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ÁREA DE FORMACIÓN: CASTELLANO

PROFESOR: KELVIS HERRERA


FECHA DE ENTREGA DEL 18/01/22

CUENTOS DE HORACIO QUIROGA RESUMEN Y ANÁLISIS "LA GALLINA DEGOLLADA"


RESUMEN
El cuento comienza con los cuatro hijos “idiotas” (11) del matrimonio Mazzini-Ferraz sentados en el
patio de su casa contemplando una pared de ladrillos. Se describen sus ojos estúpidos, el modo de
apoyar la lengua entre sus labios y la manera de girar la cabeza con la boca abierta. El mayor de los
cuatro hermanos tiene 12 y el menor, 8 años. Muestran, según el narrador, “la falta absoluta de un
poco de cuidado maternal” (11).
Luego se cuenta la historia de la familia. Catorce meses después de su casamiento, el matrimonio
Mazzini-Ferraz tiene a su primer hijo. El niño crece radiante hasta el año y medio, cuando sufre
convulsiones terribles y despierta, a la mañana siguiente, sin reconocer a sus padres. Los médicos
revisan al niño, no pueden explicar por qué pierde de este modo “la inteligencia, el alma, aun el
instinto” (12) y les dicen al matrimonio que es un “caso perdido” (12). La pareja comienza a
preguntarse por el factor hereditario de la enfermedad de su hijo. El médico dice que la madre tiene
un pulmón defectuoso.
Al poco tiempo la pareja tiene otro hijo sano que a los 18 meses convulsiona y queda “idiota” (11)
como su hermano. Los padres se desesperan y piensan que su sangre está maldita. Sin embargo,
vuelven a buscar un hijo sano y tienen, como resultado, mellizos que repiten la enfermedad de los
hermanos mayores.
Mazzini y Berta sienten una gran amargura, pero, a la vez, una fuerte compasión por sus cuatro
hijos. Son niños que no saben comer solos, que caminan chocando con varios obstáculos, que
mugen, que se ríen “echando afuera lengua y ríos de baba” (15). El narrador aclara que solamente
tienen “cierta facultad imitativa” (16).
Tres años más tarde, la pareja tiene una niña a la que llaman Bertita. El matrimonio vive con
angustia y preocupación los primeros dos años, pero la niña no sufre ninguna convulsión. Es una
chica sana y divertida que recibe mucha atención de sus padres. Simultáneamente, se acrecienta el
abandono de los cuatro hijos por parte de los padres y también las discusiones en las que se culpan
mutuamente por la enfermedad de los cuatro hijos. Según el narrador, no hay “para los cuatro hijos
mayores afecto posible” (17). La sirvienta se encarga de vestirlos, darles de comer y acostarlos con
bastante brutalidad. Pasan la mayor parte del día sentados en el banco del patio mirando la pared.
Una tarde en la que Bertita, con cuatro años ya, tiene fiebre, la pelea no resuelta de los padres se
reaviva. La tensión aumenta y Berta dice: “¡Estos son hijos tuyos, los cuatro tuyos!” (17). Mazzini
responde culpandola por la enfermedad de los hijos.
Al día siguiente, Berta escupe sangre. Mazzini la consuela, pero nadie dice una palabra sobre el
síntoma. Deciden salir del hogar y le piden a la sirvienta María que mate a una gallina. Los cuatro
hijos se levantan del banco, van a la cocina y contemplan a la sirvienta degollando al animal.
A la noche, el matrimonio sale de la casa para saludar a los vecinos y Bertita queda dentro del hogar.
Los cuatro hermanos están sentados inmóviles en el banco de afuera, mirando inertes la pared de
ladrillos. En ese momento, Bertita entra al patio y, como quiere trepar la pared, lleva una silla y se
sube. Los cuatro hermanos fijan sus miradas en Bertita. El narrador describe “una creciente
sensación de gula bestial” (19). Lentamente, los cuatro niños avanzan hacia el cerco y agarran a su
hermana de la pierna. Bertita grita para que la suelten y llama a su madre. Uno de los niños le
aprieta el cuello como si fuera el cogote de una gallina. Los demás la arrastran hasta la cocina, la
sostienen en la pileta y la desangran al igual que María lo hizo con la gallina de esa mañana.
Mazzini, desde la casa de enfrente escucha el grito de su hija. El matrimonio vuelve a la casa.
Mazzini entra a la cocina, ve en el piso un mar de sangre y lanza “un grito de horror” (20). Le dice a
su mujer que no entre. Berta mira solo un poco de sangre en el piso y abraza a su esposo.
ANÁLISIS
“La gallina degollada” es un cuento publicado en 1909 en la revista porteña Caras y Caretas y luego
incluido en el libro Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917). En 1985, el cuento es adaptado
por el escritor Carlos Trillo e ilustrado por el artista Alberto Breccia para la revista Fierro.
El cuento puede ubicarse dentro del género de terror, tal como anticipa el nombre del libro al cual
pertenece. Los cuentos de terror presentan atmósferas de misterio capaces de producir efectos de
horror en el lector. En “La gallina degollada”, esta atmósfera se construye por la falta de diagnóstico
de los cuatro hijos, la relación violenta entre la pareja, los silencios siniestros que recorren la historia,
la condena trágica de la herencia en la sangre y el asesinato cruento de Bertita.
En primer lugar, analizaremos los límites de la autoridad médica para realizar un diagnóstico que
explique los males de los hijos de Mazzini y Berta, y su relación con lo terrorífico. La tragedia de la
sucesión de hijos discapacitados no recibe una explicación lógica. El médico dice, sobre el primer
hijo, que es un “caso perdido” (12) pero no realiza un diagnóstico claro. Luego Mazzini menciona en
una conversación con su mujer la posibilidad de que sus hijos sufran de meningitis, pero el cuento no
brinda explicaciones concluyentes sobre el origen de la enfermedad. En este sentido, la falta de
claridad respecto del diagnóstico contribuye a crear la atmósfera de misterio mencionada
anteriormente.
Así como no se explica el porqué de las convulsiones de los primeros cuatro hijos, tampoco se
presentan razones lógicas por las que Bertita -la quinta hija del matrimonio- goza de buena salud,
incluso con los antecedentes familiares de enfermedad. La ausencia de una explicación certera de
parte de los médicos genera un clima de misterio y extrañamiento en el cuento.
En segundo lugar, la falta de una definición lógica sobre el malestar de los cuatro hijos mayores
genera disputas entre el matrimonio Mazzini-Ferraz. Las peleas por la herencia de la enfermedad y
la culpa que eso genera son importantes en el relato. Mazzini y Berta discuten sobre quién es
responsable de transmitir a sus hijos la enfermedad. Ante las convulsiones del primero, el médico
busca “la causa del mal en las enfermedades de los padres” (13) y encuentra en Berta “un pulmón
que no sopla bien” (13). De todos modos, Berta acusa a su marido: “¡Yo hubiera tenido hijos como
los de todo el mundo! ¡Esos son hijos tuyos, los cuatro tuyos!” (17) y Mazzini acusa,
