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¿INCLUSO UN FLAUTÍN?

Texto clave de la Biblia: Jeremías 1:4-10 (RVR 1960).


“Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí,
y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah, Señor
Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy un niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño;
porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos,
porque yo estoy contigo para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi
boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en
este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para
derribar, para edificar y para plantar”.

Introducción

Sir Michael Costa fue un director de orquesta excepcional del siglo XIX. En cierta ocasión,
Sir Michael dirigía un ensayo en el que una gran orquesta con cientos de instrumentos estaba
acompañando a un numeroso coro. Este coro masivo cantaba a toda voz, los cientos de
instrumentos a todo volumen y, por si fuera poco, un atronador órgano de pipas envolvía
majestuosamente la sublime pieza musical.

En algún momento, el músico que tocaba el flautín (piccolo) pensó que su instrumento era
insignificante en medio de una gran orquesta y decidió dejar de tocar. Este hombre no sabía
que Sir Michael Costa estaba escuchando atentamente cada instrumento, incluido el flautín.
Repentinamente, Sir Michael detuvo a toda la orquesta y al coro: "¡Alto! ¡Silencio! ¿Dónde
está el flautín? ¡No escucho al flautín!”

Un flautín (Piccolo)

El flautín o piccolo es de origen italiano, y de ahí su nombre "piccolo", que es la palabra


italiana para pequeño. Es un pequeño instrumento musical (aproximadamente la mitad del
tamaño de una flauta) que se toca horizontalmente. Sorprendentemente, los piccolos
producen un sonido que es una octava más alto que el escrito, lo que les ganó su apodo
italiano: ottavino. De hecho, producen el sonido más agudo en la familia de instrumentos
musicales de viento-madera. Debido a su capacidad de ir una octava más alta que la escrita,
los piccolos generalmente se coordinan con el violín o la flauta para agregar emoción y brillo
al sonido general. Los piccolos, aunque pequeños, son un instrumento imprescindible en la
orquesta o banda de concierto. Tradicionalmente, los piccolos estaban hechos de madera,
vidrio o marfil. Sin embargo, en los últimos tiempos, también se han fabricado de diversos
materiales que incluyen plástico, resina, plata y una variedad de maderas.
Sentirse como un flautín

En más de una ocasión, algunos de nosotros podríamos sentirnos como aquel ejecutante de
flautín: pensando que somos tan insignificantes en nuestro hogar, en nuestra iglesia o en la
comunidad, que no tenemos mucho que ofrecer, y que si dejamos de hacer lo que estamos
haciendo o dejamos nuestro ministerio, nadie se dará cuenta de todos modos. Sin embargo,
¡el Gran Director se da cuenta y nos necesita en su orquesta para ejecutar su obra maestra!
Dios, el Maestro Conductor, te valora tanto que conoce incluso los más pequeños detalles de
tu vida. Él declara: “¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de
ellos está olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No
temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos" (Lucas 12:6- 7). ¿Alguna vez
pensaste que eres como un flautín? ¡Necesitas reconsiderarlo!

Jeremías y su época

Hace mucho tiempo (más de 2600 años) vivía un adolescente llamado Jeremías. Era judío y
vivió durante un período difícil en la historia del reino de Judá. Este muchacho fue llamado
al ministerio profético en el año 13 del reinado de Josías. Para ese entonces, el joven monarca
tendría unos 21 años de edad. La gloriosa reforma del rey Ezequías (el abuelo de Josías)
había sido aniquilada y olvidada por el gobierno idólatra del rey Manasés. Este último se alió
con los asirios, lo que a su vez llevó a Judá a practicar el culto a los ídolos y los sacrificios
humanos al dios asirio, Moloc. Como resultado de la baja condición espiritual del pueblo, los
profetas eran muy necesarios, pero muchos vendieron su conciencia a cambio de dinero con
el fin de ganar mayor influencia en la sociedad. La situación en Israel era tan mala que
Jeremías a menudo declaraba sus mensajes con lágrimas, por lo que se le conoce como el
"profeta llorón". Jeremías ministró durante los reinados de Josías, Joacaz, Joacim, Joaquín y
Sedequías. Durante estos períodos, el profeta advirtió al pueblo sobre los juicios divinos, la
destrucción de Jerusalén y el cautiverio, pero no quisieron escucharlo.

