo una federación de los
una completa dia. Aq ui tenemos un cambio deh Ida, eI P~er consti_ Estados-miembros, sino, como acertadamente dice Anschütz (Kommentar,
es rUCCl6n de la CO nslituci6n. o er COnstIluyente y página 2), «ante todo, también eI Estado alemão como Estado total, como
comunidad nacional». El pueblo alemão terua co todo caso la voluntad de
"
112

'd d I Coneepto de Constituci6n Consecuencias de la doctrina de! Poder constituyente Il3


uh,.a po Itica sobre base nacional an d
a ohr e! pri~cipio monárquico y da: ~ to?avfa no tenla la voluntad de
t~d ~e propla decisi6n política una c:,
s .mls?;O, exclusivamente por vir-
tltuclOnal tal como existió desde 18 nstl;u clOn . Que la situación cons-
b) Es de observar que cuando se deriva una discontinuidad, ha de
producirse una «ruptura consciente con el pasado». El valor de ese argu-
mento consiste en que remite al cambio de! Poder constituyente. La ante-
dleján no ~frece duda después de I/~ rnla,.1 asentimiento de! pueblo rior situación constitucional descansaba en el principio monárquico; la nue-
e a fund~clón deI Imperio de 1871. dC an; ac,6n de la guerra de 1870 y va, en e! Pnder constituyente de! pueblo alemán. No se da, pues, tan sólo
esta Constltución fue pactada co ' ~ ~mas (comp. arriba, § 6 pág 76) una abolición de leyes constitucionales y un cambio de Constitución, sino
m~~. Aquí, pues, la correspondie~t~:o e,chst~g elegido por e! ~uebl~ al;- también un cambio de! Poder constituyente.
cratlco no es una ncci6n, aun cuand nstrucc16n de un Parlamento demo- c) Viene ahora un otro momento que destaca, con mayor vigor aún,
e! Poder constituyente deI puebl 'I
no fuera reconocido en modo alguno e! cambio de! Poder constituyente. No sólo se introduce un nuevo sujeto
en las Monarquías constitucionale~ d ejánclin .Ia Constituci6n de 1871 y deI Pnder constituyente, sino que, además, se pone en e! lugar de la ante-
s,uPUesto en realidad el princi io e, os. stlntos Estados se diera co:no rior Constitución federal, que como tal descansaba en e! convenio de los
~t1C~ sobre base nacional det
puebfna~qu,~. Esta voluntad de unidad po- Estados federados, una Constitución establecida mediante acto unilateral
d~~ R:ic;;~~r:~I~tía ~est~ble~er °u~:~Ont~:~~:~e d~eStués dde novie~-
de todo e! pueblo alemán.

titución de 1871 e a nstltuclón de Weimar 1919 ase demlocrátlca Los distintos puntos de vista de b) y c) se encuentran unidos en los siguientes
. , ,conel e a Cons. autores, la mayor parte de las veces, no obstante, sin especial interés por la eseneia
deI Poder constituyente y sin la necesaria distinci6n entre Constituci6n y ley constitu-
La cuesti6n es una de las cional, pero siempre con el resultado de una discootinuidad entre viejo y nuevo Reich:
de la Constituci6n de Weimat qUs~ ~~e1enl disputarse en· Ia literatura jUrfdico-po1fti KahI, en la sesi6n de la comisi6n de 5 de mam> de 1919, Prot., pág. 23, Y en e! ar-
;:s~u:~t~r~;a:~nd:uy dive~sas
discutido ni de
..' oi des~~ ~sp~~~~e:e~~~:: :rácticas
dias obligaclones internacionales dd vIelo
de. las disrim:
" elalDerecho Internacional,
tículo Die drei Reiche, Homenaje a O. Liebmann, 1920, págs. 79 y sigs.; Nawiasky,
Bayer. Verlassung, pág. 66; Wittmayer, Weimarer Verlassung, pág. 4; Giese, Komm., pá-
de 4 d' s e e PUnto de vista deI De h nuevo Reich no fue gina 16.
e marzo de 1919 se d 6 rec o estatal pues por la 1
La literatura de esta polémic:res~~ expresan:enre la COnti~uidad deI Der~h~ra.nsitOria Esta fundamentación hubiera sido certera, de estar resuelta sin lugar
Soml0, Grundrüs (1924) I comprendida en Ansch" K Interno.
, , págs. 52 y sigs. utz, omm., págs. 8, 9; Sder- ., a dudas la cuestión de! Poder constituyente en la anterior situaci6n cons-
titucional, y de no haber sido ya e! Imperio alemán de la Constitución
P da) De Ias distinciones hechas entre Co . de 1871 una forma de Ia unidad nacional de! pueblo alemán. Pero, asl, es
ti~ ~r, ~nstituyente se deduce que la ab r ~~l!tuci6n,
ley constitucional y posible que en la nueva Constitución, democrática, se considere único punto
E ClOn,.c e 1871 no es, en sí misma f dO IClon revolucionaria de Ia Cons- '., de vista adecuado e! de que hay una continuidad deI Pueblo alemán y de
1 n tod.~ .. caso, es inexacto decir'
n
'od
a~ento. para negar la Continuidad . su voluntad de unidad política sobre base nacional. Por eso hay que con-
e~~s. constitucionales) lIeva en sI ~nt a dl.scontlnuidad «jurldica» (de las' " testar afirmativamente a la cuestión de la continuidad. EI pueblo alemán
~ ItIca. Las leyes constitucionales v~I~~ac~1n debla identidad de la unidad ,
l'
no quiere negar con la Constitución de Weimar su identidad con el pueblo
nstltuC/6n en sentido positivo' s o a ase y en e! marco de la alemán de la Constitución de 1871; quiere renovar su Reich, como se dice
~:~~~u~â;~:it~~e~~~ ~~n~~j~e;:fs é:!:~ ~~~~g~rf~:s~u~delad:r~~u~~: d~~: en e! preámbulo de la Constitución de Weimar, pero no fundar un nuevo
Reich. Precisamente por ser una Constitución democrática, no funda la
~~~~ti;~;~~ ;'r k~~s:;m:: J~C!:~ 1~~:ga~nde~:c!~~i~:1d~d dd~ ~~t:d~~e;~ nueva un nuevo Estado alemán. Significa sólo que un pueblo que creía
hasta ahora no poder existir políticamente a base de! principio monárqui-
:e;e:~exacto negar la continuida;~efo;::~~uc,:j'nales derogadas, e~ igual- co, cuando desaparece politicamente ese principio, coritinu6 su existencia
tu'ó ar porque ésta no ha surgido mo I emán de la Constltución J:,
por virtud de propia decisión política, mediante una Constitución que se
C/ n», observando el artículo 78 d I cdo « ey de reforma de la Consti- • da a si mismo .
e a erogada.
Inexacto por eso' F S d !.' En la historia de la elaboraci6n de la Constituci6n de Weimar 'aparece esto de!
Rechtsordnun Z·· . an"er, Das Faklum der Revolu . . modo más vigoroso en las manifestaciones de F. Naumann y H. Preuss (Prot" pági-
berger, Staatstre·ehtsch~ f. oflen,tliches Rechl, I 1919 II~n und dle ~ontinuitãt der nas 24-25). Preuss habIa incluso sóla de simple reforma constitucional (camp. arriba,
páginas 53,55 IC u, RevoluIIO., 1920, págs 'u '. p ~.. U2 Y S1gs.; Rauschen_ .-:-
. § 10, 'l, pág. 109), adernás, K. Beyerle (PrOl., pág. 25): .Continuamos e! vieio Reich .•
. , . Y sIgSj tler-Somlo, Grundriss, 1,
E. Vermeil, La Co.stituci6. de Weimar, Estrasburgo, 1923, págs. 66, 273, a1aba a
Wittmayer, es derto, por el buen sentido democrático demostrado eco 5U tesis de la
114 ,Concepto de Constituci6n
§1l N
discontinuid.ad, pero está obJigado a consignar que precisamente también los democra-
tas quisieron eo Weimar la continuidad.
CONCEPTOS DERIVADOS DEL DE CONSTI~CI~
1 b t iento de la ConstltuClOn ,
(Reforma constituciona , que. ran am. . nal alta traición)
IV. Distinci6n dei Poder constituyente dei pueblo, respecto de todo ., dela !Dl'sma
Poder constituido, es decir, legal-constitucional. suspenslOn , conflicto constltuClO , .
1. Todo lo que se verifica en regulación legal-constitucional a base de
la Con~.titudón, y en eI marco de las competendas constitucionales a base
de la.'reguladón legal-constitudonal, es, en esencia, de naturaleza distinta
a un "cto deI Poder constituyente. Ni aun las facultades y competendas
constitucionales dei «pueblo», esto es, de los dudadanos con dereroo a voto,
por ejemplo: eIección dei Presidente dei Reich, según eI art. 41, C. a.; eIec-
dón dei Reichstag, según eI art. 20, C. a.; referéndum, según eI art. 73, C. a.,
son facultades deI pueblo soberano que se da una Constitución y realiza
actos deI Poder constituyente; son competencias dentro deI marco de la
Constitución dada.
Sería por eso inadmisible, mientras la Constitución de Weimar perma-
necÍera en vigor, sancionar sencillamente por un referéndum, según e1 ar·
tículo 73, C. a., cualquier quebrantamiento de las leyes constitucionales.
EI pueblo tiene sólo facultades legal-constitucionales, según eI art. 73, y
no más altas que las deI Reichstag. Tampoco éste le está subordinado. Una · . I s sigulentes conceptos:
I Oieada.-Hay que di stmgul~ o 'ón de la Constitución exis-
ley surgida en vias dei referéndum dei art. 73, C. a., puede ser derogada 111' Destrucci6n de la Constitu cl6n: SUPt~etuSlcl'onales) acompafiada de la
por una ley surgida mediante simple acuerdo mayoritario deI Reichstag . I d arias l eyes cons I , 111)
(Anschütz, Komm., pág. 224), etc. tente (y no s6 o e una? v n ue se basaba (comp. arriba, § 10, .'
supresión deI poder consutuyen~e e' q Supresión de la Constitución exl;s-
2. Es especialmente inexacto caracterizar como Poder constituyente, 2. Supresi6n de la Const%ucl6:stitu ente en que se basaba (cambiO
o pouvoir constituant, la facultad, atribuida y regulada sobre la base de una tente, pero conservando el Po er co y'b § 10 lI). \'
de Constitución, golpe .de !,-st~d(? ea;~%~/r~.f~rma
ley constitucional, de cambiar, es decir, de revisar determinadones legal-
constitucionales. También la facultad de reformar o revisar leyes constitu-
dei
texto de las leyes
3. Reforma constltUC/On r v ' . aqui corresponde también la
cionales (por ejemplo, según eI art. 76, C. a.) es, como toda faeultad cons-
constitucionales vig~nt.es ha~ta ~I mo,:,en~~~ales aisladas y la recepción de
titucional, una competencia legalmente regulada, es decir, limitada en prin- supresión de prescrlpclOnes eg _~n~tI~CI . I dos
cipio. No puede sobrepasar eI marco de la reguladón legal-constitucional en nuevos ordenamientos legal-consutuc,on es BIS a .
que descansa. . . rque no se trata de
. • na! (evisi6n) es mexacta, po .
La palabra reforma consUtuClO . r s6l d las determinaciones legal..con sU-
Comp~~abajo. § 11. lI, pág. 117. Inexacto por eSQ e1 intento de equiparar e1 pou- . '6
refonnas de la ConsutuCl n ~.
'sma smo tan o e
la expresi6n, por ser usual
h
oy. .
voi, constitua';! con esta facultad de revisi6n regulada en ley constitucional, y desig- . ai S'm embargo
tuCIOn es. , conVlene conservar
narla como «çoncepto ionna1» de Constituci6n o de pouvoir crmstitU4nl. En ello con-
siste el fundamental error de1 lihro de E. Zweig, Die Lehre vom pouvoir constituant, . . . ' I de la Constituci6n: reformas constitu-
1909. En e1 mismo error se basan .las explicaciones de W. Hildesheimer, Vber die Reformas inc~msUtuclOna ~s deI rocedimiento prescrito legal-cons-
a)
Revision moderner Staatsver!assungen, Tubinga, 1918, pág. 75.
. Ies verificadas sm observancla de lasP leyes constltuclOna
Clona . ' Ies, ·
titucionalmente para t"!es ~efo~masde la Constitución: reformas de la ~ns­
3. Esta distinción se da también en Estados donde, como ocurre en b) reformas cons~tuclOn es d' iento ptevisto en las leyes constl~-
Inglaterra, por virtud de la pretendida soberania dei Parlamento inglés, titución con observancla deI proce. ~mnes (revisión constitucional en sentl-
. Ies para tales reformas y revlSlo
Clona .. . .
pueden acordarse leyes constitucionales en vias dei procedimiento legisla-
tivo ordinario. Seda inexacro sostener que Inglaterra pudiera transformarse . 1 do. propio). . de la Constituci6n: Violación de prescrlpc1J;:ls
en una República soviética mediante «simple acuerdo mayoritario deI Par- 4. Quebrantam,ento o o varios casos determinados, pero a o
lamento». legal_constitucionale.s par~ u.3 su uesto de que las prescripciones quebran-
excepcional, es deClr, baJo P
115

.~
!!7
116 Concepto de Constituci6n Conceptos derivados deI de Constitución

. O todos los siete articulos de derecbos fundamentales: 114, 115,


tadas siguen inalterables en lo demás, y, por lo tanto, no son ni suprimidas uno, varIaS d ab(
permanentemente, ni colocadas temporalmente fuera de vigor (suspendidas). 117, 118, 123, 124 Y 153, C. a., enumera os .
II. Reformas legales de la Constituci6n (revisi6n constitucional, en-
A la expresi6n «quehrantamiento de la Constituci6n» te ha prestado e6cada prác-
tica eo este sentido preciso, para la Administraci6n de Justicia constitucional de la
Constituci6n de Weimar, E. Jacobi eo 5U informe sobre la dictadura dd presidente mie~das~ara una reforma de prescripciones legal<onstiruci0:ual~s previs:
dei Reich··. $egún d art. 48, C. a., Publicaciones de la uni6n de profesores alemanes y reg"lada en ley constitucional, pueden ser competentes stlntas en -
de Derecho político, cuaderno 1, BerHn, 1924, págs. 109, 118.
dades. d 6. ello y que s610 tiene
a) Una Asamblea convocada e pr?p ~ltO para ,
a) Quebrantamiento inconstitucional de la Constirución: violación a la misi6n de acordar dicba reforma constlruCIonal.
titulo excepcional de una prescripción legal-constirucional sin atender al
procedimiento previsto para las reformas constitucionales. Ejemplo: Art. 8 de la ley constítucion:u francesa ~;n:~o)d:ef:~~:n
d;n 1!~~~~
bas Cámaras legislativas. (Cámara de los Dlputados. Y r una prescripci6n legal-constitu-
Ejemplo: Un Presidente de República clisuelve un Parlamento incapaz de actuar a nacional, assemblée nattonale, cuan~ hay ?ue re~saConstituci6n debe ser distinguida
causa de su stomÍzación de partidos. auo cuando las prescripciones legal-constitucio- donaI. Tai Asamblea nacional ll~a a a re o:mar a, d s ués de una revoluci6n (es
nales no ccnazcan esa disoluci6n. o incluso quizá la prohíban expresamente (como el de una Asamblea nacional con~t1tuyente, Q~~ s~ r~un~~Jtuci6n) y es sujeto de una
l

=
decir, después 'de una destruCClón o supreS n e a
artículo 68 de la Constituci6n francesa de 4 de noviembre de 1848): eI golpe de Es-
tado deI Presidente de Ia República, Luis Napole6n, de 2 de diciembre de 185l. dictadura soberana. .. fed ai eriean. de 1787: EI Congreso (Cámara
Otro e;empIo: El período de mandato (diputaci6n) de un Parlamento se prolonga Artículo V de la ConstltuCIÓn do
de Representantes Y Senado), cuan
%5terdos de ambas Cámaras tengan por
. ' ai (Amendment) o cuando lo pro-
por simple ley para una sola vez, a pesar de la regulaci6n legal-constitucional de la
necesaria la propuesta ~e ~na r:fo: con.:~~ol~s Estados, debe 'convocar una Cem-
a
duraci6n de dicho período.
pongan los cuerpos leglslat.l~os e d oSr~~~a Las reformas constitucionales son posi-
vención para tales proposlC1ones e 1 . I : de las tres cuartas partes de los Es-
b) Quebrantamiento constirucional de la Constiruci6n: violaci6n a tí· bles cuando las ratifica0 los ~erpos egt5 atlvo~ es de estas Estados (según
rulo excepcional de una prescripci6n legal·constirucional para uno o varios tados o las Convenciones reumdas eo las tres cuartaS ~ "ó) .
casos concretos, cuando, o bien es permitido dicho quebrantamiento excep- que el Congreso haya propuesto uno u otro modo de ra cac.t n .
cional por una ley constitucional (por ejemplo: art. 44, párrafo 2, C. a.), o . I· (con O sin requisitos
bien se observa para ello el procedirniento prescrito para las reformas de la Los cuerpos legisladores en v(as Iegls atlva~
b) con derecho
ltad) pero baJ· o ratificación de los CIudadanos
Constirución. d e mayor dificu , bl.·
a voto, es decir, con rderéndum o 19atOrlO.

co~unidad '~m~~t::~Ot:o 1t~~'~~iu~~81:1:


Ejemplo: Prolongaci6n por una sola vez deI perlodo de mandato de un Parlamen-
to, observando el procedimiento regulado por ley constitucional para las reformas de Constituci6n federru de la suiza de
la Constituci6n. O bien: prolongaci6n por una sola vez de la duración dei mandato Constitución federal puede ser reVisada total o parei I fed ai Art 123' La
deI Presiden'e deI Reich, como la ley de 27 de octubre de 1922 (Gac. Leg. dei Reich, La revisión total de la Constitución federal se trlamita r~~mr~v~~:daeyde :-: ~ism~, en~ran
página BOi): hecha en forma de ley de reforma constitucional (según el art. 76, C. a.): . .ó f d ral revisada y en 5U caso a pa
ConstltuCl n e e '1 ri d los ciudadanos que tomen parte; en
«EI Presidente dd Reich elegido por la Asamblea nacional, ejercerá su cargo hasta el en vigor cuando son aceptadas por a mayo a( ~ éndum ligado a la ratificaci6n por
30 de junio de 1925.• la votaci6n y por la mayoria de los cantones r er ,
los S~~:~n~)~~ntido de las palabras «como una ley ordinariali) comp. arriba, § 7, pá.
5. Suspensi6n de la Constituci6n: Una o varias prescripciones legal.
gina 82.
constitucionales son provisionalmente puestas fuera de vigor.
a) Suspensi6n inconstirucional de ·Ia Constiruci6n: las prescripciones C) sin adral1(·ficación oblig(at::
Los cuerpos legisladores en v(a legislativa'cul
legal.constitucionales son puestas fuera de ,vigor sin que esta suspensi6n .. d mayor difi t como mayor a -
por referéndum, pero con reqUISItOS e
se encuentre prevista en una regulaci6n legal-constitucional, o con despre· lificada, repetici6n de! acuerdo, etc.).
cio de un procedimiento acaso previsto para realizaria. r.,
.. d ref d en via legislativa ordinaria.
b) Suspensión constitucional de la Constiruci6n: las prescripciones , • -t 76 C a'
.t'U • , • ••
«La Consutuo6n pue e ser d arma a .
dd Re1chstag b f
50 re re orma
de la
constitucionales son provisionalmente puestas fuera de, vigor con observan- Sin embargo, solamente pueden adop~se t a~~: ~d número legal de 5US miembros y
cia de las prescripciones legal.constirucionales, previstas para una tal sus· j, Constituci6n cuando están presentes os erc T b'61 en el Reichsrat se exige
pensi6n; por ejemplo, según e! art. 48, 2, 2, C. a,Se ponen fuera de vigor .,- votan en pro, al menos, dos terdos de los presentes... am 1
119
Conceptos derivado. dei de Constituci6n
118 Conccpto de Constituci6n
pios constitucionales federales y unitarios, asf comO también monárquicos y democrá-
u~ m~yor!~ de do~ terdos para reformas constitudonales. Ya se dijo que Ia palabr ticos (comp. abajo, § 30, pág. 366); Haend, Staatsrecht, págs. 774 y sigs.
« nstltUClon» es mexscta eo el texto deI art 76 C a y h b' 'd 1 a
rrecta decir «Leyes constitucionalesl>. .• . '. que u lera 51 o o co-
Los limites de la facultad de reformar la Constitución resultan de! bien
entendido concepto de reforma constitucional. Una facultad de «reformar
d) En un.a Constitución federal puede darse e! caso de reforma d la Constituci6n», atribuida por una normaci6n legal-constitucional, significa
lai leyes constItuclOnales en vias de la legislación federal en lugar d e que una o varias regulaciones legal-constitucionales pueden ~er sustituidas
re tma ci0fltíactual ~e! ~acto federal. AlIi donde se da e;ta posibilid~dud~ por otras regulaciones legal-constitucionales, pera s610 bajo e! supuesto de
re arma e a COnStltUCIÓn federal, la federación se aleja ya de su base que queden garantizadas la identidad y continuidad de la Constitución con-
federa~ y evoluclOna ,ha.cla e! Estado unitario. EI carácter federal puede ser
âaranudo en e~te estadlO de transición mediante la exigencia de rati!icación siderada como un todo. La facultad de'reformar la Constitución contiene,
pues, tan sólo la facultad de practiear, en las prescripciones legal-consti-
Í hunh mdayona -slm~le O cualificada- de los Estados-miembros o por
tucionales, reformas, adiciones, refundiciones, supresiones, etc.; pera man-
e ec o e que una lllinoría pueda impedir la reforma. '
teniendo la Constitución; no la facultad de dar una nueva Constitución, ni
tampoco la de reformar, ensanchar o sustituir por otro e! propio funda-
;~rlaa'Cen ~)'·Lar.
Ejemplos: Art. V de la Constituci6n federal americana de 1787 'b
dculo 123·de la Constituci6n federal suiza de 1874 arriba eo b)' art' mento de esta competencia de revisión constitucional; algo asi como refor-
r~formas:':de con~ide~a~ r~;h~:d::
Ia Constituci6n se tramitan co vIa iegislatlva. Se' mar e! art. 76, C. a., siguiendo e! procedimiento deI propio art. 76 para
51 en~e~tran eo el Bu~des~at (~nsejo federal) 14 votos en contra.» Mediante esta
prescnPClón, de la Consutuc16n blsmarkiana se estableda eo primer lugar una 11 d que las reformas de las leyes constitucionales puedan tener lugar por acuer-
«rompetencld de competencias» de la Federación, y en segundo lugar se recon=a ~ do de símple mayorla de! Reicbstag .
derecho de cooperación deI Reichstag, y sobre todo su derecho de iniciativa a a) Reforma constitucional no es, pues, deslrucción de la Constitución
• 1 art. 23, a. C. a.; rompo Seydel, Komm., págs. 412-3. ' según
(arriba, I, 1).
~ Los órganos competentes para acordar una ley de reforma de la Cons-
2. Límites de la facultad de reformar la Constitución. tituci6n no se convierten en titular o sujeto de! Poder constituyente. Tam-
Cuando est~ r~gulado en ley constitucional e! procedimiento de refor- poco están comisionados para e! ejercicio permanente de este Poder cons-
ma d: la .ConStltUCIÓn, se funda con ello una competencia que no se explica tituyente; por tanto, no son una especie de Asamblea nacional constiturente
por SI ~lsma. La competencia, regulada en ley constitucional de los cuer con dictadura soberana, que siempre subsiste en estado de latencia! Una
pos legls.ladores para. emitir leyes en las vias reguladas tam'bién por le - reforma de la Constitución que transforme un Estado basado en e! prin-
const!tuclon~l, es declr, la c01T~petencia legislativa ordinaria, no fundament~ cipio monárquico en uno dominado por e! Poder constituyente de! pueblo,
por s~ sola nmguna competencla para reformar también prescripciones le al- no es en .ningún caso constitucional. Cuando ocasionalmente se han susci-
constltuclo?ales, que precisamente son base de la competencia misma.gLa tado discusiones sobre lo que hubíera procedido «desde e! punto de vista
competen~la para reformar la Constituci6n no es una competencia normal jurídico» para transformar, en los comienzos de noviembre de 1918, la
en e! senudo de un círculo de actividades regulado y delimitado R f vieja Constitución deI Imperio en una Democracia moderna por camlnos
las le es .. I . e ormar legales, esto no es más que un juego sin sentido, por lo arriba expuesto
y consUtuclOna es no es una función normal de! Estado d
leyes , resol I' ,como ar
. ' v~r p:ocesos, rea lZar actos administrativos; etc. Es una facultacl y, también, por lo que se desprende de! concepto justo de reforma consti-
extraordin~na. Sm embargo, no ilimitada; pues, ai seguir siendo una facul- tucional. En vias legales no podia transformarse esta Constituci6n en, una
t~d atrl~Ul.da en ley constitucional, es, como toda facultad legaI-constitu- Constituci6n democrática; la renuncia voluntaria deI monarca aI principio
CIOnal, hmtt.ada y, en tal sentido, «competencia» auténtica. En el marco de monárquico hubiera significado só10 una renuneia a la lucha, haciendo po-
un regulaclón legal-c?n~titucional no pueden darse facultades ilimitadas; sible un cambio pacífico de! Poder constituyente. Pero no por eso e! nuevo
d
t? a competencla es lImItada. Ni siquiera una «competencia de competen- sujeto de! Poder constituyente se hubiera convertido en sucesor jurídico
clas» l'~ede ser. algo ilimitado, si no ha de quedar la expresi6n desprovista de! monarca, ya que no puede darse en esta esfera una sucesión jurídiea.
de senpdo, y disue!to e! concepto. «Competeneia de competeneias» es bien Y lo mismo a la inversa: una Costituci6n basada en e! Poder constituyente
ent~ndldo, otra cosa que soberania, con la que ha sido muy confundida en
la literatura jurídico-política de la Preguerra.
de! pueblo no puede ser transformada en una Constituci6n de principio
monárquico en vias de una «reforma» o «revisión» de las leyes constitucio-
nales. Eso no sería reforma de la Constituci6n, sino destrucción de la Cons-
L,a cont:oversia sobre la competencia de compet~ncias 'deI Reich se lica
las smgularldades de la estructura de una federaci6n co la que estaban lig:s pr~~ títución.
120
Concepto de Constitud6n Cooceptos derivados dd de Constituci6o 121
Si se qUlSlera volver a introducir la MonarquIa con arreglo a la Constituci6n de
reámbulo como «definitiva.. para Francia
Weimar, se requerida para eUo, según los principios democráticos, uo aeto especial de 4 de noviembre de 1848 reconocía cola 'bu p rt lOque la soberania reside eo
., d b· re ublicana' dec ra a eo su a. . . I
deI Poder constituyente deI pueblo, sea uo acuerdo especial de una Asamblea nacional
«constÍtuyente», sea uo plebiscito especial, que habrfa' que distinguir deI referendum
practicado eo e1 marco de la Constitución de Weimar, a tenor deI art. 73. Pero la
la fonna e go lemo p ,f
la comunidad de los ~ud~d~os. r~C:~ivis~~~
n
:i
. d inalienable e imprescripub e y no
parte dei pueblo, etc. El art. V
pudiendo usurpar su e1ercldClo 1mor d U idos prevé enmiendas, pero «ningún Es-
nueva M~narquía estada entonces apayada en el Poder constituyente deI pueblo; ya de la Constituci6n federal e os sta o~ . n de su representaci6n igual en el Se-
no serh?,:jorma de gobierno o política (Staots/orm) y restablecimiento deI principio d d d espo'Jado sin su consentlmlento S '
ta do pue e ser
d d de se sigue que no pue e ser ed d spoJ'ado de su existencia aut6noma.. '6 egun
monárquiCo, sino 5610 forma deI Gobierno (Regierungs!orm). El restablccimiento deI
na O», e on . 118 'bl eo todo momento una «revIS! n to-
principio monárquico 5610 podrfa alcanzarse mediante una destrucci6n de la Constítu- la Constitución federal sutta, art. , es poSI e . no define con pre-
ción. Para esta, nada tiene que hacer el procedimiento deI art. 76, C. a. No puede tallO> Fleiner: Schweizerisches Bundesslaalsreckt,. págs. 3.96 y Slgs:, de la ernisi6n de
transfonnarse el postulado deI art. 1.0, párrafo primero, C. a.: «El Reich alemán es
una Monarquía hereditaria según el orden sucesorio de la familia Hohenzollern.» Oua
cisi6n este concepto, y s o l~e que
. 61 d'
7 r revlsl6n parCl a1 se eDuen
d
«
no a existente de la Constituci6n
un nuevo artículo o la supreslón o re ?rma e u 1 y "6 total según la Consti-
cuesti6n distinta, psicológica, seria la de si el pueblo alemán, cuya exigencia de apa- federal». Puede ser euestionable la medida en q~e ~ revlSl n , pleto (es decir,
riencias legales es tao fuerte como su sentido político, llevaría a cabo una supresi6n al' ed d I gar a una ConsutuCl6n nueva por com
de la Constituci6n nctual en vfns deI art. 76 antes que una destrucci6n de la misma : tución feder suJ.za, pu e ar u. b od forma de la existencia estatal),
intentada eo vias de golpe de mano o de la revoluci6n. a la refonna de la decisión polfuca 50 re m o y. d ensarse en serio
porque la Constitución suiza es puramen~e democr~1c;0:m~0d~u:o~i:mo democrática,
en una supresi6n de esta base democráuca o de
b) Reforma constitucional no es sU[>resi6n de la Constituci6n (arri- oi aun por una «revisi6o total».
ba, I, 2), Tampoco quedando intacto eI Poder constituyente puede estable-
cerse, mediante eI art, 76, C. a" en lugar de la decisi6n política fundamen- "
Si por una expresa prescripción Ieg al-consu'tuC1'onalnfir
se prohlbe una cier-
tal diferencia
tal en que la Constitución (a diferencia de las regulaciones legal-constitu- ta reforma de la Constituci6n, esto ~o e.s, más que co mar
donales) consiste otra decisión política, EI sistema de sufragio democrá- entre revisión y supresi6n de la ConsUtuClon,
tico, por ejemplo, no podrla ser sustituido, siguiendo el art, 76, por un
sistema de Consejos; los elementos federales contenidos hoy todavia en o d I I nstitudonal francesa de 14 de agosto de 1884:
la Constituci6n dei Reich no pueden ser suprimidos sencillamente, siguien- .LaEjemplo: El art. 2. due Gouvernemeot
forme républicaine a ey co ne peut faire l'objet d'une proposition de
do el art, 76, de manera que el Reich alemán se convirtiera de golpe, por revision ...
una «ley de reforma de la Constituci6n», en un Estado unitario, No s610
política, sino también jurídico-constitucionalmente, es imposible suprimir Aún más es éste el caso cuando se prohíben expresamente
_ , las reformas
Baviera, sin más, «en vías deI art. 76, C. a.), o declarar a Prusia, contra f
• que vulneren el espíritu o los principios de la ConsutuClón,
su voluntad, «zona federal» (Reichsland - condición ;uridica de Alsacia y
de 17 de mayo de 1814: .Cuando la
Ejemplo: EI § 112 de la ConsutuCl d n~ruegatual Constituci6n (.Grundlol. = Ver-
Larena en el vieio [mperio), Tampoco se podrla transformar por una «revi- "00
si6n» dei art, 1.., 1, 6 41, C, a" etc" el puesto dei Presidente dei Reich experiencia muestre que alguna parteL fe .~ aC Ib,'e pág 391 «Loi fondameDtale»j
(" 6 d Da W I Igast.«ConstÍtution»)
1
en eI d,e,un Monarca, Las decisiones políticas fundamentales de la Consti- fassung.· eo la co eccI'6n í rances a de .aerncre-a ,
deIR' emo
tuci6n'son asuntos propios dei Poder constituyente deI pueblo alemán y no '6 ficial q e me proporClOn r. o I b aI
en una verS1 n o u . (. el rocedimiento). Sin em argo, I re-
pertenecen a la competencia de las instancias autorizadas para reformar y de Noruega necesita ser modificada... S1gue enb~ en la traducci6n oficial, «amende-
revisar las leyes constitucionales, Aquellas reformas dan lugar a un cambio forma (en eI citado texto francés,. «clhange~ . .' s de la presenle Conslilución,' s610
de Constitución; no a una revisión constitucional. mentIDo), no puede nunc~ conlrad~Ctr .o.s prme'fto cambiar el esplritu de la presenle
puede modificar determ,".adas. ?ISPOSIC~on:s, ~~rent pas l'esprit»). Comp. sobre esto.
Incluso cuaodo se habla de una revisi6n total de la Constituci6n, hay que obser- Constituci6n «(certain~s d1spo~1tlons qu~. nd~gkn eit in Norwegen Hirlhs Annaleti, 1922-
var la distinci6n antes e>'1>uesta y atenerse a los límites de la facuItad de revisar que Wolgast· Die richterltche Pru/ungszustan. Noruega (Morgenstieroe) parece
de eUa resulta. Considerando rigurosamente las prescripciones legal-constitucionales don- ' 330 ' E1 punto de vista donunante eo 'd glo
1923, págs. y slg. . b '6n 'udicial frente a las leyes surgI as con arre
de se permite semejante revisi6n total, cabe advertirIo asf, pese a la palabra «total .. , ,
t'. aceptar una competencla de comp~ ~CI I J 1913 (según la cual no pueden acordarse
aun en eI propio texto de Ias leyes constitucionales. La Constituci6n francesa de 4 de aI § 112. Sobre la reforma consUtuclOna de-S rthing- sin la cooperaci6n deI Rey),
noviembre de 1848 determinaba, por ejemplo, eo el art. 111, que la Constituci6n ,, reformas constitucionales por eI P~rIamento I
o . Norwe en in den Jabre 1914-
podrfa ser reformada (modifiée), y, por cierto, «en todo o en parte» (en 10ul ou en F Castberg: Die ver'assuns",chllChe GesetzseMbun s tn, e' ,sahrb li R VIl!, 1914,
' R Xl 1922 ág 227' adernás orgensuern. ..., h'
partie); regulaba eI procedimiento para esta revisi6n. Ninguna interpretaci6n literal 1921, Jahrb. o. ., '. ' P · . '.. I Wesen und die Zukunft der monarc IS-

podrIa prestar aqui a la palabra «en tout» el significado de que en el camino legal de páginas 373 y sig"J Er1ch,,,: Est~dIRe:h~:~i~::nschafl, 1918, Sp. 184 y sigs. Por lo ~ue
la revisi6n constitucional hubiera podido darse una Constituci6n nueva a capricho, chen Staalsform, B .tte~ ur ver. lia dei § 112, es también claro que ella mIsm3
acaso una Constiruci6n monárquica de estilo napole6nico. Pues la propia Constituc~6n ," afecta a una presC;f1~16n. ~m~ a~e dimiento de reforma constitucional.
no puede ser suprmuda slguten o prece
122

I Hasta ahora no se ha tr t d I T
Concepto de Constituci6n

de los límites de la facultad da a °f en a eor!a constitucional la cuestión


Concepto. derivados dei de CoDJtituci6n

mir normas, en la misma medida que establecerlas, Sin embargo, desde


. , d' e re ormar o revIsar la Can t" 'ó U comienzos deI siglo XVI se suscita una viva controversia, acerca de si el
cepclOn Igna de nota es e! artícul d W'U' L S ltuCI n. na ex-
Review, 33, 1919/20, págs 223 o. e. Th lar., Marbury, Harvard Law legislador mismo está ligado o no a sus propias leyes o a las de sus prede-
Power. Aquí se dice con " y slgs.. e zmltatlOn upon the amending cesores en tanto que no hayan sido derogadas .• EI legislador sólo puede,
la Constitución no puede r:~ili!~; ~a facultad de reformar y de completar como tal, dar Ieyes, no quebrantarIas. Esto no cuenta para e! Legislativo,
titu~i6n misma. a a, y no autorIZa a suprimir la Cons- sino para el soberano; significa la supremacía existencial sobre la norma-
ci6n. También para eI moderno Estado de Derecho estos quebrantamientos
EI autor de este escrito se remite aI art V d '. ofrecen e! criterio de la soberanía. La dificultad estriba aquí en que eI Es-
que contiene ya un 1I1nJ'te a I f I d d. e la Constltuc16n federal americana tado burgués de Derecho parte de Ia idea de que e! ejercicio todo de todo
a aeu ta e revisió . '
puede ser despojado sin su asentimient d n por cuanto que mngún Estado e! poder estatal puede ser comprendido y delimitado sin residuo en leyes
Senado. El escrito tuvo eI desl'gnl'o ,? c sU derecho a representación igual en e1 escritas, con lo que ya no cabe ninguna conducta política de ningún sujeto
d I E practlco de dar ocasió IT .
e o~. ,stados Unidos enjuiciara la ad . 'bTd d d n a qu~ e r1bunal Supremo -sea el Monarca absol~to, sea eI pueblo polfticamente consciente-; ya no
(prohlblclón de Ia fabricación, venta ml~J. 11 ~ e la, Enmlenda XVIII de 1919
al~oh6Iicas). Esta reforma cOnstituci~n:G;I~;~i lmpor~acl6n y exportación de bebidas cabe una soberanía, sino que han de ponerse en pie ficciones de distintas
ento para tales reformas' com robar , a , tr~mItado en el procedimiento pres- especies; asi, ya no hahrá soberanía, o, lo que es igual, la «Constitucíón»
tivos de la facultad de 'refon!ar la ~ Va!Jde~/Jg~ficaba, pues, fijar los lfmites obje- 'i' . -más exacto: las normaciones Iegal-constitucionales- será soberana, etc.
prendi6 dicha comprabaci6n I n~Utucl n, era el Tribunal Supremo no em- ,
~'. (comp. arriba, § 1, II, pág. 33). Pero, en realidad, son precisamente las de-
'
Pued e deCl!se • y aque escrito no aJcanz6 s fi lid d P
que el intento se maIo r , u , ~a a, ero no por eso
planteada la cuesti6n ante e1 Tribun~'as~y careclera d~ ,significado, Antes bieo, dej6
, cisiones políticas esenciales las que escapan de los Contornos normativos.
~. Entonces la ficción <le la normatividad absoluta no presenta otro resultado
gou~ernement des juges, Paris, 1921 ' á ~P, la exp~)SlC160 en Edu:u-d Lambert: Le
escnto -que la facuItad de r f t
. g, 112 Y Slgs, E1 pensamlento capital dd
tada en principio, y la Consti~u~~:rm~s~:xto. concedida por la Constitu~i6n, es limi-
que e! de dejar en la sombra una cuestión tan fundamental como la de la
soberania. Y para los inevitables actos de soberania se desarroUa un mé-
que es un abuso de la com etenei " com? fundamento, debe ser lfltangible y
todo de aclos apócrifos de soberania.
dimiento espe<"tal leyes or~narias~ ~::au~~tI~duclT enmiendas e1 emitir según e1 pr~e­ Las instancias competentes para una revisi6n constitucional no resultan
en rodo caso, Y mostrará tarde o t g n olas ,as~ con,rra las reformas- es exacto soberanas por razón de tal competencia; esto se comprende por las anterio-
• emprano, su slgmficacJ6n práctica, res explicaciones. Ni tampoco se convierten en titular o sujeto de! Poder
c) Reforma constitucional n b . ., constituyente. Es igualmente imposible caracterizar como. «soberano» ai
(arriba, I, 4). En un quebranta~:;t:d rantamze~to d; la Constituci6n «procedimiento» como tal, pues con ello se crearfa una nueva personifica-
I~ normación legal-constitucional sino e la <tnsUtu~lOn no se reforma ción ficticia, sin aclarar nada. Desde olro punto de vista, habrla que suponer
tlcular --quedando subsistente;u r ;fue se a opta so)o en un caso par- facultado ai legislador para quebrantar la ley, y ai legislador autorizado a
una disposición que la desvia N ':j
I ez, por lo demas, y en general- reformar la Constituci6n, para quebrantar las prescripciones contenidas en
ley constitucional sino que pr'ecI' o so o no se emprende una reforma de la ley constitucional. Cuando, por la necesidad política, son de! caso tales que-
· d"
vaIlen o, Inalterada. Tale b samente
' se da por supuesto que ésta slgue
. brantamientos, se manifiesta e! respeto a la Constitución en la observancia
das; ri.ô: son normas s que rantamlentos son, por su naturaleza medi- dei procedimiento de reforma, sin que haya verdadera reforma de! texto de
de la pàlabra, ni, e:'c~~~e~~~~~~;~c~ leyes ~n e! sentido jurídico-político la ley constitucional. En tanto que no se abuse de él, puede aceptarse que
~ulta de la situación especial de u' y s constltuclOnales. Su necesidad re- este método no contradice ai espíritu de la Constitución. «Es predominan-
n
Imprevista. Cuando se adoptan tal caso concreto! de una co~ntura anormal temente aceptado --<:omo ya lo era antes de la Revolución-,- en concepto
de la existencia POlítica de! tod es quebrantamlentos y medidas en interés de procedimiento no correcto en verdad, pero tampoco precisamente in-
e~i~tencial sobre la sim pIe nor~~t~~i~destQra .çon eUo la supremacia de lo constitucional» -según la atinada frase de Carlos Bilfinger (AiiR, 11,
dlclones de realizar tales actu' b ulbn está facultado y en con- 1926, pág. 174)-. También bajo la nueva Constitución se ha desarroUado
Historia eleI Derecho Ia cuesti~lodes'l o ra so eranamente. Por eso en la una constante práctica de quebrantamiento que, en definitiva, encuentra su
d
sido, desde eI sigIo XVI, la cuesti~n Ia soteranía y de! «absolutismo» ha expresión también en la forma técnica de las leyes «de reforma de la Cans-
e~l~tente. EI Príncipe estaba legibus ~o~~: rantadll~nto dei orden legítimo titución» (<<previa comprobación de que se han Uenado los requisitos exi-
dlclones de adaptar sin u I ' .. s, es eClr, facultado y en con- gidos para las Ieyes de reforma»). (AI mismo resultado Uega H. Triepe!,
en vigor, las medidas exigibl~~ ~:~PI~leran lo~ Iímites de leyes y tratados 33.' Dieta de Juristas a1emanes, 1924, Verhandlungen, pág. 48.) A pesar
de la existencia POlítica. Gierke' (Arth:Si::ltu~clón de I.as cosas, en interés de eso, seda inexacto creer. que toda inconstitucionalidad arbitraria podría
turalmente, se estaba conf I ,~ag. 281) dlce sobre esto: «Na- ser admisible y quedar purificada por e! camino de una ley de reforma
orme en que e legIslador podía reformar y supri- constitucional -asl, pues, en e! Reich a1emán, según el art. 76 de la Cans-
i
~{
124 Concepto de Constitución Conceptos derivados deI de Constituci6n
.. den le constitucional como las contenidas en ley or-
tituci6;;:'~de Weimar-, que se ganarla algo en este punto con exigir una
O
expresa reforma de! texto de la ley constitucional y prohibir los quebran- :':r~~:~al;;:te~~i6n .
d{ la libertad burgufuesa, nO s61?
inel uso 'puestas era de Vlg . '
~~np~~e~~an:~~:~
tamientos «tácitos» (comp. Ias Disertaciones -Verhandlungen- de la en e1 caso concreto, smo, I ., líú en que conSIste
ti o de tal manera que e! freno a a actuaclOn pO. ca
33.' Dieta de Juristas alemanes, 1924, sobre todo la ponéncia dei conde emp '. final'ldad y comenido desaparece para ese uempo.
Dohna). Antes bien, es preciso tener consciencia de la distinci6n entre leyes 5U propla '
de reforma de la Constitución y puros actos de soberania, y no olvidar que, 1 a ar claridad que el moderno Estado constitu-
En tales casos, se muestra ~n a ~ Y d elementos distintos: de una serie de
en la práctica de la Constituci6n de Weimar, e! procedimiento de! art. 76 d
donal está, por su estructura, mtegra o ~ ~recho frente aI Poder público, y de
sirve a dos fines completamente distintos: primero) como procedimiento de !renos, caracterfsticos del ~tado b~rgués rá ~ d 'actividad poliJica. Los represen-
revisi6n de las leyes constitucionales, y segundo, para hacer posibles los ac- un sistema -sea mOnárqUlco. sea emoc ttco-:- e bl bominaron
tos apócrifos de soberania. tantes liberales dei Estado burgués de'óDerech~;s:;:r=~:s~est~: ;::itro~ etc., cuan-
La práctica de! art. 76, C. a., ha lIevado hasta hoy a emitir, sin distin- con desconfianza dei estado de excepCl o, esta I gl J aí modelo de la libertad
eión alguna, disposiciones que quebrantaban prescripeiones legal-constitu- do na se conformaban con mostrar d eJb'~mé pio de n ad'eerrea , ~sso de tumultos d neta
n
cionales en la forma de leyes de reforma de la Constituci6n, según e! ar- , burguesa -d00 de, por
Ia demás tam 1 n se suspen
. d 1679
.
La Constitución federal americana
ticulo 76, C. a. EI sentimiento de la trascendeneia politica y iuridico-cons- .' de Habeas Corpus de 27 de mayo e la ibllidad de una suspensi6n dei acta de
t de 1787 prev6 en e1 ~rt, l, ,sec, IX 2, POSi6n de una «Constitud6n .. lo ofrece la
titucional de esta práctica no parece ser muy vivo en los políticos respon- d
sables, y es comprensible que protestaran contra ello destacados maestros
de Derecho político, como Hugo Preuss (DIZ., 1924, Sp. 653) y H. Triepe!
.~ .
~:t~:u~~~:~n~!s:rà~e~2el;ed~:~iO evSI1[(~ns~u~i~~u:~S~:;. d~~~s ~~sd!~~:.b~
de 1799): según eI art. 92 pu e suspen erse.a n mano armada' se llamaba a esto
(DIZ., 1926, Sp. 845). Hllbiera sido, sin duda, un acto de soberania por que amenacen la seguridad deI Est~do, sublevaClones a resarse ~ expIicable porque
eneima de! Iímite de lo usualmente admitido eI que, por media de una ley suspension de l'empire de la const,tutton, Tal modo. de exp , deI E tado burgués de
de reforma constitueional, se hubiera excluido para determinado asunto la 5610 se designaba ConsÜtución al elemento de la DllSma proplo ': § 4 pág 58)
iniciativa prevista en el art. 73, como intentó e! Gobierno dei Reich en la Derecho (derechos fundamentales y. división .de poderes) l(~mle" l:r"C:~stitución 'belg~
cuestión de la revalorización con e! proyecto de una lIamada ley de «yugu- identificándola con ella, Esto exp1Jca tamblén ~~ art~ t~O ni en parte La Constitu-
de 1931: La Conrtituci6n no puede ,ser susp~n a e '
laeión» o «guillotina» (Abdrosselung) (Triepel, DIZ., 1926, Sp. 845; tion ne peut bre suspendue en tout m en Jartte. . titu i6n jurídica eI llamado estado
C. Schmitt, Volksentscheid und Volksbegehren, 1927, pág. 17). Por e! con- En e1 curso deI siglo XIX se desarro . a como 10s e nderán dertas normas de la
trario, serla admisible, en vias deI art. 76, C. a., una ley, por eiemplo, de de sitio, guerra o drcunstancias exeepclonales;. se, s~:.kente garantizado aI juez legal,
interdiceión de procesos pendientes de cierta espeeie; por ejemplo: los . . ai particular e1 derecho consUtuCIO .. .
ley constltuClon ,en . P te La protecci6n contra m]erenClas
procesás· sobre los bienes de las antiguas familias reinantes en Alemania; libertad personal, libertad de reuruón, ~e re~sa'u~ r~ad decae pues en un volumen
no hay que olvidar que, como ya se ha dicho, se trata aqui de un acto de de las autoridades estatales en estas es eras de de .. ' d 4' de J'~o de 1851 que
'sobre eI esta o e SItlO, e '
soberania apócrifo. normado eo ley, La Iey p~slana . '6 im rial vale en caso de guerra para todo
d) Reforma constitucional no es suspensi6n de la Constituci6n (arri- según cl art. 68 de la ,antlgua ConstItuel n ~os si ientes artículos que, tempo~­
ba, I, 5). eon frecuencia se designa indebidamente la temporal suspensión el Imperio menos BaVIera, enumera en efl § 5 'gogur' 5 o (libertad personal), 6.° (10-
'. " d ser puestos uera de VI . . )
i" mente y por dIstrltos! ?1;1e en o ' I gal) 27 28 (libertad .de opini6n y de Prensa,
de varias o todas las prescripciones de la ley constitucional, como suspen-
si6n .de la ConstÍlueión». La Constitución en' sentido propio, esta es, las violabilidad dei dO~IClho), 7 .. (JU~ d '. "ó ) 36 (sofacamiento de los desórdenes
29 (lihertad de reum6n), 30 (liberta le aSOClac.l °d' civiles y a su requerlmiento, por
decisiones políticas fundamentales sobre la forina de existeneia de un pue- internos y aplicad6n de las leyes por as autorlda eS •
blo, no pueden, claro está, perder temporalmente su vigor, pera si -y por la fuerza armada). . ., d d der en todo o en parte dete
derto eo interés de que subsistan esas decisiones políticas- las narmado- EI art. 48, 2, 2, C. a., prevé la pos.lbilIda e suspe~amentales' 114 (libertad per-
nes generales contenidas en ley constitucional y surgidas para lIevar a eie- . , artículos de la Constituci6n que g~~~tlZan dereche~~ ~:Ia correspo~denda), 118 (liber-
cuci6n tales decisiones. En especial, estãn sometidas a suspensi6n temporal sonal) 115 (inviolabilidad dei domICIlio), 117 jsecr(lib d d reunión) 124 (libertad de
, tad d~ opini6n, sobre todo, de Prensa). 12 erta e )
las normaciones, típicas de! Estado de Derecho, dirigidas a proteger la Iiber- l.;. .sociación), 153 (propiedad privada).
tad burguesa. De ellas no se desprende propiamente, según mostraremos
después, e! principio de una forma de existenciá política en sentido propio, . . . I d' d deja de tener validez
sino que tan sólo contienen Iímites a la actívidad política; tienen que apa- La pres~ripci6n \egal-const~~cl~s f:~~~~~ li~itaCiones de la actividad
recer, por eso, como un obstáculo de la autodefensa deI Estado en los mo- durante el u~mpo d~ al~usrnS1 n' lI declinan ante toda autoridad compe-
mentos de pelígro para la forma de existeneia política. En las perturbacio- de las autoridades, lmp I~a os en e a, titucionales ni las normas legales
nes de la seguridad y orden públicos, en tiempos de pelígro, como guerra tente' ni esas prescrlpclones legal-con~ , ed As! pues la sus-
que ~n ellas se apoyan, forman un limite a su proç er. J ,
e insurrecci6n, se suspenden esas limitaciones legal-constitucionales. Tanto ,,
126
Concepto de Constituci6n
Conceptos derivado. dd de Constltud6n 127
pensi6n no ~jgnifica, ni quebrantamifmto en caso concreto
se vul'fera nmguna prescripcián legal válida antes bien la' :'li~ro que n~ titución. No toda recIamación de un interesado, por causa de cualquier
una re orma, pues pasada Ia suspensi6n sie~pre tem 'al el ez cesa; ru violación de una prescrípción legal-constitucional, es un conflicto constitu-
en vigor, invariable, la prescripción suspendida. por, vu ve a quedar cional en e! sentido propio, o, como dice Haene! (pág. 567), en e! <<sentido
Enel.rt.4821C . .
eminente» de 'la palabra. _
las medldas que' ju~gU~ ad~:e autOrIza al Preslde~t~ deI Reich . para adaptar todas
í 1. Un conflicto constitucioóal no es una reclamación constitucional,
púbJico.':Este postulado contiened~: :e:la~:ó~e~:b~ec~~nt~ de Ia ,seguridad y arden es decir, un medio jurídico general deI individuo a través dei cual se con-
eia de ésta corresponde: a) qUe el d' d á na ~cta ura típIca, pues a la esen- firma, frente a un acto de las autoridades, una violación de derechos pro-
determinar por la siruaci6n de las co leta ord~t autorIzado pa:a adeptar medidas a tegidos en ley constitucional.
judiciaJes, ni tampoco son susceptible:ade ~e 1 as q~.e ?O son m .a~tos legislativos, ui
y, además, b) que eI contenido de 1 ~ p~~e Imlento definitIvamente regulado; Ejemplo de reclamación constitucional: Constirución federal suiza de 4 de mayo
según el estado de las cosas sin a ~utonzacl n no. es~á circunscrito de antemano de 1874, art. 11.3, df . .3: sobre las «reclamaciones relativas a vioIación de derechos
aquí, pues, una normaci6n ~n o que epe~,de ~eI CrIt~rlO deI autorizado. No se da constitucionales de los ciudadanos» juzga e1 Tribunal federal. Pero según Ia ley orgá-
sasj eI contenido de las fa~uI;;:/ d~eI;~~:IO~a p cIr~nscnta según el estad~ de Ias co- nica de 22 de marzo de 189.3, art. 178, df. 1, puede ser reprimida ante eI Tribunal
'h s~ 0 d~/o que el autorIzado tenga
n
por conveniente, dada Ia situaci6n (co federal con la reclamación deI art, 11.3, sólo una violación de un derecho constitucio-
tículo 48, 2, 2, se concede al Presiden:Pde~rr~e~' 6
, ,9, b), pá~. 78). En el ar· nalmente protegido, comenzada por un Cant6n o una autoridad eantonal (no federal),
suspender, esta es, poner /uera de vigor
allí enumerados A eU
1 . I; ch °ltra'd muy dIStInta, facu~tad 'de
. . ' os slete art cu os e derechos fundamentales
Pero, por lo demás, apenas si hay limitaci6n. Todo acto de autoridad, una ley canto-
nal, una sentencia judicial o un acto administrativo puede ser impugnado por cualquier
situación de Ias' co;~s :igan",·fitocr.lZ'sc6'lón para. tO~6a cIase de medidas exigihles según la habitante con capacidad, nacional o extranjero, con la afirmaci6n de que encierra una
. ' o autOrIZa0 n para proced .
mente, sm atenci6n a las limitaciones Ie al . h er, para ae/uar, actlva· violación deI Derecho objetivo de la Constitudón federal o de una Constitución can-
fuera de vigor- prescri iones 1 g es, para que rantar -pera no para poner tonal. También se encuentra protegido el individuo contra la violación de derechos
que sobrepasa la simpIe kcultad ~gales. L~ segunda. ~acultad deI Presidente deI Reich, fundamentales (sobre todo, derecbos individuales importantes) cuando estos derechos
prescripciones legales está limitad e Plroce. er ex~e~tlvamente, de poner fuera de vigor estén garantizados s610 por ley ordinaria. El enjuiciamiento de la reclama~i6n puede
merados en la frase 2. a a os slete ar c os de derechos fundamentales enu. hacerse sobre una ley ordinaria. De esta manera, es controlada toda la actividad can-
Contra esta interpretaci6n deI art 48 2 C d' .
por Richard Grau y defendida con . h' , . ,a., se lTIge un~ ~~ctrIna, expuesta
. r tonal por eI Tribunal federal. Sobre todo, el tan discutido art. 4." de la Constitución
federal suizo (todos los suizos son iguales ante la ley) ha hecho posible exigir la repo-
g
gibilidad de la Constitución» (D' d~~c a e;er ;: .Yh agu?~za de jU1CIO, de Ia «intan- .', sici6n de un derecho subjetivo deI reclamante, vulnerado (Aktivlegitimation), sino que
handlungen des Deu/sehe .te t atur es ele ~1!"ast~enten, Berlín, 192.3; Ver. se da tamhién e1 recurso jurídico en defensa. dei Derecho objetivo (Ia Uamada Rejles·
1927 págs 430 . ) Sn furrstentages, 1925; Gedaehtmsschri!t !ür Emil Seekel wirkung), Fleiner, págs, 445/6. Esta reclamación constitucional general se designa como
, . y SlgS.. e apoya en 1 . ,
Constituci6n tiene que ser intan 'bI ~ snsaTIenro, por entero acertado, de que la «recurso jurídico-poUtico». No 6ólo tiene la significaci6n de una protección jurídica
ria, pensamiento ue r 1 d gl ; e, In uso re?te a una atnplia dictadura comiso-
cuestión no está e~ si ia o. em~s, no .puede. Impugnar razonablemente nadie. La
deI individuo, sino también un sentido jurídico-político, y, por cierto, para el Estado
federal. Cuando Fleiner, pág. 44.3, sostiene que la antes citada limitación de la ley
en qué dcbe entenderse ;qCoUlnsptOltuClóCn es. Int~6nglhlEel-Io que resulta evidente_, sino orgânica de 189.3 (recurso contra actos cantonales, no federales) es inconstitucional,
manece por. entero en Ia a d" r « onsUtucl .n» ' punto d e VIsta
. d e R . G rau .per-
hay que hacer notar que en esta limitación se muestra la ratio específica de la pres-
en sentidó""'propio y cua}qui;SCerOlda .Co~uslón, ac:ptada sin crítica, entre Constituci6n cripción en el sentido jurídico-poHtico federal.
dura comis~ria dei President/ d~~e~~~J ~ conten~da ~n ley conl/ituciolral. La dicta. '.
servar y defender la seguridad o~~c Slr:-e , . segun e a.rt. 48, a la 6nalidad de pre- f.
2. En la doctrina jurídico-política alemana, Ia palabra «litigio consti-
Protecci6n de la Con t"t 'ó . y en publtco, es dectr, la Constitución existente
SOn Cosas tan distin:~s U~lO;: rr~tec~~:dd~ ~a11uie~re~cri~ión le~al-constitucional:
"
li tucional» debe su sentido especial a dos circunstancias particulares.
? ~g.I ~ e a nStItuclón e mtangibilidad de a) La estructura de una Constitución federal donde no se distingue
cualquier prescri ión Ie al
. «intangible» incfuso fregnte<onsftltucl,odnal, SI toda prescripción Iegal-constitucional fuera
, a acu ta es excepcionale t d ' .
~ .. si se trata de una Confederación o de un Estado federal. La Federacián,
sacrificar Ia protección de la Co . 'ó . s, es o ten na por consecuencia como tal, tiene un interés político y jurídico-político en los Iitigios consti-
tecci6n de I. I '. nStltUCI n en un sentIdo sustanc:ial y positivo a la pro-
ey constItucIonal en un .d I · . d f tucionales surgidos en eI seno de un Estado-miembro, interés que es dis-
la finalidad deI art 48 2 . sentI o re atlvIZa o y ormal. Se cambiaria as!
constitucional con~re[a' s~r~n s~ COnt~~~la: no la Constituci6n, sino la prescripción legal-
tinto dei que existe en las reclamaciones constitucionales y dei interés gene-
a ral de inspección. En el desarroIlo histórico-jurídico dei Derecho político
perable para una pratección fi«lntandg'l eCo»y, ~or . tanto, constituida un obstáculo insu.
e caz e a nstttuclón, federal alemán, esto ha IIevado a instituciones especiales en eI curso dei
UI. siglo XIX. Toda Federación se apoya en eI· principio de la homogeneidad de
nal sálo ;;odfli~os constitucionales. EI concepto de conflicto constitucio- sus miembros; en particular, la Constitución de los Estados-miembros nece-
p e e canzarse a base de un concepto bien entendido de Cons- sita presentar un minimum de homogeneidad (comp. abajo, § 29). Por con-
siguiente, toda Federación tiene unos ciertos derechos de intervencián, un
128
Concepto de Constitución
Conceptos derivados dei de Constituci6n 129
"
derecho"de «mediación», como se lIamó en la Federación alemana, mien- [
tras quei por e! contrario, los Estados-miembros trataban de impedir en darle ai dudadano particular o al miembro de Cuerpos representativos no constitui-
lo posible, ~n interés. de su independ~ncia, tal mediación. De aquí resulta
dos, un derecho a plantear litigios constituciona1es).

una regulaClón espeCIalmente estableclda para los litigios constitucionales


en e! seno dei Estado-miembro; pueden ser resueltos por la mediación de La Constituci6n de Weimar determina en el art. 19 que los litigios
la Federación, por un tribunal arbitral o por Tribunal o bien en vías de la constitucionales en el seno de un país serán decididos por un Tribunal
legislación federal. Un auténtico litigio constitucion~1 en e! seno de un de justicia política (Staatsgerichtshof). La erección de este Tribunal ha te-
nido lugar según la ley de! Reich de 9 de julio de 1921 (Gac. Leg. dei
Estado-miembro no tiene que interesar desde luego, pero sí bajo ciertos
supuestos, a la Federación, convirtiéndose así en un asunto federal. Así se Reich, pág. 905). La determinación de! art. 19, C. a., se encuentra por
explIca que el concepto de litigio constitucional fuera introducido en e! completo dentro de la línea evolutiva de! Derecho político fe~eral alem.án.
Derecho poUtico alemán por un acuerdo de la Asamblea federal alemana , No introduce una inspección federal ai modo de la reclamaclón constItu-
de 30 de octubre de 1834. \ cional suiza, sino que presupone e! concepto jurídico-alemán de litigio cons-
.<
titucional. En las deliberaciones de la Constítución de Weimar esto ap~e~e
Jj.
Mediante este acuerdo federal (protocolos de la Asamblea federal alemana de 1834 ' .. inequívocamente (Prot., pág. 411. Zweigert, co~sejero secreto de! M!rus-
páginas 927 ! sigs.), se obligan los miembros de la Fecleraci6n, para el caso de qUe e~ terio de Justicia de! Reich, contra e! punto de vISta de Kahl, ~ue. deSIgna
un Es~ado-mlembro «surjan equ{voc~s entre el Gobiemo y los Estamentos sobre inter~ como litigio constitucional todo litigio cuyo objeto sea la C:~nSt1tUCIÓn, aun
pretac16n de la Constituci6n o sobre los limites de la cooperaci6n concedida a los cuando no tenga lugar entre e! Gobierno ~ ~.Represe?tac.lOn popular.)
Estamemos eo eI ejercicio de dertos derechos deI Monarca ~sto es, por denegaci6n
de los ,medias exigibles para ejecutar uno de los deberes federales que corresponden
3. La interpretación de las palabra.s .lItIglO~ con.'tItuc,?~ales» e? ~I ar-
ai Goblerno en la Constitución deI Pafs-, y una vez intentados sin éxito toclos los ticulo 19, C. a., ha conducido ya en la literatura Jurídico-polmca a opmlOnes
caminos constitucionales y compatibles eon las leyes», a provocar la decisión arbüral que se alejan mucho de! proceso histórico de tales palabras.
de taJes litigios antes de intentar la mediación federal; rompo Zachariae: Das deu/sebe
Bundesreeht, 11, 1854, § 279, pág. 770; G. v. Struve: D", iiflentliche Recht des deut- La concepci6n histórica en eI más riguroso sentido se encuentra repres~ntada en una
sehen Bundes, 11, 1846, pág. 39. disc:rtaci6n sostenida en Kiel por Dose: Die Zus/ãndigkei/ des Staa/~gertebtsholes :tur
Entseheidung von Verlassungsstreiligkeiten, 1923. Según una concepcIó~ opuesta, todo
ciudadano puede ser parte y reclamante: Poetzsch: Komm., pág. 106 (<<slendo ~ompleta­
b) La estructura de la Monarquía constitucional en Alemania que re- mente indiferente quien actúe como parte_); el mismo, AõR., 42, págs. 91 y slgs. (pera
pr~s.enta una sit.uación intermedia entre e! principio monárquico y ~I demo- .\
con reserva para la cuesti6n de los derechos fundamentales); Anschütz: Komm., pá-
crauco, y."permlte tratar ai Gobierno y a los Estamentos, ai Príncipe y a
la Representación popular, dualísticamente, como dos partes colocadas una
.! gina 106; Giese: Komm., pág. 101 (<<as! como ciudadano»). Según un tercer punto de
vista, sólo los 6rganos supremos deI Estado o partes de ellos deben poder plantear
frente a otra, y cuyas relaciones se regulan por la Constitución. La Consti.
tución puede ser considerada de este modo como un pacto (comp·. arriba,
§ 7, lI, 2).' c~yas partes son; Gobierno y Representación popular. Los lití-
f
,
una demanda: W. Jellinek: Ver!assung und Verwa[tung (Staatskunde, lI, 1925, pá
gina 29). La práctica dei Tribunal de Estado dd Reich alemán va muy lejos has~a abora
en el reconocimiento de la capacidad para interponer recurso. Se han reconocIdo,. ?<,r
M

gIOs ~ons.tltuclo?ales en~~nces se determinan, no sólo por e! objeto (la ejemplo, como partes: fracciones dei Landtag contra el Gobierno. deI Pa~~ (declsl6n
'1

ConStltuclón), smo tamblen por las partes: Gobierno y Representación po-


.i •
\
deI Tribunal provisional de Estado ~e 12 de julio de 1921; ~~muOlcada AoR., ~2, p~
pular. gina 79, con observaciones muy valIosas por Poc:tzsch, y declsl6n de 21 de novlembr
de 1925, RGZ, t. 112, pág. 1*l; eI grupo local de Nassen, que lue antes de nobles
No es problema el que el acuerdo federal de 1834 fijara la expresión deI Imperio, contra el Ministerio prusiano, dedsión de 10 de mayo de 1924 (RZ.G., pá M

en un solo sentido, designando tan sólo como litígio constitucional un liti- gina 1*, pág. 5*: «Los reclamantes afirman, pues,.. tener un d~:echo de legIs1aCl6n
gio entre Gobierno y Representación popular. La Constitución dei Imperio autónoma por lo que se refiere a sus bienes y reIaclo~~s. de famllia: que. no descansa
de 1871 emplea la palabra en e! art. 76, 2, con e! mismo sentido. s610 en una deIegadón del poder estatal dei País ... El liuglo sobre exlStencta y volum~
de tal derecho supone un litígio constitucional en eI sentido dei art. 19 de la Consn-
«Los litigios constitucionales, en aquellos Estados federados en cuya Constituci6n tución deI Reich»); Municípios (DIZ., 1922, sp. 427), etc.
no se. ~etermine una aUloridad para decidir tales litigios, serán aIlanados amigablemente ,
, !.
a petlclón de una de las partes por el Bundesra/ (Consejo federal) o, de no lograria, La interpretación histórica tradicional, con su limitación de!litigio cons-
serán Uevados para su soluci6n a la Legislación dei Imperio.» La práctica deI Bun-
desra/ se correspondi6 con e1 concepto de litigio constitucional basado en Ia Historia
titucional a un litigio entre Gobierno y Representa~,ón popular, no puede
ast como también la opinión dominante de los maestros de Derecho político; comp. La~ ya subsistir en su antigua simplicidad. Sól? era pOSlble en. tanto que podía
b~nd: S/OJltsreeb/, I, pág. 261; Seydel: Komm., pág. 407;· Haenel: S/aatsreeh/, l, pá- concebirse la Constitución -<on un dualIsmo caracterísllco de la Mo~ar­
gIna 568 (ai menos para la regIa general; sólo bajo supuestos extraordinarios quiere quía constitucional- como un pacto entre Prín~ipe y Esta,?~ntos, Gobler-
no y Representación popular, En una Const!tuClón democrauca pura, dada
DO
Coneepto de Constitución
Conceptos derivados dei de Constitución 131
por eI pueblo en virtud de su Poder cons .
relaciones de pacto ni, por lo tanto e t1tuy~nted no son posibles ya tales
otra parte, es preciso indicar ue ~ sOdPa~e. e~ e parte contratante. Por «raro» que no esté prevista una instancia para decidir los Iitigios constiru-
acerca de cualquier prescripci ~ I o I to o ht1glO de cualquiera interesado cionales en eI Reich.
c?mo litígio constitucional y q~~ t egab··c~onstItU~lOnal .d~be ~er considerado :;- Frente a esto se afirma: «No todo Iitigio sobre eI sentido de un articulo
tItución de las distintas p;escripcio~~s l~n :J.0nvler;e d.lstmgUlr aquí Ia Cons~ de la Constitución es un Iitigio constirucional. Depende de los sujetos liti-
gantes» (R. Thoma, AoR, 43, pág. 283). Un Tribunal de justicia política
se, pues, una posibilidad ilimitada d g . -constltuclOnales. No ha de dar-
favor de todo ciudadano o acaso d e dcclOn~sdPopulares de toda e1ase a
,, para decidir Iitigios constitucionales, sólo debe decidir sobre aquellos Iiti-
t!culo 19, C. a., no tiene' el sentido
o
'd:
~ «CIU adano dei mundo». EI ar-
en general la defensa de la Const"t ., q e deba confiarse a los clUdadanos
gios que afecten a la Constituci6n, pero no a las particularidades de las
leyes constirucionales. Como partes de un tallitigio, sólo son de considerar
~:v'. 1 UClOn. .\ .órganos capitales» de la Constitución (como dice HaeneI, pág. 92), es de-
Ha habido Constituciones que han confiad
cir, sólo aquellos órganos supremos que existen para la organizaci6n y eje-
defensa de todos los derechos consft' o con to~ generalidad la protección y cución inrnediata de las decisiones políticas en que la Constitución consiste,
la Constirución francesa de 14 d 1 ~clo~ale~ a los clUdadanos. Asi, el art, 110 de y sobre todo, como hasta ahora, Parlamento y Gobierno; y junto a ellos,
te ~éP?t de la présente Cons/itu~i~~v~~~ re e. 1848~ «L'Assemblée nationa/e confie otros 6rganos supremos, según la peculiaridad de la organización política.
patrzollsme de toU! te! trançais» C a d ~s :ro~~ qu elle consacre, à la garde et au Sólo estos órganos capitales pueden vulnerar inmediatamente Ia Constitu-
se le reproch6 haber vulnerad~ deu n da fi reSl ente ~e la República Luis NapoIeón ción, y sólo entre e!los puede darse un litigio constitucional auténtico. Si la
mo
constitueionales de la Representació o fsrante, en l~terés deI Papa, los derechos
una minoda de los partidos de iz . n dpo?U ar ócon ocaSlón de la República romana práctica actual de! Tribunal de Estado ha extendido más la capacidad para
armas a la pobIación de Pari . qUIer da mtent , en 12 de junio de 1849, llamar a Ia;
, ser parte litigante, y, sobre todo, ha reconocido como parte a minorias de
ai 'd s mvocan o ese art 110 de la Co t' '6 EI ,\ los Landtage, se puede admitir esa extensión como costumbre de Derecho
Se m ogro e manera especialmente Iamentable ( . b . .ns ltUC! n. intento "
mont: Rome et Napoléon III P f 1907 ' so re esta, Emilio Burgeois y E. Oer-
o , ,ar s, , pags. 190/1).
constirucional. Por el contrario, Ia sentencia de 10 de mayo de 1924'(RGZ.,
111, pág. 5*), que trata como parte a un grupo local de antiguos nobles
La Constitución de Weimar dI· d d imperiales, va de seguro demasiado lejos.
de petición (art 126 C . conCe e. a ~IU a ano particular un derecho ,~ .. 4. Cuestión distinta es la de en qué medida sea recomendable resolver
d . . f ' . a.), ofrece a mInonas de ciudadanos la posibilid d en un procedimiento de forma judicial las dudas y diferencias de of>Íni6n
e Suscitar un re eréndum en í dI'" . a
introd . di. vas e a InICIativa popular (art. 73 2) o de sobre la interpretaci61l de leyes constitucionales. Para decidir tales cuestio-
UClf un proce mlento de Iegislaci6n por referéndu ( ,
no conoce ni una acción popular de ,car' t ai b m art. 74, 3). Pero nes dudosas, sobre todo, Ia de si una ley o una ordenanza son compatibles
d I ac er gener asada en I . I .,
d~. u~:1 %i~~?;~!n:f!oraIDni un de.recho dei individuo a la resiste:~~o :r:a~
con las prescripciones contenidas en la ley constitucional, puede ser previsto
un procedimiento especial de forma judicial, en e! que decida un Tribunal,
facultad general de d~ e:;:.ocrac:t no se desprende nada a favor de una que puede designarse .Tribunal de Estado» o también «Tribunal consti-
dei individuo. an r o e un recurso de reposición a beneficio tucional» .
La inscguridad .-:-Ia confusi6n, puede decirse- ai delimitar los a eI
~e pa:te ~? los ht1~IOS constitucionales tiene como última razón
onstltuclOn de Welmar como toda Con t" tu ., d
et ~e f:
q
Una ley checoslovaca de 9 de marzo de 1921 determina que un «Tribunal constitu-
cional» decidirá exclusivamente acerca de si una ley o una ordenanza de necesidad
contradicen a la Constitución. Un «Tribunal de ;usticia constitucional» prevé la Cons-
~ elementb's Iibe§raIes
(dei ·Estado de D~r~c~~~ny md~~::át~;~! ~~~Ct~~~~~ titución federal austríaca de 1.0 de octubre de 1920, arts. 139, 140. Para el Reich
omp.,~,aJo, 16-. Una concepción liberal-individualista alemán, comp. las propuestas de Triepel en la .33.& Dieta de Juristas alemanes, Diser-
m.eno~preClara todos los elementos estructurales POÜtico-espedficof(::~ !Uf.. taciones, Berlín, 1925, pág. 64; además, W. Jellinek: Publicaciones de la Asociación
de Profesores Alemanes de Derecho Político, 1925, cuad. 2,' págs . .38 y sigs., y eI pro-
nar.qulcos, sea democráticos, sea federales) de la Constirución, daria si ~ ,:,
yecto de una ley sobre comprobaci6n de la constitucionalidad de leyes y ordenanzas
apl~ca~a de manera consecuente, una acción jurídica contra eI Estado e e dd Reich, impreso eo el artículo de R. Grau, AõR., nueva serie, 11, 1926, págs. 287
~u~od~le:i~d:~a~e vioIación de Dere~ho objetivo" a todo hombre, y no ~ól~ y sigs. Según el § 1 de este proyecto, decide el Tribunal de Estado deI Reich alemán

~~í~u~a~bi~~eal ci· is~~d~st;, c~~;;;I~yn~~t~do~St~1~ ~fol~~?;~r:i;í~~: I~~


<en lugar dei § 18, núm. 1, de la ley sobre el Tribunal de Estado de 9. de julio de 1921)
sobre dudas y divergencias de opini6n acerca de si una «prescripci6n dei Derecho dei
Reich se encuentra en contradicci6n con la Constituci6n dei Reich». Reichstag, Reichrat
tación d I li· n;lsmo tle~po una vlOlaclón de Ia Constitución. La Iimi- o Gobierno deI Reich pueden apelar a la decisión dei Tribunal de Estado. R. Grau
e os t1glOs constltuclOnales dentro de un p , h
ininteligible y tiene que parecer como clice W J llineakls ( se ~ce entonces distingue entre un auténtico Tribunal de Estado (que «está llamado, eo ejercicio de la
, . e o b. Clt., pág. 29) independencia judicial, a eocauzar el viento y la tormenta eo medio de faetores polí-
..
~
ticos»» y un Tribunal constitucional, que «ha de resolver en términos generales las
132 Concepto de Constituci6n Conceptos derivados de1 de Constitución 133
~es~iones de Derecho constitucional, eo concepto de persona de conjianza de la Cons-
tttuclón, y en lugar de atro Tribunal cualquiera». En un Estado basado sobre eI principio monárquico, y en que, por lo tanto,
el monarca es, de por si, un ataque a la Constitución rnisma. EI caso más
. Para eI Reich alemán, podía haberse dispuesto, naturalmente, y por importante de alta traición, sin embargo, es la lIámada alta traición contra
clert~ mediante ,:,n~ Iey de ;eforma de la .Constitución, que cualesquiera la Canstitución en sentido estricto, acto que sueIe delirnitarse hoy diciendo
autondades, asocl~cl~nes o clUdadanos partlculares tuvieran la posibilidad que alta traición es una empresa dirigida .a cambiar violentamente la Cons-
de provocar la declSlon de .un TnbunaI acerca de si una ley o una ordenanza titución».
tropezaba con una determmaClon de la Ley constitucional de Weimar. En
I?s ,:,uchos casos de duda a que dan lugar las prescripciones legal-cons- As!, § 81, cif. 2, deI Código penal a1emán de 1871: «Quien intente cambiar por la
violencia la Constituci6n de la Federación alemana o de uno de los Estados .. ,»oj § 86
t1t~clOnales ~e ese texto, es comprensible recomendar la creacíón de un deI proyecto dd Reichstag de 1917; «Quien cambie por la fuerza o amenazando con
TrIbun,al de tnterpreta;íón. constitucional como hicieron eI conde Dohna y la fuerza la Constituci6n dei Reich o de un Pais .. ,»; igualmente, § 85 del proyecto dd
H. TnepeI en la 33. Dleta de Juristas alemanes (1924) y Anschürz y Reichstag de 1926 (comp, la exposición sin6ptica de los proyectos de leyes pena1es
!"lende en la 36.' Dieta de Juristas alemanes (1926). Una pretensión seme- a1emanas de Leopoldo Schlifer, Mannheím, 1927, págs. 62/3).
J~nt~ fue suscitada ya, frente a la condición equívoca de las antiguas Cans-
tltuclOnes de la Monarquía constitucional, por Rodolfo Gneist (Der Recht- En la literatura jurídico-penal para la tipificación de este hecho de «cam-
staat, 1872), co,:,?, exigencia. dei Estado de. ~~recho .. Pero semejante Tri- biar la Constituci6n» puede verse que aqui no se puede entender por Cans-
bunal, con.la .mlSlon de decldlr todos los ImglQs de mterpretación de las tituci6n toda ley constitucional, y que el lIamado concepto formal de
leyes CO~~tltuclOnales, serla en realidad una alta instancia política, por cuan- Canstitución conduce a un verdadero absurdo. Se designan ahí como Cons-
to t~b,en --:y. ~obre todo- tendría que decidir aquellas dudas y diver- titución sólo las «instituciones fundamentales del Estado» o «los funda-
g~ncla~ de OplnlOn que resultan de las smgulandades de los compromisos mentos de la vida política»; se acentúa con razón que «no todo ataque ai
dlla.t~:lOs (amba, § 3, In, pág. 52), y por cierto, teniendo que adaptar la documento constitucional, no toda vulneración de un postulado de la Cons-
d.eclSlon obJet'ya aplaza?a por e! .compromiso. Por eso, sería ya hoy inacce- titucióm, representa una alta traici6n contra la Canstitución. «La alta trai-
slble en el Relch aleman eI cammo de una ley de reforma constitucional ción contra la Canstitución es anterior a todo documento constitucional, y
según el art. 76, C. a"" para erigir un Tribunal semejante. J
'luestras Constituciones contienen postulados de importancia diversa» (Bin-
ding). Por eso se encuentran en las prescripciones jurídico-penales antiguas
S,eparar aqui las o:e.stiones jurídicas de las políticas, y creer que uo 'asunto jurfclico-
po.lftlCO p~ed.e despohuzarse, seria una turbía ficci6n, Anschütz (Disertaciones de la
relativas a la alta traición otras tipificaciones del hecho que definen eI fenô-
Dt~ta de !urtstos alemanes, 19~6, Berna, 1927, pág. 13) quiere que se traspase a un meno mejor que la equívoca palabra «cambiar la Constitución». El Derecho
Tnbu~~l de Es~ado para el Relch alemán la decisi6n de todos los litígios sobre inter- territorial general de Prusia, por ejemplo, parte lI, 27, § 92, modelo de
preta~lOn y aphcaci6n de .Ia, Constituci6n dei Reich, pero le pareCe «cosa clara» que las posteriores prescripciones conceptuales, denomina alta traición a la em-
el :~Ibunal habrfa de decidir s610 cuestiones jurídicas, en contraposici6n a cuestiones presa «dirigida a lograr una revolución violenta de la Constitución deI
pohucas. «No creo -dic~ que en este punto haya que observar ninguna otra casa.» Estado». Otras prescripciones jurldico-penales hablan de suprimir la Cans-
Temo .que, por el contra~lo, ,la cuesti6n comience en este punto. Por eso, en lugar de titución, de"ibarla en todo o en parte o derogar sus elementos capitales, etc.
un !rlbun~ con 5U aparlenCl8 de formas judidales, decide con más dignidad unn ins- También aqui se muestra la necesidad de distinguir la Constitución en sen-
tanCla políuca, algo asf como un «Senado», aI modo de las Constituciones napole6nicas
tido positivo y sustancial de las distintas disposiciones legal-constitucionales.
que prevefan un lIarnado Sé~at .conservateur para defensa de la Constituci6n -por ejem~
pIo, titulo II de la Constltuc16n deI afio VIII (1799), arts. 15 y sigs.; título VIII
La literatura jurfdiccrpenaI es de una sola opini6n en este punto: F. van Calker,
del Senado<onsuIto deI afio XII (1803). arts. 57 y sigs.; título IV de la Constituci6n
en la Exposici6n comparativa deI Derecho penal, parte especial, 1906, pág. 19; v. Liszt,
d~ 14 de .enero de ~852, art'- 29; art. 26 deI Senado<onsulto de 14 de mano de 1867.
20.' ed., pág. 551; Frank: Comentario mim. 2 .1 § 81/2; sobre todo, K. Binding:
SI no; ,eXiste eI P71~gro de que, en lugar de llevar el Derecho a la polftica, se lleve
la polltlca a la ]usucJa, socavando su autoridad, Lehrbuch des gemeinen deutschen Stralrechts, parte especial, II, 2, pág. 435; Conde
Dohna: Deutsebe Jur. Ztg., 1922, sp. 81/82 (sobre el proyecto de una ley de adapta-
cí6n): «S610 puede separarse con seguridad la alta traici6n, como hecho cerrado en
IV ...h Constitución, como ob;eto de ataque y detensa en el caso de sf mismo, de otros ataques no tan cualificados a 6rganos dei Estado, cuando se afirma
alta traICl~n. ~as determinaci~nes de! Derecho penal sobre la alta traición que en el primer caso necesita estar dirigida la intenci6n a cambiar la estructura jurí-
tlenen por objeto en lo esen~'al la defensa de la Constitución. Las figuras dica dei Estado.» Más literatura en la disertaci6n SQstenida en HeideIberg por H. Ans-
de Derecho penal que constltuyen alta traición hablan ante todo de un chütz: Des Verlassungsbegrifl des T atbestandes des Verbrechens des Hochve"ats,
ataque a Ia «Constit~ción»; junto a esto, hay otros objet~s de ataqu~ como 1926, págs. 28 y sigs. (manuscrito). EI Tribunal dei Reich (Sacbs. Areb., lII, pág. 366),
la persona de! prínclpe o el territorio de! Estado, COn significaci6n g~neral. intenta, con raz6n, distinguir: «Hay que alejar la idea de que la ley (la ley penal),
cuando habla de Constituci6n, se refiere ai documento constitucionalj no todas las
134 Concepto de Constitución Secci6n segunda
determinaciones contenidas cn éste pueden ser objeto de una violación de la Constitu-
EL ELEMENTO CARACTERISTICO DEL ESTADO
ción. No todo intento de suprimir un órgano constitucional -representa uo ataque a la DE DERECHO EN LA CONSTITUCION MODERNA
Constitución. Antes bien, son objeto de ataque 5610 aqueJlos elementos de la Consti-
tuei6n que forman los fundamentos de la vida política dei Estado, y éstos, por 10 de-
más, sm que importe que su regulación esté o no contenida precisamente en el docu-
mento constitucional.»

Alta traición es, pues, tan s610, un ataque a la Constitución entendida ,.


en el sentido positivo que aqui se ha expuesto (§ 3, pág. 45). ·Cuesti6n
distinta es la de si no resultarán otras diferenciaciones dentro· dei hecho
típico de la alta traici6n a consecuencia de la distinción necesaria entre des-
trucción y supresión de la Constitución (arriba, pág. 115). Tal como suele
definirse ..el:concepto en la teoría y práctica penal de hoy, sólo pueden tener
efectividàd" esas distinciones en el cuadro de la medida de las penas. Aqui,
por lo demás, aparecen con gran vigor. Pues en una Coristitución democrá-
tica no es lo mismo, claro está, una empresa dirigida a poner en movimiento
e! Poder constituyente de!· pueblo -que en definitiva es una !lamada al
pueblo, cuyo Poder constituyente puede estar ahogado por un aparato de
organizaciones y competencias-, que si se trata de suprimir este Poder
constituyente, siendofinalidad de la alta traición restaurar e! príncipio mo-
nárquico o establecer una dictadura de! proletariado. Igualmente, ha de
enjuiciarse de distinto modo en una monarquia e! tratar de establecer e! li
principio democrático en lugar dei monárquico y e! intentar un golpe de
Estado ai servicio de la politica de! monarca dentro deI marco de la mo-
narquía. La esencia de todas' estas distinciones consiste en que un concepto
como «Constituci6m> no puede ser disuelto en normas y normatividades.
La unidad política de un pueblo tiene en la Constitución su forma concreta
de existencia. Delitos como alta traici6n o traici6n aI país protegen la exis-
tenda política, no las formalidades previstas para revisar la Constituci6n,
oi cualesquiera otras vigencias o normas. En consecuencia, ante hechos : \';:
como alta traición o traición ai pais no puede justificarse nunca e! ataque ."?i':
a la Constitución a base de que cualquier obligación internacional o norma
ponga ai Estado o a las autoridades estatales en situación de injusticia. Antes f,"
de toda norma, se encuentrala existencia concreta dei pueblo politicamente
unido.

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,1'.

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§ 12
LOS PRINCIPIOS DEL ESTADO BURGUES
DE DERECHO

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1. Por Constitución moderna dei Estado burgués de Derecho se en-
tiende aqui una elase de Constitudón a la que pertenece la mayoria de las
hoy existentes. S610 por esta razón lIamamos «moderna» a esta elase de
Constituciones. La palabra no va ligada a ningún juicio de valor en eI sen- .
tido dei progreso, de la adeeuadón a los tiempos o cosa semejante.
'" 1. La moderna Constitud6n dei Estado burgués de Derecho se co-
\' '
rresponde en sus principias con eI ideal de Constituci6n de! individualismo
burgués, y tanto que se suelen equiparar estas prindpios a Constitudón
y atribuir e! roismo significado a las expresiones «Estado constitucional» y
«Estado burgués de Derecho» (arriba, § 4, pág. 58). Esta elase de Cons-
tituciones contiene, en primer término, una dedsión en e! sentido de la
libertad burguesa: libertad personal, propiedad privada, libertad de contra-
tad6n, libertad de industria y comercio, etc. EI Estado aparece como e!
servidor, rigurosamente controlado, de la sociedad; queda sometido a un
sistema cerrado de normas jurídicas o; sencillamente, identificado con ese sis~
tema de normas, asi que se convierte en sólo riorma o procedimiento. En
realidad, eI Estado de Derecho, pese a toda la juridicidad y normatividad,
sigue siendo un Estado, y contiene siempre un otro elemento específica-
mente político, a más dei elemento especifico de! Estado de Derecho. Sobre
esta uni6n y mixtura, abajo (§ 16, pág. 201). Por eso, no hay ninguna Cons-
titución que sea, puramente y sin resíduo, un sistema de normas jurídicas
para la protecdón dei individuo frente ai Estado. Lo político no puede
separarse de! Estado -unidad política de un pueblo-; despolitizar e! De-
recho político (Staatsrech) no es otra cosa que «desestatizar» e! Derecho
político. Lo propio dei Estado de Derecho es, tan s610, una parte de toda
Constitudón moderna. Por eso resulta todavía atinado lo que dijo F. Stahl
:{, 137

l',
'1-: ,
138
El elemento caracterfstico dei Estado de Derecho . . , dei Estado hurgués de Derecho
Los pnnClplOS 139
sobre eI Estado de Derecho: «No significa finalidad y contenido dei Estado,
sino sólo modo y carácter de su realizacióm>, frase a pi:opósito de la cual
d
t
frenos y controles recíp;ocos e esos PO t nid~ esencial deI elemento típi-
deres» Derechos fundamentales y
división de poderes deslgnan, pues, e CQln ~ nstitución moderna.
declaraba un notable representante de la doctrina dei Estado burgués de co dei Estado de Derecho, presente en a o
Derecho, Rodolfo Gneist, que podia «suscribirla literalmente» incluso cual-
quier adversario dei PUnto de vista de Stahl (Stahl, S/aats- und Rechtsleh- de derechos ael Hombre y ~e~ Ç;iudadano
re, lI, pág. 137; Gneist, Der Rech/staat, 1872, pág. 60).
,
El ya citado art, 16 de la De~laraci6n
'd hos fundamentales y sin dlvls16n de po-
dice, por eso, con r~6n: Un Esta ,o s~~ ti:~~ Constituci6n en el sentido del concepto
Sin embargo, este elemento típico dei Estado de Derecho es tan signifi- deres no tiene Constltucl6n) es declr) é d De echo Para Kant todo Estado
cativo y característico para la Constituci6n moderna, y de otra parte, COos- ideal de Constituci6n propio deI Estado b~rgu,~ :n p~rson'alidad triple como legis-
tituye en si un tal sistema cerrado de principias, que elio justiJica y hace encierra tres podere~: «la (~ol~nt~dh ~en;{apa~~l, ~as Staatsrecht, § 45, Vorl?nde;, p~_
necesario eI exponerlo y tratarlo aisladamente. lador, gobernante y luez» ec ~ ~ ~' d poderes tiene la «única Constituc16n Jurfdi-
2. La moderna Constitución dei Estado burgués de Derecho es, por gina 1.36), S610 un Estado con VISl n 6t d ser introducido el sefiorio de la Ley
lo pronto, según su devenir histórico y Su esquema fundamental, todavia ca» es una «pura República», porque s o pueh.e . d d) mediante la separaci6n dd
' 1 - í de hombres y ar !trane a ,
hay dominante, una Constitución liberal, y liberal en eI sentido de la liber- (en contraste con e se~or o I d ' istra justicia, Toda supresi6n de esta
q ue legisla y el que apltca la ley y e que ~ mm . den Secci6n 11 primer artículo
tad burguesa. Su sentido y finalidad, SU Tt)..o~, es, en primera línea, no la " "fi d 'mo» (Zum ewtgen Frte , ,
potencia y brillo dei Estado, no la gloire, según la división de Montesquieu distmcl6n slgm ca « espotls b'é H I afirma la distinci6n, si bien rechaza
(arriba, § 4, II, 1, pág. 59), sino la Uber/é, protección de los ciudadanos definitivo, VorIander, pág. 129). Ta~; n pC:;osophie § 269 Lasson, pág. 206; ade-
una separaci6n mecánica y abstrac~ . ec s d Z b la IConstit~ci6n de Alemania, 1802
ht
contra eI abuso dei Poder público. Asi, pues, se funda, como dice Kant,
más, págs. 220 y 357), En su obr~ ~ Juve~tu ~o~: Estado sin Constituci6n, bien que
«en primer término, según los principias de la libertad de los miembros (Larson pág, 3, nota)) se refiere 6 ~S~tls;: I e aci6n de derechos deI Hombre y deI
,
de una sociedad en CUanto seres humanos». .' bajo la impresi6n de aquel art, 1 e a c~

Kant: Zum ewigen Frieden (La Paz perpetua)1 lI, primer artfculo definitivo; ade. Ciudadano de 1789, . 'd resado ese pensamiento en las Cons-
más; Vom Verhiiltnis der Theorie zur Praxis im Statsrecht, ed. Vorlãnder, Phil. Bibl., 47, ,, Ya antes de dicha DeclaraC16n, ,habdía d" o hexPd Virainia (1776) dice en el art, 5.-
' ' L a Declaraclon e erec os e Eo' , f
página 87: «El estado civil, pues, como estado jurídico, está fundado en los siguientes 1 tituclones amencanas. ,. , m ' Cada uno de los tres poderes tlene que ormar
principios a priori: 1) libertad de todo miembro de la sociedad, COmo Ser humano; y eo el texto de la <?>ns~1tucl6n m~Sde\'ercer la funci6n de otro, nadie puede ejercer
2) la igualdad deI mismo respecto de todos los demás, como súbdito; 3) la indepen. una secci6n separada, nlOguno pu '6 J Análogamente otras Constituciones ame.-
func16n ~u ,lca en m s, '6 f deral 'de 1787, que realiza el princIpIo con sln ar
. 'hl' á de una Seccl n etc, " , , , gul
dencia de todo miembro de una comunidad, como ciudadano,» Las formulaciones de
Kant son de interés aquI porque contienen la más clara, definitiva) expresi6n de estas ricanas) SI blen la Co~StItUCI n e 'ó La Constituci6n francesa de 1791
representaciones principiales de la Ilustraci6n burguesa, hasta abora no sustituidas por consecuencia, no conUene proc.lama~ ~ exresadel Hombre y exige la separaci6n' de
ninguna nueva fundamentaci6n ideal. .. repite el art, 16, de la Declar~cl6n L ~rec,~si6n jacobina de 1793 no habla de d~vi­
poderes (séparattOn des pouvotrs), a nstl c 1 royecto de Constitución girondina
si6n o separación de poderes, asi ~mo t;~s: riedaraci6n de derechos con hablar
3. De la idea fundamental de la libertad burguesa se deducen dos (Condorcet), que se content~ ~n ~ art, funciones públicas por ley» y dei ~segura~
consecuencias, que integran los dos principios dei elemento típico dei Es- de la necesidad de una «dehmuacl6n de las1 f . . pu'hlicos La Constirud6n
, toriai deI mo IIl), proclama expresamen~
tado de Derecho, presente en toda Constitución moderna. Primero, un prin- hil'd d d t dos os unClonanos , .
miento de la responsa, 1 a ,e.o
cipio de distribuci6n: la esfera de libertad dei individuei se supone como de 179.5) por el contrano ,(Constltucl6n dIrJc H mbre dei Ciudadano): «La gara~tía
te (art, 22 de su Dedaraclón d~ de~ec~?s,,~ dO pode:es no están 6jados sus limites
I
un dato anterior ai Estado, quedando la libertad dei individuo ilimitada
en principio, mientras que la facultad dei Estado para invadirla es limita- social no puede darse si 00 eXl~;, da d I~IS\O~ f~ncionario's públicos,» La Constituci6n
da en principio. Segundo, un principio de organización que sirve para poner y no está asegurada I.a r~spo~sa 1l8~: dec~ara en el art, 19: La separaci60 de poderes
J
en práctica ese principio de distribución: eI poder dei Estado (limitado en francesa de 4 de nOVlem re e . fb Las Constituciones dei Segundo Impe-
principio) se divide y se encierra en un sistema de competencias circunscri- es la primer condici6n de un Gob~rn~85~ re, tIO de la de 21 de mayo de 1870),
tas. El prinCipio de distribución -libertad dei individuo~ ilimitada en prin- rio (art. 1.- de l~ d~ 14 de ene; co~rma / g:a~ti~a los grandes principios proclama.
dicen: «La ConstltucI6n reconoc , h úblico de los franceses,» No con la
cipio; facultad de! poder dei Estado, limitada enprincipio- encuentra su dos en 1789, ~ue form~n.1~ base dd Dere~ ~fi;maci6n expresa, determina la ~nsti~
expresión en una serie de derechos liamados fundamentales o de libertad; misma dogmática de prinCipIO, pero sf c~~9 (§ 181) que la Justicia y la AdlnIDlstra-
el principio de organización está contenido en la doctrina de la liamada tlici6n de Frandort de 28 de ~arzo p d~ entre s{~ se tenra por suficiente esa sepa~
división de poderes, es decir, distinción de diversas ramas para ejercer eI ción han de estar separadas e mde en entes
61 h h' cuenta de 1a d ef eosa co
ntra e'l Gobierno monárquico, mientras
1
Poder público, con lo que viene ai caso la distinción entre Legislación, raci6n, porque s o a la 1 Leg' 1 ti o teniéndose por resue to ese
Gobierno (Administración) y Administración de Justicia -Legislativo, Eje- que nadie pen~aba eo una def~~~a ~~n~~a ~epres~~t:c~6~ popular en la Legislaci6n;
cutivo y Judicial-. Esta división y distinción tiene por finalidad lograr problema
Junto a esomediantocle
se pr ama la COOha:~~~Cl~erechos fundamentales de los alemanes.

!"

141
Los principios dd Estado bur8':.1és de Derecho
140 El elemento caracter!stioo dei Estado de Derecho
espontánea~ente de la distinei6n entre Poder legislativo, judicial y ejecutivo (demos-
4. Aun aJlí donde, en una Constituci6n moderna dei Estado de Dere- traci6n, eu Fleiner: Schweizerisches Bundesstaatsrecht, pág. 447, notas 21 y 23).
cho, no se encuentran expresamente pronunciados o promulgados los de~
rechos f,!n~a~entales y la división de poderes, han de valer, sin embargo, , n. EI concepto de Estado de Derecho. EI actual concepto de Estado
)
:o~o prmc~~lOs de! Estado b,!rgu.és de Derecho; pertenecen al contenido de Derecho se ha fijado bajo el punto de vista de la Iib'êrtad burguesa. De
JEundlco-posItlVO de toda Constttuclón que encierre una decisión a favor dei aquí recibe un sentido específico la equívoca expresi6n «Estado de Derecho».
stado burgués de Derecho. 1. Según la significación general de la palabra, puede caracterizarse.
., como Estado de Derecho todo Estado que respete sin condiciones e! De-
Acerca de que los derechos fundam entales (derechos deI Hombre y d 1 C' d d recho objetivo vigente y los derechos subjetivos que existan. Esta signifi.
de 1789) sigu
f é . . en en vIgor . . 16 . e lU a ano
con sIgn cac16n jurídico-positiva para d Derecho político i: cada legitimar y eternizar el status quo vigente y tener por más importantes

rane 5, SI bIeo Ias actuales leyes oonstitucionales de 1875 no los enumeran
~. ,Lebon: Das Verfassungsrecht der jranzosischen Republik 1909 pág 174- Yr:; co~p. los .derechos bien adquiridos» -sea dei individuo, sea de cualesquiera
ClplOS de la Dedaraci6n de derechos deI Hombre y deI 6udad~o de 26' de 5a PoM- asociaciones y corporaciones- que la exÍstencia política y seguridad deI
de 178~ han to~ado tal carta de naturaleza en la condeneia de los franceses ~e sto Estado. En este sentido, eI viejo Imperio alemán, eI Imperio romano de la
hace OCIOSO e1 fiJarIas en la Constitución- adernás E c' Néz I q ,se Nación alemana, era, en los tiempos de su disolución, un ideal Estado de
DTo;t Conrtitutionnel, 2.° ed' J II (1923): pág. 1;9; sI~I:~ág. ~~.3. ,pág. 561; Dugwt:
Derecho; su condici6n de tal no significaba otra cosa que la expresión y
media de su caída. Los derechos bien adquiridos de cualquier estamento o
5. La Constituci6n de Weimar enumera en su parte segunda los de- vasallos podfan detener toda acción política. Pera con la supresi6n de la
rechos y debere.s f.u~damentales de los alemanes. Con esta, se reconoce e! existencia política dei Imperio quedaron suprimidos aI mismo tiempo todos
~ndamental pr~.clplO de distri~ución ~e1 Estado burgués de Derecho, si
esos derechos bien adquiridos.
blen queda d~bilitada y. oscureclda la lmpresión de ese reconocimiento al
colodar prescrlpclOn~,s diversas que por razones políticas se quiso inscribir f,. Asr, puede deeir Bluntschli (art. «Rechtstaat», en su Staatslexikon) que el Es-
e? I texto de la I~y constitucional, adem~s de programas de reforma so- tado medieval (Lehenstaat) es un Estado de Derechoj o Max Weber (Wirtschaft und
h
~.a y altas cosas,. )UnlO. y entre .Ios derechos funda!l'entales propiamente Gesellschalt, pág. 745) que el Estado de Derecho de la Edad Media fue un Estado
de Derecho con derechos subjetivos, «un entresijo de derechos bien adquiridos», mien-
IC os,. d~ ~odo mmediato y aSlstemático. EI principio de organización
tras que el moderno Estado de Derecho es una ordenaci6n jurídica objetiva, es decir,
de .Ia dlstmclón de los tres poderes, no está promulgado expresamente per~ un sistema de regIas abstractas. También Gneist habla, en su libro sobre el tema, de
resld: en la base de las prescripciones orgánicas de la primera parte' y es este Estado de Derecho en eI Imperio alemán, pero 5610 a causa de la jurisdicci6n,
~al~én ~ecX~.sc.ible ~~ los epígrafes de las distintas secciones (Legisiación cuidadosamente articulada, que estaba prescrita para Ia protecci6n de los derechos de
~ . :IC , trustrac~on deI Reich, Administración de Justicia). La orga- todos contra todos, y sobre todo, también para la protecci6n de los súbditos frente
ntZaClOn fed~ral. de!. ~elch presupone en todo caso la distinción de poderes, a disposiciones y ordenanzas de la autoridad dei país que Iesionaran el Derecho. No
por,que la dlstrlbuclOn de las competencias entre el Reich y los países no desconoce, por lo demás, que este sistema conduce a la disolución de! Estado, porque
"
es:a: en ~~neral, regulada por materias, sino con arreglo a Legislación Ad- descansa en la mezcolanza de derechos privados y públicos (pág. 52).
mmlstraclOn ~ ~ust.icia. La organización de las autoridades dei Reich' des·
c~nsa en la dl~tmclón ~sual entre legislación y Gobierno; dentro dei Co- 2. En el sentido dei Estado burgués de Derecho, la palabra recibe su
blerno se reahza todaVia una especial división de las facultades entre el significación, por lo pronto, mediante una serie de contraposiciones; tiene,
P.residente de) Reich y el Gobierno. Por último, eI Reichsrat no se orga- en primer término, como algunas de tales designaciones, un sentido polémi-
mza como. C.amar~, de Estados, y por eso pudo recibir una participación co. Estado de Derecho significa eI contraste frente al Estado de fuerza
en Ih A~mlmstr~clOn; como Cámara de Estados, es decir, 6rgano Iegislati- --el varias veces citado contraste entre liberté du citoyen y gloire de l'état-.
V?'. u.~lera temdo que permanecer alejado, según los principias de una Otra significación estriba en eI contraste con eI Estado de policía, de bienes-
dlstmclOn
d .. consecuente
. entre Legislación y Admin'st on, de Ios asuntos
1 rac I"'
tar, o cualquier atra -elase de Estado que no se proponga exclusivamente el
a mlmstratlvos (H. Preuss, Prot., pág. 120). mantenimiento dei orden jurídico. Por orden jurídico es preciso entender
un orden jurídico burgués basado en la propiedad privada y en la Iibertad
T~bién para otras Constituciones vale d principio de Ia distinci6n de podere personal, y considerar aI Estado como la garantía armada de este orden,
co~o e ement? necesano de la condici6n de Estado de Derecho. El Tribunal feder~ paz y seguridad burguesa.
s~: pr?ndu~cI6, en su calidad de Tribunal de Estado, d principio fundamental de que 3. EI concepto deI Estado burgués de Derecho recibe un sentido pre-
~, ~c:ud a ano t;<>see e! derecho de que los distintos poderes deI Estado no actúen ciso cuando, no contentándose con los principias generales de la Iibertad
as a ~ s~ ~s era», siendo indiferente si, por lo demás, está expresamente roda
mado e! prmClplO. de Ia ...~eparaci6n
de poderes en la Constituci6n federal, o si ~esul~ burguesa y. de la defensa deI Derecho, se establecen ciertos criterios orgá-

.,,
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"
142
El elemento caracterIstico del Estado de Derecho Los principios dei Estado burguês de Derecho 143

nicos y se sostienen como característicos de! verdadero Estado de Derecho. tiza el art. 102, C. a. No basta, claro está, garantizar la independencia para
EI fundamento general de la organización sigue siendo naturalmente e! los pleitos de Derecho privado y para los asuntos penales. Esto nada tencl,ria
prineipi? de la distinción de poderes. Pero, durante la I~cha política d~ la de particular -fue siempre así por completo en todas las Monarquias bien
burguesia liberal, se desprenden de este principio Otras diversas consecuen- organizadas-o EI interés de la bur~~sía liberal en I.uc~a. por eI Estado .de
elas que llevan a acentuar y suscitar pretensiones especiales Derecho perseguía, ante todo, tambten un contraI JudiCial de los medios
a) Sólo valdrá como Estado de Derecho aque! en qu~ no puedan in- de poder propios de! Gobierno !"onárquico, y con~retamente de la buro-
tentarse mJerenClaS en la esfera de Iibertad individual sino a base de una cracia administrativa. Asi se exphca que se haya deSignado como Estado de
ley;, por lo tan~?, sólo aque! Estado cuya Administraei6n esté dominada, Derecho sólo a aque! en que hay un contrai judicial de la Administraci6n.
segun la ~xpr~~lOn de C? Mayer, por la «reserva» y «preemmencia» de la En eI celo contra la «omnipotente burocracia», se lleg6 durante un tiempo
ley. La direcclOn polémica de esta especialización dei concepto apunta con- a exigir la sumisión de la Administración toda a los Tribunales civiles.
tra la Administraeión; politicamente hablando, contra los medias de fuerza «Derecho y Ley pueden adquirir verdadera significaci6n y fuerza s610 alli
de! Gobiern~ monárq~ico: e!éreito y burocracia. Sólo un Estado en eI que donde encuentren dispuesta una sentencia judicial para su realización.» Este
toda la act1V1dad admnustrallva, sobre todo la polida se encuentre coloca- postulado fundamental deI pensamiento de! Estado de Derecho se hana
da a. ';eserva y. bajo la preeminencia de la ley, y sól~ a base de ésta sean en e! célebre escrito dei consejero de Apeladón de Hesse, Bãhr (Der Rech-
admisibles las mjerencias en la esfera de Iibertad dei individuo se l1ama staat, Cassei, 1864). La particularidad de su característico escrito consiste
pues, Estado de Derecho. EI principio de la legalidad en la Ac!m'inistraci6~ en que s610 se aprecian como instaneias judiciales los Tribunales civiles
pa~a a ser la nota caracte~ística. L~,garantía de la Iibertad burguesa estriba, ordinarios; y asi, toda la vida estatal puede ser sometida aI control de jue-
aSi, en la Ley; una ulterlOr cuestlOn es la de qué garandas se dan contra ces de partido y de apelaei6n. De modo tal, eI Estado de Derecho se con-
un abuso de la Ley; pera de esta cuestión no l1egó a tener conseiencia en vierte en eI l1amado Estado de Justicia.
el sIgla XIX, la burguesía alemana, porque todo el Ínterés teórico y prádtico Frente a esta se ha reconocido siempre en Estados de vida política de
se:, conden.'aba. en la lucha Contra el Gobierno monárquico y la Administra- gran significaci6n, en Prusia sobre todo, la necesidad de una Justicia admi-
ClOn monarqU1ca; comp. sobre esta, abajo, § 13. nistrativa especial. Rodolfo Gneist, particularmente, en su muy eitado es-
b) Sólo valdrá c?mo ~stado de Derecho aquel cuya actividad total crito sobre el Estado de Derecho (1872), ha representado la exigencia de
quede c?mprendida, s10 ~e~i~uo, en una suma de competencias rigurosa- una jurisdicción administrativa espeeial, después que Lorenzo von Stein se
n;ente ~i~cunsCntas. La divisi6n y distinei6n de poderes contiene el prin- hubo enfrentado en su Verwaltungslebre -Teoria de la Administrad6n-
CipiO basiCO de esta general mensurabilidad de todas las manifestaciones (Stuttgart, 1865) con aqueIlas construcciones jusprivatist.a~ y mo.st:ado .Ias
d.e poder dei Esta~o. La exigeneia de mensurabilidad se desprende dei prin- singularidades de! Poder ejecutívo. Asi, l1egó a ser la ]UStlCla admiD1stral1va
CipiO de distnb~ci~n! propio de!. Estado burgués de Derecho, según e! cual una característica orgánica dei Estado de Derecho. Gneist asoci6 aquí. d.e
la hbertad de! individuo es ihm1lada en principio, y toda facultad de! Es- un modo peculiar su concepto de la Administración autónoma como actlvi-
tado, por. eI contrario, limitada en principio y, por lo tanto, mensurable. dad honoraria de los eiudadanos ricos e instruidos, con el·concepto de! Es-
Mensu;abihdad general e.s e! supuesto de controlabilidad general. Todas tado de Derecho. EI pensamiento básico de sus construcciones es la neco-
las aCl1vid~des estatale~, 1Ocluso legislaeión y gobierno, se pueden reducir sidad de integrar la sociedad (esto es, la burguesía rica e instruida) en e!
a un preVia funclOnamiento caIculable, según normas fijadas de antemano. Estado, pensamiento cuyos supuestos sistem.ático.s d~ben buscarse en ~
Todo. se. e?cue~tr~ apresado en una red de competencias, nunca ilimitadas renzo von Stein. Lo que Gneist tenía en la imagmaci6n puede descubmse
en Prt?CIPlO, m slqUlera. Ias extremas, ni siquiera la «competencia de com- bien en la siguiente frase: .Los 6rganos de la jurisdiceión administrativa
petencias»; nunca ''plen1l~? de poder público», sino siempre facultad con- no pueden ya, dentro de un Estado constitucional, seguir consistiendo ex-
trolable, c~ya. ~xtrahnl1taClOn puede poner en movimiento un procedimiento clusivamente en la burocracia profesional; antes bien, requieren una estru~­
de forma Jud1C1al. Por tal modo, se desprenden de! sistema cerrado deI Es- tura orgánica salida deI seno de la sociedad (con esta se pensaba en la actl-
tad? burgués de J?er~~ho las exigeneias de legalidad, competencia, contra- vidad honoraria de ciudadanos instruidos, no funcionarios). En esta nueva
labihdad .y forma JudiCial. La Constitución aparece como la ley fundamental estructura está eI punto de Arquímedes dei actual Estado de Derecho» (pá-
de este Sistema de leyes. Se finge que, primero, la Constituci6n no es más ginas 159/160).
que un sistema de normaciones legalesj segundo que este sistema es cerra- De modo tal, cada vez se especializa más el cri teria orgánico de! Estado
d,a, ~ qu~, ter~eroJ e~ «soberano», es decir, que nadie puede quebrantarlo, ni
J

burgués de Derecho. En general, puede decirse que, según la concepci6n


siqU1era lnllU1r en e! por ;a,:ones y, ~ecesida~es de la existeneia politica. de hoy, basta con que, para el terreno dei Derecho administrativo se orga-
c) Co~o una caracterlst1c~ orgamca de smgular importancia en eI Es- nicen como Tribunales administrativos unos especiales, eon jueces indepen-
tado burgues de Derecho, se clta la independencia judicial, según la garan- dientes, que decidan dentro de un procedimiento de forma judieial. La
145
Los principias dei Estado burgués de Derecho
144 El elemento característico deI Estado de Detemo
. .' . 'di previene un procedimiento
regulaci6n',de la Ley prusiana de Administraci6n, de 30 de julio 1883, satis- cierta~ clases ~e auté?ticos ~~g10~ ~~~sid~:~c~6n a su carácter político. Esto
fi,o el Iriliümum de esta modalidad dei Estado de Derecho, si bien no con- espeCIal o una mstanCla espeCI I' e 1 de los asuntos de Derecho
natura en e terreno .
cede ninguna posibilidad general de demanda, ai modo de la jurisdicci6n ocurre menos, como es , les en los pleitos en que el objeto
civil, sino que se atiene aI llamado principio enumerativo; es decir, que :[.,. privado; pera .se da en los ~SU?tos pena Y prbduce siempre la típica
sólo pueden llevarse ante el Tribunal administrativo aquelios asuntos res- litigioso es de Derecho p~~hco·d.Col deyoE:t:do de Derecho: la atención
pecto de los cuales la Ley lo consienta expresamente (sistema que sueIe desviación de I~ .confor~aclOn J." Icla .d:des de organización u otras, que
denominarse de acciones). , aI carácter pohuco mediante SflDgU a:ól . di .ai general dei Estado de De-
debilitan eI principio de la con ormaCl n JU CI
4. EI ideal pleno deI Estado burgués de Derecho culmina en una con-
formaci6n iudicial general de toda la vida dei Estado. Para toda especie de recho. I siguen'
Los e'Jemplos más importantes son os que fi ai'· nal de los
diferencias y litigios, sea entre las autoridades superiores dei Estado, sea . . I lo que se re ere JUez pe ,
a) Tratamlento espeCla, por ., .. , ai paIs Según eI Dere-
entre autoridades y particulares, sea, en un estado federal, entre la Federa~ delitos políticos, sobre todo, alta t~aiclOnd Yltra'Tclro"bnunales .§ 134), es com-
ción y un Estado·miemhro, sea entre Estados-miembros, etc., habría de , . pIo (Ley orgamca e os , d
haber, para ese ideal de Estado de Derecho, un procedimiento en que, cho a1eman, ~or eJem,.. . I Tribunal deI Reich, en los casos e
petente en prlmera .y. umca m~tancd~ ~raición de guerra contra el Reich, así
sin atención a la elase de litigio y de objeto litigioso, se decidiera a la ma-
alta traición, de. tralclón ai ral§~ 1 3 de la Ley contra el quebrantamiento
nera del procedimiento judicial. Con esta se olvida que el supuesto más comO de los d.elaos contra d'. r '1914 En el § 13 de la Ley de Defensa
importante de un tal procedimiento es que haya normas generales en vigor. de secreto~ müaares, de 3 . ei~ul~22 (G~c. Leg. dei Reich, I, pág. 585), .se
Pues el juez es «independiente», sólo a condición de que haya una norma de la Repubhca, de 21 de Jul . d delitos políticos un Tribunal espeCial
de la que dependa, tanto más incondicionalmente cuanto que por «norma» declaró competente para una serle I e más ha sido devuelta, en cuanto se
es preciso entender una regIa general fijada de antemano (abajo, § 13). Sólo d e E st ad o, cuya competencla, par o de , . d 1o d
ai I Tribunales ordinarios, a partir e . e
la validez de una tal regIa da fuerza a la dedsión judicial. Alií donde esa trate de asuntos pen eds, a os 1926' Gac Leg. dei Reich, I, pág. 190).
norma falta, puede hablarse, a lo sumo, de un procedimiento de mediadón, abril 1926 (Ley de 31 e marzo , .
cuyo resultado práctico depende de la autoridad deI mediador. Si la impor- rocesos políticos especiales una segunda
tancia de la propuesta de mediación depende deI poder dei mediador, en- En otrOS Estados eS competente para. p. d I modelo inglés de la Cámara Alta
tonces no hay mediación auténtica, sino una decisión politica más o menos 6. t
Cámara en calidad de Tribunal de Estad Slg')len e art 9 o de la Ley constitucional
as l
ecuánime. EI juez, como tal, no puede tener nunca un poder o autoridad .,. (q ue por lo demás, carece ya hoy de o }eto ;D ,e d l' p'residente de la República
independiente de la validez de la Ley. Un mediador o un companedor pue-
de gozar;':incluso sin poder político, de una autoridad personal más o menos
,,. , d f b d 1875' por un ecreto e
francesa de 24 e e rero ~ d j .. (eour de justice) y conoce de las acusaCIO-
se erige eI. Senado en ~:ibun d e lo~s~~~:tados contra el Presidente de la ~epública
.

nes sostentdas por la amara e I t t dos cometidos contra la segurldad dei


grande, pero sólo bajo eI doble supuesto de que, primero, a las partes liti- o contra un Ministro, asi como de os a en a f asas (Boulanger Deroulede).
gantes les sean comunes dertas ideas de equidad, decencia, o ciertas premi~ h itado algunos casoS am ' .
Estado. En tal concepto a tram . 1 casos Tribunales de Estado especla-
sas morales, y, segundo, que las contraposiciones no hayan aleanzado toda- . Otras Constitucio~es .francesas p:evlle{~n(1~~;) t~;s 4 de noviembre de 1848 y de 14 de
vIa eI grado extremo de su intensidad. Aquí está eI límite de toda forma les, asi, las ConStltUCIOnes dei anO ,

judicial y de toda composición. EI Estado no es sólo organización judicial; enero de 1852.


es también cosa distinta a un juez arbitral o un comp~medor neutraI. Su . . P esidente sostenidas por la Re-
esencia estriba en que adapta la decisi6n politica. b) Acusaciones contra M zmstros y r , d C' ara o por un
f li d bien par una segun a am ,
5. El problema de la Justicia política. En el caso de litígios que, presentación popuIar y ada as, o, ne una responsabilidad iurídica.
existiendo una conformación judicial general, habrían de ser decididos com- especial Tribunal de Esta o; aqUi se supo
petentemente, según sus circunstancias o eI objeto litigioso, par los Tribu- . e el Tribunal de Estado dei Reich
Art. 59, C. a.: «EI Relc~stag puede ~cusar nn~os Ministros que hubieran violado
nales ordinarios --civiles, penales o administrativos-, puede acusarse tan
vigorosamente eI carácter político de la cuestión'litigiosa, oel interés polí- alemán al Presidente dei ~elC?, al Ca:~l!~er
de modo punible la Consutucl6n o U Y.
ta a
proposici6n para elevar la acusaci6n
dei Re'lchstag y requiere el voto
tico dei objeto litigioso, que haga necesario atender, ineluso en un Estado . . . miembros aI menos, ' 1d
tiene que Ir suscrlta por cle~ ref~rmar la Constitución.» EI detalle está regu ~ o
burgués de Derecho, a la singularidad política de tales casos. Aquí reside conforme de la mayorí.a prescrita lar~ d 9 de 'ulio de 1921 (Gaceta Leg. del Retch,
eI problema propio de la justicia política. No se trata con esta cuestió~, en la ley sobre el Tnbunal ~e d sta o e nda JCámara como Tribunal de Estado en
de que se resuelvan en un procedimiento de forma judicial, sin atencióri 905). Ejemplo. de com~~encla e Suna dse~uancés según la Ley constitucional de 24 de
a normas de decísión reconocidas, contraposiciones de interés político, con- caso de acusaclón de MInistros, e1 ena o r ,
virtiéndolas de este modo en litigios jurídicos, sino que, ai contrario, para febrero de 1875j comp., arriba, en a).

" ,I'....·;
147
146 El elemento característico dd Estado de Derecllo ';.
Los principios de! Estado burgu6 de Derccho
i'
484, donde designa la exclusión dd derecho de comp~obac.ión j~dicial cn el ard~­
La significación, típica dei Estado de Derecho, que presenta la acusa- . lo 106 de la Constitución prusiana de 1850 como «Vlctona rUidosa de la reacclón
ción ministerial desaparece con la «responsabilidad. parlamentaria de los sobre d Estado de Derecho de 1848», remitiéndosc a Gneist. Si~ ~mb.argo, este p~to
Ministros. Esta responsabilidad suele contraponerse, como responsabilidad ~ : de vista supone una separación impracticable entre De~echo (c?nsUtu~l?nal) y poltttca.
«política., a la responsabilidad «jurídica. (acusación ministerial ante un .\, El juez se encuentra también dentro deI «proceso de la mtegraclón ?Oh~,ca» .(R. Smend)
Tribunal de Estado). Por lo tanto, la palabra «responsabilidad. es aquí imo -,. en que se forma la unidad política; y una decisión so~re «consutuclonahd~», espe-
precisa y equívoca (comp. abajo, § 25, pág. 308), y, sobre todo, lo «jurídico· ...-,, cialmente no es nunca una decisión apolítica, «La cuesuón de Ia comprobaclón de la
constituci~nalidad de las leyes por entidades ajenas a las legislaturas es, de hecho, .una
político» no puede contraponerse a lo «político». Pues nada de lo relativo
ai Estado puede ser apolítico. Pero un procedimiento dirigido contra un cuestión poHtica de importancia extraordinaria, que afecta al rango, .a I~ a~t~rl.dad
Ministro- o Presidente, que se inicia eon una acusación del Parlamento y dei legislador. Tales cuestiones no pueden ser resueltas por la sola ClenCla Jund~ca»
. (Hofacker, Der Gerichtssaal, t. XCIV, 1927, págs, 22~"2). Por eso, ,sude prev~mrse,
conduye con una dedsión de un Tribunal de Estado dotada de fuerza jurí· en las leyes que confian la decisión a un Tribunal cspeclal~ que s610 Clertas autonda?es
dica, no es ni un procedimiento penal especial, ni propiamente Justicia. La supremas o corporaciones políticas pueden apelar a ese Tnbunal. En eI caso dei ~tlCU­
regulación dei ya citado arl. 59 de la Constitución de Weimar es muy os- lo 140 de la ConstÍtución federal austríaca, por ejemplo, pueden apelar al ~Tflbunal
cura y contradictoria. Se habla de una violación punible de la Constirución de Justicia constitucional» sólo el Gobierno federal o los Gobiernos de los Países.
o una ley dei Reich; la Constitución queda, pues, situada, desconociendo Según la ley checoslovaca de 9 de marzo de 1921, antes cit?da (§ 11, III, 4), sólo eI
su eseneia, en el mismo plano que «una ley dei Reich), La consecuencia, aI Tribunal Supremo, el Tribunal administrativo supremo, e1 Trtbunal electora~',la Cámara
menos para los Ministros, es un hacinamiento confuso de «responsabilida- de Diputados, e1 Senado o la Dieta ruso·cárpata pueden proponer la decIslón. E~ ar-
des». Junto a la responsabilidad civil y penal general, por ejemplo, basada tículo 13 2 de la Constitución de Weimar determina que en caso de dudas o dlver-
eo alta traición y traición aI País, existe para los Ministros una «respon~ gencias de ~pinión acerca de si un precepto d.e~ Derecho de. un País es conciliabl~
con el Derecho dei Reich puede apelar a la decls16n de un Trtbunal ~upremo (el Trt-
sabilidad política», según eI art. 54, y junto a eso, todavía esta responsa· bunal Supremo, según la Ley de 8 de abril de 1920, Caco Leg. 'fel Rerch, pág. 510) la
bilidad regulada en eI art. 59, C. a. Hoy ya no tiene un sentido específico: autoridad dei Reich o central deI País, competente al caso. Segun un proyecto de Ley
se encuentra en la Constitución de Weimar, como algunas otras prescrip- dei Reich de 1926 sobre la comprobación de la constitucionalidad de las leyes y regIa-
dones de este texto, en calidad de supervivencia de las siruaciones de De· mentos dei Reich, pueden reclamar la dedsi6n deI Tribunal de Estado eI Reichstag, el
recho público de la Monarquía constitucional. Junto ai procedimiento penal Reichsrat o e! Gobierno, pero quedando exceptuados los tratados con Estados extran-
podría servir, a lo sumo, a las pasiones políticas o a la finalidad de hacer jeros y' las leyes determinadas por eUos; es de observar en este proyecto alemán que
una demostración política, si había de tener un sentido práctico. Otra no excluye la competc:ncia judicial de comprobación. Para este proyecto -? más dei ya
citado artículo de R. Grau, A6R, nueva serie, lI, 1926, págs. 287 y slgS.:-, .sobre
cosa ocurre en eI caso de la acusación presidencial. Esta no ha quedado sin todo, F. Morstein Marx, Variationen über richterliche Zustiindigkeit zu~ P~ufung der
objeto en igual manera mediante la <<responsabilidad parlamentaria •. Pero Rechtmãssigkeit des Gesetzes, BerHn, 1927, págs. 129 y sigs., cuyas exphcaclones -de
tampaco tiene una sígni6cación independiente junto a uo procedimiento pe· singular interés a causa de su argumentaci6n con los. principios deI ~stado de Derecho-
nal por alta traición o traición ai País. No es ni un caso auténtico de Jus- hacen derivar (remitiéndose a O. Biihr y R. Gnelst) dei pensamlenlo deI Esta~o de
tieia política, pues entances excluiría la competencia de otros Tribunales y ~. Derecho la «plena competencia judicial de comprobación». ~l .estable,cer un Trtbunal
no podría darse un procedimiento penal duplicado con violación dei pos-
.U
, especial para decidir de la constitucionalídad de una Ley SlgOlfica, SlO embargo, una
tulado ne bis in idem, ni es, en absoluto, Justida, con lo que no debería , desviaci6n por razones políticas de la lógica dei Estado de Derecho.
introducirse ningún procedimiento de forma judicial.
c) . Lás litigios constitucionales auténticos son siempre litigios políticos; e) Tratamiento especial de los actos de gobierno o actos políticos es·
acerca desu solución, arriba, § 11, In, pág. 126. pecíficos en e! terreno de la Administración de j~sticia. En algunos países,
d) La decisión de dudas y divergendas de opinión sobre la constiru- sobre todo Francia y los Estados Umdos de Amenca, en que cabe una co,:,,-
cionalidad de leyes y reglamentos por un Tribunal especial (Tribunal de I •. probación general judicial o contencioso-administrativa. d~ .actos de! EJe-
Estado, Tribunal constitucional, Tribunal de Justicia constirucional; com· cutivo, la práctica ha lIevado a exceptuar de ese control JU.~ICI?I I?~ actos de
probar arriba, § 11, lII, 4, pág. 131) no es una deeisión procesal auténtica; gobierno o «actos políticos» y a s~pr!mir toda comprobaclO.n JudICIal o con·
pero, a pesar de eso, está encerrada en este complejo de intereses, porque tencioso.administrativa. La deltmltaclón de los actos políticos respecto de
con ella se da una delimitación de la competeneia general de comprobación los que no lo son es, por lo demás, cuestionable; una característica segura,
judicial. . automática, dei «acto de gobierno>, no ha surgido hasta ahora de aquella
experiencia.
Se sude designar como exigencia dd Estado de Derecho eI que los Tribunales ten-
gan que comprobar Ia constitucionalidad de las leyes que han de aplicar; as!, H. Preuss, Jere: Les principes généraux du droit administrati!, I, ~ .• ed.: .1925, pág .. 392,
en la Comisión de Constitución de la Asamblea nacional de Weimar, Prol., pág. 483- donde considera la distinción como sólo una cosa de opportumté polttlque; R. Alibert,
'-
148 E1 elemento característico dei Estado de Derecho § 13
Le contr61e ;uridiclionnel de l'administration, Parfs, 1926, págs. 70 Y sigs.; más litera- EL CONCEPTO DE LEY PROPIO
tura, en R. Smend, Die poli/ische Gewalt im Verlassungsstaat und das Problem der
Staatsform) Homenaje a Kabl, Tubinga, 1923, págs. 5 y sigs.
DEL ESTADO DE DERECHO

f) Examen de actas de las elecciones más importantes políticamente


(elecciones a! Parlamento, o elección dei Jefe dei Estado). EI examen de
actas pertenece, en sí, ai terreno de la jurisdicci6n administrativa. S610 por
la significación política de las elecciones más importantes se organiza de
manera especial, en casos, el examen de actas. Por razones políticas, suele
dejarse ai Parlamento eI de las elecciones a! Parlamento (así, art. 27, 1, C. a.).
Pera, con frecuencia, se forma también un Tribuna! especia! de compro-
bación de actas, establecido de distintos modos, para justificar tanto la ob-
jetividad de la comprobación de actas como también, a! mismo tiempo, eI
especial interés político de ese hecho.
Art . .31, C. a.: «Se formará uo Tribunal de examen de aetas en el Reichstag. De-
cide también sobre la cuesti6n de si un diputado ha perdido la condici6n de tal.
EI Tribunal de examen de aetas se compone de miembros deI Reichstag, que éste
elige para el tiempo de su diputaci6n, y de miembros dei Tribunal administrativo deI
Reich, que nombra el Presidente deI Reich a propuesta de la Sala de gobiema de
ese Tribunal.»
Este Tribunal de examen de aetas, formado para el Reichstag, comprueba también
I. Derecho y Ley en el Estado burgués de Derecho.
e1 resultado de la eleeción deI Presidente dei Reich, § 7 de la Ley sobre elecci6n deI 1. EI Estado burgués de Derecho se basa en eI «imperio de la Ley».
Presidente dei Reich, de 6 de mano de 1924 (Gac. Leg. dei Reicb, I, pág. 849). Por eso es un Estado legalitario. Pero la Ley ha de guardar una conexi6n
con los principias dei Estado de Derecho y de la libertad burguesa, si ha
de subsistir eI Estado de Derecho. Si Ley es todo lo que manda determi-
nado hombre o Asamblea, sin distingas, una Monarquía absoluta será tam-
bién un Estado de Derecho, pues en eUa impera la «Ley», en este caso, igual
a la voluntad dei Rey. También la actual República soviética y la dictadura
dei proletariado sería un Estado de Derecho, pues también hay allí un Le·
gislador y, por consiguiente, Leyes. Para que el «imperio de la Ley'> con·
serve su conexi6n con el concepto de Estado de Derecho es necesario intro~
ducir en eI concepto de Ley ciertas eualidades que hagan posible la distin-
ci6n entre una norma jurídica y un simple mandato a voluntad, o una
medida.
Los profesores AIexejev (romp. Jabrb. <; R., XIV, 1926, pág. 326) y Timacheff
considetan la República de los Soviets como un Estado en que se da un Derecho es w

crito y legislado, pera que no tiene el carácter de Ley. Es deI caso la observaci6n, sin
w

gularmente interesante, de Mirkine-Guetzevitch, Revue du Droit Public, 42 (1925). pá w

gim1 126: Ias normas de una dictadura de clase no son leyes, porque el hecho precede
al Derecho; no es, pues, una «legalidad». En todo caso, si ha de subsistir una conexi6n
entre eI concepto de Estado de Derecho y el imperio de la Ley, es claro que no puede
ser Ley toda medida discrecional dellegislador competente.

2. Libertad burguesa y todas las notas antes desarrolladas (§ 12, lI,


página 141) dei Estado de Derecho, presuponen un concepto determinado
149
IJO El elemento característico deI Estado de Derecho El concepto de 101 prcpio dei Estado de Derecho 151

,. pende de la situación de las cosas, no pertenece a la Legislaei6n (co:np' I? ~cmostra­


de Ley:";<Imperio de la Ley» serla una expresi6n vacua, de no recibir su
sentido propio mediante una determinada contraposición. Esta concepci6n
.
'.
~!, ción, Diklatur, págs. 41-2). Según Bolingbroke, el verdadero Estado e.sta InstttUldo como
básica de! Estado de Derecho envuelve, tanto desde e! punto de vista his- "., el Cosmos: dirigido por quien todo lo ·sabe, y gobernado por qUH:n ~od~ lo pu~de,
!l
tórico como desde e! lógico, una recusación de! «imperio de hombres», se .. .,j apaya su ordenaeión en la uni6n de sabiduría y poder, lo que para él slgmfica Legisla-
-.I.
tivo y Ejecutivo, esta es, Parlamentóy Monarca; eI Parlame~to de las Leyes, que deben
trate de un individuo, o de una asamblea o corporaci6n, cuya voluntad se valer sm excepción, siendo.la sabidurfa dei Estado, the wlsdom 01 the State, y pres-
coloca en e! lugar de una norma general, fijada de antemano e igual para cribe al power deI Rey las regIas. Ni Dios ni eI Rey pueden quebrantar una ~Y
todos. Imperio de la Ley significa, ante todo y en primer término, que e! (Phil. Works, V, pág. 147). Montesquieu funda de .modo análogo. a Locke su doctrIna
Legislador mismo queda vinculado a su propia Ley y que su facultad de le- de la divisi6n de poderes, diciendo: cuando la mlsma corporaclón que da las leyes
gislar no es el media para una dominaci6n arbitraria. La vinculación dei tiene también el Ejecutivo, podrfa, como legislador, arruinar al Estado con sus volonlés
Legislador a la Ley es posible, sin embargo, s610 en tanto que la Ley es générales, y ade'más, como Ejecutivo, aniquilar a. todo ciu~adano particular ~~ sus
una norma coo ciertas propiedades: rectitud, razonabilidad, justicia, etc. volonlés particulieres (lib. XI, capo 6, dei ESprtl des Lats); con la separac!?n .d~
Todas estas propiedades presuponen que la Ley es una norma general. Un r
~.
Legislativo y Ejecutivo se impedirá esa unión ~~ normas ~enerales ~ mandato~ mdlvl-
duales' un Gobierno que· «puede adaptar dec1S1ones partIculares SIn estar VInculado
Legislador cuyas medidas concretas, órdenes especiales, dispensas y cjue-
a Ley~s generales, sólidas y permanentes» es despótico. Este pensamiento de la vincu-
brantamientos, valgan también como leyes, aI igual que sus normaciones lación a una norma susceptible de verdadera vinculaeión (<<invulnerable», según la
generales, no está ligado a su Ley en ninguna forma concebible; la «vincu- expresión de Ouo Mayer), es el nervio esencial de todo pensa~ien~o de Estad~ de
laci6n a la Ley» es una expresi6n sin sentido para aquellos que pueden ha- Dcrecho. Se muestra en la definición legal dei proyecto de ConsUtuclón de los gIron-
cer «leyes» arbitrarias. . dinos de 1793, sección lI, art. 4: les caracleres qui distinguent les lois sont leur «géné-
raUré» el leur edurée indefinie», mientras que los decretos se caracteriza0 por su
La burguesia, en lucha por su libertad y su Estado de Derecho, adopt6 aqui un aplicaci6n local o particular y por la necesidad de renovación periódica; juntO a esc,
concepto de Ley que descansa en una vieja tradici6n europea y que paro, desde la dicha Constitución reconoce medidas (mesures),' hay que sefialar, ante todo, como
Filosofía griega, a la Edad Moderna, a través de la Escolástica: Ley no es la voluntad medidas tales, las actuaeiones deI estado de excepción en eI articulo 7.
de uno o de muchos hombres, sino una cosa general-racional; no voluntas, sino ratio. La doctrina política alemana de los siglas XVIU y XIX sostuvo este concepto en
Es[O vale, sin distinci6n de formas de gobierno, para Monarquía, Aristocracia y Demo- tanto que no perdió la concieneia de los princip~os deI. Estado burgués. de. Derecho.
cracia. Por eso distingue Aristótdes una Democracia en que impera la Ley ('V6tJ.oc;), de Para Kant es «despótico» un Gobierno que ai mJsmo tJempo fuera LegJSlaCIÓn, y un
otra dase de Democracia en que imperan las resoluciones populares (o/r)<p!CJl..I.a'ta), y no legislador que ai mismo tiempo adoptara actos de gobierno; ~?~t se mueve aqui por
las leyes. «En las Democracias vinculadas a las Leyes no aparece ningún demagogo, entero dentro deI pensamiento dei Estado de Derecho con dlvlslón de poderes, en ~1
sino que los dudadanos más virtuosos tienen la precedenda. Pero donde las Leyes no que «impera la Ley misma y no persona alguna» (Zum ewigen Frieden, 2.- parte, PrI-
tienen ef Poder sumo, aparecen demagogos, pues ollf el pueblo se convierte en un mer artículo definitivo, Vorlander, pág. 199; Teoria dei Derecho, 2.- parte, EI Derecho
Monarca, y por derto, de muchas cabezas» (Política, lib. IV, capo 4, n. 4). También público (Conclusión), Vorlander, pág. 186, etc.). Tamb.ién pa:a Hegel la Ley es la
para Santo Tomás de Aquino la Ley es una rationis ordinatio, en contraste con la verdad presentada en forma de cosa general (Rechtsphtlosophte, pág. 210); eI poder
voluntad, conturbada por las pasiones, de un individuo o de una masa de hombres. legislativo pronuncia la generalidad; el ejecutivo, la especialidad (pág . .358). Los pro-
Sobre eI desarrollo en los siglas XVI y XVII, Gierke, Althusius, págs. 280 y sigs. Suárez \ pugnadores políticos y los teorizadores jurídicos dei Estado de Derecho dan por su-
reconduce la vinculaci6n 'deI legislador a sus propias leyes de esta manera: siendo laS
\, puesto incondicionalmente e1 concepto general de Ley. Asf se expresa R. Mohl: «A la
leyes una regula virtutis, deducidas deI ius nalurale, por la raz6n, resultan por eUo Ley es esencial una determinada fijación, Ilamada a la permanenCJaj en todas esas ,espe-
válidas también para el legislador, pues claro está que un simple acto de voluntad des (ley constitucional, leyes ordinarias) la generalidad dei mandato es. una p.rople~a?
que él quiere no puede vincularle cuando ya quiere otra cosa. esendal»j «la regulación de un eierto caso jurídico por una Ley espec~al ~s IDadmls1~
EI contraste más acusado frente a este concepto de Ler propio deI Estado de De- ble en tanto se trata de hechos ya consumados, a los que son de aphcaclón los pre-
recho lo ofrecen los representantes dei absolutismo dei Estado. Hobbes acufi.ó en esta cep'tos fundamentales ya existentes». Lorenzo vQn Slein dice en su Verwaltu,ngslehre
Ia f6rmula dásica: auctoritas, non verilas lacil legem (Levialhan, capo 19); la Ley es (La edición, 1865, pág. 78): «La Ley surge siempre, según su más alta es~cla~ de la
voluntad y mandato es su sabia consejo; no vale por virtud de cualidades morales conciencia común de la vida deI Estado, y se propone por eso a1canzar tamblén slempre
y 16gicas, sino precisamente como mandato. En la lucha contra este concepto absolu- dos metas: quiere, por una parte, captar lo idéntico en todas las re1acione~ de hecho,
tista de Ley y cn la lucha contra eI postulado de los representantes deI absolutismo, y fijar la voIuntad deI Estado precisamente para l~ idéntico en t~o 10 diverso.» La
según el çual eI Príncipe está legibus solutus, . se afinó la conciencia dei concepto de
Ley propio deI Estado de Derecho. Los monarcómanos la ruvieron (comp. Gierke,
,. Ley, pues, tiene que efijar todos sus objetos con umdad y homogenelda?»; la ?rdenan-
za, por contra, surge, ante todo, de los hechos «y con elIos, de las smgulandades y
Althusius, pág. 280), y en Inglaterra misma, a pesar de la supuesta omnipotencia dei cambio de los mismos». También en Rodolfo Gneist, tanto en su Rechtsstaal, 1872,
Parlamento inglés, no ha desaparecido la concienda de la distinción. Ahí dio Locke ,. como en otros escritos de este campeón liberal de la idea dei Estado .de Derecho, está
la íormulaci6n clásica deI Estado de Derecho y habló de Leyes positivas fijadas de siempre supuesto el concepto de Ley como norma general, firme, en contraste con las
antemano (antecedent, standing, positive lows), designando como antijurfdicas todas las órdenes concretas y quebrantamientos, que pueden ser dispuestos por la voluntad de
leyes ex-post-Iacto. Lo que pueda verificarse sin norma (without a cru/e»), porque de- un Príncipe absoluto o por acuerdo mayoritario de un Parlamento.
j,
"•,
152 EI elemento caracterlstico dei Estado de Derecho
, EI concepto de ley propio dei Estado de Derecho
~:
3. EI concepto de Ley propio dei Estado de Derecho se encuentra, ceptos de Ley y de Estado de Derecho se enc:'entran m~~ oscurecidos, ~
pues, dentro de ,;",a ci~rta tradición; los ejemplos ya aportados pueden au- causa de haberse aplicado, por razones y necesldades polIucas, eI procedi-
menta~,e .c?n facjlidad : Las disnntas propiedades de la Ley que vienen ai miento legislativo y la competencia de los órganos legislativos a otros actos
caso (Jus nela, razonabilidad) se han hecho problemáticas por haber perdido dei Estado, como si fueran de legislación. De aquí surge eI concepto de «ley
su eVIdenCIa d D~re~h~ ?atural. Tampoco .Ia apelaci6n a la «Fidelidad y formal», que aparece, así, como contrapartida de «ley ~~teria~», ,
Fe» como pnnclplO Jundico general (asf la manifestaei6n de la Directiva 1. Para eI concepto formal de Ley se da la defimcl6n slgUlente: Ley
de la Unión de Jueces en eI Tribunal d~1 Reich contra las deeisiones dei es lo acordado por los 6rganos legislativos competentes, dentro dei prece-
L.eglslador.' Jur. Wochenschrifl, 1924, pág. 90) puede sustituir a esas con- dimiento legislativo prescrito. Trasladar y extender las competenclas y pro-
VlCClOnes Jus~aturalistas en situaciones política y econ6micamente diffciles. cedimientos no es, en si, cosa desusada, ni una formalizaci6n deI concepto
A una propledad, sin embargo, no cabe renunciar sin que eI Estado de es, en sf, nociva. Puede trasladarse, por ejemplo, el procedimiento mediante
Derecho mlsmo desa~arezca: ai carácter general de la norma jurldica. Ahi eI cual se deciden los Iitigios jurídicos a orros asuntos, acaso ai examen de
se encuentra la segundad última de la vieja distinci6n dei Estado de Dere- actas electorales o la canonizaci6n. Entonces podrá hablarse de un «litigio
cho entre Ler y mandato, ralio y voluntad, y, COn ello, eI último resto dei jurfdico en sentido formal,) y deeir que eI examen de ~ctas o la ,canoni~a­
fundamento Ideal dei Estado burgués de Derecho. Cuando H. Triepel cri- ci6n son Iitigios jurfdicos. Todavfa con mayor generalIdad podrIan deslg-
nca eI abu~o de la facultad de legislar dei R.eichstag, y dice: «La Ley no es narse como «Justicia» todos los asuntos o6ciales que un juez resuelve al
sagrada; solo el Derecho es sagrado; la Ley se encuentra sometida ai Dere- amparo de la independencia judicial, etc. Tales det~rm~na;i?nes for~alistas
cho» (Romenaje a Kabl, 1923, pág. 93) habla aquf la conciencia de aquella pueden producirse en diversos sectores de la prácnca Jund~ca! defimclon~s
vieja tradición dei Estado de perecho; 'pera el Contraste no es de Derecho semejantes tienen, en un marco muy estreçho, el valor practlco de medIa
y ~, SInO de un concepto blen entendido de Ley, a distinción de un for- auxiliar utilizable. Para un juez penal, por ejemplo, o un funcionaria fores-
malls~o .desesperado. que caracteriza como Ley todo lo que surge en el tal, puede plantearse la cuestión de qué animales ha? de designarse com?
procedlmlento prescmo para la Legislación. También resulta fundado por «silvestres», y cabe responder en Ia práctica: «Son silvestres aquellos am-
lo que se refiere ai contenido, pera mal expresado, cuando J. Goldschmidt males que lin cazador con licencia está autorizado a matar, en el ejercicio
construye la palabra <<Domomaquia» para la lucha contra eI abuso dei Po- de su derecho, fuera dei tiempo de veda.» O un funcionaria de la Adminis-
der legislativo (jur. Woehensehrifl, 1924, págs. 245 y sigs.). 10 que preci- tración de trigos podría definir: «Pan es lo que eI poseedor de un bano de
samente falta es el Nomos, y eI abuso consiste en desconocer el mfnimum pan está autorizado a obtener mediante su bano», etc, De eS,ta manera,sur~
que d~be quedar dei viejo concepto racional de Ley auténtica, en desconecer gen una serie de determinaciones de conceptos formales 9ue tlenen un ~lerto
eI caracter genera~ de I~ norma jurldica. Todo lo que se diga dei imperio sentido técnico-práctico, y con los que se puede trabaJar hasta un cI,erto
de la Ley o d~l. Impeno de la norma, todas las expresiones relacionadas Iímite en un sector especial de la práctica jurfdica. No son, en realidad,
eon la «normatlVldad», sou, en si mismas, contradictorias y confusas cuando determinaciones conceptuaIes sino, en parte, abreviaturas y, en parte, fie-
de~aparece ese carácter general y puede pasar por «norma» o «Ley» cual- danes, y tienen eI valor relatIvo y limitado de tales abreviaturas o ficciones.
qUler mandato, cualquier medida. Pera serfa absurdo ver en eso el método jurídico especffico y creer que puede
n. :,El llamado coneeplo formal de Ley. EI problema dei concepto de tratarse asl, desde eI punto de vista científico, un seria problema de la Ju-
Ley que c?rre~ponde aI Esta.do de Derecho se agrava ai considerar que para . risprudencia.
una ConstItucl6n no es sufiCIente el elemento caracterfstico dei repetido Es- 2. Esta, sobre todo, por lo que se refiere a prescripciones legal-cons-
tado de Derecho; ha de existir también un concepto polllieo de Ley junto titucionales. Si es característico de la organizaci6n de la Monarqufa constitu-
aI que es propio de ese tipo de Estado. ' cional eI que s610 pueda hacerse una ley con la cooperad6n de la Repre~~n­
Pera, antes de tratar esta duplicidad dei concepto hay que poner en taci6n popular, que ha luchado por ensanchar e! volumen de su cooperaClOn,
claro la especialidad deI lIamado concepto formal de 'Ley. Pues los con- extendiéndola en lo posible a todos los actos políticos importantes --conce-
1 En la ojeada, ~~ G. Jellinek, G~selZ und Veordnu"~ págs. 113 y sigs., se encuen- , si6n de tributos, aprobaci6n deI presupuesto, declara~i6n de! estado ?e
tran numerosa~ n~t1ClaS sobre e1 concepto de Ley; sin embargo, las citas de Jellinek it; sitio deelaraci6n de guerra, nombramientos, otorgamlento de la gracla,
:~tán extraordinarlament,e mal. entendidas e incluso inexaetas; en la pág, 113, por conc~siones de empresas importantes, anexiones de municípios, cambias de
lempl~, aporta una marufestac16n de P6ster que precisamente muestra hasta qué punto territorio, etc.- no es más que un simple ardid de técnica verbal, y no
se, sostlene e! carácter de generalidad de la Ley, Los malentendidos de Jellinek van tan
le~os que eo la ~ág. ~O traduce e! giro without a ru/e por «sin precepto especial» (!), otra cosa eI fijar en Ley consitucional que tales actos políticos se realizan
m~entras que lo esenCl~ e~t~ precisamente en que significa «sin regia general». «Regla» «en form~ de Ley», o cuando se establece consuetudinariamente que para
y «voluntad» se usan mdlstmtamente (pág. 35), y lo más asombroso es que hace apa- tales actos haya de e1egirse el precedimiento de la legislaci6n. EI sentido
recer a Hobbes (pág, 45) como representante de! concepto aristotélico de Ley, y significaci6n deI concepto .formal» se agotan con decir que la Represen-
,
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"
154
E1 elemento característico deI Estado de Derecho
El concepto de Iey propio dei Estado de Derecho
ración .r0Pular (e! ~ar~amento) tiene la misma cooperadón y comperenda
para r es aeros -SI blen no son actos de Legisladón, y a pesar de ella-- sido atribuidos expresamente. Nadie aceptará que pueda realizar eualquier
que. en los actos le~lslat1vos. Así como pueden resolverse todas las cosas acto de gobierno en forma de proceso y que, apelando a su independencia,
pOSlbles en ~forma Judlcla!", también cabe hacerlo en .forma de I Lo haga lo que políticamenre tenga por necesario. Pera parece que para e!
formal no tlene un~ sí,gnifica~ión en sí mismo, no hay que consrJ:r·arlo concepto formal de Ley no se repara apenas en esta sencilla real..tdad.
como ~<Íorma» ~n nmgun sentido especial o eminente, sino tan sólo como G. Jellinek (Gesetz und Verordnung, pág. 232) dice: «Todas las formas por
expres~ón abrevlad~ de un~ ampliación de carácter extraordinario de la _ medio de las cuales una persona puede actuar sobre otra, se encuenttan a
petencla de CIertas mstanclas. com disposición de! Estado.» Aún más chocantes y característica, por la falta de
Puede exte!ld~:se, según 10 dicho, el procedimiento legislativo, sea por toda consciencia deI Estado de Derecho, son I.s frases de Laband (Staals-
e~pre,sa prescrlpClon de la Ley constitucional, sea por práctica consuetu. recht, lI, pág. 63): «Por una ley es posible, tanto decidir un litigio jurídico
d.l~ar~a, ~o,tros asun~os, como si fueran actos de legislación. La Constitu. pendiente como declarar la validez o invalidez de un acto de gobierno, como
clOn e elmar c~~t1ene u~a s~rie de ejemplos, que en arte Se corres on- reconocer o recusar una elección, como otorgar uo indulto o amnistía ...
den Con la regulaclOn co,:,sliruclOnal de los demás Estad~s modernos p en No hay, en una palabra, ningún objeto de toda la vida estatal -pudiera
parte, son nuevos y peculiares. y, decirse, oingún pensamiento-- que no pueda convertirse en el contenido
de una ley.» Eso es una mala inteligencia, y cuando se concibe y piensa,
~rt, 85, C. a.: «EI presupuesto será .6jado por una ley aI . d I afio como por desgracia sucede, irreflexivamente, que las autoridades legislativas
nómlco» Art 87 C N d be corruenzo e eco-
, ' " .. a.: « o e n aportarse medios económicos apelando aI crédito están autorizadas a realizarlo todo en forma .de ley, ello es inexacto y falso.
SIOO por una necesldad extraordinaria y por regia general s6I !in rod' La via legislativa viene aI caso, prescindiendo de los traspasos antes cita-
tivos Sól d I aI . ' , o para es rep uc-
, o pue e ape arse crédito y prestar la garant{a dd R . h d·
ley» Art 18 1 2' Lo b· d I ' etC me lante una dos, que requieren un espedal tírulo legal-constitucional, s610 para las leyes
R
Países de~trd d~l ~ch s CS:ál~S e terr~torio de los Países y la formací6n de nuevos en e! sentido de! Estado de Derecho.
tículo 45 3 C . el L t~ 1 u~;r ;edtante ley de reforma de la Constitudón.» Ar-
ar I " . ' a., «a ec aract n e guerra y el acuerdo de Ia paz tendrán lu ar
~epre~n~:~oR:;.» lA2' 5~1l1: S~n caso, de impe~imento deI Presidente deI Reich, s~rá UI. El concepto politico de Ley. Se explica que fuera posible la con-
fusión de este lIamado concepto formal de Ley, ante todo, porque hay un
e anCI er. lesa clrcunstancla durase un tiempo q d.
prever Iargõ, se regulará le: representación por una ley.» ue se pu lera concepto político de Ley ...,..claro está que junto aI concepto de Ley propio
Art., 15~, 1, C. a.,: «EI Reich puede, medIante Iey, y a reserva de indemnizaci6n dei Estado de Derecha--. La expresi6n «concepto político de Ley» , que
con ap~l~ac~ón an~16glca de Ias prescripciones vigentes para la expropiaci6n transferi; aqui se usa, no está pensada como contraposición de un concepto jurídico
a prople a COIDun las empresas econ6micas privadas aptas para la sociali~aci6n .•
.
') . de Ley. Juridicamente, es decir, para I. Ciencia jurídica, y sobre todo para
una Teoria de la Constitución, ambos conceptos de Ley son objeto en igual
P~ro de tales e~tensiones y transferencias no se deduce nada más sino medida de la consideración cientlfica. Ambos corresponden a una Constitu-
dUb clertoil actds fiJados por ley constitucional o por cosrumbre jurldica ción moderna, porque no hay ninguna ConstÍtución moderna sin esos dos
e en ser eva ~s a cabo. por los 6rganos competentes para legislar y den- distintos elementos -la parte poütica y la que es típica dei Estado, de De-
t:o ~el procedlmlen~o legIslativo. Sería más que inconcebible querer dedu- rech~ con que se corresponde e! dualismo de los dos conceptos de Ley.
clr e aquí la ulterIOr c?nse~uencia de que, por ello, pueden los órganos «Político» significa aqui, en contraste con Estado de Derecho, un 'concepto
comP::ten~es para la Leglslaclón resolver en forma de ley todo lo posible
r a.r~lt:arlO, y que .todo lo que se toca con la varita mágica de! procedimiento
egls.atl:,o s: conVlerte en una Ley, con lo que el «imperio de la Ley» a
de Ley resultante de la forma de existenda política dei Estado y de la con-
formación concreta de la organización de! dominio. Para la concepción dei
Estado de Derecho, la Ley es, en esencia, norma, y una norma con ciertas
no slgfl1fi~~t1a otra casa que ;:1 imperio de los órganos a quienes se con~a eualidades: regulación ;uridica (recta, razonable) de carácter general. Ley,
. ~a l~glslaclOn. Tal conseeuenCla seria tan Ilógica cama si se quisiera utilizar en e! sentido de! concepto político de Ley, es voluntad y mandato concre-
. e Igual manera e! concepto formal de Justida para dar al juez un poder tos, y un acto de soberania. Ley en un Estado de principio monárquico es,
lliml~ado a favor de SU independencia, y sustraerle a todo contraI sólo por- por eso, la voluntad de! Rey; Ley, en una Democracia, es la voluntad de!
que ay un concepto f?rmal de Justicia, porque el juez es también com e- pueblo: lex el quod populus ;ussit. EI esfuerzo de un consecuente y cerrado
b.
:ent para asuntos dist1n~os a la .decisi6n de litigios jurídicos, por ejemp10,
'/-
Estado de Derecho va en el sentido de despI azar e! concepto político de
am b~en pa~a actos de )~flsdlcc16.n voluntaria, encontrándose, para ellos Ley para colocar una «soberania de la Ley» en el lugar de una soberania
!i":' lén, baJo la protecclO? de la Independenda judicial. Resulta claro que existente concreta, es decir, y en realidad, dejar sin respuesta la cuestión
as Juez, pese a esa extenslOn de su competencía, sólo puede tratar aquellos de la soberania, y por determinar la voluntad política que hace de la norma
untos que, o son, por su naturaleza, actos propios de la Justicia, o le han adeeuada un mandato positivo vigente. Ya se ha dicho (pág. 123) a qué
embozos y ficciones conduce esta, y que todo caso serio de conRicto vuelve
156 'f.
EI elemento característico dei Estado de Derecho El concepto de ley propio dei Estado de Derecho

a plantear elproblema d~ la soberania. De aqui es preciso déducir que junto para esto no basta una Ordenanza real. Para entender este concepto de
~I ~o!,cepto .de Ley proplO dei Estado de Derecba, junto a la figura técnico- Ley (Ley = límite de la libertad o de la propiedad) es necesario conside-
lurldica a~iliar delliamado concepto formal de Ley, existe todavia un con- rar la' situación política de donde surgió. En la lucha política contra un
cepto polí~lco de Ley que ninguna especie de Estado de Derecbo es capaz fuerte Gobierno monárquico, lacooperación de la Representación popular
de suptlmlr. tenia que ser acentuada cada vez eon más fuerza, como· criterio aclecuado,
l.;Cuando la burguesia liberal quiso, en el siglo XIX, introducir su hasta convertirse en lo decisivo. AI exigirse para la Ley, ante todo, políti-
Estado de Derecho, n~ podia contentarse con establecer principias y nor- camente, la cooperación de la Representación popular, se explica esta inver-
mas contra el Absolutlsn,'o. Tenia que reclamar, frente a las instituciones sión de términos, sencilla desde el punto de vista político, pero lógicamente
e~tat~les conc~e.tas deI prmcipio monárquico, entonces existentes, otras ins. falsa: lo que aparece mediante la cooperadón de la Representaci6n popular
tltuclOnes I;0hucas, de distinta disposición, pero también concretas. Se lu- es Ley. Imperio de la Ley significa entonces cooperad6n, o, en definitiva,
chaba no solo por el Estado de Derecho in abstracto, sino, ante todo, por imperio de la Representación popular, La burguesfa trataba de preservarse
los der:c~~s de la «Representación popular», es decir, por una extensión de invasiones en la libertad personal y propiedad privada, y planteó, como
y amphacI~n de las facultades y competencias dei Parlamento. Como última cosa dei Estado de Derecho, la exigenda de que tales invasiones sólo
c~nsecuencla y resultado político, eso conduela a la Democracia. Pueden pudieran verificarse ,«a base de una Ley». Ley era, en este sentido, la coope-
vlncularse a diversa~ instituciones las garantias orgánicas de! Estado de rad6n de la Representación popular, de la representación de los afectados
Derecho;. pera tamblén elias conducen conjuntamente a que se exija una por la invasión de que se tratase, AI contrario, una Ordenanza emitida por
coope:aclón lo más extensa poslble de la Representación popular. Era la eI Rey solo -aun euando, por lo demás, sea recta, razonable y certera, y
dlrecclón na~ural d~ un~ lucha política contra un fuerte Gobierno monárqui- corresponda a todas las cualidades de una verdadera norma jurfdica- no
co. En semel.ante sltuaclón política, las dos exigeneias diferentes --concepto será considerada como Ley. «Politicamente, el movimiento liberal perseguía
de Ley proplO dei Est~~o de Derecho y cooperación, lo más extensa posi- una doble /inalidad: pretendfa ganar para la burguesia un adeeuado inRujo
ble, de la RepresentaclOn popular- hablan de ir enlazadas. En tanto e! en la formadón de la voluntad política dei todo estatal, y después, también,
Goblerno de! Monarca fue lo bastante fuerte por si mismo para poner en guardar con eficacia la esfera de libertad individual dei dudadano, que
pehgro e! Estado de Dere~ho, ~penas si h~bo consciencia de la peculiaridad todavfa seguia siendo cuestionable como objeto dei obrar político. Ambas
de cada .u~a de ambas eXlgenclas, producléndose la confusión de dos con- cosas crefa realizarias ai asegurarse eI influjo correspondiente en la legisla-
c~ptos distmtos de Ley: el que es propio de! Estado de Derecho y la con- ción» (G. Holstein, Die Theorie der Verordnung im franzosischen und
sidera como una norma caracterizada por ciertas cualidades y e! concepto belgischen Verwal/ungsrechl, Homenaje a E. Zitelmann, en Bonn, 1923, pá-
democrático de Ley Como voluntad dei Pueblo, Con lo que ~ntonces se co- gina 362). EI interés capital de la literatura jurídico-política se movia en
locaba la voluntad de la ~epresentación popular, de! Parlamento, en lugar derredor a esa distinción política entre Ley y Ordenanza. Se intentaba «re-
de!. ~ueblo, como Cosa e':ldente y, casi siempre, de modo tácito. La coope- gular por ley todas las colisiones dei Poder público con person. y propie-
raclOn de la Representaclón popular ha de entenderse naturalmente sólo dad», si bien ya R. Gneist (Rech/slaal, pág. 159) habla reconoddo con
como una de las características dei concepto de Ley de~ivadas de! codcepto acierto que ellímite entre Ley y Ordenanza es casual en gran medida; que
democrático-político de Ley. todavfa no se encuentran reguladas por Ley en ningún Estado todas las
2.. También t~ene cadcter político un concepto de Ley que pasa por injerendas en la libertad personal y la propiedad. La situación política re-
«mate~lal», en razon de que no es «formal»: Ley es ,una norma jurídica,. queria una fórmula simple par. delimitar Ley y Ordenanza, es decir, poder
es declr, un p~ecepto, en que ~I Estado se dirige a sus súbditos, «para fijar de la Representadón popular y poder dei Rey. Por este interés hada una
entre ellos y el m:smo los límltes de lo permitido y lo que puede hacerse». característica secundaria, pera políticamente utilizable, se perdieron los cri-
<~Pues es una cuahdad de toda ley en sentido material e! paner límites a la terios fundamentales, cualitativos, dei concepto de Ley peculiar dei Estado
ltbertad personal en general y a la propiedad en especial» (Anschütz ar- de Derecho. EI libra antes citado de G. Jellinek, Gesetz un Verordnung
tículo Gese/z -Ley-, en el Diccionario de Derecho político y adminis- (1887), es un ejemplo de esta postergadón dei interés teorético.
trativo de Stengel-F1eischmann, lI, pág. 215). Según Anschütz, se daba En las luchas constitucionales dei siglo XIX llega, pues, a establecerse
«entonces, 18~8, como antes, como hoy, sólo un concepto material de que las invasiones en la libertad y en la propiedad privada s610 pueden
Ley ... , que qUlere envolver y envuelve la fórmula: Libertad y Propiedad». tener lugar «a base de una ley». Aqui también resultaba, política mente, sen-
EI.art .. 62 de !a ~on.stitución prusiana de 31 de enero de 1850 (<<el Poder cilla, pero lógicamente falsa, la inversión de términos: Ley es una invasión
legISlativo sera elercldo en común por e! Rey y las dos Cámaras») la da en la libertad y en la propiedad privada. Todas las explicaciones de G. Ans-
por supuesta ai declarar que se necesita una ley aprobada con la cooperaci6n chütz, por ejeinplo, sobre el concepto «materiah> de Ley se desenvuelven
de la Representaclón popular para invadir la libertad y propiedad, y que <' bajo este punto de vista. Se apoyan en la idea certera de que toda regulación

:: !t;;
.~ ,
158 El elemento característico deI Estado de Derecho El conccpto de ley propio dei Estado 'de Derecho 159

co~stitucional de las facultades de! Legislador presupone un concepto ma- de organización, sino en este supuesto central, estriba lo que con palabras
t~r1al de Ley; pero acepta como supuesto, no e! concepto de Ley que autén- de RodoIfo Gneist puede designarse como «punto de Arquímedes de! Es-
tlcamente. corresponde ai Estado de Dereçho: norma dotada de ciertas cua- tado de Derecho».
hdades, SinO e! concepto político q~e acaba de. citarse. Y claro está que no \'i~ 1. EI sistema de la lIamada división de poderes, es decir, de la distin-
dôn de Legislación, Administración y ]usticia, 5ólo tiene sentido en tanto
puede ser la esenCla de la Ley e! invadir la hbertad y propiedad privada
r ues tÇ>dos los demás actos posibles -permitidos y no permitidos- la; .,t que se entienda por Ley una norma general. Cuando ciertos órganos son
Invaden': Por eso, a lo que se llegaba entantes, eo 1848, coo este concepto r" competentes por la regulaci6n constitucional para emitir leyes dentro de un
de ley, er~ sólo a asegurar por ley constitucional la cooperación de la Re- .; cierto procedimiento, es claro que se da por supuesto un previa concepto
pres~nta~lOn popula~ para tales invasiones, impidiendo que el Gobierno de Ley. Sería un abuso político y una prestidigitaci6n 16gica invertir la re-
monar~Ulco las reahzase por Decreto, es decir, sin dicha cooperación. La " lación y designar como Ley (<<Ley en sentido formah» sencilIamente, todo
garanUa verdad~ra d~1 Est~do de Derecho consiste en que, no pudiendo V lo que hagan dentro dei procedimiento legislativo los 6rganos competentes
verlfi~arse tales ,mvaslOne,s SlnO por media de una ley, la ley se corresponde "
para legislar. EI concepto de Ley en sentido formal tiene, como hubo de
CO~. Clertas, ~ualzd~~e~ obJetivas. Con esta garantía se une la garantía demo- á mostrarse arriba (lI), su justificación relativa y limitada. Pero en todo caso

~
crat1co.poI1l1ca~ dmglda contra el absolutismo dei Prfncipe y consistente es ilícito olvidar los supuestos objetivos de la divisi6n de competencias entre
;; la hooperac.lón de la Representación popular. La garantí; de! Estado de Legislaci6n, Administración y ]usticia. Cuando se fija por Ley constitucio-
erec o va dmgl?~ contra todo absolutismo, y pane límites objetivos a nal quién debe dar leyes, esto no significa, es claro, que este Legislador
t~do concepto pollt~co de ley, sea e! mon~rq~ico, sea e! democrático, impi- , deba utilizar eI procedimiento legislativo para falIar procesos y ejeçutar
d~endo que. se conSidere como ley cualqUler mvasión en la libertad y pro- ,"
; actos administrativos y de gobierno. En un Estado de Derecho debe impe-
Pledad reahzada por el legislador, es decir, por el órgano competente para -,
" rar «Ia Ley» y estar colocada la total actividad dei Estado bajo la reserva
~mltlr leyes; l~y será, por eI contrario, una norma coo cÍertas cualidacles. r...
H de la Ley. Con eso quiere impedirse precisamente que las instancias com-
..
I e~o en la realidad ~e la lucha política se combati6 siempre contra eI abso-
'~

'i; , petentes para legislar coloquen su propio .imperio en eI lugar dei imperio
Utlsmo ent?nces eXIstente. Y la lucha contra el absolutismo monárquico de una norma, ai no distinguirse mandatos arbitrarias, medidas y órdenes,
i
entonces eX.1Stente (1848) significaba una lucha por la Democracia. li de las «ieyes». Un simple concepto formal de Ley: Ley es lo que disponen
3. EI Ideal dei Estado de D~recho trata de encerrar todas las posibili- 1 los órganos legisladores en vías dei procedimiento legislativo, haría dei im-
dades de.. actuacI6n estatal, sm resldua, eo uo sistema de normaciones limi- '::' perio de la Ley un absolutismo de los 6rganos legislativos, suprimiendo
tando aSl el Esta?o. En la realidad práctica, sin embargo, da lugar a ~ue se
"
toda distinción entre Legislación, Administración y ]usticia. Si eso fuera el
d~senvuelva. un slste~~ de actos ap6crifos de soberanía (arriba, § 11, lI, pá- Derecho constitucional vigente hoy, toda la lucha dei Estado de Derecho
gtna 118). SI esta pracuca es generalmente reconocida hoy en todos los casos ~ ; contra el absolutismo dei Monarca habría terminado, introduciéndose, en
de E~tado burgués de Derecho, esta no se debe a una regulación legal- "!" lugar dei absolutismo monárquico, el absolutismo de mil cabezas de los par-
constitucIonal consciente, sino a que, frente aI concepto de Ley propio deI tidos políticos que en cada momento se encontrasen en mayoría.
Estado. de Oerecho, se revela más fuerte un concepto político de Ley. En ? 2. La construcción protectora, peculiar dei Estado de Derecho, se
el senudo dei Derecho constitucional democrático por ejemplo es lo con- basa en la distinci6n entre regulaciones legales de carácter general y la apli-
sec.ue?,te que la Representación popular, en tanto' pueda identi.6cársela sin I' cación de esas regias por eI juez o por una autoridad administrativa. La
(
Ob)eClOn con el Pueblo, lIeve a cabo tales actos de soberanía. EI respeto ~ '.
invasi6n en lá Libertad y Propiedad tiene lugar, no por media de una ley,
hacla eI concepto ?e Ley propio dei Estado de Derecho pretende manifes- sino con arreglo a una ley. La garantía de la propiedad privada, por ejem-
~arse entonces ha~lendo que se guarden las formas prescritas para una ley pio, como uno de los fundamentos dei Estado burgués de Derecho, se ha
e. reforma constItuclOnal (art. 76, C. a.). A la teoría de la Constituci6n , desarroIlado en la práctica de la vida estatal en forma de un derecho de
I~ lOt~resa, SlO embargo, distinguir en esta; y la distinción es también sig- expropiaci6n, cuyo sentido decae, cuando decae la distinción entre ley gene-
nificativa en la práct~ca, ~obre todo, porque en una Democracia consecuen- , ral y aplicación especial de la ley. La regulación contenida en la ley de
teme~te llevada a eJecuclón, las conexiones que Ie son propias se hacen expropiación determina bajo qué supuestos y dentro de qué procedimientos
cinsclentes ~oco a ~oco, y, en realidad, no es el Parlamento, sino el cuerpo se puede expropiar; esta norma general se aplica ai caso concreto de expro-
e ectoral, qUlen actua como sujeto de la voluntad política. piación, y la expropiaci6n tiene lugar por un acto de las autoridades admi-
nistrativas (separadas de la Legislación). La Ley es fundamento, supuesto
IV .. La :ignific~ción dei carácter general de la norma ;urldica. general, pero no instrumento de la invasión. Por eso, la garantfa de los
La e)ecuc16n orgamca .de! Estado de Derecho depende de que el carác- derechos individuales de libertad con tiene siempre el giro de que las inter-
ter general de la norma )UndlCa quede garantido. No en particularidades venciones en la esfera de libertad garantida sólo son lícitas con arreglo a
161
El concepto de ley propio dei Estado de Derecho
160 El elemento característico deI Estado de Derecho
piaci6n» significa cosa distinta a la facultad de realizar el acto concreto de expropiaci6~.
las leyes. EI art. 114, C. a., dice, por ejemplo: «La Iibertad de la persona' .
., Delbrück habla s610 de «regulad6n legal». Beyerle propone en ese lugar que se de!e
es inviolable; s610 será lícito aI Poder público menoscabar o privar de la " el derecho de expropiaci6n a la legislaci6n dei Reieh, s610 en tanto «que sea necesan?
Iibertad personal con arreglo a leyes»; o eI artículo 115: «EI domicilio de para emitir preceptos dei Reich con earácter igual»; en ese lugar hab~a (eon el asenU-
todo alemán es, para él, un reducto libre; es inviolable. Las excepciones sólo miento de Delbrück) dei Reich, s610 como Legislador. M. Spabn d~ce: «EI derecho
serán lícitas con arreglo a leyes.» De igual maneta se dice en el art. 153, de expropiaci6n tiene que ser, indispensablemente, regulado eon untdad, sobre todo
C. a.: «La expropiaci6n s610 podrá tener lugar con base lega!.» Con esto en la cuestión de la indemnización,» La mala interpretad6n de Grau es muy caracte-
se excIuye que la invasi6n concreta, por ejemplo, e! acto mismo de expropia- rística en su confusi6n típica de derecho material de expropiaci6n y acto concreto de
ción, adopte la forma de ley y que, por ejemplo, pueda expropiarse por expropiaci6n.
medio de una ley en sentido formal. Si excepcionalmente fuera lícita una
3. Para la Constitución de W eimar, la distinción de Ia Ley, frente a,
t~1 «Iey», estaría empleado con acierto eI giro «por medio de ley»; por l
los actos de la Administración o de la Justicia, tiene un otro significado,
e)emplo, cuando en eI art. 156, C. a., se dispone por ley constitucional, res- '." porque en la organización de! Reich aIemán están garantizados los. elemen-
pecto a la socializ.ción de empresas económicas, que e! Reich puede trans- tos federales. La Constituci6n de Weimar distribuye las competenclas entre
ferir a propiedad común, mediante ley, empresas econ6micas privadas aptas
Reich y Países de tal manera que en su primera sección se designan. las
para ello:
materias para las cuales eI Reich es competente en cuanto a la Leglslac16n;
Comp. los ejemplos, arriba, lI, 2, pág. 153, Por 10 que se refiere aI deremo de en cuanto a la Administración, por e! contrario, dispone e! postulado fun-
e~propiación, observa M. Layer, Prim;ipien des Enteignungsrechtes, Leipzig (Diserta- damentaI deI art. 14, C. a.: «Las leyes deI Reich serán ejecutadas por las
Clones de Derecho político e internacional editadas por G. Jellinek y G. Anschütz), autoridades de los Países, en tanto no determinen otra cosa las leyes deI
1902, pág. 177: «En la medida en que el interés público era la raz6n jurídica de la Reich.» En una organización federal en que la distribución de competen-
expropiaci6n, ésta venía traída también, ciertamente, por e1 Absolutismo; pera ahora cias entre e! Reich y eI Estado particular no está regulada, en términos
lo es una norma legal, lo que ya presenta una gran diferencia.» Un caso, interesante generales, por materias, sino dentro de una misma materia, por Legis~aci6nJ
para la teoria y la práctica, de esta distinción típica deI Estado de Derecho, entre
Administraci6n y Justicia, conduciría a un trastorno completo de! sIstema
Ley y aplicación de Ia Ley, se encuentra en el § 22, 4, de la Ley prusiana de Montes
de 24 de junio de 1865 y 18 de junio de 1907, Brassert-Gottschalk, comentaria a esta
constitucional eI hecho de que el legislador deI Reich, competente para
Ley de Montes, 2.- ed., 1913, pág. 34, sobre las deliberaciones deI § 22,4, La Cámara una materia, pudiera aplicar abusivamente la forma de la Ley para medi-
de Diputados queda elegir eI texto: «eI traspaso tiene lugar por ley», Ese texto fue das particulares, actos administrativos, decísiones, etc.
cambiado en la Cámara alta, a propuesta de Dernburg, de este modo: «La ordenación
dei traspaso tiene lugar por ley», porque «está en e1 fondo de todas las reBexiones, Según e1 art. 7,°, df. 16, C. a., por ejemplo, el Reich tiene la .c?mpetencia legis1~­
tanto de orden práctico como también constitudonales, el que cada traspaso se regule civa para la materia de minas. Con esta, recibe la facult.ad de emlttr u?a ~y de Mi-
por ley, penetrando de esta manera en la competenda dei pOder ejecutivo» (Informe nas; puede, por ejemplo, derogar la Ley prusiana de Mmas de 24 de Jumo de 1865,
estenográfico, 1907, págs, 294, 341 y sigs.). El giro «eon arreglo a la ley» (a distindón ai emitir una Ley de Minas dei Reich; pera no otra cosa. No puede, en el caso par-
de «por ley») es esencial para estructurar en el Estado de Derecho eI derecho de ex- ticular, empleando la forma de Ley deI Reich, invadir «por Ley» el. domi~io .eminente
propiación, resultando característica la forma de expresi6n dei § 164 de la Consútución de los Estados en materia de minas y disponer, acaso, en un Estado (prescmdlendo del
de Frandort de 28 de marzo de 1849: «S610 puede verificarse una expropiaci6n por caso expresamente permitido del art. 156). la concesi6n de una mina; no ha recibido
consideradones deI bien común, y s610 con arreglo a una ley y con justa indemniza- ninsú n dominio eminente en materia de minas. Tampoco se lo reserva con la campe-
dón,» Es slntomático respecto a la disolución de la conciencia dei Estado burgués de tencia legislativa en materia de ferrocarriles, sesún el art, 7.°, núm. 19. ~a~poc~ aqui
Derecho e1 que un giro tan claro no sea entendido ya, y no se' distinga hasta abora en la campetencia legislativa en materia de ferrocarriles fundamenta un dommlO emme?~e
ninguno de los Comentarias a la Constituci6n de Weimar una expropiación con arreglo sobre los ferrocarriles, que, en cambio, está fundamentado en el art. 90, C. a. Em~tlr
a una ley, de una expropiación por ley. Incluso un jurista tan agudo y con tanto sentido una disposici6n particular en el terreno de la Administradón no es, pues, u? «e!er-
deI Estado de Derecho como Ricardo Grau ha combatido eI intento de restablecer la cicio» dei derecho a legislar en eI sentido dei art. 12, C. a., sino, según la sltuaCIÓn
vieja y evidente distinci6n (Carl Schmitt, Unabhangigkeit der Richter, Gewiihrleistung de las cosas, una violaci6n dei art. 15, C. a. Contra el empleo indebido de la Legis-
des Priva.trigentums, Gleichheit vor dem Cesetz, Berlin, 1926), aportando, para refu- laci6n para finalidades de inspecd6n, H. Triepel: Die Reichsaufsicht, 1917, pág. 129.
tarIa, elJque en las regulaciones de la Ley constitucional de Weimar se ha querido
dar ai Rdch un derecho material de expropiaci6n (Der Vo"ang der Bundeskompetenz, 4. El Estado burgués de Derecho se basa en la libertad y en la igual-
Homenaje a Heinitz, 1926, pág. 403); se refiere a una manifestad6n contenida en los dad de los ciudadanos. Ya se dijo antes, en 2, que el concepto de Iibertad
Protocolos, pág. 74. La manifestaci6n allí impresa dei diputado Ddbriíck enuncia tan
burguesa presupone eI concepto de Ley 9~e aquí hemos de?ignado co~o
s610 que para muchos casos, «por ejemplo, cuando un ferrocarril debe ir por varios
Estados», puede ser neeesario regular en vIas de la legislaci6n deI Reich d derecho
propio de! Estado de Derecho. Pero tamblen eI concepto ~e zgualdad, blen
material de expropiaci6n, con lo que, evidentemente, «eI derecho material de expro- entendido, conduce a la misma concepción de la Ley. Casl todas las Cons-
162
El elemento característico de! Estado de Derecho E1 concepto de ley propio dei Estado de Dereoho 163

tituciori~~. dk~n hoy q~e


«todos los eiudadanos son iguales ante la Ley». les y «decretos», elias son precisamente los superiores jerár~uicos del. jue~.
La ConstItuclOn de Welmar pronuneia ese postulado en e! artículo 109 1. Sólo en tanto se mantenga el carácter general de la Ley son mdependlentes
«Tod,os los alem~nes son iguales ante!a Ley.>~ 19ualdad ante la Ley significa; los jueces. Otro ejemplo: e! viejo postulado de! Estado de Dt;recbo: nulla
no ~olo aph~ac,on Igual de la ley emItida, SinO proteceión contra quebran- poena sine lege, presupone una norma general, y se .con.vertlna en lo co.n·
~amlentos, dls~ensas y pnvtleglOs, cualquiera que sea la forma en que 5ur- trario de la protección dicha si por un acuerdo mayontano ~el cuerpo I~g!s­
)an. Del ampho. campo de las cuestiones litigiosas a que ha condueido e! lativo eI senor X. pudiera ser condenado a muerte o envIado a preSldlO.
postulado de Ia.,gualdad ante la Ley, interesa recoger aqui una: la igualdad L. lipicidad de un. conducta es hoy, en general, supuesto de I. pena; eI
ante la. Ley es mmanente ai concepto de Ley pro pio dei Estado de Derecho concepto de! «hecho típico» puecle convertirse en concepto fundamental d~
~s declt, ~ey es sólo la que contiene en si misma la posibilidad de un~ un sistema jurídico-penal, como ocurri6 en Beling con la T eorta dei de-lr-
Igualdad, Slend~, asl, una norma general. Ante un mandato particular no lo (1906). Tipieidad e ideas análogas significan, an;e todo, la \,osi?i1idad
hay I??aldad ~mguna, porque está determinado en su contenido por la de subsumir bajo una norma general. Un modo analogo de aphcacl6n ca-
SltuaclOn indIVIduaI de! caso concreto, mientras que la Ley en e! sentido racterística de! Estado de Derecho ba encontrado e! coneepto de! «hecho
del Estado de Der~cho significa una regulaeión normativa, dominada por .,... típico» en eI sistema de Derecho tributaria de Alberto Hense! (Steuerrecht,
la ,dea. de la JUStlCla, y cuya Igualdad significa Justieia. El concepto bien en la EnzyklOpadie der Recht- und Staatswissenschalte?: 2.' ed., 19.27.' pá-
e~tend,do de Igualdad ~stá inseparablemente ligado aI concepto bien enten- ginas 34, 42 y sigs.); aquí sirve para p~esentar la sltuaclOn ~e S?meUmlento
dIdo. de Ley. DondeqUlera que se adoptan mandatos especiales o simples aI poder en que se encuentra eI contnbuyente -Steuerpllrchtrger (e1 deu-
me~ld~s, se exc.!uye con eso la consideraei6n de ley y de igualdad. La dis- dor de! tributo Stuerschuldner, como dice Hensel)-, como una consecuen-
pOSlclOn: EI senor X. s~rá expulsado de! pais, no es cosa en que pueda ha- eia de haIlarse' afectado por la norma (general); eI «poder de imposición
blarse de «,gualdad»; solo afecta a una persona individual a un hecho ais- de contribueiones» de! Estado se explica porque el Estado «está facultado,
lado, y se agota en ese mandato. Es absurdo decir ante e! ~andato concreto aqui como en los etres sectores de l~ legisla:Íón, a esta~lec~~ normas que,
de que el senor X . .sea expulsado deI pais, que t~dos los alemanes podrlan además (ipero siempre que haya surgIdo medIante la reallzaclOn de un «he-
serlo Igualmente. NI e! senor X., a qUlen afecta el mandato, ni cualesquiera cho típico» una pretensi6n concreta!), ejecuta la voluntad, de la Ley con
o~ras personas, no afectadas por él, pueden ser designadas en este caso como aplicacÍón de su propio poder coaCllVO, por sus proplOs organos». Todas
<<Iguales». ~a Igualdad s6Io cabe allí donde, aI menos, puede quedar afectada estas construcciones desaparecen si falIa el supuesto de una norma general,
una maY~rIa de casos, esta es, se produce una regulaci6n general. y muestran que la vinculación de las autoridades estatales a la Ley,. que
\','.
toda ejecueión orgánica de la defensa de la hbertad burguesa y toda eXlgen-
EI ~r.~':-:~' 109, C. a., prohíbe, pues, leyes de excepci6n en sentido propio, es decir, eia propia deI Estado burgués de Derecho, se apoyan en este concepto
l~yes dmgldas, por razone,s individuales, Contra una persona determinada o una plura-
de la Ley como una norma general. Todas las otras características de la
1Jdad de per~onas determmadas. Esta prohibición obEga también aI legislador. Sobre
la controvema de este punto, cuad. 3 de las Publicaciones de la Unión de Profesores Ley, como disposición racional.subst~ncial, jus~a y razonable, se han h~cho
Ale~anes de. De~echo P~lítico, con los informes de E. Kaufrnann y H. Nawiasky, boy relativas y problemáticas; la fe )usnaturahsta en la Ley de la Razon y
192
7, .H. TrlepeI. G~ldbtlanzenverordnung und Vorzugsaktien, Berlín, 1924, págs. 26 la Razón en la Ley ha declinado en gran medida. Lo que preserva aI r:stado
y Slgs., comp. Anschutz: Komm., pág. 304; Leibholz: Die Gleichheit vor dem Geselz de Derecho de su completa disolución en eI absolutismo de las cambIantes
Berlín, !925, y A:0R., nueva serie, 12, págs. 1 y sigs.; Aldag: Die Gleichheif vor de~ mayorlas parlamentarias es eI resto de respeto que todavia se da en la rea-
Gese/z. m ~er Retchsverfass~ng, 1925; Carl Schmitt: Unabhiingigkeit der Richter, 1926, Iidad hacia ese carácter gener.l de la Ley. No es que eso sea una c011~pleta
y la dlsc~slón del,comentarlo de Anschütz: ]W., 1926, pág. 2271; E. v. Hippel: ADR, y exhaustiva definición de la Ley en sentido material. Pera es. e! mlmmum
nueva sene, 11, pags. 124 y sigs.
general, lógico, indispensable. «La Ley no puede ser mala, m)ust~;. pero
a consecuencia de su condición general y abstratta se reduce al mmlm~m
5., Todas ~as demás c~nfiguraeiones dei Estado de Derecho, y todas las ese peligro. EI carácter protector de la Ley, su mis~a razôn d~ ser, estnba
garantias especIficas deI mlsmo, presuponen el carácter general de la Ley. en su catácter general» (Duguit, Manuel de Drozt constrtutzonnel, t. II,
La mde~endencla dei luez respecto de mandatos ofieiales, por ejemplo, tiene 1923, págs. 145 y sigs.).
su esenclaI corr~lato en la dependencia de! juez respeeto de la Ley. Depen-
d.er de la Ley SIgnifica otr~ cosa que depender de mandatos y 6rdenes espe-
cIales de un superIOr; sIgnIfica una ~,?s~ contrapuesta. Si el legislador puede
?doptar la forma de la Ley para dmglt mandatos aI juez, éste deja de ser
mdependlente; depende de. los órganos competentes para legislar; y si éstos
pueden usar su competencla legislativa para dirigir aI juez 6rdenes espeeia-
§ 14 Los derechos fundamen tales 165

LOS DERECHOS FUNDAMENTALES ridad, derecho de resistenda y libertades de condeneia y de religi6n. Como
finalidad del Estado aparece el aseguramiento de tales derechos.
Según la concepción dominante, basada eo el trabaja de G. Jellinek: Die Erklã-
rung der Menschen- und Bürgerrechten, 4.- ed., 1919, se desarrolló la idea de estas
diversos derechos fundamentales a partir de la libertad de religiãn. No podemos iotro-
dueir aqui la controversia sobre la exactirud histórica de la exposición de JeUínek
(comp. literatura: W. JeIlinek, eo las observaciones previas de la cuarta edición dei
trabajo, preparada por él; Hashagen, en el Zeitschr. /. d. ges. Statltsw., 1924, pág. 461;
Carlos Becker: Declaration 01 Independences, Nueva York, 1922; G. v. Schulze·Gae·
vernitz: Die Geistesgeschichtlichen Grundlagen der anglo·amerikanischen Welt-Supre-
malie, Arch. f. Sal. Wiss., 58 (1927), pág. 76, nota 19.
Para la consideración sistemática del moderno Estado de Derecho es de interés ob-
servar que el pensamiento de los derechos fundamentales condene el principio básico
de distribud6n en que se apoya el Estado de Derecho liberal-burgués llevado a la
práctica de un modo consecuente. Significa que la esfera de libertad deI indivíduo
es ilimitada en principio, mientras que las facultades deI Estado son limitadas en prin-
cipio. El Estado antiguo no ecnada derechos de libertad, porque parecía ineoneebible
una esfera privada eon un dereeho independiente frente a la eomunidad política, y se
consideraba absurdo, inmoral e indigno de un hombre libre e1 pensamiento de una
libertad deI individuo independiente de la libertad polftica de su pueblo y Estado.
L Ojeada histórica. EI Cristianismo apareció en un mundo dominado por el Imperio romano, en el seno
de un Universo político, es decir, en el seno de un Cosmos pacificado y, con elIo, des·
politizado. Esta situación deI Universo polftico cesó cuando el Imperio romano se
1. Las Declaraciones americanas de Derechas. Se dtan por unos desmoronó eon las migraciones de pueblos. Pera la Teoría de toda la Edad Media
~:r~~ ~;mo prlmera Declaradón de Derechos fundamentales, la Magna Ca;' se mantiene en la idea de ese Universo; el Papa y el Emperador eran los portadores
?'.
.~5 (amba, § lI, I, pág. 66), el Acta de Habeas Corpus de 1679 de ese Universo. En el sigla XVI se hizo ya imposible la Teoría de un Universo políM
(prí't~~llonf contra prlSlOnes arbitrarias y derecho a ser oido por el juez) tico, incluso su ficción, porque estaba reconocida la soberanía de los numerosos Estados
que se habfan formado, y el mundo había dado, en modo manifiesto, el paso bacia
y e I. o Rlghts de 1688 (arriba, § 6, lI, I, pág. 66). En realidad, son la situación de Pluriverso poUtico. El Cristianismo y los rf!presentantcs de la 19lcsia
regulacl.ones con tractuales o legales de los derecho s de los barones o bur- cristiana se hallaban con eso en una situación nueva por completo. Se formaba, a par-
gueses Ingleses, que si bien han tomado, en un proceso insensible el carác- tir dei Estado, una nueva organización de la vida religiosa eo la forma de iglesias
~er d~ los modernos principias, no tuvieron originariamente el s~ntido de nacionales, dominada por el pensamiento --eon frecuencia muy peco claro desde un
erec os fundamentales: La historia de los derechos fundamentales comien- punto de vista teorético, pera muy claro en la práctica política- de que la adscripción
za proplam~nte con las declaraciones formuladas por los Estados america- política determina la agrupacÍón decisiva de los hombres y que la religión no puede
nos ,en el sigla XVI~I, aI fundar ,"U independenda respecto de Inglaterra. . ser, por tanto, un asunto privado. Los rebautizados y puritanos dieron una respuesta
AqUI, en verdad, se I~dlca el comlenzo -según una frase de Ranke-- de la completamente nueva. La consecuencia de su actitud frente aI Estado y frente a toda
~ra democrá;lca -:-mas exacto: liberal- y del moderno Estado de Derecbo vinculación social, es una prifJatizaci6n de toda religión. Pera esta no significaba que
h~?itl-burgues, SI blen aquellas declaraciones americanas estaban como la religión perdiera su valor, sino ai contrario, una relativización e incluso desvalora-
dón dd Estado y de la vida pública. La religión, como cosa suprema y absoluta, se
" •• 1 s of Rights», ,en la lín?a de la tradidón inglesa. La primera declara-
convierte eo asunto propio de! individuo, y todo lo demás, toda especie de formaciones
Clon (modelo, segun G. Jellmek, La declaraci6n de derechas dei hambre y sociales, tanto Iglesia como Estado, se convierte en algo relativo que sólo puede deri·
:el cluda~an?, ed. alema~a, p,ág. 18) fue emitida por el Estado de Virginia var su valor como media auxiliar de aquel único valor absoluto. Es, sio duda, cÍerto
n 12 de Jumo de 1776, slgulendole Pensylvanía (11 de noviembre de 1776) en un sentido sistemático, y prescindiendo de los detalles históricos, que la libertad
y ~tros; pero no todos los trece Estados de la Uni6n emitieron tales deela- de religióo es el primero de todos los derechos fundamentales. Pues con él se estaM
racIOnes: La Constitud6n federal de 1787 no contenia ninguna de esas blece el principio fundamental de distribución, el individuo como tal es portador de su
declara~lO~es de derecbos fundamentales, habiéndolos incorporado en algu- valor absoluto, y permanece con este valor en su esfera privada; su libertad privada
nos apendices (Amendments, 1789-1791). Los más importantes derechos es, pues, algo limitado en principio: el Estado no es más que un media, y por eso,
relativo, derivado, limitado en cada una de sus facultades y controlable por los par-
fundamentales de esas declaraciones sono libertad, propiedad privada, segu- ticulares.
164
166 El elemento característico deI Estado de Derecho 167
Los derechos íundamentales
L. LA Declaración francesa de derechos dei hombre y dei ciudadano grafe se encuentran, en parte, los derechos que se, solían en,,:me.rar: ~~ual­
de 26 de agosto de 1789 proclama como derechos fundamentales más im- dad ante la Ley, articulo 109; libertad per,onal, aruculo 111; mVlOlabilidad
portantes: libertad, propiedad, seguridad y derecho de resistencia, pero dei domicilio, articulo 115; secreto de I~ .correspo,:dencla, arti~o 117;
no Iibertad de religión ni Iibertad de asociación. A pesar de todas las cone- derecho a la libre manifestaci6n de las opln10neS, artIculO 118; lI~ertad d~
xiones históricas, se da aquí algo esencialmente distinto dei contenido de reunión artículo 123' libertad de asociadón, artículo 124; prop,edad pn-
aqueIlas deelaraciones americanas. En la Deelaración francesa se da por su- " vada, a:tículo 153, y,) en parte, prescripciones ~i.v~r5as, pos:ulados progra-
puesto e! concepto de ciudadano, y se continúa un Estado nacional ya máticos etc. El derecho al juez legal y la prohlhlC16n de Tnbunales de ex-
existente; no se erige, como eo las colonias americanas, uo nuevo Estado cepción' se encuentran en la primera parte) artículo 105.
sobre unas nuevas bases. La DecIaración francesa tiene por finalidad, como 4. EI Congreso panruso de los soviets proclam6 en enero de 1918
se dice eo la Íntroducción, recordar eo forma solemne a todos los miembros
.,
~:, una Deelaraci6n de los derechos dei pueblo trabal,ad~r y ",,,pl.otado, que
de la comunidad sus derechos y obligaciones; e! Poder público será más pasó como sección I a la Constítución de la Repubhca savléuca rusa de
respetado correspondiendo a esos derechos. EI nuevo principio de distri- 5 de' julio de 1918. Los derechos fundamentales. de u~ Estad,? de Derech?
bucióo, de Ia libertad privada, no aparece aquí, pues, eo su lógica incon~ liberal-burguês son, según la concepción bolcheVista, solo. ?,edlos dei do',:u-
dicional"sino sólo como uo momento de moclificacíón eo el marco de una nio capitalista de la propiedad privada; en la proclamacl0n de ~918 qUle-
unidadpólítica ya existente. ren establecerse los principios de un nuevo Estado. Queda abolIda la pro-
Las ulteriores Constituciones' francesas (1793, 1795) vuelven a traer piedad privada sobre e! suelo, riqueza minera y aguas, fábr.lc~s y bancos;
en forma diversa DeeIaraciones de derechos fundamentales. La Constituci6n queda solemnemente proclamada la lucha contra el impenahsmo de las
de 1795 (Constitución directorial) contiene, sin embargo, el epigrafe de potencias capitalistas, la solidaridad de todos los trabaJadores Y explota?os
las deelaraciones, no sólo de derechos, sino también de deberes de! hombre de la tierra, la libertad de los pueblos explotados de Asia y de I~s C?lomas.
y dei ciudadano. La Constitución de 4 de noviembre de 1848 se remite a Para garantizar a los trabajadores una verdadera hbertad de. conClenCla, que-
los principios de 1789. Las leyes constitucionales de 1875, hoy vigentes, dará separada la Iglesia dei Estado y la Escuela de la .I?leSla; se ~eco'.'~cerá
no contienen declaraciones especiales. Los derechos de! hombre y dei ciu- a todos los ciudadanos la libertad de propaganda rehgl0sa y antlrrehglosa.
dadano de 1789 valen también hoy, sin proclamación especial, como el La libertad de Prensa, la libertad de asociad6n y reuni~n, vale .s610 para la
fundamento evidente de la ordenaci6n estatal (comp. arriba, § 12, I, 4, pá- clase trabajadora y los campesinos. Viene aqu! una sene ,de. dlversa~ I?res-
gina 140). cripciones politicas. La Constituci6n de la Uru6n de Repubhcas Soclahstas
J. En Alemania, la Asamblea nacional de Frandort proelam6 en 27 de Soviéticas de 6 de junio de 1923 contie~e ~n su prir;>era parte .s610 una
diciembre de 1848 (sec. VI, §§ 130 y sigs. de la Constituci6n de 28 de mar- «Deelaración sobre la fundación de Repubhcas socialistas sovléucas», en
zo de 1849) una serie de «derechos» bajo eI epigrafe: «Los deremos fun- que se proclama la contraposición ai mundo capitali,sta) pe~o no la enume-
damentales dei pueblo alemán»: libertad de residencia y de traslación, raci6n de la Deelarad6n de 1918; sin embargo, esta repetida en las C~ns­
igualdad ante la Ley, libertad de la persona, de creencias y de conciencia, tituciones de los diversos Estados-miembros) Y singularmente en la çonst1~­
libertad de reunión y de asociación, propiedad privada, derecho ai juez ción de la República socialista soviética rusa de 1925 (comp., AlexeJew, Dte
legal. La A,amblea federal de Frandort de 1851 declar6 nula la obra cons- Entwicklung des russischen Staates in de/1 Jahren 1923-1925, JoR., XIV,
titucional de la Asamblea nacional de Frandort. La Constituci6n prusiana 1926, págs. 324, 402).
de 30 deenero de 1850 -muy influida en esto por la Constitución bel-
ga de 7 de febrero de 1831- contenía e! catálogo de derechos, tal como se II Significación histórica y jurídica de la Dec/araci6n solemne de de-
había ido formando en el curso dei siglo XIX: igualdad ante la Ley, libertad rechos' fundamentales. La Declaraci6n solemne de derechos fundamen~ales
personal, inviolabilidad de! domicilio, derecho al juez legal y prohibici6n significa e! establecimiento de principios sobre los cuales se apoya la umdad
de Tribunales de excepci6n, inviolabilidad de la propiedad privada, libertad politica de un pueblo. y cuya vigen~ia se reconoce como ~I su~uesto má~
de traslaci6n, libertad de religi6n (sin embargo de lo cual, la religi6n cris- importante dei surgimlento y formac16n lncesante de esa umdad,. el supu,"s
tiana se 14~ba como base a las instituciones estatales, puestas en conexión to que -según la expresi6n de RodoIfo Smend- da lugar a I~ tntegractón
con eI ejercicio de la religi6n); derecho a la libre manifestaci6n de las opi- de la unidad·estatal. Cuando, a virtud de un gran suceso poliuco, se funda
niones y libertad de Prensa, libertad de reuni6n, libertad de asociaci6n. un nuevo Estado, o se establece un principio completamente nuevo de. Ia
La Constitución de Bismarck de 16 de abril de 1871 no contiene catá- integración estatal por medio de una revol~ci6~, entonces una declaraclón
logo ninguno de <:<derechos fundamentales». solemne es la expresión natural de Ia conClenCla de que, e? un momento
La Constitución de Weimar de 11 de agosto de 1919 titula su segunda decisivo, se da una derta dirección ai propio destino poliuco. Es el caso
parte «Derechos y deberes fundamentales de los alemanes». Bajo este epi- de las DeeIaraciones de los Estados amertcanos de 1776, de la DeeIarac16n
169
168 E1 elemento característico dd Estado de Derecho Los derechos fundamentales

francesa de 1789 y la rusa de 1918. Aqui se trata de la «p'roclamación de una Democracia constitucional, es deeir, de un Estado const~n:cional
de un nuevo e/has político», que «anuncia en forma solemne) la «finalidad basado en el principio democrático, pero modificado por. los pn~clplOs. dei
total constituyente» de! Derecho constitucional (Smend, Informe AiiR., nue- Estado burgués de Derecho. Legislación, ]usücla y AdmmlStraclOn reclben
va serie, 13, 1927, pág. 105). En Alemania se malogró e! intento que la de aqui sus lineas dircctrices adecuadas. Nmguna ley. alemana puede ser
revolución de 1848 hizo en este sentido. La Constitución bismarckiana interpretada o aplicada en contradicción con ellas; nmgun.a ley alemana
de 1871 recibe su ethos político --como ha dicho con acierto Smend- puede aniquilar un auténtico derecho fundamental. Estas. pn.nclpl.oS funda-
de los Estados monárquicos que formaban la Federación. Estas tenian, en " mentales no pueden ser suprimidos, ni por una ley ordi~ana, m por una
general, 'üil catálogo de «derechos fundamentales» en sus Constituciones; ley de reforma de la Constitución según e! art. 76, smo solo por un nuevo
asi . que también desaparecia la finalídad práctica de una nueva proclama- aeto de! Poder constituyente de! puehlo alemán.
ción. Cosa muy distinta oeurre con la Constitución de Weimar de 1919. Eo
sus palabras iniciales se dice que e! pueblo alemán está animado de la IH. División y distinción obietiva de los derechos fundamental es .
voluntad de «renovar y afirmar su Reicb en la Libertad y la Justicia, servir
a la paz interior y exterior y propulsar eI progreso social» mediante esa 1. Los derechos fundamentales han de distinguirse de otros derecbos
Constitución. Junto al catálogo de los liamados derechos fundamentales, tal garantizados y protegidos en la Ley constitu~ion.al. No todo derecho fun-
como hubo de formarse en el curso dei sigla "IX, se eneuentran todavia, damental se eneuentra garantido en las ConsutuclOnes de! Estado de D~re­
en la segunda parte, otras deelaraciones fundamentales, y cabe preguntarse cho por una regulación constitucional, YJ a la inversa, no toda proteCclón
hasta q~é punto se da aqui la proclamación de un «nuevo ethos político», contra la reforma por ley ordinaria significa ya un derecho fundamental.
en medIda análoga o igual a la de los otros grandes precedentes históricos. Que el funcionaria, según el art. 129, 3, 3, tiene derecho a con~c~r sus
Fr. Naumann quería, de un modo consciente, hacer una proclamación asÍ expedientes personales; que, según el art. 149, 3, han de SU.bSlSur las
(Prot., págs. 176 y sig.). Se encontraba bajo la impresión de la antecitada Facultades de Teologia en las Universidades, son cosas garanlldas en la
~eclaración rusa de los «derechos deI pueblo trabajador y explotado», y de- Ley constitucional, pera no derechos fundamentales. J?,e un modo.poco cla-
ela: «La más nueva Constitución dei presente, la Constitución bolchevista ro se designarán como derechos fundamentales, «haclendolos. radIcar. en la
rusa de 5 de julio de 1918, es, por decido asi, la competidora directa de la Constitucióm>, todas las pretensiones y derechos qu~ se. conSldere~ lmp?r-
Constitución que aquí estamos elaborando.» Deseaba, por eso, para eI nue~ tantes. Para tener un concepto utilizable por la ClenCIa es preclSO de)ar
vo Estado alemán- que no habia de ser individualísta-burgués ni socia- afirmado que en el Estado hurgués de Derecho son derechos. fundamen-
lista-bolchevista, sino un Estado social- una confesión de sus f~damentos tales sólo aquellos que pueden valer como anterIOres y superIOres aI !,-s-
y principios ideales. Si no se producía, eSQ sería una «deficiencia en el tado, aquellos que el Estado, no es que otorgue eon arreglo a suS le~es, SInO
cuerpo dei Estado que aqui queremos restahlecer». Pera la Asamhlea oa- que reconoce y protege como dados antes q~~ él, y ,en los que solo cabe
cional de Weimar no compartió e! pathos político de ese pensamiento. Se penetrar en una cuantía mensurable en prmelplO, y solo dentro de un, pro-
limitó a colocar, unos junto a otros, diversos principios, un programa de cedimiento regulado. Estas derechos fundamentales no son, pues, segun su
eompromiso entre fraeciones, que no puede ser equiparado, dado su «carác- sustancia, bienes jurídicos, sino esferas de la Lzbertad, de las que resulta!1
ter mixto»JProt., pág. 186) a los grandes precedentes. Tales proclamacio- derechos, y precisamente derechos de ?efe~sa. Esta ~e ~e con toda ~Iarl­
nes no puéden «surgir» con arreglo a cualesquiera deseos e ideales, por hien dad en los derechos de libertad, que hist6ncamente Slgmfican e! comlenzo
intencionàôos que sean, sino que presuponen que un pueblo toma sobre de los derechos fundamen tales: la libertad de religión, la lib~rtad pers?-
si, mediante su declaración, el peligro de una polftiea nueva por entero, es nal, propiedad, derecho a la libre manifestación de opinione~, eX1Sle~, segun
decir, la agrupación en amigos y enemigos, y está resuelto a defender los esta concepción, antes que el Estado; no reciben s~ c.ontemdo de nmgunas
nuevos principias de su Estado en lucba también, incluso, contra un pode- leyes, no con arreglo a las leyes o de?tro ?e los lImItes de I~s ~e~es; ~es­
roso enemigo exterior. Pera a las declaraciones de la Asamhlea nacional de criben e! ámbito, incontrolable en prmClplO, de la hber~ad. mdl~~dual, el
Weimar había precedido la firma de! Tratado de Versalies. Estado sirve para su protección, Y encuentra en ella la )USll~CaclOn de su
La significaeión politica histórica de los «Derechos y deberes funda- existencia. EI derecho de resistencia deI individuo es el .medlO más .extre-
mental~s de los alemanes» de 1919 es, pues, distinta de la de aquelias pro- mado de defensa, y un derecho inalienable, pera tamblén lllorgaruzable.
clamaclOnes de 1789 a 1918. Pera, no obstante, los principias establecidos Pertenece de modo esencial a los derechos fundamentales.
en la segunda parte de la Cónstitución de Weimar tienen una significación
fundamental para el Derecho constitucional y político de! Reich alemán. La gran exposici6n histórica de la doctrina dei derecho de resistencia que ha hecho
Envue!ven una decisión política de conjunto dei pueblo alemán sohre e! K Wolze:ndorff en su libro: Staatsrecht und Naturrecht, Breslau, 1916, desconoce la
modo de su existencia, y dan al Reich alemán en su forma actual e! carácter. ~
. :,,:
".'
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~ndición supraestatal inorganizable deI derecho individualista de resistencia. WoIzen-

I.
(, l
170
E1 elemento característico deI Estado de Perccho
Los derechos fundamentales 171
dorU ha apreciado especialmente Ias teorfas y proyectos de Condorcet, medil1llte los
cuales se «encauza» el derecho de resistencia del individuo en una organizadón jurí-
dica. Pero esta organizaci6n y «encauzamiento» significa tan 5610 que el derecho indi.
vidualista de resistencia se transforma en un simple media jurídico, y el Derecho deI carácter apolftico, y, eon eIlo, cesan
a ::5
los individuos, Tales derechos pue den, or I~ dlerechos
e
más perder
onder a
fácilmente de
individualistas su
al principio de dis-
Hombre y de Libertad, en un derecho de queja concedido, controlado y racionalizado Iibertad, Entonces no puedin taf'poc~ cO~no~ndivid~alista, lo absoluto de
por el Estado. séf renuncia con ello ai principio fundamental de distribución, ilimita. tribuciófl, y pierden, eoo e. car cter .
l
dUd de una _regulaci6n y normaci6n
dón principal de la libertad humana, y limitaci6n principal deI Estadai el individuo su protección, En tal caso, la nec'h a dan en la esfera dei particu-
deja de tener derechos fundamentales y de libertad, y 5610 Ie quedan CÍertas posibi. resulta de! hecho de que esos d ere~ os no ~~e Tales son' Iibre manifes-
lar, sino que contienen manif~staClodes d~cili:~rso y Pre~sa; Iibertad de
lidades procesales de demanda «a medida de las leyes».

tadón d~1 pensamlen to, , ~on ~:ertd ede asociación y de sindicadón, ,T an


2, Los derechos fundamentales en sentido propio son, esencialmente, cultos, Iibertad de reunlon, e~ta , lIeva hada coaliciones, es dem, a
derechos de! hombre individual Iibre, y, por cierto, derechos que él tiene pronto como la Iibertad de asoclaCltn nf ntan con medios de fuerzas
frente ai Estado, A todo derecho fundamental auténtico puede aplicarse lo asociaciones que se combaten entre s ykse ~ re ha aleanzado e! punto de
que dice Richard Thomas (Festgabe /ür das preussische Oberverwaltungsge_ sociales específicos, comohhbuelga °dlocch-oou fu' nsedamental y de libertad, Los
richt, 1925, pág, 187); «Los afianzamientos de derechos fundamentales son I lí ' de'a de a er un ere d Iib d
o po tICO, Y ya, ,J d h I o de lock-out no son derechos e erta
estadios en el eterno proceso de flujo y reflujo, the man versus the State,»
Pero esto supone que el hombre, por virtud de su propio derecho «natu-
derechos de coallclón, e 'I: gi d De ho Cuando un grupo sodal logra
en e! sentido de! Estado li ra , e, rec, d I ley constitucional,
que se le dejen" sea, ~or prescrtp~~~~i~: e~:~sa;osibil~dades de lucha, ha
ral", entra en juego frente ai Estado, y, mientras haya de hablarse de dere-
sea por ~olerancla taclta ~e dIa p tal dei Estado liberal de Derecho, y en-
chos fundamentales, no puede desecharse por completo la idea de unos
derechos de! individuo, anteriores y superiores ai Estado, Derechos dados
desapareCIdo e! supuesto ,nrufimej posibilidad de actuación, ilimitada en
ai arbitrio de un príncipe absoluto o de una mayoría parlamentaria simple
o cualificada no pueden honestamente designarse como derecho funda- tO?ce~ ,«Libert~ddi»' ~da no s,lg cialiI:re aprovechamiento de la fuerza social
prmClplO, deI fi VI UO, s~o
s
mentales, . Derechos fundamentales en sentido propio son tan sólo los dere-
chos Iiberáles de la persona humana individual. La significación jurídica de d
mediante organizaddones hocu;les mentales auténticos son derechos funda-
3, Todos los erec os un a rantizan «con arreglo a las leyes»; su
5U reconocimiento y «declaraci6n» estriba eo que tal reconocimiento sig~
mental,es absolutos, esto ]'s,Leyno s~i;~ uc la injerenda leg~1 ,aparece como
nifica e! reconocimiento deI principio fundamental de distribución; una es-
contemdo no result,a de a , ~n limitada en princlplO y mensura-.
fera de Iibertad dei individuo, ilimitada en principio, y una posibilidad excepción, y, por cler~o, como e~cepcE propio dei principio fundamental
ble, ~e~ad~ endtélrmID °d gd'neb ~oSque se dé por supuesta la Iibertad
de injerencia de! Estado, limitada en principio, mensurable y controlable, s
Resultado de tratarse de derechos pre-es ratales deI Hombre es e! que esos de distnbuClón e E sta o e e xce ión A esto res-
derechos fundamentales auténticos valgan para todo hombre, sin ateneión de! individuo y la delimitaci~n estatal apar~:s::':~ de I';Co;stitudlÍ . de
ponden con fre~e~cia ~no shlempre) Ido et:m Hiintzschel (Zeitschri/~ /ür
a su naeionalidad, Son derechos individuales, es decir, de! hombre indivi- n
duai aislado, Derechos individuales en sentido propio son, pues, sólo los Weun ' ar euya slgmficaclón a mostra ·11 di ' 'ó al nusmo
derechos de Iibertad individual, pero no las exigeneias soeiales, Tales son;
o/lentliches Recht, V{,/~ ,p
' 26 á
gt 18/19) con aque a stlncI n,
bsolutos y relativos, EI art, 114, C, a"
Iibertad de coneieneia, Iibertad personal (sobre todo, proteceión contra de-
tenciones arbitrarias), inviolabilidad dei domicilio, secreto de la correspon- tiemp,o, deIdd~c~oS libe~t:dtd:sl:
La persona es inviolable, EI Podeglr público
por eJemp o, Ice,« , d I I'b rtad ersonal sino con arre o a una
no puede injerirje o ~~lv~l de ~icili~ de t~do a1emán es, para él, un lugar
dencia y propiedad privada, En estos derechos de Iibertad se considera al
individuo aislado, La Constitución de Weimar los enumera en la primera
ley,» O eI artíeu o 11 ,'« o I las le es son admisibles las excep-
secdón de la segunda parte, bajo eI epígrafe; «La persona individual», epí- franco, e inviolable, Solo con arreg o ~I sL"CrZto de la correspondencia, tan-
grafe baja el cuaI, por lo demás, se encueotran también enumerados otros
derecho s como verdaderos derechos fundamentales, mientras que eI dere- p
ciones,» Igualmente, ~ artíeuli 7,; « es inviolable S610 por ley deI Reich
to postal como teleg~ ca y te e O1:k:~hos reconocidos por la Constitud?n
cho-base individualista «libertad de religión y de condencia» se encuentra Pueden darse excepClOnes,» Orros d' H" t chel «de antemano, solo
de Welmar, en cam lO, ~o d'
colocado en la sección tercera, bajo e! epígrafe; «Religión y sociedades relí- . b" n como Ice anzs , I
giosas» (arts, 135, 136), d tro de los limites o con arreglo a a
rLee atl~os'í el I'be;tades de industria y de contrataclón, ardeu OI I' '«de!
I' s decir garantlza os, cn , I 151 3' La
Pero también los derecho s dei individuo en reladón con otros indivi-
y», as, as 1 1• d ' t' a ean arreglo a as eyes
~~~:h~~ yd~1 ca~~~l~o «~~r~i i~ete;i~~~:~ ~onr~mf~da1g;ri~a~~ed:~ â:
duas tienen que ser considerados como auténticos derechos fundamentales,
en tanto que e! individuo no salga de la situaei6n apolítica de lo social 1;2 ;n
puro y se reconozca tan sólo la Iibre competeneia y la Iibre diseusión de
contrataeión con ar~eglod y
alIas ,1e es';53 , un derefhoPabsoluto; en él se ad-
ser en la formulaclón e atUcul o
, .
173
Los derechos rundamentales
172 EI elemento característico dd Estado de Derecho
general prusiano (Antschütz, Komm., pág. 323; R. Thoma, ob. cit., pág. 213). Para
vierte un~ contradicci6n .entre la primera y la segunda frase dei articulo: prescripciones particulares (p. ej., § 9 de la ley prusiana de 12 de mayo de 1851, o
<~L~ propledad es garantlZada por la Canstituci6n (!). Su contenido y sus § 5 de la ley de Prensa del Reich), sin embargo, habrá que establecer nuevas excep-
límltes resultan de las leyes» (comp. pág. 176). ciones; deben ser suprimidas por el art. 118. La concepción atinada podría ir en el
sentido de que las palabras «dentro de los limites de las leyes generales» sigoifican
E La termi~ologfa de la regulaci6n constitucional, no siempre es clara e inequívoca s610 las reservas legales generales. En la palabra «general» se hace valer un sentido
s~ se mani?esta de modo muy sorprendente eo el más importante de los derecho~ adverbial enunciando: «como, eo general, con los derechos fundamentales», con lo
que pockía desconocerse aquf el carácter general de las leyes, que corresponde preci-
~~I~S dde lli~~tad,~o ~ que es origen y base de todos dlos, d supuesto de la idea
er e a . re scus16n: e1 derecho de libre manifestaci6n deI pensamiento con samente a una verdadera reserva de la ley, y al mismo tiempo, el reconocimiento
de que una ley dirigida contra eI derecho de libre manifestaci6n del pensamiento
suS
'r consecuenClas
eq í 'Tod de libertad
a lde ' discurso y de Prensa' E1 .
art 118 C
, . a., dicc con' un
como tal es inadmisible. En esta estriba la gran significaci6n de las tesis de Rothen-
gt o u voa:.« O emán aene derecho, dentro de los Umites de I I
rales, a manifestar con libertad su 'opini6n, oralmente, por escrito me~a:~ees l:e: bücher.
prenta, eI ~rabado o de cualquier otra manera.»> Las palabras «den~ de los limit - La formulación deI artIculo 118, reconocidamente oscura y desgraciada, no presen-
parecen designar un de.recho limitado desde el comienzo, asI que según esta no cab~: ta este derecho fundamental como derecho fundamental auténtico. En la Constituci6n