simultáneamente, a su mujer. El matrimonio se enfrenta en varias peleas que acrecientan la tensión
de la historia.
De todos modos, además de los momentos de disputas, la tensión por la responsabilidad de la
enfermedad se mantiene en silencio. El narrador utiliza una metáfora que da cuenta de la
acumulación de tensión y culpas silenciadas: “Habían acumulado hiel sobrado tiempo para que el
vaso no quedara distendido, y al menor contacto el veneno se vertía afuera” (16). Con esta metáfora
compara la acumulación de amargura entre la pareja con el almacenamiento de veneno en un vaso.
Con unas gotas más de veneno, el vaso se rebalsa. De un modo similar, con la menor sumatoria de
tensión, la pareja estalla en una pelea violenta. Es decir que del silencio total pasan a acusaciones
vehementes. Por ejemplo, Mazzini dice: “¡Pregúntale, pregúntale al médico quién tiene la mayor
culpa de la meningitis de tus hijos: mi padre o tu pulmón picado, víbora!” (18).
La alternancia entre el silencio y los estallidos de violencia continúan durante todo el cuento. En la
parte final del relato, se confirma que la responsabilidad es de la madre. Una mañana Berta
amanece escupiendo sangre y su marido la contiene “sin que ninguno se atreviera a decir una
palabra” (18). La disputa por el factor hereditario del mal de los hijos se resuelve sin ser explicitada.
La duda sobre la herencia y su resolución silenciada se relacionan con el concepto de lo siniestro de
Freud. Este concepto, acuñado por el creador de la disciplina psicoanalítica, define lo siniestro como
un elemento familiar reprimido que retorna y provoca extrañamiento y miedo (1919). Hay algo
conocido que se transforma y provoca horror. En este sentido, el silencio respecto del diagnóstico de
los hijos y las dudas sobre la culpa del progenitor responsable contribuyen a crear una atmósfera de
extrañamiento en el cuento. El clima terrorífico se acrecienta con los sucesivos nacimientos de los
hijos condenados.
Según el crítico y escritor argentino Ricardo Piglia, “La gallina degollada” cuenta, como la mayoría de
los cuentos clásicos, dos historias: la genealogía de hijos idiotas del matrimonio Mazzini-Ferraz y el
asesinato de la quinta hija sana del matrimonio. Piglia destaca que “el efecto y la sorpresa final se
construye produciendo una conexión inesperada entre las dos anécdotas” (1993:64). La sorpresa
horrorosa del final responde a un proceso de condensación de dos historias en una. Según el crítico
argentino, esta fórmula de Quiroga se encuentra también en escritores como Edgar Allan Poe y Guy
de Maupassant.
Ahora bien, más allá de que no hay un diagnóstico preciso de la enfermedad de los hermanos, el
cuento deja claro que el mal es hereditaria y se transmite por medio de la sangre. Con la aparición
de los síntomas del segundo hijo, el narrador dice: “su sangre, su amor estaban malditos” (14). En
este sentido, la sangre es simbólica porque carga con el destino trágico de la familia. No solamente
transmite la maldición del matrimonio que genera hijos discapacitados, sino que aparece en el final
del cuento, con el sacrificio de la hija sana por parte de sus hermanos. La primera historia se
condensa con la segunda y genera el golpe de horror. Bertita logra evitar la maldición familiar de la
enfermedad pero es castigada por los hermanos. De alguna manera, la hermana menor paga con su
propia sangre el privilegio de su buena salud.
Finalmente, un último punto a analizar sobre el cuento es el tratamiento desactualizado y
discriminatorio sobre las enfermedades mentales. Se trata de un cuento escrito a principios del siglo
XX y, por lo tanto, el tratamiento de las discapacidades en el desarrollo de los cuatro niños es
sorprendente para un lector del siglo XXI. Actualmente se considera que existen personas
neuroatípicas, un término muy amplio que incluye a personas con trastornos de personalidad o de
conducta. En este sentido, los adjetivos que utiliza el narrador para describir a los cuatro hijos del
matrimonio Mazzini-Ferraz resultan agresivos. Dice, por ejemplo: “hijos idiotas” (11) y luego
menciona su “gula bestial” (19). Hay una clara relegación de los cuatro hijos por parte del narrador
pero también por parte de sus padres.
El estado de los hijos, desde una óptica actual, puede ser considerado maltrato. De alguna manera,
el matrimonio abandona a sus hijos y no se responsabiliza por cuestiones fundamentales como su
higiene y su comida. De hecho, el matrimonio relega esta responsabilidad en otra persona que
también es poco amable con los niños: “La sirvienta los vestía, les daba de comer, los acostaba, con
visible brutalidad. No los lavaban casi nunca. Pasaban todo el día sentados frente al cerco,
abandonados de toda remota caricia” (15).
Análisis del Cuento "La Gallina Degollada"
AMBIENTE: En la Gallina Degollada tenemos el ambiente físico: la casa. El ambiente social: una
familia con ciertas comodidades. Y ambiente psicológico: el cuento gira entorno a un ciclo de
esperanza y desilusión.  
DESARROLLO DE LA TRAMA, DESTACANDO LA TERRIBLE ESCENA
Temas. Un cuento con amor, con locura y con muerte
Es uno de los cuentos de terror más famosos de este escritor uruguayo quien, como él mismo nos
dice en “El Decálogo del Perfecto Cuentista”, sintió en Edgar Allan Poe a su maestro.
Como dicho escritor norteamericano, maneja el miedo dentro de la propia familia. Los hermanos
siniestros, los matrimonios mal avenidos, son un terreno propicio para inventar historias fantásticas
pero a la vez muy humanas en donde se expone la fragilidad de la vida, el espanto   que produce la
enfermedad, lo imprevisible, la familia como espacio de protección y a la vez de posibilidades de
abusos y destrucción.
Se dice que aquí también, como en “El almohadón de pluma”, hay un aire de historia de vampiros.
En el mencionado cuento el monstruo dentro del almohadón succiona toda la sangre de la pobre
Alicia. Es posible ver en el terrible ser que hay dentro de la almohada un doble del alma del Jordán,
el marido, un hombre implacable y frío, incapaz de amar a Alicia.
En “La gallina degollada” los personajes principales son los cuatro hermanos “bestiales”.
Desde un primer momento, se sugiere que adoran la sangre. En efecto, el color de los ladrillos es
semejante al de la sangre, y cuando sobreviene el ocaso, los hermanos se excitan porque el cielo
campestre se tiñe de rojo. Y la palabra “rojo” es la única que a lo largo del cuento parecen
balbucear…
Cuando la sirvienta con lentitud y destreza degüella y desangra la gallina los hermanos la observan
fascinados: aterran a la trabajadora que se sorprende viéndolos de pronto allí. Los niños tenían
prohibido acercarse a la cocina. ¿Qué los atrajo? Acaso el olor de la sangre.
Y es un “mar de sangre” lo que logran producir al final cuando se cumple su tan anhelado deseo.

