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Sermón Día Conquistador 2019
Sermón Día Conquistador 2019
Introducción
Sir Michael Costa fue un director de orquesta excepcional del siglo XIX. En cierta ocasión,
Sir Michael dirigía un ensayo en el que una gran orquesta con cientos de instrumentos estaba
acompañando a un numeroso coro. Este coro masivo cantaba a toda voz, los cientos de
instrumentos a todo volumen y, por si fuera poco, un atronador órgano de pipas envolvía
majestuosamente la sublime pieza musical.
En algún momento, el músico que tocaba el flautín (piccolo) pensó que su instrumento era
insignificante en medio de una gran orquesta y decidió dejar de tocar. Este hombre no sabía
que Sir Michael Costa estaba escuchando atentamente cada instrumento, incluido el flautín.
Repentinamente, Sir Michael detuvo a toda la orquesta y al coro: "¡Alto! ¡Silencio! ¿Dónde
está el flautín? ¡No escucho al flautín!”
Un flautín (Piccolo)
En más de una ocasión, algunos de nosotros podríamos sentirnos como aquel ejecutante de
flautín: pensando que somos tan insignificantes en nuestro hogar, en nuestra iglesia o en la
comunidad, que no tenemos mucho que ofrecer, y que si dejamos de hacer lo que estamos
haciendo o dejamos nuestro ministerio, nadie se dará cuenta de todos modos. Sin embargo,
¡el Gran Director se da cuenta y nos necesita en su orquesta para ejecutar su obra maestra!
Dios, el Maestro Conductor, te valora tanto que conoce incluso los más pequeños detalles de
tu vida. Él declara: “¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de
ellos está olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No
temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos" (Lucas 12:6- 7). ¿Alguna vez
pensaste que eres como un flautín? ¡Necesitas reconsiderarlo!
Jeremías y su época
Hace mucho tiempo (más de 2600 años) vivía un adolescente llamado Jeremías. Era judío y
vivió durante un período difícil en la historia del reino de Judá. Este muchacho fue llamado
al ministerio profético en el año 13 del reinado de Josías. Para ese entonces, el joven monarca
tendría unos 21 años de edad. La gloriosa reforma del rey Ezequías (el abuelo de Josías)
había sido aniquilada y olvidada por el gobierno idólatra del rey Manasés. Este último se alió
con los asirios, lo que a su vez llevó a Judá a practicar el culto a los ídolos y los sacrificios
humanos al dios asirio, Moloc. Como resultado de la baja condición espiritual del pueblo, los
profetas eran muy necesarios, pero muchos vendieron su conciencia a cambio de dinero con
el fin de ganar mayor influencia en la sociedad. La situación en Israel era tan mala que
Jeremías a menudo declaraba sus mensajes con lágrimas, por lo que se le conoce como el
"profeta llorón". Jeremías ministró durante los reinados de Josías, Joacaz, Joacim, Joaquín y
Sedequías. Durante estos períodos, el profeta advirtió al pueblo sobre los juicios divinos, la
destrucción de Jerusalén y el cautiverio, pero no quisieron escucharlo.
Al recibir el llamado profético, Jeremías se vio a sí mismo y llegó a la conclusión de que era
insignificante y no apto para la tarea, por lo tanto, presentó sus excusas: “¡Ah, Señor Jehová!
He aquí, no sé hablar, porque soy un niño”. Ese fue el momento en el que Jeremías se sintió
como un flautín; de hecho, cuando estamos frente a un gran desafío o enfrentamos una tarea
desalentadora es correcto percibir nuestra debilidad e insignificancia, porque esa es la
oportunidad de Dios. Las circunstancias, por difíciles que sean, no impedirán que Dios
cumpla sus propósitos, porque Él puede utilizar incluso a un flautín.
Todos tenemos momentos en los que nos sentimos como un Piccolo. Quizás eres el
hermano menor en tu familia y te sientes como un flautín. Tal vez tu liderazgo no es
muy sobresaliente en las reuniones de tu club, y nunca te eligen como Capitán o
Secretario de la Unidad. Quizás eres el más bajito de estatura en tu aula de clases o en
tu club, y algunos de tus compañeros te tratan mal. Puede ser que acabas de reprobar
un examen y te sientes derrotado.