tratar el derecho de libre manifestaci6n del pcnsamiento com~ derecho f~ndamental de Weimar bubo de ser garantido dentro del catálogo de los demás derechos funda-
absoluto. Ese resultado, inverosímil en la prácúca, tampoco puede justificarse por el mentales, con dos limitaciones espcciales: la de hacer posible una lucha contra la por-
nografia y la defensa de la juventud en los espectáculos públicos (ley para la protec-
t~X[~, .oscu:o en todo caso. La historia de esa frase (comp. ave., Tribunal Supremo
ci60 de la juventud contra la literatura pornográfica, de 18 de diciembre de 1926,
apodm1nlstraUv~, t. 77, pág. 514) no ofrece especial posibilidad de aclaraci6n. De ella
Gac., I, 505), además de la licitud constitucional de una censura cinematográfica (Iey
rfa deduclTse
«eneraI »> que en el. c:~ro
ai H_, de las leyes generales», la palabra
~d entro de Ios lllwtes de cinemat6grafo de 12 de mayo de 1920, Gac" pág. 953). Esta última limÍtación
21 es p:ede .~er omItIda ~lffipl~ente,. p?rque se encuentra incluida en el texto es de especial ínterés para el proceso de los derechos fundamentales liberales, porque
s. oro;) unE escUl o de redaCClón (Igual Kitzmger: Reichsgesetz über die Presse pá- muestra que con la creciente intensidad de la vinculaci6n social del individuo, y con el
glDa . .' ntonces querría d~ aqud giro que el derecho de libre manifestaci6~ de cambio de la técnica de la comunicaci6n, desaparece el viejo principio liberal de dis-
~s o?lJllones encueotra s~s ~tes en prescripciones legales que protege0 otros bienes tribuci6n, comfirtiéndose en simple ficci6n la idea de la libertad ilimitada dei individuo.
JUrídICOS. Pe~ .esto ..no sl~ca Ia desaparición dd pensamiento dd principio funda- Al exceptuar una cierta técnica de comunicaci6n dei pensamiento, la técnica cinemato-
~e~t~ de dis~rl~u~lón -~bertad, ilimitada en principio, dei individuo, y posibilidad gráfica, de entre los medias de la libre manifestaci6n del pensamiento, cesa palma~ia­
mIto. ~ en prlDClplO, de orcunscribirla por medio dei Estado. ' mente el deremo liberal de la libre manHestaci6n dei pensamiento. Puede decITse
Segun Hiintzschel (AoR., X, pág. 228, Reichspressgesetz, 1927) y Rothenbücher quizá, sin embargo, que la técnica cinematográfica no es una técnica de la manifes-
(Deu/scher
d S/aa/srechlSlehrerlag,
Iimin . 1927 ,AoR'1 XIII, p"""4S' 101) , la para
al b «general »> no taci6n deI pensamiento en el mismo sentido que la escritura y la prensa. Pensamiento
~u7 e ser e ada del guo «dentro de los limites de las leyes genera1es~. Se relaciona significa aqui, según Rothenbücher afirma con acierto, una toma de posici6n de carác-
:r=en:~8co~ las leye~ penales (como eI art. 124, C. a.), de modo que con arreglo aI ter fundamentaI, publicada. En realidad, la libertad de manifestación dei pensamiento
. . ?rot~ón es menor. Pero deben quedar excluidas todas las leyes se reflere al principio de la libre discusión, que para la idea liberal es e1 media ade-
Le administrattvas que se dirijO an contra la manifestaCl'ón del pensamlento
y Imedidas . como cuado a la integraci6n de una unidad social. Pero discusi6n supone, 1) pensamíentos
ta. «. yes ge~era1~s». en el sentido deI art. 118, serian, según eso, todas las leyes humanos, y 2) pensamientos manifestados por eI lenguaje humano. Escritura y prensa
que, SI,? atenc16n ?il'ecta a una cierta opini6n, protegen un bien jurídico que merece son medios de difusión de pensamientos; eI dne, por el contrario, en tanto que no
p~teccl~n .en si nusmo. Rothenbücher establece a este propósito, con acierto, que «opi- es simple escrito proyectado en la pantalla, es s610 cuadros y exposici6n mímica, y, por
ruón» SlgnifiC~ una, toma de. p?siciones publicada, de carácter fundamental. También lo tanto, no lenguaje ni pensamiento transmitido por la palabra humana hablada o
Smend (ob: at., pago 107) distlDgue según e1 bien jurídico protegido, pera introduce escrita. No comporta una discusión auténtica. En esto podrfa estribar una justificaci6n
en la cuesttón un contrapeso de intereses que puede fáci1mente relativizar el al b ideal de que toda la técnica cinematográfica se encontrase excluída dei derecho a la
Iu~o : ; bien de Ia !ib,e manifestación de las opiniones: .Leyes generales, veno:t s~: libre manifestación dei pensamiento. Pero, por 10 demás, esa significaci6n deI cinema-
ti ~ art. 118, son leyes que tienen preeminencia ante e1 art. 118 porque el bien tógrafo muestra hasta qué punto ha pasado a segundo término la necesidad de una
SOCial que ellas ~rotegen es. más importante que la libertad de opinio~es.~ Esto ya no discusi6n liberal. El problema polftico del influjo de masas por el cinematógrafo es tan
corresponde a la Idea d~ pnncipio fundamental de distribución. Dn derecho de libertad significativo que ningún Estado puede dejar sin control este poderoso instrumento
no es un .derecho o blen capaz de entrar a contrapesarse con otros bienes en una psicotécnicoj tiene que sustraerlo a la polftica. neutralizarIa, lo que en realidad im-
r~gna de lDtereses. ~ara el principio de los derechos fundamentales no hay nada más plica -puesto que la polftica es inevitable-- ponerIo al servicio deI orden existente,
~or.tante q~e. esa ~bertad, y la cuesti6n está solamente en encontrar la medida ara aun cuando no tenga el ánimo de utilizarIo abiertamente como media para la integra-
debI~ffiltar Ias mJerenctas estatales, sean leyes o actos administrativos, haciéndoIas me:su. ci6n de una homogeneidad psico16gico-social.
ra es y, de este modo, controlables.
d opini6n
d I La ch d lib aún hoy .dominante . parece ir en el sentI'do de q ue Ias deli' .
nutaclOnes 5. De muy otra manera son los derechos ciudadanos esencialmente
e ete o e re manifestaa6n deI pensamiento sobre una base legal siguen valiendo democráticas. También pueden ser designados como derechos fundamenta-
como has~a abora,. y que por leyes generales es preciso entender, no s610 las leyes les, pero en sentido muy distinto que los derechos individualístas de liber-
penales, SinO tamblén las autorizaciones de policia, como § 10, II " 17 ALR" D erecho
175
Los derechos fundamentales
174 E1 elemento característico dd Estado de Derecho
bajo adeeuado, se cuidará d~ su necesaria manutención. EI detalle será fijado
lad. AI dualismo de los elementos de una Constitución moderna de! Estado por leyes especiales dei Re1ch.»
de Derecho (abajo, § 16, pág. 201), corresponde aqui un dualismo de los
derechos fundamentales. Los derechos ciudadanos democráticos no presu·
ponen al hombre individual libre en e! estado extraestatal de «libertad», OJEADA DE CONJUNTO SOBRE LOS DERECHOS DEL INDIVIDUO
sino al ciudadano que vive en e! Estado, al citcryen. Tienen por eso un TRATADOS EN I, 5 Y 6
carácter esencialmente político. Hay que distinguirlos de los derechos indi-
viduales fundamentales, como derechos de status político (G. Jellinek) o Derechos de libertad Derechos deI indivi- Derechos dei indivi-
Derechos de liber- duo en el Estado, duo a prestaciones
como derechos populares (Fleiner, Bundesstaatsrecht, pág. 288). EI con- tad dei indiuiduo dei indjuiduo en
dei Estado
traste más importante estriba en que no pueden ser ilimitadas en principio, aislado relaci6n con otros como ciudadano
no pueden ser «libertades», y por ello no corresponden al principio de Igualdad ante la ley Derecho al trabajo
distribución de los auténticos dereehos fundamentales. Se mueven dentro Libertad de con- Libre manifestación Derecho a asistencia
ciencia de las opiniones Derecho de petición
dei Estado, y afectan sólo a una cierta medida de la participación en la vida Libertad de discurso Sufragio igual y socorro
Libertad persooal Derecho a la educa-
deI Estado. Están informados por eI pensamiento democrático de la igual- Propiedad privada Libertad de Prensa Acceso igual a los
Libertad de cultos cargos públicos dón, formación
dad, y deben recaer sobre todos los ciudadanos en la misma medida. Natu· Inviolabilidad dei e instrucdón
ralmente, no son para extranjeros, porque entonces cesaria la unidad y domicilio Libertad de reunión
(Secreto de la co- Libertad de asociación
comunidad política y desapareceria e! supuesto esencial de la existeneia rrespondencia) (Libertad de coalici6n,
política, la posibilidad de distinción entre amigos y enemigos. A estos dere- en tránsito ya hacia
chos democráticos perteneeen: la igualdad ante la Ley (art. 109); el derecho lo político)
de petición (art. 126, C. a.), que, según la concepción acertada, es un de- Derechos y preteo-
Garantías liberal-individualistas d~ la Derechos político-
recho ciudadano y no un derecho general deI hombre; e! derecho de sufra- democráticos siones socialistas
esfera de libertad indi~idual}. de l~ ,hbre (o más suave-
gio igual de! ciudadano (arts. 22 y 17, C. a.); acceso igual a todos los cargos competencia y la libre dlSCUSlon deI ciudadano
públicos, con arreglo a las aptitudes (art. 128, C. a.). individual mente: sociales)
6. A ~su vez, tienen distinta estructura los derechos, esencialmente s()-
cialistas, dei individuo a prestaciones positivas deI Estado. No pueden ser
ilimitados, pues todo derecho a prestaciones ajenas es limitado, pero lo IV. Hay que distinguir las garantías institucionales de las derechos
seria en eualquier caso un derecho de todos a prestaciones de! Estado. Tales
derechos presuponen una organización estatal a la que se incorpora eI indi- fundam entales. .' ed . espe·
1 Mediante la regulación conStitucIOnal, pu e garantl~arse unala .
viduo titular dei derecho. Con eso, su derecho se relativiza ya. Es condi- , ,, . ". L regulaclón., conStltuclOn
cionado, y ciertamente, por una organizaci6n que inc1uye a1 individuo, le
eial proteCClOn a Clerras msutuClOnes. a ' I ' Itlene.
entonces la finalidad de hacer imposible una supreslOn, en via egls at1v~
asigna su puesto I mide y raciona su pretensión. Cuando una ley constitu- ordinaria Con terminologia inexacta se suele hablar aquI de derech~s fun
cional proclama el «derecho aI trabajo», no puede pensarse con ello en damental~s, si bien la estructura de tales garantias es !,or C0n:'pleto dIStlnd"
un derecho ilimitado en principio. Sólo puede consistir tal «derecho al tra· lógica y jurídicamente, de un derecho de libertado Nl .a~n s1<~t'eracliu'd O
bajo» en un sistema de organizaciones, inscripciones, investigaciones médi-
se aseguran con la garantia institucional derechos sub)et1~ods e hln Vful uda°'
cas, certificado de trabajo, talones de trabajo y deberes de prestar e! trabajo .
asignado, como asistencia organizada o en la forma de una bolsa de trabajo o de corporaClOnes - Io que no es o bll'gdo--
a , hay ahl erec . osli ' n·d
mentales ningunos, La garantía institucional es, por, su dsenCla, fita d~
o seguro contra eI paro, a la manera de la ley alemana de 16 de julio
de 1927 (Gaceta, l, pág. 187). Según su estructura lógica y jurldica, tal Existe sólo dentro dei Estado, y se basa, no en la lde~ ~ u,:~ es e~ca.
libertad ilimitada en principio, sino que afecta a una .mst1tuc~on )ur . .
derecho se encuentra en contraposici6n con los auténticos derechos funda- 'da que como tal es siempre una cosa CIrcunscnta Y delimi-
mentales y de libertad, siendo por eso erróneo eI hablar indistintamente men te reconOCl" , fi d I tareas no
tada al servieio de ciertas tareas y eiertos nes, aun ~an o as, alidad
de «derechos fundamentales». Son ejemplos de esa espeeie de derechos: el esté~ especializadas en particular, y sea admísible una Clerta «unlvers
derecho aI trabajo; derecho a la asistencia y subsidio; derecho a la ense-
fianza e instrucción gratuita (art. V, 17 de la Constitución soviética de 1918, deI círculo de actuación».
pero no en igual medida, art. 145, C. a.); art. 119, C. a.: «Las familias A estO corresponden los llamados derechos fundamentales de lo~ ~~ni~ipios, por
numerosas tienen derecho a la protecci6n y asistencia deI Estado»; art. 16.3, . 1 § 184 de la Constitución de Francfort de 1849: Todo mun~clplo tlene como
2: «Debe darse a todo alemán la posibilidad de ganar su sustento por me- ejemp o, f d al d 5 Constitución: a) la elección de sus duectores y repre-
derechos un ament es e u
dio de! trabajo eeonómico. En tanto que no se le pueda proporcionar tra-
177
176 Los derechos fundamentales
E1 elemento característico dei Estado de Derecho