EL NARRADOR
El narrador que utiliza Horacio Quiroga es una voz omnisciente: conoce todo, pasado y presente de
los personajes, e insinúa muy sutilmente su futuro. Habla en tercera persona sin demostrar cariño o
empatía por los personajes. Es un narrador externo. Los cuatro hermanos varones parecen inspirarle
horror, e intenta transmitir esta impresión a través de largas descripciones sobre su aspecto y modo
de ser, con grafopeyas y etopeyas respectivamente.
En el consejo VII del “Decálogo del perfecto cuentista”, Quiroga recomendaba a los futuros
narradores “No adjetives sin necesidad”.
Sin embargo, para explicar cómo son los cuatro “idiotas”, el narrador utiliza numerosos adjetivos. Por
ejemplo, dice que cuando cae el sol y el cielo se pone rojo sienten alegría “bestial” y cuando se les
cae la baba su saliva es “glutinosa”, es decir, espesa.
Se busca así inspirar repugnancia por esos niños, para que el lector se olvide que ellos son víctimas
de una horrible enfermedad, y están sometidos al abandono de sus padres y al maltrato de la
sirvienta.
El narrador omnisciente conoce el final, aunque no lo dice para crear suspense en el lector. Pero da
una pista sobre lo que puede suceder, porque insiste en que dentro de su idiotez los hermanos
tienen cierto don “imitativo”. Y en efecto, parecen repetir punto por punto lo que hizo la sirvienta con
la gallina en la propia hermanita.
Los otros personajes no le inspiran tampoco piedad al narrador: Berta y Mazzini son presentados
como personajes bastante ruines.

