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James M.

Renihan
www.legadobautistaconfesional.com
James M. Renihan
Título Original: “Confessing the Faith in 1644 and 1689”
Autor: James M. Renihan.
Traducción al español por Jorge A. Rodríguez Vega.
Revisión general por Alaín J. Torres Hernández.
Diseño de Portada por Jorge A. Rodríguez Vega.
Traducido y Publicado por © Editorial Legado Bautista
Confesional (Santo Domingo – Ecuador, 2020).
Este material es gratuito y con gusto se ofrece para su
libre distribución. Al citarlo no se debe distorsionar
ninguna de las declaraciones que contiene y debe ser
referenciado adecuadamente.
Traducción de Las Sagradas Escrituras: Reina Valera
Revisada (1960). (1998). Miami: Sociedades Bíblicas
Unidas; a menos que se indique otra versión.
PARA EL LECTOR
JUICIOSO E IMPARCIAL

Es un honor presentar esta traducción íntegra del


artículo titulado “Confessing the Faith in 1644 and
1689”, escrito por el Dr. James M. Renihan, y
publicado originalmente en el sitio The Reformed Reader
en: <www.reformedreader.org/ctf.htm>
Con una historiografía bien informada y
descriptiva, el autor nos traslada al momento histórico
en el que surgió el movimiento bautista particular y las
circunstancias que lo rodearon. Este artículo es tanto
un complemento así como un pequeño adelanto del
banquete que aguarda a quienes lean libros como
Edificación y Belleza y La Fe y la Vida para los Bautistas,
ambos escritos por el mismo autor.
¡Qué comience esta fascinante historia!

Equipo de Traducción
8 de Abril de 2020
TABLA DE CONTENIDO

Introducción ........................................................... 1
La Primera Confesión de Fe de Londres de
1644 ..................................................................... 7
La Segunda Confesión de Londres ................ 19
Los Orígenes de la Segunda Confesión de Fe
de Londres ....................................................... 25
Implicaciones ....................................................... 37
INTRODUCCIÓN

Trate de imaginar una situación como esta: Vive en


una gran ciudad, la capital de su país. Es miembro de
un puñado de iglesias que apenas comienzan a crecer
y hacerse notar en la ciudad, pero reunirse con sus
hermanos y hermanas es ilegal. Hasta donde pueden
recordar incluso los más ancianos, siempre ha habido
una sola religión legal, y todo intento por entrar en
desacuerdo con esa única religión ha sido enfrentado
y perseguido.
A medida que su iglesia crece, comienzan a
esparcirse los rumores. Cien años antes, algunas
personas con creencias que eran apenas similares a las
suyas habían estado involucradas en una terrible
rebelión en un país vecino, y había rumores
comenzando a esparcirse de que su iglesia haría esas
mismas cosas horribles. ¿Qué haría usted?
Eso es solo una parte de la situación que estaban
enfrentando los miembros de las siete iglesias bautistas
calvinistas de Londres en 1644. En el transcurso de
unos pocos años, el número de estas había crecido, y
el pueblo había comenzado a notar su presencia en
2 Introducción

Londres, pero a menudo no de una manera amigable.


En 1642 se publicó un folleto anónimo titulado {trad.
no oficial}1 Una Advertencia a Inglaterra, especialmente a
Londres; acerca de la famosa Historia de los frenéticos
Anabaptistas, sus predicaciones y prácticas desenfrenadas en
Alemania2. Fue un escrito impresionante. El autor, en 9
páginas dobles, describió los tristes sucesos que
ocurrieron en Münster, Alemania. Rebelión, sedición,
robo, asesinato... son los cargos que se le imputan a los
“anabaptistas”. En todo el folleto no se hablaba de otra
cosa más que de estos eventos que habían ocurrido en
otro tiempo y en otro lugar, hasta que justo en la

1
Nota de los traductores: Los textos y/o caracteres
{entre llaves} son traducciones o aclaraciones para
preservar la fidelidad al sentido del texto original. La
etiqueta {trad. no oficial} indica que la traducción que
sigue a continuación pertenece a una fuente que aún no
está disponible en español; por tanto, puede aparecer
oficialmente con otro título o como parte de otras obras
en el futuro. En cambio, si el material citado ya ha sido
publicado en español en el momento en que se hace esta
traducción, se usará el título oficial precedido de la
etiqueta {título oficial}; y {nombre oficial} si se trata de
una entidad.
2
Nota de los traductores: El título original es A
Warning for England, especially for London; in the
famous History of the frantick Anabaptists, their wild
Preachings and Practices in Germany.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 3

última frase dice: “¡Por tanto, que perezcan todos los


facciosos y sediciosos enemigos de la Iglesia y del
Estado, pero que florezca la corona sobre la cabeza del
rey Carlos! Amén”. La advertencia era sutil en cierto
sentido, pero al mismo tiempo era brillantemente
poderosa: —¡Cuidado! Lo que los anabaptistas
hicieron en Alemania, bien puede suceder de nuevo en
Londres, si es que a estas personas se les permite
diseminar sus doctrinas.
Entonces, ¿qué hicieron los bautistas? La situación
era potencialmente explosiva. Ellos sabían que era
esencial demostrar que no eran radicales que de una
forma subversiva pretendieran socavar la estructura de
la sociedad. Por el contrario, eran ciudadanos
respetuosos de la ley que estaban siendo difamados y
mal entendidos por muchos a su alrededor. Deseaban
y necesitaban demostrar que eran muy ortodoxos en
sus creencias teológicas, y que no tenían ninguna
agenda más allá de un fiel y consciente compromiso
con Dios y Su Palabra.
Mientras enfrentaban estas circunstancias, los
bautistas decidieron que era necesario tomar medidas
para disipar los temores y la desinformación que se
había propagado. Dios había bendecido sus esfuerzos
hasta entonces, y no querían ver que esos esfuerzos
4 Introducción

fueran frustrados por los rumores y las insinuaciones


de sus enemigos. Así que adoptaron una práctica
frecuentemente utilizada por otros desde hacía 150
años; publicaron una confesión de fe para que
cualquiera que estuviera interesado en ellos pudiera
tener un entendimiento preciso de sus creencias y
prácticas.
Uno de los propósitos primarios de la publicación
de su Confesión de Fe en 1644 fue el de negar
cualquier vínculo con los anabaptistas continentales.
Esto se torna evidente con sólo echar un vistazo a la
portada que dice: “La Confesión de Fe de aquellas
Iglesias que son llamadas comúnmente (aunque
falsamente) anabaptistas”.3 La epístola al inicio de la
Confesión identifica el problema:
Sólo cuestionamos aquello que parecerá extraño a
muchos, que hombres como nosotros que somos
calificados frecuentemente como lo hemos sido
(mintiéndose {contra nosotros} con esa calumnia
y oscuro estigma de Herejes y sembradores de división),
presumamos de aparecer públicamente como
ahora lo hemos hecho; […] no es algo triste para

3
William L. Lumpkin, Baptist Confessions of Faith
{trad. no oficial: Confesiones Bautistas de Fe}, rev. ed.
{ed. corr.} (Valley Forge: Judson Press, 1969), 153.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 5

ningún observador los tristes cargos {acusaciones}


que son presentados, no solo por el mundo que no
conoce a Dios, sino también por aquellos que
piensan muy mal, si no fuera {por el hecho de
que} son vistos como lo más Ilustre de la Iglesia de
Dios, y como los Atalayas de la Ciudad; […]
acusándonos de sostener el Libre–albedrío, la
Caída de la gracia, la negación del pecado
Original, el desconocimiento del Magistrado, la
negación a asistir a cualquiera de sus personas o a
ejecutar cualquiera de sus Mandatos lícitos, de
cometer actos impropios en la dispensación de la
Ordenanza del Bautismo que no se nombran entre
los Cristianos.4

Es evidente que en esta lista de acusaciones hay


algunas que, ya fuera en realidad o imaginariamente,
estaban relacionadas con los anabaptistas del
continente {europeo}. Todo lo que un oponente de los
bautistas tenía que hacer era pronunciar el nombre de
“Münster”, y todos los horrores que podían suponerse
de aquella triste ciudad serían imputados a sus
“homólogos” ingleses.5 Evidentemente, los bautistas

4
Ibid., 154-55. Las cursivas fueron agregadas en la
traducción.
5
Lumpkin menciona dos libros que pudieron haber
sido muy aborrecibles en cuanto a sus acusaciones en
6 Introducción

particulares sintieron la presión de estos cargos, y


desearon eliminar tantos como les fuera posible. Por lo
tanto, afirmaron abiertamente que les habían puesto
el nombre “anabaptista” falsamente, y que este no
reflejaba sus propias convicciones.

contra de los bautistas: A Short History of the Anabaptists


of High and Low Germany {trad. no oficial: Breve
Historia de los Anabaptistas de Alta y Baja Alemania}
(1642), y A Warning for England especially for London
{trad. no oficial: Una Advertencia a Inglaterra,
especialmente a Londres} (1642), BCF {trad. no oficial:
Confesiones Bautistas de Fe}, 145.
LA PRIMERA CONFESIÓN DE FE
DE LONDRES DE 1644

