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LECCIÓN 13: “ACCIONES PROTECTORAS DE LOS DERECHOS REALES”.

1-. LA ACCIÓN REIVINDICATORIA.

CONCEPTO.

Acción que ejercita el propietario para la recuperación de la posesión efectiva de la cosa objeto de su
derecho de propiedad o, como también se define gráficamente, la acción que corresponde al propietario no
poseedor contra el poseedor no propietario que posee indebidamente.

Es la acción por excelencia de defensa de la titularidad dominical, cuyo conocimiento corresponde


exclusivamente a la jurisdicción civil.

Su régimen jurídico ha sido elaborado por una profusa doctrina jurisprudencial, donde se exige que concurran
3 requisitos:

 La titularidad dominical del reivindicante.


 Posesión injustificada o indebida del demandado.
 Determinación o identificación de la cosa objeto de la acción.

LEGITIMACIÓN ACTIVA.

1. Personas legitimadas para interponer la acción.

Está legitimado activamente quien alega ser propietario de la cosa revindicada, pero no se exige que sea
dueño pleno y único, pudiendo interponerla también los siguientes sujetos:

 El nudo propietario.
 El copropietario si actúa en beneficio de la comunidad.
 El cónyuge copropietario si actúa en beneficio de la sociedad de gananciales.
 El propietario sometido a condición resolutoria o a término.
 El enfiteuta y, en los casos de dominio dividido, el dueño directo si no hay constancia de la existencia
del dueño útil.

2. La prueba del dominio.

El actor que alega ser dueño de la cosa reivindicada ha de probar dicho dominio para que la acción prospere.

 La prueba ha de ir referida al dominio del demandante.

El demandante ha de probar que es el propietario de la cosa reivindicada. Cuando la adquisición del


dominio requiere de la traditio, la adecuada prueba incluye a las 2, pues la falta de toda clase de traditio
determina la inexistencia de legitimación activa para el ejercicio de la acción.

La prueba de ser dueño se realiza por referencia al acto de adquisición, demostrando que efectivamente
adquirió la propiedad en tiempo anterior a la demanda, presumiéndose la permanencia actual de la
propiedad.

 Los problemas de la prueba del dominio.


 La probatio diabólica.

El dominio del reivindicante solo queda plenamente acreditado en el caso de las adquisiciones
originarias, bastando con probar el hecho en sí. Plantea problemas:

o El demandante ha de probar la titularidad propietaria de los que le precedieron,


remontándose en la cadena de transmisiones del derecho hasta llegar a un modo de
adquisición originaria del mismo.
o Resulta suavizada, truncándose la cadena, por la institución de la usucapión, considerada
una adquisición originaria.
o Como excepción: no siempre el adquirente arrastra los defectos de la titularidad del
transmitente, pues puede tratarse de un 3º protegido contra dichos efectos.

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 La prueba mediante las presunciones de los arts. 464 CC y 38. 1ºp. LH.

En relación al art. 464, se plantea si el título de adquisición al que se refiere puede ser esgrimido
como fundamento del dominio del reivindicante en una acción reivindicatoria.

 No podrá esgrimirse si el demandado resultare protegido por dicho artículo.


 Lo realmente importante es la presunción que establece el art. 448 CC de que el poseedor
actual, y por tanto el demandado, posee con justo título. Solo será apto para instar una
acción reivindicatoria si se suministra la prueba de que en el poseedor actual se demuestre la
pérdida o la privación ilegal de la cosa demandada.

En relación al art. 38. 1º p. LH, la presunción que en él se establece le confiere legitimación al


propietario inscrito para ejercitar la acción reivindicatoria.

 La relajación de la prueba y la desnaturalización de la acción reivindicatoria.

Al principio se exigía una prueba rigurosa de la titularidad dominical del reivindicante, entendiendo
que la existencia del dominio no cabe basarla en presunciones de tipo alguno, debiendo probarse
que se es o no es propietario.

Otra línea suavizó el rigor de la plenitud de la prueba del dominio.

