Como es en prácticamente todos los casos a partir de la presidencia de
Andrew Jackson, los conflictos internos de EEUU tenían que ver de una u otra manera con el conflicto más generalizado entre los estados libres e industrializados del norte, enfrentándose a los estados esclavistas agricultores del sur. Una de las cuestiones que más apoyaban los norteños era la expansión de la población libre hacia los territorios deshabitados en el oeste. Esto iba en contra de los deseos de los sureños que querían mantener la tierra descolonizada para luego comprarla y establecer más plantaciones. En 1860 se había aprobado una ley del hogar (homestead act) pero fue vetada por el entonces presidente James Buchanan. Las leyes eran opuestas por estos sectores sureños porque temían que inmigrantes europeos y granjeros blancos coparan las tierras del oeste. Luego del comienzo de la Guerra de Secesión y el retiro de los estados del sur, la ley pudo aprobarse el año siguiente y fue llamada la Ley del Hogar de 1862. Hubieron muchas más leyes de este tipo y la práctica solo se vieron descontinuada, bien entrada la década del 70 en la mayor parte de EEUU y solo en 1986 en Alaska. Básicamente, lo que estas leyes significaban era que un aplicante podía obtener, gratis, tierras del gobierno federal para establecerse. Los norteños preferían que la expansión hacia el oeste se diera por granjeros que iban a ser dueños de la tierra que iba a ser trabajada y no que quede en manos de los dueños de plantación y que estos las usaran con esclavos como si fuera un estado feudal. Se estima que, en total, tomando en cuenta todas las leyes del hogar de EEUU se han repartido de forma gratuita aproximadamente el 10% del territorio norteamericano. En la Ley del Hogar de 1862 se especifica que los aplicantes deben ser personas libres que nunca hayan levantado las armas contra la unión y hasta también eran aceptadas las mujeres y los inmigrantes. Luego, años después esto se extendería a los negros y ex-esclavos. El hogar, o “Homestead” era un territorio público del gobierno federal que se dividía en áreas de aproximadamente 65 hectáreas en el oeste norteamericano. A los aplicantes, antes de que se les otorgara formalmente el título de propiedad, debían establecerse en la tierra por 5 años y mostrar que la habían trabajado y mejorado. El proceso no debía tardar más de 7 años. Estas leyes causaron un gran flujo inmigratorio europeo hacia EEUU, gracias a la enorme cantidad de tierras que se abrían para la colonización. Uno de las desafortunadas consecuencias de estas leyes y de este flujo migratorio promovido por el gobierno federal fue que las tierras de los nativos americanos se vieron fuertemente reducidas a lo largo de los años. Según la autora Hannah Anderson, si bien los objetivos del acta eran no solo terminar con el debate que se daba en EEUU por el poblamiento de tierras públicas sino también fomentar la inmigración y si bien se transfirieron con éxito millones de hectáreas a manos privadas, la realidad es que el acta falló en alcanzar en muchos casos los objetivos deseados y satisfacer las promesas hechas. La historia de la ocupación de tierras hacia el oeste tiene una historia de larga data, ya sea las ocupaciones de los montes Apalaches durante la época de los artículos de la confederación, la expedición de Lewis y Clark y la compra de Louisiana. Sin embargo, existía muchísima tierra sin ocupar, y esto era un problema. Según la autora, en pocas naciones sucedió un hecho semejante de que personas sin riqueza pudieran comprar tierras propias y se estima que 270 millones de hectáreas (10% del territorio de EEUU) se pobló gracias a estas personas. El problema era que la vida en estas granjas no era fácil, existían peligros naturales como animales salvajes, plagas de langostas, etc. También el mantenimiento de la granja dependía de que región se había colonizado, no era lo mismo la fértil Iowa que la seca Montana. En ciertos casos sucedían fallas en la producción y otros se sobre producía, llevando a problemas económicos. Sin embargo, aproximadamente el 40% de todos los aplicantes, pudo mejorar la situación de la tierra. Según la autora, el acta también fomentó en cierto sentido la democracia local, ya que las oficinas federales se encontraban lejos. También fomentó el nacionalismo ya que los pioneros, al no estar sujetos a una región en particular, forman una suerte de identidad nacional. Otros problemas que acarreó el acta son, por un lado, existió un gran daño ecológico, no solo por la caza de animales salvajes sino también por el uso excesivo del suelo, la tala de bosques sin plantar nuevos árboles y en general una situación de erosión del suelo que llevo a la aparición del llamado “Dust Bowl” del siglo XX. Por otro lado, esto afectó a los indios ya que no solo se los había forzado a vivir en reservas desde 1830 sino que ahora además lo empujaban más hacia el oeste. También otro problema era la rampante corrupción gracias a la especulación financiera y de la tierra de ciertos personajes inescrupulosos. La conclusión ería que el acta era bien intencionada y tuvo éxito en muchas formas, pero también tuvo muchos impactos negativos que no deben ser olvidados. Para la autora Trina Williams, la importancia del acta no puede ser subestimada. Estas decisiones políticas sobre propiedad ayudo a definir como se vivía y adonde en la sociedad americana y fomentó cambios culturales y nuevos significados simbólicos. El acta de 1862 representa la culminación de un debate sobre los derechos de propiedad individual, el uso que se le iba a dar a las tierras federales y la prueba de darle una oportunidad de ser dueño de la tierra a un grupo que no fuera poderoso y rico. El acta ayudó a pacificar la frontera occidental de EEUU y puso al país como un lugar donde se podía invertir con facilidad y donde la inmigración era deseable. Millones de ancestros de los norteamericanos actuales fueron estos pioneros y esto es algo que mucha gente olvida. Según la autora la importancia del acta radica en el intento de realizar una política fundamental del país teniendo los intereses de los más desafortunados en mente. Los autores Ross Mattheis y Itzchak Raz realizaron un estudio sobre el impacto del acta en el desarrollo poblacional a lo largo de las décadas utilizando instrumentos matemáticos y estadísticos. La conclusión de su trabajo es que las áreas con una exposición histórica más grande a este tipo de tierras otorgadas por el estado son, hoy en día, considerablemente más pobres y rurales que el resto. Las diferencias son también en los centros urbanos de estas áreas ya que las ciudades que están dentro de las regiones donde más se utilizó esta acta son menos desarrolladas que las otras y su productividad no- agrícola es menor. Según los autores el camino de la divergencia empezó desde el principio del acta en 1862. La evidencia indica que las distorsiones causadas por los requerimientos de residencia y cultivación que forzaba el acta lograron que estas regiones tuvieran una ventaja en cuanto a la agricultura, pero a lo largo del tiempo, las aglomeraciones urbanas de las zonas fueran menos desarrolladas y menos beneficiosas para la población que en el resto del país. BIBLIOGRAFIA - Homestead Act of 1862 (https://www.docsteach.org/documents/document/homestead-act) - Anderson, H. (2011). That Settles It: The Debate and Consequences of the Homestead Act of 1862. The History Teacher, 45(1), 117–137. - Mattheis, R., & Raz, I. T. (2019). There’s no such thing as free land: the Homestead Act and economic development. Working paper (https://scholar.harvard.edu/iraz/publications/homestead-act-and- development-american-west) - Williams, T. (2000). The Homestead Act: A Major Asset-building Policy in American History. Center for Social Development: Washington University, 1– 22.