LA ESTRUCTURA
Como toda narración, este cuento tiene tres momentos: una presentación, una complicación y un
desenlace.
La presentación de “La gallina degollada” es mucho más larga que una habitual presentación de un
cuento de Quiroga. ¿Por qué? En primer lugar porque este cuento tiene unos cuantos personajes.
Siete principales, (la familia), dos secundarios ( el médico y la sirvienta) y dos siluetas ( el abuelo
maldito sifilítico, que transmitió taras a su descendencia, y las vecinas, que con su charla distraen a
los padres y descuidan a Bertita.)

PRESENTACIÓN
El narrador tiene que presentar a cada uno de ellos: los cuatro idiotas, el matrimonio Berta-Mazzini y
la niña, Bertita, son la familia. Todos actúan, todos pueden ser considerados principales (aunque los
idiotas serían los que llevan adelante la acción, y los padres serían los antagonistas que los
rechazan y les impiden el contacto con su objeto deseado, Bertita…) Ellos intentan cumplir su
propósito hasta que lo consiguen.
Bertita es la gran víctima, que se anticipa en el título simbólico: la gallina degollada.
Pero la presentación no es lineal. Una vez usados varios párrafos para describir los idiotas, el
narrador realiza una analepsis o flashback donde cuenta los orígenes de tal horrible situación.
Los cuatro hermanos monstruosos no fueron siempre así. Y lentamente el narrador pone al tanto al
lector de cómo vinieron al mundo, cómo se enfermaron y cómo la situación desquició a sus padres
como individuos y como pareja.
La presentación culmina con la llegada de la hermosa e inteligente Bertita, que completa el cuadro
familiar.
COMPLICACIÓN.
Normalmente es un hecho inesperado que cambia radicalmente la vida de los personajes. La
hallamos en este cuento cuando una mañana la madre tuberculosa, luego de su primer vómito de
sangre, desea salir a pasear todo el día con su marido y su hija amada. Entonces le pide a la
sirvienta que cocine, y que mate una gallina.
Es este un hecho cotidiano, pero que se convierte en terrible cuando la sirvienta se da cuenta que el
procedimiento de degollar y colgar la gallina es un espectáculo para los idiotas, que se han colado
hasta la cocina prohibida.
El impacto que genera en la madre y la sirvienta nos sugiere la importancia de este hecho: es
entonces cuando comienza a inquietar al lector el título del cuento.
DESENLACE

Empieza a presentirse un cambio de situación. La familia sale de paseo, la sirvienta se va a Buenos


Aires.
Hubo una ruptura en el espacio: la casa como lugar donde suceden los hechos terribles por unas
horas queda solo habitada por los idiotas.
Cuando vuelve el matrimonio con la nena al caer la tarde, la niña por primera vez se escapa de la
sobreprotección de sus padres para ser libre y  entra sola a la casa.
Una vez en el patio, la nena con ensayo y error aprende a saltar el cerco que le limita el mundo.
Pero  los idiotas, que han pasado el día allí, la observan y el cuerpo, y sobre todo, la garganta de
Bertita se les ofrece como un espectáculo.
El narrador empieza a contar cómo agarran a su hermana, la hacen suya y sugiere que le retuercen
el cuello como vieron que la sirvienta se lo hacía a la gallina, dado que por una comparación se
indica que le apartan los bucles como si estos fueran “plumas”.
El narrador cambia de escena abruptamente: vuelve el foco hacia los padres que se encuentran
conversando con las vecinas. El padre es quien al final descubre la verdad: la niña no contesta… Y
al entrar a la cocina ve el horror, que no se describe sino que se sugiere.
La metáfora “un mar de sangre” brinda al lector toda la información necesaria para que imagine lo
sucedido. Los idiotas han degollado a su hermana, quien seguramente está colgada como la gallina
en la cocina.
No sabemos si además la han cortado en trozos para comerla.
Lo único que insinúa el narrador es que al llegar la madre a pesar de los intentos del padre para que
no viera aquel horror, la imagen produce un colapso en la madre, quien cae en los brazos de su
marido con un “un ronco suspiro”. Tal vez ha muerto.
Es un final cerrado, pues se cumple el asesinato y la irrupción de la sangre tal como se venía
anticipando.
Los idiotas sacian su sed de sangre.

