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Lección.

5 Tomo: 2

Tema: LA VIDA VICTORIOSA

PREGUNTA PARA ROMPER EL HIELO (O INTERACCIÓN) ¿Qué héroe recuerda usted que siempre
parecía llegar en el momento preciso para salvar la situación?

Texto: Ro. 8:35-39; Ro. 3:23-25

Introducción:

Sin duda, la vida victoriosa no es sólo cantar con alegría en los servicios y vivir con una eterna sonrisa. La
vida victoriosa se traduce también en aprender a vivir las angustias y los momentos amargos delante del
Señor, creyendo que Él es nuestro consuelo. Cuando la culpabilidad y el remordimiento nos aplastan, nos
dejan sin fuerzas para luchar, sin valor para enfrentar las situaciones agobiantes, sin motivación, y con escaso
interés para seguir viviendo. Por momentos hasta el suicidio parece una opción válida. Cuando nos sentamos
en un rincón oscuro y lloramos sin saber por qué tanta desesperación y soledad, sólo Jesús nos puede sostener
con su ayuda y su perdón en esos momentos de angustia.

I. EL PROCESO DE LA SANIDAD COMIENZA CON LA CONFESIÓN DE NUESTROS PECADOS.

A. Nuestros pecados no confesados nos lanzan a un alejamiento de Dios; el enemigo nos hace pensar que ya
no somos dignos de Él, y que hemos perdido su amor, que no lo merecemos.

B. Por otra parte, frustraciones, complejos, temores, heridas del pasado, pecados personales, son parte de
aquello en lo que Dios se preocupa en sanar y restaurar.

1. Dios no sólo puede, sino que desea hacerlo en la medida que sometemos cada asunto, a Su señorío.
"Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó." Eclesiastés 3:15.

2. "Las cosas viejas pasaron..." Implica también que nuestra conciencia está limpia, hemos confesado nuestros
pecados y estamos en paz con Dios. Tenemos la tendencia a vivir del pasado, constantemente dolidos por
remordimientos y frustraciones o aferrados a éxitos y victorias ya antiguas, y hacemos girar nuestra vida en
torno a esos recuerdos. (Filipenses 3:13)

II. SANIDAD INTERIOR Y LIBERTAD COMO PROCESO

A. La primera gran batalla de Pablo fue entre su nueva fe y él mismo, fue con su propio pecado.

1. Pablo se enfrenta a la constante contradicción entre querer hacer el bien, y no poder hacerlo; no desea
pecar, pero de igual forma lo hace. (Ro. 7:15-20)

2. El caso de Pablo es el caso de muchos cristianos. Tenemos a un Pablo confundido, angustiado, con buenas
intenciones, pero lleno de culpabilidad, luchando por ser lo más honesto posible con Dios, con él mismo y con
los demás.

B. Vemos a un hombre ya cansado con esta situación, hay un grito desgarrador de desesperación: " ¡Miserable
de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios por Jesucristo Señor nuestro. Así que,
yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado." Romanos 7:24-25.

C. Tras esta experiencia, Pablo descubre que la liberación de la red que le aprisiona, está en Cristo. Los
cambios no son de un día para otro, más bien son un proceso.
D. Es interesante que Pablo se enfrenta a dos opciones y se decide por la mejor.

1. la primera opción, era pasarse la vida complicándose más a causa de su crisis; sintiéndose y viviendo como
la víctima atrapada por las circunstancias, en un laberinto sin salida.

2. La segunda opción, era creer por fe y decidir vivir cada día como un hombre sano.

III. EL AMOR INCONDICIONAL DE DIOS Y SU PERDÓN

A. Con frecuencia esperamos ser queridos y aceptados por las personas.

1. Por esta razón vivimos siempre pensando de que nuestra felicidad depende de ser aceptados por otros y
sufrimos cuando esto no ocurre.

2. Nuestra felicidad y el sentido de nuestra vida, no está basada en lo que poseemos, en los logros alcanzados,
ni tampoco sólo en el amor o aceptación de la familia. El valor de nuestra vida depende, fundamentalmente,
de que Dios mismo nos ama.

3. El apóstol Pablo había aprendido esta verdad en las situaciones más adversas. Cuando nada le quedó. Cristo
era su todo. Romanos 8:35-39.

IV. LA INTERVENCIÓN DE DIOS

Cuando todo esfuerzo ya ha sido hecho y no queda nada más por hacer; es aquí donde cobra valor la
intervención de Dios. Dios sabe cuándo llega, Él siempre llega a tiempo. Es su amor lo que nos hace valiosos.
Tenemos valor como personas, porque Dios nos amó.

Conclusión:

No hay carga nuestra que Él no quiera soportar y hacer suya. No hay angustia que Él no pueda escuchar y
sanar. No hay dolor del corazón que Él no pueda consolar. Dios nos restaura y nos sana; pero no para que
vivamos pendientes de nuestros fracasos pasados, sino más bien para vendar las heridas de los que vienen tras
de nosotros en la batalla por el evangelio.

Preguntas:

1. La vida victoriosa del cristiano no depende de tener siempre una sonrisa ni de las cosas que logremos tener.
¿De qué más depende?
*(La vida victoriosa se traduce también en aprender a vivir las angustias y los momentos amargos delante del
Señor, creyendo que Él es nuestro consuelo.)

2. ¿Qué opciones tenía Pablo para enfrentar su aguijón y cuál escogió?


(* Pasarse la vida quejándose de su aguijón o vivir cada día como un hombre sano y se decidió por la
segunda)

3. ¿Por qué mucha gente, aunque lo tiene todo, no es feliz?


(* Porque la felicidad NO depende de lo que se tiene, depende de la comunión con Dios)

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