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Tarea: Vigilar y castigar (Suplicio) Autor: Michael Foucault

Enunciado: Leer de la página 1 hasta la 30 y realizar 5 ideas principales y


desarrollarlas.

Ideas principales:

1. “Privar de todos los derechos sin hacer sufrir, imponer penas liberadas de dolor”

(Foucault, 2002, pág. 14).

2. “La desaparición de los suplicios” (Foucault, 2002, pág. 10), la evolución de los

castigos y la forma de juzgar a los condenados por delitos como: robar, matar,

violar, entre otros, se da por las reformas de la justicia penal en una era nueva “a

fines del siglo XVIII y comienzos del XIX” (Foucault, 2002, pág. 11).

3. “La reducción de estas mil muertes a la estricta ejecución capital define toda una

nueva moral propia del acto de castigar” (Foucault, 2002, pág. 14).

4. “Tratar de estudiar la metamorfosis de los métodos punitivos a partir de una

tecnología política del cuerpo, donde pudiera leerse una historia común de las

relaciones de poder y de las relaciones de objeto” (Foucault, 2002, pág. 24).

5. “La posibilidad de asignar la locura era, por lo tanto, exclusiva de la calificación

de un acto como delito” (Foucault, 2002, pág.21).

Desarrollo de las ideas principales. -

En el libro de Foucault (2002), aborda el tema de que “privar de todos los derechos sin

hacer sufrir, imponer penas liberadas de dolor” (pág. 14), es una necesidad de garantizar

la justicia y que el enjuiciado o condenado, ya no tenga que pasar por dolores físicos,

como lo era antes. Donde, el condenado pasaba por jaleos, golpes, desmembrado, y

humillado públicamente hasta que su cuerpo con o sin vida era quemado en la hoguera

hasta que se consuma todas sus partes humanas. Para la época el suplicio era un

espectáculo que implicaba el castigo a los condenados en la plaza pública donde era
amedrentado con el dolor físico, hasta obtener la confesión del delito y así demostrar a

la gente que son merecedores del castigo, es decir, se motivaba a normalizar la

violencia.

Por otro lado, el autor Foucault, M. (2002), señala “La desaparición de los suplicios”

(pág. 10), la evolución de los castigos y la forma de juzgar a los condenados por delitos

como: robar, matar, violar, entre otros, se da por las reformas de la justicia penal en una

era nueva “a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX” (pág. 11). Donde el

procedimiento de juicio se volvió algo administrativo donde se buscaba la rendición o

piedad de los jueces por los enjuiciados para corregir al ciudadano y ser reintegrado a la

sociedad. Es decir, surge en parte por el escrito de un autor francés, donde redacta que

se garantizaba horarios de comida, educación, descanso y no solo horarios de trabajos

forzados, sino también de divisiones en talleres para mantenerlos ocupados mientras

cumplían sus penas. En otras palabras, era un castigo silencioso y lento, donde se

mantenía el orden, pero igual se los miraba como condenados por los delitos que

cometieron.

En cuanto a “la reducción de estas mil muertes a la estricta ejecución capital define toda

una nueva moral propia del acto de castigar” (pág. 14). Es decir, tratan de que el

condenado sufra lo menos posible, donde se trata de aplicar nuevas formas de acabar

con la angustia o dolor aparatoso causado por el desmembramiento del cuerpo, siendo

reemplazado el verdugo y el rey por una justicia penal institucional pública con

personas seleccionadas que hacen de jurado y determinan que ley se le aplica a la

persona por el delito cometido, respetando su vida e integridad física. Así pues, la pena

y la instauración de la de la sentencia, se focaliza no solo en la utilización de las leyes

jurídicas establecidas en las sociedades, sino también en los contextos, evaluaciones


psicológicas y situaciones que vive tanto la victima como el acusado, ya que pueden

incidir en el tipo de castigo judicial a implantarse y sus repercusiones para el acusado.

Es por eso por lo que el “tratar de estudiar la metamorfosis de los métodos punitivos a

partir de una tecnología política del cuerpo, donde pudiera leerse una historia común de

las relaciones de poder y de las relaciones de objeto” (pág. 24). En efecto, trata de decir

que ha evolucionado los castigos a través de la historia donde pasó del sufrimiento

corporal a las reflexiones actuales de castigo, donde se considera que el sometimiento es

abismal para el alma humana en una prisión, donde se utiliza el uso del poder y las

circunstancias en las que vive el sujeto (condenado) para su reflexión y arrepentimiento.

Además, el condenado tiene la posibilidad defenderse antes ser impuesto una pena, ya

que el status judicial trata de ser igualitario donde se puede llegar rechazar el castigo

impuesto por el sistema jurídico.

También, en la lectura se menciona que “la posibilidad de asignar la locura era, por lo

tanto, exclusiva de la calificación de un acto como delito” (pág.21). Concretamente trata

de explicar lo que hoy en día se hace en el sistema de justicia, donde el acusado de

algún delito puede ser absuelto de sus cargos, siempre y cuando se demuestra que la

persona no tiene la suficiente estabilidad emocional o mental para ser juzgado, ya que,

según la ley ampara al infractor en ese caso porque no está consciente de lo que hace.

Sin embargo, el acusado se absuelve de ir a la cárcel, pero no de un encierro en el

manicomio donde se lo velará por su cuidado, pero a la vez se lo castiga confinándolo,

es decir, de un modo u otro se le encierra para que la persona reflexione sobre sus actos.

Referencia. -

Foucault, M. (2002). Vigilar y castigar. Buenos Aires: Siglo veintiuno editores

Argentina s.a. página 1 - 30

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