 Se ha justificado en base a que el art.348 CC no indica los medios para justificar el dominio
ni tasa la prueba, por lo que hay que atenerse a las reglas generales en la materia.
 Se limita a exigir la demostración de un derecho mejor y más probable que el del
demandado, fundado en presunciones de hecho o indicios apreciados conjuntamente.

Esta jurisprudencia ha provocado la confusión de la acción reivindicatoria son acciones restitutorias,


ya que estas no necesitan de la prueba de un título apto para adquirir el dominio.

LEGITIMACIÓN PASIVA.

Ha de ejercitarse frente a quien posee la cosa reivindicada sin derecho alguno para ello y se niega a
restituirla. 2 requisitos:

1. Ha de tratarse de una posesión actual.

Lo único que se exige es que el demandado tenga la posesión en el momento de ejercitarse la acción
reivindicatoria.

¿Cómo ha resuelto el TS la situación del demandado que deja de poseer una vez iniciado el pleito?

 La acción reivindicatoria fracasará, pues difícilmente puede ser condenado alguien a restituir algo
que no tiene, y no podemos olvidar que esta acción es una acción recuperatoria de la posesión.
 A otros efectos, si se tiene en cuenta que el demandado que pierde la posesión de la cosa
reivindicada sea un poseedor de mala fe, ya que entonces el actor o demandante puede solicitar,
incluso en el mismo procedimiento, el resarcimiento de los daños que le ha ocasionado dicha
pérdida.
 El propietario podrá ejercitar la acción rescisoria contra el tercero que hubiere procedido de mala fe si
este ha pasado a poseer la cosa en virtud de un contrato o un negocio jurídico por concurrir la causa
mencionada en el art. 1291. 4º CC, referida a los contratos sobre cosas litigiosas celebrados por el
demandado sin consentimiento y aprobación de las partes litigantes o de la Autoridad judicial
competente.

2. Ha de tratarse de una posesión indebida.

El demandado ha de ser un poseedor sin título que justifique su posesión.

 No prosperará la acción reivindicatoria contra un arrendatario o un usufructuario que trae causa o


tiene un título para poseer derivado del reivindicante o de alguno de los anteriores propietarios de los
que este trae causa.

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 Para la jurisprudencia basta que el demandado aporte una prueba de principio de su derecho a
poseer para que corresponde al demandante la obligación de desvirtuarla si quiere que triunfe la
reivindicatoria.

Cuando el demandado sea un poseedor con título de dueño, hay que dilucidar cual de los 2 títulos es el
válido, por lo que el TS exige entonces que el reivindicante, previa o conjuntamente, inste la nulidad del título
del demandado, llamando a la causa a todos los que intervinieron en su creación, con excepciones:

 Cuando el título del demandante fuera anterior al del demandado, y por tanto la demostración de su
existencia tuviera como consecuencia implícita y necesaria el del demandado.
 Cuando ambas partes deriven sus derechos de documentos o hechos sin relación entre sí, porque
entonces la discusión versa sobre la preferencia del título del demandado en relación con el del actor.

Debemos tener en cuenta lo siguiente: cuando el demandado sea un titular registral, el reivindicante ha de
interponer, previa o simultáneamente a la acción reivindicatoria, demanda de nulidad o cancelación de la
inscripción correspondiente, pero esta exigencia ha quedado prácticamente suprimida.

EL OBJETO O COSA REIVINDICADA.

La cosa reivindicada ha de estar preferentemente identificada.

En relación a los bienes muebles, facilita el cumplimiento de este requisito el ejercicio de la acción ad
exhibendum.

El requisito de la perfecta identificación de la cosa ha sido exigido con gran rigurosidad, lo que ha llevado a
excluir de la acción reivindicatoria las cosas que no pueden ser identificadas, como las cosas genéricas o
incorporales.

En particular, tratándose de fincas, el TS ha dicho que es indispensable fijar con precisión en la demanda la
situación, cabida, linderos de la finca, de tal modo que no pueda dudarse de cuales sean, y pueda
demostrarse durante el juicio que el predio reclamado es aquel a que se refieren los documentos y demás
medios de prueba en que el actor funde su pretensión.

EFECTOS.

El principal es la condena del demandado a la restitución de la cosa reivindicada, y, cuando proceda, la


aplicación de las normas sobre liquidación del estado posesorio.

