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Quijote o dualidad

Peregrino en la noche va el andante


y el molino del viento se presenta,
sin rumbo se dirige el caminante
y con fe, sale ileso en la tormenta.

Quijotesca aventura se recrea


el gigante de aspas en el viento,
que el impulso engranado serpentea
y el conjunto de mitos en el tiempo.

Ilusión de quimeras en la vida


que convierten los sueños en delirio,
la penumbra de lámpara encendida
y la luz de la luna como un cirio.

Dualidad de materia que se funde


el amor que persigue enamorado
el Quijote, cual mente ya confunde
y la dicha lo vuelve desdichado.

Y el Quijote cambiando su destino


le acompaña su dulce Dulcinea,
y el amor de quimeras cual su sino
sella el pacto de esta su odisea.

El péndulo que oscila en la batalla


es el vaivén del tiempo y la esperanza,
el camino y la senda en la alborada
y el devenir del arcano en lontananza.

El vicio que a muchos envilece


es dolor que el instante debilita,
y el espíritu fuerte permanece
y otra vida en el ser, posibilita.

Y la triste figura se engrandece


en la aldea de la tierra trastocada,
y en la mente de ese hombre resplandece
la inocencia del alma iluminada.

Yolanda Orijel Arenas


2021

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