Desde el principio, los bautistas estaban preocupados


por demostrar a todos que sus convicciones doctrinales
habían sido ortodoxas y en gran medida idénticas a las
de los puritanos que les rodeaban. Con este fin,
buscaron los mejores medios disponibles para
demostrar que sus puntos de vista estaban de hecho
estrechamente alineados con las convicciones de las
demás iglesias a su alrededor. Lo demostraron
publicando una Confesión de Fe. Esta Primera Confesión
de Londres de 1644, publicada antes que la Confesión de
Westminster, le debe mucho a documentos más
antiguos que eran bien conocidos. Su propósito era
demostrar que no sostenían ideas desenfrenadas ni
nuevas, sino que más bien compartían las mismas
posturas teológicas básicas que tenían las mejores
iglesias y ministros que les rodeaban. Probablemente
la mejor y más detallada confesión disponible para
ellos era la Confesión Verdadera de 1596, documento que
había sido publicado por hombres de la estatura del
8 La Primera Confesión de Fe de Londres de 1644

famoso comentarista de los libros de Moisés, Henry


Ainsworth. Alrededor del 50% de su Confesión fue
tomada directamente de este documento más antiguo.
Además, se apoyaron en gran medida en un libro
titulado La Médula de la Teología,6 escrito por un famoso
e importante puritano: William Ames. Compusieron
este material a partir de las fuentes que estaban
disponibles para ellos, con un propósito específico:
demostrar que tenían mucho en común con las iglesias
y ministros a su alrededor. Sí, tenían algunas
diferencias, pero sólo eran diferencias menores y no
centrales. No eran fanáticos de ojos desorbitados
decididos a derrocar a la sociedad, como se decía de
ellos. Al contrario, eran cristianos reformados que
buscaban llevar a su conclusión lógica los principios
sobre los que la Reforma había sido edificada.
Así es como debemos entender la aparición de la
Primera Confesión de Londres en 1644. Era una
herramienta apologética para decir: —Oigan,
realmente somos como ustedes en casi todos los
sentidos. No somos como los anabaptistas de Münster;
somos como ustedes. Déjennos en paz. Acéptennos
por lo que somos. No nos rechacen sólo porque

6
Nota de los traductores: El título original es The
Marrow of Theology.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 9

alguien más en otro momento y en otro lugar hizo


algunas cosas realmente malas. Nosotros los
repudiamos también. No somos anabaptistas; somos
cristianos reformados—. Esta acción tuvo dos facetas
importantes. En primer lugar, con la publicación
deseaban dar a conocer sus puntos de vista, sostenidos
en común y unánime acuerdo, a una amplia audiencia
de lectores. En segundo lugar, con la suscripción de sus
nombres como representantes de las iglesias,
afirmaban públicamente que estas doctrinas eran una
fiel representación de las posturas teológicas sostenidas
entre ellos. Mucho estaba en juego, especialmente la
preservación de su libertad frente al creciente poder
político presbiteriano que era intolerante. Recuerde
las famosas palabras de Milton: “Un nuevo presbítero
es simplemente un antiguo sacerdote, pero con un
nombre más largo”.7 Pocos presbiterianos estaban a
favor de la tolerancia religiosa, pues deseaban sustituir

7
Nota de los traductores: Aunque esta es una
traducción fiel a la frase original, “nuevo persbítero” no
tiene muchas más letras que “antiguo sacerdote” en
español. Sin embargo, la frase fue escrita originalmente
en inglés, donde “new Presbyter” sí tiene más letras que
“old priest”. Con ello, Milton simplemente está usando
una metáfora para decir que, en cierto sentido, “nuevo
presbítero” significa casi lo mismo que “antiguo
sacerdote”.
10 La Primera Confesión de Fe de Londres de 1644

la iglesia estatal episcopal con una iglesia estatal


presbiteriana. La Suscripción a la Confesión no era
una simple firma al final de dicho documento, sino una
proclamación sobria, seria y pública de que eran
cristianos ortodoxos.
¿Funcionó? Bueno, al parecer sí, pues encontramos
que sus oponentes comenzaron entonces a notar su
presencia. Había varios hombres que al parecer se
habían autoproclamado “cazadores de herejes” en
algún sentido, los cuales escribieron acerca de la
Confesión cuando fue publicada por los bautistas. El
primero que debemos mencionar se llamaba
Thomas Edwards. En 1646, publicó una obra en tres
partes separadas titulada Gangrena o Catálogo y
Descubrimiento de muchos de los Errores, Herejías, Blasfemias
y Prácticas perniciosas de los sectarios de este tiempo, ventilados
y cometidos en Inglaterra en estos últimos cuatro años.8 En la
página 106 de la primera parte de Gangrena, Edwards
mencionó la Confesión de 1644, pero no encontró
ninguna falta en ella, admitiendo que sus
declaraciones eran como las de “las iglesias

8
Nota de los traductores: El título original es
Gangraena, or A Catalogue and Discovery of many of
the Errors, Heresies, Blasphemies and pernicious
Practices of the Sectaries of this time, vented and acted
in England in these last four years.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 11

reformadas”, calificándola en cambio de “fraude y


falacia” que tenía la intención de ocultar lo que
—según él— era la auténtica verdad de las doctrinas
bautistas. Por lo menos la Confesión era ortodoxa.
Cuando Stephen Marshall, miembro de la Asamblea
de Westminster, atacó a los bautistas en 1645,
John Tombes le respondió señalando a esta Confesión
como un medio para establecer la ortodoxia de los
bautistas particulares.9
Aún más interesantes son los comentarios de
Daniel Featley. El Dr. Featley fue, por breve tiempo,
miembro de la Asamblea de Westminster y un
autoproclamado cazador de herejes. De la Confesión
de 1644, dijo lo siguiente:
...si damos crédito a esta Confesión y al Prefacio
de la misma, los que de entre nosotros son
etiquetados con ese título [es decir, anabaptistas],

9
John Tombes, Two Treatises and an Appendix to
them Concerning Infant Baptisme {trad. no oficial: Dos
Tratados y un Apéndice a quienes les Concierne el
Bautismo de Infantes} (London: George Whittington,
1645), 31, 34. Las declaraciones están en el segundo
tratado, titulado “An Examen of the Sermon of
Mr. Stephen Marshal, about Infant Baptism, in a Letter
sent to him” {trad. no oficial: “Examen del Sermón del
Sr. Stephen Marshal, acerca del Bautismo de Infantes, en
una Carta enviada a él”}.
12 La Primera Confesión de Fe de Londres de 1644

no son ni Herejes, ni Cismáticos, sino cristianos


con corazones sensibles; sobre quienes, por falsas
sugerencias, la mano de la autoridad cayó
pesadamente mientras duró la Jerarquía; pues
ellos ni enseñan el libre albedrío ni el caer de la
gracia con los arminianos, ni niegan el pecado
original con los pelagianos, ni rechazan el
Magistrado con los jesuitas, ni sostienen la
pluralidad de Esposas como los polígamos, ni la
comunidad de bienes como los apostólicos, ni van
desnudos como los adamitas, mucho menos afirman
la mortalidad del alma con los epicúreos y los
psicofanistas; y con este propósito han publicado
esta confesión de Fe, suscrita por dieciséis
personas, en el nombre de siete Iglesias en
Londres.10

Las palabras de Featley son muy interesantes. Él


entendió exactamente lo que los bautistas quisieron
hacer al publicar su Confesión: una manifestación
sincera de lo que creían. Por supuesto, Featley no les
creyó y dijo:
...esconden un poco de veneno para ratas en una
gran cantidad de azúcar para que no se lo pueda

10
Featley, The Dippers Dip’t {trad. no oficial: Los
Sumergidores Sumergidos}, 177-78. Los bautistas
alegaron ser ortodoxos, pero él no lo aceptó.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 13

notar {lit. discernir}; pues, entre los cincuenta y


tres Artículos de su Confesión no hay más de seis
que pueden ser aprobados, con tal que reciban una
interpretación correcta; y en esos seis no se expresa
ninguna de las posturas más viles y odiosas con las
que esta Secta está manchada {lit. rociada}.