sentanteSj b) la administración independiente de 5US llsuntas municipales incluida la


darse Estado burgués de Derecho sin propiedad privada, y la Constitución
polida local, baja la aIta inspección deI Estado legalmente ordenada, et~. EI artícu- de Weimar quiere ser una Constitución dei Estado burgués de Derecho.
lo 127, C. a., declara: Los municipios y las asociaciones de municípios tienen el de- Las prescripciones de la Constitu~i6n de Weimar sobre. el Derecho de
rech? de administraci6n autóno~a dentro de los limites de la ley. Este postulado funcionarios contienen, por el contrarIO, un eJemplo auténtlc~ de gara~tías
contlene una gara?tía. legal-constl~ucíonal: el instituto de Ia autonomia queda garanti- institucionales. Aseguran el mantenimiento de una burocracIa profeslonal
zado. ~or ley ~nstItuclonal deI Relch, de maneta que la institución de la administración que "debe ser servidora de la comunidad, y no de un partido~) (art. no,
mUniCIpal au~o~oma ,como tal no puede ser suprimida, y todas las leyes que por su c. a.); es decir, que debe ser defendIda contra las consecuenClas, destruc-
comentd? obJeu,vo nIe~e~ esta administración autónoma dei municipio, o arrebaten toras de! Estado, de una práctica parlamentaria de botín y séquito. La ga-
su esencls.. ,.son InCO?sutu,clOnales. Por el contrario, no se garantiza en esa prescripción rantía de los derechos adquiridos de los funciona rios (art. 129, I, 3) viene,
U? derecho ~ la eXlstenCJa deI municipio en particular, o de la asociación de munici- en realidad, a beneficiar al funcionario individual; da lugar también al
pIOS en partIcular. Por eso son posibIes también anexiones de municipios, según eI
derech? deI ~afs y contra la voluntad deI municipio. Tampoco se fija eI status quo deI derecho subjetivo deI funcionaria, y no sôlo para sus pretensiones a dere-
contentdo, e~Istente en 14 de agosto de 1919, de las normas de 'administradón autó- chos económicos, sino igualmente, coo distinta especie de protección J1-;1~í­
noma con.tentdas eo el der~cho de los Países; estas normas pueden ser cambiadas dica hasta a las pretensiones ai título y rango, e incluso a una actuaclon
en cual,qUler momento por s.Imple ley deI País. Aqui se distingue el artículo 127, C. a., corr~spondiente a las normas jurídicas y administrativas (comp. Cae., t. 104,
deI art1cul~ 7~ de la Ccnstltuci6n prusiana de 1920, que coloca bajo la protección de página 58; t. 107, pág. 6). Todo esto no está, sin embargo, aI servicio
esta ,ConstltucI6n ~1 status quo de lo que, según la situación jurídica actuaI es en de! interés privado de! funcionario, sino de la institución de la burocra-
Prusla asunto proplO de Ia adminiscración autónoma, de modo que las delimi;aciones cia profesional como tal. Una ley que suprimiera en principio !a .burocracia
s610 resuItan admisibles mediante una ley de reforma de la Constitución prusiana.
profesional seria tan inconstitucional com? una ley que suprImlera la ad-
Otros ejemplos de garantías institucionales: la prohibici6n de Tribuna- ministración municipal autónoma, la famlha o. elo derech? a testar. Hal'
les de excepci6n (derecho aI juez legal) en el artículo 105;·el matrimonio pues, garantías institucionales coo derechos subjetivos y Sill .ellos; tat;tblen
como b~se doe la vida familiar (art. 119); e! descanso dominical (art. 139). la protección jurídica y la posibilidad de hacer valer pretens~o~es ~sta .con-
Contradl~torIo y ?scuro es e! texto de la Constituci6n de Weimar respecto
formada de modo muy vario; pera a la esencia de Ia garantia InstItuClOnal
a la propledad prIvada. En ~I artículo 153 se garantiza la propiedad, junto no le corresponde ni un derecho subjetivo, oi el mantenimiento de una vÍa
aI concreto derecho de propledad, como instituci6n de Derecho privado, asl jurídica. . . _ -
como ~I derecho de testar (art. 154). Pero e! que la Constituci6n de Weimar La garantia constitucional de la hbertad de la clenoa y de su ensenan-
garantlce, .c?mo instituci6n, la propiedad privada, no puede significar el za (art. 142, C. a.), lIamada por R. Smend (Staatsrechtslehrertagung 1927,
que no qUlslera tratarIa ya como un derecho fundamental sino relativizarla AiiR. XIII, pág. 107) «derecho fundamental de la Universidad alemana»,
con lo que la garantía de la propiedad privada tendría ; causa de! artícu: contiene una garantía institucional. No es uno derecho ~un~amental en sen-
lo .153, C. a., ~ignificaci6n distinta para el derecho polÍtico que la inviola- tido. auténtico, pero significa una pr~tecc16n constIt,uc~on~1 c.ontra la
blhdad de la hbertad personal. La libertad personal no puede ser nunca supresión legislativa, según es característICo de la garantia l~stltUcl<?nal. L?
natural~ente, una. institución. La propiedad privada, por el contrario, pued~ mismo puede decirse de las garantías dei art. 149, C. a.: l~st~uccI6n reh-
ser considerada, s10 duda, como algo preestatal derecho natural existente giosa como asignatura ordinaria en las escuelas, y eI mantemmlento de las
antes de t;,da. ordenaci6n. social, pero también ~omo simple instituci6n le- Facultades de Teología en las Universidades.
gal. Lo~ ,t~rmInos de! articulo 153 hacen aparecer dudoso si se trata de un 2. Dentro dei Estado no pueden darse derechos fundamentales de
reconoclmlento de derecho fundamental o s610 de una garantía institucional. una comunidad natural u organizada; en estos lIamados derechos funda-
EI text~ ~e la frase 2 en el artículo 153, 1: «Su contenido (de la propiedad) mentales hay u~a garantía institucional. La família como t~l no tiene ~ingún
y sus lImites resultan de las leyes», se encuentra en contradicción con e1 derecho fundamental en sentido auténtico, y menos su mlembro como. tal.
derecho fundamental de la frase I, pues el contenido de un derecho fun- S610 puede ser constitucionalm~nte protegida. ~o?,o instit~ci6.n. ~;' mlsmo
d.amental auténtico, por ejemplo, la libertad personal, no resulta de la ley, ocurre con municípios o asoClaClones de mumClplOS. A Ia I~StItucl0n pu~de.
SInO q~e es dad.o ~ntes que ella. No sería, pues, licito, según la Constituci6n
atribuirse e! carácter de suje to de derecho, pueden garantIzársele constitu-
de Welmar, dehmItar legalmente e! contenido de la propiedad privada de ma- cionalmente derechos subjetivos, y hubiera sido posible, por ejemplo, co~­
nera que la «discrecionalidad de dominio» (Herrschaltsbelieben, M. Wolf), ceder tales derechos subjetivos a los municipios y asociaciones de mUnI-
que resIde en e! concepto tradicional de propiedad se transformara en una cipios, de igual manera que en e! art. 127, C. a. (~ ~lifere~cia dei § 184
sum~ de derechos.particul~res enumerados. En la irase I, la garantía de la de la Constitución de Frandort, 1849), no han reclbldo mas que una ga-
p.ropledad . no e~ta concebIda como garantía constitucional de un nombre rantía institucional sin derechos subjetivos. Pera tampoco estos derechos
sm contentdo. SInO como reconocimiento de un principio, porque no puedc subjetivos so.n más que derechos legal-constitucíonales, no auténticos dere-
178 EI elemento característico dei Estado de Derecho Los derechos fundamentales 179

chos fundamentales en e! sentido dei orincipio básico de distribución dei de los príncipes electores o de otros estamentos dei viejo Imperio aIemán,
Estado burgués de Derecho. Todas estas instituciones existen dentro dei no requieren ser discutidos aquí -sobre eso, arriba, § 6, 11, 2, pág. 68.
Estado, no antes. y. por encima de él. EI auténtico derecho fundamental parte V. Deberes fundamentales no son, en el Estado burgués de Derecho,
?eI dato, de! mdlvlduo con su esfera de Iibertad ilimitada en principio. Una otra cosa que deberes establecidos por ley constitucional. Sólo pueden ser,
mstltuClon no puede darse como supuesta eo manera semejante. EI Estado entonces, deberes eo un sentido jurídico positivo, resultando limitados. De-
moderno es una unidad política cerrada y, por su eseoeia, el Status es decir,J beres ilimitados en principio contradirían también la idea de! Estado bur-
un status total, que relativiza en su seno todos los otras status. No puede gués de Dereeho. Por eso, todo dcber existe sólo «a medida de las leyes»,
reconocer en su seno ~ingún Status de Derecho público dado antes que él que delimitan el supuesto y contenido dei deber. Cuando la Constituci6n
o sobre él, y por ello Jurídlcamente equiparado, y mucho menos miembros de Weimar habla de deberes fundamentales es de observar que la estruc-
ínter~edios que sob~esalgan por eneima de él o junto a él, con indepen- tura l6gica y jurídica de los mismos di/iere de la de los derechos funda-
denc13 respectO de d, no puede tener relaciones de Derecho poütico es mentales. Según la idea originaria, s610 hay, como hacfa notar con raz6n
decir, internas, sino sólo relaciones de Derecho internacional. J e! diputado Düringer en las deliberaciones de la Comisión de Constituci6n
EI Estado es capaz de prestar y garantizar constitucionalmente derechos de la Asamblea Nacional de Weimar (Prot., pág. 184), derechos fundamen-
subjetivos de las clases más diferentes, y también un derecho a la existencia tales, pero no deberes fundamentales de! individuo. EI reconocimiento de
a una eomunidad organizada eon existencia independi ente de él. Tampoco deberes fundamentales priva ai Estado dei carácter de Estado de Derecho
éstos son derechos fundamentales en e! sentido auténtico. Cuando una IgJe. puramente liberal, y la deelaración de los derechos fundamentales en la
sia, como la Católica romana, pretende para sí dereehos pre- y supra-esta- parte segunda de la Constitución de Weimar luva por misión servir a esa
tales, esta puede lIevar a un tratado entre Estado e Iglesia. EI tratado no /inalidad, afirmando eI carácter social dei Reich alemán, frente a los princi-
es un acto de Derecho político, sino de Derecho internacional, y e! Estado pias de la libertad individualista. Los deberes fundamentales no son deberes
se presenta, frente a la Iglesia, como unidad cerrada. Es también posible dei hombre en general, sino sólo deberes dei miembro o dei sometido ai
que e! contenido de ese tratado sea completado con garantías legal-constitu- Estado, es decir, de los hombres que se encuentran dentro de la esfera
cionales, es decir, estabilizado mediante la transformación en derecho in- de poder dei Estado.
terno, como ley constitucional. Coo esto entra eo escena la protección
Ejemplos: art. 132, C. a.: «Todo alemáo tiene la obligaci6n de aceptar, eoo arreglo
específica de tales garantías constitucionales; pero semejantes obligaciones a las leyes, cargos públicos honorarios», prescripción que, por sf misma, no da lugar
internacionales no pertenecen a la Constituci6n de un Estado ni son en todavia a una obligación concreta, sino que remite a Ia prescripción legal llamada
ningún sentido, derechos fundamentales de! titular de Derecho internaci~nal. a concretar. Igualmente el art. 133, C. a.: «Todos los ciudadanos están obligados a
prestar servidos personales, a medida de las leyes, aI Estado y los municipios.) Ar-
Cuando un Estado se ha obligado en Derecho internacional a tratar de una cierta ticulo 133, 2, 1: «El deber militar se rige por las prescripciones de la ley de Defensa
manera a los pertenecientes a una minoría, y esa obligación se transforma en derecho nacional.» Art. 145, 1, 1: «La ensenanza primaria es obligatoria.» Eo general, estes
interno oon eI carácter de prescripción legaJ..constitucional, no surge por elIo un dere- deberes fundamentales de la Constituci6n de Weimar no la priva0 dei carácter de Coos-
cho fundamental de Ia minoda como coIectividad. Los tratados corrientes de protec- titución dei Estado burgués de Derecho. EI «carácter mixto» se muestra eo postulados
ción de minorías que se han concertado desde eI ano 1919 en distintos Estados de como el art. 163, C. a.: «Toclo alemán tiene la obHgadón moral, sin perjuicio de 5U
Europa central y oriental (arriba, § 7, IV, 5, pág. 91), contienen garantias de Ia libertad personal, de poner en juego sus fuerzas físicas y espirituales según exija el bieo
libertad e igualdad de los individuos pertenecientes a una minoda, y se basan en de la comunidad .•
eI pensamiento de los derechos individuaIes dei hombre, siendo, por lo mismo, autén-
ticos derechos fundamentales. Cuando, por encima de esto, se garantiza a la minoda VI. División de los derechos fundamentales en atenci6n a la protec-
una autonomía más amplia, y se organiza la minoría como tal, elIo significa una ga-
raoda institucional, con o sin derechos subjetivos, peco no un auténtico derecho fun-
ci6n iuridica contra limitaciones e inierencias por parte dei Estado.
damental.
1. Sobre la distinción entre derechos fundamentales absolutos y rela-
tivos, arriba, IH, 3. El auténtico derecho fundamental dei individuo es
3. Los «derechos fundamentales» internacionales de los Estados no siempre absoluto, y corresponde ai principio de distribución dei .Es~a?o
se torna0 aquí en cuenta. Dentro de una Federaci6n, cada Estado-miemhro de Derecho, según eI cual la libertad dei individuo es ilimitada en prinCIpIO,
tiene uo derecho a la existencia, que ciertamente puede designarse como y la facultad de! Estado, limitada en principio. .
«derecho fundamental», pero claro está que en sentido distinto ai derecho De estas condiciones de absoluto y de ilimitado en principio no se Sl-
fundamental de! individuo en e! Estado burgués de Derecho (comp. abajo, gue la imposibilidad absoluta de injerencias y Iimitaciones. Pera éstas apa-
§ 29, sobre el problema de la Federación). Los derechos «fundamentales» recen como excepci6n, y ciertamente como una excepci6n calculable, men-
surable y controlable con arreglo ai supuesto y eontenido. Por eso, no
Los derechos fundamentales 181
180 El elemento característico dd Estado de Derecho

pueden tener lugar sino a base de leyes, entendiéndose Ley, en e! concepto deben ser circunscritos de la siguiente manera: Ias limitaciones de la liber-
propio dei Estado de Derecho, como una norma general, y no como cual- ,.'.
tad garantizada en los derechos fundamentale, sóIo pueden tener lugar a
quier aeto particular dei Rey o dei Cuerpo legislativo, realizado en forma base de una ley, es decir, de una norma general, y med,ante un acto de
de ley. EI. derecho fundamental y de libertad se encuentra, pues, bajo Ia aplicaci6n de una ley.
saIvaguardla de Ia Ley. La protecci6n consiste en que Ia Ley, en e! sentido 2. Pera Ia protecci6n de Ia libertad burguesa garantida por e! reco-
dei Estad~ de Derecho, necesita tener ciertas propiedades objetivas, con nocimiento de los derechos fundamentales no se agota en esa garanda de
que se _~al1sface la idea dei principio de distribución (arriba, § 13). Ia Ley, sino que va más alIá. EI reconocimiento de los derechos fundamen-
Las')imitaciones de Ia libertad personaI, etc., son admisibIes sobre Ia taIes, en e! sentido deI Estado burgués de Derecho, significa que los prin-
base de Ieyes, y por cierto de Ieyes ordinarias, por ejemplo, a base deI Có- cipios de Estado de Derecho de una C<;nstitución liber~I b~:gues.a moderna
digo de procedimiento criminal. No puede pasarse por alto el hecho de son reconociclos como elemento esenclal -de la ConstItuclOfl mlsma. Esta
que eo la práctica ha llegado a considerarse como corriente una derta me- significa que perteneeen • Ia sustancia de Ia Constitución y que si pueden
dida para las injerencias. Incluso alli donde conceptos indeterminados, to- ser ciertamente modificados por una normación constitucional, su destruco
~ados en abstracto, parecen dar posibilidades ilimitadas de injerencia, se ci6~ completa e~, sin embargo, más que una simple revisión constitucional.
mtroduce en Ia práctica una delimitación. Asi, eI controI judicial de Ia Sería por eso inexacto pensar que pudiera emitirse, en vías de reforma de
Administración, más que otra cosa, ha transformado Ia polida, incluso las .,, Ia Constituci6n, según e! art. 76, C. a., cualquier Iey que destruyera los
lIamadas «facultades generaIes» de Ia polida, en eI sentido de Ia Ley tal ,( derechos burgueses fundamentaIes y de libertado Ese error es s610 posible
como Ia entiende eI Estado de Derecho, introduciendo de este modo una en tanto se prescinde de Ia distinci6n entre Constituci6n y .'e~ constitu-
situación principal de limite y medida. EI ejempIo más conocido de una tal cional. Una revisi6n constitucional no tiene por finalidad suprimir Ia Cons-
«de!egación general>, es el § lO, lI, 17, de! Derecho general prusiano, que titución sino revisar Ieyes constitucionales. Por medio de una ley de refor-
vale como fundamento legal para Ias facultades de Ia polida: «Los estabIe- ma de I~ Constitución pueden estabIecerse nuevas limitaciones de los dere-
cimientos necesarios para e! mantenimiento de la paz pública, seguridad y chos de libertado En tanto sea admisibIela práctica de actos apócrifos de
arden, y para eliminar los peligros que amenacen aI público o miembros soberanfa (arriba, § 11, lI, pág. 123), cabe admitir también quebrant.a~ien­
individuales de! mismo, es cargo de la polida.>, Aqui, cada una de Ias pala- ias y medidas particulares; pera una Iey, aprobada por e! proced,mlento
bras ha llevado a toda una serie de prejuicios que dan lugar a una calcu- de! art. 76, que- suprimiera Ia libertad personal u otro derecho fundamental-
Iabilidad y mensurabilidad policial, prestan un contenido normal controIabIe reconocido y pusiera aI arbitrio de una autoridad injerencias no calcuIabIes,
a conceptos como «mantenimiento» de Ia «seguridad pública» y «ordem>. serCa inconstitucional porque destruiria eI derecho fundamental.
etcétera, y han encontrado regIas limitadoras para e! lIamado estado policial
de necesidad (por ejempIo, simpIe deber de tolerar, no deber de conducta EI punto de vista de Duguit (Manue!, pág. 486; Traité de DToit constitutionne~,
2,- ed., In, págs. 561-2) de que los· derechos de libertad de 1789 no pueden ser, supri-
activa). Para el caso eo que no se den los supuestos normaIes de esta prác-
midos siquiera por una ley de revisión constitucional, puede aplicarse con aClerto a
tica y seao necesarias por eso injerencias más amplias, no mensurables es toda Constituci6n burguesa deI Estado de Derecho. Pero tiene que lIevar, pensando
decir, para e! caso de! estado de excepci6n, se prevé en Iey constituci~naI consecuentemente hasta el final, a la necesidad de distinguir entre Constitución y leyes
Ia posibilidad de una suspensión que ponga fuera de vigor temporalmente constitucionales (camp. arriba, § 2, pág. 50). En el art. 130 de la Constitución de
los de,,!chos fundamentaIes, como ocurre en e! art. 48, 2, C. a. (arriba, Frandort de 28 de marzo de 1849 se condene también implfcitamente la idea de que
§ 11, pág. 124). los auténticos derechos fundamentales, como elemento esendaI y, por derto, jurídico-
Sue!e decirse que Ia significación juridico-positiva de los derechos fun- positivo de la Constitución, se encuentran por encima de la regulación de las leyes
damentaIes consiste en que dan lugar al principio de Ia «Iegalidad de Ia constitucionales: «AI pueblo alemán les serán garantizados los derechos fundamentales
Administracióm,. Por lo demás, parece aceptarse que, en tanto no lo prohl- que a continuación siguen: Serán norm~ pa:a las Constituciones de ,los disti,ntos ~st~dos
alemanes. Ninguna Constttuci6n o legtslact6n de un Estado aleman podra suprImirIas
?an disposici?nes IegaI-constitucionaIes expresas, es admisibIe cualquier in-
o limitarIos.» La primada de los dereçhos fundamentales sobre las mismas leyes caOS"
Jerencla mediante Iey o ley especial en la esfera de libertad garantizada por titucienales se encuentra escurecida aquf, por cuanto que al mismo tiempe se realiza
los derechos fundamentaIes. De esta manera, se entiende mal Ia garantfa una regulaci6n federal sobre la re1ación deI Reich y de los Estados, mientras que la
de la ley, por desconoeer e! concepto de Ley propio dei Estado de Derecho. relación entre derechos fundamentales y ley constitucional queda intacta por lo que se
Igualmente es inexacto e induce a errar e! hablar de una «autorizaci6n» refiere al Reich. Análoga oscuridad se ha encontrado, por lo demás, eo los derechos
por ley. Observando la significación que para el Estado de Derecho tienen fundamentales de la Constitución federal de los Estados Unidos de América (Boutmy,
los derechos fundamentaIes, e! principio fundamental de distribución con- Etudes, págs. 94 y sigs.). Pero, prescindiendo de ese aspecto federal, queda la cues"
tenido en e!Ios y e! concepto de Ley, esta «garanda de Ia Iey» y el principio clón de si los derechos fundamentales pueden ser suprimidos por una ley de reforma
de que las injerencias en Ia esfera de libertad han de ajustarse a la Ley de la Constituci6n. Con ocasióo de la enmienda XVIII a la Constitución de los
182 Los derechos fundamentales 183
El elemento característico deI Estado de Derecho
con independencia dei principio de la legalidad de la Administraci6n, los Hmites que
Esta~os Unidos (prohibición de bebidas alcoh6licas) se susdt6 ese problema, pero
se establezean en vías legislativas son medidos en su volumen por los principias de la
tam~lén ahf fue tr~tado desde. eI aspect.o federal (William L. Marbury, Harward Law
Ley, según la entiende eI Estado de Derecho, y todo derecho fundamental vincula
Revtew, 1919·20, pags. 223 Y S1gs.); (amba, § 11, I!, pág. 122). Es también interesante
también al legislador -sea dei Reich, sea dei País-, pues en modo alguno es «vacío
a este respecto eI que la cuestión principal de los límites de la facultad de reformar la
de contenido» si se prescinde dei principio de la legalidad de la Administración como
Constitución está sin resolver todavia también en la práctica americana.
cosa incuestionable .

. 3. La. g?rantfa de todo derecho fundamental auténtico se dirige. si Se explica que R. Thoma pueda distinguir derechos fundamentales «con
blen con dIstInto grado de eficacia, 1) a los órganos competentes oara revi.
fuerza constitucional» o. más exacto, coo fuerza de ley constitucional, de
s~r la Constituci6n, de manera diversa por derto. según Que actúen como
los que tienen ,imple «fuerza de ley», porque se extiende de modo inad-
titular de la facultad constitucionalmente conferida de revisar la Constitu-
misible e! concepto de derechos fundamentales a las más diversas garantfas
ción. o como titular de la facultad de realizar actos aoócrifos de sobera-
de la ley constitucional, pudiendo así mezclar y confundir con los derechos
nfa (oág. 123); 2) a los órganos competentes para dictar leyes ordinarias
fundamentales, sobre todo, garantías institucionales. La garantía institucio-
y 3) a las re"t~ntes autoridades de! Estado, sobre todo aI IIamado Eiecutiv~.
A consecuencla de la dirección de las luchas polfticas de la burguesfa libe- nal da lugar, en realidad, a una protección especial frente a la legislación
raI, ~ue en Europ.a iban principalmente contra e! absolutismo de! Rey, se ordinaria, y, a este respecto, es acertada la expresión de Thoma «fuerza
con~,deró rredomInante o casi exclusivamente la dirección contra e! Eie- de ley constitucionah>. EI ejemplo más claro de un derecho con fuerza de
c~tlVO; e! Interés capital. iba en e! sentido de impedir injerencias y Iimita- ley constitucional es e! derecho aI juez legal que se garantiza en el articu-
clOn.es que pudleran venficatse por real ordenanza, y vincular la Adminis- lo 105, C. a., con las palabras: «Son ilícitos los Tribunales de excepción.
tr.clón,. sobre todo la polida, a las leyes, practicando asf e! principio de Nadie puede ser sustrafdo a su juez lega!.» Se puede bien admitir que estas
la I~gahdad de la Administraci6n. A causa de ese interés, históricamente dos postulados tienen igual contenido, en el sentido de que e! segundo es
exphcable, en una determinada dirección de los derechos fundamentales eI más general, y la prohibición de los Tribunales de excepción es sólo
queda in~on~iderada su signincación principal, y se prescinde por complet~ una particularización de! derecho aI juez legal (Ed. Kern, Der gesetzliche
de la dlStlnclón central entre la ley general, como base y los actos concretos Richter, 1927, pág. 234). Aderná" esa prescripción es un caso particular
de injerencia, que la aplican. y también, por consi~uiente, eI contenido de la igualdad ante la Ley (art. 109, C. a.). Pero ese "derecho aI juez
distinto. de las distintas direcciones de toda garantfa. Y como hoy se ha legal» significa, en realidad, una garantía institucional. Muestra de manera
convertido en una cosa incuestionable la legalidad de la Administración especialmente clara cómo pueden introducirse en la ConstÍtución, a base
sobre todo de la polida, podrían tratarse --erróneamente- esos derecho~ de ciertas experíencias históricas y políticas, garantías singulares para lograr
fundamentales como «vados de contenido». una protección contra e! abuso de la competencia legislativa. atro ejemplo
de esa clase de protección especial es la prohibición de la retroactividad de
. R. Thoma, ob. cit., ha pIanteado con atenci6n a la eficacia, Ias siguientes distin~ las leyes penales y de leyes ex-post-/acto; art. 116, C. a.; "Una conducta
clone~ d~ntro de los. «derechos fundamentales»: algunos tienen, como él dice, luerza puede ser objeto de una pena sólo cuando la punibilidad se encontrase legal-
COl1stt/uclonaJ, es declr, que no puede establecerse una excepci6n a ellos sobre la base mente determinada antes de que e! acto fuera realizado.»
de una ley ordinaria, sino s610 por virtud de la prescripci6n legal-constitucional, sobre
Tales garandas legal-constitucionales se explican por razones históricas
la base de una ley de reforma de la Constituci6n -tal, eI derecho al juez legal y la
prohibici6n de Tribunales de excepd6n {art. 105, C. a.)-; otros, y por cierto la mayor
concretas, por la aprensÍón de ciertos peligros que se temen a causa de
parte, de los derechos fundamentales tienen sólo fuerza legal, a saber, que pueden ciertas experiencias. Sólo de manera media ta sirven aI principio de los
establec~rse por ley ordinaria excepciones y limitaciones, con lo que hay que distinguir derechos fundamentales, sin ser elIas mismas derechos fundamentales. Con-
ahora. SI la Constitución de Weimar exige una ley dei Reich (fuerza de ley dei Reich, tienen una protección especial contra e! abuso de la facultad de legislar,
por ejemplo, en eI art. 117: s610 por ley dei Reich pueden considerarse lícitas Ias una garantfa especial para asegurar la distinción de poderes y la realidad
exce~ci~nes a~ secreto de la correspondencia; o eI art. 112: «la emigraci6n no puede de un concepto de Ley como lo entiende e! Estado de Derecho. Prohfben
ser limitada smo por ley deI Reich»), o si también una ley deI País hace posibles tales ai legislador un acto de soberanfa, esta es, un quebrantamiento de! orden
I~mitaciones o injerencias (derechos fundamentales con fuerza de ley de Pais). Con esta jurfdico vigente. Para eI caso de un peligro extraordinario de la seguridad
tIenen, por caso notable, s610 fuerza de ley de País los derechos fundamentales más
importantes y básicos, como libertad personaI e inviolabilidad dei domicilio (arts. 114
y orden de! Estado es exigible, por eso, una regulación de naturaleza espe-
y 115, C. ~.), habiéndose vaciado prácticamente de conrenido, por cuanto eI principio cial que suprima todas las vinculaciones legal.constitucionales IIevando hacia
de la legahdad de la Administraci6n ha llegado a ser cosa incuestionable. Frente a institutos jurfdicos como eI estado de guerra, e! estado de sitio y eI estado
e~to,. hay que afirmar que todo auténtico derecho fundamental tiene fuerza de ley cons- de excepción. Una «reserva de la ley», es decir, una regulación fijada de
tItucional y no puede ser destruido por una ley de reforma de la Constituci6n. y que, antemano, mensurable, general y controlable, tiene sentido sólo para autén-
185
Los derechos fundamentales
184 EI elemento caracterísdco dei Estado de Derecho
necesitada suprimir, si se aplicaba de mod.o co?secuente, e! con~epto. de
ticos derechos fundamentales, pera no frente a tales garantias instirucio- funcionario, pues sería imposible que eI funclOnarlO tom~ra en conslderacl6n
nales. «Juez legah>, por ejemplo, supone una organización judicial y una las ventajas y distinciones de su status) por lo que conClerne a .sus derechos
regulación de competencia, pero no una esfera ilimitada de Iibertad en la y pretensiones subjetivas; pera, respecto de sus deberes, pudlera apelar. a
que puede intervenirse bajo la reserva de una ley. Aún eon mayor claridad las «libertades» individualistas de! Hombre liberal, es declr.' deI no-~un~lO­
se muestra la condición diferente de las garantías legal-constirucionales euan- nario, ilimitadas en principio. Si ha de subsistir l~ ?urOCracla como ms~Itu­
do uml prescripción positiva se garantiza por ley constitucionalj as! Ia ins- ción, e! status especial debe aparecer como lo deCISIVO en c,aso de CO?fllCtO.
trucción religiosa como asignatura ordinaria en las escuoIas (art. 149, 1, 1), Los deberes de! status de! funcionaria preceden, ~ las gara~u~s de la hbertad
e! derecho de! funcionaria a conocer su expediente personal (art. 129, 3, de asociación y de la Iibertad de opiniones pohucas. EI slgmficado de aque-
3), etc. Tales «garantías) no tienen, claro es, «fuerza de ley constitucional»; Uas garantías legal-constirucionales de! artículo 130. se reduce, pue~, a la
pero sería desconocer oI principio positivo de una moderna Constirución supresión de ciertas limitaciones hasta entances ex~stentes de la libertad
de! Estado de Derecho, si se quisiera dar a tales detalles accidentales de la de asociación y de la Iibre manifestación de! pensamlento; pera, por lo de-
regulación constitucional una garantía más fuerte que ai principio básico más, hay una diferencia fundamental ~nt:e el derec~o general de! H~m~r~,
de los derechos fundamentales mismos. de Iibertad de pensamiento y de asoclaclón, ~arant1zado aI ~ombre .mdlvl-
4. La gran oscuridad acerca de la naturaleza diversa de las garantías dual, y la garantía de tales «libertades» aI funclOnarlO, mantemendo mlent:as
legal-constitucionales y e! abuso de lo que las palabras «derecho fundamen- tanto la instituci6n de la burocracia. En un caso.'e trata de. un auténu.co
taI» comportan, pueden explicar también algunas oscuridades en las pres- derecho fundamental, que supone una esfera de hbertad lhm1tada en prm-
cripciones contenidas en la parte segunda de la Constitución de Weimar. cipio; en otro caso afecta a prescripcio,ne~ es.peci?les, normadas en ley cons-
Es preciso a/irmar que en un Estado burgués de Derecho no pueden ser titucional, en relación eon una garantia mStItuclonal.
considerados como derechos fundamentales más que los derechos de Iiber-
tad deI hombre individual, porque sólo oIlos pueden corresponder aI prin-
cipio básico de distribución dei Estado burgués de Derecho: esfera de
Iibertad, ilimitada en principio; facultad estatal de intervención, limitada
en principio. Todos los otros derechos, por muy importantes que se consi-
deren y por muy fuertes que sean las garantias y solemnidades con que se
incluyan en la regulación de la Ley constitucional, no pueden ser nunca
más que derechos limitados en principio. Lo dicho vale para todas las ga-
rantías institucionales. EI reconocimiento de los diversos derechos de fun-
cionarias que la Constitución de Weimar presenta en los artículos 129 y 130
muestra, eoo mucha c1aridad, la diferencia. Por eI art. 130, 2, se «garantiza
a todos los funcionarias la Iibertad de opiniones políticas y la Iibertad de
asociacióm>. Ahí se combina eo forma contraclictoria uo derecho general
deI hombre con una garantía institucional. El funcionaria tiene, como tal,
uo status especial, coo todas las consecuencias de tal concepto, que no se
agota en una serie de obligaciones particulares; !iene el deber de fidelidad,
de ohediencia en el servicio, de secreto profesional, de una vida honesta,
incluso fuera de! ejercicio de! cargo. Este status especial es muy distinto
de la condición general de «Hombre». Se puede decir que e! concepto de
funcionaria ha sido siempre sospechoso a los representantes radicales de!
liberalismo burgués. Pera la Constitución de Weimar quiere en esta, preci-
samente, continuar la gran tradición deI Estado alemán de funcionarias, a
pesar de! cambio de forma pol1tica, y mantener las peculiares fuerzas y va-
Iares de esa burocracia de! pueblo alemán. Así surgieron las garantías ins-
titucionales de los artículos 129 y 130. De una manera que es típica de!
carácter mixto de la Constitución de Weimar, se encuentran unidos dos
principias y se ignora la posibilidad de! conflicto entre eUos. Una Iibertad
ilimitada en principio, en e! sentido de un derecho general de! hombre,
§ 15 La distinci6n de poderes 187

LA DISTINCION (LLAMADA DIVISION) d6n de la política externa (Civil government, § 147; comp. Diktatur, pá-
DE PODERES gina 42). En Locke se encuentra también Ia repetida justificaci6n de Ia
distinción entre Legislativo y Ejecutivo: que no es bueno que los mismos
hombres que hacen las leyes las apliquen; porque la ley pierde su carácter
de ley tan pronto como e! Legislador puede utilizar la forma de la ley para
medidas y mandatos particulares a su arbitrio. Es de observar que esta jus-
tificaci6n arranca de un sistema de incompatibilidades. Con la diferenciaci6n
de varias «poderes» se anuda e! ulterior pensamiento orgánico de introdu-
cir más amplias divisiones en el seno de los campos asÍ diferenciados de
la actividad de! Estado para alcanzar un alto grado de controles y frenos
(checks and controls). La diferenciación no sirve s610 a la separación, por-
que entonCes surgiria una pluralidad de actividades estatales aisladas, sin
conexión ninguna, sino que tiene el fio de producir un equilibrio.
La idea de un equilíbrio, de un contrapeso de fuerzas opuestas, domina aI pensa-
miento europeo desde eI sigla XVI; se manifiesta en la teoria dei equilibrio interna-
cional (primero, de los cinco Estados italianos entre sf, después del equilibrio europeo);
dei equilibrio de importación y exportaci6n en la balanza deI comercio; en la teoría dei
equilibrio de afectos egoístas y altruistas en la filosofia moral de Shaftesbury; en
la teoria deI equilibrio de atracción y repulsión eo la teoria de la gravitación de New-
La distinción de po~eres contiene e! segundo principio de! elemento de ton, etc.; comp. sobre esto la demostración, Diktatur, pág. 103; adernás, Karl Pribram,
~s~ado d~ Derecho proplo de toda Constitución liberal burguesa. Es e! prin- Die Idee des Gleichgewichts in der aluren nalionalOkonomischen Theorie, Zeitschr, I.
ClplO organ~c? destmado a asegurar, ai ponerse en práctica, la moderación Volkswirtschalt, Sozialpolitik und Verwaltung XVII, 1908, págs. 1 y sigs., que presenta
y controlabl!tdad de todos los órganos de poder de! Estado. la teoria deI equilíbrio estático entre los fen6menos colectivos de la economIa humana
como algo propio de todas las teorías mercantilistas.
El autor efectivo de la doctrina teorético-<::onstitucional deI equilíbrio de poderes
r. La aparici6n hist6rica de la doctrina de la distinci6n de poderes. es Bolingbroke, que por lo demás divulg6 la idea de un equilibrio y control reciproco
s610 en escritos políticos de carácter polémico y memorias, pera no eo una exposici6n
. Las experien,:!as, hechas por el pueblo inglés en la primera revoIución sistemática. Las expresiones empleadas por él son: frenos reciprocos, controles recí-
Ingle~a,. coo eI s~n~no ?e su Parlamento, condujeron hacia intentos teóricos procos, retenciones y reservas recíprocas, etc. De especial signi6caci6n para las cons-
y practtcos de distmgUl: ~ s:parar los distintos campos de Ia actuación de! trucciones ideales de la Constitución inglesa es su pensamiento deI triple contrapeso
poder deI Estado: L~, dlstmclón más importante y fundamental que resultó y dei equilibrium 01 powers, de donde resulta el Gobierno libre o liberal: Rey, Cá-
de ahí fue I~ dlstmclOn de la Ley como una norma permanente obligatoria mara alta y Cámara baja; entre Rey y Parlamento (es decir, aqui, Cámaras alta y baja
~~ra todos, mcluso para el propio legislador, y, por lo tanto, general, que tomadas en conjunto); entre Legislativo y Ejecutivo, entre las prerrogativas dd Rey
puede quebra?tarse para un caso particular, respecto de las restantes y la libertad dei pueblo debe tener lugar eI equilibrio. Como escrito más importante
ramas de la acttvldad de voluntad estatal. EI Instrument of Government, rury que considerar: The Idea 01 a patriot King, 1738; aclemás, la Dissertation On par-
~e CromweU, de 1653, pasa por ser e! primer ejemplo de un intento prác- ties, 1733, 4. Los escritos apareciêron en su mayor parte como memorias en eI sema-
nario The Crallsman, 14 tomos, 1726-1736; sobre esto, Walter Sichel, Bolingbroke
tlCO de tal división (arriba, § 4, lI, pág. 63). En términos generales Crom- and his Times, Londres, 1901, lI, págs. 250 y sigs. Los términos correspondientes:
well se ~sforzó en crear, frente aI Parlamento que hahía disuelto tr~s veces, to check, lO conlroul, lo counlerwork, to arrest, to restra;n. Otras muestras se encuen-
li,O ~oblerno fuerte y capaz de actuar. En concomitancia coo estas expe~ tran en las obras filos6ficas y varias (Edimburgo, 1775 y 1779). El «rey patriota»,
dejc,as .surge una teorÍa de la necesidad de distinción y contraI recíproco según lo concibe Bolingbroke, es ya en alguna medida el jefe deI E;ecutivo apoyado
e as dIversas ramas de la actividad de! Estado. Harrington (Oceana) trat6 en la confianza deI pueblo, una idea que, según Richard Schmidt (Der Volkswille ais
de pla?ear un complicado sistema de frenos y controles recíprocos Locke reales Faklor des Verlassungslebens und Daniel Deloe. Verhandlungen der Sachsischen
(Treatlses on g~vernment) dis~ingue la facultad legislativa --es deci~, gene- Akademie der Wissenschall, 1924, t. 76, pág. 34) hay que referir a Delae, que vela
ral- d~ est~tUlr en regias filas, determinadas de antemano respecto de! en la pública opini6n deI pueblo una fuerza que podia sostener a los Ministros frente
~oder e)ecuttvo y de! federativo; e! último es poder exteridr y no puede al Parlamento. Todas estas ideas tienen gran significaci6n para la construcci6n de la
moderna Democracia; comp. más ade1ante en la secci6n sobre el sistema parlamenta-
!tgarse a normas generales, por estar demasiado ligado a la cambiante situa-
rio, § 24.
186
188 EI elemento característico deI Estado de Derecho La distinci6n de poderes 189

Bajo ~l influjo de B;,lingbroke ha desarro!lado Montesquieu, en e! cé- siente, sin embargo, algunas vincu1aciones. Dívisi6n significa propiamente una distin-
lebre capaulo VI. d~l, h~ro XI de su Esprit des lois (1748), un cuadro cl6n en el seno de uno de los varios poderes, por ejemplo, la divisi6n deI Poder legis-
Ideal de la COl)StltuclOn mglesa. La correspondiente frase reza: «En todos lativo en dos Cámaras, un Senado y una Cámara de diputados (W. Hasbach, Die par-
lamentarische KabinettsregierunE, 1919, pág. 314). De este modo surge un típico es-
los .Estados hay tres espec.ies de Pode~ público: el Poder legislativo, el eje- quema de organizadón con tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Administraci6n de
cutlvo para asuntas ex tenores y el eJecutlvQ para la política interna. Por Justida; esta divisi6n tripartita se ba aceptado en general, si bien quizás pueden cons-
el prime~o, el príncip~ o autoridad emite nuevas leyes para un derto tiempo truirse y se ban construido otros «poderes». No bay en todo caso ninguna Constitución
o para Slempre Y meJor~ o deroga las viejas. Por el segundo declara la paz dei Estado burgués de Derecho cuya regulaci6n orgánica no esté dominada por el prin-
o la guerra, envía embaJadas y las recibe, vela por la seguridad y previene cipio de la distinci6n de poderes.
los ataques de! enemigo. Por el tercero castiga los crímenes y dirime los
pleitos civiles. EI último es el Poder judicial.» Sobre este tercer Poder 11. Separaci6n y contrapeso de poderes. En la distinción de poderes
fotmula Montesquieu la opini6n misteriosa de que es «en alguna maneta hay que considerar dos puntos de vista: primero, la introducción de una
nul~»,. en. ,quelque faço.n n~lle. Queda, pues, para lo que aquf interesa, sólo separación de las autoridades superiores de! Estado y de su competencia;
la dlS!mClOn entre LegIslatIVO y Ejecutivo. EI Ejecutivo es, como ya se des- después, e! establecimiento de una vinculación de influjo y contrapeso red-
pren?e de la frase cltada, .no una mera aplicación de la ley, sino la actividad procos de las facultades de estas «poderes» diferenciados. Una derta sepa-
propla de! Estado; tambIén serfa erróneo transportar ai «Legislativo» de ración es necesaria, y con e!la se hace posible una diferenciación. Si bien
MontesqUleu. Ia actual práctica de la producción rápida y abundante de le- no cabe practicar un pleno y absoluto aislamiento, por lo pronto es preciso
yes. La linahdad de su división de las distintas ramas de la actividad de! consideraria, no obstante, como punto de vista independiente dentro de
Estado consiste en que un Poder frene a los otros. Le pouvoir arrête le este principio de organización.
pOUVOtr. De este modo ha de alcanzarse un equilibrio, un conrra-balanceo. 1. EI esquema de una separación rigurosamente practicada !leva a con-
En la Constitución federal de los Estados Unidos de América de 1787 cebir la Legislación, eI Ejecutivo y la Justicia como tres organizaciones de
se ha acogido y puesto en práctica conscientemente e! sistema de la dife- la actividad dei Estado aisladas entre sL Ninguna autoridad ni ningún miem-
renciación, y en verdad se introdujeron no 5610 recíprocos frenos y contro- bro de uno de estas sectores podr!a pertenecer ai mismo tiempo a otro
l~s, sino también, en gran medida, efectivas separaciones. El Legislativo sector, existiendo asf la más rigurosa incompatibilidad entre e! puesto de
(este, a su ,vez, dividido en dos Cámaras: Cámara de Representantes y Se~ un diputado de la Corporación legislativa y el de un funcionaria de la
nado, que Juntas forman e! Congreso, es decir, la Corporación legislativa) Administración dei Estado, incluso un ministro; ningún funcionaria admi-
fue separado dei Ejecutivo (Presidente) y excluida la posibilidad de una nistrativo puede actuar como juez; ningún juez como funcionario adminis~
re!ación directa entre ambos; e! Presidente (el Gobiemo o Ejecutivo) no trativo; ninguna autoridad de un sector puede ejercer una competencia que
tlene, pues, una propia iniciativa de la Ley; aun cuando ha de sometérsele con arreglo a su contenido objetivo pertenezca a otro sector. Consecuencia
e! proyecto de ley y él puede oponerle reparos que solamente sedn supe- de esta separación rigurosamente practicada sería la de que los Cuerpos
rados mediante votación, por dos tercios de mayorfa de la Cámara de donde legisladores no podrfan tener influjo ninguno en e! Gobierno parlamentario,
e! proyecto ha emanado. EI Presidente carece de un derecho de disolución es decir, dependi ente de la confianza de la mayorfa de la Corporación legis-
frente a ambas Cámaras; no depende de la confianza de esta corporación lativa; contradiria esta rigurosa separación, y por tal causa está excluido
legislativa, etc. en la Constitución de los Estados Unidos de América. Se podrla obtener
La Constitución de! ano 1791, primera de la Revolución francesa habla también de la necesidad de la separación la consecuencia de que tampoco
por primera vez de una separación de poderes (séparation der pouvdirs en podrfa tener lugar ningún control judicial sobre actos de! Legislativo, asf
lugar de división; comp. Duguit, Manuel, págs. 316 y sigs.). Sin emba~go, que la comprobación judicial de la constitucionalidad de las leyes, según la
no puede introducir más que la Constitución federal americana una abso~ práctica de! Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América, frente
luta separación, es decir, aislamiento, sino que, antes bien Se establece al Legislativo es contraria al esquema que después se hace de una separa-
aquí un sistema de recíprocos frenos y vinculaciones, según c'orresponde al ción de poderes. En estas ejemplos se muestra ya que con e! sistema de
pensamiento de un equilibrio.
una «separación de poderes» no tratamos de una organización histórica
. De esta ojeada se desprende ya una gran variedad de expresiones y de puntos de"
completa que se hubiera practicado en cualquier sitio con todo deta!le, sino
v.lsta para el principio general de organizaci6n de la distinción de poderes. La expre- sólo de un esquema te6rico cuya construcción aclara e! principio de orga-
sIón más general y compendiosa es la forma aqui propuesta «(distind6n de poderes». nización.
~eparación significa un aislamiento completo, que sirve tan sólo como punto de par~ En lo que sigue se tratará de presentar un tal esquema teórico. Desig-
tlda de la ulterior organizadón y después, es decir, en la posterior regulacl6n, con- naremos por L = Legislativo, E = Ejecutivo (es decir, Gobierno y Adsni-
190 EI elemento característico dei Estado de Derecho La distinci6n de poderes 191
nistracl0n juntos O uno de ambos; Gobierno, por 5U parte, puede significar f) Ningún acuerdo de referéndum adoptado por E frente a una reso[ución de L.
eI Jefe de! Estado -Rey o Presidente de la RepúbIica- o e! Gabinete) y En contrario: art. 73, 1, C. a.: «Una ley votada por el Richstag habrá de some-
J = Juslicia. terse aI referéndum antes de su promulgación cuando el Presidente deI Reich 10 acuerde
así en eI plazo de un mes.»
Consecuencias teóricas de una rigurosa separación
g) Ninguna expedición ni promulgaci6n de la Ley por E.
I. Influencia nula de En contrario: las Constituciones de la Monarquía constitucional y el art. 7 de la
E sobre L Ley constitucional francesa de 16 de julio de 1875 (eI Presidente de la República pro-
(Gobierno frente a Parlamento) mulga las leyes); además, eI art. 70, C. a.: «El Presidente deI Reich expedirá y publi-
cará en la Gaceta del Reich, en el plazo de un mes, Ias leyes constitucionalmente apro-
a) Ningún derecho de convoca/oria del Gobierno. badas.»
Art. 24, C. a.: «EI Reichstag se reúne cada afio e1 primer miércoles de noviembre h) Ninguna disolución deI cuerpo legislativo por E.
en el lugar de residencia deI Gobierno deI Reich. El Presidente dei Reichstag tiene
En contrario: las Constituciones de la Monarquía constitucional, y art. 5 de la Ley
que convocarIo antes, si se lo piden el Presidente deI Reich o un tereio aI menos de
constitucional francesa de 25 de febrera (ineficaz desde 1877), y el art. 25, C. a.: «EI
los miembros deI Reichsrag.» Aquf, pues, se da un derecho mediate de convocatoria Presidente de! Reich puede disolver cl Reichstag, si bien sólo una vez por Ia misma
dei Presidente deI Reich, pero no deI Gobierno deI Reich como tal. Según Ia Consti. causa.»
tución federal de los Estados Unidos, de 1787, el Presidente tiene s610 en casos extrnor-
dinarios un derecho de convocatoria. Igualmente el Ejecutivo, según la Constituci6n i) Ningún derecho de grada de E.
franc~sa .de! afio III (1795, Constituci6n directorial). Según los arts. 1 y 2 de la Ley Acerca de que e! derecho de gracia de! Rey sea una violaci6n dei princIpIo de la
constitUCIOnal francesa de 16 de julio de 1875, eI Presidente de la República tiene división de poderes y una injerencia eo el Legislativo, Redslob, Staatstheorien, pág. 347.
derecho de convocatoria de las Cimaras. En contrario: las Constítudones de la Monarquía constitucional, art. 3 de la Ley
constitucional francesa de 25 de febrero de 1875, y eI art. 49, C. a.: «EI Presidente
b} Ninguna iniciativa de Ley dei Gobierno. dei Reich ejerce, para e! Reich, el derecho de gracia.»
Asi, la Constitución federal de los Estados Unidos; el proyecto de Iey es sometido
al Presidente, que lo firma o Ie opone observaciones. k) Inviolabilidad f? inmunidad de lo.~ diputados frente a los Tribunales y otras
En contrario, eI art. 68, C. a., según e! cual, el Gobierno dei Reich acuerda y pre. autoridades.
senta los proyectos de ley; jumo a esta, hay un derecho de iniciativa dei Reichstag. Así, casi todas las Constituciones modernas. Art. 36, C. a.: «Ningún miembro dei
Reichstag o de un Landtag puede ser perseguido judicial o disciplinariamente, eo nin-
c) Ninguna aprobación en común de la ley. gún tiempo, por sus votos o por las manifestaciones hechas en e! ejercido de su cargo,
En comrario, en la Monarquía constitucional alemana, p. ej., el art. 62 de Ia Cons- ni ser sometido a responsabilidad de alguna oua manera fuera de la Asamblea.» Ade-
titución prusiana de 30 de enero de 1850, según el cual las leyes surgen mediante más, eI art. 37, C. a.: «Ningún miembra dei Reichstag o de un Landtag puede ser
una resolución acorde deI Rey y de ambas Cámaras. perseguido ni detenido durante e! período de sesiones, sin consentimiento de la Cáma-
Singularidades en la Constüución federal de los Estados Unidos: los reparos deI ra a que pertenezca, por razón de una conducta punible, a menos que el diputado
Presidente contra el proyecto de ley sólo pueden ser desvirtuados con una mayoría haya sido detenido in fraganti o, a 10 sumo, en eI curso dei día siguiente.
de dos tereios de la Cámara de donde ha surgido eI proyecto de ley; comp. antes b). Igual consentimiento se exige para cualquier otra limitación de la libertad personal
que entorpezca el ejercicio deI cargo de diputado.
di Ningunas ley~s de autorizaci6n, y ninguna delegaci6n de la competencia legis· Todo procedimiento criminal contra uo miembro deI Reichstag o de su Landtag, y
[ativa.
toda prisión o limitaeión de su libertad personal, se suspenderá por la duración dei
Comp. Constitución deI afio III (1795, Constitución directorial), título V, 45: En período de sesiones a requerimiento de la Cámara a que pertenezca eJ diputado.»
ningún caso puede la corporación legislativa delegar sus funciones en uno o varias de Aún otros privilegios de los miembras de las corporaciones legislativas se justifican
sus miem bras o en cualquier otra persona. En contrario, la práctica deI derecho pú- con argumentos de la distinción de poderes; así, la liberación de los diputados respecto
blico alemán, que conoce numerosas leyes de autorización con deIegaeiones frecuen- deI servido militar, y el derecho deI Parlamento a hacer regresar del frente a los
tememe ilimitadas (comp. sobre esto H. TriepeI, Disertaciones de la 32.- Dieta alemana Diputados durante una guerra; comp. sobre esto el informe acerca de la proposición
de juristas, 1921, pág. 16, y Poetzsch, en el mismo sitio, págs. 42 y sigs.; H. Triepel, de ley Accambray, en eI libra de Léon Accambray: Qu'est Cf? que la Répub!ique?, ~á.
Decreto de balances oro y acciones preferentes, 1924, págs. 7 y sigs.). ris, 1924, pág. 356, con la interesante cita de Josei Barthélemy: «si los parlamentarlos
e) Ningún veto dei Ejecutivo. pueden ser movilizados, entonces el Parlamento no puede celebrar sesiones; pera si ~I
Parlamento puede celebrar sesiones, entonces 105 parlamentarios no pueden ser movl-
La Constituci6n de Weimar no conoce vetos deI Presidente deI Reich o deI Co-
.lizados»; la referencia a la separaci6nde poderes, ya en la Convención de 1793, ob. cit.,
bierno deI Reich: por eI contrario, otras posibilidades de influencia (comp. después O.
página 358. La tanto tiempo esperada regulación se contiene en un proyecto de ley
Ejemplo de un veto suspensivo deI Rey: Constituci6n francesa de 1791.
sobre organizaci6n de la Nadón en tiempo de guerra de 1927: los miembros deI Co-
La distinción de poderes
193
192 EI elemento característico deI Estado de Derechll
cuestión de la incompatibilidad entre Diputados y funciona rios, ha de observarse un
bierno, a quienes compete la direcci6n de Ia guerra, y los miembros deI Parlamento,
expreslon de la soberanía nacional, en Ia guerra como en la paz, permanece0 eo 5US significativo cambio deI sentido de la misma, que expuso Werner W~ber en .Ia. ~otable
funciones Uegado caso de movilización; pero pueden, si lo desean, acudir a su divisi6n. disertación sobre incompatibilidad, sostenida en Bonn, 1928. La finahdad pnm1Uva era
Ia independencia deI Diputado (por eso, se trata aquí la inco~pa[ibilidad aI .hablar
1) Riguroso establecimiento de incompatibilidades. de la separación de E y L); hoy, bajo el domínio de las ':layonas, entra. en ~Igor eI
Corresponcle de modo especial aI pensamiento francés el derivar de la separación sentido opuesto: protección de la integridad moral y material de los funclonarIos con-
de poderes toda la teada de la incompatibilidad (así, Pierre: Droit politique é/ec/oral tra el influjo y servidumbre de partidos políticos.
et parlamentaire, I, pág. 316); claramente ya, eo Ia Constüución deI ano 1791 (títu-
lo lU, capo I, sec. III, art. 4.°, 5). También la amplia incompatibilidad entre e1 puesto 2. Influencia nula de
de un funcionaria público y el de un Diputado, que todavía hoy es derecho vigente L en E
en Francia, se suele fundamentar de Ia misma manera. EI art. 21, seco li, de la Cons- (Parlamento frente a Gobierno o Administraci6n)
tituóón imperial alemana correspondiente con el art. 7.°, seco lII, de la Constitución
prusiana de 1850: «Si un miembro dei Reichstag acepta un empleo retribuido del Reich a) Prohibici6n general de la adopci6n por L de actos del Ejecutivo.
o de uno de los Estados, o entra aI servicio oficial de aquéI o de uno de éstos, en un Tal se encuentra en eI art. 46, título V de la Constitución directorial deI afio IH
empleo ligado con alto rango, o sueldo elevado, pierde asiento y voto en el Reichstag, (1795). Hoy ya no se pronuncia semejante prohibición general, a causa deI derecho
y no puede recuperar su puesto en eI mismo sino mediante reeIección.» En lo demás, deI Parlamento a aprobar el presupuesto y su derecho a ejercer el control parlamen-
otras incompatibilidades son aienas aI Derecho político alemán (<<excluir de la repre-
tario.
sentación popular al funcionaria, no es propio, al menos, de las circunstancias alema-
nas», G .. Waitz: Grundzüge der Politik, 1862, pág. 65). En los Parlamentos tenÍan b) Ninguna elecci6n deI Jefe de! Estado, o dei Gobierno, por L
asiento funcionarios (llos Consejeros territoriales prusianos en eI Landtag!), a cuya En contrario: art. 2.° de la Ley constitucional francesa de 24 de febrero de 1875,
cooperación no se quería renunciar de buena gana; eI principio de la distinción de según la cual el Presidente de la República es eIegido por una «Asamblea nacional»,
poderes era, con frecuencia, desconocido (comp. la observación, que no sospecha la cuerpo compuesto por las dos Câmaras (Senado y Câmara de los Diputados) en común.
existencia deI problema, en la disertación monográfica, única sobre tan importante cues- En contrario también, art. 45 de la Consticución prllsiana de 1920: EI Landtag elige
tión en la literatura jurídico-poIítica alemana hasta 1927, en el escrito de W. Clauss: sin debate previa aI Presidente deI Consejo; éste nombra a los demás Ministros (sien-
Der Staatsbeamte ais Abgeordneter, Karlsruhe, cuad. IX de las Preiburger Abhandlun- do aqui Jefe dei Estado eJ Ministetio). La Constitución de Weimar, en cambio, aplica
gen, pág. 5). La única manifestación sistemática hasta ahora, en la literatura jurídico- con rigor el principio de la separación (según eI modelo de la Constitución federal de
política alemana, se encuentra en E. Kaufmann: Bismarcks Erbe in der Reichsver/as. los Estados Unidos): art. 41, 1: «El Presidente deI Reich eS elegido por todo el pue-
sung, pág. 72. El caso de una incompatibilidad autêntica en la Consütución imperial blo' 'alemán.» Art. 53, C. a.: «EI Canciller y, a su propuesta, los Ministros, son nom-
de 1871 resultaba de la estructura federal del Imperio; según e1 ano 9.°, 2, a. C. a., brados y separados por el Presidente del Reich.» Comp., sin embargo, en d).
<madie podía ser ai rnismo tiempo miembro dei Conse;o federal y deI Reichstag». Se
explica sólo como resultado de la larga lucha contra ese art. 9.°, a. C. a., que no exista c)Ningún derecho de acusaci6n y ninguna facultad de enjuiciar, de L frente a E.
en la ConstÍtución de Weimar incompatibiIidad entre la condición de miembro deI En contrario eI sistema de la acusación deI Presidente y los Ministros por la Cá-
Reichstag y del Reichsrat, mientras que en Prusia se prescribe la incompatibilidad mara de Diputados, con facultad de fallar atribuida a la otra Cáma~a (~ámara Alta)
para el Landtas y eI Staatsrat (art. 33, 2, de la Constitución de 1920). EI art. 44, C. a., como a un Tribunal de justicia política; así, el art. 9.° de la Lcy constitucional francesa
condene una incompatibilidad, muy importante en cuanto a los principios, surgida de 24 de febrero de 1875 (arriba, § 12, li, 5, b, pág. 145.)
'dei de la distinción de poderes: «EI Presidente deI Reich no puede ser, aI mismo La Constitución de Weimar se ha atenido aI punto de vista de la ~eparación, P?r
tiempo, miembro dei Reichstag.» Otras incompatibilidades deI Derecho polftico vigente: cuanto que juzga de las acusaciones sostenidas por eI ~eichstag un Tribunal espeCIal
§ 123 del ordenamiento administrativo deI Reich de 31 de didembre de 1922, Gac., li, de justicia política del Reich alemán, art. 59, C. a. (arriba, pág. 145).
1923, pág. 17 (incompatibilidad entre la condición de miembro dei Reichstag y deI
d) Ninguna dependencia dei Gobierno respecto de la confianza deZ Parlamento
Tribunal de Cuentas), y en § 12, 1, de Ia reglamentación de la Sociedad de Ferroca-
rriles alemanes, complementaria deI § I, 2, de la ley sobre la Sociedad de Ferrocarriles (ningún voto de desconfianza).
alemanes de 30 de agosto de 1924 (Gac.} lI, pág. 281): «Los miembros dei Conse;o AsÍ la ConstÍtución federal de los Estados Unidos de América de 1787, la Cons-
de Administración (de la Sociedad de Ferrocarriles deI Reich) serán conocedores expe- titució~ francesa de 1791 y las Constituciones de la Monarquía constitucional alemana.
rimentados de Ia vida económica, o técnicos de ferrocarriles. No pueden ser miembros En contrario, art. 54, C. a.: «EI Canciller y los Minis~ros necesi~an de la confianza
del Reichstag, de un Landtag, del Gobierno dei Reich, o deI de un País.» dei Reichstag para eI ejercicio de su cargo. Cuando el Relchstag reme a uno de ellos,
Otras incompatibilidades basadas en diversidades orgánicas y estructurales son a,e- por acuerdo expreso, su confianza, tendrá que dimitir.))
nas aI Derecho político alemán, en particular la incompatibilidad deI cargo de clérigo
e) Ninguna propuesta de L para la deposici6n de! Jefe del Estado mediante vota-
con el de 'Diputado, a consecuencia de la diversidad entre Estado e 19lesia. Sobre
esto, las explicaciones de Tocqueville: La Démocratie en Amerique, I, pág. 358, que ci6n popular.
ve en esta incompatibilidad una garantía de la Democracia en América. Sobre las lia- En contrario el art. 43, C. a.: «Antes de que expire eI plazo (de duración de siete
madas incompatibilidades econ6micas, abajo, § 19, li, 2, pág. 248. En la importante afias de ejercici~ del cargo), puede ser deplIesto el Presidente dei Reich, a propuesta
194 El elemento caracterfstico dei Estado de Derecho La distinci6n de poderes 19'
dei Reichstag, mediante votación popular. EI acuerdo deI Reichstag requiere mayorla ria (para la cuestión de si se han sobrepasado las atribudones .deI car~o). de una auta-
de dos tereios. Una vez adaptado, no podrá e1 Presidente deI Reich seguir ejerciendo ridad administrativa o de un Tribunal administrativo; en Prusla, supnmldo por la ley
su cargo. Si Ia propuesta de deposición es rechazada por el voto popular, esta equivale de 16 de noviembre de 1920 (Colección Legislativa, 1921, pág. 65).
a una nueva e1ección, y comporta la disolución deI Reichstag.»
f) Ninguna necesidad de la anuencia de L para perseguir criminalmente aI Jele 5. Influencia nula de
del Estado. L en J
En contrario, art. 43, 3: «El Presidente deI Reich no puede ser criminalmente per. (Parlamento frente a Jurisdicci6n)
seguido sin anuencia dei Reichstag.»
a) Garantia constitucional de la independencia judicial. (Comp. arriba, 3.)
g) Las intervenciones, muy fuertes, pero mediatas, que L realiza eo E, por media
dei derecho deI Parlamento a aprobar el presupuesto, no serán consideradas como vio- b) Concepto de Ley pro pio deI Estado de Derecho.
lación deI principio de la división de poderes en tanto que eI ·Parlamento se limíte Ilicitud de mandatos concretos y de justicia parIamentaria (arriba, § 13, pág. 161).
aI simple control presupuestario, y se abstenga de dirigir órdenes y practicar injeren-
das directas. c) Ningunas facullades ;udieiales para las Comisiones parlamentarias de investi-
gación.
3. Influencia nula de Artículo 19 de la Constitución de Dantzig de 1920: «Las Comisiones de investiga·
E en J d6n no pueden inmiscuirse en procedimientos judiciales o disciplinarias pendientes.»
La Constituci6n de Weimar no contiene ninguna de tales garantfas de la separaci6n
(Gohierno y Administración frente a Justieia) de L y J. Art. 34, C. a.: «EI Reichstag tiene el derecho, y a requerimiento de una
quinta parte de sus miembros, e1 deber de nombrar Comisiones de ínvestiga~ión. Estas
A esta separadón de E y J sirven las garantias de la independencia ;udicial, sobre Comisiones recibirán en sesión pública las pruebas que tengan por necesarlas ellas o
todo la inamovilidad de función y destino. Are 102, C. ao: «Los ;ueces son indepen-
los proponentes de la investigación ... » «Los Tribunales y autoridades administrativas
clientes y sólo están sometidos a la ley.» Art. 104, C. a.: «Los jueces de la jurisdicción están obligados a prestar su concurso a estas Comisiones para la obtención de pruebas;
ordinaria son nombrados de por vida. No podrán ser privados contra su voluntad, tem- los documentos oficiales habrán de serIes facilitados a petición. Son aplicables a las
poral o definitivamenre, de su cargo, ni trasladados a otro puesto o jubilados, sino en
actuadones de las Comisiones y de las autoridades requeridas por ellas, las prescrip-
virtud de sentencia judicial y por las razones y bajo las formas que Ias leyes determi.
ciones del Código de procedimiento criminal, quedando intacto eI secreto de la corres-
ncn.) Estas prescripciones de la Constitución de Weimar se mantienen por completo
pondencia postal, telegráfica y telef6nica.» . . ..
cn eI marco de la garantía de esa separación, que es típica deI Estado de Derecho. La No ha de considerarse todavia como violaci6n de la independencla de la JustlCla
organización de una justieia administrativa especial se basa en la necesidad de una sepa- eI que el mismo hecho sea objeto de investigaci6n aI mismo tiempo por autoridades
radón entre E y ]; campo 4, a).
judiciales y por una de dichas Comisiones parlamentarias de investigación (j.unto
a la dei Reichstag, puede, acaso, haber también una de un Landtag), a pesar dei nesgo
4. Influencia nula de dei material de prueba que eso lleva consigo; sobre este punto, E. Jacobi, Verhand-
J en E lungen des 34. Deutscher Juristentages, 1926, págs. 69 y sigs.
(jus/ieia frente a Administración) d) Ningunas facultades ;udiciales a favor de una Cámara legislativa.
a) I nstitución de Tribunales administrativos especiales. En contrario las prescripciones legal-constitucionales que prevén que la Cámara
Aquí hay una recusación deI control de los Tribunales ordinarios sobre Ia Admi- alta o el Senado' será Tribunal de ]usticia para las acusaciones de Ministros o delitos
nistración deI Estado, y, por tanto, la recusadón deI Estado de ]usticia puro; arriba, políticos (arriba, 2, c), .
§ 12, 11, pág. 142. Tocqueville, ob. dt., lib. 1, capo 7, ve en tal ;ugement polit~que u~a ~~onfuslón de
poderes» qUe, sin embargo, es lícita, por cuanto que esta espeCle de JUStlCla no puede
b) Institución de Tribunales especiales para faliar los conf/ietos de eompetencia. afectar a cualquier ciudadano, sino sólo ai funcionaria público.
EI § 17 de la Ley alemana de organización de los Tribunales: La legislación de los
Países puede transferir a autoridades especiales la decisión de los conflictos de compe- 6. Influencia nula de
tencia entre los Tribunales y las autoridades administrativas o Tribunales administra- J en L
tivos.
(Justieia frente a Parlamento)
c) En el caso de procedimiento penal o rec/amación civil contra funcionarios, plan-
teamiento dei Uamado conflicto. Una aplicaci6n dei principio de la separación Uevarfa en este caso, a que los Tri~:)U­
nales no tuvieran competencia ninguna para comprobar las leyes; e)emplo: ConstItu-
Mediante el conflicto, la autoridad administrativa avoca el procedimiento de los dón francesa de 1791, título III, capo V, art. 3: Los Tribunales no pueden inmiscuirse
Tribunales ordinarios y tiene lugar una decisión, 0, aI menos, una decisión preparata-
en el ejercicio del poder legislativo, ni suspender la aplicad6n de las leyes; igualmente,
196 197
E1 elemento característico deI Estado de Dcrecho La distinción de poderes

la Constituci6n de 1795. Además, la Constituci6n federal austríaca de 1 de octubre por no válidas las leyes dudosamente «inconstitucionales»; ?ues la cu 7stión no es si
de 1920, art. 89: «No compete a los Tribunales la comprobaci6n de la validez de las las leyes inconstitucionales son inválidas -lo que resulta eVldente-, SIno. qu~ se ,Pre-
leyes debidamente hechas.» Las leyes orclinarias acordadas por el Parlamento no pue- gunta quién decide la duda acerca de la constitucionalidad o no const1tuClon~dad
den, según esta, ser sometidas a comprobación acerca de su coincidencia coo las pres- de una ley; quién es competente para adoptar esa peculiar decisión, y si la a~tondad
cripciones de la Ley constitucional; oi Ias leyes acordadas dentro dei procedimiento competente para hacer las leyes decide la duda en el marco ~e su competencla: ~mo
de revisión de reforma de la Constitución, acerca de los Hmites de la facultad de haee en general toda autoridad, o si son competentes los ~rlbunales p~ra .decld!r :al
revisi6n (arriba, § 11, II, pág. 118). Este derecho de comprobación judicial es negado duda. Esta cuestión no se resuelve diciendo que, por no filar la Constltuclón mngun
por los juristas franceses, que se remiten aI principio de la división de poderes, basando otro 6rgano, son competentes los Tribunales. A pesar. de. tod~j tendrfa yo que ~rI?ar
su opinióo co que e1 ejerdcio deI derecho supone una injerencia de J en L: así, Es· la competencia judicial de comprobación de la. c~n~tItuclonah.da.d ?e leyes ordInarlas,
mein-Nézard, I, págs. 563, 589 y sigs_; además, Redslob, Staatstheorien, págs. 316 porque a pesar de todo deja garantizado el prinCIpIO ?e l~ dlstltlclón ~: poderes. No
y sigs., pero también, p. ej., Kahl en la Comisión de Constitución de la Asamblea na· se da ninguna intervenci6n de la Justicia en el Legislativo. 1:a Justlc;a n? .es~á en
cional de Weimar, pág. 485. Frente a esto, se justifica la práctica americana de la iguales condiciones que las otras actividades deI Estado ~ara «Intervemr e lnJerll':se».
comprobación judicial de la constitucionalidad de las leyes en eI hecho de que no Está ligada a la Ley, e incluso cuando decide sobre la vahdez de una ley, se mantlene
implica una injerencia en la legíslación, porque e1 juez no suprime la ley que entiende dentro de la pura normatividad: frena, pera no manda. No es un «(poder» como los
e.s inconstitucional, sino que tan s610 recusa la aplicación para eI caso particular que otros poderes; eso significa 10 que Montesquieu dice, de que es en quelque laçon nulle.
[Iene presente. Esta justificación no vulnera Ias principias de la organizaci6n del Es·
t~do de I?er~cho en tanto que no hay una in;erencia deI juez en la legislación cuando
mega aphcaclón por cualesquiera razones a una ley formalmente admisible, sino sólo PRlMER EJEMPLO
un control y «freno». ESQUEMA DE UN CONTRAPESO DE L Y E
La práctica jurídica alemana ha afirmado, desde la célebre sentencia deI Tribunal
deI Reich de 4 de noviembre de 1925 (RGZ., t. 111, pág. 322), el derecho de compro- Influencia recíproca,
bación judicial, con arreglo a lo aceptado ya antes por otros Tribunales supremos Peso y contrapeso.
(comp. Giese, pág. 210; además, Tribunal de empleos del Reich, 21 de octubre de 1924,
Legislativo y E;ecutivo
tomo IV, pág. 168: 30 de julio de 1925, t. V, pág_ 95). Estas sentencias se amparan
en la consideración de que el juez no puede aplicar una ley que contradice «a la Cons--
Iniciativa de Ley de E. frente a L.
titución», porque tiene vicio de invalidez material; una ley ordinaria no puede apli- (exclusiva o concurrente, artícu~
carse por encima de «Ia Constitución». EI Tribunal del Reich dice en la sentencia, lo 68, C. a.)
Gac. deI Tribunal deI Reich, 111, pág. 322: el que el juez esté sometido a la ley o
a algunas de sus prescripciones que se encuentren en contradicción con otras prescrip-
ciones que tengan precedencia sobre ellas y que el juez haya de observar. Tal es el
Aprobaci6n de la Ler por L. Ar-
tículo 68, 2, C. a_
caso, cuando una ley contradice un postulado jurídico contenido en la Constitución
dei Reich, si para su aprobación no se han guardado los requisitos prescritos para Introducci6n de un plebiscito por E.
una revisión constitucional en el art. 76, C. a.» Y sigue la interesante frase: «Como contra un acuerdo de L. (Artícu-
Ia Constitución deI Reich no contiene ninguna prescripci6n que prive aI juez de decidir lo 73, C. a.)
sobre la constitucionalidad de las leyes deI Reich y transfiera a otro órgano cualquiera
esta facultad, hay que reconocer aI juez eI derecho y e! deber de comprobar la CQns- Voto de desconfianza de L. contra E.
titucionalidad de Ias leyes de! Reich.» Tal fundamentación esquiva la dificultad ver· (Canciller y Ministros.) Art. 54, C. a.
dadera. Del hecho de que la Ley constitucional no atribuya la comprobación a nin-
gún otro órgano, en modo alguno se deduce que los Tribunales son quienes tienen un Disolución de L. por E. (Presidente
tal derecho de comprobación y deciden en los casos dudosos. La cuestión es; équién dei Reich.) Art. 25, C. a.
decide? Y la fundamentación dada por el Tribunal deI Reich no contesta. Puede
decirse que todo órgano dei Estado ha adaptado para sf esa comprobación y que, cuan- Propuesta de destituci6n formulada
do dentro de una jurisdicción se realiza con la forma normal un aeto deI Estado, sólo por L. contra E. (Presidente deI
por excepci6n puede aceptarse la nulidad dei acto defectuoso, y sólo por excepción Reich.) Art. 43, 2, C. a.
puede hacerla valer, sea una autoridad, sea un individuo. En conexión con este pro-
blema, ha hecho indicaciones acertadas W. Jellinek. No basta, pues, con acentuar la Acusación de Ministro y Presidente
antijuridicidad material de una ley inconstitucional. Suele tratarse con tales leyes for· por L. Art. 59, C. a.
~almente correetas de casos en que la inconstitucionalidad resulte dudosa; una viola·
elón manifiesta dei texto claro de una prescripción de la Ley constitucional apenas si EI Pueblo
osaría realizaria una simple mayorfa deI Reichstag. Pera tratándose de la decisión de
casos dudosos, cambia todo el problema, y ya no puede resolverse haciendo pasar tiene el equilibrio y decide.
198 El elemento característico deI Estado de Derecho La distinción de poderes 199

Por esta raz6n, no veria yo en la comprobaci6n judicial de la validez de leyes una vul- TERCER E)EMPLO
neración deI principio de la distinción de poderes propio dei Estado de Derecho. ya ESQUEMA DE UN CONTRAPESO POR DIVISlON EN EL SENO DE E
que falta una «injerencia» en sentido específico (para esta cuestión, sobre todo, eI
E;ecutivo (Gobierno).
antes -arriba, pág. 147- citado libra de F. Morstein Marx, Variationen über rirch-
terliche Zusiiindigkeit lur Prüfung der Rechtmiissigkeit des Gesetzes, Berlín, 1927).
Presidente dei Reich y Gobierno dei Reich

2. El esquema de un contrapeso de los poderes distinguidos o, incluso, (Arts. 52 y sigs., C. a.)


separados conduce a intervenciones e influencias recíprocas, COn Ias cuales
se nega a compensar las facultades contrapuestas y a nevarias a un equili- 1. Arts. 41 y sigs. C. a. (Competen.
brio. Todo robustecimiento de una parte ha de contrapesarse por la otra, das poHticamente importantes dd
y, así, no se romperá el equilibrio por ninguna de las dos partes. En e! actual Presidente, como representación
internacional, nombramientos de
Estado de Derecho se procura con este sistema compensar el predomínio funcionarias, alto mando, medidas
de los cuerpos legislativos, de! Parlamento. Pues, a consecuencia de! impe- del estado de excepción, concesi6n
rio de la Ley, el Cuerpo legislativo, aun garantizado e! concepto de Ley de la grada.)
típico de! Estado de Derecho, tiene un natural predominio. Cooperan toda-
vía a eno la dependencia de! Gobierno respecto de la conlianza de! Parla- 2. Facultacles de gobierno frente li L. Todas las demás facultades y compe-
(Disolución, art. 25, introducci6n tendas de Gobierno.
mento y las facultades presupuestarias de éste, de modo que tal predominio dei referéndum, art. 73.)
puede convertirse fácilmente en un absolutismo sin Ereno ni contraI. Para
impediria, una construcción deI parlamentarismo «auténtÍco» trata de poner 3. No dependenda de la confianza Dependenda de la confianza de L.
de L. Art. 54.

Nombramiento y despido dei Cand-


SEGUNDO EJEMPLO ller y los Ministros. Art. 53, C. a.
ESQUEMA DE UN CONTRAPESO (POR DIVISlON) DENTRO DE L
Exigencia general deI refrendo dd
Legislativo. Canciller o Ministros para todos
los actos oficiales del Presidente.
Reichstag y Reichsrat Art. 50, C. a.

Derecho de iniciativa. Art. 69, C. a.


Aprobación de Ia Ley. Art. 68, 2, en equilibrio la re!aci6n de Parlamento y Gobiemo. ~ale~ construcc!ones
C. a.
de equilibrio son de especial significaci6n para la ConstIt~cl6n de W~lmar,
porque su organizaci6n de! Ejecutivo se basa en pensamlentos semeJantes
Derecho a la anuencia para llevar (abajo, § 24, pág. 294).
nuevos gastos aI presupuesto. Ar.
tículo 85, 4, C. a.
IlI. Los esquemas presentados en II tienden tan s610 a esclarecer un
Veto. Art. 74, C. a. boceta abstracto y general. Cada Constituci6n de un Estado concreto ha d.e
Acuerdo ce una mayoría de dos ter.
acompasarse a las condiciones políticas, como e! plano abstracto d-: un edi-
dos frente aI veto. Art. 74, C. a. ficio a la situaci6n dei terreno y a otros datas naturales y efe:tl\:o~. La
finalidad de presentar e! esquema ideal estriba en esclarecer e! prmClplO de
Derecho a ordenar un referéndum en organizaci6n de! e!emento de Estado de Derecho que con~rre en to.da
caso de rdormas de la Constitu. Constituci6n liberal-burguesa. Se entenderá mejor la regulacI6n orgá.mc.a
dón. Art. 74, C. a. de una Constituci6n de! Estado de Derecho comprobando tanto las comC1-
dendas como las discrepancias, frente al esquema.
Presidente dei Reich y Pueblo
No se hace, pues, ningún reparo contra tales esquemas ~a~do se dta con Kanr
tienen d equilibrio y deciden. la opinión humorística de Swift: hay constructores de ConStltuClones que compensan
200
El elemento caracteristico deI Estado de Derecho
§ 16
tan cuidadosamente la organizaci6n deI Estado como un arquitecto que compensará una
ca~a de tal .m~era que un gorri6n pósado en e11a bastará a romper el equilibrio y d ESTADO BURGUES DE DERECHO
mbar el edifiao. e-
Y FORMA POLITICA
EI. pr!ncipio orgánico de la distinción de poderes es esencial a una
<?>nsutu~6n del ~st.a~o de Derecho, y se ha suscitado con acierto la cues-
u6n de SI ese prmcI~lO debe quedar también, a causa de su significaci6n
fundamental, por enclma de toda reforma y revisi6n de la Constituci6n
I?esde el pUnto de vista del Estado de Derecho habria que contestar afirma:
Uvamente; comp. E.. La?,bert, ob. cit., págs. 120 y sigs. Pero ahi se des-
cono.ce. que la Consutuclón de un pueblo con existencia politica no puede
{onslstlr tan sólo en principios del Estado de Derecho, pues éstos más bien
orl}1~n un el~mento moderador de la Constituci6n, afiadido a los principios
politlcos (abalo, § 16, pág. 201).

I. La Constituci6n dei moderno Estado burgués de Derecho es siem-


pre una Constituci6n mixta.

1. El elemento propio dei Estado de Derecho, con los dos principios:


derechos fundamental.s (como principio de la participaci6n) y divisi6n de
poderes (como principio orgánico), no implica, considerado en si mismo,
forma de gobierno a1guna, sino s610 una serie de límites y controles dei
Estado, un sistema de garantias de la libertad burguesa y de la relativiza-
ci6n del poder dei Estado. El Estado mismo, que debe ser controlado, se
da supuesto en este sistema. Los principios de la Iibertad burguesa pueden,
si, modificar y templar un Estado, pero no dan lugar por si mismos a una
forma política .• La libertad no constituye nada», como dijo con acierlo
Mazzini. De aqui se sigue que en toda Constitud6n hay un segundo elemen-
to, de principios político-formales, unido y mezclado con el elemento dei
Estado de Derecho.
Según una división muy tradicional, hay que distinguir tres formas de
gobierno: Monarquia, Aristocracia y Democracia. Podemos aceptar aqui
provisionalmente esta divisi6n; más adelante (II) se discutirá eI critetio
esencial de diferenciaci6n de los principios de la forma política. Pero los
principios de la libertad burguesa cambian la posici6n y significado de los
elementos político-formales y hacen de las formas politicas (Staats-Formen)
simples formas de la Legislaci6n o dei E;ecutivo (Regierungs-Formen). EI
concepto dei Ejecutivo (o GobiernoJ se relativiza y limita a su vez en un
sistema de divisiones y controles a consecuencia del rango preferente de la
ley y de la independencia de la Justida. Con ayuda de los principios de
la libertad burguesa puede ser limitado cualquier Estado en el ejercicio dei
201
202
El demento característico dd Estado de Derecho Estado burgués de Derecho y forma polltica' 203

~oder estatal, pre~~indiendo de cuá! sea su forma de gobierno o de! Ejecu- La Constituci6n dei moderno Estado de Derecho puede aparecer, pues,
tlvo. La l.ntroducclO~ de estos prin,,!pios transforma toda Monarquia en una tanto en las formas de la Monarquia como en las de la Democracia. S610
Monarqu~a constitucIOnalmente limitada, es decir, en la lIamada Monarquia una consecuente realizacÍón del principio político-formal obstaculiza la COfl-
c?nstttucz0n.al, en que ya no es definitivo lo monárquico, sino lo constitu~ secuente realización dei principio dei Estado de Derecho, de manera que, en
clonal. De Igual manera, se cambia e! principio político de la Democracia tanto que es reconocido y practicado de hecho el principio liberal de la
y se hace. ~e un Estado democrático puro una Democracia constitucional. libertad burguesa, s610 hay Monarquías o Democracias moderadas, esto es,
Lo~ pnnClpIOS de la. libertad burguesa pueden, pues, conciliarse con cual- frenadas y modificadas por los principios dei Estado de Derecho. La Cons-
U'
~Ul.ili form de ~0e!bIerno, en tanto que sean reconocidas las limitaciones
)un co-po tlcas poder de! Estado y eI Estado no sea «absoluto».
titución dei Estado burgués de Derecho es, por lo pronto, una Constituci6n
mixta, en eI sentido de que eI elemento propio dei Estado de Derecho, in-
dependiente y completo en si mismo, se une con elementos polltico-for-
odTodos los ~e6ricos deI Estado deI liberalismo burgués acentúan por eso que tod males.
p er estatal tlene que ser limitado. Cuando dan por buena una soberania intent o
~ne: ~1 c~n~e~to desviador de una «soheranía de la Constituci6n» (es dedr de
~ru~C~PIOS e stado de Derecho) 0, en abstracto, una «soberanfa de la raz6n y la
t: 2. En un sentido más amplio, la moderna Constitución burguesa dei
Estado de Derecho es también una Constituci6n mixta, porque en el smo
JUsUCta» eo el lugar ?e ~na soberanfa poHtica COQ existencia concreta (arriba, § 1, dei segundo elemento, dei elemento político, se encuentran ligados y mez-
~I,. pág. 33). Se acentUa Slempre que, eo particular la soberania dei pueblo tiene sus dados entre sí distintos principios y elementos político-formales (Democra-
m~tes, f Y Jue tampoco eo la Democracia pueden vulnerarse los principios' de los de- cia, Monarquia, Aristocracia). Por eso, esta parte política de las modernas
rec os un amentale~ y de la divisi6n de poderes. No s610 Kant en especulaeiones de Constituciones corresponde a una vieja tradición, según la cualla ordenación
~~o.ría deI Est~do, 51no, sobre todo, los directores deI liberalismo burgués en su época ideal dei Estado descansa siempre en una vincu1aci6n y mixtura de los dis-
slca, en el SIgla XIX. «El puebl0 no tiene e1 derecho de castigar a un inocente tintos principios polltico-formales.
no ~uede .delegar eo nadie ese derecho. El pueblo no tiene derecho a violar la llbr!
~~lfestac16n deI p~nsamiento! o .1a libertad de coneieneia, o el procedimiento ni los El ideal de la Constituci6n mixta debe ser referido a las teorfas polfticas de los
mst~lutos de protecc,l~n de la Justtcia», dice Benjamin Constant (sobre la soberania deI fil6sofos griegos, y ha influido deI modo más vigoroso a través de los escritos de
pue o~ CEuv;es poltttques, ed. 1874, pág. 13). Guizot 11ama caos y anarqufa a la De. Arist6teles y Polibio. Hay que considerar que la divisi6n de las formas de gobierno
mocracla aplIcad.a con todas sus consecuencias. Tocqueville compulsa en un célebre en Democracia, Aristocracia y Monarqufa se une con la distinci6n entre buenas y
capítulo de su lIbro sobre la Democracia en América (t II parte II c p 6) b' I malas Constituciones, porque cada una de las tres formas de gobierno citadas puede
epfgraf' Qé . d d . '" a. ,alOe
e. « u. especl~ e, e~potlsmo han de tener los pueblos democráticos», los peli- «degenerar», y la mejor Constituci6n resulta de su adecuada mezcla. Sobre esta, Ri-
gros de la «tIranfa Igualitana». J. St. Mil!, O. liberty (1849), capo II (<<Sobre la chard Schmidt, Verfassungsausbau und Weltreicbsbildung. Leipzig, 1926, págs. ,23 y si-
hbe!'tad de pensruruento y dIscusI6n»), dice: «Pero yo impugno eI derecho deI pueblo guientes. Según Arist6teles, en la «Polida» están ligados dominadores y dominados.
a e)ercer. una tal coacci6n (contra la libertad de manifestaeión deI pensanúento) sea Tal es su verdadero ideal de Estado, que conduce siempre, en la aplicaci6n concreta, a
~b?rOPIO acuerdo (del pueblo), sea por su Gobierno. En este asunto no tiene eI ~ejor una mezcla de los elementos políticos-formales. Polibio ve eo la Constituci6n romana,
or lerno ~ás d~recho~ que e1 ~eor,» EI escrito de Mill es especialmente característico prototípica para él, la mezcla de las formas, dando virtualidad la asamblea popular (el
Pal que, bala la lffip~es16n deI ano 1848, muestra e1 COntraste entre los principios libe- populus) ai elemento democrático, el Senado al aristocrático, y el magistrado ai mo~ár.
r. es y ~os democr~tJ~s, contraste cuya concieneia se ha hecho aún más fuerte por la quico. En la doctrina polftica de la Edad Media es, ante todo, Santo Tomás de Aqumo
vmcula~I6~ ,de SocIalIsmo y Democracia. Hoy podrfa reconocerse la diferencia de esos quien ha tenido eI status mixtus por la mejor Constituci6n de la comunidad, política:
dos prmclpl.oS. Sobre esto, Carl Schmitt, Die geistesgeschichtIiche Lage des heutt'gen Summa Theologica, 1, II, 105, 1 (sobre esto, MarceI Demongeot. La Théorte du Ré-
ParlamentaTlsmus 1926 pág 21· F T" .
I A' ' , . , ' onmes. D emok ' d .
raue un ParlamentaTlsmus, eo gime mixte chel. Saint·Thomas d'Aquin, These Aix, 1927).
e'óI nuar~ de SchmolIer, t, 51 (1927), págs. 173 y sigs.; eI mismo, en Ia Dieta de so- EI Estado de los Príncipes absolutos deI siglo XVI desplaz6 este ideal de una Cons-
CI, °1?S emanes, 1926, pág. 35: «Propiedad privada y divisi6n de poderes son princi- tituci6n mixta y puso en vigor el ideal de la Constituci6n pura, de modo que, hist6ri-
ros Iberales, y no democráticos,» A este orden de consideraciones pertenece también camente considerada, la Teoría de la Constítuci6n pura (no mixta) aparece como la
a protesta de profesores alemane~ de Derecho, como H. Triepe1 y ]. Goldschmidt. Teorfa dei Absolutismo. Maquiavelo, que, no obstante, está por entero dentro de la
c~ntr( e1 abuso de Ia facultad legISlativa y deI absolutismo de los acuerdos mayorita- tradici6n c1ásica, dice: Un Estado duradero necesita ser, o Monarqu(a pura, o Repú-
rIOS arri~a, § 13, I, 3.. pág. 152). Incluso en los Estados Unidos, cuya Constituci6n blica pura; formas de Gobierno que entre ambas vaeilen, no pueden durar \So~ra il
~tá consCientemente ed~ficada sobre el contraste entre Estado de Derecho con divisi6n reformar lo stato di Firenl.e), Bodino es igu.almente adversario ~e las ConsUtuclOnes
e ~deres y DemocraCia, pero cuya ideología polftica hablaba hasta ahora de «Demo- mixtas, pero, sobre todo, Hobbes y su segUidor Pufendo~ (de ,ture naturae et G~­
craCia» de un mod t .. ,
, . o an Optlmlsta y tan Sln problemas, porque no necesitaba hacerse tium, VII, 5; § 12, 13, de republica irregular;, § 5 en Dtss. Academicae, 1675, pági-
cuesUón prácttcamente dei contr,aste fundamental, se reconoce hoy la 'distinci6n --comp. nas 93 y sígs.).
~. Murray Butler (La construcct6n deI Estado americano ed alemana BerHn 1927 pá Frente a esta Teoría deI Estado deI Absolutismo, la Teorfa dei moderno Estado
gma .253): «La lucha entre li?ertad. e igualdad ha come~zad~. La His~oria d~ los siglo~ de Derecho comienza con la doctrina de la forma mixta de gobierno. Los adversarios
próXImos temirá que ser eSCrIta baJo eI signo de esa amplfsima conúenda.»
de los Pr,íncipes absolutos, los llamados monarc6macos, fueron sus representantes. Cal-
204
EI demento característico dd Estado de Derecho Estado burgués de Derecho y forma política 205
vino, a cuyas palabras es preciso referir muchas importantes tesis pol.fticas d I puede resolverse ni desde d punto de vista teórico, ni desde eI práctico,
cómacos, ~~aró en la Institutio religionis christianae libra IV c 20 e os m~nar­
en una adiClón de la edi '6 d 1543 § 7 (C ' " , y por Clerto, con los principias y conceptos de una simple situaciãn de Estado de Dere-
. Co . '6 C1 n e . orpus Reforma/arum 29 1 105) que la cho. Por ello suele ser o sencillamente ignorado, u oscurecido en una mez-
nStltU~l n es, una Aristocracia o una Constituci6n templada d~ Ansto'cracia
I
mel?:
P?liCI3 (vel ~~tst~crattamJ vel «tempera/um» ex ipsa et poli/ia «statum») Sobre Lei~ ela de ideas Iiberales y democráticas, y en abstracciones tales como «sobe-
rutz'l ~omp .. lal
e ! e'áA1thusi~sJ pág. 179; sobre la doctrina de1 Status mix/~s atendida rania de la justicia» o «soberanía de la Constitución». Frente a esto, hay
eo e mpeno em o, ahr mlsmo, págs. 181 y sigs. ' que recordar que la cuestión de! Poder constituyente es ine!udible, y que
. Para el, ulterior desarroIlo de la Teoria deI moderno Estado de Derecho la doe- la respuesta a esta cuestión contesta también a la cuestiãn de la forma poli-
tr~~u~~6:nr=te es Ia surgid~ ,en. Inglaterra. Bolingbroke uni6 la doctrhut de la
:lxta de gob~rno
en la Constitu '6 'gl
c::e/ el «equilibno. (v. antes, pág. 18~) con teorias de la forma
governm~nt, en contraste con Ilmple government}j y vio
tica, mientras que la mezela de formas políticas se produce porque sólo
pueden distinguirse diversos «poderes» cuando se organizan con arreglo a
diversos principias político-formales, e! Legislativo, por ejemplo, democrá-
e1 C1 ~..,.,m. esa como realizada ya la uni6n ideal: el Rey inglés representa
ticamente; eI Ejecutivo, monárquicamente, etc.
:tico~ento monou":l,wco, la Cám~a a1~a W:O aristocrático y la Cámara baja uno demo-
M ,una forma pura, no IDIXta, tmplicarfa la arbitrariedad without controlo la
W~~;;:~\aÍ ~:g,S~~~~'r:er~a ~~spo~~mo; ~b~mocracia, por si ~ola, anarquia (M;'xed lI. Los dos principias político-formales (identidad y representación).
mixta d ' b' " oc rma eq rio de poderes y la doctrina de la forma
fi e go lerno, se mterpenetran aqui recfprocamente. Montesquieu acepta y modi- La diversidad de las formas políticas se basa en que hay dos principias
ca a s.u manera discreta estas ideas en una doctrina de la degeneraci6n d 1 f de estructura política contrapuestos, de cuya realización ha de recibir su
de goble~o; él c:ee en
que, ~1 idelll consiste una mezc1a de Aristocracia y eM:n::":r~q forma concreta toda unidad política.
y un GobJerno blen equilibr~do (Espril des lois, lib. XI y VIII). También Burke ad' 1. Estado es un determinado status de un pueblo, y, por cierto, e!
;:~~~1O en lo dem~ de Bolingbroke, reputa la Constituci6n inglesa mixed and tem- status de la unidad política. Forma polltica es la manera especial de con-
, government, onarquía limitada por Cámara alta y Cámara baja (Works V á- formación de esa unidad. Sujeto de toda determinación conceptual de! Es-
gIDfda 22a! 9)· EJn elE Fedderalisl (1788), cuyos puntos de vista se acomodan a Ia Con;ti';~n tado es e! pueblo. Estado es una situación, la situaci6n de un pueblo. Pera
e er de os sta os Unidos se . t b'én ezcl
li b ' exIge a.m 1 una m a y atemperamiento que se
d pueblo puede a1canzar y mantener de dos modos distintos la situaci6n de
ap ca, so re todo, contra la Democracia pura Por ú1wn'o tamb'én S' > eI
de I d I ' ,1 ley..:;s autor la unidad polltica. Puede ser capaz de actuaciãn política, ya en su realidad
a. mayor parte e os proyectos de Constituci6n de la Revoluci6n franc'esa tenia
tales l?ea~; comp. sus manifestaciones del aõo 1801 (en E, His Geschicble d ' inmediata -por virtud de una homogeneidad fuerte y consciente a conse-
Ichwelz.erlschen Sllllllsrechu I 1920 pág '5' nota 151)' 'I b d es nebueren cuencia de firmes fronteras naturales, o por cualesquiera otras razones-, y
Co ' '6 h "" -' -', . a ase e una uena
nstItUCI n a de ser 'democrática; la parte media aristocrática y la culmin '6 entonces es una unidad polltica como magnitud real -actual en su identi-
:onárquic~. Como ejemplo del pensamiento teoréti~o-constitucio~ de los lib~aI n, dad inmediala- consigo misma. Este principio de la identidad de! pueblo,
d ~an~ CItaremos la signiente frase de H. W. A. V. Gagem: «Está en la naturale: existente en un momento dado, consigo mismo, como unidad política, se
d~: ~nas, ~ queJimjh?yan de ejercitarse, y en la naturaleza deI poder, e1 que trate basa en que no hay ningún Estado sin pueblo, y, por elio, un pueblo ha de
, en, erse, . ara tar esas fuerzas y poderes en el Estado, el elemento monár
qUl~, anstocrát1~ y ?emocrático, de modo que se toleren entre si, la mente hum~ estar siempre realmente presente como magnitud efectiva. El principio con-
~ Idead~" y la hlstorla formado, el sistema de la Constituci6n representativa» (Uber trapuesto parte de la idea de que la unidad política dei pueblo como tal
.v
,e erlangerung der Fin,anz.perioden und Gesetz,gebungs/Ilndtllge, 1827), Esta frase nunca puede haliarse presente en identidad real, y por ello tiene que estar
c~nt1ene, no 5610 la profes16n de fe política deI Bar6n de Gagern, sino la esencia lí- siempre representada personalmente por hombres. Todas las distinciones de
oca dei Estado burgués de Derecho También F C Dahlm di PolPO/• auténticas formas políticas, cualquiera que sea su especie: Monarquía, Aris-
(§ 99 á 83 d ' . " ann co en su l/c•
.' P g. e Ia 3. ed. de 1847): .La forma de gubierno de un gran Estado tocracia y Democracia; Monarquía y República; Monarquía y Democra-
~ec:ltta para durar hallarse construída, no de elementos análogos sino de elementos cia, etc., pueden reducirse a ese contraste decisivo entre identidad y repre-
s os»; encuentra en la Constituci6n inglesa una tal mixtura Y'divisi6n.
sentació". Incluso la diferencia, antes tratada (§ 8, pág. 99), de los dos
sujetos deI Poder constituyente -pueblo, monarca-, se mueve entre am-
. 3. La Constitución dd Estado burgués de Derecho sólo conoce pro- bos principias contradictorios. Allí donde eI pueblo es sujeto dd Poder
plaIente, .~ormas d~1 C?o.bterno y Legislación, por cuanto que «Gobi~rno» constituyente, la forma política dei Estado se eneuentra determinada en la
en e s.enu o dd prInCIpIO de la distinción de poderes se diferencia como idea de una identidad; la Nación está ah!; no necesita ni puede ser repre-
E1ecu(lVo., dei I;egislativo. EI elemento dei Estado de 'Derecho no significa
J
por mlsn;o ru una Constitución ni una forma política propia. Por eso no
pue e conslderarse comprendida en él la unidad polltica como tal ni c~mo
sentada, pensamiento que presta su irrefutabilidad democrática a las expli-
caciones tan citadas de Rousseau (Contrat social III, 15). La Monarquía
absoluta es, en realidad, representaciãn absoluta, y se basa en eI pensa-
~t todo. ~n particular, d Poder constituyente queda siempre fuera de ese miento de que la unidad política sãlo puede ser realizada mediante la repre-
ementa e Estado de Derecho, y d problema dd Poder constituyente no sentaciãn. La frase: VEtat c'est moi, significa: yo solo represento la unidad
207
206 El elemento característico deI Estado de Derecho Estado burgués de Derecho y forma poUtie.