SUPUESTOS DE IRREVINDICABILIDAD Y DE LIMITACIÓN DE LA ACCIÓN REIVINDICATORIA.

Hay supuestos excepcionales en los que se protege al adquirente, resultando inatacable su titularidad,
denominándose supuestos de irrevindicabilidad. Requisitos:

 Bienes inmuebles: requisitos señalados en el art. 34 LH.


 Bienes muebles:
 Regla general  los requisitos señalados en el art. 464. 1º CC, complementados por otros
incorporados por la jurisprudencia.
 Bienes adquiridos en Bolsa, feria o mercado, o de comerciante legalmente establecido  los
requisitos señalados en el art. 464, últ.p.CC y 85 C.Com.

Se contemplan supuestos en relación a bienes muebles, siendo 2 supuestos de limitación de la acción


reivindicatoria. Son situaciones en las que, aún reuniendo todos los requisitos, es necesario que se cumpla
un requisito más, si el verdadero dueño de la cosa la ha perdido o le ha sido sustraída. Son:

 Cuando la cosa hubiera sido adquirida de buena fe en venta pública, entendiéndose por tal la
producida en subasta pública judicial, notarial o administrativa. El propietario para obtener la
restitución deberá reembolsar el precio dado por ella.
 Cuando la cosa reivindicada se encuentre empeñada en los Montes de Piedad establecidos con
autorización del Gobierno. En este caso el propietario deberá reintegrar al establecimiento para
recuperarla la cantidad del empeño y los intereses vencidos.

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2-. LA ACCIÓN DECLARATIVA.

CONCEPTO.

Acción dirigida a que se declare la existencia de la titularidad dominical del demandante frente a quien la
discute o la ignore. Junto con la reivindicatoria, son las únicas acciones dirigidas exclusivamente a proteger el
derecho de propiedad.

No es recuperatoria, y por tanto no requiere que el demandado sea poseedor de la cosa sobre la que se
solicita por el demandante que se declare su titularidad dominical, pues no es obstáculo para su interposición
que la cosa se encuentre incluso en posesión del demandante.

La utilidad de esta acción se presenta en relación a supuestos como:

 La perturbación sin despojo de la posesión que sobre la cosa tiene el dueño.


 La inquietación de la propiedad porque otro se jacta de ser dueño de la cosa.
 En el caso de títulos incompletos o defectuosos que se quieren integrar con otros medios de prueba
a los efectos, sobre todo, de su acceso al Registro de la Propiedad.
 Hacer valer al poseedor, frente al titular registral que no posee, su condición de dueño y que la
sentencia ordene la cancelación del asiento.
 Obtener una declaración de dominio frente al demandado sin que le interese, por la razón que sea,
que deje de poseer la cosa.

LEGITIMACIÓN ACTIVA.

Corresponde al dueño de la cosa con independencia de que la posea o no, sin que resulte necesario que lo
sea pleno y único, por lo que pueden imponerla los mismos sujetos legitimados para la reivindicatoria.

El dueño ha de probar su propiedad sobre la cosa en los mismos términos que la reivindicatoria.

LEGITIMACIÓN PASIVA.

Ha de ejercitarse contra quien discute o ignora el dominio del demandante y frente a quien se quiere hacer
valer. Nada tiene que probar el demandante en lo que atañe a la posesión del demandado.

OBJETO O COSA DE LA ACCIÓN.

Ha de estar perfectamente identificada en los mismos términos que indicábamos para la acción
reivindicatoria.

3-. LA TERCERÍA DE DOMINIO.

CONCEPTO.

Procedimiento por que quien alega ser propietario de un bien que ha sido embargado, pretende que se
declare que es el titular verdadero del derecho de propiedad y se alce el embargo trabado.

Es un medio de protección del tercero frente a los perjuicios que las va a suponer la ejecución de sentencia
en procesos en que no ha sido parte.

 Su ámbito de aplicación es única y exclusivamente el proceso de ejecución.


 Se encuentra regulada en los arts. 593 a 604 LEC.

FUNDAMENTO.