Pero el punto importante es este. A primera vista, uno


de los más fervientes cazadores de herejes reconoció
que las palabras que usaron eran ortodoxas. Featley
hizo seis críticas específicas a la Confesión:
1. Que los bautistas en el artículo 31 parecen dar a
entender que el derecho a las posesiones
terrenales se fundamenta en la gracia, no en la
naturaleza;
2. Que el artículo 38 habla en contra del
sostenimiento de los ministros por parte del
Estado;
3., 4., y 5. Todos tratan con el bautismo de
creyentes;
6. Que los bautistas permiten que hombres no
ordenados prediquen.
Estas son todas las críticas que Featley hizo a la
Confesión. Pero tenga en cuenta lo que los bautistas
hicieron en respuesta a Featley: revisaron y corrigieron
14 La Primera Confesión de Fe de Londres de 1644

su Confesión en 1646. En el artículo 31, agregaron


una declaración que decía: “Las cosas externas y
temporales son legalmente disfrutadas por un derecho
civil por aquellos que no tienen fe”. En el artículo 38,
quitaron las expresiones que hablaban en contra del
sostenimiento a los ministros por parte del Estado.
Incluso cambiaron ligeramente su lenguaje sobre el
bautismo para prevenir algunas críticas hirientes de
Featley. La segunda edición de la Confesión, de hecho,
es la que está más comúnmente disponible para
nosotros hoy en día, es una versión corregida en
respuesta a las críticas de Daniel Featley. Los bautistas
bajaron el tono o hicieron algunos cambios al lenguaje
que usaban para que fuera más aceptable para los
paidobautistas que estaban a su alrededor. No creo
que estuvieran cediendo. Simplemente estaban
llevando a cabo su propósito original. Querían que
estos hombres reconocieran su ortodoxia, y
entendieron que la única manera de hacerlo con éxito
era reconsiderando algunas de sus expresiones.
Siempre debemos recordar esto. La Primera
Confesión de Londres de 1644 fue un intento por
eliminar la amenaza de persecución que sufrían y
ganar la aceptación teológica de los paidobautistas; y
la segunda edición de 1646 fue aún más explícita en
esto. La Confesión cumplió bien su cometido, aun si
Confesando la Fe en 1644 y 1689 15

algunos pensaban que era una cortina de humo para


doctrinas más nefarias {viles}. Colocó a los bautistas
dentro de la corriente principal de la teología
reformada en la Inglaterra de mediados del
siglo XVII.
¿Quién editó la Confesión de 1644? Realmente no
lo sabemos a ciencia cierta. Algunos han sugerido que
fue John Spilsbury, uno de los primeros pastores de
Londres, pero él es probablemente tan buen candidato
como cualquier otro. A. C. Underwood cita a un
escritor anónimo que llamó a Spilsbury “el gran
Patriarca de la Confesión Anabaptista”, y
R. L. Greaves dice que “él (Spilsbury) fue suscriptor y,
probablemente, el principal autor de la confesión
bautista particular”.11 La sugerencia de
W. L. Lumpkin de que “él debe haber desempeñado
un papel muy prominente en su preparación” es
probablemente correcta. Luego sugiere también que
“si la Confesión fue el producto de una autoría
conjunta, [él] probablemente recibió la ayuda de

11
A. C. Underwood, A History of the English Baptists
{trad. no oficial: Historia de los Bautistas Ingleses},
(London: The Baptist Union Publication Department,
1947), 60; BDBR {trad. no oficial: Diccionario
Biográfico de los Radicales Británicos} 3:193-94.
16 La Primera Confesión de Fe de Londres de 1644

William Kiffin y Samuel Richardson”.12 Dada la


importancia de estos hombres, el escenario propuesto
por Lumpkin es muy posible.
Como hemos señalado, la Primera Confesión de Fe
de Londres fue revisada en respuesta a Daniel Featley
en 1646, y luego nuevamente en 1651. Durante
muchos años, esta sirvió como la base para la
ortodoxia y el compañerismo entre los bautistas
calvinistas. Pero para a mediados de 1670, las iglesias
consideraban que era necesario ofrecer otra Confesión
al mundo. Podrían mencionarse varias razones. En
primer lugar, los mismos bautistas indicaron que las
copias de la Confesión de 1644 eran escasas y difíciles
de obtener. Podría haber sido posible volver a
imprimir copias de la primera Confesión, pero hacerlo
no hubiera logrado su propósito. Para mediados de la
década de 1670, la Confesión Verdadera de 1596 había
sido eclipsada por la Confesión de Westminster y la
Declaración de Saboya, y publicar un documento
basado en la Confesión Verdadera habría parecido
anacrónico. Además, está claro que la primera
Confesión no trataba con todas las áreas que podrían
ser mencionadas en una declaración doctrinal. Para la
década de 1670, otros temas necesitaban ser tocados.

12
Lumpkin, Baptist Confessions, 145-146.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 17

Por ejemplo, era importante abordar el día de reposo,


porque había un pequeño pero creciente movimiento
que abogaba por la observancia del séptimo día como
el Reposo. Pero quizás la razón más importante fue
una triste situación que presionaba a las iglesias e
involucraba a un hombre de prominencia.
Thomas Collier, un evangelista que había sido
enviado por la iglesia de William Kiffin en la década
de 1640, había adoptado y estaba promoviendo una
extraña mezcla de herejías, y los hombres en Londres
sabían que se necesitaban dar pasos firmes para cortar
las falsas enseñanzas de Collier. Michael Haykin habla
de la deserción de Collier como “quizás la razón más
apremiante para una nueva Confesión”.13 Por lo tanto,
una nueva Confesión fue editada y distribuida entre las
iglesias para su aprobación.

13
Michael Haykin, Kiffin, Knollys and Keach:
Rediscovering Our English Baptist Heritage {trad. no
oficial: Kiffin, Knollys y Keach: Redescubriendo Nuestra
Herencia Bautista Inglesa} (Leeds: Reformation Today
Trust, 1996), 68.
LA SEGUNDA CONFESIÓN
DE LONDRES

La Segunda Confesión Bautista de Fe de Londres


de 1677/89, junto con su predecesora, la de 1644/46,
son quizás las dos Confesiones bautistas más
influyentes que existen. En muchos sentidos, la
Confesión más reciente eclipsa a la primera en
importancia; pues, para 1689, escaseaban las copias de
la Primera Confesión de Londres, tanto fue así que
uno de los suscriptores claves de la Segunda Confesión
declaró que él no había visto antes el primer
documento. El documento más reciente fue el que se
convirtió rápidamente en la norma de la ortodoxia
bautista calvinista en Inglaterra, América del Norte, y
en la actualidad, en muchas partes del mundo.
Esta Confesión, influyente como es, tal vez puede
ser mejor entendida en el contexto de sus antecedentes
históricos y teológicos. No apareció como salida de la
nada, ni fue fruto de una explosión repentina de
perspicacia teológica en uno o varios autores, sino de
la tradición de hacer buenas Confesiones; depende en
gran medida de las declaraciones de Confesiones
20 La Segunda Confesión de Londres

reformadas anteriores. Un rápido vistazo demostrará


que se basa en gran medida en el más puritano de los
documentos: la Confesión de Fe de Westminster
de 1647. Una inspección más detallada revelará que
está aún más íntimamente relacionada con la revisión
de la Confesión de Westminster hecha por John Owen
y otros en 1658, popularmente conocida como la
Declaración y Plataforma de Gobierno de Saboya. En
casi todos los casos, los editores de la Confesión
bautista siguen las correcciones hechas por los editores
de Saboya cuando difieren del documento de
Westminster. Además, los bautistas hacen uso
ocasional de la fraseología de la Primera Confesión de
Londres. Cuando todo este material se contabiliza,
hay muy poco de la Confesión de 1677/89 que sea
nuevo y original.
Esta marcada dependencia de fuentes anteriores
fue, en gran parte, el propósito de la composición de
la Confesión. En la epístola titulada “Para el Lector
Juicioso e Imparcial” adjunta a la primera edición de
la Confesión, los editores declaran:
Y puesto que nuestro método y forma de expresar
nuestro sentir, en esta {Confesión}, sí se diferencia
de la anterior [es decir, la Primera Confesión de
Londres] (aunque la sustancia del asunto es la
misma) les impartiremos libremente la razón y
Confesando la Fe en 1644 y 1689 21

ocasión de la presente. Algo que nos convenció


grandemente de emprender esta obra fue (no sólo
rendir cuentas en todo a aquellos cristianos que
difieren de nosotros acerca del tema del Bautismo,
sino también) el provecho que de ello podría
obtenerse para aquellos que no tengan ningún
informe de nuestras labores, en su instrucción y
establecimiento en las grandes verdades del
Evangelio; en el entendimiento claro y fe estable;
lo cual concierne más directamente a nuestro
confortable caminar con Dios y fructificación
delante de Él, en todos nuestros caminos. Y, por lo
tanto, concluimos que era necesario expresarnos
más plena y distintivamente; y también ajustarnos
a tal método ya que podría ser el más
comprensible para aquellas cosas que concebimos
a fin de explicar nuestro consenso general, y
nuestra fe en ellas; y no hallando defecto alguno,
respecto a esto, en aquel {método} que fue
establecido {lit. ajustado} por la asamblea [o sea,
La Asamblea de Westminster], y después de ellos,
{establecido} por los de la senda
congregacionalista [es decir, el Sínodo de Saboya],
nosotros concluimos con ánimo pronto que es
mejor conservar el mismo orden en nuestra presente
confesión; y más cuando observamos que aquellos
mencionados de último {los congregacionalistas}
escogieron en su confesión (por razones que
22 La Segunda Confesión de Londres

