Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El sector del transporte es uno de los más grandes emisores de Gases de efecto invernadero
(GEI) a pesar de los avances en el campo de la tecnología en los vehículos y las mejoras en la
calidad de combustible [ CITATION Emb16 \l 3082 ]. Este sector representó el 25.6 % del
consumo mundial de energía en 2015. Se espera que aumente un 1.1 % cada año hasta 2040
El consumo de combustible está asociado a variables como las características del vehículo,
carga transportada y carretera por la que se circula, por lo que se considera dentro de la
estructura de costos de operación vehicular como una componente variable, representando entre
el 20 % y 60 % de estos costos. Para su cuantificación existen métodos directos e indirectos que
han permitido la creación de algunos modelos que predicen, con cierto grado de exactitud, el
consumo para condiciones particulares de operación de los vehículos, los cuales deben ser
adaptados a las condiciones particulares de cada lugar [ CITATION Pos13 \l 3082 ].
La contaminación ambiental es una problemática que afecta a todos los países alrededor del
mundo como resultado de esta contaminación se producen los fenómenos de cambio climático,
efecto invernadero, lluvia ácida, y enfermedades sobre el ser humano (Antamba Guasgua, Reyes
Campaña y Granja Paredes, 2016). Todo esto a llevado a un análisis y métodos que ayudan al
ser humano a hacer conciencia de mantener un ambiente amigable entre el parque automotor y
el medio ambiente.
1.1. Justificación.
Según datos de la AEADE (2019), se tiene 132.208 unidades de vehículos vendidos durante el
año 2019, en todo el Ecuador. Para realizar las pruebas se utilizó el vehículo más vendido en los
últimos 4 años que es el Chevrolet Aveo obteniendo 1.346 unidades vendidas en la ciudad.
El consumo de combustible está asociado a variables como las características del vehículo,
carga transportada y carretera por la que se circula, por lo que se considera dentro de la
estructura de costos de operación vehicular como una componente variable, representando entre
el 20 % y 60 % de estos costos. Para su cuantificación existen métodos directos e indirectos que
han permitido la creación de algunos modelos que predicen, con cierto grado de exactitud, el
consumo para condiciones particulares de operación de los vehículos, los cuales deben ser
adaptados a las condiciones particulares de cada lugar (Posada Henao y González Claderón,
2013).
El sector del transporte es uno de los más grandes emisores de Gases de efecto invernadero
(GEI) a pesar de los avances en el campo de la tecnología en los vehículos y las mejoras en la
calidad de combustible (Guenter, 2016). Este sector representó el 25.6 % del consumo mundial
de energía en 2015. Se espera que aumente un 1.1 % cada año hasta 2040 (US Energy
Information Administration (EIA), 2017; Leguísamo Milla, Llanes Cedeño y Rocha Hoyos,
2020). Hay dos tipos de medidas políticas para reducir las emisiones y el consumo de
combustible; las tecnológicas: desarrolladas por los fabricantes de vehículos, y operativas
(Bottiglione et al., 2014).
En esta ciudad los vehículos son los que más contaminan el aire, el 52 % de emisiones
contaminantes en la capital provienen de esa fuente, el parque automotor que en los últimos 10
años ha tenido variaciones anuales que oscilan entre el 5 % y 10 %, lo que ha significado la
incorporación entre 15 000 y 35 000 vehículos por año, la tendencia permite estimar que para el
año 2030 se tendría un parque de aproximadamente de 1 150 000 vehículos (MDMQ, 2014).
Según estudios realizados en Bogotá hasta en un 12% para CO, 13% para CO y HC y 24% para
NO x. Esto también representa posibles ahorros en el consumo de combustible de entre 35 y 85
millones de galones por año y beneficios económicos potenciales totales de hasta 1400 millones
de dólares por año (Rodríguez et al., 2016).