política de la Nación. En la realidad de la vida política no hay un Estado individual con derecho a voto opera como ciloyen, y no como hombre pri-
que pueda renunciar a todos los elementos estructurales del principio de la vado con intereses privados; ha de concebirse como «independiente», como
identidad, como no lo hay que pueda renunciar a todos los elementos es- «no ligado a mandatos ni encargos», y como. «repr.ese?tante del todo», x:o
tructurales de la representación. Incluso alií donde se intenta realizar una de sus intereses' privados. En ningún lugar m en mngun momen~o ha .exlS.
identidad absoluta, siguen siendo incllspensables elementos y métodos de tido una identidad absoluta y completa dei pueblo presente co.nslgo mlsm?
Ia representación, como, a la inversa, es imposible una representaci6n sin como unidad política. Todo intento de realizar una Democracl~ pura o dl-
ideas de identidad. Ambas posibilidades, identidad y representación, no recta tiene que observar esos límites de la identldad democrática;. en otro
se excIuyen entre si; no son más que puntos de orientaci6n contrapuestos caso , Democracia directa valdría tanto como disolución de la umdad po-
para la conformación concreta de la unidad política. Uno u otro predomina lítica.
en cada Estado, pera ambos se encuentran en la existencia política de un
pueblo. No hay, pues, ningún Estado sin representación, porque no hay ningú~ Estado
2. Por lo pronto, no hay Estado alguno sin representación. En una sin forma política, y a la forma le corresponde esencialmente la repre~enta~t6n de, la
Democracia directa practicada con rigor absoluto, en la que «todo el pue- unidad política. En todo Estado ha de haber ho~bres que p~edan de;c~r: L Etat c, est
blo», esta es, todos los ciudadanos activos, se reúnan efectivamente en nous, Pero representación no necesita ser creact6n de la umdad poht1ca, Es poslble
que la unidad política se produzca mediante la representación, Esta. ocurre en la me·
una plaz,ã;" surge quizá la impresión de que aqui se trata del pueblo mismo
dida dei caso en que la forma política se aproxima a la represent,aclón abs~luta, Pero
en su présencia e identidad inmediatas como pueblo, no pudiendo hablarse los procedimientos y métodos de creación y producción de la unIdad po~fuca n? son
ya de una representación. «EI pueblo reunido no representa aI soberano todavfa por si mismos forma política. R. Smend propuso ~en la ~ntes cItada dlserta·
sino que lo es él mismo» (Kant, Rechlslehre, lI, § 52). En realidad, s~ dón. § 1, I, 3, pág. 31) distinguir como formas po~ft1cas «mtegraclón» y «representa-
tr,ata en eI caso extremo sólo de todos los miembros adultos dei pueblo, y dón»' ve en eI Parlamentarismo una «forma política cn sí», porque aquí el Estado
solo en e1 momento eo que se encuentran reunidos como comunidad o como se in~egra continuamente y siempre de nuevo mediante la o?inión pú?lica, me,diante
ejército. Pero ni siquiera todos los ciudadanos activos, tomados eo conjunto, eIecdones, debates y votaciones parIamentarias, Pero toda unldad polítIca ~eces1ta ser
son, como suma, la unidad política dei pueblo, sino que representan la uni- integrada de algún modo, porque no es un producto de la natural~za~ ~mo qu~ se
dad política situada por encima de una asamblea reunida en un espacio y apoya en una decisión humana, Por eso, «integradón» no es un prmclpl~ e,spec1fico
de: forma. Pue:de verificarse -según la situad6n de las cosas, ~ la pecuharldad .del
por encima del momento de la asamblea. EI ciudadano individual no esta pueblo- tanto por representación como por métodos y proce~lmlent?S correspondlen-
presente (como siempre subraya Rousseau) en su humanidad «natural» de tes ai pensamiento de la identidad, Smend contrapone la mtegraclón, c~m~ for~a
individuo, sino como ciudadano, como citoyen. Mucho más es preciso acep· «dinâmica.» a las formas «estáticas» tradicionales. No cabe desconocer la slgmficaclón
tar en una Democracia en que se elige o vota por media del sufragio indi- fundamental dei concepto de integración. Sólo que integración no es una forma polí-
viduaI secreto, sin asamblea popular, que el individuo con derecho a voto tica, ni surge en contraste coo representacÍón, Hasta podrfa dedrse .que la .:epresen-
no 1,0 emite, según la idea inspiradora, por sÍ como persona pri~'ada, que tadón auténtica es, en su efecto, un factor esencial deI proceso de JntegraClOn. Pero
el distrito electoral no representa una demarcación acotada dentro dei Es- eso seda una consideración funcional, no formal, y mostrare~os (en III~ que repre·
tado, y que (en el sistema de elección proporcional con listas) la lista de sentar no es precisamente funcionar. Acerca dei ParlamentarISmo como, SIstema espe-
un partido no se da, con arreglo aI Derecho político, para su propio bene- cial de gobierno (no forma polftica), en § 24, pág. 294. El .Parlamentafls~o no es la
ficio, sino sólo como media para alcanzar una representación de la unidad forma de la integración, sino tan sólo, hist6ricamente co?slderado, un Clerto método
de integradón, que puede concretarse de dos maneras; mtegra a) .sólo ~a burguesía
política, única cosa esencial. Todo diputado se considera como «represen·
liberal (propietaria e ilustrada), y b) ésta, sólo en el Estado monárqUICO exIstente en eI
tante de lodo eI pueblo», es decir, como representante en sentido público.
Esta sigue siendo una nota esencial dei Estado actual, si bien en la realidad siglo XIX
práctica hace tiempo que se hizo efectiva. También en la Constitución de 3. De igual manera, no hay ningún Estado sin elementos estruc.~rales
Weimar, artículo 21, se dice: «Los diputados son representantes de todo el deI principio de identidad. EI principio formal de la representaclon no
pueblo.» Y lo mismo podría decirse con lógica necesaria de cada uno de lo.
eleclores. Así, pues, eI sistema de la eleccióh democrática se basa en todos puede ser ejecu tado nunca pura y absolu tamen te, es d~cir, ignorando aI
sus detaUés en el pensamiento de una representación. Cuando los ciudada- pueblo, siempre presente en alguna manera. Esw es y.a lmp.o~lble, ?orque
nos condérecho a voto no eligen un diputado, sino que acuden a un ple- no hay representación sin la condición de lo púbhco, m pubhcldad Sln pue-
biscito para decidir directamente sobre un asunto, y contestan· «si» o «no» blo. Por lo demás, eI concepto de representación puede ser capta~o en su
a una cuestión que se les propone, se realiza eI principio de la identidad singularidad política y jurídico-política, liberándolo dei amontonam.lento CO?
como predominante. Pera también entonces siguen actuando elementos de otros conceptos, como mandato, representación, encargo de negoclos, ~oml­
la representación, porque también aqui ha de fingirse que el ciudadano sión, etc., porque si no, romperían su singularidad ideas de Derecho pnvado
208 El elemento caracterlstico dei Estado de Derecho Estado burgués de Derecho y forma polltica 209
y de técnica económica. En Ia literatura deI sigla XIX es tanta Ia oscuridad, cos que corresponde a una parte o a la totaIidad de los súbditos, por medio de un
que s6Io con grandes trabajos se puede !legar a reconocer el sentido jurí- pequeno número de entre ellos, en su ~ombre y en cumpli~·liento .de su deber. En
dico-político en la palabra representación. parte se explicará y disculpará la confuslón que la acu~ulacl~n de lde~s de Derecho
privado y de negocios implica, por cuanto que la ~ermmologla angl~salona no. gu.sta
La dise:rtaci6n de Emil Gerber, Bonn, 1925, supone un intento de esclarecer ese de las distindones claras y agudas. Cuando se reflexlona en qué medida ha sustltUldo
concepto para la época deI liberalismo anterior a marzo (de 1848) --época que, a cau- aI pensamiento teorético-politico la referencia aI modelo inglés, no podia eSP;erar~ que
sa de la lucha entre «cepresentación» y «representaCÍón estamental» es especialmente los te6ricos de1 siglo XIX distinguieran, alH donde los ingleses no habian temdo mterés
importante y aclaratoria. Por noticia personalmente: comunicada sé que eI Dr. G. LeiO. en Ia diferenciaci6n. A esto hay que afiadir todavia que los conceptos de TeorIa del
holz proyectn una eIaboraci6n explicativa deI concepto de representación. No quisiera Estado se determinan en la lucha poHtica 5610 mediante ciertos detalles de importanda
anticiparme a 5U trabajo, y me contento aqui coo enumerar eo forma de tesis algunas táctica destacados por la situad6n de la lucha o por un interés político actual. Asf
distinciones indispensables para toda Teoda dei Estado y de la Constitución. pudo ~rrir que un concepto de tanto concenido y tan sistemático como. eI de repre-
sentación, pareciera no tener para la Teoria deI Estado otra cosa de partIcular que eI
hecho de que e1 representante no se encuentre ligado a instrucciones y man~atos de
IH. Corresponde al concepto de representaci6n lo siguiente: sus electores. Nadie se preocupó de lograr una aclarad6n sistemática de esa «mdepen-
1. La represen tad6n no puede tener lugar más que en Ia esfera de dencia» y de su conexi6n específica con el concepto de representaci6n.
/0 público. No hay representaci6n ninguna que se desenvueIva en secreto De la literatura sociológica sólo me es conocido un trabajo, si bien muy ~~r­
y entre dos personas; ninguna representaci6n que sea «asunto particular», tante, significativo para e1 concepto de representaci6n: el artI~lo de Wern~r WIttlch
Con esta, se excIuyen todos los conceptos e ideas pertenedentes en esenda en e1 homenaje a la memoria de Max Weber, t. lI, págs. 278 y SlgS.j Der S041al~ Gehalt
a Ia esfera de lo privado, deI Derecho privado y de lo simpIemente econó- von Goe/hes Roman «Wilhelm Meisters Lehr;ahre». La palabra «representacI6n» no
mico -por lo tanto, conceptos como gesti6n de negados, cuidado y repre- aparece aquI, pero reaparece siempre de nuevo en I?~ acertadfsimas obser:raciones sobre
«10 público», «persona pública» y «figurar». La cnSlS deI concepto. consiste en ~~e e1
sentacÍón de intereses privados, etc. Un Parlamento tiene carácter repre-
nobIe perdi6 su puesto representativo sin que la burguesIa estuV1era en condiCIOnes
sentativo sóIo en tanto que existe la creencia de que su actividad propia de crear una representad6n.
está en publiddad. Sesiones secretas, acuerdos y deliberadones secretas de
cualesquiera comités, podrán ser t3n significativos e importantes como se 2. La representacÍón no es un fen6meno de carácter normativo, n~ es
quiera, pera no tendrán nunca un carácter representativo. Tan pronto como un procedimiento, sino algo existencial. Representar es hac~r p;rc~ptlble
se produce el conveneimiento de que en eI marco de la actividad parlamen- y actualizar un ser imperceptible mediante un ser de presenCIa p~bhca. La
taria lo que se desenvuelve a la luz dei dia es s6Io una formalidad vacfa, dialéctica dei concepto está en que se supone como presente. lo Impercep-
y las decisiones recaen a espaldas de lo público, podrá quizá eI Parlamento
tibIe aI mismo tiempo que se le hace presente. Esta no es poslbIe con cuaI-
cumplir todavía algunas funciones útiles, pera ha dejado de ser represen- quie; espede dei ser, sino que supone una particular espede ~eI s~r. Una
tante de la unidad política dei pueblo.
cosa muerta desvalorizada o desprovista de valor, una cosa mferIor, no
En F. C. Dahlmann, Polilik, capo VI, § 139 (pág. 117 de la 3.' ed., de 1847), eI
puede ser r;presentada. Le falta la superior espeeie dei ser, que es suscep-
concepto es todavIa auténtico: «Enteramente opuesta a esta coexistencia (de los Esta- tible de una eIevad6n aI ser público, de una eXlstencla. Palabras taIes como
mentos), la Constituci6n representativa arranca deI derecho de lo público y dd lodo/ grandeza, alteza, majestad, gloria, dignidad.y honor, tratan de. acercar con
considera aI Príncipe como cabeza de una ordenaci6n estatal que, sin duda, se en- esa singularidad dei ser elevado y susceptIble de representacl6n. A'l.ue!lo
cuentra sobre él; 5610 que va todavia muy por encima de la poblaci6n y no tiene que sirve tan sólo a cosas privadas y a intereses privados puede, es cterto,
nada que ver con la soberanfa popular. Pues una poblaci6n apenas si puede tener ser representado; puede encontrar sus agentes, abogados y exponentes, pera
el propósito de tomar sobre sI e1 gobierno para ser regida por la voluntad popular, sin
echar su peso en uno de los platillos.» Uno de los pocos maestros de Derecho polftico no será «representado» en un sentido específico. O es real-p~esente o s~
deI siglo XIX conscientes de la peculiaridad de público deI concepto de representaci6n, encuentra personificado por un camisaria, encargad? de neg.ocl~S, o plem-
es Bluntschli. En su Al/gemeines Staatsrechl, I, pág. 488, explica: «La representaci6n potenciario. En la representación, por contra, adqU1~re aparlenCIa concreta
en Derecho polItico es distinta por completo a la representaci6n en Derecho privado. una alta espeeie dei ser. La idea de Ia representacI6n se basa er; que. un
Por eso, no pueden aplicarse a aquélla los postulados fundamentales válidos para ésta.» pueblo existente como unidad política tiene una alta y elevada, lDtenSlva,
Por el contrario, el concepto, p. ej., en Roberto MohI se encuentra ya por entero
transportado a lo privado-civil y puesto bajo el punto de mira de la gestión de nego-
especie dei ser, frente a Ia realidad natural de cu~I~~ier grupo huma?o con
cios; así, Staatsrecht, Volleerrecht, Politik, MQf1ographien, págs. 8-9: «Repriisentation comunidad de vida. Cuando desaparece Ia senSlbIhdad para esa slDgula-
o (!) Ver/retung» (es decir: las dos raÍces de la paJabra representaci6n, que en al~án ridad de Ia existenda politica, y los hombres prefieren otras espedes de
se emplean para distinguir la representaci6n en ambas ramas deI Derecho, pública y su realidad, desaparece también la posibilidad de entender un concepto
privada) es aquella institución que permite ejercer la inB.uencia en los negocios públi. como eI de representadón.
210 E1 elemente característico deI Estado de Derecho Estado burgués de Derecho y forma politiea 211

Así, ,p~es) el-hecho de que X actúe por media de Y, presente, o por un millar de Constituciones de la Monarquia constitucional en Alemania evitan deela-
tales V,no es representación. Uo ejemplo histórico especialmente sencillo de represen- raciones precisas, pero contienen eI mismo dualismo. Está en la 16gi~a de-
tación se da cuando uo Rey se hace representar ante etro por uo Embajador (que es mocrática de tal construcción dei Estado e! que e! Parlamento desplace,
uo representante personal- no por uo agente que despacha negocios por si). En e1 como representante verdadero o (según dice Rotteck, Vernunfrecbt, lI, pá-
sigla XVIII se distinguió eoo claridad tal «representación en sentido eminente» de otros gina 237) «natural» de la unidad política ai otro representante. Teorética e
fen6menos de representación.
En el difundido Tratado de Derecho internacional de Vattel (Droit deI gens l edi-
idealmente, estaba en ello la debilidad propia de la Monarquia constitucio-
dón de 1758, I, pág. 42) se dice: «EI carácter representativo de! soberano se basa nal. A pesar de toda la confusión existente en el uso de la palabra «repre-
eo que representa a su Nadón; eoo este, reúne el Monarca en 5U persaDa toda la Ma- sentación», puede reconocerse siempre la significación política central dei
jestad que compete a la Nadón como cuerpo unitario.» «Telle est I'origine du Carac- concepto.
tere représentatif que l'on attribue au Souverain. Il représente sa Nation dans toutes les
allaires qu'il peut avoir comme Souverain. Ce n'est point avilir la dignité du plus grand La representaci6n pertenece a la esfera de lo político, siendo. en su esencia, una
Monarque que de lui attribuer ce caractere représentatif; au contraire, rien ne le ré- cosa existencÍaL No puede ser comprendida mediante subsunciones bajo normas gene-
leve avec plus d'éclat: Par-Ià le Monarque réunit ·en sa Personne toute la Majesté qui rales. La MonarquIa deI siglo XIX trató de sostenerse, teorética e idealmente, en el
appartienl au Corps entier de la Nation.» En otro lugar (II, págs. 304-5) habla deI principio de la legitimidad, por tanto, en una base esencialmente normativa. Con ello
carácter representativo de los agentes diplomáticos, de los Ministres publiques/lo dis- perdIa su carácter representativo. Legitimidad y representaci6n son dos conceptos com-
tingue de los negociadores, de los comisionados, y define: «Lo que se llama carácter pletamente distintos. La legitimidad por sf sola no presta base ni a la autoridad, ni a la
representativo por excelencia es la aptitud' dei Ministro para representar a su senor potestas, ni a la representaci6n. En la época de su existencia política más intensa, Ia
en lo que se refiere a su persona y dignidad.» Estas determinadones conceptuales se MonarquIa se llamó absoluta,. esta significaba legibus solutus: precisamente Ia renuncia
hallan en el fondo de la regulación deI rango de los agentes diplomáúcos de 19 de a la legitimidad. EI intento deI siglo XIX, de restaurar la Monarquía a base de la legiti-
mayo de 1815 (acta dei Congreso de Viena, apéndice d), art. 2): «Les ambassadeurs, midad, era sólo un intento de estabilizar juridicamente un status quo. Faltando la
légats ou nonces ont seuls le «caractere representatif» (Strupp, Documents, I, pág. 196). fuerza política para formas vivas de la representación, trató de asegurarse normativa-
Reconocen especial significadón para Ia Teoría constitucional, ya que expresan una mente, y transportó a la vida política conceptos que, en esencia, son de Derecho
idea deI sigla XVIII que pasó directamente al Derecho constitucional de la Revolución privado (posesión, propiedad, familia, derecho hereditario). Lo que aún vivIa históri-
francesa. En esta Iínea histórica ha de entenderse el postulado de la primera Constitu- camente deI principio formal de la Monarqufa, no estaba en Ia legitimidad. EI ejemplo
ción revolucionaria de 1791: la Constitución francesa es representativa; son represen- de la Monarquia poHticamente más fuerte, el reino de Prusia, es para esto bastante cla-
tantes, el cuerpo legislativo y eI Rey (tit. III, art. 2, § 2), mientras que se dice de los ro: una MonarquIa que no es sino «legItima», está ya, por eso, política e hist6ricamente
administrateurs (tit. III, capo IV, seco II, art. 2) que no tienen caractere de représen- muerta.
tation.
3. La unidad política es representada como un todo. En esa represen-
Sólo" a base de ese significado de la representación puede entenderse tación hay algo que va más aliá de cualquier mandato y de cualquier fun-
también la lucha que en Alemania tuvo lugar durante e! siglo XIX a1rede- ción. Por eso, no es representante cualquier «6rgano». Sólo quien gobierna
dor de la Constitución representativa. Los hombres de Estado de la Restau- tiene parte en la representación. EI Gobierno se distingue de la Adminis-
ración monárquica captaban e! sentido político de! concepto e intentaron tración y de la gestión de negocios en que representa y concreta el principio
poner una representación de intereses estamentales en lugar de una «repre- espiritual de la existencia política. EI Gobierno, según Lorenzo von Stein
sentación dei Pueblo». De este modo se despojarlan de su valor político (Verwaltungslebre, pág. 92), lleva en si «los principios»; actúa «en nombre
las demandas de la burguesia liberal. En el artículo 13 de! Acta federal de de la idea de! Estado». Mediante esa especie de existencia espiritual, se
Viena se sustituye por eso, intencionalmente, la expresión Constitution re- distingue, tanto de un comisario establecido, como, por la otra parte, de
presentative por la expresión «ConstitucÍón estamental». La violenta con- un opresor violento. Con ideas de Justicia, utilidad social y otras norma ti-
troversia sobre esta diferencia serla inconcebible si no se hubiera tratado vidades, no puede comprenderse el hecho de que el Gobierno de una co-
dei objeto político litigioso propiamente dicho. Cuando una corporación munidad ordenada sea cosa distinta dei poder de un pirata, pues tódas esas
se enfrenta como representante de todo e! pueblo, con e! Rey, ello con- normatividades pueden también corresponder aI pirata. La diferencia con-
mueve el principio monárquico, pues este principio se basa en que el Rey siste en que todo Gobierno auténtico representa la unidad política de un
solo y en forma absorbente representa la unidad política de! pueblo. En pueblo -no ai pueblo en su realidad natural.
una situación transitaria e intermedia se puede intentar poner, uno junto
a otro, dos representantes de la «Nación», es decir, deI pueblo politica- La lucha por la representación es siempre una lucha por el poder polftico. En la
mente unido: Rey y Parlamento. Tal es e! pensamiento de la Monarquia Monarquia constitucional de Alemania el Parlamento era por eso «Representación
constitucional; en eso consiste su «dualismo». La Constitución francesa (Vertretung) populsr», pera no Ilegaba a ser representante de Ia unidad polftica deI
de 1791 se basa en ·ese principio, y lo expresa con especial claridad. Las pueblo. En K. Rieker (Die recbtliche Natur der modernen Volksvertretung, Leipzig,
212 E1 elemento cantcterf,tico del Estado de Derecho Estado burgués de Derecho y forma política 213
189.3. pág. 53) se en~entra la sigui.ente definíci6n para la Representaci6n popular en un grupo mayor que la ha formado por razones técnicas y prácticas. EI ParIamento,
los Elsta~os monár~ulcos de ~emanIa: «Es un Colegio formado de cierta manera por como representante dei pueblo, no es una comisión dei pueblo o dei cuerpo electoral.
los SUbdl;OS,. Colegto que, en vll'tud de una ficci6n legal, es todo el pueblo, el conjunto La palabra «6rgano» debe ser evitada aqui. Debe su privanza, en parte, al preten-
de 10.5 5ubdlto~.» Aqui se ignora que todo el pueblo es la unidad política, pero, en dido contraste frente a ideas mecanicistas e individualistas-privadas, pero también, en
cambIo, el conjunto de los súbditos en la Monarquia no debe ser la unidad politica. parte, a una equ[voca falta de c1aridad que I?ermite disolver distinciones diHciles como
representaci6n de Derecho público y de Derecho privado, comisi6n, etc., en una pe-
. 4. EI r~prese~tante es independiente; por eso, no es oi funcionario, numbra general. Para la critica de la al?Hcad6n de ese concepto de G. Jellinek,
m agente, m coml~ario. En contraste con representante1 Ia Constitución comp. Carl Schmitt, Die Diktatur, pág. 141j además, H. Heller, Die Souveranitat, Ber-
francesa. de 17~1 dlce con una frase de valor teórico general, respecto de lln, 1927, pág. 60; Duguit, VElal, I, pág,. 8, 238 y ,ig,.: Barthélemy, ob. cit., pá·
ginas 25 y sigs. Por desgracia, tampoco las investigaciones histórico-jurídicas de
Ia Admmlstraclón: «Las personas a quienes se confia Ia Administración Gierke, en cuanto afecta ai Derecho público, y sobre todo a ese concepto de represen-
de! E~tado no tienen carácter representativo. Son agentes» (tít. lU, capo IV, tación, son siempre claras. En las explicaciones deI AI/husius, págs. 214 y sigs., se
seCClOn ~, arr.- 2). Según e! artículo DO, 1, de Ia Constitución de Weimar, emplean indistintamente los conceptos «representaci6n», «vicem gerere», «mandatum»,
los funclonanos son «servidores de la comunidad», y, por tanto, no re- «commissio», «autorización», «Vertretung». El que en la literarura histórlca alH tratada
presentantes. se diera esa acumulaci6n no es razón para continuarIa, sino que más bien acentúa la ne-
cesidad de poner claridad. La frase de Cusanus que Gierke cita, pág. 216, nota 15,
Ya h~~16 Rousseau en el Contrat social de agentes y comisarios, que s610 tienen como primer ejemplo deI empleo de la palabra «representación» (et dum simul conve-
una comlsl6n de negoc.ios (emploi), y son simples funcionarias (ojjiciers), a diferencia niunt in unu compendio representativo totum imperium collectum est) muestra ya
de un represe~tante (hb. I, caps. 1 y 18). La diferencia era también patente para la algo esencial: que lo representativo no estriba en una representaci6n jus-privatista
A~~b~ea . nacIOnal de 1787: La dificultad estaba s610 en que era necesario unir d cualquiera, sino cn la representación de la unidad dei lodo. La doctrina absolutista no
prmClpIO de la representaci6n con los principios de una Constituci6n coo distínción se encuentra tan ale;ada dei pensarniento de la representaci6n como Gierke, penetrado
de poderes. Sólo la Nación, esto es, el pueblo como un todo, es representada. Por deI sentido deI siglo XIX liberal, supone, sino que tan sólo reserva al príncipe la repre-
eso, no se pued~n representar tres «poderes» dentro de la misma unidad polftica. Por sentaci6n de la unidad política. Por lo demás, ese absolutismo comprendi6 con mucha
otra . part~, d tltul~r de un «poder», de un pouvoir, es más y cosa distinta de un claridad y energia el pensamiento de la representación, y s610 por eSQ fueron posibles
funCIonarIa, r se ~Ice de él que rep~esenta al «poder». Se aduda que podIa hablarse las transposiciones (desde el monarca a la Representación popular elegida) de la Rcvo-
de una rep:esentaclón allf donde un mdividuo o una corporación ejerda una voluntad luci6n francesa y del siglo XIX.
por la Nacl6n como ~n todo (asf Barnave, Arch. pari., XXIX, pág. 331), y se deda:
e1 represe~uante no tlene s~l~ una funci6n, sino un «poder». Roederer r Robespie- 5. También e! prlncipe absoluto es sólo representante de Ia unidad
rr: (ob. Clt., ~ágs. 324-5) dlstmguen los pouvoirs représentatifs de los pouvoirs com- politica deI puebIo; éI solo representa aI Estado. Como Hobbes dice, e!
'".'S,' el pouvOtr représentatif es «égal au pouvoir du peuple». e independiente. Tam- Estado tiene .su unidad en la persona de un soberano»; es .uniled in
blén. K. Loewenstein, Volk und Parlament nach der Staatstheorie der jranzõsischen lhe Person of one Sovereign». La representaci6n produce Ia unidad, pero
Na/Ionalversammlung von 1780, Munich, 1922, pág. 243, observa d contraste de re--
presentaci.ón y divisi6n de poderes cuando dice: «EI principio representativo no es un lo que se produce es siempre, tan 5610, Ia unidad de un pueblo en situación
con;~pto IOmanente de. l~ d~visión de poderes como ta1.» Representaci6n es un principio politica. Lo personaI de! Estado está, no en e! concepto de Estado, sino
polItlco-jormal; y la dlsrm.clón de poderes, un método de utilizaci60 de principios for- en Ia representación.
males opuestos en benefiCIO del Estado burgués de Derecho. La dificultad de vincular
represent~ción y divisi6n de poderes, sólo puede resolverse distinguiendo ambos ele- El valor de la representaci6n está en que los caracteres de publicidad y persona-
mentos ce 'Jna Constituci6n moderna y aislando el principio de la división de poderes lidad dan a la vida poUtica su carácter. Cosas temidas, «diplomacia secreta)) y «régi-
~specto .'de! elemento ~Htico de la Constitución. Los principios formales propiamente men personal. han desacteditado ese sistema. Sin embargo, no puede pasarse por
d.lC~OS slgnlfic~, esenClalmente como tales, unidad, lo contrario de división y diferen- alto una cosa al menos: que la diplomacia secreta de quienes tienen poder público
claClón. En el lOt~n~~ de establecer un gobiemo parlamentario y aplicarle, sín embargo, es un juego inofensivo en comparaci6n de la diplomacia pública que cultivan por me-
los métodos de d1VIslón y contrapeso de poderes, se ve bien la vinculaci6n contradic- dia de sus agentes quienes tienen un poder secreto.
toria de ambos principios (abajo, § 24, pág. 294). Cuando d representante es tratado
como. un si.mple representante de Derecho privado, que por !aZones prácticas (porque 6. En resumen, puede decirse: eI Estado se basa como unidad politica
serra Imposlble a todo~ los electores reunirse siempre y al mismo tiempo en un lugar), en una vincuIaci6n de dos contrapuestos principios de formación, eI prin-
toma ~ .su cargo los lntereses de esos eIectores, ya no har verdadera representación. cipio de Ia identidad (dei pueblo presente consigo mismo como unidad
No qUI~lera yo hab!ar (como J. Barthélemy, Le r6le du pouvoir exécutif, 1906, pág. 41) política, cuando, por virtud de propia conciencia política y voIuntad nacio-
de semlrrepresentaclón, sino que, en interés de la claridad científica, tratada de devolver nal, tiene aptitud para distinguir entre amigo y enemigo), y eI principio
a la pala?~a un sentido preciso y limitarIa a representar la unidad política como tal. de Ia representación, en virtud dei cua! Ia unidad política es representada
Una comm6n no repreSenta sino que es exponente sujeto a dependencia respecto de
por e! Gobierno. Aplicación dei principio de Ia identidad significa tenden-
214
El elemento característico del Estado dt. Derecho
Estado burgués de Derecho y forma poUúca 215
cia aI ~1~i1:,um de gob~erno y de ~rección personal. Cuanto más se aplique
ese prl..nclplO, ,tanto mas ~e. practlca la resolución de los asuntos políticos tante es que Aristóteles reconOCe en la doctrina de la «Polida» aI verda-
«po: ~l», graclas a un maXlmum de homogeneidad, naturalmente dada o dera Estado como una vinculación de dominadores y dominados, de (iPXnv
hIst;>flCamente alcanzada. Esta es la situación ideal de una Democra~ia, y ,xPXEcrOat. La simultaneidad de dominadores y dominados, de gobernan-
s~gun la supone Rousseau en e! Contrat social. Se habla aqui de Democra- tes y gobernados, significa una vinculación de ambos principios: represen-
cI,a dlrecta 0. pura, siendo de ~bse~var respecto de esta expresi6n que, pro~ tación e identidad, sin los que es imposible un Estado.
pIamente, solo hay DemocracIa dlrecta, y lo indirecto no surge más que
IV. La Constitución moderna consiste en una vinculaci6n y mezcla
por /a mezela de e1~mentos formales representativos. AIII donde todos están de principias dei Estado burgués de Derecho con principias político-for-
C?O orme~, la decls16n ~a. de producirse espontáneamente, sin cliscusión y males. Las derivaciones y efectos de los principias polfticos, son temperados
SIn esenclales c~:mtr~~OSlclOnes de intereses, porque todos quieren lo mis- y limitados de particular manera por los principias de! Estado de Derecho.
mo. Pera e~a SltuaclOO ha de considerarse como sim pIe construcción ideal Los Estados de esa Constitución moderna son: o Monarquías constitucional-
del pe?~amlen.to, no como realidad histórica y polftica. EI peligro de una mente limitadas (Monarquías constitucionales), o Democracias constitucÍo-
apllcaclon radIcaI deI principio de la identidad estriba en que ha de /in- naimente limitadas (Democracias constitucionales). También se aprovechan,
g~rse el ~upu~sto esenclal, la sustancial homogeneidad de! pueblo. EI má- según mostraremos, en seguida, elementos formales aristocráticos en el
XImo de ldenu?ad no se da, pues, realmente, pera si eI mínimo de gobierno. moderno Estado constitucional.
La ~onsec~,:nC1a es qu~ un .~ue?lo vue!ve a caer, desde la situación de exis- 1. No puede decirse que la burguesia, cuando luchaba en Europa por
tencla pohtlca, en la Sltua~lOn 1Ofrapolítica, lIevando una existeneia simple- su Estado de Derecho, prefiriera definitivamente uno de los dos principias
me~t.e cultural, c: econónuca, o vegetativa, y sirviendo a un pueblo ajeno político-formales, identidad o representación. Luchaba contra toda espeeie
~oht;,cament~ acuvo. Por e! contrario: un máximo de representación signi- de absolutismo estatal; tanto contra una Democracia absoluta como contra
carla un, n;taXlmo de gobiernoj en tanto que pudiera actuar, se arreglaría una Monarquía absoluta; contra la identidad extrema, como contra la ex-
con un mlmmo de homo~eneidad dei pueblo, formando una unidad polftica trema representaeión. En la medida en que propugnaba ciertas institueiones
con grupos hu~anos, naclOnal, confesional o clasistamente distintos. EI pe- políticas más aliá de las simples exigeneias moderadoras y temperadoras
hgr~. de esta SltuaclOn conSISte en que es ignorado e! sujeto de la unidad propias dei Estado de Derecho, su finalidad era eI «sistema parlamentario».
polluca, eI pueblo, perdlendo su contenido el Estado, que no es nunca más Este sistema es la exigeneia política propia de la burguesia liberal. Se basa,
q.ue unblPueblo en SltuaClón de unidad polftica. Seria entonces un Estado como después, aI discutir los distintos principias formales, se verá más ai
sm pue o, una res populi sin populus. detalle, en una peculiar vinculaeión, contrapeso y re!ativizaeión de elemen-
~odas las divisiones de las formas políticas pueden reducirse a la dif tos formales .y estructurales, monárquicos, aristocráticos y democráticos. Es
re~Cla de ~mbos principi?s f?rmales. La división tradicional de Monarqui~ significativo desde los puntos de vista histórico y de la Teoria de! Estado,
~rIstocracla y DemocraCIa tlene verdadera sustancia y afecta a algo esen- e! que ese sistema precisamente haya adaptado e! nombre de «sistema re-
clal, po~que puede remitirse ai hecho de que en esas tres formas políticas presentativo» o «Constüución representativa», designándose durante el si-
predom1Oa ~e una manera distinta uno de aquellos dos principias formales. gla XIX en casi todos los palses europeos e! Estado liberal burgués de Dere-
EI sIm pIe n~m~r~ que d~ ?~cho constituyan los dominadores o gobernantes cho con gobierno parlamentario como un Estado de «sistema representa-
no es un pnncl~lO de divlSlón adecuado y no se requiere ninguna especial tivo». Ya Kant, que también para esta es un representante típico de!
~gu?,:za para Cflucar: cuando se dice que en la Monarquia domina un solo pensamiento dei Estado burgués de Derecho, deda: «Toda verdadera Repú-
mdiv~d?~: en ,Ia Af1S~ocracia varias y en la Democracia muchos o todos. blica es, y no puede ser otra cosa, un sistema representativo de! pueblo
La dlvlslOn solo. es Clerta cuando en Ia palabra «dominar» o «regir» se para cuidar de sus derechos en nombre de! mismo, por media de todos los
enc~~ntra contemda la figura de! representar, la representación de la unidad eiudadanos unidos y a través de sus diputados» (Rechtslehre, § 52; Vor-
pohuca. En la Democracia son muchos o todos los que representan en ldnder, pág. 170). Cabe preguntar si esa Constitueión burgue~a represen-
tanto que todo electo.r" todo ciudadano con derecho a voto, deba ser, s~gún tativa significa una forma polftica. Parlamento o representaclón popular
antes. (en. 1) se expllco, representante independiente de! Todo. Pera esta suponen siempre en esas ideas una auténtÍca representacÍón de todo el Pue-
part~clpaclón ~e todos los ciudadanos en eI Estado no tiene en la Demo- blo, es decir, deI Pueblo polfticamente unido, de la Naeión. EI Parlamento
craCIa e! senudo de!. repre~entar, sino la produoción de la identidad dei no se concibe todavía como una comisión de representantes de intereses.
puebl.o ~resente conSIgo mlsmo como unidad política. Bien entendida, y Se afirma con gran decisión ese carácter representativo de la Representación
presCll~dlendo de ~as, exterioridades de aquella división numérica, la Teoria popular frente aI Rey, en tanto que éste cuenta como representante de la
de! E,~,tado de Anstoteles conserva su signiJicación clásica. Lo más impor- unidad polftica. El diputado es, para la idea de! viejo Liberalismo, un hom-
bre seleceionado por su inteligencia y preparación para cuidar sólo deI Todo
216 Estado burgués de Derecho y forma policica 217
EI elemento característico dei Estado de Derecho

politico en cuanto tal. Este tipo ideal de diputados merece ser considerado mente lo no-democrático en esa «Democracia». En tanto que el Parlamento
p.a,ra la ~eorla constituc!onal, pues de él recibe el Parlamento la significa- es una representaci6n de la unidad política, se encuentra en contraposición
Clon de elIte representaUva, y no es sólo históricamente cierto para el Par- con Democracia. Pero la exigencia liberal de una tal representación se di-
lam~nto inglés, con relación al cual hicieron esa afirmación, por ejemplo, rigía, hist6ricamente considerada, en la realidad política concreta, contra
GnelSt (Engitsche Verfassungsgeschichte, pág. 709) y Hasbach (Die paria- el monarca absoluto que actuaba como representante exclusivo de la unidad
mentarzsche Kabinettsregierung, 1919, pág. 261), sino también en el terre- política. A este representante se le colocaba enfrente un segundo represen-
no de .Ias ideas, el concebir al Parlamento como una Asamblea aristocrática tante, e! Parlamento. Como representante del pueblo (si bien no puede
u ohgarqUIca. Sólo con relación y en contraste respecto a la Monarquia ab- darse, en verdad, más que una representación de la unidad política de! pue-
soluta, podia aparecer como algo democrático. Junto con el poder de la blo como un todo), surgido de la elecci6n del pueblo, hablaba y actuaba
Mo?arqula! y a consecuencia de la creciente democratización, declina ese ese Parlamento frente al Rey sólo en nombre del pueblo, pero no repre-
caracte~ anstocrátlcor r~presentativo. EI diputado se convirtió en agente sentaba la unidad política en virtud de su propia existencia, ni con inde-
dependiente de o:garuzaClones de electores y de intereses; el pensamiento pendencia plena, aun cuando podia afirmarse frente aI pueblo que el Par-
de la representaclOn desapareció ante el principio de la identidad inmediata, lamento es representante «independiente». Era a todas luces una delicada
que se habla aclara.do. a las grandes masas como algo evidente por si mismo. situaci6n intermedia, y s610 un tránsito. Cuanto más decaía el antagonista,
Pero J;'ara e! conOClmlento de! Parlamentarismo y de la «Constitución repre- la representadón monárquica, tanto más decaia también la representación
sentaUva. burguesa es necesario recordar el carácter aristocrático funda- del Parlamento, y el cuerpo representativo se transformaba en una comisión
mental. de las masas electorales. Desde que el Parlamento hubo cesado de repre-
. 2. C~ando R. Smend caracteriza al Parlamentarismo como forma poli- sentar frente al monarca, se vio colocado ante la tarea política de represen-
uca.especlal (arrIba, pá.g. 207!, coincido con él sólo en tanto en cuanto que tar la unidad política, ahora con la misma decisión frente aI pueblo, es
el sIstema parlament~rto conuen: una peculiar relativizaci6n, vinculaci6n y decir, sus propios electores, y mantenerse independiente de elIos. En esto
mezcla -<:orrespondiente a los mtereses especiales deI Estado burgués de habla una gran dificultad, pues la elecci6n puede, es cierto, crear una repre-
De~echo-. de principios político-formales y elementos estructurales. Si se sentación auténtica, y es un método deI principio aristocrático cuando tie-
aplica al sIstema. parl~mentario la distinción entre los dos principios poli- ne e! sentido de determinar una selecci6n de los meiores, cuando su direcdón
uco-f?rmales de ldenudad y representación, se ve que hay aqui una forma va de abajo arriba y los elegidos son los superiores. Pero la e!ección puede
esp~clal de representaci6n. EI dominio deI Parlamento es un caso de Aristo- ser también, a la inversa, simple nombramiento de representantes de inte-
c~acla (o, :n la forma de subespecie: Oligarquia). La Aristocracia es, en reses y agentes. Entonces la direcdón va de arriba hacia abajo, esto es, que
CI~rto senud~, una forma "!,xta de gobierno. En la doctrina de la forma el elegido es subordinado dependiente deI e!ector. En tanto que organiza-
m1Xta de goblerno aparece S1empre como una forma especialmente recomen- ciones permanentes de partido dominan aI Parlamento, como entidades fir-
dable, porque ocupa el punto m~o entre Monarquia y Democracia, y por mes siempre presentes, se encuentra aquél sometido a las consecuencÍas de
eso envuelve ya una mezela. Tamblén en el antes citado juicio de Calvino la Democracia directa, y ya no es representante. Pero mientras el Parla-
por eJemp~o, se l~ ~refiere a otras formas politicas. La forma politica de b mento se correspondla con los supuestos de una representaci6n auténtica
Anst?cracI.a se ~stmgue de la Democracia en que, por contraste con su -tal era, todavia, el Caso en el siglo XIX-, podia verse en e! sistema par-
ld:nudad mmediata, .se basa en una representación; pero, por otra parte, lamentario una forma política de carácter aristocrático. La peculiar situación
ev1t~ una rep:e~entaclón tan absoluta y absorbente como la representación política deI liberalismo burgués -<olocado entre la soberania de! principe
~edlante un umco ho~bre, la Mon.arqula; también priva de su consecuen- y la del pueblo-, encontró su expresión en esa forma politica intermedia.
Cla extrema al, p:rsonaJ.ismo a que uende una representación, pues ya no es También aqui persiste la mezcla y relativización de los principios for-
una persona umca qUIen representa. AsI la Aristocracia puede aparecer males, que es característica de la Constitución del Estado burgués de Dere-
como un t~rmino medio y moderado entr~ dos extremos. Montesquieu ati- cho. No es que se establezca una Aristocracia pura. Lo aristocrático es aqui
naba t:un~lén aqui con algo esencial cuando designaba la moderación como s610 un elemento formal, junto a atras; el sistema parlamentario no es una
el ~~rmclplo de la ;'\ristocracia •. La representación envuelve el contraste forma polltica propia, sino un contrapeso de formas opuestas que utiliza
decl~lvo frente alprmcipio democrático de la identidad; la lIamada «Demo- elementos formales, democráticos y monárquicos, para el fin de la distin-
craCIa representatIva. es, por eso, la típica forma mixta y de compromiso ción de poderes. Para el Ejecutivo utiliza formas de organizadón monárqui-
-;-10 que, por .10 demás, se manifiesta en cada detalle de su aplicación orgá- cas: un Rey o un Presidente cuyas iacultades se robustecen mucho en inte-
ruea ..Es muy mexacto tratar a la Democracia representativa como una sub- rés de la distinción y contrapeso de «poderes». Un Jefe de Estado, como
espeCle de la Democracia (como Rich. Thoma en el homenaje a la memoria jefe dei Ejecutivo, corresponde por necesidad a todo este sistema, e incluso
de Max Weber, 1923, II, págs. 39 y sigs.). Lo representativo es precisa- puede construirse como un representante del pueblo frente al Parlamento,
218 El elemento caracterÍ5úco dei Estado de Derecho
Secci6n tercera
así que induso en Repúblicas de principio democrático vue!ve a aparecer EL ELEMENTO POLITICO
el dualismo de la monarquía constitucional (Rey y Parlamento como dos
representantes de la Nación). También e! Presidente de! Reich, en la Cons-
DE LA CONSTITUCION MODERNA
titución de Weimar, tiene carácter representativo; por esa razón es elegido,
según e! art. 41, C. a., por todo el pueblo alemán; tarnbién es él quien
representa hacia e! exterior aI Reich alemán (art. 45, C. a.). Como un otro
elemento aristocrático, pero indepenruente, se anade en algunas CanstÍtu-
ciones la institución de una Cámara alta o Senado con diversas fundamen-
taciones.y construcciones (abajo, § 23), diciéndose en Constituciones tfpi-
cas de! Estado de Derecho, como la belga de 1831 (art. 32), que los miem-
bras de ambas Cámaras «representan a la Nación». Por último, e! principio
democrático encuentra su aplicación, sobre todo, en la legislaci6n, y eso
cuando e! pueblo, esta es, los ciudadanos con derecho a voto, no sólo eli-
gen, sino que también deciden de manera inrnediata cuestiones objetivas
a través de! plebiscito. Concurren, pues, todos los elementos formales, pera
relativizados y contrapesados, siendo esta vinculación y mezda lo esencial
para la moderna Constitución deI Estado burgués de Derecho y su sistema
parlamentario.
Una teoría constitucional de! actual Estado burgués de Derecho nece-
sita, pues, dentro deI segundo elemento de la Constitución moderna, den-
tro de los elementos político-formales, discutir, una por una· en particular,
estas formas: Democracia, Monarquía y Aristocracia, para comprobar los
elementos de la mezda de formas y entender bien así, en su peculiaridad,
su vinculación típica: el sistema parlamentario.
§ 17
LA DOCTRINA DE LA DEMOCRACIA.
CONCEPTOS FUNDAMENTALES

I. Ojeada sobre algunas determinaciones conceptuales.

1. La relación de Democracia y República. Democracia es una forma


política que corresponde aI principio de la identidad (quiere decirse iden-
tidad del pueblo en su existencia concreta consigo mismo como unidad p0-
lítica). EI pueblo es portador deI Poder constituyente, y se da a si mismo
una Constitución. Junto a esto, la palabra Democracia puede indicar un
método para el ejercicio de ciertas actividades estatales. Entonces designa
una forma del Gobierno o de la Legislación, y significa que en el sistema
de la distinción de poderes, uno o varios de éstos, por ejemplo, la Legisla-
ción o el Gobierno, se organizan según principias democráticos con una
participación lo más amplia posible de los ciudadanos.
Democracia como forma política significa también, según la terminologia
actual, República. Para el Gobierno o la Legislaci6n pueden ligarse elemen-
tos estructurales democráticos con el mantenimiento de un monarca here-
ditario; una parte de la actividad estatal se organizará democráticamente, y
otra, monárquicamente; entances el Estado será designado casi siempre
como Monarquia. S, puede decir entonces, con J. Bryce, que «hay bastantes
Repúblicas que no son Democracias, y algunas Monarquias, como Gran
Bretaiía y Noruega, que son Democracias» (Democracias modernas, I, edi-
ci6n alemana, pág. 22). Sin embargo, suelen ir confundidos ambos concep-
tos en las exposiciones del Derecho político democrático. «República» ya
no designa (ai igual de «Policia») el Estado ideal en el sentido de Aristó-
teles y Santo Tomás.
La palabra «República» adapta desde Maquiavelo el significado nega-
tivo de contraste con Monarquia como forma política. En la terminología
221
La doctrina de la democracia 223
222 El elemento polftico de la Constituci6n moderna
La distind6n entre libertad e igualdad se encuentra en la base dei libra de W. Has--
de los teorizadores deI Estado burgués de Derecho, en Kant, significa: eI bach, Die moderne Demokratie, 2.- ed., 1923, como distinci6n entre Liberalismo y
Estado de Derecho con división de poderes, colocándose asl en cantraposi- Democracia. Esta obra trata el problema con materiales primarias e interesantes, pero
ción a todo «absolutismo», sea monárquico o democrático' (arriba, pág. 201). sin una sistemática de Teoria dei Estado; adolece de las tendencias polémicas, antide-
«República» conserva aqui todavia algo de la significación ideal de la tra- mocráticas, deI autor. R. Thoma (ob. cit., pág. 39) presenta igualdad y Iibertad como
dición clásica. principios democráticos, y trata la Democracia en general, quedando, pues, sin distin·
guir, tanto Democracia y Estado burgués de Derecho como los principias político-
Para la 16gica de la formaci6n conceptuaI jurfdiccrpolítica es de singular interes formales de Democracia (identidad) y Representaci6n. Sobre el ooncepto «Democracia
que la forma presentada como normal, determina per negationem la otra forma. Para representativa», arriba, pág. 216.
Maquiavdo, p. ej., todos los Estados que 50n Monarquías 50n Repúblicas (Prínci-
pe, capo 1); para Richard Thoma, por el contrario (ob. cit., pág. 44), todos los Estados Otras definiciones de Democracia son: «Gobierno dei Pueblo por d
que no 50n Democracia 50n «Estados de privilegias». La concepción de Kant corres- Pueblo», «imperio de la opinión pública» (government by public opinion),
pondiente al Estado burgués de Derecho re1ativiza todos los principios poIítico-formales o: una forma política en que «el sufragio universal es el fundamento dd
aI convertirlos en medias orgánicos del equilibrio de poderes.
todo» (asl, R. Thoma). Todas estas definiciones o caracterizaciones exponen
sólo diversos momentos o efectos de! principio democrático de igualdad,
2. La mayor parte de las definiciones de Democracia hablan de un cuando es preciso deducir la significación propia de cada uno de esos as-
,<imperio de la mayorla». Esa mayoría es la de los lIamados ciudadanos pectos de una discusión sistemática dei concepto democrático fundamental:
activos, es decir, con derecho a voto. No necesita en si misma ser ni la ma·
yoría de los súbditos dei Estado, ni la mayorla de los habitantes de su la igualdad.
4. La mayor oscuridad surge de que eI concepto de Democracia, como
territorio. Modernamente se ha afiadido, sin embargo) que no basta eon que
tantos otros conceptos políticos, se ha convertido en un concepto ideal
«impere» la mayoría de los ciudadanos activos, sino que, además, es pre-
muy general, cuya pluralidad de sentidos abre plaza a otros diversos idea-
ciso que tenga derechos ciudadanos la gran masa de la población. No debe
ser suficiente con que se decida por mayorla dentro de una minoria que les y, por último, a todo lo que es ideal, belIo y simpático. La Democracia
tiene a su disposición una masa de gentes privadas de derechos, o de esela- se ha ligado e identificado con liberalismo, socialismo, justicia, humanidad,
vos. Bryce (ob. cit., pág. 23) exige que la gran masa de toda la poblaci6n, paz y reconciliación de los pueblos. Así, el Ministro socialdem6crata docror
«alrededor, ai menos, de las tres cuartas partes», tenga derechos ciudada- David deda en la Asamblea nacional de Weimar: «Es libre el camino para
nos; R. Thoma (ob. cit., pág. 43), que todos los nacionales gocen de libertad toda evoIución legal pacífica. En esto consiste Ia más auténtÍca Democra-
personal. Cuando se habla de «mayorla» puede hacerse referencia a muy cia», observación que Konrad Beyerle cita con aplauso (Die Verfassung des
distintas elases de mayorla, a saber: a) la mayorla de los ciudadanos activos deutschen Reiches, Munich, 1919, pág. 7).
participantes en el sufragio; b) la mayorla de todos los ciudadanos acti-
Esa ilimitllda ampliad6n dd concepto de Democracia hacia un concepta ideal
vos, sin atender a si participan o no en el sufragio; c) la mayorla de los súb- general se encuentra, tanto en liberales burgueses, como en socialdem6cratas. Liberales
ditos dei Estado; d) la mayoría de la población de un Pais. como L. T. Hobhouse (Democracy and Reaction, 2: ed., Londres, 1909, pág. 140)
3. Se suelen citar juntos, como principias democráticos, los de igual- designa la Democracia como «apIicaci6n de principias éticos a la política», lo que, en
dad y libertad, cuando en realidad esos dos principias son distintos y con verdad, es precisamente liberalismo. Jaures describe la Democracia como justicia, hu-
manidad, liga de Naciones y paz, concepci6n que es característica deI social·liberalismo
frecuencia contrapuestos en sus supuestos, su contenido y sus efectos. S610
de la Segunda Internacional y su especial vinculaci6n a la Liga de Naciones de Gine-
la igualdad puede valer con razón para la política interior como principio bra (Kautsky, Bernstein, McDonald, Herdot, Paul Boncour, Thomas, Branting, Van-
democrático. La libertad político-interna es eI principio dei Estado burgués dervelde). Así, surgen complejos peculiares de ideas, en los que ya no puede hacerse
de Derecho, que viene a modificar los principias político-formales -sean distinci6n de 5US conceptos. Típico de este modo de considerar las cosas es eI libra
monárquicos, aristocráticos o democráticos-o Pera, por lo demás, no pue- de Th. G. Masaryk~ Les ptoblemes de la Démocralie, Paris, 1924, con un prefacio
den usarse ni eI concepto de libertad, ni eI de igualdad, sin unas rigurosas de Albert Thomas.
distinciones 16gicas e históricas. Sobre el concepto de la igualdad democrá-
tica, .bajo, lI, pág. 223. De la palabra «libertad» hay que decir que, em- lI. El conceplo de igualdad. Para el concepto democrático de igualdad
pleada en e! sentido de una libertad individual, que corresponde por natu- no basta cualquier igualdad general e indiferente que se encuentre dada,
raleza a todo hombre) es un principio liberal. Pero entra en juego tan sóla sin atención a la sustancia o valor de la mism •. La forma política específica
para el elemento de Estado de Derecho de la Constitución moderna, no de la Democracia sólo puede basarse en un concepto específico y sustan-
como principio político-formal. Ahl son todos ,<igualmente libres». cial de igualdad.
E1 elemento polItico de la ConstitucÍón moderna La doctrina de la democracia 22'
224

1. La igualdad general de los hombres. La igualdad de todo e! que al extranjero no afecta a los as;mtos pollticos; son cons~c~encias de los
.tenga figura humana» no puede ofrecer fundamento ni a un Estado, ni derechos Iiberales generales de Iibertad en terreno no polítIco (propiedad
a una forma política, ni a una forma de! Gobierno. De ella no pueden privada, protección jurídica, etc.).
obtenerse distinciones y delimitaciones específicas, sino sólo la supresión
Por eso, según la Constitución alemana, no todos los,. hombres, s~no .«todos los
d.e distincio~es y límites; eoo ella no pueden construirse ningunas institu· alemanes son iguales ante la Ley» (art. 109. C. a.); segun la ConStltUClÓn federal
Clones especIalmente estructuradas, y s610 puede comportar la disoluci6n y suiza de 29 de mayo de 1874, art. 4.°: «Todos los SU;%OS son iguales ante la Ley»;
abolici6n de distinciones e instituciones que ya no tengan fuerza en sí mis· según la Constitución japonesa de 1889, art. 19, «Todos los japoneses», etc. Incluso
mas. Como todo campo de la vida y dei pensamiento humanos -religión, la Declaración francesa de los Derechos dei Hombre y dd Ciudadano, de 26 de agosto
moral, Derecho y economía-, también la política tieoe sus distinciones es- de 1789, que proclama que todos los hombres son por naturaleza li~res e iguales, ya
peciales. Del hecho de que todos los hombres son hombres no puede dedu· no habla, sin embargo, tan pronto como se trata de derechos pollucos, dd hombre
Clt nada específico ni la religi6n, ni la moral, ni la política, ni la economía. (homme), sino del ciudadano (citoyen), arts. 6.° y 13.
La distinci6n econ6mica entre productor y consumidor, por ejemplo, o la
distinción jurídica entre acreedor y deudor, no pueden aclararse narural· 3. Esta igualdad democrática es el supuesto de todas las otras igual·
mente por el hecho de que tanto e! productor como e! consumidor, tanto dades: igualdad de la Ley, voto igual, sufragio u~iv:rsal, servicio ~ilit"."
eI a~r:edor como e! deudor, sean hombres. La indicaci6n de esa general obligatorio, igualdad para el acceso a los cargos pub~cos. ?I sufraglO ~.
condicl6n. humana puede suavizar y moderar ciertas durezas, produciendo versal no es, pues, e! contenido de la igualdad democrática, smo consecuenCla
de una igualdad que se da por supuesta. S6Io por cuanto que se conside·
una relauvizaci6n, pero no constituir ningún concepto. Al contrario: si Ia
ran iguales todos los súbditos de! Estado han de tener voto igual, sufrag~o
sola igualdad común de todos los hombres es e! único cri terio y lo decisi·
universal, etc. Esas igualdades son casos de aplicaci6n, pero no la esenCla
vo,. ya no puede lIevarse a cabo ninguna distinción específica. La idea de
la 19ualdad humana no contiene un criterio, oi jurídico, oi político, oi eco- de la igualdad democrática. Si no, la Democracia política serla un~ símple
n6mico. Su significaci6n para la Teoría constitucional estriba en que corres· ficci6n y estribaria en que los ciudadanos fueran tratados como s. fuesen
ponde aI individualismo liberal y está aI servicio de! principio de los dere- iguales. Por lo demás, algunas. instiruciones demo~ráticas ti~nen hoy una
chos fundam entales. finalidad quizá tan s6Io educativa y tratan como Igual al clUdadano 0610
para educarle hacia una verdadera igualdad. Pero de ahí no puede despren·
Una igualdad que no tuviera otro comenido que la igualdad común de todos los derse la esencia de la Democracia.
hombres por sf mismos serfa una igualdad no-poHtica, por faltarle el correlato de una
posible desigualdad. Toda igualdad recibe su significación y sentido mediante el corre- Si en numerosos escritos acerca de la Democracia se acentúa ese punto. de vista
lato de una posible desigualdad; y es tanto más intensa, cuanto mayor es Ia desigualdad pedagógico, eso es sefia! de que no se es ya consciente .de la forma P?lfuca de la
contrapuesta de aquellos que no son iguales. Una igualdad, sin la posibilidad de des- Democracia, o se ha hecho problemática. Incluso ~n el dIscreto y experImentado es-
igualdad, una igualdad que se tiene por sf misma y que no puede perclerse. carece crito de A. T. Hadley: Problemas de la Democracta, ed. nlemana, Stuttgart, 1926, la
de valor y es indiferente. úlúma palabra y la última salida es: «c:ducación».

2. EI concepto democrático de igualdad es un concepto polltico y, 4. La igualdad democrática es, pues, una igualdad s~stancial. Todos
como todo concepto político auténtico, debe re!acionarse con la posibilidad los ciudadanos pueden ser tratados como iguales, tener 19ualdad ante eI
de una distinci6n. Por eso, la Democracia política no puede basarse en la sufragio, etc., porque participan de esa sust~ncia. . .
indistinci6n de todos los hombres, sino 0610 en la pertenencia a un pueblo La sustancia de la igualdad puede ser diferente en las distIntas Demo-
determinado, si bien cabe que sea determinada esa pertenencia a un pueblo cracias y en las distintas épocas.
p.or muy diversas notas (ideas de raza, de fe comunes, de destino y tradi·
a) En la teoda del Estado griega era singularmente vigorosa la condencia de la
Clón comunes). La igualdad que corresponde a la esencia de la Democracia
necesidad de una homogeneidad física y moral. Platón, como adversario de la Demo-
se dirige por eso siempre aI interior, y no hacia fuera: dentro de un Es· cracia vc: su defecto en que no hacc: de la virtud ciudadana, de la à.Pf.""ti}, una carac-
tado democrático son iguales todos los súbditos. De aquI se deduce, a los tedsti~a diferencial bastante rigurosa, y equipara a los ciudadanos sin distinci6n run-
dectos de la consideraci6n polltica y jurldico.polltica: quien no es súbdito guna, de manera que «se encuentran unidos bajo una Constituci6n tal ?ombres de
de~ Estado! no entra en juego para esta igualdad democrática. 19ualdad no las más distintas clases. (Politeia, VIII, 11, 551, c., pág. 331 de la traducclón alemana
qUlere declt aquI que los democráticos atenienses no se distinguieran de de Apelt). Sin embargo, se entendia eon evidencia que a la Democracia griega ~Io
los bárbaros, ni que e! democrático pueblo de los Estados Unidos acepte pertenedan a pesar de esa diversidad, helenos libres, y no bárbaros ni esclavos. AriS-
como ciudadano a todo extranjero. Aquello en que se trata con igualdad tóteles no ~ coloca en una semejante oposición a la Democracia. La que él considera
226 El elemento político de la Constituci6n moderna La. doctrina de la democracia 227
m~jor forma de. gobierno, la «Policia», está muy cerca de la que hoy se sueIe deno- visme»; no era un patriota y, por tanto, quedaba hors la loi. Aqui se 'puede comprobar
mmar DemocracIa: un Estado eo que todos participan como dominadores y como do- con claridad hasta qué punto la igualdad política corresponde a una desigualdad como
min,ados (náv-t'aç 6tJ.o'~c;. XOL\lWEb "t'OV Xet:ttI p..Époc; &pXEW xat &pXEatla~); aI menos, en correlato necesario.
el lIbra VII de la Poltttca aparece esa Polida como la mejor forma de gobierno, con c) La sustanda de la igualdad democrática puede encontrarse en convicciones reli~
lo que, pc: lo demás, se da por supuesta expresamente la homogeneidad de los hom- giosas comunes. Dentro de comunidades religiosas surge una igualdad de todos los
~res que vl~en eo eI Estad~. Pues claro es que un Estado en el que todos 50n aI mismo miembros en cuanto que todos están formalmente de acuerdo en 10 esenciaI. En aso-
tlempo clornlOadores y dominados, no es una «(Policia» de la Humanidad. Los bárbaros ciaciones más pequenas, cuyos miembros se consideran como elegidos, sagrados o redi-
son ~sc1avos por naturaleza (/pUCTEL), Política, I, 1, 5. EI esclavo no tiene por razón natu- midos, la condici6n de elegido y, por tanto, la desigualdad hacia ei exterior, es un
ral mnguna. Ó.PE;'t~, ningún sentimiento de Ia libertad y ningún sentido de la forma ele- fundamento especialmente sólido para la igualdad dentro de la comunidad.
vada de eXlStenCla que el hombre encuentra en e1 estado político, sobre todo Ia vida El ejemplo de los sectarios ingleses bajo Cromwell es significativo para la apari~
b;l1a y noble, la iV t;;tl'oI. Meta y finalidad dei esdavo es, por naturaleza, «ser de otro» dón de la Democracia moderna, Según una idea extendida, aparecieron por primera
({fÀÀ.ov eLvaL). Los Estados bárbaros son sól0 Estados por el nombre, pues en eUos los vez los pensamientos de la moderna Democracia directa en el movimiento de los Le-
e~davos d?r:nlnan a los esclavos. Sól0 los helenos libres tienen por naruraleza las pro- tJellers (G. P. Gooch: The history of English Democratical Ideas in the 16 th Century,
piedades flSlcas .y psíquicas que corresponden a Ia existencia política. Por tanto, también Cambridge, 1894). En 28 de octubre de 1647 presentaron dichos sectarios radicales
e? la Dem?CraCla se da por supuesto que está integrada por he1enos libres. Aristóteles un Agreement, que fue pasado ai Parlamento, pero que no tuvo mayor importaneia
dlce, a?e~as, expresamente,. que la igualdad ae la Ley sólo puede valer con igualdad prác:tica porque Cromwell aplast6 todo el movimiento, En ese Agreement se exigia:
de naClffilento y fuerza; la 19ualdad ante Ia Ler s610 es justa cuando son iguales los que el Parlamento dependíera deI pueblo, distribución proporcional de los puestos
que a e~la se encuent:an sometidos: «La igualdad pasa por justa, r 10 es, pera no para de elecd6n; como derechos nativos (native rights): libertad de condencia, libertad de
todos, SinO para los I,guales; tamblén la desigualdad pasa por justa, y también lo es, servicio militar obligatorio, supresi6n de los Tribunales de excepd6n, igualdad ante
pero no .para todos, SinO sólo para los desiguales» (Política, III, 5, 8). la Ley, seguridad y bienestar deI pueblo como base de la legisladón. Tales postulados
S610 en la filosofía de Ia Stoa se disue1ve ese concepto diferencial de la iguaIdad. han de establecerse como «postulados fundamentales» y ser sometidos a la aceptaci6n
La diversidad de los pueb10s y razas, de los heIenos y los bárbaros desaparece ante deI pueblo. EI líder de esos Levellers, Lilbume, dice en e1 Legal fundamental Uber·
la Razón común para todos, que rige al mundo entero y que hace d~ todos los hom- ties 01 the people of England (1649) que ese «fundamento» de un gobierno justo ha
bres sabias, ciudadanos de un Estado universal. Es digno de obser~ar que esa doctrina de ser sometido aI puebl0 para su aprohación en cada condado, Pera tales exigencias
de l~ eiud~danía univers:u muestra una especial predilección por la Monarquía y re- de igualdad, libertad religiosa, aprobación por eI pucblo, valen como fundamentales,
nunc~~ aI Ideal democráu~o: J. Kaerst: S/udien zur Entwickelung und Theoretischen naturalmente, sólo para los propios compaõeros de sentir. Nadie entre estos sectarios
Begrundung der Monarchle im Alterlum, Bibl. Hist" t. VI, 1898, pág, 65. pensaba con esto garantizar también a papistas o ateístas. Lilburne dice, por lo demás,
b) En la doctrína medieval declaró Santo Tomás de Aquino que la ó:pe-rlj o virtus de modo expreso, en su citado escrito, que sólo los bien intencionados, the well-alfected
es eI pr~ncipio de la ~ristocracia. MaquiaveIo, por el contrario, supone en sus Discorsi people, han de tener derecho al sufragio y «a dar su asentimiento a los Fundamentos»
esa cuahdad en los clUdadanos de la Democracia, pues, sin el1a, ninguna Democracia (fhe C/arke Papers, ed. de C. H. Firth, t. n, Carnden Sodety, 1894, pág,. 257/8).
seda posible. Según Montesquieu, la vertu es el principio de la República; da una de- Tampoco aqui se trata de una igualdad humana general, sino s610 de la igualdad de
fin.ición de esa v~rtud: es «una cosa muy sencilla: el amor a la República» (Esprit des los creyentes en dertas convicciones religiosas, que luchaban contra adversarios comu~
101S, V! 2); no Uene nada que ver con la educaci6n y sabiduría; en una República de- nes, papismo, anglicanismo e iglesia deI Estado. Tarnbién en las Colonias americanas
mocrática es amor a la igualdad, y, sobre todo, sobriedad y moderaci6n en las preten- en que fundaron nuevas comunidades los sectarios o puritanos emigrantes, la libertad
siones, frugalidad (V, 3). Pertenece a la tradición c1ásica la creencia de que la ríqueza de coneieneia valia tan s610 para los de igual sentir. En la puritana Massachusetts de-
destruye la Democracia, porque destruye la virtud (comp., por el contrario, hoy, F. Ton- terminaban las leyes que cada cuaI estaba obligado a participar eo el servicio público
nies, que, apelando a Goldscheid, dice que el Estado democrático !iene que ser o divino, eI que no era miembro de las comunidades religiosas" no era tratado como
hacerse rico, Verhandlungen des 5. deuIschen Sotiologentages, 1926, pág. 35). En la Ireeman; si alguien era excluido por tres meses de la comumdad a causa de faltas
teoda deI Contraio social, de Rousseau, eI fundamento propÍo de su Estado es la com- de conducta, se Ie C9stigaba ecn prisión. y era expulsado (Rothenbücher: Trennung
pleta homogeneidad. Lo que el Pueblo quiere es bueno precisamente porque él 10 von Kirche und Staat, 1910, pág. 119). En tanto se hable aqui de una Democracia, se
quiere; todos quieren lo mismo, con lo que, en realidad, no har derrotados; cuando trata con ello de que un nuevo sentimiento reIigioso se convierte en base de una nueva
uno es derrotado es que se habfa engaõado acerca de su verdadera y mejor voluntad, comunidad dentro de la cual sus miembros son considerados como iguales. T ampoco
Esa voluntad común no se dirige a someterse a la ocasional mayoría, porque entonces cabe hablar aqui de una igualdad humana desprovista de sustancia. Antes bien. la sus-
la voluntad de todos puede estar corrompida, con lo cual ya no conduce hacia una taneia de esa igualdad democrática reside en la comunidad de la auténtica fe reli-
v.oluntad general. No se quiere conseguir la sumisión a la mayorfa, porque es mayorfa, giosa.
SI~O porque Ia sustanciaI homogeneidad del pueblo es tan grande que, a partir de la d) La Democracia nacional. La Revolución francesa de 1789 daba por supuesta,
mlsma sustancia, todos quieren lo mismo. El Estado no se basa, pues, en el pacto, sino a pesar de sus ideas de humanidad y fraternidad general de todos los pueblos, la Na-
en la homogeneidad e identidad dd pueblo consigo mismo. Esta es la más fuerte y con- ci6n francesa como una entidad históricamente dada. Sus Constitudones son aleadones
s~cuente expresión deI pensamiento Gemocrático. En la práctica de la dictadura jaco- de los principias deI Estado burgués de Derecho con e1 principio democrático deI Poder
bl~a pued~ verse la signi6cación de ese supuesto de Ia igualdad democrática. EI adver- constituyente deI pueblo (arriba, § 6, pág, 70). En el siglo XIXI eI pensamiento nacio-
sarIO poHuco no tenfa ninguna «vertu», es decir, sentido político certero, nlngún «ci~ nal condujo a nuevas iormaciones poUticas y a la democratÍZaci6n del Estado por medio
228 E1 elemento polltico de la Constitución moderna La doctrina de la democracia 229

deI servido militar obligarorio y e1 derecho de sufragio universal. La sustancia de la tarados, mandatos, tratados de intervención como los firmados por los Estados Unidos
igualdad que corresponde a todas estas instituciones, reside aquí en 10 nacional. EI 5U. de América, sobre todo con Estados Iatino-americ.anos. Es eseneial a esos métodos que
puesto de esa clase de Democracia es la homogeneidad nacional. el País dominado o controlado siga siendo «el Extranjero» desde e1 punto de vista
Naci6n ,significa, frente aI concepto general de pueblo, un puebIo individualizado dei Derecho político, y su población no entre a pertenecer al Estado del pais domi-
por la conclenda política de si mismo. Diversos elementos pueden cooperar a la unidad nante I; 3) leyes contra el exceso de extranjeros, para la protección de la industria
de la Nación y a la condeneia de esa unidad: lengua común. comunidad de destinos nacional, para la protección contra el poder eeonómico y social deI capital extranjero;
histórjcos~ tradicio~es y recuerdos, metas y esperanzas poHticas comunes. EI lengua;e después de la guerra han aparecido leyes tales en numerosos Estados; casos especial-
es uo factor muy lmportante, pera no, por 51 mismo, e1 decisivo. También 10 san en mente famosos son las leyes turcas encruninadas a lograr una radical turquizaci6n del
su medida la comunidad de la vida histórica, voluntad consciente de esa comunidad, País, y además, el art. 27 de la Constituci6n mejicana de 1917, en que se nacionaliza
grandes acontecimentos y metas. Revoluciones auténticas y guerras victoriosas pueden el suelo y la riqueza minera 2; 4) las nuevas práctkas deI Derecho de ciudadanía, posi-
superar los contrastes idiomáticos y fundar el sentimiento de la comunidad nacional aun bilidad de expatriación, desnaturalización, etc.; 5) una consecuencia particular, digna
cuando no se hable la misma lengua, ' de consideración: la Constitución deI Estado checoslovaco, de 29 de febrero de 1920,
Si la Nación es concebida como sustancia de la iguaJdad democrática, resultarán surgió sólo mediante delegados de los partidos checos y eslovacos, con exclusión de la
de ello consecuencias prácticas de especial naturaleza. Un Estado democrático que en- población no eslava (arriba, § 8, pág. 103), a este respecto, la docta apologia de
cuentra los supuestos de su Democracia en la homogeneidad de sus ciudadanos se F. Weyr, Zeilseh. f. 011. Reehl, I, pág. 3, y loR., XI (1922), págs. 352 y sigs.
corresponde con el llamado principio de la nacionalidad, según el cual una Na~ión Tales consecuencias de Ia homogeneidad democrática muestran eI contraste de la
forma un Estado y un Estado encierra dentro de si una Naci6n. Un Estado nacional- Democracia como principio poI1tico-formal, frente a las ideas liberales de libertad e
m~nte homogé~eo aparece entonces como lo normal; un Estado al que esa homoge- igualdad deI hombre individual eon todos los otros hombres. Un Estado democrático
nel~ad ~alta, tlene algo de anormal que pane en peligro la paz. El principio de la
naclOnahdad se convierte de este modo eo supuesto de la paz y en «fundamento del
Derecho internacional». 1 Número total de habitantes deI Imperio británico:
Cuando eo la realidad politica no se encuentra la homogeneidad nacional porque 453 millones
un Estado está integrado de diversas Naciones o contiene minorías nacionales se dan
diversas posibilidades de soluci6n. Por lo pronto, el intento de una igualaci6n ~acífica. De el1os, Europa ... ... .,. ... ... ... ... ... . .. 47 »
pe~o eso significa en realidad, o bien la disgregación y separaci6n padfica, o la pau: Australia ....................... . 7 »
launa asimilaci6n pacífica a la Nadán dominante. La protección internacional de las América .......................... . 11 »
minadas hoy existente -arriba, pág. 91- trata de garantizar un camino pacífico. 65 millones de población
Con ella no se protege como Nadán a la minada nacional; como Nación, no puede predominantemente blanca
tener derechos politicos frente a la Nación dominante, porque entonces se suprimida
~n e! princi~io de la nacionali~~d, el principio democrático mismo. La actua! regula~ Africa ............... o •••••••••••• 54 millones
oón InternacIOnal de la protecclon de las minadas nacionales se encuentra más bien Mandatos ............. " , .......... . 8 »
en~ocada como protección de los derechos individuales de los hombres en particular a Asia ............................. . 324 »
qUlenes se garantiza como individuos igualdad, libertad, propiedad y el empleo de su
Número total de habitantes bajo eI dominio francés:
lengua materna. Esta responde aI pensamiemo de introducir por caminos pacíficos la Europa ............. , ............ . 39 millones
homogeneidad nacional, y con elIa el supuesto de la Democracia. EI otro método es Colonias ...... , ....... , .. , ..... . 60 »
más rápido y violento: supresi6n dei elemento extrafio mediante opresión, expulsi6n Mandatos ................... , ........ .. 14 »
de Ia poblaClón heterogénea, y medios radicales análogos. El ejemplo más importante
de ;se método es eI Tratado greco-turco de Lausana de 30 de enero de 1923, que, 113 milIones
segun el artículo 542 dei Tratado de Lausana de 24 de julio de 1923, entró en vigor
2 La frase primera deI tan discutido art. 27) declara que la propiedad de las tierras
con su ratincación en 26 de agosto de 1923; según él, habrfa de conducirse a Grecia
y aguas comprendidas dentro de los limites deI Estado mejicano corresponde a la ~~­
la pobladón griega que habitase en territorio turco, y a Turquia la población turca ción, que la transmite a los particulares como propiedad privada; seco VII: la poslbl-
que habitase en recritorio griego, sin atención li la voluntad de los hombres afectados .lidad de adquirir la propiedad de tierra o aguas se rige según los siguientes preceptos:
por ese cambio. 1. 5610 los mejicanos por nacimiento o por naturalizaci6n y las Sociedades mejicanas
Tras tales métodos de asegurar o realizar la homogeneidad nacional vienen todavia tienen derecho para adquirir tal propiedad o para obtener coocesiones de explotaci6n
las siguientes consecuencias del principio de la homogeneidad nacio~al: 1) Control de minas, aguas o combustibles minerales. El Estado podrá conceder ~l mismo dere~ho
di( la. inmigraci6n ex/ranjera y repulsa de elementos extraojeros indeseables por la le- a los extranjeros siempre que convengan ante Ia Secretarfa de RelaCIOnes en conslde-
gtslact6n de inmigraci6n, según se practica en los Estados Unidos de América y en rarse como nadonales respecto a los dichos bienes y en no invocar, por lo mismo, la
Dominios ingleses, singularmente en Australia y en la Unión Sudafricana· 2) estable- protección de sus Gobiernos por 10 que se refiere a aquéllos; bajo la pena, en caso de
cim~ento de f~rmas y métodos especiales de dominaci6n de Paises con pOblaci6n hete- faltar al convenio, de perder, eo beneficio de la Nación mejicana, los bienes que hubie-
ren adquirido en virtud del mismo. En una faja de 100 kilómetros a lo largo de las
rogenea, tratando, por una parte, de evitar la anexión manifiesta, y por otra parte,
fronteras y de 50 en las playas, por ningún motivo podrán los extranjeros adquirir el
de conservar en las manos las decisiones políticas más importantes: colonias, protec- dominío dírecto sobre tierras y aguas.
230 El elemento polftico de la Constiruci6n moderna La doctrina de la democracia 231
perderfa su sustancia mediante un reconocimiento consecuente de Ia igualdad general
humana en el terreno de la vida pública y deI Derecho público. los dominadores o gobern,ntes, de que los gober?antes sean e? aI~n modo
e) Un intento de sustituir Ia homogeneidad nacional por la homogeneidad de una cualitativamente mejor que los goberna~os. Segun s~ .sustancla, Uenen que
dose, el proletariado, es el realizado por la política bolchevista de la República so- permanecer en Ia iguaIdad y homogen~ldad dem?crat~cas. Porque uno. do-
viética. mine o gobierne, no por eso puede saIme de la Identldad y ho~ogene1dad
Art. 20 de la Dec1araci6n de derechos deI pueblo trabajador y explotado, secci6n I dei puebIo. Por lo tanto, Ia fuerza o autoridad de los que ~omlna,:, o go-
de la Consto de 10 de julio de 1918: «Partiendo de la solidaridad de los traba;adores biernan no ha de apoyarse en cuaIesquiera altas cualidades lnacceslbIes ai
de todas las Naciones, la República sociaJista soviética federal rusa concederá todos puebIo, sino sóIo en la voIuntad, e! mandato y la confianza ?e los que h~
Ias derechos políticos de los ciudadanos rusos a los extranjeros que se dediquen eo e1 de ser dominados o gobernados, que de esta maner~ se gO~lernan en re:ili-
territaria de la República rusa a una acúvidad laboriosa y pertenezcan a la clase obrera dad a sí mismos. De este modo recibe su sentido Ideológico Ia expreslón
o a los campesinos que no explotan el trabajo ajeno, reconociéndose a los soviets loca-
les Ia facultad de conceder a tales extranjeros, sin formalidades que lo di6culten, los
de que Ia Democracia es una dominación de! pueblo sobre ~l mismo. Tod".s
derechos de la ciudadan!a rusa.» Comp. Bogolepow, Die Rechtstellung der Auslander las tendencias e instituciones democráticas, tales como Ia 19ualdad y eqUl-
in Sowiet-Russland, Fuentes y estudios deI Instituto de Europa oriental en Breslau, paración de derechos en los más distintos te~renos, suf~agio universal y su
sección Derecho, nueva serie 4, BerHn, 1927, págs. 29, 170 y sigs.: «La solidaridad extensión cada vez mayor a hombres y mUJer~s, rebaJa de I~ eda? para
de los traba;adores de todas las Naciones requiere su equiparaci6n en 10 que respecta votar, reducción de los pedodos e!ectoraIes (dt~utaczo~es), .dlSoIucl6n de
a derechos políticos.» los Parlamentos, responden a ese esfuerzo por realizar Ia Identldad de gober-
Incluso si ese intento pudiera lograrse, y e! concepto deI proletariado sustituyera nantes y gobernados.
la sustancia de la homogeneidad nacional por una homogeneidad de clase, surgida aqui
una nueva distinción, projetaria contra burgués, y la Democracia como concepto político La palabra «identidad» es utilizable para la de6nici6n de Democracia, porque de-
seguiría ínvariable en su estructura. En lugar de las contra posiciones nacionales se intro- signa la identidad amplia -es decir, que comprende a gobernaotes y gobemados--- .deI
duciría la contraposición de Estados proJetarios y capitalistas, recibiendo as! una nueva pueblo homogéneo, y niega la diferencia entre gobemaotes y go!,ernad.os que existe
intensidad la agrupacÍón de amigos y enemigos. en otras formas políticas. Hay que observar a este respecto que la diferenCIa entre repre-
sentantes y representados no se toma aquI en cuenta, pues repres~ntados no 50n los
5. La iguaIdad democrática es, en esencia, homogeneidad, y, por cier- gobemados, sino la unidad poHtica como un todo. En la DemocraCIa pura s?lo hay la
to, homogeneidad dei puebIo. EI concepto central de Ia Democracia es Pue- identidad deI pueblo, realmente presente, consigo mísmo,. y, P'?r 10 tanto,. runguna :e-
b/o, y no Humanidad. Si Ia Democracia ha de ser una forma política, hay presentaci6n. Con la palabra «identidad» se designa lo eXl~tenclal de la ~mdad PO~~lca
deI pueblo, a diferencia de cualesquiera igualdades normat1~as, e~quemáucas o ~cuCIa~.
sóIo Democracia dei PuebIo y no Democracia de la Humanidad. Ni siquiera La Democracia presupone en su conjunto y en cada partlcu1arl?ad ~e su e:nsten~
el concepto de clase puede sustituir, para Ia Democracia, aI concepto de política un pueblo homogéneo en si, que tiene la voluntad de exlstencI~ poHt1c~. BalO
puebIo. Siendo elase un concepto puramente económico, sobre base pura- ese supuesto, es cierto lo que Rousseau dice de que lo que el P?eblo qUlere es Slen;pre
mente económica, no da lugar a ninguna homogeneidad sustanciaI. Si la bueno. Tal postulado es cierto, no a partir de una norma, SInO deI ser homogeneo
clase se convierte en base de una organización de lucha y da lugar a una de un pueblo. . ..
auténtica agrupación de amigos y enemigos, deja de ser un concepto pura- Para otra justi6caci6n de la palabra «identidad» en este sentido, remItIda yo. a la
mente económico, porque una clase verdaderamente en lucha no es ya una siguiente frase de E. Husserl, Logische Untersuchungen, lI, 2, pág. 112: «Toda .Igual-
entidad esenciaImente económica, sino política. Si logra dominar aI Estado, dad tiene relación con una species bajo la cual están los comparados. Y esa spectes no
Ia elase se convierte en puebIo de ese Estado. EI concepto democrático de es a su vez un simple igual ni puede serlo, pues entonces se harfa inevitable e1 regres-
sus in infinitum ... Igualdad es Ia re!aci6n de los objetos que s~ en~uentran coloca~os
pueblo sigue siempre subsistiendo, y encierra uo contraste, tanto frente al bajo una y la misma species. Ya no es presumible hablar de ~a ldenudad de la s~~ctes,
concepto de humanidad como también frente ai concepto de e1ase. de! punto en que la igualdad tiene lugar, pues entonces ple~de su base. tambten 10
que se diga de la igualdad» (comp. a este resp~to l~ compulsac16n de H. LlppS, pnter-
lU. Delinici6n de Democracia. Democracia (tanto en cuanto forma suchungen zur Pbanomenologie der Erkenntms, prlmera pa~te, Bonn, 1927, pags. 10
política como en cuanto forma dei Gobierno o de la LegisIación) es iden- y sigs.). Gobernantes y gobernados queda0, pues, en la identld~d de la sustanCla .homo-
tidad de dominadores y dominados, de gobernan tes y gobernados, de los génea en que consiste la esencia deI Estado democrático. La 19ualdad de~ocrátlca no
que mandan y los que obedecen. es nunca algo matemático, numérico o estadístico. La igualda~ de magnl~des mate-
I. Esta definición resulta de Ia sustanciaI igualdad, que es supuesto máticas no es, como H. Lipps, ob. cit., pág. 12, dice con aClert?, «una 19ua1da~ de
esencial de Ia Democracia. Exeluye eI que Ia distinción dentro dei Estado cosas, ni designa ninguna identidad, sino la enunciaci6n de un ax10ma como raíz l1t"e-
ductible de ciertos teoremas matemáticos».
democrático de dominantes y dominados, gobernantes y gobernados expre-
se o produzca una diferencia cualitativa. Dominación °
gobierno en una
2. Poder dei Estado y Gobierno emanan deI puebIo. en la Democracia.
Democracia no pueden nacer de una desiguaIdad, de una superioridad de
EI problema dei gobierno dentro de Ia Democracia consiste en que gober-
232 E1 elemento político de la Constituci6n moderna La doctrina de la democracia 2JJ

nantes y gobernados tienen que ser diferenciados, pera dentro de la homo- peligro la igualdad sustancial d~ todos, es decir, eI total supuesto de toda
geneidad inalterable de! pueblo. Pues la diferencia de los gobernantes y Democracia. Aquellos que goblernan se diferenClan a través deI pueblo,
los gobernados, de los que mandan y de los que obedeçen subsiste en pero no frente al pueblo, y eI proyecto quo; Sieyes su~citó en 178? contra
t?oto que se: gobierna y manda, es decír, eo tanto que el Est~do democrá~ los nobles partia de que el nobl. no querIa diferenclarse a traves de los
uco es un Estado. No puede por eso desaparecer una diferenciación entre ciudadanos, sino frente a ellos. .
gobernantes y gobernados. La Democracia se encuentra aqui tambíén bas- 3. La identidad democrática descansa en la Idea de que todo I~ que
tante alejada, como auténtico concepto político que es de la disolución hay dentro de! Estado como actuación dei Pode.r estatal y como ,?oblerno
de tales distinciones eo normatividades éticas o mecanismos económicos. permanece dentro de la homogeneidad sust~nclal. Todo pensanuento de-
La diferencia entre gobernantes y gobernados puede robustecerse y aumen- mocrático se mueve con clara necesidad en ldeas de mmanenc.a. Todo lo
tar~e. en ta realtdad de maneta inaudita, eo comparación coo otras formas que se salga de la inmanencia negará la identidad. Toda especie de tra~­
pohucas, sólo por e! hecho de que las personas que gobiernan y mandan cendencia que se introduzca en la ~ida política de un I?ueblo llev~ haCla
permanecen en la homogeneidad sustancial dei pueblo. Si enCuentran e! distinciones cualitatívas de alto y baJo, elegIdo y no elegido, etc., mlentras
asenttUllento y la connanza deI pueblo aI que pertenecen, su dominación que en una Democracia eI Poder estatal ha de emanar dei pueblo y no de
pu~de ser más rig~rosa y dura, más decisivo su gobierno que el de cual- una persona u órgano exterior aI puebl0'y colocado. s??re él. Tampoco ema-
q~ler lD:0narca patrIarcal, o de una prudente oligarquía. Gambetta conside- na de Dios. AI menos, en tanto que eXlsta la pOSlblhdad de que otro <;Iue
ro preCisamente la Democracia como base de un gobierno especialmente e! pueblo mismo decida acerca de cuál es in concreto la voluntad de D~os,
fuerte. También se encuentra ese pensamiento entre los poüticos demócra- la apelación a la voluntad divina imp~ca un momento trasc~ndente anude-
t~s de. Ia coalición de Weimar, y, asi, decía eI diputado Pegersen, en las mocrático. EI posrulado «todo poder Vlene de Dlos» puede slgnificar, acaso,
dlscuslOnes sobre el artículo 48, C. a., sesión dei Reichstag de 3 de marzo que también haya de ejercer un poder estat:ti cont~a la voluntad de! puebl.o;
de 1920: «No hay ninguna forma política, a no dudarlo, que permita los en esta acepción contradice a la DemocraC1~ . .De 19u~l manera, cuando Slg·
medlOs de poder que la Democracia, porque se basa en el derecho igual de nifica que bajo la apelación a la voluntad dlyma se mega a la voluntad ~el
todos los clUdadanos.» Una forma política no puede ser determinada paI pueblo su decisoriedad y vali~ez. Cuando DlOS, en cuyo ,:,?mbre se gob,er-
propledades como suave o dura, desconsideración o humanidad. EI elemen- na, no es precisamente eI DlOS de ese pueblo, la apelaclOn a la volun~ad
to liberal específico, de Estado de Derecho, que se une con el elemento divina puede llevar al resulta?0 de ,\u~ sean diferentes la vc;luntad d~ DlOS
democrático de una Constitución, lleva a dulcificar y debilitar el poder dei y la deI pueblo, entrando aSl en colisl6n. Por lo tanto, segun la lóglca .de-
Estado en un sistema de controles y frenos. La Democracia como forma mocrática, s610 ha de tenerse en cuenta la voluntad dei pueblo, porque. DIOS,
política es no eseneial, quizá incluso extrafía, a esa tendencia. Una Dieta- en e! campo de lo político, no puede aparecer ~ás que como el DlOs. de
dura, en especial, sólo es posible sobre base democrática, mientras que cierto pueblo. Eso significa la frase vox popul., vox De•. Esa expreslón
contradice a los principias dei Estado liberal de Derecho, por ser propio -preconizada en la Democracia american.a por J~fferson, y e? Europa por
de la Dictadura eI que aI dictador no se le dé una competencia general Mazzini- es algo más que un. simpl~ dlcho. Tl~e un se?tldo polémlc?,
normada, circunscrita y prefigurada, sino que el volumen y contenido de con su inmediata apelaci6n a DlOS, aSl como tamblén aI remo de la gracla
su autorización dependen de su criterio, eon lo que ya no hay una compe- de Dios: recusad6n a toda otra extrafia instancia que en no~bre de DlOS
tencia en el sentido dei Estado de Derecho. quiera imponer aI pueblo su voluntad, y, por lo tanto, recusaclón .de todos
En una Democracia, la inevitable diferencia práctíca entre gobernantes los inRujos e injerencias políticas que no resulten de la homogeneldad sus-
y gobernados no puede pasar a ser una distinción y singularización cuali- tandal dei propio pueblo.
tativas de las personas gobernantes. Quien gobierna en una Democracia no
lo hace porque posea las condiciones de una capa superior cualitativamente
mejo!, frente a una capa inferior menos valiosa. Esta suprimiria, natural-
mente, la homogeneidad e identidad democrática. La mayor virtud y capa-
cidad pueden inducir de modo razonable al pueblo a encargar la dirección
y guía a aquellos de sus míembros que parezcan virtuosos y capacitados.
Pera en tal caso gobierna sólo porque tiene la confianza de! pueblo. No
tiene ninguna autoridad nacida de una naturaleza especial. Si el pueblo elige
5ólo los mejores y más virtuosos, tanto mejor; esa especie de elección y
selección de los más virtuosos no puede llevar nunca a Ia consecuencia,
dentro de la Democracia, de que forman una capa especial que pone en
§ 18
EI pueblo y la Consti tudán democrática 235
EL PUEBLO Y LA CONSTITUCION DEMOCRATICA b) Elección de un miembro de un Cuerpo legislativo (Representación
popular, Parlamento, Reichstag, Landtag) de todo e1 Estado. También aqui
da lugar la elección. según e! Derecho constitudonal de hoy, a una repre-
sentación, si bien se ha perdido en realidad la consciencia de ese sentido,
y la e!ección -sobre todo, por los métodos de! sistema proporcional con
Iistas- recibe e! carácter de la designación de funcionarios de partido y de
intereses.

En una elecci6n unipersonal dentro de un distrito, la mayoría de los votantes deI


distrito saca un diputado. El diputado as! elegido es, sin embargo, diputado de todo
d pueblo (art. 21, C. a.). La voluntad de la mayoda de los votantes de un distrito
pasa, pues, no sólo por ser la voluntad de los electores derrotados y de los abstenidos,
o bien de los ciudadanos de ese distrito, sino, igualmente, la voluntad de todos los
demás ciudadanos, electores o no, de todo ei Estado. Toda otra construccián resulta
imposible, porque haría dei distrito un territorio independiente, suprimiendo la unidad
política.
Con los diversos métodos de representadón proporcional desaparece a ojos vistas
ese peligro. La justificación más importante de ese sistema estriba en caracterizarle
como un sistema en que se vota, no con arreglo a puntos de vista personales y locales,
sino con arreglo a ideas (J. Jaures), concepción optimista si se considera la realidad
de la vida actual de los partidos. Con este sistema el distrito dectoral se transforma
I. EI pueblo, antes y por encima de la Constitución. en un simple media técnico para la votacián; con eso desaparece la significación espe-
C EI pu~!,lo es, ,en lIa Democracia, sujeto dei Poder constituyente Toda cial de los distritos locales y territoriales; también hace posible reunir para todo el
onStltuclOfl, segun a concepción democrática, se basa incluso 'ara su Estado los votos que se encuentran en minada en dertos distritos, y darles eficada.
edletmdento de Esta.ddodde DI.~echo, en la decisión polltica c~ncreta detpueblo De este modo desaparece además la necesidad de un desempate, y con el actual sistema
o a o d e capac, a po itlca Toda Co . 'ó d ' . de listas, también la necesidad y hasta la posibilidad de una segunda vuelta. Es indu-
t I bl 'd' . nstltucl n emocratlca supone un
a pue o COn capac, ad (amba, § 10, pág. 108). dable que en este sistema aparece territorialmente más vigoroso el pensamiento de la
n. EI pueblo den:ro .de la Constitución, en eI ejercicio de facultades unidad política de todo el pueblo. Seria, sin embargo, inexacto sostener que el sistema
de represemación proporcional es más democrático que otros. Las divisiones que resuI-
reguladas por ley constitucIOnal. EI pueblo puede ejercitar dentro dei mar-
tan de ese sistema no son territoriales, pera escinden aúo con mayor fuerza e1 cuerpo
co Y dobre Ia base de una Constitución, ciertas compet~ncias legalmente deI Estado. La voluntad dei elector de una lista ha de valer, igual que con otros siste-
regu Ia as, en. cuanto cuerpo eIectoraI o de ciudadanos eon derecho a VOto. mas, como voluntad de todos los otros electores. Los diputados de cada partido han
1. Elecczones. EI elector determina la persona a quien debe confiars~ de pasar por diputados de todo el pueblo. Se finge, pues, que cada eIector nacionalista
una. ."ct1Vldad estatal. La elección puede tener un doble sentido: determi- ha cooperado también a la elecdón de los diputados comunistas que forman parte de
naClon de 'Ju, representante, o nombramiento de un agente dependiente. una diputación, y que igualmente los electores comunistas están representados también
, a) Elecclón de un r~presentante de todo el PuebIo unido. EjempIo, eI por los diputados nacionalistas. Si la divisi6n en distritos unipersonales significa un
artl~lo 41, C. a.: eleCClón d~I, Presi?ente dei Reich por todo eI pueblo. riesgo para la unidad territorial, este sistema significa yn riesgo para la homogeneidad.
AqUI, eI resultado de la elecclOn esta determinado por la mayoria de los Los distintos grupos electorales no son ya conscientes ni pueden serIo de que no eligen
clUdadanos con derecho a voto que en elia participen. a sus diputados, sino a diputados de todo el pueblo.

Los que tenie~do. dere<:ho a, VOto se abstienen, inHuyen en el resultado electoral c) Elecdones locales. Las e1ecciones locales no tienen interés a este
p~rque con su ale~amlento rebaJan eI número de votos exigidos; cuanto mayor sea ei respecto, porque no afectan a la unidad polltica como un todo, y. siendo
numero de abstenclOnes, tanto menor será eI número de votos em,'t,'d 1 as i, deberán considerarse, desde el punto de vista de la Teoria de! Estado,
e1 por t' d I 1 aI os, y, por o tanto
. cen aJe e cuerpo e ector que determina d resultado. La mayoría de votos em'~ como una serie distinta, cualitativamente, de elecciones.
i
tIdos vale entonces como voluntad de todo el pueblo. Esa voluntad vale pues' 1) com 2. Votadones sobre un asunto. EI ciudadano que vota, toma posición
;)luntad, también, de los votantes derrotados; 2) como voluntad de I~s abs;enidos o
como voluntad .de todos lo~ ciudadanos que carecen de derecho ai voto. Es evide~t~
frente a una cuestión objetiva y da, en alguna forma, una respuesta ob-
en u?a DemocracIa que el cludadano derrotado o que no haya tomado arte en jetiva.
votaclán no por eso puede alegar e1 no haber dado él su voto aI elegido. p la a) A esto corresponden los diversos métodos de referéndum, de pIe-
biscito y demás votadones populares comprendidas bajo la denominación
234
236 El pueblo y la Constituci6n democrática 237
E1 elemento poUtico de la Constituci6n moderna

g~n~ral2d5e «votación popular.: Volks<zbstimmung (sobre esto abaJ'o § 20 gina 92), que no puede haber ningún Gobiemo sin illlclatlVa, siquiera se.
pagma 2. ' , , compartida con el Cuerpo legislativo. La palabra «pueblo. tiene, junto a
Generalmente, decide aquí la mayoría de los votos emitidos· es deeir otras significaciones, eI sentido especial de implicar un contraste frente a
que va~ como respUeSla a la cuestión planteada el contenido 'de la res: toda autoridad o magistratura estatal. Pueblo son aquellos que no gobier-
puesta ada P?r. Ia mayor parte de los votantes. En este punto es a claro nan, no representan, no ejercitan funciones orgánicas de autoridad. Cuando,
qje eldVjlOí loglco '. pSIcológico y de técnica dei sufragio depende p~r com- a pesar de ello, se le concede a una parte no organizada de los ciudadanos
p eto e p anteamlento de la cuesti6n. No cabe sumar sino a uellas res- con derecho a voto una facultad que por su naturaleza seria de la competen-
puestas que d~n ,una contestación objetiva, sencilIa y clara a un~ Pre cia de las autoridades, la singularidad de la palabra «pueblo» consiste en
Igualmente obJetlva, sencilla y clara La cuestión d b 'I d gunta que justamente no son autoridades quienes ahí actúan. Se supone siempre
neral de d d . e e ser p antea a en ge-
' I mo o,. qu~ pue a contestarse eon un sencillo «sÍ» o «no» 'El í o que es una masa inorgánica quien suscita la iniciativa. Si un partido eon
no d
de e a eI
todo mayonabl slmple d I eDlltl
e os votos ' 'dos vale entonces como .decisión
s un número de miembros inscritos lo bastante grande organizara una oficina
derrotados pue d o, y por eso tamblén como voluntad de los que han sido para suscitar permanentemente iniciativas populares, se deformaria el sen-
I t'ó ' y da elmas, como voluntad de los que no han tomado parte en tido de esa regulación constitucional, y ya no babría una iniciativa «popu-
a vo ael n y e os que no tienen derecho a1 voto. lar», sino una iniciativa de partido. Lo específico dei concepto «pueblo»
consiste en que éste es una entidad no organizada y nunca organizable por
Si se encuentra prescrita una derta participación en d SUfNloo1Q enton I . d completo.
danos eco derecho a voto b' d ~-C' , ces os elU a-
dirIa ma~teniéndose alejad~~ed:~ :u:r~:~~~ m~ t~:r ~:rte ~ ladvot~ción p~eden deci-
las elecclOnes El art 75 C d . . q en as emas votaclOnes o en llI. 1. EI pueblo ;unto a la regulación constitucional (opini6n pú-
. ' , . a.. etemuna p eJ' «$610 puede q ed fu d . blica). Según la doctrina democrática dei poder constituyente dei pueblo,
una resolución deI Reichstag mediante refe;énd~' d .. u
ar era e VIgor
~;ei:.s ~!~~a~~~o;a eon dereeho a voto.» La propu~s~a;;, ~o~:f~~~~e p:~s~s~:s:e~~~r!: éste, como titular dei Poder constituyente, se encuentra fuera y por encima
de toda regulación constitucional. Cuando, por ley constitucional, se le
deI cuerpo ~lector~.p~~;s~:· :~:~oa:a~t~~ l:o::~~ió~a;~: ~~el:ov~~~~n dIa
an;ayoría
transfieren ciertas competencias (elecciones y votaciones), no por ello se
conocer ~ueno qUleren decidir. Por caso norable, no decide aquf la volunta'd d a ° a~! agota y acaba, en una Democracia, su posibilidad de actuar y su significación
~~e ;::amfiestan un\;olunrad, sino l~
voluntad de aquellos que no manifiest::~~lu~~ política. Junto a todas esas normaciones sigue subsistiendo el pueblo como
e n~n~ y POSl eDJente no Ia tlenen. Su «voluntad», o mejor «noluntad» vale verdadera magnitud inmediatamente presente -no a través de normacio-
r~:~~~~s ~n ~;~ré~~~ voluntad de. aq,;ellos que han manif~stado u~a (sobre est~, con nes, vigencias y ficciones circunscritas de antemano-. Ni aun cuando se
Rechl, t. VI, 1927, págs. 7092~ ,t:.)!UtllO de 1926, Rud. LJepmann, Zeitschr. für 6f1. aiíaden a la organización estatal instituciones constitucionales de la lIamada
Democracia directa queda desconectado eI pueblo para todas las demás
relaciones; y aunque a los electores y a los ciudadanos con derecho a voto
b) Iniciati~a popular. Aqui basta una minoría (según el art 73 se les asignen facultades constitucionales, el pueblo no se transforma por
~. a., 2, una vlgéslm~ parte de los electores; según el art. 73, 3, un~ dé: ello en una autoridad. Precisamente en una Democracia, eI pueblo no puede
fln;a. ~arte) para suscItar la iniciativa. Se designa como iniciativa popular lIegar a ser autoridad y simple «órgano» dei Estado. Es siempre algo más
da m~ClatIVa hde una minoria, aun cuando, a diferencia de los casos discuti- que un 6rgano que funciona con competencia para resolver asuntos o:6.cia-
os . ~sta a ora~ '.'~ pueda decirse que la voluntad de esos electores ue les, y subsiste, junto a los casos de una actuación constitucionalmente orga-
parllClpan en la mlClativa valga como voluntad de todo lo demás. La ficcfón nizada (elecciones y votaciones populares), como entidad esencialmente no
es, en este caso, super:B.ua e induce a errar pues sólo podrí . ni.6 organizada ni estructurada.
todo I h I I ' aSlg carque
o que ~e . ac~ . ega mente dentro de un Estado democrático -incluso
Aqui se fija negativamente el concepto de pueblo, contraponiéndolo al sistema de
dtoda sentencIa JudiCIal y todo acto administratl'vo-- ale como voIuntad
.eI .puebl? en.ter? y de cada uno de los ciudadanos. Lo vdecisivo en una ini- autoridades y magistraturas oficialmente organizado. Más alIá de esa negaci6n frente
a las autoridades, es caractedstico también deI concepto de puebIo en otros terrenOs,
ClatIV~ mmontarla semejante es, por el contrario, el que pueda ser susci- el que pueda ser fijado por via negativa. No s610 se atinada con algo sociol6gicamente
tada,, mcluso 'contra
d' la voluntad de la mayoria. La palabra
«popU Iar» tlene . esencial, en términos generales, al definir al pueblo en tal manera negativa (por ejem-
aqUI un sentI o e~:ncla1mente distinto que en expresiones como «votaci6n pIo, e1 público, en un teatro, como aquella parte de los presentes que no colabora en
popular» o. «.elec~lOn popular •. La expresión se aclara de la siguiente ma- la representación de la obra), sino que tampoco puede ser desconocida esa peculiar
nera: una. llliClatIva es, normalmente, algo que pertenece incluso en una negatividad al tratar cientificamente las teorias polfticas. Pueblo son, en una significa-
De~ocracla, a la esfera de actividad de las autoridades 'estatales de las ción especial de esa palabra, todos los que no 50n seõa1ados y distinguidos, todos los
magIstraturas, se puede decir, con Lorenz von Stein (Verwaltungsl;hre, pá- no privilegiados, todos los que no se destacan por razón de propiedad, posición social
238 EI elemento político de la Constitución moderna EI pueblo y la Constituci6n democrática 239

o educ:aci6n (a.sr, dice Schopenhauer: «Quien no entiende latín pertenece al pueblo»). Sólo a partir de tales fenómenos simples y e!ementales se puede repo-
En la RevoIuc16n francesa de! ano 1789 podía la burguesia identificarse con Ia Naci6n ner en sus derechos al concepto de lo público, bastante oscuro, pero esen-
como tercer estado, y Ia burguesía era e1 pueblo, porque era e1 contraste eon la aristo-
cracia y los privilegiados. Sieyes plante6 la célebre cuesti6n: (Qué es el tercer estado?
cial para toda la vida poli tica y, sobre todo, para la moderna Democracia,
y dia Ia respuesta de que era la Nad6n; el tercer estado no es nada y debe serla todo: y conocer eI problema propio de ésta. Pues la regulaeión constitucional de
Pero tan. p~ont~ como la burguesfa misma apareció como una cIase dominadora deI la actual Democracia burguesa ignora por completo las auténticas asambleas
Estado, dlStInguId,a por la pr~piedad y Ia instrucción, la negaci6n hubo de trasladarse. populares y adamaciones. EI derecho de reunión aparece como un derecho
Ahata el proletanado se con~lerte en pueblo, porque se hace portador de esa nega ti vi- garantido de Iibertad burguesa (art. 124, C. a.) y como objeto de la regu-
d.ad: e,s la parte de la pobJac16n que no posee, que no participa de la plusvalía produ- lación de la ley de reuniones y de asociaeiones. Quien confunda la Consti-
cIda nI encuentra un puesto en l.a ordenaci6n existente. Frente a las dases poseedoras, tueión de una Democracia con tales normaciones puede discutir fácilmente
aparece éI .entonces, en un sentIdo muy pronunciado, como pueblo, y una asamblea que aquI exista un problema. Pues la orgarúzaci6n de la Democracia, tal
?e proJetarIos es hoy más una asamblea popular que una asamblea de industriales o como se acepta hoy en los Estados de Constitución liberal-burguesa, parte
mte.lec[U~Ies. La Democracia evoluciona hacia una Democracia projetaria, y suprime
eI liberalismo de Ia burguesía poseedora e ilustrada. de ignorar precisamente ai pueblo reunido como tal, porque -<amo ya he-
mos dicho tantas veces- es propio de la Constitución de! Estado burgués
de Derecho ignorar e! soberano, ignorar si ese soberano es e! monarca o
. 2. Esta magni:ud .negativamente. fijada, e! pueblo, no por la negati- el pueblo. Cierto que existe libertad de reunión y tienen lugar, con oca-
vIdad de su determInaCIÓn es menos sIgnificativa para la vida pública. Pue- sión de las e!ecciones y votaciones, «asambleas populares». AquI, los reuni-
blo es un concept~ que sólo adquiere existencia en la esfera de lo público. dos, desde e! punto de vista de la Ley constitucional, no son pueblo ni
EI pue~Io. se mamfiesta sólo en lo público; incluso lo produce. Pueblo y se mueven en una función pública. AIIl donde e! pueblo entra a desempe-
cosa pubhca eXlsten Juntos; no se dan eI uno sin la otra. Y en realidad fiar una funci6n constitucionalmente normada, en elecciones y votaciones,
e! pueblo produce lo público mediante su presencia. Sólo e! pu~blo presente: la reunión, justamente, está excluida de! fenómeno encuadrado por la ley.
verdaderamente reumdo, es pueblo y produce lo público. En esta verdad La ley o votación es, antes bien, una votaci6n individual secreta. EI mé-
descansa e! certero pensamiento, comportado en la célebre tesis de Rous- todo deI sufragio secreto no es, sin embargo, democrático, sino expresi6n
seau, de que e! pueblo no puede ser representado. No puede ser repre- deI individualismo liberal, asl como también su propugnador en e! sigla XIX,
sentado, porque necesita estar presente, y 5610 un ausente puede estar re- JeremIas Bentham, fue un liberal típico. En la lucha contra influjos. e!ec-
presentado. ~omo puebIo presente, verdaderamente reunido, se encuentra en torales i1lcitos de! Gobierno y contra otros abusos encuentra su sentIdo y
la Dem~)CracIa pura con e! grado más alto posible de identidad: como su relativa justificación la exigencia de! sufragio secreto. Pera es necesa-
ÉxxÀT}O"(.. ~ en.la Dem?cracia griega, en el mercado; en eI foro romanOj como rio entender bien su naturaleza y poner en claro que, en principio, perte-
tropa. o eJér~Ito reurudo; como Landsgemeinde (Concejo abierto) suiza. Pera nece a la ideología de! individualismo liberal y contradice ai principio poli-
ta~bIén alh donde no se reúne en un cierto lugar y según un procedi- tico de la Democracia. Pues la aplicación consecuente de la votación secreta
mIento ordenado se muestra la peculiar significación de! pueblo en e! hecho transforma ai ciudadano, ai citoyen, es decir, a la figura especificamente
de; la verdadera presencia de una multitud popular públicamente reunida. democrática, política, en un hombre privado, que desde la esfera de lo prI-
Solo e! pueblo ~erdaderamente reunido es pueblo, y sólo e! pueblo verda- vado -sea tal su religión o su interés económico, o ambas cosas en una-
der.amente reurudo puede hacer lo que especificamente corresponde a la manlfiesta una opinión privada y emite su voto. EI sufragio secreto signi-
acuvIdad de .es~ pueblo: pued~ aclam.ar, es decir, expresar por simples gri- fica que el ciudadano que vota se encuentra aislado en e! momento decisivo.
~os su aSentlmlen~<: o r~usac16n, grItar «viva» o «rouera», festejar a un De esta manera se hace imposible la asamblea de! pueblo presente y toda
Jefe.~ una prop~slc16.n, vItorear aI rey o a cuaIquiera atro, o negar Ia aela- especie de adamación, quedando por completo rota la vinculación entre e!
~acI.on con eI sIlenCIO o murmullos. También en una Monarquia aparece pueblo reunido y la votación. EI pueblo ya no elige y vota como pueblo.
InevItablemente el pueblo en esa actividad, en tanto que la MonarquIa sea Los métodos de la actual elección popular y de la actual votación popular,
. un ~stado viva. Dondequiera que el pueblo se encuentre verdaderamente en la moderna Democracia, no contienen en modo alguno e! proceclimiento
reumdo, cualq~Iera que sea la fioalidad, a menos que aparezca como grupo de una verdadera elección popular o verdadera votación popular, sino que
orgamzado de mtereses, sea en manifestaciones callejeras, en fies tas públi- organizan un procedimiento de votación individual con adición de .votos.
cas, en teatros, en eI hipódromo o en el estadio se encuentra presente ese Ese procedimiento es hoy común en la mayor parte de las DemocraCIas. La
pu~b.lo capaz de aclamar, siendo, ai menos p~tencialmente, una entidad Constitución de Weimar garantiza, junto a la libertad de sufragio, también
pohuca. Con ~astante frecuencia ha podido experimentarse que toda asam- el secreto dei mismo (arts. 125,22 y 17, C. a.). Según las leyes e!ectorales
~lea popul~r., lfl~JUSO una manifiestamente apolítica, contiene en si posibi- y reglamentos, se cuida, mediante una serie de dispositivos protectores
lidades políucas Inesperadas. (urnas, sobres, cabinas electorales, etc.), de que e! secreto quede asegurado
241
240 El elemento polftico de la Constituci6n moderna RI pueb10 y la Constituci6n democrática

opinión pública, government by public optnton. En vias de! sufragio se-


y <<DO se~ observado» e! individu? En los Estados Unidos de América y en
otros Pruses anglosaJones se han mventado complicadas máquinas eon regis- creto y mediante la adici6n de opiniones de particulares aislados, no puede
t~os Y, teclas para, no 5ólo garantizar institucionalmente el secreto dei sufra- surgir ninguna opinión pública. Todos esos métodos de registro son sólo
glO, SInO, dade ,también garan:ías mecánicas. Podría imagmarse que un dia, medias auxiliares, úmes y valiosos como tales; pero no absorben la opini6n
por medI? de tnventos aproplados, cada hombre particular, sin abandonar pública. La opini6n pública es la forma moderna de la aclamaci6n. Es quizá
su d~mlclho, p~dlera dar expresión continuamente a sus opiniones sobre una forma difusa, y su problema no está resuelto ni para la Sociologia, ni
cuesuones políucas, y que todas estas opiniones fueran registradas automá- para el Derecho político. Pero su esencia y su significación política estriban
uc~mente por una central donde sólo hiciera falta darles lectura. Eso no en que puede ser interpretada como aclamación. No hay ninguna Democra-
sena una Democr~ci~ especialmente intensa, sino una demostraci6n de que cia, ni ningún Estado, sin opini6n pública, como no hay ningún Estado sin
e! Es;ado ,y .10 pubhco se hablan privatizado en su integridad. No seria aclamación. La opinión pública aparece y subsiste «inorgánica»; seria des-
opln1on publíc~, porque no resulta opinión pública ni aun de la opinión pojarla de su naturaleza, igual que con la aclamación, hacer de ella una
c?ncorde de mtllon;s de personas! e! resultado es sólo una suma de opi- espede de función oficial. Pero no quiere decirse con esta que surja de la
m~ones prlv,adas. ,As!, no aparece nmguna voluntad general, ninguna volonté nada, misteriosamente. La infIuyen, y también la hacen, partidos o grupos.
gené~ale., StnO solo la suma de todas las voluntades individuales, una vo-
Pera eso no puede reconocerse legalmente y hacerse oficial; queda siempre,
lonte de tous.
en algún sentido, incontrolado. Hay en toda Democracia partidos, oradores
~obre l~s ~étodos americanos de registro secreto por máquinas, Esmein-Nézard,
y demagogos, desde los "1tpoa-rá-ro.~ de la Democracia ateniense hasta los
Drott constttutlo~nell lI, P~gs. 323 Y,sig. Sobre los «dispositivos protectores» para ase- bosses de la americana, además de prensa, cine y otros métodos de operar
gurar una «votaclón no vlgllada» segun el derecho alemán vigente: §§ 41, 42 Y 43 de psicotécnicamente sobre las grandes masas. Todo esta se sustrae a una nor-
la Ordenanza alemana sobre elecciones y votaciones dd Reich de 14 de marzo de 1924 mación exhaustiva. Existe siempre, por eso, e! peligro de que la opinión
(G~c. lego deI Reic.h, l" pág. 173, con reformas de 3 de noviembre de 1924; Gac., l, pública y la voluntad dei pueblo sean dirigidas por fuerzas sociales invisi-
páglOa 726, y. rectlficaC1Ón de 6 de abril de 1924; Cac., I, pág. 646), y sobre todo, bles e irresponsables. Pera también para esta se encuentra la respuesta al
§ 43. (dlspos1t1~~S protectores para la votación): «En cada colegio dectoral colocará la
autondad mumclpa~ una o varias mesas con dispositivos protectores para que cada problema en el supuesto esencial de toda Democracia. En tanto que exista
votante pueda manipular su papeleta de votaci6n sin ser observado y ponerla en el la homogeneidad democrática de la sustancia y e! pueblo tenga conciencia
sobre.» política, es decir, pueda distinguir de amigos y enemigos, e! peligro no eS
. EI hecho de que la aplicación consecuente dei secreto deI sufragio no es democrá- grande. Si desaparecen aquellos supuestos sustanciales de la Democracia,
tiCO porque e~pulsa al dudadano .ind~vjdual de la esfera de lo público y 10 convierte sirve de peco toda organización y toda normación legal. Nada se ganaría
en hombre privado, se deduce tambtén de la particularidad juridico-política de ese si se quisiera obviar las dificultades e inconvenientes de la vida acrual de
«secreto», EI act1.~a1 secreto deI sufragio .no es --considerado desde eI punto de vista
deI Derecho políuco-- un secreto auténtzco, Queda al criterio deI elector eI guardarlo
los partidos reconociéndolos -más aliá de las funciones técnicas de! su-
o. revelarIa; su garantia es s610 un derecho, pera no un deber dei ciudadano. EI indi- fragio-- como organizaciones legales y haciendo de elios autoridades. En-
Vlduo no puede renunciar, es derto, ai aparato técnico-administrativo que protege el tonces se formarlan otros partidos en seguida, pues la esencia de! partido
secreto deI sufragío (sobre esta, Martfn Drath, Das Wahlprüfungsrecht bei der Reich- queda fuera de toda organización de magistratura. No hay ninguna Demo-
s~agswahl, BerHn, 1927, pág5. 69 y sigs,), pero 5ólo porque la ejecución de las prescrip- cracia sin partidos, pera sólo porque no hay ninguna Democracia sin opinión
c~ones legales sobre e1 secreto e1ectoral es asunto de las autoridades y no de los indi- pública y sin que e! pueblo se encuentre siempre presente. AsI como la opi-
VIduas. Por lo demás, nadie te impide comunicar c6mo ha elegido o votado y puede nión pública no puede transformarse en una competencia de autoridad,
hacer dei s~creto lo que. quie:a, como cosa privada suya. Una comparaci6n con el se-
creto profeslOnal dd funClOnano muestra la gran diferencia que para e1 Derecho polftico tampoco un partido puede transformarse en autoridad sin perder su carác-
separa ~ estas dos ~ases de ~ecreto, EUa es tanto ru.ás chocante cuanto que, según la ter de partido, por lo mismo que, a su vez, el propio pueblo no puede con-
concepcl6.n de~cx:rátlcal el clUdadano que vota no es un particular, sino que realiza vertirse en una autoridad sin dejar de ser pueblo. EI actual predominio de
una fun~.16n pubhca. Pera seg~ la regulaci6n actual de los métodos dei sufragio se- las organizaciones de partido frente ai Parlamento se basa en que elias ca-
creto, se. t.ransforma en un particular precisamente en el momento decisivo; e1 secreto rresponden al principio democrático de la identidad, por cuanto que, coma
~el sufraglO es el pu.nto e~ que se produce la transformaci6n y tiene lugar la desvia- e! pueblo, están siempre presentes sin representar, mientras que e! Parla-
c16n de la democracIa hacla la protecci6n liberal deI particular. Quizá se cncuentra mento tiene su sentido sólo en la representaci6n, y de hecho ha perdido,
ahí uno de los arcana de la moderna Democracia burguesa.
sin embargo, su carácter representativo (abajo, pág. 312). Es natural que
una identidad auténtica (incluso una simple parte dei pueblo) predomine
3. Según esas explicaciones sobre la conexión entre el pueblo y lo
público, parece justificado e! designar a la Democracia como imperio de la sobre una representación no autêntica.
242 El demento político de la Constituci6n moderna EI pueblo y la Constitución democrática 243
La <?onstüución d~, Weimar no conoce partidos; cita la palabra 5610 una vez y eoo pltulo 12). En las demandas liberaIes deI siglo XIX se une la idea de una libertad
uo sentido de recusaClOn, eo el art. 130: «Los funcionarias 50n servidores de Ia camu- «liberal» con esos pensamientos democráticos, sobre todo en la época de! Liberalismo
nidad y no de ningún partido», con lo que se introduce eo la Constitución uo elemento en que surgieron sus coostrucciones jurídiro-político propias: de 1815 hasta 1848. Ben-
peculiar, de !un:ionarios públicos, y se asegura mediante una garantia institucional. No jamIn Constant concibe e! Parlamento (la Representaci6n popular) como «representaci6n
eo la ConstHuClón, pero si eo los reglamentos de las Cámaras de las Democracias de la opinióo pública». Chateaubriand escribe eo sus célebres explicaciones sobre la
parlamentarias, son . r~conoddos los partidos (Ias frseciones): regIamento deI Reichstag libertad de prensa (Mélanges, págs. 238, 247), que también el Ministerio tiene que
alemán de 12 de dlclembre de 1922 (Cac. leg. dei Reich, 1923, lI, pág. 101): Se co- surgir de la opini6n públicaj ésta es principio y fuente -principium et lons- deI
m~nlcará al Presldente ~el Retchstag, la formadón de la fracción, etc. Se da corno Ministerio eo una Monarquía constitucional. En Alemania actúa con menor eficacia ese
nu~ero para formar fracc16n el de ~umce miembros. La iniciativa de la ley de! propio
significado de la opinión pública, siendo de citar la frase lapidaria, pero de dos 610s,
RelChstag (art. 68, C. a.) es concebIda como iniciativa de una fracci6n porque haccn
de Hegel, según la cua! en la opinión pública todo es, al mismo tiempo, verdadero
falta q~ince firmas para suscitarIa (§ 49 dei Reglamento de 1922); la U:Uciativa de ley
deI Relchstag. se transforma a~í en iniciativa de ley de una fracción. A pesar de ello, y falso. En general predomina en Alemania, en el siglo XIX, la crítica. Caracterfstico es
no puede declrse que las fracoones o partidos hayan llegado a ser, más alIá deI terreno a este respecto el escrito de Lothar Bucher dei afio 1854, ensalzado precisamente a
deI reglarne?t?, un eIeme~to legal-constitucional deI Reichstag y que haya de conside- causa de sus explicaciones sobre el valor de la opinióo pública por Hasbach: Der Par-
rarse la acuvldad de parudo y de fracdón deI diputado en concreto como «ejercicio lamentarismus, wie er irt, 2.- ed., 1881. En las obras del siglo xx que han tratado de
d~ su. cargo» de. diputado .. Esta seria una concepción que haría deI diputado un fun. la opinión pública como tema soeiológico y jurfdico no se pone en claro la particu·
Clonano deI partIdo o fraccIón, y deI partido o fracción una estructura oficial es decir laridad dd concepto de lo público y su conexión coo el pueblo presente, verdadera-
una autoridad, lo que esencialmente no es. Por eso, no puede extenderse la ~munidad mente reunido, y, por tanto, con lo político; esto puede afirmarse incluso de la obra
deI. art. 36, C. a., a esa actividad de partido y de fracción, ni tampoco a las manifes-- de F. Tonnies, Kritik der olfentlichen Meinung, BerHn, 1922, que, por 10 demás, cons-
taCIones ~ue se h~g~ en. las reuniones de fracción. Aquella irununidad encuentra, por útuye la más importante investigación sociológica sobre el tema.
e~ comrano, sus limItes Justamente alIí donde encuentra sus lfrnites eI poder deI Pre- La especial cooexión de la Democraeia con la opinión pública fue tratada con de-
SIdente deI Reichstag (en otro sentido: Anschütz, Komm., pág. 145; acertado, W. Troitz- talle por James Bryce en los capítulos 76-86, t. 111, de su American Commonwealth.
sch, Rechtspflege und Immunitiit der Abgeordneten, Rostock, 1927, pág. 84). Sobre El imperio de la opinióo pública es, para a, verdadera Democracia. Los métodos de
eI re~noci~i~oto de los ?artid?s en leyes eIectorales: H. Triepel, Die Staatsverfassung su fijación son todavía insegurosj es con frecueneia una cosa misteriosa y sólo se da
und dte poltltschen Partezen (discurso eo la Universidad de BerHn, 1927), pág. 20: «En en pueblos polfticamente interesados y homogéneos. Ha solido decirse que en los pue-
las leyes e~ec~orales se designa a veces todavfa a los partidos coo vergonzante disimulo blos aoglosajones, a diferencia de otras muchas Democracias, hay verdadera opini6n
como aSCOClaClones de electores o grupos de eIectores. Pero casi siempre aparecen ya pública. Dicey, Law and public opinion in England (1905), proclama precisamente
en el plan, y ocasionalmente como en Turingia, incluso en la Constitud6n, llamados para Inglaterra la inmediata y sólida conexión entre Legislación y opinión pública, que
claramente por su nombre. La envoltura ha perdido por eotero su sentido. Pues todo no encuentra paraleIo nioguno. Sin embargo, desde hace algunos afios ha comenzado
eI sistema se apaya en el hecho de que partidos organizados luchan por la victoria elec- tambiéo eo los escritos de autores anglosajones una viva crítica, respecto de la cua!
tor~.» Sobr,e e~ reconocimieoto de los grupos de partido eo Francia: Barthélemy-Duez, debe citarse el interesante libro de Lawrence LowelI, Public opinion and popular go-
Dro,lt, constttutlOnnel, 1926, pág. 444; sobre e1 problema general: O. Koellreutter, Die vernment, 1.- ed., 1913; 4: ed., 1921. La cuestióo está en saber si la opinión pública
Polzttschen Parteien im modernen Staat, 1926, sobre todo págs. 62 y sigs. puede seguir existiendo como entidad unitaria cuando un concepto como «clase» con~
curre seriamente coo el de pueblo y pone eo peligro la homogeneidad. El portador
P: pesar de su inaprensibilidad e inorganizabilidad, lo opinión pública de la opinióo pública, que continúa siendo una figura algo mística, pero no por eso
ha Sido reconocida y tratada desde eI sigla XVIIi en la literatura política menos importante, pierde entonces 5U eseoeia y se hace problemático. Antes podfa
y de la Teoría dei Estado como factor especial de la vida estatal. Los filó- hablarse deI «hombre de la calle» (the man on the street); pero en cuanto que este
~ofos de la Ilustración dei sigla XVIIi eran partidarios de un desPotismo hombre se convierte eo un proletario con coneieneia de clase, cambia su naturaleza.
ilustrado, pero veían en una opinión pública ilustrada el contraI de toda Lo mismo puede decirse de los otros tipos de ese mundo de representaeiones, e1 «sim-
pie traba;ador», «}acques Bonhomme», etc. Tales figuras, por lo demás, reciben fácil·
Ia actividad estatal y una segura garantía contra cualquier abuso dei poder
mente algo de romántico-idilicoj pero eon eso se despolitizan y, en eonsecuencia, se
del Estado. Libertad de manifestación dei pensamiento y libertad de Prensa desdemocratÍzanj así, en el artículo de Arthur Feiler, Frankfurter Zeitung, de 23 de
se convirtieron as! en instituciones políticas. De ah! reciben eI carácter de junio de 1927 (Die Volker un die Staatsmãnner): «En todas partes, lo único que recla·
derechos políticos y dejan de ser secuela, como en el proceso americano mao de la vida los pueblos es esto: un poco de sol, un poco de Naturaleza, etc.» Do
de la libertad de coneieneia y de religión_ EI ejereicio de la libertad de Pren: semejante portador de opinióo pública es, en eseoeia, hombre privado o particular, y
5a, de. Ia libertad de manife5tación de opinione5 políticas, no sólo es un frente a las cuestiones polIticas sólo tiene el dcseo de no tener relación con la política,
elerClClO dentro de la esfera privada de la libertad, sino actividad públíca, honroso y simpático deseo, pero cuyo cumplimiento por desgracia no expulsa la polI-
desempeno de una cierta función pública, eI contraI público. tica dei mundo ni contesta a ninguna cuesti6n politica .