VALORES:
En el cuento "La gallina degollada", de Horacio Quiroga no podemos notar demasiados valores ya
que siempre suceden cosas feas, problemas, discusiones, peleas, etc.
Poder tomar en cuenta al amor del matrimonio como un valor. Este amor se nota al principio del
cuento, cuando comienzan a tener hijos. También cuando cuidan a su hija.
Pero este valor, este amor, desaparece en cuanto a sus otros cuatro hijos. La pareja a ellos no los
cuida, no les prestan atención, no les brindan nada.
También podría ser la valentía. La valentía de tener otro hijo sabiendo que ya cuatro de ellos tienen
problemas mentales o físicos. 
Pero tampoco puede ser considerado siempre un valor, ya que ellos tienen otro hijo (finalmente nace
la niña "normal") para ver si este salía bien, no como los otros. Si este hijo hubiese nacido como los
demás no lo hubiesen querido como pasó con todos los demás.
Podemos encontrar muchos antivalores y no tantos valores como: odio, negación, culpabilidad,
enojo, discriminación, etc.
MENSAJE IMPLÍCITO Y EXPLICITO DENTRO DE LA TRAMA:
El mensaje implícito que el autor expresa, es el hecho que los padres subestimaron la estupidez de
los 4 hijos, sin darle cuenta que en vez de lamentarse por sus desgracias podían haber dado más
tiempo en enseñarles, porque al final se demostró que eran capaces de copiar conductas, o sea, hay
un abandono y un egoísmo.
PERSONAJES PRIMARIO Y SECUNDARIO
Personajes principales
 Bertita: hija de Mazzi y Berta.
 Berta: Esposa de Mazzi y madre de Bertita y los cuatro idiotas.
 Mazzini: Esposo de Berta y padre de Bertita y los cuatro idiotas.
 Los cuatro hermanos: hijos de Berta y Mazzini
Personajes secundarios
 El médico: Encargado de diagnosticar a los hijos de Mazzi
 El abuelo
 María La sirvienta
 La niña Bertica
TIPO DE NARRADOR
EL cuento está narrado en Tercera Persona(omnisciente). el narrador omnisciente no es un
personaje que está ni como protagonista, ni como testigo.
Es un personaje externo, lo sabe todo de ellos, lo que piensan, sus temores.
ARGUMENTO PERSONAL DE LA LECTURA DESTACANDO EL MENSAJE DEJADO EN USTED
Los mensajes que deja el cuento "La gallina degollada" de Horacio Quiroga son los siguientes:
- Tratar a todas las personas de manera igualitaria.
- No discriminar.
- Educar a las personas.
- No hacer distinciones entre una persona y otra.
- Respetar.
- Criar bien a los hijos.
- Enseñar, educar.
- Brindar cariño.