El sentimiento de insignificancia en la vida del profeta Jeremías

Al recibir el llamado profético, Jeremías se vio a sí mismo y llegó a la conclusión de que era
insignificante y no apto para la tarea, por lo tanto, presentó sus excusas: “¡Ah, Señor Jehová!
He aquí, no sé hablar, porque soy un niño”. Ese fue el momento en el que Jeremías se sintió
como un flautín; de hecho, cuando estamos frente a un gran desafío o enfrentamos una tarea
desalentadora es correcto percibir nuestra debilidad e insignificancia, porque esa es la
oportunidad de Dios. Las circunstancias, por difíciles que sean, no impedirán que Dios
cumpla sus propósitos, porque Él puede utilizar incluso a un flautín.

Nuestros momentos de insignificancia

Todos tenemos momentos en los que nos sentimos como un Piccolo. Quizás eres el
hermano menor en tu familia y te sientes como un flautín. Tal vez tu liderazgo no es
muy sobresaliente en las reuniones de tu club, y nunca te eligen como Capitán o
Secretario de la Unidad. Quizás eres el más bajito de estatura en tu aula de clases o en
tu club, y algunos de tus compañeros te tratan mal. Puede ser que acabas de reprobar
un examen y te sientes derrotado.

Aunque diferentes situaciones y desafíos de la vida pueden hacernos sentir como


flautines, no estás solo en tus momentos difíciles; hay Alguien que te ama tanto que está
contigo para fortalecerte frente a las pruebas. Tal como le dijo a Jeremías, Dios te dice:
"No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.
No temas delante de ellos, porque yo estoy contigo para librarte, dice Jehová”. Él ha provisto
todo lo que necesitarás para cumplir la tarea, incluso antes de llamarte. En el momento
del llamado, Él te empoderará a través del Espíritu Santo para cumplir la misión. Dios
está dispuesto a proporcionarte todo lo que necesitas, incluso, si fuera necesario, tocar
tu boca para darte el valor de hablar.

Lecciones del llamado y la vida de Jeremías.

• Dios me conocía antes de que fuera concebido en el vientre de mi madre, así que fui
especial para Dios mucho antes de que tomara conciencia de mí mismo. Mi vida es
el resultado de un diseño intencional, ya que Dios me creó a su propia imagen y
semejanza (Génesis 1:26-27). Los Conquistadores somos muy especiales para Dios.
• Dios tiene un propósito para mi vida. Desde antes de que yo fuera concebido, el Señor
me santificó y me apartó para su propósito. Es Dios quien me diseñó y es prerrogativa
de Él determinar los propósitos de mi existencia. Por lo tanto, mi vida es significativa
y vale la pena sin importar las circunstancias que tenga que enfrentar. Elijo vivir y
creer que soy más que un flautín.
• Dios puede usar a un Conquistador como yo. Es interesante ver cómo Dios ha usado
tantos jóvenes en los tiempos bíblicos y en la actualidad. Dios usó a José desde su
juventud hasta la edad adulta; utilizó a David, al Rey Josías, a Samuel y muchos otros.
Hoy, Dios puede usar Conquistadores para realizar grandes hazañas para su reino.
Estoy orgulloso de ser un Conquistador y anhelo que el Señor me utilice para su
gloria.
• Cada Conquistador ha sido llamado por Dios y recibió una misión mundial. El Blanco
de los Ministerios Juveniles de la Iglesia Adventista del Séptimo Día dice: "El
mensaje del advenimiento a todo el mundo en mi generación". Esta es una misión
global, no local. Al igual que Jeremías, nuestra comisión es para alcanzar a las
naciones. El Maestro ordenó: "Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a
observar todas las cosas que os he mandado" (Mateo 28:19 -20).
• Por la gracia de Dios, puedo hacer cualquier tarea que Él me dé. Filipenses 4:13 dice:
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Dios es más grande que cualquier desafío
que enfrentaré como hijo de Dios. Cuando Abraham y Sara estaban confundidos
acerca de la promesa de Dios, el Señor les hizo una pregunta retórica: “¿Hay para
Dios alguna cosa difícil?” (Génesis 18:14). Ciertamente, con Dios todas las cosas son
posibles (Mateo 19:26).
• Dios siempre está listo para capacitarnos para cumplir sus mandatos. El Señor ayudó
a Jeremías a superar su incapacidad para hablar: tocó la boca del profeta y puso en él
la Palabra divina (Jeremías 1:9, 10). De la misma manera, hoy está dispuesto a
ayudarnos para participar en la gran comisión de proclamar el evangelio.