. De Lolm 7 habla en s~ lib~ s?bre la Constitución inglesa (1771) de que eI pueblo Lo inaprensible e inorganizable de tales representaciones democráticas
eJerClta, mediante la opinióo publica, un poder especial, el «poder de ceosuru (lI, ca. de la opinión pública se muestra en que la regulación de la Iey constitu-
244 El elemento polftico de la Constituci6n moderna EI pueblo y Ia Constituci6n democrática 245

cional emplea conceptos para cuya indeterminaci6n jurídica debe evitarse IV. Oieada sobre las significaciones de la palabra «pueblo» para una
deliberadamente una fijación precisa, normativa. Asi, se dice en el artícu- moderna T eoría de la Constitución.
lo 54, C. a.: «EI Cancil1er y los Ministros necesitan para e! ejercicio de su
cargo la confianza dei Reichstag .• EI artículo 57 de la Constitución prusia- 1. Pueblo como magnitud no formada, no regulada en ley constitu-
na de 1920 dice que e! Gobierno necesit. Ia confianza de! puehlo. Por lo cional:
demás, las instituciones y procedimientos legales no pueden organizar y a) Pueblo como sujeto dei Poder constituyente (págs. 95, 234).
abarc.r exhaustivamente a la opinión pública, pero si servir para dar cauce b) Pueblo como porrador de la opinión pública y sujeto de aclamacio-
y eficacia a 5U expresión y erear un valor de síntoma por encima de su eoo- nes (pág. 237).
c) Pueblo como aquel10s que no gobiernan o no son autoridades (en
tenido oficial. EI resultado de una e!ecci6n o votación tiene siempre junto
lo que se relaciona con la iniciativa popular, pág. 236).
a su significación inmediata de contenido --<letermÍnación de un diputado
2. Pueblo cOmo entidad organizada y formada por ley constitucional,
o respuesta a una cuestión propuesta- esta otra significación todavia, si siendo de observar que aqui, en realidad, no es e! pueblo e! formado y or-
bien muy disminuida por los métodos dei sufragio secreto, por la depen- ganizado, sino que existe s610 un procedimiento para las e!ecciones o la
dencia respecto de las listas de candidatos propuestas y por e! planteamiento votación, y la voluntad de! pueblo surge s610 como resultado de un sistema
de la cuestión. Tal puede ser la situación, que la opini6n pública s610 acierte de vigencias o acaso ficciones (pág. 235). Entonces Pueblo equivale a ma-
a expresarse mediante la abstenci6n de! sufragio. Los métodos legales nunca yoría simple O cualificada de los e!ectores que hayan emitido el sufragio.
apresan más que un único momento. Pero, en todo caso, pertenece a la
eseneia de una Democracia auténtica el que sea observado de manera leal Las otras. significaciones de la palabra «Pueblo» (Pueblo = poblaci6n, Pueblo ::::: to-
e! valor sintomático de e!ecciones y votaciones populares. Sólo ocasional- dos los súbditas deI Estado, Pueblo = Naci6n = Estado) no requieren aqui ser discu-
mente -sobre todo, contra injusticia manifiesta y bajo la impresión de la tidas. Jos. Held enumera en su System des Verfassungsrecht. Würzburg, 1856, I, pá-
ginas 109 y sigs., nueve significaciones. Lo interesante en su enumerad6n (frente a
corrupción política- se producen manifestaciones unánimes de la voluntad atros intentos, p. cj., Hans Liermann, Das deutsebe Volk ai Rechtsbegrifl im Reichs-
popular, que, como tales, no pueden desconocers~, y que tienen eI carácter sltUltsrecht der Gegenwart, BerUn y Bonn, 1927) consiste en que HeId reconoce eJ
de una auténtica acIamaci6n. De esto fue un ejemplo la protesta de! pueblo sentido peculiar de la palabra, que estriba en 10 negativo; pertenecen aI pueblo aquel10s
alemán contra la extradición de los l1amados delincuentes de guerra en el que no gobiernan y no son autoridades o magistrados, etc. (arriba, pág. 236).
afio 1920. En algunos casos, los métodos legal-constitucionales impiden la
acIamación. Asi en la votaci6n de! pueblo alemán sobre la expropiaci6n
de los bienes de las antiguas familias reinantes, en junio de 1926, no tuvO
lugar una acIamación -que en si misma era evidente- porque la pres-
cripción de! art. 75, C. a., hada posible y hasta induda a los adversarios
de la expropiaci6n a quedarse en casa (arriba, pág. 236). En la práctica in-
glesa se han IIegado a considerar como sintomas reconocidos y dignos de
ser observados, si se procede con lealtad, los resultados de segundas vueltas
y ree/ecciones y de grandes elecciones municipales. En e! Reich alemán no
tienen ya lugar, a consecuencia de! sistema de listas de la representaci6n
proporcional, segundas vueltas y ree!ecciones, habiendo desaparecido asi esa
importante posibilidad y control; las e!ecciones ai Landtag en países pe-
quenos y las e!ecciones municipales no pueden ofrecer ningún sustitutivo.
La consecuencia jurídico-política más importante de la consideraci6n de la
opini6n pública que aqui se discute afecla al instituto jurídico de la disolu-
ci6n de! Parlamento. Esta instituci6n recibe de ahí e! carácter de instituci6n
normal,. pierde e1 aspecto de cosa extraordinaria, en conexi6n eon ideas
de conflicto o acaso golpe de Estado, según está todavia en e! recuerdo desde
los tiempos de la Monarquia constitucional. Para la interpretaci6n jurídico-
positiva de una determinación legal-constitucional, como e! artículo 25, C. a.
(disoluci6n de! Reichstag por e! Presidente de! Reich), es decisivo e! que
la disoluci6n sea o no considerada como algo anormal.
§ 19 Consecuencias dd principio poUtico de la democracia 247

CONSECUENCIAS DEL PRINCIPIO POLITICO cuente posibIe de esas eleceiones, turno electoral rápido, mandatos breves,
DE LA DEMOCRACIA posibilidad de deponer a los magistrados elegidos, fácil disoluci6n de los
cuerpos elegidos. Sobre el dobIe significado de Ia eleceión, abajo, pág. 250.
4. La mayor extensión posible de decisión objetiva inrnediata por los
ciudadanos con derecho a voto (referéndum).

11. EI ciudadano en la Democracia.


1. EI coneepto de eiudadano perteneee a Ia esfera politica. EI eiuda-
dano en Ia Democraeia es citoyen, no particular o burgués.
La palabra alemana Bürger compreode ambas significaciones: ci/oyen y bourgeois.
E1 contraste de ambas significaciones es, sin embargo, tao grande como la diferencia
de un liberalismo apolftico, ético-econ6mico, respecto de Ia Democracia, que es un puro
concepto político. La primera y más importante manifestación sobre d Bourgeois como
concepto contrapuesta al de ciudadano, S/aa/sbürger, que existe en la esfera de lo
polltico, se encuentra eo d joveo Hegel, eo d escrito sobre las formas de tratar cien-
tificamente el Derecho natural, 1802 (ed.ici6n de Lasson, pág. 383): «Se determina según
esto la patencia de esa clase (d Bourgeois) de modo que en la posesi6n, y en la jus-
ticia que sobre la posesi6n es posible, se encuentra que ... todo individuo capaz, eo si,
de una posesi6n, se sostenga contra todos, como generalidad o como ciudadano, en e1
r. Tendeneias generales que se explican por el esfuerzo de realizar Ia sentido de bourgeois: para la «nulidad» polftica, según la cual los miembros de esta
clase son personas privadas, eI sustitutivo se encuentra en los frutos de la paz y de
identidad democrática.
1. EI mayor número posibIe de personas con derecho a voto, rebaja la industria, y en la completa seguridad deI goce de los mismos, tanto a partir deI indi-
viduo como de la totaHdad de los individuos. Pero la seguridad emana deI Todo para
de Ia edad electoraI, voto femenino. cada individuo, en tanto que se encuentra dispensado de ]a valentia y exento de la ne-
2. Deeisión por una mayoria lo más grande posibIe de votantes, es cesidad, que es propia de quien pertenece a la clase alta (los Jibres y nohles, cuya ocu-
deeir, aproximación al ideal de Ia unanimidad. Esta idea contiene sin em- paci6n es 'Y}O)..l;'tEUnv), de arriesgarse a una muerte violenta, peligro que para los indi-
bargo, un equívoco, y se explica, en lo esencial, porque mediante méto-ias viduas es la inseguridad absoluta de todo goce y posesi6n y derecho.» Para mostrar
dos del individualismo liberal (sufragio secreto) y -desde Condorcet- la honda conexi6n de esas frases con la filosofia alemana de Ia generación post-kantiana,
mediante Ia mentalidad matemática de simpIe cuenta de resultados de baste citar una expresi6n de Fichte: «La humanidad se divide en dos grandes ramas:
votación, ha venido a oscurecer el conceplO especificamente politico de De- los que tienen propiedad y los que no la tienen.» Los primeros no son e1 Estado, sino
que sost;enen d Estado, «y el último está de hecho a su servicio». «Es indiferente
mocracia una representación puramente cuantitativa, aritmética.
al poseedor quién le proteja, con tal de que se le proteja; la única consideraci6n es:
Tambjén se aclara bien esto con el punta de vista de Kelsen (Westn und Wert al menor coste posible. EI Estado es para el propietario un mal necesario, y todo mal
~er Demokra/i~, 1920), para el que la justicia de la Democracia se basa eo que es más debe reducirse en lo posible» (S/aa/slehre, 1813, Obras, IV, pág. 404). En tales pen-
Justo que dOffilOen, de deo hombres, 90 sobre 10, que 10 sobre 90. Aquf ha desapa- samientos tiene también sus raíces el juicio que Lorenz von Stein emite sobre la
recido por completo el sentido político de la Democraciaj la cuesti6n de la sustanda burguesia (abajo, pág. 298). Cuando J. l..õwenstein, en su valioso libro sobre Ia ides
de la igualdad democrática no se plantea ya. En Rousseau, por el contrario, es todavia dd Estado de Hegel (Philosophische Forschungen, ed. de K. ]aspers, cuaderno 4, Ber-
muy fuerte la condeneia de esa diferencia; é1 sabe todavia que no es democrático que Ho, 1927, pág. 127), encuentra las raíces dd movimiento socialista en Alemania no en
nove!lta hombres corrompidos dominen sobre diez hombres honestos, y que cuando la miseria social de las masas ni menos en eI problema ecooomico de la producci6n y
desaparece la sustancia de la democracia -para Rousseau, la ver/u- ni aun siquiera distribuci6n de los bienes, sino eo la crítica de la cultura y de la época, estoy de acuerdo
la unanimidad de todas las resoluciones sirve de nada. De la voluntad de cien hombres con él, pera con esa totalizaci6n por parte de la conciencia política que ve e1 enemigo
c.on mentalidad de esclavos no resulta, ni en caso de unanimidad, ninguna voluntad en el burgués.
hbre; una voluntad apolftica de mil hombres po}fticamente indiferentes no produce
en su adici6n ninguna voluntad poHtica que merezca legftima consideraci6n. 2. 19ualdad general ante la Ley, es deeir, supresión y prohibieión de
todos los privilegias a favor o eQ perjuieio de eiudadanos individuaIes o
3. La mayor extensi6n posibIe de los métodos de elecci6n directa para ciertas cIases y situaeiones sociales. Tales privilegias no pueden ser intro-
Ia determinación de magistrados y autoridades, y Ia repetici6n lo más fre- ducidos por media de una Iey, ni tampoco podrian fundarse en una Iey
246
248 El elemento político de la Constituci6n moderna Consecuencias dei principio polftico de la democracia 249

de reforma de la Constituci6n. En eso consiste la fundamental significaci6n ley, es imposible excluir en una Democracia grupos de ciudadanos dei oc-
dei postulado de que todos los ciudadanos son iguales ante la ley (articu- ceso a ciertos cargos, funciones, y, sobre todo, de la elegibilidad. Tampoco
lo 109, C. a.). Esto quiere decir, sobre todo: es admisible una incompatibilidad parlamentaria en sentido propio (a dis-
a) 19ualdad dei status político: participación igual de todos los ciu- tinguir de la inelegibilidad), pues ella significa que ciertos ciudadanos son
dadanos en elecciones y votaciones que se re/ieran a todo eI Estado, es elegibles, pero cuando son elegidos tienen que renunciar, o bien a SU actual
decir, derecho al sufragio igual. Las otras particularidades y métodos de ese puesto o actividad, o bien o su mandato. Por lo demás, en tanto que se
derecho electoral: sufragio directo, sistema de representaci6n proporcional, reconozca un status especial dentro dei status ciudadano general en los que
voto secreto, no resultan de los principios democráticos, sino de otras refle- pertenezcan a la situación de soldados, son posibles limitaciones de la ele-
xiones, eo parte de la justicia eo general, y en parte de la justicia en el sen- gibilidad e incompatibilidades. Lo mismo puede decirse respecto de funcio-
tido dei individualismo liberal. narios cuando tengan también un status especial, si bien parece faltar en
b)· EI derecho de sufragio no es un derecho en eI sentido de encon- Alemania -según antes, pág. 184, se mostr6- e! sentido para dicha con-
trarse a la Ubre disposición dei individuo (como eI secreto electoral, cuya secuencia. Por el contrario, apenas sería posible en una Democracia fundar
condición heterogénea se muestra bieo en ese contraste); pero no es un legalmente incompatibilidades econ6micas y disponer para los pertenecien-
simple «reflejo» de la ley constitucional, sino una funci6n pública, y, por tes a dertas profesiones económicas, banqueros, síndicos, etc., que no pue-
consecuencia 16gica, un deber, porque no es ejercitado por eI individuo como dan ser al mismo tiempo diputados, según se intenta hoy en algunos Es-
particular, sino como ciudadano y, por lo tanto, en virtud de uo status de tados, para lograr una independencia social y econ6mica de los diputados,
Derecho público. Sin embargo, la mayor parte de los Estados democráticos atribuyendo otra vez una significaci6n a la «independencia» legal-constitu-
no han sacado en sus leyes electorales la consecuencia dei deber de su- cional de! diputado (art. 21, C. a.). Si se prescinde de las di/icultades prác-
fragio.
ticas de semejante intento y de las muchas posibilidades de burlarlo, la
Ejemplo de deber deaoral: Constituci6n belga, art. 48, 2 (según la revisión cons-
di/icultad teórica consiste, sobre todo, en que una ley que dispusiera tales
titucional de 1893): Le vote est abliga/oire. EI cumplimiento de ese deber está pro- incompatibilidades económicas tropezarla con la igualdad democrática ante
tegido por penas; comp. Errera, EI Derecho político dei Reino de Bélgica (ed. alema- la Ley.
na, pág. 99). Otros ejemplos: Esmein-Nézard, I, pág. 367; W. Hasbach, Die moderne
Demokratie, pág. 329. Literatura: Stier-Somlo, Grundriss, I, pág. 546. Acerco. de las grandes reflexiones que en una Democracia se aponen a la admisi6n
de incompatibilidades econ6micas: l. Barthélemy, Revue du Droit public, 1922, plf-
c) Servicio militar obligatorio, más exacto: el derecho y eI deber de ginas 125 y sigs. La única vez que la literatura científica alemana se ha ocupado de
esa importante cuestión ha sido en la ya citada Disertación de Werner Weber, en
todo ciudadano de defender, con arreglo a su aptitud, ai Estado y su orde- Bonn, 1928.
nación, hacia el interior y el exterior con las armas en la mano. Así como
no hay una Democracia auténtica sin sufragio universal, tampoco la hay sin
3. La igualdad dei Derecho privado domina, según los principios de-
servicio militar obligatorio. EI art. 133, C. a. «<EI servicio militar se rige mocráticos, s610 en eI sentido de que las leyes de Derecho privado valen
con arreglo a las prescripciones de la ley de la Defensa dei Reich -ejérci-
to--»), garantiza un principio esencial, pues reserva la posibilidad de que igual para todos, pero no en eI sentido de la igualdad econ6mica de los
todo alemán sea obligado ai servicio militar a medida de la ley. Según eI ar- bienes, propiedades o ingresos privados. La Democracia, como concepto
tículo 178, 2, C. a., prevalecen, sin embargo, las prescripciones de! Tratado esencialmente político, s610 afecta en sus consecuencias y aplicaciones al
de Versalles (en cuyo art. 173 queda abolido eI servicio militar obligatorio Derecho público. Sin embargo, se deduce dei carácter esencialmente po~­
en Alemania). La práctica de aquella institución democrática queda asl im- tico de la Democracia la incondicional primada de lo público sobre lo pn-
pedida, si bien esta prescripción de un pacto internacional no cambia, según vado. Tan pronto como la desigualdad económica o eI poder social de la
antes (pág. 90) se explic6, la ConstÍtución alemana. propiedad privada estorbe o ponga en peligro la igualdad política, puede
d) 19ualdad ante los cargos públicos obligatorios y los servicios per- hacerse políticamente necesario suprimir por ley o por medidas tales estor-
sonales obligatorios (arts. 132-133, C. a.). bos O peligros. Frente a esta necesidad, la invocaci6n al carácter sagrado
e) Obligaci6n igual de impuestos y gabelas. Artículo 134, C. a.: «To- de la propiedad privada no serIa democrática; corresponderla a los princi-
dos los ciudadanas, sin distinci6n, cooperan en proporci6n a sus medias y pios dei Estado burgués de Derecho, cuyo sentido espedfico es e! de frenar
con arreglo a las leyes ai sostenimiento de las cargas públicas.» las consecuencias de un principio político como la Democracia, convirtiendo
f) Ausencia de limitociones de la elegibilidad y ausencia de incompa- a ésta en una Democracia constitucional, es decir, limitada por la ley cons-
tibilidades. A consecuencia de la igualdad de todos los ciudadanos ante la titucional.
250 EI elemento político de la Constituci6n moderna Consecuencias deI principio poUtico de la democracia 251

UI. Las autoridades (métodos democráticos para determinar las auto- ción puede ser un medio, tanto dei principio de la representación, como
ridades y funcionarios). dei de la identidad (arriba, pág. 217). En el siglo XIX, a causa dei contraste
1. 19ualdad de todos los ciudadanos, es decir, igual acceso a todos los con la sucesión hereditaria de la MonarquIa o de la condición de miembro
cargos; siendo necesaria una cualificaci6n objetiva y una derta formación de una Cámara alta, se consideró la elecci6n como eI método democrático,
profesional o técnica, la igualdad existe s610 bajo eI supuesto de igual apti- con lo que también se explica que todavIa hoy se defina la Democracia
tud (art. 128, C. a.). Para las comprobaciones exigibles de quien posee la como una formación estatal apoyada en eI derecho de sufragio universal
formación profesional y técnica no pueden existir privilegios de clase o (asl, la definición de R. Thoma, arriba, pág. 216). Pero hay que distinguir
posición social, ni tampoco desigualdades encubiertas por un numerus clau- qué sentido tiene en realidad la elecci6n. Si h. de dar base a una represen-
sus o de otra manera. EI acceso igual a los cargos públicos despoja también tación auténtica, entonces es un media para d principio democrático; si sig-
a la burocracia profesional dei carácter de institución antidemocrática. Sin nifica tan sólo la designación de un comisario dependiente, entonces puede
embargo, la formación de una jerarquIa de funcionarios podIa llevar a con- considerársela como un método especificamente democrático. Sobre la De-
tradicci6n con la igualdad democrática de los ciudadanos y a que se consti- mocracia representativa, apoyada en la elección, arriba, pág. 217. La lógica
tuyera una especie de cIase inadmisible, si los puestos superiores de esa democrática lleva a la supresión de decciones y a la votación de los asun-
jerarquIa de funcionarios salieran de la propia burocracia profesional exclu- tos por eI pueblo en su identidad de cada momento.
sivamente. Por el contrario, no hay contradicci6n cuando asumen los pues- c) EI nombramiento de los funcionarios por una autoridad superior
tos supremos camisarias que actúan en ese puesto, llamados, no como fun- suele considerarse como un método antidemocrático. Si es indispensable, a
cionarias profesionales, pudiendo ser o no ministros de Departamento. 10 causa de las exigencias de un establecimiento dirigido y ordenado técnica-
escneial para una Democracia es que la actividad rectara deI Gobierno siga mente, y según los principias de la burocracia profesional, surgen entonces
dependiendo de la voluntad y confianza dei pueblo. Por eso, las garantIas otros diversos métodos lIamados a corregir y modificas en un sentido de-
institucionales de la Constitución de Weimar (arts. 120, 130), que pro te- mocrático aquel método autoritario: por ejemplo, dependencia de los órga-
gen por ley constitucional a la burocracia profesional (arriba, pág. 184), nos supremos de cada jurisdicción, es decir, dei ministro, respecto de la
son compatibles con los principios democráticos. confianza dei pueblo o de la Representación popular; además, la rectificación
2. Determinación dei funcionario o jefe. dd sistema de nombramiento adjuntando profanos que actúen honoraria-
a) Por sorteo. mente: jurados y escabinos en los tribunales, profanos en las comisiones
administrativas y tribunales administrativos. La participación de profanos
En Ia determinaci6n por sorteo, Ia igualdad queda asegurada dei mejor modo, significa una participación dei pueblo, con lo que «pueblo» adopta eI sen-
pero, en cambio, exduye la posibilidad de una diferenciaciãn según la aptitud deI caso. tido negativo antes desarrollado de que pertenecen a él, ante todo, los que
[se método no se practica hoy ya. Tuvo aplicación en medida muy amplia en la De- no son funcionarios profesionales.
mocracia ateniense. Platãn (Poli/eia, ed. de Apelt, pág. 313) ve ahí, incluso, una defi·
nición de Democracia: «La Democracia surge cuando los pobres, lograda la victoria, Cuando Rodolfo Gneist, en su famosa concepci6n de la administraci6n aut6noma
e;ecutan a una parte de: 105 adversarios, destierran a otra parte, pera con los demás (Sellgovernment, Kommunalverlassung und Verwaltungsgericht in England, 3: edi·
comparten en plena igualdad la administraci6n del Estado y de los campos y dejan dón, 1871), colocaba la administración autónoma, como actividad honoraria, en con·
que la suerte determine la autoridad de entre la parte predominante.» Fustel de Cou· traste con la actividad de los funcionarias profesionales, esto en él no respondia a un
langes, La d/é antique, es de opiniãn de que la determinaci6n de los funcionarios pensamiento democrático, sino liberal. Mediante los cargos honorarios debfan ser apro-
por sorteo no responde ai pensamiento de la igualdad democrática, sino a un motivo ximadas las c1ases poseedoras e ilustradas, realizándose asi una integración de la socie·
religioso. Pero también Aristóteles, Constitución de los ateniense, 22, 5, considera la dad en e1 Estado. Pero propiamente no es e1 pueblo como tal quien habfa de participar
determinación por sorteo como el método democrático, en contraste con la determi· en la administración del Estado mediante ese acercamiento a los cargos honorarios,
nadán por eIección, que considera método aristocrático. sino que se trataba de asegurar el Estado burgués de Derecho. El cargo honorario
es, para Gneist. el «punto de Arquímedes deI Estado de Derecho».
b) Por elecci6n. En comparación con eI sorteo, la determinaci6n por
elección es, como Platón y Aristóteles dicen, un método aristocrático. Pero
en comparación coo el nombramiento por una instancia superior, o eon una
determinación en vías hereditarias, puede aparecer como algo democrático.
En la elección se encuentran las dos posibilidades; puede tener eI sentido
aristocrático de una elevación dei mejor y dei jefe, o el sentido democrático
de la designación de un agente, comisario o servidor; eI elector puede
aparecer frente al elegido como subordinado o como supraordinado; la elec-
§ 20 Consecuendas dd príncípío polftico de la democracia

APLICACIONES DEL PRINCIPIO POLITICO como órganos auxiliares, las autoridades dei Estado y la Representación p0-
DE LA DEMOCRACIA A LOS DISTINTOS TERRENOS pular.
DE LA VIDA DEL ESTADO El art. 73, 3, C. a., contiene un auténtico procedimiento de legislaci6n popular, es
decir, uo referéndum íntroducído por iniciativa popular. Sin embargo, se encuentra pre-
vista para este procedimiento de legislaci6n popular de la Constitución de Weimar una
derivaci6n cn e1 procedimiento legislativo ordinario: e1 proyecto de ley propuesto en
vias de la iniciativa popular es sometido por el gobierno al acuerdo de! Reichstag, y
el referéndum no tiene lugar sobre la iniciativa popular cuando e! Reichstag acepta
sin modi6.caciones la ley iniciada. Las otras posibilidades de referéndum constitucio-
nalmente previstas, pero no pertenecientes ai procedimiento de legislación popular, si-
guen existiendo frente a ese acuerdo de ley dei Reic:hstag. EI Presidente deI Reich
puede, por lo tanto, incluso en ese caso, disponer un referéndum, art. 73, 1; es posible
un veto de la minoda deI Reichstag y una subsiguiente decisión popular por referén-
dum, art. 73, 2, etc. Pero si el Reiehstag no acepta el proyecto de ley propuesto en
vias de la inic:iativa popular, cnronces ha de celebrarse un referéndum, y este refe-
réndum es ahora sobre la iniciativa popular. A pesar de sqU'ella desviaci6n en d proce-
dímienta legislativo ordinario por acuerdo dei Reichstag (art. 68, C. a.), hay aqui un
procedimiento de legislación popular auténtico, aunque delimitado y desviable.
Este procedimiento de legislación popular es prácticamente imposible como proce-
dimiento normal de la legislación en un Estado moderno. En el aetua! Estado de Dere-
cho, de Constitución democrática, por lo tanto en la Democracia constitucional, bay
L Democracia y Legislación. que considerar, sin embargo, el procedimiento de legislación popular como un procedi-
miento extraordinario, también teoréticamente, porque la Democracia constitucional se
1. EI concepto democrático de Ley es un concepto político no un basa en modi6car las consecuencÍas de la Democracia pura y colocar en lugar de la
concepto de ley propio dei Estado de Derecho; arranca de la pot;stas dei voluntad popular absoluta y directa, competencias normales. Pero el pueblo no puede
pueblo y proclam? que ley es lo que eI pueblo quiere; lex est quod populus ejercitar competencias ordinarias sin dejar de ser pueblo. La ley surgida en vias de un
procedimiento de legislación popular es también ley en el sentido de la regulaci6n
,~SStt; comp.,. amba, §.1J.. pág. 149. Fr,:nte a esa voluntad, no hay Erenos
constitucional, es decir, ejercicio de una competencia legislativa, y no un sctO deI Po-
mngunos segun los prmclp~os democráucos. Son posibles injusticias e in. der constituyente deI pueblo. Por eso, en las prescripciones legal-constitucionaIes sobre
clus~ deSIgualdades; la deslgualdad podría sólo negarse, en tanto que se iniciativa popular y referéndum se enc;uentra supuesto eI concepto de ley deI Estado
conclblera la 19ualdad en un sentido absolutista de que todos se encuentran burgués de Derecho (§ 13, pág. 149), y una iniciativa popular s610 es lícita para una
sometidos por igual manera a esa voluntad, cual es también eI caso, sin ley en este sentido, no para actos de soberania ai arbitrio. Sin embargo, aquf se hatá
embargo, en la Monarquía absoluta. EI concepto de ley propio dei Estado sentir con especial fuerza el valor de sfntoma (arriba, § 18, pág. 244). Una ley surgida
de Derecho, que transforma la Democracia en una Democracia constitucio- con gran o inmensa mayor{a cn vlas dd procedimiento de legjs1aci6n popular, ha
nal, es eI que hace posibles aquí garantías contra injusticias y desigualdades. alcanzado la aclamaci6n dei pueblo y puede representar un acto auténtico de soberania
También hace posible la distinci6n entre leyes y otros actos estatales, pue. y romper eI marco de la normaci6n deI Estado de Detecho por la fuerza de lo per
en la DemocracIa absoluta la voluntad dei pueblo es soberana y no 5610 Utico.
ley suprema, sino también suprema decisión judicial acto de ia suprema
autoridad administrativa, etc. ' b) Acuerdo de ley por decisión popular a iniciativa dei Gobierno.
2. Procedimiento legislativo de la Democracia directa. El acuerdo de EI procedimiento según el cual el Gobierno dependiente de la confianza deI pueblo
ley tiene lugar bajo la cooperaci6n directa de todos los ciudadanos con de. somete directamente a su decisi6n un proyecto de ley sin que una representación popu-
r,:cho a voto. Lo directo de la participaci6n puede tener diversos grados y lar entienda en él como cuerpo legislador, es raro en la Democracia moderna. La
dIverso volumen. Por eso, hay que distinguir diversas especies de procedi. Constituci6n de Weimar no conoce ese procedimiento. En la Democracia pura, en
mIemo legislativo en la Democracia ditecta. que magistrado y pueblo verdaderamente reunido se enfrentan, es ése el procedimiento
a) Procedimiento de legislación popular en sentido propio, es decir: legislativo normal. Según e1 Derecho polftico romano, por ejernplo, el magistrado plan-
tea en la Asamblea popular la cuesti6n (vos rogo, quirites), a la que se contesta con
el procedimiento legislativo comienza por una iniciativa popular, y el acuer-
«si» (uli rogas) o «no». Asi Mommsen, Romisches Slaatsrecht, IH, 1, 1887, pág. 304:
do. de ley se adapta por. una votación popular. Este procedimiento legis. «Falta, pues, tanto ai cuerpo de los ciucladanos como a los ciudadanos en particular
lauvo popular se caracterIZa porque en él no participan, o participan 5610 la iniciativa; pueden s610 contestar, pero no plantear ai magistrado por su parte la
252
2'4 E1 demento político de la Constitución moderna Aplicaciones deI principio político de la democracia
~esti6n de si ,está de acue:do con esta o aquello. Con ese procedimiento no se puede de los electores su acuerdo; el Gobierno, eI Presidente de la República una minoria
tampoco m~s alIá dei sl~ple . Si o No, O deI nombramiento de dertas personas.
j

Ir deI cuerpo legislativo, y una parte de los ciudadanos coo derecho a voto (este último
Pregunta~ aI clUclad;mo, no ,51 qUlere esta o no lo quiere, sino qué quiere, es jurfd.ica~ caso implica una iniciativa popular de referéndum, a diferencia del titado en a), que
mente HClta, pero solo practlcable en casos de excepción» (camp. abajo, pág. 268). supone una iniciativa popular para introducir un procedimiento de legisladón popu-
lar); en los Estados federaIes, también los Países o Cantones (comp. el ejemplo de Ia
c) Referéndum en eI sentido estricto, es decir, votación popular sobre Constituci6n federal suiza en bb).
confirmacl6n o no conrumación de un acuerdo deI Cuerpo legislativo. La La Constituci6n de Weimar conoce las siguicntes posibilidades de una iniciativa
expres16n «refe~éndum» se reservará adecuadamente para eI caso en que se de referéndum: referéndum dispuesto por e1 Presidente dei Reich (art. 73, 1 Y 3);
sameta a los clUdadanos eon derecho a voto, para su decisión definitiva, referéndum a propuesta de una vigésima parte de los electores frente a una ler cura
un acuerdo, de la. R~presentaci6n popular. No es recomendable designar publicaci6n se haya suspendido a propuesta de un tereio, aI menos, dei Reichstag (ar-
tículo 73, 2); referéndum a petici6n deI Reichsrat, cuando eI Reichstag haya acordado
c~:)!J~o referendum mdlstmtamente todos IQ.s casos de votación popular (ini- contra su veto una ley de reforma de la Constituci6n (art. 76, 2). En la facultad dd
ClaUva popular, plebiscito, etc.). Pertenece aI concepto de referéndum eI Presidente deI Reich de disponer un referéndum se encuentra, tanto la facultad general
que se encuentre conteOlda en éI la decisión sobre una con.B.rmación de disposici6n frente a toda ley acordada por el Reichstag, según el art. 73, 1, como
Casos de referéndum: . también la facultad especial de disposici6n para decidir una divergencia de opini6n
aa) Referéndum general obligatorio. entre Reichstag y Reichsrat deI art. 73, 3. Asf, la ley sobre referéndum de 27 de junio
de 1921 (Gac., pág. 790) puede enumerar cinco casos de rderéndum contando ahf la
En. este procedimiento, ~a ley surge mediante acuerdo de un cuerpo deliberante decisi6n popular a base de iniciativa popular. Todavia, sin embargo, afiade eI § 3 de
que fiJa e1 proyecto, r mediante la confirmaci6n de ese acuerdo por el cuerpo elec- esta ley (de reforma de la Constituci6n) un sexto caso: coando tiene lugar una decisi6n
toraI. popular sobre iniciativa popular es objeto de referéndum, DO s610 Ia ley iniciada, sino
Ese procedimiento es raro, por razones prácúcas. Aun all! donde se le reconoce también la que, aprobada por el Reichstag, se rechaza.
como. el ~ét~do ~emocrático más importante r consecuente en princípio, como en la
~~Stl.tuclon . JacobIna de 1793, se le hace depender por razones prácticas de cualquier d) Limitaciones y excepciones. En algunas Constituciones democráti-
InICiativa, mlentras que, en 10 demás, se supone el asentimiento de los ciudadanos cas se eneuentran excluidos de1 referéndum ciertos asuntos, o se hana limi-
c?n ~erecho a voto cuando esa iniadativa no se produce. AsI, e1 art. 59 de la Cans- tada la disposici6n de un referéndum.
tItucl6n ~~ ~793: Cuando cuar~nta dfas después deI envIo deI prorecto de ler a todos
Ias mumclplos, no haran susCItado redamad6n ninguna en más de la mitad de los Según e1 art. 73, 4, C. a., sólo e1 Presidente dei Reich puede convocar a referéndum
d.epartamentos una décima parte de Ias asambleas de los primitivos elecrores se con- sobre e1 presupuesto, leyes de impuestos y escalas de sue1dos. Esa limitaci6n puede
sidera aceptado e1 prorecto y queda convertido en ley. '
considerarse válida para todas las leyes econ6micas," sobre esto, CarI Schmitt, Volk~
sentscheid und Volksbegehren, 1927, págs. 14 y sigs.; sobre limitaciones en las leyes
bb) Referéndum oblif!.atorio para determinadas elases de ley, sobre constitucionales de los Países, allí mismo, pág. 15. Sobre la cuestión de la limitación
todo para reVlSlones conStltuclOnales; en lo demás, referéndum facultativo. de la iniciativa popular: abajo, 4 c, pág. 257. Limitaci6n por declaroci6n de urgen-
cia, arts. 72, 73, C. a., comp. pág. 269.
. Ejemplo: Canstit~ci~n federal suiza de 29 de mayo de 1874, referéndum obligato-
rio para leres CO?Stltuclonales,. art. 123: «La Constituci6n federal revisada o, en su 3. Aprobaci6n de la ley por acuerdo de una representaci6n popular
c~so, la parte revIsada de la mlsma, entra en vigor cuando la acepta la mayoría de 10 elegida por los ciudadanos, cuya voluntad aparece como la de todo el pue-
clU~adanos que parti~ipe~ en Ia votaci6n, y la mayorfa de los Cantones.» Por eI con~ blo (arts. 21 y 68, 2, C. a.). Aqui se coloca el principio de la representa-
trano, para leres ordmanas, s6Io referéndum facultativo: art. 89, 2: «Las leyes fede-
rales, asÍ como los acuerdos federales generalmente obligatorios que no tengan carácter
ción en lugar dei principio democrático de la identidad; la cooperaci6n y
urgente, deb~n ser. sometidas además (esto es, a más deI asemimiento exigido de participación de los ciudadanos con derecbo a voto s610 puede tener lugar
ambos Co.~s':Jos, ~aclonal r de Estados) a la aceptaci6n o recusaci6n deI pueblo, cuando indirectamente.
así lo eXIJan trelOta mil ciudadanos suizos con derecho a voto u ocho Cantones» a) El 11amado mandato imperativo, es decir, la dependencia dei dipu-
I~ualme?te, se~n el párrafo 3, los tratados con e1 extranjero q~e se concierten p~r tado respecto de instrucciones y 6rdenes de los e1ectores, suprimiría el ca-
tIempo mdetermmado o por una duraci6n superior a quince afios (párrafo 3 aceptado rácter representativo de la Representaci6n popular, pera no seria un media
en referéndum de 30 de enero de 1921 sobre la base de una iniciativa pop~lar). adeeuado para la realizaci6n dei principio democrático. Pue. contradirIa
también aI pensamiento político de la Democracia misma, ya que el dipu-
cc) Referéndum facultativa. tado, por estar ligado a la voluntad eventual de sus electores, no depende-
rla de la voluntad de todo eI pueblo, sino de la voluntad de una parte de
Aqui se su~cita la cuesti6n de a quién compete la iniciativa dei referendum. Pue- los ciudadanos eon dereeho a voto. La consecuencia de ese mandato impe-
den ser: el lDIsmo cuerpo legislativo, que tiene Ínterés en someter a la confirmaci6n
rativo sería entonces que habría que introducir un especial sistema de con-
256 RI elemento político de la Constituci6n moderna Aplicaciones deI principio político de la democracia 257
tinua ~otaci6n de. los electores de cada distrito o, en eI sistema de repre- ciativa popular y e! derecho de iniciativa de! cuerpo legislativo (por ejem-
senta~16n proporcIonal con listas de partido, de todo eI pais. Entonces se pIo, art. 68, C. a.); pero no puede haber ningún Gobierno sin iniciativa.
votana contInuamente, pera no por eI pueblo como unidad. También en a) La lucha de la Representación popular contra e! gobierno monár-
esta se ve que eI pueblo no puede ser representado, según sostuvo ROlis- quico lIev6 a introducir una iniciativa de Iey de la Representación popular,
seau con raz6n. EI pueblo, o bien está presente por completo, o no lo está; es decir, dei cuerpo legislativo mismo. A esta corresponde e! art. 68, C. a.,
en cuyo caso, lo represe~tado no será eI puebIo, sino la unidad polltica según e! cual las propuestas de ley son presentadas por e! Gobierno, o dei
como un. todo. EI !,ens~ffilento de la representaci6n contradice eI principio seno dei Reichstag. En la medida en que desaparece e! punto de vista de
democrát~co de Ia Idenudad dei pueblo presente consigo mismo como uni- la lucha contra el gobierno monárquico cabe volver a limitar esa iniciativa
dad polltIca. Pero un mandato imperativo al estilo medieval, con dependen- de ley de la Representaci6n popular. Puede hacerse limitando legal o regia-
Cla ?eldiputado respecto de instrucciones y 6rdenes de organizaciones y mentariamente la iniciativa individual de cada diputado. Así, e! derecho
partIdos .estamen~ales y de otra especie, contradiria tanto al pensamiento de iniciativa «de! seno de! Reichstag», según e! art. 68, C. a., s610 puede
de la umdad polltIca como también ai supuesto democrático fundamental ser ejercido por quince diputados (e! número de una fracci6n) a consecuen-
la homogeneidad sustancial de un puebIo, cuya unidad natural y polltic; cia dei § 49 dei Reglamento de! Reichstag de 12 de diciemhre de 1922.
hace conslderarIe como idéntico. Además de esto, se han establecido limitaciones para las leyes económicas;
b) Si un .cuerpo. represen~ativo -por consiguiente, desligado de man- aqui puede notarse una línea evolutiva que conduce a limitar al menos la
datos- es I~ Instanc~a legIslatIva ordinaria, enlOnces s610 puede alcanzarse iniciativa de gastos de la Representaci6n popular en las leyes econ6micas.
una InfluenCIa y conSlderacl6n de la voluntad directa de los ciudadanos con
derecho a voto, haciendo de la disolución de ese cuerpo legislativo un ele- El art. 8'. 2, C. a., dice: «EI Reichstag no puede, sin el asentimiento del Reich-
srat, elevar los gastos en e1 proyecto de presupuesto, o estabIecer otros nuevos .• Esta
mento normal de la organizaci6n dei Estado.
limitación no vale s610 para la ley de Presupuestos, sino para todas las leyes econ6mi·
La disolución puede ser practicada: cas (comp., arriba, 2, d, pág. 254). Otros ejemplos, GarI Schmitt: Volksentscheid und
aa~ . P~~ disposici6n dei Jefe dei Estado, y, en el Estado de Derecho Volksbegehren, 1927, pág,. 27-29.
con dlsunclOn de poderes, dei jefe dei Ejecutivo; asl, eI art. 25, C. a.:
«EI Preslde?te de! Reich puede disoIver eI Reichstag.» EI derecho de diso- b) EI esfuerzo hacia Ia participaci6n directa de los eIectores ha lleva-
lucl6n monarqUlco lIene otra estructura, y no es aqui dei caso (abajo, pá- do hacia una lIamada iniciativa popular, es decir, iniciativa de ley de una
gma 336). parte de los ciudadanos con voto.
bb) Por un acuerdo dei Ministerio (que, por lo demás, depende de
la confianza de! cuerpo a disolver); asl, la práctica inglesa, que, sin embar- Esta iniciativa de ley deI pueblo no es oi
go, adapta formalmente e! camino de una disoluci6n por disposición dei aa) introduccióo de UD procedimiento de legislación popular (arriba, pág. 251), asl.
Jefe dei E~tado, es declr, por Real. decreto. La Constitución de Oldenburgo el art. 73, 3, C. a.; oi
de 17 de Jumo de 1919, § 55 (disoluci6n dei Landtag por e! Ministerio), bb) introducci6n de un procedirniento legislativo ordinario; entonces estarra diriA
conoce un derecho formal de disolución dei Gobierno. gida al Cuerpo legislativo. La reguladón deI art. 73, 3, C. a., contiene s610 eo aparien-
cia ese caso de iniciativa de ley. En realidad, se trata de una desviación deI procedi-
~c) A p~t!ción de una parte de I?s. ciudadanos con derecho a voto y miento legislativo ordinario, verificada por razones prácticas.
mediante dec1S16n popular, asl pues: InlClatzva popular para la disolución cc) Iniciativa de referéndum (que sólo en forma inexacta se podrá llamar «inicia-
de la Representación popular por referéndum; asl, numerosas Constitucio- tiva de ley.; comp., arriba, 2, c), pág. 254).
n~s de palses alemanes, por ejempIo, Constituci6n prusiana de 30 de no-
vlembre de 1920, arts. 6 y 14; otros ejemplos en O. Koellreuter, Das par- c) Limitaciones y excepeiones. Ciertos asuntos, en particular leyes eco-
lam~ntartSche System In den deutschen Landesverlassungen, Tubinga, 1921, n6micas, son excluidos, en Constituciones democráticas, de la iniciativa po-
págIna 7, nota 2. pular. La excepei6n de! art. 73, 4, C. a. (sohre presupuesto, leyes de con-
dd) Autodisolución por acuerdo propio de la Representación popu- trihuciones y escalas de sueldos, s610 e! Presidente de! Reich puede disponer
lar; ~sl, varias Constituciones de Países alemanes, por ejemplo, Constituci6n un referéndum), vale tamhién para la iniciativa popular de referéndum.
pruslana, ~r~lculo 14; otros. ejemplos, Koellreuter, ob. cit., pág. 9 .
. 4. ImclatIva demo~~átIca de la ley. La iniciativa de la ley es, por su Algunas Constituciones de Pafses alemanes exduyen dertas materias (sobre todo,
ffi1sma naturaleza, tambten eo una DemocracIa, asunto dei Gohierno (arri- cuestiones financieras) de la «votaci6o popular»; por tanto, deI referendum y de la
?a.' ,Pá.g. 236). Es cierto que eI Gobierno puede compartir e! derecho de iniciativa; Otras só10 de la iniciativa; compárense los ejemplos eo CarI Schmitt, obA cit.,
ImClatIva de Ia ley con otros 6rganos, pudiendo existir en particular la ini- página 15. En todo caso, es tan distinta deI referéndum. la iniciativa deI pueblo, que las
excepciones a la una o al otro no sen por s( mismas iguales, y en un Estado democrá-
258 EI elemento político de la Constiruci6n moderna Aplicaciones deI principio político de la democracia 259
tico no existe ninguna presund6n a favor de la extensión posibIe de la iniciativa p0-
pular. sentadón popular. Entonces sue!e construirse una doble re!adón de supra-
y subordinación: e! pueblo (los electores con derecho a voto) se encuentra
sobre la Representadón popular (eI Parlamento); el Parlamento, sobre el
lI. Democracia y gobierno. Gobierno. Corresponde a una idea muy extendida e! considerar esta cons-
1. La !elación de una Representación popular elegida (Parlamento) trucdón como un sistema de comisiones: Ia Representadón popular (e! Par-
con eI Goblerno. La lógIca dei principio democrático tiende hacia un mini- lamento) es una comisión de! pueblo (los e!ectores); el Gobierno parlamen-
mum de representación. Esto puede afectar, en último resultado, tanto ai tario es una comisión de la Representación popular (e! Parlamento). La
Parlamento (esto es, la Representación popular elegida) como también ai organización estatal aparece como un sistema de comisiones de tres grados:
Gobier?o, de modo que, tan pronto aquél, tan pronto éste, aparezca como PuebIo, Representación popular, Gobierno.
subordinado.
a) Primera posibilidad: subordinación dei Gobierno ai Parlamento. Asi, Bluntschli: Allgemeines Staatsrecht, I, 1868, pág. 490, designa al «Cuerpo
legislativo», si bien por lo demás entendia la peculiaridad deI concepto de representa-
En tanto que un Parlamento elegido por los ciudadanos se encuentre ción, como un «resumen proporcional». Sin embargo, hay que observar que Bluntschli
fre~te ai Rey, s.egundo representante, como representante «dei pueblo», es no hablaba de un resumen o comisión dei Cuerpo electoral, sino «de todo e1 organismo
declr y en reahdad, de I~. unidad política, aparece como una exigencia y del pueblo», coo lo que no desaparecia todavia d coocepto de representación. Cita a
una consecuenCla democratlcas la de pedir Ia subordinación de ese Gobier- ese respecto la célebre frase de Mirabeau, deI 30 de enero de 1789, segúo el cual los
n? monárquico aI Parlamento. Esta es, en conjunto, la situación en Alema- estados son para la Naci6n lo que la carta geográfica para los accidentes del País: uo
ma dura,nte eI siglo XIX, bajo la Monarquia constitucional. La exigencia de cuadro que muestra las mÍsmas rdaciones que el original. Tampoco ese cuadro alude
uo Goblerno parlamentarlO se hace así exigencia democrática' Democracia sólo a la simple comisión y expooeote, sino que cootiene algo todavia deI pensamieoto
y Parlamentarismo se equipara0 y confunden entre sí a caus; de tal situa- de una auténtica representación.
ción política. La representación dei puebIo políticame~te unificado por me- Por el contrario, en la literatura posterior desaparece poco a poco la inteligencia
deI caso. Por lo que se re.6ere a la Constitución de Weimar, citaremos los siguientes
dlO d~ un cu~r?o elegl.do es aparentemente, junto a Ia representación de e;emplos: Giese: Kommentar lur Reichsverjassung. 2: ed., págs. 161, 191: «EI prin-
la umdad pohuca medIante un monarca hereditario, la cosa democrática cipio parlamentario considera ai Ministerio como una Comisi6n de la representación
y no se tiene conciencia dei contraste verdadero principal' representació~ popular, encargada de la sestión de negocios, aun cuando no necesariamente salida
e iden tidad. ' . de su seno.» Eo las siguientes ediciones se va eliminando la voz «Comisi6n»; campo la
confrontaci6n en H. Herrfahrdt: Die Kabinettsbildung nach der We;marer Verjassung.
En esta situación surge una serie de equiparaciones: el Gobiemo debe depender Berlín, 1927, págs. 10, 11; en la séptima edición, 1927, falta por completo, tanto en el
de la confianza deI Parlamento, es decir, de la Representación popular, es decir, deI arúculo 54, C. a., como eo el art• .53. En las deliberaciones de la Asamblea Nacional
pueblo. AsI, no se hace distinci6n entre depender de la confianza deI Parlamento y de Weimar se rechazó expresamente la idea de la Comisi6n. Koch (Prot., pág. 302)
depende~ d~ la confianza dei pueblo. Cuanto más fuerte y viva es la exigencia de par- declaro, con raron, que el Gobiemo deI Reich no podIa ser una Comisión de la ma-
lamentanzacI6n, tanto más fuerte es también esa equiparaci6n entre Parlamentarismo yoria dei Reichstag. Por el contrario, como ejemplo típico de una típica ausencia de
y. Democracia. En Alemania se advierte esta por última vez durante la guerra mun- problemáúca: H. Naviasky: Die Stellung der Regierung im modernen Staat, Tubin-
dIal, sobre todo desde 1916 y 1917, en los partidos que exigían la parlamentarizaci6n ga, 192.5, pág. 7: una pirámide de tres grados; la base, el pueblo; sobre eUa, un «6rgano
del Gobierno dei Reich; campo las dec1araciones de periódicos can muchas invocaciones de representación», «que representa en un volumen reducido la voluntad dd pueblo,
a.la rebelión, citadas en Hasbach: Die parlamentarische Kabinettsregierung, 1919, pá- haciéndola capaz de actuar». «Esta es la Representación popular, grado media de nues--
g~na 265, n~ta: E~ el ya mencionado art. 57 de la Consútución prusiana de 1920, se tra pirámide»; sobre eUa, todavia, un colegio más pequeno, una «Comisión ?e su con-
dlce: (lEI Min1steno como tal, y cada uno de los Ministros, necesitan para eI ejercicio fianza. Es eI Gobierno; se encuentra eo la cúspide de la pirámide». La Idea de la
de su cargo de la conflanza deI pueblo, que éste da a canocer mediante el Landtag.» Comisión se corresponde también con la idea de uo «Gobierno proporcional», en que
Toda esta construcci6n supone que eI Gobierno carece de re1ación directa con los los miembras del Gabinete sean determinados por eI Parlamento según los postulados
ciudadanos y que tal relad6n ha de llevarse a cabo exclusivamente por media deI Par- fundamentales de la representaci6n proporcional (asi, la ley austrfaca de 1920 citada
l~mento. La construcdón decae necesariamente cuando e1 Gobierno no es ya un Go- como ejemplo por H. Triepel: Staatsverjassung und politische Parteien, 1927, páS: ~).
ble~no m.onárquico en semido antidemocrático, y cuando tiene O puede tener una co- La prescripción, contenida en las leyes constitucionales de algunos Países (Sa}orua,
nexlón. dlrec~a con el pueblo, independientemente dei Parlamento, apoyándose asI de Württenberg, Baden y otros), de que a cada nueva dección haya de seguir la íormación
modo znmedzato en la confianza de los ciudadanos con derecho a voto (comp., abajo, 2). de un nuevo Ministerio, se apoya en las mismas ideas.

En tanto que las id~as políticas y jur!~ico-políticas están dominadas por La idea de una comisión es, por lo demás, conseruente desde el punto
Ia },;cha contra un Go~lerno no democratlco, es natural que Ia idea demo- de vista dei princípio democrático de la identidad. Pero niega el pensamien-
crauca conclba ai Goblerno como algo que es preciso someter a Ia Repre- to de una representadón y, mediatamente, Ia unidad política.
260
E1 elemento poUtico de la Constituci6n moderna
Aplicaciones deI principio polftico de la democracia 261
b) Segunda posibilidad: supraordinaci6n de! Gobierno respecto ai Par-
decci6n directa ha de servir ai pensamiento de lu. identidad democrática o ai pensa-
lamento. La práctica de! Gobierno inglés de Gabinete muestra hasta abora miento de una representación. A mi entender. Tõnnies trata aqui de robustecer el prin-
elo ~adro contra~io: e! lider de! partido mayoritario forma, como Primer cipio democrático.
Mimstro, e! Ga~lI?ete, es decir, e! Gobierno, que guía ai Parlamento. La
vI~a de una com1S1ón retrocede aquí ante e! pensamiento de la direcci6n y b) Por diso/uci6t1 dei Parlamento dispuesta por e! Gobierno.
gUIa, de modo que en la literatura jurídico-política alrededor de! Primer La disolución, según ya se ha dicho (pág. 256), tiene que ser consi~e­
Ministro inglés se le designa ocasionalmen te como el «superiOr» al que ha rada como institución normal de este sistema. Si ha de tener un sentldo
de obedecer la mayorla parbmentaria. La supraordinación se explica por- jurldico-constitucional, será para emplearla precisamente en e! caso que la
que el Gob,erno se ao:para dtrectamente en la «opinión pública», de la que mayoda parlamentaria haya dado al Gobierno un voto de confianza. Entoo-
el Parlamento es tamb,en sólo una expresión. ces puede establecerse la conexión inmediata con e! pueblo, contra e! acuer-
~) Terce:a posibilidad: un equilibrio, en que ni e! Parlamento ni e! do de desconfianza de b mayoda parlamentaria, y e! pueblo, como tercero
,?oblerno estan supra- o subordinados. Esta es posible cuando en todo superior, decide e! conHicto surgido entre Gobierno y Representación p0-
tlempo puede establecer el Gobierno una conexión directa Con e! cuerpo pular; comp. abajo, § 29, pág. 345.
electoral. EI portador de! centro de! equilibrio es, e! pueblo; el pueblo sos- c) Por disposici6n de un plebiscito por parte de un órgano de Go-
tl.e ne la balanza y es, f~ente a los factores equiparados: Parlamento y Go- bierno frente a acuerdos de! Parlamento. Artículo 73, C. a.: «Una ley acor-
blerno, el tercero supertor. Esta figura era, para los autores de la Constitu- dada por e! Reichstag ha de ser lIevada al referéndum, antes de su publi-
ció,: de Weimar, e! «auténtico Parlamentarismo» (abajo, § 24). También cación, cuando e! Presidente de! Reich asl lo determine dentro de! p1azo de
aqUi se suscita e! problema orgánico de establecer la conexión inmediata un mes.»
(no a través de la Representación popular) de! Gobierno en e! cuerpo e!ec- En los casos b) y c) existe una «ape!ación al pueblo». Como e! Parb-
toral.
menta, por su parte, puede apelar al pueblo contra e! órgano de Gobiern?
2. Relaci6n directa de pueblo y Gobierno. La relación directa puede (en Alemania contra e! Presidente de! Reich, mediante propuesta de destl-
establecerse:
tución, según e! art. 43, 2), se contrapesan las posibilidades recíprocas
a) Por elecci6n directa de! Gobierno mediante e! cuerpo electoral. (comp. el esquema, arriba, pág. 197). EI pueblo sostien.e la balanza. ~a
~sí se ha establecido en .Ia Constitución de Weimar para un órgano esen- nueva e!ección o votación popular que en tales casos tlene lugar realiza
Clal de Goblerno: e! PreSIdente de! Reich es elegido, según e! art. 41, C. a., la función especial de decidir un conBicto político de las autoridades supre-
por todo e! pueblo alemán. Junto a él existe, sin embargo, un Gobierno mas de! Estado. AquI, e! pueblo acrúa como soberano más aliá de b com-
dependle~te de .Ia confianza dei Parlamento, cuya construcción crea por petencia constitucional, legalmente normada.
e~o especlales di!'cultades a la Teoria de la Constitución (abajo, § 27, pá-
gma 326). La vmculación entre el Presidente elegido por e! pueblo y e!
Gobierno parlamentario se establece, de una parte, por e! derecho de nom- III. Democracia y re/aci6n internacional.
bramlento y separació". que el art. 53 confiere al Presidente, y de otra
La aplicación de! principio democrático de la identidad a las relaciones
parte, por la prescrlpclón dei art. 50, según la cual todos los actos ofi- coo otros Estados lIeva a que retroceda e! principio de la representación
ciales de! Presidente necesitan e! re/rendo de! Canciller o de! Ministro
y su aplicación quede limitada. Por lo demás, se ve aqui con la .mayor cla-
competente. El que todo el pueblo designe en e!ección ditecta al Presi-
ridad que ninguna unidad política puede existir sin representaC1ón, y que
deI?te de! Rei~h tiende a crear la idea de una representaci6n, si bien la pc- también un Estado democrático puro tiene que ser representado &ente a
slbllidad de dlscutirle, según e! art. 43, 2, C. a. (a propuesta de una ma-
otros Estados democráticos puros. A pesar de los grandes cambias políti-
yorla de dos tercios de! Reichstag, y mediante votación popular) debilita
cos y sociales de los Estados, apenas han cambiado en e! último sigla las
ese pensamiento. EI Reichstag alemán es, con arreglo a la idea inspiradora,
un representante (art. 21, C. a.). Se encuentran, pues, como en la Monar- regias generalmente reconocidas de Derecho internacional sobre ~s re!a-
ciones diplomáticas; convenios y costumbres de una época mon~qwca pura
quia constitucio?a.l, otra vez dos representantes frente a frente, y además
siguen valiendo hoy de igual manera, a pesar de! desarrollo haC1a la Demo-
se hgan e! prmclplo de la representación con e! principio democrático de la
identidad. cracia (comp. arriba, pág. 210).
La aplicación de! principio democrático se muestra en que, para. e!
. Un dest~ado soci61o~ y teorizador deI Estado, F. Tõnnies, ha propuesto que tam- acuerdo internacional de tratados internacionales, o para declaraciones In-
blén el Gobterno dei Relch (es decir, Canciller y Ministros) sean directamente elegidos ternacionales, ya no es decisiva exclusivamente la voluntad de! represen-
por el pueblo, Schmol/ers Jahrbuch, tomo 51 (1927), pág. 185. La cuesti6n es si esta tante y se confunde e! concepto de ratificación porque se desconoce e!
conc~pto de representación. Para la validez internacional de acuerdos inter-
Aplicaciones deI principio poHtico de la democracia 263
262 El elemento político de la Constitución moderna
La Constitución belga de 1831 hace deI Rey representante deI Estado frente a
nacionales se exige por ley constitucional la cooperación de la Representa- otros Estados; pero exige para los Tratados de comercio y para Tratados que impli-
ción popular (Parlamento), o también un referéndum, y por cierto, 1) de quen cargas al Estado u obliguen a particulares belgas, e1 asentimiento de ambas Cá-
manera que se asocie a la ratificación por e! Jefe dei Estado (e! represen- maras; y para modificaciones dd territorio, una ley (art. 68). Esta prescripción ha sido
tante), como requisito especial para la validez internacional, sin desplazar copiada en el art. 48 de la Constitución prusiana de 1850: «El Rey tiene derecho
a declarar la guerra y hacer la paz, asi como a establecet otros Tratados con Gobiernos
aI representante por su parte; o bíen, 2) de maneta que un Beto de la repre- extranjeros. Los últimos necesitan para su validez eI asentimiento de las Cámaras, siem-
sentación popular o una votación popular signifique por si ya e! acto inter- pre que sean Tratados de comercio o establezcan cargas para el Estado u obligaciones
nacional, perdiendo asl toda significación independiente la representación para los ciudadanos.» EI art. 48 de la Constituci6n prusiana no fue considerado por
por e! Jefe de! Estado, que ya se refiere tan sóIo a la formalidad de! cambio la doctrina donúnante (incluso por Gneist) como una limitación de la representaci6n,
de documentos de r.atificación, mientras que, por otta parte, sigue siendo sino como requisito de Derecho político, mientras que en aquella Ler constitucional
oscuro en qué medida la Representación popular, o acaso el pueblo mismo belga se encontraba la exigencia de una «ratificación obligatoria de las Cámaras» (Erre-
en las urnas, representa, frente aI Estado extranjero, la unidad política. ra, pág. 49).
Como ejemplo de la invasi6n de la Democracia directa, la revisión parcial de la
EI art. 45, C. a., contiene las tres posibilidades: plena representad6n, representa- Constitución federal suÍza deI afio 1921 (art. 89, 3, de la Constitución), es de singular
dón limitada y supresi6n de la representación deI Jefe dei Estado. Según el párrafo interés. Los Tratados coo e1 extranjero concertados sin plazo o para una duradón ma-
primero, eI Presidente representa internacionalmente al Reich: eietra, en nambre deI yor de quince afios, tienen que ser sometidos (adernás de la «anuencia» de la Asam-
Reich, alianzas y otros Tratados eon potencias extran;eras; acredita y recibe a los agen- blea federal) al Cuerpo electoral (al pueblo), para que los acepte o rechace cuando
tes diplomáticos (plena representación). Según eI art. 2.°, la declaración de guerra y as! lo exijan 30.000 ciudadanos con derecho a voto, u acho Cantones. Aqui aparecen
la conclusión de la paz tiene lugar por ley (es decir, que la «ratificación» dei Jefe deI Ires «ratificaciones»: la ratificación por el representante internacional; la anuenda,
Estado es aqui sólo una formalidad de la mediación internacional, si bien conserva también designada como ratificaci6n de la Asamblea federal, y la ratificad6n (o nega-
plenitud de significación internacional a causa de la necesidad de recepción interna- tiva de ratificadón) por e1 pueblo (romp. Fleiner, oh. cit., pág. 756).
cional). Según el párrafo tercero, las alianzas y Tratados con Estados extranjeros que Una consecuencÍa práctica importante de esta reserva democrática de la represen-
se relacioner. con objetos de la legislación deI Reich, necesitan el asentimiento deI tación consiste en 10 siguiente: la negativa de la ra/ificaci6n se consideraba antes
Reichstag (aqui la ratificación es un acto objetivamente significativo deI representante, como algo anormal, casi como ofensa deI Estado extranjero (comp. eI caso dei Tratado
aI que se afiade Ia cooperación de la representación popular). franco-inglés de 1841 sobre la supresión de la trata de negros, cuya ratificación deneg6
La Constituci6n imperial de 1871 hada deI Emperador el representante internacio- Francia, a pesar de haberlo suscritOj a este respecto, discurso de Guizot en la Cámara
nal de! Imperio alemán. Sesún el art. 11, 3, era exigible para la validez de los Tra- de los Diputados, de 1.0 de febrero de 1843); abora, por e1 contrario, ya no es nada
tados coo Estados extranjeros, en tanto se refirieran a objetos pertenecientes, según anormal la reserva de la anuenda por eI titular de la facu1tad legislativa deI Estado
e! art. 4.°, a la jurisdicción legislativa dei Reich, el asentimiento dei Consejo federal y la negativa de rati6.cación de un Tratado suscrito (comp. e1 caso de los frisones
y la anuencia dei Reichstag. Según la concepción dominante, esta limitación sólo tenia en Saboya: el Tratado francc;suizo de 7 de agosto de 1921 fue rechazado por refe-
significado para el Derecho político, pero no afectaba para nada a la plena represen- réndum de 18 de febrero de 1923, quedando sin ratificar por Suiza. A este respecto,
tadón dei Emperador frente a: atros Estados (Laband, I, pág. 230; lI, págs. 137 y si- M. Fleischmann: Deu/sehe Juristen-Zei/ung, 1923, Sp. 643 y sigs.). Sobre e1 problema
guiente; Meyer-Anschütz, pág. 818); según otra, limitaba la representad6n (Seydel: general, «Democracia y poHtica exterior», s610 hay, hasta ahora, una Monarqufa de
Kommenlar, pág. 163), mientras que según G. Jellinek: Gese/z und Verordnung, pá- conjunto: J- Barthélemy: Democralie el Polilique étrangere, ParIs, 1917.
ginas 349, 354, la exigencia dei asentímiento de la Representaci6n popular afiadfa aI
Tratado internacional una condición (resolutiva), pues «e1 representante s610 puede
prometer con validez juddica aquellas prestacíones que el mismo está en condiciones
de cumplir». IV. Democracia y Administraci6n_
Históricamente, la limitación de la representadón dei Jefe dei Estado ha de ser
referida a la Constitución francesa de 1791, eo cuyo título III, capo lI, seco 1.&, art. 3.°,
1. Una Administración establecida con arreglo ai principio de la iden-
se dice: ,«EI Cuerpo legislativo es competente para ratificar Tratados de paz, alianza tidad democrática es prácticamente imposible, y tampoco ofrece ningún pro-
y comercio; sólo mediante esa ratificación adquiere dicada un Tratado»; además, las blema teórico, según los principios democráticos, porque en la Administra-
Constituciones de 1793 (art. 55) para todos los Tratados; 1795 (art. 333), para todos ci6n (a diferencia de! Gobierno) no hay representación ninguna. EI que los
los Tratados; 1848 (art. 53, asentimiento de la Asamblea Nacional a todos los Trata- ciudadanos con derecho a voto tramitasen todos los asuntos públicos seria
dos). Según el art. 8.° de la Ley constitucional de 16 de julio de 1875, el Presidente posible, a lo sumo, en el marCo de una moderada administración local autó-
de la República ratifica los Tratados; pera los Tratados de paz. los de comercio y aque- noma, y, por eso, sólo como autoadministración local (cantonal o provin-
lias que dan lugar a obligaciones financieras dei Estado, así como aquellos que se te- cial) y no como Administración de! Estado_ Pero Democracia es un concepto
fieren .~ estatuto personal y propiedad privada de franceses en eI extranjero, sólo son político; sus principios afectan a Ia determinación de Ia unidad política
«definitIvos» coando han sido acordados por ambas Cámaras. La cesión. cambio y ane- como un todo, es decir, Legislaci6n y Gobierno.
xión de partes dd territorio tiene lugar por ley.
264 El elemento polItico de la Constituci6n moderna Aplicaciones deI principio poUtico de la democracia 265

AI hablar de una «democratización», se trata tan sólo de !levar a cabo donada unidad nacional; la reacdón contra ese centralismo -federalis~o,
reformas y aplicar tendencias correspondientes a la idea fundamental de- regionalismo, organizaciones estamentales- es, en gran pa,rte, monárq~~
mocrática o al programa de partidos democráticos; por ejemplo, elecdón y antidemocrática. Hay también, naturalmente, un federalismo democrau-
de los funcionarias eo lugar de nombramiento por una autoridad superior J co. Pero es erróneo equiparar eI principio democrático de la identidad con
determinación de los funcionarios por e! cuerpo e!ectoral de! distrito admi- e! ideal de la más amplia Administración municipal autónoma. (en co?traste
nistrativo, etc. En un Estado con Gobierno parlamentario, la exigencia de con la Administración estatal). EI pueblo, en una Democracia, es Slempr;
una democratización de la Administración recibe con facilidad e! signi.6cado e! pueblo entero de la unidad política, no .e! cuerpo e!ectoral .de un ?,uru-
de que los funcionarios de la Administración sean designados por los par- cipio o de un distrito. Es supuesto esenclal de la Democraaa políuca e!
tidos que se encuentren en mayoda. La burocracia estatal y municipal se que se distinga la unidad política en modo específico, como un todo homo-
convierte asl en una escolta de los partidos, con lo que los funcionarios géneo y cerrado, de todas las demás agrupaciones y organizaciones político-
directivos se convierten en funcionarias de partido y agentes eIectorales. internas.
La Constitución de Weimar intenta oponerse a esas consecuencias aI sus-
traer, en e! art. 130, la burocracia a esa práctica de escolta y de botín; .des- Adolfo Merk1: Demokratie und Verwaltung, 1923, pág. 16, habla de Administra-
politizar», como suele decirse, entendiéndose la palabra «política» en e! ci6n democrática (en contraste con Administraci6n autocrática) «en c1 senti?~ que. se
ha puesto de moda y ha llegado a hacerse dominante. ?e que, para la Adnum~trac16n
sentido peyorativo de «política de partido». EI art. 130, C. a., está desti-
democrática, la determinaci6n deI 6rgano es por elecCt6n, y para la autocráuca. por
nado a proteger la idea de la unidad política de! Estado con ayuda de una nombramiento' esta nomenclatura sin embargo, encuentra aplicaci6n aqui -lo que no
garantia institucional de la Constitución contra una disolución en partidos se acentuará ~unca coo dedsi6n'suficiente- s610 en interes de una más fácil inteli·
políticos. Sin embargo, no !lega e! Derecho político alemán a separar la gencia y coo plena conciencia de que ni auo aproximadamente se ~atisfacen y .ago~
posición dei funcionario de la dei diputado creando una incompatibilidad, las particularidades que indican el carácter democrático o autocrátlco de una lDStltu·
esto es, declarando inconciliable la posición de un diputado (político de ci6n». En las páginas 44/5 se encuentra una definici6n: «Pero, por lo demás (a sa?tr.
partido) con la posición de un funcionario público. La Constitución de prescindiendo de que los burocratas no pertenecen menos ai pueblo qU,e ,los ~líucos
Weimar no ha extraldo esta consecuencia de la idea de! Estado de funcio- de partido), apenas si puede sostenerse en pie la ficci6n de una adrnlDlstrac16n por
narias. eI pueblo, Administración democrática significa la, administraci~n . por :epresentantes de
un certo partido político,» Y pág, 4': «En reaIldad, la. ,AdmlDlstra~l~n aU,t6noma en
2. Como signo de Administración democrática suele valer también, todas sus auténticas realizacones históricas .... no es nl una adm,mstrac,6n por eJ
a veces, la adiunei6n de profanos a los asuntos de la Administración dei pueblo, como dice la leyenda política idealizadora, ni tampoco una administraci6~ auto-
Estado; la actividad honoraria de tales profanos se concibe entonces como crática como afirma la critica polltíca corrosiva, sino --<onforme está estableada en
Administración democrática. AquI habrla que fijar e! concepto de! pueblo esenci~ la administracón territorial autónoma- la administraci6n por representantes
en su signi.6cación negativa. EI profano pertenece al pueblo, porque no es electivos de un partido mayoritario que se hace más o menos ~esagrad~bl~e~te
funcionario; por eso, la adjunción de profanos pasa como algo democrático perceptible como 'administración política por extrafio~' a los p~rtld~s rrunontanOS
(sobre esa negatividad de la palabra «pueblo», arriba, pág. 236). excluidos de la administraci6n, Dificilmente se convemrá a la eXlgencla de ~na pro-
3. Suele equipararse la Administrad6n aut6noma, en e! sentido de gresiva democratizaci6n de la Administraci6n ante. tal esta?o, de cosas, con la Ideo.logía
Administración autónoma local, cantonal o provincial, con la Administra- de la Administraci6n aut6noma, quien no se dele estupl<lizar por frases o ficclones
ción democrática. Según la construcción de Hugo Preuss, la actividad esta- pollticas.»
tal en un Estado gobernado parlamentariamente es sólo Administración
aut6noma «nacional»; Estado y municipio son iguales por su esencia; la V. Democracia y Justieia.
vinculación ai Estado no puede diferenciarse esencialmente de la vincu-
lación ai municipio y a otras personas sociales totales (Gemeinde, Staat, 1. EI juez está vinculado a la ley,. su actividad ~stá esen~almente
Reich ais Gebietskiirperschaften, 1889, pág. 189; Handbuch der Politik, determinada en normas; no es un representante de la usudad políuca ~mo
I, págs. 198 y sigs.). De este modo se convierte e! Derecho público en De- tal. Políticamente considerada, esta Administración de Justicia, dependien-
recho social; e! Estado, de unidad polltica específica, en asociación sodal, te por completo de la ley, es en quelque façon nulle. EI problema de la
y se despolitiza. Tal ideologIa es, en realidad, liberal y no democrática. justicia política se sale con esto, aun en e! Estado burgués de Derech~,
Democracia es un concepto político y conduce por e!lo hacia una unidad mediante competencias y organizaciones especiales, de! marco de la J usu-
política decisoria y hacia la soberanía. La consecuencia para la Administra- cia general (arriba, § 12, pág. 144): Si la Dem?cracia es, en ,e~encia, forma
ción puede ser tanto la más rigurosa centralización como la Administración política, la Justicia, por e! contrariO, es esenclalmente apohuca, porque ai
autónoma. La Administración centralizada dei Estado francés, por ejemplo, depender de la Ley general se sigue de ahl que no pueden extraerse de!
corresponde a una realización democrática dei pensamiento de la incondi- principio democrático consecuencias inequívocas y obligadas frente a la Jus-
266 Aplicaciones dei principio pol1tico de la democracia 267
EI demento político de la Constitud6n moderna

tici?. Se puede dominar la Administración de Justicia en vías dei concepto Gabinete. En general, no es esto lo que se indica. Suele bastar con la exi-
1
pohuco e la Ley. Se puede, además, exigir que la Justicia sea «nacional» gencia de que eI Derecho sea pronunciado por jueces que disfruten de la
confianza dei pueblo, no de toda la Nación, como sería lo democrático, sino,
y, a par~lr de e~tos esfuerzos, encontrar ciertas instituciones que se citaráo
en seguIda (abaJ~,. 2). Pero esto depende en gran medida de la situación con frecuencia, sólo de los habitantes del distrito correspondiente, La con-
y condIcIOnes polItIcas y d; .Ia ocasional valoraci6n política dei juez. No se fianza podría manifestarse por medio de la eIección dei juez por los habi-
basa en coneXlOnes slstematlcas, de Teoría constitucional. tantes de su distrito para un período, o hasta la revocación, o bien pudiendo
En .un Estado dem~crático, eI juez es también independiente, y no debe la poblaci6n exigir la destituci6n de un juez malquisto por media dei IIa-
ser UO. ll:strumento poht1co. La tndependendo deI juez no puede nunca ser mado recall. La consecuencia serla hacer que la jurisdicción dependiera dei
cosa dIstInta que eI otro aspecto de la dependencia respecto de la ley En estado de ánimo de la población dei distrito. Desde el punto de vista de
una Democracia nacional, ésta no es una exigencia democrática.
~sto c~nsiste la gran diferenci~ qu.e separa esta independencia de la d~ los Pero justicia popular podría significar también que hombres o mujeres
Iputa os de un Cuerpo legIslatIvo, por ejemplo, la independencia de "dei pueblo» hubieran de participar en la resolución de los negocios judi-
los dlputados dei Reichstag, según eI art. 21, C. a. La independencia con ciales, especialmente en la jurisdicción. Aquí vuelve a tener la palabra "pue-
arreglo a dicho artículo debe dar lugar a una represenlación y tiene por blo» su sentido negativo (arriba, pág. 236), Y significa 5610 que participarán
consecuencla un sentido político específico. La independencia dei juez debe en la jurisdicci6n personas que no son funcionarios profesionales ni juris-
protegerle contra los mandatos y órdenes oficiales sobre todo dei Gobier- tas formados, que no son letrados; y, por lo tanto, justicia de profanos,
no, de la autorid~d política, y tiene, por tanto, la' finalidad contraria: des- en contraste, 1) con justicia de funcionarias, y 2) con justicia de letrados
vlaezón. de la pollt1ca. !odo lo que eI juez hace como juez se encuentra (juristas). A esta exigencia corresponde la institución de Tribunales de es-
~o:mallvamenle determmado y se distingue de la existencialidad de lo po- cabinos o jurados para el proceso penal. Para e! falIa de litigios de Derecho
tlC~~ auo cuando, Como toda actividad estatal, haya de servir a la «inte- civil, apenas podría ser práctico en la misma medida ese ideal, y significa
graClOn».
tan sólo que profanos peritos en la maleria (concepto no por completo libre
de contradicción), como jueces de comercio, etc., son llevados a Ia activi-
En la Democrad~ id~a1 de Rousse~u, identidad y homogeneidad deI pueblo 50n dad judicial.
t~n fra~~es que tamblén Juez y parte qUleren la mÍsma COsa' Contra! social libra II ea. Por último, justicia popular puede significar, en términos muy genera-
p~tu o : 5~C. 7,:: La v~lonlé générale es eI interés comúd; de aqui surg~ una «~ara­
vdlosa c:omcIdencla» de lOterés y justicia, como no puede surgir la discusión de inte- les, una justicia popular en eI sentido de la coincidencia entre los falIos
reses ~rtva~os y particulares, EI interés común y la utilidad común, por eI contrario judiciales y la sensibilidad jurldica dei pueblo. En tanto que eI juez depen-
hace «Idénuca la no~ma deI juez c~n, la, de la parte», Este pasaje es un belio ejemplo d~ da de la ley, es asunto de! legislador eI hacer Ieyes populares, creando as!
que en la D,emocracla todas las distmclOnes y di6cultades desaparecen con la idenúdad la base para una justicia popular. En la interpretación de las leyes, es decir,
y, homoge~elda? general, Pera, al mismo tiempo, es también claro que resulta impo- en la aplicación de los conceptos indeterminados empleados en la ley, debe
slble un~ ldenttdad y ,homogeneidad absolutas, y la construcci6n de Rousseau discurre eI juez atenerse a las concepciones jurídicas de su tiempo y de su pueblo.
en u~, cIrculo taut~16g~c~, Porque en una identidad absoluta de todos con todos, y de En épocas normales y en un pueblo confesional, cultural y socialmente ho-
la, utdtdad con la JUSUCla, no ha~e, f~ta ya nunca seguir procesos, Si todos quieren 10
~lsmo, d~sapareç~, ~o, ~610 la dlSttncI6n entre juez y parte (de que Rousseau habla),
mogéneo, ésta no es una tarea difícil. Pero si desaparece esa homogeneidad,
s~no tambl~n la dtStlnClO,n en:re las partes, entre demandante y demandado, Esta diver- la dificultad no se resuelve con remitirse a las concepciones jurídicas dei
stdad tambtén se hace «ldénnca», y e1 problema de la justicia está resuelto por cuanto pueblo. En todo caso, serla un error atribuir en tal situación a la Justicia
que ya no hay más procesos. la alta misión política de decidir en las contraposiciones. La decisión polí-
tica es asunto de la Legislaci6n y de la dirección política. EI movimiento de
. 2.. Cuando, en un Estado democrático, se exige que la Justicia sea la libre jurisprudencia de los últimos decenios exigía una justicia popular;
Jusllcla popular, la voluntad dei pueblo se convierte en eI punto de vista pera, generalmente, no consideraba las conexiones de la Teoría constitu-
cidjcuado par~ falIar procesos. ~~ cuestión es simple cu ando la voluntad cional, porque no reconocía con la c1aridad suficiente hasta qué punto se
e pueblo solo adqUlere expreslon en las normas generales de las leyes condicionan redprocamente la independencia dei juez y la vinculación más
~n arreg!o ai Estado de Derecho; pero eI pueblo es eI soberano en una rigurosa de la ley, y que la ley tiene que ser una ley que produzca una ver-
,em1cra?a; puede quebrantar todo el sistema de la normación constitu- dadera vinculaci6n, y no una simple referencia en blanco --<apaz de poli-
~b~na y alla~ un proceso, como faUa procesos el Príncipe en una Monarquía rizar la Justicia- a normas indeterminadas y ai criterio judicial.
loluta. Es.J uez supremo, como es legislador supremo. Si por justicia po-
pu ar se enuende una práctica de decisiones democráticas de autoridad la
palabra designa tan sólo la forma democrarizada y plural de la justicia' de
§ 21
Limites de la democracia 269
LIMITES DE LA DEMOCRACIA proyecto, planteando la cuesti6n de si ha de suscitatse la iniciativa; la parte de los du-
dadanos eoo derecho a voto que quiere la iniciativa, contesta entonces «sf» a la cues-
ti6n planteada. En el art. 73, 3, C. a., se prescribe que para la iniciativa popular,
mediante la cual ha de ponerse en marcha un procedimiento de legislaci6n popu-
lar, haya de ser base un proyecto de ley ya redactado. Por medio de la votaci6n no puede,
claro está, redactarse ningún proyecto de ley. En la determinaci6n de si una décima
parte (art. 73, 3, C. a.) o una vigésima parte (nrts. 72. 73, 2, C. a.) de los dectores
quiere la iniciativa popular (eo d procedimiento de inscripci6n de los §§ 31 y si-
guientes de la ley sobre referéndum, de 27 de junio de 1921), se dice tan s610 que
«si» a uo proyecto de ley propuesto, y a la pregunta de si ese proyecto de ley debe
servir de base a la iniciativa popular. En vias deI sufragio secreto no puede d pueblo,
si bien se mira, plantear una cuesti6n; 5610 puede contestar a una cuesti6n planteada.
La antes citada observaci6n de Teodoro Mommsen acerca de la dependencia dei pueblo
reunido respecto dei planteamiento de la cuesti6n por los magistrados (pág. 253). vale,
infinitamente robustecida, para el procedimiento deI sufragio secreto en la acrual De·
mocracia de masas.

Resumiendo en paeas palabras, cabe decir: eI pueblo puede aclamar; en


eI sufragio secreto, s610 puede elegir candidatos que se le presentan y
contestar SI o No a un problema formulado con precisi6n, que se le somele.
. L EI limite de una aplicación dei principio democrático de la iden-
t~dadiesuha ~eI hecho de que es imposible la aplicación unilateral y exclu- IH. La práctica de la Democracia moderna ha relativizado eI princi-
SIV~Ó e uno . e ~mbos principios político-formales -identidad y represen- pio democrático con ayuda dei principio de Ia distinci6n de poderes, con-
tacI ~-, y ~gu~ E~tado puede estar formado con arreglo ai principio de virtiéndolo en un medio orgânico de la Legislaci6n (arriba, pág. 2.54). Ade-
Ide?t1dad y .sm mn~ ~e~to de. representación (§ 16, n, pág. 20.5). La más, se excluyen ciertos asuntos y materias} en especial las cuestiones linan-
lógIca teorética d..1 prmClplO de Identidad se hará valer siempre es cierto deras, dei procedimiento y métodos de la lIamada Democracia directa, o se
e-? u~a ~emdracla y a~a.recerá como algo evidente y palmario; si~ embargo; limita ese procedimiento en su aplicaci6n a tales materias. Por último,
mn!lóun Asta o democratlco puede renunciar por completo a toda represen- puede, frecuentemente, evitarse e1 procedimiento de la Democracia directa
taCI n. qui encuentra la Democracia su primer Iímite natural. mecliante declaraciones de urgencia.
11. . <?tro li~t~ de la Democracia resuIta de la naturaleza dei pueblo EI art. 73, 4. C. a.. contiene un ejemplo de tales limitaciones: «Sólo el Presidente
en 1as distmtas slgnmcaciones de esa palabra. deI Reich puede disponer un referéndum sobre el presupuesto. sobre leyes tributarias
. 1. EI pueblo, como magnitud no organizada oficialmente (arriba pá- y escalas de sueldos.; comp., arriba, § 20, l, 2, c} (pág. 254), Y l, 4, c} (pág. 257).
gma 237, s610 en ciertos momentos y s610 por eI camino de la aclama~i6n Según eI art. 73, 2, C. a., una ley cuya publicación se haya suspendido a propuesta
-asl, pues, hoy, como .~pini6n pública»- es susceptible de actuar. de una tercera parte, al menos, deI Reichstag, habrá de someterse al referéndum cuando
.2 .. EI pueblo como clUdadanos que e1igen o votan dentro de un pro- lo proponga una vigésima parte de los dectores; perc, según e1 art. 72, pueden Reichstag
cedimlento regulado (arriba, pág. 23.5) puede: y Reichsrat declarar urgente una ley para la que haya pedido la suspensi6n una ter-
a) elegir personas de. su confianza; para eIIo depende en gran medida cera parte dd Reichstag, y d Presidente deI Reich puede promulgaria sin tener en
de las pr~p~estas; transfenrá a las personas elegidas la decisi6n de las cues- cuenta aque1la petici6n, ecn lo cua! se excluye el referéndum deI art. 73, 2. Según el
tlones objetIvas con arreglo a su competencia; artículo 89, 2, de la Constituci6n federal suiza, puede iniciarse e1 referéndum sobre
una resoluci6n federal con fuerza general obligatoria, que no sea de naturale1.a urgente.
b~ adoptar una decisi6n ?bietiva sobre un asunto por medio de la La ley fundamental relativa al reieréndum sobre leyes y acuerdos íederales (<<Ley de
votacl6n (eI lIamado Real-Pleb,sZ'I); a consecuencia dei sufragio individual referéndum»), de 17 de junio de 1874, determina en el art. 2.°: «La decisi6n de que
secreto, depen~e por completo deI planteamiento de la cuesti6n; eI pueblo, un acuerdo federal ... merecerá el trato de urgente, compete a la Asamblea federal.»
s610 puede decu aqui si o no. Asi, pues, pudieron ser sustraídas al referéndum en Suiza, aíiadiendo la cláusula de
Lo nllsmo puede decirse. ~e. la, iniciativa popular. Considerándolo coo rigor, lo que urgencia, importantes asuntos, como la creaci6n deI Registro confederal de la prcpie-
ocurre eo e1 caso de tal lnICl8Uva es que unos iniciadores privados proponen un dad (1911) y de la olicina federal para los seguros sociales, 1912 (FIeiner. ob. cit., pá·
ginas 403/4).
268
270 El elemento polltico de la \.onsritllci6n moderna L!m.ites de la democracia 271

IV. Crítica dei postulado: «La mayoría decide.» peclficas que conciernen al pueblo como. totalidad, sobre todo, frente a la
distinción existencial de amigos y enemlgos, pueden evacuarse en e! mo-
Fr. Naumann quería incluir ese postulado, como expresión de un prin- mento oportuno las informaciones técnicas especiales y los detalles de téc-
cipio democrático y de un sentimiento democrático, en la Constitución, que nica por los peritos competentes y responsables; no pueden ser tratados
él concebía como un catecismo popular. EI texto de la Constitución de por la masa de los electores; pera tampoco constituyen lo p~opiamente
Weimar no contiene Ia frase. Es quizá conveniente recordar, a este res- político de la cuesti6n. La raz6n verdadera de aquella dependencla respecto
pecto, que la frase resulta equivoca y ascura. dei planteamiento de la cuesti6n consiste en que la mayor parte de los elec-
1. En el postulado «Ia mayorla decide», la palabra «decide» signifi- tores, en general, tiene la tendencia a comportarse de manera pasiva. frente
ca, eo una votación sobre una cosa, la resoluci6n formal de una alternativa a la decisi6n y a sustraerse a ella. AsI se explica, no s610 la alta CIfra de
objetiva, y cn una elección, la determinación de la persona elegida. En el abstenciones, lamentada con frecuencia, sino también y sobre todo, en cuan~
primer caso decide la mayoría en cuanto que contesta con SI o No a una to a la mayoría de los votos emitidos, la tendencia demostrable a dar una
pregunta propuesta y formulada. La frase «mayoría decide» quiere decir respuesta que contenga un mínimum de decisión ob;etiva.
cotences que se está de acuerdo eo que la cuestión resulte definitivamente
contestada deI modo correspondiente a la mayoría de los votos emitidos. Esto ocurre con todas las experiencias hist6ricas y políticas realizadas hasta ahora.
EI que con ello se adapte una decisión respecto al tondo depende de la Algunas aparentes contradicdones, que pueden sefialarse en los resulta.dos de plebis-
justicia y posibilidad de un planteamiento de la cuestión en simple alter- citos, se disuelven con facilidad ai considerar qué resultado es el que conuene, de hecho,
nativa. e1 mínimum de decisi6n. Se ha hecho observar que los plebiscitos de los Gobiernos
2. La dependencia respecto del planteamiento de la cuesti6n compor- revolucionarios y napole6nicos arrojaron siempre un «si». Las cifras de los resultados
ta el que sólo por excepci6n decida en el tondo la mayorla numérica de de la votaci6n en Francia (según Duguit-Monnier) son:
los votos emitidos. La decisión objetiva suele estar ya, eoo frecuencia, eo SI No
el modo de plantear la cuesti6n. Cuando la voluntad dei pueblo se mani-
nesta ocasionalmente eo aclamaciones irresistibles y en una opinión pública Constituci6n jacobina de 1793 ............. : ....: ... ... ... 1.801.918 11;610
decisiva y sin contradicción, esta no tiene nada que ver con e! procedi~ (no puesta en vigor) (de 44.000 mUntClplOS s610 uno votó contra la Repubhca)
Constituci6n dictatorial. 1795 ... ... ... ... ... ... ... ... 916.334 41.892
miento de sufragio secreto y determinación estadística de la mayoría. En Constituci6n consular, 1799 ... ... ... ... ... ... ... ... 3.009.445 1.562
tales casos, no es siempre seguro que una votación secreta, organizada des- Napole6n, Cónsul vitalicio, 1802 ... ... ... ... ... ... ... 3.568.885 8.365
pués, diese e! mismo resultado que aquella inmediata erupción y expresi6n Napole6n, Emperador de los franceses, 1804 ...... 0.0 3.574.898 2.569
Acta adicional (durante los cien cllas), 1815 ... ... ... 1.532.327 4.802
de la voluntad popular. Pues la opinión pública es portada, en general, por Golpe de Estado de Luis Napoleón, aprobado en 1851 7.439.216 640.757
una mayorla dei pueblo activa, y politicamente interesada, mientras que la Luis Napoleón, Emperador de los franceses, 1852 0.0 ••• ••• 7.824.189 153.145
gran mayoría de los ciudadanos con derecho a voto no tiene necesariamente
un interés politico. No es en modo alguno democrático, y resultaría un Por el contrario, en Suiza, el referendum parece decir de preferencia «no», al me-
principio político notable, el de que aquellos que carecen de voluntad po- nos frente a leyes progresivas, por ejemplo, introducción del seguro de enfermeclad y
accidentes, acordada por los órganos legislativos íederales en 1890 y rechazad.a por
lítica tengan la decisi6n, frente a los que tienen una voluntad de esa es- referéndum en 1900 hasta que un referéndum la acept6 en 1912; comp. Curu: Die
pede. Resultate der Scbw~j-l,erischen Referendums, 2,- ed., 1911; Hasbach: Die moderne
3. Cuando se dice aqui que quien plantea la cuesti6n tiene en su mano, Demokratie, pág. 154. Se ha sacado de el10 la con~usió? de que lo~ métodos de la
por este planteamiento, el determinar la decisi6n objetiva, no quiere ha- Democracia directa 50n conservadores, o hasta «reaCClOnanos». En realidad, la m~yorí~
cerse tan sólo una indicación psicológica; la influenda de! planteamiento de ciudadanos que contesta por media del sufragio .secreto no es ni re.a::ionar~a •. Dl
de la cuestión no resulta únicamente de la elección de! momento de la vo- progresiva, sino simplemente apolítica; trata de eludir por eso una declslon. ~bJet1va
tación, o de la posibilidad de encontrar formulaciones sugestivas en que y, cuando se ve forzada, da una respuesta que significa el mf,:~um de decls~ón. EI
ya se encuentre implícita la respuesta y pueda ser anticipada. Son cuestio- «s{» con que los ciudadanos franceses contestaron a los plebiscitos n~poleórucos se
nes técnicas de la psicologia de las masas, que aqui deben quedar a un lado. explica, con eotera independencia de Ias influencias eIect?~ales dei Goblerno, porque,
en realidad se trataba de un hecho consumado, y la declSlón estaba adoptada ya. 1!n
Tampoco debe hablarse de que la masa de los electores no puede estar, en «no» hubi~ra significado en este caso una nueva decisión política de conse~uenclas
muchos casos, lo bastante instruida, que le falta eI conocimiento técnico y imprevisibles. Era más fácil decir «sÍl), y por eso dijo «(si» la mayoría. A la mversa,
la capacidad de juicio. etc. Este punto de vista, precisamente, no puede ser en el referéndum suizo: cuando la mayorfa contesta «no» frente a la propuesta de
aducido en una Democracia como algo definitivo, en ningún caso, porque una innovación, el «no» significa d minimum de decisión objetiva, pues con d «no»
el pueblo está en condiciones, según los supuestos de un Estado democrá- se persiste en la situaci6n preexistente, la cosa se dcja quieta; resolución cuyo fondo
tico, de adaptar cualquier decisi6n política. En las cuestiones políticas es- de «decisi6n» es más reducido que la resolución de un cambio.
Limites de la democracia 273
272 EJ elemento polItico de Ia Constitudón moderna

4. EI método de sufragio secreto transforma al ciudadano con derecho interés precisamente en que ciertos contrastes permanezcan en estado la-
a voto en un particular aislado, y Ie permite manifestar su opini6n sin tente y no sean llevados a decisión. El procedimiento de la decisión de la
abandonar la esfera de lo privado. De una suma de la opini6n privada de mayor!a puede ser aquí un media adecuado y des~ado de eVl.tar o suspende.r
particulares no resulta ni una opinión pública, ni una auténúca decisí6n decisiones políticas. Puede aparecer como polftlcamente discreto no decl-
política. Puede, incluso, ser inicuo esperar tales decisiones de gentes par- dirse, y utilizar en esa forma la supuesta decisi6n mayoritari~. Ent0I.'ces, 1.
ticulares. frase «mayoda decide» pertenecería ya a los Arcana de Clertos Slstemas
polfticos, cuyo tratamiento sobrepasa eI marco de una «Teod. de la Cons·
La mayorfa, aI menos, de Ia gente interesada en negocios no quisiera ser inútilmente titución».
molestada eon dedsiones políticas, en tanto no se trate de 5US intereses econ6micos
inrnediatos. Un ejemplo de este desvIo hacia las decisiones, que se desarrolla a la luz
deI dia, tiene lugar ahara (1927) cada vez que los habitantes de1 Reich alemán exhiben
banderas. La Constitución de Weimar determina en el art. 3.°; «Los colores deI Reich
son negro·rojo-oro. La bandera comercial es negro-blanco-rojo eon los colores deI
Reich en e1 ángulo interior de arriba.» En esta detenninación se da un compromiso,
y no una. decisión entre los colores negro-rojo-oro y negro-blanco-rojo. Todavía no se
ha producido una poderosa y decisiva aclamaci6n dei pueblo alemán. EI resultado de
una votaci6n secreta vendrfa verosfrnilmente determinado por la disciplina de partido
y no arrojarfa ninguna mayoría que apareciera como mayorfa dominante a la parte
derrotada. Esa suerte de solución no podrfa ser, todavía aI presente, el media adecuado
para una decisión tal. Una gran parte de la población, las gentes de negocias, mani- (I
fiestan públicamente que tampaco ellos quieren decidirse, aI no ostentar ninguna ban-
dera, o presentar una «neutral», como la bandera deI País, la de la ciudad, Ia deI
Papa, o una bandera comercial y privada hecha de propósito; como ilustraci6n viva
deI postulado, «la mayorfa decide»-,

5. Tampoco puede decirse con un criterio simplemente numérico que


la «mayor!a decide», cuando hay que atenerse a la mayoría de los votos
emitidos. Antes bien, suele ocurrir que en realidad la decisi6n dependa de
una pequena parte. Cuando en una votación de un total de 100 votan con
el S! una parte integrada de 48, y otra parte de 48 con el No, se anulan
aritméticamente ambas partes y decide la parte restante, de 4 entre los 100.
Esta tiene una gran importanda objetiva en una poblaci6n dividida en
muchos partidos, porque no todos los partidos tienen eI mismo interés en
la cuestión a decidir. La cuesti6n de la escuel. confesional, por ejemplo,
puede ser decidida por un pequeno partido de defensa de inquilinos, cuyos
miembros voten por razones tácticas a favor de uno u otro de los partidos
interesados en la escuela confesional; una cuestión de política exterior o
económica puede ser decidida por un partido que se interese sobre todo en
la escuela confesional, etc. «La mayoría decide», pues, s610 en eI caso de
una plena homogeneidad de todos los votantes.
6. Cu ando la mayor!a no es otra cosa que eI resultado de una adici6n
de los votos emitidos por media dei sufragio secreto, puede perfectamente
decirse «La mayoda no decide». Tal método de determinación estadistica
de la mayoda tiene sólo, en realidad, eI sentido de un media politico limi-
tadamente autorizado y limitadamente eficaz de participaci6n de todos los
ciudadanos en la vida dei Estado. No se puede desconocer, sin embargo,
que hay una especle de Democracia, la Democracia parlamentaria, que tiene
La doctrina de la Monarqufa 275
§ 22
considerado en toda su persona como sagrado e inviolable. como sacerdote y uogido
LA DOCTRINA DE LA MONARQUIA deI Seõor. El derecho de los Reyes es divino, es decir. tiene origen religioso, y el
Rey rnlsmo es un Pro-Deus (camp. Git:rke: Althusius, pág. 177; Funck-Brentano: Le
roi, Paris, 1912, págs. 116 y sigs.).
Esta fuodamentación religiosa de la Monarquia deriva después hacia un irraciona-
lismo histórico o general, menos preciso. La última argumentación abiertamente teo-
16gica es la contenida eo la Teoría deI Estado de Bonald, que inserta al Monarca en
una sede de «unidades»: un Dios, un Rey, un padre; monoteísmo, Monarquia y mo-
nogamia. En F. J. Stabl, esa construcci6n teol6gica se encuentra ligada con otros argu-
mentos, antirracionalistas, tradicionalistas y legitimistas.