parecieron de peso tanto a ellos como a otros), no


sólo expresar sus pensamientos con palabras
concurrentes con las de los primeros {los de
Westminster} en cuanto a significación {o en
consenso con los de Westminster}, concerniente a
todos aquellos artículos en los que estuvieron de
acuerdo, sino también hacerlo en su mayor parte
sin ninguna variación de los términos, de igual
manera concluimos que es mejor seguir su ejemplo
de hacer uso de las mismas palabras con ambos
{Westminster y Saboya}, en estos artículos (que
son muchísimos) en los que nuestra fe y doctrina es
la misma que la de ellos. Y esto hicimos, tanto más
abundantemente, para manifestar nuestro
consenso con ambos, en todos los artículos
fundamentales de la Religión cristiana; así como
con muchos otros, cuyas confesiones ortodoxas
han sido publicadas al mundo; en nombre de los
Protestantes en diversas Naciones y Ciudades; y
también para convencer a todos de que no
tenemos ansia alguna de atascar la Religión con
nuevas palabras, sino que con ánimo pronto
consentimos en esa forma de las sanas palabras, en
consentimiento con las sagradas Escrituras, que ha
sido usada por otros antes que nosotros,
declarando por este medio ante Dios, los Ángeles,
y los Hombres, nuestro cordial acuerdo con ellos,
en esa sana Doctrina Protestante, la cual con
Confesando la Fe en 1644 y 1689 23

evidencia tan clara de las Escrituras ellos han


aseverado. Ciertamente algunas cosas han sido
añadidas en algunas partes, algunos términos han
sido omitidos, y unos pocos han sido cambiados;
pero estos cambios son de una naturaleza de la que
no necesitamos dudar, {no ha sido hallada}
ninguna acusación o sospecha de no–sanidad en la
fe por parte de ninguno de nuestros hermanos a
decir de ellos.

Estas palabras son realmente importantes y deben


ser consideradas muy cuidadosamente. En sus dos
Confesiones generales, los Bautistas usaron a propósito
documentos que ya existían para demostrar su
acuerdo con la mayoría del pensamiento teológico en
sus días. En la cita anterior, argumentaron que las
doctrinas expresadas en las dos Confesiones bautistas
eran las mismas, pero que habían escogido basar la
Confesión más reciente en los nuevos documentos de
Westminster y de Saboya que se conseguían con
facilidad. Al hacer esto, ellos estaban declarando con
algo de vigor su propio deseo de ser colocados en la
amplia corriente del cristianismo confesional
reformado inglés.
Cuando las Confesiones se salen de cualquiera de
estos documentos {anteriores}, deberíamos tomar
nota. Es en estos puntos que los bautistas expresan sus
24 La Segunda Confesión de Londres

contribuciones distintivas a la teología cristiana. ¿En


qué parte de estas dos Confesiones son estas cosas más
evidentes? Claramente, cuando se trata la doctrina de
la Iglesia. Aunque podían estar de acuerdo con mucho
de lo que creían los paidobautistas, los aspectos
distintivos de sus creencias han de ser hallados en las
declaraciones sobre la Iglesia. Aquí es donde
encontramos la diferencia. Ambos documentos son
bautistas. La eclesiología era la fuerza motriz que
impulsaba el movimiento bautista, y era el techo de la
teología que daba a estas dos Confesiones sus énfasis
distintivos, diferentes tanto de la Confesión Verdadera
como de la Declaración de Saboya.
LOS ORÍGENES DE LA SEGUNDA
CONFESIÓN DE FE DE LONDRES

Con base en la información disponible, es imposible


determinar con precisión los orígenes de la Segunda
Confesión de Londres. Sin embargo, hay algunos
indicios que nos ayudan a reducir el campo de
investigación.
Que se sepa, la primera referencia a la Confesión
se encuentra en el libro manuscrito de la Iglesia de
Petty France en Londres. El 26 de agosto de 1677 se
dio entrada a esta nota: “Se acordó que una Confesión
de fe, con el Apéndice correspondiente, habiendo sido
leída y considerada por los Hnos., debía ser
publicada”. Para Joseph Ivimey, el historiador bautista
inglés de principios del siglo XIX, esto implica que la
Confesión tuvo su origen en la Iglesia de Petty France,
y esto es probablemente una suposición acertada.
Esta iglesia fue una de las siete iglesias originales de
Londres que se benefició del ministerio de
Edward Harrison durante muchos años. En 1675,
Nehemías Coxe y William Collins, dos hombres de
26 Los Orígenes de la Segunda Confesión de Fe de Londres

inmensa importancia para la historia de los bautistas


particulares, fueron ordenados como copastores el
mismo día.
Nehemías Coxe era el hijo de Benjamín Coxe, uno
de los primeros líderes entre los bautistas particulares.
Era médico calificado, experto en latín, griego y
hebreo, y teólogo con discernimiento. Cuando
Thomas Collier, el evangelista del sudoeste de
Inglaterra, comenzó a desviarse de la ortodoxia
calvinista de las iglesias de Londres, los ancianos en
Londres pidieron a Coxe que respondiera en formato
de publicación a los puntos de vista de Collier. Lo hizo
en su obra {trad. no oficial} “Vindiciae Veritatis
(Vindicación de la Verdad), o una Confutación de las Herejías y
los Crasos Errores Aseverados por Thomas Collier”14 en 1677.
El libro es una expresión muy poderosa de la doctrina
reformada. En 1681, durante un período de
persecución, Coxe publicó {trad. no oficial} “Un
Sermón Predicado en la Ordenación de un Anciano y Diáconos
en una Congregación de Bautizados en Londres”.15 Es un útil

14
Nota de los traductores: El título original es
“Vindiciae Veritatis, or a Confutation of the Heresies
and Gross Errours Asserted by Thomas Collier”.
15
Nota de los traductores: El título original es “A
Sermon Preached at the Ordination of an Elder and
Deacons in a Baptized Congregation in London”.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 27

resumen de las funciones y responsabilidades de los


ancianos y diáconos. También en 1681, Coxe publicó
{trad. no oficial} “Un Tratado de los Pactos que Dios hizo
con los Hombres antes de la Ley”.16 C. M. du Veil,
contemporáneo de Coxe, dijo en su Comentario sobre
el libro de los Hechos (publicado en 1685), refiriéndose
a Coxe: “ese gran teólogo, eminente en toda forma del
saber”. Está claro que Nehemías Coxe era tenido en
alta estima por sus hermanos, y por tanto habría
estado bien equipado para servir como editor de la
Confesión de Fe.
William Collins, coanciano17 de Coxe, recibió una
esmerada educación, se graduó de Licenciado en
Teología y recorrió Europa antes de su llamado a
servir en Petty France. La estima que le tenían los
hermanos puede notarse por el hecho de que la
Asamblea General le solicitó que redactara el borrador
de un Catecismo; y en virtud de ello, Joseph Ivimey

16
Nota de los traductores: El título original es “A
Discourse of the Covenants that God made with Men
before the Law”.
17
Nota de los traductores: coanciano o copastor —El
término hace referencia al gobierno plural de ancianos
(más de un pastor en la iglesia), y a la paridad (con la
misma autoridad). No debe entenderse como un pastor
asistente o segundo en autoridad bajo el “pastor
principal”.
28 Los Orígenes de la Segunda Confesión de Fe de Londres

asevera: “Es probable que el Catecismo Bautista fuera


compilado por el Sr. Collins, aunque por una u otra
razón ha sido llamado el Catecismo de Keach”.
[2: 397]
Según los comentarios hechos por John Piggott en
un sermón de funeral18, Collins fue un anciano
estudioso y un buen pastor, notable por su espíritu
apacible:
Los Temas en los que normalmente insistió en el
curso de su Ministerio fueron las grandes e
importantes Verdades del Evangelio, las cuales
manejaba con gran Juicio y Claridad. ¡Como
exponía las Miserias de la Caída! ¡Y de qué
manera tan conmovedora predicaba de la
Excelencia de Cristo, y de las Virtudes de Su
Sangre, y de Su voluntad de salvar a pobres
Pecadores despertados y cargados! [...] Sus
sermones fueron útiles bajo la Influencia de la
Gracia Divina, para convertir y edificar, para
iluminar y establecer, extraídos de la Fuente de la
Verdad (las Sagradas Escrituras), con las que
constantemente conversaba en sus Idiomas

18
Nota de los traductores: Antiguamente, el sermón
predicado en un funeral tenía una gran importancia. En
algunas biografías, junto con la fecha de la muerte de una
persona, se nos informa quién predicó en su funeral.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 29

Originales, habiendo leído a los mejores Críticos,


Antiguos y Modernos, a fin de que Hombres de la
mayor Perspicacia pudieran aprender de sus
Predicaciones desde el Púlpito, al igual que
aquellos con la más humilde Capacidad
{intelectual}.

