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“lalla noi: se ii, Finney andr ier ce cn el och, Placing 209 2G ala 1968 celeste Cn, 2015 (Cae rar. Aces rns 315, Stein, Pay, 2015 “ows on CLAN, aa de are Ai Are evi dels: Jai An Dust care: al Foe Mequon: Base det Fee cel epg ae L723 mgs Argent Pinta ti bins porta el para da oe ‘inpemis eas enc ici Gis ie Buna iF 208 poeenres adap Ae oe NaN steseresne4s | Hii le Gen sea ed Te oo Fetadecuingcte 00015 Griselda Pollock Vision y diferencia Feminismo, feminidad ¢ historias del arte Ineodeccisn de Laura Maloeri Cot Teaducciin de ‘Azscena Gaeta ava Tay Benjamin y Hester Agradecimientos Es noemal reservar un espacio para agradecer alo colegasy ami- _g05 que han colaborado en leconfecci de ua libro, Ha habido tancasconteibuciones al desarrollo a la agicacién de la hiso= ria ferinista del arce que la lise de aombtes seria y deberia ser larga. Confio en que aquellos que me haa ayudade con si ejem- plo y su prictca se encuentcen recanocidos debidamente a lo largo del reo, ‘Tambigm es comin que los autores dejen paca ef fina a sus familias, como si el apoyo doméstico fuera menos valioso que cl sporte intelectual de los colegas y amigos. Esto no es as Las personas que me han dedicado generosemente su tiempo, su pacienciay su sostén para hacer este libro son mis hijosy 80 padee. I libro esti dedicado ellos con el més profundo de los agradecimientos. No he enconteado ain al equlibrio ence ls psiones dela macernidad y el entusisemo por le investigacin scadémice Feminist. Son mis hijs y su padre quienes viven os aceptads) constituye aucrided y poder. Aun aquellos y aquellas pertenecientes a culeuas y Ambitas no eueopeos,ra2as no blan- «as, sexo no masculine y clase no burguese o pequeioburguesa, que chan por consteie pauts idenitarias baradas en la dife- rena y Ia alteridad, no han hecho mais que forealecer el canon en tanto este contin siendo la eglao a norma woiversl a ser Aiscutida desde oxts lugares. TL construction mise del artists como héeoe dels moder- sida —dice Pollock sexista, No existe una figura semejante en femenino, Los lugares de la modesnidad arsticay de la mi= sada del fae, personaje paradigmatico de la escena atistica moderna, esruveron reservados a sujetot masculiace con libee- «ad para pasearse en la ciudad, apropiarse de los lugares pabli- cos; mira inser vistos. Las mujeres raveron ozos hagas, otras smizadas y una posicién de poder ridicalmente diferente, subal= ‘ern, sosayada sstemiticamence Su primer libro en esta lines de reflex, escrito en colabo- ‘ac con Rosska Parker en 1981, tiene un teu inraducible: (Old Mistress? La ms sida tradcign en la historia del arte ex opeo (canto como lade ls grandes subastas de arte) reconace 15 Ronse Pushes y Gel Pllc, Old Mirae Wine, At ad sy, Tones, Rouge & Kegun Pol 1981, aur BoC ‘como un pilarceneral de la dscplina la expresin Old Marr, 0 Vis Matte (en las dos lenguas canSnicas de a hiscota del acre luego de a Seguada Guerra Mundial) El tielo mise del libro pone de manifesto la imposibilidad de trpones al géneco feme- ino esa expresién: Old Mires no significa, no puede signif car, Grandes Pinoras de la Tadiciin Occidental sino, mis bien, vieja prosticuase 0, en el mejor de los eaas, sefiora vices, Griselda Pollock sosiene que el canon accidental e he ido construyendo (y cambiando) alrededor de una sve de «grandes hhombsess: una galeria de ohéroese respect dela cual alteatian cult al pare idealizado ylsidentfcacones narcsists con el, Inéroe (van guards) que desafia el poder del padre. De ahi la ex- ‘aordinaria preeminencia de la forma biogrifce (padee ideal radofhéroe cransgresor) en ls relatos y monogralas sobee arte, sun desde antes de Vasu. Esto nos lleva ns ald de las exc ‘ones del sexismo y la dscriminacin, dado que el avtta es en- onces una figura sibélica, a caw de la cual cieres faneaelas| pilblcas udquieren forma tepresentacional. En el campo de la historia del arte, el punto de vista del ‘yarn blanco occidental ha sido acepeado inconscientemente ‘como EL. punto de vista. EI desafio feminisea fue probae no solo que es inadecuado desde el punco de visex moral y &io, sino también desde sus fundamentos mismos, en cérminos pararente e0ricos. Esa flla dela historia del arce académica (yen buena medi- dda dela historia en genera fue no tener en cuenta el ssems de valores subyaoence en sos relatos. La crlica feminista ha puesto de manifest esa fll, al introduc un sujeto de anliis ances inexistene, Sa misma presencia es disruptive. Durante mucho tiempo la historia del arte siguis aceptando sus -hechos» como srauralse, incluso a coneacortence de otras disciplins yclea-

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