Todo esto es lo que deberían haber hecho los padres con sus cuatro hijos, pero no lo hacen. Y por
esta razón ocurre lo que sucedió en el final del cuento: los niños matan a su hermana, le cortan la
cabeza como la sirvienta había degollado a esa gallina.
Ellos no sabían lo que estaban haciendo ya que los padres no les enseñaron absolutamente nada.
Ellos nos los querían por ser "diferentes".
Elena Plaza. Venezuela. La construcción de la República, 1830-1850. (Serie Antológica Historia
Contemporánea de Venezuela; número 9). Caracas: Fundación Rómulo Betancourt, 2012, pp.
239.
David Ruiz Chataing
Elena Plaza comienza su estudio histórico con la reflexión sobre los sucesos más polémicos de la
historia republicana de Venezuela: el proceso de disolución de la República de Colombia y la
refundación del Estado de Venezuela en 1830. Han prevalecido ante ellos el sentimentalismo, la
pasión y la deformación de los hechos.
La oposición liberal venezolana le reprochó a Simón Bolívar que cuando los patriotas retomaron el
control de parte del país, en 1812-1813 y en 1819, no restableció la República de 1811, sino que
formó la Unión Colombiana (Venezuela y Nueva Granada) y la República de Colombia de 1821. La
mayoría de las provincias venezolanas, por estar bajo el poder español, no participaron en las
respectivas asambleas constituyentes y consideraban ilegítimas sus decisiones.
La antigua Capitanía General de Venezuela, ya independiente, volvía a padecer de una
subordinación no satisfactoria al lejano gobierno de Bogotá. Diferencias geográficas, culturales y la
complejidad de establecerse un orden con grandes fallas administrativas, agriaban los ánimos
nacionales frente a la no consultada incorporación a la enorme República de Colombia.
Bolívar, sostenían los liberales venezolanos, asumió la dictadura comisoria tras el fracaso de la
Convención de Ocaña de 1828. Violentó, según sus connacionales, los procedimientos para
establecer un mandato autoritario e ilegal. Repudiaban sus paisanos en el Bolívar político, su óptica
centralista, la concepción presidencialista del Poder Ejecutivo con muchas atribuciones, la
Presidencia Vitalicia, el Vicepresidente designado. Consideraban al gran caraqueño un genio militar,
pero su actitud ante lo público era aristocrática, reservada a los virtuosos, casi monárquica. Bolívar,
muy inspirado en Grecia
y en Roma, no entendía las exigencias de la sociedad comercial moderna. Esto último lo explotaban
los separatistas para romper con la Colombia bolivariana.
El proceso de ruptura avanzaba. En pueblos y ciudades se hacían "pronunciamientos" a favor de la
disolución de la Gran Colombia. El General José Antonio Páez le escribe al Libertador, el 21 de
diciembre de 1829 sobre lo inevitable del evento. Le sugiere a Bolívar que facilite el hecho. El Estado
de Venezuela surge de una Asamblea Constituyente. La Constitución se promulga el 23 de octubre
de 1830. De los comicios para elegir al Presidente de la República surge el mandato del General
José Antonio Páez. Se van estableciendo sucesivamente, el Poder Legislativo y el Judicial.
Se organizan las provincias, los cantones; se establece una comisión corográfica dirigida por Agustín
Codazzi de la que surge la primera representación cartográfica de la nueva nación. El Atlas de
Codazzi, y la Historia de Venezuela, de Baralt y Díaz. El 10 de abril de 1834 se decretó la creación
de la Biblioteca Nacional. También se avanza en la estructuración de la hacienda pública, la
Cancillería, las fuerzas armadas. Venezuela asume su cuota de la deuda colombiana. España
reconoce la Independencia de Venezuela, el 27 de mayo de 1845. La codificación republicana y
liberal sustituye paulatinamente a la del período colonial y gran colombiano.
El reinicio de la vida en República es complejo. Había que hacer de súbditos, ciudadanos. Sin
muchos recursos, ni materiales ni humanos. Se adelanta en la abolición gradual de la esclavitud, se
acomete la "civilización" y reducción de los indígenas, la instauración de un sistema de educación
pública, se fomenta la inmigración y reglas económicas claras para estimular la producción. Estas
políticas eran parte de las medidas para avanzar hacia el país civilizado que se añoraba.
Este proceso no evolucionaba sin obstáculos. La destrucción del país en las dos décadas de guerra
emancipadora, el atraso, la escasa población en un país enorme, alzamientos militares, como el del
7 de julio de 1835 conocido como la "Revolución de las reformas", así lo indican. El general Páez,
por cierto, se puso a la cabeza del ejército constitucional que aplasta la rebelión y restituye al
Presidente José María Vargas en su cargo.
La unanimidad de la élite liberal se rompe en 1840, con el surgimiento del Partido Liberal, liderizado
por Antonio Leocadio Guzmán y Tomás Lander. Guzmán y su grupo liberal reformista y radical se
opone a los godos, oligarcas o conservadores. Guzmán Enarbola las banderas de la alternabilidad
republicana y la intervención del Estado en la esfera económica para enfrentar la crisis económica e
impulsar el progreso de una sociedad incipiente. La pugna política se intensifica y en las elecciones
de 1846 los conservadores inhabilitan a Guzmán y presionan a los tribunales para arrancarles una
sentencia de muerte por conspiración contra el periodista y agitador político fundador del periódico  El
Venezolano.
El General José Antonio Páez y los godos cometen un error de cálculo político tremendo: apoyan, en
las elecciones de 1847, y asciende a la primera magistratura de la República, el General José Tadeo
Monagas. Este se aleja de la oligarquía conservadora e inicia un gobierno personalista que se
prolonga hasta 1858.
Las administraciones bajo la influencia paecista representaron un voluntarismo institucionalizador. Se
permitió, al principio, una amplia deliberación de los asuntos nacionales y se fundaron las
instituciones. El general Monagas, por el contrario, encarnó un voluntarismo personalista: puso a las
instituciones a girar en torno a sus intereses personales. El General José Tadeo Monagas hizo suya
la frase "La Constitución sirve para todo" que ha servido de norte para más de un tiranuelo que ha
asolado a la nación.
El libro de Elena Plaza, que contienen reproducida valiosísima documentación del período, nos
recuerda que la Historia de Venezuela no se reduce a la emancipación y a Simón Bolívar. Y que para
fundar la República fue esencial el rol desempeñado por abogados, hacendistas, administradores,
productores, actores políticos, comerciantes, civiles próbos e ilustrados tan héroes como los que
derrocharon valor en los campos de batalla. Y su labor mucho menos conocida y ponderada.
 COMIENZOS DE LA REPÚBLICA DE 1830
La República de 1830 inició su vida independiente en medio de una situación en medio de una
situación económica, social y política muy precaria debido a las difíciles condiciones en que había
quedado el país después de la guerra de independencia y del proceso de disolución de la Gran
Colombia. Esta situación estaba enmarcada dentro de los siguientes aspectos:
a)      En lo Demográfico: Venezuela, con un millón de kilómetros cuadrados, contaba con una
población que escasamente llegaba a 800.000 habitantes en 1830 y a 1000.000 en 1840. Era una
población rural, dispersa en pequeños pueblos, haciendas y hatos. Caracas, el centro urbano más
importante, apenas contaba con 50.000 habitantes; y mucho menos las otras ciudades. La escasa
población reflejaba la marginalidad del precio que tuvo que pagar nuestro país por su independencia.
De 900.000 habitantes que tenía en 1810, antes de la guerra, había descendido a menos de 800.000
en 1830, sin tomar en cuenta el crecimiento que debió ocurrir en esos 20 años. La despoblación
aparecía, pues, como el primer problema que debía resolver la república. En 1831 el Ministro de
interior, Antonio Leocadio Guzmán, lo planteaba en los siguientes términos:

“No tenemos caminos por falta de hombres; no tenemos navegación


interior por esa misma falta; y por ella es pobre nuestra agricultura,
corto el comercio, poca la industria, escasa la ilustración, débil la moral
y pequeña Venezuela. Todo debemos esperarlo de la población; y
hablaré de ella cuanto me sea dable, porque bajo la zona tórrida, al ver
la fecundidad prodigiosa de nuestra tierra, los muchos y poderosos
elementos de prosperidad que encierra, y al compararlos con su estado
de infancia y debilidad, nada creo más necesario ni más digno de la
atención del soberano que poblarla.”

Para poblar era preciso promover y favorecer la inmigración de extranjeros y su asentamiento en el


país, con lo cual se esperaba también ayudar al progreso general, mediante el incremento de la
producción. En este sentido las recomendaciones del Ministro al Congreso de 1831, fueron acogidas
y se dictaron medidas a favor de los extranjeros que vinieran a radicarse en Venezuela. Además,
hubo también propietarios que promovieron la inmigración interesados en obtener mano de obra
extranjera para sus haciendas y contribuyeran a establecer familias inmigrantes en plan de
colonización agrícola, como fue el caso de la “Colonia Tovar” fundada por iniciativa de uno de estos
propietarios, Martin Tovar, en tierras de su propiedad, al Oeste de Caracas.
Sin embargo los gobiernos fueron tímidos en la adopción de medidas eficaces para favorecer estos
propósitos; y, además, las condiciones sociales, económicas y políticas imperantes en el país
durante esa época, constituyeron un serio obstáculo para el desarrollo de una política de inmigración
y colonización agrícola acorde con esa necesidad. Durante el período de 1830 y 1836, el número de
inmigrantes por año no llegó a 1.000, es decir, el aporte de la inmigración fue muy pequeño para que
pudiera tener efectos significativos en el crecimiento de la población ni en las condiciones
económicas y sociales del país.
El crecimiento de población de Venezuela siguió siendo muy lento. Cien años después, en 1936 era
todavía de tres millones y medio de habitantes. Se habían necesitado 100 años para que se
cuadruplicara. En cambio, a partir de 1936 la población de Venezuela se ha cuadruplicado en solo
40 años. La explicación está en el cambio de las condiciones económicas, sociales y políticas
ocurridas en estos años de la Venezuela contemporánea.
b)      En lo Económico: La agricultura y la ganadería, cuyos productos eran la fuente principal del
comercio exterior, se hallaban en completa ruina; y los ingresos fiscales, provenientes en su mayoría
de las exportaciones de café, cacao, añil y otros frutos, eran muy escasos para atender a los gastos
de organización y administración de la república. Al igual que la agricultura, la ganadería presentaba
también serios problemas y se encontraba en franca decadencia. De un rebaño de 5.000.000 de
cabeza en 1812, no quedaban más de 2.500.000 reses en 1831. Además el gobierno debía
responder por las obligaciones que había contraído Venezuela en el reparto de la deuda exterior de
la Gran Colombia y por los préstamos exigidos a los particulares, todo lo cual montaba, en 1831, a
más de 34 millones de pesos.
 Como consecuencia de estos problemas económicos, la situación fiscal era igualmente difícil y la
república, para organizar debidamente su aparato administrativo, debía reducir los gastos
burocráticos; proteger la producción agropecuaria; establecer un sistema fiscal equilibrado: regular el
comercio exterior e interior.
El Ministro de Hacienda, Santos Michelena, en su Memoria al Congreso de 1831, inicio del primer
período constitucional, decía al efecto:

“Al cabo de veinte años de sacrificios y de males, consecuencias de la


guerra y de las revoluciones que han agitado a Colombia, no debe
esperarse que sea próspera la situación fiscal de Venezuela. Durante
ese largo período las Rentas Públicas, no obstante el establecimiento
de multitud de impuestos, han sido insuficientes para cubrir la demanda
contra el Tesoro; y como aquellas decían al paso que éstas
aumentaban, el déficit que ha ido acumulando de año en año, ha ido
también creciendo”.