Tal testimonio de su carácter y habilidades sientan


muy bien a alguien de quien se piensa que pudo haber
sido coeditor de la Confesión de Fe.
Aunque no se puede afirmar con certeza, mucha
evidencia circunstancial apunta a Coxe y a Collins
como los creadores de la Confesión. Ambos eran
hombres cualificados y respetados, y la primera
mención de este documento se encuentra en el libro de
la iglesia de ellos, aprobando su publicación. A cada
uno de ellos se le pidió que tomara la iniciativa en los
escritos teológicos, hecho que podría esperarse de
hombres como ellos. Hasta que se encuentre otra
evidencia, este parece haber sido el escenario más
probable para el origen de la Confesión.
La Confesión se convirtió rápidamente en la norma
de la ortodoxia en las iglesias. Cuando la Segunda
Confesión de Londres fue publicada inicialmente
en 1677, su portada indicaba que contenía el parecer
de “muchas congregaciones de cristianos [...] en
30 Los Orígenes de la Segunda Confesión de Fe de Londres

Londres y en el resto del País”.19 Probablemente sea


imposible determinar el número, o incluso la
identidad, de la mayoría de estas “muchas
congregaciones” dispuestas a confesar su fe por medio
de este documento en 1677. Pero, hay algunos indicios
de su aceptación en la década de 1680.
La Confesión halló camino en la literatura de la
época, y fue utilizada como una prueba de ortodoxia.20

19
A Confession of Faith {título oficial: Confesión
Bautista de Fe de 1689}, title page {portada}. Nota de
los traductores: El subtítulo originalmente dice “many
congregations of Christians […] in London and the
Country”.
20
En 1681, Hanserd Knollys hizo una referencia
directa a la Confesión en su libro The World that Now is;
and the World that is to Come {trad. no oficial: Este
Mundo Presente, y el Mundo que ha de Venir}. En medio
de una sección donde explica el procedimiento a seguir
en la disciplina de la iglesia, Knollys incorpora frases
tomadas del capítulo 26, párrafos 3 y 13. Nehemías
Coxe, en un sermón predicado y publicado en 1681,
incorporó de manera similar frases del capítulo 26
(párrafos 8 y 10) a sus enunciados. Cf. Nehemiah
{Nehemías} Coxe, A Sermon Preached at the Ordination
of an Elder and Deacons in a Baptized Congregation in
London {trad. no oficial: Un Sermón Predicado en la
Ordenación de un Anciano y Diáconos en una
Congregación de Bautizados en Londres} (London:
Tho. Fabian, 1681), 15, 36-38.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 31

La utilización de la Confesión como un estándar


{o norma} doctrinal se demuestra por un incidente en
la vida de la iglesia de Broadmead en Bristol. En abril
de 1682, a Thomas Whinnell, miembro de una iglesia
bautista arminiana que estaba procurando unirse a la
asamblea de ellos, se le requirió que suscribiera la
Confesión para estar seguros de que sus puntos de vista
estaban en consonancia con los de la iglesia.21 Las
serias diferencias que había en las convicciones de
estos grupos teológicamente diversos eran resueltas
por medio de esta afirmación personal. Whinnell llegó
a ser pastor de la iglesia bautista particular de
Somersetshire en Tauton.
Benjamin Keach usó la Confesión como
herramienta para la apologética en 1694. Estaba
tomando parte en un debate acerca de la validez del

21
Hayden, The Records of A Church of Christ {trad.
no oficial: Los Registros de una Iglesia de Cristo}, 241.
Los registros en realidad afirman que él “profesó creer en
los principios contenidos en la Confesión Bautista de Fe,
1667”. El editor que publicó esta obra en tiempos
modernos afirma: “No se conoce ninguna Confesión de
Fe por esa fecha. Es probable que Terrill [el autor de The
Records] se estuviera refiriendo a la Confesión Bautista
Particular de Fe de 1677, que era un estándar {una
norma} para probar la ortodoxia entre las iglesias
bautistas particulares de la época”.
32 Los Orígenes de la Segunda Confesión de Fe de Londres

bautismo de infantes, y se encontraba respondiendo


una pregunta sobre el estatus de los mismos. Al
aseverar que “todos los infantes están bajo la Culpa y
la mancha del pecado original [...] y que ningún
infante puede ser salvado, sino solamente por medio
de la Sangre y la Imputación de la justicia de Cristo”,
se refirió al “Artículo de nuestra fe”, y sin rodeos dijo:
“Vean nuestra confesión de Fe”.22
En la Asamblea General de 1689 se puso de
manifiesto la importancia de la Confesión. Un total
de 108 iglesias fueron representadas o enviaron
comunicados a la Asamblea, y la Confesión fue
aprobada con las famosas palabras:
Nosotros los Ministros y Mensajeros de, y
preocupados por, más de cien Congregaciones de
Bautizados en Inglaterra y Gales (negando el
arminianismo) estando reunidos en Londres desde el
3er {día} del 7mo mes hasta el 11er {día} del mismo
{mes}, 1689, para considerar algunas cosas que

22
Benjamin Keach, A Counter Antidote to purge out
the Malignant Effects of a Late Counterfiet, Prepared by
Mr. Gyles Shute, an Unskilful Person in Polemical Cures
{trad. no oficial: Un Contraantídoto para purgar los
Efectos Malignos de una Falsificación Tardía,
Preparada por el Sr. Gyles Shute, Persona Poco Hábil
en Curas Polémicas} (London: H. Bernard, 1694), 12.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 33

podrían ser para la Gloria de Dios y el bien de estas


Congregaciones; hemos pensado reunirnos, (para
la satisfacción de todos los demás cristianos que
difieren de nosotros en el tema del Bautismo) para
recomendar que escudriñen la Confesión de
nuestra Fe, Impresa y vendida por el
Sr. John Harris en Harrow in the Poultrey; Confesión
que reconocemos {lit. hacemos nuestra}, ya que
contiene la Doctrina de nuestra Fe y Práctica; y
deseamos que los Miembros de nuestras
respectivas Iglesias se equipen con ella.23

23
A Narrative of the Proceedings of the General
Assembly Of divers Pastors, Messengers and Ministring
Brethren of the Baptized Churches, met together in
London, from Septemb. 3. to 12. 1689, from divers parts
of England and Wales: Owning the Doctrine of Personal
Election, and final Perseverance {trad. no oficial:
Informe Narrativo de los Procedimientos de la Asamblea
General De distintos Pastores, Mensajeros y Hermanos
que Ministran, procedentes de las Iglesias de
Bautizados, reunidos en Londres, del 3º al 12º
d. septiemb. 1689, de diversas partes de Inglaterra y
Gales: Reconociendo (lit. Haciendo Nuestra) la
Doctrina de la Elección Personal, y la Perseverancia
final} (London: Printed in the Year, 1689) 18. Es curioso
que, aunque este documento es conocido comúnmente
como la Confesión de 1689, no encuentro evidencia
bibliográfica alguna de que haya sido impresa en ese año.
Fue publicada en 1677, 1688 y 1699. Véase
34 Los Orígenes de la Segunda Confesión de Fe de Londres

Ellos “hicieron suya” la Confesión, e insistieron en


que esta era una afirmación clara de su fe y práctica.
Para ellos, la Confesión era una herramienta
apologética. Los de afuera podían leer sus
declaraciones y reconocer que estas iglesias eran
doctrinalmente ortodoxas.24

Donald Wing, Short–Title Catalogue of Books Printed in


England, Scotland, Ireland, Wales, and British America
and of English Books Printed in Other Countries
1641-1700 {trad. no oficial: Catálogo con Títulos
Abreviados de Libros Impresos en Inglaterra, Escocia,
Irlanda, Gales y América Británica, y de Libros Ingleses
Impresos en Otros Países 1641-1700}, 2d ed., (New
York: The Index Committee of the Modern Language
Association of America, 1972), 1:369.
24
Bagnio/Cripplegate Church Minute Book
1695-1723 {trad. no oficial: Libro de Actas de la Iglesia
de Bagnio/Cripplegate 1695-1723}, Angus Library,
Regent’s Park College, Oxford, página no numerada
frente a la página 27. La seriedad de esta declaración es
ejemplificada en las palabras de la iglesia anfitriona, la
iglesia de Broken Wharf, cuyo pastor en 1691 era
Hanserd Knollys. En 1706, cuando se estaba haciendo un
intento por reactivar la extinta Asociación de Londres,
ellos se negaron a participar “Puesto que el
reconocimiento y la ratificación solemnes de nuestra
—tan bien atestiguada y por la generalidad aprobada—
Confesión de Fe, como fue transmitida a nosotros en
plena evidencia de aquella palabra dicha por nuestros
pastores ya fallecidos y otros en la asamblea general, nos
Confesando la Fe en 1644 y 1689 35