2. Para otra fundamentación --que con facilidad incide en la idea re-


ligiosa de Dios-Padre---, e! monarca es un padre. La autoridad y poder de!
padre en la familia, la patria potestas, se traslada al Estado, que es asi con-
cebido como una familia agrandada.

Numerosos ejemplos y particularidades, en Funck-Brentano, oh. cit., págs. 52 Y si·


guientes. Bossuet, en particular, represent6 esta argumentaci6n patriarcalista, sobre todo
junto a las de carácter religioso, en su Politique tirée de I'Ecriture (1709). «L'autorité
royale est paternelle.» «La monarchie a son fondement et son modele dans l'empire
paternel.» La dactrina patriarcal de la Monarquia presentada por Filmer: Patriarcha
(1680), es todavia hoy conocida por algunas bramas de Rousseau (ContraI social, l. 2).
r. EI contraste de Monarquía y Democracia se basa en el contraste de En realidad, esta teoria es una transposición digna de tomarse en cuenta e interesante,
ambos principios político-formales: representaci6n e identidad. ai menos desde el punto de vista social-psicológico.
EI principio político de la Monarquía consiste en la representación de
3. Otras elases de representaciones monárquicas, no son específicas en
la unidad política. Junto a esta hay numerosas fundamentaciones y justi-
titicadones de la Monarquía. Pera pueden reducirse, prescindiendo de ra- la misma medida que aquella fundamentación religiosa o patriarcalista. Hay
zones em íricas de adecuación ráctíca racional a aIgunos tipos sencillos. una Monarquía patrimonial en que el monarca aparece como titular de
1. La Monarquía tiene una un amentación re zgzosa. monarca es la riqueza eminente y perperua y de! poder económico, y, sobre todo, como
«de Dias) eo uo sentido específico, uo «retrato de Dias», y tiene esencia el más grande propietario territorial de! Pais, como dominus, como propie-
divina. tario. Esto puede ser, en la realidad política, una base muy sólida de la
posición monárquica, pera no es una especie de argumentaci6n caracterís-
La f6rmula monárquica «por la gracia de Dias» tiene, considerada desde el punto tica y peculiar de la doctrina monárquica, porque e! respeto social de cual-
de vista de las ideas modernas, 5ólo un sentido polémico y negativo, y no significa quier gran riqueza puede condudr a una posición patrimonial. Igualmente,
otra cosa sino que el Monarca no debe 5U poder y autoridad a ningún otro (que a la Monarquía feudal, en que e! Rey es e! caudillo de un séquito afecto per-
Dias), y por tanto, oi a la Iglesia o aI Papa, ni tampoco a la voluntad o anuencia dd sonalmente a él, que le sirve hasta la muerte y aI que garantiza por ello
pueblo. Pero con eso no se agota la vinculación de la MonarquIa a representaciones
protección y sustento en diversas formas (aceptándole en su casa, conce-
religiosas. En la historia de las ideas, un Monarca, que rige aI Estado, aparece siempre
como una analogia de Dias, que rige aI mundo. Durante la Edad Media y hasta entrada diéndole feudos y con otras formas de asistencia). Tales séquitos se forman
la Edad Moderna, tenían los Reyes, para grandes rnasas deI puebIo, un carácter sobre- de las más diversas maneras, sin que pueda hablarse de una Monarquía
naeural, incluso físico; parte de la fuerza vital de la Monarquía era debida a que el en el sentido de un principio politico-formal mientras tanto el senor no
Rey hada milagros, y, sobre todo, curaba con la imposición de manos, según ha mos- tenga ninguna consagración divina o posición patriarcal. Tampoco vienen
trado en numerosos ejemplos Marc Broch. en su obra Les rois thaumaturges (Etudes en consideración para la fundamentación ideal de la Monarquía los otros
sur le caractere surnaturel attribué à la puissance royale, particulierement en France tipcs históricos de la misma. En la Monarquía de funcionarios, tal como se
et en Angleterre, Estrasburgo, 1924). EI último intento de dar prácticamente seriedad
a Ia Monarquía con estas representaciones religiosas, tuvo lugar en el afio 1825, eo
formó en los Estados europeos desde el sigla XVI aI XIX, e! monarca es la
que Carlos X de Francia quiso todavia curar mediante la imposidón de manos, intento cúspide de una organización de funcionarios, premier magistrat. Lo espe-
que, sin embargo, sólo se produjo como una penosa imitación romántica (Bloch. pá- cificamente monárquico se basa entonces en ideas históricas tradicionales,
gina 404). En una época, por el contrario, eo que el Rey hace milagros, puede ser pera no en la deI Estado de funcionarios. En la Monarquía cesarista, tal
274
276 El elemento poUtico de la Constituci6n moderna La doctrina d. Ia Monarqu!a 277

como se realizó en eI Imperio de Bonaparte, eI monarca es s6Io dictador con ello su sentido, tanto político como institucional e incluso legitimo,
sobre base democrática. Esa especie de Monarquia puede convertirse en porque, no s610 el Rey o la Reina, sino todas las personas o cosas posibles,
Monarquía auténtica eon el curso de su desenvolvimiento; pero eo si misma e! PuebIo tanto como e! Monarca, el revolucionaria como e! fiel servidor
se basa eo el principio democrático y hace dei monarca un representante de su senor, pueden despertar ocasionalmente una adhesi6n sentimental, y
de la unidad política sostenido por la voIuntad dei puebIo y estabIecido convertirse en tema de una gIorificaci6n poética. EI pensamiento de Ia re-
como tal por un acto dei Poder constituyente dei puebIo. presentación de! Estado, principio politico-formaI de Ia Monarquia, se voIa-
tiliza en Ia idea de que e! Rey es un slmbolo o una especie de bandera;
Los seis tipos de Monarqufa aqui enumerados -teocrática, patriarcal, patrimonial, estos conceptos no tenfan ya su antigua fuerza, y se convirtieron en sim pie
feudal, de funcionarios y cesarista- se unen de diversa manera eo los casos hist6ri-
camente realizados de Monarquia, de modo que todo caso concreto contiene eo sí varios
ocasi6n de sentimientos y estados de ánimo románticos, mientras que la
de esos elementos juntos y mezclados. La Monarquia de los Príncipes territoriales .Representación popular» pasaba a ser verdadero representante .del Pue-
alemanes deI siglo XVIII, por ejemplo, la Monarquía prusiana baja Federico Guiller- bIo», es decir, propiamente, de Ia unidad política dei PuebIo.
mo I, contenía elementos patrimoniales a causa de las grandes posesiones dei Rey; 5. La Monarquia legitima no es en ninguna especie de Monarquia sino
feudales, en relaci6n con los nobles; de Monarqufa funcionarista, porque ya había sur- un caso de Ia Iegitimidad.
gido de los Comisarios deI sigla XVII un aparato administrativo burocrático formado;
en la uni6n con la Iglesia dei país había también elementos religiosos. 5610 los elemen-
tos cesaristas faltaban por completo; éstos se hicieron posibles solamente con eI ser- 11. Significación que para la Teoria constitucional revisten las dis-
vicio militar obligatorio y el sufragio universal, en el sigla XIX. Pr. Naumann, en su tintas justificaciones de la Monarquia.
escrito Demokratie und Kaisertum (1900), intent6 transformar la Monarquia alemana
del siglo xx en una Monarquia cesarisra, sin obtener resultado práctico, y también con 1. Todas Ias fundamentaciones principales de Ia Monarquia contie-
una fundamentaci6n teorética falsa. Pues una Monarquía legítima no puede transpor- nen en último término sóIo dos ideas que en sentido específico lIevan pre-
tarse a sí misma hacia otra base ideal; el principio de la legitimidad dinástica contra- cisamente hacia Ia Monarquia: Ia idea de un Dios personaI y Ia idea dei
dice el principio de la legitimidad democrática; aquí hay un dilema ineludible (arri- padre. Ninguna de estas ideas pertenece en lo esencial a Ia esfera politica.
ba, pág. 104). Tan pronto como la legitimidad se convierte en base ideal de una insti- AlIi donde Ia Monarquia tiene una justificación religiosa y se hace deI Mo-
tuci6n, el Poder legítimo no puede ya actuar como portador de una nueva idea poli-
tica. Poco antes de la Revoluci6n de 1789 se intentaran en Prancia construcciones
narca un ser divino o colocado en especial re!aeión con Dias, e! pensamiento
análogas para unir la Monarquía existente con eI Cesarismo, y se propuso que e1 Rey se mueve, no en lo politico, sino en lo tecIógico o meta{[sico. Si se concibe
ejerciera una Dictadura apoyada en Ia confianza dei pueblo (camp. Die Diktatur, pá- eI mundo como una unidad regida por un único Dias, y Ia unidad deI Es-
gina 112). Pero aun cuando Luis XVI hubiera reunido en sf todas las cualidades de tado bajo un monarCa como algo igual o análogo, e! concepto primaria es,
un César o Napoleón, la simple drcunstancia de ser eI Príncipe legítimo hubiera bas- sin duda, Dias y mundo, y no monarca y Estado. Si se concibe eI monarca
tado para hacerle imposible el desempeno de tal papel. Un principio I>Olftico nuevo como padre de Ia familia estatal y se deriva de ah! eI concepto dinámico
aparece siempre históricamente con nuevos hombres que lo incorporan. de una Monarquía hereditaria, entonces Ia idea primaria es Ia de familia
y no Ia de Estado. Son siempre ideas no.politicas Ias que constituyen e!
4. En eI sigla XIX, Ia idea auténtica de Ia Monarquia cede. La Monar· nervio de Ia argumentación. La idea teológica o cósmica habria de lIevar
qufa existente aún se justifica con razones, o de tradici6n histórica, o de sen- • una Monarquia universal, suprimiendo asl Ia conexión especifica de! Mo-
timiento. En Ia filosofia de! Derecho y dei Estado de Fr. J. StahI se ligan narca como un cierto Estado y un eierto PuebIo, ya que, frente al pensa·
entre si diversos puntos de vista; pero incluso ah! falta lo monárquico es· miento de Ia absoluta unidad de! mundo, es inconcebibIe Ia pIuralidad de
pecifico de! pensamiento, y Ia argumentación acnia como un discreto ale· los Estados y PuebIos. Pera Ia familia es una unidad fundada en Ia des·
gato. Se hace refereneia al valor de lo históricamente alcanzado; se aducen cendencia {[sica y en Ia comunidad doméstica, a Ia cual falta eI carácter de
las analogías con el Dios personal; se aporta, con vigor acentuado, la nece- /0 público. No es una magnitud politica, como eI PuebIo. Tales fundamen-
sidad de que exista eI sentimiento de Ia reverencia (Pietat); pera, en e! taciones de Ia Monarquia lo son de! dominio y autoridad en general, pera
fondo, se trata de la legitimidad tan sóIo. Con razones hist6ricas pueden no de un principio político formal en su peculiaridad.
justificarse las instituciones más diferentes. Pera cuando en realidad se de- 2. De muy distinta especie son Ias fundamentaciones racionalistas de
fiende tan sóIo e! legitimo status quo politico-interno, esta es cosa distinta Ia Monarquia surgidas desde e! sigla XVIII. Para Ia filosofia de Ia Ilustra·
aI principio politico.formaI de Ia Monarquia. Las poetizaciones románticas ci6n, eI rey no es otra cosa que el premier magistrat, el primero y --cuando
de reyes, como se realizan en Novalis y Adam Müller, constituyen mucho Ias cosas van de modo razonabIe- más ilustrado funcionaria, que puede
menos aÚD una Teoria monárquica de! Estado. Hacen de! Monarca un pun- cuidar de Ia mejor manera deI bienestar de sus súbditos menos ilustrados.
to de encuentro de estados de ánimo y sentimientos, y la Monarquia pierde Pera de esta, no resulta ni principio hereditario ni Iegitimidad de Ia Monar·
278 EI elemento polItico de la Constitución moderna
Lu docrrinu de la MonarquIa 279
qula, y cuando a un príncipe le falta aquella cualidad de hombre ilustrado,
desaparece la fundamentaci6n. por monárquicos antiliberaIes como CharIes Maurras, son por necesidad
En e! siglo XIX se caracterizan las justificaciones racionalistas y empíri- relativos y, considerados desde e! punto de vista de la experiencia histórica,
cas de la Monarquía insertando a1 monarca en el sistema de la distinción dependen de un importante supuesto: vaIen s6Io para una dinastía esta-
de poderes, propio dei Estado de Derecho, y haciendo de la Monarquía una bIecida sin interrupción en e! trono desde a1gunas generaciones. EI monarca
sim pIe forma de! Gobierno, y convirtiendo aI monarca en eI más o menos puede renunciar por completo a su influencia política y abandonar aI Par-
influyente lefe dei Ejecutivo. Siendo diferentes las fundamentaciones, tien- lamento o a un poderoso jefe de partido la direcci6n política y toda potes-
den todas ellas a probar la utilidad y conveniencia de la Monarquía. EI tas,- puede desaparecer durante mucho tiempo como factor de fuerza polí-
ejempIo típico es la siguiente consideracÍón, que se encuentra ya en Mably tica, pera debe mantener la continuidad de la posesi6n deI trono si ha de
y De LoIme, pero también está todavía muy pronunciada en Max Weber cumplir aquelIas funciones justificadoras (poder neutraI por encima de los
(Grundriss der Sozialijkonomik Wirtschaft und Gesellschaft, lII, pág. 649): partidos, representaci6n de la continuidad de! Estado en las crisis). Si la
por la M~narquía hereditaria queda sustraído a la competencia política e! continuidad se interrumpe, entonces fallan todas aquellas pruebas, porque
puesto mas alto en el Estado; con ello se Ie quita a la Iucha política interna entonces e! monarca ha caído en la Iucha de los partidos, y su propio asun-
su extremo peor; asÍ se suaviza y racionaliza la pugna pues los esfuerzos to se ha hecho asunto de partido.
de los políticos hacia e! poder están limitados por e! he~ho de hallarse ocu-
Los argumentos racionalistas de conveniencia s610 se refleren, pues, a una Monar-
pado de una vez para siempre e! puesto más alto en e! Estado. «Esta última
quía cuya seguridad política es inconmovible j no valen más que para una Monarqufa
función, negativa en esencia, adherida a la simpIe existencia de un rey lIa- «vieja., no para eI «Príncipe nuevo», e1 «Príncipe nuovo», para quien Maquiavelo
mado a serlo por regIas fijas, es quizá la de mayor importancia práctica para escribi6 su libro dei Príncipe. Maquiavelo dice enérgicamente en ese célebre escrito
una consideraci6n puramente política» (Max Weber). que es fácil mantenerse en eI trono cuando se tiene el dominio en tiempos tranquilos,
La posición del monarca se basa, pues, ante todo, en que se encuentra como Príncipe generalmente honrado y respetadoj por e1 contrario, es una situaci6n
por encima de ias partidos. Cuando e! Estado se transforma, por la parla- política completamente distinta la de fundar un nuevo dominio monárquico, y defen-
memarizacÍón y democratización, en un Estado de partidos, se convierte derlo. Si se ha roto la cadena derribando una dinastia, fallan todas aquellas justifica-
en una posición especial y muy significativa. EI rey recibe una posici6n espe- ciones y argumentos. A ningún caso de restauraci6n monárquica son aplicables, porque
cial en la organizaci6n de los distintos «poderes», frente aI Legislativo y aI hasta ahora se han malogrado todas esas restauracÍones: 1660-1688, los Escuardos en
Inglaterra; 1815-1830, los Borbones en Francia; en cÍerto sentido, también 1852-1870,
Ejecutivo. Se convierte en un poder neutral, un pouvoir neutrc, una entídad
la restauradón de la familia Bonaparte con Napolc6n lI!. Ch. Maurras dice que toda
imperceptibIe que allana, tempIa y modera todas las contraposiciones y poHtica democrática Ueva a reclamar la ayuda de Gobiernos extranjeros por razón de
rozamientos entre las diversas actividades y funciones deI Estado un in vi- las contraposiciones de partido en la poHtica interior, Gobiernos que se mezclan en la
sihle modérateur. Esta construcción es típica de! Estado de Derecho liberal poHtica deI Estado democrático; cita como ejemplo dásico el fen6meno típico en las
de la Monarquía parlamentaria. Procede de Benjamin Constant. Histórica- Democracias griegas de que los partidos aristocráticos reclamaran la ayuda de los Iace-
mente, su ideal encuentra la mejor expresión en la Monarquía burguesa demonios, y los democráticos, de los atenienses; el mismo fen6meno se repiti6 en los
de Luis Felipe. Pera todo e! pensamiento de un poder neutraI es de interés Estados italianos del siglo XVI, cuando en Florencia se hada un partido aliado de
inmediato, incluso para construir la posici6n de un Presidente de Repú- los franceses, y el otro, de los espanoles o los alemanes. Esta experiencia hist6rica es,
blica. sin duda, muy interesantej pera se encuentru situada frente a la otra experiencia de
que Ias Monarquías restauradas no se logran sin apayo extranjero, político-externo. La
EI papel dei pouvoir neutre o modéraleur se sustrae, por su naturaIeza, a una uni6n de los Estuardos con el Rey de Francia, por ejemplo, habría de caracterizarse,
determinación formal de la Ley constitucional; comp. las explicaciones sobre eI papel desde eI punto de vista nacional inglés, como una traici6n a la patria, y la política
deI Presidente alemán, abajo, § 27, lU, pág. 328. Ocasionalmente, se encuentran tam- monárquica de la Santa Alianza de 1815-1830 condujo a continuas intervenciones. Las
bién prescripciones expresas en Ley constitucional; asI, la Constituci6n (imperial) dei experiencias hist6ricas no permiten alcanzar un sistema político libre de contradiccio-
Brasil, de 25 de marzo de 1824, que habla, en el título IV, dei Poder legislativo, y nes, y si se quiere fundar la MonarquIa s610 en la Historia, falta toda raz6n inequívoca
después, en el título V (arts. 98 y sigs.), dei Emperador, bajo el epfgrafe «Du pouvoir y todo principio. No cabe decir más, sino que la Monarquia surge y perece, como
modérateur»: ~Le pouvoir modérateur est la dd de toute l'organisation politique, i1 est todo, eo la Historia.
délégué exduslvement à l'ernpereur comme chef suprême de la Nadon et sen premier
représentanh>, etc. IlI. La posici6n dei Monarca en ia Constituci6n moderna.

3. Todas las consideraciones de utilidad y conveniencla, asl como to- L La Monarquía constitucional se basa en e! despIazamiento de! prin-
dos los argumentos extraídos de la experiencia histórica que puedan ser cipio monárquico por la distinción de Poderes; e! monarca representa la
apartados por teorizadores liberaIes como Benjamin Ccnstant y Guizot, o unidad política como jefe independiente de! Ejecutivo, mientras que se Ie
contrapone, como segundo representante, una Representaci6n popular (e!
280 El elemento poUtico de la Constituci6n moderna La doctrina de la Monarquia 281

al Ejecutivo; 2,°, constitucionalismo liberal, es decir: legislaci6n con sistema bicameral,


Parlamento). De esta manera, se pone en práctica una distinción y contra-
veto regio y Ministros dependientes de la confianza dei. Pa.rlament~; 3.°, la Monarquia
peso que corresponde aI principio orgánico de! Estado burgués de Derecho. constitudonal propiamente dicha, por ejemplo, la ConStltuclón pruslana de 31. de enero
Esto no decide la cuestión de la soberanía, que queda abierta. En la Mo- de 1850, en que el Gobierno queda eo manos del Rey, se requiere la anuencla. d~ ~ste
narquía constitucional de Alemania, el principio monárquico mantuvo du- para las leyes, y é1 convoca, derra, suspende y disueIve el Parlamento. L.a dl~tlnC~Ón
rante e! siglo xrx su validez detrás de la normación constitucional; la viene determinada como toda la construcd6n de Fr. l, Stahl, por la especIal sltuaClón
Monarquía era ahí forma política auténtica, y no sólo forma deI Gobierno politica de la Mo~arqu{a alemana. Su punto cardinal está en que el ,?ns.ti~udon.alismo,
y elemento orgânico deI Ejecutivo. es dedr, un principio liberal, es reconocido con raz6n como un prlnClplO a Insertar
en el principio polftico de Monarquia o Democracia, míentras que -según se mostr6
Fr. l. StaW, el teorizador de 19, Monarquia constitucional prusiana, desarrolló con antes- queda abierta sin que el reconocimiento de una «Constitucióm> baste a deci-
éxito, por lo que se re6ere a las Constituciones alemanas, la singularidad de la Mo- dirIa, la cuestión po1íti~a capital: Monarquia o Democracia.
narquía constitucional, frente a la parlamentaria. Según él, la esenda de la Monarquia
constitucional consiste en que el Monarca constitucional tiene todavia un poder ver- 2. La Monarquia parlamentaria a estilo belga es, sin duda, Monarquia
dadero, su voluntad personal significa algo todavia, y no Dace en el Parlamento. Sigue constitucional, pero con renuncia al principio monárquico) o, lo que es igual,
siendo, «por el aseguramiento de SllS facultades, un factar distinto e independiente transformacÍón de Ia Monarquia como forma política en una forma de or-
dei Poder dei Estado» (Die Revolution und die konstitutionelle Monarchie, 2.- ed.,
1849, págs. 33, 76 Y sigs., 93 y sigs.). Era una distinci6n de gran importancia práctica,
ganizaci6n dei Ejecutivo (Gobierno). Por causas hist6ricas,. subsiste ~hf eI
pero, en principio, tan s610 eI reconocimiento de un Estado burgués de Derecho y de nombre «Monarquía»; con razón, en tanto que el Monarca Plerde, es Clerto,
un liberalismo que moderaba el ejercicio del poder monárquico. Se puede llamar a eso todo poder (poleslas), pero puede seguir existiendo como autoridad. y eler-
«Monarquia constitucional» y hasta ponerIa en contraste con la «Monarquia parlamen- cer muy bien las funciones peculiares de un «poder neutro». La direcclón
taria», aun cuando ésta es también constitucional. No cabfa desconocer que la contra- polftica está en manos de sus ministros, que son responsables ante la Re-
posición política de principio era la de Monarquia y Democracia. La Monarquia cons- presentaci6n popular y dependen de su confianza. La f6rmula célebre reza:
titucional no es una forma política especial, sino una vinculación de los principios deI Le roi regne, mais il ne gouverne par. La cuestión planteada por un gran
Estado burgués de Derecho con eI principio político de la Monarquia, manteniendo maestro alemán de Derecho político, Max von Seydel: cqué resta de! rêgner
la soberania deI Monarca, que se manifiesta en seguida en todo conflicto y en toda
crisis (arriba, pág. 104). La expresi6n «Monarqufa constitucional» deja abierta la cues-
cuando se despoja deI gouverner?, puede ~ontestarse distingu!en~? e'.'tre
tión decisiva de si la MonarquIa deja de ser forma política para convertirse en simple
poleslas y auclorÍfas (arriba, pág. 93) y tem~ndo presente la slgmflcacl6n
forma deI Gobierno, o si queda garantizado el principio monárquico. peculiar de la autoridad frente ai poder político.

En la Monarquia parlamentaria de! continente europeo -Francia bajo IV. El Presidente en una Constituci6n republicana.
la Monarquia burguesa de Luis Felipe, 1830-1848, y Bélgica con la Consti-
rución de 1831- sigue siendo e! monarca jefe de! Ejecutivo, pero la direc- 1. En e! proceso de! siglo XIX hacia e! Estado de Derecho se emplea
ción política depende de la coincidencia con la mayoría dei Parlamento. y utiliza de un modo peculiar la instirución hístórica tradicional de la Mo-
Aquí la forma política no era ya monárquica; antes aI contrario, la Monar- narquía. EI rey fue insertado como «jefe dei Ejecutivo» con diversas facul-
quía se habia convertido en elemento orgánico dentro de! contrapeso de tades en e! sistema de la distinción de poderes, pero siempre como cúspide
poderes de! Estado liberal de Derecho. F. J. Stahl IIama a esto «Constirucio- de u~ determinado poder. La Monarquía pasó así, de forma politica, a sim-
nalismo Iiberal». Se distingue de la Monarquía constitucional alemana (en pie forma de Gobierno; pero reruvo su carácter representativo. Correspon-
la terminología de Stahl) en que ha sido suprimido e! principio monárquico. dia ai pensamiento de! contrapeso -propio de! Estado de Derec~<>-:" e!
Por eso, necesariamente, el principio democrático ha de pasar a ser funda-
colocar frente a la representaci6n por una Asamblea (eI Cuerpo legislativo)
mento de la unidad política, si es que ésta ha de seguir existiendo. Lo otra representaci6n de manera que e! soberano, es decir, e! Pueblo, según
«constirucional», es decir, lo característico de! Estado burgués de Derecho,
los principios dem~cráticos, quede en ~egu~do plano y, provisi~nalm7nte,
no actúe. EI principio democrático (de Identlda? d.e!. pueblo consigo ml~mo
se incorpora como elemento independiente a ambos principios politico-for- como unidad política) se contrapesaba con e! prl.nCI?I? de la representacl?n,
males, trata de utilizarlos y contrapesarlos y se une con elIos. suprimiendo y alIanando e! peligro de que eI prmClplO de la representaclón
se estableciera absolutamente, ai poner, uno frente ai otro, dos representan-
Artículo 25 de la Constitución belga: «Tous les pouvoirs émanent de la Nation.
Ils som exercés de la maniere établie par la Constitution.» Fr. J. Stabl distingue:
tes, monarca y Representación popular.
1.0, constitucionalismo radical; ejemplo: la Constitución francesa de 1791, que le pa- Esta construcción se une de manera ideal ai Estado burgués de Dere-
rece radical porque el Rey s610 tiene un veto suspensivo frente a la Legisladón, y, por cho con una mezcIa de ambos principios político-formales (Monarquía y
consiguiente, él mismo no es órgano legislativo, sino que está limitado estrictamente Democracia); es típica de la Constirución dei Estado burgués de Derecho,
282 El elemento político de la Constituci6n moderna 283
Lil doctrina de la Monarquia
y se mantuvo alIf donde la Monarquía se había hecho imposible, aun como dice Anschütz (Kommenlar, pág. 435), de una hereneia j,:,rldica mediata,
forma deI gobierno, estableciéndose la República. La evolución constitucio- pues eI fundamento jurídico 00 es eI mÍsmo. Pero ~n. ..ese mC1dlr eo facul-
nal francesa dei sigla XIX es en esta muy clara. A consecuencia de las repe- tades semejaotes eo la aceptaci6n de toda una pOSlClOn, se m~estr~ cuán
tidas interrupciones de la continuidad, y habida cuenta de los numerosos análogo es e! pu~sto dei Presidente dei Reich aI de un jde. dd EJecuuv':l'de
cambias en el trono que en e! sigla XIX había experimentado e! pueblo fran- carácter monárquico. AquI, como en otros ~as.o~, se r:l.auvlzan eo me 105
cés, era apenas concebible la autoridad de ningún monarca. Pera subsiste de organizadón dertos elementos de un prinCipIO pohtlco~formal, se ~?en
aque!la construcción deI contrapeso -propia deI Estado de Derecho--, y con los principias dei Estado burgués de Derecho y con elementos P?hu~o.
con e!la también la construcción de un jefe dei Ejecutivo independiente, que formales contrapuestos, y se emplean en una mezda típica de la ConsUtuC1ón
tenga carácter representativo. Este Presidente es el monarca republicani~ dei Estado burgués de Derecho.
zado de la Monarquía parlamentaria; se le mantiene por razón de la distin-
ción de poderes y se le atribuyen ciertas facultades (por ejemplo, disolución
de! Parlamento), con lo que e! Gobierno se contrapesa en una cierta inde-
pendencia frente aI Parlamento.
La construcci6n teorético-poHtica de ese sistema ha sido desarrollada por Prévost-
Paradol, en varies artículos y, sobre todo, en su libra La France nouvelle, 1869. Sus
pensamientos tuvieron gran influjo eo las leyes constitucionaIes francesas de 1875. No
se queda entonces en Franda que eI Presidente fuera inmediatamente elegido por el
pueblo, porque se estaba todavía bajo Ia impresión de un peIigroso precedente: el
golpe de 1851, intentado con gran éxito por el Presidente Luis Napoleón, elegido por
todo el pueblo francés. Por lo demás, la 6nalidad poHtica de los autores de aquellas
leyes constitucionales de 1875 se dirigía aI restablecimiento de Ia Monarquía; se inten~
taba erigir la normacÍón legaI-constítudonal de modo que facilitara en lo posible una
nueva entronización de la Monarquia. La construcdón deI contrapeso de poderes es,
sin embargo, la misma.

2. La Conslilución de Weimar aceptó ese sistema, introduciendo en


la Constitución elementos de un sistema presidencial junto a los de un
puro sistema parlamentario. EI Presidente dei Reich es elegido por todo eI
Pueblo alemán; tiene una serie de competencias importantes de naturaleza
política, como la representación internacional deI Reich (art. 45, C. a.),
nombramiento y separación de los funcionarias dei Reich y oficiales (ar-
tículo 46), alto mando de las fuerzas armadas dei Reich (art. 47), ejecución
dei Reich contra un Pais (art. 48, 1), medidas deI estado de excepción (ar-
tículo 48, 2), derecho de gracia en eI Reich (art. 50). Sus facultades frente
ai Parlamento, destinadas a crear en 5U cargo un contrapeso deI Reichstag,
son: facultad de disolución (art. 25) y disposición de un referéndum contra
una ley acordada por e! Reichstag (art. 73); comp. Ia ojeada en el esquema
de un equilibrio arriba, pág. 197.
EI Presidente dei Reich entra a posesionarse .. de .clI!s atribuciones de!
Emperador en plenitud (es deeir, en tanto que no se encuentre dispuesta
otra cosa), según eI art. 179, 1, a base de la Ley sobre eI poder provisional
dei Reich de 10 de febrero de 1919 y a base de la Ley. transitoria de 4 de
marzo de 1919, recibiendo, sobre todo, eI poder dé.organización, esta es,
la facultad de regular la institución, competencia 'y servicio de las autori·
dades dei Reich en la medida en que eI Emperadói era competente para
eUo. No puede hablarse aqui de una herencia jurídica, ni tampoco, como
§ 23 Elementos aristocráticos en las Constituciones modernas 285

ELEMENTOS ARISTOCRATICOS ciertos estamentos y clases contra una democracia radical. Por eso, se le
opusieron en igual manera pretensiones, tanto liberales como conservadoras.
EN LAS CONSTITUCIONES MODERNAS Eso explica también la gran difusión dei sistema. En Alemania, como en
DEL ESTADO BURGUES DE DERECHO Francia, consideraron la mayor parte de los liberales institución razonable
y prudente un sistema bicameral, y lo construyeron de diversas maneras.
2. La fundamentación y formulación dei sistema bicameral, clásica
para eI liberalismo burgués dei sigla XIX, se eneuentra en Benjamin Cons·
tanto Concibe la Cámara Alta como una representaci6n especial, e intenta
dividir la representación estableciendo diversos objetos de la misma. La
Cámara de Diputados surgida dei sufragio es un «representante» de la
tornadiza opinión pública; la Cámara Alta, basada en la herencia, «repre-
sentante de la duración y continuidad» (durée, en contraste con «opinióm».
AI «poder real», como «neutral» (arriba, pág. 280), al Ejecutivo, como apli.
cación, y al poder judicial ya no les l1ama «representativos». Con diversas
modalidades se repite eI pensamiento de que a una Cámara Baja, dominada
por opiniones y mayorias cambiantes y basada en eI número y cantidad,
debe ponérsele al lado una especial representación de la estabilidad y cali·
dado También han reconocido expresamente tal construcción de una Cámara
Alta algunos liberales alemanes.

I. La forma política de la Aristocracia se basa en eI pensamiento de Bluntschli: Allgemeines Staatsrecht, I, pág. .512i Gneist: Englische Verfassungsges-
la representación. Pera la conseeuencia de ese principio formal queda debi. chichte, págs. 675 y sigs.j las manifestaciones de Benjamin Constant en sus Oeuvres
potitiques, pág. 18.
litada y atenuad~, por euanto no es una única persona, sino una pluralidad
d.e personas, qUlen representa. As!, en Ia Aristocracia núsma hay ya una
Clerta modération (arriba, § 16, IV, pág. 217). 3. La lógica política de una Democracia ha de contradecir eI sistema
La Constitución moderna dei Estado burgués de Derecbo emplea de dos bicameral, pues la Democracia se basa en el supuesto de la identidad dei
modos elementos formales dei principio aristocrático. Por lo pronto, eI im· pueblo unítario. Una segunda Cámara, independiente de toda significación
peno dei ParlaI?ento es un sistema, euando no aristocrático, oligárquico política, pondria en peligro eI carácter unítario dei pueblo todo, introdu·
(sobre esta, abaJo, § 24). Además, pueden utilizarse elementos formales y ciendo un dualismo precisamente para eI Legislativo que pasa por ser ex·
estructurales como medias de organización dei contrapeso de poderes con presión de la voluntad general, de la volonté générale, en un sentido espe-
lo que se nivelan mejor los elementos democrático y monárquico. Mi';'tras cial. Al1i donde una Constitución qui era acentuar bien la soberanía de la
que eI elemento monárquico es especialmente adecuado a la construcción Nación, una e indivisa, y dominen quizá todavia receios políticos ante eI
dei Ejecutivo, y a tal fin se emplea (§ 22, IV, pág. 295), se ha insertado poder social de una Aristocracia, el sistema unícameral tendrá que ser prac·
el elemento aristocrático, en una organizaci6n de división de poderes, en ticado con rigor.
eI Legislativo, y dentro de él se ha contrapuesto una Alta Cámara, más o As!, las Consútuciones francesas de 1791 a de 1848. Para esta última, propugnó
menos aristocrática, a la Cámara Baja, concebida democráticamenté. As! Tocqueville el sistema unicameral, porque, según eUa, el Presidente de la República
surge eI sistema bicameral de la moderna Constitución dei Estado de De- francesa había de ser elegido por todo el pueblo francés, y a un Presidente elegido
recho. por todo el pueblo s610 podia contraponérse1e un Cuerpo legislativo unitario, elegido
pcr todo el pueblo. Sobre la aversi6n de los suizos al sistema bicameral, Esmein-Nézard,
lI. !dea y iustilicaci6n dei sistema bicameral. I, pág. 126.

1. . Para la introducción dei sistema bicameral en la mayor parte de los La reeusación democrática ha de explicarse porque la Democracia se
E~tados dei continente europeo, fue decisivo eI modelo inglés. Ese sistema basa en el supuesto de una plena homogeneidad y unítariedad. Para una
terua una especial evidencia para las ideas liberales dei sigla XIX. Se pres· Constitución democrática la euestión dei sistema bicameral se reduce a una
taba bien a ser puesto en consonancia con eI principio de la distinción de clara alternativa: o bien han de encontrar su expresión en la segunda Cá·
poderes, y ofreeia además la posibilidad de proteger eI poder social de mara singularidades sustanciales, dignas de aprecio, dentro dei pueblo --os·
284
Elementos aristocráticos en las Constituciones modernas 287
286 El elemento polftico de la Constiruci6n moderna
2. En la mayor parte de los Países del conrinente europeo se intra-
pecial formación, especial experiencia, edad, riqueza, propiedad inmueble--, dujo el sistema bicameral a imitad6n deI modelo inglés. Para esto fue eficaz
y entonces significa ese sistema una vulneración de la igualdad y homoge- aquella idealizacíón de las situacíones constitucíonales inglesas que comenzó
neidad democrárica de rodos los ciudadanos, o bien no se rrata de diferen- con Montesquieu y ha continuado duranre todo el sigla XIX, y en algunos
cias y singularidades esenciales, y entonces no se ve por qué ha de irse a la
formación de una Cámara especial. EI inrerés de! Esrado de Derecho por e! autores incluso todavía en eI xx.
contrapeso en sí, y el interés liberal por la prorección de minorias dignas Montesquieu, Esprit des lois, XI, 6: «Hay siempre en un Estado hombres que
de aprecio, pueden fácilmenre !levar a conrradicci6n con la lógica dei prin- se distinguen por su nacimiento, riqueza y posici6n. Pero si sobresalieran en el pue-
ClplO democrático. Esta es aplicable rambién a inrenros más modernos de blo, la libertad común quedaria sometida a su opresión y no tendrían ningún interés
contrapcsar eo uo sistema hicameral otras diferencias sociales, sobre todo, en defender la libertad, porque la mayor parte de las resoluciones idan dirigidas
Ia contraposición de capital y trabajo. Esta es tao fuerte que su organiza- contra ellos. Su participaci6n en la legislad6n ha de tener en ruenta, por esO, 5US
dóo eo dos cuerpos haría aún más visibles los contrastes sociales y pondría especiales intereses.» La ratio de esa especie de Cámara especial está en que una mi-
noria apreciable para el Estado no debe ser aplastada mediante los postulados demo-
aún más en peligro la unidad política. cráticos fundamentales.

IH. Los tipos hist6ricos dei sistema bicameral. De estas ideas resulta una Cámara de Pares arisrocrática, un corps de
nob/es o Cámara de sefiores, colocada junto a una Representación popu-
1. La Alta Cámara inglesa.
lar propiamente dicha.
Desde el sigla XIV (1332) se reunía la Asamblea de los Lores: a saber, alta no-
bIeza, duques, condes y altos barones, que eran vasallos del Rey y formaban eI Magnum Asf, la Chambre des paires, según e1 art. 27 de la Carta francesa de 1814 y e1 ar-
Concilium, asarnblea de séquito feudal, separada, como Câmara alta, de la baía nobIe- tículo 23 de la Constitución de la Monarquía burguesa de 1830. La Constitución pru~
za, es decir, de los caballeros que se reunian en una Cámara de los Camunes, House siana de 1850, art. 62: «El poder legislativo es ejercido en común por e1 Rey y dos
01 commons, eon los representantes de las ciudades y municipios. Ambas Cámaras con Cámaras; es exigible para toda ley el aruerdo deI Rey y de las dos Cámaras»; art. 65:
e1 Rey formaban el Parlamento. Cada una de ellas ha tenido un especial desarrollo «La primera Câmara estará compuesta de miembros que el Rey designe a título here-
hist6rico. La Cámara de los Lores es, hasta el dia de hoy, una Cámara de Pares, es ditaria o con carácter vitalício.»
decir, de sefiores que en su parte principal se i.ntegra de miembros hereditarios nom·
brados por el Rey. Hasta 1832 existia entre ambas Cámaras una homogeneidad de he- 3. Sistema bicameral a base de las singularidades de una organizad6n
cho, porque la mayorfa de una se correspondfa con la de la otra, por ruanto que la federal. Aqui se forma, junto a la Câmara de Dipurados surgida por sufra-
Cámara baía no era todavIa elegida según los postulados fundamentales de la Demo- gio universal de rodo e! pueblo, una Cámara especial de los Estados miem-
cracia moderna, sino a base de un Derecho electoral medioeval por lugares, determinado bras, como Cámara de Estados. Con esto, surge al lado de la Cámara de
a través de muchas casualidades históricas, mediante el cual los Lares de la Cámara
alta dominaban las elecciones para la Cámara baja. En e1 nuevo proceso que comienza Diputados unirario-democrática, una «Asamblea de las individualidades es-
en 18)2, la Cámara baja se convierte en una Cámara de Diputados en el sentido de tatales federadas» (Bluntschli).
la Democracia moderna; la Cámara alta, por el contrario, ha conservado su carácter
aristocrático. Sin embargo, ha perdido por e1 Acta de Parlamento de 1911 la completa E1 Senado, eo los Estados Unidos de América, forma, con la Cámara de repre-
paridad, como factor de la Legislaci6n, con la Cámara baja; ahora, una ley puede ser sentantes, el «Congreso»; el Conseio de Estados de la Canfederaci6n suiza, como re·
promulgada por el Rey sin la anuencia de la Cámara alta, cuando haya sido aprobada presentaci6n de los Cantones, junto aI Consejo nacional; ambos forman (como «dos
sin modificaci6n dentro de un cierto plazo por la Cámara baja en tres legislaturas con- secciones») la Asamblea federal; el § 85 de la Constituci6o de Pranclort de 1849: El
secutivas. La Cámara alta conserva tan s610 un «veto suspensivo». Junto a 'esto, ese Reichstag se coropone de dos Cámaras, la Cámara de Estados y la Cámara popular.
Acta de Parlamento de 1911, derra otro proceso que se había inicia~o para el Derecho
de finanzas: sobre las llamadas «leyes de dinero» decide sola la Cámara baja, auo El Reichsrat de la Constituci6n de Weimar (arrs. 60-67, C. a.) se en-
cuando también la Cámara alta discute; la cuesti6n de qué debe considerarse, en caso
de duda, «ley de dinero», es decidida por el Speaker de la Cámara baja sin que la
cuenrra en realidad cerca de una segunda Cámara, por lo que a facultades
Cámara alta tenga derecho a cooperar a la decisi6n. y acrividad se refiere, pera no esrá construido como representación e.spec!al,
AI presente (verano de 1927) se han presentado planes de reforma para devolver sino sólo como una represenración de los Países alemanes en la leglslaclón
a la Cámara alta una parte de su antiguo poder. EI sentido político de esos esfuerz05 y adminisrrad6n de! Reich, y por detto como Asamblea de mandatarios
está en que a una Cámara baja en la que, a causa del Derecho dectoral democrático, de los Gobiernos de Pais. A través de su derecho de cooperaci6n en la
es un factor permanente de poder el partido laborista, debe contraponérsele una alta obra legislativa (iniciativa de ley, según el arr. 69, y derecho de vero, según
Cámara conservadora, como eficaz contrapeso. Aqui el equilibrio está destinado a la el arr. 74, C. a.), puede adaptar funciones de segunda Cámara en e! sistema
protecci6n deI orden burgués existente.
288 El elemento político de la Constituci6n moderna Elementos aristocráticos en las Constituciones modernas 289

de. una construcci6n de divisi6n de poderes; pera no forma, junto con e! Mrs. Webb de poner, uno junto a otro, dos Parlamentos (político y social) con iguales
Relchstag, un Parlamento. . facu1tades, como también a las propuestas alemanas que exigen un Parlamento econ6-
mico para librar a la economia de la «política» (refuiéndose a la politica de partido ai
4. Sistem~ bicameral en un Estado democrático unitario, por simples modo actual); comp. Tatarin-Tarnheyden, Die Berufsstande, BerIín, 1922, pág. 238;
razones de ,divls16n de, poderes; se opone una segunda Cámara, como Sena~ Schmollers Jobrbuch, 49, 1925, pág. 185; ZeilSchr. f. Politik, XV, pág. 120; además,
d?, a.la Camara de Dlputados, para establecer una división dentro deI Le. H. Brauweiler, Berufsslande und Slaal, BerHn, 1925, y Preussische Jahrbücher, octubre,
g~slauyo, y con ello crear frenos y controles, logrando una deliberaeión y 1925, pág. 64; Brauweiler es adversario deI sistema bicameral.
dI~cuslón a fondo de las leyes. A este propósito ha de aplicarse e! pensa.
mlento, expresado ya por Bolingbroke (arriba, pág. 279), de que la Cámara La Constituci6n de Weimar introdujo en e! articulo 165 un Conse;o
alta ha ?e tener ~na funeión arbitral entre rey y Cámara baja, es deeir, económico dei Reich, concebido como organizaci6n destinada a compendiar
entre eljefe deI EjecutIvo y la Representaeión popular, jugando asi un pape! un sistema de representaciones de obreros y empleados en relación eon
de medIador.
Consejos económicos de distrito formados paritariamente (por representan-
.. AIlí donde .tales "1.z?~es conducen, en una República basada en e! prin. tes de patronos y de obreros), pero hasta ahora (otoiío 1927) s610 existe
CIPIO democrátIco, a erIgIr una segunda Cámara se suscita la cuestí6n de como Consejo económico deI Reich eon earáeter provisional a base de un
en qué singul~ridades de organizaeión se disti~gue esa segunda Cámara decreto de 4 de mayo de 1920 (Cac., pág. 858), con representantes de las
de la otra. SerIa anudemocráuco crear una institución basada en la heren. distintas profesiones económicas y partes de la vida econ6mica. Según el ar-
cia,. o siquiera en la elección vitalicia, en lugar de los métodos de elección ticulo 165, 4, han de ser sometidos por eI Gobierno al dictamen de! Con-
pertódlca. EI Senado francés debia de contener, según la ley constitucional sejo econ6mico deI Reich los proyectos de ley político-sociales y político-
de 187.5, setenta Y CInCO senadores de la Asamblea nacional entonces re- econ6micos de significaci6n fundamental. EI Consejo econ6mico definitivo
unida, y despué~ designados _vitaliciamente por cooptación. 'Sin embargo, tiene también el derecbo, incluso de proponer tales leyes, es deeir, un dere-
esto fue ya abolido al.guno~ anos después (ley de 9 de diciembre de 1884). cho de iniciativa, y puede hacer que uno de sus miembros defienda ante
En eI caso.?e herencla, e mcluso de e1ección vitalicia, la independencia y el Reichstag la propuesta. En lo demás, no tienen ningún derecho a coope-
repre~entaclOn se. hacen tan fuertes que queda vulnerado eI principio de. rar en la legislación de! Reich; está limitado en eseneia a una actividad
~ocrauco de la .Ide~udad. Por tanto, hay que contentarse con pequeiías dictaminadora. Apenas si se puede colocar esa instituci6n dei artículo 165,
dIferencIas y matIZaClOnes: diversidades de la edad electoral de los votantes C. a., bajo el punto de vista de la divisi6n de poderes, pues e! Consejo
o d:I núm~:o. de los miem?ros, elección directa en lugar d~ indirecta, reno. econômico del Reich no es una Cámara especial, aun cuando sus miembros
vaClón penodica,. en, que solo u~a minaría cesa y es elegida de nuevo, para (como ocurre según el art. 5 dei decreto de 4 de mayo de 1920) se con-
mantener la contmuldad de la Camara, diferencia de los distritos e!ectorales sideren representantes de los intereses económicos de todo e! Pueblo y no
o de los SIstemas electorales. Pero éstas son diferencias que no alcanzan a estén ligados a mandatos. Tampoco puede entenderse como Parlamento
formar eI fundamento ideal para una institución independiente con signi- econômico independiente, porque un Parlamento para leyes econômicas y
ficación política. otros asuntos neeesitarÍa tener un derecho de resolver con independencia.
5. En época reciente se ha intentado estructurar e! sistema bicameral EI encontrarse limitado en eseneia a una actividad dictaminadora, ha com-
como, u~i6n de una Cámara econ6mica con OIra política, o de un Parlamento portado también e! que todavia delibere tan s610 en Comisiones y no sean
economlCO ean un Parlamento puramente político, de modo que en último observadas ya las formalídades de una discusi6n pública, que es propia de!
caso habria dos Parlamentos (no tan s610 dos Cámaras). Parlamento. Nada cambian de este resultado determinadas atribueiones de
Derecho administrativo, como la concesi6n de! permiso para la fabricación
Cu~do la con~raposic~6n de ~ámara alta y Cámara baja significa la contraposición de fósforos (ley de! Reich de 28 de mayo de 1927, Cac., I, pág. 123). Pu-
de capital y t!abaJ? el sistema blcameral es 5610 desarrollo de una contraposición de diera ocurrir que hubiera en esto iniciaciones de una peculiar y nueva cons-
ciases. Pero SI se m~enta. soslayando esa contraposición, separar POlítica y Economia
y basar en t~. sepaI"ación el ,sistema bicameral, el intento careceria de perspectivas,
trucción, no comprensible con las ideas tradicionales de organizadôn esta-
porq~e la declslón P?ftenece sl~mpre a lo político. Lo mismo cabe decir para la cons- tal; sin embargo, hay que decir hasta hoy que ese Consejo econ6mico dei
trucclón de dos ,Parlamentos. SI el Parlamento econ6mico afirma su posición junto al Reich de la Constituci6n de Weimar no es ni una segunda Cámara ni un
Parlamento polítiCO, en el caso crítico ha de surgir un conflicto, a menos que ambos Parlamento econ6mico.
Pl~r~amentos sea.n absolutamente homogéneos y por dIa absolutamente superflua su du-
p lCldad; Pero SI surge un conflicto, aqueI Parlamento que se revele como parte decisiva IV. Competencias y facultades de la Cámara alta. La competeneia pecu-
se convJe:t~ en ~arlam~nt~ político, porque toma sobre si la dirección, y con elio, la liar está en 01 terreno de la legislaci6n. Pero 01 modelo inglés ha inducido
responsabIll~ad, slendo mdlferente que haya sido organizado de antemano como Parla- a transferirle también a esta Cámara otras eompetencias, en particular la
mento poliuco o económtco. Este reparo afecta, tanto a las propuestas de Mr. y aclministración de justicia, y, ante todo, la justicia política.
290 Elementos aristocráticos en las Constituciones modernas 291
EI elemento político de la Constituci6n moderna
1. Legislaci6n. El Reichsrat puede, según el art. 76, C, a., exigir que se disponga un referéndulP..
frente a los acuerdos de ley de reforma constitucional adoptados por eI Reichstag. Esta
a) Cooperaeión positiva y en igualdad de facultades en la aprobación facultad se explica por el tratamiento que la ley constitucional da a su derecho de oh-
de la ley. jeci6n. Se encuentra prescrito en el art. 76, C. a., que la aprobación de una ley de
d Segú'cl eI sentido originario dei sistema bicameral, la ley surge por acuer- reforma de la Constitud6n requiera una mayorIa cualificada de dos tercios (mayorIa
o, comeI ~nt~ de ambas C~m~ras, aI que se afiade todavía, en Ia Monar- de dos terdos deI número legal de miembros de la Cámara, para que ésta pueda adop-
tar el acuerdo; acuerdo por dos tercios de mayorfa de los presentes), La mayoría de
qUIa c?nstltUClOna!, el asentlmlento dei rey. Un simple veto o derecho de dos terdos cn e1 segundo acuerdo seria sólo una repetición respecto deI primero, no
lb~eclOT no bastana a prestar a una corporación eI carácter de cuerpo legis- significaria ninguna cualificaci6n especial, y desalojada la objedón deI Reichsrat, cn ese
atl.vo. " am~oco un veto absoluto implicaría un derecho 8. cooperar en la caso de especial importancia, si el Presidente del Reich no se resolviera a disponer
leglSladon, SInO una facultad peculiar de injerirse desde luera y como Ireno, un referéndum. Ese resultado se corrige por el antes citado derecho deI Reichsrat de
l,n.e erecho a. }eglslar, no concebida como cooperación, sino sólo como exigir en tales casos un referéndum.
Imite y protecCl?,n contra el abuso. Mucho menos puede valer como dere-
cho de coope;aclOn la facultad de oponer un veto sólo suspensivo y basar b) Ambas Cámaras sueIen tener iguales derechos tarnbién en lo rela-
en ello el caracter de ~egundo cuerpo legislativo. Por lo demás, en la prác- tivo a la iniciativa de la ley. Sin embargo, existen singularidades casi en
tlca no puede dlStl?gulfse con frecueneia tal derecho de objeción de un de- todas partes para eI derecho de inieiativa de las leyes de finanzas; en este
recho de c?Opera~lOn, y esta, cuando eI que posee ese derecho de objeción punto retrocede la Cámara alta (Cámara de sefiores o Senado) frente a la
tljne al.d'lSmo tlempo un derecho independiente de iniciativa de ley. Re- Cámara baja como verdadera Representación «popul.,,), porque la Cámara
su ta eVI ente que tal derecho de iniciativa, por si solo no puede todavia baja se considera como representación de los que prestan las contribuciones
servir .de base al carácter de cuerpo legislativo. Otras posibilidades de freno o ímpuestos, y, por consjgujente, deben tambjén consentirlos.
por eJemplo, la facultad que tenga una Cámara de determinar frente ~
una. I~y aprobada por la otra, un referéndum o una disolución ~sto es la La posid6n especial de la Câmara baja en leyes monetarias ha de ser referida ai
pOSlbIllda~ de apelar aI pueblo, no dan lugar todavia a una 'facultad' de proceso inglés: la Cámara baja concedía los subsidios a la Corona, Según la Constitu-
cooperaclOn en la obra legislativa. ci6n federal de los Estados Unidos de América, los proyectos de ley relativos a recau-
daci6n de ingresos han de originarse en la Câmara de representantes, pero el Senado
d Ya dse ha dicho que la cooperaci6n de la Alta Cámara inglesa se encuentra limitada puede introducir moditicaciones, como en cualquier etro proyecto de ley. Según e1 ar-
e ,mo o que aqui suele ha~larse de un simple derecho de veto suspensivo (p. ej., Es~ tículo 27 de la Constitución belga de 1831, toda ley relativa a ingresos o gastos del
;elrNlézard, I, pág .. 209). S10 embargo, la Cámara alta sigue siendo competente aparte Estado habrá de ser votada primero en la Cámara de Diputados. El art. 62 ·de la
f ~s ey~s mdonetarIas, p~ra la deIiberación de los acuerdos de ley. La expresió~ «sim-
p e eree o e veto» es mexacta práctica y teóricamente.
Constituci6n prusiana de 31 de enero de 1850 determina: los proyectos de ley de finan-
zas y presupuestos deI Estado serán sometidos primero a la segunda Cámara (Cámara
, El Senado fra~cés es una segunda Cámara, fundamentalmente coordinada con la de Diputados), mientras que eo las demás Ieyes puede elegir el Gobierno la Cámara a
Camara de ~os plputados por lo que respecta aI derecho de legislar. Coopera, se 'n que primero haya de someter la ley. Art. 8, § 2, de la ley constitucional francesa de
laI Ley constltuclonal de 25 de febrero de 1875 (ar! " 5) en la dI' soIuClon
" deI P ar Iamento'
gu 24 de febrero de 1875: «Las leyes de finanzas serán sometidas y votadas primero en
P 'd
e. ~er ente de Ia República puede disolver la Cámara de los Diputados con la anuen~ la Cámara de Diputados.» Existe una controversia acerca de si eI Senado no tiene un
cla e Senado; e1, derecho de cooperaci6n dei Senado produce aquI un contrapeso y da derecho de verificar modificaciones en tales leyes financieras, es deeir, si las leyes han
Idugar a u~a ~specle de posidón arbitral entre Cámara de los Diputados y Presidente de ser aceptadas o rechazadas sin cambiar la forma eo que la Cámara de Diputados
e la Repubhca. las aprob6, o si puede realizar rebajas o aumentos en las diversas partidas, como el
EI Reichsrat alemán tiene, según eI art, 74, C. a., la facultad de suscitar ob;ecio- Senado de los Estados Unidos, e si para estas modifiçaciones se requiere que el Go-
;;ssoluClón
CO?tnl una le~ acordada por eI Reichstag. La ley vuelve entonces a una segunda
deI RelChstag, EI Reichsrat resueIve, pues, tan 5610 acerca de Ia objeción
bierno haya hecho uso de su derecho de iniciativa y el Senado puede adoptar frente al
acuerdo de la Cámara toda cIase de modificaciones, auo cuando sólo a propuesta del
COntra un acuerdo de ley; el acordar una objedón no es acordar una ley Mediante Gobierno. EI pensamiento de los autores de aquella Ley constitucional de 1875, que
un se,g~ndo acuerdo deI ~eichstag (para eI cual, según la recta interpretaci6n' basta con pensaban en eI modelo dei Senado de los Estados Unidos, pocHa bien ser eI de un dere-
U?~ umca lectura) eI RelChstag adopta posición frente aI reparto pero sin d~ddir defi- cho independiente a favor de! Senado para hacer modificadones.
nitivamente sobre él. ~a decisión depende de que el Presiden;e deI Reich disponga El Reichsrat alemán tiene, según e! art. 69, C. a., un derecho propio a acordar pro-
u,n referéndum o no. SI en el segundo acuerdo dei Reichstag se da una simple mayo- puestas de ley, Tiene además un derecho de asentimiento a los proyectos de ley dei
tl,a, lo aprobado no es ley; si en este caso el Presidente del Reich no dispone un refe- Gobierno de1 Reich, En las proposiciones de ley surgidas deI Reichstag no tiene ese
:end~m, ha prosperado la objeción deI Reichsrat, y queda impedida la vigencia de la derecho de asentimiento, de manera que es fácil soslayar el requisito deI asentimiento
ey. er? cuando eI .segundo acuerdo deI Reichstag es adoptado por una mayoria de deI Reichsrat a los proyectos dei Gobierno, haciéndolos presentar como proposici6n de
~os .tderclos dde] Rlo~ mlemb~os presentes, la objeción deI Reichsrat queda superada si el uoa fracci6n deI Reichstag. Para el caso en que no haya acuerdo entre el Reichsrat
reSI ente e elch no dispone un referéndum. y el Gobierno sobre un proyecto de ley de éste, tiene el Reichsrat un derecho indepen-
293
Elementos aristocráticos en 1115 Constituciones modernas
292 E1 elemento polftico de la Constituci6n moderna
.;n Nézard I pâgs 234 Y sigs.) y también en la práctica
cliente de propuesta: el Gobiemo está entonces obligado a llevar aI Rekhstag la pro- de amb as Cámaras (E sm~.- " ' , 1 J"R XV
'enen lugar acuerdos de confianza o desconfianza deI Senado (K v, Hippe, o 'J ,
puesta deI Reichsrat.
Para las leyes monetarias existe, según el art. 85, 2, C. a., un derecho de coope-
~927, pág. 180). Sobre e! Senado y ~isolución, pág .. 290. . '1 e! .
En e! Reich alemán la exigenCla de un Goblerno parlamentano ten:a so o sen
ración de1 Reichsrat en condiciones de igualdad, en cuanto que el Rdchstag 5610 puede tido de una dependencia del Gobierno respecto de la confianza d~ Relchstag. ~ l~
acOrdar elevación de gastos y reducción de ingresos en e1 presupuesto presentado por de reforma de la Constitución de 28 de octubre de 1918. de:e~rrunaba por eso: «
e1 Gobierno con la anuencia deI Reichsrat. Este derecho de asentir (a diferencia de un Canciller necesita de la confianza deI Reichs/ag para d ejel"ClC10 de su cargo», por
simple derecho de objeción) es aplicable, según la recta interpretación, a todas las . ali d 1. ml'sma ley' «EI CancilIer y sus representantes soo respon-
d contrarIO, se a e e n · 'EI 54 d la
leyes monetarias, y hace deI Reíchsrat una segunda Cámara para este importante campo. sllbles por el ejercicio de su cargo ante d Bundesra/ ! el Relchsra/,.~ art. e
Sin embargo, no puede prescindirse de que d Reichsrat s610 tiene aqui un derecho Consútución de Weimar habla de la confiaoza dei Relchstag; e1 Relchsrat no se toma
de codeterminación con el Gobierno, pero no contra él; que, además, ese derecho de en cuenta para esto. Los elementos de una segunda Cámara que se encuentran en la
codeterminación puede ser superado por un acuerdo de dos tercios de mayoría deI organización dd Bundesrat o de! Reichsra~ est~ basad~s tan sólo eo la estructura fe-
Reichstag {art. 85, 5; sobre la práctica de! art. 85, 4: Poetzsch, Jahrb. o. R., XIII, deral deI Reich, y no signifiCa0 un auténttco SIstema blcameral,
1925, pág. 221; Joh. Hecke!, AoR., nueva serie, 12 (l927), págs. 467-8).
V. La división de la facultad legislativa implíc.ita en e! sistema bica-
2. La Cámara alta (Cámara de sefiores, Senado, etc.), como Tribunal meral conduce a hacer incompatibIe el puesto d~ nu.embro. de una ~áfd";d
de justicia política. En algunas leyes constitucionales se fundamenta una con eI de miembro de la otra. En esta hay una lOevltabIe tncompatz z z
competeneia peculiar de la Cámara alta o Senado para procesos políticos,
(arriba, pág. 192).
siguiendo e! método inglés (que, entre tanro, ha perdido su objeto). La
Constituci6n de Weimar no conoce esta especie de justieia política a cargo
de un cuerpo legislativo (comp. arriba, § 12, lI, 5, pág. 144).
3. Cámara alta o Senado como «protectar de la Constitución», es de~
cir, Tribunal para conflictos constitucionales, como instancia para la deci~
si6n sobre la consti tucionalidad de leyes y decretos y para las lIamadas recla-
maciones constitucionales (comp. arriba, § 11, III, pág. 126).
En este se basa la instituci6n de un Sénat conservateur, que puede de~
clarar inconstitueionales las leyes y decretos -instituei6n característica de
las Constitudones deI Imperio francés; asl, las leyes constitucionales de!
afio VII (1799), XII (1802), de 14 de enero de 1852, articulas 26 y si-
guientes. En estas últimas prescripeiones se designa expresamente el Senado
como protecror de! pacto fundamental y de las libertades públicas (<<gar-
dien du pacte fondamenlal el des liberlés publiques»).
4. Cámara alia (Cámara de sefiores, Senado) y Gobierno parll1menta-
rio. Las dos Cámaras de! sistema bicameral forman, juntas, e! Parlamento.
En e! caso de una responsabilidad política deI Gobierno frente al Parlamento
debería de ser, pues, aquél dependiente de ambas Cámaras, fuera porque
cada Ma de ellas pudiera exigir por si esa responsabilidad, fuera por resul-
tar exigible una resoluci6n acorde de ambas Cámaras. En realidad, la evolu-
eión democrática ha lIevado a que la Cámara alta, o la correspondiente
a ella, pierda su inBujo y Ia dependenda respecto deI Parlamento se trans-
forme en una dependencia teSpecto de la Cámara baja (Cámara de Dipu-
tados).
En Ingta/erra eso se decidió en d siglo XIX; en Francia los Ministros soo, según el
ardculo 6 de la Ley constitucional de 25 de febrero de 1876, solidariamente respon-
sables ante las Cámaras (solidairemen/ responsables devan/ «le! Chambres»). La res-
ponsabilidad deI Gobierno frente al Parlamento es, en la prácúca, una responsabilidad
ante la Cámara de los Diputados, si bien en teoria se afirma la igualdad de facultades
§ 24
El sistema parlamentario 295
EL SISTEMA PARLAMENTARIO
ces suprimido a beneficio de un absolutismo dei Parlamento, y la demanda
de UD Gobiemo parlamentario se convertiria en una demanda puramente
democrática: dependencia de! Gobierno respeeto de la voluntad de la Repro-
sentación popular; eI Gobierno, simple comisión de la Representación p0-
pular, dei Parlamento; e! Parlamento, símple comisión dei Pueblo (arriba,
página 258).
2. Frente a la democratización deI concepto, eI pensamiento de la
distinción de poderes remite otra vez ai parlamentarismo de! Estado de
Derecho. Este pensamiento fue subrayado por R. RedsIob, Die parlamen-
tarische Regierung in ihr., wahren und in ihr., unechten Form, 1918, in-
fluyendo en los autores de la Constirución de Weimar. La esencia dei par-
lamentarismo «auténtico» residiria en que el Ejeru.tivo no es el instrumento
subordinado de la voIuntad de! Parlamento, sino que mantiene un equili-
brio entre ambos poderes. EI equilibrio se produce de diversos modos (por
la facultad gubernativa de disoIución, la posibilidad de poner en marcha
un referéndum, comp. e! esquema arriba, pág. 197). En todo caso, esta
concepción apunta a algo esencial. Pues eI sistema parlamentario no es una
consecuencia, una aplicaci6n dei principio democrático de la identidad, sino
1. c Pluralidad de sentidos de la palabra «parlamentarismo». que es la forma dei Gobierno propia de una Constirución moderna dei Es-
tado de Derecho. Descansa en un aprovecbamiento y mezcIa de elementos
Las denominaciones diversas YJ con frecuencia, usadas sin precisión y políticos distintos, e incluso contrapuestos. Utiliza construcciones monár-
en forma equivalente parlamentarismo, Gobierno parlamentario, Gobierno quicas para robustecer e! Eiecutivo, es decir, eI Gobierno, y contrapesarIo
responsable, Gobierno de partidos, Gobierno de mayorlas, etc., se refieren con el Parlamento; aplica las ideas aristocráticas para un cuerpo represen-
• diversas clases de relación entre e! Parlamento, es decir, e! cuerpo legis- tativo y, en algunos palses, también en e! sistema bicameral; utiliza con-
lativo, y e! Gobierno. Pera se refieren también a muy distintas clases de cepciones democráticas de! poder de decisi6n dei Pueblo, no representa?o,
dirección política, de ruling power. EI empleo de la palabra «Parlamento» sino votando directamente, sobre todo para transferir ai Pueblo en votaC1Ón
se explica por haberse convertido en modelo y esquema ideal situaciones ditecta la decisión en caso de conflicro entre Parlamento y Gobierno, con
constitucionales inglesas, con el Parlamento inglés como centro. Pero, por
lo que eI PuebIo aparece frente a uno y otro como eI tercero superior y
lo demás, pueden advertirse, a pesar dei modelo común, los mayores con-
trastes. Se presentan características diversas como la nota decisiva deI «par- como portador de! equilibrio. Este sistema lleva, pues, la mezcla típica. y
lamentarismo», y cuando una regulación de la ley constitucional h.bla con peculiar que ---<:omo antes (pág. 215) se mostr6-- corresponde a la esenCla
cualesquiera palabras de la dependencia dei Gobierno respecto ai Parlamen- dei Estado burgués de Derecho o, aI menos, a su perfección. No es una
to, de «responsabilidad» o «confianza», estas palabras tienen un sentido por forma política independiente, ni forma política especial propiamente dic~a,
completo distinto en los diversos Palses y épocas. ni forma dei Gobierno. Pera es un sistema de utilización y mezcla de dis-
1. En los Estados dei continente europeo comenzó a ensancharse en tintas formas de gobierno y legisIación en servicio de un equilibrio delicado.
eI sigla XIX la influencia política de la Representación popular electiva,
frente ai Gobierno monárquico. EI Parlamento, como órgano legislativo, El puoto de vista de R. Smend, según el cual el parlamentarismo es una forma
trataba de extender su poder más allá de! terreno de la legislación, sea me- poUtica especial, 5610 puedo seguido eo tanto que d sistema parI~entario significa un
equilibrio y relativización de elementos politico-formales, caracteristlco d~l Es!ado bur-
diante la extensión de un «concepto formal de ley» (arriba, pág. 152), sea, gués de Derecho. EI sistema parlamentario puede aparecer como algo ,dmármco .~ P?"
mediante un control de la actividad dei gobierno; pera, sobre todo, por nerse cn contraste con lo estático, porque trata de realizar aquel delicado equtl~brlo
una influencia decisiva en la determinación de las personalidades recreras de elementos políticos; pero no es eo el sentido de una cosa dinámica como canuene,
de la política. De aqui surgió la idea de que e! Parlamentarismo represen- en cuanto «integraci6n» de la unidad política, un principio. forma~ especial. ~re~te a
taba un dominio dei Parlamento, es decir, de la Representación popular, atros principios formales de Estado. Lo espedfico está eo la vmculac16n y eqUllibno de
sobre el Gobierno. EI principio de la distinción de poderes quedaria enton- diversos elementos formales en servido de los principios deI Estado burgués de Dere-
cbo y de la integraci6n de la burguesia en el Estado monárquito (arriba, pág•. 207, 208).
294
296 El demento polftico de la Constituci6n moderna 297
El sistema parlamentario

Este sistema de un equilíbrio delicado de formas politicas, en que se mente sino que forman un sistema total elástico; pera su distinción es ne-
aprovechan, unos junto a otros, el punto de vista de Ia ldentidad tanto cesari~ para entender el parlamentarismo en general! y. sobre todclla regu-
como el de la representación, elementos estructurales tanto monárquicos lación de la Constitución de Weimar, sumamente dihcil y poco ara.
como aristocráticos y democráticos, corresponde eo modo singular a Ias
tendencias políticas de la burguesia liberal y dei Estado burgués de Dere- lI. Los fundamentos ideales dei sistema parlamentario.
cho. Mediante la mezcla y el equilibrio evita todo absolutismo, sea de la
Monarquía, de la Democracia o dei Parlamento mismo, es decir, de una Tanto las singularidades. de I~ re~ulació~ const.itucional en concreto,
Aristocracia u Oligarquía. En esta se funda su específica conexión eoo el como también la peculiar unlón, históflca y sIStemática, de Estado bu~gués
Estado burgués de Derecho, y con esta se corresponde también la situación de Derecho y sistema parIamentario, han de ente~derse tan sólo atendiendo
política dei portador de esa idea de Estado de Derecho: la burguesia libe- a los fundamentos y justificación ideales de ese SIstema ..
rai. Es, pues, eI sistema político dei Estado burgués de Derecho y adolece 1. La si!uación histórica. En los .E.stados dei contl~ente europeo,. so-
tan sólo de la falta de que es propio de esa idea dei Estado de Derecho bre todo en Prancia y A1emania, eXlgleron y esta~Iecleron los partldo.s
el querer soslayar la última, inevitable decisión y consecuencia política de democráticos en Iucha contra un Gobierno monárqwco, la «parlamentafl'
los principias político-formales. Es también completamente lógico que ese zación dei Gobierno» como programa. En Inglate~ra se desarrolló eI Go-
sistema sea considerado como un requisito más de un Estado «libre» a afia- bierno parIamentario de Gabinete en t.ransforma,:,ones suaves. a base d,
dir a las otras notas de una organización de Estado de Derecho; y un gran diversos precedentes y sin un plan conSCIente, medIante la relaclón dei Par·
conocedor de la Teoría constitucional como Esmein (I, pág. 210) dice: lamento con una dinasda que el ParIament~ hab!a lIama~o ai tron~. Er
«EI Gobierno parIamentario es, en Europa, la forma casi única de la com- Prancia y en A1emania no era posible renuncIar a u?a finalidad conscl~nte
pleta Iibertad política y un sistema admirable.» Desde eI punto de vista dei Aqui eI Gobierno monárquico terna todavía en e! SIgla XIX un poder .mde
Estado burgués de Derecho es, en efecto, admirable. Sólo eI contrapeso pen&ente fundado en e! ejército y la burocracia, y requ~ria ser o?ligadc
recíproco de todos los elementos formales completa eI elemento de Estado por una revolución de la burguesía a limitar y, por. úI~lmo, declinar s~
de Derecho de la Constitución moderna y Ie protege, en tanto ello es posi- dominio. Por eso era necesario aquí un programa de prmclp!O~ y una teor!,
ble, de las consecuencias y posibilidades de aplicación con que eI elemento política dei sistema parIamentario. EI lIamad.o «parIam~ntarlSmo» no eí:
político le amenaza constantemente. Se disuelve el carácter unitaria de ese
elemento político, y se Ie quita la posibilidad de un absolutismo a los dis-
:r
simple práctica y antecedente, sino una doctrma y una Idea. ant? por ,
diversidad de! carácter nacional coma por la diversidad de la sltuacló~ p.olí
tintos elementos formales contrapesados y mezclados. tica resulta que si eI parlamentarismo inglés pudo ser e! modelo pracUco
3. En relación con eI aprovechamiento de los diversos elementos po- hay' que buscar la justificación ideal, sin embargo, en los re~resentdte.
lítico-formales pueclen realizarse, mediante el sistema parlamentario, diver- de la burguesia liberal francesa y alemana. Sólo mucho despues, en SI
sas especie de dirección política (de! ruling power, de la determinación de glo xx cuando se hubo olvidado la verdadera lucha, pudo d~clfse de! ~ar.la
la politique générale, o de las Richtlinien der Politik). Cuando predomina menta;ismo en Alemania que se trata de una «regia de )uego» pr ctlc·
e! elemento monárquico y eI pensamiento de la representación de la unidad (Max Weber). A la burguesia francesa o alemana de 1815 a 1870 le ~e~ot
política por un único hombre, puede eI sistema parlamentario dejar abierta taba eso algo más que regIas de juego y análogos métodos de re at.'v, a,
la posibilidad dei sistema presidencial, en que e! Jefe deI Estado, e! jefe conocida. Esa burguesía tomó en seria e! parlamentarismo como slStem
dei Ejecutivo, participa con independencia en la dirección política. Cuando político y le dio una fundamentación ideal, sin la que no sería. comprer
predomina e! pensamiento aristocrático u oligárquico de un dominio de! sible ni' en Sll totalidad, ni en sus diversas instituciones y no:maoones. edi
Parlamento aparece como sistema parlamentario en sentido estrieto, en que EI remitirse ai modelo inglés siguió siendo, por su senClII;~, un m '
la mayoría dei cuerpo legislativo tiene la dirección política y determina la probatorio extendido y apreciado, y sustituyó en muchos politllt~ y ~ór.
Imea directriz de la política. Pera puede ocurrir también que el jefe de esa cos entonces como todavía hoy, ai pensamiento y a la teoria po tlca. ere
mayor!a parlamentaria tenga la dirección política, y entonces nos hallamos a ~esar de aque! modelo inglés, se.llegó a ~ ~istema conscien~e, por~~
ante un sistema de Premier en eI cuaI vuelve a realizarse una forma fuerte la situación tanto política como históflco-espmtual, en e! condtmente 'ó
de la representación. Por último, es concebible que no sea eI jefe de par- '
ropeo era completamente di stmta
. que en Ia IS
. Ia m . fun amentaCl
. glesa ' La P
tido y Presidente dei Consejo de Ministros quien tenga la dirección política, sistemática independiente se desarrolló, tanto en A1emaru~ como en r~
sino el propio Consejo de Ministros, que en tal caso suele ser un Ministerio cia en la época de 1815 a 1848. Este período debe conSlderarse como
de coalición formado por distintos partidos; esto debe designarse como sis- ép~ca clásica de la idea parlarnentaria. En los representantes de la bu~gu~s~
tema de Gabinete. Estas cuatro subdivisiones del sistema parIamentario francesa, eI pensamiento aparece con mayor fuerza y c:"áct~r prlr'~p,
resultarán de la exposición histórica que sigue. No se exduyen recíproca- que en A1emania, como puede explicarse, sin más, por la Sltuacl6n po tlc<
298
EI demente politko de la Constituci6n moderna
E1 sistema parlamentario 299
int~rna de .Ios d~s palses. En Francia, la burguesia liberal poseedora e ins-
~u1a se VIQ obhgada, tras las experiencias revolucionarias y napoleónicas Brumario de Luis Bonaparte (1852), las condiciones político-intemas y sociales de Fran-
es e 1815 hasta 1830,.a. un~ lucha contra eI principio monárquico y con: cia, y se burló de los partidos burgueses que «huyeron de la única forma posible de
tra la res~a~;ac16n, ~e vIelas ldeas e instituciones. Tenía que darse cuenta reunir su fuerza, de la más poderosa y perfecta forma de su dominio de clase, la Repú-
de su poSlClon pobuca. De 1830 a 1848 se realizó pues en Francia bajo blica constitucional, hacia la forma más subordinada, imperiecta y débil de la Monar-
quIa». Fr, J, Stahl dice en sus lecciones sobre los partidos en la Iglesia y el Estado
~a ~~;rqula burguesa ~~ Luis Felipe, y en Bélgica co~ la Consti;ución (explicadas 1850-1857, publicadas en 1863), deI partido liberal: «5ólo cuando comienza
.e . ' uo sIstema pohuco que para muchos, entre eilas uo sabia espe~ a realizarse positivamente el pensamiento de la soberanfa popular, a ocupar eI podeI
c!alIsta como Lorenz von Stein, era el tipo ideal deI Estado bur é . todo e! Pueblo por igual sin que dentro deI Pueblo una clase se encuentre sometida f
tema eo I li' . . gu S, 518-
I qUI; a pecu ar SltuaClón Intermedia de la burguesia liberal --entre la autoridad de las otras, abandona ese pensamiento e invoca eI poder de la clase medi~
a MonarqUIa v~nclda y la !,ujante Democracia radical, y ya en parte prole- tan s610, de los acomodados, de los ilustrados, es decir, de s1 mismo. Igualmente afirm~
tana- se re~eJaba en eI .Ideal de la moderación política y de un 'uste- el partido liberal el pensamiento de la igualdad contra los nobles, contra todos 10l
,,!zlzeu. Tamblen aqu~lIos IIberales que tenÍan un ideal de Constitució~ dis- estarDentos como tales, porque no puede ofrerer ninguna articulación orgánica desde 11
~n~o li ue la J\;IonarqUla.burguesa de Francia o la Constirución belga de 1831 base de la revoludón. S610 que cuando la igualdad ha de ser positivamente practicad:
o ,0 o Gnelst, por e]emplo, eoo 5US puntos de vista de Administració~ y la clase de los desheredados ha de tener los mismos derechos que a, abandon:
entonces el pensamiento, y hace una distindón polItico-jurídica a favor de los acomo
iutonoma y Est,a?o de Derecho, partÍan siempre, sin embargo, de que sólo dados, Quiere el censo para la representad6n, cauciones para la prensa, deja 5610 a lo:
dOS partidos polltIcos moderados podÍan tomarse en cuenta como portadores elegDJltes en el sa16n, y no garantiza al pobre los honores y cortesfas que al rico. Lc:
~ un .~arlamentarismo auténtico. Por eso ve Gneist eI valor de la Admi- que caracteriza la posid6n de partido de los liberales es la ejecuci6n a medias de lo.
mstr~clOn autónoma precisamente en eI hecho de que produce una tal mo- principios de la Revoluci6n.» La comprensi6n general sistemática de Ia burguesia libe
deraclón (Englzschr; Verfassungsgeschichte, pág. 672). ral se encuentra en la exposici6n de la Restauración y Revolución de julio, hech:
EI contr~ste, clta~O ~on ~r7cuencia, entre Liberalismo y Democracia se por Stein (Der Begri/l der Gesellschaft, ed. de Gottfried Salomon, t. I, pág. 498)
dle~ra d'qUl en ~u slgmficaclOn decisiva como contraste de los principios Stein trató de esclarecer las contradicciones de ese sistema a base de la general con
e , . sta o burgues de Derecho frente a las consecuencias de un princi io tradictoriedad de todo 10 viviente, y creyó posible, en último término, una armorua
pobuco-formaI. La burguesÍa liberal se encontraba entre la MonarquÍa ~b­ Su cuadro muestra con tanta claridad las contradicdones y equilíbrios, que debe citars.
l.~uti.y la pUjante Democracia proletaria. Todos los que han observado eI aqui con detalle: Mientras que el principio constitucional de! Estado burgués reco
noce e1 poder personal (de un Rey), corresponde a ese poder la eseneia de lo persona
I. era IS':'O. burgué~, sea considerándolo cientíiicamente desde un punto de de la voluntad independiente y dei acto independiente. Por e1 contrario, cuando el Re:
v1s:a .obJet1v~, o Juzgando como políticos eon un criterio conservador o se hace simple tenedor dei poder que ejerdta y todo acto queda dependiendo deI asen
socIalista radIcal, repara.ron en esa posición intermedia e hicieron de eUa timiento de su Ministerio, se le priva de ese elemento personal independiente. Mien
bade ~ara .sus ~onstrucclOnes. EI afio crítico de 1848 mostró muy aI des- tras que a la realeza --o al poder independiente en cualquier otra forma- se le exig·
nu o a SltuaClÓn. Frente a las pretensiones políticas de una Monar uÍa que se encuentre colocada por endma de los partídos de la sodedad, dirija sus lucha
fuerte: ,la burguesÍa hada valer los derechos deI Parlamento, de la Re~re­ y evite la demasia de las mismas, se la sitúa por encima de la Representaci6n popula
Sentacl~n popular: es decir, reclam~ciones democráticas; frente a una De- como elemento independiente de la comunidad por su concepto y su alta nUsión; ruar
mocraCia proletam buscaba protecclón en un fuerte Gobierno monárquico do, por el contrario, se determine legalmente que d Rey sólo debe ejecutat la volunta,
para .salvar l~ hbertad burguesa y la propiedad privada. Frente a Monar ula de la mayoda, se hace de él un instrumento de aquellos elementos de la sociedad qu
b ArIStOc~aCla apeIaba a los principios de Iibertad e igualdad' frente a ~na
puedan ganar esa mayorfa. En tanto que la realeza es presentada como 10 absolutament
inviolable y como la fuente de todos los poderes deI Estado, quita 11 la RepresentaciÓ"
d eiocracl~ de ma~as, pequeno-burguesa o proletaria, al c~;ácter sagrado popular el derecho de corregir el abuso deI poder, que en cada cua! puede producirse
e a propledad prIvada y a un concepto de ley propio deI Estado de De- porque su inviolabilidad hace que Ia violaci6n deI derecho no sea tal violación; e
recho. tanto que se hace a! Rey jurar la Constitución y reconocerla como un derecho deI PU(
bIo, se pone la inviolabilidad de la carona frente a la otra inviolabilidad de la Canst
heuL:oren~ von $~ein diee ~n la introducción a su Socialismus und Communismus des tución; un derecho que es inviolable y cuya violación, sin embargo, no puede ser perse
ttgen rankrelch, aparecido en 1848 Leipzig Y Viena pág 36· L b f guida como violadón de un derecho para quien la lleva a cabo. Esta piedra angula
disg stan do dI' ..' , . . a urgues a se va
e u.. poco a poc~ e pnnclplo de Ia revolución, «$ólo que no se deja uno de la Constitución «constitucional» es de hecho, por no decir una contradicción absc
n?g::;ar por í esta: E~e dlSgusto es completamente negativo. No quiere nada concreto luta, un pensamiento absolutamente indescifrado, Ningún ingenio humano es lo b81
1 ,ona~qu a, nI Dlctadura, ni República -sólo quiere que no haya inseguridad d~ tante agudo para solucionar de modo comprensible ese contraste y obtener un Umit
d~r:l:~a~~~~, La Monarqu~a ~e parece e1 germen de una nueva revolución. La Dieta- jurídico que no contenga contradicdón ninguna.»
Carl M ~rtad: ~a Repubhca, o carece de fuerza O es Aristocracia: no la quiere»)
de os arx escnbló en una se~ie. de artículos sobre Ia lucha de dases en Franda 2. La posición intermedia de la burguesÍa liberal se basa en dos di:
1848 a 1850 (en la Neue Rhelnlsche Zeitung), y en el artículo sobre e1 Dieciocho tintos supuestos: la instrucción y la propiedad. Ambos juntos hacen posibl
y sostienen el sistema parlamentario. Cuando dejan de coincidir históric<
300 EI elemento poHtico de la Constitución moderna El sistema parlamentario 301

mente y se separan, decae la artística construcci6n de un equilibrio delicado representaeión nacional e! carácter de una comisión de los que tienen un
y de la mezela de formas políticas. Cada una de las dos condiciones lIeva determinado interés. En esta condici6n no es independiente; está ligado
a consecuencias distintas desde el punto de vista de la Teoría constitucio- a la voluntad de los interesados. EI Parlamento, como titular dei derecho a
nal; ambas son potenciadas en la Constitución de! Estado burgués de De- consentir tributos y a aprobar el presupuesto, actúa como representación
recho. de intereses, y no sólo como Representaeión nacional. La burgue,sía propie-
a) .. La ínstrucci6n es una cualidad personal y, por ello, susceptible de taria apelaba a la justicia de! postulado de que quien paga el tributo debe
ser uuhzada en e! siste~a de una Representaci6n. EI Parlamento burgués también consentirlo y controlar su aplicaci6n. De eso tenía que resultar,
deI sigla XIX es, por la Idea a que responde, una asamblea de hombres ilus- en tanto dominaban las concepciones burguesas de propiedad privada e in-
trad?:, que representan ilustraci6n. y razón: la ilustraci6n y razón de la dividuaI, un sufragio censatario en que la altura deI censo puede ser diver-
NaclOn ,entera. EI con~epto. de Nacl6n es también un concepto de instruc- » sa, pero en que aparece como algo justo y evidente que s610 e! que paga
Clon. Solo un pueblo mstrUldo, en e! sentido de cualidades como voluntad impuestos y tributos debe estar representado en e! Parlamento, y a la
humana y coneiencia de sí mismo, es una Naci6n; pera no lo es un pueblo inversa: quien no está representado en eI Parlamento, tampoco ha de pres-
por c?mpleto desprovisto de instrucción y, por lo tanto, carente también tar impuestos y tributos. EI postulado a que se acogieron I.s colonias ingle-
de Historla .. E! Parlamento es una representaci6n general de la Naci6n, sas de América en su Declaración de independencia, en eI siglo XVIII, y
frase expreSlva que e! Barón von Stein emple6 muy deliberadamente en que también es considerado como un axioma por un liberal como Burke,
su último escrito de 24 de febrero de 1809. Los representantes dei Estado dice: «Ningún tributo sin representaci6m> (expresado en la terminología
burgués de Derecho y de los derechos deI Parlamento no se dieron bien anglosajona, que no distingue Vertretung de Repriisentatíon: no taxatíon
cuenta: hasta entrada la segunda mitad de! siglo XIX, de! significado de esa wíthout representatíon). Cuando una Corporaeión no representa ya, en e!
condíclón, «EI requisito más importante para todos los representantes es sentido dei Derecho público, sino que representa intereses, los intereses
fo:mación de! espíritu, pu,.s s610 el hombre instruido es capaz de distinguir no representados tendrán que hacerse valer de alguna manera, sea legal o no
cUidadosamente entre su mterés personal y el interés de la totalidad y de legal. La lógica dei principio democrático se h!zo irrebatiblc; 7 logró, en .eI
subordinar aquéL> ' curso de! siglo XIX, ai menos para la Cámara baJa, una extenSlOn dei sufraglO
universal y la supresión dei sufragio censatario. EI Parlamento ces6 de ser
As{, Bluntschli, Das Vo1k und der Souverân, 1831, pág. 62; además, Allgemeines representante de una determinada inst~ucci6n. Se ~onvirti6, e~ garte~ e~
Staatsrecht, I, pág. 432, sobre el dominio de las «cIases medias instruidas». Hegel, en
comisi6n de intereses; en parte, en medio de expreslón de la oplmon publi-
el escrito sobre los estamentos de Württemberg, Abhandlungen zur Politik und Rechts-
philosophie, ed. de Lasson, pág. 219: «Para representantes deI Pueblo no dehen ser ca, cayendo así en una dependencia funcional respecto de sus electores.
tomados los primeros que de su seno se hallen aI paso, sino los más sabios, porque Se convirti6 en lo que se ha dicho deI Parlamento inglés de los últimos
aquél (el Pueblo) no sabe, pero éstos (los representantes) deben saberIo cuál es su decenios: una símple máquina registradora entre Cuerpo e!ectoral y Ga-
voluntad verdadera y efectiva, esto es, qué 1e conviene.» Sobre Gneist e~mp. la cita binete.
obajo, pág. 302. G. Waitz dice (Grundtüge der Politik, 1862, pág. 64): EI sufragio c) En la medida en que la burguesia condujo la lucha política s610
por. eenso puede «ser un medio de designar la posici6n exterior como condici6n para bajo e! punto de vista de su interés econ6mico, y desap~rec!ó la fe. en ~I
la lndependencía e instrueci6n. Pero ha de afeetar siempre a la clase media, no 5610 carácter representativo, pudo contentarse también con eJercltar eI mfluJo
a los ricos». Según Guizot, que veIa en las classes mayennes burguesas e1 verdadero político que necesitaba, con ayuda de su poder econ6mico, arreglándose
Soporte de la vida poHtica, eI Parlamento hace concurrir en un punto las partículas
con los más distintos gobiernos: bonapartismo, Monarquía constitucional ai
de raz6n diseminadas en el Pueblo, llevándolas asI a la esfera de lo público. Todo
el palhas político de Guizot, representante típico de un Liberalismo burgués, está en estilo alemán y República democrática, en tanto que no amenazó a la pro-
su fe en el Parlamento como representaci6n de la Razón' también se basa en eso su piedad privada y no puso en peligro e! influjo de los intereses económicos
~istoire des origines du gouvernement représentatij en Europe, 1851. Muy decisivo, dentro de la representación popular. Así se explica e! notable fen6meno
19ualmente~ Renan en L'avenir de la Science: «La opini6n de la mayorfa no tiene de que desde 1848 no se haya aportado una fundamentación sis.temática
dere,c~ a Imponerse cuando esa mayorfa no representa la r8ZÓn y Ia opini6n ilustrada. ideal de! sistema parlamentaria, y que hoy parezca como algo anucuado y
El .umco soberano de Derecho divino es la Raron.» La fe en Justicia y normatividad a lo Biedermeier -Richard Thoma llega a deeir «enmohecidOl>-. Des-
raclonales (pág. 202) condene precisamente la fe en la instrllcci6n. de 1848 la argumentación se hace en Francia, en parte, automática y con-
vencionai; en parte, escépticamente resignada. En Alemania, el pensamiento
b) L~ propiedad no es una cualidad que pueda ser representada. Por de los teóricos liberales de significación va en eI sentido de que eI parIa·
eI c~mtrano, P?eden. representarse los tntereses de los propietarias. El su- mentarismo inserta la sociedad en e! Estado (según Gneist, s610 a base de
f:a?lO censatano cUlda de que esa representación de intereses tenga efec- una acertada Administración aut6noma, Englische Verfassungsgeschichte.
uVldad. Pera con eso, e! Parlamento recibe, junto a la cualidad de una página 673) y da lugar «a que los contrastes sociales trabaien en una con·
302
El elemento político de la Constituci6n moderna E1 sistema parlarnentario 303
denda común». Es ya una manifestaci6n dei pensamiento que Uev6 a crear nuevas formas de representaci6n nacional, pensamiento que Se senda
R. ;S~end a tr~tar el ~~rlamentarismo en sentido especial como una forma como problema de la «elecdón de jefe». Casi siempre se hizo referenda al
pohtl~a de la lllte~raclOn (arriba, pág. 295). Sin embargo, Gneist habla modelo inglés, fundamentando la exigencia de un gobierno parlamentario
toda~la de elases. znstrutdas y acomodadas aI pedir una inserción de la en que, según las experiencias hechas en Inglaterra, el Parlamento formaba
«socledad»
h (por. ejemplo Der Rechtstaat pág 155) Y para I
J J . ,
' 'd ad en
a actlVI una élite política. La idea y sentimiento específicamente Iiberales y propios
c~rgos onerarIas, que, según él, es fundamento y supuesto de toda inser de! Estado burgués de Derecho ceden, así, su puesto a una unión de Demo-
d'
8

CIÔ deb toman en c?nsideración tan sólo la instrucción burguesa y la pro- cracia y reforma social. Con esta ya no se puede esclarecer lo peculiar de!
pIe a . urguesa., ASI, pues,. cuando el Parlamento integra, en realidad en sistema parlamentario. Pues eI Parlamento cesa de ser ya representante de
un sentIdo espeCIfico, la umdad política de todo e! Pueblo lo hace baj: los la unidad política; se convierte en un exponente de los intereses y dispo-
s??ue~os y a base de aquellos conceptos burgueses de pr~piedad e instruc- sición de ánimo de masas de electores, y el pensamiento de una selección
CI0~ dmuy cuestlonable que el mismo sistema de integración sirva para
un sta o con masas industriales de trabajadores.
de directores políticos no justifica ya un Parlamento por unos centenares de
funcionarias de partido, sino que lIeva a buscar una dirección política ba-
ILa otra .argumentaci?n, más política, apartada en Alemania a favor deI sada directamente en la confianza de las masas. Si se logra encontrar un
k ar amentansmo despues de 1848, está especialmente representada por
tal caudillaje, se habrá creado una nueva representación lIena de vigor .
.. von Mohl. Parte de que e! dualismo existente en la Monarquía constitu- Pera entonces es una representación contra eI Parlamento, cuya pretensión
cIonal de AI~manIa entre Representación popular y Gobierno, es imposible tradicional de ser una representación habría concluido.
Como SltUacI,on permanente y tiene que ser decidido una vez, porque con- 3. EI Parlamento dei Estado burgués de Derecho es, según la idea que
~u~e afi continuas conll.ictos. Cierto. que eI dualismo podría también ceder la informa, un lugar en donde se realiza una discusión pública de las opi-
, ene ~1O de. un dom~nIo dei goblerno monárquico; pero para Mohl esto niones políticas. Mayoría y minorÍa, partido dei Gobierno y oposición, bus-
solo sena poslble. ~n vIas de la :orrupción. Por eso, para él no queda más can el acuerdo acertado discutiendo argumentos y contraargumentos. En
que la otra po.slblhdad: u~ goblerno parlamentario (Das Repriisentativsys- tanto que e! Parlamento representa la instrucción y razón nacional y reúne
tem,. seme Mangel und dze Hetlmitte!, Cartas políticas escritas en 1850 en sí toda la inte!ectualidad de! pueblo, puede surgir una discusión autén-
tU~.lcadas en las Monographien zum Staatsrecht Volkerrecht und Politik' tica, es decir, aparecer en discursos y contestaciones públicas la auténtica
.;: I~ga, 1860, págs. 347 y sigs., sobre todo pág . 395). EI punto de par: voluntad de todo eI Pueblo, como una volonté générale. EI Pueblo mismo
ti a . e ese pensamle,nto es por completo derto; el dualismo conduce a no puede discutir -ésta es, según Montesquieu, la gran desventaja de la
conlllctos, d y los conlhctos .han de ser decididos . Pera Ia deCISIOO
.. , recae de Democracia-; sólo puede aclamar, elegir y decir Sí o No a las cuestiones
otro ~m.o o y no tao sencllIa. y teoréticaI?ente como se imaginara Mohl. que se le propongan. Tampoco e! Ejecutivo debe discutir; debe actúar, eje-
{:'s exltos I abrumadores de Blsmarck decldieron la cuestión contra e! go- cutar leyes o tomar medidas que sean exigibles por la sitúación de las cosas;
lerno p~r ament~r1o. y a favor de la Monarquía; mantuvieron en pie la no puede emitir una norma general razonable, dominada por la idea de la
~onarqUla c,?nstJtuclOnal de estilo alemán durante media sigla todavía justicia, una Ley en e! sentido deI Estado de Derecho. En eI punto media
consecuencla de ello, desde e1 afio 1866 no hubo ya AI .. . entre el Pueblo: los métodos de una Democracia directa, y e! Gobierno:
f 'd I ' I' en emama nmguna
uedte I eo. ogla par amentana. EI gobierno monárquico había realizado la poder de! Estado apoyado en milicia y burocracia, la superioridad de! Par-
~n.l ad naclo~al eo, lucha contra el Parlamento; frente a esa aportación 0- lamento burgués se basa en que es el lugar de una discusión razonable. EI
IItJca no p~~la abr.lrse paso e! pensamiento de que el Parlamento podia ~er absolutismo monárquico es simple poder y mando, arbitrio y despotismo;
representaclon
yd ,. nacIOnal
'" ai
en mayor medida que e! rey . Los p artl'dos liberes la Democracia directa es eI dominio de una masa impulsada por pasiones
b emocra~lcos ~egwan eXIglendo uo gobierno parlamentario, pero le falta- e intereses; es, como dice e! liberal Burke y cita con vivo aplauso elliberal
a a su e~lgencla la fu~rza que se manifiesta eo uo sistema mental cerrado Bluntschli (Allgem. Staatsrecht, I, pág. 315), «Ia cosa más desvergonzada
6' ~on.vilicldo. En los IIberales alemanes posteriores, que se designan tam- de! mundo». Entre ambas y sobre ambas se encuentra, como verdadero
~~n In stJntamente. ~omo democratas, Federico Naumann, Max Weber y punto media, e! Parlamento, que encuentra en la discusión pública la ver-
go Preuss, es deCISIvo, eo par:c eI pensamiento de que hay que insertar dad razonable y la norma justa. La discusión es lo humano, lo pacífico, lo
en el Estado una ?ueva clas~ socIal; ,e1 proletariado; aquí se traslada a una progresivo, lo contrario de toda especie de dictadura y poder. Ese parIa·
nueva clase e! ~etodo de mtegraclon liberal-burgués específico, e! Parla- mentarismo liberal se apoya en la concepción de! universo con arreglo a la
rnciflto , descood<?c!cndo su estructura ideal, que está esencialmente determi- cual pueden allanarse pacífica y justamente, por media de una discusi6n
na ,a por con lClOnes como instrucción y propiedad. Pero por otra parte racional, todos los contrastes y conflictos imaginables, de que se puede ha·
actúa en aquellos demócratas el reconocimiento político d; que era precis~ blar acerca de todo y ocuparse de todo.
304 EJ elemento poUtico de la Constituci6n moderna El sistema parlamentario 305

EI parlamentarismo suele, por eso, designarse con raz6n como government by «dis- delegar sus facu1tades, porque es representante y no funcionaria; porque adapta medi-
cussion»; campo Car! Schmitt, Geistesgeschich/liche Lage de! Parlamentarismus, pági- das en cuanto escenario de la discusión pública y no como una simple oficina de ges-
nas 43, 57, 61, 62; además, Carlos Marx, Der 18. Brumaire de! Louis Bonaparte: «EI tión de negocias. Para la ejecución de medidas serían lícitos y necesarios, claro está,
régimen parlamentario vive de la ruscusión. ,C6mo puede prohibirse la discusión? Toda 6rganos auxiliares, Pero el contraste de Ley, en el sentido dei Estado de Derecho,
institudón social se transforma aqui eo pensamiento general, es tratada como pensa- y medida, se muestra también aqui en su significación fundamental.
miento.» Sobre la distinción entre la discusi6n auténtica, racional, ilustrada, y e1 trato
de negocios y representaci6n de intereses, campo Schmitt, ob. cit., pág. 9. 2. EI Diputado concreto tiene, asimismo, carácter representativo.
a) Es independiente de sus electores, no está ligado a mandatos ni
UI. Consecuencias dei pensamiento fundamental dei sistema porla- instrucciones (art. 21).
mentario. b) Tiene plena inviolabilidad para todas las manifestaciones que haga
en e1 ejercicio de su cargo (art. 36, C. a.).
1. EI Pa~l~mento represe'!t~ a toda la nación como tal y emite por
ello, en ~scuslOn y acuerdo publIcas, leyes, es decir, normas generales, ra- Esta inviolabilidad no la tiene como un tribuno de la plebe, que por razones polí-
zonables, Justas, que determinan y regulan toda la vida estatal. ticas sea declarado inmune. Antes bien, actúa aquí la idea deI Diputado como un
a) Lo· publicidad de las deliberaciones es eI nervio de todo eI sistema. hombre ilustrado, colocado por encima de los intereses contrapuestos, independiente y
Se garantiza mediante prescripciones de la Ley constitucional. Artículo 29, libre de egoísmo, que, para poder discutir con libertad, necesita y merece esa situacl6n,
C. a.: «EI Reichstag delibera públicamente.» Todas las deliberaciones se La garantia de su libertad de discurso presupone que, en realidad, pueda hablar libre-
imprimidn y publicarán, porque son públicas. «Los informes verldicos acer- mente, a saber: desde una posición propia, con independencia de mandatos e instruc-
clones, y de cualesquiera influjos que pongan en pe1igro su libertad, Un delegado con
ca de las deliberaciones en sesiones públicas quedan exceptuados de toda
responsabilidad» (art. 30, C. a.). instrucciones, o un representante de intereses retribuido, no merece tal libertad de
discurso; basta para su protección que le afecte también a él la consideraci6n general
b) La protecci6n de los diputados frente a procedimientos penales y dei Derecho penal de la gesti6n de intereses legítimos (§ 193 dei C6d. penal).
limitaciones de la libertad personal (art. 37, C. a.) es un derecho dei Pat-
l~mento como totalidad, no dei diputado individual. También este privile- c) EI diputado no puede hacerse representar en eI ejercicio de su
glO es sólo una de tantas consecuencias dei carácter representativo dei Par- mandato, mientras que en el caso de un representante de intereses no se
lamento. Las ocasiones hist6ricas que dieron lugar a esa posici6n privile- ve por qué no ha de poder ser destituido o sustituido en todo momento
giada (prisiones arbitrarias de diputados por los Monarcas) no son, por si por quien le comision6, o por qué no ha de poder servirse de cualesquiera
solas) explicación bastante para tan asombroso privilegio. personas auxiliares y subrepresentantes.
c) Los Comisiones dei Parlamento sirven sólo a la preparación téc- d) Una persona que por su posición en la vida sea dependiente o se
nica exterior; más aliá de eso) no pueden tener significación de ninguna encuentre inserta en una determinada orgaruzación, no podrá ser diputado.
especie y contradicen a la esencia dei Parlamento como Asamblea que re- En e110 estriba -junto a razones de división de poderes o de organización
suelve a base de la discusi6n pública. federal; arriba, pág. 192- una razón para ciertas incompatibilidades que
se encuentran en e1 Dcrecho político de muchos Estados, sobre tódo por lo
Bluntschli, A!lg, Staatsrecht, 1) pág, 488, enumera entre las diversidades que sepa- que se re6ere a funcionarios y clérigos. Otra raz6n de tales incompatibili-
ran al principio estamental de la Edad Media deI moderno principio representativo:
Los estamentos formaban Comisiones permanentes, «EI Estado moderno no conoce,
dades está en que eI Parlamento debe ser eI soporte de toda la vida polí-
por regia general, más que la asamblea de! Cuerpo representativo misma; s610 una tica, siendo el diputado, por lo tanto, esencialmente, un político, mientras
asamblea plena y pública puede representar ai Pueblo.» que eI funcionario debe ser neutral en cuanto a la política dei partido. La
Constituci6n de Weimar lo reconoce expresamente en e1 art. 130, pero
d) Una transferencia de la facultad legislativa dei Parlamento a Co- al mismo tiempo favorece a los diputados funcionarias, en eI art. 39 (per-
misiones o ai Gobierno, la delegaci6n y autorizaci6n para emitir leyes, son miso a los diputados que son funcionarios).
rnadmisibles e inconciliables con una consciencia certera dei significado de EI diputado no deberla recibir pago por eI ejercicio de su mandato, ni
la opini6n pública. de sus electores ni dei Estado, teniendo, pues, que ejercitar su cargo de
manera honororia y recibiendo s610 la compensaci6n de sus desembolsos.
Bluntsch1i, en su citada enumeración de las diferencias dei principio estamental y Esta exigencia corresponde al ideal que se formó eI liberalismo burgués,
eI moderna principia representativo, ob. cit" pág, 485: La representación persanal (de tanto dei diputado como dei cargo honorario.
Derecho privado) es posible en la representaóón estamental, pera, por e! contrario,
en las Cámaras, s610 en tanto que se encuentre dispuesta «respecta deI Todo», EI Bluntschli enumera en su ojeada, ya referida, sobre las diferencias deI pnnCJplO
Diputado individual no puede hacerse representar; la Cámara como totalidad, no puede estamental y dd representativo, pág, 486: Los diputados de los estamentos eran respon·

,
.
306 EI elemento polftico de la Constitución moderna 307
El sistema parlamentario
sables ante sus comitentes, que les pagan con dietas; e1 diputado es 5610 responsable
ante el Estado, y recibe de la Hacienda pública las dietas exigibles. EI art. 32, a. C. a., sino negoeiaeiones; la discusión oral sirve aqui a la finalidad ~e un ~álculo
determinaba: «Los miembros deI Reichstag no recibirán como tales ningún sueldo ni recíproco de la agrupación de fuerzas e intereses_ EI pnvileglO de libertad
indemnizaci6n.» Según la interpretación dominante en la práctica y en la teoría (Mohl, de discurso (inviolabilidad) perdió con esta sus supuestos,
Laband, Zorn Y. desde la segunda edíci6n de su Comentario, también M. Seydel), la b) Desaparece la publicidad, La Asamblea pública en !,~eno no es ya
prohibición se referfa a sueldos e indemnizaciones tanto de recursos públicos como eI lugar en que, a base de la dis~sión pública, surge la ,declslón, ~I Pa~I~­
privados, Por la ley del Reich de 21 de mayo de 1906, § 1 IGac" pág, 467), se cambió menta se convierte en una espeCle de autorldad que deCIde en dehb~raClon
esa prescripdón: «Los miembros dei Reichstag no podrán obtener como tales sue1do secreta y que anuneia eI resultado dei acuerd? en forma _de votaclón en
ninguno. Reciben una indemnizaci6n eon arreglo a la ley,» Los diputados deI Reichstag
recibieron billete de libre circulaci6n en los ferrocarriles desde 1873 (en la delibera-
una sesión pública; a la votaeión prec,eden, sell':'n una prácuca ,que proc~~e
ci6n acerca deI suplemento exigible al Gobierno para indemnizaci6n de los ferrocarriles de otras épocas discursos de los distmtos parudos, Los reduCldos comltes
privados -ley de 18 de febrero de 1874, Gae., pág. 15-, el diputado Sonnemann en que surge d~ hecho la resolueión no son siempre Comisione~ dei ~arla­
declar6 que la concesi6n era anticonstitucional). La Constituci6n de Weimar determina mento mismo sino conferencias de jefes de partido, conversaClOoes mter-
en e1 artículo 40: «Los miembros deI Reichstag tendrán derecho a libre circulación fraccionales d~ carácter confidencial, conversaciones eoo los comitentes de
en todos los ferrocarriles alemanes, así como a indemnizaci6n con arregl0 a una ley deI los partidos, eoo las asociaciones de intereses, etc. .
Reich.» En Francia se introdujo ya durante la gran Revoluci6n una indemnización c) Desaparece el carácter representativo dei Parlamento y dei ,d:putado_
(indel11nité) de los diputados, pagada por la Caja deI Estado (art. 68 de la Constitución Por lo tanto, eI Parlamento no es ya el lugar en que recae la declslón polí-
deI afio IH, 1795). Por eI contrario, de 1817 a 1848 (en la época clásica deI constituo
tica, Las deeisiones eseneiales son adaptadas fuera dei Parlamento, El Par-
cionalismo) se considerá inconstitucional que eI diputado recibiera una indemnizaci6n
por su actividad. Desde 1875 reciben, tanto los diputados como los senadores, una
lamento actúa, pues, como oficina para una transformaci6n técnica en d
suma fija anual como indemnización. Los diputados ingleses no recibieron dietas has- aparato de autoridad dei Estado,
ta 1911; los Tribunales ingleses consideraron también ilícito el pago de los represen-
tantes deI partido laborista por las Cajas de los sindicatos. S610 desde 1911 reciben
los diputados una suma fija (400 libras anuales) de la Caja deI Estado. Concediéndose
los miembros deI Parlamento, por media de una ley, ingresos fijos, puede quedar ase-
gurada su independencia frente a los comitentes. Pera si, al mismo tiempo, subsiste a
pesar de todo en la reaUdad práctica la dependencia respecto de organizaciones de
intereses, y el diputado sigue apareciendo como un representante aI servido de intere-
ses, incluso como e1 representante de asociaciones de intereses econ6micos, síndicos y
secretarias en el Parlamento, entonces se Ilega a la situaci6n de que el Estado paga
todavia a los grupos de intereses econ6micos sus valedores, y, además, regala a sus
abogados y agentes eon el privilegio de libre circulaci6n eo todos los ferrocarriles.

