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2- Marco teórico

A partir del enfoque escogido “El aprendizaje y lo social”, es importante mencionar que el principal
exponente de esta corriente es Albert Bandura, psicólogo canadiense, reconocido por sus trabajos sobre
la Teoría del aprendizaje social. Esta afirmación es definida por Vielma y Salas (2000), por lo cual
estos autores indican que Bandura propone un modelo para explicar el desarrollo humano que estaría
vinculado netamente al aprendizaje dentro de los contextos sociales del individuo desde su niñez. Por
tanto, se plantea que Bandura: “Centra su énfasis en el papel que juegan los procesos cognitivos,
vicarios, autorre-guladores y autorreflexivos, como fundamentos determinantes en el funcionamiento
psicosocial, resaltando que el pensamiento humano constituye un poderoso instrumento para la
comprensión del entorno” (Vielma & Salas, 2000, citado en Bandura, 1987). De esta manera, a raíz de
este psicólogo queda en claro que el aprendizaje social, frente a las diversas corrientes que buscan
explicar el aprendizaje, se enfoca en demostrar que el entendimiento humano se va formando a raíz de
las diversas interacciones que el individuo va enfrentado a lo largo de su vida, influyendo tanto en el
contexto en el cual se desenvuelve, las personas que lo rodean, etc.
Nace de esta forma el concepto de “modelamiento” para el enfoque social, en el cual según Vielma &
Salas (2000), el rol del modelo adulto jugaría un papel importante en el aprendizaje social que tendría
el individuo desde su niñez, sobre lo cual el individuo aprendería por estar situado en una posición de
observador de otro (en el caso de los niños, sus padres). De este modo, el instrumento de observación
y/o imitación, sería importante para la estimulación y comprensión por parte del sujeto, ya que el tener
un “modelo”, le permitiría adoptar valores, conductas e ideas existentes en una sociedad.
Igualmente, y a partir de lo mencionado anteriormente, dentro del aprendizaje social, se encuentra el
aprendizaje expansivo, el cual fue estructurado por Engeström, y es definido según Sepúlveda (2001)
como un proceso a través del cual un sujeto, dentro de un contexto, logra transformar una actividad
dentro de una cultura para actuar de una manera diferente, a la que actuaría, si no cambiara este aspecto
cultural. De esta manera, el concepto de actividad juega un papel fundamental para el aprendizaje
social, ya que: “(…) contiene una forma de explicar la cognición humana ligada a las situaciones y a
las acciones en las cuales ella ocurre. La actividad, en términos simples, es lo que las personas hacen en
un dominio de prácticas” (Sepúlveda, 2001, p. 1). Por tanto, a partir del aprendizaje expansivo, se logra
transformar las actividades aprendidas culturalmente, para así poder actuar de una forma distinta a las
antes conocidas.

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