La Suscripción Confesional era considerada un


asunto serio entre muchas iglesias.25 Era un
“reconocimiento y ratificación solemnes”, un
compromiso con un sistema teológico definitivo. Tan
firmemente comprometidos estaban estos hombres
con las palabras contenidas en su Confesión que
consideraban como “Hipócritas en el grado más
grotesco [a aquellos] que profesan una cosa con su
Profesión de Fe, y aun así creen y practican algo muy

parece, como también les pareció a ellos, que es algo


absolutamente necesario para la justa y regular
constitución de todas las asociaciones; pero la admisión
de las iglesias antes mencionadas en la Asociación, hace
que esto resulte impracticable por completo”. Publicaron
estas palabras en una carta abierta explicando sus razones
para permanecer distantes: “Humildemente presentada a
la consideración de todas aquellas Iglesias de Bautizados
que han suscrito o pueden suscribir la confesión de
nuestra Fe, impresa en el año 1688, y recomendada a las
iglesias por la Asamblea General que se reunió en
Broken Wharf, en Londres, en 1689”. Ibid., 26.
Broken Wharf era la ubicación de esta misma iglesia
cuando Knollys era pastor.
25
Cuando la Iglesia de Maze Pond fue constituida en
febrero de 1694, adoptó explícitamente la Confesión en
el primer artículo del Pacto de la Iglesia. Maze Pond
Church Book 1691-1708 {trad. no oficial: Libro de la
Iglesia de Maze Pond 1691-1708}, The Angus Library,
Regent’s Park College, Oxford, 1.
36 Los Orígenes de la Segunda Confesión de Fe de Londres

diferente de lo que solemnemente profesaron como su


Fe en ese asunto”.26 A lo largo del período que estamos
considerando, la Segunda Confesión de Londres fue
aceptada como el estándar que definía la fe y práctica
teológica ortodoxa dentro de un círculo amplio de
iglesias. Ellos querían que se supiera que cuando
alguien leía su Confesión, estaba recibiendo un fiel
entendimiento de las creencias y prácticas de dichas
iglesias.

26
William Kiffin, Robert Steed, George Barrett y
Edward Man, A Serious Answer to a Late Book, Stiled, A
Reply to Mr. Robert Steed’s Epistle concerning Singing
{trad. no oficial: Una Seria Respuesta a un Libro
Reciente, Titulado: Una Respuesta a la Epístola del Sr.
Steed Concerniente al Canto} (London: Printed in the
Year, 1692), 18.
IMPLICACIONES

Me gustaría mencionar tres implicaciones de este


material:

1. No hay ninguna diferencia teológica


sustancial entre la Primera y la Segunda
Confesión de Londres.
Me molesta mucho leer declaraciones que afirman o
infieren que existe algún tipo de diferencia teológica
entre estas dos grandes Confesiones. Parece que
algunos piensan que la Confesión de 1644/46 es más
auténticamente bautista, mientras que la segunda no
lo es tanto. Muy a menudo, esto es aseverado por
aquellos a los que les desagrada la teología del Pacto,
que es mucho más explícita en la Segunda Confesión
que en la Primera. Esto puede decirse especialmente
de aquellos que defienden la llamada Teología del
“Nuevo Pacto”. Pero la pregunta que me gustaría
hacerle a quienes aseveran que existe esta diferencia
es: ¿Sobre qué base hacen esta aseveración?
Con demasiada frecuencia, esta supuesta distinción
es hecha por aquellos que tienen poca o ninguna
38 Implicaciones

familiaridad con los antecedentes históricos y


teológicos de las dos Confesiones. Como buenos
posmodernistas, interpretan las Confesiones según el
tipo de teología que esperan encontrar allí, sin haber
hecho ninguna investigación seria sobre el
pensamiento teológico de los hombres que escribieron
las Confesiones. Al igual que cualquier otro
documento histórico, nuestras confesiones deben estar
sujetas a la exégesis histórica y gramatical. No
podemos simplemente interpretarlas según lo que
pensamos que podemos encontrar allí. En cambio,
tenemos que hacernos y contestar la pregunta:
“¿Cómo los hombres que primero adoptaron esta
Confesión entendieron la teología de la misma?
¿Apoyan sus escritos la noción de que había diferencias
teológicas significativas entre las dos Confesiones?” Un
examen de este tipo puede ser un ejercicio muy
fructífero para considerar esta noción.
Hay varias cosas que tenemos que decir. En primer
lugar, el método para la edición de estas Confesiones
fue el mismo. Ambas están basadas en documentos
paidobautistas ya existentes; fueron adaptadas, no
para resaltar las diferencias, sino para enfatizar lo que
tenían en común. El método que usaron los editores
de ambas Confesiones fue idéntico. Escogieron las
mejores confesiones paidobautistas ya existentes y las
Confesando la Fe en 1644 y 1689 39

“bautizaron”. Además, es importante recordar que la


primera Confesión fue realmente modificada para que
fuera más aceptable para la oposición paidobautista.
A lo largo del siglo XVII, los bautistas calvinistas
trataron de demostrar su ortodoxia a sus homólogos
paidobautistas.
En segundo lugar, los escritos de los hombres que
publicaron la Primera Confesión de Londres
demuestran que estaban comprometidos con el mismo
tipo de Teología Pactual que es articulada de manera
más explícita en la Segunda Confesión de Londres.
A veces se ha sugerido que John Spilsbury fue el autor
de la primera Confesión, escribiendo él en su libro
titulado {trad. no oficial} Tratado Concerniente al Tema
Lícito del Bautismo,27 publicado en 1643, en la misma
primera página del texto:
Como las Escrituras son una regla perfecta de
todas las cosas, tanto para la fe como para el orden,
confieso que esto es una verdad. Y por justa y
verdadera consecuencia de la Escritura, no niego;
y al pacto de vida que se extiende entre Dios y
Cristo para todos Sus elegidos, no me opongo; y

27
Nota de los traductores: El título original es A
Treatise Concerning the Lawful Subject of Baptisme.
40 Implicaciones

que la profesión externa de dicho Pacto ha sido


diferente bajo varios Períodos, no lo negaré.
William Kiffin, el hombre cuyo nombre encabeza
la lista de aquellos que publicaron la Confesión
de 1644, escribió en su libro titulado {trad. no oficial}
Algunas Observaciones sobre el Segundo Capítulo de Oseas, 7mo
y 8vo Versículos,28 publicado en 1642: “la Escritura dice
que los hombres abandonan a Dios cuando
abandonan la Ley de Dios, los Mandamientos de Dios, o
la adoración de Dios...” (pág. 4), “mantenerse cerca de
Dios es mantenerse cerca de la Ley de Dios, los
Mandamientos de Dios [...] le va mejor a las personas
y a las iglesias cuando esto hacen” (pág. 16).
Hanserd Knollys, un hombre que suscribió la segunda
edición de la Confesión en 1646, escribió en su libro
titulado {trad. no oficial} Cristo es Exaltado: Un Pecador
Perdido es buscado y salvado por Cristo,29 publicado
en 1646: “La diferencia entre estos dos maestros, la
Ley y Cristo, es esta: Moisés en la Ley manda a sus
Discípulos a hacer esto, y a abstenerse de aquello; pero
no da poder alguno, ni comunica habilidad alguna
para ejecutar nada. Cristo manda a Sus

28
Nota de los traductores: El título original es Certain
Observations upon Hosea the Second the 7. & 8. Verses.
29
Nota de los traductores: El título original es Christ
Exalted: A Lost Sinner sought and saved by Christ.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 41

Discípulos a cumplir los mismos deberes


morales, y a abstenerse de los mismos males, y
juntamente con Su mandato da poder y sabiduría,
Porque Él obra en nosotros tanto el querer como el
hacer, por Su buena voluntad” (pág. 24). De nuevo, un
poco más adelante en el mismo libro, al comentar
sobre los pecados de aquellos a quienes él llama
profesores carnales, dice: “Están tan apartados de la Fe,
aquella que alguna vez profesaron y parecían tener
(1 Tim. 4:1), que cuestionan si las Escrituras de la
verdad son la Palabra de Dios, si Cristo es el Hijo de
Dios, si el primer día de la Semana es el Reposo de
Dios” (pág. 34) ¡Él coloca el dudar de la validez del
Reposo en el primer día al mismo nivel de las dudas
sobre la inspiración de la Escritura y la deidad de
Cristo! No sería difícil multiplicar la evidencia.
Cuando uno considera los escritos teológicos de los
hombres que suscribieron la Confesión de Londres
de 1644/46, encuentra que creían lo mismo que fue
articulado con mayor claridad en la Confesión de
Londres de 1689. La diferencia no es de creencias, sino
simplemente de expresión.
En tercer lugar, también se debería recordar que
quienes publicaron ambas Confesiones fueron las
mismas iglesias y varios de los mismos hombres. Siete
42 Implicaciones