c)       En lo Social: La república de 1830, en lo que respecta a estructura social, no difería


mayormente de la sociedad colonial. En este sentido puede considerársela como continuación
estructural del período de la colonia, cuyo sistema económico no sufrió modificaciones
fundamentales con la guerra de independencia. Continuó, pues, en la república el predominio de los
terratenientes. La propiedad territorial siguió en manos de los antiguos propietarios blancos y sus
descendientes, a los cuales se agregó, a partir de la guerra de independencia, un sector de caudillos
militares que pasaron a ser también grandes propietarios. Después de 1830 siguió subsistiendo una
sociedad heterogénea, en la cual se mezclaban relaciones  feudales de producción con relaciones
esclavistas y formas incipientes de capitalismo. La oligarquía terrateniente monopolizaba la tierra y
en algunos casos, era, además dueña de la mano de obra esclava. Los terratenientes en las
haciendas esclavistas, concentraban la propiedad de todos los factores productivos. Fuera de las
haciendas esclavistas, en los latifundios, los campesinos no poseían más que sus propios aperos y
útiles de trabajo, pero estaban sometidos por los latifundistas, a quienes debían pagar rentas en
dinero o en especie, por trabajar la parcela que se les cedía  dentro de la propiedad.
 Al terminar la guerra, la masa de soldados, en su totalidad de origen campesino, volvieron a sus
lugares de origen; pero allí se encontraron sin hogar ni trabajo, frente a los antiguos propietarios que
mantenía el mismo sistema de explotación a la población rural. Muchos de estos exsoldados,
impedidos por malestar económico, constituían bandas armadas que “mataban las reses esparcidas
en las sabanas, sin más objetos que apoderarse de los cueros y el sebo, para venderlos”.
Esta situación predominante en los llanos, era consecuencia directa del malestar económico que
agitaba a las masas rurales después de la guerra; y continúo siendo un elemento explosivo que con
frecuencia dio origen a sublevaciones, levantamientos y guerras civiles durante todo el periodo de la
Venezuela agropecuaria.

“No pocas veces los militares descontentos y ambiciosos incorporaron


bajo sus banderas a la famélica masa humana que vegeta en los
latifundios o deambula “aguerrillada” por los llanos y serranías.
“Diversas regiones del país se hallaban constantemente asoladas por
bandoleros, algunos con la connivencia de las autoridades. Nadie se
aventuraba por los caminos sin una buena escolta. Prácticamente no
pasaba día sin que alguien fuese perseguido por revolucionario o
conspirador”.

Desde 1830 los gobiernos dieron severas medidas para castigar a los culpables de estos hechos. La
“Ley sobre Conspiradores” de 1831 y la “Ley de Hurtos” de 1836, constituyeron los instrumentos de
represión que aplicó el gobierno contra los jefes y participantes de estas bandas armadas. La
mencionada Ley de Hurtos traía la siguiente disposición:

“Los capitanes o cabezas de gavillas que infesten ciudades o


caminos sufrirá la pena del último suplicio, y los demás cómplices la
de ciento cincuenta azotes distribuidos en tres porciones de quince en
quince días y diez años de presidio. Para los hurtos de cien a
quinientos pesos se impondrán al reo cincuenta azotes de dolor y dos
años de trabajo en las obras públicas. De quinientos a mil pesos, el
mismo número de azotes y cuatro años de trabajo forzado; y de mil en
adelante setenta y cinco azotes, con seis años de presidio”.

Estos severos castigos, inspirados por los latifundistas, no alcanzaron nunca a los caudillos
principales que conspiraron y se alzaron contra el gobierno, a los cuales, con harta frecuencia se les
perdonaron sus intentonas y se les ofrecieron indultos y garantías. Pero sí aplicaron a quienes
promovieron la lucha contra el poder local y las propiedades de los latifundistas. Sin embargo, y a
pesar del rigor de estas leyes, continuó el malestar social y los alzamientos de las masas rurales
como expresión de la lucha contra la oligarquía terratenientes.
d)      En lo Político: En la situación política en que se inició la república de 1830, se destaca, El
gobierno encabezado por Páez después del pronunciamiento separatista, no ejercía autoridad real
en todo el país. En provincias y regiones aisladas, imperaba el poder de los caudillos locales. El
movimiento separatista había sido promovido y realizado por la oligarquía caraqueña y los caudillos
militares del centro, encabezados por el general Páez. Fueron ellos los que convocaron el Congreso
de 1830, desconocieron a Bolívar y pusieron a Páez al frente del gobierno. Estos hechos hicieron
aflorar las viejas rivalidades de las provincias y en especial entre Caracas y las provincias orientales,
que por razones históricas y dada la importancia que tenían en aquellos momentos, aspiraban una
vez más a encabezar la república.

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