Según el art. 1911 CC, se exige que el embargo debe afectar únicamente a los bienes del deudor ejecutado.
Sin embargo, ante la dificultad de comprobar la verdadera titularidad de esos bienes, se permite el embargo
de bienes y derechos que en apariencia pertenezcan al deudor, constatando ciertas circunstancias externas.

LEGITIMACIÓN ACTIVA.

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Corresponde al 3º al proceso de ejecución que aporte un principio de prueba de ser dueño, condueño o titular
de un derecho sobre un bien embargado como del ejecutado, siempre que no lo hubiera adquirido de este
una vez trabado el embargo. Por eso no son terceros, por ser partes en el proceso de ejecución.

LEGITIMACIÓN PASIVA.

1. Únicamente del acreedor ejecutante.

Se produce cuando es el acreedor quien señala el bien como perteneciente al deudor, sin que este haya
tenido participación en dicho señalamiento.

 Solo se va a discutir el alzamiento del embargo, pronunciándose sobre la titularidad de los bienes,
por lo que este derecho será en todo caso discutido en el proceso ordinario correspondiente.
 Se faculta al deudor ejecutado para intervenir en el proceso de tercería con plenitud de derechos
procesales, pero siempre en condición de demandado.

2. Del acreedor ejecutante y del deudor ejecutado.

Se produce cuando es el deudor quien ha señalado el bien o los bienes como integrantes de su patrimonio a
efectos del embargo resultando que no lo son. Es un litisconsorcio necesario.

4-. LA ACCIÓN NEGATORIA Y LA ACCIÓN CONFESORIA.

Carecen de regulación legal expresa, pero su admisibilidad es unánime en la doctrina.

LA ACCIÓN NEGATORIA.

1. Concepto.

Acción para que el dueño pueda defender la integridad de su dominio frente a quienes alegan ser titulares
activos de gravámenes o derechos reales que recaen sobre él. Con ella se garantiza el principio de libertad
del dominio y puede ir dirigida a alcanzar alguno de estos 2 fines:

 La declaración de inexistencia del gravamen reintegrando la libertad del dominio y, por tanto, a
acabar con la situación posesoria del demandado, modificándola.
 La declaración únicamente de la inexistencia del gravamen, ya sea cuando alguien solo se atribuye la
titularidad del gravamen sobre la cosa, sin perturbar el goce del dueño, ya sea porque existiendo una
perturbación, así los solicita el demandante.

2. Legitimación activa.

El dueño de la cosa ejercita la acción, extensible al condueño en beneficio de la comunidad, al nudo


propietario y al cónyuge en beneficio de los bienes gananciales.

También compete al titular de un derecho real limitado en defensa del mismo frente a cualquier facultad
afectada por el gravamen.

3. Legitimación pasiva.

Ha de ejercitarse contra cualquiera que se arrogue un derecho real o gravamen sobre una cosa ajena.
Luego, frente a quien proceda a meras perturbaciones de hecho, la acción que hay que ejercitar es la
destinada a la protección posesoria.

4. Prueba.

El actor debe probar el dominio o el derecho real limitado que dice ostentar. El demandado, para impedir que
prospere la acción negatoria, ha de probar el título que legitima su gravamen. Dos motivos:

 Se presume que la propiedad es libre, de ahí que el actor una vez probado su dominio no tenga que
probar la falta del derecho del demandado.
 La prueba de los hechos negativos es prácticamente imposible.

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LA ACCIÓN CONFESORIA.

1. Concepto.

Acción que corresponde al titular de un derecho real limitado de goce frente a quien lo perturbe en el ejercicio
o desconozca su derecho.

Esta acción persigue el reconocimiento de la existencia del derecho real perturbado y, si así se solicita, la
restauración de la situación perturbada obteniendo la restitución de la posesión que corresponda al contenido
del derecho real violado.

2. Legitimación activa.

Puede interponerla el titular del derecho real limitado, así como el cotitular en beneficio de la comunidad y el
cónyuge en beneficio de los bienes gananciales.