congregaciones de Londres publicaron la Confesión


de 1644/46. Para 1689, los representantes de cuatro
de estas iglesias también firmaron públicamente la
Confesión de 1689. ¿Qué pasó con las otras tres?
Habían dejado de existir o se habían fusionado con las
iglesias restantes. Además, varios hombres claves
firmaron ambas Confesiones: William Kiffin,
Hanserd Knollys y Henry Forty, así como el dúo
padre–hijo de Benjamín y Nehemías Coxe. Si la
teología de las dos Confesiones es diferente, uno
tendría que demostrar que estas iglesias y estos
hombres pasaron por un proceso de cambio teológico.
Pero, no existe evidencia para semejante cosa.
En cuarto lugar, debemos prestar atención a las
palabras que los autores de la Segunda Confesión de
Londres escribieron en el prefacio a la edición
de 1677:
Al cortés lector:
Muchos años han pasado desde que varios de
nosotros (con otros cristianos sobrios que por aquel
entonces estaban vivos y andaban en el camino del
Señor que profesamos) concebimos que nos era
impuesta la necesidad de Publicar una Confesión
de nuestra Fe, para conocimiento {lit.
información} y satisfacción de aquellos que no
Confesando la Fe en 1644 y 1689 43

entendían completamente cuáles eran nuestros


principios, o que habían albergado prejuicios en
contra de nuestra Profesión, por causa de la
extraña representación que de estos {principios}
hicieron algunos hombres notables, quienes
habían juzgado muy mal, y en consecuencia,
condujeron a que otros tuvieran percepciones
desacertadas de nosotros y de ellos; y esto fue
planteado en torno al año 1643, en nombre de
siete Congregaciones entonces reunidas en
Londres; desde aquel tiempo, diferentes ediciones
de la misma {Confesión} han sido diseminadas
ampliamente; y el fin que nos habíamos propuesto
fue alcanzado en buena medida, ya que muchos
(incluyendo a algunos de aquellos hombres
eminentes, tanto por su piedad como por su
instrucción) se dieron por satisfechos en ese
sentido, de que no éramos culpables, de ninguna
manera, de aquellas Heterodoxias y errores
fundamentales, de los cuales habíamos sido
acusados con demasiada frecuencia sin pruebas, o
sin que se diera motivo por nuestra parte. Y puesto
que ahora no es común que se tenga {una copia
de} aquella Confesión; y también muchos otros
desde aquel entonces han abrazado la misma
verdad que en esta {Confesión} se reconoce;
juzgamos que era necesario reunirnos para dar
44 Implicaciones

testimonio al mundo de nuestro firme apego a


aquellos sanos Principios mediante la publicación
de esta {Confesión} que ahora está en sus manos.
Y puesto que nuestro método y forma de expresar
nuestro sentir, en esta {Confesión}, sí se diferencia
de la anterior (aunque la sustancia del asunto es la
misma), les impartiremos libremente la razón y
ocasión de la presente.30

No debemos dejar pasar estas palabras. Estos


hombres aseveran que, aunque el “método y la forma
de expresar” es diferente en las dos Confesiones, la
sustancia es la misma. Ahora bien, si las dos
Confesiones tienen una postura teológica diferente,
estos hombres son culpables de una falsedad. Pero,
piense en lo difícil que sería, pues:
(1) En algunos casos, se trataba de los mismos
hombres; ellos sabían qué habían creído a lo
largo de los años.
(2) En algunos casos, se trataba de las mismas
iglesias, por lo que no es improbable que algunos
de los miembros, y oficiales, hayan sido las
mismas personas.

30
Véase el resto del prefacio en las páginas anteriores.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 45

(3) Había un registro público que podía ser


consultado para determinar la veracidad de esta
declaración.
Todo apunta a la veracidad de esta declaración.
¿Acaso está mal creer a las palabras de estos hombres
que estaban reconociendo que la doctrina de ambas
Confesiones es la misma? Tanto la Confesión
de 1644/46 como la de 1677/89, tal como fueron
entendidas por sus autores originales, enseñan la
Teología Pactual, la permanente vigencia de la ley de
Dios y, por implicación, la obligatoriedad del Reposo
en el primer día de la semana. Cualquier cosa menos
que esto, es —en el mejor de los casos— un
malentendido, y —en el peor— una tergiversación de
la teología bautista calvinista del siglo XVII. La
Confesión de 1644/46 no apoya a quienes desean
socavar la identidad esencialmente reformada y pactual
de la teología bautista.
En quinto lugar, debemos recordar que la Confesión
de 1644/46 fue examinada y criticada públicamente
por algunos de los teólogos oponentes más cuidadosos
de la época. Gangrena Edwards,31 Robert Baylie y el

31
Nota de los traductores: El autor se está refiriendo
a Thomas Edwards, teólogo presbiteriano nacido en
Londres. Fue uno de los escritores polémicos más feroces
46 Implicaciones

Dr. Daniel Featley no permitieron que quedara piedra


sobre piedra en su esfuerzo por tratar de probar que
los bautistas particulares eran heréticos. Sin embargo,
nunca dieron indicios de que los bautistas o su
Confesión fueran no–ortodoxos en cuanto a la teología
pactual, la perpetuidad de la Ley Moral, o la vigencia
permanente del Reposo en el día del Señor. No puede
haber ninguna duda de que divergencias de este tipo
habrían sido señaladas con precisión si hubieran
estado presentes, pero no lo estaban. Si los mejores
cazadores de herejes de la época no encontraron
diferencias en estos temas, ¿cómo podemos
encontrarlas nosotros?
Es un error aseverar que existen discrepancias
teológicas entre estas Confesiones. Solo porque la
Confesión de 1644 no resalta ni enfatiza estas cosas no
significa que esta, y los hombres y las iglesias que la

e implacables de su tiempo. El título (inspirado en


2 Tim. 2:17) de su obra principal, publicada en 1646,
comenzaba con estas palabras: Gangreana or A
Catalogue and Discovery of many of the Errours,
Heresies, Blasphemies… {trad. no oficial: Grangrena o
Un Catálogo y Descubrimiento de muchos de los
Errores, Herejías, Blasfemias...}. Esta obra sería
conocida simplemente como Gangreana {Gangrena},
de ahí que a su mismo autor le llamaran Gangrena
Edwards.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 47

publicaron, sostuvieran una postura distinta de la


Confesión posterior {1677/89}. Las diferencias
pueden ser explicadas a la luz de los documentos que
utilizaron para construir las declaraciones bautistas. Si
examina la Confesión Verdadera de 1596, encontrará que
esta no resalta la teología pactual, sino más bien la
Doctrina de la Iglesia. Esto explica la dirección y el
énfasis de la Confesión bautista. No se necesita nada
más. La teología de las dos Confesiones es la misma.

2. En segundo lugar, este análisis pone de


relieve la importancia de las Confesiones de
Fe, especialmente de aquellas que se
encuentran en la vida de los primeros
bautistas.
Muy a menudo nos dicen, sobre todo aquellos a los
que no les gusta la expresión teológica cuidadosa, que
las Confesiones son en realidad una imposición a la
libertad bautista. Un famoso autor de la Convención
Bautista del Sur ha escrito un libro muy extenso de la
historia bautista. Uno de sus temas principales es un
intento por demostrar que el valor {o aporte} más
básico en la historia bautista ha sido la libertad
religiosa. Para él, las Confesiones son una intromisión
en esa herencia. Atan a la gente a un molde (un
48 Implicaciones

conjunto de doctrinas); situación que se debe evitar a


toda costa. Pero, tenemos que responder que nuestros
antecesores no parecían sentirse de esta manera. Ellos
creían que el cristianismo era una religión basada en
la revelación, y que esa revelación era cohesiva y
consistente. Por esta razón, creían que las doctrinas
que se encuentran en ese cuerpo de revelación podían
ser sistematizadas y expresadas de tal manera que
muchos cristianos podían ponerse de acuerdo entre sí
sobre estas.
El Dr. Robert Martin ha declarado que una iglesia
sin una Confesión de Fe padece del equivalente
teológico al virus del SIDA, y sin duda tiene razón.
Una iglesia así no tiene defensas, ni medio alguno para
repeler los ataques del error. Cuando las Confesiones
se descuidan o se rechazan, se presenta la oportunidad
para que las iglesias se deslicen y caigan en el error y
la incredulidad. ¿No nos ha demostrado la verdad de
esta afirmación el mismo siglo32 en que vivimos? ¿Por
qué se han perdido tantas iglesias, e incluso
denominaciones, en la incredulidad? Porque las
doctrinas que se sostuvieron al principio fueron
menospreciadas por las generaciones siguientes. Los

32
Nota de los traductores: El autor publicó este
artículo en 1999; o sea, justo a finales del siglo XX.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 49

luteranos perdieron contacto con Lutero, los


metodistas perdieron contacto con Wesley, y los
bautistas perdieron contacto con sus Confesiones. La
valiente postura asumida por el Dr. Mohler en el
Seminario Bautista del Sur33 lo demuestra. Llamó a su
facultad a regresar a la norma doctrinal del pasado; y
Dios lo ha bendecido y le ha enviado oposición como
resultado.
Una buena Confesión —y honestidad para vivir
con ella— puede ser un medio para hacer mucho bien
en una iglesia. No va a ser un obstáculo para la obra
de Dios, sino un medio para unir al pueblo de Dios en
torno a la verdad, y para evitar la propagación del
error. Creemos que la Biblia es un libro cohesivo. Las
doctrinas que se encuentran en ella se integran entre sí
y producen un sistema que debe ser recibido y creído.
Una buena Confesión simplemente expresa, de una
forma concisa, la verdad que se encuentra en la
Escritura. De esta manera, todo aquel que esté
interesado puede entender exactamente lo que
creemos.