3, Desaparieión de los supuestos ideales dei parlamentarismo en la


Democracia actual.
a) Desaparece la discusi6n, EI Parlamento, en la mayor parte de los
Estados, no es ya hoy (la Cámara francesa de los Diputados puede ser en
algunos casos una excepción mencionable) un lugar de controversia racional
donde existe la posibilidad de que una parte de los diputados convenza a
la otra y el acuerdo de la Asamblea pública en pleno sea el resultado dei
debate, Antes bien, las organizaeiones sólidas de partido forman una repre-
sentación siempre presente de dertos sectores de las masas electorales. La
posieión dei diputado se encuentra fijada por eI partido; la coaccÍón dei
grupo es una práctica dei parlamentarismo actual, sin que tengan significa-
dóo: diversas apariencias. Las fracciones se enfrentan unas con otras con
una fuerza rigurosamen te calculada por el número de manda tos; una dis-
cusión pública parlamentaria no puede cambiar nada en su actitud de inte-
rés o de clase, Las negoeiaeiones en eI seno dei Parlamento, o fuera dei
Parlamento, eo las llamadas conferencias interfraccionales, no son discusión,
§ 25 Desarrollo dei sistema parlamentario 309

OJEADA HISTORICA SOBRE EL DESARROLLO llevó, naturalmente, a 5U Gabinete a miembros dd partido que le habia llevado ai
DEL SISTEMA PARLAMENTARIO trono. S610 en 1695 coincide por completo d Gabinete de partido eoo la mayoda
parlamentaria. Por esta raz6n designa Hasbach, Die parlamentarische KabineUsregie-
run" 1919, pág. 45, ese afio de 1695 como la «fecha de nacimiento dei primer Gabi-
nete». En los afios 1700 y 1701 vuelve a adquirir fuerza en d Parlamento d otro
partido, los Tories, y el Rey tom6 en 5U Gabinete miembros de este partido. En tanto
que puede verse aqui por primera vez la dependencia deI Gabinete respecto deI partido
que accidentalmente domine en d Parlamento, y una especie de turno entre partido deI
Gobiemo y de la oposici6n -alternative government-, pueden también designarse
esos afios como d comienzo dei Gobierno parlamentario. Sin embargo, conserva eI Rey
la facultad de nombrar y separar libremente a los miembros dei Gabinete. Toma parte
en todas las reuniones de! Gabinete, lo preside y marca las directrices de la política.
Desde 1715 cambia esta, ya que Jorge I no particip6 ya en las reuniones deI Gabinete,
porque al decir no entendIa inglés, pero en realidad (comp. Michael, Zeitschr. jür Po--
litile, 1913, t. 6, págs. 577 y sig.), porque su interés hacia los asuntos políticos de In-
glaterra no era grande, y sus sentimientos eran, por completo, de Príncipe dector ale-
mán; su inB.uencia práctica no le parecIa lo bastante significativa para participar en las
reuniones. David Hume escribe en sus artículos, aparecidos en 1742, que la anuencia
dd Rey era «poco más que una iormalidad ... EI Gobierno sigue siendo, sio embargo,
un Gobierno regio; jurídicamente conserva eI Rey (como hasta eI dfa de hoy) todas
las iacultades de poder deI Gobiemo, y s610 está obligado a ejercitarlas mediante sus
Ministros. Anson formula esta diciendo: antes gobernaba e! Rey a través de los Minis-
r. Datos. más importantes dei proceso histórico en Inglaterra (govern- tros; abora gobiernan los Ministros a través dd Rey.
ment b~ part/es, respons/ble government, alternative government, gobierno Durante todo e! sigla XVIII, la dependencia parlamentaria dei Gabinete no estuvo
de Gabmete). en modo alguno absolutamente consolidada. Walpole se resisti6 todavía en 1741 a la
exigencia de retirarse. S610 en 1782 tiene lugar un cambio solidario de todo el Gabinete.
1. Partiendo de la Corte deI Rey, de la Curia regis se desarrolló desde e1 si. E1 sistema de Premier propiamente clicho, 5egún e! cua! forma Gabinete eI lider dei
glo XIII, aiia~iendo diputados de distritos de Condado y I ciudades, e1 Gran Canseio partido mayoritario como Presidente dei Consejo de Ministros con miembros deI par-
(c",eat Counctl), que se dividi6 en una Cámara alta (House of Lords), y una Cámara tido, no fue formulado de este modo expreso hasta 1803, con Pitt. Durante todo el
baJa (House 01 Commons), es decir, Cámara de las Comunidades (de los Condados sigla XVIII sigue también abierta la cuesti6n de qué parte dd Parlamento es la decisiva
coa derecho e1ecteral, manchas electorales, etc.), arriba, pág. 286. Fue de significación para la formaci6n dei Gabinete, si la Cámara alta o la baja. S610 en el curso de! si-
para, el proceso de la Cámara baja el que la noblez8 inferior, los caballeros, a dife- gla XIX se lleg6 aI resultado de que todo Gabinete que recibiera una censura, una decla-
rencl~ de la alta nobleza, se reunia ahí con representantes de la burguesia, esto es de raci6n de desconfianza o una desaprobaci6n, tiene que, o retirarse, o intentar crear una
las cluclades. • oueva mayoría por la disoluci6n de la Cámara baja y la convocatoria de nuevas elec-
Por otra parte, se forma, dentro deI Gran Consejo, un Canseio más reducido de dones. También la práctica de la disoluci6n deI Parlamento y de Ias nuevas eIecciones
g~ntes de la co~a~a dei Rey, el Consejo secreto de Estado o Gabinete (Privy Coun-
se determin6 en el siglo XIX; y desde 1867 apareci6 el punto de vista de que un Co-
Clt). Las denonunaclones no son siempre coincidentes, ni mucho menos está formal-
bierno que se proponga realizar innovaciones decisivas tiene que buscar, mediante
mente ~jada la. significaci6n jurfdico-polftica. Cuando la realeza inglesa se aproxim6 al una nueva e!ecci6n, la anuencia de los dectares.
Absolutls.mo (SiglO XVI) Y en la época de los Estuardos, e1 Gabinete era muy semejante
aI ConseJo de un Rey absoluto. EI Rey convocaba a los núembros de ese Gabinete En el resultado fina! hasta ahora de ese proceso histórico, el Parlamento
a su bue? entender. No existia una dependencia respecto de ambas Cámaras de! Parla- se ha convertido en simple expresi6n de la opinión pública. Depende, pues,
mento, 01 tampoco era reclamada. de esa opini6n pública; el Gabinete puede establecer, frente a! Parlamento,
El desarrollo deI gobierno parlamentario de Gabinete propiamente dicho comienza un contacto directo con la opini6n pública, disolviéndolo por rea! decreto
cuando se hace valer e1 postulado de una coincidencia polItica de Gobierno y Parla- y provocando una deeisi6n dei Cuerpo electora!. As!, según Anson, la facu1-
mento '! pas~. a s~gundo término los métodos judiciales de la responsabilidad política tad de derribar eI Gabinete ha pasado, dei Rey, a la Cámara baja, y de
(acusac16n mmIsterJal por la Cámara baja; enjuiciamiento por la Cámara alta como Tri- éste, a! Pueblo, es deeir, a los electores.
bunal de Justicia politica, llamado impeachment). El postulado de que Gabinete y 2. Para enjuieiar este proceso política y jurídico-políticamente hay que
Pa.rl~ento necesitan coincidir se desarrolla por 10 pronto, sin plan y sin conciencia observar que la Cámara baja, parte decisiva dei Parlamento a este respecto,
pnnClP:U, con Ia subida al trono de los Orange. Por eso se designa e! afio 1689 como
el COmIenzo deI desarrollo deI parlamentarismo, porque el nuevo Rey, Guillermo III,
ha sido en los distintos siglos -<le 1700 hasta eI día de hoy- una Asam-
blea de significaei6n política y soeia! distinta por completo.
308
Desarrollo dei sistema parlamentario 311
310 El elemento poUtico de la Constituci6n moderna
rista independiente (Independent Labour Party). Con él surgió u,: nuevo
Hasta la reforma electoral de 1830, la Cámara baja estaba también com- elemento social, incluso uo auténtico contraste de clases en potencla; ade-
puesta en lo esencial por dos partidos de la clase dominante: los Tories más se destruyó eI símple sistema de dos partidos con su cambio alterno
y Whigs, constituyendo una Asamblea de tonalidad nobiliaria dentro dei de partido de la mayoría (o de! Gobierno) y partido de la oposición. Las
sistema medieval, una House of Commons. Condados, burgos, corporacio- e!ecciones de diciembre 1923 (elecciones de la aduana protectora) lIeva-
nes, manchas electarales, teoían uo derto derecho electaral, debido eoo ron a un sistema de tres partidos: conservador, liberal y laborista, y a la
frecuencia a raras casualidades históricas. La reforma electoral de 1832 su- formación de un Gobierno laborista (Macclonald). Las elecciones de 29 de
prime e! derecho electoral de la mayor parte de los pequenos municipios octubre 1924 suprimieron provisionalmente esta situación; eI partido con-
en que el noble o la Carona hab!an designado sencillamente sus candidatos, servador aleanzó mayor!a absoluta en la Cámara baja; por lo tanto, eI nuevo
y daba parte en e! derecho e!ectoral a la propiedad burguesa (propietarios Gobierno vue!ve a corresponder a la rradición dei sistema de dos partidos.
de inmuebles, poseedores de casa, industriales). EI número de los e!ectores No puede, sin embargo, olvidarse que ese resultado electoral de 1924 se
subió de media millón a un millón. Junto a los todavia numerosos nobles, debe a un sistema electoral que permite grandes desproporciones entre e1
los abogados determinaban también ahora e! tipo de! diputado. Sin embar- número de mandatos y las cifras de electores. En eI cuerpo e1ectoral mismo,
go, todavia no era la Cámara baja una Representación popular en eI sentido el sistema de tres partidos no se ha conmovido aún en manera alguna J.
de la Democracia moderna; eI sufragio era aún público; e! diputado, perso- 3. De este proceso inglés no puede dedueirse un concepto sólido de
na de respetabilidad y, casi siempre, independiente de sus e!ectores. Claro Gobierno parlamentario. Se da ah! una serie de precedentes que, según la
que pronto se dio a conocer un importante síntoma: que un Parlamento situación política, son interpretados de diversos modos, y de los cu;iles no
fue obligado por los electores a desaparecer. Desde los anos 50, la depen- puede decirse más sino que, en general durante eI sigla XIX se conslderaba
dencia de la opinión pública se consideró postulado fundamental. La refor- como lo adecuado un Parlamento soberano, estando, por e! contrario, la
ma electoral de 1867 (Disraeli) dia también eI derecho electoral a las clases dirección política en e! Gabinete, y la deci~i6n política, en los e!ect~res. En
inferiores de las ciudades (eI número de electores subió a dos y media mi- los diversos estadias de ese proceso surgleron, tanto de autores Ingleses
1I0nes); en 1884, los trabajadores dei campo (ahora unos cinco millones como de otros, diversas construcciones, esquematizaciones, idealizaciones e
de electores); según ambas leyes, teruan derecho a voto aquellos hombres interpretaeiones deI parlamentarismo inglés, que han servido ~ la burguesia
mayores de edad que pagaran por su domicilio un determinado alquiler (en liberal dei continente europeo para la lucha contra eI absolutIsmo dei prín-
e! caso tipo, 10 libras esterlinas). Sólo en 1885 se fue hacia una moderna cipe. Montesquieu construyó en e! sigla XVIII -por lo demás, co,: pl7"a
división territorial dei sufragio, y en la Guerra, por la ley de 6 de febrero conciencia de la inexactitud histórica y política- e! ideal de la ConStItuC1ón
de 1918, se hizo eI sufragio universal y democrático en e! sentido de que
todos los hombres de más de veintiún afios y, además, las mujeres indepen-
1 Sobre el «falso exponente» de la voluntad de los electores en e1 sistema de distri-
clientes, desde los treinta anos, teoÍao derecho electaraI, sin atención a la tos unipersonales: K. Loewenst~in: Minderhei!sregierunr. in Grossbritannien, Annalen
propiedad inmueble o ai domicilio. Por eso, también los «partidos» deI des Deutschen Reiches, 1925, pags. 61, 52 Y SlgS. Las cifras son:
Parlamento significan algo distinto en las diversas épocas. Hasta eI afio 1832
son, en eseoeia, dos partidos dentro de la clase superior dominante, que 1924 1923
se encuentran separados entre si por diferencias políticas y otras divergen- Número total de electores ... ... ... .,. 19.949.000 19.174.000
cias de opinión, diversidades tales como propiedad inmueble o posesión Votos emitidos ........ , ............. " 16.120.735 14.186.000
de capital, pera no por una contraposición social más profunda. La distin- Conservadores ... ... ... ... o.. ... ... .. . 7.385.139 5.360.000
ción de T ories y W higs se generaliza entonces para convertirse en distinción Laboristas ... .. o ... ... ... .. o ••• .. . 5.487.620 4.348.000
Liberale, ............... '" ........ . 2.982563 4.252.000
entre conservadores y Iiberales, que, por lo pronto, no significa tampoco
un contraste de clase propiamente dicho, sino que es relativizado por la Mandatos
evidente unidad cerrada de la Nación, que comprende a ambos partidos, Conservadores ... ... .., ... ... ... '" 413 258
representando asi tan sólo divergencias de opinión, pera no una agrupación Laboristas ........... , ... 0 __ . . . . .. 151 193
de amigos y enemigos. Hasta que no se formó un partido nacional irlandés Liberale............... , ........ . 40 158
Otros ... " ......... , .. , ...... '" ." 5 6
e hizo una obstrucción, no surgió un contraste y una heterogeneidad autén-
tica. Sin embargo, ese partido no era lo bastante fuerte para romper e! La Asociaci6n pro representaci6n proporcional (Proportional Rep,resentation Sacie-
sistema de los dos partidos, liberal y conservador, dando ingreso a un ter- ty) da la cuenta (Loewenstein, pág. 54) de que los conservadores obttenen un mandato
cer partido de significación pareja. Además fue eliminado con la formación por cada 20.000 votos; los laboristas, .uno por ca9a 39.?00, y los liberales, por el con-
trario, uno por cada 90.000. En ESCOCla los labonstas tJenen más votos que los conser-
de un Estado Iibre irlandés (Tratado de 6 de diciembre de 1921). Un ter- vadores, Y. sm embargo, alcanzan diez mandatos menos, etc.
cer partido en sentido pleno, sólo apareció desde 1900 con eI partido labo-
312 El elemento polftico de la Constituci6n moderna Desarrollo deI sistema parlamentario 313

. eao d~visión d,e poderes, a base ~e las situaciones constitucionales inglesas volver al viejo sistema de los dos partidos con simples mayorías parIamen-
(Esprtt des 100S, XI, 6). En realIdad, había una estrecha vinculación entre tarias.
Goblerno ,Y Pa:lamento; as!, pues, lo contrario de una «división». EI mismo b) De! sistéma de los dos partidos resulta como segundo supuesto:
~O?tesqUleu c~ta ya dos notas esenciales de ese sistema, si bien en un lugar homogeneidad de la mayoría y dei Gabinete.
disunto aI capitulo ."1 dei libra XI, que se ha hecho célebre, a saber (li- c) Los partidos son partidos de caudillo en manos de políticos presti-
bro XIX, 27): el sIstema de los dos partidos y e! deber deI monarca de giosos, leaders a quienes siguen, y que se encuentran en situación de deter-
tomar SU~ ~ ministr,Os dei partido dominante, eoo lo que, de otra parte, la minar bajo su propia responsabilidad las directrices de la política y formar
construcclOn de! sIste.ma d.e ~os dos .partido~ era ya una gran simplificación, un Ministerio homogéneo de miembros dei partido. Así se explica la soli.
porque ,eon frecuencla exlstlan varlOS parudos, transiciones y caaliciones. daridad de todo e! Gabinete: todos los ministros se retiran cuando se retira
En el, ~lglo XIX se entendió eao frecueneia d Gohierno parlamentario, es- e! Primer Ministro. Tan pronto como, en lugar deI jde político, se coloca
q~emat1camente, como una suhordinación del Gobierno aI Parlamento un aparato burocratizado de partido, coo empleados, secretarias, subvencio-
ffilentras que, según el sistema inglés de Primer Ministro éste conduce b nes invisibles, etc., el Ministro, como todo miembro del Partido, es más
o menos dependiente, es exponente de una organización, y ya no caudillo,
mayoría parlamentaria, y eI Parlamento puede ser disuelt; cuando se niega
por lo cual tampoco se encuentra en condiciones de aceptar una responsa-
a segUlrle. Desde 1867! .\0 decisivo como portador de la opinión pública no bilidad política.
es. y~ el Parl~mento, .smo e! cuerpo electoral. EI Gabinete (e! Consejo de d) Las elecdones son unipersonales. Cada distrito electoral e!ige un
MI?I~tros, .mas reducldo, den~r~ .de~ Ministerio, siempre mayor) dirige la candidato por mayoría relativa sin empate. De aqui puede resultar una des-
polmca y eJerce e! derecho de ImClaUva de la ley. Por último e! Parlamento
proporción notable entre e! número de electores y e! de mandatos, como en
e~ t~davÍ~, tan s?l? e! ~Íncul.o .entre cuerpo electoral y Gobie~no, y no tiene la antes citada elección de octubre 1924. La e!ección unipersonal hace po-
m dlrecclOn polIuca, m decISlón política en los casos de conf\icto.
sible una relación directa de! cuerpo electoral con un jde reconocido. Tam-
4. Frente.a la idealización y simplificación de! parlamentarismo inglés bién cuando la elección se orienta en cuestiones objetivas, como proteccio-
y frente a l?s mtento~ de ImitarIa, también en el continente europeo des- nismo o libre-cambio, es siempre eficaz una re!ación personal con un caudiUo
:acados sabIaS y escntores han acentuado los supuestos de ese sistema
mgIés. que puede ser aclamado mediante la elección. EI sistema de representación
proporcional elimina, por e! contrario, la re!ación personal; e! poder de Ia
Pr.l Stahl, Parteienlehre, págs. 144 y sigs.; Lothar Bucher, Der Parlamentaris- organización de partido se hace más fuerte; los partidos presentan Ias listas
de candidatos, de Ias que sólo algunos nombres conocen los e!ectores, y e!
mus, 2., ed., pág. ;44; J. Bart?élemy, L'introduction du régime parlementaire en Fran-
ce,. ParIs, .1904, pags. 146 y Slgs.; Schmoller, en su Anuario, 19l7, t. 41, págs. 1.123 elector vota por un partido, y una lista o, según la concepcióo optimista
y SlgS.;. Ench Kaufmann, en su artículo Die Regierungsbildung im Reich und in Preus- (arriba, pág. 323), por una idea; se toman en consideración ampliamente
sen, Dle Westmark, 1921, págs. 208 y sigs. las minorías y partidos desperdigados. EI derecho e!ectoral inglés se man-
tiene, por esto, en e! postulado de la e!ección unipersonal, a pesar de aqueUa
EI decto de tales caracterfzaciones, sin duda ciertas, es pequeno en ge- notal1le desproporción entre e! número de e!ectores y de mandatos. En este
neral, porque el Parlamento .mglés se convirtió, en el sigla XIX, para una sistema e!ectoral es también posible controlar el cambio de la opinión pú·
gun parte de la burguesía lIberaI, en un cuadro místico con lo cual no blica por media de elecciones parciales, mientras que en e! sistema de re-
s~ preocupaba de Ia corrección y verdad histórica. Sin e~bargo, conviene presentación proporcional con listas de candidatos, no tienen lugar esa.
Cltar aquí brevemente algunos de los más importantes supuestos ideales e!ecciones y se pierde un importante sÍntoma para determinar la opiniór
de! parlamentarismo inglés: pública.
a) EI primer? d~ esos supuestos es un sistema de dos partidos. EI jde e) Los partidos lo son en eI sentido auténtico de la palabra, esta es
de! parudo mayorIt~rIo forma elo Gabinete; si pierde la mayoría, recae sobre formaciones basadas en la libre recluta, no organizaciones sólidas de masa:
e! Jde. de! otro partIdo, deI parudo de oposición, la formación de Gabinete. ligadas por intereses o por la clase. La contraposición de los partidos n,
Este sImple turno de m~yorÍa y minoría, Gobierno y oposición, cesa cuanela debe ser, en ningún sentido, absoluta, ni romper nunca e! marco de la uni
aparec~ u~ tercer parudo fuerte y se requieren coaliciones para formar dad nacional y social. No es posible una discusión entre los partidos sin,
una ml~ona. Para un punto de vista extendido en Inglaterra es anormal en tanto se dan premisas comunes. Tampoco pueden tener lugar compro
un G?bI:rno de co~ción, y e! Gobierno de coalíción dei afio 1915, asÍ como misos de inteligencia y un leal turno de ambos partidos, si quieren aniqui
los sIgulentes, se JustIfican tan sólo por las condiciones especiales de la larse o suprimirse reciprocamente; han de conducirse, por el contrario, se
Guerra y la Postguerra. La sorprendente victoria de los conservadores en gún las regIas de un juego limpio. Pera este supuesto cesa tan pronto com'
octubre 1924 puede referirse a que eI Pueblo inglés tuviera eI deseo de se producen contra posiciones absolutas y se hacen decisivas para la volun
315
Desarrollo de! sistema parlamentario
314 El elemento político de la Constitución moderna
con que puede emplearse la palabra «responsabilidad», no fue resuelta, sino que acabó
tad deI partido diferencias confesionaIes, de cIase o nacionaIes. EI gran éxito con la caída de la Monarquia burguesa en la revolución. de 1848.. .
.3. También la Cons/ituci6n belga de 1831 se conSIdera ConStltuC1ón ~e ~na Mo-
de los conservadores en Ias eIecciones de octubre de 1924 se explica en gran narquia parlamentaria, aun cuando, a juzgar. por el text? de la Ley const~tu~0!1al, se
parte porque existía Ia necesidad de dar expresión clara, frente a un con- distingue poro de una Monarquia constitucIOnal de esti1~ ale~án: «La ~lstmc16n no
cepto socialista de clases, ai supuesto fundamental deI parlamentarismo in· está en la prescripci6n legal, sino en su aplicadón a la. vl~a publIca naclon~. Es una
gIés: Ia unidad política sobre base nacional. regia consuetudinaria, y vive en el esp!ritu de la ConstItucIÓnj la letra no dlce nad~»
(Errera, EI Derecho poli/ico deI reino de Bélgica, ed. alemana, 1909, pág . .58). S~gun
11. El proceso en Francia y Bélgica. La diferencia más importante de la regulación constitucional (arts. 63, 64), los Ministros son «fesponsables» y adquleren
ese proceso frente aI ingIés estriba en que eI sistema parlamentario recibe la responsabilidad mediante su refrendo en los a~t~s dei ~e~. Esto bastaba. como. base
ciertas fórmulas, y es fijado en Iey constitucional. La fijación no puede, sin legal para un sistema parlamentario. «Responsabilidad». s~gnifica aqui, a ~lfe.r~nCla de
embargo, abarcar Ia vida política. Por eso se desarrolIa en los Estados dei una responsabilldad que se haga efectiva en un procedinue?,to de ~orma ]UdiClal (acu~
sación de la Cámara de Diputados ante la Corte de casaelon, segun el art. 90), una
continente europeo, junto aI texto legal escrito) una práctica jurídico-polí. pe:o
dependencia política cuyos supuesros y efecto no estaban .regulados al detalle, de
tica que da su contenido a las fórmulas escritas y muestra cqmo, a pesar los que se seguía la necesidad de una coincidencia de GabInete y mayofÍa de la Camara
de la normacÍón constitucional, aparecen constantemente nuevas y pecu- y e1 deber deI Rey de formar un nuevo Ministedo «después de un voto de d~scon­
liares formas de ese sistema. fianza en un problema de alguna significación». asl como despué~ de un cambIO .de
opinión manifestado por e1 resultado de las elecciones. En 10 esencIal, es todo prácuca
1. Las Constitudones de la Revolución francesa no çanocen todavia eI Gobierno
consuetudinaria. . '
parlamentario. La Constitución deI afio 1789 se basa en el postulado de la separación 4. La Constituci6n francesa de 1848 creaba el cargo de. U? PreSIdente de Ia Rep~~
de poderes y se coloca en consciente oposici6n a un Gobierno parlamentario; igual, blica que debía ser independiente frente ai Parlamento. EXIgia e1 refrendo de los Mi~
la Constitución del afio II! (Constitución directoriaI, 1795). La Constüudón dei nistros para su aetividad oficial, pero al mismo tiempo decIarab~ «responsable» ai
ano VIII (1799) conoce, es derto, el refrendo de los actos de Gobierno por un Mi- Presidente de la República. De esta responsabilidad directa de! PresIde~t~ podfa dedu-
nistro, y establece que no existe incompatibilidad entre los cargos de Ministro y de cirse que tenra facultades políticas independientes, porque s610 ~sí recIbI~fa un conte-
diputado, de modo que es posible una estrecha conexión de Gobierno y Parlamento; nido su responsabilidad. Esta falta de c1aridad, muy. característica deI sIstema .parIa-
sin embargo, esas posibilidades y embocaduras consdtucionales para una Constituci6n mentario, condujo a vivas discusiones acerca de Ia medIda en que competia alo ~resldente
parlamentaria no pudieron rener desarrollo en e! absolutismo de! dominio napoleónico. la dirección de la política y qué significaba propiamente. su «resPo,?sabl~dad». La
2. Por e! contrario, con el final deI dominio napole6nico, 1815, surgi6 en seguida Asamblea nacional mantuvo la pretcnsión de dominar e! «slste,?a político», Invocando
un programa de! parlamentarismo, construido según el modelo inglés, cuyos heraldos que éste era lo propio de la esencia de un Gobierno parlamentar~o. Cuando la Asamblea
literarias fueron Chateaubriand y Benjamin Constant. La Carta de 1814 habla de una legislativa pronunció una censura contra los Ministros, el Pre~I~ente los ~eparó, pe:
responrabilidad de los Ministros en caso de alta traicíón y soborno, dando lugar así a · t,'empo que él era independiente en 5US declSlones políucas, porq
acentu6 al mlsmo 1 final' f aca
una responsabilidad s610 de forma judicial. La forma judicial es, sin embargo, inconci- era responsable. La interesante controversia no llegó hasta e , sm~ q~ ue 2 d-
liable con la eseneia del influjo político directa. Chareaubriand desarrolló en 1816 bada por e! golpe de Estado: Luis Napoleón disolvió la As:un~lea naCIon en.. e
los siguientes principios deI parlamentarismo: Ministerio unitario (sys/eme homogene) diciembre de 1851, aun cuando esa disolución estaba cons~1tucl0nalmente ?r?hlblda.
con responsabilidad solidaria ante la mayoría de la Cámara de los Diputados, porque Según la nueva Constitud6n, de 14 de enero de 18.52, sancIonada por pI~blsclto, Na~
ésta «es el órgano más importante de la opinión pública»; el Ministerio ha de asistir poleón lU era, primero como Presidente, después como ~mperador, el.duector de .I
a los debates de la Cámara y retirarse cuando no encuentre mayoría. La práctica de política de Franeia. La Constitución de 18.52 era pronuncIadament~ ant1P~r~an;t~n~ar~d
Luis XVIII tomaba en consideración la mayoría de la Câmara. Su sucesor, Carlos X, los Ministros sólo eran responsables ante el Jefe deI Estad~, no eXl~;ía so arI a.
fue derribado por la revolución de julio de 1830. Minísterio como un todo. Sin embargo, poco a poco fue~on rntroducIendose conceSIOnes
La Constirucíón de 1830 no contenfa ninguna nueva prescripcíón expresa sobre al Parlamento· por lo pronto se consintieron «mensa]es» deI Parlamento, como res-
la dependencia dei Gobierno respecto deI Parlamento, sino que se limitaba a reprodu- puesta al dis~rso deI trono q~e anualmente pronunciaba e~ ~mperador. En el ~~na~~
cir la Carta de 1814. Sin embargo, se desarrolló eI postulado de una consideraci6n consulto de 8 de septiembre de 1869 se dice: «Los Mmlstros de~nde~ s o
constante a la mayoría parlamentaria, y el Gobierno de Luis Felipe pasa por ser e1 Emperador. Son responsables. 5610 pueden ser acusados por el Sena o», ra~~s ~~:
ejemplo de una Monarquia parlamentaria. Esta no podfa evitar que se suscitaran vivas oscuridad es palmada. Poco antes de estallar Ia guerra de 1870 s~ :eeo~ocl e
Constitución de 21 de mayo de 1870 la plena responsabilidad dei ~nIsteno (art 19~
divergencie.s de opinión sobre las facultades dei Rey. Según Guizot, bastaba para d
Esto se consideró como introducdón de un Gobierno 'parlame~tarlo, dafE:a;ra~or'
d
parlamentarismo con que los Ministros fueran responsables, quedándole por lo clemás
aI Rey la posibilidad de poner en práctica su política, mientras que Thiers había ya, mismo tiempo se volvfa a acentuar la responsabilidad mdependiente e P .
en 1829, enunciado la fórmula que repitió en la Câmara en un célebre debate, 1846: el Emperador es «responsable ante el Pueblo franeés» (art. ~3). Tampo~o .~qu{ s~ ~­
<de roi regne e/ ne gouverne pas» , es decir, que e! Rey tiene que abstenerse de toda solvió la controversia; después de la derrota militar, e! Impeno fue supr1llll o en e
influencia objetiva en Ia política. La controversia, que es también de interés para septiembre de 1870.
la actual situación parlamentaria en Alemama, y que muestra la pluralidad de sentidos
316
EI elemento poUtico de la Constitución moderna Desarrollo deI sistema parlamentario 317
5. La Asamblea nacional francesa, que se reunió en 1871 design6 a Thi r de 1848 en la mayor parte de los Estados alemanes, o bien se fij6 por ley
Cheld u p ~UVOtr
. é '1 E ,e'para
ex CUll. ta, en realidad, un Presidente deI Consejo de Ministros
parlamentanamente responsable, ac~ua?a en eI Par1~mento. pero llevó a él una Ley,
constitucional la Monarquia constitucional (asi en Prusia), o bien se esta-
de 1.3 de. ~arzo d~ .187~, para sustltu!r la responsabIlidad presidencial directa por una bleci6 la responsabilidad ministerial por medio de adiciones o reformas allí
responsabthdad mlm~terta1. Este principio pas6 a las leyes constitucionales 'de 1875 donde habia ya «Constituciones». A pesar de ese éxito, e! movimiento re-
~ue prevén un PreSl~e?te ~e Ia Repú?lica elegido por una Asamblea nacional, per~ volucionario de 1848 no condujo a un Gobierno parlamentario. EI rey de
Ilgad~ aI, refrendo mInIstertal. EI Goblerno parlamentario está reconocido en la Le la Monarquia constitucional de estilo alemán eonservó la dirección política
constHuClonal
l'd . de 25 de febrero de 1875, ar'. • 6 con la, paIabras: « L es minIstres
.. sonty y no pudo ser desplazado de esa situación ni aun por las facultades de!
so I atremen! r~s?onsables devant les Chambres de la politique générale du GQUv~- Parlamento (cooperación en la obra legislativa y aprobación de! presupues-
n~'(ent et mdwlduellement de leurs actes personnels.» El Presidente es responsabIe to). Podia «remitirse a su poder político» cuando el Parlamento fallaba
~ o e~ el caso ~ alta traición. EI nombra y separa a los Ministros, tiene el derecho (Max von Seyde!). Fr. J. Stahl estableció la distinción entre Monarquia
e ,envIar mensaJes al Parlamento y puede pedir una segunda deliberación de la ley' e1
artIculo 5 de la Ley. constitucional de 25 de febrero de 1875 le da derecho de disoiver constitucional y parlamentaria (arriba, pág. 279). Los adversarios liberales
la Cámara de los Dlputados con anuenda deI Senado. Pera estas facultades deI Presi- de ese sistema 10 designaron como «seudoconstitucionalismo». Sin embargo,
de~t~ han perdid~ .su sig~i~caci6n, y no han hecho que d Presidente tenga un influjo en la literatura política alemana dei siglo XIX, s610 Roberto von Mohl ha
objetIvo en la Pottllque generale. De los cuatro Presidentes franceses dimitidos antes dd intentado justificar un gobierno parlamentario (arriba, pág. 302).
trans~urs~ de su período de elección -Mac Mahon, 1879; Grévy, 1887; Casimir Périer,
~895, Mlllerand, 192~, la mayor parte hubieron de dimitir porque parecia serles En Baviera, la Constituci6n estamental de 1818, que naturalmente no conocía nin-
tnsoportable la falta de influencia política de su puesto. guna responsabilidad ministerial ante los estamentos, fue completada por una ley
. Pero no. sólo eI Presidente, sino también e1 Ministerio mismo está limitado en la de 4 de junio de 1848, que introducía esa responsabilidad y prevenIa d refrendo de
l~dep~ndenc.la de su dirección política frente a la Cámara de los Diputados. En Fran. los Ministros para los actos de! Rey: «Un Ministro o un representante suyo que
Cla eXIste, SlO duda, una fuerte tendencia a manejar el gobierno parlamentario de ma- vulnere por aeciones u omisiones las leyes deI Estado, es responsable ante los esta~
nera. que la mayorfa de I? Cámara prescriba a los Ministros toda actitud de impor- mentos dei Imperio.» Los Ministros siguen siendo, sin embargo, los servidores deI
tancla, con lo que Ias declslones políticas han solido surgir en una Comisión deI Par- Rey y dependiendo de su confianza. La nueva responsabilidad introducida se reflere
lamento, que asi resuItaba ser, de hecho, un Ministerio. La norma constitucional no sólo a contravenciones legales, pero no a la direcci6n política como tal; está regulada
es, ,~ues, un esquema s6lido; gobierno parIamentario puede tanto significar dominio de manera que para hacer responsable aI Ministro por la vulneraci6n de las leyes del
polJtI~o. del ParIament~, como d~recci6n de la polftica por un Presidente deI Consejo Estado pueden acusarle las Cámaras ante un Tribunal de Estado (sobre esto, Seydel,
de Mintstros. La. polítIca de POIncaré, Presidente del Consejo, había sufrido una de- Bayer. Staatsrecht, 2: ed., I, 1896, págs. 517 y sigs.). Una ley bávara de 30 de marzo
rrota en l~s elecclones de 11 de mayo de 1924; e1 cuerpo e1ectoral se había declarado de 1850 regula d procedimiento de ese Tribunal. Sa;onia (§§ 141 y sigs. de la Cons-
contra POIncaré y ~ favor de los radicalsocialístas. Sin embargo, pudo Poincaré, sin ir titución, y ley de 3 de febrero de 1831) y Württenberg (cap. 10) establecen esa res-
a una nueva elecclón, formar en 23 de julio de 1926 un nuevo Gabinete que aun ponsabilidad de forma judicial s610 para las violaciones de la Constituci6nj Baden (ley
cuando tenía en su seno algunos radicales, estaba no obstante bajo su direcci6~ política; de 20 de febrero de 1868), para violaciones graves, conscientes o debidas a negligen~
como no temia presentar con mucha frecuenda la cuestión de Gabinete, pudo sacar cia, de la Constituci6n, o de derechos constitucionales reconocidos, o grave amenaza
adelante su volunta~ frente a una Cámara irresoluta y dividida en muchos partidos. de la segurídad y bienestar deI Estado. Esta última figura pasa ya al terreno de lo
Ta:opoco en .el goblerno parlamentario de Franeia basta, ni e! texto de la Ler consti- poUtiCOj pero eI procedimiento sigue siendo de forma judicial, y pierde con ello su
~uclO~al escnta, ni e! daro contenido de una s6lida práctica, para dar un sentido fuerza política.
lneq~1Vo:o aI co~cept~ de «gobierno parlamentario». Del hecho de que una regulad6n En Prusia, determinaba el art. 44 de la Constitución de 31 de enero de 1850:
c?nst1t~clonal qUlera lOtroducir un «gobierno parlamentario» no puede todavia dedu- «Todos los actos de gobiemo deI Rey necesitan para su validez el refrendo de un
clrse SI ;es e! Pr;-sidente de la. República, o el deI Consejo de Ministros, o Ia mayorIa Ministro, que, por e1lo, acepta la responsabilidad.» Esta se designa como responsabi-
de la Cámara qUlen traza las directrices de la politica. lidad política, en contraste eon la penal, pero no significa dependencia respecto dd Par-
lamento. EI Ministro sigue siendo el servidor deI Rey (art. 45). Cada una de las dos
UI. EI proceso en Alemania. Cámaras (Cámara de Senores y Cámara de Diputados) puede exigir la presencia de
los Ministros (art. 60); por acuerdo de una de las dos Cámaras pueden ser acusados
. 1: . Las Const~tuciones alemanas, desde 1815 a 1848, corresponden aI los Ministros «por eI delito de violaci6n de la Constituci6n, de sobomo o de traici6n»,
y por cierto, ante el Tribunal supremo de la Monarqufa. Pera los «casos de responsa-
prInCipio ~onárqUlco, como se expuso en e! Acta federal de Viena de 1815
bilidad», el procedimiento y la pena habian de ser regulados en una ley especial (ar-
Y,eI Acta fmal de Viena de 1820 (arriba, pág. 210). Los «estamentos» te- tículo 61, 2); como esa ley no se hizo, las Cámaras no podian ejercitar su facultad
nIan u~ der.echo de cooperación en la legislaci6n, y también e! derecho de de acusación, y la responsabilidad quedó privada de signmcación práctica (sobre esta,
consent1~ trIbutos, per~ no existía ninguna responsabilidad ni dependencia Bismarck en la Cámara de Diputados, el 22 de abril de 1862, informe estenográfico,
deI ~oblerno monár9ulco respecto de esos estamentos. Los ministros eran lI, pág. 952; e1 Alto Mensaje de 26 de mayo de 1863, en el mismo lugar, pág. 1.322).
servidores dei príncipe Y no otra cosa. A consecuencia de la Revolución Así, pues, aquí no se llev6 a la práctica siquiera la responsabilidad de forma judicial.
318 El elemento polftico de la Constituci6n moderna
Desarrollo deI sistema parlamentario 319
Hay que afiadir todavfa que todo 10 que se reflere aI poder de mando militar deI Rey
estaba exceptuado deI refrendo ministerial. El influjo político deI Parlamento en el go- Constituciones de la Monarquía constitucional. En eI Reichstag que discuti6
bierno 5610 podía hacerse dectivo mediante la negativa deI presupuesto y de los cré- la Constitución, fue rechazada la propu esta de Bennigsen, de aceptar la adi-
ditos. Tambi~n ese intento se malográ en e1 conBicto prusiano entre Cámara de Dipu- ción «Ia responsabilidad y eI procedimiento a seguir para hacerla efectiva
tadas y Goblerno en 1862 y 1866. La Câmara de Diputados negó su anuencia aI pre- serán regulados por una ley especial» (Informes estenográlicos, pág. 342).
supue~to> pera el Gobierno continuá sin él la gesti6n de los negocios y declará que Ia Bismarck veía la signilicación de aquel artículo 17 y su responsabilidad en
carenCla de presupuesto no era, en verdad, normal, pera tampaco inconstitucional, por-
que el cancilIer deI Reich, que primitivamente se concibió tan sólo como
que e~ ese pu~to había ,una «laguna en la Constituci6n». Esta «teorfa de las lagunas»,
sos[e~,da tamblén por BIsm,arck en las ~eliberaciones dei Landtag, fue aceptada por la «Subsecretario de Estado para los asuntos alemanes en e! Ministerio pru-
doctrma dei Derccho políuco cn Prusla y cn el Imperio después de la victoria de siano de! Exterion>, fue «desplazado hacia e! puesto de un ministro de!
Bismarck.; c?mp. Ans~hütz, en Meyer.Anschüt1., pág. 906: «S610 una cosa es segura: Reich con la dirección política». Max von Seydel deda en la primera edi-
la <;:OnstItucl6n no ~Ulere, no puede querer, que aI producirse la falta de presupuesto ción de su Comentario a la Constitución imperial, que aquelIa responsabilI-
se tnterrumpa la VIda dei Estado»; pero cuando no hay acuerdo entre los 6rganos dad de! cancilIer era una "frase»; pero en la segunda edición (1897, pá-
supremos d~1 Estado acerca deI presupuesto, «no hay aqui ya tanto una laguna en la gina 178) rectificó esa expresión, porque e! artículo 17 afecta menos a la
ley (es deCIr, en el texto constitucional) como una laguna en el Derecho, que no relación deI cancilIer con e! Parlamento que a su re!ación con el Emperador:
puede llenarse por media de ninguna cspecie de aperaciones conceptuales de Ia ciencia asegura aI cancilIer una independencia ministerial frente aI Emperador.
jurídica. El Derecho político cesa ahí .. Ia cuesti6n de c6mo haya de procederse a falta
Cuando partidos Iiberales y dem6cratas de! Reichstag alemán trataban de
de ley deI Estado, no es una cuesti6n jurfdica.» En realidad, se trata de la cuesti6n
de la soberania, cuya respuesta queda soslayada de ese modo. adquirir influencia en la política deI Gobierno imperial, podía oponerse
también a los más modestos intentos de «parlamentarización de! Gobierno
imperial» un especial argumento, que no entraba en juego para los diversos
4. Para el Imperio alemán de la Constitución bismarckiana de 16 de
Estados alemanes: la incompatibilidad de un Gobierno parlamentario con
abril de 1871, determina el artículo 17,2: «Las disposiciones y providen-
la estructura federal de! Imperio alemán. La «incompatibilIdad de parla-
cias del Emperador serán promulgadas en nombre de! Imperio, y requieren mentarismo y federalismo» se aduce con frecuencia como postulado de
para su validez e! refrendo de! CancilIer imperial, que, aI prestarlo, acepta validez general; e! que los Estados Unidos de América no conozcan tampoco
la responsabilidad.» EI cancilIer era, como ministro único, único sujeto de e! Gobierno parlamentario, parece confirmar la incompatibilidad (E. Kauf-
esa responsabilidad. La «responsabilidad» en sí misma no daba base a nin- mann, ob. cit., págs. 69/70). No tenemos que decidir aquí si en realidad
guna especie de gobierno parlamentario. EI derecho deI Reichstag a dirigir existe una incompatibilidad absoluta entre parlamentarismo y federalismo;
peticiones aI Bundesrat o aI CancilIer (art. 23, a. C. a.) no ofreda ningún realmente, lo que suprime la independencia estatal de los Estados miembros
Instrumento para una construcción de la «responsabilidad», y mucho me- no es e! parlamentarismo, sino la lógica de! principio democrático de iden-
nos e! derecho de interpelación y el derecho de dirigir comunicaciones aI tidad (pág. 327). Para e! Imperio alemán de la Constitución bismarckiana,
Emperador. Las últimas facultades citadas, que hubieran podido convertirse la incompatibilidad se consideraba en todo caso doctrina oliciaI. Una decla-
~or medio de la práctica y costumbre en medios elicaces de influencia polí- ración prusiana en e! Bundesrat, de 5 de abril de 1884, y un mensaje dei
tica fueron designados por la doctrina oliciosa de! Derecho político como Emperador alemán aI Reichstag, de 30 de noviembre de 1885 (Hirths
<<Seudoderechos», y puestos burlescamente en e! mismo plano que e! dere- Annalen des Deutschen Reiches, 1886, pág. 350), quieren demostrar que
cho «a saludar con un iviva! aI Emperador» (Laband, I, pág. 309). Tam- un Gobierno controlado por e! Parlamento elegido es inapropiado para la
poco determinadas maniEestaciones de conlianza o desconlianza deI Reichstag dirección de un pueblo grande, y especialmente peligroso para un Estado
(desde 1908) pasaban por «funciones jurídico-políticas». La cuestión de la federal basado en e! pacto. Mediante una parlamentarización de! Gobierno
responsabilidad deI cancilIer ante e! Reichstag estaba además embrolIada de! Imperio, e! Reichstag elegido por todo e! pueblo alemán hubiera adqui-
porque el tan complicado sistema de la distribución de comp~tencias entr~ rido un influjo decisivo en la dirección política, y e! Poder federal no hubie-
e! Reich y los Estados, se corregía en parte, pero en parte se complicaba ra sido ya un Poder de los Gobiernos de los príncipes federados. En esto
más con la práctica de las uniones personales de los puestos importantes se veía e! peligro de una disolución de! Imperio alemán. También bajo el
de! Imperio (cancilIer y secretarios de Estado) con los puestos prusianos de punto de vista de la homogeneidad monárquica de la Federación, pareda
ministros y de miembros enviados aI Bundesrat. En la ley de presupuesto, grave un Gobierno parlamentario. Las discusiones y luchas alrededor dei
sólo eI Bundesrat, y no eI cancilIer, se encontraba colocado frente aI Reich- Derecho eIectoral prusiano son, en todo caso, desde varios aspectos, luchas
stag (E. Kauüna~~, Bismar:ks Erbe in der Reichsverfassung, 1917, pág. 63). por la sustancia de la homogeneidad, sin la que no es posible ninguna fede-
La ConStltuclOn ImperIal de 1871 no contenía prescripciones sobre la ración, sea Estado federal, sea Confederación de Estados.
responsabilidad en forma judicial de los ministros, como se encuentran en 5. S610 durante la guerra mundial adquirió eI Reichstag aIemán cre-
ciente influjo en la dirección política, y por cierto en la misma medida en
320 E1 elemento polftico de la Consutución moderna Desarrollo deI sistema parlamentario
321

que se empeoraba la situación militar y político-externa. Se demostraba que los caudillos de partidos fuertes lo.gren eI Gobierno, p~a hac~r programa
el dtialismo de la Monarquía constitucional podía subsistir en tiempos pací- de gobierno eI programa de su parud~ 7 probarse a sí .Imsmos, Junto con su
ficos y tranquilos, e inducir a la opinión de que la euestión decisiva puede programa, en Ia realidad de la direcclOn de los negoClos.. .
suspenderse permanentementej pero que toda situación crítica ponia de En 19 de julio de 1917 se manifestó daramente la pretenSlón d.e! Relch-
manifiesto Sll carácter inestable. Anteriores avances ocasionales del Reichstag stag sobre e! control político dei Gobiern~ en la lIamada <<res.oluclón de .la
(1908, la lIamada crisis de! «régimen personal» de Guillermo II; 1913, e! paz •. La mayoría (centro, partido progreslsta, sOClaldemocracla Y eI ala 12-
caso Zalero) no tuvÍerofl, en verdad, éxito, pero son significativos como quierda de los Iiberales nacionaI~s) ?doptó aque! céle.br~ acuerdo: «El
síntomas, porque permiten conocer que la natural tendencia hacia Ia parla- Reichstag propugna una paz de llltehgencla y reconclli~~6? permanente
mentarización estaba presente siempre, y s610 detenida por la obra inau- de los' Pueblos. Con esa paz son incompatibles las adqulSlcJOnes fOJ?'adas
dita de Bismarck, mientras tanto actuaban 5US efectos. Por el contrario, de territorios y Ias violencias políticas, ec??ómicas y fina.ncier~s.» Tamblén se
aIIojaba la resistencia contra aquella tendencia en la oúsma medida en que había exigido para Prusia la introducclOn de! sufraglo uruvers~, de~an­
el Gobierno careda de éxito, y era, por último, derrotado en la política da que mostró cuán poco significaban ah! las Iimitaciones y conSlderacJOne,
exterior. Cierto que no se puede comparar Ia Monarquía alemana, sobre de carácter legal-constitucional, porque en Ia estructura federal deI Iml?~rJO
todo la prusiana, con la Monarquía de Napoleón III, pero aqui actúa, sin era difícilmente adoúsible desde eI punto de vista dei Derecho polítlco,
embargo, una consecuencÍa inmanente del constitucionalismo, igual en am- tal injerencia dei Reichst~g en asuntos prusianos. EI canciller Bethmann-
bos casos, que conduce a que todo descalabro militar o político-externo Hollweg había hecho efectiva su dimisión en 14 de. julio de 1917. Su
de un Gobierno independiente de! Parlamento tiene como consecuencia sucesor Michaelis fue nombrado por el Emperador, Slll escuchar de ante-
político-interna una ampliaci6n de! poder deI Parlamento. mano ~ Reichstag o ponerse en contacto con é1. Pero e! nuevo c~cíIler
Sólo en e! afio 1917 comienza de nuevo en A1emania una discusión dei formó en agosto de 1917 un Comité de siete diputados jefes dei Relchstag
parlamentarismo, teóricamente interesante, y con perspectivas de éxito prác- y siete delegados elegidos de! pleno de! Bundesrat, por. de. pronto, s610 para
tico (comp. la literatura en AnschülZ, Meyer-Anschütz, pág. 1.027). Max aconsejar sobre Ia respuesta alemana a I. nota pontifiCla en favor de la
Weber hizo una serie de propuestas en algunos célebres artículos de la paz. Algunos vieron ya en eso un paso hacia Ia ~ropu~sta ?e Max ~eber
Frankfurter Zeitung (mayo, junio, 1917): abolición dei art. 9, a. C. a. (que de que se formara un Consejo de la C?rona. ~l.crecl~nte infIU)O deI Relchstag
disponía la incompatibilidad entre e! puesto de diputado deI Reichstag y afectaba sólo, sin embargo, al Goblerno Clvil, Imentras que e! poder de
el de plenipotenciario en el Bundesrat, de manera que un diputado dei mando militar y la dirección deI ejército -lo que importaba dura?te. una
Reich no podía ser presidente dei Consejo de ministros prusiano, sin renun- tal guerra- quedaba, naturalmente, en manos dei Emperador. EI slgul~nte
ciar a, su mandato); además, estructuración de! derecho de eneuesta dei cancilier, conde de Hertling, fue ya nombrad~ de acuerdo c;on los partldo.,
Reichstag y formación de un Consejo de la Corona, al que debían perte- deI Reichstag, y antes de su toma de poseslón se enten?ló con la co ali-
necer parlamentarios, para aconsejar personaI.tnente ai Emperador. Enton- ción de partidos dooúnante acerca de su programa de goblerno .. A. su su~e­
ces no pedía Max Weber un Gobierno parlamentario en e! sentido de Co- sor, e! príncipe Max de Baden, último canciller de Ia A1emarua Imperla!,
bierno dependiente de la confianza de! Reichstag (mejor dicho, de su ma- no le nombró el Emperador completamente con arregIo a las costumbres o
yoría), y mucho menos la supresión de la Monarquia. Estos artículos (que, normas de una Monarquia parIamentaria, pero en la nota dei Emper~dor
fueron coleccionados en 1918 en el escrito Parlament und Regierung im de 30 de septiembre de 1918 se deda al separar al conde de Hertling:
neugeordneten Deutschland) ejercieron gran infIujo en los autores de Ia .Deseo que e! Pueblo alemán colabore con m~s eficacia que h?sta abora
ConstitucÍón de Weimar y son una apreciable fuente para enjuiciar esta en la determinación de los destinos de la patna. Es por eso Im voluntad
ConstÍlución desde e! punto de vista de la Teoria dei Estado. Lo que Max que hombres designados por la confianza dei Pueblo participen en amplia
Weber exigía era caudillaje político según eI modelo dei caudillaje de par- medida en los derechos y deberes dei Gobierno .• Y seguia un ru~go. al conde
tido por hombres de Estado en Inglaterra. Las condiciones de los partidos de Hertling para que le propusiera su sucesor. En este procedimlento ob-
en Alemania, y la atomización de éstos, hubo de hacer pronto problemático serva e! príncipe Max de Baden, en sus Erinnerungen und Dokume:':e:'
este ideal. Tampoco la ulterior discusión teórica desconoció, en modo algu- (Sluttgart, 1927, págs. 328/329), que hubi~ra sido más ~c~rtado dirlgll
no, la dificultado Un escrito de R. Piloty sobre Das parlamentarische System una invitación a! Parlamento para que aconse)ara la compoSlcló!' dei nuev?
(1917) dedaraba que los pensamientos fundamentales de ese sistema eran Gobierno antes de haber lIamado a su joIe .•En todos los palSes de OCCI-
el que «s610 una dirección de partido pueda estar en cada momento al ti- dente de~ocráticamente gobernados, el primer mi~stro tien~ las mat;-0s
món •.• Si se deja ahí a todos los partidos por igual, y con ello todas las Iibres para la elección de sus colaboradores. Medl~nte esta Int,:oducclón
contraposiciones, se niega precisamente su sistema.» Pero también la con- de la revolución por arriba se abandonó el pensamlento de un JoIe .• En
cepción que Piloty tiene de! sistema parlamentario va en e! sentido de que 3 de octubre de 1918 fue nombrado canciller el príncipe Max de Baden;
322 EI elemento polItico de la Constituci6n moderna § 26
en 5 de octubre compareció ante eI Reichstag, dio cuenta de las directri- OJEADA SOBRE LAS POSIBILIDADES FORMALES
ces de su política y planteó la cuestión de confianza. DEL SISTEMA PARLAMENTARIO
Las reformas constitucionales con que se introdujo expresa y formal-
mente eo el Reich el gobierno parlamentario,.aparecieron a última hora,
en 28 de octubre de 1918 (Gac., págs. 1.273/74): «EI canciller de! Reich
necesita la conlianza de! Reichstag para el ejercicio de su cargo.» AI mismo
tiempo se extendió la competencia deI Reichstag a una cooperación en la
deelaración de guerra y acuerdo de la paz, y e! requisito de! refrendo minis-
terial aI nombramiento, promoción y sustitución de los oficiales superiores
de! ejército de tierra, asi como de los oficiales de la Marina. EI Emperador
se deelaró conforme expresamente en un mensaje, y dijo que e1 pueblo
alemáo tenfa «por su comportamiento eo la guerra, uo título a que no se
le retenga ningún derecho, a que se le garantice un porvenir Iibre y dicho-
50». Se mantienen en esta ley eI Bundesrat y sistema de uo cancíller J pero
se suprime la incompatibilidad entre Bundesrat y Reichstag (art. 9, a. C. a.).
Estas leyes constitucionaJes surgieron sin una resistencia digna de meO·
dón. No pudieron detener ya la revolución, ni salvar e! trono imperial,
como la parlamentarización de 21 de mayo de 1870 (arriba, pág. 315)
tampoco pudo detener la caida de! Imperio napoleónico. Sin embargo, la
formulación de aquéIlas es significativa, ineluso para la Constitución de I Punlo de vista decisivo: coincidencia de Parlamento y Gobierno,
Weimar; e! giro: «e! canciller necesita la confianza dei Reichstag para e! de· Gobierno y Parlamento; asi, pues, supresión de! «.duali~mo» de 'lue
ejercicio de su cargo» ha pasado aI arl. 54, C. a. Mientras que e! proceso habia hablado Roberto Mohl (arriba, pág. 302). La cOlncldenCI" puede s~~­
político y jurídico·constitucional en Francia y Bélgica ha I1evado a edificar nificar cosas distintas en Ia realidad concreta. Puede ser una ~cor:exl n
el sistema parlamentario sobre una <<responsabilidad» dei Gobierno, en Ale-
mania la fórmula deI sistema parlamentario ha sido la dependencia respeeto
sólida» como dijo Hugo Preuss en las deliberaciones de la CO~lStI~~IÓn
Weima~ (Prot., pág. 300), o sólo una armonía general de la dir,;ccI n po -
te
de la conlianzo de! Reichstag. tica en su conjunto; puede, además, realizarse a través de una mas o menos
Todas las exigencias de la burguesía liberal alemana de 1848 y de la acusada subordinación de! Gobierno aI Parlamento. o deI Pa~lamento ~
época de! conRicto de 1862 a 1866, se cumplieron, pues, pasado medio · rn Con el nombre de «sistema parlamentarlO» se deSIgna0 toda
siglo. El gran éxito de la política de Bismarck las contuvo durante dos gene- G ob Ie o. ·bil·d d Ií .
esas distintas y hasta contradictorias pOSI 1 a es po tIC"S.
raciones. Ahota tenfa lugar 5U realizacióo, pero entre tanto la situacÍón
política y' social había cambiado por completo, y e! cumplimiento recibió
un sentido distinto aI que hubiera tenido dncuenta afios antes. Había des- 11. Medios para realizar la coincidencio. Como tales han de citarse:
aparecido e! antagonista -una fuerte Monarquia-, y el éxito aleanzado
1.0 Derecho deI Parlamento a dirigir comf!ni~
por la burguesia aI introducir e! parlamentarismo en Alemania fue, en cierto caciones al Gobierno; derecho de inter~l'fClón;
No basta, en general, para «parIa-
sentido, póstumo. mentarizar» el Gobierno.
derecho a exigir la presencia de los M~m.strosj
derecho a exigir declaraciones de los Mintstros.
2.0 Posibilidades indirectas de actuaci6~ n;te-
diante e1 manejo de otras facultades constltUOD-
nales, por ejemplo:
a) Negativa a aceptar los proye<:tos de ley
deI Gobierno. . En Alemania nO ha bastado.
b) Posibilidades de derecho pres';lpuestarlo!
sobre todo, la negativa de la aprobac16n, consti-
4
tucionalmente exigida a los presupuestos, y ene-
gaci6n de los crédito~ pedid?~ por el Çoblet:n0'
c) Derecho a erigIr Conusl0nes de mvesuga-
ci6n_
323
Posibilidades formales deI sistema parlamentario 325
324 E1 elemento polItico de la Constituci6n moderna

3,° Fijaci6n en la ley constitucional de fa res· Bast6, en Francia, Bélgica, Italiaj 14. Sin especial acuerdo deI Parlamento:
ponsabilidad ante el Parlamento deI Ministro re- pero no frente a la Monarquia a) Nuevas decciones (comp., arriba, pág. 2 5 8 ) . . .
frendatario. constitucional alemana. b) Disolución de la coalición de partidos que había vemdo apoyando al Gobler-
no; éste es e1 caso más frecuente eo la práctica alemana actual de! sistema parlamen-
La fórmula dei parlamentarismo a1~ tario.
mán: ley de 28-X·1918; proy. ]
de Ia Constitudón de Weimar de Por lo demás todo asunto de! Gabinete puede hacerse «cuestión de
3-]-1919 (§ 65, TRIEPEL: Que/.
4.° Fijación en Ley constitucional de la depeno lensammlung, pág. 9); proy. II Gabinete», obliga;roo así ai Parlamento a una toma de posición. En .e~to
denda respecto de la confiam:a deI Parlamento. de 20-]-1919 (§ 70, TRIEPEL, hay una posible arma deI Gobierno frente a un Parlamento cuya poslcl6n
pág. 16); proy. III de 17-11-1919 no sea unitaria y cerrada, convirtiéndose así e! instrumento de la depen-
(arl. 75, TRIEPEL, pág. 25); ar· dencia en un instrumento de independencia (comp., arriba, e! ejemplo de!
tículo 54, C. a.; art. 17, C. a.
Gobierno Poincaré, pág. 316).

lU. «Casos» de responsabilidad parlamentaria. También cuando la res·


ponsabilidad o dependencia respecto de la confianza está fijada en ley cons·
titucional, puede ser muy distinta la situación de hecho a que va ligada la
consecuencia de esa responsabilidad o dependencia, esto es, el deber de
retirarse. En e! punto capital de esas situaciones de hecho se encuentra
siempre e! acuerdo formal de! Parlamento, mediante e! cual se expresa la
desconfianza aI Gobierno. Se designará aquí como «caso de Gabinete»; la
palabra «caso» se empleará (aunque no ean entera exactitud) como «caso
de guerra» o «caso de alianza» (casus belli o casus loederis) para subrayar
la situación política cuya aparición comporta un determinado efecto político.
Como «casos» tales, hay que citar (desde el caso más fuerte y expreso hasta d más
débil indicio):
1.0 DestÍtuci6n directa por acuerdo deI Parlamento.
2.'" Requerimiemo expreso de dimisi6n.
3.° Denegación expresa de una declaración de confianza, cuando ésta se encuentre
constitucionalmente prescrita.
4.° Censura expresa (vote of censure) o desaprobación en conjunto (a diferencia
de censur~ o desaprobación de actos concretos).
5.° Acuerdo expreso de desconfianza, al que va ligado el deber de dimitir, expre·
sado en Ley constitucional (art. 54, C. a.).
6.° Acuerdo expreso de desconfianza, cuando nada prescribe la Constituci6n (prác·
tica francesa y belga).
7,° Negativa de una declaración de confianza pedida por el Gobierno.
8.'" Negativa de una declaración de confiaoza propuesta por un partido.
9.° Desaprobación expresa de una acción u omisión del Gobierno.
10. Negativa de una moción de aprobación, relativa a una acción u omisión con·
ereta.
11. Negativa a un proyecto dei Gobierno (supone, como en Inglaterra, que es
el Gobierno exclusivamente quien ejercita la iniciativa; eo contrario, art. 68, C. a.).
12. Negativa a cualquier propuesta deI Gobierno.
13. Gtros acuerdos dei Parlamento, de los que pueda deducirse desconfianza o
desaprobación, como nombramiento de una Comisión investigadora, exigencia de apor-
tación de documentos, expresión de dudas acerca de «honestidad o legalidad de actoa-
dones de gobierno» (comp. propuestas de Gobierno, proy. I al art. 34).
FI sistema parlatnentario de la Constituci6n de We1mar 327
§ 27
EL SISTEMA PARLAMENTARIO
DE LA CONSTITUCION DE WEIMAR

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I. En las deliberaciones de la Asamblea nacional de Weimar se evitó
de intento el precisar ean rigor el sistema parlamentario. Se quería, de una
parte, una «sólida conexión» entre Parlamento y Gobierno; por otra par~
te, la relación había de ser, como dice H. Preuss (Prot., pág. 300), «elás-
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tica). Por 10 pronto, se dia a eonocer eI rastro de Ia lucha sostenido
durante decenios contra el Gobierno; muchos entendían por gobierno par~
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lamentaria el gobierno de una Comisión de la mayoría deI Parlamento bajo t~
la dirección política dei Parlamento mismo. Pero los pensamientos de Max ~~
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Weber -única ideología fuene que existía aún sobre eI parlamentarismo-
actuaron aI mismo tiempo con gran eficacia. Se basaban en eI ideal demo- 4j~
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crático de la selección dei iefe. Siguiéndole, eI art. 56, C. a., estableció ~~

e! sistema de primer ministro: «EI canciller traza las directrices de la polí- ~


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tica». EI canciller estaba pensado como jefe político; sin embargo, no se
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quería permanecer en eI sistema de canciller solo, de la Constitución bis-
marckiana, que contaba demasiado ean las condiciones deI anterior Reich
y eon la personalidad de Bismarck, y que, prácticamente, apenas si era
todavía posible. Se formá, pues, un Gobierno de! Reich como colegio, bajo
la jerarquía y presidencia deI canciller, de manera que, de una parte, a pesar
de la jerarquía y presidencia, no quedara suprimida la colegialidad; pero, de
otra parte, tampoco eI colegio tuviera la jerarquía y la dirección política
(Ia «determinadón de las directrices de la política»). La colegialidad estaba
destinada a ser una «colegialidad política» (Prot., pág. 301, manifestacio-
nes de Preuss, Zophel y Koch), no una colegialidad aI modo de los colegios
de funcionarias, y mucho menos que el rango preeminente del canciller
significara que hubiera de ser un superior en eI sentido burocrático. EI
canciller ha de fijar, es cierto, las directrices de la política, y dar la «dirección
326
328 El elemento político de la Constitución moderna El sistema parlamentario de la Constitución de Weimar 329

totah>, pero sin mezclarse en la Administración. EI diputado Koch com- o actuaciones concretas (declaración limitada de aprobación), es posible un
paró esta ean la posición de un burgomaestre, que no entra en los detalles Gobierno minoritario y puede tomar el Gobierno un Gabinete de coalición
de 1<.>5 as~ntos burocráticos. Pera )unto a esta, se acept6 también eI sistema incluso con la inseguridad de una coalici6n. Puede formarse y sostenerse,
presIdencIal, creando en <;1 Presld~nte deI Reich un contrapeso frente aI pues, un Gobierno que no tenga la confianza deI Reichstag (es decir, de la
poder deI Parlamento. ASI, e! goblerno se encuentra partido entre eI Pre- mayoda dei Reichstag). EI Gobierno Luther obtuvo en 28 de enero de 1926
sid:nte deI Reich y el ~obierno. en sentido estricto (comp. eI esquema sólo 160 votos a favor de la proposición de confianza, mientras que vota-
arrIba, pág. 197). Con la tntroducclón deI sistema presidencial se encuentran ron en contra 150, negando asi la confianza de modo expreso, y eI resto
reconocidas potencialmente en la Constitución de Weimar las cuatro subes- se absruvo de votar, de modo que la confianza quedó sin expresar. Seria
pecies deI s~stema parlamentario que cabe considerar. EI problema especi- concebible también que se formara un Ministerio puramente de funcionarios
fico de! goberno parla;nenta~io en e! Reich alemán según la Constitución bajo la tolerancia tácita, que puede cesar en todo momento, de la mayorla
de Welmar es la reIaclon reCIproca de las diversas posibilidades. deI Reichstag, sin recibir un acuerdo de confianza o un acuerdo de descon-
fianza. La práctica deI Reichstag alemán ha encontrado en este punto d
III. ,La práctica dei sistema parlamentario de la Constituci6n de concepto de la aprobaci6n, en que no se encuentra contenida ni una decla-
Weimar. ración de confianza ni una declaración de desconfianza. La primera frase deI
artículo 54 «<EI canciller y los ministros necesitan la confianza deI Reichstag
1: La confianza dei Reichstag. EI art. 54, C. a., base constitucional para el ejercicio de su cargo») no tiene ya la significación a que parece res-
deI sIstema parlamentano d: la Constitución de Weimar, contiene dos fra- ponder su sentido literal.
ses: «EI canclller y los lIl1I11stros necesitan para eI ejercicio de su cargo la b) Pero también ha cambiado la significación de la segunda frase. La
confianza de! Relchstag. Cada uno de ellos tendrá que dimitir cuando eI práctica de los Gobiernos de coalici6n lIeva a que no se produzca un acuer-
Reichst.ag le ~et~re por acuerdo expreso su confianza.» Ambas frases pueden do expreso de desconfianza. EI Gobierno dimite cuando se separan los par-
conduelr a distmtas consecuencias prácticas, según se acentúe Ia primera tidos de coalición en que se apoyaba. Las crisis de Gabinete son, en reali-
frase o la segunda. dad, como atinadamente observa Poetzsch (ob. cit., pág. 165), crisis de
. a) La «confianza deI Reichstag», de que habla la primera frase, es, coalición, es decir, crisis dei bloque de partidos que sustituye a un partido
sln duda,. Ia confianza de la ,?,ayoría dei Reichstag. Con esto, seria manifies- con capacidad para gobernar. En esta práctica se muestra con evidencia
tamente 1l1a?mlSIble un Goblerno minoritario. Sin embargo, las condiciones cuántas veces la decisión política definitiva recae fuera de la publicidad deI
de los partI?os en el actual R<;ichstag alemán han hecho que la segunda Parlamento. No ha tenido efectividad la opinión primitiva de que partian
fra~e deI articulo 54 r~sulte ,deCISIva frente a la primera, aun cuando origi- los autores de la Constiruci6n de Weimar. EI artículo 54 ha recibido un
nanamente fue concebIda .solo como una consecuencia y especificación de sentido totalmente distinto. No es ya decisiva la primera frase, según la
é.sta. La «co.nfianza deI R~lchstag» q~eria significar la confianza de un par- cual eI Gobierno necesita la confianza deI Reichstag, sino la segunda frase,
tld? de goblerno que tuvlera mayona en eI Reichstag. Pero no hay en eI según la cual dimite cuando ha recibido un voto expreso de desconfianza.
Relchstag semelante partido mayoritario; tampoco las coaliciones son firmes, Pero esta segunda frase obra sólo en cuanto que no se lIeva a la práctica,
SIno que s: agrupa~ según puntos de vista completamente distintos, de po- es decir, que no se produce un voto expreso de desconfianza.
lítIca exterIor, InterIor, cultural, social. Para eI caso en que se lIevara a la práctica, y la mayorfa dei Reichstag
. Con esta disposición de los partidos en eI Parlamento la práctica deI acordara un voto expreso de desconfianza, habria que sefialar un nuevo
sIstema parlamentario tiene que apoyarse en la segunda frase deI articu- cambio respecto dei pensamiento primitivo. La mayoria dei Reichstag que
lo 54, según la cual sólo existe eI deber de dimitir en presencia de un acuer- expresa su desconfianza es heterogénea en la composición actual deI Reich-
d.o expreso, lIamado .positivo», de desconfianza deI Parlamento. En oca- stag, y diversa por 10 que afecta a cuestiones de política exterior J interior J
SIOnes,. :1 Gobierno hizo que un partido gubernamental presentara la culrural y social. Por eso, siempre es casual en eI fondo. De otra parte, tam-
proposlclón de expresar aI Gobierno la confianza deI Reichstag (Gobierno poco es unitaria la coalición de mayoda que apoya aI Gobierno, dependiendo
Streseman?,. en noviembre de 1923; Luther, en enero de 1926). También de la finalidad político-externa, político-interna, de política social o culrural
se han emlt1do votos de confianza aI presentarse un Gobierno con la fórmu- que se encuentra en primer plano. Pero, ai menos, es una mayoría positiva
la: «E1 Reichstag aprueba la declaración ministerial y da ai Gobierno un dispuesta a la acci6n, mientras que la mayoria que expresa su desconfianza
vo!o .de confianza» (comp. Poetzsch, ]or., XIII, 1925, págs. 168/69). Una se basa en una sim pIe coincidencia en lo negativo, coincidencia que en Ia
practlca de con,tinuas v~taci?ne~ positivas de confianza suprimiría la realidad mayoría de los casos carece manifiestamente de valor lógico, jurídico y polí-
a~tuaI de Gobler~~s rnmOrItarlos y de coalición. Pero, en tanto que no se tico, pero que aqui adquiere una decisiva significación de Derecho político.
Plde un Voto pOSItivo de confianza y basta la aprobación de decIaraciones Para la primera frase dei artículo 54 se mostró que la confianza deI Reichstag
330 EI sistema parlamentario de la CODstitución de Weimar 331
EI elemento político de Ia Constiruci6n moderna

no es la confian~a de la mayoría deI Reichstag; ,qué queda entonces de la poder de mando. Fijación de las direetrices de la política no es mandar, sino
cjnfianza del Relchstag? Para la segunda frase del artículo 54 resulta que dirigir. No cabe aceptar aquí una relaci6n de supra- o subordinación, eo el
e voto de d~sconfi(/nza es siempre la desconfianza de Ia mayoría,. puesto sentido del Derecho de funcionarias, o la normatividad de una ordenación
que, se prescnbe un acuerdo formal, un acuerdo mayoritario sin atenci6n de procedimiento. Puede ocurrir que el jefe renuncie, y entonces la direc-
a como se f~rme esa m~yoría. Se suscita la cuestión de si I~ composición ción política recaiga de hecho sobre una mayoría parIamentaria o sobre el
?e ~sa mayona y los motlvos de la desconfianza son absolutos y en todo caso Gabinete todo, o también sobre el Presidente del Reich. En esto, una regu-
cindiferentes, en tanto que la mayoría numérica resulte sólo de la adición lación constitucional no puede hacer otra cosa que fijar formalmente algu-
e denegaclOnes de confianza. Las motivaciones de los diferentes partidos nos puntos de un campo amplio, que entonces han de ser formalmente
que vatan en favor o en. contr.a de un acuerdo serán siempre diversas. Se observados. Entre estos puntos, de cuya reuni6n no resulta una figura ce-
p,uede .temer C<?fl esta el mcurnr en una especificaci6n prácticamente impo- rrada, se dan múltiples posibilidades y queda un amplio espacio. Sería me-
slble SI ~e COIllienza por considerar las diversas motivaciones de los diferen. todológicamente falso plantear aquí cuestiones de inconstitucionalidad, re-
tes partl~o~. Pero cuando los motivos son abiertamente contradictorios y forma constitucional, etc. EI proceso político discurre de otro modo que
vota:, qUlza a favor de una pr.oposición de desconfianza nacionalistas y ~o­ como pensaron los padres de la Constitución de Weimar. Pera cuando hoy
mumstas, entonces la dIferencIa de motivos excluye el correlato necesarío se afirma que el canciller no dirige la política, sino que es decisivo Otro
ra rronabI~ de un acuerdo de desconfianza: la posibilidad de la confianza y
ormaClOn de ~n nuevo Gobierno. EI acuerdo de desconfianza es ent~n­
factor, esta no es afirmar una inconstitucionalidad o una reforma eo la
Constituci6n. Asi como una Monarquía no cesa de ser Monarquía porque
ce~, un acto de Slmple obstrucción. Aquí no puede existir el deber de dimi- un enérgico presidente del Gobierno dirija aI monarca, como Bismarck bajo
SlO?'h aI menos cuando se dispone al mismo tiempo la disolución deI Guillermo I, así tampoco hay un cambio constitucional cuando el canciller
Rele stag. no realiza, por razones objetivas o personales, la dirección política a él
2. <~EI cam:iIler fija las directrices de la política» (intento de un siste- atribuida. Además, la Constitución de Weimar no estableci6 metodoI6gica-
ma de pnmer mm1Sl~0 o canciller, art. 56, C. a.). mente eI sistema de primer ministro, sino que 10 ligá y mezeló con los otros
.U La pru~era ,:"esuón que aquí se suscita es: ,Frente a quién fija el can- sistemas. LOs cuatro sistemas están abiertos para la práctica política, y nin-
CI ~r las directrlces de la política? Si la prescripción vale sólo en eI com- guno de eUos es inconstitucional. Se puede partir de la direccián política
pleJo a que. penene.ce el, artículo 56, a saber: sólo en relación COn el Gabi- deI canciller, presupuesta en eI artículo 56, y mostrar entonces cuánto se
nete, no qUlere deClr mas smo que el canciUer fija las directrices de la polí- desvía la actual posición del canciller deI ideal de una dirección política que
tIca frente a ~0s. ~em~s mif!istrosj o ~ es que vale eon carácter general Contra Max Weber tenía presente. Pera no se puede desconocer que la regulación
toda otra pOSlbilldad Imagmable de dirección política, y, por lo tanto, frente legal de la Constitución de Weimar contiene en sí dos de tales directore.
ai Retchstag y al Preszdente dei Reich? Vale, según su sentido primitivo políticos; el Canciller y el Presidente del Reich, que tiene la confianza de
con. carácte; .general, y es la expresión del esfuerzo por hacer del canciUe; todo eI pueblo. La actual regulación es resultado de un compromiso de las
un Jefe políuco, parlamentariamente responsable. EI Reichstag puede derri- cuatro subespecies dei sistema parlamentario, y además de un compromiso
barle con un acuerdo ~e desconfianza, y hacer imposible así su política, con otras tendencias contrarias: el ideal democrático de un caudillo político,
~e[oR n.o hPuede dmglr el mlSmo la política. También frente aI Presidente como se lo imaginaba Max Weber; la desconfianza que sentían determina-
e elc. aparece el canciUer como director de la política, porque es par- dos parlamentarios y partidos de organización sólida, sobre todo, la social-
~"'lent~namente responsable, mientras que la responsabilidad del Presidente democracia, contra instituciones de Democracia directa; y, por último, la
~ Relch no puede hacerse efecuva sino indirectamente en un procedi- tendencia liberal deI Estado de Derecho a crear equilibrios de poderes y
~,ento de f?rma judicial (art. 59) o por la propuesta d~ deposición me- conservar restos de la Monarquía constitucional en un presidente con mucha
n: ante .referendum (art. 43, 2). Dirección política y responsabilidad parla- influencia política. Todas estas tendencias pueden hacerse efectivas en I.
ín~ana se encuentran eo la más estrecha conexión Naturalmente que la realidad política con diferente fuerza en las distintas épocas, y hacer apare-
re aClón . con el Presidente no ha sido establecida ~on una consecuencia cer a una nueva luz eI texto de la ley constitucional sin modificar su letra.
perfecta, a causa de la mezela de elementos deI sistema presidencial según No se puede hablar de un cambio de significación, porque en la regulación
most;aremos más a?elante. En todo caso, la frase «EI canciUer fija' las di- constitucional están contenidas desde eI comienzo, como posibilidad, las
re~t:,ces de la políuca» Uene el sentido constitucional de sistema de primer diversas significaciones. No hay ninguna regulacián constitucional en nin-
mInistro; TI? se limita a dar simplemente una regIa interna, de carácter guna Constitución de la tierra que pueda regular normativamente con los
reglamentarlo.',para ~I despacho de los negocias dentro deI Gabinete. caracteres de una ordenación cerrada de procedimiento, la cuesti6n de la
I La dlrecclOn pohuca de~ canciUer, tal como está pensada en el artícu- dirección política. La ojeada que hemos realizado muestra cuán diversas
o 56, no debe ser entendida de modo subalterno como una especie de posibilidades caben en las mismas palabras, como «responsabilidad» o «con-
332 El elemento poUtico de la Constituci6n moderna E1 sistema parlamentario de la Constitución de Weimar 333

fianza». Tales cuestiones no pueden resolverse ni a modo de mandato ni en la Constituci6n, si, en lugar de una posibilidad, se realiza otra. Sólo
de procedimiento. Por eso, seria también locura apelar aqui a un Tribunal puede afirmarse hoy que eI sistema de Premier, pensado como ideal por
para tratar en forma judicial la cuestión de la dirección politica, y determi- los autores de la Constitución de Weimar, queda provisionalmente sin efec-
nar en forma judicial las directrices de la política. to. Pera no se encuentra establecido en la Ley constitucional como un man-
3. .E! ~istema de Gabinete. Las anteriores explicaciones son necesarias dato absoluto (pues no puede mandarse que se sea director político), sino
para enjUlClar desde la teoria de la Constitución el sistema parlamentario s610 posibilitarlo como un elemento dei sistema parlamentario, junto a otros
de la Constituci6n de Weimar, porque la práctica actual de los Gobiernos elementos. En diciembre 1924, un Gobierno resuelto hubiera podido di-
de coalici6n ha suprimido a ajas vistas el sistema de Primer Ministro. Boy solver por segunda vez eI Reichstag para crear una mayoria de partido. Esto
no se forma eI Gobierno cuando un jefe de partido con programa firme hubiera sido completamente constitucional; un jefe político hubiera podido
en,:"entr~ una mayorla para ese programa y dirige entonces la política deI ,
:.' hacer efectivo aqui e! sistema de Premier. EI que esta no sucediera no fue
Relch, Sino que eI programa de gobierno se basa en un convenio de las inconstitucional. Cualquier político de partido, que coloca la meeánica de
f~a~ciones que se resuelven a participar en el gobierno y ponen sus con- la organización de partidos y los acuerdos de fracciones en e! lugar dei
dicIOnes para e!lo. EI resultado de tales acuerdos in terfraccioriales son en- CanciUer, no tiene quizá interés ninguno en dirigir la política; quiere pra-
tonces, las .directrices de la política». AI formarse Gobierno en ~ero teger de conmociones a su partido, y no piensa en tomar sobre si eI riesgo
de 1927, se elaboraron e instrumentaron las .directrices de! futuro Go- de la actividad política que va siempre ligado con la verdadera direcci6n.
bierno» acordadas en 24, 25 y 26 de enero de 1927 entre e! Canciller Marx Entonces entran en juego, en lugar dei sistema de Premier, otras posibilí-
es decir, la fr~g:ión deI Centro, y los otros partidos de coalición, sobr~ dades dei sistema parlamentario.
todo eI parti~~,:nacionalista ale~án, y.que contenian determinaciones preci- 4. El sir/em" presidenci"l. La posición de Presidente dei Reich se
sas sobre poliuca extenor, política SOCial, etc. De este modo, las directrices basa en e! elemento monárquico utilizado en una moderna Constitución
d,e la política se fijan antes de que tenga lugar el nombramiento dei Can- deI Estado de Derecho para construir un equilíbrio entre Legislativo y
clller, y ~ su ~ropue~ta, ~I de los demás ministros. EI CanciUer está ligado Ejecutivo (arriba, pág. 281). Junto a la construcci6n de un contrapeso,
a estas dUectrlces, 51 qUlere permanecer eo su puesto. Una desviaci6n de propia dei Estado de Derecho, han actuado también con eficacia en la intra-
l~s dírectrices requiere Ia anuencia de los partidos de coalici6n; entooces ducci6n de! sistema presidencial, pensamientos de Democracia directa. EI
Uene lugar un acuerdo de las fracciones gubernamentales en la forma de Presidente dei Reich es elegido por todo e! pueblo alemán. Su derecho a
un acuerdo de Gabinete. AsI ha podido surgir la opini6n de que e! artícu- disolver e! Reichstag (art. 25) o a disponer un referéndum frente a un
lo 5?, C. a., y e! sistema de Premier ha sido abolido por la práctica, y e! acuerdo de ley dei Reichstag (art. 73) le da la posibilídad de dirigir una
GablI?ete como tal se ha convertido, frente al Canciller, en una instancia «apelación aI pueblo» y establecer una relaci6n directa con los ciudadanos
supen~lt por lo que afecta a las direetrices de la política (Glum, Die staats- e!ectores contra e! Parlamento. EI Pueblo es el tercero más alto, que decide,.
rechtltche Stellung der Reichrregierung sowie der Reichrk"nzlers und des tanto frente aI Parlamento como aI Gobierno, y el Presidente de! Reich
Reichrfin"nzministerr in der Reichsregierung, Berlín, 1925). tiene un contacto directo con e! Pueblo. Está ideado corno un hombre que
Lo err6neo de esta opini6n está, ante todo, en que desconoce en qué reúne en sí la confianza de todo e! Pueblo por encima de los Iímites y de!
medida la regulaci6n constitucional de la Constituci6n de Weimar hace pa- marco de las organizaciones y burocracias de los partidos; no como hombre
sibles y deja abiertas las cuatro subespeeies de! sistema parlamentario. EI de partido, sino como el hombre de confianza de todo e! Pueblo. Un~ elec-
que la práctica actual de los gobiernos de coalici6n corresponda al sistema f' ción presidencial verdaderamente regida por ese sentido de la prescnpcl6n
de Gabinete puede ser cierto, sin que eUo signifique una contravención de constitucional seda algo más que una de tantas elecciones como tienen lugar
las prescripciones constitucionales. Pero mucho menos serfa inconstitucional en un Estado democrático. Seria una aclamaci6n magnifica de! Pueblo ale-
que se nombrara un CanciUer con un programa fijo, surgido sin previa mán y temlrla eI carácter imponente que revisten tales aclamaciones en una
arreglo y acuerdos de las fracciones, buscara después de su nombramiento Democracia. ,Qué otro sentido y finalidad podría tener una posici6n tan
una mayoda. parlamentaria para su· programa y, caso de que esa mayoria ", s6lida dei Presidente de! Reich, sino el de una direcci6n política? Cuando
no se 'produje~e! el Presidente deI Reich disolviera eI Reichstag. EI sistema en realidad se reúne en un único hombre la confianza de todo eI Pueblo,
de PrImer ~l~lstro conserva su significaci6n, junto a los atros sistemas, esta no tiene lugar para que permanezca privado de significación política,
y las prescrlpclones constitucionales deI texto de Weimar no tienen otro pronuncie discursos inaugurales y ponga su nombre al pie de decisiones
contenido posit\yo ~ue eI de hacer posible un delicado equilíbrio de aque- ajenas. Es, pues, evidente, y corresponde al pensamiento fundamental dei
Uas cuatro subespeC1es. Bay muchas diversas utIlizaciones de las distintas articulo 41, C. a., que eI Presidente dei Reich es un dirigente político. Las
p_osibilida~es, .quedando todas eUas dentro de! amplio ámbito de la regula- importantes facultades de gobierno que la Constituci6n le confiere, mando
Clón conStltuclOnal, y no se da ninguna institucionalidad ni ningún cambio supremo de! ejército, medidas de! estado de excepción, derecho de gra-
334 EI elemento politico de la Constituci6n moderna El sistema parla.mentario de la Constitudón de Weimar 335

eia, etc., demuestran que, aun cuando su ejercicio se encuentre ligado aI e!ectoral. Pues la autoridad y confianza que encuentra el Presidente Hin-
refrendo de un ministro, no se trata aquí de un puesto apolitico. La conse- denburg, por encima de los limites de partido, en la mayor parte de! Pueblo
cuencia es que, según Ia Constitución de Weimar, entra0 en juego dos diri- alemán procede todavia de tradiciones e impresiones que se formaron ant~s
gentes políticos: e! CandUer y e! Presidente de! Reich. Aquél determina las de la presente situaci6n constitucional. Esa autoridad y. confianza surg~6
directrices de la política, pera sólo porque está apoyado en la confianza en la Guerra y durante la catástrofe. En las épocas de polltlca parIam~nt~rIa
deI Reichstag, es deeir, en una coalición cambiante e insegura. EI Presidente normal de partido, por e! contrario, toda persona que penetra en lo publico-
deI Reich, por eI contrario, tiene la confianza de todo e! Pueblo, no comu- político se sitúa muy pronto en la política de partido.
nicada a través de un Parlamento dividido eo partidos, sino concurriendo EI Presidente deI Reich s6Io puede ejercer sus facultades, según la Cans-
directamente en su persona. EI que un Pueblo deba tener en tal manera titudón de Weimar, en re!ad6n con eI Gobierno, porque está ligado al re-
dos dirigentes políticos puede IIevar a conflictos peligrosos, si ambos son frendo deI CancilIer o de los ministros (art. 50). Si coinciden Presidente
verdaderos dirigen tes políticos y no siguen la misma dirección poli tica. Se- deI Reich y Gobierno --sea porque eI Presidente se sume al Gobierno, sea
ría uo dualismo de peores consecuencias, acaso, que el dualismo de Ia Mo- porque éste se deje dirigir por e! Presidente, sea, finalmente, porque surja
narquía constitucional. Los conflictos que se produjeran no podrían IIevarse de ambas partes una actuación común por concepciones com unes- queda
simplemente a la decisión de! Pueblo, porque eUo conduciría a una conti- suprimido e! dualismo de! Ejecutivo, y se encuentra un Gobierno ~erte
nua práctica de plebiscitos, tan antidemocrática como imposible. Pues eI frente aI Reichstag. AI surgir un conflicto entre Presidente deI Relc~ y
Pueblo elige sus dirigentes para que dirijan, no para decidir él mismo de un Reichstag, quedan las diversas posibilidades de «apelación aI Pueblo».: dlso-
modo continuo las dificultades y divergencias de opini6n de los dirigentes. Iuci6n de! Reichstag, disposición de! referéndum, propuesta de! ReJchstag
Pera si eI Presidente de! Reich no es dirigente, sino .1 hombre «obje- para la deposici6n deI Presidente. Todas las prescripciones de la Le? cons-
tivo», entidad neutra! y sin partido, entonces es, como titular de uo poder titucional sobre el Gobierno y su re!ación con e! ParIamento reclben su
neutral, de un pouvoir neutre, instancia mediadora, pouvoir modérateur; contenido propio a través de estas posibilidades, y por eso deben ser consi-
árbitro, que no decide, sino que concilia a las partes y que, por la autoridad deradas, no aisladamente, sino en conexi6n con todo e! sistema. De aquf
y conf1.anza que en ellas encuentra, crea una atmósfera de inteligencia. EI que la facultad de disolución y el modo de su aplicaci6n práctica sea hoy
Presidente Ebert, que todavía no estaba elegido por todo eI Pueblo alemán, decisivo, tanto para e! sistema parIamentario en sI como también para la
cumplió esta tarea en casos importantes, y dei modo más claro, en el ve· subespecie deI sistema que en la realidad de la vida polltica se hace efectiva.
rano de 1922, durante e! conflicto entre Baviera y e! Reich. Por lo demás,
esta actividad tiene, por su naturaleza, algo de inadvertible, y hasta imper-
ceptible, y supone que el Presidente consigue Iibertarse de las solicitaciones
de un partido. Un monarca que Uega a su puesto por vía hereditaria, como
miembro de una vieja dinastía en segura posesión de! trono, puede fácil-
mente, en general, guardar una actitud neutral sin caer en la nulidad polí-
tica. Por e! contrario: un Presidente elegido, o lo es, en realidad, por todo
e! Pueblo, en cuyo caso será un político y dirigente en un sentido especial-
mente decisivo e intensivo -porque eI Pueblo es, por necesidad, una enti~
dad política- y no sólo el tercero neutraI; o bien es elegido por una coali-
ción de partidos, a base de acuerdos de partidos, y en tonces no puede
ejercer fácil mente aqueIla especial funci6n de neutra!. Pues las organizacio-
nes de partido harán Presidente, o a un partidario de connanza, o a un
hombre inocuo que no se Ies ponga en el camino. La actividad neutral me-
diadora y arbitral que él, entonces, ejercita, pierde su valor y eficacia; no
tiene ya ni decisión política, ni un auténtico poder neutral, sino que es
sólo un anejo de! ParIamento o deI Gobierno. De ocurrir esta en la reali-
dad, no puede deeirse tampoco que sea inconstitucional, pues también
queda abierta esta posibilidad, según la regulaci6n constitucional deI texto
de W eimar. EI ejemplo deI actuaI Presidente, Hindenburg, no demuestra
en modo alguno que un Presidente elegido por el Pueblo haya de sustraerse
necesarlamente a las consecuencias de la organización en partidos deI cuerpo
§ 28 La disoluci6n dei Parlamento 337
LA DISOLUCION DEL PARLAMENTO impresión de ese «conflicto», Preuss llegó, evidentemente, a la consecuencia
de que la disolución dei Reichstag significa siempre un conHicto y, por lo
tanto, algo anormal, serio y que hace acordarse de un golpe de Estado.
Esto puede ser acertado para la MonarquIa constitucional de estilo alemán,
pera no vale para el sistema parlamentario de una República democrática.
2. EI derecho presidencial de disoluci6n. Artículo 25, C. a.: «EI Pre-
sidente dei Reich puede disolver a! Reichstag .•
EI derecho de disolución es, aquI, un medio necesario y norma! dei
equilibrio y de la apelación democrática a! Pueblo. La prescripción de! ar-
ticulo 25 de la Constitución de Weimar, de que e! Presidente no pueda
rusolver eI Reichstag «más que una vez por el mismo motivo», se refiere
sólo a! caso de que la disolución se produzca por un conflicto auténtico
basado en la clara contraposición de dos opiniones diferentes, y el Pueblo
aprueba por la nueva elección, o el punto de vista dei Reichstag o eI dei
Gobierno (con e1 Presidente de! Reich), decidiendo de este modo e! con-
f1icto. La apelación ai pueblo es definitiva y, na~ralme~te, no puede s~r
repetida por eI mismo motivo, esto es, sobre la mlSma dlvergencla de Opl-
nión. Pero eso supone la presencia de un conflicto auténtico.

El derecho presidencial de disolución que compete al Presidente de la República


La faculta~ de disoluc!ón es la clave dei actua! sistema parlamentario francesa se basa en d art. 5 de la Ley constitucional de 25 de febrero de 1875: «EI
T~I puede decuse con caracter general y para la regulación de la Constituo Presidente de la República puede, de acuerdo eon el Senado, disolver la Cámara de
ClOn de Welmar en particular. los Diputados antes dei transcurso deI perlodo para eJ que fue elegida,» Aun cuando
la facultad de disoluci6n ha dejado de ser efectiva desde 1877, este ejemplo de facultad
. I. Clases de disolución. En los distintos sistemas de Derecho constitu- presidencial de disoluci6n es especialmente instructivo para el conocimiento de la Teoría
cIOnal, la disolución dei Parlamento tiene un significado distinto. constitucional. Hay que referirlo a las ideas y construcciones típicas del Estado liberal
de Derecho de Prévost-Paradol, y s610 puede entenderse desde los puntos de vista de
1. ljl derecho de, disolución monárquico. En una Monarquia no par- la mezcla y relativizaci6n de elementos polfticos formales propia dd Estado de Dere-
lament~rla, la dlSoluclO.n dei Parl~mento suele tener por finalidad la con- cho, que en esta ha llevado a aprovechar formas de organizaci6n monárquicas (arri-
s~;vaclOn deI predomlmo deI Goblerno monárquico frente a la Representa- ba, pág. 281).
clOn popular. La {acultad de disolución es aquí Un arma dirigida contra eI
P~rlamento; el ejerClClO deI derecho de disolución sueIe suponer un con- 3. EI derecho ministerial de disoluci6n. La esencia dei derecho minis-
Ihcto; pera la disolución no es una apeIación aI Pueblo ni las elecciones terial de disolución consiste en que un Gobierno parIamentario -sea el
una decisión definitiva, porque eI Rey puede repetir la di~oIución a su arbi- Primer Ministro sea eI Gabinete-, cuando ya no está de acuerdo con él
trie:. Los más célebres ejemplos de ese. derecho . de disolución monárquico la mayorla en eÍ Parlamento (produciéndose uno de los distin~~s casos de
estan contemdos en la hlStorla deI conlltcto pruSlano entre eI Gobierno dei Gabinete, arriba, pág. 336, enumerados), puede hacer «apelaclon a! .Pue-
Rey y el Landtag prusiano, de 1862 a 1866, con sus varias disoluciones blo» e intentar mediante la disolución dei Parlamento y convocatorta de
deI Landtag. La impresión de ese acontecimiento fue muy fuerte. TodavIa elecciones, gan~r una nueva mayoría. Aqui se supon.e un confli~t? entre
eo la Asamblea nacion~l de Weimar pueâe percibirse su influencia, que se mayorla parIamentaria y ministros, que eI Pueblo decIde en definltlva. con
muestra ·en haber afiadldo expresamente en eI art. 25, C. a., que el dere- las elecciones. La disolución no puede repetirse, pues, por causa dei mlS~o
c~o de disoluci6n deI P.residente .del Reich podrá ejercitarse, «sin embargo, conflicto' las elecciones deciden. Esta disolución minis teria! ha aparecI~o
so~o una vez por eI mlSmo motivo». Hugo Preuss se manifestó de la si- con esp:cia! daridad sobre todo en la prá~tica in!!lesa, .si bie.n eI Ministerto
gUlente manera, respecto a eSe postulado: «EI sentido de la prescripción como tal no tiene un derecho forma! proplo de dlSoluclón, smo que ésta es
(' por eI mismo motivo') es claro. EI Presidente y eI Gobierno no deben adoptada formalmente por una disposición dei Jefe dei Estado --en Ingla-
tener la posibilidad de intentar, mediante repetidas disoluciones por la mis- terra, por real decreto. . .
ma cuestión -me acuerdo de la época de los conflictos- el hacer poco a 4. Autodisoluci6n dei Parlamento. Como nuevo caso de dis<;,luC1ón dei
poco dócil al Reichstag y ai cuerpo electoral.» (Prot., pág . 233.) Bajo la Parlamento se ha desarrollado la autodisoluci6n, hoy reconOClda en las
336
I·,.
338 EI elemento polItico de la Constitud6n moderna La disoluci6n dei Parlamento 339

Constituciones alemana~ de, Pafs (por ejemplo, Constítud6n prusiana d6n presidencial, no pueden verificarse ninguna de las dos clases de diso-
de 1920,. art. ~~; ConstJtuclon bavara de 1919, § 31). Aquí carece de sen- luci6n.
tido la 11ffiltaclOn a una sola vez y aI mismo motivo, pues claro está que
cada Parlamento sóJo una vez puede disoJverse a sí mismo. Casos ocurridos hasta ahara: Ordenanza deI Presidente dei Reich de 13 de marzo
5. Disolución po~ inici~tiva popular. Una última especie de disolud6n de 1924 (Gac.! r. pág. 173); se disue1ve e1 Reichstag «por haber constatado el Gobierno
deI P.arIa!TIento, por, 101clatlva popular, ~e encuentra reconocida hoy eo que la demanda de que no se modifiquen por ahora las Ordenanzas emitidas a base
de las leyes de autorizad6n de 13 de octubre y 8 de diciembre de 1923 (Gac., 1, pá.
COnStltUClOnes de PalSes alemanes (por eJemplo, Prusia, art. 14; Baviera, ginas 943 y l.l79L que considera vitales, no encuentra la anuencia de la mayoría deI
§ 30); pero no Cuenta para la ConstÍtuci6n deI Reich. Reichstag», Además, Ordenanza dd Presidente dei Reich, 20 de octubre de 1924:
«Dificultades parlamentarias hacen imposible el sostenimiento deI actual Gobierno ~
., 6. Especialidades: cooperaci6n de un Senado (arriba, pág. 290)i además, disolu- también la formadón de uno nuevo sobre la base de la política interior y exterior se-
CI0fi por una «Comisión» especial (art. 14, Const. prusiana), y otras. guida hasta abora.»

lI. EI derecho de disoluci6n dei Presidente dei Reich. Ambas especies de disoluci6n corresponden al sistema parlamentaric
de la ConstÍtución de Weímar. De ello pueden resultar dificultades que sólc
1. La ConslÍtución de Weimar no conoce otra disolud6n del Reichstag se resuelven conociendo la significaci6n auténtíca de la dependenda res·
que la o~denad~ por. el Presidente del Reich (art. 25, C. a.). Pero el ejercicio pecto de la confianza del Reíchstag. El Gobierno necesita la confianza de:
de esa ~ls~luclOn: Slempre pr~sidencial eo cuanto a Ia forma, puede servir Reíchstag para el ejercicio de su cargo (art. 54); pero el Canciller y, a pro·
eo la ~ractI~~ a dlvers~s espeCles de disolución parlamentaria. Normalmente, puesta suya, los ministros son nombrados por el Presidente del Reich (ar·
una dl~oIuclOn deI Relchstag ordenada por el Presidente deI Reich es una tículo 53). Ya se mostró antes que el art. 54 recibió su contenido propio
dlsoluClón presidencial, no ~?Io'por la forma, sino también por eI contenido. en cuanto que sólo el acuerdo expreso de desconfianza representa caso d,
SIrve para afirmar la pOSlClOn mdependiente deI Presidente deI Reich fren- Gabinete. Por lo tanto, puede haber un Gobierno que ejereite su cargc
te aI Reichstag, haciendo que ante un conflicto entre la mayoría de éste sin tener la confianza de la mayoría del Reíchstag. Todo Gobierno minori·
y el Pres.'dente del Relch decIda eI Pueblo. Sm embargo, junto a eso tiene tario se encuentra en esa sÍluación. Si eI Presidente deI Reích nombra un
especIal ImportanCla el ~aso. de una disolución deI Reíchstag, presidencial Canciller y dispone con su refrendo la disoluci6n del Reíchstag antes d,
por la forma, pero mlmstenaI en el fondo. Aquí, la disolución ordenada que se haya producido un acuerdo expreso de desconfianza, ello no implica
I'0r el President~ sir~e a la linalidad de la independenda deI Gobierno y violaei6n del art. 54, C. a., porque entonces todo Gobierno minoritario re-
s,gmfi~a una lImaaclOn aI p,ostulado de que el Gobierno depende de la presentaría tal violación. Esto resulta incuestionable después de la práctica
mayana del Relchstag. Padna tamblén tener lugar una autodisolución del hasta ahora seguida para la formación de Gobiernos en el Reích alemán.
Relchstag, en la forma de disolución presidencial, verificada cuando el Reich- Más difícil es la cuestión cuando existe un acuerdo expreso de descon·
stag mlsmo deseara la disolución. Por últim~, sería concebible todavía que fianza deI Reíchstag, teniendo así base indubitable el deber de dimitir, se·
eI PreSIdente del Relch se ajustara con su dlSolud6n a la voluntad de una gún la letra del art. 54, 2. En este caso puede verificarse la disolueión
minaría: y esta, que eo ~eaIid~d sería una disolución por iniciativa popular, presidencial dimitiendo el Gabinete y nombrando el Presidente del Relch
adoptana la forma de dlsoluclón presidendal. La distínci6n de las diversas uno nuevo, con cuyo refrendo disuelve el Reíchstag antes de que pueda
eSl'ecies de disolución es muy significativa, a los efectos de interpretar el ser adoptado un nuevo acuerdo expreso de desconfianza. La disolueión mi-
artl~ulo 2,5} auo ~uand? no pueda disponerse de atta forma que a través de nisterial, por el contrario, parece estar excluída por completo en este caso)
b dlSol~clOn presIdenCIal y eI Presidente no pueda ser obligado a ordenar la si bien ha de ser considerada en éI de modo especial. En las inclinaciones
dlsoluClOO contra su voluntad. formalistas de la Teoría alemana del Derecho político se aferrará verosí-
, 2. EI hecho de que el Presidente deI Reích esté ligado, según el ar- mílmente a la letra del art. 54 y negará aI Gobierno la posibílidad de apelar
t1CU~O 50,. ,C. a., pa:a todas 5US actuaciones oficiales, incluso para ordenar aI Pueblo frente a un acuerdo expreso de desconfianza. Pero habría que
la dlsoluc,,?n del Rel~hstag, aI. refrendo del Candller o dei Ministro compe- distinguir, aI menos, qué espede de mayoría es la que, por un acuerdo de
r,ente, suscIta, la, ulterIor cuestl6n, de c~mo se regula0 las dos especies prác- desconfianza, retira aquí aI Gobierno la confianza. Si es una mayoría s6lida
tlcamente mas Importantes de dlSoluClón: la presidencial y la ministerial. que está dispuesta a formar, por su parte, el Gobierno con directrices polí-
Pues s6Io el Preside~te del Reích puede ordenar la disolución, y sólo con ticas claras, sería ra2Onable, si no también oblígado, rechazar aquí la diso-
el refrendo del CancIller. ~mbas espedes de disolución, independientes y lución ministerial, aun cuando el derecho ministerial de disolución se ajusta
separa~as, se encuentran. aSI l~separ~b.lem~nte unidas, y si no se logra ganar con la mayor adecuación a este caso. Pero si la mayoría que ha adoptado
al PresIdente para una disolucl6n mllllsterIal, o aI Canciller para una disolu- el acuerdo de desconfianza no es una mayoría unharia, y las motivaciones
L. disolución del Parlamento 341
340 E1 elemento polftico de la Constüución moderna

polfticas de! acuerdo son manifiestamente contradictorias, tratándose de un Reichstag puede refrendar la disposi~i~n. ,dei Presidente dei Reich disol-
acuerdo de desconnanza adaptado, acaso, con votos de los populistas, de viendo ese Reichstag. EI deber de dimlslOn fundado en e! art. 54, ~ .. a.,
los comunistas y dei partido popular alemán, sería absurdo declarar ilícita subsiste, naturalmente; pero en un caso tal habria que esperar !".dec1S16n
aquí la disolución ministerial y exigir de! Presidente de! Reich que no dei Pueblo sobre la composici6n dei Reichstag. EI deber de ~lmlsl6n surge
disolviera antes de haber formado nuevo Gobierno, lo que en realidad cuando la nueva elección no ha arrojado una mayoria dei Relchstag a favor
implicaría exigir que se tratara como una e'pecie de bien jurídico, protegido dei Gobierno, que se ve privado de la confianza dei nuevo Reichstag.
por ley constitucional, e1 estado de incapaddad de gobierno o de (molun-
tad» de gobierno de! Reichstag_
3. Tanto en la interpretación de las prescripciones legal-constitudo-
nales sobre e! sistema parlamentario dei actual Reich alemán, como en e!
enjuiciamiento de! derecho de disolución de la Constitución de Weimar, ha
de tenerse en cuenta la conexión de ambas instituciones, sm que pueclan
acentuarse aisladamente y, por lo tanto, de modo excesivo y exclusivista
las distintas prescripciones legal-constitucionales. Antes bien, todas ellas
se completan en un delicado sistema que deja abiertas las más diversas po-
sibilidades. En e! centro se encuentra la facultad de disoluci6n deI Presi-
dente de! Reich como institución normativa que soporta todo e! sistema y
modifica todas las demás prescripciones constitucionales, institución cuya
/inalidad es hace que decida la voluntad deI Pueblo, incluso frente a una
mayoría parlamentaria. EI Tribunal de Estado de Oldenburgo trat6, en su
sentencia de 21 de abril 1925 (AiiR., t. 9, 1925, págs. 224 y sigs.), e1
caso de una disolución de Landtag después de rechazar una declaración
de contianza, sosteniendo este punto de vista democrático de que «preci-
samente por la disolución se pane al Pueblo en condiciones de hacer efec-
tiva su voluntad en e! conllicto». EI ponente en la Comisi6n de Constitu-
ción de la Asamblea nacional de Weimar Dr. Ablas reconoció y expresó
con mucha claridad e1 mismo pensamiento (Prot., pág. 233): «Ese derecho
(e! de disolución de! Presidente de! Reich) va, sin duda, muy lejos; pera
tenemos que aprobarlo en todas las circunstancias. EI Presidente de! Reich-
stag cuando adquiera e! convencimiento de que éste sigue un camino equi-
vocado eon sus acuerdos o se encuentra en contradícci6n con e1 sentimiento
popular. Esta es democrático, y contra la ape!ación de! Pueblo no puede
precaverse ningún buen demócrata.» Conforme a ese criterio, puede decir-
se lo mismo para eI caso, de gran importancia política, de una disoluci6n
dispuesta por eI Presidente deI Reich, pero, en eI fondo, ministerial. En-
tonces la disolución tiene como /in eI de ofrecer la posibilidad a un Go-
bierno que ha perdido la mayoría en e! Parlamento, de suscitar por unas
elecciones la decisión de los electores y que decida asi la mayoria de los
ciudadanos con derecho a voto, frente a una simple mayorla parlamentaria
con su agrupaci6n casual y cambiante en fracciones. La linalidad política
y jurídico-política de la disoluci6n ministerial que pertenece aI sistema de
la Constitución de Weimar desaparecería si se quisiera interpretar e1 ar-
tículo 54 sin atenci6n al art. 25, empeliándose en que e! Gobierno dei
Reich no es hoy más que un accesorio, que cambia automáticamente, de
la agrupación de fracciones que cambia por días. Yo aceptaría, por eso, que
un Gobierno privado de confianza por acuerdo expreso de desconfianza dei
Sección cuarta
TEORIA CONSTITUCIONAL DE LA FEDERACION
§ 29
CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE UNA TEORIA
CONSTITUCIONAL DE LA FEDERACION

r. Oieada sobre las clases de relaciones y asociaciones interestatales.