3. Legitimación pasiva.

La acción ha de ejercitarse contra cualquiera que se atribuya la titularidad o niegue la existencia de un


derecho real en cosa ajena que otro tiene, ya sea propietario, titular de un derecho real en cosa ajena
limitado por otro, o un 3º sin derecho sobre el objeto de la acción.

4. Prueba.

La carga de la prueba le corresponde a quien pretende la declaración de existencia del derecho real limitado
a su favor. Se presume la propiedad plena y libre de gravámenes.

5-. LA ACCIÓN PUBLICIANA.

LOS PROBLEMAS DE SU ADMISIÓN EN NUESTRO DERECHO.

Se admite en nuestro derecho una acción para la recuperación de la posesión distinta del interdicto de
recobrar, una vez que éste no puede ejercitarse por haber transcurrido más de un año desde el despojo.

Es afirmativo el reconocimiento en nuestro Derecho, lo que ha planteado que el fundamento de esa


recuperación tendría que ser necesariamente el reconocimiento el actor de un mejor derecho a poseer que el
demandado, el cual no puede fundarse en un título incuestionable de propiedad, porque entonces
entraríamos en la órbita de la acción reivindicatoria.

UTILIDAD.

Se trataría de poner remedio a determinadas situaciones, tales como las siguientes:

 Las de un poseedor ad usucapionem que viera interrumpida su posesión antes de consumar la


adquisición del dominio y hubiera dejado transcurrir el plazo de un año tras la desposesión
involuntaria.
 Las de un propietario a quien le fuera difícil demostrar en su plenitud el título de propiedad.

Su admisión en nuestro derecho se justifica:

 El art. 445 CC, en su inciso final, se alude a una controversia sobre la posesión como cuestión
distinta a la que se ventila en el interdicto.
 En el art. 1658. 3ºp LEC de 1881, que, al referirse a la eficacia de la sentencia en el juicio interdictal
de recuperación, señalaba que dicha resolución reservará a las partes el derecho que puedan tener
sobre la propiedad o sobre la posesión definitiva, que podrán utilizar en el juicio correspondiente.
Puede seguir sosteniéndose en el art. 447 LEC de 2000, al privar de efectos de cosa juzgada a las
sentencias que pongan fin a los juicios verbales sobre tutela sumaria de la posesión.
 Se alega que existe una laguna entre la tutela de la propiedad y la posesión meramente interdictal, y
razones de equidad aconsejan que este silencio legal no deba de interpretarse, como una negativa, a
menos que la intención del legislador fuera clara y evidente. Hay una insuficiencia normativa que se
deber rellenar con los PPs. Generales del Derecho.

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REQUISITOS PARA SU EJERCICIO.

Para ejercitar la acción publiciana, el TS ha señalado la necesidad de que el anterior poseedor o demandante
hubiera tenido una posesión en la que concurran los siguientes requisitos:

 Posesión exclusiva.
 Posesión de buena fe.
 Posesión con justo título.
 Posesión en concepto de dueño.

La posesión del demandante debía ser una posesión hábil para la adquisición de la cosa por usucapión
ordinaria. Dos aspectos son esenciales en esta acción:

 La acción publiciana es una subespecie o modalidad de la acción reivindicatoria, que excepciona el


requisito imprescindible para que esta prospere de la prueba del dominio.
 La acción publiciana significa admitir en nuestro ordenamiento jurídico un ius possidendi relativo del
poseedor ad usucapionem que cuenta con justo título y buena fe, el cual prevalece, frente a un
poseedor que o bien no tenga justo título o no tenga buena fe, o bien, reuniendo ambos requisitos,
sea posterior.

LOS PROBLEMAS DE LA FUNCIONALIDAD DE ESTA ACCIÓN.

El principal escollo es su funcionalidad, donde si puede confundirse con la acción reivindicatoria.

La acción publiciana está condenada a entrar en la órbita de aquélla, es decir, sería una acción reivindicatoria
con descuentos o rebajas en las pruebas.

La diferencia es que el “mejor derecho a poseer” posiblemente chocaría con la prohibición de que la posesión
pueda acceder al Registro de la Propiedad.

6-. LA ACCIÓN DE DESLINDE Y AMOJONAMIENTO.

CUESTIONES PREVIAS.