Un llamado a todos los Conquistadores y líderes del Club.

Al celebrar este Día Mundial de los Conquistadores, al igual que Jeremías, debemos recordar
que tenemos una comisión especial para:

- arrancar y destruir, arruinar y derribar en nuestras vidas todo lo que no sea de Dios.

- edificar y plantar lo que es de Dios y glorifica su Nombre.

No podemos quedarnos ociosos diciendo que no hay nada que podamos hacer, ni poner como
excusa nuestra edad, los tiempos en que vivimos, nuestras limitaciones para hablar en público
o cualquier otro desafío.

Los Conquistadores jugarán un papel importante en la proclamación final del evangelio a


todo el mundo, y este es el momento señalado. La historia de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día nos recuerda el importante papel que los menores y los jóvenes han jugado en
el cumplimiento de la misión evangélica. Elena G. de White comenta: “Con
semejante ejército de obreros como el que nuestros jóvenes, bien preparados, podrían
proveer, ¡cuán pronto se proclamaría a todo el mundo el mensaje de un Salvador crucificado,
resucitado y próximo a venir!” (MJ 113).

Por lo tanto, sigamos adelante por fe y proclamemos sin temor el Evangelio del reino con
poder y audacia. No debemos temer a ningún ser humano, ni siquiera al diablo mismo,
“porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). La
promesa es que Dios estará cono nosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mat. 28:20).
“Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón
del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”
(Salmo 46:2, 3). Así que marchen Conquistadores, ¡marchen y nunca se cansen porque Dios
está con ustedes!

Cómo nos ve Dios

Aunque nosotros nos consideremos insignificantes como un flautín, el concepto que Dios
tiene de nosotros es muy diferente:

• No somos flautines, somos hijos de Dios (Juan 1:12; 1 Juan 3: 2).


• No somos insignificantes, fuimos creados a imagen de Dios (Génesis 1: 26-27).
• Al completar su obra creadora, Dios nos encargó el cuidado de la Tierra (Génesis
1:28; 2:15).
• No somos piccolos, somos el cuerpo de Cristo (Col 1:18).
• Cuando sientas que no vales nada, recuerda que somos la niña de los ojos de Dios
(Salmo 17:8).
• En fin, somos coherederos del reino de los cielos (Rom 8:17) y juzgaremos incluso a
los ángeles (1 Cor 6: 3).

Y si Dios puede usar un flautín, entonces me puede usar a mí.

¿Por qué no cantamos juntos el Himno del Conquistador? (Pida a la congregación a


colocarse en pie y canten el Himno).

Llamado:

Dios está llamando a Conquistadores que practiquen en su vida diaria lo que dicen el
Voto, la Ley, el Lema y el Blanco. Él está dispuesto a usarte, aun cuando te sientas como
un flautín. ¿Estás listo? Entonces, acércate a la plataforma para volver a dedicar
nuestras vidas a Dios en oración (invite a los Conquistadores, a la directiva y a los
padres de familia a participar en la oración de consagración).

Oración sugerente:

Nuestro Padre celestial, alabamos tu Nombre porque sólo tú eres Dios. Nos creaste con
un propósito, y aunque a veces nos sentimos insignificantes como un flautín, hoy hemos
visto que somos valiosos para ti y nos has exaltado ante tu santa presencia a través de
Jesucristo. Por favor, ayúdanos a aceptar tu propósito para nuestras vidas y danos de tu
Espíritu para cumplirlo, y terminar de predicar el mensaje del advenimiento a todo el
mundo en esta generación. Oramos en el Nombre de Jesús, Amén.

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