33
Nota de los traductores: Southern Baptist Seminary.
50 Implicaciones

3. La tercera implicación que me gustaría


extraer hace referencia a nuestra herencia
como bautistas en los Estados Unidos de
América.34
La teología de estas Confesiones es la nuestra. Cuando
se tiene en cuenta la historia y el desarrollo del
pensamiento y la práctica de los bautistas en EE. UU.,
estas dos Confesiones de Fe de Londres ocupan un
lugar significativo. Sus declaraciones teológicas en
común forman y moldean gran parte del pensamiento
y la práctica de las iglesias en este lado del Atlántico.
La historia debe comenzar con una breve mención
de los estrechos vínculos que existían entre los bautistas
en Inglaterra y América del Norte a mediados del
siglo XVII. A pesar de la distancia entre ellos, y las
dificultades en la comunicación y en la comunión, es
evidente que las pequeñas y luchadoras iglesias
norteamericanas se consideraban una con sus
homólogas inglesas. Cuando John Clarke, patriarca de
la iglesia de Newport (en Rhode Island), escribió su
famosa obra {trad. no oficial} Malas Noticias de Nueva

34
Nota de los traductores: El autor vive en los EE.
UU.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 51

Inglaterra35 en 1652, en la que incluyó una carta escrita


por su compañero de fatigas Obadiah {Abdías}
Holmes que estaba dirigida a John Spilsbury y
William Kiffin de Londres, afirmando su unidad en el
Evangelio. En la fundación de la Primera Iglesia
Bautista de Boston en 1655, tres de los primeros nueve
miembros “habían caminado en ese orden en la vieja
Inglaterra” (incluyendo a Richard Goodall, quien
había sido miembro de la iglesia de William Kiffin).
John Myles y muchos de los miembros de su iglesia se
habían mudado de Gales a Swansea (en
Massachusetts) en 1663; y William Screven, miembro
de una de las iglesias al suroeste de Inglaterra, después
de emigrar, fundó en 1682 una nueva asamblea en
Maine. Cuando la Primera Iglesia Bautista de Boston
publicó una apología de su existencia en 1680, el libro
incluyó un prefacio firmado por William Kiffin,
Hanserd Knollys, William Collins, Nehemías Coxe y
otros dos hermanos, en el que decían: “Los autores de
esta apología han declarado su perfecto acuerdo con
nosotros, tanto en cuestiones de Fe como de
Adoración, tal como se establece en nuestra

35
Nota de los traductores: El título original comienza
con estas palabras Ill Newes From New England...
52 Implicaciones

Confesión”.36 Los bautistas norteamericanos sostenían


los mismos puntos de vista teológicos de sus homólogos
ingleses.
Este parentesco teológico fomentó un sentido de
unidad transoceánica, y allanó el camino para la
introducción de las posturas doctrinales de las iglesias
inglesas en América del Norte. Los norteamericanos se
ampararon en el liderazgo, el consejo y la ayuda de los
ingleses durante la segunda mitad de ese siglo. En este
contexto llegó Elías Keach, hijo del famoso pastor
londinense Benjamin Keach. Trajo consigo el
compromiso de su padre con un sistema teológico bien
definido, e instó a la utilización de la Confesión de Fe
que era tan conocida en su patria. Elías ministró en
Penepek, cerca de Filadelfia, pero su influencia se
extendió por una amplia zona del sur de Nueva Jersey
y el este de Pennsylvania; y varias iglesias fueron
plantadas. Estas fueron las que se convirtieron en el
núcleo de las iglesias de la Asociación de Filadelfia.
Realmente es por medio de esta Asociación que la
Segunda Confesión de Londres obtuvo su mayor
influencia. Aunque los registros de dicha Asociación

36
Nathan Wood, The History of the First Baptist
Church of Boston {trad. no oficial: La Historia de la
Primera Iglesia Bautista de Boston}, 150.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 53

no dan una fecha en la que se adoptó la Confesión, sí


se refieren a esta desde el principio. Los registros
señalan que:
...en el año 1724, una consulta, concerniente al
cuarto mandamiento: si ha cambiado, ha sido
modificado, o ha sido atenuado. Nos referimos a
la Confesión de fe, presentada por los ancianos y
hermanos reunidos en Londres, 1689, reconocida
por nosotros, cap. 22, seccs. 7 y 8.

En 1727, contestaron una pregunta sobre el


matrimonio de la misma manera. Los registros indican
de manera directa: “Respondida, se hizo referencia a
nuestra Confesión de fe, en el capítulo 26, en nuestra
última edición”. Estas declaraciones evidencian que
las iglesias de esa Asociación habían adoptado la
Confesión como suya propia.
Para 1742, se decidió volver a imprimir la
Confesión, moción que fue aprobada nuevamente
en 1765. Es cierto que bajo la influencia de la teología
de Keach se añadieron dos artículos; a saber, uno
sobre el canto de himnos en la adoración, y el otro
trataba con la “imposición de manos” como una
tercera ordenanza de la iglesia. Pero, el resto de la
Confesión se mantuvo intacta, y fue la norma doctrinal
de las iglesias que estaban en la Asociación.
54 Implicaciones

La influencia que ejercían las iglesias de la


Asociación de Filadelfia era poderosa, ya que esta
asociación era la primera y la más antigua en América
del Norte. La Asociación de Ketockton (en Virginia)
adoptó la Confesión en 1766; al igual que la
Asociación de Charleston (en Carolina del Sur) y la
Asociación de Warren (en Rhode Island), ambas
en 1767. A través de estas y otras asociaciones, y de las
iglesias que las constituían, la doctrina y las prácticas
de la Segunda Confesión de Londres moldearon gran
parte del pensamiento de los primeros bautistas en
América del Norte.
En un escrito en 1881, William Cathcart, el editor
de {trad. no oficial} La Enciclopedia Bautista,37 dijo: “En
Inglaterra y Estados Unidos, las iglesias, los individuos
y las asociaciones, con mentes claras, con corazones
llenos de amor por la verdad [...] han sostenido con
veneración los artículos de 1689”. Definitivamente,
esto era cierto; pero tristemente, Cathcart no pudo ver
que incluso en su propia época hubo una seria
desviación de este documento grandioso y antiguo.
Muchas iglesias se alejaron de la norma
Londres/Filadelfia para favorecer la Confesión de

37
Nota de los traductores: El título original es The
Baptist Encyclopedia.
Confesando la Fe en 1644 y 1689 55

New Hampshire, producida por J. Newton Brown en


su intento por aplacar en New Hampshire las
objeciones de los bautistas arminianos al fuerte
calvinismo de la antigua Confesión de 1689. Con una
teología diluida {o aguada}, la profundidad teológica
se perdió en las iglesias, y fueron barridos en el duelo
con el liberalismo y el fundamentalismo. Sin un
sistema teológico tajante en funcionamiento, las
iglesias no tenían defensa contra los caprichos del
liberalismo o el reduccionismo del fundamentalismo.
Para la primera mitad del siglo XX, la conciencia de
la existencia de la Segunda Confesión de Londres
estaba en su punto más bajo en la historia entre las
iglesias bautistas.
Pero gracias a Dios, por medio de la influencia de
varios hombres y movimientos, las grandiosas y
antiguas doctrinas de la gracia soberana de Dios
fueron recuperadas entre los bautistas; por lo que poco
a poco las iglesias adoptaron la antigua Confesión, o se
formaron nuevas iglesias sobre la base de estas
convicciones vitales y vigorosas. Donde antes había un
desierto, ahora hay señales de que la tierra árida está
produciendo flores hermosas. Todavía hay un largo
camino por recorrer, y la mayoría de las iglesias
bautistas en los Estados Unidos todavía vagan en un
56 Implicaciones

desierto teológico. Pero, Dios ha levantado muchas


iglesias que sostienen un claro testimonio de la verdad;
y esperamos que nazcan muchas más en los días que
vendrán. Por la gracia de Dios, el futuro parece
brillante para las iglesias que adopten la Confesión
Bautista de 1689. ¡Que Dios bendiga nuestros
esfuerzos para Su Gloria!
Legado Bautista Confesional es una Editorial que
existe para dar la gloria a Dios al poner al alcance de
la Iglesia de habla hispana escritos teológicos e
históricos que proclaman la verdad de la Palabra de
Dios desde la perspectiva bautista, la cual ha sido
manifestada en sus Confesiones de Fe históricas. Existe
con el propósito de contribuir al currículum de libros y
lecturas requeridas para la preparación de pastores
bautistas reformados de habla hispana, así como a la
edificación y estudios de los miembros de sus iglesias.
legadobautistaconfesional.com
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América Latina
Pastor Jorge A. Rodríguez V.
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Estados Unidos de América


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