• Dios me conocía antes de que fuera concebido en el vientre de mi madre, así que fui
especial para Dios mucho antes de que tomara conciencia de mí mismo. Mi vida es
el resultado de un diseño intencional, ya que Dios me creó a su propia imagen y
semejanza (Génesis 1:26-27). Los Conquistadores somos muy especiales para Dios.
• Dios tiene un propósito para mi vida. Desde antes de que yo fuera concebido, el Señor
me santificó y me apartó para su propósito. Es Dios quien me diseñó y es prerrogativa
de Él determinar los propósitos de mi existencia. Por lo tanto, mi vida es significativa
y vale la pena sin importar las circunstancias que tenga que enfrentar. Elijo vivir y
creer que soy más que un flautín.
• Dios puede usar a un Conquistador como yo. Es interesante ver cómo Dios ha usado
tantos jóvenes en los tiempos bíblicos y en la actualidad. Dios usó a José desde su
juventud hasta la edad adulta; utilizó a David, al Rey Josías, a Samuel y muchos otros.
Hoy, Dios puede usar Conquistadores para realizar grandes hazañas para su reino.
Estoy orgulloso de ser un Conquistador y anhelo que el Señor me utilice para su
gloria.
• Cada Conquistador ha sido llamado por Dios y recibió una misión mundial. El Blanco
de los Ministerios Juveniles de la Iglesia Adventista del Séptimo Día dice: "El
mensaje del advenimiento a todo el mundo en mi generación". Esta es una misión
global, no local. Al igual que Jeremías, nuestra comisión es para alcanzar a las
naciones. El Maestro ordenó: "Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a
observar todas las cosas que os he mandado" (Mateo 28:19 -20).
• Por la gracia de Dios, puedo hacer cualquier tarea que Él me dé. Filipenses 4:13 dice:
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Dios es más grande que cualquier desafío
que enfrentaré como hijo de Dios. Cuando Abraham y Sara estaban confundidos
acerca de la promesa de Dios, el Señor les hizo una pregunta retórica: “¿Hay para
Dios alguna cosa difícil?” (Génesis 18:14). Ciertamente, con Dios todas las cosas son
posibles (Mateo 19:26).
• Dios siempre está listo para capacitarnos para cumplir sus mandatos. El Señor ayudó
a Jeremías a superar su incapacidad para hablar: tocó la boca del profeta y puso en él
la Palabra divina (Jeremías 1:9, 10). De la misma manera, hoy está dispuesto a
ayudarnos para participar en la gran comisión de proclamar el evangelio.
Al celebrar este Día Mundial de los Conquistadores, al igual que Jeremías, debemos recordar
que tenemos una comisión especial para:
- arrancar y destruir, arruinar y derribar en nuestras vidas todo lo que no sea de Dios.
No podemos quedarnos ociosos diciendo que no hay nada que podamos hacer, ni poner como
excusa nuestra edad, los tiempos en que vivimos, nuestras limitaciones para hablar en público
o cualquier otro desafío.
Por lo tanto, sigamos adelante por fe y proclamemos sin temor el Evangelio del reino con
poder y audacia. No debemos temer a ningún ser humano, ni siquiera al diablo mismo,
“porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). La
promesa es que Dios estará cono nosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mat. 28:20).
“Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón
del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”
(Salmo 46:2, 3). Así que marchen Conquistadores, ¡marchen y nunca se cansen porque Dios
está con ustedes!
Aunque nosotros nos consideremos insignificantes como un flautín, el concepto que Dios
tiene de nosotros es muy diferente:
Llamado:
Dios está llamando a Conquistadores que practiquen en su vida diaria lo que dicen el
Voto, la Ley, el Lema y el Blanco. Él está dispuesto a usarte, aun cuando te sientas como
un flautín. ¿Estás listo? Entonces, acércate a la plataforma para volver a dedicar
nuestras vidas a Dios en oración (invite a los Conquistadores, a la directiva y a los
padres de familia a participar en la oración de consagración).
Oración sugerente:
Nuestro Padre celestial, alabamos tu Nombre porque sólo tú eres Dios. Nos creaste con
un propósito, y aunque a veces nos sentimos insignificantes como un flautín, hoy hemos
visto que somos valiosos para ti y nos has exaltado ante tu santa presencia a través de
Jesucristo. Por favor, ayúdanos a aceptar tu propósito para nuestras vidas y danos de tu
Espíritu para cumplirlo, y terminar de predicar el mensaje del advenimiento a todo el
mundo en esta generación. Oramos en el Nombre de Jesús, Amén.