1. Hay relaciones entre Estados alli donde existen, unas junto a otras,
unidades políticas en paz o en hostilidad. EI Derecho internacional es la
suma de regIas reconocidas, consuetudinarias o convencionales, para estas
relaciones de simple coexistencia. La comunidad de los Estados entre los
que se dan tan sólo relaciones internacionales, no fundamenta todavia una
asociaci6n de esos Estados. Cuando se habla de que «el» Derecho inter-
nacional (es decir, una pluralidad de regIas diferentes, de caso en caso y
de relación en relación) funda una «comunidad jurídico-internacional», o
una famille des nations, se da este nombre aI correlato lógico de aquellas
relaciones de coexistencia. Cuando se habla de una «ordenaci6n jurídico-
internacional», no ha de entenderse el concepto de ordenación como un
sistema cerrado de normas, sino como algo que existe eon dimensiones
deI ser. Esta comunidad jurídico-internacional no es un tratado, ni descansa
en un tratado. No es tampoco una alianza, y mucho menos una federadón.
No tiene Constitución en sentido específico, sino que es el re/lejo, que se
manifiesta en diversas regIas y consideraciones generalmente reconocidas,
deI Pluriverso político, esto es, de la coexistenda de una pluralidad de uni-
dades políticas.
De la misma manera que es imposible halIar la «constituci6n» de una familia en
ciertas normas generales ai modo de: «Honrarás a tu padre y a tu madre» o «Amaos
los unos a los atros», tampoco puede considerarse como Constituci6n de la comunídad
jurídico-internacional una norma general y abstracta. Sobre todo, es una empresa deses--
perada la de ofrecer como Constítuci6n postulados generales a la maneta de «el Dete-
cho prevalece sobre la fuerza», o la santidad de los contratos, y atribuir a la «comu-
345
346 Teoria constitucional de la Federaci6n
Conceptos íundamentales de una teoría constitucional de la Federación 347
nidad jurídico-internacional» general el carácter de una auténtica federación. EI pos-
t~lado pacta sunt ~e.:.vanda que A. Verdross presenta como «Constitución» de Ia comu- tos tratados internacionales, como tratados de comercio, suministros, ade-
Oldad jurídico-intemácional, es e1 menos apropiado para constituir una comunidad y más de asociaciones pactadas para la regulación permanente de tales fines,
ordenación más a.llá· de las simples relaciones de coexistencia. Para e1 Derecho inter- uniones como los tratados de unión postal, uníones aduaneras y de comer-
nacional vale el Tratado que los Estados condertan, pera no más aUá deI contenido
concreto dei pacto, y, además, todavía, deI segundo postulado abstracto, amplio, de
ciaI etc: Esta clase de relaciones o asociaciones pactadas se caracterizan
que 1,05, Tratados valen. ~so sería una duplicación fictícia de normas, Iógicamente falsa porque dan lugar a obligaciones positivas -muy importantes con frecuen-
y practlcamente desprovlsta de \'alor. Para una crítica más completa de ese postula- cia- de contenido mensurable, pero que no afectan inmediatamente a la
do, comp., arriba, pág. 87. existencia política de! Estado como tal en su conjunto. No son nunca una
Una gran parte de las malas inte1igencias y errores que dominan hoy las discusio- asociación para vida y muerte.
n~s sobr: los fu.ndamen~os dei Derecho internacional se explica0 porque la palabra
<l'JnternaclOnaJ . . . l1ene vanos sentidos y puede designar polícicamente relaciones opues~ Puede ocurrir que asociaciones econ6micas o de otra especie adquieran gran signi-
tas entre sí. La terminología alemana permite una clara distinci6n de interestatal e ficaci6n, pero s610 cuando afectan a la existencia política deI Estado son decisivas. Las
internacional; la honestidad científica obliga a observar esta distinci6n: «Interestatal» asociacienes econ6micas no envue1ven por si mismas, todavía, ninguna comunidad de
significa, en contraste con «internacional», que los Estados es decir las unidades existencia política, como puede verse en el ejemfllo de las uniones monetarias. Una
POlíticas, se encueotren situados unos frente a otros, cerrado~ hacia fu~ra con firmes de tales «uniones» no puede impedir que la moneda de los distintos países o Estados
fronteras, impenetrables, «impermeables», y que conservan en si mismos la decisi6n pertenecientes a la Unión siga un curso diferente cuando es diferente la suerte política
sobre eI problema de su propia existencia (esta precisamente es 10 que significa «sobe- de los diversos pafses, como 10 demuestra lo ocurrido con Ia unión latina de 23 de
rano»: .que. n~ decide un extraiío sobre la existencia po1i[ka). «1nternacionah, por eJ diciembre de 1865 y la unión monetaria escandinava de 27 de mayo de 1873 y 16 de oc-
c?n~rano, sIgmfica (eo buena terminologia alemana) la supresión y abolici6n de las dis- tubre de 1875. Si una asociación económica, por ejemplo, una unión aduanera, hubie-
trncIOnes nacionales; una interpenetración y asociación por eocima de las fronteras de ra tenido como consecuencia una comunidad política, entonces lo decisivo hubiera
los Es.tados. La 19lesia católica es una organización internacional, no interestata1; sindi- sido lo político, pasando a ocupar una asociaci6n más amplia relativa a la existencia
catos m.ternacionales, carteles internacionales, etc., lo son, en la misma medida en que
no son mterestatales. dei Estado el lugar de las relaciones particulares reguladas contractualmente.
Esta evide.nte distinci6n, cenerida desde hace tiempo (comp., per ejemplo, G. JelH-
n~k: ~llgemezne Staatslehre, págs. 116 y mras), es olvidada coo frecuencia, incluso en 3. Alianza: Una re!aci6n contractual por la cual un Estado queda obli-
dJSCU~lOn~~ científicas, con referenda a Ia Sociedad de Naciones ginebrina. Esta es una gado a la guerra para un caso determinado. Como quiera que la guerra
org~mZaClOn interestatal, si bien el pacifismo es un movimiento internacional. Cuando abarca aI Estado como totalidad en su existencia política, siendo la última
se mtercambían constantemente pacifismo COn Liga de Naciones (en e1 vago sentido y deCisiva expresión deI agrupamiento político específico, esto es, de ami-
de paz entre los pueblos e inteligencia recíproca), y Liga de Naciones con Ia Société gos y enemigos, esta obligación tiene un carácter si~gu.lar y se disti?gue
des Na/ions de Giriebra, se sacan fácilmente consecuencias fantásticas. En el escrito
de A:rthur Wcgner: 1 Criminelles Unrecht, Staatsunrecht und Vêilkerrecht (Hamburgische de cualesquiera otras reguIaciones contractuales o aSOClaClones, por valIosas
Sc.hrtften zur ~esamten. Strafrechtswissenschaft Hamburgo, 1925, págs. 11, 78), se e importantes que sean. Sin embargo, el status político de Un Estado y su
dIscute la ~estl6n ~e SI es un acto punible, como rraici6n a la patria, la denuncia a
J
., Constitución no cambian porque se concierte una alianza. La decisión sobre
una potencla extranJera de una conducta deI propio Gobierno o autoridades estatales el ;us belli está contractual mente vinculada para un cierto caSOj pero no
contraria aI Derecho internacional. Wegner opina: «Cierto que cada cuaI úene derech~ se ha abandonado e! jus belli mismo, dejando a un tercera la decisi6n. Por
a Iu~har contra la iniuria dei Gobierno. Pero, según nuestra concepci6n cultural, no es e! tratado de alianz~ se confirma contractualmente el ejercicio y aplicaci6n
med~o de esta lucha la ape1ación al extranjero, sino a la comunidad internacional.» En
la pag .. 11 sostiene que puede existir para eI Derecho penal un secreto de Estado eOn- de ese derecho. Corresponde aI ser político de un Estado e! decidir éI mis-
contrarIO al Derecho internacional (que no pueda ser «traicionado»), de la misma mo sobre la cuestión de su existencia._Un_Estado que renuncia definitiva-
manera que .el :mpleado no puede comunicar al competidor los secretos dei negocio. mente a su derecho de autodefensa, o que transmite a otro Estado o a otra
En esta exphcacJ6n (en que el Estado, es decir, la unidad pol1tica dei propio pueblo instanda ese derecho, no tiene propia existencia política. Nada importa
se reduce a un «negocio industrial»), se cierra asf la frase: «Pera si la denuncia den; que se designen como «semisoberanas» Ias distintas formac:iones interme~
lugar, por ejemplo (literalmente: por e;emplo), a la Liga de. Naciones la decisi6n es dias ni que sea usual por consideraciones diversas, seguir hablando de Es-
ya ~ás difícil.» Y esto porque hoy vacilan muchos millares «entre Ligd de Nadones y
Patn~». El profesor, alemán ~e Derech? penal. considera a Ginebra, según parece, COtno tad~ en este caso: cor~esponde a la existencia política de un Estado la posi~
el análogo de Moscu, y conVlerte en «internaCIOnal» una organizaci6n interestatal. bilidad de propia decisión sobre la defensa de su propia existencia. Por
eso el acuerdo de una alianza es un acto de política exterior para el que
2; Relaciones P<Zrticutares, reguladas por tratados, para propulsar /ines sól~ tiene capacidad un Estado dotado de existenda política. Pero no sig-
especlficos del Estado. A esto corresponden numerosas elases de los distin- nifica una reforma constitucional, sino sólo e1 eiercicio de una facuJtad su-
puesta de modo expreso o tácito en toda Constitudón de un Estado.
348 Teoria constitucional de Ia Federaci6n Conceptos fundamentales de una teoría constitucional de la Federación 349

~~:de disponerse eo Ley constitucional la prohibici6n de concertar alianzas o la forma de su Constitución. Incluso en el caso de que ninguna prescripción
sumlSlon de estas a un proceclimiento especial. La Constitución de Weimar determina legal-constitucional sea reformada ~n. su texto, se reforma .ese~~ialmente,
eo el art. 45,.3: «Las alianzas ... requieren el asentimiento deI Reichstag.» El Tratado sin embargo -lo que es mucho mas Importante-, la Con~t~tuclon en, ~en­
concret,o d,e alianza eo particular no es. pues, una reforma de la Constituci6n, sino 5610 tido positivo, es decir, el contenido concreto de las decIslOnes pohucas
!a reallzaclÓ? de u~a posibilidad constüucionalmente prevista y la consecuencia de la
Independe~cla poHuca exterior. Por lo demás, puede emplearse la forma de la alianza
fundamentales sobre e! total modo de existenda de! Estado. EI pacto fe-
para cambIar el status de uno de los Estados que la conciertan y forzarle a una renuncia deral es, por eso, un convenio de singular especie. Es un pacto libre, en
permanente a. la de~isi6n independiente acerca de su ius belli. Entonces, la forma de1 cuanto que depende de la voluntad de los miembros el entrar en la Fede-
Tratado de ahanza Silve de hecho para fundamentar una relaci6n de protectorado (arri- raci6n; libre, pues, por lo que se refiere aI acto de concertarIa. pe:o no es
ba, § 7, pág. 90). un pacto !ibre en e! sentido de que pueda ser !ibremente de!,unclado, de
que regule tan sólo relaciones parciales mensurables. Antes bIen, un Esta-
4. ~a. Federación es una unión permanente, basada en libre convenio, do, por el hecho de pertenecer a la Federadón, queda inordinado en un
y alo servlclO deI fio com~n de la autoconservación de todos los miembros, sistema político total. EI pacto federal es un pacto mterestatal de status.
medIante la c.ual se cambIa eI total status político de cada uno de los miem- n. De la determinadón conceptual de la Federadón se sigue:
bros en atenclón aI fin comúo.
1. La Federadón comprende a todo Estado-miembro en su existenda
Las . características y .co~se.cuencias de este concepto de Federación serán desarro-
total como unidad política, y le acopla como un todo en una asodadón
lladas .sm atend:r a la dlstmclón entre Confederación de Estados y Estado federal. El políticamente existente. Por eso, de! pacto f~?eral no surg~m sól~ vincu-
tra~amlento teóriCO que ha redbido hasta ahora en Alemania el problema de la Fede- ladones particulares. Cuando en la ConstltUClOn federal esta delImItada la
ractón adolece. de que se encuentra dominado enteramente por eI interés de contraponer competenda de la Federadón, y ésta es competente tan sólo para los asun-
la Confederaclón de ~stados (concretamente: la Confederación germánica de 1815) al tos expresamente enumerados (por ejemplo, § 5 de la Constitudón de
Es~ado f:deral (el Relch alemán de 1871), buscando para esta distinción todas las and- Francfort de 1849) esto afecta a una cuestión técnica de presunción de
te~~s poslbl~s: Los Tratados ~e Derecho político alemán de Laband y de Meyer-Ans- competencias y reg~la Ia ejecuci6n orgánica dei reparto de campetencias
churz son tIP~COS en este sentIdo. Plantean alternativas eo apariencia claras y decisivas' en el seno de la Federadón existente. No afecta a la cuestión, completa-
pero, en .realId.ad, 16gicamente raras o imposibles: la Confederación de Estados serí~ mente distinta, de los supuestos de la Federadón y aI problema de la sobe-
una rdaclón P.tU8 de Derecho inter?acional, cn contraste con el Estado federal, que
es un puro sUJeto de Derecho políttco; aquélla descansaria en Tratado internacional'
ranía. Sobre este problema, abajo, n!.
éste tendrfa. una Constitución de Derecho poHtico; la una es una relación juddica; ei 2. EI pacto federal tiene por 6na!idad una ordenación permanente, no
otro, u~ SllJeto de Derecho, etc. En tales fórmulas esquemáticas y c6modas se deja una simple regulaci6n pasajera. Esta se deduce dei concepto de status, por-
de cons!d~rar e1 concepto fundamental común de todo e1 problema, y se eleva a nota que una sim pIe reguladón pasajera con resdsibilidad y medida no pue~e
c~racterISt1Ca dei con~ept? cualquier particularidad interesante para la situación poli- dar lugar a un status, Toda Federación es, por ello, «eterna), es decIr,
t1ca del momento. HlstÓf1Camente, es comprensible y explicable que desde el afio 1871 concertada para la eternidad.
l~ ~eo~fa jurídico-polhica deI Reich alemán aportara sobre tan simplistas aforismos la
d.1StlOCIÓn de ese Reich frente a la anterior Confederación germánica de 1815, y pare- Los ejemplos históricos de pactos federales hablan. siempre, con. un giro u otro,
clera, resuelto asi el problema general de la Federaci6n. Hoy, ya no es posible ese de esa permanencia. EI aeta federal alemana de 1815 dIee que los mIembros «se unen
senclllo método. en una Federación permanente»; el aeta final vienesa de 1820 se propone «afirmar
~a influenei~ de .esa ~poca sigue siendo muy fuerte. Ni siquiera e1 ingreso de Ale- indisolublemente el vínculo que une a toda Alemania en paz y concordia», y el ar~
mama en la L~ga gtnebn.na de Naciones, ni las cuestiones de Derecho poHtico que tfculo V de ese acta final determina: «La Federación se funda como una unión indiso-
r~su1tan de la tnterpretaclón deI art. 45, C. a., han podido despertar e1 interés cien- luble, y no puede ser, por tanto, libre la salida de dicha unión para ningún miembro
tífico por .el concepto de Federaeión. Característico es el artículo de F. Schlller AoR. de Ia misma.» La introducción de la Constitueión federal de la Alemania deI Norte, de
nueva ~ene, t. 11, 1926, págs. 41 y sigs., que quiere tratar Ia cuestión deI ing;eso d~ 26 de julio de 1867, habla de una «Federadón eterna»; igualmente, la Constitución
Alemama c0n:t0. pura «cues~ión . jurídica», e ignora el concepto de Federación, despa- deI Reich alemán de 16 de abril de 1871 dice que eI Rey de Prusia, en nombre de la
chando así ml Intento de dlscuslón de ese concepto (Die Kernlrage des Volkerbundes, Confederación de la Alemania deI Norte y los soberanos de los Estados alemanes deI
BerHn, 1126) a pretexto de que él persigue una investigación «apolítica». EI problema Sur, acuerdan una «Federación eterna».
fundamental para la Teoría de la Constitueión (puesto que un pacto federal auténtico También en la doctrina de los grandes teóricos deI Estado se presenta la perma-
es un acto deI Poder constituyente) no llega a hacerse presente en la condeneia J'u- neneia como caractedstica eseneial de la Federaeión, y, sobre todo, en Pufendorff: De
rídica.
Jure Naturae et Gentium, VII, c. 5, § 18.

La Federad?:, d~ I~gar a. un nuevo status de cada miembro; el ingreso 3. EI pacto federal es un pacto de singular espede, un pacto consti-
en una FederaclOn slgrufica Slempre, para el miembro que ingresa, una re~ tucional. Su acuerdo es un acto de Poder constituyente. Su contenido es, al
350 Teoria constitucional de la Federación Conceptos fundamentales de una teorfa constitucional de la Federaci6n 351

mismo tiempo, contenido de la Constitueión lederal (arriba, pág. 82) y un eión de Estados y Estado federal, y se desprende de la pacificaeión interna,
elemento de la Constitución de cada uno de los Estados-miembros. esendal a la Federación. .
De aquí resulta que el cambio más eseneial de! status de totalidad de
Numerosos Estados de la Confederación germánica de 1815 pusieron eo la cúspicle los miembros federales alecta a su ius belli. Mediante el pacto lederal no
de 5U Constitución eI postulado de que eran un elemento de la Confederación; por se fija contractualmente ese jus belli, como en el tratado de alianza, para
ejemplo, Gran Ducado de Baden (Constitución de 22 de agosto de 1818, § 1): «EI
Gran Ducado es un elemento de la Federación alemana»; igualmente, el Gran Ducado
un cierto caso, para eI casus foederis, sino que se renuncia definitivamente,
de Hessen, Constitución de 17 de diciembre de 1820, § 1; además, e1 Reino de Sajo- en e! seno de la Federación, a valerse por sí mismo. Ya no pueden tener
nia, Const. de 4 septiembre de 1831, § 1, y eoo especial detalIe y acierto, el Reino lugar guerras dentro de la Federaeión y entre sus miembros. En tanto ella
de Württenberg, Const. de 25 de septiembre de 1819, § 3: «EI Reino de Württen- subsista, sólo es posible una ejecución federal de toda la Federaeión contra
berg es una parte de la Federación alemana; por eSQ tienen también fuerza obligatoria un miembro. Si se produce una guerra, la existencia de la Federación en su
para Württenberg to~~s las resoluciones orgânicas de la Asamblea federal que afecten forma presente se destroza.
a las relaciones constitucionales de Alemania o a las relaciones generales de los ciuda-
danos alemanes. 5in embargo, por 10 que se reflere aI medio para el cumpHmiento La Confederación germánica de 1815 se disolvi6 eo 1866 por la guerra entre
de las obligaciones que con eso se establezcan, ha de tener lugar la cooperación cons-
Prusia y Austria. En 28 de mayo de 1866 rompió e1 Gobierno austríaco sus negoda-
titucional de los estamentos.» Si en el actual Reich alemán y bajo la Constituci6n de danes eoo Prusia; en 10 de junio de 1866 irrumpieron las tropas prusianas, bajo el
Weimar de 1919 se encuentran tales postulados eo las Constituciones de los Países mando de Manteuffel, en Holstein. Austria propuso entonc:es, en 11 de junio, ante
(por ejemplo, art. 1.0 de Ia Constitución prusiana de 30 de noviembre de 1920: Prusia
el Bundestag, la movilil,aci6n de las tropas federales (excluido el Cuerpo prusiano),
es una República y miembro deI Reich alemán), eso ya no tiene la misma significación proposición que Prusia declaró antifederal, pero que fue aceptada eo 14 de junio
ai tespecto, porque eI actual Reich alemán no es ya una Federación; comp. abajo, pá- de 1866. Como aquí se ha de pensar siempre en la «cuesti6n de la cuIpabilidad», la
gina 368.
dedaración prusiana de 14 de junio de 1866, que se dio después de aceptada la pro-
posición -austríaca (imp. en Nouvel2u recueil général de traités, XVIII, págs. 310 y si-
4. La Federaeión reconoce por finalidad el mantemmlento de la exis- guientes, y Strupp: Documents, I, págs. 324 y sigs.), contiene una: inreresante discusión
teneia política de todos sus miembros en el marco de la Federaeión. De acerca deI significado de una movilización y una guerra en el seno de una Federaci6n:
aquí se sigue que la Constituci6n federal contiene en todo caso, incluso ! «El Derecho federal conoce, frente a los miembros de la Federación, sólo un procedi-
cu ando no habla de eIlo expresameme, una garantía de la existencia polí- :~ . miento ejecutivo para eI que se encuentran prescritas ciertas formas y supuestos; levan-
; tar un ejército federal contra un Estado-miembro a razón de la regulación federal de
tica de cada uno de los miembros, y, eo efecto, garantiza Ia existencia de guerra, es tan extraiío a aquél como toda intervención de Ia Asamblea federal contra
cada uno de los miembros frente a todos y de todos frente a cada uno y un Gobierno federal fuera de las normas deI procedimiento de ejecución.}) «Como
frente a todos juntos. Se garantiza, pues, dentro de la Federación el status quiera que la confianza de Prusia en la protecci6n que la Federación ha garantizado
quo político, en e! sentido de la existencia política. A esto corresponde a cada uno de 5US rniembros fue sacudida hondamente por la circunstancia de que eI
tal11bién normalmente la garantía de! status territorial. No puede ser pri- miembro más poderoso de la Federaci6n ... se ha armado contra Prusia, apelando a sus
vado ningún miembro federal, COntra su voluntad, de una parte de su terri- propios medios .... tenra que reconocer el Gobierno deI Rey que peligraba en alto grado
la seguridad interior y exterior que, según eI artículo II deI acta federal, es la finalidad
torio, y mucho menos puede ser suprimido contra su voluntad en su exis-
capital de la Federaci6n.»
tenda política. No quiere decirse con eso que toda garantía de Ia- existencia «Por la declaraci6n de guerra contra un miembro de la Federaci6n, imposible se-
política o de un status de posesión territorial signifique ya un pacto federal. gún el Derecho federal ... , considera el Gabinete deI Rey que se ha roto la Federación.»
Pera, a la inversa, a toda Federación corresponde esa garantía, que resulta . ",~ La crftica que Haenel: Vertragsmassige Elemente der Reichsverfassung, 1873 (Stu-
tanto de la finalida.d de autoconservación como dei concepto de permanen- dien, 1), ha hecho a Ia concepd6n prusiana (de que es nulio jure justificabilis)J pre-
da, esencial a la Fêderación. cede aI problema fundamental de toda Federación.
5. Hacia el i/xterior, la Federaei6n protege a sus miel11bros contra el .-:.,'" Cuando, a pesar de una guerra, la Federaci6n no se disuelve, esto es s610 porque
una de las partes en litígio considera que su guerra es una simple e;ecuci6n federal,
peligro de guerra y contra todo ataque. Haeia dentro, la Federaeión signi.
fica necesariameme una permanente pacificación, como dicen ya desde e1
'", como en el caso de los Estados deI Norte f tente a los deI Sue aI saIir de la guerra de
siglo XI los viejos pactos lederales, una Landfrieden. Consiste en la «obli- í Secesi6n americana de 1861-65, y como en 1866 hubiera intentado con éxito AustrÍa si
;, Prusia hubiera sufrido una derrota. Acerca de que una guerra entre miembros de una
gación incondicional de los Estados-miembros de tramitar todos y cada uno Federaci6n acaba con esta última, Pufendorff, ob. cit .• § 21.
de los litigios entre Estados sólo en las vías de Derecho que allí (es deeir,
en Ia ConstÍtucíón federal) se encuentren ordenadas o permitidas». Esta 6. No bay Federación sin injerencia de ésta en los asuntos de los
frase de Haene!, relativa aI art. 76, 1, a), C. a. (Staatsrecht, pág. 577), es Estados-miembros. Como la Federación tiene una existencia política, nece-
válida para toda Federaeión, por encima de la distinei6n entre Conledera- sita tener un derecho de inspecci6n, poder decidir y, en caso necesario, in-
.
352 Teorfa constitucional de la Federación Conceptos fundamentales de una teoria constitucional de la Federaci6n 353

tervenir acerca de los medias para e! mantenimiento garantia y seguridad tidos; el caso extremo lleva siempre a que, o bien se disuelve la Federaci6n,
de la Federadón. ' quedando sólo los Estados particulares, o éstos cesan de existir y queda tan
7. Toda Federación como tal puede hacer la guerra y tiene un ius sólo un Estado único. La esencÍa de la Federación estriba en un dualismo
belll . .~o hay, pues, Federación sin la posibilidad de una guerra federal. de la existenda política, en una vinculación de coexisteneia federal y unidad
CuestlOn aparte es la de si la Federad6n tiene hada fuera es dedr frente política, de una parte, con una pluralidad que subsiste, un pluralismo de
a Estados no miembros, un ius belli exclusivo. La Fede;ación pr~tege a unidades políticas particulares,.de otra parte. Una tal situación de equilibrio
sus m,lembros contra l~s ataques deI exterior; pera para eso no precisa ser difícil ha de conducir a muchos conllictos, que necesitan ser resueltos.
despojado e! Estado·mzembro de la posibilidad de hacer la guerra contra La cuesti6n de la soberania es la cuesti6n de la decisión de un conllicto
uno que no lo sea: De hecho y en la práctica, la guerra de un miembro existencial. Hay varias métodos de poner fin y término pacífico a los liti-
c.ontra un Estado aJ~no a Ia Fed~ración puede fádlmente poner ésta en pe- gios; pero si la situación dei caso exige una deciJión -y 5610 de ese caso
hgro. Pero la renunCia aI IUS belll frente a un Estado no miembro en modo se trata aquí-, no puede resolverse eI conflicto político dentro de un pro-
alguno es consecuencia necesaria de la naturaleza de la Federación mieo- cedimiento de forma judicial. Pues aquí no entran en juego normatividades
t~as que, por el contrario, se deduce de la naturaleza de la existenela polí- e interpretaciones legales. Si el caso está regulado por una norma recano-
tica de! miembro ;n particular que un derecho a valerse por si mismo y a cida, vigente, ya no conduce a un auténtico conflicto. Pero si no hay seme-
hacer la. ,guerra, solo puede ser renundado a condid6n de pertenecer a la jante regulación, e! procedimiento no tiene, en realidad, forma judicial, y
Federaclon. un tribunal que sin normas generales firmes, determinadas de antemano,
decidi era según su criterio un eonflicto político, s610 sería un tribunal en
lU. Las antinomias jurldicas y políticas de la Federación, y c6mo se apariencia. Tal instancia no es, ni un órgano de la Federaeión, ni un órgano
salvan por la eXlgencza de homogeneidad. de uno o de varios Estados-miembros; es siempre parte. También sería
1. Las antinomias.----:a) Prime!a antinomia: la Federad6n tiene por ineoncebible, frente a un conflicto político auténtieo, una «instancia mixta».
fina}z.dad la autoco~servacz6n, es declr, la conservad6n de la independenda Pues si habla de establecerse con base paritaria tendrfa que ser igual aI nú-
pohtlca de cada .mlem~:o. Por otra parte, la pertenencia a una Federad6n mero de miembros nombrados por cada parte, dependi entes de ella ins-
c?mpo~ta una .mmoraclon de esa independencia, que conduce a una renun- truidos por ella, a falta de vinculaci6n a una ley; y entonces, sólo podrfa
CIa aI lUS bel!z, ~l .~,edio eseoeia! de Ia autoconservación, una renuncia a surgir una decisión cuando uno o varios de los miembros nomhrados trai-
valerse por SI mzsmfj. Esta antinomia afecta pues aI derecho de autocon- cionara los supuestos de su nomhramiento. O bien, esa instancia se encon-
servación de cada miembro federal. " traria por encima de las partes, pero no en virtud de su dependencia de la
b) Segunda antinomia: e! miembro federal trata de mantener median- ley, único fundamento de una independencia semejante, y, por lo tanto, no
t7 la Federaczón su mdependencia política y de asegurar su autodetermina- en virtud de una norma igualmente válida para ambas partes, sino en vir-
cl6n. Por otra part:, una Federadó.n, en interés de su propia seguridad, no tud de su existencia. Entonces sería soberana la instancia misma. Ya no
p.uede perder de vzsta los asuntos mternos de sus miembros. Toda Federa- seria un tribunal, sino un poder político existencial, atento también, por
cl6n. da lugar a ~ntervenciones. To?a a~téntica ejecud6n federal es una inje- ello, a su propia autoconservaeión. Por mucho que se puedan solventar, eon
rencla que supnme la a,;,todetermmacz6n completamente independiente de! buena voluntad y mediante hombres discretos y justos, diferencias, diver-
~stado a qu.e afecta, qUltándole su carácter de cerrado e impenettable, su sidades de opinión y litigios, un conllicto existencial no puede allanarse
zmpe,rmeablhdad. Esta antinomia afecta, pues, aI derecho de autodetermi- de ese modo. Todo pueblo políticamente existente decide Con forzosidad
naczon de cada uno de los miembros federales. éI mismo y a su propio riesgo las cuestiones de su existencia política. In-
. c) Terc:ra (y más general) antinomia: toda Federad6n como tal con cluso la cuestión de si una euestión es existencial, sólo puede ser decidida
mdepend7ncla de la distinci6n entre Confederación de Estados y E~tado por él en tanto que exista poIíticamente. .
federal, tlene una voluntad total y existenda política. En esta se distingue En toda pluralidad de entidades políticamente existentes, independientes
dI una ahanza. A. consecuencia. de ello, coexisten en una Federaci6n dos entre sí, es siempre posible este conflicto existencial, y está siempre ahierta
c ~ses de eXlStencla política: la exist.encia común de la Federad6n y la la cuestión de la soberanía, es deeir, de la decisión existencial última. Ser-
eXlstencla .p~rtlcular de los Estados-mlembros. Ambas subsistirán en tanto viría para confundir, sin dar soIucÍón ninguna, el tomar aquí Ia ayuda de
de.ba SUbs.lStIr '7na fed.eraci6n. Ni la existencia común de ésta puede supri- una distincÍón, primero, entre Estados soberanos y no soberanos, y, segun-
mir la eXI.stencla partIcular de los Estados-miembros, ni viceversa. Ni los do, entre Confederación de Estadosy Estado federal; y que dijéramos,
Estados-mzembros son simplemente subordinados de la Federaci6n ni ésta siguiendo la doctrina dominante de! Derecho político alemán (Laband, I, pá-
s: encu:ntra s.ubor~inada a ellos. La Pederación consiste tan s61~ en esa ginas 91 y sigs.; Haener, I, pág. 222; comp. Meyer-Anschütz, pág. 48), que
vlnculacz6n eXlstenczal y ese equilibrio. Caben gradaciones en ambos sen- en una Confederación de Estados son soberanos los Estados particulares,
Conceptos fundamentales de una teoria constitucional de la Federaci6n .355
354 Teoria constitucional de Ia Federación
política aetual, o el Reich alemán, eon su aetual Constitución, J:?uedan pre-
y ~n un Estado federal, el Estado conjunto. Esta no es respuesta para quien sentarse en todo caso como una «Pederación», sino, aI contrarlO, plantear
conozea bien Ia significación de un conflicto existencial y la eseneia de la la cuestión, sin conceptos y terminologías previas, de si se trat~ ?ún hay.de
decisión soberana. Pues se limita a enunciar que la Confederaci6n de Esta- una verdadera Federación o sólo de restos de una FederaclOn anterIOr
dos se .~isuelve en caso de conflicto, pera el Estado federal, no; a la Con- aplicados como elementos orgánicos, en una construcción estatal, o trans-
federaclOn de Estados se le quita de este modo la voluntad conjunta' todavia formados' poco a poco, desde auténticos elementos federales que eran, eo
no es más que una «relacÍóm> interestataI (que, sin embargo, pu~de, caso dichos elementos orgánicos auxiliares. _
notable, hacer la guerra, como en el caso de la Confederaci6n germánica); Las tesis más importantes de Calhoun se refieren a la doctrl,:,a de I?s
el Estado federal, por el contrario, será un Estado soberano, porque priva derechos soberanos, independientes, de los Estados, a los State Rig~ts; .es-
a, los Estados de la decisión independiente sobre su existencia polltica, y tos están, según Calhoun, limitados tan sólo en tanto. ,que la C~~st~tu~~n
solo les deJa un «derecho de legislación autónoma», No obstante, corres- lo determina expresamente, mientras que la presunClOn de la ilimltaClOfl
pond,e a Ia eseoeia de la ,F~deración el que --en tanto que eIla exista como de aquellos derechos habla. a favor de los Estados-mie,?bros_ ~a presun-
tal, Junto a los Estados'ITüembros como tales- se mantenga abierta la ci6n de i1imitaci6n, la «plerutud dei poder dei Estado», slrve aqUI, no como
cuestión de la soberania entre una y otros. Si se habla de una Federaci6n en regIa interpretativa para una cierta ley, sino de modo análogo a. lo que
que los Estados-miembros no son soberanos, sino que lo es la Federaci6n ocurre en la cuesti6n dei principio monárquico, como f6rmula 16glca para
como tal, es hablar de una estructura en la que sólo la «Federaci60» esta la soberania. Esta teoria es desacertada, porque tiene a los Estados-mlem-
es, eI todo, tiene existencia política, eon lo que nos encontramos en re~lidad bras por soberanos y a la Federación por no soberana, lo que _es t~n poco
ante un Estado unitario soberano. De tao sencilla manera se soslaya el ver- adecuado a Ia peculiaridad de la Federación como la afirmacl6n lflversa.
dadero problema de la Federación.
Calhoun da a los Estados-miembros un derecho de anulación de las leyes
Esta t:rcera. y más general antinomia reconoce como última base el que y actos federales. Según esto, por virtud de I;ropia decis!ón ~~I Estado-
toda coexlstencla de unidades pollticas independientes, en el marco de miembro se niega a un acto federal eI reconOClmlento y eJecuclOn cuando
una untdad de conjunto igualmente dotada de existencia política, tiene que traspasa, 'según la concepcián dei Estado-mi~mbro, I~s_ facultades constitu-
aparecer como una contradicción. Max von Seydel cita con vivo aplauso cionales de la Federaci6n; en este caso deCIde provlslonalmente la ~epre­
I~ fras~ ,de un francés: II ne peut y avoir_ deux unités, car I'essence de I'unité 'i sentaci6n popular dei Estado-miembro, hasta tanto que haya reconocldo la
c est d etre une: no puede haber dos unIdades, pues la esencia de la unidad constitucionalidad una mayoria de tres cuartos de la Cámara de Estados de
c?nslste en ser una (opini6n de Léon, Abhandlungen, pág. 19). Eso resulta la Federaci6n_ Pera ni siquier. una mayor!a suficiente para r~formar la
cterto para eI caso de confIicto, pese a las sutiles distinciones entre «Esta- Constitución puede suprimir las bases contractu.ales de la Fe~eracI6n. ~uan­
dos» soberanos y no soberanos. La contradicdón se muestra en todos los do un Estado-miembro ve amenazad. y en pelIgro su segurldad y eXlsten-
c?nflictos. esenciales dentro de la Federación y en todas las célebres cues- cia, y según su decisi6n soberana, se abusa de lasfaculta~es federales, ~iene
tlones IttlglQsas de! Derecho federal, hasta que una decisi6n poHtica no derecho a rescindir el pacto federal, derecho a la secesz6n. Estas tes1S de
ha acabado con el anterior equilibrio federal. Asi, para la Constituci6n de Calhoun formaban la fundamentaci6n te6rica de la secesi6n de los Estados
los Estados Unidos de América, los problemas propiamente fundamentales , dei Sur que condujo a la guerra de 1861-1865_ Como la guerra concluy6
se dlscutteron antes de la guerra de Secesián. Entonces sostuvo JohnC. con la derrota de los Estados dei Sur, cesá de tener eficacia la teoria para
Calhoun su famosa tesis (sus artículos aparecieron coleccionados en 1851) los Estados Unidos de América_ «En adelante, eI intento de despojar al
a que apela expresamente Max von Seydel (Zur Lehre von den Staatenver~ '-.I ;. Gobierno nacional (es decir, federal) de su supremada, es considerado c,?mo
bmdungen, 1872, Abhandlungen, pág. 15). Su significación teórica para los 1 rebeli6n, y por esta causa, b~j? eI sistema polltico de ~os Est~dos Um~?s
i.
eonceptos de una teoría constitucional de la Federadón es hoy todavia bas- no es aclmisible rlÍ la anulaclOn por un Estado cualqUlera, ru la seceslO?
t~~te grande, y en modo alguno desaparecida porque en la guerra de Sece- ,! '.
de un Estado __ -' En adelante decide eI Tribunal Supremo ... Con tanta rapI-
slon fuer.n _venc~dos 10s:.Estados deI Sur y porque en e! Imperio alemán .~ l dez habia resuelto la guerra todas las difíciles cuestiones que habian preocu-
de la Constttuclon de Blsmarck la doctrina dominante se contentara con . I .. pado durante dos generaciones a I?s cuerpos legislativos, los Tri~unales
al~unas antitesis y falsas distinciones de Estado y soberania y Confedera- y, no en último lugar, al pueblo mlsmo» (N_ Mur~ay Butler, ob. c_!t.,_pá-
clon de Estados y Estado federal. En las doctrinas de Calhoun y Seydel gina 219). Pera esa «soluci6fl» dei problema mediante la guerra. slgmfica
se trata de los conceptos fundamentales de la Teoria constitucional de la tan s610 que la Constituci6n ha cambiado su carácter y la Federaclón como
~ederadón eon cuI'0. auxilio deben darse a eonoeer dertas estructuras poH. tal ha cesado, que es lo que la guerra decidió. La posibilidad de un conflicto
tle~s en su peeuh~rtdad, y cuyo valor científico sigue vivo, aun cu ando existencial entre la urlÍ6n y uno o varias Estados-miembros ha quedado
qUlenes los sostuvleron estuviesen polfticamente dei lado de los vencidos. excluida; los elementos federales de la Constituci6n no se refieren ya a la
No se deduce de esta que los Estados Unidos de América, en su estructura .~ I
356 Teona constitucional de la Federadón Conceptos fundamentales de una teorfa constitucional de la Pederaci6n 357

cuesti6n de la existencia politica independiente de' los Estados, sino que una garantia de la forma de gobiemo republicana. La Confederaci6n germánica de 181.5
son elementos de organizaci6n de la autonomia legislativa y administrativa contiene ya eo e1 art. 13 de1 acta federal vienesa un3 garantia eo la que se encueotran
que subsiste. Con la cuesti6n de la secesi6n se aclara ese problema funda- previstas Constituciones estamentales para los Estados-miembros. En e! art. 57 de!
aeta final vienesa de 1820 se proclam6 expresamente el principio monárquico en cuanto
mentai de la Federaciôn; si ésta, según su esencia, .. debe ser permanente, e!
forma de gobierno igual para todos los miembros (la pequena singularidad de las ciu-
ingreso en la Federación debe significar la renuncia permanente al derecho dades libres merece ahi tan escasa imponancia como en la Confederaci6n de la Ale-
de secesión; pero s! la Federaci6n ha de ser al mismo tiempo un pacto, y mania de! Norte de 1867 y eo e1 Imperio alemán de 1871). Respecto a aque! art. 13,
los Estados que la lIuegran no deben perder su existencia politica indepen- es de singular interés una carta de Gentz, de 16 de febrero de 1818 6 1817 (Witti-
diente, necesitan qUedar los miembros de la Federaci6n en siruaci6n de chen, III, págs. 384-85), donde se dice que si dentro de la Federación hubiera sistemas
decidir por sI mismos sobre la evenrual imposibilidad, aplicabilidad y cesa- estamentales junto a sistemas representativos puros, elIo daria lugar a confusi6o y di-
bilidad de ese pacto, y éste es precisamente, un derecho de secesión. O bien sensiones: «Tal situación de las cosas no ha sid<.~ de seguro, oi pensada oi querida
permanencia de la Federación, es decir, oi secesión ni anulaci6n, o bien al redactar e! aeta federal, ni siquiera hubiera sido aceptada como posible, y se encuen-
tra en contradicción evidente con el concepto de la unidad, dei ordeo y de la paz eo
existencia polltica independiente de los Estados-miembros, es decir -aun- Alemania.» La Constituci6n de Francfort de 1848-9 determinaba en e! art. XII de los
que s610 en el caso extremo--, anulaci6n y secesi6n. Pero e! concepto de derechos fundamentales la homogeneidad sobre la base de «Constituciooes constitucio-
una unidad política permanente, formada por Estados, y que, a pesar de nales» con dertos detechos mínimos de la Representación popular; según el § 195,
sus fundamentos contracruales, no puede ser abandonada aparece como una todo cambio de la forma de! Gobierno eo un Estado particular, depende de la anuen-
cosa contradictoria en grado sumo. ' da dd poder del Reich; en e! § 130 se proclama que los derechos fundamentales son
2. La disolución de las antinomias de la Pederaci6n estriba en que norma para todas las Constituciooes de los diversos Estados.
toda Federación descansa sobre un supuesto eseneial, cual es e! de la homo- EI Imperio alemán de la Constituci6n de 1871 no contenía ninguoa de tales garan-
geneidad de todos sus miem bras, homogeneidad sustaneial que da lugar a das expresas, pero no se apoyaba menos eo e! hecho de ser una Federaci6n de Estados
monárquicos. Sobre la dificultad que resultaba de aqui para el problema de un go-
una coincidencia concreta, {áctica, de los Estados-miembros y es causa de bieroo parlamentario eo d Reich, arriba, § 25, pág. 319.
que no se produzca en e! seno de la Federaci6n e! caso extremo de con- El art. 6 de la Constitución federal suiza de 29 de mayo de 1871 determina: «Los
flicto. También aquI puede tratarse, como en e! caso de la homogeneidad Cantones están obligados a requerir para sus Coostitudones la garantia de la Federa-
democrática (arriba, pág. 225), de la sustaneia de los distintos sectores ci6n. La Federacióo toma sobre si su garantía en tanto que:
d~ .Ia :,!da hu~ana. Puede. ser una homogeneidad nacional, religiosa, de ei- a) no contenga nada contra las prescripciones de la Constituci6n federal;
vIllzaclOn, socIal, o de clase, o de cualquier otra especie. Prescindiendo b) asegure el ejercido de los derechos pol1ticos mediante formas republicanas
dei caso de la Federación de Repúblicas Socialistas Soviéticas la sustancia (representativas o democráticas);
consistirá hoy casi siempre en una homogeneidad nacional de la población. c) sean aceptadas por el pueblo, y puedan ser revisadas siempre que 10 exija la
Todavía se afiade a ésta, como un nuevo elemento, la homogeneidad de! mayoría absoluta de los ciudadanos.»
principio político (Monarquía, Aristocracia, Democracia). Desviaciones y La Constituci6n de Weimar garantiza una homogeneidad a base de una Democra-
cia constitucional con gobierno parlamentario, exc1uyendo as!, tanto la Monarquía, como
diversidades en cuestiones fundamentales --como la diversidad en la con- un sistema proletario de Consejos; e! art. 17, C. a.: «Todo Pais nece:sita tener una
sideraci6n de la esc1avitud en los Estados septentrionales y meridionales Constituci6n republicana. La Representaci6n popular será elegida por sufragio unjver-
de la Uni6n americana- han de arribar a una decisi6n, si no se quiere que sal igual, directo y secreto de todos los hombres y mujeres alemanes deI Reich, según
pongan en peligro la'.homogeneidad. los principias de la representad6n proporcional. El gobierno de! País ne:cesitará la con-
franza de la Representación popular.» Acerca de que e! Reich alemán no es ya hoy una
~o~tesquieu, que también en esto acredit6 su penetraci6n teorético-polftica, hubo Federaci6n, pág. 368.
de mdicar ese supuesto esencial de la Federación. La Consittuci6n federativa debe
estar. compue~ta de Estados de igual naturaleza, sobre todo, de Estados republicanos, a) La soluci6n de la primera antinomia consiste en que un Estado
Esprzt des 10lS, IX, 2: «Que la constitution fédérative doit étre composée d'états de puede renunciar en e! seno d~ una ~omunidad h~m~gé,:,ea de Estados al
mé';1e nature, surtout. d'états républicains.» Pues e! espfritu de la Monarquia es bélico ,,',
y. tlende al engra.ndeclIniento; e! espíritu de la República es pacifico y moderado (aqui
ius belli y a valerse por sI mlsmo, sm negar o dlsmmUlr su voluntad .de
plens~ MontesquleU en la República aristocrática, cuyo principio es, según él, la mo- autoconservaci6n. Pues e! sentido de una guerra está en que se hace en m-
derac16n). En todo caso, no pueden convivir en una estructura federal principios y terés de la autoconservación contra un verdadero enemigo. EI enemigo es,
crirerios políticos de clases contrapuestas. por razón dei propio concepto, algo ajeno y extrafio en e! ser, e! grado
La mayor pane ?e las Constituciones federales contienen, por esc, garantías expre- extremo de lo ajeno, que conduce en e! caso de conflicto a la negaci6n de
sas de la homogene.ldad. La sustancia propia de la homogeneidad suele darse por su- la propia manera de existencia política. Por eso, sólo cabe y tiene sentido
p~esta de modo tácIto; la garantia expresa se reflere, de ordinario, a Ia fonna de Co- una renuncia permanente y definitiva a la guerra frente a aquellos Estados
blerno. Así, d art. 4, secci6n 4, de la Coostitución federal americana de 1787, contiene con los cuales se encuentra permanente y definitivamente exc1uida la posi-
:
.'."
358 Teoria constitucional de la Federaci6n
Conceptos fundamentales ~e una teoda constitucional de la Federaci6n 359
bilidad de la enemistad. Pera esta no depende sin más de la buena voluntad
de los hombres. La mayor voluntad es impotente frente a la realidad con- tados-miembros de manera que haya de actuar como soberana ni la Fede-
creta de puehlos de diversa estructura y de intereses y convicciones en ración frente aI 'Estado-miembro, ni éste frente a la Federación. La existencia
colisión, cuyas singularidades efectivas encuentran en' e! Estado su forma de la Federad6n se basa por completo en cl hecho de que ese caso de con-
política. Só10 cuando se da una homogeneidad sustancial, un parentesco flicto se encuentra prácticamente exclui~o. Pe;ro claro está q~e esta rea-
efectivo, como, por ejemplo, cn Estados de poblaci6n nadona! homogénea Iidad no puede producirse mediante estlpulaciOnes, deseos y lura!"entos;
y orientada en e! mismo sentido, es razonablemente posible considerar seda algo vacío e ilusario, si no un engano, en tanto que falta~e la hO,mo-
excluida de modo permanente a despecho de eventualidades, una enemis- geneidad y parentesco efectivos. Pera allí do.nde la homogeneldad existe,
tad. S610 en un caso ta! puede renunciarse permanentemente a! ius belli, la Federación es jurídica y polfticamente poslble, y la homogeneldad sus-
sin que eso implique renuncia a la independenda estatal y a! derecho a la tandal corresponde como supuesto esencial a cada uno de los postulados
garantía y seguridad de la propia existenda política. Cuando cada Estado- constitucionales. AIIf donde falta, la estipulaciôn de una «Federadôo» es
miembro renuncia ai ·jus belli también frente los no miembros, y se atri· un seudonegocio nulo y equívoco.
buye este derecho con exclusividad a la Federad6n, se da por supuesto con
elio que ningún Estado-miembro puede tener un enemigo que no sea a!
mismo tiempo enemigo de todos los otros Estados-miembros y de la Fede-
radón entera, ni la Federadón puede tener un enemigo que a! mismo
tiempo no lo sea también de cada Estado-miembro.
b) La solucÍón de la antinomia consiste en que la voluntad de auto-
determinadôn, propia de toda existenda política, sôlo puede ser negada o
puesta en peligro mediante una efectiva injerenda extrafía. Las interven-
danes de la Federadón en los asuntos de sus miem bras no son una injo-
reneia' extrana, resultando posibles y soportables desde los puntos de vista
político y jurídico, porque la Federación se basa en una homogeneidad sus-
tancial de los miembros. Por eso, para un Estado monárquico de! Imperio
alemán de 1871, por ejemplo, no significaba una minoración, sino una ga-
rantía de su Poder constituyente, e! que no pudiera ser transformado en
una República democrática.
c) La soluciôn de la tereera antinomia consiste en que, dada la homo-
geneidad sustandal de los miembros federales, se encuentra excluido e! caso
de eonflicto existencial dedsivo. No falta tampoco la soberanIa en una Fe-
deradôn. Pera como las euestiones de la existenda política pueden presen-
tarse en campos diversos, se da asl la posibilidad de que la decisión de una
clase de cuestiones tales, por ejemplo, de la existenda política exterior,
competa a Ia Federación, y, por el contrario, Ia decisión de otras, por ejem-
pIo, mantenimiento de la seguridad y orden público dentro de un Estado-
miembro, quede reservada a! propio Estado-miembro. No se trata de una
división de la soberanIa; es una consecuenda de la doble existenda de la
Federad6n y los Estados-miembros. No se trata de una división, porque
e! caso de conflicto que suscita la cuestión de la soberanIa afeeta a la exis-
tenda política como tal, y la decisión en e! caso particular compete por
entero a la una o aI otro. La simple alternativa propia de la soberanIa, que
no consiente ninguna división por materias, ninguna delímitaci6n y bisec-
dón, queda así salvada, y los autores que precisamente en este ,problema
acentúan, como Max von Seydel, la indivisibilidad de la soberama, teman
completa razôn. Pera, a consecuenda de aquella homogeneidad sustanda!,
no puede produdrse el caso decisivo de conflicto entre Federaci6n y Es-
§ 30 Consecuencias de los conceptos funclamentales 361
CONSECUENCIAS DE LOS CONCEPTOS situación de guerra a todo el territorio deI Imperio, B. Mückenberger, Die britische
FUNDAMENTALES DE LA TEORIA CONSTITUCIONAL Reichskonferenz und das Verfassungsproblem, Leipzig, 1927, págs. 73 y 94.
DE LA FEDERACION Si la Liga de Naciones de Ginebra fuera una autêntica Federación, tendrfa como
tal un ius belli. También aquí se comprueba que la cuestión de las características de
la Federación (Bund) es el problema primordial de la Liga (Bund) de Naciones. Sin
uo esclarecimiento de ese problema federal, todas las díscusiones, eo cuanto afeetao
a los puntos esendales, se mueven eo uo círculo vicioso. Característica es, a este res-
pecto, la frase dei comentario a la normad6n de Ia Liga de Naciones, de Schücking y
Wehberg 2,- ed., 1924, pág. 118: «Como sujeto jurídico de Derecho internacional, la
Liga tiene también sin duda (así) el derecho de declarar la guerra y hacer la paz.» La
realidad es a la inversa: si la Liga de Naciones de Ginebra tiene un ius bel/i, entonces
es plenamente sujeto de Derecho internacional; y 5610 puede tener un ius bel/i, si es
una Fecleraci6n auténtica.

2. Como sujeto de Derecho político, la Federadón existe, porque es


titular, frente a los Estados-miembros, de facultades jurídico-politicas pro-
pias, y las relaciones entre Federad6n y Estados-miembros tienen carácter
de Derecho político. El status de cada uno de los Estados-miembros se en-
cuentra cualificado de modo especial, no sólo hacia eI exterior, por la con-
dición de miembro y, por lo tanto, la pertenenda a la Federación tiene
consecuencias inmediatas de Derecho político. No hay ninguna Federación
. r. .Toda Federadón tiene, como tal, una existencia política con un que consista tan 5610 en una relación externa de carácter internacional de
'~S belh mdependlente. En cambio, la Federaci6n no tiene un Poder cons- los miembros. Basta con dos de aquellas instituciones esenciales a toda Fe-
Utuye~te proplO, .smo que se apoya en el pacto. Cualquier espeeie de com- derad6n para demostrar su condición de sujeto de Derecho político: la
petenCla para revisar los postulados de la Federación no es, por eso, Poder ejecudón federal y la intervención federal.
constltuyente (v. abajo, IV, 4, a).
a) En la ejecuci6n federal, que compete necesariamente a la Federa-
dón como tal, se enfrenta ésta C011 e! Estado-miembro contra el cual se
n. Toda Federación, como tal, es sujeto, tanto de Derecho inter- aplica, como instancia de Derecho político, dirigiendo mandatos directo.
nacIOnal como de Derecho político.
a las autoridades dei Estado-miembro, aun cuando para lo demás se trate
. 1. Toda Federación ti~ne ya en si la peculiaridad de! sujeto indepen- de privar cuidadosamente a la organización federal de un derecho de man-
~lente ~e Derecho tnternaclonal, porque toma sobre si necesariamente un dato directo. Pertenece a la esenda de la Federad6n e! que la ejecudón
IUS bel/I, y los Estados·miembros renundan en todo o en parte a su ius belli federal sea un acto de Derecho político y no de Derecho internadonal, pues
en favor de l~ Federación. Esta renuncia no se hace en e! vacio sino a favor
de la Federaclón. ' si no, la ejecución sería una guerra, y la guerra contradice la esencia de la
Federación y disue!ve ésta. El concepto de ejecución federal exige, pues,
, . El. saber qué consecuencias h~yan de desprenderse de esa capaddad ju-
ndico-mternaclOnal de la Federac16n, es un problema de organizadón. una reladón de Derecho político.
b) El derecho de intervención de la Federadón conduce igualmente a
Puede ocurrir que la Pederaci6n tenga un derecho de legaci6n índependiente tales fenómenos y actuaciones inmediatas de Derecho político. Incluso
co~o la, ~~fed~raci6n .germánica de 1815, que podIa, como tal, declarar e1 reconoci~ cuando la intervendón va dirigida tan s6lo ai Estado como un todo, afecta
m/~nto Jundlc~ mternaclonal de gobiernos extranjeros (p, ej., el acuerdo de la Confede- inmediatamente a asuntos interiores y carece dentro de la Federadón de
rac16n germámca de 23 de septiembre de 1830 sobre el reconocimiento de la subida un carácter internacional. Cuando se suscitó en la Federación de los Estados
aI ,tr~no deI rey Luis. Felipe, o de 4 de octubre de 1832, sobre e! reconocimieoto de! Unidos de América e! tema de la abolidón de la esclavitud, no pedlan los
prmClpe ~tto .d; ~avlera com? rey.de Grecia). También se acepta, por lo que se refiere Estados de! Sur, si es que había de seguir existiendo en realidad la Fede-
aI I,mpeno bnta?lCO. que es lffiposlble uo reconocimiento separado e independiente de ración, negarse a la discusión de ese problema por tratarse simplemente de
g?blernOS :xt,ranJeros por los Estados.miembros; comp. sobre el reconocimiento del go-
blerno sovléuc~ ~so por el gobierno inglés y la validez de ese reconocimiento para
asuntos internos dei Estado, «domésticos», «domestic aflairs». Podían ha-
todos los DornlnlOS, ,Heck, Der Au/bau des britischen Reiches, 1927, pág. 35, Acerca cer valer ---cuestión aparte es la de averiguar si ean razón o sin ella- su
de que una declaracz6n de guerra de la Gran Bretafia o a la Gran Bretafia pone en derecho a la secesi6n, y declarar nulo e! pacto federal, como, en efecto, lo
intentaron; pero, mientras la Federación subsistiera, no podían recusar una
360
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'

362 .f,. :;::~


Teoria constitucional de la Federaci6n ~ :.
injerencia de la Pederaci6n, a Ia maneta como recusa uo Estad ' Conse~encias de los conceptos fundamentales 363
postulados fundamentales dei Derecho internacional la inter.v o!ó selJn los
extrano. Desde eI puoto de vista de Derecho inte~nacionai eOeI n e Otto s610 exigir una transferenda; no derogar, sino s610 exigir una derogaci6n;
ias Est~dos indepedndiehntes, unos frente a otros, ai menos toda~~a eh~~e~~~~ por ejemplo, las medidas dei estado de excepción adaptadas por el Presi-
ormaCIO~es cerra. as acia fuera, impenetrables im ermeabl '; dente dei Reich quedan fuera de vigor según el articulo 48, 3, 2, cuando
I~óexpreslón amencana, algo trivial) «estancados;), D~ntro de e~~ao ~sdgun lo exige eI Reichstag; la disposición dei Presidente que, ante un tal reque-
CI n no puede haber esa cerrada impermeabilidad e era- rimiento, las pane fuera de vigor, es una transformaci6n. La transformaci6n
3.. EI carácter jurídico-político de toda Federación 11 1 internacional es verdadera transformaci6n s610 cuando contiene un cambio
cueneIa de que sie 1 F d .; eva a a conse- cualitativo de la naturaleza jurídica: una obligación internacional de Estado
tades co E mdPre ~ueb a e eraclOn se enfrenta, en uso de Sus facul- a Estado es motivo para que eI Estado obligado realice actuaciones polltico-
, n uo sta o-mIem ro auo d
mente delimitadó' eI Derech ' cuan o sea para un campo rigurosa- internas, funde obligaciones polltico-internas, etc. Aquí s610 puede hablarse
Derecho local. si' ~rescindimo: leedqe.;:1 t~n~ ~a Iprer;edencia respecto dei de «transformadóm) en forma poco rigurosa, porque falta identidad y con-
ración (pá 368) d , e e,,: a eman no es ya una Fede- tinuidad entre la obligación internacional y la ejecución interna. La «trans-
eI complej~' de la to:sJ~:ci~n a tlc'40 . 13 reclbJ. su significado especial en
d formación» no convierte la obligación internacional en relaciones de Dere-
'i
de las diferencias de criterio) I e ell?a~ómed nte el párrafo 2 (decisión
«EI 'berecho deI Reich revaÍe a prescnpcl n e ar}. 13, C. a., párrafo 1,
cho interno; establece una nueva base, interpone -según expuso H. Trie-
pel en su obra fundamental sobre Volkerrecht und Landesrecht, 1899- una
=~:~~'i~e 1~n s:1 e~~í~~h;lO!!t~oc~=~I~rF:Je~:cl~~.PL~s~;;abku~~;r~7~ncdd nueva fuente jurldica de donde surge sin continuidad jurídica algo cuaUta-
tivamente nuevo y distinto.
un provelrbio jurídico, donde s~ f~~:'n~j'~b~el:ecr~í'a~l~::1 ~~:chasfas~do Las «transformaciones» dentro de la Federación se desprenden, por eI
contrario, de un deber constitucional dei Estado-miembro y, por lo tanto,
. temtona con eI Derecho común a la rei ., . 'do , o oc y
rente en su estructura de la Fede; " I aClOn jU{,1 Ico-polItica, tan dife-
proverbial para dar e~presión a U~~lO~?a os mIem ros, em~le.ando uo giro .. ,.'-
;
inmediatamente de su status jurídico-politico. Además, no afectan a las
relaciones de Estados colocados unos frente a otros en impermeabilidad
leyes vigentes de la Federación han de ser a~í'i~Icl:tamebte dl~tInta: qUI las exclusivista, sino que están más que «ligados» (verbündet), «confederados»
dent.ro dei Estado-miembro por las autoridades y Ss~b(~li;~~Vd a~ ~om,:, eyes (verbunden). Por lo tanto, no significan para las relaciones jurídicas «trans-
preCIse un acto especial de transfor . ,. e es e, sm que formadas» ninguna novedad cualitativa, ni ruptura de la identidad. EI
vigor según el Derecho federal. La sig:fi~~~7Ón tf~!:í'~cl pC~~::ladntrant .ebn mandato emitido en cumplimiento de un deber federal, que va de los 6rga-
en que contesta a la cuestión de . I I f d o e s fi a nos centrales dei Estado-miembro a las autoridades inferiores, o a los súb-
ífecto inm~diato para todas las a~to~~d:d:: ye s~~~:o:odef~:~~ad:~t~~~ ditos de dicho Estado, es eI mismo mandato que va de la Federación a los
t:~~I~ ~erCleren I~ formalidad de u~a transformación especial. Segú~ eI ar- órganos centrales competentes dei Estado-miembro. No hay aqui diferencia
cualitativa, sino continuidad común.
I •a.) esta no es neCesarla Pero . f . 'bl
laxisgt a, ~,pesar d~ el~o -supuesta I~ regul:: p~~:uí:~~:óned:i!~rl~~~nte
. o IgaclOn constitucional de verificaria en cada caso Esta t f 'ó ' IH. Toda Federación tiene un territorio federal. Existe siempre una
In terna e I . . . raos armaCl n delimitaci6n territorial de la Federación, como tal, frente a otras unidades
s, por su natura eza Jurídica cosa distinta de I . I <, \

por razón de un tratado internacional' li' a que tlene ugar políticas territorialmente delimitadas. EI territorio federal se compone de
internacional cambiando una obli 'ó' e? cump. m,elnto de una obligación los territorios de los Estados-miembros. También puede haber un territorio
I' . ' gacI n lflternaClOna eo lo t . 'di
fac ~~d~:a~i~c:s::iOtan?·:pa:al su ejedcuclióndii!1t~rna. La transform:c~~nod~~~~o ~ dominado por la Federación como tal (por ejemplo, colonia federal). Esta
. 50 o una e as snntas man d última especie de territorio es, sin embargo, «federal» en sentido muy dis-
maClOnes a los firiés de la e' . , T b' é eras y casos e transfor- tinto que el territorio de los Estados-miembros de la Federaci6n. Sólo en
de un Estado tras asas JecuclOn: am I n pueden tener lugar, dentro eI sentido de territorio de los Estados-miembros corresponde necesariamente
sociedad religiosa : ser :Xic~í,f:ra~~~nes autón?mas, 'por ejemplo, a una a la Federaci6n un territorio federal, mientras que eI territorio federal en
alguna transform;ció.~ dentr~ de If cor I~~~~lac,ones Internas dei servicio
paso. De las necesidades técnicas d o S
I n a que Se ha hecho el tras-
de deducirse la forzosidad de transefotr o ~ran aparadto administrativo pue- /
el sentido de dominado por la Federación (País federal, Reichsland, colonia
federal), no corresponde necesariamente a ella. Cuando varias Estados po-
, . maClOnes CUao o no tie I
"
seen un territorio en común no hay ya por eso una Federación, oi el terri-
razenes orgamcas uo traspaso inmediat 1 '1' f De ugar por torio poseldo ha de ser un «territorio federal». En tal caso, todo condomínio
cución, sino que va por las vias deI se~i a. os li tl~os unci~narios de eje- fundaria una Federación, lo que, sin duda, no acontece.
cuencia, la situación jurídico-política es t~IO, a traves de los Jefes. Con fre-
que no se puede transferir , sino
Los territorios de Generalidad de los Países Bajos unidos, hasta su reuni6n en un
Estado (1579-1795), adernás de los territorios dominados por la Confederaci6n de Es-
364 Teoria constitucional de Ia Federación Consecuendas de los conceptos fundamentales 365

t?dos americanos, 1778-1787, hasta la fundación de Ia Unión, 50n ejempl0 de territo. La organizaci6n de las autoridades federales y de las competencias se
rios ~ederales eo el segundo sentido de la palabra, aquf desarrolIado. EI País imperial corresponde, en general, con un simple esquema: Asamblea plena de todos
Als,acHl-Lo;ena, eo eI ma~co deI Impede alemán 1871-1918, no es un ejemplo de terri- los Estados~miembros; además, un colegio reducido (director o, acaso, re-
tono dOml?ado pu~a y . . sl!TIplemente por la Federación; pertenecía aI territorio federal presentante) como «Consejo» o «Comisi6n», y una oficina para la prepara-
eo e1 sentido proPIO. de la palabra, como también su población tenia la ciudadanfa
dent,ro de la Federaclón. Esa forma de Reichsland significaba, pues, una forma inter-
ci6n técnico-administrativa y ejecución de los acuerdos federales.
medIa poco clara. La voluntad de la Federaci6n es, en tanto la Federaci6n subsista, y sin
La ~iga de Naciones d: G!nebra no es una Federaci6n. Los territorios de los Es- más, es decir, sin transformaci6n en e! sentido propio de la palabra, volun-
tad~s-m.lembros no 50n tem tOrtos de la Liga de Naciones eo el sentido de la soberania tad de cada uno de los Estados-miembros. Incluso cuando las resoluciones
t~rf1t,onal o. ~er federal. Pera la Liga de Nadones de Ginebra no domina tampoco federales se producen por acuerdo unánime de todos los miembros - y no
mngun terntono federal eo el segundo sentido de la palabra. EI territorio dei Sa"e s610 de todos los presentes a la votaci6n-, sin que ninguno resulte derrota-
se encuent.ra som:t.ido, según el tratado de Versalles, hasta la determinación definitiva do, existe entre una resoluci6n federal y e! acuerdo unánime de una confe-
d.e su desuno pohu~o, a u?a ~egu.lación provisional en la que se ponen eo juego actua. rencia internacional una esencial diferencia, por cuanto que la resoluci6n
clOn~s de conferenCias e IOstltUCIones interestatales, como el Consejo de la Liga de
federal no requiere ninguna especial ratificaci6n por los diversos Estados,
Naclone~. ~sto no es una soberania c{e la Liga de Naciones, y así como la población
dei terntono d~l S~rre no pe.r~enece en calidad de súbditos a dicha Liga, el tereitorio
antes bien, cada uno de elios queda constitucionalmente (porque la Cons-
tampoco es terntorlO d~ 12 Liga d~ Naciones. Los territorios en mandato (según el ar- tituci6n federal es un elemento de su propia Constituci6n) ligado por la re-
tfcu~a 22 de la regulaclón de la LIga de Naciones) no son dominados por la Liga de soluci6n federal de modo inmediato y para el Derecbo político.
NaclOnes como tal; son, en parte, protectorados y, en parte colonias bajo e1 domínio
de los .Estados mandatarios (arriba, § 7). En modo alguno ~uede decirse que la Liga Las resoludones de la Liga gínebrina de Naciones adaptadas con arreglo a sus es--
de NaclOnes es «soberana». No se trata de una Federación, sino de una reIación interes- tatutos, valen inmediatamente y sin raúficación especial para todos los Estados-miem-
tatal, y por eso no puede ser tampoco sujeto y portador de una soberanía aun cuando bras. Con esta, la Liga de Naciones contiene un elemento de auténtica organizaci6n
se traspasen toda una serie de funciones y facultades interestatales a las' instituciones federal, mientras que en lo demás no es una auténtica federación; de esta surge una
y c?nf:rencias de una organización interestatal. H. Wehberg intentó considerar los confusi6n inmensa. Sobre dichas resoIuciones de la Liga de Naciones de Ginebra,
terrltanos de mandato como territorios en que se ejerce una soberania territorial de la H. Jahrres, Volkerbundsmitgliedschalt und Reichsvergassung, 1926, cuyas explicaciones
Liga de Naciones, para con.struir. de esta manera un territorio federal y, con éI, un tienen el mérito de reconocer bien eI lado jurídico-político de toda Federaci6n, y
con.cepto fundamental de eXIstenCIa política (Besitzt der Volkerbund ein eigenes Terri- D. SchindIer, Die Verbindlichkeit der Beschlüsse des Volkerbundes, Zurich, 1927. La
organización, contradictoria en si misma, de las institucÍones ginebrinas, y la necesidad
torlum?, en .la revista. Vo/kerbundsfragen, de 1.0 de junio de 1926, págs. 92-94). Mues--
de un esclarecimiento del concepto de Federación, se hace con esto aún más del mo-
tta con los eJemplos cItados que una Confederaci6n de Estados posee «eo mano comúo»
mento.
y quiere c~nstruir los territorios de mandato por aoalogía con aquellos «territorio~
de Ge~era1Jdad». EI círculo e.n que se mueven estas ideas es manifiesto: si la Liga
de Naclones fuera una .a,~téntlca Federación podría dominar naturalmente eo cuamo 2. La cuesti6n dei poder de mando inmediato de la Federaci6n frente
tal, t.erritorios (con 10 q-~e, por lo demás, no se observa la distindón ant~s citada de a autoridades y súbditos de los Estados-miembros requiere ser diferenciada
l~s dlv~rsas clases .de «terrjto~io federal»); pera la cuesti6n es precisamente la de saber de la cuesti6n de la inmediata vinculaci6n constitucional, es decir, jurídico-
SI la LIga de Naclones de Gmebra es una Federad6n. Si no lo es no cabe construir política, de! Estado-miembro. Aquélla afecta sólo a la calidad de la trans-
como ~oberanía te~ritorial de la Federación el control (en sÍ mismo' también muy pro- formación dentro de la Federaci6n, siendo indiferente a este particular,
blemátiCO) de la LIga de Naciones sobre e1 dominio de los Estados mandatarios en los como problema de la organizaci6n legal-constitucional dentro de la Federa-
territorios sometidos a mandato. Se ve, pues, que Ia cuestión de las características ción, si existe o no una facultad directa de mando a favor de las autorida-
de Ia Federación auténtica aparece aquí también como problema cardinal de la Liga des federales frente a las autoridades dei Estado-miembro. Incluso en eI
de Nadones de Gínebra.
caso extremo de que no exista esa facultad, la transformaci6n exigible no
es una transformaci6n dei Derecbo internacional en Derecbo dei Estado-
IV: Representaci6n federal, instituciones y autoridades federales com- miembro, sino un fen6meno jurídico-político operado en eI seno de la Fe-
petmcta federal. ' deraci6n (comp., arriba, pág. 362).
3. La Federación tiene siempre ciertas facultades esenciales: un ius
1. La Federaci6n, co,,!? unidad política, necesita ser representada. Re- belli independiente bacia eI exterior; inspecci6n federal (con la posibilidad
presentante de la FederaclOn es, por raz6n natural, la Asamblea federal de una ejecuci6n y de una intervenci6n federales) bacia e! interior. Las de-
como AS3'mblea de representantes de las unidades políticas que forman la más competencias surgen de la normaci6n legal-constitucional de la Federa-
F~fideraclOn. C~a,:do un. colegio reducido tiene la representaci6n, elio sig- ci6n, que siempre es un elemento de la Constituci6n dei Estado-miembro.
m ca ya un tranSIto haCla el Estado unitaria. La cuesti6n de si aqui la presunci6n babla a favor o en contra de la com-
366 Coosecuencias de los conceptos fundameotales 367
Teoria constitucional de la Federaci6n

petencia federal, o'.;~n favor o en contra de la competencia de los Estados ria, y mediante un aprovechamiento de las posibilidades de revisión cons-
pertenece ,. ~en todo caso, a la normaci6n de Ia Constituci6n federal y e~
titucional, se extiendan de tal modo las competencias de la Federación, que
una cuestlon de organización de cada Federación particular en co~creto.
los Estados-miembros se queden sin ninguna facultad digna de mención y
pierdan su existencia política, pasando a ser la Federaci6n un Estado uni-
d S~~le r~sentarsecomo uo principio general deI Derecho constitucional de la Pe tario. Por contra, seria sin duda una contravenci6n de la Constituci6n fede-
b erael n ~ e que ésta tenga tao 5610 Ias competencias que expresarnente se le atrj' ral e! utilizar esa competencia de competencias, es decir, competencia para
u.ya~. ;len~ras que todas las orras ~ompetenda5 permanece0 eo los Estados.miembros' las revisiones de la ley constitucional, con e! fin deliberado de suprimir la
~xlstlen o ~~empre así una presunclón a favor de estos últimos (comp H K I ' independencia política de los Estados-miembros;
omm. z. osterr. Bundesverlassung art 15 1 ' 80) E ' . e sen,
b) un simple accesaria de una competencia, a saber, la facultad gene-
;cert~?a. J;a «pre~unc~ón de la~ fa~ltad~s il{mi;a:a:~; tien~ u~tad;~~e:~~~:~~ó~ ~~e~; ral y presumible en caso dudoso de toda autoridad competente, para decidir
e~m:) .Ir seg~~~~S alunclOnes: pru:ne~o,. decidir la cuestión de la soberania (sobre esto acerCa de si se dan los supuestos de su competencia. As!, un tribunal puede
ticas, ~s decir, deli~~~:~~s u~n ~~ln~:~: ~~ ;nterpreta~6iónl paria las .COII~petencias autén: tener competencia de competencias en e! sentido de que él mismo decide
mo caso dI'·, a normac: nega -consttluclonai. En e1 úIti.
sobre si es admisible la via jurídica, si e! asunto pertenece a ese tribunal, etc.
este caso s:ut:g~a to~av~a n~:m:~~~6~eg~~cas7stlitucionaI de la Consti~ución federal. P~ra
enumeradas ha d . a expresa transferencla de competenclas En el artículo 36, 5, de la regulación de! Tribunal Permanente de Justicia
e lnterpretarse en forma de limüación ( internacional de La Haya, se dice, por ejemplo: «Si se discute la compe-
ración comporta d r . ." por cuamo qUe toda enume-
no pued d un~ e lmItaClOn, segun el postulado enumeratio ergo limitatio) o si tencia de! Tribunal Permanente internacional, él mismo es e! que decide.»
transferiJ~ (~~~~:o ::t~e ~tra~r::pmre~~cia~ implícitas a partir de las compet~ncias Semejante competencia para determinar la propia competencia puede ser,
gveschrViebene Ver/assung; en' e1 ho~:naj:e a {a~::~en~;~8 de;r Bpuágnde~:;ates RundG die en la práctica, muy importante y significativa (como en aque! caso de! Tri-
om orrang der Bunde k t . B d ' " . , y . rau, bunal Permanente de Justicia internacional); pero está solamente al servi-
. 362) C d . s ompe em:en Im un esstaat, homenaje a E Heinitz 1926 pá
f~~:ral f~er~a~e o ?r~el ~Ob'.Jit., pá~. 335) dice: «que hay compet~ncias en' el Es~ad~ cio de la competencia, a la que se afíade como simple accesorio;
muestra cuán n a . nstltUCl n escrIta, pero nunca luera de la Federaci6n» esto c) una facultad ilimitada para realizar actos de saberanía de toda es-
la distinción entece~na ~s, ~ara una Teoría. ge~eral constitucional de la Feder~ción. peeie. En esta significación concibió la palabra la doctrina alemana deI De-
federal es el fun~am~~:~I~cl t °d y lfye~ cO~SCI~~clo~ales. Naturalmente, la Constitución
des de la Federació deI o ~ a~ em.as ISCUSlones sobre la definición de faculta-
I recho político deI Imperio (comp., Meycr-Anschütz, pág. 692; Haene!, Stu-
dien, I, pág. 111; Staatsrecht, págs. 771 y sigs.), confundiéndola con la
~~I;ae;a~stituc!ón f;d,f~I;e pe~~ e:t~u~s-:~r~;?:~r h~~l:~: jeer:~~~sst~:J~~o;s:~;:: II competeneia de revisión de! ar!. 78, a. C. a. Pero e! concepto «competencia
alrededor
todas las
d:e~~I~ rd~~~_v~ de un~ iey constituci~nal. En la literatura jurídico-polftica
n~t1tuclón de Blsmarck es preciso conocer ese COntraste a través de
, de competencias», entendido como «soberanÍa», es, en sí mismo, contra-
dictorio. Soberanía no es competencia, ni siquiera competencia de compe-
teneias. No hay ninguna competeneia ilimitada si la palabra debe conservar
sobr,e ~nit~~jndS~~v~s::~e~:~i~~O ~~sC~:~~o yR~l~:~~~osco~c~~:C!~:I~~e~~:~ ~onp:lçillouciónl' su sentido y designar una facultad regulada de antemano por normas, cir-
sentimlento e amistad feder 1 d I E d . y e cunscrita con arreglo a una figura y, por lo tanto, delimitada. La palabra
D h a» e os sta os-mlembros como postulad . id' d I
ch~;;%e~ ~~e~al no eschrito (e~ el 'artículo Ungeschriebenes Verfassungsre~h:u;n ~~na~- «competencia de competencias», o significa una competencia auténtica, en
. n esstaat, omenaJe a Ono Mayer, Tubinga 1916 págs 260 . cuyo caso no tiene nada que ver con la soberania ni puede ser empleada
::~i~er:;~ón toloca l~ .Constitución antes que la Ley ~onstit~cjonai. Tod; 1:1~~~t; como fórmula de la soberania, o es una denominaci6n general de un poder
dung des :;ic~s~~heslclón de K~rl Bilfinger: Der Einfiuss Einz.elstaaten au/ die Bii- soberano, y entonces no se comprende por quê ha de hablarse de «compe-
tan sólo media t fIS, 1923, pags. 52 y slgs.) puede ser esclarecida y despachada
tenda».
«Constitución» ~~ ~~ cert~ofconcep~o de Constitución. No se trata tanto de que la
. . Ismarc uera «mcompleta» y «con lagunas» como deI recano-
~~m~~~~~n~e qUe en ~l fondo de la distinción entre «Constitución ~scrita y no escrita» V. Las empresas de alta traici6n contra la Federación como tal han
Ley constit~~i~~a1~ealldad, la contraposición entre Constituci6n (en sentido positivo) y de merecer e! trato de la alta traieión en cada uno de los Estados-miembros.
10 mismo puede deeirse de la traición contra eI país, y actos análogos.
4 . COd? la expresi6? «competencia de competencias» de la Federación El acuerdo antes citado de la Confederación germânica de 8 de agosto de 1836,
pueden In lcarse cosas diferentes: relativo a la alta traki6n en la Confederación germânica, es de especial claridad y
C a) l~, c~mp~tencia legal-constitucional para practicar reformas de la consecuencia Y. por eso, de significación general para la doctrina constitucional de la
ons~Itu~lOn'l mas exactamente: . para la revisión de Ias prescripciones legal- Federación, por encima de su ocasÍón histórica y finalidad política concreta. Proclama
constltuclOna es. Esa competencla no es ilimitada' encuentra I" (impreso en G. von Struve. Das oflentliche Rech/ des Deutschen Bundes, r, 1856, pá-
la C t" . , ( 'b ' , s u s ImItes en gina 247) en el art. I: «Como la finalidad de la Confederación germánica no consiste
ons ItuClon am a, pago 118). Es posible que en el curso de Ia Histo-
368 Teoria constitucional de Ia Federación Consecuencias de los conceptos fundamenta.les 369

tan 5610 eo el rnantemmlento de la independencia e inviolabilidad de los Estados federal para la nueva forma dei Estado. Formaciones pol!ticas como los
alem~~es, asi CO~O ?Ie la paz y seguridad interior y exterior de Alemania, sino que Estados Unidos de América o e! Reich alemán de la Constitución de Wei-
tamblen la ConstHuclon federal ha de ser considerada, a causa de su eseoeial conexión mar, no son ya una Federación. Si, a pesar de elio, han de seguir designán-
CO," las Con,stituciones de los diversos Estados, como un elemento necesario de las
dose como Estados federaIes, es por raz6n de su Constitución, que en virtud
mlSmas, deblendo por ello entenderse todo ataque dirigido contra la Federaci6n o su de una decisi6n positiva sobre e! modo de Ia existencia política (art. 2, C. a.),
Constitución como ~n .~~~~ue c~ntra ~ada uno de los Estados en sI, toda empresa ende-
rezad~ contra ~a. eXls/~.~~!al la, mtegrzdad, la seguridad o la Constituci6n de la Conte-
quiere conservar e! carácter de Estado federal.
deracl6n german,tc~ debe ser Juz~ada y castigada en los diversos Estados eon arreglo
a las leyes que ultImamente estuvleran o que en el futuro entren en vigor y que hubie- Por media dei concepto democrático dei Poder constituyente de todo el Pueblo se
r~~ de a~l~earse a u,na conducta igual dirigida contra el Estado particular, como alta trai- suprimen los fundamentos federales, y con ellos el carácter federal. La organizad6n
ClOn, tralCl6n aI Pazs u otra denominación semejante.» federal deI Estado, que, no obstante, puede subsistir, es, pues, una parte de la orga-
nización constitucional de todo el Estado y da base a una especial clase de Estados.
Suele ligarse a los principios de organizaci6n deI Estado de Derecho, y sirve entonces
VI. Democracia y Federalismo. a un sistema complicado de distinci6n de poderes y descentralizaciónj la Constituci6n
de los Estados Unidos lo ha previsto conscientemente. EI Federalista (art. núm. 49,
1. Tanto Ia ~emocracia como Ia Federación descansan en e! supuesto 1788) dice que la Constituci6n federal americana no es, oi por completo unitaría, oi por
de; ~na homogeneldad; com~. sobre esta para la Democracia, arriba, § 17, completo federal; la independencia de los Estados se emplea aqui para dar nuevas
pagma 225, para la FederaclOn, § 29, pág. 368. Si se forma una Federación seguridades y garantias al principio orgánico dei Estado burgués de Derecho.
de Esta,d~s democráticos es consecuencÍa necesaria que la homogeneidad
democratIca confluya con la homogeneidad federal. Por eso está en e! na- 3. En el Estado federal sin fundamentos federales hay tan sólo un
tural desarrollo de la De,mocracia eI que la unidad homogénea dei pueblo único pueblo. EI carácter estatal de los antiguos Estados-miembros queda,
tr~spase las .honteras pohtIc~s de los Estados-miemhros y suprima la situa- pues, suprimido. Pues Estado es la unidad política de un puebIo, y en un
c.l~n de equ~hbrIo de. Ia coexlstencia de Federación y Estados·miembros po- Estado cuyo modo y forma de existencia polltica descansa en la voluntad
htIcamente mdependlentes, a favor de una unidad común. constituyente de todo e! pueblo, no puede existir más que una unidad po-
lltica. Decisiones pollticas específicas, como la determinación de amistad
Con esto se aclara el proceso de la mayor parte de los Estados federales de los y enemistad desde dentro de la propia existencia polltica, s610 pueden nacer
siglas XIX y XX, en especial de los Estados Unidos de América y deI Reich alemán. de! todo de la unidad política; y lo mismo, Ia decisión sobre otros concep-
~~ la misma medida e~ que penetraba la Democracia, se reducía Ia independenda po- tos existenciales como orden y seguridad pública. Se da, pues, sólo una
huca de los Estado~-~Iembros. En los Estados Unidos de América comienza ya ese unidad política, mientras que en toda auténtica Federación -Confederaci6n
proceso con el asenumlento dei pueblo en los Estados particulares (por contraste con de Estados, lo mismo que Estado federal- siguen existiendo, junto a la
l~s Estados mismos) a la Constitu~i6~ federal (sobre ese acontecimiento, arriba, pá-
gina 1,02). EI preámbulo de Ia 0nst1~ucI6n federal Whe lhe people of the United States,
produJo ~ Calh~u~ muy ~s~eclales dtficultades (Works, l, págs. 132 y sigs.). La guerra
I Federación, una pluralidad de unidades pollticas. Según esto, hay que con-
testar negativamente a la cuestión de si hoy en el Reich alemán hay, además
~e S.e,cesI6n decl~ló defiOluvamente ese proceso. En el Reich alemán, fue la democra-
tlzaClon de los anos 1~~8-19 la que produjo efecto análogo ai transformar Ias Estados-
I
·i
de! pueblo a1emán, un pueblo prusiano, bávaro, hamburgués, etc., en sen-
tido político. EI preámbulo de la Constitueión de Weimar usa con raz6n
miembros de la Federad6n Imperio alemán en Países. Las teodas generales de· Calhoun e! atinado giro: .EI pueblo alemán, único en sus ramas (Stiimmen)>>, y no
(para los Estados Unidos de América) y Max von Seydel (para el Reich alemán), habla de una uni6n o concordia de! pueblo a1emán.
desa~arecen con eso, pero no porque fueran en todo falsas, consideradas desde e! punto La consecuencia de esa especie de organización federal de un único
de vIsta .de los verdaderos conceptos de! Derecho federal, sino porque el desarrollo pueblo conduce a que los anteriores Estados dejen de ser unidades cerradas,
de~~r~t.lco y, sobre todo, la consecuencia democrática cle la idea de un pueblo uno unas frente a otras, impermeabIes. No 5610 existe un indigenato común,
e I~dlvls,bl~ dentro de una Federaci6n con homogeneidad nacional, tenía que conclucir
hac~~ la uOldad deI Estado. En tanto que se reconoce eso, puede apreciarse sin preocu-

,11
a modo de! art. 3, a. C. a., y el art. 110, C. a., más amplio aún, sino que
pacI?n y valorarse ~ara la Teoría constitucional lo que queda de derto en aquellas será posible distinguir. la poblaci6n de los Estados-miembros, e incluso parte
teorias de la Federacl6n.
I! de esa pohlaci6n, de! Estado-miembro como tal, lo que no serIa admisible
si eI Estado-miembro tuviera todavia una propia existencia política, cosa
]i
2. La vincul~ción de. Democracia y organización federal de! Estado I contradictoria desde e! punto de vista democrático, porque en un Estado
lleva a un tIpo mdependlente, peculiar de organización de! Estado e! democrático, es deeir, organizado según e! principio de identidad, la voIun-
Estado federal sin fundamentos federale;. Este es a todas luces un ~on­ tad de! Estado es igual a la de la poblaci6n, sin que quepa distinguir.
cepto eo.ntr~~ictorio. Se trata, eon el carácter fed~ral, de un ele~ento de 4. EI artIculo 18 de la Constituci6n de Weimar regula e! procedi-
la ConStltuclon en que se toman ingredientes de una anterior organizaci6n miento para una redistribución de los Palses dentro de! Reich a1emán. En
1
·1'~ ,
370 Teoda constitucional de la Federación
Consecuencias de los conceptos fundamentales m
ta~to que mediante ese artículo la voluntad de la población, sea de un
PaIs entero, sea de partes de! País, recibe signiticación jurídico-poli~ica y democrático una diferencia entre «voluntad de la poblaci6n» y «voluntad
e~ distinguida de la voluntad dei País como tal, las prescripciones dd ar- deI Pai,,»), sea por ley de reforma de la Constituci6n en vías deI art. 76, C. a.
ticulo 18 corresponden a la consecuencia unharia de la Democracia. Sin c) Por e! contrario, sería inconstitucional e! utilizar e! art. 18, C. a.,
embargo, no puede verse en él sencillamente, uo signo del carácter unitaria
j
que sirve a una redistribuci6n nacional, y con e!la ai interés de! manteru-
de! actual Reich alemán, ni deducir de ahí la prueba de que ya no es posible miento de los Países, para suprimir e! elemento federal de la Constituci6n
hablar de organización federal. «A qué sector pertenece e! artículo 18 si al de Weimar. Para una tal transformaci6n de! actual Reich alemán en un
unitario y no más bien ai federa!», es, como Anschütz (Publicado';es de Estado urutario hace falta un acto dei Poder constituyente de! pueblo
I~ Asociad6n de Prolesores a/emanes de Derecbo político, t. I, 1925, pá- alemán.
gma 19) dlce con razón, muy cuestionable todavía en la realidàd. Pues hab!a
precisamente puntos de vista y tendencias federalistas que condujeron a
las prescripciones hoy vigentes y hacia su contexto. EI artículo tenía que
dar facilidades para disolver Prusia, que pareela demasiado grande a causa
de su volumen desproporcionado predominante, y, de otra parte, suprimir
los Países enanos y jirones de territorio sin aptitud vital, porque son dema-
sIado pequenos. Con esto, hab!a de l1egarse a la formación de Países viables
aproximadamente iguales. Esa rcgulación correspondia ai pensamiento d~
un l1amado federalismo auténtico (o, mejor, federalismo de equilibrio
-K. Frantz-), en contraste con el federalismo «hegemóruco», tratado y
defendido por K. Bilfinger (Publicadones de /a Asodadón de Prolesores
a/emanes de Derecbo político, antes citadas, pág. 55). Prescindiendo de las
diversas posibilidades de la aplicación práctica dei artículo 18, que podrían
l1evar a resultados inesperados, hay que tijar fundamentalmente como con-
terudo legal-constitucional de esa prescripción lo siguiente:
a) El art. 18; C. a., regula e! procedimiento de la transformación de
los Países alemanes y formación de otros nuevos, dando al Reich amplias
posibilidades de disponer, pero no la facultad de suprimir los Paises y
transformar e! Reich alemán, sea con ayuda dei artículo 18, sea sigulendo
el artículo 76, en un Estado unitario.
b) La cuestión de si un áerto Pais puede ser suprimido contra su
voluntad por una Iey de reforma de la Constituci6n (es deeir, en vías de! ar-
tículo 76, C. a.), debe ser contestada afirmativamente, pera s610 bajo e!
supuesto de que la supresi6n sirva a la redistribuci6n territorial de los Paí-
ses y no a una supresi6n urutaria de la organizaci6n federal. En la ley sobre
e! poder provisional de! Reich de 10 de febrero de 1919, deela e! § 4 que
la situación territorial de las Repúblicas (de los Países) s610 podría cam-
biarse con su asentimiento. Esa prescripción carece ya hoy de significado,
no sólo porque aquella ley ha sido abolida sin reserva por e! art. 178, C. a.,
sino también, y sobre todo, porque en realidad signiticaba no más que una
especie de reglamento que se dia a sí misma la Asamblea nacional consti-
tuyente, y en e! cual no podia fundarse una garantia legal-constitucional
de uo status quo territorial. La Constituci6n de Weimar no contiene oi una
garantía deI status quo territorial de los Países, tal como se encontraban
en e! afio 1919, ni una garantía de la existencia de cada uno de los Países
que en 1919 había. Un País puede ser afiadido a otro o dividido, sea por
raz6n de la voluntad de la poblaci6n (caso de que pudiera darse en un País
EPILOGO
Manuel García-Pelayo

EI nombre y aIgunas de Ias obras menores de Carl Schmitt eran cono-


cidos en ciertos circuIos restringidos de I talia y Francia en Ia época ante-
rior a Ia II Guerra Mundial. Pero ha sido, sin duda, en Espalia donde Ia
obra de Carl Schmitt ha tenido no sóIo Ia primera, sino también Ia más
extensa acogida y difusión. A esta actitud receptiva de! público académico
espaliol ha correspondido e! ilustre y agudo profesor aIemán con un interés
por e! pensamiento jurídico de nuestra patria excepcional para un profesor
extranjero no especialista en temas hispánicos.

* * *
Es imposible ni siquiera pIantearse aqui Ia posición y significación de
Carl Schmitt dentro de aque! f1orecimiento dei pensamiento jurídico-político
que tuvo lugar en e! período crítico de la época de la Constitución de
Weimar y ai que van asociados nombres de juristas de primer orden, algunas
de cuyas construcciones, ideas y conceptos no s610 han trascendido ai
tiempo en que fueron formulados, sino que han pasado a ser factores con-
figuradores de! Derecho Constitucional de nuestro tiempo, fundamentado,
por derto, sobre supuestos politicos muy distintos de los de la época que
transcurri6 entre las dos guerras mundiales, lo que muestra, una vez más,
que una respuesta puede tener validez más allá de las circunstancias con-
cretas que la motivaron. Baste pensar, entre otros ejemplos posíbles, en
algunos conceptos claves de Kelsen, como la estructura jerarquizada dei .
orden jurídico y la jurisdicci6n constitucional concentrada y especializada;
en la idea y concepto de! «Estado de partidos» formulada, entre otros, por·
Thoma, Radbruch y Koellreuter; en Ia doctrina de la integración de Smend
373
Epilogo
374 Manuel Garda-Pelayo
tura dei Estado en tiempo de guerra. Jünger es, asi, probablemente eI pri-
como un concepto clave de la Teoria dei Estado y dei Derecho constitucio- mer definidor dei Estado total, bien que entendiendo e! Estado en su sen-
nal; eo Ias aportaciones de Hermann Heller, entre las que DOS limitamos a tido tradicional muy distinto de! Estado totalitario ocupado por un partido
destacar para nuestro objeto la idea dei Estado social de Derecho hoy incor- de masas emocionalmente impulsado y en e! que un psic6pata puede des-
porada a la Grundgesetz y a la Constitución espafiola. Y last, but not leasl arroUar las más fantásticas y criminales ocurrencias, tema sobre el cual eI
en la formulación -por vez primera, que yo sepa- de una Teoria de la mismo Jünger escribió una fuerte crítica a través de una novela clave.
Constitución como disciplina autónoma, en la teoria de la garanda institu- Quizá me he entretenido más de la cuenta en exponer estas ideas de Jünger
cional, en la precisión en la doctrina de la representación, etc., debidas al en unas lineas destinadas a mostrar la ubicación de Carl Schmitt en su
propio Carl Schmitt. Se trata, como antes decimos, de ideas, formulaciones tiempo, y en este sentido baste decir que, a mi juicio, Heidegger, Jünger
y conceptos que hoy forman parte, de uno u otro modo, de la praxis y de y C. Schmitt dan respuesta a distintos sectores de la realidad desde unas
la teoria dei patrimonio constitucional común a los pueblos occidentales perspectivas semejantes; en los tres se hace patente, de un modo o de otro,
europeos. e! sentido trágico de la historia de su tiempo, y los tres fueron espiritus
Dentro de! marco de la ciencia juridica alemana al que acabamos de libres aunque sin olvidar la máxima non possum scribire in eum qui po-
J

aludir, cabe percibir en el pensamiento de Carl Schmitt una sólida forma- test proscribire.
cióo sociológica subyacente a su pensamiento, eo Ia que son perceptibles,
a mi juicio, las hueUas de Marx y de Max Weber, lo que quizá sea uno de * * *
los motivos que dan a sus escritos un sentido de la realidad efectiva de las Es hora ya de deeir unas palabras sobre la Teoría de la Constituci6n,
cosas no siempre presente eo sus contemporáneos. Por otra parte, su ex- pera antes se me permitirá todavía referirme a un aspecto fundamental de
tensa y profunda cultura histórica le permiten percibir esos momentos epa- las ideas de Carl Schmitt, a saber, su constante afirmación de Ia autonomía
cales donde comienza algo nuevo, sea uo arden, una institución o una : i, de la política frente a la tendencia dominante en las teorías contemporá-
perspectiva. Sus conocimientos de la historia de las ideas jurídicas y políti- .. neas que tienden a consideraria como una realidad subordinada o, por así
cas, interpretadas desde y para e! presente, le permiten encontrar puntos ,~ :( decirlo, como una realidad de segunda mano. .
, 1'-
claves para la interpretación de los grandes conceptos políticos o, a veces, 1" '
Esa enérgica y reiterada afirmación de la autonomía de la política -que
para mostrar eI décalage entre e! sentido originaria de un concepto y su lleva entre otras conclusiones a negar sentido a una jurisdicción constitu-
sentido en eI presente o, eventualmente, su cambio de funcionalidad. cional- y que no radica en un contenido determinado, pues cualquier
Pera, sobre estos supuestos ambientales e intelectuales, el pensamiento materia puede ser objeto de politización, sino en una tensa relación exis-
y, hasta diria, las actitudes profundas de Carl Schmitt están vinculados a tencial dominada por su propia dialéctica; esta autonomia de la política,
dos personalidades sefieras de su época: Heidegger y Erost Jünger. Carl decimos, es quizá lo que ha promovido eI fuerte interés y estimación que
Schmitt mantiene en efecto una perspectiva existencialista a veces radical- . :':' algunos jóvenes profesores comunistas italianos han tenido por la obra de
,'.... '
,
mente expresada, que se manifiesta tanto eo las alusiones a sus principios Carl Schmitt, tangencialmente coincidente en este punto con una tradición
ontológicos y metodológicos como en las formulaciones generales de ciertos 1 ,
italiana mantenida -aunque con perspectivas distintas- desde el pagani-
temas -por ejemplo, eI concepto de lo político, o el de soberania, o el zante Maquiave!o y eI sacristanesco Batera hasta el marxista Gramsci.
dei caso excepcional, o e! de Constitución- O en el análisis de situaciones '- .' La T eoría de la Constituci6n fue publicada por primera vez en Alema-
;
o acontecimientos específicos de Ia situaci6n alemana de su tiempo. Ernst nia en 1928 y traducida al espafiol por Francisco Ayala en 1934. Esa pri-
Jünger fue uno de los más seneros escritores alemanes de nuestro tiempo mera edición espafiola va, ai igual que la presente, precedida de un prólogo
que, sin embargo, hasta los últimos anos apenas ha tenido resonancia fuera dei traductor que suscribo en la mayoría de sus afirmaciones y que me
de Alemania. Para los interesados en teoría política no está de más recordar releva de extenderme sobre el tema. Sólo diré que este libra de Carl Schmitt
que, poco después de terminada la I Guerra Mundial, publicó un agudo fue escrito hace más de media sigla; de media sigla 'por cierto cargado de
folleto (Die lolale Mobilmachtung) en el que mostraba: 1) que en virtud acelerado dinamismo, de planteamientos de nuevos problemas, de cons-
de la irrupción de las masas y de la técnica, la guerra se habia transforma- tantes innovaciones seguidas -para emplear un barbarismo económico--
do de un debate militar en un gigantesco proceso de producción que exigía de una alta cuota de obsolescencia, y de cambias si no siempre en los va-
la movilización de la totalidad de las fue1'2as de un pais bajo la coordinación lores, si en su jerarquía y sistematización. No se le puede pedir que trate
y dirección de! Estado; 2) que consecuentemente la Guerra Mundial terna de todos los temas que en eI tiempo presente se le plantean a una teoria
una significación análoga a Ia de la Revolución francesa, en el sentido de constitucional, pero, si bien es verdad que el constitucionalismo de nues-
que si ésta habia inaugurado la época dei tercer estado, de la burguesia, ,j tro tiempo ha acrecido e! ámbito y complejidad jurídica de sus problemas,
aquélla inauguraba la época de! cuarto estado, es deeir, der Arbeiter; " no es menos derto que su tronco y sus raíces continúan siendo los mis-
3) que eI Estado total es la prolongación en tiempos de paz de la estruc-
J76 Manud Garcia.Pelayo Epllogo J77
mos y, en este sentido, estimamos que el presente Iibro de Car! Schmitt No soy aficionado a escribir sobre mí mismo, pero haré una excepción.
no es solamente una obra representativa de una etapa histórica -lo cua! Carl Schmitt publicó en una ocasión una colección de algunos de sus tra-
ya seria bastante-, sino que, además de ello, abre amplios horizontes a bajos bajo el muy schmittiano título de Positionem und Begriffe. Yo he
quienes quieran profundizar en e! estudio deI Derecho constitucional, no mantenido posiciones distintas a las de Carl Schmitt, pero he recepcionado
entendido en su pura significación funcional o como un conjunto de frias muchos de sus conceptos. Apenas hay que decir que se trata de un frecuen-
y e!ementales «técnicas», sino comprendido como una realidad viva, resul- te fenómeno: hubo hegelianos de izquierda y de derecha, y ha habido ejér-
tado tanto en sus ideas como en su práctica de un rico decurso histórico, citas en pugna uno y otro inspirados I en mayor o menor medida, en Clause-
aI tiempo que decisión normativamente expresada y articulada sobre la witz. Finalmente, quiero cerrar estas lineas con un recucrdo personal. En
modalidad de la eJUstencia politica de un pueblo. el verano de 1936 yo estaba en Berlín, y, antes de mi regreso a Espaíía, en
Aparte de estas consideraciones generales, la obra que epilogan estas aquella trágica circunstancia, fui invitado a cenar por CarI Schmitt, en su
Iineas es, como antes hemos dicho, la primera teoila de la Constirución acogedora casa de Dahlen. AI despedirnos, e! Profesor me invitó a bajar
como una rama autónoma tanto de! Derecho político como de la teoria dei a su biblioteca, de la que tomó un libro sobre Scharnhorst, en una de cuyas
Estado y consecuentemente -ya que autonomía no es independencia- primeras páginas escribió este aforismo de Jünger: «Nadie muere antes de
en interacción con ambas. Es difícil formular en las presentes !ineas una va- cumplir su misi6n, pera hay quien la sobrevive.» Me es muy. grato que,
loración de las partes integrantes de este Iibro, de un lado, en razón de pasados cuarenta y acho afias, pueda yo rememorar en estas páginas d
que una obra cOIlstituye una totalidad en la que cada una de sus partes gesto de Carl Schmitt en aquella noche de agosto.
se apoyan entre si y están, por tanto, en uo condicionamiento recíproco
y, de otro, porque dicha valoracióIl implicaria una apreeiación subjetiva Manuel GARCÍA-PELAYO Y ALoNso
difícil de justificar en pocas !ineas. Me Iimitaré a mencionar algunos de
los temas que, a mi juicio, merecen ser destacados. En primer lugar, la
distinción entre Constirución propiarnente dicha y leyes constitucionales,
,.
distinción que gira en torno a la posición central que la decisión ha tenído
constantemente en e! pensamiento de CarI Schmitt desde que, en 1912, pu-
blica su Iibro Gesetz und Urteil. No es cuestióo de hacer aqui unas refle-
xiones críticas sobre el decisionismo, ni sobre la distind6n tajante entre
Constitución y leyes o normas constitucionales. Diré solam~nte que, auo
partiendo de! supuesto de que todos los preceptos incluidos en e! texto
constitucional son proposiciones igualmente vinculatorias, hay no parece
dudarse de que no todas son de la misma especie, rango, efectividad o ca- i··
pacidad engendradora o acuííadora de otras normas. Creo también que ,
j I.
conserva un valor de primer orden la consideración de Carl Schmitt en tor-
no a la dialéctica de! Estado burgués de Derecho, asf como de! concepto
de representaciôn, tema también recurrente en e! pensamient" de C.rI
Schmitt, aI menos desde que en 1923 publica su poco conocida obra
Romischer Kathojizismus und politische Form. Y, en fin, a Carl Schmitt ;
se le debe el desrubrimiento de una categoda juddica de primera impor-
taneia te6rica y práctica, a saber, la «garantia institucional», formulada por
primera vez (hasta donde sé) en la Teoria de la Constituci6n, pero desarro-
Uada después en un escrito de 1931 (Frreitheitsrechte und Institutionelle
Garantien der Reichsverfassunssung). Este concepto, proseguido más tarde
por otros autores,ha pasado a formar parte integrante no sólo de la teorfa,
sino también de la. práctica constitucional deI presente, como 10 muestra
su reiterada acogida por la jurisprudencia constitucional dei Tribunal Cons-
titucional de la República Federal de Alemania y por la de! Tribunal Cons-
titucional espaííol. .
* * *
ALIANZA UNIVERSIDAD TEXTOS

Volúmenes publicados

Alfonso de Cassio: Institueiones 28 Miguel Cruz ~ernández: Historia


3
de Derecho civil. 1. Parte gene.. dei pensam lento en ai mundo
ral. Derecho de Obligaclones Islámico. 1. Desde 108 or(genes
hasta ai siglo XII
4 Alfonso de Cassio: Instituelones
de Derecho civil. 2. Derechos 29 Miguel Cruz Hernández: Historia
Reajas. Derecho de Familia y dei pensamiento en ai mundo
Islâmico. 2. Desde ai Islam an·
Sucesiones
dalusí hasta ai socialismo árabe
8 Antonio Truyol y Serra: Hlstoria de
la Filosofia dei Derecho y dei 30 Marx W, Wartofsky: lntroducclón a
la Filosofia de la Clencla
Estado, I. De los or(genes a la
Baja Edad Media.

Miguel Artola: Textos fundamen-


31 Clyde H. Coombs. Robyn M. Dawea,
9 Amos Tversky: Introducclón a la
tales para la historia Psicologia Matemática
10 Enrique Ballestero: Principlos de 32 La concepclón anaUtlca de la
economia de la empresa Filosofia. Compilación y prólogo de
Javier Muguerza
11 Alfredo Oea,no: Introducclón a la
16glca formal 33 John Passmore: 100 aftos de Filo-
sofra
14 Carlos CastillD dei Pino: Introduc ..
ción a la psiquiatría. 1. Proble- 34 Grahame Clark: La Prehistoria
mas generales. Psico(pato)-
logia. 35 Alfredo Fierro: Lecturas sobre
personalidad
15 Carlos Castilla dei Pino: Introduc-
cl6n a la pSiquiatria, 2 37 Marvin Harris: Introducción a la
antropologia general
16 Enrique Balleslero: Teoria y es-
tructura de la nueva contabill- 38 C. Ulises Moulines: Exploraciones
dad metaclentificas

17 Julián Maria!): Introducción a la 39 Femando de Terán: Planeamiento


filosofia urbano en la Espana contempo-
ránea (19001980)
18 Manuel Medina Ortega: Las organl-
zaclones internacionales
40 Antonio Truyol y Serra: Hlstoria de
la Filosofia dei Derecho y dei
19 José Luis L. Aranguren: Etlca Estado. 11. Del Renacimiento a
20 Michael Akehurst: Introducción ai Kant
Derecho Internacional
41 Fundamentos dei desarrollo dei
21 Robert F. Schmidt: F.. mdamentos lenguaJe. Compilación de Erre H.
de Neurofiisiologia Lenneberg y Elizabeth Lenneberg

24 Víctor Miguel Pérez Oiaz: Introduc- 42 Miguel Artola: La Haclenda dei


cl6n a la Sociologia. Antl9uo Réglmen
...:'"
45 Joseflna Gómez Mendoza. Julio Mu- 62 Lecturas de psicologia de la 88 Ha"im Brezis: AnAllsls funcionai 114 Sergio Scalise: Morfologia gene-
noz Jiménez y Nicolás Ortega Can- memoria. Compilación de María Hugh Gravalle y Ray Rees: Mieroe- rativa
89
tero; EI pensamlento geográfico Victoria Sebastiãn conomla 1)5 Maria Cruz Fernández Castro: Ar-
63 Gary S. Becker: EI capital hu- David Anisi: Modelos econômicos queologJa protohlstôrlca de la
46 G. Radnitzky, G. Anderson, P. Feye- 90 Penfnsula Ibérica
mano
rabend, A. Grünbau, et aI.: Pro- 91 Manuel Figuerola: Teoria econ6-
greso y racionalidad en la clen- 64 Maria Dolares Sáiz: Hlstoria dei mica dei turismo 116 Ramón Tamames: La Comunldad
ela perlodlamo en Espana. I. Los Europea
orlgenes. EI siglo XVIII 92 Julián Marás: Hlstoria de la fllo-
47 La economia espano la ai final sofia 117 Rogar Backhousa: Hlstorla dei
65 Ferdinand de Saussure: Curso de an611sls econômico moderno
dei Antiguo Régimen. I. Agricul- lingü(stlca general 93 Edmond Malinvaud: TeorIa macro-
tura. Edición e introducCión de econômica, 2 118 Enrique Ballestero: Introducci6na
Gonzalo Anes 66 James Joll; Europa desde 1870 Ia teoria econ6mica
94 Carl. B. Soyer: Historia de la ma-
67 D. D. Raphael: Problemas de filo· temática 119 Michael P. Todaro: EI desarrollo
48 La economia espanola ai final sofíapolitica
dei Antiguo Régimen. 11. Manu- 95 Wiltiam Sher y Rudy Pinola: Teoria econ6mico dei tercer mundo
facturas. Edición e introducción de 68 Maria Cruz Seoane: Hlstoria dei microeconômica 120 Francisco Ynduráin: M~cánica
Pedro Tedde periodismo en Espana. 11. EI si- Manuel Garcia Ferrando: Socioes- cuántlca
glo XIX 96
tedlstiea 121 Maria Victoria GordiUo: Manual de
49 La economia espanola ai final 69 León Gnnberg: Culpa y depresiôn
dei Antiguo Reglmen. 111. Co- 97 Luis Fernández Fúster: Introduc- orlentaclôn educativa
merclo y colontas. Edición e intro- 70 EI mercado de trabajo: Teorias clôn a la teoria y técnica dei tu- 122 Juan C. Larraneta y Luis Onieva:
ducción de Josep Fontana V aplicaciones. Lecturas selec· rismo Métodos modernos de. gestl6n
clonadas. Compilación e introduc- 98 Manuel Castelis: La ciudad y las de la produccl6n .
50 La economia espanols ai final ción de LuiS Toharia masas
123 Jarol B. Manhem y RiChard C. Rich:
dei Antiguo Régimen. IV. Instl- 71 Francisco Rodriguez Adrados: 99 Francisco Azorín y José Luis Sán- An6lisis poUtlco empfrico
tuciones. Edición e introducciÓrl de Fiesta, comedia V tragedia chez Crespo: Métodos y aplica-
'Miguel Artola clones dei muestreo 124 Juan J. Sânchez Carrión: Análisis
75 Robert Plomin. J. C. DeFries y G. E. de datos con SPSSlPC+·
51 McClearn: Genética de la con- 100 Ramón Tamames: Estructura
Rom Harré: EI ser social ducta 125 Gianfranco Pasquino, Stefano Barto-
econ6mica de Espana
52 Salustiano dei Campo: La evolu- lini, Mauricio Cotta, Leonardo Mor-
76 77 Leland B. Yeager: Relaciones 101 Aafael de Heredia: Dlreccl6n inte- lino, Angelo Panebianco: Manual
ción de la famllla espaftola en monetarlas Intemaclonales
el siglo ~\.. grada de provecto .project Ma- de clencla polftlca
7B p, Feyt:!rabend, G. Radnitzky, W. nagement-
126 Maria Manzano: Teoria de mode·
53 Luis G. de Valdeavellano: Curso de Stegmuller y otros: Estruetura y 102 Manuel Martin Serrano: La produc- los
Historia de las Instltuciones es- desarrollo de la ciencia ci6n social de contunicación
panolas 127 Samuel Bowles y Richard Edwards:
79 Roger Coque: Geomorfologla 104 Julio Segura: Análisis mlcroeco- Introducclón a la economIa
80 Canos Romero: Introduccl6n a la nôntlco
54 Milton Friedman: Teoria de los 128 Bartolomé Clavero: Manual de his-
precios financlaclón empresarial y ai 105 Manuel Garcia Ferrando, Jesús Ibã~ toria constitucional de Espana
an611&1& bursátll nez y Francisco AMta (compilaci6n):
55 John Hospers: Introduccl6n ai EI anállsis de la realldad social 129 Francisco Yndurãin: Mecánica
anállsis filosófico 81 Adrian Akmajian, Richard A. Demers cu6ntJca relativista
Robert M. Harnish: LlngQ'8tlca: 106 José Hierro S, Pescador: Prlncl-
56 Rlchard B. Brandt: Teoria Etlca una introducclón ai lenguaje y pios de Filosofia dei Lenguaje 130 Francisco Vinagre Jara y Luis Miltãn
57 Carl Schmitt: Teoria de la Consti- la comunlcaclôn Vázquez de Miguel: Fundamentos
107 Rafael López Pintor: Sociologia in-
tuci6n 82 Marl< B. Stewart y Kenne1h F. Wallis: dustrial y problemas de qufmica
58 Javier Aracil: Introduccl6n a la di- Introduc.ci6n a la econometria 108 Florencio Jiménez Buritlo y Miguel 131 Vlctoria Chick: La macroeconomla
námlca de sistemas Clemente (compilación): Psicologia según Keynes
83 Elman R. Service: Los orfgenes
dei Estado)' la elvlllzael6n .!: social y sistema penal 132 N. M. Woodhouse: Introducción a
59 Hlstorla econ6mlca 't penaa· i la mecânica analftJca
mlento social. Edici6n e introduc- 84 John R. Waeks: Sociologia de la 109 Daniel Pena Sánchez de Rivera: Ea-
ci6n de Gonzalo Anes. Luis Angel poblael6n tedlstlea 133 Antonio Railada: Dlnámlca clâ~
Rojo y Pacro Tadda 85 Daniel S .. Hamermash y Albert Rees: 111 Harry W. Richardson: Economia sica
60 David Harvey: Teorias, leres mo- Economia dei trabajo y los 88- regional y urbana 134 Rondo eameron: Hlstoria econ6-
delos en geografia larlos 112 Luis Gámir (coordinación): Polftlca mica mundial desde el paJeoU-
88 Manuel GarcíaPelayo: Derecho econ6mica de Espana tico hasta el presente
61 Morris W. Hirsch y Stephen Smale:
Ecuaclones dlferenelales, ele- constituClonalcon1par.ado 113 A. Y J. Péraz Caballero y E. Vela 135 Manfredo P. Do Carmo; Geometria
tema. dlnllmlcos )' 1118ebre 11- 87 Edmond Malinvaud: Teorfa macro- Sastre: Prlnclplos de gestl6n fI- diferenciai de curvas y superfi-
neal econ6mlca, 1 nanclera y de la empresa cles
136 Luis Fernández Fuster; H.storla 139 Anthony Giddens: Sociologia
general dei turismo de masas
140 H. M. Rosenberg: EI estado sólido
137 luis Fernández Fuster; Geografia
general dei turismo de masas 141 J. I. Sánchez Rivera y Mo- M. Sainz
Jaravo: Aplicaclones estadlsticas
138 Robert J. Barro: Macroecono~ y matemáticas dei programa
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