Son instrumentos dirigidos a que el propietario de una finca pueda ejercitar la facultad de cerrar y cercar su
finca, pero ambos requieren de la previa determinación de los de la finca, lo que nos lleva a distinguir uno de
otro.

 El amojonamiento es una operación material mediante la que se señala los límites de la finca de
forma física y visible, una vez que éstos hayan quedado fijados mediante el deslinde.
 El deslinde es una operación jurídica dirigida a fijar los límites de una finca, hasta entonces dudosos
y discutidos entre colindantes.

VÍAS JURÍDICAS PARA EL DESLINDE DE UNA FINCA.

1. De forma privada.

Mediante la celebración de un contrato entre los propietarios de las fincas colindantes en el que fijan los
linderos entre ellas, y a cuyos términos habrán de atenerse las partes.

2. Mediante acto de jurisdicción voluntaria.

La determinación de los linderos entre fincas colindantes se ventila en un procedimiento de jurisdicción


voluntaria. Los secretarios judiciales son los competentes para el conocimiento de este expediente.

Tanto en el procedimiento de jurisdicción voluntaria como en el procedimiento contencioso la jurisprudencia


ha venido exigiendo la concurrencia de los siguientes presupuestos:

 Identificación de la finca.
 Confusión de linderos.
 Titularidad dominical o de un derecho real limitado tanto por parte del actor como del demandado
sobre los predios colindantes.

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 Posesión promíscua por ambas partes de las porciones de terreno afectadas por la discusión de los
límites.

Legitimación activa:

 El propietario de la finca.
 Los que tengan constituido sobre la finca un derecho real para su uso y disfrute y, también los
acreedores hipotecarios y los titulares de derechos de adquisición preferente.

Legitimación pasiva: todos los propietarios de las fincas colindantes cuyos límites con la finca del
demandante sean discutibles.

A través de este procedimiento, el secretario judicial hará la distribución del terreno conforme a la voluntad de
los interesados, porque si hay disconformidad se sobresee el expediente, debiendo acudirse a un
contencioso mediante la acción de deslinde.

3. Acción de deslinde.

Con ella se inicia un procedimiento contencioso.

Los presupuestos para el ejercicio de la acción, la legitimación activa y pasiva coincide con los expuestos
para el procedimiento de jurisdicción voluntaria.

La decisión judicial ha de ajustarse a los criterios establecidos en los arts. 385 a 387 CC, que siguen el
siguiente orden jerárquico:

 Los títulos de propiedad de los contendientes.


 La posesión en que se encontraron los colindantes.
 Los demás medios de prueba.
 La distribución en partes iguales o proporcionales conforme a los que establece el art. 387 CC: “si los
títulos de los colindantes indicasen un espacio mayor o menor del que comprende la totalidad del
terreno, el aumento o la falta se distribuirá proporcionalmente”.

El principal problema es su diferenciación con la reivindicatoria, ya que la de deslinde no es imprescriptible.

 La acción de deslinde es la ejercitada cuando lo que está en conflicto es la delimitación de los


fundos, y se trata de establecer como cuestión de hecho por donde pasan los linderos comunes,
pues ambos litigantes se reconocen mutuamente las propiedades de las fincas colindantes.
 La acción reivindicatoria es la ejercitada cuando la controversia sobre los límites se plantea porque
se impugna la eficacia de los títulos de propiedad, ya que son los títulos en su validez lo que está en
conflicto.

4. Deslinde registral de fincas inscritas.

El expediente de deslinde de fincas inscritas en el Registro de la Propiedad ha de tramitarse ante notario


conforme al procedimiento establecido en el art. 200 LH.

7-. LA ACCION AD EXHIBENDUM.

Se encuentra regulada en el art. 256. 1. 2º LEC.

La petición de exhibición puede ejercitarse previamente a la acción real, e incluso obligacional, que recae
sobre una cosa mueble en relación a la que se pretende demandar. Se pretende cumplir una doble finalidad:

 Reconocer la cosa y cerciorarse que corresponde a la que se pretende demandar.


 Comprobar que el requerido o demandado posee realmente la cosa sobre la que se pretende
demandar.

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